wall, j. - señales de indiferencia

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  • 8/16/2019 Wall, J. - Señales de indiferencia

    1/20

    J FF

    W LL

    la ilusión elemental

    de

    la fotografía; la ilusión de

    que

    algo estaba

    en

    el

    mundo

    y

    que

    la fotografía

    es

    su huella. En la fotografía, apa-

    rece

    la

    poesía s in atr ibutos , anónima, del

    propio mundo

    probable-

    mente por

    primera vez.  a belleza

    de

    la fotografía está enraizada

    en

    el gran coll ge

    que

    es la vida cotidiana, una combinación

    de

    cosas

    absolutamente concretasy específicas creadas

    por nadie

    y

    por

    todos,

    todo lo cual se pone a nuestra disposición

    una

    vez unificado en una

    imagen. Hay

    una

     voz ahí,

    pero

    no

    puede

    atribuirse a

    un

    a utor o a

    un

    orador, ni siquiera al fotógrafo.

     a

    cinematografía toma esto

    de

    la

    fotografía,

    pero

    vuelve a convert ir lo

    en una

    cuestión

    de

    autoría.

    Alguien es

    entonces responsable

    de

    la

    mise en sdme

    y ese alguien

    pretende ser t odos , o ser anónimo, en la medida en

    que

    la escena

    es verosímil , y

    en

    la medida en

    que

    la imagen parece

    una

    foto-

    grafía.  a cinematografía es algo muy similar al ventriloqubmo.

    Título original; Arielle Pélenc in dialoguewith]effWall , en]elf all l hatdon Books,

     Lbndres, 1996, pp. 8·23.

    Traducción; Antonio Fernández

     era

    274

     Señales de indiferencia .

    Aspectos

    de

     a fotografía

    en  

    arte

    conceptual o como arte conceptual

    Este

    ens ayo es u n

    esbozu, una tentativa

    de

    estudiar las distintas

    maneras mediante las

    que

    la fotografía se convirtió

    en

    objeto

    de

    atención

    por

    parte

    de

    los artistas conceptuales, consagrándose

    como

    forma

    moderna

    de arte t r ~ los experimentos

    de

    los

    años

    1960 y

    1970.  l arte conceptual desempeñó

    un

    papel importante

    en

    la evo-

    lución

    de

    los t érminos y las condiciones mediante los

    que

    la foto-

    grafía artística

    se

    de fin ía a sí misma y

    en

    su relación con las otras

    artes, transformación qm convirt ió a la fotografía

    en

    una forma

    moderna i n s t i t u i o n l i z d ~ l

    que

    evoluciona explícitamente a través

    de

    la dinámica de la autocrítica.

    Naturalmente, la relación

    de

    la fotografía

    con

    la pintura y la escul -

    tura modernas no nació en los años sesenta ; ya había s ido primor-

    dial

    para

    la

    producción

    y el discurso art ís ticos

    de

    los

    años

    veinte.

    Pero, par a la generación de los sesenta, la fotografía art ís tica per-

    manecía excesivamente enraizada

    en

    las tradiciones pictóricas del

    arte moderno. Vivía

    una

    existencia marginal, de una

    serenidad

    irri-

    tante,

    que

    la mantenía a distancia del drama intelectual del vanguar-

    dismo, al t iempo

    que

    reivindicaba

    un

    lugar destacado, o incluso,

    definitivo, dentro

    de

    éste.

     os

    artistas más jóvenes querían alterar este

    orden, desarraigar y radical izar el medio, y así lo hicieron, mediante

    el recurso más sofisticado

    que

    tenían al alcance

    en

    aquel momento:

    la autocrí tica del arte asociada a la tradición vanguardista. Su enfo-

    que

    insinuaba que la fotografía todavía

    no

    se había convertido en

    275

  • 8/16/2019 Wall, J. - Señales de indiferencia

    2/20

    JEFF W

    vanguardia en 1960 ó 1965, a pesar

    de

    los adjetivos

    que

    se le habí

    an atribuido irreflexivamente. Todavía

    no

    había llevado a cabo

    el

    auto

    den-ocamiento o deconstrucción

    que

    las otras artes habían establecido

    como algo fundamental para su desan-ollo y su amor propio.

    A través

    de

    est a autocrít ica, la pintura y la escul tura se habían dis

    tanciado

    de

    la

    práctica

    de

    la

    descripción figurativa que, histórica

    mente, había constituido la

    base de

    sus valores sociales y estéticos.

    Aun

    cuando

    ya

    no podemos

    aceptar

    la

    afirmación

    de que

    el alte abs

    t racto ha ido más allá de la representación o

    de

    la descripción figu

    rativa, es cierto que aquellos avances añadían algo nuevo al corpus

    de formas artísticas posibles en el marco

    de

    la cultura occidental. En

    la primera mitad

    de

    los años sesenta, el minimalismo fue decisivo al

    volver a

    poner sobre

    el tapete

    como

    tema central,

    por

    primera vez

    desde

    los años treinta, el problema general

    de

    cómo una obra de arte

    validarse a sí misma como objeto

    entre

    todo el rest,) de obje

    tos del mundo . Bajo el régimen

    de

    la representación figurativa,

    es

    decir,

    en

    la his toria del arte occidental antes

    de

    1910,

    una

    obra

    de

    arte era

    un

    objeto cuya validez como

    obra de

    arte residía

    en

    ser, o

    en mostrar, una descripción figurativa. Al desan-ollar propuestas

    alternativas para un arte más al lá

    de

    la descripción figurativa, el

    arte tenía

    que responder a la sospecha de que carentes

    de

    esta fun

    ción descriptiva o figurativa, los objetos artísticos

    eran

    arte sólo

    por

    su

    nombre

    y

    no por

    su mater ia, forma o función . El arte

    se

    proyec

    tó hacia adelante,

    conservando

    sólo el

    encanto de

    su

    nombre

    tradi

    cional y

    adentrándose consecuentemente en la

    compleja etapa

    de

    la

    búsqueda infatigable de

    un

    terreno alternativo

    de

    validez. Esta fase

    continúa, y debe continuar.

    La fotografía, a diferencia

    de

    otras bellas artes,

    no

    puede encontrar

    alternativas a la descripción figurativa.

    La

    representación es

    un

    rasgo

    intrínseco al medio fotográfico. Para poder participar

    en

    la especie

    de

    reflexividad que

    se

    había impuesto en el arte moderno, la fotografía

    1

     

    el debate sobre   nominalismo de Thierry   e u veen Pietorial Nomina-

    l sm On Mareel Duehamp s Passage ¡rom Painting lo thet Readymade trad.   ana

    Polan con el autor, Minneapolis, University   1 Minnesota Press, 1991.

    276

      SEN LES DE

    INDIFERENCIA

    sólo

    puede

    poner

    en

    juego su condición propia e imperativa de ser

    una

    representación-que-constituye-un-objeto.

    El arte conceptual,

    en

    el intento

    de

    destacar esta condición, espera

    ba

    vincular

    de nuevo

    el

    medio

    con el

    mundo de una

    manera fresca

    y diferente,

    superando

    los criterios obsoletos

    de

    la fotografía

    como

    mero med io de

    fabricación

    de

    imágenes. En este

    proceso

    surgieron

    varias tendencias importantes. Me limitaré a analizar

    dos de

    ellas.

    La

    primera aborda la reconsíderación y reactivación del reportaje, la

    forma

    dominante

    de .la fotografía artística tal como era a principios

    de

    los

    años

    sesenta.

    La segunda

    está relacionada

    con

    la primera y

    hasta cierto punto, dir ía

    que

    surge

    de

    ella.

    Es

    el t ema

    de

    la deses

    pecialización y la reespeciJlización del artista

    e n un

    contexto deter

    minado

    por

    la industria cluLural y es objeto de controversia

    por

    parte

    de

    algunas tendencias del arte

    Popo

    1

    DEL

    REPORTAJEAEWCTODOCUMENTALISMO

    La fotografía entró em sUí,fase pospictorialista (podríamos

    llamarb

    fase posstieglitziana explorar los territorios fronterizos

    de la

    imagen utilitarista. En

      s t ~

    etapa,

    q ue s e

    inició

    en

    1920, aquellos

    que

    rechazaron

    la

    iniciativa pi, torialista llevaron a

    cabo

    una tarea

    tante

    al poner

    sus miras

    en la

    inmediatez, la ins tantaneidad y el

    momento

    fugaz propios del surgimiento del valor

    de la

    imagen a

    partir

    de

    la práctica

    de

    diversos tipos

    de

    reportaje.

    En

    este proceso

    aparece una

    nueva versión

    de

    lo que podría denominarse

    la

      repre

    sentación occidental , o el concepto occidental

    de la

    Imagen .

    La

    Imagen occidental es, naturalmente, aquel cuadro, aquel la des

    cripción y composición, bella

    por

    sí misma,

    que

    proviene

    de

    la ins

    titucionalización

    de

    la perspectiva y

    de la

    figuración dramática que

    era propia de los orígenes del arte moderno occidental,

    con

    Rafael,

    Durero, Bellini y el resto

    de

    maestrí de renombre.

    Es

    conocido

    como

    resultado del

    don

    divino,

    de una

    técnica sofisticada,

    de un

    senti

    miento profundo y

    de una

    planificación meticulosa. Juega

    con

    el con

    cepto

    de lo espontáneo,

    de

    lo imprevisible. El maestro pintor organi

    za

    todo

    con antelación,

    pero

    confía en que toda esta planificación

    277

  • 8/16/2019 Wall, J. - Señales de indiferencia

    3/20

    JEFF

    WALL

    dará como resultado algo fresco, móvil, ligero y fascinante. La elas

    ti cidad del pincel, las formas

    que

    va tom ndo const ntemente al

    usarlo, era el medio principal a t ravés del cual e l genio de la com

    posición se arr iesgaba a c d momento y t rascendía est e r iesgo

    pl sm ndo en

    las superficies relucientes las mágicas proezas

    de

    la

    figuración.

    La fotografía pictorial is ta recibió el impacto del espectáculo de la

    pintura occidental e intentó imitarla,

    de

    alguna manera, mediante

    actos

    de

    composición pura.

