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UNIVERSIDAD NACIONAL DE CÓRDOBA

Rector: Dr. Francisco TamaritVicerrectora: Dra. Silvia BareiSecretario General: Dr. Alberto LeónDirector Editorial UNC: Mgter. Carlos LonghiniSecretario de Extensión: Lic. Franco RizziSubsecretario de Cultura: Lic. Franco MoránProsecretaria de Comunicación Institucional:Lic. María Cargnelutti

Director: Mariano Barbieri

Secretario de redacción: Guillermo Vazquez

Consejo Editorial: Matías Lapezzata, María JoséVillalba, Natalia Arriola, Agustín Massanet, GonzaloPuig

Corrección: Raúl Allende

Administración: Matías Lapezzata

Diseño: Prosecretaría de Comunicación Institucional,UNC

Ayudante alumna: Virginia Sanguineti

Redes: Martín Aguaisol

Revista mensual editada por la Editorial de la UNCISSN: 1853-2349

Editorial de la UNC. Pabellón ArgentinaHaya de la Torre s/n, Ciudad Universitaria.(351) 4629526 | Córdoba | CP [email protected]@editorial.unc.edu.arDEODORO , GACETA  DE  CRÍTICA  Y CULTURA  no se hace res-ponsable de las opiniones y artículos aquí publicados.Los textos son responsabilidad de quien los firma.

Impreso en Comercio y Justicia Editores

AperturaLa invención de la DecenciaMariano Barbieri

La Policía es algo más que una inmensaestepa azulDante Leguizamón

Señales de diciembre

Carlos Balzi

El síndrome de diciembre: una vacuna paraDolores ArgentinaAlexis Oliva

 ¿Participación ciudadana o caza de brujas?Daniela Spósito

Acuartelamientos policiales: vulnerabilidad e

intolerancia socialFabiana Martínez

Quince veces morirMaría Soledad Ceballos

Raquel Levenson: una luchadora forjada enlas calles cordobesasDiego Naselli Macera

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Deodoro

 ¿De qué hablamos cuando hablamosde soberanía?Mariano Barsotti

BailalóPablo Seman

“El Urondo”, un Festival de vínculos entre

Teatro, Política y SociedadMariano Pacheco

La máquina de recordarAntonio Oviedo

Saber por qué defenderloMaría Soledad Segura

Hacer o no hacer HamletIván Zgaib

Relato de una épocaEloísa Oliva

Dibujando la música:ciclo Obreros del LápizPupi Herrera

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A P E R T   UR A 

Mariano Barbieri

La invención

de la Decencia

No es extraño ver a la gente más delgada caminandoen grupos de dos o tres, a veces familias enteras,atados entre sí con sogas o cadenas, aferrados losunos a los otros, sirviéndose de lastre contra laventolera. Otros abandonan por completo la idea de

salir; abrazados a los portales o a las glorietas, inclusoel cielo más límpido llega a parecerles una amenaza.Piensan que es mejor esperar tranquilamente en unrincón que ser arrojados contra las piedras.(Paul Auster, El país de las últimas cosas)

Cuando se enciende una pantalla, cualquierasea, la calle sólo tiene dos tipos de

habitantes: los llamados delincuentes y lapolicía. Como en un juego de mesa, o en losmonitores de un ciber, la criminología mediáticarelata cómo el bien y el mal definen por penal.Si uno obedece a la escala cromática, sabe quelos dos se narran en el gris, en un gris en el queno se discuten ni las razones del delito, ni lapertenencia –y sometimiento– de la policía a lasfuerzas democráticas de los poderes del Estado.Las noticias policiales ocupan prácticamente

todo el relato de los noticieros y los diarios. Esfácil –y peligroso– olvidar que la policía es unaherramienta. Una herramienta con control civil.

La extorsión de diciembre de 2013 productodel autoacuartelamiento de las fuerzas deseguridad provinciales (prácticamente en todaslas provincias del país), fue la materializaciónde este escenario creado. Las fuerzaspoliciales puestas en rebelión desafiaron a lasestructuras civiles del Estado. Abandonaronirresponsablemente sus funciones habitualesen absurda complicidad con algunas decisionesdel poder político. Al desenlace y al contagio

lo conocemos todos: fue uno de los momentoshistóricos más relevantes de los últimos años,increíblemente guardado bajo la alfombra. Unaumento salarial promedio por encima del 60 %en todas las provincias y un fortalecimiento casi

inexplicable del rol represivo de la policía.

Entre la policía y los delincuentes (estética ysocioeconómicamente tipificados) hay unatercera categoría que cierra el escenario. Se tratade la invención de la decencia. La decencia esuna categoría moral, es el ciudadano común,el ciudadano de a pie, el hombre de bien. Ladecencia son todos los eufemismos juntos quefueron paridos para ausentar al Estado comoorganizador y regulador de la vida social. Esuna idea amorfa en la que se pretende ubicara cierto tipo de ciudadanos como personasindependientes de todo tipo de políticapública, de toda pertenencia, de toda garantíade derechos. Es una especie de ser completo eindependiente (¡cuántas veces lo mismo!) quelo único que quiere es que lo dejen en paz, yque pide, a gritos, que a los pobres no les den el

pescado, sino que les enseñen a pescar.

En Córdoba, el resultado de este escenariofue tal vez la consecuencia más dolorosa deaquel diciembre: la policialización de losciudadanos.Las imágenes de linchamientos yde barricadas, los ataques a los motociclistas yel ascenso de todas las formas del fascismo, sonuna mancha imborrable en la memoria de todos.La escalada de miedos dio resultados precisos:las pantallas (celulares y tvs) y las radiosmandaban a recluirse, a abandonar los espaciospúblicos y a castigar, como sea, a quienes enfilenal menos un par de adjetivos sospechosos.

Rostro, vehículo, actitud. Cualquiera alcanzabapara juzgar.

¿Pero quiénes representan a la decencia? Enel vacío de los días 3 y 4 de diciembre del año

pasado las imágenes también mostraban aseñoras llevándose ventiladores, a enormescamionetas cargando televisores. El delito ensus más diversas formas atraviesa a todos lossectores sociales, pero hay víctimas a las queno se les pregunta, personas que no son, comoindica Eugenio Zaff aroni, víctimas funcionales:las víctimas no pueden y no deben parecersea los estereotipados. Esto iría en contra de laurgencia política y mediática por hallar unacausa. Y eso es algo que no puede pasar.Recuperar la calle: ahí está –siempre estuvo– lagran disputa. Alejarnos de la violencia a travésde la presencia. Reconquistar los espaciospúblicos. Mientras todos los burletes refuerzanel hermetismo del ciudadano decente (barrioscerrados, escuelas privadas uniclasistas, centroscomerciales, fronteras económicas –transporte–y policiales dentro de la ciudad, etc.) es

necesario contraponer la cara de la convivencia ydestrozar la hegemónica explicación que indicaque a mayor encierro, mayor seguridad.

Sobrarán –ya fueron lanzadas– las amenazasy los deseos de un nuevo estallido de fin de añoque conmemore las centenarias tradicionesgolpistas. Variará, tal vez en sus formas.Diciembre es un mes compulsivo. Tristementecélebre. La mejor manera de enfrentarloserá siempre defendiendo en la calle, a caradescubierta, los 31 años de democraciaininterrumpida que frenan todos los deseos dedescontrol del aparato punitivo.O

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D O S   S  I   E R 

–Ustedes son jefes gracias a mí –les dijoRamón Frías y levantó la copa con una

sonrisa pícara. Pocos días antes la provinciade Córdoba había vivido una de sus horas másoscuras a raíz del acuartelamiento policial. Sinembargo, para ese grupo de policías, las cosasno podían estar mejor. Tras el desplazamientode César Almada, el hombre que comandóla institución en los breves meses entre elnarcoescándalo y el acuartelamiento, loscomensales de aquella mesa del restaurante “ElCampanario”, de Villa Carlos Paz, habían logradoconvertirse en los nuevos integrantes de la PlanaMayor de la Policía.Sentado en la cabecera de la mesa, Frías, queperdió su cargo en septiembre de 2013 tras el

narcoescándalo, parecía festejar. De un plumazotanto la Ministra de Seguridad, AlejandraMonteoliva, como el jefe que se había quedadocon su cargo, César Almada, habían sidodesplazados por el Gobernador José Manuel dela Sota.En la punta de la mesa lo acompañaban LuisEduardo Suárez, flamante jefe de Policía yHéctor Laguía, el subjefe. Cuando Frías levantóla copa Walter Moyano, Walter Díaz, MarioTornavaca, Miguel Ángel Casteló, RicardoDomínguez, Claudio Vignetta y Miguel ÁngelOliva lo miraron entendiendo el mensaje. Todos

menos Frías acababan de asumir como partedel grupo de policías que, junto al jefe y alsubjefe, forman el Estado Mayor Policial. Losconductores de la institución.Apenas cinco días antes, el 3 y 4 de diciembrede 2013, Córdoba se había convertido en unazona liberada cuando los policías de calle,acuartelados, extorsionaron al gobernador y letorcieron el brazo obligándolos a otorgarles unaumento de sueldo.La mayoría de los presentes en la reunión en ElCampanario –a excepción quizá de Vignetta yOliva que no tenían cómo impedirlo– si bien noprovocaron la revuelta, simplemente dejaronsolos a Almada y Monteoliva a la hora de intentarevitarla.

Historia para entender la revuelta

Alejo Paredes fue jefe de Policía entre 2007 y2011, cuando asumió como ministro. Variasveces amenazó con irse, pero se quedó y adaptóa la Policía al ideal del conservadurismo lúcidocordobés. Profundizó el autogobierno de lafuerza e incrementó la tropa de 12.800 a 25 milintegrantes.Durante su gestión trató varias veces de pasara retiro obligatorio a Ramón Frías, pero losvínculos de este con Oscar González, se lo

impidieron. Al final de cuentas, en su segundoaño como ministro de seguridad, Paredes tuvoque aceptar que le impusieran a Frías comoJefe de Policía. La interna entre ambos eratal que apenas asumió Frías, este comenzó atrabajar para ser ministro y llegó a contratar aun asesor de marketing personal (docente dela Universidad Siglo XXI) para que lo ayudara ainstalar su imagen.

Negocitos que hacen al negocio

El primer altercado como jefe que tuvo RamónFrías con el ministro Paredes fue cuando esteúltimo, se enteró de que Frías había gastado80 mil pesos en “refuncionalizar” una de las

dos habitaciones que posee el jefe en el tercerpiso de la jefatura. Frías le pidió a Inés Garzón,del departamento construcciones de la Policíaque rediseñara la sala, pusiera el plasma másgrande del mercado y embelleciera la “pocilga”que había sido la casa de Paredes. Aquello eraanecdótico, pero después se supo que Fríastambién implementó el pago de un plus –ennegro– que se les abonaba a los policías quetrabajaban en los CAP a cargo del patrullaje.Paralelamente Frías buscó –a través de amigospropietarios de empresas de repuestos– acelerarel proceso de reparación de los vehículos de lafuerza, contratando de manera directa cuatrocasas de repuestos que conseguían los elementosnecesarios para reparar las decenas de autosque se rompen por día. Los amigos de Fríasconseguían los repuestos muy rápido, perotambién muy caros. Lo que en el mercado se

pagaba 4 mil pesos, la institución lo abonaba10 mil. Quien firmaba esos pagos, era el jefe deAdministración que también se encargaba demanejar el dinero de los adicionales, HéctorLaguía.En ese mismo período también se agudizóel pago de “la chispa”. Un “adicional” quelos organizadores de espectáculos públicosdeben pagar a los policías que la misma Policíales obliga a contratar como adicionales paraprestarles seguridad. Además de un depósitoen el banco por el monto total, se paga el mismomonto en concepto de “chispa” en mano a cada

TODOS LOS DICIEMBRES,

DICIEMBREA pocos días de cumplirse un año de los autoacuartelamientos policiales de diciem-bre de 2013 indagamos sobre los motivos de uno de los acontecimientos mástrascendentales de los últimos años con repercusiones en casi todas las provinciasdel país. ¿Cuáles fueron las condiciones que permitieron ese desenlace? ¿Qué in-tereses estaban y siguen estando en juego? ¿Qué rol ocuparon los medios de co-municación, la policía, los ciudadanos? Pero además,¿qué tienen los diciembres queasoman siempre como amenaza? Un recorrido histórico por un mes convulsionadoque muchos pretenden actualizar.

La Policía es algo más queuna inmensa estepa azulPor primera vez una serie de razones que explican el acuartelamientopolicial. Sin teorías conspirativas algunos datos concretos que explicanpor qué pasó lo que pasó el 3 y 4 de diciembre.

Dante Leguizamón*

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D O S   S  I   E R 

adujo estar deprimido por la vergüenza que leproducía lo que se decía de la Policía en la calle.

A la vergüenza, a los problemas por los“quioscos” cerrados se sumaba que lasautoridades les seguían pidiendo lo mismode antes: detenciones para hacer números,

recargas horarias, arriesgar la vida todos losdías, policializar la ciudad y encima contener latensión social.

Reclamos como señales

Los primeros reclamos por dinero llegaron aCésar Almada, pero el jefe carecía de padrinos

políticos que le aportaran soluciones. En unaestructura organizativa piramidal como la

Policía, el que está abajo depende del que estáarriba si quiere mejorar su situación. Los cabos

le piden al sargento, el sargento al principal, elprincipal al subcomisario y este al comisario.Así se pasa al comisario mayor y al general hastallegar al Jefe de Policía. Cuando el que está arriba

no da respuestas, lo que subió como un reclamobaja como una crítica y comienza la ebullición.Paredes y Frías administraban esos reclamoscon un combo de castigos, premios, miedos,

negocios personales y acuerdos con sus padrinospolíticos. Almada ni siquiera tenía una ministraque conociera los riesgos. Hubiera sido unbuen momento para que los comensales de la

cena en El Campanario apoyaran al jefe y ledijeran que las cosas se estaban poniendo feas,pero los comensales si bien no fomentaron elacuartelamiento, todo indica que lo dejaron

venir.

Sin poder reclamar, porque el que protesta escastigado, durante aquel octubre los policías queno obtenían respuestas recurrieron a sus mujeres

tal como lo habían hecho en 2005 cuando seprodujo otro acuartelamiento policial.Las protestas comenzaron en la Guardia deInfantería y el CAP. Durante los primeros veinte

días de octubre de 2013 el clima fue poniéndosemás tenso. El sueldo de ese mes ya llegó sin“plus”. Noviembre comenzó sin buena “c hispa”y estuvo acompañado de las primeras marchas

de las esposas de los policías por reclamossalariales. Almada, mientras tanto, no las recibía

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Policía que lo recibe obviamente sin entregarrecibo.

Narcoescándalo

Mientras Paredes fue el jefe, la dirección

de Drogas Peligrosas era un apéndice de lajefatura. Cuando llegó Ramón Frías las cosasse descontrolaron o, mejor dicho, dejaron deestar tan bien escondidas. Inicialmente y, tras

la sanción de la nueva Ley de Lucha contra elnarcotráfico, la Policía incrementó de maneranotable los secuestros de estupefacientes, peroese afán por mejorar las estadísticas derivó en los

hechos de corrupción que hoy conocemos comonarcoescándalo.

Aquel episodio terminó en el escándalo de lamuerte de Juan Alós y finalmente con el pase a

retiro de Frías y de casi todos los que integrabancon él el Estado Mayor. De todos, sólo sobrevivióel Jefe Interino de las Departamentales Sur, JulioCésar Suárez y algún personaje secundario.

