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UNIVERSIDAD DE MAGALLANES FACULTAD DE HUMANIDADES, CIANCIAS SOCIALES Y DE LA SALUD DEPARTAMENTO DE EDUCACIÓN Y HUMANIDADES CARACTERÍSTICAS DEL MICROCUENTO EN EL TEXTO “LAS MALAS JUNTAS” DE JOSÉ LEANDRO URBINA. TESIS PARA OPTAR AL TÍTULO DE PROFESORA DE CASTELLANO Y COMUNICACIÓN AUTORA: LORENA PAZ BAHAMONDE VALDERAS PROFESOR GUÍA: SR. OSCAR BARRIENTOS BRADASIC PUNTA ARENAS, DICIEMBRE DE 2008

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  • UNIVERSIDAD DE MAGALLANES

    FACULTAD DE HUMANIDADES,

    CIANCIAS SOCIALES Y DE LA SALUD

    DEPARTAMENTO DE EDUCACIÓN Y HUMANIDADES

    CARACTERÍSTICAS DEL MICROCUENTO

    EN EL TEXTO “LAS MALAS JUNTAS” DE

    JOSÉ LEANDRO URBINA.

    TESIS PARA OPTAR AL TÍTULO DE

    PROFESORA DE CASTELLANO Y COMUNICACIÓN

    AUTORA:

    LORENA PAZ BAHAMONDE VALDERAS

    PROFESOR GUÍA: SR. OSCAR BARRIENTOS BRADASIC

    PUNTA ARENAS, DICIEMBRE DE 2008

  • II

    “El progreso no consiste en aniquilar

    hoy el ayer, sino, al revés, en conservar

    aquella esencia del ayer que tuvo

    la virtud de crear ese hoy mejor”.

    (José Ortega y Gasset).

  • III

    ÍNDICE.

    PÁGINA

    1. RESUMEN 1

    2. INTRODUCCIÓN 4

    2.1 Justificación 5

    3. METODOLOGÍA A UTILIZAR 8

    4. MARCO TEÓRICO 10

    4.1.- Concepto de microcuento 10

    4.1.1- Historia del microcuento 11

    4.1.2.-Características del microcuento 15

    4.1.2.1.- Con respecto al lector 15

    4.1.2.2.- Con respecto a la brevedad 17

    4.1.2.3.- Con respecto a la rapidez 19

    4.1.2.4.- Con respecto a la temática 20

    4.1.2.5.- Con respecto a su clasificación 22

    4.1.2.6.- Con respecto a la imagen 23

    4.2.- La literatura testimonial en Chile 24

    4.3.- El autor: José Leandro Urbina 28

  • IV

    4.4.- El texto “Las malas juntas” 29

    5. PRESENTACIÓN DE LOS MICROCUENTOS 33

    5.1 Inoportuno 33

    5.2 Visión 34

    5.3 Esperando a Godot 35

    5.4 Padre Nuestro que estás en los cielos 36

    5.5 Interrogaciones 36

    5.6 Ella 37

    5.7 Retrato de una dama 38

    5.8 Inmolación 40

    5.9 Asilo 41

    5.10 Relaciones 42

    6. ANÁLISIS DE LOS MICROCUENTOS 43

    6.1 Inoportuno 43

    6.2 Visión 45

    6.3 Esperando a Godot 48

    6.4 Padre Nuestro que estás en los cielos 52

    6.5 Interrogaciones 54

    6.6 Ella 57

    6.7 Retrato de una dama 60

  • V

    6.8 Inmolación 63

    6.9 Asilo 66

    6.10 Relaciones 68

    7. CONCLUSIONES 71

    7.1 Con respecto al lector 71

    7.2 Con respecto a la brevedad 72

    7.3 Con respecto a la rapidez 72

    7.4 Con respecto a la temática 73

    7.5 Con respecto a su clasificación 74

    7.6 Con respecto a la imagen 75

    8. BIBLIOGRAFÍA 77

  • 1

    1. RESUMEN.

    El microcuento ha sido en estos últimos años un tipo de texto muy

    utilizado y analizado por muchos. Su nombre varía constantemente, pero

    las características son las mismas. Incluso este mismo hecho radica en

    que aún es un subgénero nuevo, aunque se acerca a pasos agigantados

    a la perpetuación literaria.

    En Chile, muchos han sido los que han utilizado esta técnica

    para darse a conocer y sus objetivos han cambiado, principalmente en

    cuanto a las temáticas y a lo que quieren conseguir. Hoy en día no es

    raro escuchar concursos sobre microcuentos, foros y debates sobre la

    temática; por lo que la difusión se ha masificado y numerosos son los

    esfuerzos de talleres o cursos para dar a conocer la nueva forma de

    hacer textos literarios. Incluso, muchos son los que a simple vista creen

    que es sumamente fácil escribir en base a esta técnica, pero al momento

    de enfrentarse a la pluma y plasmar una obra (u obrita) se dan cuenta

    que deben reducir todo su imaginario a un par de párrafos o incluso

    líneas; por lo que en ese instante se le da la importancia que se merece.

  • 2

    En Latinoamérica se utilizó principalmente para defender a los

    pueblos de aquellos gobiernos desprovistos de democracia, donde se

    denunciaban y ridiculizaban a aquellos que imponían un punto de vista a

    la fuerza. En este sentido Chile no quedó de lado, ya que innumerables

    autores se ampararon en esta técnica para defender sus ideales y

    denunciar aquellas injusticias de las que eran víctimas cientos de

    ciudadanos comunes y corrientes. Cabe destacar que ésta fue sólo una

    de las temáticas, ya que también se utilizó para dialogar con otros textos

    mayores o sólo para cambiar la forma de escribir.

    Los análisis sobre el microcuento suman y siguen y connotados

    estudiosos han puesto su atención y sus esfuerzos para dilucidar

    aquellas características que son comunes en este tipo de textos. A partir

    de estos estudios se vislumbrarían rasgos particulares de este

    subgénero, lo que sin duda propicia una reflexión sobre cada individuo

    que se encuentra frente a este tipo de escritos y quiere ir más allá de una

    simple lectura.

    En este sentido, se sitúa a José Leandro Urbina, quien en su obra

    “Las malas juntas” intenta plasmar todos los sentimientos que vivieron

    gente común y corriente en aquella difícil época donde gobernaba el

    sufrimiento y el odio: la dictadura militar en Chile. En su texto, se retrata

  • 3

    con un pincel detallado todo aquello que piensa y siente una persona que

    se enfrenta ante un escenario inesperado, lo que se sustenta

    magníficamente en una técnica para muchos nueva: el microcuento.

    Aquí, frente a pocas líneas se plasma brillantemente lo que difícilmente

    alguien podría realizar en algunas hojas, por lo que sus textos pasarían a

    tener una doble significación que pasa por el contenido y la estructura.

  • 4

    2. INTRODUCCIÓN.

    El tema de estudio de esta tesis serán las características del

    microcuento que se encuentran presentes en el libro “Las malas juntas”

    de José Leandro Urbina. En base a esto, se parte de la siguiente

    pregunta: ¿Cuáles son los textos del libro “Las malas juntas”, de José

    Leandro Urbina, que corresponden a la categoría del microcuento? De

    aquí, surgen inmediatamente otras preguntas, las que a lo largo del

    trabajo se tratarán de contestar:

    ¿Qué características particulares reúnen los textos

    correspondientes a la categoría del microcuento en el libro “Las

    malas juntas”?

    ¿En qué categoría se pueden clasificar los textos correspondientes

    a la categoría del microcuento en el libro “Las malas juntas?

    A través de la pregunta principal se pondrá como principal objetivo

    el descubrir en el libro “Las malas juntas” aquellos textos que

    corresponderían a la categoría del microcuento. A esto, se le

    sumarán los siguientes objetivos específicos:

  • 5

    Describir las características particulares de los textos

    correspondientes a la categoría del microcuento del libro “Las

    malas juntas”.

    Realizar una categoría en la que se puedan clasificar los textos

    correspondientes a la categoría del microcuento en el libro “Las

    malas juntas”.

    2.1 Justificación:

    El microcuento es un subgénero bastante usado en nuestra

    actualidad, pero pocos saben realmente su importancia y lo difícil que

    llega a ser escribir utilizando esta técnica. En nuestro país ya es común

    apreciar como en muchos talleres se refuerzan los conocimientos y se

    trata de perfilar un método para hacer que todos accedan y sean

    partícipes de tal forma de hacer literatura. Además se incentiva

    progresivamente el hecho de adquirir este tipo de escritura, ya que

    muchos se han dado cuenta que ésta también es una forma nueva de

    leer y que así es mucho mayor el público que se abarca, pues, la gente

  • 6

    hoy en día al no tener tiempo suficiente para sentarse y leer por ejemplo

    una novela, aprovecha aquellos tiempos que tiene para trasladarse de un

    lugar a otro o de leer el diario para apreciar una pequeña pero gran obra:

    un microcuento.

    A pesar de todo lo antes mencionado, encontramos en la historia

    de nuestra literatura un grupo de hombres y mujeres que a través de esta

    técnica dieron voces de dolor y utilizaron su pluma para dar a conocer

    aquello que muchos callaron. Aquí, situamos a José Leandro Urbina,

    quien en su libro “Las malas juntas” hace honor a lo antes mencionado.

    Sin duda este tipo de textos en esa época tuvo muchos adherentes, pero

    también tuvo muchos opositores que por el sólo hecho de tratarse de esa

    temática no se tomaron el tiempo de apreciar esta técnica.

    En esta tesis se darán a conocer los microcuentos que se

    encuentran dentro del libro de José Leandro Urbina y se detallarán

    aquellas características que hacen que dichos escritos pertenezcan a

    esta categoría. Con esto, se pretende extender el horizonte de sus

    escritos para que todos los que quieran leer esta obra disfruten de la

    técnica y no se alejen de él por el sólo hecho de pertenecer a una época

    de tensión política y social, en la que muchos intentaron escapar, pero

    que otros dieron a conocer. Así, al enfrentarse a este libro todas las

  • 7

    personas sabremos que el microcuento no sólo se vislumbra con un

    contexto determinado de los pueblos, sino que también aborda otras

    características que se pretenden vislumbrar.

