universalia n° 29

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U niversalia REVISTA DEL DECANATO DE ESTUDIOS GENERALES DE LA UNIVERSIDAD SIMÓN BOLÍVAR NÚMERO 29 JULIO 09 NÚMERO 29 JULIO 09 NÚMERO 29 JULIO 09 NÚMERO 29 JULIO 09 NÚMERO 29 JULIO 09

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Universalia

REVISTA DEL DECANATO DE ESTUDIOS GENERALES DE LA UNIVERSIDAD SIMÓN BOLÍVAR

NÚMERO 29 JULIO 09

NÚMERO 29 JULIO 09

NÚMERO 29 JULIO 09

NÚMERO 29 JULIO 09

NÚMERO 29 JULIO 09

CONTENIDO

N°29

CONTENIDO

N°29

www.universalia.usb.ve [email protected]

Universalia no se responsabiliza por las opiniones emitidas en los artículos publicadosUniversalia no se responsabiliza por las opiniones emitidas en los artículos publicados

Circula gratuitamente entre los estudiantes de Ciclo Básico y de estudios generales del Ciclo Profesional como un instrumento de apoyo a su formación general

AUTORIDADES USB 2009-2013

rectorvicerrector académico

vicerrector administrativosecretario

Enrique PlanchartRafael EscalonaWilliams ColmenaresCristian Puig

Enrique PlanchartRafael EscalonaWilliams ColmenaresCristian Puig

DECANATO DE ESTUDIOS GENERALES

decanocoords. de los eegg del ciclo profesional

coordinadores del ciclo básicoasistente al decanato

asistente a las coordinacionespersonal de secretaría

Rafael EscalonaGioia Kinzbruner | Daniuska GonzálezIngrid Salomón | Rubén Darío JaimesIngrid Salazar RomeroNelly OjedaArcelia Sánchez | Neyda Alcalá

Rafael EscalonaGioia Kinzbruner | Daniuska GonzálezIngrid Salomón | Rubén Darío JaimesIngrid Salazar RomeroNelly OjedaArcelia Sánchez | Neyda Alcalá

Edif. Mecánica y Materiales (MEM), 1° piso, Valle de Sartenejas, Apartado Postal 89000telf. +58 212 9063912 fax +58 212 9063927 www.universalia.usb.ve [email protected]

UNIVERSALIA REVISTA DE ESTUDIOS GENERALES

añon°

depósito legalissn

edición

1129pp 199002CS9681317-53434000 ejemplares

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directorcoordinadora editorial

diseñowebmaster universalia digital

ilustracionesimpresiones

Rafael EscalonaIngrid Salazar RomeroIsabella Pieretti VicentiniDavid Morenogoogle.comDirección de Servicios USB

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#1

#8 de Miguel Otero Silva

La Caricatura y el Humor en el teatrode Miguel Otero Silva.

Victorino en el cine venezolano

MOS fragmentos escogidos

Lo leo, no lo leo:

La oposición torturada:

Ni tan celestiales...

De tirano a príncipe

Una Novela Actual:

Biografía

MOS fragmentos escogidos

José Ramón Castillo F.

Emilio Mendoza

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#2

#3

#4 Venezuela en lamuerte de Honorio V

#5

#6

#7 Cuando quiero llorarNo lloro de Miguel Otero Silva M

Álvaro Martín Navarro

Yanira Yánez Delgado

ioleta Rojo

Rubén Darío Jaimes

aría del Carmen Porras

Rubén Darío Jaimes

Esbozo bien intensionado de algunas razonespara leer Miguel Otero Silva

Isabel Rodríguez Barradas de Veracoechea

Contrapunctus MOS-The Beatles

La Caricatura y el Humor en el teatrode Miguel Otero Silva.

Victorino en el cine venezolano

MOS fragmentos escogidos

Lo leo, no lo leo:

La oposición torturada:

Ni tan celestiales...

De tirano a príncipe

Una Novela Actual:

Biografía

MOS fragmentos escogidos

MOS-The

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AUTORIDADES USB 2005-2009

rectorvicerrectora académica

vicerrector administrativosecretario

Benjamín SharifkerAura LópezJosé FerrerAlejandro Teruel

Benjamín SharifkerAura LópezJosé FerrerAlejandro Teruel

EDITORIAL

EDITORIAL

Cuando en el Departamento de Lengua y Literatura se propuso celebrar elCentenario de Miguel Otero Silva, se decidió propiciar un evento queintegrara a los estudiantes a una actividad enriquecedora, dinámica, variada yconcientizadora, dado que el testimonio de vida del personaje bien que habíadado muestras de juventud en su pensar y en su hacer, característica que hoycomparte una generación de estudiantes con voz y acción. La propuesta desubvertir el “orden académico” con un nombre llamativo y provocadorgeneró, por supuesto, una polémica lingüística al utilizar el recurso del“lenguaje de los celulares”, MOSX100PRE, pero también fue un excelenteconvocante para la actividad y una muestra de esa dosis de irreverencia quees necesaria en la vida diaria.

Progresivamente las autoridades rectorales y diversas instanciasuniversitarias (Dirección de Relaciones Públicas, Decanato de Extensión,Decanato de Estudios Generales) coincidieron en la iniciativa y se realizó unevento que contó incluso con la asistencia de familiares de nuestro granescritor. En ese momento surgió la idea de dejar constancia de los valiososaportes que los diferentes participantes dieron en esa ocasión, y el Decanatode Estudios Generales propuso que el mejor espacio para tal iniciativa era larevista . El mismo desarrollo de la idea nos llevó a observar que laobra de Miguel Otero Silva era tan importante y variada que podía contartambién con aportes muy interesantes de otros investigadores que, aunqueno estuvieron en MOSX100PRE, han trabajado su obra y merecen serconocidos por nuestra comunidad.

Aquí presentamos una revista que recorre diversos aspectos de laobra de Miguel Otero Silva, una obra variada, con una alta factura literaria y, loque es muy importante, vinculada con su convicción democrática y popular.Este número está dirigido a una juventud inteligente, solidaria, consciente yactiva.

Universalia

Cuando en el Departamento

MOSX100PRE

Rubén Darío JaimesCoordinador del Ciclo Básico

Rubén Darío Jaimes

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La Caricatura y

el Humor

en el Teatro de

Miguel Otero Silva.

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#1

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#1

José Ramón Castillo F.Universidad Nacional Experimental del Táchira

José Ramón Castillo F.

Hablar sobre el teatro de Miguel Otero Silva(1908-1985) requiere un contexto donde lasestructuras del humor y la parodia se dejanaparecer de manera reiterativa, en un ciclosinfín que cuestiona y se cuestiona. Es unestilo que puede transformarse en unaformula de creación literaria, es más, seconvirtió en una manera muy particular deerigir el discurso en una generación deescritores que se vieron seducidos por lalibertad del hilo dramático y la simplicidadde la trama. Todo se ve encaminado a unaprofunda reflexión sobre el humor, desde lacrítica aguda que se transforma y en la formaliteraria emergente de su momentohistórico.

La idea de estudiar la caricaturacomo forma discursiva en el teatro de MiguelOtero Silva, no se basa en una disección delproceso histórico-social en el cual seproduce, sino que, nos acercamos a laincorporación de unas categorías dec reac i ón que es t án basadas enplanteamientos estéticos-literarios que sereiteran en parte de los escritores de laprimera mitad del siglo XX en Venezuela.

En primer lugar, tenemos unescritor polémico, prolífico y renombradocomo es el caso de Miguel Otero Silva,reconocido como un hombre de las letrasvenezo lanas y l a t i noamer i canas ,considerado como el precursor de un estiloperiodístico y literario que combinaba conequilibrio el trabajo de la crónicaperiodística, junto con la experienciapersonal, para transformar los textos enpiezas que cuestionan el establecimiento deinstituciones y de conductas cotidianas querayan en lo absurdo

. (Lovera, 2008)

Si es verdad que OteroSilva dejó una vacante, también nos legó suobra creadora a la cual, generación trasgeneración de venezolanos, seguiráninterrogando cada vez que quieran saberqué somos y cómo somos"

Hablar sobre el teatro de Miguel Otero Silva Para ello, encuentra un granaliciente en la construcción de personajesmarcados por la línea tradicional de un estilocostumbrista. Esta constante en el escritorlleva a una elaboración de discursos un tantoparadójicos que lo hacen incursionar por lanarrativa, la novela, la poesía y el teatro, ésteúltimo el más olvidado y casi negado deestudio en nuestro país. Son contadas lasintervenciones que se hacen sobre estegénero, pero hay que recalcar que laestructura de su dramaturgia, se orienta,como en el resto de su obra, por el realce deuna vena identitaria marcada por eldesenfado en la prosa latente en cada uno desus párrafos. Es decir, estamos frente a laposibilidad de explotación de textos queradican en la confluencia de la crítica y delcuestionamiento.

Desde el año 1940 hasta 1975Miguel Otero Silva se dedica a recopilardiferentes temas en sus piezas teatrales,que atañen a una sociedad en proceso deconstrucción de un espacio urbano, y sedeslastra de una fuerte influencia de lo rural,que apabulló durante toda la historia, en unadicotomía por saber cuáles eran losverdaderos parámetros de la identidadnacional. No es casualidad que las diferentesformas de clasificación de las letras enVenezuela nazcan de manera tardía, -sinolvidar el trabajo de Gonzalo Picón Febres-debido a la escaza o casi nula informaciónque se poseía de los escritores que estabanen el interior del país. Hago esta aclaratoriapara señalar que dentro de este contextoMiguel Otero Silva inicia su carrera comoescritor, estará marcado por la influenciadirecta de un país que aún no ha dejado deser rural y se trasforma macrocefálicamenteen un espacio urbano. Acompañado de laaparición del petróleo y de un proceso demodernización que no pasó por lamodernidad, pero que todavía hoy se siguecuestionando este fenómeno.

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La dramaturgia en Miguel Oteroestá colmada, por las características quetiñen la generación de escritores de laprimera mitad del siglo XX. Se puededesarrollar un primer acercamiento a unteatro que habla sobre la confrontaciónideológica proveniente de Europa y labúsqueda indeterminada de formas socialesde carácter reaccionario, marcado por ladefensa de los derechos ciudadanos encontra de la dictadura de Juan VicenteGómez. De esta inquietud surge un grupoconocido como la Generación del 28, conplanteamientos políticos, sociales yartísticos que atentan contra la estructura deun gobierno autoritario. Como segundopunto de vista se siente una fuerte presiónde escritores Modernistas que están en suapogeo, con miras a reivindicar las letras delcontinente, atribuyéndose a sí mismos lamisión de rescate de tradiciones ycostumbres de un complejo sistema culturalque se intentó desvanecer por la influenciaeurocentrista. El resultado fue, que lograronreconocer y sobrellevar los imaginariospopulares para construir todo un sistema deacciones y de manifiestos que reivindicaronla cultura regional.

Trato de hacer esta reseña paraentender que el teatro de Miguel Otero Silvava a estar marcado por estas corrientes delpensamiento. Una de las principalesinfluencias poéticas que recibe es de AndrésEloy Blanco, en conjunto escriben la obra

(1942), que va aaparecer en el Morrocoy Azul bajo elpseudónimo de 0.3 y Mickey. Para estaforma de construcción literaria se observa:un estilo que combina la tradición dellenguaje coloquial y de modismosvenezolanos, y la comedia en la farsa quecuestiona el período petrolero. De allí, seconstruye el universo deformando y hastaesperpéntico en contra de un sistema deexplotación social y política, donde lascompañías petroleras estaban “arrancandoel oro negro de Venezuela”. (Por supuesto novamos enfatizar en este punto, sólo es amanera de información contextual de lasformas de hacer teatro en la época).

