vision historica reynosa
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e d i c i ó ne s p e c i a lReynosaOCTAVIO HERRERAv i s i ó nH i s T ó R i C aD eReynosav i s i ó nH i s T ó R i C aD eReynosaG obier nodelvisión HisTóRiCa Dee stadodedelt amaulipase stadodela publiCaCiónG ober nador C onstituCionalingeniero eugenio Hernández FloresComisión orGanizadora para la ConmemoraCión en tamaulipas del biCentenario del iniCio de la independenCia naCional y el Centenario de la revoluCión mexiCanap residentadela utoríaoctTRANSCRIPT
ReynosaO C T A V I O H E R R E R A
e d i c i ó n e s p e c i a l
v i s i ó n H i s T ó R i C a D e
Reynosav i s i ó n H i s T ó R i C a D e
Gobierno del estado de tamaulipas
Gobernador ConstituCional del estado
ingeniero eugenio Hernández Flores
Comisión orGanizadora para la ConmemoraCión en tamaulipas
del biCentenario del iniCio de la independenCia naCional y el Centenario de la revoluCión mexiCana
presidenta del Consejo Consultivo
Libertad García Cabriales
Gobierno del muniCipio de reynosa
presidente muniCipal de la Ciudad de reynosa
oscar Luebbert Gutiérrez
instituto reynosense par a la Cultur a y las artes
direCtor a Gener al
elsa sánchez sosa
de la publiCaCión
autoría
octavio Herrera
Gestión instituCional y CUiDaDo De La eDiCión
elsa sánchez sosa
diseño editorial
eduardo Leyva
© D.R. Republicano ayuntamiento de Reynosainstituto Reynosense para la Cultura y las artesComisión Municipal organizadora del Bicentenario de la independencia nacional y del Centenario de la Revolución Mexicana© D.R. 2010, de los textos: octavio Herrera
iMPReso en MÉXiCoe d i C i ó n e s p e C i a l 8 , 0 0 0 e j e m p l a r e s
C o r r e G i d a y a u m e n t a d a .
i s B n 9 6 8 - 5 0 4 3 - 0 0 - 0
Reynosavisión HisTóRiCa De
Reynosav i s i ó n H i s T ó R i C a D e
e d i c i ó n e s p e c i a l
O C T A V I O H E R R E R A
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R eynosa es una de las principales ciudades de la frontera norte de
México. Su dinamismo es intenso y su contribución económica
es estratégica para el estado de Tamaulipas y para el país.
Para seguir avanzando por esta ruta, tenemos que seguir
haciendo realidad los anhelos de libertad, de transformación y progreso de nuestros
antepasados. Tenemos que mantener vigentes sus ideales porque una sociedad con
memoria tiene historia y teniéndola puede vivir a plenitud y construir un mejor
futuro.
Con esta convicción, los tamaulipecos estamos inmersos en la conmemoración
del Bicentenario de la Independencia y Centenario de la Revolución.
Me da mucho gusto que en esta amplia agenda, ahora el Republicano
Ayuntamiento de Reynosa y su Instituto de Cultura publiquen un importante texto
en el que se narran sus orígenes y devenir en el tiempo hasta nuestros días, y en el
que se da cuenta de las generaciones de reynosenses que participaron activamente
en estos dos grandes movimientos, que hoy son un antecedente claro de su pujanza
y desarrollo.
Visión Histórica de Reynosa es un libro que por su edición, enfoque y alcances,
será un importante recurso educativo y cultural para quienes busquen conocer
más a fondo el pasado de esta región y un referente indispensable para todos los
tamaulipecos que queremos ser cada día mejores.
Ingeniero Eugenio Hernández Flores
Gobernador constitucional del estado de tamaulipas
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H ablar de Reynosa hoy, es remitirnos a las acciones de
una dimensión humana de grandes proporciones. Esto
es notable en la dinámica de su gente, que se reconfirma
con la densidad demográfica de su municipio, el más
poblado en el estado de Tamaulipas, donde forma un núcleo urbano que ya ha
alcanzado proporciones metropolitanas.
Grande también lo es en la creciente escala de su desarrollo económico,
como un municipio indiscutiblemente puntero en la generación de energía en el
noreste de México, como líder dentro del complejo maquilador existente a lo largo
de la frontera norte y como un centro múltiple de servicios que ya es vanguardia
en nuestra entidad.
Pero todo esto no ha sido producto de la generación espontánea. De hecho
Reynosa ha probado desde su origen su decisión de buscar un futuro. Y qué mejor
ejemplo que el épico y solidario traslado de su asentamiento originario, desde la
llanura inundable a las lomas salvadoras donde ahora se emplaza, en aquella fecha
memorable y nuevamente fundacional de 1802.
Y ni qué decir de la afirmación de su fortaleza a lo largo del siglo XIX, cuando se
acrisoló el carácter firme de sus pobladores, de cara a los constantes amagos y situaciones
conflictivas consecuentes del proceso de conformación del la frontera entre México y
Estados Unidos de América. Una frontera internacional que con el tiempo arrojó saldos
de prosperidad y de una modernidad que llegó en ferrocarril y mas tarde en el tendido
de un puente de hierro sobre el Río Bravo o Grande del Norte , intensificándose los
vínculos entre ambas márgenes de la emblemática corriente internacional.
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v i s i ó n h i s t ó r i C a d e r e y n o s a
El siglo XX sería la centuria clave para Reynosa, al florecer la agricultura y
la ganadería, al descubrirse ricos yacimientos de gas en el subsuelo y al iniciar su
impresionante crecimiento urbano. Así, al cabalgar hacia el siglo XXI, las constantes
de su desarrollo continúan, con la presencia de nuevos horizontes productivos, lo
mismo que de nuevas ventajas y oportunidades.
Vista de esta forma la existencia de Reynosa en el tiempo, podemos afirmar
que se ha reinventado en cada proceso, tornando las situaciones adversas en
nueva opción, para asegurar su presencia, pertenencia y continuidad. Pues como
ya hemos dicho, a lo largo de sus procesos históricos, sociales y económicos, las
distintas identidades de Reynosa se han visto comprometidas y la referencia propia
ha afrontado desgaste y pérdidas culturales, como también ha incorporado nuevos
símbolos y significados.
De ello hemos aprendido a eliminar lo que ya no tiene vigencia material
o simbólica, hemos sabido adaptar, recuperar y añadir lo que sentimos que es
necesario para vivir. En suma, y como se podrá apreciar en la obra que ahora
presentamos, hemos tomado los buenos ejemplos, innovado y desarrollado nuevas
alternativas, así como opciones para crecer. Y hemos crecido a lo grande, en el bien
de Tamaulipas y en pos de la prosperidad de nuestro querido México.
Oscar Luebbert Gutiérrez
presidente municipal de la ciudad de reynosa
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1. 2. 3. 4. 5.6.7. 8. 9.1O. 11. 12.13. 14. 15. 16. 17. 18.19. 2O. 21. 22. 23. 24. 25. 26. 27.
Escenario natural y humano
Historia indígena antigua
Primeros episodios novohispanos
Colonización del Nuevo Santander
Fundación de Reynosa
Inicios de la vida colonial
Los Autos de la General Visita
La misión de San Joaquín del Monte
Reynosa y las Provincias Internas de Oriente
Traslado de la villa a las lomas de San Antonio
Insurgencia y dominio realista en las villas del norte
Primeros años de la vida independiente
Irrupción de los indios de las praderas
Perturbación extranjera en el norte de México
La frontera indefinida 1836-1846
La intervención norteamericana
Efectos del tratado de Guadalupe Hidalgo
Reynosa a mediados del siglo XIX
La influencia del comercio exterior
La intervención francesa
Último tercio del siglo XIX
Reynosa durante la Revolución Mexicana
The Magic Valley of the Rio Grande
Estridencias de la Ley Seca
Los distritos de riego del Bajo San Juan
Impacto de los hidrocarburos
Vidas fronteriza contemporánea
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í n d i C e
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1esCenaRio naTUR aL y HUMa no
R eynosa es un municipio del estado de Tamaulipas en
forma de rectángulo con eje dominante y orienta-
ción norte sur, de casi tres mil kilómetros cuadrados,
que se sitúa en la zona fronteriza de esta entidad,
bordeado en su parte norte por el río Bravo o Grande
del Norte, que a su vez es limite entre México con los
Estados Unidos de América. Colinda por el oriente con el municipio de Río Bravo y por
el poniente con el de Gustavo Díaz Ordaz, formando parte ambos originalmente del
territorio de Reynosa, mientras que por el sur colinda con el municipio de Méndez y
el estado de Nuevo León. Situado en el punto de contacto entre la planicie costera del
Golfo de México y las llanuras de Norteamérica, el territorio de Reynosa es un suave
plano inclinado hacia el mar, de alrededor de un centenar de metros de altura, con una
cota máxima de 240 metros sobre el nivel del mar en la Loma de la Burra, una prolonga-
ción del pequeño complejo orográfico de la sierra de Pamoranes y la Sierrita.
El río Bravo es el rasgo natural más destacado de Reynosa, siendo una de las
corrientes fluviales más importantes del planeta, tanto por su longitud de 2,900 ki-
lómetros, como por el significado geopolítico al constituir la línea de contacto entre
una gran potencia mundial y los países hispano parlantes de América. Se origina de los
deshielos de las Montañas Rocallosas, en las cordilleras de San Juan y sangre de cristo
Range, estado de Colorado. Atraviesa después de norte a sur Nuevo México y toca la
República Mexicana en Ciudad Juárez, a la vez que gira al sureste y atraviesa el cañón
de Cajoncitos. En Ojinaga recibe al río Conchos y enseguida cruza las prolongaciones
de la Sierra Madre Oriental y luego forma la presa de la Amistad. A Tamaulipas pene-
Reynosa y TamaulipasComo se aprecia en este mapa de Tamaulipas
de la década de 1930, Reynosa localiza en el
punto de contacto de la bisagra geográfica
que une al alargado brazo fronterizo con el
resto de la entidad. Su territorio colinda con el
río Bravo y su aspecto físico es esencialmente
plano, con algunas suaves elevaciones al
sur del municipio, algunas de ellas todavía
cubiertas de la original vegetación de monte
de mezquite, la que ha desaparecido en el
resto del municipio a favor de la explotación
agrícola o pecuaria.
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Posicióngeodésica de ReynosaReferida la posición geográfica de Reynosa al
momento del traslado de la antigua villa a las
lomas de San Antonio, que se localiza en la
Plaza de Armas, su lectura es de 26°05’ 34.10”
Norte y 98°16’40.57” Oeste, a 28 metros sobre
el nivel del mar, el cual se encuentra desde
este punto a 112.68 km en dirección al Este.
En la imagen se aprecia un mapa que señala
una serie de triangulaciones geodésicas,
necesarias para ubicar las coordenadas
geográficas de un territorio.
tra por Nuevo Laredo y aguas abajo en-
tra en la presa Falcón. Ya en Reynosa la
presa derivadora Anzaldúas regula sus
caudales en beneficio de la agricultura,
y de allí sigue su curso sin interrupcio-
nes hasta el Golfo de México, formando
una bocana que en tiempos antiguos era
una amplia delta.
Antes de las modificaciones del
entorno natural hechas por el hombre
con fines agrícolas o para abrir áreas
de pastoreo, el municipio de Reynosa
estaba cubierto por un monte de mez-
quite y por el llamado matorral espino-
so tamaulipeco. La sabana o monte de
mezquite es el paisaje más característi-
co del Noreste del país y constituye una
formación de árboles y arbustos del gé-
nero Prosopis , a los que se asocian otras
especies, entre ellas el huizache (Acacia
spp) y el Ebano (Pithellobium spp). Por
su parte el matorral tamaulipeco es una
comunidad arbustiva de fisonomía xero-
fítica, que abarca también extensas por-
ciones del Noreste y sur de Texas, sien-
do una vegetación de transición entre
las zonas áridas de Norteamérica y las
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Reynosa y la medición geográfica de MéxicoReynosa se encuentra a 275.49 kilómetros de
la capital del estado de Tamaulipas, en tanto
que de la ciudad de México la separan 741.92
kilómetros, en ambos casos en línea recta. En
tanto, del observatorio de Greenwich, situado
en Londres y donde se encuentra el meridiano
cero, a Reynosa, existe una distancia de
8,314.61kilómetros. En la imagen, un mapa
de mediciones geodésicas, en el que se ve a
Reynosa.
El huracán BehulaPor su localización geográfica en la
llanura costera, el municipio de Reynosa
es susceptible, como lo es gran parte del
litoral del Golfo de México, al embate de
los huracanes que se generan en el Océano
Atlántico y el Mar Caribe. Estos fenómenos
tropicales generan fuertes vientos y lluvias,
como el célebre Behula, que azotó al norte de
Tamaulipas en septiembre de 1967, causando
grandes inundaciones.
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v i s i ó n h i s t ó r i C a d e r e y n o s a
selvas de climas más húmedos, que en la
vertiente de Tamaulipas tiene una clara
frontera climática y ecológica a nivel del
Trópico de Cáncer. A esta cubierta vege-
tal y posición geográfica de Reynosa le
corresponde un clima extremoso, con
veranos calientes y otoños templados,
que es cuando ocurren las lluvias, traí-
das por los vientos alisios del Golfo de
México; mientras que en los inviernos
hay bajas temperaturas y heladas oca-
sionales, dependiendo de los famosos
Nortes, frentes polares que por oleadas
se presentan durante la estación.
Un plano inclinado entre la sierra y el golfoAunque imperceptible a simple vista, todo
el municipio de Reynosa está sobre un plano
inclinado que forman las llanuras costeras,
entre la Sierra Madre Oriental y el Golfo de
México. Esto es más visible en el presente
mapa, referido al estado de Nuevo León,
pero con alcances hacia la Mesa del Norte
y Tamaulipas, con clara delimitación en el
río Bravo, hacia el que fluyen sus últimos
afluentes importantes, salidos de esta
serranía, como son los ríos Salado, Álamo y,
especialmente, el San Juan.
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e s C e n a r i o n a t u r a l y h u m a n o
Por cuanto a la geografía humana,
la principal característica de Reynosa es
el acelerado desarrollo urbano contem-
poráneo, que la ha convertido en una
de las ciudades más importantes de la
Frontera Norte de México. De hecho
forma ya una zona conurbada con Río
Bravo, en cuyo intermedio crece uno de
los sectores de la planta industrial ma-
quiladora y a donde confluye el nuevo
puente internacional Reynosa-Pharr.
Presa Internacional FalcónLa construcción de esta extensa presa, que
alcanza los 463 km2 a la máxima capacidad
de almacenamiento, fue resultado directo del
Tratado de Límites y Aguas celebrado entre
Estados Unidos y México en 1944. En esencia
regula todo el sistema hidráulico del bajo río
Bravo, con beneficio en el sur de Texas y el
norte de Tamaulipas. Genera además energía
eléctrica y previene las inundaciones. Su
cortina de tierra y piedra mide 8,014 km, con
una altura máxima de 50 metros.
Presa Internacional AnzaldúasComo complemento de la Presa Falcón, la
Comisión Internacional de Límites y Aguas,
el CILA, hizo construir la Presa Anzaldúas,
para derivar el agua agrícola que cada país
utilizará, lo mismo desvía las crestas de
inundación, por territorio estadounidense, a
través de un canal de desfogue hacia el Golfo
de México. En el lado mexicano el gran canal
del mismo nombre penetra en la profundidad
del distrito de riego del bajo río Bravo, no sin
antes atravesar la mancha urbana de Reynosa.
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p a n o r a m a h i s t ó r i c o d e r e y n o s a
Petroglifo del norestePocas son las evidencias materiales de los
pobladores indígenas del noreste de México.
Tal vez las más impactantes sean los símbolos
grabados en piedras, presentes como
testimonio del pasado entre las rocas al pie
de la Sierra Madre Oriental. En la imagen,
petroglifos de la Boca de Potrerillos, Nuevo
León.
21
2HisToRia inDiGena a nTiGUa
L a prehistoria del bajo río Bravo ubica la presencia huma-
na entre 10 y 20,000 años antes de nuestra era, ligada a
los primeros pobladores del Continente Americano. Esto
ocurrió de acuerdo a las hipótesis antropológicas uni-
versalmente reconocidas, por un flujo migratorio prove-
niente de Asia durante el Pleistoceno cuando el casquete
polar tendió un puente de hielo con América en el estrecho de Bering. Tales grupos pri-
mitivos subsistían de recolectar los recursos de un ambiente entonces húmedo y frío,
aprovechando, cuando la ocasión lo permitía, la megalofauna de este período, como el
mamut y el bisonte.
La cultura humana primitiva encontró en el río Bravo los medios para asegurar la
supervivencia de pequeñas bandas que deambulaban por sus riberas dedicadas a la
caza, la pesca y la recolección, una vez que el clima varió e hizo sucumbir a los grandes
mamíferos. De acuerdo a la clasificación arqueológica, este patrón de vida se denomina
“cazadores de fauna mayor”, y se tipificó por la elaboración de puntas de proyectil co-
nocidas como Clovis y Folsom. La evidencia lítica de esta etapa ha sido localizada en el
área de la presa de la Amistad, con una continuidad geográfica hasta el espacio circun-
dante a la presa Falcón. Hacia el 7000 a.C., aumentó paulatinamente la población de
los primitivos cazadores-recolectores, basando ahora su tecnología en la elaboración
de puntas de proyectil tipo Plainview, Golondrina, Angostura y Scottbluff.
Un milenio más tarde una nueva etapa cultural se vislumbró en las riberas del
bajo Bravo, a consecuencia del fin del Pleistoceno y el predominio de un clima más
seco y caliente, que correspondió a un tipo de recursos bióticos aún presentes en
Escenas de la guerra chichimecaComo bien lo comprobaron los españoles
desde el siglo XVI, el avance hacia el norte
de la Nueva España se convirtió en una
permanente zona de frontera de guerra,
debido a la resistencia de los indios nómadas,
genéricamente llamados “chichimecas”. En la
imagen, varias escenas que reflejan la imagen
de “barbarie” que se tenían sobre las etnias
norteñas, en las que se aprecia el momento en
que dos individuos han caído y se procede a
desollarlos, o sea quitarles la piel.
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v i s i ó n h i s t ó r i C a d e r e y n o s a
nuestros días, cuyo patrón de vida se
prolongó prácticamente hasta tiempos
históricos. Según estudios arqueológi-
cos efectuados en la presa Falcón y en
sitios de los condados de Hidalgo y Sta-
rr (Texas), dicha etapa configuró dos
unidades culturales, los focos Falcón
y Mier, que se asocian a la “tradición
del desierto”, presente en gran parte
del actual estado de Tamaulipas y del
Norte de México. En las inmediaciones
de Reynosa, en La Sal Vieja (condado
El río Bravo a Grande del NortePor tratarse de una corriente continental
con fluido permanente, las riberas del bajo
río Bravo fueron durante milenios un área
en la que merodearon diversos grupos
indígenas, desde los tiempos del primer
hombre americano hasta la llegada de los
españoles. La disponibilidad del agua y de sus
abundantes recursos en pesca así como de
aves y fauna terrestre hizo que a esos grupos
se mantuvieran en las cercanías del río,
donde obtenían los principales recursos de su
subsistencia.
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h i s t o r i a i n d i G e n a a n t i G u a
de Williancy, Tx.), aparecieron otras
puntas de confección regional, conoci-
das como Tortugas, Abasolo, Pandora,
Matamoros, Starr, Refugio, Desmuke,
Catán y Cameron.
Hacia el año 1000 de nuestra era,
en el bajo Bravo se desarrolló la tradi-
ción cultural de complejo Brownsville-
Barril, caracterizada por la elaboración
de una fina industria de artículos de
concha que le permitió establecer rela-
ciones de comercio con áreas tan reti-
radas como la Huasteca, obteniendo a
cambio jadeíta, cerámica y artefactos
de obsidiana; a la vez que desarrollaron
un elaborado culto a la muerte, según
lo indican los cementerios localizados
en sitios como Floyd Morris (al norte
de Harlingen, Tx.) y Ayala (en las cerca-
nías de Mc Allen, Tx.).
Ya para tiempos históricos, casi
la totalidad del Noreste de México
estaba ocupado por diversos grupos
identificados con la familia lingüísti-
ca Coahuilteca, que a nivel del bajo
Bravo se agrupaban en tribus con di-
versos nombres, conocidos como Ka-
tuhano, Bobola, Carrizos y Borrados,
las que a su vez se subdividían en
El mitoteEra la ceremonia más significativa entre
los indios del noreste de México. En ella se
expresaban sus creencias religiosas, a la vez
era un ritual que mantenía la cohesión social
de la tribu. Servía también como celebración
festiva para celebrar la paz.
El peyoteSe trata de una pequeña cactácea, conocida en
náhuatl como peyotl, pero cuya distribución
fitogeográfica se localiza esencialmente en el
centro norte de México. Su nombre científico
es Lophophora williamsii, y contiene numerosos
alcaloides, especialmente la mescalina, una
potente sustancia que produce intensas
alucinaciones tras su ingesta, así como una
sensación mística a quien lo consume. De
ahí su utilización por los antiguos nómadas
norteños en la ceremonia del mitote.
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v i s i ó n h i s t ó r i C a d e r e y n o s a
numerosas parcialidades con nom-
bre propio. Para el caso de la región
aledaña a Reynosa, la documentación
colonial nos refiere la presencia de
los indios Tejones, Sacatiles y Come-
crudos, quienes se incorporaron a la
misión de San Joaquín del Monte. Por
su ubicación geográfica y desenvolvi-
miento cultural, estos grupos indíge-
nas se ubicaron en el contexto cultu-
ral de Aridoamérica, en contraste con
los pueblos del México meridional,
donde floreció en el pasado prehispá-
nico la civilización de Mesoamérica.
Por cuanto al conocimiento que
hoy tenemos de las antiguas cultu-
ras indígenas del bajo río Bravo, la
exploración arqueológica, basada en
la localización de restos líticos, nos
proporciona nuevos elementos sobre
la tipología tecnológica que emplea-
ron los indios de la región a través
Nómadas norestensesVisión idílica de una supuesta familia de
indios del norte de México, de una colección
de imágenes de las castas de la Nueva España
en el siglo XVIII. De entrada el escenario
natural es falso, pues su apariencia tropical
poco tiene del horizonte árido de esta región,
y ni qué decir de la guacamaya que lleva el
niño en su mano. También hay que señalar
que los nómadas no mantenían una relación
monógama en el trascurso de su vida, de ahí
que esta imagen reafirme los valores cristianos
de la época.
“Indios bárbaros”Aquí una visión más realista de una pareja de
nómadas norteños. Él, un adusto guerrero con
su arco y sus flechas contenidas en un carcaj
o funda que lleva a la espalda. Ella, una madre
que carga a su hijo en la espalda en una cesta
tejida, con una falda de piel y un collar de
adorno que distingue su condición femenina.
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h i s t o r i a i n d i G e n a a n t i G u a
del tiempo. Por cuanto a información
histórica, las fuentes documentales
también comienzan a arrojar nuevas
luces, aunque las noticias se encuen-
tran dispersas en diversos archivos y
en general son escasas. Y ni qué decir
de la lingüística, aunque cabe señalar
la existencia de una recopilación gra-
mática hecha de la lengua comecruda
a fines del siglo XIX, pero muy poco
conocida.
Fogón a cielo abiertoDurante sus campamentos estacionales, los
nómadas cocían al fuego sus alimentos en
fogones hechos al ras de la tierra, formando
un círculo hecho con piedras. Aquí se observa
uno de ellos, tal y como se ha permanecido
después de varios cientos de años, en virtud
de la aridez del terreno y de no haber sido
alterado en ese tiempo; se localiza en Boca de
Potrerillos, Nuevo León. Arriba, una nopalera,
cuyos productos de hojas y tunas eran muy
del gusto de los nómadas.
26
La HuastecaPanorama geográfico de esta región, conforme al
extraordinario mapa elaborado en los Países bajos
por el cartógrafo Abraham Ortelius, a fines del siglo
XVI. En él es claramente visible el eje articulador que
forma el río Pánuco, desde su descenso de la Mesa
del Anáhuac y la Sierra Madre Oriental, hasta su
desembocadura en Tampico. Igualmente son visibles
los numerosos pueblos huastecas, muchos de ellos
de origen prehispánico, convertidos entonces en
encomiendas.
27
3PRiMeRos ePisoDios novoHisPa nos
A raíz del encuentro de Cristóbal Colón con la Amé-
rica indígena en 1492 luego de su extraordinario
viaje trasatlántico, quedó preparada la ocupación
europea del Nuevo Mundo. Así, el 13 de septiembre
de 1521 y después de una fulgurante campaña, Her-
nán Cortés, se apoderó de Tenochtitlan, cabecera
del imperio Azteca, dando principio al virreinato de la Nueva España.
El inicio del período colonial fue también el arranque de la colonización novohis-
pana del Septentrión, que para el caso del Noreste, el propio Cortés sentó las bases al
conquistar la Huasteca en 1522. Al impulso de la espada siguió el báculo de la cruz de
fray Andrés de Olmos, que estableció la Custodia de San Salvador de Tampico, provin-
cia franciscana del Santo Evangelio de México. Con visión milenarista, Olmos avanzó
al norte con la mira de forjar una cadena de poblaciones entre la Huasteca y La Florida,
con asentamientos en las cabeceras de los ríos Palmas (Soto la Marina), Bravo y Mis-
sissippi. Aunque frustrado el empeño del noble franciscano, su obra se plasmó en la
fundación del pueblo de Tamaholipa (“el lugar donde se reza mucho”), al constituirse en
la referencia de identidad histórica y toponímica del Estado de Tamaulipas, y de donde
partió Luís carvajal y de la Cueva para establecer la impronta del Nuevo Reino de León,
la primera jurisdicción colonial del Noreste de la Nueva España.
Debido a sus orígenes judíos, Carvajal murió en manos de la Inquisición sin lograr
consolidar su empresa, pero a cambio dejó establecida la práctica de esclavizar a los in-
dios de la región para ser vendidos en los reales mineros de Mazapil o Zacatecas. Fue
Fray Andrés de OlmosOriundo de Vizcaya, profesó en la orden
de San Francisco y se puso al servicio del
santo oficio. Llegó a la Nueva España con
fray Juan de Zumárraga, el primer arzobispo
de México. Enseguida se dedicó en labores
de evangelización, compenetrándose en las
antiguas tradiciones y lenguas indígenas,
dejando testimonios escritos. Hizo labor
misionera en la región totonaca y la Huasteca.
Cruzó el río Pánuco y formalizó el pueblo y
misión de Tamaholipa. Murió en Tampico en
1571.
v i s i ó n h i s t ó r i C a d e r e y n o s a
28
El septentrión oriental de la Nueva España
Conforme a un mapa de fines del siglo XVII.
Para ese momento, ya se habían formado
las jurisdicciones del Nuevo Reino de León y
Coahuila, en tanto que se hacían esfuerzos
para ocupar Texas, un territorio amenazado
de ser invadido por Francia, potencia que
se apoderó de la cuenca del Mississippi y
formó la Luisiana. En tanto, el territorio del
actual Tamaulipas se encontraba sustraído del
dominio colonial, siendo conocido como “la
costa del Seno Mexicano”.