  • 8

    3. METODOLOGÍA A UTILIZAR.

    El estudio que se presenta a continuación se basa en un análisis

    que parte de una investigación en base al microcuento y sus

    características fundamentales. Aquí se citarán a connotados

    investigadores y se utilizará esto para crear las características que

    permitirán posteriormente realizar un análisis minucioso del de los

    microcuentos que se encuentran en el texto “Las malas juntas”.

    Luego de esto, se analiza brevemente lo que ha sido la literatura

    testimonial en Chile y cómo esto se une en la obra de José Leandro

    Urbina. También se da una pequeña referencia de este autor y

    posteriormente se darán a conocer algunas características del texto a

    analizar.

    Terminado esto, el trabajo se centra en dar a conocer aquellos

    microcuentos que se encuentran presentes en el texto de José Leandro

    Urbina, los que posteriormente serán analizados en base a las categorías

    planteadas en el marco teórico.

    Así, se procederá a llegar a las conclusiones, luego de un

    exhaustivo trabajo de recopilación, síntesis y comprensión de un

  • 9

    sinnúmero de autores que de alguna u otra forma pasan a ser

    importantes para este estudio. Mención especial es la de Francisca

    Noguerol, quien ha facilitado material sumamente importante para la

    realización de esta tesis.

    A partir de la lectura de variados tipos de textos se construirá una

    base sólida para posteriormente analizar un solo texto: “Las malas

    juntas”, de José Leandro Urbina.

  • 10

    4. MARCO TEÓRICO.

    4.1- Concepto de microcuento.

    Al buscar una definición de microcuento, podemos encontrar

    múltiples sinónimos, entre los que destacan microrrelato, minificción,

    microficción, cuento brevísimo y minicuento, entre otros. Este subgénero

    pertenece al género narrativo y se diferencia de la novela y del propio

    cuento principalmente por su breve extensión. Con respecto a la variedad

    de nombres con el que se conoce este tipo de textos, María Isabel Larrea

    (2001-2002) señala que “estos nombres dan cuenta de una imprecisión

    que tiene que ver con la búsqueda de identidad en el contexto de un

    género que aún se mantiene en los márgenes o en las fronteras del

    cuento”.

    Si nos centramos en la historia de estos tipos de textos, se podría

    decir que se usaba desde hace mucho tiempo, aunque sin duda alguna

    en el siglo XX y en lo que va del XXI se usa casi como una moda. Sus

    bases se pueden encontrar en la Edad Media, usado principalmente en

    los bestiarios; y posteriormente se pueden encontrar en las sentencias

  • 11

    del Conde Lucanor, ya que al leerlas separadamente del texto mayor

    poseen vida por sí solas, con una estructura breve pero concisa.

    Juan Armando Epple señala que “lo que distingue a estos textos

    como relatos es la existencia de una situación narrativa única, formulada

    en un espacio imaginario y en un recurso temporal, aunque alguno de

    estos elementos (acción, espacio y tiempo), estén simplemente

    sugeridos”.

    María Isabel Larrea (2004) señala que el microcuento posee una

    estructura especial, en la que se privilegia un carácter abierto y retórico,

    una situación narrativa incompleta y un final imprevisible y abrupto.

    4.1.1.- Historia del microcuento.

    En América Latina, el microcuento aparece cerca del 1950 en

    Argentina cuando Bioy Casares y Jorge Luis Borges realizan una

    antología titulada “Narraciones breves y extraordinarias”, donde se

    compilan textos que van desde las dos líneas hasta las dos páginas.

    Posteriormente Jorge Luis Borges escribe micocuentos en el libro “El

    Hacedor”, Bioy Casares en “Guirnaldas con amores” y Julio Cortázar

  • 12

    masifica este tipo de relatos en su creación titulada “Historias de

    Cronopios y Famas”. Posteriormente, en Estados Unidos se masifica

    alrededor de los años sesenta y en toda América Latina a partir de la

    década de los ochenta. Aquí, autores como García Márquez, Juan José

    Arreola, Denevi y Monterroso intensifican este tipo de relatos, sentando

    fuertemente las bases.

    Este tipo de relatos se masifica en la época moderna. En este

    sentido, Pedro de Miguel señala lo siguiente: “Pero es en la época

    moderna, al nacer el cuento como género literario, cuando el microrrelato

    se populariza en la literatura en español gracias a la concurrencia de dos

    fenómenos de distinta índole: la explosión de las vanguardias con su

    renovación expresiva y la proliferación de revistas que exigían textos

    breves ilustrados para llenar sus páginas culturales. Algunas de las

    greguerías de Ramón Gómez de la Serna son verdaderos cuentos de

    apenas una línea, y también Rubén Darío y Vicente Huidobro publicaron

    minicuentos desde diversas estéticas. Junto a estos autores, la crítica

    señala también al mexicano Julio Torri y al argentino Leopoldo Lugones

    como decisivos precursores del actual microrrelato”. A esto, David

    Lagmanovich señala que este tipo de textos son “cuentos concentrados al

    máximo, bellos como teoremas…que ponen a prueba nuestras maneras

    rutinarias de leer”. María Isabel Larrea (2001-2002) cita a Francisca

  • 13

    Noguerol, ya que ésta sitúa esta forma literaria en los años sesenta,

    aunque su auge se ve principalmente entre los setenta y ochenta.

    Además se señala que “el establecimiento del canon del microrrelato es

    paralelo a la formación de la estética posmoderna cuyo signo es un

    rechazo de las ideas de la universalidad, racionalidad, verdad y progreso

    propio de la modernidad. La cultura posmoderna se caracteriza por la

    desaparición de los relatos emancipatorios y de legitimación del saber,

    propios de la modernidad. Los microcuentos aparecen como una nueva

    forma de entender la realidad, expresión de una nueva episteme: el

    pensamiento posmoderno con su preferencia por la disyunción, la

    apertura, el proceso, lo lúdico y la fragmentación. Desde este punto de

    vista, se caracterizan por su escepticismo frente a los grandes relatos,

    por privilegiar los márgenes, la fragmentación, la apertura, la parodia, el

    humor, la ironía con el fin de carnavalizar la tradición”.

    Según María Isabel Larrea (2004), la utilización del microcuento en

    nuestra época es el resultado de “una cultura que se sustenta en la

    reverberación del instante como categoría conceptual en nuestra

    sociedad. Sus personajes existen en el fulgor del fragmento, en lo

    instantáneo, en la vivencia de lo inmediato. La situación narrativa se

    quiebra en una evolución discontinua, en la fragmentación, en la

    intermitencia y el microuniverso se disgrega”. Además, el lector trata de

  • 14

    acaparar todo lo que le da el momento, por lo que pasaría a captar la

    utopía en la que estamos insertos: vivir y utilizar lo que se nos da en el

    instante. En este mismo sentido, cita a Lauro Zabala, quien agrega que el

    microcuento es un género del tercer milenio “tal vez por el ritmo

    vertiginoso de la vida cotidiana urbana; por la brevedad de los espacios

    marginales en las revistas y los suplementos culturales, por la naturaleza

    fragmentaria de la escritura en los medios electrónicos, y más que nada,

    por la paradójica sensibilidad neobarroca, próxima a la violencia del

    detalle repentino, irónico y parabólico que encontramos en otros terrenos

    del arte contemporáneo”.

    Entre los autores que se presentan en el modernismo se señalan a

    Rubén Darío, Amado Nervo, Leopoldo Lugones y Julio Torri. En la época

    contemporánea surgen los nombres de Vicente Huidobro, Jorge Luis

    Borges, Julio Cortázar, Enrique Anderson Imbert y Juan José Arreola. Sin

    embargo, uno de los principales cultores de este tipo de textos es el

    guatemalteco Augusto Monterroso, quien no sólo es considerado un

    genio en cuanto a la brevedad de sus escritos, sino que también conjuga

    la parodia, la fábula, el humor negro y la paradoja.

    En Latinoamérica, este tipo de textos toma una especial

    importancia, principalmente en los contextos socio-políticos, donde

  • 15

    muchas veces sirvieron como voces de denuncia frente a las dictaduras

    vividas especialmente en el cono sur de nuestro continente. En este

    sentido, María Isabel Larrea (2001-2002) señala que escritores como Pía

    Barros, Floridor Pérez, Omar Lara, y José Leandro Urbina, entre otros,

    “escriben microcuentos desde una perspectiva alegórica, para describir

    las situaciones dolorosas del Golpe Militar chileno”. Por su parte,

    Francisca Noguerol (1960-2002) señala que en esta época los

    microcuentos se desvinculan totalmente del juego entre realidad y ficción

    y vuelven al contenido mismo, donde se refleja la experiencia de la

    dictadura y del exilio que vivieron muchas veces las mismas personas

    que hacían uso de esta técnica.

    4.1.2.- Características del microcuento.

    4.1.2.1.- Con respecto al lector:

    El microcuento, al poseer una estructura breve necesita de un

    lector activo, ya que muchas veces se necesita buscar el sentido de lo

  • 16

    leído, porque muchos sólo dan a conocer una parte de lo que realmente

    quiere decir. Esto no es lo único, ya que unas de las formas que se utiliza

    es el “doble sentido”, por lo que hay que estar atento para sumergirse a lo

    verdadero del texto, ya que a veces el lector no sólo se sitúa como tal

    ente, sino que pasa a ser un autor más, pues le da su sentido a algo que

    ya está escrito, lo que sin duda hace variar el texto.

    Para que el lector entienda a cabalidad lo que manifiesta un

    microcuento, muchas veces debe recurrir al contexto cultural en el que

    fue creado, lo que permite darle mayor sentido a algunos elementos

    dentro del texto.

    Enrique Yepes (1996) también le da una importancia radical al

    lector de microcuento. Señala que “hacer del lector el personaje principal

    constituye ya un gesto autorreferencial que inserta al texto en una larga

    trayectoria literaria…pero no se trata de un lector de novelas, sino del

    distraído devorador contemporáneo de textos profanos, motivado por las

    virtudes somníferas de la lectura”.

    María Isabel Larrea (2004) sostiene que el carácter abierto del

    microcuento lo lleva a tener múltiples significaciones, por lo que el lector

    tiene que estar atento para “lograr determinar lo que no se dice sino lo

  • 17

    que se presupone, por lo que la actividad del receptor se concentra en

    llenar espacios vacíos de significación y proponer posibilidades

    semánticas inscritas en los artificios de la producción”. Aquí se cita a Eco

    y se refuerza su idea de que el microcuento constituye una fábula abierta,

    por lo que el lector construirá el cierre o la conclusión a partir a partir de

    inferencias, para poder llegar hasta las interpretaciones más coherentes.

