veritas in caritate · 2021. 1. 20. · veritas in caritate miscelánea homenaje a mons. fernando...

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  • VERITAS IN CARITATE

    Miscelánea Homenaje a Mons. Fernando Sebastián Aguilar

  • VERITAS IN CARITATEMiscelánea Homenaje a

    Mons. Fernando Sebastián Aguilar

    PAMPLONA2006

    Arzobispado dePamplona y Tudela

    Iruña eta TuterakoArtzapezpikutza

    J. Apecechea - J. Vesperinas(Coordinadores)

  • PRESENTACIÓNLuis Mª Oroz Arraiza .................................................................... 11

    INTRODUCCIÓNJuan Apecechea ................................................................................ 13

    1. TRAYECTORIA DE UNA VIDAOlegario González de Cardedal ........................................................ 27

    2. ORIGEN Y DESTINO. LA INELUDIBILIDAD ANTRO-POLÓGICA DEL PROBLEMA RELIGIOSOJosé Luis Sánchez Nogales ................................................................ 59

    3. FE E IDENTIDAD CRISTIANAJosé Luis Illanes ............................................................................... 105

    4. EL PROGRAMA TEOLÓGICO DE ORÍGENES(DE PRINCIPIIS, PREFACIO)Ramón Trevijano Etcheverría ......................................................... 123

    5. EL CONCEPTO SALVACIÓN EN SAN LUCAS. EXPE-RIENCIA Y TESTIMONIOSJuan Apecechea ................................................................................ 149

    6. CREADOS PARA LA VIDAGregorio Martínez Lerga ................................................................ 191

    7. PERTENENCIAS PARCIALES A LA IGLESIAJuan Martín Velasco ........................................................................ 231

    SUMARIO

    9

  • 8. SOBRE UNA MORAL DE LAS BIENAVENTURANZASJosé Román Flecha Andrés ............................................................... 249

    9. HABLAR DE MARÍA EN NUESTRO TIEMPO Y CONTEXTO. ALGUNAS SUGERENCIASPablo Largo Domínguez .................................................................. 271

    10. LA CATEDRAL DE PAMPLONA Y LA DEFINICIÓN DOGMÁTICA DE LA INMACULADA CONCEPCIÓNDE MARÍA (1854)Julio Gorricho .................................................................................. 301

    11. EL MINISTERIO DEL DIÁCONO EN EUROPA PARA ANUNCIAR EL EVANGELIO DE LA ESPERANZARicardo Blázquez ............................................................................ 321

    12. EL RELIGIOSO PRESBÍTEROAquilino Bocos Merino .................................................................... 341

    13. MADUREZ HUMANA Y VOCACIONAL EN ÉPOCA POST MODERNAGerardo Pastor Ramos ..................................................................... 401

    14. CARGA DE LA PRUEBA, SU INVERSIÓN Y PRESUNCIONES AL SERVICIO DE LA VERDAD EN EL PROCESO CANÓNICOCarmelo de Diego Lora .................................................................... 439

    15. DON MELCHOR ÁNGEL GUTIÉRREZ VALLEJO,OBISPO DE PAMPLONA (1729-1734)José Ignacio Tellechea ....................................................................... 469

    16. LA ESTÉTICA DE LAS CATEDRALES Y LA EVANGELIZACIÓNAurelio Sagaseta .............................................................................. 507

    PUBLICACIONES DE D. FERNANDO SEBASTIÁM AGUI-LAR (SELECCIÓN) ................................................................... 531

    SUMARIO

    10

  • La Archidiócesis de Pamplona y la Diócesis de Tudela han cele-brado con gozo las Bodas de Plata Episcopales de nuestro ArzobispoDon Fernando Sebastián Aguilar que recibió la consagración episco-pal –“plenitud del sacramento del Orden” (LG 26)– en la Catedral deLeón, el día 29 de septiembre de 1979. A partir de 1993, Don Fer-nando, Obispo, Maestro y Pastor, sucesor de los Apóstoles, es un es-labón en la sucesión de San Fermín.

    Como homenaje a su persona y como testimonio de gratitud, laIglesia de Navarra recopiló y publicó en varios volúmenes sus escritos:“Documentos Pastorales”, “Conferencias”, “Bizitza sinesmenaren ha-ritik. Sinesmenean oinarritutako gutunak”. Un magisterio profundo yclarificador sobre tantos temas de la vida cristiana y sobre los proble-mas más acuciantes de la sociedad actual.

    Además de ser un homenaje de reconomiento agradecido al Arzo-bispo, ha sido un buen modo de poner su pensamiento al alcance decuantos deseen conocerlo directamente y reflexionar sobre él.

    Este nuevo volumen, que edita la Archidiócesis de Pamplona-Tude-la y que presento en nombre de la Comisión Diocesana Organizadora, esel homenaje que se le brinda mediante distintos artículos de colaboraciónde profesores y amigos suyos, testigos del trabajo realizado día a día porDon Fernando en sus años de Profesor y de Ministerio Episcopal.

    Con este motivo, desde Navarra expresamos con gratitud y afectonuestra felicitación recordando acontecimientos tan significativos comosus cincuenta años de vida sacerdotal, sus veinticinco de episcopado ysus trece años como Arzobispo de Pamplona y Obispo de Tudela.

    PRESENTACIÓN

    11

  • Don Fernando Sebastián es:– el hombre libre, sincero, lúcido, sabio, trabajador, de conviccio-

    nes profundas; hombre de su tiempo que afronta sin complejos los de-safíos del momento; hombre religioso; hombre de gobierno con deci-sión, en la verdad y la justicia, que cuenta y confía en sus colaboradores;a fe que hace honor a la divisa de su escudo pontificial –“Veritas in ca-ritate–”, lema extraído de la Carta a los Efesios: “La verdad en el amor”;

    – el cristiano de una fe recia, orante; testigo seducido por Cristoy por la misión de darlo a conocer;

    – el religioso heredero de los mejores carismas de su Congrega-ción Claretiana; teólogo, apasionado por el Dios vivo y verdadero,siempre dispuesto a dar razón de la esperanza cristiana todo el que sela pida (1 Pe 3,15);

    – el Obispo, Pontífice y Maestro de la fe, que guía a la Iglesiacomo buen Pastor, sin dejar de pensar en evangelizar a todas las gen-tes sin excepción alguna; que cree y ama su misión y que afronta conilusión y esperanza las difíciles tareas que continuamente le salen alpaso en su camino.

    Con todos estos valores y la acción de los dones del Espíritu San-to se ha configurado el ejemplar ministerio evangélico de un buenMaestro y Pastor. Muchos dan testimonio de ello; principalmenteaquellos que han tenido la suerte de conocerle de cerca, de trabajarjunto a él, honrados con su cercanía, confianza y amistad.

    Egia leialki defendatzea, Jesusen Ebanjelioa tinko aldarrikatzea etagaur egungo munduari argi eskaintzea izan da beti Fernando Sebastián,Maisu eta Artzain onaren grina eta gogo bizia. Mila esker eta zorionak!

