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Page 1: UN PROVECTO A DEBATE ~ARA EL SINDICALISMO …€¦ · tende ser, antes que nada, una aportación y un instrumento lk utilidad para el avance unitario dc toda la corrien te del sindicalismo

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VII Con-sejo ConfedercJI

12 y 13 de enero de 1.980

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La larga ola de prosperidad económica queconociera el capitalismo. principalmentt: enEE.UU y t::n Europa. tr:Js la segunda guerramundial ha terminado. Ahora se ha entr<ldo enotro pL'riodo radicalmente distinto. caractl'rlZa-do por una larg. y profunua crisIs económica.social y moral, en la que el c<lpitalismo no ofrece

ni pucde ofrecer ninguna salida que satisfagamínimamrnte a los trabajadores Es más. su po-lítica de rl'composición e incremcnto de los l'X-cedenl\:s l'mpresariales y de reestructuración delaparato productivo. tal y como conviene a susexclusivos intercses. les obliga ncccsariamcnte aarrebatar a los trabajadorrs l:¡s propias conquis-tas que obtuvieron luchando bajo lu dictauura.cosa quc ya vienen hacicndo dcsde hace bastantetiempo. Pero lo más grave de todo es que nos es-tán imponiendo un modl'lo de socieó:¡d absolu-tan\l'nte insufrible. un modelo que conduce a laliquidaciÚn dd propio fu turo, basado en el qsta-do policiaco, el paro estructural. las centrales nu-clearcs. el aumcnto dc lu delincuencia, la degra-dación absoluta del medio arJbiente. de.. ete.

A lo lar~o de esta cri~is. el capitalismo haIdo alentando cambios en la actitud de los prin-cipales sindicatos. En la me lida que la crisis harestado margen de maniobriJ a la burguesía mo-nopolista, ésta se ha esfol~:;do en conscguir elapoyo del sinJicalismo para sus planes. Se pro-duce así una t('ndcncia nuev.¡ y regresiva, l~1Iquelos sindicatos reformistas renÜncjan a aspectosque les son muy c3racterÍ<.t;cos,a la cOllquistadc rl'fnrma~ () Jllt'jnr;!', Sl'CUW!;lIi,JS y pa~.anabso-lutamcnte a apoy;'r cstas 1Il,)n',(ruosas ofensivasdel capitalismo contra los trabajadores. P.lIedeafrimarse. sin lugar a ('rror, que 10$ sindicatosrcft)rmi.stas son uno de los pilares principales enque basan su su pl'fvivcnci<l íos sisll'mas bu rguc-ses en. csll' periodo dc agud;' crisis. Esta actitudde las centrales rcfonnistas nÓ~'JC:1por otra par-te l' inhncntl' a'su eSl'nci;¡) ha deccpcionado ya:Jun ~r:1Il IIlÚnl'J"o de tr;rbajadC)res que tras deposi-tar su confianza en ellas ahoja St' sienten defrau-dados.

'..:

Por otro hldo, existe una corriente sindical.revolucionari3 t'n lo fUlldarnelltal. que l'S muyamplia. :Illllqlll' IIIlIY poco unid:l por ahora. Unapalk l''.tj iI!:di:lt!a a Ji\'l'r~')s sH:Jic.Jlos cUllkJc-rales o indt:peJllkntistas: OtL!. decepcionada porla actual situal'ión sindical. no Sl' ha afiliado aninrÚn sindicatt) o Sl' ha dl'safiliado tras estarlo;y lIna tl'r:.C.!:LLP:u.tr -que también forma parteobjetiv;1ml'ntc de la corr1entc dc clase-'" a faltade mayol capacid3d dc atracCilJJ1 y dl'Cantalllil'n-to del sindi'::llisrno rcvolucionario, sig;ue porahora en las filas del reformismo.

.~

Que en esta~ difíciles y advl'rsas circunstan-cias siga cxistil'ndo una ampli:\ corriente sindicalrcvolucionaria y quc lIna parte im'portank dc lamiJma esll: organizada l'n diversos sindicatos,SlIpOI1l' un he<:llo de l'Xtraprdinaria 'impultanciay es I:t conslatacic'm el\: 'I"C cn l'gte pals sigueenc~J:r/jda la 11:1/11:1de un sindicalismo difl'l"'.'ntc,

ol1rero podrá (kc~!1tar a sus posiciones y prácti-ca a un número de voluntad.es cada vez mayor

Pero para que la corriente revolucionariaobtenga auténticos avances y de el salto cualita-tivo que es posible dar. para que pueda ofrecerresrUl'sta en la práctica a las principales deman.das dl' los trabajadores. es nel'l'sario que. anlt: dcapitalismo en crisis. tenga unos objetivos definl'dos, una posición clara de transfonnación social.una táctica de avance minimamen te concretaday una política de acción unitaria de toda la'l'orrien te. adecu¡¡ndo para ello las formas que ga-ranticen la independencia y el respeto pleno detodas I3s partes, entendiendo bien que se tratade avanzar en b unidad de una corriente sindicalque. aun siendo unitaria en su oposición al siste-ma y en su espíritu de combate. es plural en supensamiento y en sus concepciones.

Es por ello, que este proyecto sindical pre.tende ser, antes que nada, una aportación y uninstrumento lk utilidad para el avanceunitariodc toda la corriente del sindicalismo revolucio-nano.

LA TRANSFOR~IACION SOCIAL:UNA TAREA ACUCIANTE

No vamos a insistir de nuevo sobre la nec('-sidad de acabar con e1capitalismo y constmir elsocialismo para terminar con la explotación delhombre por el hombn', Este es, ('n todo caso. unCOI1Cl'rto muy Icpl'lido y asumido. Sin embargo.hay que ponn especial énfasis en los nuevos eIe-ml'nlos qut' I10Y se dan en nUl'stra so"cjcdad yqUl' pJ:lnleall aJlll' cada "ez mayor nÚmcro dctrahajadorc.> y pnsonas prog.resi~tasla conquistadel socialismo COl110algo acucian te y urgente

Las crisis son inheren tes al capitalismo )' noSl' acabará l'on clla~ definitivamente mientras noSt' acabe con d propio sistema capitalista. EnIlll'din lit- la cri:;is, I:In,r1ot:¡ciÓn a los trabaj:¡¿o-r;:s se redobla y se hace mucho más brut;¡1. con-virti~lIdose l'I deterioro ue las condiciones de vi-da de' los trabajadores en una constante y el paroell un dt:lI1t:ntoestructural del sistema. Pero lo1/1;;<;trascen;.!\?nla) e~ que el monstruoso modelosocial que están implantando nos l'stá conducien-do él UII futuro insufrible, si no a la destruccióndl'l propio plan':~a.

Con estos nuevos ;JSpcctos, tan graves y es-ca~)rrjant,.:s, los trabajadores no po<h'1110S<.:on-tl'llIpJ;¡r la tran"formación de la sociedad comoulla 1'1ía u1IIsigna progJal11:¡tica, sino .como uno!,jdivo ((lll' ur¡'.e conquistar. Debemos llevar laid!.'a id IIIÚXjll!O nllmero de lré'bajadores de qUl'

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la Única salida real a la crisis del capitalismo essalir dd capitali:-mo L'n cr"isis. caminando hacia lasociedad socialista y qUl' el socialismo no es sólola mejur manera de con:,e~uir d futuro. sino laúnica garalJtía de 4UL'~ste exista

Es el capitalismo y su dinámIca. son sus le-yes de mercado. el Gobiernu y las demás Institu-ciones que lo susknlan, los' responsables de laactual situaciÓn y de estas per:-peL'tivas lan ne-~ras de fuluro, Por l'SO, acabar con el propio sis-tema capitalista y cunslruir l'l socialismo es la la-r.ea histórica 'y a la va ur¡!cnte que !l.:ncmoslos trabajadores para garantizar el futuro, AUIJcuando no podamos ni debamos especular ahor3como será en Iodos sus a~pectos la sociedad so-cialista. sí podellJos apun lar al me nos al'gulJos ras-~os de la misma, sí podemos lkcir que ser~ la ga-rant ía para la plena J.eklJsa lh-I ecologismo. PIara

