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UNIVERSIDAD CENTRAL DEL ECUADOR FACULTAD DE CIENCIAS MÉDICAS INSTITUTO SUPERIOR DE INVESTIGACIÓN Y POSTGRADO POSTGRADO DE PSIQUIATRIA Prevalencia de Depresión y su relación con el origen de Discapacidad visual, en personas que pertenecen a la Asociación de no Videntes de Imbabura, Carchi y Pichincha, en el periodo 2016 Informe final de investigación presentado como requisito para optar por el título de Especialista en Psiquiatría Autora: Ruiz Benalcázar Zoila del Carmen Tutor: Dra. Nancy Marianita Calero Bazantes Quito, enero 2017

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UNIVERSIDAD CENTRAL DEL ECUADOR

FACULTAD DE CIENCIAS MÉDICAS

INSTITUTO SUPERIOR DE INVESTIGACIÓN Y POSTGRADO

POSTGRADO DE PSIQUIATRIA

Prevalencia de Depresión y su relación con el origen de Discapacidad visual,

en personas que pertenecen a la Asociación de no Videntes de Imbabura,

Carchi y Pichincha, en el periodo 2016

Informe final de investigación presentado como requisito para optar por el título

de Especialista en Psiquiatría

Autora: Ruiz Benalcázar Zoila del Carmen

Tutor: Dra. Nancy Marianita Calero Bazantes

Quito, enero 2017

ii

©DERECHOS DE AUTOR

Yo, Zoila del Carmen Ruiz Benalcázar, en calidad de autor del trabajo de

investigación: “PREVALENCIA DE DEPRESIÓN Y SU RELACIÓN CON

EL ORIGEN DE DISCAPACIDAD VISUAL, EN PERSONAS QUE

PERTENECEN A LA ASOCIACIÓN DE NO VIDENTES DE IMBABURA,

CARCHI Y PICHINCHA, EN EL PERIODO 2016”, autorizo a la Universidad

Central del Ecuador a hacer uso de todos los contenidos que me pertenecen o

parte de los que contiene esta obra, con fines estrictamente académicos o de

investigación.

Los derechos que como su autora me corresponden con excepción de la presente

autorización, seguirán vigentes a mi favor, de conformidad con lo establecido en

los artículos 5, 6, 8, 19 y demás pertinentes de la Ley de Propiedad Intelectual y

su Reglamento.

También, autorizo a la Universidad Central del Ecuador realizar la digitalización y

publicación de este trabajo de investigación en el repositorio virtual, de

conformidad a lo dispuesto en el Art. 144 de la Ley Orgánica de Educación

Superior.

Firma

Zoila del Carmen Ruiz Benalcázar

CC. Nº 1003247259

iii

APROBACIÓN DEL TUTOR DE TRABAJO DE TITULACIÓN.

Yo, Nancy Marianita Calero Bazantes, en mi calidad de tutor del trabajo de

titulación modalidad, Proyecto de Investigación, elaborado por ZOILA DEL

CARMEN RUIZ BENALCÁZAR; cuyo título es: PREVALENCIA DE

DEPRESIÓN Y SU RELACIÓN CON EL ORIGEN DE DISCAPACIDAD

VISUAL, EN PERSONAS QUE PERTENECEN A LA ASOCIACIÓN DE

NO VIDENTES DE IMBABURA, CARCHI Y PICHINCHA, EN EL

PERIODO 2016, previo a la obtención de grado de Especialista en Psiquiatría;

considero que el mismo reúne los requisitos y méritos necesarios en el campo

metodológico y epistemológico, para ser sometido a la evaluación por parte del

tribunal examinador que se designe, por lo que lo APRUEBO, a fin de que el

trabajo sea habilitado para continuar con el proceso de titulación determinado por

la Universidad Central del Ecuador.

En la ciudad de Quito, a los 09 días del mes de enero del 2017.

Dra. Nancy Marianita Calero Bazantes

DOCENTE-TUTOR

CC. Nº 0200541514

iv

DEDICATORIA

Dedico este trabajo a Dios por haberme regalado la vida y permitido llegar hasta

este punto, a mi madre por sus consejos y valores, a mi familia por su apoyo

incondicional y compresión, a mi novio por su constante motivación, amor y

paciencia, a ti padre que aunque no estas físicamente tu ejemplo ha sido el pilar de

superación constante en mi vida.

v

AGRADECIMIENTO

A Dios por su presencia en cada paso y logros de mi vida.

A mi madre y familia por su apoyo, cariño, por ayudarme en los momentos más

difíciles de mi vida.

A mis maestros por sus enseñanzas y orientación en situaciones complejas de esta

especialidad.

A mis compañeros por su apoyo, por permitirme compartir grandes momentos de

la vida.

Y a todas aquellas personas que forman parte de la historia de mi vida y que me

han apoyado en los duros momentos de mi vida.

vi

ÍNDICE DE CONTENIDOS

DERECHOS DE AUTOR ...................................................................................... ii

APROBACIÓN DEL TUTOR DE TRABAJO DE TITULACIÓN. ..................... iii

DEDICATORIA .................................................................................................... iv

AGRADECIMIENTO ............................................................................................ v

ÍNDICE DE CONTENIDOS ................................................................................. vi

LISTA DE TABLAS .............................................................................................. x

LISTA DE GRÁFICOS ......................................................................................... xi

LISTA DE ANEXOS ............................................................................................ xii

RESUMEN ........................................................................................................... xiii

ABSTRACT ......................................................................................................... xiv

INTRODUCCIÓN .................................................................................................. 1

CAPÍTULO I ........................................................................................................... 3

1 EL PROBLEMA DE INVESTIGACIÓN ............................................................ 3

1.1 Planteamiento del problema .............................................................................. 3

1.2 Justificación...................................................................................................... 5

CAPITULO II ......................................................................................................... 7

2 MARCO REFERENCIAL ................................................................................... 7

2.1 TRASTORNOS DEL ESTADO DE ÁNIMO. ................................................. 7

2.1.1 Generalidades ......................................................................................... 7

2.1.2 Historia ................................................................................................... 8

2.1.3 Epidemiología ........................................................................................ 9

2.1.4 Diagnóstico .......................................................................................... 10

2.1.5 Clasificación de los trastornos afectivos según la Clasificación

Internacional de Enfermedades (CIE-10)...................................................... 10

2.2 TRASTORNO DEPRESIVO .......................................................................... 11

2.2.1 Definición ............................................................................................. 11

2.2.2 Conceptualización. ............................................................................... 11

2.2.3 Epidemiología ...................................................................................... 12

2.2.4 Correlatos sociodemográficos. ............................................................. 16

2.2.5 Factores de Riesgo ............................................................................... 18

vii

2.2.6 Etiopatogenia........................................................................................ 24

2.2.6.1 Factores biológicos ....................................................................... 24

2.2.6.1.1 Genética. ............................................................................................ 24

2.2.6.1.2 Neurobiología. ................................................................................... 25

2.2.6.1.3 Neuroanatomía. ................................................................................. 28

2.2.6.1.4 Implicación de la Psiconeuroendocrinoinmunología. ........................ 29

2.2.6.1.5 Implicación de la Neurogénesis. ........................................................ 32

2.2.6.2 Factores psicológicos .................................................................... 33

2.2.6.3 Factores ambientales ..................................................................... 34

2.2.7 Clasificación Diagnóstica..................................................................... 35

2.2.8 Clínica y Diagnóstico .......................................................................... 36

2.2.8.1 Trastorno Depresivo Mayor .......................................................... 37

2.2.8.2 Episodio depresivo leve ................................................................ 39

2.2.8.3 Episodio depresivo moderado ....................................................... 40

2.2.8.4 Episodio depresivo grave sin síntomas psicóticos ........................ 40

2.2.8.5 Episodio depresivo grave con síntomas psicóticos ....................... 41

2.2.9 Métodos de evaluación ......................................................................... 43

2.2.9.1 Inventario de Depresión de Beck (Beck Depression Inventory-

BDI) .......................................................................................................... 43

2.2.9.2 Escala de Depresión de Hamilton (Hamilton Rating Scale for

Depression- HRSD o HAM) ..................................................................... 43

2.2.9.3 Escala de depresión de Zung ......................................................... 44

2.2.9.4 Escala de Depresión de Montgomery (Montgomery-Asberg

Depression Rating Scale - MADRS)......................................................... 44

2.2.9.5 Cuestionario sobre la Salud del Paciente (Brief Patient Health

Questionnaire PHQ-9) ............................................................................... 44

2.2.10 Diagnóstico Diferencial ..................................................................... 47

2.2.11 Comorbilidad ..................................................................................... 49

2.2.12 Complicaciones .................................................................................. 50

2.2.13 Tratamiento ........................................................................................ 51

2.2.13.1 Tratamiento farmacológico ......................................................... 51

2.2.13.1.1 Mantenimiento y profilaxis. ............................................................. 54

2.2.13.2 Tratamiento Psicoterapéutico ...................................................... 55

viii

2.2.13.3 Terapia electroconvulsiva (TEC) ................................................ 55

2.2.14 Curso y pronóstico ............................................................................. 56

2.3 DISCAPACIDAD ........................................................................................... 58

2.3.1 Definición ............................................................................................. 58

2.3.2 Epidemiología ...................................................................................... 58

2.3.3 Conceptualización y terminología....................................................... 60

2.3.4 Tipología .............................................................................................. 61

2.4 DISCAPACDAD VISUAL ............................................................................. 64

2.4.1 Concepto .............................................................................................. 64

2.4.2 Epidemiología ...................................................................................... 64

2.4.3 Conceptualización y terminología........................................................ 66

2.4.4 Clasificación ......................................................................................... 67

2.4.5 Causas .................................................................................................. 67

2.4.6 Origen de la discapacidad visual .......................................................... 67

2.4.6.1 Congénitas ..................................................................................... 67

2.4.6.2 Adquiridas ..................................................................................... 68

2.4.7 Riesgo ................................................................................................... 69

CAPITULO III ...................................................................................................... 70

3 HIPÓTESIS ........................................................................................................ 70

3.1 Planteamiento de Hipótesis. ............................................................................ 70

3.2 Objetivos ......................................................................................................... 71

3.2.1 Objetivo General .................................................................................. 71

3.2.2 Objetivos Específicos ........................................................................... 71

3.3 Variables ......................................................................................................... 72

3.3.1 Matriz de relación de variables ............................................................ 72

3.3.2 Matriz de operacionalización de variables ........................................... 73

CAPITULO IV ...................................................................................................... 76

4 METODOLOGIA .............................................................................................. 76

4.1 Diseño de la investigación .............................................................................. 76

4.2 Población, muestra y asignación ..................................................................... 76

4.3 Criterios de inclusión ...................................................................................... 76

4.4 Criterios de exclusión ...................................................................................... 76

ix

4.5 Descripción general de los instrumentos a utilizar ......................................... 77

4.6 Validez y confiabilidad. .................................................................................. 77

4.7 Consideraciones bioéticas ............................................................................... 79

4.8 Procedimiento de recolección de datos ........................................................... 79

4.9 Procedimiento para el análisis de datos .......................................................... 80

4.10 Recursos humanos, técnicos y económicos .................................................. 81

4.10.1 Recursos Humanos ............................................................................. 81

4.10.2 Recursos Técnicos .............................................................................. 81

4.10.3 Recursos Económicos ........................................................................ 81

CAPITULO V ....................................................................................................... 82

5 RESULTADOS .................................................................................................. 82

5.1 Descripción y análisis ..................................................................................... 82

CAPITULO VI ...................................................................................................... 90

6 DISCUSIÓN ...................................................................................................... 90

CAPITULO VII .................................................................................................... 95

7 LIMITACIONES ............................................................................................... 95

CAPITULO VIII ................................................................................................... 96

8 CONCLUSIONES ............................................................................................. 96

CAPITULO IX ...................................................................................................... 98

9 RECOMENDACIONES ............................................................................... 98

CAPITULO X ..................................................................................................... 100

10 REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS ........................................................... 100

CAPITULO XI .................................................................................................... 108

11 ANEXOS ....................................................................................................... 108

x

LISTA DE TABLAS

Tabla N° 1.

Distribución según lugar de residencia de las personas con discapacidad visual

que pertenecen a la Asociación de no Videntes de Imbabura, Carchi y Pichincha,

en el periodo 2016 ................................................................................................. 82

Tabla N° 2.

Distribución según sexo de las personas con discapacidad visual que pertenecen a

la Asociación de no Videntes de Imbabura, Carchi y Pichincha, en el periodo

2016. ...................................................................................................................... 83

Tabla N° 3.

Distribución según edad de las personas con discapacidad visual que pertenecen a

la Asociación de no Videntes de Imbabura, Carchi y Pichincha, en el periodo

2016. ...................................................................................................................... 83

Tabla N°4.

Distribución según estado civil de las personas con discapacidad visual que

pertenecen a la Asociación de no Videntes de Imbabura, Carchi y Pichincha, en el

periodo 2016. ........................................................................................................ 84

Tabla N°5.

Depresión según edad de las personas con discapacidad visual. .......................... 86

Tabla N°6.

Depresión según comorbilidad de las personas con discapacidad visual. ............ 87

Tabla N° 7.

Depresión según lugar de residencia de las personas con discapacidad. .............. 87

Tabla N° 8.

Depresión según sexo de las personas con discapacidad visual. .......................... 88

Tabla N° 9.

Depresión según el origen de la discapacidad visual. ........................................... 88

Tabla N° 10.

Depresión según estado civil de las personas con discapacidad visual. ............... 89

xi

LISTA DE GRÁFICOS

Gráfico N° 1.

Distribución según el origen de la discapacidad visual de las personas que

pertenecen a la Asociación de no Videntes de Imbabura, Carchi y Pichincha, en el

periodo 2016. ........................................................................................................ 84

Gráfico N° 2.

Distribución según comorbilidad de las personas con discapacidad visual que

pertenecen a la Asociación de no Videntes de Imbabura, Carchi y Pichincha, en el

periodo 2016. ........................................................................................................ 85

Gráfico N° 3.

Prevalencia de Depresión (Escala PHQ-9) en las personas con discapacidad visual

que pertenecen a la Asociación de no Videntes de Imbabura, Carchi y Pichincha,

en el periodo 2016. ................................................................................................ 86

xii

LISTA DE ANEXOS

Anexo A. Oficio de autorización para la realización de la investigación ........... 109

Anexo B. Declaración de Confidencialidad ........................................................ 111

Anexo C. Consentimiento Informado ................................................................. 114

Anexo D. Cuestionario sobre la Salud del Paciente (Escala PHQ-9) ................. 117

Anexo E. Formulario de recolección de datos. ................................................... 118

Anexo F. Matriz de recursos económicos del proceso de investigación............. 119

Anexo G. Cronograma de Actividades ............................................................... 120

Anexo H. Curriculum Vitae ................................................................................ 121

xiii

TEMA: “Prevalencia de Depresión y su relación con el origen de Discapacidad

visual, en personas que pertenecen a la Asociación de no Videntes de Imbabura,

Carchi y Pichincha, en el periodo 2016”

Autora: Zoila del Carmen Ruiz Benalcázar

Tutor: Dra. Nancy Marianita Calero Bazantes

RESUMEN

INTRODUCCIÓN: La depresión, es un trastorno anímico frecuente,

caracterizado por la presencia de tristeza, pérdida de interés, sentimientos de

culpa, diversas son las causas y factores de riesgo que conllevan al trastorno, la

presencia de alguna comorbilidad física, como el padecimiento de discapacidad

visual, muchas veces como consecuencia de enfermedades lleva a una

disminución importante en la calidad de vida, además tienen dos veces más

posibilidad de padecer depresión en comparación con la población general. Sin

embargo existen pocos estudios que consolidan esta relación. OBJETIVO:

Determinar la prevalencia de depresión en personas con discapacidad visual que

pertenecen a la Asociación de no Videntes de Imbabura, Carchi y Pichincha, en el

periodo 2016. Y analizar la relación entre depresión y el origen de la

discapacidad visual sea esta congénita o adquirida. METODOLOGÍA: Es un

estudio cuantitativo de tipo observacional, con un diseño epidemiológico analítico

transversal. LUGAR Y SUJETOS: Personas que pertenecen a la Asociación de

No Videntes de Imbabura, Carchi y Pichincha en el periodo 2016.

RESULTADOS: Se estudiaron 160 personas con discapacidad visual, el 60% fue

de la provincia de Imbabura, hubo una proporción equitativa entre hombres y

mujeres con 55,6% y un 44,4% respectivamente, el grupo etario prevalente fue el

de adolescentes con un 45%, con el uso de la Escala PHQ-9, se encuentra un

porcentaje de 62,5% con ausencia de síntomas depresivos, mientras que el

restante el 37,5% tienen depresión en alguno de sus grados, siendo el 30,6%

depresión leve, el 5% moderada y el 1,9% severa. Se evidencia un 63% de

depresión en los sujetos con discapacidad visual de origen adquirido, en

comparación con un 17% de origen congénito, esta diferencia es significativa p

<0,000. CONCLUSIÓN: Se evidencia una prevalencia de depresión del 37,5%

en personas con discapacidad visual, siendo la depresión leve la mayormente

encontrada; además se da una clara relación entre el origen adquirido de la

discapacidad visual y la depresión.

PALABRAS CLAVE: TRASTORNO ANÍMICO/ DEPRESIÓN/

DISCAPACIDAD/ DISCAPACIDAD VISUAL/ CUESTIONARIO PHQ-9/

ESCALAS.

xiv

TITLE: “The prevalence of Depression and its relation with the origin of visual

Impairment in members of the visually impaired Association of Imbabura, Carchi

and Pichincha, in the period of 2016”

Author: Zoila del Carmen Ruiz Benalcázar

Tutor: Dra. Nancy Marianita Calero Bazantes

ABSTRACT

INTRODUCTION: Depression is a common mood disorder, characterized by the

presence of sadness, lack of interest, and feeling of guilt. There are diverse causes

and risk factors that lead to this disorder, the presence of any physical

comorbidity, such as the suffering of visual impairment, the consequences of

diseases often lead to a significant decrease in quality of life, additionally they

have twice the possibility of suffering depression in contrast to the general

population. However, there are few studies that consolidate this relation.

OBJECTIVE: To determine the prevalence of depression in people with visual

impairment who belong to the visually impaired Association of Imbabura, Carchi

and Pichincha of 2016 and to analyze the relation between depression and the

origin of visual impairment, whether it’s congenital or acquired.

METHODOLOGY: this is a quantitative observational study, with an

epidemiological cross-sectional analytical design. PLACE AND SUBJECTS:

People who belong to the Visually Impaired Association of Imbabura, Carchi and

Pichincha of 2016. RESULTS: 160 people with visual impairment were studied,

60% from the province of Imbabura, there was an equitable amount between men

and women of 55.6% and 44.4% respectively. The most prevalent age group was

teenagers with a 45%, with the use of PHQ-9 Scale; we found that 62.5% had no

symptoms of depression, whereas the remaining 37.5% had depression in some

degree, in the manner that 30.6% had mild depression, 5% had moderate

depression and 1.9% had severe depression. It is evident that 63% of depression in

the subjects is due to acquired origin, in contrast to the 17% of congenital origin,

this difference is significant p <0.000. CONCLUSION: it is evident that the

prevalence of depression is 37.5% in people with visual impairment, being that

mild depression is the most commonly found. Furthermore there is a clear relation

between acquired visual impairment and depression.

KEY WORDS: MOOD DISORDER/ DEPRESSION/ DISABILITY/ VISUAL

IMPAIRMENT/ PHQ-9 QUESTIONAIRE/ SCALES.

1

INTRODUCCIÓN

La depresión es una enfermedad cada vez más nombrada y según la Organización

Mundial de la Salud afirma que para el año 2020, la depresión será la segunda

causa de incapacidad del mundo, lo que pone a este trastorno anímico y mental en

un situación bastante preocupante, no sólo porque afecta la calidad de vida de

estas personas, perturbando tanto su ámbito social, laboral e interpersonal, sino

que también, en algunos casos, puede terminar en intentos de suicidio o suicidios

consumados; además que demanda un gasto económico importante. Según

algunos estudios las personas deprimidas tienen un riesgo de suicidio 20 veces

mayor al resto de la población; por lo que una adecuada evaluación y oportuno

diagnóstico de esta patología constituiría un factor protector para el suicidio.

Múltiples son las causas y factores de riesgo para el inicio de una depresión

mayor, entre las principales, factores biológicos, psicológicos, factores socio-

ambientales, además de antecedentes adversos en las primeras etapas de la vida,

acontecimientos vitales negativos, trasmisión hereditaria, características

demográficas y comorbilidad. La presencia de alguna comorbilidad física como el

padecimiento de alguna discapacidad, también se ha relacionado con el desarrollo

de depresión.

La discapacidad es una realidad nacional presente que implica gran relevancia en

el ámbito médico y social; constituye un término que incluye déficits, limitaciones

en la actividad y restricciones en la participación. Los afectados tienen restringida

permanentemente su capacidad biológica, sicológica y asociativa para ejercer una

o más actividades esenciales de la vida diaria. Actualmente las tasas de

discapacidad están aumentando a causa del envejecimiento de la población y el

aumento de las enfermedades crónicas, tales como la diabetes, las enfermedades

cardiovasculares, el cáncer y los trastornos de la salud mental.

2

Se plantea la investigación en un contexto profesional y social, el padecer de

depresión en comorbilidad con deficiencia visual, limita aspectos de la

cotidianeidad de cada uno de quienes son parte de esta situación.

3

CAPÍTULO I

1 EL PROBLEMA DE INVESTIGACIÓN

1.1 Planteamiento del problema

Las alteraciones en el estado de ánimo forman parte de la experiencia afectiva

humana. Con frecuencia no es sencillo discriminar entre la tristeza normal y la

tristeza patológica. La tristeza puede estar presente en determinados momentos

vitales, así como forma parte de las enfermedades médicas, sin que ello constituya

un trastorno depresivo. No obstante, la depresión clínica constituye una de las

enfermedades psiquiátricas más prevalentes, sin distinguir entre edad, raza o clase

social. La depresión mayor constituye la principal causa mundial de discapacidad,

además que contribuye de forma muy importante a la carga mundial general de

morbilidad, sin olvidar la sobrecarga que supone para los cuidadores de las

personas afectadas. Según la Organización Mundial de la Salud más de 350

millones de personas padecen de depresión y en Ecuador según un estudio

realizado en la ciudad de Quito 13,4% personas padecen de este trastorno

anímico.

La discapacidad es un tema complejo, de enormes repercusiones sociales y

económicas. Es una realidad humana, que afecta gran parte de la población a nivel

mundial. Hoy en día se la considera una cuestión de derechos humanos, de

justicia y de igualdad; estos obstáculos se pueden superar si el Estado, las

organizaciones no gubernamentales, los profesionales y las personas con

discapacidad y sus familias trabajan en forma integral.

La discapacidad visual afecta de manera sustancial la calidad de vida de los

afectados, patología que incrementa el riesgo de depresión. Más del 95 % de la

información que se recibe del medio ambiente proviene del órgano de la visión,

4

siendo un elemento importante para la vida. La pérdida de la visión constituye un

obstáculo en la calidad de vida de las personas, constituyendo en ocasiones

importantes cambios en las esferas psíquica, social y laboral de las personas

afectadas.

Las personas con discapacidad visual tienden al aislamiento social secundario a

las restricciones de movilidad (como por ejemplo dejar de caminar o manejar un

automóvil debido al miedo de caerse o estrellarse), a un distanciamiento

interpersonal y alejamiento de actividades placenteras, lo que conlleva a una

disminución importante en la calidad de vida de estas personas. Estas

repercusiones psicológicas y afectivas consiguen atenuarse considerablemente si

las personas que las padecen reciben tratamiento adecuado oportuno, posterior a

lo cual podrían integrarse socialmente y así mejorar su calidad de vida.

La asociación entre pérdida de visión y la depresión ha sido reportada. En un

estudio realizado por Crews y Cambell se encontró que las personas con

discapacidad visual tienen dos veces más posibilidad de tener depresión en

comparación con la población general. Un meta-análisis ha demostrado que la

pérdida de la visión es una de las enfermedades crónicas más comunes asociados

con la depresión en la tercera edad. En un estudio realizado por la NHANES en el

período 2005-2008, reportaron una prevalencia de depresión del 10,7% en los

adultos con deterioro de la agudeza visual.

La pérdida de la visión impide que las personas participen en una serie de

actividades consideradas importantes para la vida humana, afectando así su salud

mental en forma de depresión. Se ha informado que las tasas de depresión varían

desde el 14,3% en las personas con pérdida de visión mínima al 25% en las

personas con pérdida severa de la visión. La depresión agrava la discapacidad

reduciendo significativamente la capacidad de una persona para funcionar en la

vida diaria. Más importante aún, si no se detecta y no se trata, la depresión es un

trastorno costoso en términos de días perdidos por enfermedad, impacto en la

familia y el empleador, y riesgo de suicidio. Por lo tanto resulta primordial

encontrar maneras de detectar, tratar y prevenir la depresión entre las poblaciones

vulnerables, como las personas con discapacidad visual.