En pos de La FloridaPara los navegantes y cartógrafos españoles
del siglo XVI, La Florida iba del río de Las
Palmas (hoy Soto la Marina) hasta la península
de ese nombre. En la imagen, la fallida
expedición de Hernando de Soto, que exploró
La Florida y el río Mississippi entre 1539 y 1542.
San Antonio de TulaDe acuerdo a un plano del siglo XIX. Se fundó
como misión en 1617 y después se convirtió
en pueblo de españoles. Originalmente
pertenecía a la jurisdicción de Guadalcázar,
pero en 1748 pasó a formar parte de la colonia
del Nuevo Santander. Es la ciudad más antigua
del estado de Tamaulipas.
29
p r i m e r o s e p i s o d i o s n o v o h i s p a n o s
Ruta hacia TexasEmprendida en 1689 por el capitán Alonso de
León, “El Mozo”, con la finalidad de localizar
el fuerte de San Luis establecido por René
Robert Cavelier, caballero de La Salle en
la bahía de San Bernardo. Este mapa nos
muestra el derrotero seguido y los detalles
geográficos de Texas en esa época.
San Lorenzo de JaumaveContemporánea de la misión de Tula, la misión
de Jaumave también fue establecida en 1617,
sin embargo, no sobrevivió. Restablecida hacia
1730, serviría como entrada a la costa del Seno
Mexicano.
v i s i ó n h i s t ó r i C a d e r e y n o s a
30
hasta 1596 con la fundación de Monte-
rrey por Diego de Montemayor, cuando
se esbozó más en firme la jurisdicción
del Nuevo Reino de León, pero a nivel
de alcaldía mayor. Será hasta 1626, con
el arribo del gobernador Martín de Za-
vala, cuando adquirió definitivamente
el carácter de provincia, que a pesar de
reclamar derechos de jurisdicción hasta
la Costa del Seno Mexicano (hoy Tamau-
lipas), lo cierto fue que a su influencia
no pasó más allá de Cerralvo, Cadereyta
y Linares.
Al finalizar el siglo XVII se configuró
en el Septentrión oriental de la Nueva
España una nueva provincia, promovida
a iniciativa del franciscano fray Juan de
Larios, con el nombre de Nueva Extre-
madura, pero que acabó por adoptar el
nombre de Coahuila, y cuya capital se
fincó en Monclova. Por su parte, el re-
moto territorio de Texas fue incorpora-
do definitivamente al dominio español
entre 1714 y 1722, utilizándose el bino-
mio de doblamiento del presidio militar
y la misión de indios, con capital en San
Antonio de Béjar.
El comienzo del siglo XVIII estuvo ca-
racterizado en el Nuevo Reino de León
por la continuidad del brutal someti-
miento de los indios a través del siste-
ma de encomiendas o congregas, lo que
provocó violentas rebeliones indígenas
que encontraban refugio en la Costa del
Seno Mexicano, al convertirse, como
un cronista aseguró, en “el último bas-
El Paso de la MulaA pesar de que el Nuevo Reino de León
sustentaba en teoría su dominio hasta el
litoral del Golfo de México, en la práctica no
lo pudo hacer, No obstante, algunos colonos
recorrieron el Bravo y encontraron vados que
los llevó a descubrir unos yacimientos de sal
situados allende el río. Estos parajes eran
conocidos como los pasos de “La Sal” y de “La
Mula”, situados en los actuales municipios de
Mier y Camargo, como se ve en este plano del
siglo XVIII.
El capitán Alonso de LeónAntes ir a Texas, el capitán Alonso de León
recorrió en 1686 la ribera del río Bravo,
partiendo del presidio de Cerralvo, para
culminar en su desembocadura. Fue el primer
recorrido de un contingente español en esta
región, antes transitada en solitario por Álvar
Núñez Cabeza de Vaca.
31
p r i m e r o s e p i s o d i o s n o v o h i s p a n o s
tión de gentiles”. A fin de terminar los
abusos, la Audiencia de México nombró
al licenciado Juan Barbadillo y Vitoria
gobernador del Nuevo Reino de León,
quien se dedicó a suprimir las congregas
y a establecer varios pueblos de indios,
en un intento por reconvertir un pro-
ceso de guerra que impedía la consoli-
dación de las posesiones españolas en
estos confines del Septentrión.
Sin embargo, estos esfuerzos fueron
muy limitados, pues los abusos contra
los indios continuaron y por ende la
inestabilidad en los confines de la Cos-
ta del Seno Mexicano. Se hizo entonces
imperativo su conquista y poblamiento
colonial, para que de esta forma, se con-
figurara definitivamente el espacio re-
gional del Noreste de la Nueva España.
El fracaso en desactivar la frontera
de guerra chichimeca y los crecientes
problemas geopolíticos de España en el
mundo y en especial en la América del
Norte, determinarían que al final del pri-
mer tercio del siglo XVIII la Corona toma-
ra medidas más radicales para cubrir el
vacío de su dominio en la costa del Seno
Mexicano. Para entonces ya había ocu-
rrido una sucesión en la casa gobernan-
te española, ahora a cargo de la dinastía
de los Borbones, para quienes la moder-
nización de su imperio sería una de las
grandes tareas a emprender, frente a los
cambios de mentalidad que caracteriza-
ron al llamado Siglo de las Luces, bajo la
férula del despotismo ilustrado.
Presido de CerralvoFue establecido como Ciudad de León en 1582
por Luis Carvajal y de la Cueva, al pie de una
serranía que prometía ricos minerales, pronto
fue despoblada. En 1626 se refundó como San
Gregorio de Cerralvo, por Martín de Zavala,
constituyéndose
en el límite efectivo del Nuevo Reino de
León, al colindar con una frontera de guerra
chichimeca. Desde allí los colonos reineros
hacían eventuales exploraciones al norte para
capturar indios o iban por sal más allá del río
Bravo.
32
33
4CoLoniZaCión DeL nUevo sa nTa nDeR
El despoblamiento de la Costa del Seno Mexicano hasta
mediados del siglo XVIII era un peligro para la Corona
española, ante la creciente amenaza sobre la Nueva España
por parte de Francia e Inglaterra, sus tradiciones rivales. Por
Tanto, se hacía imperativo iniciar su incorporación colonial
definitiva, aplazada durante más de dos siglos. En tal virtud
el rey Felipe V ordenó el 10 de julio de 1739 la formación de una Junta de Guerra y
Hacienda por la Audiencia de México, para estudiar el caso y concretar la conquista y
poblamiento de este territorio.
Sobre esa base el gobernador del Nuevo Reino de León, José Francisco de Jáuregui,
presentó un proyecto con el argumento de ser dicho territorio un área de influencia de
su mando. Otra propuesta la hizo Narciso Barquín de Montecuesta, ex alcalde mayor
de Valles, considerando también como derecho natural para los habitantes de aquella
frontera de guerra, la conquista de la Costa del Seno Mexicano. Pero el más activo
promotor fue Antonio Ladrón de Guevara, sargento mayor en el Nuevo Reino de León,
apoyado en su amplio conocimiento de la idiosincrasia chichimeca, quien al no ser oído
en México, acudió a Madrid a tocar puertas, aunque sin éxito.
Con la llegada del virrey Juan Francisco de Güemes y Horcacitas, conde de Revilla-
gigedo, se agilizó el cumplimiento de los designios del rey. Para ello, una vez consulta-
da la Audiencia, nombró como su lugarteniente para tal propósito a José de Escandón y
Helguera, el 3 de septiembre de 1746, con el aval del auditor de Guerra, Juan Rodríguez
de Albuerne, marqués de Altamira. Escandón nació en 1700 en soto la Marina, provin-
cia de Santander, España, y como muchos cántabros, emigró joven a América. Inició su
La costa del Seno MexicanoPor tradición se consideró al Golfo de México
como el límite del Nuevo Reino de León,
según las capitulaciones de Luis Carvajal y
de la Cueva ante el rey Felipe II en 1579. Pero
su jurisdicción no llegó hasta allá, por ser
frontera de guerra chichimeca. En 1740 su
gobernador, Joseph Antonio Fernández de
Jáuregui y Urrutia, propuso colonizar hasta
allá, como se ve en el mapa situado a la
izquierda.
v i s i ó n h i s t ó r i C a d e r e y n o s a
34
Caravana colonizadoraAl recibir el encargo de colonizar la costa del
Seno Mexicano, el coronel José de Escandón
aprovechó los deseos de los colonos del
septentrión oriental para desplazarse a ocupar
ese territorio, lo mismo que reclutó gente en
Querétaro, San Luis Potosí y el Bajío. Así se ve
en esta estampa de Diego Rivera.
carrera como cadete de la compañía de
Caballeros Montados de Mérida. En 1721
pasó a Querétaro, donde fincó su familia
y se desempeñó como sargento mayor
en las milicias locales, destacando al so-
focar las rebeliones populares de Celaya
y Guanajuato. Por esta actuación alcanzó
el grado de coronel. En 1740 sometió a la
Sierra Gorda, un reducto indomable de
los indios Pames y Jonaces, con el apoyo
de los franciscano del Colegio de San Fer-
nando de México, dirigidos por el célebre
fray Junípero Serra. Con la conquista de
El virrey Conde de RevillagigedoJuan Francisco Güemes y Horcasitas, primer
conde de Revillagigedo, oriundo de Reinosa,
provincia de Santander, paisano de José
de Escandón, nativo de Soto la Marina, y
del auditor de guerra de la audiencia de
México, el marqués de Altamira, originario
de Santillana del Mar. Todos cántabros, de
allí el nombre de Nuevo Santander a la nueva
provincia del septentrión oriental.
La colonia del Nuevo Santander
De acuerdo a un mapa atribuido al propio
colonizador José de Escandón, del que se
tienen varias copias con sus correspondientes
variables, en diversos acervos cartográficos del
mundo. En la imagen se presenta el localizado
en el Archivo General de la Nación de México.
El mapa destaca por su cobertura geográfica,
desde el centro de México hasta Texas.
35
v i s i ó n h i s t ó r i C a d e r e y n o s a
36
Santa Anna de CamargoTras el reconocimiento de la costa del Seno
Mexicano en 1747, José de Escandón consideró
que el pilar de las llamadas “villas del norte”,
situadas junto al río Bravo, se debería situar
en el Llano de las Flores, donde se fundó
la villa de Camargo en 1748. De allí se fue
a establecerse la villa de Nuestra Señora
de Guadalupe de Reynosa. En la imagen, la
plaza de armas de Camargo, en tiempos de la
ocupación americana, entre 1846-1848.
Escudo Heráldico del Condado de Sierra Gorda.
Por sus méritos militares en la pacificación de
la Sierra Gorda, José de Escandón y Helguera
recibió de la corona española el título
nobiliario de ese nombre, que heredó a sus
hijos Manuel y Mariano Timoteo. El escudo
está flanqueado por dos rústicos y timbrado
con un yelmo. Tiene cuatro cuarteles, el
primero de plata, águila explayada de sable. El
segundo de gules, castillo de plata. El tercer
de sínope, castillo de plata. Y el cuarto de sur,
caldera de oro con una banda de gules.
esta abrupta región, Escandón adquirió
mayor prestigio y un título nobiliario,
quedando como testimonio de esta obra
las hermosas iglesias barrocas de los pue-
blos de Landa, Concá, Tilaco y Tancoyol.
Además, extendió su jurisdicción hasta
los pueblos y misiones de la Custodia de
Santa Catarina del Río Verde, permitién-
dole acceder a Tula, Palmillas y Jaumave,
y con ello crearse una idea sobre el posi-
ble acceso a la Costa del Seno Mexicano.
A fin de preparar la empresa coloniza-
dora, Escandón exploró dicho territorio
en 1747 y alentó la concurrencia de los
pobladores de las provincias vecinas, ofre-
ciéndoles tierra, dinero y maíz. La funda-
ción de la colonia del Nuevo Santander se
inició con el establecimiento de la villa de
Llera, el 25 de diciembre de 1748, luego de
atravesar Escandón la Sierra Madre Orien-
tal al frente de una caravana de poblado-
res provenientes del centro de la Nueva
España. Enseguida, enfiló rumbo al norte,
fundando en su caminar las villas de Gue-
37
C o l o n i z a C i ó n d e l n u e v o s a n t a n d e r
mes, Padilla, Santander (la primera capital
de la provincia) y Burgos.
Ya a orillas del río Bravo, cerca de su
confluencia con el río de San Juan, fundó
la villa de Santa Anna de Camargo, la si-
miente de las llamadas Villas del Norte
del Nuevo Santander, el 5 de marzo de
1749, y cuyo capitán fue Blas María de la
Garza Falcón. A esta fundación se sumó
enseguida la de Reynosa y más tarde Re-
villa (1750, la Antigua Ciudad Guerrero),
Mier (1753) y Laredo (1755, hoy Laredo,
Texas).
Originalmente la intención de José de
Escandón fue avanzar hasta el río de las
Nueces, en cuya desembocadura funda-
ría la villa de Valmaseda, ya que incluso el
lindero del Nuevo Santander se conside-
raba hasta esa corriente. Sin embargo, la
prolongada distancia desde el río Bravo
desanimó tal iniciativa, como también
de que en la zona de la bahía de Corpus
Christi merodeaban los indios caranca-
huas, una etnia muy resistente a la ocu-
pación colonial. De esta forma la llamada
Franja del Nueces se convirtió en el área
de agostadero de las Villas del Norte,
donde proliferaron los ranchos ganade-
ros, al tiempo que se multiplicó el ganado
mesteño en el monte de mezquite.
Palacio del condado de Sierra GordaLa capital de la colonia establecida por José
de Escandón se ubicó en la villa de Santander,
donde el colonizador dispuso la construcción
de un gran palacio, que funcionó como sede
del gobierno y como casa del condado de
Sierra Gorda, cuyo escudo heráldico estaba
labrado en su frontispicio. Allí gobernó
desde 1749 hasta 1766, en que fue sometido a
juicio de residencia. En la imagen, un grupo
de revolucionarios constitucionalistas,
fotografiados frente al palacio en 1913.
38
Bahía de Santander, EspañaSegún una estampa del siglo XVI, que se
muestra uno de los puertos naturales más
importantes del litoral cantábrico español. A
pesar de una antigua presencia humana en esta
región, se definió como una provincia hasta el
siglo XVIII. Antes pertenecía a Burgos, del reino
de Castilla de Vieja, situación que guardaba
en 1700, cuando nació José de Escandón y
Helguera.
39
5FUnDaCion De Rey nosa
Después de establecida la villa de Camargo el co-
ronel José de Escandón dispuso la fundación de
la segunda población a orillas del Río Bravo, diez
leguas aguas abajo. Se trató de la villa de Reyno-
sa, bautizada así en honor a una población de ese
nombre localizada en las Montañas de Santan-
der, España, y cuna en 1681 del virrey conde de Revillagigedo. El nuevo asentamiento
fue dedicado a la Virgen de Guadalupe, un símbolo religioso que a mediados del siglo
XVIII encarnaba ya el referente de la identidad mexicana por antonomasia.
La Reynosa americana se plantó el 14 de marzo de 1749, en una extensa llanura
aluvial, diez leguas río abajo, en la morada habitual de los indios Tejones y Sacatiles
(éstos últimos procedentes del Nuevo Reino de León), cuyo jefe, Francisco Ciprian,
se acompañaba por una cuadrilla de veinticinco flecheros, que junto a sus familias
sumaban una comunidad de setenta individuos de ambos sexos, todos gentiles, es
decir, nuca antes evangelizados.
Carlos Cantú fue el primer capitán y justicia mayor del nuevo asentamiento,
responsable de antemano de reclutar a sus pobladores, en su mayoría provenientes del
Nuevo Reino de León. La planta original de pobladores de Reynosa incluyó un padrón
de 43 cabezas de familia y once soldados de la escuadra local, que reunía en total a
223 personas. Estímulo importante para este doblamiento fue la apertura de nuevos
agostaderos para el ganado y la oferta de mercedes de tierras junto a la corriente del
Bravo, actividad que constituyó la base de una próspera economía ranchera, además
que se complementaba con el comercio de pieles de venado y con la explotación de
Iglesia de la villa de GüemesAl igual que Reynosa, José de Escandón
estableció un rosario de poblaciones en
su primer viaje de colonización efectuado
entre 1747-48. Un ejemplo fue la villa de
Güemes, fundada a orillas del río San
Felipe, en el centro de la colonia, con una
advocación religiosa a San Francisco. De las
reminiscencias de esta época permanece su
iglesia, con un diseño arquitectónico en su
fachada tipo espadaña, siendo una de las joyas
coloniales del estado.
v i s i ó n h i s t ó r i C a d e r e y n o s a
40
Firma del capitán Carlos Cantú
Oriundo del Nuevo Reino de León, el
fundador de Reynosa tenía allí profundas
raíces genealógicas. Fue hijo del sargento
mayor Carlos Cantú y María de León
González. Su padre fue José Cantú, quien
con sus dos hermanos Jerónimo y Lorenzo,
fueron los primeros Cantú de la región. Su
padre el sargento mayor estuvo doblemente
emparentado con el célebre capitán Alonso de
León, “El Mozo”, al casarse con su hermana, en
tanto que el capitán lo hizo con su hermana
Agustina Cantú.
yacimientos de sal situados al norte
de Reynosa y conocidos desde tiempo
atrás, de ahí su primer nombre de salinas
“de los reineros”.
En el plano espiritual la villa que-
dó administrada por fray Agustín de Fra-
goso, religioso del Colegio de Propagan-
da Fide de Guadalupe de Zacatecas, ins-
titución que se encargó del compromiso
inicial de la evangelización indígena en
el Nuevo Santander. Solo que estos frai-
les acabaron convertidos en párrocos,
situación que, aunada a la ausencia de
una asignación definitiva de tierras para
Las riberas del Bravo, de Camargo a ReynosaDibujo que muestra la ribera derecha del río
Bravo, entre la villa de Camargo y la antigua
villa de Reynosa. Fue elaborado hacia 1830 por
el sabio franco-suizo Jean Louis Berlandier. En
él se observan rancherías importantes, como
Tepehuajes, La Laja, Valadeces y el Desierto,
algunos de los sitios mencionados como
posibles lugares para relocalizar a la villa de
Reynosa, amenazada casi desde su fundación
por las inundaciones del Bravo.
41
v i s i ó n h i s t ó r i C a d e r e y n o s a
42
las misiones motivó su retiro de la pro-
vincia en 1766.
Precisamente la promesa de
creación de una misión, que para Re-
ynosa llevó el nombre de San Joaquín
del Monte, propició la concurrencia de
otros indios comarcanos que deambu-
laban por las orillas del río y que no
ofrecieron resistencia a la colonización.
Tal fue el caso de los Comecrudos en-
cabezados por el capitancillo Santiago
de Escandón, llamado así en honor al
colonizador, que reunía a 47 indios de
arco y flecha, con una nación indígena
de 149 personas. Los Pintos, una nación
de apenas 41 individuos, también se
acercó al acto fundacional, comandada
por el capitancillo Salvador. Inclusive,
aparecieron los indios Nazas y Narices,
apóstatas del Nuevo Reino de León, o
sea, bautizados con anterioridad pero
huídos al monte por las vejaciones y
Interior de la iglesia de ReynosaLa vida colonial de Reynosa se divide en tres
etapas: la primera fue su fundación. Le siguió
la etapa de las inundaciones del Bravo que
paralizaron su desarrollo. Y, finalmente, se
caracterizó por el traslado de la población
y sus poderes río abajo, a las Lomas de San
Antonio. De este período novohispano el
único testimonio arquitectónico sobreviviente
es el campanario de la antigua iglesia
parroquial.
43
f u n d a C i o n d e r e y n o s a
malos tratos del sistema de encomien-
das que prevalecía en aquella provin-
cia.
Debido al poco conocimiento so-
bre la región del bajo río Bravo, la lo-
calización de la nueva villa de Reynosa
se hizo en una comarca que prometía
en apariencia una rápida prosperidad,
sin considerarse la experiencia de los
indios, quienes sabían que aquél sitio
estaba expuesto a las crecientes del
río. Por tal razón, la villa de Reynosa
quedó condenada desde su origen a ser
arrasada por una inundación del Bravo,
al situarse en un terreno aluvial inun-
dable.
Mapa estilizado del Nuevo SantanderDebido a la factura de Joseph de Haro, mismo
que acompañó el informe del visitador
eclesiástico Lino Nepomuceno Gómez,
quien en 1770 hizo una inspección sobre las
condiciones que guardaba la Iglesia en esta
nueva provincia novohispana. No guarda los
cánones cartográficos, que para esa época
tenían suficientes conocimientos sobre las
proporciones espaciales del territorio de la
costa del Seno Mexicano. No obstante, el
mapa es hermoso por su colorido.
44
La villa capital de San Carlos
En 1769, para neutralizar el poder del
condado de Sierra Gorda que residía en la
villa de Santander, las autoridades virreinales
decidieron ubicar la capital del Nuevo
Santander en la recién establecida villa de
San Carlos. A ella debieron responder las
poblaciones de la provincia, como Reynosa, con
la ventaja de que seguía estando en el centro de
la colonia, dentro de la Sierra de la Tamaulipa
Nueva, al pie del Cerro del Diente, como se ve
en esta estampa de inicios del siglo XIX.
45
6iniCios De La viDa CoLoniaL
C omo la mayoría de los habitantes del Noreste de la
Nueva España, los pobladores de Reynosa basaron
su subsistencia en la ganadería. De hecho, las riberas
del Bravo fueron transitadas de tiempo atrás por
pastores y vaqueros de Coahuila y el Nuevo Reino de
León, en búsqueda de nuevos agostaderos.
El carácter ganadero de Reynosa se notó desde el primer padrón de sus
habitantes en 1749, cuyos principales bienes y actividad era la cría de ganado, sin que
a ninguno faltara, cuando menos, un animal. Así los jóvenes “españoles” Cayetano
Tijerina y José Manuel Vallín, reportaron dos caballos cada uno; la viuda mestiza María
de los Santos, que enfrentaba la carga de su familia con sólo un caballo, y otra viuda,
la “española” Josepha Cavazos, también contaba un caballo. En contraste, Juan Ignacio
González, vecino de Cerralvo, quien se estableció sin ayuda oficial con su familia y tres
sirvientes, poseía bienes contabilizados en 600 ovejas, 1000 cabras, 5 manadas, en su
mayoría “aburradas”, con 400 bestias caballares, 40 reses “de hierro para arriba” y 10
caballos mansos. El capitán Carlos Cantú poseía 20 caballos, 70 bestias caballares de
cría, 20 reses, 500 cabras, 3 yuntas de bueyes aparejadas y 3 mulas.
Para 1757 y de acuerdo al informe de la visita a la nueva provincia por el capitán
de dragones José Tienda de Cuervo, el soporte de la economía local era de 2,556 bestias
caballares, 71 mulas, 6 yuntas de bueyes, 1,136 cabezas de ganado mayor, 31 burros, 316
caballos de uso cotidiano, y 12,700 cabezas de ganado menor, sumando 16 822 anima-
les. En 1795, en un censo elaborado por el coronel Félix Calleja, se destacó la existencia
de 6,822 yeguas, 1,157 mulas, 1960 caballos, 375 burros, 4,676 cabezas de ganado vacu-
Miliciano del norte novohispano Originalmente, la custodia militar de las
villas del Nuevo Santander estuvo a cargo
del capital de la villa y de algunos de los
vecinos, en funciones como soldado miliciano.
Más tarde, con las reformas borbónicas, se
comenzó a profesionalizar el servicio militar,
creándose la figura del soldado presidial,
vinculado a escuadras fijas o volantes. En la
imagen, un presidial veterano a caballo.
v i s i ó n h i s t ó r i C a d e r e y n o s a
46
no, 21,602 cabezas de ganado menor de
pelo y 13,781 cabezas de ganado menor
de lana, que sumaban 50,413 cabezas
de ganado; es decir, se observó un cre-
cimiento del 200% en el hato ganadero
con respecto al inicio de la vida ranche-
ra en Reynosa.
Los pobladores de las Villas del
Norte del Nuevo Santander regulaban
sus tiempos de actividad de acuerdo a
los ciclos naturales de la reproducción
del ganado, del que obtenían su prin-
cipal fuente de alimentación, la carne
y la leche, complementada con las po-
cas semillas sembradas en los ancones
del río o bien, obtenidas por el trueque
de sus esquilmos en el Nuevo Reino de
León o la feria de Saltillo, donde ade-
más podían adquirir artículos del inte-
rior de la Nueva España, aunque a pre-
cios recargados.
A los herraderos habituales del
ganado se sumó al finalizar el siglo XVIII
las “corridas” de mesteñas, o sea la
captura de caballada criada en el mon-
te, que proliferó extraordinariamente
entre los ríos Bravo y Nueces. A estas
Mapa de la jurisdicción de San Carlos
Además de ser la capital del Nuevo Santander,
en el entorno serrano de la villa de san Carlos
hubo a fines del siglo XVIII una bonanza
minera, al descubrirse yacimientos de
plata en San José y San Nicolás de Croix.
Este hecho planteo la expectativa de un
acelerado desarrollo de toda la provincia. Sin
embargo, las vetas pronto se empobrecieron,
cancelándose esa posibilidad. Sería entonces
la cría del ganado la principal fuente de
riqueza en el Nuevo Santander.
47
i n i C i o s d e l a v i d a C o l o n i a l
labores acudían inclusive personas de
las provincias vecinas, provocando un
gran desorden. Ello motivó que en 1806
el gobierno del Nuevo Santander regu-
lara las corridas, prohibiéndose desde
fines de invierno a la mitad del verano,
cuando ocurrían las pariciones. Se re-
comendó el uso de la “yerba de la Pue-
bla” para matar a lobos y coyotes que
se comían a las crías, y que los permi-
sos se expidieran por los capitanes de
las villas. Tampoco debían meterse más
de trescientos animales en los corrales,
y se exigió al regreso un reporte de las
piezas capturadas, a fin de reconocer
los fierros de los animales, cuyos pro-
pietarios pagarían cuatro reales por el
rescate. Por su parte, la Real Hacienda
cobraría dos reales por cabeza de gana-
do caballar y cuatro reales por ganado
vacuno “orejano”. Para su control, los
pueblos tendrían un libro de mesteñas,
reportando sus ingresos a la caja de
Saltillo, de la Intendencia de San Luís
Potosí. A quien no respetara las nor-
mas, se aplicarían multas pecuniarias y
destierros en caso de reincidencia.
Iglesia de ReynosaVista de su fachada completa, antes de
la demolición de su nave principal. Su
edificación inició en la década de 1810 y
se concluyó en 1836, como lo consigna la
viga maestra del coro, que se conserva.
Su edificación fue una obra colectiva de la
comunidad reynosense que recién se había
trasladado a un sitio más seguro.
48
La Sauteña a principios del siglo XX
Al ser un terreno “realengo” o propiedad del
rey, el norte del Nuevo Santander pudo ser
“mercedado” u otorgado a particulares que
demostraran solvencia económica, después de
1767. Esto ocurrió tras implantarse las reformas
borbónicas en esta provincia, que abolieron el
sistema en común de acceso a la tierra, con el que
José de Escandón quiso arraigar la colonización.
