una interpretaciÓn de los cantos Órficos de dino …€¦ · de los sueños, tanto más...

3
RETÓRICA DE LA OC ra UNA INTERPRETACIÓN DE LOS CANTOS ÓRFICOS DE Dino Campana' Por Sergio So/mi En 1914 , poco antes de estallar la Gran Guerra, aparecía por vez primera el libro de los Cantos Orficos de Dino Campana, editado por Ravagli, el modestísimo impresor de Marradi. La burda cubierta color de maíz, el tosco papel de almanaque de las páginas y las frecuente erratas no constituían quizás a los ojos del pescador de curiosidades, ningún atractivo del ex tra ño volumen, dedicado por añadidura al emperad or Guill er mo 11 , en cuyo epígrafe se lee la siguiente inscripción: Die Tragiidie der letzten Germanen in Ita lien . De modo que incluso en la forma exterior 'dicho libro mostraba las hue llas visibles del desequ ilibrio y de la miseria mater ial de su autor, con sus resplandores y penumbras. Alta poesía que, no obstante, desde la primera o jeada descubrimos en ella un par entesco con una especie de obras rechazadas y desheredadas escritas por dulces maniáticos provincianos que el alma curiosa y pía descubre a veces en los carritos de los libreros ambulantes. La aureola de la locura alentaba en las páginas de ese libro, iluminando panoramas febriles, manantiales de palabras obsesivas y r etumbantes junto con logros maravillosos, coloreadas perspectivas casi suspendidas en un clima musical muy suave y estrujante al mismo tiempo, invocaciones de un desesperado sabor humano . ¿Cuántos poseen hoy la primera edición de los Can tos Orficos, desde hace mucho inhallable, de la cual se hablará corno de la primera edición de la • De Scritt ori nigl ; ann i, 11 Saggialore. pp. 5t-55, Milán , 1963. Temporada en el infierno , que Rimbaud quiso destruir antes de huir de Europa? Sabemos algo de la vida de Campana , no menos legendaria que la del escolar rebelde de Charleville. En su afectuoso prólogo para la reciente edición de los Cantos Orfi cos. Bino Binazzi nos habla de su existencia ave nt urera y vagabunda , de sus viajes de un extremo al otro del mundo desempeñando los oficios más humildes y diversos, de su vida de minero y de saltimbanqui, de policía y músico ambulante; una existencia tumultuosa y desesperada que debía llevarlo a la celda de un manicomio antes de cumplir los tre inta años. Binazzi nos descr ibe la gran figura de Campana que recorría con su paso de vagabundo harapiento la multicolor bohemia florentina y Iacerbiana y su desolado adiós al mundo. En fin, las vicisitudes que le bastarían a un autor de vies romancées para construir la más fantástica y convincente de las biografías. Giovanni Boine , en una de sus agudas recensiones de la Riviera Ligure -donde el inquieto moralismo lograba equilibrarse delicadamente con el gusto crítico más sutil y sereno- , después de hablar de las virtudes del libro de Campana, notaba en la poesía italiana de esos tiempos " un fermento de exaltación, como un ansia de novedad y de anarquía, un temor angustioso que busca el desahogo" y la retórica su i generis , retórica de la locura, que en la mayor parte de los casos resultaba, en el momento expresivo, de tal disposición. Y añadí a: "Pero Campana es, si Dios así 3 Traducción de Guillermo Fern ández

Upload: others

Post on 05-Apr-2020

4 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Page 1: UNA INTERPRETACIÓN DE LOS CANTOS ÓRFICOS DE Dino …€¦ · de los sueños, tanto más manifiesta cuanto más irreal. Que tampoco nos engañen los pasos que, a primera vista,