5

La relación entre depresión y discapacidad se ve modificada por otros factores

como la edad, sexo, estado civil y comorbilidades, que deberían ser analizados

dentro de los estudios a efectuarse.

1.2 Justificación

Al ser la depresión un problema considerable en la población general, sobre todo

la comorbilidad con la discapacidad aumenta su incidencia, el poder determinar la

prevalencia en cuanto a su relación, tendrá importantes implicaciones en el

manejo de estos pacientes, desde la detección y necesidad de atención médica

oportuna. Una depresión no diagnosticada ni tratada lleva, a un grado elevado de

sufrimiento, aislamiento social, deterioro en la calidad de vida, y paulatinamente a

un alto riesgo de suicido. Afectando de manera indirecta al núcleo familiar y a la

sociedad en general. Además que representa un elevado costo a nivel nacional,

por duración de hospitalización y secuelas crónicas por el intento de suicidio. Por

lo tanto el alivio de la carga conjunta que existe en las personas que padecen de

depresión y la pérdida de la visión, mejoraría la calidad de vida de los afectados y

contribuiría indirectamente a su inclusión social.

Así como también las consecuencias de daño en el globo ocular, en la vía visual o

en el cerebro provocan disminución de habilidades y destrezas relacionadas con

actividades que una persona podía realizar con anterioridad, esto tendrá,

consecuencias sociales, económicas, familiares, etc. Es importante tener siempre

en mente este esquema para entender cómo repercute el daño ocular en la persona.

El interés por el presente estudio nace a partir de una experiencia personal de

haber trabajado con personas con capacidades especiales donde pude evidenciar la

presencia de síntomas como sentimientos de inutilidad, minusvalía, pérdida de

placer por las cosas que realizan, compatibles con episodios depresivos, lo cual

dificultad su desenvolvimiento y aumenta las limitaciones en la realización de

actividades de la vida diaria, además de la afectación indirecta a sus familiares.

Muchas de las condiciones que resultan en la pérdida de visión se pueden prevenir

o retrasar; a igual que la depresión constituye una patología médica tratable que

puede identificarse también mediante cribado. Estudios poblacionales no son

6

frecuentes, son limitados o imprecisos; además de que las actitudes culturales y la

falta de buenos conocimientos sobre esta afectación contribuyen a la resistencia a

buscar ayuda oportuna y llegar a un diagnóstico y tratamiento adecuado; es por

ello la importancia de realizar trabajos investigativos en este campo laboral.

Al no existir estudios nacionales, ni estadísticas concretas a nivel nacional, se

considera que es un tema de gran importancia e interés porque está relacionada

con un contexto social que anima a conocer más acertadamente sobre todo las

estimaciones de la prevalencia de la depresión en relación con la discapacidad

visual, a nivel nacional. Por estos motivos, parece fundamental la investigación

planteada, con la cual se pretende profundizar en el conocimiento de esta

condición clínica frecuente y de gran impacto en la sociedad, además de adquirir y

sistematizar toda la información posible que nos permita determinar la prevalencia

de la depresión y posible aumento de su incidencia por comorbilidad conjunta en

este caso con la pérdida visual, información que es fundamental para una

detección y tratamiento oportuno de estas patologías y por ende el pronóstico de

estos pacientes. Además, de la aspiración personal como profesional de salud de

trabajar en este campo vulnerable.

A sí mismo, se considera que es factible debido a que se dispone de amplia

información teórica, factibilidad de recolección de información, orientación y

apoyo por los tutores metodológico y científico, a más de contar con el tiempo y

recursos económicos necesarios para la investigación.

Considerando lo señalado, el presente estudio se propone responder la siguiente

pregunta de investigación

¿Cuál es la prevalencia de depresión en personas con discapacidad visual que

pertenecen a la Asociación de No Videntes de Imbabura, Carchi y Pichincha, en el

periodo 2016?

7

CAPITULO II

2 MARCO REFERENCIAL

2.1 TRASTORNOS DEL ESTADO DE ÁNIMO.

2.1.1 Generalidades

El estado de ánimo afecta principalmente a la percepción y evaluación del ego y

del entorno. Los cambios en el estado de ánimo son producto de la experiencia

cotidiana como respuesta a varios factores. En una proporción de personas, los

estados de ánimo pueden volverse un problema para la salud mental produciendo

una psicopatología. (1)

El estado de ánimo puede ser normal, elevado o deprimido. Normalmente las

personas distinguen un amplio abanico de estados de ánimo y expresiones

afectivas; sienten que tienen un cierto control sobre su estado de ánimo y su

afectividad. Cuando se instaura un trastorno del ánimo se pierde esa sensación de

control experimentando un gran malestar general. Además presentan cambios en

el nivel de actividad, las funciones cognoscitivas, el lenguaje y las funciones

vegetativas (como el sueño, actividad sexual, apetito y otros ritmos biológicos).

Lo que puede llevar casi siempre a un deterioro del funcionamiento interpersonal,

social y laboral. (2)

La gravedad y alta prevalencia de este grupo de trastornos le confiere un gran

interés y relevancia social. El riesgo de padecer episodios depresivos en la

población general es muy elevado, además del grado de sufrimiento que supone,

este tipo de patología constituye la primera causa de suicidio en el ser humano. El

nivel de conocimiento sobre la forma de presentación y curso de la enfermedad,

así como los aspectos etiopatogénicos y terapéuticos han avanzado

8

considerablemente en los últimos años, sin embargo, todavía existen grandes

desequilibrios en estos campos del conocimiento. (3)

2.1.2 Historia

Numerosos textos antiguos contienen descripciones que en la actualidad

conocemos como trastornos del estado de ánimo. La historia en el Viejo

Testamento del rey Saúl y la del suicidio de Ajax en “La Ilíada” de Homero

denotan que tuvieron síndromes depresivos. La depresión de Belerofonte por una

parte, y los rápidos cambios de humor de Aquiles pasando de la sobreexcitación a

la más profunda de las desesperaciones estableciendo posiblemente, la primera

descripción de un ciclador rápido, son las referencias descriptivas más antiguas

sobre enfermedades afectivas. (2) (3)

Aproximadamente en los años 400 a. C, Hipócrates padre de la medicina, junto

con sus sucesores, efectuó lúcidas descripciones del estado depresivo

aventurándose a una hipótesis “biologista”, negaba cualquier intervención divina

en la aparición de síntomas depresivos centralizando la atención, en la posible

“corrupción” del cerebro (órgano donde ya situaba las emociones), utilizó los

términos de manía y melancolía para representar a los trastornos mentales. (2)

Ya para aproximadamente en el año 150 a.C., Arataeo se acercó más al blanco:

“Los casos melancólicos tienden hacia la depresión y a la ansiedad, no obstante, si

perdura esta situación de ansiedad, entonces en la mayoría de casos se observa

alegría e hilaridad, lo cual suele finalizar en la manía”. Los términos “manía” y

“melancolía”, se originaron en la antigüedad y han ido sucesivamente tomando

significados distintos a lo largo de los siglos. (4)

Se dice que en el año 30 d.C. el médico romano Aulus Cornelius describió en su

texto titulado De medicina, el concepto de melancolía utilizando por los griegos

(melan [negra] y cholé [bilis]) como una depresión causada por la bilis negra. (2)

El término también lo utilizaron otros autores médicos, como Galeno (129-199) y

Alejandro de Tralles en el siglo VI. En el siglo XII el médico y filósofo judío

Moisés Maimónides consideró la melancolía como una entidad clínica discreta.

9

En 1686 Bonet describió una enfermedad mental que la llamó maniaco-

melancholicus. En 1854 Jules Falret llamó folié circulaire, a una entidad

patológica en la que el paciente presentaba de forma cíclica estados depresivos y

maniacos. El psiquiatra francés, Jules G. F. Baillarger, definió la folié a doublé

forme: los pacientes en una depresión profunda entraban en un estado de estupor

del que finalmente se recuperaban. En el año 1882, Karl Kahlbaum, Psiquiatra

Alemán, mediante el término ciclotimia, representó la manía y la depresión como

fases de una misma enfermedad. (2)

En 1899, Kraepelin Emil, ayudándose en diversos trabajos previos de psiquiatras

franceses y alemanes, definió una psicosis maniaco-depresiva con la mayoría de

criterios que utilizaban para diagnosticar un trastorno bipolar tipo I. Además

describió una forma de depresión que denominó melancolía involutiva y desde

entonces considerada, una entidad del trastorno de estado de ánimo de inicio

tardío, el mismo que empieza tras la menopausia en las mujeres y en los últimos

años en la edad adulta en los hombres. (2)

“La concepción según el modelo clínico-anatómico efectuada por Esquirol (1820),

la habilidad taxonómica de Billod (1856), la introducción del termino depresión

como actualmente lo entendemos, por Griesinger (1867) y las concepciones

psicologistas de Freud (1915), cristalizaron en el trabajo integrativo de Kraepelin

(1921) del que se han nutrido y siguen haciéndolo los clínicos contemporáneos”.

(3)

2.1.3 Epidemiología

La prevalencia a lo largo de la vida oscila entre el 2 y 25 %. (2)

“La prevalencia media de todos los trastornos afectivos en seis meses, es del 8%

en las mujeres y del 4% en los hombres. Las más altas corresponden a adultos

jóvenes y edad media. La incidencia en un período igual de tiempo es del 2% en

los hombres y el 4% en las mujeres. La relación mujeres/ hombres es de 2 a 1. La

depresión mayor es más frecuente que los trastornos bipolares, y en estos últimos,

no hay diferencias de presentación según el sexo”. (3)

10

La prevalencia de los trastornos del estado de ánimo no varía entre los diferentes

grupos étnicos o razas, sin embargo algunos clínicos tienden a infradiagnosticar a

estos trastornos y sobrediagnostican la esquizofrenia en pacientes de grupos

culturales diferentes a los suyos. La clase social y religión, no afecta los datos

epidemiológicos de este grupo de trastornos. La edad de comienzo en la

depresión mayor está entre los 20 y los 50 años. (2) (3)

2.1.4 Diagnóstico

El diagnóstico en psiquiatría se caracteriza por la carencia en signos y pruebas de

laboratorio lo cual involucra una fiabilidad y estabilidad limitadas comparadas

con otras especialidades médicas. La importancia de la fiabilidad en el diagnóstico

es básica en clínica de cara a efectuar un tratamiento y pronóstico correctos. Pero

es importante en la investigación sobre la eficacia de fármacos, cambios

neuroquímicos o búsqueda de marcadores biológicos de los trastornos afectivos,

que permiten avanzar en el conocimiento de este grupo de enfermedades. (3)

2.1.5 Clasificación de los trastornos afectivos según la Clasificación

Internacional de Enfermedades (CIE-10)

Los sistemas de clasificación principales utilizados son el DSM V (American

Psychiatric Asscociation, 2014) y el CIE 10 (World Health Organization, 1992),

en el que se recalca la importancia de disponer de criterios diagnósticos fiables y

válidos para los trastornos afectivos mayores. En el que también reflejan el

conocimiento actual sobre la distinción entre los trastornos del estado de ánimo

(ejemplo: unipolar frente al bipolar) y sus subtipos (ejemplo: típico frente al

atípico). (1)

a. Trastornos Bipolares

b. Trastorno depresivo recurrente

c. Trastornos afectivos persistentes

d. Otros trastornos afectivos

e. Trastorno afectivo no especificado (5)

11

2.2 TRASTORNO DEPRESIVO

2.2.1 Definición

“La depresión es un término con un significado que varía desde bajadas

transitorias del estado de ánimo que son características de la vida misma hasta el

síndrome clínico, de gravedad y duración importante con signos y síntomas

asociados, marcadamente distinto a la normalidad. El duelo, o la aflicción,

comparten las características del síndrome depresivo, pero suele ser menos

penetrante y de una duración más limitada”. (4)

La Organización Mundial de la Salud (OMS) la define a la depresión como “un

trastorno mental frecuente, que se caracteriza por la presencia de tristeza, pérdida

de interés o placer, sentimientos de culpa o falta de autoestima, trastornos del

sueño o del apetito, sensación de cansancio y falta de concentración, puede llegar

a hacerse crónica o recurrente y dificultar sensiblemente el desempeño en el

trabajo o la escuela y la capacidad para afrontar la vida diaria.” (6)

2.2.2 Conceptualización.

Los trastornos depresivos son mayoritariamente recurrentes es decir presentan una

clara tendencia a presentar nuevos episodios después de mejorías y remisiones

espontáneas. Se da una definición operativa en torno a los fenómenos clínicos

ligados al empeoramiento o la mejoría a lo largo del curso clínico. (3)

Episodio: “es la situación en que el paciente cumple criterios para ello y se supone

el momento de máxima severidad de síntomas”. (3)

Respuesta terapéutica: “es el inicio de mejoría después de aplicar un tratamiento.

En la mayoría de ensayos clínicos se considera como tal, la reducción en un 50%

en la puntuación de una escala de severidad”. (3)

Remisión: “situación de mejoría completa de los síntomas”. (3)

Recaída: “reagudización de la sintomatología dentro del mismo episodio clínico.

Su duración puede estimarse entre 5 y 12 meses, aunque a veces en el caso de la

12

depresión recurrente el período entre un episodio y el siguiente puede pasar

desapercibido”. (3)

Recuperación: “se estima que el episodio objeto de tratamiento ha terminado y el

paciente se encuentra bien”. (3)

Recurrencia: “se denomina así a la presentación de un nuevo episodio después de

haberse producido la recuperación”. (3)

Resulta importante utilizar correctamente esta terminología tanto en el campo

clínico como de investigación. (3)

2.2.3 Epidemiología

Según la OMS más de 350 millones de personas padecen de depresión, y es

frecuente en todas las regiones del mundo. Un estudio actual respaldado por la

OMS reveló un padecimiento de alrededor del 5% de depresión. Constituye la

principal causa mundial de discapacidad y contribuye de forma muy importante a

la carga mundial general de morbilidad. En el peor de los casos puede llevar al

suicidio. (7)

Reportan también una prevalencia del 5% anual en la población general y 15 %

de por vida. El riesgo a lo largo de la vida ha variado entre el 10 y 25% para las

mujeres y entre el 5 y el 12% para los hombres. Sólo el 10% llegan a la consulta

de psiquiatría. Esta prevalencia es mayor en mujeres que en hombres relación

proporcional de 2 a 1, las tentativas de suicidio en general son más frecuentes en

mujeres, si bien el suicidio consumado lo es en varones. La depresión mayor es la

undécima causa mundial de discapacidad, sin olvidar la sobrecarga que supone

para los cuidadores de las personas afectadas. (8) (9)

“La Depresión Mayor (DM) causa severa discapacidad en el contexto

ocupacional, educativo y social, y se estima que en el año 2020 será la segunda

causa de discapacidad en la población mundial y seguirá siendo la primera en los

países industrializados”. (10)

13

La incidencia anual (número de nuevos casos) de un episodio depresivo mayor es

del 1,59 por ciento (mujeres, 1,89 por ciento, hombres, 1,10 por ciento). (11)

Existen estudios realizados que demuestran diferencias entre las tasas de

depresión entre países y culturas, en el estudio Health Organization Cross Natural

Study of Mental Disorders in Primary Care se encontró una prevalencia de

trastorno depresivo de 29,5% en Santiago Chile, del 15,9% en Groningen Países

Bajos, y del 4,1% en Shanghai China. En un estudio realizado por Weissman y

cols. encontraron una prevalencia de depresión a lo largo de la vida del 16,4% en

París Francia, del 11,6% en Christchurch Nueva Zelanda, y del 4,3% en Puerto

Rico. (1)

En un estudio realizado en adultos mayores de 60 años de un hospital de Santiago

de Chile, encontraron una prevalencia de la depresión de 22,13%, 28,12% en

mujeres y 16,41% en hombres. (12)

Según el estudio del Epidemiologic Catchment Area (ECA) realizado por el

National Institute of Mental Health (NIMH), basado en un seguimiento de más de

18.000 adultos de cinco estados de los Estados Unidos, halló que la prevalencia a

1 mes de este trastorno era del 1,6%, mientras que la prevalencia a lo largo de la

vida fue del 4,4%”. (4)

En México, la encuesta de epidemiología psiquiátrica del 2002-2003 estimó una

prevalencia del 4.5% en la población adulta y de 1.7% antes de los 18 años.

Mundialmente la prevalencia en la mujer es mayor que en el hombre, en una

proporción de 2:1. En México la prevalencia en la población adulta es de 5.8% en

mujeres y 2.5% en hombres y esta proporción se mantiene para la Depresión

Mayor (DM) con inicio temprano (2.4% en mujeres y 1.0 % en hombres. (10)

En el Ecuador, no existen datos sobre la prevalencia de depresión a nivel nacional,

sin embargo existen estudios en ciertas poblaciones seleccionadas; en un estudio

realizado a adultos mayores en una parroquia de la ciudad de Cuenca, encontraron

la prevalencia de depresión del 14,7% con una media de edad de 73,7 años; con el

66.7% de mujeres, casados en el 40%; Los factores asociados a depresión fueron

los que no poseen ocupación 1,9 veces más de los si poseen. (IC 95% 1,1-3,4), la

14

probabilidad de depresión al vivir solo fue 1,9 veces (IC 95% 1,08-3,3), más de

los que viven acompañados, diabetes 1,8 veces más que los que no poseían (IC

95% 1,06-3,1), Evento Cerebro Vascular (ECV) y neoplasias 2,4 más veces que

las que no tenían (IC 95% 1,2-5). (13)

En una publicación de un periódico nacional el Comercio en el 2012, se reporta

una prevalencia del episodio depresivo mayor del 13,4% (por 100 habitantes

adultos en 12 meses), muy por encima de la media de la región del 4,9%. Estudio

realizado por el posgrado de Psiquiatría de la Universidad Central del Ecuador,

con una muestra de 1800 habitantes de zonas urbana y rural de la ciudad de Quito.

(14)

En un paciente depresivo a lo largo de su vida el riesgo de suicidio consumado es

de un 15%, 25 veces mayor que en la población en general. Además el paciente

depresivo con frecuencia da numerosos avisos de ideación suicida, un 53% de los

suicidas habían informado el mes previo de su muerte. (15)

Cada año se suicidan más de 800.000 personas, otros estudios reportan un millón

de personas en el mundo por año, y el suicidio es la segunda causa de muerte en el

grupo etario de 15 a 29 años, el 17% ocurren en personas mayores de 65 años, y el

20% en adolescentes y adultos jóvenes. Los intentos de suicidio son 10 veces más

frecuentes y la mayoría se da antes de los 35 años. El suicidio se sitúa en la

mayoría de países dentro de las 10 primeras causas de muerte, llegando a ser la

segunda o tercera causa de muerte en la adolescencia y la primera en algunos

grupos de pacientes psiquiátricos. (7) (15)

En población prepuberal la prevalencia de depresión es de 1 a 2% y en

adolescentes es de 3 a 8%. El trastorno depresivo mayor tiene la misma tasa en

niños que en niñas, mientras que en la adolescencia la tasa de prevalencia

mujeres/ varones se incrementa de 2 a 3 veces. Al respecto se han propuesto

hipótesis: incremento de estradiol y testosterona asociada al inicio de la pubertad

en niñas, mayor tasa de ansiedad en niñas y la tendencia a la rumiación,

incremento de conflictos interpersonales y mayor sensibilidad para afrontarlos.

Los niños que viven en ambientes conflictivos tienen mayores tasas de recurrencia

15

que aquellos que viven en ambientes menos conflictivos. La depresión persiste en

la adultez con tasas de recurrencia de 60 a 70%. (16)

Estudios muestran una prevalencia de depresión en adolescentes hasta del 14%, la

presentación clínica puede diferir entre niños y adultos, los niños no piden ayuda

con facilidad lo cual hace que se subestime la prevalencia. Los infantes pueden

mostrar irritabilidad en lugar de un estado de ánimo bajo, niños más pequeños

muestran cambios de apetito, además de presencia de ideas delirantes. Resulta

esencial la detección de comorbilidades como una discapacidad del aprendizaje,

trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), trastorno del

comportamiento perturbador y trastornos del ánimo. Los niños con enfermedades

crónicas como la diabetes, asma y epilepsia también tienen elevada tasa de

depresión. (1)

La prevalencia de depresión aumenta con la edad, se han reportado tasas que se

acercan al 25% en la tercera edad. Según estudios epidemiológicos realizados dan

cifras muy dispares y parece existir una «falsa» baja prevalencia en ancianos,

probablemente por problemas metodológicos, por ejemplo, a que los ancianos

expresan síntomas psiquiátricos en términos somáticos con mayor frecuencia y

tienen mayor resistencia a reconocer síntomas psiquiátricos. (1)

Las tasas de depresión para los adultos mayores que viven en la comunidad

oscilan entre el 2% y el 10% para los pacientes con depresión menor, las tasas de

depresión son más altas en los adultos mayores con enfermedades médicas

comórbidas y en ambientes médicos generales. Las poblaciones geriátricas

hospitalizadas tienen tasas de prevalencia de depresión superior al 30%, y los

pacientes con ictus, infarto de miocardio (MI) o cáncer tienen tasas superiores al

40%. (1) (17)

En el estudio EURODEP (con participación de nueve países europeos, entre los

que se encuentra España) establece una prevalencia en la población geriátrica

entre un 8,8% y un 23,6%. Existe una alta prevalencia en determinados subgrupos

de población geriátrica: los hospitalizados (11%-45%), institucionalizados (30%-

75%), los enfermos tratados ambulatoriamente tras el alta hospitalaria, los

16

pacientes discapacitados y los procedentes de estratos socioeconómico

desfavorecidos. La depresión en geriatría, a diferencia del adulto, muestra menor

grado de asociación con el sexo femenino, invirtiéndose incluso la proporción en

los muy ancianos, mayor asociación con estado civil de divorcio o separación

conyugal, nivel socioeconómico bajo, escaso apoyo social, presencia de

acontecimientos vitales recientes adversos e inesperados y problemas de salud que

dan lugar a incapacidad (patologías neuronales, endocrinas, respiratoria, cardiaca,

tumoral, etc.). (17)

2.2.4 Correlatos sociodemográficos.

Los datos de las características sociodemográficas asociadas a la depresión mayor

en los adultos de la población general han sido respectivamente coincidentes en

varios estudios. (9)

Edad. Varios estudios han revelado que la edad media en el inicio de la depresión

se sitúa a principios de la edad adulta, con una media a los 29,9 años según

algunas investigaciones, mientras que otros apuntan a una media de 40 años, el

50% de todos los pacientes que tienen un inicio entre las edades de 20 y 50 años.

El trastorno depresivo mayor también puede comenzar en la niñez o en la vejez.

Datos epidemiológicos recientes sugieren que la incidencia de trastorno depresivo

mayor puede estar aumentando entre las personas menores de 20 años de edad.

Esto puede estar relacionado con el mayor uso de alcohol y drogas de abuso en

este grupo de edad. (9) (11)

Sexo. La depresión mayor es dos veces más frecuente en las mujeres adultas que

en los varones adultos. Mientras que algunos estudios revelan que esto se invierte

en la población infantil (los niños presentan tasas más elevadas que las niñas) y el

cambio se produce durante la adolescencia y persiste durante toda la vida adulta.

Las razones de la diferencia se supone que implican las diferencias hormonales,

los efectos del parto, diferentes factores de estrés psicosocial para las mujeres y

para los hombres, y los modelos de comportamiento de desamparo aprendido. (9)

(11)

17

Estado civil. Frecuentemente, los estudios epidemiológicos revelan que las tasas

de depresión son mayores entre los solteros y divorciados que entre las personas

casadas. El trastorno depresivo mayor ocurre más a menudo en personas sin

relaciones interpersonales cercanas o en las que están divorciadas o separadas. (9)

(11)

Raza/grupo étnico. La asociación entre raza/ grupo étnico no es clara aún.” En el

estudio NCS, Kessler y colaboradores observaron una tasa ligeramente más

elevada de depresión entre los miembros de minorías raciales”. Otros autores

corroboran que no hay diferencia de trastorno depresivo entre razas; sin embargo,

existe una tendencia a que los médicos subdiagnosticen el trastorno del estado de

ánimo y la esquizofrenia en pacientes cuyo origen racial o cultural difiere del

suyo. Los factores asociados a depresión mayor son más usuales en los grupos

minoritarios con más cargas de enfermedad y pocos recursos de atención sanitaria.

(9) (11)

Posición económica. Según los estudios epidemiológicos han dado resultados

relativamente homogéneos entre posición socioeconómica baja y aumento del

porcentaje de depresión. Aún es incierta la naturaleza de tal asociación, estudios

más actuales revelan que incluso una situación socioeconómica baja durante la

niñez se asocia a un mayor riesgo de depresión en la vida adulta. (9)

Otros estudios no han encontrado correlación entre el estatus socioeconómico y el

trastorno depresivo mayor. (11)

Residencia urbana o rural. Los datos aún son contradictorios, la depresión es más

común en las zonas rurales que en las áreas urbanas. (11)

Mientras que otros estudios datan que la depresión mayor es menos frecuente en

el ámbito rural que en el urbano. La razón de esta diferencia se desconoce, pero la

presencia de factores como la delincuencia, desempleo, drogas y los

acontecimientos vitales estresantes pueden ser los responsables. (9)

18

2.2.5 Factores de Riesgo

Un factor de riesgo es toda circunstancia o situación que aumenta las

probabilidades de desarrollar una enfermedad o de que ocurra un evento adverso.