Al realizar la “limpieza” de los policías delnarcoescándalo el gobernador De la Sota sequedó sin varios de los cuadros formados paraconducir la fuerza y no le quedó otra opción

que recurrir a César Almada y nombrarlo comonuevo jefe. Además, apostó a un cuadro técnicoque había acompañado a Paredes en la gestiónnombrando a Alejandra Monteoliva como

ministra.A ambos les quedaban grandes esos cargos, perofueron honestos en algunos puntos. La propiaministra denunció en la Justicia el curro de

los repuestos de los autos, que a esa altura era

millonario. También ella redujo el cobro de la“chispa” y, a principios de octubre, –es decirpara el sueldo de noviembre– eliminó el pago en

negro por los patrullajes.Sin chispa, sin algunos otros negocios quelos policías están acostumbrados a manejar,sin arreglos vinculados a drogas, sin plus por

patrullaje, comenzó a desatarse el enojo de latropa. A esto hay que agregar un hecho extra: lagran mayoría de los policías son gente honestacon gran identificación con la institución.

Aunque se escondió, en aquellos tiempos hastahubo un intento de suicidio de un policía que

cuando le pedían audiencia y la ministra noentendía nada de lo que pasaba.

A esa altura la Policía y el narcoescándalo erantapa de los diarios todos los días y no era difícildar la cara en la calle, cuando toda la instituciónestaba sospechada de corrupción. El 28 de

noviembre, cinco días antes del acuartelamiento,las mujeres tomaron la jefatura por segundavez en el mes. Reclamaban un incremento en

el sueldo del 35 por ciento (monto similar al delos adicionales truchos, “la chispa”) y un bonode fin de año de 2000 pesos, que era lo mismoque hubieran cobrado sus maridos de “plus” siMonteoliva no hubiese eliminado el “ beneficio”

por patrullar.Almada esta vez recibió los reclamos, perocuando fue a planteárselos a sus propiosjefes, le dijeron que no. Ya entonces comenzó

a organizarse el acuartelamiento. Sólo unirresponsable podía no darse cuenta de quetodo estaba por explotar y cuatro días después

el gobernador De la Sota estaba a bordode un avión rumbo a Colombia cuando lospolicías decidieron demostrar hasta qué puntoconformaban un ejército y en qué medida,

si nadie los mandaba, habían aprendido aautogobernarse.Lo que siguió es conocido. Calles liberadas,

policías encerrados en la sede del CAP 5 (laque concentra a más efectivos) y saqueos quecomenzaron muy –sospechosamente– cerca deallí. De la Sota con una bolsa en el Free Shop ylos vecinos de los barrios bien, protegiéndose de

esos “otros” que responden al estereotipo que elmismo gobierno ayudó a construir.Un día y medio después, un muerto después,varios inocentes golpeados después, más de 200

heridos después y varios comercios saqueadosdespués, los policías consiguieron el aumentoque pedían y el gobernador José Manuel de laSota lo anunció en algo parecido a un acto de

campaña. Desde el pupitre en el que aceptó convoz de macho haber sido derrotado por su propioejército, envió a los extorsionadores “a cazardelincue ntes”. Y así estamos.

Fue Ramón Frías, según contó en aquella cenaen El Campanario, quien sugirió el nombre

de Suárez como jefe la misma tarde del 4 dediciembre. Lo que no contó es que también

había arreglado para ser asesor del ministerio deseguridad.Entre las medidas más importantes de Suárezdesde que asumió, están el incremento de

los operativos saturación y el paso a retiroforzoso de Inés Garzón, la jefa de la direcciónde Arquitectura, que mandó al frente a Fríascuando modificó su oficina. También se pueden

contar los casos de gatillo fácil y el paso a retiroforzoso de Claudio Vignetta, el único jefe queno era incondicional a su orden. Aunque nologró que el fiscal anticorrupción se olvide de

la causa de los repuestos por la que Frías estáimputado, sí evitó que su subjefe, Héctor Laguíaque aprobaba los pagos, fuera imputado por lamalversación. Seguramente Suárez no lo sabe,

pero los empresarios de la noche aseguran que

desde que él llegó “la Chispa” volvió con todo y,aunque necesiten sólo 25 efectivos, la Policía lesmanda 50 de prepo. También volvieron los casos

de Gatillo Fácil como el de Güeré Pellico y, comonovedad, aparecieron las amenazas a periodistassumadas a los corralitos humanos que exponen ainocentes en la vía pública.

La Policía, en definitiva, volvió a autogobernarsecon un jefe como los de antes. Todo está en ordeny usted, por supuesto, se siente más seguro. ¿Ono?O

*Periodista

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D O S   S  I   E R 

Señales de diciembre

Carlos Balzi*

Ya habréis oído que son los embajadores del mal,enviados por oscuros poderes, para arrebatarnosnuestras vidas y todo aquello a lo que damos algúnvalor.Orhan Pamuk

Hay una escena memorable en la películaSeñales de M. Night Shyamalan, en la

que Joaquin Phoenix está mirando un informetelevisivo en el cual mostrarán la primerafilmación de uno de los extraterrestres queinvaden la tierra. Lo que se ve es una filmacióncasera de una fiesta de cumpleaños donde en unmomento, los niños empiezan a correr excitadosde una ventana a otra de la casa gritando “¡Ahí!¡Ahí!”, mientras la cámara los sigue hasta unahabitación que da a un callejón, al fondo delcual se alcanza a percibir por un instante que laedición congela la silueta del monstruo. Gritanlos niños del cumpleaños, grita el protagonistay, –talento del director–, gritamos los tresque estábamos mirando la película, ante unpeligro del cual debiéramos habernos sentidodoblemente protegidos: por la obvia razón deque estábamos frente a una imagen inofensivaen una pantalla, pero también porque lo queveíamos en esa imagen era otra pantalla que nos

alejaba aún más de un peligro que ya sabíamosficticio.

Esa escena fue filmada hace más de una década,y sin embargo su capacidad de iluminarnos,lejos de haber caducado, crece año tras año.La cifra de su poder persuasivo debe buscarse,entiendo, tanto en la deliberada indefiniciónde la figura monstruosa como en la triplemediación que nos distancia de ella. Lo primerofrustra nuestra capacidad de elegir los mediosadecuados para defendernos de la amenaza: sino sabemos con precisión a qué le tememos,¿cómo podríamos imaginar una defensa eficaz?Los inermes protagonistas del filme recurrena artilugios entre infantiles y mágicos paraconjurar el peligro: encerrados en un armariocon una especie de casco de papel de aluminioen sus cabezas para evitar que el enemigo lea sus

pensamientos, la comicidad de la escena estribaen la inadecuación de los medios respecto ala envergadura de la amenaza imaginada. Lasegunda característica, la múltiple mediaciónvisual, alerta sobre las posibles razones quelos indujeron a tal conducta infantil: cadatramo de la creciente distancia respecto alobjeto que introduce las pantallas nos alejaproporcionalmente del testimonio directo dela entidad amenazante y nos quita la chance deverificar si lo que vemos amerita nuestro temor.

Recordé otra vez esta inquietante escena en estosdías frente a la enésima recurrencia del rito que

convoca a nuestros miedos más primarios ymenos reflexivos en torno a una fecha que, comoun mantra, a fuerza de repetirse ha terminadopor devenir casi obvia. Casualmente, además,compruebo hoy que fue filmada casi en el mismomomento en que vivíamos el acontecimientooriginario a partir del cual se imaginó el rito:hacia finales de 2001, en diciembre, para sermás preciso. Esos calurosos, horribles días de

fin de año dejaron una huella profunda, ¿cómodudarlo?, en nuestra memoria. Pero ella solano puede explicar ni siquiera una parte de sussucesivos ecos en otros diciembres, incluidoel que advendrá en breve. Su actualizaciónsólo pudo y puede darse merced a una seriede maniobras deliberadas e interesadas. Iba aescribir maniobras “políticas”, pero creo queese adjetivo no es el indicado en este contexto:no porque indique en una dirección incorrecta,sino más bien porque su empleo implica elriesgo de delimitar la trama que intuimos a unacoyuntura temporal y geográfica demasiadoacotada –las obvias estrategias destituyentescontra el gobierno nacional– cuando, si no estoymuy errado, pueden leerse en ellas razones másprofundas y –por acudir a un término muy enboga– desterritorializadas. Veamos.

¿En qué consiste lo ominoso de nuestrodiciembre? En que, como lo sintetizómagistralmente la revista Barcelona, nos hacecontar los días y las horas para que se repitan lossaqueos. Esta amenaza resulta especialmentetemible en la ciudad de nuestros amores, dadala cercanía de los sucesos de la noche del 3

al 4 de diciembre del año pasado, cuando elautoacuartelamiento de las fuerzas de seguridadprovinciales –cuyas razones siguen siendoopacas para la mayoría de nosotros– nos recluyóen nuestras casas y nos forzó a la impotenciade seguir por las pantallas cómo nuestracivilización se permitía convertirse en el temido“estado de nat uraleza”, donde, como lo dijoun viejo filósofo inglés, “la vida del hombre essolitaria, pobre, desagradable, brutal y corta”(Thomas Hobbes, Leviatán). De esa lista deadjetivos, creo que pueden singularizarse dospara describir la naturaleza de nuestro miedo:“pobre” y “corta”.

Lo que más temeríamos, entonces, sería perdernuestros bienes materiales, volviéndonospobres, y que nos maten en el camino. Los dosmiedos son comprensibles, sin duda, pero dejanabierta una pregunta: ¿es real la amenaza anuestros bienes y nuestra vida? O, suponiendocreíble la posibilidad de que se produzcanlos saqueos augurados, ¿es proporcionada lareacción temerosa al tamaño de la amenaza?

Como se trata de reacciones subjetivas, cadauno sabrá cuánto valora sus bienes y su vida;pero cuando todos o al menos –por usar otrovocablo de moda– una masa crítica responde demanera similar, entonces pasamos del plano delintocable arbitrio individual al de la política. Yen él ya no vale como explicación el “perchè a memi piace”.

Es imposible indagar en estas líneas cada unode los factores que concurrieron para volverhegemónica en nuestra estructura anímicala ansiedad por los bienes materiales y laconservación de la vida. No siempre fue así yno es obvio que deba serlo: hubo tiempos enque el honor, el servicio a Dios o la fraternidadentre los seres humanos estaban por encima decualquier preocupación egoísta. Pero todos esosobjetivos daban por supuesta la prioridad del

espacio público, donde las acciones brillabana la luz diurna, respecto a la confortablepenumbra del privado. Hoy esa precedencia seha invertido y tendemos a necesitar razones defuerza mayor para salir de nuestros hogares. Nohay explicación simple de esta inversión, peroningún principio de elucidación podría olvidarque todo ello se dio en paralelo a la proliferaciónde distintas pantallas –primero la televisión,después las computadoras personales y la listasigue– en nuestros hogares, a través de cuyamediación nos llegan las imágenes de aquelmundo que antes reconocíamos con nuestrospropios sentidos. Y esas imágenes, curiosamenteo no, hablan de un territorio inhóspito dondela seguridad de nuestros bienes y nuestroscuerpos se expone a amenazas de todo signo,desde motochorros y violadores compulsivoshasta insidiosos y malignos virus y un sol

impiadoso que, ahora lo sabemos gracias a losmedios, espera para envejecernos la piel. ¿Paraqué aventurarnos afuera, si podemos ver desdedentro?

Además de todas esas angustias cotidianas, eldiciembre que viene llega con la promesa deladvenimiento de la suma de todos nuestrosmiedos en la borrosa imagen congelada de unmonstruo multicéfalo, malévolo y proteico.Que además exista o no es, a esta altura,perfectamente irrelevante.O

*Filósofo, profesor e investigador de la UNC

» ¿Es real la amenaza anuestros bienes y nuestra

vida? O, suponiendo creíble la posibilidad de que se produzcanlos saqueos augurados, ¿es

 proporcionada la reaccióntemerosa al tamaño de laamenaza?

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D O S   S  I   E R 

 

El último mes del año irrumpe en la historiareciente como una cíclica amenaza de

conflicto, con mayor o menor participación delos sectores populares, pero siempre alentadapor los que apuestan al caos y al retroceso de lasconquistas sociales.En política, diciembre es mucho más que ese

síndrome que resulta de la combinación delcansancio corporal acumulado, el estrés porel cierre de los ciclos laborales o escolares, laansiedad por la llegada de las vacaciones y elagobiante calor.En la historia reciente de la Argentina, el últimomes del año es la asignatura más impredecibley amenazante de la vida política. Como si cadatanto la realidad parafraseara a la consigna “hayque pasar el invierno” –acuñada por ÁlvaroAlsogaray cuando era ministro de Economía deArturo Frondizi–, de un tiempo a esta parte setrata de sobrevivir a ciertos diciembres.En diciembre de 1989, la hiperinflación inducidapor un “golpe de mercado” (confesado tiempodespués por el diario Ámbito Financiero) generóuna oleada de saqueos que dejó como saldo 17muertos (16 civiles y un policía), 228 heridosy 3.021 detenidos, acelerando la retirada del

presidente radical Raúl Alfonsín.En diciembre de 2001 ocurrió el estallido socialmás grave desde la Semana Trágica de 1919.Fue el final de un decenio de privatizaciones,especulación financiera, desempleo y pobreza,cuya conflictividad terminó de dispararse conla confiscación de ahorros a la clase mediaperpetrada con el “corralito”. Aquella luch a delos “piquetes y cacerolas” y el “que se vayantodos” dejó como saldo la muerte de 33 personas,más 553 heridos y 3.787 detenidos. Y se llevópuestos al entonces superministro de EconomíaDomingo Cavallo, al presidente Fernando de laRúa y a otros tres fugaces ocupantes del sillón deRivadavia.En ambos episodios gravitaron elementoscomunes: crisis económica, exclusión y conflictosocial, debilidad del gobierno y la acciónmafiosa del aparato territorial del peronismo,

sobre todo el bonaerense. La diferencia fue lamayor participación de los sectores mediosen el conflicto de 2001. Además, entre ambosestallidos quedó establecido un lapso de tiempo,de aproximadamente una década, que parecefuncionar como el plazo de una tregua de pazsocial... hasta la próxima batalla.

Dolores para el pueblo

El spot principal de la campaña electoral queen 2007 llevó a Cristina Fernández de Kirchnera su primera presidencia se titulaba: “DoloresArgentina, la niña que nació el día en que todos

s n ome e iciem :

o ona

Alexis Oliva*

nos queríamos morir”. Era la historia de unanena nacida el 20 de diciembre de 2001, en elcontexto de la revuelta social, y su esforzadacrianza se presentaba como una analogía de larecuperación emprendida durante la presidenciade Néstor Kirchner, que parecía poner al país asalvo de otros diciembres como aquel.

