vii - v14n3.pdf

14
Ingenier´ ıa del Agua, Vol. 14, No 3, Septiembre 2007 LA INGENIER ´ IA Y LA GESTI ´ ON DEL AGUA DE RIEGO EN AL-ANDALUS J. Rold´ an Ca˜ nas y M.F. Moreno P´ erez Departamento de Agronom´ ıa, ´ Area de Ingenier´ ıa Hidr´ aulica - Universidad de C´ordoba Campus Universitario de Rabanales, Colonia de San Jos´ e Bloque 4, 2 derecha, 14071 C´ordoba [email protected] Resumen: Muchas de las tecnolog´ ıas introducidas por lo ´ arabes en al-Andalus tienen origen romano o principalmente oriental, siendo estas utilizadas para mejorar el manejo y aplicaci´on del riego, y para llevar el agua a las ciudades. Sin embargo, los ´ arabes comienzan una etapa pr´ospera respecto de la agricultura, desde el siglo ocho. La pr´ actica del riego fue mejorada y extendida en todo el territorio isl´ amico incluyendoal-Andalus. Entonces, la civilizaci´onisl´ amica desarrolla y mejora las t´ ecnicas conocidas desde la antig¨ uedad. Las mejoras fueron basadas en la necesidad de una correcta distribuci´on del agua y de su mejor aprovechamiento, y con el imperativo de evitar conflictos relacionados con esta. Algunas de las reglas comunes son: distribuci´on de agua proporcionalmente a la cantidad de tierra pose´ ıda; responsabilidad individual de los regantes en aspectos tales como mantenimiento del canal, aceptaci´on de los turnos de riego y compensaci´on de los posibles da˜ nos provocados a los vecinos; y car´ acter aut´onomo de los regad´ ıos de modo que la justicia sea realizada internamente por sus propias instituciones de autogobierno, aunque dependiendo jurisdiccionalmente del juez o cad´ ı general. En conclusi´on, los ´ arabes realizaron una expansi´on de las t´ ecnicas agr´ ıcolas orientales incluyendo al regad´ ıo, hacia el oeste del Mediterr´ aneo. Finalmente, al-Andalus se convierte en un nuevo foco de difusi´on con vuelta al norte de ´ Africa y, posteriormente, hacia Am´ erica. Su civilizaci´on, quiz´ as poco innovadora, preserv´ o, perfeccion´o e intensific´o, en cambio, tecnolog´ ıas que, de otro modo, no habr´ ıan llegado al mundo occidental y que, en algunos casos, hab´ ıan desaparecido durante los siglos anteriores. INTRODUCCI ´ ON La ingenier´ ıa y la gesti´on del agua en al- Andalus se circunscribe en gran medida a la tec- nolog´ ıa hidr´ aulica ligada a los sistemas de rie- go, entendiendo como tales, adem´ as del riego propiamente dicho, los sistemas de captaci´on y distribuci´on de agua, los ordenamientos jur´ ıdi- cos para el reparto del agua y cualesquiera otros aspectos ligados a la aplicaci´on del agua en la agricultura, sin olvidar la importancia que tuvo la gesti´on del agua en las ciudades (ba˜ nos, alji- bes, suministro y saneamiento). De acuerdo con lo que se˜ nala Glick (1996), la historia de la tec- nolog´ ıa es la historia de las ideas t´ ecnicas ya se lleven ´ estas a cabo a trav´ es de objetos f´ ısicos o por medio de mecanismos sociales e institucio- nales. Al igual que ocurre en otros campos de la cien- cia, los historiadores del regad´ ıo se hayan divi- didos entre los partidarios de la cultura isl´ ami- ca como la gran responsable de la tradici´on del regad´ ıo en Espa˜ na y entre los que rechazan cualquier influencia musulmana en este campo. Adem´ as, en algunos casos, se ha considerado el regad´ ıo cristiano como una herencia directa de los romanos, sin duda, por otro lado, responsa- bles de la ejecuci´on de grandes obras hidr´ aulicas. Glick y Kirchner (2000) creen que, aunque segu- ramente se reciclaron algunos elementos b´ asicos de los sistemas de regad´ ıo romanos, las diferen- tes bases de la distribuci´on social del agua entre ambas culturas hacen que la influencia de la ro- mana en la medieval sea irrelevante. Adem´ as, la disminuci´ondela poblaci´onyel recesoecon´omi- co durante los siglos V y VI hacen muy dif´ ıcil la continuidad entre ambas ´ epocas, a´ un estan- do perfectamente documentado que los romanos regaron las huertas de Valencia y Orihuela, entre otras. Sin embargo, y como tambi´ en acontece en otros campos del saber, el conocimiento recibido en nuestros d´ ıas es el acumulado a lo largo de los nos, resultado de la superposici´on de lo aporta- do desde los pueblos ind´ ıgenas hasta el momento presente. Como demuestran Gilman y Thornes © Fundaci´ on para el Fomento de la Ingenier´ ıa del Agua ISSN: 1134–2196 Red Iberoamericana de Riegos del programa CYTED (Ciencia y Tecnologa en Desarrollo). Marzo de 2006. M´ exico

Upload: dodiep

Post on 06-Jan-2017

233 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Page 1: VII - V14N3.pdf

Ingenierıa del Agua, Vol. 14, No 3, Septiembre 2007

LA INGENIERIA Y LA GESTION DEL AGUADE RIEGO EN AL-ANDALUSJ. Roldan Canas y M.F. Moreno PerezDepartamento de Agronomıa,Area de Ingenierıa Hidraulica - Universidad de CordobaCampus Universitario de Rabanales, Colonia de San JoseBloque 4, 2 derecha, 14071 [email protected]

Resumen: Muchas de las tecnologıas introducidas por lo arabes en al-Andalus tienen origen romano o principalmente

oriental, siendo estas utilizadas para mejorar el manejo y aplicacion del riego, y para llevar el agua a las ciudades. Sin

embargo, los arabes comienzan una etapa prospera respecto de la agricultura, desde el siglo ocho. La practica del riego

fue mejorada y extendida en todo el territorio islamico incluyendo al-Andalus. Entonces, la civilizacion islamica desarrolla

y mejora las tecnicas conocidas desde la antiguedad.

Las mejoras fueron basadas en la necesidad de una correcta distribucion del agua y de su mejor aprovechamiento,

y con el imperativo de evitar conflictos relacionados con esta. Algunas de las reglas comunes son: distribucion de

agua proporcionalmente a la cantidad de tierra poseıda; responsabilidad individual de los regantes en aspectos tales

como mantenimiento del canal, aceptacion de los turnos de riego y compensacion de los posibles danos provocados a

los vecinos; y caracter autonomo de los regadıos de modo que la justicia sea realizada internamente por sus propias

instituciones de autogobierno, aunque dependiendo jurisdiccionalmente del juez o cadı general.

En conclusion, los arabes realizaron una expansion de las tecnicas agrıcolas orientales incluyendo al regadıo, hacia el

oeste del Mediterraneo. Finalmente, al-Andalus se convierte en un nuevo foco de difusion con vuelta al norte de Africa y,

posteriormente, hacia America. Su civilizacion, quizas poco innovadora, preservo, perfecciono e intensifico, en cambio,

tecnologıas que, de otro modo, no habrıan llegado al mundo occidental y que, en algunos casos, habıan desaparecido

durante los siglos anteriores.

INTRODUCCION

La ingenierıa y la gestion del agua en al-Andalus se circunscribe en gran medida a la tec-nologıa hidraulica ligada a los sistemas de rie-go, entendiendo como tales, ademas del riegopropiamente dicho, los sistemas de captacion ydistribucion de agua, los ordenamientos jurıdi-cos para el reparto del agua y cualesquiera otrosaspectos ligados a la aplicacion del agua en laagricultura, sin olvidar la importancia que tuvola gestion del agua en las ciudades (banos, alji-bes, suministro y saneamiento). De acuerdo conlo que senala Glick (1996), la historia de la tec-nologıa es la historia de las ideas tecnicas ya selleven estas a cabo a traves de objetos fısicos opor medio de mecanismos sociales e institucio-nales.