    Al

    carecer

    de

    los medios para crear

    un

    superficie fotográfica espontáne y al mismo

    tiempo

    trascendente, la

    primera fase del pictorialismo, la fase de Stieglitz, emuló las bellas

    artes gráficas, reinventó el libro precioso y estableció los baremos de

    exquisitez en la composición; y después, desapareció. Sin un con

    cepción dialéctica

    de

    su propia superficie no podía conseguir el

    .

    misrnotipo de espont neid d

    planificada

    que

    la pintura había mos-

    trado al mundo como norm universal

    de

    arte. Hacia 1920, los fotó

    grafos interesados por el arte habían empez do a perder interés por

    la pintura, incluso

    por

      pintura moderna, y prestaron atención a lo

    vernáculo

    de

    su

    propio medio

    y al cine , par a des cubr ir su

    propio

    principio de espontaneidad;

    p r

    descubrir

    un

    vez más, y por ellos

    mismos, aquella aparición imprevista

    de

    la imagen que reclamaba la

    estética moderna.

    Es entonces cu ndo

    aparece el

    concepto

    artístico

    de

    fotoperiodismo,

    la

    idea

    de que puede

    hacerse arte imitando el fotoperiodismo.

    La

    dialéctica

    de la

    experimentación vanguardista

    creó

    la necesidad

    de

    esta práctica.

    Las

    formas

    de

    arte

    no

    autónomas,

    como

    la arquitectu

    ra

    y los nuevos fenómenos,

    como la

    comunicación

    de

    masas, fue

    ron paradigmáticos

    en

    los

      ños

    veinte y treinta

    porque

    las vanguar

    dias estaban

    muy

    comprometidas

    con la

    crítica

    de la

    obra

    de

    arte

    autónoma, y muy entusiasmadas ante la posibilidad

    de

    superarla a

    través d e u n revisión utópica

    de

    la

    socied d

    y

    de

    la conciencia. El

    fotoperiodismo nació

    dentro

    del marco

    de

    las nuevas industrias edi

    toriales y de comunicación, y

    produjo

    un nuevo tipo

    de

    imagen, uti

    litarista

    según

    los requisitos

    de

    la edi torial e innovadora en su cap

    tura de lo ins tantáneo, del acontecimiento noti cioso en el

    momento en que sucedía. Por ambas razones parece q ue u n serie

      78

     SEÑALES

    DE INDIFERENCIA

    de

    fotógrafos Paul Strand, Walker Evans, Brassai , Henri Cartier

    Bresson) pens ron que

    se

    podí crear

    un

    nuevo arte mediante un

    mimesis

    de

    aquellos objetivos y aspectos

    de

    la fotografía tal y

    como

    se practicaba dentro del mundo

    de

    las nuevas industrias culturales.

    Esta mimesis produjo un serie de cambios

    en

    el

    concepto de

    la Ima

    gen

    que

    repercutieron

    en

    la idea

    de

    arte

    moderno

    a todos los nive

    les, y que, en consecuencia, se establecieron como premisas p r el

    tipo

    de

    crítica

    que proponí n

    los artistas conceptuales

    después de

    1965. La fotografía pospictorialista

    se

    realiza a fin

    de

    satisfacer

    un

    exigencia:

    que

    la Imagen haga su apari ción

    en un

    práctica

    que

    ya

    ha renunciado, s in dud a la sensualidad

    de

    la superficie, pero que

    debe renunciar también al proceso explícito

    de

    preparación de la

    composición. Los actos de la composición son propied d del cua

    dro . En el r epor ta je , el lugar

    domin nte de

    la composición

    se

    con

    serva solamente

    como un

    dinámica del

    encu dre de

    anticipación,

    la conciencia del cazador , la mirada inquieta

    de un

     gato

    de un

    solo ojo , como decía Lee Friedlander. Cada

    nuevo p so en

    la cons

    trucción de la imagen

    que se

    va

      cumul ndo

    con los siglos se sacri

    fica ante el accidentado flujo

    de

    los acontecimientos a medida

    que

    van revelándose. El rectángulo del visor y la velocidad del obtura

    dor , el cuadro

    de

    equipo

    de

    la fotografía, es

    todo

    lo

    que qued de

    la

    gran parafernalia

    de la

    composición.

    El concepto

    artístico del

    fotoperiodismo fue el

    que

    forzó a la fotografía a convertirse en lo

    que

    parece ser un dialéctica

    de

    la modernidad. Una vez que se ha

    despoj do de las rémoras y ventajas hered d s de las formas anti

    guas

    de

    arte, el reportaje avanza hacia el descubrimiento

    de

    cuali

    d des p rentemente

    intrínsecas al medio. Estas cualidades

    deben

    diferenciar forzosamente al

    medio de

    otros medios

    y

    a través

    de u n

    autoexamen,

    puede

    surgir

    como

    arte

    de

    la

    modernid d goz ndo

    del

    mismo estatus que el resto.

    Esta fuerza o presión

    no

    es

    únic mente

    social.

    El

    reportaje

    no

    es

    un

    género

    fotográfico

    q ue n c e d eb id o

    a los requisi tos

    de

    las institu

    ciones sociales

    como

    ta les, a

    pes r

    de

    que

    instituciones

    como

    la

    prensa

    desempeñ ron un p pel

    vital

    en

    la definición del fotoperio

    dismo. La prensa tuvo algo

    q ue v er en

    la nueva configuración del

    equipo de

    los años veinte y treinta, concretamente las cámaras más

      79

  • 8/16/2019 Wall, J. - Señales de indiferencia

    4/20

    JEFF

    WALL

    pequeñas y

    rápidas

    y

    la película

    en

    rollo. Pero el reporta je es inhe-

    rente a

    la

    naturaleza del

    medio

    y esto

    se

    demuestra

    en la

    evolución

    de los equipos.

    El

    reportaje, o el aspecto espontáneo o fugaz de la

    imagen fotográfica, aparece simultáneamente al aspecto representa-

    tivo, pictórico, de los orígenes de la fotografía: sus huellas son los

    elementos borrosos

    de

    las primeras escenas callejeras

    de

    DaglJerre.

    El

    reportaje evoluciona a partir de la búsqueda de la . partes borro-

    sas de la imágenes.

    En este proceso, la fotografía elabora su propia versión

    de

    la Ima-

    gen , y ésta será la pr imera ver sión nueva desde el comienzo de la

    pintura moderna en la década

    de

    1860 o, incluso, desde el naci-

    miento del arte abstracto , si es q ue las pinturas abstractas pueden

    considerarse imágenes. Una nueva versión de la Imagen conlleva,

    sin duda, un momento de inflexión en el desarrollo del arte moder-

    nO.

    Se¡plantean nuevos problemas que formarán

    parte

    del conteni-

    do

    intelectual del arte conceptual o,

    por

    lo menos,

    de

    algunos aspec-

    tos representativos de este contenido.

    Una

    de

    las críticas más importantes

    que se

    plantearon en el arte con-

    ceptual fue la del esteticismo ,

    aparente

    o real,

    de

    la fotografía artís-

    tica. El interés renovado

    en

    las teorías y los métodos radicales

    de

    la

    vanguardia politizada y objetivista en los años veinte y treinta ha

    sido considerado, desde hace muchos años, una de las contribucio-

    nes más

    significativas del arte de los años sesenta, especialmente en

    América. El productivismo,

    la

     factografía y los

    conceptos de

    la

    Bauhaus fueron puestos

    en

    contra del arte

    aparentemente

     despoli-

    tizado y resubjetivizado

    de

    los años cuarenta

    y

    cincuenta.

    De

    esta

    manera, hemos

    comprobado

    que el t ipo

    de

    fotografía artística for-

    malista y resubjetivizada que

    se

    hizo

    entonces en

    torno a Edward

    Weston y Ansel Adams

    en

    la Costa Oeste, o Harry Callahan y Aaron

    Siskind

    en

    Chicago  por citar ejemplos únicamente americanos) tra-

    taba

    de

    abandonar

    no

    sólo cualquier vínculo

    con

    el   ítprop sino

    cualquier relación con los tejidos nerviosos

    de

    la v ida socia l y

    de

    retomar la majestuosidad del pictorialismo

    moderno

    Este trabajo

    ha

    sido acogido con oprobio por parte de los críticos radicales desde

    los inicios del nuevo debate de los años sesenta.

    La

    visión ortodoxa

    se basa en que la presión de la guerra fría obl igó a los fotógrafos

     8

    SEÑ LES DE

    INDIFERENCIA

    con

    conciencia social a alejarse

    de

    las formas limítrofes del fotope-

    riodismo artístico y a aproximarse a las versiones más subjetivistas

    del informalismo.

    En

    este proceso, las formas

    y

    los

    conceptos

    de

    vanguardismo radical más conflictivos y violentos fueron retirados

    del

    panorama

    público hasta que

    no

    volvieron

    con

    el neovanguar-

    dismo activista de los años sesenta. Hay mucho

    de

    cierto

    en

    esta

    interpretación, pero es falsa

    en

    el momento

    en

    que establece una

    división demasiado tajante entre los planteamientos y los métodos

    del vanguardismo politizado y los

    de

    las tendencias más subjetivis-

    tas y formalistas

    de

    la fotografía artística.

    La situación es más compleja porque las posibilidades

    de

    una com-

    posición formal

    autónoma en

    fotografía

    se

    perfeccionaron, y este

    progreso influyó en el panorama social e histórico propio de la evo-

    lución del

    medio en el contexto del arte de vanguardia.

    El

    concep-

    to art ís tico del fotoperiodismo es una formalización teórica de la

    condición ambigua del tipo más problemático

    de

    fotografía.