Se desarrolla una etapa de creaciónde Teatro para Leer, que según Alba Barrios(1992) está marcada por una estéticapolítico-humorística de entrada, peroconsidero que estamos frente a un

Venezuela güele a oro

movimiento de teatro muy complejo, por lasmismas características morfológicas deestructura del texto

Se oían los ladridos de los perros,los suspiros del motorista, los bostezos delcolector! Y era una sola sombra larga, y erauna sola sombra larga. El tranvía extendíasus manos como un ciego: por dónde voy,señores, por dónde voy! Las gentes ledecían: levántate y anda; y él se levantó, perono anduvo. Todos le dieron una locha,bajaron y anduvieron, anduvieron,despacito, despacito; y él venía atrás,diciéndoles: Esperadme! Despacio se valejos. Quise subirme a él pero tuve miedo deamar con locura, de abrir mis heridas quesuelen sangran y no obstante toda mi sed deternura, cerrando los ojos, lo dejé pasar… Ytodavía no ha pasado…! (solloza); (salentodos cabizbajos) (Otero, 1942:15)

Se expone la influencia de unteatro que desciende de los sainetes y sobreel cual, Rengifo (1978) nos expresa, que esuna potencial forma de ridiculizar las formascotidianas del orden. Es la caricaturamarcada por la estructura de lo grotesco y loobsceno, empieza de manera solapada, y, amedida que se extiende el texto se descubrela crítica directa. Es parte de la herencia delsiglo XIX, donde la comedia era un atractivopara desarrollar la creación dramatúrgica. Lain f luenc ia de estas formas estádirectamente ligada al Modernismo, porejemplo Don Ramón María del Valle-Incláncon el estilo de un teatro de esperpentos, esdecir, una estética que lleva la carga de lodeformado y lo ridículo, con una riqueza dellenguaje, pero que técnicamente en la formadel texto resulta muy difícil, o casiimposible, de escenificar.

Las didascalias están dirigidasúnica y exclusivamente al lector, para re-crear una imagen como si se tratara de unanovela. Es una estética de lo literario que seacompaña de dos formas en cuanto a estilo:una la literatura como forma de teatro sólopara la lectura y una dosis muy intensa decomicidad para cuestionar personajes,acciones y situaciones.

En , la formadel discurso se dispone a aparecer como launión entre los diferentes actores delproceso petrolero, pero de allí se ve que la

Venezuela güele a oro

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posibilidad de generar este enfoque sedesprende de la unión del discurso tanto delnorteamericano que llega a explotar, comodel venezolano que espera entrar en el juegoy el chino que no hace más que generarvacíos y de allí se desprende en caricatura.

(Chang saca una mesa, la coloca en el centrode la escena y le monta encima un caucho deautomóvil, una camarita, un florero concalcetines colgado, un par de alpargatas conun lazo azul y un vaso de noche concrisantemos)(Otero, 1942:41)

Los exponentes de este estilo sonMiguel Otero, Andrés Eloy y Aquiles Nazoa.Es un híbrido literario entre narrativa, poesíay teatro. Las didascalias nos informan sobrelos aspectos de los personajes de manerapoética, tal y como la estructura de unanovela en desarrollo, de manera que estet e a t r o d e m u e s t r a l a i m p o s i b l erepresentación escénica, pero deja laapertura de una lectura que se descomponeen la caricatura del lenguaje, apoyada de logrotesco, para ir hilando el discursofragmentado. Con un ritmo arrollador quepropone el flashback y detalles minúsculosentre las escenas, permite enriquecer la

construcción de la psiquis de los personajes,para desencadenar en el vacío que genera enel sujeto, y se permite la improvisación y laincoherencia. Es un teatro basado en lalectura de la estética de lo descompuesto delcuerpo literario desmembrado, conpersonaje que se ridiculizan a sí mismos.Caso concreto como el de Romeo y Julieta:

Jerarca: Hasta cuándo, señores, hastacuándo/hemos de soportar vuestrasrencillas,/que en un corral de vacasfuribundas/tienen a nuestra patriaconvertida!/¿No comprendéis que contamaño agite/no pueden trabajar las fuerzasvivas,/ni conciliar su siesta Fedecámaras,/nimantener su fe las camarillas?/Detenedvuestras pugnas insensatas,/ parad vuestrassectarias tremolinas,/o si no perderéisnuestra confianza,/nuestra televisión ynuestra estima./(1976:159).

Incorpora un sinfín de temas alunísono para llamar la atención, con unasingular forma de erradicar la linealidad deltexto, incluso, envía en cada escena unaserie de suposiciones discordes paragenerar el humor. Podríamos decir, se

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presencia la experimentación de estilo quese acerca al sainete por su estructurasencilla y de comedia, pero se amalgama enuna estética de ironía del lenguaje oculto.

Parece el contexto del realismosocial del teatro imperante en el mundodurante la primera mitad del siglo XX,porque se aproxima a un experimento muyprecario del absurdo -sin atreverme a decirque llega allí-, pero trata de mostrar parte deeste estilo y forma discursiva. Muestra unafaceta dentro del teatro en Venezuela, y seatreve a enfrentar las instituciones y lasestructuras del orden de un país que trata deser industrial bajo la premisa de laexplotación petrolera, pero que no alcanza acerrar el ciclo.

Como siguiente punto se nota laconnotación de un planteamiento político.La visión del autor se influencia de losideales de un movimiento obrero ycomunista que se desarrolla con la aparicióndel teatro dialéctico, en esta pieza sedescubre la búsqueda del elemento poéticodel Brechtiano, y que seconvierte en una herramienta recurrente enla obra de Cesar Rengifo igualmente. Porsupuesto, este distanciamiento está volcadoa la desacralización de los personajes que sdespojan de ellos mismos, y se desprendeun nuevo discurso elaborado, desdelaconstrucción de un espacio escénicoabierto de miles de probabilidades, lleva alsujeto de una manera tal, que se desliga delhilo conductual.

Pese a las críticas que se hanlevantado sobre la simplicidad argumentalen el teatro de Otero Silva, se observa quelleva de la mano un racionamiento de lasescenas, juega al teatro representado dentrodel teatro, donde los actores aparecendesmembrando su personaje y son ellos demanera autentica.

Chang.- Yo soy ChangSherlock.- Mentira. Usted no es Chang. (Alpúblico) Señores, ¿ustedes saben quién eseste hombre que amenazaba a Mujiquita conun “desbol”? ¿No adivinan quien queríaponerse en las curvas de Joan Crawford? ¿Elchino Chang? Pues nó! E l chinoCanónico.(Otero, 1942:67)

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distanciamiento

e

Cabe destacar que estas piezaseran publicadas en el Morrocoy Azul, de allíla posibilidad de encontrar escritoresdedicados al teatro para leer. De MiguelOtero Silva encontramos obras como Sansóny Dalila (luego Aquiles Nazoa realizaría deigual manera su versión), Adán y Eva en elparaíso, El Bolívar de Emil Ludwing, El jalarde los jalares, Romeo y Julieta y La recepciónde Nereo Pacheco o se descubre el asesinode Don Juancho (Barrios, 1992:111).

El discurso de la caricatura en laobra teatral de Miguel Otero Silva estánmarcados por la distracción que generan lasdidascalias y el distanciamiento, es decir, lafragmentación del texto, de manera que lamorfología intenta ser indescifrable, paradesembocar en la disparidad. Trata debuscar la linealidad en un juego de palabrasy de situaciones que pueden ser recurrentes,el texto se deja manipular y genera el caosdentro de la estructura del sujeto.

Es un estilo que se propaga ennuestra literatura durante este periodo del40 al 50 y por ello, el teatro para leer seedifica como una manera alterna decombinar la poesía, el sarcasmo y el humor.Se reconoce la labor del Morrocoy Azul comovía para su difusión, la premisa sobre la quese mueve la estructura estética de lo que sepublicaba estaba marcada por la simplicidaddel humor, pero éste se transforma en unaherramienta, que permite descubrir unacreación literaria compleja y de múltiplesentradas de interpretación. Para corroboraresta afirmación el teatro de Miguel OteroSilva se basa en el sainete, y finaliza siendouna farsa incorporando la ironía, que sedesprende del orden y de los contextos enlos que se desarrolla.

En último lugar vemos que lacaricatura reaparece en un recodo de suproducción dramatúrgica al explorar en laparodia de las obras más representativas dela cultura occidental, como por ejemploShakespeare, desafiando por completo elcanon, punto en el que se va a afincarAquiles Nazoa.

Para estos dramaturgos laestructura dramática se basa en laconstrucción del imaginario popular, con lainteracción de un esti lo l i terariofundamentado en la farsa, la parodia y elhumor político y cotidiano.

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Referencias bibliográficas:

Barrios A y otros (1997) Dramaturgia Venezolanadel siglo XX. Caracas: Centro Venezolano del ITI-UNESCO.

Blanco, A.E. y M. Otero Silva (1942) Venezuela güelea oro. Caracas: Cooperativa de Artes Gráficas.

Chesney L., L (2000). 50 años de teatro venezolano.Comisión de Estudios de Postgrado, Facultad deHumanidades y Educación. Caracas: UniversidadCentral de Venezuela.

Lovera, R. (2008). Foro sobre centenario de MiguelOtero Silva. Diario El Nacional. 16 de octubre 2008.

Otero, M. (1976) Obra Humorística Completa.Barcelona: Seix Barral.

Rengifo, C. (1978) Literatura dramática de AquilesNazoa. En: Aquiles Nazoa. Obras Completas.Volumen I. Tomo I. Caracas: Universidad Central deVenezuela. Caracas.

Referencias bibliográficas:

Considero que Miguel Otero Silva es uno de los precursores de la dramaturgiahumorística en Venezuela, guardando la diferencia con los padres del teatro histórico y elteatro social, pero está en concordancia en la generación que trata de desacralizar lasinstituciones para propiciar un espacio de crítica.

En definitiva, su participación como dramaturgo propone un juego entre deslastrarsede lo histórico y aproximarse a una poética de lo grotesco para dar paso a lo caricaturesco.

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#2

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Victorino en elcine venezolano

Álvaro Martín NavarroUniversidad Pedagógica Experimental Libertador

Instituto Pedagógico de Caracas

Álvaro Martín Navarro

El estar solo en el cine generando encuentros de discursos y valores, observando lasencarnaciones en los discursos-personaje, será una particularidad que permite al cinecontrastar y proponer realidades “fuera” de los discursos oficiales e institucionales. Paraobservar esto podemos realizar un ejercicio hermenéutico a partir de un producto culturalparticular. En este caso podemos tomar en principio y someramente la obra literaria que nacede la mano de Miguel Otero Silva: (1970), pero nos quedaremoscon su representación fílmica del mismo título y dirigida por Mauricio Walerstein en 1973.Pensamos que estas obras lograron concretar en el imaginario venezolano lasparticularidades míticas que conforman los “servenezolano”. Estos discursos de identidad satisfacen las contingencias que vivió Venezueladurante los años setenta, ochenta y parte de los noventa, pero en la actualidad pensamos queestas clasificaciones y códigos están “gastados”, usados cuando queremos repensar nuestraidentidad, o repensarla desde una pero la idea más que entrar en un debateteórico acerca de la identidad es mostrar trazos de esa posible clasificación y estructuraciónmítica.

Los tres discursos de clase propuestos por Otero Silva son resumidos por cada uno delos personajes literarios principales, son visiones, y comportamientos propiosderivados por las clases sociales en las que participan. Asimismo los discursos que esgrimecada personaje son predeterminados y sustentados por las instituciones de podereconómico/político/social que los determinan. Estos discursos no sólo prefiguraron unaforma de pensarnos sino que la institucionalizó, creando parérgones o marcos que handelineado los discursos de los tres Victorino sin posibilidad de leer, durante mucho tiempo“otra propuesta”.

