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    Revista

    trimestralpublicada

    por la Unesco

    V o l . X X X V I (1984), n. 4

    Redactorjefe p . L :

    Ali Kazancigil

    Maquetista: JacquesCarrasco

    Documentacinfotogrfica:FlorenceBonjean

    Corresponsales

    Bangkok: Y o g e s h Atal

    Beijing:Li

    X u e k u n

    Belgrado:Balsa Spadijer

    Buenos

    Aires:

    Norberto Rodrguez

    Bustamante

    Canberra: Geoffrey Caldwell

    Colonia:

    Alphons

    Silbermann

    Delhi: A n d r

    Bteille

    Estados Unidos de

    Amrica: G e n e

    M . L y o n s

    Florencia:Francesco Margiotta Broglio

    Harare: C h e n

    C h i m u t e n g w e n d e

    Hong Kong: Peter C h e n

    Londres: CyrilS.Smith

    Mxico:

    Pablo Gonzlez

    C a s a n o v a

    Mosc: Marien Gapotchka

    Nigeria:

    Akinsola

    A k i w o w o

    Ottawa: Paul L a m y

    Singapur:S. H . Alatas

    Tokio: Hiroshi

    O h t a

    Tnez: A .

    B o u h d i b a

    T e m a sde losprximos n m e r o s

    Comparaciones

    internacionales

    Sistemasalimentarios

    Educacin

    ycienciassociales

    L o s jvenes

    Cubierta:

    Globo

    ocular

    en el que se

    refleja

    un

    teatro

    (dibujode Nicols

    L e d o u x

    [1736-1806],

    arquitecto

    francs).

    Edimcdia

    A la

    derecha:Elmisteriode.la mente h u m a n a

    (dibujode Robert Fludd,Utriusque

    Cosmi

    Historia,

    1619). Explorer

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    REVISTA INTERNACIONAL

    , s

    0 7 6 2

    D E

    CIENCIAS SOCIALES

    EPISTEMOLOGA DE LAS

    CIENCIAS

    Ernest Gellner

    Stefan

    N o w a k

    Emrita S .Quito

    Claude A k e

    Philippe

    Braillard

    E d m u n dBurke.

    Ill

    MiltonSantos

    T .

    V .Sathyamurthy

    G .

    B .

    B e n k o

    Jacques

    L o m b a r d

    SOCIALES

    102

    Editorial

    Anlisis general

    E l rangocientficode las ciencias sociales

    Escuelas

    filosficas

    ym t o d o sde trabajo

    cientficos

    enciencias sociales

    E lvalor c o m ofactor de la

    accin

    social

    L a transformacin delas ciencias sociales enmercanca

    Disciplinas

    L as ciencias sociales y el estudio de las relaciones

    internacionales

    L ainstitucionalizacin de las ciencias sociales:

    su

    trascendencia

    social ypoltica

    L a

    geografa afinesdel siglo x x :

    n u e va s

    funciones

    de una disciplina a m e n a z a d a

    El

    m b i t o

    de las ciencias sociales

    L a

    investigacinsobreel desarrollo y las ciencias

    sociales en la India

    L acienciaregional:treintaaosdeevolucin

    L a enseanzade laantropologa:estudio

    comparativo

    Servicios

    profesionales y d o c u m e n t a l e s

    Libros

    recibidos

    Publicaciones

    recientes de la U n e s c o

    599

    601

    623

    639

    651

    663

    6 7 9.

    693

    711

    739

    755

    766

    769

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    Editorial

    E n cierto m o d o ,

    la actividadcientfica podra

    compararse

    c o n

    la prctica de

    u n

    deporte.

    U n

    deportista d e b e

    observar los gestos querea

    liza y analizarlos en detalle con el fin de

    perfeccionarlos

    y deobtener mejoresresulta

    d o s . D e igualm a n e r a , elinvestigador n o debe

    menospreciar el autoanlisis profesional, la

    reflexin

    sobre

    la orientacin y el alcancede

    s u

    trabajo,

    as c o m o sobrelos

    med io s

    tericos

    y metodo lg icos que le permitiranmejorar

    s u s resultados,a

    fin

    ded o m i n a r m s completa

    m e n t e

    su

    t ema.

    E n realidad, dicha reflexin no pu ed e

    separarse

    de la actividad de investigacin en s

    m i s m a . Reviste especial importancia en las

    ciencias del h o m b r e y de la

    sociedad,

    en las

    q u e la relacin entre el investigador y su

    objetode estudio tienen caractersticas parti

    culares, distintas de las que existen en las

    ciencias relativas a la

    vida

    y la

    naturaleza.

    N o

    obstante,los funda mento s epistemolgicosde

    las investigaciones

    vinculadas

    a las ciencias

    socialesno s iempre se explicitan, ni son ob

    jetode un

    anlisis

    sistemtico c o n la frecuen

    cia q u e sera conveniente. L a teora delconoci

    mi e nt o ofrece la posibilidad de echaruna

    provechosa

    mirada

    a las ciencias sociales, con

    la

    condicin

    de evitar el

    Caribdis

    de la o bse

    sin

    epistemolgica,

    por unlado,y el Escila

    d e u n

    e m p i r i s m o

    estrecho, p o r otro.

    L a

    m a y o r

    parte

    de los artculos

    publica

    d o s en el presente

    n m e r o

    se dedican a un

    autoanlisis de las ciencias

    sociales

    y

    ex po nen

    puntos devista sobre

    ciertos

    aspectos episte

    molg icos e institucionales detales discipli

    n a s . Ernest Ge l lnerse preguntasi las ciencias

    sociales

    p u e d e n

    ser

    admitidas

    en el club

    exclusivo de las ciencias. P u e d e el

    universo

    social

    ser

    estudiado

    cientficamente, o

    bien

    d e b edejarsedichoestudio a losfilsofosy los

    poetas? Gel lner no p r o p o n e una respuesta

    definitiva, p e r o demuestra con elocuencia la

    inconsistencia de los

    argumentos

    tendientes a

    excluir las cienciassocialesdel paraso cient

    fico.

    Stefan

    N o w a k exam in a

    las relaciones

    entre los m t o d o s cientficos utilizados en la

    sociologa y diversas corrientes

    filosficas,

    y

    demuestra que las elecciones metodolgicas

    reflejan orientaciones

    filosficas

    y

    epistemol

    gicas. E n su contribucin, E m r i t a

    Qui to

    analiza

    las relaciones existentes entre los va

    lores, c o m o objetos de estudio y c o m o fac

    tores

    q u e

    influyen en las investigaciones en las

    ciencias sociales. C lau d e A k ep r o p o n e un

    enf o que que

    p u e d e calificarse

    de

    eco no m a

    polticade las ciencias sociales; se

    desprende

    d e l

    m i s m o

    q u e

    estas

    l t imas,

    p o r

    estar sujetas

    a las leyes del

    m e r c a d o

    y operar en un

    contexto en el que

    pr ed om in a

    el valor de

    intercambio

    y no el valor de uso, se transfor

    m a n en mercanca .

    L o s tres l timos

    artculos

    d e la seccintemtica s o n anlisisepistemol

    gicos dealgunas disciplinas, t o m a d a sen dife

    rentescontextos. E d m u n d B u r k e III estudia

    las fuerzase c o n m i c a sy

    sociales

    q u e orienta

    r o n la institucionalizacin de la sociologa en

    Francia,

    a

    fines

    del

    siglo

    pa sa do .

    Philippe

    Braillardserefiereal estudio de las relaciones

    internacionales,

    y Mi l ton Santos se ocu pade

    la geografa.

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    600

    Editorial

    L o s

    artculosde la seccin Elmbitode

    las ciencias sociales presentan puntos en

    c o m n con los de la seccin temtica. T. V .

    Sathyamurthydescribe el notableaugede las

    cienciassocialesen la India,desdequedicho

    pas accedi a laindependencia; G .

    B .

    B e n k o

    relatael

    nacimiento

    de la ciencia regional, un

    c a m p o de estudio

    interdisciplinario

    que se ha

    desarrollado en el transcurso de las ltimas

    dcadas; Jacques L o m b a r d presenta una

    resea histricacomparada de la enseanza

    dela antropologa enBlgica,enla

    Repblica

    FederaldeAlemania,en Francia, en elReino

    U n i d oy en los PasesBajos.

    E n

    el

    pasado,

    la

    RICS

    ha

    dedicado

    varios

    n m e r o s

    a

    temas

    vinculados al del presente

    n m e r o . C a b e mencionarlosvolmenesxvi,

    n. 4 , 1 9 6 4 ;xx, n. 2, 1 9 6 8 ; xxn, n. 1,

    1 9 7 0 ;xxiv,

    n. 4 , 1 9 7 2y

    xxix,

    n. 4 ,

    1 9 7 7 .

    L alistade los n m e r o s publicados figura al

    finaldel v o l u m e n .

    A p r o v e c h a m o s

    esta

    oportunidad para infor

    m a ra nuestroslectoresacerca de un

    reciente

    cam b i o en el

    equipo

    de redaccin. Peter

    Lengyel, redactor jefe de la Revistadesde

    1 9 6 3 , hadejado la

    U n e s c o

    en la que haba

    ingresadoen 1 9 5 3 . E nsucarreraal

    servicio

    de

    laOrganizacin,

    dedicada

    a los diversos

    aspec

    tos de la

    cooperacin

    internacional en el

    mbito de las ciencias sociales, se destaca

    particularmente la labor que ha realizado en

    la direccin de la RICS.

    A .

    K .

    Traducido

    del francs

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    El rangocientfico

    d e las

    ciencias sociales

    Ernest Gellner

    L a ideade lo cientfico'

    E l

    problema

    de si las ciencias socialesson

    autnticamente cientficas

    plantea

    de i n m e

    diato dos preguntas:

    qu

    son las ciencias

    sociales?

    qu

    es locientfico?

    L a primera de estas dos preguntas no

    plantea

    grandes

    dificultades

    ypuedeser con

    testada n o m b r a n d ooenumerandolasciencias

    sociales,que son simple

    mente

    el objeto de la

    prctica profesional de

    sus especialistas.La de

    finicin

    contiene as

    u n a referencia encubierta

    (pero no

    demasiado)

    a

    los juiciosconsensales,

    omayoritarios, o indiscu-

    tidos,que

    imperan

    en las

    sociedades

    contempor

    neas

    e

    identifican,

    por su

    clasificacin

    tcita o ex

    presa, qu universidades,

    asociaciones profesiona

    les e individuos son, por

    Ernest Gellner

    ense

    en la

    L o n d o n

    School of Economics andPolitical

    Science,yesh oy catedrtico deantro

    pologa en el King's College, C a m

    bridge, Reino U n i d o . Sus publica

    ciones ms importantes son Words

    and

    things(1959), Thought

    and

    chan

    ge

    (1965),Saints

    of the

    Atlas (1969),

    Muslimsociety

    (1981)

    yNations

    and

    nationalism(1983).

    decirlo

    as, establecedores denormaso para

    digmticos,con lo que efectivamente definen,

    mediantesu propia asignacin deetiquetas,la

    naturalezay el alcance de lasciencias sociales.