    Esta publicación se presenta al conmemorar los 50 años de la Pro-vincia Eclesiástica de Pamplona: “Su Santidad Pío XII se ha benigna-mente dignado erigir en sede Metropolitana la Diócesis de Pamplona, has-ta ahora sufragánea de Zaragoza, asignándole como sedes sufragáneas lasDiócesis de Calahorra, San Sebastián, Jaca y Tudela”. Un acontecimientomemorable que celebramos dando gracias a Dios.

    Duc in altum, don Fernando; duc in docendo; duc in sanctificando;duc in regendo!! (PG 5).

    Luis Mª Oroz ArraizaVicario General

    PRESENTACIÓN

    12

  • El lema del escudo episcopal de Mons. Fernando Sebastián, Veri-tas in caritate, es también el título principal de esta miscelánea en ho-menaje a su persona. Es un fragmento entresacado del siguiente textode la carta a los Efesios, según la Vulgata: Veritatem autem facientes incaritate, crescamus in illo per omnia, qui est caput Christus (Ef 4,15). Eloriginal griego correspondiente dice así: alezeúontes dè en agapé auxé-somen eis auton ta pánta, hos estin he kefalé, Xristós. Es interesante ob-servar que la traducción de la expresión veritatem facientes in caritate–alezeúontes dè en agapé– es levemente distinta en las ediciones de laBiblia de los últimos decenios. Veamos algunas versiones: “Con since-ridad en el amor” (Nueva Biblia de Jerusalén); “viviendo con autenti-cidad en el amor” (La Biblia Interconfesional); “siendo auténticos enel amor” (Nueva Biblia Española); “viviendo con autenticidad el amor”(La Casa de la Biblia); “con un amor auténtico” (La Biblia Latino-americana); “maitasunean benetakoak izanez” (Elizen arteko Biblia);“confessant la verité dans l’amour” (TOB).

    Tal vez una de las razones de esta diversidad en las traduccioneshabría que cifrarla en la rareza del verbo empleado en el original grie-go, alezeúontes. Solamente en otro lugar aparece ese verbo en todo elNuevo Testamento: Inimicus vobis factus sum verum dicens vobis (ale-zeúon hymin)? (Gal 4,16). Este interrogante conmovedor de Pablohay que situarlo en el contexto de la severa polémica sobre la verdaddel evangelio y de la fe frente al judaísmo radical y la ley. Pablo habíaproclamado con energía la suprema verdad del evangelio y la necesi-dad de la fe. Pero algunos cristianos de Galacia, guiados por otrosmaestros, rechazaban la doctrina del Apóstol, considerándolo como

    13

    INTRODUCCIÓN

    Juan Apecechea

  • hereje y enemigo de la verdad tradicional. En el fondo, lo que estabaen juego era la defensa de la verdad y la novedad del evangelio frentea viejas y caducas posiciones.

    El texto de Efesios está también situado en un contexto de agita-da polémica doctrinal, como se desprende de este versículo, inmedia-tamente anterior: “No somos niños caprichosos que se dejan llevar decualquier viento de doctrina, engañados por esos hombres astutos, queson maestros en el arte del error” (Ef 4,14).

    Para comprender y valorar en toda su dimensión el lema del escudoepiscopal de D. Fernando Sebastián nos parece conveniente adentrar-nos, siquiera someramente, en los entresijos de la carta a los Efesios.

    Sus destinatarios son probablemente los miembros de algunas co-munidades de la segunda generación cristiana (aa. 70-100). Al pare-cer, algunos estaban deslumbrados y confundidos ante la atrayente sa-biduría de ciertas filosofías paganas, difíciles de compaginar con la fecristiana. Eso había suscitado fuertes tensiones y divisiones internasentre ellos. Necesitaban ser orientados e instruidos sobre un tema tanfundamental como el de la relación entre la sabiduría pagana y el mis-terio de Cristo y, en consecuencia, poder vivir la fe cristiana de unmodo fundamentado y coherente.

    El núcleo central de la carta a los Efesios es el debate entre la plu-ralidad-diversidad y la unidad dentro de la Iglesia. No todos los cris-tianos están llamados a desempeñar la misma responsabilidad y lasmismas funciones; pero todos deben reconocer y profesar que Diosmanifestó y desplegó definitivamente su poder resucitando a Cristo deentre los muertos, exaltándolo por encima de todas las potencias cós-micas o mundanas y constituyéndolo como cabeza suprema de la Igle-sia y del universo (Ef 1,20-22).

    En el tiempo en que algunos “seguían las corrientes de este mun-do”, al margen de Cristo, en realidad vivían sometidos a la tiranía delas potencias maléficas y hostiles a Dios y, en consecuencia, estabanmuertos. Pero Dios, rico en misericordia, los ha devuelto a la vida me-diante Cristo, haciéndoles partícipes de su resurrección (Ef 2,1-2.4-6).Ése es el grandioso proyecto de Dios Padre para toda la humanidad,que ha sido radicalmente capacitada para alcanzar “la unidad que esfruto del Espíritu” (Ef 4,3).

    Todavía hay algo más. Cristo ha destruido “el muro de enemistad”que enfrentaba y separaba a dos mundos, el de los judíos y el de los pa-

    INTRODUCCIÓN

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  • ganos, poniendo de una vez para siempre los fundamentos de “unanueva humanidad” y estableciendo las condiciones para la verdaderapaz (Ef 2,14-17).

    El autor de la carta, asombrado ante tan grandiosa visión, se pos-tra de rodillas pidiendo que Cristo habite por la fe en los corazones,que todos vivan arraigados en el amor de Cristo que supera todo co-nocimiento y que, de esa manera, alcancen “la plenitud misma deDios” (Ef 3,14-19).

    Después de toda esta meditación cristológica, la carta exhorta alcrecimiento en Cristo, que es la cabeza de la Iglesia, con el fin de al-canzar en plenitud la talla de Cristo mismo y revestirnos del “hombrenuevo, creado a imagen y semejanza de Dios, para llevar una vida ver-daderamente recta y santa” (Ef 4,13.16.24).

    Todo ese ideal y programa de vida se podrá alcanzar veritatem fa-cientes in caritate (Ef 4,15). Cuando D. Fernando Sebastián se inspiróen esas palabras para su lema episcopal no pensaba en una verdad me-ramente filosófica, sino en la verdad salvadora de Dios Padre, mani-festada en Cristo y constantemente activada por el Espíritu Santo.

    El misterio y la historia de la salvación tienen, en efecto, una di-mensión claramente trinitaria. Así se anticipa en los tres momentosdel grandioso himno inicial de la carta: 1. Dios Padre nos ha bendeci-do, elegido y destinado para ser hijos suyos (Ef 1,3-6); 2. En su Hijonos ha redimido gratuitamente llevando la historia humana a su ple-nitud y recapitulando todas las cosas en Cristo (Ef 1,7-12); 3. El Es-píritu Santo es el sello y la garantía para que la acción del Padre y delHijo alcancen su objetivo final y el pueblo de Dios acabe siendo “unhimno de alabanza a su gloria” (Ef 1,13-14).