A partir del film (1973) dirigido por Mauricio Walerstein,se observa un desplazamiento lineal, unos procesos de desterritorialización yreterritorialización, así como encarnación y encuentros de valores y criterios. Allí los tresVictorino serán encarnados y conformarán los lenguajes, visiones e imágenes de la clase altaVictorino Peralta, media Victorino Perdomo y baja Victorino Pérez de nuestra sociedad,predeterminándola desde entonces a través de códigos y mitos como Victorino Pérez siempreserá negro o moreno, sin educación y destinado a ser malandro; o Victorino Perdomo seráidealista, torpe, inseguro y fácil de sacar de casillas; o Victorino Peralta, hábil, “vivo”, exitoso ysin escrúpulos. Estas son “las herencias” que hemos tenido para identificarnos ,una torpe herencia que cierra nuestras posibilidades de comprensión y concreción de lo quesomos, y especialmente en las posibilidades de entendernos.

Cuando quiero llorar no lloro,

discursos identidad clasista que conformó el

identidad cultural,

identidades

Cuando quiero llorar no lloro

grosso modo

El estar solo en el cine generando encuentros de discursos y valores

Cuando quiero llorar no lloro,

discursos identidad clasista que conformó el

identidad cultural,

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Si bien las obras cinematográficasencarnan los lenguajes por medio de lospersonajes, la imagen del personaje sesobrepone a su discurso, por lo que lasimágenes de las personas pertenecientes acada estrato social predetermina el discursode identidad en sí, por lo que si pensamos quelas que realizó Otero Silvahan sido calcadas y repetidas una y otra vezpor el cine, tenemos, como diría, Sartre(1), lanecesidad de ejecutar saber, porque para elautor francés, las palabras son el soporte delsaber y la imagen queda como la ejecución deese saber. Dentro de esta argumentación lapuesta de escena de ese saber de la obra deOtero Silva construyó una ejecución en el cinede ese saber, un saber sectorializado por lasclases sociales, y que se han repetido hastaentrado el siglo XXI. ¿Pero se sostiene?,¿podemos preguntarnos que al noidentificarse el “sujeto venezolano” conninguna clase social, sus discursos entran enuna catástrofe?, ¿o pensar la opción dereordenar nuestra identidad no desde unapredeterminación social/económica/políticasino desde posibilidades, valores éticos,estéticos, gnoseológicos, críticos, nos hará unsujeto “menos venezolanos”, pero con una

que nos permita vernosdesde una perspectiva más humana, máscompleta, más global?

imágenes literarias

otras

identidad cultural

imágenes encarnadas sus discursos

Sicario, Huelepega, SecuestroExpress,

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hacen reproducciones literales dela construcción del sujeto venezolanodesarrollado por las diferenciación declases, inhibiéndole desarrollos de discursos,alternativas por ejemplo el de los valoreséticos, para engranar identidad cultural oencuentros con valores distintos para laconstrucción de un “ser venezolano”cruzado por los procesos contingentessociales-económicas de la sociedadvenezolana.

Para tratar de ver someramente lasconsecuencias de estas preguntas,podríamos pensar la función de ciertas

yrealizadas por actores prototipos comoOrlando Zarramera, Pedro Lander, FranklinVirgüez, en la encarnación de VictorinoPérez: de origen humilde, sin padre, criadospor una madre pusilánime, “destinados a sermalandros”, y cómo él predeterminará uncalco que se mantiene hasta en películascomo y

aunque pensamos que en estaúltima película el calco comienza adistorsionarse Igualmente observamoscomo el calco para Victorino Peralta yVictorino Perdomo. Ahora bien muchospersonajes han sido interpretadosforzosamente y encasillados en laclasificación de ser algún Victorino, en esamedida

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identidad cultural

Soy undelincuente, Graduación de un delincuente,Cangrejo I,

promesa

manejan los discursos de identidadcultural

Por eso nuestra búsqueda se centraen encontrar el cuarto Victorino o una

, esto es, su(s) discurso(s)y encarnaciones dentro de quehacercultural, ético, estético, gnoseológico.Vemos los cruces de los Victorino y susrespectivas encarnaciones, observamos aVictorino Pérez encarnado por OrlandoZarramera, Pedro Lander, o FranklinVirgüez, en películas como

junto a los discursos e imágenesde Victorino Perdomo y Victorino Pérezencarnados por actores como MiguelángelLanda, Orlando Urdaneta, Daniel Alvarado,Asdrúbal Meléndez. Esto actores hanintercambiado los distintos discurso de esosd o s V i c t o r i n o , e l l o s h a n s i d o“encarnadores”, “imágenes” de las diversasmetamorfosis de las imágenes literarias deesos dos personajes, es decir, han sidoquizás los actores del cine venezolano quehan logrado una mayor reterritorializacióndel “ser venezolano”.

Estos intérpretes han hecho, eninnumerables películas, una deidentidad del venezolano, que ha sidosimplificada en ser algún Victorino, pero quéocurrirá si “leemos” con otras estrategiassus discursos, sus identidades, suspromesas, del “ser venezolano” comopostula un “sujeto crítico”. Tampocodebemos perder de perspectiva que estosartistas han trabajado con los másimportantes cineastas venezolanos, lo quenos lleva a pensar que sus imágenesencarnadas son el resultados de propuestasestéticas, éticas, gnoseológicas, tanto de losdirectores como de la sociedad que tratan dedescribir, por lo que influyen directamenteen la conformación del imaginariovenezolano.

Trataremos de mostrar lasmetamorfosis en los diversos Victorinos quese han encarnado, pero teniendo en cuentacómo

en cada representación y cómotratan estratégicamente de leer otrosdiscursos de identidad que no estáncercados por la herencia de los tresVictorino, ni por la sobredeterminacionesculturales del sujeto venezolano. Asítenemos por ejemplo que Victorino Pérezsiempre muere, por ser malo, malandro,tramposo, feo y negro, pero que en

las película los VictorinoPérez Budú y Nigga , salen exitosos y elVictorino Peralta Jean Paul Leroux esasesinado, su padre no lo ayuda y develatoda una cantidad de “antivalores” quepermite un rechazo del discurso de laspersonas de clase alta, mientras el VictorinoPerdomo, sigue siendo el idealista,romántico y soñador que presentaba yaOrlando Urdaneta en la obra prima deWalerstein, pero que en la de Jakubowicz,interpretado por Carlos Molina Treceintroduce unas reterritorializaciones entrelas diversas esferas de lo buenos y lo malo,de lo feo de lo bello, del bien y del mal,saliendo de un mero ambiente de clasemedia acomodada.

Pensamos que es necesaria estasrelecturas de la identidad, y especialmentepropulsar una nuevas recodificaciones de loque podemos llamar parapoder estudiar los cambios y resultados quese realizan desde el cine para explicar lossíntomas de la sociedad latinoamericana, deahí que la investigación busque un capítulop a r a r e f l e x i o n a r d e s d e e l c i n elatinoamericano y cómo la propuesta de

engranaría. De laspropuestas que se verán y fundamentarán alo largo de la investigación, lasdesplazaremos para acercaremos al cinelatinoamericano a través de autores como elecuatoriano Sebastián Cordero, director de

; del mexicanoGonzález Iñárritu director de ;de la argentina Lucrecia Martel, directora de

del colombiano, VíctorGaviria, director de ode los uruguayos Rebella y Stoll conQuedando por lo tanto la posibilidad de unaarista de integración de una

que separe lasfrontera de las identidades clasista onacional ista que han sido dadasposiblemente por una cultura económicamás que ética, estética, gnoseológica.

(1) Esta propuesta la rescatamos de Sartre,especialmente en su análisis de la<naturaleza del analogón en la imagenmental> en su libro

secuestro express,

identidad cultural,

identidad cultural

Ratas, ratones, raterosAmores perros

La niña santa,Rodrigo D. No futuro,

25 watts.

identidadcultural latinoamericana

Lo imaginario.

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“de acosados, por encima del filo del machetede nuestros perseguidores que en todoinstante lo vemos a milímetros de nuestrasnucas, por encima de nuestros pieshinchados y de nuestros trajes hechosjirones y de nuestras barbas crecidas y denuestro sudor mugriento, salta un chiste,una risotada, una burla, una copla. Heamado siempre esa valiente alegría delpueblo venezolano. Recuerdo que uncompañero un i ve r s i t a r i o Sa ldañanaturalmente- atribuía la risa fácil a cinismo,la chacota a impotencia servil y ambas cosasa castrada indolencia. Se equivocaba. Estagente ríe en el dolor, ríe en el sacrificio, ríe enla rebeldía, ríe en la victoria. He oído decirque Andalucía es un país alegre; tal vez delos abuelos andaluces, nos venga laherencia. Lo que ignoro es si los andaluces,como los hombres de este pueblo, mantieneincólume la gracia en sus horas más trágicas.

Por encima de nuestro sobresalto

“El camión amarillento

(Miguel Otero Silva, Fiebre)

, dieciséisestudiantes, doce soldados, un capitán deuniforme y un coronel tuerto vestido de civil,siguió por el camino de los llanos, dandotumbos entre los baches, levantandonubarrones de polvo reseco y caliente. EnOrtiz quedó su huella perdurando largashoras. En la bodega de Epifanio, en la casaparroquial, en el patio de las Villena, en laescuela de la señorita Berenice, en la JefaturaCivil, no se habló de otra cosa durante todoel día.(…)

-Dios mismo los acompañerespondió el padre Pernía, preocupado-. Porel camino que se fueron no queda sinoPalenque, que es la muerte.

¿La muerte? Ése era el tema, lamuerte. De los trabajos forzados dePalenque, moridero de delincuentes,regresaban muy pocos. Y esos pocos quelograban volver eran sombras desteñidas,esqueletos vagabundos con la muertecaminando por dentro.”

(Miguel Otero Silva, Casas muertas)

Por encima de nuestro sobresalto

“El camión amarillento

FRAGMENTOS

FRAGMENTOS

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Lic. Yanira Yánez DelgadoUniversidad Pedagógica Experimental Libertador

Instituto Pedagógico de Caracas

Lic. Yanira Yánez Delgado

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Lo

leo,

no loleo:

Esbozo bien intencionado de algunas razonespara leer a Miguel Otero Silva

Pensar en un artículo acerca de Miguel Otero Silva para una publicación orientada a losestudiantes de la USB trae a mi mente varias preguntas: ¿Por qué leer a Miguel Otero? Y más aún,¿para qué convencer a los jóvenes que sigue siendo pertinente leer a este autor? Por allá, en loscasi prehistóricos años 70, recuerdo haber escuchado frecuentemente el nombre de MiguelOtero Silva en las reuniones dominicales en casa de mi abuela: Que si ya la leíste, que mejor mela compro porque tú tardas mucho, que si mi parte favorita es cuando, que si a mí me gustó másla anterior… Mis tíos, para entonces veinteañeros, habían hecho de las novelas del barcelonés(de aquí, de Anzoátegui) una especie de manual para decodificar la violenta realidad venezolanade entonces, y , publicada en 1970, era lectura obligada paraquienes se buscaban entre sus páginas, leídas como la crónica de aquella Venezuela queoscilaba entre el dinero fácil, la nunca tan de moda ideología de izquierda y el desencanto. Esosfueron los años en que no leí a Miguel Otero.