    Esta

    referenciaencubierta a la opinin o

    al

    consenso

    pblico no

    vicia

    la

    definicin

    ni la

    hacetautolgica.Mayoras,

    consenso,

    solidari

    d ad culturalgeneral, todasestasnociones no

    s o n , por supuesto, niinfalibles,niestables,ni

    desprovistas de ambigedad. N o hay contra

    diccin alguna en la sugerencia de que la

    opinin

    pblica, en una fecha dada, sehalla

    e n error.Si

    tales

    fuentespuedenestarequivo

    cadas, podran acaso

    engaarnos,

    identifi

    cando falsamente el objeto o conjunto de

    objetos de los que v a m o s a ocuparnos, es

    decir las ciencias sociales? N o . El objeto

    centraldenuestra indagacin es, justamente,

    las ciencias

    sociales

    tal c o m o realmente son

    practicadas y reconocidas en las sociedades

    contemporneas. L a opi

    nin publica, por m u y

    ampliaque sea sudefini

    cin, no puede inducir

    n os aerrorenesto,por

    q u e el objeto de nuestro

    interses, precisamente,,

    u n objeto definido por

    referencia a las normas

    culturales

    corrientes. N a

    turalmente,

    tambin

    po

    d e m o s

    estar interesados

    p or una

    ciencia

    social

    ideal, trans-social,cultu

    ralmente neutral, si es

    q u e existe; pero

    nuestra

    preocupacinfundamentalradicaen lasprcti

    cas concretas actualmente reconocidas

    c o m o

    ciencias sociales .

    Pero

    la situacines m u y distinta cuando

    pasamos al

    segundo

    trmino que ha de ser

    definido: el de

    cientfico .

    A q u ,

    ni la

    d e n o m i

    nacin ni la enumeracin sirven absoluta

    mentede

    nada.

    N onos

    interesa

    especialmente

    saber qu es lo que la sociedad ha dado en

    llamar

    cientfico ,

    y por otra

    parte,

    el uso

  • 7/25/2019 UNESCO. Ciencias sociales.pdf

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    602 ErnestGellner

    reald eesta

    etiqueta

    p or nuestros c ont e mpor

    n e o s

    n oesconcluyente. Adecir v e r d a d ,las

    opiniones parecen estar m u y divididas con

    respectoaeste punto ,y seobservan debates

    m u y

    significativos

    acerca precisamente delos

    lmites desuc a m p o deaplicacin. P e r o no

    t e n e m o s n ingninters en convocar unrefe

    r n d u m sobreel caso ,nien ver cul d elos

    m u c h o s

    grup os contendientes consigue

    i m p o

    ner

    su pun to de

    vista

    e n u n

    m o m e n t o u

    otro.

    E s t a m o s

    pro fundame nt e interesados,

    en

    c a m

    bio,

    en

    hallar una nocin

    delo

    "cientfico"

    realmente normativa , autnt icamente

    autori

    zada. D e s e a m o s descubrirsilascienciassocia

    les son

    realmente

    cientficas.

    ste es ensm i s m o u n pu n t o

    interesante

    y

    significativo.

    Al formular nuestra pregunta:

    s o n cientficaslasciencias

    sociales?

    e m p l e a

    m o s al parecer c o m o sujetou n t rmino qu ees

    definido

    convenc iona lmente

    o

    por denotacin

    t o d o

    lo

    q u e

    es

    l l amado de hecho por

    ese

    n o m b r e se

    incluye

    ipso facto

    e n

    el m i s m o ,

    m ientras q ue nuestro predicado esplatnico

    o

    normat ivo

    y

    concebido

    c o m o algo

    q u e

    no

    d e b e

    estar

    a

    merced

    d elasconvenciones

    o el

    capricho

    h u m a n o s .

    Se supo ne q u elasreglas

    de aplicacinestn

    basadas en una autoridad

    superioreindep endiente.

    Nuestra frase pareceas lgicamente un

    hbrido:elsujetoesnom inalistaoconvencio

    nal , el predicadoes

    platnico,

    esencialistay

    prescriptivo. Es permisible esta a m b i g e

    d a d ? N o c re o q u e la situacin sea en

    realidad

    tan

    a n m a l a

    o desacostumbrada. P e r oes

    significativa.

    Si a m b o s trminossedefinieran co nven

    cionalmente , por referencia alusoreal,o

    mayoritario, o convenido ,decada u n o de

    ellos,la pregunta

    sera

    fcil decontestary

    carecera de toda profundidadoimportancia.

    Bastara con hacer una encuesta, averiguarsi

    y enq u

    medida

    la gente usa u n ade las

    etiquetas

    ("ciencias

    sociales")

    de

    m o d o

    tal

    q ue caiga

    dentro

    del

    radio d e

    aplicacin de

    otra

    etiqueta

    d e

    m s

    ampl io

    espectro

    ("cientfi

    co") .

    P e r o

    ninguna

    encuesta de

    este tipose

    estimara enrealidad pertinenteni, en

    todo

    caso , vlidaydefinitiva, con

    respecto

    a la

    pregunta q u e efectivamente hacemos.

    Este "platonismo del predicado",

    que

    nos

    obligaatratareltrmino e ncuestin

    c o m o

    si

    se

    refiriera

    a

    algo

    constituido d e formatotal

    m e n t e independiente denuestro

    albedro

    y

    costumbreydo tad o de autoridad sobre noso

    tros, es interesantey

    significativo.

    Represe enq u estaesuna antiguay

    constante

    caracterstica

    d elosanlisisy deba

    tesreferentesa las

    delimitaciones

    d e

    "ciencia"

    o

    "significado". Aquellas famosas disputas

    por

    las

    demarcacionestenan

    toda la pasin

    e

    intensidad de

    circunscribir

    lo

    salvado

    y lo

    c onde nado ,

    d edefinir

    lo lcito y lo ilcito,

    d e

    descubrir u n a verdad im portante y dada, y n o

    s implemente

    de asignar

    etiquetas.

    El

    convencional ismo con

    respectoa la

    delimitacin

    de

    conceptos

    slose

    invocaba,

    con

    algn

    apuroy

    visible falta de conviccin,

    cuando el terico se

    vea

    acorralado,

    por

    ejemplo ,

    p o rla

    insistente

    pregunta acerca de

    la legitimidad del

    principio

    deverificacin

    m i s m o .

    Era

    ste un informe experimentalo

    un a

    convenc in quedefinaloslmitesde un

    trmino?

    Se

    mantena

    la

    ficcin

    d e q ue la

    demarca

    cin

    d everificabilidad del significadood ela

    ciencia era m e r a m e n t e una convencin

    nues

    tra. Pero el verdadero espritu enq u ese

    inspiraba estadelimitacin era evidentemente

    m u y distinto. S epropugnaba como una norma

    objetiva, autorizada,

    platnica.

    Circunscriba

    el m bito delasalvacin cognoscitiva.

    N o c a b ela

    m e n o r

    duda d e q u e las discu

    siones acerca deloq ue esyn oes"cientfico"

    se

    sostienen

    dentro de

    esteespritu

    manifiesta

    m e n t e

    platnico,

    normativoy n o convenciona-

    lista. S e trata de sabersialgoes verdadera

    m en te , rea lmentecientfico.L o s debates pare

    cen basarse enel supuesto de queloq u ese

    ventila

    es una importantefrontera conceptual,

    en lanaturaleza m i s m a d elascosasytotal

    m e n t e

    fuera delalcance d elo que nosotros

    opt e mos

    por l lamar lo que sea.

    H a y otra explicacin posible: n o

    so mo s

    conceptualmente

    rgidos

    porq ue s o m o s

    plat

    nicos, sino que l legamos a serplatnicos

    porque

    s o m o s

    conceptualmentergidos. C u a n

    do los conceptos nos apremian nos vo lvem os

    platnicos malgr-nous.

    N o s ie m pr e n o s

    es

  • 7/25/2019 UNESCO. Ciencias sociales.pdf

    8/178

    E l rango

    cientfico

    de las

    ciencias

    sociales

    603

    d a d oelegirnuestros conceptos, y en

    c a m b i o

    stos

    s

    tienen

    a

    m e n u d o

    autoridad sobre

    nosotros. El h o m b r e puede hacer lo que

    quiere, pero no

    puede

    desear lo que quiere, y

    n o siemprepuedeelegirlibremente sus

    c o n

    ceptos. A veces

    stos tienen

    sobre nosotros

    u n a

    autoridad irresistible. Y por qu

    s o m o s

    .

    e n

    algunos casos tan rgidos

    conceptualmen

    te? Por qu consentimos en ser esclavos de

    los

    valores

    e imperativos que

    encierranciertas

    ideas?

    Genricamente, puede decirsequeesto

    sucedeporque

    cierto

    conglomeradoo sndro

    m e de rasgos, encerrados unos conotrosen

    esteo aquel concepto de una lengua oestilo

    d e

    pensamiento d a d o ,

    tienen

    buenasrazones,

    por

    decirloas, para mantenerse encerrados

    e n

    m u t u a

    c o m p a ajustamente de esa m a n e

    ra, con esaparticular

    combinacin

    de ingre

    dientes,

    y para

    tener

    alguna especie de

    d o m i

    nio compulsivo sobre nuestro pensamiento.

    A d e m s ,

    la carga

    moral,

    positivao negativa,

    c on

    quetales conceptos

    estn

    lastradosno

    puede

    ser arrancada de

    ellos.

    L a s

    razones que

    conducen

    a la

    cristaliza

    cin detalesconceptos, en los que seaglutina

    u n

    conjunto de rasgos,

    p u e d e n

    ser generales o

    especficas;

    p u e d e n

    ser inherentesa la condi

    cin

    h u m a n a c o m o

    tal o guardar

    relacin

    con

    alguna situacin socialo histrica concreta.

    Pero

    la frmula general correspondiente a

    estecasotieneque ser algo as: surgen (y a

    veces

    persisten)

    situaciones

    que

    impelen

    a una

    c o m u n i d a d lingsticay conceptual a pensar

    e n

    trminos de un concepto T,

    definido

    en

    trminos deatributos,a, b, c,etc.; y, a d e m s ,

    es de

    s u m a

    importancia para esa

    c o m u n i d a d

    establecer si unobjeto d a d o o una

    prctica

    determinada

    seinscribeo no en el

    m a r c o

    del

    concepto

    T,si esparte integrantede la vida

    m i s m a , del uso y, conello,de la

    definicin

    operacional de tal concepto. Eso es lo que

    ocurre con su cargamoral. Algunasfronteras

    conceptuales

    tienen

    para determinadas socie

    dades

    una importancia que

    d i m a n a

    de la

    ndole m i s m a

    de su

    situacin

    y no

    p u e d e n

    ser

    abrogadas

    por decreto.