    Todo ese panorama trinitario, cristológico y espiritual es el que, sinduda, estuvo en el origen y trasfondo del lema veritas in caritate del es-cudo episcopal de Mons. Sebastián. Toda esa Verdad, con mayúscula,a lo largo y ancho de su recorrido histórico, ha sido mostrada y prego-nada, algunas veces también ocultada y tergiversada, muchas veces en-riquecida e iluminada y las más de las veces gozosamente sentida y ex-perimentada como base de conversión y fuente de santificación.

    Los artículos recogidos en esta miscelánea de homenaje tratan, enúltimo término, de dar a conocer algunos aspectos y rasgos de esa su-blime Verdad con mayúscula, vistos desde distintos ángulos científicoscomo el bíblico, el dogmático, el moral, el histórico o el canónico.

    INTRODUCCIÓN

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  • Hemos ordenado las distintas colaboraciones según su concomi-tancia o afinidad, a veces ciertamente discutible, con las distintas áreaso campos de las ciencias y disciplinas teológicas. A continuación da-mos una breve reseña de cada uno de los trabajos.

    I. TRAYECTORIA DE UNA VIDA

    Desde la sinceridad y afecto entrañables de la amistad, el autordescribe los jalones y la trayectoria de la vida, la obra y la misión de D.Fernando Sebastián. Su formación espiritual e intelectual estuvo pri-meramente estructurada en el seno de la familia claretiana y, más tar-de, enriquecida en las aulas universitarias de Roma, Lovaina y París.Todo ese bagaje intelectual le proporcionó una base privilegiada paracomprender y difundir el mensaje y los temas más centrales del conci-lio Vaticano II. Ejerció con brillantez su magisterio teológico en laPontificia Universidad de Salamanca hasta que fue nombrado obispo.“F. Sebastián, cuando era profesor tenía una profunda pasión pastoral,y cuando ha sido obispo ha cultivado una profunda pasión teológica”.Como obispo le ha tocado desempeñar relevantes y arduas responsa-bilidades en la Conferencia Episcopal Española y su contribución hasido muy estimada, sobre todo, en el delicado campo de las relacionesentre Iglesia y Estado, así como también en la definición de la actitudde la Iglesia frente al terrorismo. Su empeño principal ha sido el demantener en alto la verdad y los valores de la fe cristiana y, en un mun-do nada propicio, proclamarlos y defenderlos con coraje y lucidez.

    II. ORIGEN Y DESTINO. LA INELUDIBILIDADANTROPOLÓGICA DEL PROBLEMA RELIGIOSO

    Ante el problema religioso y escatológico es indispensable tener encuenta la estructura del hombre como ser previsor y pretensivo. Des-de las más diversas instancias se ha planteado el problema del origende la religión y de las creencias escatológicas. Según unos, el origen dela religión radica en el reconocimiento universal de un ser supremocon diversas denominaciones. Otros, en cambio, lo sitúan en una reac-ción ilusoria ante el duro reto de la vida o ante el temor de la muerte.El autor desenmascara y denuncia la actitud de algunos seudocientífi-cos de la hora moderna que se atreven a augurar la erradicación de la

    INTRODUCCIÓN

    16

  • religión, como exigencia de una humanización más perfecta. Preten-den probar que ha llegado el momento de evacuar a Dios del mundo.Humanizar, según ellos, es retrotraer al hombre a su pasado animal yhacer ver que su meta no es morir, sino “perecer” como cualquier otroanimal. Frente a este planteamiento aniquilador, en las más diversastradiciones la muerte no es un final, sino un momento en el que vitamutatur, non tollitur.

    III. FE E IDENTIDAD CRISTIANA

    El tema de la fe y la identidad cristiana es un de los principales ob-jetivos de la actividad teológica de D. Fernando Sebastián. Un criteriofundamental sobre el tema es el de la ineludible y vital referencia a larealidad trascendente de Dios, manifestado en Cristo y dado a cono-cer a la Iglesia por la acción del Espíritu Santo. Es importante, porotra parte, destacar la dimensión personal y social de la fe en estemundo moderno, invadido por el fenómeno casi patológico del laicis-mo. La fe tiene, en efecto, una dimensión y proyección existencial y vi-tal. La fe implica un doble movimiento. De una parte, ilumina ycapacita para percibir la profunda verdad de lo real, vista desde la co-munión con Dios. De otra parte, nos ayuda a adentrarnos en nosotrosmismos y descubrir que en todo momento somos un ser amado porDios. En último término, sólo desde el misterio del Verbo encarnadopueden ser comprendidos el misterio del hombre y la profunda reali-dad del mundo. Las tensiones que en torno a la fe puedan surgir en-tre los miembros de una sociedad laica y plural deben resolverse en unclima de tolerancia, diálogo y cooperación.

    IV. EL PROGRAMA TEOLÓGICO DE ORÍGENES(DE PRINCIPIIS, PREFACIO)

    La obra de Orígenes, De principiis (Peri arjón), no es un tratado fi-losófico más, entre otras similares de otros autores de la época. Es másbien una alternativa construida desde la Sagrada Escritura y la predi-cación apostólica transmitida en la Iglesia. Es una obra pionera y ex-ponente de una teología en búsqueda, hecha por alguien que siemprese mantuvo fiel a su identidad y personalidad de “hombre de Iglesia”.La ciencia enseña al hombre a vivir recta y felizmente. Pero, según

    INTRODUCCIÓN

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  • Orígenes, la única verdadera ciencia y la única filosofía auténtica es laque se funda en la revelación de Dios, manifestada en Cristo. Elmaestro alejandrino busca un criterio seguro para salir al paso de lasdiscrepancias existentes sobre la figura de Cristo entre sus seguidores.Como actitud fundamental reclama ser fieles a la predicación apostó-lica transmitida a través de la Iglesia. Los apóstoles dieron a conocer,según él, todos los puntos doctrinales, básicos y necesarios, sobre Dios,sobre Jesucristo y sobre el Espíritu Santo. Orígenes se centra luego enla antropología teológica sobre la naturaleza del hombre, sobre su li-bertad y sobre la retribución de la vida eterna.

    V. EL CONCEPTO DE SALVACIÓN EN SAN LUCAS.EXPERIENCIA Y TESTIMONIOS

    El estudio se limita a los textos evangélicos lucanos, haciendotambién una referencia especial al libro de los Hechos de los Apósto-les. Se descubren los distintos niveles y matices de la salvación en losdistintos campos de orden social, familiar, político o espiritual de lavida humana. El principio y causa radical del acontecimiento de la sal-vación es Dios, a quien se atribuye el título de sotér. También a Jesúsaplica Lucas el mismo título de sotér, como “luz de salvación para to-das las naciones”. El tema es analizado en los distintos relatos evangé-licos en los que Jesús muestra y practica su capacidad no sólo sanado-ra, sino también salvadora. Frecuentemente se alude a la fe; por eso seanalizan con especial detenimiento los episodios en los que aparece laimportante expresión “tu fe te ha salvado”. Se estudian también aque-llas parábolas o dichos de Jesús, en los que entra en juego la correla-ción entre curación y salvación. La salvación no es un concepto abs-tracto o simplemente utópico, sino que de modo operativo se hamanifestado en Cristo, “que ha cambiado la manera objetiva de serhombre” (F. Sebastián).