    Es la

    fo-

    tografía

    que

    surge al vuelo. a parti r del compromiso social comple-

    jo del fotógrafo su encargo): registra algo representativo

    en

    el acon-

    tecimiento,

    en

    el compromiso, y

    adquiere una

    validez por ello. Pero

    esta validez, aislada,

    es

    sólo

    una

    validez social: el éxito

    de la

    imagen

    como reportaje per se. Toda la vanguardia

    de

    los años veinte y trein-

    ta era consciente de

    que

    la validez como reportaje per

    se

    era insufi-

    c iente para el más radical de los objetivos. Lo qu e se requería era

    que la imagen no sólo fuera vál ida como reportaje y socialmente

    efectiva, sino que consiguiera presentar una nueva propues ta o

    modelo de

    la Imagen. La fotografía sólo podía realizarse

    como

    forma

    artística moderna y palticipar

    en

    los proyectos culturales más radi-

    cales y revolucionarios

    de

    aquella época s iempre y cuando cum-

    pliera estas dos condiciones a la vez. En este contexto, el rechazo de

    la estética

    de

    rasgos clasicistas

    de

    la imagen,

    en

    nombre

    del ama-

    teurismo proletario,

    por

    ejemplo, debe ser visto como una reivindi-

    cación

    de un nuevo

    nivel

    de

    conciencia visual.

    De esta manera, la fotografía artística se vio obl igada a se r tanto

    antiesteticista como estéticamente significativa, si bien en un nuevo

    sentido negativo . Es importante ser consciente de que fue e l con-

    tenido del diálogo vanguardista en sí mismo lo más vital en el

     8

  • 8/16/2019 Wall, J. - Señales de indiferencia

    5/20

    JEFF

    \V

    momento de crear la exigencia de un esteticismo que fue objeto de

    crítica por parte de la misma vanguardia. En Teoría de la vanguar-

    dia  974 Peter BÜrger argumentaba

    que

    la vanguardia surgió his

    tóricamente de una crítica del esteticismo consumado del arte

    moderno del siglo XIX

    2

    Propone que, hacia 1900, la generación van

    guardista, enfrentada al hecho social e institucional de

    la

    sepatación

    ent re el a rt e y los o tros ámbitos autónomos de la vida , se vio obli

    gada a t ra ta r

    de

    sortear esta separación y volver a vincular el arte

    culto con el desarrollo de los asuntos del mundo, con el fin de sal

    var la dimensión estética trascendiéndola. BÜrger hace hincapié

    en

    este impulso de trascender el esteticismo y el arte

    autónomo pero se

    olvida de que la obsesión

    por

    la estética, fenómeno convertido ahora

    en una

    especie

    de

    tabú, fue transferida al centro

    de

    cualquier

    pen-

    samiento artístico o idea crítica desarrollados

    por

    el vanguardismo.

    Por lo tanto,

    uno puede,

    hasta cierto punto, inveltir los términos de

    de

    BÜrger y decir

    que

    el arte de vanguardia

    no

    sólo consti

    tuyó una crítica al esteticismo sino que lo estableció como tema de

    controversia permanente a través de la seria problemática

    que

    crea

    ba. Esta tes is está estrechamente l igada a la situación de la fotogra

    fía dentro del vanguardismo.

    La

    fotografía

    no

    tenía

    una

    historia

    de

    estatus autónomo suficientemente larga

    que

    la hubiera convertido en

    institución respetable. Surgió demasiado tarde para ello. Su estetiza

    ción

    no

    era, por tanto, ni

    podía

    ser, simplemente objeto para

    una

    crí

    tica vanguardista, sencillamente porque deb ía su ex is tencia a esta

    misma crítica.

    Por esta razón no puede haber una división clara entre el formalismo

    esteticista y las distintas modalidades

    de

    fotografía comprometida. El

    subjetivismo pudo convertirse en la base

    de

    las prácticas fotográficas

    de corte crítico con la misma naturalidad que la neofactografía , y

    ambas disciplinas están presentes a

    menudo

    en muchas de las obras

    de

    los

    años

    sesenta.

    2

    Peter BÜrger,   :¡eory oft Avarzt Carde trad. Miehael Shaw, Minneapolis, Uni

    versity of Minnesota Press, 1984. [Versión

    española

    en Teoría de la vanguardia Bar

    ee ema, Edicions 62/Ediciones Península, 1987].

     8

    SEÑ LES DE

    INDIFERENCI

    La peculiar, aunque conocida, ambigÜedad política como a rt e de las

    formas experimentales dentro y alrededor del conceptualismo, par

    ticularmente en el contexto

    de

    1968, es el resultado de la fusión o,

    incluso, confusión

    de

    los tropos de la fotografía artística con algunos

    aspectos

    de

    su crítica. Esta fusión,

    en

    absoluto anómala, reneja pre

    cisamente la estructura interna de

    la

    fotografía

    como

    arte potencial

    mente vanguardista o neovanguardista. Esto implica que las nuevas

    formas

    de

    la

    práct ica y el

    experimento

    fotográficos

    en

    los sesenta y

    setenta no provinieron exclusivamente del revival de las tenden

    cias antisubjetivistas y antiformalistas. Más bien parece que la obra

    de

    figuras como Douglas Huebler, Robert Smithson, Bruce Nauman,

    Richard Long o Joseph Kosuth surgen de un espacio

    que

    se compo-

    ne de las transformaciones ya maduradas

    de

    ambos tipos

    de

    plante

    amiento -factográfico y subjetivista, activista y formalista, marxista

    y kantiano -, presentes en las obras

    de

    sus precursores en los años

    cuarenta y cincuenta , en las complejidades de la dialéctica del

     reportaje como fotografía artística , como fotografía artística por

    excelencia.

    Las

    críticas radicales de la fotografía artística inauguradas

    y realizadas ocasionalmente en el arte conceptual

    pueden

    conside

    rarse tanto

    una

    invalidación

    de

    los

    enfoques

    academicistas sobre

    estos temas, como una extrapolación de las tensiones existentes den

    tro de este academicismo; una nueva etapa crítica de academicismo

    y no una simple renunciación a él. El fotoconceptualismo fue capaz

    de aportar nuevas energías procedentes de otras bellas artes a la pro

    blemática del fotoperiodismo, y esto oscureció

    la

    manera

    en que

    estaba arraigado

    en

    esta controversia de las cuestiones estéticas no

    resueltas,

    aunque

    sólidamente establecidas,

    de

    la fotografía

    de

    los

    años cuarenta y cincuenta.

    Desde el punto de vista intelectual se había creado el escenario para

    un renacimiento de todo el drama del reportaje dentro del vanguar

    dismo. La peculiar situación

    de

    la fotografía artística dentro del mer

    cado

    del arte a principios

    de

    los

    años

    sesenta

    es

    otra condición pre

    via cuyas consecuencias no son únicamente sociológicas. Es casi

    sorprendente recordar que fotografías artísticas importantes podían

    comprarse por menos

    de

    cien dólares, no sólo en 1950 sino también

    en

    1960. Esto indica

    que

    a

    pesar

    de la complejidad interna de la

    estructura estética de la fotografía altística, su reconocimiento como

     8

  • 8/16/2019 Wall, J. - Señales de indiferencia

    6/20

    JEFF W LL

    arte

    en

    las sociedades capitalistas todavía no se había producido.

    Todas las condiciones estéticas previas

    para

    su surgimiento como

    forma principal

    de

    arte moderno ya eran un hecho, pero

    no se

    cum

    plieron socialmente hasta la aparición de la s nuevas crí ticas y las

    transformaciones de los años sesenta y setenta. Se podría decir

    que

    la ausencia absoluta

    de un

    mercado

    de

    la fotografía,

    en un

    mOmen

    to en que estaba f1oreciendo el de la pintura, atrajo dos tipos de

    energía hacia el

    medio

    fotográfico.

    La primera es una energía especulativa e inquisitiva, aquella que cir

    cula por donde las cosas parecen estar infravaloradas .

    La

    infrava

    loración implica el futuro, la oportunidad y la aparición repen tina

    de algo olvidado.

    Lo

    infravalorado es una categoría afín a las cate

    gorías beniaminianas de lo

     pasado

    inmediato o lo< recientemente

    .olvidad./'.

    La segunda, en cierta manera, es

    una

    versión negativa de la prime

    ra. En vista del nuevo escepticismo frente al arte culto , que

    empe-

    zó a af10rar

    dentro de

    los inicios intelectuales

    alrededor

    del arte

      op

    y sus mitologías, la falta de interés por parte de los marchantes de

    arte y de los coleccionistas caracterizó la fotografía con

    un

    potencial

    utópico. Así surgió la idea de que una fotografía podía

    ser

    la Imagen

    que n o podía integrarse

    dentro

    dyl régimen , el

    orden

    comercial

    burocrático-discursivo que se estaba convirtiendo rápidamente en

    objeto

    de

    críticas impulsadas por las actitudes del movimiento estu

    diantil y la nueva izquierda. Ideas que pueden

    parecer

    hoy tan inge

    nuas fueron

    entonces

    muy efectivas

    al

    poner

    de

    relieve la manera

    en

    que la fotografía artística no

    se

    había convertido todavía en arte;

    hasta

    que

    no

    se

    convirtió en Arte, con A mayúscula, las fotografías

    no

    podían

    ser experimentadas en términos de la dialéctica de vali

    dez

    que

    caracteriza todas las iniciativas estéticas modernas.

    Paradójicamente, esto sólo podía producirse a la inversa. La fotogra

    fía

    podía surgir socialmente como arte sólo en el momento en que

    sus presuposiciones estéticas sufrieron, de alguna manera, una críti

    ca mordaz y radical, una crítica que aparentemente apuntó a excluir

    cualquier estetización o artización ulterior del medio. El fotocon

    ceptualismo

    condujo

    a una aceptación total de la fotografía como

    284

     SEÑ LES

    DE

    INDIFERENCI

    arte (arte autónomo, burgués y coleccionable) en virtud de la insis

    tencia

    d e q ue

    este

    medio

    podía gozar del privilegio de s er la nega

    ción de este concepto a todos los n ive les. Al constituirse en esta

    negación, se rompieron las últimas barreras. La fotografía, inscrita

    dentro de

    un nuevo

    vanguardismo y combinada con elementos de

    texto, escultura, pintura o dibujo,

    se

    convirtió

    en

    la quintaesencia del

     antiobjeto . Mientras las neovanguardias reestudiaban y redescubrí

    an las ortodoxias de los

    años

    veinte y treinta, los límites del campo

    del arte autónomo se ampliaron inesperadamente en lugar de

    cirse. En la eclosión de los modelos de trabajo posautonómos que

    caracterizaron el discurso de los

    años

    setenta, podemos detectar, tal

    vez sólo a posteriori, una extensión del esteticismo vanguardista. Al

    igual

    que

    la primera vanguardia, el arte posautónomo, pos-studio ,

    requirió una doble legitim:¡ción. La primera, la de

    haber

    trascendido

    o, Como mínimo, haber

    demostrado

    la autenticidad

    de

    las fronteras

    del arte autónomo y haberse convertido en funcional de una mane

    ra

    verosímil.

