valderrobres, un modelo de gestiÓn y recuperaciÓn …
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ARS & RENOVATIO, número dos, 2014, pp. 138-153
VALDERROBRES, UN MODELO DE GESTIÓN Y RECUPERACIÓN DEL PATRIMONIO
Manuel Siurana Roglán*
En la lección magistral pronunciada por el doctor Gonzalo Borrás, titulada Historia del arte y patrimonio
cultural: una revisión crítica1, definida por el propio autor como “el canto del cisne del viejo profesor”, nuestro
querido maestro advierte de las sucesivas oportunidades que los historiadores del arte hemos dejado escapar
para asumir tareas más allá de una docencia, en la que, por desgracia, la historia del arte, se ha convertido en
poco menos que residual, fragmentada, fragmentaria y, en demasiadas ocasiones, impartida por profesorado
no especializado. A su vez, apunta la necesidad de que la tutela y la gestión del patrimonio recaigan sobre
quienes de verdad están capacitados para emitir juicios de valor histórico-artístico y estos no son ni los
arqueólogos, ni los arquitectos, ni los historiadores a secas, ni mucho menos los burócratas ni los políticos,
sino los historiadores del arte, que en este campo hemos tolerado demasiado intrusismo.
En paralelo a esa capacitación para la gestión patrimonial es imprescindible que en el mundo universitario
se fomente algo que ahora está tan de moda en los círculos educativos y laborales como es el emprendimiento.
Formar a los jóvenes en el espíritu emprendedor es dotarles de los instrumentos precisos para poder afrontar
diversos retos entre los que no es menos importante la recuperación y gestión del patrimonio.
Si unimos ambos aspectos, es posible que encontremos nuevas salidas laborales para los licenciados o
graduados en historia del arte, aunque sea a costa de generalizar las asignaturas destinadas a formarles en la
gestión y recuperación del patrimonio.
Este artículo2 ni pretende sentar cátedra ni mucho menos fijar un modelo de actuación. Tan solo es un
ejemplo más, como otros muchos, de recuperación y gestión del patrimonio. Eso sí, basado en las dos premisas
apuntadas en los párrafos precedentes. Pero la recuperación del patrimonio requiere algo más que se engloba
en lo que podemos definir como el conocimiento del entorno, que incluye tanto a la legalidad vigente, como
a la estructura y funcionamiento de la administración civil y eclesiástica. A pesar de todo ello, los conocimientos
servirán de muy poco si no se acompañan de un amor hacia lo que se hace, de un punto de osadía, de la voluntad
de no desfallecer ante todo tipo de inconvenientes políticos o administrativos que puedan surgir, y de un total
convencimiento de que los objetivos que se persiguen son los adecuados y que por lo tanto merece la pena
luchar por ellos, teniendo siempre presente la mejor lección que he aprendido en los últimos años: si no se abre
una puerta, se pierde la ocasión de ver qué es lo que hay tras ella y no sólo eso, sino que se pierde la oportunidad
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de abrir la puerta que desde ella lleva a la siguiente estancia. En definitiva: un logro facilita la consecución de
otro y eso es lo que pretendo demostrar con este artículo.
El proceso de reconstrucción de la iglesia de Valderrobres
En el mes de julio de 2003 se presentó el libro Guía Interpretativa de la iglesia y del castillo de
Valderrobres3. A raíz de su publicación se renovó el interés por el templo y en especial por el tramo derruido4
y en diversas conversaciones con gente de la localidad se fue llegando a la conclusión de que era el momento
de intentar conseguir su reconstrucción tras 126 años de ruina, fraguándose el proyecto de celebrar una reunión
en la que estuvieran presentes el párroco y reconocidos simpatizantes de cada uno de los tres partidos políticos
que tenían representación en el Ayuntamiento de Valderrobres (PP-PSOE-PAR), pero que en ese momento no
tuvieran cargo político. El objetivo era muy claro: conseguir el apoyo de la Parroquia y de todas las fuerzas
políticas de la localidad, que, a partir de ese momento, fueron informadas de todos nuestros pasos.
La reunión tuvo lugar en los primeros días de septiembre y allí, tras sopesar diversas alternativas, se
acordó que lo más conveniente era dar los pasos necesarios para constituir una asociación cultural, ya que en
Valderrobres no existía ninguna desde hacía tres años5. A partir de ese momento se celebraron reuniones
mensualmente hasta la constitución y organización de la Asociación Cultural para la Recuperación del
Patrimonio de Valderrobres (conocida por sus siglas REPAVALDE), que nació a finales de año con el objetivo
básico de conseguir la reconstrucción de la parte derruida del templo, manteniendo siempre un contacto directo
con el alcalde y los concejales, al objeto de coordinar todas las acciones.