    VI. CREADOS PARA LA VIDA

    Vivir y vivir en plenitud es un deseo íntimo y radical del ser huma-no. Son muchos los interrogantes que siempre se plantean sobre el sen-tido de la vida y sobre la muerte. Constata el autor que, en la cultura dehoy día, se da una profunda crisis sobre esos temas. Generalmente se

    INTRODUCCIÓN

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  • reconoce que existe una honda relación entre el sentido de la vida y laconciencia del hecho religioso. Así los perciben muchos estudiosos deltema, aunque reconocen que la avalancha creciente del fenómeno secu-larizador tiende a liberar al hombre de las ataduras religiosas y a afir-mar su total autonomía. En este contexto histórico ¿hasta qué punto esposible seguir hablando de la vida y de la vida eterna según las catego-rías y el vocabulario de la tradición cristiana? El valor de la vida huma-na se funda, según la fe cristiana, en la convicción de que Dios es elcreador del hombre y del universo y que el Dios de la vida es el que seha manifestado en Cristo resucitado. Por otra parte, el misterio de laencarnación del Verbo permite valorar la vida humana, ya desde su pre-sente realidad histórica, como un prolegómeno de la vida eterna. Elgran reto de la Iglesia es cómo hacer razonable, atractiva y creible su fey visión cristianas sobre la vida y la muerte.

    VII. PERTENENCIAS PARCIALES A LA IGLESIA

    Nos encontramos ante un fenómeno que se ha dado en llamar “lapertenencia parcial” a la Iglesia. ¿Cómo valorarlo desde el punto devista teológico? Ciertamente ha habido una notable evolución sobre eltema desde el magisterio de Pío XII hasta el mensaje del Vaticano IIy posiciones doctrinales posteriores. Desde el punto de vista psico-social, caben diversos modos o grados de pertenencia a un determi-nado grupo humano y, en consecuencia, diversas posibilidades deadhesión y compromiso. En cuanto al campo religioso, en todas las re-ligiones se constata la diferencia existente entre la adhesión personalal misterio y la aceptación del sistema de las mediaciones o institucio-nes objetivas. Este fenómeno constituye una de las principales fuentesde las tensiones entre la propia identidad religiosa personal y el cuer-po de las creencias o símbolos o instituciones públicas. Algunos so-ciólogos llegan a decir que nos encontramos al final de la llamada“civilización parroquial”. Por eso están surgiendo distintas formas omodalidades de pertenencia eclesial, que el autor describe concreta-mente. Habrá que extremar, por tanto, el cuidado a la hora de emitirjuicios sobre la pertenencia o no a la Iglesia y habrá que evitar que lasmediaciones religiosas, ciertamente indispensables, traten de ocupar ellugar del misterio. En todo caso es preciso recordar siempre la actitudde misericordia y acogida que Jesús tuvo con los pecadores, los aleja-dos y los marginados.

    INTRODUCCIÓN

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  • VIII. SOBRE UNA MORAL DE LAS BIENAVENTURANZAS

    El verdadero punto de partida de la moral cristiana no es el temorni el menosprecio de la vida, sino el respeto y el amor a todo lo queexiste, en conformidad con la sabiduría y la bondad de Dios creador.El autor estudia la presencia histórica de las Bienaventuranzas a lo lar-go de la tradición cristiana como claro y fundamental principio demoralidad. Constata, sin embargo, la falta casi total de referencia a lasmismas en los manuales de moral más usados en los centros eclesiás-ticos de formación. Por causa, sobre todo, de la renovación bíblica delos siglos XIX y XX se ha podido subsanar afortunadamente semejan-te defecto. Pero el autor advierte al mismo tiempo sobre el riesgo deconsiderar las Bienaventuranzas simplemente como una nueva ley ocomo meros consejos de carácter opcional solamente para aquellos queaspiran a la perfección evangélica. Concluye diciendo que las Biena-venturanzas reúnen todos los elementos necesarios para elaborar unaverdadera teología, una genuina cristología y una auténtica antropolo-gía cristiana.

    IX. HABLAR DE MARÍA EN NUESTRO TIEMPOY CONTEXTO. ALGUNAS SUGERENCIAS

    El trabajo va dirigido, no tanto a los teólogos de profesión, cuan-to a todos aquellos que se dedican al ministerio de la predicación y dela catequesis en sus distintas formas y niveles. Ofrece algunas orienta-ciones y sugerencias para hablar convenientemente sobre María deacuerdo con los datos evangélicos y teniendo en cuenta su función es-pecífica en el contexto de la historia de la salvación. Hay que evitar elriesgo de caer en tendencias minimalistas o reductoras que la presen-tan como simple modelo de piedad popular o como mujer sin perso-nalidad propia; o, por el contrario, el riesgo de encumbrarla tanto ensus funciones, que se pueda tener la impresión de que Dios ha delega-do exclusivamente en ella todos sus poderes. La verdadera imagen deMaría es la de una mujer profundamente creyente y activamente obe-diente a la palabra y al plan salvífico de Dios. Su función es esencial-mente relacional, ya que, si se la desvinculara de la voluntad supremade Dios Padre, de la acción del Espíritu Santo, de la actividad salva-dora de Jesucristo y de la misión de la Iglesia, quedaría despojada desu condición esencial y de su contenido real.

    INTRODUCCIÓN

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  • X. LA CATEDRAL DE PAMPLONAY LA DEFINICIÓN DOGMÁTICADE LA INMACULADA CONCEPCIÓN DE MARÍA (1854)

    El autor saca a la luz pública un documento inédito, fechado el 10de julio de 1849, con el parecer y voto favorable del Cabildo Catedralde Pamplona sobre la definibilidad dogmática de la doctrina sobre laInmaculada Concepción de María. El 2 de febrero de 1849 el papa PíoIX había requerido su parecer a todos los obispos de la Iglesia univer-sal. El entonces obispo de Pamplona, Severo Andriani, pidió su opi-nión al Cabildo Catedral que, tras aprobar un esperado documentoelaborado por el canónigo Juan Ramón Sagarmínaga, comunicó sudictamen favorable. El documento resume adecuadamente la historiade la doctrina y de la fiesta de la Inmaculada, basándose principal-mente en la obra de André Duval (1564-1638), teólogo de la Sorbo-na. Se recogen los testimonios favorables de algunos Santos Padres, delos teólogos más relevantes de la Edad Media y de varios papas de lossiglos XVII y XIX. El informe termina diciendo que la doctrina favo-rable de la Inmaculada Concepción ha llegado hasta nuestros días cualmisteriosa semilla que fue desarrollándose a través de toda la tradicióncristiana. Los días 10 y 11 de febrero de 1855 el Cabildo de Pamplo-na celebró con gran solemnidad el dogma de la Inmaculada, definidopor Pío IX el 8 de diciembre de 1854.