    4.1.2.2.- Con respecto a la brevedad:

    Este tipo de textos, al ser preciso y conciso, posee mayor

    expresividad; cada párrafo significa un todo, ya que no es un resumen de

    algo, sino es lo central en sí mismo, lo más importante es el texto en sí.

    En este sentido, el concepto “brevedad” es bastante subjetivo, ya

    que existen textos que van desde varias páginas, decenas de palabras o

    un número reducido de éstas. Éste último es el caso del cuento de

    Augusto Monterroso titulado “El dinosaurio”:

    “Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí”.

  • 18

    Algo que ayuda a comprender mejor este tipo de textos son los

    títulos, ya que muchas veces sugieren o focalizan mejor el contexto y el

    contenido mismo.

    En este sentido, Enrique Yepes (1996) hace referencia a Italo

    Calvino y sus “Seis propuestas para el próximo milenio”, ya que él creía

    que la “levedad” en la que caía este tipo de textos radicaba

    exclusivamente en el tipo de vida que se vive y en contraste con el

    pensamiento lento y casi petrificado de la sociedad.

    María Isabel Larrea (2004) sostiene que el microcuento al ser un

    relato netamente “breve” imposibilita una unidad de acción porque

    muchos de sus elementos quedan en suspensión y no se desarrollan del

    todo. Ante esto, el lector debe valerse de otros elementos para completar

    la narración. Es así como elementos como el título u otros textos nos

    sirven para hilvanar todas las piezas del rompecabezas.

    La brevedad también da lugar a que los finales sean sorpresivos o

    imprevisibles. Dado que muchas veces hay que reconstruir partes no

    mencionadas en el texto, se puede llegar incluso a un final abierto, en

    donde el lector deberá comprender en su totalidad lo ya leído para llegar

    a ese final esperado.

  • 19

    Cabe destacar que con respecto al límite que debe poseer un texto

    para ser denominado “microcuento”, David González Torres (2000)

    señala que puede ser de una línea, varios párrafos y no más de una

    página.

    4.1.2.3.- Con respecto a la rapidez:

    El uso de oraciones cortas y de un lenguaje ágil, hace que estos

    textos sean rápidos de leer. Aquí, Enrique Yepes (1996) señala que esto

    se refiere “a la agilidad del pensamiento, a la voluntad que producirán la

    trama textual la emoción de la simultaneidad, la conexión inmediata e

    imprevisible con todo lo existente o imaginable, con su tendencia hacia la

    homogeneidad de los sentidos para fines prácticos, y aboga por la

    agudización de las diferencias, por la celebración de los pliegues

    semánticos del lenguaje escrito”. Esta rapidez tiene que ver con el

    vertiginoso mundo en el cual habitamos, con el tiempo “justo para todo”,

    por lo que la literatura misma, mediante el microcuento se ajusta a esta

    forma de existencia. Esto no quiere decir que la lectura sea ágil, ya que

    muchas veces hay que volver sobre el relato para comprender en

  • 20

    profundidad su significado, ya que “el cuento breve impone al mismo

    tiempo una pausa reflexiva y recupera el placer de la contemplación”.

    María Isabel Larrea (2004) señala que “el ritmo ágil y la precisión

    del lenguaje del microcuento predispone al lector a una mayor

    participación en la construcción del sentido”. También se señala que este

    tipo de relatos no da pié para explicar o detallar las cosas que van

    sucediendo y que si bien se adecua a un ritmo vertiginoso, propio de

    nuestra forma de vida, choca contra esto, pues si se lee esta brevedad

    despampanante rápidamente no se llegará al fondo, por lo que a la

    brevedad se le suma la capacidad de retención de aquellos elementos

    trascendentales y de una reflexión que si es llevada a la ligera no

    obtendrá los resultados perseguidos: la comprensión.

    4.1.2.4.- Con respecto a la temática:

    Los microcuentos abarcan una gran gama de temas, que van

    desde la ficción, la contingencia política o social vivida en distintos

    países, e incluso se dialoga con otros textos, ya que muchas veces se les

    da otro sentido a textos que ya existen, como por ejemplo las fábulas.

  • 21

    Con respecto al diálogo que se da entre un microcuento y un texto

    mayor, se puede señalar que muchas veces se utiliza esta técnica para

    invertir la temática original o simplemente para concluir con el primero.

    Esto se da en un tono burlesco, donde los personajes se tratan desde

    otros puntos de vistas.

    Aunque la temática varíe, la presencia de la ironía se hace latente

    en muchos de estos tipos de textos, aunque no es lo único que aflora, ya

    que el horror y los sentimientos más intensos del ser humano afloran

    paulatinamente.

    En este sentido, se señala que una de las características

    principales del microcuento es su alusión a lo paródico, a lo burlesco.

    María Isabel Larrea (2004) cita a Suleiman, ya que éste señala que “el

    texto se ha construido en base a la parodia y a la parábola que promueve

    un régimen de lectura ejemplar”. De esto se desprende que este tipo de

    lecturas no sólo sirve para entretenerse, sino que para hacernos

    reflexionar sobre algún tema en particular.

    También se pueden utilizar frases conocidas por la gente y en

    base a esto reescribir lo ya conocido. Francisca Noguerol (1992) señala

  • 22

    que “los autores aprovechan los formatos conocidos para sus fines,

    mezclándolos y alterándolos para provocar en el receptor la sonrisa y la

    reflexión de lo leído”.

    4.1.2.5.- Con respecto a su clasificación:

    A pesar de que una de las principales características es la escasez

    de palabras, el microcuento es definido como un género híbrido, ya que

    se mezclan en su composición elementos de la narrativa, el ensayo y la

    lírica, entre otros.

    En este sentido, Enrique Yepes (1996) cita a Armando Epple, ya

    que éste sostiene que el carácter híbrido del microcuento se manifiesta

    principalmente por las tensiones que existen entre los convencionalismos

    de la literatura consagrada y la búsqueda transgresora de una

    expresividad nueva, donde se rearticule lo social e ideológico,

    principalmente, de los pueblos latinoamericanos.

    María Isabel Larrea (2004) señala que el microcuento es “una

    versión alternativa e híbrida del cuento” y que se distingue de éste porque

  • 23

    “excluye de su situación narrativa los elementos propios de las fábulas

    cerradas”.

    Además, se señala que en este tipo de textos las etapas clásicas

    de “inicio, desarrollo y desenlace” no se dan, si no que, según David

    González Torres (2000), en los microcuentos “se elimina el desarrollo y

    se apoya en el clímax para generar un desenlace final que provoque

    pasmo en el lector”. En este sentido, Francisca Noguerol (1992) señala

    que el final sorpresivo e ingenioso se encuentra presente en este tipo de

    relatos, aunque muchas veces estos quedan abiertos a la imaginación del

    lector. Cuando sucede lo primero “la narración debe poseer por

    consiguiente una estructura en la que la primera palabra ya preconice la

    última…”

    4.1.2.6.- Con respecto a la imagen:

    Según Francisca Noguerol, la mayoría de los microcuentos

    presenta una carga explosiva de imágenes más que de descripciones. Es

    por esto que (según ella), si se lee varias veces el mismo texto, se podrán

    vislumbrar elementos que antes pasaron desapercibidos. Ahora bien, al

    centrarse en una realidad, esto hace mucho más notable esta

  • 24

    característica, ya que si a esto le sumamos la brevedad, se debe crear tal

    intensidad en la narración para el lector pase de leer a ver. En este

    sentido, nos señala que muchas veces es tan fuerte la imagen que

    pasaría a conformar un símbolo, por lo que el lector debe “agotar todas

    sus lecturas” para llegar a la comprensión global.

    4.2.- La literatura testimonial en Chile.

    El concepto testimonio hace referencia a la afirmación de un

    evento a través de la presencia, la corroboración de la existencia de una

    situación o la expresión de una experiencia vivida en carne propia y cuya

    memoria es deseable preservar. También puede ser denuncia de una

    situación, o la introspección de una realidad interior. Testificar significa

    hacer un recuento de algo que le ocurrió al sujeto del testimonio. Quien

    sufrió o experimentó el evento hace testimonio del mismo con su

    memoria, con su presencia, con su voz y en este caso, con su escritura.

    El testimonio es un modo de extender el conocimiento de algo

    experimentado de modo singular y hacerlo una experiencia plural. Al

    testimoniar, se dirige el medio de expresión hacia un fin que es

    eminentemente social.

  • 25

    La literatura testimonial que surge con fuerza en Chile desde la

    segunda mitad de 1970, la que fue relacionada directamente con la

    escritura autobiográfica. A pesar de que en nuestro país ya existía este

    tipo de relatos, esto se acentúa en esta época, como una forma de hacer

    un llamado de atención y de denuncia frente a hechos carentes de toda

    justicia.

    Jorge Narváez (1988), señala que este tipo de relatos hacen

    referencia a la realidad y se mueven entre la ficción y la no ficción, sin

    perder de vista el objetivo central: dar a conocer lo vivido, lo que puede o

    no estar revestido con distintas temáticas.

    César Díaz Cid (2007) señala que el término “relato testimonial” se

    comienza a usar en Latinoamérica para distinguir aquellos textos de los

    llamados textos del boom, novísimos o postboom. Aquí se utilizan

    especialmente elementos ficticios para dar a conocer la diversidad de

    culturas y formas de vida. A esto, Jorge Narváez señala que “esta

    literatura que corresponde a una narrativa de no-ficción, de la historia

    verdadera —en que el término “verdadera” no tiene más pretensión que

    señalar la no ficcionalidad— y que cuenta con un prolífico corpus textual,

    tiene entre otras la virtud histórico-literaria de insertarse en el proceso de

  • 26

    producción de sentido del discurso literario latinoamericano enlazándose

    tradicionalmente con un vasto antecedente de ancilarismo que

    caracteriza a nuestras letras” (1986, 235).

