vol 1: saint seiya - saga: cataclismo 2012

171
SAINT SEIYA Saga: Cataclismo 2012 Vol. I SKYLIGHT

Upload: kaze

Post on 22-Jul-2016

358 views

Category:

Documents


49 download

DESCRIPTION

Proyecto de fanfic y fanarts. Por Kazeshini y Estudio Skylight

TRANSCRIPT

Page 1: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012

SAINT SEIYA

Saga: Cataclismo 2012Vol. I

SKYLIGHT

Page 2: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012
Page 3: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012

SAINT SEIYA

S AG A

C ATAC L I S M O 2 0 1 2

Page 4: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012

Obra original: SAINT SEIYA / LOS CABALLEROS DEL ZODIACOPor: MASAMI KURUMADA

Título: SAINT SEIYA – SAGA: CATACLISMO 2012Por: KAZESHINITipo: FANFICEscrito en: ECUADOR2013

Edición: SKYLIGHTEditado en: ECUADOR2015

Page 5: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012

CONTENIDOPALABRAS DEL AUTORNOTAS Y TERMINOLOGÍAINTRODUCCIÓNCAPÍTULO 1 CAPÍTULO 2 CAPÍTULO 3 CAPÍTULO 4CAPÍTULO 5CAPÍTULO 6CAPÍTULO 7CAPÍTULO 8CAPÍTULO 9CAPÍTULO 10CAPÍTULO 11CAPÍTULO 12 CAPÍTULO 13 CAPÍTULO 14CAPÍTULO 15CAPÍTULO 16CAPÍTULO 17CAPÍTULO 18CAPÍTULO 19CAPÍTULO 20ANEXOSARTWORKS ORIGINALES por KazeshiniINFORMACIÓN SOBRE EL AUTORDEDICATORIAAGRADECIMIENTOSCONTACTO Y ENLACES

6811131923273337414751576367717581879197103109114142158162164166

Page 6: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012

PALABRAS DEL AUTOR

Page 7: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012

“Aún recuerdo lo mejor de mi infancia: Me sentaba frente al televisor con mi hermano menor en la tarde, esperando emocionados a que comience nuestra serie favorita.

Solo con escuchar los primeros acordes de las versiones en español de ‘Pegasus Fantasy’ y ‘Soldier Dream’, sabíamos que nos transportaríamos al fantástico mundo de los Caballeros del Zodiaco.

Exclamábamos los nombres de las técnicas, ansiábamos vestir esas increíbles armaduras y poseer ese gran poder para salvar a la humanidad. No imaginan lo bien que la pasábamos durante esa media hora.

Pero no estaba contento con el —a mi parecer— poco tiempo que le dedicaba la televisión ecuatoriana a nuestro anime predilecto, así que dejaba volar mi imaginación ideando nuevas aventuras para mis héroes, plasmándolas en cualquier tipo de papel que tenía al alcance. De hecho, todavía conservo con cariño aquellos dibujos e historias infantiles.

Y así pasaron los años, y mi creatividad y fanatismo por Saint Seiya crecieron junto conmigo. Por tal razón, tuve que demostrar mi amor a la serie buscando otra forma de expresión diferente, y fue así como descubrí el mundo del fanfic gracias a mi hermano.

Justamente la primera historia que él compartió conmigo, fue la escrita por un fan conocido como Eduardo de Zeus. Leer su ‘Saga de Zeus’ me emocionó tanto, que no pude evitar inspirarme para escribir mi propio fic y así, entre los años 2005 y 2006, creé la aventura que titularía como: ‘Saint Seiya – Saga: ELEMENTAL’.

Transcurrieron los años en sequía de ideas, así que en lugar de escribir me dediqué a leer todo tipo de historias sobre el fandom. Historias que incluso me daban la sensación de presenciar una continuación oficial de nuestra serie preferida, sin embargo, ni con tan bien logrados fics como modelo, logré recuperar mi motivación para escribir.

Pero el tiempo pasa y la inspiración llega cuando uno menos la espera. En consecuencia, aquí me tienen de vuelta en el mundo del fanfic y el fanart para hacer un tributo más a la serie que tantos buenos ratos me dio, me da actualmente y me dará hasta el último de mis días; porque aunque nunca he estudiado técnicas de escritura ni dibujo, este esfuerzo lo estoy haciendo con amor y dedicación.

Estoy escribiendo y dibujando de la mejor forma que me es posible, consciente de que puedo mejorar cada día, ya que quiero ofrecerles un trabajo de calidad.

Sin más por decir, les presento la Saga CATACLISMO 2012 de Saint Seiya. Que la disfruten”.

Page 8: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012

NOTAS Y TERMINOLOGÍA

Page 9: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012

- Para referirse a los guerreros que pelean al servicio de la diosa Atenea, se utilizará indistintamente los términos ‘Santo’ (denominación oficial de Kurumada) y ‘Caballero’ (denominación utilizada en el doblaje y también en traducciones del manga).

- Para referirse a las mujeres protectoras de la diosa griega de la sabiduría, se utilizará el término no oficial ‘Amazona’ y el genérico ‘Guerrera’. En ocasiones se citará también la disonante denominación ‘Santo Femenino’, también mencionada en el canon.

- Las estructuras en las que habitan los Santos de Oro se denominan ‘Doce Casas’ (término utilizado en el doblaje), o bien ‘Doce Templos’ (término oficial utilizado en el manga).

- Los ropajes sagrados que visten los personajes, ya sean aliados o antagonistas, generalmente son llamados ‘armaduras’, las cuales se clasifican de acuerdo a quien las porta: ‘cloth’ es la utilizada por un Santo de Atenea y por la misma diosa; ‘sapuri’ o ‘surplice’ es el que cubre el cuerpo de los ‘Espectros’ y ‘Jueces’ del ejército de Hades; ‘escama’ o ‘scale’ es la que viste a los guerreros de Poseidón, los llamados ‘Generales Marinos’ o ‘Marinas’ (término oficial); ‘gloria’ se refiere a la armadura de los guerreros de Artemisa; ‘god robe’ es el ropaje protector de los ‘Dioses Guerreros’ de Asgard; ‘Kamui’ son los trajes divinos utilizados únicamente por los Doce Olímpicos.

- Adicional a los términos oficiales, el autor de esta historia incluye la denominación ‘Armadura Suprema’ para los ropajes sagrados de los diez dioses de distintas mitologías protagonistas del fic.

- El recipiente metálico contenedor de una cloth es llamado ‘caja de pandora’ o ‘pandora box’.

- El término ‘object’ es utilizado para denominar a una armadura en estado pasivo (cuando está ensamblada en la forma de la constelación que representa, en el caso de una cloth).

- Para los ataques especiales utilizados por los protagonistas de la historia, se utiliza indistintamente los términos ‘técnica’ y ‘ken’.

- Para hacer alusión a Shion, Mû, Kiki y varios OCs como descendientes de los habitantes del desaparecido continente de Lemuria o Mu, se utilizarán indistintamente los gentilicios ‘lemuriano’ y ‘muviano’.

- Se considera canon a la ‘Saga de Asgard’ que se desarrolló tras el enfrentamiento entre Santos de Bronce y Dorados y a la vez se considera también la existencia de Bluegard como nación de los ‘Guerreros Azules’.

- La historia se desarrolla en una línea de tiempo que supone un pasado enfrentamiento contra Zeus, el cual hipotéticamente tuvo lugar en el Olimpo tras los hechos suscitados en la OVA Tenkai-Hen Overture. En consecuencia, el canon llamado ‘Saint Seiya: Next Dimension’ no se consideró en este argumento, ya que todavía se encuentra en desarrollo por su autor original.

- Para algunas técnicas y referencias al pasado, se considera como canon al spin-off Saint Seiya: The Lost Canvas, teniendo en cuenta que su trama ha concluido y que la línea de tiempo coincide con el inicio del anime y manga clásicos.

- Se considera canon a otras fuentes oficiales que no salieron de la pluma del autor, pero que sí fueron supervisadas por él. Entre éstas a la Enciclopedia Taizen, la Gigantomaquia, el Episodio G y el Hipermito.

- Las apariencias físicas de los personajes oficiales están descritas en base a las ideadas por el maestro Shingo Araki en la animación clásica.

- Para diálogos que representan pensamientos o reflexiones se utilizarán las comillas angulares (« »).

Page 10: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012

- Para citar nombres de técnicas u otros términos importantes que se deseen resaltar en el texto, se utilizarán las comillas simples (‘’).

- Para diálogos que representan conversaciones telepáticas, palabras en otros idiomas u otros vocablos, se utilizará letras en cursiva.

- Las transiciones entre los lugares en los que se desarrolla la historia, se citan entre dos signos de igual (== ==).

- Las transiciones entre escenarios que se desea revelar hasta descritos en la trama, se separan con tres asteriscos (***).

Page 11: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012

INTRODUCCIÓN

Atenea y sus Caballeros restauraron una vez más la paz en el planeta tras varios años de cruentas batallas. El avatar de Zeus, el todopoderoso dios de los dioses olímpicos, fue detenido en su intento por castigar a los humanos.

La paz reinó en la Tierra y el Santuario por varios años, durante los cuales Saori Kido, en lugar de elegir un nuevo Patriarca; se proclamó administradora de su propio recinto sagrado y tomó varias decisiones trascendentes.

Las Doce Casas fueron habitadas nuevamente por una naciente generación de Caballeros Dorados y el nuevo Santuario contaba, además, con una joven y renovada armada de Santos de Plata y de Bronce.

Page 12: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012
Page 13: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012

CAPÍTULO 1

ESPERANZA: LA NUEVA GENERACIÓN DE BRONCE

==Santuario de Atenea. Casa de Libra==

—Levántate Senshi. Yo sé que puedes hacerlo mejor esta vez —exhortó Shiryû con una voz paciente y comprensiva a su aprendiz.

A sus pies y esforzándose por levantarse, estaba el nuevo Caballero de Bronce de Dragón. El joven se encontraba bastante maltrecho por lo exigente del entrenamiento.

Al verlo en tal condición, el Dorado de Libra suavizó su actitud y le extendió su mano para ayudarlo a reincorporarse, sin embargo, el Santo la rechazó y con gran determinación se puso de pies por sus propios medios.

—Lo siento maestro. No fallaré esta vez —aseguró el muchacho de cabellera negra hasta los hombros, poniéndose en guardia y encendiendo su cosmos a su máximo posible.

Viendo tal demostración de convicción, el mentor le regaló una sonrisa de satisfacción al alumno.

—¡Perfecto! Ahora recuerda que para liberar el poder máximo de tu constelación, no debes bajar la guardia de tu puño izquierdo… Protege tu corazón.

Escuchando estos consejos, Senshi puso todo su empeño y concentración en liberar la técnica que tanto esfuerzo le costó aprender:

—¡‘Dragón Naciente del Monte Rozán’! —exclamó, liberando una cantidad enorme de energía con el ken.

No obstante, en milésimas de segundo Shiryû esquivó el furioso embate y, observando la defensa baja de su sucesor de bronce, se acercó a él y posó la mano sobre su pecho sin que siquiera lo notara.

—Debes concentrarte más, Senshi. El enemigo no solo te tocará el corazón. No dejes puntos débiles en tu técnica.

El aludido permaneció inmóvil al estar tan cerca de la imponente presencia del legendario Shiryû. Siempre le impactó la presencia majestuosa que le otorgaba portar la armadura dorada de Libra.

—Lo haré mejor la próxima vez, maestro —susurró el joven de Bronce, retirando la mirada. En sus ojos azulados era evidente la decepción.

—Vamos, quita esa cara. Con más entrenamiento serás el mejor —lo animó amable el sabio instructor, mirándolo con ternura—. Y no seas tan formal conmigo. Puedes decirme ‘papá’ si quieres.

El rostro del Caballero de Bronce se iluminó con una radiante sonrisa al escuchar estas palabras. No pudo contener el impulso de dar un fuerte abrazo a su padre y mentor.

—¡Algún día seré tan fuerte como mi papá y el abuelo Dohko! —expresó el joven con exorbitante júbilo—. ¡No descansaré hasta convertirme en una leyenda como tú!

—¡Tienes buena actitud, Senshi! Sin duda eres todo un Santo de Atenea —lo felicitó Libra, acariciando suavemente su cabellera negra—. Cuando tu madre te vea con esa armadura se va a emocionar mucho.

El sonido de varios pasos metálicos sobre el mármol interrumpió la conversación entre padre e hijo. Un Caballero Dorado hizo presencia en el Séptimo Templo.

Page 14: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012

—¡Shun! Qué agradable sorpresa.

Virgo no respondió a la espontánea bienvenida de su amigo y compañero de generación. Su semblante era diferente al habitual, ya que en ese momento mostraba preocupación y premura. Ni siquiera se tomó el tiempo para saludar al sucesor y al antecesor del Dragón.

—Perdón por interrumpirlos, pero Atenea ha convocado a una Reunión Dorada.

El rostro de Shiryû se ensombreció de repente. Él sabía que si Saori reunía a todos los Caballeros Dorados en los aposentos del Patriarca, no sería para darles buenas noticias.

—Senshi, por favor regresa a entrenar con tus compañeros —le ordenó con seriedad a su hijo—. Te veré en la noche.

Sin decir nada más, Libra apresuró el paso junto a Shun dispuesto a reunirse con su diosa.

Ante la mirada perpleja del Dragón, los Caballeros de Aries, Tauro, Géminis, Cáncer y Leo atravesaron presurosos el templo. Era la primera vez que Senshi veía a tantos Santos Dorados juntos.

==Santuario de Atenea. Campos de Entrenamiento==

En actitud relajada, una bella joven de larga cabellera castaña se encontraba recostada sobre una de las pocas porciones de pasto del terreno. En medio de su aburrimiento posó su mirada verde en el lento pasar de las nubes. Un sonoro bostezo escapó de su boca, ya que lo tranquilo del ambiente le había causado un poco de somnolencia.

—Qué aburrido es todo esto… —masculló la chica, jugueteando con la máscara metálica que se suponía debía estar cubriendo sus facciones—. ¿Por qué el maestro dejó mi entrenamiento y se fue así tan de repente?

—¡Anna! ¡Esta es la décima vez en esta semana que dejas que vean tu rostro! —le reprendió un joven rubio de vivaces ojos castaños—. ¡Tu maestro Shun te va a regañar si no te ve con ella!

Quien le hablaba era su amigo y compañero, el Santo de Bronce de Pegaso.

La aludida simplemente se tomó tales palabras a modo de broma, como casi siempre solía hacerlo.

—Eres un pesado, Kenji. No creas que me voy a enamorar de ti solo porque me has visto tantas veces sin máscara —profirió Anna de Andrómeda, sonriéndole de forma coqueta al sorprendido muchacho, cuyo rostro se ruborizó de inmediato.

—No digas tonterías, Anna —respondió el joven con un improvisado aire severo que intentaba disfrazar su vergüenza—. Conoces bien las reglas del Santuario y ya te has metido en bastantes problemas por desobedecerlas

—Está bien, no te pongas así, Kenji —le instó la joven, reaccionando a la actitud de su interlocutor—. Ustedes los japoneses sí que se lo toman todo muy en serio.

Andrómeda dejó la comodidad de su lecho de césped para colocarse nuevamente su máscara.

—¿Contento?

—No vine aquí para reclamarte por tu máscara. Solo quería preguntarte si has visto por aquí a mi maestra Marin. Se fue hace varios días y me dijo que regresaría hoy.

—No eres el primero que me pregunta por su maestro. Parece ser que nos dejaron solos a todos nosotros. Imagínate, incluso esa chica nórdica que casi nunca habla, vino a preguntarme por su maestro.

Page 15: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012

—¡Qué mala compañera eres! —resaltó indignado el nuevo Pegaso—. ¿Acaso no sabías que su nombre es Natassia de Cisne?

Anna se avergonzó al desconocer la identidad de su colega de Bronce. Así que dándole las espaldas al rubio, decidió que sería mejor cambiar el tema:

—Pues tampoco he visto a Senshi. En la mañana vistió su armadura de Dragón y se fue a entrenar con su padre en la Casa de Libra. Ni siquiera se despidió de nosotros… Ese idiota…

—No me trates tan mal, Anna —intervino el aludido en un tono divertido y a la vez incómodo.

Senshi había llegado en silencio a la escena para colocarse junto a su amigo Kenji desde que la joven de Andrómeda se giró. Por suerte para ella, la careta metálica cubrió su rostro sonrojado por la vergüenza.

—Ahora todos los Caballeros de Oro deben estar presentes en la Reunión Dorada convocada por Atenea —añadió pensativo el joven de melena negra—. Mi padre y sus compañeros se veían bastante preocupados.

Las palabras del Dragón consiguieron alterar sobremanera a Pegaso Kenji, quien con gran expectativa tomó a su amigo por las hombreras hasta casi sacudirlo de manera grosera.

—¡¿Qué has dicho?! ¡¿Una Reunión Dorada?!

—Pues sí, amigo —musitó Senshi un tanto intimidado por la intempestiva reacción de su compañero de generación—, pero no te preocupes, estoy seguro de que nos darán los pormenores de la convocatoria en la noche.

Su amigo casi no prestó atención a esas últimas palabras. Su atención estaba concentrada en los miles de pensamientos que cruzaban por su mente.

—«¡Creo que esta es la oportunidad que tanto he estado esperando! —reflexionó con emoción el de armadura blanca—. ¡No la decepcionaré, señorita Saori!»

Desde que tuvo memoria, el joven Kenji de Pegaso siempre fue leal a Atenea, pero más allá de su fervor hacia la diosa, estaba su devoción hacia la mujer llamada Saori. Kenji tenía un solo objetivo en la vida: Superar a su antecesor, el legendario Seiya de Sagitario. Las crónicas del Santuario narraban de manera épica, las mortales batallas en las que su héroe había salido victorioso para proteger a Saori. Por tal razón, su sucesor de bronce no podía quedarse atrás. Tener la protección de la constelación de Pegaso significaba una gran responsabilidad. Debía hacer lo posible por estar más cerca de Saori y ser su protector predilecto, tal y como Seiya lo era en ese momento.

Ya que la paz reinaba en la Tierra, ninguno de los nuevos Santos había mostrado todavía sus habilidades en una batalla real. Y qué oportunidad más perfecta para que el impulsivo joven se luzca. Si un nuevo peligro se cernía sobre la Tierra, Kenji sería quien salve el día y así se ganaría la simpatía de Saori.

—¡Nos vamos, señores! —exclamó repentinamente el sucesor de Pegaso.

—¿Adónde, Kenji? —inquirieron el Dragón y Andrómeda al unísono.

—¡Vamos a asistir a la Reunión Dorada!

==Santuario de Atenea. Barracas==

—¡Maldita sea!

El grito de ira de aquel Santo de Bronce retumbó en todo el lugar. La furia que sentía era indescriptible, y no tanto porque se encontraba postrado en una cama al estar inmovilizado por numerosas heridas. El orgullo de ese joven de lacio cabello plateado y mirada escarlata había sido lastimado por la derrota, y eso para él eso era más doloroso que cualquier malestar físico.

Page 16: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012

—Natassia de Cisne… La próxima vez que nos enfrentemos, te voy a despedazar la armadura y esa horrible máscara que portas —murmuró entre dientes el contrariado Caballero de Fénix—. No seré considerado porque eres mujer y te aplastaré como a un insecto.

Mientras se seguía sumiendo en el resentimiento y maldiciendo a su rival y compañera, una suave voz femenina lo llamó por su nombre.

—Evan… —farfulló una jovencita enmascarada de frágil figura, la cual estaba ataviada en ropas de entrenamiento.

Ella traía vendas y ungüentos en las manos. Estaba dispuesta a tratar las heridas del maltrecho joven, así que se le acercó tímidamente.

—¿Qué demonios haces aquí? —le increpó con rabia el muchacho herido—. ¡Ya lo sé! Seguramente vienes a sacarme en cara mi derrota, ¿cierto, Natassia? ¡Pues no te lo voy a poner fácil, pequeña!

Sin decir una palabra, la chica de hermosa cabellera celeste ondulada tomó suavemente la mano de Evan y empezó la tarea de curar los cortes que ella misma le había infligido con sus técnicas de hielo.

Por un corto instante el joven Santo se quedó pasmado, sintiendo el delicado roce de las manos de Natassia. Incluso parecía ser que su ira había desaparecido completamente.

—«Increíble… Y pensar que esas manos son tan fuertes y hábiles golpeando y ejecutando técnicas» —reflexionó él sin quitarle la mirada a su compañera.

El Fénix reaccionó sacudiendo la cabeza para volver en sí de su éxtasis y violentamente alejó su brazo de las manos de la muchacha.

—Ya basta de idioteces. Estoy bien. No necesito que mi rival atienda mis heridas.

Natassia se alejó un poco de su compañero, permaneciendo cabizbaja enfrente suyo sin decir una palabra. Evan simplemente giró el rostro hacia el lado contrario dispuesto a no verla, ya que aún seguía enojado por la derrota.

El silencio se volvió eterno.

—Si quieres permanecer aquí, por lo menos di algo interesante —le exigió sin siquiera voltearse a mirarla—. Me incomoda que alguien que está a solas conmigo no diga una palabra

—Esto… Yo no soy una pequeña… —le respondió ella con recelo, casi susurrando—. Solo soy un año menor que tú.

Obviamente la Amazona esperaba la peor reacción de su compañero al conocer su carácter irascible, sin embargo, el joven de cabellos platinados rió levemente. El comentario de Natassia le había causado gracia, pero al no querer mostrarle un lado amistoso a su rival, se giró nuevamente y clavó sus hostiles ojos rojos sobre ella.

—No me interesa que seas solo un año menor que yo. ¡Para mí todos ustedes son unos mocosos que no tuvieron que sufrir para obtener el derecho de portar sus armaduras!

Evan era el único de los Caballeros de Bronce que ganó la protección de una constelación sin tener un mentor que lo instruya. Su antecesor, el Caballero Dorado Ikki de Leo, se había negado a entrenarlo, ya que lo consideraba débil y nada digno de vestir su apreciada cloth de Fénix. Con el tiempo y mucho esfuerzo, Evan había demostrado su fuerza, pero a la vez que crecía su poder, también lo hacía su resentimiento hacia su antecesor y compañeros que sí habían sido entrenados…

—¡Tú no conoces el verdadero sufrimiento de estar solo y esforzarte por salir adelante por ti mismo! —añadió él casi gritando—. A ti te entrenó el legendario Santo Hyôga de Acuario, quien tan dulcemente te enseñó todo lo necesario para ser la guerrera que eres ahora, ¿o me equivoco?

Page 17: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012

La jovencita de cabello celeste no respondió y guardó silencio por varios segundos, mientras que su compañero la miraba fijamente en busca que una réplica.

—¡Vamos, habla! —insistió grosero—. ¡No te quedes callada!

—Yo… escuché desde lejos lo que ellos decían —respondió inesperadamente Cisne, dejando confundido a su interlocutor.

—¿De qué demonios hablas?

—Kenji, Anna y Senshi se dirigen a la cámara del Patriarca… Atenea convocó a Reunión Dorada.

El semblante del Fénix cambió completamente. El resentimiento de la derrota dejó de importarle tras escuchar esas últimas palabras, así que ignorando el dolor de las heridas, se incorporó de su lecho de un salto y se dispuso a salir de la barraca.

—Debemos detenerlos, Natassia. Si descubren que hay Santos de Bronce en la Reunión Dorada, no me quiero imaginar el castigo que nos impondrán a todos nosotros.

==Santuario de Atenea. Entrada a la Cámara del Patriarca==

El primero en llegar al lugar de la reunión fue el Caballero Dorado de Aries. Caminando con un porte solemne y una expresión de tranquilidad, Kiki se disponía a abrir las puertas del recinto de su diosa.

—«Creo que ha llegado la hora de cumplir con mi destino. Seré un digno sucesor de su armadura dorada. Maestro Mû».

La capa del lemuriano ondeaba con el viento, al igual que su largo cabello castaño rojizo. El digno sucesor de Aries mostraba la misma madurez y seriedad que su respetado antecesor.

—¡Kiki! —lo llamó con emoción una voz familiar antes de que abriera el portón.

El rostro del joven se iluminó al voltearse y ver de quien se trataba.

—¡Seiya! ¡Amigo! ¡Cuánto tiempo ha pasado desde la última vez que nos vimos!

Por un momento el Santo de Sagitario tuvo la impresión de vislumbrar el rostro de aquel niño alegre que conoció siempre.

A pesar de lucir la apariencia majestuosa que otorga el vestir una armadura dorada, y a pesar de que Kiki quería aparentar la seriedad que requiere el título de Caballero Dorado; Seiya fue capaz de reconocer en él a quien siempre sería su pequeño y querido amigo.

Al igual que cuando era un chiquillo de ocho años, el muviano conservaba esa misma personalidad amigable y traviesa que le ayudaba a ganarse la simpatía de todos los que conocía… o más bien dicho, de casi todos.

—¡Cuánto has crecido, Kiki! ¡Y qué bien te luce la armadura de Aries! —enalteció Seiya rodeándolo con su brazo por el hombro, para luego encararlo y regalarle una amplia sonrisa.

El orgullo que sentía el antaño Santo de Bronce era evidente.

—Gracias, Seiya —manifestó Kiki con prudente regocijo. En medio de la emoción que intentaba ocultar, se había sonrojado ligeramente.

—¡Protejamos juntos a Atenea, Compañero Dorado! —le propuso alegre Seiya, extendiéndole amistosamente la mano derecha para estrechar la suya.

Escuchando estas palabras, el Ariano abrió los ojos con sorpresa. No se había percatado de ese hecho todavía, pero esa era la realidad.

Page 18: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012

A pesar de que Kiki siempre apoyó a Atenea y sus Caballeros, nunca sintió que su asistencia fuera realmente importante. Pero en ese momento era un Santo Dorado y poseía la fuerza necesaria para salvaguardar a su diosa junto con quienes admiró desde siempre y, además, lucharía con ellos hombro con hombro.

Kiki estrechó la mano de su colega, respondiendo con efusividad al gesto. Luego, con un aire de grandeza, abrió de par en par las puertas de la cámara del Patriarca al ver que los demás Caballeros Dorados se acercaban en grupo.

—No hagamos esperar a nuestra diosa, amigo —concluyó solemne el castaño.

Al verlo entrar con tanta seriedad y actitud digna. Sagitario sintió aún más orgullo por su joven compañero.

—Vaya, este chico sí que ha madurado en todos estos años. Qué feliz estaría Mû si lo viera ahora como su sucesor —dijo Seiya para sí mismo con un aire relajado.

Tras posar despreocupadamente ambas manos en su nuca, el guardián del Noveno Templo del Zodiaco entró a los aposentos de Saori.

Page 19: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012

CAPÍTULO 2

LA REUNIÓN DORADA Y LA SENTENCIA A LA HUMANIDAD

==Santuario de Atenea. Cámara del Patriarca==

En dos formaciones de seis a cada lado y con expresión neutral en el rostro, se encontraban reunidos por primera vez los doce Santos Dorados de la nueva generación. Todos sin excepción esperaban con impaciencia la llegada de su diosa. Estaban intrigados por conocer el porqué de la repentina convocatoria.

Aquel cálido cosmos se hizo presente, dando una sensación de paz a todos los asistentes. La cortina de seda delante del trono del Patriarca se abrió revelando la figura de Atenea, mas había algo que no encajaba.

—Saori… ¿por qué estás vistiendo la armadura divina de Atenea? —cuestionó incrédulo Hyôga de Acuario, al ver a su diosa en los ropajes sagrados.

Esa era la misma duda que tenían los demás Dorados, pero ninguno supo cómo reaccionar ante tal hecho. Para la mayoría de ellos, la experiencia de contemplar a Atenea en toda su magnificencia, era una experiencia nueva y sobrecogedora.

==Santuario de Atenea. Exteriores de la Cámara del Patriarca==

Kenji y sus dos acompañantes habían conseguido un lugar privilegiado para observar y escuchar los pormenores de la reunión desde el exterior del edificio. Para fortuna suya, ninguno de los asistentes dentro del templo parecía notar su presencia o siquiera escuchar sus conversaciones.

—¿Por qué seguimos a este cabeza dura hasta aquí? Mi maestro Shun me va a castigar si me descubre husmeando en la reunión —se quejó la contrariada Guerrera de Andrómeda.

Kenji ni siquiera le prestó atención. Estaba embobado contemplando la figura de Saori ataviada en su Kamui.

Con curiosidad Anna y Senshi también miraron al interior del recinto y se quedaron atónitos con la escena. Para ellos fue algo maravilloso ver a la diosa en armadura acompañada por sus doce protectores dorados.

—Algún día nosotros vestiremos también esas armaduras doradas y cuidaremos de Atenea —pensó en voz alta Senshi con los ojos iluminados de emoción—. Haremos que todos ellos se sientan orgullosos…

Al escucharlo, sus dos compañeros asintieron en silencio con una sonrisa que mostraba gran determinación.

Un fuerte golpe en la nuca regresó a Pegaso a la realidad. Los tres se voltearon alarmados para ver al culpable de la agresión.

—Tenías que ser tú, Evan —se quejó enojado el agredido—. Siempre golpeándome por la espalda.

—Ya no lo haré más. Tanto golpe que te doy en la cabeza está afectado tu capacidad de razonar. ¿A qué imbécil se le ocurre venir por su cuenta a una Reunión Dorada?

El Fénix dirigió una mirada furiosa a Anna y Senshi.

—¡Y ustedes dos, lo siguieron como ovejas!

Page 20: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012

—¡No nos fastidies, amargado! —lo desafió Anna, quitándose momentáneamente la máscara para luego mostrarle la lengua en mueca burlona—. ¡Nosotros hacemos lo que queremos! ¡Feo!

—¿Acaso quieres provocarme para que pelee contigo, mocosa? ¡No durarías ni dos segundos! —la retó iracundo Evan a punto de encender su cosmos, acción que los habría delatado enseguida.

—Basta… por favor… Nos escucharán —musitó insegura Natassia, quien había pasado desapercibida desde que llegó con el Fénix.

El tono suave de la intervención de la Amazona consiguió calmar los ímpetus de los compañeros de bronce, quienes para ese momento se observaban desafiantes con los ojos encendidos.

—La chica Cisne tiene razón. Ya arreglaremos nuestros asuntos más tarde, así que no hagas tanto ruido y mejor quédate con nosotros para ver la reunión —le sugirió la castaña con una actitud más tranquila, al tiempo que cubría nuevamente su rostro con la careta metálica.

A regañadientes y sin tener más opción, el Fénix aceptó la propuesta sin decir una palabra. Su curiosidad lo obligó a ponerse en posición estratégica para observar y escuchar dentro. Natassia lo imitó y así los cinco Caballeros de Bronce pusieron atención a lo que estaba a punto de acontecer.

==Santuario de Atenea. Cámara del Patriarca==

El silencio se volvió eterno en el lugar. Todos tenían el presentimiento de que las noticias que daría la diosa no serían nada buenas, juzgando por la expresión de preocupación en su rostro. El hecho de que no haya respondido a la pregunta de por qué vestía su Kamui, también era una mala señal.

—Mis Santos, se acerca el momento de la batalla definitiva para decidir el destino de la humanidad —declaró al fin Saori con un tono implacable, rompiendo así el silencio que reinaba en la sala. Su delicada pero fuerte voz hizo eco en la vacuidad de la cámara—. He recibido en un sueño nuestro ultimátum definitivo.

El discurso de Atenea fue interrumpido por el desorden de las conversaciones de desasosiego entre los Santos de Oro.

En ese momento, la tranquila voz de un guerrero sonó más fuerte que las del resto:

—Controlemos un poco los ímpetus, compañeros. Que nuestra diosa nos informe los pormenores de la situación y luego planearemos la estrategia adecuada para enfrentarla.

La actitud conciliadora y elocuencia del Caballero de Capricornio consiguieron restablecer el orden. Eleison era conocido por ser el más tranquilo y carismático de los Dorados. Su actitud calmada y amable se complementaba perfectamente con su apariencia angelical y atractiva.

—Ya que mis compañeros le escuchan atentamente, continúe por favor, señorita Saori —concluyó el Santo haciendo una elegante reverencia.

La diosa no perdió el hilo del mensaje que debía dar a los suyos:

—La advertencia no me fue dada solo en un sueño. La he confirmado tras pasar jornadas de meditación en Starhill —les informó, para luego hacer una pausa para reflexionar—. Les mostraré lo que hay en la luna…

El cetro de Niké proyectó una nítida imagen en el piso de mármol.

—Algo como esto solo pudo ser grabado en las rocas lunares por un poder superior. Una fuerza divina… —concluyó Atenea.

Los doce se aglomeraron alrededor de la imagen. Lo que vieron los dejó sin aliento.

Page 21: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012

—Es… el símbolo de la ‘Nueva Vida’… —fueron las únicas palabras que pudo articular el Caballero de Libra, observando el dibujo complejo de un árbol tallado sobre una roca en el satélite de la Tierra.

—Así es Shiryû, desde tiempos mitológicos temimos que llegara este día. Una voluntad superior ha decidido dar nacimiento a una nueva raza en la Tierra, la cual reemplazará a la humanidad entera. Las vidas de millones han sido sentenciadas con este emblema en la luna.

—Saori, sin duda aquel símbolo representa un mal presagio, pero ¿a qué te refieres con una “voluntad superior”? —cuestionó inusualmente nervioso el Santo Ikki de Leo.

—Mis compañeros, los dioses olímpicos, fueron derrotados por el ejército de Atenea en pos de la protección de la Tierra. Sin embargo, no somos las únicas deidades que existen en el Planeta. Otro dios ajeno a los griegos está planeando la destrucción de los humanos —explicó Atenea centrando su atención en la imagen proyectada—. Adicional a esto, una de las cosas que más me preocupa es lo que está tallado bajo la imagen...

Saori se refería a una perturbadora secuencia de números grabados bajo el símbolo de la ‘Nueva Vida’. Parecía ser una fecha que todos supusieron era el día en el que el juicio divino tendría lugar.

—21/12/2012… 21 de diciembre de 2012 —intervino Hyôga de Acuario con un hilo de voz—. Si eso es cierto, entonces tenemos menos de una semana…

Un silencio sepulcral invadió el recinto. El desconcierto y la tensión reinaron en ese momento.

El único que tuvo ánimo de hablar ante tales circunstancias, fue Seiya:

—Vamos amigos, no nos desanimemos tan pronto. Es cierto que no sabemos nada del enemigo, pero de algo sí estoy muy seguro… —comentó con gran confianza el Santo de Sagitario, haciendo una pausa para regalarle una gran sonrisa a su diosa—. Estoy seguro de que daríamos nuestras vidas por protegerte a ti y a la humanidad. ¡Solo confiemos en nuestro propio poder! ¡Detuvimos a Zeus y podremos vencer a cualquier otro dios que nos amenace!

Las palabras del castaño consiguieron levantar un poco los bríos de sus compañeros de oro.

—«Como siempre animándonos, Seiya —reflexionó Shun, observando sonriente al antaño Pegaso—. Por más fuerte que sea el enemigo, no te rindes nunca, amigo. Ese es el valor que necesitamos en estos momentos de crisis».

En el exterior, los jóvenes de bronce se habían enterado también de la situación y no supieron cómo reaccionar.

Al ver la actitud de Seiya frente a sus compañeros, Kenji no se quedó atrás y decidió también hacer su parte con los suyos.

—¡Ya lo escucharon, señores! Nosotros también lucharemos junto con nuestros compañeros dorados para proteger a la señorita Saori. ¡Saldremos victoriosos de esta batalla!

Las palabras del actual portador de Pegaso no consiguieron animar a sus colegas de Bronce. Los cuatro se encontraban en una especie de shock, el cual no los dejaba salir de sus cavilaciones.

—Es un dios… nuestro enemigo… es un dios —fue la única frase que pudo balbucear con dificultad Natassia de Cisne.

—¡Pues algo tendremos que hacer! ¡No nos rindamos sin antes luchar! —gritó Kenji en un intento desesperado por imprimir valor en sus amigos.

Su voz resultó ser demasiado audible, así que en un impulso, Anna de Andrómeda saltó sobre él y le cerró la boca con la mano.

—¡Silencio, torpe! —le susurró enojada la Amazona—. ¡Harás que nos descubran!

Page 22: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012

La atención de todos quienes estaban dentro de la cámara del Patriarca fue dirigida al exterior, pero no por el ruido de las palabras de Kenji. Algo siniestro había arribado al Santuario…

En el exterior, Pegaso forcejeaba con Anna para que ésta lo suelte. En poco tiempo lo dejaría sin respiración, así que al notar este hecho, Senshi de Dragón se esforzaba por separarlos.

De pronto, los jóvenes se detuvieron intempestivamente al ver que la cadena triangular de Andrómeda empezaba a moverse por voluntad propia.

—¡Ahora eres tú la que está llamando la atención, mocosa! —le imprecó el Fénix a su sorprendida compañera—. ¡Deja de estar jugando con tu cadenita!

—¡Cállate, Evan! —replicó la chica mientras luchaba por contener el arma—. ¡¿Acaso sientes que mi cosmos mueve la cadena?! ¡Algo está haciendo que reaccione por sí sola!

La cadena señalaba desesperadamente la parte inferior de las escaleras y batallaba por escapar de las manos de su dueña, a tal punto que empezó a arrastrarla poco a poco.

—Mi maestro Shun me explicó que la cadena reacciona cuando percibe una presencia amenazante. No podría ser que…

Andrómeda detuvo su explicación repentinamente, al sentir una extraña perturbación cósmica. La misma que también pudieron percibir Atenea, los Caballeros Dorados y sus compañeros de Bronce.

—Esto… no puede ser… ¿Qué es este cosmos tan terrible que... ha arribado al Santuario? —musitó un aterrado Kiki de Aries, al notar que un poderoso invasor se acercaba a una velocidad vertiginosa al lugar de la reunión.

Page 23: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012

CAPÍTULO 3

¡DESESPERACIÓN!: LA OSCURIDAD INVADE EL SANTUARIO

==Santuario de Atenea==

El cielo se había tornado de una amenazante tonalidad azabache. A todos los presentes en el recinto sagrado les dio la impresión de que había caído la noche en medio del día.

La joven Anna no pudo contener más el impulso de su cadena por escapar y la soltó lastimándose las manos en el acto. La poderosa arremetida se dirigió veloz hacia la salida de la Casa de Piscis y ahí se detuvo en seco.

—¡Algo no está bien! ¡Ahora no puedo retraer mi cadena! ¡Además, algo la está empujando lentamente hacia aquí! —declaró alterada Andrómeda, luchando por jalar de vuelta su arma, mas una poderosa fuerza se lo impedía. Era como si algo o alguien hubiese tomado control de la cadena.

Los cinco guerreros de bronce contemplaron aterrados como una sombra negra emergía desde Piscis y subía poco a poco las escaleras. Mientras más se acercaba, la cadena más retrocedía. Todos en el grupo de jóvenes sintieron como un profundo miedo invadía sus corazones.

El aura negra que emanaba aquel ser era increíblemente nociva. Las radiantes rosas rojas que crecían a los extremos de las escaleras, se marchitaron de forma horrible con el simple contacto con el cosmos de la aparición.

La sombra continuó su paso lento, curiosa por averiguar el origen de la cadena que la había atacado, hasta que al fin se encontró frente a frente con su agresora: la Guerrera de Bronce, Anna de Andrómeda. Sus compañeros estaban paralizados de terror y aunque quisieron no pudieron mover ni un músculo.

La aparición humanoide parecía observar con curiosidad a la muchacha, quien sentía como su alma era escudriñada y desgarrada desde su mismo interior.

—Qué interesante… Eres la única persona que se atrevió a atacarme en todo este lugar —declaró la sombra con tono irónico, para luego soltar una aguda y sonora risa. Aquella voz claramente pertenecía a una mujer—. No supuse que este Santuario estaría tan lleno de cobardes.

La fémina envuelta en sombras dio un par de pasos para plantarse frente a la castaña enmascarada.

—Solo por tu valentía les perdonaré la vida a ti y a los gallinas de tus amiguitos —añadió burlona—. Al menos por ahora.

La entidad escrutaba también a los demás Caballeros de Bronce, los cuales no se atrevieron a decir ni una palabra, encontrándose tan cerca de aquel ser que emanaba maldad pura.

—Vamos, pequeña. ¿Ni siquiera me darás las gracias? —le cuestionó poniendo su mano a un costado del rostro enmascarado de la joven de Andrómeda, quien al percibir el contacto de esos cinco dedos cubiertos de oscuridad, sintió que la vida se le escapaba en un suspiro.

—Yo... yo no... —balbuceó Anna con dificultad. El terror hacía imposible que vocalice correctamente.

—Pero qué aburridos son los humanos —añadió la invasora del Santuario al no escuchar una respuesta coherente—. Al menos déjame ver el terror que oculta esa fea máscara que traes puesta…

Con un simple movimiento le arrancó la careta metálica y la destrozó sin esfuerzo entre su mano. Los hermosos ojos verdes de Anna dejaban correr lágrimas de miedo, pero aun así, su mirada se tornaba desafiante.

