umbral año 2 – n°2 febrero 2016
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COLECCIÓN DE PROPUESTAS CRÍTICAS
N° 2 – AÑO 2 – FEBRERO 2016
ISSN 0719-6016
Literatura para infancia, adolescencia y juventud
umbral
COLECCIÓN DE PROPUESTAS CRÍTICAS
CIEL CHILE
Centro de Investigación y Estudios Literarios:
discursos para infancia, adolescencia y juventud
0719-6016ISSN
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EDITORES:
Claudia Andrade Ecchio
Hugo Hinojosa Lobos
Isabel Ibaceta Gallardo
Anahí Troncoso Araya
Camila Valenzuela León
ÍNDICE
ISABEL IBACETA GALLARDO
Más allá de Papelucho: Marcela Paz, una propuesta literaria desconocida……………………………………………………………..
MARCELA PAZ
«Hojas de un diario»…………………………………………………………………………………………………………………….
4
24
PERFILES COLABORADORES-AS UMBRAL……………………………………………………………………………………………….
40
4
N° 2 – Año 2 – Febrero 2016
MÁS ALLÁ DE PAPELUCHO: MARCELA PAZ,
UNA PROPUESTA LITERARIA DESCONOCIDA
ISABEL IBACETA GALLARDO
© DOCTORA EN LITERATURA CHILENA E HISPANOAMERICANA
5
MÁS ALLÁ DE PAPELUCHO: MARCELA PAZ, UNA
PROPUESTA LITERARIA DESCONOCIDA
RESUMEN
Marcela Paz no ha sido reconocida en toda su dimensión
sino solo como la autora de las novelas sobre Papelucho. En
este artículo se discuten algunos factores de la
invisibilización de su trabajo y de la escasa vinculación y
entendimiento de su obra en el contexto de las letras en
Chile, en la década de 1930. Se explora, además, su texto
Soy Colorina… (1935), y particularmente el cuento “Hojas
de un diario”. En estos escritos se advierte que la propuesta
estético-ideológica de la autora atribuida, generalmente, a la
serie Papelucho es, en rigor, parte fundamental de su estilo
escritural.
PALABRAS CLAVES: MARCELA PAZ, SOY COLORINA,
PAPELUCHO.
ada 28 de febrero la prensa y las redes sociales se
desbordan en halagos a Marcela Paz1 quien nace en esta fecha, en
19022. Estos halagos, en general, se remiten a celebrar su obra
más conocida (la serie Papelucho), sin tomar en cuenta el resto de
su producción literaria que parte en la segunda década del siglo
XX3, la que presenta una rica propuesta estético-ideológica. Así,
si bien hay gran presencia mediática sobre la autora en fechas
conmemorativas, no se observa un interés y reconocimiento
genuino —y abarcador— de su obra, en tanto producto socio-
discursivo y artístico, lo que se manifiesta en los escasos trabajos
teóricos que de ella existen.
Este fenómeno de celebración sin reconocimiento (re-
conocer en el sentido de explorar y legitimar) del valor literario
del trabajo de Paz es claro en el caso de la serie Papelucho. Este
grupo de novelas es considerado como una de las producciones
más representativas de la narrativa para infancia en Chile, tal
como han señalado críticos, escritores, escritoras, investigadores
1Seudónimo de Ester Huneeus Salas (1902-1985).
2En algunos medios conmemoran su nacimiento el día 29 de febrero, sin
embargo, la información que entrega la Fundación Marcela Paz es que
la fecha correcta es el 28. Esto también se confirma al revisar el
calendario de 1902 el que no figura como año bisiesto. 3“Pancho en la Luna” y “La princesita ciega” (1927), Tiempo, papel y
lápiz (1933), Soy Colorina (1935), La pecosa (1948), La vuelta de
Sebastián (1950), Caramelos de Luz (1955), A pesar de mi tía (1958),
Muselina Pérez Soto (1974), Cuentos para cantar (1974), Los pecosos
(1976), Perico trepa por Chile, en conjunto con Alicia Morel (1978),
Los secretos de Catita (1981), El soldadito rojo (1981), y la serie de
doce novelas sobre Papelucho (1947-1974).
C
6
e investigadoras4. La relevancia de estos textos se puede
constatar, además, a partir de su éxito editorial en la década de
19405, de sus numerosas ediciones
6, de su récord de ventas
7, de
su cantidad de traducciones8, de sus diversas adaptaciones
9,
de los premios literarios recibidos10
, y finalmente, de su vigencia,
4Entre ellos-as, Hernán Díaz Arrieta (Alone), Amanda Labarca, Manuel
Peña Muñoz, Alberto Fuguet, Alejandra Costamagna, Jaime Quezada,
Raúl Silva Castro, Ana María Larraín, Edgardo Cifuentes y el
historiador Jorge Rojas Flores. 5De acuerdo a Bernardo Subercaseaux (2000), en esta época el tiraje
normal de un texto generalmente no superaba los mil ejemplares,
mientras que Papelucho (1947) contó, inicialmente, con cuatro mil
ejemplares anuales (150-155). 6Se ha calculado que las ediciones superan las 400 (Fuente
www.memoriachilena.cl). No se han identificado publicaciones
académicas con respecto a la diversidad de ediciones de la serie. 7En 1994, por ejemplo, se vendieron aproximadamente 55.000 copias
anuales de diversos títulos de la serie. Las ventas, que se especifican por
libro para el año 1994, son las siguientes: Papelucho (30.000),
Papelucho en la clínica, Papelucho historiador y Papelucho en
vacaciones (20.000) (Ibarra 66). En la fuente no se entregan los datos de
venta del resto de los textos de la serie. 8Actualmente existen traducciones al francés, japonés, italiano, griego,
bilingüe español-inglés, versión braille y una traducción al alemán que
se encuentra en preparación (Fuente: www.papelucho.cl). Con respecto
al trabajo y problemáticas de la traducción al alemán ver: Valdivieso,
Carolina. «Traducir a Papelucho». Vuelan vuelan 50 (2013): 1-2
(Revista de la Academia Boliviana de Literatura Infantil y Juvenil).
http://www.ablij.com/articulos/traducir-a-papelucho 9Algunos de los textos de la serie han sido adaptados al teatro, cine,
marionetas, historieta, libro audio, enciclopedia, libros para colorear,
entre otros. En noviembre y diciembre de 2015 se estrenó en el Teatro
Municipal de Santiago: «Papelucho en la ópera», basada en el personaje
de esta serie. Papelucho (1947) ha sido, además, adaptado para niños y
niñas con problemas auditivos y visuales. Ver adaptación en:
www.papelucho.cedeti.cl 10
Entre ellos, se destaca: el Premio Mención de Honor del Concurso
Rapa Nui por Papelucho (1947), su inclusión en la Lista de Honor Hans
Christian Andersen de la IBBY (International Board on Books for the
expresada en la presencia actual del personaje de estas novelas en
la vida cultural y económica de nuestro país (en fiestas culturales,
ferias del libro y librerías).
Pese a lo anterior, en estas fechas conmemorativas
encontramos, principalmente, notas escuetas que no van más allá
de comentar ciertas características atribuidas a la serie (en la
mayoría de los casos tendientes al reduccionismo)11
, como la
alegría, gracia y humor de su narrador, obviando tanto la riqueza
del personaje como la complejidad y diversidad de las temáticas,
de las técnicas narrativas y de los diálogos políticos, éticos y
estéticos que en estos libros se articulan. Tal como indica Jorge
Rojas Flores (2010), el éxito de la serie, curiosamente, no se
condice con el escaso análisis literario o lingüístico que de ella
existe (592)12
. El resto de la producción de Paz, por otra parte, ni
siquiera sale a relucir en las conmemoraciones de la vida de la
autora.
Young) Suiza (1968), el Premio Office Chrétien du Livre en Francia
(1980) y el Premio Nacional de Literatura Chilena (1982), entre otros. 11
Un ejemplo es la repetida idea que se encuentra en la prensa, e incluso
en textos académicos, sobre el hecho de que Papelucho no crece. Una
lectura atenta de las novelas permite desacreditar lo anterior. A través de
la serie se encuentra no solo una sino varias referencias a ello, como
muestra este extracto: «[…] ya tengo diez años y medio y me falta bien
poco para los once y tengo hartas ganas de cumplirlos porque voy a
cambiar» (Papelucho casi huérfano 19). 12
Una excepción es el trabajo de Cifuentes, Edgardo. «Marcas
discursivas y narrativas del humor leve en Papelucho». Literatura y
Lingüística 24 (2011): 15 -32.
http://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0716-
58112011000200002&lng=es&nrm=iso
7
Es posible que el doble ‘defecto’ de haber sido mujer y
de comenzar a escribir libros para un público infantil haya
contribuido a la invisibilización de su propuesta literaria global,
debido a que tanto la figura de la escritora como la producción
literaria para infancia se han visto marginadas, históricamente,
del canon literario chileno, donde ha primado la validación del
hombre y el valor estético-discursivo se ha otorgado a la ‘gran
literatura’13
. Ejemplo de lo anterior es que, en alrededor de ocho
décadas de existencia del máximo galardón de las letras en el país
(el Premio Nacional de Literatura), este ha sido concedido solo en
cuatro ocasiones a mujeres14
. Otro elemento que ilustra la
marginación de las escritoras y de la literatura para niños y niñas
puede verse en su exclusión de los textos histórico-críticos de la
literatura chilena como el de José Promis, La novela chilena del
último siglo (1993)15
, o como en los manuales de estudio de la
literatura como el de Hugo Montes y Julio Orlandi, Historia y
antología de la literatura chilena (1965), texto de importante
circulación entre profesores y estudiantes durante la segunda
mitad del siglo XX, como señala Camilo Marks, en el cual
Marcela Paz, en conjunto con otras escritoras, se mencionan de
13
Aquí se está haciendo referencia al círculo literario en general y no al
espacio de producción de aquella literatura ‘otra’, llamada muchas veces
‘literatura femenina’, parte de la cual tiene su reconocimiento en la
década de 1930 y 1940, pero solo en tanto discurso pedagógico en el
contexto escolar. 14
Gabriela Mistral (1951), Marta Brunet (1961), Marcela Paz (1982) e
Isabel Allende (2010). 15
Promis (1993) comenta el trabajo de algunas escritoras, asociadas a lo
que denomina la ‘novela del acoso’, sin embargo, no menciona a Paz o
a otras autoras de textos para niños y niñas (123-146).
paso, bajo la marginal etiqueta de ‘literatura femenina’ (88). Por
su parte, Marks considera ‘discutible’ el hecho de que Paz
obtuviese el Premio Nacional de Literatura, respecto de lo cual no
desarrolla argumentos, señalando, además, implícitamente, que
Papelucho incuba una impronta clasista (111), lo que evidencia
un desconocimiento y una lectura poco aguda del trabajo de la
escritora.
Marcela Paz recibe una crítica favorable antes de escribir
Papelucho (1947). Prueba de esto son los galardones que le
otorgan en 1927 por “Pancho en la Luna” (Premio Sanidad) y en
1934 por un conjunto de cuentos titulado Ensayos para un
concurso (Premio Club Hípico). Dentro de este último volumen
se encuentran cuentos que ya habían sido premiados en otros
certámenes, como “Liselotte” que recibió la distinción Concurso
Andino en octubre de 193416
.
La atención que Paz recibe, previo a la publicación de
Papelucho, se aprecia, además, en los comentarios de la crítica.