    Jaime Concha (1978) agrega que el relato testimonial aparece

    inmediatamente después del golpe militar de 1973, donde se vislumbran

    los sucesos que iban aconteciendo en Chile. Además, destaca que,

    según su opinión, el primer texto testimonial lo representan las últimas

    palabras que esboza Allende al pueblo, el mismo 11 de septiembre 1973.

    También señala que en estos textos hay “un sujeto individual, testigo y a

    veces víctima de la situación que se describe” (1978; 135), por lo que

    generalmente los relatos se escribían en primera persona y se centraban

    en contar los acontecimientos vividos inmediatamente después al golpe

    de estado.

    Cabe destacar que la crítica literaria de ese entonces, consideraba

    que este tipo de relatos era contestatario y de denuncia era

    principalmente utilizado por los sectores intelectuales, principalmente por

    escritores, académicos o políticos de profesión.

  • 27

    Maximinio Fernández Fraile (2002) reúne a varios autores que

    señalan lo siguiente con respecto a la literatura testimonial de ese

    entonces:

    José Vargas Roa (2002; 42-43): Señala que en esta época hay

    una opción de los escritores por el cuento. El argumento con más

    peso es la dificultad para publicar, por lo que optan por textos

    breves para dar a conocer sus textos, pues este método es de más

    fácil divulgación. Hay que agregar que lo testimonial se refiere

    principalmente al contexto nacional que se desencadena a partir

    del 11 de septiembre de 1973, donde todo está “marcado por

    proyectos de vida escindidos, un mundo y una cotidianeidad

    alterados, temor, represión, apagón cultural y exilio”. Con respecto

    a los elementos predominantes en este tipo de literatura, señala

    que “hay espacios oscuros, cerrados y asfixiantes, personajes

    marginales que corresponden a todo un carnaval pesadillesco de

    esperpentos desolados y frustrados”; mientras que los motivos

    predominantes serían el desencanto en el acontecer y la

    ampliación de un momento. Con respecto a las técnicas, se

    pueden encontrar el fluir de la conciencia, las dislocaciones

    temporales, el relato en varias voces, la ironía, lo grotesco y lo

  • 28

    absurdo, la focalización y la realidad dual, entre otros. Además, el

    lenguaje pasa a ser nuevo, alusivo y encubierto.

    En este mismo contexto (2002), se señala que la identidad de esta

    generación es el pesimismo, la actitud crítica, la conciencia al escribir, el

    desarraigo y la concentración de valores en los protagonistas, los cuales

    están sobrecargados de significados.

    4.3.-El autor: José Leandro Urbina.

    José Leandro Urbina nació en Santiago de Chile. Fue estudiante

    de Literatura. En el año 1974 se exilia en Argentina. Desde 1977 reside

    en Canadá. Ha trabajado como guionista, traductor y periodista.

    Aparte de los cuentos reunidos en “Malas Juntas”, ha publicado la

    novela “Cobro Revertido”, con la que ganó el Premio Nacional del Libro y

    la Lectura de Chile en 1993, y fue finalista del Premio Planeta Argentino.

    Por estos textos ha tenido una buena crítica y el público lo ha aceptado

    de buena manera, ya que sus relatos son fuertes e interesantes (2002,

    68).

  • 29

    Maximinio Fernández Fraile (2002; 44), cita a Roberto Rivera, ya

    que éste señala que José Leandro Urbina se encuentra dentro de un

    grupo de escritores “entre los que es posible observar el rigor de su

    trabajo, la profunda creatividad de sus conceptos, la búsqueda de la

    novedad formal como instrumento al servicio del significado o el humilde

    apego a las estructuras narrativas conocidas”, lo que fortalece de todas

    formas el sentido de sus relatos.

    4.4.- El texto “Las malas juntas”.

    Muchas han sido las interpretaciones a este libro, que mezcla la

    realidad cruda (llegando muchas veces a ser intolerable) con una

    brevedad textual propia del microcuento, haciendo que el lector se

    sumerja en un solo centro: el testimonio crudo de una realidad que en ese

    tiempo no se hablada y que pocos discutían. En un intento por perpetuar

    las múltiples visiones de un solo hecho, José Leandro Urbina crea un

    diálogo narrativo en el que se acentúa la ficción, la ironía, el dolor y los

    sentimientos más puros que un ser humano puede sentir.

  • 30

    Los cuentos de “Las malas juntas” se escriben en el exilio, cuando

    José Leandro Urbina se encuentra en Buenos Aires, a comienzos de

    1974. El propio autor, se refiere a este libro como “un testimonio se esta

    condición” (1993). Con esto, intenta señalar que entre sus relatos nace

    una voz que narra la “tendencia al asesinato masivo y a la crueldad

    explosiva”.

    A esto, se suman las ideas que Grínor Rojo esboza en el prólogo

    de dicho texto (1993), quien señala que estos cuentos surgen con “el

    primer movimiento de la literatura chilena del exilio”, donde los relatos

    pasan a ser testimonios. Cabe destacar que el hecho de que sea

    literatura testimonial le suma lo verdadero, lo que pudo pasarle a alguien;

    pero él, magistralmente utiliza todos los componentes literarios que tiene

    a su alcance para procurar matizar su discurso. Además, analiza el

    lenguaje, que a pesar de ser muchas veces breve, al ser tan bien

    utilizado el resultado pasa a ser “una lengua dominada, económica,

    precisa, en la que la voluntad de concisión, de obtener un máximo de

    expresividad con un mínimo de gasto sintáctico y léxico, es el gran

    objetivo”.

    Con respecto a este texto, su autor, José Leandro Urbina (2007),

    señala que “es un libro de registro, una obra de invención y un texto

    político”. La creación se da especialmente en Argentina en donde puede

  • 31

    reflexionar íntegramente sobre el proceso vivido en su país. La técnica a

    emplear la aprende de la calle, de la que señala que se remite

    plenamente a la oralidad. El uso de la ironía (mezclada con un cierto tipo

    de humor) lo utiliza como contrapartida a los chistes que comenzaron a

    circular luego del golpe de estado y que ridiculizaban a Salvador Allende.

    Esto no sólo forma parte de sus textos, ya que el horror y la injusticia

    también están presentes. Es así como en uno de sus textos, “Padre

    Nuestro que estás en los cielos”, no sólo da a conocer una situación que

    le pudo haber pasado a alguien cualquiera y que además da a conocer

    una mezcla entre la risa y la pena; sino que parte de lo escrito pertenece

    a una de sus vivencias, en la que tuvo que estar escondido en su

    entretecho junto con su hermano, para no correr la misma suerte que su

    padre y otro de sus hermanos. Aquí también entra el texto

    “Interrogaciones”, ya que según el escritor (2007) “pensando en mi madre

    y su relación con Dios y con la Iglesia, escribí “Interrogaciones”, bastante

    cercano a mi último encuentro con ella en Chile”.

    Mención especial es la que le corresponde a Antonio Skármeta,

    quien fue profesor de José Leandro Urbina, ya que él lo conduce en la

    escritura que finalmente sale a la luz, ya que por ejemplo, él es quien le

    corrige el primer texto ya mencionado.

  • 32

    Con este tipo de relatos, José Leandro Urbina intenta crear

    “cápsulas” que se den a conocer, que pasen de boca en boca y que

    intenten hacer reflexionar al lector, ya que como él dice (2007): “Los

    cuentos no matan, pero a cada momento había que pinchar la indolencia

    de un posible lector o auditor, ganar un espacio de pertinencia y

    significación para que no abandonaran la página. En la era del ruido, de

    los altos decibeles, había que hacerse oír de alguna manera”.

    Con respecto al libro en sí, el autor señala que éste forma final en

    Canadá, en donde se realiza la primera edición. En Chile, quien realiza la

    primera edición es José Paredes con la editorial Sin Fronteras.

    5. PRESENTACIÓN DE LOS MICROCUENTOS.

    A continuación se presentan los textos que posteriormente se

    analizarán en base a las categorías que se plantean en el marco teórico:

  • 33

    5.1 Inoportuno.

    Miren que ocurrírsele al perla salir a la calle con toque de queda. Y

    todos muertos de nervios, en un auto con una gran bandera blanca.

    Las patrullas andan locas, disparando a diestro y siniestro por

    cualquier cosa, y él no pudo esperar que fuera de día.

    Su tío manejaba despacito. Su abuelo le ha tomado una mano a su

    madre y ella pone la otra más o menos a la altura de sus costillas

    pequeñas. Su padre no está, pero todos comentan que sin duda va a salir

    a él. Porque, miren que querer nacer a esta hora el bribón, como si todo

    anduviera de lo más normal en esta vida.

    5.2 Visión.

    “Quiere que le diga sinceramente, Villalobos”, recuerdo que me

    detuvo el flaco Carmona cuando los otros abandonaban la sala. “A mí

    mejor que no me llame más a reuniones”. Tenía ese tic en la cara que le

  • 34

    afloraba cada vez que se ponía nervioso. “Yo entiendo que hay cosas

    que discutir, pero uno trabaja todo el día y cuesta mamarse tanto

    informe”, recuerdo también el gesto tímido de su cabezota detenida bajo

    la lámpara, buscando con exasperación las palabras. “Mire, hagamos un

    trato. Conmigo cuenta siempre…Cuando empiece la mocha, usted me

    llama…y no más reuniones, jefe. Ve que me quedo dormido”.

    No recuerdo qué le dije, tal vez algo sobre el desafío intelectual del

    proceso, pero un mes más tarde, el once de septiembre, mientras se

    escuchaban los primeros bandos militares, el flaco Carmona subió por la

    avenida Independencia camino al centro. Llevaba bajo el brazo una

    escopeta vieja envuelta en un saco harinero. Yo le vi pasar fugaz, borroso

    como una foto movida, tras los vidrios de mi ventana. Desde entonces

    que no tengo noticias suyas.

    5.3 Esperando a Godot.

    La balacera en el centro se ha intensificado en la última media

    hora. La radio ha comenzado a producir comunicados amenazadores.