.,. los rknos derechos de las nacionalidades queconfiguran el estado espai'tol. para d mejoramien-to de la calid<ld de vida, p¡¡ra el desarrollo inte-gral del tra bajador ~ para Ir arca r real mt.'nte unapolítica orientada a acabar con d paro. para or-ganizar el ocio y potenciar la cullura. etc, Por-que. en el 5Ocialismo. la vida será como el propiopueblo trabajadur quiera qut' sea y no corno quie-ran unos rocos explotadorc's, C!:Jro está, que P3-ra ello hay que apostar fuerte por un socialismodonde impere a tope la democracia directa. don-de sea el propio pueblo d Que participe y decidasobre sm asun tos, Esto obllgar~ a lucll,lr con trala instauraciÓn y el desarrollo de c,apas burocr;í-tica!> que cabal~lIl'n por encima de la sociedad.que Jn;lndl'n y lkl'id,lJ1 p0. i(1d~,s y sin conl:Jrcon nadie y que. l'n definitiva. sil'nt;ln bs ba!>cspara una dominaciÓn bur!!\!('sa dI.' nuevo tipo, Enel socialismo. el sil1dicali~mo -aun cuando apu-ye al si:,¡ema socialista como 1:J1 tendrá que te-ner, necesariamente, plen,a 1/1\kpendencia y con..servar !>ucaráctl'f reivindicativo V de defensa dclos illtcre:>es de los trabajadores', para combatircualquin abuso buroCJ'álic(, o injusticia que ha-cia los mismos pueda comd01se,

EL SrNDICALlS~10 DE HOY:SOCIO-POLlTICO POR NLCESlDAD

...

Pero, c~ llegar a la sociedad socialista?,¿Qué papel puede jugar el sillclicalismo revolu-cionario en este s:.>n tido? ¡,CÓ!l10hacer; desde ladefensa lk los intereses inlJwdiatos de los lr;¡ba-jadl.1l'e~ (base y plinto de partid;¡ de todo sindica-lisllll), para que la energía liher;:da por ellos ensu lucha cnn nuya en Ul\ caudal Único dc trans-formaciÓn social? Lstl' es hoy un problema defondo a] que hay que dar r~~pl.:qa.

Anles dc responder, a('I<"'éII110Sque aquí nuenlra/flOS ni !>alilnosen si cabe () !lO cabe, si sepuede ú no s~' pUl'de, articular un movilll:l'nto

político obrero al.margen del sindicalismo y pa-ralelo J l;1. para cubrir una finalidad política de

. IransronnaciÓn socia\. Aquí sobmente tratamosde conkstar a lo qUl' debe h:Jcl'r el sindicalismorevolucionario como tal. en relación a las pregun-tas plan teadas.

Dar respuesta positiva a estos interrogantesCOnSi'itl'pr;íctic:ul1ente en demostrar si el sindi-calismo d~ dase cn el actual periodo es socio-po-(ítien en sí mismo, sin nccesitar para ello de con-sign:ts que l~ vengan desde fucra

El movilÚiento obrero en la dictadura (or-ganilado e1l CCOO.) tenía las característicaspropi3s del sindicalismo tradicional con un fuer-te colllpOnenll' rci\'imlicati\'o: pero las moviliza-ciom's por reivindicaciones inmediatas económi.cas y soci¡¡les, aÚn cual~do casi sicmpre surgíancontra el patrón o los patronos de turno. rápida-mente chocaban con la falta de libertades paraejercer la acción sindicaL con 'el aparato repre-sivo, con dccisionesgubernativas ~' ministeriales.etc. Eslo llevaba almovirnil'nto obrero y sobretodo a su sector I11:1Savan7.ado- 3 :1sumira la vezlJue la lucha ¡>or I:¡s mejoras i,nmt'dia taso u n aspec-to nUl'\'O y 11111)importante: la lucha por impo-

. ner de hecho los derechos sindicales y democrá-ticos y por .:onquistaJlosde derecho, combatien-do la dicladur;¡, FI movimiento obrero adquirióasí. por nl'I,l'sidad inherentL' a su desarrollo ymadUl,¡L'Íóll, un car:Íl'kr socio-político y lrans-formauor, Los partidus políticos de izquierdano le aporiaron el componente político tksdefuera -1.'01110podría h;:ccr pensar un :ln:ílisissu-pnlicial. <¡no que contribuyeron a él sólo y enla medida l'n qu(' Il'n ían sindicalistas impul:;án-dolo tksdc den tro del propio movimien lo obre-ro,

¿Pero, ¿esk cJréícter socio-político se deri-vaba sólo de la exi:-tcncia de la dictadura?, o di-cho de otr0 modo. ¡,por qué el sindicalismo trasla caída de la dictadura sigue. siendo socio-polí-tico? Las razon~s son claras: porque los facto-res que empujan a ello. son más profundas que laexiski1ciade la dictadura o la democracia.

Iloy Ih) l'~taiIIO~,\'iviendo 'la etapa del libe-ralismo, dc la l,ibrl' compekncia, donde la acciónsindical era IJecesali.ll1Iente espontánea y sologremiali/,ada, donde las relaciones sindicales sed:1ban pr;íctjc<Jmenle a nivel de obreros y patro-nos y d(I!Hk el papcl y conlrol del gobi~f1lo, delaparélto estalal, dcll'élllal11cnto. elc, sobre el sin-dicali~;:nu na t';lsi nulo, Ahora la siluacic')f1 esmuy di~.tillta: est;lIllOS en la etapa de un capita-lismo avanzado y ccntralizado que /lO deja nadaa la l'spOnl;tlleidad y poco a la decisión lihre delas partes (obreros-palronos). btamos adem;'¡sen I11l'dio d~ ulla aFlIda crisis ecunómica, dondeel gl al\ capilal. a través del Gobierno, del apara-lo l'st:!I;¡1. :Il' I~ycs que le favorecen porque do-mina el Par!amento. dc., rcp:lIla y contro]a prác-tic:nncnh.: t0da la vida sindical.

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En estas circunstancias. hasta problemastan aparentemente simples como puede ser lamaterialización de una hudga en la empresa. obli-ga a tener en cuenta una serie de problemas decarácter político que. directa o indirectamente.están influyendo en el desarrollo del conflicto:organización patronal. sindicatos. partidos. es-trategia de la tensión. policía. PEG. PEN. Esta-tuto de los Trabajador~s. Pacto Social. etc.. etc.La mayoría de estos aspectos (sobre todo losmás políticos) en otros tiempos no existían y.en cambio, hoy condicionan fucrtt:mente d sin-dicalismo. reducen a su mínima expresión las re-laciones obreros-empresarios y ligan hasta lo in-divisible los problemas económico-sociales y lospolíticos.

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Con lo expuesto no se niega en modo algu-no que haya un margen de maniobra en las rela-ciones trabajadores-empresarios a nivel ,de em-presa o sector. Pero sirve para demostrar que elmovimien to sindical hoy tiene que ser -y por simismo socio-político. abocado a abordar nos610 la lucha en defensa de los problemas más in-mediatos de los trabajdores. sino también contratod as esas normas. leyes. insti tuciones. gobier-nos. cte. que limitan sus derechos y regulan todasu vida. impidiendo por ley cualquier mejora. Endefinitiva, la lucha contra el propio sistema capi-talista. planteándose a su vez y como necesidadde mejoramiento n:al de las condiciones de viday trabajo, la transformación de la sociedad. trans-formación que ahora se hace más acuciante porestar en juego el propio futuro.'.I.~

'''¡., LAS CONSTANTES PARA LA ACCIONDEL S)ND1CALlS~fO REVOLUCIONARIO

Dejado sentado el caráctl'r sociopolítico delsindicalis:no. cabe pn:guntarsc' ~quc5aspectosprincipaks debe impulsar el sindicalismo revolu-cion.Hio~. ~cujles son sus constan tes de acciónsindic~¡(y por qué?

1) 1eniemJo en cucn ta la ctapr! que vivimosy que antes tiernos descrito. nen'sitamos descol-garno~-:-cte--aJalqtliercolaboración con el capital ypraL'licar lIn sindicaliSrI!v de oposición y lucha alas oft'n:;ivJs antiobrer:¡s Lk ¿ste y de su gobierno,a los pactos sociales Y.31propio sistema capitalis-ta..