    E s

    obvioq u e ,en

    nuestra

    sociedad

    m o d e r

    n a ,

    el concepto de lo

    cientfico

    es

    precisa

    m e n t e de esa

    clase.

    Lo necesitamos, y

    slo

    puede

    ser una nocin importante yautori

    zada; C o m o tantasveces ocurre,seremoso no

    capaces

    de

    especificar

    exactamente qu es lo

    q u e entendemos por l; lo que podramos

    llamar paradoja de Scrates, a saber,

    utilizar

    u n anocin sin ser capaces dedefinirla,tiene

    aplicacinaqu,

    c o m o

    entantos

    otros

    casos.

    Pero cualesquiera sean los componentes del

    conjunto de rasgos que la idea define,

    sta

    es

    indiscutiblemente importante, y no es, por

    decirloas,

    discrecional.

    N o s a b e m o slo que es

    exactamente,

    pero s que es importante y que

    n o

    p o d e m o s

    tomarla a laligera.

    L a

    idea de

    cientfico

    es una nocin de

    estaclase.

    Pero no siempre ha

    sido

    as. Sin

    d u d a

    posee alguna leve

    afinidad

    con elviejo

    deseo

    de

    definir

    el verdadero saber por oposi

    cin a la m e r aopinin, y con la preocupacin

    a n

    ms

    vehemente

    de

    identificar

    la verda

    dera fe. E neste ltimo caso, s a b e m o s

    m u y

    bien por qu la nocin era tan importante: la

    salvacin y la condenacin personal

    d e p e n

    dan de

    ella.

    Pero las fronterasde lo

    cientfi

    c o ,

    a u n q u e p u e d a n

    tal vez superponerse, no

    coinciden en extensin (y

    m e n o s

    an en

    intensidad)

    ni con el verdadero saber ni

    c on

    la

    verdadera fe.

    La sociologizacin

    de lacienciaen

    segundo

    grado:

    Popper y Kuhn

    Si

    c o n v e n i m o s

    en lo afirmado

    m s

    arriba,

    en

    q u consiste,

    pues, lo

    cientfico?

    L o

    cientfi

    c o no ha

    sido

    una nocindecisivaydefinitiva

    e n

    todos los tiempos y todas las sociedades.

    E n

    las sociedades en que se

    hallaba

    bien

    establecida

    la

    institucin

    del sabio era natu

    ral queadquiriesegrandifusin la preocupa

    cin por

    distinguir entre

    saber verdadero y

    espurio,entreacceso genuino y

    fraudulento

    a

    recetasy frmulas de excelencia yestilosde

    vida

    virtuosa.

    Constitua

    una especie de pro

    teccin

    del

    consumidor

    para aquellos que

    entraban en el

    m e r c a d o

    en busca de

    sabidura

    y

    serviciosde asesoramiento para acceder a la

    vida

    virtuosa;

    y al parecer estodio el primer

  • 7/25/2019 UNESCO. Ciencias sociales.pdf

    9/178

    604

    ErnestCellner

    estmulo poderoso

    para

    l desarrollo de la

    teora

    del conocimiento .

    E n

    aquellos

    t iempos

    d e

    presuntos

    mesasencompetencia ,los

    crite

    rios

    para

    identificaral

    verdadero

    parecan ser

    m s

    de carcter demostrativo y espectacular

    q u e

    de naturaleza purame nt e epistemolgica.

    C u a n d o la revelacin llega

    estar

    m o n o p o l i

    zada

    y codificada en escrituras, la

    preocupa

    cin central

    pas

    a ser,

    naturalmente,

    la

    identificacin

    del nico o

    casi

    nico

    punto

    de

    revelacin y de la autenticidad del supuesta

    m e n t e

    nico m ensaj e , o

    mensajero ,

    o de la

    institucin perm anente

    o

    serie

    de vnculos

    personales

    entre el

    punto

    de

    comunicacin

    autntico y el presente.

    Sobre

    el

    teln

    de

    f o n d o

    de

    estos

    diversos supuestos

    institucio

    nales y doctrinales, cada unade las cuestiones

    planteadas ,

    y sin

    d u d a

    otras variantes de las

    m i s m a s ,

    tenan sentido. A u n q u e , en efecto,:

    presentan

    alguna

    coincidencia limitada ycierta

    afinidad con la cuestin queaqu nos oc upa ,

    ev identementeno sonidnticasa

    ella.

    El

    puntoprincipal de coincidencia es

    que ,

    e n todas

    estas

    cuestiones, los

    h o m b r e s

    esta

    b a n

    interesados por la validacin o legitima

    cin de postulados m s especficos en virtud

    d e u n

    criterio

    m s general. C u a n d o

    determina

    m o s que algo es "cientfico" o no lo es,

    e s t a m o s

    ipsofactodecidiendo si

    tiene

    o no

    cierto

    derecho

    legtimo a

    merecer

    nuestra

    atencin y quiz incluso a que le d e m o s

    crdito.

    L a

    condicin de ser

    "cientfico"

    no es

    necesariamente la

    f o r m a

    exclusiva o

    d o m i

    nante

    de conferir tal autoridad a postulados

    especficos;

    pero

    es, sin

    d u d a ,

    al

    m e n o s

    una

    de

    las f o rm as de validacin universalmentereco

    nocidas

    y

    respetadas. H u b o un t iempo

    en que

    ni siquiera era

    u na

    entre

    muc ha s ;

    en

    q u e

    era,

    de hecho , desconocida.

    Esto ,

    a

    m i entender ,

    constituye

    una

    clave

    decisiva. A n t e todo es indispensable iden

    tificaraquellas condiciones

    sociales

    de origen

    o de fondo que han engendrado

    esta

    forma

    particular de validacin, que crea as

    esta

    n u e v a y potente nocin de "cientfico" y la

    dotande autoridad.

    Esto

    impr ime automticamente

    a nuestra

    indagacin

    una orientacin

    sociolgica,obli

    gndola

    a

    tomar

    conciencia de las diferencias

    generales entre clases de sociedad y ainte

    resarse por

    ellas.

    C u a n d o

    m e n o s , tendremos

    q ue ocuparnos de las diferencias

    existentes

    entre las sociedades queengendran

    esta

    no

    cin y las que no lo

    hacen.

    H a y por lo

    m e n o s

    dos

    maneras

    de

    abor

    dar

    el p r o b l e m a de la

    definicin

    de

    "ciencia":

    la

    filosfica

    y la

    sociolgica. P o d e m o s

    caracte

    rizar a la primera del siguiente m o d o : el

    investigador queoptaporeste enfoqueacta

    con arreglo a un

    tipo

    u otro de m o d e l o de

    investigacin o de adquisicin del saber,

    m o d e l o

    c u y o s

    e l ementossernt omadosde las

    actividades individuales, c o m o el tener ideas,

    experiencias,

    mo nta r

    experimentos ,

    relacio

    nar

    las

    lecciones

    de la experiencia o los

    resultados de los

    experimentos

    congeneraliza

    ciones

    basadas

    en las ideas

    iniciales,

    y as

    sucesivamente. U n a

    teora ex tremadamente

    individualista

    de la

    ciencia sera

    aquella que

    ofreciese u n a teora

    y

    un a demarcacin

    de la

    ciencia

    sin traspasar

    nunc a

    los confines de un

    m o d e l oconstruido de

    estama ne ra . Semejante

    teora estara

    dispuesta acaso a

    conceder,

    o

    incluso a

    hacer

    resaltar,

    el

    hecho

    de

    que ,

    en

    realidad, los

    cientficos

    son

    m u y

    nume ros osy

    habitualmente cooperan

    y se comunicanentre

    s,

    pero esto slo sera

    un

    e lemento

    contin

    gente

    e

    inesencial. C o n f o r m e

    a tal

    teora,

    un

    Robinson Crusoe podrapracticar laciencia.

    C o n

    los recursos, la

    longevidad,

    el ingeni y la

    aptitud pertinentes, ningn logro de la cien

    cia, tal c o m o nosotros lo c o n o c e m o s , estara

    " en principio" m s allde sus facultades. Los

    q ue

    sustentan

    teoras

    de

    esta clase

    no tienen

    inconveniente

    en admitir que, en efecto, la

    crtica,la

    verificacin,

    la corroboracin,son,

    en trminosgenerales, actividades sociales,y

    q ue

    d e p e n d e n ,

    para

    sueficacia,de

    una

    infraes

    tructura matemt ica ,

    tecnolgica einstitucio

    nal que se halla, con

    m u c h o ,

    msall del

    poder

    y de los m ed io sde cualquier individuo;

    pero

    se sienten, supo ngo yo, obligados a

    sostener

    q u e

    la circunstancia de

    q ue un me di o

    social ofrezca o no

    estas

    condiciones previas

    es,

    pordecirlo

    as,

    unacondicin

    externa de la

    ciencia, pero

    no, de

    ningn m o d o , una

    parte

    esencial

    de

    ella.

    1

    H a y

    varios m o d o s y gradosde introducir

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    E l rango

    cientfico

    de lascienciassociales

    605

    L E P R O V O C A T E U R D E PLUIE

    L a cienciade Prometeo: el provocadordelluvias, D . R .

  • 7/25/2019 UNESCO. Ciencias sociales.pdf

    11/178

    606

    Ernest

    Gellner

    un

    e l e m e n t osociolgico enesta visin indivi

    dualista.

    S iempre

    se

    p u e d e

    alegar que la

    sociedadconstituyeu n a condicin previa esen

    cial, pero slo la sociedad c o m o tal, y no

    necesariamente

    esta

    o aquella

    clase

    d e

    socie

    d ad . E .

    D u r k h e im

    sera u n e j e m pl o d eesta

    posicin. Sostena q u e el pensamiento era

    imposible sin una com puls in conceptual , la

    q u e a su vez dependa de la existencia de la

    sociedad y , sobre todo, de l ritualcolectivo.

    E s t o , de ser

    cierto,

    convierte a la sociedad en

    u n a condicin previaesencial de laciencia y ,

    en realidad, de todo pensamiento; u nindivi

    d u o

    autnticamentepresocial, p o rcapaz q u e

    fuera, por

    m u c h o

    t i empo

    q u e

    viviera

    y por

    bien equipado q u e estuviese, jams podra

    elevarse a la formulacin de una idea gene

    ral.