Page 24: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012

La mujer oculta bajo la bruma negra soltó otra fuerte carcajada al ver esa expresión altiva en la Amazona.

—¡Pero qué jovencita más bonita! —comentó la mujer de la oscuridad, quien prácticamente había convertido la conversación en un monólogo—. Es una lástima que ustedes las mujeres del Santuario no puedan mostrar libremente su rostro.

Con desprecio arrojó los restos de metal comprimido en los que había convertido la careta de la Amazona.

—Me agradas, muchacha —agregó pretenciosa—. Como muestra de aprecio, te dejaré saber con quién estás tratando…

La espesa niebla negra que cubría a la entidad se disipó completamente y reveló la figura de una atractiva y sensual mujer. Su largo cabello negro era más oscuro que las sombras que la cubrían y contrastaba con lo pálido de su piel. Lo que más llamó la atención de Anna, fueron sus penetrantes ojos rojos que brillaban llenos de maldad.

—Mi nombre es Morrigan, soy la diosa celta de la muerte y la oscuridad.

Con una sonrisa arrogante y una mirada llena de superioridad, la deidad continuó su camino. Ya se había cansado de hablarles a unos Caballeros de bajo rango.

Con un simple ademán suyo, las puertas del recinto del Patriarca fueron arrancadas con violencia. Lo primero que Morrigan observó al entrar fue a los doce Santos Dorados colocados en formación frente a Atenea. Todos estaban en guardia atentos a los movimientos de la intrusa.

—¡Entonces eres tú quien amenaza el destino de la humanidad! —exclamó Saori alterada, a la vez que amenazaba a la céltica con su báculo extendido y colocaba su enorme escudo en posición de defensa—. ¡No dejaremos que acabes con la vida de personas inocentes!

—Supongo que todos los dioses griegos son así de maleducados. Me imagino que tú eres Atenea, la diosa que manda en este lugar. No te creas la gran cosa solo porque vistes esa armadura… Y sí, podría decirse que disfruto quitando vidas humanas...

La malvada mujer observó con desprecio a los doce Caballeros.

—¿Y quiénes son estos pobres mortales? ¿Los perros que tienes para que te cuiden? —añadió, cuestionando en tono ofensivo la diosa de la muerte.

Los ojos azules Saori se cruzaron con los carmesí de Morrigan. Tras el choque de miradas reinó un momento de tenso silencio.

—¡No dejaremos que le faltes el respeto a Saori ni a nosotros! —le gritó Seiya desafiante, al tiempo que hacía una señal con la mano a sus compañeros.

Los once Dorados acogieron la orden silenciosa y arremetieron sin vacilar contra la diosa celta dispuestos a detenerla. Ella se limitó a observarlos acercarse con expresión de notorio fastidio.

—Controla a tus esclavos, Atenea. No querrás que se pierdan el fin del mundo antes de tiempo —comentó divertida la dama oscura, gesticulando con arrogancia.

Tan solo fue necesaria una mínima parte de su poder divino para atenazar en el aire a los incrédulos Caballeros, quienes infructuosamente luchaban por liberarse de la prisión invisible.

—¡‘Relámpago de Guerra’! —bramó Saori, liberando la energía de su ken secreto a través del cetro de la diosa de la victoria.

La poderosa técnica de Atenea obligó a Morrigan a salir de la cámara para esquivarla. El resplandor del fulminante rayo distrajo por milésimas de segundo a la deidad celta, quien no pudo evitar que Saori le propine un fuerte golpe frontal con su escudo.

Page 25: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012

—Libera a mis Caballeros y márchate de una vez… —le ordenó la griega con un tono que empezaba a tornarse amenazante y furioso.

Morrigan se reincorporó y ni se inmutó con lo dicho por su oponente. Con una actitud tranquila bajó la guardia.

—Fue divertido, ¿sabes? —comentó con una sonrisa llena de maldad—. Matar a todos esos estorbos…

—¿A qué… te refieres? —preguntó aterrada la diosa en armadura.

—¿No me digas que no sentiste sus cosmos extinguirse? —cuestionó a la vez su interlocutora con sarcasmo.

Saori abrió desmesuradamente los ojos. Era cierto, el cosmos de la mayoría de sus Caballeros de Plata, de Bronce, de los soldados, aprendices y demás habitantes del Santuario había desaparecido por completo.

—Veo que ya te diste cuenta…

Su potente risa burlona invadió todo el Santuario.

—Justamente para eso estoy aquí, Atenea —añadió Morrigan, desbordando autosatisfacción—. ¡Para divertirme asesinando a todos los que te protegen!

Lágrimas de incredulidad y dolor inundaron los ojos de Saori. En tan poco tiempo había perdido a la mayoría de las personas que apreciaba y eso era algo insoportable para ella. Atenea no pudo hacer nada más que caer de rodillas y soltar por inercia su báculo y escudo, mientras los Santos Dorados y de Bronce observaban incrédulos la triste escena.

—Mis… mis Caballeros… —masculló Atenea en medio de la confusión y la inmensa tristeza que sentía—. Los mataste a todos…

—Mirar esa cara no tiene precio. Deberías ver lo patética que luces ahora. Y todo por las miserables vidas de unos cuantos humanos.

Morrigan se acercó lentamente, hasta quedar a pocos centímetros de la deidad de cabellera lila. Delicadamente le levantó el rostro poniendo la mano en su mentón para que la observara a los ojos. Saori no opuso resistencia.

—Qué fácil sería arrancarte la cabeza ahora mismo…

Su diosa se encontraba en peligro a pocos metros de donde él se encontraba. Y aunque el terror irracional lo había paralizado, no permitiría que nadie ponga un dedo encima de la mujer que tanto admiraba.

—«Señorita Saori, usted no puede acabar así. ¡No lo permitiré! ¡Yo soy su protector más leal y no dejaré que le hagan daño!!» —se auto convenció Pegaso Kenji.

En un impulso de cólera, el Caballero de Bronce cargó al máximo posible su energía cósmica y trazando con sus manos la posición de las estrellas de su constelación, se dispuso a atacar a la agresora de su diosa. Con lágrimas en los ojos exclamó el nombre de su ken:

—¡‘Meteoros de Pegaso’!!

El grito de Kenji sacó de su letargo a Atenea, quien por un instante giró el rostro y tuvo la ilusión de ver a Seiya vistiendo su armadura de Pegaso, rescatándola como lo hacía antaño.

—«¡Aún quedan Caballeros de Bronce con vida! —reaccionó Saori, recuperando su semblante habitual—. ¡No perderé la esperanza todavía!»

La diosa griega retrocedió tomando sus armas para ponerse en guardia. Mientras tanto, los cientos de golpes de Kenji impactaron de lleno en su objetivo. La diosa invasora ni siquiera hizo un esfuerzo por esquivarlos y los recibió sin inmutarse con el cuerpo desprotegido.

Page 26: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012

—Vaya, vaya… el gatito mostró las garras… Creí que la única que valía la pena era la chica de la cadena, pero creo que te subestimé, pequeño.

Morrigan no pudo contener otra carcajada.

—Vine a divertirme a este Santuario matando un poco, pero creo que será más interesante ver de lo que son capaces hasta el Día Final —concluyó apenas controlando su frenética risa.

Kenji se colocó justo frente de Saori en actitud protectora.

—¡Atrévete a tocarla otra vez y te arrepentirás! ¡Maldita bruja! —le imprecó el nuevo Pegaso con toda la potencia de sus pulmones. Su ira era tan incontrolable, que difícilmente habría sido capaz de moderar sus actos o sus palabras.

—¿Maldita bruja?... —repitió Morrigan, alzando una ceja en señal de incredulidad—. Que niño tan atrevido. Es la primera vez que me tratan tan mal, pero me gusta que un hombre tenga esa actitud osada.

La pálida diosa levantó amenazante el dedo, apuntando a la estatua de Atenea que se erguía detrás de los aposentos del Patriarca.

—La próxima vez que nos veamos será el Día Final. Y se los advierto, no tendré piedad entonces. Sin dudarlo les haré esto…

Un fino haz de luz roja salió proyectado de su dedo. La energía cortante fue capaz de decapitar limpiamente el monumento de Atenea.

Atentos al espectáculo grotesco, ninguno notó que Morrigan ya se había marchado tras el fuerte retumbar de la enorme cabeza de piedra contra el piso. Solo la sombra de un cuervo pudo ser vista alejándose en el oscuro horizonte.

Page 27: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012

CAPÍTULO 4

SENTIMIENTOS ENCONTRADOS: ANTES DE LA BATALLA FINAL...

La contienda final todavía no comenzaba y Atenea ya había perdido a casi toda su armada en manos de la despiadada Morrigan. La muerte invadió el terreno sagrado y en cuestión de minutos se llevó las vidas de cientos de valientes guerreros e inocentes.

Tan solo se mantenían con vida los doce Caballeros Dorados, algunos Santos de Bronce y varios otros guerreros que se encontraban en misiones fuera del Santuario. El juicio final de la humanidad estaba a pocos días de tener lugar y poco sabían los protectores de la Tierra de la amenaza que enfrentarían.

==Santuario de Atenea. Cementerio==

Tres días les tomó a los sobrevivientes dar honrosa sepultura a todos los caídos. Lapso de tiempo en el cual fue completamente abarrotado el lugar destinado al descanso eterno de los guerreros de varias generaciones.

En medio de aquel terreno poblado de toscas lápidas improvisadas, una joven mujer rubia ataviada en armadura dorada, lloraba la reciente muerte de sus compañeros.

—«No había señales de lucha o resistencia en sus cuerpos —reflexionó, apretando los dientes en un intento por contener su ira—. En unos pocos segundos los asesinó con su poder sobrenatural».

En el rostro descubierto de la Amazona de Oro que visitaba las tumbas, era evidente la extrema amargura.

—¡No pudimos hacer nada por evitar la pérdida de tantas vidas! —gritó, perdiendo el control de sus sentimientos.

Al golpear la tierra con frustración en un impulso, le fue imposible contener el flujo de las lágrimas que rezumaban sus brillantes ojos azules.

—Soy débil… ¡Demonios, soy demasiado débil! —se reprendió a sí misma, azotando repetidas veces una de las sepulturas de piedra—. ¡Esta armadura dorada solo me sirve de adorno!

—No seas tan dura contigo misma —intervino un amable joven de cabello también rubio, el cual había aparecido en escena sin que ella lo notara.

Aquel muchacho de rostro cálido estaba arrodillado a su lado regalándole una consoladora sonrisa. A la chica parecía no importarle que su colega Eleison de Capricornio contemple su cara descubierta.

—No me gusta ver tu rostro lleno de lágrimas. Por favor, muéstrame la hermosa sonrisa que ilumina siempre mi corazón.

—Es imposible que sonría ahora. Y no sé cómo es que tú tienes la sangre fría para hacerlo en un momento como este —le recriminó furiosa la Amazona.

—Tú me conoces mejor que nadie, Kyrie —repuso tranquilamente Capricornio—. Sabes que por dentro estoy muriendo de pesar y pena por la pérdida de nuestros compañeros, pero de alguna forma debo mostrar calma y ánimo a mis compañeros dorados, ¿no crees?

—¡No! ¡Estás equivocado, Eleison! —le reclamó tajante la rubia, llorando a lágrima viva—. ¡¿Por qué no aprendes a demostrar lo que verdaderamente sientes?!

Page 28: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012

Él no perdió su carácter amable a pesar de los fuertes reclamos.

—Entiendo bien cómo te sientes, pero si pierdes la calma ahora, no lograrás concentrarte en la batalla que se avecina. Te conozco y sé que eres una mujer fuerte, solo tienes que seguir demostrándolo.

Eleison la tomó de la mano y sin previo aviso le dio un fuerte abrazo.

Eso era justo lo que le hacía falta a Kyrie en tal momento de dolor emocional, así que en silencio se dejó reconfortar por los cálidos brazos que la rodeaban.

—Gracias, hermano —susurró ella, acomodándose en el pecho del joven en cloth de oro.

Kyrie de Escorpión fue la última guerrera en formar parte de las nuevas filas doradas de Atenea. Era la más inexperta de los doce, pero también la que poseía uno de los mayores sentidos de justicia. Siempre fue respetada por sus colegas que tuvieron la oportunidad de conocer el esfuerzo y la constancia que ponía cada día al extenuante entrenamiento.

Todo había pasado tan rápido. Hace poco vestía la armadura de bronce del Lince, y en ese momento, gracias al despertar fugaz de su Séptimo Sentido, había conquistado la confianza de la armadura dorada de Escorpión, la cual la había escogido como su portadora por voluntad propia.

Grande fue el orgullo que sintió su hermano Eleison, cuando la vio llegar a la Casa de Capricornio saltando de alegría mientras vestía orgullosa su nueva armadura, y más porque él sabía lo mucho que su hermana admiraba al legendario Milo de Escorpión.

Cada día era una lucha constante y cada día demostraba lo valiosa que era, esforzándose al máximo por ser digna de poseer el título de Amazona Dorada. Por esa razón no detuvo sus entrenamientos un solo día, ya que ansiaba obtener mayor poder para defender la justicia.

Aún abrazado de Kyrie, Eleison observaba las constelaciones con una sonrisa.

—Mira hacia allí, mi niña —le sugirió el rubio con ternura, mientras le señalaba el cielo nocturno—. Es la constelación de Escorpión. En su corazón, Antares te protege, hermana mía. Porque el espíritu de Milo está vivo dentro de tu armadura.

La joven se colocó su máscara dorada para evitar que su hermano mayor vea el rubor en su rostro. No dijo una palabra por varios minutos.

—Eleison… siempre sabes qué decir para hacerme sentir mejor… Gracias…

==Santuario de Atenea. Coliseo==

Intensos resplandores anaranjados iluminaron el coliseo del Santuario. Aquel joven de bronce descargaba su ira y frustración a través de su técnica llameante.

—¡‘Alas del Fénix Volador’! —gritó el guerrero, para después expulsar una feroz ráfaga de fuego en forma del ave mítica. El sentimiento de desprecio hacía sí mismo por haber sido incapaz de levantar su puño en contra de Morrigan, lo estaba consumiendo por completo. La muerte de tantos de sus compañeros también le dolía con intensidad y provocaba que una nociva culpa lo carcomiera.

En medio de su ímpetu descontrolado, no notó que alguien se había colocado en medio de la trayectoria de su ken.

—No lo haces nada mal, novato —intervino el recién aparecido con un dejo de arrogancia, para luego extender el brazo derecho y extinguir por completo la mortal llamarada con la palma de la mano.

—¡¿Qué demonios haces aquí, Ikki de Leo?! —imprecó furioso el agresor.

—¡Esa no es forma de tratar a tus superiores!

Page 29: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012

En un parpadeo el antecesor del Fénix se acercó a centímetros de su sucesor, y sin darle tiempo a reaccionar, le propinó un puñetazo certero en el abdomen. Evan incrédulo se desplomó sobre el piso, sosteniéndose el área afectada en un inútil intento por detener el intenso dolor.

—Escúchame bien. Todos en el Santuario nos sentimos mal por lo que ocurrió por culpa de esa maldita diosa, pero por desgracia lo tuyo llega a otro extremo —aseguró el Caballero de Leo con autoridad—. Veo en tus ojos que tu alma se está oscureciendo. Te estás llenando de resentimiento, ¡de odio!

Evan solo atinó a observar con furia desde el piso a quien se había negado a entrenarlo en el pasado.

—A tu edad yo también me dejé consumir por ese mismo odio, tal y como me decía mi maestro. Tú no debes hacer lo mismo —le aconsejó Ikki en un tono más calmado—. Nada puede nacer del odio…

Dicho esto, el de cabellera azulada le dio las espaldas al heredero de su antigua cloth y se retiró del lugar.

Aquellas últimas palabras quedarían grabadas en el subconsciente del nuevo Fénix, quien se reincorporó después de un buen rato tras recuperar el aliento.

—«Debo admitir que tiene razón... el odio solo me convertirá en un monstruo incontrolable —meditó más tranquilo, sentándose en los restos de una columna derrumbada—. Habré de concentrarme para la batalla que se avecina».

Alejado del coliseo, Ikki observó la palma de su mano derecha haciendo una mueca de dolor. Estaba completamente quemada.

—Ese novato sí que es fuerte. Si no hubiese tenido puesta la armadura de Leo, sin duda habría perdido el brazo.

Ikki cerró fuertemente la mano afectada haciendo puño.

—Y pensar que obtuvo ese nivel de cosmos sin la ayuda de nadie... Hubiese sido interesante entrenarlo...

==Santuario de Atenea. Monumento de Atenea==

—Por lo que sabemos hasta ahora y por lo que ella misma le dijo a Anna, la enemiga a vencer se llama Morrigan, la diosa celta de la muerte y la oscuridad —le comentó Shun a su amigo Shiryû.

Desolados, ambos veían el esfuerzo de sus alumnos por mover la pesada cabeza decapitada de la estatua de Atenea.

—¿Está mejor Anna? —preguntó en tono prudente el Dorado de Libra, con la vista fija en el trabajo de los jóvenes—. Estar cerca de la muerte no es algo que se supera fácilmente.

—No te preocupes, amigo. La conozco muy bien. Ella es una chica bastante fuerte. Te sorprendería.

Shun detuvo la conversación para saludar con la mano a su discípula, quien se había girado un momento para observarlo. Mientras ondeaba el brazo, comentó:

—No es coincidencia que ahora porte mi querida armadura de Andrómeda.

El ropaje de bronce de la constelación de la doncella encadenada fue modificado en apariencia para adaptarse al contorno femenino de su nueva portadora. El largo cabello castaño de la Amazona resaltaba con la tonalidad grana de aquella legendaria armadura de bronce.

La joven Anna siempre demostró un carácter alegre, contrastado con una personalidad fuerte y temperamental. Despreocupada en muchos aspectos y centrada en otros, la muchacha parecía no querer adaptarse al solemne ambiente del Santuario. Casi siempre se la veía metiéndose en problemas, en especial porque se negaba a usar su máscara. Por esa razón su maestro Shun pacientemente se hacía responsable de

Page 30: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012

todos los inconvenientes causados por su traviesa discípula.

Fue justamente la personalidad amable y comprensiva del Caballero de Virgo, la que logró cautivarla. En secreto la joven Andrómeda estaba ilusionada por su mentor. A decir verdad, el esfuerzo de conseguir la cloth lo había hecho solo por él, aunque tenía vergüenza de confesárselo.

Mas en ese momento el rostro descubierto de la muchacha se veía un tanto ensombrecido por la tristeza. La joven habitualmente jovial y juguetona arrastraba con seriedad la cabeza de piedra con la ayuda de su cadena, mientras que Senshi la apoyaba empujando la roca desde el lado posterior.

—Deberíamos ayudarles, Shiryû —sugirió en tono condescendiente el maestro de Anna.

—Claro que no, amigo. Conozco a Senshi, y un muchacho tan independiente como él se tomaría a mal que quiera apoyarlo en esto —afirmó muy seguro el antiguo Dragón—. Además, veo que ambos nos quieren demostrar que pueden sernos de ayuda en la batalla que se avecina.

—¡No me digas que dejarás que tu propio hijo se enfrente a una diosa! —profirió Virgo consternado—. Los Caballeros de Bronce todavía son muy jóvenes y no tienen experiencia en batalla. Sería una lástima que sus vidas se pierdan así —concluyó bajando la cabeza en señal de tristeza.

—Shun, lo mismo decían de nosotros cuando éramos más jóvenes. Fueron tantas veces las que nos quisieron apartar de la batalla. Además... —El Caballero de Libra sonrió cálidamente al observar el esfuerzo su hijo—, bien sabes que no podremos detenerlos aunque quisiéramos. Ellos son tal y como éramos nosotros cuando portábamos esas armaduras de bronce. Y seguro recuerdas que nos conocían por ser unos testarudos, quienes no entendían razones cuando tenían que luchar por Atenea.

—Tienes razón, amigo —secundó Shun más animado—. Confiaré en la capacidad de esta nueva generación de Santos de Bronce.

==Santuario de Atenea. Monumento a los Caballeros de Oro Legendarios==

En medio del Santuario se elevaba majestuosa una colosal plataforma de roca marrón, cuya superficie fue el lugar perfecto para tallar las imponentes figuras de los doce Caballeros Dorados Legendarios que sacrificaron sus vidas para derribar el Muro de los Lamentos en Giudecca. Se decía que sus espíritus fueron encerrados en ese mismo monumento de piedra, como castigo por atreverse a desafiar a los dioses griegos. Ese solemne lugar era el más respetado del Santuario después de la estatua de Atenea.

Unos delicados dedos hicieron contacto con la dura roca.

—A ti fue a quien tallaron en la base de la estatua, pero al menos así puedo tocar tu rostro.

La faz grabada de Afrodita de Piscis era acariciada por una jovencita de cabello color aguamarina, la cual estaba ataviada en ropas de entrenamiento y usaba una máscara dorada que centelleaba a la luz de la luna.

—¿Pero, por qué labraron tu cara en la parte más baja? —se preguntó a sí misma—. Te menospreciaron incluso cuando intentaron honrarte. Y ahora también lo hacen conmigo…

La figura del desaparecido Santo de Piscis parecía observar inmutable a su visitante.

—¡Te prometo por mi vida que me convertiré en la Guerrera Dorada más fuerte entre todos los doce y vengaré tu muerte! —exclamó descontrolada la muchacha.

En tal momento de descompostura, se quitó la máscara para tratar de limpiar sus lágrimas con la muñequera.

—¡Vengaré tu muerte! —repitió furiosa—. ¡Lo prometo! ¡Nada justifica que te hayas sacrificado así! ¡Ni la vida de Atenea, ni la vida que nadie! —rugió estallando en llanto—. ¡Hermano, me haces falta!

Page 31: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012

—Este es un lado tuyo que no conocía, Helena… —interrumpió fríamente una potente voz masculina a sus espaldas.

Rápidamente la Amazona recuperó la compostura y sin alterarse se colocó la máscara dorada para encarar al intruso.

—Si descubro que te atreviste a mirar mi rostro, ¡juro que te mataré! —amenazó furibunda, mientras su cosmos dorado se elevaba gradualmente.

—No me interesa para nada ver tu rostro ni el de nadie —declaró indiferente el recién llegado—. Te lo decía por lo descuidada que eres. Andar por el Santuario sin vestir tu armadura de Piscis es demasiado peligroso. El enemigo podría volver a atacar en cualquier momento.

La joven no atinó a protestar y en actitud de rabia hizo a un lado a su interlocutor, dispuesta a abandonar el lugar.

—No te metas en lo que no te importa —le espetó furiosa—. ¡Alguien como tú no me entendería!

Helena de Piscis era considerada como la ‘oveja negra’ entre los Caballeros Dorados. Esto a causa de su nada oculto resentimiento y ansias de poder. Su mala actitud hizo que corrieran rumores en el Santuario. Se decía que la armadura de Piscis le fue “regalada” sin mérito alguno, por el simple hecho de ser la hermana menor de su antiguo portador. Helena incluso empezaba a renegar de su título de Guerrera Dorada, pero su deseo de venganza la mantenía en el Santuario con una falsa lealtad hacia Atenea.

—Aunque no me importe y aunque no te entienda, no puedes perder la calma en este momento. Aunque uno solo de los doce eslabones de la cadena dorada se muestre débil, eso significaría la ruina absoluta de todo el planeta —le hizo notar fríamente aquel hombre.

Piscis se volteó y se quedó inmóvil observándolo.

—Debería considerar un honor el que una celebridad del Santuario me dé un sermón como ese —recriminó sarcásticamente la regañada—. Será mejor que te metas en tus propios asuntos… Sombra Mortal de Cáncer…

Dicho esto, desapareció a la velocidad de la luz, dejando solo a su colega.

—«Se comporta como una niña engreída. Solo espero que me haga caso» —reflexionó el hombre en cloth dorada, para luego dar un vistazo rápido al monumento que le sacó lágrimas a la muchacha.

Sombra Mortal de Cáncer era considerado como el más talentoso entre los doce Dorados. Uno de esos prodigios que se ven rara vez en la vida.

Respetado por su inteligencia y sangre fría, Sombra Mortal se había ganado el derecho de portar su cloth tras despertar su Séptimo Sentido espontáneamente y sin ningún esfuerzo. Muchos lo consideraban como el Caballero de Oro más poderoso de la nueva generación.

Por desgracia, lo siniestro que representa su constelación y el aura oscura de energía negativa que era visible a su alrededor; le hicieron ganarse su apodo de Sombra Mortal. Hecho que de por sí lo alejó del resto de seres humanos que lo rodeaban.

Se decía, además, que el guerrero de oro poseía un corazón negro como su aura. No obstante, casi nadie sabía que al nuevo Cáncer siempre fue leal a Atenea, y por lo tanto no le importaba lo que los demás decían de él, ni su reputación de malvado.

—Será la primera vez que luchemos para defender el planeta… Y aún así tendremos que enfrentar a una diosa…

El intenso brillo de su armadura dorada a la luz de la luna se vio contrastado por los largos mechones de cabello verde que sobresalían de su diadema de cangrejo.

Page 32: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012

Al contemplar la inexpugnable figura que se erguía ante él, su mirada verde se vio vacía y opaca por un instante. Siempre llamó su atención la expresión de confianza con la que fue esculpido su antecesor: el respetado Máscara Mortal de Cáncer.

—Me pregunto si podremos igualar la leyenda que ustedes doce representaron…

Page 33: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012

CAPÍTULO 5

CALMA EN EL SANTUARIO: SE ACERCA EL JUICIO FINAL

==Santuario de Atenea. Campos de Entrenamiento==

—¿No tienes nada que decirme, Natassia? —cuestionó Hyôga a su alumna.

Ésta no respondió y simplemente bajó cabeza, colocando las manos entre sus rodillas en actitud sumisa.

Aparte del gran susto, la joven enmascarada de cabellos celestes no recibió daño por parte de Morrigan. La armadura de Cisne adaptada a su delicada figura femenina, también permaneció intacta tras el ataque.

—Estoy feliz de que te encuentres con vida al igual que los demás chicos. Fue un gran alivio verte sana y salva tras la invasión de esa mujer —le comentó el Acuariano, regalándole una cálida sonrisa a su joven aprendiz—. No debería decirte esto pero… me alegro de que hayas seguido a Kenji a la reunión.

Hyôga revoloteó con su mano el cabello de Natassia en tono juguetón. La jovencita no atinó a reaccionar al gesto.

Sin decir nada más, el Santo Dorado dejó sola a su alumna.

Natassia de Cisne había conocido en carne propia el verdadero significado de sufrimiento desde una edad muy tierna. Abandonada por sus padres, la niña se vio obligada a convertir las heladas calles de Asgard en su hogar hasta los ocho años.

Azares del destino le permitieron a un hombre ruso encontrarse con ella, y grande fue la sorpresa de éste cuando supo que aquella indefensa muchachita se llamaba igual que su difunta madre. Con el corazón conmovido decidió darle una vida decente en el Santuario de su diosa.

La jovencita de personalidad tímida y cerrada aceptó sin protestar las instrucciones y consejos que su maestro le dio en todos esos años de entrenamiento. Hyôga orgulloso observaba el progreso de quien sería su sucesora.

Aunque solo había algo que lo perturbaba en el fondo: En todos los años que conoció a Natassia, jamás la vio sonreír y sus conversaciones solo se limitaron al entrenamiento. El maestro siempre fue comprensivo en este aspecto y nunca la presionó para que cambie de actitud o para que exprese abiertamente lo que sentía. De hecho, lo que más recordaba el Santo, era el día en el que Natassia vistió por primera vez la armadura del Cisne. La joven ni siquiera se alegró. Al contrario, la expresión neutral en su rostro era más fría que los campos de Siberia.

Sin embargo, con los últimos acontecimientos, algo empezaba a cambiar en el interior de la chica.

—Maestro… pelearé por usted y por Atenea… —pensó en voz alta, alzando su rostro enmascarado para contemplar su constelación en el cielo nocturno—. No permitiré que Morrigan tome la vida de más personas inocentes.

==Santuario de Atenea. Cámara del Patriarca==

Saori descansaba en el trono del Patriarca, siendo escoltada por Seiya. A sus pies, el joven Kenji de Pegaso permanecía arrodillado en señal de respeto.

Page 34: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012

—No sabes lo orgullosa que me siento de ti —lo enalteció la diosa con una cálida sonrisa—. Fuiste tú quien me dio la fuerza para enfrentar a la deidad celta cuando empezaba a perder la esperanza. Sin duda eres un héroe digno de portar la armadura de Pegaso y desde el fondo de mi corazón te agradezco sinceramente por tu valentía.

El joven de cabello rubio la miró fascinado. En su semblante era evidente la emoción.

—¡De nada, señorita Saori...!

El Santo de Bronce detuvo sus palabras al darse cuenta de lo que había dicho. Solo los Caballeros Dorados solían llamarla por su nombre.

—Perdón... Atenea —se corrigió avergonzado.

—No te preocupes, Kenji. Llámame por mi nombre con toda confianza —lo animó comprensiva la diosa griega—. Ahora ven hacia aquí, por favor. Quiero obsequiarte algo.

Gratamente sorprendido, el rubio acogió enseguida la invitación, ansioso por recibir el regalo de la mujer que admiraba tanto.

Con delicadeza, la reencarnación de Atenea le tomó la mano y se puso en la tarea de envolver una pulsera de flores en la muñeca derecha de Pegaso, quien encantado disfrutó del momento. Tenía a su diosa tan cerca, que incluso podía percibir su perfume y el contacto suave con de la piel de sus manos.

—Este brazalete te protegerá de la maldad. Cada vez que lo mires, recuerda tus nobles motivos para luchar —concluyó ella, observándolo con calidez.

—¡Gracias, Saori! —exclamó el joven, sin poder ocultar su regocijo.

En un impulso abrazó a la sorprendida diosa, quien no esperaba tal reacción del joven. No obstante, su corazón se conmovió y se dejó llevar por el momento y no hizo más que responder al gesto, rodeando con los brazos a su Caballero y salvador. Mientras tanto, Seiya observaba sonriente la conmovedora escena.

Consciente de su atrevimiento, Kenji se alejó del abrazo de Saori y respetuosamente se arrodilló en señal de disculpa.

—Te admiro Kenji. Todos hemos tenido alguna vez el impulso de abrazar a Saori en momentos como este, pero hasta ahora solo tú has sido lo suficientemente valiente para hacerlo —comentó Seiya divertido, provocando el rubor en el rostro de la diosa y una sonrisa alegre en el joven.

Por un corto instante los tres olvidaron sus problemas y se relajaron conversando. Ya no eran una diosa con sus dos Santos, sino simplemente tres amigos pasando un rato agradable.

—¡Y entonces Zeus huyó despavorido, temiendo a lo que yo pudiera hacerle! —inventó Seiya, imprimiendo emoción en sus palabras. Su objetivo era impresionar al heredero de su armadura de bronce, aunque obviamente éste no le creyó y rió a toda voz junto con Saori.

En poco tiempo Kenji se había ganado la confianza y el aprecio de ambos.

—¡Oye, Seiya! —lo llamó repentinamente el muchacho rubio—. ¡Veamos el ‘Meteoro de Pegaso’ de quién es el más poderoso!

—¡Pero qué niño tan atrevido! —le increpó el Dorado con fingida indignación, rodeándolo con el brazo por el cuello de manera cómica—. ¡Vas a ver lo que puede hacer el gran Seiya!

Atenea observó enternecida como sus dos leales guerreros y amigos, salían del recinto dispuestos a medir amistosamente sus fuerzas. Ambos se alejaron conversando alegremente, como si se conocieran ya por años. Era increíble la compatibilidad que tenían.

Page 35: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012

—«Cómo quisiera que ustedes y todos mis Santos tengan una vida feliz y normal —meditó Saori con cierto pesar—. Quisiera hacer algo para que dejen esta existencia llena de peleas y sufrimiento. Se merecen mucho más que esto, mis niños».

==Santuario de Atenea. Casa de Tauro==

Kiki seguía desconcertado por lo que había ocurrido recientemente en el Santuario. Necesitaba distraer un poco su mente, o sus propios miedos e inseguridades acabarían volviéndolo loco.

Su primera opción para tener una conversación fue su vecino y amigo, el Caballero Dorado de Tauro.

El Ariano se internó en la oscuridad del Segundo Templo del Zodiaco, tratando de encontrar a su compañero, pero por más que lo intentó, no logró sentir su cosmos.

—¡Aldebarán! ¡Amigo, sal! —gritó Kiki en busca de una respuesta que no tuvo lugar.

El lemuriano no se rindió y continuó explorando el templo en busca de su colega, hasta que un resplandor dorado llamó su atención en la distancia.

La enorme caja de pandora contenedora de la armadura de Tauro parecía iluminar el ambiente con su resplandor dorado. Sobre ella, un joven de largo cabello blanco en ropas de entrenamiento se encontraba durmiendo plácidamente. Cuando Kiki se acercó a él, lo despertó con el sonido de sus pasos.

—Déjame descansar un poco, amigo. Ya es tarde —murmuró Aldebarán dejando escapar un sonoro bostezo, para después acomodarse mejor sobre la caja. Lo extenuante de las jornadas en el cementerio lo habían dejado sin energías.

Quien viera por primera vez a este muchacho delgado y pequeño, jamás habría imaginado que se tratase del sucesor de la armadura de Tauro. Aldebarán era el más joven de todos los Caballeros Dorados. En apariencia lucía débil e incluso de menor que los Santos de Bronce.

Aparte de su aspecto infantil, también poseía un carácter pasivo y tranquilo, el cual había causado el menosprecio y abuso de otros habitantes del Santuario. Era triste ver como incluso algunos soldados rasos que no conocían su rango, se burlaban de él y lo golpeaban. Sus colegas Dorados siempre le reclamaban este hecho, pero Aldebarán se justificaba diciendo que no quería maltratar a quienes tenían poderes inferiores a él.

Pero… ¿cómo era capaz este muchacho enjuto de portar una cloth tan grande y pesada como la de Tauro? Eso era algo que solo sus colegas Dorados sabían. Lo que ocurría cuando Aldebarán alcanzaba el Séptimo Sentido era algo que escapaba a toda lógica. Por esa razón casi nunca se lo había visto portando su armadura. De hecho, Aldebarán era el único que no vestía su ropaje de oro durante la asamblea y el incidente con Morrigan. Lo había llevado a espaldas en su caja y usado como asiento justo como lo estaba haciendo en ese momento ante Kiki.

—Vamos, no seas perezoso, solo quiero conversar un rato —le invitó alegre el muviano de Aries.

—Tú no cambias, Kiki —manifestó el muchacho trigueño de melena alba con una voz cansada—. Te conozco y sé que no te gusta la soledad. Eres como el resto de personas, y por eso me quieres utilizar para sentirte acompañado, ¿cierto?

Desde el momento en el que abandonó su verdadero nombre para adoptar el de la estrella principal de su constelación, como lo habían hecho ya generaciones anteriores de Caballeros de Tauro; Aldebarán sintió que también perdió una parte importante de sí mismo y la apatía e inercia predominaron en su carácter tras los años.

Su título de Santo de Oro no era algo de lo que estaba orgulloso, pero como la vida no le ofrecía nada más, aceptó con resignación el destino que se le había impuesto.

Page 36: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012

—Solo quería pasar un tiempo con mi amigo y vecino, nada más —respondió el castaño sin perder la sonrisa.

Con una expresión de cansancio, Aldebarán dejó la comodidad de su lecho improvisado y lanzó una mirada furtiva a su amigo. La diferencia de estaturas era notable.

Era digno de resaltar el hecho de que, a pesar de ser tan distintos en todos los sentidos, los Caballeros Dorados custodios de los dos primeros templos lograron entablar una amistad sincera.

—Si quieres conversar con alguien, ¿por qué no vas a las Casas de Géminis o Cáncer? —sugirió el más pequeño para molestar a su interlocutor.

—No bromees, amigo. Siempre hago todo lo posible para pasar rápido por esas dos Casas. Por alguna razón no les caigo bien a esos dos y ni siquiera me responden el saludo —concluyó Kiki desanimado.

==Santuario de Atenea. Casa de Géminis==

La guardiana de Géminis era un misterio incluso para sus colegas Dorados. Solo Atenea conocía su identidad y su nombre.

Rara vez alguien la había visto fuera de su templo y muchos de sus compañeros ni siquiera la conocían. La mayoría de ellos incluso se sorprendió al verla asistir a la Reunión Dorada.

La Amazona de Oro estaba sentada de espaldas a una columna de su templo, contemplando en silencio su armadura ensamblada frente a ella. La apariencia de aquella mujer era aún más inquietante que la del object de cuatro brazos que mostraba la cloth de la constelación de los gemelos.

Sus ropas harapientas y rotas denotaban lo poco que le importaba su talante. Hecho que se reflejaba también en el abundante y desaliñado cabello rojo que cubría casi por completo su rostro, dejando apenas visible la pupila de su ojo derecho, la cual resplandecía en un opaco tono celeste.

Esta mujer de apariencia descuidada siempre inspiró desconfianza entre los habitantes del Santuario, debido a su aspecto nada agradable y a su limitada capacidad de comunicación que la aisló de los demás.

Ninguno conocía la verdadera personalidad de la Guerrera y solo relatos al azar narraban su habilidad en batalla.

La dama de Géminis era tan desconocida, que los pocos que tuvieron la experiencia de estar cerca de ella, tenían la primera impresión de que un espíritu o un muerto vivo era quien llenaba la armadura de la tercera constelación del zodiaco.

—No… es… solo… ella… —murmuró la pelirroja con dificultad. Le costaba hablar correctamente y apenas podía vocalizar.

Rápidamente se puso de pies y vistió su cloth dorada. Con el casco puesto apenas y se veía su cara.

La Amazona observó al oscuro vacío de su Templo. La expresión de sorpresa que se reflejaba en su ojo derecho, decía que se había percatado de algo importante.

—Son… diez…dioses… en… total… —sentenció con temor, tras colocarse su máscara dorada y abandonar en silencio su templo.

Page 37: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012

CAPÍTULO 6

¡LA ‘ALIANZA SUPREMA’!: LAS DIEZ DEIDADES MITOLÓGICAS

==La Luna. Mar de la Tranquilidad==

El vacío del espacio exterior fue el lugar perfecto para la reunión divina. Diez enormes plataformas de roca se erguían en formación de círculo alrededor del símbolo de la ‘Nueva Vida’, el cual era representado por la compleja imagen de un árbol tallado cuidadosamente en una roca en el centro.

El lugar lució muerto hasta que una de las plataformas fue iluminada por un intenso resplandor blanco.

—Falta poco tiempo para la fecha señalada —declaró la imponente voz masculina que surgió de esa piedra, resonando a pesar del vacío del espacio—. Espero que estén preparados para invadir la Tierra y exterminar a los humanos.

Enseguida las otras nueve plataformas se encendieron, iluminadas en distintos colores.

—Un momento. ¿Desde cuándo te dimos la potestad para ser nuestro líder? —cuestionó desafiante otra grave voz, también masculina, proviniendo del monolito iluminado en rojo.

—Lo del Día Final fue mi idea en primer lugar —respondió enseguida en tono austero el de la luz blanca—, pero aún así no estoy intentando liderarlos. Así que piensa mejor lo que dices antes de hablar... supremo egipcio Ra.

Antes de que la irritable deidad albergada en la piedra encendida en carmesí tuviera tiempo de replicar, una dulce voz femenina los interrumpió.

—Deténganse, por favor. No llegaremos a ningún acuerdo si discutimos por este tipo de cosas —intervino en tono conciliador, la melodiosa voz que salía de la roca iluminada en rosado.

La diosa representante de la mitología china, Nü Wa, se caracterizaba por ser la más pacífica entre los diez.

—Háganle caso a la niña china. No vine hasta aquí para escuchar discusiones estúpidas entre dioses... —añadió fastidiada la voz proveniente de la piedra negra. Se trataba justamente de Morrigan, la representante mitológica celta.

—Tú eres la que menos derecho tiene de hablar en esta reunión, Morrigan —le reclamó desde la plataforma en luz amarilla, el dios azteca Quetzalcóatl—. Acordamos que no intervendríamos en la Tierra hasta el Día Final, y aún así descendiste por tu cuenta y por poco arruinas nuestros planes.

—No me molestes, Quetzal… no se qué. Por si no lo sabías, gracias a mi intervención esa ilusa de Atenea y sus plebeyos creen que soy la única que amenaza a la humanidad —afirmó con arrogancia la celta—. Por tal razón no se prepararán como se debe para enfrentarnos.

—La ilusa eres tú, Morrigan —enfatizó el dios azteca, casi perdiendo la paciencia—. Atenea y sus Caballeros no deben ser subestimados aunque seamos diez dioses juntos. Ya lo comprobarás por ti misma…

—Ya los enfrenté y te puedo asegurar que no representarán amenaza alguna para nosotros, Quetzal. La ejecución de nuestros planes no se verá afectada por ellos.

—Hablando de nuestros planes —añadió el mexica, cambiando el tema de conversación para ignorar las palabras de su arrogante compañera—. ¿Cómo van los preparativos para la creación de la Tierra Perfecta?