2) Formación constante de los trabajadorespm d¡:smontar cnt¡.e el mayor nÚmero de elloslos fa!sos y corrosivos argumentos con que elG0bicrno y la rran patroml (con la colaboracióndel ~indic2JismQfI:.formista) prdendcn justificarsus ofensivas'y ganar para sus fines la voluntadde los trabajadores. prostituycndo de este modo

la dignidad y los valore~.morales y de clase queel propio movimien to obrero había generado.Hacer comprender a los trabajadores la verdade-ra dimensión de estas agresiones capitalistas. elfuturo que configuran. la necesidad y formas deoponerse a ellas. el tipo de sindicalismo que espreciso practicar. etc.. cte. .

3) El sindicaJismo de clase debe colocar enel centro de su acción reivindicativa inmediata.no sólo la defensa de los salarios. sino tambiénde las'demás condiciones de trabajo. En esta épo-ca de crisis la sobreexplotación de los trabajado-res no viene solo por la disminución de sus sala-rios reales sino por la imposición de aumentos deproductividad a través de ritmos infernales deproducción. alargamiento de la jornada realmen-te trabajada. degradación de las condiciones deseguridad e higiene. etc.

Hay que entender. en relación a estos pro-blemas de condicionc~ de trabajo. que debemosoponernos a la introducción de innovaciones tec-nológ.icas que traigan aparejado un aumento delos ritmos y un empeoramiento en las condicio-nes de trabajo: mayor deshumanización y parce-lación del mismo. cte. No estamos contra el pro-ogreso técnico. pero sí contra un mal lJamadoprogreso que convierte. cada vez más. al trabaja-dor en mero apéndice de una máquina. sujeto aésta.

De otra parte, en las actuales condiciones . < .

de la econolllía espai'lola, las m;íquinasy las in-novaciones tecnológicas desplazan a los hom bres.sin crear pucstos de trabajo alternativos: es de-cir. aumentan el paro. Desdeel punto de vista delos intereses d~ los trabajadores hace falta unmodelo tecnolÓgico adecuado a las disponibili- ,d.l<!esde 'n13no de obra existentes. de forma queno induzca al paro a un mayor número de traba-jadon's. Un modelo que. además. se enfrente a ladegradación J la que el capitalismo ha conducidoal trabajo' humano. En resumen. no podemos

ser neutros rL'spectü a las tecnologías emplt:adasen los prOCl'SOSde producción. Igualmcnte rl'S-pecto a las demás condiciones de trabajo: jorna-da de trabajo, organización del mismo. higieney seguridad. ritmos. etc. La organización del tra-b,!jo y fijiC':Ónde \:;5 cOD.!iC::O:1::3del misr;~i) :-:0es competencia exclusiva del cmpn:sari<ido. sinoque atalic muy directamcntc al sindicalismo declase. Estedebe oponerse a la taylorización cre-ciente que se observa en la economía espa/10la yque es uno de 10<;más importantes objetivos dela ofensiva dd gran capital contra los trabajado-res.

Podemos decir que estamos enfrentados al"progrc~o" y al desarrollo de las fuerzas produc-tivas que diligc el gran capital. Nos preocupa noúnicamente el desarrollo sino, muy principahl1cn-te, la calidad de ese desarrollo y las formas de vi-da que t(ae aparejadas para la mayoría de Ir!po-blación. l3ien entendido que incluimos ahí tantolas condiciones de trabajo como las demás mani-

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(estaciones de la vida cotidiana (cultura, ocio,etc,). Esto quiere odecir que. por ejemplo, no rei-vindicamos sólo el derecho al trabajo frente alparo existente, sino también el dereclío al ociQcomo parte integrante de la persona. Y quieredecir, también, que trabajamos por la reducciónsistemática de lajomada de trabajo. Desechamostoda ideología de exaltación del trabajo (stajano-vismo, etc.) que, al menos en el capitalismo. em-brutece al trabajadoro

..." .

4) Defender los derechos sindicales y demo-cráticos de hecho y de derecho. De hecho: prac-ticando d tipo de sindicalismo que necesit.an lostrabajadores para una defensa eficaz de sus inte-reses. aunque ello, tras la aprobación del Estatu-to de VCD, sea ilegal casi por completo. De de-recho: luchando por echar abajo el marco de re-laciones laborales que han implantado yexigien-do otro nuevo q~e legalice, sin restriccidnes. to-dos los componentes y peculiaridades del sindi-calismo español.

'." ~:... .

S) Es imprescindible que el sindicalismo declase una sus esfuerzos a los de otras fuerzas po-líticas y sociales, en la defensa de las condicionesde vida de los trabajadores en cuanto a la sani-dad, enseñanza. transportes, ctc. Estas necesida-des sociales se encuentran en un momento críti-co, porque el Gobierno se desentiende cada vezmás de ellas y favort'ce su privatlzación. como enel caso de la Seguridad Social y cen tros de ense-f\anza. Es preciso. de un lado. luchar por conse-guir qUl' se cubran las gnllcks ¡jroficiencias de

o, ,pre:;llpllesto~: ': id:o;,. :.;~r:¡':.L¡I<!J..: \::'~o... sl'fviciüspúhlicos y, de otro lado. mejorar paulatinamentela calidad de sus prestaciones, oponiéndose enér-gicamente a su privatización y exigiendo al Go-bierno y a las propias instituciones autonómicasy municipales la debiJa atención para los m!s-mos.

. \~" 6) Defensa del empleo y el puesto de traba-jo. En este terreno hay que distinguir dos aspec-tos distintos: los trabajadores que ya están enparo y aquéllos que están en trance de perderlo.

En el prime r caso. la lucha hemos de orien-tarlJ a la ol:-tcnciÓ/1de pu(:stos de trabajo. sllb~i-dio tle desempleo y condicin/1csdignas de vidapara los parados. Las expcliencias acumuladashasta.ahor.a...ponen ya de mal1ifiest.Qalgunosras-ga) de este moviniicnto: su carácter unitario yasamhleario y su marco de gestión y negociación,que $e da fundarnentafrnente él nivel municipal.Otro rasgo es suesl'ncial capacidad pala decan-tar d ap()~'o de sindicatos, partidos, organizacio-nes sociales y cntes mu nicipales.

En relación al segundoo aspecto, a los que('st.tín ('n ttanCt' de perder el pUt'sto de trabajo.hay qlle reconocer, por durooque parezca, que rIsine!icalismo revolucionario ha llevado, por lo ge-neral, una ,Icción rcforini:;ta, si es que se le puedellamar así a una acción sindical que parte de

aCt:ptar el hecho del despido y la dinámica im-puesta por la pati )nal en este terreno.

Nuestra actitud ha sido, por lo comÚn, aga-rramos a lo "menos malo" de lo permitido porel gran capital y sus leyes. Y cuando la patronalnos proponía regulaciones de plantilla -que sig-nificaban el despido directo e inmcdiato- noso-tros, en vez de organizar la lucha en defenS3 delpuesto de trabajo, entrábamos en la dinámica ca-pitalista y aceoptábamos regulaciones de empleoo de jornada. Esto supone "nada más" (y nadamenos) que nuestra colaboración para demos-trar a los trabajadores en la práctica que sobra gen-te en la empresa y que lo único que puede hacer-se es postergar en unos meses el despido definiti-vo; supone entrar en la dinámica que sienta lasbases para que la empresa y los reformistas pue-dan crear el ambiente sicológico que lleve a lostrabajadores a la impotencia. que les haga con-cebir que no hay salida y que más vale vender eldespido a tiempo. que ir a la calle unos mesesmás tarde a un precio más barato, Supone, endefinitiva, aceptar una dinámica que también esde despido, donde decimos de palabra que nonos oponemos a los planes del gran capital de au-men tar eloparo y en la práctica damos por bue-bo que en este país pueda haber cuatro milloneseJeparados.

~

Nos hemos extendido en este punto y he- .mos hablado con- cruJeza para que se entiendaque hace falta cambiar completamente de acti-tud. que han' falta una bandera y una posición

'de lh.:fens:¡del puesto de trJbJjo, puesto que des-de la óptica y la dignidad de nuestro sindicalis-mo -y con independencia de los problemas quecree en los empresarios-- no cabe en modo algu-no otro comportamien to.