Pero, a poco de asumir la Presidenta, DoloresArgentina tuvo que afrontar una nueva crisis.Aquella publicidad de campaña terminaba así:“¿Sabés lo que es tener una Argentina que crecetodos los días un poquito? Sí, sabés, porque lahacemos juntos... Cristina, Cobos y vos”. Sí,

Julio Cobos, el mismo que siendo vicepresidentelegitimó, con su voto “no positivo” para laresolución 125, el embate desestabilizadorde las patronales agrarias contra quien habíaosado proponer las retenciones móviles a laexportación sojera.El Gobierno nacional salió relativamente airosode aquella ola de “piquetes de la abundancia”organizada por la Mesa de Enlace agropecuariay alentada por los medios de comunicaciónhegemónicos. Superado el trance, CristinaFernández siguió adelante con las políticaseconómicas y sociales que había iniciadosu esposo: apuesta por el mercado interno,gestión soberana de la deuda, recuperaciónde las empresas del Estado, planes de empleo,jubilación universal y ampliación de derechos.Tras la muerte de Néstor, un exaliado delkirchnerismo se sumó a la entente enemiga de

latifundistas agro-mediáticos y sus vocerospolíticos: la CGT de Hugo Moyano (por motivostan dispares como el asesinato del militanteMariano Ferreyra a manos de una patota de laUnión Ferroviaria en el contexto del conflicto delos obreros tercerizados y el rechazo sindical alimpuesto a las ganancias para trabajadores consalarios altos).Esta no tan subterránea alianza opositora sevislumbró tras los saqueos que en diciembre de2012 se registraron en las ciudades de Rosario,Bariloche y las bonaerenses Campana, SanFernando, Escobar y Malvinas Argentinas. Hubodos personas muertas por heridas de bala en

Rosario, decenas de heridos, 300 comerciosafectados y alrededor de 600 detenidos.Ese mismo mes, el Centro de Investigaciones enPolítica y Economía (CIEPE) publicó un ensayoen que el sociólogo Walter Formento señalabaque los saqueos siempre se registraron “en elmarco de una operación golpista financiera”

y en el último caso “no hubo gran base social”,como sí existió en 1989-90 y 2001, por lo que “lafunción del monopolio mediático financiero fuefundamental”.

Premio para la extorsión

Lo de diciembre de 2013 tuvo una génesisinédita. La ola de saqueos iniciada en Córdobafue el efecto –todo indica que esperado– delacuartelamiento policial. Presentada comoun reclamo laboral, la protesta de los policíasy penitenciarios fue en realidad una suerte deextorsión colectiva planificada, producto de lareacción corporativa contra las investigacionesjudiciales y periodísticas sobre los vínculos entrela policía y el narcotráfico.El “efecto Córdoba” contagió a otras provinciaslos acuartelamientos policiales y consecuentes

saqueos con un saldo funesto: ocho muertosen Tucumán, cuatro en Chaco, tres en EntreRíos, dos en Córdoba y uno en Jujuy. El dañoeconómico afectó a 1.888 comercios por untotal de 568.450.000 pesos, según datos de laConfederación Argentina de la Empresa (CAME)y las cámaras de comercio regionales.En las quince provincias –Córdoba incluida–en que el conflicto de las fuerzas de seguridadderivó en acuerdos que a la postre quedaronfirmes –en Chaco y Entre Ríos fueronanulados por “inconstitucional” y “extorsivo”,respectivamente– los policías obtuvieron unaumento salarial promedio del 63 por ciento, unpremio que contrasta con las tenues sancionesjudiciales o administrativas que se les aplicó aalgunos de sus protagonistas.Para el diciembre que se viene ya un famosoagorero sindical –Luis Barrionuevo– pronostica

otro “estallido” y el coloquio empresarial deIDEA le celebra misas al espíritu de la catástrofe.Saben que el contexto brinda a quienes apuestanal caos una oportunidad propicia, que ademásde la trepada del dólar ilegal, la inflación y elimpacto negativo en el empleo, el conflictocon los fondos buitre trae reminiscencias delmegacanje y el default, palabras tan asociadas alos recuerdos del trágico diciembre de 2001.Estamos en fecha para que Dolores Argentinareciba una dosis refuerzo de vacunas.O

*Periodista

»En las quince provincias–Córdoba incluida– en

que el conflicto de las fuerzasde seguridad derivó en acuerdosque a la postre quedaron firmes–en Chaco y Entre Ríos fueronanulados por “inconstitucional” y“extorsivo”, respectivamente–.

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L

os episodios de saqueos y linchamientosentre ciudadanos ocurridos en

Córdoba el 3 y 4 de diciembre de 2013 seprodujeron días después de que la policíase autoacuartelara en reclamo de mejoressueldos y equipamiento y se proclamaradueña de la calle, dejando zonas liberadasque contribuyeron a construir un escenariode pánico en la ciudad. Un sector de laciudadanía salió armada a defenderse deotros a quienes consideraba sospechososen una suerte de caza del enemigo. Dosjornadas bastaron para dar cuenta deque la institución policial posee unaconcentración de poder suficiente comopara poner un freno a las investigacionesy denuncias que pocos días antes habíanrecaído sobre la fuerza, generando una crisisde legitimidad dentro de la institución y

sospechas por parte de la ciudadanía. Elautoacuartelamiento propició la batallacampal entre vecinos, en una pulseada conel Ejecutivo para demostrar en qué vérticeresidía la mayor concentración de poder.Estuvo conectado con la falta de policíasen las calles, que ganaron la pulseadafrente a un Ejecutivo que “intentó negarsea acceder a las condiciones que pedíanpero debió finalmente aceptar y realizaruna amplia concesión sobre los reclamos”,como cronicó el periodista Adolfo Ruiz en elperiódico Miradas al Sur.

La policía cordobesa constituye unainstitución autogobernada, verticalista,con una orientación militarizada y centrada

en la ocupación territorial. Sospechada decorrupción, ineficiente para combatir eldelito, autónoma respecto de toda forma decontrol político y civil, persigue, encierray, en algunos casos (siete el año pasado,casi el doble este año), utiliza el gatillo fácilpara ejecutar de manera preferencial yselectiva, a jóvenes de sectores marginales.Una fuerza cuestionada por participar eneconomías ilegales, en el delito organizadodel narcotráfico, cuya plana mayor puedeamenazar impunemente a periodistas y

que opera en el marco un pacto políticoentre sus cúpulas y el sector gobernante,protegida por un poder judicial que ennumerosas ocasiones se abstiene deinvestigar.

Los linchamientos del último diciembreevocan la “justicia por mano propia” de ladécada menemista y se pueden inscribiren una trama de múltiples dimensiones deefectos suscitados, entre otras variables,

por la institucionalización de las Juntasde Participación Ciudadana que aparecenpor primera vez en la normativa provincialen la Ley de Seguridad Pública 9.235sancionada durante la gestión delasotistaen mayo de 2005, casi una década atrás.Con la legalización de las Juntas el Estadopolicializó a un sector de la ciudadanía,dotándolo de facultades de control ydelación del otro “racializado” (Todorov).El racializado es quien porta marcas ensu rostro, su modo de andar, su posiciónde clase y puede analogarse al conceptode “bárbaro”, que Foucault denominacomo aquel que “atenta contra el trazadoterritorial y el régimen jurídico que asignalas propiedades”. El otro es sospechado,

controlado, delatado y excluido delterritorio considerado como propio desdeuna mirada que estigmatiza selectivamente,de manera arbitraria y discrecional.Constituye aquello que, desde una lógicagubernamental neoliberal, se debe “dejarmorir”, en términos de la biopolíticafoucaultiana.

En un contexto en el que la lucha contrala inseguridad frente al delito se haconstituido como el problema central de

¿Participación ciudadanao caza de brujas?Daniela Spósito*

la agenda política, con la concomitanteconstrucción de una sensación de riesgocomo amenaza permanente que pendesobre la ciudadanía, esta Ley se sancionóbajo argumentos de necesidad y urgencia ycontó con el asesoramiento del think tank republicano estadounidense ManhattanInstitute, promotor de la mano dura, de latesis de las ventanas rotas y la doctrina deTolerancia Cero. El instituto llegó a Córdobaen 2004 junto al falso ingeniero Blumbergy propició la lógica predelictiva de lasospecha extendida que apunta al controlde sujetos considerados sospechosos antesque a la persecución de delitos consumados.

Con esta sanción emergió una nueva formade subjetividad que ya se había comenzadoa perfilar en febrero de 2005 en el discurso

oficial tras el motín de la cárcel de SanMartín: el vecino “decente”, “con trabajo”,“con familia”, según los términos utilizadosentonces por el gobernador, fue convocadopor la Ley, sancionada tres meses después,como “auxiliar policial”, interpeladopara colaborar con la policía en tareas decontrol y prevención, en una delegación delmonopolio legítimo del uso de la fuerza porparte del Estado.Esta legalización de la delación entrevecinos da cuenta de una mutación en laconfiguración de los lazos sociales y de unaredefinición del concepto de ciudadanía.Los vecinos auxiliares policiales deben,según la nueva normativa, “proporcionardatos (...) información” (Ley 9.235) en

base a sospechas inferenciales, en la lógicadelatora que se naturalizó como prácticaen la última dictadura cívico-militar en laArgentina.

Policiamiento vecinal

La seguridad es comprendida, en estalógica, en un sentido “restringido”(Baratta) como un problema acotado a lopolicial, como servicio, como proteccióna la propiedad privada y la persona. Uno

»El autoacuartelamiento propició la batalla campal

entre vecinos, en una pulseadacon el Ejecutivo para demostraren qué vértice residía la mayorconcentración de poder.

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de los argumentos oficiales que sostienela Ley es el de comunitarizar la gestión de

la seguridad a través de la colaboración delos vecinos con la policía. Los miembrosde las Juntas se inscriben en el marcode un “nuevo contrato social por el cuallas agencias estatales tradicionalmenteencargadas (del control) –la policía–relegan parte de sus facultades en losciudadanos” (Sozzo).

Las Juntas constituyen organizaciones deautodefensa civil cuyo lazo es el territoriode lo propio: el vecindario, el barrio,comprendidos como geografía privada quedebe ser custodiada para prevenir que nosea ocupada por aquel que se ha construidopreviamente como el otro/sospechoso.El dispositivo de la sospecha extendida

que anuda los vínculos entre los “vecinosasustados” (Gargarella) constituye un lazoterritorial unido por lo propio y lo próximo,en una lógica de posesión de la ciudad yde derecho a esta y un modo de percibirque induce prácticas de persecución delotro. La ciudadanía es interpelada desdeel Estado en tanto comunidad que debecontribuir a controlar y perseguir al que nopertenece al propio territorio: convocatoriaoficial a la conspiración vecinal contra elque se supone extraño y sospechoso. Losvecinos reunidos en las Juntas compartenimaginarios sociales de pasiones políticasen las que predomina el miedo, sentimientoque convoca a reforzar prácticas ancladasen un “punitivismo de abajo” (Rodríguez

Alzueta) desde el cual legitiman supropio accionar delator y las prácticasinstitucionales violentas contra los sectoresvulnerabilizados.

Durante la discusión parlamentaria delproyecto de Ley que instituyó las Juntas,las voces opositoras no pudieron ingresaral debate en condiciones simétricasrespecto de la posición del oficialismo. LaComisión Intersectorial para la Observacióny Seguimiento de la Situación Carcelaria

en Córdoba, compuesta por sectores quemanifestaron su antagonismo al proyecto

oficial había solicitado, a mediados de abrilde 2005, participar en la discusión en laComisión Legislativa de la Unicameral conun proyecto en disidencia, antes de que eltema se tratara en el recinto. Pero reciénfue recibida un día antes de la sanción quetuvo voto de la mayoría absoluta con que elpartido oficial, Unión por Córdoba, contabaen la Legislatura. En aquel momento, laIntersectorial denunció públicamentehaber sido recibida “cuando ya el proyectode Ley está a punto de aprobarse y ya nohay nada que discutir”. Como concesión,el oficialismo incluyó en la Ley un incisoen el que retomó una de las propuestas delos disidentes y que dice que las fuerzasde seguridad deben “observar y hacer

observar, en cuanto de la Institucióndependa los Derechos Humanos”.

Una década antes de los linchamientos dediciembre, una de las integrantes de dichaIntersectorial, Lyllan Luque, advirtió en elinforme que se envió a la Unicameral sobrelos riesgos implicados en la legalizacióndel policiamiento vecinal. Sus palabrasfueron retomadas por un legislador de laoposición: “consideramos que a esto –laparticipación ciudadana– hay que definirlopara que no termine en vigilantismo o paraque no ocurra lo que en Venezuela (se refiereal período anterior al gobierno de Chávez),donde la participación ciudadana terminócon el lin chamiento de vecinos”.

Otras voces opositoras advirtieron en laUnicameral las posibles consecuenciasde la aplicación de las políticas delManhattan Institute: “¿Dónde estamos,en Córdoba o en el Mississipi del Ku KuxKlan?”, preguntaron al delasotismo en elrecinto. En esa oportunidad, denunciaronque el instituto de Manhattan posee unaorientación lesiva a los derechos civiles yrecordaron los dichos de su representantepara Latinoamérica, Carlos Medina, quien

había declarado en Radio Universidad quelos limpi avidrios eran “terrori stas urbanos”.

En aquel momento advirtieron que la Leyera una copia del modelo neoyorquinoal que adjetivaron como “retrógrado” yestigmatizador de la vulnerabilidad social.También sostuvieron que en la Argentinapodría suceder lo que el instituto deManhattan “está promoviendo: armar ala población al estilo Far West” y, en suintervención en la Legislatura, interpelaronal oficialismo: “¿De qué participaciónciudadana hablamos? ¿O se trata devincular la desesperación de la sociedad aun instrumento jurídico que la va a terminarconvirtiendo en vigilante de su vecino,enfrentando odios y discriminacionesétnicas, religiosas, sexuales, patrimoniales,etcétera? Con estos argumentos van a

convertir a la participación ciudadana enuna verdadera caza de brujas entre vecinos”.

En ese informe, los opositores denunciarona la institución policial, a la que se relacionócon el “tráfico de personas, la trata deblancas, el narcotráfico, los piratas delasfalto, (...) el tráfico (de drogas) dentrode las cárceles (...), hacen inteligencia,permiten zonas liberadas y facilitaninfraestructura”.No obstante las advertencias referidasa los efectos posibles del policiamientociudadano, entre ellos, la suscitación delinchamientos entre vecinos, la Ley seaprobó “al vapor” (Carbó), sin suficientedebate en el proceso parlamentario, lo

cual constituye un síntoma de la falta deindependencia entre los poderes del Estadoen la provincia, en un escenario en el queresonaban aun las narrativas del terrorproducidas desde la discursividad estataltras el motín al que hicimos referencia, casoemblemático que funcionó como uno de losargumentos legitimadores de la necesidad yurgencia de la sanción. O

*Miembro del Observatorio de Derechos Humanos de la

UNC

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Según Michel Foucault, en la ciudad del sigloXVIII atacada por la peste un enemigo fluido

acecha sin cesar: es por esto necesario que lascasas se cierren, que cada espacio sea controladopor un síndico, que la obediencia sea rápida y la

autoridad absoluta. La preservación de la vidaparece derivarse del funcionamiento incesantede un control que establece los tiempos delencierro, la distribución de los cuerpos, lavigilancia continua. El poder disciplinario haceinteligible al mundo: sin él, no hay orden posible.Para este funcionamiento, es necesario primeroun largo proceso de constitución, proceso que espolítico, y por lo mismo, simbólico-discursivo,no necesario ni universal, y que involucra alEstado en sus modos de establecer los castigosy así conjurar los peligros de cada época; peroque a la vez prolifera en las prácticas cotidianasde los distintos colectivos que constituyen lasociedad. Un proceso de este tipo es el que enla última década ha puesto en juego en nuestropaís una cierta noción de inseguridad, tanintrincada con esta modalidad disciplinaria quela ausencia de la vigilancia, como ha sucedido en

los autoacuartelamientos del 3 y 4 de diciembrede 2013 en Córdoba, es capaz de provocar unadisolución de las certezas dejando a la ciudaden una situación sin más alternativas que laintolerancia y la réplica violenta frente a lossaqueos y otras acciones amenazantes.

