turismo y arquitectura moderna docomomo iberico

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Funda<;6a DOCOMOMO Ibérica e da arquitectura e do urbanismo do movimento moderno ARQUITECTURA MODERNA E TURISMO: 1925-1965 Valencia a:¡,iIolIiJ 6-7-8/ 11 /2003 ...rslellad Politécnica de Valencia

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Publicação Docomomo Ibérico. Arquitetura Moderna e Turismo.

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  • Funda
  • ARQU ITECTU RA MODERNA V TURISMO: 1925-1965

    ARQU ITECTU RA MODERNA E TURISMO: 1925-1965

  • Fundacin DOCOMOMO Ibrico documentacin y conservacin de lo arquitectura y el urbanismo del movimiento moderno

    Funda;:o DOCOMOMO Ibrico documenta~o e conserva~o da arquitectura e do urbanismo do movimento moderno

    Actas

    IV Congreso IIV Congresso Fundocin DOCOMOMO Ibrico Fundac;:o DOCOMOMO Ibrico Velencia / Valencia 617/8 de noviembre / novembro 2003

  • Instituciones organizadoras I Institut;6es organizadoras Fundacin DOCOMOMO Ibrico I Funda~o DOCOMOMO Ibrico PresIdente: Carlos Guimar4es Vicepresidente / VIce-presIdente: Jess Carballal Colegio Oficlel de Alqultectos de la Comunidad Valenciana Decano: Fabin Uistem Direccl Generel d'Arquitectura (Cm de la Generalltat Valenciana Director: Fernando Mut

    Comit clentfflco Carmen Jord Nuno Portas Jos Antonio Sosa

    r.omlt eJecutivo I Comit executivo Uuis Hortol. Director. FundaCIn DOCOMOMO Ibrico I Funda

  • Sumario I Sumrio

    Ptesentadn I Presenta~o Carlos Gulmares

    Arquitectura para el turismo: la primera modernidad y los espacios del ocio Arquitectura para o turismo: a primelra modernldade e os esp~s do clo

    13 Introducdn Ilntrodu~o Jos Antonio Sosa Diaz-Saavedra, Escuela Tcnica SJpcllor de Arqu~ecturo. Las Palmas de Gran Canaria

    1 5 En los orgenes del turismo moderno. Arquitectura para el ocio en el trnsito a la sociedad de masas Vctor Prez Escolano, Escuela Tcnica SUp"nor de Arqurtectura, Sevilla

    35 Ordenar las vacadonas, disear el reposo. La Ciutat de Reps i de Vacan ces del GATCPAC en el litoral barcelons (1931-1936). Otros climas, otros sueos Josep M. Rovira, Escola recnica Supellor d1\rqurtectura, Barcelona

    47 GATEPAC: Casas para fin de semana, entre la tradldn y la mquina Osear Miguel Ares, Escuela Tcnica SUp"roor de Arqurtectura, Valladolid

    55 Las Playas del Jarama, proyecto del GATEPAC, Grupo Centro Carlos Sambricio, Escuela TcnIca Supenor de Arquitectura. Madnd

    63 Gran turismo. Sobre arquitectos alemanes, imaginera mediterrnea y la dialctica de "lo moderno' Joaqun Medina Warmburg, Bergisdle Unl'lcrsitat Wuppertal

    69 Carreteras, turismo y arquitectura moderna: los albergues de automovilistas del Patronato Nacional de Turismo (19281936) Salvador Guerrero Lpez, UnIVerSIdad Folltcnica Supenor. Universidad de Alicante

    75 Carlos Arnlches y Martn Domfnguez: arquitectura para el turismo Concepcin Diez-Pastor, Escuela Tcnica Superior de Arquitectura, Madrid

  • r

    Arquitectura para el turismo: Interferendas Arquitectura para o turismo: interferencias

    83 Introduccin / Introdut;ao N uno Portas, Faculdade de Arquitec:ura, Unlversidade do Porto

    85 Movimiento moderno, estilo Internacional o, simplemente, arquitectura? Helio Pin, Escola Tcn,ca Supenor d:.\rqu,tectura. Barcelona

    91 Pousadas de Portugal: um projeto moderno Susana Lobo, Faculdade de Cincias e Tecnologia. Universidade de Coimbra

    97 Islas Baleares: arquitectura para el turismo (1925-1965) Luis Corral Juan, Gabriela Kacelnik, Antonio Ramis Ramos, CoHcgl Oficial d~qultcctes de les lIIes Balear.

    103 Las olas Inundan la casa de sal Ramn Pico, Escuela Tcnica SuperIOr de ArqUltec:ura, Sevilla

    107 Idilios personales Julio Garnica Gonzlez-Brcena, Escola Tecnica Supenor d'Arqultectura, Barcelona

    113 Los recursos del urbanismo moderno frente a una nueva realidad urbana. La primera generacin de los ncleos de vacaciones junto al mar Carmen Blasco Snchez. Escuela Tcnica Supenor de Arquitectura, Valencia

    121 Extractos de la mesa redonda / Extratos da mesa redonda

    Arquitectura para el turismo: la colonizacin del territorio Arquitectura para o turismo: a colonizat;ao do territrio

    127 Introducdn / Introdut;ao Carmen Jord, Escuela Tcnica Supenor de Arquitectura. ValenOIl

    129 Turismo, arquitectura y urbanismo: contextos histrico-culturales de su reladn Fernando de Tern, Escuela Tcnica Supenor de Arqurtectura. Madnd

    1 41 Evolucin de las rutinas en el uso del espado; las diferentes tlpologras turistlcas Jos Miguel Iribas, Departamento de SOCiologa, Universidad de Alicante

    155 Concelt;ao Silva, criador de uma arquitectura e de uma palsagem modernas para o turismo em Portugal Jos Manuel Fernandes, Faculdade de A.qurtectura. lisboa

    163 Schlndler en Mallorca Juan Antonio Corts, Escuela Tcnica Supenor de ArqUitectura. Valladolid

    171 Un acercamiento a cuatro modelos de implantacin para la dudad del turismo de masas en Canarias Francisco Jos Trivio Barreta, Escuela T crica Suponor de Arquitectura. Las Palmas de Gran Canana

    175 Face ao oceano. Arquitectura portuguesa nos hotls atlintlcos dos anos dnquenta e sessenta, Rogrlo de Azevedo Madalena Cunha Matos, Instituto Supcner Tcnico. Lisboa