El dios inca alojado en la plataforma de brillo marrón tomó la palabra:

Page 38: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012

—Todo está listo por mi parte. Como les prometí en la anterior reunión, me encargué de fabricar nuestros trajes divinos. Los he llamado ‘Armaduras Supremas’ y les doy mi palabra de que podrían considerarse indestructibles. Mis armaduras son mucho más resistentes que las que llaman Kamui los dioses griegos, ya que fueron forjadas con los más resistentes metales en las entrañas de la mismísima Pacha Mama —aseguró orgulloso Viracocha.

—¡Tonterías! —habló arrogante Ra—. Con nuestro poder infinito no necesitamos de cosas superfluas como esas. ¡Una armadura estorbará mi movimiento cuando acabe con los humanos!

—No la uses si no quieres, egipcio. Pero te recomiendo que no te confíes cuando tengas que pelear contra los protectores de la Tierra —le reprendió en actitud tranquila Brahma, el dios supremo hindú, desde la roca que resplandecía en una tonalidad anaranjada—. Ya varios dioses han caído derrotados por mostrar esa misma insolencia que te caracteriza.

—¿Están listas ya las ‘Armas Supremas’? —preguntó el dios alojado en la plataforma blanca, intentando evitar un posible conflicto entre las deidades africana y asiática.

—Ciertamente —respondió enseguida una fuerte voz femenina, salida del monolito que resplandecía en plateado—. Se sorprenderán de lo destructivas que pueden ser las armas que les elaboré —aseguró Mielikki, la diosa finlandesa del bosque y la caza.

—Yo por mi parte, y de acuerdo a nuestros requerimientos, estoy lista para dar nacimiento a la nueva raza dominante que poblará el planeta —intervino nuevamente la diosa Nü Wa—. Con esta nueva especie se acabará de una vez toda la violencia del mundo. Ya no habrá más guerras ni contaminación y todos vivirán en armonía con la naturaleza. ¡Será un paraíso perfecto en el que la paz reinará por toda la eternidad! —manifestó la deidad china con notoria emoción.

—Para mí eso suena como un montón de sujetos aburridos… —murmuró para sí Ra. Por fortuna nadie lo escuchó.

—Sinceramente a mí no me interesa lo que les ocurra a los humanos, o si la raza que vendrá será mejor o peor que la actual —fueron las duras palabras de Quetzalcóatl, el azteca—. Lo único que me interesa, es hacer realidad el cambio de era que anuncié en mi Calendario Maya.

—He visto como están los humanos en la Tierra —comentó el neutral Brahma—. La mayoría se toma lo de tu cambio de era como una charlatanería y hasta como una broma. Y de hecho es comprensible después de tantas advertencias y profecías sobre el fin del mundo. Ya casi nadie tomaría en serio lo del Calendario Maya.

—Precisamente, es por eso que en este 21 de diciembre de 2012, según el calendario gregoriano de los humanos, su arrogancia será castigada por nosotros los dioses —reveló el dios mesoamericano con un poco usual tono siniestro—. Ya veremos si se toman a broma lo que estamos a punto de hacer…

Una tímida voz infantil sonó desde la edificación de piedra que centelleaba en azul.

—Las personas nos olvidaron… Al principio de los tiempos nos veneraban, pero…

Quien parecía ser una niña alojada en la piedra de brillo añil, tenía un poco de recelo de hablar, pero aún así continuó con lo que tenía que decir:

—Dejaron a un lado su fe hacia nosotros. Ahora son autosuficientes y ya no nos necesitan —concluyó titubeando la diosa mitológica japonesa.

—Hasta que te animaste a hablar, Izanami —le dijo el egipcio en tono burlón—. Y sí, tienes toda la razón. Al desarrollar tecnologías en todos estos siglos, se volvieron independientes de nosotros. Se olvidaron de sus deidades al categorizarnos como simples “Seres Mitológicos”. ¡Ya ni siquiera somos reales para ellos! —rugió furioso Ra.

Su monolito parecía incendiarse en intensas llamas rojas mientras exclamaba:

Page 39: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012

—¡En el único que creen ahora, es en el Supremo Creador!

Los demás dioses se quedaron en silencio al presenciar la cólera de su colega. Por un momento, una porción del espacio exterior se había iluminado de escarlata.

—Parece ser que somos especialistas en hacer enojar a Ra —intervino socarrona Morrigan, rompiendo el tenso silencio—. Incluso una niña que casi nunca habla como Izanami pudo desatar su cólera.

—No… soy una niña —replicó tímidamente la diosa japonesa.

—Pues suenas como tal, pequeña —insistió la deidad oscura, dejando así a su interlocutora en silencio.

—Ya no la molestes —intervino la deidad finlandesa, en actitud defensora—. Ella también es una diosa como todos nosotros y merece ser tratada como una igual. Recuerda que ninguno de los que estamos aquí presentes es más o menos poderoso que el otro. Nuestra naturaleza cósmica es diferente, pero nuestra fuerza es igual en todos los sentidos.

Por un momento Mielikki detuvo su intervención al recordar un asunto que deseaba aclarar con su compañera.

—Y por cierto, Morrigan —continuó diciendo la escandinava con cierta desconfianza—. ¿Cómo fue que pudiste descender a la Tierra? Se supone que nuestros cuerpos físicos todavía no están listos…

—No me fue difícil. Solo seguí el mismo procedimiento de algunos de los dioses griegos: Tomé un avatar humano. En este momento el cuerpo de esa chica que poseí está descansando en la Tierra. Para serte sincera, no me interesa uno de esos cuerpos artificiales que la nueva está elaborando. Me quedaré con el que tengo en la Tierra. Además me gusta como se ve —alegó pretenciosa la malvada céltica.

—¿Estás segura de eso? Los cuerpos que “la nueva”, como tú la llamas; está elaborando nos serán de gran ayuda durante la invasión a la Tierra —intervino Viracocha, intentando convencerla—. Además, sin duda serán cuerpos dignos de portar nuestras almas divinas.

—Es interesante que un amante de la vida natural como tú, esté interesado en usar un cuerpo creado artificialmente —declaró implacable la dama oscura, callando al dios andino.

—Veo que nuestra compañera no está contenta con los avatares que estás elaborando para nosotros. Será mejor que defiendas tus creaciones, Yggdrasil, diosa nórdica —le sugirió la entidad azteca a la deidad femenina alojada en la plataforma que emanaba un brillo verde claro.

La diosa aludida no había dicho una sola palabra en toda la reunión, así que todos esperaron expectantes una declaración del espíritu verde, pero este no emitió ni un solo sonido.

—Creo que no te contestará, Quetzalcóatl —aventuró el de la roca blanca—. La transición que tuvo el Yggdrasil para convertirse en una diosa todavía está teniendo lugar. Ella aún no posee voluntad propia, ni capacidad de razón. A decir verdad, conseguí que fabrique nuestros cuerpos manipulando la naturaleza de su cosmos.

El Árbol de la Vida, el Yggdrasil de la mitología nórdica, estaba tomando la forma de una nueva diosa para unirse a la purificación de la Tierra. La transición de un ser inanimado a uno con pensamientos independientes, tardaría algunos días todavía. Aun los dioses se preguntaban por qué el Yggdrasil, al ser la fuente universal de vida, había decidido aliárseles para acabar con millones de personas.

—¿Cómo es que sabes tanto de la chica árbol? —le preguntó Ra suspicaz al dios en el monolito resplandeciendo en blanco.

—Sé sobre Yggdrasil porque despertó su voluntad por un fugaz instante para unírsenos. Ella misma fue la que me dijo que deseaba ser parte de la Alianza Suprema en lugar de cualquier otra deidad nórdica —respondió el cuestionado con cierta incomodidad—. Solo accedí a su voluntad por conveniencia para todos nosotros. Es una gran ventaja que la tengamos de nuestra parte.

Page 40: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012

Su explicación no satisfizo a ninguno de los dioses presentes. Sin embargo, ninguno replicó las recién pronunciadas aseveraciones. Pese a que todos eran tratados como iguales, nadie se atrevía a desafiar al dios que de una u otra forma comandaba al grupo.

—Júpiter… Así te haces llamar ¿cierto? —lo llamó Mielikki con un dejo de desdén.

—Así es. No me hagas repetirte que soy el dios supremo romano —retó la deidad de forma espiritual blanca.

—Me es un poco confuso decirte Júpiter y no Zeus… —continuó diciendo la diosa finlandesa—. No creo que un simple cambio de nombre sea suficiente para que aceptes la derrota que sufriste ante Atenea y sus Caballeros.

Aquella severa declaración sorprendió a los demás dioses, quienes esperaban la peor reacción del orgulloso Júpiter.

—¡No me vuelvas a llamar con ese nombre! —bramó ofendido desde el brillo albo de su roca. La luna entera se estremeció con la potencia de su atronadora voz—. ¡Zeus era el nombre con el que se llenaba la boca mi avatar en la Tierra! ¡Ya no me considero más un dios griego! ¡Así que llámame Júpiter, todopoderoso dios de los dioses romanos! —insistió iracundo, mientras feroces relámpagos blancos chispeaban desde su plataforma de piedra.

—Cálmate ya, Júpiter. Y ten cuidado de cómo le hablas a una diosa que es igual de poderosa que tú. No querrás que nosotros también nos enojemos… —amenazó Morrigan en defensa de su compañera finlandesa.

El romano calmó sus ímpetus, pero la tensión se hacía cada vez menos soportable entre las deidades.

Izanami, dentro de su refugio azul, se desesperaba al no poder hacer nada por cambiar la situación y justo cuando se disponía a expresar unas palabras conciliadoras, Nü Wa rompió el ambiente incómodo como si nada hubiese ocurrido.

—De cualquier forma, compañeros. No es tiempo de discutir por cosas intrascendentes. Ahora mismo deberíamos poner en marcha la construcción de la Maravilla Suprema —sugirió la diosa china con premura, calmando así la hostilidad que empezaba a reinar.

—Es una buena idea, Nü Wa —la secundó Brahma, con su indescifrable actitud neutral—. Ahora mismo me pondré en la tarea de crear un recinto sagrado digno de nosotros.

Tras su declaración, el supremo hindú dejó el lugar de la reunión y tomando la forma de una esfera de luz anaranjada, descendió a la Tierra.

Page 41: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012

CAPÍTULO 7

¡EL INESPERADO INICIO DE LA BATALLA! EL VENENO DEL ESCORPIÓN

La reunión de la ‘Alianza Suprema’ terminó de manera no oficial cuando el espíritu de Brahma dejó el Mar de la Tranquilidad en la Luna. Los otros ocho dioses también descendieron a la Tierra en forma de espíritus de sus colores respectivos. Habían acordado hacer un reconocimiento rápido del planeta, mientras el dios hindú construía la llamada Maravilla Suprema e Yggdrasil terminaba la elaboración de sus cuerpos.

==Clare. Irlanda. Castillo de Bunratty==

En el centro de una plataforma de piedra descansaba el humano cuerpo de Morrigan. Una pequeña esfera de luz negra ingresó a este avatar femenino a través de su pecho.

Los intensos ojos grana de la mujer enseguida se abrieron, acentuando el semblante de arrogancia que se divisó en su rostro.

—«Como si fuera a esperar más días para empezar a divertirme —reflexionó con malicia la diosa de negra cabellera, levantándose de su lecho de roca—. Es hora de que les dé un regalito a Atenea y sus Caballeros».

==Santuario de Atenea ==

Durante un corto instante, el terreno se sacudió en todo el recinto griego.

Desde la Cámara del Patriarca, Saori observó con horror como se partía el monumento dedicado a los Caballeros de Oro Legendarios. Una gran polvareda resultó de su colapso.

—Ha comenzado… Morrigan no nos piensa dar ni un minuto de tregua —se dijo Atenea a sí misma con un hilo de voz, apretando los puños en señal de frustración.

Un resplandor dorado fulgió desde la Casa de Escorpión. Su guardiana, Kyrie la Guerrera Dorada, bajó a toda carrera al lugar del incidente siendo la primera en llegar a investigar.

El polvo que flotaba en el aire le dificultaba la visión. Lo único que podía vislumbrar era un montón de escombros tras la densa nube de tierra, pero aunque no pudo sentir ningún tipo de cosmos, no desistió su intento por encontrar a quien había profanado el Santuario de su diosa.

—¡Así que regresaste, diosa celta de la muerte! ¡Esta vez no te será tan fácil detenerme! —amenazó la enmascarada Guerrera de cabellera rubia, sin recibir ninguna respuesta—. ¡Te haré pagar por destruir este lugar sagrado!!

El silencio en la escena se volvió perturbador. No había rastros de ningún enemigo, ni tampoco de ningún amigo. El orgullo característico de los Santos de Oro no les permitiría intervenir en una posible batalla de su compañera.

De pronto, una sombra surcó corriendo la pila de escombros, camuflada por la nube de polvo.

De la nada emergió un fino haz de luz negra que se clavó directamente en el muslo de una incrédula Kyrie, quien al sentir un dolor tan agudo, se vio obligada a caer de rodillas. A pesar del extremo sufrimiento, se las arregló para ahogar su impulso de gritar.

Page 42: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012

—Vaya, vaya… Así que esta es la nueva orden de Caballeros de Oro de Atenea —declaró irónico el atacante, todavía oculto—. Será divertido probar la resistencia del actual Escorpión Dorado.

La voz del enemigo claramente pertenecía a un hombre, pero Kyrie no tenía idea de a quién podría estar enfrentando.

Mostrando gran valor y determinación, superó el dolor de la sofocante herida y se reincorporó alzando la guardia.

—¡Sal y pelea como un hombre! ¡Si quieres probar lo que valgo como Guerrera de Atenea estoy más que lista! —retó enérgica Escorpión, al tiempo que elevaba su cosmos. Sus cabellos rubios ondeaban suavemente, mientras una delicada aura dorada bañaba su cuerpo.

La velocidad del atacante era increíble, la muchacha apenas y podía seguir sus movimientos con la vista. Solo podía identificarlo como una sombra negra desplazándose vertiginosamente.

Ni siquiera notó que ya lo tenía a sus espaldas y que la había aprisionado por el cuello rodeándola con su brazo.

—Eres débil, Amazona —le susurró al oído, presionándole más la garganta con el guantelete que cubría su antebrazo—. No entiendo por qué vistes esa armadura de oro, ya que no siento que tu cosmos haya alcanzado siquiera el Séptimo Sentido.

Una gota de sudor frío recorrió la frente de la joven al sentir que un objeto punzante hacía presión en su yugular. Aquella sensación consiguió aterrarla.

—No eres digna de vestir esa armadura —agregó con frialdad el invasor—. Muere de una vez…

Kyrie reaccionó, y quitando todo miedo e inseguridad de su mente, le propinó a su captor un terrible codazo en el abdomen. El embate fue tan potente, que logró proyectarlo directamente hacia una columna en la que terminó su trayectoria con un violento choque, tras el cual cayó de bruces contra el piso de mármol.

—Te lo repetiré… ¡Soy una Amazona de Atenea y peleo por la justicia! ¡No te va a ser nada fácil matarme! ¡Maldito…!

La muchacha de Escorpión se interrumpió en su discurso. No podía creer lo que estaba viendo, así que en señal de sorpresa se quitó la máscara por inercia al reconocer a su atacante, quien se estaba reincorporando tambaleándose.

—¡No! ¡No puedes ser tú! —exclamó la joven, entre lágrimas de incredulidad—. ¡Todos menos tú!

Como una imagen salida de sus pesadillas, ante ella se encontraba… ¡Milo, el legendario Caballero de Escorpión! ¡Y vestía una armadura negra de su constelación!

Ella vio con incredulidad como el hombre a quien más admiraba, su modelo de vida e inspiración, caminaba nuevamente entre los vivos. A juzgar por su actitud y su ropaje negro, la muchacha supuso que su antecesor regresó como sirviente del mal.

—Debiste quedarte quieta y dejar que te clave mi uña envenenada en el cuello. Tu muerte habría sido rápida —replicó Milo en actitud maliciosa—. ¡Pero ahora haré que sufras en las manos del verdadero Escorpión Dorado!

El garfio saliente del dedo índice derecho del antecesor de Escorpión resplandeció en un negro intenso, al tiempo que el antaño Santo exclamaba:

—¡‘Aguja Azabache’!!

Kyrie seguía sumergida en el shock del reciente impacto psicológico. Ni siquiera vio venir los cinco rayos negros que se clavaron en las partes que desprotegía su armadura dorada. Apenas y pudo reaccionar cuando sintió que los embates de los aguijones la impulsaron con fuerza hacía atrás.

Page 43: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012

Mientras caía de espaldas en tierra, el insoportable dolor la despertó de su trance.

—Milo… Mi apreciado Milo —balbuceó observando al cielo con lágrimas en los ojos—. ¡El dolor que me producen tus agujas no es nada comparado con la tristeza que siento en mi corazón! —rugió furiosa desde el piso, observando a su antecesor acercándosele confiado.

En un parpadeo ella obtuvo el Séptimo Sentido y a la velocidad de la luz consiguió asestar una terrible patada en el costado de la cabeza de su oponente. El casco de la armadura negra de Escorpión quedó hecho trizas.

Milo fue derribado por tan poderosa arremetida, mientras las dolorosas heridas de la Guerrera sangraban profusamente como resultado del esfuerzo. Kyrie observaba iracunda al Santo Negro, quien luchaba por levantarse.

La respiración agitada y el flujo incontenible de lágrimas hacían evidente el descontrol de la chica.

—Eres fuerte… Lo admito, Amazona, pero todavía te hace falta madurar como protectora de Atenea. Esos sentimientos impulsivos serán los que te traicionen en la batalla contra un enemigo más fuerte que yo —le dijo el hombre de cabellera azulada, más como consejo que como desafío.

Un nudo en la garganta de la joven no le permitió responder.

—¿Cómo fue que obtuviste mi armadura de Escorpión?... Imagino que Atenea te la regaló porque estaba desesperada por tener otra vez doce Caballeros de Oro juntos —se respondió malintencionadamente él mismo.

—¡Te equivocas! —le corrigió enojada—. ¡Fue la misma armadura de Escorpión la que me escogió como su portadora!

—Me es difícil creerte, niña —dudó el Caballero en armadura negra, reincorporándose y encarando a su contrincante.

—Mi nombre es Kyrie… Kyrie de Escorpión. Soy la orgullosa Guerrera Dorada que…

La chica se quedó en silencio al sentir que su armadura empezó a resonar.

—Creo que ya es hora de que el verdadero Escorpión recupere el lugar que le pertenece… —declaró confiado él, para luego despojarse de la armadura negra de su constelación, ante la mirada de intriga de su sucesora.

La armadura dorada de Escorpión abandonó el cuerpo de su portadora original y vistió enseguida a Milo. Kyrie simplemente no podía creerlo.

Su cuerpo se veía tan frágil y vulnerable sin la protección del ropaje dorado, mientras que, por su parte Milo lucía más poderoso que nunca, haciendo alarde de una imponente aura dorada digna de los Santos de la orden más importante de Atenea. La cloth parecía resplandecer más que cuando Kyrie la vestía.

Ante ella se presentaba la figura que siempre admiró. El legendario Milo de Escorpión, a quien conoció solo a través de leyendas y relatos del Santuario, en ese momento se encontraba a pocos pasos de ella, así que no pudo evitar sentirse insignificante a su lado.

—No sé por qué estoy vivo nuevamente. Tampoco sé quien me revivió y por qué vestía esa armadura negra —declaró el Caballero, a la vez que su uña resplandecía en la acostumbrada tonalidad roja—. ¡Yo solo sé que debo comprobar si mi sucesora es digna de vestir mi armadura! —la desafió amenazante, clavándole su penetrante mirada azul.

Esos ojos llenos de decisión consiguieron estremecer hasta el último rincón del cuerpo de la joven, quien en ese momento se veía sumamente impresionada, pero tras superar el impacto de encontrarse con su antecesor en toda su gloria, una ligera sonrisa se dibujó en su rostro, dándose cuenta de la situación real.

Page 44: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012

—Entonces no le has vendido tu alma a la maldad de la diosa Morrigan —dictaminó, ya más segura de sí misma.

—No conozco a ninguna Morrigan —afirmó certero el entonces Santo de Oro—. Mi corazón y mi lealtad han estado siempre con Atenea. Aun después de la muerte.

—¡Siendo así, te demostraré de lo que es capaz una mujer que también lucha por la justicia!

El Séptimo Sentido emanaba de cada poro de Kyrie. Su larga cabellera dorada se elevó junto con varias piedras y escombros del lugar, mientras sus ojos azules resplandecían desbordando convicción.

Milo la contempló asombrado y también se puso en la tarea de encender su poder cósmico.

—¡Atácame con toda tu fuerza, Guerrera Dorada de Escorpión!

—¡‘Aguja Escarlata’! —exclamó la Amazona con autoridad.

La evocación del nombre de la técnica fue acompañada por el resplandecer rojo de las diez uñas de las manos de la joven sin armadura, quien al extender ambos brazos, lanzó diez aguijones rojos de un solo golpe. Su adversario observó complacido como se le acercaban los delgados rayos.

—«Increíble. Sin duda no fue coincidencia el hecho de que la misma armadura la haya aceptado como su nueva portadora» —reflexionó él en la transición con el impacto.

La energía cósmica del Dorado se había concentrado un su mano derecha.

—¡Excelente, Kyrie! ¡Pero diez agujas no serán suficientes para superar esto!

Milo llenó sus pulmones de aire para gritar el nombre de su técnica clásica:

—¡‘Aguja Escarlata’!!

Ocho agujas rojas fueron disparadas simultáneamente y pasaron de largo las diez de Kyrie, quien recibió de lleno los agudos pinchazos. Por su parte los aguijones de la joven parecieron impactar en su objetivo, pero en lugar de esto, pareció ser que lo pasaron de largo, atravesándolo cual seres fantasmagóricos, para chocar y posteriormente agujerear una pared que se levantaba detrás del Caballero.

Kyrie permaneció de pies, luchando por soportar el intenso y angustioso dolor. En cambio el hombre en cloth dorada se mantenía ileso y muy confiado se acercó a su contendiente, caminando lentamente hacia ella.

—Jamás… en mi vida había… sentido tanto dolor… —farfulló la muchacha, esforzándose por conservar la cordura.

—Eres la primera persona con quien utilizo mi técnica conocida como ‘Aguja Azabache’ —empezó a explicarle pausadamente el Santo en armadura áurea—. Los primeros seis aguijones negros que te clavé, contenían un veneno mejorado del escorpión. Esta ponzoña negra multiplica el dolor de las agujas escarlata por el mismo número de agujas negras recibidas. Ahora mismo debes estar sintiendo un dolor seis veces superior a cualquier otra persona que haya recibido mi ken.

—¡Me es indiferente este sufrimiento! —exclamó la muchacha más con frustración que con coraje—. ¡Yo seré quien venza al final!

Cargando en su mano derecha una gran cantidad de cosmos dorado, la Amazona lanzó un potente puñetazo. Sin embargo, Milo la detuvo tomándola de la muñeca para luego levantarle el brazo hasta tenerla cara a cara.

—¡Basta ya, Kyrie! —le regañó implacable—. ¡El combate terminó! ¡Te advertí que ese tipo de impulsos no te servirían en un combate real!

—¡No me he rendido ante ti todavía, Milo! —aseguró la doncella, aún forcejeando por soltarse—. ¡Les

Page 45: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012

probaré a todos que merezco ser tu sucesora!!

—Lo siento… pero ha llegado la hora de que recibas el golpe final del escorpión —susurró con un tono más calmado el Santo.

Haciendo a un lado con su mano libre el mechón de cabello rubio que tapaba el rostro de su oponente, el Escorpión Dorado susurró:

—‘Antares’…

Nada pudo hacer ella para evitar que su corazón sea atravesado. Lo último recordó antes de desvanecerse, fue la imagen del rostro de Milo regalándole una sonrisa, tal como siempre se lo había imaginado…

Page 46: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012
Page 47: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012

CAPÍTULO 8¡LA MARAVILLA SUPREMA!: NACE EL ESCENARIO DE LA ÚLTIMA BATALLA

El mundo entero fue impactado por el suceso sin precedentes que acaecía en Grecia. Los noticiarios en varios idiomas mostraban con temor las imágenes de aquel fenómeno inédito.

Ninguna persona se explicaba lo que ocurría. Esa gigantesca superficie de tierra había descendido desde el cielo apartando las nubes, para mantenerse flotando sobre el Santuario de Atenea. Era increíble siquiera concebir que una isla desierta había nacido desde las alturas, amenazando con impactar aquel lugar histórico en cualquier momento. El objeto cubría un área mucho mayor que la del recinto de la diosa, y escapando a toda lógica y a las leyes físicas, permaneció estático en el aire.

Casi tan perturbador para todos fue observar como una luz anaranjada volaba inquieta cerca del lugar. La mayoría la identificaba como un ángel, un ovni o un fantasma. Los más creyentes atribuían el fenómeno a una señal divina del fin del mundo anunciado en la profecía maya. Y en realidad no estaban lejos de la verdad, ya que apenas faltaban un par de días para el acontecimiento.

—Muy bien. Ya tengo la superficie lista —anunció Brahma para sí, surcando veloz el cielo en su forma espiritual—. Ahora daré nacimiento a las Nuevas Diez Maravillas del Mundo.

El gran pedazo de tierra se sacudió con violencia, para luego encenderse en una intensa tonalidad anaranjada. Fragmentos empezaron a caer sobre los pocos habitantes sobrevivientes del Santuario, quienes observaban impotentes la escena, esperando lo peor.

Diez magníficas edificaciones surgieron del lugar. Su belleza mostraba la conjunción de varias culturas del mundo reunidas en una sola fortaleza. Por primera vez la humanidad podía ver juntas, por ejemplo, a una pirámide egipcia con un castillo celta y un palacio hindú. La majestuosidad y hermosura del lugar dejó boquiabiertos a los guerreros que lo observaban desde el Santuario de Atenea, el cual se veía humilde y pequeño en comparación con la imponente Maravilla Suprema. Lo más impactante para muchos fue ver que los edificios se encontraban de cabeza, ubicados paralelamente a la morada de la diosa protectora de la Tierra. A unos tantos incluso les dio la impresión de que las colosales estructuras colapsarían en cualquier momento sobre ellos.

—Seguramente me creerán un pretencioso por construir nuestra morada sagrada sobre la de Atenea —supuso la luz anaranjada, vigilando el nacimiento de la Maravilla—. Pero todo tiene su razón de ser...

Sin que Brahma tuviera la intención de hacerlo, consiguió humillar las creaciones humanas de milenios de antigüedad. Lo que pudo hacer un dios en tan solo unos minutos, lucía mucho más impresionante que lo que pudieron hacer los humanos en toda su historia. Era sublime, además, contemplar el nacimiento de vida natural en medio de los edificios. Plantas, bosques, flores y demás nacían a velocidad vertiginosa para adornar el lugar.

La luz solar ya no llegaba al Santuario de Atenea, no obstante, el resplandor divino de la Maravilla Suprema era suficiente para alumbrar lo que estaba debajo de ella.

==Santuario de Atenea. Límites Exteriores==

Faltaban pocas horas para que termine el 19 de diciembre de 2012. Un cielo anaranjado acompañaba al astro rey, el cual se escondía sin prisa tras el horizonte marino.

Sentado a orillas de un risco, Milo observaba con tranquilo semblante el bello crepúsculo vespertino.

Page 48: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012

—«Quizás esta sea la última vez que vea al sol ocultarse» —reflexionó con nostalgia.

El guerrero alzó la mirada para contemplar la fortaleza recién creada por la deidad hindú. Por un momento se sintió pequeño ante la apariencia imponente de aquel lugar.

—¡Rayos! ¡Si tan solo supiera lo que está ocurriendo en el mundo en este momento!

Al bajar la vista, sus ojos se posaron en la figura de Kyrie. La muchacha parecía dormir tranquilamente apoyada contra una roca cercana. Su apacible y hermoso rostro consiguió devolverle la paz al legendario Escorpión.

—Discúlpame por presionarte para que pelees en serio, Kyrie —le dijo a la inconsciente chica rubia con una suave voz.

Abatido, el antaño Santo se acomodó delicadamente al lado de su sucesora de oro.

—Eres fuerte. Más de lo que imaginas. Incluso tu técnica de ‘Aguja Escarlata’ fue superior a la mía —admitió, centrando su atención en la sangre que escapaba por debajo de la armadura dorada que vestía—. Ingenuamente creí que tus agujas habían pasado de largo, pero de alguna forma te las arreglaste para que los piquetes del escorpión ignoren la armadura de la víctima, para penetrar directamente en su piel y hacer más devastador su efecto.

El dolor de las diez heridas que tenía escondidas debajo del traje dorado de Escorpión, había hecho difícil que pueda moverse con libertad. Para él fue todo un martirio alejarse del lugar donde, en lugar de ejecutar a la chica, detuvo el efecto del veneno negro en su cuerpo, tras decirle que la mataría con Antares.

—Tú venciste, Guerrera. Admito mi derrota como un hombre. ¡Me diste una de las mejores batallas de mi vida! ¡Sin duda eres mi digna sucesora!

Kyrie habría estado muy feliz de escuchar esas palabras del hombre que admiraba con todas sus fuerzas, pero el cansancio y las heridas de la batalla la mantuvieron inconsciente.

Milo recordó que había traído consigo la máscara dorada de Kyrie, así que presuroso se dispuso a colocársela en el rostro. Él sabía que las reglas del Santuario no permitían que sus Amazonas muestren libremente la cara.

Justo cuando estaba a unos pocos centímetros de cubrirle la faz, se detuvo por un instante.

—Me pregunto si fui yo el primer hombre que te vio sin máscara —se cuestionó sonriendo—. Tendría mucha suerte si una mujer tan valiente y hermosa como tú llegara a amarme —le confesó, observándola con ternura.

Milo había sido cautivado por la belleza y tenacidad de su sucesora.

El Caballero tomó la máscara nuevamente y la acercó a su cuerpo. Con la ayuda del garfio carmesí que sobresalía de su dedo, escribió algo a la altura de la mejilla derecha de la careta. Luego le cubrió el rostro con delicadeza.

—Cuida de Atenea y de la humanidad… Amazona Dorada de Escorpión —le encomendó en actitud solemne a la durmiente chica. Luego se despojó de la armadura dorada, para vestir nuevamente el ropaje negro de su constelación.

—«Aún debo averiguar por qué estoy vivo, y creo que la respuesta la encontraré en ese santuario flotante».

Page 49: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012

==Maravilla Suprema. Templo Sagrado Inca==

La totalidad del terreno invertido había sido dividida en diez zonas por Brahma. A cada dios le correspondía una buena cantidad de hectáreas de territorio que deberían proteger celosamente, al igual que cada uno de sus templos denominados como Maravillas.

La noche había caído en Grecia, pero el recinto divino de las diez deidades se mantenía iluminado con una luz del día perpetua. En las afueras de un soberbio templo adornado con decoraciones autóctonas incas, estaba un hombre observando con curiosidad hacia arriba. Para él nuestra tierra era el equivalente al cielo.

—Apenas y puedo ver movimiento en el Santuario de Atenea. Sin duda el que se encuentren a tantos cientos de metros de altura es un gran inconveniente —comentó, esforzándose por inspeccionar más—. Pero qué estoy diciendo —se corrigió—, somos nosotros quienes estamos de cabeza.

El cuerpo físico de Viracocha lucía como el de un hombre fuerte y joven de ojos negros y frondosa melena verde cayendo sobre unos esbeltos hombros. La piel broncina del dios parecía haber sido curtida años por el sol, dándole un porte solemne que se complementaba perfectamente con la constitución gruesa que le otorgaba su envidiable musculatura y sobrehumana estatura.

—«Es una lástima que la vida de los humanos tenga que terminar así, pero su destino ha sido definido. La mayoría de ustedes se pasó estos últimos siglos viviendo con egoísmo y quemimportismo por la Tierra y la naturaleza» —reflexionó la deidad precolombina con la mirada perdida en el paisaje que rodeaba su templo.

El territorio que rodeaba a la Maravilla Inca consistía en una gran extensión de páramos, prados y terrenos montañosos sembrados de plantaciones agrícolas. El ambiente imitaba perfectamente al existente en la cordillera de los Andes: la poderosa serranía sudamericana.

Mientras se encontraba distraído en sus cavilaciones, alguien lo devolvió a la realidad con sus palabras.

—Viracocha, el supremo inca —lo llamó la recién llegada—. Me imagino que no te gustó el cuerpo que te elaboró Yggdrasil. Veo el descontento en tu rostro.

—Mielikki... ¿Eres tú, verdad? —le respondió el hombretón, escrutándola con la mirada de pies a cabeza—. Es la primera vez que tengo el honor de verte con un cuerpo físico.

La diosa finlandesa lucía un precioso cabello dorado que resaltaba la gran belleza de sus facciones. Su delicada figura habría hecho pensar a cualquiera que se trataba de una mortal sin poder.

No obstante, lo que más impresionaba de su apariencia, era su brillante mirada turquesa capaz de cautivar a cualquiera. Incluso el mismo Viracocha se estremeció cuando la miró directamente a los ojos.

—Me reconociste por mi voz, supongo. No creí que la nórdica me daría un cuerpo tan débil en apariencia —comentó, observando con expresión de fastidio sus delicados brazos.

—Quizás ella creyó que no debes ser tan dura y estricta, ¿no crees? —le insinuó el inca con una sonrisa amable—. Aunque seas la diosa de la caza, no tienes por qué aparentar siempre tanta seriedad y andar por allí con el ceño fruncido. Se te arrugará el rostro —concluyó el dios de melena verde, riendo divertido.

—No bromees, Viracocha. Solo venía a decirte que debemos ir a...

La finlandesa detuvo la plática al ver que a lo lejos, justo en el punto central de la Maravilla Suprema, una enorme plataforma de roca circular se elevó hasta quedar suspendida en el aire. Esta roca era visible desde toda la fortaleza divina.

—¿Qué será eso? —inquirió la diosa con extrañeza—. Supongo que será otra de las ocurrencias de Brahma.

—Te equivocas, Mielikki. Es obra de Quetzalcóatl. Observa bien esa piedra —le sugirió él, apuntándole el objeto con el dedo.

Page 50: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012

Era el Calendario Maya lo que se erguía ante ellos…

El inconfundible diseño de las decoraciones mesoamericanas en aquella roca circular, se le antojaron perturbadoras a la diosa que contemplaba tal arte por primera vez.

—No me gusta nada esa piedra... Le pediré al azteca que la retire de la Maravilla.

—Espera, Mielikki. Algo ocurre con en ese calendario —anunció confundido Viracocha.

Y en efecto, diez luces de diferentes colores se encendieron en torno al radio exterior de la monumental mole redonda.

—Empiezo a entender... Esta vez el Calendario Maya no marcará el tiempo que falta para el final de los humanos. Esos resplandores en la roca representan nuestras propias vidas —dedujo la diosa, con cierto dejo de preocupación—. Cuando la existencia de cada uno de nosotros se extinga, la luz de nuestro respectivo color se apagará.

—Blanco para Júpiter, azul para Izanami, rojo para Ra, naranja para Brahma, verde para Yggdrasil, rosa para Nü Wa, negro para Morrigan. El plateado representa tu vida, el marrón la mía y el amarillo la del mismo Quetzalcóatl —adivinó el dios inca.

—Sin duda el azteca sabe que podríamos fracasar ante los protectores de la Tierra, los Caballeros de Atenea... —agregó algo consternada la deidad de cabellera dorada.

—Así es, por eso no entiendo el porqué de la actitud de confianza de Morrigan —declaró preocupado su interlocutor—. Si cualquiera de nosotros se descuida, acabaremos al igual que los dioses griegos que los enfrentaron antes…

Page 51: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012

CAPÍTULO 9¡DETERMINACIÓN HUMANA!: EL ASCENSO DE ATENEA Y SUS CABALLEROS

==Santuario de Atenea. Monumento a Atenea==

Habían pasado unas cuantas horas desde el nacimiento de la Maravilla Suprema sobre el Santuario de Atenea.

En el espacio entre ambos recintos, el Calendario Maya encendido en diez colores era claramente visible para los aliados y antagonistas de la humanidad.

—No tenemos más opción que invadir esa fortaleza —declaró preocupada Saori, sin quitarle la vista a la roca circular. Su Kamui era bañado por los destellos divinos que se desprendían de aquel santuario invertido—. Sin duda esta es una demostración del gran poder del enemigo. Incluso un objeto inanimado como ese es capaz de emanar un cosmos propio...

Atenea y sus Caballeros Dorados se encontraban listos y dispuestos para ascender a la Maravilla e invadir los diez templos de los dioses. Sin embargo, no todos los compañeros de oro estaban presentes.

—¿Cómo te fue, Eleison? ¿Encontraste a tu hermana en la Casa de Escorpión? —le preguntó Kiki con expectativa al recién llegado Santo de Capricornio.

Con evidente desasosiego, el rubio ojiazul negó con la cabeza.

—La busqué en las Doce Casas y en el Monumento a los Caballeros de Oro Legendarios recién destruido, pero no hay rastro de ella. Justamente fue en ese lugar donde dejé de sentir su cosmos cuando estaba enfrentándose con un enemigo igual de fuerte que ella.

Las facciones normalmente suaves y tranquilas del Caballero Dorado se vieron ligeramente deformadas por la ira, mientras se reprendía a sí mismo:

—¡Demonios! ¡Debí dejar a un lado el orgullo y acudir enseguida para ayudarla!

—Tranquilízate, Eleison. No eres el único que está preocupado —le comunicó el pequeño Aldebarán—. Tampoco podemos encontrar a la Amazona Dorada de Géminis.

La esquiva mujer había desaparecido junto con su armadura, justo después de que la Maravilla Suprema fue creada.

—Sé que talvez están pensado que una Guerrera misteriosa como la de Géminis nos traicionaría, pero les puedo asegurar que no es así —afirmó Atenea con un tono convincente—. Sin duda se nos adelantó y ascendió primero al santuario en el cielo.

—¡Entonces qué esperamos, amigos! —exclamó emocionado el impulsivo Seiya, extendiendo las alas de su armadura dorada de Sagitario—. ¡Vamos a apoyar a nuestra compañera de armas!

—Espera amigo —lo atajó Shun con premura—. Primero tenemos que planear bien las cosas antes de intentar llegar hasta la morada de los dioses.

—Hay algo raro en todo esto —intervino el Caballero de Cáncer con su habitual agudeza. El Santo había notado algo importante—. Nos sería relativamente fácil ascender a ese lugar con la ayuda de nuestro cosmos, pero no creo que un dios sea tan descuidado como para dejar su santuario así de desprotegido. Debe existir una trampa invisible a nuestros ojos.

Page 52: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012

Todos se quedaron en silencio por un momento tras la intervención de Sombra Mortal. Sabían que subir a ese lugar constituía un gran riesgo y ninguno se aventuraba a dar una solución viable.

Mientras Atenea seguía sumida en sus reflexiones, una sensación familiar la distrajo. De reojo consiguió vislumbrar varios hilos de cabello rubio pasando junto a ella. Al voltearse para ver de quien se trataba, solo pudo percibir los residuos del cosmos de alguien que conocía muy bien.

—¿Shaka? —murmuró sorprendida la diosa.

Saori enmudeció al ver cuatro pétalos de cerezo posándose en las palmas abiertas de sus manos. Letras de sangre estaban escritas en ellos. Al leerlas, la diosa enseguida supo lo que necesitaban para ascender a la Maravilla Suprema.

—Arayashiki…

==Santuario de Atenea. Límites Exteriores==

La cabeza le daba vueltas y tenía el estómago revuelto. Kyrie de Escorpión se esforzaba por caminar apoyándose contra una pared de roca, mientras un dolor agudo la atormentaba en catorce diferentes puntos de su cuerpo. Ni ella misma supo de dónde sacó fuerzas para vestir nuevamente su armadura dorada, que en ese momento le pesaba mucho más que de costumbre y además le entorpecía el movimiento.

—«Atenea, hermano, Milo… No me voy a rendir. ¡Se los juro!» —se auto convenció, en un intento por infundirse el valor para continuar.

—¡Kyrie! —la llamó una preocupada voz a sus espaldas.

—¡Hermano! —reaccionó la muchacha, quien al encontrarse con Eleison, no soportó más y se dejó caer en sus brazos.

El joven rubio estaba consternado al ver a su hermana en un estado tan deplorable.

—¡Resiste, Kyrie! Te llevaré hasta las barracas para atender tus heridas —quiso reconfortarla Capricornio, para luego levantarla y recostarla entre sus brazos—. Te vas a poner bien, ya lo verás —le aseguró, mirándola con una sonrisa.

Eleison disfrazaba bien el dolor que sentía al ver a su hermana en esas condiciones. Su inalterable rostro sonriente era su equivalente a las máscaras que cubrían la cara de las Amazonas del Santuario.