En la imagen, la hacienda de la Sauteña
(originalmente El Sauto), una gran propiedad
mercedada en esa época.
49
7Los aU Tos De La GeneR aL visiTa
A los veinte años de que José de Escandón efectua-
ra la colonización de la Costa del Seno Mexicano,
nuevos cambios en la política del imperio español
determinaron su remoción del mando del Nuevo
Santander en 1766. Se trató de la implantación de
las reformas impulsadas por la dinastía de los Bor-
bones, con el fin de reestructurar el gobierno de sus posesiones de ultramar, de sacar
mayor provecho para la metrópoli, y de asegurar su control político y administrativo.
Bajo este nuevo esquema, la figura del conde de Sierra Gorda pareció obsoleta, al
ejercer su gobierno de manera patriarcalista.
Para ese momento Escandón enfrentaba muchos problemas. En principio, se
destacaba la pugna que entabló con los franciscanos del Colegio de Propaganda
Fide de Zacatecas, por la política a seguir en las misiones de indios, al grado de
abandonar los religiosos la provincia. Mantenía otro conflicto con Catarina Olvera
y su hija Bárbara Resendi, representantes de los chichimecas de la Sierra Gorda,
que continuamente lo acusaban ante la Corte de México, lo mismo que hacía el
indio pisón Marcos Molina. Pero sobre todo, la ausencia del reparto de tierras pro-
metidas entre los colonos del Nuevo Santander, constituía un poderoso argumento
en su contra.
Con el arribo del virrey Carlos Francisco de Croix y del visitador José Gálvez a
la Nueva España, los días de Escandón en el Nuevo Santander estuvieron contados,
al ser sometido a un juicio de residencia y obligado a radicar en la ciudad de México.
En su reemplazo, fue designado gobernador el mariscal de campo Juan Fernando de
La villa de San Fernando Desde su origen esta población fue el punto
de enlace entre las villas del centro y las villas
del norte del Nuevo Santander, con acceso
también a las salinas de la Laguna madre y a
un camino directo al Nuevo Reino de León por
el río de las Conchas. Su traza es muy similar
a todas las establecidas por José de Escandón,
con su plaza nuclear y las manzanas a su
entorno distribuidas en solares a sus vecinos.
Más allá, al principio, todo era terreno en
común.
50
51
Palacio, quien se hizo acompañar por
el abogado José Osorio y Llamas, tanto
para protocolizar su actos, como para
dar fe y legalidad al reparto de tierras,
una acción conocida como los autos
de la General Visita, que constituyen
la piedra angular de la propiedad de la
tierra en Tamaulipas.
De Palacio desarticuló en un año
y cuatro meses el sistema político es-
candoniano. Suprimió la exención de
tributos y la tolerancia para aplicar las
leyes de la Real Hacienda, e introdujo
el cobro de las alcabalas. Reglamentó
Autos de Visita en Soto la MarinaEl reparto de tierras a título individual
efectuado en el Nuevo Santander en 1767-68,
fue la característica esencial de las reformas
borbónicas, puesto que convertía a sus
poseedores en sujetos del fisco colonial, al
igual que ocurrió en todo el virreinato. La
unidad de este reparto fueron las llamadas
porciones de tierra, consistentes en una
cantidad de terreno proporcional a los méritos
de antigüedad cada colono.
Autos de Visita en Santander
Como lo muestra este mapa, el reparto de
tierras de 1767-68 consistió en delimitar
primeramente el cuadro del ejido o dehesa
del pueblo, a partir del cual se distribuyeron
los distintos segmentos de porciones de
tierras individuales. También se consideró
la dotación de un terreno como misión de
indios. En la práctica, los alcances espaciales
de este reparto configuraron una primera
delimitación jurisdiccional (más tarde
municipal) de cada una de las villas del Nuevo
Santander.
v i s i ó n h i s t ó r i C a d e r e y n o s a
52
las escuadras militares de la provincia
y suprimió los sínodos de las misiones,
sujetándolos al arancel del Obispado
de Guadalajara. Igualmente dictó re-
glamentos para los trabajos de minería
que se comenzaban a efectuar en la
Sierra de Tamaulipa Nueva, dando pie
al traslado de la capital a la recién fun-
dada villa de San Carlos.
Los Autos de la General Visita
en Reynosa se ejecutaron en agosto de
1767, actuando como apoderados del
vecindario Juan Antonio Ballí y Antonio
Velasco. Por el rey de España actuaron
como agrimensores José Bernardo Gó-
mez y José Santiago Longoria. Como cri-
terio en la asignación de tierras se con-
sideró la antigüedad de cada poblador,
entregándose a los primeros colonos
dos sitios de ganado menor y doce caba-
llerías de tierra. A los hijos de éstos y a
los pobladores con seis años de residen-
El Sauto, a fines del siglo XVIII
Como bien se aprecia en este mapa, la mayor
parte del Nuevo Santander situada entre los
ríos Bravo y Conchas, perteneció a la merced
de El Sauto, otorgada en 1781 a los señores
Urízar, comerciantes de la ciudad de México.
En contraste, las porciones de Reynosa y
San Fernando se ven pequeñas frente a esta
hacienda colonial, la que debió vender 113
sitios de ganado mayor en los terrenos de la
costa, donde más tarde surgiría la ciudad de
Matamoros, como también aquí se aprecia.
53
l o s a u t o s d e l a G e n e r a l v i s i t a
Autos de Visita de Reynosa Al estar situada en la ribera del río Bravo, el
reparto individual de tierras en Reynosa y en
general en todas las villas del norte se facilitó,
ya que la corriente sirvió como cabecera para
todas las porciones otorgadas. En el caso de
Reynosa se repartieron ochenta porciones de
tierra, en ambos lados del río, situadas una
enseguida de la otra en forma perpendicular
al río. Incluso el ejido de la villa atravesó la
corriente. A los indios se les dotó el paraje de
San Joaquín del Monte. A la vista, la carátula
del documento original de los Autos de la
General Visita que se conserva en el Archivo
Histórico Municipal.
cia, se asignaron dos sitios de ganado
menor. Al capitán de la villa se le asignó
doble porción de tierra, en virtud de sus
responsabilidades públicas,. En total, se
distribuyeron en Reynosa ochenta por-
ciones de tierra, de forma rectangular
y localizadas perpendicularmente al río
Bravo, en ambas márgenes. De acuerdo
a estas mediciones, los términos juris-
diccionales de Reynosa se enmarcaron
en seis leguas por cada rumbo cardinal,
a partir del centro de la plaza. A la villa
se le asignó el ejido o dehesa, mientras
que a la misión de indios se le asignaron
poco más de tres leguas en cuadro, que
en conjunto con las porciones, sumaron
un total de 152 sitios de tierra de ganado
menor y 608 caballerías.
54
Emblema de la orden de San Francisco
Los frailes franciscanos del Colegio de propaganda Fide
de Guadalupe de Zacatecas participaron inicialmente
en la colonización del Nuevo Santander. Sin embargo,
querían dedicarse a la evangelización de los indios,
más que servir de párrocos de los colonos. Por tanto
abandonaron la provincia en 1766. Los sustituyeron
otros franciscanos. Su emblema: los brazos cruzados de
Cristo y de San Francisco, con la cruz de fondo.
55
8La Mision De sa n JoaQUin DeL MonTe
Conforme al patrón del establecimiento del Nuevo
Santander, en el que se privilegió a las villas de
españoles, las misiones de indios se crearon de
manera secundaria, al grado que no se les dotó de
un terreno específico al principio. Tal situación causó
el enojo de los religiosos del Colegio de Propaganda
Fide de Guadalupe Zacatecas, los responsables de la evangelización de los indios de
la costa del Seno Mexicano, que acabaron sirviendo como párrocos. Fue hasta 1767,
durante la ejecución de los Autos de la General Visita por el gobernador Juan Fernando
de Palacio, cuando se definió el espacio para las misiones, pero para entonces ya se
habían retirado los frailes originales, siendo reemplazados por otros franciscanos,
que para el caso de las misiones de las Villas del Norte fueron cubiertas por religiosos
de la Provincia de Zacatecas, y dependientes de la Comisaría de Monterrey.
La misión de Reynosa, San Joaquín del Monte, se localizó junto al ejido de la villa
por el Poniente. Como ayuda del rey, el misionero recibía al año 440 pesos, así como los
ornamentos para oficiar el culto. La Corona entregó además bienes para formar su base
económica, que en 1757 se contaban en 350 cabezas de ganado menor de lana, 80 cabezas
de ganado mayor, quince mulas aparejadas y diez caballos, diez yuntas de bueyes, una
parcela de seis o siete fanegas de maíz, aperos de labranza y otros instrumentos de campo.
Para 1770 los bienes sumaban ya 800 ovejas, 107 reses alzadas, oicho mulas, cuatro caballos
mansos, tres yeguas de vientre y once aparejos. Estos bienes generalmente se rentaban
a particulares, para de su renta financiar las actividades de la misión, y que se gastaba en
buena parte en pagar a pastores y vacieros repartiéndose poco a los indios, que siguieron
Indio de la costa del Seno MexicanoConocido como el último “bastión de
gentiles”, la costa del Seno Mexicano, donde
se estableció el Nuevo Santander, estaba
ocupado por numerosas etnias indígenas.
Así sucedía en las riberas del río Bravo, que
les proporcionaba abundantes recursos
para su supervivencia. De ellos destacaban
las naciones de carrizos y comecrudos, que
deambulaban a lo largo de la corriente,
dedicados a la caza, la pesca y la recolección
de alimentos de temporada.
v i s i ó n h i s t ó r i C a d e r e y n o s a
56
errantes en los montes, dedicados a la
caza, la pesca y la recolección.
Efectivamente, los indios se
integraron poco a la vida colonial. Los
Comecrudos por ejemplo radicaban
en el paraje de Las Lomas, y en 1757
se componían por una treintena de
hombres de arco y flecha, que con sus
familias pasaban de noventa personas
y solo los niños estaban bautizados,
acudiendo por temporadas a la misión.
Ese mismo año los Tejones sumaban
17 indios de arco y flecha, con ocho
mujeres, ya que el resto murió de
Sarampión, que con una docena de
muchachos, eran en total 42 personas.
Los Pintos no formaron parte del primer
registro de la misión, pero en 1770 ya
estaban congregados; como tampoco los
Cacalotes, que aparecieron en 1788. Por
su parte los Nazas, Narices y Sacatiles,
indios migrantes del Nuevo Reino de
León, desaparecieron de los registros en
el último tercio del siglo XVIII.
Vistos en conjunto, en 1757 los
indios de la misión de Reynosa eran 188,
estando 20 de ellos bautizados. Para 1770
alcanzaron la cifra de sesenta familias,
con 222 personas. En 1778 se contaron 240
indios de todas edades, todos cristianos,
de las naciones Tejones, Comecrudos y
Cacalotes. Un informe de 1792 censó 820
indios, citando sólo a los Comecrudos
Misión de Nuestra Señora de las NievesEntre los pocos ejemplos de arquitectura
misional del Nuevo Santander que aún
permanecen en pie, se encuentra la actual
parroquia de la villa de Palmillas, que en
tiempos coloniales tuvo ambas funciones.
Otros casos como la misión de Laredo en
Camargo o Igollo en Santa Bárbara (Ocampo),
se encuentran en ruinas. Del resto no se
conserva nada, como ocurrió con la misión de
San Joaquín del Monte, localizada al poniente
de la antigua Reynosa, a pesar de contar con
muchos indios empadronados.
57
l a m i s i o n d e s a n j o a q u i n d e l m o n t e
por su nombre. En 1797, los franciscanos
proporcionaron la cifra de 291 indios
congregados. Otro censo, de 1797-98,
señaló la existencia de 990 indios y para
1800 hubo dos cifras: 225 y 282 indios de
ambos sexos; imprecisiones que revelan
su residencia poco fija en la misión. Hacia
1808 se contabilizaron apenas 50 indios,
lo que induce a pensar en el aumento del
proceso de extinción étnica.
Por otra parte, del otro lado del
río Bravo, deambulaban numerosas na-
ciones de indios “gentiles” que solicita-
ban congregarse a la misión, todos raya-
dos de azul, “muy tímidos” y “bozales”,
expertos cazadores de peces con arco
y flecha. En 1772 se calculaba que eran
unos dos mil individuos, de las naciones
Alapaguemes, Saulapahuemes, Taniaca-
pemes, Cotonames, Ayapemes, Casas
Chiquitas, Campacuases, Como se Lla-
ma, Mulatos y otras.
Padrón de indios de Reynosa
Como se muestra en esta orden del
gobernador de la provincia Diego de
Lazaga, expedida en 1785, la existencia de
un contingente importante de indios en los
alrededores de Reynosa hacía necesario su
registro preciso, ya que por lo general no
permanecían sujetos a la misión, vagando por
los montes en busca de sustento. Y es que
allí poco se les podía ofrecer, más allá de una
evangelización superficial y alguna ayuda
eventual. Este documento se conserva en el
Archivo Histórico Municipal.
58
Las Provincias Internas de Oriente
Estas provincias (Nuevo Reino de León, Coahuila, Texas
y Nuevo Santander), formaron una unidad geográfica-
administrativa con la creación de tres instituciones
burocráticas: la Comandancia de las Provincias Internas de
Oriente, el Obispado de Linares y la Intendencia de San Luis
Potosí. Más tarde tuvieron su propia Diputación Provincial
y estuvieron a punto de tener una Audiencia y su propia
Intendencia, pero en 1821 este proceso se interrumpió. En la
imagen, un mapa de dichas provincias a fines del siglo XVIII.
59
9Rey nosa y Las PRovinCias
inTeR nas De oRienTe
Al establecerse el Nuevo Santander a mediados del si-
glo XVIII, se acabó de integrar el Noreste de la Nueva
España, un espacio regional que la Corona española
confirmó por medio de varias instituciones que res-
pondían a la reorganización colonial de los Borbones,
que abarcaban aspectos de carácter militar, religioso,
hacendario y político. La fundación del Nuevo Santander implicó también el trasvase de
población desde Coahuila y el Nuevo Reino de León a la nueva provincia, lo que le permi-
tió la difusión de un mismo patrón de cultura en la región. En el caso de Reynosa, la mayor
parte de sus fundadores originales procedían del Nuevo Reino de León.
La primera medida adoptada para la unificación del Noreste fue la erección de un
Obispado, ya que antes su espacio correspondía a los obispados de Nueva Galicia, Mi-
choacán y el Arzobispado de México, cuyas cabeceras distaban cientos de kilómetros
de la región. Por tal razón el Rey Carlos III dispuso en 1773 la creación del Obispado del
Nuevo Reino de León, que abarcaría a esta provincia y a las de Coahuila, Texas y el Nue-
vo Santander, tal y como fue confirmado en 1777 por el Papa Pío VI en la bula “Relata
Semper”. Este Obispado, cuya cabecera radicó en Monterrey, se encargó de secularizar
paulatinamente la vida religiosa en el Noreste, en detrimento de las misiones de in-
dios. En el caso de Reynosa, su elevación a la categoría de parroquia ocurrió en 1805.
Aportación importante del Obispado fue la creación en 1793 del Colegio Seminario de
Monterrey, al constituirse en el semillero de la educación superior del Noreste.
La Comandancia de las Provincias Internas fue otra institución que coadyuvó a la
definición regional del Noreste, si bien en un principio aglutinó a todas las provincias
Escudo de la Comandancia Luego de dos siglos y medio de vigencia del
sistema de presidios militares en el norte de
la Nueva España, las crecientes necesidades
de defensa frente a las oleadas de indios de
las praderas, hicieron necesario la creación
de un mando unificado, con un alto rango y
capacidad de decisión. Fue así que se creó la
Comandancia de las Provincias Internas, cuyo
escudo aquí se aprecia, como parte sustantiva
de las reformas borbónicas implantadas en la
Nueva España por el rey Carlos III.
v i s i ó n h i s t ó r i C a d e r e y n o s a
60
del Septentrión. La idea de esta estruc-
tura militar fue obra del visitador José de
Gálvez, quien la estableció en 1766, con
capital en Arizpe, Sonora, y cuyo objetivo
final era formar un nuevo Virreinato, in-
dependiente de la Nueva España. En 1788
y para optimizar esfuerzos, se formó la
Comandancia de las Provincias Internas
de Oriente, agrupando en un solo man-
do, más lógicamente, a Texas, Coahui-
la, el Nuevo Reino de León y el Nuevo
Santander. La fuerza de esta unidad se
demostró entre 1813 y 1821, cuando el bri-
gadier Joaquín de Arredondo dominó a
todos los desafíos insurgentes surgidos
en la región.
El siguiente paso en la unificación del
Noreste fue la creación de la Intendencia
de San Luís Potosí en 1786. Para el Nuevo
Santander y en particular para Reynosa,
las funciones administrativas de la inten-
dencia tuvieron una influencia directa
en su vida económica. Tal fue el caso del
cobro de impuestos a la extracción y co-
El rey Carlos III
Gobernó a España y sus dominios de 1759
a 1788, siendo el más fiel representante
del “despotismo ilustrado” español. A él
correspondió dar fin a la Guerra de los
Siete Años, con todas sus consecuencias.
Expulsó a los jesuitas de sus dominios e
implantó severas reformas para controlar y
usufructuar más a sus colonias, lo que si bien
forjó la nación española, dio pie a la futura
independencia de Hispanoamérica.
61
r e y n o s a y l a s p r o v i n C i a s i n t e r n a s d e o r i e n t e
mercialización de sal en la “Real Salina de
la Purificación del Río Grande”, o “Salinas
del Rey”, cuya regulación fiscal comenzó
desde 1771 por instrucciones de Melchor
de Noriega y que para 1795 reportaba
como ingresos en el Nuevo Santander la
suma de 7,000 pesos, recolectados tanto
en Reynosa como en las salinas de la villa
de Altamira. Otorgar mercedes de tierra
fue otra facultad de la intendencia, que
permitió la ampliación de los ranchos de
Reales órdenes para la villa de Reynosa
Para fines de la organización administrativa
colonial, las órdenes del gobierno del Nuevo
Santander se transmitían por medio de
“cordilleras” que agrupaban a poblaciones
situadas en un mismo espacio regional. Así,
había cordilleras que cubrían a las villas
del sur, del centro o de la sierra. Reynosa
pertenecía a la cordillera de las villas del
norte. En la imagen un libro que reunía dichas
órdenes, conservado en el Archivo Histórico
Municipal.
las villas del Norte, como la extensa mer-
ced de San Salvador del Tule, concedida
en 1797 al reynosense Juan José Ballí, en-
tre los ríos Bravo y Nueces.
Finalmente, la última institución colo-
nial que articuló al Noreste, fue la Diputa-
ción de las Provincias Internas de Orien-
te, formada en 1814 por disposición de las
Cortes de Cádiz, a raíz de que Napoleón
invadió España y aprehendió al rey Fer-
nando VII. La Diputación de las Provin-
cias Internas de Oriente, propuesta por
el diputado coahuilense Miguel Ramos
Arizpe, tuvo su sede en Monterrey y fue
un importante antecedente institucional
en la posterior formación de los estados
federales de Nuevo León, Tamaulipas y
Coahuila-Texas.
A la par de este esquema institu-
cional instaurado por los Borbones, para
fines del siglo XVIII el norte del Nuevo
Santander había logrado consolidar su
estructura demográfica y económica.
Se trataba de una zona muy producti-
va, especialmente de ganado menor, al
grado de ser, las villas del norte, donde
mayores diezmos se recolectaban para
el Obispado del Nuevo Reino de León.
Para entonces también la caballada
mesteña había proliferado en la franja
del río Nueces. Lamentablemente, fue
la época en que se comenzó a manifes-
tar la presencia de los indios de las pra-
deras, primeramente los apaches, los
que habrían de hacer una guerra cruda
y prolongada, durante años.
62
63
r e y n o s a y l a s p r o v i n C i a s i n t e r n a s d e o r i e n t e
Pagos del diezmo Con la introducción de las reformas
borbónicas al Nuevo Santander en 1767,
además de repartirse la tierra en porciones, se
comenzaron a cobrar impuestos por alcabalas,
a los que se sumó el pago del diezmo, al
crearse el obispado de Linares. Este cobro del
diezmo era significativo en las villas del norte,
debido a su alta producción pecuaria, la que
a fines del siglo XVIII llegó a ser el ingreso
más importante en todo el conjunto de las
provincias Internas de Oriente.
Inicios educativosComo parte de las ideas ilustradas que
impulsaba la administración colonial durante
el reinado de Carlos III, la enseñanza de
las primeras letras a los niños resultaba
indispensable. De ahí las ordenanzas enviadas
a sus virreyes para que promovieran la
educación en todos los rincones del imperio.
Esa orden llegó hasta Reynosa, donde su
teniente justicia encargado de la población
conminó a los padres de familia a que
enviaran a sus hijos a recibir esa enseñanza,
en lo que mucho colaboraron los misioneros y
párrocos.
El obispado del Nuevo Reino de LeónCon la colonización del Nuevo Santander
quedó formado el mosaico de lo que formaría
las Provincias Internas de Oriente. Entonces
se hizo necesario la formación de una nueva
mitra para esta región, antes atendida por los
lejanos obispados de Guadalajara, Durango y
Michoacán. Fue así que en 1773 el rey Carlos
III dispuso la erección del obispado de Linares
o del Nuevo Reino de León, formalizado
cuatro años después, tras la expedición de
bula Relata Semper por el papa Pio VII. En la
imagen, mapa que muestra la jurisdicción
eclesiástica del nuevo obispado.
64
La antigua ReynosaAl fundarse en marzo de 1749, la villa de Reynosa
quedó enclavada en un amplio llano aluvial,
susceptible de ser inundado por las aguas del Bravo.
Así se observa en este mapa del siglo XIX, en el que se
ve un antiguo brazo del río, justo en las inmediaciones
de la población.
65
1oTR asLaDo De La viLLa
a Las LoMas De sa n a nTonio
Situada la villa de Reynosa en la llanura aluvial, a los dos años
de su fundación sufrió una inundación que la aisló durante dos
meses; fenómeno que se repitió al siguiente año. Por tal moti-
vo sus pobladores solicitaron a José de Escandón su traslado al
paraje de El Desierto, una legua río arriba, pero no lo autorizó,
al considerar que no existían evidencias definitivas de su mala
ubicación y a cambio dispuso la construcción de un terraplén de dos varas de alto en
la periferia de la población. Con otro criterio, los visitadores José Tienda de Cuervo y
Agustín López de la cámara Alta, sí consideraron en 1757 su remoción al paraje de Santa
María de las lajas, que aunque jurisdicción de Camargo, se podrían permutar tierras.
Este dictamen lo autorizó el rey de España el 29 de marzo de 1763 y el virrey marqués
de Cruillas decretó su cumplimiento, pero al dilatarse el trámite y por la ausencia de
nuevas inundaciones, ni los vecinos ni las autoridades insistieron.
En la segunda mitad del siglo XVIII hubo cinco avenidas del río de diversa magnitud,
especialmente una, que hizo a los vecinos refugiarse en las Lomas del Morillo, rogando
al seño Sacramentado y a San Juan Nepomuceno que salvara a la villa, reducida a doce
casas de adobe y cincuenta de paja, todas deterioradas. El río además se había acercado
peligrosamente a la población; de estar a 500 varas, solo distaba entonces 40. Ello hizo
que el medio cabildo reactivara en 1794 la solicitud del traslado, a través de una repre-
sentación que promovió el capitán José Francisco Ballí ante el gobernador de la provin-
cia, Manuel de Escandón, quien la turnó al virrey José Miguel de Azanza. Conocido el
asunto en México, se pidió el parecer del coronel Félix Calleja, alto funcionario militar
del Noreste, quien corroboró la pésima situación de la villa de Reynosa. Por su parte,
Félix María CallejaComo jefe militar signado a la Intendencia
de San Luis Potosí, Calleja recorrió el Nuevo
Santander a fines del siglo XVIII. Así pudo
constatar la pésima localización de la villa
de Reynosa y de la necesidad de trasladarla
a un terreno más elevado, haciendo las
recomendaciones del caso a las autoridades
virreinales. Sin embargo, la burocracia
imperó y el trámite dilató, hasta que en 1802
una gran inundación hizo que los hechos
se consumaran sin la aprobación oficial, al
cambiarse la villa a las Lomas de San Antonio.
v i s i ó n h i s t ó r i C a d e r e y n o s a
66
los fiscales de hacienda y de lo Civil de
la Audiencia, pidieron que se integrara
mejor el expediente y solicitaron nueva
información: un padrón general de po-
blación, noticias sobre las fincas exis-
tentes, detalles sobre la calidad de las
tierras y sus siembras, información judi-
cial de las inundaciones previas y datos
sobre el sitio de San Antonio, menciona-
do como el lugar del probable traslado.
Al cumplir estos requerimientos, el ve-
cindario de Reynosa volvió a ratificar su
petición
Ya en tiempos del virrey Felipe Be-
renguer de Marquina, se ordenó agili-
zar el asunto al nuevo gobernador de la
provincia, Francisco Ixart, insistiendo el
fiscal de lo Civil que se completaran las
diligencias, al no especificarse si había
suficiente espacio en el lugar propues-
to para el ejido del pueblo, pese a que el
capitán Ballí aceptaba ceder el terreno
necesario. El espacio faltante fue cedido
por los herederos de Miguel de la Garza,
Firma de José Francisco BallíComo miembro de una de las originarias
familias y de mayor abolengo en Reynosa, el
capitán José Francisco Ballí ocupó el mando
político y de justicia de la villa de Reynosa a
fines del siglo XVIII. A él correspondió, ante el
desastre de la inundación de 1802, trasladar la
población.
Plano del traslado de ReynosaSerpenteante en una gran llanura aluvial,
el curso del río Bravo cambiaba de rumbo
frecuentemente. Esto ocurría en el pasado
pues no tenía ninguna obra hidráulica que
lo contuviera. En este plano, se observan sus
curvaturas, desde la antigua Reynosa hasta las
Lomas de San Antonio.
67
t r a s l a d o d e l a v i l l a a l a s l o m a s d e s a n a n t o n i o
por Francisca de la Garza y Ramón Mun-
guía. Solo José Antonio Cavazos y Garza
pidió indemnización. Esta vez el medio
cabildo aseguró que en el nuevo sitio la
villa estaría más al centro de su jurisdic-
ción, no debiendo considerarse ya al pa-
raje de La Laja como opción para el tras-
lado, según solicitó informes el fiscal.
Pero más allá de los trámites burocrá-
ticos, la naturaleza se impuso, al ocurrir
una gran inundación que borró del mapa
a Reynosa el 4 de julio de 1802. Ante la
gravedad de los hechos, el capitán Ballí
se dio a la tarea del rescate y procedió a
formalizar el nuevo asentamiento, soli-
citando permiso al Obispado de Linares
para oficiar misas en las Lomas de San
Antonio. Conocida la noticia, Calleja ex-
puso no haber razón para preocuparse
por el traslado, pues todas las tierras
eran mercedes del rey por tanto se po-
dían hacer arreglos, debiendo prestarse
atención a la ubicación de los lugares
públicos. La audiencia por su parte se
limitó a ordenar que en la cimentación
de la nueva villa se tomaran en cuenta
las leyes de la Recopilación de Indias, e
hizo una recomendación a favor del ca-
pitán Ballí.