Los factores de riesgo no son necesariamente las causas, sino que se asocian con

el evento, y al tener valor predictivo, pueden usarse para la prevención. Es

improbable que un único factor pueda explicar el desarrollo de la depresión,

reducir la probabilidad de ocurrencia o que su control sea suficiente para prevenir

la depresión. (18)

Características demográficas. El sexo femenino se asocia mayoritariamente con

depresión mayor. Varias teorías han sido propuestas, considerando que las

variaciones en las exposiciones sociales y ambientales pueden desempeñar un

papel. Aún ningún estudio ha revelado una vinculación entre los cambios

hormonales y la depresión. (9)

Transmisión hereditaria. Estudios genealógicos han descubierto que los

antecedentes familiares de depresión mayor se asocian a un aumento significativo

del riesgo de desarrollar depresión, además se han asociado a una mayor

gravedad de la depresión y una edad de inicio más temprana, en comparación con

los individuos que carecen de ello. (9)

Hasta un 20-50% de los niños o adolescentes con trastornos depresivos presentan

historia familiar de depresión o de otra enfermedad mental. Los hijos de padres

con depresión presentan una probabilidad entre tres y cuatro veces mayor de

desarrollar trastornos del humor, además la psicopatología materna se considera

un predictor de depresión en el niño. Estudios realizados en gemelos indican que

los síntomas depresivos podrían explicarse en un 40-70% por la presencia de

factores genéticos. Sin embargo, el mecanismo de acción de los genes en los

diferentes niveles hasta la manifestación clínica de la depresión es todavía

desconocido. (18)

Acontecimientos adversos en las primeras etapas de la vida. Se asocian aun

mayor riesgo de depresión y gravedad, los antecedentes de traumas y los

acontecimientos vitales adversos de las primeras etapas de la infancia. Además,

19

estudios longitudinales han revelado vínculos sistemáticos entre episodios de

pérdida, especialmente de los padres por separación o muerte y aumento de

riesgo de depresión durante la vida adulta. (9)

La depresión juvenil se asocia en muchas ocasiones con la existencia de conflictos

interpersonales y de rechazo de diferentes miembros de su entorno social, lo que

incrementa los problemas de relación social, los problemas de salud en los

adolescentes, o una mala adaptación a la familia, amigos, escuela, trabajo y pareja,

el acoso por parte de iguales o bullying, la humillación, aquellos sin hogar, los

internos en centros de acogida, refugiados y aquellos con antecedentes de

delincuencia, especialmente los recluidos en instituciones de seguridad tienen

mayor riesgo de padecer depresión. (18)

Comorbilidad como factor de riesgo. Los estudios han revelado que el hecho de

tener antecedentes de otro trastorno mental en cualquier momento de la vida

aumenta de manera considerable el riesgo de depresión. (9)

Las personas con trastornos del estado de ánimo mayores tienen un mayor riesgo

de tener uno o más trastornos comórbidos del Eje I. Los trastornos más frecuentes

son el abuso o la dependencia del alcohol, el trastorno de pánico, el trastorno

obsesivo compulsivo (TOC) y el trastorno de ansiedad social. Los trastornos por

consumo de sustancias comórbidas y los trastornos de ansiedad empeoran el

pronóstico de la enfermedad y aumentan notablemente el riesgo de suicidio entre

los pacientes con depresión mayor. (11)

La presencia de alguna comorbilidad física como padecimiento de alguna

discapacidad muchas veces como consecuencia de enfermedades, también se ha

relacionado con la depresión. El riesgo de depresión en ancianos con

enfermedades físicas aumenta con: comienzo reciente de una enfermedad física,

mayor gravedad de la enfermedad física, discapacidad funcional y movilidad

limitada, enfermedades múltiples (como afectaciones de los órganos de los

sentidos: hipoacusia, ceguera, etc.). (19)

En un estudio realizado por la NHANES en el período 2005-2008, reportaron una

prevalencia de la depresión del 11,3% (IC del 95%, 9,7% -13,2%) entre los

20

adultos con percepción subjetiva de pérdida de la función visual y el 4,8% (IC del

95%, 4,0% -5,7%) entre los adultos que no tienen esa percepción. La prevalencia

estimada de la depresión fue del 10,7% (IC del 95%, 8,0% -14,3%) entre los

adultos con deterioro de la agudeza visual (la agudeza visual inferior a 20/40 en

el ojo con mejor visión) en comparación con el 6,8% (IC del 95%, 5,8% -7,8%)

entre los adultos con agudeza visual normal. (20)

Una disminución en la agudeza visual resultante de una degeneración macular

relacionada con la edad (DMRE) lleva a disminución importante en la calidad de

vida de una persona, ocasionando estrés emocional, dependencia y entorpece el

funcionamiento diario. El aislamiento social secundario a las restricciones de

movilidad (como por ejemplo dejar de caminar o manejar un automóvil debido al

miedo de caerse o estrellarse) conlleva a un distanciamiento interpersonal y

alejamiento de actividades placenteras y enriquecedoras. Por lo tanto se puede

decir que la degeneración macular relacionada con la edad lleva a disminución de

la agudeza visual luego ocasiona discapacidad visual y disminución en el

funcionamiento, lo que a su vez se incrementa con las limitaciones ocasionadas

por la depresión. Se puede decir que el padecimiento de una degeneración macular

relacionada con la edad y depresión tiene dos factores sinérgicos que trabajan

conjuntamente, lo cual produce discapacidad y miseria. (21)

En un estudio realizado por Crews y Cambell se encontró que las personas con

discapacidad visual tienen dos veces más posibilidad de tener depresión en

comparación con la población general. La tasa de depresión en las personas con

degeneración macular relacionada con la edad son altas: dos estudios han

reportado alrededor del 33%. “Otro estudio evaluó el impacto de la degeneración

macular relacionada con la edad en el ámbito de la salud pública y estimó que

aquellos con agudeza visual peor de 20/200 tienen hasta 15% de probabilidad de

desarrollar depresión”. En un estudio realizado por Rovner a 51 personas con la

degeneración macular relacionada con la edad durante seis meses, encontró que la

degeneración macular relacionada con la edad (DMRE) se asoció con depresión

en aproximadamente el 35% de los individuos. (21)

21

Un meta-análisis ha demostrado que la pérdida de la visión es una de las

enfermedades crónicas más comunes asociados con la depresión en la tercera

edad.

Sin embargo, para los adultos más jóvenes, la relación entre la pérdida de la visión

y la depresión no ha sido bien estudiada. Muchas de las condiciones que resultan

en la pérdida de visión se pueden prevenir o retrasar y la depresión y es una

condición tratable que puede identificarse mediante cribado. (21)

La asociación entre pérdida de visión y la depresión en adultos mayores ha sido

reportada. Las personas con pérdida de visión presentan sintomatología depresiva

hasta un 66%; esta no siempre reúne criterios de episodio depresivo mayor, o

puede remitir al poco tiempo como si se tratara de un duelo no complicado. (22)

La retinosis pigmentaria (RP) pertenece a un grupo de enfermedades

degenerativas de retina caracterizadas por una pérdida progresiva de la visión que

puede también producir ceguera. La retinosis pigmentaria parece ser un suceso

negativo en la vida de los pacientes, resultando repercusión en su estado

emocional y en su visión de sí mismos, del mundo y del futuro, pero los niveles de

depresión que presentan encontrándose mayormente leve sugieren que pueden

haberse adaptado a la enfermedad, aunque no a sus consecuencias. Se ha estimado

que la prevalencia la de depresión en afectados por retinosis pigmentaria es del

25.7 %. (23)

En un estudio en el cual caracterizaron los estados emocionales en pacientes con

retinosis pigmentaria en sus dos primeros estadios concluyen que la depresión es

el más vivenciado y el más significativo en los pacientes en estadio II, seguida de

la ansiedad, los conflictos en el área personal constituyeron los de mayor

incidencia y prevalecieron la baja autoestima y la subvaloración. (24)

En un estudio realizado para evaluar la relación entre la depresión y la calidad de

vida relacionada con la visión en pacientes con retinitis pigmentosa, encontraron

que la depresión es común en pacientes con retinitis pigmentosa y que la función

visual subjetiva y la calidad de vida relacionada con la visión se ven afectadas por

22

la gravedad de la depresión, así como por la alteración visual objetiva. La

prevalencia de depresión en el estudio fue del 25,7%. (25)

En una revisión sistemática realizada para investigar la relación entre deterioro

visual y depresión en los ancianos. La depresión se asoció con deterioro visual en

todos los estudios; sin embargo, sin la estandarización de las pruebas diagnósticas,

no pudieron realizar un metanálisis ni establecer una relación entre la

discapacidad visual y la depresión en los ancianos. (26)

En un estudio realizado para valorar la relación de depresión y mortalidad con la

discapacidad visual, encontraron que la discapacidad visual aumentó

independientemente el riesgo de depresión, aunque el efecto no parece depender

de la gravedad de la pérdida de la visión. Sin embargo, el predictor más fuerte de

la depresión durante el seguimiento fue una historia reciente de depresión (HR =

12,68, intervalo de confianza del 95% [IC] 10,64-15,10). Los hombres eran menos

propensos que las mujeres a presentar depresión durante el período de estudio

(HR = 0,65; IC del 95%: 0,55-0,77). A excepción de los muy viejos (edad> 85

años), en los que la edad está asociada con un menor riesgo de depresión (HR =

0,56, IC del 95%: 0,40-0,78), la edad no parece influir en el riesgo de depresión.

(27)

En un estudio realizado en Australia para valorar la calidad de vida en personas

con deficiencia visual severa, concluyeron que la salud emocional y la ausencia de

depresión son determinantes importantes para la calidad y el valor de la vida de

los afectados. (28)

En un estudio transversal realizado por Bolat en el 2010, con el objetivo de

investigar los niveles de depresión y ansiedad y las características de

autoconcepto de adolescentes con discapacidad visual congénita completa.

Incluyeron 40 adolescentes con discapacidad visual congénita total y 40

adolescentes con visión adecuada, encontraron que “la diferencia entre los dos

grupos no fue estadísticamente significativa tampoco en términos de puntuaciones

de depresión o en términos de puntuaciones totales; la felicidad, la apariencia

física, la popularidad, el comportamiento y las puntuaciones de subescalas de

23

ajuste de la Escala de Auto-Concepto de los Niños de Piers-Harris. Las

puntuaciones de la subescala intelectual y escolar de los adolescentes con

discapacidad visual fueron significativamente mayores que las de los controles.

Los niveles de ansiedad de los adolescentes con discapacidad visual fueron

significativamente mayores en comparación con los adolescentes con visión.

Concluyendo que los niveles de depresión y las características de autoconcepto de

los adolescentes con discapacidad visual son similares a los de los adolescentes

con visión, mientras que los niveles de ansiedad de los adolescentes con

discapacidad visual son significativamente superiores a los de los videntes”. (29)

Al ser la catarata la principal causa de ceguera reversible en todo el mundo, y

constituir una causa de discapacidad visual, el aumento de cirugía de cataratas se

da proporcional a medida que la población envejece. Una multitud de estudios han

demostrado que la cirugía de catarata es eficaz, ya que mejora el rendimiento de la

visión y la calidad de vida del sujeto. Sin embargo, según algunas investigaciones

de relación entre la cirugía de catarata y la depresión y la ansiedad han derivado

resultados contradictorios. Aunque se ha dicho que la cirugía de cataratas puede

mejorar los resultados de salud mental, ya que mejora la visión, la confianza, los

niveles de actividad y la reducción del aislamiento social, la mayoría de los

estudios han encontrado una mejora mínima. En un estudio de cohorte realizado

en Australia de los 21110 pacientes sometidos a cirugía de catarata en un ojo sólo

295 tenían contactos de salud mental para la depresión y / o ansiedad 1 año antes

(n = 158) o 1 año después (n = 137) cirugía. (30)

Según un estudio realizado para examinar prospectivamente la asociación

bidireccional de discapacidad visual y pérdida de la función visual con síntomas

depresivos en los ancianos, concluyeron que la relación entre la pérdida de la

visión y el inicio de la sintomatología depresiva difiere según la discapacidad

visual (VI) o la función visual a distancia y disminuye a través del tiempo, y una

fuerte asociación inversa entre la depresión basal y la pérdida incidental de la

función visual. (31)

Acontecimientos vitales negativos. La asociación entre acontecimiento mental

estresante y depresión sigue siendo desconocida. La hipótesis postula a una

24

interacción entre los acontecimientos vitales y la vulnerabilidad genética/familiar

a la depresión, los estilos de afrontamiento, los rasgos de la personalidad. (9)

2.2.6 Etiopatogenia

Actualmente se considera que la etiopatogenia de los trastornos depresivos es de

origen multifactorial. Se trata de una enfermedad compleja en la que se ven

implicados moduladores internos, factores genéticos, factores ambientales y

aspectos psicológicos, que eventualmente alteran la bioquímica, la

citoarquitectura y la función de áreas específicas del cerebro; el peso y la

relevancia de cada uno difieren probamente según el tipo de depresión. (10) (32)

Desde el modelo biopsicosocial, se postula que la depresión surge como una

respuesta a una interacción entre unos eventos vitales concretos con los recursos

personales y sociales de la persona. Desde este modelo se valoran los factores

implicados en la predisposición (factores emocionales, genéticos y biológicos), en

la precipitación (acontecimientos estresantes) y el mantenimiento del cuadro

depresivo. (32)

2.2.6.1 Factores biológicos

2.2.6.1.1 Genética.

Estudios epidemiológicos manifiestan que la depresión es un desorden hereditario.

Los estudios realizados de familiares, gemelos y de adopción, han demostrado el

factor hereditario como factor predisponente del trastorno depresivo. Los

familiares de primer grado presentan tres veces más probabilidades de padecer un

cuadro depresivo que la población general. (32)

Los estudios en gemelos sugieren un factor genético ya que la concordancia en

monocigotos es del 65% frente a la de los dicigotos que sólo alcanza el 14%.

Datos de un estudio de NIHM muestra alta incidencia de trastornos monopolares

entre los familiares de primer rango. (9)

25

El polimorfismo G1463A en el gen de la hTPH2 sugiere que el déficit

serotoninérgico reside en la síntesis de 5-HT, ya que el correspondiente cambio de

aminoácido resulta en la pérdida del 80% de la función enzimática. (10)

Además un polimorfismo en una región promotora del gen del transportador de

serotonina es también responsable de la enfermedad depresiva. La versión corta

de este gen, llamado alelo s (por short en inglés) ha sido asociada con una baja

eficiencia de transcripción del transportador de serotonina comparado con la

versión larga, llamado l (por long en inglés). En situaciones de considerable

estrés, las personas s/l o s/s tienen mayor predisposición a sufrir depresión que las

personas l/l1. Por lo que un determinado genotipo, sólo es capaz de predisponer a

la enfermedad pero siempre y cuando exista también el componente ambiental.

(33)

2.2.6.1.2 Neurobiología.

La hipótesis monoaminérgica: es primordial para abordar la fisiopatología de la

depresión ya que los hallazgos indican que el síndrome se origina por la menor

disponibilidad de monoaminas en el cerebro, principalmente de serotonina 5-HT y

noradrenalina. La evidencia clínica afirma que la hipótesis monoaminérgica

proviene de estudios en pacientes sometidos al protocolo de depleción del

triptófano cerebral. Son limitados los estudios sobre esta hipótesis sin embargo

todos apuntan a la misma dirección que en la depleción del triptófano, una menor

biodisponibilidad de la noradrenalina en la sinapsis, considerando que existe una

mayor expresión de la monoaminooxidasa A en el mesencéfalo lo cual estaría

incrementando la degradación enzimática de la noradrenalina. (10)

Hipótesis noradrenérgica: según Shildkraut, los cuadros depresivos serían el

resultado de un déficit central de noradrenalina. El ácido homovalínico se ha

encontrado descendido en depresiones caracteriales, especialmente las inhibidas

motoras. Además se ha interpretado algunos datos frecuentes (hipersecreción de

cortisol, disminución de la respuesta de GH a la hipoglucemia insulínica o de la

ilunidina, aumento del binding plaquetario de receptores presinápticos alpha-2-

adrenérgico, aumento de la respuesta beta-adrenérgico postsináptico) como prueba

26

de un déficit de noradrenalina central, producido por una desregulación

hipotalámica, base de algunas depresiones endógenas. (9)

Hipótesis indolamínica: Coppen propone un déficit de serotonina 5-HT. Los datos

más importantes proceden de estudios del 5-HIAA en el líquido cefalorraquídeo,

medido por o a través de pruebas con prebenecid (que bloquea la salida de 5-

HIAA fuera del líquido cefalorraquídeo). (9)

Hipótesis colinérgica: Janowsky sugiere que podría desempeñar un papel clave la

actividad colinérgica central, al descompensarse el equilibrio permanente entre

colinérgico-adrenérgico a favor de los primeros en los pacientes depresivos y a

favor de lo segundo en cuadros maníacos. (9)

Hipótesis neurotrófica: Esta hipótesis plantea que la depresión también se debe a

la atrofia neuronal producto de la menor expresión del factor de crecimiento

derivado del cerebro. Además de que el estrés crónico disregula al eje hipotálamo

hipófisis adrenal favoreciendo la exposición sostenida del tejido nervioso al

cortisol y, con ello, la inhibición de la expresión del factor de crecimiento

derivado del cerebro. Existen varios estudios en murinos y en post-morten que

apoyan esta hipótesis. (10)

Receptores y rutas de señalización alteradas.

Tiene importancia fisiopatológica el receptor 5-HT1A, un receptor que señaliza

vía la familia Gi de las proteínas G, ya que dependiendo de su densidad y

localización pre- o post-sináptica tiene un impacto diferencial en el déficit de la

transmisión serotoninérgica. (10)

Auto-receptor 5-HT1A: El polimorfismo C (-1019) G en el promotor del gen del

receptor 5-HT1A revela otro mecanismo fisiopatológico de la depresión, este

cambio de nucleótido provoca su transcripción diferencial en el SNC, pues los

portadores del alelo G tienen mayor densidad del receptor en el rafé dorsal y

mayor asociación con este trastorno. El grado de expresión del auto-receptor

depende de la composición alélica, acorde con el genotipo CC<CG<GG. El auto-

receptor 5-HT1A tiene un efecto inhibitorio en las neuronas del RD, limitando su

frecuencia de disparo a un rango de 2-4 Hz. El control sobre la tasa de disparo

27

determina que el receptor 5-HT1A controle desde el soma neuronal la liberación

de 5-HT en la corteza cerebral y el sistema límbico. En consecuencia el

polimorfismo C (-1019) G estaría provocando una menor liberación de 5-HT.

Además, los portadores del alelo G muestran una menor respuesta terapéutica a

los antidepresivos, los inhibidores de la recaptación de serotonina desensibilizan

al auto-receptor 5-HT1A por un mecanismo que implica su desacoplamiento con

la proteína G. (10)

Receptor post-sináptico 5-HT1A: Estudios revelan consistentemente una menor

densidad del receptor 5-HT1A en la CPF, el hipocampo y la amígdala. Cambio

molecular que también ocurre en la CCA tanto de pacientes que padecen de

depresión o de ansiedad, por lo que podría explicarse la comorbilidad de estas

patologías. Los receptores a la 5-HT que especialmente se expresan en la CPF son

el 5-HT1A y el 5-HT2A; el primero se localiza en el soma y las dendritas basales

de las neuronas piramidales, mientras que el segundo se ubica en la dendrita

apical. En estas neuronas el 5-HT1A estimula un eflujo de K+ a través de canales

tipo GIRK. La acción inhibitoria incluye a las neuronas de las capas II y III de la

CPF. En la depresión se da una alteración en el procesamiento de la información

intracortical e interhemisférica, así como en la retroalimentación entre la corteza y

el sistema límbico. (10)

La menor densidad del receptor 5-HT1A en la amígdala también es concordante

con la mayor actividad amigdalina de los pacientes con depleción del Trp. La

menor densidad post-sináptica del 5-HT1A no proviene de un mecanismo de

“regulación a la baja” secundario a un déficit en la liberación de 5-HT, ya que la

lesión del RD no altera su densidad en la corteza y el hipocampo. En el

hipocampo el receptor 5-HT1A estimula la proliferación por lo que su menor

densidad afectaría la neurogénesis. (10)

Receptores 5-HT2: Los subtipos de receptor 5-HT2 que se expresan mayormente

en el cerebro son el 5-HT2A y el 5-HT2C. El 5-HT2A se expresa en el sistema

límbico y la CPF, sin embargo la evidencia sobre cambio de densidad es aún

controversial, ya que se reportan tanto un aumento como una disminución, o

28

incluso sin cambio. Al receptor 5-HT2A se le relaciona más con la esquizofrenia

o con estados alterados de la conciencia como las alucinaciones. (10)

Receptores a la noradrenalina: Existe un aumento en la densidad del receptor α2-

adrenérgico en el líquido cefalorraquídeo. En el RD la densidad de este receptor

no cambia, descartando que su aumento en el líquido cefalorraquídeo sea una

respuesta compensatoria al déficit noradrenérgico. La mayor expresión del

receptor α2-adrenérgico en el líquido cefalorraquídeo estaría reduciendo la

liberación de noradrenalina en la corteza y el sistema límbico, debido a que al

ubicarse pre-sinápticamente inhibe a los canales de calcio que median la

liberación de neurotransmisores. (10)

2.2.6.1.3 Neuroanatomía.

Cambios anatómicos y metabólicos en el cerebro: De acuerdo a la sintomatología

de la depresión se sugiere la participación de distintas áreas cerebrales. Dos

importantes áreas cerebrales implicadas son: la disfunción de la corteza prefrontal

(CPF) dorsolateral estaría afectando funciones cognitivas como el razonamiento,

la planeación y la toma de decisiones. Mientras que las áreas orbitofrontal y

medial de la CPF, al participar en la regulación de la experiencia emocional,

contribuirían al componente afectivo del síndrome. (10) (11)

En cuanto a los hallazgos anatómicos funcionales más frecuentes obtenidos con

imágenes cerebrales por resonancia magnética (RM) y/o tomografía por emisión

de positrones (PET), tenemos las siguientes:

Cambios en el volumen cortical y subcortical: estudios con Resonancia

Magnética: Uno de los cambios estructurales es la reducción del hipocampo,

encontrándose una disminución promedio del 8-10%, que puede ser tanto bilateral

como sólo en uno de los hemisferios. Se ha observado una reducción significativa

únicamente en pacientes que tuvieron episodios depresivos recurrentes, o bien el

decremento se correlaciona inversamente con la duración del episodio depresivo.

Aunque estos cambios también se dan en otros trastornos mentales como en la

esquizofrenia y en el trastorno bipolar; por lo que este cambio neuroanatómico no

es exclusivo de la Depresión Mayor. (10) (11)

29

Otra área donde también se reduce la materia gris es la corteza cingulada anterior

(CCA), concretamente en la zona ventral al genu del cuerpo calloso (corteza

subgenual). La reducción es preponderante (20-40%) en pacientes con

antecedentes familiares de depresión mayor. Además existe menor volumen de

materia gris en la CPF orbital, (mismas que concuerdan con estudios post-

mortem). Es importante señalar que la corteza subgenual y la CPF orbital

procesan información de las áreas de asociación sensorial, como de la corteza

insular, generando la conducta emocional y afectiva. (10)

Cambios funcionales valorados con Tomografía por Emisión de Positrones (PET):

Se revela una menor actividad metabólica en corteza subgenual. Sin embargo,

cuando la imagen se corrige por el menor volumen, el área Cg25 revela hiper-

metabolismo en relación de los individuos control. Se cree que esta hiperactividad

contribuye a la conducta depresiva, ya que cuando a individuos sanos se les

provoca un sentimiento de profunda tristeza también aumenta la actividad de

Cg25, los fármacos antidepresivos disminuyen el hipermetabolismo de Cg25 o de

otras áreas de la CPF, la estimulación eléctrica de Cg25 revierte la sintomatología

depresiva. En la amígdala también se ve un aumento de la actividad metabólica.