—No hay tiempo para eso, hermano. Llévame con Atenea, por favor —le rogó ansiosa la enmascarada—. Sé que piensan ascender a ese santuario en el cielo y no me puedo quedar atrás.

El joven no le puso atención a esas últimas palabras de su hermana menor. Algo diferente en ella lo distrajo.

—¿Qué es eso que tienes escrito en la mejilla de tu máscara?

Con curiosidad, la chica se quitó la careta metálica y observó lo que Milo escribió en ella mientras se encontraba inconsciente. Lágrimas de emoción invadieron sus ojos al leer aquella única palabra grabada en resplandeciente rojo.

—«Esperanza».

==Maravilla Suprema. Templo Sagrado Inca==

Los dioses Mielikki y Viracocha caminaban tranquilamente a través de una plantación de maíz sembrada en terreno andino. La diosa observaba con curiosidad la aglomeración de plantas que la rodeaban.

Page 53: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012

—Son hermosas, ¿verdad? —comentó el hombretón de cabellera verde, interrumpiendo el pacífico silencio—. Mi pueblo aborigen se alimentó por siglos con este grano. El maíz era su fuente de vida y por eso lo veneraban tanto —añadió sonriendo.

La diosa puso toda su atención en la figura de su colega. Se le hacía difícil pensar que alguien con una apariencia tosca, fuera tan sensible en el fondo.

—¿Siempre eres así, Viracocha? Un gigante como tú debería comportarse de una forma más severa. Más digna de un dios —le reprendió con cierto fastidio—. Además, no entiendo cómo alguien tan bueno como tú está aliado con nosotros para destruir a los humanos —agregó engreída, retirándole la mirada.

La deidad inca se quedó en silencio por unos instantes, simplemente no tenía la certeza para responder. Para él, decir que acabaría con los humanos para proteger la vida de plantas y animales, solo era una excusa patética para justificar el futuro genocidio.

—Mielikki… ¿Por qué estás en mi territorio? —interrogó el andino con un tono sombrío, con el objetivo de cambiar el tema. El contraste de actitud tan repentino sin duda le extrañó a su interlocutora.

—Casi lo olvido. Vine para decirte que las demás deidades nos encargaron el cuidado de la nueva diosa, Yggdrasil. Debemos vigilar su desarrollo hasta que cuente con voluntad propia y pueda arreglárselas por sí misma.

Viracocha ni siquiera le puso atención y sin decir una palabra, tomó una mazorca madura y se puso en la tarea de retirar las hojas que la envolvían.

—¿Me estás escuchando, supremo inca? —inquirió impaciente la diosa, clavándole su implacable mirada turquesa.

—Este lugar me trae bastante nostalgia, ¿sabes? Me hace querer regresar a esos tiempos ancestrales, en los que el ser humano sí respetaba su entorno —comentó con la mirada abstraída en su labor—. Toma Mielikki, es un regalo de mi parte.

Sin que la finlandesa oponga resistencia, el dios la tomó de la mano y colocó en ella una hermosa mazorca de oro.

—Espera, Viracocha. ¿Qué se supone que haré yo con este maíz dorado? —cuestionó confundida, inspeccionado el obsequio.

—No veré manchadas de sangre estás tierras. Iré al Santuario de Atenea para evitar que suban hasta aquí…

La diosa de cabellos dorados ni siquiera tuvo tiempo de protestar. Cuando levantó la cabeza con indignación, su compañero ya se había marchado.

—«Y tú mismo me dijiste que no seamos descuidados al luchar contra Atenea y sus Caballeros —reflexionó la solitaria escandinava, dando un profundo suspiro de frustración—. «Haces las cosas de la misma forma impulsiva con la que actuaría un humano».

==Santuario de Atenea. Monumento a Atenea==

—El Octavo Sentido... Empiezo a entender —explicó Shiryû de Libra—. Nosotros, como mortales que somos, no podremos ascender con vida hasta ese santuario divino. Nuestro primer objetivo será lograr que nuestras almas trasciendan de la muerte, sobrepasando los límites de los demás sentidos. Estoy seguro de que el recinto de los dioses también es considerado como ‘Otro Mundo’ al igual que el reino de Hades. ¡Si obtenemos el Arayashiki llegaremos con vida, amigos!

Page 54: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012

Seiya, Shun, Hyôga, Shiryû, Ikki y Saori poseían la capacidad de alcanzar su Octavo Sentido, pero sus demás compañeros no la desarrollaban todavía. No había hecho falta hasta ese momento. La preocupación y las dudas invadieron sus corazones.

—Pues... lo intentaremos por Atenea —intervino Kiki de Aries con el objetivo de subir el ánimo de sus colegas—. Y si morimos antes de poner un pie en ese santuario, eso significará que no fuimos lo suficientemente fuertes como para vestir estas armaduras doradas y proteger la Tierra.

Poco a poco el valor se infundía en sus camaradas Dorados.

—No me quedaré aquí con los brazos cruzados, esperando a que ustedes se luzcan. Soy una Guerrera Dorada y haré valer mi título —añadió pretenciosa Helena de Piscis, pasando la mano por su hermoso cabello color aguamarina, en un alarde de confianza—. Esta lucha constituye solo un paso más para convertirme en la mujer más poderosa y superarlos a todos ustedes.

—Bueno, si no hay más opción, creo que también intentaré obtener el Octavo Sentido para llegar hasta allá arriba —secundó apático Aldebarán de Tauro.

—Como puede ver, señorita Saori, ya todos estamos listos para ascender —afirmó solemne Sombra Mortal de Cáncer—. Eleison también fue informado de la situación y dijo que irá por su cuenta cuando se reúna con su hermana Kyrie.

—Conozco bien a mis guerreros y estoy segura que se las arreglarán para reunirse con nosotros. Ahora nos toca hacer nuestra parte.

El cálido cosmos de Saori resplandeció cubriéndola por completo. Su Kamui, su cetro y su escudo parecían brillar con mayor intensidad mientras su energía divina se expandía. Los nueve Dorados que estaban con ella se aglomeraron a su alrededor listos para ser transportados.

Repentinamente, algo detuvo la concentración de la diosa, quien apagó por completo su energía cósmica.

—¡Esperen! ¡No se pueden ir sin nosotros! —gritó Kenji de Pegaso, llegando en último momento al lugar de la reunión junto con sus cuatro compañeros de bronce.

El joven rubio y sus amigos, habían hecho una maratónica carrera a través de las desiertas Doce Casas para llegar a tiempo con quienes pensaban dejarlos fuera de la batalla.

—Por favor entiéndanlo, no podrán venir con nosotros. Aún les falta mucho para conseguir el Octavo Sentido —quiso convencerlos el Santo de Aries—. Incluso para nosotros que somos Caballeros Dorados, será una hazaña difícil de conseguir.

—¡No me interesa lo que nos digan! ¡Ni aunque sea la misma Atenea la que nos prohíba ir a la batalla! —lo desafió Evan, gritándole con el corazón en la garganta. Sus ojos rojos se encendieron de furia—. ¡Esta lucha también es nuestra, así que pelearemos por la humanidad y por nuestros compañeros muertos en batalla!

Las palabras del Fénix hicieron que los Caballeros de Oro se sientan culpables por querer abandonar a sus compañeros de menor rango.

Sin que nadie lo notara, Ikki mostró una sonrisa de orgullo por la valentía demostrada por su sucesor de bronce.

—«Evan de Fénix... No dejas de sorprenderme, novato —reflexionó satisfecho Leo—. Me recuerdas a cómo éramos nosotros de más jóvenes».

—¡Maestro! ¡Planeaba irse y abandonarnos aquí! ¡No dejaré que enfrenten solos este combate! —reclamó Anna a su mentor, quien no atinó a responderle y simplemente desvió triste la mirada.

Page 55: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012

La joven castaña estaba a punto de estallar en llanto. Un par de lágrimas resbalaron por sus mejillas y siendo que la muchacha ya no usaba máscara, para todos fue obvio su descontento.

—¡Seré valiente y lucharé contra Morrigan! —agregó con gran convicción—. ¡Seré valiente y no lloraré!

A pesar de lo dicho, no pudo contenerse más y se vio incapaz de controlar el flujo de sus lágrimas. Shun se le acercó y delicadamente colocó la mano en su mejilla.

La joven Amazona abrió los ojos sorprendida por el contacto con la mano de su maestro. La sensación de calidez emanada por el Caballero de Virgo, logró devolverle la paz al corazón al percibir tal gesto de ternura.

—Estoy orgulloso de ti, Anna —le susurró, sonriéndole amablemente.

—También somos... sus compañeros y amigos... —intervino también Natassia con una suave y apenas audible voz—. Y mi maestro Hyôga me enseñó a siempre luchar hasta el final.

El Acuariano no pudo ocultar la sorpresa en su rostro. Escuchar esas palabras de su discípula lo enorgulleció sobremanera.

—«Natassia, poco a poco vas derritiendo el hielo que cubre tu corazón —pensó el Caballero de Acuario, con los ojos resplandeciendo de emoción—. Jamás me habría imaginado que fueras capaz de decir una frase como esa».

—Ella tiene razón, papá. No nos quedaremos aquí esperando a que se sacrifiquen por nuestro bienestar —secundó Senshi de Dragón, mirando con determinación a su padre y mentor—. Lucharé también para proteger los Cinco Picos de Rozán, para que mi madre tenga un lugar seguro donde vivir —concluyó el joven de cabellera negra, casi llorando.

—«Nuestro hijo tiene tu mismo espíritu y bondad, mi amada Shunrei» —meditó Libra, abrazando a su primogénito, conmovido por sus palabras.

—Saori, está decidido. Lucharemos a tu lado y te protegeremos con nuestras vidas. ¡Porque somos Caballeros de Atenea! —concluyó Kenji, haciendo puño para darle más énfasis a sus palabras.

—Vaya, se ve que este chico es más ‘cabeza dura’ de lo que era yo a su edad. Nuestra maestra estaría orgullosa si viera a sus dos alumnos peleando hombro con hombro, ¿no crees, Saori? —intervino Seiya en tono alegre.

El nuevo Pegaso reaccionó sonrojándose por las palabras de su antecesor y alegre rascó su cabeza mostrando una amplia sonrisa.

La diosa no dijo nada por varios segundos. Su expresión seria le hizo entender a Sagitario que ni siquiera escuchó lo que le acabó de comentar.

—Mis Santos de Bronce... Lo siento.

Ante la incredulidad de todos, Atenea extendió el cetro de Niké para aprisionar a los cinco jóvenes en sendas esferas de energía luminosa.

Page 56: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012
Page 57: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012

CAPÍTULO 10

¡LA DEFENSA DEL SANTUARIO!: EL PODER SAGRADO DEL DIOS INCA

==Santuario de Atenea. Entrada a la Casa de Aries==

—«No me agrada nada este lugar. Todo se ve tan desértico y desprovisto de vida» —meditó el supremo andino, inspeccionando los alrededores del recinto sagrado—. «No sé cómo Atenea puede soportar vivir aquí todos los días».

Algo a lo lejos llamó su atención.

—¡Están a punto de ascender! ¡Puedo ver y sentir el enorme cosmos de Atenea en la base de esa estatua decapitada! —declaró alarmado—. Tendré que teletransportarme a ese lugar inmediatamente.

—Eso será imposible, extraño —intervino una voz masculina, haciendo eco en el vacío oscuro del Primer Templo del zodiaco—. Incluso los Caballeros que dominan la telequinesia no pueden lograr tal hazaña. La única forma de llegar con Atenea es atravesando las Doce Casas a pie —explicó el desconocido.

El dios corroboró esas palabras cuando quiso usar su poder sagrado para llegar a su objetivo, mas la protección divina del cosmos de Atenea que protegía el Santuario, le impidió lograrlo.

—¡Entonces correré hasta alcanzarlos! No tengo tiempo para conversar contigo, seas quien seas —reaccionó con premura el hombretón de larga cabellera verde—. ¡Debo impedir el ascenso de Atenea y sus Caballeros!

Desde el interior de la Casa de Aries, arremetió veloz contra la deidad una pesada esfera metálica poblada de púas, la cual estaba atada a una gruesa cadena. Viracocha extendió el brazo y detuvo el objeto sin problemas con su enorme mano desnuda.

—No me vas a detener con un ataque tan débil —declaró, dejando caer la maza puntiaguda pesadamente al piso—. Te hará falta mucho más que esto para detener a Viracocha, el supremo dios inca.

—Conque un dios… Pues veremos si te puedes enfrentar a seis de nosotros —amenazó burlona otra voz desde el interior del Primer Templo.

Seis guerreros dejaron la oscuridad de Aries para mostrarse ante la deidad precolombina. Sus armaduras platinadas resplandecían majestuosamente, siendo bañadas por los residuos de luz que emanaba la Maravilla Suprema. Aunque les costara la vida, ninguno de ellos retrocedería un solo paso.

—Así que Morrigan dejó vivos a más Caballeros de Atenea… —se dijo a sí mismo Viracocha, contemplando cautelosamente a sus rivales. ¡Los Santos de Plata Jabú de Perseo, Ban de Centauro, Nachi de Cerbero, Ichi de Cuervo, Geki de Hércules y June de Lira!

==Santuario de Atenea. Monumento a Atenea==

Aquel joven de bronce estaba mareado y confundido. Agitaba las manos desesperadamente, intentando palpar el extraño lugar en el que se encontraba, ya que había sido cegado temporalmente por la luz que resplandeció del cetro de su diosa.

—¡Saori! ¡No nos dejes aquí, por favor! —fueron las desesperadas palabras que pudo exclamar Kenji, al verse aprisionado en esa férrea burbuja de energía divina.

Page 58: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012

Apenas recuperó la visión, pudo ver con frustración como Atenea y los nueve Caballeros Dorados ascendían lentamente gracias al cosmos de la diosa protectora de la Tierra. Al joven Pegaso le pareció que Saori miró por un fugaz instante sus tristes ojos castaños mientras se alejaba.

—¡Maldición! ¡No nos podemos quedar aquí encerrados mientras ellos pelean! ¡Amigos, despierten! —les gritó a sus compañeros de bronce, quienes permanecían inconscientes en sus prisiones de energía.

Poco a poco Senshi, Evan, Natassia y Anna recobraron el conocimiento y también se desesperaron al verse encerrados por Atenea. Ninguno se rindió y con gran decisión se encomendaron en la tarea de golpear la barrera de luz que los aprisionaba. Por desgracia, no le hicieron el más mínimo daño a las esferas de cosmos. No les sería nada fácil romper la coraza erigida por una diosa.

—¡Demonios! ¡Atenea no nos puede hacer esto! —rugió rabioso Evan, lanzando un puñetazo llameante que por poco quema su propio cabello plateado.

—El Octavo… Sentido… —musitó la joven de Cisne en tono suave—. El Caballero de Aries dijo algo sobre el Arayashiki…

—¡Eso es! ¡Para salir de estas prisiones de energía, solo tenemos que despertar nuestro Octavo Sentido! —declaró emocionada Anna de Andrómeda, al ver un ligero atisbo esperanza para seguir a su maestro.

—¿“Solo”? ¡No te imaginas el gran esfuerzo que representó para mi padre y sus compañeros despertar el Arayashiki! —le hizo notar exasperado Senshi de Dragón—. Adicional a eso, ninguno de nosotros posee siquiera la fuerza del Séptimo Sentido —concluyó decepcionado.

==Sobre el Santuario de Atenea. Ascenso a la Maravilla Suprema==

A todos les dio pesar tener que dejar en el Santuario a sus compañeros de bronce, pero aún así respetaban la decisión de Atenea. Si ella los dejaba allí, debía tener alguna razón válida para hacerlo.

Mientras se encontraban ascendiendo a unos cien metros de altura, todos pudieron sentir con sobresalto la presencia de un invasor en la entrada de los Doce Templos.

—Es un poder inmenso el que ha arribado al Santuario… —musitó Saori con preocupación—. Sin duda aquel cosmos es tan poderoso como el de Morrigan. La deidad celta no está sola en su intento por destruir a la humanidad.

Al ver a su diosa sumamente alterada, Kiki tomó una drástica decisión.

—Con su permiso, señorita Saori, pero como protector del primer Templo del Zodiaco, mi deber es impedir la invasión de las Doce Casas —le comunicó el Ariano en actitud solemne—. Además, no permitiremos que detengan su ascenso al santuario divino en el cielo —añadió el castaño con una jovial sonrisa, la cual logró tranquilizar a Atenea.

—Confío en ustedes, mis queridos Santos —lo animó amable la diosa—. Dejo en sus manos el Santuario.

Aldebarán, quien llevaba en sus espaldas la armadura dorada de Tauro durante el ascenso, estaba distraído intentando sentir la naturaleza del cosmos invasor. Tan abstraído estaba el joven de cabello blanco en su tarea, que para sorpresa suya y sin que tenga tiempo de protestar, apenas notó que Kiki lo tomó por el cuello de su ropa y regresó junto con él a tierra.

Page 59: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012

==Santuario de Atenea. Entrada a la Casa de Aries==

—¡‘Cabeza de Demonio de Gorgona’! —exclamó Jabú de Perseo, evocando el nombre de su técnica de plata.

Viracocha tuvo la ilusión de ver el terreno llenarse de incontables serpientes. Aquel espejismo consiguió distraerlo, así que no pudo evitar la poderosa patada que le propinó el antaño Unicornio. El impacto fue tan fuerte, que logró propulsarlo hacia el lado opuesto de la Primera Casa.

Geki detuvo su trayectoria abrazando a la víctima por la espalda, y tras cargar una inmensa cantidad de energía en sus brazos, ejecutó su ken secreto.

—¡‘Kornephoros’! —rugió el Santo de Hércules, arrojando al dios con violencia hacia las alturas.

Nachi había dado un gran salto con antelación, así que mientras el invasor se encontraba suspendido en los aires, el Santo concentró su energía cósmica en las mazas de plata puntiagudas que colgaban de las cadenas de sus antebrazos.

—¡‘Triple Aullido del Infierno’! —exclamó el Caballero de Cerbero, liberando el poder de aquella técnica inédita en su par de mazas. Los golpes fueron tan fuertes que consiguieron enviar a tierra al dios con la misma potencia con la que lo había lanzado Geki.

—¡‘Remolino de Fuego’! —gritó Ban de Centauro, utilizando su cosmos para crear llamas a partir de la fricción del aire, lanzado así una poderosa espiral ígnea.

—¡‘Ráfaga del Ala Negra’! —bramó Ichi de Cuervo, arremetiendo con una fuerte corriente formada por las pesadas plumas azabache, las cuales pertenecían a sus fieles acompañantes los cuervos.

Ambas técnicas de plata se fusionaron formando una uniforme masa de plumas negras incendiadas, las cuales colisionaron con fuerza prodigiosa sobre el cuerpo de la deidad.

Era impresionante atestiguar el nivel de cosmos de los antiguos Santos de Bronce. Sus años de esfuerzo y entrenamiento les había hecho merecedores de pertenecer a la segunda orden más importante de los Santos de Atenea.

Sin embargo, a pesar del esfuerzo puesto en cada ken, el dios de cabellera verde salió ileso después de todo ese maltrato. Apenas en ese momento, los guerreros notaron que Viracocha se había dejado alcanzar a propósito por todas las técnicas.

El inca se reincorporó como si nada, dispuesto a continuar.

—Ya probaron que son fuertes, así que por respeto a su fuerza y determinación no quisiera hacerles daño, guerreros. Admiro también su valor por enfrentarme, pero si no desisten, me veré obligado a utilizar la fuerza contra ustedes —advirtió calmado el invasor del Santuario.

Ninguno de los seis se amedrentó e insistieron en bloquearle el paso con actitud desafiante.

—¡No te dejaremos avanzar! —dictaminó enérgica June, empuñando su lira con decisión—. ¡Nuestro deber es proteger este Santuario, a Atenea y a nuestros amigos! ¡No nos importa si nuestro enemigo es un dios!

Al escucharla, cualquiera habría imaginado el valiente rostro tras su máscara.

—Mis años de entrenamiento no fueron en vano. Te mostraré lo que puede hacer la Guerrera Plateada de Lira.

—La Lira —repitió el andino—. Nosotros los incas tenemos una concepción diferente de las constelaciones. La formación estelar que ustedes llaman ‘Lira’, para nosotros constituye la ‘Llama’, un animal autóctono de nuestras tierras.

Page 60: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012

June no le puso atención a la explicación del dios. Estaba demasiado concentrada en la tarea de elevar su energía cósmica. A todos los presentes, incluida la deidad, les sorprendió el nivel de cosmos que pudo desatar la antaño Amazona de Bronce de Camaleón. No era coincidencia que vistiera la armadura plateada del Caballero del cual se decía era tan fuerte como un Santo de Oro: El legendario Orfeo.

—¡‘Nocturno de Cuerdas’!

El ambiente se llenó de flores y resplandores, mientras la hermosa y mortal melodía era entonada por la Guerrera de Plata en su instrumento. El dios quedó fascinado al presenciar esa sublime combinación, la cual complacía sus sentidos de la vista y el oído. La música y las flores danzando en el viento, le parecieron un espectáculo sublime.

No obstante, a pesar de que incontables rayos chocaban contra el cuerpo desprotegido del dios, la técnica no había tenido el efecto destructivo que la Amazona esperaba.

—Es una bella canción, sin duda. Me quedaría horas escuchándola, pero ahora no tengo tiempo suficiente —comentó sonriendo amablemente el inca.

Los seis estaban anonadados. Ni las cinco técnicas combinadas, ni el poderoso ken musical de June, pudieron siquiera lastimar ligeramente el cuerpo desprotegido de su oponente.

—Al parecer no me queda más opción que utilizar mi mejor técnica de plata —declaró Jabú dando un paso al frente, al tiempo que acomodaba en su brazo su arma principal—. ¡‘Ataque Petrificante del Escudo de Medusa’!

El grito de la evocación de la técnica de plata fue seguido por el lento abrir de los ojos de la efigie del mencionado monstruo mitológico esculpido en el escudo. Viracocha observó con inocente curiosidad la intensa luz emanada por la técnica de Jabú, convirtiéndose en piedra en el acto.

—¡Excelente, Jabú! ¡Lo conseguiste! —lo felicitó su camarada Ban.

Todos sus compañeros se aglomeraron alrededor del nuevo Perseo, alegres por la aparente victoria.

—Aún es muy pronto para que celebren, Caballeros de Atenea —retumbó una grave voz desde lo profundo de la estatua de piedra en la que se había convertido el hombretón—. Me disculpan, pero no puedo perder más tiempo con ustedes…

Era la primera vez que los nuevos Santos de Plata sentían un cosmos tan inmenso y poderoso. El cuerpo de piedra resplandeció en una ligera aura marrón.

—¡‘CATACLISMO ANCESTRAL’! —bramó Viracocha, haciendo estallar su cuerpo petrificado en una horrenda explosión de la misma tonalidad que la de su aura. Cientos de metros a la redonda quedaron arrasados. El Santuario entero se estremeció con un violento temblor y el Templo de Aries fue reducido a escombros en menos de un segundo.

En medio del lugar de la hecatombe, el único que permanecía en pie era el dios inca, luciendo majestuoso su envidiable y fornido cuerpo. A sus pies yacían inmóviles los seis guerreros humanos que se atrevieron a desafiarlo. Sus armaduras de plata destrozadas eran el fiel reflejo del estado lamentable en el que se encontraban sus portadores.

—«Atenea… Shun… Es demasiado fuerte… No pudimos detenerlo» —reflexionó apesadumbrada June, antes de desvanecerse en el abismo de la inconsciencia.

Un par de lágrimas escaparon de sus ojos vistos a través de su máscara rota.

Page 61: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012

==Santuario de Atenea. Escaleras entre las Casas de Libra y Virgo==

—La próxima vez, avísame cuando quieras hacerte el héroe frente a Atenea —reclamó molesto el Dorado de Tauro a su colega, quien corría junto a él con toda la potencia que le permitían sus piernas.

—Vamos, amigo. En otro momento me regañarás por haberte hecho venir conmigo —replicó el joven lemuriano con la vista fija en el siguiente templo que debían atravesar—. No podía enfrentarme solo con quien nos está invadiendo.

—Tú también lo sentiste, ¿cierto, Kiki? —preguntó Aldebarán a su amigo, internándose ambos en la oscuridad de la Casa de Virgo.

—Ciertamente. El cosmos de nuestros compañeros de plata se ha…

El Caballero de Aries no pudo terminar su comentario. Un fuerte golpe en el rostro lo mandó a volar contra la puerta del Jardín de los Sales Gemelos, destrozándola al contacto.

—¡Kiki!

—¡No te preocupes por mí, Aldebarán! ¡Sigue adelante! ¡Te alcanzaré después! —respondió el agredido, reincorporándose entre los escombros del portón.

Con un poco de duda, su camarada dorado aceptó en silencio lo sugerido y continuó su camino con decisión.

—«No me dejes allí solo con ese dios, amigo —dijo mentalmente Tauro, alejándose con prisa—. Te espero en la Casa de Aries».

Kiki permanecía inmóvil buscando con cautela cualquier rastro de la presencia de su atacante. El inquietante silencio y la calma absoluta desesperaban al guerrero de Atenea.

—¡Sal de una vez y enfréntame como un hombre! —provocó sin recibir respuesta—. ¡Sé que estás aquí, cobarde!

Sin previo aviso, una esfera de luz dorada emergió entre la oscuridad y dio de lleno contra el cuerpo del muviano castaño. El impacto fue tal, que consiguió desintegrar su capa y arrancarle el casco dorado de Aries.

—Todavía te falta mucho por aprender antes de vestir esa armadura dorada —dijo con calma una voz familiar surgida tras el ataque—. Me decepcionas, Kiki…

Los residuos resplandecientes de la técnica enemiga todavía refulgían en los recovecos de la Sexta Casa. Las chispas de energía luminosa revelaron la tenue imagen del enemigo.

El invasor era el mismísimo Mû de Aries.

Page 62: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012
Page 63: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012

CAPÍTULO 11

¡MAESTRO CONTRA ALUMNO!, ¡DIOS CONTRA MORTAL!

==Santuario de Atenea. Casa de Virgo==

—¡‘Revolución de Polvo Estelar’! —exclamó con autoridad Mû, con una potente voz que hizo eco en la vacuidad del Sexto Templo.

Una innumerable cantidad de proyectiles de energía luminosa se dirigieron veloces hacia el consternado Caballero de Aries, quien todavía intentaba asimilar el regreso a la vida de su apreciado maestro.

—¡‘Muro de Cristal’! —gritó Kiki regresando a la realidad al reaccionar tardíamente, erigiendo así el clásico muro trasparente que lo defendería. Sin embargo, éste se hizo añicos al contacto de la técnica del antecesor de Aries.

El joven de cabello castaño rojizo fue vapuleado violentamente por los destellos luminosos del enemigo.

—Los años no pasan en vano. Has crecido mucho, Kiki —comentó Mû con su clásica actitud tranquila—, pero aún te falta mucho para alcanzar mi nivel. A este paso morirás sin duda —sentenció acercándose a su antaño alumno, quien se encontraba tendido boca abajo en el piso, esforzándose por levantarse.

—Sin duda es usted, maestro. Un poder tan grande solo podría pertenecer al legendario Mû de Aries…

Al levantar a mirada, el joven lemuriano notó que su mentor usaba una peculiar armadura. Por su diseño era obvio que se trataba de la armadura de Aries, pero ésta era de color blanco, casi plateado. Aun con su vasta experiencia en la reparación de armaduras, Kiki nunca antes había visto un ropaje albo como ese.

—Hace tiempo que dejé de ser tu maestro —declaró tajante el de cabellera violeta, para luego posar la palma de su mano en la espalda de su antaño pupilo.

Una enorme cantidad de energía fue liberada en forma de un impulso de luz dorada, el cual destrozó completamente el piso de la Casa de Virgo.

—Para mí usted siempre será mi maestro… Aunque ahora luche del lado de la maldad, lo seguiré respetando —confesó el más joven desde la nada. Se había teletransportado a corta distancia antes de recibir el ken.

El Santo de Aries apareció repentinamente a pocos centímetros de su contrincante, dispuesto a propinarle un fuerte golpe en el rostro. La reacción de Mû fue defenderse erigiendo su ‘Muro de Cristal’ como escudo, pero grande fue su sorpresa cuando el Dorado lo destrozó con tan solo la fuerza física de su puño.

—¡No puede ser! ¡Tan fácilmente el ‘Muro de Cristal’ se ha…!

No pudo terminar la frase. El castaño lo calló de un terrible puñetazo en el costado de la faz. La increíble fuerza de la agresión envió con violencia al hombre en armadura blanca hacia el Jardín de los Sales Gemelos.

—Le devuelvo la bienvenida que me dio, maestro. No considere ese golpe como una falta de respeto, sino como un saludo de mi parte —le dijo sonriendo con gran seguridad—. No subestime a su sucesor.

—No lo haré más, Kiki —respondió el agredido, levantándose entre las flores—. Admito mi error. Así que desde este momento pelearemos como iguales…

Page 64: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012

==Santuario de Atenea. Casa de Tauro==

Mientras Atenea y siete de sus Santos Dorados se elevaban lentamente hacia la Maravilla Suprema, Viracocha avanzó raudo para detener aquella ascensión. Apenas se encontraba en la entrada del Segundo Templo.

—No tendré problemas en alcanzarlos si apresuro un poco más el paso —afirmó seguro de sí mismo.

Justo cuando se internaba en la negrura de Tauro, una intensa arremetida luminosa lo obligó a detenerse y protegerse con los brazos.

—«¿Por qué a todos les da por atacarme sin que siquiera los provoque? —pensó contrariado el hombretón, esforzándose por buscar con la mirada a su atacante—. Los humanos de esta época son tan impulsivos».

—Nunca imaginé que tendría que pelear solo contra un dios en mi primera misión como Caballero Dorado —declaró el recién llegado Aldebarán sin muchas ganas, tras salir de las sombras—, pero si no tengo más opción, pues lo haré.

—Lo siento, pero no puedo quedarme a pelear contigo —replicó cortésmente Viracocha—. Debo detener el ascenso de tu diosa y tus compañeros, así que espero que tengas la amabilidad de dejarme pasar.

Al Santo de Tauro le extrañó la buena actitud del dios.

—Eres raro. Yo imaginaba que un dios sería arrogante y prepotente —comentó el joven de melena alba, colocando la enorme caja de pandora de su armadura dorada en el piso—, o por lo menos creí que se burlaría de mi tamaño y apariencia.

—Admito que sí me extrañó que un muchacho tan pequeño y de aspecto débil como tú, intentara ponerse en mi camino —replicó solemne la deidad—, pero mis milenios de existencia me han enseñado a respetar a los humanos sin importar su apariencia. Además, no debe ser coincidencia el que pertenezcas a la orden más poderosa de los Caballeros de Atenea.

Aldebarán reaccionó con decepción y cansancio a las palabras de su interlocutor.

—Me has desanimado a pelear. No eres el villano que esperaba que fueras. Ahora me costará atacarte en serio —comentó desmotivado el Santo, dando un suspiro de desánimo—. Pero, si me toca pelear… qué más da, pelearé.

—Te lo pedí de favor. Apártate de mi camino o no responderé por mis acciones —amenazó el de cabello verde un poco más severo.

La reacción del joven fue colocarse en la clásica posición de ataque de los Caballeros de Tauro: Los brazos cruzados. El aura dorada que cubría su pequeño cuerpo se expandía poco a poco.

—Es curioso que quieras detenerme sin siquiera portar una armadura, Caballero.

—Me llaman Aldebarán de Tauro. Y esta es la técnica más poderosa del Santo guardián de la Segunda Casa… ¡‘Gran Cuerno’!

Tras el grito del nombre de la técnica, al dios le pareció vislumbrar a un imponente toro dorado escoltando a Aldebarán. Tras esto, un potente destello dorado fue liberado y se dirigió directamente contra su objetivo, quien se vio obligado a extender ambos brazos y cargar su cosmos en ellos para intentar detener el mortal ken.

—¡Increíble! ¡Es la técnica más fuerte que he tenido el honor de presenciar! —se asombró Viracocha, haciendo un esfuerzo por contener la arremetida con las manos desnudas.

Solo encendiendo su cosmos divino, la deidad fue capaz de ahogar el ímpetu de la agresión.

—Imaginaba que algo así no funcionaría contra un dios.

Page 65: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012

Tauro observó con fastidio la caja dorada a su costado.

—No me agrada la idea, pero tendré que usar mi armadura.

El recipiente contenedor se abrió, revelando la majestuosa armadura dorada de Tauro. La efigie del toro lucía impecable, como si aquel object no hubiese sido invocado en años.

—No te ofendas, Aldebarán, pero no creo que puedas vestir esa enorme armadura —resaltó extrañado el más alto y fornido—. Se ve muy grande para ti.

—Entonces tendré que despertar mi Séptimo Sentido antes de portarla…

==Santuario de Atenea. Casa de Virgo. Jardín de los Sales Gemelos==

Miles de pétalos de cerezo danzaban gráciles con el viento. El tranquilo Jardín de Sales se veía más hermoso que nunca, al ser bañado por los residuos de luz que desprendía la Maravilla Suprema.

—Ahora me demostrarás si eres digno de vestir la armadura dorada de Aries —declaró Mû, elevando poco a poco la fuerza de su cosmos.

—¡Maestro! ¡¿Por qué ha vuelto como sirviente del mal?! —preguntó alterado el joven lemuriano—. ¡¿Y por qué viste esa armadura blanca?!

No recibió respuesta.

Aquellas preguntas produjeron un silencio absoluto entre ambos. Silencio durante el cual los contendientes descifraron las intenciones en los ojos del otro. Se conocían tan bien que no había necesidad de palabras entre ellos. Kiki y Mû pensaban hacer exactamente lo mismo a continuación:

—¡‘Extinción de Luz Estelar’! —exclamaron ambos guerreros al unísono, para después liberar aquel poderoso ken del Santo de Aries.

Era la primera vez en la historia que colisionaban estas técnicas. El choque de ambas ‘Extinciones’ resultó en una distorsión de dimensiones, manifestada en una especie de pequeño agujero negro que se formó en el centro.

El fenómeno resultó devastador y consumía lentamente todo a su alrededor. Las plantas, los pétalos de cerezo y hasta el mismo viento, eran devorados sin dilaciones.

—¡Nos consumirá a ambos! —advirtió nervioso Kiki—. Antes de morir aquí por lo menos quisiera saber el porqué de su regresó —inquirió aún luchando por controlar la inimaginable cantidad de energía que seguía liberando con ambas manos.

—Morrigan, la diosa celta de la muerte, fue quien nos revivió y nos otorgó el poder para deshacernos de ustedes. Gracias a ella pudimos ser liberados de la prisión en la que nos encontrábamos a causa de los dioses griegos —explicó Mû, esforzándose también por incrementar la fuerza de su arremetida. Él también extendía frenéticamente ambos brazos para controlar el flujo de luz.

El nivel de poder desatado era exactamente igual por parte de ambos. Cualquier error o distracción habría causado un desbalance fatal. Claramente ambos expresaban el Séptimo Sentido en su máximo esplendor.

—¡Entonces ahora que sé que usted lucha por el mal, no puedo dejar que me venza!

—Lo siento Kiki, pero esto se acaba aquí y ahora…

El Santo Blanco retiró una mano y concentró gran cantidad de energía en ella, mientras que con la otra seguía reforzando su ‘Extinción’. Mientras Kiki luchaba desesperadamente por reforzar la energía de su ken con ambas manos, su maestro hacía lo mismo pero con una sola extremidad.

Page 66: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012

—‘Revolución de Polvo Estelar’.

El antiguo maestro de Jamir consiguió un prodigio jamás antes visto: Ejecutar dos técnicas doradas a la vez, una con cada mano. Incrédulo, Kiki vio acercarse la tremenda cantidad de poder combinado, que para ese entonces ya había disipado por completo la distorsión dimensional y su única técnica.

==Santuario de Atenea. Casa de Tauro==

En un parpadeo, el cosmos de Aldebarán se había elevado hacia niveles insospechados. El dios inca observaba impresionado el rostro del muchacho, que para entonces mostraba un perturbador trance con los ojos en blanco.

—En serio no tengo tiempo para esto. En otro momento me mostrarás tu verdadero poder, Aldebarán —le comunicó, sin esperar recibir respuesta.

Impaciente, el dios intentó pasar de largo dispuesto a detener a Atenea, pero grande fue su sorpresa cuando la energía que emanó de pronto el Caballero Dorado, lo envió violentamente hacia el lado contrario.

—¡¿Pero que es todo ese poder tan grande que siento en este joven?! —declaró alarmado.

Aldebarán se convulsionaba de manera horrible. Sus pequeños músculos se contraían y se retorcían para luego aumentar violentamente de volumen. En medio del trance, el joven Santo no podía controlar sus desgarradores gritos de dolor.

Cuando la conmoción se detuvo, se evidenció que sus proporciones, su masa física, su musculatura y su estatura aumentaron tan drásticamente que por poco llegan a igualar a las de Viracocha. Su melena alba había cambiado a una intensa tonalidad negra.

En nada se parecía este renovado y esbelto guerrero al joven enjuto que en primera instancia desafió a la deidad.

—«Ninguna persona puede cambiar así, en tan poco tiempo… ¿En serio se trata de un ser humano?» —dudó para sí el inca.

Aldebarán permaneció inmóvil por un momento. El aura dorada que lo bañaba era evidencia de que había alcanzado el Séptimo Sentido en su máxima expresión.

Rápidamente, el irreconocible guerrero giró la cara para ver su armadura dorada de Tauro, la cual se ensambló enseguida sobre su fornido cuerpo. A Viracocha le dio la impresión de que la cloth había obedecido una orden silenciosa, como si estuviera viva…

Ataviado en su ropaje dorado, Aldebarán respiraba agitadamente, bramando como un auténtico toro furioso. La nueva cabellera negra del Santo cubría gran parte de su rostro, pero a pesar de la espesura de esos mechones azabache, se podía ver con claridad un par de pupilas resplandeciendo en un intenso rojo. Aquella mirada asesina estaba clavada con ira descontrolada sobre el inca.

Page 67: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012

CAPÍTULO 12

LA TÉCNICA SECRETA DE ARIES Y LA LUCHA DE TITANES EN TAURO

==Santuario de Atenea. Monumento a Atenea==

—¡Demonios! ¡A esa altura ya no podremos alcanzarlos! —rugió enfurecido Kenji, golpeando nuevamente la película de energía.

El Caballero de Pegaso se debatía entre la incredulidad y la tristeza. Su confundida mente no le dejaba pensar con claridad.

—¡Saori! ¡Seiya! ¡Regresen por nosotros, por favor! —suplicaba el joven desesperado entre ríos de lágrimas.

Sus compañeros de bronce detuvieron sus intentos de romper las esferas, para observarlo conmovidos.

—Kenji, ya basta. Creo que deberíamos…

Anna interrumpió su intento de consuelo, al sentir que el cosmos celeste del muchacho rubio se encendía como nunca antes.

—No, amigos. Todavía es pronto para rendirnos —manifestó con la mirada fija en la pulsera de flores que le regaló Saori, mientras una sonrisa de valentía iluminaba su rostro—. ¡Juntos vamos a conseguir un milagro, ya lo verán!

—«Kenji, es la primera vez que veo tanta determinación en tu rostro» —reflexionó Andrómeda, sonrojándose.

Infundida de nuevos ánimos, la muchacha castaña también se puso en la tarea de elevar su energía cósmica. Un cálido resplandor rosa cubrió su cuerpo.

—«Maestro Shun, no lo voy a dejar solo allá arriba. ¡Cuando lo vea nuevamente, le voy a dar un gran abrazo y no lo voy a soltar!»

—¡Ya oyeron a nuestro amigo! ¡A elevar nuestro cosmos hasta el Octavo Sentido! —les exhortó Senshi con gran ánimo.

El Dragón también hizo su parte, encendiendo el aura verde que emanaba su ser, haciéndola crecer cada vez más.

—«Papá, abuelo Dohko… ¡Les demostraré que puedo ser tan fuerte como ustedes!» —meditó muy animado el pelinegro.

—¡Arde, cosmos! ¡Hasta el infinito! ¡Libéranos de esta prisión! —gritó Evan de Fénix, quemando su energía anaranjada de manera extraordinaria. Su cabello plateado ondeaba mientras su cosmos llameante se incendiaba.

—Nosotros… Nosotros… ¡Haremos de este mundo un lugar resplandeciente y lleno de paz! —expresó Natassia de Cisne, para sorpresa de sus amigos.

La energía alba congelante que desprendía, llenaba su prisión de cosmos.

—Lucharé junto a mi maestro sin importar las consecuencias —añadió más segura de sí misma la muchacha de cabellera celeste. Su frialdad e indiferencia poco a poco iban desapareciendo.

Page 68: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012

Lo increíble sucedió. Las cloths de bronce de Pegaso, Dragón, Andrómeda, Cisne y Fénix se tornaron doradas por un instante. Sus portadores habían alcanzado el Octavo Sentido, despertando la sangre de los Caballeros de Oro que fue vertida en ellas hace años.