Su primer libro de cuentos Tiempo, papel y lápiz (1933)17
es
elogiado por importantes personalidades como Amanda Labarca
y Hernán Díaz Arrieta (Alone). Labarca señala que la propuesta
de Paz incluye «[…] cuentos extraños, imágenes perfectamente
inéditas, juegos de palabras nuevos, puntos de vista originales,
una fantasía que no conoce límites» (s/p). Por su parte, Alone, en
16
Esta información se incluye en la primera edición de Soy Colorina…
(1935), publicada por Editorial Ercilla. 17
Previo a este libro, en 1927, la autora también publicaba escritos en el
“Diario Ilustrado”, con seudónimos tales como Paula de la Sierra, Retse,
Nikita Nipone, Picadilly y Juanita Godoy (Peña Muñoz 150).
8
su Crónica Literaria en 1933, hace un extendido comentario en el
que destaca una especie de “sonido extranjero” en la voz
narrativa que si bien le “quita fluidez”, según el crítico, “le aporta
acento original y extraño” (4), ayudándole además a alejarse de
los lugares comunes. En este artículo, Alone también pone de
manifiesto la influencia de la literatura inglesa en los cuentos de
Paz, principalmente, el uso del humor y la ambientación de
situaciones en un contexto doméstico (4). Según el crítico,
Su procedimiento preferido […] tiene algo de
cinematógrafo y hasta de los dibujos animados: una
sucesión de cuadros, de escenas, de caprichos, por
momentos deslumbradores, siempre interesantes en el
momento en que pasan […]. Hay en ella tesoros de
ironía, de verdad, de finura y de malicia, todo dentro
de una atmósfera transparente que en el final, llega a
lo implacable (4).
Tememos que [Tiempo, papel y lápiz] diste mucho de
ser comprendido por la mayoría. Se aparta demasiado
de las sendas triviales. Nada de amores románticos, ni
puestas de sol, ni noches de luna, ni campos
arbolados, ni alamedas muy chilenas: un ambiente
exótico, y, adentro, almas inclasificables, ironías,
fantasmas, verdades, invenciones, una serie de
elementos de lo más extraño en la literatura nacional
(4).
En extractos como este puede advertirse —así como se
observa de una lectura atenta del resto de su obra— que ciertas
características que han sido atribuidas a la serie sobre Papelucho
son parte integral del estilo y propuesta escritural e ideológica de
Marcela Paz. El uso del humor (bufonesco)18
, de la ironía, del
lenguaje tildado de excéntrico y extranjero (una ficcionalización
lingüística que no ha sido explorada), así como también el
despliegue crítico de temas relativos a la familia y la infancia, ya
estaban presentes en sus primeros libros: Tiempo, papel y lápiz
(1933) y Soy Colorina… (1935).
En el primer texto se encuentran cuentos como “El
violín”, donde se relata la historia de un niño ciego y mendigo,
quien, finalmente, muere en la calle. En Soy Colorina… nos
encontramos con una niña cuyos padres se separan19
, y donde se
visualiza una crítica a la madre y a la familia. Esto demuestra que
ciertos elementos y temas narrativos (infancia, madre, familia)
que se creen propios de la serie se fueron desarrollando con
anterioridad a esta, conformando particularidades temáticas y
estilísticas que atraviesan los escritos de la autora. El
18
Este tipo de humor se vincula con el retrato de actividades corporales,
en general exageradas, tales como saltos, corridas, caídas y situaciones
de confusión, entre otros (Cross 28). A esto se refiere Alone cuando
habla de la presencia de secuencias cinematográficas y de elementos
que se asemejan a los dibujos animados, en los textos de Paz. 19
En el cuento “Hojas de un diario”.
9
desconocimiento de esta situación en sí misma confirma la poca
atención que su obra ha recibido. Así, irónicamente, aun cuando
Paz es una figura de renombre, sus propuestas estético-
ideológicas, presentes tanto en la serie como en el resto de sus
trabajos, son un espacio inexplorado.
En consecuencia con lo anteriormente planteado, este
texto se propone indagar en esos lugares oscuros, marginados,
incluso censurados (como se verá), que, sin embargo, son
cruciales para ingresar al espacio literario de Paz. Uno de esos
‘lugares oscuros’ es su libro Soy Colorina…
I. SOY COLORINA…
Soy Colorina… es un texto publicado por editorial Ercilla luego
de ser ganador del Concurso Club Hípico de Santiago en
diciembre de 1934, como se indica en el prefacio de este mismo
libro (5). El volumen —que fue presentado por Paz al concurso
con el seudónimo de Paula de la Sierra y titulado Ensayos para
un concurso— consta de doce cuentos20
y recibió una favorable
acogida por parte del jurado, quien lo declaró ganador por
unanimidad, señalando lo siguiente:
20
“Hojas de un diario”, “Liselotte”, “Noche de luna”, “Chuquito”,
“Somos lo que nos hacen ser”, “Roberto y Gloria”, “Pude ser escritor”,
“La flor de la enredadera”, “Sala de espera”, “El forastero”, “Navidad”
y “El prisionero del guante”.
Cuentos en que domina la introspección. Hay
novedad y destreza en el estilo. Imágenes acertadas.
Comparaciones con tendencia a la mordacidad, que
revelan un espíritu cáustico y observador. Autor o
autora que pone de manifiesto condiciones de
psicólogo. En general, un temperamento que sale de
lo común y una evidente vocación para este género
literario.
“Hojas de un diario”, una de las narraciones, la mejor,
nos hace entrar en los misterios del alma de una niña
de siete años (sic)21
y nos señala sus impresiones
sucesivas hasta que pasa a la pubertad; en suma, una
pequeña obra maestra (7).
Desde esta escueta descripción es difícil tener una idea
sobre las particularidades de la escritura de Paz. Es entendible,
sin embargo, lo lacónico de la nota considerando que fue
probablemente redactada para su inclusión en un formulario o
documento administrativo asociado al concurso. Si bien
encontramos descripciones positivas acerca del trabajo de la
escritora en textos como este, y en algunos otros comentarios
críticos en la prensa, existen escasos trabajos teórico-críticos y
analíticos (y no biográficos) sobre la autora.
Al adentrarse en Soy Colorina…, es posible advertir,
inicialmente al menos, dos elementos cruciales con respecto a la
21
En “Hojas de un diario” la niña tiene ocho años.
10
propuesta escritural de Paz. En primer lugar, que desarrolla
elementos narrativos que presentan importante discordancia entre
ellos, al comparar los distintos cuentos que componen el libro.
Esta situación permite imaginar a una autora que está explorando
sus posibilidades; las numerosas rutas que le pueden permitir
llevar a cabo ideas, pensamientos y emociones que desea
construir literariamente. Esta hipótesis se sustenta a partir del
propio título con el que la escritora elige reunir estos cuentos:
«Ensayos», el que hace referencia directa a la idea de una
escritura ‘en práctica’ más que a una propuesta acabada22
.
En segundo lugar, puede identificarse la presencia de
temáticas que suelen denominarse como ‘grandes temas
universales’ de la literatura, tales como la muerte y el amor, entre
otros, los cuales son abordados desde perspectivas inusuales en
relación con el tipo de manejo temático que conforma el espectro
canónico, en el contexto de producción de la década de 1930.
Algunas de las discordancias señaladas son, por ejemplo,
de estilo23
, lo que se traduce en un cambio substancial de la
22
Por otra parte, se hace evidente, desde la lectura de los cuentos, que la
palabra ‘ensayo’ no tiene conexión con el ensayo en tanto género
discursivo literario. 23
‘Estilo’ se utiliza aquí en el sentido que le dan Ducrot & Todorov
(2011), en tanto articulación sustentada sobre las propiedades verbales
de un texto, las cuales se seleccionan de un «cierto número de
disponibilidades contenidas en la lengua», haciendo referencia así a «los
registros de la lengua» y «a sus subcódigos» (344). En este sentido, el
termino estilo se vincula aquí, más a la idea de ‘escritura’ (como estilo
personal del autor).
perspectiva de enunciación. El libro presenta cuentos de tono24
grave, grandilocuente, con un estilo que opera a través del
despliegue de lenguaje poético y elevado, como es el caso del
relato “Noche de Luna”. El tono serio se articula a partir de la
temática de la muerte, de la ambientación lúgubre y
contemplativa. Todo esto, relatado en forma solemne, a través
de terminología y figuras comunes del lenguaje poético
decimonónico, incluyendo el uso de lo figurativo y de la
comparación, como puede verse en este extracto:
En el suelo rayado por la sombra de los altos cipreses,
se deslizaba lentamente una sombra más: la de aquel
hombre.
Misterio, poesía, quietud. En el campo santo, con
todos sus dolores dormidos, con todos sus muertos
olvidados en el sueño de los que podían recordarlos o
penar por ellos, había quedado un hombre vivo.
Caminaba despacio; su respiración era espesa como el
tufo ahogado de un agonizante y las palabras caían de
sus labios, espaciadas, como esos rodados de piedra
que se oyen en las faldas de los cerros durante las
noches silenciosas de verano (51-52).
24
El ‘tono’ se considera como uno de los aspectos verbales del estilo, el
cual dice relación con las propiedades rítmicas y melódicas que pueden
identificarse a nivel enunciativo (Ducrot & Todorov 345).
11
En conexión con lo anterior, en el relato “Roberto y
Gloria” se visualiza, a primera vista, un estilo (y tono) similar al
del extracto antes citado. Asimismo, la temática de la muerte es
también central en la narración, y si bien se aprecia un lenguaje
elevado (formal) y una adjetivación poética del entorno, la
inclusión de la ironía25
desacraliza dicho lenguaje. A través de
esta inclusión, el sujeto de la enunciación se yergue críticamente
ante las convenciones sociales que rondan la muerte material, así
como ante la real impavidez que, según el o la hablante, tiene la
muerte de un familiar, como se observa en el siguiente párrafo:
En el cuarto oscurecido en beneficio de los cirios
eléctricos, se alinean contra el muro los bultos de
mujeres con pena. Han surgido del olvido para acudir
al llamado del pariente difunto como parte integral
del decorado de su capilla ardiente. Esos rostros de
vela de sebo a punto de agotarse; esos suspiros
calientes, son indispensables en esa reunión solemne,
como los candelabros, el paño negro, las pilastras que
sostienen la caja. La sala es un hospital de flores,
donde agonizan al calor de la atmósfera mal sana; los
hombres se agolpan en las puertas estorbando la
entrada del aire y de los deudos que, revestidos de su
tenida de respeto y emoción, asumen cara grave y
25
Se está haciendo referencia a una ironía lingüística, forma verbal que
se constituye a partir de un doble mensaje: uno literal y un significado
adicional subyacente (Colebrook 14-15).
12
sueltan sus facciones con expresión de solemnes
cortinajes.
Se presentan unos a otros, saludan con avaricia, como
si su saludo fuera a interrumpir la paz del muerto,
cambian frases discretas y se abrazan largamente.
Pensamientos profundos entrecruzan el aire: ¡Lo que
es la vida! ¡Quien lo dijera! ¡Fue tan repentino!
[…] El muerto está ahí completamente inmóvil, y los
deudos, arrastrando un rosario cadencioso, se
absorben en sus preocupaciones personales y ni se
acuerdan de él (89-90).
Al mirar comparativamente los dos ejemplos anteriores,
es evidente que las formas expresivas (estilo, tono) son similares,
así como también la temática. No obstante, en el segundo caso, el
uso de la ironía evidencia una construcción enunciativa que
subvierte la solemnidad de la muerte y la presenta en su
dimensión cotidiana, material. La forma seria, poética y
grandilocuente, que en el primer ejemplo reafirma una
construcción ambigua, misteriosa, pero sublime de la muerte26
, se
dota de humorismo y sarcasmo en el segundo ejemplo, a través
de expresiones irónicas tales como: «sueltan sus facciones con
expresión de solemnes cortinajes», «pensamientos profundos
26
Esto se potencia a través del monólogo de un personaje etéreo y
fantasmal, un ‘vivo muerto’ o un ‘muerto vivo penando’ que le entrega
un flujo rítmico casi épico al cuento a través de la ficcionalización del
‘flujo de la consciencia’, en un modo que recuerda a Hamlet (1603).
entrecruzan el aire»27
, y al hacer referencia a que «los bultos de
mujeres con pena» son «parte integral del decorado» de la capilla.