A partir del mes de enero de 2004 se inició una amplia campaña basada en dos estrategias principales:
conseguir muchos socios (se llegó a los 250) y simpatizantes, y dar a conocer a toda la ciudadanía los objetivos
básicos trazados, utilizando los medios de comunicación como altavoz, lo que necesariamente obligaba a
generar noticias: celebración de una asamblea ciudadana, redacción de un manifiesto, presentación de un
memorando, conferencia en la iglesia, puertas abiertas de la zona derruida, actividades para los niños de Infantil
y Primaria, charla en el Instituto…
Con la ciudadanía ya concienciada y con la visibilidad obtenida a través de los medios de comunicación,
sabedores de que nuestro proyecto ya sería conocido en las instancias superiores, se trataba de abrir nuevos
frentes (el político, el eclesiástico y el económico). Los primeros pasos se dieron en la primavera con una visita
a los directores generales de patrimonio y de turismo6. Luego se inició una campaña de recogida de firmas en
la que en menos de un mes se consiguieron un total de 7.154, entre las que, a pesar de su invalidez, quisimos
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que quedasen incluidas las de los niños y niñas de la localidad que quisieran. Firmaron casi todos los
valderrobrenses, muchos naturales emigrados de la localidad, visitantes asiduos y turistas, y algunos profesores
universitarios. Entre tanto, se solicitaron y se celebraron entrevistas con representantes de cada uno de los
grupos parlamentarios de las Cortes de Aragón7 (Fig. 1) para presentarles nuestro proyecto, acompañado de
un manifiesto y de un memorando. Su acogida fue magnífica y de manera unánime se comprometieron a apoyar
nuestra causa, como así quedó plasmado el día 26 de mayo de 2004 cuando, tras la presentación de las firmas
en las Cortes, todos votaron a favor de un Proyecto No de Ley que instaba al gobierno de Aragón a proceder
a la reconstrucción de la zona derruida del tempo.
Fig. 1: Entrevista en las Cortes de Aragón con la diputada María Herrero.
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De manera simultánea a las gestiones políticas, se iniciaron los contactos con el ámbito eclesiástico.
Previendo esta situación, desde el primer momento se había hecho partícipes del proyecto a los curas de
Valderrobres y el responsable de la parroquia formaba parte de la junta directiva de la asociación, siendo él
quien facilitó la entrevista con los representantes de la Diócesis de Zaragoza, que fueron el vicario de asuntos
económicos (don José Sebastián) y el ecónomo (don Pedro María Sánchez) quienes, para sorpresa nuestra,
mostraron muy poco entusiasmo por el proyecto, ya que argumentaban (no sin razón) que, desde la perspectiva
religiosa, el engrandecimiento del templo era innecesario para la feligresía de la localidad y que, por lo tanto,
la inversión del dinero diocesano era más útil para los templos o las partes de los templos que estaban en uso.
A pesar de ello, se les entregaron el manifiesto y el memorando, y se les pidió que se los leyeran con todo el
cariño del mundo. La posición que la Diócesis mantuvo en esta primera cita dejó la puerta ligeramente
entreabierta para la celebración de nuevas reuniones y negociaciones económicas. Pero a los pocos días el
proyecto recibió su primer mazazo, ya que don Domingo Buesa Conde, en nombre de la Comisión de
Patrimonio Cultural del Arzobispado, remitió una carta a la asociación en la que entre otras cosas y de manera
textual afirmaba que “la legislación vigente prohíbe la reconstrucción de las partes perdidas en este tipo de
edificios”. La contundencia de tal afirmación no paralizó el proyecto, ya que REPAVALDE continuó con su
hoja de ruta, celebrando reuniones en el ámbito político y en el propio ámbito eclesiástico, donde de manera
muy lenta se fueron limando las asperezas y la llegada del nuevo arzobispo, don Manuel Ureña Pastor8, acabó
de encauzar el rumbo de los acontecimientos. El día 29 de agosto de 2005 nos recibió en su despacho, donde
le entregamos y explicamos toda la documentación que habíamos elaborado. El resultado no pudo ser mejor,
ya que se comprometió a visitar Valderrobres el día 17 de septiembre. En la visita, en la que estuvo acompañado
por el vicario de asuntos económicos de la diócesis (ahora don Pedro María Sánchez), se le hizo un recorrido
por el templo, donde pudo comprobar su estado general y observar la zona derruida (Fig. 2) . Luego celebró
una misa con gran concurrencia y se concluyó con una cena de trabajo. Tanto durante la visita, como tras ella,
el arzobispo se mostró entusiasmado con la idea de la reconstrucción y se comprometió a apoyarla en la medida
de sus posibilidades.