—¡Por Atenea y por la Tierra! —exclamaron los cinco jóvenes a la vez, para luego destruir con sus cosmos las esferas de energía que los aprisionaban.

Ninguno tuvo necesidad de decir una palabra, sabían perfectamente lo que debían hacer. Alas doradas nacieron en las espaldas de sus armaduras, incluso de los ropajes de Andrómeda y Dragón.

Sin demora, los cinco Santos de Bronce emprendieron vuelo hacia la Maravilla Suprema.

—Espérame, Saori —musitó el Pegaso con gran convicción, mientras ascendía escoltado por sus amigos—. Retribuiré todo lo que has hecho por mí en estos años…

==Santuario de Atenea. Casa de Virgo. Jardín de los Sales Gemelos==

El lugar había sido arrasado por completo. Donde antes florecían esplendorosas una gran variedad de plantas, solo quedaba un terreno yermo y muerto.

A la sombra de uno de los Sales Gemelos, permanecía sentado un cansado Kiki. Ni él mismo se explicaba cómo había sobrevivido a las técnicas combinadas de su maestro regresado a la vida. Pero, aunque estaba en una pieza, era evidente que no salió ileso. Su cuerpo presentaba graves heridas y su armadura dorada tenía fisuras en todas partes.

—«Atenea… no puedo fallarte en mi primera misión como Caballero Dorado —reflexionó decidido, tomando una pequeña flor que yacía destrozada a su lado—. Tampoco puedo defraudarlo a usted, maestro» —se dijo a sí mismo, para infundirse valor.

Haciendo una mueca de dolor, el joven lemuriano consiguió reincorporarse y encarar a Mû. El daño físico que recibió en cuerpo y cloth dejaron de importarle.

—Conozco el espíritu de los Caballeros de Atenea. Y sé que no vas a desistir hasta el momento mismo en que dejes de respirar. Esa es la determinación que debe mostrar un verdadero guerrero —le felicitó el Caballero Blanco.

—¡Maestro, por favor abandone la maldad y luche a nuestro lado! —le suplicó el alumno en medio de su desesperación.

—Kiki… yo nunca he estado en contra de Atenea ni de ustedes —admitió Mû en tono neutral.

La confusión de su interlocutor se reflejaba en su rostro, ya que no acertó a decir palabra.

—Pero no te confundas. No mentí al decirte que Morrigan revivió a varios de nosotros para que los detuviéramos. Las almas de algunos de mis compañeros de generación han sido controladas por su influencia maléfica —reveló el hombre de melena lila con su característica actitud calmada—. Precisamente estas armaduras blancas que portamos, identifican a los guerreros que forman parte de sus ejércitos. Yo por mi parte, me las arreglé para que la diosa celta no logre controlarme y le fingí lealtad. Así fue como regresé al mundo de los vivos.

—¡Maestro! ¡Entonces usted…!

—Sí, Kiki —le interrumpió—. Tenía que probar tu valor como Santo de Atenea, y sin duda me has demostrado que mereces vestir mi querida armadura de Aries.

Los ojos del nuevo Carnero Dorado se iluminaron de emoción. Desde el comienzo de la batalla, algo en su interior le decía que su maestro no podía ser aliado de la maldad.

Page 69: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012

—Discúlpame si fui severo —añadió el maestro—, pero debía asegurarme de que posees el nivel de cosmos necesario para aprender la técnica definitiva capaz de vencer a un dios…

—¡¿Capaz de vencer a un dios?! —repitió Kiki incrédulo.

—Así es. Te enseñaré la ‘Onda de Espíritus Celestiales’.

==Santuario de Atenea. Casa de Tauro==

La batalla entre el dios más fornido entre los diez, contra el Caballero Dorado de físico más poderoso, estaba a punto de comenzar.

Pegando un estremecedor grito, el nuevo Aldebarán dio un gran salto hacia el invasor del Santuario.

—«Cambió completamente. Es como una bestia sedienta de sangre tratando de saciar sus ansias conmigo» —imaginó Viracocha, al ver la expresión salvaje en el rostro del renovado Tauro.

Esa era una de las razones por la cual el joven Aldebarán renegaba de su puesto como Santo de Oro: Cuando obtenía el Séptimo Sentido y vestía su armadura, aparte del ventajoso cambio físico que resultaba en el aumento de su volumen corporal y su fuerza; el guerrero no podía controlar su ira desatada y se convertía en un animal en todos los sentidos. Perdía completamente su capacidad de razonar y por instinto intentaba asesinar a su víctima.

A velocidad prodigiosa, el fornido Santo de melena negra consiguió asestarle un potente golpe en el rostro a su contrincante. El impacto fue tan fuerte, que logró enviar al dios al piso en el acto. El irracional Caballero no se detuvo allí y se le abalanzó nuevamente para continuar agrediéndolo con puñetazos continuos en la faz. Con cada golpe que le propinaba, lo iba enterrando más y más en el piso de mármol de la escena.

—¡Basta ya, Aldebarán! —rugió enojado Viracocha, para luego golpear en el rostro a su atacante, el cual salió proyectado e impactó contra la parte superior de su propio Templo.

Aldebarán quedó incrustado en la piedra del techo. Movía salvajemente la cabeza de un lado a otro y se sacudía en un intento por liberarse.

En un impulso irracional de ira, el humano encendió su cosmos y sin siquiera evocar el nombre de su técnica, arrojó contra el dios un ‘Gran Cuerno’ de poder devastador. La fuerza desatada fue tal, que la Segunda Casa entera colapsó tras el impacto contra el oponente.

El dios inca retiró los pesados escombros que lo cubrían, aprovechando que su cuerpo no había recibido daño considerable a pesar de la portentosa fuerza que colisionó sobre él. Apenas y tenía una ligera sensación de malestar que le pareció extraña, pues era la primera vez en toda su existencia que experimentaba el efecto del dolor físico.

Una delgada línea de sangre se deslizó por el costado de su frente, tiñendo de rojo una porción de su cabello verde.

Alejando de su mente esa nueva sensación, notó frustrado que Atenea y los Caballeros que la acompañaban ya habían desaparecido del cielo.

—Fracasé miserablemente —admitió, apretando los puños con ira—. Ni siquiera fui capaz de detenerlos.

Aldebarán salió de la nada y cual auténtico toro, embistió con bríos a su víctima. Viracocha usó su gran poder físico para contener la arremetida.

—Desiste de una vez, Caballero —le sugirió, aún sosteniéndolo con fuerza—. Ya no tengo nada que hacer aquí, así que regresaré a mi morada. Tuviste éxito en detenerme y te felicito por eso.

El Santo de Tauro ni siquiera lo escuchó. Su instinto salvaje lo obligaba a únicamente querer destrozar al dios con sus propias manos.

Page 70: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012

—«Creo que no me queda más opción que enfrentarlo» —reflexionó con resignación.

Viracocha elevó su cosmos divino de manera increíble, pero grande fue su sorpresa cuando se percató de que, por puro instinto, Aldebarán se detuvo e hizo lo mismo, hasta que pudo igualar su nivel. Sin duda el más joven de los Dorados empezaba a maximizar su Séptimo Sentido.

—Sé que no me escuchas, guerrero, pero quiero que sepas que no me gusta usar técnicas ni manejar armas para batallar. ¡Te enfrentaré utilizando mis propios puños! —anunció el andino, al mismo tiempo que tronaba los huesos de sus manos.

Ambos pegaron un potente grito para arrojarse contra su contendiente. El puñetazo de Viracocha impactó directamente en la sien del rival, haciendo pedazos al contacto el casco de Tauro. La larga melena azabache del humano fue liberada, a la vez que su potente rodillazo se enterraba dolorosamente en el abdomen del dios.

La fuerza ambos los golpes fue tal, que creó una onda expansiva que mandó a volar los escombros que los rodeaba. Tras esto, los contrincantes retrocedieron paralizados por el intenso dolor. La sangre emanaba sin cesar de la herida en la cabeza de Aldebarán, mientras que el dios precolombino dejó escapar el líquido vital por su boca.

—Los cuerpos que nos dio Yggdrasil tienen una estructura orgánica similar a la humana —murmuró para sí la deidad—. Si no peleo en serio, acabaré siendo derrotado.

Superando la barrera del dolor y dejándose llevar por su hambre de violencia, Aldebarán tomó por el cuello a Viracocha dispuesto a estrangularlo. Poco le faltó para destrozarle los huesos cervicales. La reacción instintiva del dios fue elevar su energía cósmica a un nivel portentoso. Solo así consiguió liberarse y replicar la agresión agarrando a su rival por la garganta con una sola mano. El joven musculoso luchaba sin éxito por liberarse de la garra.

—Caballero, tu poder es grande, sin duda. ¡Pero a cambio de esa fuerza, has tenido que renunciar a tu humanidad! —le reprendió aún apretándolo por el cuello—. ¡Un ser tan peligroso como tú no puede existir en este mundo! ¡Por eso acabaré de una vez con tu vida, aquí y ahora!

El Santuario entero tembló cuando Viracocha envió a su puño la totalidad del cosmos que poseía en ese momento. Pensaba terminar con la existencia de Tauro con un solo golpe fulminante.

El puñetazo del dios se dirigió veloz al corazón de su indefenso rival. Pero algo ocurrió a último momento: Otro golpe impactó en el rostro del guerrero humano.

La fuerza de la agresión fue tal, que consiguió arrebatarlo de la mano de la deidad.

—¡¿Quién se atreve a interrumpir nuestra batalla?! —exigió saber el de melena verde, mientras buscaba con la mirada al agresor del Santo que aprisionaba.

Una potente risa resonó entre las ruinas de la Casa de Tauro.

—Eres un rival fuerte, lo admito. Pero no podía quedarme sin hacer nada mientras asesinabas a ese Caballero —intervino una gruesa voz masculina desde el vacío—. ¡Un poder grande como el tuyo se utiliza para proteger a las personas y no para quitarles la vida!

Un fornido guerrero apareció en escena. Era casi tan alto como el dios y estaba ataviado en una armadura negra de apariencia intimidante.

—Soy el antiguo dueño de la armadura que porta ese joven que salvé. ¡El Caballero Dorado, Aldebarán de Tauro!

Page 71: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012

CAPÍTULO 13

¡SE UNEN DOS GENERACIONES!: EL DESPERTAR DEL TORO DORADO

==Santuario de Atenea. Casa de Tauro==

El daño acumulado por su batalla con la deidad invasora del Santuario, sumado al potente golpe recién asestado por su antecesor; hicieron que el actual Santo de Tauro no pudiera salir de su letargo. Su instinto de destrucción se vio mermado por un instante, sintiendo que algo lo presionaba contra el piso desde el abdomen. Era el antaño Toro Dorado quien lo pisaba con cada vez más fuerza, mientras Viracocha se limitaba a observar confundido la escena.

—Los jóvenes de hoy día sí que son impulsivos. Enfrentarse a un enemigo tan fuerte sin estar en sus cabales, es una idea demasiado descabellada —profirió Aldebarán, enterrando más a su homónimo.

El guerrero en armadura dorada gritaba con los ojos encendidos en rojo, pero nada pudo hacer para evitar que ese enorme pie cubierto de metal negro lo hunda más y más en la tierra.

—¡Si no aprendes a controlarte, jamás podrás ser un verdadero Caballero de Atenea!! —le reclamó severo—. ¡Encuentra la calma en tu corazón, recordando tu razón para luchar! ¡Es verdad que peleamos por Atenea, pero debe existir alguien más en tu vida que quieras proteger!

El Santo Negro alzó la mirada para observar los destellos que desprendía la flotante fortaleza divina. Un recuerdo del pasado calmó sus ímpetus por un momento.

—Hace mucho tiempo, cuando realizábamos misiones fuera del Santuario, una niña llamada Europa me obsequió una flor que atesoré hasta el mismo instante de mi muerte —manifestó Aldebarán con nostalgia—. Un detalle tan pequeño como ese fue capaz de darme la fuerza para luchar hasta el final. No iba a permitir que un Espectro le haga daño a esa inocente jovencita.

Con toda la fuerza física que fue capaz de desatar con su enorme pierna, el hombre en armadura negra sepultó de un solo impulso a su frenético sucesor.

—¡Recuerda a esa persona que amas! —añadió enérgico—. ¡Despierta Caballero de Oro de Tauro!!!

Incluso Viracocha se estremeció con la potencia de aquella atronadora voz, a la cual el Santo de melena negra reaccionó abriendo desmesuradamente sus ojos. La tonalidad castaña volvió a sus pupilas, ya que las palabras de su antecesor retumbaron en los recovecos más profundos de su mente, golpeándola con un recuerdo que parecía olvidado. Memorias del pasado se apoderaron de su cerebro.

==Hace trece años. Páramos de los Andes Ecuatorianos==

Una joven mujer trigueña de cabello blanco caminaba con dificultad en contra del fuerte viento. El terrible frío existente en los páramos ecuatorianos le obligaba a abrigar su cuerpo con una gruesa capucha.

—Aguanta un poco más, mi niño. Ya casi llegamos a casa —dijo ella, concentrando su atención a sus faldas.

La mujer protegía del frío a su hijo tras su cálido poncho de lana. El niño de cabello también albo y ojos castaños asomó la cabeza para observar sonriente a su madre.

—¡Cuando sea grande, seré yo quien te proteja del frío, mami! —prometió emocionado el pequeño.

Page 72: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012

La travesía fue larga, pero tras un extenuante esfuerzo ambos consiguieron llegar a su casita de adobe y teja. Aquel lugar humilde tenía apenas lo básico para sobrevivir, pero se podía percibir un ambiente de acogedora calidez familiar.

El viento silbaba fuera de la casita, sacudiendo las plantaciones agrícolas del exterior. Al niño siempre le fascinó la fuerza de las ventiscas frías de su tierra natal.

—¡Mami! —llamó el niño en tono alegre a la joven mujer, quien se estaba despojando del pesado poncho para calentarse en el fuego—. ¿Algún día podremos ir a una playa soleada? —preguntó retozón, a la vez que sus ojos resplandecían de emoción.

—¡Claro que sí! —le respondió ella sin vacilar—. Podrás correr libre por la arena y sentir la calidez del mar en tus pies. ¡Te lo prometo!

La sola idea de conocer un ambiente diferente, hacía el pequeño no pueda contener su júbilo. Alegremente saltaba por toda la casita.

—Tú naciste para ser feliz, hijo mío. Naciste para iluminar este mundo con tu sonrisa. Naciste para ser libre como el viento. Por eso tu nombre es…

Los recuerdos del joven Santo que había adoptado el nombre de Aldebarán, se difuminaron poco a poco...

==Época Actual. Santuario de Atenea. Casa de Tauro==

—Así que tú perteneces a una generación anterior de Caballeros de Atenea que se sacrificó para ayudar a sus compañeros. Disculpa mi rudeza, pero entonces no eres más que un muerto caminando entre los vivos —le comentó Viracocha en tono agresivo al guerrero que vestía la armadura negra de Tauro.

—¡Pues ahora te demostraré lo que puede hacer este muerto vivo! —replicó amenazante el antaño Santo de Atenea—. ¡No te temo aunque seas tan fuerte!

Incluso al mismo Aldebarán le sorprendió el nivel de cosmos que fue capaz de desatar en tan corto instante. La deidad andina lo observó con cautela. No se confiaría al luchar contra un oponente tan poderoso.

—¡Siente el poder de la constelación de Tauro! ¡‘Brazo de Acero’! —exclamó Aldebarán, corriendo con el antebrazo derecho extendido lateralmente.

La velocidad y fuerza que llevaba aquel golpe concentrado, alarmaron sobremanera al dios, quien se vio obligado a tomar medidas extremas para salir bien librado de la poderosa técnica.

Viracocha empuñó un hacha gigantesca materializada en sus manos. El mango metálico del arma fue suficiente para detener la trayectoria del fornido brazo que se disponía a acabarlo.

Frustrado por el intento fallido de herir al dios, Aldebarán retrocedió de un salto.

—Eres increíble, Caballero. Me obligaste a convocar mi Arma Suprema —admitió el hombretón, dejando descansar el peso de la enorme hacha en la tierra—. Una de mis compañeras, Mielikki, la diosa finlandesa de la caza; elaboró para nosotros estas poderosas armas. Yo llamo a mi hacha ‘Imbabura’, lo cual significa ‘Pico de Montaña’. Al ver esta enorme arma, el primer pensamiento que cruza mi mente son las poderosas montañas de los Andes —explicó con nostalgia.

—Aunque me ataques con armas o sin ellas, no permitiré que hagas lo que te plazca en el Santuario de mi diosa —desafió el antecesor de la segunda constelación del zodiaco, cruzando los brazos para tomar su clásica pose de batalla.

—No me atrevería a atacarte con armas mientras tú no posees una para defenderte. Solo convoqué a ‘Imbabura’ para protegerme.

Page 73: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012

El dios de cabello verde arrojó lejos el hacha. La filosa hoja se incrustó sin problemas en una columna que sobresalía en lo que antes fue el Segundo Templo. A Aldebarán le sorprendió la actitud honesta de su contrincante.

—Siendo un hombre tan noble, ¿por qué invades el Santuario y lastimas a las personas que habitan aquí? —inquirió el Santo Negro bajando la guardia.

—No soy tan solo un hombre —le corrigió con tranquilidad—. Mi nombre es Viracocha, supremo dios inca. Descendí a la Tierra para detener a Atenea y sus Caballeros en su ascenso a la Maravilla Suprema, pero por desgracia no tuve éxito. Aunque no me creas, mis intenciones no eran malas, solo quería convencer a Atenea para que desista su intento de invadir nuestro santuario. Así evitaría que derrame su sangre innecesariamente.

—Si Atenea subió ella misma a esa fortaleza que levita sobre nuestras cabezas, debe ser porque ustedes los dioses no tienen buenas intenciones —dedujo el Caballero en ropaje negro—. Dime una cosa, Viracocha. ¿Qué es lo que intentan hacer?

—Nosotros planeamos…

El aludido titubeó inseguro, haciendo silencio por unos segundos.

—Planeamos acabar con la humanidad para dar nacimiento a una nueva raza perfecta…

—Pues no suenas muy seguro de ti mismo, supremo inca —indagó desconfiado el guerrero negro de Tauro—. Me imagino que en el fondo de tu corazón no deseas la destrucción de nosotros los humanos. Debes tener alguna otra razón por la cual formas parte de un grupo de dioses genocidas.

—Genocidas… —repitió Viracocha—. Esa es una palabra muy fuerte, pero tienes razón. En poco tiempo no seremos más que unos asesinos en masa. Sin embargo, será un sacrificio razonable en comparación con el respeto a la vida y la paz eterna que reinará en la Tierra tras la desaparición de los humanos —sentenció con mucha seguridad, aunque en su interior sabía que simplemente estaba dando una excusa improvisada.

—Entonces como parte de la raza que según ustedes está de más en este mundo… ¡Haremos lo que sea para conservar la vida y demostrarles que tenemos derecho a existir! —retó enérgico Aldebarán, elevando su nuevo cosmos dorado—. ¡Aunque eso signifique que tengamos que acabar con los mismos dioses!

Justo cuando la deidad inca se disponía a contestar el provocador desafío de su interlocutor, dos voces lo interrumpieron gritando las mismas palabras al unísono. La intromisión captó la atención de ambos.

—¡‘Revolución de Polvo Estelar’!

Al dios le dio la impresión de que el cielo se le caía encima. Una cantidad inmensa de estrellas fugaces arremetieron en su contra. A pesar de su esfuerzo por detenerlas erigiendo una barrera de energía marrón, los proyectiles cósmicos consiguieron atravesarla e impactar en su objetivo. La técnica definitiva de Aries multiplicada por dos, consiguió derribar a un incrédulo Viracocha.

Mû y Kiki habían llegado al lugar de la batalla.

—Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que nos vimos, mi querido amigo —le dijo sonriente el antecesor de Aries a su antiguo camarada.

—¡Mû! ¡Amigo, estás vivo! —exclamó con sorpresa Aldebarán—. Y ese joven que viste la armadura de Aries es... ¿Kiki? ¡Sí, es Kiki! ¡Cuánto has crecido y qué fuerte te has vuelto! —resaltó con emoción.

—¡Señor Aldebarán! ¡Qué gusto verlo! —se regocijó el joven de Aries con su clásica actitud jovial—. ¡Protejamos juntos el Santuario de nuestra diosa!

Una fuerte sacudida del piso interrumpió la corta reunión. Intensos resplandores emergían de las ruinas de la Segunda Casa, aunque… Viracocha no era el responsable.

Page 74: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012

El actual Caballero de Tauro, poco a poco reaccionaba a las palabras de su antecesor y a sus propias memorias. Los recuerdos de su infancia retumbaron en su mente y le infundieron la voluntad para liberarse de ese instinto asesino que lo esclavizaba. El universo que vivía dentro de él hacía fluir energía cósmica por cada fibra de su cuerpo.

—«Tras la temprana muerte de mi madre tuve que sobrevivir por mi propia cuenta —recordó el joven Santo, debatiéndose entre la tristeza—. Al quedarme tan repentinamente en una soledad absoluta, creía que el destino me había castigado por alguna razón. Tuve que sobrevivir solo, sin que nadie se interesara por mí. Con esa excusa, yo tampoco me interesé por el bienestar de nadie, hasta llegar al extremo de convertirme en un egoísta y apático, haciendo las cosas tan solo por inercia y obligación. Es por eso que cuando fui enviado al Santuario, acepté mi destino de ser Caballero con resignación. Me dijeron que estaba predestinado a portar una armadura de oro, así que no protesté a lo que la vida me ofrecía…»

Un nudo se formó en su garganta en medio de su ensoñación. Poco a poco su tristeza se convertía en una agobiante frustración.

—«¿Qué demonios me pasó? —continuó reflexionando entre lágrimas—. ¿Dónde quedó ese niño alegre que vivía con su madre en los páramos ecuatorianos? ¿Qué le pasó a ese pequeño que era feliz a pesar de la pobreza y el frío?... No pude protegerte del viento helado de los páramos, madre. No pudiste llevarme a la playa. ¡No pude ser el hombre feliz y libre que siempre quisiste! ¡Me convertí en tan solo un toro encerrado, cuya única fuerza consiste en volverse loco y acabar con todo lo que ve!!»

Su cosmos dorado había crecido hasta el punto de iluminar intensamente el lugar y hacerlo temblar.

—«¡Madre, perdóname por olvidarme de tu recuerdo…! ¡Perdóname por abandonar el nombre que me diste, para tomar el de la estrella principal de mi constelación! ¡Perdóname por olvidar que mi nombre es...!»

Tras una increíble explosión cósmica, el corpulento Santo Dorado de Tauro renació desde los escombros. Su mente estaba más lúcida que nunca y sus ojos castaños resplandecían llenos de convicción, mientras dejaban escapar incontables lágrimas. El recuerdo de su madre le hizo volver con más fuerza a la batalla.

—Madre, perdóname por olvidar que mi nombre es Zephyrus de Tauro...

Page 75: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012

CAPÍTULO 14

¡MAGNIFICENCIA! EL VERDADERO PODER DE VIRACOCHA

El término quechua ‘Pacha’, además de referirse a la tierra como elemento, también significa (a la vez) tiempo y espacio, es decir, un plano de existencia. Los pueblos ancestrales andinos dividieron la realidad en varios espacios horizontales: La Ñaupa Pacha (el mundo primigenio, el mundo del ayer, el mundo de los ancestros), la Kay Pacha (el mundo del aquí y del ahora, el mundo humano actual), la Hanan Pacha (el mundo de arriba, el mundo de los dioses), la Sanka Pacha (el mundo de los castigos, el mundo de los condenados) y la Urin Pacha (el mundo de abajo, el inframundo.)

==Santuario de Atenea. Casa de Tauro==

Los antecesores y sucesores de Aries y Tauro se reunieron en las ruinas de lo que fue el Segundo Templo. El dios caído se reincorporó para ver que ahora debía que derrotar a cuatro poderosos rivales.

—Cuatro contra uno es injusto, ¿no creen? —comentó Viracocha con un sutil dejo de sarcasmo.

—Lo siento, supremo inca. Pero esta batalla innecesaria está a punto de terminar. ¡Como Santos de Atenea que somos, no permitiremos que acabes con la existencia de humanidad! —desafió enérgico el renovado Zephyrus de Tauro.

Aquel joven conformista y apático fue reemplazado por un guerrero decidido y valiente.

—Me es grato ver que has recuperado la razón, pero no creas que eso te bastará para derrotar a un dios.

Sin previo aviso, la deidad inca arremetió contra el Caballero de Tauro, dando un salto recto hacia él. Advirtiendo aquello, Mû y Kiki interpusieron en su camino dos ‘Muros de Cristal’, uno tras otro. Por desgracia el cosmos divino que emanaba el atacante fue suficiente para quebrarlos sin esfuerzo.

—¡No te será fácil vencerme, Viracocha! ¡‘Brazo de Acero’! —exclamó Zephyrus lanzando un fuerte golpe a la vez que su rival.

Ambos puños se estrellaron uno contra otro con la misma magnitud, lo cual ocasionó una violenta explosión cósmica. Aldebarán, Mû y Kiki se vieron obligados a protegerse de la fuerte onda de choque generada.

—Es demasiado fuerte. La fuerza física no bastará para vencerlo… —admitió entre dientes el Santo de Oro, al notar que la protección dorada de su antebrazo derecho había sido completamente destrozada, al igual que los huesos de su mano.

—Al fin pude ver el verdadero color de tus ojos, Zephyrus. Para nada eres un humano común —lo elogió el dios de cabello verde, frotando el brazo impactado en un intento por mitigar el dolor.

La técnica de Tauro había fracturado huesos de su antebrazo.

—Ahora entiendo el porqué de tu fuerza. Estoy seguro de que por tu sangre corre la herencia de mis ancestros incas.

—Nací en Sudamérica si a eso te refieres —reveló con orgullo el fornido Caballero—. Específicamente en Ecuador.

Page 76: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012

—Lo sabía… Ese porte, esa negra tonalidad de cabello, ese inmenso poder, esa voluntad inquebrantable; son todos dignos de un auténtico habitante de los Andes. Atenea fue muy sabia al otorgarte la armadura dorada que representa al Búfalo Dorado.

—Se acabó, Viracocha. No podrás pelear en esas condiciones contra cuatro de nosotros —intervino amenazante el joven de Aries, cambiando el hilo de la conversación.

—Espera Kiki. Aún es muy pronto para que te precipites —lo atajó su maestro Mû—. Recuerda que nuestro enemigo es nada más y nada menos que un dios supremo.

La deidad andina clavó los ojos negros en sus cuatro rivales. El silencio en las ruinas de la Segunda Casa era interrumpido solo por el silbido del viento.

—Qué fuertes se han vuelto los humanos en todos estos años. Hace un tiempo atrás, no podrían imaginarse siquiera tocar a un dios. Pero ahora es distinto…

El semblante de Viracocha se tornó serio al mirar su grueso brazo goteando sangre.

—Sin duda su voluntad y determinación me demuestran el verdadero valor de la humanidad. ¡Pero si quieren salvar a su especie, deberán ser capaces de derrotarme! ¡Enfrentarán el poder máximo que es capaz de desatar el supremo inca!

Los Santos de Atenea se pusieron en guardia tras la terrible amenaza. Todos excepto Aldebarán, quien dando unos pasos al frente, se posicionó delante de su sucesor.

—Supongo que podría considerarme como tu maestro, Zephyrus. Así que observa bien y aprende lo que puede hacer la máxima técnica de Tauro —le ordenó el de armadura negra al nuevo Caballero de su signo, quien solo atinó a mirarlo confundido.

—Aldebarán, espera. Tú solo no podrás…

—Señor Aldebarán para ti, muchacho —le reprendió aún dándole las espaldas—. Recuerda que debes respetar al guerrero que vestía esa armadura dorada incluso antes de que tú nacieras…

Zephyrus se vio intimidado por su antecesor, y sin protestar retrocedió poniendo atención a cada uno de sus movimientos. El joven de Tauro entendía el orgullo que podía llegar a poseer un Caballero Dorado. De igual forma, al comprender lo que sentía Aldebarán, Kiki y Mû solo se limitaron a observar.

El cosmos del antaño Toro Dorado se elevó hasta el infinito, estremeciéndose el Santuario entero ante tal demostración de poder.

—¡‘Supernova Titánica’!! —bramó con furia Aldebarán posando fuertemente las palmas de sus manos en el piso. La tierra bajo él se despedazó y se elevó para dejar escapar una poderosa ráfaga de energía luminosa que impactó directamente contra la deidad. Los picos de tierra combinados con la mortal carga de luz dorada, vapulearon a su objetivo.

Aquella técnica nunca antes ejecutada por Aldebarán tuvo un efecto devastador. El terreno entero de la Segunda Casa había sido arrasado y solo quedaba un enorme cráter en su lugar. En su centro se podía ver a Viracocha de pies, tras una densa nube de polvo. Aunque había algo diferente en él…

—Es cierto que ya no puedo pelear contra ustedes físicamente debido a mi brazo roto, pero aún me queda el poder de mi cosmos. Jamás lo subestimé, Caballeros de Atenea. Y espero que ustedes no me tomen a la ligera tampoco.

Los cuatro guerreros se quedaron boquiabiertos al observar la figura que se irguió ante ellos cuando el polvo se asentó. Viracocha estaba portando su majestuosa armadura.

—Una vez más me has obligado a tomar medidas extremas para protegerme, Aldebarán. Les presento mi ‘Armadura Suprema’. Yo mismo forjé estos ropajes sagrados en las entrañas de la Tierra, por lo tanto no les será nada fácil destruirlos —aseveró el dios, haciendo alarde de grandeza.

Page 77: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012

El metal de la ‘Armadura Suprema Inca’ poseía una extraña tonalidad marrón con retoques dorados. Colores que le otorgaban un brillo glamoroso e incluso parecían darle vida propia.

Aquel apantallador ropaje estaba bellamente adornado con decoraciones autóctonas de su tierra. Las pesadas partes que lo conformaban, habían sido diseñadas para dar una defensa perfecta al usuario, ya que cubrían todo el cuerpo de su portador al tener una proporción un tanto exagerada. A cualquiera le habría dado la impresión de que el movimiento sería difícil con tal artilugio encima, pero el dios parecía moverse con soltura.

El portentoso ken de Aldebarán se desvanecía en forma de humo dorado sobre la armadura de Viracocha, quien había resultado ileso de la agresión. Sus rivales se sintieron intimidados al contemplar a la deidad inca en toda su gloria.

—Maestro, creo que no tenemos más opción que utilizar la técnica que me enseñó… —propuso Kiki a su mentor, quien en actitud calmada negó con la cabeza.

—Sabrás el momento exacto en el cual usar esa técnica, Kiki. Por ahora concentrémonos en desaparecer primero su armadura —sugirió con calma—. Aunque la poderosa técnica de Aldebarán no dañó al dios, estoy seguro que tendremos éxito con nuestra fuerza combinada. Somos cuatro Caballeros de Oro juntos —terminó de decir el maestro de Jamir, levantando así los ánimos de sus colegas.

—Respeto su gran determinación, guerreros. Pero todo intento que hagan para derrotarme, resultará infructuoso.

Ninguno de los cuatro le puso atención a la advertencia del hombretón de verde melena. Los contendientes humanos habían empezado la tarea de encender sus cosmos a su máximo posible. El cuarteto de auras doradas que iluminó por completo el recinto de Atenea, daba a entender que los guerreros estaban listos para ejecutar sus técnicas al unísono.

—¡Por la humanidad! ¡‘Extinción de Luz Estelar’!! —exclamó el Caballero Dorado Kiki de Aries, para luego liberar su energía luminosa.

—¡Por las personas que amamos! ¡‘Gran Cuerno’!! —rugió Zephyrus de Tauro, expulsando su poderoso ken con los brazos cruzados.

—¡Por la justicia en la Tierra! ¡‘Revolución de Polvo Estelar’! —gritó Mû, el Caballero Blanco de Aries, disparando miles de proyectiles luminosos.

—¡Y por Atenea! ¡‘Supernova Titánica’!! —bramó nuevamente Aldebarán, Santo Negro de Tauro, haciendo que su técnica recorra la tierra en línea recta hacia el dios en Armadura Suprema.

Las cuatro técnicas se fusionaron en una enorme masa de energía dorada.

Con los ojos casi desorbitados, el inca presenció el ken combinado acercándosele peligrosamente.

—«No pienso recibir con mi cuerpo tal cantidad de cosmos. Bastará con mi velocidad para evitar salir herido» —reflexionó confiado Viracocha en la transición con el impacto.

Ninguno de los presentes notó que una bella música estaba siendo entonada por una lira. La dulce melodía fue capaz de conseguir el prodigio de paralizar a la deidad andina por completo.

—¡Esa música la conozco! ¡Pero cómo es posible que impida así mi movimiento! —profirió desesperado el dios en un intento por liberarse, mas todo esfuerzo fue inútil.

—‘Serenata del Viaje de la Muerte’ —intervino una débil voz femenina.

June de Lira había llegado a escena y con el apoyo cósmico de sus compañeros de Plata, consiguió ejecutar su poderosa técnica. El cosmos combinado de Jabú, Nachi, Geki, Ichi y Ban reforzó el ken musical. La Amazona y sus camaradas consiguieron un milagro: detener el movimiento de un dios. Aunque sus armaduras

Page 78: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012

estaban destrozadas y sus cuerpos maltrechos, entre todos habían formado un único y poderoso cosmos, el cual alcanzó el Séptimo Sentido.

—¡Ni la muerte podría detener a los Caballeros de Atenea en su intento por defender la justicia! —manifestó entre lágrimas el Santo de Plata Ichi de Cuervo.

—¡Ni mi esfuerzo, ni el de mis compañeros será en vano! —lo secundó Geki de Hércules, esforzándose por mantener la consciencia.

Los Santos de Plata habían caído al piso exhaustos por el esfuerzo, pero aún así seguían apoyando a June. El cosmos alrededor de esos seis valientes se había tornado dorado por un corto instante.

Viracocha simplemente se limitó a observarlos esbozando una ligera sonrisa.

—«Sin duda los humanos son capaces de lograr grandes proezas —admitió para sí la deidad ataviada en armadura sagrada—. Sabía que esos Caballeros de Plata eran guerreros poderosos».

Lo único que pudo hacer el hombretón fue cerrar los párpados y esperar resignado la colisión. La cuádruple técnica lo impactó estrepitosamente, provocando una gigantesca explosión de luz dorada. Los indefensos Santos de Plata fueron alejados violentamente de la escena. No tenían energías para protegerse de aquella terrible expansión de energía.

Tal cantidad de cosmos liberado había destruido una gran proporción del Santuario de Atenea. Una gran extensión de terreno detrás del lugar de la explosión se vio completamente arrasada.

—¡Lo logramos, maestro! —se regocijó el nuevo Carnero Dorado, al no sentir el cosmos de la deidad—. ¡Con la ayuda de nuestros amigos de Plata pudimos vencer a ese dios!

—No me confiaría todavía, Kiki —le aconsejó su camarada Zephyrus—. No debemos subestimar a Viracocha aunque su cosmos se haya apagado.

La calma había vuelto al lugar y solo se veían pequeñas motas de luz desprendiéndose del piso y de la ‘Armadura Suprema Inca’. El silencio se tornó perturbador.

Los cuatro guerreros observaron atentos la figura inmóvil de Viracocha, quien aún se mantenía en pie.

Pese a las predicciones de su creador, el poderoso ropaje supremo lucía ligeramente agrietado y dañado. La expresión en el rostro del dios era de dolor inconcebible. Su deformado semblante mostraba unos ojos en blanco, y una boca abierta a su máximo posible, como si estuviera gritando.

Inerte, cayó de bruces al piso. El peso combinado del hombretón y su armadura, retumbaron fuertemente contra la tierra.

—Parece que definitivamente conseguimos la victoria, amigos —supuso el Caballero Negro de Tauro, acercándose con cautela para inspeccionar a la víctima de las cuatro técnicas doradas.

Aldebarán apenas pudo dar un par de pasos, porque la tierra se empezó a sacudir con intensidad. Aquel sismo que tenía como epicentro al cuerpo del dios inca, pudo ser sentido en prácticamente toda Grecia. Viracocha, con su rostro aún en tierra, no había sido derrotado todavía y su cosmos divino se elevaba en una proporción inimaginable.

—Caballeros de Atenea... He experimentado nuevas sensaciones que para mí como un dios, eran desconocidas. Gracias a ustedes conocí el dolor, e incluso el miedo a dejar de existir —admitió reincorporando su peso y el de su armadura—. Y ahora me obligarán a ejecutar una de mis técnicas divinas para terminar de una vez con esta batalla que jamás debió comenzar.

Una majestuosa aura cósmica marrón baño el cuerpo del inca.

—Mi naturaleza de cosmos está representada por el elemento de la Tierra —explicó recuperando el porte solemne, a pesar de lo maltrecho que se encontraba—. La Pacha Mama es la Madre Tierra, a la cual todos volveremos algún día. Ahora será su turno para regresar a su lugar de origen...

Page 79: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012

Kiki, Mû, Aldebarán y Zephyrus estaban exhaustos por el esfuerzo reciente. No sabían cómo reaccionar ante tal ultimátum. Su instinto de supervivencia les obligó a querer alcanzar entre los cuatro el nivel cósmico que estaba desatando su oponente, mas su esfuerzo fue inútil y se quedaron cortos en comparación con el poder de Viracocha.

—¡‘TERREMOTO EN KAY PACHA’!!! —exclamó el andino, dejando caer fuertemente su pie izquierdo sobre la tierra.

Las entrañas mismas del planeta se estremecieron tras el portentoso impacto, provocando un fuerte terremoto que fue capaz de destrozar los Doce Templos, los cuales colapsaron cual frágiles castillos de naipes. La cámara del Patriarca, el Monumento de Atenea, Starhill y el pueblo de Rodorio fueron también despedazados en segundos.

El terrible sismo llegó al extremo de sentirse en todo el mundo. Desde Asgard hasta la Antártida, la humanidad entera fue testigo del poder del supremo inca.

Aquel terremoto era apenas el inicio de la técnica divina. Desde el epicentro originado en el pie de Viracocha, una innumerable cantidad de picos y plataformas de tierra y roca se elevaron a gran velocidad, vapuleando y aplastando de manera inmisericorde a los cuatro guerreros de Atenea. Ni siquiera Kiki y Mû con su ‘Telequinesis’ o sus ‘Muros de Cristal’ fueron capaces protegerse.

La calma volvió tras el cataclismo, pero la Tierra entera era un caos para entonces, ya que para muchos el Fin del Mundo había comenzado.

En lo que alguna vez fue el Santuario de Atenea, los cuatro valientes guerreros que se atrevieron a retar a un dios permanecían inmóviles sobre la irregular tierra. A pesar de las graves heridas sangrando sin cesar, el dolor ya no significaba nada para ellos, pues sus cuerpos estaban entumidos a causa del excesivo maltrato.

Para rematar, los ropajes dorados de Aries y Tauro estaban casi destrozados, al igual que las armaduras negra y blanca de Aldebarán y Mû, respectivamente.

—«Ya no puedo sentir nada... ¿Entonces así se siente morir? —reflexionó Kiki observando por inercia la Maravilla Suprema flotando sobre él. Aquella fortaleza emanaba un hermoso resplandor divino, que el joven muviano apenas podía contemplar. Su visión se veía nublada porque su cabeza estaba aturdida y casi no podía moverse.

—«Si Seiya y mis amigos me vieran así, de seguro se reirían de mí» —se dijo a sí mismo, sonriendo levemente.

Unos cálidos dedos hicieron contacto con los suyos. Su antecesor y maestro Mû, había hecho un esfuerzo para arrastrarse hasta llegar a su pupilo y tomarlo de la mano. Esa suave caricia lo volvió a la realidad.

—«Kiki...Ahora que la vida se me escapa, debo confesarte que desde siempre has sido más que solo un alumno para mí. Me has acompañado con tu sonrisa en la soledad de Jamir y has iluminado mis días con tu actitud jovial. Te considero como un verdadero hijo y perdóname por no habértelo dicho antes».

Las palabras telepáticas de Mû consiguieron sacarle lágrimas al joven de cabello castaño rojizo, quien no supo qué responderle a su mentor.

—«No sabes el orgullo que tuve al verte como todo un hombre, vistiendo mi querida armadura de Aries. Me imagino lo mucho que habrás luchado por obtener el título de Caballero Dorado. Por eso, perdóname también por haber sido tan drástico al probar tu valía como Santo de Atenea —le continuó diciendo con nostalgia el antaño Dorado—. La existencia temporal que se me otorgó en este mundo, está a punto de terminar. Por su parte Aldebarán y Zephyrus han perdido la consciencia y están luchando por sus vidas. En este momento eres nuestra única esperanza… Mi querido Kiki, tú sabes qué hacer...»

Viracocha observó con pesar a sus cuatro rivales tendidos en el piso. Apenas y podían moverse. Ver a los humanos que se atrevieron a retarlo en tan mal estado, provocó que la compasión naciera en su corazón divino.