Los pOlOSejemplos valiosos y positivos quetenemos en relJción a ladefensadel puesto de tra-bajo, nos permiten orientar unas pautas mínimasde acción sindical que, lógicamente, con la acu-mulación de más experiencia podrán ser mejora-das y/o modificadas.

a) La lucha a nivel de empresa. aunque ne-cesaria. es insuticicnk hal\'o en la gran crnpr~sJ)para vellcer la resistcllcia que la patronal ejerceen estos casos. y muchas veces a este nivel tanconcreto no existen soluciones ni salidas.

b) Orien tar la acción a 11ivel de sector tam-poco es, por lo ~ener3I. el medio más adecuado,puesto que en algunos casos el sector entero es-tá en crisis (industria naval. textil) y como tal notiene salida y porque crea mayores diricu1t3i.lesorganizar la lucha a niveles tan ex tcnsos.

c) El ámbito que se manificOstamás ac1ecua-do poroahora es el de zona, comarca, provincia,cte., creando coordinadoras que unan de formadirecta y asal1lblearia a las empresas afcctadas

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.

de ese problema y, desde ellas, organizar la luchaunitaria no sólo en dichas empresas, sino sacan-do también el problema y el conflicto a la calle,creando problemas de orden público, emplazan-do a los entes autonómicos a que garantic~n elempleo creando puestos de trabajo, emplazandotambién y buscando el apoyo de los ayun tamien-tos, fuerzas políticas, sociales y sindicales y con-

,virtiendo su problema en un problema (en elprimer problema) del lugar No debemos cacr enel juego de aceptar el despido en las empresasque no tengan salida. sino defender el derecho altrabajo y no salir de una empresa más quc en elcaso de que se abran. en circunstancias similares,las puertas de otra.

I En defmitiva, se trata de cambi.:r la dinámi-ca que el sindicalismo de clase ha tenido hastaahora y. con un;: posición más di!!J1a,levant~r unauténtico movimiento' de rc<;istenciaen defensadel puesto de trabajo; se trata de convertir, en lapráctica, el derecho al trabajo en un derecho so-cial y democrático vital. '

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7) El sindicalismode clasedebe tomar op-ción ante el modelo tecnológico imperan te y elque se quiere introducir en este país. El modelocondiciona las formas de vHI y prefigura el fu tu-

,ro, haciendo incluso irreversibles muchas de lasdecisiones íJue hoy se tomal en este terrcno. Es-tamos en con tri{de. la u tiliv!c ¡Ó~1de t'?Cflolo~íasd,cvastadoras y, en. c:;pl~cia!hoy, ~n (Ontr3 Je lautilización dc tecnología nllde~ro Debemos man-tcner una oposición cada vcz. 1I1[ISactiva contrala construcciÓn de centrales IIlIcleares.'uniendonuestra lucha a la de las "rurr¿as y movimientosecologistas. En torno a este problema, está enjuego 'el prcsen te y el f\lturo de I.asinversiones ycreaciÓn de puestos de trabajo, la racionalizaciónadecuada de la economía frente al despilfarrocnergctico creciente, la defc'nsa de (as condicio-nes amhient;¡k:s, la mayor dependencia o no dela econoll1ía de nuestro pa ís con respecto a EE.UU. Pero nuestro sindicalismo no sólo debe opo-nerse a la tecnología nuclear sino que h;¡y quedefender unos principios ecológicos que influyany condicionen la acción cotdiana y empujen a ladefcns.1 más radicaldel medio ambiente, ya quede lo que hagamos ahora en este campo, va a de-pender en gran medida lo que sea el futuro.

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8) En la ESpiJJ1apllJril1~cional de hoy, unsindicali~mo.vl'rdader.amente de clase ha dc sernacionalista. El procéso de concentración del ca-pital, tanto a nivel inter.nacionalcomo delltro decada estado, ha conducido a una superconcentra-ción política y económica que aleja cada vez máslos cenlros de decisión de sus pueblos y que ;¡gu-diza hasta el extremo la división territorial deltrabajo. Como consecucnci: directa: se ha inten-sific<ldo la opresión política, cultural y de idio-sincrasia de cada pueblo; sc ha agudizado el pa-pel de cada h'/Titorio en los pl¡IIICSdel gran capi-tal y la dcsifUald;¡d entre 10s mismos. Par:llcla-mente, ~ produce un desencanto de los trabaja-dOI1~sn'speclo a los centros de decisión política,trcn\l'ndal1lc I1tealejados de ellos.

Este fenól11cJ19,desarrollado de una formaespecialmente aguda en un estado plurinacionalcomo el espat1ol. ha producido la explosión delmovimiento autonomista y el crecimiento delsentimiento nacional en el seno de la clase obre-ra. .

De esta forma. los trabajadores de cada na-cionalidad se encuentram sometidos a una opre-sión y explotación que. aún teniendo un mismoorigen. en tanto que se enfrentan a un mismoenemigo de clase y a su Estado único, se mani-fiesta en dos formas distintas: una común a to-dos los trabajadores de España, por el hecho deserIo y otra específica. en Cl.lantoqu~ trabajado-res de una determinada comunidad.

Hoy, para que el sindicalismo de clase cum-pla con su responS3bilidad histórica d~ defendertodos los intereses de los trabajadores, para con-seguir enfrentar a la explotación capitalista alconjun to de ellos, para impedir que la inOuenciadel nacionalismo burgués desvíe a un sector im-portan te de los trabajadores de sus intereses declase y para poder atraer a la participación y a lalucha a todos los trabajadores, es necesario quesepamos conjugar consecuentemente la luchacontra todas las formas de explotación. Es nece-sario que, junto a articular la unidad de todoslos trabajadores de Espaila contra el gran capital

. '.0 YS\I Estado, l'l sindicalismo de clase haga de las" rcivindic:.¡doncs propias y específicas de los tra-

bajadores de cada nacionalidad uraa de las razo-nes de su existencia, colocándose a la cabeza dela IUéha nncionaJ contra toda manifestación de .

opresión y explotación. Y la fOfma organizativa.más adecuada y democrática a estos objetivos esla de sindicatos nacionales y de clase que pe,rmi-tan agrupar al conjun to de los trabajadores decad;¡ coll1unidad, confederándose entre sí a nivc.ldel Estado, como forma de a~egurar de una ma-nera consciente, voluntaria y libre, la unidad detod05 los trabajadores y la batalla global contra'los interese3 del gran capital.

No obstante, y teniendo en cuenta que unaparte del sector revolucionario es independentis-ta y otro 110,habrá que adecuar fórmulas satis-ofactorias para los que picns3n de una y otra for-ma, sin obli~¡}fa !::1diea renunciar a nada, perosin hacer de es¡¡s diferencias un obstáculo parala necesaria unidad.

9) Practicar un sindicalismQ para toda laclase. Hoy los trabajadores están divididos -di-cho de forma muy general- en dos sectores dife-renciados: los que se ha dado en llamar "deshe-redados del sistema" (parados, jóvenes, jornale-ros, constmcciÚn, trabajadores de la pequeñaempresa, Ctc.) y otro sector más acomodado queS<~encuen tfa sobre todo en los principales cen-tros industriales. La tendencia, en esta crisis, esla disminución del sector más acomodado y elincremen~(1 de los "desheredados". El sindicalis-1110revolucionario, a la vez que tenal. defensorde los' trabajad ores que se hallan en peor situa-ción, ticnl' que hacer un sindicalismo para toda

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la clase.'para todas las capasde trabajadores. Ne-cesitamos realizar esfuerzos por encontrar. a laluz de la,práctica. las formas de lucha y reivindi-caciones que sean más viables en cada sector,buscando a su vez. la IIIÚximaconflucncia -yponiendo el énfasis en ello en las reivindicacio-nes y fOfllKlsde lucha que en cada 1I101l\(:ntoylugar sean susceptibles de unir a todos los traba-jadores. a fin de su~rar situaciones en que lasdiferencias entre sectores --azuzados por la pa-tronal y sindicalistas amarillos y reformistas- l'S-tá dando lugar a cnfrl'ntamícntos ~.'ntre trabaja-dores.

. 10) Es p~ciso seguir impulsando todas lasformas de organización sindical que favorezcanla participación de los trabajadores e impidan elburocratismo sindical. Debemos potenciar elasambleísrno en los centros de traoajo y un mo-vimiento de'delegados ligado a él y absolutamen-te comprometido con. los trabajadores a lps querepresenta, tanto para \3 defensa de los interesesobreros en la empresa como para extender losconflictos y organizar la solidaridad. Estas for-mas directas de organizaciÓn y participaci(')(l soninherentes al sindicalismo de clase y totalmenteinsustituíbk:s. porque asegumn el protagonismode los trabajadores. liberan su capacidad creado-ra y revolucionaria y sitúa en el mejor terreno laposibilidad de una acción sindical consecuente,fuera del alc.mce y con trol de la burocracia re-formista.

