weyland - u 5

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  • 7/26/2019 weyland - u 5

    1/45

    'Dilogos

    R L R LOS

    POPULISMOS

    Kurt Weyland

    Carlos e la Torre

    Gerardo

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    Centro Andino de Accin Popular

  • 7/26/2019 weyland - u 5

    2/45

    -; 2D

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    Serie: DILOGOS

    Ttulo: RELEER

    LOS

    POPULISMOS

    Autores: Kurt Weyland Carlos de la Torre

    Gerardo Aboy Carls Hernn Ibarra

    Ediciones: Centro Andino de Accin Popular -CAAP

    Diagramacin: Martha Vinueza

    Portada: Gisela Caldern

    Impresin: Albazul Offset

    Derechos Autor:

    019361

    ISBN: 9978-5 J

    -o

    19-2

    Febrero 2004

    Quito-Ecuador

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  • 7/26/2019 weyland - u 5

    3/45

    INDICE

    Presentacin ;................................................................................ 5

    Clarificando un concepto:

    el

    populismo en el estudio

    de

    la

    poltica latinoamericana

    Kurt Weyland

    ............. 9

    Un balance crtico a los debates sobre

    el

    nuevo populismo

    Carlos de

    l

    Torre

    oo 5

    Repensando

    el

    populismo

    Gerardo Aboy Carls

    ........... 79

    El

    populismo en

    la

    poltica ecuatoriana contempornea

    Hernn Ibarra 127

  • 7/26/2019 weyland - u 5

    4/45

    CLARIFICANDO

    U

    CONCEPTO CUESTIONADO:

    "EL POPULISMO" EN EL ESTUDIO

    DE

    L

    POLTICA LATINOAMERICANA

    urt Weyland

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    5/45

  • 7/26/2019 weyland - u 5

    6/45

    CLARIFICANDO

    U

    CONCEPTO CUESTIONADO:

    El

    populismo en el estudio de la poltica latinoamericana'

    urt

    Weylan

    Introduccin

    Los cientistas sociales comnmente inspirados por teoras que

    compiten, enfatizan los diferentes atributos de

    un

    complejo grupo de

    caractersticas determinantes, cuyas diferencias en contenido producen

    diferencias en extensin, ms n cuando los acadmicos aplican los

    mismos trminos para diversos tipos de casos. De ah que sea poco cla-

    ro cmo los hallazgos de

    un

    autor

    se

    aplican en los casos limitados por

    las diferentes definiciones de sus colegas, por lo que los desacuerdos

    conceptuales obstaculizan la acumulacin de conocimiento. De hecho,

    los acadmicos pueden proteger sus argumentos de las crticas, atribu-

    yndoles resultados discordantes con las diferencias conceptuales. De-

    bido a la carencia de

    un

    armona conceptual, los autores comunican y

    entienden mal ("correr la voz") y no consiguen formular contraargu-

    mentos dirigidos y especficos. Esta fragmentacin resultante en la co-

    munidad acadmica obstruye

    el

    debate y la crtica que son el

    motor

    del

    progreso cientfico

    1

    La

    versin en ingls

    se

    public.en Comparative Politics,

    Vol

    34:1, Octubre

    2001. Traducido por Maria Femanda Lobos Ana Luca Torres

    Profesor Asociado de

    la Universidad de Texas, Austin.

    Por ejemplo, la literatura sobre democratizacin empez a avanzar nicamen-

    te despus de la superacin de los largos debates sobre el concepto de "demo-

    eracia." cuando surgi

    un

    consenso a favor de una definicin

    mnim

    y

    de pro-

    cedimiento, la cual ha permit ido determinar

    el

    lmite que

    un

    pas debe cruzar

    para poder calificar como democrtico. .

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    Un concepto particularmente controversial es

    el

    de populismo

    Los acadmicos difieren

    no

    nicamente sobre los atributos especficos

    del populismo, sino tambin sobre su principal dominio. Debe defi

    nirse el populismo en trminos polticos, sociales econmicos y/o de

    discurso? Debido a estos desacuerdos conceptuales,

    una

    gran variedad

    de gobiernos, partidos polticos, movimientos, lderes y polticas han

    sido calificados como populistas (De la Torre 2000: Cap. 2; Viguera

    1993). Como resultado, los acadmicos han

    encontrado que

    el populis

    mo tiene caractersticas radicalmente diferentes (ej. Roberts 1995 vs

    Quijano 1998: 183- 197; Sachs 1989 vs. Weyland 1996).

    Hacia salir de esta situacin, algunos autores

    han optado por

    abandonar

    el concepto (Roxborough 1984: 14).

    No

    obstante, la comu

    nidad acadmica ha rechazado

    el

    seguir este llamado y en la ltima d

    cada se

    ha

    visto

    una

    prspera literatura sobre populismo (Burbano

    1998;

    Conniff

    1999; De la Torre 2000; Dresser 1991; Gibson 1997;

    Grompone 1998; Knight 1998; Lynch 1999; Mayorga 1995; Oxhorn

    1998; Philip 1998; Roberts 1995; Sanborn 1991; Viguera 1993; Weyland

    1996). Evidentemente, muchos autores

    continan

    viendo al populis

    mo

    como

    a

    un

    concepto

    til incluso

    indispensable-

    para

    dilucidar la

    poltica latinoamericana contempornea.

    Por lo expuesto, este ensayo aplica un acercamiento diferente,

    inspirado por las guas para el anlisis del concepto de Sartori (1984).

    Basndose en Knight (1998) yWeyland(1996), busca aclarar el concep

    to de populismo y proponer una nueva definicin. Para situar al de

    bate en un contexto sistemtico, se distingue en

    primer trmino

    dife

    rentes tipos de conceptualizacin; la segunda seccin establece cual de

    ellos es el ms til para clarificar el populismo ; la tercera seccin re

    define al populismo en una forma sistemtica, determinando su do

    minio y g tlus (Sartori 1984), esclareciendo sus caractersticas especfi

    cas y distinguiendo dos subtipos.

    I iferentes estrategias de conceptualizacin

    La confusin conceptual persiste

    cuando

    los acadmicos enfati

    zan los

    atributos

    divergentes como caractersticas

    determinantes

    de

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    una nocin; este problema es particularmente agudo

    cuando

    los

    auto-

    res difieren en el dominio de

    una

    idea, ya sea que

    se

    defina como un

    concepto poltico, econmico, social y/o de discurso, o

    como

    un

    con-

    cepto mltiple

    que

    incluya todas estas esferas.

    Existen tres estrategias para aclarar este tipo de conceptos difu

    sos: acumulacin, adicin o redefinicin. La acumulacin elabora de

    finiciones

    que

    combinan los atributos centrales enfatizados por dife

    rentes acadmicos a travs de un lgico Y ; que se utiliza solamente,

    en casos en los cuales todas las caractersticas principales estn presen

    tes simultneamente, calificando estos casos como instancias del con-

    cepto.

    Por el contrario, la adicin conecta los varios atributos propues

    tos por diferentes autores

    con

    un lgico O ; en cualquier cso que ten

    ga por lo menos una de las caractersticas determinantes bajo este con

    cepto. Mientras solo los casos que comparten todos estos atributos son

    considerados como instancias completas, los casos que toman parte en

    algunas de estas caractersticas no en otras-

    tambin

    son incluidos en

    la categora general, pero como subtipos disminuidos marcados

    por

    adjetivos calificativos (Collier y Levitsky 1997).

    a

    adicin crea enton-

    ces conceptos radiales (Collier y

    Mahon

    1993)2.

    Finalmente, la redefmicin identifica el

    dominio

    primario den-

    tro

    de las diferentes esferas acentuadas

    por

    varios acadmicos y con

    propsitos determinantes descarta atributos de otras esferas (Sartori

    1984:55-56). La redefinicin se basa en una diferenciacin lgica, prin-

    cipalmente

    en

    la distincin de atributos determinantes de caractersti

    cas lgicamente accidentales (aunque empricamente coincidentes). De

    ah que la redefinicin establezca conceptos clsicos. Estas definiciones

    mnimas contienen solamente los atributos que son necesarios y en

    conjunto suficientes para identificar las instancias de un concepto (Sar

    tori 1984: 32-33,54-57).

    Este ensayo se refiere a los conceptos radials presentados

    por

    Collier y Ma

    hon

    (1993),

    no

    a los de Ostiguy (1992)

    que

    tienen una interpretacin diferente.

    13

    2

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    Cules son las ventajas y desventajas de estas diferentes estrate

    gias de conceptualizacin? Los conceptos acumulativos sitan parme

    tros altos para una inclusin y mayor claridad, minimizando el peligro

    de afirmaciones falsas . En cualquier caso en

    el

    que

    se

    encuentre este

    . criterio claramente califica como una instancia de una nocin, y

    por

    lo

    tanto, merece una investigacin intensiva. Las definiciones acumulati

    vas ayudan entonces a identificar los casos ms promisorios para el

    anlisis de un nmero pequeo de casos. No obstante, los conceptos

    acumulativos son problemticos si las conexiones lgicas entre los atri

    butos de diferentes dominios estn abiertos a un cuestionamiento. Los

    acercamientos econmico-estructurales, tales como las teoras marxis

    tas que derivan polticas de su argumento socioeconmico base, pro

    veen una justificacin terica para unir caractersticas de diferentes do

    minios. Pero para los acadmicos que rechazan el estructuralismo so

    cioeconmico, los conceptos acumulativos son cuestionables porque

    estipulan conexiones causales o funcionales entre diferentes esferaspor

    mandato de definicin, en vez de dejarlas abiertas a una bsqueda em

    prica.

    Ms an, los conceptos acumulativos son de uso emprico limi

    tado si stos poseen una extensin excesivamente limitada. Este proble

    ma aparece cuando los diferentes atributos estipulados en una defini

    cin acumulativa tienen pocas reas de coincidencia (Sartori 1984:47).

    Bajo estas circunstancias,

    un

    concepto terico rico tiene pocos

    si

    no

    alguno- referentes empricos.