Fue mucho más tarde, ya en la Escuela de Letras de la UCAB, cuando me acerqué a ununiverso novelesco que, desde mi veinteañera mirada, hacía aún más indolente la impavidez delos años 80 y peor aún, la de mi querida casa de estudio donde, y no exagero, pasaba poco o casinada (ahora sí pasa). , , y

, leídas, podría decirse, de un tirón, fueron todo un descubrimiento y más aún,fueron descubrimiento de un país que unos ratos no entendía y otros me disgustaba mucho.Pero pongámoslo de este modo: Los 70 y los 80 otra época. Los afro, los jeansacampanados, los zapatos de plataforma, la alternabilidad de adecos y copeyanos en el poder,los líos en el Fermín Toro, en el Andrés Bello y en Ezpelosín, la muchachera inquieta de laCentral… ya todo es cosa del pasado, ¿cierto? Y lo de la guerrilla urbana, la corrupciónadministrativa, los escandalosos donativos a otros países, el riesgo de la autonomíauniversitaria, ¿todo eso no es historia? ¿Leer entonces a Otero Silva no significaría quedarnoscon una interpretación de un país que no es el nuestro? ¿O será (qué susto) que las claves deinterpretación siguen siendo válidas porque la historia (como lo dijo la sabia anciana deMacondo) se repite una y otra vez? Si es así, resulta que el hombre, además de un excelente

Cuando quiero llorar no lloro

Fiebre Casas muertas La muerte de Honorio, Oficina N°1 Cuando quierollorar no lloro

elson

Pensar en un artículo acerca de Miguel Otero Silva

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contador de historias, nos resultó una especie de nigromante capaz dehacer saltar los mecanismos de un país insólito, cuya cotidianidad, comotantas veces he escuchado últimamente, supera con creces la másaventurada de las ficciones.

Este último año escolar, y a propósito del centenario delnacimiento de Miguel Otero Silva, he releído algunos de los textos queaños atrás fueron lecturas obligatorias para mis alumnos de bachillerato.En algún momento, y por razones que para entonces debieron habertenido inconmensurable peso, este novelista salió de las listas de librosde mis estudiantes. Hoy, siguiendo los pasos de una buena confesión,previo el examen de conciencia y comprometida a enmendar mi falta,reconozco que hay que incluirlo de nuevo. Y en la universidad, porsupuesto, también. Me he reencontrado con un autor que, como pocos,permite entender qué nos pasó y hasta qué nos está pasando, lo que noes poco decir.

En vuelo rasante sobre la obra narrativa de Otero Silva, nosencontramos con , su primera novela publicada en 1940, a suregreso a Venezuela tras su segundo exilio político. Allí nos cuentaacerca de las persecuciones que, durante el régimen gomecista,padecieron él y sus compañeros de la Generación del 28, de la que habíasido miembro. Para entonces las ideas estaban de más. La reflexión y losintentos de cambio de una sociedad reprimida y atrasada, también. En

sólo eso encontramos: Un puñado de jóvenes librepensadores endefensa de su voz, de su espacio político, del mejor país que se creíancapaces de construir. Los viejos dicen que hay que conocer el pasadopara no repetir los errores, pero aquella era otra Venezuela, ¿acaso hoy laConstitución no nos asegura los derechos que los jóvenes del 28 notenían?

En 1955, tras haberse separado del Partido Comunista deVenezuela, y con esto de la actividad política, publica . Éstaes una de sus novelas que más me conmueven, no por la triste historia deamor de los protagonistas, ni por las infructuosas luchas políticas, sinopor la frustración de sus personajes. Aquí nos cuentan la muerte delpueblo de Ortiz, y el gesto de quienes se aferran a la vida. Es la dignidadque se resiste a perderse en circunstancias adversas, extrañas, ajenas; enOrtiz quedan la mística de la maestra del pueblo, la grandeza de espíritudel masón solidario… Las suyas son unas vidas condenadas a la miseria ya la muerte, frustradas pero combatientes. Sin embargo, sólo esposible´escapar a la destrucción alejándose del pueblomoribundo, comolo hace Carmen Rosa con su madre y sus pocas pertenencias a cuestas,para probar suerte en otra novela, , de 1961. Los habitantesde las casas muertas que dejaron a su paso el paludismo y elpetrolero se lanzan en esta obra en un recorrido hacia ninguna parte. Hayque fundar lo que no existe: la ciudad en el límite del campo petrolero, elpaís con el nuevo modelo económico que el recientemente explotadorecurso impone. Pero estas fundaciones no dejan fuera la soledad, lamiseria y el desamparo de los hombres, ni el olvido al que los condena ungobierno casi inexistente. En medio de una cambiante realidad, de unvertiginoso proceso neocolonialista, sólo pueden asirse a lo poco que lesqueda de identidad; así pues todos participan tristemente en una luchasin tregua, pero paradójicamente no pierden la esperanza. Encontramosun puñado de personajes decididos a dar su último aliento por aquello enlo que creen, o a arriesgarse en nuevos derroteros, en ; o a

Fiebre

Fiebre

Casas muertas

Oficina N°1boom

Casas muertas

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quienes quieren construir lo que no existedesde el yerro y la improvisación, en

. Pero en ambos casos la esperanza noles es arrebatada ni siquiera por laadversidad. Esto las hace a la vezabsolutamente venezolanas, perodefinitivamente universales.

Entre la publicación de estasnovelas, en el año de1958, Miguel OteroSilva publica , dondenos presenta la cruenta situación a la queson sometidos cinco presos políticos de ladictadura de Marcos Pérez Jiménez. Noexiste aquí rastro de derechos humanos; ladignidad del que piensa diferente es anuladaen medio de torturas físicas y psicológicas.Med ian te una técn i ca más b iencinematográfica, estos personajes,representantes de los miles que corrieron lamisma suerte (el Capitán, el periodista, elMédico, el Tenedor de Libros y el Barbero)nos presentan su mundo interior,profundamente humano, sus puntos devista, sus historias. Pero las vejaciones de lapolicía política del régimen no desdibuja laesperanza, y así surge la imagen de Honorio,el hijo del Barbero. De los cinco personajes,éste es el único que está preso “por hablarpistoladas” y no por ser combatiente ni portener ideología alguna. Honorio es suestandarte, lo único que lo acerca a suscompañeros de celda. El niño terminaconvirtiéndose en el hijo de todos, en elsímbolo de la libertad y el tiempo nuevo en elque todas las ideas puedan tener cabida.

Una buena razón para leer estanovela es averiguar por qué se llama así, enespecial porque la muerte y la libertad tienenuna especial manera de relacionarse,cuando lo hacen… Otro motivo pudiera seraquello de que la peor de las democracias essiempre preferible a la mejor de lasdictaduras, como tantas veces se haescuchado últimamente, y en esta novela ladictadura de Pérez Jiménez se nos muestracon toda su fiereza e intolerancia. Unaprendizaje para que aquello no se repita, opara saber qué hacer si a alguien se leocurre, en fin. Pero sin duda alguna la mejorde las razones es que está, definitivamente,muy bien escrita.

OficinaN°1

La muerte de Honorio

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En OteroSilva incorpora la experimentaciónpropia de las nuevas tendenciasliterarias: extraordinarios monólogosque dan cuenta de lo padecido por estoshombres a quienes se les arrebató unode los más esenciales derechos, el de lalibertad de pensamiento. Y alternandocon estas voces, en negritas y entreparéntesis, aquello que no dijeron, suspensamientos más íntimos, otraperspectiva de las mismas historias. Esen su siguiente novela,

de 1970, donde el estilodel narrador, así como la percepción dela realidad venezolana, se lanza por másdefinitivos derroteros. Es la decantaciónde su técnica literaria, que se muestraaquí transformada, más madura ypersonal.

La historia, o mejor dicho, lashistorias de

están precedidas por un relato que,al parecer, poco o nada tiene que ver conl o q u e s i g u e , t a n u r b a n o ,caraqueñísimo. Sólo el destino trágicoparece vincularlas (tal vez haya más,habría que leerla). Esta novela, escrita ypublicada en el marco del quesacudió la literatura latinoamericanaentre los 60 y los 70, nos trae la historiade tres caraqueños con idénticonombre, pertenecientes a tres clasessociales diferentes: Victorino Pérez,pobre hasta el hambre y la miseria,malandro por decisión y convicción, oquizá porque no había más opciones.Victorino Perdomo, de clase media, hijode comunista, activista político yguerrillero urbano, representante deuna clase social que aún cree en algunautopía posible. Victorino Peralta,oligarca de rancio abolengo, frívolo eirresponsable, ajeno a cuanto pudieseacontecer más allá de su cerradogrupúsculo de amigos, la mujer que

La muerte de Honorio

Cuando quierollorar no lloro,

Cuando quiero llorar nolloro

boom

legusta o el Maserati último modelo que lolleva a la tumba. Los cuatro nacen elmismo día y encuentran una muerteviolenta en la misma fecha del año1966. Sus madres se cruzan en elcementerio donde los tres sonenterrados, sin mirarse apenas, sinsaber que comparten el mismo duelo.

Pero, ¿qué une a estos tresjóvenes caraqueños? Decir que el mismodestino trágico sería, después depresentar el argumento, bastanteelemental. Tal vez lo más terrible de sushistorias es la incapacidad paraentender el país que les tocó. SóloVictorino Perdomo se aproxima a sum o m e n t o h i s t ó r i c o , p e r o l aefervescencia de sus ideas comunistaslo lanzan al viaje sin retorno de laviolencia: es asesinado por la policía enel asalto a un banco. Se ha dicho que

es unametáfora del país, o una reinvención delmismo. En estos tiempos es tal vez lacrónica de lo que no debió ser, lallamada de alerta para construir sobre loque tenemos y con lo que nos queda unasociedad más amplia, en la que el otrocualquiera que éste sea- exista, tomecuerpo y deje de parecer aquella lejanareferencia que o niego o rechazo.

Dos novelas más conforman elhaber literario de Miguel Otero Silva:

,de 1975, donde el narrador se sumergeen la historia del personaje y susimplicaciones para Venezuela, y

, en la que narra lahistoria de Jesús de Nazaret y surepercusión en la vida de quienes loconocieron.

Servido está. Te toca a ti,estimado lector, decidir si vas o no aacercarte a la obra narrativa de estevenezolano que, a los cien años de sunacimiento, nos sigue haciendoreflexionar acerca de quiénes somos, oqué hicimos (o hicieron), o qué hacemosahora (sí, nosotros). Un dejo deconfianza se impone, y sé qué más deuno revisará la biblioteca de su casa aver qué encuentra... Es que si de algoestoy orgullosa en este momento es denuestros jóvenes universitarios,críticos, activos, brillantes, amantes dela paz, amplios, respetuosos de lasideas de quienes piensan distinto.Parecidos a Miguel Otero Silva, quécosas.

Cuando quiero llorar no lloro

Lope de Aguirre, príncipe de la libertad

Lapiedra que era Cristo

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La oposicióntorturada:

en lamuerte deVenezuela

HonorioVioleta Rojo

Universidad Simón BolívarVioleta Rojo

En sus primeras novelas, Miguel Otero Silva quiso hacer un gran fresco sobre laVenezuela del siglo XX: la dictadura de Juan Vicente Gómez en , la muerte del campo en

, el boom petrolero en , la guerrilla y la delincuencia de los años 70en . A le corresponde la “infame dictadurade Pérez Jiménez”, como la califica el propio Otero.

es, como novela, la menos lograda de Otero Silva, sin embargo,hay que reconocerle otros méritos, algunos extraliterarios. Es de las muy pocas novelasvenezolanas que se concentran en el caso de las torturas a los políticos adversos a PérezJiménez y, además, muestra la fea cara de la represión política de un período que desde haceun tiempo no es muy mencionado y cuyos aspectos más oscuros han pasado a un relativoolvido. En LMH muestran, a partir de las historias de cinco personajes torturados yencarcelados, que debajo del país aparentemente próspero, progresista, industrializado,seguro y feliz, existía otra nación escondida y sufriente (Concepción, 1997). Pero además, esun justo homenaje y recordatorio de tantas y tantos perseguidos, maltratados, encarceladosque lograron que durante 40 años viviéramos en democracia. Entre otros, Pompeyo Márquez,que bajo su nombre de clandestinidad, Santos Yorme, es un héroe de la resistencia que lospresos protegen por su importancia en la lucha contra la dictadura. Márquez, aún hoy a sus 86años, sigue activo políticamente, por supuesto en la oposición.