(10)

2.2.6.1.4 Implicación de la Psiconeuroendocrinoinmunología.

La Psiconeuroendocrinoinmunología implica la interacción del comportamiento

con los sistemas nervioso, endocrino e inmune. Existe una interacción de manera

bidireccional ejerciendo gran influencia en la salud y susceptibilidad a

enfermedades. Las enfermedades físicas pueden desencadenar cambios

psicológicos y viceversa. Actualmente es muy aceptado que muchos de los

cambios psicológicos y de comportamiento asociados con infecciones se deben a

las citoquinas proinflamatorias producidas por la activación de células del sistema

inmune tanto por infecciones como por estrés. (33)

Dentro de los factores endócrinos implicados en la aparición de la depresión

tenemos: la alteración de la hipersecreción de cortisol, la disminución de la

hormona tiroidea nocturna, alteración de la secreción de la hormona del

30

crecimiento (hallándose disminuida), hiperplasia hipofisaria y suprarrenal, así

como alteraciones en el eje hipotálamo-hipofisario-tiroideo. (32)

Eje hipotálamo-pituitario-adrenal (HPA): Los glucocorticoides (principalmente

cortisol) son hormonas esteroides involucradas en numerosos procesos

fisiológicos, tanto en el cerebro como en el resto del organismo. “Su secreción

esta mediada por el eje hipotálamo pituitario adrenal (HPA), que es estimulado

por acción del estrés a través de la hormona liberadora de corticotropina (CRF) en

neuronas parvocelulares del núcleo paraventricular (PVN) del hipotálamo. CRF

induce que la glándula pituitaria libere corticotropina a la sangre, que a la vez

induce en la glándula adrenal la liberación de glucocorticoides”. Los niveles de

glucocorticoides están regulados por un mecanismo de retroalimentación

inhibitoria, mediada por receptores de glucocorticoides tanto en el PVN como en

la pituitaria. (33)

Es importante recalcar que la respuesta al estrés es beneficiosa desde el punto de

vista que protege al individuo del daño y que la adaptación al mismo es una

respuesta que debe aprenderse, mismo que es esencial para futuras circunstancias

hostiles. El inconveniente surge cuando el entorno de estrés se vuelve repetitivo y

sostenido, dando una inadaptación con posterior aparición de cambios patológicos

por consecuencia de los altos niveles de cortisol, alteraciones en el sistema

inmune y alteraciones psicológicas. Los trastornos mentales como estados

psicóticos, ansiedad y depresión, podrían darse por este cambio en la actividad del

eje HPA. (33)

La acción de CRF está mediada por los receptores CRFR1 y CRFR. La activación

del receptor tipo 1 en el PVN es responsable de la respuesta de huida o lucha, y en

los corticotropos de la liberación de ACTH. El receptor de tipo 2 sería el

responsable de la respuesta adaptativa y recuperación en un entorno de estrés.

CRF también puede activar al locus coeruleus, activando de esta manera al

sistema simpático central que forma parte del sistema de respuesta al estrés agudo.

Respuesta que es sensible al feedback negativo: el aumento agudo de cortisol

activa un tipo de receptores de cortisol (los mineralocorticoides, MR) en la

pituitaria e hipotálamo, disminuyendo la liberación de ACTH y consecuentemente

31

de cortisol. En sujetos que padecen depresión los receptores de cortisol (los

glucocorticoides GR) en el cerebro están alterados a igual que en situaciones de

estrés crónico. Existen estudios que avalan la vinculación entre los

glucocorticoides GR y depresión, se plantea que la función de GR está

disminuida en pacientes con depresión mayor. Se cree que los GR y MR podrían

estar mediando tanto los cambios de comportamiento y emocionales cómo así

también las anormalidades en el feedback negativo en desórdenes depresivos.

Investigaciones recientes apuntan que la actividad del receptor, es decir su

habilidad de unirse al ligando y translocar al núcleo, más que el número de

receptores, sería el factor participante en trastornos afectivos. (33)

Una hiperactividad del eje HPA o mal funcionamiento de la sensibilidad del

feedback, son las alteraciones neurobiológicas más importantes en la depresión

mayor. Además los sujetos depresivos tienen concentraciones altas de las

hormonas del eje HPA y exhiben respuesta exagerada de cortisol frente a la

hormona adrenocorticotrópica (ACTH). (33)

Citoquinas en el sistema nervioso central: Se conoce que en una infección

periférica o una inflamación llevan a la activación de macrófagos y de las células

endoteliales con un aumento resultante de las citoquinas circulantes en el

organismo. Es importante conocer que las citoquinas tienen gran influencia en

procesos del cerebro como actividad endocrina, sueño, comportamiento y

neurodegeneración. Estudios in vitro han señalado que las células de la glía,

astrocitos y microglía, expresan receptores para IL1, IL6 y TNFα; estos receptores

también se encuentran en neuronas del hipocampo, hipotálamo y organum

vasculosum de la lamina terminalis (OVLT). IL1 y IL6 causan la liberación del

factor de liberación de CRF en el hipotálamo y en la pituitaria, la liberación de la

hormona adrenocorticotrófica; lo cual da evidencia de que en el cerebro hay

receptores para las dos citoquinas. Las citoquinas son moléculas grandes e

hidrofílicas que no pueden atravesar la barrera hematoencefálica. La interleuquina

1 (IL1) circulante puede actuar en neuronas del organum vasculosum de la lamina

terminalis (OVLT) que contienen COX-2 (ciclooxigenasa 2) induciendo la

secreción local de prostaglandinas, en el cerebro. (33)

32

En estados de estrés crónico se produce hipersecreción de glucocorticoides lo que

induce la activación de macrófagos tanto a nivel periférico como central, esto

lleva a un aumento en los mediadores pro inflamatorios, primordialmente de IL1b.

El estrés activa tanto al eje HPA como al sistema nervioso simpático, por lo cual

afecta también al sistema inmune. La respuesta del sistema inmune al estrés está

dada por un conjunto de señales que involucra catecolaminas, glucocorticoides,

endorfinas y otros neuropéptidos. Los cambios que suceden en el cerebro y en el

sistema endocrino inevitablemente producen cambios en las funciones inmunes, al

igual que el sistema inmune es capaz de modular funciones de neurotransmisión

central y endocrinas. Estas citoquinas proinflamatorias perturban las funciones

monoaminérgicas centrales y activan el eje HPA, IL1, IL6 y TNF alfa; además

incrementan los cambios inflamatorios en el cerebro estimulando COX-2 para que

produzca prostaglandina E2 que es capaz de modular la liberación de monoaminas

en el cerebro. El estrés involucra estímulos que perturban el estado físico del

organismo dando una respuesta general y somática conocida como síndrome de

adaptación general. Tanto el sistema inmune y el endocrino están alterados en un

trastorno depresivo; sin embargo, no se conoce aún el mecanismo que regula, o

desregula, estos sistemas. (33)

2.2.6.1.5 Implicación de la Neurogénesis.

La implicación de la neurogénesis en trastornos del ánimo como la depresión, se

basa principalmente en estudios sobre el efecto del estrés y los tratamientos

antidepresivos. Por ejemplo en un tratamiento con antidepresivos de 2 a 3

semanas se ha encontrado que aumenta la proliferación y la neurogénesis en

hipocampo. Según algunos estudios se ha hipotetizado que la depresión puede

aparecer como consecuencia de una falla en la plasticidad sináptica en el SNC,

misma que puede ser revertida por factores neurotróficos provocados por el

tratamiento con antidepresivos, induciendo finalmente un aumento de la

neurogénesis. El estrés crónico produce atrofia en el hipocampo, mismo que

puede ser revertido por la acción de los antidepresivos. Según la evidencia de

algunos estudios indican que existe una reducción del volumen hipocampal que se

correlaciona con la duración de la enfermedad depresiva, lo cual llevaría a pensar

33

que esta disminución podría ser causada por la depresión. Sin embargo, aún no se

ha llegado a un consenso en cuanto a la relación entre el volumen hipocampal y

este tipo de enfermedades. La inhibición de la neurogénesis no sería la principal

causa de la enfermedad depresiva, pero sí estaría altamente implicada en el

proceso de reversión por antidepresivos. (33)

2.2.6.2 Factores psicológicos

Múltiples orientaciones psicológicas han identificado modelos y factores que

revelan la aparición y mantenimiento de un cuadro depresivo. El entorno

psicosocial y los eventos que tuvieron lugar durante la infancia del paciente

resultan fundamentales en la evaluación de un paciente depresivo. (32)

Teorías cognitivas: relacionada con distorsiones cognitivas en personas propensas

a la depresión (por mediación de esquemas depresógenos, moldes cognitivos que

originarían percepciones alteradas de datos por experiencias tempranas del

sujeto). (8)

Desde el modelo cognitivo de Beck, la depresión se caracteriza por un

procesamiento negativamente distorsionado de la realidad, en lo cual está presente

una visión negativa del yo, del mundo y del futuro, denominada tríada cognitiva.

(32)

Teorías conductuales: por mecanismos de indefensión aprendida; presencia de

varios acontecimientos externos adversos. Algunos factores causales internos

conllevarían la pérdida de autoestima. (8)

Teorías psicodinámicas: ante la vivencia de una pérdida, real o imaginaria, el yo

claudica ante la misma (clásico aforismo de que “la sombra del objeto cae sobre el

yo”). Al existir afectos ambivalentes de amor-odio, la ira se dirigiría hacia el

propio individuo, en relación a este objeto introyectado. (8)

Factores de personalidad: ningún rasgo o tipo de personalidad por si solo

predispone a una persona a la depresión; todos los seres humanos, cualquiera que

sea su patrón de personalidad, pueden deprimirse bajo circunstancias apropiadas.

Las personas con ciertos trastornos de la personalidad obsesiva compulsiva,

34

histriónico y borderline pueden estar en mayor riesgo de depresión, de recaídas,

que las personas con trastorno de personalidad antisocial o paranoide. Estos

últimos pueden utilizar la proyección y otros mecanismos de defensa exterior para

protegerse de su rabia interior. (8) (11) (32)

2.2.6.3 Factores ambientales

Una observación clínica de larga data es que los eventos estresantes de la vida con

más frecuencia preceden a los episodios depresivos, una teoría propuesta para

explicar esta asociación es que el estrés que acompaña al primer episodio resulta

en cambios duraderos en la biología del cerebro. Estos cambios duraderos pueden

alterar los estados funcionales de varios neurotransmisores y sistemas de

señalización intraneuronal, cambios que pueden incluso incluir la pérdida de

neuronas y una reducción excesiva en los contactos sinápticos. Como resultado,

una persona tiene un alto riesgo de sufrir episodios posteriores, incluso sin un

factor de estrés externo. (11)

Los datos más convincentes indican que el evento de la vida más frecuentemente

asociado con el desarrollo de la depresión es la pérdida de un padre antes de los

11 años. El estrés ambiental más a menudo asociado con el inicio de un episodio

de depresión es la pérdida de un cónyuge. Otro factor de riesgo es el desempleo;

las personas sin trabajo son tres veces más propensas a reportar síntomas de un

episodio de depresión mayor que aquellas que están empleadas. (11)

Los principales factores estresantes y psicosociales que aumentan el riesgo y

pueden precipitar la depresión son:

Abuso (físico, psíquico, sexual, abandono) en la infancia. En prepúberes el

ambiente es más importante que la genética.

Dolor crónico o enfermedad médica.

Estresantes psicosociales (viudedad, divorcio, soledad, duelo,

acontecimientos vitales negativos, escasez de recursos socioeconómicos,

situación laboral).

35

Los fármacos o sustancias de abuso también incrementan el riesgo de

depresión: reserpina, betabloqueantes, corticosteroides, cocaína,

anfetaminas, sedantes y alcohol. (32)

2.2.7 Clasificación Diagnóstica

Para el diagnóstico se dispone de criterios consensuados que se acopian en la

décima revisión de la Clasificación Internacional de Enfermedades CIE-10 (World

Health Organization, 1992) y en la quinta edición de la Clasificación de la

American Psychiatric Association 2014 DSM-V (Diagnostic and Statistical

Manual of mental disorders), los síntomas deben estar presentes durante, al

menos, 2 semanas y la gravedad de los episodios se fundamenta en el número,

tipo e intensidad de los síntomas y en el grado de deterioro funcional. (5)

“Según el DSM V (Clasificación de Trastorno Depresivo), y su respectiva

codificación.

a. Trastorno de desregulación perturbador del estado de ánimo. 296.99.

CIE 10 (F34.8).

b. Trastorno de depresión mayor

Episodio único

Leve 296.21 CIE 10 (F32.0).

Moderado 296.22 CIE 10 (F32.1).

Grave 296.23 CIE 10 (F32.2).

Con características psicóticas 296.24 CIE 10 (F32.3).

En remisión parcial 296.25 CIE 10 (F32.4).

En remisión total 296.26 CIE 10 (F32.5)

No especificado 296.20 CIE 10 (F32.9)

Episodio recurrente

Leve 296.31 CIE 10 (F33.0).

36

Moderado 296.32 CIE 10 (F33.1).

Grave 296.33 CIE 10 (F33.2).

Con características psicóticas 296.34 CIE 10 (F33.3).

En remisión parcial 296.35 CIE 10 (F33.41).

En remisión total 296.36 CIE 10 (F33.42).

No especificado 296.30 CIE 10 (F33.9).

c. Trastorno depresivo persistente (distimia) 300.4 CIE 10 (F34.1).

d. Trastorno disfórico premenstrual 625.4 CIE 10 (N94.3).

e. Trastorno depresivo inducido por sustancias/medicamentos

f. Trastorno depresivo debido a otra afección médica 293.83 (___.__).

Con características depresivas (F06.31).

Con episodio de tipo de depresión mayor (F06.32).

Con características mixtas (F06.34).

g. Otro trastorno depresivo especificado 311 CIE 10 (F32.8).

h. Trastorno depresivo no especificado 311 CIE 10 (F32.9)”. (34)

2.2.8 Clínica y Diagnóstico

La depresión se manifiesta en un espectro de síntomas y de severidad y sus

manifestaciones clínicas son heterogéneas. Puede abarcar diferentes formas

clínicas o subtipos depresivos concretos. Esta heterogeneidad clínica y también

etiopatogénica supone una controversia al propio diagnóstico, ya que diferentes

autores plantean la existencia de diferentes enfermedades contenidas bajo el

mismo diagnóstico. Es primordial realizar una exhaustiva exploración general del

estado mental de la persona, valorando las funciones cognoscitivas, el humor, la

afectividad y los sentimientos, el pensamiento, la sensoropercepción, la conducta

y los síntomas somáticos. (32)

El poder contar con la información y cooperación de terceros resulta útil para el

enfoque diagnóstico y terapéutico (mecanismos de defensa del paciente, aspectos

culturales, conciencia del trastorno). La exploración no debe convertirse en un

37

interrogatorio sino que en el propio discurso y contacto del paciente se encontrará

sintomatología que nos orientará a un diagnóstico. Después se podrán realizar las

preguntas cerradas (dirigidas) necesarias para afinar ciertos aspectos

psicopatológicos que no hayan quedado suficientemente claros. (8)

Las características clínicas de la depresión abarcan cuatro grandes categorías:

a. Estado de ánimo (afecto): triste, melancólico, infeliz, hundido, vacío,

preocupado, irritable.

b. Cognición: pérdida de interés, dificultades en la concentración, baja

autoestima, pensamientos negativos, indecisión, ideas suicidas, ideas de

muerte, ideas de negación, ideas de ruina, ideas de culpa, alucinaciones,

delirio, alteraciones anmésicas y del rendimiento en general

c. Conducta: retraso o agitación psicomotriz, llantos, abstinencia social,

dependencia, suicidio.

d. Somático (físico): trastornos del sueño (insomnio o hipersomnia), fatiga,

aumento o disminución del apetito, pérdida o aumento de peso, dolor,

molestias gastrointestinales, disminución de la líbido, Inhibición motora

que puede llegar al estupor. (2) (3)

Criterios clínicos según el DSM V de:

2.2.8.1 Trastorno Depresivo Mayor

A. “Cinco (o más) de los síntomas siguientes han estado presentes durante el

mismo período de dos semanas y representan un cambio del funcionamiento

previo; al menos uno de los síntomas es (1) estado de ánimo deprimido o (2)

pérdida de interés o de placer.

Nota: No incluir síntomas que se pueden atribuir claramente a otra afección

médica.

1. Estado de ánimo deprimido la mayor parte del día, casi todos los días, según se

desprende de la información subjetiva (p. ej., se siente triste, vacío, sin esperanza)

38

o de la observación por parte de otras personas (p. ej., se le ve lloroso). (Nota: En

niños y adolescentes, el estado de ánimo puede ser irritable.)

2. Disminución importante del interés o el placer por todas o casi todas las

actividades la mayor parte del día, casi todos los días (como se desprende de la

información subjetiva o de la observación).

3. Pérdida importante de peso sin hacer dieta o aumento de peso (p. ej.,

modificación de más del 5% del peso corporal en un mes) o disminución o

aumento del apetito casi todos los días. (Nota: En los niños, considerar el fracaso

para el aumento de peso esperado.)

4. Insomnio o hipersomnia casi todos los días.

5. Agitación o retraso psicomotor casi todos los días (observable por parte de

otros; no simplemente la sensación subjetiva de inquietud o de enlentecimiento).

6. Fatiga o pérdida de energía casi todos los días.

7. Sentimiento de inutilidad o culpabilidad excesiva o inapropiada (que puede ser

delirante) casi todos los días (no simplemente el autorreproche o culpa por estar

enfermo).

8. Disminución de la capacidad para pensar o concentrarse, o para tomar

decisiones, casi todos los días (a partir de la información subjetiva o de la

observación por parte de otras personas).

9. Pensamientos de muerte recurrentes (no sólo miedo a morir), ideas suicidas

recurrentes sin un plan determinado, intento de suicidio o un plan específico para

llevarlo a cabo.

B. Los síntomas causan malestar clínicamente significativo o deterioro en lo

social, laboral u otras áreas importantes del funcionamiento.

C. El episodio no se puede atribuir a los efectos fisiológicos de una sustancia o de

otra afección médica.

Nota: Los Criterios A–C constituyen un episodio de depresión mayor.

39

D. El episodio de depresión mayor no se explica mejor por un trastorno

esquizoafectivo, esquizofrenia, un trastorno esquizofreniforme, trastorno

delirante, u otro trastorno especificado o no especificado del espectro de la

esquizofrenia y otros trastornos psicóticos.

E. Nunca ha habido un episodio maníaco o hipomaníaco”. (34)

Especificar si:

Con ansiedad: “La ansiedad se define como la presencia de dos o más de los

síntomas siguientes durante la mayoría de los días de un episodio de depresión

mayor o trastorno depresivo persistente (distimia):

1. Se siente nervioso o tenso.

2. Se siente inhabitualmente inquieto.

3. Dificultad para concentrarse debido a las preocupaciones.

4. Miedo a que pueda suceder algo terrible.

5. El individuo siente que podría perder el control de sí mismo.

Especificar la gravedad actual: Leve: Dos síntomas. Moderado: Tres síntomas.

Moderado-grave: Cuatro o cinco síntomas. Grave: Cuatro o cinco síntomas y con

agitación motora. (34)

Según el CIE 10, criterios de acuerdo a la gravedad del trastorno depresivo.

2.2.8.2 Episodio depresivo leve

A. “Deben cumplirse los criterios generales de episodio depresivo.

B. Presencia de, por lo menos dos de los tres síntomas siguientes:

1. Humor depresivo hasta un grado claramente anormal para el

individuo, presente la mayor parte del día y casi cada día, apenas

influido por las circunstancias externas y persistentes durante al

menos dos semanas.

40

2. Pérdida de interés o de la capacidad de disfrutar en actividades que

normalmente eran placenteras.

3. Disminución de la energía o aumento de la fatigabilidad

C. Además, debe estar presente uno o más síntomas de la siguiente lista para

que la suma total sea al menos de cuatro:

1. Pérdida de la confianza o disminución de la autoestima.

2. Sentimientos no razonables de autoreproche o de culpa excesiva e

inapropiada.

3. Pensamientos recurrentes de muerte o suicidio, o cualquier conducta

suicida.

4. Quejas o pruebas de disminución en la capacidad de pensar o concentrarse,

tales como indecisión o vacilación.

5. Cambio en la actividad psicomotriz, con agitación o enlentecimiento (tanto

subjetiva como objetiva).

6. Cualquier tipo de alteración del sueño.

7. Cambio en el apetito (aumento o disminución) con el correspondiente

cambio de peso”. (5)

2.2.8.3 Episodio depresivo moderado

A. “Deben cumplirse los criterios generales de episodio depresivo.

B. Presencia de, por lo menos dos de los tres síntomas descritos en el criterio

B del episodio depresivo leve (descrito anteriormente).

C. Presencia de síntomas adicionales del criterio C del episodio depresivo

leve (descrito anteriormente), para sumar al menos seis síntomas”. (5)

2.2.8.4 Episodio depresivo grave sin síntomas psicóticos

“Episodio depresivo en el que varios de los síntomas descritos anteriormente son

marcados y afectan al paciente; son típicas la pérdida de autoestima y las ideas de

autodesprecio o culpa. También son comunes las ideas o actos suicidas y suelen

estar presentes unos cuantos síntomas somáticos”.

A. “Deben cumplirse los criterios generales de episodio depresivo.

41

B. Presencia de los tres síntomas descritos en el criterio B del episodio

depresivo leve (descrito anteriormente).

C. Presencia de síntomas adicionales del criterio C del episodio depresivo

leve (descrito anteriormente), hasta un total de al menos ocho.

D. Ausencia de alucinaciones, ideas delirantes o estupor depresivo”. (5)

2.2.8.5 Episodio depresivo grave con síntomas psicóticos

“Un episodio de depresión tal como se describe en el episodio grave, pero con la

presencia de alucinaciones, ideas delirantes, enlentecimiento psicomotriz o

estupor suficientemente graves que imposibilitan las actividades sociales

ordinarias. La vida del paciente puede estar en peligro por riesgo de suicidio,

deshidratación o inanición. Las alucinaciones y las ideas delirantes pueden o no

ser congruentes con el estado de ánimo”.

A. “Deben cumplirse los criterios generales de episodio depresivo.

B. Deben cumplirse los criterios de episodio depresivo grave sin síntomas

psicóticos, a excepción del criterio D.

C. No se cumplen los criterios de esquizofrenia ni de trastorno

esquizoafectivo.

D. Presencia de cualquiera de los siguientes:

1. Ideas delirantes o alucinaciones, diferentes a las descritas como

típicas de la esquizofrenia. Los ejemplos más comunes son las de

contenido depresivo, de culpa, hipocondríaco, nihilístico,

autoreferencial o persecutorio.

2. Estupor depresivo. (5)

“Puede especificarse un quinto carácter para especificar si los síntomas psicóticos

son o no congruentes con el estado de ánimo:

Con síntomas psicóticos congruentes con el estado de ánimo (por ejemplo, ideas

delirantes de culpa, inutilidad, de enfermedad corporal o de desastre inminente, o

alucinaciones auditivas de burla o condenatorias).

42

Con síntomas psicóticos no congruentes con el estado de ánimo (por ejemplo,

ideas delirantes de persecución o autorreferenciales o alucinaciones sin un

contenido afectivo)”. (5)

Para el diagnóstico de depresión en niños, deberán emplearse técnicas verbales y

no verbales, ya que existen limitaciones cognitivas, dificultades para reconocer

varios síntomas o para verbalizar sus ideas y pensamientos, por lo que resulta

necesaria la información aportada por los padres y el entorno escolar. Las

manifestaciones sintomáticas están marcadas por la edad del niño, y pueden

agruparse según su desarrollo evolutivo: (35)

Menores de 7 años: la ansiedad constituye el síntoma más usual, además

presentan irritabilidad, rabietas, llanto inmotivado, quejas somáticas, pérdida de

interés por los juegos habituales, cansancio o aumento de la actividad motora,

abulia, retraso ponderal o psicomotor y dificultad en el desarrollo emocional. (35)

De 7 años a la edad puberal: se agrupa a los síntomas en 3 esferas: a) esfera

afectiva y conductual: irritabilidad, agresividad, agitación o inhibición

psicomotriz, astenia, apatía, tristeza, aburrimiento, culpabilidad y en ocasiones

ideas recurrentes de muerte; b) esfera cognitiva y actividad escolar: baja

autoestima, disminución del rendimiento escolar y concentración, fobia escolar,

trastornos de conducta en el colegio y en la relación con sus pares y c) esfera

somática: cefaleas, dolor abdominal, trastornos del control de esfínteres, trastorno

del sueño (insomnio o hipersomnia), disminución o aumento del apetito. (35) (16)

En adolescentes (de los 10 a 19 años): dentro de los síntomas más relevantes:

conductas negativas y disociales, abuso de alcohol y sustancias, irritabilidad,

inquietud, agresividad, aislamiento, descuido del aseo personal y autocuidado,

retraimiento social, tristeza, anhedonia, autorreproches, autoimagen deteriorada,

disminución de la autoestima, pensamientos relativos al suicidio. (35) (16)

En la población anciana: se dan manifestaciones clínicas atípicas (sobre todo de

tipo somáticas) que enmascaran el diagnóstico, es fundamental valorar si existe

deterioro cognitivo, puede correlacionarse con la pérdida del cónyuge,

43

enfermedad médica concurrente, aislamiento social, jubilación, independencia.

(35)

2.2.9 Métodos de evaluación

Existen varias escalas auto y heteroaplicadas que valoran los síntomas presentes

con el objetivo de orientar el diagnóstico. Se debe considerar una serie de

caracteres en la elección de una adecuada escala, incluyendo su exactitud

diagnóstica en la población que se examina y la viabilidad de su administración.

