un original concurso de limpieza de cocinas

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MEJORA DEI HOGAR: Un original concurso de limpieza de cocinas Carmen RUBI BURGOA Agente de Economía Doméstica del S. E. A. EL HOGAR. La aldea es, indudablemente, el eje de la vida rural gallega. Ese rincón, donde se vive una exis- tencia propia, ajena a la agitada vida de las ciuda- des, rica aún en tradiciones y costumbres. Un conjunto abigarrado de casas de piedra, tos- cas, pero seguras, corno el alma de sus moradores, distribuidas sin sentido. Junto a ellas el típico hó- rreo que almacena la cosecha, coronado por la cruz y donde convergen las esperanzan de la familia la- bradora. La tradicional hospitalidad de sus habitantes se ve obstaculizada por la falta de pulcritud y el des- orden que reina, por regla general, en estas casas. Las cuadras, por ejemplo, suelen hallarse enclava- das en la misma edificación, con las consiguientes consecuencias de malos olores, suciedad y parási- tos; y no es raro ver pasear por las habitaciones alguna gallina o cualquier otro pequeño animal doméstico. Por esta razón las amas de casa se re- sisten a cualquier visita que no sea de confianza ; por un lógico pudor de que personas extrañas pue- dan contemplar este desorden. LA COCINA. El centro vital de la casa es la cocina, y es, pre- cisamente, en ella donde este desorden se agudiza. Allí se reúnen, terminada la jornada de trabajo, los miembros de la familia a comentar las inciden- cias del día en las largas veladas invernales. A un lado pueden contemplarse los útiles de la labranza alineados contra la pared; más allá los zuecos, bien manchados de barro ; a la derecha, troncos de leña que aún despreden el olor del monte hume- decido, y en el centro, la «lareira», la típica cocina rural gallega, en la que arden algunos troncos re- sinosos que proporcionan un acogedor calorcillo, pero cuyo humo no puede salir en su totalidad por la amplia chimenea, obstruída por el hollín, y se dispersa por toda la casa, haciendo llorar a sus habitantes y ennegreciendo paredes y personas. Actualmente van ya desapareciendo las «larei- ras», e imponiéndose otras formas más modernas de cocinar que liberan al ama de casa del fatigoso trabajo que supone el permanecer muchas horas en una postura forzada junto al «lar». Pero los ojos todavía siguen llorando y el humo de los arios acumulándose en las paredes y techos, cada vez en mayor proporción conforme aumenta el hollín en las chimeneas, que muy de tarde en tarde se ven debidamente limpias. Por todas estas razones no es de extrañar que una de nuestras primeras preocupaciones fuese la de tratar de convencer a las amas de casa de la urgente necesidad de una mayor pulcritud y orden en esa pieza esencial de la casa que es la cocina, habituándolas al placer de sentir el olor del recien- te blanqueo. 274

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MEJORA DEI HOGAR:

Un original concursodelimpieza de cocinas

Carmen RUBI BURGOAAgente de Economía Doméstica

del S. E. A.

EL HOGAR.

La aldea es, indudablemente, el eje de la vidarural gallega. Ese rincón, donde se vive una exis-tencia propia, ajena a la agitada vida de las ciuda-des, rica aún en tradiciones y costumbres.

Un conjunto abigarrado de casas de piedra, tos-cas, pero seguras, corno el alma de sus moradores,distribuidas sin sentido. Junto a ellas el típico hó-rreo que almacena la cosecha, coronado por la cruzy donde convergen las esperanzan de la familia la-bradora.

La tradicional hospitalidad de sus habitantes seve obstaculizada por la falta de pulcritud y el des-orden que reina, por regla general, en estas casas.Las cuadras, por ejemplo, suelen hallarse enclava-das en la misma edificación, con las consiguientesconsecuencias de malos olores, suciedad y parási-tos; y no es raro ver pasear por las habitacionesalguna gallina o cualquier otro pequeño animaldoméstico. Por esta razón las amas de casa se re-sisten a cualquier visita que no sea de confianza ;por un lógico pudor de que personas extrañas pue-dan contemplar este desorden.

LA COCINA.

El centro vital de la casa es la cocina, y es, pre-cisamente, en ella donde este desorden se agudiza.Allí se reúnen, terminada la jornada de trabajo,

los miembros de la familia a comentar las inciden-cias del día en las largas veladas invernales. A unlado pueden contemplarse los útiles de la labranzaalineados contra la pared; más allá los zuecos,bien manchados de barro ; a la derecha, troncos deleña que aún despreden el olor del monte hume-decido, y en el centro, la «lareira», la típica cocinarural gallega, en la que arden algunos troncos re-sinosos que proporcionan un acogedor calorcillo,pero cuyo humo no puede salir en su totalidad porla amplia chimenea, obstruída por el hollín, y sedispersa por toda la casa, haciendo llorar a sushabitantes y ennegreciendo paredes y personas.

