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1 Txetxu Núñez

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Txetxu Núñez

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IGOR, “LA LEYENDA”

Lili y Karsof son una pareja de jóvenes recién casados, viven en un pequeño pueblo de España llamado Bousés que no tiene más de doscientos habitantes. Como en todos los pueblos casi todos están emparentados por parte de uno o de otro habitante. Lili es natural de este bonito pueblo montañés donde abunda la caza. En invierno cuando todo está nevado los lobos se dejan ver a lo lejos, por las noches se juntan en manadas y aúllan hasta que llega el amanecer. Karsof sin embargo es ruso, vino a España muy jovencito a estudiar la carrera de informática en la Universidad de Madrid y también a mejorar el español. En cuanto terminó sus estudios encontró trabajo en un banco y como consecuencia del destino fue a parar a Bousés donde conoció a Lili y en unos pocos años se casaron. Lilí es escritora y ha

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publicado varios libros, en este momento está escribiendo el quinto.

Tienen unos vecinos muy simpáticos: Fran, Carla y su hija Penélope que acaba de nacer. Los padres de Lili no viven, hace unos años murió el padre y al poco tiempo murió la madre. Karsof y Lilí están esperando un bebé para dentro de seis meses, ambos están muy contentos y esperan con ansias el momento de tener a la criatura en sus manos. Karsof es aficionado al baloncesto, no se pierde un partido por la televisión. Todas las semanas juega un partido con unos compañeros de trabajo. En el jardín de su casa tiene una canasta donde siempre que quiere relajarse va a tirar unos tiros, de este modo también se olvida durante un buen rato de todas sus preocupaciones. Pasan las semanas y los meses, se va acercando ese día ten señalado para Lilí y Karsof. Han comprado la cuna, el cochecito y también las primeras ropas que se les pone a los niños cuando nacen. Todo está preparado, solo falta que nazca la criatura; por cierto, el médico ya les adelantó que sería un preciosa niña. Cuando el médico les dio la noticia, Karsof que quería un hijo se quedó un poco descorazonado, pero con el tiempo se ha ido haciendo a la idea y ahora está encantado. Lili y Karsof están entusiasmados, aunque Karsof un poco menos. Le hubiese gustado que fuese niño para poder jugar con el al baloncesto, pero Lilí le ha dicho que con su hija también podrá jugar, que las mujeres también juegan al baloncesto.

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Hoy es martes, Karsof está a punto de salir hacia la oficina.

- Cariño, me voy a la oficina, ya sabes, si notas

algo extraño me llamas y vendré como un

cohete.

- No te preocupes, si pasa algo, te llamaré.

- Muy bien, pues hasta luego.

- Hasta luego cariño.

Karsof como todos los días coge el coche y se

traslada a la oficina, como es habitual en el siempre llega puntual. Lilí empieza a recoger los cacharros del desayuno y poco tiempo después se pone a trabajar. La novela que está escribiendo trata de los cruzados; hora y media después empieza a notar unas molestias muy suaves en la parte baja de la tripa, pero no le da ninguna importancia y sigue trabajando en su libro, pero poco a poco los dolores se van acentuando, trata de no ponerse nerviosa y llama a su vecina Carla para que llame a una ambulancia.

Nace igor

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Todo ha pasado muy rápido. Cuando Lilí se ha querido dar cuenta está en el hospital en una camilla y Carla su vecina con ella. Una hora más tarde Lilí tiene en sus brazos una criatura preciosa, pero no es una niña como en un principio les dijo el médico, sino un niño de cuatro kgs. A Lilí no le importa en absoluto que se haya confundido el médico, solo con mirar a su hijo está feliz; tiene una carita redondita y unas manitas pequeñitas que son una preciosidad, pero aún no ha abierto los ojos, sigue durmiendo tranquilamente como si aún no hubiese venido al mundo.

Poco después alguien llaman a la puerta de la

habitación donde está Lilí, sin esperar contestación entra Karsof sobresaltado mirando a Lilí y seguidamente a la criatura recién nacida.

- Cariño, ahí tienes a nuestro bebé, le dice Lílí

con una sonrisa.

- ¿Qué tal te encuentras?, le pregunta Karsof sin

mirar al bebé.

- Muy bien, todo ha sido muy rápido y no me ha

dado tiempo para llamarte, Carla ha llamado a

la ambulancia y ha venido conmigo, pero los

dos estamos bien.

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Karsof cogió a la criatura y empezó a mirarla una y

otra vez, se había quedado extasiado, era muy feliz.

- Cariño, es guapísima nuestra hija.

- No es niña, sino niño, contestó Lilí con una

sonrisa.

Karsof no había entendido muy bien lo que le había dicho su mujer, solo tenía ojos para su bebé.

- ¡La pondremos María! ¿Qué te parece?

- ¡Pues muy mal! Yo creo que debemos ponerle

Igor, como tu padre, respondió Lili.

- ¿Qué has dicho? ¡Igor!, pero si es una niña,

como le vamos a poner Igor.

- ¡Cariño!, despierta. Te he dicho que no es una

niña, ¡es un niño!

- ¡Eh!, contestó Karsof, poniendo una cara de no

entender nada de lo que le había dicho su

mujer.

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- Lo que te he dicho, es que es un niño. Nuestro

médico se ha confundido.

- ¡Dios mío!, no es posible, “quería un niño y me

dijeron que era una niña y ahora que me había

hecho a la idea de que iba a tener una hija, es

un hijo”. ¡Soy feliz! Gracias Dios mío por este

hijo, gracias cariño.

Pasaron varios días, Lilí salió del hospital y regresó a Bousés con Igor. Nada mas llegar, las vecinas que estaban esperando su llegada, se acercaron a Lilí para ver al recién nacido. Todas estaban de acuerdo de que era un niño guapo y grande.

Cuando Igor cumplió dos años, su padre le regaló

un balón de baloncesto, pero pasaron los meses y los años e Igor nunca le hizo caso. Al final su padre lo guardó en un armario con otros juguetes. Lilí le comentó a su marido que no se preocupase, que Igor aún era muy pequeño, que cuando creciese ya jugaría con el balón.

CINCO AÑOS DESPUÉS

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Pasaron cinco largos años como si fuese un soplo. Igor y su vecina Penélope que eran de la misma edad jugaban en el jardín de la casa de Igor, se habían hecho muy amigos y tan pronto jugaban con soldados como con muñecas, pero lo que mas les gustaba era que les leyesen cuentos, eran como hermanos.

Pero les llegó la edad de ir a la escuela, el primer

día fueron con sus madres, aunque la escuela la tenían cerca de casa, ambos estaban en la misma clase, tanto a Igor como a Penélope les gustaban los libros y disfrutaban aprendiendo. Ese primer día cuando salieron al recreo, Penélope se juntó con otras chicas de su clase y jugaron a saltar a la cuerda. Igor también se unió a un grupo de chicos y jugó su primer partido de baloncesto. Los dos se lo pasaron genial. Cuando regresaron a casa después del colegio, ambos les contaron a sus padres lo bien que se lo habían pasado y los amigos y amigas que habían hecho. Igor le dijo a su padre que había jugado al baloncesto, pero que no había conseguido meter ninguna canasta. El padre le tranquilizó diciéndole que ya iría encestando poco a poco, pero que antes tenía que tirar muchos tiros para que fuesen entrando a canasta.

Un día que Karsof regresó a casa un poco antes de

lo habitual se encontró a su hijo en el jardín jugando con el balón, intentaba meterlo en la canasta que tenía en una de las paredes de su casa, tiraba el balón con las dos manos hacia arriba y al bajar le caía encima, pero no se desanimaba, volvía a coger el balón y otra vez volvía a tirarlo hacia la canasta y otra vez el balón le caía encima.

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Karsof no perdía detalle, le estaba mirando a su

hijo desde la entrada al jardín. Igor no se había dado cuenta de que su padre le estaba mirando. A su padre lo que más le maravilló de su hijo era la tenacidad con que cogía el balón y tiraba una y otra vez sin conseguir meter ningún tiro en la canasta, pero no se rendía, volvía a la carga sin desesperarse. Media hora más tarde Karsof entró metiendo ruido en el jardín como si no hubiese visto a su hijo, haciendo que llegaba en ese preciso momento.

- ¡Qué tal lo llevas hijo!, ¡tirando tiros a canasta!

- ¡Si papá!, pero no encesto ninguno.

- No te preocupes, al principio a todos nos ha

pasado lo mismo, pero poco a poco vamos

encestando alguna vez y cuanto más entrenamos

más encestamos.

- Mira, le dijo el padre. El balón se coge así. (y le

enseñó la forma de coger el balón). Y se tira de

esta forma, (y le explicó como había que

extender el brazo, tirando el balón hacia arriba

con la ayuda de las rodillas y la cadera).

- ¿Has entendido?, le preguntó su padre.

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- Creo que sí, contestó Igor.

- Pues ahora, prueba tu solo.

Igor cogió el balón con las dos manos como le

había dicho su padre, una por debajo y otra lateralmente, flexionó las rodillas ligeramente y poco después lo lanzó a canasta, el balón subió hacia la canasta, pegó en el aro y se metió dentro de él. Igor empezó a saltar de alegría, se puso muy contento. Karsof también se alegró, su hijo había conseguido meter su primera canasta.

- Mañana, cuando venga de trabajar, le dijo su

padre, te iré enseñando la forma de coger el

balón, como se bota y como proteger el balón

de un adversario.

Igor no se lo podía creer. Mañana su padre le iba a enseñar a jugar al baloncesto. Mañana...

Esa noche no durmió nada bien pensando en todo

lo que le iba a enseñar su padre al día siguiente, le daba vueltas a la cabeza una y otra vez hasta que se quedó dormido como un tronco. A la mañana siguiente antes de que su padre saliese de casa, Igor le recordó a su padre que a la tarde habían quedado para entrenar. El padre le dijo:

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- A las siete estate preparado para comenzar el

entrenamiento, merienda muy bien que lo vas a

necesitar.

Ese día Igor fue al colegio no como los demás días, estaba como en una nube, no hacía más que darle vueltas a la cabeza sobre el entrenamiento que iba a tener con su padre nada más volver a casa. En clase de matemáticas la profesora le tuvo que llamar varias veces la atención para que atendiese sus explicaciones, no se enteraba de nada. A la profesora le llamó mucho la atención de que estuviese tan despistado, no era de los chicos que se despistase fácilmente en clase, siempre estaba muy atento. Cuando terminó la clase, la profesora le llamó a parte y le dijo: - ¿Te sucede algo?

- No señorita, es que hoy no he dormido bien.

- ¡Bueno!, pues descansa bien esta noche, me

habías preocupado.

- Muchas gracias, señorita.

Nada mas salir del colegio fue corriendo hacia su

casa sin reparar en nadie. Los compañeros le vieron correr y desaparecer de su vista en pocos minutos, cosa que no era nada habitual en él, siempre iba con algún

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chico hablando hasta su casa. Cuando llegó a su casa rápidamente se puso a hacer los deberes y a continuación merendó, aún así le quedaba casi una hora hasta que llegase su padre, estaba nervioso y a la vez entusiasmado. Cuando llegó su padre se lo encontró tirando tiros a canasta una y otra vez sin parar. El padre le dijo:

- Me cambio y ahora mismo bajo.

- De acuerdo papá, no tardes.

Poco después, apareció el padre vestido como si fuese un jugador de la ACB, Igor se quedó con la boca abierta, nunca había visto a su padre vestido de esa forma, parecía un jugador auténtico sacado de un partido de baloncesto, como los que se ven en los partidos que daban por la Televisión. Como Igor no reaccionaba, el padre le dijo: - Vamos a empezar.

Estuvieron un par de horas: tirando, botando y pasando sin parar. Igor era incansable e insaciable por sus continuas preguntas, hasta que el padre se agotó por completo y le dijo: - Lo dejaremos por hoy, mañana seguiremos.

Igor le dijo: - No podemos seguir un poco más.

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- No hijo, tenemos que ducharnos y cenar, se ha

hecho muy tarde. No puedes aprender todo en

un día, hay que ir poco a poco, esta es la forma

de aprender bien las cosas y que no se olviden.

- De acuerdo papá, me ha gustado todo lo que

me has enseñado hoy, ha sido estupendo.

Poco después ambos entraron en casa cogidos del

hombro como dos amigos. La madre al verlos entrar les dijo:

- Ya habéis acabado, creía que os ibais a tirar

toda la noche tirando tiros a canasta.

- Papá dice que ya es tarde y que nos tenemos

que duchar.

- Me parece una idea estupenda, dijo la madre,

sino la cena se va a quedar helada.

Ambos se ducharon enseguida, poco después estaban cenando los tres juntos unos sabrosos platos que había cocinado Lilí. Esa noche a Igor también le costó coger el sueño, no hacía más que pensar en todo lo que le había enseñado su padre: como llevar el balón con una y

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otra mano, protegerlo de un adversario, tirar a canasta, botar hacia delante y hacia atrás.

Al día siguiente antes de entrar en clase Igor les

dijo a sus amigos: Jon, Cristóbal, Silver, Antuan, Lucas, Oscar y Hugo que había empezado a entrenar con su padre por las tardes. Hugo que era uno de sus mejores amigos le dijo: - Que suerte tienes que tu padre te enseñe a

jugar.

- ¡Si! La verdad que es fantástico, pero no te

preocupes, dentro de unos años podremos jugar

en el equipo del colegio todos juntos y también

aprenderemos mucho.

- Si, es cierto, contestó Hugo, lo pasaremos

estupendamente.

Tocó la sirena y todos entraron en clase. Pronto llegó el descanso. En cuanto salieron al recreo todos los amigos aprovecharon para jugar al baloncesto. Igor sobresalía en su juego, subía el balón con bastante facilidad y lo protegía estupendamente, enseguida organizaba el juego y a la hora de tirar a canasta empezaban a entrarle algunos tiros.

Pasaron las semanas y los meses, Igor cada día

aprendía más de su padre, aunque los entrenamientos eran

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duros no se quejaba, Igor quería más, el baloncesto le llenaba completamente. En su habitación había empezado a poner postes de grandes figuras del baloncesto mundial. Partido de baloncesto que echaban en la televisión no se lo perdía. Un día su padre le dijo:

- Hijo, el balón hay que acariciarlo no golpearlo.

Hazte amigo suyo, ponle incluso un nombre y si

quieres duerme con él.

Nada más oír estas palabras a su padre se quedó pensativo, pero después de un tiempo llegó a la conclusión de que tenía razón, tenía que conseguir que el balón fuese una prolongación de su cuerpo. A la hora de la cena el padre le dijo a su hijo:

- ¡Hijo lo siento!, pero a partir de mañana no

podremos seguir entrenando, tengo muchísimo

trabajo y necesito todas las horas para ponerme

al día en la oficina. Te prometo que en cuanto

pase esta mala racha de trabajo volveremos a los

entrenamientos.

- No te preocupes papá, seguiré entrenando yo

solo.

- Muy bien hijo, no lo dejes, has aprendido

mucho. Ahora lo que tienes que hacer es

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entrenar una y otra vez lo que has aprendido, y

muy importante es que tires a canasta una y otra

vez desde diferentes sitios para habituarte a las

distancias.

Igor también le enseñó a su vecina Penélope a jugar al baloncesto. Muchas tardes jugaban uno contra uno, también hacían campeonatos de tiros a canastas haber quien sacaba más puntos.

Llegó el verano y el padre de Igor seguía con

mucho trabajo, pero el no se desanimaba y no dejaba un día sin entrenarse. Aprovechó todo el verano para jugar con sus amigos al baloncesto y seguía sin perderse los partidos que echaban por la tele.

Nada más terminar el verano volvieron al colegio,

Igor había cumplido diez años y junto a su vecina y amiga Penélope habían pasado muchas horas en el jardín de Igor jugando al baloncesto, a ninguno de los dos se les daba nada mal, es más, jugaban muy bien. Igor también se había acostumbrado a dormir con el balón y le había puesto el nombre de Redondo.

PRUEBA PARA ENTRAR EN EL EQUIPO DE BALONCESTO

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Este año que había empezado en el colegio empezarían a jugar con el equipo de baloncesto, pero tendrían que pasar unas pruebas para coger a los quince mejores. Siempre se apuntaban muchos chicos y chicas y este año sería igual que en años anteriores, todos estaban nerviosos esperando a que les convocasen a las pruebas. Cuando el entrenador pasó por las clases les dijo: - Todos los chicos y chicas que quieran jugar en el

equipo de baloncesto del colegio, hoy a las

cinco de la tarde haré las pruebas selectivas, ya

sabéis que solo puedo coger a treinta, dos

equipos de quince jugadores y jugadoras, que

es el número máximo de jugadores que permite

el reglamento. Entonces no os olvidéis, hoy a las

cinco os espero en el polideportivo, cambiados y

preparados para dar todo lo que tenéis dentro.

A las cinco en punto de la tarde estaba Tom el entrenador de baloncesto esperando a los últimos chicos y chicas que querían hacer la prueba. Diez minutos más tarde empezó a pasar lista a todos los que estaban allí, había un total de cuarenta y cuatro entre chicos y chicas. Ante tanta avalancha de jugadores, Tom le dijo a su ayudante que harían ocho equipos de cinco jugadores, a los que sobraban los irían cambiando por otros, que jugarían partidos de diez minutos. Poco después los equipos estaban hechos y habían empezado a jugar en

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cuatro campos diferentes. Tanto Tom como su ayudante empezaron a ver como jugaban los chicos y chicas. Diez minutos más tarde ya habían hecho los primeros cambios, habían ido sacando a todos aquellos que no jugaban nada bien, pero aun así quedaban cuatro jugadores de más. Siguieron con la selección y después de mucho mirar y comparar salieron los treinta jugadores que formarían los dos equipos de Baloncesto del Colegio. Dentro de los equipos habían quedado todos los amigos de Igor: Jon, Cristóbal, Silver, Antuan, Lucas, Oscar, Hugo, Penélope e Igor. Al final de la selección todo eran abrazos y alegría, habían conseguido entrar todos en el equipo. - ¡Chicos!, se dejó oír la voz del entrenador. Los

entrenamientos serán los lunes y miércoles de

cinco a siete y cuando empiece la liga, los

partidos serán los sábados por la mañana.

Poco después todos los chicos y chicas que habían sido seleccionados salían radiantes de la cancha de baloncesto, sin embargo los que no habían conseguido entrar en los equipos hablaban entre ellos para hacer las pruebas para jugar en otros equipos de otras modalidades como: fútbol, balonmano, voleibol y rugby. Al llegar a casa los chicos y chicas seleccionados contaron a sus padres que habían sido seleccionados para jugar en los equipos del Colegio.

Al día siguiente los chicos y chicas seleccionados

estaban esperando al entrenador para empezar con los

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entrenamientos. Nada más aparecer sus entrenadores, Tom dirigiéndose a los chicos y chicas les dijo: - Lo primero que vamos a hacer hoy será

seleccionar a los chicos y chicas que jueguen en

el equipo “A” y a los que jueguen en el “B”,

Haremos cuatro equipos y jugaréis varios

partidos. Tanto Sam como yo iremos haciendo

una lista de los jugadores que jueguen en el

primer equipo.

Media hora más tarde Tom pitó el final de los

partidos y dirigiéndose a ellos les dijo: - Sentaros todos aquí. Ahora Sam y yo vamos a

hacer la lista de los dos equipos, enseguida os

diremos donde estáis cada uno de vosotros.

Efectivamente, quince minutos más tarde tenían los nombres de los jugadores y jugadoras que iban a estar en el equipo “A” y en el “B”. Tom dirigiéndose a los jugadores y jugadoras les dijo: - Vamos a deciros los chicos y chicas que estáis en

el primer equipo y en el segundo. En el primer

equipo están: Jon, Cristóbal, Silver, Lucas,

Oscar, Antuan, Hugo, Igor, Penélope........ y en

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el segundo ...... (nombró a ocho chicas y siete

chicos). Y ahora vamos a entrenar.

Primero empezaron con un entrenamiento físico: series de carreras largas y suaves, luego pasaron a otras series de carreras cortas y rápidas. Más tarde todos tenían un balón en sus manos, empezaron a botar con una mano y con otra, hacia delante y hacia atrás. Seguidamente trabajaron por parejas: pasándose el balón con una y con las dos manos y un sinfín de ejercicios más. Dos horas más tarde el entrenador daba por acabado el entrenamiento.

Al salir de los vestuarios los chicos-cas salían

comentando todo lo que habían hecho en el entrenamiento, sobre todo lo que más les había llamado la atención. Igor salió junto con Jon, Cristóbal y Hugo, fuera del polideportivo se encontraron con Penélope. - ¿Qué os ha parecido el entrenamiento?

preguntó Cristóbal.

- A mí me ha encantado, contestó Penélope.

- Sin embargo a mí me ha parecido un

entrenamiento muy duro para ser el primer día,

contestó Hugo.

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En la cancha aún seguían los entrenadores, ambos tenían más o menos la misma edad, rondaban los cincuenta años. Sam dirigiéndose a Tom le dijo: - ¿Te has fijado como juega Igor?

- ¡Si!, ya le he visto. Tiene un dominio del balón

asombroso, también tiene mucha intuición, roba

muchos balones. ¡No sé!, pero algo me dice que

este chico tiene algo especial, contestó Tom.

- Estoy de acuerdo contigo, ese chico tiene algo

distinto a los demás, respondió Sam.

Por el camino seguían hablando: Jon, Cristóbal, Hugo, Penélope e Igor, éstos eran los últimos en llegar a sus casas. Cuando por fin se quedaron solos Igor y Penélope y faltando poco para llegar, Igor le preguntó: - ¿Después de merendar, quieres que tiremos unos

tiros en mi casa?

- Hoy no puedo, he quedado con mi madre para ir

a casa de mi tía, contestó Penélope.

- No te preocupes, otro día será, respondió Igor.

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Cuando llegaron a la casa de Penélope se despidieron hasta el día siguiente. Al llegar a casa Igor lo primero que hacía siempre era merendar, seguido empezaba a hacer los deberes y a continuación repasaba un poco lo que habían hecho ese día en clase, cuando terminaba, que era al filo de las ocho de la tarde salía al jardín de su casa con Redondo (su balón de baloncesto) y allí tiraba a canasta desde todos los sitios y de todas las posturas, hasta que su madre sobre las nueve le llamaba: - ¡Igor! ya es hora, deja de jugar que tenemos

que cenar.

- Ahora mismo voy mamá, en cuanto falle la

primera canasta entro en casa.

- De acuerdo, pero no tardes, respondió su madre.

Pasó un cuarto de hora e Igor seguía sin entrar en

casa, su madre salió a la puerta y le dijo: Te he dicho hace tiempo que es tarde, que es hora de cenar. - Espera mamá, en cuanto falle, entro.

Salió el padre y le dijo: - Igor, ¿qué te ha dicho tu madre?

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- Ya lo sé, pero aún no he fallado, esperad a que

falle.

El padre se acercó a él con intención de reñirle, pero se quedó callado mirando como su hijo tiraba desde diferentes lugares e iba encestando tiro tras tiro. El padre se quedó un buen rato mirando como encestaba su hijo sin fallar ningún tiro, poco tiempo después volvió a salir la madre a la puerta y les dijo: - ¡No pensáis cenar esta noche ninguno de los

dos!

Entonces el padre dirigiéndose a su hijo le dijo

con la voz entrecortada a consecuencia de lo que estaba viendo. - ¡Déjalo ya!, mañana seguirás, se ha hecho muy

tarde y tenemos que cenar.

- ¿Qué hora es?, preguntó Igor.

- Son las diez, respondió el padre.

- ¿Qué?, volvió a contestar Igor.

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- Las diez de la noche, volvió a repetir el padre.

Poco después estaban cenando los tres, Igor no comía, devoraba, se veía que estaba en época de crecer, cuando por fin terminaron de cenar, se despidió de sus padres y se fue a la cama, entonces Karsof le dijo a Lilí: - Me parece que nuestro hijo lleva los pasos para

convertirse es un buen jugador de baloncesto.

- ¿Qué quieres decir?, le preguntó Lilí.

- Creo que nuestro hijo es un pequeño prodigio

jugando al baloncesto, llevo algún tiempo

observándole y es impresionante como mueve el

balón, aunque lo más admirable es como tira a

canasta. Hoy ha estado durante media hora

tirando tiros a canasta sin fallar ninguno y todos

desde diferentes sitios del jardín.

- Eso ya nos lo dirá su entrenador, contestó Lilí.

- Me llamó el otro día, dijo Karsof y estuvimos

hablando de ello. Me dijo que intentásemos

llevarle a un equipo de elite para que jugase

con el equipo que tiene de chicos de su edad,

pero yo le dije que aún era muy joven, que solo

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tiene diez años, que lo mejor era que siguiese en

el colegio y si es tan bueno como cree, ya se

fijará en el algún equipo que vaya buscando

figuras. Al final hemos quedado que siga como

está.

- Que sea lo que Dios quiera, respondió Lilí.

Al día siguiente en el entrenamiento del colegio, uno de los ejercicios que les había mandado el entrenador era: jugar dos contra uno en una canasta. En todos los partidos que jugaban, el jugador que estaba solo no tocaba bola, los que eran dos se hinchaban a meter canastas.

Cuando le tocó el turno a Igor de enfrentarse a dos

adversarios, enseguida se empezó a ver la calidad de éste frente a sus contrarios, cuando estos trataban de pasarse el balón aparecía la mano de Igor llevándose el balón y encestando rápidamente. Volvían a tener el balón sus contrincantes, cuando se acercaban para tirar a canasta, aparecía la mano de Igor metiendo un tapón impresionante y volviendo a recuperar el balón y seguidamente encestarlo, esto siguió durante todo el partido. Los dos entrenadores se habían quedado con la boca abierta viendo como robaba y encestaba los balones. Lo hacía con una facilidad increíble, tenía una intuición asombrosa para recuperar los balones y una puntería fuera de lo normal para encestar.

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Entonces los entrenadores después de un rato decidieron ponerle en frente a la mejor pareja: Hugo y Penélope. Todos los demás chicos y chicas se sentaron en el suelo para ver este emocionante partido.

Saca Hugo sobre su compañera Penélope, pero

aparece la mano de Igor robándoles el balón. Hugo y Penélope le cierran el paso hacia la canasta, Igor se acerca hacia Penélope, amaga que se va a ir hacia la derecha pero gira en redondo y se va hacia la izquierda dejando a Penélope atrás, seguido hace lo mismo con Hugo, pero en sentido contrario, Igor se ha colocado casi debajo de la canasta y tira a placer, el balón entra en el aro. Tanto Tom como Sam, los entrenadores, una vez más se han quedado de piedra, ha sido impresionante ver como Igor ha dejado a sus dos contrincantes atrás, con que facilidad les ha engañado quedándose solo para tirar a canasta.

Vuelve a sacar Hugo, esta vez saca con más

precaución, sabe que su contrincante es muy rápido y se lo puede robar en cualquier momento, recibe el balón Penélope, esta se interna y cuando Igor la presiona se lo devuelve a Hugo. Igor les deja hacer, presiona poco y deja que se confíen. Hugo se confía, ve que está algo lejos de el, se acerca a canasta y se prepara para tirar, pero rápidamente aparece la mano de Igor que golpea al balón y este sale botando hacia atrás, vuelve a recuperarlo Igor, tanto Hugo como Penélope se van hacia Igor con la intención de robárselo, éste que les ve venir mira al aro, salta y lanza el balón, este sube y poco después entra en la canasta.

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Ahora le toca sacar a Igor, va botando y

acercándose a sus adversarios, en cuanto llega a su altura, los tres están fuera de la línea de tres puntos, este mira al aro, parece que está un poco lejos pero se decide a tirar y lanza el balón directamente a canasta. Tom, Sam y todos los demás jugadores y jugadoras que están viendo el partido miran la trayectoria del balón, el balón sube, se va acercando al aro, empieza a descender, pega en el tablero seguidamente da al aro gira sobre este y entra.

Todos los jugadores y jugadoras se levantan de un

brinco aplaudiendo la canasta que acaba de meter Igor, -Ha sido impresionante-, comentan todos. Tom y Sam por su parte se miran a los ojos como si lo que acaban de ver ha sido fruto de su imaginación y no una realidad. Los dos vuelven a mirar al tablero para intentar ver lo que había sucedido poco antes, pero no lo volverán a ver porque ya ha pasado el momento, aunque dentro de ellos presienten que sus ojos volverán a ver muchas más como la que acaban de ver. - Antes de acabar el entrenamiento de hoy quiero

que meditéis unas palabras que han dicho

grandes personajes del Baloncesto:

- Una canasta hace feliz a un jugador, una

asistencia a dos, esto lo dijo: Tony Kukoc.

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- Paso a paso, no existe otra manera de hacer las

cosas, esto lo dijo: Michael Jordan.

- No preguntes qué pueden hacer tus compañeros

por ti, pregunta qué puedes hacer tú por tus

compañeros, esto lo dijo: Magic Johnson.

- Ahora sí, podéis iros a la ducha, dijo Tom a los

jugadores-ras.

Los chicos y chicas iban comentando camino de

los vestuarios las frases dichas por su entrenador y lo bien que había jugado Igor. A la salida de los vestuarios, fuera del recinto le estaban esperando a Igor: Hugo, Cristóbal, Antuan, Lucas y Penélope. - ¿Qué tal chicos?, les dijo Igor. – Yo me

encuentro estupendamente bien.

- Ya lo creo que estás bien, dijo Hugo, te mueves

con una agilidad asombrosa. Por cierto, nos

tienes que decir como eres capaz de adivinar

cuando un adversario va a pasar a un

compañero, robas cantidad de balones y eso

será porque tienes algún truco.

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- La verdad chicos, que no hay ningún truco. Hay

algo dentro de mí que me dice: “ahora”, es

cuando salgo corriendo, extiendo la mano y el

balón me viene solo, dijo Igor.

- ¿Cómo puedes tirar a canasta sin apenas

fallar?, preguntó Lucas.

- ¡Bueno!, eso son los muchos tiros que tiro

diariamente a canasta. Todos los días después

de hacer los deberes salgo al jardín de mi casa,

que como sabéis tengo una canasta en la pared

y lanzo más de quinientos tiros desde diferentes

posiciones.

Al oír la respuesta de Igor ninguno volvió a hacer más preguntas, todos se quedaron asombrados, siguieron caminando hacia sus casas, pero ahora iban cayados, a medida que llegaban a la casa de alguno, este se quedaba y los demás seguían caminando, hasta que al final como siempre se quedaron ellos solos, que eran los que vivían mas lejos. Igor fue el primero que rompió el silencio y dijo: - Penélope, hoy te he visto jugar muy bien, estás

mejorando muchísimo, aunque tienes que

mejorar un poco en los tiros a canasta.

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- Si, es verdad, ya me entrenaré contigo en tu

casa, contestó Penélope.

- Ya sabes que cuando quieras podemos entrenar

juntos.

Al día siguiente en la hora de entrenamiento, Tom

les dijo a sus jugadores-ras que la liga empezaba ese sábado y que jugaban contra él América a las diez de la mañana. Seguidamente les dio los equipajes, todos los jugadores-ras, se los empezaron a probar y poco después todos estaban encantados con el equipaje que habían recibido con los colores del colegio.

EMPIEZA LA LIGA

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Llegó el sábado y también la hora del partido. Tom sacó a: Jon, Cristóbal, Silver, Antuan y Lucas. Igor, Penélope y Hugo saldrían más tarde. Los del otro equipo eran todos chicos y eran bastante altos, casi todos eran mas altos que los del Itxaso (equipo de Igor).