."

No se Irat:J de utilizar l;¡s a:';:l/llbkas y elmovill1 ¡en lo de de '~'~:1dr;s CL'1I1o P:'L'r.c::s o tribu-nas de los dirigentes sindic.:lcs. sinu corno autén-ticas formas de au toorganización y unidad obreracon capacid;Id plena de dccisiÚn y control sobretodos los asuntos que afect1n a los trabajadores.

Di~amos tambit?n que las asambleas y todaslas formas de participaciÓn directa de los t rabaja-dores, aparte de ser un rí1S~()esencial en la histo-ria de nUl'slro sindicalismo y elmcjur medio hoydt' impedir la hUlOcratil.aciÚn sindical y defen-der Ins problemas de la ddst;obrera. son tambiénuna formí: de ir sentando bases para el futuro,para un futu 1'0socialista donde la democracia di-recta y la lucha con tra la burocracia jugarán, sinduda algl'n::. UIIr,r:1npap'_'!.

11) Es urgente y muy importante que todala corrienh: wvolucio!¡.¡ria auopte un:! posiciÚIIclara y taj.;!nk en r~l;JCiÓII ;:1t"(/1:1(k-la in,tkpcn-dencia sindical respecto a la Píltronal, el (;r)hier-no, la Adlninislración y lus partido$ políticos,cualquiera que sea su idcologÚJ.

lIoy líi IJlayoríí'l de los trabaj1dores no creen-y tienen motivos para ello- que ~;:a viable unsindicali<;rno indcpcncJicí1tl~ dt~ vcn!ad, c.'paz ded(~;lrr'1!i;:r í\ f(1:ldo 1:, acciÓ;¡ sindioJl 0.(' ch:,e, sininlel f/j( IICi-:<;ni rJ1Ji1iplllaci(ln('~ de ni'Ji',t'tn parti-do y (:1p:1/, ;¡:;j/lli<:rno. (le i"an((~rler una vida in-terna pkl1;1l11er.te transpar~'nte, de.JTIclcr:',tica y

asamb learia, donde se <'ientan cómodas todas lascorrientes y fonnas de pensar que se dan entrelos trabajadores avanzados y de clase. Esta des-confianza no se ha producido por casualidad. seha producido fundaml.'ntalmcnte porque durantebastantes años la mayoría de los sindicatos euro-peos vienen siendo meros departamentos labora-les de los partidos socialdemócratas y eurocomu-nistas y, desde luego. en España no se da la ex-cepción. Estos sindicatos, en vez de aprovecharla inlluencia entre los trJbajadores para una ac-ción sindical cada vez más amplia y consecuente.s\.' sirven de d la para apoyar constan tcmt' nte lasmaniobras e intereses partidistas de la fuerza deque dependen. Un ejemplo claro en este terrenolo tuvimos cuando la firma del pacto social de laMoncloa. que apoyaron como au tómatas las cen-trales reformistas tras firmar sus respectivos par-tidos. . En el terreno organizativo y como 'conse-cuencia sobre todo de ejercer el control político.estas centrales se convierten en estructuras buro-cráticas, controladas por burócratas, que asfiXiany frustran toda posibilidad de vida democráticaen su seno e impiden su actuación a toda form"de pensar discrepante. Esto lo ratifican actitudescomo las quc ~ mantuvit'ron con nosotros t'n I?Última época en que estuvimos en CC.OO. y lasque se están adoptando ahora con compar1erosde Navarra. o hechos como el Congreso Extraor-dinario de UGT, tan sólo para renovar sus esta-tutos y garantizar plenamente el control.políticode su aparato burocrático.

De ptra parte, tenemos a los que a sí mis-mos se :Jt!todenominan sindicatos autónomos einJl'pl~m1kn,l('$, pero quc está claro para la ma-yoria de los trabajadores que se trata de sindica.tos amarilios, potenciados y mantenidos con lo~medios financieros de la propia patronal.

Es lóg.ico, pues, que este panorama decep-cione a los trabajadores y los lleve, en muchoscasos, a posturas apartidistas.

A nosolros, al sindicalismo revolucionario.110SsitÚa ante el extraordinario reto de recuperarla confiallZa de los trabajadores en este sentido.para lo 'lile ('s necesario, antes que naJa, quenosotros mismos seamos capaces de superar cual-qui..;r ~(:CUl'I~íde p:.rtiJisJ:1o cs(rcdlO qUl' poda-1110s te ner.

Sea de quien sea la responsabilidad, el he-c'l\>Johjetivo es que los sindicatos y los trabajado-res rev.olllcion:: rios. si bien e::.lamos Illan teniendotina posicIÓn digna y de defensa cons~ctlente delos intereses obreros ante la patronal y Sil gobier-no; también es cicrto que, a causa de diferenciasideológicas, no hemos logrado ni de il'jos d gra'-do de tlnid~:d que hoy podemos y debcIllos lo-grar parJ luchar con la eficacia necesaria.

La corriente de clase, para avanzar al ritmoIIccl'sario, necesita avanzar unida y esto l'S per-kclamente posible: tenemos todos una actitud

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de oposiciÓn y lucha a los planes del !!ran capi-ta\, a los pactos sociales y a(propio sistema capi-talista y c~nlralisla; impulsamos Iodos el asarn-blcíSIl10 y toda forma directa de participaciÓn yau toorgan iZ:Jción obrera, así como las moviliza-ciones m~s resudtas y decididas en con traposi-ción al dome.llamiento del reformismo: estamostodos sinceramente por transfofllwr la sociedady acab;¡r con la explotación. Y aunque esto nosea todo y aunque t~ngamos diferenci:Js ideoló-gicas, ¿no son al menos razones poderos:Js y su-ficientes para que toda la corriente revoluciona-ria camine unida'!

. Creemos, pues, que tenemos coincidenciasy responsabilidades suficientes p:Jra c:Jminar ca-da vez más unidos y que esto es comple tamenteposibk si la corriente sindical revolucionaria si-gue siendo independiente de la p3tron:J1. del re-forrnisrno de todos los pelajes y también de to-

.. das las fuerzas politicas, cualquiera que sea' suidcolog ía.

".~..\;.:,""\C" ')

Nosotros {'stamos absolutamente dispuestosa avanzar por este camino, estamos dispuestos ala discusión franca y ahiert:J con todos los sindi-catos y corrientes de clase, sin hac<:r de nada delo que hoy nos divicte un principjo que impida launidad, Estamos dispuestos a que se articulen lasformas de funcionamiento que 'garanticen latransp:nenL:ia, un:J democracia directa y asam-blearia y, asimismo, ('1 mÚs absoluto respeto ygarant ía<;dc representación ~' participaciAn de to-clas Ia~ ('f)rri\~1I!t'~, p\'m::1mi';J1lcs y fu:'rzas sindi-cales. .

12) Para transformar la sociedad y conquis-tar el socialismo. nuestra práctica ha de funda-mentarse ell el reconocimiento de la lucha deda~es y en la lIecesidad de su desarrollo, pues sÓ-lo la mÚxim:l a~!udi7aci(')fl de ésta puede permitiravances y COIF\uistas dc los trabajadores, asi co-mo su emancip:Jción definitiva. Es preciso, ade-más, luchar unidos (salvaeuardando nuestra másabsolul:t illdep\.'ndencia) 'con todas las fucrzas,secton's y pL'J'~onas que tienen ulla concepciÓn'de la vida progresista y transformadora, a fin lk10fJ'ar la lurri\'nlc social mayoritariJ y acumubrlas ell\'J'~'i;¡:;sufíci':II(::s que pcrrnit;!n a1caIllar kJSobje tivos propuestos.

.