Con la reubicación de los poderes
de la villa a las Lomas de San Antonio,
Reynosa inició una nueva etapa en su
historia, en tanto que el viejo asenta-
miento permaneció como una congre-
gación más dentro de su jurisdicción.
Para 1810 la nueva villa comenzó a tener
una mayor formalidad, al comenzar a le-
vantarse frente a la plaza de armas una
iglesia de mampostería, la que se con-
cluiría hasta 1836. Desde entonces, sus
habitantes dejaron de estar expuestos a
las inundaciones del río Bravo, proban-
do las ventajas de una localización to-
pográfica más elevada. En 1814, Reynosa
comenzó a contar con un ayuntamiento,
conforme a lo dispuesto por la Constitu-
ción de Cádiz.
Plaza de armas e Iglesia El sitio de las Lomas de San Antonio, a donde
se trasladó la villa de Reynosa en 1802, no
era un terreno propiedad del rey. De hecho
pertenecía a varios de sus vecinos y hasta
del propio capitán José Francisco Ballí,
quien para lograr la adquisición del terreno
necesario, de entrada él donó un predio que
le correspondía. Aquí se pueden ver la plaza
de armas y la parroquia que se edificaron en la
cumbre del lomerío, situado por muy encima
del curso de las aguas del río Bravo.
68
Advertencia contra Napoleón en Reynosa
Cuando en 1808 Napoleón Bonaparte tomó prisioneros a
los reyes Carlos IV y Fernando VII, la corona española quedó
acéfala. Entonces comenzaron las movilizaciones en todo el
imperio para suplir la soberanía de la nación española. Así se
manifestó en noticias que llegaron hasta Reynosa, como se
observa en este expediente.
69
11insURGenCia y DoMinio ReaLisTa en
Las viLLas DeL noRTe
Tras el estallido de la guerra de indepen-
dencia en el pueblo de Dolores, el 16
de septiembre de 1810, los días del vi-
rreinato de la Nueva España estuvieron
contados. En las Provincias Internas de
Oriente, si bien hubo una adhesión al
movimiento independentista, pronto se impuso la contrarrevolución,
al ser aprehendidos en las Acatitas de Baján, provincia de Coahuila, el
padre Miguel Hidalgo, Ignacio Allende y otros líderes insurgentes.
La respuesta realista al desafío insurgente se tradujo en severos controles políti-
cos. En Reynosa su justicia mayor, Máximo Cavazos, procuró en 1811 la fidelidad del
vecindario al rey, según las ordenanzas del gobierno del Nuevo Santander. Enseguida
visitó la población el capitán Francisco Antonio Cao, quien recogió varios fusiles y dos
cañoncitos pedreros, uno de bronce de la compañía local y otro de fierro usado en la
fiesta anual a San José, donado por doña Gregoria Ballí. En 1812 las prohibiciones se
incrementaron, al impedirse transitar sin pasaporte entre los pueblos y viajar a Texas
sin aviso a las autoridades. Tampoco se autorizaba recibir a extraños en las casas, como
tampoco andar en la calle después de las nueve de la noche, ni organizar fandangos o
tertulias, lo mismo que ponerse ebrio y practicar juegos de azar.
Estos temores tuvieron confirmación al ocurrir en abril de 1812 la rebelión de los
indios Carrizos de Camargo, bajo el liderazgo del capitán de la misión, Julián Canales,
proclamando vivas al rey, la patria y la religión. Tales consignas eran similares al pro-
nunciamiento del padre Hidalgo, por la influencia del indio Manuel Salgado, oriundo del
Invasión napoleónicaen EspañaBasado en sus pretensiones de dominar toda
Europa, Napoleón invadió España en 1808.
Acto seguido nombró a su hermano José
como el nuevo rey español. Sin embargo, la
población local ofreció una tenaz resistencia
que ha sido considerada como una verdadera
guerra de independencia, cuya crueldad
quedó grabada en los dibujos de Goya.
Fue en este período y en virtud de tales
circunstancias geopolíticas, que se iniciaron y
florecieron los movimientos independentistas
en gran parte de los dominios americanos
españoles de ultramar.
v i s i ó n h i s t ó r i C a d e r e y n o s a
70
pueblo de Dolores, quien seguramente
llegó a Camargo después del desastre
de las Acatitas de Baján. La respuesta
realista a este brote insurgente la en-
cabezó José Ramón Díaz Bustamante,
comandante de la tercera compañía vo-
lante del Nuevo Santander, con sede en
Laredo, obligando a los Carrizos a huir
rumbo a la costa. Sin embargo, el 16 de
mayo fueron sorprendidos por la com-
pañía de Reynosa y los indios auxiliares
de la misión de San Joaquín del Monte,
Aprehensiones en Acatita de BajánCon la derrota del Puente de Calderón, el
ímpetu del movimiento de Dolores terminó. Le
siguió el escape a los Estados Unidos por parte
de sus principales caudillos, Hidalgo y Allende,
que llegaron agobiados a Coahuila. Y seguía
lo más duro: avanzar por el desierto. Sin
embargo, el peligro no era la naturaleza árida
de la región, sino la contrarrevolución gestada
en Béjar, Laredo y Monclova. El resultado fue
una emboscada en la Acatita de Baján, donde
el 21 de marzo de 1811 fueron capturados los
líderes independientes.
al mando del alférez Vicente Hinojosa,
en el paraje de Laguna Cercada. Des-
pués de esta acción los sublevados se
dispersaron, unos rumbo al centro de la
provincia y otros al norte del río Bravo,
donde fue capturado el indio Canales.
En 1813 un nuevo brote insurgen-
te apareció en Texas, promovido por
el revillano José Bernardo Gutiérrez de
Lara, enviado dos años atrás por Hidal-
go y Allende como embajador a Estado
Unidos. A estos hechos se sucedió la in-
71
i n s u r G e n C i a y d o m i n i o r e a l i s t a e n l a s v i l l a s d e l n o r t e
Órdenes contralos insurgentesCon el éxito de la contrarrevolución realista,
imperó el orden realista en todas las
Provincias Internas de Oriente, como se da
testimonio en este expediente de órdenes
hechas circular por el gobierno del Nuevo
Santander y la autoridad local de la villa
de Reynosa. Había que impedir cualquier
acto que incitara a la sedición insurgente,
decretándose un estado de sitio.
Distribución de municiones realista
Debido a la insurrección indígena ocurrida
en la villa de Camargo en 1812, las tropas
realistas de las villas del norte demandaban
tener armas y municiones para combatirla.
Así se hizo en la villa de Reynosa, donde se
repartieron las balas necesarias para reprimir
a los alzados.
Soldado realistaDurante la guerra de independencia Reynosa
y el Nuevo Santander estuvieron bajo el
mando militar de la comandancia de las
Provincias Internas de Oriente, reorganizada
en 1813. Fue una estructura castrense que en
general mantuvo el poder realista.
v i s i ó n h i s t ó r i C a d e r e y n o s a
72
cursión insurgente sobre el Nuevo Rei-
no de León de Felipe Garibay y José Ma-
ría García Salinas, el “Cantareño”, que al
ser derrotados en la Sierra de Picachos,
se retiraron rumbo a la congregación
del Refugio, al amparo del indio carri-
zo Marcelino García, luego de reclutar
en su marcha a un grupo de indios de la
misión de Reynosa. De nueva cuenta el
gobierno realista organizó una ofensiva,
encabezada por Benito Armillán al fren-
te del batallón de Extremadura, quien
les inflingió una severa derrota a los
El norte del Nuevo Santander durante la
guerra de independencias Mapa del norte de la Colonia del Nuevo
Santander a fines del siglo XVIII, atribuido
a Félix Calleja, comandante que fue de la
décima brigada con sede en San Luis Potosí,
que ejerció el cargo de inspector militar en
esta provincia. En él se aprecia la cadena de
poblaciones existentes, desde Laredo hasta El
Refugio, así como los caminos que enlazaban
a la región con el núcleo de las Provincias
Internas de Oriente, al sur, en tanto que al
norte se dirigían a la remota provincia de
Texas. En ese tiempo no existían puertos
habilitados en el litoral , pero se demandaba
que se formara uno en Brazos de Santiago.
73
i n s u r G e n C i a y d o m i n i o r e a l i s t a e n l a s v i l l a s d e l n o r t e
rebeldes en el paraje del Mogote, el 23
de agosto de 1813. De vuelta en casa los
indios de Reynosa, las autoridades apre-
hendieron a cuarenta de ellos y ahorca-
ron a siete, por órdenes del coronel Feli-
pe de la Garza. Otros méritos realistas de
la villa de Reynosa fueron la captura de
los insurgentes Rafael Hermosillo y Juan
Pérez, así como la aportación generosa
de la caballada, carne y dinero para la
campaña de Texas, que finalmente recu-
peró el brigadier Joaquín de Arredondo,
comandante de las Provincias Internas
de Oriente a partir de 1813, y quien do-
minó militarmente la región hasta 1821,
año en que tras la infidencia de Agustín
de Iturbide y la proclamación del Plan
de Iguala, se propició la consumación de
la independencia nacional.
De todo este período clave en la
historia de México, la supervivencia do-
cumental en el Archivo Histórico de Re-
ynosa es notable, a pesar de que no ser
muy abundante. La sola existencia de
un impreso de la Constitución españo-
la de 1812, nos habla de la difusión que
Escudo y firma de Joaquín de Arredondo Nombrado comandante de las provincias
Internas de Oriente en 1813, mantuvo el
dominio realista de la región hasta 1821.
Combatió el movimiento insurgente en el
Nuevo Santander y Texas. Fijó su sede en
Monterrey, oponiéndose a la diputación
provincial. En 1817 combatió el desembarco
de Francisco Javier Mina en Soto la Marina.
Con la independencia escapó hacia Cuba.
un reducto indomable de los indios Pames y
Jonaces, con el apoyo de los franciscano del
Colegio de San Fernando de México,
74
Soldado realista de caballeríaPor la propia naturaleza y enormes distancias
de la región, las tropas de caballería eran la
parte más importante del ejército realista
que operó en las Provincias Internas de
Oriente en la guerra de independencia.
Además de las tropas reclutadas localmente,
se tuvo la presencia de soldados de otras
latitudes del virreinato y de España, como el
Regimiento Fijo de Veracruz y el Regimiento
de Extremadura.
Lista de reclutamientoTestimonio documental que se muestran los
detalles de las “cuotas de sangre” entre los
hombres jóvenes de las distintas poblaciones
que integraban la jurisdicción de la villa de
Reynosa. En ella se menciona, entre otras a
Reynosa Viejo y a las rancherías de las Cuevas,
la Parida y el Morillo. Tale reclutamiento
obedecía a las órdenes del comandante de las
Provincias Internas de Oriente. En algunos
casos, estos hombres debían cumplir fatigas
de campaña que los llevaba lejos de Reynosa.
75
i n s u r G e n C i a y d o m i n i o r e a l i s t a e n l a s v i l l a s d e l n o r t e
tuvo en su momento esa Carta Magna,
que permitió justamente que se eleva-
ra por vez primera en esta localidad un
ayuntamiento civil en forma. Igualmente
es valioso dicho acervo por los diversos
manuscritos que nos hablan de las con-
tinencias ocurridas durante la guerra de
independencia, que aunque no son rela-
tos completos, el solo testimonio de ha-
ber dejado constancia de los movimien-
tos de tropas y de armas, nos remiten a
un acontecimiento del que ahora con-
memoramos su Bicentenario, este 2010.
La Constitución de CádizDecreto de expedición de la Constitución
española de 1812, “La Pepa”, promulgada en
las Cortes de Cádiz, como consecuencia de
la ausencia del poder soberano de los reyes.
Sus orígenes jurídicos se remontaban hasta el
Medioevo, pero su orientación práctica estaba
teñida del liberalismo en boga. Por tal razón
se formaron diputaciones provinciales en todo
el imperio, una para las Provincias Internas de
Oriente, el primer órgano de representación
política en la región.
Miguel Ramos ArizpeOriundo de Coahuila. Cura de Real de
Borbón y de la villa de Aguayo, en el Nuevo
Santander. De allí partió a las Cortes de Cádiz,
donde presentó una extensa Memoria sobre
la situación de las Provincias Internas de
Oriente, que valió para que se le autorizara
una diputación provincial. Más tarde figuró en
la creación de la primera república federal.
76
Mapa del Tamaulipas independiente Trazado en base al patrón de un mapa elaborado
hacia 1757 por el ingeniero Agustín López de la Cámara Alta. Aquí se expone el territorio original del estado de
Tamaulipas, que abarcaba desde el río Pánuco al río de las Nueces, estipulándose así en su primera Constitución
Política, expedida en 1825 por el Congreso local.
7777
12PRiMeRos aÑos De La viDa
inDePenDienTe
A l consumarse la independencia
nacional, México se organizó
como monarquía en 1822, con
Agustín de Iturbide como em-
perador. En el Noreste, las di-
versas fuerzas políticas que se
gestaban en su interior provocaron la fragmentación de la Dipu-
tación de las Provincias Internas de Oriente. El Nuevo Santander
inició la diáspora, al tramitar ante el Congreso nacional la creación
de su propia Diputación Provincial, la que fue establecida a prin-
cipios de 1823. Un año más tarde y ya bajo la organización republi-
cana y federal, la provincia adquirió el carácter de estado Libre y Soberano, deno-
minándose en lo sucesivo “Tamaulipas”, en honor a sus serranías costeras, que a su
vez tenían su origen toponímico en el pueblo y misión de Tamaholipa, fundado por
Fray Andrés de Olmos en el siglo XVIII. La capital del nuevo Estado fue Padilla, pero
en 1825 se trasladó a Aguayo, nombrada oficialmente Ciudad Victoria, en homenaje
al primer presidente de la República, Guadalupe Victoria.
La administración del nuevo Estado de Tamaulipas implicó la organización en
1828 de tres unidades departamentales. El Departamento del Norte comprendió
a todas las poblaciones situadas a lo largo del río Bravo y a los pueblos aledaños
al río de las Conchas, y cuya cabecera fue Reynosa, siendo Juan Nepomuceno Mo-
lano su primer jefe político. Sin embargo, debido al acelerado progreso mercantil
de Matamoros, pronto la cabecera del Departamento del Norte se cambió allá. A
Jinete del norte de MéxicoSegún un dibujo elaborado por la Comisión
de Límites en 1828. El personaje va ataviado
a la usanza de los rancheros de los Estados
Internos de Oriente. Conforme las crónicas
de la época, los habitantes de esta región
eran muy hábiles en las faenas de campo, al
mimetizarse en el monte espeso de mezquite.
Se orientaban de noche con las estrellas y
seguían con habilidad el rastro de una huella.
Podían aguantar largas faenas y siempre
estaban en alerta, sobre todo ante el ataque
de los indios de las praderas.
78
v i s i ó n h i s t ó r i C a d e r e y n o s a
Carreta para el transporte mercantil
Al habilitarse el puerto de Matamoros,
comenzó un intenso tráfico mercantil en todo
el norte de Tamaulipas, con destino principal
en la ciudad de Monterrey. Por tratarse de
terrenos llanos, la carreta de cuatro ruedas
fue el principal medio de transporte de la
época, como la que aquí se ve.
partir de entonces y hasta disolverse
la organización departamental a fines
del siglo XIX, Matamoros fue la cabe-
cera política de las Villas del Norte, y
en lo económico fue el hinterland del
puerto.
En 1821 Reynosa contaba con 3201
habitantes, cifra sensiblemente su-
perior a los 1,191 censados en 1795. Su
economía se basaba en la explotación
agropecuaria, que en las siguientes
tres décadas padeció limitaciones de-
bido a las incursiones depredadoras de
los indios de las praderías y a los tras-
tornos derivados de la independencia
de Texas, que provocó la ruina de los
ranchos ganaderos ubicados entre los
ríos Bravo y Nueces.
En medio de esta crisis, hacia 1837,
la municipalidad de Reynosa llegó a
contar con 5,346 habitantes. Por cuan-
to a la propiedad productiva, se re-
portaba la existencia de 550 sitios de
agostadero y 60 ranchos. Los bienes
de campo se contabilizaban en 8,100
cabezas de ganado vacuno, 6,150 ca-
bezas de ganado menor de lana, y 60
cabezas de ganado menor de serda. La
agricultura, de temporal, que trataba
de aprovechar los ancones del río, te-
nía apenas superficie de 140 fanegas
de sembradura, trabajadas con la fuer-
za de 240 yuntas de bueyes.
Por su ubicación en medio de las
Villas del Norte y sobre un cruce de los
caminos a Texas y Monterrey, había en
Circular de la jefatura del departamento del norte
Al crearse el estado de Tamaulipas y expedirse
su Constitución política en 1825, se decidió
fraccionar a la entidad en tres departamentos.
El departamento del norte correspondía
esencialmente a las villas del norte y a San
Fernando, Cruillas y Burgos. Originalmente
su cabecera se situó en Reynosa, pero debido
a la creciente importancia de Matamoros, la
jefatura pronto se trasladó hacia el puerto de
altura.
79
p r i m e r o s a ñ o s d e l a v i d a i n d e p e n d i e n t e
Firma de Juan Nepomuceno MolanoDe orígenes familiares enraizados en
Coahuila, radicó este personaje en la villa de
Reynosa, donde figuró pronto en la política
local. Fue jefe político del distrito del norte
y más tarde vice gobernador del estado,
llegando a estar encargado del despacho del
ejecutivo. Tuvo un vínculo familiar directo
con el licenciado y general Antonio Canales
Rosillo, al estar casado éste con su hermana
Refugio. Ambos formaron, junto con Jesús
Cárdenas, un grupo de poder que tuvo una
gran actuación en el escenario político de
Tamaulipas y el noreste de México. Participó
en la rebelión federalista de las villas del norte
y ocupó diversos encargos administrativos
en el gobierno de la entidad. Se desconoce la
fecha y lugar de su muerte.
Cuaderno de órdenes estatalesComo da testimonio este expediente, el
Archivo Histórico de Reynosa posee un
valioso legado documental, especialmente
rico y abundante en papeles sobre el siglo XIX.
Tal es esta colección de oficios provenientes
del Gobierno del Estado.
80
v i s i ó n h i s t ó r i C a d e r e y n o s a
Registro de los indios de Reynosa
Considerados por las leyes formalmente como
“ciudadanos”, los indios oriundos de Reynosa
mantuvieron en la vida independiente la
misma situación marginal como en tiempos
coloniales. Incluso se debieron levantarse
continuos padrones sobre su número, género
y edad, como el que aquí se ve, para tener un
control sobre ellos.
Soldado presidial de caballería
Al consumarse la independencia continuó el
mismo modelo de organización militar, tal
cual lo había sido bajo el ejército realista.
Los soldados de defensa de la frontera, o
presidiales, fueron un ejemplo en la base
de la estructura castrense, caracterizados
por su cabalgadura y gran versatilidad de
movimiento, justo para combatir a los indios
de las praderas.
Reynosa disponibles 160 mulas apare-
jadas como transporte, así como 100
carretas de servicio. Otra actividad
económica era la producción de cal,
aprovechando la composición geológi-
ca de las lomas vecinas a la villa, y que
tenía un buen mercado en matamoros,
al desarrollarse en esta ciudad la cons-
trucción con ladrillos, por influencia
arquitectónica norteamericana. En
1837 existían en Reynosa 30 caleras, de
ahí el mote de “caleros” aplicado a sus
habitantes por largo tiempo.
81
p r i m e r o s a ñ o s d e l a v i d a i n d e p e n d i e n t e
En estos primeros años de la vida in-
dependiente, la población de Reynosa
padeció también de terribles epidemias.
Al igual que gran parte de Tamaulipas y
del país, Reynosa fue asolada en 1833 por
el Cólera de Morbos. En 1849 nuevamen-
te se presentó esta epidemia, llamada
entonces el “Cólera Chico”, afectando
a 540 personas, de las cuales murieron
213, lo que da una idea de lo terrible de
esta enfermedad infecto contagiosa.
De esta época, fines de la década
de 1820, se cuenta con el testimonio
escrito del sabio franco-suizo Jean Lo-
uis Berlandier, quien transitó por Rey-
nosa y dejó un testimonio, en especial
su impresión de ver su blanco caserío
a la distancia, sobre una ondulación
del terreno. También fue significati-
va su observación de los indios natu-
rales que deambulaban a lo largo del
río Bravo, sin haberse mezclado con
la población mestiza, y que prestaban
apoyo en la defensa contra los indios
de las praderas, de quienes eran sus
acérrimos enemigos.
Corrupción aduanalCon la habilitación del puerto de Matamoros
y la irrupción del comercio exterior, el
contrabando hizo también su aparición
en forma sistemática. En esencia los
comerciantes e intermediarios proclives a esta
práctica deseaban incrementar sus ganancias,
al eludir el pago de los impuestos de
importación. En este proceso, la venalidad de
los funcionarios fiscales era un hecho, como lo
ilustra esta caricatura.
Almoneda públicaUno de los documentos más abundantes y
repetitivos en el Archivo Histórico de Reynosa,
son las notificaciones sobre venta de bienes
por licitación y puja, como frecuentemente
se requería en diversos asuntos judiciales
de orden civil. La notificación se hacía en
papel sellado, lo que formalizaba la legalidad
de la operación y por lo que debía cubrir el
correspondiente impuesto. Un ejemplo de
almoneda era con frecuencia el remate de
ganado mostrenco, capturado en los campos
sin el fierro que comprobara su propiedad.
82
83
13iRRUPCion De Los inDios
De Las PR aDeR as
D urante el avance al norte del río Bravo en la
época colonial, los españoles se toparon con
numerosas tribus de indios, destacando los
apaches, grupo indígena de la familia lingüís-
tica ataphascan, pobladora de las grandes pra-
derías de Norteamérica, cuyo modo de vida
errante se ligaba a la cacería del bisonte (ó búfalo). Los Apaches eran muy guerreros
y desde un principio establecieron un frágil equilibrio entre la guerra y la paz con los
españoles, situación que se hizo cotidiana en Septentrión de la Nueva España.
Este conflicto crónico se agudizó a partir del siglo XVII, al aparecer en el escenario
un nuevo grupo indígena, los Comanches, pertenecientes a la familia lingüística Sho-
sona, que enseguida chocaron y empujaron a los Apaches sobre los asentamientos no-
vohispanos. En el siglo XVIII y al aumentar las incursiones de los indios de las praderías,
que se desplazaban con agilidad al disponer de caballos, el gobierno español reforzó el
sistema de defensa basado en presidios de frontera, hasta constituir la Comandancia
de las Provincias Internas en 1776.
En el norte del Nuevo Santander los ataques de Apaches y Comanches se dejaron
sentir a fines del siglo XVIII, en buena medida porque los indios acudían a apropiarse
de la caballada mesteña que pastaba entre los ríos Bravo y Nueces. Como medida de
defensa, el gobierno de la provincia y la Comandancia de las provincias Internas de
Oriente establecieron en Laredo la Tercera Compañía Volante del Nuevo Santander,
con la misión de impedir el paso a los indios, estuvo integrada con hombres provenien-
te de todas las Villas del Norte, Reynosa incluida. Si bien este aparato defensivo pudo
Rutas de las incursiones indiasLa presencia de los indios de las praderas en
el norte de la Nueva España se registró desde
el siglo XVII. Más tarde se incrementaría, de
tal modo que al momento en que México
se independizó, sus incursiones ya habían
rebasado el río Bravo. Para ello aprovechaban
el desierto de Llano Estacado y el Bolsón de
Mapimí, desde donde penetraban en distintas
direcciones del norte del país. En la imagen
se observa un mapa en el que se observan
los derroteros que seguían para depredar
en los estados de Coahuila, Nuevo León y
Tamaulipas, según lo consignó la Comisión
Pesquisidora de la Frontera Norte en 1873.
Esta dura realidad se prolongó en la región a
lo largo de casi todo el siglo XIX.
84
v i s i ó n h i s t ó r i C a d e r e y n o s a
contener la amenaza, al ocurrir la guerra
de insurgencia sufrió una profunda des-
articulación, lo que permitió a los indios
avanzar inconteniblemente sobre las
inermes provincias del Septentrión de la
Nueva España.
Al consumarse la independencia
nacional el problema de los indios de
las praderías se incrementaría para los
nacientes estados del Noreste, ya que
estos grupos fueron estimulados por
los colonos angloamericanos que avan-
zaban hacia el Oeste del Mississippi, al
negociar con ellos el botín de sus depre-
daciones a cambio de armas, alcohol y
otros productos, con lo que se aumentó
el grado de peligrosidad de sus incursio-
nes, al tener principalmente un propó-
sito de lucro. Estudios antropológicos
aseguran que los indios de las praderías
invadían el territorio mexicano también
para acopiarse de peyote, planta sagra-
da para ellos; así como para tomar cauti-
vos a mujeres y niños, a quienes integra-
ban a sus comunidades.
A partir de la independencia de Texas
en 1835, las incursiones e los indios se hi-
cieron más constantes y terribles, apro-
vechando la frontera indefinida que
se originó a causa de este conflicto. A
partir de entonces cruzaban sin dificul-
tad grandes contingentes hacia el sur
del río Bravo, penetrando hasta el nor-
te de Zacatecas y San Luís Potosí. Para
las Villas del Norte de Tamaulipas la
guerra india se convirtió en una terrible
pesadilla que produjo numerosas muer-
tes, elevadas pérdidas económicas y la
angustia por el secuestro de personas.
Desamparados por el ejército nacional,
Ranchería apacheLos indios de las praderas, apaches y
comanches, eran originarios de las grandes
llanuras de Norteamérica. Tenían un modo
de vida casi nómada, con un sedentarismo
estacional, de ahí el uso del tipi, que era
una tienda cónica transportable, hecha con
troncos delgados de madera como soporte,
cuya estructura se forraba con pieles de
bisonte, formando así en cualquier parte
pequeños asentamientos, apoyados en
la movilidad de sus caballos. Estimulados
por el robo de ganado, sus ataques pronto
adquirieron una gran violencia, secuestrando
incluso mujeres y niños. También conocieron
el uso del peyote al llegar a la región, lo que
motivaba sus incursiones hacia el norte de
México.
85
i r r u p C i o n d e l o s i n d i o s d e l a s p r a d e r a s
Cacería del cíbolo a caballoLos indios de las praderas se apropiaron
del caballo mesteño y lo incorporaron a su
modo de vida. Esto les proporcionó una gran
movilidad y la capacidad de perseguir a las
grandes manadas de bisontes, búfalos o
cíbolos que pastaban en las grandes llanuras
de Norteamérica. De hecho gran parte de su
sustento y economía cotidiana la soportaban
en los productos derivados de este enorme
rumiante, tales como vestido, alimento,
protección de la intemperie, cuerdas para
arco, adornos rituales y otros. Al seguir las
rutas cíclicas de los bisontes, los indios de las
praderas se fueron acercando paulatinamente
al norte de México, hasta que su presencia se
convirtió en una grave amenaza.
que era incapaz de enfrentarse a un
enemigo tan escurridizo, sus habitantes
organizaron la autodefensa, aunque en
ocasiones tuvieron que lamentar va-
rios dolorosos acontecimientos, como
el ataque en 1844 a la ranchería de Los
Moros, municipalidad de Guerrero, o el
fin de la vida ranchera entre los ríos Bra-
vo y Nueces.