El arbitro pita el comienzo del partido, los del

América se hacen con el balón se van pasando consiguiendo llevar el balón al campo contrario, se interna el nº 6, éste le pasa al nº 3 y encesta. Saca el Itxaso, Cristóbal le pasa a Jon y este a Silver, éste le intenta pasar a Lucas pero la intercepta el nº 2 del equipo contrario que sale corriendo con el balón y de un salto mete canasta. 4 – 0 a favor del América. Siguen jugando, el América, sigue robando balones y encestando, el Itxaso no sabe por donde anda, el América le está desbordando. Llega el final del primer periodo, gana el América 20 – 8.

Tom prepara los cambios para el segundo periodo,

saldrán: Penélope, Igor y Hugo y se sientan en el banquillo: Antuan, Cristóbal y Lucas.

Empieza el segundo periodo, sacan los del

América, se la van pasando consiguiendo llegar al campo contrario, cuando el nº 3 se la intenta pasar al nº 5 aparece la mano de Igor que recoge el balón y se lo pasa a Penélope que estaba totalmente desmarcada, esta se va hacia la canasta encestando a placer. Sigue el partido, el América no sabe que está sucediendo, pero el nº 3 (Igor)

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roba cantidad de balones y seguido organiza el juego con una facilidad increíble consiguiendo marcar gran cantidad de canastas, pero también cuando el América se acerca para intentar tirar a canasta, inexplicablemente aparece la mano de Igor metiendo un tapón y recuperando el balón para su equipo. Se está acabando el segundo periodo y el Itxaso está por encima, gana 22 – 20. El América no ha conseguido meter ninguna canasta en todo el segundo periodo.

Empieza el tercer periodo, el entrenador del

América ha hecho los cambios oportunos para parar la racha encestadora del Itxaso, pero diciéndoles que tengan mucho cuidado con el nº 3 que les está robando todos los balones. Igor lo único que está haciendo es robar balones al equipo contrario, seguido organiza el juego y lleva a su equipo hasta la canasta contraria para que cualquiera de ellos enceste, cuando el equipo contrario ataca trata de pararle antes de que encesten y hasta ahora lo está consiguiendo.

Empieza el cuarto y último periodo, el Itxaso gana

40 – 26 al América. Todos los jugadores-ras del Itxaso han marcado alguna canasta menos Igor, que es el cerebro del equipo para llevar a su equipo a la victoria. El equipo América trata de encestar, pero le resulta imposible, siempre aparece una mano que consigue quitarles el balón. El Itxaso se ha tomado con más calma este último periodo, se conforma con el resultado. Termina el partido con la victoria del Itxaso sobre el América.

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Poco después de terminar el partido el entrenador del América se acerca a Tom y le dice: - ¿De dónde has sacado al nº 3? Parece un

jugador profesional en miniatura.

- La verdad es que me lo he encontrado dentro del

colegio, le responde Tom con una sonrisa.

- No creo que te duro mucho, como siga jugando

toda la liga como ha jugado hoy, algún ojeador

se lo llevará rápidamente para algún gran

equipo, contestó el entrenador del América.

- ¡Ya lo sé!, pero mientras tanto disfrutaré todo lo

que pueda de su compañía y de su juego.

Cuando los jugadores-ras del Itxaso salieron de los vestuarios, Tom les dio la enhorabuena por el partido que habían jugado y en especial a Igor que había sabido llevar al equipo a la victoria.

Nada más llegar Igor a su casa les dijo a sus

padres que habían ganado el partido. Sus padres no habían podido ir a verle porque la madre estaba enferma, pero se alegraron mucho de la victoria.

El Itxaso fue jugando semana tras semana el

partido que le tocaba ganando a todos sus adversarios,

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ningún equipo había conseguido ganarle hasta el momento. Igor era un jugador que no quería sobresalir de los demás, en todos los partidos jugados solo había encestado diez canastas. El lo que quería era organizar el juego y defender su canasta. Muchas veces había conseguido llegar solo cerca de la canasta contraria, pero en vez de encestar se la había pasado a otro compañero que llegaba con el y éste marcaba a placer.

Siguieron pasando las semanas y el final de la

liga. El Itxaso quedó campeón de Liga. Tom y Sam estaban encantados con el equipo que tenían. Eran buenos jugadores los chicos-cas y buenos deportistas, daba gusto entrenar a un equipo con estas características. El último día Tom les dijo: - Estoy orgulloso de vosotros-tras. Hemos hecho

una buena temporada y ahora que han llegado

las vacaciones merecéis un descanso, pasad

bien las vacaciones de verano y quiero que todos

vosotros-tras volváis la temporada que viene con

diez centímetros más de altura por lo menos.

Todos se despidieron con abrazos y palmaditas deseándose lo mejor para las vacaciones. Igor como siempre se fue a casa acompañado por Penélope, Jon, Cristóbal, Silver, Antuan, Lucas, Oscar y Hugo. Como todos vivían a lo largo del camino, cada cien metros más o menos alguno llegaba a su casa y la lista de los que seguían el camino disminuía y así llegaron como siempre

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hasta que solo quedaron ellos, cuando llegaron a la casa de Penélope, ésta le dijo: - Bueno Igor, hasta el curso que viene. Mañana

me iré a Inglaterra con mis padres y estaré fuera

los dos meses de verano.

- Pues ya nos veremos cuando vuelvas, pásalo bien

y toma mucho el sol que estás muy blanca,

respondió Igor.

- Lo mismo te deseo, contestó Penélope.

Igor y sus padres no solían ir de vacaciones, organizaban excursiones: unos días iban a la playa, otros al monte y otros a conocer pueblos y ver museos.

El verano pasó como todos los veranos, hizo

mucho calor y los días pasaron mucho más de prisa que los días de escuela. Una semana antes de empezar el colegio ya se habían llamado todos los amigos por teléfono y habían quedado en el parque que estaba cerca de sus casas donde siempre se reunían cuando salían juntos. El primero en llegar fue Oscar y casi al mismo tiempo Lucas, seguidamente llegaron: Jon, Cristóbal, Silver, Antuan, Hugo y por último Igor. Penélope era la única que no había vuelto todavía, seguía en Inglaterra.

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- ¿Qué tal el verano chicos? echó Hugo la

pregunta al aire para que alguien la contestase.

Todos contestaron al unísono. - ¡Fenomenal!

A todos se les veía más altos y más morenos, se apreciaba a simple vista que habían aprovechado bien los días de verano, se habían divertido de lo lindo. - ¿Qué hacemos hoy? preguntó Cristóbal.

- Podemos ir a ver el partido que hay en el

polideportivo, contestó Jon.

- ¿Quiénes juegan? preguntó Igor.

- San Antonio contra Feneyor, volvió a contestar

Jon.

- Ese es un buen partido, por mí de acuerdo,

contestó Igor.

- Y vosotros ¿qué decís?

- Estamos todos de acuerdo, contestó Oscar.

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- Pues entonces no hablemos mas, pongámonos en

camino que aún tenemos que sacar las entradas

para poder entrar.

Se dirigieron hacia el metro, nada más bajar las

escaleras se encontraron con una gran cantidad de gente en el anden, se notaba que había partido, aunque era amistoso, los dos equipos que se enfrentaban eran muy buenos y claro está a la gente lo que le gusta es ver buen juego. Era de esos partidos que en el descanso del mismo repartían muchos premios entre el público asistente; uno de los premios consistía en salir a tirar tiros libres desde diferentes lugares, por cada canasta que encestaba recibía un premio y así hasta que fallara, claro está que si no encestaba el primer tiro se quedaba sin nada y tenía que volver a su sitio.

Poco tiempo después los chicos llegaron al

polideportivo, vieron que había una cola muy larga para sacar las entradas, pero eso no les desanimó se pusieron a la cola con la intención de entrar cuanto antes al polideportivo. Más tarde como la cola no disminuía casi nada se abrieron tres taquillas más, veinte minutos más tarde los chicos tenían las entradas en las manos. Nada mas entrar en el polideportivo vieron con sus propios ojos el ambiente que se respiraba, estaba completamente abarrotado, había hinchas de uno y otro equipo, el griterío era ensordecedor, parecía que el polideportivo se iba a caer de un momento a otro debido al estruendo que

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metían con las trompetas, tambores, carrascas y demás instrumentos.

Empieza el partido, era impresionante ver a

aquellos gigantes, algunos medían más de dos metros, encestaban con una facilidad increíble tanto con una mano como con las dos, metían unos tapones rayando lo inaudito y alguno machaba con las dos manos e incluso daban un giro en el aire y seguido la metían antes de caer al suelo. La gente estaba impresionada y nuestros amigos también. Pasaron el primer y segundo tiempo y llegó el descanso, el público se lo estaba pasando fenomenal e Igor y sus amigos hacía tiempo que no se lo habían pasado tan bien.

Desde la cabina donde están los comentaristas del

partido empezaron a sortear los primeros premios. Cada vez que decían un número, la gente que estaba viendo el partido miraba a su entrada intentando descubrir el número premiado en ella, de vez en cuando se oía el grito de alguna persona, aquello era señal que le había tocado premio, a lo largo del descanso se oyeron bastantes gritos de alegría ya que eran muchos los premios que se daban.

Después de unos minutos de silencio, se volvió a

oír una voz por los altavoces: - Señoras y señores, el último premio de la tarde,

el más importante de todos (todo la gente

enmudeció para oír el último premio), al que le

toque este premio tendrá que salir a la cancha y

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tirar unos tiros libres, cada tiro libre que meta

tendrá premio. El número premiado es el 905.

Pasaron unos minutos que parecieron una eternidad, no se oía nada en el polideportivo, todo el mundo miraba a su entrada, pero nadie decía nada. Se intuía que al que le había tocado el premio no se había enterado. Jon, Cristóbal, Silver, Antuan, Lucas, Oscar, Hugo todos miraron sus entradas, uno tenía el 900, otro el 901, otro el 902, otro el 903, otro el 904. Entonces Hugo dijo: - ¡Chicos!, yo tengo el 904. ¿Quién sacó la

entrada detrás mío?

Todos volvieron a mirar sus entradas, pero nadie decía nada, hasta que Igor exclamó: - ¡Es la mía!

Todos sus amigos miraron la entrada de éste y efectivamente allí aparecía escrito el número 905. En ese preciso momento desde la cabina se oyó: - Parece que no aparece el premiado, entonces

diremos otro número.

En ese momento se levantaron todos los de la cuadrilla de Igor con el al frente gritando que allí estaba el premio. Desde la cabina se volvió a oír:

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- Parece que ha aparecido el premio, pues que

baje el afortunado a la cancha para tirar los

tiros libres.

Empezó a bajar Igor hacia la cancha, estaba un poco nervioso ante la cantidad de gente que llenaba el pabellón, verdaderamente impresionaba. Mientras iba bajando, iba oyendo los comentarios de la gente más cercana por donde pasaba: - ¡Si es un crío!, este no puede ni con el balón.

Poco tiempo después Igor había conseguido llegar a la cancha, le estaba esperando un antiguo jugador que había sido muy bueno en su época, Igor tenía en su habitación un poster de este jugador de nombre Partucatis, solía meter muchas canastas de tres puntos. Cuando por fin llegó hasta donde estaba Partucatis, Igor le miró a la cara y descubrió que aquel antiguo jugador parecía una torre grandísima, medía dos metros veinte centímetros e Igor tan solo uno cincuenta.

La gente congregada allí empezó a decir de todo,

pero no se entendía nada debido al vocerío reinante, poco después la gente empezó a aplaudir y a silbar. Igor estaba en una nube, estaba al lado del famoso jugador de la NBA Partucatis, gran encestador y jugador, era lo más maravilloso que le había pasado hasta ahora.

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Partucatis empezó a darle unas indicaciones a Igor sobre lo que tenía que hacer, éste asentía con la cabeza a todo lo que le decía. El pabellón otra vez enmudeció, Igor iba a tirar a canasta desde una distancia bastante asequible para cualquiera, aunque Igor estaba acostumbrado a jugar en canastas más bajas, las propias de su edad, pero también había jugado alguna vez en las canastas donde jugaban los mayores de su colegio que estaban a la misma altura que la que tenía enfrente.

El primero en tirar a canasta fue Partucatis para

demostrar a todo el mundo que se podía encestar fácilmente. Seguidamente Partucatis le pasó el balón a Igor, éste cogió el balón y también se dispuso a tirar, pero no tiró inmediatamente, sino que se tomó un poco de tiempo para hacerse a la distancia, cuando sus ojos se habían acostumbrado a esta, entonces tiró y encestó. Toda la gente del pabellón empezó a aplaudir, aquel chico había conseguido su primer premio: “una bonita bici de montaña”.

El segundo tiro que tenía que tirar era justamente

desde donde se tiran los tiros libres. Partucatis volvió a coger el balón, sin pensárselo dos veces tiró a canasta y este se metió. A continuación le tocaba tirar a Igor, cogió el balón, miró al aro, miró al balón, volvió a mirar al aro, lo estuvo pensando unos segundos más y tiró, el balón pegó en el tablero, seguidamente pegó al aro y terminó dentro de este. Un vocerío impresionante se dejó oír en todo el pabellón, seguidamente todo el mundo empezó a aplaudir. Los amigos de Igor empezaron a corear su nombre y en pocos segundos toda la gente gritaba el

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nombre de “Igor”, todo el mundo le animaba, todos estaban con él, había caído el segundo premio: “una cadena de música”.

El siguiente tiro era desde la línea de tres puntos,

desde donde encestaban los jugadores fantásticos. Cada vez se iba poniendo más difícil seguir en la competición, así lo pensó Igor. Prácticamente era imposible que encestase desde esa distancia, no solo había que tirar bien, sino que también había que tener la fuerza suficiente para enviar el balón tan lejos. Partucatis volvió a coger el balón, pero esta vez se lo pensó bien antes de tirar, miró varias veces a la canasta tomándose su tiempo y al final tiró, el balón subió pegó en el tablero seguido pegó en el aro, giró sobre este y se salió cayendo el balón fuera de la canasta. El público soltó un ¡Ufffff!

A continuación Igor cogió el balón, lo miró

durante un tiempo, parecía que le estaba hablando, seguido se fijó en la canasta, también se quedó unos segundos mirándola, como si estuviese calculando la distancia y seguido tiró. El balón subió acercándose a la canasta, décimas de segundo después fue descendiendo y por fin entró sin tocar el aro.

La gente que llenaba el polideportivo había estado

muda hasta el instante que el balón entró por el aro, a partir de ese instante enloqueció con Igor, su nombre salía de todas las gargantas, la gente aplaudía, reía, cantaba, no se lo podían creer y se preguntaban: ¿cómo un chico tan pequeño puede tirar de ese modo?. Con esta canasta

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también consiguió un tercer premio: “Un ordenador con un montón de juegos”.

Hacía cinco minutos que tenía que haber

empezado el tercer periodo del partido, pero como se estaba alargando lo de los tiros libres, estaba parado hasta que fallase Igor. Los jugadores y entrenadores de ambos equipos habían salido a la cancha y les había dado tiempo de ver el último lanzamiento de Igor, estaban asombrados como un niño tan pequeño había encestado, aunque todos se estaban imaginando que la suerte estaba liada con el chico. Desde la cabina se volvió a oír una voz: - Querido público, si este chico consigue encestar

esta vez se llevará un coche, desde luego no es

nada fácil encestar desde ahí, está muy lejos,

pero no hay nada imposible.

El siguiente tiro estaba dos metros más atrás que

la línea de tres puntos y además esquinado, totalmente en diagonal a canasta. La gente que llenaba el pabellón miraban a Igor y seguido miraban la distancia desde la que tenía que tirar y comentaban: - Es imposible, desde ahí no la mete ni un jugador de la ACB, es que para empezar no llega ni a canasta, está muy lejos.

Esta vez Partucatis no cogió el balón para tirar, se

lo pasó directamente a Igor, éste lo cogió y volvió a hacer lo mismo que la vez anterior, miró el balón durante un tiempo, seguidamente su mirada se posó sobre la canasta, seguramente para medir la distancia entre el y la misma y

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después de un tiempo breve, se pasó el balón a la mano derecha y tiró en forma de gancho, como si fuese un pase largo, el balón salió con bastante velocidad hacia el aro, pegó en el tablero, seguido pegó en el aro empezó a dar vueltas alrededor de el y al final se metió.

El pabellón parecía que se iba a caer, la gente se

levantó de sus asientos haciendo la ola por todo el recinto, habían visto algo increíble: ¿de dónde había salido ese chico que encestaba desde cualquier sitio?, se preguntaban unos y otros. Una canasta la puede meter cualquiera, otra más difícil se puede meter con suerte, otra más, igual la suerte le vuelve a acompañar, pero una cuarta canasta desde el lugar que acababa de tirar el chico, era imposible tener tanta suerte desde distancias totalmente diferentes. ¡Había conseguido el último premio: el “coche”!

Partucatis se acercó al muchacho y le extendió la

mano, seguidamente le dio unos pergaminos en los que venían escritos los premios que había conseguido. Igor estaba emocionado, le había dado la mano al famoso jugador Partucatis; para éste más importante que los premios que había conseguido era estar junto al famoso Partucatis, el haberle dado la mano no se le olvidaría en su vida.

Cuando Igor dejó atrás la cancha y empezó a subir

hacia su sitio en las últimas gradas donde estaban sus amigos la gente aprovechaba para saludarle: tocarle la cabeza, darle la mano, otros le aplaudían. Poco después consiguió llegar hasta donde estaban sus amigos y su

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asiento. El primero en abrazar a Igor fue Hugo, seguidamente todos los demás hicieron lo mismo, Igor estaba fuera de sí, creía que estaba soñando, pero lo que le estaba sucediendo era realidad.

Cuando terminó el partido, Jon, Cristóbal, Silver,

Antuán, Lucas, Oscar, Hugo e Igor empezaron a bajar para salir del pabellón. La gente cuando veían a Igor cerca le señalaban con el dedo y todos le hacían un hueco para que saliese junto con sus amigos. Poco tiempo después habían conseguido salir del polideportivo. Cuando cogieron el metro la gente seguía igual, seguían hablando de lo que había conseguido hacer aquel chico con lo pequeño que era y los premios que había conseguido. Los amigos de Igor estaban eufóricos, estaban acompañando nada más ni nada menos al chico que había conseguido todos los premios, el chico del que todo el mundo hablaba. Un tiempo después consiguieron llegar a su parada, al salir se fueron directamente al parque donde se solían reunir ellos para hablar de sus cosas, allí siguieron hablando de lo que había conseguido hacer Igor ante la mirada de multitud de personas, sus amigos le seguían felicitando y Jon le preguntó: - ¿Cómo has podido encestar el último tiro si

desde esa distancia es imposible llegar?

- No sé chicos, ha sido suerte. Verdaderamente es

una distancia asombrosa, no he tenido más que

suerte desde el principio al final.

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- ¡Si!, dijo Cristóbal, pero has conseguido traerte

un montón de regalos.

- Eso es cierto, contestó Igor.

Pasó el tiempo volando, se hizo tarde y los amigos se empezaron a despedir hasta el día siguiente, cada uno tomó la dirección de su casa. Al llegar Igor a la suya se encontró a sus padres hablando en el salón, les contó que había ido a ver un partido de baloncesto junto con sus amigos y su padre le preguntó: - ¿Qué tal el partido? - Ha sido estupendo, que manera de jugar y de

encestar, como se mueven, con que velocidad,

que tapones meten y como encestaban desde la

línea de tres puntos. Lo hemos pasado

estupendamente, y después de un rato dijo: -

¡Ah!, me han tocado unos premios.

- ¡Que te han tocado unos premios!, contestó la

madre.

- ¡Si!, dijo Igor. Me ha tocado el premio de bajar

a tirar unos tiros a canasta.

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- ¡Qué dices!, le dijo el padre. ¿Y has encestado

alguno?

- ¡Sí!, he encestado unos cuantos, contestó Igor

sin darle importancia.

- ¡Eh!, que has encestado unos cuantos, contestó

su padre incrédulo, pero si son muy difíciles de

meter.

En ese momento sonó el teléfono. La madre fue directamente hacia el y lo cogió.

- ¿Quién es? Preguntó Lilí. - Soy Anselmo, ¿se puede poner Karsof?

- ¡Sí!, ahora mismo se pone, volvió a responder

Lilí, dirigiéndose a su marido le dijo – Te llama

Anselmo-

- ¡Si!, dime Anselmo.

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- He estado viendo el partido de baloncesto que

había en el polideportivo. A tu hijo le ha tocado

el premio de salir a tirar los tiros a canasta.

- Acaba de contárnoslo, respondió Karsof.

- Pero te ha contado que ha encestado todos los

tiros, que en cada tiro que tenía que tirar,

primero lo hacía Partucatis el famoso jugador de

la ACB, “ya te acordarás de él”, y seguido

tiraba tu hijo. Que Partucatis ha fallado el tiro

de tres puntos y tu hijo lo ha metido y que

seguidamente en el último tiro, dos metros más

atrás de la línea de tres puntos, Partucatis no se

ha atrevido a tirar y tu hijo lo ha vuelto a meter.

Ha sido impresionante, todo el público ha

coreado el nombre de tu hijo, en el pabellón la

gente ha empezado a hacer la ola por tu hijo

gritando su nombre. Enhorabuena, tienes un hijo

que te va a dar muchas alegrías en el

baloncesto, estoy seguro.

- Gracias por llamar Anselmo.

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- Ha sido un placer. Nos vemos el próximo lunes en

el partido, le respondió su amigo.

- Ya te llamaré.

Karsof colgó el teléfono.

- ¿Qué te ha dicho tu amigo?, preguntó Lilí,

habéis estado mucho tiempo hablando.

- Me ha dicho lo que nos ha contado tu hijo, que

ha encestado todos los tiros que ha tirado a

canasta en el polideportivo.

- ¡Ah!, dijo Igor, he ganado varios premios que

habrá que ir a por ellos.

- ¿Cómo que habrá que ir a por ellos? No los has

traído tú.

- ¡No he podido!, he ganado: un coche, una

cadena de música, un ordenador completo con

un montón de juegos y una bici de montaña.

- ¡Asombroso!, respondieron los padres al mismo

tiempo.

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Lilí y Karsof no se podían creer todo lo que estaba

pasando, aquello parecía un sueño y de un momento a otro iban a despertar. Los padres se abrazaron a Igor y poco después descubrieron que no era un sueño lo que estaba sucediendo, era realidad. Poco después Lilí se fue a preparar la cena, el padre como todos los días a la misma hora puso las noticias en la televisión e Igor se fue a su cuarto.

Un tiempo después, cuando las noticias de la

noche llegaron a los deportes, una de las noticias deportivas era sobre el partido amistoso que habían jugado dos grandes equipos del Baloncesto nacional e internacional y la noticia más sobresaliente era: “Que un chico de unos once años que se llamaba Igor había conseguido encestar los cuatro tiros llevándose todos los premios. Cuando el periodista empezó a hablar de Igor, Karsof llamó a su mujer: - ¡Lilí! ven rápido, están hablando de nuestro hijo

en la televisión.

Lilí dejó lo que estaba haciendo y apareció rápidamente en el salón junto a su marido para escuchar lo que estaban diciendo en la televisión sobre Igor. El periodista estaba entrevistando al famoso ex-jugador de la ACB, Partucatis, fue el ex-jugador que estuvo con Igor en el Pabellón en el campeonato de tiros.

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- ¡Dígame Partucatis! ¿cómo un chico tan joven

ha podido encestar todos los tiros sin fallar

ninguno?

- La verdad es que no lo sé, pero si puedo decir

que la concentración del chico era asombrosa.

Cada vez que iba a tirar a canasta se tomaba su

tiempo antes de lanzar. Cuando parecía que lo

tenía todo controlado tiraba y metía el balón en

el aro. A decir verdad los dos primeros tiros que

tiró no eran tan difíciles, pero para lanzar los

dos últimos hay que saber tirar y tener la fuerza

suficiente para llegar al aro.

Volvió a preguntar el periodista: - ¿Y no cree usted que algún equipo de los

grandes se tendría que mover para fichar a esta

figura prematura del baloncesto?

- ¡Bueno!, se de buena fuente que ya hay algún

equipo que se está moviendo, pero nadie sabe

donde vive ese chico, lo único que se sabe es

que se llama Igor, aunque aun no ha ido a por

los premios que ha ganado, en el momento que

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aparezca seguro que le harán alguna

proposición de cara a su futuro.

- Pues muchas gracias por tus palabras, contestó

el periodista dando por finalizado el programa

de deportes.

Tanto Karsof como Lilí se habían quedado mudos de lo que habían oído en las noticias, se miraban uno y otro sin decirse nada, en ese momento entró su hijo en el salón y ambos le miraron como si fuese un fantasma. Igor que se dio cuenta que le miraban raramente, les dijo:

- ¿Qué os pasa?, habéis visto algún fantasma.

El padre fue el que contestó:

- Acaban de decir en las noticias de la televisión

lo que has hecho en el descanso del partido de

baloncesto.

- ¡Han hablado de mí en la televisión!, eso es muy

gracioso, como mis amigos se enteren se van a

reír muchísimo.

Seguidamente pasaron al comedor para cenar y

mientras cenaban siguieron comentando lo que le había

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sucedido a Igor. Cuando terminaron de cenar y de hablar del tema del día se fueron a la cama.

A primera hora del día siguiente cuando aún

estaban en la cama, pues era sábado, sonó el teléfono. Lilí se levantó a cogerlo. - ¡Sí!, ¿quién es?

- Soy Hugo, ¿está Igor?

- ¡Sí!, ahora se pone, contestó Lilí.

- ¡Igor!, te llaman al teléfono.

Igor se levantó medio dormido de la cama, se

acercó a donde estaba el teléfono y cogiéndolo, preguntó: - ¿Quién es? - Soy Hugo, tío que pasada. ¿vistes ayer las

noticias? Eres más popular que Maradona.

- No exageres, hablaron un poco de mí, pero nada

más, contestó Igor.

- Baja rápidamente al parque, te estamos

esperando para hablar con el tío más famoso del

pueblo.

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- ¡Bien!, contestó Igor, dentro de media hora

estoy ahí.

- Pero ¿cómo tan tarde?, preguntó Hugo.

- Acabo de levantarme ahora mismo, contestó

Igor.

- ¡Ya entiendo!, te esperamos.

Pasada media hora Igor salió de su casa en dirección al parque, solo estaba a diez minutos. Cuando se estaba acercando vio que le estaban esperando todos sus amigos y que alegría, también estaba Penélope, por fin había vuelto de Inglaterra. Cuando por fin llegó hasta donde estaban ellos, se le acercaron, le cogieron de los brazos y las piernas y entre todos le levantaron en volandas diciendo: Igor, Igor, Igor, es el mejor. - Chicos bajadme, estáis locos, cuando por fin le

dejaron en el suelo, Oscar le preguntó:

- ¿Qué se siente cuando uno es el más famoso del

pueblo?

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- ¡Chicos!, al final vais a conseguir que me lo

crea y entonces no os hablaré a ninguno,

contestó Igor poniendo cara de interesante.

- ¡Ufffffff! protestaron todos.

Cuando Igor se quedó un poco tranquilo se dirigió a Penélope: - ¡Hola, Penélope!, ¿Qué tal has pasado las

vacaciones?

- ¡Maravillosas! He tenido que estudiar mucho

inglés, pero han sido estupendas y al mismo

tiempo cortas. Pero al llegar a casa me he

encontrado con todo este lío.

- ¿Qué lío?, preguntó Igor.

- Ayer mis padres viendo la televisión oyeron tu

nombre en la televisión y empezaron a comentar

entre ellos “si eras tú, ese chico”, yo les dije:

¿cómo va a ser Igor?, pero al final me

convencieron para que llamase a Lucas y que me

enterase de si eras tú o no, entonces Lucas me

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puso al corriente de todo, menudo revuelo se

armó en mi casa.

Siguieron hablando y les dio la hora de comer,

antes de irse a casa, Penélope les propuso: - ¿Qué os parece si jugamos un partido esta

tarde?

Hugo cogiendo la palabra y mirando a todos los demás dijo: - ¿Qué os parece a las cuatro?

- Esa es buena hora, contestaron algunos.

- Pues hasta las cuatro, contestó Penélope.

Cuando Igor llegó a su casa le estaban esperando sus padres para comer, poco después estaban los tres comiendo, entre plato y plato Karsof, dijo: - Menudo día he tenido hoy, todo el mundo me ha

felicitado por lo de nuestro hijo, no se como se

han enterado, pero la cuestión es que se han

dado cuenta de que Igor era mi hijo. Por cierto

he ido a por los premios y los he traído, el coche

y la bici están en el garaje y la cadena de

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música y el ordenador están en el salón, también

me han dado una tarjeta para que llame al

entrenador del Silver de Baloncesto, quiere que

vaya Igor a entrenar con su equipo; yo creo que

es demasiado joven para comprometerse con un

equipo, será mejor que siga jugando con el

colegio y cuando sea un poco más mayor que

sea el quien decida.

Lilí no puso ninguna pega a lo que había dicho su marido, estaba totalmente de acuerdo con que su hijo siguiese jugando en el equipo del colegio y cuando fuese mayor que él decidiese. Suena el teléfono, Igor se levanta y descuelga el auricular: - ¿Quién es?

- ¿Está Karsof?

- ¡Sí!, ahora se pone. – Papa te llaman por

teléfono-

- ¡Sí! ¿quién es?

- Soy Anselmo, te recuerdo que hoy tenemos

partido.

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- ¡Sí!, ya lo sé, respondió Karsof.

- Pero nos falta uno. ¿Qué hacemos? – Puedes

llevar a tu hijo si quieres, así vemos como juega.-

- ¡De acuerdo!, llevaré a mi hijo, contestó Karsof,

hasta la tarde.

- ¡Hijo!, esta tarde tenemos el partido que

jugamos todas las semanas, pero nos falta uno,

¿te gustaría venir a jugar?.

- ¿A qué hora es el partido?, preguntó Igor.

- Sobre las ocho, contestó su padre.

- ¡De acuerdo!, cuenta conmigo.

A las tres y media Igor ya estaba preparado para ir a jugar con sus amigos, antes de salir de casa les dijo a sus padres: - Me voy a jugar un partido con mis amigos.

- ¿A dónde vas?, le preguntó su padre.

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- He quedado con mis amigos para jugar un

partido a las cuatro, no te preocupes, después

del partido vendré a casa a merendar e iré a

jugar contigo, contestó Igor.

- Pero eso es mucho ejercicio para ti, le dijo su

madre.

- No os preocupéis, vamos a jugar suave, no me

cansaré mucho, replicó Igor.

- Eso espero, le dijo su padre.

Poco después, Igor salía por la puerta de su casa.

Cuando llegó al parque le estaban esperando todos sus amigos, todos juntos se dirigieron hacia un colegio que tenía un campo de baloncesto, en cuanto llegaron allí hicieron los equipos y sin perder tiempo empezaron a jugar.

Cuando Igor salió de su casa, sus padres seguían hablando sobre el llevar a su hijo al partido o no llevarle. Lilí le dijo a su marido:

- No te das cuenta que llevar a tu hijo al partido es

una equivocación.

- ¿Por qué dices eso?, contestó Karsof.

60

- Pues porque es muy niño aún, vosotros sois unos

hombres, tenéis mucha fuerza y podéis hacerle

daño sin querer en algún momento.

- Quiero verle jugar y de lo que es capaz de

hacer, estaba esperando una ocasión y se ha

presentado sin buscarla. No te preocupes Lilí,

tendremos cuidado.