  • 181 La obra turfstlca de Jordl Adroer Iglesias en las costas catalanas Sergi Serra Casals, Marta Adroer Puig, Escola Tecmca Superior d'Arquitcctura. Barcelona

    187 Poblado de vacaciones del Club Medlterrane: Intervencin en el palsage del Cap de Creus en los afios sesenta Silvia Musquera Felip, Escuela de Arquitectura La Salle. Barcelona

    Arquitectura para el turismo: el paisaje y su transformacin Arquitectura para o turismo: a paisagem e a sua transforma~o

    193 Introduccin Ilntrodu~o Ricard Pi Ninot, Escolo Tecnica Superior d'Arquitectura del Valles

    197 El pintoresco moderno laki balos, Escuela T ocnica Superior de ArqUItectura. Madrid

    205 estilo Internacional, turismo e transforma~o do terrltrlo ou as "nuvens negras" profetizadas por Kell do Amaral Ana Tost6es, Instituto Superior TcnICO, LIsboa

    211 1961. El concurso Elvlrla. La reivindicacin de la cultura arquitectnica Ricardo Snchez Lampreave, Escuela Tcnica Supenor de Arquitectura. Madrid

    225 Algunas Intervenciones en la costa mediterrnea de Alicante: tres propuestas, tres Ideologras, tres actitudes Pablo Mart Ciriquin, Justo Oliva Meyer, Universidad Polrtcnica Supenor, Universidad de A1:cante

    231 Paisaje, ciudad y arquitectura turrstlcos del Mediterrneo, 19231973 (o la consumacin de la ciudad lineal" del litoral valenciano) Andrs Martnez Medina, UniversIdad Politocnlca Supenor, Umversidad de AlIcante

    243 Extractos de la mesa redonda I Extratos da mesa redonda

  • Andrs Martnez Medina Universidad Politcnica Superior, Universidad de Alicante

    Paisaje, ciudad y arquitectura tursticos del Mediterrneo, 1923-1973 (o la consumacin de la "ciudad lineal" del litoral valenciano)

    Veraneo local y turismo nacional: paisajes desmontables (de temporada)

    "La ciudad de Sofronia se compone de dos medias ciudades. En una est la gran montaa rusa l ... ], el carrusel l ... ], la cpula del circo [ .. ]. La otra media ciudad es de piedra y mrmol y cemento [oo.]. Una de las medias ciudades est fija la otra es provisional". Italo Calvino, 1 972

    Desde la segunda mitad del siglo XIX, algunas familias pertenecientes a la burguesa comenzaron a practicar el hbito de veranear cerca de la playa: estrenada la temporada estival, abandon~ban las ciudades y se trasladaban a la costa La ejecucin de los tendidos frreos que modernizaban el pas acerc el Mediterrneo a los habitantes de las urbes industriales. Los medios de transporte tuvieron un papel decisivo en el desarrollo del turismo. En la geografa valenciana, veraneo y turismo se adhi-rieron formando una rueda que convertira en negocio el ocio metropolitano vinculado al tiempo de vacaciones.

    Para resolver las necesidades de alojamiento se erigieron casas adosadas frente al mar me-diante concesiones estatales de terrenos ribereos. Las hileras de chals que se asomaban a las playas desde Guardamar hasta Nules constituyeron los primeros asentamientos veraniegos del litoral. y, dado que la prctica del veraneo se extendi paulatinamente a sectores sociales ms amplios, tambin se construyeron todo tipo de barracas provisionales. El conjunto de estas edifica-ciones, inmuebles y muebles, definieron la fachada martima -no se debe olvidar que hasta princi-pios del siglo xx muchas ciudades valencianas se desarrollaron en contacto con la huerta y el campo, de espaldas al mar-o El veraneo local y el primitivo turismo fueron el motor que transform la lnea de costa en un nuevo paisaje urbano: estos frentes martimos concentraron las actividades terciarias y acumularon representatividad social. A partir de entonces, los ncleos urbanos inten-taron reconciliarse con el mar, mientras que los puertos existentes reciban actividades ms ldicas y deportivas.

    Esta nueva fachada adquiri protagonismo urbano y fue objeto de intervenciones arquitectnicas que atendieron las demandas del ocio estival. Sobre este frente, desde Torrevieja a Benicsim, se adecuaron paseos martimos, a imagen del Paseo de los Ingleses de Niza y se levantaron hoteles,

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    restaurantes y cines. Se construyeron los balnearios que se adentraban en el mar y que, en algunos casos, funcionaron como salas de diversin, emulando el modelo de los piers de Brighton. La arqui-tectura vinculada al veraneo reflejaba la estacionalidad del fenmeno turstico y presentaba un carcter efmero: barracas, casetas, balnearios y cinematgrafos se desmontaban al final de cada temporada La mayor parte de estas arquitecturas ha desaparecido, incluso aquellas ms duraderas que intentaron mimetizar el ambiente nutico, como los clubes de regatas de Alicante (1891-1994, 1960), Castelln (1935) o Valencia (1903 Y 1932-1933), de J. Goerlich y A Fungairio. Una excep-cin la constituyen las piscinas del balneario Las Arenas en Valencia (1933-1934), de L G utirrez Soto, reflejo de una sociedad que practicaba el culto al cuerpo en su tiempo libre.

    Entre las ciudades litorales y los poblados pesqueros transcurran los 451 km de costa valenciana, romnticos a ojos europeos, que mantuvieron sus caractersticas rurales. El gobierno de Primo de Rivera (1923-1929) foment el montaje de una primeriza industria turstica por medio cel trazado de la Red de Carreteras Estatales y la creacin de la Red de Albergues y Paradores, dos iniciativas que aproximaban los parajes naturales y el patrimonio histrico a la sociedad cosmopolita La revista Valencia-Atraccin (1929-1936) ensalzaba en sus artculos y fotografas la variedad de la natura-leza virgen del litoral de norte a sur: playas, dunas, acantilados, sierras, peones y albuferas eran los reclamos que se ofrecan a los turistas ociosos. El pequeo parador de Ifach en Calpe (1932-1952), de Miguel Lpez. y el albergue de Benicarl' (1934), de Carlos Arnchez y Martn Domnguez. eran parada y fonda en la ruta de la costa

    Al mismo tiempo, y tomando como referencia experiencias europeas y americanas, se comen-zaron a planificar ciudades-satlite, ubicadas junto a alguna de estas playas, para atraer a una clientela de lite que instalara all su segunda residencia o su permanencia estival. Las propuestas urbansticas para el Cabaal (1915) Y la Dehesa en Valencia2 (1928), del grao de Castelln (1927), de las playas de GandaJ (1932), de San Juan en Alicante' (1933) o del Arenal en Jvea' (1935) se basaban en variaciones del modelo anglosajn de Ciudad-jardn, pero desprovistas de su condicin de alojamiento prximo al lugar de trabajo. La ciudad Prieto se volva hacia el Pac-fico equiparndose con las californianas Palm-Beach y Long-Beach" e inclua un campo de golf. Estos proyectos, aunque fueron truncados por falta de recursos y por la inmediatez de las guerras, alentaron expectativas y fomentaron las transacciones de terrenos, la ejecucin de alguna carre-tera o la construccin de algunas viviendas.

