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UUnniivveerrssiiddaadd AAbbiieerrttaa IInntteerraammeerriiccaannaa
Facultad de Desarrollos e Investigación Educativos.
Sede Rosario - Campus Roca.
Carrera: Profesorado Universitario para la Educación Secundaria y
Superior.
TTeessiinnaa TTííttuulloo::
““MMeeddiiaacciióónn eenn llaa EEssccuueellaa MMeeddiiaa,, uunn eesscceennaarriioo
qquuee iinnvviittaa aa sseerr pprroottaaggoonniissttaass..””
AAlluummnnoo: Ma. Carolina Grassi. [email protected]
DDoommiiccii lliioo: Zenón Pereyra 2320 – Rosario.
TTeelléé ffoonnoo: 0341 155322327
PPrrooffeessoorr:: Mg. Lic. Ana Ma. Trottini.
DDiicciieemmbbrree 22001133
2
Indice
Página
Introducción…………………………………………………………………………… 3
Capítulo I
“El escenario de la intervención”............…………………………………………... 7
“Por qué Mediación Escolar”………….…...………………………………………..13
Capítulo II
“Actitud Mediadora”…………………………………………………………………..21
Capítulo III
“Mediación en acción”……………………………………………………………….30
Conclusiones…………………………………………………………………….…...39
Aportes
“Un nuevo escenario”……………………………………………………………......44
Anexos……………………………………………..………………………………….47
Bibliografía…………………………………………………………………………....75
3
Introducción
Indudablemente los conflictos forman parte de las relaciones humanas y
las instituciones educativas se encuentran atravesadas por los mismos. Es
más, son parte de la vida cotidiana y un elemento más de responsabilidad de
toda la comunidad. Así, podemos hacer extensiva a las escuelas la necesidad
de revisar los diferentes conflictos presentes en ellas y las modalidades de
resolución indispensables para superarlos. La importancia fundamental radica
en la “habilidad” para aprender del conflicto y transformarlo en una oportunidad
para mejorar a partir del mismo.
No siempre las soluciones “formales” dan una respuesta adecuada, por el
contrario, suelen generar insatisfacción a las partes involucradas, desgaste
emocional y de tiempo, y la recurrencia de conflictos que aparecen disfrazados
bajo nuevas pretensiones o sencillamente quedaron desplazados, cuando se
creían resueltos. Parecería que los actores institucionales muchas veces no
encuentran canales adecuados para gestionar sus disputas.
La confrontación antagónica en la que unos ganan y otros pierden, donde
se busca al “culpable” de la situación para aplicar una sanción, fue el camino
que se siguió tradicionalmente en nuestra cultura a la hora de resolver
conflictos. Hoy se intenta utilizar nuevas herramientas de resolución pacífica y
colaborativa, entre las más importantes y usadas encontramos la mediación.
En esa dirección, hay mucho por recorrer. Los casos de violencia escolar
que desde hace algunos años ocurren, evidencian la vigencia de esta
problemática. En tal sentido, podemos citar a la Lic. Mara Brawer,
Coordinadora del Observatorio de Violencia Escolar del Ministerio de
Educación de la Nación, quien sostuvo que la violencia escolar no es menor,
sino distinta a otras violencias que vivimos:
“(…) cuando un director o un maestro discriminan, ignoran o
maltratan a un chico; cuando no se le explica o no se le tiene en
cuenta; cuando los propios chicos se burlan de un compañero que
4
tiene dificultades, o lo agreden; cuando los juegos escolares se
vuelven demasiado hirientes; cuando los padres son ignorados o
discriminados: eso sí es violencia escolar. Obviamente la escuela
tiene muchísimo que hacer ante las armas y las mamás agresivas
(…) También tiene la responsabilidad, si sucedió un hecho violento,
de plantear el tema con los chicos y no ignorarlo. Usar lo sucedido
para pensar, analizarlo y enseñar que hay otros caminos para
dirimir los problemas. Recoger el guante, finalmente: porque si hay
algo que sí están expresando estos hechos es que los adultos de
esta sociedad —los padres, los maestros, la casa y la escuela—
estamos fallando en la educación de nuestros chicos. Les estamos
dando como ejemplo que es bueno tener armas en casa o agredir a
la maestra si no estamos de acuerdo. Frente a esto, la escuela tiene
que dar muchos ejemplos de situaciones de diálogo dentro del
aula: experiencias de mediación, de diálogo, de acuerdos. Para que
no olviden que sólo gana el que logra entenderse y acordar” (*)1.
En otras palabras, aquella confrontación antagónica que presenta
ganadores y perdedores-culpables a quienes imponer una sanción, puede
transformarse en trofeo o proceso de victimización, sin garantizar una
modificación de las conductas implicadas, y hasta muchas veces
justificándolas. En cambio, cuando se recurre a sistemas de mediación,
basados en la voluntad y el consenso de los involucrados, que recuperan su
protagonismo y convienen un acuerdo que satisface sus intereses, las partes
se predisponen favorablemente para abordar de igual forma futuras
controversias, a la vez que colaboran con la prevención de las mismas.
Sin embargo, debemos considerar que dado el carácter voluntario de la
mediación, no todos los conflictos pueden resolverse a través de este
procedimiento. Por ello nos mueve investigar: en qué medida los actores
institucionales ven satisfechas sus demandas mediante la aplicación del
procedimiento de mediación en el ámbito de la escuela media; y
consecuentemente, cuáles fueron y son las demandas, cuáles son los
1BRAWER, Mara. “Hay que plantear el problema, no ignorarlo”. Clarín.com. 20/10/2005. Disponible en http://edant.clarin.com/diario/2005/10/20/sociedad/s -03710.htm. Página en castellano. Fecha de captura: 12/06/2012.
5
desafíos, las respuestas, los aportes espontáneos de la mediación a la
educación.
Sin pretender abordar una empresa imposible, nos proponemos investigar
la situación planteada, concretamente en dos escuelas secundarias de Rosario,
una de gestión pública y otra privada, donde se desarrollan mecanismos de
mediación, considerando especialmente la actividad desplegada desde el año
2007 al 2012, persuadidos de que la implementación en los centros educativos
de programas de resolución de conflictos constituye un aporte importante a la
cultura del diálogo, el respeto, el consenso y la paz.
Los establecimientos relevados fueron la Escuela Normal Superior Nº 2
Provincial Nº 35, sita en Córdoba 2084, y el Instituto Superior Particular
Incorporado Nº 9026 María Auxiliadora, sito en San Juan 1650, ambas de esta
ciudad, la primera de gestión pública y la segunda de gestión privada, que han
desarrollado labor en la materia, con cierta formalidad y sistematicidad,
particularmente a partir del año 2009, cuando entra en vigencia el Decreto
Ministerial Nº 181/09, que establece el Marco Jurisdiccional Para la
Construcción de la Convivencia Escolar.
Con el propósito de lograr un aporte significativo a la cuestión, nos
formulamos como objetivo general demostrar que la incorporación de estos
mecanismos en escuelas medias contribuye a resolver los conflictos presentes
en ellas de manera pacífica, con la participación activa de sus actores. Ello nos
planteó la necesidad de describir la situación de conflictividad actual en tales
instituciones; investigar las demandas, situaciones y/o razones, que condujeron
a instaurar la mediación; establecer sus desafíos y analizar las respuestas que
dio; para finalmente aportar a la educación media recursos de resolución y
gestión de conflictos.
En el contexto referido, consideramos adecuada la utilización del método
cualitativo, que nos posibilitó desarrollar una investigación descriptiva –
explicativa: en principio, realizamos una descripción suficientemente completa
para, posteriormente, encontrarnos en condiciones de establecer relaciones
entre variables que nos permiten entender acabadamente el fenómeno
investigado.
Para la recolección de datos efectuamos observaciones y entrevistas en
profundidad en dichos establecimientos educativos donde se han probado
herramientas de gestión y administración de disputas.
6
Todo ello tendiente a demostrar si los actores institucionales, al
aplicar estratégicamente el procedimiento de mediación, se tornan
protagonistas del acto educativo, validar nuestra hipótesis y concretar un
aporte que consideramos valioso para la educación y trascendente en todo
escenario pensado para el protagonismo del hombre.
Con las conclusiones finales, pretendemos contribuir a superar
favorablemente el problema planteado. No será la solución definitiva, pero sí
nos esforzamos por mostrar un principio de solución, el inicio de un camino por
recorrer. Un sabio proverbio chino reza: “Hasta el viaje más largo comienza por
el primer paso”.
7
Capítulo I
“El escenario de la intervención”
“Conflicto: Combate, lucha, pelea. Apuro,
situación desgraciada y de difícil salida.
Problema, cuestión, materia de discusión.
Violencia: Acción violenta o contra el natural
modo de proceder.”(*)2
Si tomamos las definiciones de conflicto y violencia del Diccionario
Esencial de la Lengua Española, podemos afirmar que la violencia en
instituciones educativas es distinta de otros tipos de violencia conocida; aún
cuando dentro de dichos establecimientos se repitan episodios considerados
“normales” fuera de ellos. No podemos ignorar que los mismos constituyen un
escenario particular, donde se enseña y aprende, donde se empieza a pensar.
Por ello, no sólo el uso de la fuerza física o de las armas es violencia en la
escuela, sino también una cantidad de situaciones que en otro contexto pueden
resultar “normales” o quizás “no tan reprochables”.
Cuando se discrimina, ignora o maltrata, no se le explica o no se tiene en
cuenta al alumno; cuando los propios compañeros se burlan o agreden a quien
presenta dificultades; cuando los juegos escolares se tornan hirientes: hay
violencia escolar. Resulta más sencillo pensarlo entre chicos, jóvenes o
adolescentes, pero los conflictos y la violencia no son propiedad exclusiva de
tales grupos, sino que son también protagonizados por adultos.
Al sólo efecto de ilustrar la situación planteada, citamos algunos ejemplos:
“Un alumno de la escuela Drago fue baleado en la puerta de la
institución”. (*)3
2 REAL ACADEMIA ESPAÑOLA. “Diccionario Esencial de la Lengua Española”. Madrid. 2006. 3 “La escuela es la caja de resonancia de los conflictos sociales”.LaCapital.com.ar. Rosario. 14/08/2012. Disponible en http://www.lacapital.com.ar/la-ciudad/La-escuela-es-la-caja-de-resonancia-de-los -conflictos -sociales -20120814-0036.html Página en castellano. Fecha de captura 8/11/12.
8
“Auditoría de Educación en el Colegio del Huerto, intervención
requerida por el SADOP Rosario porque el establecimiento, que
cuenta con subvención estatal, paga los sueldos en cuotas desde
abril pasado”. (*)4
“…En las entrevistas realizadas a estudiantes, surgía en sus relatos,
situaciones de violencia entre pares, aparecían estos dichos que
serían los generadores de ese escenario, “negro de m…”, “sos una
negra”, “gorda quema las grasas”, “maricón”, “bolita” (Bolivianos),
entre otras…” (*)5
“Violencia en las escuelas: sucedió en un colegio del centro de
Rosario. Se enojó por una evaluación sobre su hija, entró al aula y le
pegó a la maestra.
Violencia en las escuelas: Caso I. Llevó una escopeta en la mochila.
Violencia en las escuelas: Caso II. Le encontraron una carabina”. (*)6
Por supuesto, los casos no se agotan en los citados.
A diario se informan casos de violencia en las instituciones educativas. La
primera reacción tiende a buscar “culpables”, dentro de esa lógica binaria de
buenos/malos; culpables/inocentes; víctimas/victimarios. Nunca se buscan
“responsables” o “protagonistas”, ignorando por completo nuestra capacidad de
acción y olvidando que estas situaciones no surgen en forma súbita, sino que
generalmente son resultado de procesos que dejan ver en su desarrollo
“síntomas” de aquello que se va gestando. Tal vez la responsabilidad mayor
radique en dejar pasar inadvertidos tales signos; los conflictos no tratados a
tiempo suelen escalar hasta alcanzar consecuencias destructivas.
Si estas situaciones no son casuales, sino causales, si no responden a
una relación acción-reacción sino a una relación causa-efecto, no debiéramos
quedarnos con el hecho en sí mismo sino explorar qué hay más allá, en la
profundidad de las causas. El malestar en la sociedad actual y la carencia de
medios para expresar con palabras el mismo, la ausencia de protagonismo y la
consecuente sensación de falta de control sobre la propia vida, los
4 “Auditoría de educación en el Colegio del Huerto” La Capital. Rosario. 25/10/2011. Disponible en: http://www.sadoprosario.org/index.php?option=com_content&view=article&id=486:auditoria-de-educacion-en-el-colegio-del-huerto&catid=26:actualidad&Itemid=80 Página en castellano. Fecha de captura 8/11/12. 5 ZEBALLOS MUÑIZ, Matilde. “Democratizando el espacio escolar. Jóvenes mediadores”. 2º Congreso Internacional sobre Conflictos y Violencia en las Escuelas. Buenos Aires. Junio 2012. Disponible en http://www.congreso.escuelayviolencia.com.ar/trabajos_libres.htm fecha de captura 8/11/12 6 “Violencia en las escuelas”. Clarín.com. Sociedad. 20/10/2005. Disponible en: http://edant.clarín.com/diario/2005/10/20/sociedad/s-03710.htm Página en castellano. Fecha de captura: 12/06/2012.
9
condicionamientos, los límites a la creatividad, obligan a sentir que no queda
más que “aguantar” o “explotar”.
Este es, en parte, el panorama en que se insertan las instituciones en
general y las instituciones educativas. En este contexto se tiende a ignorar,
minimizar, “ocultar” el conflicto, todo lo posible. De haber decisión de abordarlo,
tratarlo, quizás solucionarlo , se hará cuando haya estallado con gran costo
para muchos. En dicho contexto tampoco parece tener lugar la idea de
prevención del conflicto.
Por lo que consideramos necesaria la reflexión sobre la visión de conflicto
y los espacios dedicados, dentro de las instituciones, a atender el malestar y
las posibles respuestas.
Si entendemos el conflicto exclusivamente como disputa, problema,
confrontación, seguramente continuaremos ignorando sus múltiples
manifestaciones, mientras nos sea posible.
Los indicios de conflicto son la incomodidad, los incidentes, los mal
entendidos, la tensión y la crisis, evidencias de que el mismo se instaló y
debemos trabajar para solucionarlo o por lo menos evitar la escalada.
El término conflicto alude a factores opuestos entre sí, diferencia de
intereses, deseos y valores; lucha entre por lo menos dos partes que perciben
objetivos incompatibles, recursos escasos e interferencia para alcanzar sus
metas. El conflicto perturba, altera y trastorna la circulación de información y
energía.
Si en cambio, pudiéramos ver en el conflicto una oportunidad de
crecimiento, superación, inclusión del otro, se nos abre un panorama
completamente diverso y alentador. Simplemente ser conscientes del carácter
único y original de cada persona, otorga motivos como para entusiasmarnos
con nosotros mismos y con nuestra capacidad creativa.
El conflicto aceptado como inherente a cualquier grupo humano, es un
factor de crecimiento; resolverlo implica un trabajo orientado a la obtención de
un nuevo equilibrio, más estable que el anterior. Transformarlo en una
oportunidad para el cambio, es un arte que requiere de habilidades especiales,
es saber aprovecharlo, transformar en recurso algo que en principio se
presentó como obstáculo.
Frente a una situación de conflicto es posible elegir asumir una actitud
reactiva o proactiva. Si aprendemos a anticipar un conflicto en potencia y lo
10
encaramos de una forma constructiva, lograremos ampliar el centro de
influencia y disminuir el foco de preocupación, aproximándonos más a una
actitud pro-activa, menos reactiva, más racional y humana.
“La mirada que sugiero es absolutamente diferente a muchas otras.,
polarizando el conflicto como un aspecto positivo que da la
oportunidad de hacerse cargo de lo que nos corresponde, plantea
una postura activa que confiere la posibilidad de ser parte de la
resolución del mismo, de ser cada uno capitán de su barco y no
sentirse arrastrado por la situación sin poder hacer nada al respecto.
Esto lleva implícito el concepto de habilidad que por definición es
una destreza que puede adquirirse, entrenarse, “la habilidad para la
resolución de conflictos es entonces una destreza que puede
aprehenderse e internalizarse en la persona transformándose en un
recurso de afrontamiento positivo del sujeto” (*)7.
Otro aspecto que merece nuestra reflexión lo constituye la devaluación de
la palabra como medio de relación, reclamo y búsqueda de soluciones.
Pareciera que un acto violento puede más que mil palabras.
El diálogo es actitud y praxis que impugna el autoritarismo, arrogancia,
intolerancia, masificación. El diálogo aparece como la forma de superar los
fundamentalismos, de posibilitar el encuentro entre semejantes y diferentes.
Estos son ejemplos de lo que hoy reciben y reflejan nuestros jóvenes.
Pero, ellos reciben de los adultos de hoy y reflejan a los jóvenes de mañana.
Se trata de una situación transgeneracional, que otorga rol protagónico a
jóvenes y adultos. En el encuentro entre generaciones deberemos ver quiénes
se hallan en mejores condiciones de asumir determinadas responsabilidades,
para aliviar el malestar, para concretar soluciones.
El aula, ofrece un escenario para el encuentro entre generaciones, entre
docentes y alumnos. En su “Tesis de filosofía de la historia”, Walter Benjamin
sostiene que “existe una cita secreta entre las generaciones que fueron y la
nuestra”(*)8. Esta afirmación inspiró a Gabriel Brener para caracterizar ese
encuentro como aquel
7 BESSONE, Norma. “Resolución de conflictos: el desafío de la escuela hoy”. Todo sobre mediación. Disponible en http://www.mediacioneducativa.com.ar/component/content/490?task=view. Fecha de captura: 12/06/2012 8 BENJAMIN, Walter. 1989. “Tesis de filosofía de la historia”. En: BRENER, Gabriel E. “Pensar entre muros”. Novedades Educativas. Nº 224. Agosto 2009; p.41.
