vovolpi, georgie, tierra de paras, mural, 08.ago.15

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08/08/15 11:39 Página 1 de 2 http://www.mural.com/aplicaciones/editoriales/editorial.aspx?id=68731&impresion=1 Tierra de paras Jorge Volpi (08-08-2015).- En una película cargada de escenas desasosegantes, la primera y la última secuencia condensan una vez más la inutilidad de la batalla (aunque se trate de un documental, advierto sobre el spoiler): un grupo de policías, vestidos con sus uniformes reglamentarios, se dedica a cocinar metanfetaminas en plena noche michoacana. Sus rostros permanecen cubiertos con paliacates, pero en sus gestos y miradas, incluso más que en sus voces y sus palabras, se condensa el fracaso de la guerra contra el narco. Con una mezcla de descaro y resignación, al inicio de Cartel Land (2015) uno de los miembros del grupo le explica al director y camarógrafo Matthew Heineman que su producto está destinado a Estados Unidos; que si no ellos, otros se encargarán de producirlo y transportarlo; que esta es la vida que les ha tocado y no se arrepienten de ella. A estas alturas todos sabemos que las fuerzas de seguridad y los narcotraficantes no sólo se hayan coludidos sino que son los mismos, pero observar a este personaje menor, orgulloso de su doble carácter de guardián de la ley y criminal, elimina hasta el último resquicio de esperanza. A partir de esta premisa, la de que el Estado no es confiable y por tanto los ciudadanos deben ocuparse de enfrentar a los narcos, Cartel Land contrapone las vidas paralelas de dos figuras singulares: el Dr. José Manuel Mireles, uno de los más conspicuos, fascinantes y complejos líderes de las Autodefensas de Michoacán, y Tim Nailer Foley, un obseso ex militar que ha formado una unidad armada en el sur de Arizona con el objetivo de enfrentarse a los cárteles mexicanos que, en su delirante visión del mundo, están invadiendo Estados Unidos. La idea de confrontar a dos hombres que, ante su común desconfianza hacia las instituciones, optan por armar a sus conciudadanos para proteger a sus familias queda muy desbalanceada. Porque si bien Nailer Foley puede parecer gracioso al encarnar la típica historia del white trash alcohólico y violento que de pronto recibe una iluminación y abraza una causa con celo religioso, no deja de ser un sujeto delirante que, acompañado por una cohorte de perdedores, disfruta de sus uniformes, sus gadgets y su disciplina militar en una guerra que sólo existe en su mente. Foley luce como un harapiento y militarizado don Quijote que, a la manera de Donald Trump, confunde a estos desfallecientes migrantes mexicanos y centroamericanos con peligrosos delincuentes a los que cree haber vencido en una batalla campal. Por ello, la única figura en verdad apasionante del documental termina siendo el doctor Mireles, una presencia tumultuosa que se come a la cámara cada vez que ésta le concede un primer plano. Con su piel tostada al sol, su gran bigote entrecano y su sombrero, su energía imbatible y sus discursos inflamados, aparece como un héroe -o antihéroe, según las versiones- capaz de transformar por sí mismo a una comunidad entera sólo para caer víctima de su propia hubris. Si Foley no deja de ser un payaso -peor: un payaso armado-, el Mireles de Cartel Land adquiere proporciones trágicas: atrabiliario, generoso, convencido de sus decisiones, y al mismo tiempo soberbio e irrefrenable -como cuando la cámara lo capta seduciendo, si no de plano acosando, a una joven reina de belleza-, terco e intolerante. Su camino recuerda, en efecto, a un personaje de Sófocles o Shakespeare: Cartel Land muestra su ascenso como líder comunal, su vocación de servicio como médico y jefe armado, y el amor y la lealtad que le dispensan sus cercanos sólo para que, a partir del accidente o atentado que sufre en un desplazamiento aéreo, sea víctima de la traición de sus seguidores -en particular de quien fuera su segundo, esa suerte de Sancho Panza conocido con el apropiado mote de Papá Pitufo- y de las represalias del gobierno, mientras sus propios yerros lo llevan a perder a su familia y, en última instancia, a su encarcelamiento.