    En cualquier caso, las prcticas del veraneo y del turismo fueron calando y pusieron de mani-fiesto que el tiempo de ocio era una consecuencia del grado de desarrollo econmico. La revo-lucin industrial, que transform las ciudades en fbricas y mercados, a la vez que introdujo la sociedad de consumo, comenz a sentar las bases de explotacin de las vacaciones para con-vertirlas en un producto de masas: el turismo como factora, el sector de la construccin como maquinaria, el litoral como materia prima y la arquitectura como mercanca elaborada a costa de consumir y ofrecer paisaje, sol y playas como reclamo. A la transformacin del campo de las peri-

    PosttJl del paseo martimo de Brighlon con loa p""s nI fondo, 1928

    Miguel L6pez GonzJJlez. Parodor de llach, Calpe, 1932' 1 952. IOlegra"a de 1 950 apfOJl.

    1 La prensa de la poca se hace eco de la inauguracin del albergue de 8eniC3/16 del Patronato Nacional de Tunsmo, obra de los aIClu,tectos Carlcs Arnchez y Martn Oominguez. ASe. 2 de septiembre de 1934. Madrid.

    2 8LAl PlZARRO. J~'. VIVienda obfffll r crocimenlo urbano (\Iahoncia 1853'1936). COACV y COP1JT-GV. Volencia. 2000. pgs. 125-130. zona del Cabaal de C. Carbone' y pgs. 211-215. 'Paseo de ValenCIa a la Dehesa' de E. Arta!.

    3 PEfN lBNEz' Alberto, La Ord~nlJCi6n del reni/oJio en la Comunidad ~"""""': kll'fanifrcac6n Urb4n/ic;J. lEAL Vaier'oa. 1983. ~ 8286. se hace r.ferenea a la 'Ordenacn 1 ... ) del puerto de Castelln'. '1ll playa de Gandla" y la 'oudad de! IUnsmc de! Saier" de 1946.

    4 Arch"" MUnlopaJ de Alicante. MUGURUZA OTANO. P, noviembre de 1933, 'Anteproyecto para e! Concu'SO de la C'Udad-Jardn Pneto~ La documentaon consta de 5 carpew: l. OrdenaCIn, 2. Campo de Golf. 3 Y 4. Equ'pamlentos, y 5. ViVIendas.

    5 VERA REBOllO. Jos Fernando. Tunamo r urb4njzncitn en el fitora/ a/lCllnlino. InbMo de EstudIOS Jual'l G,l-Albert, Alicante. 1987. pgs. 75-76-

    6 MUGURUZA OTAO. P_ op. cl. 1933.

  • l.

    Juon de HOfO Pillar Estacin de Servicio El Rebollat /.

    Olivo. 19621963.llProx.

    7 LE CORBUSIER. 'Le CorbuSler en la ruto Valenciana, ValencisAtrnccin, n' 73. pgs. 136-137. ValenCIa. sepbembre '93~.

    8 En 1940-1942. la O"eCCIf\ General de Arqurtectura (1939) efecta el levantamiento de una Vivienda tipo de pescadores en todos los pueblos de Espn.'ul. Esta documentac,f\ se smtebz6 en 10$ I,lltos t.lUGURUZA OTMlO. P, (dor.). Plan Nacional de Meoramiento de lo Vivionda de los Poblados de PesetJdores. (3 yols.). 1942-1946. Menl!iteflo de la GobernacIn. Madrid.

    9 OUOCASiELLA R, 'Lo. fen6menos SOCiOlgICOS de! TUflsmo en la Costa Brova, Cundernos de Arquttectura, n' 65. Barcelona. 1964. pllgs. g.,~.

    , O LE CORBUS1ER. op. c/I. scotoem:>re de 1932.

    ferias urbanas en barrios de primera residencia le sigui la transformacin de la geograffa cos-tera en enclaves tursticos de segunda residencia. En los aos previos a los enfrentamientos blicos, el litoral valenciano y el espaol experimentaron tres cambios significativos: las pobla-ciones descubrieron su fachada martima, los rincones mediterrneos quedaron al alcance de los ciudadanos y la franja riberea de terrenos fue susceptible de convertirse en ciudades nuevas. Los paisajes urbanos de arquitecturas desmontables y los naturales legendarios comenzaron a transformarse; algunas directrices ya estaban definidas: seran sustituidos por otros de cons-trucciones ms permanentes.

    Las infraestructuras del Umilagro": paisajes desde la carretera (de la evasin)

    'Espaa, hoy posee una carretera continua -Pirineos orientales, Barcelona, Valencia, Alicante, Murcia, Almera, Mlaga, Gibraltar [ ... )-, carretera la ms bella que yo conozco, a veces maravillosa; una novedad de los tiempos modernos, un esplendor. [ ... ) Belleza paisajstica ambientada en la naturaleza de un gran camino puro. Vitalidad del paisaje milenario por la pista moderna'.'

    En la dcada de los cuarenta, Espaa se haba vuelto rural, con una eco-

    noma autrquica basada en los sectores primarios; el magno inventario de las viviendas de pescadores dirigido por Pedro Muguruza levant acta de la situacin.8 La industria turstica no inici su despegue hasta los aos cincuenta, una vez superado el desastre de las posguerras espa-ola y europea Espaa, "reserva espiritual de Occidente', se revelara tambin como la mejor 'reserva de suelo turstico~ El Estado, consciente del 'milagro del turismo', intent convertir el pas en una potencia de dicha industria No sera casual la inversin en infraestructuras. Mientras

    el negocio especulativo inmobiliario se desarrollaba en la peri!eria de las ciudades, tuvo lugar la llegada de las primeras oleadas de turistas europeos. La razn de estos despla-zamientos, concentrados en la temporada estival, estribaba en que los pases occidentales haban alcan-zado un grado de desarrollo industrial que llevaba aparejado la reglamentacin del perodo vacacional. Los motivos por los que se elega Espaa como destino turstico estaban muy claros. Aunque a este pas se le siguiera considerando como una tierra extica, las invasiones procedentes de ms al norte de los Pirineos no eran ya de ndole aventurera, y la irrupcin del automvil facilit los movimientos. Los

    atractivos residan en la belleza de la costa (las playas), la benignidad del clima (el sol), el nivel de vida (una peseta barata) y la hospitalidad de las gentes."