    XI. EL MINISTERIO DEL DIACONADO EN EUROPAPARA ANUNCIAR EL EVANGELIO DE LA ESPERANZA

    Según Juan Pablo II, los diáconos están al servicio del evangelio yde la esperanza cristiana de una manera específica. Reciben la imposi-ción de las manos, no en orden al sacerdocio, sino en función de su mi-nisterio específico. Son elegidos y ordenados con el fin de servir alpueblo de Dios mediante la “diaconía” de la liturgia, la palabra y la ca-ridad en comunión con el obispo y el presbiterio. Su formación debebasarse en la íntima interacción de la triple lex orandi, lex credendi y lexvivendi. Lo específico del ministerio diaconal es el servicio, teniendocomo referencia esencial la trayectoria de Jesucristo, que vino a serviry no a ser servido. Por eso su función no debe ser confundida con unasimple contribución humano-social, que es también desempeñada porotras instituciones. El diácono está llamado a ser el icono de Cristo-

    INTRODUCCIÓN

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  • Esperanza, poniéndose al servicio de las necesidades más urgentes dela comunidad cristiana. El servicio del ministerio diaconal tiene, pues,un carácter esencialmente cristológico.

    XII. EL RELIGIOSO PRESBÍTERO

    No es tarea fácil integrar de forma equilibrada la dimensión reli-giosa y la presbiteral. Es necesario tener sumo cuidado para salva-guardar la unidad entre ambas dimensiones, pero sin confundirlas. Elreligioso presbítero sólo puede vivir satisfactoriamente su específica vo-cación, cuando es capaz de armonizar adecuadamente su consagraciónreligiosa y su ministerio sacerdotal. Todavía existen cuestiones disputa-das sobre el tema, pero en los años del postconcilio se hicieron aporta-ciones renovadoras de gran interés tanto a nivel del magisterio pontifi-cio como de las conferencias episcopales. Se ha ido imponiendo elcriterio de la centralidad de la misión y el de su entronque en la con-sagración religiosa, como dimensiones complementarias. El religiosopresbítero debe transparentar su identidad de religioso por los rasgos desu espiritualidad específica en el desempeño de su misión presbiteral.Por otra parte, más allá de su concreto compromiso jurídico-institucio-nal en el marco de una diócesis, su espíritu no debe tener fronteras y sudisponibilidad, por tanto, ha de tener un horizonte universal. Sin em-bargo, esta disponibilidad de carácter universal se realiza, en principio,en una determinada Iglesia local en comunión con el obispo corres-pondiente y con el presbiterio. El religioso presbítero está llamado a daruna respuesta adecuada, de acuerdo con su carisma específico, a los pro-yectos pastorales y necesidades de la Iglesia diocesana.

    XIII. MADUREZ HUMANA Y VOCACIONALEN LA ÉPOCA POST-MODERNA

    Como es sabido, el desarrollo humano es multidimensional, ya quese despliega simultáneamente en varios planos como el biológico, el psí-quico, el social y el cultural. Estas cuatro dimensiones se desarrollan enmutua interacción y están sujetas a múltiples y diversas circunstancias. Elnivel del desarrollo humano, por otra parte, depende de la interacción deestos tres grandes factores: capacidad intelectual nativa, esfuerzo perso-nal y entorno socio-cultural. La madurez vocacional religiosa es una ta-rea ardua en el ambiente cultural hipermoderno de hoy día, que tiende a

    INTRODUCCIÓN

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  • producir individuos sin compromisos estables. Es fundamental un per-manente esfuerzo de adaptación, entendida ésta no como mero confor-mismo, sino como capacidad activa y responsable para desarrollar el pro-pio proyecto de vida. Importancia prioritaria tiene la madurez psíquica,mental y afectiva, ya que la personalidad de cualquiera está sujeta a losenvites neurotizantes de la civilización hipermoderna. Es también im-portante el proceso de socialización o capacidad de apertura positiva algrupo y entorno social desde la madurez de la propia personalidad. Elproyecto vocacional hay que integrarlo y articularlo en el entramado delpropio desarrollo personal, de tal manera que no se quede fuera de él.

    XIV. CARGA DE LA PRUEBA, SU INVERSIÓNY PRESUNCIONES AL SERVICIO DE LA VERDADEN EL PROCESO CANÓNICO

    Es compleja la cuestión sobre quién recae el “onus probandi” enorden al servicio de la verdad del proceso canónico. El que tal carga,en principio, “incumbit ei qui asserit”, se funda en una doctrina degran tradición expresada en estas tres reglas: 1.ª.“Incumbit probatio eiqui dicit, non ei qui negat”; 2.ª. “Actore non probante, reus absolven-dus”; 3.ª. “Reus excipiendo fit actor”. En este último caso, el deman-dado sostiene ante el juez, que se han dado unos hechos diferentes quele benefician a él. Entonces puede tener lugar la inversión de la cargade la prueba. Se plantea luego la cuestión sobre las presunciones, sinolvidar que, a pesar de las diferencias existentes, siempre hay una esen-cial coincidencia en la presunción. Después de exponer meticulo-samente los distintos casos de presunción, el autor concluye que “laapreciación de la verdad por el juez comúnmente está alimentada porlas pruebas que instrumentalmente le sirven de información acerca dela verdad, pero que ésta se alcanza, en definitiva, por la certeza moralque el juez termina de adquirir sirviéndose de sus personales deduc-ciones, fruto de su razonamiento y valiéndose de las reglas de inter-pretación de los fenómenos que le proporciona la ciencia lógica”.

    XV. DON MELCHOR ÁNGEL GUTIÉRREZ VALLEJO,OBISPO DE PAMPLONA (1729-1734)

    El autor saca a la luz pública un documento inédito sobre la dió-cesis de Pamplona, fechado el 15 de agosto de 1734, que fue elabora-

    INTRODUCCIÓN

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  • do con ocasión de la visita ad limina del obispo Melchor Ángel Gu-tiérrez Vallejo. Publicados ya anteriormente por el autor sus dos pri-meros capítulos, ahora saca a la luz los seis restantes. Los temas trata-dos en ellos son: Clero Secular, Clero Regular, Monjas, Seminario,Iglesias y Cofradías, y Pueblo Cristiano. En el capítulo del CleroSecular trata, en primer lugar, sobre los canónigos y sus problemas porcausa de la residencia y las distribuciones de las rentas. Habla luego delclero parroquial y de sus conflictos, sobre todo, por razón de los nom-bramientos. En cuanto al Clero Regular, se denuncia la anomalía dealgunos religiosos que de modo habitual vivían fuera de sus conventos.Las Monjas, se dice, observaban escrupulosamente sus Constitucionesy la administración de sus bienes era revisada anualmente por el obis-po. Respecto al Seminario se dice que en 1734 aún seguía sin cum-plirse la disposición de Trento sobre la erección de un Seminario en ladiócesis. Existían, sin embargo, un Seminario de fundación particulary algunas Escuelas y Universidades, abiertas a la formación de los fu-turos sacerdotes. En cuento al Pueblo Cristiano, hace una estimaciónglobal diciendo que la gente es morigerada en sus costumbres, progre-sa en la virtud y profesa con diligencia la fe católica.