     

    la segunda,

    que

    esta prueba, esta nueva u ti lidad,

    fuera eficaz

    en

    las obras   formas que sugirieran modelos persuasi

    vos de arte como tal,

      que

    al t iempo fueran capaces

    de

    desinte

    grarlo, abandonarlo o negarlo. Sugiero la siguiente descripción de

    este proceso : e l a rte

    autónomo

    había alcanzado un estado donde

    aparentemente sólo podía cumplirse de una manera válida median

    te la imi tac ión rigurosa del art e no autónomo. Esta heteronomía

    podía

    aparecer

    bajo la forma de comentario crítico directo, como

    Ocurre

    con

    Art

     

    Languagc, o bien

    con la producción

    de propagan

    da política, tan común

    en

    los años setenta, o con las distintas formas

    de  intervención o apropiación practicadas más recientemente.

    Pero,

    en

    cualquiera de estos procedimientos,

    se

    sigue creando nece

    sariamente

    una obra de

    arte autónoma.

    La

    innovación aquí es que el

    contenido

    de la

    obra

    es la val idez del

    modelo

    o de la hipótesis de

    no

    autonomía

    que

    crea.

    Evidentemente, este juego mimético tan complejo ha constituido la

    base para toda estrategia de  finalde juego dentro del vanguardis

    mo. La profusión de nuevas formas, procesos, materiales y temas

    que caracteriza gran parte del arte

    de

    los años setenta, fue, en buena

    medida, estimulada por las relaciones miméticas con otros procesos

    sociales de producción: el industrial, el académico, el comercial, el

    285

  • 8/16/2019 Wall, J. - Señales de indiferencia

    7/20

    JEFF W LL

    cinematográfico, etcétera. Tal y como hemos visto, la fotografía artís

    tica ya hab ía des arr ol lado una compleja estructura mimética,

    mediante la que los artistas imitaban a los periodistas fotográficos a

    fin de crear Imágenes. Este orden

    de

    producción tan elaborado,

    maduro y mimét ico , colocó la fotografía a la cabeza de la nueva

    pseudo-heteronomía y le permitió convertirse en paradigma

    de

    cual

    quier pensamiento artístico estético-crítico o constructor de modelos.

    El

    fotoconceptualismo resolvió muchas

    de

    las implicaciones

    que

    esto

    comportaba. Incluso parece

    que muchos de

    los logros del arte con

    ceptual más importantes

    son

    creados o bien bajo la forma

    de

    foto

    grafías, o

    bien

    mediatizados

    por

    ellas.

    El reportaje es asumido y parodiado, de forma manierista, en aspec

    tos del fotoconceptualismo.

    La

    idea de

    que

    una fotografía artística

    mente significativa puede todavía realizarse como imitación directa

    t )tbperiódisnlO no es válida, puesto

    que

    es algo que

    la

    primera

    vanguardia y el subjetivismo lírico

    de

    la fotografía artística de los años

    cincuenta ya habían completado históricamente. El

    gesto

    del reporta

    je

    se

    retira del ámbito social y

    se

    vincula a

    un

    acontecimiento teatral

    putativo.

    El

    ámbito social

    queda

    conferido al fotoperiodismo profe

    sional propiamente dicho,

    como

    si los problemas estéticos relaciona

    dos con la descripción del mismo ya no fuesen relevantes. y el foto

    periodismo hubiera iniciado una fase

    no

    tan

    posmoderna como

     posestética

    en

    la

    que

    quedara excluido de la evolución estética

    durante

    un

    tiempo. Este hecho, ciertamente, satisfacía perfectamente

    la sensibilidad de aquellos activistas políticos

    que

    intentaban realizar

    en aquel momento una nueva versión de la fotografía proletaria.

    Esta introversión, o subjetivización, del reportaje se manifestó prin

    cipalmente

    en

    dos direcciones. En primer lugar

    condujo

    a la foto

    grafía hacia

    una nueva

    relación con la problemática

    de

    la imagen

    escenificada, de la pos e, a través

    de

    nuevos conceptos de perfor

    mance. En

    segundo

    lugar, la inscripción

    de

    la fotografía dentro

    de

    la

    trama de las prácticas experimentales condujo a la existencia de una

    relación directa, pero distanciada y paródica, con el concepto artís

    tico del fotoperiodismo.

    Si

    bien podría discutirse la obra de muchos

    artistas

    en

    este contexto,

    para ser

    breve

    comentaré la obra

    fotográfi

    ca

    de

    Richard Long y Bruce Nauman,

    como

    figuras representativas

      86

     SEÑ LES

    DE INDIFERENCIA

    del primer ejemplo, y la de Dan Graham, Douglas Huebler y Robert

    Smithson, del segundo.

    Las fotografías

    de

    Long y Nauman documentan gestos artísticos con

    cebidos previamente, acciones o acontecimientos

    de

    estudio -cosas

    que

    permanecen de una manera consciente como modelos estéticos

    y

    conceptuales

    de

    asuntos del mundo

    que, como

    tales, ya

    no

    nece

    sitan aparecer directamente

    en

    la imagen.

     ngl nd

    1968

     968 ,

    de

    Long, documenta una acción o un gesto, realizado únicamente por

    el artista

    en

    el

    campo,

    alejado

    de

    los ambientes

    comunes

    del arte o

    de la performance. Por lo general, sus imágenes

    son

    paisajes y su

    atmósfera difiere bastante

    de

    las tipologías e intenciones del repor

    taje.

    La

    fotografía artística convencional de paisaje puede mostrar un

    motivo en primer plano, como por ejemplo una insólita pila de pie

    dras o un árbol nudoso que se opone al resto de la imagen desta

    cando su singularidad, diferenciándolo de su entorno y al mismo

    tiempo existiendo en referencia a él. De esta manera una fotografía

    RIchard Long ngl nd   968

    1968.

      87

  • 8/16/2019 Wall, J. - Señales de indiferencia

    8/20

    JEFF WAll

    de paisaje

    puede

    estar concebida para informar sobre un determi

    nado estado

    de

    las cosas, y por tanto

    puede

    ser coheren te con un

    concepto

    artístico del reportaje. El camino

    de

    Long trazado

    en

    el

    prado es

    la sustitución del motivo

    de

    primer plano.

    Es un

    gesto afín

    al concepto de Barnett Newman de la instauración de un  Aquí en

     

    vacío

    de

    un terreno primigenio.

    Es

    simultáneamente agricultura,

    religión, urbanismo y teatro,

    una

    intervención

    en

    un

    lugar desierto y

    pintoresco que se convierte

    en un

    escenario

    completado

    artística

    mente con un gesto

    y la fotografía

    para

    la cual se

    ha

    realizado el

    gesto. Long no fotografía los hechos en   momento de suceder sino

    que escenifica un acontecimiento para conseguir un resultado foto

    gráfico preconcebido. La imagen se presenta como forma subsidia

    ria

    de

    un acto, como   fotodocumentación . Sin embargo, se ha con

    vettido en esto mediante una nueva forma de puesta en escena

    fotográfica.

    Estoesl

    existe y está legitimada como continuación del

    proye< 1 o

    .de

    reporta je al moverse precisamente

    en

    la dirección

    opuesta, hacia

    un

    método

    de

    representación prediseñado, una mas

    carada introvertida

    que

    juega con las inclinaciones estéticas hereda

    das

    de

    la fotografía-artística-como-reportaje.

    Muchos

    de

    estos mismos elementos, trasladados a

    un

    interior, son

    los

    que

    caracterizan las fotografías

    de

    estudio

    de

    Nauman, como Fai

    SEÑ LES DE INDIFERENCIA

    l ing to Levitate in the Studio  966 o Self Portrait  s a  ount in

    0966-67170). El estudio del fotógrafo, y el conjunto genérico

    de

    la

     fotografía de estudio , fue la antítesis pictorialista contra la cual se

    elaboró la estética del reportaje. Nauman invierte los términos. Par

    tiendo desde

    dentro

    del marco experimental

    de

    lo que

    empezaba

    a

    denominarse

    entonces

     pe rf ormance art , Nauman lleva a

    cabo

    sesiones fotográficas

    de

    reportaje

    cuyo

    tema principal es el juego

    egocéntrico y autorreflexivo

    que

    está teniendo lugar en los estudios

    de los artistas

    que

    han llegado más allá

    de

    las bellas artes moder

    nas y han alcanzado las nuevas formas híbridas. La fotografía

    de

    estudio ya no está alejada del reportaje:

    se

    ciñe analíticamente a

    informar de todo lo

    que

    suceda en   estudio, este lugar

    que

    antaño

    estaba rigurosamente controlado por los precedentes y las fórmulas,

    pero que

    vivía

      proceso de

    ser reinventado

    una

    vez más como tea

    tro, fábrica, sala

    de le< 1 ura

    lugar

    de encuentro,

    galería, museo, entre

    muchas otras cosas.

    Las fotografías, películas y vídeos de Nauman de esta época están

    realizados

    en dos

    estilos diferentes.

    El

    primero, el

    que corresponde

    a Failing to Levitate es directo , tosco y en blanco y negro. El otro

    modelo se

    basa

    en

    la utilización

    de

    efectos

    de

    iluminación

    de

    estu

    dio

     diversas fuentes, geles coloreados, contrastes acentuados)

    y

    evidentemente, en color. Ambos estilos, encuadrados dentro de una

    serie de fórmulas y efectos básicos,

    son

    significantes para la nueva

    coexistencia

    de

    géneros fotográficos

    que

    parecían estar ontológica

    mente separados e incluso opuestos dentro de la historia artística

    de

    la fotografía hasta aquel momento.