- Tú verás, pero pienso que haces mal llevándole

al partido.

- Ya te he dicho que no te preocupes, si veo que

no está a la altura de las circunstancias le digo

que se siente y que nos vea jugar.

El partido que estaba jugando la cuadrilla de Igor estaba muy reñido, llevaban una hora jugando e iban 28 – 26 a favor del equipo de Igor, éste subía el balón y organizaba el ataque pasando el balón a uno y a otro compañero para que estos encestasen, Igor no había tirado a canasta en ningún momento, llegó un momento que el partido era tan rápido que Antuan dijo: - Chicos, ¿qué os parece hacer un descanso?, así

aprovechamos para beber agua y luego

continuamos. ¿qué decís?

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- Nos parece estupendo, Penélope fue la primera

en contestar.

Pararon quince minutos, bebieron agua, se

mojaron un poco la cara y seguido comentaron algunas de las jugadas más sobresalientes que había habido en el partido, al final Hugo mirando a Igor, le preguntó: - Igor, porque no tiras ningún tiro a canasta.

- Prefiero subir el balón y jugar con los

compañeros, contestó este.

- Pero si quisieras podrías encestar un montón

contestó Penélope.

- No lo sé, no es lo mismo tirar a canasta sin que

nadie te moleste e intente quitártela, que tirar

con otros delante que te presionan

continuamente y no te dejan tirar a gusto.

- Eres muy modesto Igor, tú y nosotros sabemos de

lo que eres capaz, contestó Oscar.

Para cortar la conversación Igor dijo:

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- Continuamos con el partido, está muy

emocionante.

- ¡Sí!, dijo Lucas. Sigamos.

Media hora más tarde el partido acabó 44 a 36 a favor del equipo de Igor, se habían pegado una pechada impresionante, estaban todos sudados y rojos como tomates. Antes de despedirse de sus amigos, Igor les comentó que a las ocho de la tarde tenía que jugar otro partido con su padre y sus amigos, que les faltaba uno y le había dicho su padre para que fuese a jugar. - Pues te iremos a ver, contestó Penélope

adelantándose a sus compañeros. No me

perdería ese partido por nada del mundo.

- Allí nos veremos, contestaron los demás.

- ¡Igor!, ¿no estás cansado?, hemos estado dos

horas jugando y no has parado un momento, le

preguntó Hugo.

- ¡Estoy bien!, además me apetece jugar contra

gente mayor, quiero ver de lo que soy capaz.

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- ¡Bueno!, pues hasta las ocho, allí nos veremos

sentenció Penélope. Me voy a casa a darme una

ducha y comer algo para recuperar las fuerzas,

estoy agotada.

Cuando Igor llegó a su casa, su padre tenía todo preparado y su madre nada mas verle exclamo: - ¡Santo Dios!, de donde sales hijo mío, estás

rojísimo y empapado de sudor. - ¡Estoy bien!, en la calle hace mucho calor y se

suda sin hacer nada, solo necesito darme una

ducha con agua fría y comer un poco.

- ¡Hijo!, así no puedes venir, le dijo su padre. Te

has pegado una paliza impresionante y ahora

pretendes jugar con nosotros que estamos frescos

como lechugas.

- No te preocupes papá, en cuanto coma y

descanse un poco estoy listo.

Karsof se quedó mirando a su hijo como si fuese un bicho raro, pero tampoco le podía decir que se quedase en casa porque le necesitaban, con el formaban un equipo.

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Igor después de ducharse se preparó un bocadillo tan grande como su brazo, que desapareció con la misma rapidez con que un mago hace desaparecer una paloma en su chistera, seguidamente se comió un plátano acompañado de una manzana y todo esto regado con mucha agua. Karsof y Lilí habían visto como su hijo había devorado el bocadillo y seguido la fruta en un santiamén, Karsof le dijo a su mujer: - ¡Lili!, no te preocupes, es normal que coma así,

está en pleno desarrollo y necesita comer de

esta forma; yo cuando tenía su edad recuerdo

que también comía mucho, “pero no tanto”,

esto último lo dijo en voz baja para que no lo

oyese su mujer.

- ¿Estás preparado?, le preguntó Karsof a su hijo.

- ¡Sí!, lo estoy. Podemos ir cuando quieras.

Cuando llegaron al polideportivo donde iban a jugar el partido, se encontraron a todos los compañeros de su padre calentando: unos corrían por la cancha hacia atrás y hacia delante, otros estiraban los músculos de los brazos y de las piernas y otros tiraban tiros a canasta. En las gradas estaban los amigos de Igor esperando a que empezase el partido. Poco antes de empezar se oyó un grito desde las gradas:

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- ¡Animo Igor!, demuestra de lo que eres capaz.

Jugaban cinco contra cinco. Igor y su padre jugaban en el mismo equipo. Empieza el partido:

Karsof le pasa a Anselmo y este a Manolo que le

devuelve a Anselmo y este le pasa a Igor que se la pasa a su padre, este viendo pasillo se va hacia la canasta tira pero no encesta. El equipo contrario se hace con el balón. La altura media del equipo rondaba el 1,85, eran bastante altos, Igor se encontraba con ellos como entre gigantes. Poco a poco se la van pasando entre ellos llegando fácilmente cerca de la canasta y encestan sin problemas. 2-0 a favor del equipo contrario. Pierde el equipo de Igor.

Sigue el partido, el equipo de Igor perdía balones

fáciles, el equipo contrario los recogía y llegaba con facilidad a la canasta contraria encestando una y otra vez. Se fueron distanciando paulatinamente hasta alcanzar una diferencia de dieciséis tantos. 20 – 4 a favor del equipo contrario. Igor no jugaba mal, pasaba el balón con rapidez, pero alguno de sus compañeros perdía el balón fácilmente y luego no bajaban a defender, por lo que les estaban dando una paliza. Nada más terminar el segundo periodo, uno del equipo del padre de Igor comentó: - ¡Qué nos pasa!, estamos perdiendo muchos

balones y encima no bajamos a defender, así no

podemos seguir.

Manolo replicó:

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- Es que jugar con un niño se nota, es como jugar

con un jugador menos.

Igor nada más oír lo que dijo Manolo apretó los

puños y los dientes. Anselmo nada más oír a Manolo le contestó: - Igor es el mejor del equipo, no ha perdido

ningún balón y hace unos pases estupendos.

Empieza el tercer periodo, saca el equipo contrario, se lo van pasando entre ellos, se acercan a canasta para encestar a placer, pero aparece una mano golpeando el balón, según cae al suelo alguien lo coge y sale como un rayo hacia la canasta contraria, es Igor que a una velocidad impresionante va sorteando a cada uno de los jugadores contrarios para encestar sin ninguna dificultad. Los amigos de este desde las gradas celebran la canasta y empiezan a animarle, hasta ese momento habían estado callados dada la superioridad del equipo contrario, pero ahora están todos de pie animando a su amigo.

Saca el equipo contrario, se van pasando el balón

con cautela, han visto a Igor en acción y no quieren que vuelva a repetirse, se lo van pasando en corto, prefieren no hacer pases muy largos para no perder el balón, se acercan de nuevo a canasta, el que tiene el balón mira a la canasta se dispone a tirar y de nuevo se repite la misma acción de hace unos minutos, aparece la mano de Igor y

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de un manotazo se lo quita de las manos, según cae el balón al suelo este lo recoge y sale como un rayo, se va sorteando a uno y a otro, pero esta vez tira desde la línea de tres puntos, marcando nuevamente para su equipo. El partido empieza a cambiar, Igor ha cambiado de táctica, “defiende y al mismo tiempo ataca con velocidad consiguiendo encestar”.

Los del equipo contrario se miran entre ellos, no

se pueden creer que un chico tan pequeño les pueda estar haciendo sufrir de esa manera. Se empiezan a pasar el balón, pero uno de esos pases lo vuelve a interceptar Igor a la carrera llevándoselo hacia la canasta contraria y encestando a placer una vez más. Manolo sonríe, ya no dice nada, Anselmo le mira a Manolo y le hace una seña como diciéndole “que decías de ese chico”, Manolo se pone rojo y no dice nada. Acaba el tercer periodo con empate a 20 –20. Antes de empezar el cuarto y último periodo. Anselmo se acerca a Manolo y le dice: - ¿Qué te parece Igor?

Manolo no dice nada, solo sonríe. Los amigos de Igor ya no están en las gradas, ante el buen juego de su amigo han bajado a la cancha y desde fuera del campo han seguido animando a su amigo. El padre de Igor mira a su hijo como si fuese un fantasma, es increíble como se ha recuperado del partido que había jugado anteriormente con sus amigos y además ahora corre por todo el campo con una facilidad increíble.

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Empieza el último periodo. Todos los jugadores excepto Igor están bastante cansados, está siendo un partido duro y se empieza a notar en los jugadores la forma física. Vuelve a sacar el equipo contrario, se pasan el balón tímidamente con miedo, saben que el muchacho está al acecho y en cualquier momento se la puede robar, se van acercando a la canasta contraria, el que lleva el balón mira donde está el chico pero no consigue verlo, se pone nervioso y no es para menos, de repente aparece una mano por detrás y le roba el balón, Igor se había quedado atrás para poder robar el balón con facilidad y lo ha conseguido fácilmente, se va hacia la canasta y encesta.

El equipo contrario empieza a ponerse nervioso,

no consigue tirar a canasta, Igor está en todas partes. Vuelven a pasarse el balón de un jugador a otro hasta llegar cerca de la canasta contraria, por fin consiguen tirar a canasta, pero no entra, rebota en el aro y cae el balón, lo recoge Manolo que le pasa a Anselmo y este a Karsof metiéndose hasta ponerse casi debajo del aro y en ese momento aprovecha e intenta meter el balón con un gancho, el balón sube pega en el aro rebota y sale despedido hacia fuera, nada más empezar a caer el balón varios jugadores del equipo contrario saltan hacia el, pero el balón ha desaparecido en el aire, lo tiene Igor que gracias a su velocidad se ha hecho una vez más con el, sale hacia fuera para organizar otra vez el contraataque pero no le pasa a ningún compañero aprovecha para tirar un tiro de tres puntos, el balón sube, sube y entra sin tocar el aro.

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Después de esta última canasta de tres puntos se suceden una serie de robos de balón por parte de Igor que aprovechando el cansancio del equipo contrario no le cuesta nada quitarles el balón sin que se den cuenta y va encestando, unas veces canastas de dos puntos y otras muchas de tres. Llega el final del partido con el marcador de 63-31 a favor del equipo del padre de Igor. Todos los compañeros de Karsof le felicitan, pero no por haber ganado el partido, sino por el hijo que tiene, uno le dice: - Ha sido asombroso, se mueve con una agilidad

impresionante, nunca habíamos visto nada

igual. Tu hijo no tardará en llegar lejos en el

baloncesto.

Y otro sigue:

- Pues menos mal que tu hijo en los dos primeros

periodos solo se conformaba con pasar balones y

organizar el juego, si juega desde el principio

como ha jugado en los dos últimos periodos nos

saca de la cancha. Y ahora mírale, está como si

no hubiese jugado. Sin embargo nosotros

estamos para meternos en la cama.

Los amigos de Igor nada mas terminar el partido

se fueron a donde estaba su amigo, poco después estaban comentando las jugadas del partido. Igor se acercó a su padre y le dijo:

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- Papá me ducho y te dejo la bolsa de deportes.

Voy con mis amigos a dar una vuelta.

Poco después cuando Karsof entraba en su casa,

Lilí le pregunta: - ¿Qué tal el partido?, ¡no le habréis hecho daño

a Igor!, ¿dónde está? - Tranquila Lilí, déjame coger aire, después de

sentarse y ponerse cómodo, siguió hablando - El

partido de hoy ha sido impresionante, hemos

acabado todos rendidos menos tu hijo, se ha ido

con sus amigos a dar una vuelta. Ahora déjame

sentarme un momento y te cuento el desarrollo

del partido.

Después de un rato de descanso, Karsof siguió hablando:

- En los dos primeros periodos nuestro hijo solo se

ha dedicado a pasar el balón y a defender, el

equipo contrario nos iba pegando una paliza.

Hemos parado para beber un poco de agua y

Manolo ha aprovechado para hacer un

comentario acerca de Igor, ha dicho: “que

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teniendo a un chico en el equipo no podíamos

ganar”, que era como jugar con uno menos.

Igor ha debido oír el comentario de Manolo y a

partir de ese momento se ha transformado en un

torbellino, se le veía en todas partes: arriba,

abajo, a la izquierda a la derecha, pero no se

ha conformado solo con eso, ha empezado a

robar balones y a poner tapones cuando ellos

iban a tirar que les ha sido imposible meter una

canasta, sin embargo Igor ha empezado a meter

canastas con una facilidad asombrosa. Tan

pronto metía de dos, como de tres puntos,

parece que le daba igual, nunca había visto

nada semejante. Y lo mejor de todo es que tiene

una resistencia a prueba de balas, en ningún

momento le he visto jadear, mientras todos

nosotros estábamos que no podíamos más, el sin

embargo parecía que cada vez tenía más

fuerza.

Lilí se había quedado muda oyendo hablar a su marido, pero cuando salió de su mutismo dijo: - En los partidos que le hemos visto jugar en el

colegio desde luego hemos visto que jugaba

bien y metía muchas canastas, pero lo que

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ahora me estás diciendo me está dejando

asombrada.

- El cambio de nuestro hijo ha sido asombroso,

contestó Karsof, desde luego nosotros no somos

unos jugadores de primera, pero a parte de que

le sacamos medio metro, tenemos bastante

experiencia y horas de baloncesto como para

que haya jugado con nosotros de esa forma.

A cien metros de la casa de Igor, en el parque estaba reunida la cuadrilla de este, estaban todos hablando sentados en la hierba. - Ha sido increíble decía Jon, les has dejado para

el arrastre, estaban todos hechos polvo.

- Estoy totalmente de acuerdo, siguió Cristóbal.

No se lo que pretendías en los dos primeros

períodos, supongo que estabas viendo como

jugaban para pasar al ataque como has hecho

más tarde.

- Sois unos exagerados, intervino Igor, he metido

unas cuantas canastas, pero como estas

canastas las meten muchos chicos y chicas todos

73

los días. Además con los que he jugado incluido

mi padre están un poco mayores. Al principio

aguantan bien, pero poco a poco se van

hundiendo y no levantan cabeza.

Así permanecieron durante un tiempo haciendo comentarios sobre el partido hasta que el día fue cayendo y se hizo de noche, poco a poco se fueron despidiendo porque al día siguiente empezaría un nuevo curso para ellos: 1º de ESO.

COMIENZA UN NUEVO CURSO, 1º DE ESO

A las nueve menos cuarto de la mañana estaba todo el colegio abarrotado de chicos y chicas, esperaban que tocase el timbre para entrar en sus clases. En uno de los muchos corros que había en el patio estaba Igor con sus amigos: Jon, Hugo, Penélope, Cristóbal, Silver, Lucas y Oscar. Por donde pasaba Igor era señalado por todos los demás como el chico que había ganado un montón de premios en el partido amistoso que hubo semanas atrás. De repente sonó el timbre y los corros se fueron deshaciendo, todos los chicos y chicas empezaron a entrar en los pabellones donde tenían las

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clases y cinco minutos más tarde el patio se había quedado totalmente desierto.

Cuando en la clase de Igor estaban totalmente

metidos en las matemáticas que les estaba explicando su profesor se oyó que alguien golpeaba a la puerta, seguidamente apareció la cabeza del entrenador de Baloncesto: Tom. - Chicos-as: Hoy mismo empezamos los

entrenamientos de baloncesto a las seis de la

tarde. Si hay alguno-na que no tenga ficha del

año pasado y quiere apuntarse para hacer las

pruebas para intentar entrar en el equipo,

puede venir.

Y sin decir nada mas Tom desapareció cerrando la puerta y dejando a todos chicos-cas pensativos. Al profesor de matemáticas le volvió a costar que sus chicos volviesen a coger el hilo de la clase y poco después se oyó el timbre de salida al descanso. A las seis menos cuarto estaban todos los jugadores del equipo infantil en la cancha del polideportivo esperando a que apareciese su entrenador. A las seis en punto hacia su entrada por una de las puertas del polideportivo Tom con Jeremías su ayudante y colaborador en el equipo. - ¡Bueno!, otro año más, dijo Tom. Veo que todos

habéis crecido bastante, esto nos vendrá muy

bien de cara a los partidos que tenemos que

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jugar próximamente. El año pasado éramos de

los equipos con los jugadores más bajos de la

liga, pero creo que este año nos hemos puesto a

la altura de los grandes equipos. Este año

entrenaremos mas tiempo. A partir de ahora

empezamos a jugar con el aro más arriba, como

los cadetes y juveniles. El año pasado teníamos

el aro casi medio metro más abajo, eso quiere

decir que tenemos que tirar con más fuerza y

para eso tenemos que fortalecer mucho los

brazos.

Seguido se oyó la voz de Jeremías: - ¡Todo el mundo a correr!, tenéis que poneros en

forma cuanto antes. Daréis veinte vueltas al

campo de atletismo, veremos quien ha hecho

deporte durante las vacaciones y quien no ha

hecho nada.

Cuarenta minutos mas tarde Jeremías hizo sonar el pito para que todos los jugadores parasen, había terminado la primera parte del entrenamiento. Casi todos los chicos y chicas estaban exhaustos, se notaba que en las vacaciones no habían hecho casi nada de ejercicio físico, solo se salvaban tres: Hugo, Oscar e Igor. Seguidamente se oyó la voz de Tom:

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- ¡Vamos rápido!, no os quedéis fríos, poneros por

parejas y os vais pasando el balón. Primero con

una mano y después con las dos.

Diez minutos después:

- Coged todos dos balones, quiero que vayáis

botándolos uno con cada mano, iréis desde esta

canasta hasta la otra, no quiero que se os caiga

ningún balón, a todo el que se le caiga alguno

volverá a repetir el ejercicio.

Poco después: - Ahora iremos botando el balón en zig-zag

haciendo este recorrido que os he preparado

con los conos y a continuación tiráis a canasta,

todo el que no enceste hará treinta abdominales

y volverá a hacer el ejercicio.

Cuando había pasado hora y media de entrenamiento el entrenador mandó parar. - Está bien chicos-cas, descansamos un poco y

bebemos agua. Seguidamente jugaremos un

partido.

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Empieza el partido del entrenamiento: Igor sube el balón se lo pasa a Jon, este a Cristóbal y este a Silver. Silver se lo devuelve a Cristóbal que estaba bien situado y tira a canasta, pero el balón no entra, antes de que el balón caiga al suelo Igor se ha hecho con el y aprovecha para encestar.

Un cuarto de hora mas tarde el marcador está a

favor del equipo de Igor, 14 – 8. - ¡Bien chicos!, por hoy es suficiente, veo que no

estáis mal del todo. Si seguimos así y nos

respetan las lesiones podremos hacer un gran

campeonato.

Media hora más tarde salían de los vestuarios, los chicos por un lado y las chicas por otro. Los amigos-as de Igor iban todos juntos como siempre, esta vez hablaban sobre el campeonato de ese año. A medida que iban llegando a la casa de uno de ellos se despedía y los demás seguían su caminata hacia su casa, veinte minutos mas tarde se habían quedado Penélope e Igor solos, los dos vivían bastante cerca uno del otro y al mismo tiempo un poco lejos de todos los demás compañeros. - Te he visto un poco floja hoy en el

entrenamiento, le dijo Igor a Penélope.

- ¡Sí!, la verdad es que este verano apenas he

hecho deporte. Me he dedicado a hablar inglés

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y ese ha sido mi objetivo principal y por eso

estoy como me ves, bajo mínimos.

- No te preocupes, en unas semanas volverás a

coger el ritmo. Al principio cuesta un poco

porque empiezan a aparecer las agujetas, pero

poco a poco va entrando uno como todos los

demás, no hay más remedio, el equipo te lleva

adelante aunque tu no quieras.

- Eso espero, gracias Igor por tus ánimos.

IGOR Y SUS PADRES VIAJAN A RUSIA

Cuando se quisieron dar cuenta habían llegado a la casa de Igor, allí mismo se despidieron. Penélope vivía justo enfrente de él. Nada mas entrar Igor en su casa, su madre le dijo que su abuelo se estaba muriendo. Había llamado la abuela para decirles que el médico le había dado pocos días de vida.

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- Mañana a las once de la mañana hay un vuelo

directo a Moscú, llevaremos ropa para tres ó

cuatro días, dijo Lilí, la madre de Igor.

- ¿Y el colegio?, preguntó Igor.

- Esta semana no podrás ir, no pasa nada porque

pierdas una semana, ya te pasarán los apuntes

tus compañeros.

A las once menos cuarto de la mañana estaban en el aeropuerto para coger el avión. A las once en punto salía el avión hacia Moscú, dos horas mas tarde habían llegado al aeropuerto. Poco después cogieron un taxi y media hora mas tarde estaban en casa de los abuelos de Igor. La madre de Karsof, la abuela de Igor, les contó lo que le había dicho el médico, que duraría tres o cuatro días como mucho. Pasó una semana, pero el abuelo seguía igual. Karsof como no podía permanecer mas tiempo en Moscú porque tenía que trabajar se tuvo que volver a España, allí esperaría noticias de su padre. Cuando llegó Karsof a España habló con el director del colegio de su hijo para explicarle lo que pasaba y de que no sabía con seguridad cuando podría volver Igor al colegio, sus amigos se llevaron una gran decepción al enterarse de la noticia, aunque no creían que la cosa durase mucho tiempo. Igor era muy querido entre sus amigos y a todo el mundo le caía bien. Pero los que peor encajaron la noticia fueron sus entrenadores: Tom y

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Jeremías, nada mas enterarse pusieron el grito en el cielo; Igor era el motor del equipo, el que daba luz, alegría, fuerza, serenidad y el que les llevaba de victoria en victoria, que harían sin él se preguntaban. En los entrenamientos tanto a Tom como a Jeremías se les veía bastante serios, las cosas no salían como cuando estaba Igor. Incluso se cuenta que más de un jugador les había visto llorar, pero los dos tenían la esperanza de que tarde o temprano Igor volviese al equipo. Pasó un mes y el abuelo no daba muestras de empeorar, seguía como el primer día que llegaron allí, ni empeoraba ni mejoraba. Al final Lilí también tomó la decisión de volver junto a su marido para no dejarle solo. Igor se quedaría con su abuela para ayudarla en todo lo que necesitase, no tenía problemas con el idioma ya que su padre se había preocupado de que lo aprendiese desde pequeño y desde pequeño Karsof e Igor hablaban en ruso todos los días durante un buen rato. Lilí antes de volver a España con su marido había hablado con su suegra, la abuela de Igor para que ese curso su hijo se quedase allí estudiando y sobre todo para ayudarla en lo que necesitase. Igor que no se esperaba esto, pues el quería volver a España sobre todo para jugar con sus compañeros en la liga; al principio lo pasó un poco mal, pero poco a poco se fue haciendo a la idea de que era lo único que se podía hacer, la abuela no se podía quedar sola con el abuelo en aquellas circunstancias. El primer día que Igor se presentó en el colegio se encontró con que no conocía a nadie, todo era nuevo para el, incluso el idioma que aunque lo hablaba y

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lo escribía perfectamente, le sonaba raro. Había pasado de un ambiente cálido a otro helado, gracias a que era un chico que no se rendía ante la adversidad enseguida se sobrepuso a su nueva vida y poco a poco fue haciendo nuevos amigos: Kramitzi, Petrovis, Karlovis y Rainov. Pasó el tiempo, el abuelo de Igor en vez de empeorar empezó a mejorar, parece ser que el tener a su nieto allí cerca en su propia casa le había hecho bien. El médico no se lo podía creer, estaba asustado de ver al abuelo mejorar día a día. Uno de los días que Igor estaba en el colegio con sus amigos, le preguntó a Rainov: - ¡Oye! ¿tú crees que si voy a donde el entrenador

de baloncesto para que me haga una prueba

para entrar en el equipo, me la hará?

- ¡No lo sé!, es un entrenador muy estricto, solo

coge a los muy buenos y a los muy altos. Tu con

la estatura que tienes es casi imposible que te

coja.

- Pero si mido uno setenta y cinco y aún estoy

creciendo, contestó Igor.

- Al entrenador el que estés creciendo le da igual,

el los quiere altos ahora. En nuestra clase no se si

te has dado cuenta, hay chicos que miden uno

noventa y como dices tu siguen creciendo. Hay

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uno un poco más alto que tú, pero es muy

bueno, mete cantidad de canastas, por eso está

en el equipo.

- ¿Y se pueden ver los entrenamientos?

- ¡Por supuesto!, va mucha gente a verlos, sobre

todo chicas.

- Y, ¿cuando entrenan?

- Hoy a las siete de la tarde hay entrenamiento.

- Gracias.

IGOR INTENTA ENTRAR EN EL EQUIPO DEL COLEGIO

Después de merendar Igor le dijo a su abuela que le gustaría ir a ver los entrenamientos de baloncesto y que volvería a casa sobre las nueve. Su abuela le dio permiso. El abuelo se había empezado a

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levantar de la cama y parecía que cada día que pasaba se encontraba mejor.

Cuando Igor llegó al polideportivo se encontró

que estaba casi abarrotado, parecía como si hubiese un partido de liga, pero solo era un entrenamiento mas; había un montón de chicos y chicas animando, también había padres viendo a sus hijos, el ambiente era fantástico, allí se vivía el baloncesto en todo su esplendor. Al entrenador le llamaban Marlov. Gritaba mucho a sus jugadores y les entrenaba duramente. Cada vez que uno hacia mal un ejercicio se tenía que poner aparte y hacer unas series de flexiones de brazos, abdominales y ejercicios de fuerza cogidos a una barra a dos metros del suelo. Cuando habían pasado dos horas por el reloj de Igor el entrenamiento llegó a su fin. Nada mas terminar, Igor bajó de las gradas y se fue derecho hacia el entrenador: - ¡Señor!, soy alumno de la escuela, acabo de

venir de España por asuntos familiares y me

gustaría entrar en el equipo si es posible. En

España jugaba en el equipo del colegio. Si

quiere puede hacerme una prueba y le

demuestro lo que se hacer.

Marlov se le quedó mirando desde arriba, medía cerca de dos metros, tenía cara de muy pocos amigos, después de un rato, le dijo:

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- ¡Chico!, el equipo está completo. Además todos

mis jugadores son muy buenos y como puedes ver

mucho mas altos que tú; solo con mirarte “se”

que no eres mejor que mis jugadores.

Según le dijo estas palabras se dio media vuelta y le dejó a Igor en el sitio, no le dio más explicaciones. Igor se quedó con la palabra en la boca, no se esperaba esta contestación, pensaba que le daría una oportunidad, que le dejase demostrar algo de lo que el sabía hacer aunque luego le dijera que no. Poco después Igor se fue cabizbajo para casa, para él jugar al baloncesto lo era todo y le habían cerrado las puertas de entrada. Tardó en llegar a casa, estuvo dando rodeos por varias calles intentando asimilar lo que le había dicho Marlov. Cuando llegó a casa eran cerca de las diez de la noche, sus abuelos estaban preocupados por la tardanza de su nieto. Por eso cuando Igor llegó a casa, su abuela empezó a dar gracias a Dios porque su nieto estaba bien. - ¿Qué te ha pasado que has llegado tan tarde?,

le preguntó su abuela, -además te veo triste-

- He estado en los entrenamientos esperando a

que acabasen para hablar con el entrenador y

cuando al final he podido hablar con el me ha

dicho que el equipo estaba completo. Pensaba

que me dejaría enseñarle algo de lo que se

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hacer, pero no me ha dado ninguna opción, me

ha dejado allí plantado.

- ¡No te preocupes!, le dijo su abuela. Tu abuelo

de joven jugó en el Turow y no lo hizo mal,

tienen fotos de los equipos que ganaron las ligas

en aquellos años y tu abuelo está entre ellos, allí

le tienen en gran estima y le conocen todos.

Mañana iré contigo y te presentaré a su

entrenador.

IGOR SE PRESENTA AL ENTRENADOR DEL TUROW

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Al día siguiente abuela y nieto se dirigieron hacia la cancha donde entrenaba el Turov. Cuando llegaron aún no habían empezado a entrenar, el entrenador estaba hablando con sus jugadores. La abuela seguida por su nieto se dirigió hacia donde estaba el entrenador:

- Oiga, por favor, he traído a mi nieto que ha

estado jugando al baloncesto desde pequeño.

Viene de España para quedarse durante un

tiempo, ¿podría hacerle una prueba para que

pueda entrar a jugar con su equipo?

- Lo siento señora, estamos completos. Tenemos

mas chicos de los que necesitamos, aún tengo

que echar del equipo a unos cuantos.

- Mire mi marido es Tenkov, jugó aquí hace unos

años, está en las fotos donde están todas las

copas que ha conseguido el club.

- O sea que usted es la mujer de Tenkov, ¡que

gran jugador!, es una lástima que no haya ahora

jugadores como el, pero lo siento señora, no hay

ninguna posibilidad.

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La abuela no se lo podía creer, poco después la abuela y el nieto salieron del pabellón con la cabeza gacha hacia su casa. Mientras iban de camino Igor en un arranque de furia, le dijo a su abuela: - Abuela no te preocupes, lucharé hasta que logre

entrar en algún equipo, se van a enterar quien es

Igor, algún día todos los equipos querrán

tenerme entre sus jugadores.

La abuela se quedó impresionada de las palabras que había oído a su nieto, por su cuerpo había corrido como un escalofrío. Igor no se rindió. A partir de ese día, antes de ir al colegio se iba a un parque que tenía cerca de casa donde había un par de canastas y allí entrenaba durante una hora sin descanso. Cuando terminaba de entrenar volvía a casa y se duchaba, desayunaba y seguidamente iba al colegio.

Pasaron tres largos años, Igor no dejó un solo día

de entrenarse, el último año aumentó el horario de entrenamiento, se le había quedado corta una hora, había crecido y se había fortalecido, ahora necesitaba cerca de dos horas para que su cuerpo se cansase. Uno de esos días muy temprano, por la mañana, estaba como todos los días entrenando: tiraba a canasta y antes de que cayese el balón al suelo Igor ya lo tenía en la mano, corría hacia la otra canasta y hacia lo mismo y así una vez y otra. Cada vez que metía canasta tiraba desde mas lejos, cuando fallaba el tiro, el siguiente lo volvía a tirar desde el mismo

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sitio hasta que lo metía. Llegó un momento que los tiros que tenía que tirar eran casi desde el medio del campo.

Un día pasó por allí una señora que servía en casa

de unos señores. Era casi de noche, se veía muy poco, aún no había amanecido. La señora se quedó mirando como corría aquel chico de una parte a otra del campo y encestaba con una precisión asombrosa, estuvo un buen rato mirándole, pero al final como se había hecho tarde se tuvo que ir. En cuanto la señora llegó a la casa de sus señores se puso a hacer las cosas de la casa y a preparar los desayunos. Sobre las nueve sus señores se levantaron de la cama y se pusieron a desayunar, el señor todos los días después de desayunar leía el periódico y cuando terminaba de leerlo comentaba con su mujer las noticias más relevantes del día. Cuando llegó a la sección de deportes, como todos los días empezó a quejarse de su equipo. El era el presidente de un equipo de baloncesto, el “Parmesav”, no iba nada bien en la liga, tenía buenos jugadores, pero a la hora de encestar no tenían un jugador que encestase con facilidad, fallaban muchos tiros y los jugadores terminaban desanimándose. Nada mas oírle la señora, le dijo al señor: - ¡Tengo que darle una buena noticia!