RETÓRICA DE LA

OC raUNA INTERPRETACIÓN

DE LOS CANTOS ÓRFICOS DE

Dino Campana'Por Sergio So/mi

En 1914 , poco antes de esta llar la Gran Guerra,apar ecía por vez primera el libro de los Cantos Orficosde Dino Campana, editado por Ravagli , elmodest ísimo impresor de Marradi. La burda cub iertacolor de maíz, el tosco papel de almanaque de laspáginas y las frecuente erra tas no constituían quizás alos ojos del pescad or de curiosidades, ningún atractivodel ex traño volumen, ded icad o por añadidura alemperad or Guillermo 11 , en cuyo epígrafe se lee lasiguiente inscripción: Die Tragiidie der letzten Germanenin Ita lien . De modo que incluso en la forma exterior'dicho libro mostraba las huellas visibles deldesequ ilibrio y de la miser ia material de su autor , consus respl andores y penumbras. Alta poesía que, noobstante, desde la primera ojeada descubrimos en ellaun parentesco con una especie de obras rechazadas ydesheredadas escr itas por dulces maniáticosprovincianos que el alma curiosa y pía descubre aveces en los car ritos de los libreros ambulantes. Laaureola de la locura alenta ba en las páginas de eselibro, iluminando panoramas febriles , manantiale s depalabras obsesivas y retumbantes junto con logrosmarav illosos, colorea das perspectivas casi suspendidasen un clima musical muy suave y estrujante al mismotiempo, invocaciones de un desesperado saborhumano. ¿Cuántos posee n hoy la primera edición delos Can tos Orficos, desde hace mucho inhallable, de lacual se hablará corno de la primera edición de la

• De Scritt ori nigl ; ann i, 11 Saggialore. pp . 5 t -55, Milán , 1963.

Temporada en el infierno , que Rimbaud quiso destruirantes de hui r de Europa?Sabemos algo de la vida de Campana, no menoslegendaria que la del escolar rebelde de Charleville.En su afectuoso prólogo para la reciente edición delos Cantos Orfi cos. Bino Binazzi nos habla de suexistenc ia aventurera y vagabunda, de sus viaj es de unextremo al otro del mundo desempeñando los oficiosmás humildes y diversos, de su vida de minero y desaltimbanqui, de policía y músico ambulante; unaexistencia tumultuosa y desesperada que debía llevarloa la celda de un manicomio antes de cumplir lostreinta años. Binazzi nos describe la gran figura deCampana que recorría con su paso de vagabundoharapiento la multicolor bohemia florentina yIacerbiana y su desolado adiós al mundo. En fin, lasvicisitudes que le bastarían a un autor de viesromancées para construir la más fantástica yconvincente de las biografías.Giovanni Boine , en una de sus agudas recensiones dela Riviera Ligure -donde el inquieto moralismolograba equilibrarse delicadamente con el gusto cr íticomás sutil y sereno-, después de hablar de las virtudesdel libro de Campana, notaba en la poesía italiana deesos tiempos " un fermento de exaltación, como unansia de novedad y de anarq uía, un temor angustiosoque busca el desahogo" y la retórica su i generis ,retórica de la locura, que en la mayor parte de loscasos resultaba, en el momento expresivo, de taldisposición . Y añadía : " Pero Campana es, si Dios así

3Traducción de Guillermo Fern ández

~-------------------

Page 2: UNA INTERPRETACIÓN DE LOS CANTOS ÓRFICOS DE Dino …€¦ · de los sueños, tanto más manifiesta cuanto más irreal. Que tampoco nos engañen los pasos que, a primera vista,

lo quiere, un loco en serio. Y por lo tanto Te deum ".Sin parecerlo, bajo la estocada chusca se ocultaba unaidea profunda. Hay experiencias terribles que no se