    Para evitar estos problemas, los acadmicos podran transformar

    un concepto acumulativo en un concepto radial, incluyndoles como

    subtipos disminuidos los casos en los cuales faltan

    uno

    o ms atributos

    de definicin. Atenuando los requerimientos pra incluir casos en la

    definicin, sto se dirige hacia un

    concepto radial que contiene nocio

    nes de dominio mltiple ms ampliamente aplicables y de ah que se

    reduzca el peligro de las afirmaciones falsas . Ofrece tambin un com

    promiso conceptual para los acadmicos de diferentes percepciones

    tericas. Mediante la alineacin de los atributos enfatizados

    por

    las di

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    ferentes escuelas

    yel

    conocer las diferentes contribuciones tericas, los

    conceptos radiales facilitan

    un

    acuerdo conceptual mnimo.

    Sin embargo, los conceptos radiales bien pueden propiciar un

    pseudo-consenso al conducir a los acadmicos a aceptar

    un

    trmino

    an sin estar de acuerdo con su significado.

    Al

    alinear la diversidad

    conceptual, se puede perpetuar ms que reducir- la confusin

    3

    Este

    peligro

    es

    agudo porque los subtipos disminuidos coexisten con los

    subtipos clsicos que son instancias completas del concepto (Collier

    Levitsky 997: 435- 441,450- 451). Por ejemplo, la democracia electo

    ral no satisface todos los requerimientos de definicin de

    la

    democra

    cia (Collier y Levitsky 1997: 440), pero la democracia delegativa (O'

    Donnell 1994) s. Mantendr ntegramente la comunidad acadmica

    estas claras distinciones?

    Los

    conceptos radiales y acumulativos aumentan tambin el n

    mero de conflictos de lmite porque estos engloban algunos atributos

    de diferentes dominios. Por lo tanto, los acadmicos tienen que decidir

    en varios frentes si un caso realmente debe someterse a

    un

    concepto.

    Por

    el

    contrario, los conceptos clsicos minimizan

    el

    conflicto de lmi

    tes porque estos descansan en definiciones mnimas que

    se

    enfocan en

    un dominio y estipulan el

    menor

    nmero posible de caractersticas de

    definicin. Los conceptos clsicos tienden a tener un tamao de exten

    sin razonable -

    un

    nmero intermedio de referentes empricos- por

    que stos no demandan simultneamente la presencia simultnea de

    atributos de diferentes dominios, que puede ser infrecuente en la reali

    dad emprica.

    Ms an, los conceptos clsicos no descansan en el

    e s t r u t u r l i s ~

    mo

    socioeconmico, al contrario, permiten la autonoma de diferentes

    dominios. Por lo tanto, stos provocan que los acadmicos investiguen

    empricamente las conexiones entre las caractersticas de definicin y

    otros atributos hipotticos ms que determinarlos

    por

    su mandato de

    3 Incluso Collier Levitsky (1997: 450) admiten estos peligros.

    5

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    definicin, como Jos conceptos acumulativos lo hacen, o dejndolos

    completamente abiertos, como los conceptos radiales Jo hacen.

    Finalmente, los conceptos clsicos son

    por

    naturaleza parte de

    un sistema de conceptos. l procedimiento de p r g nus et differenti m

    sita una nocin en referencia con los conceptos relacionados. De ah

    que, mientras que la

    relacin entre los conceptos acumulativos y radia

    les con conceptos del mismo tipo frecuentemente permanece poco

    cIa-

    ra, eso no es el caso con los conceptos clsicos, cuya definicin requie

    re de una aclaracin del

    campo

    semntico en su conjunto (Sartori

    1984: 54- 56).

    Sin embargo, los conceptos clsicos enfrentan

    un

    reto crucial,

    principalmente sobre cmo determinar el dominio de un concepto y

    sus atributos de definicin. Frecuentemente es dificil identificar las ca

    ractersticas necesarias y articuladamente suficientes para clasificar un

    caso como una instancia de

    un

    fenmeno y para diferenciar estos atri

    butos de definicin de sus condiciones de fondo, causas, requerimien

    tos funcionales, o consecuencias de un fenmeno, as como Sartori

    (1984: 54- 56) demanda. Por consiguiente, los acadmicos

    han

    cuestio

    nado la factibilidad de los conceptos clsicos en las ciencias sociales (re

    cientemente Gerring 1999: 363- 364). Esta particular confusin de

    la

    nocin de populism parece proveer el mejor caso cf. Eckstein 1975)

    para esta posicin escptica.

    Hacia la siguiente discusin se necesita evaluar las ventajas des

    ventajas de las diferentes conceptualizaciones de populismo. En parti

    cular,

    se

    fija

    en

    cmo son tericamente justificables y empricamente

    tiles los conceptos acumulativos y radiales y si una

    re

    definicin del

    populismo como concepto clsico es factible.

    n ivergentes conceptualizaciones de populismo

    Qu tipo de concepto han usado los acadmicos para definir el

    populismo latinoamericano? Y Qu tipo de concepto es ms til para

    este propsito?

    La

    siguiente revisin muestra que desde la dcada de los

    6

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    12/45

    60 hasta

    la

    de los 80,

    la

    mayora de autores asuma conceptos acumula

    tivos. Esta preferencia

    por

    las nociones de

    dominio

    mltiple fue inspi

    rada por las teoras de desarrollo y subdesarrollo prevalecientes, tanto

    la teora de la modernizacin

    como

    la

    de

    la dependencia tuvieron cla

    ras tendencias econmico-estructuralistas: ellas asuman que los proce

    sos socioeconmicos moldean y dirigen las polticas' . Los conceptos

    acumulativos de populismo tambin tenan bases empricas

    porque

    muchas instancias del populismo clsico

    -que

    prevalecieron desde los

    30 hasta los 60- o mostraban este

    sndrome

    de atributos determinan

    tes. De ah que, en ese entonces existan considerables caractersticas

    comunes entre las diferentes cualidades presuntas del populismo.

    Sin embargo, las teoras de la modernizacin y

    la

    dependencia

    cayeron en descrdito en la dcada de los 70, los acercamientos

    ~ n -

    mCo-estructuralistas en general sufrieron

    un

    criticismo convincente.

    Ms an las polticas populistas inesperadamente reaparecieron en los

    80 y 90, en

    un

    contexto socioeconmico

    muy

    diferente al del populis

    mo clsico. De hecho, algunos presidentes quienes alcanzaron y man

    tuvieron su labor a travs de tcticas populistas, pusieron en marcha re

    formas neoliberales que se separaban radicalmente del "populismo

    econmico". De esta manera, las caractersticas similares dentro de los

    presuntos atributos del populismo disminuyeron drsticmente.

    Los acadmicos han respondido a esta disolucin del paquete

    populista de diferentes maneras,

    muchos

    autores -como Di Tella

    (1997), Drake (1991, 1999), Lynch (1999), Nun (1994), Quijano (1998)

    y Vilas (1992 - 93, 1995)-

    continan

    comprometidos con las definicio

    nes acumulativas y

    por

    lo tanto se rehusan a aplicar

    la

    etiqueta

    popu

    lista a muchos de los nuevos movimientos, especialmente a aquellos

    que ponen en marcha

    al

    neoliberalismo; otros autores argumentan que

    incluso los gobiernos neoliberales aplican algunas particularidades del

    4 a siguiente discusin de la teoras de la modermzaCln v la dependencia

    se

    enfocan

    en

    las similitudes

    dentro y

    entre estas "escuelas"

    y

    no en las diferen

    cias innegables entre autores individuales. algunos de los cuales avanzan ms

    calificadamente. con visiones ms cuaLificativas

    17

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    13/45

    populismo econmico (Roberts 1995: 102-108: Palermo 1998) y por lo

    tanto, retienen una defimcion de populismo de dominio mltiple, pe

    ro

    en

    la versin relajada de los conceptos radiales (Roberts 1995: 89

    -91 .

    Finalmente, varios acadmicos redefinen

    al

    populismo

    como un

    concepto clsico, identificando a la poltica como su dominio central y

    declarando a las peculiaridades

    como

    lgicamente accidentales (Knight

    1998; Mayorga 995: 29-30; Mouzelis 1985; Taguieff 1995:

    9;

    Weyland

    1996). Estos autores

    no

    vacilan en llamar a lderes como los

    r e s i e n ~

    tes Alberto Fujimori del Per (1990 - 2000) YCarlos Menem de Argen

    tina (1989 - 99)

    como

    populistas':

    La

    siguiente seccin analiza

    ms

    profundamente estos desarro

    llos conceptuales. Luego de discutir las nociones acumulativas

    que

    pre

    valecieron desde la dcada de los 60 a la de los 80, se enfoca en

    el

    reno

    vado debate acerca del populismo

    en

    los 90. Este anlisis establece las

    ventajas y desventajas de los tres tipos de conceptos que diferentes aca

    dmicos

    han

    aplicado en los ltimos aos.

    La

    seccin concluye en que

    la redefinicin del populismo

    como

    concepto clsico tiene mayores po

    sibilidades

    de

    mejorar la claridad conceptual.

    1

    redominancia de

    las

    definiciones acumulativas

    La mayor parte de las definiciones tradicionales del populismo

    latinoamericano fueron conceptos acumulativos que armonizaron va

    rios atributos de dominios diferentes. En particular, estas asuman

    una

    conexin cercana entre las polticas populistas y sus races sociales,

    condiciones socioeconmicas de fondo y/o polticas sustantivas, espe

    cialmente programas econmicos expansivos y generosas medidas dis

    tributivas.

    La mayor parte de los autores percibieron un estilo personalista

    plebiscitario de liderazgo poltico

    como

    una caracterstica determinan

    te del populismo:

    un

    individuo carismtico gana y ejerce el poder a tra

    vs del

    mantenimiento

    de un contacto directo y sin mediadores

    con

    una

    masa desorganizado de seguidores (ej: Conniff 1982: 21- 22; Dra

    ke 1978: 2 -

    3,8;

    Weffort 1980: 69,73-74; excepcin: Di

    TeUa

    1965). No

    8

  • 7/26/2019 weyland - u 5

    14/45

    obstante, este

    atributo

    poltico fue ampliamente visto como parte de

    un

    paquete de caractersticas sociales y econmicas igualmente esenciales

    para

    la

    definicin del populismo. As mismo, los autores comnmente

    acentuaban la base social heterognea del populismo, definida como

    una masa amorfa (Di Tella 1965; Germani 1974);

    un

    movimiento ur

    bano de mltiples clases (Conniff 1982: 13-23; Drake 1978: 2-13; Dra

    ke 1982: 218; ver tambin Collier y Collier 1991: 788); o

    como

    una am-

    plia alianza de clases urbanas (Ianni 1975: 121-122, 137-177; Jaguaribe

    1985: 13-17; Weffort 1980: 75). Ellos tambin enfatizaron en la bsque

    da de las polticas econmicas expansionistas desarrollistas y en la ex

    tensin de beneficios sociales,

    por

    ejemplo, la provisin de incentivos

    materiales como instrumentos cruciales para el mantenimiento del

    apoyo de las masas (Cardoso Faletto 1979: 138-

    143;

    Drake

    1978:

    2

    4, 8- 1 ; O Donnell 1979: 53- 57). Finalmente, muchos autores situa

    ron al populismo histricamente

    dentro

    de ciertas etapas de desarrollo,

    as como la transicin de la sociedad tradicional a la

    moderna

    (Di

    Te-

    lla 1965; Germani 1974: caps. 5, 8, 9); el surgimiento de la sociedad de

    masas despus de la cada del rgimen oligrquico (Jaguaribe 1985: 7

    17;

    ver tambin Collier y Collier 1991: 161- 168,788); o la reciente, eta

    pa fcil de industrializacin por sustitucin de importaciones -ISI

    . (Cardoso y Faletto 1979: cap. 5; O Donnell 1979: 53- 57; Malloy 1977:

    5- 10).