FiebreCasas muertas Oficina N° 1

Cuando quiero llorar no lloro La muerte de Honorio

La muerte de Honorio

En sus primeras novelas

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Otero Silva consideraba el periodismo, la política y la denuncia piedras angulares desu función ciudadana, que quería expresar por medio de la literatura. Por lo tanto sus primerascinco novelas funcionan como un retrato de los momentos más duros políticamente, aquellosen los que la libertad y la vida se ven amenazados por el gobierno de turno. Momentos éstos,que para MOS son todos, ya que pensaba que somos un paísque no habla sino discursos políticos, que no sueña sino pesadillas políticas, que seemborracha con el propósito exclusivo de gritar improperios políticos en medio de la calle,que no ha tenido oportunidad de industrializarse, ni de higienizarse, ni de educarse, por estardiscutiendo pendejadas políticas (Otero Silva, 1963, 65)

Si bien es evidente que todas las novelas de MOS son fruto de una ampliainvestigación, es aquella en la que hizo más hincapié en el rigor testimonial de supreparación. Él pidió a los partidos de la oposición que le dieran los nombres de aquellos desus militantes que hubieran sido presos y torturados y los entrevistó sobre estas experiencias.

De los personajes de la novela, corresponde Eduardo Gallegos Mancera(1915-1989), gran amigo de Otero Silva. Gallegos Mancera, era médico y comunista, salióexilado a partir del golpe a Rómulo Gallegos, volvió a Venezuela para trabajar en laclandestinidad y fue encarcelado en Ciudad Bolívar durante cuatro años. Por las torturassufridas (recogidas fielmente en la novela) perdió un tímpano y la visión del ojo derecho.

LMH

El Médico

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El Tenedor de libros

El periodista

El capitánEl capitán

El capitán

LMH Pacto de Punto Fijo(1)

LMH

LMH

La muerte deHonorio,

es Salom Mesa Espinoza (1919-1991) dirigentesindical y luego político, además de tenedor de libros. Estuvo en AcciónDemocrática hasta la división de 1967, cuando pasó a formar parte del MEP. Talcomo el personaje de la novela, fue uno de los que rescató a Alberto Carnevali.Detenido por la Seguridad Nacional, fue llevado a la Cárcel Modelo de Caracas,luego a la Penitenciaría de San Juan de los Morros y al final a la Cárcel de CiudadBolívar.

es una mezcla de dos personajes. Uno es Luis Miquilena(1919-), sindicalista y político que ha dado un amplísimo paseo por muchastendencias: apoyó a Medina Angarita, luego formó parte del Partido Comunistade Venezuela, después fundó el PRP (Partido Revolucionario del Proletariado),de breve vida; más tarde participó en URD y luego de un largo período dedicadoa sus prósperos negocios, participa muy activamente en el MVR, al que tambiénabandona con el tiempo. Miquilena no era periodista, de manera que elpersonaje es completado con el oficio y las vivencias del propio Otero Silva.

pudo ser tomado del sub-teniente Lucio Bruni Celli y delcapitán Martín Márquez Añez. Debo hacer notar que el personaje dees el único no torturado en la novela, aunque según testimonios de la época,Bruni Celli sufrió mucho durante su prisión. El que no sea torturado ylos civiles sí, es una manera de enfatizar el carácter militarista de aquelladictadura, que consideraba a los civiles como escoria.

Supongo que lo que Otero Silva quería lograr en esta novela, comoparte de su “deber político” (Pacheco, 1993, 30) era una visión completa sobrelas diferentes tendencias democráticas que se oponían a la dictadura. De ciertamanera, funciona en literatura como un equivalente del

. Si en éste los representantes eran de AD, Copei y URD, los que secomprometían a unirse en pro del país, en son los personajes querepresentan a AD, URD y PCV los que se unen en sus desdichas, poniendo “demanifiesto lo estéril de las luchas que los opusieron anteriormente. La cárcel y latortura los nivela ahora” (Liscano, 1973, 76-77).

No quiero terminar con tanta tristeza, así que prefiero contar de lacensura en España a , hecho que muestra lo poderosa que puede llegar a seruna novela. Esta novela fue censurada durante trece años, no permitiéndose niexportarla ni distribuirla en España, país donde vivía Pérez Jiménez cobijado porFranco. A pesar de las protestas diplomáticas y en la prensa extranjera, la novelasiguió prohibida hasta 1976. Entre los argumentos para no permitir sudistribución estaba que “…se presenta a los rebeldes revolucionarios comopuros idealistas dispuestos a dar su vida por una causa justa” (ConcepciónLorenzo, 1997, 207, n. 13)

Me imagino la sonrisa de MOS al leer que los censuradoresconsideraban a sus personajes puros idealistas, que dan la vida por una causajusta y que son sometidos a despiadados suplicios, lo que la convierte en unaobra de claro matiz subversivo. No hay mejor descripción de

de cómo puede ser percibida y de su importancia como recordatorio delo pernicioso que resulta un militar en el poder.

(1) En este notable acuerdo, los representantes de tres partidos políticos secomprometían a respetar la institucionalidad, los resultados electorales y aformar un gobierno de coalición. En suma, era un pacto de gobernabilidaddemocrática.

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BIBLIOGRAFÍA

Concepción Lorenzo, Nieves María (1997). Tesis doctoral. Universidad de la Laguna, España.

Publicada con el mismo título en Caracas: Memorias de Altagracia, 2001.

Liscano, Juan (1973) . Caracas:Publicaciones Españolas.

Martínez, Argenis (2006) . Caracas: Biblioteca BiográficaVenezolana.

Mesa, Salom (1978) . Valencia: Vadell hermanos.

Otero Silva, Miguel (1963) . Buenos Aires: Losada.

Pacheco, Carlos (1993) “Del realismo testimonial a la novela histórica: trayectorianarrativa de Miguel Otero Silva”. En: Gerendas, Judit (comp)

. Mérida: Mucuglifo.

La fabulación de la realidad en lanarrativa de Miguel Otero Silva

Panorama de la literatura venezolana actual

Miguel Otero Silva

Por un caballo y una mujer

La muerte de Honorio

Aproximaciones a laobra de Miguel Otero Silva

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Ni tancelestiales…

Isabel Rodríguez Barradas de VeracoecheaDepto. de Lengua y Literatura

Isabel Rodríguez Barradas de Veracoechea

En 1963 se publica un texto que suscitó un monumental escándalo, LasCelestiales. La razón para eso era que de modo irreverente se tocaba lo religioso.Su autor era un jesuita vasco, Iñaqui de Errandonea, al igual que su ilustrador,Joseba de Escucarreta. Poco después, se descubría que también los autores eranparte de la parodia, nadie sabía quiénes eran aquellos personajes.

En palabras del propio Otero Silva:

Lo que nunca previmos fue el escándalo, el esquiliano vendavalde maldiciones, el catoniano desgarramiento de vestiduras quela aparición de habría de desatar en la muyvolteriana y epigramática ciudad de Santiago de León deCaracas, famosa desde la Colonia por su propensión a lachirigota, a la coprolalia y al desacato.La grande y la pequeña prensa orquestaron el aquelarre (…) Undiputado descendiente de conservadores devotos y otrodiputado nieto de liberales librepensadores acallaron susdivergencias decimonónicas para reclamar al unísono que laobra fuera incinerada pública e inquisitoriamente. El PoderEjecutivo ordenó la inmediata confiscación de la edición ydecretó multas de diez mil bolívares* contra los libreros queosaran poner en venta el execrado florilegio (MOS: 1974).

Las Celestiales

En 1963 se publica un texto que suscitó un monumental escándalo,

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El libro desapareció, el que lo tenía, lo escondió, los libreros lo vendieron a losamigos y su comercialización fue prácticamente subversiva, a hurtadillas, así se convirtióen una publicación muy codiciada, justamente por su carácter prohibido.

Por supuesto, tampoco pudo faltar la voz de la Iglesia en la persona de JoséHumberto Cardenal Quintero:

Ha empezado a circular en esta capital un libro de pocas páginas,editado a todo lujo en gran formato, titulado ,compuesto de coplas que se pretende hacer pasar como pertenecientesal folklore venezolano, acompañadas de caricaturas. Las coplascontienen conceptos de una repugnante salacidad, expresados con laspalabras más soeces. Las caricaturas no pueden ser más irreverentes. Ylas notas que en tipos muy pequeños se han puesto al pie de cadapágina son un cúmulo de falsedades. Con el fin de engañar a losincautos se atribuye el prólogo, la compilación y las notas a unsacerdote jesuita. El libro todo es una colección de blasfemias. Comohasta el presente la blasfemia jamás ha manchado ni la mente ni loslabios de nuestro pueblo, se le infiere a éste una gravísima injuria alatreverse a decir que son de su folklore tamañas bajezas.

* Esos sí eran bolívares fuertes, el cambio por dólar era de Bs. 4,30.

Personalmente, no puedo creer que a monseñor no se le haya dibujado unasonrisa leyendo los versos. El tono de reprimenda circunspecta es lo que proyecta en suspalabras, pero, con su venia, están muy distantes sus afirmaciones de las característicasde la devoción popular del venezolano. La injuria, lamentablemente, la ha cometido él.

Una manera de expresar la religiosidad es a través de lo popular y una de susexpresiones es la parodia, tenemos una fascinación por la irreverencia, la caricatura, laburla. Gracias al chiste “se ríe uno de aquello que le importa” (Peñalosa: 1999). Gracias ala risa sobrevivimos pues de todo se hace un chiste y hoy no es diferente.

La devoción también se expresa en la parodización. ¿Cuántos chistes no circulancuyos protagonistas son Cristo y San Pedro, la Virgen, los apóstoles, los santos, los curas,las beatas, el cielo, el infierno o el cielo? En la medida en que nos podemos burlar de lascreencias, en esa medida también, las reforzamos.

Los versos compilados por Iñaqui de Errandonea son referidos por FranciscoVera Izquierdo quien nos cuenta:

Yo había recogido en partes muy diversas, unas coplas referentes acosas de la religión. Las monté siguiendo un orden progresivamenteirreverente y las cantaba con cuatro, Mariano Picón Salas las bautizó LasCelestiales y tanto Miguel como yo les añadimos algunas de nuestracosecha (1986).

Lo que no había sido sino una solemne mamadera de gallo, terminó siendo unasunto de estado. La exquisita primera edición era de gran formato y fue diagramado porMateo Manaure y en grandes letras -como corresponde a la edición-, el título y el nombredel autor.

No sabemos qué fue lo que en su momento disgustó más, los versos irreverentes-que si bien inspirados en las que había colectado en sus viajes Vera Izquierdo habíansido también reforzados por la vena creativa de Otero Silva-; que la compilación, prefacioy notas fuesen de Iñaqui Errandonea y las ilustraciones de Joseba de Escucarreta, el otroyo de Pedro León Zapata; que tanto las viñetas como los versos se escudaran tras la seriafigura de dos jesuitas, o, las notas explicativas, pretendidamente eruditas, queabundaban en detalles en cada página acerca de los santos que, honestamente, nadiepodría creer que fueran ciertas.

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El venezolano, en general, no se toma muy en serio algunas cosas y vive, más bien,una religión flexible. Como dice Manuel Caballero:

Los venezolanos nos acordamos de ser católicos cuando nos casamos,cuando nos nace un hijo, y cuando nos morimos. En los dos primeroscasos, porque son pretexto de fiesta y aguardiente; en el último, porquetenemos la esperanza de que nos dejen seguir haciéndolo en el Más Allá(…) También celebramos el nacimiento y la muerte de Jesús, por lasmismas razones etílicas. Pero nadie se enorgullece (ni mucho menos sepone de ejemplo) de ser mejor católico que su vecino. Ni los curas lopretenden (2006:22).

