william burroughs. les voleurs
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Les Voleurs
William Burroughs
Los escritores trabajan con palabras y voces, como los pintores trabajan con colores. ¿De dónde
vienen esas palabras y esas voces? Muchas fuentes: conversaciones escuchadas y oídas al vuelo,
películas y radio, periódicos, revistas, sí: y otros escritores. Una frase llega a la cabeza desde una
vieja historia del oeste leída años atrás en una revista de segunda, no puedo recordar dónde o
cuándo: “Él la miró tratando de leer su mente pero sus ojos eran viejos, sin subterfugios, ilegibles”.
Ésta es una que levanté.
La secuencia del Funcionario del Condado en Almuerzo desnudo viene del contacto con el
Funcionario del Condado en Cold Spring, Texas. Es de hecho una elaboración de su monólogo que
en aquél momento me parecía meramente aburrido, porque todavía no sabía que yo era un
escritor. De cualquier modo, no hubiera habido ningún funcionario del condado si me hubiera
quedado con el culo sentado, esperando por “mis verdaderas propias palabras”.
Todos nos hemos encontrado alguna vez con el publicista que va a salir de la dura rutina,
encerrarse en una cabina y escribir la Gran Novela Americana. Siempre le digo: “no cortes tu
suministro B.J.: podrías necesitarlo”.
Muchas veces me he quedado estancado en una línea de la historia sin poder ver adónde iría
desde ahí. Luego alguien cae por casa y me cuenta de un pez en Brasil que sólo se alimenta de
frutas. Saqué un capítulo entero de esto.
O comprar un libro para leer en el avión y que ahí esté la respuesta; y que ahí haya una frase
buena también: “voces dulcemente inhumanas”. Tuve un sueño con esas voces antes de leer El
gran salto de Leigh Brackett y encontrar esa frase.
Miren el bigote surrealista de Mona Lisa. ¿Sólo una broma tonta? Piensen adónde puede llevar esa
broma. He estado trabajando con Malcon McNeill por cinco años en un libro titulado Ah Pook is
here. Usamos la misma idea: Hieronymus Bosch como fondo de escenas, y personajes tomados de
los códices mayas y transformados en símiles modernos. Esa cara en el Códice Maya de Dresde
sería en esta escena la camarera y podíamos usar el Dios Buitre sobre ella. El Bosco, Miguel Ángel,
Renoir, Monet, Picasso, no robaron nada, en apariencia. ¿Quieres alguna luz sobre tu escena?
Róbala de Manet. ¿Quieres un telón de fondo de los años 30? Usa Hooper.
Lo mismo se aplica a la escritura. Joseph Conrad hizo una soberbia descripción de paisajes de
selvas, agua, clima ¿por qué no usarlos tal cual, palabra por palabra, como escenario de una
novela que se sitúe en el trópico? Continuidad por Fulano de tal, descripción y escenario fílmico de
Conrad. Y por supuesto que podemos secuestrar algunos personajes más y ponerlos en un
escenario diferente. La amplia gama de pintura, escritos, música y films son tuyos: para usar. Toma
el monólogo de Molly Bloom y dáselo a tu heroína. De cualquier modo, ocurre todo el tiempo.
Cuántas veces hemos tenido a Romeo y Julieta prestándonos su servicio. Y Calille ganó 40 millones
en Los jóvenes amantes. Entonces, déjalo aflorar abiertamente y roba con libertad.
Mi primera aplicación de este principio fue en Almuerzo Desnudo.
El encuentro entre Carl Peterson y el doctor Benway está modelado sobre el encuentro entre
Razumov y el Consejero Mikulin en Bajo la mirada de occidente de Conrad. Seguramente no hay
semejanza entre Benway y Mikulin, pero la forma del encuentro, la treta de Mikulin de las
oraciones incompletas, su método elíptico y la conclusión del encuentro son definitiva y
conscientemente usadas.
En su momento no alcancé a ver las miles de implicaciones.
Brion Gysin llevó el proceso más lejos en una escena inédita de su novela El Proceso. Tomó a la
letra un tramo de diálogo de una novela de ciencia ficción y lo usó en una escena similar. (La
novela de ciencia ficción, como corresponde, trataba sobre un científico loco que inventó un
agujero negro en el que desapareció). Confieso que quedé algo shockeado por tan evidente y
rastreable plagio. No había abandonado completamente el fetiche de la originalidad aunque,
desde luego, el sublime concepto global de robo total está implícito en los cuts ups y en el
montaje.
Había estado condicionado por la idea de palabras como propiedad -las “verdaderas propias
palabras”- y, en consecuencia, por una profunda repugnancia por el pecado negro del plagio. La
originalidad era la gran virtud. Recuerdo un chico que fue descubierto copiando un ensayo de un
artículo de periódico y este horrible caso discutido en susurros … Por primera vez la oscura palabra
plagio.
¿Por qué en una obra de Jack London un escritor se mata cuando descubre que sin saberlo había
plagiado el trabajo de otro escritor?: No tenía el coraje de ser un escritor.
Por suerte estoy hecho de un material más duro o, al menos, más adaptable.
Brion me hizo notar que yo había estado robando por años. “¿De dónde viene esto… “Ojos, viejos,
sin subterfugios, ilegibles”? ¿Y esto… “inflexible autoridad”? ¿Y esto… “manera artística, no
principios”? ¿Y esto? … ¿Y esto?… ¿Y esto?. . . “Me miró implacable”
¿Vous etes un voleur honteux. . . un ladrón secreto ? Entonces tracemos un manifiesto.
Les Voleurs
Fuera lo privado en museos, bibliotecas, monumentos arquitectónicos, salas de conciertos,
librerías, estudios de grabación y de cine de todo el mundo.
Todo pertenece al inspirado y dedicado ladrón.
Todos los artistas de la historia, desde los pintores de las cuevas hasta Picasso, todos los poetas y
escritores, los músicos y arquitectos ofrecen sus productos, presionando al ladrón como
vendedores callejeros.
Le suplican desde sus aburridas mentes de niños de escuela, desde la prisión de la veneración
acrítica, desde museos muertos y polvorientos archivos. Las esculturas extenderán sus brazos de
mármol para recibir la vivificante transfusión de carne y las extremidades separadas injertadas en
Mister América.
Mais le voleur n’ est pas pressé –el ladrón no tiene prisa. Antes de otorgar el honor supremo y
bendito del robo, debe asegurarse de la calidad de la mercancía y de la adaptabilidad para su fin.
Palabras, colores, luces, sonidos, piedra, madera, bronce, pertenecen al artista vivo. Pertenecen a
cualquiera que pueda usarlo. ¡Saquea el Louvre! A bas l’ originalité, el estéril y aseverativo yo que
aprisiona lo que crea. Vive le vol, puro, desvergonzado, total. No somos responsables. Roba todo
lo que esté a tiro.
[El anterior artículo apareció en The Adding Machine (Collected Essays), John Calder Edit., London, 1985.]