Simultáneamente a las negociaciones expuestas en los párrafos precedentes, se acometió el tema
económico. Lo primero de todo fue conocer el coste aproximado de las obras, para lo que se logró que el
Ayuntamiento encargase al arquitecto municipal una memoria valorada, que fijó un coste aproximado de
1.300.000,00 €, cantidad que incluso quedó ligeramente reducida al final de todo el proceso constructivo. Con
la memoria en la mano era mucho más fácil saber las cantidades con las que cada una de las partes participaría
en el proyecto. Las negociaciones no fueron nada fáciles debido a que durante la primera parte del proceso las
relaciones entre la Diócesis y la Dirección General del Patrimonio del Gobierno de Aragón estaban rotas, por
lo que REPAVALDE tuvo que actuar como emisario e intermediario entre las propuestas y contrapropuestas
de unos y otros. Se barajaron porcentajes del 33 % para Ayuntamiento, Diócesis y Gobierno de Aragón. Luego
la DGA dio entrada a Ibercaja y el Arzobispado defendió porcentajes del 25%, mientras que Patrimonio
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pretendía que la nueva incorporación se descontara de su parte. La Diócesis quiso que la Parroquia aportara
la mitad de su parte, pero ante la insolvencia material de esta, el arzobispo prometió hacerse responsable
completo de ella. Un nuevo problema surgió con la parte del Ayuntamiento, que no disponía de fondos y ya
no podía endeudarse más, pero todo se solventó con la intervención de la vicepresidencia del Gobierno de
Aragón que se hizo cargo de la parte municipal, gracias a las gestiones del alcalde, Julián Godes, y del propio
arzobispo, que confirmaba así su indudable apoyo al proyecto. Durante el invierno de 2005-2006 se elaboró
y revisó el proyecto de obras y, tras todos los trámites, se visó de manera definitiva en mayo de 2006. Luego
se firmó el convenio9 y se adjudicaron las obras10, que comenzaron en marzo de 2007 y acabaron en abril de
2009.
El proyecto y las obras no estuvieron exentos de problemas. Casi al empezar nuestra andadura, en el
invierno de 2004-2005, Patrimonio manifestó su intención de que la reconstrucción se basara en una
reinterpretación con materiales modernos manteniendo los volúmenes originales, pero tanto la junta directiva
como la asamblea de socios de REPAVALDE se opusieron, haciéndose llegar un argumentario al Director
Fig. 2: Visita del arzobispo y las autoridades a la zona derruida de la iglesia de Valderrobres.
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General de Patrimonio, quien paralizó el proceso hasta que unos técnicos de su departamento visitaron el
templo y pudieron comprobar que era posible realizar una reconstrucción mimética del edificio, dado que sus
formas eran evidentes y que la mayor parte de los bloques derruidos se conservaban y formaban parte del muro
que se había levantado tras el hundimiento (Fig. 3).
El segundo problema surgió durante la ejecución de las obras y estuvo motivado por el rosetón del tercer
tramo. La Dirección General y la Comisión Provincial de Patrimonio, siguiendo unos criterios estrictamente
arqueológicos (a pesar de haberse recuperado un gran fragmento de la tracería), se negaban a la apertura del
citado rosetón, ya que no existían elementos documentales (textos o fotografías)11 que lo avalaran. Elaboré un
informe basado en criterios estilísticos que hice llegar a los técnicos y finalmente se consiguió que se abriera
un rosetón de diámetro similar al del primer tramo. Por el contrario, no se pudo conseguir la colocación de la
tracería12, lo que actualmente provoca que penetre excesiva cantidad de luz hacia la bóveda del tercer tramo,
desvirtuando ligeramente la composición del espacio interior del templo.
Fig. 3: Interior de la iglesia de Valderrobres ya reconstruida.
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El proyecto de obras, además de la recuperación de la zona derruida, incluía un saneamiento de todo el
edificio, por lo que se limpiaron y consolidaron todos los muros exteriores, se levantaron y arreglaron todas
las cubiertas, se saneó y cubrió temporalmente el pasadizo13 que comunicaba la iglesia y el castillo, y se abrió
una zanja por el lado norte para canalizar el agua y evitar las habituales filtraciones en las capillas adyacentes,
que están situadas muy por debajo del nivel del suelo exterior.
Desde su creación y durante todo el tiempo en que estuvieron fraguándose las obras de reconstrucción
y acondicionamiento de la iglesia de Valderrobres, REPAVALDE se esforzó por recabar fondos, y por divulgar
y recuperar el patrimonio local. En esa línea, se elaboraron cinco proyectos educativos14, se digitalizaron todos
los documentos de los archivos parroquiales de las parroquias unidas a Valderrobres (en especial destacan por
su antigüedad los de Beceite y Valderrobres) y se restauraron los libros parroquiales de Valderrobres15 (Fig.
4). Se organizaron visitas a las ermitas de la localidad, se impartieron charlas, se editaron algunos libros16 y
se organizaron exposiciones, destacando las de artistas y artesanos locales, la de calcos de documentos del
Archivo Histórico de Fuentespalda relacionados con Valderrobres, la de los documentos del archivo parroquial
de la localidad y la de aperos de labranza. Además se han volcado en hojas de cálculo casi toda la información
demográfica de los archivos de Beceite y de Valderrobres, y en la actualidad se están cruzando sus datos (se
ha llegado hasta principios del siglo XIX). Otro proyecto ambicioso que se acometió fue la organización de
los actos del VII Centenario de la adscripción definitiva de Valderrobres, Mazaleón, Fuentespalda, Torre del
Compte y Beceite a la Diócesis de Zaragoza, con la celebración de exposiciones, conferencias, actuaciones
musicales, actos deportivos y encuentros festivos17.
Fig. 4: Libro parroquial antes y después de su restauración.