    2

    U n segundo grado en la sociologizacin

    d e

    la teora de la ciencia supone

    insistir

    n o

    m e r a m e n t e en la existenciad e u na sociedad,

    sino

    d e

    u na determinadaclase

    d e sociedad. L a

    teora de la ciencia d e P o p p e r parece ser de

    esta ndole: la sociedad no es suficiente, la

    generacin

    de la

    ciencia

    requiere el

    "espritu

    crtico".

    Las sociedades cerradas no

    pue de n

    engendrarciencia, p er o un a sociedad abierta

    s p u e d e hacerlo. So cied ad abierta es aquella

    en la q ue los h o m b r e s

    s o m e t e n

    sus opiniones a

    la crtica m u t u a , y q u e , o b ien pose e

    a p o y o

    institucional para dicha prctica o, al m e n o s ,

    carece de m ed io s

    institucionales

    para

    inhi

    birla. L as ideas de P o p p e r sobreeste asunto

    presentan algunos aspectos que acaso no se

    hallen

    enteramente

    en

    armona .

    C u a n d o se destaca la continuidad del

    proceso

    d e ensayo y error

    c o m o

    base de todo

    avancecognoscitivoen lahistoriad e cualquier

    ser vivo, dirase que e l h o m b r e

    c ompart e

    el

    quid

    secretode l m t o d o

    cientfico

    co n toda la

    vida orgnica y que jams precis apren

    derlo. (Slo h e m o s aprendido encierto m o d o

    a

    acelerar

    un

    p o c o el pro ceso y a tener piedad

    d e

    los portadores de ideas q ue n o

    prosperan. )

    N o

    pa recen requerirse

    instituciones

    especiales

    d e n ingunaclase. Sin e m b a r g o , en el contexto

    d e

    su refutacin d e los relativistasq ue invo

    can la incapacidad

    h u m a n a

    para superar el

    prejuicioy el

    inters,

    P o p p e rparece dispuesto

    a conceder que m u c h o s (quiz la m a y o r

    parte?) de los h o m b r e s se muestran reaciosa

    corregir sus opiniones propias a la luz de

    consideraciones en contrario y tal vezincluso

    necesiten

    el

    prejuicio

    para

    hacer descubrimien

    tos; pero

    insiste

    en q ue la

    ciencia

    es precisa

    m e n t e el tipo d e institucin q u e n o est a

    merced de las virtudes o

    vicios

    d e las person as

    que

    la sirven.

    L a verificacin pblica, por parte de una

    co munida d

    d ecientficosdiversificadae incon-'

    trolable,garantiza la eliminacin ltima de las

    ideas errneas, por dogm ticos e irracionales

    que

    sean sus partidarios. S e g n este anlisis,

    la

    ciencia

    y su adelanto

    de pe nde n

    claramente

    del

    a p o y o

    institucional aportado por esta

    verificacin plural y pblica. Por otra parte,

    n u e v a m e n t e en el contexto de la discusin

    sobre el origen delespritu

    cientfico,

    Popper

    se

    inclina

    a invocar las

    figuras

    d e los heroicos

    fundadores-liberadores prometeicos jnicos,

    q ue de a lgunam a n e r a vencieron suproclivi

    da d

    h u m a n a

    al d o g m a t i s m o e

    incitaron

    a sus

    discpulos a ejercitar la crtica, inventando

    co n

    ello

    la

    ciencia.

    E l

    filsofo

    jnico

    precur

    sor de P o p p e r d e s e m p e a e n este sistema

    un papelsimilar al delfilsofoen La Rep

    blica: l, y

    slo

    l, con su aparicin un tanto

    misteriosa, p u e d e r om per el crculo vicioso

    del que, de no ser as, el h o m b r e no podra

    escapar.

    L a

    filosofageneral de P o pper llama la

    atencin sobre el hecho de que la ciencia

    tuviera que ser inventada en la

    historia

    h u m a n a ,

    d o n d e

    la

    v e m o s

    c o m o

    el

    gran

    acto

    liberador que nos redime de la sociedad

    cerrada, a u n q u e originariamente no hubiera

    necesitado invencin, en lahistoriageneral d e

    las

    especies,

    pues la

    a m e b a

    la posea

    c o m o

    privilegioinnato.

    E n

    la naturaleza, los organis

    m o s

    el iminaban las

    hiptesis

    errneas

    elimi

    nndose entre s. Losh o m b r e s

    salvajes,

    pre-

    cientficos,

    tam bin

    se eliminaban alegre

    m e n t e

    unos a otros, pero no eliminaban las

    hiptesis;

    p or a lguna

    razn, dejaban

    sobrevi

    vir las ideas, o m e j o r dicho, las preservaban

    sin discriminacin, en vez de eliminarlas.

    Implacables entre

    ellos,

    manifestaban un a

    tiernasolicitud por las ideas. Loscientficos

  • 7/25/2019 UNESCO. Ciencias sociales.pdf

    12/178

    E l rango

    cientfico

    de las ciencias

    sociales

    607

    m o d e r n o s eliminan las hiptesis,

    pero

    no se

    eliminan

    entres, porlo m e n o s cuando obser

    van su

    comportamiento pt imo.

    La curiosa

    consecuenciade estafilosofade la historia es

    q ue

    existeuna

    especie

    de

    edad

    de

    las tinieblas

    o

    cada,

    q ue tuvo

    lugar

    entrelaaparicin

    de

    la

    humanidad sobre

    la tierra y los alboresde la

    ciencia y de la

    sociedad

    abierta. El privilegio

    innato de la

    a m e b a

    se

    perdi

    durante

    el

    periodo

    primitivodela historia h u m a n a , tribal

    y

    supercolectivista, y se recobr,

    heroica

    y

    milagrosamente, en Jonia. E s interesante la

    coincidencia

    deq ue esta teora de la edadde

    las tinieblas sea

    compartida, au n q u e

    de

    forma

    distinta, por el cristianismo,

    por

    el

    marxismo

    y

    por P o pper .

    El

    s egundo

    filsofo

    de la ciencia ms

    influyente

    en

    nuestros

    das,T h o m a s

    K u h n ,

    al

    parecer tam bin sociologiza la

    materia

    en

    segundo grado. E n su

    opinin,

    la

    sociedad

    resulta esencial para la existencia y el pro

    greso

    de la ciencia,

    pero

    no

    precisamente

    cualquier sociedad,sino aqulla dotada

    de

    un

    paradigma.

    A p a r e n t e m e n t e ,

    haysociedades

    q ue

    no

    poseen

    esta

    cualidad:

    por

    e j emplo ,

    la

    co munida d

    de los especialistas en ciencias

    sociales.

    3

    H asta

    d o n d e p o d e m o s

    discernir, la dife

    rencia decisiva entre

    sociedades capaces

    y

    sociedades

    incapaces dehacer ciencia,

    segn

    este m o d o de ver,ser,lisay

    l lanamente,

    la

    ausencia

    o

    presencia

    de

    u n paradigma. K u h n

    n o parece

    tener opinin con respecto a la

    diferencia entre

    paradigmas

    cientficosy no

    cientficos,

    y a mi

    entender ,

    es sta una

    debilidaddecisiva

    en

    suposicin.

    L o sparadig

    m a s parecen no slo ser

    inconmensurables,

    sinotam binconstituir

    una

    clasecuriosamente

    indiferenciada.

    Elprofeta

    de su

    inconmensura

    bilidad

    parece

    tener escaso sentido de su

    profunda diferencia de

    naturaleza,

    de que

    algunos deellos son

    m s

    inconmensurables

    q ue

    otros. Peroen tanto

    q u e

    la

    importancia

    de los paradigmas , y el hecho de quesean

    socialmente transmitidos,

    perpetuados

    e im

    puestos,

    le

    lleva

    abierta y confesadamente a

    dirigirse a la sociologa, se ve expuesto al

    sarcasmo de

    P o pper:

    q u sociologa va a

    utilizar elfilsofode la ciencia? En qu

    paradigma sociolgico

    podr

    confiar cuando

    se

    valga

    de la sociologa para abordar el

    proble ma general de la

    naturaleza

    de la cien

    cia, con objeto de esclarecer la posicin de

    todas

    las ciencias, incluida la sociologa

    mis

    m a ?

    Al referir

    toda

    actividad

    cientfica

    a los

    paradigmas , y

    supeditar

    la

    filosofa

    de la

    ciencia a la sociologa (quepresumib lemente

    n o

    est m s exenta de la

    dependencia

    de los

    paradigmas

    q u ecualquier

    otraciencia o inves

    tigacin), dirase que en su actitud hay un

    e lementode crculo vicioso.

    4

    L o que nos interesa aqu es que tanto

    P o p p e r c o m o K u h n sociologizan lafilosofade

    la ciencia en

    segundo grado ,

    es decir,

    hacen

    dependerla ciencia

    n o

    slodelam e r aexisten

    cia de la sociedad, sino de la

    presencia

    de un

    tipo particular desociedad.

    L a

    f o rma

    en

    q u e

    lo hacen ,sine m b a r g o , es

    m u y distinta y, en realidad,

    d iam etralmente

    opuesta. ParaP o p p e r ,la nica

    sociedad

    capaz

    de

    hacer

    ciencia ser aquella c u y o control

    i

    social es tan laxo

    q u e

    permitela

    crtica

    incluso

    desussabiosm s respetados(om e j o r

    todava,

    quizs,

    aqulla

    dotada

    de

    garantas

    institucio

    nalesq u e

    posibilitan o inclusoestim ulan

    s e m e

    jante crtica); para

    K u h n ,

    la ciencia slo es

    posible si

    existe

    un control social conceptual

    suficientementeestrictopara i mpone r un para

    d igm a

    a sus

    m i e m b r o s

    en casi

    todos

    (aunque

    n o

    absolutamente todos) los m o m e n t o s , no

    obstante

    el h e c h o de que los

    paradigmas

    no

    son

    lgicamente

    o, por decirlo as, objetiva

    m e n t e

    coactivos. E s la

    presin

    social la que

    los

    i m p o n e ,

    haciendo

    posible de este

    m o d o

    la

    ciencia. Am e n o s

    q u e

    lascuestionesprofundas

    se

    prejuzguen

    arbitrariamente, la ciencia no

    p u e d e

    progresar: aparece.

    Pero al igual que

    T h o m a s

    H o b b e s

    insista

    en que

    cualquier

    soberano es preferible a la anarqua, as

    tambin T h o m a s K u h n

    destaca q u e cualquier

    paradigma es preferible a la terrible libertad

    d e

    los especialistas enciencias sociales c o n t e m

    porneos , quesiempre debaten y p o n e n en

    tela

    de

    juicio

    principios

    fundamentales

    y, por

    esa m i s m a razn,

    merced

    a su gran "aper

    tura",

    inhiben el nacimiento de ciencia

    genuinaen supropio seno.