11
“que puede transformarse en una garantía de transmisión, en la
medida en que haya un lugar para que ocurra algo nuevo y diferente,
en tiempo presente y futuro, con la impronta de la confianza, pero de
ésa que se arriesga a lo novedoso sin la necesidad de controlarlo.
Quizás un desafío suponga imaginar escenas posibles, la cuidada y
estratégica construcción artesanal que supone una cita cuando es
secreta. Pero no secreta porque hay algo que se esconde, sino
porque se trata de un encuentro muy peculiar, casi único, en el que
lo que sobresale no es lo común entre partes, sino justamente la
diferencia, aquello distinto que reafirma el sentido mismo de la
transmisión, de la continuidad en otros, aquella viva pulsación que
sólo sienten los pasadores de la cultura y sus herederos” (*)9.
Puede que sea tiempo de revalorar la palabra, lo que supone también
recuperar el valor de la escucha, de la capacidad de escuchar abiertamente al
otro, aún cuando esté diciendo algo con lo que no coincidamos, considerando
la posibilidad de trabajar con el disenso, de buscar herramientas para
consensuar, de apartarse de la lógica binaria que no siempre es adecuada, de
comprender que todos ganamos cuando logramos entender al otro.
Queremos sumar a la propuesta que parte de comenzar a trabajar con
herramientas concretas en las instituciones, entre ellas la negociación y la
mediación como facilitadoras para un espacio donde recupera valor la palabra,
la escucha y el protagonismo de las partes para la resolución de los conflictos.
En la obra “Acerca de la Clínica de la Mediación” (*)10 se la considera un
procedimiento que se juega en la palabra y no en los hechos, e intenta
construir una verdad responsable para que circulen todas las verdades
subjetivas.
Podemos afirmar que el trabajo del mediador consiste en organizar un
espacio que pertenece a las partes, no decide; la solución debe surgir de los
mismos interesados. El mediador otorga la palabra y escucha, desde una
posición neutral, los relatos (verdades que cada uno construye) con el
propósito de evaluar la posibilidad de diseñar estrategias consensuadas para
conseguir aquello que los protagonistas expresan necesitar y acompañarlos
sosteniendo el conflicto
9 BRENER, Gabriel E., “Pensar entre muros”, Novedades Educativas, N° 224, Agosto 2009; pp. 34-41. 10 ARECHAGA, Patricia; BRANDONI, Florencia y FINKELSTEIN, Andrea, “Acerca de la clínica de la mediación”. Buenos Aires. Librería Histórica. 2004.
12
La posibilidad de “poner en palabras” el conflicto, hablar sobre él, definirlo,
nombrarlo, identificarlo es el primer paso para comenzar a transitar un camino
que permita alcanzar aquello que las partes dicen necesitar.
Quienes nos sentimos actores - protagonistas, consideramos necesario
que desde los diferentes ámbitos reflexionemos sobre nuestra responsabilidad,
conscientes de las demandas actuales y de nuestras posibilidades de
responder; retomemos el valor de la palabra y de la razón y abramos camino
en la tarea de gestión y prevención de conflictos, aportando a la pacificación y
al montaje de un mejor escenario en las instituciones educativas y en la
sociedad.
13
“Por qué Mediación Escolar”
“No hay camino hacia la paz. La paz es el
camino” (Gandhi).
Con el propósito de conocer las razones de la elección e implementación
de este método en escuelas secundarias, efectuamos un relevamiento en dos
instituciones, una pública y otra privada.
La primer escuela visitada fue el Normal Superior N° 2 “Juan María.
Gutierrez”. Como escuela normal fue creada con la misión de formar maestros
para educar a las nuevas generaciones. Su nombre conmemora al autor de
“Bases para una Ley de Instrucción Pública y sus fundamentos” donde plasmó
el ideal de una educación popular para lograr una nación libre y civilizada, y la
necesidad de la educación secundaria para el acceso a la enseñanza superior.
El tránsito por esta escuela genera gran impacto. Se trata de una
institución emblemática, enclavada en el centro de la ciudad, altamente
representativa de nuestra sociedad. No pasa desapercibida. Se distingue un
edificio tradicional en donde se viven prácticas innovadoras. Amplia, luminosa,
limpia, con mobiliario antiguo perfectamente conservado, dos pianos (uno de
cola) ubicados al pie de la escalera, permanecen a disposición de los alumnos,
que cada tanto se inspiran y deleitan con alguna melodía, y recrean el espacio,
por momentos silencioso, por momentos bullicioso… las aberturas invitan a
interactuar puertas afuera, puertas adentro…. Junto a la Rectoría, la escalera
de mármol blanco muestra en sus peldaños las palabras “mágicas”:
“negociación”, “valores”, “responsabilidad”, “mediación”, “diálogo”,
“convivencia”. Estos son los valores incluidos en el Pacto de Convivencia, que
en el esfuerzo del ascenso paso a paso, peldaño a peldaño, conducen al centro
de mediación. El blanco de la escalera en contraste con el colorido de estas
palabras conjugan lo tradicional de siempre con lo innovador de estos tiempos.
El colegio “María Auxiliadora” es una institución fundada por Don Bosco,
con el propósito de llevar el Sistema Preventivo Salesiano a los jóvenes,
14
opuesto al Sistema Represivo reinante en Europa en el siglo XIX. Se trata de
una institución centenaria, representativa de otro tipo de población: privada,
confesional, desarrolla su actividad principal en un solo turno, con menor
número de alumnos, cuya autoridad superior es una religiosa… el patio,
rodeado de galería de donde cuelgan enredaderas floridas, es escenario de
toda la vida estudiantil, con el mástil y la estatua de la virgen como testigos… la
galería comunica a las aulas y todas ellas miran el patio. Se respira un clima
familiar. “Está bueno estar acá” a esta conclusión arribaron docentes y alumnos
en una jornada donde se evaluó lo realizado hasta el momento.
A pesar de las diferencias iniciales, ambas secundarias empiezan a
concretar el Proyecto de Convivencia, propuesto por el Ministerio de
Educación, previsto como una construcción institucional. La mediación escolar
es una manera, entre otras, de materializar el Marco Jurisdiccional para la
Construcción de la Convivencia Escolar establecido por Decreto 181/09. La Ley
es una de esas razones que no pueden ignorarse, y en el caso particular de las
escuelas relevadas, también es un apoyo que sustenta las prácticas de manejo
de conflictos. Para aquellas instituciones educativas que no adhieren a estas
prácticas, la ley funcionará como límite, pues no podrían alegar su
desconocimiento.
En su Marco Teórico hace referencia a:
• la concepción de la disciplina como conjunto de reglas destinadas
a mantener el orden y la subordinación, tendiente a desarrollar una
cultura autocrática, con ejercicio centralizado del poder,
indiferencia ante la diversidad, disciplina basada en castigos,
sanciones punitivas, negación del conflicto, mayor significación a la
violencia física que a la simbólica, sin análisis de causas, sin
soluciones educativas;
• la concepción de convivencia escolar como construcción
sistemática y consensuada para instaurar un estilo de
comunicación, relación y trabajo que reconozca que el conflicto es
inherente a la vida y exige un esfuerzo por buscar estrategias de
gestión democrática. Involucra valores, ideales, principios y las
correspondientes acciones pedagógicas. Propicia la participación
de toda la comunidad educativa, para mejorar el clima institucional
15
que compromete al currículo institucional y áulico, impactando en el
proceso enseñanza – aprendizaje.
Esta última es la concepción a la que adhiere y dentro de la cual cada
institución deberá construir su proyecto de convivencia.
El modelo propuesto tiende a desarrollar una cultura colegiada, más
democrática, en donde exista ejercicio descentralizado del poder,
reconocimiento de la diversidad, convivencia basada en la confianza, trabajo en
equipo, equiparación de la violencia física y simbólica, acciones reparadoras
educativas, reconocimiento y trabajo a partir del error, reconocimiento del
conflicto como inherente a las relaciones interpersonales.
Privilegiar la comunicación, el diálogo y la participación posibilita el
aprendizaje porque pone en el centro de la escena al sujeto, lo recupera como
protagonista.
Alude al conflicto como desacuerdo de ideas, intereses o principios entre
personas, fenómeno inherente a la convivencia, inevitable más allá de las
pretensiones de evitarlo o solucionarlo. Por ello alienta a su abordaje
constructivo. Y coherente con lo que sostuvimos, conflicto dentro de la escuela
no sólo comprende la disputa, confrontación o pelea, sino otras
manifestaciones en las cuales se desdibuja el lugar del sujeto, es decir, se
corre de su lugar protagónico, y a las que refiere como ausencia de palabras:
silencio, desencuentro, forma de violencia, borramiento del otro, retención de
información, silencio como respuesta ante una petición, boicot a proyectos,
entre otros.
Aunque sea un fenómeno inherente a la convivencia, no debe
naturalizarse en el sentido de abandonarlo a su propia suerte, como algo que
seguirá su curso espontáneo, lo que nos expone al riesgo de su escalada al
punto de perder toda posibilidad de control o manejo y consecuente pérdida de
protagonismo, alto costo para los sujetos. Por el contrario, no naturalizarlo
implica explicitarlo, hacerlo evidente e intervenir para su solución.
En cuanto a las formas de intervención, distingue modalidades de
abordaje basadas en la fuerza, el derecho o los intereses. Esta última
modalidad es la que corresponde a la concepción de conflicto y a las
estrategias propuestas: entre ellas mediación, negociación y facilitación.
16
Participar es aprender, involucrarse en la redefinición de problemas,
diagnósticos, soluciones y valores para construir la convivencia. Estos valores
conducirán a plantear derechos y deberes de todos y cada uno.
Los límites son considerados necesarios pero deben recuperar el lugar de
la palabra, acentuando su aspecto educativo. Como frontera que separa lo
permitido de lo no permitido, lo negociable y lo no negociable, debiera ser
ajustado a cada establecimiento educativo, considerando sus singularidades. El
mismo límite en situaciones distintas puede resultar injusto. El reconocimiento
de las distintas realidades escolares es fundamental para la planificación de
acciones preventivas.
Para el supuesto que las acciones preventivas no resulten, prevé la
posibilidad de llevar a cabo acciones reparadoras y sanciones. Las primeras,
buscan neutralizar los efectos de una conducta negativa mediante una
actuación en sentido contrario, por ejemplo: pedir disculpas en caso de una
agresión verbal, o campañas de limpieza, como se hizo en el Normal Nº 2, ante
las situaciones de deterioro o destrucción material. Las segundas, constituyen
una posibilidad ya conocida: apercibimiento, amonestación, suspensión,
cambio de división o de turno. Lo novedoso es que en cuanto a su aplicación,
recomienda siempre privilegiar el diálogo, ya que no interesa tanto la sanción
en sí como que la conducta negativa no se reitere, lo que es más factible que
ocurra cuando media algún aprendizaje que involucre al sujeto. Por ello insiste
en retomar la palabra, apostar a la palabra es apostar a lo educativo, hacer
saber a los alumnos por qué, cómo, cuándo se aplican sanciones, acompañar
en la reflexión; brindarle la oportunidad de que piense y decida las acciones
reparadoras que pueda concretar, en su defecto, el adulto las decidirá. Pero
deberá considerar la situación particular del estudiante, garantizarle el derecho
a ser escuchado; esforzarse para comprender, analizar y reflexionar para
identificar las causas; contextualizar. Incluso podrá solicitar informes relativos a
la situación familiar o social de los alumnos o solicitar asesoramiento externo a
profesionales habilitados para tal fin o consultar al superior jerárquico, agotadas
las instancias institucionales, todo lo que se deberá tener en cuenta a la hora
de tomar decisiones.
Es decir, ni la misma ley pretende ser aplicada fríamente, sin considerar la
situación de sus destinatarios. En una situación tal, no hay sujeto, no hay
transformación, no hay aprendizaje, no hay persona protagonista. Lo que se
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propicia, entonces, incluso desde una perspectiva estrictamente normativa, es
que medie un aprendizaje, lo que necesariamente tiene lugar en un sujeto.
Como expresamos, ambos establecimientos coinciden que las prácticas
de mediación se ajustan al marco legal y a la vez resultan compatibles con su
política institucional y enmarcan estas prácticas dentro del eje de convivencia.
En la escuela Normal N° 2, se destaca como objetivo institucional el
trabajo dentro de dicho eje por considerarlo uno de los que atraviesa los cuatro
niveles educativos (inicial, primario, secundario y terciario), y en los cuales se
debe mantener la coherencia pedagógica y el discurso desde el ingreso hasta
el egreso de los alumnos. Además, el trabajo en equipo impone cuidar la
articulación entre niveles, atendiendo simultáneamente a la especificidad de
cada uno.
La Rectora de esta institución, autoridad máxima de todos los niveles, se
propone abrir este espacio dentro de la escuela para implementar una política
de abordaje del conflicto. La mediación se presenta como un dispositivo que
integra las dimensiones más importantes del análisis de la institución educativa:
la dimensión institucional, la pedagógico – didáctica y la comunitaria. Al abarcar
todas estas dimensiones en todos los niveles, con una misma práctica, se
cuida la coherencia pedagógica, se ratifican valores, se aprende.
La idea es que quienes egresen de esa escuela, lo hagan con un modo
de pensar los conflictos de manera más racional, comprometida y creativa, ya
que la mediación permite crear nuevas respuestas.
El Colegio María Auxiliadora, lo implementa desde el espacio de tutorías,
que permite acompañar el crecimiento de los jóvenes no sólo desde lo
académico sino también desde el desarrollo de relaciones interpersonales más
sanas y satisfactorias, principalmente por ser una práctica sumamente
compatible con la Propuesta Educativa de la institución Salesiana. Ello también
evidencia preocupación por preservar la coherencia necesaria a la hora de
enseñar y aprender.
A su vez, ambas instituciones coinciden en que la mediación se basa en
la educación en valores. Entre ellos la no-violencia, la resolución pacífica de
conflictos, el diálogo. Esto es parte de un proyecto aún más ambicioso: la
Educación para la Paz, donde estos valores constituyen no sólo el contenido
sino la forma de enseñanza–aprendizaje. Poco servirían los mejores
contenidos si la forma de impartirlos es autoritaria, una educación para la paz
18
“obligatoria” o “forzosa” es una contradicción. La mediación es una de esas
formas que contiene tales valores.
No obstante , no todos los conflictos pueden resolverse a través de este
procedimiento. Los valores no se negocian, constituyen el sustrato
indispensable para el ejercicio de prácticas basadas en la voluntad. Como
expresara la Rectora del Normal N° 2, mediamos lo mediable dentro de la
escuela. Lo que no es mediable pasa a formar parte del capítulo de los deberes
del docente y del alumno, eso es normativa, otra forma de respuesta posible,
siempre presente (porque refiere a valores) y que no necesariamente se
contradice con las eventuales respuestas que puedan resultar de la mediación.
En este sentido, la obra “Sabona” (*)11 aconseja pensar el conflicto como
incompatibilidad de metas y/o medios. A su vez, diferencia entre metas y
medios legítimos e ilegítimos. Entendiendo por legítimos los generalmente
aceptados, legales, acordes a las reglas y regulaciones de la escuela,
incluyendo necesidades fundamentales. Medios y metas legítimos serían los
sustentados en valores. Los ilegítimos son rechazados, lo que se le hace saber
directamente al estudiante. Lo que se trata de hacer es fundir las metas
legítimas de las partes en una nueva realidad en la que esas metas puedan
coexistir. Así los estudiantes aprenden a resolver conflictos creando algo
nuevo, realizando una actividad emprendedora.
Entendidas las razones que legitiman prácticas de gestión y
administración de conflictos, como la mediación, nos preguntamos por qué
dedicarles tiempo en la escuela, si los conflictos que experimentan los
estudiantes, no los experimentan sólo allí: los viven en sus casas, en sus
grupos de pares, en actividades extracurriculares, en la calle… en muchos de
los escenarios de los que forman parte, ¿por qué “gastar” tiempo en este tipo
de trabajo en la escuela?
Por un lado porque pensamos la escuela como arena natural del mundo
donde pueda anclar este tipo de conocimiento que obliga a reconceptualizar el
conflicto, pues “dentro del discurso pedagógico, todo conflicto debe ser motivo
de un nuevo aprendizaje y de un nuevo compromiso personal, colectivo e
institucional”.
11 FALDALEN, Aase Marie et al. “SABONA: En busca de buenas soluciones. Aprendiendo a resolver conflictos” (Traducción de Fernando Montiel) Puebla. Montiel & Soriano Editores S.A. de C.V. 2011.
19
Aprendemos del contexto en el que nos criamos diferentes modos de
reacción ante los conflictos. Nuestras estrategias, consciente o
inconscientemente desarrolladas, influyen en nuestras vidas y en la de seres
cercanos a nosotros.
Ello explica la importancia de iniciar a edad temprana, o lo más temprana
posible, una capacitación en manejo de conflictos, utilizando como punto de
partida aquellos que los niños (y más aún los adolescentes) pueden reconocer
fácilmente, porque los protagonizan o de alguna forma los experimentan, de
manera tal que puedan desarrollar estrategias constructivas que se integren a
su conocimiento general.
Por otro lado, porque tales conflictos, aunque tengan lugar fuera de las
escuelas, pueden dificultar la atención en el aprendizaje en ellas. En lugar de
concentrar sus mentes en el aprendizaje, los alumnos están padeciendo las
consecuencias de conflictos no resueltos o mal resueltos. Estos alumnos serán
identificados con mayor facilidad en un ambiente escolar donde se comparta la
actitud de escuchar y detectar necesidades individuales.
Así la capacitación en el manejo de conflictos lejos de interferir en las
materias de estudio, estaría favoreciéndolas. Dedicar tiempo a este trabajo, no
sería un gasto sino más bien una inversión, aunque una inversión a largo plazo
Otro aspecto que erige la institución educativa como clave para capacitar
y entrenar en este tipo de prácticas, lo constituye su poder transformador y
productor. En este sentido, educación y mediación comparten objetivos:
introducir cambios, transformar al sujeto, que madure como persona, crezca en
libertad, tome contacto con la cultura, se transforme en ciudadano, adquiera
recursos para abordar conflictos, ejerza derechos y cumpla deberes.