Todo lo anterior, más que entablar un discurso sobre lo sublime o
trágico de la muerte como experiencia humana fundamental,
llama la atención hacia sus particularidades terrenales,
situacionales, cotidianas y materiales. Así, dos relatos que tienen
temas y ciertos elementos narrativos comunes, presentan, a partir
de una técnica discordante (ironía), una perspectiva de
enunciación discrepante. En el primero de ellos, hay un diálogo
prácticamente filosófico sobre la existencia, mientras que en el
segundo la muerte se articula literariamente como circunstancia
patética, estereotípica y casual.
Por otra parte, los ejemplos anteriores muestran con
claridad el tratamiento inusual de los llamados temas universales
de la literatura occidental. En el segundo cuento “Roberto y
Gloria”, Paz instala una crítica a las relaciones familiares, a los
convencionalismos vacíos, además de instalar un encuentro
sensual y de deseo entre dos primos en el medio de un velorio. En
“Noche de Luna”, la autora despliega una sublimación poética de
la ambigüedad de la existencia (hace comparaciones que aúnan
vida y muerte) con tinte psicológico y filosófico, lo que tiene
clara discrepancia con el manejo estético-temático que puede
encontrarse comúnmente en la década del 1930 en la literatura en
Chile.
27
La ironía reside aquí, por ejemplo, en el hecho de que las frases que
“entrecruzan el aire” están lejos de ser profundas.
13
Este manejo, de acuerdo a Promis (1993), estaba aun
dominado por tendencias del naturalismo y del positivismo (51-
55), los cuales se vinculaban a concepciones de la realidad como
fenómeno único y objetivo, que el o la novelista debía capturar
como documento social. El discurso narrativo impactado por el
naturalismo, y aun presente en la década mencionada, «[…]
rechazaba comunicar la exaltación sentimental o patética de su
narrador, tratando de reemplazarla por una perspectiva imparcial
[…] que fuera capaz de representar las “verdaderas” condiciones
de la realidad histórica» (Promis 20). La apuesta de Paz no tiene
conexión con estas tendencias, sino más bien con aquellas que se
comienzan a afianzar en el ámbito literario chileno a fines de los
años 30 (posteriormente a la publicación del libro de Paz), y que
Promis cataloga como neorrealistas y antipositivistas28
.
Para los y las escritoras de esta tendencia la realidad no
era inherentemente objetiva. Al contrario, consideraban que «[…]
los fenómenos y comportamientos humanos daban origen a
diferentes dimensiones de la realidad y que para llegar a tales
niveles era imprescindible adoptar una nueva y “encandilante”
manera de ver» (Promis 63-64). Así, el trabajo de Paz se acerca
más a la agenda neorrealista que proponía que la producción
artística debía «[…] ser entendida como el vehículo que
transportara la mirada del escritor hacia los niveles más
insospechados, fantásticos o alucinantes de esa realidad» (Promis
65). En consonancia con estas perspectivas, la autora no busca
28
En este grupo posiciona a la llamada generación del 38 y la
Mandrágora.
narrar/crear un discurso sobre la muerte que resalte cualidades
trascendentales de lo humano y de su esencia ‘verdadera’; se
vincula, en cambio, con imaginarios que rompen con
concepciones dualistas que separan de manera tajante lo vivo de
lo muerto. Esto se manifiesta en “Noche de Luna”, en el que se
une vida y muerte en la angustiada psiquis de un personaje, quien
a la vez, en un efecto metaficcional, pone en cuestión no solo su
propia condición (vivo o muerto) sino la existencia de quien lee:
Voy a contarle un cuento, mi propio cuento, porque
este asunto del mundo no es otro que un inmenso
libro de cuentos trágicos o divertidos, monótonos o
filosóficos, pero cuentos todos al fin y al cabo. Los
hombres creen que existen y son personajes (53).
En esta dinámica, la autora explora claramente lo que, de
acuerdo a Promis, buscaban los neorrealistas: evidenciar la
multiplicidad de dimensiones existentes en el espectro de lo
entendido como ‘real’.
De acuerdo a Domingo Melfi (citado por Promis), uno de
los rasgos característicos de los escritores post-naturalistas fue un
radical cambio en la articulación del narrador, el cual, ya lejos de
lo omnisciente, presentaba un «conocimiento y dominio de la
realidad [que] se manifestaba tan precario, relativo y limitado
como el de sus propios personajes» (Promis 48). Esto es
justamente lo que se observa en varios de los relatos de Soy
14
Colorina…, pero particularmente en “Hojas de un Diario”, en que
la narradora en primera persona es a la vez la protagonista de su
propia historia.
II. “HOJAS DE UN DIARIO”
“Hojas de un Diario” es un escrito que ficcionaliza el género
referencial del diario íntimo y cuya narradora, en primera
persona, es una niña de ocho años. La niña relata aspectos
cotidianos de su infancia y mantiene su diario hasta que entra en
la adolescencia (quince años).
Como se desprende del título, esta narración no es el
tradicional relato en formato de diario que comporta completitud,
sino que se constituye solo a partir de algunas ‘hojas’ del mismo.
Este factor hace que el texto sea altamente fragmentario y que se
establezcan espacios amplios de tiempo entre una anotación del
diario y la siguiente. Por ejemplo, las anotaciones del diario
comienzan en 1926, año en que registran solo cinco entradas.
Luego, en 1927, se dan saltos temporales drásticos (mayo a
septiembre), siendo el más notorio el que va de septiembre de
1927 a abril de 1932 (seis años después). En este recorrido
fragmentario, al cual tenemos acceso restringido, la niña deja
entrever los conflictos familiares producidos por la separación de
sus padres, la intrincada relación madre-hija y el desarrollo de la
niña hasta su adolescencia, tiempo en que finalmente la madre
pasa a ser dependiente de su hija, por su estado psíquico,
invirtiéndose los roles y las relaciones de poder.
Es fácil imaginar por qué el jurado que premió el libro
Soy Colorina… definió a “Hojas de un Diario” como la mejor
narración del texto. Esto se debe probablemente al hecho de que
el cuento de Paz desacraliza y complejiza las relaciones
familiares en tanto creaciones literarias, así como también los
valores y conductas sociales, tales como el amor y la bondad,
entre otros. Adicionalmente, el texto se posiciona rupturistamente
en términos de la utilización de mecanismos narrativos inusuales
a comienzo de los años 1930. Algunos de estos elementos
narrativos son la configuración de una voz narrativa en primera
persona29
(creando una voz y escritura infantil ficcional) y la
utilización del género del diario íntimo, que conforma un relato
fragmentario, apelando a un lector o lectora a construir aquello
que yace escondido entre los espacios temporales silenciados
entre una anotación del diario y la siguiente. La voz narrativa, así
como la artificiosidad de la voz y escritura infantil, en sus
aspectos formales —facilitados por el dispositivo del diario—,
abren de cuajo el relato a la experiencia subjetiva y limitada de
una conciencia individual e íntima, lo cual es altamente
innovador en la narrativa en Chile en la década en que el cuento
se escribe.
29
No menos rupturista, para un texto de la época, es el hecho de que
configure una voz de niña/joven y no de niño/joven. Tal como indica
Pearson, en las narrativas que tienen a la infancia como protagonista en
el siglo XX, la niña, prácticamente, no se retrata/construye (140).
15
“Hojas de un Diario”, aun siendo elogiado como el relato
mejor logrado de Soy Colorina…, no ha vuelto a reeditarse más
que en una sola ocasión, en la cual además fue censurado. Dicha
reedición se realiza en el año 2000 cuando se incluye en un libro
titulado Marcela Paz: Papelucho, Soy Colorina…; el texto
incluye una biografía, prólogo y bibliografía seleccionada por
Ana María Larraín. Es llamativo el hecho de que Larraín no
explique por qué decide compilar la primera edición de
Papelucho (1947), con algunas imágenes de la versión inédita de
Papelucho (1934)30
, en conjunto con el cuento “Hojas de un
Diario”, particularmente porque estos textos presentan una
relación intertextual evidente y sustantiva entre sí. Por otra parte,
es aun más llamativo que se permita censurar contenido del
cuento, como puede corroborarse en los siguientes extractos:
Edición original:
Siento mucho haber nacido, pero yo era tan pequeñita
en ese entonces que no supe lo que hice.
Resulto un estorbo que “consume y no produce”. Esta
frase se la aprendí al mozo que es comunista y
considera a los sacerdotes de esta manera.
El mozo tiene grandes ideas. A veces pienso que si no
fuera tan orgullosa y un poco más romántica, podría
enamorarme de él. Es muy bonito querer a un ser
30
En diversos textos biográficos sobre la escritora se señala que
Papelucho fue escrito en 1934. El Papelucho publicado en 1947 sería
una reescritura de esta primera novela inédita.
inferior. Pero éste tiene las manos tan rudas y las
orejas tan chicas que me da asco. Aun cuando es
campeón de Water-Polo, lo que le mantiene limpio.
Julio 1.º de 1933.– (sic)
Ultimamente31
he vivido mucho (19).
Edición de 2000:
Siento mucho haber nacido, pero yo era tan pequeñita en
ese entonces que no supe lo que hice.
Julio 1º de 1933
Ultimamente32
he vivido mucho (95).
En el extracto censurado se visualiza una crítica implícita
al arribismo y clasismo burgués de los sectores conservadores de
la sociedad chilena. Esta especie de parodia se realiza a través de
la utilización de una ironía estructural —sobre la cual se
comentará más adelante— que subyace en el registro de los
pensamientos contradictorios de la adolescente por un joven
perteneciente a otra clase social. Admira a un «hombre de
grandes ideas» que, sin embargo, por sus diferencias de clase (su
condición de sirviente de dudosa ‘limpieza física’) se le presenta
como un partido complejo.
El anterior ejemplo de perspectiva enunciativa,
probablemente, sumó razones para que los textos de la autora,
que no fueron publicados para un público infantil, como Soy
31
Sin tilde en la fuente. 32
Sin tilde en la fuente.
16
Colorina…, no tuvieran mayor atención por parte de la crítica o
desde el sector editorial.
Este tipo de visión crítica se aprecia también en la
articulación del personaje de la madre, el que se construye de
manera compleja, alejada del maniqueísmo que recrea lo bueno o
lo malo, lo correcto o lo incorrecto. Gran parte del juicio a la
madre se estructura de manera indirecta a través de los reportes
ficcionalmente ingenuos que la niña escribe en su diario. La
protagonista, inicialmente, no advierte que los hombres que
visitan constantemente a su madre son, probablemente, algo más
que amigos. Con esta misma ingenuidad la narradora indica que
aquella no le demuestra cariño constante para no «fomentarle [su]
sentimentalismo» (93), y que aunque la niña «no lo sienta», sabrá
siempre que es importante y querida, pues según su progenitora
«para una madre lo primero del mundo son sus hijos» (93),
comentario que se contrapone totalmente a la falta de cuidados y
tiempo que le proporciona a su hija.
En el discurso que subyace a este tipo de enunciados se
observa una crítica profunda a las ideas estereotípicas sobre la
maternidad. No obstante, en otros pasajes del cuento,
particularmente hacia al final del relato, la hija presenta a la
madre como una víctima dramática de una situación social-
personal compleja (divorcio, crítica social y de sexo-género de
sus pares). Así, la narradora adolescente fija otra mirada hacia la
madre (esta vez explícitamente): ya no deja entrever a una madre
despreocupada, sino una madre incapacitada por la anulación que
le ha implicado el enjuiciamiento social debido a su separación.