    Estas definiciones acumulativas reflejan las teoras de desarrollo

    prevalecientes en aquella poca, las cuales postulan una conexin cer

    cana entre los factores polticos y socioeconmicos. Tanto la teora de

    la modernizacin

    como

    la de la dependencia asumen

    que

    la poltica es

    moldeada

    por

    procesos sociales y econmicos. Comparten la idea de

    que las polticas tienen autonoma relativamente limitada - autonoma

    relativa - de las estructuras

    y los procesos

    s

    socioeconmicos. Esta pre

    misa sugiere definiciones de populismocomo un paquete de caracte

    rsticas polticas y socioeconmicas.

    Ver por ejemplo las

    definiones

    de dominio mltiple de el Estado

    en la

    teo

    ra de la dependencia (crticas

    en Remmer

    v Merkx 1982: 6-7).

    1 9

    5

  • 7/26/2019 weyland - u 5

    15/45

    Especficamente. la teora de la modernizacin

    mantiene

    que

    el

    rpido avance de la urbanizacin. la industrializacin y la educacin

    genera una explosin

    de

    participacin masiva, quebranta los regmenes

    polticos tradicionales. obstaculiza el establecimiento gradual de nue

    vos regmenes institucionalizados y de este

    modo da

    origen a tipos de

    regmenes inestables, tal

    como

    el populismo (Di Tella 1965; Germani

    1974: caps.

    5

    8,9; Jaguaribe 1985: 7- 17). En un anlisis inspirado por

    otro

    tipo de estructuralismo econmico. la teora de la dependencia es

    tablece que la incorporacin de pases perifricos en

    el

    sistema capita

    lista mundial y sus distorsiones econmicas y sociales resultantes, obs

    truyen el surgimiento de una clase hegemnica capaz de instaurar

    un

    gobierno estable. Combinado la heterogeneidad estructural y la frag

    mentacin de las clases populares, este vaco poltico (Weffort 1980:

    159) conduce a la formacin de alianzas de clase temporales tensas que

    se

    mantienen por medio de lderes personalistas,

    dando

    lugar

    al

    surgi

    miento del populismo (Cardoso y Faletto 1979: cap. 5; O'DonneIl1979:

    53- 57; Ianni.1975; Weffort 1980: caps. 3 7; Malloy 1977: 5- 12)

    Las teoras de la modernizacin y la dependencia son tambin

    aportes historicistas: ambas asumen que la historia tiene

    una

    direccin.

    La teora de la modernizacin postula el progreso, mientras que la teo

    ra de la dependencia diagnostica

    un

    estancamiento y declive ( el desa

    rrollo del subdesarrollo ), pero llama a

    un

    cambio radical para con

    cientizar el potencial histrico del progreso. En estos grandes esque

    mas, el populismo aparece como

    una

    fase de desarrollo histrico. Las

    teoras de la modernizacin y la dependencia incluyen tributos deter

    minantes que sitan histricamente

    al

    populismo

    durante

    la tem

    prana

    fase de movilizacin social.

    As, la preferencia por

    definiciones acumulativas que enlazaron

    las caractersticas polticas con los atributos sociales y econmicos y es

    pecificaron

    la

    ubicacin histrica del popuJismo se deriv lgica y con

    secuentemente de las aseveraciones bsicas de las teoras de desarrollo

    predominantes. De hecho, las definiciones acumulativas se volvieron

    tan consensuales que fueron adoptadas

    an

    por

    los acadmicos que no

    estaban comprometidos con las teoras de modernizacin dependen

    10

  • 7/26/2019 weyland - u 5

    16/45

    cia (ej: Dix 1985). En particular los historiadores que

    l

    no estar com

    prometidos con las amplias generalizaciones pueden

    por

    consiguiente,

    conferir conceptos a contextos histricos especficos, abarcaron las

    no-

    ciones

    de dominio

    mltiple sobre populismo (ej:

    Conniff

    1982: 13-23;

    Drake 1978: 2-

    3;

    1982: 218) . .

    Ciertamente, en la dcada de los 70 este consenso empez a des

    gastarse lentamente;

    la

    principal razn terica era el creciente nfasis

    en la

    autonoma

    de la poltica, inclusive entre acadmicos. marxistas.

    Los autores empezaron a cuestionar las fuerzas determinantes

    de

    la es

    tructura socioeconmica y enfatizaron

    la

    importancia de la superes

    tructura poltica y cultural. Este cambio terico contribuy a nuevas

    conceptualizaciones del populismo, especialmente

    el

    enfoque de Laclau

    sobre

    el

    discurso populista

    6

    Collier y Collier (1991: 788)

    han

    modifi

    cado

    tambin

    los conceptos acumulativos prevalecientes de populismo:

    mientras incluan atributos polticos, sociales y de discurso en las defi

    niciones, ellos enfatizaban la relativa

    autonoma

    de lo poltico (10

    12) Ydesvinculaban al populismo de una etapa especfica del desarro

    llo econmico.

    Sin embargo, durante muchos aos, las nociones acumulativas

    de populismo que asignaban una importancia crucial a los factores so

    cioeconmicos fueron ampliamente aceptadas; de hecho, estas comple

    jas definiciones fueron muy tiles para la bsqueda emprica de la po

    ca porque reflejaban bastante bien

    el sndrome de rasgos polticos y so

    cioeconmicos que caracterizaban al populismo clsico, que prevaleci

    desde los aos 30 hasta los 60. Durante este perodo

    una

    estrategia po

    ltica populista tenda a ser asociada con una base social compuesta por

    mltiples clases sociales que tena

    en

    su centro a la clase trabajadora;

    con polticas econmicas desarrol1istas y la expansin de programas

    sociales;

    con

    tempranas fases de industrializacin y/o movilizacin so-

    Ladau

    1981; discusin en Roxborough 1984: 10; ver tambin

    O'

    Donnell1979:

    288-294, recientes elaboraciones sobre lo

    popular

    en

    De

    la Torre (2000). Os

    tiguy (1997). ~ h e l e r (1996).

    2

    6

  • 7/26/2019 weyland - u 5

    17/45

    cial aceleradas. Siendo as, que durante estas dcadas, los atributos de

    diferentes esferas establecidas en definiciones acumulativas de populis

    mo, a menudo coincidan en sus caractersticas.

    Ciertamente, no todas las experiencias calzan perfectamente ba

    jo estos conceptos acumulativos

    7

    . Por ejemplo, durante el gobierno de

    Jos Battle y Ordez en Uruguay se extendi la participacin masiva,

    poniendo en marcha generosos programas de bienestar en un contex

    to preindustrial; de manera similar, Jos Mara Velasco Ibarra en Ecua

    dor, utiliz tcticas polticas populistas en una nacin pobre y agrcola,

    que no tena suficientes recursos para generosos programas distributi

    c

    vos. De esta manera, las polticas populistas no siempre estuvieron

    acompaadas por las presuntas caractersticas socioeconmicas del po

    pulismo. Por otro lado, Lzaro Crdenas en Mxico, se centr no sola

    mente en grupos urbanos tal como las definiciones prevalecientes de

    populismo en Latinoamrica estipulaban

    8

    -

    sino que tambin extendi

    la movilizacin masiva

    al

    campo (Dix 1985: 35-39). s as que

    hubo

    va

    rios casos que no concordaban con todas las caractersticas centrales es

    tipuladas

    en

    las definiciones acumulativas existentes de populismo.

    Pe-

    ro un buen nmero de casos cumplan la mayor parte de estos parme

    tros determinantes. Como resultado, los acadmicos empricamente

    orientados no vieron problema alguno

    en

    abarcar un concepto de po

    pulismo que cubra diferentes dominios.

    2 Desafos emergentes a las definiciones acumulativas

    . Este sndrome del populismo -descrito tendencialmente como

    una

    combinacin

    de demagogia poltica, inestabilidad organizacional,

    7 Roxborough (1984: 11-14) cuestiona la aplicabilidad de los conceptos acumu

    lativos tradicionales de populismo, incluso sus casos clsicos , los gobiernos de

    Juan Pern, Getulio Vargas Lzaro Crdenas, pero su desafo

    se

    basa en de

    mandas cuestionables concernientes a la autonomia de la clase trabajadora.

    8 l enfoque urbano

    es

    la principal diferencia enel populismo latinoamericano

    de sus predecesores en Rusia los Estados Unidos(Conniff 1982).

  • 7/26/2019 weyland - u 5

    18/45

    irresponsabilidad econmica y excesiva generosidad distributiva- fue

    uno

    de los enemigos que los regmenes militares de los 60 y 70 busca

    ron extirpar.

    No

    obstante, las polticas populistas sobrevivieron

    al

    em

    bate y

    experimentaron

    un

    asombroso resurgimiento

    en

    los aos 80 y

    90; en

    un

    contexto socioeconmico diferente. Algunos de los antiguos

    protagonistas del populismo clsico, como Leonel Brizola y Miguel

    Arraes en Brasil, lograron

    un

    xito electoral considerable en las nuevas

    democracias (Perruci y Sanderson 1989; Castro Rea, Ducatenzeiler y

    Faucher

    1992 .