    Dos aviones han pasado hacia el norte de la ciudad y de pronto vuelven

    en dirección contraria rugiendo sobre nuestras cabezas. El almacenero

  • 35

    flaco grita impunemente que van a bombardear al hijo de perra. Unos

    obreros de la Cervecería lo miran en silencio. Yo estoy esperando a mi

    hermano que trabaja en el Ministerio de Obras Públicas. Mi mamá me

    mandó porque dice que el Chito es medio loco y se puede quedar afuera

    sin obedecer el toque de queda. Estoy en eso cuando a mi derecha,

    doblando la esquina, aparece caminando con cierta dificultad mi profesor

    de inglés. Yo no me aparecí por el colegio en los últimos dos días. Él me

    reconoce, se acerca con sus ojos miopes y su cara pálida y me pregunta

    con severidad: “¿Qué hace parado aquí, Fernández?” “Esperando a

    Godot, señor”, le digo en broma sabiendo que esa es su obra de teatro

    favorita. En aquel momento, con estruendo infernal, revientan las

    primeras bombas en La Moneda. Ante nosotros vemos alzarse dos

    grandes columnas de humo que escapan hacia el cielo. Mi profesor se

    afirma de mi brazo con su mano grande y me dice temblando: “No espere

    más, Fernández. Godot no viene hoy, mejor váyase a su casa”.

    5.4 Padre Nuestro que estás en los cielos.

    Mientras el sargento interrogaba a su madre y su hermana, el

    capitán se llevó al niño, de una mano, a la otra pieza.

    -¿Dónde está tu padre?-preguntó.

  • 36

    -Está en el cielo- susurró él.

    -¿Cómo? ¿Ha muerto?-preguntó asombrado el capitán.

    -No-dijo el niño-.Todas las noches baja del cielo a comer con nosotros.

    El capitán alzó la vista y descubrió la puertecilla que daba al

    entretecho.

    5.5 Interrogaciones.

    En noviembre, después de más de dos meses de ausencia, he

    decidido arriesgarme a visitar mi casa. Es el comienzo de una tarde

    soleada y no hay casi nadie en la calle. Me abre la puerta mi madre y yo

    entro rápidamente. La gran casona está vacía, mi padre y mis hermanos

    siguen presos. Mi madre ha estado sola todo este tiempo y tres días por

    semana va al estadio a tratar de saber noticias de los nuestros. Mientras

    cruzamos el patio hacia la cocina, me dice que tiene la esperanza de que

    los dejen libres para las navidades. Antes de cruzar el umbral se detiene

    y tomándome la mano me pregunta:

  • 37

    -¿Usted cree que existirá Dios, mijito?-.Yo la miro, más pequeña, más

    envejecida, y pienso que esa mujer que me mira con sus ojos ansiosos,

    como si mi respuesta fuera un veredicto, ella, mi madre, ha ido a la iglesia

    cada domingo y fiesta de guardar por más de cuarenta y cinco años.

    Entonces, viéndola así, yo que hace mucho tiempo que no lloro, sin

    responderle, me abrazo a ella y lloro desvergonzadamente.

    5.6 Ella.

    Son las tres de la tarde y hay gente que camina apurada hacia sus

    casas. Cruzan ululando dos patrullaras y una ambulancia. La pareja pasa

    en dirección a la Plaza Chacabuco. Ella va con la cartera apretada contra

    su pecho llorando desconsolada. ¡Traidores!, grita de pronto con la cara

    vuelta hacia el cielo. El hombre intenta ponerle la mano en la boca:

    Cálmate, mujer pue. Ella se encabrita, revienta, indignada le da de

    carterazos: gato mojado, pura boca no más ustedes. ¡No afloje,

    presidente! Él la tironea del brazo. Los miran. Hay gente vigilando detrás

    de las ventanas. Una vieja le grita un insulto. Ella se zafa. Entonces

    caminan un momento en silencio. Un avión pasa por sobre sus cabezas,

  • 38

    a lo lejos se escuchan explosiones y esa imparable balacera. Ella llora,

    pero al llegar a una esquina se da vuelta y se le planta por delante al

    hombre clavándolo en la vereda con sus ojos grandes. Te lo advierto

    clarito, güevón, clarito. Si esto sigue así, tú harás lo que quieras, pero yo

    me vengo mañana mismo con los chiquillos a la Moneda y que nos maten

    a todos, a todos, me entendiste, yo o voy a vivir con milicos desgraciados,

    le grita en plena cara. Él baja los hombros, la toma del brazo y sigue

    caminando.

    5.7 Retrato de una dama.

    A la luz del amanecer, filtrándose tímida por la ventana, se

    compuso con esmero el vestido. Una de sus uñas limpió las otras. Untó la

    yema de los dedos con saliva y alisó sus cejas. Cuando terminaba de

    ordenarse el cabello, escuchó a los carceleros venir por el pasillo.

    Frente a la sala de interrogatorios, recordando el dolor, le

    temblaron las piernas. Después la encapucharon y cruzó la puerta. Allí

    dentro estaba la misma voz del día anterior. Los mismos pasos del día

  • 39

    anterior que se aproximaron a la silla trayendo la voz húmeda y la

    pegaron y la pegaron a su oído.

    -¿En qué estábamos ayer, señorita Jiménez?

    -En que usted debería recordar que está tratando con una dama-dijo ella.

    Un golpe le cruzó la cara. Sintió que se le desgarraba la

    mandíbula.

    -¿En qué estábamos, señorita Jiménez?

    -En que usted debería recordar que está tratando con una dama-dijo ella.

    5.8 Inmolación.

    A su marido no lo contaba, porque hacía dos años la había

    abandonado, se había ido con una mujer más joven.

    Al hijo mayor, su favorito se lo llevaron el segundo día y a pesar

    que removió cielo y tierra, llamó e imploró a todos sus contactos, no

    consiguió encontrarlo.

  • 40

    Su hija se perdió una noche. Esta vez tuvo mejor suerte, su cuerpo

    apareció en la morgue del J.J. Aguirre.

    Entonces decidió que al más pequeño lo mandaría al sur, a vivir

    con sus abuelos. Lo dejó un mediodía lluvioso en la estación de

    autobuses.

    En cuanto a ella, regresó caminando a la casa sin apuro. Se

    cambió la ropa mojada, se sentó en un sillón, frente al televisor, y se dejó

    morir allí mismo, al cuarto día, a la hora de las noticias.

    5.9 Asilo.

    Cuando esa noche saltó la reja de la Embajada ya estaba muerta.

    Lo mismo su marido, 30 segundos más tarde. Ladró con furia el perro del

    embajador. Se han visto muertos saltando rejas estos días, desplegando

    heridas por todo el cuerpo.

  • 41

    El hijo pequeño juega hace una semana con una panera en el piso

    de la cocina del departamento de sus tíos. La tía Carmen se pregunta

    cuándo pasarán a buscarlo.

    La abuela, que sospecha algo, fue hasta la casa vacía y sacó

    alguna ropa y un frasco de aspirinas, por si acaso.

    La prensa hace preguntas incisivas que apuntan a una siniestra

    conspiración de comunistas idos y escondidos.

    La familia hace averiguaciones en el Ministerio de Defensa.

    Se asilaron, les dijeron. Los güevones cobardes se asilaron.

    5.10 Relaciones.

    Él me dijo que yo era un alarmista y yo le dije que estaba ciego.

    Me dijo que si fuera así, los más altos personeros sabrían cumplir con su

    deber y que no había que preocuparse. Le dije que su posición era típica

    de los que creen que todo se resuelve por arriba y que me parecía

    tremendamente irresponsable. Me dijo que más irresponsable era andar

    tirando mierda y sembrando dudas. Le dije que era una cagada conducir

  • 42

    a la gente al matadero utilizando la mentira blanca de un proyecto

    ideológico añejo. Me dijo que actitudes como la mía conducirían a una

    catástrofe y que algún día seríamos juzgados. Yo le dije finalmente que

    se fuera a la chucha. No volvimos a hablar desde ese día.

    Ayer supe que estaba en la celda del lado, y hoy en la mañana lo

    vi cuando nos sacaron al patio. No nos saludamos, pero sé que me

    miraba. Yo también lo observé de reojo. Su salud parece deteriorada,

    igual que la mía.

    6. ANÁLISIS DE LOS MICROCUENTOS.

    6.1 Inoportuno.

    Este relato trata sobre un pronto nacimiento, el cual sucede justo

    cuando hay toque de queda.

  • 43

    Con respecto al lector que se enfrente a este texto, se puede

    señalar que éste sólo comprenderá a cabalidad el texto hasta llegar a

    sus últimas palabras, ya que es allí en donde comprenderá que aquel a

    quien se le ocurrió salir en esa noche es ni más ni menos que a un bebé.

    Si nos enfocamos en la brevedad, podemos observar que este

    relato no sobrepasa la mitad de una hoja, pero en las escasas líneas se

    hace sentir todo el nerviosismo y el miedo al que se enfrentan los

    personajes de la historia, ya que viven a flor de piel una circunstancia

    bastante peligrosa: salir a la calle con toque de queda. Cabe destacar

    que en este texto, el título nos ayuda a enfocarnos en lo que realmente se

    nos quiere dar a conocer. Aquel “Inoportuno” pasa a ser solamente

    aquella criatura que no puede esperar la luz del día para nacer, y que en

    plena noche y más encima con toque de queda, intenta conocer la nueva

    vida a la que debe enfrentarse. Además, si observamos el final, éste

    queda completamente a la imaginación del lector, ya que cada uno sabrá

    o se imaginará qué habrá pasado con aquel ser que estaba a punto de

    nacer.

    Al observar el efecto que produce la rapidez en este relato, se

    puede señalar que no se aprecian mayores detalles, ya que lo único que

    sabemos es una situación específica (un niño apunto de nacer y una

  • 44

    familia desconcertada y asustada por este, en medio de una noche con

    toque de queda) y no nos detenemos siquiera en reflexionar sobre lo que

    sucedió antes de este episodio. Esto se da porque el texto nos limita y

    sitúa sólo en un lugar determinado.

    La temática es bastante clara: nos remite a un contexto político de

    un lugar determinado (posiblemente en algún lugar de nuestro país).

    Además, se encuentra presente una cierta ironía, sobretodo en el

    comentario: “Porque miren que querer nacer a esta hora el bribón, como

    si todo anduviera de lo más normal”. Además, se percibe como aquello

    que pasa a ser algo importante como lo es un nacimiento de un ser

    querido, se transforma casi en un problema, sobretodo por la situación en

    la que nacerá.