Frente a esta situación, la construcción discursiva de la madre
transita desde victimaria a víctima. En esta operación, la
narradora se posiciona estratégicamente para auto-estructurarse
una realidad ideal en la cual busca dejar atrás sus sentimientos de
soledad y dejación, tornándose en madre de su propia madre,
dándole la atención y cuidados que ella no recibió:
[S]oy feliz, aun cuando no es justo que lo sea, estando
mamá enferma. Sin embargo, lo soy, me gusta
cuidarla, me gusta que me mire con cariño y
confianza, me gusta que no pueda hacer sus cosas
para hacérselas yo y me gusta pasarme los días a su
lado, sabiendo que ella está ahí y no ha de dejarme
sola de un momento a otro (106)33
.
En “Hojas de un Diario”, hay también una crítica de
sexo-género que pone en evidencia las desigualdades con
respecto a los roles que, socialmente —en el contexto de
producción correspondiente a la década de 1930—, se designan a
mujeres y hombres diferenciadamente. En vinculación con esto,
se observa un sujeto de la enunciación que se opone a
convenciones sociales y a órdenes e instituciones tradicionales
33
Este fragmento puede entenderse en tanto diálogo con entradas previas
del diario (de la época de la infancia), que hacen referencia a la
despreocupación de la madre cuando la niña está enferma, situación por
la cual esta última es reprendida. La adulta arguye que su hija no sabe
cuidarse y enferma debido a su «propia torpeza» (27).
17
como la familia y el matrimonio. En variadas entradas del diario
la narradora hace referencia a costumbres y labores que se
entienden como femeninas, las que no le agradan. Dice que es
«rara» pues prefiere leer a «tejer» (91), y manifiesta también
pensamientos como los siguientes (cuando está considerando
marcharse de su casa a raíz de problemas con su madre): «Creo
que debería casarme, pero el matrimonio no me atrae. No me
parece posible que dos personas puedan quererse toda la vida, y
los que se toleran hasta el último son personas que tienen carácter
de esclavo. Al menos uno de ellos» (99).
La relación con la madre, con el padre, con el entorno
(sus amigas, vecinas) y con ella misma, en un proceso de
autoconstrucción identitaria y de sexo-género como adolescente
que va creciendo, tiene múltiples aristas que distan de explorarse
aquí de forma exhaustiva. Por el momento, es importante también
discutir elementos formales a través de los cuales se configuran
los discursos ideológicos en este texto.
La voz narrativa que ficcionaliza una perspectiva y
conciencia infantil es un elemento que se sitúa justamente en el
espacio ambiguo y subjetivo en donde los neorrealistas, de
acuerdo a lo que se comentó, buscaron posicionar a sus
narradores. El aspecto innovador de esta voz infantil (que hace
famosa a Paz posteriormente con Papelucho 1947) es claro si se
compara con la alta producción de narrativas que utilizaban la
figura del niño como elemento central en el contexto literario
chileno, y que Lon Pearson (1978) denomina el sub-género del
niño roto (154). En este tipo de narrativas, la perspectiva de
enunciación evidenciaba, mayoritariamente, una postura adulta,
más que un intento de articular una focalización infantil, y solo a
partir de la década de 1970 explora estéticamente la psicología
infantil (Pearson 154)34
. Paz, ya en 1935, con su personaje de
ocho años que escribe su diario, deja atrás los prototipos de la
infancia de la corriente del niño roto, como aquellos sufrientes
pilluelos victimizados por una juiciosa voz adulta, que en su
tendencia naturalista buscaba ‘documentar’ la realidad social,
marcada por las injusticias vividas por los sectores marginados.
La narradora de Paz es una voz subjetiva, personal, que
no busca posicionarse como ‘la voz’ de la infancia marginal, sino
como una voz íntima que explora su situación de vida particular y
que despliega la construcción de una conciencia que se debate
entre la ambigüedad, la confusión, la búsqueda del conocimiento
y la experiencia, y que se yergue de forma independiente, no
siendo ‘hablada’ a través de la focalización de un personaje
adulto. Voces de este tipo han sido elogiadas y figuran entre los
textos clásicos de la literatura como es el caso de Pippi
Långstrump [Pippi calzaslargas] (1945) de Astrid Lindgren y
The Catcher in the Rye [El guardián entre el centeno] (1951) de
Jerome D. Salinger, sin embargo, no se repara en que este tipo de
34
Una de las escasas excepciones es El niño que enloqueció de amor
(1915) de Eduardo Barrios, uno de los primeros textos chilenos en el
que la psique y los pensamientos de un niño son articulados artística y
literariamente, creando una voz narrativa infantil.
18
voces ya habían sido creadas por Paz en los años 1930, cuando
escribe “Hojas de un Diario” (1934) y Papelucho inédito (1934).
La perspectiva infantil en “Hojas de un Diario” se
constituye a partir de la narración autodiegética y focalizada por
la narradora, como se aprecia en la apertura del cuento35
:
35
Es interesante observar cómo parte de la ficcionalización de la voz
narrativa infantil se plasma también en una escritura que cuenta con
diversas faltas ortográficas, lo que nuevamente implica que el lector-a
no olvide que esa escritura es la de una niña de 8 años.
La ficcionalización del relato íntimo que el diario
permite, posiciona, de inmediato, al sujeto de la enunciación en
una perspectiva ajena a la grandilocuencia del ‘gran relato’, que
se pretende forjador de la realidad histórica y social. El habla
infantil secreta (escondida al alero de un diario) con sus faltas
ortográficas y su ‘inadecuado’ manejo lingüístico, opera a través
de una ironía estructural que permite que el mensaje ideológico y
crítico se despliegue indirectamente, en la mayoría de los casos.
Este tipo de ironía se articula a partir de lo que se entiende como
«narrador ingenuo», que, a través de su relato ‘inocente’, deja
entrever situaciones inadecuadas, inmorales o reprobables en
algún sentido (McArthur 2; Colebrook 14). En el texto de Paz
esto se aprecia particularmente cuando la narradora aun no pasa a
la pubertad, y puede vislumbrarse, por ejemplo, la poca atención
que la niña recibe por parte de su madre:
Julio de 1926.– 36
Fuimos al biógrafo con la mamá y don Enrique y él
me regaló chocolates porque era muy feo el teatro y
hacía mucho frío.
Martes de 1926.–
Me retó la mamá porque soy pava. No quiero ser
pava pero soy. Parece que tenia una tia que era asi,
pava como yo. Se murió aplastada por un ropero. Oi
36
Las cursivas en las fechas son del original.
19
me dieron chocolate y me aburrí mucho y me quedé
dormida con zapatos y vestido (12).
Mijaíl Bajtín (1986) ha teorizado con respecto al
fenómeno de la ironía estructural, asociándolo a los personajes
literarios del bufón, el pícaro y el tonto. El académico señala que
este tipo de personajes se posiciona como ajeno al ‘mundo
común’ y, dado que pertenecen a un espacio otro, se le otorgan
privilegios especiales, entre ellos, se le brinda a su voz un
«<<carácter de plaza popular y pública>>», que pone de
manifiesto los errores y opera como una denuncia social (354).
En los textos de Paz, la figura del infante (y luego adolescente) se
asemejan a los personajes de los que Bajtín habla, en tanto se
construyen como sujetos que miran desde fuera de este mundo
adulto absurdo y lleno de dobleces. La narradora adolescente de
“Hojas de un Diario”, hablando de los mayores, dice por ejemplo:
La vida es la hipocresía más grande y no me explico
cómo es que todo el mundo está tan de acuerdo con
representar esta comedia.
Tampoco me explico los aspavientos con que se
horrorizan ante ciertas cosas cuando comenten otras,
tanto peores.
No comprendo bien a la gente, ni estoy muy
conforme con haber nacido (27).
Todo lo anterior se conecta con la idea de cómo Northrop
Frye (1957) concibe el «modo literario irónico», en el cual se
producirían escritos «discontinuos» (89)37
, con personajes que
actuarían como críticos sociales, quienes pondrían a disposición
una perspectiva personal y, por lo tanto, parcial de una situación
sin intención de narrar ‘verdades’ (63).
Otros elementos fundamentales de la voz narrativa en
este cuento, que potencian la ficcionalización de una
subjetividad, son su característica de inmediatez y la
configuración de un lenguaje y conciencia propiamente infantiles.
El relato en primera persona constituye, según Schwenke
(1999), una immediate-engaging-first-person narration que
cuenta situaciones recientes, lo cual permite que el lector o
lectora, según la investigadora, establezca una relación de
cercanía e intimidad con lo narrado (185). Esto se da, en parte,
gracias a la utilización de las convenciones escriturales del diario
íntimo, género en el cual es común que se registren sucesos de
fechas próximas al tiempo en que se inscribe la enunciación. Es
decir, el lapso de tiempo entre el hecho acontecido y la narración
del mismo es corto. Esto, como plantea Schwenke, «[…] has the
potential to reveal the character of narrator-protagonists in a way
37
‘Discontinuidad’ se entiende en oposición a los textos
«enciclopédicos» que articulan discursos totalitarios sobre la historia.
De acuerdo a Frye, las narrativas discontinuas se conforman desde lo
fragmentario, tal como se observa en los textos de Virginia Woolf. Este
tipo de escritos aporta «[…] un sentido del contraste entre el curso de
toda la civilización y los tenues destellos de los momentos significativos
que revelan su sentido» (89).
20
that emphasizes the immediacy of their subjective experience»
(189).
Con respecto al manejo del lenguaje y la construcción de
una conciencia ficcional infantil, es evidente la técnica que crea
un habla infantil ilusoria. Dicha técnica es buscar asemejarse a las
falencias que, en ocasiones, se encuentran en las formas
expresivas de niños y niñas. Son claros, a lo largo del cuento, los
desaciertos ortográficos, el uso de lenguaje coloquial, y en
general, una morfosintaxis que se aprecia inusual, con respecto a
las convenciones estatuidas por los sistemas de normas
lingüísticas; todo lo cual puede verse en el siguiente extracto:
1926.- No ser pava es lo que más trato. Ice clases de
aritmética y de inglés con la profezora que dijo que
yo estaba un poco atrasada. La mamá le explicó lo
que yo era pava y lo de mi tía del ropero. La
profezora es buena y tiene dos lunares con pelo largo.
Don Enrique se fué muy enojado con la mamá y ella
quedó yorando. Mañana es domingo que rico (12).
Adicionalmente, se observa la inclusión consciente y
premeditada de irregularidades y cambios que potencialmente
buscan recrear/remedar la forma escritural de una niña, como por
ejemplo, la extraordinariamente diversa forma en que la
narradora registra las fechas en que escribe (con y sin cursivas,
nombre de meses abreviados y no abreviados, entradas que
incluyen hora, entre otros). En dichas inscripciones se evidencia
que la escritora del diario no tiene interés en mantener una
coherencia de formato a lo largo de su diario. Esto, por otra parte,
es un elemento metaficcional que potencia la idea de que el
escrito es un diario íntimo real y no un cuento publicado.
1926.–
Marzo 05.–
Abril 19.–12 p. m.
Julio de 1926.–
Mayo.–
Set. 9.–
La ilusoria conciencia infantil se conforma por elementos
como la ficcionalización de un cierto tipo de elementos o sucesos
cotidianos, que, en general (y sobre todo en los textos de los años
1930), no se consideraban temas propios de incluir en un texto
literario, como por ejemplo, consignar los días que la niña se lava
el pelo, cuánto jamón come, registrar los días en que no sucede
nada, además de evidenciar su dificultad para comprender
fenómenos que son consabidos para los adultos, como por
ejemplo, cuando se pregunta: «Quien sabe como se morirá la
jente» (91).