Los factores que afectan la viabilidad incluyen el número de preguntas,

puntuación y facilidad de interpretación y el nivel de lectura requerido. (36)

El instrumento de evaluación que se elegirá, dependerá fundamentalmente del

objetivo de ella. (37)

Entre las más empleadas tenemos:

2.2.9.1 Inventario de Depresión de Beck (Beck Depression Inventory- BDI)

Es el test más empleado en la detección de síntomas depresivos y la

cuantificación de su gravedad en adultos y adolescentes, El Beck Depression

Inventory II (BDI-II) (adaptada al castellano por Sanz et al.) es la versión más

reciente, consta de 21 ítems, en cuanto a su fiabilidad tiene un coeficiente alfa de

0,89. Presenta un buen coeficiente de correlación convergente con otras medidas

de autoinforme y de heteroevaluación de la depresión cuya mediana es (0,68).

(35) (18)

2.2.9.2 Escala de Depresión de Hamilton (Hamilton Rating Scale for

Depression- HRSD o HAM)

Es una escala heteroaplicada con hasta 24 ítems que evalúa la intensidad o

gravedad de la depresión, frecuentemente empleada para monitorizar la evolución

de los síntomas depresivos en la práctica y en investigación. Evalúa preguntas

sobre sentimientos de culpa, pensamientos de suicidio, hábitos de sueño y otros

síntomas de depresión. La fiabilidad se encuentra entre 0,65 y 0,90. En cuanto a la

44

validez, la correlación entre la HRSD y los instrumentos administrados por un

clínico y un evaluador varían entre 0,8 y 0,9. (11) (35) (18)

2.2.9.3 Escala de depresión de Zung

Escala autoaplicada formada por 20 ítems, puntuando con una escala tipo Likert

de 4 puntos, los índices de fiabilidad son buenos (índices de 0,70-0,80 en la

fiabilidad dos mitades, índice a de Cronbach entre 0,79 y 0,92). En cuanto a los

índices de correlación con otras escalas (HRSD, BDI) y con el juicio clínico

global oscilan entre 0,50 y 0,80, con una sensibilidad (85%) y especificidad (75%)

en la detección de casos en población clínica o general. (35) (18)

2.2.9.4 Escala de Depresión de Montgomery (Montgomery-Asberg Depression

Rating Scale - MADRS)

Es una escala heteroaplicada o autoaplicada con 10 ítems que evalúan la gravedad

de los síntomas depresivos en la última semana o los tres últimos días. Fue

planteada para valorar los efectos del tratamiento, definiendo la respuesta al

tratamiento igual que la HRDS. La fiabilidad interevaluadores de esta escala es de

0,97 entre psiquiatras y médicos de familia. (35) (18)

Existen cuestionarios cortos que van entre 2 a 10 preguntas funcionan muy bien

para detección de trastorno depresivo, entre estos tenemos el PHQ-9, el PHQ-2, el

Inventario de Depresión de Beck para Atención Primaria y el WHO-5. (36)

2.2.9.5 Cuestionario sobre la Salud del Paciente (Brief Patient Health

Questionnaire PHQ-9)

Es la versión autoaplicada del módulo de depresión del PRIME-MD (Primary

Care Evaluation of Mental Disorders Procedure). La versión en español consta de

9 ítems que evalúan la presencia de síntomas depresivos (correspondientes a los

criterios DSM-IV) presentes en las últimas 2 semanas. Cada ítem tiene un índice

de severidad correspondiente a: 0 = “nunca”, 1 = “algunos días”, 2 = “más de la

mitad de los días” y 3 = “casi todos los días”, con un rango de puntuación entre 0

a 27. La validez y fiabilidad de la PHQ-9, tiene sensibilidad de un 92% y

especificidad de 89% en la detección de pacientes depresivos, un coeficiente Alfa

45

de Cronbach de 0,835, lo que indica un instrumento fiable que efectúa mediciones

estables y consistentes. (38)

Esta escala tiene un valor predictivo positivo de 45 por ciento, una calificación

inferior a 10 en el PHQ-9 produce un valor predictivo negativo del 99 por ciento.

(36)

En un estudio encontraron que el PHQ-9 demostró una fuerte correlación con una

medida bien establecida de depresión, usando un corte de ≥13, buena sensibilidad

(0,83) y especificidad (0,72). Esta primera validación integral del PHQ-9 en una

gran muestra psiquiátrica apoyó su uso para valorar la severidad de depresión

como la respuesta a un tratamiento. También se desempeñó bien como un

cribador para detectar un episodio depresivo actual utilizando un límite superior

de lo previamente recomendado para las muestras de atención primaria. (39)

El diagnóstico de depresión mayor se sugiere cuando 5 de los 9 síntomas han

estado presentes “más de la mitad de los días” en las últimas dos semanas y uno

de los síntomas está relacionado con el estado de ánimo o anhedonia. El ítem de

ideación suicida se considera positivo para el diagnóstico independientemente de

su duración Además añade una pregunta adicional para profundizar en el grado de

interferencia de los síntomas en la vida diaria. (35)

Son los dos ítems referidos al estado de ánimo y anhedonia del PHQ-9 (durante el

pasado mes: ¿se ha sentido desanimado/a, deprimido/a o sin esperanza? y ¿ha

tenido poco interés o ha disfrutado poco haciendo cosas). La respuesta es

dicotómica (sí/no) y tiene un punto de corte de 1. Recomendada para la

identificación de la depresión en pacientes con factores de riesgo. (35)

Según los puntajes obtenidos en la escala, se obtiene la siguiente clasificación:

Síndrome depresivo mayor (SDM): presencia de 5 o más de los 9 síntomas

depresivos con un índice de severidad de “más de la mitad de los días (≥2), y que

uno de los síntomas sea ánimo depresivo o anhedonia. Se considera depresión

leve con puntuación de 10-14, depresión moderada entre 15-19 y depresión

severa ≥20 puntos. (38)

46

Con menos de 10 puntos se considera ausencia o síntomas depresivos mínimos,

produce un valor predictivo negativo del 99 por ciento.

Se puede subclasificar en:

Otro síndrome depresivo (OSD): presencia de dos, tres o cuatro síntomas

depresivos por “más de la mitad de los días” (≥ 2), y que uno de los síntomas sea

ánimo depresivo o anhedonia.

Síntomas depresivos positivos (SD+): presencia de al menos uno o dos de los

síntomas depresivos, pero no alcanza a completar los criterios anteriores. (38)

Síntomas depresivos negativos (SD-): no presenta ningún criterio diagnóstico

“más de la mitad de los días” (valores < 2). (38)

Resultados de estudios de validación de este cuestionario apoyan la validez de la

escala de depresión de PHQ, que parece ser una herramienta útil para reconocer

no sólo la depresión mayor sino también el trastorno depresivo sub-umbral en la

población general. (40)

Kendel et. al. Valoraron dos escalas de cribado para el screening de depresión

concluyeron que la forma abreviada del PHQ-9 parece ser un instrumento

económico y válido para la Screening de la depresión, que indica la misma

construcción latente que es capturada por seis ítems de la HADS-D. (41)

Ganguly et. al. estudiaron una población adolescentes hindúes, el PHQ-9 resultó

ser una herramienta de detección psicométricamente sólida para uso de pediatras

en un entorno de atención primaria en la India. Debido a que es un cuestionario

corto, sencillo y fácil de administrar, el PHQ-9 tiene un tremendo potencial para

ayudar a abordar el creciente problema de la depresión entre los adolescentes de

los países en desarrollo. Con una puntuación mayor de 10 tiene una sensibilidad

para la depresión mayor del 88%, una especificidad del 88% y una razón de

verosimilitud positiva de 7. Antes de hacer un diagnóstico clínico de un trastorno

depresivo, se espera que el clínico descarte las causas físicas de la depresión, el

duelo normal y la historia de un episodio maníaco. (42)

47

Los resultados de un estudio sugieren que cuando se aplica en la población

general de edad avanzada el PHQ-9 debe interpretarse en términos de un

algoritmo diagnóstico para las decisiones clasificatorias en el diagnóstico

probable basado en DSM-IV de la depresión más que como una escala

dimensional. (43)

El PHQ-9 también se ha utilizado para evaluar la depresión entre las personas con

discapacidad visual según reporte de otros estudios. Dados los antecedentes

mencionados, es importante destacar que es un instrumento que no sólo permite

realizar la pesquisa de pacientes con trastorno depresivo sino también definir la

severidad de dicho cuadro y el seguimiento del tratamiento. (38)

En un estudio de validación del PHQ-9 en personas con discapacidad visual del

Sur de India, encontraron que el desempeño del PHQ-9 modificado es igual al del

original, aunque en un contexto cultural diferente (población india con

discapacidad visual). Reveló que el instrumento tiene propiedades psicométricas

aceptables: unidimensionalidad, buena fiabilidad, orientación satisfactoria y una

buena función en la escala de grados, constituye un breve instrumento para

evaluar la depresión que se puede administrar con relativa facilidad en un formato

de entrevista por personal capacitado a pacientes con discapacidades visuales

durante las consultas de rehabilitación de baja visión. (44)

Durante un tratamiento una disminución ≥ 50 por ciento se considera típicamente

como una respuesta clínica significativa. (45)

También se ha reportado su eficacia en niños y adolescentes entre 13-18 años.

(18)

2.2.10 Diagnóstico Diferencial

Los síntomas del trastorno depresivo no son patognomónicos, por lo que el

diagnóstico diferencial debe orientarse a verificar si la etiología es idiopática o

secundaria a otra patología médica, dentro de las principales enfermedades

médicas tenemos: alteraciones del SNC: Enfermedad de Parkinson, esclerosis

múltiple, enfermedad de Wilson, enfermedad de Alzheimer estadio precoz,

48

accidente vascular cerebral, tumores, síndrome post-contusión y hematoma

subdural, hidrocefalia normotensiva, enfermedad de Huntington, demencia

relacionada con sida, neurosífilis. Disfunción endócrina, hipotiroidismo,

enfermedad de Cushing, enfermedad de Addison, diabetes. Enfermedades del

colágeno como el Lupus eritematoso sistémico. Miocardiopatías, anemias de

distinta etiología, síndrome carcinoide, fibromialgia, carcinoma cabeza de

páncreas, mononucleosis infecciosa. Los cuadros depresivos asociados a

enfermedad médica regularmente aparecen durante el primer mes desde la

aparición de la enfermedad. (32)

Los cambios interictales asociados con la epilepsia del lóbulo temporal pueden

imitar un trastorno depresivo, especialmente si el foco epiléptico está en el lado

derecho. La depresión es una característica común de las enfermedades

cerebrovasculares, particularmente en los 2 años después del episodio. La

depresión es más común en lesiones cerebrales anteriores que en lesiones

cerebrales posteriores, los tumores de las regiones diencefálicas y temporales

están particularmente asociados a síntomas del trastorno depresivo. (11)

Con otras patologías de origen psíquico: Trastorno bipolar: es importante explorar

por cuadros maniacos o hipomaniacos entre episodios depresivos. Distimia:

intensidad menor y duración de más de dos años. Pseudodemencia/Demencia en

personas mayores: implica un trastorno cognitivo progresivo, en cuadros

demenciales el paciente suele negar, minimizar o tratar de ocultar los déficits,

frente al predominio de quejas cognitivas del depresivo. Puede existir una

variación diurna en los problemas cognitivos, que no se observa en las demencias

primarias. Los pacientes deprimidos con dificultades cognitivas a menudo no

tratan de responder preguntas, mientras que los pacientes con demencia pueden

confabular, durante una entrevista, a veces los pacientes deprimidos pueden ser

entrenados y estimulados a recordar, una habilidad que los pacientes con

demencia carecen. Trastorno adaptativo: la clínica depresiva es de menor

intensidad, no tiene entidad de trastorno depresivo mayor y está asociada a la

existencia de factores estresantes. Trastornos obsesivos: la diferencia se encuentra

en la aparición de las ideas obsesivas en edades más tardías, el carácter episódico

49

de las mismas y su desaparición cuando mejora el cuadro afectivo. Trastornos de

personalidad: presencia de rasgos de carácter. Trastorno esquizoafectivo y

esquizofrenia: la ideación delirante y las alucinaciones pueden aparecer en

ausencia de un cuadro afectivo. Trastorno de ansiedad: tal vez es más difícil ya

que existe trastorno depresivo con marcada ansiedad, un resultado anormal en la

prueba de supresión de dexametasona, la presencia de latencia REM reducida en

un electroencefalograma de sueño (EEG) y un resultado negativo en la prueba de

infusión de lactato apoyan un diagnóstico de trastorno depresivo mayor en casos

particularmente ambiguos. (8) (11) (32)

Reacciones vivenciales normales como por ejemplo, el duelo: la afectación

afectiva es congruente con la circunstancia que la causa. (32)

Con el consumo de drogas (alcohol, alucinógenos, estimulantes, inhalantes,

opiáceos). Dentro de los fármacos que más frecuentemente pueden provocar o

desencadenar síntomas depresivos son la amantadina, antihipertensivos,

antipsicóticos, antirretrovirales, citostáticos, corticoides, estrógenos, interferón,

opiáceos, propanolol, reserpina. Intoxicaciones por plomo, quinina, mercurio,

monóxido de carbono, bismuto. (32) (35)

Es primordial efectuar una historia clínica completa, exploración física y

exámenes de laboratorio que incluyan biometría hemática, perfil bioquímico,

perfil endocrinológico (prueba de supresión de Dexametasona, TRH, T4 y TSH) o

de neuroimagen (resonancia magnética cerebral) podrían estar indicados si se

sospecha una implicación hormonal o cerebral, respectivamente. (32) (35)

2.2.11 Comorbilidad

Las personas que padecen de trastorno depresivo tienen mayor riesgo de presentar

trastornos mentales asociados, los más frecuentes el abuso de sustancias, el

trastorno de angustia, el trastorno obsesivo compulsivo y la ansiedad social. El

abuso de sustancias es más frecuente en hombres, mientras que la ansiedad es más

frecuente en mujeres. Estas comorbilidades empeoran el pronóstico y aumentan

notablemente el riesgo de suicidio. (11) (32)

50

2.2.12 Complicaciones

Se ha descrito que la depresión puede empeorar la salud general de las personas,

además que aumenta el deterioro cognitivo en la población geriátrica. Empeora o

retrasa la recuperación de enfermedades comórbidas, se asocia con mayor

mortalidad global, mortalidad es mayor en hombres que en mujeres y más

frecuente en la vejez. Existe un deterioro del funcionamiento psicosocial mismo

que tiene una relación directa con la gravedad de los síntomas. Se da una

disminución del rendimiento físico, socio-laboral y familiar, lo que conlleva a una

baja calidad de vida, real percibida. Los cuadros graves pueden resultar altamente

incapacitantes, e incluso comprometer severamente el autocuidado. Una vez

empezada la enfermedad depresiva, el 20% del tiempo de la vida del paciente está

ocupado por episodios depresivos. (32)

La depresión puede considerarse un factor de riesgo para el abuso de sustancias, o

bien constituir la causa del mismo, es alta la comorbilidad de esta patología dual,

puede existir aumento del abuso de alcohol, además la depresión mayor predice

un pronóstico y un resultado del tratamiento pobres entre los pacientes

dependientes a sustancias. La principal complicación, por su gravedad, sería el

suicidio que bien llega a ser consumado o queda como tentativas suicidas. Desde

el punto de vista estadístico, puede decirse que la tasa de intento de suicidio

aumenta exponencialmente a partir de los 65 años, y que es de dos a tres veces

más frecuente en varones. Las tentativas suicidas son más frecuentes en la

población joven y en mujeres (3:1). El suicidio es un importante problema de

salud pública, en gran medida prevenible. Se ha descrito, a través de autopsias

psicológicas, que hasta el 90% de las víctimas de suicidio tenían un trastorno

psiquiátrico y que, en un 60% de los suicidios consumados, existía un trastorno

del humor. En un persona con trastorno depresivo resulta primordial evaluar el

riesgo de suicidio tomando en cuenta los siguientes factores: presencia de intentos

de suicidio previos, trastornos mentales comórbidos, abuso de sustancias,

presencia de desesperanza, ansiedad, agitación e ideación suicida, enfermedad

física, cronicidad, dolor o discapacidad, historia familiar de suicidio, factores

sociales y antecedentes de suicidio en el entorno. (32)

51

2.2.13 Tratamiento

El objetivo del tratamiento en el trastorno depresivo es buscar la remisión

completa de los síntomas, el mantenimiento de esta remisión completa, disminuir

el riesgo de recaídas y recurrencias, minimizar el riesgo de suicidio y restablecer

el funcionamiento socio-laboral. (32) (46)

2.2.13.1 Tratamiento farmacológico

Los fármacos antidepresivos son la primera elección terapéutica, el uso de

farmacoterapia específica aproximadamente duplica las probabilidades de que un

paciente deprimido se recupere en 1 mes. Todos los antidepresivos actualmente

disponibles pueden tomar hasta 3 a 4 semanas para ejercer efectos terapéuticos

significativos, aunque pueden comenzar a mostrar sus efectos antes. (11)

En teoría la mejor forma de elegir un tratamiento sería la evidencia,

desafortunadamente existe pocas evidencias de superioridad de una opción sobre

otra y mucha controversia sobre los metaanálisis que comparan los antidepresivos

entre sí. Los pacientes que reciben un tratamiento con antidepresivos a menudo

experimentan una mejoría en sus síntomas, y cuando esta mejoría llega a reducir

los síntomas en un 50% o más recibe el nombre de respuesta. (46)

Existen varios grupos de antidepresivos, entre los cuales se encuentran los

antidepresivos tricíclicos, los inhibidores de la monoaminooxidasa (IMAO), los

inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS), los inhibidores de la

recaptación/agonistas parciales de serotonina (SNRIs), los inhibidores de la

recaptación de serotonina/norepinefrina (SNRIs), inhibidores de la recaptación de

norepinefrina-dopamina (NDRIs), inhibidores selectivos de la recaptación de

norepinefrina (NRIs) los antidepresivos acción duales, agomelatina. (8) (11) (46)

Los antidepresivos actúan sobre la neurotransmisión monoaminérgica, existe un

bloqueo de uno o más de los transportadores de serotonina, norepinefrina y/o

dopamina. Esta acción farmacológica sobre los transportadores de monoaminas es

consistente con la hipótesis de la monoamina en la depresión la cual afirma que

las monoaminas están de alguna forma agotadas, y cuando son de alguna forma

52

estimuladas con antidepresivos remite este trastorno. La elevación aguda de los

niveles sinápticos de neurotransmisor puede llevar a una regulación a la baja y

desensibilización de los receptores postsinápticos a lo largo del tiempo. (46)

Actualmente existe una nueva hipótesis para explicar los efectos de los

antidepresivos que es la neuroplasticidad neuronal. Esta hipótesis propone que los

cambios que esas drogas producen sobre diversos sistemas, entre ellos el sistema

nervioso, el inmune y el endocrino, son capaces de inducir cambios

neuroadaptativos en el cerebro. “La neuroplasticidad ha sido definida como la

habilidad del cerebro para reorganizarse a sí mismo y formar nuevas conexiones

neuronales a lo largo de la vida”. Se plantea que el mecanismo por el cual los

antidepresivos logran sus efectos es mediante la neuroplasticidad. (33)

Para el empleo correcto de este grupo de fármacos, debe tenerse en cuenta

aspectos básicos y fundamentales para el éxito de la terapia como son los

conocimientos del médico, la familia y el propio paciente sobre la enfermedad

depresiva. (3)

Información: Tanto al paciente como a su familia o entorno, se les debe informar

claramente de los síntomas que presenta, y que constituyen una enfermedad. “La

tendencia general debe ser desculpabilizar al paciente e indicarle que la mejoría es

la regla y no la excepción”. Esto resulta primordial para el cumplimiento

terapéutico y para evitar intentos de cambio de tratamiento o terapeuta. Además el

médico, debe dar buenas perspectivas de mejoría, los efectos secundarios, la

posibilidad de aparición de “síndrome de discontinuación” con la retirada brusca

del antidepresivo y de la importancia de seguir tomando el tratamiento a pesar de

que los síntomas hayan remitido. (3)

La eficacia: de un tratamiento con antidepresivos utilizados en monoterapia es de

65% de remisiones. El inicio de la mejoría terapéutica, ocasionalmente se produce

antes de la tercera semana de tratamiento, algunos autores han mencionado una

mayor rapidez de la acción terapéutica para los ISRS (inhibidores selectivos de la

recaptación de serotonina), pero esta afirmación no es sustentada con datos

controlados. La duración del tratamiento antidepresivo una vez producida la

53

mejoría, no debe ser inferior a 9-12 meses con la misma dosis que el paciente ha

requerido para remitir después de un primer episodio. La presencia de un segundo

episodio posterior a un tratamiento correcto, en un período de 3 años, implica una

mayor duración del siguiente (alrededor de 2-3 años). La presencia de un tercer

episodio en cinco años, involucraría, un tratamiento indefinido. (3)

Utilización de una dosis adecuada: De los grupos de antidepresivos, en cuanto a

los (inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS), tienen buena

tolerancia y menos efectos adversos que los de otro grupo, además que durante los

últimos 10 años, según diversos estudios controlados han constituido una mejora

en la calidad de vida de los pacientes que los toman constatándose. (3)

Si existen antecedentes de buena respuesta a un antidepresivo

determinado, se debe elegir el mismo. Con antecedentes de respuesta

insuficiente a un determinado antidepresivo, hay que comprobar siempre

que este se utilizó en las dosis adecuadas y durante un periodo de tiempo

correcto.

Se debe iniciar con dosis progresivas, hasta alcanzar dosis terapéuticas

entre los 7 y 10 días. Si a las 3-4 semanas no se produce una mejoría

clara, se debe alcanzar la dosis máxima. Debe mantener el tratamiento 12-

24 meses en el caso de un primer episodio.

Los inhibidores de la monoaminooxidasa (IMAO) no están recomendados

como primera elección, debido a su perfil de efectos secundarios,

interacciones farmacológicas y a la restricción alimentaria (dieta sin

alimentos ricos en tiramina).

Indicadores de mala respuesta: depresión atípica, caracterial, personalidad

premórbida neurótica, histérica o hipocondríaca, conflicto ambiental

permanente, efectos secundarios intensos, ansiedad del terapeuta. (32)

En casos de no respuesta tras 6-8 semanas de tratamiento, se debe revisar el

diagnóstico y el tratamiento, valorando el cumplimiento y la dosis. En caso de que

se produzca resistencia hay varias opciones:

Combinación: añadir al antidepresivo otro de perfil bioquímico distinto.

54

Adición: añadir otra sustancia que no sea propiamente un antidepresivo:

litio (dosis entre 400-800 mg/día, para alcanza litemias entre 0,3-0,6

mEq/l), antipsicóticos (evidencia con olanzapina, quetiapina y aripiprazol),

metilfenidato, hormonas tiroideas: añadir T3 (25-50 mcg/día) o T4 (50-

150 mcg/día).