Pero no sólo se educa en la escuela, la mediación educativa excede la
mediación escolar, entonces, por qué mediación escolar.
La Rectora de la Escuela Normal N° 2 explica que la mediación dentro de
la escuela se transformó en mediación educativa, es decir, que educa, que
transforma. Si la educación es un proceso transformador del sujeto y la
mediación es un recurso que posibilita que esa transformación acontezca, toda
mediación escolar debe ser educativa.
En el Colegio María Auxiliadora, la mediación se implementó por su
compatibilidad con la Propuesta Educativa Salesiana, donde el diálogo es
considerado herramienta fundamental para resolver conflictos y además porque
20
entienden a la mediación en sí como un proceso de aprendizaje que permite al
alumno adquirir herramientas para lograr mayor autonomía, responsabilidad y
compromiso en la resolución de conflictos.
El pasaje obligatorio por la escuela, implicaría que al menos en ella, el
alumno “tiene la posibilidad de vivir otros modos, a pesar de la violencia del
mundo”. Los alumnos que egresan de estas escuelas, lo hacen “con algo de la
mediación puesto y vivenciado, se la llevan y trasladan a donde vayan”.
21
Capítulo II
“Actitud mediadora”
“…el futuro de la educación y de la
humanidad no depende tanto de estructuras
o de contenidos curriculares, sino de
cambios en las actitudes de las
personas”(*)12.
El mundo actual, el que nos plantea la globalización y modernización, nos
obliga a repensar sobre todo, las actitudes con las que enfrentamos el nuevo
contexto, las tareas pendientes, la necesidad de mejorar nuestras capacidades
para actuar y pensar un espacio más complejo, diverso e interconectado.
La mirada sugerida en torno al conflicto que tendrá lugar en este particular
escenario, lleva implícita la noción de habilidad, destreza en la que nos
entrenamos. En otras palabras, interesa identificar las competencias
individuales para mejorar el desempeño de los actores.
Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico,
las competencias que los individuos necesitan satisfacer para alcanzar sus
metas se volvieron más complejas, se requiere un mayor dominio de ciertas
competencias definidas estrictamente.
“Una competencia es más que conocimientos y destrezas. Involucra
la habilidad de enfrentar demandas complejas, apoyándose en y
movilizando recursos psicosociales (incluyendo destrezas y
actitudes) en un contexto en particular. Por ejemplo, la habilidad de
comunicarse efectivamente es una competencia que se puede
apoyar en el conocimiento de un individuo del lenguaje, destrezas
12 PEREZ LINDO, Augusto. “Competencias Docentes para el Siglo XXI”. Buenos Aires. Tinta Fresca. 2012.
22
prácticas en tecnología e información y actitudes con las personas
que se comunica” (*)13.
Pérez Lindo enumera una serie de competencias genéricas y específicas
que requieren los docentes actuales, de las cuales rescatamos aquellas que
podemos hacer extensivas a otros sujetos, en diversas condiciones. Se refiere,
entre otras, a ciertas competencias humanísticas y científicas: la reflexividad, el
sentido ético, la sociabilidad, la comunicabilidad, el espíritu metódico; la
búsqueda de actitudes pragmáticas, la orientación hacia la resolución de
problemas; el aprender a ser, para reconstruir las identidades y para construir
una ciudadanía planetaria; las funciones de socialización e integración de la
educación. Identifica cinco dimensiones y diez competencias.
La primera dimensión consiste en aprender a ser. En ella se desarrollan
dos competencias: identidad y creatividad, tendientes a facilitar la realización
de la identidad de los alumnos, la autoconciencia y lograr un aprendizaje activo,
la motivación, transmitir el deseo de saber.
La segunda dimensión, relativa a aprender a conocer, comprende la
cientificidad y la competencia lingüística, necesaria para estimular la
comunicación e interpretar el mundo simbólico.
La tercera dimensión distinguida por el autor, es aprender a aprender.
Las competencias destacadas refieren a enseñar a aprender mediante la
autonomía intelectual, trabajo en equipo, autodisciplina y resolución de
problemas y comunicabilidad, entendida como transmisión de conocimientos
con métodos pedagógicos.
Aprender a hacer constituye la cuarta dimensión, que implica enseñar el
saber hacer mediante la resolución de problemas, la eficiencia práctica
enseñar a aplicar conocimientos y la competencia informacional para la
búsqueda, interpretación y transmisión de información y de una cultura
multimedial.
Por último, señala el aprender a convivir, como la dimensión donde
maduran la sociabilidad, el trabajo en equipo, la actuación solidaria y
responsable, la empatía y comprensión; y la responsabilidad social, el
13 ORGANIZACIÓN PARA LA COOPERACION Y DESARROLLO ECONOMICO. “La Definición y Selección de Competencias Clave”. Resumen ejecutivo. Fecha de captura: 27/06/2013.Disponible en http://www.deseco.admin.ch/bfs/deseco/en/index/03/02.parsys.78532.downloadList.94248.DownloadFile.tmp/2005.dscexecutivesummary.sp.pdf
23
compromiso moral, el despliegue de la identidad, los valores y la consciencia
ciudadana.
Estas competencias son demandas, exigencias de nuestro tiempo y
espacio. Para desenvolvernos dentro de los parámetros actuales, es preciso
ejercitar tales destrezas.
Resulta imperativo considerar la interacción con las tecnologías de la
información y la comunicación porque contribuyen a crear una subjetividad
nueva, real y virtual a la vez. El nuevo imaginario y principio de realidad que
regula el pensamiento y comportamiento de jóvenes, se presenta costoso de
descifrar para muchos adultos, entonces cuando se producen situaciones
dramáticas (hechos de violencia escolar, fugas del hogar, iniciación a las
drogas, episodios de sexualidad precoz, tentativas de hazañas imposibles) el
fenómeno aparece evidente para ellos. No obstante, la crisis de la sociabilidad,
depende mucho más de la ruptura de vínculos familiares y sociales,
comprometidos por la globalización, los cambios en las economías en el
mercado del trabajo y en las relaciones sociales (*)14.
Este es el escenario del encuentro. Estos son los sujetos del encuentro.
Hoy no podemos ignorar cuestiones relacionadas al género y a las adicciones.
A los chicos se les propone otra estética: la indiferenciación entre lo masculino
y lo femenino, que se traduce en una nueva relación con su cuerpo. Además
surgen diversas adicciones, como el celular o internet. Todo contribuye a
marcar una fuerte individualidad en detrimento de la mirada de lo colectivo.
“Hay muchas nuevas realidades que irrumpen en las aulas. Por
ejemplo, hay una ley de matrimonio igualitario, y dentro de poco,
familias de padres del mismo género vendrán a traer a sus chicos a
la escuela. O tal vez, algún directivo tenga que hacerse cargo de que
un docente le pide los días de licencia porque se casa con alguien
del mismo sexo. Y nosotros no podemos decir “de esto no se habla”,
sino “de esto sí se habla”. Y desde luego, tenemos que pensarlo
como comunidad educativa” (*)15.
Así se expresa desde la comunidad salesiana. Pero también en palabras
de la Rectora del Normal N° 2: “la mediación más allá de una herramienta o
técnica, es una actitud, ayuda a sostener una actitud mediadora”. Esa actitud 14 PEREZ LINDO, Augusto. Op. cit. 15 MIRABET, Nicolás y VALDEMOROS, Santiago. “El carisma salesiano en el aula. ¿Hoy sería Juan Bosco un excluido de nuestras escuelas?”. Boletín Salesiano. Nº 691. Argentina. Abril 2013.
24
mediadora permite posicionarse ante la escucha de un problema de modo que
posibilita al otro que él mismo reconozca cómo está; qué intereses, qué
posiciones, qué problemas trae, de manera que quede en condiciones de
proponer una nueva salida para superar esa situación. Un genuino
protagonismo de la persona involucrada en el conflicto, le impondría “tomar las
riendas” y protagonizar, o al menos intentar protagonizar, su solución. Si el
conflicto es generado por una persona, esa misma persona es quien debe
destrabarlo. Entonces el deber del mediador sería “garantizarle” un espacio
para que ello acontezca, pero de ninguna manera administra justicia, ni se
coloca en lugar de juez.
Una actitud mediadora es requerida para poder conocer, comprender y
aprender a no juzgar a las personas, es uno de los desafíos que debemos
afrontar prioritariamente, evitando la costumbre de identificar situaciones con
personas, ya que las personas son mucho más que las situaciones que viven.
La dinámica actual impone la necesidad de variar nuestra mirada sobre la
institución educativa, requiere “ver a la escuela como un mosaico de
diferencias, no desde un lugar de homogeneidad, que es a lo que estamos
acostumbrados. Y la diferencia, el diferente, no estaría sólo en el chico con una
necesidad educativa especial, sino en que los cuarenta del aula tienen
diferencias. Algunos, aparte, conllevan diagnósticos psicológicos, psiquiátricos,
médicos” (*)16.
Por ello, equiparamos estas competencias con las demandas, incluyendo
entre ellas la actitud mediadora. Nuestra época reclama sujetos a la altura de
las circunstancias, capaces de adaptarse sin deformarse.
Podemos destacar dos dimensiones por su aplicación práctica en
mediación: aprender a ser y aprender a convivir. Ambas, a su vez, guardan
estrecha relación y remiten la una a la otra: sólo podemos relacionarnos, si
partimos de nuestra propia individualidad, y nuestra individualidad adquiere
identidad en convivencia. En parte, somos lo que hacemos de nosotros y en
parte somos lo que las circunstancias hacen de nosotros. La naturaleza
humana compleja, refleja una identidad individual a la vez que social. Si
desarrollamos las propias capacidades del ser, estaremos en condiciones de
ser con otros. Nuestro aporte a la sociedad será individual, pero una vez
16 Ibid.
25
concretado, aquella habrá cambiado, aunque sea mínimamente deberá
reflejarlo. Así el sujeto habrá trascendido y la sociedad habrá evolucionado.
Las prácticas de mediación dentro de estas escuelas, se implementan
como medio para concretar el eje y los acuerdos de convivencia, por ello
también rescatamos el “aprender a convivir”, y destacamos las competencias
que en su marco maduran: la sociabilidad y la responsabilidad social,
permitiendo el despliegue y la acción del individuo.
Para el abordaje de la sociabilidad, Pérez Lindo acude primeramente a
Emilio Durkheim (*)17. Este autor parte de considerar la educación como acción
de las generaciones adultas sobre las aún no maduras, con el objeto de
desarrollar en el individuo una serie de estados físicos, intelectuales y morales
para la vida social. De ello deduce “que la educación consiste en la
socialización metódica de la generación joven”. Retornamos al escenario de la
acción educativa como espacio de encuentro de generaciones.
Esta competencia, la sociabilidad, se vincula con la competencia de la
identidad, pues aprender a ser implica aprender los valores culturales,
comunitarios, regionales con que nos identificamos. De allí que tanto el
desarrollo de las identidades como el proceso de socialización se materialicen
necesariamente a través de la búsqueda de la identidad nacional, regional o
comunitaria.
Asumimos que el hombre es el protagonista de nuestra acción, es causa y
consecuencia de la educación. La perspectiva que plantea la presente
dimensión, obliga a preguntarnos si somos capaces de aprender a convivir
asumiendo los valores universales de la humanidad, es decir, si es posible la
convivencia humana.
En este aspecto, la función del docente es fundamental. Según Pérez
Lindo, la sociabilidad como competencia docente requiere diversas
capacidades, entre ellas, empatía , capacidad para comunicarse, enseñar a
trabajar en equipo y mediar en la socialización de los jóvenes. Consideramos
que sostener una actitud mediadora, ayuda al desarrollo de estas capacidades.
La empatía podemos caracterizarla como la “capacidad para vivenciar lo
que sienten otras personas, en este caso, los alumnos” (*)18. En la teoría de la
inteligencia emocional es un aspecto de la “inteligencia interpersonal”, clave en
17 DURKHEIM, Emilio. “Educación y Sociología” en PEREZ LINDO, Augusto. “Competencias Docentes para el Siglo XXI”. Buenos Aires. Tinta Fresca. 2012. 18 PEREZ LINDO, Augusto. Op. cit.
26
las relaciones interpersonales. Hoy es condición para comprender a la
generación que se educa. “Se trata de un aspecto básico para que el docente
pueda asumirse como agente socializador” (*)19.
Afirmamos que el aula es escenario de encuentro transgeneracional. En
condiciones normales, el profesor de una institución secundaria debe enfrentar
la distancia que media en la relación docente – alumno. La empatía funciona
como puente que acerca, acorta distancias. Por eso, facilita el encuentro,
permitiendo un intercambio provechoso.
Desarrollar la sociabilidad implica comunicación. En toda relación entre
personas, necesariamente se establecen códigos con diverso grado de
explicitación. La capacidad para comunicarse exige también capacidad para
establecer reglas, mecanismos y métodos de comunicación.
Una de las manifestaciones de la sociabilidad la constituye el aprender a
trabajar en equipo, que además, prepara para actuar en sociedad con eficacia.
Contar con el otro refuerza las capacidades individuales y asegura mejores
resultados. “Nadie aprende solo (…). Esto quiere decir que, aun desde el punto
de vista cognitivo, resulta importante crear condiciones de aprendizaje
recurriendo al trabajo en equipo y a la cooperación” (*)20.
Aprender a convivir, es aprender a vivir con cada uno, para vivir con cada
otro. Definir la identidad personal exige lograr la individuación desestimando el
individualismo. La identidad personal complementa el ser con otro; el
individualismo, en cambio, es todo lo contrario, genera actitudes egoístas. “Un
ser humano con todos los atributos de una persona realizada es aquel capaz
de organizarse con los demás para resolver los problemas de la vida en
común” (*)21.
Una actitud mediadora, reivindica y ratifica constantemente los códigos de
la comunicación, promueve el trabajo cooperativo y la capacidad de
organización considerando al otro para solucionar el conflicto que los involucra.
Todo lo expresado evidencia que la sociabilidad excede la categoría de
competencia docente, constituye una virtud moral que alcanza a toda persona,
convivir es compartir, respetar, cooperar, emprender proyectos comunes.
“En las últimas décadas la Unesco y muchos especialistas han dicho
repetidamente que una finalidad esencial de la educación es
19 Ibid. 20 Ibid. 21 Ibid.
27
enseñar a convivir – algunos dicen: enseñar a vivir con los otros-. Si
pretendemos llevar a la práctica este mandato, necesitamos
docentes con capacidad socializadora, con empatía, con capacidad
para trabajar en equipo. De este modo encontraremos en la escuela
no sólo el camino para desarrollar la inteligencia, sino también el
camino para devenir seres sociales completos” (*)22.
Docentes con actitud mediadora.
En la medida que aprendemos a convivir asumimos una responsabilidad
social, toda libertad viene acompañada de la respectiva responsabilidad,
entendida como capacidad de responder por las consecuencias que generan
nuestros actos. Como vivimos una sociedad globalizada, debemos referirnos a
nuestra comunidad planetaria, tal es el carácter del escenario y protagonistas
actuales.
Hemos manifestado que la comunicabilidad, competencia del aprender a
convivir, exige capacidad para establecer códigos de comunicación. La
responsabilidad social suma un aspecto: la necesidad de respetar los códigos y
principios que regulan las relaciones sociales. El individuo moralmente
competente es capaz de asumir tal responsabilidad y respetar dichos códigos.
Conforme Pérez Lindo, la competencia moral asume nueva proyección para el
docente del siglo XXI. La civilización más que nunca necesita individuos
morales. También el respeto a estos códigos es promovido por la actitud
mediadora.
Las competencias presentadas por Pérez Lindo, fueron elaboradas para
definir el perfil docente en el siglo XXI y como presupuesto de cualquier política
educativa. Todas ellas son necesarias para establecer un consenso básico. Las
que hemos propuesto en el presente trabajo, fueron seleccionadas por su
aplicación a todos los actores de la acción educativa y a la mediación
particularmente.
Por otra parte, la perspectiva de las competencias privilegia actitudes,
motivaciones y capacidades por encima de certificados o acreditaciones, lo que
se adecua al contexto actual, en el que se facilita el acceso amplio a la
información, pudiendo prescindir cada vez más de las instituciones educativas
para aprender contenidos. En cambio, sí se seguirá dependiendo de las
22 Ibid.
28
competencias para la formación, es decir, para aprender a ser, a convivir, a
conocer, a aprender.
“Resulta obvio que no se trata de preparar personas para adaptarse
a la cultura dominante, cualquiera sea. Esto plantea sin duda una
tensión importante porque los niños y adolescentes necesitan un
principio de realidad para insertarse en el mundo. Pero no debemos
olvidar que desde el inicio del proyecto de educación moderna la
finalidad principal es formar personas capaces de trascender los
límites de su sociedad, su época y su cultura. (…) Está claro que
apuntamos a un mundo más solidario, fundado en una economía del
conocimiento, respetuosa de las diversidades culturales, consciente
de su responsabilidad ecológica” (*)23.
Todas las competencias señaladas tienen su implicancia pedagógica.
Creatividad, motivación, reflexividad, consciencia moral, son actitudes
inherentes a cualquier docente de cualquier nivel. Sin embargo su aplicación en
el método que proponemos, promueve capacidades propias de todo sujeto del
acto educativo y trasciende el escenario de la escuela. El sentido de la acción
pedagógica debe mantener su carácter integral. Nadie aprende solo. Tampoco
nadie enseña solo.
A la vez, la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico
reconoce que en la selección de competencias clave se deberían enfatizar
competencias transversales, que todos deberían aspirar a desarrollar y
mantener, por sobre las competencias de uso especí?co de un o?cio,
ocupación o forma de vida en particular.
La OCDE incluye la habilidad para manejar y resolver conflictos dentro de
las competencias de Categoría 2: Interactuar en grupos heterogéneos, junto
con las habilidades para relacionarse bien con otros y habilidades para
cooperar y trabajar en equipos.