Los elementos que constituyen la voz narrativa en
primera persona en este texto, con sus particularidades
«lingüísticas» (ortografía, lenguaje coloquial, morfosintaxis), así
21
como también los elementos «composicionales» a través de los
que la voz se despliega (como las convenciones del género del
diario íntimo), son cruciales para identificar, explorar y entender
«la arquitectónica» de la obra, según Bajtín, entendiendo lo
arquitectónico como los temas, la configuración de los sujetos, en
suma, de la propuesta estético-ideológica de la escritora (22-28).
Para considerar a Soy Colorina… en su total dimensión se
requeriría realizar un análisis detallado de los aspectos que
propone Bajtín, no obstante, todo lo discutido en este trabajo
puede servir como paso introductorio, que suscite interés por
adentrarse en esta desconocida obra de Marcela Paz.
COMENTARIOS FINALES
Soy Colorina… es un texto en el que figuran escritos que desafían
las tendencias naturalistas y positivistas que aun se encontraban
presentes en el ámbito literario, en el contexto de producción en
que el libro se publica. En este libro de cuentos y,
particularmente, en “Hojas de un Diario”, se explora e innova con
respecto a las convenciones discursivas de la articulación de la
voz narrativa así como de los géneros literarios de la época.
La propuesta artística de Paz no fue comprendida y, en la
actualidad, sigue siendo desconocida. El hecho de que Paz fuera
mujer, de que se hiciera conocida por su serie de novelas para
niños y niñas, y de que tuviese una posición crítica con respecto a
temas de sexo-género y clase, entre otros, probablemente ha
contribuido a que sus textos hayan recibido poca atención. A esto
habría que agregar que la estética «lingüística, composicional y
arquitectónica» (Bajtín 22-28) de sus trabajos comprende una
complejidad e innovación (para los años 1930) que la crítica no
fue capaz de entender y valorar, situación que en cierta medida
aun perdura. Esto se demuestra, por ejemplo, en la
incomprensión, por parte de Alone, sobre el manejo que la
escritora hace de la ambigüedad y la subjetividad. Al respecto, el
crítico declara que sus «[…] cuentos son obscuros y enredados:
personificaciones audaces, complicaciones insolubles, pasos
raros, conducen a callejones sin salida y plantean problemas
intrincados» (Díaz Arrieta s/p). Por su parte, Promis (1993)
indica que, a mediados de los años 1930, muchas novelas que
subvertían los esquemas naturalistas y positivistas pasaron
desapercibidos para la crítica y el público lector del momento,
debido a que aun imperaba una idea conservadora con respecto a
las formas y temas de los relatos, para que estos pudieran
preciarse de textos dignos del canon (74)38
.
Actualmente, un claro ejemplo que demuestra el estado
inexplorado del trabajo de Paz es el hecho de que variados
elementos que se consideran inherentes de la serie sobre
Papelucho conforman, más bien, parte fundamental del estilo y
tendencias escriturales estético-ideológicas que cruzan sus
escritos. Algunos de estos elementos son la ironía (lingüística y
38
Este canon se regía, según Promis, por autores consagrados como
Mariano Latorre y otros que habían recibido la aprobación de parte de
los críticos ‘adanistas’ (74).
22
estructural), el humor bufonesco, la ficcionalización de un
lenguaje coloquial y de un habla infantil, así como también el
desarrollo de críticas de clase, de sexo-género y de las relaciones
de poder entre niña-o y adulta-o, entre otros.
Paz fue una autora adelantada para su época, un tiempo
en que aun se esperaba que la literatura fuera un documento de
autoridad que ‘reflejara’, fundamentado en una «suficiencia
racionalista» (Promis 82), una visión sociológica fehaciente de
las problemáticas humanas y las verdades trascendentales
(Promis 85). La escritora, en contraposición, despliega
tempranamente (antes de Papelucho 1947) una operatoria
metafictiva, en la que entiende el texto como un espacio teatral y
lúdico que pone en evidencia a la literatura como constructo
discursivo subjetivo y no como registro de una realidad objetiva y
palpable.
Con lo señalado en este escrito no se pretende restar
importancia a la serie Papelucho. En lo discutido se evidencia, de
hecho, que la exploración de los textos previos de Paz puede
potenciar una lectura más contextualizada de la serie. Dicha
exploración permite trazar la evolución de las técnicas
escriturales que, con posterioridad, se desarrollan en Papelucho
(1947) y en los títulos que le siguen. Un acercamiento de este tipo
evidencia, además, la riqueza dialógica e intertextual interna que
yace en una propuesta escritural que todavía estamos lejos de
conocer.
BIBLIOGRAFÍA
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Caballero. La Habana, Cuba: Arte y Literatura, 1986.
Impreso.
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Ducrot, Oswal & Todorov, Tzvetan. Diccionario enciclopédico
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ed. Buenos Aires, Argentina: Siglo Veintiuno, 2011.
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Frye, Northrop. Anatomía de la crítica. Trad. Edison Simons.
Caracas, Venezuela: Monte Ávila Editores, 1991. Impreso.
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Labarca, Amanda. «Tiempo, papel y lápiz por Marcela Paz». El
Mercurio. 19 nov. 1933: s/p. Impreso.
Marks, Camilo. Canon: cenizas y diamantes de la narrativa
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Impreso.
McArthur. Tom. «Irony». Concise Oxford Companion to the
English Language. Oxford, UK: Oxford University Press,
2013. Digital. http://www.oxfordreference.com/
23
Paz, Marcela. Soy Colorina…. Santiago, Chile: Ercilla, 1935.
Impreso.
---. Papelucho casi huérfano. 2 ed. Santiago, Chile: del Pacífico,
1955.
---. Marcela Paz: Papelucho, Soy colorina... Ana María Larraín
(ed.). Santiago, Chile: Universitaria, 2000. Impreso.
Pearson, Lon. «El niño ‘roto’ en la ficción chilena». El niño en
las literaturas hispánicas: Hispanic Literatures 4th Annual
Conference October 20-21, 1978. Indiana: Indiana
University of Pennsylvania, 1978. Impreso.
Peña Muñoz, Manuel. Historia de la literatura infantil chilena.
2da. ed. Santiago, Chile: Andrés Bello, 2009. Impreso.
Promis, José. La novela chilena del último siglo. Santiago, Chile:
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Rojas, Jorge. Historia de la infancia en el Chile republicano,
1810-2010. Santiago, Chile: Junta Nacional de Jardines
Infantiles JUNJI, 2010. Impreso.
Schwenke, Andrea. «Expanding the view of first-person
narration». Children’s Literature in Education 30.3 (1999):
185-202. Print.
Subercaseaux, Bernardo. Historia del libro en Chile (alma y
cuerpo). 2da. ed. Santiago, Chile: LOM, 2000. Impreso.
24
N° 2 – Año 2 – Febrero 2016
«HOJAS DE UN DIARIO» DE MARCELA PAZ
Queremos compartir con ustedes la versión íntegra del
cuento «Hojas de un diario» de Marcela Paz, publicado en
Soy Colorina… (1935) por editorial Ercilla (páginas 11-38).
Fue transcrito con autorización de la Fundación Marcela
Paz, a quienes agradecemos la oportunidad de divulgar este
relato prácticamente desconocido de la autora.
La versión ha sido transcrita tal como se presenta en el
original, manteniendo su estilo escritural y su diverso
registro de las fechas del diario.
25
«HOJAS DE UN DIARIO»
1926.—Tengo ocho años y voy a escribir mi diario.
Soy colorina, pero voy a ser castaña y no tengo hermanos ni
abuelos y mi mamá es divorsiada. Vivo con mi mamá y
antes teníamos automobil pero aora no, y nadie sabe que
tengo mi diario ni que quiero mucho a mi papá.
Julio de 1926.—Por fin encontré mi prendedor.
Estaba debajo de la cómoda y no habia escrito más en mi
diario porque comenzé las clases. Vi a mi papá en la calle
pero el no nos vió. Me gustaria ser hombre cuando fuera
grande pero es claro que no seré nunca… Fuimos al
biógrafo con la mamá y don Enrique y el me regaló
chocolates porque era muy feo el teatro y hacia mucho frio.
Pero la Película era muy linda con krimenes y todo. Don
Enrique dijo que me iba a pagar una profezora para que
aprendiera ingles. No importa que yo aprenda ingles si me
dan chocolate.
Martes de 1926.—Me retó la mamá porque soy
pava. No quiero ser pava pero soy pava. Parece que tenia
una tia que era asi, pava como yo. Se murió aplastada por
un ropero. Oi me dieron chocolate y me aburrí mucho y me
quedé dormida con zapatos y vestido.
1926.—No ser pava es lo que más trato. Ice clase de
aritmética y de ingles con la profezora que dijo que yo
estaba un poco atrasada. La mamá le explicó lo que yo era
pava y lo de mi tia del ropero. La profezora es vuena y tiene
dos lunares con pelo largo. Don Enrique se fué muy enojado
con la mamá y ella quedó yorando. Mañana es domingo que
rico.
1926.—Hoy conbidé a las Riesco i no las dejaron
venir porque mi mamá es divorsiada. Quien sabe si se pega.
Yo creo que es malo ser divorsiada. Si yo me casara no me
divorsiaria porque así no podria tener auto y es mejor que
mis hijos tengan papá y auto.
Marzo 3 de 1927.—Encontré mi Diario que se me
habia perdido ace tiempo. Nadie sabe que lo tengo y es rico
guardarlo en el tejado debajo de una teja. Así nadie me lo
puede piyar a no ser que fuera un ladrón. Me gustaría ser
ladrona y que mi mamá fuera ladrona en lugar de
divorsiada. Lo pasariamos tan bien haciendo cosas
peligrosas y escondidas. Don Lucho me trajo una vitrola
pero la mamá no me deja tocarla. Don Lucho quiere mucho
a la mamá y es como ermano con ella. Yo le dije que me
gustaria que fuera mi papá.
Marzo 4 de 1927.—Hoy no pasó nada.
Marzo 5.—Hoy no pasó nada tampoco.
26
Marzo 8.—Me lavé la cabeza.
Marzo 11.—No pasó nada.
Marzo 15.— No pasó nada.
Marzo 19.— id. id.
Marzo 23.— id. id. Hoy se quedó en casa
de mamá.
Marzo 24.—La mamá está muy pobre y quiere
vender ropa, pero don Lucho no quiere. Yo querria ser
empliada y cuidar niñitos rubios. Hoy uvo jamon al
almuerzo y como la mamá no comió, me comí tres tajadas.
Marzo 30—Me retaron y no me acuerdo nada más.
Mayo.— id. id. idem.
id. id. 24.— Id. idem. etc. etc.
id. id. 30.— Id. idem. etc. etc.
1927. Encontré mi DIARIO que se me habia perdido
y estaba en la budinera de plata que habia en el comedor. Lo
que ha pasado este tiempo es que me cortaron melena, que
se fué la Genoveva que era muy buena cocinera y que se
murió el pobre don Sixto. Yo no lo conocia.
Set. 9.—Anoche soñé con don Sixto. Es raro soñar
con una persona que uno no conoce aunque aora ya lo
conosco aunque está muerto. Quien sabe como se morirá la
jente. Salí en auto con el papá y tomamos té en un
restaurant que tenía servilletas de papel y como mil galletas
en un canastito. La mamá dice que el papá es malo, pero yo
no lo encuentro. No me importaría ser mala si fuera como
él.