    XVI. LA ESTÉTICA DE LAS CATEDRALESY LA EVANGELIZACIÓN

    Una función primordial de las catedrales es, como es sabido, so-lemnizar el culto a través del arte y de la música. Están llamadas, almismo tiempo, a ser un lugar adecuado de oración y adoración, asícomo un ámbito privilegiado para la evangelización, principalmente através del magisterio episcopal. Las grandes catedrales, ya desde susmagníficas fachadas, son un memorial admirable de distintas repre-sentaciones y personajes de la historia de la salvación y, en consecuen-cia, un monumento inestimable para una información y formación bá-sica cristiana. La Iglesia siempre se ha servido del arte en sus múltiplesexpresiones para transmitir no solamente la verdad, sino también laincomparable belleza de la revelación cristiana. Una de esas expresio-nes eminentes es sin duda la música, que siempre ha ocupado un lu-gar destacado en las catedrales. No hay que olvidar, por otra parte, quetambién el silencio religioso tiene una gran importancia en la liturgiacristiana. Las catedrales están llamadas a ser un ámbito especialmentepropicio, por una parte, para escuchar la palabra de Dios y, por otra

    INTRODUCCIÓN

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  • parte, para interiorizarla en un clima de oración, recogimiento y ado-ración. Hay que hacer un esfuerzo por parte de todas las instanciasresponsables para que todo eso sea una realidad y para que el boomacelerado del turismo no malogre los objetivos primordiales. El autorconcluye ofreciendo un informe completo sobre historia de las múlti-ples actividades y producciones de la Capilla de Música de la catedralde Pamplona, fundada hace ahora ochocientos años.

    * * *

    Volvemos nuevamente al lema del escudo episcopal de D. Fernan-do Sebastián, veritas in caritate, recordando estas palabras suyas sobrela verdad y la caridad: “El Espíritu es la fuerza interior que nos haceconocer y amar la verdad de la vida tal como Dios la piensa y quiere.(...) La caridad es la norma suprema por medio de la cual nos realiza-mos a nosotros mismos según los designios de Dios”.

    INTRODUCCIÓN

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  • I. INTRODUCCIÓN: SITUACIÓN, TRAYECTO, MISIÓN

    Cuando comenzamos a pensar la existencia propia o la de los se-res que nos acompañan en el camino de la vida, tenemos que elegirunas pocas palabras que nombren el origen, el destino, el entretanto,la consumación. Con las palabras que elegimos anticipamos la inter-pretación. ¿Cómo nos encontramos implantados en la existencia:“arrojados”, enviados o estando sin más? Cada una de las tres palabrasincluye una comprensión fundamental del sentido de la existencia. Sidecimos “arrojados”, estamos presuponiendo una acción violenta, des-personalizada y despersonalizadora que, ejercida sobre nosotros, nosdeja en tierra extraña, ajenos y enajenados. El corto tiempo de la vidaes entonces un paréntesis entre una nada precedente y una nada sub-siguiente. La vida sin una esencia o realidad que preceda a la existen-cia (Sartre) será comprendida como “ser para la muerte” (Dasein zumTode, Heidegger). Si decimos “estando sin más”, dejamos al hombreen un descampado vital, ya que no mostramos si alguien le ha puestoy si puede habitar este mundo como casa propia, con una intenciona-lidad consciente y una interioridad amorosa. Lo dejamos remitido alazar o a la necesidad ( J. Monod), que son ciegos y mudos acompa-ñantes de un ser humano que para vivir su libertad necesita el amor ycomunión con los demás.

    Si decimos “enviados”, estamos afirmando que alguien nos ha lla-mado de la nada al ser, ha pronunciado nuestro nombre, nos ha en-cargado marchar hacia una tierra, desconocida en verdad, pero hacia lacual avanzamos fiados en quien nos la ha prometido; sin verla a ella

    1TRAYECTORIA DE UNA VIDA

    Olegario González de Cardedal

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  • pero guiados por dentro “como si viéramos al Invisible” 1. La com-prensión cristiana de la existencia se sitúa en este tercer nivel. El hom-bre existe en cuanto llamado al ser, situado en el mundo, enviado a unaexistencia proprísima, encargado con una acción histórica, responsablede un quehacer concreto y reclamado para hacerlo con la perfecciónque exige la obra bien hecha. El saberse convocado por alguien paraalgo no anticipa los caminos, las soluciones, los riesgos y decisiones,que en la marcha del camino diario el hombre tiene que tomar o de-satar como nudos difíciles.

    Además de afirmar que la llamada a ser y la vocación a hacer algoconcreto en la historia son constituyentes de la persona, tenemos aho-ra que establecer como igualmente constituyentes la materialidad delcosmos, la complejidad de la historia colectiva, la sorpresa de los en-cuentros individuales, la oscuridad de las decisiones que hay que ir to-mando, las encrucijadas ante las que tenemos que elegir y preferir, lasdescrucijadas en las que el mal nos envuelve y los poderes a su servi-cio nos arrastran. Por ello no sabemos quién somos y no conocemos auna persona concreta si no conocemos con exactitud esas traviesas ytravesaños con los cuales él ha edificado la casa de su vida.

    El secreto de cada corazón queda abierto a Dios y transparente alpropio hombre cuando este oyente de su palabra y obediente a su lla-mada, va correspondiendo a ella en el correr de los días. A los demásnos queda oculto. Cada hombre en este sentido está patente ante Diosy sólo él se conoce a sí mismo, si es que llega a conocerse. Porque noseguimos la voz de Dios como quien sigue un camino trazado y dife-renciado por los hitos y líneas que lo encuadran, sino como quien aus-culta una divina voz que llama insinuando, invita incitando y encargapreguntando. Cada hombre es un continente desconocido. Ni siquieracada uno nos conocemos a nosotros mismos, teniendo que dejar el pro-pio conocimiento en manos de Dios. Sólo él nos sondea y nos conoce,porque sólo conoce en realidad quien funda la realidad y sólo puede darrazón última de un ser quien lo funda en el origen, lo fundamenta ensu perduración y lo acompaña en su libertad. De ahí que todos, comoPedro ante la pregunta del Señor, desistamos del empeño por conocer-nos o asegurarnos de si nos amamos y de si le amamos. Pero tú, Señor,nos conoces; tú sabes si te amamos y cuándo te olvidamos, cuándo nos

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    1. Heb 11,27.

  • alejamos de ti y cuándo volvemos a ti 2. Sólo quien crea al hombre leconoce. Por eso sólo Dios puede hablar del hombre y enjuiciarle.

    He titulado esta semblanza “trayectoria”. El sujeto del que habla-ré está en el mundo: enviado por Dios y confiado con una misión parala iglesia que, estando objetiva y previamente determinada, sin embar-go, en su específica forma y primacías, sólo Dios y él conocen. “Pues-to en un mundo” significa inserto en un contexto que le precede, élacepta o rechaza, y en medio del cual debe llevar a cabo esa misión,encargada a su propia libertad, a la que anteceden, acompañan y atra-viesan otras libertades de otros protagonistas, partícipes en la mismagesta divina, que es la historia de Dios con los hombres y de los hom-bres delante de Dios. Somos quienes somos, quienes nos reclaman ser,exigen ser, hacen posible ser o dejan ser los demás. Somos con, entre,desde, sin y por los demás. La etimología de “trayectoria” es el verbolatino: “traicio-transiacio = arrojar más allá de”. Dice por tanto: tra-yecto, travesía, paso al otro lado, cruce del mar desde una orilla a laotra. Dejando, por tanto, el enigma de la persona, nos concentraremosen el rumor de su acción histórica, de su contexto y consecuencias. Esuna mirada desde la lejanía al misterio de cada ser humano, al que sólose puede acceder desde la confidencia o desde la amistad. Las páginassiguientes están escritas desde la cercanía que crean a su autor una mi-sión compartida y la amistad sostenida durante decenios 3.