    Al analizar su clasificación, se puede señalar que este relato se

    separa de lo que se conoce como “cuento”, ya que, por ejemplo, no sigue

    la estructura clásica de inicio, desarrollo y desenlace. Aquí, no sabemos

    cómo es que llegan a la calle ni tampoco hay una presentación de los

    personajes, cosa que se da en un inicio. El desarrollo se da a la par con

    el desenlace, el que como ya se mencionó queda abierto a la imaginación

    del lector. Se señala lo antes mencionado ya que no hay un mayor

  • 45

    tratamiento de la situación en la que se encuentran los personajes, ni

    menos sabemos en que termina todo lo que se nos señala.

    Si nos detenemos a reflexionar sobre las imágenes presentes en

    este relato, se puede señalar que como no hay mayores detalles de lo

    que sucede, lo que se narra pasa a quedar grabado inmediatamente,

    principalmente aquello que se refiere a lo que sucede (patrullas, balas,

    caricias) y a lo que se siente (miedo por no saber lo que les sucederá).

    6.2 Visión.

    Esta historia la relata “Villalobos”. Él señala que “el flaco Carmona”

    le indica que ya no lo llame para reuniones porque él trabaja todo el día y

    le cuesta mucho escuchar tanto informe, ya que casi siempre se queda

    dormido. Además, le señala que cuando comience la trifulca lo llame,

    pero antes no. Aunque “Villalobos” no recuerda la respuesta exacta que

    le dijo, ésta tenía que ver con el desafío intelectual del proceso; pero un

    mes más tarde, el día once de septiembre, lo vio correr como una bala

    subiendo la avenida Independencia, “con una escopeta vieja envuelta en

    su saco harinero”. Desde ese día no lo vio más.

  • 46

    En este relato, el lector no tiene mayor problema de comprensión,

    ya que con las líneas mínimas pero precisas, se nos da a conocer la

    situación vivida por un hombre que prefería más la lucha armada que la

    intelectual y que por seguir sus ideales nunca más fue visto.

    Si nos remitimos a la brevedad, podemos comprobar que este

    texto no representa más allá de la mitad de una página, donde se dan a

    conocer los elementos fundamentales de una situación determinada. En

    este sentido, hay que observar el título, el que de alguna manera nos

    ayuda a comprender el sentido de lo que se transmite. Aquí la “Visión”

    pasa a ser la última vez en la que se vio a una persona. El final queda un

    tanto abierto, ya que, aunque se nos menciona que esa vez fue la última

    en la que “Villalobos ve a Carmona”, los lectores quedan en suspenso en

    torno a lo que le pasó a aquél del que nunca más se tuvo noticias.

    El relato contiene una rapidez en la que se destaca los pocos

    detalles en torno a los personajes. Aquí, por lo menos sabemos los

    nombres de los personajes y la relación un tanto asimétrica que se da

    entre ellos; pero aparte de esto no conocemos más de sus vidas y de las

    circunstancias en las que se desencadena la situación narrada.

  • 47

    La temática se liga directamente con el contexto político y social de

    un determinado lugar (nuestro país) que está siendo víctima de un golpe

    de Estado, por lo que el relato está cargado de sentimientos que tienen

    que ver con la incertidumbre de no saber donde está una persona

    cercana, que en este caso era el “camarada” de aquella voz que nos da a

    conocer todo lo acontecido.

    Si nos centramos en la clasificación, se puede señalar que éste

    relato se aleja de los componentes de otros subgéneros (entre ellos del

    cuento) porque lo que más se acentúa es un desenlace rápido y un poco

    abierto, donde queda a “imaginación del lector” lo que le pudo haber

    pasado a esa persona que pasó a ser un desaparecido. Aquí, el clímax

    se mezcla con el final abrupto al que nos vemos enfrentados.

    Al enfrentarnos a un relato con escasas descripciones, sí

    advertimos imágenes, entre las que destacan la de aquel personaje que

    sube una calle provisto de una escopeta vieja en dirección a la lucha, a la

    lucha por sus ideales, desde donde no tuvo regreso aparente.

    6.3 Esperando a Godot.

  • 48

    En el contexto de este relato, se menciona que están en el once de

    septiembre y que se está produciendo el bombardeo a la Moneda. El

    personaje de nuestra historia, está esperando a su hermano Chito, que

    trabaja en el Ministerio de Obras Públicas. Su madre lo ha enviado a

    buscarlo, ya que ésta piensa que él no hará caso al toque de queda. Al

    estar esperando a su hermano, divisa a su profesor de inglés, el que

    camina con dificultad. Éste se acerca a nuestro personaje y le pregunta

    “¿Qué hace parado aquí, Fernández?”, a lo que él responde: “esperando

    a Godot, señor”, ya que intenta hacerle una broma, pues sabe que esa es

    su obra de teatro favorita. En ese instante se sienten las bombas que han

    caído en la Moneda y se divisa el humo que comienza a crecer. Ante

    esto, el profesor comienza a temblar, se afirma del brazo de nuestro

    personaje y le dice “no espere más Fernández. Godot no viene hoy,

    mejor váyase a su casa”.

    Con respecto al lector y al texto en sí, se puede señalar que el

    sentido de lo leído se consigue casi inmediatamente, ya que el lenguaje

    es simple y no se necesita de un exhaustivo tratamiento del relato.

    Si nos enfocamos en la brevedad, se advierte que esta narración

    no ocupa más allá de una página, por lo cual los detalles que se pudieran

  • 49

    entregar de los acontecimientos se supeditan a un contenido que se

    focaliza en un episodio concreto. Lo que importa en este texto es el

    diálogo que se establece entre alumno y profesor. Se menciona esto

    porque el mismo título (“Esperando a Godot”) nos remite a esto; nos

    marca, de cierta manera, el camino a seguir para llegar a la comprensión

    de la situación narrada.

    Además, se puede percibir una rapidez en el lenguaje, en donde

    ayuda bastante las palabras comunes que se utilizan (lo que no quiere

    decir que el relato pase a ser algo común).

    Si se analiza la temática inserta en el texto, se puede señalar que

    ésta tiene que ver con una situación que se da en el contexto del golpe

    de Estado. Otra característica que hay que señalar es el pequeño diálogo

    que se establece entre lo leído y otro elemento anexo: el nombre “Godot”

    nos remite a una obra de teatro, de la que uno de los personajes

    (profesor) idolatra. Quizás este elemento parezca sutil, pero si se quiere

    tener un verdadero conocimiento de lo leído, el lector está encargado de

    utilizar toda la información posible para llegar a comprender a cabalidad

    la narración. Además, hay que detenerse para focalizarnos en la

    presencia del humor. Aquí, encontramos entre tanto miedo una chispa de

    humor que se da especialmente en el diálogo que se establece entre

  • 50

    alumno y profesor. Ambos intercambian palabras que contienen una

    cierta humorada, pero el efecto que causa en el lector es más bien de

    una cierta risita disimulada, mezclada con un cierto sentimiento de

    pasmo:

    “¿Qué hace parado aquí, Fernández?” “Esperando a Godot,

    señor”, le digo en broma sabiendo que esa es su obra de teatro

    favorita”

    (pág. 51).

    “No espere más, Fernández. Godot no viene hoy, mejor váyase a

    su casa” (pág. 51).

    Las características que se vislumbran al observar su clasificación

    son que nos encontramos frente a un texto que aplica toda su carga

    en el final, el que tiene una mezcla sorprendente, pues introduce en

    un contexto totalmente de violencia una cuota de alegría hacia el

    lector, en base a los personajes.

    Por último, si observamos las imágenes presentes, podemos

    comprobar que los estruendos de la Moneda y el profesor con las

    características que se le dan y cuando se aferra al brazo del alumno

    son los elementos que tienen más potencia narrativa:

  • 51

    “Él me reconoce, se acerca con sus ojos miopes y su cara pálida y

    me pregunta con severidad”… (pág. 51).

    “En aquel momento, con estruendo infernal, revientan las primeras

    bombas en La Moneda. Ante nosotros vemos alzarse dos grandes

    columnas de humo que escapan hacia el cielo” (pág. 51).

    “Mi profesor se afirma de mi brazo con su mano grande y me dice

    temblando”… (pág. 51).

    6.4 Padre Nuestro que estás en los cielos.

    Este relato trata de un allanamiento que hacen a una casa. Un

    sargento interroga a la madre y la hija, y el capitán toma de la mano al

    niño y lo lleva a otra pieza. Le pregunta sobre su padre y él le dice que

    está en el cielo, a lo que el sargento le pregunta si está muerto, pero el

    niño le señala que no, ya que todas las noches baja del cielo a comer con

    ellos. Ante esto, el capitán levanta la mirada y descubre una puerta en el

    entretecho.

  • 52

    Si nos centramos en el lector, en este texto no debe esforzarse

    tanto para comprenderlo, ya que el lenguaje utilizado no es complicado y

    las palabras son conocidas para el común de la gente. Ahora bien, si el

    lector quiere entender a cabalidad lo que se pretende dar a conocer

    podría hurguetear en la vida del autor y en el contexto de producción, ya

    que como se señala en el apartado: El texto “Las malas juntas”; este

    relato se crea a partir de de una vivencia del creador. Ante esto, y con el

    conocimiento de esta situación, se puede llegar hasta el fondo de la total

    comprensión.

    Si nos fijamos en la estructura del texto, la brevedad se hace

    latente inmediatamente y el título nos adelanta (aunque de manera

    tragicómica) lo que sucederá y hacia dónde se quiere ir.

    De lo antes mencionado se desprende que en este relato se

    produce una lectura rápida, ya que no hay detalles y se produce una

    breve introducción para pasar luego a un breve diálogo entre el capitán y

    el niño. Luego de esto se produce el desenlace casi fatal (aunque

    revestido de un cierto humor).

    Con respecto a la temática, ésta se aborda desde la perspectiva de

    un hecho político (varias personas en nuestro país fueron detenidas en

    sus casas) que se mezcla con la risa sutil y lo dramático de la situación;

  • 53

    elementos que se acoplan desde la ingenuidad de un niño. Aquí, también

    se produce un diálogo con otro texto; con aquella oración que desde

    niños nos enseñan a rezar: El padre nuestro”. Ambos títulos chocan

    frente a realidades totalmente distintas ya que en uno el padre sólo está

    en el cielo y desde allí nos mira; mientras que en el otro, el padre sí

    estaba en el cielo, pero bajaba todas las noches a comer con ellos. En

    este sentido, se percibe la utilización de la ironía y del humor, aunque

    éste pasa a ser bastante negro, incluso cruel, ya que lo gracioso que

    resulta de la respuesta del niño es el comienzo del horror.