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La creación de una Fundación y nuevos objetivos
La sucesiva consecución de los objetivos planteados por REPAVALDE fue un estímulo para crear un
fundación al considerar que su estructura permitiría que se pudieran alcanzar más fácilmente los mismos fines
patrimoniales. La idea se comenzó a fraguar en el año 2005 y en ese verano, con el objetivo de conseguir
asesoramiento para iniciar el proceso, se mantuvieron sendas reuniones con la Fundación Santa María de
Albarracín y especialmente con la Fundación Uncastillo centro del románico, que nos facilitó toda la
información y consejos necesarios para comenzar nuestra andadura.
Durante los dos años siguientes, con la legislación en nuestras manos y con una idea un tanto difusa de
los objetivos concretos (solíamos decir que la fundación “será lo que los valderrobrenses quieran que sea”) y
bajo el impulso constante de REPAVALDE, se mantuvieron múltiples reuniones con posibles candidatos a
integrarse y a aportar fondos a la fundación. Los resultados con las asociaciones locales fueron muy pobres,
ya que algunas temían perder su identidad o sus privilegios. Más éxito se tuvo con los principales empresarios
de la localidad, que unánimemente apoyaron el proyecto, al igual que la Caja Rural de Teruel y el Ayuntamiento
(Fig. 5). Capítulo aparte merecen las demás administraciones. El Gobierno de Aragón, a través de su entonces
viceconsejero de turismo, Don Javier Callizo, nos recibió con exquisita y diplomática amabilidad, pero dio la
callada por respuesta a nuestra petición formal. El presidente de la Diputación Provincial de Teruel, Don Miguel
Ferrer se excusó en la normativa interna de su institución que impedía formar parte de fundaciones, aunque se
comprometió a promover un cambio que no llegó ni con él ni con sus sucesores. Más lamentable fue la actitud
de la Comarca del Matarraña, a quien se le ofreció la presidencia de la entidad y la posibilidad de un cambio
de denominación, a pesar de lo cual nunca dieron una respuesta oficial, si bien verbalmente argumentaron que
si apoyaban a una fundación de nuestra localidad, tendrían que hacer lo mismo con cualquier otra que naciera
en otros pueblos de la comarca.
De rocambolesca habría que calificar la actitud de la Diócesis de Zaragoza. El proyecto de creación de
la Fundación se le presentó al arzobispo quien lo vio con muy buenos ojos y lo apoyó, comprometiéndose de
manera verbal a integrarse en el patronato y a aportar su parte, pero con todo el proceso en marcha, a pocos
días de concretarse el nacimiento de la fundación, la comisión económica de la diócesis no lo ratificó y
prevaleció su opinión por encima de la del arzobispo. En ese momento el proyecto quedó al borde del abismo
porque los impulsores considerábamos que, a falta de la participación de las instituciones supralocales, la
presencia del arzobispado era vital para dar mayor relevancia al proyecto. A pesar de ello, tras unas cuantas
dudas y con el impulso moral y económico de REPAVALDE, se acordó darle continuidad. Y así nació la
Fundación Cultural Valderrobres Patrimonial, con muy pocos medios, con la esperanza de que el tiempo la
proveería de funciones y con un objetivo global muy claro: la recuperación y conservación del patrimonio.
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Sólo era cuestión de formular y analizar proyectos, de presentarlos a las instancias que correspondieran,
de trabajar, de saber esperar y de perseverar.
Por fortuna, el primer logro importante no tardó en llegar. Fue el proyecto de iluminación de la iglesia18,
para el que se consiguió que la Fundación Endesa donara la cantidad de 44.685 €, que se sumaron a otros tantos
que fueron aportados entre el Ayuntamiento de Valderrobres, el arzobispado de Zaragoza, REPAVALDE y la
propia fundación (Fig. 6).
Fig. 5: Constitución de la fundación ante notario.
Fig. 6: Inauguración de la nueva iluminación y musealización de la iglesia de Valderrobres.
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Beneficios económicos y reinversión
Al margen de reunir los fondos para remodelar la iluminación del templo, la principal conquista durante
la primera etapa de la fundación fue la cesión de la gestión cultural y turística del castillo y de la iglesia de
Valderrobres, que se produjo debido a las desavenencias entre el Ayuntamiento y el anterior gestor privado
que explotaba turísticamente el castillo. Pero es evidente que si no hubiera existido la fundación, esa cesión
nunca hubiera sido posible y por ello quedaba plenamente justificada su creación.
Una vez conseguida la cesión, la fundación tuvo muy claro su objetivo: todo el beneficio económico que
se pudiera conseguir a través de la gestión turística debería servir para la recuperación del patrimonio local,
que a su vez permitiría mejorar la oferta turística y permitiría aumentar el número de visitantes, dando origen
a un círculo virtuoso. Un segundo objetivo sería la modificación del sistema de visitas con la vista puesta en
mejorar la información proporcionada al turista e integrar el binomio iglesia-castillo. Lo que sería posible
gracias a una fuerte inversión de fondos, que acometió la fundación a través del endeudamiento19.
En el castillo se cambiaron los paneles de información y la señalética, se habilitó una dependencia para
visualizar un audiovisual explicativo de nueva creación y se ideó un sistema de audioguías. Además se
aprovecharon las circunstancias para excavar la antigua mazmorra y las despensas.