    N o es precisooptar aquentreel filoanar-

  • 7/25/2019 UNESCO. Ciencias sociales.pdf

    13/178

    608

    ErnestGellner

    q u i s m o

    de

    P o p p e r

    y el autoritarismo de K u h n ,

    q ue

    recomienda lealtad,

    a los

    paradigmas

    en

    casi todoslos

    m o m e n t o s , au n q u e

    evidente

    m e n t e

    reservndose

    el

    derecho de rebelin

    ocasional (durante

    unas

    igualmente

    m al

    defini

    das, y

    creo que

    enprincipio indefinibles

    condiciones de"revolucin cientfica"). L o

    q ue ses pertinente

    para

    nuestro propsito es

    sealar un error c o m n a a m b o s .

    Paradefinir

    la

    ciencia,

    es preciso sociologizarlafilosofa

    de la

    ciencia

    entercer

    grado,

    y no

    m e r a m e n t e

    en

    s egundo

    grado. N o basta con reconocer la

    funcin

    de la

    sociedad

    y distinguir

    entre

    sociedades capaces y sociedades incapaces de

    hacer

    ciencia;

    es

    necesario

    tambin

    efectuar

    esta distincin

    con arreglo a

    caractersticas

    de la sociedad que nocorrespondan solamente

    a sus actividades cognoscitivas, yconsiderar

    esas sociedades

    cua ndo

    participan en otras

    actividades.

    T e n d r e m o s

    que

    examinarlas

    repercusiones de las

    primeras

    sobre las segun

    das. Esto, en mi terminologa, es

    sociologizar

    la materia entercergrado ,y es algo quede be

    hacerse. D e

    qu

    ma ne ra ?

    Caractersticas

    e

    lassociedades

    capaces

    e hacerciencia

    P a ra

    c o m p r e n d e r por qula nocin delo

    cientficoes taninfluyente, por qu

    esta

    seal

    de aprobacinestan significativa,

    h ab r em os

    de

    e xami nar

    qu es lo que la

    "ciencia"

    hace

    a

    la sociedad,

    y

    olvidar por un m o m e n t o

    la

    usual y fascinante cuestin de c m o logra

    hacerlo. Las

    teoras filosficas

    de

    laciencia,

    c o m o las incorporadas en las diversas

    tentati

    vasfilosficas

    de

    dema rca r

    el

    hechocientfico,

    se esfuerzan bsicamente por respondera la

    pregunta relativa a c m o acta la ciencia,de

    q u m a n e r a se logra el

    gran

    milagro del

    progreso

    y elconsenso cientfico. Pero

    para

    determinar

    qu es lo que

    confiere

    a la

    ciencia

    tal p o d e r taumatrgico , tal hechizo, no de be

    m o s

    mirar tanto c m o o pera ,

    sino

    qu es ese

    efecto m g ico . P o r

    qulaciencia entraa

    tanta

    diferencia

    para

    la

    sociedad, que asigna

    u n

    prestigioespecial

    a toda actividad suscepti

    ble de serincluidadentro de sucrculom gico

    y sustrada

    de

    todo aquello no calificable

    c o m o "cientfico"?

    Este contraste, c o m o acabo de formu

    larlo,

    simplifica

    un

    p o c o

    una realidad ms

    compleja:

    los

    filsofos

    de la

    ciencia,

    natural

    m e n t e , tam bin

    se interesan por las

    caracters

    ticas de la produccin dela

    ciencia,

    porla

    clase

    de

    teora

    que

    sta

    produce .

    D e todos

    m o d o s , tienden a considerar dichaproduccin

    c o m o un dato. Su p r o b l e m a es determinar

    c m o seconsigue. Esel

    socilogo

    quiense

    interesa

    primordia lmentepor los

    efectos

    y las

    consecuencias de las diversas

    clases

    de conoci

    miento

    que

    proporciona

    la

    ciencia.

    Para

    s im

    plificar

    la exposicin,

    fingir

    que

    esta

    divisin

    del trabajo esms neta de lo quees en

    realidad.

    As planteadalacuestin, lamejo r m a

    nera

    de responder a

    ella

    es ofrecer un breve

    bosquejo

    de la historia de la

    humanidad,

    esquemtico pero

    pertinente, que divida dicha

    historia en

    tres grandes fases.

    Ls

    filosofas

    trinitariasde la

    historia

    son bastante corrien

    tes. Est, por

    e j emplo ,

    la

    teora

    de

    Auguste

    C o m t e con sus

    tres

    etapas

    histricas:

    la

    reli

    giosa, la metafsica y la

    positiva,

    o la doctrina

    de la do m inac in sucesiva dela m agia ,la

    religiny

    la

    ciencia,

    postulada por Sir

    James

    Frazer,o la versin, m e n o s intelectualista,de

    Karl

    Polanyi, que

    establece

    la sucesin de

    tres

    formas de sociedad: comunitaria,redistribu

    tivay

    de

    m e r c a d o .

    El

    n u e v o

    patrn de

    la

    historia universal que

    est

    ya

    cristalizando

    en

    nuestros dasyque constituye, creo yo,la

    concepcin

    dela

    historia

    de nuestra era no

    oficial,

    no formuladay aveces inconfesada,

    pero

    tcitamente reconocida, es un tanto

    diferente.

    C o m p a r t e

    con los

    e squema s

    de

    C o m t e

    y

    Frazer algo de su

    intelectualismoy

    de su

    alta

    valoracin de la

    ciencia, aunque

    se

    muestra m s preocupada q u e Frazer,

    por lo

    m e n o s

    por los

    efectos

    de la

    ciencia

    sobreel

    o rdenam iento

    de la sociedad.

    Las etapas cruciales delahistoria dela

    huma ni da d

    son las

    siguientes:

    primera, la de

    la cazay

    recoleccin

    de frutos

    silvestres;

    a

    continuacin,la

    de la produccin

    de . alimen

    tos (agriculturay pastoreo), por ltimo,la

  • 7/25/2019 UNESCO. Ciencias sociales.pdf

    14/178

    E l

    rango

    cientficode lasciencias

    sociales

    609

    L a

    desesperacin cognoscitiva. Roger-vioiiet.

  • 7/25/2019 UNESCO. Ciencias sociales.pdf

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    610

    Ernest

    Cellner

    basada

    en la

    produccin

    directamente vincu

    lada

    al

    auge

    del saber

    cientfico.

    L a s teoras q u e presentanlasfaseshistri

    cas en trminos de organizacin social no

    sirven: es la base productiva cognoscitiva la

    q u e

    parece

    depararnos

    la

    granlnea divisoria;

    y

    a un lado y a otro de

    esta gran lnea

    hal lamos una diversidad de

    formas

    sociales.

    E n el presente contexto, el m u n d o de los

    cazadores y

    recolectores

    no nos

    interesa

    m a y o r m e n t e . Pero

    la

    diferencia

    entre el

    m u n d o

    agrario y el

    cientfico-industrial

    nos

    importa considerablemente .

    L a

    nocin de

    u n a

    sociedad agraria plena

    m e n t e

    desarrollada incluye no solamente el

    hechode contar con la

    produccin

    de

    a l imen

    tos, sino

    tam bin

    otras dos caractersticas

    importantes: la-alfabetizacin

    y lacentraliza

    cin

    poltica. L a s

    sociedades agrarias desarro

    lladas

    se distinguen por una

    divisin

    del tra

    bajo bastante compleja pero relativamente

    estable. P eroes un error

    tratar

    ladivisindel

    trabajo

    c o m o

    un

    producto h o m o g n e o :

    sus

    consecuencias para

    la sociedad varan

    s egn ,

    precisamente ,

    qu es lo que se convierte en

    u n a especialidad. L a alfabetizaciny la centra

    lizacin

    poltica,

    la aparicin de unaclase

    ilustrada

    y de un

    r g im en

    de gobierno tienen

    consecuencias m u ydistintivas, q u e

    no

    pueden

    asimilarse sin

    m s

    a las

    especializaciones

    eco

    n m i c a s

    m e n o r e s que intervienen en el pro

    ceso de

    produccin t o m a d o

    aisladamente.

    L o s

    regmenes

    de las sociedades agrarias

    ilustradasno son todos

    iguales.

    E n realidad,

    difieren m u c h s i m o entre s. Es de sobra

    conocidala diversidad de los

    regmenespolti

    cos agrarios. Las clases de funcionarios y

    burcratasde los

    reg menes

    agrarios tambin

    varan

    e n o r m e m e n t een su

    organizacin,

    reclu

    tamientoy

    m o d o s

    de ser. E n un

    sitio

    pueden

    formar

    parte de

    u n a

    organizacin nica,

    cen

    tralizada

    y celosamente

    monopolista;

    en otro,

    p u e d e n constituirungrem io

    holgado

    yliberal

    abierto a todos los

    h o m b r e s

    instruidos y

    devotos . E n un lugar diferente, p u e d e n for

    m a r

    una casta

    estricta, m a s

    no centralizada,

    o constituir

    una burocracia seleccionada

    m e

    diante oposiciones, c o n u n m o n o p o l i o

    adm inis

    trativopero

    noreligioso.

    A h o r a

    bien, no obstante estavariedad,

    pueden

    observarse algunos rasgos

    c o m u n e s

    o

    genricos importantes. E n

    tales

    sociedades, el

    saberregistrado y

    archivado

    se

    utiliza

    para los

    d o c u m e n t o s

    administrativos, especialmente

    los que

    ataen

    a la imposicin

    fiscal;para

    la

    comunicacin

    entre toda una jerarqua

    pol

    tica

    yreligiosa;c o m o parte delritualyparala

    codificacin de la doctrina religiosa, la cual

    proyecta

    una especie de

    s o m b r a

    en formad

    magia de la

    palabra,pleitesa

    rendida por la

    magia

    manipuladora

    a la

    religin fundada

    en

    las Escrituras. La conservacin de la

    verdad

    escrita,y posiblemente sucum plimientoen la

    prctica, son

    preocupaciones

    centrales, antes

    q u e

    su expansin en f o rma de adquisicin de

    m s verdad. (Todava

    no es un

    idealplausible

    la ampliacin del saber.) Pese a su compleji

    d a d interna, a veces m u y considerable, tanto

    el sistema de jerarquizacin

    social c o m o

    los

    sistemas cognoscitivos dentro de sociedades

    c o m o stas

    tienden a ser bastante

    estables,

    y lo

    m i s m o

    sueleocurrir con su sistema pro

    ductivo.

    El peso

    normativo

    yconservador

    con

    fiado

    a

    la palabra

    escrita,

    a cargo de las

    clases

    ilustradas,

    tiende a producir un

    dualismo

    o

    pluralismo cultural

    en semejante sociedad,

    u n a diferenciacin entre la tradicin

    grande

    (culta)y la tradicin o tradiciones

    pequeas .

