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Títulooriginal:Sedúcela

Autor:SusettF.Onarres,2016

Idioma:Español

Diseñodecubierta:SusettF.Onarres

Editordigital:SusettF.Onarres

Todoslosderechosreservados.

Estaobraestáprotegidaporlasleyesdecopyrightytratadosinternacionales.

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Sinopsis

Marcus Hoffman era el típico mujeriego millonario y poderoso, hombrequiensindudaodiabalapalabra"amor".Marcussolosefijabaenmujerespreciosas,alasdemás...nolesprestabamuchaatención.Peroaltenerunarecaídaporculpadelaúnicamujerqueenverdadamósigueelconsejodesu mejor amigo de seducir a su nada atractiva secretaria: CatherineBennet, mujer que ha trabajo con él por dos años y quien estaestupidamenteenamoradadeél.

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Capítulo1:Minadaatractivasecretaria

LascallesdeLondres,eltráfico,lagente,elsuspirodefrustraciónentresuslabios;todo,absolutamentetodoconfabulabacontraella.Suszapatosfeosdetacónleatosigabanlospiesyelalmalereprochabasuestupidezacadasuspiro.

LagenteenLondresacostumbraasacarsusombrillacuandocomienzaallover, porque el clima casi siempre es lluvioso y los ingleses sonprecavidos pero ella... había olvidado su sombrilla en casa así que optópor incursionarse tan de prisa como pudo a la primera cafetería quevisualizóensucamino.

Agitadaentróal lugarmientrassesentabaen laprimeramesaquemiro.Se deshizo unmomento de esos zapatos feos que le atosigaban tanto ytomóun respiro. Sacó su cartera y observó su contenido: hizo un gestodesaprobatorio.

Suspiró cansada, ordenó un café cargado y sacó el periódico paracomenzararepasardenuevolasofertasdetrabajo.Estampósucarasobrelamesacuandosediocuentadequetodaslasposiblesopcionesquehabíamarcadoenrojohabíansidountotalfracaso.

-Soyuna perdedora- exclamó levantado tantito la frente.Tenía ganas dellorar,unastremendas.Solotomóentresusmanoslatazadecaféservidopor la nada amable mesera e intentó ahogar sus penas con su amargosabor.

-¿Catherine Bennet?-cuestionó una voz femenina. Lamuchacha tan soloalzótantitolamiradaanteelllamado.

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-¿Si?-cuestionóilusamente.

-¡Soyyo,Jade,JadeBrooks!¿Nomerecuerdas?¡Estudiamosjuntasenlapreparatoria!-Exclamósonriente.

Se ajustó los lentes y la observómejor: lamujer era alta y de delgadacomplexión, delicadas facciones, enormes ojos cafés y largo cabellocastaño claro. -¡Jade!- Saltó en seco cuando la reconoció y fue tanta suemociónquelaestrechóenunespontáneoabrazo.-¡Siéntateporfavor!

¿Otienesprisa?-

-¡Oh no! Nunca hay prisa para una buena amiga- dijo mientras tomabaasiento. -Bien-suspiróconunaenormesonrisa. -Cuéntame:¿cómo tehaido?-cuestionó.

-Ahhh...-elrostrodelachicaseopacó.-VayaJade,megustaríadecirtequeme ha ido bien, pero la verdad es todo lo contrario- contó con enormetristeza.-Desdehaceunpardemesesheestadobuscandoempleoy...nada,absolutamentenada-bajólamirada.

Jadesesorprendió.-Teperdílapistaenelúltimoañodelapreparatoria.¿Quéestudiaste?¿Cumplistetusueñodeestudiarliteratura?-

Catherinediounrespingoy lasonrienteexpresióndesurostrose tornósombría -Sí, pero no acababa ahí- suspirómientras sorbía su café. –Esdifícil llegaraunaeditorial,apenassoyunanovata,unagraduada,nadietieneconfianzaenunonimuchomenosen loquehasescrito- apoyó sumanoensumuñeca.-Setienenquetenerinfluenciasparalograrpublicarunaobraydeinfluenciasesdeloquemáscarezco-sedesahogómientrasobservabasureflejoenlatazadecafécargado.

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Jade la tomó de la mano sacándola de su melancolía repentina -¿Trabajarías como secretaria?- cuestionó conuna sonrisa.Catherinedioun respingo mientras la miraba fijamente. -Verás...- comenzó a contarJade.

Esa mañana Jade Brooks se había levantado no por culpa de su relojbiológicoodesualarmasinoporelestrepitososonidoqueproveníadesucelular¿cómounaparatotanpequeñopodíallegarasertanodioso?Elruido en su departamento eramás que evidente. -Maldición- comentó lacastaña mientras tanteaba en busca del artefacto. -Debí ponerlo envibrador- se reprochó, tomó el aparato y de mala gana y con la vozsomnolientacontestó.-¿Bueno?-

-¡Jade!-gritóelhombredelotroladodelalínea.

-¿Marcus?-interrogóreconociendoacuestaseltimbredesuvoz.

-¡Estoyfurioso!-gritó.

-Yalohenotado...-expusolachicamientrasseconsolabalaoreja.-¿Quépasanohastomadotutragomatutino?-lecuestionóconsornaalhombredelotroladodelteléfono.

-¡No!¡EstoyfuriosoporquetuvequedespediraChelsea!-gritóelhombremientras se sentaba en su enorme silla giratoria tratando inútilmente decalmarse.

Jade suspiró enormemente -No me digas que...- balbuceó sabiendo lacausadeesedespido.

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-¡Si,sitedigo!-refunfuñoelhombre.

-¡Ah, es tu culpa! ¡Mil veces te he dicho que no te acuestes con tussecretarias! ¡MilvecesMarcusperoparecesun adolescenteprecozy sinconciencia!-leregañóharta.

-¡Yalosé,maldición,yalosé!¡Peronoesmiculpaquelachicaestuvieraen verdad muy sexy!- argumentó como si eso fuera suficientejustificación.

Jadesuspirómientrassefrotabalasien-Entonces...¿Seenamoródeti,no?-comentó.

-¡Si!¡Peroconundemonio,nolovuelvasarepetirquesabesqueodioesamalditapalabra!-gritóindignado.

-¡Ahhh!¡Notehagasalavíctima,oxigenadoodioso!-chillóella.

-¡Buenoya!¡Tellaméparapedirtequemeconsigasotrasecretaria!-Jadesuspiró.-¡Quéseanose...unaseñoradeunoscincuentaañosdeedad...-

-¡Sihastaconesastemeterías,malditomujeriego!-reprochó.

-¡Entonces no importa la edad pero que en definitiva no sea para nadaatractiva! ¡Por favor! ¡Y la quiero a más tardar mañana, porque tengomuchas cosas pendientes!- le gritó con fuerza para luego colgarle elcelularabruptamente.

-¡Ayyyy!-sequejófuriosa. -¡EstúpidoMarcus!-gritómientras lanzabael

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celularlejosdesuvistaysemaldecíaporhabercontestadoesallamada.

_______________________________________________________________________________

-¿Secretaría?-interrogóCatherine.

-¡Si mira, tengo un primo, quizás conozcas a Marcus Hoffman! ¿Loconoces,hasoídohablardeél?-

Catherine abrió los ojos como platos al escuchar ese nombre -¡Si, porsupuesto! el magnate de la empresa de comunicaciones- confirmó ellaasombrada.

-Es un primo lejano, pero crecimos juntos y... ¡Bueno, esa historia noimporta!-lecontó.-Elpuntoesquenecesitaunasecretaria¡urgentemente!-exclamó. -Catherine esto te podría sonar estúpido pero Marcus podríaayudarteacumplirtudeseodeserescritora-comentó.

-¿Cómo? Si él está más involucrado en el área de comunicaciones,celularesy cosaspor el estilo. ¿Cómopodría él ayudarme?Digo,noesquenomeintereseeltrabajo,solonocomprendo-exclamódudosa.

JadeCarraspeó -Él es un hombremuy importante a nivel internacional,acudeamuchasdeesasderrochadorasfiestasdenegociosycosasporelestilo,fiestasalasquenosolovanempresariosegocéntricossinotambiéncelebridades, actrices, modelos, cantantes, escritores y dueños deeditoriales importantes...-Catherineparpadeóemocionada. -¡Yaentiendesloquedigo!- sonrió Jade. -Marcus es comounniño: fácil de apaciguar.Solodebessersusecretariayenunañooañoymediocuandoéltetengala suficiente confianza te ascenderá a su asistente personal. Te llevaráentoncesaesasimportantesfiestasdondepodráscontactaraundueñode

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alguna casa editorial que te ayude a ser una gran escritora- exclamósonriente.

-Se oye todomuy espléndido Jade...- sonrió. -Pero... ¿Quéme garantizaque Marcus Hoffman, un hombre tan importante, va a contratarme?-interrogó desconfiada. -Digo, hoy en día para conseguir un empleodecente se necesita al menos experiencia, mucha experiencia,referencias...-

-Tecontratará...¡Porquéyoteestoycontratandoenestemomento!Apesardeserasesoradeimagenysuprima,leencantapedirmeestetipodecosas.Elme pidió una secretaria y la estoy viendo en este precisomomento-sonrió con dulzura mientras con sus hermosos ojos cafés miraba o almenosintentabamirareltononoséqué,queocultabansuslentes.

-Meparecefantásticoysindudaaceptarépero...¿Porquéamí?-interrogósinentendersubenévoloacto.