Hemos equiparado estas competencias a las demandas de nuestra
sociedad, dado el grado de conflictividad actual. Consideramos que el
mecanismo de mediación y una actitud mediadora, pueden enseñarse y
aprenderse en las instituciones educativas, ya que en ellas la función
pedagógica es distintiva. Pero no se limita de ninguna manera a tal escenario,
como tampoco lo hace el acto educativo. También se aprende fuera de los
23 Ibid.
29
establecimientos educativos, incluso antes del ingreso a cualquiera de ellos.
Pero en el peor de los supuestos, el tránsito por un establecimiento educativo
garantizaría la oportunidad de experimentar una forma civilizada, humana, de
resolución de conflictos.
Tal vez nuestra propuesta puede incluirse dentro de las políticas
educativas que buscan alcanzar educación de calidad; o quizás, nuestro único
aporte se limite a aumentar el debate. Aún en este último supuesto,
configuraría una contribución a la democracia, pues siempre en última
instancia, como dice Pérez Lindo, “se trata, de repensar los ideales de nuestra
educación y de nuestra sociedad” (*)24.
24 Ibid.
30
Capítulo III
“Mediación en acción”
“Caminante no hay camino, se hace camino
al andar” (Antonio Machado).
Profundizando en el objetivo planteado, particularmente en las escuelas
visitadas, no se denuncian situaciones fuera de las propias de una institución
secundaria, pero, de todos modos son las situaciones que las ocupan, la
materia de trabajo, pues como expresamos, violencia en la escuela puede
comprender una cantidad de situaciones que en otro contexto pueden resultar
“no tan reprochables”:
En el colegio María Auxiliadora se reiteran los casos de celos entre
amigas, competencia y rivalidad entre varones, burlas, cargadas, chismes,
agresiones verbales mediante redes sociales, dificultad a la hora de acordar en
la realización de un trabajo escolar grupal, en aceptar y valorar diferencias…
temas universales, típicos en la adolescencia. Estas conflictivas en las
relaciones vinculares planteó la necesidad de idear dispositivos que posibiliten
afrontarlas con el menor costo posible.
En la escuela Normal N° 2 también se repiten estas situaciones y otras
como “la previa” de 5°, la destrucción material, o el “empaquetar”. Pero los
casos que se someten a mediación son aquellos que pueden aparejar
consecuencias más allá de lo personal, pudiendo repercutir en lo institucional o
grupal, situaciones que obligan a buscar una intervención externa para
solucionarlas. Surgió la necesidad de instalar la temática de la resolución de
conflictos como medio alternativo.
En ambas instituciones se planteó la misma necesidad. ¿Cómo la
afrontaron? Las dos recurrieron al marco normativo y valorativo respectivo: el
acuerdo de convivencia.
31
Coinciden también en que el medio más adecuado en principio es la
negociación, en la cual se intenta resolver directamente entre las partes
involucradas el problema que las aqueja. Sólo de no ser posible, o de fracasar
este medio, entonces se acude a la mediación, con la intervención de un
tercero ajeno a la controversia. Usualmente cuando nos referimos a situaciones
contradictorias que podemos manejar, no usamos el término “conflicto”,
acudimos a palabras como “reto”, “problema”, “desafío”, “contradicción”;
“aprieto”, “apuro”, “brete”, “inconveniente”, “complicación” . Utilizamos la palabra
“conflicto” para hacer alusión a situaciones que exceden nuestras capacidades
y por ello nos vemos obligados a buscar intervención externa, porque no
encontramos solución inmediata, o está atravesado por la violencia o escala a
niveles que nos superan.
En el Colegio María Auxiliadora, aún no se implementó un espacio de
formación de mediadores de manera formal y sistemática. El trabajo se
desarrolla desde el espacio de tutorías y consiste en la reflexión acerca del
conflicto como parte natural de la vida, las diversas modalidades de abordaje y
resolución, destacando especialmente la negociación como una de las mejores
maneras de resolver conflictos. Cuando se hace necesaria la intervención de
un tercero, son las docentes, tutoras y preceptores, quienes ejercen el rol de
mediadores.
Utilizan dinámicas que permiten pensar las distintas variables
intervinientes en un conflicto: comunicación, percepción, posición, interés, etc.
De surgir un conflicto que afecta a todo el curso, se les proporciona un
espacio destinado a que todos puedan expresar su sentir, lo que piensa cada
uno, cómo sería la mejor forma de resolverlo.
Si el conflicto surge entre dos compañeros, se les brinda un espacio
reservado, se escucha a cada uno por separado, se les ofrece hacer una
mediación. Si aceptan ambos, se reúnen con la docente que resulte encargada.
En la escuela Normal, se constituyó un equipo de trabajo interdisciplinario
integrado por una psicóloga mediadora y una abogada mediadora. Colaboran
directamente con ellas, algunas estudiantes residentes de la carrera de
Psicología de la Facultad de la Universidad Nacional de Rosario, todo bajo la
coordinación de la Rectora, psicóloga y mediadora, especializada en mediación
educativa, con quien se reúnen en tres o cuatro oportunidades al año para
32
hacer un balance y seguimiento de la práctica, de lo que se realiza y de las
necesidades que surgen.
Este equipo mantiene reuniones semanales y establecieron un día para
hacer mediaciones, pero el trabajo principal es el de capacitación a alumnos,
docentes y tutores de los niveles: inicial, primario y secundario.
La formación se implementa de manera progresiva: el año pasado fueron
capacitados alumnos de primer año; este año, en segundo año, se hace un
refuerzo de dicha capacitación. Si se logra capacitar primero y segundo año, el
refuerzo se hace en tercero. Simultáneamente se capacita nivel inicial todos los
años, en primer grado refuerzan. Luego se capacita en quinto grado (un grado
intermedio y cercano a egresar) y se refuerza en sexto. La idea es lograr en
aproximadamente tres años, que todos los alumnos hayan pasado por una
capacitación en mediación.
La instrucción en principio es general y destinada a todos los alumnos del
año que se capacita. Se los introduce a la mediación, se explica de qué se trata
la propuesta educativa, se dan los lineamientos básicos de la práctica. Luego
cada alumno decide si le interesa participar de una capacitación más
específica, en la cual se profundizará sobre técnicas y herramientas (como
parafraseo, lluvia de ideas, preguntas) y le permitirá hacer las veces de
mediador. Este segundo entrenamiento es voluntario.
Cuentan con su propio espacio, un pequeño centro de mediación con
acceso a todos los directivos y alumnos pero independiente de todos los
niveles. Simultáneamente funciona una vía de comunicación alternativa: en
diversos sitios de la escuela fueron dispuestas urnas, para que los chicos
manifiesten por escrito sus propuestas, sus experiencias, soliciten
mediaciones, los depositen allí y lleguen por este canal al personal idóneo para
decidir o concretar algún seguimiento o tratamiento.
Como adelantamos, esta práctica se sustenta en el Acuerdo de
Convivencia ideado para cada nivel (acuerdo de convivencia nivel inicial,
acuerdo de convivencia nivel primario, acuerdo de convivencia nivel
secundario) y aprobado por el Ministerio de Educación. Ese acuerdo ingresa al
aula conducido por el docente y se trabaja en un “mini-acuerdo” en cada salón,
de modo que todos los alumnos y docentes puedan participar y plasmar sus
deseos en relación a cómo estar dentro de la escuela, cómo vivir y cómo no. La
mediación, entonces, aparece como un recurso dentro de ese listado.
33
Actualmente, trabajan en la elaboración del acuerdo de convivencia de
nivel superior. Todos los acuerdos convenidos hasta el momento coinciden ya
que se basan en los mismos valores, los de la educación. Así resulta esperable
contar en adelante con un acuerdo único.
En ambas instituciones, la capacitación es mayormente una actividad
reflexiva, ejercicio de reflexión, entrenamiento en actitud mediadora, acorde
con el procedimiento de mediación. Se aprende haciendo. En un principio
sobre casos prácticos, hipotéticos, planteados a partir de algún material
“disparador”, generalmente se trata de un video donde se muestra un conflicto
propio de adolescentes que tiene lugar en la escuela, y cómo lo resuelven con
la mediación de otros alumnos, no necesariamente pares, en tanto fueron
capacitados como mediadores, o son de un año superior.
En las dos escuelas, el disparador se utiliza para abrir un diálogo en el
que la reflexión es guiada a través de preguntas que buscan constatar que se
comprendió el caso, para luego movilizar, hacer circular la palabra, generar
opciones, lluvia de ideas. A su vez, se reflexiona sobre la reflexión que
presenta el caso y su desenlace.
El método consiste en identificar posiciones, intereses, opciones,
soluciones, puntos de acuerdo. Primero de las partes y luego se reflexiona
sobre la práctica del mediador, la cual fue objeto de observación.
También es utilizada la técnica del role play: se plantea un caso en el que
cada parte es representada por un alumno y otro hace de mediador. Si hubiera
acuerdo, se trabaja en su confección y redacción.
Cuando los casos son reales, es decir, conflictos que se suscitan en la
escuela, los dos establecimientos coinciden en propiciar la negociación, lo que
da mayor protagonismo a los involucrados. De no resolverse, lo que
generalmente se manifiesta espontáneamente, inevitablemente se evidencia,
en el aula, en el patio, o fuera de la escuela, entonces se les ofrece una
mediación.
Se aclara que es voluntario para los alumnos: pueden aceptar o rechazar
el ofrecimiento. Debido a que los destinatarios de la práctica son menores, se
consulta a los padres de los involucrados, se los informa de la situación, del
problema y de la posibilidad de la mediación, y disponen de la oportunidad de
manifestar si están de acuerdo o no en que sus hijos concurran a una
mediación. Hubo casos en que los padres de uno de los involucrados
34
consintieron la instancia, y los padres del otro involucrado, no. En tales casos,
se trabaja con el alumno cuyos padres avalan la mediación, aunque no será
una mediación porque se estará trabajando unilateralmente, con una sola
parte. Pero tampoco sería mediación si la otra parte participara obligada.
Si ambos aceptan, se mantienen reuniones privadas, individuales con
cada uno de los involucrados. La intención es prepararlos, escucharlos,
generar confianza, empatía, “destrabar” para llegar en mejores condiciones al
encuentro con el otro con quien se generó el conflicto.
En cuanto a la posibilidad de los padres de negarse a que sus hijos
participen de una mediación, el Decreto 181/09 al abordar la construcción de
los acuerdos de convivencia, considera actores institucionales al equipo
directivo, personal docente y alumnos, quienes deberán prestar su consenso
durante el proceso de elaboración. De manera que no prevé la participación de
los padres como necesaria en la confección del acuerdo, pero cada institución
puede decidir implementarla del modo que considere más conveniente. De
todos modos, obliga a garantizar el conocimiento del régimen de convivencia
establecido mediante el acuerdo logrado, el cual debe ser socializado
institucionalmente y notificado a los adultos responsables del alumno antes de
su aplicación.
Otro aspecto que favorece la práctica propuesta, es el carácter
confidencial de la mediación. Es decir, todo lo que se haga saber en las
reuniones privadas o conjuntas, dentro del marco de la mediación es
confidencial, no debe trascender fuera del mismo. No obstante, para formalizar
la práctica, en el Normal N° 2, se lleva a cabo un registro en carpeta de las
mediaciones que realizan. Se registran día, hora, lugar, duración, temas de
reunión o conflicto traído a mediación y se eleva un informe a directivos. Es
decir, llega al colegio pero no trasciende.
En general, las diferencias en la implementación y concreción práctica
entre una institución y otra residen fundamentalmente en el mayor o menor
grado de formalidad y sistematicidad de la práctica. Pero los fundamentos y la
práctica en sí, coinciden. Conservan diferencias de formas y coincidencias de
fondo.
Las diferencias parecen corresponderse con las dimensiones de estas
entidades: un colegio más grande, con más alumnos, más docentes, más
autoridades, necesita un soporte mayor, un acuerdo macro y tantos acuerdos
35
micro como aulas, sólo una estructura más formal y sistemática resultaría
eficaz. Por el contrario, en una institución con un solo curso por año y un solo
turno, una estructura tal, podría ser perjudicial, por resultar rígida en exceso, no
acorde a sus necesidades reales ni al clima familiar pretendido.
En la escuela Normal, cuentan con un centro de mediación, con
profesionales específicamente contactadas para hacerse cargo del mismo y de
la capacitación de alumnos y docentes, con días de reunión establecidos.
En el colegio María Auxiliadora, el abordaje se hace desde el espacio de
Tutoría, Catequesis, Formación Etica y Ciudadana, con participación de las
familias a través de entrevistas y encuentros con padres y alumnos.
En ambos casos se da la transversalidad y coherencia, pero atendiendo a
la singularidad de cada establecimiento .
Con respecto a los resultados, las escuelas manifiestan haber cumplido
con sus expectativas en el corto plazo. Reconocen que el conflicto es parte de
la cotidianeidad de la convivencia, que se resuelvan conflictos, con mediación o
sin ella, no obsta la aparición de nuevos conflictos.
Las tutoras del colegio María Auxiliadora manifiestan haber logrado que
en la escuela se respire un clima familiar, amable, cordial y respetuoso, lo que
se puede constatar apenas atravesar el ingreso. La entrevista con la Hermana
Directora, la atención telefónica, el recreo… no obstante existirán conflictos,
mientras continúe la vida y la dinámica social y escolar.
Por el lado de los alumnos, se evidencia una alta adherencia a participar
de las mediaciones, la mayoría agradece ese espacio, se sienten escuchados y
protagonistas de sus propias vidas. La posibilidad de expresar sus sentimientos
y escuchar los del otro, genera gran alivio, previene que el conflicto existente
llegue a un “mal mayor”.
Las mayores gratificaciones surgen de encontrarse con jóvenes felices,
cómodos en la escuela, que manifiestan que les gusta estar allí, que crecen y
maduran en la forma en que van resolviendo conflictos, mediando, algunos aún
sin haber recibido una capacitación específica, pero este aprendizaje se suma,
se vive y se contagia.
La rectora del Normal N° 2, se muestra muy conforme con los resultados
obtenidos hasta ahora. Asegura que la mediación le permite concretar el
objetivo institucional de la convivencia, y le ayuda a evaluar el avance de la
convivencia, algo muy difícil de medir. Y en este sentido, están avanzando. Su
36
mayor satisfacción es que los chicos quieren ser mediadores y se ofrecen para
ayudar a otros compañeros en situaciones conflictivas.
Del lado de las coordinadoras del centro de mediación, rescatan que
siempre les queda algo a los alumnos. Aunque a veces no lo parezca, están
atentos, e incorporan herramientas, técnicas, actitudes que hacen propias y
necesariamente plasman en lo cotidiano. Por ejemplo, casos en que solicitan
una mediación y al momento de reunirlos, ya resolvieron la situación entre
ellos, sin necesidad de un tercero. O casos donde logran bajar el nivel de
agresión, a pesar de que la mediación no pudo concretarse porque una de las
partes no se presentó por motivos personales. Simplemente el ser conscientes
de que pueden hablar, cada cual decir de qué lado y cómo vivieron el conflicto,
ya mejora las condiciones.
También expresan que las expectativas se forman a diario, el trabajo es
constante, como los conflictos. Pero que, más allá de lo estrictamente
normativo, que seguirá rigiendo, más allá de cómo se resuelva
institucionalmente (si habrá amonestaciones o no, si la directora se reunirá con
los padres, o no), la resolución de parte del alumno, su protagonismo en la
solución a su conflicto, que circule la palabra, siempre sirve, es válido y puede
generar algún cambio. Con lo que, es mejor que la mediación esté en la
escuela a que no esté.
En el peor de los supuestos, se puede acudir a las respuestas ya
conocidas, que continúan vigentes, con las nuevas condiciones de aplicación,
explicadas al analizar el Decreto 181/09. Pero lo que rescatamos es que no
perdemos nada al apostar por estas prácticas nuevas, que no van en
detrimento de las anteriores, sino que pretenden reposicionar en el centro de la
escena al hombre, habilitando instancias preventivas y reparadoras en las
cuales puede tener lugar un aprendizaje.
Coinciden en que no se solucionarán todos los conflictos ni se lograrán
acuerdos con el consenso de todos. Los conflictos surgirán, algunos podrán
resolverse por mediación, otros no, pero sí se puede mejorar su tratamiento o
gestión, vivir con ellos, si es necesario pero con el menor costo posible. Al
prevenir la escalada de violencia, ambas lograron bajar el nivel de agresividad.
Por otro lado, las diferencias siempre aparecerán y eso no necesariamente es
malo, forma parte de las identidades individuales, lo que buscamos destacar
para mejorar la convivencia, es aquel aspecto de identidad común.
37
Comparten que la resistencia al cambio es el obstáculo más habitual,
sobre todo en la población adulta, que tiene otra idea de los conflictos, otra
forma de abordarlos, educados en una cultura que no propiciaba la mediación
ni sus tiempos. De todos modos, es una postura muy comprensible, por lo
general se trata de una población muy exigida, desde el bagaje de lo que traen,
la aceleración de los tiempos actuales, la exigencia de adaptarse o quedarse
afuera, la necesidad de no quedarse afuera y completar su ciclo, las
responsabilidades personales y profesionales, entre otras. Es entendible que
con todo, cada uno hace lo que puede. Pero se han dado pasos.
El desafío para ambas escuelas, es continuar avanzando en la reflexión
para que no se naturalicen las respuestas al conflicto y trabajar la capacidad de
tolerar la frustración. Desnaturalizar la agresión que muchas veces se instala
en el trato cotidiano y que, por natural y cotidiana, pasa desapercibida hasta
incorporarse fuertemente entre los adolescentes. Desnaturalizar la intolerancia
al que siente y piensa distinto. Incorporar el límite entre “vos y yo”, entre “tuyo y
mío”, entre “gracia y agresión”, entre “lo que puedo y no puedo”, “lo que el otro
puede y no puede”, entre “lo negociable y lo no negociable”. El registro del
límite en la sociedad para concretar la convivencia pacífica, ratificando los
valores comunes. Poniendo el acento en lo que nos hace bien a todos, a pesar
de todas nuestras diferencias. Promoviendo la reflexión, capacidad
exclusivamente humana. Rescatando el protagonismo del hombre en los
conflictos, en sus soluciones, en la educación, en la cultura.