    A l g u n o s

    e l ementosde la

    gran

    tradicinescrita

    pueden

    contener ideas generales de

    u n a pene

    tracin y potencialidad considerables,

    observa

    ciones

    agudas

    y exactas de la realidad o

    sistemas deductivos de

    gran

    rigor; no obs

    tante,

    genricamente

    hab lando , p u e d e

    decirse

    q u e

    un

    cuerpo

    deesta

    clase

    no posee

    ninguna

    comprensinslida,n ingn

    conocimiento

    pro

    fundo y acumulativo de la naturaleza. Su

    principal funcin ysignificacin

    estriba

    en la

    legitimacin social,la

    edificacin

    de las perso

    n a s ,

    la conservacin de

    do cumento s

    y su

    comunicacin ,

    antes que en una

    verdadera

    exploracin cognoscitiva de la naturaleza.

    C o n respecto a la

    manipulacin

    y al conoci

    miento

    de las cosas, el contenido cognoscitivo

    del

    cuerpo

    en cuestin

    suele

    ser

    inferior

    a los

    saberes

    prcticos del artesano, el trabajador

    ma nua l o el profesional en ejercicio. La

    ansiedad de saber expresada con tanto vigor

  • 7/25/2019 UNESCO. Ciencias sociales.pdf

    16/178

    E l

    rango

    cientficode lasciencias sociales

    611

    e n

    el discursoinicialdelFaustodeG o e t h ees,

    evidentemente , una manifestacin suscitada

    p o r

    esta

    situacin.

    C o n m e n o s angustia y acasom s indigna

    cin, y con autntico cela misioneroen

    n o m

    b r e

    de

    u n a

    presunta

    alternativa, hallamosun

    sentimiento anlogo,

    por e j emplo , en lo que

    podramos

    llamar

    po pu l i sm o

    p a n h u m a n o o

    carte

    blanche

    de

    M ichel

    O a k e s h o t t .

    s

    L a

    obra

    d e O ak eshot t estuvo m u y en

    boga

    en la

    Inglaterra de posguerra, y probablemente

    contine

    siendo el principalfilsofopoltico

    conservador del R e ino U n i d o . Suobraviene

    m u y a propsito para el fin que nos ocupa

    po rque , c o m o

    base,

    ostenta u n a premisaque

    es

    mitad

    epistemolgica,

    mitad

    sociolgica,

    y

    q u e

    p u e d e resumirseas: el saber autntico es

    "prctico", lo cual quiere decir que se con

    servay transmite

    merced

    a la prctica de un

    arte, yslop u e d e perpetuarsea travs de

    u n a

    tradicin viva; su contenido no puede ser

    nunca

    captado a decua da mente en d o cu m en

    tos escritos y, desde luego, no puede ser

    transmitido de un h o m b r e a otro solamente

    p o r la escritura. A la ilusinde que

    esto

    es

    posible, que confiere una autoridad

    indepen

    diente a los asertos abstractos y escritos, l

    la l lama "racionalismo", en un sentido

    m u y

    peyorativo, y

    sostiene abiertamente

    que

    ste

    es el azote y la ruina de la vida m o d er n a .La

    doctrina de O ak eshot t

    oscila

    un tanto entre,

    p o r u n a

    parte,

    u n panpopul i s mo

    global

    q u e

    da

    p o r buenas todas las tradiciones y condena

    todos

    sus escolasticismos, los cuales surgeny

    prosperan cua ndo aqullas adoptan laescri

    tura

    y la

    imprenta tomndolas

    demasiado

    en

    serio,

    y, por otra parte, el a p o y o resuelto a

    u n a

    tradicin concreta y bienaventurada

    q u e ,

    gracias

    presumiblemente

    a una constitucin

    n o

    escrita,

    a u n

    derecho

    consuetudinarioy a la

    pragmticasabidura de los

    polticos

    conserva

    dores, ha resistido al "racionalismo" algo

    me jor

    que otras, au n q u e , hacia

    1 9 4 5 ,

    no lo

    hizo

    todo

    lo bien que debiera y despert las

    irasdel doctrinario. Si essteel logro de u n a

    tradicin peculiar,

    podr

    ser

    tambin

    una

    receta vlida paratodas las d e m s ,sin contra

    decir

    implcitamente

    su

    propio

    principio esen

    cial,asaber,la ausencia de cualquierclasede

    principios abstractos y universales vlidos?

    L a posicin de O ak eshot t es pertinente

    paranuestro a rg umento po rque , ofrezca o no

    u n

    b u e n

    diagnstico de la difcil situacin

    polticadel

    h o m b r e

    m o d e r n o , nosbrinda, sin

    proponrselo ,

    una exposicin

    esquemtica

    m u y

    exacta de la funcin del saber abstracto

    e n

    el

    rgimen

    polticode las sociedadesagra

    rias

    ilustradas. Es una descripcin bastante

    aceptable

    de la relacin existente entre el

    saber codificado y las competencias prcticas

    d e

    estas sociedades,

    pero

    slo deellas.Las

    escrituras, los cdigos legislativos, las e p o

    pey as , los m a n u a l e s , etc., confiados a la

    custodia de sus escribas, ce losamentepreser

    vados

    y

    m u y

    estables

    a lo largo del

    t i e m p o ,

    no

    s o n superiores a la sabidura prctica inarticu

    lada

    del m i e m b r o vitalicio del clan o del

    gre mi o .

    Aquellos formalizan, falsean,

    paro

    dian, se hacen eco de

    esta

    sabidura; y

    aun

    q u e , contra lo prescrito por la diatriba anti

    "racionalista", el respeto reverencial por la

    versin codificada del saber p u e d e en oca

    siones ser beneficioso y a q u e , pore j emplo ,

    esterespeto por la n o r m a codificada la hace

    m e n o s

    dctil

    a la

    manipulacin

    oportunista,

    esciertoque la autoridad absoluta

    reclamada

    para lo escrito

    bajo

    custodia del escriba no

    est justificada. L a teoraescritaes parasitaria

    d e

    la praxis vivida. Sea,pues , as; o, por lo

    m e n o s ,

    as fue, en otro

    t i em po ,

    en las socie

    dadesagrarias ilustradas. N o en nuestros das.

    E s visiblemente

    falso

    respecto a laciencia

    m o d e r n a y la sociedad enella

    basada. C o m o

    f e n m e n o social,

    la ciencianatural

    mode rna

    posee

    u n a

    serie

    de rasgos

    caractersticos:

    S in

    ser enteramente consensual, lo es en un

    grado a so mbro so .

    E s

    intercultural. A u n q u e prospera ms en

    ciertospases que en otros,

    parece capaz

    d e subsistir en una

    amplia

    variedad de

    climas

    culturales y

    polticos

    y de ser, en

    gran

    m e d i d a ,

    independiente

    deellos.

    E s

    acumulativa. Su

    ritmo

    de crecimiento es

    p a s m o s o .

    ste es

    tambin

    u n

    rasgo nico

    entre los sistemas cognoscitivos en gene

    ral.

    A u n q u e ev identemente p u e d e ensearse a

    h o m b r e s

    procedentes de cualquier sus-

  • 7/25/2019 UNESCO. Ciencias sociales.pdf

    17/178

    612 ErnestCellner

    trato

    cultural, requiere unaardua y pro

    longada capacitacin para adquirir

    m o

    do s

    y tcnicas d e pe n s a m ie n t o q u e n o

    ofrecen continuidad alguna con los de la

    vida

    cotidiana

    y que con frecuencia van

    totalmente en contra de laintuicin.

    L a

    tecnologa en constante crecimiento que

    esta ciencia

    engendra

    es inmensurable

    m e n t e superior a las

    tcnicas

    y los sabe

    res prcticos de los artesanos de la

    socie

    dad agraria, y cualitativamente distinta

    de

    ellos.

    So n

    estos rasgos, u otros estrechamenterela

    cionados con

    ellos,

    los q u e ha nengendrado la

    persistente

    y obsesionante pregunta acerca de

    q u es la ciencia.N o se trata y a , e nrigor, d e

    q u

    es la

    verdad,

    la sabidura o el conoci

    m i e n t o verdadero . L o sh o m b r e s obsesionados

    por

    la pregunta

    respecto

    a la naturaleza de la

    ciencia

    n o niegan necesariam ente q ue el saber

    y la verdad existen tam bin fuera de la

    ciencia; no todos dicen,

    c o m o

    lo enunciaba

    irnicamente el autor de unlibroen contra de

    la ciencia e n cierta ocasin:

    Extra

    scientiam

    nulla

    saliis.

    6

    M a s

    por lo general

    estn

    imbui

    do s po r el sentido del carcter

    distintivo

    d e

    esta

    especie

    de saber y desean localizar su

    fuente. N o es qu e quieran matar la

    gallina

    d e

    los huevos de oro , lo nico que anhelan es

    descubrirla, con objeto d e utilizarla al m x i

    m o y tal vez guiarla hacia nuevos c a mp os .

    ( A l g u n o s s desean equiparar saber con saber

    cientfico,

    n o

    p o r q u e

    desprecien los

    m o d o s

    cognoscitivos

    precientficosy abjuren de

    ellos,

    sino

    p o r q u e

    los consideran bsicamente anlo

    gos a laciencia,sloq u em sprimitivosy m s

    endebles , y ent ienden que me re c e n la

    m i s m a

    etiqueta.

    Per sonalm ente considero errnea

    estasuerte d e

    "tesis

    de la continuidad".)

    Esta definicin, digmoslo as , externa,

    sociolgica, de la ciencia, elaborada desde el

    p u n t o

    d e

    vista

    de sus efectos sobre la topo

    grafa y los procesos productivos cognoscitivos

    de

    la sociedad (dejando aparte la

    cuestin

    d e

    su m ec n ica interna, el secreto de su xito),

    p u e d e , naturalmente, ser im pu gn ad a . P uede

    negarse que la ciencia

    constituya

    la victoria

    del saber trans-social,explcito, formalizado y

    abstracto sobre las intuiciones, o c ompe t e n

    cias, o sensibilidades, comunicadas porotras

    vas

    que e l discurso en privado.

    P u e d e

    afir

    marse

    que lagallina de los huev os de oro no

    es, al fin de cuentas, radicalmentedistintad e

    las

    viejas

    tcnicas

    y saberes

    prcticos.

    Puede

    alegarse que la percepcin y comprensin d e

    un p r o b l e m acientfico,la capacidad depropo

    ner y verificar u n asolucin requieren cierto

    instinto

    especial, sagacidad o

    "sapiencia

    per

    sonal" que est m sall del alcance de las

    palabras o la escrituray q u e n o pue de

    forma

    lizarse. E l Fingerspitzengefhl(tino, habili

    dad) goza de perfecta

    vigencia,

    y , lo que es

    m s

    importante , sigue siendo indispensable.