13) Además de impllls:lr todas y cada unade \;¡s COni\Lill.lli:.sde acción sindical ql~,aquí seexpon\'n, el sindjc:1!j~.J1)Ode clase debe garanti-7.ar, p\.'se a su esca~;ez de medios económicos, laprestaciÚn de unos servicios jurídicos yeconómi-cos que sirvan ,:1 ml'Jj(,S rara cubrir las necesida-des de la cnrriente que reprt'Sent:L En otro sen-tidu, 1t:IY que potenciar en lo posihle activida-des ClIll'.1raks, deportivas, artisticas, ete.. quepermj IJn ir IIcnando de posibilidades y conteni-do la organizaciÓn d':1 ocio e ir t r;tllSformalldo altrahaj:Hlor consulI1í.;ta en trabajadl'r inte!(:sadopor su dn.JlJollo y H'alización in tegral.

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ALGUNASce ~SIDERACIONESSODRE.

T ACTICA SINDICAL

Qué duda cabe, quc con una táctica sindicaldefinida en lo posible, con unos objetivos concrl"tos a cubrir a corto y medio plazo, el sindicalis-

, 010 revolucionario estará dotado de más y mejo-res ekn1Cntos para avanzar en su acción sindicalEn los planteamienlos hechos hasta aqu'í, hemosapuntado una serie de aspectos que, aparte de suvalidcz para adoptar una posición sindical yoríen tar unas perspectivas estratégicas, sirventambién ..y sobre todo- como instrumento deJ:¡acción práctica en estos momentos. Pero pre-tender tocar en este proyecto todas las tcclasque requiere una táctica sindical muy elaborada,resulta excesivamente complejo, al ti~mpo quede l'scaso in terés par:J este tipo de trabajo. Portodo ello, aquí sólo vamos a tocar algunas cues-tiones que por su importancia o novedad merecela pena rercrirse a e!las.

I ) Aspectos de la situación actuala tener en cuent8

La poiítica actual dcl gran capital -que esal mismo tiempo su política para todo el perio-do de crisis- se caracteriza por la recuperacióny el increme I1to de los excedentes empresarialesy por la ICl'structuración del aparato productivo,en línea exclusiva con lo~ intereses de la granburguesía. Esta política sólo puede llevarse a lapr~íctica redoblando la explotación a los trabaja-dores (pérdida constante del poder adquisiltvo,ritmos inf\'lnales de producción, deterioro de lascondiciones de scgllndaJ e higiene, así como delas sanitarias, cnseiianza, etc.) y arrojando al pa-ro a tres o cuatro millones de ellos. Como antesapuntamos, lo más grave de este política de agre-sión no es, siquiera, el hundimiento de las condi-ciones de vida de millol1l's de personas, sino quecon el monstruoso sistema social que conlleva sepOl1een juego el futuro mismo.

LÓgicamente una política que atenta de es-ta forma tan brutal contra los intereses del pue-blo trabajaJor obliga a la resistencia de éste y loempuja a la movilii'.aciÓnpara hacer valer sus inte-reses. Pa,a intentar evitarlo e impedir que ennuestro pJis pueda abrirse un proceso revolucio-nario rCCUTT\~n,entre otra~,m,edid'!.sl.~I~ práctica¡legalización de los nerechos democráticos y sin-dicales.

La concreción de esta política está plasma-da en C'!PEG, PEN, Estatuto de los Trabajado-res, Convenio ~larco, privatización de la cl1ser'tan-7.:.1v la s:lI1idaJ. cte. No analizamos el alcance y

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.. SI¡:Iliflcado de estas leyes y acuerdos porque cree-mos qUt: todo el espectro rcvolucionario los co-noce más que de sobra y coincide fundamental-mentc en su valoración.

Otros datos de la actual sItuación político-sindical de u tilidad para la concreción de la tác-tica sindical son:

. a) El nuevo resurgir delll1ovimiento obreroque, tras año y medio de apatía y dest:ncantobastante generalizado. ha experimentado a lo lar-go del OtO;10 una interesante recuperación enmuchos sitios, n.:cupaación quc se ha dado tan-to atravrs de luchas por objetivos muy inmedia-tos y parciales (revisiones salariaks. expedientesdc crisis, ctc.) como de otras 11I;'¡-;globales contrael PEG, el Estatuto de l/CI) y el Convenir;,Marco.Este resurgir obrero es vital parJ el sindicalismode clase, puesto que al margen d~ él no tiene nin-

.,. guna posibilidad de desarrollarse. I

.

b) Se observa un paulatino acercamientoentre las fuerzas sindicales revolucionarias. queha alcanzado su máxima e xpresión en Euskadien la huelga gener;¡lljue conjuntamente llevarona cabo LAI3, SU y CSUT contra el Estatuto deVCD. Este acercamiento influye positivamenteen el movimiento de delegadosy la corrientc declase cngl' cuerpo propio y . u tónomo respecto ala reformista. El acontecimic'nto m¡'lsimportanteen esta línea lo constituye la Asamblea de Vito-ria que congregó a más d~ 1.400 delegados de to-do 1:lIsbdi y que fue dc donde salió 1;]decisióny la conv<'h:ato¡ia de la Lud.::.a ~':Jk'r~d ."'1 27,d"noviembre que, :1su ;..ez, ~ir"ió para forlJr la deldía 7 del mes siguirnte. Bim es verdad que losavancc.s en otros sitios n() son tantos ni tan posi-tivos, pero las cotas alcanzadas ('/1 Euskadi ..lu-gar donde estj más desaJT()/:ada la lucha de cla-ses- pueden marcar la paU':J de una tendcnciade la corri.'llte revolu,:ionarÜ,. Otro dato de valOres que el s<:ctor de independIentes de nuestra co-rriente (ac:1so el mÚs quemado t!urante este aijoy medio) se recupera en muchos sitios con unaposición muy activa.

.

e) La política bipartidi.>ta que intentan im-plantar UCD y PSOE y la mayor dercchizaciónd.: l'sk ~ p::/(;r J( ~ul';ltil11{) Con~les(). ha ('on-ducido a UCT a una políticJ de dt'scarado y pÚ-blico apoyo a lus planes de agn:siÓn del gran ca-pilal, el cual necesita apoyar a esta cen tral paraque sea la primera del pa ís, e n el mí 11imo tiempoposible. J-:sia¡mrpia estrakgia bljJartidist-J la quees!:, haciendo flaC<lsar pUl' completo a la delcurUCOJllllJli:,l!\o. <¡ll!' ni ("()lisil'uc ¡lllponer su F.O-bicrno de cOllccl,(r::ciÓJInacional. ni tan siquieradar un pa<;o <:n csa direcciÍln. A COIISl'ClICJlciddedio. esl:í CO[',iL'nJoCllcrpO el tIC '.('dores ülllpliCtsdel I'CE ..y por lo tanto de CC.OO.. - la idea deque la táctica clIrocomunista no tiene salida por¡¡hora y que hace fa;ta UlI,l et;!pa bast;¡lIte largade opo"icic'II1 111;'(\"':ldj,::;/" y de IlIovilizacÍf.H]L'ScOlltroratlas de m;\SJS para acullHllar la fuerzaque les. permita ser tenidos. ('11 cuenta antecualquil?r opciÓn política.

2) Las luchu por objetivos parcialese inmediatos y las luchas por objetivos

más globales

La acción sindical por problemas parcialese inmediatos se da hoy. por lo general, en tornoa convenios. revisiones salariales, defensa delpuesto de trabajo. empleo y condiciones de vidapara los parados y otros problemas sociales a ni-vd .de empresa. Entre los que aÚn conserv¿Jn elempk'o el aspecto económico sigue siendo porahora el que más les preocupa, debido a que enellos pesa sobre todo la lín~a consumista que haimplantatlo el capitalismo. El dinero, el coche ylas vacacionl's. son aÚn las primeras necesidadespar¿Jla mayoría. El sindicalismo de clase, sin des-cuidar el aspecto económico, debe ir poniendomayor énfasis (educando al mismo tiempo a lostrabajadores) en la defensa de otras reivindica-ciones de carácter social que contribuyen a undesarrollo integral del trabajador y desbordan elmarco consumista.

Las movilizaciones por objetivos inmedia-tos han ido en ascenso durante todo el otoño yhan incrernentado su radicalidad, apuntando ha-cia una tendencia recuperadora del movimientoobrero que acl'lera la acumulación de fuerzas ydemuestra palmariamente que éste es un espaciode la actividad sindical que hay que impulsarpennanentemente: son éstas además, por así de-cirio, batallas en nuestro terreno, acordes connuestras pOf,ibilidalks reales en la actual concla-cion Lit:fuerzas y I::s q'.Ic n,;\s f;.¡cilitan la incor-poración d.! los trabajadores, debido al marcotan de baseen el que se de.scnvuelven.