-TeconozcodesdehaceañosCatherine,eresunaexcelentepersona:muyamable,dulce,aprendesrápido,eres inteligenteycapaz.Sindudaalgunaloqueelidiotademiprimonecesita-semofó.

-¿Estássegur...-dudó.

-¡Estoy más que segura!- gritó la castaña con euforia tratando de queCatherinecomprendiera.

-¡Bien,entonces!¡Gustosaacepto!-exclamóconunasonrisa.

-¡Excelente!- palmeó victoriosa Jade. -Solo que... debo darte algunos

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consejos ¿Sí?- Catherine asintió con la mirada. -Primero; síguetevistiendoasí-exclamómientrasconsudedoíndicelaapuntabadepiesacabeza: Tenía unos horrorosos zapatos cerrados de tacón, de muy malgusto; su falda era tan absolutamente larga y vaporosa que ni una solaporcióndepieldejabaa la luz;susuéteroscurodemanga largaparecíahaber sido sacadodel closetdeuna señorademásde cincuenta añosdeedad,deunaseñorasolteronayamargada,si,esemismoaspectoteníaeseespantososuéter;sumaquillajebaratolehacíanconjeturaraJadeBrookslacualsiendoasesoradeimagenqueesachicanoteníaparanadadotesenello;teníaunoshorrorososyenormeslentesloscualesparanadadejabanapreciar el tono de sus ojos que de no haber estudiado con ella en lapreparatoria sin duda no tendría ni lamenor idea de que estos eran unhermoso tono de gris y su cabello... recogido en una coleta con unflequilloquesenotabaqueevidentementeellamismaselohabíacortado:porloterriblementedisparejoqueestaba.

-Estábien,supongo-profirióCatherinesinentenderdeltodo.

-Segundo...- enmudeció unos instantes. -No importa lo muy atractivo yamable que pueda parecerte el idiota de Marcus, por nada del mundo.¡Escúchalo bien, por nada del mundo... te vayas a enamorar de él!-exclamó mientras golpeaba con la palma de la mano la mesa de esapequeña cafetería, la gente se les quedó mirando y ante esto Jade sesonrojóapenada.-YsiteenamorasdeélCatherine...-guardósilencio.-Nose lo digas, por favor no se lo digas si quieres mantener tu empleo,porqueélpuedesermuycruelconesostemas...-esofueloúltimoqueledijo.Lediounpardetarjetasparaquesupieracómoydóndecontactarlaaella y aMarcusHoffman, le explicó donde quedaba la oficina del antesmencionado, le llamó a éste y le dijo que ya le había conseguido unasecretariaqueseadecuabaasusnecesidades.Laabrazóyantesdeirse...

-Cuídatequeridayrecuerdaloquetedije...-lecomentóantesdesalirdellugaryperdersecompletamentedesuvista.

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Una semana después de que Catherine Bennet se presentará a su nuevoempleoMarcusllamóaJade:

-GraciasJade,lachicanuevaesmuyeficienteylomejor...esquenomecausa tentaciones. Ella es un claro ejemplo de que la juventud no essinónimodebelleza.-sonrió.

Jadesuspiróenojadamientrassefrotabalasien-Dejadesertanengreídoytrátalabien.Recuerda...esunadama-leregañó.

-Claroquelatratarébien,solodecíaquenoestentadora-sonrió.

-¡Eresdelopeor!-sequejóJadeparaprocederacolgarleelteléfono.Noimportaba que fuera su primo, simplemente no soportaba susuperficialidad.-Ojaláalguienprontotedéunalección...-Bufófrustrada.

Eso había pasado aproximadamente un año y medio atrás.... MientrasrecordabasoloaquellaspartesenlasqueellaestabainvolucradaCatherinepensabaenqueJadeteníamucharazón:Marcuseracomounniño,fácildeapaciguar y también tenía extremadamente toda la razón cuando le dijoqueeraatractivo,terriblementeatractivosinlugaradudasyamable,muyamableydulce.

Erainevitable,ellaeratansolounaescritoranovataenelamor,soñadoray frustrada.Una escritoradisfrazadade secretaria, dulce, tierna, callada,introvertida, con serios problemas de autoestima; había leído libros,demasiados,peroesmásqueclaroqueunonoaprendedepellejoajenoyquelanaturalezahumananoseprestaabuenosconsejossinoqueescuchalos malos porque sin duda... se había enamorado de Marcus Hoffman.Quizáseraunaidiotaporhaberseenamorado,peroasuparecerseríamásidiota sino se enamoraba de él, porque a sus ojos él era maravilloso,quizásellapercibíaenélalgoquenadiemáspodía,quizáshabíaalgoen

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él,unalma,unainmensaalma.Mássinembargo,habíaseguidoelconsejodeJade,porquetantossentimientosyemocioneslosguardabaensecretomientrascontinuabadisimulandosersunadaatractivasecretaria.

Eracruel,peroeralarealidad,ellapodíapercibirsindudaelcambiódeélcuando veía una chica atractiva, se volvía un verdadero caballero, unabsoluto conquistador, se convertía en un hombre amable, en todo unsueño.Digo,eradifícilresistirseaél,aesehombrealto,decabellorubioalborotado, penetrantes e intensos ojos color azul profundo, parecíamofarse de la vidamientras caminaba con esa inigualable combinaciónentreeleganciaysensualidad,susexysonrisasindudaledabapuntosasufavoryellanopodíaevitarsuspiraralpercatarsedelcómosus trajesseajustaban a su fornido cuerpo, a su ancha espalda; Catherine se sentíacompletamente incapacitada a resistirse a él y más cuando todas lasmañanasescuchabasonareltimbredelelevador,susnervios,sutorpezaysus sentimientos le hacían dar un respingo que combinaba emoción ynerviosismo:

-Buenos días Señorita Bennet- sonreía con sensualidad su jefe mientrasdesfilabafrenteaellaparaincursionarseasuoficinayellaeratanidiotaynovataque...

-Buenos días Mr. Hoffman- confería cuando él ya no podía escucharlaporquehabíaatravesadosuoficinasinesperarrespuestadeella.Yaque...noeraatractivanitentadora¿Porquéentoncesdedicarlemássegundosdelosnecesarios?Si,sufísico,dineroypodereransuarmamásletal.

CatherineBennet,lachicamenosatractivaenlavidadelmagnateplayboyymujeriegoporexcelenciaMarcusHoffmansehabíavueltolamujermáscercana a él, claro... como su asistente poco atractiva que era. Él eraamable con ella, pero en definitiva había una enorme brecha de comotrataba aCatherine y el cómo trataba al resto de hermosasmujeres quedesfilaban frenteaél.Quizásellaentonces...dealguna formaconocíaalverdaderoMarcusHoffman.

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Locuidabaenfermoyporlotantoellaconocíacadarincóndesuenormey lujosodepartamento.De lamisma forma le cocinabacuandoél estabatirado en la cama agonizando o cuando él simplemente tenía hambre.Conocíasucuartoysucama,porqueenmuchasocasionesyamitaddelanocheéllehabíallamadomuypasadodecopasparapedirlequefueraporél; así que lo había ayudado ebrio a cruzar su departamento hasta suenorme cama. En muchas ocasiones cuando estaban en una cena denegociosdondeconocíaunaatractivayhermosamujerhabíamandadoaCatherineen taxiparaquedarsea solasconsunuevavíctima.Era...peorquesusombra.Lopeordesusituaciónesqueestabaenamoradadeél.

Enelprimermomentoenelquesedejóhipnotizarporsupreciosasonrisaysusradiantesojosazulessupoellaquecorríaelriesgodeenamorarse...endefinitivanoera amoraprimeravistaporque tan solo lo encontrabaatractivo físicamente hablando, pero fuera del panorama del maldito ysexy rubiomujeriego,Don Juan, casanova, enverdad... era un excelenteserhumano.Realizabaobrasdecaridadtantasvecescomoélvieralamásmínimaoportunidadycadaaño,cadaañoacumulabaydonaba inmensascantidadesdedineroadiferentesasociacionesnosoloenInglaterrasinoanivelmundial,quizásélloveíacómoalgoparanadafueradelocomúnynoeraalgodeloquepresumíaperoparaellaquieneralaquearchivaba,realizabayatendíasusllamadassindudaloqueélhacíanoeraalgoquecualquier ser humano común haría por alguien más o por muchaspersonas más y si esas razones no eran suficientes para justificar lossentimientos de una estúpida y novata escritora frustrada entonces a suparecer... ninguna razón sería lo suficientemente buena. Sin duda... suhumanitariocorazónnolequitabaniunapizcadelomuymujeriegoqueeserubioera.

Catherine había quedado marcada, estaba absolutamente segura de quejamásolvidaríaeldíaenelqueMarcusHoffmanyamuypasadodecopasle confesó porqué había despedido a la chica que estaba en el mismopuestoqueella,asuanteriorsecretaria:

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Chelsea,erasunombre,eraalta,pelirrojadecabellolargoyojoszafiro,hermosa, y atractiva, de faldas cortas y apretadas y blusas ajustadas, si,justocomoaél legustabanlasmujeres.Todocomenzóconunjuegodecoqueteo,élcomenzóacoquetearleyellatontamenteacorresponderle.Sela llevó a la cama y la hizo su amante, sin duda ella pensó que por lamaneraenlaqueéllamirabalehacíaespecialalasdemáschicasconlasquesalía...-estabaenelpeorerrordetodos-.Lamuytonta...seenamoródeél, pero ahíno radicaba sumayor error, éstehabía sido... decirle sussentimientos.MarcusHoffmansindudaesunhombredeextrañocorazónporque él... no cree en el amor. Se asqueó de ella cuando escuchó susinceradeclaraciónydeprisa...lacorrió.