    Es

    como si los trabajos de repor

    taje

    se

    remontaran a Muybridge y a las fuentes

    de todo concepto

    tra

    dicional del fotodocumentalismo, y las fotografías

    en

    color, a los pri

    meros gags y bromas, aMan Ray y Moholy-Nagy, al lugar de origen

    de los efectos usados por ellos mismos. Se ha demostrado

    que

    los

    dos mitos reinantes

    de

    la fotografía

    -e l

    que

    defiende

    que

    las foto

    grafías son  verdad y el

    que

    defiende

    que

    no lo son- están funda

    dos

    en

    la misma praxis, factible

    en

    el mismo lugar, en el estudio,

    en

    ese momento

    de

    transformación histórica

    que

    vivía aquel lugar.

    Bruce Nauman,

    Failing to levitate

    in the studio 966

    Bruce Nauman,

    Self Portrait

     s

    a Fountain

    966

    288

    Estas prácticas o estrategias son muy comunes hacia 1969; incluso

    llegaron a ser de rigor en el horizonte del performance art, earth art

    289

  • 8/16/2019 Wall, J. - Señales de indiferencia

    9/20

    JEFF W LL

    m1epavera y conceptualismo, y se

    puede

    afirmar

    que

    estas nuevas

    metodologías

    de

    la práctica fotográfica constituyen el factor más sóli

    do

    que

    vincula las formas experimentales de la época entre ellas,

    que a su vez

    pueden parecer

    de lo más dispares e irreconciliables.

    Esta integración o fusión

    de

    reporta je y la performance, su

    intro-

    versión manierística,

    puede

    contemplarse

    como una

    crítica paródi

    ca implícita

    de

    los

    conceptos

    de

    la fotografía artística. Smithson y

    Graham, en parte porque ejercían de escritores, fueron capaces

    de

    ofrecer una parodia más explícita del fotoperiodismo

    que

    Nauman

    o Long.

    El fotoperiodismo como institución social

    puede

    definirse como una

    colaboración

    entre

    el escri tor y el fotógrafo.

    El

    intelectualismo del

    arte conceptual fue engendrado

    por

    artistas jóvenes y con aspiracio

    nes para

    quienes

    la escritura crítica constituía

    un

    ejercicio importan

    tedeautodetlnición

    Por ejemplo,

    la

    crítica de

    Donald Judd

    escrita

    para

      rts agazine

    fue decisiva, y ensayos

    como

     Specific übjects

    1964) causaron prácticamente el mismo impacto

    qu e

    las obras

    de

    alte literarias. La interacción

    que s e d io ent re un

    literato veterano,

    Clement Greenberg, un joven académico crítico de arte, Michael

    Fried, y Judd un estilista de talento, compone

    uno

    de los episodios

    más ricos la historia de la crítica americana, y también tuvo mucho

    que ver con el alumbramiento

    de

    la idea

    de

    la escritura crítica como

    obra

    de

    arte. The Crystal Land

    de

    Smithson, publicada

    en Harper s

     azaar en

    1966, es

    un

    homenaje a

    Judd como creador de

    formas

    visuales y literarias. Sin embargo, la innovación de Smithson reside

    en eludir el género

    de

    la crítica

    de

    arte y en su lugar escribir una

    parodia

    de un

    documental

    de

    viajes. Desempeña el papel

    de

    perio

    dista inquisitivo y literato acompañando e interpretando su tema.

    NalTativiza el arte

    de

    J udd con su propia versión, oscila

    entre

    el

    comentario crítico y la narración y reinventa la relación entre el arte

    visual y la literatura.

    Las

    obras

    publicadas más relevantes

    de

    Smith

    son como  The Monuments

    of

    Passaic e Incidents

    of

    Mirror-Travel

    in

    the

    Yucatan

    son

     autoacompañamientos .

    El

    Smithson fotógrafo

    periodista

    acompaña

    al Smithson experimentador-ar tíst ico y es

    capaz

    de

    escribir

    una

    apología sofisticada

    de

    su arte escultórico

    en

    la forma de divertimento popular. Sus ensayos no tienen la pretensión

    29

    SEÑAlES

    DE

    INDIFERENCI

    Robert Smithson, Incidents

    o/

    Mirror Travel

    in the Yucatan 19 Í9

    conceptualista

    de

    ser obras

    de

    arte visual sino que parecen confor

    marse con ser obras literarias. Las fotografías

    que

    se incluyen

    en

    ellos

    están destinadas a ilustmr la narración o los comentarios. A su vez, la

    narración describe el acontecimiento de realizar las fotografías. Uno

    nunca sabía en qué cara del espejo se encontraba , cavilaba en  Pas

    saic , como si reflexionara sobre la parodia del fotoperiodismo que

    estaba en proceso de representar. La parodia de Smithson era una

    manera de disipar o suavizar el tono objetivista y positivista del mini

    malismo, de subjetivizarlo asociando su lenguaje reduccionista formal

    a estados

    de

    ánimo más complejos, oscilantes, o incluso delirantes.

    Las

    alusiones a las formas escultóricas minimalistas

    que aparecen

    constantemente en los textos

    de

    Smithson parecen borrar

    la

    cadena

    asociativa

    de

    la experiencia, el

    monólogo

    interior

    de

    la creatividad,

    insistiendo en la pura inmediatez del producto en s í mismo, la obra

    como tal, como  objeto específico . La revelación

    de

    Smithson de lo

    que

    vio

    como

    interior emocional del minimalismo

    depende

    del

    retorno

    de

    ideas de tiempo y proceso,

    de

    narración e interpretación,

    291

  • 8/16/2019 Wall, J. - Señales de indiferencia

    10/20

    JEFF W LL SEN LES DE

    INDIFERENCI

    La

    obra

    de

    Huebler también está comprometida con la creación y el

    estudíbdel

    efecto

    que

    tienen las fotografías

    cuando se

    enmascaran

    Las fotografías

    que

    compe men la obra son de las más conocidas de

    Graham y han marcado notables precedentes en su trabajo fotográ

    fico posterior. Al abordar su proyecto fotográfico en términos de

    modelo

    paródico del

    ensayo

    fotográfico, Graham sitúa toda su pro

    ducción

    de

    imágenes como arte en un sentido muy preciso aunque

    ciertamente condicional. Cada fotografía tiene

    que

    ser, o debe poder

    ser, nada más

    que

    una ilustración

    de

    un ensayo, y por lo tanto, no

    una obra

    de

    arte autónoma. De esta manera parece

    que

    cumplen,

    como las fotografías

    de

    Smithson, la exigencia

    de

    la imitación de lo

    no autónomo Homes for America al ser tanto un ensayo sobre las

    zonas residenciales como un impreso del artista, se estableció explí

    citamente como un arquetipo canónico del nuevo orden de arte

    antiautónomo aunque autónomo a la vez. Las fotografías que com

    ponen la obra están en el umbral de la obra autónoma, atravesán

    dolo una y otra vez y rechazando la idea de abandonar el dilema

    artístico

    del reportaje y consecuentemente estableciendo un patrón

    estético

    de

    esa mera condición

    de

    umbral.

      93

    3

    Existe una versión, en forma de collage en la Colección Daled, en Bruselas.

    tan conocida en la historia de la fotografía, ha sido reproducida meti

    culosamente

    como modelo de

    la institución del fotoperiodismo.

    Al

    igual

    que

    Walker Evans

    en

    la revista

    Fortune

    Graham escribe

    el

    texto y proporciona las fotografías que lo ilustran. Homes de hecho,

    fue concebido como un ensayo sobre la arquitectura residencial para

    una revista de arte, y sin duda podía funcionar sin problemas como

    tal. Casualmente nunca llegó a publicarse tal

    como

    quería Graham.

    En consecuencia, acabó transformándose en una litografía de un apó

    crifo de doble página

    3

    .

    La

    copia, y las fotografías originales incluidas

    en ella, no constituyen un acto o ejercic io de reportaje sino un

    modelo de éste. Este modelo es una parodia, una imitación meticu

    losa y objetiva cuya finalidad es

    poner

    en cuestión la legitimidad y

    el proceso de legitimación; de su original, y, en consecuencia y sólo

    en consecuencia legitimar,e a sí mismo como arte.

    Dan Graham, Row o/ New Track Houses

    jersey

    City

    Newjersey 1966

    9

    de experiencia, memoria y alusión, a primera línea artística, contra

    la

    retórica

    de Greenberg

    y

    de ludd Su

    fotoperiodismo es a

    un

    tiem

    po autorretrato, es decir, performance, y reportaje de lo que estaba

    oculto y reprimido en el arte

    que

    él más admiraba. Ubicaba el impul

    so hacia formas de arte autosuficientes y no objetivas mediante res

    pue st as concret as y pe rsona le s a la vida real, a las exper ienc ias

    sociales y

    por ende

    contribuyendo a las nuevas críticas del forma

    lismo tan vitales para el proyecto del arte conceptual.