    El coche, en un primer momento, y el avin, despus, comenzaron a sustituir al tren como medio

    de transporte. El Circuito Nacional de Firmes Especiales -que, a partir de 1923, acerc el litoral valenciano a Europa gracias a la carretera de la costa y que fue elogiado por Le Corbusier en 1932- sera objeto del Plan de Modernizacin de Carreteras Espaolas de 1950 y el Plan Redia de los aos sesenta Aunque la N-340 (o N-332) no se ejecut con exclusividad para canalizar el turismo internacional, el trfico rodado que circulaba por ella provoc la aparicin de actividades genuinas, al margen de la 'perfecta arquitectura (popular y tradicional) que era, y es an, la expre-sin de un estado de pensamiento que la carretera no ha turbado','o Junto a los pueblos blancos, los paisajes agrcolas y las vistas panormicas sobre la naturaleza. la carretera nacio;al de la costa se pobl de anuncios que evocaban la Espaa castiza de vino y toros. El paisaje rural pas a ser soporte de la publiCidad consumista de lo tpico y lo tpico, una imagen ms, inseparable del recuerdo que guardaran los visitantes. Junto a esta fauna, aleatoria pero estratgicamente situada,

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    Jos6 Luis Roki.k.r U"bn",. Perspoetiva del motol 7iea.", Alquera. del Nio Perdidc. '965

    surgieron las instalaciones para el descanso de los viajeros y la atencin a los vehculos: gasolineras, moteles y restaurantes son las ms perennes de todas ellas.

    Las estaciones de servicio aparecieron en los lmites de la ciudad o al borde del asfalto. Es singular la evocacin de la velocidad del edificio Tasa (1934-1935), que albergaba gasolinera, garaje y viviendas, erigido a la entrada de Ganda por Alfonso Fungairio. El difano aparcamiento, el dilatado porche y las aerodinmicas formas de la estructura en voladizo parecen involucrarse con los autom-viles a los'que servan para repostar y resguardar, hacindose eco de las corrientes de vanguardia de entreguerras, Muy cerca, en Oliva, aos despus se ejecut la estacin de servicio El Rebollet I (1962-63), de Juan de Haro. Las tres estructuras diferentes se corresponden con los tres usos dis-tintos de esta explanada junto al arcn: pilares aislados en forma de hongo para la gasolinera, para-boloides hiperblicos para las oficinas y un volumen sinuoso para la cafetera Hormign armado y muro cortina eran la potica que sintetizaba los ltims adelantos de la construccin ms all de nues-tras fronteras. Ambos ejemplos recurran a la metfora de la tecnologa al servicio de las mquinas.

    Las necesidades de conductores y acompaantes en viajes largos eran cada vez mayores, de aqu que estos establecimientos de servicios ampliasen su programa y su oferta El complejo del motel TIcasa (1965), de Jos Luis Rokiski, situado a las afueras de Alqueras del Nio Perdido, estaba constituido por cuatro piezas: gasolinera, taller, cafetera y hotel. De estos elementos, dos se asomaban a la carretera: la cubierta volada de la estacin de servicio y el pabelln de recep-cin convertido en un gigantesco anuncio. El xito del conjunto no resida en la acertada organi-zacin espacial de las complejas funciones, que dotaban de privacidad a las zonas de descanso, sino en el hecho de que sus arquitecturas se vieran desde el automvil: el cartel era luminoso, como en Las Vegas, visible en la distancia, de da y de noche. Por ltimo, el motel Abril (1970-1974 aprox.), de Francisco Muoz, se construy cerca de San Juan. Debido a la importancia que estas instalaciones tenan para el turismo -servan incluso de prostbulo o lugar de encuentro-, no resulta extrao que el Ministerio correspondiente le otorgara el premio a la mejor estacin de servicio en 1974; como tampoco es de extraar que el conjunto se extendiera como una mancha de aceite al otro lado de la carretera, junto al futuro enlace de la autopista del PANE de 1972-1975," intentando atraer la atencin del conductor, seducido por un paisaje que, en esos momentos, ya presentaba un aspecto bastante triturado. Estos complejos fueron abandonando el simbolismo de ingenio mecnico para simular un oasis de paz en un lugar cualquiera de las tra-vesas rodadas. El turismo tambin conllevaba el olvido de la rutina y estas paradas ofrecan las

    condiciones de evasin necesarias. Vinculados a las carreteras. tanto a la nacional como a otras carreteras comarcales costeras,

    aparecieron espacios provisionales para el turismo y la diversin. Eran los Circuitos de la noche a finales de los aos sesenta, con as discotecas a cielo abierto situadas al borde de los recorridos. Los tramos de la nacional de Guardamar a Torrevieja, en playa de San Juan, a las afueras de Beni-

    1 1 FERNNDEZ. R. Y JOFRIt C. 'Autop's!a TarragonaVl!lenoa. Informe. de la Con.truccin n' 262. Madnd, 1974. pgs. 59-78.

    12 SCOTT BROWN. Oonlse. y VENTUR~ ROl>ert; Aprendiendo do todas las cou&

    Tusque~ EdItores. Barcelon", , 979. (ed. onglnal: 1968-'970).

    13 En b. aos onc>Jenta ya se publoca.' obras '"ristC3S en las reY1slns prolesJonales. F\,)r eemplo. en Arquitecftml. 'Parador de flath y Hotel Playa en San Juan. Alocan1e. , 952; ~11n en Caldetas', 'Hotel en San Ant:>mo AOOd' Y 'Casa en Sitg .. 1954; 'Hotel &I-ia PaIam en Mallorca'. , 955; 'Hotel Recali en El Pnre!loner y 'Amplia060 de casa en Costa Brava'. , 956.

    14 CARRENO, L. 'Aspectos SOCIolgICOS del turISmo', ArquileCIllrtl, n' 65. Madrid. 1964. pgs. 56-57. Af"ma que 'EI slogan no se b",,1a a ser sugesbYO. y en ~c modO 'atece conhrmar. de \,In modo publie.!.roo. que Espaa no es Europa~ 15 A es'e respecto puede consullDlSe

    AA W. De parariOl en PD-Paradores de TurismO. Mlnlsteno de Transportes. TUrismo y ComunicaOo1'1es,

    Madrod. '986.