CuandoCatherineseenteró...sindudasediocuentadequejamáspodríadecirlepormerocapricholoquesentíaporél,igualynosefijaríaenella,jamás,niparaunasimpleaventuraporqueél...solorespetabaalasbonitas,alrestodelasmujereslasveíacomoinsulsasfloressinolorysinmotivoaparentedemirarnimuchomenosapreciarporfaltadebelleza.Asíquemejor semantenía como lamaldita sombraque era ellapara él: calladaperopresente.

-¡Señorita Bennet!- le llamó Marcus con su masculina voz mientrasllegabaalaoficina.

-¡¿Si, señor Hoffman?!- exclamó de prisa ella mientras acomodaba susenormeslentes.

-¿Nosabecómosellamabalachicadeayer?¡Laqueestabaenlajuntadeejecutivos!-ledijomientraslaobservabafijamenteconsusintensosojos.-¡Lapelirrojadelsexylunarbajoellabio!-ladescribió.

-LaseñoritaNatalie-añadióCatherinemientras seajustaba sushorribles

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lentes.

-¡Ella!- chasqueó los dedos. -Por favor,mándale, no sé... una docena derosasyponleunbonitomensaje,eresbuenaenello,hazloporfavor- lesonrióhermosamenteparaprocederacaminarhastasuoficinayperderseen su despacho el resto del día. En esos momentos ella deseabaenormemente maldecirlo por lo malditamente mujeriego que él era yporque para colmo aprovechaba su profundidad como escritora paraescribirrománticosmensajescomosiélfueraelverdaderoautordeellos.Estabalista,gritaríaimproperiosmentalescontraél...-¡Otracosa,tráemelospresupuestosparalaobradecaridadquetepedí,porfavor!-sonrióyseperdiódesuvista.

-Maldición-blasfemóellaporlobajomientrasestampabasucaracontrasuescritorio,justocuandoelladeseabamaldecirlohastalasentrañaséllesalíaconsubenévolocorazónylaobligabaaellaadejarsusmuyvanosintentosdeodiarloodesiquieramaldecirtantitosuexistencia.

Yasí...erancadaunadelasmúltiplesaventurasdeMarcusHoffman.Ellaincluso se había convertido en su cómplice, en parte de su jueguito derecurrentes conquistas porque Catherine era la culpable de cada nota,porque sin duda ella era la causante de las reservaciones en los lujososrestaurantes.Si,sehabíavueltoenalgopeorquesusombra.

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Capítulo2:Sedúcela.

Eso había pasado aproximadamente un año y medio atrás.... Estabainmiscuida en sus pensamientosmientras recordaba solo aquellas partesen las que ella estaba involucrada. Catherine pensaba en que Jade teníamucharazón:Marcuseracomounniño:fácildeapaciguarytambiénteníaextremadamente toda la razón cuando le dijo que era atractivo,terriblementeatractivosinlugaradudasyamable,muyamableydulce.

Erainevitable,ellaeratansolounaescritoranovataenelamor,soñadoray frustrada.Una escritoradisfrazadade secretaria: dulce, tierna, callada,introvertida, con serios problemas de autoestima; había leído libros,demasiados,peroesmásqueclaroqueunonoaprendedepellejoajenoyquelanaturalezahumananoseprestaabuenosconsejossinoqueescuchalosmalosporquesinduda...sehabíaenamoradodeMarcusHoffman.

Quizáseraunaidiotaporhaberseenamorado,peroasuparecerseríamásidiota sino se enamoraba de él, porque a sus ojos él era maravilloso,quizásellapercibíaenélalgoquenadiemáspodía,quizáshabíaalgoenél,unalma,unainmensaalma.Mássinembargo,habíaseguidoelconsejodeJade,porquetantossentimientosyemocioneslosguardabaensecretomientrascontinuabadisimulandosersunadaatractivasecretaria.

Eracruel,peroeralarealidad,ellapodíapercibirsindudaelcambiódeélcuando veía una chica atractiva, se volvía un verdadero caballero, unabsoluto conquistador, se convertía en un hombre amable, en todo unsueño.Digo,eradifícilresistirseaél,aesehombrealto,decabellorubioalborotado, penetrantes e intensos ojos color azul profundo, parecíamofarse de la vidamientras caminaba con esa inigualable combinaciónentreeleganciaysensualidad,susexysonrisasindudaledabapuntosasufavoryellanopodíaevitarsuspiraralpercatarsedelcómosus trajesseajustabanasufornidocuerpo,asuanchaespalda.

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Catherine se sentía completamente incapacitada a resistirse a él y máscuando todas las mañanas escuchaba sonar el timbre del elevador, susnervios, su torpeza y sus sentimientos le hacían dar un respingo quecombinabaemociónynerviosismo:

-Buenos días Señorita Bennet- sonreía con sensualidad su jefe mientrasdesfilabafrenteaellaparaincursionarseasuoficinayellaeratanidiotaynovataque...

-Buenos días Mr. Hoffman- confería cuando él ya no podía escucharlaporquehabíaatravesadosuoficinasinesperarrespuestadeella.Yaque...noeraatractivanitentadora¿Porquéentoncesdedicarlemássegundosdelosnecesarios?

Si,sufísico,dineroypodereransuarmamásletal.

CatherineBennet,lachicamenosatractivaenlavidadelmagnateplayboyymujeriegoporexcelenciaMarcusHoffmansehabíavueltolamujermáscercana a él, claro... como su asistente poco atractiva que era. Él eraamable con ella, pero en definitiva había una enorme brecha de comotrataba aCatherine y el cómo trataba al resto de hermosasmujeres quedesfilaban frenteaél.Quizásellaentonces...dealguna formaconocíaalverdaderoMarcusHoffman.

Locuidabaenfermoyporlotantoellaconocíacadarincóndesuenormey lujosodepartamento.De lamisma forma le cocinabacuandoél estabatirado en la cama agonizando o cuando él simplemente tenía hambre.Conocíasucuartoysucama,porqueenmuchasocasionesyamitaddelanocheéllehabíallamadomuypasadodecopasparapedirlequefueraporélaunbar;asíquelohabíaayudadoebrioacruzarsudepartamentohastasu enorme cama. En muchas ocasiones cuando estaban en una cena de

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negociosdondeconocíaunaatractivayhermosamujerhabíamandadoaCatherineen taxiparaquedarsea solasconsunuevavíctima.Era...peorquesusombra.Lopeordesusituaciónesqueestabaenamoradadeél.

Enelprimermomentoenelquesedejóhipnotizarporsupreciosasonrisaysusradiantesojosazulessupoellaquecorríaelriesgodeenamorarse...endefinitivanoera amoraprimeravistaporque tan solo lo encontrabaatractivo físicamente hablando, pero fuera del panorama del maldito ysexy rubiomujeriego,Don Juan, casanova, enverdad... era un excelenteserhumano.Realizabaobrasdecaridadtantasvecescomoélvieralamásmínimaoportunidadycadaaño,cadaañoacumulabaydonaba inmensascantidadesdedineroadiferentesasociacionesnosoloenInglaterrasinoanivelmundial,quizásélloveíacómoalgoparanadafueradelocomúnynoeraalgodeloquepresumíaperoparaellaquieneralaquearchivaba,realizabayatendíasusllamadassindudaloqueélhacíanoeraalgoquecualquier ser humano común haría por alguien más o por muchaspersonas más y si esas razones no eran suficientes para justificar lossentimientos de una estúpida y novata escritora frustrada entonces a suparecer... ninguna razón sería lo suficientemente buena. Sin duda... suhumanitariocorazónnolequitabaniunapizcadelomuymujeriegoqueeserubioera.

Catherine había quedado marcada, estaba absolutamente segura de quejamásolvidaríaeldíaenelqueMarcusHoffmanyamuypasadodecopasle confesó porqué había despedido a la chica que estaba en el mismopuestoqueella,asuanteriorsecretaria:

Chelseaerasunombre,eraalta,pelirrojadecabellolargoyojoszafiro,hermosa, y atractiva, de faldas cortas y apretadas y blusas ajustadas, si,justocomoaél legustabanlasmujeres.Todocomenzóconunjuegodecoqueteo,élcomenzóacoquetearleyellatontamenteacorresponderle.Sela llevó a la cama y la hizo su amante, sin duda ella pensó que por lamaneraenlaqueéllamirabalehacíaespecialalasdemáschicasconlasquesalía...-estabaenelpeorerrordetodos-.Lamuytonta...seenamoró

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deél, pero ahíno radicaba sumayor error, éstehabía sido... decirle sussentimientos.

MarcusHoffmansindudaesunhombredeextrañocorazónporqueél...nocreeenelamor.Seasqueódeellacuandoescuchósusinceradeclaraciónydeprisa...lacorrió.

CuandoCatherineseenteró...sindudasediocuentadequejamáspodríadecirlepormerocapricholoquesentíaporél,igualynosefijaríaenella,jamás,niparaunasimpleaventuraporqueél...solorespetabaalasbonitas,alrestodelasmujereslasveíacomoinsulsasfloressinolorysinmotivoaparentedemirarnimuchomenosapreciarporfaltadebelleza.Asíquemejor semantenía como lamaldita sombraque era ellapara él: calladaperopresente.