La Rectora del Normal, describe el trabajo que realizan como un trabajo
de sensibilización de la población compuesta por docentes, padres y alumnos,
para poder instalar dentro de la escuela un modo más civilizado de escuchar,
entender, aceptar las diferencias y lograr puntos de acuerdo, todo lo más que
se pueda. Sin pretender lograrlo en todo, conscientes de que siempre habrá
quien no esté de acuerdo, a quien no le gustó, quien prefiere lo que le resulta
más fácil, o que ya está hecha así y la mediación le llegó tarde. Pero aún así,
avanzando, sin prisa pero sin pausa. A medida que el clima cambia, la gente lo
toma como algo interesante, de manera que en este momento pueden decir
que vencieron resistencias y tienen más acercamiento y apoyo de esta
población. Hoy la satisfacción del camino recorrido, se corresponde con el
desafío de dar los pasos que faltan, reconociendo que son varios pero con la
esperanza de que se darán de la mano de los alumnos, objeto de estudio,
38
amor, trabajo, dedicación, sujetos protagonistas del aprendizaje, los que se
tienen que llevar la mediación puesta.
39
Conclusiones
En nuestra investigación propusimos demostrar si los actores
institucionales, al aplicar estratégicamente el procedimiento de mediación, se
tornan protagonistas del acto educativo.
Para ello, realizamos un relevamiento del escenario donde se propone
intervenir con esta práctica, entendiendo que la Escuela no es hermética, sino
permeable, al punto que una de las dimensiones de su análisis lo constituye la
dimensión comunitaria, su relación con el entorno, el contexto donde se inserta.
Así se explica que en ella se reflejen problemas, conflictos, violencia, agresión
vividos en la sociedad. Pero dada la naturaleza particular de la institución
escolar, ciertas situaciones “no tan reprochables” fuera de ella, dentro de la
misma pueden resultar agresivas. Basados en investigación documental y de
campo, hemos dado ejemplos de tales situaciones en escuelas rosarinas y en
particular en las instituciones relevadas. La reiteración y escalada de violencia
en algunos casos, evidencia que su tratamiento no fue eficiente, en parte
debido a la visión de conflicto (y la correspondiente idea de solución), y en
parte a la devaluación de la palabra.
Todo ello generó la necesidad o demanda de plantear una concepción
diferente del conflicto y su abordaje, revalorizando la palabra como medio de
prevención y solución. Dentro del discurso pedagógico, el conflicto se torna
oportunidad, motivo de un nuevo aprendizaje y compromiso. La mediación es
una práctica que se corresponde con esta visión de conflicto y revalorización de
la palabra.
Luego nos plantemos la necesidad de que esta práctica se aprenda en la
escuela, fundamentalmente porque comparte los objetivos de la educación:
transformar al sujeto. La mediación educativa transforma al sujeto y la
mediación escolar necesariamente debe ser educativa, basada en va lores,
reproductora de los mismos y creadora de sus nuevas manifestaciones.
40
Pero también se justifica su inclusión en los establecimientos educativos,
porque la vivencia de conflictos (aún fuera de la escuela) puede dificultar la
enseñanza y el aprendizaje en los mismos. La capacitación en el manejo de
conflictos con empatía, no-violencia y creatividad, puede mejorar el desempeño
académico. Los alumnos se podrían concentrar mejor en el aprendizaje. Si los
conflictos logran resolverse o al menos reducirse, dentro de un ámbito
razonable, también los directivos tendrán menos problemas disciplinarios. Por
el lado de los docentes, su tarea resultará aliviada si cuentan con herramientas
necesarias para resolverlos. En consonancia, los estudiantes se sentirán más
respetados al disminuir los castigos verbales y las palabras que se reciben con
dureza. Cada uno podría desempeñar la actividad propia, descargando sus
espaldas de otras responsabilidades.
Si el alumno puede aprender mejor, el docente puede enseñar mejor, el
directivo puede ejecutar/administrar mejor, cada cual será protagonista del acto
educativo, es decir cada uno será más protagonista, sin quitarle protagonismo
al otro.
Los conflictos constatados y la concepción propuesta sobre los mismos,
imponen una nueva necesidad: la de identificar y entrenar en competencias
individuales para mejorar el desempeño de los actores. Repensar las actitudes
con que enfrentan el nuevo contexto. Actitudes como destrezas o habilidades
que posibiliten transformar el conflicto en oportunidad. Entre ellas, la actitud
mediadora, que permite posicionarse ante el otro de manera que posibilita
reconocerlo y que él mismo se reconozca, libre de prejuicios ajenos o propios,
para un genuino protagonismo ya sea dentro de una sencilla relación que
imponga la convivencia, de un eventual conflicto o de su solución.
La actitud mediadora está comprendida en la dimensión del aprender a
convivir, enseñanza que estas escuelas concretan dentro del marco normativo
valorativo que establece el eje de convivencia.
Aprender a convivir es aprender a convivir con cada uno para vivir con
cada otro. Algo así como llegar a ser individuos individuales pero no
individualistas.
En esa dimensión se desarrollan las competencias de sociabilidad y
responsabilidad social. La primera de estas competencias busca desarrollar en
el sujeto los estados físicos, intelectuales y morales necesarios para la vida
social. Se vincula con la identidad, pues implica aprender valores con que nos
41
identificamos. Y en particular en el docente, impone desarrollar capacidades
tales como:
• empatía: capacidad para vivenciar lo que sienten otros (los
alumnos);
• comunicación: capacidad de establecer códigos, reglas,
mecanismos y métodos de comunicación;
• trabajo en equipo: preparación para actuar en sociedad de modo
eficaz;
• mediar en la socialización de los jóvenes.
La segunda competencia involucrada es la responsabilidad social,
capacidad de responder por las consecuencias que generan nuestros actos así
como respetar los códigos y principios que regulan las relaciones sociales.
Todas estas competencias pueden entrenarse al entrenar la actitud
mediadora que sostiene la práctica de la mediación.
Entendidos los hechos, las necesidades y demandas, nos preguntamos
cómo idearon satisfacerlas. Ambas instituciones educativas acudieron al marco
normativo y valorativo dentro del cual se sustenta la enseñanza y sus prácticas:
el Decreto 181/09 y los acuerdos de convivencia de cada institución, pues
debemos partir de aquellos preceptos, principios y valores comunes,
necesarios para la convivencia pacífica y el desarrollo de prácticas que
permiten un ejercicio libre y voluntario, que no vaya en detrimento de los logros
ya obtenidos.
Lo primero que enseñan y promueven es la negociación, mecanismo más
directo e inmediato, que otorga protagonismo a los involucrados en un
problema y su solución, y que muchas veces funciona porque se trata de
situaciones que los sujetos pueden manejar. Pero por lo general, cuando
hablamos de conflicto referimos a una situación que, por diversas razones,
excede nuestras capacidades, nos supera, entonces resulta necesario acudir a
un tercero ajeno al mismo, para que ayude ahí donde no alcanzamos.
Entonces, en el caso de no prosperar la negociación, pueden acudir a una
mediación.
A mediar se aprende mediando, ya sea en casos hipotéticos o reales. En
el primer supuesto, las actividades son grupales y con presencia de docentes,
que también se capacitan. Se observa la práctica del mediador y se reflexiona
sobre la misma.
42
En el supuesto de casos reales, que tienen lugar en la escuela, el
tratamiento cambia. Dado el carácter confidencial de la mediación, ya no es
posible la presencia del grupo ni docentes que no estén mediando. A su vez, el
carácter voluntario requiere que los involucrados acepten someter la cuestión a
mediación. Además, como por lo general son menores, se pone en
conocimiento de los padres la situación, si los mismos no presentan
objeciones, podrá concretarse la mediación. Por empezar, se entiende que
fracasó la negociación, de manera que las partes no pueden resolver por sí
mismas el conflicto. Por ello, se las prepara por separado y cuando estén en
condiciones de encontrarse con el otro, entonces se realiza una reunión
conjunta, ambas partes y el mediador.
La actividad (sea capacitación o mediación) es fundamentalmente
reflexiva. Se guía la reflexión a través de preguntas estratégicas que buscan
recuperar la palabra, comprender posiciones e intereses, movilizar, circular,
ponerse en el lugar del otro, generar opciones.
Las diferencias entre ambas instituciones se reducen a cuestiones
relativas a la formalidad y sistematicidad de la práctica en cada una y se
corresponden con sus respectivas estructuras. La práctica tal como ha sido
implementada en el Normal N° 2 podría resultar excesivamente rígida y
contraria a ciertos objetivos institucionales del Colegio María Auxiliadora. Por
otra parte, la implementación práctica del modo como lo hizo esta última
escuela, podría resultar insuficiente en aquella.
Atendiendo las diferencias concretas de cada una, ambas cumplen con
coherencia y transversalidad: la primera capacitando a toda la comunidad
educativa desde un espacio determinado y la otra desde diversos espacios
compatibles destinados a la misma población.
Esta práctica se ajusta a las expectativas, que aparecen satisfechas en el
corto plazo. Entienden que conflictos surgirán mientras exista sociedad y
convivencia, de manera que no pretenden suprimirlos ni eliminarlos sino
solucionarlos. La mediación es una forma ventajosa de resolverlos con el
menor costo posible. No obsta la existencia y utilización de otros medios de
resolución.
A su vez con esta práctica, ambos establecimientos lograron bajar el nivel
de agresividad, al evitar la escalada de violencia en los conflictos.
43
La resistencia al cambio, fundamentalmente de la población adulta,
resulta un obstáculo común, que paulatinamente se reduce, a la vez que
aumenta el apoyo a la capacitación en mediación.
Coherentes con la visión de conflicto como inevitable en la vida en
sociedad, y a la posibilidad de no siempre contar con consenso mayoritario, el
desafío actual consiste en continuar, dar pasos, abrir camino. Entrenar la
actitud mediadora que entiende que el conflicto es natural en sociedad pero
que desnaturaliza respuestas costosas para la misma y permite crear nuevas
respuestas. Retomar la reflexión, actividad exclusivamente humana, significa
devolverle protagonismo al hombre.
Habilitar instancias como la mediación, preventivas y reparadoras, donde
puede tener cabida el aprendizaje, reposiciona al sujeto como protagonista del
acto porque el hombre es el único destinatario posible de la educación.
Consideramos entonces, que nuestra hipótesis se confirma, pues donde
hay educación, transformación, aprendizaje, mediación, reflexión, hay sujeto,
hay protagonismo humano.
44
Aportes
“Un nuevo escenario”
“Sé el cambio que quieres ver” (Gandhi).
El objetivo general de nuestra investigación se dirige a demostrar que la
incorporación de estos mecanismos en escuelas medias contribuye a resolver
los conflictos de manera pacífica y con la participación activa de sus actores,
concretando un aporte a la cultura de la paz. Inspirados en nuestra
investigación y en la experiencia de “Sabona” (*)25 en la Escuela, formulamos
nuestra posible contribución.
Mediación y educación comparten el objetivo de transformar al sujeto. En
esa transformación podemos intervenir, aportando una nueva forma de pensar
el conflicto y su abordaje. Una nueva realidad. Aquel escenario de la
intervención descripto, debiera resultar transformado en uno nuevo menos
conflictivo. Una sociedad más sana e incluyente con amplio espacio para
muchas metas.
Una nueva forma de pensar, que podría resumirse en las siguientes
premisas:
• Los conflictos no tratan sobre personas incompatibles sino sobre
metas/medios/intereses incompatibles; no es sobre “eres un tonto”, sino
sobre “lo que acabas de decir/hacer es tonto”.
• Generalmente existen más de dos partes involucradas en un conflicto;
debemos pensar que una cuestión presenta tantas perspectivas como
partes, en vez de oponer “en una mano y en la otra”, o de “ver la
cuestión desde dos puntos de vista”.
• Distinguir medios y fines, pero atender a ambos; “un hacer” negativo
puede estar escondiendo “un querer” positivo. No se trata de prestar
atención a la conducta a expensas de la meta, o viceversa. Debemos 25 FALDALEN, Aase Marie et al. Op cit.
45
considerar ambos, y buscar la legitimidad en cada uno, de forma
separada, pero simultánea.
• Durante un conflicto, todas las partes merecen apoyo si los fines
buscados por cada una merecen apoyo, aún cuando hayan equivocado
los medios; en tal caso deberíamos alentar a abandonar medios
ilegítimos y adoptar estrategias más positivas.
• Pueden existir diversas verdades unas al lado de otras. Si un conflicto
presenta diferentes perspectivas, nadie posee la verdad y todos poseen
su verdad.
Una nueva forma de abordarlo. La idea de “higiene del conflicto ”, la idea
de que “este problema lo podemos manejar”, porque somos capaces, porque
tenemos herramientas para ello.
Orientación hacia soluciones trascendentes y sustentables. Al considerar
una mayor cantidad de necesidades de las partes involucradas en el conflicto,
las soluciones trascienden los límites de un compromiso y se pueden sustentar
más allá de lo que se pudo acordar en una situación concreta. Esto lleva más
tiempo, flexibilidad y creatividad, pero podemos entrenarnos en ello.
Si aprendemos a diferenciar “conflicto” de “violencia” y logramos pensar el
conflicto como incompatibilidad (de fines/intereses) y la violencia como medio
(ilegítimo en cuanto no considera necesidades básicas del otro) que intenta
alcanzar su meta, podremos tratarlos, manejarlos y controlarlos por separado,
más fácilmente. Los intereses de las partes son los que están en el centro.
Para satisfacerlos, diferenciamos fines y medios legítimos e ilegítimos, éstos
últimos son explícitamente rechazados. Entonces intentamos plasmar las
metas legítimas de las partes en una “nueva realidad”. Entendemos por
legítimos, aquellas metas y medios que forman parte del marco normativo-
valorativo, fundante y no negociable, generalmente aceptado, legales, acorde
con las reglas y regulaciones de la escuela, incluyendo necesidades humanas
fundamentales, principios, valores.
Al trabajar en mapear varias metas, y en identificar “nuevas realidades” en
las que estas metas puedan existir lado a lado, no sólo aprenderemos a
resolver conflictos sino que realizaremos una actividad emprendedora;
crearemos algo nuevo.
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Un nuevo común denominador entre las escuelas relevadas lo constituyen
los objetivos perseguidos y conseguidos mediante estas prácticas. Mediación,
para qué:
• Para “construir una convivencia pacífica dentro de la escuela donde se
puedan abordar los problemas mediante el diálogo, apuntando la
responsabilidad e interés colectivo, y donde haya reparación del daño
que se ha ocasionado”.
• Para aportar una estrategia que posibilite que los conflictos se resuelvan
de un modo más civilizado.
• Para la prevención de la violencia y el mal trato.
• Para que los alumnos por lo menos dentro de la escuela tengan la
posibilidad de vivir otros modos.
• Para que no se naturalicen las respuestas al conflicto.
• Para el desarrollo de relaciones interpersonales más sanas y
satisfactorias.
• Para disponer de herramientas que permitan lograr una mayor
autonomía, responsabilidad y compromiso.
• Para la construcción de una sociedad más sana e incluyente, con amplio
espacio para muchas metas.
• Para una nueva realidad.
• Para la paz.
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Anexos
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Universidad Abierta Interamericana
Facultad de Desarrollos e Investigación Educativos.
Profesorado Universitario para la Educación Secundaria y Superior
Escuela: Normal N° 2 “J. M. Gutierrez”. Rosario.
Entrevistada: Raquel Gioffredo.
Cargo: Rectora.
A.- Fundamentos:
1.- ¿Cómo se inician las prácticas de mediación en la escuela?
2.- ¿Qué se espera de la mediación escolar?
3.- ¿Cuáles fueron las razones que motivaron su implementación?
4.- ¿Existe consenso en los diversos sectores institucionales respecto de la
legitimidad de estos mecanismos?
B.- Práctica:
1.- ¿Qué actividades se desarrollan en el espacio destinado a la mediación?
2.- ¿A quiénes involucran?
3.- ¿Cómo describiría la participación de los mismos?
C.- Resultados:
1.- Hasta el momento, ¿estas prácticas satisfacen las expectativas?
¿en algún caso las superan?
¿cuáles han sido las mayores satisfacciones obtenidas
como producto de esta experiencia?
D.- Desafíos:
1.- ¿Qué problemas se le plantearon?
2.- ¿Cuáles de e llos se tornaron desafíos?
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A.- Fundamentos:
1.- Cómo se inician las prácticas de mediación en la escuela.
Raquel: Yo, desde que tomé el cargo, instalé como objetivo institucional, el
trabajo del eje convivencia en la escuela, me parece que es uno de los ejes
que atraviesan la vida diaria de los cuatro niveles. Entonces como el chico es el
mismo que ingresa en el pre-escolar y termina en el profesorado, hay que
cuidar la coherencia pedagógica y el discurso que se transmite desde que se
ingresa hasta el egreso, y además porque es el modo de trabajar en equipo,
cuidando la articulación entre los niveles y teniendo en cuenta la especificidad
de los niveles, pero el objetivo es construir una convivencia pacífica dentro de
la escuela donde se puedan abordar los problemas mediante el diálogo,
apuntando la responsabilidad e interés colectivo, y donde haya reparación del
daño que se ha ocasionado. Es decir, dentro del discurso pedagógico, todo
conflicto debe ser motivo de un nuevo aprendizaje y de un nuevo compromiso
personal, colectivo e institucional. Esa es la pretensión. El conflicto como
oportunidad de crecimiento, para construir y transformar ese conflicto, a lo
mejor en otros conflictos, ir recortando, quizás de un conflicto grande, que se
está haciendo como una pelota de nieve, uno puede ir desglosando distintos
aspectos, entonces va haciendo distintas negociaciones, deconstruyendo,
reconstruyendo y co-construyendo otra vez.
2.- Qué se espera de la mediación escolar.