\ .pueden desentrañar con las luces del intelectodiscursivo y de la razón teorética. Obras como lasIlluminations o los Cantos Orficos, destinadas a marcarnotables influencias literarias, desde el momento enque evidencian la palpitación más íntima y, pordecirlo así, la materia original e informe de la poesía,revelan una inspiración implicada todavía de maneraprofunda en el movimiento carnal de la existencia, undesesperado intento de abdicar a la síntesis intelectualpara auxiliar sin esfuerzo la "duración" secreta, elaéreo respiro de la vida indistinta, donde la palabra esdesde luego idea y la realidad se desbordainsensiblemente en el sueño. Se trata, pues, deexperiencias únicas e irrepetibles. La locura deCampana, como el éxtasis visionario de Rimbaud,solicitada deliberadamente en el extenuante delirio delas marchas a través de la llanura belga representan,para estos dos hors la loi, el sistema para alcanzar elestado de gracia, la virginidad de la intuiciónprimordial, la misteriosa alquimia del verbo que, alperder su carga de significados culturales y sus signosintelectivos e históricos, vuelve a convertirse enmúsica ebria o en símbolo hermético. Y en Campanala palabra siempre tiene este carácter demelodiosidad extática, que suscita en el periodotramado de ecos que vuelven como un vastomovimiento sinfónico, que encierra un juego de vagasperspectivas cuya única ligazón será el gesto del poeta,ocupado en determinar sus imaginacionestransfiriéndolas sobre un plano de fijeza ilusoria ysublime. Incluso en las prosas -donde también laebriedad del canto a menudo parece apagarse entonos más reposados y quedos, y florecen visionescoloreadas en forma delicada, verdes pueblecitos de laToscana y la Liguria, la Verna y la Falterona,sumergidos en un aire límpido y antiguo-, el discursodesemboca en una elocuencia musical vertiginosa."Me perdí por el tumulto de las ciudades colosales; vilas blancas catedrales levantando sus confusas masasenormes de fe y de sueño, con sus mil puntas en elcielo; vi los Alpes que se alzaban como catedrales aúnmás grandes, llenas de grandes sombras verdes de losabetos, y llenas de la melodía de los torrentes en queoía el canto naciente desde lo infinito del sueño. En loalto, entre los mil y mil tableteos, las mil voces delsilencio, se revelaba una joven luz entre los troncos ypor senderos de luz yo ascendía: ascendía por losAlpes, en el fondo blanco, delicado misterio. Altísimoslagos, charcos transparentes velados por la sonrisa delsueño, entre los peñascos; los charcos transparentes ylos lagos extáticos del olvido, los mismos que fingías,Leonardo". El paisaje adquiere, en las ampliasrepeticiones vocales, un encanto levemente alucinado:"Yo vi desde las soledades 'místicas desprenderse una

4

tórtola en vuelo tendido hacia los valles inmensamenteabiertos. El paisaje cristiano, señalado de crucesinclinadas por el viento, por ella fue misteriosamentevivificado. Volaba sin fin con las alas extendidas,ligera como una barca sobre el mar. Adiós, paloma,adiós ; A la antigua plaza de los torneos suben calles y .calles, y en el aire puro, bajo el cielo, se adivina elmar. El aire puro sólo tiene unas cuantas nubesligeras. El aire es rosa. Un antiguo crepúsculo hateñido la plaza y las murallas..."Creemos que pocos contemporáneos se prestantanto para citarlos como Dino Campana. Y si de élsobrevivieran sólo algunos fragmentos, el historiadordel porvenir podría reconstruir idealmente con ellostodo un organismo poético. Fieles a nuestro métodode rastrear en la obra literaria el íntimo principiounitario y operativo de la inspiración que en él semanifiesta, no caeremos en la tentación de losdualismos cómodos para hacer de Campana un granpoeta arruinado por la locura, separando de maneratajante todo lo que en su obra es un logro expresivo ydejando de lado lo que no es más que desvarío ebrioy frenesí incoherente. El hecho es que la potenciaevocativa de Campana difícilmente puede separarsede la atmósfera febril que constituye su fondo.La claridad a veces tangible de sus visiones mássosegadas tiene algo de la evidencia ilusoria e insegurade los sueños, tanto más manifi esta cuanto más irreal.Que tampoco nos engañen los pasos que, a primeravista, puedan parecer sólo fresco impresionismo yanotación inmediata del tipo que pusieron de modaen esos tiempos los diarios de Soffici (cfr . La Verna,Imágenes de viaje y de la montaña). La insidiosa músicaataca y disuelve por todas partes las figuraciones delpictorismo más sereno, arrastrándolas a la postre ensu vórtice de ecos, donde las imágenes se encienden yse apagan como si se tratara de fuegos fatuos , en unapalpitación acezante y extraviada: "Yo he visto desdeel puente de la nave/ Desvanecerse los cerros/ DeEspaña, dentro del crepúsculo/ De oro, ocultandobajo el verdor la tierra morena/ Como una melodía;!De ignota escena, muchacha sola/ Como unamelodía/ Azul; al pie de los montes aún el temblorde una violeta..." Y por este rumbo se llega a la líricabreve Batte botte, donde la impresión de un pasoretumbante en el empedrado crea ritmosextrañamente obsesivos y concéntricos, o en laintitulada Génova, en la que el pensamiento,habiéndose fijado en tres o cl:'atro palabras, sedestroza a lo largo de más de"una página en unbalbuceo demente.En el fondo de esta inspiración hay siempre unaconstante sensación de pérdida y de abandono, lasensación de quedar volando, la vertiginosa libertaddel vagabundo. De la pampa a los m<;>ntes toscanos,del manicomio belga a los portales de Bolonia, laimaginación anticipa el desapego, hace palpable el