Sustitución: cambiar de antidepresivo por otro de distinto perfil

bioquímico. (32)

En cuanto a la indicación y uso de los antidepresivos en niños y adolescentes, en

el año 2000 The Royal College of Paedriatrics and Child Health del Reino Unido

recomendaba la utilización de fármacos antidepresivos únicamente cuando no

hubiese otra alternativa y su indicación estuviese suficientemente justificada. En

el 2003, el Committee on Safety of Medicines (CSM) desaconsejó el uso del

citalopram, escitalopram, fluvoxamina, paroxetina, sertralina y venlafaxina en el

tratamiento de la depresión en menores de 18 años, y, con respecto a la fluoxetina

es considerado único fármaco autorizado y eficaz (hasta 40 mg al día durante 7-12

semanas) en pacientes entre los 7 y los 18 años. Tener precaución ya que puede

darse una posible asociación entre el uso de antidepresivos y el aumento de

conducta o ideación autolítica. (18)

2.2.13.1.1 Mantenimiento y profilaxis.

El tratamiento se debe mantener al menos 12 meses (preferiblemente 24),

manteniendo la misma dosis de medicación, y la retirada de la medicación debe

hacerse de manera progresiva en 1 a 2 semanas, dependiendo de la semivida del

compuesto particular, para evitar síntomas de discontinuación. (32)

El tratamiento profiláctico con antidepresivos es eficaz para reducir el número y la

gravedad de las recurrencias. Un estudio concluyó que cuando los episodios están

a menos de 2 años y medio, el tratamiento profiláctico durante 5 años

probablemente esté indicado. Otro factor que sugiere tratamiento profiláctico es la

gravedad de episodios depresivos previos, los episodios que han implicado

ideación suicida significativa o deterioro del funcionamiento psicosocial. Sólo los

55

pacientes con depresiones recurrentes o crónicas son candidatos para el

tratamiento de mantenimiento. (11)

2.2.13.2 Tratamiento Psicoterapéutico

Una parte fundamental en el tratamiento del trastorno depresivo es el abordaje

psicoterapéutico. Existen varios estudios que han demostrado su eficacia para

reducir los síntomas depresivos, la elección de la intervención debe realizarse en

función de la duración, gravedad y el curso del episodio depresivo, la respuesta a

tratamientos previos, la adherencia al tratamiento y la preferencia del paciente,

además una vez obtenida la mejoría es primordial su mantenimiento para la

prevención de recaídas, prevenir la progresión de los episodios depresivos y

mejorar la sintomatología somática asociada. (18) (32)

De los estudios realizados las de mayor evidencia científica estarían la terapia

cognitivo-conductual y la interpersonal, que han mostrado eficacia en las

depresiones leves y moderadas, y en combinación con antidepresivos en las

depresiones graves. En general, las terapias conductistas se centrarían en el

aprendizaje de sentido de control y manejo del entorno mediante el uso de

reforzamiento positivo; las terapias cognitivas en la reformulación de distorsiones

cognitivas; en la terapia interpersonal la focalización en problemática

interpersonal actual en relación a relaciones disfuncionales tempranas; mientras

que las terapias de orientación psicoanalítica irían hacia la comprensión del

síntoma y sus motivaciones inconscientes. (8)

2.2.13.3 Terapia electroconvulsiva (TEC)

La terapia electroconvulsiva es un tratamiento biológico que consiste en inducir

una convulsión tonicoclónica generalizada. La técnica se realiza de forma

controlada y mediante la administración de un estímulo eléctrico superior al

umbral convulsivo. La decisión de recomendar el uso de la TEC se deriva de un

análisis del riesgo/beneficio para cada paciente, en el que se considera el

diagnóstico y la gravedad de la enfermedad, la historia clínica, la rapidez de

acción y la eficacia prevista para la TEC, los riesgos médicos y los efectos

adversos previstos, y la probable rapidez de acción, eficacia y seguridad de los

56

tratamientos alternativos. Tiene una efectividad potencial en plazo más corto que

los antidepresivos. Indicada en depresiones graves o resistentes, altamente

inhibidas con riesgo alto de suicidio, antecedente de buena respuesta,

contraindicación para uso de fármacos, debe considerarse una opción en pacientes

gestantes. Precaución si existen lesiones intracraneales ocupantes de espacio,

alteraciones cardiovasculares recientes, tratamiento con IMAO o litio, por su

riesgo para la anestesia general. Es más efectiva una TEC bilateral. Se debe

evaluar el riesgo de efectos secundarios cognitivos, que en teoría remiten a los

seis meses. (8) (32)

Respecto a otros tratamientos planteados, su efectividad en general es más

inconsistente y está en proceso de investigación. Incluyen la deprivación de

sueño, la fotoestimulación, la estimulación magnética transcraneal, la

estimulación cerebral profunda, otros remedios químicos como la hierba de San

Juan o el triptófano. El ejercicio físico también es recomendable en todo paciente

con depresión. (8)

2.2.14 Curso y pronóstico

El curso de las depresiones puede definirse como los signos y síntomas que,

durante toda la vida, siguen a la primera manifestación del trastorno. En este

sentido, el estudio del curso incluye múltiples aspectos que abarcan desde la edad

de inicio, la evolución del cuadro y la posibilidad de suicidio hasta el desarrollo

de alteraciones permanentes. (32)

El trastorno depresivo mayor no es un trastorno benigno, tiende a cronificarse, y

los pacientes tienden a la recaída. Los pacientes que han sido hospitalizados por

un primer episodio de trastorno depresivo mayor tienen alrededor de un 50 por

ciento de posibilidades de recuperación en el primer año, el porcentaje de

pacientes que se recuperan después de una hospitalización repetida disminuye con

el tiempo transcurrido. Alrededor del 25 por ciento de los pacientes experimentan

una recurrencia de trastorno depresivo mayor en los primeros 6 meses después del

alta hospitalaria, alrededor de 30 a 50 por ciento en los siguientes 2 años, y

alrededor de 50 a 75 por ciento en 5 años. La incidencia de recaída es inferior a

57

estas cifras en pacientes que continúan con tratamiento psicofarmacológico

profiláctico y en pacientes que sólo han tenido uno o dos episodios depresivos.

Generalmente, a medida que un paciente experimenta cada vez más episodios

depresivos, el tiempo entre los episodios disminuye y la gravedad de cada

episodio aumenta. (11)

En cuanto a los indicadores pronósticos: son buenos indicadores pronósticos los

episodios leves, la ausencia de síntomas psicóticos, una corta estancia

hospitalaria, ausencia de un trastorno psiquiátrico comórbido y de un trastorno de

la personalidad, no más de una hospitalización y aparición en edad avanzada. Los

indicadores psicosociales de un buen curso incluyen una historia de sólidas

amistades durante la adolescencia, un funcionamiento familiar estable y un buen

funcionamiento social durante los 5 años anteriores a la enfermedad. La

posibilidad de un mal pronóstico se incrementa por la coexistencia de trastorno

distímico, abuso de alcohol y otras sustancias, síntomas de trastorno de ansiedad y

antecedentes de más de un episodio depresivo previo. Los hombres son más

propensos que las mujeres a experimentar un curso con discapacidad crónica. (11)

58

2.3 DISCAPACIDAD

2.3.1 Definición

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), discapacidad “es un término

general que abarca las deficiencias, las limitaciones de la actividad y las

restricciones de la participación. Las deficiencias son problemas que afectan a una

estructura o función corporal; las limitaciones de la actividad son dificultades para

ejecutar acciones o tareas, y las restricciones de la participación son problemas

para participar en situaciones vitales.” (47)

La Clasificación Internacional del Funcionamiento, de la discapacidad y de la

salud (C.I.F) define “La discapacidad como el resultado de una compleja relación

entre la condición de salud de una persona y sus factores personales, y los factores

externos que representan las circunstancias en las que vive esa persona”. (48)

La Ley Orgánica de Discapacidades del Ecuador define “persona con

discapacidad a toda aquella que, como consecuencia de una o más deficiencias

físicas, mentales, intelectuales o sensoriales, con independencia de la causa que la

hubiera originado, ve restringida permanentemente su capacidad biológica,

sicológica y asociativa para ejercer una o más actividades esenciales de la vida

diaria, en la proporción que establezca el Reglamento”. (49)

2.3.2 Epidemiología

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), más de mil millones de

personas, es decir el 15% de la población mundial, padece alguna forma de

discapacidad. Entre 110 millones (2,2%) tienen dificultades muy significativas de

funcionamiento. (47)

La Carga Mundial de Morbilidad cifra en 190 millones (3,8%), las personas con

“discapacidad grave” (el equivalente a la discapacidad asociada a afecciones

como la tetraplejía, depresión grave o ceguera). (50)

Según la Carga Mundial de Morbilidad la discapacidad infantil (de 0-14años),

tiene una estimación de 95 millones de niños (5,1%), de los cuales 13 millones

(0,7%) tienen “discapacidad grave”. (50)

59

Las tasas de discapacidad están aumentando a causa del envejecimiento de la

población y el aumento de las enfermedades crónicas tales como la diabetes, las

enfermedades cardiovasculares, el cáncer y los trastornos de la salud mental. Se

estima que las enfermedades crónicas representan el 66,5% de todos los años

vividos con discapacidad en los países con ingresos bajos y medianos. (47) (50)

Existe mayor prevalencia de discapacidad en los países de ingresos bajos que en

los países de ingresos más elevados. Las personas en el quintil más pobre, las

mujeres y los ancianos también presentan una mayor prevalencia de la

discapacidad. Mientras que las personas con pocos ingresos, sin trabajo o con

poca formación académica tienen mayor riesgo de discapacidad. (50)

Según los censos efectuados en algunos países, la prevalencia de la discapacidad

en América Latina y el Caribe es de 12%. (51).

A nivel nacional según los resultados del INEC censo 2010, encontró un 5,64%

con discapacidad, lo que significa 816.156 personas. Es decir 6 de cada 100

personas o 1 de cada 18 presentan esta condición. (51)

En el 2010, el estudio bio-psicosocial clínico genético denominado “Misión

Solidaria Manuela Espejo”, implementado por la Vicepresidencia de la República,

determinó que 294.803 personas con discapacidad se encuentran en situación

crítica. (50)

Del total de las personas con discapacidad el 7.2x1000 habitantes presenta

retardo mental, un 2.37x1000 habitantes parálisis y amputaciones, un 1.29x1000

habitantes ceguera, un 0.82x1000 habitantes sordera y un 0.41x1000 habitantes

enfermedades psiquiátricas. Es decir 103.767 personas presentan dificultades para

aprender a niveles esperados y funcionar normalmente en la vida cotidiana,

343.714 personas presentan discapacidad físico motora, 186.117 personas

presentan discapacidad visual, 118.812 personas presentan discapacidad auditiva,

59.211 personas presentan discapacidad mental. (51)

60

En cuanto a su distribución por provincias, es mayor en las provincia del Guayas

(25,21%), Pichincha (14,55%) y Manabí (10,88%). En la provincia del Carchi

1,27%, Imbabura 2,78% de personas con discapacidad. (51)

La prevalencia de discapacidad según área urbana- rural, en las zonas urbanas se

concentran el 60%, es decir 492.910 personas con discapacidad y en las zonas

rurales el 40%, es decir 323.246 personas con discapacidad. (51)

En cuanto a la prevalencia de discapacidad por sexo, es mayor en hombres

6,08%, es decir 436.074 personas con discapacidad, que en las mujeres 5,2% o

380.082 personas con discapacidad. Lo que significa que 1 de cada 16 hombres y

1 de cada 19 mujeres tiene discapacidad. (51)

Porcentaje de discapacidad según grupos de edad, de 0-4 años el 3,24%, de 5 a 14

años 11,62%, 15 a 29 años 16,04%, de 30 a 64 años 41,86%, >65 años 27,23% de

personas con discapacidad. Es decir, existe mayor porcentaje de discapacidad en

adultos mayores. (51)

2.3.3 Conceptualización y terminología

Capacidad: “es un constructo que indica, como calificador, el máximo nivel

posible de funcionamiento que puede alcanzar una persona en un momento dado,

en alguno de los dominios incluidos en Actividad y Participación. La capacidad se

mide en un contexto/entorno uniforme o normalizado, y por ello, refleja describir

las características de este contexto/entorno uniforme o la habilidad del individuo

ajustada en función del ambiente. Se puede utilizar el componente Factores

Ambientales para normalizado”. (48)

Funcionamiento: “es un término genérico que incluye funciones corporales,

estructuras corporales, actividades y participación. Indica los aspectos positivos

de la interacción entre un individuo (con una “condición de salud”) y sus factores

contextuales (factores ambientales y personales)”. (48)

Deficiencias: “son problemas en las funciones o estructuras corporales, tales como

una desviación significativa o una pérdida”. (48)

61

Actividad: “Funcionamiento es un término genérico que incluye funciones

corporales, estructuras corporales, actividades y participación. Indica los aspectos

positivos de la interacción entre un individuo (con una “condición de salud”) y sus

factores contextuales (factores ambientales y personales).” (48)

Participación: “es la implicación de la persona en una situación vital. Representa

la perspectiva de la sociedad respecto al funcionamiento.” (48)

Limitaciones en la Actividad: “son las dificultades que un individuo puede tener

para realizar actividades. Una “limitación en la actividad” abarca desde una

desviación leve hasta una grave actividad, comparándola con la manera, extensión

o intensidad en términos de cantidad o calidad, en la realización de la en que se

espera que la realizaría una persona sin esa condición de salud.” (48)

Restricciones en la Participación: “son los problemas que puede experimentar un

individuo para implicarse en situaciones vitales. La presencia de una restricción

en la participación viene determinada por la comparación de la participación de

esa persona con la participación esperable de una persona sin discapacidad en esa

cultura o sociedad.” (48)

Minusvalía: “situación desventajosa para un individuo (a consecuencia de una

deficiencia o discapacidad) que limita o impide el desempeño de un rol normal

para ese individuo (dependiendo de la edad, sexo y factores culturales).” (52)

2.3.4 Tipología

La tipología reconocida por el Sistema Único de Calificación de Discapacidad en

el Ecuador corresponde a:

• Discapacidad física

• Discapacidad visual

• Discapacidad auditiva

• Discapacidad del lenguaje

• Discapacidad intelectual

62

• Discapacidad psicológica. (50)

Según el documento “Desarrollo Social Inclusivo”, elaborado por la

Vicepresidencia de la República y el CONADIS (2007), la discapacidad guarda

estrecha relación con los siguientes factores:

Ambiente: En este sentido la discapacidad es un producto que resulta de la

interacción entre las condiciones individuales y las limitaciones del entorno. (50)

Ciclo de vida: Cualquier persona puede llegar a tener una discapacidad, misma

que puede darse en el nacimiento o a lo largo de la vida por secuelas de

enfermedades o accidentes. A medida que aumenta la edad, es mayor el riesgo, el

envejecimiento con deterioro del estado de salud, conlleva en muchos casos, a

situaciones de dependencia. (50)

Pobreza: Es una causa de la discapacidad que genera impacto sobre las

deficiencias con las que puede nacer una persona, las mismas que agravadas y

sumadas a pésimas condiciones de salud terminan en discapacidad. Las personas

con discapacidad comúnmente tienen gastos adicionales cuando realizan las

mismas tareas de los demás (por ejemplo, movilizarse por medio de sillas de

ruedas, usar aparatos protésicos, tomar medicamentos, seguir tratamientos, etc.).

(50)

Violencia: La violencia urbana es una de las grandes generadoras de discapacidad

en la sociedad moderna. Asaltos a mano armada, disparos perdidos, conflictos

policiales, violencia en el tránsito, entre otras causas, lesionan y dejan secuelas

físicas, sensoriales o mentales permanentes, especialmente entre jóvenes en edad

productiva. La violencia armada por conflictos y guerra genera un porcentaje

importante de personas con discapacidad. Además las personas con discapacidad

son víctimas de violencia familiar y social. (50)

Accidentes: Los accidentes de tránsito, laborales y domésticos son una de las

causas más frecuentes de la discapacidad, que provocan grandes pérdidas

económicas y dolor humano. (50)

63

Condiciones de salud: Las condiciones negativas de salud son la primera causa de

discapacidad, sobre todo en los países en vías de desarrollo. Son factores

importantes, la falta de control del embarazo, las condiciones negativas e

insalubres en las que se producen los partos, la falta de atención perinatal, la falta

de atención y las condiciones graves de desnutrición durante la niñez provocan

discapacidad. En el país, una gran cantidad de niños y niñas menores de 5 años

sufren desnutrición. (50)

64

2.4 DISCAPACDAD VISUAL

2.4.1 Concepto

Es la pérdida total o parcial del sentido de la vista. Afecta directamente la

percepción de imágenes en forma total o parcial, por lo que se considera una

discapacidad cuando los individuos tienen una disminución en mayor o menor

grado de la agudeza visual y una reducción significativa del campo visual. (53)

Se refiere a personas que presentan ceguera y baja visión. Personas con un alto

grado de pérdida de visión, que causa dificultad en la movilidad y la orientación.

Este tipo de discapacidad, requiere de apoyos tecnológicos como el Sistema Jaws

(lector de pantalla), así como la identificación de espacios mediante señalética en

braille. (54)

2.4.2 Epidemiología

Según la Organización Mundial de la Salud en el mundo hay aproximadamente

285 millones de personas con discapacidad visual, de las cuales 39 millones

presentan ceguera total y 246 millones presentan baja visión. El 82% de las

personas que padecen ceguera tienen 50 años o más. Cerca de un 90 % de la

carga mundial de discapacidad visual se concentra en los países en desarrollo. Se

estima que para el 2020 habrá unos 76 millones de ciegos. (55)

La prevalencia de discapacidad visual en niños menores de 16 años se encuentra

10-22 / 10000 en los países desarrollados, mientras que la tasa es de 30-40 / 10000

en los países en desarrollo. (29)

Actualmente se estima que el número de niños con discapacidad visual ha

aumentado a 19 millones, del cual 12 millones la padecen debido a errores de

refracción, fácilmente diagnosticables y corregibles. Un 1,4 millones de menores

de 15 años sufren ceguera irreversible. (56) (57)

El glaucoma congénito es también una causa importante de ceguera en la infancia,

constituyendo el 5% de los casos de ceguera. (58)

En Ecuador según los resultados del INEC censo 2010, 1.29 x 1000 habitantes

padecen de ceguera, es decir 186.117 personas presentan discapacidad visual. (51)

65

En términos mundiales, los errores de refracción no corregidos constituyen la

causa más importante de discapacidad visual, pero en los países de ingresos

medios y bajos, las cataratas siguen siendo la principal causa de ceguera. El 80%

del total mundial de casos de discapacidad visual se pueden evitar o curar. (55)

Se estima que la prevalencia de personas con defectos de refracción es de

aproximadamente 200 a 250 millones a nivel mundial. Se calcula que de los 153

millones de afectados por defectos refractivos para visión lejana, 8 millones están

ciegos y 145 millones tienen un impedimento significativo. En países como

Colombia, Brasil y México el defecto más común es la hipermetropía, aunque la

miopía consituye la segunda causa de ceguera en algunos países. (53)

Las personas que tienen entre 65 y 75 años tienen una tasa del 4 al 5% de

problemas visuales. Pasado los 75 años las cifras llegan al 20% aproximadamente.

Las opacidades del cristalino suponen la primera causa de ceguera reversible,

mientras que la degeneración macular asociada a la edad constituye la primera

causa de ceguera irreversible en el mundo civilizado. (17)

La degeneración macular relacionada con la edad (DMRE), es una enfermedad

crónica perteneciente a las distrofias retinianas, que es la causa más común de

ceguera total, con prevalencia proporcional al aumento de la edad, entre 0,7 y

1,4% en personas de 65 a 75 años, entre 11 y 18,5% en mayores de 85 años.

Otras causas de ceguera en el mundo son la retinopatía diabética y el glaucoma.

(59) (60)

Se estima que el 8,7% de la población mundial tiene degeneración macular

relacionada con la edad, en Estados Unidos ha afectado a 11 millones de personas

y en Canadá a 1,5 millones. Se espera que este número se duplique a 22 millones,

lo que no sólo crea una gran carga económica para un país sino que también tiene

consecuencias catastróficas en la vida de los pacientes. (61)

La Organización Mundial de la Salud calcula que 3 millones de personas en el

mundo sufren discapacidad visual severa, debida solamente a afecciones

maculares, constituyendo así una causa importante de discapacidad visual a nivel

66

mundial. En Estados Unidos se estima que aproximadamente 1,75 millones de

personas tienen alguna enfermedad macular. (62)

La retinosis pigmentaria pertenece a un grupo de enfermedades degenerativas de

retina caracterizadas por una pérdida progresiva de la visión que puede también

producir ceguera. (23)

El costo global de la discapacidad visual debido a todas las causas, en los Estados

Unidos, es de $ 3 billones para 733 millones de personas que viven con baja

visión y ceguera, de los cuales $ 255 millones se debe a degeneración macular

relacionada con la edad. Genera un considerable porcentaje de carga económica

en un país, ya que provoca pérdida de productividad debido a la incapacidad de la

persona para funcionar independientemente debido a su baja visión. Esto también

lleva a las personas a ganar un 38% menos que una persona sin discapacidad, con

tasas de empleo mucho más bajos en comparación con los de la población general

no afectados. (61)

2.4.3 Conceptualización y terminología

Ceguera: Existe una pérdida total de la visión y para condiciones en que los

individuos tengan que confiar, predominantemente, en la sustitución de sus

habilidades visuales. La persona tiene una agudeza visual menor de 0.05 (3/60,

1.3 logMAR), o una pérdida del campo visual menor de 10 grados en el mejor ojo

con la mejor corrección posible. (52).

Baja visión: “una persona con baja visión es aquella con una agudeza visual (AV)

de 0,3 (6⁄18) hasta percepción de luz (PL) en su mejor ojo con corrección óptica

y/o tratamiento médico o quirúrgico y/o un campo visual igual o menor de 20

grados; pero que utiliza o potencialmente es capaz de utilizar la visión para

planear y/o ejecutar una tarea”. (63)

Visión funcional: Describe la habilidad de la persona en el uso de su visión

durante la realización de actividades de la vida diaria (AVD). Estas actividades

pueden ser descritas sólo cualitativamente. Cuando la pérdida de visión se define

como las capacidades del individuo respecto a las Actividades de la Vida Diaria

67

(ADL). La Visión Funcional, por lo tanto, se aplica al individuo y no al sistema

visual. (52)

Pérdida de Visión: un término que incluye tanto la pérdida total de visión

(ceguera) y la pérdida parcial de visión (baja visión), definidas tanto en base a

deficiencia visual como por una pérdida de visión funcional. (52)

2.4.4 Clasificación

Según la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-10, actualización y

revisión de 2006), la función visual se subdivide en cuatro niveles:

visión normal

discapacidad visual moderada

discapacidad visual grave

ceguera.

La discapacidad visual moderada y la discapacidad visual grave se reagrupan

comúnmente bajo el término “baja visión” la baja visión y la ceguera representan

conjuntamente el total de casos de discapacidad visual. (55)

2.4.5 Causas

Las principales causas de discapacidad visual son:

a) errores de refracción (miopía, hipermetropía o astigmatismo) no

corregidos: 43%.

b) cataratas no operadas: 33%.

c) glaucoma: 2%. (55)

2.4.6 Origen de la discapacidad visual

2.4.6.1 Congénitas

Existe un inadecuado desarrollo de los órganos visuales. Consecuencia de que la

madre padeció rubéola, sarampión o sífilis durante el embarazo. Por ejemplo

Glaucoma congénito. (52)

68

El glaucoma congénito primario (GCP) se caracteriza por el desarrollo anormal

del ángulo, produciendo aumento de la presión intraocular, daño en el nervio

óptico y pérdida de visión de manera permanente. (58)

Entre las principales: Anoftalmia (carencia del globo ocular), atrofia del nervio

óptico (degeneración nerviosa), cataratas congénitas (cristalino opaco),

microftalmia (escaso desarrollo del globo ocular), rubéola (infección vírica afecta

todo el ojo), toxoplasmosis (infección vírica afecta retina/mácula). (64)

También es importante nombrar dentro de este origen las de carácter hereditario:

Albinismo (carencia de pigmento), aniridia (ausencia o atrofia del iris), atrofia del

nervio óptico (degeneración nerviosa), cataratas congénitas (cristalino opaco),

coloboma (deformaciones del ojo), miopía degenerativa (pérdida de agudeza

visual), queratocono (córnea en forma de cono), retinitis Pigmentaria (pérdida

pigmentaria de la retina). (64)

2.4.6.2 Adquiridas

Aquella que se surge a partir de una enfermedad, accidentes o traumatismos que

provoca disminución severa de la visión. Las principales enfermedades

representan riesgo significativo de afectar la visión son la diabetes, tuberculosis,

escarlatina, viruela, difteria, meningitis, hipertensión arterial, embolia. Además el

envejecimiento también es parte de estas causas. (65) (66)

Entre las principales: Avitaminosis (insuficiencia de vitaminas), cataratas

traumáticas (cristalino opaco), desprendimiento de retina (lesión retinal), diabetes

(dificultad para metabolizar la glucosa), éstasis papilar (estrangulamiento del

nervio óptico), fibroplasia retrolental (afecciones en retina), glaucoma adulto

(lesiones por presión ocular), hidrocefalia (acumulación de líquido en el encéfalo),

infecciones diversas del sistema circulatorio y traumatismos en el lóbulo occipital.

(64)

Puede originarse en diferentes edades y mostrar una evolución distinta, de acuerdo

con la edad de aparición. Alguien que nace con una discapacidad visual debe

construir su mundo por medio de imágenes fragmentadas (si tiene una visión

69

disminuida) y de información que reciba del resto de los sentidos. En cambio, un

adulto que adquiere una discapacidad visual debe adaptarse a una condición

diferente de un mundo que ya construyó a partir de la visión. (67)

2.4.7 Riesgo

Se estima que un 90% de la carga mundial de discapacidad visual se concentra en

los países de ingresos bajos. (55)

Personas de 50 años o más: Alrededor de un 65% de las personas con

discapacidad visual son mayores de 50 años, si bien este grupo de edad apenas

representa un 20% de la población mundial, cada vez aumenta la esperanza de

vida lo que conlleva a aumento de adultos mayores, por lo tanto más personas

estarán en riesgo de sufrir discapacidad visual por enfermedades oculares crónicas

y envejecimiento. (55)

Menores de 15 años: Unos 1,4 millones de menores de 15 años sufren ceguera

irreversible y necesitan intervenciones de rehabilitación visual para su pleno

desarrollo psicológico y personal. (55)

La pérdida de la visión simboliza una dificultad en la calidad de vida de las

personas, determinando en ocasiones cambios importantes en las esferas psíquica,

social y laboral de quien la padece. La ceguera y la baja visión producen

profundas consecuencias humanas y socioeconómicas en todas las sociedades.