Raquel: bueno, yo soy mediadora, partamos de la base que creo en la
mediación porque la mediación siempre me dio a mí herramientas para resolver
problemas, … yo creo que la mediación más allá de una herramienta o técnica,
es una actitud, ayuda a sostener una actitud mediadora. Entonces uno se
posiciona ante la escucha de un problema, de otro modo. Uno no se pone en
juez, sino que uno posibilita que el otro reconozca cómo él está, con qué
intereses, con qué posiciones, qué problemas, de tal modo que pueda superar
esa situación y que él pueda proponer una salida nueva. El protagonismo de la
propia persona involucrada en el conflicto, el conflicto está generado por una
persona y esa persona es la que debe destrabar el conflicto, no soy yo la que
administro la justicia, sino que en realidad tengo que dar primero el espacio
para que ello acontezca. O sea, que lo que espero de la mediación, es que sea
una estrategia distinta, nueva, que posibilite que los conflictos se puedan
resolver de un modo más civilizado. Y por supuesto, también desde el punto de
50
vista de lo que es la prevención de la violencia, del maltrato, si bien el mundo
es violento, por lo menos dentro de la escuela que el chico tenga la posibilidad
de vivir otra cosa, otros modos.
3.- Las razones que motivaron su implementación, tiene que ver con lo anterior,
por eso nosotros hicimos un convenio con la Facultad de Psicología, y tenemos
acá trabajando la profesora del seminario de Psicología Forense que trabaja la
relación con la ley, entonces ella también es mediadora, con ella trabajamos en
la Facultad de Psicología durante muchos años, y por eso empezamos a hacer
un trabajo acá, este va a ser el segundo año que estamos, trae ella sus
alumnos que la acompañan, y también tenemos una abogada mediadora que
ingresó al equipo y estamos trabajando como equipo de trabajo
interdisciplinariamente y tenemos nuestro pequeño centro de mediación.
Entrevistadora: ¿Ha habido algún problema concreto dentro de la escuela que
haya llevado a implementar este trabajo?
Raquel: No, yo quise abrir un espacio dentro de la escuela, implementar una
política del abordaje de conflicto. La dimensión del análisis de la institución
educativa tiene que ver con el análisis de la dimensión organizacional, con la
dimensión pedagógico-didáctica y con la dimensión comunitaria, o sea que de
las cuatro dimensiones toma a tres, las tres más importantes quedan tomadas
por el tema de la mediación, integra mucho. Entonces yo quise abrir un espacio
distinto, para que se le de lugar al abordaje de problemas, se le de lugar a la
búsqueda de soluciones, no se naturalicen las respuestas al conflicto, de este
modo cada conflicto se trata, se va tratando, por supuesto no podemos tratar
todos los conflictos porque acá hay tres mil alumnos, es una escuela muy
grande, pero bueno, esto va para largo plazo, es un principio y hay que esperar
resultados, la educación siempre es así, son semillitas que vamos tirando y
quedarán por ahí dando sus frutos.
B.- Práctica: Qué actividades se desarrollan en el espacio destinado a la
mediación.
Raquel: Bueno, tenemos un día para hacer mediaciones que son los jueves, y
las actividades que se desarrollan son la capacitación en los tres niveles:
inicial, primario y secundario; capacitación de alumnos, por supuesto que no se
pueden capacitar todos los alumnos, pero sí hemos perfeccionado algunos
grupos, clases donde ir capacitando, por ejemplo, pre-escolar de cinco, se
capacita todos los años, entonces primer grado, se hace un repaso, porque
51
primer grado ya se capacitó en el año anterior, después se capacita en quinto
grado, porque está cerca de egresar, entonces sexto grado de este año, se
hace un repaso de la capacitación del año pasado, después se capacita
primero y segundo año del secundario, año siguiente se hace un repaso de esa
capacitación, va a llegar un momento que vamos a ir avanzando y vamos a
tener prácticamente en tres años todos los chicos van a haber pasado por una
capacitación de mediación, que les encanta a ellos. Se ofrecen para ser
mediadores, se los capacita, se los entrena, se ofrecen quiénes quieren ser
mediadores de otros, tienen un loguito, que ellos diseñaron, se ponen el
loguito, la escalera quedó tan linda con todas esas palabras tan significativas
(tiene todos los valores del acuerdo de convivencia), lo hicieron las alumnas de
Fernanda y esa maceta que está en el hall de entrada, es una planta que está
creciendo ahí junto con el centro, todo un significado de presencia. Entonces
bueno, la escalera también nos lleva al centro de mediación, que tiene un
espacio propio, una sala, independiente a los cuatro niveles, con acceso a
todos los directivos y todos los chicos, hay urnas también en distintos lugares
de la escuela, donde los chicos depositan sus experiencias, le piden las
mediaciones a preceptores, a directivos, también tenemos una tutora, que es
un cargo pasivo de una docente que no podía seguir desarrollando actividades
frente al curso por un problema de disfonía, entonces yo la transformé en tutora
de nivel primario, a parte es una persona capacitada para eso, y ella articula
entre los conflictos a nivel primario y continúan los tutores de nivel secundario
primero y segundo año. Es nexo entre primaria y secundaria, eso está cubierto
por un gran equipo de gente que realmente trabajan muy bien, yo me reúno
con todos, tres o cuatro veces al año, para ir viendo qué va pasando, qué
necesidades hay, o aparecen, y la otra cosa que estamos haciendo es el
festejo de la semana de la mediación, que es el 21 de septiembre el día del
mediador, así que se están preparando, con murga, con carteles, con
canciones, cuentos, afiches, todo eso dice que esta escuela festeja y celebra el
hecho de que se haga, y en la provincia de Santa Fe ahora es obligatoria esa
instancia en lo prejudicial, así que nosotros nos sumamos a esa política y creo
que la gente se va involucrando, al directivo le gusta que el chico pida una
mediación, por ejemplo, que el docente también va entendiendo, los docentes
del nivel primario también fueron capacitados en mediación, los docentes del
nivel inicial también fueron capacitados en mediación, y ahora estamos
52
trabajando el acuerdo de convivencia de nivel superior y en el mes de octubre,
más o menos, vamos a hacer una jornada para capacitar en mediación en nivel
superior, para capacitar a las alumnas que se van a recibir de docentes, para
que se vayan de la escuela con algo de la mediación puesta y vivenciada y que
se la lleven y trasladen a todas las escuelas a donde vayan. El poder
transformador y productor de esta escuela, que el chico se reciba acá salga
con esta capacitación y con un modo de pensar los conflictos de manera más
racional, más comprometida y creativa, porque la mediación lo que permite es
crear nuevas respuestas. Lo que no contradice con la normativa, que es otra
respuesta posible, y que nunca deja de estar presente, no es que con la
mediación vamos a mediar si damos clases o no damos clases, no, no es
mediable, mediamos lo mediable dentro de la escuela, lo que no es mediable,
pasa a formar parte del capítulo de los deberes del docente y del alumno, por
ejemplo no vamos a mediar si entramos a las ocho u ocho y cuarto, si se entra
a las ocho, se entra a las ocho y eso es normativa, hay cosas que no se
negocian. Pero yo creo que vamos avanzando, por ejemplo, nosotros tenemos
acuerdo de convivencia nivel inicial, acuerdo de convivencia nivel primario,
acuerdo de convivencia nivel secundario y ahora estamos elaborando acuerdo
de convivencia nivel superior. El acuerdo de convivencia aprobado por
supervisores (del Ministerio) y está toda la fundamentación del acuerdo y
después ese acuerdo entra al aula conducido por el docente y se hace un mini-
acuerdo en cada salón, de tal manera que todos los chicos participen con esta
cuestión de cómo queremos estar dentro de la escuela, cómo queremos vivir, y
en ese listado de cómo queremos vivir y cómo no queremos estar, la mediación
pasa a ser un recurso dentro de ese listado, ante una circunstancia de
problema, podemos pedir una mediación y recurrir a ella.
Bueno, yo calculo que a fin de año terminamos el acuerdo de nivel superior, yo
creería que el año que viene vamos a tener un acuerdo único, porque coinciden
obviamente, porque el acuerdo de convivencia está sostenido en la educación
en valores, y la mediación tiene que ver porque la mediación dentro de la
escuela se ha transformado en mediación educativa. La mediación tiene que
ser un proceso que posibilite esa nueva respuesta pero que tiene que ver con
el objetivo de la educación que es transformar al sujeto. Es decir, tiene que
haber un antes y un después de la mediación, la mediación siempre toca algún
resorte de la subjetividad que está involucrado en la mediación, moviliza, en
53
algún punto, algo cambia, a lo mejor ni ellos se dan cuenta en ese momento
pero siempre puede distinguirse un antes y un después de cada mediación.
Entonces, justamente nosotros apuntamos a que la mediación sea mediación
educativa, no mediación escolar, la mediación escolar es otra cosa, yo creo en
la mediación educativa, yo hice una capacitación en psicología durante tres
años sobre un curso que se llamó mediación educativa, fue toda una novedad
en Rosario donde no se hablaba de mediación educativa sino de mediación
escolar. Y durante tres años, hicimos en la Secretaría de Extensión de la
Facultad de Psicología de la UNR, una capacitación muy interesante teórica y
práctica a todos los docentes que quisieron ir, así que fue un hermoso trabajo,
participó muchísima gente, fue muy interesante, entonces es como que sigo
(en esa línea)… estoy hablando del año 1997…
No refiere sólo a otros ámbitos educativos que exceden el escolar propiamente
dicho, sino también que toda mediación escolar debe ser educativa, no puede
haber otra, porque si la educación es un proceso transformador del sujeto, la
mediación es un recurso que posibilita que esta transformación acontezca, en
el proceso de la mediación, por eso la mediación nunca debe apurarse en
cerrarse, sino que es preferible seguir, pasar a un cuarto intermedio, instalar
ese tiempo reflexivo, de pensar diferentes modos de abordaje, entonces, para
que sea un proceso, y no (reducirla a) un momento con marcado principio y fin
al que amoldarse, sino tratar de sacarle el jugo a la mediación y transformarla
en mediación educativa, que eduque, quiere decir que transforme, que haya un
cambio. La educación es un proceso en el cual se trabaja con alguien para
introducir cambios, para que entre en contacto con la cultura, para que se
transforme en ciudadano, y para que tenga los recursos suficientes para
abordar los problemas que la vida le va a presentar, para ser persona, para ser
ciudadano, para crecer en libertad, para ejercer sus derechos y sus deberes,
porque estamos con los derechos, pero estamos con que a los derechos hay
que merecerlos y también están los deberes y con que a toda libertad
corresponde una responsabilidad, es como la moneda, cara y ceca… bueno,
ese es el ideario, más o menos.
C.- Resultados:
1.- Estas prácticas ¿satisfacen las expectativas?
Raquel: Y hasta ahora sí, yo estoy muy conforme, muy satisfecha, muy
contenta, porque esto va a llevar tiempo, y estamos recién en el segundo año,
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para que se instale con más firmeza, necesita tiempo, pero se va instalando,
por ejemplo en las reuniones de padres nosotros les contamos que estamos
trabajando, los chicos salen de la escuela y llevan este mensaje a sus casas.
2.- Cuáles son las mayores satisfacciones obtenidas.
Raquel: Que los chicos quieran ser mediadores, se andan ofreciendo en el
patio, “mediador, mediador!”, como en otra época se ofrecían aguateros, así
que se hace con alegría y los chicos son esponjas, absorben todo, aprenden
rápido, son despiertos, muy lindos, da una satisfacción muy grande,
personalmente yo tengo uno de los objetivos personales cumplidos porque la
mediación me permite concretar el objetivo institucional de la convivencia, el
esquema de la mediación me ayuda también a evaluar algo muy difícil de
evaluar: si la convivencia va avanzando. Y yo veo que vamos avanzando.
D.- Desafíos: ¿Qué problemas se plantearon? ¿Alguno se tornó desafío?
Raquel: Por supuesto, siempre hay resistencia, a todo cambio, si leés a Pichón
Riviere, siempre hay resistencia a todo cambio, también Vigotsky dice que el
hombre es hijo de su cultura y la cultura nuestra no propicia la mediación,
entonces la gente viene de otros lados, con otras historias escolares propias,
con sus distintos modos de abordaje de conflictos, acá se encuentra con otra
propuesta, y lo que pasa es que la mediación lleva más tiempo, ya si vos
querés instalar o discutir cuáles son las estrategias, las disposiciones
educativas, hay que trabajar, tiene que haber gente que sostenga el centro,
que tenga tiempo, se dedique a escuchar, por supuesto que hay otros modos
más cerrados y autoritarios que te abrevian el tiempo, porque el chico pide una
cosa, le decís no y listo, por qué y porque el Ministerio no lo permite, ya está,
listo, entonces el chico se va con el no y no entendió por qué no o por qué sí, o
por qué se le dice lo que se le dice, no entiende pero tampoco importa… el
viejo modelo de la escuela tradicional conductista, estímulo – respuesta,
ensayo – error , castigo – recompensa, no hay proceso interno de asimilación,
reelaboración, no hay sujeto, cuando uno hace aplicación de la normativa fría,
no hay sujeto, está el discurso del amo, que es el discurso del ministerio, pero
el chico no participa. Nosotros lo que estamos haciendo es sensibilizando a la
población que tenemos, docentes, padres y alumnos, para que podamos
instalar dentro de la escuela un modo más civilizado de escucharnos y
entendernos y aceptar las diferencias y llegar a puntos de acuerdo. Todo lo
más que se pueda, yo ya sé que no vamos a lograr puntos de acuerdo en todas
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las cosas porque siempre va a haber gente que no va a estar de acuerdo,
gente que no le gustó, que le resulta más fácil lo otro, gente que ya está hecha
así, que la mediación le llega tarde, porque los adultos también somos
complicados, porque los adultos no siempre aceptamos de buen grado que
tenemos que seguir aprendiendo, ya hay gente que nos creemos que nos la
sabemos toda y entonces nos resistimos… pero yo creo que, lentamente, a
medida que el clima va cambiando, la gente lo va tomando también como algo
interesante, así que nosotros en este momento resistencia no tenemos, al
contrario, tenemos más acercamiento y los padres lo reciben con agrado,
evidentemente está respondiendo a necesidades verdaderas. Así que yo debo
decir que me siento satisfecha pero con la esperanza de reconocer que
estamos dando pasos que faltan varios pasos pero iremos llegando de manos
de los chicos, ellos son nuestro objeto de estudio, amor, trabajo, ellos son los
que se tienen que llevar la mediación puesta.
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Universidad Abierta Interamericana
Facultad de Desarrollos e Investigación Educativos.
Profesorado Universitario para la Educación Secundaria y Superior
Escuela: Normal Superior N° 2 “J. M. Gutierrez”. Rosario.
Entrevistadas: Fernanda Fernandez – Julia Quattrocchi
Cargo: Coordinadoras encargadas del Centro de Mediación
A.- Fundamentos:
1.- ¿Cómo inician Uds. las prácticas de mediación escolar?
2.- ¿Cuáles fueron las razones que motivaron su incorporación?
3.- ¿Qué responsabilidades conlleva ser formador de mediadores?
B.- Práctica:
1.- ¿Qué actividades se desarrollan en el espacio destinado a la mediación?
2.-¿Qué características debe reunir un buen mediador?
3.- ¿Existe disposición por parte de los alumnos?
4.- De acuerdo a su experiencia, ¿cuáles son las razones que los motivan a
participar en estas actividades?
C.- Resultados:
1.- Hasta el momento, ¿estas prácticas satisfacen las expectativas?
¿en algún caso las superan?
¿cuáles han sido las mayores satisfacciones obtenidas
como producto de esta experiencia?
D.- Desafíos:
1.- ¿Qué problemas se les plantearon?
2.- ¿Cuáles de ellos se tornaron desafíos?
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A.- Fundamentos. Cómo se inician las prácticas de mediación en la escuela.
Fernanda: Bueno, yo soy Fernanda Fernández, soy Psicóloga, Docente
Universitaria en la Facultad de Psicología, y soy Mediadora, con
especialización en Familia, Comunitaria y Educación, y doy clase en técnicas
de especialista clínica en psicología forense, así que sigo la temática del sujeto
y su vínculo particular con la ley, que esta muy relacionado con el tema de la
convivencia, con lo social en el plano de la sociedad, como es la sociedad
escolar. El año pasado, me convoca la rectora, Raquel Gioffredo, para armar
un dispositivo de algunas clases de capacitación para docentes en algunos
encuentros que ellos tienen como plenarias que son encuentros obligatorios
que asisten los docentes ya sea para trabajar algunas situaciones del área
institucional o para avocarse y perfeccionarse sobre algunos temas que ellos
solicitan o que son necesarios replantear. Hasta el año pasado yo todavía no
sabía mucho que el tema de la mediación educativa estaba entrando en un
programa más amplio que es el eje de convivencia. Yo vengo para dar unas
charlas ad honorem a los docentes, el dispositivo lo tenía que armar yo, me
interesó la propuesta, como yo tengo también residentes en Psicología
podíamos hacer que el convenio entre la Facultad y la Institución, me pudieron
acompañar algunas residentes y se va generando un proyecto que no se sabe
todavía que dimensiones iba a tener, y va a haber otro psicóloga y esa otra
psicóloga que también es mediadora no le coincidían los horarios y me propone
aparte de esta psicóloga el nombre de una abogada que yo conozco un día
antes de empezar las charlas, fue todo muy rápido porque no había mucha
organización ni disponibilidad de tiempo, la residente también pudo armar algo
mas continuado y yo en ese momento tenia disponibilidad de tiempo así que
probamos.
La charlas eran dos charlas y después surgió lo de las residentes como
proyecto para darle continuidad, los proyectos son mega proyectos entonces se
entusiasma, uno se deja entusiasmar y así una cosita que eran dos charlas
terminamos armando un proyecto de un año, y no sabíamos bajo qué
condiciones ni nada porque eso era a voluntad
No hubo conflicto o problema en particular que hizo que esto se armara.