En la iglesia se creó un espacio museístico en el que se exponen algunas de las piezas aparecidas durante
las obras del templo (entre las cerca de doscientas piezas se recuperaron cinco fragmentos del sarcófago gótico
y otros tantos de la cruz de la plaza de la iglesia que habían sido destruidos durante la guerra civil), después
de llevar a cabo una catalogación de todas ellas y de conseguir su restauración gratuita en la Escuela Superior
de Conservación y Restauración de Bienes Culturales de Aragón, en Huesca. También se aprovecharon los
nuevos espacios para exponer en ellos algunas piezas del antiguo retablo de Jerónimo Cósida y de su réplica
realizada por los Hermanos Albareda, y para hacer visible la cruz procesional renacentista a través de un vídeo.
Además se dejó un pequeño espacio para los pasos procesionales de Semana Santa y para exponer (tras ser
restaurados) los pocos cuadros que se conservaban en la parroquia y la maquinaria del reloj del campanario.
Por último se estableció un sistema de información para los visitantes, con paneles y placas identificativas.
En este mismo proceso se restauraron los leones de piedra que estaban situados en el portal de San Roque,
que antiguamente se encontraban en el castillo y que ahora quedaban recogidos dentro de la zona musealizada
de la iglesia, siendo sustituidos en el portal por réplicas. Y gracias a las piezas recuperadas y a algunas imágenes
antiguas también se pudo realizar una réplica de la cruz de la plaza de la iglesia en su lugar original.
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Dentro de la gestión cultural del castillo también estaba contemplada la exposición de obras de arte.
Desde 1989 hasta 2009 las salas nobles habían sido utilizadas por el Museo de Teruel para organizar
exposiciones20 costeadas por el Ayuntamiento y cuya calidad había ido decreciendo paulatinamente, hasta
derivar en la ruptura del acuerdo existente. Cuando la fundación se hizo cargo de la gestión intentó retomar
estas exposiciones, pero el Museo de Teruel ya había buscado otras alternativas, lo que forzó a explorar otras
opciones, que cristalizaron en el año 2012 con la firma de un ventajoso convenio de seis años prorrogables
con la Fundación Universitaria Iberoamericana, que permite que se puedan exponer series completas de
grabados realizados por los más famosos artistas españoles de todos los tiempos, como Dalí, Goya, Miró o
Picasso, además de otras exposiciones de destacados artistas informalistas y cuyo coste se reduce al
establecimiento de sistemas de seguridad, ya que los costes del transporte y del seguro corren a cargo de la
Fundación Universitaria Iberoamericana.
Proyecto del centro cultural del hospital
Hace ya dos años la fundación le planteó al Ayuntamiento el proyecto de reconstrucción y musealización
del antiguo hospital de Valderrobres. Las negociaciones han sido muy largas, porque existían unos compromisos
anteriores entre el Ayuntamiento y una empresa privada, compromisos que quedaron definitivamente rotos
tras una sentencia judicial favorable al consistorio. En los últimos meses, con el camino ya despejado, la
fundación ha preparado un proyecto cultural para el edificio (Fig. 7), ha encargado un proyecto de obras
(precedido de una memoria valorada), ha negociado con el Ayuntamiento y con la Comarca del Matarraña, ha
consultado con Omezyma y con el Departamento de Economía y Turismo del Gobierno de Aragón y ha
tramitado la solicitud de subvenciones al Fondo de Inversiones de Teruel (FITE).
Fig. 7: Edificio (antiguo hospital) que albergará el centro cultural de arte comarcal.
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A falta de riqueza museística suficiente, se recurrirá al tan manido centro de interpretación, a sabiendas
de la problemática de este tipo de espacios, que son escasa o nulamente rentables, ya que no despiertan el
interés suficiente como para que el turista pague una entrada por acceder a ellos y, si son gratuitos, representan
un excesivo coste para los gestores que por lo general son algunos de los niveles de la administración pública.
En este caso no hará falta afrontar casi ningún coste salarial extra (salvo los días de máxima afluencia de
visitantes), ya que la persona que muestra la iglesia será también la encargada de abrir el centro de
interpretación, que pasará a formar un triángulo cultural con el castillo y la iglesia, lo que garantizará un
aceptable número de visitantes, que, además, podrán adquirir productos de la zona en la tienda que se abrirá
junto a la taquilla.
En el convenio que se ha suscrito con el Ayuntamiento21, la fundación se compromete a aportar la cantidad
de 150.000 € para el proyecto de obras y musealización de la planta principal y primera del hospital. Fondos
que saldrán del endeudamiento a cuenta del cobro de las entradas a todo el conjunto. A dicha cantidad se le
podrían sumar las subvenciones solicitadas y concedidas condicionalmente por Omezyma22. Simultáneamente,
con la colaboración del Ayuntamiento, se han realizado diversas gestiones que han permitido conseguir la
cantidad de 196.000,00 € del Fondo de Inversiones de Teruel, lo que facilitará la musealización de la planta
baja del edificio. Para la fundación es básica la recuperación de un elemento patrimonial, como es el caso del
hospital, para Valderrobres. Eso sólo ya cumpliría nuestras expectativas, pero el edifico servirá también para
aumentar el interés turístico de Valderrobres y su comarca, para potenciar la oferta cultural y para reportar
ingresos adicionales.