Estas acciones de masas a niveles concretossirven. por ahora y CII tan to a"cu1l1ulamosfUer-zas, para un vuelco global en la situación, paraorganizar la resistencia de los trabajadores en ca-da lugar concreto e impedir a ese nivel que sematerialicen las agresiones capilalistas a los intc-reses obreros. La patron,,-I, amparada en el PEG.PEN Y ot ras leyes y pactos que la protege n-seenvalentona y se rt'sistc a atender las peticionesobreras. No obstante. la obtención de cualquiermrjor3 o el propio lJlantenimiento de lo ya con-qlli~,¡ado, s,.>lo L'Shoy posii)k' mediante la luchamÚs n'suelta de los trabajadores. En todo caso.sirven para configurar y dar fuerza al movill1ien~to de resistencia y j)Jra elevar la conciencia revo-lucionaria de los trabajadores, Ilevándolos a lacomp rcn:,ión práctica y a la predisposiciÓn dearrontar hatalla.. rlllbaks con los (krn:1s trabaja-dores para, ~'ntre toJos, pararle los pies al grancapital y su gobierno.

Las luchas f-cnerales, como las realizadascontra el Estatuto de UCD y el Convenio Marco,aun cllando tienen un entronque e interrdaciónCOI.1;,\que sc cksenvuclvcn a nivelcs más C(lnerc-tos, son IlIchas cn otro plano y con un cadeterfUI1t1a~Jlenta:l1Iel1tepolítico. Las luchas globales,ayudan tambi0n a la acumulación de fuerzasy

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Clan'mayor solidez. entidad política y perspecti-vas al movimiento de resistencia. Contribuyen,asírnismo. a elevar en gran medida la concienciapolftica de los trabajadores y la necesidad decambiar la situación. dado que son acciones di-rectas contra las leyes y contra eI gran capi tal ysu gobierno. que son quienes las imponen.

.Impulsemos. pues. la lucha en los dos terre-

nos sin antagonilar cnlre ellos y sin perder eltiempo en dl~quisic,onn I/IÚ tiles sobre el valorde cada cual, pucsto que los dos niveles de ac-ción sindical jucgan un ~'ran papel. los dos ayu--ilan al ohjdivo común} los dos han de ser impul-sados a fO:1do por un sindicalismo que se preciade ser de clasc.

.

.. 3) Hacia la materializaciónde la Huelga General

Se habla y se defonna tanto el concepto dehuelga general y el papel de IJ misma en el actual.periodo. que obliga al sindicalismo de Clase a sa-tir al paso. tomando una posic'ión clara y ponien-do las'cosas en su sitio.

La h\lcl~a general se nos plan tea hoya lostrabajadores como un asunto de vital importan-cia. comó la acción n('cesaria para p:uar\e lospies al gran capital y echar abajo SlISplanes. for-zando al tiempo un l.:élJlJhiupro~~rl'si:;¡éIe impo-niendo un gobierno quc oriente la economíaconsiderandosobre todo los interesesdel plleblotrabajador y no los exclusivos de una minoría deexplotadores. como ocurre ahora; que acometauna auténtica reforma lisc;)1y saquc el dincro delos que lo tienen; que haga jupr un papel claveal sector publico; que impulse el pleno aprove-chamiento de todos los recursos financieros.energéticos y naturalesdel país; que garantice ymejore las condiciones de vida de los trabaj;¡do-res; que acome t;¡ planes ea profundidad paracomenzar a atajar en serio el problema del paroy que amplie y garantice la democracia y los de-rechos sindicales.

La huelga gcner;)1. p;¡ra cubrir objetivos enesta dirección. no puede concebirse corno la huel-ga que prel-ag+)nizan uno o dos mil1o!!.l:s de tra-bajadores durante dos horas o vcinticu3tro (ac-ciones de e<;tc tipo son muy importan les noobstante y sirven para cubrir objetivos m;'¡slillli-tados) sino que ha de 10~'.rarla paralización de I;¡producción y de los sl'rvicios. combinÚndoloademás COII accioncs masi,'.ls en la callc y cuyaduración sn<Í del tiempo que sea lIecesario paradoblef';¡r la resistencia del gran capital y forl.ar elcambio. Por supuesto qUl' las cosas no sucL'dendespués tal y como Sl' dOClibcll en un papel. pe-ro esto no nos puede liber;lr de que tengamosuna posición con ~especto a la huelga general yuna perspectiva de objetivos a cubrir con ella.

El papel de los tralnjadores en una accióngeneralizada de este tipo es evidentemente elprincipal. porque son la clase más numerosa ycompacta y la única que puede garantizar laparalización de la producción y de los servicios.No obstante. es necesario que la acción de lostrabajadores confluya con la de otros sectoresque también se oponen al sistema y, en concre-to. a la ofensiva capitalista. La confluencia delmáximo de sectores en una huelga general (noimporta que alguno de ellos actúen con menosradicalidad) posibilita el aislamiento del grancapital y su gobierno. los pone contra las cuer-das y les quita toda su capacidad de maniobra. loque facilita más las posibilidadesde un cambioprogresista.

Más que un proyecto de inmediata materia-lización, la huelga general cs. por ahora, unaperspectiva y un proyecto sobre el que ir traba-jando. Los aspectos más importantes que hemosde impulsar para crear condiciones son. a nues-tro entender: la acumulación de fuerzas en lalínea expuesta en el apartado anterior. ganar a lavanguardia y a todos los trabajadores más cons-cientes para que vaya cogiendo cuerpo la idea yavanzar en la confluencia y luchas unitarias conotros sectores sociales.

4) L.1Snuevas formas de luchareforzadoras de la acción clásica de masas

Al analizarestasnuevaslonnas de lucha sin-dical que lo~ trahajadores est;in poniendo en pié,lo hacemos desde el punto de vista de la eficaciade las mismas como elemento rcforlador de' lapropia acción de rn;¡sas tradicional y. especial-mente. del movimiento asamblearioy hucJguísti-co.

Las nuevas forn1as de lucha que hasta ahoraconocemos juegan dos papeles distin tos y a lavez complementarios: 1) Par.! facilitar y acelerarel inicio de la acción de masas y. 2) Para reforzarel propio movimiento hucIgÚístico, cuando ¿ste.por c;í mismo. se rT1anifiC'stainsuficiente paravenccr la rCSJstl'nL',aLÍcla patronal.

En relación con el primer aspecto', hay queempezar an tes que nada por reconocer que lasformas que hemos venido planteando para ini-ci;¡r I;¡ ;¡crión de mas;¡s y en concreto el movi-

\.miento asamhk;lJ;o son insuficientes>" aVl'ces, claudicantes. Cualquier--.sindi"cáto otendencia del ~inuicalismo revolucionario se havenido plan teando las cosas, más o menos, de lasiguiente m;¡nera: reunión por separado, discu-siÓn y acucrdos del plan a seguir y llevársclo des-PUL:Sa los jdcs de los otr()s sindicatos y a losComilés o movimientos de delegados. para .que,unos y otros. lo asuman y 10.lleven a los trabaja-dores. Entender las cosas así, significa condicio-

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nar la acción de masas a lo que quieran o dejende querer los sindicatos reformistas que a estosniveles tienen la capacidad de abortar muchaspropuestas. Sin negar que est3 actividad hayaque seguir hac.:i0ndola, debemos consioer;tr dosnuevos factores que la práctic3 diaria nos .de-muestra que debemos poner en el centro de nues"tra actividad, cara a favorecer el inicio de (;¡ ac-ción de masas:

.a) Consitkrar que el primer problema a re-

solver cuando nos planteamos un3 batalla. es elde unir para toda ella y desde el primer momen-to la voluntad de todo el sector activo de los tra-bajadores que aÚn no ha doblado la rooilia ni es-tá corroído por las ltleas rcformistas. Este sectorno se encuentra sólo en un sindicato revolucio-nario, ni'siquiera en todos ellos. puesto <1~ede élfoman parte tamhién muchos tr:1oajaoores inde-pendientes y de las propias hases del reformis-

.,. mo. especialmente je CCOO. 1

.