Este acontecimiento permite comprobar lastendencias intolerantes, y es una oportunidadpara reflexionar acerca de cómo una ciertadoxa atraviesa a diferentes sectores sociales, encompleja relación con la larga sedimentación deun poder disciplinario en nuestra Provincia.

Las políticas de seguridad implementadas en laúltima década durante las gestiones de Uniónpor Córdoba con los gobernadores De la Sota ySchiaretti (y cuyo sueño político es, justamente,el orden total –pero imposible– de la ciudad de

la peste) constituyen el fondo de este hecho.Estas políticas –a las que Loic Wacquant designacomo modos de gestión penal de la pobreza–presentan un carácter fuertemente represivo,de vigilancia, control y segregación de lossectores pobres y de creciente empoderamientodel poder policial, a través del aumento depresupuesto y de dispositivos jurídicos yde control con objetivos territoriales (CAP,DOT). Estas modalidades de regulación soninescindibles de la articulación contingentedel significante inseguridad, jerarquizadocomo uno de los principales problemas de lasociedad a partir del año 2004, en particular a

partir del caso Blumberg. Frente a los efectosde las desigualdades acentuadas durante elneoliberalismo, lo que se configuró como unagrave cuestión social no fue la efectiva exclusiónde ciertos grupos, sino el miedo –transfigurado

en reclamo de castigo– de ciertos colectivosciudadanosfrente al aumento del delito. Así,frente a los múltiples significados de la parejaaxiológica seguridad/inseguridad se edificó unaconcepción etnocéntrica, disciplinaria, punitivay patrimonialista que produce los términos enlos cuales corresponde hablar de esta cuestióny efectos de sentido que performan prácticasy subjetividades. Circulan desde entonces unconjunto de discursos (mediáticos, políticos,cotidianos: la hegemonía es siempre trans-discursiva) en los que importa la inseguridadde algunos, y no hay condiciones para otrasnociones vinculadas, por ejemplo, a la seguridadde todos. Se consolida una hegemonía discursivaque, en términos de Marc Angenot, tiende aestablecer respecto al problema de lo seguro/loinseguro los límites de lo decible y lo pensable,

el verosímil social y los lenguajes eficacespara un contexto histórico. Este paradigmapunitivo se estructura centralmente en torno ala configuración de un Otro negativo, alteridadde la norma del momento, que aparece comoencarnando una amenaza a esa totalidad social,de la cual parece a la vez no formar parte, yestrechamente vinculado a una “dominante depathos” (Angenot, 1989): el miedo. Tal comoafirmó Norbert Lechner, es posible que una

cultura del miedo persista aún extinguido unrégimen autoritario: existe un miedo al Otrotambién en las sociedades democráticas, cuandouna cierta noción de orden, a veces implícitaen los discursos, aparece amenazada. Así, unabuena parte de los problemas de la sociedad seleen como consecuencias del accionar de un otroamenazante y negativo, y de su normalizacióno aniquilamiento depende el retorno a un ordenperdido (y caracterizado por la seguridad)que ciertos sectores añoran y demandanmelancólicamente. Esta configuración discursivatiene como consecuencia la consolidación deciertas relaciones sociales (marcado axiológico

de la diferencia, acentuación del etnocentrismo,desarrollo del miedo como dominante depathos, dificultades para establecer relacionesde solidaridad, etc.) que operan como latrama sobre la cual se configura, frente a la

exclusión, no un discurso igualitario sino unaretórica de discriminación y una demanda demayor represión. Ciertamente, los discursosdel gobierno en Córdoba han participadoactivamente en esta hegemonía, proponiendofrente a los delitos, mayores penas y encierros, yfortaleciendo las instituciones policiales.

En este contexto, la vigilancia continua resultaya imprescindible. Lo contrario a la ciudad enorden (garantizado por la policía) es el caosinadmisible, pero insuperable; la intensificaciónde la intolerancia; la proliferación del miedo.Una vez ausentes tanto este control comoel propio poder político, en aquellas horasdel acuartelamiento policial, abandonadospor el mismo gobierno provincial que habíaprometido seguridad infinita, cada ciudadanose convirtió en un pequeño vigilante, cada

cual creyó necesario asumir el control de suterruño –su barrio, su casa, su negocio- yalgunos encontraron razones (o pasiones) paraasumir una mayor violencia como la únicareacción en este contexto anómalo. Los efectosde este acontecimiento fueron perdurables, yse vinculan con hechos de intolerancia social:amenazas de muerte a los que saquean (perotambién, metonímicamente, e incluso conmás frecuencia, a los que limpian los vidriosen las esquinas, a los negros de mierda, etc.),linchamientos entre vecinos, hechos de justicia por mano propia, etc.; actos en los cuales laviolencia se generaliza a la vez que se profundizaun fuerte etnocentrismo de clase. Frente a esto:un Estado provincial primero gendarme, pormomentos ausente, casi nunca instituyente derelaciones de solidaridad social o de reparacióngeneralizada de las vulnerabilidades sociales.

El autoacuartelamiento policial, junto a lademorada reacción del estado provincial,constituyeron un escenario de verificaciónretroactiva acerca de los peligros, los miedos yla vulnerabilidad que ciertos sectores socialesenuncian: después de esto, la respuesta casiinevitable es más demanda de vigilancia, y unaintensificación del poder disciplinario comoúnica instancia capaz de garantizar el retorno alorden perdido.O

*Doctora en Letras

»Existe un miedo al Otrotambién en las sociedades

democráticas, cuando unacierta noción de orden, a vecesimplícita en los discursos, apareceamenazada.

Acuartelamientos

policiales: vulnerabilidad eintolerancia social 

Fabiana Martínez*

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Escuela de Parque Liceo. 2º grado.(28 de septiembre)Mientras tratan de escribir un cuento, uno a cada lado:–Sabés seño que un amigo de mi primo tenía todo deChucky: muñecos de Chucky, almohada de Chucky,remera... todo, y cuando se levantó a la mañana Chuckyhabía matado a la mamá.– ¡¿Chucky había matado a la mamá?!– Sí– Por eso yo tengo todo de Dragon Ball.

Analía, Marisa, Nadia, Nilda, Carina,Carolina, Arnulfa, Rosita, María del Carmen,

Lorena, Andrea, María, Silvina, Paola y Liz sonlas mujeres que desde el 1 de enero de este año

fueron asesinadas en el territorio provincial.Ellas, quince en total y hasta ahora, tenían un

nombre y una vida. Se las interrumpieron parasiempre. Nombrarlas para que existan, paracontar que existieron, para no olvidarlas.

El último femicidio en Córdoba capital (el últimoen la provincia fue el 18 de octubre en Cosquín)conmocionó como ningún otro: la visibilidadque había tomado la desaparición de Paola desde

el primer momento, las horas de búsqueda, lasexpectativas y esperanza de toda la ciudad y unaalcantarilla que se llevó puesto todo eso en uninstante. El hallazgo del cuerpo de Paola llevaba

un plus que era luz: su hija Martina dormía entrela mugre y el frío cuerpo de su madre.

Contar para dimensionar

Martina es una en la treintena de niñas y niñosque en 2014 se quedaron sin madre por culpade la violencia machista, y una de las treinta a

quienes habrá que darles explicaciones sociales,culturales, históricas y políticas cuando quieransaber qué les negó crecer con su madre. Treintavíctimas colaterales de la violencia de género que

deben sumarse a las estadísticas.Entre 2008 y 2012, en Argentina 1520 chicas ychicos quedaron huérfanas. En la mayoría delos casos la historia se repite: la madre muerta

era el sostén y jefa de familia y los padres losresponsables del crimen. Atendiendo estasituación, la legisladora santafesina Victoria

Quince veces morirEn el tránsito del invierno a la primavera hubo un momento bisagra, un lugar bisagra en la vidade cada cordobesa, en la vida de cada cordobés: una alcantarilla una mañana de domingo. Lainmundicia, paradójicamente, abrió el juego para poner sobre la mesa la discusión sobre cómoparar, de una vez por todas y para siempre, con la violencia machista.

María Soledad Ceballos*

Mariana Robustelli, presentó en la Cámara de

Diputados de esa provincia un proyecto para

que las hijas e hijos de las mujeres víctimas de

violencia de género perciban una pensión no

contributiva, a modo de reparación económica.

El proyecto aún no fue tratado.

Repasar los números del femicidio ayuda a

dimensionar un problema social que aún cuesta

sacar de las secciones policiales, sucesos o

ciudadanos (con O) de los medios. En Córdoba,

según el Observatorio de femicidios Adriana

Marisel Zambrano, de La Casa del Encuentro,

en los últimos 7 años han sido asesinadas 136

mujeres.

El Estado provincial no publica periódicamente

un registro oficial de los femicidios que se

cometen provincia adentro ni qué se hace

fehacientemente con el presupuesto destinado

a atender a las víctimas de violencia de género.

Sólo una porción del sistema judicial releva datos

de las causas que trascienden la barrera ejecutiva

y pasan a una instancia de judicialización de lasdenuncias.

La ley 26485, contra la violencia hacia las

mujeres, sancionada en 2009, significó un gran

avance en materia de derechos humanos de

las mujeres. Permite tipificar todas las demás

formas de violencia ejercida contra las mujeres,

pero la falta de información oficial impide

evaluar las políticas públicas que atienden

situaciones de violencia contra las mujeres. En

definitiva, no se sabe cómo se implementa en

Córdoba esta ley.

Leyes medio vivas, medio muertas

En 1995, en la IV Conferencia de NacionesUnidas de Beijing, se trazó un Programa deacción para potenciar el papel de las mujeres

en el mundo, exhortar a los gobiernos,organizaciones e individuos a que promuevan yprotejan los derechos humanos de las mujerescon herramientas pertinentes. Beijing aportó

un documento que, aun sin ser una herramientajurídica, sirvió (y sirve) como guía política paralos gobiernos, instituciones, organizaciones de lasociedad civil y sector privado.

En Argentina, y gracias a los esfuerzos

incansables del movimiento feminista y lavoluntad política, se sancionó en 2009 la

Ley 26485 que trajo claridad en el mapa dela violencia contra las mujeres. Con ella sereconocieron los distintos tipos de violencias(Art. 5: física / psicológica / sexual / económica

y patrimonial / simbólica) y los modos en losque ésta puede manifestarse (Art. 6: doméstica/ institucional / laboral / contra la libertadreproductiva / obstétrica / mediática). Con

esta ley, aquella noción de que violencia son losgolpes se transformó en muchas otras, sobre lasque es necesario poner atención.

Sin embargo, la plena aplicación de esta ley entodo el territorio nacional y la implementaciónde los programas previstos no llega a todoslos rincones de la provincia ni forma a las

instituciones involucradas: si una mujer

quiere denunciar una situación de violencia,en algunas comisarías siguen pidiéndoleque muestre las marcas en el cuerpo como

si un insulto, un empujón, una retenciónde documentos, el control de los mensajestelefónicos o el impedimento de vestirse, saliro decir determinadas cosas no fueran modos de

violencia.

Los medios en el medio

La Ley de Servicios de ComunicaciónAudiovisual trajo consigo la responsabilidadque en este tema tienen (y deben asumir) la

»Entre 2008 y 2012, en Argentina 1520 chicas y

chicos quedaron huérfanas. En lamayoría de los casos la historiase repite: la madre muerta erael sostén y jefa de familia y los

 padres los responsables del crimen.

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É   NE R  O E  N  C Ó R D OB A 

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radio y la televisión. Una parte de la ley que

cuesta se conozca, aplique e implemente. En susartículos 3, 70 y 71, se especifica la necesidad (yla responsabilidad) de proteger y salvaguardarla igualdad entre hombres y mujeres desde

el tratamiento plural, igualitario y noestereotipado, evitando toda discriminación porgénero u orientación sexual; evitar contenidosque promuevan o inciten tratos discriminatorios

basados en la raza, el color, el sexo, la orientaciónsexual, el idioma, la religión, las opinionespolíticas o de cualquier otra índole, el origennacional o social, la posición económica, el

nacimiento, el aspecto físico, la presenciade discapacidades o que menoscaben la

dignidad humana; y además, deben velar por elcumplimiento de determinadas leyes, entre ellas,

la 26.485. Cuesta que se hagan cargo, mucho.En este marco es que la radio y televisión hoytienen legislación específica desde dondeerradicar las violencias; mientras que la prensa

gráfica, aún sin leyes propia que proponga,

regule y exija, debería velar por el respeto de

derechos, y ese marco lo otorga la 26485. En2012 la Justicia Federal ordenó al diario Clarín a rectificar el título del informe: “La fábrica dehijos: conciben en serie y obtienen una mejor

pensión del Estado”, publicado en abril de2009 considerado agraviante y tendiente a ladiscriminación y violencia psicológica, sexualy simbólica contra la mujer. Un antecedente

que vale para saber que las leyes tienen infinitosmodos de ser usadas porque si a las leyesescritas no las exigimos, no las habitamos,indudablemente no servirán de nada, serán letra

muerta.

Erradicar desde el aire

Este año, la Defensoría del Público deServicios de Comunicación Audiovisualestá llevando adelante acciones en torno al

Año de lucha contra la violencia de género yviolencia mediática contra las mujeres. Estasactividades implican charlas, talleres y jornadasde sensibilización en todo el país con todas

las personas involucradas en el proceso deproducción y tratamiento de la información.Además de deconstruir y transformar losmodos de decir frente a una cámara o detrás de

un micrófono, las audiencias cuentan con unaherramienta de denuncia específica, para que

aquella vieja práctica del “si no te gusta, apagála tele”, hoy pueda resignificarse cambiando de

canal, pero sin dejar de denunciar qué derechoshan sido vulnerados.

La mañana de ese primer domingo de primavera

se usaron impagables minutos de aire y segastaron miles de tintas en decir cómo hacerpara parar el dolor. Se sostuvieron durante díastitulares que nos decían que “Martina lucha

por su vida, que está mejorando” y la esperanzade toda una ciudad en vilo se encendía; u otrotítulo se escribía contando que un “Nuevofemicidio conmueve a Traslasierra”, pero, justo

ahí, en el margen inferior derecho de la mismapágina del mismo diario, cuerpos desnudos demujeres dicen que está “Dispuesta a todo” o que“Busca amor” o muestra a la “Novia oculta”. La

perspectiva de géneros y la violencia mediática

en una misma tapa de diario. Cuando se apagala luz del REC, volvemos al chiste, al agravio,a la denigración y al lugar común de creer que

si las mujeres no se ríen es por su condiciónestereotipada indiscutible deamargas.A la cultura machista se la transformaaprendiendo, conociendo, preguntando,

educando y educándose, generando nuevosrelatos y siendo responsables. Y a la culturapatriarcal se la transforma, sobre todo, dejandopor una puta vez de mirar para el costado.  O

*Comunicadora Social

»En Córdoba, según elObservatorio de femicidios

 Adriana Marisel Zambrano, de LaCasa del Encuentro, en los últimos7 años han sido asesinadas 136mujeres.