Al igual que ocurre en otros campos de la cien-cia, los historiadores del regadıo se hayan divi-didos entre los partidarios de la cultura islami-ca como la gran responsable de la tradiciondel regadıo en Espana y entre los que rechazan

cualquier influencia musulmana en este campo.Ademas, en algunos casos, se ha considerado elregadıo cristiano como una herencia directa delos romanos, sin duda, por otro lado, responsa-bles de la ejecucion de grandes obras hidraulicas.Glick y Kirchner (2000) creen que, aunque segu-ramente se reciclaron algunos elementos basicosde los sistemas de regadıo romanos, las diferen-tes bases de la distribucion social del agua entreambas culturas hacen que la influencia de la ro-mana en la medieval sea irrelevante. Ademas, ladisminucion de la poblacion y el receso economi-co durante los siglos V y VI hacen muy difıcilla continuidad entre ambas epocas, aun estan-do perfectamente documentado que los romanosregaron las huertas de Valencia y Orihuela, entreotras.

Sin embargo, y como tambien acontece enotros campos del saber, el conocimiento recibidoen nuestros dıas es el acumulado a lo largo de losanos, resultado de la superposicion de lo aporta-do desde los pueblos indıgenas hasta el momentopresente. Como demuestran Gilman y Thornes

© Fundacion para el Fomento de la Ingenierıa del Agua ISSN: 1134–2196Red Iberoamericana de Riegos del programa CYTED (Ciencia y Tecnologa en Desarrollo). Marzo de 2006. Mexico

Page 2: VII - V14N3.pdf

224 J. Roldan Canas y M.F. Moreno Perez

(1985), y ha sido posteriormente comprobadopor Giraldez et al. (1988), en el sureste espanolse practicaba el riego por boqueras aprovechan-do las riadas ocasionales en las ramblas desde lacultura del Algar y los Millares. En consecuencia,el regadıo tal y como lo encontramos al final dela Edad Media no puede ser atribuido a una uni-ca cultura ni nace por generacion espontanea apartir de la existencia de una cualquiera de ellas.En este sentido, los trabajos de Barcelo (1989)insisten en la necesidad de conocer la aportacionde las sociedades indıgenas tanto en el norte deAfrica como en Hispania donde las condicionesclimaticas habrıan exigido, previamente a la lle-gada de las diferentes colonizaciones, el desarro-llo de diversas tecnicas hidraulicas como modode adaptacion al medio.

No obstante lo anterior, y como muy acertada-mente senala Glick (1988), los arabes iniciaronuna etapa de florecimiento de la agricultura apartir del siglo octavo que condujo a una mejo-ra y ampliacion de la practica del riego en todoel mundo islamico incluyendo al-Andalus. Trillo(2002) muestra que con esta cultura se llega auna agricultura en la que el agua es el elementoesencial hasta el punto de cambiar el calendarioagrıcola que, con el riego, se hace mas conti-nuo. La civilizacion islamica, pues, adquiere uncaracter de sıntesis tecnologica que desarrolla yperfecciona los conocimientos tecnicos de la an-tiguedad.

Hay algunos indicios que confirman lo expre-sado anteriormente. Ası, por ejemplo, la termi-nologıa hidraulica del regadıo fue sustituida porarabismos (acequia, derivada del arabe saqiya,reemplaza a la palabra latina canalis); se adopta-ron de forma generalizada mecanismos hidrauli-cos introducidos por los arabes, como la noria;se desarrollo una mayor agricultura de regadıo,extensas huertas, alrededor de las grandes ciuda-des con gran influencia arabe (Valencia, Murcia,Toledo, etc.); se introdujeron cultivos, muchoscon nombres arabes, necesitados de regadıo parapoder crecer adecuadamente en nuestras condi-ciones climaticas (altramuz, naranja, alfalfa, al-godon, etc.); y, aun hoy, se conservan toponimosen zonas de regadıo medieval que demuestranun claro pasado islamico: huerta de los moros(Glick, 1988).

Este mismo autor senala la existencia de mo-delos institucionales de naturaleza local que serepiten en todos los lugares donde se ha prac-ticado la agricultura de regadıo, desde el codi-go de Hammurabi (siglos XVIII-XVII a,c,) hastael regadıo medieval valenciano. Estas disposicio-

nes se basaban en la necesidad de una justa dis-tribucion de aguas y en el imperativo de evitarconflictos. Algunos de estos principios comunesson: reparto de agua proporcional a la cantidadde tierra que se trabaja; responsabilidad indivi-dual hacia la comunidad de regantes en aspectostales como mantenimiento de acequias, someti-miento a los turnos y resarcimiento por los danoscausados a los vecinos; y caracter autonomo delos regadıos de modo que la justicia sea reali-zada internamente por sus propias institucionesde autogobierno, aunque dependiendo jurisdic-cionalmente del juez o cadı general.

Sin que suponga menoscabo de lo anterior,otros autores como, por ejemplo, Box Amoros(1992), citan estudios que demuestran que enel regadıo valenciano algunos sistemas de dis-tribucion de agua a gran escala ya existıan enepoca romana. La toponimia de ciertas zonasregables (vega de Lorca, por ejemplo) prueba eneste caso que las acequias de nombre arabe secorresponden con ampliaciones de regadıos yaexistentes. Otro aspecto curioso, que ha susci-tado parte de la polemica anterior, se encuentraen el hecho de que existen muy pocas referenciasarabes escritas sobre el regadıo y sobre la cons-truccion de acequias para el riego, con excepcio-nes como lo descrito en su obra por el geografoal-Idrısı a finales del siglo XII (Carrasco, 1996).Martı (1989) apunta a problemas de competen-cias profesionales como una posible explicacionde estas ausencias. Ası, la realizacion de gran-des obras de ingenierıa hidraulica no correspon-de a los agronomos andalusıes sino mas bien ageometras y astronomos.

En general, y al no existir suficiente docu-mentacion, los regadıos islamicos se han estu-diado principalmente, en lo referente a aspectostecnicos e institucionales, a partir de documen-tos cristianos posteriores o mediante estudios ar-queologicos. Sobre la distribucion social del aguahay que recurrir a hipotesis basadas en registrosde tierras, investigaciones arqueologicas, toponi-mos, litigios, ordenanzas de comunidades de re-gantes, distribucion geografica de los terminosusados en el regadıo y en las escasas fuentesarabes (Glick, 1996).

En conclusion, los arabes, al igual que suce-dio con la filosofıa y los avances cientıficos delmundo griego, realizaron una expansion de lastecnicas agrıcolas orientales de origen nabateoy mesopotamico, incluyendo al regadıo, hacia eloeste del Mediterraneo. Finalmente, al-Andalusse convierte en un nuevo foco de difusion convuelta al Magreb y, posteriormente, hacia Ameri-

Page 3: VII - V14N3.pdf

La ingenierıa y la gestion del agua de riego en al-Andalus 225

Figura 1. Relacion entre cientıficos musulmanes y cristianos. (Fuente: Glick, 1979)

ca. Su civilizacion, quizas poco innovadora, pre-servo, perfecciono e intensifico, en cambio, tec-nologıas que, de otro modo, no habrıan llegadoal mundo occidental y que, en algunos casos,habıan desaparecido durante los siglos anterio-res. Una prueba de lo anterior se muestra en laFigura 1, donde aparece la relacion entre cientıfi-cos musulmanes y cristianos entre los anos 775 y1075 de nuestra era, que llego a ser hasta de 9 a1 y que no alcanza la paridad, tanto en numerocomo en calidad de la investigacion, hasta la se-gunda mitad del siglo XI. La deriva en el balancea favor del occidente se explica por la demandade traductores en este ultimo siglo.

EXTENSION DEL REGADIO ISLAMICO.EXPANSION HACIA AMERICA

De igual modo que acontece con el origen delriego ya comentado en el apartado anterior, laextension del regadıo islamico ası como los ele-mentos que sobreviven tras la conquista cristia-na son objeto de controversia entre las diferentescorrientes de historiadores.

Siguiendo el esquema de al-Mudayna (1991),es mas apropiado analizar el alcance de estosriegos por cuencas hidrograficas o por zonasgeograficas.