Page 80: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012

—Han luchado con todas sus fuerzas y los admiro por eso, Caballeros —declaró el inca, dándoles las espaldas a sus maltrechos contrincantes—. Y como ya he causado suficiente daño en la Tierra con mi técnica, me marcharé en paz y les perdonaré la vida.

—¡Espera, Viracocha! ¡Esta batalla todavía no termina! —exclamó con autoridad una voz detrás del dios.

Cuando éste se dio la vuelta, vio que se trataba de Kiki de Aries, quien se tambaleaba para mantenerse en pie.

—Estás más muerto que vivo, joven guerrero. No pienso pelear más contra ustedes, ya que el resultado de esta lucha ha sido decidido.

—¡¿Aun siendo un dios benévolo planeas acabar con la humanidad?! —inquirió repentinamente el Ariano—. ¡¿Aun cuando te demostramos nuestro valor como deseabas, quieres seguir con tus planes de exterminar a toda la gente del Planeta?!

El dios se mantuvo en silencio por varios segundos. No quería titubear en su respuesta.

—Sí... exterminaremos a todos los humanos… —respondió fríamente y con gran seguridad—. La humanidad perdió la inocencia y la bondad con la que originalmente fue creada. Mi deseo es ver el nacimiento de una especie que sí respete al medio ambiente y a los demás seres con los que convive, tal como hacía mi pueblo ancestral inca.

Sus palabras consiguieron desatar la frustración e ira del Ariano.

—No todos los humanos son destructores de la naturaleza, Viracocha. Nos hemos ganado el derecho de existir a lo largo del tiempo. Por eso, en nombre de mis amigos, en nombre de mi maestro... ¡En nombre de mi diosa! ¡Y en nombre de la humanidad entera! ¡Acabaré con tu existencia aquí y ahora!!

El cosmos de Kiki se elevó a niveles insospechados para un Santo de Oro. Viracocha observó atónito aquella grandiosa demostración de poder.

—¡Increíble! ¡Este joven está a punto de superar los límites del Séptimo Sentido! —expresó desconcertado el inca, al ver el ambiente iluminado en dorado—. No podría ser que despierte… la Gran Voluntad… ¡el Último Sentido…!

Por un instante, Kiki fue capaz de trascender los límites de la máxima manifestación de cosmos del Séptimo Sentido, para desatar ese súper sentido que va mucho más allá de los demás. Aquel estado superior de conciencia que permite liberar la energía creadora del Universo.

—¡Maestro Mû! ¡Esta es nuestra última esperanza! ¡La técnica capaz de vencer a un dios!... ¡‘Onda de Espíritus Celestiales’!!!

Page 81: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012

CAPÍTULO 15

LA LEGENDARIA BATALLA SUPREMA DE ARIES Y TAURO

==Hace pocos minutos: Santuario de Atenea. Casa de Virgo. Jardín de los Sales Gemelos==

Mû le ofreció su mano a Kiki para ayudarlo a mantenerse en pie. El alumno fue lastimado gravemente tras recibir las dos técnicas combinadas de Aries, y por esa razón había dejado descansar su cuerpo en el tronco de uno de los Sales Gemelos.

—La ‘Onda de Espíritus Celestiales’ atrae las almas y cosmos de los Caballeros fallecidos, al librarlos de las normas de la muerte establecidas por Hades —explicó pausadamente el maestro de Jamir—. Todos esos cosmos son concentrados en una enorme esfera de energía de poder destructivo inimaginable.

—¿Pero sería yo capaz de lograr tal proeza? —preguntó estupefacto el joven de Oro.

—No será nada fácil. Lo que debes hacer es desplegar tu energía cósmica de tal forma que te permita romper las leyes que rigen el Inframundo. Será tu máximo poder cósmico combinado con las almas de quienes descansan en este Santuario, las que te ayuden a derrotar a un dios.

El Santo Blanco de Aries concentró su cosmos en las palmas de sus manos.

—Pon mucha atención, Kiki, porque solo puedo hacerlo una vez... —añadió con seria concentración—. Empezaré con la ejecución de la técnica que me fue heredada por mi maestro Shion... ¡‘Onda de Espíritus Celestiales’!

Los cientos de almas de los asesinados por Morrigan acudieron al llamado de Mû. De igual forma, los espíritus de varias generaciones de guerreros de bronce, de plata y de oro se hicieron presentes en el Jardín de Sales.

Los centenares de entidades fantasmales parecieron tomar forma etérea, mientras giraban en el aire alrededor de quien las había convocado. Kiki observaba maravillado la reunión de los Santos y Amazonas que habían sacrificado sus vidas en nombre de Atenea en el pasado.

—Esto es increíble, maestro. Con el poder combinado de tantos guerreros seguramente podremos vencer a quien nos amenaza.

—Este es solo el principio de la técnica. He usado el poder superior que me dio la misma Morrigan al revivirme, para quebrantar las leyes del Inframundo y traer de vuelta a nuestros compañeros caídos. El resto depende de ti, mi estimado pupilo —expresó Mû, para luego caer exhausto de rodillas por el esfuerzo.

Las almas invocadas parecieron desvanecerse a la vista de ambos.

—Todos esos espíritus continúan en este plano de la realidad —continuó diciendo el tutor, respirando agitadamente—. De ti dependerá concentrar toda esa energía para ejecutar por única vez la técnica. Aunque necesitarás un nivel de cosmos cercano al divino para lograrlo.

—Confíe en mí, maestro Mû. ¡No lo voy a defraudar! —aseguró el joven con su característica gran sonrisa.

Page 82: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012

==Tiempo Actual. Ruinas del Santuario de Atenea==

La multitud de almas escoltaron a Kiki, tras hacerse presentes a su llamado. Los rostros etéreos de los cientos de guerreros caídos mostraban gran determinación.

Mientras los espíritus se iban aglomerando, una esfera de energía dorada se formaba lentamente sobre la cabeza del Ariano.

—¡No puedo creerlo! ¡¿Qué es esta cantidad tan inmensa de energía que se está reuniendo en este lugar?! —exclamó alarmado Viracocha, al ver la técnica de su rival creciendo a ritmo pausado.

Aunque para él representaba un gran esfuerzo, el muviano poco a poco ganaba control del orbe gigante de cosmos.

—Lo siento, pero tendré que exterminarte con mi máxima técnica —agregó el dios, con semblante más tranquilo—, o de otra forma acabaremos destruyendo no solo a los humanos, sino también la Tierra entera.

El cosmos marrón de la deidad rivalizó con el del joven de Aries. Viracocha mostraba su Último Sentido en todo su esplendor, mientras Kiki luchaba por controlar el inmenso poder que emanaba su cuerpo.

—¡‘LA RETRIBUCIÓN DE INTI Y MAMA QUILLA’!!! —vociferó la deidad inca, liberando la totalidad de su fuerza cósmica.

La máxima técnica del supremo Viracocha consistía en convocar la fuerza del dios del Sol: Inti, y de la diosa de la Luna: Mama Quilla. La energía combinada de ambas deidades colisionaría, provocando la destrucción masiva de todo lo que alcanzara a tocar en cientos de kilómetros a la redonda…

El cielo en toda Grecia se oscureció de repente al aparecer las formas espirituales de la pareja de dioses convocados, los cuales se manifestaron uno a cada costado del joven de Aries.

Con rostro neutral, ambas deidades empezaron la tarea de formar pequeños cuerpos celestes en sus manos.

—Cuando el Sol y la Luna colisionen, se habrá terminado esta batalla. Fue un honor luchar contra ustedes, Caballeros de Atenea —los elogió solemne el dios de melena verde.

Por su lado, Inti arrojó un pequeño sol anaranjado, y por el suyo Mama Quilla dejó libre una pequeña luna celeste. Justo cuando el inminente choque de astros a pequeña escala iba a tener lugar, algo ocurrió…

—¡‘Extinción de Luz Estelar’!

—¡‘Gran Cuerno’!

Por un fugaz instante, Mû y Aldebarán consiguieron la proeza de alcanzar un nivel de poder cercano al Último Sentido. Sus técnicas reforzadas con el máximo nivel de cosmos existente, lograron contener y disminuir la trayectoria de la técnica dual de Viracocha.

El dios observó atónito como el avance del sol de Inti era entorpecido por la técnica del Toro Dorado, mientras que al mismo tiempo, el camino de la luna de Mama Quilla era frenado por la intensa luz del ken desplegado por el antaño Santo de Aries.

—¡Es hora de que el legendario Búfalo Dorado demuestre de lo que está hecho!! ¡Esta es la verdadera fuerza del Caballero Dorado de Tauro!! —gritó Aldebarán con el semblante confiado, haciendo un esfuerzo sobrehumano por seguir conteniendo la arremetida de ese sol a escala.

—¡No permitiremos que más personas inocentes sean asesinadas por tus técnicas!! ¡Sacrificaremos nuestras vidas para proteger a los sobrevivientes de los pueblos que rodean el Santuario!! —exclamó el maestro de Aries, expulsando las ondas de luz que contenían el mortal trayecto de la pequeña luna.

—¡Esto es inconcebible!! ¡Mi máxima técnica está siendo detenida!! —se sorprendió el supremo inca, resaltado la incredulidad en sus ojos—. ¡Pero aún así, no permitiré que me venzan!!

Page 83: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012

En un intento desesperado por detener a sus tres rivales, Viracocha quiso arremeter físicamente contra ellos con su extremidad superior sana; pero tal fue su desconcentración, que no notó que unos poderosos brazos resplandeciendo en dorado, lo habían rodeado desde la espalda.

—¡‘SUPERNOVA TITÁNICA’!!!

—¡Zephyrus!! ¡Suéltame o ambos moriremos aquí!! —advirtió la deidad, forcejeando por zafarse, mas su esfuerzo fue inútil ante la portentosa fuerza del Santo.

—Lo siento, Viracocha. Eres un dios noble, pero tu existencia se acaba ahora. Mi cosmos ha alcanzado lo que tú llamas el Último Sentido, así que utilicé la técnica que acabo de aprender de Aldebarán para aprisionarte con mis brazos.

—¡Quieres decir que…!

—Exacto —le interrumpió el de larga melena negra—. En lugar de liberar la fuerza de la ‘Supernova Titánica’, la concentré en mi cuerpo para convertir mis brazos en una prisión de la que no podrás escapar.

—¡Imposible!! ¡¿Entonces este es el verdadero poder de la humanidad?! —bramó con impotencia el supremo inca, observando la majestuosa esfera de energía dorada que había formado la aglomeración de espíritus. La ‘Onda de Espíritus Celestiales’ estaba completa…

—¡Hazlo de una vez, amigo Kiki!! ¡Acaba con Viracocha!! —le exigió el actual Tauro, agarrando firmemente al contrincante. Sin embargo, el joven muviano vaciló.

—No puedo hacerlo… —musitó el aludido, bajando la cabeza—. Eso te mataría, Zephyrus…

Las fuerzas de los Dorados Legendarios de Aries y Tauro habían llegado a sus límites y sus cosmos empezaban a disminuir gradualmente.

—¡Date prisa!! ¡No podremos resistir por mucho tiempo!! —lo apresuró Aldebarán cediendo poco a poco ante la arremetida de Inti—. ¡Solo tú puedes vencer a Viracocha en este momento!!

—¡Hazme sentir aún más orgulloso de ti! ¡Caballero Dorado de Aries!! —lo exhortó su maestro Mû, debilitándose su poder ante la fuerza de Mama Quilla—. ¡Protege a Atenea y a la humanidad en nuestro nombre!!

La situación era crítica. La técnica doble de Viracocha buscaba ansiosa la catastrófica colisión, mientras que Kiki mermaba su ánimo al ver a su amigo Zephyrus en medio de la potencial trayectoria de su ken.

Al no vislumbrar otra alternativa, Aldebarán y Mû tomaron una fatal decisión…

—Amigo Mû… Creo que no tenemos más opción que…

—Entiendo, Aldebarán —lo interrumpió su interlocutor en un tono más calmado—. Sabíamos que nuestras vidas eran pasajeras de todos modos…

El último sacrificio de Aldebarán y Mû fue hacer explotar sus cosmos máximos junto con sus vidas, desapareciendo así todo rastro de la técnica máxima del dios. El Último Sentido de los Santos de Oro Legendarios fue capaz de conseguir un milagro, pero a un muy alto precio. Sus organismos no fueron capaces de resistir tal cantidad de poder desatado.

Lentamente sus cuerpos se iban desintegrando en forma de pequeñas motas de luz. Zephyrus y Kiki veían con desesperada impotencia, como sus antecesores morían lentamente.

Con sus últimos residuos de cosmos, los legendarios Dorados pudieron comunicarse entre ellos por última vez.

—«Dejamos la Tierra en buenas manos, ¿cierto, Mû?» —inquirió telepáticamente el antaño Tauro a su amigo.

Page 84: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012

—«De eso puedes estar seguro, Aldebarán» —afirmó sin vacilar el lemuriano, desvaneciéndose su cuerpo en el aire.

—«Solo me lamento de algo…»

—«¿De qué cosa, Aldebarán?»

—«No pudimos ver a Atenea —respondió con nostalgia—. ¿Cuánto habrá cambiado esa jovencita en todos estos años?»

—«Lo importante es que sabemos que nuestra diosa estará bien junto con sus Caballeros —afirmó con certeza el maestro de Jamir—. Seguramente saldrán victoriosos de esta batalla».

—«De eso no tengo duda, amigo. Los nuevos Caballeros de Oro son bastante fuertes ¡Mi sucesor aprendió la técnica máxima de Tauro con solo verla!» —comentó emocionado el antiguo protector del Segundo Templo.

—«Los herederos de nuestras armaduras son poderosos en todos los sentidos… —añadió con calma su viejo amigo— No te imaginas lo orgulloso que estoy de Kiki».

—«Mû…»

—«¿Sí, Aldebarán?»

—«Me dio gusto verte nuevamente y luchar a tu lado —admitió alegre el antecesor de Oro de Tauro—. Adiós para siempre, Mû…» —se despidió con los ojos iluminados en lágrimas.

—«Adiós para siempre, Aldebarán…» —concluyó reconfortado el antaño Caballero de Aries, esbozando un ligera sonrisa.

Nadie notó que una lágrima suya cayó al piso y fue absorbida por la tierra.

Los cuerpos y almas de los Santos Legendarios de Aries y Tauro se desvanecieron por completo en el vasto cielo.

Tras la muerte de ambos, Kiki se dejó llevar por sus emociones y se arrodilló para llorar a toda voz.

—¡Maestro Mû!!! ¡Señor Aldebarán!!! —gritó desesperado el joven lemuriano, perdiendo la concentración en su técnica. La inmensa energía de la ‘Onda de Espíritus Celestiales’ empezaba a desestabilizarse.

Ver su máxima técnica desvanecida por dos humanos, era algo que Viracocha jamás habría previsto. Así que su último recurso fue seguir luchando para liberarse de los poderosos brazos de su captor, quien poco a poco también disminuía su cosmos debido al esfuerzo sobrehumano que estaba realizando.

—¡Suéltame de una vez, Zephyrus!! ¡No permitas que tu vida se vida se desperdicie así!! —quiso convencer el dios a quien lo aprisionaba.

Al notar que el Santo de Tauro no desistiría en su intento de sostenerlo, la deidad elevó su poderoso cosmos en un intento por liberarse. No obstante, su esfuerzo fue inútil porque Zephyrus se mantenía inmutable. A pesar de sufrir graves heridas por las arremetidas cósmicas de su rival, su voluntad permanecía inquebrantable.

—¡No puedo creerlo!! —vociferó aterrado el inca—. ¡Cómo es posible que tu cuerpo humano pueda resistir por tanto tiempo las arremetidas cósmicas de un dios!!

El aludido ni siquiera escuchó aquellas palabras. Su atención estaba concentrada en su camarada.

—¡Kiki! ¡Levanta la cabeza y mírame!! —le exigió enérgico Zephyrus a su amigo.

El nuevo Caballero de Aries obedeció por inercia, mostrándole un semblante de inseguridad. Lágrimas seguían fluyendo por su rostro.

Page 85: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012

—Fuiste tú quien me hizo venir hasta aquí para que luchemos juntos. Y por esa razón he podido despertar mi verdadero poder junto con mi humanidad —resaltó el Santo de Tauro con suma emotividad—. Te lo agradezco sinceramente, amigo.

Dicho esto, esbozó una gran sonrisa que sorprendió sobremanera a Kiki. Era la primera vez que lo veía sonreír ampliamente.

—Nuestros antecesores murieron como verdaderos Caballeros de Atenea —continuó diciendo con efusividad—, murieron como verdaderos hombres y como verdaderos guerreros. ¡Ellos dieron sus vidas porque amaban a este planeta y a su gente! ¡Por eso no permitas que su sacrificio sea en vano!!

El fornido guerrero de cabello negro sostenía con más fuerza a su oponente, el cual había desistido su intento de escapar, para observar en silencio la enorme esfera luminosa.

—Amigo Aldebarán, tú…

—Aldebarán ya no más, Kiki. Mi nombre es Zephyrus y para mí será un honor morir por ti y por las personas que amo y quiero proteger —afirmó con gran determinación, a la que su amigo reaccionó.

—Tan testarudo como siempre, Zephyrus —le comentó, devolviéndole una sonrisa tras enjugar las lágrimas de sus mejillas.

El valor regresó al corazón de Kiki gracias a las palabras de su amigo. Las dudas desaparecieron de su mente.

—¡Detengan esta afrenta, Caballeros de Atenea! ¡Aunque hayan desvanecido mi técnica, no me derrotarán porque visto esta Armadura Suprema y solo Zephyrus morirá con el impacto! —advirtió el inca, al ver al joven Ariano retomando el control de la energía dorada de su ken.

—Lo siento Viracocha, pero como Caballeros de Atenea que somos, estamos dispuestos a llegar a las últimas consecuencias para derrotarte —declaró el joven castaño con gran seguridad—. Aunque eso signifique que tengamos que perder nuestras vidas en el intento.

—¡Así se habla, amigo! —exclamó el Dorado de Tauro, haciendo más presión con sus resplandecientes extremidades doradas. El estridente sonido de la armadura de Viracocha quebrándose invadió el ambiente—. Si estos brazos no me fueron útiles para proteger a mi madre. ¡Ahora me servirán para proteger a la humanidad entera y a mi compañero!!

—No solo compañeros, Zephyrus. Al igual que nuestros antecesores, nosotros también somos amigos.

—Y de los mejores, Kiki. Pero ha llegado el momento de separarnos. Quién sabe, talvez nos encontremos en otra vida y volvamos a ser amigos en ella. ¡Hasta luego, Kiki! —se despidió sonriendo efusivamente el fornido guerrero de melena negra.

—¡Hasta luego, amigo Zephyrus! ¡‘ONDA DE ESPÍRITUS CELESTIALES’!!!

Al ver la enorme esfera de energía acercándose, Viracocha detuvo su intento por escapar del poderoso abrazo de su captor y se comunicó con él telepáticamente.

—«Si tan solo todos los humanos de esta generación fueran como ustedes, el juicio divino jamás habría tenido lugar —admitió la deidad inca con nostalgia—. Estuve equivocado al creer que la humanidad debía regresar a su origen. Sin duda existen personas muy valiosas en este hermoso planeta. Tu amistad sincera con ese joven me lo ha demostrado».

El hombretón recibió directamente el portentoso ken. Y aunque su poderosa armadura resistía el impacto, su cuerpo físico se desintegraba ante tan inmenso poder.

—«Ser humano significa tener defectos, Viracocha. Pero eso es lo que hace a la vida hermosa. No podemos aspirar a ser dioses y querer hacer las cosas perfectamente como ustedes» —añadió el Dorado de Tauro mientras la vida se le escapaba. Su cabello negro gradualmente regresaba a su habitual tonalidad blanca.

Page 86: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012

—«Los dioses también nos equivocamos, Zephyrus… La diferencia es que no tenemos la humildad para admitirlo… —aceptó el inca, consumiéndose la mayoría de su cuerpo y espíritu divinos—. Déjame decirte que para mí es un honor dejar de existir en los brazos de uno de los descendientes de mis ancestros —comentó sonriente—. Como les decía antes, la ‘Pacha Mama’ es la Madre Tierra a la que todos volveremos algún día. Y nosotros los dioses no estamos excluidos de esa regla».

El agonizante Caballero de Tauro casi no prestó atención a las palabras del dios abatido. Una imagen golpeó repentinamente su mente en los últimos instantes de su vida: El afable rostro de una joven mujer de cabello albo…

—«Me ha costado la vida ser libre como el viento, tal como siempre quisiste. Ahora me convertiré en una estrella que cuidará siempre de su diosa y de sus amigos. Y lo mejor de todo, es que estoy feliz porque volveremos a estar juntos… Madre…»

Por su parte, Viracocha vislumbró una hermosa imagen en su mente antes de dejar de existir. El delicado rostro de aquella deidad de profundos ojos turquesa y ensortijada cabellera dorada. Sin duda ver esa escena le extrañó al dios inca, pero de igual forma, consiguió reconfortarlo en sus últimos momentos.

—«Me hubiese gustado conocerte mejor y compartir más tiempo contigo. Bajo ese semblante severo sé que ocultas una gran sensibilidad y bondad. Espero que descubras el verdadero valor de la humanidad antes de que sea demasiado tarde. Adiós… Mielikki…»

Los cuerpos físicos y espíritus de Viracocha y Zephyrus se desvanecieron por completo. El primer dios fue derrotado y eliminado ante el abrumador poder de los Santos de Atenea. Su Armadura Suprema yaciendo desarticulada sobre el terreno, era lo único que quedaba del inca.

La calma y el silencio reinaron en lo que alguna vez fue el Santuario de la diosa protectora de la Tierra.

—Se acabó… —farfulló agotado el único sobreviviente, desplomándose sobre sus rodillas por el esfuerzo—. Junto con mi amigo, obtuvimos la victoria por ustedes, maestro Mû, señor Aldebarán, Atenea…

Al levantar la mirada, Kiki vio con asombro que la armadura dorada de Tauro estaba ensamblada en su respectivo object. Increíblemente aquel ropaje había sobrevivido a la mortal técnica de Aries, aunque estaba severamente dañado.

El cansancio y las heridas abatieron al joven castaño rojizo. Difícilmente un cuerpo humano era capaz de resistir la fuerza del Último Sentido. Sin embargo, a Kiki parecía no importarle este hecho, porque lo único que quería era estar cerca de la armadura de su camarada caído, así que a rastras se le acercó.

—Amigo mío… cuando esta batalla termine, repararé tu armadura dorada. Es lo menos que puedo hacer por el poderoso Santo de Oro de Tauro, quien perdió su vida para proteger a la humanidad…

La inmutable figura del toro dorado fue abrazada tiernamente por Kiki.

Derramando una incesante cantidad de lágrimas, el joven de Aries perdió la consciencia al sentirse reconfortado por la calidez de los residuos de cosmos de su amigo. Por puro instinto se aferró al ropaje de Tauro y no lo soltó aún estando inconsciente.

Page 87: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012

CAPÍTULO 16

¡EL AUTÉNTICO VALOR DE LA HUMANIDAD!: LA CHICA DE RODORIO

==Maravilla Suprema. Templo Sagrado Inca==

Mielikki estaba lista para partir al territorio de la diosa nórdica Yggdrasil. Debía cumplir sola la misión que le habían encomendado las demás deidades, ya que el supremo inca la había abandonado en su territorio sin decir palabra.

—Ese obstinado de Viracocha —profirió la rubia, aún molesta con su compañero—. Estoy segura de que podrá arreglárselas solo en…

No pudo terminar la frase. Una perturbación cósmica la alteró sobremanera. Aquel presentimiento fatal que le apretujaba el corazón, le obligó a mirar con incertidumbre la imperturbable figura del Calendario Maya.

La luz marrón se extinguió…

—¡Imposible! ¡Viracocha ha dejado de existir!! —fueron las únicas palabras que pudo exclamar la finlandesa. En su mente no cabía siquiera la posibilidad de la derrota de su compañero.

Sensaciones nuevas se apoderaban de su ser. Su mente y su corazón divino se debatían entre la incredulidad y un nuevo sentimiento que, según dedujo ella misma, era lo que los humanos llamaban ‘tristeza’. ¿Pero cómo era eso posible? Mielikki simplemente no entendía porque la muerte de su aliado le dolía tan profundamente.

Sin decir una palabra, acercó su temblorosa mano a la mazorca de oro que el dios le había regalado. Tras cerrar con fuerza los dedos sobre ella, la apretó contra su pecho. Todavía podía sentir cálidos residuos del cosmos de la deidad inca en el interior de aquel maíz dorado.

—Al final pudiste regresar junto con tus ancestros, a quienes tanto amaste, ¿cierto Viracocha? —musitó, casi sin resuello.

Cambiando su pesar por un intenso afán de venganza, la diosa de cabellera dorada se marchó decidida del lugar.

—«Siendo el más noble entre nosotros diez, terminaste de esta forma —reflexionó furiosa Mielikki, observando por última vez el Templo Sagrado Inca—. No te preocupes. Ahora yo seré la encargada de hacerles pagar a esos humanos por la muerte de un dios bondadoso como tú. La humanidad sin duda merece desaparecer».

==Inmediaciones del Santuario de Atenea. Bosque de Pangrati==

Balanceándose para conservar el equilibrio en la copa del árbol más alto del bosque, se encontraba una Amazona de Bronce. La joven enmascarada de largo cabello rosa claro y armadura de la misma tonalidad observaba con atención el paisaje.

—¿Qué es lo que ves en el Santuario, Narella? —le preguntó impaciente su compañero desde la base del árbol.

A pesar de estar a varios cientos de metros de distancia y a pesar de la oscuridad de la noche, Narella era capaz de contemplar con claridad el recinto de la diosa. La Guerrera de Bronce de Sextante poseía el sentido de la vista más desarrollado entre los ochenta y ocho Caballeros. Por tal razón llegó a formar parte

Page 88: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012

de los Santos cuya función era apoyar a las tropas de Atenea durante las Guerras Santas, tal y como lo habían hecho los recién fallecidos Caballeros de la Copa, el Altar, el Buril y el Escultor.

—Lamento informarles que el Santuario está completamente destruido —les comunicó la joven doncella a quienes la esperaban en tierra—. Las Doce Casas, la estatua de Atenea, Starhill; todo está en ruinas. Tampoco puedo ver a nadie en los alrededores.

—Llegamos tarde… ¡Maldición! —imprecó el compañero de Narella, descargando su frustración con un fuerte puñetazo en el tronco de un árbol cercano.

—Tranquilízate, Theron. La calma en momentos difíciles es una de las principales cualidades que debe tener un Caballero —lo reprendió su instructora, la Amazona de Plata Shaina de Ofiuco—. Si el Santuario está destruido, necesitarás esa energía para enfrentar lo que sea que nos amenace.

—Pero maestra, no puedo estar tranquilo sabiendo que los cosmos de los Caballeros de Oro y el de todos los habitantes del Santuario, han desaparecido por completo —rechistó el impulsivo Santo de Bronce de Unicornio.

Theron poseía una gran fuerza de voluntad y de carácter, pero se dejaba llevar fácilmente por sus sentimientos. Aquel joven de cabello azul oscuro estaba desconcertado por lo grave de la situación actual. No sabía cómo reaccionar ante la destrucción del lugar que significaba tanto para él.

La doncella de Bronce de Sextante descendió de un salto y se reunió con su compañero y maestra. Aunque una inexpresiva máscara cubría su rostro, Theron sabía que ver tal escena apocalíptica en el Santuario, le había afectado severamente. La conocía demasiado bien y no le hacían falta palabras o gestos para adivinar lo que sentía su amiga.

—El jardín de rosas rojas que colocó Helena de Piscis para proteger los alrededores está completamente marchito. Podremos acceder más rápido por allí —sugirió la Amazona de cabellera rosa.

—Esto es grave. Por lo visto los Caballeros de Oro y la misma Atenea dejaron la Tierra para ascender a esa enorme estructura que levita en el cielo —supuso Shaina, observando la Maravilla Suprema flotando implacable sobre la tierra—. No podemos seguir perdiendo nuestro tiempo aquí. ¡Nuestra responsabilidad es grande al ser los únicos guerreros que quedan para proteger la Tierra!

Sus dos alumnos de bronce asintieron con determinación y sin perder tiempo, emprendieron carrera a su destino junto con su maestra.

Su premura era grande. Hábilmente los tres guerreros sortearon todos los obstáculos que se les presentaban en el camino. No obstante, cuando estaban a punto de adentrarse en el marchito jardín de rosas, una enorme pared de madera surgió intempestivamente desde la tierra, impidiéndoles el paso.

—Lo siento, Caballeros de Atenea. Pero no les permitiré avanzar más allá de este punto. Mis órdenes son eliminarlos sin dilaciones —amenazó una austera voz femenina entre la oscuridad de los árboles.

—¡Sal y pelea, si crees que puedes vencer a tres Santos de Atenea! —exigió el joven Unicornio, gritando al vacío.

La irónica y aguda risa de la enemiga retumbó en todo el bosque.

Materializándose desde la madera de un árbol, una hermosa mujer ataviada en una extraña armadura de metal verde oscuro entró en escena. Lanzando una mirada furtiva, encaró a los tres Santos que se habían puesto en guardia para enfrentarla.

—Mi nombre es Mirja de Sauce, la Guardiana del Bosque de Luonnotar —se presentó la enemiga de cabellera púrpura hasta la cintura y profundos ojos color miel—. Soy la guerrera protectora de mi señora Mielikki, la diosa finlandesa.

Page 89: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012

==Ruinas del Pueblo de Rodorio==

Apenas y pudo abrir sus pesados párpados cuando recuperó la consciencia. Su agarrotado y adolorido cuerpo aún sentía los estragos de la batalla recién librada.

—¿Dónde estoy? —susurró Kiki de Aries, sintiéndose recostado en una agradable superficie mullida. Su cálido lecho le proporcionó un alivio sublime a su maltrecho ser. Había pasado mucho tiempo desde que no se recostaba tan cómodamente en una superficie suave.

—Al fin despertó, me preocupé mucho por usted —comentó aliviada una suave voz a su lado—. Qué alegría ver que bajó su fiebre.

Cuando el Caballero de Oro se volteó, vio el sereno rostro de la joven que lo estaba cuidando. El aspecto de la muchacha era un tanto descuidado: su cabello azabache en trenza lucía despeinado y su cara estaba manchada de tizne. Aunque, Kiki casi no notó estos detalles, ya que quedó encantado con la afable sonrisa y los hermosos ojos celestes de la chica.

—Cuidaste de mí y trataste mis heridas —resaltó el Ariano, palpando con la mano una venda que rodeaba su frente—. Te lo agradezco de corazón.

—De nada, señor Caballero —respondió ella muy cordial—. Se veía muy lastimado, así que lo traje hasta mi casa en Rodorio para atender sus heridas.

Kiki concentró su atención en el lugar en el que se encontraba. Era una humilde casa de ladrillo, la cual por desgracia estaba en gran parte destruida. Varios objetos yacían desordenadamente en el piso. Las cuarteaduras de las paredes que se mantenían en pie, daban la impresión de que la estructura colapsaría en cualquier momento.

—Rodorio… Es una distancia considerable desde el Santuario hasta aquí, y aún así te esforzaste para…

El Santo de Aries detuvo la conversación al notar que su armadura y su ropa estaban cuidadosamente acomodadas en un rincón de la casita. No se había dado cuenta de que estaba completamente desnudo, tan solo cubierto por una sábana de la cama. Su rostro se ruborizó al instante, mientras la joven de cabellera negra reía alegre ante la vergüenza del lemuriano.

—No es necesario que reaccione así, señor —lo atajó la muchacha sonriendo con amabilidad—. Ayudaba a mi padre como enfermera hace algunos años. Debía quitarle esa armadura y esas ropas que estaban manchadas de sangre.

Recuperando un poco la compostura y cubriéndose más con la manta, Kiki decidió que sería mejor cambiar de tema de conversación.

—Me pregunto cuál es el nombre de mi salvadora…

—Me llamo Mar. Y sé que usted se llama Kiki, Santo de Oro de Aries. Es muy querido y respetado en Rodorio, señor Caballero.

—También aprecio mucho a las personas de este pueblo —afirmó el joven de Aries con su gran sonrisa característica—. Y por cierto —añadió con un semblante más serio—. Deberíamos estar ayudando a las personas que sobrevivieron a la destrucción del pueblo.

Mar le retiró la mirada para observar con tristeza a un costado. Su rostro se ensombreció por completo al recordar los momentos de horror que había pasado.

—Están todos muertos, señor Kiki. Ese terremoto originado en el Santuario de Atenea acabó con toda la gente del pueblo. Mi familia, mis amigos, todos están…

La joven no se pudo controlar más. Sus incesantes lágrimas lavaron el tizne que manchaba su cara. Kiki intentó consolarla, pero al ser esa la primera vez que enfrentaba ese tipo de situación, no supo cómo reaccionar y simplemente se limitó a observarla con pesar.

Page 90: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012

—Al ver tanta muerte y desolación en Rodorio, me desesperé y fui a buscar ayuda de los Caballeros pero… —la joven calló un instante con el fin de recuperar la compostura—, el Santuario también estaba destruido y lo encontré a usted y…

—Mar… Estuviste conteniendo tu llanto durante mucho tiempo, ¿cierto? —la interrumpió—. Tu sonrisa y amabilidad son tu forma de autoconvencerte de que estás bien, pero no debes negar tus verdaderos sentimientos.

El rostro de Kiki también se inundó de lágrimas.

—Entiendo lo que sientes, también acabo de perder a personas muy importantes para mí y sé que duele, pero debemos seguir adelante, porque eso es lo que ellos habrían querido.

La chica sentada a un costado de la cama del lemuriano, poco a poco recuperaba su semblante amable. Las palabras del Dorado le devolvieron la calma.

—Mi padre se enorgullecía de vivir en Rodorio. Me decía siempre que se sentía seguro al tener a los Caballeros de Atenea cerca, porque todos son buenas personas que luchan por el amor y la justicia. Ahora entiendo a mi padre. Al estar en contacto con usted, puedo sentir su buen corazón y su calidez.

—El buen corazón y la calidez son tus cualidades, Mar. No cualquiera ayuda a sus semejantes cuando lo necesitan. Saber que nuestro sacrificio sirvió para salvar la vida de un ser humano como tú, me hace sentir que luchar valió la pena.

La chica se sintió conmovida y reaccionó a la sonrisa de su interlocutor con otra igual de sincera. A pesar del dolor de la pérdida de sus seres queridos y de su pueblo, se sintió reconfortada por la compañía del guerrero de Atenea.

—Mi maestro Mû y mi amigo Zephyrus fueron…

Un estridente e incómodo gruñido proveniente del estómago de Kiki arruinó el momento emotivo. Mar no pudo evitar reír, mientras el muchacho castaño rojizo se sonrojaba nuevamente.

—La batalla debió dejarlo sin energías. Debe tener mucha hambre. Creo que tengo algo de comer por acá.

La radiante joven posó sus ojos celestes sobre una alacena desvencijada, cuya puerta apenas se sostenía de un gozne.

Manejando hábilmente su silla de ruedas, se dirigió hacia el mueble y colocó algunos alimentos en su regazo. Kiki vio con asombro prudente a su salvadora, quien maniobraba con naturalidad y soltura su medio de movilización. Como la joven estuvo sentada todo el tiempo durante la conversación, el lemuriano apenas pudo notar que Mar no podía caminar.

==Maravilla Suprema. Cementerio de los Héroes==

Aquel amenazante escenario estaba cubierto por una densa bruma negra. Árboles muertos sin hojas se elevaban hasta cubrir los pocos rayos de luz que intentaban colarse en ese lugar lleno de muerte.

En medio de un terreno pútrido del que sobresalían huesos humanos, cientos de lápidas habían sido talladas con caracteres rúnicos. Recostado a espaldas de una de esas piedras, estaba un Caballero Dorado. El Santo parecía dormir plácidamente, mientras su cabello verde era acariciado por un fétido viento.

Una sombra negra se acercó con cautela al inconsciente Shun de Virgo…

Page 91: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012

CAPÍTULO 17

¡LOS GUARDIANES DE LOS DIOSES!: EL PODEROSO DESAFÍO DIVINO

Custodiando los terrenos de la Maravilla Suprema, se encuentran los ‘Guardianes de los Dioses’: Poderosos guerreros divinos fieles a cada deidad mitológica.

Dotados de extraordinarias técnicas, habilidades de batalla y una resistente armadura; los Guardianes constituyen una poderosa amenaza para Atenea y sus Caballeros.

==Inmediaciones del Santuario de Atenea. Bosque de Pangrati==

La Guardiana finlandesa, Mirja de Sauce, sostenía sin dificultad el puño de Theron de Unicornio, apretándolo con una mano. El golpe que le había lanzado impulsivamente el Santo no resultó efectivo.

—Eres un insensato, Caballero de Bronce —le imprecó arrogante la enemiga, clavándole su mirada color miel—. Pagarás con la vida el atrevimiento de haberle levantado la mano a una mujer… —amenazó, apretándole más la mano y rompiéndole poco a poco los huesos.

—¡‘Garra de Trueno’! —exclamó Shaina, arremetiendo desde la oscuridad del bosque. Su mano abierta, mostraba aquellas amenazantes uñas púrpura que chispeaban feroces rayos.

Mirja se vio obligada a soltar a su víctima, evitando así el poderoso ataque. Para fortuna suya, solo su mejilla fue lastimada.

—Theron. No es momento para que te dejes llevar por tus impulsos. No subestimes jamás a un enemigo —le aconsejó la Amazona de Ofiuco en medio de la conmoción.

—Entonces el chiquillo que me atacó se llama Theron… No creas que salvarás tu vida solo porque esa mujer enmascarada intervino en la batalla —replicó pretenciosa la Guardiana, limpiando la sangre que se deslizaba por su rostro.

—¡Antes de enfrentarte con mi alumno, deberás matarme primero! —retó furiosa la Guerrera de Plata.

La tensión se hacía cada vez más grande entre Shaina y su contrincante. Ninguna de las dos atinaba hacer el primer movimiento, pero justo cuando ambas se disponían a atacar al mismo tiempo, se detuvieron al sentir con asombro como el cosmos del Santo de Unicornio se elevaba en gran proporción.

—Maestra Shaina, estoy consciente de que ha pasado poco tiempo desde que obtuve mi armadura —intervino el joven de cabello azul, iluminando el bosque con su energía cósmica violeta—. Sé muy bien que no tengo ninguna experiencia en batalla. Pero como usted misma nos dijo: “En este momento somos los únicos que podemos proteger la Tierra.” ¡Por eso le ruego que me deje pelear contra ella y demostrarle el valor de los Caballeros de Bronce!

Al escuchar las palabras de su alumno, la Amazona de Ofiuco bajó la guardia. Ella entendía perfectamente sus sentimientos, así que accedió a sus deseos asintiendo.

—Confiaré en ustedes, mis discípulos.

Mientras esto ocurría, Narella había permanecido detrás de su maestra y compañero. Al ser la Amazona de apoyo de Sextante, no poseía ninguna técnica de batalla conocida, así que se limitó a observar los alrededores en busca de ventajas estratégicas.

Page 92: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012

—«Algo no está bien… —reflexionó preocupada la joven enmascarada de cabellera rosa, al tiempo que escrutaba el ambiente con su prodigiosa mirada—, tengo un mal presentimiento sobre todo esto».

—¡Vamos, Theron! ¡Muéstrame esa fuerza legendaria de la que alardean ustedes los Santos de Atenea! —le provocó irónica la guerrera de armadura verde.

—¡‘Galope de Unicornio’!! —exclamó el Caballero, arrojándose con la pierna extendida hacia su rival.

Con absoluta confianza, Mirja lo observó acercarse y supuso que tan solo con cubrirse con los brazos le bastaría para detener la técnica. Sin embargo, Theron adivinó las intenciones de la mujer, y al verla protegerse, cambió de trayectoria y proyectó su poderosa patada hacia la pared de madera que ella había erigido hace poco, haciéndola pedazos al contacto.

—¡Maldito! ¡Tu ataque no estaba dirigido hacia mí en primer lugar! —rugió furiosa Mirja, al ver destruida su técnica.

—¡Maestra! ¡Adelántese usted al Santuario! —le sugirió presuroso—. ¡Nosotros nos encargaremos de esta mujer!

Sin decir nada, Shaina acogió las palabras de Theron y atravesó corriendo a gran velocidad el jardín de rosas marchitas.

—«No tengo ninguna duda sobre ustedes, mis discípulos. Me has demostrado que puedo confiar en ustedes, por tal razón no dejaré que tu esfuerzo sea en vano. Nos vemos en el Santuario, Theron, Narella» —se despidió Shaina en silencio, corriendo con todas sus fuerzas.

Al ver a la Amazona alejarse, la Guardiana de cabello púrpura se enojó aún más con su oponente de bronce.

—¡Ya me cansé de jugar contigo! ¡Te acabaré de una vez con mi mejor técnica!