(62)

Debido a la necesidad de estimular la vista de las personas con baja visión, es

importante detectar a tiempo los problemas visuales y actuar de manera oportuna

para fomentar el uso de la visión aunado a los otros sentidos, en la construcción

del conocimiento. (67)

70

CAPITULO III

3 HIPÓTESIS

3.1 Planteamiento de Hipótesis.

La prevalencia de depresión en personas con discapacidad visual es alta y tiene

relación con su origen congénito o adquirido; en las personas con discapacidad

visual de origen adquirido la prevalencia de depresión es mayor, probablemente

porque requieren una nueva adaptación a la sociedad, autoacepación, sienten

rechazo social, tienen dificultades para la inclusión social, además que el proceso

de duelo puede terminar en duelos patológicos generadores de trastornos

depresivos.

71

3.2 Objetivos

3.2.1 Objetivo General

Determinar la prevalencia de depresión en personas con discapacidad visual que

pertenecen a la Asociación de no Videntes de Imbabura, Carchi y Pichincha, en el

periodo 2016. Con la finalidad de contribuir a su prevención, diagnóstico y

tratamiento oportuno.

3.2.2 Objetivos Específicos

Analizar la relación entre depresión y el origen de la discapacidad visual

sea esta congénita o adquirida.

Fundamentar teóricamente la importancia de valorar la depresión en

personas con discapacidad visual.

Caracterizar a las personas con discapacidad visual.

Clasificar los niveles de depresión, en leve, moderada y severa.

72

3.3 Variables

3.3.1 Matriz de relación de variables

Variable

independiente:

Origen de la

discapacidad visual

Variable

dependiente:

Depresión

Variable moderadora:

Estado civil, comorbilidad.

Variable control

Edad, sexo, lugar de

residencia

73

3.3.2 Matriz de operacionalización de variables

VARIABLE CONCEPTO DIMENSION INDICADOR ESCALA

Depresión

Es un trastorno

mental

frecuente, que

se caracteriza

por la presencia

de tristeza,

pérdida de

interés o placer,

sentimientos de

culpa o falta de

autoestima,

trastornos del

sueño o del

apetito,

sensación de

cansancio y

falta de

concentración

puede llegar a

hacerse crónica

o recurrente.

Estado de

ánimo.

Cuestionario

sobre la salud

del paciente

(Escala PHQ-

9)

<10=

Ausencia o

síntomas

depresivos

mínimos

10-14=

Depresión

leve

15-19=

Depresión

moderada

≥20=

Depresión

severa

Origen de la

discapacidad

visual

Discapacidad

visual: Es la

pérdida total o

parcial del

sentido de la

vista.

Congénita: Inadecuado

desarrollo de

los órganos

visuales, como

consecuencia

de que la madre

padeció alguna

enfermedad

como rubéola,

sarampión o

sífilis durante

el embarazo.

Adquirida: aquella que se

surge a partir

Defectos de la

visión.

Origen

Carnet de

CONADIS.

Información

del

investigado:

Congénita

Adquirida

Si

No

Si

No

74

de una

enfermedad,

accidentes o

traumatismos

que provoca

disminución

severa de la

visión.

Edad

Es el tiempo

en años que ha

transcurrido

desde el

nacimiento de

un ser vivo

hasta la

actualidad.

Edad en años

cumplidos

Años

cumplidos

Grupos

etarios:

10-19 años

adolescentes

20-40años

Edad adulta

temprana

41-64 años

Edad adulta

intermedia

≥ 65 años

Adulto

mayor

Sexo

Condición

genofenotípica

de un

individuo.

Condición

fenotípica

Percepción

del

investigado

Hombre

Mujer

Estado civil

Condición de

una persona

según el

registro civil en

función de si

tiene o no

pareja y su

situación legal

respecto a esto.

Condición del

registro civil

Cédula de

ciudadanía.

Soltero

Casado

Divorciado

Viudo

Unión-Libre

Comorbilidad

La presencia de

uno o más

patologías

además de la

enfermedad o

trastorno

primario.

Entidad

patológica

subyacente

Percepción

del paciente

en relación a:

Patología

física

si

no

si

75

Patología

mental

no

Lugar de

residencia

Son todas las

personas que

habitan la

vivienda la

mayor parte del

tiempo en

forma

permanente,

por un período

de seis meses o

más.

Residencia

habitual

Provincia

Imbabura

Carchi

Pichincha

76

CAPITULO IV

4 METODOLOGIA

4.1 Diseño de la investigación

Este es un estudio cuantitativo de tipo observacional, para lo cual se requiere un

diseño epidemiológico analítico transversal.

4.2 Población, muestra y asignación

El universo de estudio lo conforman las personas que pertenecen a la Asociación

de No Videntes de Imbabura, Carchi y Pichincha en el periodo 2016.

La población de estudio está conformada por las 160 personas que pertenecen a la

Asociación de No Videntes de Imbabura, Carchi y Pichincha en el periodo 2016,

y que cumplan todos los criterios de inclusión y exclusión.

4.3 Criterios de inclusión

Personas con edad mayor a 10 años, que acepten participar en el estudio,

en menores de edad padres y/o representantes que autoricen y firmen el

consentimiento informado.

Personas que pertenezcan a la Asociación de no Videntes de Imbabura,

Carchi y Pichincha, en el periodo 2016.

4.4 Criterios de exclusión

Personas que libremente no acepten participar en el estudio.

Personas que estén en tratamiento psicofarmacológico.

77

4.5 Descripción general de los instrumentos a utilizar

Para evaluar depresión se utiliza el Cuestionario sobre la Salud del Paciente

(Patient Health Questionnaire) Escala PHQ-9, la versión en español de la escala

de depresión PHQ-9, consta de 9 ítems que evalúan la presencia de síntomas

depresivos (correspondientes a los criterios DSM-V) presentes en las últimas 2

semanas. Cada ítem tiene un índice de severidad correspondiente a: 0 = “nunca”,

1 = “algunos días”, 2 = “más de la mitad de los días” y 3 = “casi todos los días”.

Según los puntajes obtenidos en la escala, se consigue la siguiente clasificación:

Síndrome depresivo mayor (SDM): presencia de 5 o más de los 9 síntomas

depresivos con un índice de severidad de “más de la mitad de los días (≥2), y que

uno de los síntomas sea ánimo depresivo o anhedonia. Se considera depresión

leve con puntuación de 10 a 14, depresión moderada entre 15-19 y depresión

severa mayor de 20 puntos.

Con menos de 10 puntos se considera ausencia o síntomas depresivos mínimos.

Que también se puede agrupar en:

Otro síndrome depresivo (OSD): presencia de dos, tres o cuatro síntomas

depresivos por “más de la mitad de los días” (≥ 2), y que uno de los síntomas sea

ánimo depresivo o anhedonia.

Síntomas depresivos positivos (SD+): presencia de al menos uno o dos de los

síntomas depresivos, pero no alcanza a completar los criterios anteriores.

Síntomas depresivos negativos (SD-): no presenta ningún criterio diagnóstico

“más de la mitad de los días” (valores < 2).

4.6 Validez y confiabilidad.

El Cuestionario de Salud del Paciente de 9 ítems (escala PHQ-9) se utilizó para

medir la depresión en el estudio NHANES. (38)

El PHQ 9, es ampliamente utilizado tanto en entornos clínicos y de investigación,

además de ser utilizada en atención primaria de Salud.

78

Resultados de estudios de validación de este cuestionario apoyan la validez de la

escala de depresión de PHQ 9, resultando ser una herramienta útil, tanto para

detección de depresión, severidad del cuadro, y seguimiento de la respuesta a un

tratamiento psicofarmacológico.

La validez y fiabilidad de la PHQ 9 para determinar gravedad del diagnóstico y el

grado de depresión han sido ampliamente documentadas. Sensibilidad de un 92%

y especificidad de 89% en la detección de pacientes depresivos, con un coeficiente

Alfa de Cronbach de 0,835, resultando ser un instrumento fiable que efectúa

mediciones estables y consistentes.

En un estudio de validación del PHQ-9 en personas con discapacidad visual del

Sur de India, encontraron que el PHQ-9 modificado es igual al del original, reveló

que el instrumento tiene propiedades psicométricas aceptables:

unidimensionalidad, buena fiabilidad, orientación satisfactoria y una buena

función en la escala de grados, constituye un breve instrumento para evaluar la

depresión que se puede administrar con relativa facilidad en un formato de

entrevista por personal capacitado a pacientes con discapacidad visual.

Este instrumento psicométrico también se ha validado y usado en adolescentes,

resultando ser una herramienta de detección psicométricamente sólida para uso a

nivel pediátrico, con una puntuación mayor de 10, tiene una sensibilidad para la

depresión mayor del 88%, una especificidad del 88%. Debido a que es un

cuestionario corto, sencillo y fácil de administrar, el PHQ-9 tiene un tremendo

potencial para ayudar a abordar el creciente problema de la depresión entre los

adolescentes de los países en desarrollo.

El PHQ-9 demuestra tener una fuerte correlación con una medida bien establecida

de depresión, al usar un puntaje de corte mayor a 13 para depresión, tiene una

buena sensibilidad (0,83) y especificidad (0,72).

En conclusión, debido a su fácil administración, buena aceptación y su potencia

para detectar trastorno depresivo, además de su brevedad y mínimos

requerimientos operativos, el PHQ-9 resulta una herramienta psicométrica de

primera línea tanto para screnning, severidad del trastorno depresivo, y valoración

79

de respuesta a un tratamiento psicofarmacológico, en atención primaria y

comunitaria y entornos de salud mental.

4.7 Consideraciones bioéticas

Al ser un estudio con diseño de tipo observacional se solicitó los permisos

correspondientes a las tres Asociaciones de no videntes, y el consentimiento

informado de cada participante. Como es parte de la población menores de 18

años de edad se firma un consentimiento informado tanto de los representantes

como de los personas en estudio. Esta investigación cumple los parámetros de la

Declaración de Helsinki, modificada en Edimburgo en el año 2000, cumpliendo

los parámetros dentro de la declaración y sabiendo que “El propósito principal de

la investigación médica en seres humanos es comprender las causas, evolución y

efectos de las enfermedades y mejorar las intervenciones preventivas, diagnósticas

y terapéuticas. En la investigación médica, es deber del médico proteger la vida, la

salud, la dignidad, la integridad, el derecho a la autodeterminación, la intimidad y

la confidencialidad de la información personal de las personas que participan en

investigación”.

La regulación ética y legal del consentimiento informado en la investigación es de

primordial importancia, además el desarrollo a la autonomía del paciente es

respetado ante todo y resulta imprescindible que la persona otorgue con libertad

su consentimiento informado siempre, antes de que pueda ser incluido en el

estudio.

El estudio se llevará a efecto teniendo en cuenta siempre los derechos de cada uno

de los participantes en la investigación, dentro de los más estrictos parámetros

éticos por lo cual todos los sujetos del estudio conocerán de antemano en que

estarán participando, para ello como constancia cada una de las personas deberá

firmar un consentimiento informado cuyo modelo estará adjunto en anexos.

4.8 Procedimiento de recolección de datos

Realización del protocolo de trabajo de titulación, mismo que fue revisado por el

tutor metodológico y científico, se procedió a la solicitud de los respectivos

80

permisos a las tres Asociaciones de no Videntes de las provincias de Imbabura,

Carchi y Pichincha Una vez aprobado el protocolo por comité de Bioética y resto

de autoridades, de la Facultad de Ciencias Médicas, se procedió a contactar a los

representantes de cada asociación para fijar fechas y aplicar el cuestionario PHQ-

9.

Tras una breve y acertada explicación a los investigados y/o también sus

representantes, se procede a la firma y/o huella del consentimiento informado, se

realizó la recolección de datos de la investigación, por medio de los instrumentos

descritos anteriormente, con el llenado respectivo de los mismos por parte del

investigador, debido a la condición visual que dificulta la auto aplicación del

mismo, con esto se evita datos insuficientes, confusos o cualquier error que

comprometiera los datos en la propuesta de investigación.

Recolección y registro de la información en la base de datos de Excel 10 y SPSS

versión 18.0.

4.9 Procedimiento para el análisis de datos

Para realizar el análisis estadístico de los datos se utilizará una computadora

portátil marca Acer de 15 pulgadas con sistema operativo Intel Core i3 y el

programa Excel 10 para la creación de la base de datos y para la aplicación de las

pruebas estadísticas el programa SPPS versión 18.0 versión q dispone el Instituto

Superior de Investigación y Posgrado. Se describe las variables numéricas y

categóricas según su naturaleza, especificando las frecuencias y la media

aritmética.

Las variables dependientes cualitativas se describirán mediante porcentajes con

su respectivo intervalo de confianza 95%, en caso de requerirse se utilizarán

pasteles o barras. Para el análisis se utilizará Chi2. Se permite un nivel de

significancia del 5% (p < 0,05).

81

4.10 Recursos humanos, técnicos y económicos

4.10.1 Recursos Humanos

El investigador, población en estudio (160 sujetos a estudiar). El tutor científico

Dra. Nancy Calero y el Dr. Rubén Páez fueron los encargados de la revisión y

asesoramiento teórico y estadístico respectivamente de la investigación.

4.10.2 Recursos Técnicos

En este estudio el investigador trabajará con aplicación del cuestionario PHQ-9.

Para lo cual se desplaza a las tres provincias en estudio.

4.10.3 Recursos Económicos

Para poder llevar a cabo este proyecto se ha calculado el presupuesto de

aproximadamente 736.80 dólares americanos, hay que recalcar que el estudio es

autofinanciado (se desglosan los gastos en anexos).

82

CAPITULO V

5 RESULTADOS

5.1 Descripción y análisis

En el presente estudio de investigación participan 160 sujetos con discapacidad

visual pertenecientes a las tres Asociaciones de no Videntes.

Tabla N° 1.

Distribución según lugar de residencia de las personas con discapacidad

visual que pertenecen a la Asociación de no Videntes de Imbabura, Carchi y

Pichincha, en el periodo 2016

Lugar de residencia Frecuencia Porcentaje (%)

Imbabura 96 60,0

Carchi 37 23,1

Pichincha 27 16,9

Total 160 100,0

Fuente: tabla de recolección de datos

El estudio se desarrolló en las tres provincias, de los cuales la mayor

concentración con un porcentaje del 60% está la provincia de Imbabura, el 23,1%

en la provincia del Carchi y un menor porcentaje en Pichincha el 16,9%.

83

Tabla N° 2.

Distribución según sexo de las personas con discapacidad visual que

pertenecen a la Asociación de no Videntes de Imbabura, Carchi y Pichincha,

en el periodo 2016.

Sexo Frecuencia Porcentaje (%)

Hombre 89 55,6

Mujer 71 44,4

Total 160 100,0

Fuente: tabla de recolección de datos

En la presente tabla se muestra la distribución por sexo, corresponde un 55,6% al

sexo masculino y un 44,4% de sexo femenino. Es decir un porcentaje equiparable

entre ambos sexos. (Tabla N° 2).

Tabla N° 3.

Distribución según edad de las personas con discapacidad visual que

pertenecen a la Asociación de no Videntes de Imbabura, Carchi y Pichincha,

en el periodo 2016.

Edad Frecuencia Porcentaje (%)

10 a 19 años 72 45,0

20 a 40 años 51 31,9

41 a 64 años 33 20,6

Mayores a 65 años 4 2,5

Total 160 100,0

Fuente: tabla de recolección de datos

En esta investigación se valora grupos etarios, de los cuales el mayor porcentaje

45% está entre 10 a 19 años, le siguen los de 20 a 40 años en un 31,9%, los de 40

a 64 años en un 20,6% y por último un mínimo porcentaje 2,5%, mayores a 65

años. (Tabla N° 3).

84

Tabla N°4.

Distribución según estado civil de las personas con discapacidad visual que

pertenecen a la Asociación de no Videntes de Imbabura, Carchi y Pichincha,

en el periodo 2016.

Estado Civil Frecuencia Porcentaje (%)

Soltero 116 72,5

Casado 24 15,0

Divorciado 11 6,9

Viudo 3 1,9

Unión libre 6 3,8

Total 160 100,0

Fuente: tabla de recolección de datos

Se observa que el mayor porcentaje están solteros 72,5%, un 15% casados, el

6,9% son divorciados, el 3,8% unión libre y 1,9% están viudos. (Tabla N°4)

Gráfico N° 1.

Distribución según el origen de la discapacidad visual de las personas que

pertenecen a la Asociación de no Videntes de Imbabura, Carchi y Pichincha,

en el periodo 2016.

Fuente: tabla de recolección de datos

55%

45% Congénito

Adquirido

85

Punto importante de la investigación es el origen de la discapacidad visual, se

obtiene un porcentaje más o menos similar entre los individuos con discapacidad

visual cuya causa era adquirida o congénita, con porcentajes de 45% y 55%

respectivamente. (Gráfico N° 1)

Gráfico N° 2.

Distribución según comorbilidad de las personas con discapacidad visual que

pertenecen a la Asociación de no Videntes de Imbabura, Carchi y Pichincha,

en el periodo 2016.

Fuente: tabla de recolección de datos

En este estudio una mayoría de personas con discapacidad visual no tiene

comorbilidad de ningún tipo un 91%, mientras que un 8% tiene otra patología

física y apenas el 1% tiene alguna patología comórbida de tipo mental. (Gráfico

N° 2)

1%

8%

91%

Patología mental

Patología física

Ninguna

86

Gráfico N° 3.

Prevalencia de Depresión (Escala PHQ-9) en las personas con discapacidad

visual que pertenecen a la Asociación de no Videntes de Imbabura, Carchi y

Pichincha, en el periodo 2016.

Fuente: tabla de recolección de datos

De la población en estudio, con el uso de la Escala PHQ-9, se encuentra un

porcentaje de 62,5% de personas con discapacidad visual que tienen ausencia o

síntomas depresivos mínimos, mientras que el restante 37,5% de los sujetos

tienen depresión en alguno de sus grados, siendo el 30,6% depresión leve, 5% una

depresión moderada y el 1,9% una depresión severa. (Gráfico N° 3)

Tabla N°5.

Depresión según edad de las personas con discapacidad visual.

Edad Depresión

Total % No % Si %

10 a 19 años 54 75% 18 25% 72 100%

20 a 40 años 34 67% 17 33% 51 100%

41 a 64 años 11 33% 22 67% 33 100%

Mayores a 65 años 1 25% 3 75% 4 100%

Total 100 63% 60 37% 160 100%

Chi Cuadrado: 19,556; p: 0,0002

62,5%

30,6%

5% 1,9%

0

20

40

60

80

100

120

Ausencia o síntomasdepresivos mínimos

Depresión leve Depresión moderada Depresión severa

Fre

cue

nci

a

87

Existe un porcentaje superior de depresión en los adultos mayores a 65 años con

un porcentaje del 75%, le sigue las personas de edad adulta intermedia entre 41 a

64 años con un 67%, en comparación con los grupos menores a 40 años de edad,

siendo esto estadísticamente significativo con una p<0,05. La edad constituye una

variable que afecta el estado anímico de una persona con discapacidad visual, a

mayor edad mayor padecimiento de depresión. (Tabla N° 5)

Tabla N°6.

Depresión según comorbilidad de las personas con discapacidad visual.

Comorbilidad Depresión

Total % No % Si %

Patología mental 1 100% 0 0% 1 100%

Patología física 7 54% 6 46% 13 100%

Ninguna 92 63% 54 37% 146 100%

Total 100 63% 60 37% 160 100%

Chi Cuadrado: 1,032; p: 0,576

Se observa un sólo individuo con diagnóstico de otra patología mental, mismo que

no presenta depresión en nuestra evaluación, lo cual pone en un 100% este caso

único, por lo que no se podría establecer relevancia en la significancia estadística

p>0,05. (Tabla N° 6)

Tabla N° 7.

Depresión según lugar de residencia de las personas con discapacidad.

Procedencia Depresión

Total % No % Si %

Imbabura 57 59% 39 41% 96 100%

Carchi 21 57% 16 43% 37 100%

Pichincha 22 81% 5 19% 27 100%

Total 100 63% 60 37% 160 100%

Chi Cuadrado: 5,071; p: 0,079

88

Se obtiene una comparación porcentual en la provincia de Imbabura y el Carchi

con 41 y 43% respectivamente, y menor presencia de depresión en la provincial

del Pichincha un 19%, pero dicha diferencia no muestra una significancia

estadísticamente adecuada p>0,05. (Tabla N°7)

Tabla N° 8.

Depresión según sexo de las personas con discapacidad visual.

Sexo Depresión

Total % No % Si %

Hombre 55 62% 34 38% 89 100%

Mujer 45 63% 26 37% 71 100%

Total 100 63% 60 37% 160 100%

Con corrección de Fisher: Chi Cuadrado 0,42; p 0,871

No se muestra diferencia porcentual en relación al sexo y la presencia o no de

depresión, con un 38 y 37% respectivamente para hombres y mujeres, resultando

p>0,05. (Tabla N° 8)

Tabla N° 9.

Depresión según el origen de la discapacidad visual.

Origen de

Discapacidad

Depresión Total %

No % Si %

Congénito 73 83% 15 17% 88 100%

Adquirido 27 38% 45 63% 72 100%

Total 100 63% 60 37% 160 100%

Con corrección de Fisher: Chi Cuadrado: 34,909; p: 0,000

Se evidencia un 63% de presencia de depresión en los sujetos con discapacidad

visual de origen adquirido, en comparación con un 17% de depresión en las

personas con discapacidad de origen congénito, diferencia que muestra

estadísticamente significancia con una p<0,05. Con lo que se comprueba la

hipótesis. (Tabla N° 9)

89

Tabla N° 10.

Depresión según estado civil de las personas con discapacidad visual.

Estado Civil Depresión

Total % No % Si %

Soltero 84 72% 32 28% 116 100%

Casado 11 46% 13 54% 24 100%

Divorciado 1 9% 10 91% 11 100%

Viudo 1 33% 2 67% 3 100%

Unión Libre 3 50% 3 50% 6 100%

Total 100 63% 60 37% 160 100%

Chi Cuadrado: 22,586; p: 0,0001

Existe una mayor prevalencia de depresión en sujetos que estaban divorciados

91%, viudos 67%, casados 54% y en unión libre 50%, en contraste con el 28% de

presencia de depresión en personas solteras, diferencias porcentuales que son

significativas estadísticamente con una p<0,05. Se aprecia que estar sin una pareja

afecta el estado anímico de los mismos. (Tabla N°10)

90

CAPITULO VI

6 DISCUSIÓN

Siendo la depresión la principal causa mundial de discapacidad y constituyendo

uno de los trastornos mentales más prevalentes en nuestro medio, y teniendo en

cuenta que la misma tiene varias situaciones que la podrían activar, reagudizar o

complicar, vemos que los limitantes físicos o discapacidades son un factor que

incide en lo dicho, aumentando el riesgo de depresión desde 2 veces más que en la

población general. (7) (9) (21)

La mayoría de datos estadísticos de depresión, describen una prevalencia del 5%

anual en la población general y 15 % de por vida (8) (9) Mientras que en

población prepuberal la prevalencia es de 1 a 2% y en adolescentes es de 3 a 8%.

(16), estudios reportan que la prevalencia de depresión aumenta con la edad hasta

el 25% en la tercera edad (1), Abellán Van Kan en su estudio obtiene hasta un

10% en población adulta mayor que viven en la comunidad y poblaciones

geriátricas hospitalizadas una tasa superior al 30%, y en los adultos con ictus,

infarto de miocardio o cáncer tienen tasas de depresión superiores al 40%. (17)

En tanto que la presencia de alguna comorbilidad física como padecimiento de

alguna discapacidad muchas veces como consecuencia de enfermedades, también

se ha relacionado con la depresión. El riesgo de depresión con enfermedades

físicas aumenta con: comienzo reciente de una enfermedad física, mayor gravedad

de la enfermedad física, discapacidad funcional y movilidad limitada,

enfermedades múltiples (como afectaciones de los órganos de los sentidos:

hipoacusia, ceguera, etc.). (19)

91

En este estudio se encuentra una prevalencia de depresión del 37,5% en personas

con discapacidad visual.