Otero Silva se burla del prurito que suscitó Las Celestiales, sin embargo, algo seolía en aquel momento puesto que a pesar del lujo del formato y a la ausencia de datoseditoriales de esa primera edición, se escudó además, tras la imagen formal de un jesuita.

Cuando vivimos en un país que nos ha hecho más devotos que nunca porque adiario y a cada rato tenemos el Jesús en la boca, cuando cotidianamente se nos convoca aprobar como va nuestra capacidad de asombro, nos sorprende el provincialismo con elque se atacó un texto que, por lo menos bajo el cristal con el que hoy podemos leerlo, nosparece hasta ingenuo.

Hoy se mira con otros ojos esas vertientes de lo popular y la Iglesia las estudia yreconoce como una manera de vivir la fe porque es también, en su particular expresióncomo humor festivo, una forma de renovarla.

Miguel Otero Silva realiza, en su brevedad, una obra maestra del humor, de laparodia, de la burla en uno de los aspectos más emblemáticos de nuestra cultura como loes, aunque para algunos sea difícil reconocerlo así, la fe. Sin embargo, aunque se le cita yreconoce como su autor, es soslayada en su bibliografía, como una creación menor.

Yo sigo viéndola como el libro grandote que pudimos a escondidas hojear y en elque pudimos descubrir que nos podíamos reír de los santos porque ellos también se hande haber reído de lo mismo.

CABALLERO, Manuel. . Caracas.Alfadil. 2006.

OTERO SILVA, Miguel, . (s/ datos editoriales) 1965.

__________. . Caracas. Los libros de El Nacional, Biblioteca Miguel OteroSilva. 2005.

PEÑALOSA, Joaquín Antonio, Valor del humor religioso, México , Nº 213, 8de agosto de 1999. p.4.

VERA IZQUIERDO, Francisco. Un irreverente bondadoso, , 24 de octubre de1986.

BIBLIOGRAFÍA

Por qué no soy bolivariano. Una reflexión antipatriótica

Las Celestiales

Las Celestiales

El Observador

El Nacional

BIBLIOGRAFÍA

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El hombre sanguinario, que cometió atrocidades a su paso por Venezuela, quienprefirió morir antes que rendirse y asesinar a su hija antes que dejarla en manos desus enemigos, representa una de las imágenes más legendarias de nuestro pasadocolonial. Lope de Aguirre, el tirano, a pesar de que la luz eléctrica llegó hace décadasa la isla de Margarita, sigue siendo uno de los espantos más reconocidos en lascreencias populares de la Perla del Caribe. Son innumerables las historias queaseguran que lo escucharon por los lados de Paraguachí, en tropel, o muy cerca de LaFuente, acompañado de su legión de hombres desalmados, que se quedaron penandoen tierras del estado Nueva Esparta sus fechorías de tiempos de la colonia. En algunasnoches suenan todavía, según cuentan los lugareños, los cascos de los caballoscuando pasan el tirano y sus seguidores por esos lados. Nadie sabe si va rumbo a LaAsunción o camino al infierno.

Tan profundo fue el impacto de su presencia en Margarita que el lugar pordonde dice la tradición que desembarcó Lope de Aguirre lleva el nombre de El Tirano,nombre que con su sola configuración trasmite el miedo que queda de esos episodiosde la historia donde la sangre tiñe los recuerdos. La población mantiene vivo en sutoponímico la carga trágica de un suceso que en la memoria del pueblo no quiereolvidar que por allí desembarcó la muerte en tiempos de la colonia española. Venía deuna aventura colosal y protagonizaría un suceso sin precedentes en estas posesionesdel imperio español. Comenzó por ganarse con mentiras y trampas la confianza de lasautoridades españolas, y terminó por aniquilarlas a la vista de todos.

Por otra parte, en el estado Nueva Esparta (y desconozco si también en todoel oriente venezolano) al árbol del merey se le conoce con el nombre de marañón. Hayque ver lo leñoso de su madera, lo nudoso de su tronco y lo retorcido de su forma; niqué decir del efecto astringente tan fuerte que produce en la boca cuando se come sufruto tan atractivo. Coincide la denominación del árbol con la de los soldados queacompañaban a Lope de Aguirre en su alucinada aventura contra el Rey de España.Aunque en un principio una y otra cosa pareciera no tener conexión, el nombrepareciera que fusionara ambas imágenes para nombrar aquella rebeldía natural frenteal estado de cosas.

El hombre sanguinario

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Las atrocidades del personaje y de sus hombres, que no demonios,construyeron un imaginario del mal. Lope de Aguirre, tirano; sus soldados,marañones; su legado, un espanto colectivo que puede asustarnos todavía hoy,porque sobran los testimonios, que no cuentos de caminos, que afirman una y otravez que lo escuchan frecuentemente desandando por estos caminos del siglo XXI.

Pero lo interesante no es que el personaje perviva en el imaginario popularisleño, sino que esa creencia y esa figura es la herencia colonial de quien cuenta lahistoria. ¿Tirano por qué? Ciertamente sus ajusticiamientos de las autoridadesespañolas de Margarita resuenan en la memoria popular. No obstante, para MiguelOtero Silva, la imagen del personaje lejos de asustarle o siquiera incomodarlo locautiva y se acerca para reconocerlo en otra de sus dimensiones. Como quien libra ala historia de un espíritu maligno, nuestro escritor rescata la imagen para verlo desdeotra perspectiva, la de un precursor de la independencia de América.

Lope de Aguirre, príncipe de la libertad, la novela de Miguel Otero Silva, nosmuestra la otra versión de los hechos, la del hombre aventurero que vino al NuevoMundo para probar fortuna como cualquiera de los tantos otros de nuestros abuelos.Él sufrió los embates de un proceso donde las pasiones, los intereses y lascomponendas lo trataron con injusticia, y lo llevaron a protagonizar el primerlevantamiento armado y a realizar la primera proclama en contra de Su Majestad el Reyde España, de quien dependían directamente gran parte de las nuevas posesiones deeste lado del Atlántico.

En esta novela cautiva las licencias que se da el autor para construir supríncipe y voltear los hilos que manejan la historia colonial para declarar que esahistoria que conocemos de Lope de Aguirre es la que nos vendieron, que es apenasuna versión, una que es cuestionable en esencia. Leyendo sus páginas nuncasabemos si lo que se narra es verdadero o es falsedad, y no nos importa ni deberíaimportarnos, porque toda lo que conocemos por historia siempre ha sido unaconstrucción discursiva, que es lo mismo que decir ideológica, de los vencedores, losque deciden en definitiva quién es un prócer y quién es un criminal. La pluma deMiguel Otero Silva nos brinda la oportunidad de imaginarnos el otro pasado, el que talvez sucedió, el que presiente el hombre en otra dimensión de la historia.

Lope de Aguirre, nuestro espanto, que deambula todavía por las playas y lospoblados cercanos a El Tirano, también fue un hombre excepcional. Para podervalorar la magnitud de una empresa titánica y legendaria, hay que pensar por unmomento en el tamaño de la jornada que emprendió en su momento y con losrecursos de su tiempo. En aquellos tiempos que hoy nos parecen tan remotos (comoen efecto lo son y cada vez más por el acelerado movimiento de los adelantostecnológicos) en época de la colonia española, el rebelde se atreve a partir del Perú,navegar por los ríos y las rutas desconocidas por el hombre occidental, atravesar laselva amazónica, para desembocar en el otro extremo, en las aguas del OcéanoAtlántico, en las costas del colosal Brasil, tomar rumbo al norte y arribar a la isla deMargarita, donde parece habitar preferentemente hasta los tiempos de hoy.Posteriormente pasará el personaje a tierra firme y llegar hasta Barquisimeto, dondees traicionado por sus hombres, para finalmente morir e inscribir su nombre en losanales de la leyenda y del mito.

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Esta jornada desproporcionadamente alucinada tuvo una magnitud que hoy bienvaldría una serie de documentales para un canal como Nacional Geographic, Biografía,HBO o BBC. Los componentes de aventura, desafío, dimensión humana, ambientesexóticos, romanticismo, tragedia, heroísmo y miseria humana son materiales paraconstruir una historia grande, una versión válida y posible, un ayer alternativo. Por esoMiguel Otero Silva tuvo la valentía de rebelarse con su pluma para rescatar el rostrodiferente de un hombre que transitó nuestra historia y cuya proeza bien vale el título deLope de Aguirre, príncipe de la libertad.

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Una Novela Actual:Cuando quiero llorarno lloro deMiguel Otero Silva

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Escrita en 1970, cerca de cuarenta añosatrás, quizás sea ésta la narración de MiguelOtero Silva que más tiene que decirle, quecon mayor claridad y contundencia le habla ala Venezuela de hoy y a un grupogeneracional en especial, la juventud, que enpoco tiempo se ha convertido enprotagonista de la actualidad nacional (*). Yno sólo me estoy refiriendo a losmovimientos que surgieron en el año 2007, araíz de lo sucedido con el canal de televisiónRCTV, sino también a las informaciones ycifras que aparecen diariamente en la crónicaroja del país, así como al cada vez mayornúmero de venezolanos jóvenes que tomanla decisión de emigrar hacia otros territorios.

Y es que, como ya ha sido afirmadopor Nelson Osorio(**), profesor chileno quevivió unos cuantos años en este país y querealizó, para mí, la lectura más atinada deesta novela, para comprenderla a cabalidadhay que comenzar por su hasta cierto puntoenigmático título, que contiene una fraseaparentemente sin lógica: “Cuando quierollorar no lloro”. La frase cobra coherencia alleerla en su contexto original, el poema“Canción de otoño en primavera” del poetanicaragüense Rubén Darío: “Juventud,divino tesoro,/ ¡ya te vas para novolver!/Cuando quiero llorar no lloro…/ y aveces lloro sin querer…” estrofa inicial y quese reitera a lo largo del poema tres veces

para, en la cuarta ocasión, cerrarlo con elañadido del siguiente verso: “!Mas es mía elAlba de oro”. Para Osorio, el título da la clavepara hacer una lectura que no coloca comoeje de la novela a la violencia, lecturabastante usual de esta obra, sino a lajuventud y el objetivo o node su naturalrebeldía. Y es un buen argumento el quepresenta Osorio cuando señala que, siabordamos la novela desde la perspectiva dela violencia y no de la juventud, el títulocarece de sentido. Pero habría que señalarque si dejamos de lado la violencia,tampoco se comprende la visión escépticacon respecto a la capacidad revolucionariade la juventud, pues es a través de laviolencia, como veremos, gratuita, que seexpresa esa rebeldía innata de los jóvenes enla novela.

, pues,habla, en realidad de la juventud y laviolencia, insistiría que en este orden; de lajuventud y su impulso luchador que muchasveces deriva en acciones de calle, furia,enfrentamiento del peligro sin un por quépreciso y claro. La novela cuenta la historiade tres jóvenes que han nacido el mismo día,el 8 de noviembre de 1948, poco antes delderrocamiento de Rómulo Gallegos y quereciben el mismo nombre, Victorino, dadoque quienes se los colocan se guían por elsantoral. Los vamos a conocer, como apunta

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María del Carmen PorrasUniversidad Simón BolívarMaría del Carmen Porras

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el subtítulo que engloba a la segunda parte de la novela y que es la central, el día en quealcanzan su mayoría de edad: “Hoy cumple Victorino 18 años”. El día es, pues, 8 de noviembrede 1966. La única diferencia entre los tres Victorinos será su origen social, pues hasta laprimera sílaba de sus apellidos es idéntica: Pérez, el de clase baja, es un conocido y temidoatracador; Perdomo, el de clase media, es universitario y miembro de una célula de guerrillaurbana y que, como el primero, también comete atracos, pero para financiar la lucha armadacontra el recién establecido régimen democrático y Peralta, el de clase alta, es un famosopatotero caraqueño que como los dos anteriores roba pero para probarse el poder que tienesobre los demás. Aunque esta parte de la novela transcurre, como ya se dijo, en un solo día, eluso de múltiples técnicas narrativas nos permiten conocer los hechos más resaltantes de lascortas vidas de estos tres personajes, hechos que están hermanados por la decepción, laincomprensión y la tristeza en cada caso: para Victorino Pérez, la niñez fue un escapar de laescuela y soportar las “pelas” del padre, cuando aparecía, generalmente borracho, por elhumilde hogar; para Victorino Perdomo, ser niño fue leer y soñar con convertirse en pirata,para rescatar al padre, preso por sus ideas políticas; para Victorino Peralta, destruir las fiestasinfantiles a las que era obligado a asistir, para demostrar su inconformidad con los ritosfamiliares. Esta niñez se continuará, en los tres casos, en una adolescencia rebelde, rebeldíaque expresa, como vimos, según la clase social en que cada uno nació.