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Vovolpi, Georgie, Tierra de Paras, Mural, 08.Ago.15

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08/08/15 11:39Pgina 1 de 2 http://www.mural.com/aplicaciones/editoriales/editorial.aspx?id=68731&impresion=1Tierra de parasJorge Volpi(08-08-2015).- En una pelcula cargada de escenas desasosegantes, la primera y la ltima secuenciacondensan una vez ms la inutilidad de la batalla (aunque se trate de un documental, advierto sobre elspoiler): un grupo de policas, vestidos con sus uniformes reglamentarios, se dedica a cocinarmetanfetaminas en plena noche michoacana. Sus rostros permanecen cubiertos con paliacates, peroen sus gestos y miradas, incluso ms que en sus voces y sus palabras, se condensa el fracaso de laguerra contra el narco.Con una mezcla de descaro y resignacin, al inicio de Cartel Land (2015) uno de los miembros delgrupo le explica al director y camargrafo Matthew Heineman que su producto est destinado aEstados Unidos; que si no ellos, otros se encargarn de producirlo y transportarlo; que esta es la vidaque les ha tocado y no se arrepienten de ella. A estas alturas todos sabemos que las fuerzas deseguridad y los narcotracantes no slo se hayan coludidos sino que son los mismos, pero observar aeste personaje menor, orgulloso de su doble carcter de guardin de la ley y criminal, elimina hasta elltimo resquicio de esperanza.A partir de esta premisa, la de que el Estado no es conable y por tanto los ciudadanos debenocuparse de enfrentar a los narcos, Cartel Land contrapone las vidas paralelas de dos gurassingulares: el Dr. Jos Manuel Mireles, uno de los ms conspicuos, fascinantes y complejos lderes delas Autodefensas de Michoacn, y Tim Nailer Foley, un obseso ex militar que ha formado una unidadarmada en el sur de Arizona con el objetivo de enfrentarse a los crteles mexicanos que, en sudelirante visin del mundo, estn invadiendo Estados Unidos.La idea de confrontar a dos hombres que, ante su comn desconanza hacia las instituciones, optanpor armar a sus conciudadanos para proteger a sus familias queda muy desbalanceada. Porque sibien Nailer Foley puede parecer gracioso al encarnar la tpica historia del white trash alcohlico yviolento que de pronto recibe una iluminacin y abraza una causa con celo religioso, no deja de ser unsujeto delirante que, acompaado por una cohorte de perdedores, disfruta de sus uniformes, susgadgets y su disciplina militar en una guerra que slo existe en su mente. Foley luce como unharapiento y militarizado don Quijote que, a la manera de Donald Trump, confunde a estosdesfallecientes migrantes mexicanos y centroamericanos con peligrosos delincuentes a los que creehaber vencido en una batalla campal.Por ello, la nica gura en verdad apasionante del documental termina siendo el doctor Mireles, unapresencia tumultuosa que se come a la cmara cada vez que sta le concede un primer plano. Con supiel tostada al sol, su gran bigote entrecano y su sombrero, su energa imbatible y sus discursosinamados, aparece como un hroe -o antihroe, segn las versiones- capaz de transformar por smismo a una comunidad entera slo para caer vctima de su propia hubris. Si Foley no deja de ser unpayaso -peor: un payaso armado-, el Mireles de Cartel Land adquiere proporciones trgicas:atrabiliario, generoso, convencido de sus decisiones, y al mismo tiempo soberbio e irrefrenable -comocuando la cmara lo capta seduciendo, si no de plano acosando, a una joven reina de belleza-, terco eintolerante.Su camino recuerda, en efecto, a un personaje de Sfocles o Shakespeare: Cartel Land muestra suascenso como lder comunal, su vocacin de servicio como mdico y jefe armado, y el amor y lalealtad que le dispensan sus cercanos slo para que, a partir del accidente o atentado que sufre en undesplazamiento areo, sea vctima de la traicin de sus seguidores -en particular de quien fuera susegundo, esa suerte de Sancho Panza conocido con el apropiado mote de Pap Pitufo- y de lasrepresalias del gobierno, mientras sus propios yerros lo llevan a perder a su familia y, en ltimainstancia, a su encarcelamiento.08/08/15 11:39Pgina 2 de 2 http://www.mural.com/aplicaciones/editoriales/editorial.aspx?id=68731&impresion=1El documental concluye en el mismo escenario del inicio, exhibiendo la mayor derrota para Mireles -yen general para cualquier grupo paramilitar-: el momento en el que, tras la decisin de Pap Pitufo deconvertir a las Autodefensas en Policas Comunitarias aprobadas por el gobierno, estas se ven deinmediato inltradas por los mismos narcos que aparentan combatir. La conclusin es evidente: talcomo insina el narco-polica enmascarado, mientras las drogas sean ilegales y sigan generandomillones no desaparecern ni el trco ni la violencia. @jvolpi Copyright Grupo Reforma Servicio InformativoESTA NOTA PUEDES ENCONTRARLA EN:http://www.mural.com/aplicaciones/editoriales/editorial.aspx?id=68731Fecha de publicacin: 08-08-2015