El centro dispondrá de cinco zonas esenciales. La mayor superficie se destinará a centro de interpretación
del arte comarcal y en concreto constará de tres secciones: gótico, renacimiento y barroco. Los contenidos se
expondrán en paneles informativos (18 metros lineales por estilo). A la vez se expondrán 18 maquetas hechas
en piedra de otros tantos edificios, uno por cada pueblo de la Comarca del Matarraña, distribuidas en tres
mesas, una para cada estilo. También se habilitará una pequeña zona de otros 18 metros lineales de paneles
como centro de interpretación local, con planos del término municipal, caminos, masías y lugares de interés e
información histórica, artística, social y cultural de Valderrobres. En segundo lugar se construirá un aula de
naturaleza dirigida al trabajo de los grupos escolares y a la visualización de audiovisuales con contenidos
relacionados con el centro de interpretación. El tercer espacio será un centro de documentación abierto para
los estudiosos, en el que se recopilarán los documentos archivísticos y fotográficos digitalizados de
Valderrobres (se intentará la adquisición de dos archivos de fotógrafos locales) y tal vez de la Comarca del
Matarraña y se intentará acumular todos los libros y artículos que traten sobre temas (especialmente, pero no
solo, artísticos) relacionadas con la comarca. En cuarto lugar el centro servirá para difundir la información
sobre el arte comarcal y por último dispondrá de una tienda donde se podrán adquirir productos de la zona.
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El proyecto tiene una gran vocación comarcal, tanto en los paneles informativos, como en las maquetas
y documentos que contendrá. El complemento al centro de interpretación será la edición de tres folletos, tres
libros y tres audiovisuales con información de las rutas estilísticas, con un objetivo muy claro: intentar que el
centro de interpretación sirva a su vez como centro de difusión turística hacia otros pueblos de la comarca,
para lo que se están negociando acuerdos con la institución comarcal y las parroquias para replicar el exitoso
modelo del “mudéjar abierto” que se puso en marcha en la Comarca de la Comunidad de Calatayud. En ese
sentido y desde este año la fundación ofrece visitas culturales a todos los pueblos de la comarca, tanto para
escolares como para adultos.
Para la planta baja se están barajando varios proyectos museísticos para cada una de sus cuatro
dependencias, manteniendo largas negociaciones con distintas personas y entidades. La primera opción es la
cesión de una importante colección de armaduras, cascos y armas blancas antiguas de gran valor didáctico,
realizadas por Plácido Lasarte. La segunda opción es la cesión de unos trajes, un cuadro, fotografías y
grabaciones que pertenecieron a la soprano local Elvira de Hidalgo y que son propiedad del Institut del Teatre
(de Barcelona), con quienes estamos a punto de cerrar las negociaciones, lo que permitirá que se pueda reservar
un espacio para la más relevante figura de la cultura local. La tercera opción consiste en la adquisición de unos
dioramas de la Navidad ambientados en paisajes valderrobrenses y la cesión paralela de diversas figuras
navideñas de gran tamaño, ideadas por el afamado belenista José Luis Catalán (que está vinculado a la cercana
localidad de Fórnoles). La cuarta opción consiste en habilitar un espacio para albergar una colección de pinturas
de Álvaro Pradera, pintor estrechamente relacionado con Valderrobres. De todas formas se mantienen vivas
otras alternativas. Además de todo ello se acondicionará la visita al pasadizo que comunica con la iglesia23.
Fusión con la Fundación Asunción Tomás Foz y proyectos futuros
La creación de REPAVALDE y posteriormente de la Fundación Cultural Valderrobres Patrimonial y el
prestigio local alcanzado han propiciado la última y más importante novedad relacionada con la recuperación
y gestión del patrimonio de Valderrobres.
En 1943 Asunción Tomás Foz donó a la Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl algunas de sus
propiedades para que sirvieran para la creación de una fundación que lleva su nombre destinada a impartir la
docencia y a realizar actividades cívicas en Valderrobres. Hace un tiempo las religiosas decidieron poner punto
final a su presencia en nuestro pueblo y hace un año se iniciaron unas discretas conversaciones encaminadas
a la fusión de su fundación con la nuestra, que absorbería a aquella. En los últimos meses se aceleraron las
negociaciones y, tras un largo proceso burocrático, se sustanciaron el día 25 de noviembre de 2013 con la firma
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de la fusión ante notario y la inscripción en el Registro de Fundaciones del Gobierno de Aragón con el nuevo
nombre de Fundación Valderrobres Patrimonial Asunción Tomás Foz.
Esta fusión ha proporcionado un edificio (antiguo colegio) de cinco plantas y de más de mil metros
cuadrados útiles, un amplio salón de actos (que utilizan habitualmente diversas entidades locales) y una capilla
donde se celebran la mayoría de las misas de la parroquia, además de otros bienes muebles e inmuebles, que
dan un soporte patrimonial a nuestra fundación, que ya ha firmado un convenio con el Ayuntamiento de
Valderrobres muy beneficioso para ambas partes, que servirá para mejorar la oferta cultural y cívica de nuestra
localidad24 y que a pesar de una fuerte inversión inicial permitirá obtener más recursos económicos.
