visión actual de mi papel como profesor crítico en el aula
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Visión actual de mi papel como profesor crítico en el aula
Me considero como docente crítica por cuanto valoro y fomento el análisis, la
reflexión sobre el entorno y sobre uno mismo; soy consciente de las fortalezas y de
las debilidades de mi accionar pedagógico y procuro que mis estudiantes adopten
posturas analíticas, íntegras e integrales sobre cada situación personal y social que
se les presenta en su cotidiano existir.
Promuevo el uso racional y adecuado de la nueva tecnología; genero espacios de
análisis y de elaboración de propuestas originales e innovadoras que surjan desde
sus propias experiencias, de sus contextos y de su libre pensamiento; promuevo la
la libre expresión, la valoración de la opinión ajena.
Considero que reuno las características del profesor crítico, al estilo como lo
menciona la filósofa Martha Nussbaum quien afirma que son tres las capacidades
necesarias para llegar a ser un profesor crítíco: el pensamiento crítico o examen
crítico (noción socrática); la habilidad cosmopolita que atiende a las diferencias
entre grupos, naciones e intereses comunes de los seres humanos; la imaginación
narrativa, que alude a la habilidad para ponerse en los zapatos de las otras
personas, saber comprender al otro y poder entender sus emociones y deseos (Cfr.
Nussbaun, 2012: 7-8).
Mi propuesta para fomentar el pensamiento crítico en mis estudiantes:
1.- Identificaría de los estilos de aprendizaje que tienen mis estudiantes.
2.- Identificaría los tipos de inteligencia que imperan en cada uno de ellos así como los
tipos de inteligencia que necesitan ser fortalecidos.
3.- Luego de analizar estos elementos principales, buscaría los términos comunes a nivel
de fortalezas y de debilidades presentes en mis estudiantes.
4.- Propondría actividades cooperativas y colaborativas (con el adecuado seguimiento)
para potenciar espacios de análisis, reflexión, argumentación, contextualización y
proposición.
5.- Utilizaría estrategias metodológicas como “ponte en los zapatos del otro”, en este
sentido intercambiaría entre unos y otros las diversas problemáticas y situaciones para
que cada uno experimente de cerca lo que se vive cuando se tiene tal o cual dificultad,
cuando no se tiene lo que al otro le sobra, cuando se sufre lo que el otro aún no ha pasado,
etc. Este ejercicio ayudaría a valorar al otro, a reconocer que todos tenemos fortalezas,
debilidades y sobre todo permitiría comprender que con la ayuda de los demás, todo
problema se hace más llevadero.
6.- Les pediría a cada uno que extraiga mensajes y que elabore conclusiones.
7.- Les solicitaría que propongan actividades y casos problemáticos en las que todos se
involucren y entre todos busquen las soluciones. Elaborado por: Floralba Aguilar
Gordón
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