Abril 15 de 1932. — Escribiré mi diario otra vez. Es
mejor escribir que llevarse pensando y resulta divertido
leerlo después de mucho tiempo. Lo malo es que mi
ortografía hace 6 años era tan mala que me da vergüenza
pensar que a los 8 años fuera yo tan atrasada. Quiero
desahogarme. La última novedad es que todo me da ganas
de llorar. La mamá dice que es debilidad, pero yo no creo,
porque peso 56 kilos.
Me encantaría ser flaca y moverme con gracia. Los
vestidos se me quedan pegados en la cintura y se me
arrollan al andar. Comprendo que es terrible para la mamá
tener una hija así y que no me podré casar nunca. Por eso
quisiera ser flaca, pero lo único entretenido que sucede en
mi casa es comer y si no como ¿qué hago?
Me cargan todas mis amigas, porque no hablan más
que de pololeos y de besos y a mi me desespera. Creo que
soy rara. Por éso no tengo pololos, porque hay otras más
gordas que yo y no tienen. Yo prefiero tocar vitrola o leer o
contarme cuentos o tejer. Debe ser la tia solterona que
aplastó el ropero; siempre he sentido algo de ella en mí. Los
27
hombres me gustan, pero desde lejos y me dan una
vergüenza horrible cuando me hablan.
Abril 19. — Sigo llorona. Ayer pasé toda la tarde
llorando, y lo peor es que me encanta llorar y sentirme
desgraciada. Especialmente con música. Me gustan también
los versos y todas las cosas cursis. ¡Si supiera la mamá!
Soy rara. Cuando se muere alguien, le tomo cariño al
muerto y a toda su familia y no puedo sacarlo de mi cabeza
durante toda la semana.
Ahora viene a casa un señor muy buenmozo con
grandes ojos verdes. Es estupendo. Nada le importa en el
mundo, y mira de una manera comosi uno le importara
mucho. La mamá lo encuentra muy inteligente y dice que
juega bien bridge. Yo no serviré ni aún para éso. No me
gusta, pero a veces hago el cuatro cuando falta alguien y
dicen que juego bien y que soy inteligente. ¡Sería la última
que yo resultara inteligente, ahora!
Parece que la señora Rosita se arrancó con ese
secretario de no sé que cosa, que ha venido a jugar aquí dos
veces. Es un escándalo terrible, según dicen.
Hay gran indignación con la señora Nieves, porque
parece que andaba hablando de la mamá y de don Carlos,
que al fin y al cabo es un caballero viejo.
Abril 19.—12 p. m.
Soy en realidad muy desgraciada.
Me gustaría que me quisieran mucho y se
preocuparan de lo que estoy pensando cuando estoy triste.
Esto es egoísmo, pero no me importa. Todo el mundo es
egoísta y yo también. Me hace falta cariño. Sobre todo en
las tardes, cuando termino las clases y la mamá ha salido.
Leo, y mientras leo, pienso toda clase de cosas tristes.
Todos los días son iguales y no me gusta convidar amigas,
porque se aburren conmigo. No tengo nada que contarles y
no me gusta hablar con ellas de mamá. De puro fastidio me
pongo a estudiar y resulto aplicada aunque no me interesa
serlo.
La vida es muy larga.
Me gustaría haberme muerto cuando chica, y que
hubiera un gran retrato mío en el salón, con un ramo de
flores frescas siempre.
Cuando pienso que mañana voy a despertar, se me
quitan las ganas de dormir…
Mayo 10.—
Hoy es día feliz. Tengo ganas de ser buena y de
abrazar a la gente. Mamá me regaló toda la colección de
libros de la biblioteca y voy a hacer un catálogo completo, y
a leerlos uno por uno. Pero ésto no es todo. Ayer tarde,
mamá me sorprendió llorando y por primera vez en lugar de
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irritarse contra mí por mi carácter raro, me abrazó y me
preguntó mis penas. En un principio no pude hablar. Lloré
el doble. Después me dió vergüenza explicar los motivos de
mi pena, que resultan muy pobres si se explican, y por
último, no sé cómo me atreví a decirle que ella no me quería
bastante y que en realidad tenía yo toda la culpa por ser
como soy. Mamá me consoló y aún me besó, y me dijo que
las mujeres debemos hacernos fuertes contra esos
sentimentalismos enfermizos, que la vida debe tomarse
como es y que hay que tener energía y valor moral. Esto me
hizo mucho bien, especialmente el haberle dicho mis penas
y el saber que ella después de todo, me quiere y que “para
una madre, lo primero del mundo son sus hijos”. De modo
que aunque yo no lo sienta, sabré siempre que para mamá
soy lo primero, aunque ella en su carácter alegre no me lo
esté mostrando a cada paso, en parte por no fomentarme mi
sentimentalismo.
Quedé feliz. Y más feliz, cuando esta mañana
apareció en mi cuarto antes que yo me levantara y me dijo
que me regalaba la biblioteca y un saquito de cuero ruso
precioso que era suyo.
Mamá es muy buena y la quiero con toda mi alma.
Trataré de comprenderla mejor y de pensar menos en mi.
Ahora con los libros y sabiendo que ella me quiere, no le
temo a las tardes largas, ni me importa estar sola.
11 de Mayo.—Creo que debo enamorarme. Es bueno
estar enamorado para hacer todo pensando en el ser amado.
En la India las mujeres se casan a los once años. Nada tiene
de particular que yo me enamore teniendo 14 años.
El amor es una necesidad del alma, leí hoy. Y es
cierto. Yo siento esa necesidad. Debo enamorarme aún
cuando no me quieran. Eso hará más poético mi amor y
talvez me corrija un poco mi egoísmo.
Mayo 20.—En este momento sucede algo
maravilloso. Papá habla con mamá en el salón. Me imagino
lo que debe ser una reconciliación después de tantos años…
Siento un gustito adentro y algo que me hincha el corazón
como si en él se hubiera metido de improviso todo el amor
de ella y el de él.
Esta reconciliación es obra mía. Porque los hijos son
el lazo del matrimonio. Y habiendo leído ésto, me fuí a ver
a papá y le dije que era muy desgraciada sin él. También le
conté cosas de mamá, teniendo buen cuidado de que no
sospechara que mamá tenía otros amigos. Los hombres son
tan orgullosos que no les gusta que los reemplacen. Yo hice
creer a papá que mamá pensaba siempre en él, y ésto le
impresionó tanto, que desde ese momento no tuve que
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esforzar más la conversación. El me acribilló a preguntas y
no tuve más que responder sí o nó. Después se quedó
silencioso mucho rato. Cruzó las manos atrás y caminó por
el cuarto como un Napoleón. Al cabo de un buen rato me
dijo que hablaría con mamá. Que lo hacía por mí y me
despidió con un beso.
Me sentí feliz. Es una sensación maravillosa la de
hacer una acción tan grande como ésta que he hecho yo. Me
reconcilia mucho conmigo el saber que soy capaz de
grandes cosas. También pienso en que cuando haya muerto,
dirán todos: ella los juntó…
Esta noche comeremos los tres juntos e iremos al
Teatro para que todo el mundo sepa que nuestro hogar es
feliz. Ya nadie podrá hablar con malicia de ellos y las
chiquillas no se cuchichearán cuando estoy cerca.
Mayo 21.—Fracasó la reconciliación de papá y
mamá. Ella no puede sufrir un hombre como él y tiene los
nervios tan delicados que no es posible violentarse aún para
complacer a una hija. ¡Pobres madres!
Fué un gran error su matrimonio y lo único sensible
es que yo naciera de él. De otro modo, todo habría podido
arreglarse.
Siento mucho haber nacido, pero yo era tan
pequeñita en ese entonces que no supe lo que hice.
Resulto un estorbo “que consume y no produce”.
Esta frase se la aprendí al mozo que es comunista y
considera a los sacerdotes de esta manera.
El mozo tiene grandes ideas. A veces pienso que si
no fuera tan orgullosa y un poco más romántica, podría
enamorarme de él. Es muy bonito querer a un ser inferior.
Pero éste tiene las manos tan rudas y las orejas tan chicas
que me da asco. Aun cuando es campeón de Water-Polo, lo
que le mantiene limpio.
Julio 1.° de 1933.—
Ultimamente he vivido mucho. He perdido todas mis
ilusiones, y me siento ya vieja.
Sucedió todo en un solo día. Día fatal e inolvidable:
el 28 de Junio.
Eran las tres de la tarde. Un día nublado y oscuro.
Yo estaba sola en la casa, porque mamá había ido donde la
costurera y el mozo me pidió permiso para salir un rato.
Sentada en el marco de la ventana remendaba unas medias
que había comprado y roto ese mismo día, cuando sonó el
timbre. Fuí a abrir y era una mujer pobre con dos niños que
preguntaba por mamá. Como yo le dije que había salido,
resolvió esperarla.
Entretanto, como el día estaba frío, pensé que los
niños podrían enfermarse, y la hice entrar. Nosotras la
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mujeres tenemos algo de maternal en el alma: “en cada
corazón de mujer hay un niño dormido” leí hace poco en mi
biblioteca. Con este pensamiento me fuí a la cocina en
busca de un poco de leche caliente para esos pajaritos flacos
y raquíticos.
Cuando volví sonaba nuevamente el timbre. Era don
Julio. Aquel amigo nuevo, tan buenmozo y elegante. Es
extranjero y es uno de los pocos amigos de mamá a quien
no aborrezco.
Como es natural, le hice pasar al salón y entré con
él.
Conversando se pasó el tiempo y ni me dí cuenta
cuando se hizo de noche. Mamá entró súbitamente al salón
y al verme me mandó a mi cuarto con tono severo.
Obedecí. No recordaba ya a la mujer que había
dejado esperando en el pasillo. Por lo demás, no estaba ya.
Desde mi cuarto oía la voz de mi madre enfurecida.
Su temperamento nervioso la arrebata con gran facilidad.
No todas las mujeres tienen la facultad de poderse dominar.
Sin embargo, el hecho de que tratara en ese todo a
don Julio, con quien no tiene confianza, me hizo pensar que
talvez él la estaba incomodando, y me precipité al salón a
defenderla.
Al verme entrar, mamá se volvió contra mí y
enfurecida me llamó toda clase de nombres y me sacó de un
brazo del salón.
Sus dedos me apretaban como tenacilla y en su
rostro pálido ví no sé que expresión extraña que me llenó de
miedo y me encerré en mi cuarto a llorar. Es muy triste no
ser comprendida.
No quise ir a comer.
Más tarde sentí sus pasos y me acomodé
rápidamente el rostro para disimular que había llorado.
Fingí leer.
Mamá ya estaba tranquila. Como si todo hubiera
sido un sueño. Entró. Entró sonriente y me regaló un par de
guantes nuevos.
“Me has obligado a reprenderte delante de un
extraño” me dijo “y éso es muy azaroso. ¿Qué pensará don
Julio? Es muy mal hecho que hagas entrar a las personas
cuando no estoy en casa…”
Al momento pensé en aquella mujer con niños. Se
había marchado sin que yo la despidiera. Y me asaltó el
temor de que hubiera robado: yo era culpable…
“Fué sólo una pobre mujer que traía sus chicos y
preguntaba por tí. Como hacía tanto frío, pensé que era
natural hacerla entrar…”
31
El rostro de mi madre cambió:
“Eres muy inconciente” me dijo, “No tienes malicia.
Esa mujer era una ladrona. Se ha robado el tarjetero de plata
del vestíbulo. Al darme cuenta de ello, perdí la calma y he
hecho un escena delante de don Julio…”
Quedé enojada conmigo misma. Estoy bastante
grande para poder maliciar algunas cosas. Desde luego, la
ingratitud humana es algo proverbial. ¿Por qué no preví
aquéllo?