    Dan Graham, New Housing Project

    Bayonne New jersey 1966

    El compromiso

    de

    Dan Graham con las tradiciones clásicas del

    reportaje es único entre los artistas

    que

    se identifican habitualmente

    con el arte conceptual, y sus fotografías

    de

    arquitectura toman el

    relevo de algunos aspectos del proyecto de Walker Evans. De esta

    manera Graham sitúa su trabajo en la frontera del fotoperiodismo,

    participando en éL.y al mismo

    tiempo

    colocándolo al servicio

    de

    otros aspect06desu obra. Sus fotografías

    de

    arquitectura proporcio

    nan un fundamento social

    para

    los modelos estructurales

    de

    la expe-

    riencia intersubjetiva que ha desarrollado a través

    de

    textos, vídeos,

    performances y piezas escultóricas ambientales. Sus obras

    no aluden

    simplemente

    al mundo

    social

    en

    su forma más extensa, como sería

    el caso del fotoperiodismo, sino q ue s e refieren a los otros proyec

    tos del propio Graham que, fieles a la forma conceptual, son mode-

    los de lo social, y no descripciones.

     om sfor America 0966-1967

    de

    Graham ha adquirido un estatus

    canónico en este sentido. Aquí, la modalidad del ensayo fotográfico,

  • 8/16/2019 Wall, J. - Señales de indiferencia

    11/20

    JEFF WALL

     SEÑALES

    DE INDIFERENCIA

    95

    La

    mimesis

    de

    Huebler

    de

    los aspectos

    de

    construcción

    de

    modelos

    del arte abstracto

    moderno,

    contradice, naturalmente, las cualidades

    naturales descriptivas

    de

    la fotografía. La contradicción es el centro

    entre los que la fotografía es sólo

    uno

    de ellos. Se ubica dentro de

    las obras mediante

    un

    grupo

    de

    protocolos emparentados genérica

    mente, definidos por escrito, y es estrictamente dentro

    de

    estos pará

    metros donde las imágenes adquieren un significado y un estatus

    artístico. En tanto que Graham y Smi thson reali zan sus obras a tra

    vés

    de

    la mimesis y

    de

    la parodia

    de

    las formas del fotoperiodismo,

    su producto publicado, Huebler, en cambio, parodia el encargo, el

     proyecto o la iniciativa

    que pone

    todo

    el

    proceso

    en

    marcha. Estos

    procedimientos

    aparentemente

    inúti les e incluso banales que com

    ponen

    obras como

    Duration

    Piece  5, Amsterdam,

    Holland

     970

    o Duration

    Piece

     7, Rome

     973

    actúan

    como exponentes de

    esta

    construcción verbal o escrita

    que, en

    el mundo laboral, crea la nece

    sidad de hacer fotografías. Cuanto más se vacía la función

    de todo

    aquello que se podría considerar normativa

    mente un

    tema social

    persuasivo, más destaca como mero paradigma

    de una

    estructura de

    un orden, y

    puede

    ser experimentado con más claridad como mode

    lo

    de

    relaciones entre la escritura y la fotografía. Vaciando el conte

    nido de

    su práctica fotográfica, Huebler

    resume

    aspectos importan

    tes del desarrollo

    de la

    pintura moderna. Mondrian,

    por

    ejemplo,

    se

    distanció

    de

    las descripciones

    de

    paisaje

    para

    acercarse a patrones

    experimentales

    con un

    valor descr ip tivo únicamente residual , a

    obras abstractas que analizan y modelan relaciones pero que

    no

    des

    criben ni representan figurativamente. La idea

    de

    un arte que pro

    porciona

    una

    experiencia directa

    de

    s ituaciones o relaciones, y

    no

    secundaria o figurativa,

    e s una de

    las creaciones más poderosas del

    arte abstracto.

    El espectador no

    experimenta la re-presentación

    de

    las cosas ausentes, s ino la presencia de

    una

    cosa, la

    obra

    de arte

    en

    sí misma, con todo el dinamismo, la t ensión y la complej idad que

    reside dentro de ella. La experiencia se parece más al encuentro con

    una

    entidad

    que con una

    mera representación.

    La

    entidad

    no

    mues

    tra

    una

    descripción

    de

    otra

    entidad

    más importante

    que

    la primera,

    sino

    que

    aparece y

    se

    experimenta

    de la

    misma manera

    e n q ue

    los

    objetos y las ent idades

    son

    experimentados

    en

    contextos

    de

    vida

    social emocionalmente cargados.

    Douglas Huebler, Duration

    Piece  7, Rome 1973.

     9

    ouglas Hueb/er

    como

    parte

    de

    algún proyecto

    externo en

    el

    que aparecen como

    el

    medio

    y

    no como

    la f inal idad. Aun así , a diferencia

    de

    Smithson o

    Graham, Huebler no tiene pretensiones literarias

    en

    cuanto

    al

    con

    tenido textual

    de

    sus obras , los programas

    en

    los

    que se

    utilizan

    sus fotografías. Sus obras

    abordan

    el arte conceptual per se, en el

    sentido

    de

    que

    se

    abstienen del estatus literario y sólo

    pretenden

    ser

    objetos

    de

    arte visual. Con todo, esta renuncia del aspecto l iterar io

    es

    un

    acto

    de

    lenguaje,

    un

    acto

    enunciado como

    maniobra

    de

    escri

    tura. Las  piezas de Huebler tienen que ver c on la apropiación, la

    utilización y

    la

    mimesis de diferentes sistemas

    de

    documentación ,

    Duratian

    Pieee

     7

    Rome

    Mareh 1973

    Fourteen photographs

    were

    madeat exact 30 seeand

    interva/s in order to document speeifieehanges in

    the

    re/atiomhip between

    two aspects

    ofthe waterfallingfrom

    the

    rocks

    in ane area at the

    base

    oftheFountain ofTrevi.

    The

    photographs

    undesignated

    by

    the

    sequenee in which

    they

    ¡vere

    made join withthisstatement to constitute the form of

    thiswork.

  • 8/16/2019 Wall, J. - Señales de indiferencia

    12/20

    JEFF W LL

    necesario

    de

    estas obras. Al otorgarle continuidad al carácter des

    criptivo ineludible

    de

    la fotografía, incluso cuando se ha decretado

    que

    no hay nada significativo que describir figurativamente, Huebler

    intenta destacar algo esencial sobre la idiosincrasia del medio. La

    parte creativa y artística

    de

    este trabajo

    no

    es, obviamente, la foto

    grafía, la fabricación

    de

    imágenes. Esto muestra todas las cualidades

    l imitadas asociadas al sentido desespecial izado y amateur

    que

    el

    fotoconceptualismo tiene

    de

    sí mismo.

    Lo

    creativo

    de

    estas obras

    son

    los proyectos escritos, los programas. Todo elemento que hace que

    una fotografía sea buena o interesante , en términos procedentes

    directamente

    de la

    fotografía artística, queda excluido rigurosa y sis

    temáticamente.

    Al

    mismo tiempo, Huebler elimina toda característi

    ca literaria convencional

    de

    sus declaraciones escritas.

    La obra

    consta de estas dos negaciones simultáneas que producen un  repor

    taje sin suceso y un escrito sin opinión, argumento o comentario.

    Esta doble,negación imita los criterios de la pintura y a escultura

    abstractas radicales y dirige el pensamiento sobre la fotografía hacia

    una conciencia de la dialéctica de sus cualidades descriptivas inhe

    rentes.

    La

    obra

    de

    Huebler

    nos

    permite considerar la condición

    de

      descriptividad en s í misma y señala

    que

    es esta contradicción entre

    el proceso inevitable de describir las apariencias y el igualmente ine

    vitable proceso de hacer objetos, la

    que

    empuja a la fotografía a con

    vertirse

    en modelo de un

    arte cuyo tema es la idea

    de

    arte.

      AMATEURlZACIÓN

    La fotografía, como todas la artes

    que

    la preceden, está basada en la

    técnica, la habil idad y la imaginación

    de

    quienes la practican. Sin

    embargo , todas la s a rt es

    estaban

    destinadas a hacerse

    modernas

    mediante una crítica de su propia legitimación, en la que las técni

    cas y las capacidades vinculadas más estrechamente a ellas

    se ponían

    en cuestión. La ola de reduccionismo

    que

    estalló en los años sesen

    ta evidentemente venía fraguándose desde hacía medio s iglo, y fue

    la maduración (incluso casi

    se

    podría decir la totalización)

    de

    esta

    idea que mostró la posibilidad explícita del arte conceptual ,

    un

    arte

    cuyo contenido no era otro

    que

    la propia idea de s í mismo y la res

    petabilidad asumida de la historia de tal idea.

    296

      SEÑ LES

    DE

    INDIFERENCIA'

    Los pintores y escultores se enfrentaron a este conflicto indagando y

    repudiando  aunque sólo de forma experimental) sus propias habili

    dades, aquellas

    que

    históricamente les habían distinguido de los otros

    (no-art is tas, personas sin habil idades o sin talento). Este acto de

    renunciación tenía consecuencias utópicas y morales. Para

    el

    pintor,

    repudiar radicalmente una complicidad con las tradiciones occidenta

    les era

    una

    notable señal distintiva, dentro

    de

    la

    nueva era,

    de

    lo

    que

    Nietzsche llamaba una transvaloración de todos los valores 4. Ade

    más, la importancia

    de

    este rechazo enseguida se hizo obvia incluso

    para los profanos, aunque en un sentido negativo.  ¡Qué ¿No quieres

    que las cosas se vean

    en

    tres dimensiones? ¡Es absurdo Es fácil valo

    rar el hecho de que algo considerado esencial para el arte le haya sido

    arrebatado. Cualquiera

    que

    sea el aspecto de lo que ha creado el artis

    ta, lo principal , y sin duda lo más importante, es aquello que e s pro

    dueto de la ausencia de elementos

    que

    hasta ahora habían estado

    siempre presentes. La acogida,

    p or n o

    decir la producción, del arte

    moderno se ha basado de forma sustancial en este fenómeno y la idea

    del arte moderno como tal es inseparable de él. La estructura y la

    identidad del proceso histórico

    de

    reflexión crítica tiene su origen

    en

    las corrientes características de las bellas artes más antiguas,

    como

    por

    ejemplo la pintura. Se impone el drama de la modernización,

    en

    el

    que los artistas desechan las características anticuadas de sus métiers,

    y además se ha convertido en el modelo conceptual del arte moder

    no. Clement Greenberg escribió:  Se ha demostrado que determinados

    factores que habíamos considerado esenciales para la realización y

    vivencia del arte ya no lo son porque la pintura moderna ha sido

    capaz de prescindir de ellos sin dejar

    de

    ofrecer al mismo tiempo

    la

    experiencia del arte

    con

    todos sus elementos fundamentales S.

    Empieza la revolución del arte abstracto y experimental y sigue su

    evolución con el rechazo de la descripción figurativa, de su propia

    4

    Friedrich Nietzsche. Ecce Horno .

    en On theGenealogy qfMorals

     n

    EcceHamo

    ed. Walter Kaufmann y trad. Kaufmann y R. J. Hollingdale, Nueva York, Vintage Books,

    1967, p. 290. [Versión española

    en

    Ecce

    Horno

    Madrid, Alianza Editorial, 1996].

    5

    Clement Greenberg, Modernist Painting , en Clement Gmengerg:

    Tbe

    Collected

     says  n Criticism 1I0l 4: Modernism with a Vengeance 1957-1969, ed.  o hn

    O'Brian, Chicago, University of Chicago Press, 1993, p. 92.