-¡Señorita Bennet!- le llamó Marcus con su masculina voz mientrasllegabaalaoficina.

-¡¿Si, señor Hoffman?!- exclamó de prisa ella mientras acomodaba susenormeslentes.

-¿Nosabecómosellamabalachicadeayer?¡Laqueestabaenlajuntadeejecutivos!-ledijomientraslaobservabafijamenteconsusintensosojos.-¡Lapelirrojadelsexylunarbajoellabio!-ladescribió.

-La señorita Natalie Sellers- añadió Catherine mientras se ajustaba sushorribleslentes.

-¡Ella!- chasqueó los dedos. –Por favor,mándale, no sé... una docenaderosasyponleunbonitomensaje,eresbuenaenello,hazloporfavor- lesonrióhermosamenteparaprocederacaminarhastasuoficinayperderse

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ensudespachoelrestodeldía.

En esos momentos ella deseaba enormemente maldecirlo por lomalditamentemujeriegoqueélerayporqueparacolmoaprovechabasuprofundidadcomoescritoraparaescribirrománticosmensajescomosiélfuera el verdadero autor de ellos. Estaba lista, gritaría improperiosmentalescontraél...

-¡Otracosa, tráemelospresupuestospara laobradecaridadque tepedí,porfavor!-sonrióyseperdiódesuvista.

-Maldición-blasfemóellaporlobajomientrasestampabasucaracontrasuescritorio,justocuandoelladeseabamaldecirlohastalasentrañaséllesalíaconsubenévolocorazónylaobligabaaellaadejarsusmuyvanosintentosdeodiarloodesiquieramaldecirtantitosuexistencia.

Yasí...erancadaunadelasmúltiplesaventurasdeMarcusHoffman.Ellaincluso se había convertido en su cómplice, en parte de su jueguito derecurrentes conquistas porque Catherine era la culpable de cada nota,porque sin duda ella era la causante de las reservaciones en los lujososrestaurantes.Si,sehabíavueltoenalgopeorquesusombra.

-¡Catherine!-exclamóalentraralaoficinaMarcusHoffman,ellaalzólamiradaanteel llamado.-¡Leencantaronlasrosasa...Nat...asha!-profirióconmuchadificultad.

-Natalie, la señorita Natalie Sellers- añadió Catherine corrigiendo a sumujeriego jefe de su error, porque evidentemente no recordaba aún esenombre.

-¡Exacto, ella: Natalie!- chasqueó los dedos con entusiasmo -¡Le

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encantaron las rosas!- exclamó. –Tengo una cita esta noche con ella- lecontó.–Gracias...-sonrió.–Poresoteamo-leguiñóelojoyledijoestoúltimo como cualquier frasemás en su vocabulario,más sin embargo...ellaquedócompletamenteembelesada.

-Yo también te amo...- murmuró bajito después de queMarcus se habíaalejado, segundos después... se cacheteó por las tonterías que decía. –Estúpida...-mascullóintentandodejardepensarenél.

Tanto tiempoconél... lehabíahechoolvidarqueella teníaunsueñoquecumplir. El amor que sentía, era el factor causante de ese olvido y nopasaba día o momento que no se reprochara por querer tanto a unmujeriego casanova, porque sabía de antemano que no existía la másminúscula de las oportunidades para que ese amor llegara a sercorrespondido.

Porsuerte...sehabíaencontradoaJadeBrooksquiensindudalerecordóque el único motivo por el que trabajaba como secretaria paraMarcusHoffmanera...cumplirsusueñodeserescritora.

-¡Catherine, tu solo estas usando a Marcus!- le gritó su amiga castañatratandodehacerlaentrarenrazón.

Catherinesolosuspiró.-Losé...-contestócabizbaja.

-Marcus no cambiará, es un maldito mujeriego y siendo un mujeriegomorirá-leexplicótratandodehacerlaentender.-Teloadvertí,tedijequenoteenamorarasdeél-leregañó.

-Losé...-murmuróellaconmelancolía.–Peroalcorazónnoselemanda,unonodecideaquienquerer-profiriócontristeza.

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-Ay querida...- la intentó consolar. –Mira, el evento de Marcus es elpróximo sábado,muy seguramente iráRobertAnderson:Eldueñode lacasa editorialmás importante de Inglaterra. ¡Tienes que acercarte a él eimpresionarlo!¡Tienesquehacerunacitaconélparaenseñarleloquehasescrito!¡Esotienesquehacer,Catherine!-exclamóexplayada.

-Bien...-comentó.

-Catherine, este es tu momento- le dijo. –Tienes que vestirte lo máspreciosaquepuedas.Tienesquedejardeladoesehorriblevestidonegrodemangas largas que parece sacado de un funeral de quinta, tienes queponerte unos bonitos tacones, maquillarte y sacar tu mejor sonrisa- leexplicómientrasqueCatherineBennetnopudoevitarestresarse.

-P...pero...-quisoprotestar.

-¡Obviamenteyo teayudaré!-añadióviendolosgrisesojosdeCatherineestresarse. –Tienes que impresionar a ese hombre, él es la clave paracomenzartucarreradeescritora.Yolvídatedelidiotademiprimo,élesunimbécilysucastigoseráquedarsesoloporjugarcontantasmujeres.-Exclamó levemente enojada. –El viernes vamos de compras y el sábadoiremosamisalóndebellezadondetedejaréhermosa-lesonriómientraslatomabadelasmanos.

-Gracias Jade- exclamó emocionada mientras intentaba reprimir suslágrimas.

Eldíamencionadollegóyconelloelgrandiosoevento,elcual...noerauna simple fiesta, sino; una enorme y lujosa fiesta llena de genteimportante tanto a nivel nacional como internacional: empresarios,

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celebridades,cantantes,actoresydemás.Habíadeliciosacomidaentodaspartesyenormescantidadesdebebidasexóticascirculabanenmanosdelosdiferentespersonajesahípresentes.

El rubioMarcusHoffman saludaba a todo elmundo con su inigualableeleganciaysuradiantesonrisa.Sonreíaalascámarasyseportabaamablecon todos. Por ratos miraba su costoso reloj de mano: -¿Dónde estásCatherine?-secuestionabaentredientesporquedigo,esamujersehabíahecho tan indispensable en suvida,que incluso lanecesitabaparapodercomenzar el eventodonde lanzaría suúltimoymásnovedosoproducto.Depronto...perdióelhablacompletamenteytandeprisacomopudoalzólavoz.-¡MíaLeclair!-exclamómientrasseacercabaalahermosamujerdeojoscoloresmeraldaycabellocastañoclaro.

-HolaMarcus-elrubioseacercóylasaludóconunbesodemejilla.

-¡Te ves fantástica!- expresó emocionado mientras veía a la hermosamujermetidaenunajustadovestidorojocarmínquelefavorecíamuchoasusatributosfemeninos.

-¡Debeserporelcompromiso!-comentóellaemocionada.

Lamirabamientrassonreíacomoidiota...MiaLeclair...laúnicamujerquesehabíaresistidoporañosasusencantosdecasanova.Laconocíadesdehacía muchos años atrás, desde que eran unos chiquillos de diecisieteaños, la conoció en un viaje a París, cuando ella apenas comenzaba sucarreracomoactriz, instantáneamentequedóprendidodesubellezaydesushermososojosverdes.Él...enesosayereserademasiadoinseguro,unpoco retraído e ingenuo, nunca pudo conquistarla, nunca pudo siquierarobarle un beso o sentir un roce de sus hermosas y finas manos. MiaLeclaireralaúnicamujerquejamáshabíatocadoylaúnicaqueMarcusHoffmanhabíaamadoentodasuvida.Laúnicaqueaúnamaba.

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-¿Elqué?-cuestionóélporquesehabíasumidotantosensuspensamientospasadosquecreyónohaberescuchadobienloquesalíadesushermososlabios.

-¡¿No te había dicho?! ¡Dan, me pidió matrimonio!- exclamó llena defelicidadmientras extendía sumano izquierda paramostrarle el costosoanillodediamantes. –Nos casamos enunpar demeses ¿Iras amiboda,cierto?-lecuestionóconlamásradiantedelassonrisas.

-¿Ehh...?-estabacompletamenteenshock,peromássinembargounapartede él estaba a punto de pegar un grito tan fuerte que sería escuchadomuchoskilómetros a la redonda.MiaLeclair, ¡la únicamujer quehabíaamadoentodasumalditavidaseibaacasarendosmeses!YconelidiotadeDanHarris, el traidorquealgunavez fuesuamigo,obviamentehacemuchosañosatrás.

La únicamujer por la que dejaría su estilo de vida, la única por la quedejaríatodoestabaapuntodecasarse...

-Marcus...¿Estásbien?-cuestionóMíaestresadaalverelsemblantequeélteníadespuésdedarlelamaravillosanoticia.EllarealmenteesperabaqueéllafelicitarápordarungranpasoensuvidayensurelaciónconDanHarris,elfamosoactor.

-SeñorHoffman-llamóunatibiavoz.–Loestánbuscandoparacomenzar-exclamómientrasintentabasacarlodesurotundaparálisis.