Al definirse la frontera internacional
entre México y Estados Unidos en 1848,
prácticamente cesaron las incursiones
de los indios de las praderías al norte de
Tamaulipas.
Visto en perspectiva, puede decirse
que la lucha contra los indios de las pra-
deras acrisoló el carácter de la sociedad
norteña de México, cuya incidencia es-
tuvo presente desde la época colonial
hasta fines del siglo XIX, ya que si bien
los ataques menguaron en el bajo Bra-
vo al mediar ese siglo, los confines de
Chihuahua y Sonora se verían asolados
por casi media centuria más. De esta
forma es explicable la existencia de co-
munidades armadas en cada pueblo de
la región, lo que a su vez permitió su
inmediata movilización militar en ac-
ciones como la revolución de Ayutla, la
Reforma, la Intervención Francesa y en
último caso, durante la revolución que
estalló en 1910.
86
Texas en 1822Elaborado por Esteban Austin, cuyo padre
Moisés fue el primer colono angloamericano
a quien se le concedió autorización expresa
para poblar Texas. Es un mapa primitivo,
pero muestra los principales rasgos
geográficos y características de los fértiles
suelos de esta remota provincia mexicana,
apetecida por las ambiciones expansionistas
estadounidenses.
87
14PeRTURBaCion eXTR a nJeR a
en eL noRTe De MeXiCo
U na de las herencias más pesadas que recibió
México de su pasado colonial fue la amena-
za del expansionismo de los Estados Unidos,
que desde el principio del siglo XIX codició
los territorios septentrionales del imperio
español. Este nuevo país, que emergió de las
llamadas Trece Colonias inglesas en el Nuevo Mundo, tuvo varias ventajas iniciales a
su favor, como fue haber experimentado una corta guerra de emancipación y recibir
el reconocimiento como nación libre y soberana al poco tiempo por parte de su an-
tigua metrópoli, al tiempo que Europa se veía envuelta en severos conflictos bélicos
y revoluciones políticas. Ello le proporcionó tiempo para probar sin interferencias
su sistema de gobierno republicano y federal, adquiriendo pronto seguridad en sí
mismo y aún la posibilidad de expandirse al Oeste de los Montes Apalaches, gracias
al rápido incremento demográfico, estimulado por la creciente migración europea.
Esta dinámica se fortaleció con la adquisición de la Luisiana de manos de Napoleón
en 1804 y después obtuvo la península de la Florida, que España fue incapaz de con-
servar, siendo forzada además a firmar un tratado de límites con los Estados Unidos
en 1819, que fijó como linderos el río Sabinas, lo que permitió a los colonos angloame-
ricanos penetrar a Texas con la tolerancia de las autoridades novohispanas, tal como
lo hizo Samuel Austin y su hijo Esteban, sembrando la semilla del separatismo que
más tarde a México le tocó cosechar.
La Nueva España, por el contrario, había sufrido en las postrimerías coloniales de
severos controles fiscales por parte de su metrópoli que descapitalizaron a sus fuer-
Arenga de la comandancia de los Estados de OrienteAl consumarse la independencia de México,
la antigua jurisdicción militar en el noreste
se convirtió en la Comandancia de los
Estados Internos de Oriente. Sin embargo,
ahora sus problemas eran mucho mayores, al
incrementarse las depredaciones de los indios
de las praderas y, sobre todo, por la avalancha
de los angloamericanos sobre Texas.
88
v i s i ó n h i s t ó r i C a d e r e y n o s a
Esclavitud sureñaMuchos de los colonos angloamericanos
que ingresaron a Texas vinieron con sus
esclavos negros. Esa fue la base de su rápida
prosperidad, lo mismo que sus vínculos con su
país de origen. Al estar abolida la esclavitud
en México, su presencia representó un
espinoso problema legal. En la imagen, venta
de esclavos negros en un mercado de Estados
Unidos.
Texas en 1835Mapa elaborado sobre el patrón de
observaciones geográficas y astronómicas
realizadas por la Comisión de Límites a cargo
del general Manuel Mier y Terán hacia 1828.
Más tarde se le añadirían las localizaciones de
cada una de las grandes concesiones de tierras
hechas a varios empresarios colonizadores, en
su mayoría de origen estadounidense, como
se aprecia.
89
p e r t u r b a C i o n e x t r a n j e r a e n e l n o r t e d e m e x i C o
zas productivas, sufriendo una larga y
sangrienta guerra insurgente que aca-
bó por arruinar su sistema económico.
En el contexto mundial, la independen-
cia de México coincidió con una paz eu-
ropea que motivó a España a intentar
la reconquista, como lo hizo en 1829.
Esta nueva nación también fue presa
del emergente capitalismo mercantil,
atraído por la fama de la plata mexica-
na, estableciendo enclaves económi-
cos que se convirtieron en poderosos
factores de influencia sobre la política
interna de México en las primeras dé-
cadas de la vida independiente.
A los problemas de orden nacional,
en el Norte de México se sumaban la es-
casa densidad de la población, el raquí-
tico incentivo al desarro9llo económico
y el terrible flagelo de los indios de las
praderías. Era tan poca la articulación
de estas áreas periféricas con el núcleo
del país que el gobierno nacional orga-
nizó una Comisión de Límites en 1828
para recabar información sobre la fron-
tera septentrional, a cargo del general
Manuel Mier y Terán, quien se alarmó
por los numerosos colonos extranjeros
radicados ya en Texas, superando a la
población nativa, y que tarde o tempra-
no, como pronosticó, se convertirían
en un conflicto a la soberanía nacional.
En un intento para retener la provincia,
Terán instaló guarniciones, pero estas
se desintegraron por los conflictos po-
líticos de 1832-33.
La independencia de Texas final-
mente ocurrió en 1835, al tomar como
pretexto los colonos angloamericanos
la implantación de la República cen-
tral, cuando ellos habían recibido sus
primeras mercedes de tierras del go-
bierno absolutista español, así como
grandes concesiones del gobierno de
México, como la tolerancia a la escla-
vitud de los negros, la exención de im-
puestos y otras franquicias. Lamenta-
blemente y luego de una pésima cam-
paña militar, el Presidente Antonio
López de Santa Anna fue derrotado
por Samuel Houston a orillas del río
San Jacinto y para salvar la vida, firmó
un deshonroso e ilegal tratado que los
texanos aprovecharon como argumen-
to para reclamar límite al río Bravo y
que a partir de 1845 se convirtió en el
Casus belli que esgrimió Estados Uni-
dos para iniciar su guerra de interven-
ción contra México.
Otra de las consecuencias de los
acontecimientos en torno a la inde-
pendencia de Texas fue de carácter
económico, lo que influyó notable-
mente en el norte de Tamaulipas. Por
lo pronto el comercio con la provincia
infidente se prohibió, cuando antes
producía pingües ganancias, en tanto
que los ranchos situados en la Franja
del Nueces se vieron amenazados por
la era de incertidumbre que comenzó
a imperar, al no ser reconocida por
México la independencia de Texas.
Manuel Mier y TeránMilitar e ingeniero. Nació en la ciudad de
México en 1789. Se unió a la lucha insurgente,
donde tuvo una participación relevante.
En 1827-28 dirigió la Comisión de Límites
con los Estados Unidos y se alarmó por la
posible pérdida de Texas. Lo quiso remediar al
encargarse como comandante de los Estados
Internos de Oriente. Al fracasar, se suicidó en
1832.
90
91
15La FRonTeR a inDeFiniDa
1836-1846
En obediencia a Santa Anna, a pesar de su cautiverio, la ma-
yoría del Ejército de Operaciones sobre Texas, aún intacto,
se replegó a la línea del río Bravo y allí se mantuvo duran-
te diez años, en espera de recuperar el territorio perdido.
Como era natural, al acantonarse este contingente en unas
comunidades fronterizas en formación, alteró profunda-
mente su ritmo de vida; sin embargo, su presencia ayudó a confirmar la unidad nacional
en una región periférica amenazada por la intervención extranjera. El nuevo nombre de
esta falange fue Ejército del Norte con sede en Matamoros, donde obtenía su financia-
miento de la aduana marítima; empero, tuvo serios problemas para mantenerse, debi-
do a que las repercusiones de la independencia de Texas mermaron notablemente el
comercio exterior por este puerto, que además, los intereses proteccionistas del centro
del país intentaron clausurar, disminuyendo en consecuencia más su movimiento.
La crisis económica ocasionó el despoblamiento de Matamoros, mientras que las
Villas del Norte, como Reynosa, redujeron sensiblemente su nivel de subsistencia,
ya de por sí severamente golpeado por las sequías y los ataques de apaches y coman-
ches, que no eran cometidos por el ejército regular, obligando a los pueblos a su au-
todefensa. Esta situación originó, a contracorriente de la prohibición militar, que sus
habitantes recurrieran al contrabando en Texas, lo que aprovecharon algunos comer-
ciantes angloamericanos, como Henry Kinney, que estableció un negocio mercantil
en Corpus Christi, ante el vacío mexicano en la franja del Nueces.
En el plano político, las emergentes élites locales fueron desplazadas de sus po-
siciones de mando al implantarse la República Central. A partir de entonces, el De-
Antigua Ciudad GuerreroConocida originalmente como villa de Revilla,
fue una de las fundaciones hechas por José
de Escandón a orillas del río Bravo, en 1750.
Con la independencia, fue nombrada en honor
del general Vicente Guerrero. Fue un activo
centro ganadero y mercantil en el segundo
tercio del siglo XIX, tocándole estar en la
línea de combate durante la conformación
de la frontera con los Estados Unidos, siendo
asolada por ataques de los texanos e indios
de las praderas. Aquí un mapa a fines de esa
centuria, que muestra su estructura urbana.
En 1950 fue abandonada al construirse la Presa
Falcón. Hoy en día sus vestigios son un valioso
patrimonio cultural del estado de Tamaulipas.
92
v i s i ó n h i s t ó r i C a d e r e y n o s a
partamento del Norte de Tamaulipas
se convirtió en Prefectura Política, con
cabecera en Matamoros, funcionando
Reynosa como Subprefectura. Sin em-
bargo, ello no satisfizo a los grupos po-
líticos de la región, que ya para enton-
ces tenían como líderes al licenciado
Antonio Canales Rosillo, a Juan Nepo-
muceno Molano y a Jesús Cárdenas.
La inconformidad afloró en noviem-
bre de 1838 con una rebelión federalis-
ta de las Villas del Norte, al mando del
licenciado Canales, que inicialmente
arrinconó en Matamoros al Ejército del
Norte. Como medida de superviven-
cia, los rebeldes fronterizos buscaron
en Texas armas, mercenarios y refugio
eventual, que los llevó a ser considera-
dos traidores, cuando en realidad enca-
Texanos navegando en el Bravo
Singular estampa de la expedición punitiva
texana que incursionó en las villas del norte
de Tamaulipas en el invierno de 1842. Luego
de ocupar Laredo, sus fuerzas se dividieron.
Una parte retornó a Béjar y otra avanzó río
abajo. De ellos, unos avanzaron por tierra
sobre la margen izquierda y otros navegaron
por el río tras robarse unos botes. Al final,
todos fueron derrotados completamente en la
villa de Mier.
Circular de la Subprefectura de Reynosa 1841Conforme la Constitución política del estado
de Tamaulipas de 1825, la entidad se dividió en
tres departamentos político-administrativos:
norte, centro y sur. Durante la república
central, los departamentos se transformaron
en prefecturas. La prefectura del norte tenía
su cabecera en la ciudad de Matamoros, en
tanto que la villa de Reynosa figuraba como
una dependencia de ella: la subprefectura.
93
l a f r o n t e r a i n d e f i n i d a 1 8 3 6 - 1 8 4 6
bezaban un movimiento federalista ra-
dical, caracterizado por moverse en una
frontera internacional en formación de
lo que ellos, pragmáticamente, tenían
plena conciencia. A fin de fomentar la
división entre los mexicanos, la pren-
sa texana y de Nueva Orleáns aseguró
que los fronterizos deseaban crear la
República del Río Grande. Finalmente,
al no poder seguir sosteniendo sus re-
laciones en Texas, pero luego de haber
demostrado su resistencia y capacidad
de organización, los rebeldes negocia-
Antonio Canales RosilloOriginario de Monterrey, nacido en
1802. Desde joven residió en el norte de
Tamaulipas, entidad en la que hizo una
larga carrera política y militar. En 1838 se
rebeló contra la república central y obtuvo
por un tiempo beligerancia en Texas. En
1842 participó en la batalla de Mier junto al
general Pedro Ampudia. Más tarde estuvo
presente en la batalla de Palo Alto y Resaca
de la Palma, combatiendo con guerrillas al
ejército estadounidense. Fue gobernador de
Tamaulipas y fundó la villa de Miquihuana,
donde murió hacia 1870.
94
95
l a f r o n t e r a i n d e f i n i d a 1 8 3 6 - 1 8 4 6
ron un armisticio con el gobierno cen-
tral en 1840.
De 1841 a 1842 fue el período más
álgido de la frontera indefinida, al ocu-
rrir varios enfrentamientos, entre ellos
una expedición texana a Nuevo México
que terminó en estrepitoso fracaso y la
batalla de Lipantitlán, a orillas del río
Nueces, donde las milicias de las Villas
del Norte dispersaron una base texa-
na. Ante tales hechos, el presidente
Samuel Houston alentó la organización
de una fuerza punitiva contra el norte
de Tamaulipas, lo que intentó sin éxito,
al ser derrotada y obligada a rendirse
en el caserío de Mier, el 26 de diciem-
bre de 1842. El aplastante resultado de
esta acción de armas produjo un pro-
fundo resentimiento en Texas e hizo
patente su incapacidad de efectuar
contra México operaciones militares
de envergadura.
A pesar de reconocer inmediata-
mente los Estados Unidos la indepen-
dencia de Texas, su anexión se poster-
gó por asuntos políticos, vinculados a
la disputa de equilibrios entre los es-
tados norteños abolicionistas y los su-
reños esclavistas. Un lustro después,
durante la presidencia de John Tyler, la
cuestión volvió a ser considerada, no
sin provocar nuevamente posiciones
encontradas, por el mismo tema de
la esclavitud. Pero, al ver cancelada la
posibilidad de ejercer un segundo pe-
ríodo presidencial, Tyler se decidió por
ejercer sus competencias ejecutivas
para resolver las controversias y lo-
grar, a un día de entregar su mandato,
que se autorizara la anexión de Texas.
Circular de la Subprefectura de Reynosa 1844Los prefectos y subprefectos fueron
autoridades intermedias entre el gobernador
y los ayuntamientos. Esto ocurrió durante
la república central, entre 1835 y 1846,
cuando los estados fueron convertidos
en departamentos y sus gobernadores
designados desde la ciudad de México. A
su vez, desaparecieron la mayoría de los
ayuntamientos a nivel local, de ahí la gran
autoridad que ejercieron estos funcionarios.
Pedro AmpudiaNació en La Habana en 1805. Llegó a México
como alférez en 1821, adhiriéndose al Plan
de Iguala. Ya mexicanizado, se incorpora al
ejército donde asciende hasta general. En 1842
derrotó a una expedición punitiva texana en la
villa de Mier y en 1846 defendió a la ciudad de
Monterrey contra el ejército estadounidense.
También fue gobernador de Nuevo León.
96
Ocupación de Corpus Christi
Tras la anexión de Texas a Estados
Unidos en 1845, éste país hizo suyas
las reivindicaciones territoriales
texanas hasta el río Bravo. De
ahí la ocupación del ejército
estadounidense de la margen
derecha del río de las Nueces, con el
fin de provocar la guerra con México,
ya que ese territorio era parte de
Tamaulipas.
97
16La inTeRvenCión noRTea MeRiCa na
Zacarías TaylorNació en Virginia en 1784. Fue un militar
de carrera. En 1845 avanzó a Texas, con
la encomienda de iniciar la guerra con
México. Venció al Ejército del Norte cerca de
Matamoros y en Monterrey. En 1847 libró la
batalla de la Angostura frente a Santa Anna.
Fue presidente de Estados Unidos; falleció en
funciones en 1850.
Con la anexión de Texas a los Estados Unidos. La gue-
rra contra México se hizo inevitable, al predominar
los designios expansionistas inspirados en el Destino
Manifiesto, que se reafirmaron al acceder James Polk
a la presidencia, y proponerse durante su mandato
extender el dominio norteamericano hasta el Océa-
no Pacífico, e hizo suyas las demandas de Texas de fijar su límite en el río Bravo, por
encima de los derechos territoriales de Tamaulipas que llegaban hasta el río Nueces.
Con tal motivo, a fines de 1845 un ejército norteamericano al mando del general Zacarías
Taylor acampó en la bahía de Corpus Christi, avanzado después a Matamoros. El estalli-
do de las hostilidades ocurrió cuando una partida mexicana dispersó a unos dragones
norteamericanos en el paraje de Carricitos, que fue el pretexto para que Estados Unidos
declarar la guerra a México. Enseguida tuvieron lugar las batallas de Palo Alto y Resaca de
Guerrero, el 8 y 9 de mayo de 1846, siendo derrotado el Ejército del Norte al mando del
general Mariano Arista, quien evacuó el norte de Tamaulipas a los pocos días. La noticia
estremeció a los ayuntamientos de Matamoros y las Villas del Norte, que con el objetivo
de la inminente ocupación extranjera, esgrimieron el derecho del just gentium para man-
tenerse en funciones, lo que respetó el general Taylor.
El ejército americano entró a Reynosa en junio de 1846 y en ella mantuvo una guarni-
ción durante dos años. En este tiempo, la población fue testigo, primero de los prepara-
tivos del invasor para avanzar rumbo a Monterrey, tanto por tierra como por vía fluvial, a
través de vapores (steamboats); después, el ayuntamiento sufrió diversas presiones, ya
que grupos de soldados mexicanos segregados vagaban por los campos manteniéndose
98
v i s i ó n h i s t ó r i C a d e r e y n o s a
del pillajes, hostilizando eventualmente
a los norteamericanos, que a su vez les
exigían su exterminio. Otros, acusaban
a la población de no tener sentimientos
patrióticos, por tolerar la presencia del
enemigo y a cambio solicitaban dinero
con el argumento de usarlo en la resis-
tencia. También hubo que soportar los
ultrajes de los voluntarios texanos, que
recorrían los ranchos robando ganado.
Por su parte el general Antonio Cana-
les mantuvo una guerrilla que atacaba
las comunicaciones enemigas, e intentó
controlar el contrabando propiciado por
Batalla de Palo AltoTras avanzar el general Zacarías Taylor desde
Corpus Christi y situarse frente a Matamoros,
la guerra pronto dio inicio formal. El general
Mariano Arista llegó para combatirlo, pero
el factor sorpresa se disipó al demorar en
el cruce del río Bravo. Finalmente, ambos
ejércitos quedaron frente a frente en la
llanura de Palo Alto, el 8 de mayo de 1846.
un reducto indomable de los indios Pames y
Jonaces, con el apoyo de los franciscano del
Colegio de San Fernando de México,
99
l a i n t e r v e n C i ó n n o r t e a m e r i C a n a
los americanos para financiar sus gastos
de guerra. En este tiempo tampoco se
pudo solemnizar en Reynosa el retorno
al sistema federal y la promulgación de la
nueva constitución de Tamaulipas, que si
bien el enemigo no lo prohibió expresa-
mente, por prudencia se abstuvieron sus
autoridades.
El 4 de julio de 1847 la guarnición in-
vasora celebró el día de la independencia
de los Estados Unidos con un desfile mi-
litar a lo largo de la calle real (Hidalgo),
que culminó en la plaza de armas. En
previsión a una ocupación prolongada, el
Plano de batalla de Palo AltoDe acuerdo a los cánones bélicos de la
época, el Ejército del Norte y las fuerzas
estadounidenses se situaron en paralelo para
dar lugar a la batalla, como lo muestra este
plano, elaborado en base a un bosquejo de
Jean Louis Berlandier. En general la batalla
fue un duelo de artillería, con ventaja para
los invasores en virtud de su equipo más
moderno. Un intento de avance de caballería
mexicana fue frustrado y luego un incendio
del pastizal de la llanura inmovilizó a ambos
contendientes. Al caer el día, ninguno de los
dos ejércitos enfrentados podía proclamarse
vencedor.
100
v i s i ó n h i s t ó r i C a d e r e y n o s a
ejército americano acabó por administrar
las funciones públicas de la villa. Mien-
tras tanto, a nivel nacional, los norteame-
ricanos lograron ocupar el Noreste, pero
cambiaron de estrategia para apoderarse
del centro neurálgico del país, al desem-
barcar en Veracruz y ascender directa-
mente a la altiplanicie mexicana, cuya
capital tomaron el 16 de septiembre de
1847, luego de vencer una heróica pero
inútil resistencia.
El fin de la guerra se formalizó con el
Tratado de Guadalupe Hidalgo, el 2 de
febrero de 1848. Sin embargo, la desocu-
pación del norte de Tamaulipas dilató
cinco meses, tiempo en el que paulatina-
mente las autoridades locales fueron re-
cuperando sus facultades. En Reynosa la
administración norteamericana terminó
el 8 de julio de ese año, cuando el señor
Guillermo Estil entregó las funciones del
cobro de alcabalas, contribuciones direc-
tas y otros ramos, para enseguida pasar
el vado del río Bravo con las últimas tro-
pas extranjeras.
Con la adquisición de los territorios
del norte de México y su correspondien-
te acceso amplio al Océano Pacífico, los
Estados Unidos adquirieron una dimen-
sión continental que sentó las bases de
su fuerza como potencia imperialista,
que habrían de ejercer desde entonces
en todos los rincones del mundo, un
poderío que, a pesar de sus altibajos, se
mantiene hasta nuestros días. Para Méxi-
co la experiencia de la guerra provocó
una profunda crisis política que catalizó
la cristalización definitiva de un proyecto
viable de país, aunque este proceso de-
bió transitar todavía por casi dos décadas
de enfrentamientos sin cuartel entre los
partidos conservador y liberal.
Campamento americano en Camargo
Luego de las batallas de Palo Alto y la Resaca
de Guerrero, los invasores norteamericanos
ocuparon Matamoros. El siguiente paso era
atacar Monterrey, para lo cual requerían de
toda una logística que incluía ocupar las villas
del norte y de allí al centro de Nuevo León.
Entonces Reynosa fue ocupada por el invasor,
en tanto que Camargo se convirtió en un
depósito de guerra, hasta donde llegaban los
trenes de carros o los vapores de río, llevando
los pertrechos, armas y víveres. También allí
sufrieron de muchas bajas, pero no en batalla,
sino a consecuencia de la disentería, lo que
diezmó al ejército de Zacarías Taylor, lo que
hizo tambalear su ofensiva al interior de
México.
Batalla de la Resaca de la Palma
Al retirarse rumbo a Matamoros, el general
Arista acampó junto a un cuerpo de agua,
cruzado por un estrecho camino. Pero al
día siguiente fue atacado vigorosamente
por sorpresa por los estadounidenses,
sin poder reaccionar con diligencia. Esto
desbandó al cuerpo de su ejército, que acabó
completamente derrotado. En consecuencia,
Matamoros se abandonó sin combatir.
101
l a i n t e r v e n C i ó n n o r t e a m e r i C a n a
102
Circular de la Jefatura Política del Norte
Con la reimplantación del federalismo en 1847, en plena guerra de
intervención americana, fueron derogadas las prefecturas, en tanto
que los estados y municipios recobraron muchas de sus prerrogativas
políticas y administrativas. De ahí la reinstalación de la jefatura
política del norte de Tamaulipas.
103
17eFeC Tos DeL TR aTaDo
De GUaDaLUPe HiDaLGo
La pérdida de la franja del NuecesMapa que muestra el segmento territorial
entre los ríos Bravo y Nueces, que de acuerdo
al Tratado de Guadalupe Hidalgo, se integró a
Estados Unidos.
Al término de la guerra de intervención norteameri-
cana y de la firma del tratado de paz, México tuvo
que ceder un poco más de la mitad de su territorio
a los Estados Unidos, definiéndose la frontera a
partir de la boca del río Bravo hasta Paso del Nor-
te, Chihuahua, y de allí, horizontalmente, por el
paralelo 32 a través del desierto, hasta el Océano Pacífico, línea que en 1854 se modi-
ficó con la venta de la Mesilla a los Estado Unidos.
Para Tamaulipas, el tratado de paz significó la mutilación de una tercera parte de
su territorio, unas 4 000 leguas cuadradas, situado entre los ríos Bravo y Nueces,
que era donde se ubicaban los ranchos y agostaderos más extensos de los vecinos
de Matamoros y las Villas del Norte, perteneciendo en lo sucesivo al sur de Texas.
Estimaciones de la época calcularon que el precio de este espacio era de 25 millo-
nes de pesos, que nunca fueron pagados, a pesar del reclamo de indemnización
promovida por el gobierno de Tamaulipas. Además, las pérdidas en ganado y bienes
de campo alcanzaron los siete millones de pesos, más los dos millones de caballos
mesteños que pastaban es este espacio. La jurisdicción de Reynosa perdió la parte
situada a la izquierda del Bravo, donde se localizaban las porciones 38 a la 80 y una
sección de los ejidos de la antigua Reynosa, lo mismo que importantes rancherías,
formadas por las mercedes de tierra que los gobiernos colonial y mexicano, como
San Salvador del Tule, Santa anita, las Mesteñas-Pititas-El Abra, La Blanca, Santa
Equiteria, El Alazán, San Juan de Carricitos, Llano Grande y otros. Pérdidas muy
significativas para Reynosa fueron las Salinas del Rey, cuyos yacimientos formaban
104
v i s i ó n h i s t ó r i C a d e r e y n o s a
parte destacada en la economía ran-
chera del norte de Tamaulipas.
La definición de la frontera trajo
igualmente el inmediato estableci-
miento de la población de Edinburg,
frente a Reynosa, que se integró a la
nueva cadena de poblaciones norte-
americanas a lo largo del río Grande,
desde Brownsville a Laredo, que in-
cluía a Río Grande City, Roma y Zapa-
Roba vacas en acciónEl abigeato fue una práctica delictiva en
el norte de Tamaulipas y el sur de Texas,
una vez que se estableció la frontera. Sus
motivaciones eran diversas, al proliferar las
bandas de hombres armados y sin ley, siendo
el noreste de México la región más afectada.
Los nuevos colonos angloamericanos
utilizaron el abigeato contra los ranchos de
los mexicanos, a fin de presionarlos a vender
sus tierras. Paralelamente, financiaban bandas
para robar ganado en México, floreciendo las
propiedades de los recién llegados.
Comunicación de la Comisión de LímitesEl Tratado de Guadalupe Hidalgo estipuló
que tanto México como Estados Unidos
nombrarían sus respectivas comisiones de
límites para formalizar en el terreno la nueva
frontera internacional. En el caso del extenso
tramo de Paso del Norte a la boca del río
Bravo, el cauce más profundo sería el límite.
En la imagen, un oficio del comisionado
estadounidense al alcalde de Reynosa.
105
e f e C t o s d e l t r a t a d o d e G u a d a l u p e h i d a l G o
ta. Edinburg se constituyó en la cabe-
cera del condado de Hidalgo y hasta
las primeras décadas del siglo XX fue
la única población importante en su
jurisdicción.