    297

  • 8/16/2019 Wall, J. - Señales de indiferencia

    13/20

    ]EFF WALl

    historia

    como

    arte

    de

    delineación y representación

    de

    imágenes y

    posteriormente

    con

    la desacralización

    de

    la institución

    que

    l legó a

    ser conocida como Representación. La pintura encuentra un nuevo

    t los un nueva identidad y un nueva gloria al ser el lugar sobre el

    que

    esta transformación

    se

    desenvuelve.

    Es un

    tópico el observar

    que la

    aparición

    de la

    fotografía,

    como

    el

    arte representativo

    de

    la Revolución Industrial

    en

    el ámbito

    de

    la

    imagen, fue el

    desenc den nte

    del

    proceso

    histórico del arte moder-

    no. Con todo,

    la

    propia evolución histórica

    de la

    fotografía

    e n u n

    dis-

    curso

    moderno h est do

    condicionada

    por

    el

    hecho de

    que, a dife-

    rencia

    de

    las artes antiguas,

    no puede

    prescindir

    de

    la descripción

    figurativa y por tanto, aparentemente, no puede embarcarse en la

    aventura a

    la

    que había   punt do

    en un

    principio.

    Visto esto, eL,di lema del

    proceso

    ,de legitimación

    ded

    fotografía

    como un r t e moderno es

    que

    el medio prácticamente no ofrece

    características prescindibles, como por ejemplo ocurre con la pintu-

    ra, y por tanto no

    puede

    adaptarse a los valores del reduccionismo,

    formulados

    de m ner

    sucinta

    por

    Greenberg

    en

    estas líneas, tam-

    bién

    de

     Modernist Painting :  Lo

    que

    se

    debía

    exponer

    no

    era sólo

    aquello

    que

    era

    único

    e irreductible

    en

    el arte

    en

    general, sino aque-

    llo

    que

    era único e irreductible en cada arte en particular. Cada arte

    tenía que definir, a través

    de

    su propio funcionamiento y de sus pro-

    pias obras , los efectos

    que

    le

    er n

    exclusivos.

    Y,

    actuando así , s in

    dud

    alguna, limitaría su área de competencia, pero al mismo tiem-

    po

    se

    aseguraría más sólidamente la

    posesión

    de este área, ,6

    La esencia de la deconstrucción moderna de la pintura, vista

    como fa-

    bricación de imágenes, no s e l levó a

    c bo en

    el arte abstracto

    como

    pero

    en

    subrayar

    la

    distinción entre la institución

    de

    la Imagen

    y

    la

    estructura necesaria de la propia descripción figurativa. Separar

    las acciones del pintor (aquellos toques

    de

    pincel que, históricamen-

    te,

    por

    lo

    menos en

    Occidente, siempre habían

    d do

    origen a una

    descripción figurativa)

    de

    la descripción figurativa era físicamente

    posible, y el arte abstracto fue la

    prueb

    indiscutible

    de

    ello.

    6 Ibídem,   86.

    298

      ENALE DE INDIFERENCIA

    La fotografía constituye un descripción figurativa, no a través de

    la

    acumulación

    de

    señales individuales, sino

    de

    la

    oper ción

    instantá-

    ne

    de un

    mecanismo integrado. Todos los rayos que p s n a través

    de la lente forman inmediatamente un imagen, y la lente,

    por

    defi-

    nición, crea

    un

    imagen enfocada a su dis tancia focal correcta.

    La

    descripción figurativa es el único resultado posible del sistema de la

    cámara, y

    la

    clase

    de

    imagen

    que

    crea

    un

    l ente es la única imagen

    posible

    en

    fotografía. Por lo tanto,

    por

    muy impresionados

    que

    estu-

    vieran los fotógrafos ante el rigor analítico del discurso crítico

    de

    la

    modernidad,

    no podí n

    participar

    en

    él directamente porque las

    especificidades

    de

    su medio

    no se

    lo permitían. Esta barrera física

    tiene mucho

    que

    ver con la relación tan distante

    que

    existe entre la

    fotografía y la pintura

    en

    la era de la fotografía artística, los prime-

    ros sesenta años, aproximadamente,

    de

    este siglo.

    A p es r d e est a bar re ra , a medi dos

    de

    los   ños se sen ta má s o

    menos, muchos jóvenes artistas y estudiantes de arte

    se

      propi ron

    de la fotografía, dejaron

    de

    interesarse por las versiones

    de

    autor

    imperantes

    en

    el mundo de la fotografía y,

    de

    un manera contun-

    dente, sometieron al medio a un inmersión total y absoluta en la

    lógica del reduccionismo.

    La

    reducción

    esencial

    se

    produjo

    en

    cuan-

    to a la técnica. La fotografía

    podí

    integrarse dentro

    de

    la

    nuev

    lógica radical eliminando todo refinamiento pictórico y sofisticación

    técnica

    que

    había   cumul do

    en

    el proceso

    de

    su propia imitación

    de

    la gran Imagen . De esta maner a, se pudo

    poner

    a prueb el

    medio para determinar sus

    elementos

    indispensables, sin   b ndon r

    la descripción figurativa, encontr ndo maneras

    de

    legitimar fotogra-

    fías

    que

    demostraran

    la

    ausencia

    de

    señales convencionales de dis-

    tinción pictórica desarrolladas por los grandes autores, desde Atget

    hasta Arbus.

    Ya

    hacia 1955, la reevaluación y revalor ización

    de

    los est ilos ver-

    náculos

    de

    la cultura

    popul r

    habían aflorado

    como

    parte

    de

    una

    nueva nueva objetividad ,

    un

    objetivismo alimentado

    por

    las limita-

    c iones del informal ismo lírico, las formas

    de

    arte introvertidas,

    majestuosas y con pretensiones morales de los años cuarenta y cin-

    cuenta. Esta nueva corriente crítica tuvo sus orígenes

    en

    el arte cul to

    y en el mundo académico elevado, como indican los

    nombres

    de

    299

  • 8/16/2019 Wall, J. - Señales de indiferencia

    14/20

    J FF W LL

     asper ohns

    y Piero Manzoni Roland Barthes y Leslie Fiedler. Es la

    continuación

    de un

    proyecto fundamental

    de la

    primera vanguardia

    la transgresión de las fronteras entre el arte cul to y el arte popu

    lar entre artistas y el resto

    de

    la gente entre el arte y la  vida . A

    pesar

    de

    que

    el arte   op a finales

    de

    los

    años

    cincuenta y principios

    de los sesenta parecía centrarse en aportar elementos de la cultura de

    masas a las formas

    de

    alta cultura ya hacia los años veinte la situa

    ción había tomado un cariz mucho más complejo y podían verse

    cómo los motivos y los estilos provenientes de las fuentes

    de

    la van

    guardia y

    de

    la alta cultura circulaban libremente

    entre

    muchas de

    las nuevas Industrias Culturales

    de

    Europa Estados Unidos Unión

    Soviética y por todas partes. Esta transición entre culto y popular

    se había convertido en la problemática prioritaria de la vanguardia

    porque

    era

    un

    reflejo del claro

    proceso de

    modernización

    de

    todas

    las culturas. La gran pregunta e ra si e l ar te tal y como había surgi

    do del pasado se  modernizaría o no mediante una fusión con las

    nuevas estmcturas de la cultura de masas.

    La sombra

    de

    esta gran reducción estaba presente detrás de todas

    las tendencias hacia el reduccionismo.

    La

    experimentación con lo

     anestético con la apariencia

    de

    no-arte la  condición de no

    arte o con la  pérdida

    de

    lo visual es

    en

    este sentido una mane

    ra de tentar al destino. Detrás

    de

    las fórmulas de Greenberg elabo

    radas primeramente a finales

    de

    los años treinta reside el temor de

    que probablemente y a la postre no hayan características impres

    cindibles

    que

    distingan las artes y

    que

    el arte tal y como ha llega

    do

    hasta nosotros también es muy prescindible.

     ugar

    con lo anes

    tético era por

    un l ado una

    necesidad intelectual

    en

    el contexto

    de

    la

    modernidad y por otro una l iberación de las energías psíquicas y

    sociales

    que

    tenían los intereses puestos en la liquidación del arte

    cul to burgués. Hacia 1960 se podía obtener un cierto placer con

    esta experimentación

    un

    placer

    que

    además

    había estado sanciona

    do

    radicalmente por la agresividad

    de

    la primera vanguardia o

    por

    lo menos por las ramas más importantes

    de

    ésta.

    Consecuentemente las deconstmcciones radicales se transformaron

    en búsquedas

    de

    modelos

    de

    lo anestético Duchamp había traza

    do

    el mapa

    de

    este territorio antes

    de

    1920 y su influencia fue ver-

    300

     SEÑ LE SDE INDIFERENCIA

    daderamente la más decisiva para los nuevos objetivismos críticos

    que

    emergieron a la superficie cuarenta años más tarde con Gerhard

    Richter Andy Warhol Manzoni y

     ohn

    Cage

    entre

    otros. Lo anesté

    tico encuentra su

    emblema en

    el ready-made la mercancía

    en

    todas

    sus formas colores y signos. Los

    entornos de

    la clase trabajadora

    de

    la

    clase media-baja

    de

    la residencial y

    de

    la marginal fueron escm

    tados exhaustivamente

    en

    busca

    de

    imágenes representaciones

    figuraciones y objetos utilitarios representativos

    que

    transgredían

    todos los criterios modernos y canónicos del gusto del estilo y

    de

    la

    técnica. En ocasiones los primeros años del arte

    pop

    parecen haber

    sido una carrera en

    busca de

    la

    imagen

    más perfecta y metafísica

    mente banal la clave que demuestra la capacidad que t iene la cul

    tura

    de

    sobrevivir cuando se había

    abandonado

    todo lo

    que

    en arte

    moderno es conocido como seriedad profesionalidad y reflexión.