A pesar de estos grandes proyectos, sigue vigente el objetivo de recuperar el antiguo torreón de la muralla
gótica, llamado de Valentinet25. Las obras tienen un presupuesto de 30.000 € y nuestra intención es que, una
vez que el Ayuntamiento consiga la plena propiedad del inmueble, lo done a la fundación para su rehabilitación,
destinando para ello los fondos dotacionales que dejarán de ser monetarios para convertirse en inmobiliarios.
Pero el gran objetivo a largo plazo (diez años) es afrontar la reconstrucción de otras zonas del castillo de
Valderrobres con la aportación de fondos en conjunción con las administraciones públicas.
Además estamos progresando en otros aspectos como la gestión turística, la edición de libros, revistas y
folletos, la edición de audiovisuales y la realización de páginas web, todo lo cual podrá servir para aumentar
los ingresos de la fundación y disponer de más medios para llevar a cabo nuestros objetivos patrimoniales.
Como conclusión quiero dejar patente que la experiencia de todo el proceso aquí relatado demuestra que
casi sin querer surgirán nuevos proyectos que realizar, lo que nos conduce al punto de partida de este artículo:
la necesidad de formar a los historiadores del arte en la recuperación y gestión del patrimonio y en lo
imprescindible de algo hoy tan de moda como es el emprendimiento.
__________________________* Director Fundación Cultural Valderrobres Patrimonial.1 BORRÁS GUALIS, Gonzalo M., Historia del arte y patrimonio cultural: una revisión crítica, Zaragoza, Prensas Universitariasde Zaragoza, 2012.2 El artículo es la adaptación de la charla impartida por el mismo autor en el quinto Curso de Verano de la Universidad de Zaragoza,titulado El valor del patrimonio cultural, que se impartió en Alcañiz entre los día 3 y 5 de julio de 2013.3 SIURANA ROGLÁN, Manuel, Guía interpretativa de la iglesia y del castillo de Valderrobres, Alcañiz, Centro de EstudiosBajoaragoneses, 2003.4 El tercer tramo de la iglesia de Valderrobres, tal como atestiguan diversos documentos existentes en el archivo parroquial,amenazaba ruina desde principios del siglo XIX, sin que por unos u otros motivos se acometieran obras de consolidación. Lasituación llegó a tal extremo que en mayo de 1877, para evitar males mayores, se optó por su demolición controlada, con la intenciónde proceder de manera inmediata a su rehabilitación que, confundida en un marasmo burocrático, ya no llegó.
ARS & RENOVATIO, número dos, 2014, pp. 138-153
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5 Entre los años 1982 y 2000 había existido la Asociación Cultural Valderrobrense (ASCUMA), que, entre otras cosas, había impulsadola apertura de la biblioteca municipal y la edición de la Gaceta del Matarraña.6 Fue muy provechosa la entrevista con el entonces Director General de Patrimonio, don Jaime Vicente Redón, quien desde el primerinstante hizo suyo nuestro proyecto y además nos orientó en los pasos que sería conveniente seguir.7 Fuimos recibidos por doña Maite Pérez (PSOE), don José María Moreno (PP), doña María Herrero (PAR) y doña Nieves Ibeas(CHA).8 Don Manuel Ureña Pastor tomó posesión de la sede zaragozana el día 19 de junio de 2005, pero durante todo el verano la compaginócon la administración apostólica de su anterior sede en Cartagena. Le precedía una merecida fama como defensor y recuperador delpatrimonio, gracias a su capacidad para conseguir ayuda económica del sector privado y para alcanzar acuerdos con las institucionespolíticas.9 El coste total máximo de las obras fue repartido de la siguiente manera:
- Departamento de Presidencia del Gobierno de Aragón: 439.056 € (33,77 %).- Dirección General de Patrimonio del Gobierno de Aragón: 240.000 € (18,46 %).- Ibercaja: 279.500 € (21,50 %).- Ayuntamiento de Valderrobres: 61.944 € (4,77 %) (correspondiente al proyecto de obras).- Diócesis de Zaragoza: 279.500 € (21,50 %).