    1. Relato exterior

    1.1. El origen familiar y local

    Fernando Sebastián es un aragonés de Calatayud, que ha vivido untercio de su vida en la mitad de España y otro tercio en el oeste, conSalamanca y Madrid como centro. El último tercio le ha conducidodesde Granada y Málaga hasta Pamplona. ¿Hasta dónde llega el tro-

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    2. Cf. Jn 21,17.3. Estas páginas no intentan descubrir un itinerario seguido, sino exclu-

    sivamente esbozar un retrato de su personalidad, que supone conocidos losdatos biográficos. Fueron ya publicadas en la obra F. SEBASTIÁN AGUILAR,La Verdad del Evangelio, Salamanca 2003.

  • quel que recibimos del paisaje en que nacemos, de la madre que nosda a luz y de la tierra que nos sostiene en la infancia? Hay hombresque no salen de su infancia, mientras que otros la mantienen sólocomo punto de partida mas no de permanencia. Fernando Sebastiánes aragonés de carácter y está en la línea de los grandes genios, radica-les y extremosos, como Goya, Gracián o Buñuel, pero su formaciónintelectual, su fe religiosa, su hondura teológica, manteniéndole aque-llas raíces y radicales pasiones del origen se las han templado y purifi-cado de la tentación escéptica o trágica, que caracterizan a esos arago-neses, dispuestos a absolutizar o quemar todo lo que aman.

    Hay un rasgo de la procedencia familiar que le caracteriza tambiéna él. Su padre era boticario, y cuando esas instituciones dejaron de serel lugar donde se preparan los medicamentos, ofreciéndolos al próji-mo de manera personal ante una personal enfermedad, para convertir-se en lugar donde se expenden productos, preparados lejos y universa-lizados, casi lo mismo que las ferreterías venden tornillos y tuercas,entonces el padre de Fernando vendió la farmacia, porque aquello yano era lo suyo. Una vocación es lo que es: con su verdad interna y susresponsabilidades propias; y cuando por razones históricas algo esen-cial cambia en ella, el sujeto permanece en la verdad, eligiendo el ca-mino que corresponde a su íntima vocación de vida, que en nuestrocaso es sentida como un divino encargo.

    1.2. La familia claretiana

    Concluido su bachillerato en Calatayud, ingresa en la Congrega-ción de Misioneros Hijos del Inmaculado Corazón de María (misio-neros claretianos) cuando todavía estaba viva la memoria de la trage-dia hispánica, especialmente en aquella zona catalana. Realiza susestudios de filosofía y teología dentro de los seminarios internos de laOrden en Solsona y Valls. En esta ciudad es ordenado sacerdote por elarzobispo de la diócesis de Tarragona, cardenal B. Arriba y Castro, el28 de junio de 1953. Cataluña tiene en esos momentos detrás de sí tresrealidades determinantes. Ante todo la historia religiosa del siglo XIX,hecha de admirables exponentes de acción apostólica y de santidad,que es el contexto en el que surge san Antonio María Claret y con éltoda la pléyade de santos que jalonan cada una de las diócesis, desdeVich a Tortosa, desde Mataró a Barcelona. Esa vitalidad se extiendedesde las misiones populares de su Fundador, hasta el renacimiento

    VERITAS IN CARITATE

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  • teológico, filosófico, literario, litúrgico, artístico y que abarca no sólo aCataluña sino a las Islas Baleares, que se sienten ligadas filialmente aella. Ese renacimiento tiene en figuras sacerdotales sus mejores expo-nentes: desde Balmes a Verdaguer, desde los abades de Montserrat alos filólogos y poetas mallorquines Alcober, Costa y Llovera, Maura,Lorenzo Riber.

    El segundo elemento determinante de la situación interna de lascasas de formación en las que crece Fernando Sebastián es el movi-miento intelectual de su congregación, forjado a lo largo de deceniosy que logra su floración entre los decenios 1930 y 1960. Es sorpren-dente que una congregación que en sus orígenes tiene ante todo unavocación misionera y pastoral para las masas –y ahí están la vida y loslibros de san Antonio M. Claret para acreditarlo–, sin embargo susci-tó una pléyade de figuras teológicas, filosóficas, jurídicas, literarias 4.Sin conocer la historia de la congregación desde dentro, sólo enume-ro a aquellos nombres que han trascendido a la cultura general de Es-paña. Claretianos fueron en su origen D. García Bacca, profesor de ló-gica primero en Barcelona y luego en Venezuela, y el filólogo G. delOlmo, actualmente catedrático de hebreo en la Universidad de Barce-lona y editor internacionalmente reconocido de textos ugaríticos y ba-bilónicos. Claretiano fue también, y luego sacerdote incardinado en ladiócesis de Segovia, D. Ruiz Bueno, catedrático de griego, cuyas tra-ducciones de Homero siguen siendo clásicas y a quien la teología debesus traducciones patrísticas, en un momento en que España estaba co-menzando a abrirse al estudio de las fuentes. A él debemos el haberpodido tener ante los ojos en ediciones bilingües a los padres apostó-licos, los padres apologistas, san Juan Crisóstomo, san Jerónimo...;amén de innumerables obras de la teología moderna: desde Newmanna Balthasar. Junto a ellos tendríamos que enumerar los teólogos (A. A.Ortega, J. M. Alonso, A. Peinador...), los canonistas (cardenales La-rraona y Tavera, padres S. Goyeneche, M. Cabreros de Anta, J. Ochoay tantos otros después de ellos), los exegetas, los pastoralistas, el gru-

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    4. Cf. J. M. PALACIOS, Notas históricas sobre la formación en la Congrega-ción CMF, Roma 1997, quien remite a los Ordo Studiorum Generalis promissionariis Congregationis Filiorum Imm. Cordis Beatae Mariae Virginis,Roma 1959; J. ÁLVAREZ GÓMEZ, Misioneros claretianos. Transmisión y recep-ción del carisma claretiano I-II, Madrid 1997. Cf. el número monográfico deAnthropos 9 (1991) dedicado a J. David García Bacca.

  • po dedicado al estudio renovado del latín y de la filología clásica (P.Mir con su revista Palestra Latina, y el P. Jiménez en la UniversidadPontificia de Salamanca), el grupo dedicado al estudio de la música(Luis, Juan y Ruperto Irruarizaga...); el gregoriano (T. de Manzarra-ga...), de la mística (F. Nadal, F. Juberías... con la Academia de Cala-horra, que suscitó el interés por la relación entre mística y psicología,por ejemplo en torno a la figura de santa Teresa de Lisieux).