    Evidentemente lo vacío lo falso lo funcional incluso lo bmtal no

    e ra nada

    nuevo como

    arte

    en

    1960 pues se habían convertido

    en

    tropos de la vanguardia a través del surrealismo. Sin embargo desde

    el prisma creado por el arte Pop existían enfoques anteriores de este

    problema que hacían hincapié

    en

    su adhesión a la idea román ti ca

    del poder transformador del arte auténtico. Lo anestético

    se

    trans

    forma

    en

    arte

    pero

    s iguiendo la l ínea

    de

    fractura del impacto. El

    impacto

    causado por

    la aparición

    de

    lo anestético

    en una

    obra seria

    es suavizado por el aura de la propia seriedad. Es este aura la que

    se convierte

    en

    el

    blanco de

    la nueva ola del juego crítico. El arte de

    vanguardia había conservado lo anestético

    en

    su lugar mediante una

    red de

    maniobras sofisticadas

    de

    gestos transgresores y premedita

    dos que

    siempre

    se

    detuvieron

    en

    el umbral del auténtico

    abando-

    no Recordemos la pornografía de Bellmer la propaganda de Heart

    field la publicidad

    de

    Maiakovski. Aparte del ready made no había

    una mimesis o apropiación total

    de

    lo anestét ico y es probable que

    el ready-made aquello

    que

    realmente había traspasado el l ímite

    proporcionara

    una especie

    de pun to de

    apoyo sobre

    el cual entre

    1920 y 1960 todo lo demás podía conservar su equilibrio.

    La

    mimesis sin

    precedentes

    de  la

    condición

    de no-arte de los artis

    tas

    de

    los primeros

    años

    sesenta

    parece un

    reflejo instintivo

    de

    estas

    líneas

    de la Teoría estética de Theodor W Adorno que estaba escri

    biendo en aquel mismo periodo:  La estética o lo

    que

    queda de ella

    301

  • 8/16/2019 Wall, J. - Señales de indiferencia

    15/20

    Hans Bellmer, Untitled La Croix

    gamahuchéeJ, 1946.

    JEFF WAlL

    parece asumir de una forma tácita que

    la

    supervivencia de alte

    no

    es

    un

    pro

    blema. Es fundamental

    para

    este t ipo

    de estética la pregunta de cómo sobre

    vive

    e

    ar te, y no si sobrevivirá. Hoy

    esta visión ofrece poca credibilidad. La

    estética ya

    no puede

    contar con el arte

    como

    hecho.

    Si

    e

    arte tiene

    que

    per

    manecer fiel a su concepto,

    debe

    con

    veltirse en antiarte o debe desarrollar

    un sentido de autodesconfianza, senti

    do que

    ha surgido del des fa se moral

    ent re su ex is tencia con tinuada y las

    catástrofes humanas, pasadas y futuras», y «Actualmente el arte mo

    derno significativo es totalmente irrelevante en una sociedad

    que

    lo

    único que hace es tolerarlo. Esta situación afecta al arte en sí mismo,

    y le obl iga a lleV ,l.f estas señales de indiferencia: se produce la sen

    sación inquietante de

    que

    este arte tanto podría ser diferente como

    no existir

    en

    absoluto .

    'SEÑAlES   INDIFERENCIA

    tabúes, sometiendo la fotografía a

    una

    metodología reduccionista,

    tanto en

    sus serigrafías como en sus películas. Las pinturas repetían

    o se apropiaban del fotoperiodismo y

    de

    la fotografía de glamour y

    afirmaban que la especialización

    en

    la creación

    de

    imágenes no era

    relevante a

    la

    hora

    d e d ar

    sentido

    al

    arte

    de

    las imágenes.

    Las

    pelí

    alias

    llevaron el

    debate

    directamente hasta el

    campo de

    lo fotográ

    fico y establecieron

    una

    estética

    de

    amateurismo

    que

    conectaba con

    las tradiciones neoyorquinas

    que

    se remon taban, a t ravés

    de

    los

    beats y de algunos independientes, al final

    de

    los años tre inta y a las

    películas experimentales de James Agee y Helen Levitt. A la tradición

    de películas independientes, íntimas y naturalistas, como era el caso de

    Robert Frank,

    John

    Cassavetes o Frederick Wiseman, Warhol añadió

    vez sustrajo sería la palabra más adecuada la agonía de reduc

    cionismo. Cassavetes fusionó la tradición documentalista con actores

    del método en películas como

    Faces  968 ,

    con la intención de

    acercarse a

    la

    gente. La fotografía y la iluminación rudimentarias lla

    maron la atención, pero el estilo significó una decisión moral de

    renunciar a los

    acabados

    técnicos en

    nombre de

    la sinceridad emo

    cional. Warhol invirtió

     l sentido en películas

    como Eat, Kiss,

    o

    Sleep

    La

    mera apropiación

    de

    lo anestético, la consumación imaginada de

    gesto de conveltirse en anti-arte, o no-arte, es e acto de interioriza

    ción de la indiferencia

    de

    la sociedad ante la fel ic idad y la seriedad

    del arte. Por lo tanto, también se tra ta de u na expresión de la pro

    pia identificación del artista

    con

    las funestas fuerzas sociales. Esta

    identificación, como ocurre normalmente

    con

    el arte mode rno ,

    puede

    ser probablemente experimental, pero el experimento

    debe

    ser realizado en

    la

    realidad, corriendo el riesgo

    d e que se

    produzca

     una identificación con e agresor y de

    q ue po r

    ser t an exi to so

    socialmente como arte llegue a convertirse

    en

    ineludible y perma

    nente. Duchamp,

    de una

    manera delicada, lo evitó; Warhol quizá no.

    y

    al

    no hacerlo, ayudó a hacer explícitas algunas de las energías

    ocultas del reduccionismo. Warhol hizo su trabajo, transgresor

    de

    7 Theodor Adorno,

    Aesthetic 7beor) ,

    trad.

     

    Lenhardt, Londres, Routledge

     

    Kegan Paul, 1984, pp. 464-470. [Versión española en

    Teoria estética,

    Madrid, Taurus,

    1992]

    302

    Warhol, Kiss, 1963-1964. Andy Warhol, 5leep, 1963.

    303

    Andy Warhol, Eat, 1964.

  • 8/16/2019 Wall, J. - Señales de indiferencia

    16/20

    JEFF W LL

     todas de 1963), separando el estilo cinematográfico de su tipología

    temática humanista y radical; de hecho, se s irve

    de

    ello para colocar

    a la

    gente

    a

    una

    distancia específica,

    en una

    nueva relación con el

    espectador. De esta manera,

    se

    construye

    un modelo

    metodológico:

    la técnica amateur o

    no

    profesional

    de la

    cámara, convencionalmen

    te asociada al naturalismo anticomercial y

    al

    compromiso existencial,

    p or n o

    decir político, deja

    de

    tener

    estas connotaciones

    y

    se

    la

    vin

    cula a nuevos temas psicosociales , incluida

    una

    nueva versión del

    glamour qu e querí a dejar a trás. En este proceso, e l amateur ismo

    como tal se hace visible como la modalidad o el est ilo fotográfico

    que,

    en

    sí mismo, significa el desarraigo de la fotografía

    de

    tres gran

    des normas de la tradición representativa occidental: la formal, la

    técnica, y la qu e está relacionada con la gama

    de

    contenidos. War

    hol viola todas estas normas simultáneamente, como había hecho

    Duchamp antes

    co n

    el ready made. Duchamp consiguió que su obra

    fuese un objeto independiente, desvinculado de las tradiciones

    dominantes,

    pero no

    fue hasta Warhol que

    se

    otorgó a la imagen

    un

    tratamiento similarS. La sustitución qu e

    hace

    Warhol del

    concepto de

    artista

    como productor

    cualificado, por la

    de

    artista

    como

    consumi

    dor

    de

    nuevos artilugios de fabricación de imágenes,

    no

    fue s ino la

    manifestación más sorprendente y más obvia de lo que

    se

    podía lla

    mar el nuevo amateurismo,

    qu e

    caracteriza gran parte del arte de los

    años sesenta y

    de

    los primeros setenta.

    Las

    pel ículas amateurs y las imágenes y est ilos fotográficos tenían

    que

    ver, naturalmente, con la tradición del documental,

    pero

    la ver

    dadera repercusión del

    g én e ro s e d io

    con

    la o br a d e

    aficionados rea

    les,

    la

    población

    en

    general , la gente . Para empezar ,

    debemos

    admitir

    que

    hay

    una

    idea utópica consciente

    en

    est e giro hacia lo

    vernacular tecnológico.

    El

    eslogan

    de ]oseph

    Beuys cualquier per

    sona

    es art is ta , o la ret icencia

    de

    Lawrence Weiner para la realiza

    ción

    y

    posesión

    de

    sus obras,

    son

    un

    claro

    y

    peculiar reflejo del lado

    idealista de la afirmación de

    qu e

    el

    proceso de

    realización de obras

    de arte necesita ser,

    de hecho

    se

    ha

    convertido, en algo mucho más

    sencillo de lo que era en el pasado. Estos artistas afirmaban que la

    8   f la tesis de De Duve cuando afirma que el

    readv made

    puede debe

    deno-

    minarse pintura.

    304

     SEÑ LES DE INDIFERENCIA

    gran masa

    de

    gen te hab ía sido exc lu ida del a rte med iant e unas

    barreras sociales y había interiorizado

    una

    identidad como personas

     sin talento e inartísticas y

    po r

    esto

    se

    mostraban resentidas ante

    la presión que ejercían las instituciones dominantes

    sobre

    ellas, sin

    éxito, obligándolas a

    venerar

    este arte. Este resentimiento constituyó

    la fuerza motriz

    de

    la cultura de masas filistea y del kitsch, y también

    de

    las actitudes legislativas y sociales represivas para

    con

    las artes.

    La pervivencia del régimen del arte culto especializado intensificó la

    alienación tanto

    de

    la

    gente

    corriente

    como de

    los artistas con talen

    to y especializados, quienes,

    en

    tanto que objetos

    de

    resentimiento,

    desarrollaron

    una

    antipatía elitista hacia

     la

    chusma y

    se

    asociaron

    con las clases dirigentes como únicos posibles mecenas. Este círcu

    lo vicioso

    de

    lo vanguardista y kitsch sólo podía romperse median

    te una t ransformación y negación violenta del arte cul to. Esta polé

    mica es una reproducción casi