+ info | PARA DENUNCIAR

Línea Nacional de Atención Telefónica y Gratuita: 1440800 888 9898 - Línea gratuita y anónima para asesoramiento, denuncia, intervención y/o

derivación ante situaciones de violencia familiar en la provincia de Córdoba.Unidad Judicial de Violencia Familiar. Duarte Quirós 650 - Centro. Tel: 0351. 4331635, las 24 hs.Unidad Judicial de la Mujer y la Niñez. Rondeau 258 - Centro. Tel: 0800 555 8342 / 0351.

4331484, las 24 hs.Centro de Prevención, Asistencia y Rehabilitación de las Víctimas de Violencia, HospitalAeronáutico Córdoba. Av. Colón 450. 2° piso Of. 202. Tel: 0351. 4298 800 (int. 39141).

Centro de Atención Integral para la Mujer Maltratada. Lima 266. Tel: 0351. 4210251.Consejo Provincial de la Mujer. Av. Colón 287. Tel: 0351. 4341355/56Centro de Investigación y asistencia de la Violencia Doméstica. Av. Vélez Sársfield 2311. Tel: 0351.

4688542Centro de Asistencia a la Víctima. Pje. Santa Catalina 66. Tel: 0351. 4212057Dirección de Violencia Familiar del Ministerio de Desarrollo Social. Av. Olmos 175. Tel: 0351.

4342188.Dirección de Violencia Familiar (Ministerio de Justicia). Alvear 150 - Centro. Tel: 0351. 4342113.Mesa de entrada de Violencia Familiar. Duarte Quirós 650 - Centro. Tel: 0351. 4298011.

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HI   S T   OR I  A 

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Cuando sus camaradas preguntaban aRaquel dónde había nacido, ella respondía

rápidamente y sin dudar: “Yo nací en Córdobaen 1929, y no es por sacarme años”; aunque suverdadero lugar y fecha de nacimiento fue en SanFernando, provincia de Buenos Aires, el 15 de juniode 1915. Sin embargo, esa respuesta mostrabadónde había comenzado su militancia, siendo unajoven de 14 años y junto a Gregorio Levenson, unode sus hermanos, ingresó a la Federación JuvenilComunista (FJC) sección Córdoba para trabajar porlos obreros y la Revolución.

Llegados a Córdoba en 1928 en busca de trabajo,la familia Levenson se encontraba con unaciudad donde rondaban los aires de la ReformaUniversitaria y el movimiento obrero se enfrascabaen huelgas y movilizaciones para mejorar suscondiciones laborales y sociales. En ese mismoaño, en estación Cañada Verde, una pequeñaciudad al sur de la provincia, el Block Obrero yCampesino ganaba las elecciones municipales y seinstauraba la primera intendencia comunista en elpaís y en la capital provincial líderes sindicales deorientación comunista organizaban una huelga enla fábrica Menetti.Para 1929 la lucha obrera se intensifica debido a ladecisión del Partido Comunista (PC) de organizarsindicatos separados de otras organizacionesgremiales aplicando la táctica «clase contraclase» del Komintern y en Córdoba los encargadosde promover conflictos serán los hermanosJosé y Jesús Manzanelli junto a otros dirigentespartidarios, quienes colaboran en la huelgade la construcción de Bell Ville y en la huelgametalúrgica de San Francisco que es duramentereprimida por la policía transformándose enun paro general por 48 horas. En este contexto,Gregorio Levenson, quien ya frecuentaba elambiente estudiantil de la Córdoba reformista,

se incorpora a la FJC acompañado por su jovenhermana Raquel.

Producido el golpe de Estado de 1930 dirigidopor el general José Félix Uriburu contra elpresidente Hipólito Yrigoyen, Raquel Levensonrecibe la primera tarea como militante de lajuventud comunista y se le encarga repartirclandestinamente volantes a los trabajadoresde la Fábrica Militar de Aviones, construida enCórdoba en 1927 y con una dotación de casi 200obreros, con el objetivo de conseguir el apoyode la clase trabajadora a la revolución. Ademásde su militancia política, Raquel se interesa porla economía y se acerca a la UNC mientras su

hermano Gregorio funda en la capital provincialel grupo «Insurrexit», agrupación similar a lacreada por Héctor P. Agosti en Buenos Airesy en l a que participaba Ernesto Sábato en LaPlata, con el propósito de introducir la lucha declases en las universidades y detener el avancede la «contrarreforma». Así, entre los obrerosy estudiantes cordobeses, entre militantes ydirigentes comunistas, entre las fábricas y laUniversidad, Raquel se comprometió con la luchaobrera y la revolución, compromiso que va asostener durante toda su vida.

Buenos Aires y España: la lucha continúa

A mediados de la década del 30, Gregorio yRaquel Levenson se radican en Avellaneda(Buenos Aires) donde se insertan en el mundolaboral y sindical de la zona sur y conocen a JuanJosé Real, líder juvenil del PCA, quien los dirige

en la organización del Centro de EstudiantesUniversitarios de Avellaneda. En esta nuevaetapa en la vida militante, a Raquel se le delegala realización de arengas políticas a las salidas detalleres, fábricas y frigoríficos con el propósitode atraer a los trabajadores en la lucha contra elcapital. Subida a un cajón de frutas, se la puede vera la joven militante exponiendo fogosamente susideas delante de obreros, estudiantes, paseantesen los barrios porteños de Dock Sud, Piñeyro ySarandí con el claro objetivo del lograr la unión dela juventud y los trabajadores en la lucha por susreivindicaciones y derechos y contra el gobiernodel conservador Manuel Fresco. Fue allí, en lasbarriadas proletarias de la zona sur de BuenosAires, donde Raquel puso en práctica las actitudesde organizadora, agitadora y propagandista quehabía aprendido durante sus primeros años demilitancia en Córdoba.

Con el estallido de la Guerra Civil española,Raquel junto a su pareja Juan José Real decidenenrolarse como voluntarios para ayudar a laRepública en su l ucha contra la sublevación military parten hacía España en abril de 1937. Ya enterritorio republicano, la pareja de argentinos seencuentran con los dirigentes comunistas VictorioCodovilla y José Manzanelli y, mientras Real seincorpora a las Brigadas Internacionales, Raquelingresa a la Dirección Nacional de las JuventudesSocialistas Unificadas (JSU) como propagandistay organizadora con la misión de recorrer losdiferentes frentes y retaguardias para propagarla ideología comunista mediante la redacción

de volantes y documentos, el adiestramiento desoldados y la arenga pública. En enero de 1939Cataluña cae ante las tropas sublevadas y Raquel,quien se encontraba en Barcelona embarazadade su hijo Alberto, logra abandonar España en unbarco inglés hacia Argelia donde es encerrada enun campo de concentración. Sin embargo, por sucondición de dirigente comunista, la militanteargentina logró marcharse de la colonia francesa enun barco soviético que se dirigía a Odesa.

Odesa, Moscú y Stalingrado: resistir alnazismo

Una vez desembarcados en el puerto ucranianode Odesa, Raquel Levenson junto a su pequeñohijo son enviados a Moscú donde la militanteargentina es incorporada a la Escuela Internacionalde Marxismo-Leninismo. Cuando la Alemanianazi invade el territorio soviético en junio de 1941,

Raquel participa en la defensa y resistencia deMoscú ante el asedio del ejército invasor realizandotareas civiles en la organización y subsistenciadel pueblo moscovita y debido a su destacadaintervención es enviada a Stalingrado cuandola ciudad de orillas del Volga es tomada por lawerhmacht alemana. Allí, en la ciudad insignia delrégimen estalinista, Raquel se desempeña comoinstructora político-militar del Ejército Rojo, quehabía recibid o la orden de “¡Ni u n paso atrás!”.Derrotado el nazismo en 1945, la veterana de laGuerra Civil española y de la Segunda GuerraMundial regresa a Argentina para incorporarseal Secretariado Nacional de la FJC y, desde esemomento, propulsar y organizar diferentesagrupaciones obreras y estudiantiles en laprovincia de Buenos Aires. Con la llegada delperonismo, Raquel debe alejarse de Juan José Real,su expareja y padre de su hijo, y de su hermanoGregorio Levenson por orden del PCA ya queambos se habían acercado al nuevo movimientode masas surgido bajo el control de Juan DomingoPerón.

Desde la década de 1960, la militante de la FJC seencarga de organizar la actividad gremial de lasfábricas en la zona de La Matanza hasta que unaenfermedad terminal acabaría con su vida el 3 deseptiembre de 1971 con sólo 5 6 años de edad y 42años de férrea militancia, incansable lucha y rígidalealtad al comunismo al que había adherido en esaCórdoba obrera y reformista de 1930. O

*Profesor y Licenciado en Historia

Raquel Levenson: unaluchadora forjada en las

calles cordobesasMiembro de la Federación Juvenil Comunista, incansable idealista yportavoz de los obreros, combatiente en la Guerra Civil española y resis-tente al nazismo durante la Segunda Guerra mundial, Raquel Levensonfue un ejemplo de luchadora que se forjó en las calles de la Córdobaobrera y reformista de los primeros años de la década de 1930.

Diego Naselli Macera*

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DE B A T  E 

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El 9 de octubre último, con un auditorio lleno,FAMAF recibió a cuatro personalidades

claves para comprender, en varias de sus aristas,lo que significa el satélite geoestacionario para

el país. Ellos fueron Diego Hurtado (Historiadorde la Ciencia), Federico Hernáez (Gerente dePlaneamiento y Soporte de ARSAT), VicenteCampenni (Subgerente General de INVAP) y AxelDente (Especialista en INVAP del proyecto ARSAT1). Deodoro habló con ellos sobre cuestionesvinculadas a las ideas de soberanía y desarrollocientífico.

Capacidades

Si hay algo que quedó demostrado con lafabricación del ARSAT es que en el país existecapacidad científico-tecnológica. Sin embargo,¿es este un hecho reciente?, ¿se pueden leer, enel manuscrito de la historia argentina, momentosprevios donde se hubieran evidenciado estascapacidades?Diego Hurtado, al efectuar un rápido recorrido

cronológico desde la década del 20 (desarrollosen hidrocarburos primero, energía nuclear,aeronáutica, los avances en electrónica, etc.)respondió por la negativa a estas preguntas.Incluso, en torno a la única fase del ARSAT1 que no fue realizada por Argentina, ellanzamiento desde la Guayana Francesa, reconoceantecedentes históricos que señalan la faltade continuidad antes que de capacidad: “Siempezamos a tirar cohetes en los 60, ¿cómo esque hoy no podemos poner en órbita nuestrospropios satélites?”.Estas intermitencias y discontinuidades fuerongeneradas por una condición geopolítica que conel tiempo se fue sedimentando en una culturapolítica. En ese escenario la capacidad científico-tecnológica no es la única carta a tener en cuenta.Es imprescindible una capacidad económica(poder generar la riqueza necesaria), capacidad

industrial, capacidad educativa (desarrollar losrecursos humanos intervinientes) y sobre todouna capacidad política que permita articular estaspotencialidades detrás de un proyecto estratégico.Sería un error e ntonces considerar que durante ladécada del 90 hubo un retraso en esta materia porla falta de decisiones estratégicas que permitieranal país posicionarse en el concierto mundial. Laausencia de una política fue en sí la estrategiaadoptada porque de ese modo el país, por lasola omisión, se subordinaba al rol geopolíticoque el “orden mundial” le asignaba. En cambiohoy “la Argentina está ganando capacidadesinéditas, estamos demostrando tanto capacidades

tecnológicas de avanzada como capacidadespolítico-institucionales para llevar adelantepolíticas públicas que me parece que es la primeravez que en la Argentina se están tomando”

finalizaba su exposición Diego Hurtado.

Soberanía y sociedad: ARSAT, TDA yfibra óptica

A esta altura ya casi todos sabemos que ARSAT esuna empresa del Estado Nacional. Sin embargo,no demasiada gente se ha puesto a justificarpor qué una empresa del Estado debe interveniren un mercado que bien podría ser librado ala participación de actores privados. FedericoHernáez, puntualizó en este sentido, los aspectosque el accionar de una lógica pública-estatalpueden favorecer a la sociedad en su conjunto.

En primer lugar, la fabricación integral de unsatélite geoestacionario implica “inversión conalto riesgo y prolo ngados perío dos de repago”. Laimposibilidad de una rápida recuperación de lainversión realizada dificulta la inversión privada.En segundo lugar porque “atrás del proyectoARSAT hay investigación y desarrollo (eltan mentado I+D) cuyos resultados puedentrascender a l mismo proyecto”. La propia I NVAPha aprovechado sus desarrollos previos en radares

para la elaboración del ARSAT 1, y como ese hayvarios ejemplos donde la tecnología desarrolladapara un proyecto en particular puede y es utilizadapara ámbitos incluso diferentes (desarrollos eninformática, materiales, electrónica, etc.).Hay también una rentabilidad a corto plazo perono económica: “En este tipo de proyectos hayuna cuesti ón social det rás”. La señal satelital quesurgirá del ARSAT 1 va a llegar a las estacionesterrestres que ya han sido instaladas por laempresa del Estado. Esto, sumado al tendido defibra óptica, ha posibilitado construir una red decomunicaciones para enlazar e integrar regionesque no serían atendidas si el fin último del

emprendimiento fuera económico. “Hoy, a travésde la televisión digital, tenemos infinidad depueblos que tenían sólo un canal manejado por unmonopolio sin ninguna posibilidad de escucharmayores voces”.En cuanto al rol del Estado como actor económicoel proyecto ARSAT le permite desempeñarse “entérminos contracíclicos, en un momento en queel capital privado difícilmente esté volcado a

inversión en i nfraestru ctura”.Y por último, le brinda al Estado, una h erramientapara “contener preci os”, tanto en televisión comoen internet. “En ciudades aisladas hasta no hacemucho las empresas de telecomunicacioneshacían uso de esa posición dominante parapoder cobrar valores des proporcion ados”. Estecontrapeso lleva a “cierta nivelación de precios apuntos razonables”.Es así que una empresa como ARSAT desdesu lugar dentro del aparato del Estado, llevaadelante distintos proyectos de escaso incentivoeconómico pero de gran impacto social: “Sidespués de todas estas inversiones no logramosel compromiso de quienes participamos en estode poder llevar valor a la sociedad, no somosmás que un parásito y tal vez sería mejor darlo enplanes sociales y no invertirlo acá. Pero creemosque el desar rollo pasa por o tro lado”.

Una heladera puesta en órbita

Últimamente se ha atacado al proyecto ARSAT1 con el mismo argumento del “ensamblado”con que se atacó, no hace mucho tiempo, lafabricación de teléfonos celulares en Tierradel Fuego (recomiendo leer el n.º 30 de estamisma revista). La mayoría de los componenteselectrónicos, suerte de materia prima decasi todos los artículos tecnológicos, sonproducidos en China. El bajo costo laboral delpaís, permite que se justifique a gran escalala fabricación de este tipo de productos. Perode la totalidad del producto elaborado, elporcentaje que mayor ganancia genera no esprecisamente ese componente. Por el contrario,el diseño tecnológico (que incluye una serie deinstancias que van desde la idea del producto

hasta el desarrollo de software) es lo que generamayor rentabilidad y lo que requiere mayorescapacidades intelectuales, materia gris.