Comenzando de norte a sur, en el Ebro nohay dudas de que los arabes aportaron una me-jora en los sistemas de distribucion de aguas yen la organizacion de los campos regados. Lamayorıa de las acequias de origen musulman sehan encontrado en el triangulo Alfaro-Tarazona-

Zaragoza, esto es, margen derecha del Ebro apartir de Tudela. Las acequias mas importan-tes son las de Canet (rıo Alhama), Irues (sierrade Moncayo), Furon Mayor (rıo Jalon) y cuatromas en la zona de Zaragoza (Almozara, Almu-dafar, Gales y Urdan) tomando agua del propioEbro y del Gallego. Continuando en Aragon, BoxAmoros (1992) cita la acequia de Guadalaviarque regaba la vega proxima a Teruel.

En las Baleares, el regadıo se desarrollo fun-damentalmente en epoca islamica creando unospaisajes agrarios que han llegado hasta nosotros.A destacar los numerosos qanats, o captacionesde aguas subterraneas que se comentaran en elapartado 3, y el sistema de bancales regados. Enconcreto, Mallorca es la region de al-Andalus conmayor numero de qanats conocidos situados enlos valles transversales de la sierra de Tramon-tana y la sierra de Levante y el Puig de Randa.Los qanats fueron introducidos en el siglo X y lamayorıa forman parte de conjuntos abancalados.En el caso de riegos por inundacion, las terrazasson totalmente horizontales mientras que si elriego es por canalizacion, la terraza tiene tantouna inclinacion longitudinal, en la direccion dela acequia, como transversal para que el aguaalcance toda la extension de la terraza. En Ibizaexiste un sistema de riego que parece ser unico,las feixes.

En Valencia, el geografo al-Idrısı nos ha deja-do testimonio de algunas estructuras de regadıoy, en cualquier caso, parece que las ocho ace-quias que constituyen la red definitiva de cana-

Page 4: VII - V14N3.pdf

226 J. Roldan Canas y M.F. Moreno Perez

les de la huerta existen al final de la domina-cion musulmana. Aunque los riegos valencianostienen un origen romano, no hay duda que losarabes contribuyeron a su gran crecimiento. Gi-ner Boira (1997) mantiene que los pobladoresdel levante espanol no eran arabes (proceden-tes de lo que hoy denominamos Arabia Saudı),que no conocıan el regadıo pues sus tierras nose regaban, sino sirios, libaneses y egipcios concinco mil anos de tradicion de agricultura rega-da. Asimismo mantiene que el actual Tribunalde las Aguas fue creado hacia el ano 960. Nota-bles ejemplos de areas regadas valencianas sonla huerta de Valencia y los regadıos de Alicantey Elche.

En Murcia la zona regada se situa en las cuen-cas media y baja del Segura destacando el en-torno de Murcia capital y Orihuela (pertenecien-te a la Comunidad Valenciana pero situada en lacuenca baja del Segura) ası como el Campo deLorca regado este ultimo por el Guadalentın. Enla huerta de Murcia destacan las norias, ruedasque elevaban el agua mediante cangilones movi-dos por la corriente de agua. Las mas conocidasson las de Alcantarilla y la Nora. La distribu-cion del agua en epoca musulmana se basabaen el reparto proporcional del volumen extraıdodel rıo en la presa de la Contraparada (la paradamurciana, equivalente a la rafa valenciana, es unobstaculo artificial colocado en un curso de aguapara elevar su nivel y derivarla posteriormente).De esta presa se derivaban dos acequias, la deAlquibla en la margen derecha y la de Aljufia enel ala izquierda.

El regadıo en Andalucıa Oriental o Reino deGranada es muy diferente al del levante espanoldada la orografıa y el regimen pluviometrico de lazona. Aquı, fundamentalmente, se aprovecharonhoyas interiores de rıos y zonas de sierra me-diante terrazas regadas. Lo mas destacado esel ingenio desarrollado para captar agua en es-ta region (Alpujarras granadinas y almerienses)de gran escasez hıdrica. En el caso de corrientessuperficiales, la toma de agua tanto en corrien-tes permanentes como en cursos efımeros se ha-ce por sangrado mediante diques de derivaciondenominados azudes o boqueras. En el caso deaguas subterraneas, el uso del qanat estuvo muygeneralizado destacando el de Senes en Almerıacon varios centenares de metros. El pequeno ta-mano y su gran dispersion impiden destacar al-gunas zonas regadas.

En el valle del Guadalquivir no hay referenciasa grandes espacios de regadıo sino mas bien azonas de huertas en entornos urbanos y a almu-

nias, o fincas de recreo de los notables, desta-cando las de Jaen, Cordoba (la Arruzafa) y Se-villa (la Buhayra). Tambien hay constancia deregadıos en ambas orillas a lo largo del Guadal-quivir desde donde el agua se derivaba mediantenorias (como la de la Albolafia en Cordoba) ypresas. A tıtulo sentimental, y por contraste conla situacion actual, cabe senalar la referencia alos regadıos del rıo Marbella en los alrededoresde Baena (Cordoba) que hace el viajero arabeal→imyarı: “(Baena) esta rodeada de numero-sos jardines, vinedos y olivares, su suelo es fertily bien regado por aguas corrientes, emplazada aorillas de un importante rıo llamado el Marbe-lla que viene del sur y mueve numerosos moli-nos”(Cherif Jah y Lopez Gomez, 1994).

Por ultimo, y fuera de los ambitos geograficosya citados, hay que mencionar las vegas de Tole-do (Huerta del Rey) y de Talavera en la cuencadel Tajo. El encajonamiento de este rıo a su pasopor Toledo dio lugar al desarrollo de unos siste-mas de elevacion de agua que han sobrevividodurante muchos siglos.

La transmision de tecnologıa hıdrica de ori-gen arabe al Nuevo Mundo a traves de los con-quistadores espanoles es difıcil de establecer porcuanto la unidad cultural que representaba el Is-lam en el siglo VIII se ha perdido a finales delsiglo XV. Sin embargo, hay una estrecha rela-cion entre determinados aspectos que caracte-rizan el uso agrıcola del agua en America y enal-Andalus: los derechos de adquisicion de su usose vinculan a la tierra; el reparto del agua se hacemediante un tiempo concreto de riego o a travesde los derechos de uso de determinados cauda-les; y los sistemas de riego propiamente dichossiguen pautas totalmente arabes. Del Rıo Mo-reno (2002) describe el sistema implantado porCortes en Mexico para el cultivo de la cana deazucar: el agua pasaba de la zanja principal a lasregaderas (zanjas secundarias) o apantles y deahı a las zanjas de alimentacion (tenapantles ocontrapantles) a intervalos de doce surcos. Ca-da grupo de doce surcos constituıa una tendiday un hombre tenıa la tarea de regular el flujo detres tendidas.

La historiografıa del agua es escasa en el vas-to imperio espanol en America. Segun Meyer(1996) la razon hay que buscarla en que los asen-tamientos indios mas importantes se localizabanen zonas con abundancia de agua precisamentepor la disponibilidad de la misma. Los espanolesfueron atraıdos en primer lugar hacia estas zo-nas no solo por el agua sino especialmente por eltipo de culturas allı establecidas: las altiplanicies

Page 5: VII - V14N3.pdf

La ingenierıa y la gestion del agua de riego en al-Andalus 227

de los Andes en America del Sur y el valle centralde Mexico. Posteriormente, hacia la segunda mi-tad del siglo XVI, los espanoles se mueven haciaareas donde el agua escasea alcanzando el terri-torio situado al norte de Nueva Espana: Sonora,Arizona, Alta y Baja California, Chihuahua, Nue-vo Mexico, Coahuila, Nuevo Leon y Texas. Es aestas zonas aridas o semiaridas, en las que laexistencia de agua marca la frontera entre la de-solacion y la abundancia, hacia donde se trasladala tecnologıa hıdrica, fundamentalmente aplica-da al regadıo, entonces existente en la penınsulaIberica. El agua jugo un papel muy importanteen la conquista convirtiendose en una fuente deriqueza privada, de capital, de renta y de poderhumano, a la vez que cambiaba las necesidades,los usos y los sistemas de valores y aumenta-ba las polemicas y las disputas por su posesion(Meyer, 1996).