-¿Eh..?-cuestionóelrubiointentandoregresarensí.Girósuazulmiradayse encontró con un precioso ángel, parpadeó innumerables meses sinreconoceraesachicadecabellonegroyojosgrisesqueaparentementesiloconocíaaél.

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-Loestánbuscandoparacomenzar-reiterómientraslotomabadelbrazoylosacabadeahí.-¿MedisculpasimelollevoseñoritaLeclair?Esqueyaes un poco tarde- sonrió con dulzura y jaló al rubio hacía otro rumboprocurando alejarlo de esa situación endonde esa chica pudonotar conbastantefacilidadqueMarcusestabametidoenaprietos.

-¿Quién eres?- interrogó Marcus a la mujer que estaba prendida de subrazomientrasloguiabaalescenario.

-Soyyo:Catherine,señor-añadiómientrasparpadeabasinentender.

-¿Catherine?- balbuceómientras la miraba de pies a cabeza. -¿Segura?-cuestionócompletamenteasombradoporlabellezadelachica.

-Sí,estoysegura-añadióellasinentenderdeltodosucuestionamiento.

MarcusHoffman se subió al estrado y... dio el peor discurso de toda suvida.LanoticiadequeMíaLeclaircontraeríamatrimonioconel traidorque en un pasado fue su mejor amigo le producía arcadas. Mas sinembargo...apesardehabersidounnefastodiscursoelpúblicopresentenopareciópercatarseo...noparecióimportarledeltodoasíqueaplaudieroncomosihubierasidoelmejordetodos.

-¡¿Quétepasa?!¡Esediscursoestuvoasqueroso!-regañoJames,suactualmejoramigoysociodesdehacíavariosaños.

-Necesitounacopa...-argumentómientrascaminabadeprisaentrelagenteparaintentarllegarlomásprontoposiblealabarra.

-¡¿Vasatomartantemprano?!-legritóexasperadomientraslosujetaba

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confuerzadelbrazoparallamarsuatención.

-¡MíaLeclair,vaacasarse!-exclamóreprimiendoel tremendogritoquequería liberar de su garganta, jaló su brazo y se alejó de su amigo.Caminóalabarrayunavezahípidióalbarmanunabotelladewhisky.

-¡Ahh, ya entiendo el porqué de esa cara tan larga!- exclamó con sornaJamesBomer.

-¡Noesdivertido,James!-leregañóenojado.

-¡Claro que lo es!- exclamó James. –Ya olvídala, por favor- le sugiriómientrasintentabaquitarlelabotella.

-¡Nopuedo,maldición,nopuedo!-gritóalteradoyluegosorbiólabotellacontodaslasintencionesdequedarebriolomásprontoposible.

-Marcus,parecesunniño, esamujer tehadejadoen claropor añosqueentre ella y tú nada va a pasar. Eres un completo idiota si no lograsentenderlo-leregañófrustradoporlaestupidezdesuamigo.

-Ya lo sé, ella ha sido muy clara todo este tiempo, pero jamás pudeolvidarla... y siempre tuve la idiota esperanza de que algún día quizásllegaría a corresponderme- Exclamó con un dejo de tristeza mientrasnuevamenteempinabalabotellahacíaélparabeberdeella.

-Señor Hoffman, el señor Henderson de industrias World-Line lo estábuscando para tratar el asunto del contrato con ellos ¿Qué le digo?-cuestionólahermosachica.

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-¿Quiéneres?-interrogóMarcusmedioalcoholizado.

-CatherineBennet,señor,suasistentepersonal-contestóconpaciencia lamuchacha.

-Noquierohablarconnadie-contestónoprestandomuchaatencióna loúltimo,yprocedióacontinuarsunecedaddebeberdirectodelaboquilladelabotella.

-Entiendo,loresolveréentonces-manifestóysediolamediavueltaparairacumplirsutrabajo.

-¡Ey, ey, ey! ¡¿Esabellezaes tu secretaría?! ¿Lachica singraciaquemeatiende cuando voy a tu oficina? ¿La nada tentadora?- exclamóimpresionado.

-Sí, supongo...-murmuró sinprestarmucha atenciónde loque James ledecía.

-¡Wow! ¡Qué belleza! ¡Qué ojos! ¡Qué labios! ¡Esta ardiente esa chica,Marcus!- codeó James. –Tiene una perfecta silueta...- exclamó mientrashacía un ademan. –Entonces... ¿Eso estaba escondido bajo esa horrendaropa?-JamesBomernopodíadejardemiraralamuchacha.Elrubiosolosuspiraba dolido. -¡Anímate, hombre! ¡Olvida a Mía, tú puedes tener acualquiermujerquequieras!-lepalmeólaespalda.

-Yo solo quiero a Mía Leclair, no a cualquier mujer- masculló con supastosavozmientrasbebíamásdesualcohol.

-Asímismo te conocíMarcus: enunbarmientras suspirabaspor esa tal

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MíaLeclair,ellatehaceperderlaconfianzaenti.¡Puedesteneracualquiermujerquequieras!¡Hastatupreciosasecretariasiquieres!¿Aellajamáslahastocado,cierto?-lecuestionóconestruendo.

-¿A Catherine?- negó con la cabeza. –Jamás se me ha cruzado por lacabezaseducirla...-suspirómientrascontinuababebiendomásymásdesubotella.–Nuncahasidolosuficientementetentadoraparamí...-agregóconciertodesdén.

-¿Yalavistehoy?-cuestionóJames.

-Tansolode reojo,nohaymuchoqueverenella-expresóconunavozhiriente.

-¡Dejayaesamalditabotella!-gritóhartosuamigomientraslearrebatabaelwhisky.-¡Prestaatención,idiota!-chillófastidiadomientraslegirabalasilla rotatoria y lo obligaba a ver a la preciosa muchacha. –Mírala unmomento- solicitó Jamesmientras lo sujetabadel rostroy loobligabaaprestarsuatenciónenella.

-¡¿Catherine?!- interrogó con asombro mientras la veía platicar con elmagnateRobertAnderson.Laobservóconesepreciosovestidonegrodetirantesqueseajustabaperfectamenteasufigura,supronunciadafigura;lamiróconsusaltosyeleganteszapatosdetacón;conelpreciosolabialcarmínquesoloresaltabalaformaycarnosidaddesuslabios;yobservóelhermosotononíveodesupiel;sepercatóporvezprimeradeella,ydequedebajodeesosmonstruosos lentessehallabaunpardepupilas tonogris, lentes que sustituyó por unos de contacto, al menos solo para esanoche. Le encantó el cómo su cabelló lacio y negro caía sobre sushombros.-¡Wow!-exclamócuandofinalmentehuboescaneadosemejantebelleza.

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-Tegustaloqueves¿Noesasí?-lecodeóconpicardíaJames.

-¿Siemprehaestadoasídepreciosa?-seinterrogóparasímismoMarcus.

JamestansolosetallabaelmentónmientrassedeleitabaconlabellezadeCatherine Bennet, quien sonreía con mucha seguridad y se mostrabaentusiastaensucharlaconRobertAnderson:eldueñodelaeditorialmásimportantedetodaInglaterra.

-Recuerda Marcus... tú puedes tener a cualquier mujer, incluso a tuhermosa secretariaque jamáshas tocado- le susurróaloídomientraselrubio estaba completamente paralizado observando a Catherine. –Eresrico, poderoso y casi tan guapo como yo...- se burló James. –Puedestenerla si quieres...- exclamó tentándolo con esa idea que comenzaba aformularseestupenda.

-Peroesmisecretaria...-añadióMarcus.

-¡Marcus,porDios! ¡Recupera laconfianza!- lepalmeó laespalda.–Haydos mujeres en tu vida que no has tocado- le recordó mientras lascontabilizaba con los dedos. –AMiaLeclair y aCatherine...- se limitó adecir porque no recordaba el apellido de la secretaria, nunca creyóimportante memorizarlo. –Mía está comprometida pero Catherine... Esamujer solo está esperando a que la seduzcas, ¡Vamos hombre, anímate!-incitó. Sabía que esa era la única forma en la que su amigo idiotarecuperaba la poca confianza queMíaLeclair le arrebataba. –Sedúcela...nosevaaresistirati-loanimóJames.

-SeduciraCatherine...-balbuceóelidiotarubio.Laidea...lehabíagustado.Élpodíateneracualquiermujerycon"cualquiera"sereferíainclusoasusecretaria que había trabajado con él por dos años, ella no podríaresistirse a él porque digo... Marcus Hoffman es extremadamente

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atractivo, rico y poderoso. Sería absolutamente fácil hacerla suya, unjuegodeniñosyellasinduda...noibaresistirseaél.Legustabalamalditaidea,laideadetenerlaporesanoche,dehacerlasuyaesanoche...

Abriólapuertadellujosodepartamentoconmuchadificultad,suspirabaacada segundomientras sentía supeso sobre su cuerpo. –Nodebióbeberdemasiado, señor Hoffman- exclamó Catherine mientras intentabacaminarconsujefeapoyadosobresuhombrohastasuhabitación.

Comoerayacostumbre...ellalollevabaebrioacasayesedíanoseríalaexcepción.

-Eresunángel,Catherine...-balbuceóélconunapastosavoz.

Despuésdehabercaminadoportodalainmensasaladeeselujosolugar,abrió el cuarto, entró: lo conocía de pies a cabeza, hasta con la luzapagada;eralamismahabitacióndesiempre,lahabitacióndondehabíantransitadodecenasdemujerespreciosas.Ella soloconocíaesa recámaraporquesiemprelollevabapasadodecopasacasa.