- ¡Sí!, ¿dígame Paulova? Necesito que me den

buenas noticias, últimamente recibo malas

noticias todos los días.

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El presidente era un buen hombre, quería mucho a Paulova, había servido en su casa prácticamente toda la vida y era una más de la familia. - Esta mañana cuando venía para aquí he visto a

un chico tirando tiros a las canastas que hay en

el parque, corría de una canasta a otra con una

velocidad asombrosa. A mí me ha parecido un

gran jugador.

- Y ¿por qué le ha parecido que era un buen

jugador? Le preguntó el señor a Paulova.

- Por que todos los tiros que tiraba a las canastas

entraban dentro de los aros, no he visto ningún

balón que se saliese fuera.

- Pero hay muchos jugadores que encestan

muchas canastas, sobre todo si están cerca de la

canasta. Además si no tiene a nadie enfrente

para que no le deje tirar así encesto hasta yo.

- Sabe lo que le digo, que si tiene tiempo y quiere

pásese por el parque, este chico entrena todos

los días, porque le veo todas las mañanas. ¡Eso

sí!, si le quiere ver entrenar tendrá que ir pronto.

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Cuando yo paso por allí a las ocho de la

mañana está completamente sudado, eso quiere

decir que está a punto de irse, de que lleva

mucho tiempo entrenando.

- ¿Cómo sabe que entrena todos los días?

- Porque hace mucho tiempo que le veo entrenar y

no falla ningún día, lo que sucede es que nunca

me había parado a verle. Hoy sin embargo me he

acordado de usted, de lo mal que va su equipo y

de lo mucho que se queja. Entonces me he

quedado viéndole durante un rato y la verdad

que me ha impresionado.

- Gracias por la información Paulova.

- No hay de que Sr. Seriozha.

Tania, la mujer de Seriozha, le dijo: - No te cuesta nada ir a ver a ese chico un día. ¡no

necesitas a alguien que meta canastas! Pues

igual es el jugador que necesitas, puede ser el

jugador que andas buscando.

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- ¡Pero mujer! Tú crees que si ese chico fuera una

figura estaría de madrugada tirando tiros a unas

canastas en el parque, seguro que será un

chalado de los muchos que hay por ahí, que no

digo que no le guste el baloncesto, pero de eso

a que sea una figura hay mucho que andar. Si

fuese una figura estaría en un equipo seguro.

- Haz lo que quieras, siempre te estás quejando

que necesitas un buen encestador y ahora que

tienes la oportunidad de ver a alguien no quieres

ni oír hablar de ello.

EL PRESIDENTE DEL PARMESAV SE INTERESA POR IGOR

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Siguieron pasando las semanas e Igor seguía

entrenando sin descanso. Seriotza el presidente del “Parmesav” no había olvidado del todo al joven que jugaba en el parque, aunque lo tenía medio oculto en alguna parte de su cabeza. Su equipo seguía mal en la liga, no ganaba un partido y el asunto cada vez estaba más al rojo vivo. Una de las noches que Seriotza no podía dormir a cuenta de los problemas de su equipo, se levantó de la cama con cuidado para no despertar a su mujer, fue a tientas hasta la puerta de su habitación y estuvo a punto de romperse la cabeza si no se agarra a la cama. Cuando por fin consiguió salir de la habitación sin despertar a su mujer se dirigió hacia el salón y se sentó en un sillón, allí siguió dándole vueltas a sus problemas con el equipo de baloncesto y recordó que días atrás Paulova le había hablado de un chico que entrenaba en el parque. Miró al reloj, eran las seis de la mañana, entonces se preguntó: ¿por qué no me acerco hasta el parque para ver a ese chico?, ¡no pierdo nada por verle!; volvió a la habitación con mucho cuidado y cogió su ropa, poco después se vistió en el salón, veinte minutos mas tarde bajaba en el ascensor hacia la calle.

Mientras Seriotza se dirigía al parque,

mentalmente se iba diciendo: “estás loco”, como puede el presidente del “Parmesav” ir a ver tirar tiros a un chico al parque, seguramente no estará porque hace un frío que hiela la sangre y encima no se ve casi nada, es de noche totalmente. A medida que se iba acercando al parque empezó a oír un ruido continuo, poco después se dio

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cuenta que era el sonido de un balón cuando golpea el suelo. - Osea que este chico está aquí entrenando, está

más loco que yo, se dijo en voz alta Seriotza.

Efectivamente a lo lejos se veía la figura de un chico llevando un balón de una canasta a la otra de la pista con una velocidad impresionante. Seriotza se acercó hasta ponerse a unos metros de donde estaba aquel chico entrenando, como no quería que le viese se escondió detrás de un árbol que había cerca de la cancha, pensaba estar unos minutos y volverse a casa, hace un frío helador, pero al final estuvo durante una hora mirando cada uno de los ejercicios que hacía el joven. Lo que más le llamó la atención fue verle encestar desde cualquier punto de la cancha y recoger el balón antes de que cayese al suelo, seguidamente cogía el balón y de un salto encestaba con las dos manos a la vez. Cuando Igor acabó su entrenamiento se cambio de camisa, recogió el balón y se fue a su casa. Seriotza dejó que se fuese, no quería que le viese, cuando el chico había desaparecido de su vista, también se marchó. Nada más llegar a su casa, trató de no meter nada de ruido para no despertar a su mujer. Sin embargo cuando entró en el comedor se encontró que Paulova le había preparado el desayuno. - ¿Qué le ha parecido el chico?, le preguntó

Paulova de sopetón.

- ¿Qué chico?, contestó Seriotza sobresaltado.

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- El chico que ha estado viendo detrás de un árbol

cerca del parque. Cuando he pasado por allí le

he visto a usted que le miraba con mucha

atención.

- ¡Ah!, ¡el chico!, el que usted me dijo que fuese

a ver. Me ha encantado Paulova, creo que es el

jugador que nuestro equipo necesita. No se

como agradecérselo, ha hecho un

descubrimiento asombroso, gracias.

Nada más decir esto Seriotza, entró en el comedor su mujer “Tanya” y poniéndose enfrente de él le dijo: - Que pronto te has levantado hoy, ¿no tenías

sueño?

- Me he desvelado y he salido a tomar el aire

fresco de la mañana, le contestó su marido.

- “O sea” que no tenías sueño y has salido a

tomar el aire fresco de la mañana, repitió su

mujer en un tono de voz diferente a la suya.

¡Ahora dime! ¿Qué tal ese joven que entrena

solo en el parque de madrugada?

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- ¿Quién te ha dicho que he ido a ver a ese joven?

- ¡Cariño!, llevamos cuarenta años casados y te

conozco mejor de lo que te conoces tú mismo.

- ¿Llevamos tantos años casados?, preguntó

Seriotza como si no lo supiese.

- Déjate de monsergas y dime ¿qué te ha

parecido ese joven?

- La verdad es que me ha gustado, encesta

bastante bien, tiene gran dominio del balón,

pero no se si con un equipo enfrente sería capaz

de hacer lo mismo. Además un chico tan joven

como ese seguro que está en un equipo y se

levanta temprano para mejorar en algún aspecto

que le haya dicho su entrenador.

- ¿Pero se lo has preguntado?, le volvió a

preguntar Tanya subiendo la voz.

- Pues la verdad que ¡no!, respondió Seriotza.

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- ¿Y a que esperas para preguntárselo?, ¡no dices

que es bueno!

- Por lo menos, eso me ha parecido.

- Pues no pierdas el tiempo y mañana

pregúntaselo. Seguro que es un regalo venido del

cielo y tu no haces mas que decir: “creo”,

“supongo”, “no se”.

Al día siguiente Seriotza volvió a levantarse a las seis de la mañana para ver a aquel jovencito jugar en el parque. Cuando iba a salir por la puerta de su casa su mujer se le apareció de repente en el pasillo y le dijo: - Espero que hoy vengas con los deberes hechos.

Me gustaría ver a ese joven entrenando en tu

equipo. Un chico que entrena todos los días a

estas horas de la mañana no puede ser mal

jugador, y si no es tan bueno, seguro que

entrenando conseguirá llegar a donde quiera.

Seriotza salió de su casa en dirección al parque, a medida que se iba acercando empezó a oír el ruido de un balón golpear contra el suelo y a alguien que corría. Volvió a ponerse detrás del mismo árbol donde se escondió el día anterior, desde allí empezó a mirar todo lo que hacía aquel joven. Cuando llevaba un cuarto de hora

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escaso se dio cuenta que hacía un frío horroroso, hacía mucho más frío que el día anterior ¿como podía aquel joven entrenar a aquella hora?, se preguntó Seriotza. Poco más tarde cuando solo llevaba media hora salió detrás del árbol, no aguantaba más aquel frío helador, se dirigió hacia donde estaba el joven, le dijo: - ¡Chico!, ven por favor.

Igor al oír que le llamaban se acercó a aquel hombre pensando que necesitaba ayuda, le preguntó: - ¿Necesita algo?

- ¡No! Muchas gracias. ¡Oye chico! ¿juegas en

algún equipo?

Igor se quedó sin habla ante la pregunta que le había hecho aquel hombre que no conocía de nada. Segundos después contestó:

- ¡No! He intentado jugar en alguno pero me han

dicho que estaban completos.

- ¿Y no te han hecho ninguna prueba?

- ¡No!, contestó Igor.

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- ¡Bueno!, pues yo te voy a dar esa oportunidad

que estás buscando. ¿Por qué estás buscando

una oportunidad? ¡No!.

- ¡Si señor!, gracias, no le defraudaré.

- Vete mañana al “Parmesav”, preséntate al

entrenador Popov, dile que vas de parte de

Seriotza.

Poco después Seriotza e Igor se despidieron con un apretón de manos. Igor estaba emocionado, casi se le caían las lágrimas, por fin, después de tanto tiempo iba a tener la oportunidad de demostrar lo que sabía hacer. Cuando Igor llegó a su casa después de su entrenamiento su abuela le notó en la cara una alegría diferente a la de todos los días, y le preguntó: - ¿Qué te pasa que vienes tan contento?

- Cuando estaba entrenando ha aparecido un

señor y me ha preguntado si jugaba en algún

equipo. Yo le he dicho que no. Al final me ha

dicho que mañana valla al “Parmesav” y

pregunte por un tal Popov, que le diga que voy

de parte de Seriotza.

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- Que alegría me acabas de dar; Dios mío que

felicidad, gracias por haber oído mis plegarias,

Igor, ahí tienes la oportunidad que andabas

buscando, ¡aprovéchala!

- No la desaprovecharé abuela. Llevo años

entrenando para este día.

Ese mismo día llamó su madre desde España. - ¿Qué tal estas hijo?, ¿qué tal está el abuelo?

- El abuelo está cada día mejor, se levanta de la

cama y ha empezado a salir a la calle. El

médico está asombrado, dice que es un milagro.

Mamá te quiero contar lo que me ha pasado

hoy, un señor se me ha acercado cuando estaba

entrenando esta mañana y me ha dicho que me

presente mañana al “Parmesav” y que pregunte

por su entrenador.

- ¡Que alegría hijo mío!, ya rezaremos para que

todo te vaya bien.

- Gracias, mamá.

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- Siempre que me ven tus amigos me preguntan por

ti.

- Diles que estoy muy bien, que intento jugar en

un equipo de baloncesto, que aquí es muy difícil

entrar en un equipo y sobre todo diles que les

echo mucho de menos.

Al día siguiente, Igor se presentó en el Polideportivo del “Parmesav”, le acompañó su amigo Petrovis. Cuando entraron dentro se encontraron que el equipo estaba entrenando, durante un rato estuvieron viendo el entrenamiento. Cuando el entrenador les dio un descanso a sus jugadores, Igor se acercó a el y le dijo: - ¡Perdone!, vengo de parte del Sr. Seriotza y me

ha dicho que me presente al entrenador Mr.

Popov.

- ¡Sí!, me ha dicho que vendrías, yo soy Smirnov,

el segundo de Mr. Popov, vete al vestuario y

cambiate, en cuanto estés preparado vuelves

aquí.

Cinco minutos mas tarde Igor ya estaba en la cancha, era el mas bajo de todos los jugadores, ninguno bajaba de 1,95 m., Igor tan solo medía 1,80 m., con sus solo dieciséis años. Las edades de los demás jugadores

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oscilaban entre veinte años el más joven y treinta y uno el más viejo. Igor se incorporó al entrenamiento, todos le miraban por encima del hombro, nunca mejor dicho porque todos eran más altos que él, entrenó duro con el equipo, esto le vino estupendamente a su cuerpo, necesitaba entrenar con más gente, a pesar del entrenamiento completamente diferente al que el estaba habituado se encontraba de maravilla, después de una hora apareció mr. Popov. Igor se dio cuenta de que era el porque le oyó a Smirnov llamarle por su nombre.

- Ahora jugaremos un partido de dos periodos, se

oyó la voz de Mr. Popov.

Empieza el partido, el balón va de un jugador a otro, pero nadie pasa al nuevo jugador, cantidad de veces Igor esta en una posición estupenda para tirar a canasta, pero esta como si no existiese, nadie parece verle. Poco después Igor consigue robar el balón, rápidamente se lo pasa a uno de sus compañeros, pero el balón va de un jugador a otro sin que nadie de su equipo se lo devuelva a él, prefieren perder el balón a devolvérselo al jugador nuevo, parece que todos se han confabulado contra él para no dejarle jugar. Mr. Popov a pesar de ver lo que pasa, no dice nada, parece que el tampoco le quiere ver. Sin embargo Igor sabe que tiene que demostrar lo que vale, es una oportunidad de oro la que tiene en las manos y no la puede desaprovechar. Así termina el primer periodo para Igor, sin apenas haber tocado el balón, sin poder demostrar de momento lo que puede hacer.

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Mr. Popov aprovechó el descanso del partido para dar unas cuantas indicaciones a sus jugadores, sobre todo les amonestó porque no conseguían meter muchas canastas que eran muy fáciles y esto le sacaba de sus casillas. A Igor le extrañó que no les dijese nada a los compañeros de su equipo para que le pasasen, cantidad de veces estaba en una situación favorable para poder encestar y nadie le pasaba el balón. - ¡Haber ahora si encestamos más!, dijo Mr.

Popov.

Empieza el último y segundo periodo. Igor había planeado una estrategia de cara a la segunda parte, en cuanto se hiciese con el balón, “jugarlo”, y no pasar a sus compañeros. Pasó poco tiempo para que Igor se hiciese con el balón, en cuanto llegó a sus manos se fue derecho hacia la canasta contraria, pero se encontró con dos murallas cerrándole el paso, así que decidió tirar desde los tres metros, el balón entró en la canasta sin tocar el aro. Siguió el juego, mientras el equipo contrario se iba pasando el balón Igor volvió a robarles el balón, voló hacia la canasta contraria, pero allí le estaba esperando una torre de dos metros, según iba a toda velocidad Igor giró en redondo por detrás y se quedó solo delante de la canasta, segundos después encestó a placer.

Continuó el juego, le pareció a Igor que el

entrenador se había fijado en el, así que siguió jugando como había empezado, “concentrado”, se fue acercando el equipo contrario hasta que tiró a canasta, pero no entró, el balón antes de que cayese al suelo lo recogió Igor, se

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fue botando hacia la canasta contraria, le salió un contrario que se le puso en frente, Igor hizo un amago de pasar a un compañero, pero se fue con el balón hacia delante, cuando llegó a la línea de tres puntos tiró, el balón volvió a entrar. Segundos después Mr. Popov dio por terminado el partido. - ¡Chicos!, llamó el entrenador a sus jugadores.

Venid todos aquí, sentaros en el suelo. Quiero

deciros unas frases que cuando me las dijeron a

mí me ayudaron mucho en mi vida como

jugador:

- La parte principal de una buena defensa es la

motivación. (Ettore Messina).

- No puedes elegir el modo de perder, pero si

puedes elegir cómo recuperarte para ganar.

(Pat Riley).

- Los buenos equipos acaban por ser buenos

equipos cuando sus integrantes confían los unos

en los otros lo suficiente para renunciar al yo por

el nosotros. (Phil Jackson).

- Un buen pase es sinónimo de canasta convertida.

Un buen pase, un pase rápido y preciso, el

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cimiento de un buen ataque. (Bozidar

Maljkovich).

- Siempre hay que tratar de ser el mejor pero

nunca creerse el mejor. (Juan Manuel Fangio).

- Ahora quiero que penséis en estas frases que os

acabo de decir, hasta mañana. Todos salieron de la cancha camino de los

vestuarios pensando en las frases que su entrenador les acababa de decir, Igor sin embargo solo pensaba en el entrenamiento que había hecho, estaba contento, había encestado un par de canastas y había participado un poco más en el juego, había conseguido recuperar el balón varias veces y jugarlo, aún así estaba preocupado, no sabía si con lo que había hecho en la cancha iba a ser suficiente para que le cogiesen en el equipo. Igor se fue hacia los vestuarios para ducharse, lo hizo con calma, no tenía ninguna prisa, estaba nervioso, el entrenador no le había dicho nada, después de veinte minutos salió del vestuario cabizbajo, se dirigió hacia la puerta de salida y justo cuando iba a salir a la calle oyó la voz de Smirnov: - ¡Igor!, Mr. Popov te quiere ver.

A Igor le empezó a latir el corazón a toda

velocidad, le habían subido las pulsaciones rápidamente. ¿Qué me dirá? ¿qué sí? o ¿qué no?, se dijo en su interior.

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Cuando llegó a la puerta del despacho del entrenador llamó tímidamente. Se oyó una voz desde el interior,

- ¡Pasa! -

Igor nada más oír la voz del entrenador abrió la

puerta y entró. Mr. Popov estaba sentado detrás de una mesa, le invitó a sentarse. El corazón de Igor parecía que se le iba a salir del pecho, pensaba que hasta el entrenador también oía el ruido que hacía su corazón, estaba muy nervioso. - ¡No juegas nada mal!, dijo Mr. Popov. Aunque

como habrás visto juegas muy parecido a todos

los demás chicos, destacas un poco en los tiros a

canasta, tiras bien y nosotros necesitamos un

buen encestador, de momento eso te salva,

confío en que aproveches los entrenamientos

para ir mejorando como encestador. Si mejoras,

el puesto es tuyo, sino, tendrás que ir buscando

otro equipo. Pero de momento voy a confiar en ti

y mañana te haremos la ficha para que juegues

en el equipo.

- No le defraudaré Mr. Popov, dijo Igor

entusiasmado.

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Poco después Igor salía del despacho de Mr. Popov, fuera le estaba esperando su amigo Petrovis. Cuando Igor llegó a su altura se abalanzó sobre él y dándole un abrazo con lágrimas en los ojos, le dijo:

- ¡Mañana me harán la ficha!.

- No me extraña, dijo Petrovis, has jugado de

maravilla y eso que ninguno te pasaba el balón,

tu solo te las has ingeniado para demostrar todo

lo que vales, ha habido un momento que solo se

te veía a ti en la cancha y que forma de

encestar.

- ¡Gracias Petrovis!, eres un buen amigo.

Poco después ambos iban hablando del entrenamiento que había hecho Igor camino de sus casas. Petrovis le iba diciendo a Igor lo bien que le había visto durante el entrenamiento, todo lo que le había visto hacer. Este estaba obnubilado con lo que le estaba oyendo a su amigo, todo lo que le oía le estaba sonando a música celestial, por lo que le estaba diciendo, le estaba describiendo a un fenómeno del baloncesto y sin embargo Igor solo se daba cuenta de algunas cosas que había hecho bien y de varias canastas que había encestado, pero su amigo le estaba contando tantas cosas maravillosas de él que estaba en una nube, menos mal que por fin llegaron a su casa y se despidieron. En cuanto Igor entró

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en su casa, sus abuelos salieron a recibirle y sin dejarle hablar le preguntó su abuelo:

- ¿Qué tal el entrenamiento?

- El próximo día me harán la ficha, pero me ha

dejado muy claro el entrenador que tengo que ir

creciendo como encestador, quieren un buen

jugador que enceste y que saque al equipo

donde está anclado, si no soy capaz de hacer

esto que prescindirán de mí.

- ¡Bueno!, lo más importante por ahora es que te

hagan la ficha como jugador del Parmesav,

estoy seguro que te irás abriendo camino en el

equipo. Si al final este equipo no te quiere por

que no les gustas, mientras vayas jugando

partidos en la liga te irán viendo otros equipos

que estoy seguro cualquiera de ellos te cogerán

si tu equipo te deja libre.

Igor se quedó tranquilo ante lo que le había oído a

su abuelo, sabía que tenía mucha experiencia, había jugado en un equipo de primera división durante unos cuantos años en su juventud. Aquella noche Igor durmió mejor que la noche anterior, de momento sabía que le iban a hacer ficha en el equipo, ahora solo dependía de el que siguiese en el equipo o no. A la mañana siguiente

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Igor se levantó más temprano que de costumbre, estaba nervioso y no aguantaba en la cama más tiempo, en cuanto rezó sus oraciones de la mañana y se ducho apareció en la cocina dando un susto a sus abuelos: - ¡Cómo te has levantado tan temprano!, los

chicos necesitáis dormir más, sobre todo tu que

haces mucho deporte, le dijo su abuela. - No podía dormir y me he levantado. Tengo ganas

de empezar el día, respondió Igor.

- Pues ahora desayuna bien si quieres crecer como

tu padre y tu abuelo, le volvió a decir su abuela.

Poco después, Igor se estaba comiendo unos huevos fritos untados con pan, un tazón de leche con miel y cereales y para terminar un vaso de zumo de naranja con un plátano. Cuando terminó de desayunar se despidió de sus abuelos para ir al colegio. Más tarde cuando llegó le estaban esperando sus amigos: Kramitzi, Petrovis, Karlovis y Rainov, en cuanto les vio se dio cuenta por sus caras sonrientes que Petrovis les había puesto al corriente de su fichaje por el “Parmesav”. El primero en dirigirle la palabra fue Karlovis:

- ¡Qué tal!, dijo Karlovis. Ya nos hemos enterado

de tu próximo fichaje por el “Parmesav”.

Cuando se entere el entrenador del colegio se le

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va a caer el bigote del susto, sobre todo por no

haberte fichado para su equipo.

- ¿Cuándo tienes entrenamientos para ir a verte?,

le preguntó Rainov.

- Entrenamos todos los días a las siete de la tarde,

respondió Igor.

- Pues allí estaremos todos, no faltaremos

ninguno, respondió Kramitzi. Ahora que tenemos

a un amigo jugando en la ACB hay que

aprovecharse de ello.

- Muchas gracias chicos por apoyarme.

Ese mismo día Mr. Popov el entrenador del

“Parmesav” recibió una llamada de su presidente el Sr. Seriotza. - Popov, ¿Qué te ha parecido el chico que te he

enviado?

- Es bastante bueno, aunque tiene muchas cosas

en las que mejorar. Ayer le dije que hoy le haría

la ficha como jugador del equipo, pero tiene

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que seguir mejorando si no quiere seguir en el

equipo.

- Creo que te has excedido un poco en lo que le

has dicho, dijo Seriotza. Este chico, estoy

convencido, que tiene madera de gran jugador.

- Si es así, dijo Popov, no tendrá ningún problema

para seguir en el equipo.

- Aun así, no me convence mucho lo que le has

dicho, volvió a decir Seriotza, este chico lo que

necesita en este momento es que se le anime, no

que se le pongan condiciones. Antes de que me

olvide, a este chico yo no le pregunté la edad,

supongo que tendrá entre dieciocho y veinte

años. ¿Tú sabes que edad tiene?

- ¡Pues no!, tampoco se me ocurrió preguntarle la

edad, pienso como tú, que tendrá entre

dieciocho y veinte años, de todas formas

cuando venga hoy a entrenar cuando le haga la

ficha sabremos la edad que tiene.

- Entonces, por favor. En cuanto llegue Igor al

entrenamiento lo primero que rellene la ficha, le

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dijo el presidente, pero hazle una ficha por

cuatro temporadas por lo menos.

- ¿Y si no es lo que nosotros buscamos? preguntó

mr. Popov.

- Me estás apretando mucho, respondió Seriotza,

hazle la ficha por dos temporadas y dile que si lo

hace bien cuando termine el contrato le

haremos una buena ficha.

- De acuerdo Sr. Presidente. En cuanto llegue

hacemos todo el papeleo.

IGOR FICHA POR EL PARMESAV

A las seis y media de la tarde Igor iba camino de la cancha del “Parmesav” junto con sus amigos: Kramitzi, Petrovis, Karlovis y Rainov. En cuanto llegaron

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al polideportivo donde entrenaba el “Parmesav” el portero franqueó la entrada a todos los amigos de Igor: - ¡No pueden pasar!, hoy el entrenamiento es a

puerta cerrada.

- Pero son mis amigos, le dijo Igor.

- Tengo orden de que no pase nadie, volvió a

decir en un ruso cerrado, solo pueden pasar los

jugadores.

- Lo siento chicos, algún día podréis entrar todos a

verme sin que os pongan ningún impedimento, os

lo garantizo.

- No te preocupes, le dijo Petrovis, lo hemos

intentado y nos ha salido mal, otra vez será.

Poco después Igor entraba dentro, pero solo, en

cuanto le vio Smirnov el segundo entrenador le dijo: - Mr. Popov te está esperando en su despacho

para que firmes un montón de papeles.

Igor se dirigió hacia el despacho de su entrenador con una gran alegría, en cuanto llegó a la puerta llamó:

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- ¡Pase!, respondieron desde dentro del

despacho.

- Buenas tardes entrenador.

- Buenas tardes Igor, ¡siéntate!

Igor se sentó y le miró al mister esperando a que le dijese algo.

- Antes de nada, dime, ¿Cuántos años tienes?

- Dieciséis, respondió Igor.

- ¿Qué?, contestó mr. Popov.

- Dieciséis años, volvió a responder Igor.

- ¿Cuándo cumples diecisiete?, volvió a preguntar

el entrenador.

- ¡Acabo de cumplir dieciséis!, volvió a responder

Igor contrariado sin saber que le pasaba al

entrenador.

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- Esto cambia muchas cosas, dijo Mr. Popov en voz

alta, con una sonrisa que le iba de oreja a

oreja.

- ¿Eso quiere decir que no me va a fichar?, volvió

a decir Igor con decepción.

- ¡Ni mucho menos!, esto es una noticia

estupenda, espera un poco que voy a hacer una

llamada telefónica.

Popov cogió el teléfono y llamó al presidente del Club, poco después al otro lado de la línea se oyó como descolgaban el auricular: - ¿Quién es?

- Soy Popov, ¿está Seriotza?, por favor.

- ¡Sí!, ahora se pone.

- ¡Sí!, dígame, contestó Seriotza.

- Igor sólo tiene dieciséis años, contestó Mr.

Popov.

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- ¡Qué solo tiene dieciséis años!, esto es

increíble.

- Entonces ¿Qué hacemos?, el asunto ha

cambiado totalmente.

- Hazle una ficha por dos temporadas, hasta los

dieciocho años, pero que esta ficha esté

totalmente abierta hasta los veinticinco, para

que no se pueda ir a otro club tan fácilmente, ya

me entiendes.

- Entiendo Sr. Presidente.

Poco después Mr. Popov colgaba el teléfono y se le quedó mirando fijamente, después de unos segundos que le parecieron eternos a Igor, mr. Popov le dijo: - ¡Bueno!, como me has oído, he estado hablando

con el Sr. Presidente y me ha dicho que de

momento te haga la ficha por dos temporadas,

pero abierta hasta los veinticinco años. ¿Qué te

parece?

- Me parece estupendamente, respondió Igor.

Gracias. Mr. Popov.

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- Pues nada, a firmar los papeles que te vaya

pasando. Cuando termines de firmarlos serás

jugador del “Parmesav”.

Igor antes de firmar nada fue leyendo cada uno de los folios que su entrenador le iba pasando, cuando llegó a donde se hablaba de dinero pudo leer que por las dos primeras temporadas recibiría medio millón de euros, con la obligación de que al terminar el contrato de los dos años el Club sería el primero en hacerle otra oferta para que siguiese en caso de que le interesase. En otro folio también se hablaba de que tendría una prima por partido ganado, si el equipo quedaba entre los tres primeros en la tabla tendría otra prima especial y si quedaba el primero en la liga tendría otra prima. Después de media hora Igor había leído y firmado todos los papeles. Cuando terminó se los pasó a su entrenador, este le dijo: - ¿Qué te parece la oferta, te satisface?

- Muchas gracias Mr. Popov, soy el hombre mas

feliz del mundo. Cuando mis padres y mis

abuelos se enteren se van a llevar una gran

alegría.

- Ya eres jugador del “Parmesav”, le dijo su

entrenador, ahora sal a la cancha y saca todo lo

que tienes dentro.

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- Gracias, entrenador, no le defraudaré.

Pocos minutos después Igor salía corriendo de los vestuarios hacia la cancha para unirse al entrenamiento que hacía bastante tiempo había empezado, estaba dispuesto a darlo todo, se unió a sus compañeros de equipo y empezó a entrenar: corrió, pasó el balón, tiró a canasta, le dieron golpes por todas partes, pero aguantó. Cuando por fin terminó el entrenamiento estaba radiante, se decía soy jugador del “Parmesav”, no de un colegio ó de un equipo corriente. Cuando llegó a casa, sus abuelos le estaban esperando en la puerta de entrada, nada mas cerrar la puerta y darse la vuelta se chocó con ellos, los dos le miraban a los ojos y le preguntaron:

- ¡Cuéntanos!, ¿Cómo ha ido todo? ¿Has firmado los

papeles de la ficha?

- ¡Sí!, he firmado por dos temporadas. Cuando se

acabe el plazo, si siguen interesados en que siga

con el club me volverán a hacer otra ficha. Por

las dos temporadas me pagarán medio millón de

euros, más primas por cada partido ganado.

Los abuelos se abrazaron a su nieto, los tres lloraron de alegría, eran las personas más felices del mundo. Su abuela exclamó:

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- ¡Bendito sea Dios!, ¡Bendito sea su Santo

Nombre!, ¡Bendita sea su Santísima Madre La Virgen

María…!

- Tienes que llamar cuanto antes a tus padres y

decirles que te ha fichado el “Parmesav”, les

vas a dar una gran alegría, le dijo su abuela. - ¡Sí!, ahora mismo llamo.

Igor cogió el teléfono y marcó el número de la

casa de sus padres, poco después contestaron al otro lado de la línea: - ¡Sí!, dígame. ¿Quién es? - Mamá soy Igor, te voy a dar una gran alegría, he

fichado por el “Parmesav”, es uno de los

equipos que está en la ACB, me pagan medio

millón de euros por dos temporadas, sin contar

las primas por partido ganado.

- ¿Qué has dicho?, eso es una barbaridad, ahora

le digo a tu padre que se ponga.

Instantes después se puso su padre.

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- ¡Es verdad lo que me ha dicho tu madre!, ¡no me

estaréis tomando el pelo!, dijo su padre

tartamudeando.

- No papá, no te estamos tomando el pelo. Es

verdad todo lo que te ha dicho mamá.

- ¡Hijo mío!, estoy orgulloso de ti, aprovecha bien

esta oportunidad que te está ofreciendo Dios,

puede ser tu futuro, yo lo intenté cuando tuve tu

edad, pero no pude seguir los pasos del abuelo,

no daba la talla. Tú le seguirás y seguro que

serás mucho mejor que él.

- Gracias papá. En el verano nos veremos, iré

cuando termine el colegio.