CAPTACION, DERIVACION Y CONDUCCIONDEL AGUA

Los arabes juegan tambien en este caso unamplio papel de difusores de unas tecnologıas aveces ya conocidas por los hispanoromanos pe-ro que fundamentalmente derivan de las gran-des civilizaciones orientales. Este es el caso, porejemplo, de las norias que San Isidoro cita ya ensus Etimologıas aunque con seguridad tienen suorigen en el Mediterraneo oriental. Segun citaPavon (1990), Filon de Bizancio (300-200 anosA. C.) ya habla de aparatos para sacar agua en sulibro Pneumatica y Vitrubio describe cuatro ti-pos diferentes de aparatos elevadores en su libroArquitectura aunque ninguno de ellos se refiere

a las ruedas movidas por traccion animal.

El termino noria proviene del arabe na’ura y serefiere a todos los artilugios para la elevacion deagua compuestos de ruedas. Se distingue entrelas norias de corriente (noria fluvial o noria devuelo), ruedas verticales sin engranajes situadasen rıos o canales accionadas por el agua tam-bien llamadas en algunas zonas acenas, y noriasde sangre (norias de tiro o saniya), accionadaspor traccion animal que se utilizan para elevaraguas captadas a traves de pozos de hasta 10m de profundidad. Segun Cordoba et al. (2004),el nombre castellano, noria, no ha derivado deltermino arabe con que fueron conocidas en al-Andalus, saniya, sino con el que fueron llamadaslas norias fluviales, naura, y que se empleo en laEspana cristiana indistintamente. De saniya sederiva la palabra acena usada para denominar alos molinos de rueda hidraulica vertical durantela Baja Edad Media.

El nombre arabe naura parece derivar del ver-bo na’ar que significa grunir o gemir y que hacıaalusion al caracterıstico chirrido emitido por lasmismas (Pavon, 1990; Cordoba, 2004). Ası, porejemplo, las norias de tiro de Palma del Rıo(Cordoba) han sido conocidas con el nombre dechirriones. Segun diversos autores, como CaroBaroja y Torres Balbas, la famosa noria de laAlbolafia de Cordoba, que viene a significar dela buena suerte o de la buena salud, (ver Figu-ra 2) fue desmontada en junio de 1492 a causade su continuo chirrido que molestaba a la rei-na Isabel la Catolica que por aquel entonces seencontraba enferma en el Alcazar de los ReyesCristianos de Cordoba (Cordoba et al. 2004).

�� ��

Figura 2. Noria de la Albolafia de Cordoba. a) del sello de la ciudad, siglo XIVsegun interpretacion de J. Caro Baroja. b) restitucion segun B. Pavon

Page 6: VII - V14N3.pdf

228 J. Roldan Canas y M.F. Moreno Perez

Las norias de sangre tienen una mayor comple-jidad que las de corriente pues requieren conocerla transmision de fuerzas a traves de engranajesy de ahı que Caro Baroja (1983) las conside-re la verdadera invencion de los arabes. Glick(1979) senala que la noria andalusı no esta re-lacionada con la tıpica noria bereber del nortede Africa. Mas bien tanto la propia noria comolos cangilones estan inspirados en el modelo si-rio. A su vez, los andalusıes introdujeron estetipo de noria en Marruecos ası como en las tie-rras cristianas a traves de la migracion de losagricultores mozarabes. Tal y como reflejo Lo-sada (2004), los arabes aprovecharon las noriaspara ampliar el espacio hidraulico dominado porlas corrientes (fluviales o acequias) en las que sesituan.

En este sentido, la distribucion geografica delas norias en al-Andalus puede dar una idea deldesarrollo agrıcola en zonas rurales. Sin embar-go, los Libros de Repartimiento (registros de lasconcesiones a los pobladores cristianos de pro-piedades anteriormente en poder de los musul-manes) no proporcionan buena informacion yaque las citan escasamente quizas por su granabundancia. La unica fuente existente, ya del si-glo XX, la proporciona el Ministerio de Fomentoque en 1918 hace un inventario de las mismasaunque se desconoce el procedimiento seguidopara su conteo, si se incluyen todas o solo lastradicionales y si la metodologıa vario de provin-cia a provincia (Glick, 1996). La Tabla 1 muestrala distribucion de las norias entre las 15 provin-cias con mayor numero.

1. Ciudad Real 21.0062. Castellon 4.0833. Baleares 3.5404. Toledo 2.7505. Valencia 2.000*6. Zamora 1.5527. Madrid 1.4328. Caceres 1.0109. Valladolid 842

10. Almerıa 66811. Cordoba 64712. Alicante 56613. Gerona 50514. Murcia 50315. Jaen 542

∗ Estimador del encuestadosFuente: Ministerio de Fomento, Medios que se utilizan

para suministrar el riego, 2 vols., Madrid, 1918

Tabla 1. Distribucion de norias por provincias en1918

Otro procedimiento de captacion de recursoshıdricos es la presa de derivacion o azud que,construida transversalmente en un rıo permiteacumular agua, elevar su nivel y derivarla a unaacequia o canal de distribucion usada principal-mente para riego. Como ya se ha mencionado,en el sureste arido espanol eran frecuentes los di-ques temporales o boqueras en corrientes efıme-ras aunque desde epocas anteriores a la islamica.El termino arabe azud ha tenido mas connota-cion de derivacion de agua antes que de acumu-lacion y retencion para lo que es mas apropiadoel vocablo de presa.

Entre las tecnicas de captacion de aguas sub-terraneas destaca el qanat: galerıa de escasapendiente que drena el agua de un acuıfero ha-cia el exterior sin que sean necesarios mecanis-mos de elevacion (ver Figura 3). Goblot (1979)define los qanats como una tecnica de caracterminero, no de regadıo, que consiste en explo-tar capas de aguas subterraneas (acuıferos) pormedio de galerıas drenantes, ya que las minasexistıan mucho antes de la aparicion de los pri-meros qanats. La galerıa esta conectada con laatmosfera a traves de unos pozos o lumbreras,separados entre 5 y 20 m, que sirven para airearla captacion y para extraer los materiales deri-vados de la construccion de la galerıa. Alrededorde los pozos se construye un reborde para man-tenerlos limpios. El primer pozo o pozo madrese utiliza para localizar el acuıfero y, posterior-mente, la galerıa se construye desde su puntode salida hasta el pozo madre (Argemı et al.,1995). Esto ultimo lo distingue del termino mi-na que aunque tambien se trata de una galerıaque toma agua de un acuıfero, se excava al revesy no suele tener pozos de ventilacion.

Las condiciones fısicas que condicionan laimplantacion de qanats pueden ser agrupadasen tres clases: climaticas, hidrogeologicas y to-pograficas. Teniendo en cuenta las dificultadesde los trabajos para su construccion, los qanatsaparecen alla donde los recursos hıdricos super-ficiales son precarios, esto es, en un clima arido.No obstante, deben existir importantes reservassubterraneas de agua tanto freaticas como masprofundas, estas ultimas jugando un papel pri-mordial. Ademas, el sistema debe resultar soste-nible por lo que estas masas de agua tienen queser alimentadas regularmente y de manera sufi-ciente. Se necesita, pues, un relieve suficiente-mente elevado para provocar la precipitacion delas masas nubosas. Por otro lado, se requiere unacierta pendiente, no muy elevada, en la galerıa(entre el 1 y el 2◦/◦◦. Como conclusion, las zonas

Page 7: VII - V14N3.pdf

La ingenierıa y la gestion del agua de riego en al-Andalus 229

Figura 3. Diagrama de un qanat tıpico (Fuente: Glick, 1988)

mas favorables para la instalacion de qanats sonlos piedemontes situados delante de las lıneasmontanosas y formados por materiales permea-bles. La meseta iranı reune particularmente to-das estas condiciones. Dentro de ellos, los conosde deyeccion son los lugares mas idoneos parasu localizacion.

Segun Goblot (1979), la primera referencia es-crita a los qanats se encuentra en las cronicas dela octava campana del rey asirio Sargon II (722-705 a.c.), en el 714 a.c., contra el reino de Urartulocalizado al noroeste del actual Iran, cerca de lafrontera con Turquıa. Posteriormente, se difun-diran hacia el sur y hacia el oeste, en la mesetairanı, bajo la influencia de los Medos y de losPersas.