Pese a que Mirja elevaba portentosamente su cosmos, la joven de Bronce de Sextante tenía su atención puesta en otro lugar. Una sigilosa presencia había estado acechando todo el tiempo a los Caballeros y solo ella con su asombrosa visión lo había notado, ya que aquella entidad ni siquiera emanaba un cosmos.

Como el Unicornio estaba distraído en pensar en una estrategia para derrotar a Mirja, no se había percatado de que una sombra se elevó sigilosamente a sus espaldas, dispuesta a exterminarlo.

—¡Theron! ¡Cuidado! —le advirtió Narella, corriendo a la velocidad del sonido hacia ambos.

Cuando el Santo se giró, observó aterrado la grotesca escena de Narella siendo atravesada por el hombro. Un guerrero recién aparecido le había clavado su filosa mano cual espada, a través de su armadura.

—Muchacha imprudente. Tan ansiosa estabas por morir, que te interpusiste en el camino de mi ataque… —dijo el nuevo enemigo a su víctima, hundiendo más la mano en su carne.

A pesar del agónico dolor, y a pesar del impacto de ver su propia sangre salpicada sobre la armadura negra de su atacante; la valiente Amazona en cloth rosa ahogó su impulso de gritar.

—¡Infeliz! ¡Cómo te atreves a herir así a mi amiga! —bramó el Unicornio, lanzando un feroz golpe contra el intruso, quien logró esquivarlo sin esfuerzo.

—Eres demasiado lento, Caballero —afirmó con arrogancia el agresor, soltando a Narella para dejarla caer en tierra.

La consternada guerrera sostuvo su dolorosa herida, intentando detener la hemorragia.

—Mi nombre es Rasmus de Zorro Polar, soy el Guardián de los Animales de Ajatar. Al igual que Mirja, soy uno de los protectores de la diosa Mielikki —se presentó el hombre finlandés ataviado en armadura negra. Su rostro no era claramente visible, ya que lo ocultaba con una especie de bufanda y una capucha roja.

Page 93: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012

—¡Solo los cobardes atacan por la espalda y hieren a una mujer!! —le insultó enérgico Theron, al ver a su amiga perdiendo más sangre.

—Tus palabras me tienen sin cuidado. Yo solo busco saciar mi instinto asesino, sin importarme con quien sea. Mi señora Mielikki nos ha ordenado que…

—¡Cállate!!! —le gritó iracundo el Unicornio, dejando al enemigo en silencio—. ¡Jamás te voy a perdonar por lastimar así a mi amiga!!

En actitud protectora, el Santo de cabello azul se colocó frente a la yaciente Amazona de Sextante. Sin temor encaró a los dos Guardianes de Mielikki, quienes observaban con indiferencia su intento desesperado por elevar su cosmos.

==Maravilla Suprema. Cementerio de los Héroes==

Aquel aroma desagradable y pútrido de muerte consiguió despertarlo. Su confusión era grande al verse rodeado de un ambiente tan amenazante.

—¿Dónde estoy? —se preguntó un aturdido Santo de Virgo—. Lo último que puedo recordar, es el momento en el que atravesamos la barrera invisible que protegía ese santuario en el cielo.

A pesar de que las gruesas ramas de árboles muertos le impedían la visión, Shun alzó la mirada y consiguió vislumbrar con dificultad la Tierra. Sobre su cabeza se encontraban las ruinas de lo que alguna vez fue el recinto de Atenea.

—¡Esto es terrible! ¡Entonces los dioses descendieron y destruyeron el Santuario! —supuso consternado—. ¡Debo regresar de inmediato!

El impulso de Shun se detuvo cuando no pudo percibir ningún tipo de cosmos en la morada de su diosa. No había sentido en volver hacia aquel lugar, así que el Caballero Dorado decidió continuar por su cuenta a través de ese macabro escenario.

—«Espero que la señorita Saori y mis compañeros se encuentren bien —reflexionó avanzando con cautela por ese oscuro y perturbador cementerio—. Me dio la impresión de que todos nos separamos tras ingresar en esta fortaleza flotante».

Alguien se acercó silenciosamente al Santo.

Tal era su concentración en reflexionar sobre la situación actual, que no notó que aquella sigilosa presencia se arrojó directamente a su espalda.

—¡Maestro! —se regocijó Anna de Andrómeda, abrazando por detrás a su mentor.

A Shun casi le da un infarto por el tremendo susto que le dio su alumna.

—¡Anna! ¡Lograste ascender hasta aquí! —atinó a decir el Caballero de Virgo, intentando recuperarse del shock.

—No lo iba a dejar solo en este feo lugar. Usted no podría ganar sin mí —bromeó sonriente la muchacha castaña, rodeando con los brazos a su mentor por el cuello.

La joven Amazona estaba más que feliz de reencontrarse con él, y más al notar el gran alivio en el rostro de su antecesor.

—Cada día que pasa, me siento más orgulloso de ti, Anna —exaltó sonriente el hombre de cabellera verde, haciendo sonrojar a la joven que se negaba a soltarlo—. Te felicito por pasar con éxito la prueba que les impuso Atenea.

—¿Prueba? ¿Cuál prueba?

Page 94: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012

—Desde que Saori los encerró en esas esferas de energía, me di cuenta de que su intención no era alejarlos de la batalla —explicó pausadamente—. El deseo de Atenea era que ustedes despierten su Octavo Sentido, mientras todavía se encontraban en Santuario. De esa forma podrían ascender con vida hacia aquí. Solo si sobrepasaban sus límites y obtenían el Arayashiki, podrían liberarse de la técnica de una diosa.

—¡En ese caso, no lo defraudaré, maestro! —afirmó ella con una gran sonrisa—. ¡Voy a demostrarle lo fuerte que puede ser su sucesora!

El entusiasmo de Anna logró contrarrestar lo hostil del escenario. Shun se sintió reconfortado al tener a su alumna a su lado, así que le devolvió una amable y sincera sonrisa.

Ambos continuaron su camino atentos a cualquier imprevisto. Lo pesado del ambiente, el aroma fétido y la espesa bruma negra hacían difícil el recorrido de los Santos.

El optimismo mostrado en el rostro de Anna ocultaba su miedo e incertidumbre. Siendo su primera misión como Guerrera de Atenea, tendría que enfrentarse con algún dios. Debía sacar ese temor de su inquieta mente, así que intentó distraerse leyendo lo que estaba escrito en las lápidas del lugar.

—Pero qué letras más raras escribieron en esas piedras feas, ¿no cree, maestro? —intervino, rompiendo ese silencio que se empezaba a tornarse perturbador.

—Reconozco ese tipo de caracteres. Tampoco los entiendo, pero te puedo asegurar que se trata de letras rúnicas. Utilizadas generalmente por… los celtas…

—¡Los celtas! —repitió alarmada la joven—. ¡Entonces eso quiere decir que nos encontramos cerca de Morrigan!

—Así parece, Anna. Como habrás notado, el terreno del santuario de los dioses en el que nos encontramos ahora, parece haber sido divido en diez zonas. Desde tierra pude ver que, de entre esas diez zonas, la más aterradora y amenazante era la que estaba cubierta por las sombras. Y es precisamente en esa área, donde nos encontramos ahora. Al ser Morrigan la diosa de la muerte y la oscuridad, es evidente que estamos invadiendo su territorio.

Anna no reaccionó a las explicaciones de su mentor. Su mente estaba concentrada en una sola cosa: Acabar con la diosa que mató a tantos de sus camaradas en el Santuario, y hacerla pagar por haberla humillado durante su invasión.

Sin decir una palabra, la joven de Bronce tuvo el impulso de adelantarse para encarar sola a la diosa celta. Sin embargo, Shun leyó sus intenciones y la detuvo tomándola del brazo.

—Muchas veces me he llegado a sentir al igual que tú. Pero mi experiencia me ha enseñado a tener calma durante los momentos difíciles. No te dejes llevar por tus impulsos, mi querida Anna —la tranquilizó su antecesor sonriendo cálidamente.

Andrómeda se había sonrojado al escucharlo decirle esas últimas palabras. La chica repitió incontables veces en su cabeza las palabras ‘mi querida Anna’, recién pronunciadas por su mentor.

—Está bien, maestro. No me dejaré llevar por mis impulsos —le prometió alegre y ya calmada.

Un sonido funesto llamó la atención de ambos. Se podían escuchar los alaridos y gemidos de sufrimiento de una mujer.

Al seguir su camino con cautela, ambos contemplaron la figura de una joven arrodillada, la cual lloraba desconsoladamente frente a una de las tumbas.

La tristeza que transmitía esa muchacha de cabellera rojiza era abrumadora. Aquel vestido andrajoso que la cubría, le daba un aspecto aún más deprimente.

Los dos guerreros de Atenea supieron enseguida que se trataba de una enemiga, y sin vacilar alzaron la guardia.

Page 95: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012

—Soy Aibhill de Banshee —se presentó ella, al notar la presencia de los Caballeros—. Y mi deber es cuidar el Cementerio de los Héroes —añadió en tono triste, encarando a los invasores.

Su mirada enteramente negra transmitía el inmenso dolor de alguien que había perdido recientemente a un ser querido.

Page 96: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012
Page 97: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012

CAPÍTULO 18¡NO SE RINDAN, CABALLEROS DE BRONCE!: LA LUCHA SANGRIENTA EN EL

BOSQUE

==Ruinas del Santuario de Atenea==

La Amazona de Plata de Ofiuco arribó a la apocalíptica escena que se presentaba ante ella. A pesar de que su alumna Narella le había informado de la situación, el impacto de ver el Santuario destruido con sus propios ojos fue demasiado para ella.

—¡Demonios! —rugió furiosa Shaina—. ¡Si tan solo hubiéramos llegado antes!

Por más que se esforzó buscando a alguien, no logró encontrar siquiera leves rastros de cosmos aliados. Los restos de lo que supuso eran las ruinas de la Casa de Aries, estaban completamente abandonados, pero aun así, continuó su triste camino hasta llegar a Tauro.

—Como para que el Santuario entero se encuentre en estas condiciones, la batalla debió ser terrible —dedujo, intentando imaginar lo que había ocurrido.

Varios destellos metálicos llamaron su atención en el lugar.

—¡Es la armadura de Tauro! ¡Y está casi destruida! —exclamó acercándose al ropaje dorado, cuyo object permanecía quieto, como mudo testigo de la guerra contra Viracocha—. Entonces el Santo Aldebarán ha…

No pudo terminar su frase. Ver ese toro de oro en tan malas condiciones, la entristeció.

—Eras el más joven de los Caballeros Dorados, Aldebarán. ¡Quien sea que te haya hecho esto, va a pagarlo con su vida! —exclamó apretando los puños con rabia.

Tras hacer un respetuoso minuto de silencio por el deceso de su compañero Dorado, Shaina se propuso continuar. Estaba decidida a llegar a la cámara del Patriarca, dispuesta a encontrar pistas sobre el paradero de Atenea. No obstante, algo llamó su atención. Una enorme hacha de metal marrón estaba clavada en los restos de una columna del Templo de Tauro.

—Este arma emana un resplandor divino… —dijo, al tiempo que empuñaba con dificultad la pesada hacha—. Siento en su interior el mismo tipo de energía que se desprende de ese santuario que flota en el cielo.

Shaina acomodó el pesado objeto para que cuelgue de su espalda. Aquella hacha llamada ‘Imbabura’ por su dueño original, era tan grande, que casi igualaba la longitud de la Guerrera.

Aunque una máscara metálica cubría su rostro, su gran determinación era notoria. La Amazona de Plata levantó el rostro para encarar la Maravilla Suprema.

—«Ascenderé a ese lugar sea como sea. Estoy segura de que encontraré al enemigo allá arriba —reflexionó, sin quitar la vista de su objetivo—. Narella, Theron… En ustedes queda el cuidado de la Tierra».

Page 98: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012

==Inmediaciones del Santuario de Atenea. Bosque de Pangrati==

Sin ningún temor, el joven Theron de Unicornio encaraba a sus dos enemigos. El Caballero de Bronce protegería con su vida la de su amiga.

Ambos rivales lo observaban con indiferencia.

—Desiste ya, pequeño —le aconsejó Mirja de Sauce—. Eres un ingenuo si crees que podrás enfrentar a dos Guardianes de Mielikki en su ambiente natural.

—No fue coincidencia que hayamos escogido este lugar para la batalla —secundó Rasmus de Zorro Polar, juntándose con su compañera—. Tenemos la protección de nuestra señora al pelear en un bosque.

—¡No me interesa si son cien de ustedes y tienen toda la ventaja del mundo! ¡Lucharé para proteger a la Tierra y a mi amiga!! —desafió enérgico el joven Santo.

Narella estaba sentada detrás suyo, aún paralizada por el dolor de su herida. La determinación de su amigo no le sorprendía, porque así lo había conocido desde siempre.

—Me encanta que mis víctimas se nieguen a morir. Eso hace más emocionante cazarlas… —comentó el Guardián encapuchado en tono malicioso.

Justo cuando se disponía a arremeter contra el Santo, su acompañante lo detuvo posando la mano en su hombrera.

—Espera, Rasmus. Desde hace un momento estoy encendiendo mi cosmos para ejecutar mi técnica. Permíteme encargarme de él. Después saciarás tu sed de sangre con la chica.

El Guardián en armadura negra no atinó a protestar, y sin decir una palabra aceptó la sugerencia, retrocediendo unos pasos. Su mirada asesina se desvió y clavó sobre la Guerrera de Sextante. Estaba impaciente por atacarla.

—Mostraste mucha determinación en la batalla, Theron. Pero la victoria depende de la fuerza y el poder del cosmos. Te lo demostraré ahora mismo con mi máxima técnica.

El cuerpo de la Guerrera de Sauce era bañado por una densa aura verde oscuro. Su armadura de la misma tonalidad resplandecía majestuosa.

—¡‘La Maldición de Luonnotar’!

El bosque de Pangrati se sacudió con intensidad. Los árboles se distorsionaban de manera grotesca, como si se tratara de seres animados por una misteriosa fuerza. Nada pudo hacer el Unicornio para evitar ser aprisionado por fuertes lianas y ramas. Sus brazos, piernas y cuello habían sido inmovilizados por los apéndices de los árboles, los cuales lo sostenían firmemente. Por más que batalló por liberarse, su esfuerzo fue infructuoso.

—Es inútil que luches, Caballero. Es la misma voluntad del bosque la que te está aprisionando. Desde tiempos ancestrales, Luonnotar, el espíritu de la naturaleza, se ha encargado de proteger a la diosa Mielikki. Y es precisamente ese espíritu el que te desmembrará dolorosamente.

Theron se esforzaba por detener la técnica de su enemiga, pero mientras más forcejeaba, los árboles más tironeaban sus extremidades y su cuello. Faltaba poco para que sus brazos, piernas y cabeza fueran arrancados de cuajo. La tortura era insoportable.

—No puedo… acabar así… —musitó el agredido con dificultad—. Soy un… Caballero de Atenea…

De no ser por la providencial intervención de la Guerrera de Sextante, el Unicornio habría sido asesinado en unos pocos segundos. Sobreponiéndose al dolor que la atenazaba, la joven de cabello rosa se las arregló para rescatar a su exhausto compañero y apoyarlo en su regazo.

Page 99: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012

—¡Imposible! —profirió sorprendida la Guardiana—. ¡¿Cómo es posible que lo hayas liberado tan fácilmente de una prisión creada por la misma naturaleza?!

—Pude ver a través de tu técnica —empezó a explicar la Amazona enmascarada, aún intentando detener el sangrado de su hombro—. Utilizas hilos de energía casi imperceptibles para canalizar tu cosmos hacia los árboles. Así puedes manipularlos según tu voluntad, logrando incluso que se muevan y aumenten su resistencia física, para que ni siquiera un Caballero pueda romper sus ramas. Eso que dijiste sobre el espíritu de la naturaleza es solo una patraña. Eres tú quien controla al bosque.

La prodigiosa vista de Narella le permitió percibir los delgados hilos de cosmos que unían la energía de la Guardiana con la del bosque, así pudo cortarlos a gran velocidad y rescatar a su amigo justo a tiempo.

—Vaya, me sorprende bastante que una niña de bronce haya descubierto el secreto de mi ken. Tú no eres una humana común, ¿o me equivoco?

La joven enmudeció por un instante. Con Mirja y Rasmus dispuestos a exterminarla, y con Theron desmayado y en tan mal estado; la muchacha pensaba con desesperación una estrategia para salir airosa de la batalla.

—Ya te divertiste bastante, Mirja —manifestó el Zorro Polar, haciendo a un lado de manera grosera a su compañera—. Observar tanta sangre me emociona al extremo. Pero no es suficiente… ¡Quiero ver más! ¡Quiero que ese color rojo puro tiña este bosque!

—«Rasmus hace honor al espíritu de Ajatar, al cual representa —reflexionó la doncella de Sauce—. La entidad malvada que controla a los animales del bosque tiene ese mismo instinto salvaje. No es coincidencia que llamen a Rasmus, el “Asesino de las Sombras”, ya que no está satisfecho hasta perseguir, torturar y matar a su víctima…»

En un parpadeo, Rasmus había elevado su fuerza cósmica a un nivel prodigioso. Las hojas de los árboles del bosque de Pangrati parecían danzar al mismo ritmo del cosmos negro del Guardián. Entre los oscuros arbustos y árboles, incontables pares de ojos brillaban en un amenazante carmesí.

—‘Sigilo Salvaje’.

Tras la evocación del nombre de la técnica, el enemigo desapareció de la vista de todos. A pesar de su extraordinaria vista, Narella apenas pudo vislumbrar las innumerables ráfagas cortantes que arremetieron contra ella y su amigo. Su reacción inmediata fue abrazarlo en un intento por protegerlo con su propio cuerpo. La lluvia de filosos zarpazos invisibles al ojo común rebanó sin piedad a la Guerrera de Sextante, quien sostenía con fuerza al indefenso Unicornio. Los cortes limpios en la piel desprotegida por su cloth de bronce sangraban sin cesar, produciendo aún más emoción en el sádico Guardián.

—¡Esto es estupendo! ¡El color intenso de tu sangre es hermoso! —declaró con desbordado frenesí el hombre en armadura negra, reapareciendo y acercándose a los dos Caballeros—. Pero no es suficiente, ahora quiero sentir su tibieza entre mis manos.

Narella apenas y podía mantener la consciencia. Había perdido gran cantidad del líquido vital y el agudo dolor de sus cortes la atormentaba. Sin embargo, la muchacha no se rindió y se reincorporó con bríos, encarando sin temor a su malvado oponente.

—¡No tocarás a mi amigo! ¡Él se arriesgó para protegerme y ahora yo haré lo mismo!

La Amazona de Sextante incendió su cosmos a su máximo posible, a la vez que lo concentraba en sus puños. Al no poseer ninguna técnica de combate, esa fue su única alternativa.

Al verse frente al finlandés, le lanzó un fuerte golpe luminoso que fue contenido sin dificultad.

—Estás más muerta que viva, pequeña. Así ya no me parece divertido verte sangrar. Será mejor que te ejecute de una buena vez. Pero antes…

Page 100: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012

Una veloz ráfaga cortante arremetió contra el rostro de Narella, partiendo su máscara en dos para revelar su cara. Su rostro de facciones delicadas mostraba una expresión de estupefacción. En sus ojos de pupilas rosas era evidente la incredulidad.

—Es un lindo rostro el que escondías bajo esa fea careta de metal. Tenía curiosidad de verlo antes de matarte…

—¡Maldito! ¡No me dejaré asesinar así de fácil! —profirió la muchacha con un nuevo semblante de furia, en un intento por seguir atacando al hombre encapuchado. Por desgracia sus golpes se hacían cada vez más débiles a causa de la pérdida de sangre.

Rasmus elevó el brazo derecho, emulando el movimiento de un verdugo levantando el hacha para ejecutar a su víctima.

—¡Muere, Guerrera de Atenea!

Un terrible golpe resplandeciendo en púrpura chocó de lleno contra el rostro encapuchado del ‘Asesino de las Sombras’, al tiempo que el causante de la agresión exclamaba:

—¡‘Galope de Unicornio’!!

Theron había despertado y ejecutado su técnica en el momento más crítico, salvando así la vida de su amiga.

==Ruinas del Santuario de Atenea==

—Sin duda el poder de los dioses es algo temible —dijo con tono de voz frío un joven ataviado en una gruesa y larga capucha que le cubría todo el cuerpo—. Aunque esto no es nada en comparación con el castigo divino que imagino está por venir.

El recién llegado inspeccionaba con indiferencia el lugar de la reciente batalla contra Viracocha, siendo su vestimenta fuertemente azotada por el viento.

Una veloz corriente de aire liberó su rostro de la caperuza, sacudiendo su largo cabello verde claro y dejando visibles sus penetrantes ojos dorados. En el centro de su frente resaltaban dos lunares marrones, característicos de los habitantes de la legendaria Lemuria.

—Llegamos demasiado tarde, Raistlin. El Santuario es una completa ruina —intervino su acompañante, escoltándolo en la escena.

Aquel muchacho era más alto y fornido, con características físicas similares que las de su compañero. Él también era lemuriano y de igual manera, envolvía su cuerpo en un atavío que ocultaba por completo su voluminosa figura.

—No sacas nada resaltado lo obvio, Caramon. De todas formas, nuestro destino no es este Santuario, sino esa fortaleza que levita en el cielo —aseveró el joven de apariencia más pequeña, clavando su severa mirada amarillenta en la Maravilla Suprema.

—Pero hermano, antes de partir, deberíamos buscar sobrevivientes en los alrededores y ayudar a las personas de los pueblos cercanos. Me imagino que habrá muchas víctimas de ese terremoto que sentimos hace poco —le sugirió el muviano espigado a su interlocutor.

—En estos momentos el mundo es un absoluto caos, hermano menor. Los sentimentalismos y la bondad improvisada no sirven de nada cuando reina el miedo. Si de verdad queremos ayudar a la humanidad, debemos cortar la amenaza de raíz. Cuántas veces tengo que repetirte que las emociones no sirven de nada en el campo de batalla.

Page 101: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012

—Eso no es lo que nos dice nuestro maestro —lo corrigió su hermano Caramon—. Él siempre nos ha enseñado a luchar con pasión, teniendo en mente que debemos proteger a quienes amamos. ¡Es por eso que debemos ayudar a quienes nos puedan necesitar!

—El cosmos del maestro Kiki desapareció hace un buen rato —repuso el frío Raistlin—. Estamos solos en esto, hermano. De aquí en adelante depende de nosotros dos.

Una poderosa presencia se hizo presente ante ambos, interrumpiendo su conversación. Aquel cosmos magnánimo les era totalmente desconocido a los hermanos lemurianos, así que sin dudarlo se pusieron en guardia dispuestos a enfrentar a un posible enemigo.

—Ustedes dos son Caballeros de Atenea, ¿cierto? —les preguntó con tono tranquilo una suave pero decidida voz masculina salida de la nada.

Sin responder a la pregunta que les hizo aquella entidad, ambos jóvenes se despojaron de las capas que los vestían, revelando así las armaduras de bronce que orgullosamente portaban.

—¡Soy Caramon de Oso! —se presentó el joven más alto y fornido—. ¡Y será mejor que des la cara de una vez, seas quien seas!

—Y yo soy Raistlin de Lobo —intervino con seriedad el hermano mayor—. Si tus intenciones son detenernos, no te será nada fácil derrotar a dos Santos.

—Alguna vez conocí a varios guerreros de Atenea que tenían el mismo brillo en los ojos que poseen ustedes —añadió pausadamente aquella voz—. Mi deber ahora será comprobar si tienen lo necesario para ascender la morada de los dioses… ¡Kân!

El ambiente se distorsionó repentinamente. El estrepitoso cambio de escenario consiguió aturdir los cerebros de los muvianos de bronce.

—Hermano… esto es increíble… —murmuró con dificultad el Oso, al ver elevándose frente a él aquella colosal figura salida de la nada—. Es imposible que nos encontremos en…

—Así es Caramon —le interrumpió el Lobo con desconcierto, mirando hacia lo alto al igual que su hermano—. Estamos sobre la palma de Buda…

Page 102: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012
Page 103: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012

CAPÍTULO 19

LOS PODEROSOS VÍNCULOS FRATERNALES DE LOS SANTOS DE ATENEA

==Maravilla Suprema. Cementerio de los Héroes==

Aibhill de Banshee, aquella joven pelirroja de aspecto deprimente y triste mirada negra, no podía contener su llanto ni ocultar su inmensa tristeza. Shun de Virgo y Anna de Andrómeda se sintieron abrumados ante tal demostración de dolor emocional.

—Caballeros de Atenea —los llamó la muchacha, tras exclamar un sonoro lamento—. Como una de los dos Guardianes que custodiamos el territorio de la diosa Morrigan, mi deber es resguardar el descanso de las almas de los héroes que yacen enterrados en este cementerio.

—No pretendemos perturbar el descanso de nadie —intervino la Amazona de Bronce en actitud desafiante—. ¡Lo que buscamos aquí es detener a tu diosa, así que será mejor que nos dejes pasar!!

La reacción de la Guardiana ante las palabras de Anna fue tirarse de rodillas en el piso y echarse a llorar desconsoladamente.

—Es tan triste… —expresó la pelirroja entre sollozos—. Pensar que dos valientes guerreros deban morir, me rompe el corazón. Imaginar sus cuerpos enterrados bajo estas lápidas, es una imagen que apenas puedo soportar.

Aunque maestro y alumna se sintieron silenciosamente conmovidos ante el sufrimiento de Aibhill, ninguno se amedrentó tras la fatal premonición. El Caballero Dorado dio un par de pasos al frente y tras darle la espalda a su alumna, se sentó en la posición de la flor de loto.

—Según la mitología celta, la Banshee es un espíritu femenino que anuncia la muerte con sus lamentos —comenzó a explicar Virgo a su pupila—. Las familias de la antigua Irlanda la consideraban como una mensajera del más allá que lloraba la futura muerte de alguno de sus miembros. Según cuentan las tradiciones celtas, la “Lamentadora” era escuchada con más frecuencia que vista, llorando en la noche tardía o al comienzo de la mañana, a veces encaramada a una ventana varias horas o algunos días antes de la muerte. Cuando se movía en la oscuridad, su sonido se describía como el que hacen los pájaros volando en la noche.

—Sin duda es una entidad temible, a la cual no debemos subestimar.

—Exactamente, Anna. Además, existen leyendas que cuentan las maldiciones que cayeron sobre los hombres que se atrevieron a desafiarlas… Por eso no puedo permitir que tú, como mi protegida, te enfrentes a ella.

A Andrómeda le molestó la actitud de su mentor, hasta el punto en el que su rostro se enrojeció de ira. Aunque sabía que la intención del Dorado era cuidarla, no pudo evitar sentir descontento. Su personalidad impulsiva le obligaba a refunfuñar frenéticamente la decisión de Shun. Sin embargo, Anna supo controlarse. Poco a poco, el campo de batalla le ayudaba a madurar como mujer y como guerrera.

—Soy yo la que no permitirá que usted libre esta batalla por mí —declaró la joven de Bronce, colocándose frente a Shun en actitud protectora—. Usted siempre me ha enseñado que un enfrentamiento debe ser evitado mientras sea posible, por eso no puedo permitir que mi mentor malgaste su energía luchando contra esta Guardiana. ¡Maestro, usted debe encontrar a Morrigan y derrotarla!

—Pero Anna, yo…

Page 104: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012

—Hace unos instantes le aseguré que ya no actuaría impulsivamente y pienso cumplir esa promesa —le interrumpió con tranquilidad la aludida—. Si me quedo para pelear sola contra ella, es porque sé que puedo vencer, al dar mi mejor esfuerzo y aplicar todo lo que usted me enseñó.

La joven castaña giró su rostro y le regaló una radiante sonrisa a su antecesor.

—Confíe en mí, maestro Shun.

La seguridad y decisión de la alumna conmovieron el corazón del maestro, quien dejó su posición de flor de loto para reincorporarse y colocarse junto a ella.

—Si fuiste capaz de llegar hasta aquí con vida, entonces no dudo de tu capacidad como Guerrera de Atenea, mi querida Anna —enalteció el Santo de Oro con su característica actitud amable—. Demuestra el valor de la nueva generación de Caballeros de Bronce.

Para la Guardiana de Banshee era imposible contener sus incesantes lágrimas de dolor y sus desgarradores lamentos. En medio de su inmensa tristeza, levantó la cara para clavar su profunda mirada negra en los invasores de su cementerio.

—No importa cuál de los dos me enfrente. Aunque me duele su futuro destino, está escrito en esas lápidas que ambos deben morir en este lugar.

—¡Eso está por verse, Aibhill! —exclamó la discípula de Shun, dejando escapar la cadena circular de Andrómeda a vertiginosa velocidad—. ¡‘Gran Captura’!!

La técnica de bronce aprisionó sin problemas a la Guardiana.

—¡Rápido, maestro! —le urgió la muchacha, tensando la cadena con ímpetu—. ¡Debe llegar hasta la diosa celta y acabar con ella!

Shun no desaprovechó la oportunidad que le otorgó su alumna. Tras darle una palmada en la hombrera y regalarle una sonrisa que transmitía seguridad, le dijo:

—Te espero más adelante, Anna. Saldremos juntos de esto, ya lo verás.

A pesar de quedarse sola con su rival, y a pesar de que la tristeza que emanaba Aibhill oprimía su corazón, Anna se sintió aliviada cuando su maestro se alejó de la escena.

—Tu nombre ya está grabado en una de las tumbas de piedra, Anna de Andrómeda —sentenció la enemiga, devolviendo a su contendiente a la realidad.

A medida de que el cosmos negro de la Guardiana se elevaba, también aumentaba su desconsuelo y sufrimiento. La joven que se atrevió a desafiarla se veía cada vez más y más agobiada por aquella aura nociva.

La presión de la cadena circular se vio mermada por el cosmos de su víctima. Tras aflojar la captura, la dejó libre en el acto.

El vestido harapiento que cubría a Aibhill había sido desgarrado por completo, revelando la armadura de Banshee que escondía debajo de sus ropas. Aquel traje metálico lucía una apariencia amenazante, resaltada con su color púrpura oscuro.

==Ilusión de Virgo. Palma de Buda==

Los hermanos lemurianos, Raistlin de Lobo y Caramon de Oso, no podían ocultar su desconcierto. El verse en la palma de ese gigantesco Buda fue una experiencia sobrecogedora para ambos.

Aquel cosmos magnánimo y acogedor que los llevó ante tal ilusión, tomó forma física. Ante ellos apareció un hombre de larga cabellera rubia y semblante tranquilo, contrastada su apariencia angelical, sin embargo, por la amenazante armadura negra que vestía.

Page 105: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012

—Caballeros de Atenea —les dijo el recién aparecido Santo Negro, hablando con un tono pausado—. Llegó la hora de probar su valor como protectores de la Tierra.

Raistlin, el hermano mayor, arqueó una ceja con desconfianza al ver a aquel guerrero que mantenía los ojos cerrados.

—Sería imposible no reconocer a quien llamaban ‘el hombre más próximo a un dios’ —declaró suspicaz el nuevo Lobo—. Y aunque difiere en ciertos detalles, tu armadura negra representa a la sexta constelación del zodiaco. Sin duda eres Shaka de Virgo…

—¡Shaka de Virgo! —repitió alarmado el lemuriano más espigado y forzudo—. ¡Entonces el legendario Caballero Dorado ha regresado desde el mundo de los muertos como sirviente del mal!

Sin previo aviso, el impulsivo joven de cabellera verde claro dio un gran salto dispuesto a detener a Shaka. Su técnica llamada ‘Ahorcamiento de Oso’ serviría para este fin.

—¡Espera, Caramon. Tú solo no podrás derrotar a…!

El Caballero de Lobo no pudo terminar la advertencia a su hermano menor. El hombre en cloth azabache había rechazado con facilidad al Oso con un fuerte impulso invisible.

—Alguna vez me encontré con Santos de Bronce igual de imprudentes que tú. Se abalanzaron sobre mí sin que siquiera los provoque, de la misma forma en la que tú acabas de hacerlo.

Con dificultad el hermano mayor ayudó a reincorporarse al menor.

—Escúchame con atención, Caramon —le pidió Shaka—. Tus fuerzas son como las del mono que corretea sobre la palma de Buda. Crees que puedes llegar tan alto como los dioses, cuando apenas y puedes moverte en este lugar.

—No podrás amedrentarnos —repuso Raistlin con su fría actitud—. Si pensamos con lógica, se nos ocurrirá una forma de ascender a ese Santuario que levita en el cielo. Así que si no nos vas a ayudar, mejor no te metas en nuestro camino.

—¡Insolente! —le imprecó enérgico el antaño Caballero Dorado.

La sola potencia de su voz fue capaz de crear una fuerte arremetida de luz que alejó con violencia a ambos Santos de Bronce.

—Si no están conscientes de sus debilidades, sus muertes serán inevitables. Es irónico, porque a ti Caramon te hace falta tranquilidad y a ti Raistlin te falta pasión.

—Ni mi hermano ni yo pensamos rendirnos ante ti, Shaka —aseveró el Oso, plantándose decidido ante el antaño Virgo—. ¡Somos Caballeros de Atenea!

—Entonces deberán demostrármelo, porque si no despiertan su cosmos a un nivel digno, acabarán muertos por la máxima técnica de mi constelación.

Raistlin de Lobo abrió desmesuradamente sus ojos color dorado en señal de temor. Él perfectamente sabía lo que vendría a continuación…

—¡‘El Tesoro del Cielo’!!

La figura de Buda pareció quebrarse cual cristal tras la evocación de aquel poderoso ken que combina ataque y defensa. Después del lento abrir de los ojos azules de Shaka y la posterior liberación de su cosmos, la ilusión de Virgo transmutó en elaborados y complejos mosaicos hinduistas que invadieron el ambiente.

Los hermanos de bronce quedaron paralizados en el acto.

Page 106: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012

—La Octava Consciencia, el Arayashiki es la única forma de ascender con vida a la fortaleza de los dioses. Utilicé pétalos de sangre para informarle a Atenea de este hecho, pero con ustedes deberé ser más directo.

—¡Si eres un aliado nuestro, entonces no deberías torturarnos de esta forma! —le reclamó frenético el muviano de Oso, haciendo un inútil esfuerzo por zafarse de la técnica—. ¡La situación del planeta es grave y aún así nos haces perder tiempo valioso!

—Veo que no lo entenderás hasta que tú mismo sientas la esencia de tu cosmos —respondió el Caballero Negro, observando a un lado con decepción—. ¡Privación de los sentidos del tacto, el olfato, el gusto y la vista!

Las mencionadas capacidades sensoriales fueron despojadas de los cuerpos de los hermanos de bronce.

—Ya que todavía conservan el oído, escuchen con atención este consejo: ¡Busquen en su corazón su razón para pelear y produzcan un milagro! —los exhortó Shaka, para después quitarles el último sentido mencionado.

—«Hemos sido reducidos a cadáveres vivientes tras perder la percepción sensorial —reflexionó Raistlin, con su opaca mirada amarillenta perdida en la nada—. Ahora solo me queda mi intuición y mi cosmos, pero esa primera no me ha servido de mucho, ya que desde siempre he basado mis decisiones en la lógica y la razón».

Un sentimiento de calidez invadió al Santo de Lobo.

—«Debería sentirme desesperado tras recibir una técnica como el ‘Tesoro del Cielo’ pero es al contrario: siento que me invade la paz. ¿De dónde viene este cálido sentimiento? ¿Acaso proviene de mi armadura?»

Al perder la distracción de sus sentidos, Raistlin pudo sentir las memorias guardadas en su cloth desde la era mitológica. Los sentimientos acumulados de valor, amistad y amor de los antiguos portadores de la armadura de bronce de Lobo; armonizaron con el cosmos de su actual dueño.

—«Nachi, Junkers, Kakkab, Lonewolf, Atroce, Brent y tantos valientes guerreros que han vestido esta armadura antes que yo; tienen una cosa en común: La pasión… Ahora entiendo, Shaka…»

—«Es la primera vez en mi vida que siento tanta tranquilidad —meditó Caramon, al encontrarse en la profunda oscuridad de la pérdida sensorial—. No sé por qué, pero también me invade la nostalgia de mi pasado…»

El fornido guerrero de melena verde claro recordó el momento en el cual su hermano mayor y él, obtuvieron el derecho de convertirse en Santos de Atenea. Caramon había olvidado el orgullo que sintió su maestro Kiki al ver a sus alumnos portando sus armaduras de bronce.

—«Por ustedes encontraré mi calma y dejaré a un lado mis impulsos. Maestro Kiki, hermano Raistlin, Atenea…»

Millones de pequeños cosmos se hicieron presentes ante el nuevo Oso, el ancestral pueblo de Lemuria, le brindó su fuerza al guerrero.

—«La esencia de mi gente también está conmigo. El calor de todo mi pueblo enciende mi cosmos poco a poco… No puedo fallar».

Mientras ambos jóvenes experimentan sus epifanías, Shaka los observaba con atención. Su pura mirada azul se encendió de emoción cuando sintió el nacer del Octavo Sentido en los Santos de Bronce.

—Kiki… te felicito por haber entrenado a dos verdaderos Caballeros de Atenea —musitó el antaño Virgo con una ligera sonrisa de satisfacción.

Tras detener su máximo ken, el cosmos magno de Shaka llenó el ambiente.

Page 107: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012

—¡Produzcan otro milagro con la fuerza de sus cosmos, Caballeros de la Esperanza! ¡‘Transmigración a Través de los Seis Mundos’!!

En medio de una distorsión de dimensiones, los hermanos desaparecieron sin dejar rastro. Shaka se quedó solo en las ruinas del Santuario, observando fijamente el Calendario Maya que flotaba en el cielo.

—Es increíble que hayan despertado el Arayashiki, sin haber conseguido aún el Séptimo Sentido. Pero no me preocuparé por ellos. Confiaré en esta nueva generación de guerreros de Atenea.

==Inmediaciones del Santuario de Atenea. Bosque de Pangrati==

—¡Daría incluso mi vida para proteger a las personas que aprecio! —le gritó el Caballero de Unicornio al Guardián de Zorro Polar, quien apenas se estaba recuperando del embate recién recibido—. ¡Narella no está sola!

Cuando la máscara de la Amazona se partió, Theron pudo observar el rostro de su amiga después de varios años. El joven de cabello azul recordó en un fugaz instante los momentos compartidos a su lado desde la infancia. Ese semblante decidido había sido siempre característico en ella desde muy pequeña. El Caballero no podría olvidar aquella ocasión en la que Narella lo protegió valientemente de un par de malandrines que intentaban golpearlo.

—Separados somos débiles —le había dicho la niña en esa ocasión, guiñándole un ojo—. ¡Pero juntos somos invencibles! No estás solo, amigo mío.

Aquellas palabras y aquella imagen quedaron grabadas para siempre en su mente.

La burlona y sonora risa de la finlandesa Mirja, devolvió al joven Santo al presente.

—Como siempre aparentando valor y espíritu de protección hacia tu amiga —comentó irónica la Guardiana de cabellera violeta—. Me parece estúpido que te preocupes más por el bienestar de esa mocosa, que por el tuyo propio. No entiendo qué beneficio obtienes al sacrificarte tanto por ella. Tan solo se trata de tu compañera.

—Se ve que no entiendes lo poderoso que puede ser el vínculo de una amistad sincera —le contestó el aludido, observándola con extrañeza—. Soy yo el que no entiende cómo puede existir alguien tan egoísta como tú. ¿Acaso no te importa el bienestar de tu compañero?

—Por supuesto que no —le respondió tajante—. Lo que ocurra a Rasmus me tiene sin cuidado. A decir verdad, eso de luchar en equipo me parece un fastidio. Siempre he peleado sola.

—Ella tiene razón —afirmó el Zorro Polar, reincorporándose—. La única relación que compartimos es la de dos compañeros siguiendo las órdenes de nuestra diosa, al igual que ustedes dos.

—Te equivocas, Guardián —intervino la doncella de Sextante, a la vez que se ponía de pie apoyándose en el hombro de Theron—. Les demostraremos a ambos el poder de nuestra amistad.

Ni Narella ni Theron tenían fuerza para continuar la batalla. Las serias heridas y el severo maltrato que habían recibido de sus rivales, consiguieron mermar sus fuerzas. Apenas y podían mantenerse en pie apoyándose en el cuerpo del otro.

—Había olvidado la última vez que estuvimos tan cerca el uno del otro —le susurró el Unicornio a Narella—. Recuerdo que en aquella ocasión fue el calor de nuestros cuerpos lo que nos ayudó a sobrevivir.

La Amazona de Bronce clavó su sorprendida mirada rosa en su amigo. Contrario a lo que ella creía, la experiencia que afianzó su amistad, todavía estaba viva en la memoria de Theron.

—Lo recuerdo bien —reaccionó ella con una cálida sonrisa—. Éramos solo unos pequeños intentando buscar el camino a Rodorio, cuando nos perdimos en medio de una fuerte tormenta. La noche cayó y el frío amenazaba con quitarnos la vida, así que nos abrazamos y nos dimos el calor necesario para sobrevivir.