- De acuerdo hijo mío, un montón de besos y dale

un fuerte abrazo a los abuelos.

Después de colgar el teléfono Igor estaba

emocionadísimo, en poco tiempo cuantas cosas buenas le habían sucedido, elevó los ojos a lo alto y dio gracias a Dios, porque Él era el causante de tanta alegría. Al día siguiente fuera del colegio le estaban esperando sus amigos para saber que había pasado el día anterior. Rainov fue el primero que habló:

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- ¡Cuéntanos todo lo que sucedió ayer, no te

dejes nada!

Igor al principio se hizo el remolón, pero ante la insistencia de sus amigos, dijo:

- Está bien, chicos, os contaré todo con pelos y

señales, pero antes de nada quiero que os

sentéis en el suelo, no quiero que alguno de

vosotros se desmaye y al caer al suelo se haga

daño.

Nada mas terminar de decir estas palabras, sus amigos se miraron unos a otros como diciendo ¡que nos va a contar este! - He firmado una ficha por dos temporadas, me

dan medio millón de euros más las primas por

partido ganado. Cuando termine estas dos

temporadas si siguen contentos conmigo me

harán otra ficha para seguir en el “Parmesav” y

tendré que volver a firmar otra nueva ficha.

Al principio ninguno era capaz de reaccionar,

poco a poco se fueron levantando del suelo para abrazar a su amigo. Todos estaban radiantes de alegría y entre tanta euforia se oyó la voz de Petrovis:

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- ¡Que pasada!, medio millón de euros, supongo

que nos invitarás a algo algún día de estos.

- ¡Chicos!, ¡despertad!, dijo Igor, hay que entrar

en clase, se ha hecho tarde. El próximo día de

entrenamiento intentaré que os dejen entrar a

ver el entrenamiento, aunque el portero es un

hueso duro de roer, no sé como lo podré

conseguir.

Después de las clases, en el descanso, Igor estaba hablando con sus amigos en el patio cuando se le acercó el entrenador de baloncesto del colegio y le dijo:

- ¡Igor!, me han dicho que has fichado por el

“Parmesav”, ¿Cómo no me dijiste que eras tan

bueno?

- Yo le pedí una oportunidad y usted ni siquiera

quiso oírme. Pasé unos años entrenando

duramente hasta que se me presentó esta

ocasión y gracias a Dios me ha salido bien.

- Espero que no me guardes ningún rencor.

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- No se preocupe, no le guardo ningún rencor, es

más, le estoy muy agradecido por no haberme

cogido en su equipo, gracias a esto ahora estoy

en el “Parmesav”, un gran equipo donde tengo

futuro.

Igor se pasó todo lo que quedaba de la temporada entrenando, sin poder jugar con el equipo, no tenía la edad suficiente para poder jugar en la liga profesional, pero durante ese tiempo aprendió mucho y afianzó el tiro a canasta. Sus compañeros por fin le habían acogido dentro del grupo, en todos los entrenamientos todos los balones pasaban por sus manos. Terminado el curso escolar pidió permiso a su entrenador para volver a España junto con sus padres y amigos, el permiso le fue concedido. Tenía quince días para estar junto a sus padres.

Días después, Igor estaba con sus amigos de la

infancia recordando aquellos días en los que jugaban en el equipo de Baloncesto del Colegio y también los partidos que jugaban en el parque. Un día Igor se encontró con el entrenador del colegio “Tom”, este nada mas verle le preguntó: - ¿Cuánto tiempo sin verte Igor?

- Lo mismo digo, respondió Igor.

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- ¿Qué tal en el Parmesav?, ya me he enterado

que te han fichado.

- ¡Muy bien!, contestó Igor, aunque hay que

luchar mucho para poder jugar en el equipo,

hay que ganarse el puesto día a día.

- ¿Has jugado algún partido con el Parmesav?, le

volvió a preguntar Tom.

- ¡No!. El entrenador prefiere que entrene, solo

me deja jugar partidos amistosos. Me dice que

aún soy muy joven para jugar en la liga

profesional.

- Bueno Igor, te deseo lo mejor en tu carrera

profesional, espero que llegues muy alto y que

dentro de poco te podamos ver por lo menos por

la televisión.

- Gracias Tom.

Por la calle la gente del pueblo se paraba a hablar con Igor, había corrido la noticia que había fichado por un gran equipo en Rusia: el “Parmesav” y todos querían estar con él. También se encontró con su vecina de la infancia “Penélope”, se había convertido en una chica

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muy bonita, tenía muchos pretendientes. Le dijo que el próximo año iría a Inglaterra, allí estudiaría el último año de bachillerato y posiblemente también estudiaría la carrera de medicina, quería estudiarla en inglés; antes de despedirse se dieron los teléfonos para poder seguir en contacto.

Los quince días volaron, Igor tuvo que volver a

hacer las maletas, despedirse de sus amigos, sus padres y volver a Moscú. La verdad que lo había pasado muy bien en España junto a sus padres y amigos, pero también echaba de menos a sus abuelos y por supuesto al “equipo de baloncesto”, tenía ganas de volver a entrenar, le encantaba tener un balón entre las manos, jugar con el y por supuesto tirar a canasta. Cuando llegó a Moscú le estaban esperando en el aeropuerto sus amigos: Kramitzi, Petrovis, Karlovis y Rainov, siempre andaban pendientes de su amigo Igor, uno rápidamente le cogió la maleta y otro una bolsa de mano que llevaba, poco después iban en coche camino de Moscú, nada mas llegar se metieron en la primera cafetería que vieron y se sentaron en una mesa, poco después se estaban tomando unos refrescos e Igor les hablaba de lo bien que había pasado los quince días de vacaciones en España. Dos horas más tarde Igor llegó a casa de sus abuelos, cada vez que les veía le parecían más jóvenes, su abuelo desde que se recuperó de su enfermedad había mejorado muchísimo, incluso salía solo a la calle. - ¿Qué tal están tus padres?, le preguntó su

abuela.

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- Mis padres están mejor que nunca, les he

encontrado estupendamente, por cierto he

traído un bizcocho que hizo mi madre, sabe que

al abuelo le encanta el bizcocho que hace ella.

Igor siguió entrenando con el “Parmesav”, jugó bastantes partidos amistosos antes de volver a empezar la liga. Había crecido y se había fortalecido, estaba hecho un hombre. Mr. Popov estaba muy contento con él. Un día después del entrenamiento le preguntó: - ¿Qué tienes pensado para el futuro?

- Primero quiero terminar el bachillerato, después

tengo la intención de ir a la universidad el

próximo año. aunque lo que más me importa es

el baloncesto. Si las cosas van bien en el equipo

este año y los siguientes igual aparco a un lado

la universidad durante unos años y me dedico al

baloncesto de lleno.

- Me parece muy bien lo que has pensado, le dijo

mr. Popov. Desde luego tú decides, eres el que

tienes la última palabra, aunque nosotros, el

equipo, queremos que sigas en cuerpo y alma

dedicado al baloncesto, se te da muy bien y

sería una pena que lo dejases.

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Los dos se miraron y se echaron a reír. Mr. Popov

había empezado a querer a Igor de una manera especial, igual le miraba como al hijo que le hubiese gustado tener y no tenía.

Pasó el tiempo e Igor se incorporó a clase. Como

el año pasado después de la clase de la tarde se desplazaba rápidamente a su casa cogía la bolsa y se iba a entrenar, menos mal que este iba a ser el último curso que iba a estar en la escuela, al año siguiente se tomaría las cosas con más calma. Después del entrenamiento de ese primer día después de las clases, el entrenador mr. Popov felicitó al equipo: - ¡Chicos!, estoy orgulloso del equipo, no quiero

decir ningún nombre en especial no sea que se

le suba a alguno a la cabeza y luego se crea

mejor que los demás. Estáis pasando el balón

con rapidez, cuando uno tira a canasta y no

entra el balón, siempre hay tres o cuatro que

luchan por coger el balón, no dais ningún balón

por perdido y empiezan a entrar los balones en

las canastas, ahora si que esto es un equipo.

Todo el equipo se quedó sin habla, mr. Popov no

era de esos entrenadores que hablaban de esa forma, siempre pedía más y más, todo le parecía poco, siempre había que mejorar aunque el equipo hubiera ganado el partido, siempre había alguna cosa que habían hecho mal.

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Poco después que los jugadores se fueron al vestuario, mr. Popov llamó a Igor:

- Bueno Igor, has mejorado mucho en estos

últimos meses, creo que estás preparado para

debutar con el equipo, el equipo necesita un

jugador como tu.

- Muchas gracias mr. Popov. Daré lo mejor de mí.

- Confío en ti, o sea que a partir de ahora ponte

las pilas, tienes que demostrar a todo el mundo

lo que sabes hacer.

Después de esta conversación con mr. Popov, Igor se fue a duchar, lo hizo con calma, estuvo saboreando lo que le había dicho el entrenador, “este año jugarás con el equipo”.

IGOR JUEGA SU PRIMER PARTIDO CON EL PARMESAV

Empieza la liga, los equipos con los que se tiene que enfrentar el “Parmesav” son: CSKA Moscú, Khimky, Urics Kazan, Triumph, Spartak y el Petersburg. Ese mismo domingo les toca jugar contra el CSKA Moscú a

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las ocho de la tarde, el entrenador les dijo que era un equipo duro y que la mayoría de las veces que habían jugado con ellos habían perdido, pero que no se desanimasen porque el Parmesav ese año tenía un gran equipo. Salieron en autobús a primera hora de la mañana, todos los jugadores se acomodaron en el y medio adormilados fueron tragándose kilómetros de carretera. Cuando llegaron sobre las dos de la tarde, nada mas bajar del autobús para meterse en el hotel de concentración les estaba esperando la hinchada que se había desplazado con ellos para ver el partido.

Sobre las seis de la tarde se desplazaron al

polideportivo del CSKA Moscú, fuera del pabellón había una cantidad de gente impresionante, todos portaban camisetas y banderas del equipo anfitrión, aunque también se veían hinchas del “Parmesav”. Poco después, los jugadores se estaban cambiando en el vestuario y estaban recibiendo los consejos de mr. Popov. Todos los jugadores estaban nerviosos, el partido se presentaba difícil, después de los consejos del entrenador, Smirnov dijo quienes jugarían en el quinteto inicial, Igor no estaba entre ellos.

Empieza el partido, el árbitro lanza el balón al aire

y el CSKA se hace con el balón, se lo empiezan a pasar a una velocidad increíble. Los jugadores del Parmesav defienden al hombre, un despiste en la defensa hace que el balón entre dentro de la red. Saca el Parmesav, también salen con facilidad llegando al campo contrario, empiezan a pasarse el balón, pero no encuentran la oportunidad de lanzar, el CSKA tapa cualquier agujero, pasa el tiempo, el

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Parmesav lanza a la desesperada, pero no encesta. Sigue el primer periodo con la misma tónica, el CSKA salen rápido y siempre hay algún jugador que consigue quedarse solo para encestar a placer, el Parmesav sin embargo sale rápido, pero al llegar al campo contrario no consiguen tirar a gusto y de esta forma no les entra casi ningún balón en la canasta contraria. Termina el primer periodo con un resultado de 20-8 a favor del CSKA.

Mr. Popov durante el descanso vuelve a dar

instrucciones a sus jugadores para el segundo periodo y le dice a Igor que salga. Igor se quita la sudadera y sale a la cancha, esta contento, pero nervioso, tiene enfrentre suyo a jugadores de dos metros y encima son como puertas.

Empieza el segundo periodo: saca el Parmesav,

Igor sube el balón con rapidez, llegado a campo contrario pasa a uno de sus compañeros, los del CSKA ya están defendiendo, hacen una defensa muy dura y cerrada, es casi imposible pasar por allí, los del Parmesav siguen pasándose el balón, pero ninguno se atreve a tirar, todos están fuera de la línea de tres puntos, de repente le llega el balón a Igor que a falta de diez segundos no se lo piensa dos veces y tira, poco después el balón entra en la canasta sin tocar el aro. La canasta de tres puntos da ánimo al Parmesav y al entrenador que desde fuera animaba a su equipo. Ahora el que tiene el balón es el CSKA, suben el balón rápidamente, pero el Parmesav ya esta defendiendo, tira el CSKA, pero rebota en el aro y sale, Igor se hace rápidamente con el balón, lo sube a una velocidad increíble pillando a todo el equipo contrario sin poderse situar, llega hasta la canasta y encesta a placer.

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Sale el CSKA con el balón, llega rápidamente al

campo contrario, Igor esta atento, mira al jugador que lleva el balón, segundos después consigue interceptar el pase, sube rápidamente el balón, pero esta vez el equipo contrario ya esta defendiendo, Igor le pasa el balón a uno de sus compañeros y este a otro, se pasan el balón con rapidez, pero el CSKA tiene todos los huecos tapados, nos le va a resultar fácil al Parmesav tirar, pasa el tiempo y nadie se atreve a tirar, están muy lejos de la canasta, el balón le vuelve a Igor que de nuevo coge la responsabilidad, mira a la canasta y sin más tira. El balón entra después de dar varias vueltas al aro.

El Parmesav esta remontando vertiginosamente el

partido, esta muy cerca del CSKA. El equipo contrario vuelve a subir el balón, se están empezando a poner nerviosos, llevan bastante tiempo sin encestar y eso no es nada bueno para el equipo. Cuando los jugadores del CSKA llegan arriba se vuelven a encontrar una defensa poderosa, cada uno del equipo tiene pegado a un jugador del equipo contrario como si fuese una lapa, ahora no tienen tanta facilidad para encestar como en el primer periodo, el tiempo pasa y al final tienen que tirar de cualquier forma y eso hace que el balón no entre. Un jugador del Parmesav se hace con el balón, este se lo pasa rápidamente a Igor que lo sube con la velocidad que le caracteriza, se empiezan a pasar el balón y al final uno de los compañeros se aventura a tirar, pero el balón no entra, Igor que se había percatado del asunto corre hacia el tablero salta y dando una palmada al balón consigue meterlo dentro de la canasta.

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La hinchada del CSKA que hasta ese momento no

hacía más que animar a su equipo, ahora no se la oye tanto, a su vez se oye a la hinchada del Parmesav, eso da ánimos a los jugadores, el segundo periodo termina con empate a 20. A Igor se le nota un poco cansado, Mr. Popov se da cuenta y le sienta en el banquillo, sale otro jugador en su lugar. El tercer periodo empieza rápido, el Parmesav se viene un poco abajo, vuelven a fallar a la hora de encestar, pero la defensa sigue haciendo un papel excelente. El equipo contrario no lo tiene nada fácil para hacer canastas. Al final del periodo solo les han conseguido meter cuatro canastas de dos puntos, el marcador marca 28 – 20 a favor del CSKA. Y por fin llega el cuarto y último periodo, Mr. Popov vuelve a dejar salir a Igor, sabe que es el único que puede llevar al equipo a la victoria.

Empieza pasándose el Parmesav, Igor sube el

balón rápidamente apoyado por sus compañeros, pero al llegar al campo contrario se vuelven a encontrar una muralla de hombres, los jugadores del Parmesav se pasan el balón con precisión, no quieren perderlo, el tiempo pasa y no hay forma de entrar, todos pasan el balón, nadie quiere la responsabilidad de tirar, el tiempo está llegando a su término, por fin le llega el balón a Igor que después de botar mira a la canasta y tira, el balón poco después vuelve a entrar, tres puntos más. Saca el CSKA, suben el balón, pero el Parmesav está cerrado, poco después uno de los jugadores del CSKA tira, pero el balón rebota en el aro y empieza a caer, Igor se hace con el balón antes de que este caiga al suelo, sale disparado hacia la canasta

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contraria pillando a los jugadores del CSKA desprevenidos, tiene que sortear a uno, dos, y por fin se encuentra solo ante la canasta, salta y encesta.

El pabellón parece que se va a caer, la hinchada

del Parmesav aunque son pocos comparados con los del CSKA parece que se han multiplicado, se les oye por todas partes del pabellón, empiezan a gritar: “Parmesav”, Parmesav” e Igor, Igor, Igor. Cuando Igor oyó su nombre se quedó perplejo, no sabía como se habían enterado de su nombre, pero le dio mucha alegría que le empezasen a conocer. Vuelve a atacar el CSKA con ferocidad, ven que el partido se les esta marchando de las manos y además en su casa. Cuando suben el balón Igor esta al acecho, poco después se lo vuelve a robar, sale como un rayo hacia la canasta contraria, nadie del equipo contrario es capaz de pararle, lanza el balón y encesta sin que el balón toque el aro.

El público del estadio ruge, han conseguido

empatar el partido 64 – 64. Esta siendo un partido con muy pocos puntos por parte de ambos equipos, las defensas de los dos equipos es lo más vistoso del encuentro, queda un minuto para acabar el partido y el CSKA tiene el balón. Suben el balón y allí esta la defensa del Parmesav dispuesta a darlo todo para que no encesten. Los jugadores del CSKA se pasan el balón con tranquilidad, están esperando que los segundos pasen para tirar casi con el tiempo acabado para que el equipo contrario no pueda contraatacar. Los jugadores del Parmesav están cada uno en su sitio tapando los huecos para que no puedan tirar con facilidad, pero al final al

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CSKA se les acaba el tiempo y tienen que tirar, uno de los jugadores tira y consigue encestar de dos puntos.

Ahora le toca el turno al Parmesav, las cosas se les

han puesto bastante feas, sólo les quedan quince segundos para tirar y encestar. Igor es el responsable de subir el balón, consigue subir el balón con rapidez, pero allí no hay forma de penetrar, sólo quedan tres segundos, Igor toma la responsabilidad del partido, da un paso hacia atrás para quitarse a un jugador del equipo contrario que le tiene muy encima y desde un metro más atrás de la línea de tres puntos lanza el balón, todas las miradas del público se van con el balón, no se oye ni una mosca en el pabellón, poco después el balón entra en el aro. El Parmesav consigue ganar el partido 66 – 67. La hinchada del Parmesav canta, vocifera el nombre de Igor, Igor, Igor. Han conseguido ganar su primer partido de la temporada fuera de casa con un equipo que siempre les había ganado, han empezado como los campeones. Todos los jugadores del Parmesav se abrazan, el entrenador sale a la cancha a abrazarse a sus jugadores. Poco después en el vestuario, los jugadores siguen abrazándose, todos están eufóricos, hubo un momento que levantaron a Igor en volandas, chillando su nombre. Media hora después cuando salieron de los vestuarios vió entre la hinchada a sus amigos: Kramitzi, Petrovis, Karlovis y Rainov, se acercó a ellos y ellos se abrazaron a Igor, todos le querían tocar, Kramitzi le dijo: - Has jugado impresionantemente bien, parece

que llevas años jugando en el equipo. Has sido el

mejor de todos con diferencia.

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Petrovis no se quedó atrás y también añadió algo:

- Estoy totalmente de acuerdo con lo que ha dicho

Kramitzi, pero quiero puntualizar algo: - desde

que saliste a la cancha tu equipo se vino arriba y

al final has conseguido la canasta del triunfo de

tu equipo.

Igor no se quedó callado y les dijo a sus amigos: - ¡Chicos!, vais a conseguir que me ponga rojo.

No he hecho nada más que jugar, desde luego

he tenido un poco de suerte al meter la última

canasta, pero no hay que sacar las cosas de su

sitio. Soy un jugador más entre mis compañeros.

En ese preciso momento que estaban hablando se acercaron unas chicas para pedirle un autógrafo a Igor. - Igor por favor, nos echas un autógrafo.

Igor se quedó mudo, sintió que la cara le ardía, pensó que se había puesto como un tomate. Menos mal que en ese momento Rainov salió en ayuda de su amigo y dijo:

- Claro que os va a echar un autógrafo, es el

mejor y además es nuestro amigo, hay que

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aprovechar que la fama aún no se le ha subido a

la cabeza.

Poco después las chicas se iban con sus autógrafos, pero seguían mirando hacia atrás. Seguidamente Igor se despidió de sus amigos, tenía que coger el autobús del equipo para volver a casa. Al día siguiente cuando Igor se dirigió al colegio notaba que las chicas y los chicos le miraban, al final algunos se dirigieron hacia el para pedirle un autógrafo, también le dieron la enhorabuena por el partido que había hecho. A la tarde tenía entrenamiento, ese día entrenaron un poco más duro que los demás días, su entrenador estaba convencido que ese año iba a ser un gran año y quería tener al equipo fuerte. Al final del entrenamiento jugaron un partido. Igor consiguió meter el solito cuarenta puntos, era impresionante, todo lo que tiraba lo metía, sus compañeros se quedaron atontados, incluso en algunos de los tiros que tiraba le empujaban para que fallase y aún así también metía la canasta.

Pasaron los meses y siguieron jugando partidos de

liga, en todos sobresalía Igor sobre los demás. Metía una media de treinta puntos por partido, más las asistencias que hacía y los balones que recuperaba, se había convertido en un jugador indispensable. En el equipo todos eran una piña, Igor era especial para todos, era la niña de sus ojos. Cuando jugaban algún partido contra otro club y algún contrincante le hacía alguna falta fuera de lugar, todo su equipo se replegaba sobre el para protegerle. Estaba a punto de acabar la liga, habían llegado casi a la final, estaban empatados con el

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Petersburg, a este equipo nadie le había ganado en su casa, tenía grandes jugadores, prácticamente todos pasaban de los dos metros. En su campo hacían una presión impresionante y sus hinchas siempre llenaban todos los polideportivos. Les quedaban dos partidos que disputar para acabar la liga: el Triumph y el Petersburg, éste último sería el último partido.

El padre de Igor cuando le llamaba por teléfono le

decía que allí en el pueblo todos seguían sus partidos por canal satélite, nunca se perdían ningún partido, veían los partidos en un restaurante que habían abierto, todos los domingos se llenaba el restaurante para verle a él. El restaurante hacía buena caja con los del pueblo, pero ellos estaban contentos de poder ver los partidos. Después de los partidos casi siempre salía el padre a hombros por los del pueblo y que su nombre “Igor” se estaba convirtiendo en una “leyenda”, porque se fue muy joven de allí y todo el mundo veía su trayectoria, la del mejor jugador del mundo. El domingo el Parmesav jugaba contra el Triumph, este equipo iba el tercero en la liga, eso era consecuencia de que jugaba muy bien. Toda la semana el Parmesav entrenó muy duro, quería seguir entre los mejores y disputar la final, nunca había llegado tan lejos.

Llegó el domingo, todos los jugadores estaban en

sus vestuarios cambiándose para salir a la cancha, una persona fue al vestuario para decir a Igor que tenía una llamada urgente, Mr. Popov no le quería dejar salir para atender la llamada, no quería distracciones, si querían ganar tenían que estar concentrados en lo que tenían

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delante. Al final entró por la puerta del vestuario el presidente Seriotza y dijo: - ¡Igor!, coge el teléfono, la llamada es urgente.

A mr. Popov no le agradó nada el que Igor saliese para atender una llamada, pero no pudo hacer nada para impedirlo. Poco después Igor recibió la noticia del fallecimiento de su abuelo. Cuando parecía que estaba recuperado totalmente haciendo una vida normal la muerte le vino de repente. Poco después Igor volvió al vestuario, sus compañeros se habían enterado por el presidente, mr. Popov dirigiéndose a Igor, le dijo: - ¡No te preocupes del partido!. Ahora lo más

importante de todo es que estés con tu abuela.

Era una pena que no pudiesen aplazar el partido, no había tiempo, todo el polideportivo estaba a rebosar por parte de las dos hinchadas, el partido era casi trascendental de cara a la final. Cuando Igor llegó a su casa, su abuela estaba con unas amigas, le dijo a su nieto que había llamado a sus padres, Igor no se apartó de su abuela en ningún momento. Al día siguiente los padres de Igor llegaron a la hora de comer, a la tarde era el funeral del abuelo, después de la misa lo llevaron a enterrar. Todo el equipo del Parmesav estaba apoyando a la familia, también había una multitud de personas que Igor no conocía de nada. La directiva del Parmesav le dio unos días para que pudiese estar tranquilo con sus padres y su abuela. Una semana más tarde Igor se incorporó a los entrenamientos de su equipo, sus padres se llevaron a la

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abuela de Igor a España para que viviese con ellos. Cuando Igor salió a la cancha Mr. Popov estaba dando una pequeña charla a sus jugadores:

- ¡Chicos!, hemos jugado bien, estamos en la liga

muy bien clasificados, pero sabemos que ya no

la podemos ganar. La semana pasada perdimos

contra el Triumph y eso nos ha dejado mal

situados. El Petersburg es un equipo muy difícil,

está por encima de nosotros y jugamos en su

campo, allí nadie les ha ganado nunca, o sea

que lo tenemos bastante difícil por no decir

imposible.

- Y ¿por qué no podemos quedar campeones de

liga? Preguntó Igor de repente.

El que contestó fue el segundo entrenador: Smirnov. - No podemos quedar campeones porque aunque

le ganemos al Petersburg, “que eso es

prácticamente imposible”, quedaríamos

empatados a puntos, y aún así, nos sacan un

montón de puntos. Tendríamos que ganarles por

una diferencia de treinta puntos y eso ningún

equipo es capaz de hacerlo.

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Siguió hablando Igor: - Nada hay imposible para el que se convence de que puede ser

posible hasta lo imposible.

Todos se quedaron sin entender bien lo que había dicho Igor, pero a su entrenador le gustó lo que dijo. Popov le dijo: - ¿Qué has dicho? vuelve a repetirlo por favor. He dicho: “Que nada hay imposible para el que se convence de que puede ser posible hasta lo imposible. - Smirnov, dijo Popov: Apunta por favor lo que ha

dicho Igor en un cuaderno y asegúrate de lo que

escribes está bien escrito. Smirnov fue rápidamente a por una libreta y anotó cuidadosamente lo que había dicho Igor. Poco después empezó el entrenamiento, después de dos horas de no parar los chicos se dirigieron a los vestuarios molidos, el único que se quedó entrenando fue Igor. Cuando Popov y Smirnov salían de los vestuarios para irse a casa, oyeron ruidos que provenían de la cancha, se acercaron hasta allí y vieron a Igor que seguía tirando tiros a canasta sin desfallecer, tiraba desde diferentes lugares y todos desde fuera de la línea de tres puntos, antes de que cayese el balón al suelo salía corriendo para cogerlo en el aire y

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volver a repetir la acción desde otro sitio diferente, todos los tiros que tiraba entraban a canasta. Tanto Mr. Popov como Smirnov escondidos entre las sombras siguieron observando todo lo que hacía, era incansable, parecía mentira que después del entrenamiento que había sido durísimo Igor pudiese seguir con ese ritmo, seguía tirando y seguía sin fallar, era asombroso. Cuando se quisieron dar cuenta habían pasado tres cuartos de hora e Igor seguía como si nada. Entonces Smirnov mirando al reloj le dijo a Mr. Popov: - ¡Le digo que deje ya de entrenar y se vaya a

casa!

- ¡No!, déjale. Es el único que puede hacer que lo

imposible sea posible.

- ¿Pero usted cree que podemos quedar

campeones de liga? Le preguntó Smirnov

totalmente incrédulo.

- No hay nada imposible, lo ha dicho Igor. Y este

chico puede hacer que lo imposible sea posible,

cada vez estoy más convencido.

Smirnov se quedó sin habla, pensaba que su jefe se había vuelto loco aunque no volvió a abrir la boca. Llegó el día del partido, las entradas se acabaron a principio de semana. Había una multitud impresionante

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para entrar al pabellón a ver el último partido de liga. Los hinchas del Petersburg cantaban ya “campeones, campeones”, no daban ninguna opción al equipo contrario. La verdad es que el Petersburg lo tenía bastante fácil: con ganar o empatar era campeón de liga y si les ganaban, pero por un porcentaje de menos de treinta puntos de diferencia también eran campeones. Los dos equipos están en su vestuario, los jugadores del Parmesav están todos muy callados, se están cambiando sin decir ni una palabra, el entrenador fue el que rompió el hielo: - Jugad lo mejor que podáis, ya sabemos que es

prácticamente imposible que ganemos,

necesitaríamos un milagro; pero darlo todo,

estamos muy bien clasificados, somos los

segundos de la liga, nunca hemos llegado tan

arriba, enhorabuena chicos. Poco después los dos equipos ya estaban en la cancha dispuestos a darlo todo. El árbitro tira el balón arriba, el Petersburg se hace con el balón, los jugadores se pasan sin prisa, saben que tienen todo a su favor, se pasan con tranquilidad el balón, sin embargo el Parmesav juega con toda el alma, saben que necesitan cada segundo para hacer historia. Un jugador del Petersburg se acerca al campo contrario y desde la línea de tres puntos tira y encesta, han conseguido el primer triple. Aquella canasta fue como un chorro de agua fría sobre los jugadores del Parmesav. Saca el Parmesav, rápidamente suben el balón al campo contrario, Igor organiza el juego, pasa el balón a un compañero con velocidad y con la misma rapidez se lo

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devuelve, sin esperar tira y encesta, tres puntos para el Parmesav. El Petersburg tiene el balón, uno de sus jugadores sube el balón, pero esta vez con más velocidad, Igor esta al acecho esperando robar el balón, en cuanto el balón sale de las manos de uno de los jugadores del Petersburg Igor lo intercepta y sale con el balón como un rayo, al llegar a la raya de tres puntos se para, tira y encesta, otros tres puntos. Sigue el partido, el Petersburg va tranquilo, llegan al campo contrario y allí sin prisa se empiezan a pasar el balón con tranquilidad, quieren que el tiempo vaya pasando. Igor que esta al acecho vuelve a robar otro balón, sale hacia el campo contrario y al llegar justo a la raya de tres puntos tira y encesta. Durante el primero y segundo periodos fue la pauta del partido, ellos subían el balón e Igor con una velocidad felina iba interceptando los pases que se hacían, poco después conseguía meter canasta y siempre de tres puntos. Al final del segundo periodo el marcador estaba en 3 – 36 a favor del Parmesav. El Petersburg sale de la cancha nervioso, no sabe que les ha pasado, si el partido termina con ese tanteo el Parmesav es Campeón de Liga, ellos lo sabían, nunca les había pasado nada igual. De dónde había sacado el Parmesav a ese jugador que llamaban “Igor”, era increíble, no conseguían pararle, todo lo que tiraba entraba en la canasta. La hinchada del Petersbur estaba callada, solo se oía a la hinchada del Parmesav. El nombre de Igor se oía en todo el pabellón, aquello era una fiesta.

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En el tercer periodo mr. Popov tuvo que dar descanso a Igor, no podía tenerle en la cancha los cuatro periodos, era mucho incluso para él. Así que salió otro compañero por él. Empieza el tercer periodo, el Petersburg intentaría aprovechar este periodo para intentar acercarse a su contrincante. El Petersburg empezó a jugar en serio, como ellos sabían y empezaron a encestar canasta tras canasta. Cuanto terminó el tercer periodo el marcador estaba en 28 – 36 a favor del Parmesav. En ese momento aunque ganaba el Parmesav el Campeón de Liga era el Petersbur por el tanteo a favor. La hinchada del Petersbur se había animado y todo el pabellón rugía. Después de unos minutos de descanso empezó el cuarto y último periodo.