    Adems, surgi una nueva generacin de lderes que re

    tenan muchos -pero no todos- de los elementos del

    sndrome

    de po

    pulismo clsico, destacndose Alan Garca en Per (Sanborn.1991). Fi

    nalmente otra ola de lderes personalistas utiliz estrategias polticas

    populistas para alcanzar y mantener el poder,

    pero

    puso en

    marcha

    po

    lticas neoliberales que

    eran

    completamente diferentes

    de

    losprogra

    mas populistas clsicos y que buscaban eliminar los legados socioeco

    nmicos de ste (Rbberts 1995; Weyland 1996).

    Esta proliferacin inesperada de lderes personalistas que diri

    gieron

    el

    apoyo de masas ampliamente desorganizadas,

    pero que

    diver

    gieron claramente de las polticas asociadas al populismo clsico- cons

    tituy un reto conceptual para los aCadmicos. Principalmente, la cre

    ciente divergencia de las estrategias polticas populistas y las caracters

    ticas socioeconmicas del populismo clsico llamaban.a cuestionar las

    definiciones acumulativas. Los diferentes atributos que han sido descri

    tos como partes integrales de un

    sndrome

    coherente, evidentemente

    han tenido muy poca coincidencia emprica; de hecho, ninguno de los

    nuevos lderes despleg todas

    las

    caractersticas determinantes estipu

    ladas por las nociones acumulativas. Fue necesario desatar el conjun

    to

    de atributos que cubra diferentes dominios? Quines

    de

    entre los

    nuevos lderes personalistas deben ser clasificados

    como

    populistas?

    Los defensores de las nociones acumulativas enfrentaron el pro o

    blema del desliz conceptual; fue difcil negar a los viejos populistas que

    estaban en retorno poltico -como Brizola- la etiqueta populista. An

    si estos lderes

    eran

    clasificados

    como

    populistas,

    se

    volvi imposible

    sujetar el concepto a un contexto socioeconmico especfico,

    como

    es

    3

  • 7/26/2019 weyland - u 5

    19/45

    el del fcil

    ISI

    (Perruci

    y

    Sanderson 1989).

    El

    resurgimiento del viejo

    populismo en los aos 80, liber el concepto de populismo. Conse

    cuentemente, Alan Garca debe tambin llamarse populista porque

    adems de utilizar tcticas populistas, sostiene polticas socioecon6mi

    cas

    similares a las de Brizola. Esta ulterior extensin del concepto eli

    min una caracterstica adicional del populismo clsico, principalmen

    te

    el

    recurrir a los trabajadores; Garca traspas largamente

    la

    clase tra

    bajadora industrial

    y

    calific a

    un

    sector electoral central diferente, el

    sector urbano informal (Sanborn 1991: 293-294, 340-349, 363-364). Si

    el

    populismo se extendiera an ms lejos hasta cubrir a Menem, Fu

    jimori, Fernando Collor de Brasil (1990-92) y Abdal Bucaram de

    Ecuador (1996-97), las caractersticas socioeconmicas restantes ten

    dran que ser abandonadas y el concepto se tornara en una categora

    puramente poltica.

    e este modo, la recuperacin del populismo y la proliferacin

    de lderes personalistas hacen dudar las definiciones acumulativas por

    que disuelven la conexin cercana entre los atributos polticos del po

    pulismo y sus presuntas caractersticas socioeconmicas. Pueden

    prosperar las polticas populistas fuera de su contexto socioeconmico

    propuesto e inclusive pueden desligarse de las polticas socioeconmi

    cas del populismo clsico? Los desarrollos polticos que han intensifi

    cado drsticamente las divergencias entre las distintas caractersticas

    del populismo han postulado de esta forma desafos conceptuales para

    las

    nociones acumulativas.

    Adicionalmente, las justificaciones tericas para las definiciones

    acumulativas del populismo enfrentaron una crtica incisiva, dado que

    las

    teoras de la modernizacin y la dependencia fueron desacreditadas

    en la dcada de los 7 ; la aseveracin central que compartan ambos

    enfoques produjo particularmente un rechazo agudo, sobretodo un re

    clamo acerca del postulado de que las estructuras y los procesos socioe

    conmicos eran ms importantes que las polticas y al contrario daban

    forma a stas ltimas. Especficamente, contrariando a la teora de la

    modernizacin, la urbanizacin, la industrializacin y la expansin de

    la educacin

    no

    conducen automticamente hacia la ,democratizacin

    4

  • 7/26/2019 weyland - u 5

    20/45

    poltica Huntington 1968). A diferencia de la teora de la dependencia,

    los constreimientos econmicos creados por el capitalismo interna

    cional

    no

    giran hacia los debilitados estados tercermundistas vis-a-vis,

    a las fuerzas y a los actores econmicos externos que

    no

    preceden a

    una

    democratizacin poltica domstica (Packenham 1992). Rechazando el

    estructuralismo socioeconmico que inspir a ambas teoras,

    moder-

    nizacin y dependencia, muchos autores de finales de los 7

    han

    reafir

    mado la autonoma de la poltica (Krasner 1984; SkocpoI198S).

    Este rechazo

    al

    estructuralismo socioeconmico tuvo un impac

    to profundo en la formacin del concepto que fue ms all de

    la no in

    misma de populismo, lo cual estimul

    un

    replanteamiento de otros

    conceptos que usualmente haban sido definidos de forma cumulativa.

    Es de mayor importancia el que los acadmicos hayan criticado las no

    ciones de

    dominio

    mltiple sobre la democracia y hayan

    adoptado

    las

    definiciones clsicas que enfatizaban las caractersticas poltico institu

    cionales. Los autores que examinan las transiciones de los gobiernos

    autoritarios, en particular, coincidan en las definiciones mnimas y de

    procedimiento, y eliminaron las caractersticas ms ambiciosas, tal co

    mo

    las polticas de

    aumento

    de la equidad (O'Donnell y Schmitter

    1986: 7-14). De ah que, la renovada insistencia en la

    autonoma

    de la

    poltica quebrant los conceptos acumulativos en general y activ re

    definiciones de las nociones centrales de las ciencias sociales.

    En lo concerniente al populismo ,

    el

    descrdito de las teoras de

    modernizacin y dependencia

    min

    la justificacin terica de las defi

    niciones acumulativas del concepto, as

    como

    las aseveraciones histori

    cistas que yacan bajo estos dos acercamientos que

    se

    volvieron cuestio

    nables: El populismo ya no pudo limitarse solamente a un nivel espec

    fico de movilizacin social nia un tardo desarrollo dependiente

    como

    el de

    una

    economa del ISI (Perruci y Sanderson 1989: 34-36). Mientras

    los enunciados acerca de las bases sociales de la poltica enfrentaban

    una creciente crtica, no tena mucho sentido definir al populismo a

    travs de bases sociales especficas, como

    por

    ejemplo los trabajadores

    organizados (Sanborn 1991: 47,340-349,382). Los acadmicos alinea

    dos con el renovado nfasis en la

    autonoma

    de la poltica, empezaron

    25

  • 7/26/2019 weyland - u 5

    21/45

    a dudar sobre si las estrategias polticas asociadas con el populismo ne

    cesariamente caminaban junto a ciertas polticas econmicas sociales

    Knight 1998: 240-244). De ah que, la crtica contra la modernizacin

    y la teora de la dependencia inspir la revisin de las nociones

    acumu-

    lativas de populismo.

    3 El

    resurgimiento del populismo: definiciones acumulativs, ra-

    diales o clsicas?

    Las nociones acumulativas de populismo que se extienden a di

    ferentes dominios, enfrentan un doble desafo: el resurgimiento del po

    pulismo poltico, al margen del contexto socioeconmico del populis

    mo clsico, y el cuestionamiento terico del estructuralismo socioeco

    nmico. Cmo han respondido los estudiosos del populismo a estos

    problemas tericos y empricos? En particular, cmo han conceptuali

    zado las nuevas experiencias de liderazgo personalista que despliegan

    algunas caractersticas del sndrome del

    populismo

    clsico, mientras

    otras no?, Ha surgido una nueva definicin consensual de populismo,

    o varios autores abarcan diferentes tipos de conceptos? Si el desacuer

    do

    prevalece, qu tipo de definicin es ms til?

    La literatura sobre lderes polticos personalistas de los aos 1980

    y 1990 revela

    una

    fuerte discrepancia

    en

    el uso de la etiqueta populista.

    Mientras algunos autores mantienen el

    compromiso

    con las nociones

    acumulativas, otros buscan adaptar estos conceptos tan complejos, a

    una creciente diversidad de experiencias populistas mediante la redefi

    nicin del populismo como un concepto radial. tros autores, sin em

    bargo, dejan atrs las definiciones de

    dominio

    mltiple, descartan las

    caractersticas socioeconmicas como atributos determinantes del po

    pulismo, conceptualizndolo en trminos polticos y de esta forma

    adoptan un

    concepto clsico.

    a principal controversia se centra en cmo clasificar a los lde

    res personalistas que

    ponen

    en

    marcha

    reformas de mercado y que

    cuentan

    con un

    apoyo popular masivo. Muchos acadmicos -especial

    mente autores

    de

    extraccin marxista-

    asumen

    que

    el

    neoliberalismo

    6

  • 7/26/2019 weyland - u 5

    22/45

    viola los intereses populares y que es por esto excluyente e impopu

    lar. Estos rechazan

    el

    llamar populistas a presidentes tales

    como

    Carlos

    Menem y Alberto Fujimori -

    como

    lderes personalistas que sustenta

    ban su gobierno

    por

    medio de las masas-o Otros acadmicos de diferen

    tes orientaciones tericas apuntan al hecho de que enem y Fujimori

    obtuvieron niveles altos y duraderos de aprobacin popular que cre

    un soporte masivo, crucial para su estrategia de gobierno, y por lo tan

    to estos lderes son calificados como populistas.

    El

    primer

    grupo

    de autores se mantiene comprometido con las

    definiciones ac.umulativas del populismo (Lynch 1999;

    Nun

    1994; Qui

    jano 1998; Vilas 1992-93, 1995). En particular, insisten en polticas eco

    nmicas desarrollistas y nacionalistas y generosos programas sociales

    como atributos indispensables del populismo (Igualmente Drake 1991;

    1999: 63; Mauceri 1997: 900, 909; Gibson 1997: 340). De hecho, Lynch

    (1999), Quijano (1998) y Vilas (1992-93) se adhieren tambin

    al

    es

    tructuralismo econmico.