Page 108: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012

—Exactamente. Y ahora que siento nuevamente la calidez de tu cuerpo, sé que podemos salir victoriosos de esta batalla, al igual que en esa ocasión.

Las palabras de su amigo consiguieron devolverle la seguridad a Narella.

—Debo admitir que tu calor, tu presencia y tu sola sonrisa consiguen reconfortarme y darme ánimo para continuar —le confesó la joven con el rostro ruborizado—. Sé que cuando estoy a tu lado, no puedo fallar. Al igual que en aquella ocasión, puedo sentir como nuestros corazones laten en un solo pulso vital.

La fuerza cósmica combinada de la pareja de bronce se elevaba de manera increíble. El color púrpura del aura de Theron y el color rosa claro de la de Narella se habían tornado en un brillante dorado, lo cual provocó que sus contrincantes se alarmaran sobremanera.

—¡¿Pero qué… clase de poder es este?! —titubeó la Guardiana de armadura verde oscuro, contemplando el bosque intensamente iluminado —¡No me digas que entre ambos alcanzaron el…!

—Así es, Mirja —le interrumpió con un dejo de emoción su compañero—. ¡Los Caballeros de Bronce están a punto de alcanzar el Séptimo Sentido!

Page 109: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012

CAPÍTULO 20

¡FORTALEZA! LOS LAZOS DE AMISTAD DE NARELLA Y THERON

==Ruinas del Santuario de Atenea==

Casi arrastrando su pierna derecha, Kiki se las arregló para regresar al Santuario. A pesar de los impecables primeros auxilios que le practicó Mar en Rodorio, las recientes heridas del Santo todavía estaban abiertas, así que le costó mucho llegar al lugar en el que libró una terrible batalla hace varias horas.

Las lesiones que tenía en todo el cuerpo hicieron agónico su trayecto, y para rematar, el lemuriano había llevado su armadura a espaldas; ya que tristemente descubrió que no podía encender su cosmos y por lo tanto era incapaz de vestir nuevamente su ropaje dorado. Su reciente esfuerzo de despertar el Último Sentido lo había dejado sin energías.

—Sin duda Mar es una mujer admirable —se dijo a sí mismo, contemplando por inercia las ruinas a las que fue reducida la Primera Casa—. A pesar de no poder caminar, me llevó hasta Rodorio en su silla de ruedas. No debió ser nada fácil para ella transportar mi peso y el de mi armadura por un camino tan largo.

Kiki no era más que un humano común en ese momento, pero a pesar de sus heridas se armó de convicción para regresar al recinto de su diosa. Su calidad humana y su orgullo de Caballero Dorado le obligaron a buscar sobrevivientes y recuperar la armadura de Tauro. Él creía que eso era lo menos que podía hacer al ya no poder apoyar a sus compañeros en la lucha contra los dioses, al menos por el momento.

A pesar de haber derrotado a un dios tan poderoso como Viracocha, el joven castaño no estaba satisfecho, así que decidió apoyar a Atenea aunque su cosmos se haya extinguido.

—¡Señor Kiki!! —lo llamó indignada una voz conocida.

El Santo se estaba encaramando sobre un sendero de rocas que daba hacia lo que antes era Tauro, cuando aquella suave voz femenina llamó su atención y lo obligó a girarse.

—¡Mar, eres tú! —exclamó asombrado el Santo de Aries, al ver a la muchacha de cabellera negra arribando a la escena en su silla de ruedas.

—¡Señor Caballero, no debió dejarme sola en Rodorio! —le reclamó ella, clavándole unos tristes ojos celestes—. ¡Me preocupé por usted!

—Lo siento, en verdad. Suponía que no me dejarías partir hacia el Santuario y por eso me fui sin avisarte. Además, no quería involucrarte en esta batalla, ni ponerte en peligro.

—Pero sus heridas todavía no han sido…

Un fuerte estrépito retumbó en las lejanías del Santuario, llamando la atención de ambos. A lo lejos, Kiki y Mar pudieron ver un intenso resplandor negro acercándoseles a gran velocidad. Aquella luz negra chocó violentamente cerca de la chica, derribándola de su silla de ruedas.

—¡Mar!!!

El Ariano soltó por impulso la caja de su armadura, y corrió hacia la joven dispuesto a socorrerla. Aunque estaba aturdida y confundida, por fortuna el impacto no la había lastimado.

—Estoy bien, señor Kiki —afirmó, reincorporándose a su silla con la ayuda del Santo—. ¿Pero qué era esa cosa que nos atacó?

Page 110: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012

Cuando se disipó la nube de polvo que levantó la colisión, para los dos fue visible una caja de pandora tan negra como el carbón. En una de sus caras laterales estaba tallada la figura de una mujer haciendo el ademán de acariciarse el cabello.

—¿Qué hace aquí esta pandora box? —se preguntó sorprendido el Ariano, reconociendo el contenedor de aquel extraño ropaje azabache—. ¡Es la armadura de Cabellera de Berenice!

==Maravilla Suprema, Cementerio de los Héroes==

Tras soltarse de la ‘Gran Captura’ y mostrar la armadura violeta oscuro que escondía bajo su vestido, la Guardiana celta Aibhill de Banshee dejó libre su nociva aura cósmica. Aquella espesa bruma negra le dio una apariencia aún más amenazante al lugar.

—Eras tan joven, Anna de Andrómeda —profirió entre sollozos la pelirroja—. Pensar que no podrás disfrutar de la vida, enamorarte ni tener una familia es algo que entristece mi corazón.

—¡No digas cosas que no tienen sentido, Aibhill!! —la interrumpió sin temor la aludida—. ¡Si quieres mi vida entonces ven por ella de una buena vez!

—‘Premonición Fatal’ —susurró en un hilo de voz la Guardiana, evocando el nombre de su técnica.

Aquel vapor negro pareció espesarse y cubrir la totalidad del macabro cementerio. La rápida reacción de la Amazona fue erigir su ‘Defensa Rodante’ en un intento por alejar aquellos peligrosos efluvios negros. Por desgracia, su esfuerzo no fue suficiente y no pudo evitar que sus pulmones se llenaran de ese maloliente gas, cuyo desagradable aroma por poco le provocó el vómito.

Un profundo sentimiento de tristeza invadió a Anna. Su cabeza daba vueltas en medio de su angustiante confusión. De pronto, una secuencia de imágenes se formó en su cabeza, acaparando su atención por completo.

Lo único que podía vislumbrar la muchacha castaña era la figura de su maestro Shun. El Santo de Oro se encontraba de espaldas a ella en actitud desafiante, ya que parecía estar enfrentando a alguien. Y en efecto, Virgo se encontraba en medio de una mortal batalla contra la mismísima Morrigan.

Al ver esta escena, Anna se desesperó y quiso correr hacia su mentor para ayudarlo, mas una extraña fuerza la inmovilizaba, convirtiéndola en tan solo una espectadora de aquella encarnizada lucha.

El furioso combate entre la diosa y el humano continuó en igualdad de condiciones. Sin embargo, la guardia baja del Caballero durante milisegundos se convirtió en un error fatal. Morrigan no desaprovechó la oportunidad para atravesar sin piedad el corazón de su víctima. Su filosa mano atravesó sin problemas la armadura de Virgo y se clavó profusamente cual espada en el pecho del estupefacto hombre de cabellera verde.

Anna vio con desesperada impotencia como una incontenible cantidad del líquido vital caía a chorros a los pies de su maestro. Tras un ahogado grito seco, Shun cayó inerte sobre un enorme charco formado por su propia sangre, a la vez que la deidad céltica reía con incontrolable malicia.

—¿Mi maestro está… muerto? —balbuceó Andrómeda con las pupilas dilatadas a causa de la incredulidad.

Aquella horrible imagen provocó que lágrimas de dolor nacieran espontáneamente de sus ojos verdes.

—¡No lo acepto! —gritó, en un intento por recuperar el control y volver a la realidad—. ¡Esto debe ser una ilusión provocada por Aibhill!

—No lo es, Anna —intervino la Guardiana, avanzando lentamente hacia su indefensa rival—. Mi técnica muestra el sentimiento de pura tristeza que sentirás en el momento en el que veas esta imagen en un futuro cercano. Como mensajera de la muerte que soy, puedo ver la fatalidad del futuro…

—No te creo… esta es una trampa para engañarme…

Page 111: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012

—¿Acaso no es real la tristeza que sientes ahora mismo? ¿Acaso no te sentiste morir junto con tu maestro?

—Entonces lo que vi y lo que sentí… ¿será real…? —farfulló incrédula la doncella de Bronce, desplomándose abatida de rodillas.

Soltando todo el aire de sus pulmones en un sonoro suspiro, dejó caer los brazos en señal de rendición.

Tras la desaparición de la bruma y la imagen de Shun y Morrigan, la usual espontaneidad y energía de Anna se vieron reemplazadas por el desánimo y la desesperanza. Su cuerpo y su alma habían sido desprovistos de toda fuerza y espíritu de lucha. En pocas palabras, la joven perdió la voluntad de vivir.

—Ya todo terminó, Anna —la reconfortó Aibhill arrodillándose frente a ella, para luego enjugar con sus dedos las lágrimas que seguían recorriendo su rostro.

La Guardiana posó cuidadosamente ambas manos en las mejillas de la indefensa Amazona, para luego levantarle la cara y observarla mejor. Anna no opuso resistencia.

—Una jovencita linda como tú no debería estar sufriendo así. Déjame hacer algo bueno por ti.

La joven de Andrómeda se dejó llevar por un tierno y cálido abrazo de su oponente. Aibhill rodeó con sus brazos a la muchacha de una manera tan delicada y suave, que por un corto instante la chica sintió auténtica paz a pesar de la muerte que la rodeaba.

—Yo… ya no quiero pelear más —balbuceó la castaña, respondiendo al abrazo con otro más intenso—. ¡No quiero ver a mi maestro morir así!

La tristeza de Anna se convirtió en un miedo tan puro y abrumador, que lo único que pudo hacer fue refugiarse en la calidez del cuerpo de Aibhill.

—Tranquilízate, Anna. Ya no habrá necesidad de más batallas —le dijo la joven en armadura púrpura, mientras le acariciaba el cabello con ternura—. Aunque tu destino era ser sepultada bajo esa lápida grabada con tu nombre, he decidido que tu muerte no será necesaria. Desde ahora ambas seremos mensajeras de la muerte. Serás una Banshee conmigo…

El abrazo que al principio se sentía cálido y reconfortante, en ese momento se tornó incómodo y malintencionado. Aibhill aumentó la presión de sus brazos, hasta el punto en el que la armadura de bronce de Andrómeda empezó a resquebrajarse.

==Inmediaciones del Santuario de Atenea. Bosque de Pangrati==

—¡Esto es estupendo! —exclamó el Guardián encapuchado con deleite—. ¡Mientras más se resistan, más me regocijaré viendo su sangre!

—No es momento para decir cosas como esas —le reprendió la doncella de Sauce—. Deja que yo los detenga antes de que sea demasiado tarde…

Mirja hizo a un lado a su aliado con relativa tranquilidad. Repentinamente había borrado la sorpresa de su rostro, para transformarla en una misteriosa sonrisa, la cual no pasó desapercibida para Rasmus. Su aguda perspicacia le hizo notar que la Guardiana ocultaba sus verdaderas intenciones.

—Algo planeas Mirja… Desde el comienzo mi instinto me decía que no debía confiar en ti.

Ella no respondió a las acusaciones y simplemente le dio la espalda al Zorro Polar.

Una idea golpeó de repente la mente del hombre en armadura negra.

—Ahora entiendo… quieres acabar con esos dos para tomar todo el crédito ante nuestra diosa. Así solo tú quedarías bien con mi señora Mielikki…

Page 112: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012

—No te metas, Rasmus —refunfuñó la inculpada, arrugando la nariz—. Tuviste tu oportunidad de acabarlos y no pudiste hacerlo.

—También desperdiciaste tu oportunidad cuando esa niña vio a través de tu técnica —aseguró el de cabellera blanca, posando su furiosa mirada carmesí sobre la mujer finlandesa—. ¡No tienes ningún derecho de tomar la vida de esos guerreros antes que yo!

Ese fue el inicio de una acalorada discusión entre los Guardianes. Era evidente que no congeniaban, ya que ambos ansiaban ganarse el agrado de su diosa por su propia cuenta. Ambos protectores de Mielikki llegaron al extremo de forcejear, en un intento egoísta por atacar primero a los Santos.

Mientras la reyerta entre compañeros tenía lugar, Narella y Theron permanecían juntos espalda con espalda. Los Caballeros de Bronce armonizaron su energía cósmica hasta combinarla, obteniendo así el Séptimo Sentido. Ambos jóvenes mostraban un semblante tranquilo y mantenían los ojos cerrados. Sus almas se habían convertido en una sola.

—«¿Lo sientes, Narella? Es justo como en aquel entonces».

—«No, amigo —le corrigió ella sonriendo—. En esta ocasión, el sentimiento es mucho más intenso».

—«Tienes razón. Ahora estoy seguro de que podemos vencer. Tu amistad y el calor de tu cosmos me han dado el valor para ejecutar una nueva técnica que he estado desarrollando».

Escuchar esas palabras de su amigo, provocó que la doncella esbozara una ligera sonrisa. En tono cómplice le comunicó lo siguiente:

—«Vaya, entonces tú también has desarrollado una nueva técnica».

Theron se sorprendió al enterarse que su amiga poseía un ken propio. Al ser la Amazona de Sextante una guerrera de apoyo, suponía que no contaba con ninguna técnica conocida.

—¡Entonces acabemos con esto de una vez, amiga! ¡Demostremos el inmenso poder de nuestro vínculo de amistad! —vociferó el Santo, atrayendo la atención de los Guardianes, quienes detuvieron su discusión para observar alarmados a sus rivales.

—¡Por Atenea y por la paz en la Tierra! —exclamó Narella, levantando ambos brazos hacia el cielo a manera de plegaria—. ¡‘Conjunción de las Estrellas’!!

Los cuerpos celestes que conformaban la constelación del Sextante parecieron brillar con mayor intensidad. A los presentes les dio la impresión de que fue la misma formación estelar, la que le otorgó un gran poder a su representante en la Tierra. Las pupilas de Narella cambiaron de rosa a dorado, para luego iluminar las cuencas de sus ojos con una intensa luz de la misma tonalidad. Tras esto, un par de letales rayos luminosos fueron despedidos de sus ojos a gran velocidad.

—¡Esta es la verdadera fuerza de los Caballeros de Bronce! —rugió Theron, extendiendo los brazos con autoridad—. ¡‘Destello Infinito de Unicornio’!

Un hermoso y flamante unicornio de luz dorada se formó tras la evocación del nombre de esa técnica inédita. Aquella figura etérea arremetió a toda prisa contra los Guardianes, galopando a vertiginosa velocidad. Mientras más avanzaba, su cuerno se tornaba más amenazante.

Las técnicas de ambos Santos colisionaron entre sí, fusionándose en una enorme ráfaga de luz.

—¡Es imposible que dos Caballeros de Bronce alcancen un nivel de poder como este! —gritó incrédula la mujer de cabello violeta, durante la transición con el impacto de las técnicas combinadas—. ¡Pero aunque hayan aumentado su poder, no les será suficiente para detenerme! ¡‘Escudo de la Naturaleza’!

Mirja erigió una férrea pared de energía formada con el máximo poder de cosmos que fue capaz de desatar. Al chocar la luz dorada contra el muro de cosmos verde, este consiguió frenar su avance. No obstante, el poder de los Santos de Atenea empezaba a vencer la defensa de la Guardiana.

Page 113: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012

—¡No te quedes allí sin hacer nada, Rasmus! ¡Ayúdame a reforzar la barrera o ambos moriremos!!

Al ver su propia existencia amenazada, el Guardián hizo caso a regañadientes a la sugerencia de su compañera. Tras posar su mano sobre la hombrera de la armadura de Sauce, se puso en la tarea de apoyar a su portadora con su máximo cosmos posible.

—¡Demonios! —maldijo Rasmus, al sentir el poder de los Caballeros elevándose más todavía—. ¡Si hubiéramos trabajado en equipo desde el principio, nada de esto habría ocurrido!

La ‘Conjunción de las Estrellas’ fusionada con el ‘Destello Infinito de Unicornio’ consiguieron destrozar la defensa de los Guardianes de Mielikki, para luego impactar de lleno contra sus estupefactos objetivos.

En medio de su incredulidad, la existencia y los cosmos de Mirja y Rasmus fueron desintegrados por la mortal energía dorada. La amenaza que ambos representaban fue completamente exterminada.

Tras dispersarse la luz y volver la calma al Bosque de Pangrati, los Santos de Unicornio y Sextante, cayeron de rodillas tras el agotador esfuerzo.

Al sentir los extintos cosmos de sus contrincantes, Theron no pudo ocultar su alegría.

—¡Lo logramos, amiga! ¡Juntos pudimos vencer a los Guardianes!

Cuando el Santo se giró para abrazarla, ella repentinamente le dio la espalda.

—Theron, no me mires, por favor —rogó apesadumbrada la joven, a la vez que intentaba cubrir su rostro con las manos.

—¿Qué ocurre, Narella? —le preguntó el Unicornio, acercándosele con preocupación.

Cuando el joven de cabello azul oscuro tomó a la Amazona de Sextante por los hombros y la encaró, fue testigo de una imagen que lo horrorizaría de por vida: Su amiga tenía los ojos cerrados, pero de sus párpados brotaba una incontenible cantidad de sangre. El tremendo esfuerzo de ejecutar su nueva técnica, la había dejado ciega.

Continuará…

Page 114: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012

ANEXOS

Page 115: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012
Page 116: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012
Page 117: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012

FICHA DE PERSONAJE ORIGINAL — CABALLEROS DE BRONCE

Constelación de PEGASO: Kenji

Edad: 15 años.

Altura: 1,70 cm.

Peso: 59 kg.

Fecha de Nacimiento: 14 de diciembre.

Grupo Sanguíneo: O.

Lugar de Nacimiento: Tokio, Japón.

Apariencia Física: Piel clara, cabello rubio, ojos castaños. Complexión física normal. Semblante vivaz y decidido.

Perfil Psicológico: Kenji es un joven entusiasta y sagaz. Disfruta de la compañía de sus amigos y vive con positivismo cada momento. Se interesa sinceramente en las personas y tiene un gran sentido de colaboración, por esta razón es apreciado por la mayoría de personas en el Santuario.

Posee una gran determinación y sentido de justicia. Lucha sin desfallecer por defender sus ideales y a las personas a quienes ama. Kenji representa la figura del líder por naturaleza y la palabra ‘imposible’ no existe en su vocabulario.

Cien por ciento leal a Saori, el joven Pegaso daría incluso su vida por defenderla y ser su protector predilecto. Por tal razón a tomado la figura de Seiya de Sagitario como su ejemplo de vida y a quien busca alcanzar y superar.

Page 118: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012
Page 119: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012

FICHA DE PERSONAJE ORIGINAL — CABALLEROS DE BRONCE

Constelación de ANDRÓMEDA: Anna

Edad: 15 años.

Altura: 1,65 cm.

Peso: 52 kg.

Fecha de Nacimiento: 25 de agosto.

Grupo Sanguíneo: A.

Lugar de Nacimiento: Múnich, Alemania.

Apariencia Física: Piel muy clara, largo cabello castaño claro, ojos verdes. Figura delicada y pequeña. Semblante travieso y sonriente.

Perfil Psicológico: Anna es una joven muy alegre y cariñosa. Despreocupada por seguir las reglas y rebelde en aspectos que considera injustos, la joven de Andrómeda solo muestra su lado sensible a su maestro Shun de Virgo, de quien está enamorada en secreto.

Todo el que conoce a Anna por primera vez imagina una gran sonrisa oculta bajo su máscara, sin embargo, a pesar de ser una chica muy apasionada que no se calla cuando quiere decir algo, le cuesta confesar sus verdaderos sentimientos.

Puede llegar a ser irrespetuosa cuando la provocan y no mide sus palabras o sus actos al dejarse llevar por sus impulsos.

Anna es una jovencita traviesa e infantil que a veces no se toma en serio su entrenamiento. Casi siempre se la pasa en las nubes dejando volar su imaginación. Solo aparenta seriedad y madurez cuando está al lado de su mentor.

Page 120: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012
Page 121: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012

FICHA DE PERSONAJE ORIGINAL — CABALLEROS DE BRONCE

Constelación de DRAGÓN: Senshi

Edad: 16 años.

Altura: 1,72 cm.

Peso: 60 kg.

Fecha de Nacimiento: 29 de septiembre.

Grupo Sanguíneo: A.

Lugar de Nacimiento: Cinco Antiguos Picos, China.

Apariencia Física: Piel clara, cabellera negra hasta los hombros, ojos azulados. Complexión física esbelta. Semblante sereno.

Perfil Psicológico: Senshi es un muchacho tranquilo y de mentalidad muy centrada. Muchos lo consideran maduro para su edad. El joven Dragón se esfuerza al máximo para volverse más fuerte y ser digno del título de Caballero de Bronce. No descansa ni un solo día y entrena constantemente bajo la tutela de su maestro: el Santo Dorado de Libra.

Admira e idolatra profundamente a su padre Shiryû y al legendario Dohko, a quien considera como su abuelo.

Senshi ha crecido como una persona íntegra y honesta gracias a la influencia de su madre Shunrei y de su padre.

Cuando se deja llevar por sus sentimientos, lo hace siempre por defender una causa justa. Y eso es precisamente lo que le da un poder extraordinario.

Page 122: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012
Page 123: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012

FICHA DE PERSONAJE ORIGINAL — CABALLEROS DE BRONCE

Constelación de CISNE: Natassia

Edad: 15 años.

Altura: 1,66 cm.

Peso: 55 kg.

Fecha de Nacimiento: 1 de febrero.

Grupo Sanguíneo: O.

Lugar de Nacimiento: Asgard/Bluegard, Polo Norte.

Apariencia Física: Piel blanca, largo cabello celeste claro, ojos celestes. Figura delicada y atractiva. Semblante neutral, ligeramente triste.

Perfil Psicológico: La joven Natassia posee una personalidad cerrada y tímida debido a las duras experiencias que tuvo que pasar en su tierra natal desde muy joven. Habla solo lo que es preciso y cuando lo hace se expresa con un tono de voz apenas audible.

Generalmente actúa por obligación, más que por voluntad propia. Aunque en el fondo es una chica amable y sensible, se muestra como una persona fría de sentimientos difíciles de descifrar. Por esta razón permanece alejada de las personas.

Ni siquiera ha abierto su corazón con el hombre que la entrenó: el legendario Hyôga de Acuario.

Page 124: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012
Page 125: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012

FICHA DE PERSONAJE ORIGINAL — CABALLEROS DE BRONCE

Constelación de FÉNIX: Evan

Edad: 16 años.

Altura: 1,75 cm.

Peso: 63 kg.

Fecha de Nacimiento: 10 de agosto.

Grupo Sanguíneo: AB.

Lugar de Nacimiento: Nueva York, Estados Unidos.

Apariencia Física: Piel trigueña, cabello corto color plateado, hostiles ojos escarlata. Complexión física fornida. Semblante agresivo y serio.

Perfil Psicológico: Evan tiene una muy mala actitud hacia sus compañeros de entrenamiento y hacia sus colegas de bronce.

Tiene un carácter fuerte pero muy irascible y casi siempre se lo ve enojado o con el entrecejo fruncido. Parecería que la mínima cosa provoca su ira.

Debido a su mal carácter, ha optado por la soledad y la vida independiente de los demás. Y aunque su corazón guarda un gran resentimiento por las circunstancias que lo tocó vivir, no es una mala persona en realidad. Su semblante amenazante no es reflejo de su verdadero ser: Un joven leal y protector. Cuyo valor innato hace que pocas veces se vea intimidado por un enemigo o un reto que parezca imposible.

Page 126: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012
Page 127: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012

FICHA DE PERSONAJE ORIGINAL — CABALLEROS DE BRONCE

Constelación de UNICORNIO: Theron

Edad: 17 años.

Altura: 1,77 cm.

Peso: 65 kg.

Fecha de Nacimiento: 12 de enero.

Grupo Sanguíneo: A.

Lugar de Nacimiento: Lúxor, Egipto.

Apariencia Física: Piel clara, cabello azul oscuro, ojos negros. Complexión física normal. Semblante decidido.

Perfil Psicológico: De carácter fuerte e intenciones nobles, el joven Theron hace honor a su recién obtenido título de Santo de Atenea. La estricta tutela de su maestra Shaina fortaleció su personalidad y su sentido de protección hacia los más débiles a través de los años.

Pese a que la mayoría del tiempo se deja llevar por su instinto y sus sentimientos, el nuevo Unicornio es capaz de encontrar su calma interior gracias al apoyo y compañía de su inseparable amiga, la doncella de bronce de Sextante, con quien ha desarrollado una fuerte amistad desde muy tierna edad.

Son precisamente la determinación y valentía de su mejor amiga, los modelos que Theron ha tomado para forjar su propia personalidad.

Page 128: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012
Page 129: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012

FICHA DE PERSONAJE ORIGINAL — CABALLEROS DE BRONCE

Constelación de SEXTANTE: Narella

Edad: 17 años

Altura: 1,70 cm

Peso: 56 kg.

Fecha de Nacimiento: 21 de noviembre.

Grupo Sanguíneo: O.

Lugar de Nacimiento: Génova, Italia.

Apariencia Física: Piel clara, cabellera color rosa claro hasta media espalda, grandes y hermosos ojos rosas. Figura atractiva y esbelta. Semblante amable e infantil.

Perfil Psicológico: Calmada y reflexiva en batalla, la joven Narella es la perfecta Guerrera de apoyo para las tropas de Atenea. Su capacidad de reflexión y análisis bajo presión se complementan maravillosamente con su prodigiosa visión.

Aunque Narella muestra la seriedad que requiere su rango de Amazona de Bronce, en el fondo es una chica sensible de cálido corazón. Aspecto de su personalidad que solo su amigo Theron conoce desde la infancia.

Su maestra Shaina hizo un excelente trabajo al inculcar en su mente la idea de siempre luchar hasta el final y jamás rendirse, a pesar de lo fuerte que pueda ser el enemigo. De igual forma se le instruyó para que no se amedrente a pesar de no poseer técnicas de batalla.

Page 130: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012
Page 131: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012

FICHA DE PERSONAJE ORIGINAL — CABALLEROS MISTERIOSOS DE ATENEA

Constelación de CABELLERA DE BERENICE: Mar

Edad: 15 años.

Altura: 1,69 cm.

Peso: 57 kg.

Fecha de Nacimiento: 13 de diciembre.

Grupo Sanguíneo: AB.

Lugar de Nacimiento: Rodorio, Grecia.

Apariencia Física: Piel clara, largo cabello negro, ojos celestes. Figura delicada. Semblante cálido y amable. La joven Mar no puede caminar, se moviliza en silla de ruedas.

Perfil Psicológico: Mar es una chica alegre a quien le encanta hacer amigos y ayudar a las demás personas. Por tal razón estaba gustosa de ayudar a su padre como enfermera en el hospital de Rodorio.

De personalidad sensible, amable y comprensiva; la muchacha siempre ve la vida con optimismo. El hecho de no poder caminar nunca ha sido un impedimento para ella, ya que siempre intenta salir adelante mostrando una cálida sonrisa a pesar de vivir circunstancias adversas.

Mar es una persona extraordinaria, con una calidad humana que la impulsa a siempre querer ayudar a su prójimo.

Page 132: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012
Page 133: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012

FICHA DE PERSONAJE ORIGINAL — CABALLEROS DE ORO

Constelación de ESCORPIÓN: Kyrie

Edad: 22 años.

Altura: 1,72 cm.

Peso: 58 kg.

Fecha de Nacimiento: 05 de noviembre.

Grupo Sanguíneo: B.

Lugar de Nacimiento: Praga, República Checa.

Apariencia Física: Piel clara, largo cabello rubio hasta la cintura, ojos azules. Complexión física normal. Semblante alegre y decidido.

Perfil Psicológico: Kyrie es una mujer que refleja un gran sentido de justicia con sus acciones. Se esfuerza mucho día a día para demostrar su valor como Guerrera Dorada.

Al ser la última guerrera en formar parte de las filas doradas de Atenea, ella misma se considera como una novata, ya que hace poco vestía la armadura de bronce del Lince. Es por eso que continúa entrenando incansablemente todos los días, incluso hasta llegar al extremo de exigirse más del límite.

De personalidad alegre y amable. Kyrie es conocida en el Santuario por ser una joven constante, luchadora y emprendedora que jamás se rinde cuando de pelear por la justicia se trata.

Tiene una gran admiración y respeto hacia su antecesor, el legendario Milo de Escorpión. La figura de este Caballero le ha servido de inspiración y modelo de vida desde muy temprana edad. Por tal razón, uno de los días más felices de su vida fue cuando la misma armadura de Escorpión la aceptó como su portadora. Cuando la Amazona logró despertar su Séptimo Sentido por un fugaz instante, el ropaje dorado la vistió por voluntad propia.

Page 134: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012
Page 135: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012

FICHA DE PERSONAJE ORIGINAL — CABALLEROS DE ORO

Constelación de TAURO: Zephyrus (Aldebarán)

Edad: 20 años.

Altura (Normal): 1,59 cm.

Altura (Tras obtener el Séptimo Sentido): 2,20 cm.

Peso (Normal): 49 kg.

Peso (Tras obtener el Séptimo Sentido): 130 kg.

Fecha de Nacimiento: 2 de mayo.

Grupo Sanguíneo: O.

Lugar de Nacimiento: Páramos de la Serranía, Ecuador.

Apariencia Física (Normal): Piel trigueña, largo cabello blanco, ojos castaños. Complexión física delgada y pequeña. Semblante cansado e indiferente.

Apariencia Física (Tras obtener el Séptimo Sentido): Piel trigueña, cabello largo de color negro intenso, ojos rojos. Complexión física fornida, fuerte y musculosa. Semblante iracundo y salvaje.

Perfil Psicológico: Desde la prematura muerte de su madre y la obligada soledad en la que tuvo que vivir, Zephyrus se convirtió en un joven apático, quemimportista y resignado. La actitud tibia del Santo, complementada con su apariencia débil, ha causado que muchos de los habitantes del Santuario lo menosprecien, hasta llegar al extremo de burlarse de él y maltratarlo. Sin embargo, nada de esto le importa debido a su personalidad conformista.

Zephyrus vive alejado de la mayoría de personas, excepto de su único amigo: Kiki de Aries. A pesar de ser tan diferentes en todos los aspectos, los Caballeros Dorados guardianes de los dos primeros templos del zodiaco han establecido una amistad sincera.

Kiki siempre apoyó y aconsejó a Zephyrus en sus entrenamientos, pero pese a esto, el Santo de cabello blanco parecía no reaccionar a las muestras de amistad del Ariano, cuestión que no le impidió a Kiki seguir siendo su amigo, a pesar de la actitud esquiva del más joven de los Dorados. De hecho, jamás se lo ha visto sonreír.

Al dejar su verdadero nombre para tomar el de la estrella principal de su constelación, también quiso abandonar sus sentimientos humanos. Objetivo que consiguió en forma exagerada, al alcanzar su Séptimo Sentido...

Page 136: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012
Page 137: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012

FICHA DE PERSONAJE ORIGINAL — GUARDIANES DE LOS DIOSES

Representante de ZORRO POLAR: Rasmus (Guardián de los Animales de Ajatar).

Dios Protector: Mielikki, deidad finlandesa del bosque y de la caza.

Edad: 25 años.

Altura: 1,85 cm.

Peso: 74 kg.

Fecha de Nacimiento: 28 de junio.

Grupo Sanguíneo: AB.

Lugar de Nacimiento: Rovaniemi, Finlandia.

Apariencia Física: Albino: Piel casi blanca, cabello corto blanco, ojos rojos. Complexión física esbelta. Semblante demente y mirada asesina.

Perfil Psicológico: El Guardián de Zorro Polar tiene un enfermo gusto por la sangre de sus víctimas. Es un asesino sádico que disfruta persiguiendo, acorralando y torturando a quien desea matar. Le emociona la violencia y el miedo de los más débiles. Se divierte con su sufrimiento y resistencia a morir.

La mayoría del tiempo prefiere acechar en las sombras a sus objetivos y asesinarlos sin ser visto, pero en otras ocasiones le gusta mostrarse para producir más miedo y extender el dolor de sus oponentes, para así contemplar su sangre con mayor emoción…

Técnicas:

—‘Sigilo Salvaje’.

Page 138: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012
Page 139: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012

FICHA DE PERSONAJE ORIGINAL — GUARDIANES DE LOS DIOSES

Representante de SAUCE: Mirja (Guardiana del Bosque de Luonnotar).

Dios Protector: Mielikki, deidad finlandesa del bosque y de la caza.

Edad: 23 años.

Altura: 1,73 cm.

Peso: 59 kg.

Fecha de Nacimiento: 16 de mayo.

Grupo Sanguíneo: B.

Lugar de Nacimiento: Mariehamn, Finlandia.

Apariencia Física: Piel muy clara, cabello lacio hasta la cintura color violeta, ojos color miel. Complexión física normal. Semblante arrogante y que denota superioridad.

Perfil Psicológico: El egoísmo y el individualismo son los principales rasgos de su personalidad. Solo busca su propio beneficio sin importarle nada ni nadie.

La doncella de Sauce ha pasado la mayoría de su vida en la absoluta soledad, y por tal razón la humanidad ha dejado de importarle, ya que no tiene ningún vínculo afectivo con ninguna persona. En su mundo, solo existe ella misma. Al no importarle nada más que su propio bienestar, Mirja es capaz de una crueldad extrema, resaltada con la potente risa burlona que nace de sus labios cuando es testigo de la desgracia de su prójimo.

Técnicas:

—‘La Maldición de Luonnotar’,

—‘Escudo de la Naturaleza’.

Page 140: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012
Page 141: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012

FICHA DE PERSONAJE ORIGINAL — GUARDIANES DE LOS DIOSES

Representante de BANSHEE: Aibhill (Guardiana del Cementerio de los Héroes)

Dios Protector: Morrigan, deidad celta de la muerte y la oscuridad.

Edad: 19 años.

Altura: 1,65 cm.

Peso: 56 kg.

Fecha de Nacimiento: 7 de septiembre.

Grupo Sanguíneo: O.

Lugar de Nacimiento: Galway, Irlanda.

Apariencia Física: Piel pálida, cabello rojo desordenado, un profundo negro cubre la totalidad de sus ojos. Complexión física delgada y débil. Semblante extremadamente triste.

Perfil Psicológico: La incontenible tristeza que siente Aibhill es tan abrumadora, que su sonoro llanto sería capaz de conmover a cualquiera. La vida de la joven Guardiana está marcada por un constante y profundo dolor emocional. Esto debido al cruel destino de muerte que es capaz de vislumbrar en sus visiones. Las incontenibles lágrimas que derrama en todo momento son el reflejo de su constante sufrimiento por la muerte de los demás.

Técnicas:

—‘Premoción Fatal’,

—‘Grito de la Muerte desde Annwn*’.

(*) Annwn: Inframundo Celta.

Page 142: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012

ARTWORKS ORIGINALES Por Kazeshini

Page 143: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012
Page 144: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012
Page 145: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012
Page 146: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012
Page 147: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012
Page 148: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012
Page 149: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012
Page 150: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012
Page 151: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012
Page 152: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012
Page 153: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012
Page 154: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012
Page 155: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012
Page 156: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012
Page 157: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012
Page 158: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012

INFORMACIÓN DEL AUTOR

Page 159: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012

Pseudónimos: Kazeshini, Kaze No Seinto, Wind No Joseph

Nombre Real: José-Víctor Sayago Gallardo.

Edad: 25 años.

Altura: 1,80 cm.

Peso: 60 kg.

Fecha de Nacimiento: 2 de mayo.

Grupo Sanguíneo: O.

Lugar de Nacimiento: Quito, Ecuador.

Título Profesional: Ingeniero en Contabilidad y Auditoría.

Actividad Laboral: Asistente Contable.

Pasatiempos: Escritura de Fanfics, lectura de Fanfics, dibujo de Artworks, dibujo de Fanarts, manga, anime, música, internet, videojuegos y, por supuesto, todo lo relacionado con Saint Seiya.

Apariencia Física: Piel clara, cabello corto negro, ojos castaños. Complexión física delgada. Semblante normal y serio en ocasiones. Sin lentes no ve nada…

Perfil Psicológico: Hombre tranquilo y simple que deja volar su imaginación en los momentos menos esperados. Por esta razón nunca se aburre y siempre encuentra algo en qué ocupar su inquieta mente.

Disfruta al máximo de sus aficiones y pasatiempos, porque cada vez que escribe o dibuja, lo hace con enorme gusto, ya que además lo hace escuchado su música favorita. Se siente vivo cuando sus palabras dan vida a incontables personajes, sentimientos, escenarios y acciones. Y de igual forma, cuando trazos nacen de su lápiz y quedan plasmados en papel.

Page 160: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012

Otros Fics:

—Saint Seiya – Saga: ELEMENTAL (completo), Remake Saga Elemental (descontinuado)

—El Choque de Cosmos Elementales (descontinuado),

—Un Sacrificio por Amor en el Santuario (completo),

—En la Isla Andrómeda… (completo, 18+),

—El Final de mi Vida [Death Note] (completo)

—Nuestro Encuentro (completo, Gaiden Cataclismo).

Page 161: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012
Page 162: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012

DEDICATORIA

Page 163: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012

A todos los fans de habla hispana de Saint Seiya. Desde quienes han seguido el anime y manga desde su infancia, hasta quienes apenas están

descubriendo este maravilloso universo.A quienes expresan su fanatismo hacia Saint Seiya por medio de la escritura, el dibujo, la música, el

cosplay, la colección de artículos y cualquier forma artística.

Page 164: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012

AGRADECIMIENTOS

Page 165: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012

Al maestro Masami Kurumada, por crear nuestra gran pasión: el universo de Saint Seiya.

Al maestro Shingo Araki, por darle vida a nuestra infancia con su animación y sus colores.

A Eduardo de Zeus, por crear la historia que me inspiró a dar mis primeros pasos en el mundo del

fanfic.A las personas que me han apoyado con sus

comentarios y a quienes me han ayudado a mejorar con sus consejos.

A quienes me han acompañado desde el comienzo en este proyecto y a quienes me han dado ánimos para

escribir y dibujar en todos estos meses.A quienes han aportado con sus innovadoras y

creativas ideas.A los espacios virtuales y foros en los que he sido

capaz de difundir esta saga.

Page 166: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012

CONTACTO Y ENLACES

Page 167: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012

Comentarios, opiniones, recomendaciones, ideas, críticas constructivas, sugerencias a:

[email protected]

El Grupo en Facebook:

http://www.facebook.com/pages/Saint-Seiya-Saga-Cataclismo-2012/149518675183746

La historia en Grupo Athena No Seintos:

http://www.grupoans.com/foro/index.php?showtopic=27951&st=0&p=566794&#entry566794

La historia en Fanfiction.net:

http://www.fanfiction.net/s/8035066/1/Saint_Seiya_Saga_CATACLISMO_2012

La historia en MCanime:

http://www.mcanime.net/foro/viewtopic.php?t=365552

La historia en Fanfic.es:

http://www.fanfic.es/viewstory.php?sid=30860

La historia en Demios Oneiron:

http://demios-oneiron.mforos.com/90596/10866150-fanfic-saint-seiya-saga-cataclismo-2012/

La historia en Fanficslandia:

https://fanficslandia.com/index.php?threads/fanfic-saint-seiya-saga-cataclismo-2012.32003/

Proyecto: Blog:

http://saintseiyacataclismo.blogspot.com/

Proyecto: Tumblr:

http://saintseiyacataclismo.tumblr.com/

Page 168: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012

Proyecto: Wikia Creador de Historias:

http://es.creadorhistorias.wikia.com/wiki/Saint_Seiya:_Saga_CATACLISMO_2012

Proyecto: Wikia: Fanfics:

http://es.fanfiction.wikia.com/wiki/Saint_Seiya_-_Saga:_CATACLISMO_2012

Page 169: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012

¡PRÓXIMAMENTE EL VOLUMEN II!

EL CUAL INCLUIRÁ:

—RECOPILACIÓN DE LOS CAPÍTULOS 21~40.

—ACTUALIZACIÓN DE ARTWORKS DE PERSONAJES ORIGINALES.

—ACTUALIZACIÓN DE ARTWORKS A COLOR DE PERSONAJES ORIGINALES.

—ACTUALIZACIÓN DE FICHAS DE PERSONAJES ORIGINALES.

—FOTO DEL AUTOR. (WTF?!... Ok, no ¬ ¬)

***

¡GRACIAS POR LEER!

SAINT SEIYA

S AG A

C ATAC L I S M O 2 0 1 2

Page 170: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012
Page 171: Vol 1: Saint Seiya - Saga: CATACLISMO 2012

Cuarta edición, junio de 2015.

Skylight Studiohttp://skystud.wordpress.com

SKYLIGHTS T U D I O