Los qanats espanoles o viajes de agua son elresultado de la influencia arabe-persa sobre lapenınsula Iberica. El caso mas significativo es elde Madrid que debe su ubicacion y fundacioncomo una fortaleza en el ano 871 a la red deqanats establecida por iranıes incluidos entre lascompanıas omeyas. Posteriormente, y debido ala calidad y abundancia de este agua, fue elegidapor Felipe II en 1561 como capital del reino enlugar de Toledo. Lopez-Camacho et al. (2005),en un trabajo muy interesante en el que se des-cribe el qanat de la Fuente Grande de Ocana,senalan que Madrid se abastecio por este mediodurante diez siglos, entre el IX y el XIX, ha-biendose inventariado 124 km de galerıas, 70 decaptaciones y 54 de conducciones

El uso de aljibes, palabra derivada de la ara-

be al-yubb (Pavon, 1990), resulta fundamentalcomo sistema de aprovisionamiento de las aguastraıdas a la ciudad mediante qanats. Asimismo,en casas y mezquitas los aljibes recibıan el aguaque bajaba de los tejados mediante atanores oconductos de metal o barros cocido embebidosen los muros.

En el patio de la Mezquita de Cordoba existeun aljibe que recibıa el agua de lluvia del propiopavimento del patio y de los tejados constitui-dos por canaletas disenadas para evacuar rapida-mente, y sin que se formen balsas de retencion,el caudal de escorrentıa generado (Roldan et al.,2005).

Fuera de la meseta iranı, y por su proximidad,cabe citar la hoya de Marrakech, situada en elpiedemonte del Alto Atlas, donde se concentranunos 800 qanats de entre 800 m y 2,5 km delongitud que constituyen una red de mas de 900km. Con ella se suministra agua a la ciudad y seriegan entre 15.000 y 20.000 ha.

La conduccion y distribucion de agua a loscampos de cultivo para regar se hace a traves delas redes de acequias. Las tecnicas de trazado deacequias y de reparto de agua hacia otras con-ducciones o hacia el campo de riego se han man-tenido tal cual hasta fecha muy reciente. Ası, lasuperficie regada es la dominada por la acequiaque, para mantener una pendiente adecuada asu doble funcion de conduccion y derivacion, si-gue un trazado que es difıcil modificar. El espa-cio hidraulico ası configurado queda delimitadopor dos lıneas, superior e inferior, cuya situacion

Page 8: VII - V14N3.pdf

230 J. Roldan Canas y M.F. Moreno Perez

esta marcada por la gravedad. Ası la superior esla propia acequia o canal principal por encimade la cual el agua no puede distribuirse debidola pendiente del terreno, en tanto que la inferiorla constituye el propio curso del agua situado enle fondo del valle. El nacimiento de la acequia seproduce desde un azud como se menciona en elapartado 3 (ver Figura 4). El paso de la acequiaprincipal hacia otras acequias o hacia los camposde riego se hace frecuentemente a traves de par-tidores que utilizan desde compuertas de maderahasta la propia tierra para contener el agua.

Tambien eran importantes los sistemas de ave-namiento o drenaje de aguas sobrantes que sa-nean los terrenos pues impiden su encharcamien-to. Este exceso de agua era, en ocasiones, reuti-lizada de nuevo en el riego. La red de desaguesestaba formada por los siguientes elementos: es-correderos, que reciben el agua de uno o dosregantes; azarbetas, cuando la recogen de treso mas regantes o de los escorrederos; y azarbesque la reciben de los escorrederos o de las azar-betas (al-Mudayna, 1991).

Figura 4. Estructura de un sistema de riego tra-dicional (Losada, 2005))

Argemı et al. (1995) exponen que para la cons-truccion de las acequias se empleaba una basede piedras unidas con mortero con una cober-tura impermeabilizante hecha de cal hidraulicacon fragmentos de material ceramico cocido pa-ra evitar perdidas de agua por filtracion.

La red de distribucion de agua para riegoesta formada por acequias primarias y secunda-rias o hijuelas. De ellas se alimentan otros ca-nales que conducen el agua hasta los camposde riego. Entre ellos cabe distinguir los brazales,cuando reparten el agua entre varios propietariostomando el agua o de la acequia principal o dela hijuela, y las regaderas, que llevan el agua aun solo regante partiendo de un brazal.

TECNOLOGIA DEL RIEGO

El reparto de agua entre los regantes seguıareglas de proporcionalidad: cada regante recibıael agua en proporcion a la cantidad de tierraque poseıa (Glick, 1988). No obstante, el totalde agua repartido no era una cantidad fija porunidad de superficie sino que variaba en propor-cion al caudal del rıo. De igual modo, se repartıadicho caudal entre las diferentes acequias princi-pales que se nutren de el. Si la cantidad disponi-ble de agua era muy escasa, el regante no podıaregar a voluntad sino siguiendo un turno (tandao dula) preestablecido. El sistema proporcionalgarantizaba un reparto de agua equitativo sinnecesidad de medidas de tiempo ni de orificiosde reparto. La unidad de medida abstracta sedenominaba fila (hila o hilo de agua) que repre-sentaba una parte de la cantidad total de aguaen un rıo, fuente o acequia (Glick, 1988). Esteconcepto con diferente cuantificacion sigue aunusandose en nuestras zonas tradicionales de rie-go por gravedad (Roldan et al. 1997).

En definitiva, en las instituciones de riego deal-Andalus se encuentran dos tipos de reparto deagua: el modelo sirio, caracterıstico de huertascon grandes canales derivados de los rıos, que seaplica cuando el agua es relativamente abundan-te (agua adscrita a la tierra) y el modelo yemenı,caracterıstico de oasis, donde el agua se distri-buye por tiempos y no esta adscrita a la tierra(Glick y Kirchner, 2000).

En general, la fila es un numero que indica laproporcion del caudal total que puede tomar unaacequia; si nos encontramos en epoca de abun-dancia de agua dicha cifra va de acuerdo a lacapacidad de la acequia; si en epoca de escasezde acuerdo a un numero de horas equivalente yproporcionado. Segun Glick (1988), los valorestradicionales de filas de agua estan expresadosen multiplos de doce y, normalmente, una filaes el equivalente a una hora de agua. La uni-dad de medida del agua basada en horas es muyhabitual en el Oriente: Irak, Yemen, Siria, etc.,donde la medida tipo es el qırat que, aunquevarıa de unos lugares a otros y entre acequias,

Page 9: VII - V14N3.pdf

La ingenierıa y la gestion del agua de riego en al-Andalus 231

tiene la connotacion basica de 1/24 parte y sueleequivaler a una hora de riego.

Argemı et al. (1995) senalan algunas medidasy proporciones usadas en epoca andalusı cuyasequivalencias son, en cualquier caso, difıciles deestablecer. Ası tenemos la abba que correspondea 24 horas de agua o al tiempo necesario paravolver llenar una alberca desde las 6 de la tardea las 6 de la manana mas las doce horas que seemplean en vaciarla; el azumbre que equivale a 3horas de agua; y la arroba proporcion que se re-fiere a un cuarto del dıa de riego o, en el caso dedistribucion del agua, a una medida que oscilaentre las tres o cuatro horas. Estos autores dis-cuten el origen sirio de la huerta de Valencia, queestablecen tanto Glick (1988) como Giner Boira(1997) por el paralelismo entre la fila valencianacon las medidas de agua usadas en Damasco,inclinandose mas por su origen bereber.

Entre los dispositivos para medir el agua se en-cuentra el agujero o modulo partidor practicadoen una piedra que segun sus dimensiones dejabapasar un numero fijado de hilas de agua que-dando el resto para los regantes situados aguasarriba del mismo. La reparticion proporcional delagua desde una acequia a otras dos se hace conun partidor que divide el flujo entrante en doscorrientes salientes exactamente iguales. Por es-ta razon, los partidores debıan ser muy cuidadosy exactamente disenados, nivelados, medidos yconstruidos. Para medir el tiempo se usaron clep-sidras, o relojes de agua, de origen egipcio aun-que la palabra proviene del griego y significa ro-bar agua. En efecto, su primera sılaba coinci-de con la de la palabra cleptomanıa (McNown,1976). Este dispositivo consistıa en un recipien-te con una escala horaria que desaguaba por unorificio situado cerca de su base. Para conseguirque la caıda en el nivel del agua fuera linear,el area de la seccion transversal de las antiguasClepsidras era menor en la parte inferior que enla superior. Ası, la disminucion en el area de lasuperficie del agua al bajar la altura tiende acompensar la reduccion en la velocidad del flujode salida y, si el area de dicha seccion transversales directamente proporcional a esa velocidad desalida, la velocidad de caıda del agua en la vasijasera constante. El tiempo tambien se medıa me-diante la observacion de una determinada longi-tud de sombra que se correspondıa con el tiempotranscurrido desde la salida del sol (Cherif Jahy Lopez Gomez, 1994). Ası, el tiempo que me-diaba entre el amanecer y el instante en que lasombra de un regante alcanzaba una longitud deocho pies de largo equivalıa a dos horas.