Suspiróaliviadacuandoporfinllegóalacamaylorecostósobreella.Elrubio por su parte balbuceaba cosas inentendibles. –Listo, llegamos-añadióellatomandounrespiro.

-Eres un ángel, Catherine...- repitió Marcus. Ella solo sonrió ante esecomentario.Encendiólalámparaqueestabaenelburódeuncostado,ahídepósito los artículos personales de Marcus Hoffman como: celular,llavesybilletera.Seacercóconsuavidadaélydelicadamentelesacóloszapatossoloparaquepudieradormirmejor,ledesabrochólacorbata,leabrióelsaco,retrocedióyoptóporsalirdeahíparaconseguiruntaxiquelallevaríaacasa.

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-Catherine...-llamósujefecuandolaviointentaralejarse:lasujetódesuvestidonegro.

-¿Sí?-interrogóellailusamente.

-Estálindotuvestido...-añadióelrubio.

-Quéamable,gracias-sonriócondulzura.–Ahora... tienequedescansar-esbozóunadulcesonrisaparaintentarprocederavoltearseysalirdeahípararetornarasusolitariohogar.

-Catherine...- volvió a llamarle mientras sujetaba su vestido con másrenuencia.

-¿Sí?-volvióapreguntarllenadeingenuidad.

-Te faltó...- susurró con un cambio de voz. –Quitarme toda la ropa...-afirmó con su ronca voz. Fue en ese instante cuando Catherine Bennetconocióalfinlahabilidaddesuatractivoyricojefe:MarcusHoffman.Nosabíaexactamentequéhabíasucedido...peroella,estabasobrelacamayélencima de ella, la había tomado en total sorpresa, tanta que aún estabacarburandolasituaciónenlaqueestabametida.

Porunmomento...seperdióenelcielodesumirada,enesetonoañildesusojosqueaella tanto leencantaba,seveían tancercanosyprofundosque por un momento creyó caer en una completa hipnosis. Sintióentonces... un gélido jugueteo recorrer la pies desnuda de su cuello, seestremeciórotundamenteconel finocontactoqueeseroce lecausó,queesoslabiosleprovocaban.Quisosalirdeesaprisiónquehacíaélconsucuerpoylacama;peroinmóvileshayosusmuñecascuandoloencontróaélsosteniéndolascontantoempeño.

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-Señor Hoffman...- murmuró entre suspiros mientras intentaba hacerloreaccionaryconestolograrqueéllasoltara,perosullamadoeratanlevequeélsoloselimitóasonreír.

-¿Mmm..?-fuesuúnicarespuestamientrascontinuabasulabordedejarunrastrodebesosycariciassobrelapielníveadesucuello.

-S...oyCa...therine-lerecordóentresuspiros.

-Shhh....- lepidiósilenciomientrassuavementedeslizabasumanoporsuespalda hasta toparse con el cierre del vestido negro que comenzaba ahacérseleestorbosoensulabor.

-Señor Hoffman, suélteme por favor- pidió alarmada cuando sintió laságiles manos de él recorrer su espalda y parar en la cremallera de suvestido.

Elrubiosolosonrió,selehacíaextremadamentedivertidojugarconelladeesamanera...pensabaquetansoloqueríahacersetantitoaladifícilporlamaneratantenueenlaquelepedíaquelasoltara.

Ellaporsuparteestabaparalizada,sumenteparecíauncarruselcon lospensamientosgirandoygirando sinhallar el camino indicado.Nosabíaquehacer...estabaencompletoshock.–SeñorHoffman...-volvióallamarconsuhabitualtonobajodevozmientrassuspiraba.

-Estanoche...dimeMarcus-lepidióconciertapicardíaensutonoyensusemblante.Teníatantaexperienciaqueenunparpadeardeojosélyaestabacompletamente sin el saco ymuchomenos la camisa, estaba sobre ella

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semidesnudodejandoversufornidoabdomen.

-Señor Hoffman, por favor, suélteme- pidió un poco más desesperadamientrasforcejeabapocoapocosusmuñecasretenidasporél.Sintióquesu voz fue acallada completamente cuando él le había profanado larespiración de su boca, y con ello el sabor de sus labios. Tenía tantaexperiencia que en esosmomentos se notaba que ella era una completanovata.

-¡Marcus!- gritó fuertemente. El rubio sorprendido se separó tantito deella.Catherine aprovechó la situación, lo empujó tan rápido comopudoapartándolo de su camino y asustada salió corriendo de ahí dejándolobastantealborotado.

Corrió hasta la calle sintiendo el corazón latirle a una velocidadimpresionante.Surespiraciónestabamásqueagitada,lapieldelcuelloylos labios le palpitaban con extrema fuerza. Unos segundos más y sehubierarendidoaélporlamaneratanhábilenlaquelerecorríalapiel:contantadelicadeza,contantasutileza.Peroseríaunatontasicaíaensusredesporque...ellaconocíamuybienaeserubiocasanovaysabíaqueasícomo lahabía tratadoaellahaceunos segundoshabía tratadoamuchasmujeresquehabíantransitadoporsusmanos.

Susmanosestabanheladaspor losnerviosque la embargabancon tantaastucia. No entendía nada...no entendía por qué la había tratado deseamanera, si jamás lohabíahecho.Cuando llegó a su solitarioymodestodepartamentosemiróalespejo...observóelcortovestidoquetraíapuesto.Entendió aduraspenasque él por esanoche lahabíavisto cómoveía aesasotrasmujeresconlasqueestabaacostumbradoajugar.

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Capítulo3:Orgulloroto...

Aldíasiguienteellateníaqueiraltrabajo.Sucabezaestabahechauncaostotal. Se convenció ella misma de él estaba tan ebrio que no se habíapercatado de que era nadamás nimenos que:CatherineBennet, la nadaatractiva secretaria y no una de sus atractivas conquistas de exquisitascurvas.

Aún tenía el sabor de él completamente impregnado en sus labios, aúnrecordaba su respiración entrecortada y el maravilloso aroma de superfume. Sacudió la cabeza cuando escuchó el timbre del elevador. Sepusoextremadamentenerviosa¡Ahíveníaél!¿Ycómorayosdebíaactuar?¡¿Cómo?! Estaba absolutamente nerviosa y se le notaba a leguas en surostroahorapálido.Respiróprofundoeintentófingirdemencia.

ElrubiodeMarcusHoffmanentróporelvestíbulo.Lamiróysonrió.Ellase ajustó los lentes, sus horribles lentes, ya que fue vestida igual quesiempre:consuhorrendaropa.–BuenosdíasseñorHoffman.-Saludó.

-BuenosdíasCatherine-exclamóél.–Tengounaresacatremenda-sefrotóla sien. –No recuerdo nada de lo que pasó anoche, ni recuerdo comolleguéacasa-argumentóelrubio.

Elladiounrespingoantesucomentario.

-Vaya...-exclamósorprendida.–Niyosécómollegóacasa-lesonriópararegresar a fingir que tecleaba en su computadora aún no encendida.Marcusporsupartelecorrespondiólasonrisaycaminóhastasuoficinadespuésdepedirleunospapelesypasárselaelrestodeldíaencerradoensuinmensaoficina.

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Cuandodijo: "No recuerdonadade loquepasóanoche" ledejómuyenclaro que si en verdad no lo recordaba como él decía entonces...simplemente no quería recordarlo. La chica sonrió al recordar suspalabras.–Esasícomosecomportanlosmujeriegos...-sedijoasímismaensilencioparaprocederaregresarasutrabajo.

-HolaCatherine, ¿Podrías ser tan amable de decirle aMarcus que estoyaquí?- Cuestionó el muy apuesto pelirrojo de James Bomer con sushermososojosverdes.Lamirabapícaramentemientraslehablaba,comosiantemanosupieraquelanocheanteriorhubierapasadoalgoentreellayMarcus.Lachicasonriótenuemente,alzóelteléfonoytecleóunnúmero.

-SeñorHoffman,elseñorJamesBomerestáaquí-exclamóelladespacio.Escuchóatentamentelasindicacionesdesujefeycolgóelteléfono.–Dicequepase-lesonriócondulzura.

-Gracias,Catherine-leguiñoelojoydeprisacruzólainmensapuertaderoble.JamesentróconunaterribledesesperaciónquetuvoquedisimularenpresenciadeCatherineparanoserobvio,unavezcruzadaycerradalainmensapuerta,exclamódesesperado:-¡Cuéntamelotodo,ahora!-sonriócon picardía y complicidad mientras se servía una copa de vodka quetomodel surtidobar deMarcus, procedió sentarse frente al rubio quienteníaunamanoenlasiencomosiintentaracontenersuresaca.

-Nada-seindignóamascullarsegundosdespués.

-¿Eh?-Jamesnoentendíanada.

-Nopasónada-reiterócomonoqueriendodarleimportanciaalasunto.

-¡¿Qué?!¡¿Tequedastedormido,verdad?!¡Idiota!-gritóenojadoJames.

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-¡Nomaldición,nomequedédormido!-legritófuertemente.

-¡Ellasequedódormida!¡Ah,quetontamujer!-chillófurioso.

-¡No,tampocoesopasó!-bramóhechounafierecilla.

-Nopues...yanosemeocurreotracosa-secruzódebrazos.-¿Quépasóentonces?-lecuestionótomandodesucopa.