    Al centrarnos en la clasificación, podemos advertir algunas

    características del cuento, pero inmediatamente se alejan ya que existe

    un breve inicio, donde se presenta el contexto en el que se desarrolla la

    situación, pero inmediatamente se pasa al desarrollo (breve también) y a

    un final inesperado, sorpresivo y cargado de sentimientos de ternura (por

    las respuestas del niño) y de pasmo, ya que el lector queda cargado de

    dudas frente a lo que pudo haber sucedido luego de terminada la

    narración.

    Si observamos las imágenes que muestra este relato, advertimos

    que quedan en la retina principalmente el diálogo que se produce entre el

  • 54

    capitán y el niño y luego la vista del capitán, que se levanta para

    comprobar el escondite del padre:

    “El capitán alzó la vista y descubrió la puertecilla que daba al

    entretecho"

    (pág. 75).

    6.5 Interrogaciones.

    Este relato trata de un joven va a visitar su casa, luego de más de

    dos meses de estar en el anonimato. Su padre y sus hermanos están

    presos en el estadio, por lo que en la casa sólo se encuentra su madre,

    quien los va a ver tres veces por semana. Ella es quien le abre; él entra

    raudo y mientras se dirigen a la cocina, por el patio, su madre le señala

    que tiene esperanzas de que los dejen libres en navidad. Luego, se

    detienen y ella, tomándole la mano le pregunta si existe Dios. Antes de

    contestarle piensa en ella y en su fe que ha llevado por más de cuarenta

    y cinco años, yendo a la iglesia cada domingo y a las fiestas de guardar.

    Luego de esto, no le responde nada, la abraza y llora

    “desvergonzadamente”.

  • 55

    Aquí el lector cumple un papel muy importante en la narración, ya

    que cada ser que se enfrente a la lectura pasa a reestructurar

    nuevamente estos párrafos. Esto se da principalmente en el final mismo

    ya que como no se advierte una respuesta concreta de parte del hijo

    hacia la pregunta de la madre, se pueden advertir dos repuestas: sí o no.

    Dependiendo de lo que cada lector interprete, fundamentalmente del

    llanto del hijo; dependerá la respuesta, por lo tanto aquí se produce un

    diálogo entre narrador y lector, siendo éste último el que tendrá la última

    palabra. Cabe destacar que este texto también forma parte de una

    vivencia del autor (la relación con su madre), por lo tanto partiendo de

    esta base y si el lector es un ser informado sobre este contexto de

    producción, tendría una visión más amplia de lo leído.

    Si nos detenemos a observar la brevedad que se da en el texto,

    podemos advertir que éste cuenta sólo con unos pocos párrafos, lo que

    hace que exista una rapidez en la lectura. Aquí, el título nos encausa

    hacia lo principal, hacia aquella pregunta que hará la madre.

    La temática a la que nos enfrentamos tiene que ver con un

    contexto político bastante complicado (padre y hermanos detenidos y

    nuestro personaje escondiéndose para no correr la misma suerte), lo que

  • 56

    hace aflorar los sentimientos más íntimos de los seres del relato,

    principalmente del hijo.

    Con respecto a la clasificación que se puede dar de este texto, se

    advierte que hay una breve introducción sobre lo que ha sucedido y sobre

    el contexto en el que se produce la narración. Aunque existe un

    desenlace, éste queda abierto a la interpretación final que haga cada

    lector.

    Al enfocarnos en las imágenes que se desprenden de lo leído, se

    puede destacar aquella donde el hijo no da a conocer su respuesta, sino

    que deja aflorar sus sentimientos más profundos:

    “Entonces, viéndola así, yo que hace mucho tiempo que no lloro,

    sin responderle, me abrazo a ella y lloro desvergonzadamente”

    (pág. 87).

    6.6 Ella.

  • 57

    Este relato trata sobre una pareja que va caminando hacia la Plaza

    Chacabuco, a las tres de la tarde. La gente camina apurada y cruzan dos

    patrullas y una ambulancia. La mujer va llorando y grita “¡traidores!”. Ante

    esto, el hombre le dice que se calle y trata de taparle la boca. Ella

    reacciona de mala manera y le da un carterazo, le dice que son pura

    boca y grita “¡no afloje presidente!”. Él la tironea del brazo y escuchan un

    insulto de una vieja. De ahí caminan en silencio y sobre ellos pasa un

    avión. Posteriormente escuchan explosiones y una balacera. Ella sigue

    llorando y al llegar a la esquina enfrenta al hombre y le dice que si eso

    continúa así, él puede hacer lo que quiera, pero ella se iría a la Moneda

    con los “chiquillos” y que no le importa si los matan, ya que no piensa vivir

    entre “milicos”. Él baja los hombros, le toma el brazo y siguen su rumbo.

    Aquí, el lector es un mero espectador de lo que se va narrando. El

    contexto en el que se da la narración se da a conocer, por lo que al

    enfrentarnos al texto, éste no contiene una mayor complicación.

    Al observar el tema de la brevedad, se puede señalar que la

    narración no sobrepasa la página y dentro de ésta él título nos enfoca en

    “Ella” quien es la enfrenta la situación que se está dando (golpe militar).

    Con esto, la rapidez de la lectura se hace presente, ya que no se

  • 58

    muestran más detalles que el sentimiento de nuestro personaje principal

    (ella) y del contexto en el que se encuentra.

    La temática se remite al contexto político de nuestro país y hay una

    presencia total de sentimientos como el rencor y la pena, principalmente

    demostrados por la mujer, ya que el hombre mantiene un cierto letargo

    frente a lo que está sucediendo.

    Si nos vamos por el lado de la clasificación, podemos advertir que

    la estructura de introducción, desarrollo y desenlace se da, pero de

    manera casi sutil, ya que en el principio se muestra el contexto en el que

    se van a desenvolver los personajes. Luego de esto, el desarrollo es un

    tanto efímero, ya que lo más trascendental sucede en el final, el cual

    queda un tanto abierto, ya que el lector es el que finalmente se debe

    imaginar que es lo que pasará al otro día, y pensar si la amenaza de la

    mujer se habrá hecho realidad o no:

    “Si esto sigue así, tú harás lo que quieras, pero yo me vengo

    mañana mismo con los chiquillos a la Moneda y que nos maten a

    todos, a todos, me entendiste, yo o voy a vivir con milicos

    desgraciados, le grita en plena cara” (pág. 101).

  • 59

    Las imágenes que más se rescatan son la de la mujer mirando hacia

    el cielo y exclamando todo su pesar y en definitiva todo lo que sucede

    entorno a ella:

    “Ella va con la cartera apretada contra su pecho llorando

    desconsolada. ¡Traidores!, grita de pronto con la cara vuelta hacia

    el cielo” (pág. 101).

    “Ella se encabrita, revienta, indignada le da de carterazos: gato

    mojado, pura boca no más ustedes. ¡No afloje, presidente!” (pág.

    101)

    “Ella llora, pero al llegar a una esquina se da vuelta y se le planta

    por delante al hombre clavándolo en la vereda con sus ojos

    grandes. Te lo advierto clarito, güevón, clarito. Si esto sigue así, tú

    harás lo que quieras, pero yo me vengo mañana mismo con los

    chiquillos a la Moneda y que nos maten a todos, a todos, me

    entendiste, yo o voy a vivir con milicos desgraciados, le grita en

    plena cara” (pág. 101).

  • 60

    6.7 Retrato de una dama.

    Este relato trata acerca de una mujer que está detenida. Por la

    mañana trata de arreglarse el vestido, limpiarse las uñas, alisarse las

    cejas y ordenarse el cabello. Cuando está en lo último, escucha los pasos

    de los carceleros por el pasillo. Al recordar el dolor le comienzan a tiritar

    las piernas. La encapuchan y es trasladada a la sala de interrogatorios.

    Ahí dentro, escucha la misma voz y los mismos pasos del día anterior.

    Esta voz se aproxima a la silla en la que la mujer se encuentra sentada y

    le pregunta en qué estaban ayer. La mujer, de apellido Jiménez le

    responde que estaban en que él debería recordar que estaba tratando

    con una dama. En ese instante siente un golpe en la cara y siente que se

    le desgarra la mandíbula. Luego de esto, el hombre le vuelve a preguntar

    que en qué estaban y ella le dice en que él debería recordar que está

    tratando con una dama.

    En este texto, el lector debe participar activamente, sobretodo en el

    final, ya que éste queda un tanto abierto, por lo que al enfrentarnos al

    término de la lectura, debemos pensar en lo que pudo haber sucedido

    luego de la respuesta que dio la mujer.

  • 61

    Con respecto a la brevedad, se puede señalar que la extensión del

    texto no sobrepasa una página. A esto se le suma un lenguaje bastante

    conocido, por lo tanto la lectura pasa a ser muy rápida. El título nos

    focaliza el sentido del texto y lo que se quiere destacar, ya que al concluir

    la lectura podemos descubrir el verdadero “Retrato de una dama”, pues, a

    pesar de estar en aquella circunstancia la mujer mantiene su dignidad

    hasta el último momento.

    La temática sigue siendo el contexto de una situación política y

    social complicada, donde se da a conocer el sufrimiento de un ser

    humano que es sometido a una detención y posterior tortura. Ante esto,

    se desprenden todos los sentimientos de miedo y dolor (físico y espiritual)

    frente a la vulneración de los derechos humanos.

    La clasificación en la que encaja este texto es bastante similar a

    los textos ya descritos, pues la estructura de inicio, desarrollo y desenlace

    se quiebra frente a una situación en la que confluyen las estructuras ya

    mencionada, pero aquí figura una por sobre las demás, ya que en el

    desenlace se da toda la carga de emotividad, a lo que se le agrega un

    desenlace no concluido del todo, pues no se sabe en realidad lo que

    finalmente pasó con el personaje principal, lo que le da mayor suspenso

    al texto.

  • 62

    Las imágenes que más se rescatan son aquellas que tiene que ver

    con la actitud y lo que realiza la mujer, pues es en base a ella se

    desencadena toda la trama:

    “A la luz del amanecer, filtrándose tímida por la ventana, se

    compuso con esmero el vestido. Una de sus uñas limpió las otras.