    I ; !

  • Francisco Mu~oz Lloron. Hotel d. los Arenol .. dol Sol. Elche,

    196CH 962. tJpfOX.

    dorm. de Oliva a Ganda. de Pinedo a Valencia o de Castelln a Benicsim. vivan esplendores de resplandecientes neones que brillaban durante el verano. Cada ao se construan nuevos clubes nocturnos, con una tramoya escasa pero de gran efecto escenogrfico, sicodlico y mutante, donde la referencia al Jardn tropical bajo el cielo estrellado no evocaba ensoaciones romnticas sino arti-ficiosos parasos domesticados. Las discotecas El Parad ISO (1969) en San Juan, de Miguel Lpez, Cap 2000 en Benidorm (1968 aprox.) o Pomelo (1970) en El Perellonet, de GODB, eran como mojones mviles en las rutas de la noche con 'sexo, droga y rock & rolf. Esta situacin era un reflejo de la doble moral del rgimen franquista Bienvenidas carreteras, pues, que trajeron el progreso sobre ruedas insertando piezas industriales en sus mrgenes. Dibujaban nuevos relieves que susti-tuan las vistas rurales por paisajes que cambiaban a la velocidad de los automviles y allanaban el camino a las masas de turistas hacia las urbanizaciones. Automviles y coches que, en un momento impreciso del lenguaje, pasaron a denominarse turismos.

    La arquitectura de la "modernidad": paisajes internacionales (de la objetividad)

    'Porque la arquitectura moderna ortodoxa es progresiva, cuando no revolucionaria, utpica y purista; est en desacuerdo con las condiciones 'existentes~ La arquitec-tura moderna lo fue todo menos tolerante: los arquitectos prefirieron cambiar el entorno existente antes que mejorar lo que hay.'2

    La normalizacin de las relaciones exteriores por parte de la Dictadura de Franco fue aprovechada por la lite cultural espaola, que entenda que el proceso de convergencia seudopoltico deba ser paralelo al de la convergencia cultural. La homologacin con Europa pasaba por equiparar la arqui-tectura, de manera que esta abandon sus nostalgias historicistas y sus prejuicios ideolgicos. La produccin arquitectnica espaola se volvi moderna, casi ms moderna que la que difunda la ortodoxia internacional. y la arquitectura turstica constituy un buen escaparate para la imagen del Rgimen." No fue una casualidad que el Ministerio de Informacin y Turismo se crease en.1951 y que desapareciese como tal en 1977, en sincrona con la Dictadura y la poca del "desarrollismo.

    La millonaria presencia de turistas extranjeros fue aprovechada por el Estado para recaudar divisas que equilibraran la balanza nacional y, simultneamente, vender una supuesta normalizacin de la sociedad. Este Ministerio emprendi, a principios de los aos sesenta, campaas publicitarias por Europa con el lema Spa;n;5 d;fferent." En ellas se promocionaba la imagen de una Espaa de horizontes naturales e idmcos (albufera de Valencia, pen de Ifach, etc.), con un patrimonio monu-mental y popular inalterado (Pescola, Altea, etc.) y una cierta autenticidad primitiva (y folclrica). Tambin implant la Red Nacional de Paradores, que se asentaba cerca de estas postales del

    tipismo, recurriendo, para su construccin, a la arquitectura moderna que ya estaba en revisin. La red se extendi por toda la geografa de las marcas tursticas: Costa Brava, Costa Clida, Costa del Sol. etc. Los albergues de los aos veinte y treinta se reformaron y ampliaron, algunos inmuebles del patrimonio hist-rico se adaptaron a las funciones hoteleras y otros se constru-yeron de nueva planta'5 En el litoral valenciano, al primer grupo obedece el parador Costa del Azahar en Benicarl (1955) y al tercer grupo pertenecen el parador Luis Vives del Saler (1965-1972 aprox.), de Antonio Osorio y Fernando J. Puente, y el parador Costa Blanca en Jvea (1962-1965), de J. Osuna. con un jardn de Nicolau Rubi i Tudur.

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    Perp.Cliv~ de/edilicio de apartamentos Lo Calela (19661967) en Orope5/J. de Enrique J. Roea Rodrigue.:

    Para la ubicacin de los paradores nacionales se eligieron enclaves privilegiados sobre el mar. El de Benicarl se encontraba en primera lnea, junto al puerto. El del Saler se implant en la barra entre la albufera y el Mediterrneo. Para el de Jvea se escogi la punta de la playa del Arenal: una penn-sula entre la trama turstica y el mar que se colmat con un tapiz tropical de palmeras frente a una abstracta retcula El parador de la Costa Blanca contrastaba su recta y blanca geometra contra la naturaleza como si de un templo griego se tratara, parafraseando una cita lecorbuseriana'e Las po-ticas de la arquitectura objetiva" se colaban por los expuestos escaparates de un pas que intentaba converger con el futuro europeo, potenciando su exclusividad por su situacin y su posicin exenta, sin renunciar a una cierta autenticidad. Estas constantes de naturaleza, modernidad y tradicin se repetan en los paradores de la costa desde Francia hasta Gibraltar.'8

    La iniciativa privada sigui idnticos criterios de localizacin a la hora de promover complejos hoteleros destinados a los turistas de gran poder adquisitivo o de ejecutar bloques singulares de apartamentos. El hotel y el club de golf de Castelln (1956-1961), de E. Gutirrez y Miguel Prades, se emplazaron junto a la playa y en medio de la pinada al norte del puerto. El hotel de los Arenales del Sol (1960-1962, aprox.), de Francisco Muoz, se instal solitario en un frente de 5 km de dunas, mientras que el hotel La Zenia (1964, aprox.), de Antonio Orts, lo haca entre dos calas de arena Los apartamentos La Caleta en Oropesa (1966-1967), de Enrique J. Roca, se situaron en un saliente rocoso con acceso directo al mar desde el propio edificio. El hotel El Montboli (1966-1972), de M. Lpez, se emplaz sobre un promontorio, dominando la playa de Bon-Nou en Villajo-yosa: otro paraje virgen seleccionado para un establecimiento de lujo. La idea recreaba la imagen de un poblado magreb de cal blanca en medio del paisaje ocre y desrtico de la costa Para entroncar cen el carcter mediterrneo se recurri a 'los grandes lienzos blancos en fachadas, piedra en portalones y l ... ] vigas de madera','9 apostando por los materiales vernculos. Pero estas referencias formales al mundo popular, tan reivindicativas de la modernidad pionera aos atrs, resultaban tpicas en su mimtica identidad y explotadas en exceso: lo popular siempre ha sido recurrente para justificar todo tipo de planteamientos nacionales o internacionales.'"