-¡Merechazómaldición,merechazó!-gritóconsuorgullodemujeriegoherido.

-¡¿Tequé?!-exclamóapuntodeescupirsuvodkasobreeltrajenegrodeMarcus.

-¡Medetuvo,mepusounalto,merechazó!-legritóconmásiraparaquele entendiera el idiota de su amigo. –No pude seducirla... me detuvocuandolabeséyleintentébajarelcierredelvestido-setapólacarallenadevergüenza,suorgulloestabaenelsuelo.

-Nopuedocreerlo...-musitóJamesconlosojosabiertosdeparenpar.–Dime Marcus, ¿Cuántas mujeres te han rechazado de esa manera?- lecuestionóllenodecuriosidad.

-¡Ninguna,ninguna!-exclamóconorgullo.

-Entonces...CatherineBennethasidolaprimera...-demandóydepronto...

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se echó a reír estrepitosamente. -¡No puedo creerlo! ¡Tú secretaria terechazó!¡Segurotedejóalborotadoanoche!-surisasehizomásfuerteyodiosa.Marcuscomenzabaaperderlapocapacienciaquetenía.

-¡Cállate,James!-bramófurioso.

-Calma, calma- exclamó mientras intentaba contener su risa. -¡Quévergüenza!¿Notedavergüenzaverlaalacaradespuésdeloqueintentastehacerle anoche?- se volvió a echar a reír rompiendo con ello su vanointentoporcontenerse.

-¡Claroquesí!¡Tuvequefingirresacayquenorecuerdonada!-posólamanosobresufrentellenodevergüenza.-¡Quépatéticosoy!-estampósucarasobresuenormeescritorio.

-¿Yquéharás?-CuestionóJamesprobandosubebidaalcohólica.

-¡¿Quéhare?!¡Nada,noharénada!-anuncióenojado.

-Pues deberías. Sabes... yo creo que la tomaste por sorpresa y entró enpánico.Segurollegóasucasa,semiróalespejoyselamentómuchoporhaberseperdidoelcalordetusbrazos.-exclamóconabsolutaseguridad.

-¿Túcrees?-lecuestionódudoso.

-¡Porsupuestoquesí!Esamujerdebeestarselamentandodehabersalidocorriendo-seriómientrasprobabasulicor.Elrubiosequedópensativo.

-Quizás,pero...verlahoymehizodudardelabellezademujerquequise

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tomarayer-exclamó.

-Eresbastanteidiota...-seburlódeél.

Losdíassiguientesella ibavestida igualdehorrorosaquesiempre.Consusinmensoslentesysudesaliñadaapariencia.Elrubiosindudadesertódesuplande"seducirla"denuevo.Loolvidó...porquesuapariencianolososlayabaatentarlo.Mejoroptópormantenersurelación:jefe-secretariaintacta.Legustabamáslaideadeaprovecharsedeellaparaqueleayudaraensusconquistas.Despuésdetodo,él...solorespetabaalasbonitas.

Perohubounatardediferente...

Esatarde,Catherinelehabíapedidopermisoasujefeparallegarunpocomás tardea laoficina.Había llegadoal fineldíaenelque iríaasucitaconRobertAnderson.Era sumomento, al fin llevaría aquelmanuscritoque había redactado con tanto esfuerzo y cariño, al fin tendría laoportunidaddealcanzarsusueño.

Estaba muy nerviosa y cruzaba los dedos para que todas esas palabrasinscritasenpapelprodujeranenRobertalgunasensación.

SepusoaúnmásnerviosadeloqueyaestabacuandoRobertAndersonledijo:-Bienloleeré,veréquepuedohacerporti¿sí?Tellamarécualquiercosa-sonrió.Catherinesentíaquelaspiernasletemblabancomounamasagelatinosa.

Era tarde, muy tarde, se había demorado más de lo pensado en suentrevistaasíquesintiempodecambiarsetuvoqueoptarporllegarasutrabajoexactamenteigualquecomosepresentófrenteaRobertAnderson:preciosa.

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Nadie la reconocía a su pasar, centenares de veces tuvo que decir: SoyCatherineBennet,yaunasí...variosdudabandesusafirmaciones.

Llegóporfinasuescritorio,sesentódeprisayempezóaponersealdíaen su trabajo atrasado. Echó un respingo al aire cuando recordó queMarcuslehabíapedidoqueleavisecuándollegará.Lellamóentoncesasulíneaprivadayelrubioalsaberquehabíallegadolepidióunospapelesqueellateníaconsigo.Escuchólavozdeotrapersona...seguroestabaconJames.Selevantóytocólapuerta.

-Adelante-exclamóMarcusfuertemente.

Catherine abrió la puerta y entró a la oficina –Buenas tardes- saludómientras nerviosa caminaba por lamullida alfombra hasta el escritorioMarcus.Ambos hombres quienes reían por un chiste que había dicho elrubioquedaronsinhablaalveraesapreciosafiguracruzaresapuerta.–Aquí están los documentos queme pidió...- explicó ellamientras se losextendía.

-Ahsí,gracias...-exclamóMarcusintentandodisimularsushock.

-Conpermiso-exclamóextremadamentenerviosaysaliódeahí.

-¡Wow! ¡Entonces la belleza de la otra noche, no fue para nada unailusión!-exclamóJamesimpresionado,ladeólamiradahacíaelrubio...-¿Marcus?-cuestionó.El rubioestabaenuncompletoshock.Esachica lehabía robado el aliento. -¿Pondrás en práctica tu anterior plan del quedesertaste?-elrubiosololomiróimpresionado.

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El resto del día se la había pasado espiando a la chica del escritorio deafuera. A la hermosa mujer del escritorio que estaba en el vestíbulo.Queríahablarle,decirlecualquiercosaperonopodía...siJamesestuvieraahímuyseguramenteseestaríaburlandodeél.

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Capítulo4:Quédateestanoche.

-¡¿Dóndeestálafuga!?-gritóasustadacuandoelhombreleaseguróquelapuertadeldepartamentoestabaabiertayqueenefecto...podíaentrar.Teníaensumanoderechaunaherramientadeesasquesolousanlosplomerosconexperiencia.

Al poner el primer pie en la mullida alfombra se percató del hermosocaminoderosasquehabíaasuspies,alzótantitomáslamiradayobservólamesaparadospersonasqueestabaalfinaldeesaveredadepétalosdeflores, sobre la mesa: dos copas y un vino enfriándose en un elegantecubo,platos,cucharas,tenedores,unmantelelegante.

Unaromadeliciosollegabaasunariz,eraunamescolanzaentre:deliciosacomidayunaromaavainilla.Enunadelpardesillas...unatractivorubioconelcabelloalborotadoylacamisabastanteatrevidabebíaunsorbodesucopadevino.Ellaquedópetrificadaanteesaescena.

-¿Estaenelbaño?-exclamóbajitomientrasseñalabahacíadicholugar.

Marcussepusodepieysonriómientrasdabaunpasohaciaella.

-¿Quién?-manifestóél.

-Lo siento- exclamó apenadísima y con un tono bajo de voz. –No sabíaque estaba con alguien, es que vi el mensaje de la fuga y pensé quenecesitaba que pasará a ver qué ocurría ya que recuerdoque le platiquesobremicursodeplomeríaonliney...-sequedócallada.–Mejormevoyantesdequeellasalgadelbaño,siento la interrupción-diomediavueltacontodaslasintencionesdeirseyconlacaradeidiotaavergonzada.

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¡Quéingenuaera!

-¿Adóndevas?-cuestionóélmientraslajalabadelaherramientaqueteníaenmano.

-¿Eh?-cuestionómientraslomirabaalosojos–Acasa-ynoescomosituvieraaotraparteadondeir.–Buenasnoches,disculpela interrupción-estabacompletamenteseguradequeMarcusHoffmanestabaenmediodeunacitaconalgunadesushermosasconquistas,digo,noeradeagratisquehubieraunacenarománticafrenteaella.

Definitivamentesesintiómorir.

-Tranquila Catherine- la intentó apaciguar él mientras la tomaba de lamanoylequitabaelartefacto.–Ven,pasa-laguioél.

Ella no pudo evitar quedar petrificada ante él: "Catherine" quizás suinsulsonombreseescuchabamaravillosocuandosalíadesuslabios.

-Pero...sucita-sealteróella.–Noquierointerrumpir,fueunerrorvenirsinavisar-hablóbajito.

Notienesquehablarasí-semofoél.-¡Nohaynadiemásaquí!-gritóparahacerleverqueenefecto...nohabíanadiemás.-¡Soloestamos...túyyo!-le sonrió. -Siéntese hermosa señorita, por favor- solicitó élmientras laayudabaatomarasiento.

-Gracias...- aun no entendía nada de lo que estaba pasando, pero poralgunaextrañarazónnopusomucharesistenciaantelainvitacióndeél.

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-¿Quieresunacopadevino?-leinterrogóaloídomientraslasujetabadeloshombrosparadoatrásdeella.

-Eh...- sequedó sinhabla cuando sintió su aliento sobre suoreja. –Yo...-balbuceó.–Casinotomomuchoalcohol...-elrubioparecíanoescucharlaporquesindudalesirvió lacopa.–Nomucho,porfavor- insistióellaalversufaltadefrenesíalservirleelvino.

-TranquilaCatherine,nadamalotepasaráporbeberunpoco-aseguróél.

Ella se rascó la nuca.-He tenido malas experiencias...- fue lo único quetímidamentedijo.