Aunque el sur de Texas mantuvo
en la segunda mitad del siglo XIX un
predominio de población de origen
mexicana, el poder político recayó en
los anglosajones, llegados a la región
deseosos de hacer rápida fortuna en
una frontera que distó de mantenerse
tranquila en las primeras décadas que
siguieron a su formación. Este ambien-
te de inestabilidad, aunado a la preten-
dida superioridad que manifestaban
los anglosajones, interesados aún en
un mayor botín territorial a expensas
de México, originó que se cometieran
numerosos hechos de violencia contra
los habitantes del norte de Tamaulipas,
en flagrante violación al tratado de
paz, como el filibusterismo y el abigea-
to. El filibusterismo se caracterizó por
ataques de bandas armadas a territo-
rio mexicano, con intenciones de pilla-
je y abierta hostilidad, recubiertos con
un tinte político. En 1853 Reynosa fue
víctima de la incursión de N.P. Norton,
juez del condado de Starr, quien al fren-
te de cuarenta norteamericanos y diez
mexico-texanos, asaltó la población el
26 de marzo de 1853, tomando como
rehén a su alcalde, Trinidad Flores, y a
otras personas, a los que amenazó con
fusilar si no recibía treinta mil pesos;
pero ante la ausencia de esa cantidad,
acabó por conformarse con dos mil pe-
sos, más el robo de caballada y otros
bienes que sustrajeron de varias casas.
El abigeato fue activamente promovi-
do por personajes distinguidos del sur
de Texas, que formaron gavillas que
cruzaban el Bravo para robar ganado,
contando a su favor con la indiferencia
de las autoridades norteamericanas
para evitar estos delitos organizados,
desde el territorio de los Estados Uni-
dos, siendo un lucrativo medio para la
creación de grandes fortunas, como la
del famoso ganadero Richard King.
Contrabandistas cruzando el BravoOtra repercusión directa al delinearse la
frontera en el río Bravo, fue el comercio ilegal
o contrabando, a mucha mayor escala del que
antes provenía del puerto de Matamoros.
Ahora había una oferta mercantil extranjera
del otro lado del río, a precios muy accesibles,
en tanto que en la orilla mexicana el abasto
interno no existía; en cambio los aranceles
de importación eran muy elevados y la
fiscalización rigurosa. De ahí el contrabando,
no solo para el consumo inmediato, sino para
introducir mercancías al interior del país.
106
El noreste a mediados del siglo XIX
Según se aprecia en este magnífico mapa de la Comisión
Pesquisidora de la Frontera Norte. Tamaulipas ha perdido la
franja del Nueces, lo mismo que Coahuila una porción de la
margen izquierda del Bravo. Nuevo León aún no colinda con
el río, sino que lo hará hasta 1892. Se trata del nuevo noreste
mexicano, en una nueva relación internacional con Texas.
107
18Rey nosa a MeDiaDos DeL siGLo XiX
Circular de la Prefectura del Distrito del Norte A raíz de la post guerra, México tuvo una serie
de turbulencias políticas que posibilitó el
retorno al poder de Antonio López de Santa
Anna. Éste impuso un régimen dictatorial y
cuasi monárquico, al llamarse como “alteza
serenísima”. Por tanto el país volvió a
centralizarse, retornando la vigencia de las
prefecturas políticas y la disminución de los
poderes locales. En la imagen, una circular de
la prefectura del norte a las autoridades de
Reynosa.
Después de la mutilación territorial de la Franja
del Nueces y de la evacuación del ejército nor-
teamericano, el norte de Tamaulipas entró en
una fase de reorganización política y militar. Al
estar vigente el sistema federal, se reinstaló la
jefatura política, con sede en Matamoros, y los
ayuntamientos volvieron a tener vida propia. Por su parte, la Defensa de la frontera
tuvo nuevas adecuaciones, al desaparecer el Ejército del Norte, situándose principal-
mente la brigada del general Francisco Ávalos, quien se hizo cargo del Distrito Norte
de Tamaulipas hasta 1853, cuando al acceder al gobierno nacional Antonio López de
Santa Anna, la región estuvo militarmente a cargo del general Adrián Woll, quien
fungió como gobernador de Tamaulipas.
En esa época de la posguerra y de acuerdo al censo de Apolinar Márquez, en
1853 Reynosa teína en su jurisdicción un total de 4,766 habitantes, que de acuerdo a
una clasificación étnica de sus pobladores, 1,500 eran “europeos”, 2,900 individuos
de composición “mixta de europeo e indígena”, eran 86 de composición “mixta de
indígena y africana”, y 100 de composición “mixta de europeo y africana” y 200 “in-
dígenas” autóctonos; aparte, dos extranjeros vivían en esta comunidad, un francés
y un ciudadano de la Gran Bretaña. La ganadería continuaba como la base econó-
mica registrando un censo de 2,300 cabezas de ganado bovino y el mismo número
de ganado caballar, más 10,111 ovejas y 2,115 cabras; actividad que ocupaba a 80
sirvientes y otros tantos vaqueros. La agricultura era de 130 fanegas de sembradu-
ra, treinta de ellas de frijol, que reportaba un valor anual de ·3,600; y cien fanegas
108
v i s i ó n h i s t ó r i C a d e r e y n o s a
de maíz que reportaba al año un valor
de $2,000. El monte también hacia un
aporte a la economía local, al generar
ganancias de $2,670 al año por con-
cepto de extracción de leña, además
de la cacería de unos 200 venados y
300 jabalíes. El comercio era pequeño,
reducido a 11 tendajos, 2 de tiendas de
géneros y una tienda mixta de abarro-
tes, más una panadería y un billar.
José María CarvajalOriundo de San Antonio de Béjar. Se educó en
los Estados Unidos y abrazó al protestantismo.
Participó en diversos cargos públicos en Texas
y por un tiempo apoyó su independencia. Se
adhirió a la rebelión federalista de las villas
del norte y se mantuvo en la región. En 1851
organizó un movimiento armado bajo el plan
de la Loba, que pudo haber servido a los
intereses expansionistas estadounidenses.
Más tarde se unió a la causa liberal mexicana.
En 1854 y al estallar la revolu-
ción de Ayutla, el norte de Tamaulipas,
como el resto del país se vio sacudida
por una encarnizada guerra civil contra
la dictadura santannista. Los oposito-
res al régimen comenzaron sus prepa-
rativos en territorio americano, donde
organizaron una junta revolucionaria
en Brownsville, dirigida por brillantes
liberales como Melchor Ocampo y Pon-
ciano Arriaga, mientras que la represen-
tación local estuvo a cargo de Juan José
de la Garza. En abril de ese año se dio la
rebelión de Lampazos, Nuevo León, en-
cabezada por Santiago Vidaurri quien se
apoderó de Monterrey, autoproclamán-
dose dirigente del movimiento liberal
en el Noreste. Enseguida Juan José de la
Garza tomó Guerrero, Mier y Camargo,
e intentó envolver al general Woll en
109
r e y n o s a a m e d i a d o s d e l s i G l o x i x
Reynosa, quien al intuir esta operación,
se replegó a Matamoros, una plaza prác-
ticamente inexpugnable. No obstante,
las fuerzas de la brigada Garza lograron
derrotar completamente en el paraje de
Piedra Agujerada, al sur de Reynosa, a
una columna de 130 dragones al mando
de Pedro Quintero, en donde fusilaron
a Lázaro Farías y Crescencio Loza, esbi-
rros de la dictadura.
Con el derrocamiento de san-
ta Anna en 1855, el país comenzó la
construcción de una república federal
basada en los principios liberales, tal
como se plasmó en la Constitución de
1857. Sin embargo, hubo una reacción
conservadora que sumergió al país
en la guerra de reforma, en la que se
impusieron las fuerzas liberales. Sin
embargo, el partido conservador bus-
có el apoyo extranjero y entre 1861 y
1867, México sufrió la Intervención
Francesa, que impuso al Imperio de
Maximiliano. Lejos de caer en el des-
aliento, los liberales mexicanos orga-
nizaron una tenaz resistencia, como
decididamente se hizo en el norte de
Tamaulipas, hasta finalmente derrotar
a la injerencia extranjera.
Circular de la Brigada GarzaSorprendido por el pronunciamiento de
Santiago Vidurri estando en el sur de Texas,
el licenciado Juan José de la Garza también
se apresuró a rebelarse contra la dictadura
de Santa Anna. Sin embargo, el emergente
hombre fuerte de Nuevo León sólo aceptó
que se subordinara a él como segundo en
jefe del Ejército Restaurador de la Libertad,
desconociendo igualmente los planes políticos
de la Junta de Brownsville, integrada entre
otros por Melchor Ocampo.
110
Las riberas del río Bravo Con el Tratado de Guadalupe Hidalgo, en 1848
el río Bravo se hizo el límite internacional
entre México y Estados Unidos. Ello también
implicó se convirtiera en un punto de intenso
intercambio comercial, en virtud de la activa
dinámica mercantil que caracterizaba a las nuevas
poblaciones fronterizas estadounidenses, así
como por las enormes demandas de mercancías
que se hacía desde el lado mexicano. De ahí que
surgiera el contrabando a gran escala, ya que los
impuestos aduanales mexicanos a la importación
de mercancías eran rígidos y excesivos.
111
19La inFLUenCia
DeL CoMeRCio eXTeRioR
Circular de la Aduana de ReynosaDesde su creación en la década de 1820,
la aduana marítima de Matamoros era la
única oficina fiscal en el bajo río Bravo,
situación que cambió con la conformación
de la frontera, pero sin que las autoridades
mexicanas hicieran nada por cambiar. Fue
entonces que en 1855 y como parte de una
política revolucionaria y liberal, que Santiago
Vidaurri decretó la formación de nuevas
aduanas fronterizas, entre ellas una instalada
en la villa de Reynosa.
Al definirse la frontera, el norte de Tamaulipas que-
dó directamente en contacto con la economía de
los Estados Unidos, haciendo imposible la perma-
nencia de los aranceles obsoletos del sistema fis-
cal mexicano para normar el flujo mercantil que
se generó de norte a sur a partir de ese momento.
A pesar de ello, el gobierno nacional no cambió su política proteccionista, sin con-
siderar que los pueblos de la frontera norte se encontraban desvinculados de los
centros productivos del país; además fue incapaz de aplicar una tarifa arancelaria
compensatoria al desequilibrio económico que se experimentaba en la región, y
por el contrario, se limitó a expedir en 1849, el paliativo de un permiso temporal
para la importación de víveres libre de impuestos.
Como era de esperarse, el contrabando floreció no solo para abastecer a los
pueblos fronterizos, sino que las mercancías eran introducidas a todo el Norte y
aún hasta la feria de San Juan de los Lagos y la propia capital del país. En respuesta,
el gobierno nacional creó el Contrarresguardo de Nuevo León y Tamaulipas en 1850,
una corporación aduanal militarizada cuyo objetivo era impedir a toda costa el co-
mercio ilegal, generándose continuos hechos de violencia entre contrabandistas
y los agentes fiscales, con saldo de muerte en ambas partes y enconos que polari-
zaron la animosidad de los habitantes de la frontera contra los representantes del
poder central.
El resultado de esta confrontación fue la rebelión de La Loba, encabezada por
José María Carvajal, en cuyo plan, redactado el 3 de septiembre de 1851, se recha-
112
p a n o r a m a h i s t ó r i C o d e r e y n o s a
zó la militarización de la frontera y la
política fiscal represiva impuesta por
el gobierno nacional, proponiendo el
retiro de las tropas y una sensible baja
de los aranceles vigentes, así como la
apertura de una aduana alterna a la de
Matamoros, que se situara en Reyno-
sa. Ante esos argumentos, que com-
partían los fronterizos, el vecindario y
las autoridades de Reynosa encabeza-
dos por Manuel de la Viña, apoyaron el
movimiento. Mientras tanto, en Mata-
moros, el general Francisco Avalos se
preparó a resistir y para deslegitimar
a los rebeldes, redujo las tarifas adua-
nales; éstos, por su parte, comenzaron
a ser mal vistos al incorporar entre sus
filas a mercenarios americanos. Car-
vajal atacó Matamoros en octubre de
1851, pero Avalos pudo resistir, al con-
tar con el apoyo de los habitantes de
la ciudad. Finalmente, los rebeldes se
retiraron para ser derrotados en el
paso del Azúcar, a orillas del río San
Juan, en febrero de 1852 por el general
Antonio Canales Rosillo.
Con el triunfo del Plan de Ayut-
la, los jefes norteños estuvieron en po-
sibilidad de satisfacer las demandas de
los habitantes de la frontera y de obte-
ner facilidades para el comercio exte-
rior. Así lo entendió Santiago Vidaurri,
gobernador de Nuevo León y jefe de la
Santiago VidaurriOriundo de Lampazos, hizo una carrera
burocrática en el gobierno de Nuevo León.
En 1855 se pronunció contra Santa Anna en
consonancia con la revolución de Ayutla. Sin
embargo, este personaje ejerció un caudillaje
autoritario y construyó una poderosa base de
poder, financiándose en buena medida en el
control aduanal y el comercio fronterizo del
noreste del país.
113
l a i n f l u e n C i a d e l C o m e r C i o e x t e r i o r
revolución liberal en el noreste, quien
con el interés de ampliar su influencia
política a los pueblos del norte de Ta-
maulipas, autorizó el 4 de octubre de
1855 la apertura de la aduana de Rey-
nosa. No obstante. El celo de los jefes
tamaulipecos le impidieron tener un
control directo de esta región aunque
sí prevaleció el arancel vidaurri .
En 1858 y al reasumir Tamauli-
pas su soberanía absoluta como con-
secuencia del estallido de la Guerra de
Reforma, el gobierno local decretó
el establecimiento de la Zona Libre
de comercio en todo el norte del es-
tado, que permitía la importación de
mercancías libres de impuestos para
el consumo de las poblaciones fron-
terizas. Otro momento importante
del comercio exterior que se vivió en
la región en esta época fue durante
la Guerra Civil norteamericana, entre
1861 y 1865, al utilizar la confedera-
ción al norte de Tamaulipas como vía
de salida a su producción algodonera
rumbo al mercado mundial, ante el
bloqueo de sus puertos por la marina
de los Estados Unidos.
Circular de la Comandancia de la Línea del BravoAl implantarse un orden político liberal, las
nuevas autoridades trataron de mantener la
seguridad y la soberanía mexicana a lo largo de
la frontera internacional. Para tal efecto se creó
una comandancia con jurisdicción a lo largo de
todo el bajo Bravo, cuya comandancia residía
en el puerto de Matamoros. Por su localización,
Reynosa era el primer punto de enlace.
114
Comunicación del comisionado ad hoc en el distrito del norte
Debido a una fuerte pugna electoral que envolvió al estado
de Tamaulipas hacia 1861, misma que derivó en una colisión
entre los partidos Rojos y Amarillos, la entidad padeció
de una auténtica guerra civil, misma que coincidió con el
amago a México de la Triple Alianza y la posterior Invasión
Francesa. Por tanto el gobierno federal declaró el estado
de sitio en Tamaulipas y nombró autoridades para que
mantuvieran el orden social y político. Tal fue el caso del
comisionado especial o ad hoc para el norte del estado,
cuya expresión vemos en esta carta.
115
2oLa inTeRvenCión FR a nCesa
Tomás MejíaDe ascendencia indígena procedente
del la Sierra Gorda queretana, forjó una
sólida carrera militar muy ligada al partido
conservador. De ahí que durante el imperio
de Maximiliano haya sido nombrado como el
comandante del departamento de Matamoros,
donde se mantuvo abastionado por casi dos
años. Al final, murió junto al emperador en el
Cerro de las Campanas.
Para 1861 los problemas derivados de la Guerra de Refor-
ma y del endeudamiento externo, situaron a México en
graves dificultades con sus acreedores europeos, los que
exigieron con la fuerza el pago de sus compromisos finan-
cieros. Para tal efecto se situó frente a Veracruz una flota
de la llamada Triple Alianza, integrada por barcos de las
armadas de la Gran Bretaña, España y Francia. Con habilidad diplomática, el gobierno
del presidente Benito Juárez persuadió a estas potencias de dar un tiempo de gracia
al país, sin negar sus compromisos financieros internacionales. Para los ingleses y
españoles el acuerdo celebrado los dejaba satisfechos. Pero no sucedió lo mismo con
los franceses, ya que en realidad su interés era intervenir en México.
En efecto, el emperador Napoleón III estaba empeñado en implantar un imperio
latino en América, con cabecera en México, aprovechando la división que imperaba
en los Estados Unidos, donde tenía lugar la confrontación entre la Unión y la Confe-
deración, la llamada Guerra Civil. Para lograr tales propósitos contó con el apoyo del
partido conservador mexicano, que aunque derrotado, buscó a través de emisarios
el apoyo en Europa para dar de nuevo la batalla. A ello se agregó la idea de que dicho
imperio fuera gobernado por un descendiente de la casa de los Habsburgo.
Bajo esos patrocinios Maximiliano de Habsburgo se decidió a ser el empera-
dor de México, a donde llegó en 1864, luego de dos años de intensa campaña del
ejército francés. Antes, el presidente Juárez abandonó la ciudad de México y buscó
refugio en el norte del país, sumando adhesiones pero también enfrentando a los
indecisos, como a Santiago Vidaurri, el caudillo nuevoleonés, quien al final tomó
116
v i s i ó n h i s t ó r i C a d e r e y n o s a
partido por el imperio. Al final, Juárez
se situó en Paso del Norte, Chihuahua.
En Tamaulipas en esa época se
prolongaban las disputas políticas in-
ternas. Incluso Juan Nepomuceno Cor-
tina había tomado el poder por la fuer-
za, situándose en Matamoros. Y hasta
allí le llegó la presión imperialista, con
una fuerza al mando del general Tomás
Mejía, por lo que debió reconocer por
un tiempo al gobierno imperial.
En 1865 los esfuerzos de la resis-
tencia republicana se intensificaron,
tomando la iniciativa. Fue cuando el ge-
neral Mariano Escobedo formó el Ejér-
cito del Norte, sitiando por un tiempo
la plaza de Matamoros. Y en ese ir y
venir de tropas de uno y otro bando, la
villa de Reynosa fue un escenario pri-
vilegiado en estos acontecimientos, a
la vez que fluía el dinero en la frontera
por el tráfico del algodón confederado.
Con el fin de la Guerra Civil en
los Estados Unidos, los días del imperio
de Maximiliano estuvieron contados, a
la par del creciente número de victorias
de las tropas republicanas, que ahora
podían abastecerse de armamento en
el país vecino, al tiempo que el presi-
dente Juárez recibía el aval diplomático
del gobierno de Washington.
A inicios de 1866 el puerto de
Bagdad fue saqueado por tropas esta-
Tropas extranjeras junto al BravoDebido a la situación estratégica del bajo
río Bravo, en una época en que a la izquierda
del río ocurría la Guerra Civil y del lado
mexicano Maximiliano de Habsburgo pretendía
entronizarse en México, la región fue reforzada
por tropas extranjeras, procedentes de Francia,
Austria y Bélgica. En la imagen, un cuerpo de
esos soldados tropas junto al vapor “Antonia”,
que recorría las aguas del Bravo desde su boca
hasta más arriba de Reynosa.
Servando Canales MolanoHeredero de un arraigado grupo político de
poder en Tamaulipas, este impetuoso personaje
quiso erigirse en el mandamás político de la
entidad en plena guerra contra la Intervención
Francesa. Participó en épicas acciones de
guerra junto a las tropas republicanas, pero a
fines de 1866 se autoproclamó gobernador del
estado, distrayendo la atención del esfuerzo
bélico juarista. Para 1870, finalmente se
convertiría en el hombre fuerte de la entidad,
hasta su muerte en 1880
117
l a i n t e r v e n C i ó n f r a n C e s a
dounidenses irregulares, con el con-
sentimiento del general Escobedo, en
tanto que en el sur de Tamaulipas, en
Tantoyuquita, Pedro José Méndez les
propinó –aún a costa de su muerte–
una severa derrota a los imperialistas,
al incendiarles un cargamento, salido
de Tampico rumbo a san Luis Potosí. Y
es que la guerra era también económi-
ca, de ahí la importancia de interceptar
al comercio que financiaba al imperio.
Y así se repitió el 16 de junio de
1866 en las lomas de Santa Gertrudis,
cuando un convoy comercial y militar
imperialista, luego de salir de Mata-
moros y estar en Reynosa, fue atacado
por los republicanos, que lo derrotaron
e incautaron las mercancías. En conse-
cuencia, Tomás Mejía debió abandonar
Matamoros y con ello dar por termi-
nada la intervención extranjera y el
imperio de Maximiliano en el norte de
Tamaulipas.
Batalla de Santa GertrudisTras sufrir el acoso de los ejércitos
republicanos, en junio de 1866 los
imperialistas intentaron un cuantioso enlace
comercial entre Matamoros y Monterrey,
para lo cual se organizaron gruesas columnas
armadas. Sin embargo, el general Mariano
Escobedo interceptó al cargamento salido
del puerto, en las inmediaciones de la villa
de Camargo. Allí, tras un cruento combate,
derrotó a los imperialistas y se quedó con un
gran botín de guerra.
118
v i s i ó n h i s t ó r i C a d e r e y n o s a
Reynosa a fines del siglo XIX
Como se aprecia en este plano hecho por la Comisión
Internacional de Límites y Aguas durante un
reconocimiento para la eliminación de los bancos
del río Bravo, la villa de Reynosa era una pequeña
localidad. Ya para entonces al sur de la población se
había trazado la vía ferroviaria entre Matamoros y
Monterrey, como también se aprecia el asentamiento
de Hidalgo del otro lado del río. El plano muestra
igualmente el antiguo curso del río Bravo (en azul), en
tiempos del primer reconocimiento limítrofe hecho en
1853 por los comisionados Emory y Salazar.
119
21ULTiMo TeRCioDeL siGLo XiX
Esta época está identificada en la historia de México por la
prolongada permanencia del general Porfirio Díaz, al fren-
te de la presidencia de la república, la que ocupó por vez
primera en 1877. De hecho un año atrás había merodeado
en el norte de Tamaulipas, bajo el lema del Plan de Tuxte-
pec. En esa ocasión Reynosa fue ocupada por una columna
porfirista al mando del coronel Miguel de la Peña, el 2 de marzo de 1876. Después, Díaz
cruzó el río Bravo procedente del sur de Texas, ocupó Matamoros y avanzó hacia Nuevo
León. Sin embargo, el triunfo de su movimiento lo consumó en el centro del país.
A la par de estos sucesos comenzaron a desmantelarse los viejos conflictos fronteri-
zos, en gran medida por la firma resolución del presidente Díaz a salvaguardar la sobe-
ranía mexicana frente a las presiones estadounidenses. Entonces comenzó una etapa
de coincidencias políticas y económicas entre ambas naciones, lo que se reflejó en la
construcción de ferrocarriles que enlazaron a México con los Estados Unidos.
Entre los acontecimientos más notables de este período histórico en Reynosa, cabe
mencionar la fragmentación de su jurisdicción original. Varias fueron las razones para
que esto ocurriera. Una tenía su origen en el crecimiento natural de las poblaciones y
sus expectativas de una emancipación política, y la otra en los linderos no conformes
con la municipalidad vecina. En el primer caso se trató de la antigua villa de Reynosa,
la que ante los intentos autonomistas o separatistas de la vecina congregación de San
Miguel de las Cuevas, solicitó en 1871 al congreso del estado la posibilidad de erigirse en
cabecera municipal, alegando contar con una población de más de 800 habitantes, así
como de los recursos suficientes para solventar sus gastos administrativos.
Porfirio DíazNativo de Oaxaca, se forjó en la carrera
de las armas. Combatió con decisión a la
Intervención Francesa, destacándose como
uno de los principales jefes republicanos. Por
ello aspiró a suceder al presidente Benito
Juárez, contra quien se rebeló en 1872. Más
tarde, en 1876, proclamó el plan de Tuxtepec,
con la idea de acceder a la Presidencia de la
República. En ese empeño inició sus acciones
en el norte de Tamaulipas. Sus adeptos
ocuparon Reynosa y enseguida ocuparon
Matamoros. Al final consumó su propósito,
perpetuándose en el poder.
120
v i s i ó n h i s t ó r i C a d e r e y n o s a
Entre sus argumentos, la antigua vi-
lla de Reynosa decía haber sido uno de
los asentamientos originales del Nuevo
Santander, lo que decidió a la legislatu-
ra local a expedir el decreto número
62 de julio 18 de 1873, autorizándose
su erección como nuevo municipio,
sujeto a cubrir todas las formalidades
del caso. Sus habitantes incluso quisie-
ron que se les llamara como “Reynosa
Díaz”, en honor a los combatientes de
la intervención francesa y en especial
del general Porfirio Díaz. Sin embargo,
debido a la oposición de las autorida-
des de Reynosa y de las congregaciones
de Charco Escondido y Los Anzaldúas,
se derogó el decreto que autorizaba la
creación del nuevo municipio. Solo le
quedaría el nombre de Reynosa Díaz a
la antigua Reynosa.
Por cuanto al separatismo de San Mi-
guel de las Cuevas, el asunto fue más
complicado, pues al estar más separado
de la cabecera municipal, su apego a las
autoridades locales era menor. Además,
sus habitantes eran rancheros que bata-
llaron para hacerse de la propiedad de la
tierra, la que acabaron por expoliar de la
que era de los indios de la misión de San
Joaquín de Monte, situación que acabó
por regularizar el general Adrian Woll en
1854. Esto les dio un aliento de autono-
mía, que quisieron aprovechar una vez
que el país entró en una paz social, alen-
tados igualmente las disputas limítrofes
entre Camargo y Reynosa. Como un pri-
mer paso, en 1871 sus vecinos se decidie-
ron por separarse de Reynosa, pasando
a ser parte de Camargo, el 28 de junio
de 1871, por decreto del congreso local.
Proyecto de irrigación en el bajo San JuanUna de las manifestaciones de la paz social
del Porfiriato fue la expresión del desarrollo
económico en muchos rincones del país,
especialmente el norte de México. En ello
influyó la construcción de los ferrocarriles,
incentivando sectores estratégicos como
la agricultura de riego. Tal fue el caso de la
Compañía de Irrigación del san Juan, que
pretendía regar terrenos extrayendo agua de
esta corriente fluvial, desde Camargo hasta
Reynosa.
121
u l t i m o t e r C i o d e l s i G l o x i x
Anuncio de un festejo cívico patriótico
Durante el Porfiriato fue la época en que
se acrisoló en México el imaginario cívico
y oficial de la historia del país. De ahí la
elaboración de libros monumentales sobre
el origen e identidad del país, que se tradujo
en múltiples cartillas de enseñanza sobre
los valores basados en las gestas patrióticas
de la nación en el transcurrir del tiempo,
que culminaba con el paradigma de la obra
institucional del presidente Porfirio Díaz. Por
tanto, ocurrían continuas celebraciones de
fiestas de conmemoración histórica, como la
que aquí se muestra en un cartel difundido
en Reynosa en 1890, para festejar el triunfo
republicano en la célebre batalla de Puebla,
librada el 5 de mayo de 1862.