Por lo dicho hasta ahora, se podría suponer que resultauna novela oscura, sombría, quizás dura de leer. Pero en ella, Otero Silva despliega toda sucapacidad no sólo de narrador, sino de poeta, de dramaturgo, de periodista, de humorista, deescritor, pues, en el sentido total de la palabra. De principio a fin, sin descanso, el autor echamano a toda una multiplicidad de recursos estilísticos para narrar no sólo las vidas de sus

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protagonistas y cómo se articulan entre ellas, sino también para contextualizar estos tresdestinos en la reciente historia nacional. Diferentes tipos de narradores (omnisciente, primerapersona, segunda persona), representación de voces diversas (polifonía), rupturas temporalesy espaciales, fragmentación del discurso…. es magnífico ejemplode esa narrativa que en los sesenta y setenta buscaba renovar el discurso novelísticolatinoamericano y cuyos más conocidos logros son (1967), de GabrielGarcía Márquez, (1966) de Mario Vargas Llosa y(1962) de Carlos Fuentes. Permítaseme leer tres fragmentos que dan cuenta del estilomúltiple, digamos, de la narración:

La alegría del patio, en cambio, tiene su origen y sede en la pieza de la derecha, allíhabita el maestro albañil Ruperto Belisario, Victorino le dice don Ruperto, en compañía de sumujer, dos hijas y un loro. Se comenta que todos (menos el loro) duermen en el mismo catre,no obstante los aparentes impedimentos morales que van a continuación:a) don Ruperto no es casado con su mujer;b) las dos hijas de don Ruperto son mayores de quince años;c) ninguna de las dos es hija de don Ruperto sino producto de maridos anteriores […].Así los enumera el padre de Victorino, dedo a dedo, cuando llega a puerto con exceso detragos en la cabeza, lo cual es pan de cada dos días. Olvida, enredado en su maledicenciaalcohólica, que el tampoco está casado con Mamá, como no ha sabido de boda ninguna enesta casa de vecindad (58-59).

Hoy es el santo de Gladys, ya has pasado más de una hora en la piscina, te vas aresfriar, es tiempo de vestirse para. Una pegajosa tarde de aburrimiento y pendejadas gravita

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Cien años de soledadLa Casa Verde La muerte de Artemio Cruz

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sobre Victorino. Llegarán en tropel lasamiguitas de Gladys, zapatitos de tiza,cu l i tos de musel ina […] . Vendráinevitablemente Lucy, le dedicará sus atisbosmelancólicos de becerra destetada, lerociará promesas desde el pedestal de suternura, hasta que él se acerque a llevarle unhelado y ella le diga Muchas graciasVictorino, con un dejo empalagoso detequieromucho memueroporti. Una fiestaridícula, postiza e inaguantable como lasóperas italianas o como los animalesafeminados de Walt Disney (68).

Este que acaba de caer es el másfornido, el más osado, el caudillo de la tribuinvasora. Descendió del alero en un vuelorasante, se lanzó a picotear el maíz conprecisión de engrapadora, avanzó hacia elinterior de la caja sin preocuparse de sumisterio, ahora se debate entre sorprendidoy furioso, entre las manos y las palabras deVictorino:--Vea lo que le ha pasado por idiota. ¿Quién ledijo a usted que existían seres humanoscapaces de malgastar su maíz en beneficiode los pájaros vagabundos?Victorino lo lleva en cautiverio hasta la silladonde estuvo sentado y reanuda el sermón:--Ahora usted está preso, como mi padre ytodos los tontos que en este país creen en lalibertad y se sienten con alas para volar.Afortunadamente yo no soy un dictadorcualquiera, no crea usted en calumnias. Yosoy el Corsario Negro y el Corsario Negro no(76).

En este sentido, quizás porque lanovela habla de una manera vanguardistacon una Venezuela reciente, muchas vecesno ha sido comprendida su “Prólogocristiano con abominables interrupciones deun emperador romano”, primera parte queabre la obra. De hecho, me sorprendiómucho saber que varios intelectuales queeran jóvenes cuando fue publicada porprimera vez la novela y que, por tanto, laleyeron con ese sentimiento de que estabahecha para ellos, confesaban queprácticamente se saltaron el prólogo porlargo y pesado(***). Me sorprendió, puesaunque como dije, puede que no resulteclara la relación entre el prólogo y las vidasde los Victorinos, quizás sea en esta primeraparte donde la vena humorística de OteroSilva se expresa de forma más libre y plena

en toda la novela. En este prólogo, así, se vanarrando cómo cuatro jóvenes soldadosromanos convertidos al cristianismo ycuyos nombres son Severo, Severiano,Carpóforo y Victorino y desde ya puede irsecomprendiendo la relación que antesplanteaba podía ser confusa entre el prólogoy la siguiente parte-- son delatados ytorturados hasta la muerte por no descreerde su reciente nueva fe. Este relato esfrecuentemente cortado por la voz enprimera persona de Diocleciano, el propioemperador romano, quien siempre trata dejustificar y defender su política deexterminio con los cristianos y explica loslogros de su administración en el yadebilitado Imperio. Los discursos de ambosnarradores, si bien opuestos en cuanto a lasperspectivas desde la que perciben loshechos, de manera tal que se puede leercomo un contrapunteo entre ellos, tienen,sin embargo, un punto en común y es lapresencia básica en su construcción delhumor de Otero Silva. Así, el narradoromnisciente tiene una manera muy peculiarde destacar a Victorino del resto de sushermanos (lo que sigue dándonos pistas dela relación del prólogo con la narración de lavida de los tres protagonistas) y es que,frente a las distintas imprecaciones de losenemigos romanos, él tendrá siempre unacontestación que desentona del discursofamiliar; ejemplo:

--¡Deponed las armas! ¡Estáis detenidos!grita el comandante de los pretorianos.--¡Hágase la voluntad de Dios! dice Severo.--¡En sus manos encomiendo mi espíritu!dice Severiano.--¡Vénganos el tu reino! dice Carpóforo.--¡Idos a la mierda! dice Victorino.

Humor, por otra parte, que en ocasioneslleva al narrador omnisciente a burlarse de símismo y de su labor de escritura:Entran a duras penas los cuatro hermanos,descienden como lagartijas por una rampahúmeda y resbalosa, caen en un relleno dedura arcilla apisonada, Severiano a gatasencuentra una lámpara acurrucada en elsitio preciso donde debería estar, laenciende según el procedimiento empleadopara encender lámparas al despuntar el sigloIV (¡vaya usted a saber!) e inician un devotorecorrido a través de un laberinto delóbregos pasadizos (17).

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y que otras veces se expresa de forma másconcisa, como cuando se descubre elnombre de quien ha delatado a Victorino ysus hermanos: “Sapino Cabronio”.

Por su parte, el humor en el discurso deDiocleciano se expresa fundamentalmente através de la ironía. Así, ante la mención deque su persecución cristiana fue alentadapor su yerno Galerio, apunta el emperador:I. Se estremece uno en su sarcófago […] II.Galerio era apenas un hirsuto becerrerobúlgaro, yo lo hice remojar sesenta mañanasconsecutivas en mis termas hastadespojarlo del hedor a chivo, ya enjugado locasé con mi hija Valeria, ya casado loconvertí en César [...], ya César lo expedí amatar yacigios, carpos, bastarnos, gépinos ysármatas, actividad más de su agrado queacostarse con la Valeria, bachillera que todolo discutía, sin excluir las posiciones en eltriclinio (14)

y concluye:X. Ni Galerio, ni sofistas, ni pitonisas, ni

arúspices, ni entrañas de gallos negros, nirevelaciones sísmicas de los dioses, sinodecisión que salió de mis jupiterianostestículos, y si dimanó de tan majestuoso

recinto fue porque perentoriamente lo exigíala salvación de un imperio que llegó a mismanos putrefacto, gusarapiento, hediondo amuerte y asediado por el mosquero (16).

Diocleciano, como vemos, secontrapone claramente a los jóvenesmártires. En este sentido, si Victorino y sushermanos se sacrifican por algo tan etéreocomo la fe religiosa, Diocleciano siempretratará de justificar sus acciones a partir deun ob je t i vo más pragmát i co : e lsostenimiento del Imperio Romano y supropio poder como emperador. Por ello, seexpresa como un adulto con experiencia, sinideales, con mucho cinismo; su lema, el finjustifica los medios: no le importa dividir supoder pues era lo necesario para mantenersevivo y mandando en ese imperio que sabía yano se sostenía desde el punto de vistapolítico y en cuyos dioses no creía niconfiaba. Por eso se enfrenta a los jóvenesmártires y les da una oportunidad deredención, sólo les pide: “Afirmad no más enalta voz 'creemos en Esculapio', aunque pordentro estéis pensando 'creemos enJesucristo', y lejos de liar el petate, seréislibres” (35). A lo que responderán losmártires, en el orden habitual de las

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respuestas, es decir, primero Severo, luegoSeveriano, Carpóforo y por último Victorino:“Nunca”, “jamais”, “never”, “Emperador, nocomas mierda” (35).

Esta primera parte del prólogofinaliza con la muerte de los mártires, peropoco antes de narrar el fin de los hermanos,se suma al discurso del narradoromnisciente y al de Diocleciano, otro más,que descubrimos es el de una parterahumilde que reza a San Ramón Nonato paraque le ayude en el nacimiento de un niño.Así, vemos otro punto más de articulaciónentre este prólogo y la siguiente parte. Es eneste nuevo discurso que se abre cuando aúnno ha concluido el relato de los jóvenesmártires del imperio romano queconoceremos cómo llegaron al mundo losVictorianos y nos será presentado elcontexto histórico que los verá nacer, através de la relación de una serie de noticias,políticas, económicas, culturales, nacionalese internacionales. Cada una de lasprogenitoras de los protagonistas recibe unapelativo distinto: Mamá, para la máshumilde; Madre, para la de clase media; yMami, para la de clase alta. De esta forma, ladiferencia de la clase social entre losVictorinos se establece ya desde el prólogo.Esta parte de la novela, pues, es fundamentalpara su comprensión y dejarla de lado esobviar la importancia de esa contraposiciónentre juventud y adultez, idealismo ypragmatismo que ilustran Diocleciano y loshermanos mártires, contraposición que noshace reflexionar sobre el valor, el por qué dela rebeldía y el sacrificio juvenil: ¿vale lapena?, ¿tiene sentido?