    Michael

    Polanyi no fue

    sino

    un adepto

    m s ,

    aunque posiblemente el m s clebre, d e

    esta

    ma ne ra de entender las cosas.

    7

    Es difcil

    decir

    c m o

    podra evaluarse

    esta interpretacin. A veces se

    funda

    en

    argumentos c o m o el de laregresin

    infinita

    d e

    la formalizacin, que

    nunca

    logra estar a la

    par

    de s

    m i s m a ;

    8

    se afirme lo que se afirme,

    serslou n caso d e " saber

    q u" ,

    y presupon

    dr

    u n

    n u e v o

    yprctico "saber

    c m o " apli

    carlo,

    y si eso a su vez se

    articula

    y se hace

    explcito, entrar en juego el argumentoini

    cial, y as indefinidamente. O bien suele

    sustentarse m edian te la plausible y difundida

    opinin de que

    aunque

    existau n algica de la

    verificacin,

    n o h a y ningunalgica del descu

    brimiento: slo la inspiracin, fluctuante e

    incontrolable,

    q u eacude o n oacude seg n su

    antojo , pero que parece

    me jor

    dispuesta a

    manifestarse en presencia de

    tradiciones

    d e

    investigacin

    bien asentadas,

    aunque

    elusivas

    eindefinibles.

    Pero

    a u ncuando se admita todoesto, lo

    que

    importa desde e l

    punto

    d e

    vista

    social es

    que

    la proporcin, el equilibrio q u e

    existe

    entre el saber prctico o el instinto

    inefable,

    por un a parte, y el conocim iento formal

    explcito, por la otra, se transforme, hasta ser

    irreconocible, en una sociedad industrialq u e

    se

    sirve

    de la

    ciencia.

    A u n

    cuando

    u n

    ele

    m e n t o d e

    intuicin

    o tradicin, situadom s

    all de las palabras, sea decisivo para el gran

    descubrimiento excepcional y

    sobresaliente,

    o

    necesario

    en pequeas dosis regulares

    para

    mantener

    u n a

    tradicin

    d einvestigacin vigo-

  • 7/25/2019 UNESCO. Ciencias sociales.pdf

    18/178

    El rango cientficode las ciencias sociales

    613

    rosa,

    la

    e n o r m e m a s a de

    investigacin

    co

    rrientey de

    actividad

    tecnolgica funciona de

    m o d o m u ydiferente:se parece m sbien a los

    viejosescolasticismos

    explcitos

    delas socie

    dades agrarias ilustradas, salvo enunsolo

    aspecto

    crucial:

    toda

    esta

    actividad

    funciona.

    E l escolasticismo,pese

    a

    toda su

    ineficacia,

    parece habersidouna magnfica preparacin

    para un vigor autnticamente productivo. Las

    sociedades talmdicas se dan con

    alacridada

    laciencia.

    L as consecuencias generales para lasocie

    da d quese

    sirve

    de

    la

    ciencia son tambin

    bastanteobvias. T o d asociedad dotada de una

    tecnologapujante y en constante crecimiento

    vive delainnovacin, y suestructuralaboral

    profesional sehalla en evolucin perpetua.

    Esto

    determina una movilidad profesional

    bastante notable, y,con

    ello,

    un grado de

    igualitarismo que, a u n q u e insuficiente para

    satisfacer del todo

    a

    los igualitarios,ese m

    pero

    bastante

    m a y o r

    que

    el

    de

    lamayora

    de

    las sociedadesagrarias.Esigualitarioporque

    es mvil ,nomvilporquesea

    igualitario.

    La

    movilidad,lafrecuente transmisin abstracta

    de

    ideas

    y la

    necesidad

    dealfabetizacin

    universal,

    es

    decir,

    una

    comunicacin

    razona

    blementedesvinculada de los contextos,

    t a m

    bin c o n d u c e n

    a

    una funcin enteramente

    n u e v a de

    la

    culturaen

    la

    sociedad:

    la

    cultura

    apareceligadaa la escuela m s que al hogar y

    tiene

    que ser razonablementeh o m o g n e aen

    todoelmbitocubiertopor un sistema e d u

    cativo.

    Alfin,

    as

    grandes tradiciones

    real

    m e n t e

    d o m i n a n

    y en gran m e d i d a reemplazan

    a las

    pequeas

    tradiciones.

    As,

    el

    Estado,

    q u e

    otrora

    sepresentara c o m oel defensor de

    la fe, hoy deviene en

    efectoelprotector

    de

    u n a cultura. E n

    otras

    palabras,

    el

    Estado

    nacional m o d e r n o (basado en elprincipio:un

    Estado,unacultura)seconvierteen la n o r m a ,

    y

    surgen nacionalismos

    irredentistas all

    d o n d e

    esta n o r m a

    no se

    satisface.

    Elpotencial

    de crecimiento sin precedentes c o n d u c ea una

    poltica de ,la abundancia:elintentode apla

    car con la prosperidad

    material

    el descontento

    y de atenuar los

    conflictos

    socialescon rega

    lasyventajas

    econmicas entodo

    y

    para

    todo,

    seconvierte, c o m o essabido, en una

    trampa

    terrible,

    c u a n d o ,

    trashaberse

    transfor

    m a d o esas

    ventajas

    en unaexpectativaincul

    cada,

    c o m o de algo debido por derecho,

    el

    cuerno de

    la

    abundancia temporalmente

    se

    seca osimplementereduce su caudal, c o m oes

    natural

    de

    c u a n d o

    en

    c u a n d o .

    stos parecen ser los rasgos genricos de

    la sociedad que se

    sirve

    delaciencia. D i c h o s

    rasgos

    la

    diferencian profundamente de

    la

    m a y o r

    parte

    o

    de todas las sociedades agra

    rias,que son malthusianas en vez deorienta

    das

    al

    crecimiento,

    y

    se

    caracterizan

    por

    la

    estabilidadcognoscitiva y productiva m sque

    p or su expansin (las innovaciones,

    c u a n d o

    se

    producen, s u p o n e n

    c a m b i o sde grado m sque

    de

    clase,

    y

    en

    cualquier

    caso

    llegan

    c o m o

    aparicionesfurtivas, aisladas).Lasteorasde

    las

    fases

    o pocas

    histricas

    de la organizacin

    social

    (capitalismo/socialismoesla m s p o p u

    lar) parecen haber fallado, porcuanto

    la

    sociedad que hace uso de laciencia(esdecir,

    la

    industrial) resulta

    ser compatible con

    diver

    sas

    formas

    deorganizacin, dentro de

    los

    lmites

    de sus rasgos genricos compartidos;

    pero esos rasgos,

    a

    su vez,

    la

    distinguende

    todas sus predecesoras. La

    cuestin

    sobre

    la

    naturaleza

    de lacienciaes, enrealidad,la del

    m o d o

    peculiarde cognicin, que

    a

    su vez

    define

    una etapa completa de

    lahistoria

    del

    gnero

    h u m a n o .

    Algunas

    teoras

    filosficas

    delaciencia

    L as teorasfilosficas

    de

    laciencia,tal c o m o

    aqu se las entiende, no definen lacienciaa la

    m a n e r a sociolgicapresentada en las pginas

    anteriores,en trminos de suefectosobrela

    sociedad, a

    la

    que tienden a

    ignorar, sino

    que

    tratan

    de

    descubrirelsecreto

    que

    lafaculta

    para hacerlo.

    E s imposible enumerar aqu todas

    las

    teoras

    que

    rivalizan

    en

    este c a m p o , y

    aun

    c u a n d o

    hiciramos una

    lista

    de

    todas,

    no

    tendramos

    m e d i o

    alguno para

    elegir

    entre

    ellas.

    N o

    existe

    consenso en

    estembito.

    La

    ciencia p u e d e ser consensual;

    lateora

    dela

    cienciano lo es.

  • 7/25/2019 UNESCO. Ciencias sociales.pdf

    19/178

    614

    Ernest

    Gellner

    P e r o

    vale la

    pe na , para

    el fin

    q ue

    persegui

    m o s , researalgunosd elos principales conten

    dientes:

    1. El

    ultraempirismo,

    apegado

    a los he

    chosobservables, a cumul a las observaciones;

    n i c a m e n t e va m s all de

    ellas

    cuando los

    datos

    ac umulados apuntan

    firmemente

    en al

    g unadireccin; y, m s quenada no irrumpe

    en lo trascendente Esta cauta versin del

    em pir i sm o ,

    asociada con

    B a c on

    o

    H u m e

    y

    que

    sobrevive

    h o y"da en el

    conductismo m o d e r n o ,

    se havisto

    m u y

    desacreditada l t imamente.

    Sus detractores no

    siempre saben

    apreciar el

    valor que ha tenido esteveto de la transgre

    sin cognoscitiva. Los sistemas de creencias

    delas sociedades agrarias

    solanestar

    construi

    dos

    de tal suerte que se perpetuaban a s

    m i s m o s mediante una circularidad, y el veto

    de la transgresin era la m ej o r forma de

    eliminarlos.

    2 .

    Eldiagnsticokantiano,

    que

    combina

    el veto de la transgresin con

    cierta

    osada

    r e c o m e n d a d a dentro de lmites

    apropiados

    y en un

    m ar co

    conceptual

    presuntamente

    impuesto

    por la estructura de la

    m e n t e

    hu

    m a n a .

    3 . La autopropulsin

    colectiva

    m ediante

    la

    resolucin de las contradicciones internas,

    respetando

    una

    praxis privilegiada (de la que

    la praxis de la

    clase

    privilegiada es un e j em

    plo) y la direccin de un desarrollo

    social

    prescrito. Estaes la m e j o r

    aproximacin

    que

    p u e d o encontrar

    para formular

    una de las

    teoras

    del

    conocimiento c o m n m e n t e

    asocia

    das

    con el

    m ar x i sm o.

    4 . M x i m a audacia de las

    hiptesis

    den

    tro de loslmitesde la

    verificabilidad:lateora

    de

    Popper.

    5. La obediencia a una concepcin de

    fondo (el iminandoas el caos

    caracterstico

    de

    los t e m a s no cientficos y garantizando el

    q uehacer comparativo y de

    este

    m o d o la

    acumulacin de conocimientos), excepto en

    raras

    ocasiones "revolucionarias",

    que no pue

    d en

    ser

    genricamente

    caracterizadas ni

    presu

    m i b l e m e n t e

    vaticinadas, yq ue

    despus

    co ndu

    cen

    a la

    progresiva

    substitucin de

    una

    concep

    cin de

    f o n d o

    por otra.