    Por

    estas razones, critican a los acadmicos

    que clasifican como populistas a Menem, Collor y Fujimori de promo

    ver una distorsin conceptual (l la Sartori 1970).

    Sin embargo, este conservadurismo conceptual subestima

    las

    importantes similitudes del estilo y la estrategia poltica

    entre

    los ver

    daderos populistas y los lderes personalistas que cuentan con elapo-

    yo popular masivo y practican el neoliberalismo. Esto conduce a un

    particularismo excesivo en la formulacin del concepto que en ltima

    instancia parece basarse en

    un

    estructuralismo socioeconmico teri

    camente cuestionable.

    La

    insistencia en los atributos socioeconmicos

    exagera tambin los compromisos polticos sustantivos de los lderes

    populistas. Ms que abarcar programas de desarrollo especficos, inclu

    so los populistas clsicos eran flexibles y oportunistas (Lambert 1969:

    204,208). En Argentina,

    por ejemplo, Juan Pern adopt polticas eco

    nmicas expansionistas a finales de los 40, pero impuso ajustes ortodo

    xos a principios de los 50. Por consiguiente, las definiciones tradiciona

    les de dominio mltiple

    no

    corresponden a la adaptabilidad y al opor

    tunismo

    caractersticos de los lderes populistas.

    27

  • 7/26/2019 weyland - u 5

    23/45

    Por esto muchos autores

    han

    abogado

    por

    una

    innovacin con

    ceptual. En

    una

    contribucin particularmente interesante e importan

    te, Roberts (1995: 88-89) ha redefinido al populismo corno un concep

    to radial. Estipula cinco caractersticas que tradicionalmente

    han

    sido

    asociadas con el populismo, principalmente un liderazgo personalista

    y paternalista ;

    una

    coalicin poltica heterognea y de varias clases ;

    un

    proceso de movilizacin poltica que atraviese las formas de me

    diacin institucionalizadas ;

    una

    ideologa amorfa o eclctica y

    un

    proyecto econmico que utilice mtodos redistributivos o clientelistas

    bien difundidos (Roberts 1995; 88). Mientras la presencia simultnea

    de los cinco atributos caracteriza al populismo

    en su

    mxima expre

    sin, la presencia de algunos -pero no todos- de los

    mencionados

    atri

    butos, establece subtipos disminuidos que tambin caen bajo la rbri

    ca general de populismo.

    Esta reconceptualizacin preserva la naturaleza de dominio

    mltiple del concepto, pero relaja el requerimiento para la coexistencia

    simultnea de diferentes atributos determinantes. De ah

    que

    Roberts

    proponga

    un

    compromiso conceptual que pueda ser aceptable para los

    acadmicos con diferentes

    puntos

    de vista.

    Los

    estructuralistas socioe

    conmicos pueden enfocarse en el rea central, eso es, en los casos en

    que los distintos atributos determinantes coinciden

    en

    sus caractersti

    cas; los acadmicos

    que

    quieran aplicar ms ampliamente el concepto

    pueden invocar los subtipos disminuidos que carecen de algunos de es

    tos atributos.

    No obstante, esta capacidad de los conceptos radiales para aco

    modar

    las diferentes nociones especficas, tambin crea el riesgo de

    perpetuar y legitimar la confusin: Varios autores talvez van a adoptar

    un mismo trmino, pero asociar diferentes significados a l;

    por

    ejem

    plo, tanto Knight -quien defiende

    una

    definicin poltica del populis

    mo (Knight 1998: 226-227)-

    como

    Greskovits -quien aplica

    una

    defini

    cin econmica (Greskovits 1998: 99-10

    1 -,

    someten sus diferentes no

    ciones bajo

    el

    concepto radial de Roberts (Knight 1998: 224, 248; Gres

    kovits 1998: 100). Adicionalmente, la connotacin peyorativa de sub

    tipos disminuidos puede inducir a los acadmicos a la

    bsqueda

    del

    28

  • 7/26/2019 weyland - u 5

    24/45

    rea central en la que coincidan las caractersticas determinantes; as,

    implcitamente van transformando su concepto radial en un concepto

    acumulativo. Por ejemplo, para

    demostrar que

    Fujimori califica

    como

    populista, Roberts (1995:102-108) clasifica los limitados programas

    anti-pobreza adoptados en Per bajo un marco general de ajuste es

    tructural, como populismo econmico. Este esfuerzo para probar que

    Fujimori cumple con todos los atributos determinantes del populismo

    constituye una distorsin conceptual. En suma, los conceptos radiales

    pueden crear ms confusin que claridad.

    Por estas razones, parece aconsejable abandonar las nociones de

    dominio

    mltiple

    -tanto

    las acumulativas como los conceptos radiales

    y redefinir al populismo como

    un

    concepto clsico ubicado en

    un

    nico dominio. Esta reconceptualizacin mejora la claridad al identifi

    car el dominio central del populismo mientras descarta atributos de

    otras s f r s que no son esenciales. Mientras que los conceptos

    acumu

    lativos y radiales requieren que la extensin de una nocin sea delimi

    tada en diferentes dominios y de esta manera creen mltiples conflic

    tos limtrofes , los conceptos clsicos enfatizan un dominio y por lo

    tanto facilitan

    la

    delimitacin de la extensin del populismo . Ms all,

    los conceptos clsicos calzan en un sistema jerrquico de conceptos

    mientras que la relacin entre los diferentes conceptos acumulativos o

    radiales -que crean

    una

    amplia zona gris de instancias imperfectas o

    subtipos disminuidos- es menos clara.

    Para definir

    al

    populismo como un concepto clsico se necesi

    ta primero identificar su dominio principal.

    El

    resurgimiento de viejos

    y nuevos populistas en los 80 dificulta el uso de una ubicacin histri

    ca (ejemplo, el fcil

    151

    como un asidero determinante. De igual ma

    nera, el hecho de que neopopulistas como Garca

    se

    hayan dirigido pri

    mero al sector informal urbano y no al de trabajo industrial, elimina

    cualquier fundamento de clase como base del populismo.

    Por

    consi

    guiente, la poltica socioeconmica o el estilo y la estrategia poltica

    continan siendo los candidatos ms promisorios. Recientes debates

    entre los seguidores de las nociones clsicas, de hecho, se han centrado

    en el popuJismo econmico (Sachs 1989; Dornbusch Edwards

    1991

    29

  • 7/26/2019 weyland - u 5

    25/45

    versus el populismo poltico Knight 1998; Mouzelis 1985; Philip 2000;

    Taguieff 1995; Weyland 1996).

    Qu tipo de definicin es preferible?

    La

    definicin econmica

    . de populismo es confusa para los anlisis polticos porque engloba ba

    jo la misma nominacin a lderes tan diversos como el populista clsi

    co Juan Pern, el neopopulista Alan Garca,

    el

    conservador Jos Sarney

    y

    el

    marxista Salvador Allende Sachs 1989: 17-23; Crtica en Knight

    1998: 241-243).

    Es

    tambin lgicamente cuestionable porque no clari

    fica

    si

    la irresponsabilidad econmica que esta definicin asocia al po-

    pulismo se debe

    al

    diseo o al mero constreimiento. Las polticas eco

    nmicas .expansivas pueden resultar de

    una

    decisin gubernamental

    deliberada, del rechazo parlamentario a

    un

    aumento de impuestos di

    seado para financiar

    un

    gasto adicional, o de

    un

    administrativo inca

    paz de recuperar la elevacin de los impuestos que

    el

    Congreso apro

    b. Dado que

    el

    resultado

    es

    idntico, los tres casos parecen ser de

    po-

    pulismo econmico, pero este sometimiento de diferentes experiencias

    bajo

    el

    mismo concepto es problemtico. .

    Una definicin poltica de populismo

    es

    entonces preferible. s

    ta

    o n ~ e p t u l i z

    al populismo

    como

    la forma especfica de competen

    cia y de ejercicio del poder poltico. A la vez, sita al populismo en la

    esfera de la dominacin y

    no

    de la distribucin. Primero

    y

    principal

    mente, el populismo da forma a patrones de reglamentacin poltica, y

    no a la distribucin de beneficios o prdidas socioeconmicas. Esta re

    definicin poltica captura de

    mejor forma

    el objetivo bsico de los l

    deres populistas, principalmente

    el

    ganar

    y

    ejercer

    el

    poder mientras

    utilizan polticas econmicas

    y

    sociales

    como

    un

    instrumento

    para

    es

    te propsito. Por lo tanto, esta reconceptualizacin est ms acorde con

    el oportunismo de los lderes populistas y la carencia de

    un

    compromi-

    so firme con polticas sustantivas, ideas o ideologas

    9

    .

    Knight 1998.

    La

    naturaleza instrumental del populismp se vuelve evidente en

    el

    caso de Getlio Vargas quien condujo

    un

    gobierno autoritario no populis

    ta desde 1937 hasta 1945 adopt una estrategia populista nicamente cuan

    do enfrent

    un

    fuerte desafo democratizador en

    1945

    busc reconquistar

    el

    poder en la nueva democracia French 1992).

    30

    9

  • 7/26/2019 weyland - u 5

    26/45

    Al

    juntar la retrica anti-lite y desafiar al status quo, el populis

    mo

    descansa en la distincin entre amigo vs. enemigo que

    es

    consti

    tutiva de la poltica (Schmitt 1987: 26-37; Krasner 1984: 224-225). His

    tricamente, surge corno

    una

    promesa del lder

    para

    proteger a la gen

    te de un enemigo pernicioso (Novaro 1989: 96- 97). Originado en

    un

    conflicto real o imaginario, l populismo

    es

    esencialmente poltico y

    por lo tanto, es mejor definido en trminos polticos.

    III. Una redefinicin poltica del populismo

    1 La dimensin ampliada genus) del populismo

    Las

    definiciones clsicas utilizan

    un

    acercamiento sistemtico y

    jerrquico que empieza por identificar la dimensin

    ampliada

    de un

    concepto Genus). Cul

    es

    el genus del populismo? Algunos autores

    conceptualizan al populismo corno un estilo poltico (Knight 1998:

    226,233; Taguieff 1995: ; Viguera 1993: 53,62 ; otros ven a ste corno

    una estrategia poltica (Ducatenzeiler, Faucher Castro Rea 1993: 175;

    Weyland 1996: 5). Un estilo poltico denota la forma de hacer polti

    ca y enfatiza los aspectos expresivos del populismo, incluyendo su dis

    curso. Sin embargo, el

    estilo poltico

    es muy

    amplio,

    no es un

    concep

    to claramente delimitado:

    muchos

    lderes a los cuales algunos de los in

    vestigadores

    no

    clasificaran corno populistas (tal corno Jos Sarney en

    Brasil), ocasionalmente imitan, elementos del estilo populista, especial

    mente en campaas electorales. Entonces, al definir el populismo corno

    un

    estilo poltico, se arroja una red conceptual que es demasiado

    am-

    plia y que

    no

    permite una clara delimitacin de los casos.