Y, más tarde, en 1888, quisieron erigirse
como “Villa de Alejandro Prieto”, para
honrar así al gobernador en turno. Sin
embargo, esta vez la Antigua Reynosa
encabezaría la oposición, cancelando
cualquier posibilidad de que se erigiera
una nueva municipalidad en esta parte
de la frontera. Sería hasta 1968 y como
consecuencia de otros factores, cuando
San Miguel de Camargo pasaría a ser el
municipio Gustavo Díaz Ordaz.
122
v i s i ó n h i s t ó r i C a d e r e y n o s a
Tamaulipas a fines del siglo XIX
Conforme nos muestra este mapa, el estado
de Tamaulipas estaba dividido en tres
distritos políticos: norte, centro, sur y cuarto
distrito. En ellos hubo a lo largo del siglo XIX
tanto jefaturas como prefecturas. Más tarde
estuvieron a cargo de visitadores, ya que
la institución de los jefes políticos menguó
durante el Porfiriato, al menos en el caso de
esta entidad del país. Para esta época ya se
había comenzado a construir el ferrocarril
desde Matamoros rumbo a Monterrey, con
paso en Reynosa, como se aprecia en el mapa.
Sin embargo, no logró conectarse sino hasta
1905, dejando a la región del bajo Bravo
aislada del comercio internacional, que se
movilizó hacia Nuevo Laredo.
123
u l t i m o t e r C i o d e l s i G l o x i x
La empresa de La SauteñaOriginada desde tiempos coloniales, la
hacienda de El Sauto trascendió con muchos
problemas y adeudos fiscales durante el siglo
XIX. Razón por la cual los herederos de la
propiedad la vendieron antes de terminar la
centuria a una sociedad de empresarios que
acabó por ser controlada mayoritariamente
por el español Iñigo Noriega. Sus planes se
centraron entonces en convertirla en un
emporio agrícola, ganadero e industrial,
obteniendo importantes empréstitos
nacionales y extranjeros. La idea era atraer
colonización extranjera y sembrar algodón,
contando con el aval del presidente Díaz. El
problema fue el estallido de la revolución
en 1910, que truncó definitivamente este
proyecto.
124
125
2 2Rey nosa DUR a nTe
La RevoLUCión MeXiCa na
A unque durante el Porfiriato se consolidó el país
y hubo un evidente progreso económico, tam-
bién se produjo una aguda polarización social,
que ante la inmovilidad política, hizo estallar en
1910 la Revolución Mexicana, encabezada por
Francisco I. Madero, quien derrocó al presidente
Porfirio Díaz un año después. No obstante, la inercia del antiguo régimen acabó por
asesinar a Madero en febrero de 1913, quien ya había accedido a la presidencia de la
república, y en su lugar se impuso la dictadura militar de Victoriano Huerta. Como
reacción a estos sucesos, el ex gobernador de Coahuila, Venustiano Carranza, enar-
boló un movimiento constitucionalista contra Huerta.
Hasta entonces en el norte de Tamaulipas no se había experimentado violen-
cia, solo las amenazas de los magonistas, de subvertir el orden e iniciar el reparto
de la hacienda de La Sauteña, por lo cual la empresa organizó sus guardias blan-
cas. Fue en la primavera de ese año cuando los constitucionalistas provenientes
de Coahuila, al mando del general Lucio Blanco, penetraron en Tamaulipas y luego
de un periplo por Burgos, Jiménez, San Fernando y Congregación Garza, atacó
Reynosa el 10 de mayo de 1910. La acción comenzó al mediodía por el rumbo del ce-
menterio, cuya plaza era defendida por ochenta voluntarios y un piquete de tropas
federales del sexto regimiento del ejército, más algunos miembros del 1º de rurales
y de la Gendarmería Fiscal. Los defensores se abastionaron en la iglesia, pero cedie-
ron a la fusilería y la dinamita de los atacantes, que lograron incendiar el tren que
trajo la tropa de Matamoros. Dueños de la plaza, los revolucionarios ejecutaron al
Tamaulipas a inicios del siglo XX
Como entidad fronteriza, el estado de
Tamaulipas se vio favorecido por el desarrollo
económico que se experimentó durante el
Porfiriato. La construcción de vías férreas fue
uno de los rasgos más notables de la época,
consolidándose la plaza de Nuevo Laredo
como la principal aduana terrestre del país.
La capital Ciudad Victoria también se vio
enlazada con el tren, al construirse una vía
entre Monterrey y Tampico. Por su parte
este puerto fue modernizado, al dragarse el
Pánuco y construirse unas escolleras en su
boca, que le permitió recibir a barcos de gran
calado. En la imagen el mapa del estado de
la Comisión Geográfico Exploradora, una vez
resueltos los límites con Nuevo León.
126
v i s i ó n h i s t ó r i C a d e r e y n o s a
ex alcalde Exiquio de la Garza. Al día
siguiente Blanco se apoderó de Co-
lumbres, donde fue recibido con feste-
jo por trescientos peones. Siguiendo su
derrotero y luego de una cruenta bata-
lla, Blanco se apoderó de Matamoros el
4 de junio de 1913, ganando así el cons-
titucionalismo un fuerte bastión en la
frontera norte.
Catarino GarzaFue heredero este personaje de la tradición
liberal antireeleccionista y opositor a que
el general Porfirio Díaz se perpetuara en
el poder. Su mentor fue el doctor Ignacio
Martínez, asesinado a instancias del general
Bernardo Reyes, en su exilio de Laredo, Texas.
Por esta razón y otras causas ligadas a las
condiciones críticas en la frontera, Catarino
Garza se rebeló contra el régimen de Díaz
entre 1891-92, organizando una guerrilla
que merodeó por el norte de Tamaulipas y
Nuevo León. Sin embargo, sus llamados a la
revolución no tuvieron eco entre la población,
amagada por el gobierno. Perseguido por las
autoridades estadounidenses, partió al exilio
a Centroamérica, donde murió.
Derrocado el régimen de Huerta
en 1914, una breve paz marcó el prelu-
dio de la confrontación entre el consti-
tucionalismo y la Convención de Aguas-
calientes, constituida por fuerzas de
Francisco Villa y Emiliano Zapata. Este
conflicto reactivó la guerra al norte de
Tamaulipas, al presentarse en Reynosa
los generales villistas José E. Rodríguez
127
r e y n o s a d u r a n t e l a r e v o l u C i ó n m e x i C a n a
y Absaúl Navarro con un ejército de
tres mil hombres, el cual fue destroza-
do en Matamoros por una cortina de
fuego de ametralladoras, que preparó
el general Emiliano P. Nafarrate.
Una de las consecuencias nega-
tivas de la Revolución Mexicana, fue la
polarización racial en el sur de Texas,
que afectó notablemente la tranquili-
dad en la frontera. El origen fu el des-
cubrimiento en Mc Allen a principios
de 1915, de una supuesta conjura contra
los Estados Unidos, al aprehenderse a
Bacilio Ramos con el “Plan de San Die-
go”. De acuerdo a este documento, se
Soldados federalesAl consolidarse Porfirio Díaz en el poder tras
su retorno a la presidencia de la república
en 1885, mantuvo un estricto control militar
en el noreste del país, pues desde allí podía
organizarse una rebelión contra su régimen.
Él lo sabía, al haber merodeado en la región
durante el movimiento de Tuxtepec en 1875, y
como más tarde se comprobó con la rebelión
de Catarino Garza. Por tales razones el
gobierno federal reforzó su presencia militar,
creando dos jurisdicciones militares en esta
frontera, una con cabecera en Matamoros
y la otra en Monterrey. Además, el ejército
contaba con el apoyo de las fuerzas del
contrarresguardo aduanal, así como de los
policías rurales.
Lucio Blanco y su estado mayorPartícipe del movimiento constitucionalista
proclamado por Venustiano Carranza, al general
Lucio Blanco se le dio la tarea de revolucionar
por el norte de Tamaulipas. El objetivo era
la plaza de Matamoros, cortando antes los
suministros de los federales, al ocupar la villa de
Reynosa y la hacienda de La Sauteña, en 1913.
128
v i s i ó n h i s t ó r i C a d e r e y n o s a
convocaba a mexicanos, indios y negros
a luchar contra los anglos y se exhorta-
ba a liberar Texas, Nuevo México, Ari-
zona, California y Colorado para crear
un nuevo país multirracial, y proponían
una alianza de los pueblos oprimidos
del continente. Al ser liberado, Ramos
se refugió en Matamoros, acusando
las autoridades americanas al general
Nafarrate de ser el instigador del mo-
vimiento, al que se trató de ligar a los
intereses alemanes, dado el conflicto
de la Primera Guerra Mundial. Aunque
Mujeres en armasComo en muchas partes de México durante la
revolución, las mujeres jugaron un importante
rol en apoyo a los ejércitos beligerantes.
Es bien conocida la existencia de los
contingentes femeninos que acompañaban
a las tropas en campaña, haciendo las
funciones de intendencia, asistencia médica
y de preparación de alimentos. Incluso de su
desempeño en la guerra surgieron numerosas
historia y corridos alusivos a su participación.
En la imagen, vista de tres generaciones
de mujeres en el norte de Tamaulipas,
manifestando su apoyo a las fuerzas
constitucionalistas.
Caballería constitucionalista
Tras la captura de Matamoros y de Nuevo
Laredo por las fuerzas constitucionalistas,
ambas plazas fronterizas fueron firmes pilares
de su esfuerzo bélico, muy útil al momento
en que debieron decidir el destino del país al
luchar contra los ejércitos convencionistas. En
la imagen, tropas a caballo constitucionalistas.
129
r e y n o s a d u r a n t e l a r e v o l u C i ó n m e x i C a n a
los argumentos resultaban fantasiosos,
lo real fue que en dos años murieron
asesinados en el sur de Texas veintiún
norteamericanos y más de trescientas
personas de origen mexicano.
Consumado el triunfo del Cons-
titucionalismo, a fines de 1915 Venus-
tiano Carranza recorrió el Noreste del
país, tocándole a Reynosa recibir la
visita del Primer Jefe de la Revolución,
quien en 1917 promulgó en Querétaro
la Constitución Política aún vigente en
México.
Rangers texanos con cadáveres de mexicanosAl hacerse público en 1915 el Plan de San
Diego, que proclamaba la recuperación del
suroeste de Estados Unidos para México, la
xenofobia predominó los anglos en el sur de
Texas. Esto generó violencia, al merodear
bandidos con un tinte de acciones políticas.
El resultado fue el asesinato de centenares
de mexicanos, en su mayoría de manera
injustificada.
Tropas villistasAl no haber consenso entre la Convención
de Aguascalientes y el primer jefe
Venustiano Carranza, comenzó en 1915 el
gran enfrentamiento entre las facciones
revolucionarias. Francisco Villa se propuso
entonces en arrebatar a los constitucionalistas
de sus principales bastiones del noreste del
país, en especial las ciudades fronterizas y el
puerto de Tampico. Para tal efecto destinó
poderosos ejércitos, como el que pasó por
Reynosa para atacar Matamoros, como
aquí se ven sus fuerzas de caballería en las
inmediaciones de la hacienda de La Sauteña.
Al final, fueron masacradas completamente
frente a las trincheras de aquella plaza,
donde se les recibió con descargas de
ametralladoras.
130
Texas a inicios del siglo XX
Tras la derrota en la Guerra Civil al haber sido
parte de la Confederación, Texas pasó por una
dura etapa de reconstrucción en la década de
1870. No obstante, en el último tramo del siglo
XIX su recuperación económica era muy notable.
La construcción de ferrocarriles fue clave en este
proceso, lo mismo que el desarrollo a gran escala
de la agricultura, la ganadería y la silvicultura.
En ese mismo tiempo cesó la inestabilidad de las
guerras contra los indios de las praderas, lo que
incrementó el horizonte de colonización hacia
el occidente del estado, y por tanto aumentó la
población de la entidad. Y como una culminación
estratégica, ocurrió el descubrimiento de petróleo
en Texas.
131
2 3THe MaGiC vaLLey
oF THe Rio GR a nDe
Para entender la historia contempo-
ránea de Reynosa y el norte de Ta-
maulipas, es imprescindible conocer
el origen del desarrollo agrícola y
comercial que se experimentó en el
sur de Texas en las primeas décadas
del siglo XX, cubierto hasta entonces de un monte de mezquite,
dedicado a la ganadería extensiva. Pero con la invención de las
bombas de agua, se comenzaron a irrigar estos extensos terre-
nos aluviales, con aguas extraídas del Bravo. Al disponer de esa
tecnología, se instalaron varias compañías de colonización agrícola, fraccionado
terrenos e irrigando por medio de poderosas plantas de bombeo. La primera fue
la Brownsville Lands and Irrigation Co. (1902), a la que siguió la Arroya Canal Co.
(1902), la San Benito Land &Water Co. Y la Missión System (1907), y El Jardín y Har-
lingen Land & Water Co. (1908), sentando todas ellas las bases del Valle Mágico del
Río Grande, un espacio agrícola que aseguró su permanencia con el arribo en 1904
del ferrocarril “Saint Louis, Brownsville and Mexico Railway”. A grandes saltos ,
en la década de 1910 ocurrió una expansión notable de su frontera agrícola, y para
1922, tenía 2500 plantaciones, con 215,600 acres, regadas con 58 bombas, sumando
17,000 caballos de fuerza, con capacidad para extraer 250,000 galones por minu-
to, con una inversión total de más de once millones de dólares. Este dinamismo
económico estimuló el crecimiento demográfico, surgiendo varias ciudades, como
Harlingen, con 6,000 habitantes; Mercedes, con 3,000; Pharr, San Juán y Donna,
Bombas hidráulicasen el BravoAl no consignarse el uso de las aguas de los
ríos internacionales en los tratados de límites
entre México y Estados Unidos, éste país
usufructuó de las aguas de los ríos Colorado
y Bravo en su provecho. Esto permitió el
vertiginosa desenvolvimiento del sur de
Texas, donde floreció el Valley Magic of the Rio Grande.
132
v i s i ó n h i s t ó r i C a d e r e y n o s a
con 500 cada uno; y McAllen y Mis-
sión, con 2,000 cada uno; en conjunto,
se contaban unas 75,000 personas. La
producción del Valle Mágico se orien-
tó a las verduras y cítricos, de gran de-
manda en el mercado estadounidense,
alentada por los nuevos procesos de
enlatado y refrigeración. En 1940, la
región cubría el 30% de la producción
nacional de verduras.
A fines de los veintes, el Valle
tenía catorce distritos de riego, con
425,000 acres y 2,300 millas de ca-
nales, en su mayoría de concreto. Los
cítricos abarcaban 58,000 acres, que
en tres años llenaron 20 furgones del
Abriendo canales a mano limpiaCubierta por un denso monte de mezquite, las
llanuras aluviales del sur de Texas aledañas
al río Bravo debieron ser desmontadas antes
de iniciar cualquier proyecto de irrigación.
Para tal efecto se permitió y estimuló la
presencia de miles de jornaleros mexicanos,
que cruzaron el río y a punta de hachas y otras
herramientas de mano lograron esa proeza. Y
no solo eso, también trabajaron para nivelar
el terreno y así conducir las aguas que se
extraían por bombeo desde el río. En esta foto
se observa la utilización de la fuerza animal
para la realización de esas obras.
133
t h e m a G i C v a l l e y o f t h e r i o G r a n d e
ferrocarril. También se sembraba algo-
dón, unas 320,000 acres en 1928, ins-
talándose 85 despepitadoras. Las co-
municaciones del Valle eran de prime-
ra, al contar con 150 millas de caminos
pavimentados y 400 millas de vías fe-
rroviarias, operadas por las compañías
Missouri-Pacific y Southern Pacific.
En el litoral se construyó el puerto de
Brownsville y después el canal inter-
costero, que embarcaban la produc-
ción agrícola de la región. En el plano
urbano había invertido más de treinta
millones de dólares en obras públicas,
hospitales, escuelas y edificios comer-
ciales y treinta bancos, con reservas
Braceras mexicanas en plena cosechaPara la primera década del siglo XX el
desarrollo del Magic Valley of the Río Grande
del sur de Texas era toda una realidad
económica. El uso extensivo de las aguas
del río Bravo así se lo permitían, al no tener
un control internacional con México con
respecto a su utilización agrícola, lo que no se
había considerado en los tratados suscritos
antes por ambas naciones. A esto se sumó
la amplia utilización de fuerza de trabajo de
los mexicanos, los “braceros”, como se les
denominó, sobre todo al dedicarse a levantar
las abundantes cosechas que se producían
anualmente.
134
v i s i ó n h i s t ó r i C a d e r e y n o s a
de 26 millones de dólares y otros tan-
tos en depósitos.
El rápido florecimiento del Va-
lle Mágico fue por el uso ilimitado
de las aguas del río Bravo, normado
sólo por las leyes de Texas. Pasada
la Revolución, el gobierno mexicano
inició negociaciones con su homólo-
go estadounidense para llegar a un
acuerdo justo, ya que los agricultores
americanos se amparaban en la doc-
Mapa del bajo río San JuanComo último afluente del Bravo, el río San Juan
es una corriente completamente mexicana,
que en la década de 1930 fue usada por México
como arma de presión para lograr un acuerdo
de reparto de las aguas internacionales, tanto
en esta cuenca como en la del río Colorado. Y
es que del san Juan se abastecían regularmente
los agricultores del sur de Texas, de ahí que
el gobierno de Lázaro Cárdenas decidiera la
construcción de la presa de El Azúcar, y con ello
favorecer la agricultura de la margen fronteriza
del norte de Tamaulipas.
135
t h e m a G i C v a l l e y o f t h e r i o G r a n d e
trina Harmon que esgrimían la prio-
ridad de derechos por la antigüedad
de uso, sin considerar, que en el bajo
Bravo, las dos terceras partes del agua
provenían de fuentes mexicanas ( de
los ríos Conchos y San Juan). Por otra
parte, se hizo evidente la necesidad de
construir obras reguladoras para ase-
gurar el abasto de agua y evitar inun-
daciones, como la de 1922, que causó
enormes pérdidas en el Valle Mágico;
sin embargo no podía ser posible sin
un arreglo internacional integral, a lo
que México no cedió, máxime que se
enfrentaba a peores abusos en el valle
de Mexicali respecto a las aguas del
río Colorado.
Finalmente, en 1944 ambos
países firmaron el Tratado sobre Dis-
tribución de Aguas Internacionales,
sentando las bases para un desarrollo
agrícola seguro y armónico en ambas
márgenes del río Bravo.
Conduciendo las mieles de la tierraCaravana de carreteros con caña de azúcar.
Por ser una región semi-tropical, la tierra y el
clima del sur de Texas producía esta planta,
como también ocurría con los cítricos, que
tuvieron mucho éxito comercial en Estados
Unidos, por ser, junto con la Florida, los únicos
puntos continentales del país en cultivarse.
Urbes florecientes por el boom agrícolaVista de una de las poblaciones del sur
de Texas en la década de 1920, en la que
se aprecia el bullicio comercial derivado
de la continua bonanza agrícola que se
experimentaba en esta región. Esto se
vio reflejado en un sostenido crecimiento
demográfico y en la configuración de un
rosario de nuevos asentamientos, donde
antes solo había espesos montes de mezquite.
Surgieron así las modernas ciudades de
MacAllen, Mission, Donna, Harlingen y San
Benito, entre otras, con todos los servicios.
136
Decomiso de uncontrabando de alcohol
Debido a su condición fronteriza, la región en la que se
localiza Reynosa siempre ha sido testigo del comercio
ilícito a través del río Bravo. Clásico fue en el siglo XIX
el tráfago de contrabando de mercancías extranjeras
desde el sur de Texas hacia México, lo que el gobierno
federal combatió con la creación del contrarresguardo
aduanal y más tarde la gendarmería fiscal. Sin embargo,
en la década de 1920 el fenómeno sería inverso, esta vez
desde México hacia Estados Unidos, siendo las bebidas
alcohólicas el producto de contrabando, al imperar
allá una era de temperancia o ley seca. En la imagen,
un agente de aduanas estadounidense muestra el
cargamento oculto de dos contrabandistas.
137
2 4esTRiDenCias De La Ley seCa
Luego de la Revolución Mexicana,
que si bien no devastó al norte de
Tamaulipas, se resintió una crisis
que fue paliada por un fenómeno
externo de gran impacto: la Ley
seca en los Estados Unidos. En efec-
to, se trató de las resonancias de la prohibición alcohólica en
aquel país a partir de 1920, al promulgarse la XVIII Enmienda
o Ley Volstead, que prohibió la fabricación, venta y transporte
de vinos y cerveza, una medida que Texas impuso desde 1918.
La prohibición provocó ansiedad por el consumo de alcohol y se generó un mercado
negro ligado al crimen organizado, creándose poderosas mafias que controlaban la
producción, el contrabando y la distribución clandestina. Sin embargo, la oferta no
era suficiente, por lo que muchos empresarios americanos se radicaron en la fronte-
ra de México para continuar el negocio, a donde acudían caravanas de “gringos” a
solazarse en la disipación del juego, el alcohol y la prostitución, actividades que flo-
recieron desde Matamoros a Tijuana, marcando con una leyenda negra a esta región
mexicana.
De este fenómeno no estuvo exenta Reynosa, que a partir de entonces comen-
zó a ver desfilar a los primeros “turistas”, que con avidez buscaban distraerse los
fines de semana en las cantinas y los bares que rápidamente proliferaron, “ameri-
canizando” el aspecto de la población, con sus anuncios en inglés que invitaban al
consumo, con nombres como “McAllen Saloon”, el “New York Bar”, el “Texas Bar”, el
Puente colgante de hierro entre Reynosa e HidalgoLa proliferación de los automotores y el
aumento de los cruces fronterizos, motivaron
que en la década de 1920 se construyera el
primer puente internacional entre Reynosa e
Hidalgo. Se trataba de una estructura metálica
colgante, que se ve en esta fotografía, la que
estuvo en continua operación por cuatro
décadas.
138
v i s i ó n h i s t ó r i C a d e r e y n o s a
Oklahoma Café”; o nombres mexicanos
modificados por la semántica anglófo-
na: “Aztec Club” y el “Tampico Bar”; sin
faltar los nombres cosmopolitas, como
el cabaret “Palais Royal” y el “Valencia
Club”. La plaza fue la marquesina prin-
cipal de este negocio, y además surgió
una nueva área dedicada expresamen-
te a ello, en el espacio que separaba a la
población con el vado del río, más tarde
llamada “Zona Rosa”. En estos centros
de diversión, sonaba en las noches el
ritmo espasmódico del Charleston, que
dominó el deseo lúdico de la sociedad
norteamericana en los años de la prohi-
bición, así como el profundo sonido del
Jazz, dando vida a las relucientes pis-
tas de baile. Reynosa fue popularizada
además por la presencia de la potente
radiodifusora XEAW (XED), propiedad de
norteamericanos que hacían negocios
hertzianos no permitidos en su país, y
que trasmitía a gran parte del mundo.
Ante la demanda del turismo ex-
tranjero, en 1927 se construyó una plaza
de toros con capacidad para cinco mil
personas, agregando el atractivo “lati-
no” de la fiesta brava a la oferta de diver-
siones que ofrecía Reynosa. La prostitu-
ción también apareció por primera vez
como negocio organizado, al crearse en
1925 una zona de tolerancia al sureste de
la población, que en 1948 fue trasladada
al poniente del dren de “Las Mujeres”.
En las ciudades del norte de Tamaulipas
no se autorizó la apertura de casinos,
como sí ocurrió en Tijuana; sin embar-
go, en forma clandestina los dueños de
Escaparate de la ley seca en Reynosa
Debido al estímulo en la venta de alcohol, el
llano que separaba a la Loma de San Antonio
con el río Bravo, se convirtió súbitamente
en un área urbana dedicada a los negocios
dedicados a este ramo. Su cercanía con
el puente internacional fue decisiva en
su florecimiento, al atraer a los turistas
estadounidenses.
139
e s t r i d e n C i a s d e l a l e y s e C a
bares y cantinas organizaban con cier-
ta frecuencia estas actividades. La ley
seca también masificó el consumo de la
cerveza, al expandirse y consolidarse el
mercado de la Cervecería Cuahutémoc
de Monterrey.
Y aunque la ley seca norteame-
ricana relajó la moral en la frontera
mexicana al sucederse numerosos des-
órdenes, actos bochornosos, violencia
y crímenes, fue un hecho que trajo con-
sigo una reactivación económica que
compensó la difícil situación económi-
ca local. Esto se reflejó en el empleo de
mano de obra en los negocios del ramo,
surgiendo así los primeros sindicatos en
Reynosa, entre los gremios de choferes,
meseros, cantineros y filarmónicos. La
Hacienda municipal se benefició igual-
mente, al ocupar el impuesto de alco-
holes el primer lugar por concepto de
ingresos. Ante estas realidades nada
pudo hacer la política antialcohólica del
gobernador Emilio Portes Gil, mientras
que localmente se integraron socieda-
des femeninas “Violeta” y “Rosa”, como
una reacción al fenómeno.
De toda esta estridente época,
fue un hecho que la frontera norte de
México quedó tipificada como un sitio
inmundo y pecaminoso. Se formó en
torno a ella una verdadera “leyenda ne-
gra” que no pudo borrar al paso de los
años y más por el descuido en la infra-
estructura de sus urbes, desatendidas
completamente de las políticas de fo-
mento de los gobiernos nacionales y es-
tatales. Después vendría el desarrollo de
la agricultura y la explotación de gas, lo
que sumó un mayor caos al crecimiento
a ciudades como Reynosa, que al estar
ceñida por los canales Alzaldúas y Rod-
he, comenzaron a crecer de manera des-
ordenada y caótica. Todo por no haber
tomado medidas a tiempo.
Plaza de Armas en los años veinteVista del centro neurálgico de Reynosa en
la década de 1920, en la que se observa un
kiosko tradicional, bordeado por una banca
de piedra para el descanso de los paseantes.
Al fondo, se aprecian los comercios con sus
grandes anuncios promocionales del negocio
de las bebidas alcohólicas.
Emilio Portes GilGobernador de Tamaulipas en 1925 y
Presidencia de la República en 1928. Durante
su mandato combatió el alcoholismo
en los diversos sectores sociales de la
entidad, principalmente entre los obreros
y campesinos, su principal base de apoyo
político. Sin embargo, no pudo impedir la
proliferación del negocio del alcohol en
la frontera, por tratarse de una poderosa
injerencia extranjera.
140
Mapa de la irrigación en el norte de Tamaulipas
Con inicio en la década de los treinta, para
la mitad del siglo XX ya se había consolidado
una importante infraestructura de riego en el
norte de Tamaulipas, abarcando importantes
porciones del municipio de Reynosa. Para
entonces la prosperidad era evidente, debido
al cultivo del algodón. A tal punto llegó a ser,
que el crecimiento demográfico y la bonanza
económica originó la separación municipal del
asentamiento de Río Bravo de la jurisdicción
de Reynosa. Para ese entonces ya operaba
la Presa Marte R. Gómez y estaba recién
inaugurada la Presa Internacional Falcón, que
se construyó tras el tratado de aguas suscrito
por México y Estados Unidos en 1944, lo que
aseguró su abasto en la región.