    D e n t r o

    de loslmites

    de

    esta

    teora, q u edeclaraq ueestassucesivas

    concepciones

    de

    fondo

    son

    inconm ensurables,

    es imposible,

    e m p e r o ,

    demostrar racional

    m e n t e

    que la concepcin pos-revolucionaria

    es superior a la substituida.

    A u n q u e

    la idea de

    progreso

    cientfico

    es un supuesto, y enreali

    dadfija

    os

    trminos

    del prob le ma , no puede

    afirmarse coherentemente , pues estoexigira

    compararsucesivos "paradigmas",que se nos

    dice son inconmensurables , por referencia a

    algn metaparadigma,

    que,

    ex hypothesi,

    no

    p o s e e m o s

    ni

    p o d e m o s

    poseer.

    Esta

    es la

    discutidsima

    teora

    propugnada por T h o m a s

    K u h n .

    9

    6 . La mejora sucesiva de conjuntos de

    proposiciones con

    miras

    a refinar tanto las

    predicciones y lamanipulacinexternas c o m o

    la coherencia y la elegancia internas por

    me di o

    de

    m t o d o s

    que,

    segn

    se

    afirma,

    ofrecen perfecta continuidad con los q ue

    han

    regido la evolucin biolgica. Esto eselprag

    matismo, eficientemente representado en

    nuestro

    t i empo por W .

    van

    O . Q u i n e ,

    1 0

    quien

    enuncialatesisde lacontinuidad m s coheren

    temente

    quePoppe r (en

    cuya obra choca

    con

    la discontinuidad entre

    pensamiento

    abierto y

    pensamiento cerrado). Si hubiera de produ

    cirseunaruptura

    fundamental

    en lahistoria

    del

    conocimiento , segn esta

    versin

    lgico-

    pragmatista, surgira en el punto en que

    e mpe z arona

    utilizarse

    entidades abstractas y,

    encierta

    m a n e r a , adquieran

    realidad,

    permi

    tiendo as el espectacular desarrollo de las

    matemticas.

    N o

    es ste lugar adecuado

    para

    debatir

    los mritos de las citadas

    teoras.

    H a y otras,

    sin duda. Pero

    ha bremo s

    de referirnos a los

    temas que en

    ellas

    se

    debaten:

    observacin

    exacta,

    verificacin,

    matematizacin,

    valores

    conceptuales c o m u n e s , rechazode la trascen

    denciao circularidad.

    M i tesis

    consiste

    en que por

    "ciencia"

    se

    entiende untipo

    de cognicin

    que ha

    transfor

    m a d o radicalmente, cualitativamente, larela

    cin del

    h o m b r e

    con las cosas: la naturaleza

    ha

    dejado

    de ser

    una

    referencia

    para

    pasar

    a

    ser objeto de autntico

    conocimiento

    y

    ma ni

    pulacin. Lacienciaes un sistema cognosci

    tivopeculiar conciertomisterioso

    meca n ismo

    interno que

    asegura

    su crecimiento sostenido

  • 7/25/2019 UNESCO. Ciencias sociales.pdf

    20/178

    El rangocientfico de lasciencias

    sociales

    615

    E l

    efecto Pirandello consiste en reducir

    la

    distincin entre

    los

    actores

    y los

    espectadores de una

    obra.

    U n aescena d elaobra d ePirandelloSeispersonajes en busca deautor, interpretada p or lac o m p a aPitoeff

    e n 1 9 3 6 ,

    en Pars. Rogcr-vioiiet.

    y perpetuo, el cual h asido profundamente

    beneficioparalossistemas productivos

    h u m a

    n o s y

    corrosivo

    para

    nuestros sistemas

    de

    legitimacin social. E n realidad n o s a b e m o s

    c m o se

    alcanza

    este

    crecimiento sostenido

    y

    consensual,pero

    s

    s a b e m o s

    que

    se

    alcanza,

    y

    ciencia es.

    el n o m b r e

    que

    designa el m o d o

    e n que se logra, seacual sea. Po r eso la

    cuestin

    concerniente

    a si es o noapropiado

    incluirlosestudios sociales enelmbito dela

    ciencia n o es, en

    m o d o alguno,

    m e r a m e n t e

    terminolgica: se trata dedeterminar si n o

    est

    sucediendo

    lo m i s m o con nuestra

    c o m

    prensin

    ymanipulacindelasociedad.

    Pero

    esta f o r m a deexponer el p r o b l e m a

    encierra

    u n a

    simplificacin

    importante.

    D a

    a

    entenderquelacargavalorativa contenidaen

    la d e n o m i n a c i n ciencia , debido a supro

    m e s a

    implcita deconocimiento ycontrol,es

    entera, total e inequvocamente positiva.

  • 7/25/2019 UNESCO. Ciencias sociales.pdf

    21/178

    616

    Ernest

    Gellner

    P e r o no es as, ni

    much s imo

    m e n o s .

    A u n q u e

    existe un a importante

    industria

    acadmica d e

    produccin d e

    libros

    que explican a los espe

    cialistasencienciassociales lo que realmente

    es la

    ciencia

    y

    c m o

    d e b e n

    convertirse

    en

    autnticoscientficos, existe

    tambin

    otra, con

    un a produccin no m e n o sfloreciente, q u e

    pretende que e l estudio de la sociedad y del

    h o m b r e n o

    p u e d e

    ser

    cientfico,

    o bien, si ha

    d e conservarse el trmino "cientfico" con

    carga

    positiva, que s se trata d ecienciapero

    en u nsentido radicalmente

    distinto

    del que

    rige en la ciencia natural. L a idea d e q u e los

    m t o d o s de las ciencias naturales y

    sociales

    so n

    bs icamente

    idnticos

    e s , ho y p o r ho y ,

    casi u n a definicin de "positivismo", y el

    positivismo es u n trm ino q u e en los ltimos

    a o s se hausado

    peyorativamente

    c o n

    d e m a

    siada frecuencia. Esto essignificativo:original

    m e n t e ,

    el

    t e m a

    central

    del positivismo era la

    interdiccind e la trascendencia.

    L o s

    antiposi

    tivistas m o d e r n o s tratan de escapar de las

    debilidades inherentes al h o m b r e y de los

    h e c h o s (principalmente la contingencia y la

    corregibilidad), rio ya

    para

    descubrir una

    regin trascendente de verdadespurase i m p e

    recederas, c o m o era uso establecido en los

    t i empos agrarios,sino

    para

    acceder a la regin

    d e lo social y lo h u m a n o ; y, a tal fin, de be n

    insistir

    en

    q u e

    lo h u m a n o oculturalesradical

    m e n t edistinto de la naturaleza. U n o tambin

    tiene a veces la im presin de q ue"positivista"

    es cualquier persona dispuesta a someter una

    teora

    predilectaa la indignidad de laverifica

    cin por los

    m e r o s

    hechos .

    L o s argumentos que pretenden

    d e m o s

    trar que e l estudio de l

    h o m b r e

    y de la

    sociedad no

    p u e d e

    sercientfico (y su variante

    d e q u eslo puede ser

    cientfico

    en un

    sentido

    radicalmente

    distinto del aplicable al

    estudio

    d e la naturaleza)

    p u e d e n

    tambin catalogarse.

    L o s

    autores que

    sostienen

    esta

    tesis

    suelen

    c o m b i n a r ,

    por supuesto , en distinta propor

    cin

    estosdistintos

    e l em ent o s . D e t odo s m o

    d o s ,

    es conveniente

    enumerar los

    por

    separado.

    1. El argumento basado en laideografa:

    los f e n m e n o s h u m a n o s , socialesohistricos,

    o bien son intrnsecamente individuales, o

    bien nuestro

    inters

    recae en sus aspectos

    individuales

    e idiosincrsicos; o, natural

    m e n t e , a m b a s cosas.

    2. Elargumento basado en el holismo. L a

    sociedad es una

    unidad;

    el.

    "principio

    de las

    relaciones

    internas" ,

    q ue

    hace

    hincapi en

    que

    todo es lo que es en virtud de susrelaciones

    con todo lo d e m s dentro del

    m i s m o

    sistema,

    se aplica a ella. Si el l ema

    principal

    de la

    antiguametafsica era la realidad de los obje

    tos abstractos, entoncesesta idea, en diversas

    terminologas, es el l ema

    central

    de la socio-

    metafsica m o d e r n a . L ainvestigacin

    e mp

    rica,

    sin e m b a r g o ,

    slo p u e d e

    ocuparse, ex

    hypothesi, de hecho s

    aislados

    y n o puede

    captar

    ninguna

    totalidad.

    D e ah

    q ue

    deforme

    y

    tergiverse, esencialmente, la realidad

    social.

    Esta doctrina p u e d e combinarse con la idea

    de que es funcin efectiva, consciente o

    latente

    de lainvestigacin emprica de hechos

    objectivos ocultar la realidad social y falsear

    nuestra percepcin de la

    m i s m a ,

    al servicio

    del

    orden establecido,

    cuyos representantes

    tienen

    mot ivosfundados

    para temer

    lapercep

    cin clarividente de la realidad

    social

    por

    parte de los

    m i e m b r o s

    de la sociedad

    m e n o s

    favorecidos. Naturalmente , esta tesis puede

    tambin combinarse conuna dispensaespecial

    para su

    p r o m o t o r

    m i s m o y los q ue piensan

    c o m o

    l , q u e poseen

    me di os

    d e accesoprivile

    giados al conocimiento de la naturaleza real

    de la sociedad, visiones d e

    fondo

    que les

    permiten ir m s allde los m e r o s to mo sq u e

    so n los hechos empricos, bien custodiados

    por los perros guardianes ideolgicos del

    orden

    establecido.

    11

    3 . El argumento basado en la comp leji

    dad de los fenmenos sociales

    p u e d e

    utilizarse

    para reforzar los dos

    argumentos

    precedentes.

    4 . El argumento basado en elsignificado.

    Las

    acciones e instituciones h u m a n a s no se

    definen por

    ciertos

    rasgos materiales

    c o m u

    nes ,sinoen trminos de lo q u esignifican

    para

    losparticipantes. Este

    he c ho

    (si es tal)

    puede

    esgrimirse, total o parcialmente,paradeducir

    de

    l que los

    f e n m e n o s

    h u m a n o s

    o

    sociales

    estn exentos ya de la causalidad, ya de la

    investigacinemprica externa y com parativa,

    o y a ,naturalmente , d e a m b a s cosas.

    Este

    argumento puede

    exponerse as: el

  • 7/25/2019 UNESCO. Ciencias sociales.pdf

    22/178

    El rango

    cientfico

    delas ciencias

    sociales

    617

    n e x o

    q u e

    existe entre los f e n m e n o s o clases

    de

    a