    y si el Estado renovaba su imagen de proyeccin al exterior utilizando la arquitectura al servicio de la industria turstica, incluida la religiosa,2' las autoridades locales descubrieron que el propio turismo era el motor que poda impulsar el desarrollo de sus ciudades y romper el estancamiento urbano que Imperaba desde la posguerra Son conocidos algunos esfuerzos municipales para revi-talizar las fachadas martimas y convertir a los pueblos de pescadores en centros de atraccin vera-niega; seguramente los casos de Ganda y Benidorm son emblemticos en este sentido, con unas corporaciones decididas a definirse como ciudades tursticas, Justo al inicio de la dcada de los cin-cuenta 2"2 Tambin la ciudad de Alicante se prepar para lanzar su desarrollo urbano y costero. En 1951 se public el Libro de Oro de Alicante?3 donde se apostaba por potenciar la ciudad. En 1957, la revista Marcador dedic un nmero monogrfico titulado: "Alicante, milagro de la Urbanizacin", en el cual 'se respira un aire de optimismo y euforia [ ... ] tambin por el incipiente fenmeno del turismo'?' La pavimentacin del paseo de la Explanada (1957-1959), de M. Lpez y A. Fajardo, fue

    16 Vase en LE CORBUSIER. H~ci~ una arquitectura (Ve", une an;l!itecture). Apstrofe. Barcelona. 1998.

    P9~ 161183 (ed ong,nn!: 19231. el elog'o d. l. arqurtectlJrn de I~ ACtpolts de Atenas y. en parllcula. del Partenn.

    17 Se u\llllan aqu los trm,no. 'o!letiva' O ~n1emaeonar con relaon n la arqu,tectura que defendieron y d,fundieron lo. CIJW desde 1928 hasta 1957. cuando. ya en la dcada de lo. sesenta. los concepto. de ~n1emooonn1' Y 'obelrtn' se puS>e1'Oft en CtIStS, sealando la "",,,IIdel de unos supuestos pnncplOs unIVersales en la arquitectu1a.

    18 Este estereobpo de arqu.tectlJra internaCIOnal puede corrptobarse en los paradores de Aiguablava (Costa Braval. Puerto Lumbreras (Cosln Clida~ MOJcat. Ne~a y Mlaga del Golf (Costa del SoIl. Mazag:n y Aya"nonte (Costa de laLud.

    19 Aichivo Colegio Termorin! Aiqu,tectos de Alicante (ACTAA1. LOPEZ GONZLEZ. M.o 'I'rO)1'C1o de Hote! El Montboh'. 1966.

    20 Recurdese tanto In e.allaon que real"" el GATEPAC en os oftos treinta en la r .. nsta AC como la apelaon a la arqu,tectura popul91 que reallla la Dictadut8 en los aIIos cuarenta; s, bien la pnmera resaltaba aspecto. de volumen y color cen Y

  • 23 MUlEY DE FERRANDO. lo!.. (O,r.~ Libro do Oro de Alicnnte. GranCeZas de Espalla. Vnlencia. 1951. En este sentido se Incluye un artculo an6nimo muy s'9nliicoluo: 'La Cllldad Actual y la CIUdad Futura' (prObablemente ce lo!. Lpez Gonzlez).

    24 VARELA BOTELLA. Santiago. "Arqurtec:ura para la Au".quia. Del Mo de la V,ctona al Plan de Estab,hzao6n". en AA W. Arte Siglo xx en Alicante

    (t9tB-t960~ Catlogo:le la Expos,on. InslrtulO de Estud.,. G,IAlbert y Fundaon CAM. Ahcante. :200 1.

    25 La fuente se Insplla en la Exposic,6n Intemac>onal Ce Barcelonn de 1929. el pav>meoto en el paseo de la playa de Cop.cabono de los aos trelnla en Ro de Jn.'"1elfO y la conchaoudrtoflo en la arqultectur. Ce O. N,emeyer de la dcada de los cu~renta

    26 OLIVA MEYER. JuSIO. 'Tunsmo y arq'.Jlte:1ura: la modem dod comO re5puestn, VIAnrqulteeturD.. nlll 1, ValenCIa. t 997.

    27 FRAGA IRIBARNE. Manuel. "Arqurtectu:a y Tunsmo", Afl/uiteclur .. n' 65, Modnd. t 964, pgs. 12

    una actuacin con clara vocacin internacionaF' que derivara en la imagen ms publicitada de la ciudad, ofreciendo una estampa tropical que promocion a Alicante como centro turstico, en para-lelo con la apertura de Espaa al exterior. Ciudad turstica Significaba sociedad abierta y cosmopo-lita, como la nueva arquitectura que se construa: receptiva y actual. Turismo y Modernidad comen-zaban a ser sinnimos,26 un tndem que intentaba suplantar la tpica imagen de Espaa como fron-tera sur de Europa con frica

    Muchas ciudades se preocuparon por sus fachadas martimas, pero en ellas, desde Pilar de la Horadada hasta Benicarl, pasando por Cullera o Puebla de Farnals, slo aterrizaron los grandes bloques de apartamentos que se inspiraban en una versin diluida y especulativa de la arquitectura internacional: seriacin de formas y volmenes, programas de vivienda mnima y tcnicas estanda-rizadas. Se configur un nuevo paisaje urbano que apantall las fachadas en primera lnea por medio de la colmatacin de edificaciones privadas y escasos equipamientos. Para eso estaban las playas que los suplan. La frontera martima redujo la longitud de su lnea libre: entre ciudad y ciudad se erigan los establecimientos hoteleros que seran la semilla de futuras urbanizaciones.

    Los paisajes internacionales fueron auspiciados por el Ministerio de Informacin y Turismo, que apost por la arquitectura moderna ms extendida, hacindose eco tardo de las corrientes de una arqui-tectura intemacional cuya simplicidad de volmenes y abstraccin de formas se suavizaban con amplias terrazas y materiales autctonos: cermicas, celosas y mallorquinas matizaban la luz mediterrnea los paradores nacionales y los hoteles de lujo parecan pequeos artefactos depositados sobre enclaves naturales privilegiados que, muchas veces, se asentaban sobre terrenos de dominio pblico que fueron privatizados. Otra vez el Estado detrs de la venta del paisaje para recaudar fondos y para dibujar una nueva imagen de la Espaa modema, inspirada ahora en los nuevos polos del turismo mundial situados en Brasil, Mxico o Florida, que quedara grabada en el recuerdo de los turistas.

