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Por otra parte, el parcelamiento de competencias que existe en el país implica Frente a esta situación, la ignorancia en política exterior ha sido un factor y entraba nuevos proyectos energéticos. También se traduce en la demora para resolver Economía, en la eficiencia energética; CORFO, en la cartera de proyectos, además del Esta parcelación de competencias redunda en una maraña regulatoria que retrasa Chile enfrenta un complicado escenario energético. Las posibilidades de déficitTRANSCRIPT
Un escenario complicado
Chile enfrenta un complicado escenario energético. Las posibilidades de déficit
durante los próximos años han retornado a niveles parecidos a los habituales antes de la
crisis del gas, lo que se explica por el retraso de las inversiones, el aumento del precio
del carbón y del petróleo, y la pérdida de gas natural proveniente de Argentina.
Frente a esta situación, la ignorancia en política exterior ha sido un factor
relevante, puesto que a diferencia de Francia, Estados Unidos, China e India, los
gobiernos de la Concertación no han tenido la astucia para detectar el “conflicto por los
recursos energéticos” por el que atraviesa el mundo. La crisis gasífera de Argentina
refleja la escasa previsión de un problema que tiene un marcado acento político. Es
tarea imprescindible de la política exterior definir mercados de abastecimiento seguros
para Chile.
Por otra parte, el parcelamiento de competencias que existe en el país implica
que haya varios ministerios a cargo del tema energético: Energía, en el tema técnico;
Economía, en la eficiencia energética; CORFO, en la cartera de proyectos, además del
Ministerio de Medioambiente, lo que demuestra la falta de una política global que
articule todos los aspectos del abastecimiento energético.
Esta parcelación de competencias redunda en una maraña regulatoria que retrasa
y entraba nuevos proyectos energéticos. También se traduce en la demora para resolver
problemas que se arrastran desde siempre y que no se deben a los cortes de gas. En
efecto, si se hubiese reglamentado de manera eficaz el mecanismo de reducción
voluntaria de consumo, el panorama quizás sería más alentador. Si bien la Ley Corta
Eléctrica se dictó hace dos años, aún está pendiente el reglamento que indique cómo se
harán las ofertas de incentivos al ahorro energético.
Por último, como en Chile no hay inversión científica, no se han podido
potenciar líneas de financiamiento para investigaciones en la materia. Se ha perdido
tiempo, al no existir un claro enfoque sobre qué nichos energéticos priorizar. Hay, en
este aspecto, descoordinación y sesgos de improvisación.
El panorama futuro es aún incierto porque dependemos cada día más de las
lluvias y de la entrada en vigencia de nuevas centrales hidroeléctricas. Si éstas se
retrasan o si el consumo aumenta más de lo proyectado, podría aumentar
considerablemente la magnitud del déficit. La proyección de la Comisión Nacional de
Energía es de 6,8%; sin embargo, se podría llegar a una situación de crisis si crece más
de un 7,5%. Para enfrentar lo anterior, Chile debe diversificar su matriz energética y
explorar otras fuentes y proveedores que le permitan satisfacer la creciente demanda
interna, al menor costo posible.
Beatriz Corbo A.
Fundación Jaime Guzmán E.