"

Sólo considerando la unidad de voluntad detodo el sector más' combati'lo como una activi-dad imprescinJible, impulsada de forma parak-la al orden sindical estal'lccido. es posible pro-mover d asambkísmo con inoependencia de loque di~an o quieran los rcformist3s o la mayoríadcl Comi té en los C3S0Sen qUt' este está con tro-lado y prostituido rnr ellos. lIay una gran canti-dad de ejcmplos que ratilican la valía de estepunto de vista: Astano. Standard. Sevillana deElcctricidatl. Chryslcr, Construcción de Hurgas,

. etc., etc. .

.. .

b) Muchas veces ni siqulcra re<;ulta suficien-te con ganar al sector :Jctivo para haccr una asam-blea, dehido a b,> It'sistencias reformistas y/o a laapatía de los Ir;!b¡¡joOlt'S. Es. en estos casos,cuando J dicho ~(cl or activo S(' le presen ta COl110una lIt'ccs!dad rr;iciiea el recurrir a acciones radi-cales y espt'ctacu\:.¡res, quc. Pl'Sl' a su cará('tertestimoniai y minoritario. tiei1cn la capacidad decrcilr opinión p:jblica. conectar con las simpatíasde amriios sectúrcs de trabajadores. estabket'rpolémica y.en derinitiva,cJ'eJr mejores condicio-nes para ilrrancar Ia~ .ls:llnbkas 1) cualquier otjaactividad con participación d;: masas quc se plan-tee.

"

.

Pero cualHb I;¡ lucha estalla. y las huel¡~assc Ih.:van a caoo, t~tc a menudo resulta un 111('-dic, insuficicnte p.Ha vcnccr.la resistencia de una

'- patronal envalTITtDn30a con d ft'spaldo di: unasleyes que la favon'C'cn y el de ~u propia supraor-ganizaciÓn empresarial. AdtmÚ~, Ji<;ponen denH'dio'; d'~ control ~llfkÍl'ntes p¡¡la cercar, silen-ciar y a<.flxiar los cnnllictos aisLldos. rn eslosCJ~OS,~,': ks IHl'~l'l1lan a los trahajadores dos op-ciones: la de cl.ludiear. volvit:ndo al tr.!llajo conlas manos vac ías y derrotados o la de poner cnIIJ:lrcha otras formas de acción sindical que re-fucrCl.'1I 1:1r'''pi.1 huell'.a. dinarni(,t'n el ('(¡ullietoy ponra a la patrollal el1 tral1(,(' de 110 ¡¡:'.uJlltarpor nlu:..ho ti'::npo !,u rc~j~tl'ncia. Los trabajado.res. !.Obrc tpelo cuando se trata de I<ISsectores

.peor situados. se inclinan con mucha frecuenciapor la segunda o; ción y es en tonces cuando co-bra toda su dimensión el segundo aspecto al quenos rL'fcí;.ir.1~'s al principio. es entonces cuan~oa los trabajador~s en lucha se les plantea cornoelemento perentorio y práctico recabar la solida-ridad, sacar el problema y el conflicto a la callecreando problemas de orden público y radicali-zar más su propia acción en encierros, ocupaciónde fábricas y locales públicos. retención de em.presarios. cte. Todo ello rompe con la anteriordinámica del contlicto y fuerza a los empresariosy a los en tes del poder a buscar soluciones y en.tenderse con los trabajadores.

5) Aprovechar las contradiccionesdel refonnismo en favor de la accion de masas

y el sindicalismo de clase

La acci6n independiente que en todo mo-mento ha d-: impulsar el sindicalismo revolucio-nario. no ot'be lkvarle ni a la ingenuidad y el sec-tarismo de no aprovechar a su vez todas las con-tradicciones del refom1ismo en beneficio de laacciÓn de l1,asas, ni a que, so pretcxto de alian-zas con él. nos rkgllcmos a sus puntos de vista ydecisiones.

Las contradicciones que se dan en el camporeformista no son una sino varias y todas ellash~iJ1(,S,le aprovecharlas (~tla una con las posibi-liad;c~que ofrezca) para nuestros ohjl'tivos. Exis-ten con tradiccionl's y diferencias .-en tre el grancapital y su !!obierno, por un lado, y las centralt.'¡srefonnistas. por otro. en la medida que estas úl.timas. aÚn lI.:vandouna política de colaboraciÓn.se ven obligadas a justilic:use y salvar la cara an-te los trabajadores, aunque solamen te sea pormeras razones de subsistencia: esto' significa quepolítica de colab~)r"cióny ciertas fomlas contro-ladasde presiÓnde masascoexisten en el sindica-lismo refollnista y tienen, aunque de fonna muylimitada. un factor aprovechable por r.osotros.Existen diferencias. a vcces grandcs, entre las di-reccioncs y las tlases del rcfom1ismo y mientraslas primeras actúan segÚn los intereses partidis-lasdel PSOE() PCE, lo~se~~unJosse mueven mást'n funciÓn C:esus propios intereses como' traba-jadores, lo que rodemos aprovechar a fondo me-diante un traoajo p~ciente para implicarlos en lalucha dc masas.

Existen. :1sfrnismo, grandes diferencias en-tlT UC;T y CCOO.. pUl'S. cOmo antes hemos rx-plicado. rnÍl:ntr;Js 1:1 primera colabora abirrta-l1Iente con "1 gr:m clpital. la sc/!.unda (sin perderel car:tcter cobboracionista) tiene más necesidadde presionarle y tienc, ademÚs. muchas contra-dicciones en su propio seno, como consecuenciad-t' la crisis {'tirocornu n ¡sta, quc son 111Uy arrov\.'-,hahles para IJ arciÚn de l11a$:1s.La t;ictic;l. pues.en r('laciÓn a 10$ rdormistas ha dc' ser la de apro-vechar tod as Sil;;con tradiccioncs y hacer una cla-

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Page 12: UN PROVECTO A DEBATE ~ARA EL SINDICALISMO …€¦ · tende ser, antes que nada, una aportación y un instrumento lk utilidad para el avance unitario dc toda la corrien te del sindicalismo

ra diferenciación con CC.OO.. con los que, porbastante tiempo. caben alianzas parciales para launidad de acción. Esta política de unidad no ex-cluye sino que presupone llevar al mismo tiempouna poi ítica de pug.na y lucha con tra los aliados.Toma ndo el ejemplo de los convenios., que pue-de valer para cualquier otro campo de la acciónsindical. podemos explicar el por qué de estadoble actitud: coincidimos con CC.OO.. porejemp lo, en las peticiones reivindicativas e. inclu-so, en ciert3s fonnas de presión que hemos de

.: aprovechar de fonlla unitaria porque dan moraly fuerla a ros trabajadon:s. pero divergemos de

." CC.OO. en que el sindicalismo de cI¡lsCpartici-pe en la negociación. en la necesidad de que lostrabajadores con trolen a los negociadores. en laexigencia de una aut¿ntica inforrn'ación, en elcarcictcr pemanen te y decisorio de las asambleas

~ mientras se está en conflicto, en ganar a I?s tra-. bajadores para que. -através de su lucha resuelta.

venzan la resistencia de la patronal. etc.. cte. Es-to quiere decir que la doble táctica de unidad yde lucha hay que llt.>varladesde el primer mo-mento y tiene que coexistir de forma par;Jle1a.porque sólo así es posibk desbordar en la prüc-tica a CC.OO. ante sus limitaciones y claudica-ciones.

.

En tomo a este problema existe aún bastan-te inmadurez en el campo del sindicalismo revo-lucionario y se manifiestan con alguna incidenciados tendencias incorrectas: 1) la de quienes, so

,',l' pretexto de alianz.as con CC.OO.. se cuelgan dehecho a su carro. L,'/..kailllo de c~le ll1(hlo laclaudicaciÓn y ~) los que. obsesionadry; con bus-

. car diferencias artificiales ton el reformismo o," qui7.ás como rechazo de la primera tendencia.

desprecian toda posibilidad de alianzas y de am-pliar la acción de masas.

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Estas tendencias deben ser combatidas en el'seno del sindicalismo revolucionario pero conpaciencia y camaradería. pues ambas desviacio-nes tienen hoy bastan tes adictos y no se van asuperar en cuatro días. ni desde la discusión sola.mente: será necesario tiempo y práctica para si.tuar las cosas en su sitio.

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