Actualmente van ya desapareciendo las «larei-ras», e imponiéndose otras formas más modernasde cocinar que liberan al ama de casa del fatigosotrabajo que supone el permanecer muchas horasen una postura forzada junto al «lar». Pero losojos todavía siguen llorando y el humo de los ariosacumulándose en las paredes y techos, cada vez enmayor proporción conforme aumenta el hollín enlas chimeneas, que muy de tarde en tarde se vendebidamente limpias.

Por todas estas razones no es de extrañar queuna de nuestras primeras preocupaciones fuese lade tratar de convencer a las amas de casa de laurgente necesidad de una mayor pulcritud y ordenen esa pieza esencial de la casa que es la cocina,habituándolas al placer de sentir el olor del recien-te blanqueo.

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INGRESOS SUPLEMENTARIOS.

Pero para ello hacía falta algo de dinero, muypoco. Y, sin embargo, en estas limitadísimas eco-nomías rurales ello constituía un auténtico proble-ma. Era necesario, por consiguiente, proporcionara estas amas de casa algunos ingresos suplementa-rios que las permitiese afrontar, entre otros, estepequeño gasto. Y ello se consiguió con la cría deaves.

Se acondicionaron locales destinados a galline-ros, unos para cría de pollitos y otros para avesadultas. Se distribuyeron lotes de pollitos seleccio-nados y se ejerció una vigilancia adecuada sobre sucrianza, hasta situar a las familias dedicadas aestas actividades avícolas en condiciones de des-arrollarlas con las debidas garantías de higiene, ali-mentación, vacunaciones preventivas, etc.

Como resultado concreto de esta campaña, ten-dente a lograr unos ingresos suplementarios enlas familias campesinas, puede citarse el ejemplode lo conseguido en la finca de don Manuel DíazCarbia, situada en la localidad de Contimundi(Rois), provincia de La Coruña. Esta familia, conun lote inicial de cien pollitos y en el período detiempo transcurrido desde el 20 de febrero de 1962hasta finales de julio de 1963, además de incre-mentar el propio consumo de huevos, obtuvo unaganancia, por venta de este artículo y de carne degallina de 12.707 pesetas. Ingreso suplementarioque reforzó, muy favorablemente, la economía fa-miliar, y parte del cual se destinó a la prevista me-jora en las condiciones de habitabilidad del hogar.

PRIMERAS DEMOSTRACIONES.

Tras esta previa campaña de actividades lucra-tivas complementarias, se iniciaron las primerasdemostraciones de limpieza y blanqueo de coci-nas en tres aldeas diferentes. Todas las asistentesa las oportunas reuniones convocadas con este ob-jeto participaron activamente en tales arreglos ylimpiezas, adiestrándose en la preparación de pin-turas y en el manejo de la brocha. La distribu-ción de algunas «hojas divulgadoras» sobre estetema facilitaron, igualmente, su ejecución.

Aunque de momento el resultado fué satisfac-torio, ya que todas las participantes, como antes sedice, pintaron sus casas e introdujeron en éstasdiversas mejoras, no transcurrió mucho tiempo sinque las cosas volviesen a estar casi en la mismaforma en que se encontraban antes de la campaña.

ya que, por ejemplo, al marchar diariamente alcampo dejaban sin arreglar debidamente la casa.

EL CONCURSO.

Esta experiencia nos convenció de la necesidadde hacer lo que fuera necesario para tratar de crearuna costumbre, un hábito, hacer sentir a toda lafamilia el deseo de vivir en un sitio más acogedor,limpio y presentable. Quienes habían limpiado, porejemplo, su cocina habían necesitado muy pocoesfuerzo físico y monetario para realizar esta me-jora, ya que habían sido ayudadas en la tarea porlas demás componentes del grupo. Y basándonos,precisamente, en el hecho indudable de que se apre-cia más aquello que cuesta un sacrificio, por pe-queño que este sea, optamos porque fueran lasmismas familias, sirviéndose única y exclusiva-mente de sus propios medios, las que llevaran acabo la necesaria limpieza y las oportunas refor-mas del hogar. Ello haría, seguramente, más du-radero el resultado. Un concurso con prácticos ytentadores premios, fué el incentivo que impulsóestas tareas.

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SUS PREMIOS.