    Por el contrario, una estrategia poltica se enfoca en los mto

    dos y los

    instrumentos

    para ganar y ejercer l poder, el sustento de la

    reglamentacin poltica. Las estrategias polticas estn caracterizadas

    por

    la principal base

    de poder

    (Anderson 1967: 89- 101) que el actual

    gobernante o lderes que aspiran a ser gobernantes despliegan. Una es-,

    trategia poltica est entonces mejor delimitada que un estilo polti

    co : sta engloba nicamente a los lderes que basan su dominacin en

    cierta base

    de poder no

    a aquellos que ocasionalmente utilizan esta

    base de poder.

    3

  • 7/26/2019 weyland - u 5

    27/45

    Los actores polticos

    pueden

    hacer uso de diferentes estrategias

    para ganar y mantenerse en el poder del gobierno. Una simple clasifi

    cacin distingue tres tipos de actores polticos -individuales, grupos in

    formales y organizaciones formales- y dos bases de

    poder

    fundamenta

    les, principalmente nmeros (como aquellos demostrados en votos,

    encuestas electorales y encuentros masivos) y el peso especial, particu

    larmente recursos socioeconmicos o la coercin militar (Weyland

    1995: 128-129). La interseccin de estas dos dimensiones d lugar a un

    variedad de estrategias polticas y de tipos de gobierno.Por ejemplo, ba

    jo el caudillismo, un individuo basa su orden miento en el poder mili

    tar; en

    un

    oligarqua,

    un grupo

    informal

    domin nte se

    apoya en el pe

    so econmico y en el prestigio social.

    El

    populismo emerge

    cu ndo

    un

    lder individual (personalista) utiliza el apoyo de la gr n masa pobla

    cional

    como la

    base de su sustento poltico.

    Tabla 1: Estrategias de Gobierno

    (Tipo de gobernante, base principal de poder y

    la

    relacin

    del gobernante con su

    b se

    de apoyo)

    TIPO

    C P CID D PRINCIPAL DE PODER

    RELAClON DEL

    GOBERNANTE

    CON LA B SE DE

    POYO

    Peso Especial

    DE

    GOBERNANTE

    Nmeracin Recursos

    o i o ~

    Econmico

    Coercin

    Militar

    Individual Populismo Patrimonialismo Caudillismo

    Fluida y

    Desorganizada

    Grupo Informal

    Clientelismo Oligarqua

    Gobierno

    por

    Faccin Militar

    Lazos informales

    Firmes

    Organizacin Formal Partido de

    Gobierno

    CorJXlratilllsmo

    Gobierno

    por

    Institucin Militar

    Vnculos Organiza-

    cion les

    Estables

    Nota: Las columnas derecha e izquierda

    se

    refieren a la misma

    dimensin

    pero

    se

    nfocan

    en diferentes ngulos

    2

    na definicin sistemtica de populismo

    El

    populismo emerge cu ndo

    un

    lder individual busca o ejerce

    el

    poder

    gubernamental basndose en el apoyo de un gran nmero de

    seguidores (Weyland 1995: 128-130). De ah que, las elecciones, los ple

    32

  • 7/26/2019 weyland - u 5

    28/45

    biscitos, las demostraciones de masa y los actuales escrutinios de opi

    nin, sean los instrumentos cruciales con los cuales los lderes populis

    tas movilizan y demuestran la base de poder que los distingue. Los as

    pirantes populistas buscan con urgencia el apoyo de grandes masas de

    sorganizadas para acceder al poder gubernamental; y los presidentes

    populistas constantemente invocan

    el

    apoyo masivo para incrementar

    su propia influencia

    y

    para destruir las bastiones institucionales de sus

    oponentes.

    En situaciones de crisis, en las cuales los lderes populistas en

    frentan la amenaza de perder el poder, se vuelve ms evidente el que el

    respaldo de

    un

    gran

    nmero

    de ciudadanos comunes es el fundamen

    to

    esencial del populismo. Cuando los lderes se sienten presionados,

    invocan

    y

    de esta forma revelan-la

    ltima ratio

    del populismo: el apo

    yo masivo. Por ejemplo, el desbordante apoyo a Juan Pern el17 de Oc

    tubre de 1945 fue el

    momento

    crucial del populismo Peronista. Alber

    to Fujimori estableci su predominio en la poltica peruana y control

    a sus aliados -especialmente militares- mediante la impresionante ad

    quisicin de alta popularidad con

    su

    autogo pe en Abril de 1992 y su

    posterior desempeo presidencial. Rafael Caldera

    de

    Venezuela

    1994-1999) sali victorioso de

    un

    peligroso conflicto constitucional

    luego de amenazar con llamar a

    un

    plebiscito, el mismo que estaba

    prcticamente ganado debido a su gran popularidad Philip 1998: 84).

    y Fernando ColIor invoc los 35 millones de votos

    que

    gan en la elec

    cin presidencial de 1989 cuando

    enfrent graves acusaciones de co

    rrupcin

    en 1992

    1

    ; pero los partidarios de Collor haban desapareci

    do

    y

    l sufri

    una

    infame acusacin y remocin de la silla presidencial.

    Todos estos casos muestran que el populismo descansa

    primera

    y prin

    cipalmente en el apoyo masivo de la poblacin.

    10

    Al

    contrario,

    el

    Presidente Clinton de los Estados Unidos no invoc demostra

    ciones de masa. ni llam a

    un plebiscito cuando enfrent procedimientos in-

    criminatorios en 1998; de igual manera, cuando la Asamblea Constituyente del

    Brasil intent reducir los poderes presidenciales en

    987

    - 88, el afectado Jos

    Samey

    no

    apel a las masas sino a los polticos c1ientelistas v a los militares.

  • 7/26/2019 weyland - u 5

    29/45

    El apoyo de la masa popular puede tener diferentes niveles de or

    ganizacin e institucionalizacin. Dado que bajo el populismo, el go

    bernante es un individuo -un lder personalista- la conexin entre l-

    der y seguidores se basa principalmente en el

    contacto

    directo y casi

    personal y no en

    la

    mediacin organizativa.

    Al

    contrario, cuando el

    apoyo masivo est garantizado a travs de estructuras institucionales

    formales, el gobernante efectivamente es parte de

    una

    organizacin,

    usualmente un partido establecido; y cuando un grupo no organizado

    formalmente gobierna delineando el apoyo de un gran nmero de per

    sonas, los seguidores estn ligados a los lderes a travs de extensas y

    duraderas redes clientelistas

    .

    En lugar de una fuerte organizacin

    provista por un partido institucionalizado y con conexiones estables fi-

    jadas por medio de lazos clientelistas, la relacin entre lderes populis

    tas y

    el

    electorado es fluida y

    no

    institucionalizada.

    La

    lealtad de los se

    guidores puede evaporarse rpidamente si l lder falla al llenar las ex

    pectativas populares; este declive en la popularidad amenaza al funda

    mento del gbierno populista y puede catalizar su colapso.

    Para compensar la fragilidad del apoyo de masa, los lderes po

    pulistas buscan crear conexiones particularmente intensas con sus par

    tidarios. Lograr tal intensidad requiere carisma

    12,

    el cual en la era de la

    soberana popular significa una capacidad sobrenatural de represen

    tar y gobernar al pueblo , de rescatarlo de la adversidad y guiarlo al

    progreso. Por consiguiente, los lderes populistas demuestran constan

    temente su cercana al pueblo y estimulan la identificacin popular

    con su liderazgo. Ellos buscan contacto cara a cara con la masa, hoy en

    da a travs de la televisin;

    tambin

    actan

    en

    formas

    que

    personifi

    quen y vivan los sueos del hombre comn (De la Torre 2000); as

    mismo prometen incluir a la gente comn que largamente ha sido re

    chazada,

    en

    la corriente principal del desarrollo y protegerla de fuerzas

    Para

    Ja

    diferencia entre popuJismo c1ientelismo, ver especialmente a Mouze

    lis

    (1985).

    2

    Por

    Jo

    tanto,

    eJ

    carisma tiende a ser una caracterstica emprica de

    Jos

    lderes

    populistas, pero no es un requisito determinante.

    4

  • 7/26/2019 weyland - u 5

    30/45

    siniestras e implantar en sus seguidores

    un

    sentido de misin, para

    transformar el status quo y trascender los confines del marco institu

    cional establecido, a fin de encontrar la emancipacin bajo su gua re

    dentora (Novaro 1996). De esta manera, los lderes populistas utilizan

    la potencia del carisma para mantener su base de seguidores constan

    temente fluida.

    Sin embargo, para consolidar su gobierno, muchos lderes

    popu-

    listas eventualmente buscan hacer de su carisma una rutina (Weber

    1976: 142-148, 661-687) Y solidificar la masa de seguidores introdu

    ciendo elementos de organizacin partidaria o clientelar. La relacin si

    gue siendo populista en la medida que el partido tenga bajos niveles de

    institucionalizacin y deje al lder

    un

    espacio amplio para moldear y

    dominar la organizacin del mismo (Ver Panebianco 1988: Cap. 8); y

    en tanto la distribucin clientelista de beneficios sea un instrumento de

    demostracin de inters personal del lder hacia sus seguidores y de

    una capacidad sobrenatural para resolver problemas (De la Torre

    2000; Mayorga 1998: 122-124). Pero cuando

    se

    consolida la organiza

    cin del partido, y de esta forma se constrie la libertad del lder, cada

    vez ms fuertemente, convirtindolo

    en

    un funcionario del partido, o

    cuando el clientelismo transforma la relacin del lder y sus seguidores

    en

    un intercambio puramente pragmtico, la dominacin poltica ba

    sada en direccional apoyo de

    un

    gran

    nmero

    de seguidores eventual

    mente puede perder su carcter populista

    3

    . De ah que

    el

    xito polti

    co transforme al populismo en un tipo diferente de gobierno que des

    cansa en estrategias

    no

    populistas

    14

    .