Nada mas salir Igor a la cancha se pusieron con el dos jugadores del equipo contrario, uno por delante y otro por detrás, el entrenador sabía que si anulaba a este jugador el partido sería suyo y la liga también, pero Igor empezó a demostrar verdaderamente de lo que era capaz, empezó a irse de uno y de otro con una facilidad asombrosa, se hacía con el balón y en cuanto se acercaba a la línea de tres puntos del campo contrario el balón entraba en el aro. Empezaron a hacerle faltas personales, pero esa fue su perdición, a lo largo del último periodo consiguió echar al banquillo a varios jugadores del equipo contrario y seguía encestando con facilidad. Estaban a falta de dos minutos y el marcador estaba 48 – 36 a favor del Parmesav, con ese tanteo el Petersburg era campeón de liga, pero siguió el partido e Igor siguió encestando. Cuando solo faltaban diez segundos para terminar el partido, el Parmesav necesitaba una canasta

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de tres puntos para poder quedar Campeón de Liga, lo sabían los dos equipos. El Parmesav tenía el balón, cada jugador tenía a otro jugador del Petersburg pegado a él para hacerle personal en cuanto cogiese el balón y así tirar un tiro de dos puntos, seguidamente ellos conseguían el balón con el tiempo casi vencido y el partido era suyo. Sacó Vorobiov del equipo del Parmesav, este le pasó a Igor que se deshizo de su contrincante y se lanzó en carrera hacia el campo contrario, segundos antes de que le hiciesen la personal tiró desde casi el medio del campo a canasta, las hinchadas estaban calladas viendo al balón que subía y subía acercándose peligrosamente a la canasta contraria, empezó a descender poco a poco hasta que el balón entró sin tocar el aro. El público rugió, nunca habían visto una cosa semejante. Ningún equipo había conseguido ganar al Petersburg en su casa y menos con un tanteo tan impresionante de 48 – 78.

EL PARMESAV CAMPEÓN DE LIGA

El pabellón parecía que se caía con las voces atronadoras del Parmesav: Igor, Igor, Igor, Parmesav, Parmesav, nadie se quería ir, todos querían estar con el

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Campeón, la fiesta se prolongaba. El equipo del Parmesav dio la vuelta a la cancha aplaudiendo al público por su apoyo durante toda la temporada. La hinchada rugía, hacían la ola de parte a parte del pabellón, reían, lloraban, cantaban. Nadie se creía aún que el Parmesav era el “Campeón de Liga”, era casi imposible, pero al final fue posible. Mr. Popov y Smirnov salieron a la cancha a abrazarse a sus jugadores, saludaron al público. Allí también estaban lo padres y la abuela de Igor viendo el partido, el capitán del equipo levantó la Copa, aquello era un clamor continuo, allí estaba la televisión entrevistando a mr. Popov y a todo jugador que pasaba cerca de ellos. A Igor le reclaman todos: las emisoras de radio, los canales de televisión, según le dejaba una emisora había otra detrás esperando su turno, mientras tanto en el pabellón seguía oyéndose el clamor del público: Igor, Igor, Igor. Cuando por fin parecía que le habían dejado en paz a Igor una periodista muy mona le acercó su micrófono en la boca y le preguntó:

- ¿Cómo es posible que hayas metido tu solito 52

puntos y de esos 16 triples?

- ¿He metido tantos?, respondió Igor incrédulo.

Los demás medios de comunicación que estaban cerca se echaron a reír. Siguió preguntando otra periodista: - ¿Cómo consigues tirar desde cualquier lugar y

encestar?

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- Con mucho entrenamiento, tirando muchos tiros

a canasta todos los días y desde diferentes sitios.

Al final le rescató su entrenador de en medio de tanto periodista, Igor no sabía como salir de aquel atolladero. Cuando se dirigía hacia su vestuario vio en las gradas a alguien que le hacía señas con la mano, miró atentamente y pudo ver a Penélope, no se lo podía creer. El sabía que Penélope estaba en Inglaterra, como podía estar allí, volvió a mirar hacia las gradas y efectivamente era Penélope. Igor se puso las manos en la boca a modo de bocina y gritó: - ¡Baja a los vestuarios!

Pero después de decir esto se dio cuenta que la

policía no la iba a dejar entrar, así que la esperó allí a que ella bajara. Mientras Penélope se iba abriendo paso entre la gente para bajar, todos tocaban a Igor, le pedían autógrafos y él los firmaba. Salió Popov fuera para decirle que le estaban esperando en el vestuario, pero Igor le dijo que estaba esperando a una persona muy especial, en ese momento la vio entre la gente, era casi imposible que pudiese bajar, Igor se acercó a los policías que estaban allí controlando el acceso a los vestuarios y les pidió por favor que rescatasen a la chica que bajaba entre el gentío. Los cinco policías hicieron una fila y abrieron una brecha entre la gente para que pudiese pasar Penélope. Cuando por fin consiguió bajar, Igor y Penélope se dieron un abrazo y seguido se metieron por

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el túnel hacia los vestuarios. La gente empezó a aplaudir y todos empezaron a corear que era la novia de Igor. Este se puso más rojo que un tomate y a Penélope le sucedía lo mismo, ambos se miraron y se echaron a reír, Igor la dijo: - Espera a que me duche y luego hablamos con

más calma.

- Muy bien dijo ella, pero no tardes mucho.

En el vestuario todo era euforia, habían abierto unas cuantas botellas de champán y el líquido corría por todas partes, enseguida le ofrecieron una copa a Igor, la cogió y bebió, poco después Igor estaba en la ducha, se duchó rápidamente. Cuando salió se vistió rápidamente, pero mr. Popov le estaba esperando porque sabía que estaba intentando hacer alguna cosa, le dijo: - ¡Igor!, ahora mismo todos nos vamos a cenar, así

que queda con esa chica para otro día.

Igor afirmó con la cabeza y se dijo: hoy es el día

del equipo, no puedo fallarles, es el día de la victoria, de la celebración. Salió un momento fuera del vestuario con dos copas de champán y allí estaba Penélope esperándole. - Brindemos por nuestro encuentro y por la victoria

del equipo.

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Los dos bebieron y seguidamente Penélope le dijo: - Te encuentro muy cambiado: más alto, más

fuerte, más..., pero no terminó la frase. Hasta en

Inglaterra se habla de ti. “La nueva promesa del

baloncesto mundial, un chico de diecisiete

años”.

- Vas a hacer que me ponga colorado. Tú si que

estás cambiada, casi no te conocía, has crecido

y te has puesto guapísima. ¿Cómo has venido a

Rusia?

- Estoy estudiando mi último año de bachillerato

en Inglaterra, mis padres creen que lo mejor

para mí es que aprenda bien el inglés y que el

próximo año estudie la carrera en Inglaterra;

esta semana no hemos tenido colegio y como

había vuelos muy baratos me he animado a venir

hasta aquí para verte jugar.

- Como pasa el tiempo, parece que fue ayer

cuando nos despedimos. ¿Tendrás novio?, le

preguntó Igor de sopetón.

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- Vas muy deprisa, que seas el chico mas

solicitado por los medios de comunicación no te

da derecho a abordarme de esta manera.

Los dos se echaron a reír. Seguidamente Penélope dijo que no, que no tenía novio. En ese momento salieron del vestuario mr. Popov y los jugadores del equipo, dirigiéndose a Igor le dijo: - Vete despidiéndote que nos vamos.

- ¡Penélope!, lo siento, no puedo dejar de ir a

esta cena, es la cena de la victoria. Dame tu

teléfono y estaremos en contacto.

Penélope le dio su número de teléfono y se despidieron con un abrazo. - Te llamaré mañana y quedaremos para comer,

¡te parece! Esto lo decía mientras le llevaban sus

compañeros a rastras.

- De acuerdo, contestó ella, casi chillando.

Todo el Parmesav se metió en el autobús de su equipo y se fueron al mejor restaurante de la ciudad. Mientras cenaban seguían comentando las jugadas del partido. Todos estaban pletóricos de euforia. A las tantas

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de la madrugada se fueron a su hotel a dormir. Igor se levantó muy pronto y llamó a Penélope. - ¡Hola Penélope!, ¿Qué tal estás?

- Yo muy bien ¿y tú?

- ¡Bueno!, tengo un poco de resaca, pero he

dormido bien. ¿quieres que quedemos hoy para

comer?

- Me parece estupendo. ¿A qué hora?

- Que tal sobre las tres, te espero en la plaza del

Conde Romanones.

- ¡Allí estaré!, contestó Penélope.

Igor se fue a ver a mr. Popov y le dijo: - He quedado para comer con mi amiga, ¡no

importará! ¿no?

- A las seis de la tarde te quiero ver otra vez aquí.

Seguimos con los festejos, viene el alcalde de la

ciudad, respondió Popov.

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- A las seis menos cuarto estaré aquí sin falta,

respondió Igor.

Sobre las tres menos cuarto iba Igor en un taxi hacia la plaza del Conde Romanones. Mientras iba de camino el taxista no hacía más que mirarle y le preguntó: - ¡Tu no eres jugador del Parmesav!

- ¡Sí!, contestó Igor.

- ¿Me echas un autógrafo en este pañuelo?

- ¡Encantado!, contestó Igor.

Cuando llegaron a la plaza, Igor fue a pagar, pero el taxista le dijo: - Yo no cobro a los jugadores del Parmesav y

menos a “Igor” que nos llevado a la victoria.

- Muchas gracias.

Igor estuvo esperando un rato, Penélope no había llegado, poco después apareció, estaba guapísima. - ¿Llevas mucho tiempo esperando?, le preguntó

Penélope.

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- Solo unos minutos, contestó Igor.

Poco después entraron en un restaurante y se sentaron en una de las mesas, enseguida se les acercó el metre y les ofreció la carta, ambos miraron lo que iban a comer y mientras se decidían algunos de los comensales que había cerca de ellos se habían fijado en Igor, poco después el metre se retiró a por lo que les había pedido la pareja. Poco tiempo después aparecieron varios camareros con los platos que habían pedido, mientras comían los dos, Penélope le dijo a Igor: - ¿No te has fijado como te mira el camarero?

- ¡Pues no!, no me he dado cuenta, respondió

Igor.

- Pues te mira como si te conociese de algo.

Poco después mientras estaban comiendo se aproximó una señora a la mesa y dirigiéndose a Igor le pidió un autógrafo, Penélope le miró a Igor y se sonrió. Igor le firmó en un bolso. Seguido se acercó otra persona y otra y otra, poco después había una fila delante de la mesa de la pareja. El metre que se dio cuenta se acercó a ellos con delicadeza y le dijo a Igor que podían pasar a un comedor especial que tenían. Antes de levantarse Igor de la mesa firmó a todos lo que estaban esperándole y seguido se levantó y se trasladó con Penélope al otro

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comedor. Cuando entraron allí se quedaron boquiabiertos, estaba totalmente enmoquetado: paredes y suelos. Las mesas con sus sillas eran de color oro y los manteles de las mesas estaban todos bordados en oro, allí se estaba como en un paraíso, solos los dos sin compañía de ninguna otra persona, de vez en cuando aparecía el metre por si necesitaban algo. Tanto Igor como Penélope estuvieron hablando de sus años mozos en el colegio, cuando jugaban a baloncesto y muchas cosas más. Empezaron a comer sobre las tres y media y acabaron a las cinco y media. - ¿Qué tal lo has pasado?, le preguntó Igor a

Penélope.

- De maravilla, hacía tiempo que no lo había

pasado tan bien. Gracias por la comida y por tu

compañía.

- Pues como lo has pasado tan bien, podemos

quedar otro día para repetir la comida o cenar,

aunque no se si me dejará el entrenador, desde

que hemos ganado la liga siempre tenemos que

acudir a algún sitio.

- ¡Me parece bien!, pero tengo que volver a

Londres, estoy muy lejos de allí y tengo que

seguir estudiando.

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Igor le hizo una señal al camarero y le pidió la cuenta. Poco después apareció el metre y le dijo que la casa invitaba y que sería un honor para ellos verle más veces por allí, que fuese cuando quisiera. Seguidamente Igor y Penélope se levantaron y salieron del comedor especial donde habían estado comiendo ellos solos. Para salir del restaurante tenían que pasar por el comedor principal, nada más verle los comensales que estaban allí comiendo se levantaron de sus asientos y fueron en busca de Igor para felicitarle por el buen partido que había hecho, Igor fue saludando a unos y a otros mientras Penélope se sonreía, cuando por fin pudieron salir a la calle, Penélope le dijo: - La próxima vez que vayamos a comer o cenar

tendremos que pensar algo para que no nos

vuelva a suceder lo mismo.

En pocos segundos se congregó en la calle un

montón de gente voceando el nombre de Igor, Igor, Igor, menos mal que enseguida aparecieron varios coches de policía y la pareja pudo meterse en un taxi y desaparecer de allí. Mientras iban de camino del hotel, Igor le preguntó a Penélope: - ¿En qué hotel estás hospedada?

- En el Kurfurstendamm, respondió Penélope.

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- Por favor taxista párenos en ese hotel.

Pocos minutos después Penélope salía del taxi. Igor desde el coche le dijo: - Mañana podemos volver a quedar, tenemos que

aprovechar estos días que estás aquí, vete a

saber cuando nos volveremos a ver.

Seguidamente el taxi arrancó hacia la sede del Parmesav, Igor iba a asistir al festejo que iban a celebrar con el alcalde y todos los representantes de la ciudad. Poco después entraba en la sede donde habían quedado todos los jugadores y la directiva del equipo, desde allí se fueron a un famoso hotel donde iban a cenar y a festejar la victoria del equipo. Una hora más tarde estaban cenando y festejando la victoria del equipo como Campeón de Liga. Mientras cenaban se levantó mr. Popov y dijo:

- Ya sabéis que al haber quedado Campeones de

Liga tenemos que jugar con todos los Equipos

que han quedado Campeones de su Liga para

disputar la Copa de Europa, así que a partir de

pasado mañana empezaremos a entrenar otra

vez para poder luchar por este gran trofeo como

es la Copa de Europa, son partidos a

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eliminatoria, el que pierda se va para casa. Este

torneo este año toca en Alemania.

El PARMESAV DISPUTA LA COPA DE EUROPA

Todos los jugadores estaban alucinando, nunca

habían conseguido una copa de liga y ahora iban a disputar una Copa de Europa, iban a jugar contra los mejores equipos de Europa. La cena transcurrió bastante tranquila entre sonrisas y cantos, el tiempo pasó como un soplo y sobre las dos de la mañana dejaron el hotel para regresar a sus casas. Días más tarde se enteraron que en el sorteo para enfrentarse en la primera ronda de la Copa de Europa les había tocado el Paratinaikos, rival duro, con mucha experiencia en este torneo, había quedado tres

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veces Campeón de Europa. Poco después Igor estaba llamando a sus padres por teléfono para comunicarles que tenía que jugar la Copa de Europa de Campeones de Liga y tenía que desplazarse con el equipo a Alemania, que era donde se iba a disputar el torneo. A la tarde Igor había quedado con Penélope. Nada más verse Igor le dijo: - Tengo que ir con el equipo a Alemania a

disputar la Copa de Europa.

- Estoy contenta porque estás triunfando y eso es

lo que quieres tú, pero también triste, porque a

partir de ahora tu vida va a ser un ir y venir de

aquí para allá.

- Normalmente siempre jugaré con mi equipo en

Rusia, pero si el equipo gana un título como

ahora tan importante siempre hay que

desplazarse para disputar otros encuentros de

mayor envergadura.

- Si no tengo exámenes esos días nos veremos en

Alemania, contestó Penélope.

En ese preciso momento le llamaron al móvil a Igor. - ¡Si!, dígame, ¿Quién es?

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- Soy el presidente de la Federación Española de

Baloncesto. Me llamo Luis Rodríguez, he

hablado con tu entrenador para decirle que en

el mes de julio contamos contigo para jugar con

la Selección de España en los Mundiales de

Baloncesto que este año son en Inglaterra,

¿contamos contigo a primeros de julio para

empezar a entrenar con tu país?

- ¡Cuenten conmigo!, en julio estaré en España.

Minutos después Igor le dijo a Penélope, -ya lo has oído, ahora me llaman de España para jugar con la selección.- - Pues que alegría me das, respondió Penélope,

podremos vernos durante el verano.

- Yo creo que estaremos enclaustrados en el hotel

sin poder ver a nadie, respondió Igor, pero no te

preocupes ya intentaré escaparme algún día

para verte.

- Bueno, dijo Penélope: - Yo tendré que irme

mañana, ya se me han acabado estos días que

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había cogido de vacaciones, de todas formas

nos veremos en Inglaterra.

Al día siguiente muy temprano Igor acompañó a Penélope al aeropuerto, salió con ella del taxi y la acompañó hasta la puerta de embarque y allí fue donde se armó la marimorena. Los empleados del aeropuerto nada mas verle, primero empezaron a cuchichear entre ellos, pero enseguida se fueron acercando a Igor y le empezaron a pedir autógrafos, viendo Igor como se iba a poner el asunto se despidió de Penélope, esta empezó a reírse mientras entraba en la pista de aterrizaje, Igor se quedó solo y empezó a firmar a uno y a otro, se había convertido en una celebridad, en Rusia el deporte rey es el baloncesto y el lo sabía. Pasó el tiempo y seguía rodeado de mucha gente, poco a poco la policía del aeropuerto metió cartas en el asunto y media hora mas tarde Igor salía en el taxi que le había llevado al aeropuerto. Mentalmente se decía: - pero como has podido venir así: sin unas gafas, sin una gorra, algo que te haga pasar desapercibido a todos, espero que hayas aprendido la lección- Había llegado el día, el equipo del Parmesav cogía un avión con destino a Alemania para disputar el Campeonato de Europa de Campeones de Liga. Llegaron a Alemania más rápido de lo que pensaban, en el aeropuerto cogieron un autobús que les trasladó al hotel donde estarían durante toda la competición. El hotel estaba apartado de la ciudad, estaba rodeado de montañas y tenía unas grandes instalaciones deportivas: piscinas, gimnasio, campos de tenis y padell, pista de atletismo. En

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cada habitación dormían dos jugadores, a Igor le tocó con Popov, los dos se llevaban muy bien y se entendían casi sin decirse una palabra. Para entrenar tenían asignado un polideportivo a veinte minutos del hotel, también estaba bastante aislado, de esta forma podían entrenar sin ser molestados. Al día siguiente se acercaron hasta el lugar de entrenamiento, era un polideportivo completamente nuevo, aparte del campo de baloncesto tenías varias salas: una de ellas era un gimnasio completo con toda clase de aparatos de gimnasia, también tenían unos vestuarios muy amplios con duchas de agua con varios chorros de diferentes dimensiones para masajear cada zona del cuerpo. Poco después los jugadores estaban calentando, cada uno tenía un balón y tiraban a las canastas desde diferentes lugares. Poco después apareció mr. Popov, les llamó y todos se acercaron hasta donde estaba él. Seguido les dio una serie de indicaciones para entrenar. Minutos más tarde estaban reunidos en grupos de cinco jugadores, estos iban de una canasta a otra pasándose el balón y encestando, más tarde tenían que llevar el balón entre conos girando unas veces hacia la izquierda y otras hacia la derecha y siguieron muchos más ejercicios, para finalizar jugaron un partido. Igor volvió a destacar en el partido, como también lo hizo con los ejercicios que habían hecho anteriormente, siempre estaba concentrado de tal forma que no se le escapaba nada de lo que sucedía a su alrededor, por eso era capaz de robar balones a sus contrarios con tanta facilidad, recoger rebotes y encestar con una rapidez

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asombrosa. Hubo un momento que el juego de Igor era tan rápido y efectivo que hasta el segundo entrenador y los masajistas no pudiendo aguantar más y empezaron a aplaudir el buen hacer de Igor. Cuando mr. Popov dio por finalizado el entrenamiento los jugadores estaban baldados pero contentos, lo mismo le sucedía al entrenador, veía a su equipo con un gran futuro. Pasaron los días y los entrenamientos cada día eran más duros, pero se fue notando la eficacia del mismo, los balones entraban a canasta con bastante facilidad. En el último entrenamiento mr. Popov vio que Igor no tenía buena cara y que tampoco había entrenado con las ganas que solía hacerlo, acercándose a él le preguntó: - ¿Qué te pasa?, no te veo nada bien. - Me encuentro raro, llevo varios días que tengo

algo de frío y esto no es normal.

Al día siguiente Igor no pudo levantarse de la cama, tenía cuarenta de fiebre y tuvo que permanecer acostado mientras sus compañeros cogían el autobús para desplazarse hacia el centro de la ciudad para disputar el primer partido contra el Paratinaikos. El partido empezó bien, el Parmesav defendió con entereza sin dejar tirar cómodamente al Paratinaikos, pero a partir del tercer periodo los grandes jugadores del equipo contrario empezaron a hacer estragos en la defensa del Parmesav. Cuando terminó el partido se podía ver el marcador con un tanteo de 112 – 92 a favor del Paratinaikos. La hinchada del Paratinaikos celebró su primera victoria y

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clasificación, mientras que los del Parmesav con gran pesar suyo se fueron cabizbajos, pero haciéndose una pregunta ¿qué hubiese pasado de estar Igor en la cancha? Desde luego al Parmesav durante el partido contra el Paratinaikos se le notó que en el equipo le faltaba un hombre clave como Igor: que subiese el balón como lo hacía el, que encestase desde cualquier lugar, que cogiese tantos rebotes, que robase un montón de balones y que hiciese tantas asistencias como el solía hacer. - ¡No importa!, les animó mr. Popov en el

vestuario, hemos tenido mala suerte, se nos ha

puesto enfermo Igor que es una pieza

indispensable en el equipo, pero hemos hecho

una buena temporada ganando la liga. Tenemos

que estar orgullosos de lo que hemos conseguido

este año. Alegrad las caras y descansad este

verano de cara a la próxima temporada.

Seguidamente mr. Popov salió fuera del vestuario y dijo en voz alta: “Igor, es una pena que no seas ruso, seguro que estarías en nuestra selección, de todas formas no te vuelvas a poner enfermo, demuestra de lo que eres capaz con España y cuando te encuentres con Turquía en los mundiales demuéstrales la suerte que han tenido de que estuvieses enfermo”.

163

IGOR VIAJA A ESPAÑA PARA REUNIRSE CON LA SELECCIÓN ESPAÑOLA DE BALONCESTO

Al día siguiente, con mucha pena, el Parmesav cogió el avión de regreso a Rusia. Nada más llegar al aeropuerto allí mismo se despidieron los jugadores y los entrenadores. Cada jugador se fue de vacaciones con su familia. Igor era el único jugador que tenía que trasladarse a España para unirse con su selección para viajar a Inglaterra sede de los Campeonatos Mundiales de Baloncesto. Una vez que preparó su equipaje cogió un avión para España, en el aeropuerto de Madrid se encontró con sus padres y su abuela, allí pasaron el día comiendo y disfrutando de la compañía de Igor. Cuando declinó el día Igor se trasladó en taxi al Pabellón Olímpico de Baloncesto, lugar donde estaba concentrada la Selección Española. Nada más llegar al Pabellón

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Olímpico preguntó por el entrenador de la Selección: Carlos San Benito, el guarda de seguridad le acompañó hasta su despacho, instantes después llegaron a una puerta y el guarda llamó, desde el otro lado de la puerta se oyó:

- ¡Pase!. El guarda de seguridad asomó la cabeza y dijo: - Una persona pregunta por usted.

- ¡Hágale pasar, por favor!

Igor pasó y se encontró ante un hombre con unos

bigotes bastante largos de aspecto bonachón. Se levantó rápidamente de su asiento y sin mediar palabra le dio un abrazo. Igor se quedó sorprendido, no sabía como actuar, no se esperaba el abrazo de nadie y menos de una persona que no conocía. Mr. Carlos San Benito al verle un poco aturdido, le dijo:

- No he podido evitarlo, llevo todo el año

esperando este momento. He visto cada uno de

los partidos que has jugado con tu equipo y eres

una pieza clave en cualquier equipo, es un

honor que estés con nosotros, con tu Selección.

Por fin se ha cumplido mi sueño “tenerte en el

equipo”.

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Igor seguía sin decir una palabra. Seguidamente mr. Carlos San Benito le cogió la maleta y la bolsa de viaje y le dijo:

- ¡Sígueme!

Igor aún sorprendido por el recibimiento le siguió a través de unos pasillos, minutos después fueron a dar a un salón bastante grande y confortable, allí estaban reunidos todos los jugadores de la Selección Española.

- Te presento a: Alberto, Jon, Juan Manuel, Pique,

René, Martín, Lucas, Enrique, Alejandro, Juan

Alberto, Jesús Antonio, Iñigo, Iñaki, Josemaría y

Antonio. Dijo mr. Carlos San Benito. – Chicos os

presento a “Igor” a quien todos conocéis a

través de los medios de comunicación y de los

partidos que hemos visto por televisión. Todos le dieron la mano a Igor y él les fue dando la mano a cada uno de ellos. Enseguida empezaron a hablar y fue conociendo a cada uno de los jugadores, la amistad rápidamente empezó a fluir entre ellos y él. Seguidamente mr. Carlos San Benito les dijo:

- Acaba de llegar el calendario de la primera fase

del mundial. Nos ha tocado en un grupo donde

no lo vamos a pasar nada bien, son: Yugoslavia,

Alemania, Francia, Inglaterra y Arabia.

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Tendremos que entrenar duro si queremos pasar

a la siguiente fase. Este año afortunadamente

contamos nada más y nada menos que con Igor,

que como todos sabéis es el mejor jugador del

mundo en categoría “juvenil”, es jugador del

“Parmesav”, equipo ruso, ha jugado toda la liga

como titular marcando treinta y cinco puntos por

partido con tan sólo diecisiete años. Ahora

Sebastián mi segundo os repartirá el nuevo

equipaje para que os lo pongáis.

Todos los jugadores fueron al vestuario a cambiarse, minutos después empezaron a salir a la cancha. Sebastián sacó varias bolsas con balones y los fue repartiendo a cada jugador. Los jugadores empezaron a botar y a tirar los balones a canasta, mr. Carlos San Benito les fue dejando que calentasen, cada vez que Igor tiraba el balón a canasta todas las miradas de sus compañeros miraban en dirección a la canasta donde había tirado el balón y segundos después veían que el balón entraba, con desparpajo ante la presencia de sus compañeros que aún no les conocía de mucho iba con el balón de un sitio a otro, se lo pasaba por debajo de las piernas y a continuación giraba en un sentido y en otro, a continuación corría hacia una canasta, saltaba y encestaba, este calentamiento duró cerca de veinte minutos. A continuación mr. Carlos San Benito tocó el silbato para que todos se acercasen a donde estaba él.

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- ¡Chicos!, muy bien. Ahora poneros de tres en

tres, dos atacan y uno defiende, haber que

jugador consigue que no encesten sus

compañeros.

Se pusieron manos a la obra, mientras dos

jugadores se pasaban el balón el otro intentaba que no encestasen. El único que se hizo con el balón en su grupo fue Igor. Mientras sus compañeros se pasaban el balón tratando de acercarse a la canasta de Igor este consiguió interceptar uno de los pases y largarse con el balón hacia el campo contrario encestando ante la mirada de sus contrincantes, del entrenador y del segundo entrenador. Seguidamente jugaron dos contra dos y al final terminaron con un partido; en el equipo de Igor estaban: Jon, Juan Manuel, Piquer y René. Al principio del partido el marcador se decantaba a favor del equipo contrario, Igor no había tirado ningún tiro a canasta, lo único que hacía era subir el balón y organizar el juego dejando a sus compañeros que tirasen a canasta, pero estos no tenían buen día y la mayoría de los balones no entraban, poco a poco la ventaja fue disminuyendo, Igor fue cogiendo las riendas del partido, cada vez que subían el balón Igor cogía la responsabilidad de tirar y encestaba, muchas de las canastas eran de tres puntos. Cuando finalizó el partido, el equipo de Igor ganó por veintiún puntos de diferencia. Mr. Carlos San Benito dio por terminada la sesión de entrenamiento.

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- Por hoy es suficiente, dijo el entrenador, para

empezar no ha estado mal el partido aunque he

visto que se han fallado muchas canastas que no

eran difíciles de meter, no se si es que estáis

nerviosos o que ha sido el primer entrenamiento.

Desde luego tenemos que mejorar mucho si

queremos llegar a la final. No podemos contar

solo con Igor a la hora de encestar, el no puede

estar todo el tiempo en la cancha, por eso

necesitamos que los demás también entrenéis el

tiro para que entren mas balones en la canasta,

todos sin excepción. Mañana será el último día

que estemos aquí. Pasado mañana volaremos al

Reino Unido, quiero mucha concentración por

parte de todos. Tenemos que llegar lo más arriba

posible, nuestra meta es llegar a la final.

En ese momento todos menos Igor se echaron a reír incluido el entrenador, el ayudante y los masajistas. Siguió hablando el entrenador. - Pero si hacemos un buen papel, eso quiere decir

que tenemos que pasar como mínimo la primera

fase y ya sabemos que eso también es difícil

porque solo se clasifican tres, pero si pasamos

estaremos en el buen camino.

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Al día siguiente en el entrenamiento como ya les había dicho su entrenador el día anterior estuvieron buena parte del mismo tirando tiros a canasta desde todos los lugares sin contrincante y más tarde uno contra uno. Uno de los que primero que fue tirando tiros a canasta desde diferentes sitios fue Igor, encestó uno tras otro. Tanto el entrenador como sus compañeros se quedaron boquiabiertos. Seguidamente siguieron sus compañeros y también encestaron bastantes balones aunque se tomaron su tiempo para tirar, pero cuando tuvieron a otro jugador enfrente impidiéndoles tirar a gusto aquello cambió, los balones no entraban con la fluidez que habían entrado anteriormente. El único que seguía encestando repetidamente fue Igor, los demás hacían lo que podían. Mr. Carlos San Benito les tuvo todo el entrenamiento tirando tiros a canasta con oposición y poco a poco fueron mejorando. Al final terminaron con un partido que fue mucho más rápido que el día anterior, entraron muchas canastas. - Hoy estoy más contento, dijo el entrenador,

empiezan a entrar más balones y eso es buena

señal.

A todos los jugadores se les alegró la cara al oír

los ánimos de su entrenador, fueron hacia el vestuario con una sonrisa en los labios.

Al día siguiente fueron al aeropuerto para coger el

avión que les llevaría a Inglaterra. Allí empezaba la

170

verdadera competición. El aeropuerto estaba lleno de hinchas para despedirles, se oían las voces de muchos jugadores: Enrique, René, Martín, Lucas, Alejandro, Alberto, Jon, Juan, Manuel, etc., pero nadie nombró a Igor, le conocían por los medios de comunicación, por haberle visto en partidos a través de la televisión, pero la hinchada aún no estaba familiarizado con él. Cuando el avión aterrizó en Inglaterra había un autobús esperándoles para llevarles al hotel que tenían asignado, este estaba fuera de la ciudad, una hora más tarde estaban enfrente del hotel y poco después cada jugador estaba en su habitación. Mr. Carlos San Benito les dijo que a las nueve de la noche tenían la cena y hasta ese momento podían descansar, también les dijo que si alguno quería salir del hotel tenía que pedirle permiso. A Igor le tocó a Lucas de compañero de habitación, Lucas medía 2,15 m. era el jugador más alto del equipo, a Igor le parecía un gigante aunque tan solo le sacaba veinte centímetros. A continuación aprovechó para llamar por teléfono a sus padres para decirles que ya estaba en Inglaterra. Seguidamente también llamó a Penélope. - Penélope ¿Qué tal estás?, preguntó Igor.

- ¡Muy bien!, contestó Penélope, estaba

estudiando. Mañana tengo el último examen y

tengo que sacar buena nota.

- Estamos en el Hotel “Fistdelman”, está a las

afueras de Londres a unos cuarenta Kms.