Aquello que en el ámbito de la telefonía celularse pretende lograr a largo plazo, en el ámbitosatelital ARSAT-INVAP ya se ha logrado: la tarearealizada en y por el país con el ARSAT 1 noscoloca a la vanguardia tecnológica. Y en estesentido, tal vez sea útil la brutal comparaciónentre el precio de un kilo de soja (34 centavos dedólar) contra los 15.000 dólares que se estimahoy “el kilo” de satélite geoestacionario. Porquesi bien los volúmenes de venta de la soja hacenque la ganancia total aún sea más que interesante,alerta sobre cuáles deberían ser las prioridadespara el país: la soja sirve para generar divisas, perogenera escaso trabajo, tiene limitado volumenpotenciador y ata al país a un rol geopolítico

subordinado, donde el valor agregado se compraa países extranjeros. Y en todo caso a nivelestratégico, tal como lo señalaba Diego Hurtado,hay que seguir promoviendo que “la soja” sea elinstrumento para desarrollar el valor agregado,la I+D. Aunque si lo pensamos bien, esto últimotambién debe ser considerado un instrumento: unmedio para crecer como país, mejorar la calidadde vida de la gente, incluir y reducir las brechaseconómicas y sociales. O

*Prosecretaría de Comunicación y Divulgación Científica de

FAMAF

¿De qué hablamos cuandohablamos de soberanía?Mientras el ARSAT 1 va encontrando su órbita definitiva, litros de tinta,a nivel terrestre, aún se vierten a través de distintos ámbitos. En unnivel incluso más bajo, otros continúan cuestionando la utilidad y hastala “autoría” del proyecto. Conversamos en FAMAF con algunos de losprotagonistas de este hecho histórico.

Mariano Barsotti*

»En cuanto al rol del Estadocomo actor económico

el proyecto ARSAT le permitedesempeñarse “en términoscontracíclicos, en un momento enque el capital privado difícilmenteesté volcado a inversión eninfraestructura”.

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gran escena en la que se juegan la vida y ladiversión decenas de miles de cordobeses. Peroademás este libro pone en escena al cuartetocon respeto y empatía, en algo que excede aCórdoba y replantea nuestras preguntas porel procesamiento de las desigualdades en la

Argentina. Y en ese contexto hace avanzar ladescripción hasta hacer entrar en ella algo quehabitualmente no se enfoca: “que en esas escenasse estructuraban sinestésicamente dominios

como las jerarquías sociales en términos raciales

o etarios bajo un régimen de división genérica yhegemonía heterosexual”. Y todo esto ocurre en el marco de una de lasaspiraciones más declaradas y más difíciles

de concretar en los estudios sociales de lamúsica: tomarse a las prácticas en serio, nosobreimprimir metafísicas, no actuar como sitodos los campos de prácticas fuesen igualespara limitarse a discernir cómo se juega en cadacaso el juego de la acumulación de ventajas ydesventajas que hace que unos pierdan siempre yotros no dejen de ganar, como si la forma de esasprácticas fuese irrelevante para el resultado deljuego. Cuestión que es mucho más difícil cuandose trata de prácticas como el baile que puedenahogarse bajo pretensiones analíticas que lasdesconocen. Es que en los estudios sociales de lamúsica no solo ha sido habitual reducir la músicaa las teorías sociológicas y a lo que dicen lasletras de las canciones, sino también desconocerlo propio de los bailes, porque solo se los

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L I  T  E R A T   UR A 

“El pasito cordobés no son dos no sontres, el pasito cordobés lo bailás como

querés”, dice un a letra ya clásica de loscuartetos. La insistencia y la repetición, físicasy morales, acústicas, lumínicas y kinéticas,las prescripciones sociales que se movilizan

a lo largo del baile, hacen que la danza délugar a una coreografía de clasificaciones yencorsetamientos. La transmutación del baileen sociedad, de “hacer lo que querés” en lo que“tenés que hacer” es el proceso que iluminaBl!zquez a lo largo de este libro. Así este libropone en escena al cuarteto sin prejuiciosestéticos que disfrazan y distorsionan el análisis.Pero al mismo tiempo toca una zona álgida: losefectos de exclusión en que se condensan y segeneran exclusiones que tienen su disparador encategorías “sexuales” y “étnicas”. Este es el segundo libro que Gustavo Blázquezdedica al cuarteto. Si el primero reponía unahistoria y un desarrollo relativo a la escenaen que se produce el género musical, estevolumen conecta la cuestión con la producciónde posiciones de género y sexualidad. Así

quienes se sientan invitados a leer Bailaló verán, por suerte, superadas las evocacionesque se asocian al cuarteto. Quienes presos delos supuestos, esperen encontrar en él unaespecie de celebración de la celebración, quienesesperen una narración de los bailes de cuartetoen clave de alegría, exceso y expresividad“típicas”, se sentirán llevados más allá de dondeesperaban. “Cuartetos” remite a un conjunto defuncionamientos sociales asociados al géneromusical: bailabilidad, sensualidad, identidadprovincial, fiesta popular. Bailaló, efectivamentetrata del cuarteto, del baile, de la fiesta, de lasrelaciones sociopolíticas que se tramitan a travésde diversos momentos de las presentacionespúblicas de los grupos, los usos bailables y delos públicos tomados como eslabones de una

Bailaló

El antropólogo Gustavo Blázquez publicó su segundo libro vinculado alanálisis del mundo que rodea al cuarteto. Se trata de Bailaló, un textocentrado en la producción de posiciones de género y sexualidad.

Pablo Seman*

FRENTE AL PABELLÓN ARGENTINA, EN CIUDAD UNIVERSITARIA

LIBROS Y REVISTAS UNIVERSITARIOS

PUBLICACIONES DE LA EDITORIAL DE LA UNC

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describe a partir de categorías que utilizan comopatrón las corrientes dominantes de la danza, lascodificaciones de los folcloristas, los misteriosde los coreógrafos eruditos. Desde esos puntosde vista se pierde de vista lo que hay en juego enfenómenos “populares” que no es que carecende estructura, pero tienen otra. ¿Cómo analizarel baile sin perderse ni en las teorías sociológicasomnívoras ni en las disputas de los amos de la

danza? Este libro nos da una respuesta excelentea esa pregunta poniendo en acto la experienciadel etnógrafo y de sus anfitriones y una notaciónque se eleva por sobre la situación, pero nopierde nunca el contacto con ella.

Al mismo tiempo este libro, que efectivamentetrata sobre un género musical estrechamentevinculado a la provincia de Córdoba, desbordaeste territorio porque al tratar de una formamuy particular la dinámica y la estructura delas desigualdades y violencias las que se ligancon este género musical. De esta forma hablade un problema omnipresente en la Argentina(tal vez incluso de forma creciente): el de la

violencia contra los subalternos y la formasingular en que se ligan y deben concebirsecuestiones de “clase”, “etnia” y “género”.Pero lo más importante es que remite a estas

cuestiones de una manera novedosa: superandola manera casi burocrática en que ha adquiridoen las ciencias sociales la necesidad de poneren paridad de trato, extensión y gravedad dedenuncia el racismo, el sexismo y el clasismo:“ah si hablás de clase no podes dejar dehablar de género y si escribís sobre algunade estas dos cosas no podés dejar de referirtea la etnia” es el metamensaje que subyace anuestras prácticas habituales y olvidamosasí que es sólo en situaciones históricamentesingulares que emerge una matriz dejerarquización que propone, articula y ordenalas categorías despectivas que produce. No todohomoerotismo es gay, ni todo homoerotismorecibe la misma sanción. Más ampliamente: lasdivisiones de lo social no son independientesde las formas en que cada sociedad produceesas divisiones. La automatización de un

protocolo que presupone la universalidad deuna determinada configuración, para referirsea las discontinuidades sociales desembocaen una pregunta que se ha hecho habitual enesa forma de encarar las cosas: ¿quién la pasapeor?: ¿las mujeres, los pobres, los negros,los homosexuales? Acá encontraremos unaalternativa para explorar el sufrimiento y laopresión: se trata de entender cómo operanen una configuración específica el rechazo, lasformas de atribución de inhumanidad al otro,la disposición de una parte de lo social en elespacio de lo excluido, la forma de construir ymanipular en ese espacio, y en el espacio físico,una categoría de lo abominable. O

*Antropólogo

»La transmutación del baileen sociedad, de “hacer lo

que querés” en lo que “tenés quehacer” es el proceso que iluminaBlázquez a lo largo de este libro.

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T  E A T  R  OTal vez fue el mo te de “poéticas varias”, o la idea

de que el Festival de Teatro no fuera solo eso, sinotambién un espacio de encuentro para impulsar/fortalecer los vínculos entre Teatro, Política ySociedad. Quién sabe. El hecho es que durante

diez días (del2 al 12 de octubre), en la ciudad deCórdoba, “El Urondo” se llevó adelante en lassalas “La Chacari ta”y “Casa Grote”. Centenares deteatristas, poetas, escritores, ensayistas, artistasindependientes y activistas sociales se reunieronpara dar nacimiento a esta primera edición deun Festivalanual que terminó convirtiéndoseen un nuevo colectivo de intervención cultural.Organizado por los grup os “Zéppeli n Teatro”,“Elencos Concertad os”, “Los de La vu elta” (quedirigen Jorge Villegas, Enrique Giungi y Toto López,respectivamente), también participaron los grupos“5M1 6”, “Des Armadero Teatro”, “Las Pé rez Correa”,“Teatro de il usiones Animadas”, “La Vueltaalperro”,“BiNeural-MonoKult ur”, “Rimando Entreversos” yartistas como Teti Cavo y Miguel Oyarzún. 

Más allá de los escenarios

El Festival contó también con actividades por fuerade los escenarios, con entrada libre y gratuita. Unade ellas fue la proyección de Darío Santillán, ladignidad rebelde, la película documental de MiguelMirra y la entrevista abierta que el periodista DanteLeguizamón le realizó al escritor Mariano Pacheco,coautor de Darío Santillán, el militante que pusoel cuerpo, el joven asesinado junto a MaximilianoKosteki en la “Masacre de Avellaneda”. Otra, lapresentación del proyecto artístico “Pobre arte”, deJorge Cuello, en el que el artista rinde homenaje a las“Abuelas de Pla za de Mayo”. El evento contó con lapresencia de Sonia Torres, entre otros. También, serealizó una mesa debate sobre “Teatro y dictadura-Teatro y democracia”, que contó con la participac ión

de José Luis Arce, quien fue entrevistado porDaniela Martín.Por otra parte, impulsado por el Grupo de PoesíaPan Comido, mates y criollos mediante, se realizódurante toda una tarde, en la Plaza Comechingona

(ex Colón), una lectura colectiva de La patriafusilada, el emblemático libro de FranciscoUrondo publicado en 1973, en el que aparecen enprimera persona los testimonios de Ricardo RenéHaidar, María Antonia Berger y Alberto Camps,los tres sobrevivientes del crimen político del 22de agosto de 1972, recordado como la “Masacre deTrelew”. Libro que Urondo construyó en base a lostestimonios que grabó en la madrugada del 25 demayo de 1973, mientras compartía cautiverio conlos tres sobrevivientes, en la cárcel de Villa Devoto ylos presos políticos esperaban ser liberados por unamultitud que, afuera del penal, pujaba por acelerarel decreto presidencial que finalmente HéctorCámpora firmó, y con el cual se otorgó una amnistíaa los “combatientes revolucionarios” encarcelados.Además, “El Urondo” contó con una mesa sobre“Violencia inst itucion al”, de la que participaronViviana Alegre (mamá del joven desaparecidoFacundo Rivera Alegre); Eugenia Aravena, de la

Asociación de Mujeres Meretrices de Argentina(Ammar); el Abogado de derechos humanos ClaudioOrosz; representantes del Colectivo de Jóvenes porNuestros Derechos y madres de jóvenes victimas degatillo fácil.

El fuego y la palabra

En diálogo con Deodoro, Villegas, Giungi y TotoLópez cuentan la trama que los llevó a organizar estaprimera edición de “El Urondo”. Para Villegas, loimportante es que la identidad del festival “se vaya”construyendo, con el tiempo, y con las actividades.“La idea es visibilizar los colectivos y teatristas, los

poetas y escritores que están, además de haciendosus obras, trabajando con los movimientos sociales,con actividades anticarcelarias y otros temas. Esdecir, con todos aquellos que tienen muy unida laproducción artística específica y la construcciónde ciudadaní a”, cuenta el director de Zéppeli nteatro. Y remarca que el festival no pretende “serun espacio de consagración, sino que se proponegenerar encuentros”. Giungi, po r su parte, rescata la“generosidad” del Toto López, ya que “El Urondo”

surge de la metamorfosis del Festival Clandestino,que durante años organizó el director de “ElencosConcertados”. “Creo que esa generosidad de la quehabla Giungi, en realidad tiene que ver con que hubouna propuesta superadora. Así como el FestivalClandestino se organizó en una época, para intentarvisibilizar aquello que se pretendía invisibilizardesde el establishment cultural local, que definíapor donde tenía que pasar la estética y el que no laacataba se quedaba afuera, creemos que después deonce años hay cosas que han cambiado, somos másvisibilizados. Eso, por supuesto, tiene que ver con lapelea de todo un pueblo. Y esta idea de visibilizar acompañeras y compañeros militantes, tiene que vercon organizar todo ese espacio que existe, pero queestá como en la diáspora. El festival fue un primerpaso para conocernos y compartir una experienci a”,insiste el Toto López.Para Giungi, vivimos una época en donde esimportante “sostener y cuidar l o que tenemos”.“Me parece que, sobre todo ellos (por Villegas y

López), que son de generaciones más grandes quela mía, saben lo que cuesta vivir como estamosviviendo ahora, y como estamos trabajando endemocracia, y hay que apropiarse de las libertadesque hemos co nquistado”, señala el teatri sta. Yremata: “es uno de los puntos que tiene el festival:apostar a construir la fuerza capaz de defenderlas.Y prepararnos para lo que puede venir”. Villegasagrega que esa “apuesta militante” puede verseexpresada en el hecho de que ellos tres no son “ungrupo de amigos que sale a hacer un festival con sugusto”, sino que son arti stas que tienen d iferencias,pero que se juntan para ir armando una propuesta.“Y la ident idad es cl ave”, agrega. “El hecho dellamarlo con el nombre de un poeta y guerrillero,muerto en combate, es toda una señal. Porque ElUrondo pretende generar una discusión con estostemas”. Para cerrar, Toto López, el más grande delos tres, rescata dos frases. Una: que lo colectivo esinfinitamente superior a lo individual. Y segundo,

lo que decía Paco Urondo, que “todos los extremosson malos”. Y por eso tenemos que ir más allá de losextremos.