    Por lo tanto, el liderazgo populis

    tatiende

    a ser transitorio; ste puede fallar o

    si

    es exitoso- trascender

    se a s mismo.

    3 Esto sucedi en el Partido Socialista chileno (Drake 1978) yen el Partido Re

    volucionario Institucional mexicano.

    4 Pero dadas las memorias_duraderas del perodo de fundacin,

    el

    mantenimien

    to del discurso y del ritual populista, y la preservacin del liderazgo circunstan

    cial, la organizacin pos- populista resultante es susceptible de revivir el popu-

    lismo as como se demostr en

    el

    caso mexicano

    por

    medio del

    p o p u l s m o

    tar

    do del Presidente Luis Echeverra. (1970 76).

    5

  • 7/26/2019 weyland - u 5

    31/45

    La discusin de diferentes tipos de gobierno sugiere

    que

    el popu-

    lismo es mejor defimdo como una estrategia poltica a travs de

    la

    cual los

    lderes persona/istas buscan o ejercitan el poder de gobierno basados en

    l

    apoyo directo no mediado m institucionalizado de un gran

    nmero

    de se-

    guidores que son pnncipalmente desorganizados. Esta relacin directa y

    quasi-personal sobrepasa las organizaciones intermediarias estableci

    das o erosiona su mstitucionalizacin y las subordina al deseo del lder.

    Muchos de ~ seguidores carecen de lazos institucionalizados hacia el

    lder y por consigUiente, constituyen una masa desorganizada

    en

    la are

    na poltica

    e):

    Estado-Nacin)

    donde

    el lder los llama con sus apelos

    populistas

    inclu1>o

    SI estos participan en organizaciones a nivel local).

    Un lder carismatICo gana

    un

    amplio apoyo, difuso pero intenso

    por

    parte de dicha masa desorganizada representando a la gente que se

    siente excluida o marginada de la poltica nacional y prometiendo res

    catar a esta gente de las crisis, las amenazas y los enemigos.

    El

    lder re

    curre a la gente para que colabore

    en

    su esfuerzo heroico

    para

    regene

    rar a

    la

    nacin, combatir a los grupos privilegiados que defienden inte

    reses especiales y transformar las corruptas instituciones establecidas.

    3

    ubtipos de popuLismo

    Despus de elaborar una definicin mnima de populismo co

    mo un concepto clsico, la ltima labor es descender un nivel

    en

    la es

    calera de la abstraccin y distinguir diferentes subtipos.

    Dado

    que elli

    derazgo populista descansa en el apoyo masivo, el populismo tiene dos

    versiones, dependiendo de si sus seguidores tienen un nivel

    muy

    rudi

    mentario de organizacin o estn completamente desorganizados.

    Es-

    tas variantes corresponden, ms o menos pero de ninguna manera

    perfecta- al populismo clsico de los aos

    30

    hasta los 60 y al neopopu-

    lismo de los aos 80 y 90. La variante

    que

    emerja depende de dos fac

    tores principalmente, de la saturacin organizativa del sistema poltico

    y de los instrumentos principales del lder para movilizar a sus segui

    dores y demostrar su apoyo masivo.

    En sistemas polticos

    con

    bajo nivel de institucionalizacin

    por

    ejemplo

    en

    las tempranas fases de participacin masiva- gran

    parte

    de

    36

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    32/45

    los posibles seguidores del lder populista

    nunca

    han participado en

    una organizacin a nivel nacional. Por lo tanto los lderes populistas

    pueden promover la incorporacin inicial de esta gente (Collier y Co

    llier

    1991).

    Bajo estas circunstancias, los populistas crean organizacio

    nes (pero las mantienen bajo un control personal, limitando severa

    mente su institucionalizacin). Por el contrario, en sistemas polticos

    organizativamente saturados, los lderes populistas surgen

    adoptando

    tcticas anti- organizacionales. Los lderes recurren a la gente que des

    confa de los part idos establecidos y de los grupos de inters y ofrecen

    un canal diferente - el liderazgo personalista- para representar sus in

    tereses.

    os

    lderes neopopulistas surgen

    en

    sistemas con organizacio

    nes polticas dbiles, con partidos fragmentados, y deliberadamente de

    bilitan las organizaciones intermediarias establecidas y se rehusan a

    transformar sus propios vehculos electorales en partidos organizados

    (ej. Collor y Fujimori). En sistemas de partidos ms consolidados, los

    cuales bloquean el aparecimiento de candidatos anti-partidistas, los l

    deres neopopulistas emergen por medio de la toma de partidos de ori-

    gen populista, quebrantando el aparato partidista establecido y subor

    dinando estas organizaciones dbilmente institucionalizadas a su con

    trol personal (ej. Garca y Menem).

    os

    instrumentos disponibles de movilizacin y demostracin

    de apoyo masivo condicionan tambin el tipo de populismo que emer

    ge. Ciertamente, los votos en las elecciones o los plebiscitos son los me

    dios ms importantes para probar el apoyo de la gente . Sin embargo,

    las elecciones y los plebiscitos

    no

    se llevan a cabo con frecuencia y

    no

    pueden

    ser

    programados

    a voluntad.

    Dada

    la naturaleza precaria de su

    organizacin, los lderes populistas necesitan instrumentos para de

    mostrar su amplio apoyo en cualquier

    momento

    Tradicionalmente, los

    encuentros pblicos cumplen esta funcin. Para movilizar a cientos de

    miles de seguidores los lderes populistas necesitan algunos ncleos de

    apoyo organizado, especialmente un cuadro de activistas. Por consi-

    guiente, los populistas clsicos construyen organizaciones (pero las

    mantienen bajo control personal).

    7

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    33/45

    Durante las ltimas dos o tres dcadas, sin embargo, el avance de

    las indagaciones sistemticas de opinin ha devaluado los encuentros

    de masas y los ha hecho menos tiles para demostrar

    el

    respaldo popu

    lar. Dado que

    las

    encuestas miden las actitudes de una porcin repre

    . sentativa de

    la

    poblacin, stas son ms efectivas para determinar la

    voluntad del pueblo que los encuentros masivos, los cuales sacan a flo

    te a los activistas auto-seleccionados y a sus seguidores, mientras dejan

    a la mayora silenciosa al margen. La encuesta de opinin mide el in

    ters general mientras que las demostraciones se han convertido en

    instrumentos de medicin de intereses especiales ; a la vez que, los l

    deres populistas tienen menos control sobre los resultados de los escru

    tinios que sobre las masas, las indagaciones son menos costosas y ms

    fciles de conducir. En la era del escrutinio los lderes populistas tienen

    entonces una menor necesidad de un base organizativa.

    a

    descomunal difusin de la televisin ha disminuido tambin

    la necesidad de organizacin; a travs de la televisin los lderes popu

    listas alcanzan directamente a sus seguidores y establecen contacto qua

    si personal con millones de personas simultneamente (ej: Grompone

    1998: 17-26). Mientras la radio jugaba un rol similar para los populis

    tas clsicos (Conniff 1999: 10), la televisin es

    un instrumento mucho

    ms poderoso para proyectar el liderazgo carismtico. Siendo as, los

    medios de comunicacin modernos han disminuido considerablemen

    te el inters de los populistas en la mediacin organizativa.

    Por estas razones, el neopopulismo est n menos instituciona

    lizado que el populismo clsico; ste adopta una postura ms anti-or

    ganizacional, alcanza a los seguidores en la esfera privada y depende de

    las respuestas individuales de ciudadanos individuales a encuestas de

    opinin y no de las manifestaciones colectivas del pueblo en la esfera

    pblica. La volont des tous ha reemplazado a la volont gnr le como

    base de la legitimidad plebiscitaria del populismo.

    El

    neopopulismo es

    por lo tanto menos movilizacional, transformador y redentor que el

    populismo clsico y su carcter incluyente es ms simblico que efecti

    vo Pero apelando a toda la ciudadana y estableciendo la voluntad de

    la gente a travs de votos y de respuestas a escrutinios, el neopopulis

    8

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    34/45

    mo se vuelve ms representativo que

    el

    populismo clsico y ms com

    patible con la democracia liberal (Novaro 1998: 35-43). Y de acuerdo a

    mi redefinicin, la misma que se enfoca en el liderazgo personalista con

    un apoyo masivo en su mayor parte desorganizado, el neopopulismo

    no

    es

    de

    modo

    alguno un subtipo disminuido de populismo; al contra

    rio, debido a su bajo nivel de institucionalizacin, es

    an

    ms populis

    ta que el populismo clsico

    en

    trminos de estrategia poltica.

    IV

    Utilidad de la redefinicin

    La

    presente redefinicin de populismo en trminos polticos es

    til para analizar la poltica latinoamericana contempornea. Por sobre

    todo, sta esclarece importantes fenmenos que de otra manera conti

    nuaran inexplicables. Por ejemplo, mi nfasis en el apoyo masivo no

    institucionalizado, como base del gobierno populista, ayuda a describir

    los dramticos incrementos y declives de varios lderes polticos de la

    dcada de los 80 y 90, tales como Alan Garca y Fernando Collor. Estos

    polticos personalistas disfrutaron de

    una

    sorprendente popularidad y

    encabezaron grandes golpes polticos al inicio de sus perodos, pero r

    pidamente perdieron apoyo cuando tuvieron que enfrentar problemas

    econmicos serios. An ms impresionante

    es el

    que tres presidentes

    que calzan en mi definicin de populismo -Collor, Abdal Bucaram y

    Carlos Andrs Prez de Venezuela (1989-1993)- fueron removidos de

    sus funciones antes del final de sus perodos, mientras presidentes no

    populistas que cometieron actos similares o peores, terminaron sus go

    biernos sin problema (Weyland 1998: 117-119).

    La

    falta de

    un

    apoyo

    organizado firme hizo a estos lderes polticamente vulnerables

    en

    pe

    rodos de adversidad. Centrando la atencin en

    la

    insegura base de

    apoyo de estos presidentes, la redefinicin hecha de populismo esclare

    ce su destino poltico.