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- ¡Sí!, ya le conozco, es un hotel precioso, pasé

un día por allí y estuve tomando un refresco, es

muy elegante.

- Verdaderamente es elegante respondió Igor,

está todo alfombrado y muy limpio, creo que es

de cinco estrellas.

- ¿Qué te parece si mañana paso por ahí y nos

vemos?, contestó Penélope.

- Me parece estupendo, pero si ves que tienes

mucho que estudiar ya no veremos otro día,

contestó Igor.

- Un rato puedo descansar, incluso me vendrá

bien.

Llegó la hora de la cena, las nueve de la noche. Los jugadores fueron apareciendo en el comedor, un comedor solo para los jugadores para que pudiesen estar tranquilos y no perdiesen la concentración. La cena transcurrió entre diálogos de unos con otros y risas, después de tres cuartos de hora se dio por finalizada la cena. A continuación pasaron a un salón que tenían para el equipo con todas las comodidades: televisiones, billares, futbolines, biblioteca, juegos de azahar,

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periódicos, etc. Allí estuvieron conversando, jugando, viendo la televisión y leyendo durante una hora hasta que el entrenador dio por finalizado el día y todos fueron a sus cuartos para dormir. Al día siguiente a las ocho de la mañana estaban todos los jugadores en el comedor desayunando. A las diez tenían entrenamiento, después de desayunar volvieron a sus habitaciones para descansar un poco antes del entrenamiento. A las diez de la mañana en punto todos los jugadores estaban en la cancha esperando la llegada del entrenador, nada mas aparecer mr. Carlos San Benito empezó dando instrucciones a unos y a otros y poco después todos estaban realizando unos ejercicios de velocidad y agilidad con el balón, poco después un grupo tiraba tiros a canasta, otro hacia entradas y el último se pasaban el balón entre conos y aros. Cada diez minutos los grupos cambiaban de circuito, después de tres cuartos de hora terminaron los circuitos y fueron a un parque que tenían cerca del hotel a correr durante una hora y para finalizar el entrenamiento acabaron con un partido. Después de comer descansarían tres horas y sobre las seis de la tarde tenían gimnasio: harían ejercicios de fuerza y estiramientos. Cuando acabaron eran cerca de las siete y media, todos los jugadores se fueron a las duchas. Igor se duchó en un abrir y cerrar de ojos, había quedado con Penélope para pasar un rato juntos, nada más salir de los vestuarios se le acercó el entrenador y le dijo: - ¡Igor!, tienes una visita, dice que se llama

Penélope. No me gusta que recibáis visitas

cuando estamos concentrados, todos tenéis que

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tener la cabeza puesta en los partidos que

tenemos por delante y en nada más.

- No se preocupe mr. Carlos San Benito, no

perderé la concentración, esta visita es un caso

especial.

- A ver si es verdad. Tú eres una pieza clave en el

equipo y si nos fallas nos venimos abajo y no

quiero que lo sepan los demás, pero tú eres

nuestra esperanza. Vete y procura pasar

desapercibido, no quiero que se entere nadie

que has recibido una visita.

- Gracias entrenador.

Nada más salir Igor al hall vio a Penélope que le estaba esperando, estaba radiante, más guapa que nunca, todo el mundo la miraba, por donde pasaba nadie quedaba indiferente. - ¿Cuánto tiempo sin verte?, dijo Igor.

- Desde luego, contestó Penélope, pero otra vez

estamos juntos y ahora eso es lo que importa.

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- Vamos a dar una vuelta, no quiero que nos vea

nadie. Me ha dicho el entrenador que trate de

pasar desapercibido.

Salieron del hotel y se metieron en el coche que había llevado Penélope, minutos después el coche había desaparecido de las inmediaciones del hotel. Igor llevaba puestas unas gafas negras y una visera para pasar desapercibido más fácilmente entre la gente. Al cabo de diez minutos llegaron a un restaurante de carretera y allí pararon para tomar algo y hablar tranquilamente. - ¡Estás preciosa Penélope!, se ve que estudiar te

sienta de maravilla.

- A ti también te siente bien el baloncesto, te veo

más alto y más fuerte que la última vez que nos

vimos.

- Será a causa de los entrenamientos, entrenamos

por la mañana y por la tarde todos los días.

- Intentaré ver todos los partidos, respondió

Penélope, no quiero perderte de vista, sé que

estás en la retina de muchas chicas. Un día cayó

en mis manos una revista y ¿sabes que decía?,

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“que tú eras uno de los chicos más atractivos del

mundo del deporte”.

- No sabía que salía en las revistas. Cambiando de

tema, intentaré conseguir entradas para los

partidos que juguemos, de esta manera no

tendrás que perder el tiempo de ir a la taquilla

para hacerte con la entrada.

- Si me puedes conseguir alguna más, me gustaría

invitar a alguna de mis amigas para no ir sola.

- Te conseguiré las que me digas, te las enviaré

por correo para que las recibas a tiempo,

contestó Igor.

- Otra cosa, no se como nos podremos ver en

cuanto empecemos el campeonato, pero ya se

me ocurrirá algo.

Por un acto reflejo miró al reloj y se quedó asombrado, había pasado una hora casi sin enterarse. - ¡Penélope!, tenemos que irnos, ha pasado el

tiempo y tengo que volver al hotel, si el

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entrenador no me ve por allí se enfadará y con

razón.

Poco después se despedía de Penélope en las

inmediaciones del hotel. - Llámame pronto y piensa en mí y en el

baloncesto dijo Penélope.

- Con esas dos cosas ya tengo más que suficiente,

no necesito más, contestó Igor.

Les costó mucho separarse, a medida que Igor iba

andando hacia la puerta de entrada del hotel miraba hacia atrás y Penélope no se movió del sitio hasta que Igor desapareció detrás de las puertas de la entrada, entonces fue cuando puso el coche en marcha y se alejó de allí. Llegó justo cuando iban a entrar a cenar, parecía que nadie se había percatado de su ausencia, solo el entrenador sabía que había salido y ambos se miraban con complicidad. La cena transcurrió de lo más alegre, después de tres cuartos de hora pasaron al salón y allí estuvieron hablando de los equipos con los que se jugarían el pase a la segunda fase. El domingo les tocaba jugar su primer partido contra Inglaterra, no era de los mejores equipos, pero jugaba en casa y eso sí que era peligroso porque la hinchada les hacía que se creciesen y podía resultar fatal para cualquier equipo que jugase contra ellos.

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Llegó el día del partido. Todo el pabellón estaba a rebosar, no entraba ni un alma más. Un diez por ciento de las personas que estaban en el pabellón eran hinchas de España, el resto eran de Inglaterra, todo presagiaba que iba a ser un mal comienzo, pero había que comenzar de alguna forma. Los jugadores de ambos equipos salieron a la cancha, Igor intentó mirar a ver si veía a Penélope en las gradas, pero era imposible distinguir a nadie entre tanta gente, así que se dedicó a calentar sin más dilación. Poco después el árbitro pitó el comienzo del partido, el entrenador dejó a Igor en el banquillo para ver como funcionaba el equipo sin él.

Empieza el partido: salta un jugador de cada

equipo intentando hacerse con el balón, al final va a parar a manos de un jugador de Inglaterra, rápidamente se pasan la bola llegando hasta el campo contrario, se pasan intentando encontrar algún hueco en la defensa del equipo español para poder tirar y efectivamente se interna uno de ellos recogiendo el balón y encestando. Saca España, se pasan el balón subiéndolo con facilidad, pero al llegar a la línea de tres puntos el equipo inglés defiende con mucho poder y en una fracción de segundo se lo roban, el equipo inglés sube rápidamente el balón pillando a los jugadores españoles en inferioridad y encestando de nuevo, de esta forma siguió todo el primer periodo terminando: 24 – 13 a favor de Inglaterra.

Da comienzo el segundo periodo, el entrenador de

España ha mandado salir a Igor, poco después el juego de España cambia totalmente. Igor es el eje central del equipo, todos se mueven a su alrededor, sube el balón, le

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pasa a Alberto este a René y este a Lucas, Lucas le devuelve el balón a Igor se aproxima a la línea de tres puntos tira y encesta. Saca Inglaterra, suben el balón con rapidez, poco después ya están en el campo de España, se lo empiezan a pasar con velocidad intentando internarse, segundos más tarde han encontrando un hueco, tiran y encestan, así se van sucediendo una y otra vez los ataques de ambos equipos. Al final del segundo periodo el marcador refleja un tanteo de 33 – 29 a favor del equipo inglés.

Después del descanso comienza el tercer periodo,

España tiene el balón, Igor lo sube pasándoselo a Enrique y este a Alejandro, este le pasa a Lucas y este a René. René le pasa a Igor y este tira a canasta volviendo a encestar de tres puntos para España, se van acortando las distancias entre los dos equipos. Saca el equipo inglés, suben el balón en un suspiro, se lo empiezan a pasar intentando crear un hueco para tirar, poco después encestan. Saca Martín para España le pasa a Igor que sale como un rayo hacia la canasta contraria, le pasa a René y este a Piquer que le devuelve a Igor que tira y vuelve a encestar de tres puntos, poco después termina el tercer periodo con un tanteo de 49 – 47 a favor de Inglaterra.

Comienza el cuarto y último periodo, es increíble

el griterío de la hinchada inglesa, resulta imposible estar concentrado en el partido, son continuos los gritos y el vocerío de la gente, pero España sigue luchando para alzarse con la victoria. El balón está en manos del equipo inglés, se lo van pasando no con la velocidad del principio, ahora se lo toman con mas calma, no quieren

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perderlo, quieren conseguir canasta, poco después están pasándoselo los jugadores intentando encontrar un hueco para tirar y lo consiguen, encestan de tres puntos. La defensa española no está tan férrea como en los periodos anteriores, parece que flaquea un poco. Saca Juan Manuel pasándole el balón a Igor, este lo sube y se lo pasa a Martín, este a Lucas que le devuelve a Igor para encestar nuevamente. Faltan solamente dos minutos y el equipo español pierde de siete puntos, el partido se está poniendo cuesta arriba para España, parece que están perdiendo la concentración. Saca Inglaterra e intentan subir el balón, pero Igor que está al acecho consigue robarlo y se lanza hacia la canasta contraria, justo cuando iba a lanzarlo un jugador inglés se echa sobre él y caen los dos al suelo, el jugador inglés cae encima de Igor, este no puede seguir, tiene un fuerte dolor en el brazo derecho, poco después sale de la cancha ayudado por un compañero. El árbitro principal se desentiende de la jugada y no pita nada, a partir de ahí el equipo inglés se hace dueño de la cancha controlando el partido, al final termina el partido 97 – 80 a favor de Inglaterra.

La gente salía del polideportivo comentando:

“Pues Igor no es tan bueno como decían” juega y tira bien, pero lo habían puesto por las nubes y no es para tanto, también le han robado un par de balones... y seguían hablando y hablando... Cuando el equipo español llegó al hotel de concentración mr. Carlos San Benito estaba cabizbajo, no le salían las palabras. La cena transcurrió sin palabras, era su primera derrota. Cuando terminaron de cenar pasaron al salón y allí el entrenador les dijo:

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- Hemos empezado mal, ha habido pocos aciertos

a la hora de tirar a canasta. La defensa en los

tres primeros periodos ha sido buena, pero en el

último periodo ha sido un coladero. Menos mal

que el médico ha dicho que Igor solo tiene una

pequeña fractura en el cuello y que el próximo

partido podrá jugar. Ya sé que hemos jugado

contra el anfitrión y la presión de su hinchada

ha sido muy fuerte, pero teníamos ganado el

partido, durante los dos últimos periodos ellos no

sabían ni por donde andaban, no les entraban

las canastas por la presión que les habéis hecho,

pero a partir de la lesión de Igor ellos se han

hecho dueños de la cancha. Ahora solo nos

queda ganar, si volvemos a perder otro partido

nos iremos para casa, en vuestras manos está.

Poco después el entrenador salió del salón, todos se quedaron analizando mentalmente el partido e intentaban ver donde había fallado cada uno y donde podían mejorar. Más tarde, todos se fueron a sus habitaciones. Cuando Igor se iba a acostar recibió una llamada telefónica.

- ¡Sí!, dígame.

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- Soy Penélope. ¿Qué tal te encuentras?

- ¡Bien!, el médico dice que no es nada, que para

el domingo podré volver a jugar.

- Menos mal contestó Penélope, ya tienes mala

suerte, en Alemania te pusiste enfermo y ahora

casi te matan.

- No es para tanto. ¿Has estado viendo el partido?

- Por supuesto, no me lo perdería por nada del

mundo.

- Y ¿Qué te ha parecido?

- A decir verdad, tienes un equipo un poco flojo

aunque defienden bastante bien, fallan muchas

canastas, menos mal que tú tienes un porcentaje

muy alto de aciertos y eso equilibra la balanza.

¿Cuántos puntos has conseguido hoy?

- Has hecho que me salgan los colores, creo que

he metido 53 puntos.

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- ¡Es una barbaridad!, si tuvieses un equipo un

poco mejor arrasaríais a todos los demás.

- Iremos mejorando, no te preocupes, esto no es

como empieza, sino como acaba.

- A ver si es verdad. Bueno ya nos veremos, te

llamaré pronto.

- Muy bien Penélope.

Llegó el siguiente partido, era un rival mucho más difícil que el anterior, se enfrentaban nada mas ni nada menos que a la gran Yugoslavia, éste equipo había sido Campeón de Europa unas cuantas veces, era fuerte, rápido y la gran mayoría de sus jugadores muy altos, desde luego las cosas no pintan nada bien para España, habían perdido el primer partido contra Inglaterra y ahora les tocaba Yugoslavia. El equipo de España esta en el vestuario preparándose para el encuentro, no se oye ni una mosca en el vestuario, se nota que todos los jugadores están muy nerviosos, es un partido trascendental, decisivo para el equipo, va a ser una final, se juegan todo en ese encuentro, si perdían se iban para casa. Mr. Carlos San Benito les sacó de sus pensamientos cuando oyeron su voz potente y clara:

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- Vamos chicos, a la cancha, tenemos que ganar,

nos jugamos todo en este partido, tenemos que

darlo todo.

Cuando salieron a la cancha, Yugoslavia ya estaba

calentando, los jugadores del equipo español se les quedaron mirando: les parecían altos, muy altos y fuertes. Empieza el partido: lanza el balón el árbitro hacia arriba y rápidamente lo coge Yugoslavia, empiezan a pasarse el balón a una velocidad vertiginosa para poco después hacer su primera canasta de tres puntos. Les han metido la canasta sin que se hayan enterado los del equipo español, y así sigue el equipo de Yugoslavia durante todo el primer periodo; les apabullan, no les dan tregua, al terminar el periodo el marcador señala 32 – 8 a favor de Yugoslavia. En el tiempo de descanso el entrenador de España aprovecha para darles unas instrucciones a sus jugadores de cara al segundo periodo, les dice: - ¡Chicos!, nuestro problema mas grave lo

tenemos atrás. No sabemos frenar al equipo

contrario, entran por todas partes y si no

consiguen meter la canasta en el primer tiro

siempre nos roban el balón y rematan a placer.

Segundos después el equipo de España sale con más ganas a la cancha aunque con algunas dudas al ver a los jugadores de Yugoslavia. Empieza el segundo periodo y como en el primero rápidamente el equipo de

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Yugoslavia se hace con el balón para dirigirlo hacia el campo defendido por España, pero el equipo español se lo está tomando en serio y defiende sólidamente, el equipo yugoslavo no encuentra fisura en la defensa de su contrincante, se empiezan a pasar el balón a una velocidad endiablada, pero no hay forma de penetrar la defensa española, Igor está al acecho para intentar robar el balón y segundos después ha intuido el pase y se lanza velozmente a por el balón, segundos después se lo lleva hacia la canasta contraria encestando fácilmente. Saca rápidamente el equipo yugoslavo, esta última canasta que les han hecho les ha tocado la moral y suben el balón con velocidad, el equipo español vuelve a replegarse en su campo y mantiene su defensa, los jugadores yugoslavos están desorientados no consiguen tener un buen tiro y no hacen mas que pasarse el balón a la espera de encontrar un hueco en la defensa, pero se acaba el tiempo y tienen que tirar, lanzan, pero no entra, antes de que el balón lo recoja el equipo yugoslavo como había sido habitual durante el primer periodo, Igor se hace con el y se ha lanzado al ataque, ahora les toca defender a los yugoslavos que tampoco lo hacen mal, el equipo español se pasa el balón con rapidez, Alberto le pasa a Piquer y este a Igor que sin pensárselo dos veces tira y encesta de tres puntos.

El equipo español empieza a coger confianza, la

que habían perdido en todo el primer periodo, cada vez defiende con más solidez y ataca con la velocidad del rayo, han conseguido encestar tres canastas casi seguidas por ninguna de Yugoslavia. Saca Yugoslavia, segundos después están en el campo de España, se pasan el balón

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intentando encontrar un hueco, Igor que está atento al pase del equipo contrario en un descuido de un jugador yugoslavo le arrebata el balón y en dos zancadas consigue ponerse en la línea de tres puntos del equipo yugoslavo, se para, mira a la canasta y seguido envía el balón hacia la canasta encestando nuevamente de tres puntos. El equipo yugoslavo está perdiendo la confianza y la concentración, Igor lo sabe y les dice a sus compañeros que tienen que aprovechar estos momentos decisivos para empatar o incluso ponerse por delante.

Vuelve Yugoslavia con el balón, el equipo

español está defendiendo en su campo, el equipo yugoslavo se pasa el balón con inseguridad, no son los pases que hacían en el primer periodo, no encuentran hueco y al final no tienen mas remedio que tirar por la falta de tiempo y ante esa inseguridad no encestan, intentan recoger el rebote, pero Igor ya se ha hecho con el balón, lo sube con velocidad, le pasa a René, éste se lo devuelve, pero enseguida tiene a tres jugadores yugoslavos cerrándole el paso, Igor que ve a René solo le lanza el balón y René encesta sin problemas. Termina el segundo periodo 32 – 30 a favor de Yugoslavia, en el descanso el entrenador español sigue dando instrucciones a sus chicos:

- Habéis visto, en cuanto la defensa ha empezado

a funcionar ellos no saben que hacer, solo

pueden tirar desde lejos y desde allí lo tienen

bastante mal para encestar. Hemos mejorado en

los rebotes, cerráis muy bien la línea y les es

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difícil que se hagan con el balón, hay que seguir

jugando así.

Empieza el tercer periodo, Yugoslavia sube el balón, se les ve más concentrados que en el periodo anterior, su entrenador les ha debido echar una bronca terrible, llegan al campo español y consiguen meter a uno de sus hombres bajo el aro y encesta con facilidad. En el equipo español se miran unos a otros, no se han dado cuenta por donde se ha metido el jugador yugoslavo. Lucas sube el balón, le pasa a Martín y este a Enrique, están en la línea de tres puntos, los jugadores se pasan el balón intentando encontrar un buen tiro, pero les cuesta, Igor se hace con el balón y sin más tira y encesta de tres puntos para el equipo de España. Yugoslavia es el encargado de subir el balón ahora, pero los jugadores españoles están preparados, saben todo lo que se juegan, los yugoslavos intentan entrar, pero les es imposible, al final tiran, pero el balón sale rebotado hacia fuera, antes de que caiga al suelo está en las manos de Igor, éste organiza el contraataque pasándoselo a Alejandro y este a Juan Manuel, este le devuelve a Igor que tira y vuelve a encentar de tres puntos. Termina el tercer periodo 85 – 87 gana España.

Minutos después empieza el cuarto y último

periodo, ambos entrenadores tienen en la cancha a sus mejores jugadores, los dos equipos se juegan mucho y lo van a dar todo. Los ataques por parte de Yugoslavia son rapidísimos y fulminantes, terminan entrando en la canasta, en este último periodo están jugando mejor, pero España no se quiere quedar atrás y sus contraataques son

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asombrosos, por cada canasta de Yugoslavia Igor consigue encestar otra pero de tres puntos, a falta de cinco minutos para que acabe el partido, España empieza a despegarse de Yugoslavia en el marcador y todo gracias a las continuas canastas que está consiguiendo Igor para su esquipo, todas de tres puntos. Faltando veinte segundos España vuelve a tener el balón, pero el marcador refleja ya al ganador del partido 110 – 90 a favor de España, Igor no perdona y vuelve a encestar otra vez de tres puntos. Al final termina el partido 113 – 90.

El público enfervorizado aplaude y vitorea a

España, el nombre de Igor se empieza a oír por todo el pabellón, los continuos tiros de este jovencísimo jugador han llevado a España a la victoria. Minutos después en el vestuario su entrenador les dice: - Ha sido un partido duro y lo hemos resuelto,

hemos sabido sobreponernos a la mala racha del

primer periodo, pero a partir de ahí hemos

conseguido mejorar el juego y como

consecuencia de ello hemos ganado a

Yugoslavia ampliamente, gracias a Igor que no

se como consigue encestar tantas veces sin

fallar.

Poco después todos los del equipo se fundían en un abrazo, habían conseguido seguir adelante. Cuando salieron del vestuario Penélope había podido acercarse

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hasta allí para ver a Igor, en cuanto le divisó se acercó a él y le estampó un beso en medio de sus compañeros y de todos lo que estaban por allí. Todo el mundo empezó a vitorear e Igor que se puso como un tomate, seguidamente Penélope le dijo: - Has jugado maravillosamente bien, creo que va

a ser un campeonato digno de verse.

- Por eso me has dado este beso, contestó Igor.

- Por eso y porque te quiero.

En ese momento se oyeron unas voces de fondo: “nosotros también te queremos”, eran sus compañeros de equipo. Poco después salían del polideportivo, pero había congregada una multitud enorme de hinchas españoles, todos querían felicitar al equipo y en especial a Igor. Querían autógrafos, muchos autógrafos. Como había mucha gente y mucho lío, Igor se despidió de Penélope: - Ya te llamaré para decirte donde jugaremos el

próximo partido, no faltes.

- No faltaré, respondió Penélope, allí nos veremos.

Poco después los jugadores subieron al autobús para llevarles al hotel de concentración no sin antes escuchar Igor unas risillas de sus compañeros de equipo.

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Media hora más tarde llegaron al hotel, se cambiaron de ropa y seguido bajaron al comedor para cenar, después de cenar pasaron al salón donde estuvieron hablando del partido que habían jugado contra Yugoslavia. El siguiente partido lo tenían que jugar contra Francia, tenían que seguir entrenando duramente y mejorar en defensa que hasta entonces había sido su punto más débil. Al día siguiente temprano todos los jugadores españoles estaban en la cancha calentando, poco después su entrenador les estaba dando instrucciones para ir limando los defectos que había visto en el último partido. Jugaron partidos tratando de mejorar en defensa y tiraron muchos tiros a canasta para mejorar el tiro con y sin oposición. Después de dos horas de entrenamiento el entrenador les mandó a la ducha. Media hora más tarde Igor estaba llamando a Penélope para decirle contra quien jugarían y donde: - Hola Penélope ¿Qué tal estás? Jugamos contra

Francia el sábado a las 21,00 horas.

- Me alegro mucho porque ese pabellón está muy

cerca de donde vivo yo, así no tendré que perder

mucho tiempo en desplazarme.

- Bueno, pues hasta el sábado, espero hacer un

buen partido para que disfrutes.

- Yo viéndote jugar ya disfruto. Espero que ganéis

y paséis a la siguiente fase.

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- Gracias Penélope. Hasta el sábado.

Media hora mas tarde los jugadores españoles salieron de compras por la ciudad, su entrenador les había dicho que eso les relajaría un poco y así fue, pasaron lo que quedaba de mañana estupendamente hasta que llegó la hora de comer y volvieron al hotel. Después de comer tenían siesta y a la tarde otra vez entrenamiento. Llegó el sábado, el día del partido, los franceses no eran tan fuertes ni altos como los yugoslavos, pero cualquier equipo te podía enviar para casa si no jugabas bien. El partido fue más fácil que contra Yugoslavia, en todo momento España estuvo por encima de Francia, fue un partido sin sobresaltos desde el principio. El equipo español se fue de ocho puntos desde el principio del partido y mantuvo esta distancia como mínimo durante los tres primeros periodos, el entrenador español viendo que el partido era más fácil que los demás dejó a Igor en el banquillo durante los tres primeros periodos para que descansase de cara a otros partidos más difíciles, pero en el último periodo sacó a Igor para que jugase y fue la admiración del público, cada vez que cogía el balón y tiraba a canasta el balón entraba y siempre de tres puntos. Al final del partido el marcador reflejaba un 97 – 75 a favor de España. Las hinchadas habían visto algo nuevo, diferente, asombroso, había un jugador de entre todos los que competían que sobresalía sobre todos los demás: en rapidez, en robar balones y sobre todo en sus tiros a

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canasta desde la línea de tres puntos. Ese jugador estaba siendo la revelación del campeonato “Igor” jugador del “Parmesav” equipo ruso, pero de nacionalidad española por eso estaba jugando con su selección. Los jugadores de los otros equipos empezaban a respetar a este joven, cada vez que se hacía con el balón era un torbellino y siempre terminaba encestando de tres puntos, robaba muchos balones gracias a su intuición y sabía llevar a su equipo a la victoria aunque fuesen perdiendo. En todos los partidos que jugaba España, todo el mundo estaba expectante para ver al joven jugador, en cuanto le veían todo el mundo le señalaba “allí está.” El siguiente partido que iba a jugar España era contra Arabia, éstos andaban bastante flojos, era el equipo más débil del grupo, seguramente el partido sería como un entrenamiento. Y así fue, el polideportivo se llenó de hinchas de España y de Arabia que estuvieron animando a sus equipos durante todo el partido. España empezó encestando y cuando terminó el primer periodo ya ganaba 35 – 15. El entrenador viendo el panorama volvió a meter a Igor en el banquillo a espera de partidos más complicados, pero las hinchadas no estaban de acuerdo con la decisión de su entrenador que empezaron a silbar porque querían ver al joven jugador en acción. Al final, el partido terminó 125 – 73 a favor de España. Descansaron varios días hasta que llegaron al último partido contra Alemania, este era un equipo potente, había ganado todos los partidos hasta la fecha, tenía jugadores muy altos y con buen porcentaje de aciertos en los tiros de tres puntos. Durante los días de descanso Igor le pidió permiso a su entrenador para que le dejase salir con Penélope, aunque

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el sabía que tenía poca esperanza para que se lo concediese, pero se llevó una sorpresa porque su entrenador le dijo: - Se lo mucho que te estás esforzando, has

conseguido ganarte al equipo y no creo que te

perjudique salir con Penélope, eso sí, trata de

que nadie te reconozca, sino tendremos serios

problemas.

- Se lo prometo, contestó Igor, no me va a

reconocer nadie.

Cuando apareció Penélope en el hall del hotel pasó Igor por delante de ella para comprobar si le reconocía, efectivamente Penélope no se dio cuenta de que era él. Igor iba vestido con una cazadora ancha color verde y unos pantalones blancos, también llevaba una gorra a cuadros y unas gafas negras. Minutos después, volvió a pasar por delante de ella y como vio que no le reconocía acercándose a ella le preguntó en un susurro:

- ¿Es tan amable de decirme la hora por favor?,

Igor cambió su voz para que no le reconociese.

Penélope le dio la hora y como siguió sin

reconocerle fue Igor quien le dijo en voz baja:

- ¡Hola, Penélope!, soy yo, Igor.

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Penélope al oír la voz de Igor bajo aquel aspecto

le entró la risa y se tuvo que sentar para que se le pasase. - Pero Igor, ¿Qué haces vestido de esa manera?,

le preguntó Penélope.

- Me ha insistido el entrenador que no me puede

reconocer nadie, sino mis días de salir contigo se

habrán acabado. Vamos a otro sitio más discreto

y allí hablaremos tranquilos.

- De acuerdo, contestó Penélope, adoptando el

mismo aire misterioso que Igor.

Salieron del hotel, cogieron el coche de Penélope y se desplazaron a un pueblo que distaba de allí unos veinte kilómetros. Poco después estaban sentados en un rincón de una cafetería lejos de la vista de los curiosos. - Por fin estamos solos, se oyó la voz de Igor. ¿Qué

tal te ha ido la semana?, le preguntó a

Penélope.

- No me ha ido nada mal, no me puedo quejar.

- Y tú ¿qué tal con los entrenamientos?

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- Por ahora bien, sólo nos queda ganar a

Alemania para pasar a la siguiente fase, o sea a

cuartos de final. Aunque hay que decir que estos

son un hueso duro de roer, juegan bien, tienen

hombres muy altos y con un porcentaje alto en

los tiros a canasta. Tendremos que emplearnos a

fondo para ganarles, no va a ser nada fácil.

- ¡Por cierto!, al partido iré con unas cuantas

amigas, dijo Penélope, todas están estudiando

conmigo.

- Me parece estupendo que vayas acompañada y

no estés sola donde hay tanta gente.

Estuvieron hablando y hablando durante un buen rato. Cuando se quisieron dar cuenta eran las ocho y media de la noche y tenían que regresar al hotel para la cena, no podía llegar tarde y que sus compañeros se diesen cuenta que había salido. Así que poco después estaban en el hotel. - ¡Penélope!, se me ha pasado el tiempo volando.

La verdad que siempre que estoy contigo se me

pasa el tiempo muy deprisa, sin embargo

cuando estoy en medio de un partido el tiempo

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parece que no corre, sobre todo si vamos

ganando por la mínima.

- A mí también se me pasa el tiempo rápido, estoy

muy a gusto contigo, pero ahora vuelve con tus

compañeros, tenéis que ganar a Alemania si

queremos seguir viéndonos.

- Mañana saldremos de dudas, contestó Igor.

Llegó el día del partido, los dos equipos estaban

en la cancha: los alemanes fuertes, altos y rubios y los españoles: no tan altos, fuertes y morenos, los árbitros del partido eran de China, India y América. Empieza el partido, el árbitro lanza el balón al aire y el jugador alemán y el español intentan hacerse con el balón, al fin el jugador alemán se hace con el que lo sube rápidamente y encesta. Saca España, Igor es el encargado de subirlo, le pasa a Alberto y este a Enrique, éste se lo devuelve a Igor que encesta de tres puntos. Durante el primer periodo ambos equipos van parejos en cuanto a puntos. En cuanto el equipo alemán encesta, el español hace lo mismo. Termina el primer periodo ganando Alemania 31 – 30. Durante el descanso mr. Carlos San Benito aprovecha para dar instrucciones a sus jugadores.

Empieza el segundo periodo, saca el equipo

alemán que como una centella suben el balón rápidamente al campo español, sin embargo éstos están defendiendo fuerte, no hay ningún hueco por el que

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puedan meterse, si quieren tirar tendrán que hacerlo desde lejos y efectivamente tiran obligados por el conjunto español y encestan de tres puntos. Saca velozmente el equipo español, Igor sube el balón hasta el campo contrario y le pasa a Lucas, éste a Martín quien tira, pero no encesta, el balón rebota en el aro y sale despedido, pero antes de caer al suelo Igor se ha hecho con el y sin pensárselo dos veces tira y encesta. Seguidamente se van sucediendo jugadas y tiros por ambos equipos en el que Alemania se lleva la mejor parte encestando una serie de ellos en cadena. Termina el segundo periodo a favor de Alemania 59 – 50. Durante el descanso mr. Carlos San Benito les dice a sus jugadores los fallos que están cometiendo y también lo que hacen bien; sobre todo les hace ver que tienen que presionar más a los jugadores alemanes para que fallen a la hora de tirar a canasta, que no les dejen tirar cómodamente.