141
2 5Los DisTRiTos De RieGo
DeL BaJo sa n JUa n y BaJo BR avo
Uno de los acontecimientos de
mayor trascendencia en la his-
toria contemporánea de Reyno-
sa y el norte de Tamaulipas fue
la construcción de los grandes
distritos de riego del bajo San
Juan y bajo Río Bravo, que transformaron en su conjunto la economía
de la entidad. De ser eminentemente ganadera, pasó a convertirse en
un estado agrícola por excelencia. Este proceso dio principio en 1936,
cuando al tratar de frenar el uso indiscriminado que los agricultores
texanos hacían de las aguas del Bravo, el presidente Lázaro Cárdenas autorizó a la
Secretaría de Obras Públicas del gobierno federal, bajo la supervisión del ingeniero
Eduardo Chávez, la construcción de la presa derivadora el Retamal, en el muni-
cipio de Reynosa, iniciándose así el distrito de riego del bajo Bravo, que en una
fase inicial, en 1940, abarcaba 5,000 hectáreas y cuatro años más tarde ocupaba
42,000, sembradas básicamente de algodón; y aunque hubo reclamaciones diplo-
máticas estadounidenses, esta acción fue muy importante para presionar y llegar a
un acuerdo sobre la distribución equitativa de las aguas internacionales que ambos
países compartían.
En los mismos años treinta se construyó en el río San Juan la presa El Azúcar,
más tarde llamada Marte R. Gómez. Este embalse tiene capacidad de 1,257 millones
de metros cúbicos y cuenta con dos canales de distribución: el San Pedro, de 23
kilómetros de extensión; y el Guillermo Rhode, que recorre doscientos kilómetros
Canal ycompuerta de riegoA la construcción de las grandes presas
de almacenamiento de agua, le siguió el
complemento de una extensa red de canales
de distribución del líquido por los amplios
distritos de riego del bajo río San Juan y
bajo río Bravo. En la imagen, vista de una
compuerta mecanizada en un canal principal
recubierto de concreto.
142
v i s i ó n h i s t ó r i C a d e r e y n o s a
y atraviesa la ciudad de Reynosa, re-
gando entre ambos una superficie de
86,293 hectáreas, ubicadas en los mu-
nicipios de Miguel Alemán, Camargo,
Gustavo Díaz Ordaz, Reynosa (22,422
ha.) y Río Bravo. Con la firma en 1944
del Tratado sobre Distribución de
aguas Internacionales entre México
Estados Unidos se construyeron gran-
des obras hidráulicas de almacenaje y
distribución para utilizarse en la agri-
cultura, el abasto urbano, la produc-
ción de energía eléctrica y la preven-
ción de inundaciones. La máxima obra
de este acuerdo fue la presa Falcón, in-
Reynosa y la irrigación ribereña
Debido a su situación geográfica, la franja
colindante con el río Bravo es la parte fértil
del municipio de Reynosa y es justo allí donde
se conducen las principales canalizaciones de
las aguas que irrigan los distritos de riego del
bajo San Juan y bajo río Bravo. En el primer
caso es por medio del canal Rodhe, una
extraordinaria obra de ingeniería, pues sigue
el nivel topográfico del terreno, ciñendo por
el sur a la ciudad de Reynosa. Por cuanto a
las aguas del Bravo, estas son desviadas en
la Presa Anzaldúas, atravesando justo por el
centro de la urbe, lo que reafirme su carácter
al servicio de la agricultura, aunque también
se distingue por su importante producción
pecuaria.
143
l o s d i s t r i t o s d e r i e G o d e l b a j o s a n j u a n y b a j o b r a v o
augurada en 1953, con capacidad para
almacenar 5,038 millones de metros
cúbicos. A fin de distribuir las aguas,
cerca de Reynosa se construyó la presa
derivadora Anzaldúas, por donde re-
cibe México su cuota, para regar unas
201,818 hectáreas.
La agricultura de los distritos de
riego del norte de Tamaulipas se de-
dicó desde su creación hasta los años
sesentas al cultivo de algodón, ante la
demanda de fibra que se requirió por la
Segunda Guerra Mundial y la guerra de
Corea. Dada su inserción en el mercado
capitalista, el desarrollo agrícola de la
Poblamiento nuevo por la agriculturaCon la apertura de los grandes distritos de
riego y el cultico del algodón, el norte de
Tamaulipas se convirtió en un importante
imán de fuerza de trabajo. Esto motivó el
arribo de una numerosa población de todo
el país, lo que comenzó a proporcionarle una
mayor diversificación cultural al conjunto de
su población.
144
v i s i ó n h i s t ó r i C a d e r e y n o s a
región se estimuló por la mecanización
y la disponibilidad de créditos. En 1958
se alcanzó la máxima superficie de cul-
tivo de esta planta, de unas 317,790 hec-
táreas, con una producción de 540,886
pacas. A partir de entonces comenzó
su declinación al cambiar la demanda
por las fibras sintéticas y la fuerte com-
petencia de otros países productores,
al tiempo que se elevaron los costos de
producción y la incidencia de plagas,
en especial la “pudrición texana” (Phy-
malortrichus omnivurum).
Presencia de los repatriadosCon la crisis económica mundial que sacudió
a Estados Unidos en 1929, muchas empresas
quebraron. Esto provocó un despido masivo
de trabajadores, principalmente de los
mexicanos situados en ese país, siendo
obligados a abandonarlo. A su retorno,
muchos se incorporaron en las labores
agrícolas del norte de Tamaulipas.
Crecimiento de los distritos de riegoAl situarse los distritos de riego del norte
de Tamaulipas sobre la antigua delta del
río Bravo, durante su diseño hubo que
considerarse las vías para el desfogue hacia
el mar de las aguas excedentes que pudieran
provocar inundaciones. De ahí la construcción
de vasos reguladores y de enormes canales de
control.
145
l o s d i s t r i t o s d e r i e G o d e l b a j o s a n j u a n y b a j o b r a v o
La sustitución de cultivos se dio
con sorgo y maíz, cuya producción se
orientó al mercado nacional, y sujeta
más a los controles y disposiciones de
las autoridades oficiales de agricultura.
En los años setentas y ochentas, el nor-
te de Tamaulipas fue el primer produc-
tor de sorgo en el país y ocupó un lugar
destacado en la producción de maíz,
generando un impacto económico muy
importante en la región.
Hoy en día la incertidumbre en
los distritos de riego del norte de Ta-
Cortina de la Presa Marte R. Gómez
Fue construida en la década de 1930 como una
reacción mexicana al usufructo que hacían
los agricultores del sur de Texas de las aguas
internacionales del Bravo. En ella se captan al
río San Juan, cuya cuenca abarca buena parte
del territorio del estado de Nuevo León y de
un segmento del sureste de Coahuila. Como
ejemplo hidráulico es una obra excepcional,
cuyo nivel de rebase vierte automáticamente
sus aguas en una extensa cortina semicircular.
En tiempos recientes su almacenamiento
compite con la retención de agua río arriba en
la Presa del Cuchillo, lo que ha provocado un
severo desabasto del líquido en su distrito de
riego y una consecuente baja en la producción
agrícola.
Marte R. GómezOriundo de reynosa. Fue Gobernador
de Tamaulipas entre 1937-40, una etapa
crucial en la que impulsó el desarrollo de
la infraestructura hidráulica en el norte de
la entidad, lo mismo que apoyo la reforma
agraria que llevaba a cabo el gobierno
federal bajo la presidencia del general Lázaro
Cárdenas. Entonces comenzó el auge del
algodón.
146
v i s i ó n h i s t ó r i C a d e r e y n o s a
Mecanización delas faenas agrícolasCon el enorme incentivo económico de la
producción algodonera, los distritos de riego
del norte de Tamaulipas lograron pronto
una notable mecanización en la realización
de sus faenas de campo. En ello influyó la
vecindad con Estados Unidos, al prevalecer
facilidades arancelarias para la importación
de todo tipo de maquinaria agrícola. Esto
hizo de la agricultura un negocio lucrativo,
completamente involucrado a las dinámicas
de la economía capitalista. Porque en
gran medida la exportación del algodón
se realizaban hacia el país vecino, ávido
consumidor de la fibra blanca.
maulipas estriba en la escasez del agua
para riego, al construirse la presa de El
Cuchillo en el río San Juan para uso urba-
no de Monterrey. Nuevas tecnologías, el
aprovechamiento más racional del líqui-
do y hasta la permuta de cultivos, pare-
cen estar en el horizonte de esta región
agrícola.
Tras varios años de una irrigación
irregular, se han sumado períodos de
lluvias torrenciales que dejan importan-
tes niveles de humedad en el suelo, que
147
Rancho algodonero en el norte de TamaulipasCon el estímulo a la siembra de algodón en la
década de 1940, las áreas agrícolas del norte
de Tamaulipas se poblaron con numerosos
ranchos algodoneros. La mecanización de las
labores agrícolas facilitó este proceso, como
también los créditos de las instituciones
financieras, tanto privadas como del gobierno.
Entre ellas, se contaba al banco Agrícola y
al banco Ejidal, el primero para atender a
los pequeños agricultores, mientras que el
segundo buscaba favorecer al sector social
representado por los ejidos, repartidos
principalmente en la presidencia de Lázaro
Cárdenas.
podrían permitir la reactivación agríco-
la. No obstante, la ausencia de políticas
públicas consistentes en torno a incen-
tivar la productividad agrícola, ha hecho
que muchas parcelas permanezcan si
ser cultivadas. A lo anterior se agregó la
apertura indiscriminada de la frontera
a la importación de granos, lo que hace
incosteable la competencia local frente
a los granos importados, que en Estados
Unidos sus productores sí disponen de
ayudas y subsidios públicos.
l o s d i s t r i t o s d e r i e G o d e l b a j o s a n j u a n y b a j o b r a v o
148
Yacimientos de gas en el norte de Tamaulipas
Por sus propias características geológicas,
ligadas al borde de una antiquísima masa
continental y más tarde a la formación de
una enorme delta fluvial, la región del bajo
río Bravo cuenta entre las profundidades del
subsuelo con yacimientos de hidrocarburos,
especialmente de gas. Esto fue conocido
desde fines de los años veinte pero hasta la
década de 1940 se verificó su existencia. Esto
permitió el desarrollo de la industria de la
paraestatal Petróleos Mexicanos.
149
2 6iMPaC To De Los HiDRoCaRBURos
Durante el presente siglo XX, la industria pe-
trolera ha marcado una profunda huella en la
historia de Reynosa, que dio inicio en 1944,
al perforarse el pozo “Misión Número 1”, des-
pués entre 1948 y 1949, los campos “Reynosa”,
“Brasil” y “Cano”. Ante los buenos resultados,
la paraestatal Petróleos Mexicanos organizó la unidad administrativa Distrito Fron-
tera Noreste, la de mayor extensión geográfica del país, con cabecera en Reynosa,
cuya actividad está dedicada a la producción de gas no asociado y húmedo.
La producción comienza con la recolección en estaciones del hidrocarburo
extraído del subsuelo, donde se mide, separa, controla y calienta, para evitar su
congelación en las líneas de conducción, enviándose después a la refinería de Re-
ynosa, donde se instalaron entre 1955 y 1966 cuatro plantas industriales: de ab-
sorción, de destilación, de producción de etileno y una planta de polietileno. En
1980 la aportación del distrito de Reynosa a la producción petrolera nacional era
de 20,600 barriles por día, es decir el l.4% de un total de 1,476,000 barriles por día;
ese mismo año, la producción de gas alcanzó la cantidad de 1,064,554 pies cúbicos,
de los cuales el Noreste contribuyó con el 19.5%
Para 1985 la producción de crudo en la región registró la cifra de 43,423 barri-
les. En cuanto al gas natural, fueron 3,071 millones de metros cúbicos, que incluían
sólo condensados recuperados en fase líquida. En conjunto, la refinería de Reynosa
obtuvo en 1985 una capacidad nominal de destilación primaria de crudo y líquidos
de gas natural de 20.5 miles de barriles diarios, destacando su planta de absor-
La refinería de ReynosaPor su localización estratégica sobre los
yacimientos de gas, se construyó en la ciudad
de Reynosa un complejo de procesamiento del
gas extraído del subsuelo. Sus instalaciones
principales se situaron en las afueras de la
entonces pequeña ciudad fronteriza, la que
con el empuje de esta industria, comenzó
a crecer de manera sostenida, girando
buena parte de su dinamismo a la derrama
económica derivada de la explotación del gas
del subsuelo.
150
v i s i ó n h i s t ó r i C a d e r e y n o s a
ción como una de las primeras en su
género en el país, con cuatro diferen-
tes áreas, capaces de realizar la sepa-
ración de los hidrocarburos pesados e
impurezas contenidas en el gas húme-
do. Al final, resultan varios productos:
gasolina, kerosina, diesel, gasnafta y
gasolvente, etano, propano, butano,
pentano y naturalmente, gas seco.
Un producto de esta planta, el
etano, es un petroquímico valioso por
su volumen, de más de 39,000 tonela-
das métricas, que representó en 1968
el 60% del total nacional. El mismo
Nuevas plantas industrialesDesde los años cincuenta y durante una
década, las instalaciones dedicadas a la
refinación del gas extraído del subsuelo
crecieron en forma notable en Reynosa. Y
es que había que dar una transformación
del gas para su mayor plusvalía, de la ahí
la construcción de plantas dedicadas a
la producción de etileno y polietileno,
un importante rubro en la industria
petroquímica. Esto sin dejar elaborar
productos básicos como gasolina y gas seco,
con lo que Reynosa se consolidó como un
importante polo en el desarrollo industrial del
país.
151
i m p a C t o d e l o s h i d r o C a r b u r o s
año, la producción de etileno y polieti-
leno representaban el 63.8% y el 100%
respectivamente, del total nacional.
Hasta antes de la construcción de las
plantas petroquímicas de Pajaritos y
Poza Rica, Veracruz, la planta de Re-
ynosa era de las más importantes del
país, decreciendo en lo sucesivo en su
participación respecto al total nacio-
nal. En 1985 la capacidad instalada de
sus plantas era: de etano, 47,000 tone-
ladas métricas anuales, de un total na-
cional de 2,926,600; de etileno, 27,210
toneladas métricas anuales, de un to-
La Cuenca de BurgosLuego de medio siglo de explotación de los
mantos de gas, la extracción del hidrocarburo
disminuyó al finalizar el siglo XX. No obstante,
se sabía de la existencia de diversas capas
fragmentadas entre las que se localizaban
bolsas con yacimientos de gas. Esto obligaba a
la utilización de nuevas tecnologías y métodos
extractivos, a fin de que su explotación
fuera rentable y productiva. De esta forma,
el gobierno federal, bajo el esquema de
contratos de servicios múltiples, comparte
el riesgo de su explotación con empresas
privadas.
152
v i s i ó n h i s t ó r i C a d e r e y n o s a
tal nacional de 918,420; de polietileno,
18,000 toneladas métricas anuales, de
un total nacional de 229,000.
La influencia de PEMEX en el de-
sarrollo de Reynosa ha sido muy sig-
nificativa, tanto en el propio diseño
de su estructura urbana como en su
derrama económica en la localidad, a
través de los sueldos a sus trabajado-
res y en el estímulo a los servicios, la
construcción y el comercio. Construi-
das originalmente sus instalaciones
en un sitio en las afueras de la ciudad,
hoy en día la mancha urbana rebasa en
Nuevo complejo de refinación de gasLa nueva extracción de gas en la cuenca
de Burgos ha demandado la construcción
de nuevas instalaciones industriales, cuya
cabecera principal es la planta procesadora
instalada en Reynosa, sobre la carretera hacia
Monterrey. Al disponer de la más moderna
tecnología y de un sistema de ductos que
conducen el gas extraído de toda la cuenca,
su eficiencia productiva alcanza niveles de
excelencia mundial.
153
i m p a C t o d e l o s h i d r o C a r b u r o s
Enlaces carreterosLas comunicaciones jugaron igualmente
un importante rol en el desarrollo urbano
y regional de Reynosa. Del mismo modo su
construcción tuvo lugar a partir de los años
cuarenta, con el trazo de las carreteras a
Monterrey, Matamoros y Ciudad Victoria.
Hoy todas son autopistas. La transportación
aérea también se ha incrementado, contando
Reynosa con un aeropuerto de primer relieve
nacional.
Reynosa en los cincuentasImagen del centro urbano de Reynosa, tal
y como se apreciaba en la década de 1950,
cuando apenas se iniciaba la explotación
petrolera en la región. Su aspecto es todavía
bastante pueblerino, aunque ya proliferan
los automotores y las instituciones bancarias
comenzaban a instalarse en forma. A partir de
ese momento, el crecimiento de Reynosa sería
vertiginoso, hasta convertirse en una gran
ciudad.
forma notable la ubicación de la refi-
nería.
En la nueva organización admi-
nistrativa de Pemex, la refinería de
Reynosa ha quedado integrada a la
Dirección de Explotación. Como nue-
vos proyectos en la región destaca la
explotación de la cuenca de Burgos,
el yacimiento de gas más importante
de México constituido por estructuras
geológicas con fallas compartimen-
tadas, que al perforarse arrojan una
elevada producción inicial, luego una
rápida caída, para finalmente estabi-
lizarse. Se calcula que en el lapso de
1998 a 2012, se pueden producir 1,400
millones de pies cúbicos por día, pre-
viéndose la perforación de más de mil
pozos.
154
155
2 7viDa FRonTeRiZa ConTeMPoRÁnea
Sin duda, el acelerado crecimiento urbano de Reynosa es el
fenómeno más destacado de su historia contemporánea. En
comparación con los otros centros urbanos relevantes del
estado de Tamaulipas, Reynosa partió prácticamente de ser
un villorrio a principios del siglo XX en una moderna urbe
fronteriza cercana al medio millón de habitantes; esto es
notable si consideramos que Matamoros y Tampico tuvieron un empuje inicial im-
portante por ser puertos de altura; que Nuevo Laredo ha sido la primera aduana
terrestre del país desde fines del siglo pasado; y que Ciudad Victoria es la cabecera
política de la entidad. Reynosa, por el contrario, ha gestado su crecimiento demo-
gráfico contemporáneo en varios procesos económicos y sociales, entre los que se
cuentan el dinamismo fronterizo que se experimentó a partir de los años veintes,
el desarrollo agrícola con la construcción de los distritos de riego del bajo San Juan
y bajo Río Bravo, la industria petrolera, el comercio, los servicios y recientemente,
la industria maquiladora.
Visto a detalle el crecimiento urbano, sus causas se explican desde las razo-
nes naturales, como el aumento de la esperanza de vida y las tasas de natalidad,
hasta las razones de orden económicas, sobresaliendo la inmigración nacional a
la frontera, al buscar aquí los habitantes de zonas deprimidas del país, un mejor
nivel de vida. En el norte de Tamaulipas, desde los años treintas y debido al auge
algodonero, acudieron oleadas de nuevos habitantes. El deseo de cruzar la frontera
ha sido otro factor del poblamiento, pues ante la rigidez migratoria de los Estados
Unidos, al ser rechazados, los migrantes permanecen en las poblaciones fronte-
Reynosa y Tamaulipas al mediar el siglo XX
Mapa que muestra al estado de Tamaulipas
casi en el parteaguas del siglo XX, una
época significativa, en el que alcanzó un
rápido crecimiento demográfico y desarrollo
económico. En este proceso destacó lo
ocurrido en su zona fronteriza, donde se
localiza el municipio de Reynosa, ya que la
productividad agrícola y la explotación de los
yacimientos de gas, hicieron de ella una de las
áreas de mayor dinamismo en el estado. Fue
la época en la que comenzó a multiplicarse
exponencialmente su población, gracias
a estos fenómenos económicos, los que
atrajeron nuevos habitantes, al tiempo que su
reproducción se aceleró, gracias a la mayor
esperanza de vida y mejores condiciones de
salud.
156
v i s i ó n h i s t ó r i C a d e r e y n o s a
rizas mexicanas. Más recientemente,
la proliferación de la industria maqui-
ladora ha contribuido a atraer traba-
jadores, lo mismo que la crisis en el
agro mexicano, que en todas partes
expulsa campesinos hacia los centros
urbanos, siendo la frontera norte uno
de los imanes de esta población.
Ejemplo tangible de esta rápida
evolución son las cifras demográficas
de Reynosa. Así, la ciudad multiplicó
siete veces su población entre 1930 y
1950, al pasar de 4,840 habitantes a
34,087 habitantes, mientras que para
1980 se había multiplicado cuarenta
Presencia continua de la fronteraComo desde más de un siglo venía
experimentando, Reynosa y su región han
multiplicado en los tiempos modernos sus
vínculos con el sur de Texas. La presencia de
la industria maquiladora incluso la enlazó
a un proceso económico internacional más
allá de la frontera, significando un nuevo e
importante rubro de su economía. Reynosa
es hoy el centro maquilador por excelencia en
Tamaulipas.
157
v i d a f r o n t e r i z a C o n t e m p o r á n e a
El futuro del uso del aguaVista de la Presa Internacional Falcón, un
recurso clave en el suministro de agua
para Reynosa, cuyo uso racional se vuelve
indispensable, ante el cambio climático y el
calentamiento global.
Vista hacia el pasadoPanorama de la Presa Alzaldúas en
construcción, obra necesaria para desviar el
agua que corresponde a México de las aguas
internacionales del Bravo, de donde Reynosa
obtiene su consumo urbano
158
v i s i ó n h i s t ó r i C a d e r e y n o s a
La era del sorgoTras casi tres décadas de producción intensiva
de algodón, los distritos de riego del norte
de Tamaulipas dejaron este cultivo, tanto por
las plagas como por variar las condiciones
del mercado internacional. Para entonces
el agotamiento de los suelos era notable, lo
que obligó a sembrar sorgo, una plata muy
resistente al clima extremoso y a la menor
disponibilidad de agua, además de que tenía
una comercialización asegurada en el mercado
nacional. De ahí que en el último tercio del
siglo XIX se haya llamado a Tamaulipas como
“el granero de México”, ya que a la producción
de sorgo se sumaba una cantidad razonable de
producción de maíz, sembrado en distrito de
riego del bajo San Juan.
Contraste con la historiaFrente a los silos que hoy vemos
almacenadores de granos, al mediar el siglo
XX las cosechas estaban representadas por
los convoyes de camiones transportando las
pacas del algodón. Se trataba de un producto
muy apreciado en el exterior, especialmente
en Estados Unidos, donde abastecía la
gran industria textil, en una época de gran
demanda de la fibra, debido a los conflictos
bélicos en el mundo.
159
v i d a f r o n t e r i z a C o n t e m p o r á n e a
veces, al llegar a 194,693 habitantes,
siendo el total del municipio 211,412
(lo que denota el carácter urbano de
Reynosa). En 1990 la cantidad ascen-
dió a 293,045 habitantes y para el
año 2000 se calcula la existencia de
407,130 habitantes. Sin embargo, esta
cifra de hecho ya se alcanzó en el área
de Reynosa desde 1988, cuando al
decretarse la creación de la zona co-
nurbada del bajo Río Bravo, que com-
prende un área de 30 kilómetros partir
de la intersección de los límites entre
Reynosa y Río Bravo, se estimó que en
esa área de influencia gravitaban unos
419,833 habitantes, incluyendo al mu-
nicipio de Gustavo Díaz Ordaz, es de-
cir, todas estas poblaciones surgidas
de un mismo tronco histórico, y que
se proyectan hacia el futuro como una
sola metrópoli fronteriza.
La consolidación contemporá-
nea de Reynosa tiene su contrapar-
te en el vecino condado de Hidalgo,
Texas, donde igualmente en tiempos
modernos han ocurrido activos proce-
sos económicos ligados a la agricultu-
Desarrollo de la ganaderíaComo desde su origen en el siglo XVIII,
el campo reynosense ha sido un buen
agostadero para la multiplicación de los hatos
ganaderos. La presencia todavía de monte de
mezquite hace que la ganadería tradicional se
conserve, a la vez que comparte su producción
con modernas técnicas y la introducción
de nuevas razas de ganado vacuno, cuyos
animales llegan a ser ejemplares de primera
calidad.
160
v i s i ó n h i s t ó r i C a d e r e y n o s a
ra y al comercio vinculado con México,
lo mismo que el crecimiento en toda
la cadena de poblaciones que integran
el Valle Mágico del Río Grande. Esta
relación, de cara a los resultados del
Tratado Trilateral de Libre Comercio,
indica la futura intensificación com-
plementaria de la relación fronteriza
en el área de Reynosa-McAllen, par-
tiendo de un momento en que el nor-
te de Tamaulipas tiene ya una mayor
integración con la economía nacional,
que le permitirá afrontar con mayor
provecho la asimetría que significa co-
lindar con la economía más desarrolla-
da del planeta.
Panoramaurbano reynosenseCon una población estimada en 508 mil
habitantes en el 2005, a la que se suman otros
126 mil habitantes de su zona metropolitana,
Reynosa es hoy día la vigésima tercera
conurbación del país. Unitariamente es la
ciudad más poblada del estado de Tamaulipas,
lo que comprueba su desarrollo económico
en las últimas décadas, ligado a la industria
maquiladora, el gas, los servicios y el comercio
fronterizo.
161
v i d a f r o n t e r i z a C o n t e m p o r á n e a
Con una población metropolitana
que rebasa los 600 mil habitantes, Rey-
nosa es el municipio de mayor densidad
demográfica en Tamaulipas. Esto habla
de la intensa dinámica económica y so-
cial que incide en este espacio urbano,
donde florece un mosaico cultural cuyas
expresiones reflejan el pulso del México
moderno. Sitio de contrastes y de opor-
tunidades, que se ha convertido en un
imán de prosperidad, pero también de
contradicciones, inherentes a su histó-
rica condición fronteriza. Aún así, su di-
námica de crecimiento seguirá, para lo
que se debe procurar un desarrollo más
armónico y sustentable hacia el futuro.
Un horizonte hacia el futuroVista aérea de la laguna de La Escondida, que
flanquea a la ciudad de Reynosa al Oriente,
un espacio hidráulico antes degradado que
hoy en día está recuperando sus condiciones
naturales. Además, en su entorno pasan
importantes vialidades y se erigen complejos
educativos y culturales que le proporcionarán
a esta urbe el prestigio y categoría
metropolitana que en los hechos ya tiene, de
cara al futuro.
162
v i s i ó n h i s t ó r i C a d e r e y n o s a
163
p r i m e r o s a ñ o s d e l a v i d a i n d e p e n d i e n t e
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aGradecimientos cartoGráficos
Archivo General de la Nación, MéxicoArchivo General del Estado de Nuevo LeónArchivo General de Indias, SevillaArchivo Histórico Militar de EspañaBiblioteca Pública del Estado Marte R. GómezBeinecke Rare Book and Manuscript Library / Yale UniversityBritish LibraryMapoteca Orozco y Berra / SAGARPA
The Library of CongressUniversity of Texas at Arlington
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Archivo Histórico Municipal de ReynosaBiblioteca Pública del Estado Marte R. GómezColección Octavio HerreraFotógrafo RamónUniversity of Texas / Pan American at EdimburgUniversity of Texas at Austin (Runyon Colletion)
Esta edición se acabo de imprimir en diciembre de 2009, en los talleres de Ink Servicios Gráficos, S.A. de C.V.