    Esta redefinicin muestra tambin casos sorprendentes de xito.

    poltico y continuidad;

    por

    ejemplo, el Presidente Menem gobern

    manteniendo la lealtad de las masas, incluyendo

    el

    apoyo de muchos

    sectores del movimiento Peronista, mientras deshaca el proyecto so

    cioeconmico del Peronismo tradicional. Los acadmicos que definen

    9

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    35/45

    al populismo bajo caractersticas socioeconmicas y

    por

    lo tanto con

    trastan las polticas nacionalistas, expansionistas y redistributivas eje

    cutadas

    por

    Juan Pern y

    el

    programa neoliberal de Menem

    no

    pueden

    describir fcilmente su xito poltico.

    l

    contrario,

    mi

    definicin, resal

    . ta la naturaleza flexible y dbilmente institucionalizada del movimien

    to Peronista (McGuire 1997), lo cual provee de una mayor libertad pa

    ra el

    resurgimiento de

    un

    liderazgo personalista y predispone a

    la

    in

    corporacin de partidarios Peronistas para seguir a su nuevo lder.

    Es-

    ta redefinicin captura tambin

    la

    flexibilidad y adaptabilidad del po

    pulismo,

    la

    cual invoca Menem para su beneficio poltico argumentan

    do

    que Pern

    el

    fundador del partido- hubiera aplicado las mismas

    polticas si

    l

    hubiera enfrentado la profunda crisis econmica que

    Menem atraves (Menem en Baizn 1993: 21).

    Fundamentalmente, mi redefinicin del populismo ayuda prin

    cipalmente a entender uno de los hechos ms contradictorios en Lati

    noamrica: la frecuente convergencia de polticas populistas y medidas

    econmicas neoliberales (Weyland 1996). Especficamente, esta defini

    cin poltica da a conocer las afinidades importantes y las tensiones in

    negables entre los lderes polticos personalistas y sus consejeros econ

    micos orientados al mercado. En cuanto a

    las

    afinidades, las tcticas

    populistas fueron cruciales para garantizar

    el

    apoyo popular necesario

    por

    1

    menos el consentimiento- para las dolorosas y arriesgadas re

    formas neoliberales.

    Los

    lderes personalistas lograron resguardar su

    respaldo combatiendo las severas crisis y protegiendo a la vez a la gen

    te

    comn

    del peligro del total colapso econmico y poltico. A travs de

    sus valientes esfuerzos, demostraron carisma,

    el

    cual intensific su lazo

    con su desorganizada base de apoyo.

    Ms an, la orientacin anti status

    quo

    del populismo, que sur

    ge

    del esfuerzo de los lderes populistas para incitar

    el

    apoyo de

    la

    ma

    sa

    desorganizada atacando a los enemigos declarados del pueblo ,

    mincide con los esfuerzos ejecutados

    por

    los expertos neoliberales, los

    cuales buscaban transformar

    el

    modelo de desarrollo establecido. Para

    romper la resistencia a las costosas reformas de mercado, estos exper

    tos difamaban a sus oponentes tachndolos de defensores egostas de

    40

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    36/45

    privilegios especiales y de esta manera invocaban una lnea de argu

    mentos tpicamente populistas.

    a

    declaratoria de los lderes persona

    listas hacia progresar para el bien comn': tambin ayud a legitimar

    las reformas de mercado, las cuales traeran sufrimiento a corto plazo

    pero beneficio a largo plazo.

    Mi redefinicin de populismo tambin explica la tensin entre

    los lderes personalistas y

    los

    expertos neoliberales, como se evidencia

    ra en la difcil relacin del Presidente Menem y el Ministro de Econo

    ma Domingo CavaBo en Argentina y en la del Presidente Fujimori con

    el

    Ministro de Economa Carlos Boloa en Per. Actuando con flexibi

    lidad y

    el

    oportunismo tpicos de los lderes populistas, Menem y Fuji

    mori o se comprometieron enteramente con el neoliberalismo; a ellos

    no les gustaban los constreimientos que tal conversin ideolgica im

    plicara y en su lugar buscaron preservar y mejorar su propia autono

    ma y poder (CavaBo 1997: 273-275; Boloa 1993: vii - ix, 202). Para

    este propsito, deban mantener

    el

    apoyo masivo, base crucial de su go

    bierno. Por consiguiente, se desviaron de los principios neoliberales y

    promovieron su conveniencia poltica ejecutando nuevos programas

    sociales y comprometindose en aumentos imprudentes del gasto

    pblico antes de elecciones cruciales.

    En suma, mi redefinicin poltica de populismo ayuda a enten

    der la relacin cercana, pero tensa entre expertos econmicos neolibe

    rales y los lderes polticos personalistas que guan a las masas. As, es

    ta reconceptualizacin facilita el

    anlisis de este nuevo fenmeno im

    portante en la poltica de Latinoamrica, que otras conceptualizaciones

    han dilucidado con dificultad.

    Conclusin

    Este ensayo busca aclarar el vago y cuestionado concepto de po

    pulismo, analizando las definiciones acumulativas, radiales y clsicas

    existentes en la literatura de las ciencias sociales. Un acuerdo mnimo

    en

    el

    tipo de conceptualizacin y en

    el

    contenido de una definicin de

    trminos

    es

    importante para facilitar la comunicacin acadmica,

    el

    4

  • 7/26/2019 weyland - u 5

    37/45

    debate, la crtica, as como la acumulacin de conocimiento. En parti

    cular, el situarse en un campo conceptual comn forza a los autores a

    tomar

    seriamente

    la

    evidencia potencialmente discordante, ms que a

    desecharla,

    apuntando

    a las diferencias conceptuales. Por estas razones,

    la explicitacin de los debates determinantes, realizan una importante

    contribucin al progreso acadmico.

    Como

    la discusin precedente lo demuestra, los conceptos acu

    mulativos y radiales del populismo, que estipulan la presencia simult

    nea de atributos de diferentes dominios, adolecen de problemas teri

    cos y empricos, en tanto tienden hacia

    l

    estructuralismo socioecon

    mico y

    se

    les dificulta delimitar la extensin del populismo verdadero .

    s

    mismo, la proliferacin de nuevos tipos de liderazgo personalista ha

    reducido la coincidencia entre los diferentes atributos estipulados por

    las definiciones acumulativas y radiales y la extendida zona gris de sub

    tipos disminuidos.

    Por lo tanto, defiendo

    una

    redefinicin del populismo

    como

    un

    concepto clsico enfocado en la poltica. Ubicando

    al

    populismo en

    un

    nico dominio, esta reconceptualizacin deja abierta a la investiga

    cin emprica la relacin entre factores polticos y socioeconmicos, en

    lugar de estipularlos

    priori El

    enfoque hacia un nico dominio mini

    miza tambin los conflictos limtrofes y de esta manera facilita la clara

    delimitacin de la extensin del populismo. Finalmente, la reconcep

    tualizacin

    como

    un concepto clsico sita al populismo en

    un

    siste

    ma jerrquico de conceptos, lo cual facilita la comparacin y el con

    traste.

    El

    populismo es mejor definido como:

    una

    estrategia poltica

    que

    se

    caracteriza por la base de poder que un cierto tipo de gobernan

    te utiliza como la base principal de su sustento poltico. Bajo el popu

    lismo, el gobernante

    es

    un individuo

    un

    lder personalista-, y

    no un

    grupo u organizacin.

    En

    referencia a las bases de poder, el populismo

    descansa en los nmeros y

    no

    en

    una

    influencia especial.

    El

    populismo

    emerge

    cuando

    los lderes personalistas basan su gobierno en la masa,

    que es en su mayora

    un

    apoyo no institucionalizado de

    un

    gran

    nme-

    4

  • 7/26/2019 weyland - u 5

    38/45

    ro de gente. Esta definicin "mnima" engloba tanto a los populistas

    clsicos de 1930 hasta 1960 como a los neopopulistas de 1980 y 1990

    15

    .

    Esta definicin enfatiza la racionalidad central del populismo la bs

    queda de

    poder

    poltico- pero deja abierto

    para

    la investigacin emp

    rica la asociacin de la estrategia poltica populista con una composi

    cin social, un

    entorno

    econmico y polticas socioeconmicas espec

    ficos. De esta forma, esta redefinicin poltica corresponde a la flexibi

    lidad y oportunismo

    de los lderes populistas.

    Esta redefinicin se inspira en los desarrollos tericos, especial

    mente el cuestionamiento

    al

    estructuralismo socioeconmico y el res

    tablecimiento de la

    autonoma

    potencial de la poltica.

    La

    otra

    motiva

    cin principal

    se

    origina en el surgimiento de nuevos tipos de gober

    nantes personalistas quienes comparten muchas caractersticas polti

    cas con los populistas clsicos, pero que difieren en otros atributos. De

    manera que las revelaciones de la realidad emprica, las cuales reducen

    la coincidencia entre los atributos de las definiciones de dominio ml

    tiple, llaman a una reconceptualizacin del populismo. Respondiendo

    a estos cambios en "el

    mundo

    real", el presente anlisis difiere de

    un

    no

    minalismo puro (similar a Sartori 1984) y abarca

    un

    pragmatismo con

    ceptual. Obviamente, los acadmicos pueden definir los conceptos en

    cualquier forma, pero

    el

    que tales estipulaciones sean tiles para la in

    vestigacin emprica,

    es una

    cuestin diferente. Desde mi perspectiva,

    esta es la cuestin central.

    Como

    se sugiere en la seccin

    IV

    la presen

    te redefinicin del populismo

    es

    til para investigar el rico y fascinante

    universo de los movimientos populistas.

    Ms all de calificar la nocin del populismo, este ensayo tiene

    un

    propsito ms general: argumentar a favor del uso de los conceptos

    clsicos. Muchos autores han dudado que el objetivo de los conceptos

    clsicos -especialmente una delimitacin clara de la extensin, la con

    sistencia y la parsimonia del contenido, y la ubicacin s i s ~ m t i en

    ]5 Pero esta excluye a los partidos organizados con que no tienen lderes persona

    listas predominantes, tal como Accin Democrtica en Venezuela. desde 1960

    4

  • 7/26/2019 weyland - u 5

    39/45

    una estructuralerrquica de conceptos- sea factible o apropiada para

    las ciencias sociales (recientemente Gerring 1999: 363-364). La nocin

    de populismo, particularmente confusa cuestionada, parece consti

    tuir

    el

    caso ms apropiado para confirmar esta posicin crtica.

    Sin

    embargo, la presente redefinicin de populismo arroja dudas sobre

    es-

    te escepticismo sugiere que la categorizacin clsica es, de hecho, una

    va

    factible prometedora para las ciencias sociales.

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