•. ;~

Page 3: UNA INTERPRETACIÓN DE LOS CANTOS ÓRFICOS DE Dino …€¦ · de los sueños, tanto más manifiesta cuanto más irreal. Que tampoco nos engañen los pasos que, a primera vista,

recu erdo, se injena en el acontecimiento para ampliarlos mit os caóticos. Dino Campana ha concre tado elafán m ás sensible de nuestra lírica de entonces, queera el de zafarse de toda ligazón intelectual e históricapanl zam bullirse en la emoción virge n, paraapreh ender el flujo informe de la realidad en susprimeros manant iales, para suprimir el tiempo en unaextraviada adh esión a las cosas; pero como ya se hadicho, tal disposición implicaba algo mu y distinto delsimple ejercicio de la poesía. Hoy, que miramos lascosas con mirad a más tra nq uila. no pod emos seguir

.diciendo que tal expe riencia ha terminado totalmente,ni que ésta no pueda re ndi r frutos.Pero por lo dicho es fácil deducir que nocompartimos del todo la opinión de un nuevo crítico,que se ha puesto a considerar a Campana como poetaclásico y tradicional, traicionado por la época. Acasose deba esto a una cuestión de palabras, pero creemosque la c1asicidad no puede subsistir sin orden nisistema; y, como ya hemos visto, el estro de Campanatendía hacia algo qu e estaba mu y lejos de lasfiguraci on es pacatas y al sent ido contemplativo de lavida. Es cierto que en sus momentos más altos, pareceaspirar a una especie de pr imitivismo escabroso ysolemne, como en el poema en prosa La noche, en elque figu ras de cortesanas y recuerdos eróticos surgencomo de una atmósfera abrasada e inmemorial deun rito bárbaro. En otros, las imágenes del campotosc ano y las limpias arquitectura s latinas aparecen ydesaparecen en la música eva nescente, delin éandose

5

con la pureza de fragmentos antiguos. Pero en lalírica de Campana este mundo parece el fruto de unaaspiración irrealizable, o a veces un alto extático en sutrágico camino mucho más que un salto y naturalposesión. Quizá la reposada belleza de lasarquitecturas y de las plazas itálicas, de los callejonesdonde al caer el crepúsculo "en lo alto aún batallael largo día de fantasmas de oro", representan en lapoesía del pobre 'Dino lo que las imágenes de unagrecidad ideal significaron en los últimos cantos deotro loco glorioso, del gran H ólderlin. Se dice quetambién Campana se consideraba un bárbaro enexilio, anhelante del mito mediterráneo y de laebriedad órfica. Su Musa no tuvo el firme perfil delas Minervas, sino el rostro fugitivo de una románticacreatura del sueño:

No sé si entre las rocas tu pálidorostro me descubriste, o si erassonrisa de ignotas lejanías ...

Ciertamente tuvo algo de romántico en la remotamelodía de sus versos, en su gusto por una prosarítmica y soñadora, aunque no podamos hallar en suobra ni el drama cultural ni la impetuosa ansiareligiosa de un H ólderlin. Pero con semejante actitudlo vemos que se vuelve, desolado, en los umbralesúltimos de la locura, hacia un mundo ideal de salud yde fuerza , envuelto en la olímpica luz mediterránea,como le sonreía, allende el tiempo inco rruptible,desde la blanca juventud de las estatuas.O