Constelaciones

En sus “Tesis sobre el concep to de hi storia”, WalterBenjamin escribió que “articular históricamente elpasado no significa conocerlo como verdaderamenteha sido sino adueñarse de un recuerdo tal como ésterelampaguea en un instante de pel igro”. Algo deeso parece haber estado presente a la hora de elegirla figura, el nombre de Francisco “Paco” Urondopara identificar esta experiencia. El riesgo de tomarfiguras y nombres del pasado para dar cuenta deprocesos actuales es riesgoso, se sabe, y el hilo paraevitar caer en el folclore y apagar toda llama deperspectiva revolucionaria que aun pueda quedarencendida es muy delgado. Sin embargo, muchos dequienes asistimos a este Festival quedamos con una

extraña sensación de inactualidad, no en el sentidode viejo sino en el de porvenir. Algo así como queuna demora retrasa la llegada de algo que, por aquíy por allá ya se hace sentir. Tal vez sea que el arteno representa tanto como anuncia, y “El Urondo”es un síntoma de que hay miradas que estáncambiando respecto del vínculo entre arte, políticay sociedad. Miradas que retoman del ayer elementosimperceptibles desde la óptica de los vendedores deilusiones y monumentos del pasado. Miradas que,parafraseando nuevamente a Benjamin, pretendenestablecer un secreto compromiso de encuentroentre las generaciones del pasado, y la nuestra. O

*Periodista

“El Urondo”, un Festival devínculos entre Teatro, Políticay SociedadSe realizó en Córdoba entre el 2 y el 12 de octubre. Un total de 17 obrasse llevaron a los escenarios de las salas “La Chacarita” y “Casa Grote”.Hubo además proyección de películas, entrevistas públicas, mesas dedebate, lecturas públicas de narrativa y poesía. Un espacio de encuentroque parió un nuevo colectivo de intervención cultural.

Mariano Pacheco*

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L I  T  E R A T   UR A 

“...adueñarse de un recuerdo tal y como brilla enun instante de peligro”.W. Benjamin

Su narrativa, reveladora de una singular

polifonía, se distingue por una rara cualidaden virtud de la cual cada libro siempre parecerecomenzar en el siguiente.Con impaciencia no exenta de fervor, Modianoinauguró una duradera matriz literaria plasmadaen tres novelas escritas entre los 23 y los 27años y publicadas durante el lapso 1968/1972;también su estilo alcanzó desde entoncessus características más permanentes: frasesescuetas, raramente exceden las ocho o nuevepalabras, suelen ser todavía más ceñidas; ensegundo lugar, esas frases esparcen lo elíptico,lo no dicho, en aras de ese despojamientososlayan sin miramientos las explicaciones. Bajola llamada Trilogía de la ocupación confluyen El lugar de la estrella, La ronda nocturna y Los boulevares periféricos; todas tematizan,con porfiada tenacidad, un acontecimientocrucial en la historia reciente de Francia: la

ocupación alemana durante la segunda guerra.En pocas semanas la blitzkrieg  arrolladora dela Wehrmacht derrotó al ejército francés y seadueñó del país y sus instituciones e instaló unrégimen títere en Vichy presidido por el mariscalPétain.

Esta es la plataforma sobre la que Modianoasienta el espesor inquietante de sus vicisitudesnovelescas. Y su historia personal emerge de esecontexto, tal como lo declaró en una entrevista:“No es la Ocupación histórica la que describoen mis tres primeras novelas, es la luz inciertade mis orígenes. Ese ámbito donde todo sederrumba, donde todo vacila...” El cataclismo deuna época, la de la ocupación, está contado porlos mismos protagonistas que, haciendo alardede su cinismo, cometen desembozadamente laspeores iniquidades. En fin, criaturas tortuosas

que deambulan por el París nocturno, desvalijancasas, extorsionan, el mercado negro es su reino,y gracias a la protección de la Gestapo y de latristemente célebre rue Lauriston ni el toquede queda ni las temibles razzias a resistentesy judíos los importunan. En síntesis: “Unambiente de advenedizos con tufo a traiciones yasesinatos”, tal como lo describe el narrador de La ronda de noche.

Entonces: el foco más denso del pasado arranca,para Modiano y sus recurrentes intentos deevocarlo, con la ocupación alemana; un pasadoque no cesa de irradiar, hacia adelante perotambién hacia etapas previas (el suicidio de una

pareja en 1933, relatado en Flores de ruina), laluz oscura de sus señales. Una de ellas se puedeleer en El libro de familia, sus palabras causandesasosiego pues parecen sugerir un mundoparalelo cuyos desconocidos confines escapana la comprensión: “Sólo tenía 20 años pero mi

memoria era anterior a mi nacimiento. Estabaseguro, por ejemplo, de haber vivido en el Parísde la Ocupación, recordaba ciertos personajesy detalles turbadores que no menciona ningúnlibro de historia. Hubiera dado cualquier cosacon tal de volverme amnésico”.

Correlativamente, el gran axioma que recorreincesantemente sus libros, imbuido de lafuerza desafiante de todo movimiento queno se interrumpe, Modiano lo formuló, conpasmosa simplicidad, en La calle de las tiendas

oscuras, una novela cuyo magnetismo emanade sus porosas temporalidades: “En la vidano es el futuro lo que cuenta sino el pasado”.A través de los archivos y sin separarse unápice de la incontorneable figura de su padre(quien reúne, como se lee en Un pedigrí , ladoble faz del judío colaboracionista que vive

en una semiclandestinidad amparado porinescrupulosos traficantes a su vez protegidospor la policía), Modiano construye unaobra que convierte a la acción de recordar–inevitablemente erosionada por el olvido-en el cauce de su arte narrativo. Y medianteel dispositivo de la memoria, con susinexactitudes, atajos e infinitas distorsiones,el escritor elabora diversos leitmotiv que enrigor prolongan nudos narrativos preexistentes.Para escribir, Modiano inventa una máquina derecordar hechos pretéritos. Mide en cada frasesus distancias con una verdad no menos elusiva,y de ese modo captura jirones deshilachados delo que alguna vez ocurrió.

Las novelas ulteriores de Modiano seguiránrecreando búsquedas orientadas a recuperarun pasado que se esfuma. Basta la mención de

cualquiera de los años de la ocupación, de unadirección, de una calle, de un barrio, de unaplaza, de un edificio, de un bar, de un númerotelefónico, de un encuentro fugaz, de serescon nombres estrafalarios, para hacer surgirconexiones entre hechos minúsculos perodecisivos para sus empecinadas indagaciones.En Villa triste (1975) es la guerra de Argelia –donde intervienen quienes ya habían participadoactivamente en 1940-1945– la que descalabrala vida del protagonista. Un año antes se habíaestrenado Lacombe Lucien (de Louis Malle), unfilme que relata la historia de un colaboracionistaa partir del guión escrito por Modiano. Un

diamante, cuya existencia se remonta a laRevolución francesa, fue vendido ilícitamente enplena ocupación y en los años 60 una pareja quelo tiene en su poder sufre amenazas de muerte:tales son las secuencias de Domingos de agosto.

El anuncio, leído de casualidad en un periódicode 1942, condujo a Modiano a una adolescentejudía, Dora Bruder (título del libro), detenida enParís y gaseada en Auschwitz. Los recuerdos,desenfocados, reacios a entregar precisiones,alimentados por inestabilidades, se unen en  Elcafé de la juventud perdida y en Barrio perdido;en ambos, una topografía mítica (la de París)y una misma edad (que comparten los dosnarradores con Modiano) encuentran en unpasado que se extingue su común denominador.Ni siquiera cuando busca otros horizontes (valgala coincidencia, pues El horizonte es otro de lostítulos de Modiano) el pasado omnipresente yjalonado de extravíos deja de serlo, atraviesauna tierra de nadie donde todas las identidadestrastabillan. En Viaje de novios una pareja llegadesde París a la Costa Azul en la primaverade 1942, es la zona de Vichy, allí ya rige el

racionamiento: el momento es inconfundible.Como lo son los que intermitentementeproliferan en Una juventud, en Más allá delolvido, en Exculpación, o en El rincón de losniños. En la última novela traducida, La hierba

de las noches, un escritor es el que, ayudadopor las anotaciones de una libreta, escarba ensu pasado y vuelve una vez más a ese epicentrofantasmagórico que es la ocupación alemana yque, coincidentemente, se reactualiza en Pourque tu ne te perdes pas dans le quartier (Paraque no te pierdas en el barrio), publicada acomienzos de octubre.

Patrick Modiano es el escritor de las cosastruncas, incompletas, no ha pretendido unirlasporque esa no es su meta, porque justamente,para narrarlas, aquellas deben permanecerdisgregadas, en un estado de desintegración.

Su condición de escritor se justifica en tantoy en cuanto la recuperación del pasado que seha propuesto efectuar no consista en reunirtranquilizadoramente todas sus facetas, endomesticar un pasado contradictorio y repletode ecos difusos, de contornos que no encajan.Parafraseando el epígrafe de René Char escogidopor Modiano para El libro de familia, se puedeafirmar que escribir es obstinarse en terminarun recuerdo, haciendo también de este el motivoinclaudicable por el cual se escribe.O

*Escritor

La máquina de recordar

Patrick Modiano (1945) obtuvo el Premio Nobel de literatura 2014 elpasado 9 de octubre. Una distinción que lo coloca en el mismo nivel deconsagración donde coexisten Thomas Mann, William Faulkner, Saint-

 John Perse, Beckett o Elias Canetti. ¿Quién es Modiano?

Antonio Oviedo*

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L I  T  E R A T   UR A 

No se trata de un libro de coyuntura,  Elderecho a comunicar (...) conjuga el análisis

de casos con la reflexión teórica y filosófica.Y no lo es, sobre todo, porque hace unaimprescindible exploración de los fundamentosde las posiciones en disputa, los por qué y paraqué de la diversidad y el pluralismo que hemos

izado y agitado como banderas.A diferencia de los libros anteriores de Loreti, El derecho a la información de 1998 y América Latina y la libertad de expresión de 2005,este enfatiza desde su título el derecho a lacomunicación. Este cambio de acento hablatanto de la trayectoria del autor como de lagenealogía de los debates sobre el tema, queincluyó definiciones más o menos comprensivasy progresistas de estos derechos. En este sentido,da cuenta de la ampliación que implica el pasodel derecho a la información y la libertad deexpresión al derecho a la comunicación, en tantoderecho complejo que incluye a los demás.Además, el texto enmienda una falta en losestudios académicos también por la perspectivacon que los autores trabajan. En efecto, inscribenal derecho a comunicar en el paradigma de losderechos humanos y, por lo tanto, reivindican

la intervención del Estado como garante de esederecho universal.Asimismo, asumen que el ejercicio del derechoa comunicar conlleva siempre una lucha entreactores con intereses en pugna, posibilidadesdesiguales y diferencias. Por eso, recuperanla noción de conflicto. Analizan las tensionesque se producen cuando se ejerce la libertadde expresión y muestran que las decisionessobre cómo resolver esas controversias no sonsencillas ni evidentes.Los abordajes jurídicos suelen ocuparse másdel deber ser y parecen olvidar que el derechotambién está sometido a disputas en los procesosde definición y aplicación de las normas. Noobstante, los autores asumen esta complejidad eintegran aportes de la sociología, la economía yla ciencia política. El Derecho a Comunicar interpela a sus lectores

como provocación, por los desafíos quepresenta, la incomodidad que produce, losdilemas a los que enfrenta. Loreti y Lozanoexplicitan que esa es su intención: dejar laconfortabilidad, proponer preguntas difíciles,plantear paradojas y evitar los discursospolíticamente correctos, los axiomas cerrados ylas respuestas circulares.Toda escritura implica una selección entreopciones posibles y estas fueron algunas de lasopciones temáticas y de enfoque que asumieronLoreti y Lozano al escribir.Hicieron estas opciones en condiciones quemarcaron sus posibilidades y restricciones.

Escribieron en un país que en las últimas tresdécadas registra importantes avances en lamateria. De hecho, el orden en que exponen lostemas en el libro es un orden lógico posible, y estambién el orden histórico en que la libertad deexpresión fue ampliándose en la Argentina frutode las luchas de gremios del sector, asociaciones

de radios comunitarias y organismos dederechos humanos. Van de la censura estatala la empresarial; de las leyes de desacato, decalumnias e injurias y demás recursos del poderpolítico para evitar la crítica, a la concentración

del poder económico que también restringe elpluralismo; del acceso a la información parafiscalizar las cuentas públicas a constituirse enherramienta de acceso al derecho a la verdad enmateria de crímenes de lesa humanidad.Escribieron al calor de un fuerte debateactual sobre políticas de comunicación enLatinoamérica. Muchos coinciden en afirmarque la región volvió a estar a la vanguardia deldebate sobre libertad de expresión en el mundocomo lo estuvo en los años 60 y 70. Sobre laArgentina, en particular, Loreti dijo varias vecesque se convirtió en un laboratorio en términosdoctrinarios con respecto al contenido de la Leyde Servicios de Comunicación Audiovisual, y asu proceso de debate, sanción, judicializacióny aplicación. En estos procesos, los autoresescribieron desde una posición teórica, perotambién social y política.

Los dos militaron por la ampliación del derechoa la comunicación en el país. Desde esa posición,asumen con claridad a la libertad de expresióncomo conflicto. Loreti es abogado del SindicatoArgentino de Televisión (SATSAID), asesor de laFederación Argentina de Trabajadores de Prensa(FATPREN) y de la Confederación Sindical deTrabajadores de Medios de Comunicación Social(COSITMECOS). Fue asesor de la AsociaciónMundial de Radios Comunitarias (AMARC),uno de los fundadores de la Coalición poruna Radiodifusión Democrática, coautor delos 21 Puntos por una Radiodifusión para la

Democracia y del proyecto de Ley de Serviciosde Comunicación Audiovisual. Ha sido y siguesiendo, por lo tanto, un actor protagónico delas disputas por el derecho a comunicar en laArgentina.Loreti es Abogado y Doctor en Ciencias dela Información y Lozano es Licenciado en

Comunicación Social. La dupla manifiestala intención de asumir al derecho en suinterdisciplinariedad con otras ciencias sociales.Loreti es el Secretario de la Comisión Directivadel Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS)y Lozano dirigió allí el Área de Comunicación,lo que guarda coherencia con su enfoque desdeel paradigma de derechos humanos. Lozanofue periodista, Jefe de Prensa de la DefensoríaGeneral de la Nación y ahora de la ProcuraduríaGeneral de la Nación, así que conoce bien losvínculos entre el derecho a comunicar y elacceso a otros derechos. Los dos son docentesinvestigadores de Derecho a la Información en laUniversidad de Buenos Aires, por lo que insistencon poner en cuestión lo que parece evidente... yen seguir estudiando.Así, las posiciones de los autores y lascondiciones en que escribieron nos permiten

comprender sus tomas de posición al escribiry, en particular, su apelación al compromiso desaber por qué hay que defender la libertad deexpresión.

Dicen Loreti y Lozano que el derecho acomunicar es relevante porque lo que nosimporta es “tomar la voz pública para cambiarel statu quo”. Sin embargo, advierten que es to nopuede hacerse desde verdades preestablecidasni con respuestas de manual. Por el contrario,nos pone frente al compromiso de conocer lasrazones por las cuales es necesario defenderese derecho. Esta exhortación es relevante paratodos, pero es una responsabilidad específica delos que trabajamos en la universidad, quienes nosólo pretendemos participar del debate público,sino que nos dedicamos específicamente a tratarde saber por qué. Los autores usan una frase que

impacta por lo que sugiere sobre ellos y lo queinterpela a sus lectores: “ De lo contrario, nos

fallaríamos a nosotros mismos”. Esto sintetiza s uescritura como militancia y como provocación.En tiempos de debates virulentos en los que losactores en pugna erigen el derecho a comunicarcomo estandarte en contra de los demás, no sólopara no fallar, sino también para no fallarnos,es necesario asumir el compromiso al que nosconvocan Loreti y Lozano: el compromiso desaber por qué.O

*Investigadora y docente de la UNC

a er por qué e en er oEn tiempos de intensas discusiones sobre la libertad de expresión en

nuestro país y en otros países latinoamericanos, El derecho a comunicar.Conflictos en torno a la libertad de expresión en las sociedades contem-

 poráneas, de Damián Loreti y Luis Lozano aporta a una necesaria siste-matización integral de las deliberaciones sobre el tema.