Mamá y yo nos separamos amigablemente.
Al día siguiente, al pasar por el vestíbulo, el vacío
que dejó el tarjetero parecía gritarme: ¡Estúpida! y burlarse
de mí.
Fuí al cuarto de mamá. Ella estaba en el baño aún y
me puse a revolver sus vestidos de noche que había sacado
para acomodar.
Al tirar de uno de ellos quedó pescado en algo.
Cuidadosamente busqué el extremo que se había cogido y
debajo del cojín grande, saqué el tarjetero de plata. Aun
antes de pensarlo, dí una exclamación de asombro y
felicidad. Pero junto con que ella escapara de mis labios, no
sé qué extraña impresión me vino, que enturbió todos mis
pensamientos. Fué una idea mala. La idea de que mamá
había escondido ella misma el tarjetero para justificar su ira.
Ella quería disimular algo y se refugiaba en éso… No sé por
qué la imagen de don Julio… No quiero escribir el mal
pensamiento que me acometió entonces, un mal
pensamiento que no me deja en paz y que es malo e
indigno. Toda persona mal inclinada se inclina a pensar
mal. Yo me inclino mucho. Sobre todo ahora último que
leo, y conozco la vida. Me he puesto desconfiada y
maliciosa. Pienso mal de mi madre, lo que prueba que soy
una hija degenerada. Pero ésto hace vivir mucho y perder
las ilusiones y la frescura. Duermo mal y sueño cosas
terribles. Despierto en la noche deseando que se queme la
casa de una vez o que se acabe el mundo. Quisiera estar
muy enferma y morirme pronto, antes de ser más mala
todavía.
Julio 3.—
Soy de mala raza. Mi sangre no es muy legítima ni
pura. Lo siento, porque tengo que luchar continuamente
contra malos instintos. Mis malos instintos por ahora me
inclinan a no querer a mi madre. Leí anoche: Cuando los
hijos juzgan a los padres, rara vez los perdonan. Y yo juzgo
a mi madre. La encuentro frívola y egoísta y no la quiero.
Es decir, desde hace una semana he descubierto que no la
quiero, y es muy triste no querer a nadie. Soy una mujer
agria y malsana. Soy mustia y poco comunicativa. Tengo
32
carácter de juez y desmenuzo los actos de las personas hasta
que los encuentro viles. Es mi propia vileza la que sale a
flor.
Debo reaccionar y tratar de ser buena. Pero no me
atrae. Siento ganas de ser mala, profundamente mala.
Julio 4.—
Mamá está enferma. Desde hace una semana que
escasamente le hablo, porque me parece una mujer extraña.
Y siento remordimientos.
Cuando supe esta mañana que tenía fiebre, fuí a
verla y de pronto sentí que la quería como antes. Salí del
cuarto y me encerré en mi pieza a llorar. Hubiera querido
pedirle perdón, pero no puedo. Además tendría que
confesarle mis malos pensamientos y éso la ofendería.
Pobrecita; es una de aquellas mujeres perseguidas
por la fatalidad. En el fondo es muy sola y desamparada. Su
única hija se retrae de ella y plantándose en un nivel
superior, se permite juzgarla. Eso acusa un alma corrompida
y me he propuesto corregirme.
Don Julio es un buen amigo de nosotros y un
caballero.
Afortunadamente, la enfermedad de mamá es poca
cosa y probablemente estará bien mañana.
Esta rachas de maldad venenosa que me acometen
son cosas propias de la edad; crisis pasajeras por las cuales
no debo dejarme impresionar.
Ayer me confesé y le expliqué todo al sacerdote que
me aconsejó dejar a un lado las preocupaciones que podían
tener mala influencia sobre mí. Escuchó con paciencia todos
mis atropellados sentimientos y me tranquilizó a tal punto
que salí de la iglesia, creyéndome muy buena.
Esto ayuda mucho: la religión es muy sabia y da
fuerzas a las almas.
Me gustaría ser santa.
Agosto.—
Vengo llegando de un viaje maravilloso. Papá me
llevó a la costa por ocho días y ha sido una vida de ensueño.
Por olvido dejé mi Diario en el cual hubiera querido
estampar cada hora, cada minuto, cada impresión de este
viaje.
Lo que más me gustó, fué aquello de sentirme otra
persona. No era la misma y hasta me olvidé de mis tristezas
y me puse alegre y conversadora. Papá es de aquellas
personas con las cuales uno se siente simpática e inteligente.
Tiene un extraño poder de hacerla pensar con rapidez.
Además se preocupa de que una esté contenta y da una
sensación de que una fuera en realidad una persona
33
importante y agradable. Su atención contagia a los demás y
todo se convierte en un paraíso.
Me gusta que se fijen en mí, me gusta que me
halaguen, me encanta que me quieran. Al dormirme,
mientras andábamos juntos, me sentía la mujer más feliz de
la tierra, y cuando salíamos y él se empeñaba en comprarme
todo lo que me gustaba, me creía la princesa de algún
cuento.
Realmente si viviera con él, sería feliz. Aunque
razonando un poco, comprendo que no sería lo mismo si le
tuviera siempre a mi lado. Perderíamos aquella etiqueta que
hace tan agradable nuestra amistad. Es mejor vivir
separados y así tener estas temporaditas de cielo.
Con el dinero que me daba papá para mis gastos, le
compré a mamá algunas cositas que necesitaba. Gustosa le
hubiera dado los guantes y el sombrero nuevo que me
compró papá, pero creo que sería una deslealtad para con él.
Habría querido escribir paso a paso todo mi viaje,
pero no tengo tiempo. Mamá llegará de un momento a otro
y no me gustaría que me sorprendiera escribiendo. Ella no
sospecha que llevo diario y al saberlo me obligaría a
mostrárselo. Preferiría morirme antes de hacer éso.
Septiembre.—
Parece mentira que no haya tenido un rato de
tranquilidad en todo este tiempo para poder escribir.
Mamá ha tomado la costumbre de quedarse en casa
todas las tardes y he perdido toda mi independencia.
No es que me busque para estar conmigo, pero en
cambio me exije estar presente en sus tées y reuniones.
Como si tuviera algún objeto… Creo que no ha habido un
solo día en que no haya tenido que retarme, siempre
injustamente y aún aquella vez que me senti con fiebre, me
echó en cara que yo era desconsiderada, que estaba ya
grande para saber cuidarme y que me había enfermado por
mi propia torpeza.
Nos hemos distanciado tanto ella y yo, que pienso ir
a ver a papá por si quiere recibirme en su casa. Mamá no me
comprende: yo no la quiero. Creo que debería casarme, pero
el matrimonio no me atrae. No me parece posible que dos
personas puedan quererse toda la vida, y los que se toleran
hasta el último, son personas que tienen carácter de esclavo.
Al menos uno de ellos.
No tengo vocación de monja y odio a las solteronas.
¿No habrá otra profesión para las mujeres? ¿Qué podría ser
que no fuera ninguna es estas tres cosas?
34
La vida es la hipocresía más grande y no me explico
cómo es que todo el mundo está tan de acuerdo para
representar esta comedia.
Tampoco me explico los aspavientos con que se
horrorizan ante ciertas cosas cuando cometen otras, tanto
peores.
No comprendo bien a la gente, ni estoy muy
conforme con haber nacido. Una de las razones por las
cuales no me quiero casar, sería por no tener hijos. Es decir
por ellos. Encuentro muy cruel traerlos al mundo.
Cuando pienso en cuál habría sido mi ideal, me
imagino una hermita en un monte lejano, a un lado un
bosque de pinos, a los pies un prado de hierbas y flores
silvestres. Me gustaría ser la esposa de un hombre mayor,
hábil, profundamente sabio, tranquilo y romántico, que
durante las noches se sentara sobre una piedra a la puerta de
la choza y me contara cosas extrañas, aventuras, historias,
descubrimientos, mientras yo le escuchara arrodillada a sus
pies. Me gustaría ver la vida únicamente a través de sus
labios, admirar sus manos, adorar sus ojos y sentirme en
éxtasis en su presencia. Durante el día trabajaría en trabajos
rudos para él, y ni un solo pensamiento, ni un solo gesto
mío sería para otra cosa que para ese hombre. Me gustaría
sentirme pequeña a sus plantas, sentirme torpe,
irresponsable, analfabeta.
Setiembre 15.—
Se llama Juan Pablo. Es como su nombre, sereno, de
mirada profunda, de rasgos tranquilos. Sus manos son
perfectas… No sé su edad ni el color de sus ojos. Es lo
mismo : para mí son siempre del color más maravilloso que
existe. No me habla, pero sus pensamientos vienen a mi
alma en un lenguaje tan espiritual que me basta cerrar los
ojos para sentir su voz. Y sus pensamientos encierran toda
la sabiduría y todo el arte de la tierra.
Su cabeza brilla a veces bajo el sol como una gavilla
de trigo maduro, recoge los tonos cobrizos, rojos y castaños
y aún hay ocasiones en que su pelo es de azabache y tiene
tintes azules…
Desde que Juan Pablo ha entrado en mi vida, no
siento soledad, ni angustia, ni necesidad de llorar.
Siempre que lo busco, lo encuentro.
¡Soy feliz, inmensamente feliz!
Set. 21 de 1933.—
Converso con Juan Pablo horas y horas. No me
importa no tener tiempo de escribir, ni estar sola, porque
dondequiera que esté, está él conmigo.
35
Es mucho más perfecto un amor así. ¿Qué importa
que no tenga cuerpo ni cara? Hay más unión cuando el amor
vive en nuestra propia alma y se nutren los dos enamorados
por los mismos ojos, los mismos oídos…
Es absurdo despreciar la fantasía por la cruda
realidad. Yo prefiero por mucho mi Juan Pablo soñado, a
todos los Juan Pablos que pueda ofrecerme el mundo.
El orden del tiempo es lo que hace nuestra desgracia.
Si uno es feliz un momento, el tiempo que hace
pasar ese instante destruye esa felicidad. Apenas es
“presente” cuando ya se troca en “pasado”… Si uno goza
anticipando una alegría ¿qué importa que llegue o no
llegue? Es tan corto el presente… Démoslo por pasado. Del
futuro al pasado… y… ¡ya somos felices! Nadie puede
robarnos lo que llevamos en el alma. Nadie puede
arrebatarme a Juan Pablo. Nadie puede compartirlo
conmigo. Es mío. Sólo mío, enteramente mío. El me ha
enseñado ésto y también me ha mostrado que la vida es un
campo en el cual no debe el hombre detenerse a contemplar
el cardo y la ortiga, sino que levantando la vista, debe mirar
tan solo las flores que se asoman entre la yerba fresca…
Esto es filosofía.
Ahora que sé filosofía, no me importa pasar las
tardes entre esta gente chillona que hace chistes a fuerza de
cockteles. Me siento en un plano superior a ellos y no me
alcanza a herir su grosería, ni su materialismo. Juan Pablo
me protege.
Tanto he llegado a espiritualizarme en estos últimos
meses que he perdido el interés en la comida, he bajado seis
kilos y me cuelgan los vestidos en elegantes pliegues y mi
silueta despierta curiosidad. Es agradable despertar
curiosidad e interés, aun cuando uno sea una muchacha
superior.
Los amigos de mamá se dan trabajo en conseguir
que yo les sonría.
Esto me agrada, porque soy vanidosa y frívola, pero
no importa, porque son defectos muy femeninos,
encantadoramente femeninos.