Estas preguntas recorren toda lanovela. En el día del cumpleaños que marcasu mayoría de edad, cada Victorino seencuentra en una situación conflictiva yfrente a la que debe tomar una decisión quedeterminará el rumbo de su vida. Si en cadacaso la situación es diferente, lo querelaciona a los tres es el sentirse atrapados,contra la pared en la sociedad y en el seno dela familia en que nacieron. En los tres sedestaca el deseo de escapar, de huir del país,pues lo que ninguno se plantea es laadaptación a la clase en que han nacido,como si ellos quisieran demostrar queaunque no pudieron evitar nacer en donde lohicieron, sí pueden determinar su propio

destino. Como los hermanos mártires delprólogo, los Victorinos se mantienen fieles auna forma de mirar el mundo, a una manerade enfrentarse a esa realidad que les esadversa. Y, por tanto, encontrarán el mismofin: Victorino Pérez se escapa de la cárcel,sólo para descubrir la traición de su mujer ydecidirse a participar en un atraco a unajoyería; Perdomo va a ser uno de losguerrilleros que asaltará una entidadbancaria y Peralta acaba de recibir de regaloun Masseratti en el que recorrerá las calles auna loca velocidad. En cada una de estasacciones, los Victorinos encontrarán lamuerte, el mismo día de su cumpleañosnúmero dieciocho: el primero en el tiroteocontra las fuerzas de la ley; el segundo trasser torturado por los agentes policiales y eltercero en un accidente de tráfico. Las tresmadres, finalmente, se cruzarán en elcementerio, pues los tres entierros serealizan el mismo día, en zonas diferentes,por supuesto, del camposanto. Esta últimaparte se titula y quizás sea un argumentomás a favor de la lectura que hemoscomentado ha hecho el profesor NelsonOsorio de esta novelajustamente como laobra, “Cuando quiero llorar no lloro”.

¿Qué le dice, pues, esta narración ala Venezuela actual? Creo que, tristemente,la juventud, quizás hoy más que antes,siente igual que los Victorinos, la necesidadde escapar, de huir de esta sociedad y eso loindica el gran número de jóvenes queemigra. Cierto es que, como señalaba en unprincipio, hoy en día los dirigentesestudiantiles parecen haberse convertido enactores sociales de gran relevancia(****). Sinembargo, una de las razones de descontentojuvenil parece muy clara y es que nuestraconvivencia como país, por diversas causas,se ha hecho cada vez más conflictiva. Laviolencia que representa el personaje deVictorino Pérez, es hoy la violencia que seexpresa a diario en atracos y secuestros queafectan de manera directa a los jóvenes, alser ellos la mayoría de las víctimas y tambiénde los victimarios. De esta manera, unageneración de venezolanos sin padre, no pormotivo del abandono irresponsable, o por lacárcel política, o por los grandes negocios,sino por el asesinato en un asalto, en unaguerra entre bandas, o simplemente por elazar de una bala perdida, se está levantandoen nuestra sociedad. En este sentido,

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nuestra sociedad, podríamos decir, es uncultivo perfecto para millones de VictorinoPérez.

La juventud y la violencia, como dostemas así articulados, nos siguen, pues,acompañando. Por eso quiero finalizarinvitándolos a leer esta obra de Miguel OteroSilva, porque el autor, aunque tuvo en sumente a la generación de los años setenta(de hecho, la obra está dedicada a su hijo),en realidad le ha venido hablando a cadanueva camada de jóvenes que surge en elpaís. Acercarse a Cuando quiero llorar nolloro quizás sea, más que un ejercicio debúsqueda histórica, uno de actualidad quenos parece urgente.

(*) Invitados habituales de programas de opinión,los nombres de varios dirigentes estudiantiles sonya bastante conocidos en la sociedad venezolana.Asimismo, la existencia de un programa detelevisión llamado “Encuentro con los estudiantes”,en el que se invita a jóvenes a discutir con respectoa problemas actuales de nuestro país, nos habla dela importancia que los medios le otorgan a la vozestudiantil.

(**) Nelson Osorio Tejada. “La historia y las clasessociales en la narrativa de Miguel Otero Silva”. Casade las Américas, 190 (1993): 34-41.

(***) Dichas confesiones se encuentran en “Cuandoquiero llorar no lloro, de Miguel Otero Silva:Bifurcaciones de una rebeldía” de JacquelineGoldberg, texto publicado el 1ro de marzo de 1998en el diario El Nacional.

(****) Stalin González, dirigente de lasmanifestaciones contra la salida del aire de RCTV,es el casi seguro candidato de la oposición para laAlcaldía del Municipio Libertador. HéctorRodríguez, dirigente de las manifestacionesoficialistas que surgieron tras las primeras antesmencionadas, es hoy en día Ministro de laSecretaría de la Presidencia.

Miguel Otero Silva es uno de esos personajes cuya vida y obra motivan a la superación y allogro. Natural de Barcelona, estado Anzoátegui, de familia humilde, nació el 26 de octubre de1908 y destacó como periodista, escritor, dramaturgo, humorista e intelectual. Entre susactividades decisivas en su transitar por la vida pública de la nación destaca que formó partede la Generación del 28, un movimiento de origen estudiantil que marcó los cambios políticosde la Venezuela del siglo XX.

El fundador del diario concibió el periodismo como un hecho más allá dela información, que llevara la cultura al pueblo venezolano. De allí que entre los nombres másdestacados ligados al medio estén Pedro León Zapata y Gabriel García Márquez, y que entresus productos de mayor tradición en la intelectualidad venezolana esté el .Tales eran los vínculos entre Miguel Otero Silva y la intelectualidad que se cuenta que él y elPremio Nóbel Gabriel García Márquez, cuando éste vivía en Caracas, hicieron un pacto queconsistía en el hecho de que, si alguna vez se diera una confrontación bélica entre Venezuela yColombia, entonces cada uno saldría en su capital con la bandera del país vecino gritando aviva voz: ¡Viva Colombia!, en el caso de Miguel Otero Silva; y ¡Viva Venezuela!, en el caso deGabriel García Márquez. Un ejemplo claro de su dimensión humana y de su compromiso con lavida y la libertad.

Su pasión por la escritura lo llevó a crear obras tales como (1931),(poesía, 1937), (1955), (1958),

(1961), (poesía, 1965), (1970),(1975), (1984). Su escritura ha estado

ligada a muchas anécdotas. Recordamos, por ejemplo, que en el evento que organizamos enla USB una de nuestras invitadas nos comentó que Miguel Otero Silva estudió Letras una vez enla UCV, pero no para aprender sobre literatura o crítica literaria, sino para escuchar cómohablaban nuestros jóvenes, registrar sus voces, captar sus ritmos y formas de pensar, paraobtener material que le sirviera para escribir sus novelas.

Miguel Otero Silva murió en Caracas el 28 de agosto de 1985 y nos legó una obraimportante, vigente, que bien vale la pena visitar una y otra vez para acercarnos a una posturafrente al país y sus circunstancias.

El Nacional

Papel Literario

Fiebre Agua yCauce Casas Muertas La Muerte de Honorio Oficina Número 1

La mar que es morir Cuando quiero llorar no lloro Lope deAguirre, príncipe de la libertad La piedra que era Cristo

Miguel Otero Silva

Biografía deMiguel Otero Silva

Rubén Darío JaimesUniversidad Simón Bolívar

Rubén Darío Jaimes

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FRAGMENTOS

FRAGMENTOS

“Yo sé que mi pueblo

“ E l s e ñ o r C a r t a y a e s p e r ó

no puedemorir. Los pueblos no mueren nunca,¿verdad? Yo siento repercutir en mi corazónun rumor de trompetas lejanas; mi corazónredoble como los tambores. Yo sé que mipueblo ha de despertar un día. Despertarácomo el tuyo, viejo Dostoievsky, como todoslos pueblos templados en el sufrimiento. Yentonces será una corriente de esqueletosinsurrectos, un torrente de legítimavenganza desencadenado sobre los camposanchos de mi patria.”

(Miguel Otero Silva, Fiebre)

pacientemente en aquella ocasión el final deldiscurso y luego arremetió en defensa de lainsurrección:

-Berenice (era la única persona en elpueblo que la llamaba Berenice a secas),Berenice, yo no soy partidario de la guerracivil como sistema, pero en el momentopresente Venezuela no tiene otra salida sinoechar plomo. El civilismo de los estudiantesterminó en la cárcel. Los hombres dignosque han osado escribir, protestar, pensar,también están en la cárcel, o en el destierro,o en el cementerio. Se tortura, se roba, semata, se exprime hasta la última gota desangre del país. Eso es peor que la guerracivil. Y es también una guerra civil en la cualuno solo pega, mientras el otro, que somoscasi todos los venezolanos, recibe losgolpes.

Pero no se rindió fácilmente laseñorita Berenice. Volvió a insistir una y otravez acerca de las calamidades de las guerrasciviles acarreaban, acerca de la estérilconsumación de aquellos sacrificios.

-Y ahora se van a llevar al novio deCarmen Rosa concluyó desolada.

-A mí no me va a llevar nadie,señorita Berenice. Yo me voy por mi cuentadijo Sebastián.

(Miguel Otero Silva, Casas muertas)

“Yo sé que mi pueblo

“ E l s e ñ o r C a r t a y a e s p e r ó

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Days' Night Help

Cuando quierollorar…

revival

, !) y con propuestasinnovadoras de diseño para las carátulas de losL.P., desde el recargado Sgt. Pepper's hasta elvacío plácido de tendencia Zen del disco blancodoble, incluso sin nombre. Los Beatlesaprovecharon la comunicación visual ymediática de la música que producían, y nuestroMiguel Otero Silva no escapó de esta influenciacuando presenta en su novela

(1970) un cambio de lenguaje comotambién la difusión de su trabajo a través de unaexitosa película unos años más tarde. Sensible ala revolución cultural que acontecía, esta novelaes su trabajo más “pop”, y pertenece a una de lastendencias más influyente de la segunda mitaddel siglo XX y que continua aún creciendo en elmundo globalizado de nuestros tiempos: lapopularización, o consumo mediático masivo,que está reformando y redefiniendo nuestrocomportamiento con el arte, la educación ysobre todo, con la música.

En función de esta idea, se abrió este año en laUSB un curso de Estudios Generales “MúsicaPopular I: Los Beatles y la revolución cultural delos sesenta,” y se tomó este tema para lacelebración de la Semana de Estudios Generales

con un Foro de su repercusión en Venezuela,un Concurso de Moda-Retro 60's, una

Exposición Iconográfica de lascarátulas de discos, así como un

concierto de la banda LosBuitres a principios de mayo,

2009. ¡Disfruten!

Prof. Emilio Mendoza Dpto. de Ciencias Sociales USBProf. Emilio Mendoza

Contrapunctus MOS-The BeatlesEn música existe la posibilidad de escuchar, y aúnmás importante, entender dos o más eventossimultáneos con tendencia y desenvolvimientoautónomos y diferentes. Al pasar las páginas de

, ejecutamos una acción en el tiempocon una direccionalidad ya establecida:usualmente la leemos, o simplemente lahojeamos o pasamos las páginas desde elprincipio hasta el fin. En este devenir temporalindicado, hemos entretejido una relación musicalde dos ideas contemporáneas vastamentedisímiles: la revista deleita con textos sobreMiguel Otero Silva ilustrada con el mundo gráficode los Beatles: . ¿Y porqué no mejor sugerir en esta introducción, que ellector simplemente escuche alguna pieza delfamoso cuarteto mientras lea la presente ediciónde ? Esta proposición sería másfactible, incluso más fácil de imaginar.

No obstante, acudimos a un aspecto explotadopor Los Beatles en el crecimiento de su propuestamusical, cuando influyen desde la década de lossesenta en adelante, no sÓlo con su música devoces y armonías innovadoras, o con la definicióndel mercado mediático musical y masivo queinician e impactan comoningún otro artista jamás,sino también con laiconografía que se esta-bleció a través de símbolosque aluden al contenidotextual de su música, a laindustria de la moda del“Swinging London”, acortes de pelo, y a través deobjetos extraños como unsubmarino amarillo nave-gando por los aires.

Cada tema que disparabaun certero número uno enel global, luegode sus inicios rocanrroleros, llevaba un cortopromocional (lo que se iba a tornar veinte añosmás tarde en el del canal por cableMTV), y para varios discos de larga duraciónaparecía una película de largo metraje (

Universalia

punctus contra punctus

Universalia

Hitparade-

videoclip

Hard