Raquel es mediadora, hicimos la especialización juntas, yo creo que salió como
necesidad, también en charlar la temática de la resolución de conflictos como
medio alternativo porque como direccionamos una institución tan grande como
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esta escuela, uno sabe que los conflictos se generan en lo cotidiano entre los
humanos, por lo tanto yo creo que ella no sabía que se podía hacer tanto,
quería ella proponerle a los docentes, instalarles el tema, como un inicio, y
después que los docentes evaluaran a ver qué se podía hacer, qué podía hacer
cada uno comprometiéndose con su práctica, es decir nosotros lo primero que
hicimos fue una presentación a tutores, ahí inventamos este dispositivo. Los
tutores son estos adultos que pueden ser docentes o no que algunos tienen
capacitación de psicología, algunos son psicólogos, otros son profesores, otros
que son preceptores, y que acompañan a los alumnos de primero y segundo
año, a instalarse dentro del ámbito institucional, detectando a través de
entrevista las particularidades de cada joven y evaluando si necesita algún otro
tipo de seguimiento.
A partir de ahí dimos la capacitación que fueron tres o cuatro charlas, fue una
capacitación intensa, muy interesante, vimos cómo era tomada la mediación
porque ellos son los que mas están en contacto con los chicos de secundaria
que es donde hay más posibilidad que se genere el conflicto en lo práctico.
Julia: Yo me acuerdo que en las jornadas de orientación lakaniana Raquel
participa de esa escuela, ella está en un curso dirigido a profesionales que
trabajan con jóvenes y adolescentes y ahí yo la conocí en una jornada que
hicieron y empezamos a hablar esto de la mediación. Yo le comenté esto del
Grupo Mediar Rosario que queríamos ir a las escuelas a ofrecer, yo le pregunte
a ella si en algún momento me podía dar una reunión para presentar algún
proyecto. Eso fue a fin de año, yo le estaba planteando para cuando empiece el
ciclo lectivo entonces ella me contó esto que hacían del eje de convivencia. Me
acuerdo que me lo contó a mí y a otra persona que estaba ahí, que lo había
hecho otra profesora en toda la escuela este proyecto que ella ya venia
trabajando, después surgió que a principio del ciclo lectivo me llama para
convocarme a este proyecto especifico dentro del eje de convivencia, así que
bueno, ella ya había armado todo el tema este del eje de convivencia antes de
convocarnos.
Fernanda: Ella creo que en Octubre/Noviembre asume como rectora y
enseguida se puso con el acuerdo de convivencia proponiendo este eje para
sostén de este proyecto, empieza a ver a través de que lo va a sostener y ahí
surge también la idea de capacitar a los docentes con la idea de por lo menos
darles la semillita de qué se trata la mediación. Nosotros trabajamos en
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reuniones plenarias para primario y nivel inicial, para secundario no, no
llegamos. En secundario no porque ellos hacían otras reuniones. La primera no
sé qué pasó, la segunda aparecieron problemas institucionales, demandas,
reclamos, entonces como que quedó empañado un poco nuestro dispositivo
pero yo creo que los docentes que pudieron percibir de qué se trataba la
propuesta se quedaron entusiasmados. Entonces nos tuvimos que adecuar a lo
que había. Hay gente que se retoba porque no quiere trabajar el eje de
convivencia, hay malestar como en todo, se les exige mucho a nivel ministerial,
institucional, a nivel pedagógico, a nivel de padres, en la realidad práctica con
los alumnos, con la realidad práctica que tienen que resolver, es como un lugar
muy cargado. Entonces yo creo que se descarga por donde puede, el malestar
infunde malestar
B.- Práctica: Cómo es ese dispositivo de capacitación que ustedes aplican en
este espacio dedicado a la mediación o a la resolución de conflictos
Julia: Nosotros más que nada trabajamos resolución de conflictos y mediación
como dispositivo de resolución de conflictos. Lo principal de la capacitación es
tratar de trasmitir la idea de la materia de negociación o sea de utilizar las
distintas herramientas que enseñamos en mediación para resolver los
conflictos directamente con la persona que se tiene conflicto y poder resolver
ellos los conflictos que tienen directamente sin recurrir a una tercera persona
para intentar una solución.
Es más rápido y a la vez a través de la palabra poder ellos sentarse a charlar
con su compañero o con quien sea que tengan el conflicto, tal vez puede ser el
conflicto entre un docente y un alumno, también las docentes han estado acá
presentes cuando damos la capacitación, así que también ellas reciben a la par
de los alumnos la capacitación. Entonces, bueno, ellas pueden después seguir
sosteniendo ese dispositivo en el aula, por eso a nosotros nos interesa que las
docentes siempre estén durante las clases para que después lo puedan seguir
trabajando en el aula y siempre tratamos de dejarles en el nivel primario alguna
nota, alguna actividad que le quede a los docentes, por ejemplo recién les
dimos a las docentes de segundo grado un dibujo que era de chicos jugando
entre sí con el eje convivencia para que pinten y lo trabajen en el aula y que
queda en el cuaderno así eso también llega la noticia a los padres, que sepan
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qué se está trabajando en la escuela y lo que se está abordando, y también
hicimos con este tema en sala de cinco.
Fernanda: Nosotros vamos adecuando estos dispositivos de trabajo a los
distintos niveles y a la institución, el año pasado ya estábamos más
organizadas, antes estábamos en un lugar que tuvimos que ir trabajando el
reconocimiento, porque una cosa es trabajar solas y otra es tener una
limitación institucional. Esto nos pasó en la segunda etapa del año donde nos
sentimos incluso nosotras ¿de dónde venís vos? ¿por qué estás acá?
Julia: Las maestras de grado nos preguntaban ¿vienen del ministerio?
Fernanda: Eso de parte de quién, cómo llegan. ¿Cómo que son de la
institución? Ah! Son mis pares!. Esa lectura que hace la institución también es
importante porque ahora nos sentimos mucho más incorporadas. Si bien este
instituto es muy joven, tenemos un reconocimiento por ejemplo de la mayoría
de los directivos. Nosotros este año comenzamos en nivel inicial primero
porque los directivos ya nos conocían y este año hubo mucho movimiento por
los concursos, entonces todos los cargos de directores se movieron así que
bueno, era volver a conocer la institución, que vean la propuesta, vean si les
interesa, que esté de acuerdo con el cronograma escolar. Todas esas cosas
hacen que uno también tenga que adecuarse a la institución, lo que hicimos
este año fue preparar para nivel inicial y tuvimos que trabajar con los dos
turnos, fue una experiencia muy interesante. Lo que hacemos es proponerles
un disparador y después abrir una charla, un diálogo, hacer una actividad que
ellos puedan llevarse. Nosotros trabajamos a través de la fábula del león y el
ratón para ver que el otro que parecería tener menos posibilidades también
puede tener a pesar de ser diferente integración y bueno, trabajar un poco
ejercicios que ellos puedan relacionar con el cuento. Trabajamos un montón
con actuación. Traemos el disfraz del ratón y del león y que ellos vuelvan a
contar su versión propia de la fábula y utilizar recursos que ellos puedan ir
incorporando a través del relato, a través de la actuación, y después se llevaron
unos títeres que ellos colorean y los pegan para seguir recreando.
Hicimos previamente la presentación del ciclo a los padres en una reunión de
padres explicándoles que íbamos a trabajar el tema del eje de la convivencia,
la resolución de conflictos, entonces previamente eso ya el nene cuando vuelve
a la casa va a ir con lo que el padre ya sabe que se va a tratar y le va a
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preguntar porque la idea era que los papás puedan participar y lo ayuden a que
comprendan y sigan.
Julia: Nosotros en la nota que mandamos para los padres en la redacción
ponemos que la ley 26026 en el art. 23 tiene previsto el eje de convivencia y
que cada escuela después lo va a ir introduciendo depende de la institución,
entonces ahí ya como que nos da un marco legal donde nosotras nos podemos
manejar así que está plasmado en la ley. Ya a partir de ahí podemos empezar
a trabajar. En la nota nosotras lo ponemos para que ellos sepan de dónde
viene, que no es una idea loca de la institución, sino que viene de una ley y el
ministerio lo trabaja. También se trabaja en los distritos municipales, en
distintos ámbitos de la provincia.
Fernanda: Bueno, después tenemos esto para la primaria. Nosotros
trabajamos con quinto grado que es un grado que está cerca de los grados
superiores, está en el medio, tienen una buena experiencia, hacemos una
presentación de capacitación general y aquellos que están interesados en
tomar algo de lo que le propusimos se autoeligen, se autopostulan para un
reforzamiento y les explicamos más detalladamente las técnicas. Los chicos
quedaron muy enganchados, vinieron tres veces a las capacitaciones
especiales, diseñaron ellos un modelo de un pin que quedo como distintivo de
lo que nos identifica. También quedó para nivel secundario donde trabajamos
casi similar con el nivel de primer año.
Julia: En realidad la elección fue en primer año, fue en el secundario con la
confección del pin y después lo bajamos para que sean identificados todos,
para que sea coherente. No lo podemos hacer todos los cursos distintos.
Fernanda: Como teníamos menos demanda el año pasado, teníamos más
tiempo, pudimos trabajar más puntualmente con primer año, ahí nosotros
empezamos más tempranamente y trabajamos casi todo el año con reuniones
quincenales. Hicimos un acercamiento a través de un video con un role play de
lo que sería una mediación actual, armaron un acuerdo, redactaron un diálogo
de las mediaciones, algunos los hicieron ellos, nosotras colaboramos en otros,
actuamos, trabajamos. Hicimos una prueba de firmar una estrategia. Bueno,
después no la terminamos de subir porque en realidad se nos terminaba el año
y ya primer año es muy exigido con los cambios. Entonces los dejamos con la
idea de este año retomarlo pero bueno, este año tenemos más tiempo con nivel
inicial, con las reuniones de padres.
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Julia: Y el tema de los directivos que hasta que asumieron nosotras no
podíamos desarrollar muchas ideas porque necesitábamos el acuerdo de ellos,
conocerlos, que nos dejaran ingresar a su nivel, entonces eso nos atrasó
también para continuar lo del año pasado
Fernanda: Este año lo que se pensó para secundaria era que se les iba a dar
una capacitación a todos los delegados entonces de primero a quinto año para
transmitirles a sus compañeros que existe este dispositivo para que llegada
una situación que puede ser un conflicto que pueda tratarse en mediación,
pueden o llamarnos a nosotras o apelar a su tutor o su preceptor, porque los
tutores y preceptores ya están capacitados.
Julia: O a los mismos delegados porque nosotras a ellos también les dimos
capacitación.
Fernanda: Nosotras tratamos de promocionar más que nada la mediación o
resolución de conflictos entre pares porque nosotros no nos vamos a poder
hacer eco de todas las demandas, tratamos de instalar esta forma, el que
pueda tomarla la toma. Raquel cree que cuanto más pequeños sean, más van
a ir incorporando esto, así que bueno, a los más grandes les explicamos o
tratamos de darles el conocimiento y a los más chicos tratamos de que vayan
incorporándolo y entonces vamos machacando a medida que el proceso
continúe hasta que llega un momento que esto pueda abarcar a todos los
niveles, que todos en algún momento hayan tenido esta charla de mediación,
pero aparte tienen otros dispositivos que se trabajan dentro del eje convivencia,
en cada grado, tienen también las normas de convivencia y en el secundario
las tutoras lo hacen.
Julia: Las tutoras, las preceptoras también están aplicando la mediación,
nosotras las capacitamos y han hecho mediaciones ellas mismas, se animan y
lo hacen. Si los chicos nos piden a nosotras mediamos nosotras, pero tiene que
ser un caso más complicado que no lo puedan resolver ellos, o a veces las
tutoras no pueden a hacerse cargo de terminarlo y nos vienen a pedir ayuda a
nosotras a ver si lo podemos terminar de otro lado.
Fernanda: Tratamos de tomar casos que sean verdaderamente para mediar,
tuvimos que instalar dispositivos paralelos porque en algún momento hubo
como una demanda confusa. El eje es la convivencia pero no siempre es para
mediar entonces tuvimos que idear un dispositivo paralelo que fue esto que se
llama asesoramiento psicológico institucional
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Julia: Se tratan problemas intrapersonales o interpersonales pero no para
mediación…
Fernanda: definir si este sujeto tiene un problema con otro o si se trata de una
situación personal que deriva en lo grupal, entonces cuando el caso es así lo
que hacemos es tener una o dos entrevistas a lo sumo tres para que no se
produzca una transferencia, porque esto no es un trabajo clínico y no hacemos
un abordaje psicológico acá sino que hacemos una escucha y resolvemos
algunas estrategias de cómo la situación se puede ir resolviendo, si el joven o
niño tiene que ir a un psicólogo, si tiene que tener un acompañamiento de
algún otro modo, si el docente tiene que tener estrategias para acompañarlo
dentro del aula, de qué manera se lo puede acompañar, si se eleva un informe
psico socio educativo al ministerio de educación porque supera a la institución,
después lo que hacemos simplemente es llenar una ficha o desde otro lugar
plantear una observación, que como es una observación muy reducida
tratamos que sea muy respetuosa y bueno, trabajamos en eso sobre todo en
colaboración con la coordinadora de tutores de la sala que es la que recibe la
historia
Julia: Si tenemos casos de mediación siempre antes se consulta a los padres
o tratan los directivos de que se enteren y de pedir un permiso en realidad un
consentimiento más que nada para la primaria, tal vez para el secundario no
tanto, desde ese lugar, que estén enterados que existe el dispositivo en la
escuela, pero cuando se les consulta a los padres cuando hay algún conflicto
entre los compañeros, en principio los padres, hay veces que nos ha pasado
por ejemplo que pudimos tener entrevista privada con uno de los chicos porque
los padres del otro puede ser que no acepten, que no quieran y bueno, nos
quedamos con la parte que sí y tratamos de ayudar de ese lado a ese chico
que tiene el conflicto lamentablemente sin escuchar la otra parte pero es hasta
donde nosotras podemos llegar, es una instancia voluntaria, siempre les
decimos a los chicos que es voluntario justamente nos ha pasado que a mí me
resulta re gracioso y me encanta porque me dicen “ah, es voluntario”. Claro, las
directoras van y les ofrecen y ellos les hacen caso, entonces por ahí te dicen “si
yo sabia que era voluntario capaz que no venia” entonces les empezamos a
explicar de qué se trata y capaz que se quedan una hora charlando y no se van
más así que bueno, me encanta eso porque vienen con eso de que no
hubiéramos venido y después les gusta
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Fernanda: Lo importante es que vienen, descubren de qué se trata y muchas
veces también ayuda mucho el hecho de que uno tenga una charla, una
entrevista previa pero abre situaciones en las cuales esto se vuelve un
dispositivo para el joven.
Julia: En este tiempo que hemos estado haciendo mediaciones la experiencia
que yo he visto que creo que es muy importante es la reunión privada con los
chicos. Cuando están juntos no dicen muchas cosas que en las reuniones
privadas si, entonces creo que el tema que más va con la escuela en estos
conflictos de mediación educativa tendría que ser precisamente reuniones
previas individuales con cada uno y después cuando están preparados para
juntarse ahí recién hacer bueno, las reuniones conjuntas. Es muy parecido a lo
que es la mediación penal. Preparar a las partes individualmente y cuando
estén preparadas para enfrentarse unas con otras recién ahí juntarlos, se
hablan muchas más cosas porque en las reuniones conjuntas muchos temas
no salen a la luz, entonces parece que es importante eso.
Fernanda: También hay que considerar las edades, charlar individualmente
destraba, a veces si uno no se quiere exponer delante del otro, a veces está en
una posición de retraimiento o son mas tímidos, cuando uno charla de par a
par, cara a cara y no son tantos, entonces el otro puede abrirse
Julia: y en secundaria hacemos actividades como en la primaria, pasamos un
video, un disparador para chicos un poco más grandes, adolescentes... cuando
damos mediación, técnicas, herramientas, es muy lo mismo, lo que pasa es
que lo adaptamos, más complejo, para los más adolescentes, y más sencillo en
las etapas anteriores es todo más cortito, más concreto para los más
chiquitos...
Fernanda: Dejamos material, fotocopia con los pasos de la mediación, que
pueden tomar notas, y saber que va a estar disponible para ellos.
Julia: En general la parte más específica de herramientas, parafraseo, cómo
preguntar, lluvia de ideas, etc, lo trabajamos más en la etapa en que ya vienen
voluntariamente, los mediadores que quieren de cada curso, con ellos lo
trabajamos más, con quienes realmente les gusta y les interesa, lo damos más
profundamente y más específico.
Entrevistadora: o sea en una primera etapa es general, de conocimiento para
todos y después ya depende de la postulación voluntaria, ya saben que pueden
trabajar estas técnicas)
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Fernanda: a nosotras siempre nos llamó la atención este año que hemos
llegado al caso que en secundaria nos mandaron a los chicos de segundo año,
que habían sido el año pasado de primero y por lo tanto habían trabajado con
nosotras. Cuando yo pregunto si se acuerdan, si sabe alguien qué es
mediación, nos respondieron tan bien que no lo podíamos creer y bueno no
todos participaron en la capacitación específica, lo que pasa es que el joven
hoy tiene una capacidad de absorber información que uno piensa, bueno, que
está mirando el celular, que está en otra pero está escuchando, está mirando el
video, está a mil pero sin embargo nos sorprendió que sabían y se acordaban
de qué se trataba, entonces dijimos nos escucharon, nos atendieron, nos
entendieron, así que eso está bueno, así que siempre algo les quedó.
Entrevistadora: ¿existe algún conflicto o tema que se repita, que se plantea
reiteradamente entre los chicos?
Julia: Entre los chiquitos está el tema de la burla, “cara de... cara de pato...
cara de esto... cara de lo otro...”, esas cuestiones más que nada, o no
prestarse los útiles o esas cosas en la primaria... Y del secundario,
Fernanda: suelen ser conflictos de tipo más personal que va a tener
consecuencias o repercusión en lo institucional o grupal, por ejemplo, dos
chicas eran muy amigas, de pronto dejaron de serlo, se empezaron llevar muy
mal, pero el problema no era que se trataran mal o que dejaron de ser amigas,
era que se empezaron a maltratar y en clase a golpear, a ejercer una violencia
que fue escalando desde te retiro la cartuchera... esto termina invadiendo el
ámbito institucional y la institución lo trae para que podamos intervenir y se
resuelve con esta posibilidad de hacer una mediación
Julia: Hicimos una reunión individual con cada una, una o dos, no me acuerdo,
dos me parece con cada una y después, en la última había estado yo sola, las
junté, estaban preparadas para estar juntas y vinieron pero me pidieron ese
espacio para charlar cosas íntimas de ellas sin nadie más. Bueno, les dije que
perfecto, me parecía bárbaro darles el espacio para que ellas puedan charlar
porque me parece que no encontraban un lugar, porque siempre estaba o el
grupito de amigas o el qué se yo, el qué dirán....