    Untó la yema de los dedos con saliva y alisó sus cejas. Cuando

    terminaba de ordenarse el cabello, escuchó a los carceleros venir

    por el pasillo” (pág. 105).

    “Frente a la sala de interrogatorios, recordando el dolor, le

    temblaron las piernas” (pág. 105).

    “-¿En qué estábamos ayer, señorita Jiménez?

    -En que usted debería recordar que está tratando con una dama-dijo ella”

    (pág. 105)

    “Un golpe le cruzó la cara. Sintió que se le desgarraba la

    mandíbula” (pág. 105).

    “-¿En qué estábamos, señorita Jiménez?

  • 63

    -En que usted debería recordar que está tratando con una dama-dijo ella”

    (pág. 105).

    6.8 Inmolación.

    Este relato se trata acerca de una madre de familia. Su marido la

    había abandonado hacía dos años por una mujer más joven. A su hijo

    mayor se lo habían llevado el segundo día luego del golpe militar y

    aunque trató por todos los medios de encontrarlo, no lo logró. Su hija se

    perdió un día y su cuerpo apareció en la morgue del hospital J.J. Aguirre.

    Ante toda esta desgracia decidió que a su hijo más pequeño lo enviaría al

    sur a vivir con sus abuelos, por lo que un mediodía lluvioso lo fue a dejar

    la estación de autobuses. Luego de esto, regresó caminando sin apuro

    hasta su casa, se cambió de ropa, se sentó frente al televisor en un sillón

    y así murió al cuarto día, cuando daban las noticias.

    Cualquier lector que se enfrente a este texto podrá vislumbrar una

    narración bastante triste, que sin duda hará reflexionar frente a la

    situación que se da a conocer. A esto se le suma la brevedad que se da

    en la estructura, ya que el relato no sobrepasa la mitad de una página,

  • 64

    por lo que la expresividad de lo que se intenta plasmar va en aumento

    hasta llegar al desenlace. Al poseer la estructura ya mencionada, la

    lectura pasa a ser muy ágil, pues aquí se anulan aquellas descripciones

    detalladas y se cambia por una narración que aunque breve, profundiza

    los sentimientos y las acciones principales.

    La temática se suma a las otras ya mencionadas, ya que se sitúa

    en el acontecer político y social que se da a partir del golpe de Estado.

    Además, se destaca como sentimiento mayor, el amor de madre, que

    frente al dolor trata de proteger a los suyos (al único hijo que le va

    quedando) y luego de esto se suma ante la soledad y la pena, para

    finalmente morir sola, sabiendo que lo único que le quedaba estaba a

    salvo de tanta maldad:

    “Se cambió la ropa mojada, se sentó en un sillón, frente al

    televisor, y se dejó morir allí mismo, al cuarto día, a la hora de las

    noticias” (pág. 113).

    Aquí, la clasificación se sitúa en base a una profundización del

    desenlace con respecto a las demás estructuras. Además, se intensifica

    el clímax, para que, según David González (2000) “el desenlace

    provoque pasmo en el lector”.

  • 65

    Con respecto a las imágenes presentes en el relato, las más potentes

    tienen relación con lo que le sucede a los integrantes de la familia, en

    especial a la madre; ya que éstas están cargadas de amor y sufrimiento:

    “Al hijo mayor, su favorito se lo llevaron el segundo día y a pesar

    que removió cielo y tierra, llamó e imploró a todos sus contactos,

    no consiguió encontrarlo” (pág. 113).

    “Su hija se perdió una noche. Esta vez tuvo mejor suerte, su

    cuerpo apareció en la morgue del J.J. Aguirre” (pág. 113).

    “En cuanto a ella, regresó caminando a la casa sin apuro. Se

    cambió la ropa mojada, se sentó en un sillón, frente al televisor, y

    se dejó morir allí mismo, al cuarto día, a la hora de las noticias” (pág.

    113).

    6.9 Asilo.

  • 66

    Este relato trata de una familia separada por la dictadura. El padre

    y la madre murieron al intentar asilarse en la Embajada. El hijo pequeño

    se encuentra en la casa de sus tíos y la tía Carmen se pregunta cuándo

    lo irán a buscar. La abuela, que intuye lo que pasa, va a la casa

    deshabitada en busca de ropa y de aspirinas.

    La prensa señala indirectamente que existe una conspiración de

    comunistas y en el Ministerio de Defensa les dicen a los familiares que la

    gente a la que buscan se han asilado.

    Aquí, el lector no se encuentra frente a un plano complicado, ya

    que los elementos que se manifiestan están explicados de una forma

    bastante sencilla (lo que no quiere decir que el texto es sí sea sencillo), lo

    que determina que la comprensión sea bastante óptima.

    La brevedad se mantiene, ya que el texto no sobrepasa la página,

    por lo tanto se manifiesta una mayor expresividad que se intensifica al

    mostrar varios planos de una misma realidad: por un lado se da a

    conocer el hecho de la gente que muere en un intento de asilarse y esto

    es conducido hacia una familia en particular, donde un hijo queda sin sus

    padres. Además se introduce sigilosamente aquella respuesta que a

    muchos se le dio a la hora de buscar a los suyos:

  • 67

    “La familia hace averiguaciones en el Ministerio de Defensa.

    Se asilaron, les dijeron. Los güevones cobardes se asilaron” (pág. 163).

    A esto, se le suma que como es un texto breve, éste es rápido de

    leer, pues no hay más detalles que aquellos que resultan necesarios para

    complementar la narración.

    La temática se contextualiza en la situación política del golpe,

    aunque aquí se ve otro aspecto: el tema de los asilados y de los que

    murieron en el intento. Ante esto, se agrega la presencia de sentimientos

    como la tristeza por el abandono y la pérdida.

    Si observamos la estructura que plantea el texto, se puede señalar

    que el cierre posee una fuerza potente, donde quedan plasmados dos

    polos opuestos de la misma situación.

    Con respecto a las imágenes que se plantean en el relato, aquellas

    que son más potentes son las relacionadas con los hechos mismos. Aquí

    se mezclan los sentimientos de sufrimiento ante todo:

  • 68

    “Cuando esa noche saltó la reja de la Embajada ya estaba muerta.

    Lo mismo su marido, 30 segundos más tarde. Ladró con furia el

    perro del embajador. Se han visto muertos saltando rejas estos

    días, desplegando heridas por todo el cuerpo” (pág. 163).

    6.10 Relaciones.

    Este relato se trata de unos “compañeros”, que, aunque están

    unidos por un mismo ideal, sus puntos de vistas difieren. Uno de ellos

    señala que los grandes personeros sabrán cumplir con su deber,

    mientras que el otro piensa que en la forma en la que están enfrentando

    el presente, lo único que conseguirán será la muerte. Desde ese día no

    se hablaron.

    Tiempo después, estando uno detenido, sabe que el otro está en la

    celda colindante a la suya y al otro día se encuentran en el patio. No se

    saludan pero ambos se miran, aunque sea de reojo. La salud de ambos

    se encuentra deteriorada.

    Con respecto al lector, se puede señalar que en este relato no hay

    muchos inconvenientes al enfrentarse a la lectura. Aunque es bastante

  • 69

    breve el texto y la lectura parece un tanto rápida, se puede señalar que

    los diálogos que se dan en forma constante y que chocan sin cesar,

    poseen un lenguaje bastante cotidiano, lo que hace que la percepción no

    sea confusa.

    La temática no varía en este relato, ya que tiene que ver con el

    contexto que se da en la época del golpe de Estado, aunque los tiempos

    narrados varían en comparación a los demás textos, pues aquí se

    observa un hecho de un pasado (no tan lejano) y luego se pasa a un

    presente, en donde un quiebre por pensamientos distintos (aunque

    comparten la misma ideología) marca la enemistad entre dos personas;

    aunque se deja entrever que el sentimiento de hermandad todavía sigue

    latente. Ante lo ya mencionado se puede agregar que los sentimientos

    más trascendentales son los de rencor pero con una cierta cuota de

    hermandad, que persiste aunque el tiempo los haya alejado:

    “Yo le dije finalmente que se fuera a la chucha. No volvimos a

    hablar desde ese día” (pág. 167).

    “No nos saludamos, pero sé que me miraba. Yo también lo

    observé de reojo” (pág. 167).

  • 70

    La estructura del texto leído se basa principalmente en potenciar el

    desarrollo de los diálogos y finalmente el desenlace queda un tanto en

    suspenso ya que no se sabe a ciencia cierta lo que habrá sucedido con

    estos dos camaradas. Ante esto, el lector pasa a jugar un rol

    fundamental, ya que debe reestructurar un desenlace, por lo que pasa a

    construir un nuevo texto.

    7. CONCLUSIONES.

    Luego de haber concluido con el análisis de cada microcuento

    presente en el libro “Las malas juntas”, de José Leandro Urbina; se

    pueden señalar las siguientes características que componen los relatos:

    7.1 Con respecto al lector:

    Las características que debe poseer el lector al enfrentarse a estos

    relatos, principalmente tiene que ver con una actitud de atención frente a

    los elementos que se dan a conocer. En algunos de ellos (Esparando a

    Godot, Interrogaciones, Retrato de una dama), el receptor se puede

    encontrar frente a algunos obstáculos, que principalmente se dan al

    finalizar las lecturas, ya que éstas dejan un tanto abierto el desenlace de

  • 71

    los relatos. Es aquí en donde el lector debe recrear y reescribir el texto a

    partir de las inferencias que pueda sacar de todo lo que se le dijo antes

    de terminar de leer. Ante esto, cabe destacar lo que dice María Isabel

    Larrea (2004), quien le da un importante rol al lector pues señala que éste

    es quien muchas veces debe llenar los espacios vacíos que se dan en

    microcuentos que poseen múltiples significaciones.

    7.2 Con respecto a la brevedad:

    En este sentido, los textos analizados no sobrepasan la página,

    incluso algunos no van más allá de la mitad de una plana. A esto se le

    suma la escasez de detalles, lo que se ve desplazado por una intensidad

    en las expresiones, sentimientos y acciones de los personajes.

    Al no poseer una mayor extensión, algunos elementos pueden

    quedar suspendidos, o como señala María Is