    1.3. Cataluña en el este de España

    El tercer elemento determinante es el contexto espiritual y eclesialcatalán en el que surge Fernando Sebastián; es la historia inmediata dela guerra civil española, que allí fue especialmente cruel y que costó ala Iglesia miles de vidas, tanto de sacerdotes como de seglares. Los cla-retianos fueron uno de los grupos religiosos más castigados, tanto enExtremadura como en Cataluña. Entre ellos hay una palabra que, pro-nunciada, nombra un mundo: “los mártires”. La suerte que corrieronlos estudiantes y profesores de Barbastro será recordada siempre, comoexpresión de un furor enloquecido. Años después Fernando Sebastiánpondrá un prólogo al libro que relata esa historia 5. En el Congreso eu-carístico internacional de Barcelona (1952) fueron ordenados casi milsacerdotes. Este hecho fue vivido por la Iglesia como el gesto de repo-blación espiritual de España, tras la tala que había padecido en los tresaños de 1936 a 1939 6. La Iglesia presentaba a Dios esas nuevas vidascon la voluntad de continuar la misión evangelizadora interrumpidapor la violencia. Fernando Sebastián fue ordenado sacerdote al año si-guiente en Valls (Tarragona).

    1.4. Formación teológica y ejercicio docente

    Pero estos años de formación filosófico-teológica sólo fueron elpunto de partida. Los años siguientes los pasa en Roma y Lovaina,

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    5. G. CAMPO, Ésta es nuestra sangre. 51 misioneros mártires en Barbastro,Madrid 1990; P. CODINACHS, El holocausto claretiano de Barbastro 1930-1936.Los hechos y las causas, Badalona 1997.

    6. Cf. L. TORRA, Espiritualidad sacerdotal en España (1939-1952), Sala-manca 2000.

  • preparándose para el doctorado en teología. Su primera estación es elAngelicum de Roma, lugar de estudio de santo Tomás, en un mo-mento en que se cruzan y se chocan lecturas contrapuestas. Por unlado está la línea tomística con su interpretación sistemática, alineadacon los grandes comentaristas de siempre desde Cayetano y el Ferra-riense hasta Juan de Santo Tomás y el P. Ramírez, sostenida por R.Garrigou-Lagrange y el español P. Muñiz. Junto a ella, y con la dia-léctica de la nouvelle théologie de fondo, estaban la lectura más histó-rica y situada en su siglo que proponía M. D. Chenu, y la abierta a losproblemas de conciencia contemporánea que ofrecía H. de Lubac 7. Lasegunda estación de su ulterior formación universitaria fue París y, so-bre todo, la Universidad católica de Lovaina. Fue determinante para élno tanto por sus contenidos cuanto por su actitud ante la cultura y antelas tareas de la Iglesia, por su voluntad de conjugación entre pensa-miento latino, germano y anglosajón, por su voluntad de diálogo entrefilosofía y teología, por su voluntad ecuménica. Allí estaban entoncescomo exegetas los profesores J. Coppens, L. Cerfaux y A. Descamps;como teólogos, G. Thils y G. Philips, tan decisivos ambos para el con-cilio Vaticano II; el gran historiador de la Iglesia R. Aubert; unageneración entera de filósofos como J. Leclercq, A. de Waelhens, F.Grégoire, F. van Steenbergen, G. van Riet, A. Dondeyne 8. Allí tam-bién daba entonces clases en el Colegio dominicano el joven E. Schi-llebeeckx.

    Vuelto a España es profesor en el teologado de la provincia clare-tiana de Cataluña (Valls) y luego en el teologado internacional cla-retiano de Salamanca desde el curso 1961-1962. Este centro fue sinduda uno de los viveros más fecundos de la Iglesia española durantelos años del Concilio. Allí surgieron proyectos que luego cristalizarían,por ejemplo, en la edición española de la Biblia de Jerusalén, o en laedición de la revista Iglesia Viva (1966). Durante estos años de entre-ga primordial a las instituciones internas de la congregación ha traba-

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    7. Cf. G. PROUVOST, Thomas d’Aquin et les thomismes, París 1996; S. TH.BONINO (ed.), Saint Thomas au XXe siècle. Actes du Colloque du Centenaire dela “Revue Thomiste” 1883-1992, París 1994.

    8. Cf. R. AUBERT Y OTROS, L’Université de Louvain 1492-1975, Lou-vain-la-Neuve 1975; E. LAMBERTS y J. ROEGIERS (eds.), Leuven University1425-1985, Leuven 1990; A. DE HAENES (ed.), L’Université catholique deLouvain, Bruxelles 1992.

  • jado especialmente dos grandes campos, publicando los libros respec-tivos: la mariología y la teología de la vida religiosa, líneas de pensa-miento que han continuado las jóvenes generaciones claretianas hastanuestros días. Aquí tenemos que enumerar sus obras teológicas de estaépoca, dada la significación que tuvieron en España y fuera de ella, yaque varias fueron traducidas al francés o al italiano, teniendo hasta tresediciones algunas 9.

    1.5. El rectorado de Salamanca

    A partir de 1967 comienza una nueva fase de su trayectoria al in-corporarse como profesor a la Facultad de teología de la UniversidadPontificia de Salamanca, en la que será elegido sucesivamente decano(1971) e inmediatamente después rector desde septiembre de ese mis-mo año hasta 1975, para ser reelegido en un segundo mandato hastaagosto de 1979. En su estancia en la Universidad hay que distinguirdos fases. La primera de profesor y la segunda de rector. En la prime-ra explica antropología teológica, lo que en la anterior terminología sellamaba Tratado sobre la gracia y las virtudes. En atenimiento a su lar-ga formación anterior, que le había familiarizado con el pensamientode santo Tomás y san Agustín por un lado y puesto en sintonía con losfilósofos modernos por otro (personalismo, fenomenología...) porotro, repensará los eternos problemas de la fe sobre el fondo de con-ciencia alterada y sospechante, propia de aquellos momentos. En esecontexto hay que situar su mejor libro: Teología y antropología de lafe, editado ya en los momentos en que dejaba la cátedra para asumir elrectorado 10. Quedaban pendientes otros dos volúmenes equivalentessobre la esperanza y la caridad 11.

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    9. Enumeramos sólo las principales: La vida de perfección en la Iglesia.Sus líneas esenciales, Madrid 1965; Renovación de la vida religiosa, Madrid1965; Vida evangélica. Iniciación doctrinal a la vida consagrada, Bilbao 1969;Renovación conciliar de la vida religiosa, Bilbao 1969; Secularización y vida re-ligiosa, Madrid 1970.

    10. F. SEBASTIÁN, Antropología y teología de la fe cristiana, Salamanca 1973.11. Cf. A. GARCÍA Y GARCÍA (dir.), La Universidad Pontificia de Sala-

    manca. Sus raíces, su pasado, su futuro, Salamanca 1989; E. LLAMAS MARTÍ-NEZ, La Universidad Pontificia, en L. Enrique Rodríguez-San Pedro (dir.),Historia de la Universidad de Salamanca I, Salamanca 2002, pp. 725-740.

    SUMARIOPRESENTACIÓNINTRODUCCIÓN1. TRAYECTORIA DE UNA VIDAI. INTRODUCCIÓN: SITUACIÓN, TRAYECTO, MISIÓN1. Relato exterior