Fernanda: Claro, siempre están los padres esperando, los pares de amigos, o
distintos grupos presionando, y bueno, no podían
Julia: Y bueno, una de las nenas vino y la otra no vino, pero yo cuando le dije a
esa nena que no vino que me acompañe y que me lleve hasta el salón, para yo
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sin ella preguntarle personalmente a esta otra nena que no había venido qué
había pasado, bueno, esa otra nena me dijo que estaba con otros problemas
ahora, que estaba todo bien pero que ella ya no quería más hablar, hacer
reuniones ni nada, y bueno, ahí se terminó. Se le dio la explicación a la otra
nena de que por el momento se terminaba así la mediación y que tenía n las
puertas abiertas como para venir de nuevo las dos. Yo después pregunté
porque hacemos un seguimiento de caso, porque a uno le interesa ver qué
consecuencias, qué efectos tiene lo que nosotros estamos aplicando, y la
directora me dijo que no tuvo problema, ni agresión, ni nada que haya
trascendido, ni que haya habido conflicto, ni agresión verbal... bueno, había
habido todo un tema de parada de colectivo, que nos tenía preocupados, que
inclusive afuera de la escuela haya algún problema, así que bueno, y parece
que con esto de que pudieron hablar, y cada una decir de qué lado cómo vieron
el conflicto y de cómo lo sintieron, creo que se pudo bajar esa agresión,
inclusive hubo que aclarar que la directora en ese caso no estuvo ni a favor de
una ni de la otra, porque empieza a rondar eso, y también los padres empiezan
a ver como quién tiene la razón, y tuvimos que aclarar, inclusive desde la
directora tuvo que aclarar con las alumnas cómo había sido su postura, que a
ella le concierne porque está a cargo de todo. Fue muy interesante.
Entrevistadora: a ustedes sólo llegan aquellos casos que pueden llegar a
trascender a la institución en el sentido de generar un problema en el aula
Julia: si, hay otros casos que los pueden resolver ellos, nosotras siempre
invitamos a que ellos mismos siempre que tengan un problema lo pidan, sea a
través de los preceptores de la institución, o a través de la maestra los
chiquitos, nos ha pasado también que nenas nos han pedido de quinto grado, y
cuando los fui a buscar al salón para que vengan a la mediación, me dijeron
que habían elegido a un alumno mediador de primer año que habíamos
capacitado el año pasado, ella dijo, “no ya nos amigamos, estuvimos charlando
y lo resolvimos nosotras”, así que da resultado, nos han pasado muchas cosas
pero da resultado. En el trayecto que vos das la reunión hasta que los vas a
juntar se amigan, viste cómo son los nenes. Y lo que sí siempre recordamos es
el tema de la confidencialidad, de no dar nombres, si bien nosotras hacemos un
registro en carpeta de las mediaciones que llevamos, a los directivos les
tenemos que dar un informe, no les damos informe de lo que pasó en la
reunión y de lo que se dijo, por el tema de la confidencialidad, sí vamos
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diciendo que tuvimos una reunión de tanto tiempo, que se hablaron de tales
temas o del conjunto del conflicto que trajeron a la mediación y bueno, llega al
colegio pero no trasciende.
Entrevistadora: o sea que, de lo que les llega no hay como un común
denominador entre los chicos de secundaria
Julia: mirá sabés qué puede haber que sí se repite, el tema de destrucción
material, un poco, pero ha pasado eso
Fernanda: a veces tienen la idea de que toman una cosa prestada y no tienen
el límite de que es una cosa prestada y cuándo se le agrega un plus y pasa a
ser algo violento... el año pasado estaban con esto que no me acuerdo qué
nombre tiene pero se daban vuelta la cartuchera, tiene un nombre
Julia: “empaquetar”, la cierran y la dan vuelta, quedan las cosas encerradas, el
cierre queda para adentro
Fernanda: y ese es un acto donde puede ser tomado como una broma pero
termina siendo una violencia, entonces eso, entre los jóvenes y adolescentes,
donde no viven el límite, el límite no lo escuchan porque te lo pone otro par a
veces
Julia: y con eso que no sé si tiene que ver o no pero esto de la sociedad de
consumo, de no valorar lo material o cómo nos cuesta conseguirlo y valorarlo,
todo se tira y se vuelve a comprar, todo es descartable, así las computadoras,
escribir las paredes que después los profesores y los directores van y bueno,
han tenido campañas de limpieza de venir con productos y esta mañana
durante una hora se limpia el salón... y bueno aportar esta idea de tener que
cuidar lo que usan, compartir entre todos y sentir que eso es de ellos a pesar
de que también es del otro también lo uso yo, valorar que el otro también lo
usa... se hace con nota a padres y todo, tienen que traer un producto de su
casa, que puede ser una esponjita, algo que todo el mundo tiene o puede tener
y si no tienen se prestan y lo van pasando y limpian bancos y si han pintado o
escrito paredes las hacen también limpiar...
Fernanda: lo que se propone de esta manera es reflexionar sobre de qué
modo cuidamos lo que es nuestro
Julia: y esa idea de que yo me voy a ir pero atrás mío viene otro compañero
que va a utilizar la institución, cómo se la dejo yo a ese alumno
Fernanda: es pensar también el respeto al otro, “bueno, que lo haga la
portera”, la portera va a venir a limpiar los pisos pero no puede estar limpiando
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con esponja los treinta bancos por aula y las paredes porque están todas
escritas, creo que esto también es una forma de incorporar el límite, el registro
del límite en la sociedad pero también de apropiarse de la institución, de
concretar el acuerdo de convivencia, para la convivencia tenemos que dejar el
banco para alguien que viene en condiciones, y yo creo que es interesante y
dio resultado
Julia: si hay que volver a hacerlo, se vuelve a hacer
C.- Resultados: se cumplió la expectativa que llevó a implementar esta
actividad
Julia: sí,
Fernanda: hubo adhesiones y también malestares como en todo pero sí da
resultado, no es una institución solamente pública sino una escuela normal, con
una historia muy particular, con preponderancia de normas, atravesada por un
proyecto nacional con reglas para jóvenes que se preparan para ser dirigentes
… a mí me impactó que los dos pianos de abajo están a disposición de los
chicos, entonces algunos vienen si tienen un rato libre o están de paso y tocan
el piano no porque tengan que hacerlo, tocan para ensayar, o practicar, o tocan
el feliz cumpleaños o cualquier canción... digo, hay algo, podría estar oculto
para que no lo rompan y no estar a disposición como está, consciente de que lo
van a poder cuidar
Entrevistadora: y de las actividades que ustedes implementan, están
satisfechas hasta ahora con los resultados que han obtenido
Julia: sí, yo creo que uno forma expectativas a diario, no puede pensar muy
grande o a largo plazo porque sería imposible, los conflictos existen siempre
entre los seres humanos y se dan todos los días, a lo largo de la convivencia,
entonces es trabajo constante... la idea es que vean la forma cómo se
resuelven los conflictos... lo que se trata es que circule la palabra, más allá de
amonestaciones o no, o de que la directora tenga una reunión con estos
padres, que el chico resuelva el problema que tiene... así que yo creo que sí,
medianamente, las expectativas se van cumpliendo, que esto sirve, que se
puede generar algún tipo de cambio, es mejor que esté la mediación en la
escuela a que no esté
Fernanda: yo creo que a veces los objetivos uno nunca logra colmar las
expectativas porque es lo que te hace luchar, uno siempre quiere a partir del
escalón que alcanzó, el próximo, entonces siempre van surgiendo nuevas
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propuestas o posibilidades, nosotros vimos la participación en la radio de un
grupo de segundo grado que nos maravilló, el que vino la semana pasada, no
tanto y el que vino hace un rato, no sé... entonces, se van surgiendo, quizás
aparecen cosas que no estaban previstas y nos capturen … por lo tanto yo
creo que está bueno esto que estamos haciendo, es un inicio, la idea es que en
algún momento todos el equipo de la escuela, primario, secundario, nivel inicial,
terciario, todos sepan de qué se trata la mediación, es posible que ya se esté
incorporando mediación en la formación docente, sé que algunos profesorados
ya tienen mediación para docentes, de manera que salgan ya sabiendo de qué
se trata y estando en condiciones de colaborar, mediando, resolviendo o
disminuyendo conflictos, entonces eso se va a ir incrementando
D.- Desafíos: ¿quedó algún desafío pendiente?
Fernanda: que salga la ley (risas)
Julia: A mí me quedó el tema con quinto año, que siempre festeja, la previa, y
hacen bastante lío, y bueno, ese tema es como que, bueno, puede ser un
espacio donde se pueda trabajar con ellos, para que ellos signifiquen lo que
festejan, ver cómo lo festejan y cómo vienen a la escuela también, a intentar
festejar y trae un problema, para todos, para los directivos, para el ministerio,
para todos, tienen un montón de previas, previa a Bariloche, previa a la
graduación, pero la previa antes de empezar quinto año, cada curso es
particular… tuvimos una mediación con cuarto y quinto año por el tema de una
bandera, colgaron una bandera cuarto año cuando quinto volvió de Bariloche,
les dijeron: bueno, ahora se les termina, ahora es nuestro momento, nos toca a
nosotros empezar a prepararnos, quinto año se enojó y ahí empezó… seguían
en el patio diciéndose cosas o a través del Factbook, porque ahora con todo
esto del Factbook…
Fernanda: Tenían derecho a festejar, los de quinto ya están afuera, era como
también entender eso de por qué se sentían tan tocados y en relación a eso
surge que ellos tienen que hacer el duelo y entender que van a ir ya a la vida
universitaria, o al trabajo, entonces era muy fuerte el impacto que recibieron,
volver de un ensueño, de un viaje y que te digan ya estás afuera
Julia: Con los delegados de cada curso de cuarto y de cada curso de quinto,
representantes del curso elegidos por los compañeros, y si no hay elección de
los compañeros, el consejero sería (un profesor elegido por los alumnos, con
quien son afines) que en ese caso lleva la palabra del curso hacia fuera y de
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afuera hacia el curso. Bueno, en esta mediación vinieron todos los delegados y
habían surgido cosas interesantísimas en el acuerdo, hasta de hacer una
comida conjunta entre cuarto y quinto año, para la institución es un poco difícil
llevar adelante porque tiene que ser en tiempo distinto al que se da clase y
tienen que organizar… todo un tema, pero bueno, fueron posibilidades que
nosotras las plasmamos en el acuerdo como posibilidad, no que se tenían que
hacer, sino que tenían que consultar a los directivos, y bueno, toda una serie
de cosas que quedaron en el acuerdo, pero se pudieron trabajar desde ese
lugar, y hubo acuerdo, y banderas no se colgaron más, después se quedaron
tranquilos…
Fernanda: Nosotros más que mediación trabajamos el eje de convivencia, eso
de acompañar cómo va a ser que cuelguen las banderas, es para que no se
genere conflicto, por lo que pasó, cuando se va un curso de viaje y un grupito
sale con una bandera, algunos llevan una bandera que no es representativa, y
eso después generó conflicto en el viaje, entonces lo que estamos tratando es
también de ver si se pueden buscar alternativas de prevención, aunar, agrupar,
hacer en clase, que a través de una tarea compartida se realice o se incentive .
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Universidad Abierta Interamericana
Facultad de Desarrollos e Investigación Educativos.
Profesorado Universitario para la Educación Secundaria y Superior
Escuela: Instituto Superior Particular Incorporado “María Auxiliadora” Rosario.
Entrevistada: Marisol Cullerés
Cargo: Coordinadora tutora nivel secundario
A.- Fundamentos:
1.- ¿Cómo se inician las prácticas de mediación escolar?
2.- ¿Cuáles fueron las razones que motivaron su incorporación?
3.- ¿Qué responsabilidades conlleva ser formador de mediadores?
B.- Práctica:
1.- ¿Qué actividades se desarrollan en el espacio destinado a la mediación?
2.- ¿Qué características debe reunir un buen mediador?
3.- ¿Existe disposición por parte de los alumnos?
4.- De acuerdo a su experiencia, ¿cuáles son las razones que los motivan a
participar en estas actividades?
C.- Resultados:
1.- Hasta el momento, ¿estas prácticas satisfacen las expectativas?
¿en algún caso las superan?
¿cuáles han sido las mayores satisfacciones obtenidas
como producto de esta experiencia?
D.- Desafíos:
1.- ¿Qué problemas se les plantearon?
2.- ¿Cuáles de ellos se tornaron desafíos?
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A.- Fundamentos:
1.- Cómo se inician las prácticas de mediación escolar.
2.- Cuáles fueron las razones de su incorporación.
Marisol: Las prácticas de mediación escolar surgen como necesidad frente a
las conflictivas en las relaciones vinculares entre los alumnos, y como
posibilidad a partir del espacio de las tutorías que permite acompañar el
crecimiento de los jóvenes no sólo desde lo estrictamente académico, sino
también desde el desarrollo de relaciones interpersonales más “sanas” y
satisfactorias. Estas prácticas de mediación cobraron más importancia a partir
del año 2009, en el que se enmarcaron dentro del Proyecto de Convivencia
Escolar, propuesto por el Ministerio de Educación a través del Decreto 181/09.
Las razones por las cuáles las implementamos es que son sumamente
compatibles con la Propuesta Educativa Salesiana, en la cual el diálogo es la
herramienta fundamental para resolver los conflictos. También creemos que la
mediación en sí es un proceso de aprendizaje que le permite al alumno adquirir
herramientas para poder lograr mayor autonomía, responsabilidad y
compromiso en la resolución de los conflictos.
3.- ¿Qué responsabilidades conlleva ser formador de mediadores?
Marisol: Si bien en este momento todavía no implementamos formal y
sistemáticamente un espacio en el que se formen mediadores, si utilizamos el
espacio de las tutorías para reflexionar acerca de los conflictos y las diferentes
modalidades de resolución, dándole especial importancia a la negociación
como la mejor manera de resolver problemas. Generalmente somos las
docentes, sobre todo las tutoras o preceptores, los que ejercemos este rol de
mediadores cuando surge un conflicto entre dos compañeros o “grupitos”; o si
es una problemática que afecta a todo el curso, se trabaja en el aula con todos.
B.- Práctica: Qué actividades se desarrollan en el espacio destinado a la
mediación.
Marisol: Como expliqué anteriormente, el espacio para las mediaciones se
lleva a cabo dentro de las horas de tutoría en las que se reflexiona acerca del
conflicto como parte natural de la vida, se piensa sobre las diversas maneras
de abordar el mismo, se hace hincapié en la negociación como una de las
mejores maneras de resolución de conflictos, etc. Se trabaja con dinámicas que
permiten pensar las distintas variables que intervienen en un conflicto: la
comunicación, las percepciones o puntos de vista, la posición vs los intereses,
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etc. Asimismo cuando surge una problemática que afecta a todo el curso, se
les da el espacio para que todos puedan expresar su sentir respecto al
problema, qué es lo que piensa cada uno y cómo les parece que sería la mejor
manera de resolverlo. Por otra parte si la dificultad es entre dos compañeros,
se les ofrece un espacio reservado en el que se escucha a cada una de las
partes por separado; se les ofrece la posibilidad de realizar una mediación
entre ellos; y si ambos aceptan se reúnen las dos partes con la docente.
Entrevistadora: ¿Existe predisposición por parte de los alumnos? ¿Qué los
motiva a participar?
Marisol: La mayoría de los alumnos tiene una alta adherencia a participar de
las mediaciones y se sienten muy agradecidos cuando se les ofrece este
espacio, porque se sienten escuchados y protagonistas de sus propias vidas.
Los alivia mucho el poder expresar lo que sienten y escuchar también a los
otros; previene que el conflicto existente llegue a un “mal mayor”.
Entrevistadora: ¿Existe alguna temática conflictiva que se reitere?
Marisol: Las temáticas conflictivas generalmente se reiteran son: celos entre
amigas, competencia y rivalidad entre los varones, burlas o cargadas,
problemas de “pantalones” o “polleras”, chismes, agresiones verbales mediante
las redes sociales, dificultad en ponerse de acuerdo para realizar un trabajo
escolar en grupo y en aceptar y valorar las diferencias. Se aborda a través del
diálogo y la reflexión sobre estas temáticas desde los espacios de tutoría,
catequesis, formación ética y ciudadana. También se hace participar a las
familias a través de entrevistas y encuentros con los padres y alumnos.
C.- Resultados: Estas prácticas, ¿satisfacen las expectativas?
Marisol: Nos sentimos satisfechos con nuestras expectativas, ya que logramos
que en la escuela se respire un clima de familia, amabilidad, cordialidad y
respeto, lo que no quita que sigan surgiendo y existiendo conflictos ya que son
parte de la vida y de la dinámica escolar y social.
Entrevistadora: ¿Cuáles son las mayores satisfacciones?
Marisol: ver y sentir a nuestros jóvenes felices y cómodos en la escuela ; el
saber que ellos les gusta estar acá porque así lo manifiestan. También es
satisfactorio verlos crecer y madurar en la forma en que van resolviendo los
conflictos y cómo entre ellos van mediando también por más que no se los
haya formado directamente como mediadores.
D.- Desafíos: ¿Qué problemas se plantearon? ¿Alguno se tornó desafío?
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Marisol: Los problemas son los planteados anteriormente, pero el desafío en
estos tiempos que corren es el “desnaturalizar” la agresión que muchas veces
se instala en el trato cotidiano y que no pareciera ser percibida por los
adolescentes como un problema. También aparece como desafío la
intolerancia al que piensa o siente distinto y la poca capacidad de tolerar la
frustración. Creo que tanto la agresión como la intolerancia son características
muy presentes en nuestra sociedad y que inevitablemente aparecen reflejadas
en el aula.
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