El sistema de reparto de agua se fue haciendocada vez mas complejo con el paso de los siglos yen algunas zonas de huerta como Lorca se llega-ron a establecer autenticas lonjas de subasta delagua de riego. Cada porcion de agua se subas-taba y se adjudicaba al mejor postor. Posterior-mente, diferentes propietarios reunıan las hilasconseguidas por cada uno de ellos para poderregar con mayor caudal. Ası, si un regante condos filas se aliaba con otros dos que tenıan una,podıa regar con el caudal de las cuatro filas porla mitad de tiempo que si lo hiciera solo y losotros por la cuarta parte.

En el reino de Granada el agua se repartıa en-tre los regantes mediante tandas o turnos. Cadatanda consistıa en un tiempo durante el que seaplicaba un determinado modulo a un campo.Transcurrido ese tiempo, el turno pasaba al si-guiente campo que, dada la particularidad de losregadıos granadinos (ver apartado 2), se encon-traba en un nivel inferior.

En general, los procedimientos mediante loscuales se distribuıa el agua a los regantes eran dedos tipos segun sus valores sociales y sus priori-dades economicas: distribucion muy eficiente delagua o distribucion que asegurar equidad y jus-ticia en el reparto (Glick, 1996). Cuando el aguaescasea la equidad pierde eficiencia.

Ibn al-Awam (siglo XII), basandose en el textode Agricultura Nabatea escrito por Ibn Wahsiyaen el siglo IX, dedica apartados especıficos de sulibro a las senales para saber si el agua esta lejoso cerca de la superficie terrestre y a la forma deabrir los pozos. En el primer caso, las especies deplantas existentes orientan sobre la presencia delagua en la proximidad de la superficie: cipreses,zarzas y espinos pequenos, entre otras muchas.Tambien el color, sabor y olor de la superficieson buenos indicadores ya que cuando el aguaesta cerca aparece cierta jugosidad que se per-cibe al tacto y a la vista a manera de sudor orocıo. Al hablar de los pozos, incluye comenta-rios sobre su forma (arabigo o persiano), tamano(para incluir a la noria), posicion (en lo mas altodel huerto para dominar todo el espacio hidrauli-co) y epoca para su perforacion (entre agosto yoctubre).

Las aguas para el riego eran clasificadas encuatro tipos segun su procedencia: aguas de llu-via, de rıo, de fuentes y de pozos. Se considerabaque la mejor agua es la de lluvia y se recomen-daba, por tanto, para el riego de hortalizas y, engeneral, para las plantas mas delicadas o debi-les. El agua de los rıos tambien es buena porquees agua corriente y la de fuentes y pozos, mas

Page 10: VII - V14N3.pdf

232 J. Roldan Canas y M.F. Moreno Perez

densas, se preferıan para el riego de plantas conraıces comestibles. Ibn al-Awam anade que lasaguas salobres y amargas son buenas para regaralgunas hortalizas como la verdolaga, espinacay lechuga. En cambio, no recomienda el aguasalada para el riego de ninguna planta.

La practica de los riegos consideraba que losfrutales deben regarse frecuentemente salvo enepocas de brotacion de yemas o floracion a ex-cepcion del olivo. Tambien hay que regar lasplantas cuyas raıces quedan al descubierto. Encambio, a las plantas debiles no hay que darlemucho riego. El agua estancada por un tiem-po se estima que es perjudicial para los arbolesque no son frutales (Cherif Jah y Lopez Gomez,1994). Ibn al-Awam da tambien recomendacio-nes sobre el riego de los arboles frutales entre lasque cabe destacar practicas de riego localizado(alcorques), riego nocturno y frecuente (cuatrohoras al dıa desde la ultima hora del dıa has-ta la media noche), fertirriego (incorporando elestiercol al agua), riego en subsaturacion (pro-poniendo que se excave la tierra de alrededor, sepise blandamente y se le incorpore estiercol paraque el agua no llegue a todos los sitios y hayaventilacion). Por ultimo, da sugerencias sobre laepoca en que se deben regar los frutales, inclu-yendo al olivo (planta que tradicionalmente hasido considerada de secano). Sin embargo, con-cluye que, aunque el riego es util para el olivo,su falta tampoco le dana.

Los metodos de riego utilizados en epoca an-dalusı son: por inmersion o a manta, para el quela parcela se disponıa en tablares; y a travesde regueras, usando surcos y caballones (GarcıaSanchez, 1996). Describe esta misma autora unaforma de trazar los caballones, atribuida a los si-cilianos, de modo que entre cada dos caballonesexista una reguera que tambien se comunica conlas demas regueras y con la acequia principal, delmismo modo que lo hacen los tablares con di-cha acequia. El campo a regar se componıa deun conjunto de bancales, separados por balatesy con tablas de riego divididas en eras y canteroso con alcorques al pie de arboles frutales (Losa-da, 2004). En el caso de que el gasto alumbradofuera insuficiente para su aplicacion directa enel riego, se hacıa necesaria la existencia de unaalberca donde el agua se acumulaba durante unperiodo de tiempo. En zonas montanosas, comolas Alpujarras, la existencia de multiples manan-tiales con escaso caudal obliga a construir balsasde regulacion o albercas como paso previo a ladistribucion del agua en la zona a regar. En estecaso, las albercas funcionan independientemente

y abastecen superficies de terrenos relativamentepequenas (Bazzana, 1994).

Un aspecto considerado fundamental era la ni-velacion de los tablares de modo que no hubieradiferencia de cotas entre la parte superior e in-ferior pues, de otra suerte, el agua se llevarıa deuna a otra las semillas y el estiercol. El astrolabioincluıa en su reverso una alidada que se usabacomo instrumento topografico en las tareas denivelacion de tierras.

Como ya se ha mencionado en el apartado se-gundo, en la isla de Ibiza se ha encontrado unsistema de riego denominado feixes que resultabastante peculiar (al-Mudayna, 1991). En unazona costera de escasa pendiente se encuentraun area sedimentaria encharcada en la que losmusulmanes excavaron una red de canales tantoperpendiculares como paralelos a la costa. La tie-rra de la excavacion se situaba en las cuadrıculasde cultivo (las feixes) lo que provocaba la eleva-cion de ese suelo medio metro sobre el nivel delagua en los canales. El riego es del tipo subsu-perficial, produciendose una filtracion desde lasacequias hacia el subsuelo de las feixes en unadistancia de varios metros. Para favorecer estafiltracion, cada feixa debıa ser atravesada porfibles o pasos subterraneos, una perpendiculara la costa (longitudinal) y varias paralelas a lamisma aunque en la realidad el numero de estasultimas es muy limitado pues su construccionera muy costosa. La fibla longitudinal tenıa unacompuerta en su extremo para controlar el cau-dal: en verano se cerraba para mantener el niveldel agua y en invierno se abrıa para evacuar lasaguas sobrantes (Foster, 1952).

ADMINISTRACION DEL AGUA EN ELREGADIO

Existen escasas referencias a la administracionoficial del agua en al-Andalus. Sin embargo, unamuestra de la importancia que tiene el regadıose deriva de como dos personajes que estaban acargo de la administracion del agua en una ace-quia llegan a alcanzar la dignidad de emires enValencia y Jativa, respectivamente, en el sigloXI.

Segun Glick (1988), hay dos tipos de oficia-les conocidos en el regadıo andalusı, de un la-do, el de mayor rango o sahih al-saqiya, y, deotro lado, un funcionario menor o amın al-ma.Del nombre del primero de ellos derivan las pa-labras cabacequia, cabacequier o sobrecequiero.Los funcionarios denominados sahih realizabanfunciones municipales que no estaban previstasen la ley islamica (vigilancia de mercados, policıa

Page 11: VII - V14N3.pdf

La ingenierıa y la gestion del agua de riego en al-Andalus 233

ciudadana, policıa para asegurar el cumplimien-to de las normas relativas al uso del agua, porejemplo). Este cargo tenıa capacidad para juz-gar las infracciones a las normas de reparto deagua. Evidentemente, no debıa ser elegido por lacomunidad de regantes sino por el gobernador.En la ciudad de Granada, sin embargo, el ace-quiero (mencionado en las ordenanzas de aguasde la ciudad de Granada de principios del sigloXVI pero con evidente origen arabe) tenıa juris-diccion sobre molinos y batanes.