    Las ciudades del "progreso": paisajes de la densidad (en extensin e Intensidad)

    "En especial, a los arquitectos se les plantean graves problemas estticos y tcnicos [ ... 1, el de un nuevo enfoque de lo urbanstico hacia el futuro. ( ... 1 Toda arquitectura ha tenido siempre conflictos con el paisaje ( ... 1. Ahora se exige la aparicin de nuevos paisajes. ( ... ) Paisajes como un nuevo complejo de Naturaleza urbanizada al servicio del hombre".77

    Alcanzados los aos sesenta, el turismo se revel como uno de los pilares de la economa nacional. El marco legal se haba regulado en t 956 con la primera ley del Suelo, la materia prima (el territorio costero y su paisaje virgen) estaba disponible al alcance del capital (naCional y extran-jero) y la mercanca a fabricar (viviendas y apartamentos) comenzaba a estar al alcance de un amplio espectro social (nacional y extranjero). la arquitectura se desvesta de su hbito de nece-sidad para convertirse en un mero producto ce consumo, soleado objeto de deseo. El turismo se converta en un espectculo de masas y su producto estrella era la propiedad inmobiliaria la impor-tancia del tUrismo (de sol y playas) como industria y de la arquitectura como agente ltimo de la materializacin espacial concreta de la transformacin del paisaje litoral, se pona de manifiesto en las palabras que el ministro del Ministerio de Informacin y Turismo publicaba en la revista profe-sional Arquitectura en 1964. Con su discurso se alzaba la veda: la Administracin tutelara el urba-nismo y buscaba el apoyo del sector de la edificacin.

    Las necesidades de residencia fomentaron el desarrollo de una industria inmobiliaria, de la construccin y hotelera que hizo crecer las po:,laciones costeras. la implantaci6n del turismo en las comarcas valencianas ha seguido un modelo lineal de asentamientos urbanos, en paralelo a la costa

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    y a la carretera nacional que la bordea, apoyndose en las ciudades o construyendo centros vaca-cionales de nueva planta aprovechando las excelentes condiciones paisajsticas. Esta transforma-cin del territorio se ha materializado entre dos modelos urbanos opuestos: la ciudad-jardn (ciudad horizontal) y la ciudad funcional (Ciudad vertical), tramas de viviendas individuales frente a tramas de bloques comunitarios. Tanto un modelo como el otro han tomado siempre como referencia las expe-riencias previas: lugares bulliciosos en verano y fantasmagricos en invierno.'"

    La ciudad-jardn se caracteriza por una ocupacin mxima del suelo por medio de urbanizaciones de viviendas unifamiliares. La ciudad funcional se caracteriza por la explotacin intensiva de franjas limitadas de terreno, dando lugar a tramas de torres exentas. El primer modelo representa las ideas urbanas que huyen de la aglomeracin de la ciudad tradicional: pretenden potenciar la proximidad del hbitat al campo y el contacto con la naturaleza El segundo modelo optimiza las ventajas de la con-centracin edilicia cuya ordenacin urbana debe comportarse como una perfecta mquina Mientras las colonias-jardn acampan por todo el territorio y se adaptan a la orografa en extensin, las tramas de bloques generan espacios urbanos similares a la concentracin edilicia de la ciudad.

    En estos complejos tursticos se cometieron probablemente dos tipos de errores. El primero fue disear entidades que tomaban como referencia los modelos urbanos de la ciudad preexistente, sin tener en cuenta las peculiaridades de los asentamientos donde predominaba el ocio y el tiempo de recreo.29 El segundo fue utilizar el suelo como simple 'soporte" en vez de como "argumento".30 Cabra decir que la iniciativa privada exprimi este razonamiento en su inters: el suelo con topografa acci-dentada fue receptor de ciudades-jardn, extensivas y de escasa urbanizacin (ya contaba con amplias zonas verdes), y el suelo con una orografa suave fue objeto de ciudades en altura (ya con-taba con buenas playas). Mxima ocupacin del suelo con mnima densidad de edificacin frente a mnima ocupacin del suelo y mxima intensidad de edificacin. Extensin frente a intensidad, dos

    modelos de explotacin y transformacin del patrimonio costero. Densidad de ocupacin del suelo o densidad de edificacin. Paisajes densamente construidos.

    A esta colonizacin de la costa por parte de la iniciativa privada, con inversiones de coste mnimo, contribuy una administracin cmplice3 ' que esgrima como argumento la conveniencia de los ingresos que generaba esta actividad, ya que "turismo era progreso~ En muchos casos, el propio Estado se involucr en la concesin o venta de terrenos que eran de titularidad pblica y se locali-

    zaban en suelos de alta calidad ambiental como sierras, dunas y humedalesP Un ejemplo que ilustra el proceso de expolio del patrimonio litoral es el que se llev a cabo en las playas ilicitanas. En 1960 se construy un hotel en los Arenales del Sol que pretenda rentablizar las paradisacas playas. Aos despus, el lugar donde se insertaba fue descrito por el arquitecto que redact el plan parcial (que afectaba a 3,4 millones de m2) como idmco:

    "la situacin de los terrenos I ... J de movida topografa, con el pintoresco fondo de las crestas en sus cerros perimetrales, con amplias playas, pequeas ensenadas y vastos pinares jvenes, renen cuantas ventajas I ... J pueden aspirarse, pues su emplazamiento, la belleza de sus playas y el encanto de sus fondos marinos l ... yJ su luminosidad y armona de colores que maravillan [ ... J, sern evidente atractivo I ... J y I ... J garanta de un rotundo xito.33

    As debi ser, porque durante ms de una dcada se ejecutaron bloques de edificios sobre la arena, junto al hotel, sin planeamiento alguno. los bloques constituyeron una pantalla edificada encima de la playa, mientras que los chals se ubicaban detrs de la montaa Los apartamentos seran consumidos por el mercado nacional, mientras que los futuros usuarios de las viviendas ais-

    ladas seran "en su mayor parte extranjeros"." Si las primeras oleadas de visitantes extranjeros se alojaron en hoteles y campings, gran parte

    del turismo europeo que eligi la costa valenciana desde los sesenta opt por la adqUisicin de

    28 En este senbdo: 'so crean oudarles 'cementerIO' gt'M parte de! MO SI no se supera la estnClonaJidarl'. en BARBA CASANOVA$. Rosa. 'Estudio de tas formas do planea""'ento aptas para e! desarrollo del tunsmo'. en VlLA VlOAL. A.; y PUJOL REIN~S. J. L; (d". Y coord), Curso 1: T",i~mo y Territorio. COAB. Mallorca. 1995. pgs. 7790.