Da comienzo el tercer periodo, el equipo español

tiene el balón, Igor lo sube con dificultad a causa de la presión del equipo alemán, aún así consigue subirlo apoyándose en sus compañeros de equipo, se empiezan a pasar el balón fuera de la línea de tres puntos, ningún jugador de España se atreve a tirar, están muy lejos, Igor es el que toma la responsabilidad encestando nuevamente para su equipo. Vuelve a sacar el conjunto alemán llegando con facilidad al campo español, pero una vez allí se encuentra con la muralla española, la presión es impresionante por parte de los jugadores españoles, los jugadores alemanes se pasan el balón, pero ninguno se decide a tirar, están muy lejos de la canasta, pero el tiempo pasa y tienen que tirar si no quieren perder el

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balón y así lo hacen, pero esta vez no entra, rápidamente se hace con el balón él equipo español que organiza el contraataque. El entrenador alemán se enfada ante esa canasta fallida. Igor vuelve a subir el balón entre los jugadores alemanes, se lo pasa a René y éste a Piquer, éste a Lucas que se lo devuelve a Igor que tira y encesta otra vez de tres puntos. Sacan los alemanes velozmente llegando al campo español, pero otra vez se encuentran con la defensa española que está defendiendo como nunca lo han hecho, Igor les está contagiando sus ganas de ganar, Alemania se pasa el balón intentando entrar entre los hombres españoles pero no lo consigue, vuelven a tirar a la desesperada, pero otra vez fallan, el entrenador alemán se enfada, ve que el partido se le está yendo de las manos. Recoge el balón Igor que lo sube como un rayo al campo contrario, ve desmarcado a Lucas y hacia allí se lo manda, recoge Lucas y encesta sin ninguna dificultad. Termina el tercer periodo: Alemania 81 – España 80.

El partido está cambiando, los españoles casi han

empatado y están jugando mejor que los alemanes, Igor es el hombre clave en el conjunto español gracias a sus canastas. El equipo español está jugando mucho mejor que en los dos primeros periodos.

Empieza el cuarto y último periodo, ambos equipos se lo juegan todo, el que gane se clasifica y el que pierda se va para casa. Tiene el balón el equipo alemán que lo sube al campo español con facilidad, pero vuelve a encontrarse a la defensa española que parece que no quiere que tiren con comodidad, la presión es al hombre, al equipo alemán le cuesta entrar y tiene que probar

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suerte desde la línea de tres puntos, pero esta vez el balón entra sin tocar la red. Ahora el que saca es el equipo español, Igor sube el balón llegando al campo alemán, pero a los españoles también les cuesta romper las filas alemanas y se tienen que pasar el balón desde la línea de tres puntos, ningún jugador del equipo español se atreve a tirar, el balón le cae a Igor en las manos y sin más mira a la canasta y seguido tira, el balón entra en el aro sin tocar la red. Saca Alemania como suele hacerlo con rapidez, se lo van pasando, pero aparece la mano de Igor que se hace con el balón, se va derecho hacia la canasta contraria encestando a placer. Vuelve a sacar Alemania, suben el balón y cuando llegan al campo español tiran, pero no entra, se hace con el balón Igor lo sube y nada más pasar la línea del medio del campo tira y encesta. El público se levanta, ha sido una canasta impresionante, esas canastas solo las pueden meter los grandes jugadores, parece que “Igor” empieza a estar entre los grandes. Alemania se está poniendo nerviosa, España está por delante y los alemanes han empezado a fallar bastante. Sube el balón el equipo alemán, se lo van pasando, pero otra vez aparece la mano de Igor que se hace con el balón y vuela hacia la canasta encestando de nuevo para su equipo.

Es prodigioso ver a este chico “Igor”, tiene un 99

por ciento de aciertos en tiros de tres puntos. El está llevando a su equipo a la final. El público se empieza a dar cuenta de que este jovencito es un genio del baloncesto. Sigue el partido, el equipo alemán tiene el balón, lo suben con facilidad pero vuelven a encontrarse ante la defensa española, otra vez intentan el tiro desde lejos y entra, tres puntos para los alemanes. Sólo queda

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un minuto y diez segundos para que termine el encuentro, España está por encima en el marcador, si Alemania no resurge se irán para casa. Sube el balón Igor, le pasa a Piquer y este a Lucas, este a Martín que le devuelve a Igor que tira volviendo a encestar para el equipo español de tres puntos. Termina el partido, España 116 – Alemania 109.

El pabellón parece que estalla, el rugido del

público es impresionante, España pasa a la siguiente fase, Alemania se va para casa, el ruido del pabellón es atronador, se oye el nombre de España, España, España e Igor, Igor, Igor, es increíble lo que se está viendo aquí. Los jugadores españoles se cogen de las manos las levantan y saludan a la hinchada, les dan las gracias por su apoyo incondicional. Penélope está con sus amigas que también vitorean al equipo español. Mas tarde en el vestuario español todos quieren felicitar a Igor, reconocen que ha sido la pieza clave para derrotar a Alemania, con un artillero como él es imposible perder. Todos los jugadores están exhaustos, pero contentos, han pasado a los cuartos de final. Mr. Carlos San Benito se acerca a Igor y le dice en un susurro para que nadie se entere: - Penélope está esperándote fuera, te concedo

diez minutos para que estéis juntos.

Igor muy contento le da un abrazo a su

entrenador, este le esta poniendo las cosas muy fáciles para ver a su novia. Después de ducharse rápidamente sale del vestuario y se encuentra con Penélope y sus

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amigas que le están esperando junto a los guardas de seguridad que hay en el pasillo. - Te presento a Joana, Ruph, Sensunt y Manuela,

le dice a Igor.

El acercándose a ellas da un par de besos a cada una y rápidamente las cuatro amigas de Penélope le piden unos autógrafos para ellas y para sus hermanos. Igor empieza a firmar, poco después se encuentran en la cafetería del polideportivo tomando unos refrescos, Igor lleva unas gafas negras y una gorra, así pasa desapercibido para la gente. Poco después aparece por allí mr. Carlos San Benito y dirigiéndose a Igor le dice:

- Lo siento, pero nos tenemos que ir.

- ¿Han pasado ya diez minutos?, pregunta

asombrado.

- ¡Sí!, contesta su entrenador.

- Lo siento Penélope, te quería decir tantas cosas

y al final no te he podido decir ninguna.

- No te preocupes, cuando termine el campeonato

te darán vacaciones y podremos vernos todos los

días.

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Media hora más tarde en el hall del hotel Carlos

San Benito y sus jugadores están viendo las noticias de la televisión. Cuando llegaron los deportes dieron un amplio reportaje del partido Alemania – España de Baloncesto, todos los comentaristas estaban de acuerdo que nunca habían visto a un jugador de la calidad de “Igor”, en la historia del baloncesto ningún jugador había conseguido marcar 58 puntos en un partido, estuvieron de acuerdo en la efectividad del joven español en los triples y decían que también poseía un sexto sentido a la hora de robar balones a sus contrincantes, era un jugador completo y algunos apuntillaban que en el equipo que jugase ese chico prácticamente tenían la victoria asegurada. Terminada la sección de deportes entró Igor en el hall. - ¿Dónde estabas? Le preguntó Lucas.

- Estaba en la habitación escribiendo una carta a

mis padres, respondió Igor.

- Tú siempre estás haciendo alguna cosa, dijo

Martín, pero la verdad que es estupendo tenerte

en el equipo.

- Gracias Martín, replicó Igor.

- ¿Ya sabes lo que dicen todos los comentaristas

de la televisión acerca de ti? Dijo Martín.

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- Seguro que tonterías, respondió Igor.

- Pues no son tonterías, dicen que puedes llegar a

ser el mejor jugador del mundo, que nadie ha

marcado tantos puntos como tú en un partido.

- Ya te decía yo, siempre dicen tonterías.

EL EQUIPO ESPAÑOL PASA A CUARTOS

Todos se quedaron boquiabiertos, era increíble lo humilde que era Igor, todo le daba igual, cualquier otra persona estaría dándoselas de superhombre y este chico como si no hubiese pasado nada, para el había sido un partido más.

203

- Lo importante, dijo Igor, es el “equipo”, ser una

piña, el que meta yo canastas o las meta otro,

eso es lo de menos. - ¡Chicos!, levantó la voz mr. Carlos San Benito

para que sus chicos le hiciesen caso. Me acaba

de llegar un fax con los equipos que tenemos

que jugar en la siguiente fase: Rusia, Japón y

Portugal. Japón sobre el papel parece fácil,

aunque si ha llegado a cuartos será por algo,

Portugal es una selección potente y nos puede

dar bastante guerra y Rusia, que os voy a decir

de esta selección, todos la conocéis, es la

actual Subcampeona del Mundo.

Minutos más tarde todo el equipo estaba cenando, durante la cena siguieron hablando del partido que habían jugado contra Alemania, en especial de cómo había jugado Igor, era impresionante verle jugar y sobre todo encestar. Cuando terminaron de cenar pasaron al salón y allí siguieron hablando de unas cosas y de otras, de repente aparecieron unos cuantos camareros con unas bandejas en las que traían botellas de champán y unas copas. Mr. Carlos San Benito se levantó y dijo: - Hoy es un día especial y tenemos que

celebrarlo, entre otras cosas por haber ganado a

Alemania y pasar a la siguiente fase. Estoy muy

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contento con todos, estamos mejorando en cada

partido y espero que sigamos así. También tengo

unas palabras para “Igor”. Sigue así, no nos

falles, gracias. - Igor se puso rojo como un tomate, no sabía

donde meterse, le ponía nervioso que se hablase

de él delante de todo el mundo.

Cuando acabaron era bastante tarde, el entrenador les dijo: - Mañana entrenaremos por la tarde, aprovechar

a descansar, os lo habéis merecido.

Al día siguiente después de comer se echaron la siesta los jugadores como era habitual. A las cinco todos los jugadores estaban en la cancha y un montón de hinchas españoles animando en el entrenamiento. Para empezar empezaron con unas carreras de velocidad para pasar después a jugar un partido, cada vez que Igor se hacía con el balón y hacía alguna filigrana, la hinchada soltaba un ¡Ahhhhhhhhhh!, y cuando encestaba exclamaban: ¡Ohhhhhhhh!, los hinchas estaban encantados con Igor: verle como subía el balón, como se movía, como pasaba a sus compañeros y sobre todo como tiraba a canasta y encestaba, aquello era demasiado para la vista. Cuando acabaron de entrenar todo el mundo estaba a la caza de los autógrafos, en especial en busca del joven jugador, los guardias de seguridad dejaron que

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el público se acercase un poco y de esa forma pudiesen conseguir el autógrafo preferido. Mr. Carlos San Benito dejó a sus jugadores que atendieran a la hinchada, gracias a ellos el equipo estaba jugando bien. Igor era el jugador que más gente tenía esperando su autógrafo, una de las personas que estaban a la cola era Penélope, Igor no la había visto, no pensaba que estuviese en un entrenamiento. Mientras, Igor firmaba y firmaba autógrafos sin levantar la cabeza para ir más de prisa, hasta que de repente oyó una voz que dijo:

- Yo quiero que pongas con mucho cariño.

Rápidamente Igor levantó la cabeza al oír aquella

voz que le resultaba tan familiar y se encontró con Penélope. - ¡Pero que haces tú aquí! ya sabes que no

necesitas ponerte a ninguna cola para que te

eche un autógrafo.

- Me hacía ilusión ponerme a la cola, respondió

Penélope con una sonrisa.

- Espera un poco hasta que termine de firmar,

enseguida estoy contigo.

- ¡Muy bien!, contestó Penélope.

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En cuanto Igor terminó de firmar a toda la gente que tenía delante se acercó a Penélope y le dijo: - ¿Hoy no tienes nada que hacer?

- ¡Pues no!, he venido solo para verte entrenar.

- Me alegro mucho de que estés aquí, me ducho

enseguida y salgo, no te vayas.

Cuando Igor terminó de ducharse salió rápidamente y se encontró con Penélope que estaba esperándole con una sonrisa. Estuvieron hablando durante un rato hasta que empezaron a salir sus compañeros e Igor se despidió de Penélope. Llegó el jueves, ese mismo día empezaba la siguiente fase, cuartos de final, les tocaba enfrentarse a Japón, en principio no era un equipo al que había que tenerle miedo, pero si había pasado a cuartos es que no jugaban mal del todo. Empieza el partido, los japoneses se hacen con el balón gracias a su jugador de 2,30 m., es increíble todas las pelotas que van por alto las coge al vuelo, suben el balón y encestan rápidamente. Saca España, Lucas sube el balón, llegan fácilmente al campo contrario y encestan sin más complicaciones. Las jugadas se van sucediendo por parte de ambos equipos. Pasan el primer, segundo y tercer periodo y el resultado es de 89 – 80 a favor del equipo español. Hasta ahora el encuentro está controlado por el equipo español, está siendo un partido

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relativamente fácil a pesar del jugador tan alto que tiene Japón. Empieza el último cuarto y el equipo español se va con facilidad del equipo japonés, el partido termina 103 – 86 a favor de España. Igor solo ha salido en los dos últimos periodos, su entrenador le ha dado un poco de descanso de cara a otros partidos más complicados. Los jugadores que más han sobresalido en el equipo español han sido: René (25 ptos.) Piquer (12), Lucas (28), Martín (23) y Juan Manuel 15). Dos días después España se tiene que enfrentar a Portugal, puede ser un partido muy igualado. Portugal es un equipo rápido y tiene hombres que encestan con facilidad desde la línea de tres puntos, cogen muchos rebotes y defienden bien. Empieza el partido, España se hace con el balón y lo sube con facilidad encestando sin problemas. Saca Portugal que igual que el equipo español enseguida llega arriba y también encesta, de esta forma pasan el primer y segundo periodos encestando alternativamente un equipo y otro, pero sin distanciarse ninguno. Empieza el tercer periodo, Igor del equipo español sale a la cancha, es el encargado de subir el balón, lo sube sin ninguna dificultad, solo llegar a la línea de tres puntos tira y encesta para el equipo español. Ahora sube el balón un jugador del equipo portugués, lo sube con facilidad, pero el equipo español está completamente cerrado, los portugueses se van pasando el balón intentando penetrar sobre la defensa española, pero no lo consiguen, pasa el tiempo, tienen que tirar si no quieren perder el balón y efectivamente tiran, pero el balón rebota sobre el aro y

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sale fuera, se hace con el balón Igor que lo sube con la rapidez que le caracteriza, se lo pasa a René y este a Martín que le devuelve a Igor que tira y vuelve a encestar de tres puntos. Termina el tercer periodo. Los entrenadores de ambos conjuntos aprovechan para dar unos consejos que les vendrán bien a sus jugadores. Empieza el cuarto periodo, el equipo español empieza el último periodo con ocho puntos por encima sobre su contrincante y controla la cancha. España vuelve a tener el balón y esta vez el que encesta es René. Solo queda minuto y medio para que acabe el partido y el equipo español está completamente metido en el partido, el equipo español tal como va el partido no va a tener ningún problema para ganar a Portugal. Vuelve a hacerse con el balón el conjunto español, lo sube Igor y a falta de unos segundos tira y vuelve a encestar de tres puntos. Termina el partido: España 109 – Portugal 101. SEMIFINALES: ESPAÑA - RUSIA

La hinchada española está contenta, la selección ha ido de menos a más, cada día que pasa juega mejor e Igor hace las delicias del público, la gente está encantada con él, disfruta con su juego rápido y mortífero sobre todo desde la línea de tres puntos. El equipo español tiene tres

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días para descansar antes de enfrentarse a Rusia, actual Subcampeona del Mundo. El equipo ruso tiene jugadores altos, fuertes y rápidos. España sobre el papel lo pasará mal, los dos equipos son totalmente diferentes, comparando los jugadores individualmente uno por uno los del equipo ruso son mucho mejor. Pero el equipo español está en racha y puede suceder cualquier cosa, no nos olvidemos que tiene un jovencísimo jugador que desde la línea de tres puntos es aplastante y que por jugar en el “Parmesav” equipo ruso conoce bien su juego. Llegó el día esperado, el día del partido España – Rusia, el pabellón está totalmente abarrotado, no queda ningún sitio por cubrir, todo son voces animando a una selección y a otra. Los dos equipos aparecen en la cancha, puede ser un buen encuentro, son dos equipos diferentes con dos formas distintas de jugar, pero efectivos a la hora de encestar. Empieza el encuentro, Rusia se hace con el balón que no tarda en subirlo y encestar, ahora la toca a España jugar el balón, lo sube ante la presión de Rusia, pero también encesta, vuelve Rusia a subir el balón, pero esta vez la defensa española está más fuerte, los rusos se pasan el balón de una parte a otra de la cancha, pero al final consiguen encestar de nuevo. España sube ahora el balón por medio de Igor que no tarda en llegar al campo contrario y vuelve a encestar desde la línea de tres puntos. El juego va muy parejo para ambos equipos, van encestando alternativamente uno y otro equipo, menos mal que Igor parece que se está multiplicando porque está

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en todas partes, ahora el equipo español parece que quiere despegarse del ruso. Empieza el último y cuarto periodo. Rusia pierde 103 – 96. El equipo español gracias otra vez a su joven jugador empieza a alejarse del ruso. El equipo español está jugando muy bien atrás, defendiendo como nunca lo había hecho, el equipo ruso tiene verdaderos problemas para poder encontrar un hueco para poder meterse y no tiene más remedio que tirar desde lejos jugándose la canasta, que gracias a Dios no entra y el equipo español se hace con el balón lo sube y lo encesta. Al final termina el partido a favor de España. 121 – 115. El equipo español pasa a semifinales, jugará contra la temible Turkia, es un contrincante duro, un hueso de roer que se dice. El Parmesav “equipo de Igor” jugó contra ellos la Copa de Europa y perdieron. El partido contra Turkia se jugará el jueves a las nueve de la noche. Todas las cadenas de televisión darán ese partido tan trascendental. El árbitro principal es el japonés Yosuki Tomoko y los ayudantes el portugués Regueira y el francés Antuán. Pasaron los días y llegó el jueves, los jugadores españoles y turkos están ya en la cancha esperando el inicio del partido. Empieza el partido, el equipo español se hace con el balón, Igor como siempre lo sube al campo contrario, le pasa a Lucas y este a Martín que le devuelve a Igor y éste encesta, los primeros puntos para el equipo español. Ahora el balón está en manos de los turcos que también suben el balón con facilidad hasta que se topan

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con la muralla española que no les deja entrar por ningún sitio obligándoles a tirar desde lejos, pasa el tiempo y tienen que tirar, tiran y encestan de tres puntos. Vuelve a subir el balón Igor pasándoselo a Martín, este a Piquer y este a René. René se lo pasa a Igor que tira y encesta de tres puntos. Termina el primer periodo: España 31 – Turkia 30. Los dos equipos están muy igualados, nadie puede predecir como terminará el partido, ¿quien será el ganador? Sacan los turcos con una velocidad impresionante, pero el equipo español ya está en su sitio para no permitir entrar al equipo contrario, le vuelven a forzar a que tiren de fuera, pero esta vez no les ha entrado el balón, el rebote lo recoge Igor que sube el balón con la velocidad a que nos tiene acostumbrados y vuelve a encestar de tres puntos. Termina el segundo periodo, España 53 – Turkia 48, no hay grandes diferencias entre los dos equipos, cualquier equipo puede dar un giro sorprendente al marcador, ambos equipos están jugando bien. Durante el descanso Igor vio a mr. Popov su entrenador del Parmesav en las gradas, cerca donde estaban los hinchas españoles, con una seña su entrenador le dio a entender que le deseaba suerte. Da comienzo el tercer periodo, Turkia tiene el balón y lo sube rápidamente, pero vuelve a encontrarse con el equipo español que está empeñado en no dejar entrar a ningún jugador para que enceste a placer, así que se van pasando el balón esperando una oportunidad para burlar al conjunto español o para tirar, al final optan por tirar y encestan de tres puntos. Igor vuelve a tener el

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balón y lo sube rápidamente al campo contrario ante la mirada de sus compañeros y del público, Igor se fija que un compañero suyo se ha metido debajo del aro y hacia el va el pase que lo coge y encesta de gancho. Termina el tercer periodo que ha estado muy parecido para ambos equipos en el marcador. Comienza el cuarto periodo, cualquier equipo puede ganar aún, no están muy distanciados y en este juego enseguida se pueden hacer muchos puntos. Igor lleva el balón que se lo pasa a Martín y este a Lucas que se lo devuelve y sin más tira encestando nuevamente de tres puntos para el equipo español. Ahora Turkia se va con el balón rápidamente para arriba, pero lo pierde ante la defensa de Igor que se lo lleva hacia la canasta y encesta. Vuelve a sacar Turkia subiendo el balón rápidamente, saben que se les acaba el tiempo y tienen necesidad de puntos para que no se les vaya el partido de las manos, pero se lo vuelve a robar Igor que está al acecho constantemente y lo vuelve a encestar para su equipo. Termina el partido España 96 – Turkia 90. La hinchada española no para de animar a sus jugadores, han visto cosas increíbles durante el encuentro, ha sido un partido estupendo por parte de los dos equipos, pero el resultado del partido se lo ha llevado España que en el último periodo ha sabido mantener una defensa dura y un ataque fulminante. Poco después se oyó en el pabellón desde la cabina de megafonía:

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- España jugará la final contra Estados Unidos,

será el domingo a las diez de la noche en el

Palacio de los Deportes de Londres.

LA GRAN FINAL: ESTADOS UNIDOS-ESPAÑA

España había conseguido por primera vez en su historia llegar a la final, en parte gracias a ese jovencísimo jugador que había salido de no se sabía donde, pero que allí estaba entre ellos. Minutos después los jugadores lo estaban celebrando en su vestuario. Mr. Carlos San Benito su entrenador les dijo: - Estoy orgulloso de vosotros, hemos jugado como

nunca lo habíamos hecho, si seguimos jugando

de esta manera tenemos una oportunidad frente

a Estados Unidos. Desde luego el haber llegado

hasta aquí es algo asombroso, pero una vez que

estamos aquí tenemos que luchar por ser

campeones.

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Media hora después salían los jugadores del

vestuario hacia el autobús que les tenía que llevar a su hotel, poco tiempo más tarde ya habían llegado. Tenían un solo día de descanso antes de enfrentarse a Estados Unidos. Al día siguiente Mr. Carlos San Benito les dejó tranquilos, quería que ese día lo dedicasen a lo que quisieran y que no pensasen en nada. Igor recibió la visita de sus padres y su abuela que habían viajado hasta Inglaterra para ver a su hijo en la final, poco después también se les unió Penélope y se fueron a comer los cinco con el permiso de su entrenador. Durante la comida el padre le dijo a su hijo: - No nos perderíamos este partido por nada del

mundo, quiero ver con mis propios ojos a mi hijo

en lo más alto del Baloncesto Mundial.

- Gracias papa, trataré de hacer un buen partido.

Mientras estaban comiendo apareció en el restaurante su entrenador ruso mr. Popov con varios jugadores de su equipo, cuando se vieron se fue derecho hacia Igor y le dijo: - Hoy has hecho un gran partido, espero que

mañana ganéis a Estados Unidos. Te deseo toda

la suerte del mundo, estaremos animándoos en

las gradas en todo momento.

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Poco después se despidieron con un abrazo. Por

fin llegó el día más esperado, todo el mundo no hacía nada mas que hablar sobre el partido del año, en todas las bocas estaba la final entre Estados Unidos y España. Las estadísticas daban como vencedor claro a Estados Unidos. Todos los medios de comunicación estaban allí, este partido llegaría hasta todos los rincones del globo. El pabellón donde jugaban tenía una capacidad para treinta mil personas y estaba lleno. Los principales parques de Londres tenían pantallas para que todos los que no habían podido entrar en el pabellón para ver el partido lo pudiesen ver desde allí. Salen a la cancha los dos equipos: por el equipo de Estados Unidos el más pequeño de sus jugadores mide 1,95 m. y el más alto 2,25, con una media entre sus jugadores de 2,10 m. de altura. En España el jugador más pequeño mide 1,90 y el más alto 2,20, con una media entre sus jugadores de 2,01m. de altura. Van a dirigir el partido el japonés Yosuki Tomoko, el portugués Regueira y el francés Antuán.

Empieza el partido, se hace con el balón el equipo

de Estados Unidos que con una prodigiosa rapidez han llegado hasta la canasta española encestando de dos puntos. Saca el equipo español, Igor sube el balón consiguiendo llegar hasta el campo contrario y encesta de tres puntos. Durante el primer y segundo periodos los ataques por parte de Estados Unidos eran fulminantes encestando con regularidad con canastas impresionantes. El equipo español que tampoco lo está haciendo nada mal consigue llegar al campo contrario y gracias a la intervención de Igor consiguen que no se les vayan en el

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marcador. Al final del segundo periodo el marcador refleja un tanteo de: Estados Unidos 61 – España 56. El público está medio enloquecido, está viendo una final no apta para cardiacos, las jugadas en uno y otro bando rayan lo imposible, con saltos prodigiosos y canastas increíbles. La hinchada de ambas selecciones no para de animar a sus equipos.

Empieza el tercer periodo: saca Estados Unidos

que se va rápidamente arriba, pero España con una gran defensa para al equipo americano, estos se pasan el balón con la rapidez que solo ellos saben hacer, pero no consiguen hacer un agujero en la muralla española, se va terminando el tiempo y tienen que tirar, tiran, pero el balón no entra, varios jugadores americanos se lanzan a por el rebote, pero Igor que es rapidísimo se ha hecho con el balón y se ha lanzado al ataque, enseguida llega al campo contrario y sin más tira y encesta de tres puntos. Igor está muy fino, se ha hecho con casi todos los rebotes en la zona española, está demostrando quien es la estrella de estos campeonatos, termina el tercer periodo con un tanteo favorable a España por la mínima de 94 – 93.

Empieza el cuarto y último periodo: Estados

Unidos tiene el balón pero lo sube con dificultad, el equipo español está presionando en toda la cancha y eso al equipo americano le dificulta para que lo pueda subir fácilmente, aparece la mano de Igor que roba el balón y se va solo hacia la canasta contraria encestando con facilidad. Vuelve a sacar Estados Unidos, sube el balón, pero esta vez tiene más cuidado para que no se lo vuelvan a robar, están en campo contrario y tiran, pero vuelve a

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aparecer la mano de Igor metiendo un tapón y lo vuelve a recoger pasándoselo a René y este que estaba solo encesta a placer. Parece que España le está cogiendo el sitio a Estados Unidos, los americanos están desconcertados, no terminan de llegar con la facilidad que lo hicieron en los dos primeros periodos y los españoles se están aprovechando de ello. Quedan solo dos minutos para que termine el partido y España está por encima ocho puntos, en dos minutos pueden suceder muchas cosas sobre todo en baloncesto y contra el campeón. Estados Unidos tiene el balón consiguen subir al campo español y esta vez si consiguen encestar, pero solo de dos puntos. Igor es el encargado de subir el balón, le pasa a Lucas y este a Martín que tira a canasta pero falla, el rebote lo ha recogido Igor que encesta nuevamente para su equipo. Este chico está intratable todo lo que tira lo mete, nunca se había visto nada igual hasta ahora. Este chico está en todas partes, es incansable, tan pronto está encestando como defendiendo. Vuelven los americanos al ataque que consiguen llegar fácilmente y encestan sin dificultad. Ahora los españoles no consiguen parar al conjunto americano. Vuelve a subir Igor el balón que le pasa a René y este a Juan Manuel que tira, pero no encesta. El equipo americano se hace con el balón que lo sube rápidamente, pero vuelve a aparecer la mano de Igor haciéndose nuevamente con el balón, vuela hacia la canasta contraria encestando para el equipo español. Y termina el partido con España como Campeona del Mundo de Baloncesto con un tanteo de 115 – 111.

La hinchada de España vocifera sin cesar, solo se

les oye a ellos: España, España, España. Igor, Igor, Igor,

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la gente llora de alegría. ¡Campeones del Mundo!, algo que se veía inalcanzable, pero que por fin se ha hecho realidad. Por primera vez en la historia España es Campeona del Mundo. El equipo español en medio de la cancha está recibiendo el homenaje del público y la felicitación del equipo americano. El primer ministro inglés será el encargado de dar la copa a los Campeones. Es increíble lo que se ha visto hoy en este Polideportivo. Una hora después el equipo español con los entrenadores al frente levantan la copa de Campeones del Mundo. La hinchada no hace más que animar. Poco después el equipo español sale de la cancha hacia el vestuario. En el vestuario el entrenador español se dirige a sus jugadores: - ¡Hoy es un gran día! El día más feliz de mi

carrera como entrenador.

Pero no puede seguir hablando la voz se le ha quebrado y ha empezado a llorar, los jugadores se abrazan a el y le levantan al aire, todos lloran de alegría y exclaman: SOMOS CAMPEONES DEL MUNDO.

Llaman a la puerta del vestuario, el segundo

entrenador sale a abrir para ver quien es, aparece la cabeza de uno de los policías de seguridad y dice: - ¡Preguntan haber si puede salir Igor!

- ¡No!, ahora no puede salir nadie y menos Igor,

exclama el entrenador.

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- Perdone, vuelve a decir el policía de seguridad,

pero dice que es de parte de su entrenador Tom. Igor nada más oír aquel nombre, dijo: - ¿Quién ha dicho que es?

- ¡Tom!, su entrenador de la escuela.

- ¿Quién es ese Tom?, pregunta el mr., tu

entrenador. Aquí el único entrenador que hay

soy yo, contestó Mr. Carlos San Benito.

Dirigiéndose Igor a mr. Carlos San Benito le dice: - Perdone mr. Carlos San Benito, este Tom es una

persona muy especial para mí, fue mi primer

entrenador, le debo mucho. - Si es así, sal un momento, pero no tardes mucho,

tenemos que estar todos unidos en un día tan

especial como el de hoy.

- No tardo nada, entrenador.

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Nada más salir Igor del vestuario se encontró con una sorpresa mayúscula, allí estaban: Tom, su antiguo entrenador, Jeremías su segundo y gran parte de los chicos que jugaron con él cuando era niño: Jon, Cristóbal, Silver, Antuan, Lucas, Oscar y Hugo. También estaban allí su amigos rusos: Kramitzi, Petrovis, Karlovis y Rainov y por supuesto entre ellos también estaban parte de sus compañeros de equipo: Ivanov, Kuznetsov, Sokolov, Petrov, Vasiliev y Vorobiov y su entrenador al frente mr. Popov y su ayudante Smirnov. Todos aclamaron a Igor, cada uno en su lengua, seguidamente no se le veía, todos se echaron encima, todos querían felicitarle. Poco después aparecieron los padres y la abuela de Igor que venían en compañía de Penélope, el tiempo pasó muy deprisa, como Igor no entraba al vestuario salió mr. Carlos San Benito para ver que pasaba, pero al ver el panorama se quedó pasmado. Tom se le acercó y le dijo: - Somos amigos íntimos de Igor, hace muchos años

que no le habíamos visto y queremos estar unos

minutos con él en este día tan feliz para todos.

¡Déjenos estar unos minutos con él por favor!

Carlos San Benito no supo que decir, se quedó

mudo, se metió dentro del vestuario y poco después salió todo el equipo español y todos unidos festejaron la victoria.

Pasaron los años e Igor fue cosechando triunfos

con su equipo el “Parmesav” y con su selección hasta que

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un día tuvo que dejar el Baloncesto. Años después, muchos años después, se seguía hablando de Igor, todo el mundo le conocía como “La leyenda”.

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