Segun Cherif Jah y Lopez Gomez (1994), elsahih al-saqiya emitıa sentencias verbales, comoocurre con todo el procedimiento de adminis-tracion de justicia islamica, y, al tratarse de unoficial de origen urbano, no podıa ejercer su vigi-lancia mas alla de la acequia principal, quedan-do la organizacion del regadıo en las acequiassecundarias bajo la jurisdiccion de las diferentesorganizaciones tribales. En ocasiones existıa unpersonaje diferente de la administracion de al-Andalus especializado en juicios relativos a lasaguas, el denominado qadi al-miyab o alcaldedel agua.

El amın al-ma cuyo significado es el de guar-dian digno de credito, y que en tiempos cris-tianos fue denominado con el arabismo alamı oalamın (segun se trate de valenciano o caste-llano) o incluso con el apelativo mas literal de fielde agua (Elche), tenıa exclusivamente funcionesadministrativas sin competencia para juzgar. Es-te oficial se le relaciona con la distribucion de lasaguas y la direccion de los turnos ası como conlos sistemas en los que la venta del agua com-plicaba su reparto debiendo asegurar entonces elorden de los turnos y vigilar las transacciones deagua.

Aunque, como ya se ha comentado, hay esca-sez de textos arabes dedicados a esta tematica,han llegado hasta nosotros, sin embargo, algunosdocumentos cristianos fechados pocos anos des-pues de la conquista de ciertas ciudades comoValencia que nos hacen suponer que similaresnormativas y regulaciones debıan existir en epo-ca arabe. Este es el caso del Real Privilegio deJaime I en el que ordena que los acequieros lim-pien las acequias, hagan que los regantes las re-paren, impidan que los usuarios no devuelvan elagua sobrante a las mismas, etc. Tambien esta-blece que los regantes vigilen a su vez al ace-quiero y lo denuncien a los jurados de agua si nocumplen su labor.

Giner Boira (1997) cita un pergamino que re-coge la sentencia sobre un pleito de aguas entrelas arquerıas de Carze y Torox, proximas a Sa-

gunto, que ya llevaba 20 anos de litigio y queesta fechado en 1223, quince anos antes de laconquista de Valencia por Jaime I. La soluciondada por el juez de aguas, y que solventa el plei-to, esta relacionada con el dispositivo usado pa-ra medir el agua, un agujero en una piedra, quemanda reemplazar dado su grado de deterioroque le impide cumplir la mision para la que fueconstruido.

Ademas de lo anterior, la ley islamica senalaque los canales de riego son propiedad de lacomunidad de usuarios que los establecieron, demodo que solo la comunidad regula los asuntosde la acequia y tiene derecho a usar su agua.Los regantes establecen sus turnos pero ningunopuede construir un molino o un puente sin laautorizacion de todos los demas. El Profeta im-pone el orden de riego de las tierras en direcciondescendente con la limitacion de que en las pri-meras la cantidad de agua usada no debe superarla altura de los tobillos. Tambien rebaja los im-puestos a la mitad para las tierras que debanser regadas mediante extraccion de agua (VidalCastro, 1995).

TERMINOLOGIA DEL REGADIO

Como ya se ha indicado, una prueba de laimportancia que tuvo el regadıo en al-Andaluses la gran cantidad de palabras que existen enlengua castellana de origen arabe vinculadas almismo o al uso del agua, en general. Ademas,es facil encontrar nombres geograficos de simi-lar procedencia que se refieren a temas hıdri-cos en: lugares donde se regaba o se repartıa elagua; lugares donde existen o existıan artificioshidraulicos; y lugares con manantiales, fuenteso corrientes fluviales actuales o ya desapareci-das. Esta practica fue muy frecuente entre loshabitantes andalusıes que ponıan nombre a loslugares geograficos, toponimos, en funcion de al-guna caracterıstica propia que los distinguiera delos demas.

Cherif Jah y Lopez Gomez (1994) y Glick(1988) proporcionan abundante informaciontanto sobre palabras de origen arabe como detoponimos, ambos relacionados con el agua. Sinser exhaustivos, y advirtiendo de las variacionesregionales existentes que pueden significar unsentido diferente al expuesto, un pequeno glo-sario de palabras de origen arabe relacionadascon el regadıo y el agua serıa:

Acena: Molino o maquina para sacar agua.Acequia: Canal para conducir agua para riego.Ador : Turno de riego.

Page 12: VII - V14N3.pdf

234 J. Roldan Canas y M.F. Moreno Perez

Alberca: Estanque de agua para riego.Albufera: Laguna.Alcantarilla: Conducto para recoger aguas plu-viales y residuales.Alcubilla: Arca de agua.Alfaguara: Manantial abundante.Aljibe: Estanque de agua para uso domesti-co, generalmente cubierto con boveda de mediocanon.Aljofaina: Recipiente para el agua.Almenara: Acequia de desague o escorrentıa.Arcaduz : Cangilon de la noria.Atanor : Canerıa.Atarjea (o atajea): Conducto por donde lasaguas de la casa van al sumidero.Azarbe: Canal de avenamiento que recoge so-brantes.Azarbeta: Idem anterior pero de menor tamano.Azud : Presa de derivacion. Tambien se empleacomo noria.Canal : Conduccion de agua.Cenia: Noria de corriente o de sangre segun laszonas (valenciano).Noria: Rueda elevadora de agua.Rafa: Tabla colocada transversalmente en unaacequia para retencion y derivacion.Rambla: Arenal por donde desaguan crecidas einundaciones de rıos.Tanda: Turno de riego.

Entre los toponimos relacionados con el aguadestacan los relativos al almacenamiento delagua y a las ruedas hidraulicas. Estos toponi-mos varıan de region a region y no es objetoahora de hacer un repaso pormenorizado de lasmismas. A tıtulo de ejemplo es curioso observarcomo cambian los toponimos derivados de la pa-labra noria por provincias: Arnorias (Albacete);Anoria (Almerıa); Nora (Caceres, Leon, Ovie-

do); Anora (Cordoba); Nora (Granada, Murcia);Naura (Lleida).

En la mitad sur de Espana predominan losnombres arabes de rıos. Todos empiezan por elprefijo Guad , derivado del arabe Wadi que sig-nifica rıo, y acaban con el apelativo que los ca-racteriza. A modo de ejemplo y entre los masconocidos se encuentran:

Guadajoz (Cordoba): Rıo de la turbiaGuadalaviar (Teruel): Rıo blanco (en Valencia,se convierte en el rıo Turia)Guadalen (Ciudad Real): Rıo de la fuenteGuadalfeo (Granada): Rıo de la quebradaGuadalhorce (Malaga): Rıo de la guardiaGuadalimar (Jaen): Rıo rojo

Guadalmedina (Malaga): Rıo de la ciudadGuadalquivir : Rıo grandeGuadarrama (Madrid): rıo de la arenaGuadiana: Rıo de Ana (lugar cerca de Calatrava)

CONCLUSIONES

La aportacion arabe al regadıo en al-Andalusesta fuera de toda duda. La transmision de cono-cimientos cientıficos y tecnicos desde Oriente ysu continuacion hacia America ha quedado ple-namente demostrada. Buena prueba de todo elloson los toponimos y nombres de origen arabe quejalonan la practica del riego y el uso del agua.

Las captaciones de agua mediante azudes,norias y qanats constituyen sus aportaciones massignificativas. Las reglas de proporcionalidad yequidad seguidas en el reparto del agua son unmodelo que se ha perpetuado a lo largo de lossiglos. La administracion oficial del agua en el re-gadıo tuvo una notable importancia dentro delsistema de justicia arabe. El trazado de acequiasy las tecnicas de derivacion de agua hacia loscampos de riego u otras acequias se hace usan-do partidores de gran precision que aun es po-sible ver funcionando en nuestras redes de riegotradicionales.