María Soledad Segura*

»Escribieron al calor de unfuerte debate actual sobre

 políticas de comunicación enLatinoamérica. Muchos coincidenen afirmar que la región volvió aestar a la vanguardia del debatesobre libertad de expresión en elmundo como lo estuvo en los años60 y 70.

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T  E A T  R  O

Es viernes por la noche y afuera truenanlos cielos. Puertas adentro, el centro de

investigación y producción teatral DocumentA/Escénicas reúne un grupo de actores ydramaturgos que conversan sobre Hamlet. Elpunto en común: casi todos ellos se han acercadoa la obra en algún momento para llevarla aescena. De modos distintos, con búsquedasdiferentes, todos se han sentado a dialogar conShakespeare. Y ahora dialogan entre ellos.“¿Por qué después de tantos años, por qué

después de tanto tiempo seguimos haciendoHamlet?”, se pregunta all í el director teatralCipriano Argüello Pitt, haciendo referencia a esaespecie de eterna obsesión que parece rodear ala obra. El interrogante es claro: 450 años pordelante del nacimiento de Shakespeare, susescritos continúan haciéndose cuerpo sobreel escenario de distintas salas alrededor delmundo. Cuatrocientos cincuenta años más acáen la historia, este grupo de personas se refugiaentre cuatro paredes para discutir acerca de Hamlet un viernes por la noche.Frente a Argüello Pitt está sentada la actriz ydirectora Eugenia Hadandoniou, cuyas palabrasen este conversatorio representan un ejemploconcreto en esa experiencia contemporáneade llevar Hamlet a la escena: después de ganarel premio FEATEC 2014, el proyecto con elque pretende adaptar la obra de Shakespeare

hace su estreno en Córdoba en los meses deoctubre y noviembre. “Yo elijo Hamlet como undiálogo con su autor”, comenta Eugenia. Frentea las discusiones que se persiguen en aquelconversatorio, Ser o no ser Hamlet, la obra deHadandoniou, pone de manifiesto una preguntaque permanecía allí latente: ¿Por qué hacer Hamlet hoy?

Hamlet 2014

 Hamlet hoy no transcurre entre los murosdel teatro Isabelino. Hamlet hoy no evoca laspalabras exactas que alguna vez escribió el viejo

Hacer o no hacer HamletEntre cámaras y trincheras, Eugenia Hadandoniou lleva a escena Ser ono ser Hamlet, una adaptación libre de la tragedia clásica. Al desenterrar aShakespeare como a un viejo fantasma, la obra abre interrogantes sobrelos sentidos posibles que puede tomar Hamlet en la actualidad.

Iván Zgaib*

Shakespeare. Hamlet hoy quizás no sea Hamlet.La obra de Eugenia Hadandoniou cuenta lahistoria de tres actores rezagados que ensayanla clásica tragedia inglesa bajo la sombra delencierro y la opresión. “El mundo es una cárcel”se escapa de la boca de uno de ellos, y como tal,la escena deviene en una especie de trincherateatral en la cual los actores se encierran juntoa sus espectadores. Por fuera de ese “adentro”,los ecos de una fantasmagoría sonora parecenanunciar el presagio de la guerra que amenaza

con inmiscuirse hacia las trincheras en las quelos actores ensayan sus líneas.El escenario no está hecho de tablas, tampoco demadera ni cemento: es de tierra, barro, mugre.Sobre esa marea de muerte navega Martín, quehaciendo de su piel la de Hamlet llora a gritos elasesinato de su padre. “¿No es mejor la muerte,papá?”, escarba Hamlet en sus propias angustiasen tanto se abre a la tumba del fantasma quelo acecha. “¿Por qué volvés a las tierras que teecharon?”, cuestiona desconsolado a ese espírituerrante que le reclama la venganza.Allí Hamlet desentierra a su padre; cava,penetra y abre la tumba para hablar con estemuerto cuyos mensajes fantasmales lo cargancon el peso de su mandato. Por debajo de esaescritura, la apuesta teatral de Hadandoniou sevuelve un desafío que parece emular el diálogocon los padres muertos, ese acto desesperado

por hacerse de palabras para llenar el vacíoque nace junto a la agonía de aquella supuestafuerza magnánima. “La misma anécdota dedesenterrar este fantasma del padre”, comentala directora, “sería un poco cómo desenterrar aeste Shakespeare para ver qué me quiere decir

hoy, ese Shakespeare que sale como a hablar desu tumba”.Eugenia habla entonces con Shakespeare.En la obra, este diálogo toma la forma de lostres actores cuyas propias historias se fundencon las de sus personajes. En paralelo a lametateatralidad y al fantasma de la guerra, el Hamlet de Hadandoniou muta a partir de laincorporación del lenguaje audiovisual como

dispositivo dramatúrgico. La propuesta no sesostiene tanto en la proyección de videos, sino enla incorporación de un músico y un camarógrafoque intervienen dentro de la escena, al puntode volverse personajes que persiguen a losactores mientras ensayan la obra. Esta vuelta detuerca, dice Eugenia, responde a una búsquedapor enlazar lenguajes distintos, sin incorporarel video como algo separado, sino integrado ala escena misma. “El video no está por quedarlindo”, explica, “La idea es que ese pseudoartificio de la proyección pueda poner en juegoqué realidad nos estamos creyendo y cuál nosestán vendiendo”.

Ser o parecer

Sobre el escenario, Hamlet pide a su madre quele cante una canción. La voz del músico entona

una melodía en tanto ella simula ser quien estácantando. El camarógrafo los registra: sobrela proyección impresa en el muro, el músicodesaparece del cuadro y la canción pareceprovenir genuinamente de la madre. Estaescena es una entre las muchas que expresan elmodo en que el lenguaje audiovisual intervieneconstruyendo dramáticamente. Asumido eselugar, el dispositivo de la cámara aporta otra capade realidad sobre los distintos universos quecomienzan a entretejerse en escena hasta que el“ser” y el “actuar” se vuelven indiferentes.En Ser o no ser Hamlet, los mundos de la ficción yla realidad, de lo dado y lo construido coexisteny se mueven sobre bordes muy porosos que sevan borrando hasta enterrarse como otro granmuerto. Los actores son actores, personajes,hombres, mujeres, padres, hijos: roles. “En lavida cotidiana venimos representando tanto”,

comenta Eugenia, “y por qué no preguntarnossi vale la pena representar en el teatro, en unmundo donde lo único que hacemos es ponernosmáscaras”.Si el ser es parecer, el ensayo en que se embarcanlos tres actores hace tambalear la realidadmisma del público que los observa expectante:hacia el final del día, ser hijo, padre o amantees la actuación más grande de nuestras vidas.Tanto como la de Martín haciendo de Hamlet,o Santiago llevando la pollera de Ofelia. En estejuego de máscaras y desenmascaramientos,aquello que se tensiona es siempre el mandatosocial que recae sobre las identidades, y lamultiplicidad de representaciones que sedesprenden de ello. He allí el peso del padre,que se levanta de su tumba a exigir a Hamlet queasuma el rol de hijo. Por debajo de este míticomuerto, existe otro más. Mientras el camarógrafo

se lanza al suelo, el lente de su mirada enfocauna fotografía de Shakespeare que cuelga deltecho. Cuando el rostro filmado del dramaturgose proyecta en la pared, Martín se le acerca yexclama confundido: “¿Papá?”. Shakespeare esun padre más: de los dramaturgos, de los actores,del arte contemporáneo. Shakespeare aparececomo otro mandato potencial, pero la obra deHadandoniou se lanza a las trincheras desdeuna mirada autoral que se apropia del clásicopara hablarnos de nuestra época. Cómo hacer Hamlet, esa es la cuestión.O

*Comunicador Social

+ info

Ser o no ser Hamlet. Funciones: Todoslos domingos de noviembre 21:00 hs, enEspacio Tres 51

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L I  T  E R A T   UR A 

Desde agosto de 1984 | Proyecciones en 35 mm, DVD y Blu Ray

 ¿ Por qué crónica? Porque Vigna es, antesque investigador, escritor, y es (o fue)

bloguero: este libro llega después de que elmismo autor haya publicado tres volúmenesde ficción literaria y haya mantenido un blogcontemporáneo a los que acá analiza.

En este caso, Vigna hace foco en la así llamadablogósfera, el entorno digital por excelencia deprincipios de este siglo, y observa cómo unaveintena de escritores argentinos (consagradoso en vías de consagración) usaron ese soportey las herramientas que brindaba, situándoseen su doble condición de espacio íntimo yespacio público. Para pensar la relevancia deesta investigación, hay que tener en mente queel fenómeno de los blogs fue un movimientointenso y fulgurante entre los escritores desdemediados de la década pasada hasta principiosde esta. Fueron el espacio elegido para lapolémica (tanto literaria como política), losexperimentos narrativos, el autobombo y elintercambio. Fueron también una promesade renovación: de formas estéticas, de modosde pensar la producción y la circulación de laliteratura, y fundamentalmente una promesa de

democratización.

Vigna fija la fecha de nacimiento del fenómeno,o de su observación del fenómeno, en el año2002. Es un momento elocuente, según supropio análisis: la Argentina está devastadadespués de 2001, el mercado editorial contraídoy concentrado no ofrece demasiadas opciones, yes a la vez una época marcada por la aceleraciónen el desarrollo de los medios digitales.Vigna se pregunta por qué, para qué y cómoestos autores utilizaron el blog, y a su vez indagaen la naturaleza del formato para esbozar unahipótesis iluminadora: el blog puede ser vistocomo un medio que repone y reactualiza elvínculo entre poesía y técnica, en tanto espacioque combina necesariamente un lenguajepoético, propio del trabajo de quien escribe

literatura, y un lenguaje técnico, inherente almedio.

El medio / el blog

El blog, esa plantilla naturalizada, decantada,

y casi abandonada en la era de las redessociales, es diseccionada a lo largo del librohasta en el detalle más ínfimo. Cada opción,parece entender el autor, es una gramática deproducción de sentido. Así, se detiene en elestudio del uso que cada uno de estos escritoresle dio a la presentación de su perfil, a la inclusióno no de comentarios de los lectores, y al blogroll,por ejemplo (la columna que lleva a otrosvínculos). Este blogroll, puntualiza el autor, esel instrumento que los más jóvenes utilizaronpara construir un imaginario de generación,remitiendo a los blogs de autores pares. Unsistema de referencias y cruces que se extendió ala “vida real”.El relevo de la producción es detallado yexhaustivo, desde la naturaleza de los materialesque fueron publicados (textos propios, deotros, reposteos de textos ya en circulación,

publicidad), la constancia o no en las rutinasde mantenimiento, hasta las veladas o no tanveladas intenciones puestas en los modos deintervenir de cada uno de los autores analizados,que abarcan un amplio y diverso espectro: desde

María Teresa Andruetto, Daniel Link y GuillermoPiro, hasta Juan Terranova, Sonia Budassi,Patricio Pron, Pedro Mairal, Martín Cristal yCarolina Aguirre entre muchos otros.

Vigna realiza además un punteo esclarecedorde las formas de acercamiento y relación deestos escritores con sus espacios: el blog comodiario (éxtimo), como espacio de comunicación

(con los lectores), como espacio de apunteso de pruebas de la obra que se escribe para elpapel, como archivo o antología personal, comoinstrumento de prensa, como obra de ficción,como revista personal o portal cultural. Deudorade la tradición autobiográfica, la primera deellas es quizás la más identificable como propiadel formato: el presente continuo, el relatode la vivencia cotidiana, de la intimidad delpensamiento.

En la historización propuesta, la fecha dedeclinación del blog empieza con la masificaciónde las redes sociales. Pero, según un acertadoanálisis de Vigna, subyace a esto una razón másprofunda: la omnipresente noción del libro comodestino en las expectativas y el deseo de losautores, como espacio único de consagración yobtención de réditos.

Sin embargo, más allá de su fulgor y decadencia,el fenómeno modificó y reajustó tensiones,relaciones y formas. Vigna cifra en su auge variasconsecuencias claves para el presente del campoliterario. La primera de ellas es que independizódel espacio material y contiguo a las prácticasde vinculación y difusión, mediadas ahora porla computadora. No menor es la apreciaciónde que el espíritu de club originado por lasformas de relacionarse establecidas en esa épocaimpregnan hoy el modo en que las editorialesindependientes generan sus catálogos. Porúltimo, el autor le adjudica a los blogs unaruptura clave: la familiarización con la pantallacomo un lugar de lectura de textos literarios.Ruptura o transformación que abre una preguntay una esperanza por el todavía casi inexistentemercado del libro electrónico en Argentina.

El libro es inagotable en cuanto a reflexionesy puestas en contexto de diversas aristas delcampo literario y de los vínculos entre sociedad,cultura y técnica, abriendo un abanico dereferencias críticas con las cuales dialoga y sobrelas cuales construye su propio discurso. Además,en un guiño a su propia razón de ser, ofrece unblog de consulta (ladecadaposteada.wordpress.com) donde se almacena gran parte del materialanalizado. La década es un buceo despiertoe intenso por diez años que dejaron marcasprofundas en las prácticas del campo literarioargentino, y que todavía generan, y seguirángenerando, ecos en el presente. O

*Escritora

Relato de una época

A pesar de ser, en rigor, el producto de una exhaustiva investigación

académica, La década posteada de Diego Vigna, excede su cualidad y seconvierte en una crónica escrita con pasión y lucidez sobre la era doradade los blogs, y también sobre el nacimiento de una generación de escri-tores argentinos.

Eloísa Oliva*

La década posteada.Blogs de escritoresargentinos (2002-2012)Diego VignaColección Gryga.Coedición Centro deEstudios Avanzados(UNC) y AlciónEditora.Córdoba, 2014

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A R T  E  S  V I   S  UA L E  S 

ibujando la música:

ciclo Obreros del Lápiz

upi Herrera*

 todas las relaciones que el dibujo entabla con otras disciplinas es conla música con quien encuentra más libertad. Se establece entre ambos

n diálogo permeable que admite mayor subjetividad y la traducción de unlenguaje a otro genera un universo inagotable.

l leguaje codificado de la música entabla un diálogo flexible que da lugaruna interpretación caprichosa por parte del dibujo e invita al espectadorcompletar la tríada con sus propias ideas, exponenciando el universo del

lenguaje hasta el infinito. Sin repeticiones, ni restricciones.

l ciclo de ilustración Obreros del Lápiz, propone desde su eje en el mes deoviembre la muestra “Sinestesia: dibujar la música” desde donde se podrápreciar lo que el dibujo expresa interpretando a la música a través del artee tapa y el diseño de flyers, pósters y entradas.

l ciclo contará también con el evento de una feria en la cual no sólo seodrá acceder a los discos donde música y dibujo trabajan juntos, sino

ue también se podrá disfrutar en vivo de parte de la música que ha sidolustrada.

a muestra, que se podrá visitar hasta mediados de diciembre, contará conl trabajo de los artistas Federico González quien ha tenido a su cargo granarte del material gráfico de Ringo discos, Laura Torres por LOFI discos,

Santiago Guerrero que ha colaborado con frecuencia para flyers de Bellepoque y para su banda Tomates asesinos, Dismas Melfi para Pinkerton yirpo Isdahood para Bully Bass.

Artista visual

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