En el estudio NHANES en el período 2005-2008, reporta una prevalencia de

depresión y deterioro de la agudeza visual del 10,7%. (20) Dos estudios han

reportado alrededor del 33% de la tasa de depresión en personas con degeneración

macular relacionada con la edad. (21) Un individuo con degeneración macular

relacionada con la edad y depresión tiene dos factores sinérgicos que trabajan

conjuntamente, lo cual produce discapacidad y miseria. Crews y Cambell

describen que aquellos con agudeza visual peor de 20/200 tienen hasta 15% de

probabilidad de desarrollar depresión. (21) Rojo y Cirera describen que las

personas con pérdida de visión presentan sintomatología depresiva hasta un 66%;

esta no siempre reúne criterios de episodio depresivo mayor, o puede remitir al

poco tiempo como si se tratara de un duelo no complicado. (22) Se ha estimado

que la prevalencia de depresión en afectados por retinosis pigmentaria es del 25.7

%, misma que causa ceguera por lo tanto discapacidad visual. (23)

En cuanto a la edad, teniendo en cuenta que el presente estudio solo muestra

resultados de las personas que pertenecen a la Asociación de no Videntes de

Imbabura, Carchi y Pichincha, se ve un porcentaje mayor de la población

estudiada de edades jóvenes de entre 10 a 40 años un 77% del total, y un 33% en

mayores de 41 años, se observa un porcentaje superior de depresión en los

adultos con edad mayor a 41 años, exactamente un 67% en adultos de edad

intermedia y un 75% en adultos mayores; resultados similares se obtienen en

estudios internacionales que demuestran que la mayor proporción de depresión y

déficit visual se da en las edades más adultas ya que con la misma es más

probable que se adquiera patologías oftalmológicas y además del aumento de

enfermedades crónicas como la hipertensión arterial, diabetes, que al ser mal

controladas derivan también en patologías oculares. (17) (31) Maura V et al. En

una revisión sistemática realizada para investigar la relación entre deterioro visual

y depresión en los ancianos, asociaron la depresión con deterioro visual en todos

los estudios. (26) Estudios epidemiológicos realizados dan cifras muy dispares y

parece existir una «falsa» baja prevalencia en ancianos, probablemente por

92

problemas metodológicos, por ejemplo, a que los ancianos expresan síntomas

psiquiátricos en términos somáticos con mayor frecuencia y tienen mayor

resistencia a reconocer síntomas psiquiátricos. (1)

Varios estudios han expuesto que la edad media en el inicio de la depresión se

sitúa a principios de la edad adulta, con una media a los 29,9 años, mientras que

otros apuntan a una media de 40 años, sin embargo el 50% de todos los pacientes

tienen un inicio entre las edades de 20 y 50 años. (11) En la literatura se reporta

que los adolescentes con problemas visuales tienen más problemas en la vida

social en comparación con sus compañeros videntes. El período de adolescencia

de las personas con discapacidad visual presenta diferencias significativas con

respecto a los adolescentes con visión. Los adolescentes con discapacidad visual

tienen menos amigos y son menos propensos a participar en actividades sociales

que sus pares videntes, los adolescentes pueden pasar por un período depresivo

como resultado de problemas experimentados en la vida social con sus amigos y

en las relaciones emocionales y sexuales con el sexo opuesto. (29) En este

estudio se obtiene una prevalencia de depresión del 25%, en adolescentes (edad

comprendida entre 10 a 19 años).

El déficit visual en el anciano no solo afecta la esfera psico-emocional, sino

también la posibilidad de realizar las actividades instrumentales de la vida diaria,

la visión constituye uno de los sentidos más importantes del ser humano, al

prescindir de ella, el anciano pierde gran parte del vínculo con el mundo,

originando grandes dificultades para realizar las actividades básicas e

instrumentales de la vida diaria, lo que demuestra la importancia de conocer su

estado de salud ocular. (59)

En relación con el sexo aunque en varios estudios se presenta un riesgo mayor en

las mujeres de ceguera y déficit visual, e inclusive la Organización Mundial de la

Salud lo coloca como un factor de riesgo, el presente estudio nos muestra un

porcentaje similar entre hombres y mujeres 38% y 37% respectivamente. (12) En

un estudio realizado por Baguer et al. Aunque encontró discreta asociación del

sexo femenino con la degeneración macular relacionada con la edad, sobre todo

después de los 65 años, se plantea que no existen diferencias en el riesgo de

93

enfermar. (59) Además el sexo femenino se asocia mayoritariamente con de-

presión mayor, existen varias teorías propuestas, considerando que las variaciones

en las exposiciones sociales y ambientales pueden desempeñar un papel,

igualmente coexistiría una vinculación entre los cambios hormonales y la

depresión. (9)

En cuanto a la comorbilidad total encontrada en el presente estudio es de un 9%

ya sea de patología física o mental, misma que según varios estudios puede llegar

a ser de hasta un 82% (20), datos que se encuentran con una variabilidad notable,

posiblemente ya que el padecimiento de enfermedades crónicas como la

hipertensión arterial y diabetes están bien controladas. Con frecuencia se

considera que la depresión es una consecuencia inevitable de las enfermedades,

esta comorbilidad incrementa el riesgo de discapacidad y de muerte. (21)

Los resultados muestran que la depresión leve tuvo mayor porcentaje 30,6%, la

moderada un 5% y la severa un 1,9%; estos datos se relacionan con algunos

estudios donde la depresión leve fue del 24,4%, la moderada un 9,3% y la severa

un 2,3%, y así lo muestran más estudios donde la presencia de depresión esta

alrededor del 35% (29). La discapacidad visual constituye un suceso negativo en

la vida de los afectados que, indiscutiblemente, tiene alguna repercusión en su

estado emocional y en su visión de sí mismos, del mundo y del futuro, pero los

niveles de depresión que presentan en su mayoría depresión leve sugieren que

pueden haberse adaptado a la enfermedad, aunque no a sus consecuencias. De

acuerdo con el estudio de Nemshick et al. (1986), el periodo de mayor crisis o

estrés se produce durante o inmediatamente después del diagnóstico. (23) Lo que

podría explicar nuestros resultados, ya que los participantes habían sido

diagnosticados, al menos dos años antes. Mientras que el malestar psicológico de

las personas con discapacidad visual, que se convierte en las puntuaciones más

altas de depresión, podría estar relacionado con el temor a perder el control sobre

su condición visual, ver reducida su autonomía funcional o su sentido de

autoeficacia.

En relación al estado civil en personas con discapacidad visual y depresión, ésta

se manifestó con mayor prevalencia en divorciados con un 91%, y en viudos con

94

67%, en concordancia con la literatura, en donde el trastorno depresivo mayor

ocurre más a menudo en personas sin relaciones interpersonales cercanas o en las

que están divorciadas o separadas. (11) Caso contrario surge con los casados y en

unión libre mientras los estudios epidemiológicos apuntan a tasas menores de

depresión entre las personas casadas.(9) en esta investigación reflejan un 54% y

50% respectivamente. Posiblemente se deba al nivel de funcionalidad que tengan

las personas con discapacidad visual, que en su mayoría es limitada.

Por último el presente estudio muestra una relación estadística significativa

p<0,05 de las personas con discapacidad visual de origen adquirido con la

presencia de depresión, mismo que es mayor en comparación con el de origen

congénito lo cual se puede observar en estudios similares donde las patologías

adquiridas generan un mayor diagnóstico de patología depresiva, posiblemente

por la experiencia traumática y mayor adaptación social. En un estudio realizado

por Bolat, en el 2011, encontró que los adolescentes con discapacidad visual

congénita completa no tuvieron una experiencia de pérdida de visión, en

contraposición a individuos con discapacidad visual adquirida. (29)

95

CAPITULO VII

7 LIMITACIONES

Se puede afirmar que el estudio aporta datos que pueden ser interesantes para la

intervención psicológica con esta población, no obstante, tiene varias

limitaciones:

Una de las limitantes es que al ser personas vulnerables y generalmente de

bajos recursos económicos, fue difícil su traslado al lugar de concentración

(cede de la Asociación de no videntes), ya que necesitan primordialmente

trasladarse con un acompañante.

La mayoría de participantes desconocía que patología oftalmológica

exacta padecían, por lo que no se pudo trabajar con esos datos.

Cabe señalar que el tamaño de la muestra es reducido, lo que supone una

limitación en la generalización de los resultados. Además se realizó la

entrevista por una ocasión y el tiempo transcurrido de la pérdida visual era

diferente en los investigados lo que impide averiguar si la depresión era

mayor tras el diagnóstico oftalmológico inmediato.

Aunque no se ha diagnosticado la depresión utilizando los criterios

convencionales, sino un cuestionario de salud, cabe puntualizar que ha

sido confirmado como un efectivo método de cribado de depresión.

96

CAPITULO VIII

8 CONCLUSIONES

Se estudiaron 160 personas con discapacidad visual pertenecientes a la

Asociación de no videntes de Imbabura, Carchi y Pichincha, en el periodo

del 2016, de los cuales hubo una proporción equitativa entre hombres y

mujeres con 55,6% y un 44,4% respectivamente.

De la población estudiada el 37,5% mostraron sintomatología depresiva

considerable, siendo el 30,6% leve, el 5% moderada y el 1,9% severa.

Datos que reflejan una mayor prevalencia de depresión grado leve.

El presente estudio determina una clara relación entre el origen adquirido

de la discapacidad visual y la depresión con un 63% de depresión en

relación con el 17% de los que tenían discapacidad de origen congénito

(p<0,05).

Se puede afirmar que el estudio aporta datos interesantes para la

intervención psicológica de esta población vulnerable.

El cuestionario PHQ-9 es una alternativa útil para cribado de depresión en

atención primaria, comunitaria y servicios de salud mental, debido a su

brevedad, la evaluación de cada criterio diagnóstico, la facilidad de

administración, puntuación e interpretación. Además que sirve para definir

la severidad de dicho cuadro y el seguimiento del tratamiento.

Por la condición visual de los investigados, se empleó de forma

heteroaplicada el cuestionario PHQ-9 con relativa facilidad en un formato

de entrevista por la investigadora, mismo que evitó de esa manera erróneas

interpretaciones y falsos datos.

Es una realidad nacional la pobreza, el aumento de los índices de

violencia, de los accidentes de tránsito, laborales y domésticos,

97

acrecentamiento del envejecimiento, además de las perecederas

condiciones de salud, que guardan una estrecha relación para el

padecimiento de discapacidad, misma que al ser adquirida conlleva a

mayor riesgo de padecer depresión.

98

CAPITULO IX

9 RECOMENDACIONES

Tras exponer los resultados del presente trabajo de investigación, se podría

proponer las siguientes recomendaciones para futuras líneas investigativas y

planes de acción a favor del grupo estudiado:

Realizar un estudio a mayor escala para establecer relación entre depresión

y el origen adquirido de la discapacidad visual.

Tanto los oftalmólogos como los profesionales encargados de la salud

visual deben rutinariamente tamizar a sus pacientes, y remitir a las

personas que han sido diagnosticadas de ceguera o baja visión, al servicio

de salud mental para una valoración y/o posible detección de trastorno

anímico.

Establecer puentes efectivos entre psiquiatría y oftalmología para

desarrollar programas que favorezcan a los pacientes y que permitan una

comunicación que promueva el manejo integral de ellos.

Dar seguimiento y apoyo psicológico adecuado a los afectados y

familiares, mismo que podría tener un impacto importante en el bienestar y

calidad de vida de los afectados.

Es importante el diagnóstico y tratamiento oportuno y eficaz de trastornos

depresivos en la población con discapacidad visual, ya que esta entidad

nosológica presenta una importante prevalencia y además la misma podría

complicar la evolución y el tratamiento de la patología de base.

La creación de programas de asistencia psicológica en esta población es

primordial para un adecuado manejo integral.

99

Escoger el universo de manera más homogénea posiblemente para no

alterar los resultados.

Dado que es alta la prevalencia de depresión en adultos mayores con

discapacidad visual, se debería también contar con la especialidad de

Psicogerontología, como parte del equipo multidisciplinario además de

psiquiatra y psicólogo, para así dar una buena atención integral.

100

CAPITULO X

10 REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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108

CAPITULO XI

11 ANEXOS

109

Anexo A. Oficio de autorización para la realización de la investigación

110

111

Anexo B. Declaración de Confidencialidad

UNIVERSIDAD CENTRAL DEL ECUADOR

FACULTAD DE CIENCIAS MÉDICAS

INSTITUTO SUPERIOR DE INVESTIGACIÓN Y POSGRADOS (ISIP)

DECLARACIÓN DE CONFIDENCIALIDAD

TEMA DE LA INVESTIGACIÓN:

“PREVALENCIA DE DEPRESIÓN Y SU RELACIÓN CON EL ORIGEN DE

DISCAPACIDAD VISUAL, EN PERSONAS QUE PERTENECEN A LA

ASOCIACIÓN DE NO VIDENTES DE IMBABURA, CARCHI Y PICHINCHA,

EN EL PERIODO 2016”

AUTORA:

Zoila del Carmen Ruiz Benalcázar

DESCRIPCIÓN:

La investigación que se va a realizar implica el estudio de la depresión mismo que

constituye un problema considerable en la población general, sobre todo que la

comorbilidad con la discapacidad aumenta su incidencia, el poder determinar la

prevalencia en cuanto a su relación, tendrá importantes implicaciones en el

manejo de estas personas, desde la detección y necesidad de atención médica. Por

lo tanto el alivio de la carga conjunta que existe en las personas que padecen de

depresión y pérdida de la visión, mejoraría la calidad de vida de los afectados y

contribuiría indirectamente a su inclusión social. Investigación que se ejecutará

sobre la aplicación de un cuestionario sobre la Salud del Paciente (Escala PHQ-9)

realizada a los investigados.

112

El objetivo es determinar la prevalencia de depresión en personas con

discapacidad visual que pertenecen a la Asociación de no Videntes de Imbabura,

Carchi y Pichincha, en el periodo 2016. Con la finalidad contribuir a su

prevención, diagnóstico y tratamiento oportuno.

Fundamentar teóricamente la importancia de valorar la depresión en personas con

discapacidad visual.

Analizar la relación entre depresión y el origen de la discapacidad visual sea esta

congénito o adquirido.

Caracterizar a las personas con discapacidad visual.

Clasificar los niveles de depresión, en leve, moderada y severa.Establecer los

niveles de depresión, en leve, moderado y severo.

Beneficios y riesgos de la investigación:

La investigación a realizarse aportará una estadística que puede ser empleada por

las instituciones gubernamentales para aplicar medidas y ayudar a estas personas

vulnerables de la sociedad.

No implica ningún riesgo para la salud ni física ni mental de los participantes.

Confidencialidad:

Toda la información obtenida de los pacientes participantes será manejada con

absoluta confidencialidad por parte de los investigadores. Los datos de filiación

serán utilizados exclusivamente para garantizar la veracidad de los mismos y a

estos tendrán acceso solamente los investigadores y los organismos de evaluación

de la Universidad Central del Ecuador.

Derechos:

La realización de la presente investigación, no proporciona ningún derecho a los

investigadores, a excepción de los de tipo estrictamente académico.

DECLARATORIA DE CONFIDENCIALIDAD

Yo, Zoila del Carmen Ruiz Benalcázar, portadora de la Cédula de Identidad

número 1003247259 declaro, que la información proporcionada anteriormente

113

sobre esta investigación es fidedigna; y que, utilizare los datos e información que

recolectaré para la misma, así como cualquier resultado que se obtenga de la

investigación, EXCLUSIVAMENTE para fines académicos, de acuerdo con la

descripción de confidencialidad antes anotada en este documento.

Además, soy consciente de las implicaciones legales de la utilización de los datos,

información o resultados recolectados o producidos por esta investigación, con

cualquier otra finalidad que no se a la estrictamente académica y sin el

consentimiento informado del o los pacientes.

En fe y constancia de aceptación de estos términos, firmo, la autora de la

investigación:

Zoila del Carmen Ruiz Benalcázar 1003247259

Nombre del investigador Cédula Identidad Firma

114

Anexo C. Consentimiento Informado

UNIVERSIDAD CENTRAL DEL ECUADOR

FACULTAD DE CIENCIAS MÉDICAS

INSTITUTO SUPERIOR DE INVESTIGACIÓN Y POSGRADOS (ISIP)

CONSENTIMIENTO INFORMADO

Usted ha sido seleccionado para un estudio en el que todos los informantes

participarán como voluntarios. Si acepta participar en esta investigación se le

solicitará información concerniente a sus datos de filiación, se le pedirá que

conteste la encuesta.

TEMA: “PREVALENCIA DE DEPRESIÓN Y SU RELACIÓN CON EL

ORIGEN DE DISCAPACIDAD VISUAL, EN PERSONAS QUE

PERTENECEN A LA ASOCIACIÓN DE NO VIDENTES DE IMBABURA,

CARCHI Y PICHINCHA, EN EL PERIODO 2016”

Breve descripción de la investigación:

La investigación que se va a realizar implica el estudio de la depresión mismo que

constituye un problema considerable en la población general, sobre todo que la

comorbilidad con la discapacidad aumenta su incidencia, el poder determinar la

prevalencia en cuanto a su relación, tendrá importantes implicaciones en el

manejo de estas personas, desde la detección y necesidad de atención médica. Por

lo tanto el alivio de la carga conjunta que existe en las personas que padecen de

depresión y pérdida de la visión, mejoraría la calidad de vida de los afectados y

contribuiría indirectamente a su inclusión social. Investigación que se ejecutará

sobre la aplicación de un cuestionario sobre la Salud del Paciente (Escala PHQ-9)

realizada a los investigados.

115

Objetivos de la investigación:

Determinar la prevalencia de depresión en personas con discapacidad visual que

pertenecen a la Asociación de no Videntes de Imbabura, Carchi y Pichincha, en el

periodo 2016. Con la finalidad contribuir a su prevención, diagnóstico y

tratamiento oportuno.

Fundamentar teóricamente la importancia de valorar la depresión en

personas con discapacidad visual.

Analizar la relación entre depresión y el origen de la discapacidad visual

sea esta congénita o adquirida.

Caracterizar a las personas con discapacidad visual.

Clasificar los niveles de depresión, en leve, moderada y severa.

Riesgos y beneficios:

Debe especificarse que, la participación del informante, NO represente ni conlleva

ningún tipo de riesgo, ya sea actual o futuro derivado de la investigación.

Confidencialidad:

Toda la información obtenida de los participantes será manejada con absoluta

confidencialidad por parte de los investigadores. Los datos de filiación serán

utilizados exclusivamente para garantizar la veracidad de los mismos y a estos

tendrán acceso solamente los investigadores y los organismos de evaluación de la

Universidad Central del Ecuador.

Derechos:

Si ha leído el presente documento y ha decidido participar en el presente estudio,

entiéndase que su participación es voluntaria y que usted tiene derecho de

abstenerse o retirarse del estudio en cualquier momento del mismo sin ningún tipo

de penalidad. Tiene del mismo modo derecho a no contestar alguna pregunta en

particular, si así, lo considera.

116

Yo,_____________________, portador de la Cédula de Identidad No.

______________ he recibido la información necesaria sobre la presente

investigación o estudio, y acepto participar voluntariamente en la ejecución de la

misma.

El investigador la Dra. Carmen Ruiz, me ha brindado información suficiente en

relación al estudio y me ha permitido efectuar preguntas sobre el mismo,

entregándome respuestas satisfactorias. Entiendo que mi participación es

voluntaria y que puedo abandonar el estudio cuando lo desee, sin necesidad de dar

explicaciones y sin que ello afecte mis cuidados médicos.

También he sido informado/a de forma clara, precisa que los datos de esta

investigación serán tratados y custodiados con respeto a mi intimidad. Doy, por

tanto, mi consentimiento para utilizar la información necesaria para la

investigación de la que se me ha instruido y para que sea utilizada exclusivamente

en ella, sin posibilidad de compartir o ceder esta, en todo o en parte a otro

investigador, grupo o centro distinto del responsable de la misma.

Declaro que he leído y conozco el contenido del presente documento, comprendo

los compromisos que asumo y los acepto expresamente. Por ello firmo este

consentimiento informado que de forma voluntaria MANIFIESTO MI DESEO

DE PARTICIPAR EN EL PRESENTE ESTUDIO DE INVESTIGACION hasta

que decida lo contrario. Al firmar este consentimiento no renuncio a ninguno de

mis derechos.

__________________ _________________ __________________

Nombre del paciente Cédula Identidad Firma

He discutido el contenido de esta hoja de consentimiento, así como he explicado

los riesgos y beneficios que deriven del mismo.

Zoila del Carmen Ruiz Benalcázar 1003247259

Nombre del investigador Cédula Identidad Firma

117

Anexo D. Cuestionario sobre la Salud del Paciente (Escala PHQ-9)

Nunca Varios

días

Más de la

mitad de

los días

Casi

todos

los días

1. Tener poco interés o placer por

hacer las cosas.

2. Sentirse desanimado,

deprimido, o sin esperanza.

3. Tiene problemas para dormirse

o mantenerse dormido, o de

dormir demasiado.

4. Sentirse cansado o tener poca

energía.

5. Tener poco apetito, o comer en

exceso.

6. Sentir falta de amor propio, o

que sea un fracaso, o que se

decepcionará a sí mismo o su

familia.

7. Tener dificultad para

concentrase en cosas tales

como: leer el periódico, o

mirar la televisión.

8. Se mueve o habla tan

lentamente que otra gente se

podrá dar cuenta, o de lo

contrario, está tan agitado o

inquieto que se mueve mucho

más de lo acostumbrado.

9. Se le han ocurrido

pensamientos de que sería

mejor estar muerto o de que

se haría daño de alguna

manera.

118

UNIVERSIDAD CENTRAL DEL ECUADOR

FACULTAD DE CIENCIAS MÉDICAS

INSTITUTO SUPERIOR DE POSTGRADO

Postgrado de Psiquiatría

Anexo E. Formulario de recolección de datos.

Fecha: ………

Edad:……….

Sexo: Hombre…… Mujer ……

Estado civil:

Soltero….…. Casado……. Divorciado……..

Viudo… …. Unión libre…………

Lugar de residencia:

Imbabura…………….Carchi……………..Pichincha………

Origen de discapacidad visual:

Congénito: SI NO

Si la respuesta es afirmativa qué enfermedad……........

Adquirido: SI NO

Si la respuesta es afirmativa qué enfermedad o consecuencia de………

Comorbilidad:

Patología mental: SI NO

Si la respuesta es afirmativa cual…….

Patología física: SI NO

Si la respuesta es afirmativa cual…….

119

Anexo F. Matriz de recursos económicos del proceso de investigación.

Recursos Humanos Cantidad Costo

Unitario

Costo total en $

US dólares

Tutor científico 1 - -

Asesor metodológico 1 - -

Investigador 1 - -

Recursos Técnicos

Internet 500 horas 0.60 300.00

Movilización (global) 1 350.00 350.00

Servicio Telefónico 60min 0.15 9.00

Recursos Materiales e

insumos

Copias 940 0.02 18.80

Impresiones 200 0.05 10.00

CD 4 1.00 4.00

Memory Flash 1 10.00 10.00

Esferos 5 0.50 2.50

Almohadilla Dactilar 1 1.00 1.00

Tinta para sello 1 1.50 1.50

Encuadernación 3 10.00 30.00

TOTAL 736.80

120

Anexo G. Cronograma de Actividades

Activ

ida

d

En

ero a

Marzo

2016

Ab

ril 2016

Mayo 2

016

Ju

nio

2016

Ju

lio 2

016

Agosto

2016

Sep

tiemb

re

2016

Octu

bre 2

016

Noviem

bre

2016

Diciem

bre

2016

En

ero 2

017

Feb

rero 2

017

Elaboración

de protocolo

X

Presentación

del Protocolo

X

Evaluación y

aceptación

del protocolo

X

Revisión y

tutoría

científico

metodológica

.

X X X X X X X X X

Recolección

de datos

X X X

Procesamient

o y análisis

de los datos

X

Elaboración

del trabajo de

titulación

X

Entrega del

trabajo de

titulación

X

121

Anexo H. Curriculum Vitae

DATOS PERSONALES:

Zoila del Carmen Ruiz Benalcázar, nacida el 9 de Septiembre de 1985, en la

parroquia de Pataquí, cantón Otavalo, provincia de Imbabura, con cédula de

ciudadanía 1003247259, estado civil soltera, dirección domiciliaria actual la

ciudad de Otavalo, Calle María Angélica Hidrovo y Av. Luis Enrique Cisneros.

Teléfono: 062928641/ 0984567223. Email: [email protected]

INSTRUCCIÓN FORMAL:

Nivel de

Instrucción

Nombre de la

Institución

Educativa

Titulo Obtenido/

Especialización

Fecha del Título

Primaria Escuela Fiscal

“Manuel

Álvarez”.

Primaria 1990-1997

Secundaria Instituto Técnico

Superior

“República del

Ecuador”

Colegio Técnico

Piloto Popular “31

de Octubre”.

Químico

Biológicas

Ciencias Sociales

1997-2003

2003

Título profesional

(Tercer nivel)

Universidad

Central del

Ecuador

Médico 2003-2010

Cuarto nivel Universidad

Central del

Ecuador. Instituto

Superior de

Posgrado

Psiquiatra 2014-2016

TRAYECTORIA LABORAL:

Fechas de trabajo Institución

o Empresa

Denominación

del puesto

Sector

(público

/

privado)

DESDE HASTA Nro.

Meses/años

Septiembre

2009

Agosto

2010

1 año Hospital

Eugenio

Espejo

Interno en

Medicina

Público

Diciembre

2010

Noviembre

2011

1 año Hospital

Asdrúbal

de la Torre

Médico Rural Público

122

Diciembre

2011

Mayo

2013

1 año 6

meses

Vicepresi-

dencia de la

República

del

Ecuador

Coordinadora

del Proyecto de

Detección

Temprana y

Escolar de

Discapacidades

Auditivas y

Visual de la

Zonal 1

Público

Junio 2013 Enero

2014

8 meses Hospital

del Seguro

IESS-Ibarra

Médico

Residente de

Neonatología y

Pediatría

Público

Enero

2014

Diciembre

2016

3 años Rotación

en distintos

hospitales

de Quito.

HEE,

HPAS,

HEG,

HBO,

SOLCA,

HDGC,

CAASL.

Posgradista

Psiquiatría

Público

Ruiz Benalcázar Zoila del Carmen

Nombre firma