Por ultimo, y como senala Albarracın (1989),los andalusıes eran unos amantes de la natura-leza por lo que no es de extranar sus evocacio-nes poeticas hacia el mundo rural que incluye alregadıo. Ası, Abu Amir Ibn al- Murabit en suslamentaciones amorosas dice:

Allı hay un riego hecho con mis lagrimas, ¡ohgacela!, y una umbrıa formada por mis costa-dos. Abrevate en esta agua abundante y vena gozar de esta fresca sombra sin temor a serrechazada ni asustada.

REFERENCIAS

Albarracın, J., (1989). El agua y el riego en lapoesıa arabe andalusı (siglo XI). I Colo-quio de Historia y Medio Fısico, El aguaen zonas aridas: arqueologıa e historia, Al-merıa, pp. 97–119

al-Mudayna, (1991). Historia de los regadıos enEspana (A.C.-1931). Ministerio de Agri-cultura, Pesca y Alimentacion, Madrid.

Argemı, M., M. Barcelo, P. Cressier, H. Kir-chner y C. Navarro, (1995). Glosariode terminos hidraulicos. En A. Malpica(coord.), El agua en la agricultura de al-Andalus, El Legado Andalusı, Granada.

Page 13: VII - V14N3.pdf

La ingenierıa y la gestion del agua de riego en al-Andalus 235

Barcelo, M., (1989). El diseno de espaciosirrigados en al-Andalus: un enunciado deprincipios generales. I Coloquio de His-toria y Medio Fısico, El agua en zonasaridas: arqueologıa e historia, Almerıa, p.XV-XLVII.

Bazzana, A., (1994). La pequena hidraulicaagrıcola en al-Andalus. En Ciencias de lanaturaleza en al-Andalus. Textos y estu-dios, III, E. Garcıa Sanchez (Ed), C.S.I.C.

Escuela de Estudios Arabes, pp. 317–335.

Box Amoros, M., (1992). El regadıo medievalen Espana: epoca arabe y conquista cris-tiana. En Hitos historicos de los regadıosespanoles, A. Gil y A. Morales (coords),Ministerio de Agricultura Pesca y Alimen-tacion, Madrid, pp. 49–89.

Caro Baroja, J., (1983). Norias, azudes yacenas. Tecnologıa Popular Espanola, pp.239–348, Madrid.

Carrasco, A.I., (1996). La percepcion del aguay los sistemas hidraulicos en la obra de al-Idrısı. Actas del II Coloquio de Historia yMedio Fısico, Agricultura y regadıo en al-Andalus, Almerıa, pp. 57–65.

Cordoba, R., (2004). La noria de tiro en laCordoba bajomedieval. Elementos y fun-ciones. En El agua a traves de la historia,S. Gomez Navarro (coord.), Estudios deHistoria I. Asociacion “Arte, Arqueologıae Historia”, Cordoba, pp. 79–96.

Cordoba, R., A. Albendın, J.M. Garcıa Munozy J. Ortiz Garcıa, (2004). Puertos, azudesy norias. El patrimonio hidraulico historicode Palma del Rıo (Cordoba), Fundacion ElMonte, Sevilla.

Cherif Jah, A. y M. Lopez Gomez, (1994). Elenigma del agua en al-Andalus. Ministe-rios de Agricultura y de Obras Publicas,Madrid.

Del Rıo Moreno, J., (2002). Influencia de lacultura agraria arabe en la agricultura queimplantaron los europeos en America. EnLa herencia arabe en la agricultura y el bie-nestar de occidente, F. Nuez (Ed.), Uni-versidad Politecnica de Valencia, pp. 411–424.

Foster, G.M., (1952). The Feixes of Ibiza. Geo-graphical Review, Vol. 42(2), 227–237.

Garcıa Sanchez, E., (1996). Cultivos y espaciosagrıcolas irrigados en al-Andalus. Actasdel II Coloquio de Historia y Medio Fısi-co, Agricultura y Regadıo en al-Andalus,pp. 17–37.

Gilman, A. y J.B. Thornes, (1985). Land useand prehistory in south east Spain. G.Allen & Unwin, London.

Giner Boira, V., (1997). El Tribunal de lasaguas de Valencia. Fundacion Valencia IIIMilenio, Valencia.

Giraldez, J.V., J.L. Ayuso, A. Garcıa, J.G.Lopez y J. Roldan, (1988). Water harves-ting in the semiarid climate of southeas-tern Spain. Agricultural Water Manage-ment, 14, 252–263.

Glick, T.F., (1979). Islamic and Christian Spainin the early middle ages. Princeton Univer-sity Press, Londres.

Glick, T.F., (1988). Regadıo y Sociedad en laValencia medieval. Valencia

Glick, T.F., (1996). Riego y tecnologıa hidrauli-ca en la Espana Islamica: consideracionesmetodologicas. En Ciencias de la natura-leza en al-Andalus. Textos y estudios. IV,C. Alvarez de Morales (Ed.), C.S.I.C., Es-

cuela de Estudios Arabes, pp. 71–91.

Glick, T.F. y H. Kirchner, (2000). Hydrau-lic systems and technologies of IslamicSpain: history and archaelogy. En Workingwith water in Medieval Europe, P. Squa-triti (Ed.), Technology and Resource-Use,Brill, Leiden, Holanda, pp. 267–329.

Goblot, H., (1979). Les qanats. Une technique

dadquisition de leau. Ecole des hautes etu-des en sciences sociales, Mouton Editeur,Paris.

Ibn al-Awam. Siglo XII. El libro de agricultu-ra de al-Awan. Edicion y comentarios so-bre la edicion de Banqueri (siglo XVIII)por Jose Ignacio Cubero Salmeron (2001).Empresa Publica para el Desarrollo Agra-rio y Pesquero de Andalucıa, Sevilla.

Lopez-Camacho, B., I. de Bustamante y J.A.Iglesias, (2005). El viaje de agua (qanat)de la Fuente Grande de Ocana (Toledo):Pervivencia de una reliquia historica. Re-vista de Obras Publicas, No. 3451, 43–54.

Page 14: VII - V14N3.pdf

236 J. Roldan Canas y M.F. Moreno Perez

Losada, A., (2004). Espacios hidraulicos en al-Andalus. II Simposio Internacional “Re-pensar Al-Andalus a traves del tiempo yel espacio: Agua y agricultura”, Cordoba.

Losada, A., (2005). El riego. II. Fundamentosde su hidrologıa y de su practica. Mundi-Prensa, Madrid.

Martı, R., (1989). Oriente y occidente en lastradiciones hidraulicas medievales. I Colo-quio de Historia y Medio Fısico. El aguaen zonas aridas: arqueologıa e historia. Al-merıa, pp. 421–440

McNown, J.S., (1976). When time flowed. Thestory of the Clepsydra. La Houille Blanche,5, 347–353.

Meyer, M.C., (1996). Water in the hispa-nic southwest. The University of ArizonaPress, Tucson, Arizona.

Ministerio de Fomento, (1918). Medios que seutilizan para suministrar el riego. 2 vols.,Madrid.

Pavon, B., (1990). Tratado de arquitecturahispano-musulmana. I. Agua. Consejo Su-perior de Investigaciones Cientıficas, Ma-drid.

Roldan, J., J. Reca y A. Losada, (1997). Usodel agua de riego en el valle del Guadal-quivir: zonas del Bembezar y de FuentePalmera. En La gestion del agua de rie-go, J. Lopez-Galvez y J.M. Naredo (Eds.),Fundacion Argentaria, pp. 99–138.

Roldan, J., L. Perez Urrestarazu y F. Moreno,(2005). Canalones Hidraulicos en los teja-dos de la Mezquita de Cordoba. V Con-greso Internacional de Ingenierıa Grafica,Cordoba.

Trillo, C., (2002). Regadıo y estructura socialen al-Andalus: la propiedad de la tierray el derecho al agua en el reino nazarı.En La Andalucıa Medieval, J. Perez-Embid(Ed.), Actas “I Jornadas de Historia Ruraly Medio Ambiente”, Servicio de Publica-ciones de la Universidad de Huelva, pp.71–98.

Vidal Castro, F., (1995). El agua en el dere-cho islamico. Introduccion a sus orıgenes,propiedad y uso. En El agua en la agricul-tura de al-Andalus, El Legado Andalusı, A.Malpica (coord.), Granada.