Octubre 10.—
Juan Pablo me ha llevado a tierras lejanas y a
tiempos pasados. Cuando leo, entramos juntos en el libro y
vivimos con sus personajes. Es muy interesante
desmaterializarse. Creo que voy a ir a visitar a una médium
que me enseñará a desdoblarme. Me gustaría desligarme de
mi cuerpo para ser toda espíritu.
Octubre 15.—
La vida está celosa de mi felicidad y quiere
destruírmela.
36
Hoy ha logrado perturbar mi paz.
En torno mío sucede un extraño misterio. Un
misterio que yo misma no quiero comprender.
Mamá está preocupada. Don Julio se pasa los días
enteros en casa. Por las tardes ya no se invita gente a jugar y
mamá me propone que salga con papá.
No quiero hablar de este asunto, ni aún con Juan
Pablo. Es algo sucio y vil. No quiero que nuestro amor se
enturbie jamás con cosas mezquinas y malas.
Octubre 16 — 1933.—
Como si presintiera los sucesos, ayer mismo escribía
en mi diario que la vida tenía celos de mi felicidad y quería
destruirla.
Lo ha conseguido.
El sucio misterio que se desarrollaba en torno mío ha
descorrido sus velos.
Estoy desesperada. Ya ni Juan Pablo existe para mí.
Todo ha concluido en la vida y dondequiera que miro, veo
algo abominable, nauseabundo.
El escándalo se cierne sobre mi frente y me apunta
cruelmente con su rígido dedo acusador. Estoy tatuada por
el pecado.
No quiero escribir más. No puedo.
Quisiera haber muerto hace cien años y que el
tiempo hubiera borrado ya de la lápida de mi sepultura hasta
las letras de mi nombre.
Octubre 23 — 1933.—
¿Es posible que aún me resten fuerzas para continuar
viviendo?
¿Es posible que sea la misma?
¡No!
Aquella muchacha delgada y atrayente se ha
convertido en pálido espectro. Esos ojos ausentes que
soñaban, porque guardaban en su alma un gran secreto, el
secreto de una vida, de un amor, de un ensueño que era
capaz de burlar todas las miserias humanas, esos ojos miran
ahora amargamente. Han perdido la fé. Están vacíos aún de
sus lágrimas. Ya no pueden llorar.
La boca se tuerce en sarcástico desdén y el
pensamiento vuelve insistentemente sobre una misma idea:
soy hija del escándalo.
Mi madre ha dado un escándalo.
No ha sido la madre de otra. Ha sido MI Madre.
No es una persona cualquiera; es aquel ser único y
admirable en el cual se inspiran los poetas; es mi madre.
¡Ella!
37
No la aborrezco. No la condeno. Le tengo una
profunda lástima.
Es una desgraciada. Ahora comprendo por qué había
cambiado, por qué quería librarse de mí, acercándome a mi
padre.
¡Es una mujer fatal!
Mi padre me lo ha dicho. Me lo ha dicho todo y yo
le he encontrado razón. Es terrible encontrarle razón a la
persona que condena a nuestra madre. Mi vida es una
tragedia. Soy una pobre criatura madurada a la fuerza.
Siento en mí las fuerzas de los dos: ella que está humillada
y abatida y se aferra a mí como si se hubieran cambiado los
papeles y fuera yo su madre; y él, que razonablemente la
condena y repudia…
Diciembre 31, 12 p. m.—
Es la última hora del año. Me gustaría poder llorar
como lo hacía antes, pero ahora no puedo. Todo éso que
sentía en otro tiempo era romanticismo y adolescencia.
Ahora soy positivista y mujer práctica. En lugar de hacer el
balance sentimental del año que concluye, hago las cuentas
materiales.
He tomado el gobierno de la casa y manejo del
dinero. Mamá está enferma desde hace un mes. Ha ido
debilitándose poco a poco hasta caer en una verdadera
inercia. Después de aquel “error” que cometió, su salud se
afectó seriamente por culpa del malsano “qué dirán”.
La gente es muy cruel con sus semejantes. Cuando
ven que alguien tropieza, en lugar de tenderle la mano, le
dejan solo en el charco. Y cuando el caído no quiere
hundirse para siempre, se ve obligado a luchar
encarnizadamente, porque los curiosos que miran,
desprenden con verdadera repulsión la angustiada mano que
quiere cogerse de sus ropas para levantarse.
Hemos pasado dos meses sin salir. La calle me da
horror y en cada persona creo estar viendo un juez que nos
condena.
Son pocas las visitas que han venido a casa y no me
dan confianza. Su atención me parece la más vil hipocresía.
Ayer tuve que salir, porque papá me había llamado y
sentí la impresión más terrible. Como si estuviera en camisa
en medio de un salón. Sentí odio hacia todo el mundo, odio
contra los que miraban, odio contra los que pasaban a mi
lado y que si hubieran sabido nuestro escándalo, se
detendrían a comentarlo venenosamente.
La gente no sabe lo que es el escándalo. Viven
inconscientemente sin darse cuenta de él. No tratan de
comprenderlo. Son poco humanos. Pero lo que damos
38
escándalo, somos muy humanos y perdonamos a todos los
culpables.
Caminando hacia el departamento de papá, no podía
apartar mi pensamiento de mi madre enferma por la
crueldad de la gente. Hace apenas dos meses que hubiera
despertado la admiración de los callejeros, y ahora está
tendida en su cama, pálida, avejentada, ruinosa, sin fuerzas
para sonreír siquiera.
Durante el primer tiempo me instalaba a los pies de
su cama, y ella me hablaba, contándome sus penas, sus
penas de mucho tiempo atrás. Después, un día, me dijo que
me consideraba su amiga, la única amiga en quien tenía fe y
su voz se puso espesa de emoción. Estoy segura que sus
ojos estaban llenos de lágrimas, pero en la oscuridad no
podía verlas. Y desde ese día no quiso estar más sola y a
cada instante me llamaba y me hablaba de cualquier cosa.
Una tarde me contó toda su vida. Desde su infancia…
¡Pobrecita! Lloramos juntas y desde ese momento la quiero
de una manera tan distinta que no podría dejarla.
Mamá me necesita. Hay una gran compensación en
el sufrimiento y es la que acerca a las personas. Nuestro
escándalo nos ha unido. Y el saber que mamá me necesita,
me consuela de mis penas. Es muy reconfortante sentirse
necesaria. Material y moralmente. Cada vez que estoy
cansada de disponer almuerzos o llevar cuentas sin dinero,
el pensamiento de que soy útil a mi madre enferma, me
sostiene. Y cuando por las tardes me siento junto a su cama,
aun cuando pasen las horas y las horas sin cambiar una
palabra, siento que ella me quiere ahí, tal como estoy,
callada, serena y aún mientras leo para acortar el tiempo,
siento sus ojos en mí y eso me conforta.
Mi egoísmo se ha desteñido mucho en los últimos
tiempos. Más que todo, porque veo que mamá me cree
buena y abnegada y eso me obliga a serlo. Una prueba de
mi alterocentrismo, es que no escribo en mi diario desde
hace ya dos meses.
Esto demuestra también que ya soy más mujer, que
no vivo de fantasías y quimeras y que mi existencia es útil.
Ahora comprendo para qué he nacido y no me
importa existir.
El diario es una secreción de egocentrismo. Uno se
busca a sí mismo como aquellas bonitas que pasan largas
horas frente al espejo.
Es mejor no escribirlo y olvidarse un poco de sí
misma, pensando en los demás. Esta será mi última hoja de
diario y me la he permitido, porque es también el último día
de un año que me ha cambiado por completo.
39
Antes de cerrar para siempre este cuaderno, diré cuál
era el objeto del llamado de papá.
Me recibió con cariño y luego entró a hablarme de
mi porvenir. Le escuché con paciencia. Presentía lo que iba
a proponerme; que me fuera con él, que no solamente había
en ello una conveniencia para mi educación, sino cierto
deber para con él, que más tarde me arrepentiría si no lo
hiciera…
Le escuché sin interrumpirle, y cuando terminó, le
dije que le agradecía todo, pero que jamás abandonaría a
mamá. Y le hice comprender que le era necesaria y ese solo
hecho es el ideal que persigue la mujer y yo lo había
alcanzado. Por lo tanto debía comprender que soy feliz, aun
cuando no es justo que lo sea, estando mamá enferma. Sin
embargo lo soy, me gusta cuidarla, me gusta que me mire
con cariño y con confianza, me gusta que no pueda hacer
sus cosas para hacérselas yo y me gusta pasarme los días a
su lado, sabiendo que ella está ahí y que no ha de dejarme
sola de un momento a otro.
Sé que soy egoísta, pero no me gusta decírmelo,
porque me pongo doblemente egoísta entonces. Creo que
tengo derecho a ser egoísta y un poquito agriada, porque a
mí no me ha dado la vida lo que a otras muchachas, que
tienen distracciones, un hogar cariñoso y una religión.
Yo me confieso a veces, cuando estoy muy
confundida, pero no tengo religión verdaderamente. Mamá
no la tiene y papá tampoco.
Esto no impide que yo estime a los clérigos. Son
hombres altruistas y superiores, filósofos y poco frívolos. Si
hubiera sido hombre, habría sido clérigo para perdonar a
todos los caídos y tenderles la mano en nombre de Cristo.
Ha sonado la una. La primera hora de un año que
empieza.
Aún no he hecho las cuentas del último mes del año
que recién termina. Y es preciso que las haga y vea el
balance, porque le he pedido a papá que él arregle de modo
que mi madre y yo podamos vivir sin preocuparnos de
deudas.
Mañana, al ir a desearle un feliz año, le llevaré
también mi libro de contabilidad para que vea que puede
confiar en mí, y en el camino de vuelta pasaré a una florista
y le haré enviar a mamá un ramo de flores muy grande y
muy hermoso, sin tarjeta de nadie, porque sé que será para
ella el mejor regalo y el mejor alimento. Nunca sospechará
que he sido yo.
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ISABEL IBACETA GALLARDO
Bibliotecaria Licenciada en la Universidad Tecnológica
Metropolitana, Major en Inglés y Magíster en Literatura
Infantil y Juvenil por la University of Roehampton del
Reino Unido. Es candidata a Doctora en Literatura Chilena
e Hispanoamericana de Universidad de Chile. Isabel ha
trabajado en diversas bibliotecas y en proyectos de fomento
lector, ha sido jurado del premio Marta Brunet otorgado por
el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, al mejor texto
literario para niños y niñas. Ha sido además evaluadora de
los Fondos del Libro, en la Línea de Creación (literatura
infantil) y ha participado en el Comité de Evaluación de
Literatura Infantil y Juvenil de la Biblioteca de Santiago.
Es, además, integrante de CIEL Chile: Centro de
Investigación y Estudios Literarios: discursos para infancia,
adolescencia y juventud.
FUNDACIÓN MARCELA PAZ
Agradecemos a la Fundación por permitir la transcripción
íntegra del cuento «Hojas de un diario» de la edición de Soy
Colorina… (1935) de la editorial Ercilla. Asimismo, las
imágenes incorporadas en este número de la revista fueron
proporcionadas por la Fundación (www.papelucho.cl)
PERFILES COLABORADORES-AS
UMBRAL
N° 2 – AÑO 2 – FEBRERO 2016
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De publicación mensual, Umbral es una colección de propuestas críticas en torno a textos narrativos, poéticos u otros,
chilenos, latinoamericanos y españoles, que han sido destinados para niños, niñas, adolescentes y jóvenes. Asimismo,
incorpora revisiones teórico-críticas actuales respecto de la literatura escrita y/o pensada para estos-as destinatarios-as
desde una perspectiva abierta y dialógica. Nuestra finalidad con esta publicación es crear una instancia de reflexión y
diálogo multidisciplinario que contribuya a la construcción de conocimiento, tanto para la comunidad académica como al
público en general.