    29 BARBA CASANOVA. Rosa. 1993. op. eit

    30 VERA REBOUC. Jos Fernando. Inte:venon en la Mesa Redonda en el atto de presentaon dell,bro y la exposicin do la 'Arquitectura dol Sol' en el MARO de AIOU1le. el 5 de dioembre 2002

    31 FEiN. Alberto. 1983. op. crt.. afirma; -al estar tnmorsos los Ayuntamientos en una po!ila de complaceroa o de Vlncvtao'" con Intereses !nmobrlanos~ 'Se trata de hater planes quo no pongan trabas al creclm'cnto. Oue le901l(en con el mn.lmo costo ~itieo o perm1tM legal

  • Antonio 011. Orto Plan PlIrci.1 de LD Gloo, Oehe'D d.

    c"mpoomor (OriltuefllJ, 1963

    Antonio Ort. Orto Plonos Parcial dol CITN de l.

    OeheSll de Camposmor, 1963,1973

    35 PIZZA. Antonio, Arto y arquitectur. modern& 1851,1933, UPC, Barcelona. 1999, pags. Si -69. En el se descnbe "' VISin ut6p'C3 de Londres en el ao 2003, pro

  • ;

    240

    Con esta profeca, el equipo de Julio Cano Lasso justificaba su proyecto ur!>anstico de trans-formacin del paraje de la Dehesa del Saler en "un conjunto turstico de lujo".lo La ordenacin estaba pensada para alojar una poblacin residente de 40.000 habitantes y otra flotante de 100.000 visi-tantes, que se desplazaran en automvil, procedentes en su mayora de Valencia y su rea metro-politana Este centro vacacional se extendera a lo largo de ms de 10 km de costa virgen entre la Albufera y el mar, convirtiendo el brazo de arena en una urbanizacin de asfalto y cemento.

    En realidad, el proyecto sobre el enclave del Saler, diseado con sumo esmero, no es ms que otra de las piezas del puzzle del litoral que transforman su suelo y su paisaje natural en solares y paisajes construidos. Sin el mismo grado de detalle pero en la misma lnea de actuacin, extender sus brazos urbanos sobre la frontera martima, habra que aadir el plan general de Cullera (1965), de A. Herruzo'y J. Ros; el de Castelln (1963), de M. Roman, Vicente Traver y Miguel Prades; el de Benidorm (1956-1963), de F. Muoz y L Rodrguez; los de La Alburereta y San Juan de Alicante (1959-1963), de J. Guardiola; los Centros de Inters Turstico Nacional; y la lista no terminara.J9 A finales de los aos sesenta, la costa valenciana tena declarado como suelo urbano, apto para urba-nizar o rstico de inters turstico gran parte de su frente litoral. Muchos de sus enclaves de gran valor medioambiental se haban urbanizado. Aunque vistos desde el aire los trazados viarios pare-ciesen obras de land-art, en realidad eran intervenciones que preparaban el cambio del paisaje rural y natural en fragmentos urbanos.

    Al aproximarse la crisis del petrleo (1973), la frontera martima haba sufrido tal transformacin que casi todo su paisaje natural haba quedado hipotecado. Si este fue su prinCipal reclamo para el turismo, la materia base para su desarrollo, se empez a insinuar que el agente que haba provo-cado el desastre haba sido la arquitectura, al identificar turismo, primero, con milagro, despus, con "modernidad" y, por ltimo, con "progreso". Un paisaje prximo a una "Nueva California"'O donde el territorio haba sido surcado por infraestructuras deficitarias que comunicaban ciudades casi vacas,

    materializadas con una arquitectura para el consumo de masas. El panorama resultaba desolador" porque el litoral estaba abonado para una posterior y mayor explotacin an: carreteras y urbaniza-ciones de los aos sesenta seran el germen de la transformacin del territorio rural y del paisaje natural en un mosaico de nuevos paisajes construidos. La costa haba sido convertida en una ciudad lineal,'2 poblada de una arquitectura turstica que en su mayor parte era trivial aunque tambin

    contaba con algunas intervenciones de calidad o realizadas con profesionalidad a pesar de las ten-dencias del mercado.']

    Las bases de esta ciudad lineal fueron esbozadas a travs del circuito de firmes, las fachadas de las poblaciones y los frustrados planes previos a los conflictos blicos. Pero la materializacin de esta ciudad lineal en la costa valenciana se pone de manifiesto en la apuesta del Estado por el turismo, con el fomento de las infraestructuras de transporte individual y el escaparate de los para-dores, su permisividad respecto de la iniciativa privada, su pasividad ante el urbanismo y su compli-cidad en las autorizaciones de ocupacin de los terrenos pblicos lindantes con el mar. El propio

    planeamiento aprobado desbordaba la capaCidad de crecimiento o las expectativas tursticas, y muchos de los proyectos urbansticos que se ejecutaron apuntaban en esta direccin en la ocupa-cin del territorio. Desde el sur de Alicante hasta el norte de Castelln, el paisaje natural haba sido

    Equipo de Julio Cano LDUO Plan de Ordenacin do ID D.heSlJ del Saler. Valonein. '962,' 964

    38/bid.

    39 PEIN IBEZ, A. 1983, op. al. pgs. 100-125.

    40 VERA REBOLLO. J. F. 1987, op. al. pgs. 123-125, Le Matin (1963) .Iude .1 fenmeno ~n la Costa Blanca en es:e trm,no,

    41 CALO'JCH CERVERA, Juan, -Panorama de un paisaje e., ruInas: I a COs+..3 valenoana de~e los mICOS de! tunsmo', revIsta del DepartlJmenlo de Composicin. ETSAB-UPC. Barcelona. :2003. en prenSIl.

    42 VERA REBOLLO, J. F. 1987, op. ell., pgs. 123124. En ellas relo:a cmo en un Congr!SO en AlI"""'. (1970~ un promotor ptantea el modelo de una oudad lineal turstica aprovechando hasta el !tmo Tletro de las costas. de 210 km

    d. largo por una profun

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