Los premios han sido sufragados por tresAyuntamientos de la comarca. El primer premioconsiste en una cocina de gas butano ; el segun-do, en una olla a presión, y el tercero, en una plan-cha eléctrica. Independientemente de estos premios,y concedidos por determinadas casas comerciales,se otorgan también : una mesa de cocina y cuatrosillas de «formica», así como diversos lotes de pro-ductos alimenticios. Todas las participantes en elconcurso han sido obsequiadas con libros de rece-ta de cocina, facilitados, igualmente, por otra casacomercial.

SUS BASES.

En las oportunas bases de este concurso, orga-nizado por el Servicio de Extensión Agraria en co-laboración con los Ayuntamientos de Padrón, Rois

Dodro, se hace constar que aquél consiste enel arreglo de la cocina y accesos a la misma ; quela adjudicación de los premios se hará, no por lamayor o menor riqueza de la cocina, sino teniendo

en cuenta la limpieza de suelos, techos y paredes,así como el orden y buen gusto en la distribu-ción de mobiliario y útiles de cocina ; que no setendrá en cuenta la clase de cocina existente, pu-diendo ser ésta «bilbaína», de gas, «lareira», et-cétera; que el concurso tendrá una duración de dosmeses, iniciándose el primero de noviembre, coin-cidiendo la entrega de los premios con la festividadde los Reyes ; que durante el tiempo de duracióndel mismo (meses de noviembre y diciembre) cual-quier miembro o representante del jurado podrágirar visitas, sin previo aviso, a cualquier cocinaconcursante ; que el jurado calificador estará in-tegrado por un representante del Servicio de Ex-tensión Agraria y otro de cada uno de los Ayunta-mientos patrocinadores, etc.

Si PROPAGANDA.

A todas las amas de casas de la comarca, alre-dedor de unas quinientas, se las ha enviado unacarta informándolas sobre este concurso y adjun-tando una solicitud para quienes deseasen partici-par en él, que debidamente complimentada ha-brían de remitirnos.

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Esta comunicación epistolar se reforzó con unavisita personal a aquellas amas de casa que sabía-mos más interesadas en estas mejoras del hogar, obien que más las precisaban. Asimismo se anuncióen los periódicos más populares de la región y secolocaron carteles murales en los sitios de mástránsito.

Los CONCURSANTES.

Pese a toda esta intensa propaganda, la reali-dad es que han sido sólo treinta las solicitudespresentadas para participar en el concurso; casitodas ellas pertenecientes a las amas de casa a lasque se había visitado personalmente. Y si bien esteresultado numérico ha sido, realmente, poco ha-lagüeño, cabe, en cambio, señalar la nota alenta-dora de que aproximadamente la mitad de las con-cursantes pertenecían a familias que habían logra-do ingresos suplementarios en sus economías me-diante las reseñadas actividades avícolas.

«CLIMA» FAMILIAR.

En la mayoría de los casos la limpieza, y arre-glo en general, no se ha limitado exclusivamentea la cocina, sino que ha afectado a otras dependen-cias de la casa. Igualmente se ha podido compro-bar que también en muchos casos no han sido ex-clusivamente las amas de casa o sus hijas las quehan realizado estos trabajos, sino que han tomadoparte en ellos padres e hijos varones mayores, sa-crificando, incluso, horas de asueto en los díasfestivos. Con ello no sólo se ha conseguido faci-litar a las mujeres dichas tareas, sino, también, in-teresar en las mismas a los hombres de la casa;y, lo que es más importante, crear el necesarioclima familiar para la conservación de las mejo-ras llevadas a cabo.

Lo CONSEGUIDO.

De las visitas realizadas, hasta la fecha, a lascasas concursantes se deduce que va a resultar muydifícil la adjudicación de los premios, y que eljurado se va a ver para ello en un verdadero aprie-to, va que de las treinta presentadas, por lo menosunas veinticinco son acreedoras a ellos. Y, sobretodo, hemos podido comprobar, en visitas sucesi-vas, que no sólo se han conservado como estaban

al día siguiente de ser arregladas, sino que, pocoa poco, han ido mejorando, introduciendo sim-páticos detalles personales.

Nuestro propósito, como dijimos al principio, esque esta campaña, y en especial el concurso, sirvade entrenamiento y cree, repetimos, ese necesa-rio clima familiar que haga sentir la necesidad devivir más confortablemente. Y no sólo en la co-cina, sino en el resto de la casa, de forma queésta, poco a poco, experimente un cambio radical,que haga enorgullecerse a sus propietarios, y enespecial al ama de casa, al contar con un hogarlimpio y aseado, que pueda mostrar con verdaderasatisfacción. Será entonces cuando la tradicionalhospitalidad del aldeano gallego encontrará su má-xima espontaneidad.

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