10 El proyecto y la dirección estuvo a cargo del arquitecto Luis Ángel Moreno y del aparejador José María Coronas. Las obras fueronejecutadas por la empresa Estudio Métodos de la Restauración S.L.11 Personalmente revisé todos los inventarios parroquiales y los archivos nacionales (AGA, BN y AHN), además de los archivosfotográficos, pero no pude encontrar ningún documento que describiera detalladamente el templo (lo que ni confirmaba ni excluíala existencia del rosetón), ni mucho menos fotografías anteriores al fatídico 1877. Por desgracia no pude revisar el ArchivoDiocesano, ya que por aquellas fechas estaba en obras.12 Posteriormente a partir del fragmento de tracería que apareció en la zona derruida, aplicando criterios geométricos se ha realizadouna recreación de la tracería completa que encaja con el hueco dejado en el templo, por lo que será cuestión de tiempo que se puedaacometer su reconstrucción.13 La iglesia y el castillo de Valderrobres forman un conjunto indisoluble comunicado ya desde tiempos del arzobispo Pedro Lópezde Luna a través de un pasadizo, que fue modificado durante la prelatura de García Fernández de Heredia y que acabó por quedartotalmente inutilizado a finales del siglo XIX. El pasadizo comunicaba las habitaciones personales del arzobispo con la tribuna dela iglesia, donde existía una capilla privada.14 Los proyectos educativos puestos en marcha (la mayoría de ellos bilingües) fueron Paseando por Valderrobres, Valderrobrespara peques, Braun-Vega y sus maestros, Valderrobres un marco para el arte y Mates en la vila. En casi todos ellos se contó conla colaboración del Departamento de Cultura del Gobierno de Aragón que concedió diversas subvenciones.15 La digitalización de los documentos contó con ayudas del Departamento de Ciencia y Tecnología del Gobierno de Aragón y larestauración de los libros parroquiales con las subvenciones de la Dirección General de Patrimonio.16 El primer libro que se editó fue Valderrobres paso a paso, escrito por Carmelo López y Manuel Siurana en 2005. Luego secomenzó a editar la colección de libros de pequeño formato bajo el título de Lo Puig (va por el número 6), a través de la cual sepersigue la publicación de obras escritas por autores o sobre temas locales o vinculados a la localidad.17 Los actos tuvieron lugar durante todo el año 2007. Consistieron en una fiesta inaugural que se celebró en Torre del Compte aprincipios del mes de enero, una fiesta grande que tuvo lugar en Valderrobres el mismo día del Centenario durante el mes de junioy una fiesta de clausura que se celebró en Fuentespalda en el mes de diciembre. Simultáneamente se organizaron una exposición dearte sacro itinerante entre los cinco pueblos y tres ciclos de conferencias.18 Los trámites y la ejecución del proyecto se hicieron entre los años 2009 y 2011. El coste total fue de 89.370 € y consistió en larenovación de toda la instalación eléctrica del interior del templo, que databa del año 1966 y que se había ido ampliando a base decables y apaños obsoletos y realizados sin ningún criterio. También se aprovechó para cambiar la iluminación exterior del conjuntomonumental formado por la iglesia y por el castillo. Para todo ello se contó con la supervisión y los consejos de los técnicos de laDirección General de Patrimonio del Gobierno de Aragón.19 La fundación invirtió 93.200 € en las actuaciones acometidas en el castillo y 19.540 € en las realizadas dentro de la iglesia. Sesolicitaron subvenciones, logrando que a través de los fondos Leader se nos concedieran 33.552 €. El resto de fondos se lograronpor medio del endeudamiento con una entidad financiera y de la subvención de parte de los intereses a través del Departamento deIndustria y Turismo del Gobierno de Aragón. Siendo posible la amortización de capital gracias a los ingresos por las entradas. Apesar de los múltiples intentos llevados a cabo (telefónicos, por correo y presenciales) fue imposible concertar una entrevistacon el nuevo Director General de Patrimonio, don Javier Callizo, para exponerle nuestros proyectos, escuchar sus sugerencias yrecabar el apoyo técnico e institucional.20 Los dos primeros en exponer fueron Ràfols Casamada y Víctor Mira. Luego también se expuso la obra de Guinovart, de SantiagoArranz y de Braun-Vega, entre otros autores.21 El convenio se firmó el día 30 de diciembre de 2013, tiene vigencia hasta el 31 de diciembre del año 2028 y fue aprobado porunanimidad de todos los grupos políticos del Ayuntamiento de Valderrobres, a quienes previamente se les había explicado.22 El proyecto se presentó a la Comarca del Matarraña para que fuera declarado de Interés Local, figura que fue aprobada en la sesiónplenaria del día 25 de noviembre. A su vez se solicitaron dos subvenciones al Grupo de Acción Local Bajo Aragón-Matarraña, que gestiona los fondos europeos Leader y que ha acordado conceder condicionalmente la cantidad máxima de 58.039,40 €, que queda
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MANUEL SIURANA ROGLÁN
pendiente de la disposición final de fondos. En el supuesto de que este dinero no llegara, se acometerá igualmente el proyecto, peroreduciendo su coste.23 Existe un pasadizo abovedado que comunica el antiguo hospital con el subsuelo del tercer tramo de la iglesia. Los documentoscontenidos en el archivo parroquial de Valderrobres hablan de la existencia de un caño o fresquera debajo del templo. En los añosochenta del siglo pasado el caño fue bloqueado y rellenado al considerar que había sido el causante del deterioro del tercer tramo.24 Se ha previsto la creación de una biblioteca municipal, la escuela de adultos y un albergue, para lo que ya se han iniciado las
gestiones que permitan obtener la ayuda económica complementaria a la inversión que realizará directamente la Fundación y queascenderá a unos 250.000 €.
25 Este antiguo torreón de la muralla fue reutilizado como vivienda particular, pero su propietario, que era anarquista, cuandoabandonó Valderrobres, poco antes de la llegada de las tropas franquistas, prendió fuego al edificio que, desde ese momento, quedóen ruinas. El propietario (de quien no ha habido nunca noticas) no regresó, no se le conoce familia y nunca ha abonado la contribución.En estos momentos el Ayuntamiento está tramitando su expropiación.