-Pero esta noche... yo te cuidaré- le sonrió de una manera que la dejóhelada.-¿Yacenaste?-preguntómientrasseponíadepieyseasomabaalacocina.

-Emmmno,apenasestaballegandoacasacuandovisumensaje-explicó.

-¡Excelente, yo tampoco he cenado, cenarás conmigo!- demandó elMarcusnodejándoleopciónalguna.

-¿Estáseguro?¿Nolecausomolestias?-preguntóestresada.

-¡No,no,noparanada!-sonrióél.–Siéntate,servirélacena-aseguró.

-Puedoayudarlesiquiere...-añadióellamientrasseponíadepie.

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-No,notúquédateaquí-exclamóconinsistencia.Ellaestabaenshock,noentendíanada, releyóentonceselmensajequeél lehabíanmandado.Noestaba quedando loca, en efecto decía que tenía una fuga de agua en ellavabo.Ycuandoellaestuvoapuntodehacerconjeturasmásprofundassobrelasituaciónenlaqueestabametida...justoenesemomento...

-Bien,yaestálacomida-lerobólospensamientosrazonables.Élsiemprehabía tenido ese poder sobre ella, esa hábil facultad de robarle la másmínima pizca de raciocinio. Dejó de lado sus sospechas y optóinconscientementeaperderseensusojosazules.

-Tienesunalindapecera...-exclamómientrasbajabalamirada,deseabadealgunaformahacerlecreerqueloquemirabanoeraexactamentesusojoszafirosinolapeceraqueestabajustodetrásdeél.

-Me gustan, me recuerdan a mi niñez- le sonrió Marcus. . -No es porpresumirperoyomismocociné la cena– contómientrasdulcemente leponía el plato frente a ella procurando que haya al menos siquiera unligerocontactofísico.

-Huelemuyrico-musitólamuchachamientrassuspirabaeldeliciosoolordelacomidaycerrabasusojosparaprocederapasarseelcabellodetrásdelaoreja..Bien...¿Quépasó?¿Nollegó?-interrogócuriosa.

-¿Quién?-cuestionóMarcusmientrasalzabalacejasinentender.

-Ella... tucita-dijoalfin.-¿Ledejóplantado?Esonosehace...-exclamóligeramenteenojada.

-¿Porquépiensasqueteníaunacitaconalguien?-serióelrubiomientraslamirabadefrenteyselimpiabaunpocolamanchadesalsaquesehabía

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quedadoensuscarnososlabios.

-Porlasflores,elvino,lacomida...-parpadeóilusamente.

-Bueno...micitaestafrenteamí-aseguróélmientraslamirabafijamentea losojos.La ilusagiró lamiradacomosibuscaráa alguien trasde sí.Ladeóvariasveceslacaraynada...élnolehabíamentidocuandoledijoquesoloélyellaestabaneneselugar.–Erestú,

Catherine-seburlóelrubio.

-¿Yo?-seseñaló.–Ahhbueno,entiendo,¿Quécelebramos?-cuestionóalfin.

-¿Celebrar?- cuestionóél sinentenderla, comenzabaapensarqueeraenverdadmuy rara, pero sus bajos pensamientos también circulaban en suescote.

-Si,poresoestoyaquí.Porqueestácelebrandoalgo¿no?-serascólanucaconfundida.

-No...-negóéldivertidoporlacandidezdeella.-¿Quéquierescelebrartú?Podemoscelebrarloquetúquieras-sugirióélmientrasalzabasucopaylaincitabaaellaaalzarlasuya.

-Bueno...-murmurótímidamentemientrastomabaunpocodeconfianza-¡Quiero brindar por...- calló unmomento. -¡Porque lo que cocinó se vedelicioso!-elrubioreventóenrisa.-¡Salud!-exclamóella.

-¡Salud!-lesiguióél.Elrubioprobósucopaperonolequitabalamirada

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deencimaalachica...ellapusolaorilladelacopaentresuslabiosybebiótantito nada más. –No seas tímida, bebe más- le dio un pequeñoempujoncitoconesaspalabras.Lamuchachalehizocaso...cerrólosojosysorbiósucopahastavaciarla.

-Esto está muy rico, señor Hoffman- aseguró ella mientras procedía acomer.

-DimeMarcus,Catherine-leaconsejó.

-Dos años diciéndole: Señor Hoffman, es difícil perder la costumbre-insistióella.

-DimeMarcus-reiteróél.

-SeñorHoffman-exclamóella.

-Marcus...-insistióelrubio.

-SeñorHoffman...-repitióneciamenteellaprovocandoqueélseriera.

-¡No, no, no, dime Marcus! ¡Si vuelves a decirme: Señor Hoffman, tepondréuncastigo!-serió.

-¿Quéclasedecastigo?-alzólaceja.

-Nolosé...loquesemeocurrademomento,uncastigodelqueyosalgabeneficiadoclaroestá-intentabaseducirlaconesasmiradasqueleponía.

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-Bueno,estábien....Marcus-exclamólamuchachamientraslesonreía.

-Bien,yasabescómo!-esbozóunasonrisa.

Tan solo había tomado un par de copas y ya sentía se sentíamareada yaturdida.

-¿Tesirvomás?-interrogóélmientrasinclinabalabotellahacíasucopavacía.

-No,no,nogracias,yaestarde...-suvozsehabíatornadopastosa,mirósureloj de mano. –Debería irme...- se levantó y sintió que el suelo se lemovió.

-¡¿Estásbien!?-sepusodepierápidamenteyaprovechóaquellasituaciónparaabrazarlayrecorrersucinturaconsusmanos.

-Sí,estarébien,deberíairmeacasa,debesestarcansado-musitódespacioporqueestabaaturdida.

-Nopuedesirteasí,esperaunmomentoaquesetebajetantitoelvinodelasangre...-aconsejóMarcus.

-No creo que esa sea una buena idea- sus ojos estaban perdidos y susmejillascoloreadas,quizásporelalcohol.

-Ven,teenseñaréalgo...-latomódelamanoylaguiohastasuhabitación.

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Estaba tan mareada que no pensaba con claridad, tomar no había sidobuena idea. –Recuéstate un momento- le sugirió mientras le ayudaba aacostarseen lacama.El rubiosonrió: sudeseose leestabacumpliendo;soloobservódepiesacabezalasiluetadelapreciosamuchachadefaldacortaqueestabaensucama.

-Están muy suaves tus sábanas. ¿De qué están hechas? – cuestionódébilmenteconlosojoscerrados.

-De lino- contestó mientras suavemente procuraba postrarse sobre ellaparaprocederatomarlaentresusbrazoscomohabíaplaneado.

-Sabía que no debí aceptar tu copa...- se lamentó ella aún con los ojoscerradossinpercatarsedellíoqueestabametida.

-Solofuerondos,quizásbebistemuyrápido-murmuróMarcusmientrasintentababesarlaparanodejarlairporesanoche.

-No,no,esmimaldición...-añadióella.

-¿Maldición?-interrogóélsinentenderlenada.

-Nopuedobebermucho,porquequedoebriaconunsimplesorbo-contócon su pastosa voz. –Quizás es porque odio el alcohol...- murmurósuavemente.

-¿Odiaselalcohol?-seburlóélquienaúnestabasobre lamuchachaquebalbuceabacosas,pensabaquetansolodecíacosasrarasporestarebria.

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-Si...loodio...-aseguródenuevo.–Mipadre...-musitólevementemientrassus labios titubeaban -era alcohólico ymurió de cirrosis cuando yo eramuy joven. Desde eso juré nunca probar ese veneno que me lo habíaarrebatadoyserdébilanteelalcoholesmicastigopordetestarlo-contóalfinconsuvozcortadaperopastosa.

El rubioquedó impactadoanteesaconfesión tanbrutal, élno teníani lamenorideadelpasadodeella.Erasusecretariayya,habíaolvidadoporcompletoqueteníasentimientos.

-Nosabía...-murmuró impresionadomientras sealejabadeellaymejoroptabapor recostarsea su ladoporqueaquellabrutalconfesión lehabíaconmocionadosusapasionadasintenciones.

Ellaabriólosojosjustoeneseinstante.

-Haymuchascosasquenosabesdemí...-serió.

Marcuspensóenlodivertidoqueeraverlaeneseestadoperosuebriedadnolerobabaniunapizcadesubelleza.

-¿Ahh si?- abriómás los ojosmientras se giraba amirarla de frente ysuavementeleacariciabalamejilla.-¿Ytú...sabesmuchodemí?-seburló.

-Sí,teconozcomuybien...-musitóroncamientrassereíaburlonamente.

-¿A qué está jugando?- cuestionó para sí mismo mientras le acariciabadulcementelamejilla.-Bien,compruébalo-laretó.–Tepreguntarécosasde mí y si no me las contestas te pondré un castigo...- musitósensualmente.

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-¿Bienyquemedarássitegano?-estabaebriaperoerabastanteastuta.

-¿Qué quieres?- sonrió de lado, con esa coquetería que tanto locaracterizaba.

-Elviernes-añadióella.

-¿Unacitaelviernestúyy...?-

-Elvierneslibre,tengounospendientes.Detodasformasibaapedírtelo-solicitóella.

-¿Ehhh?-hizounamuecadeconfusión.–Noquieresotracosanosé...¿unbeso...unascaricias?-insistió.

-Elvierneslibre-sepusorenuente.MarcusHoffmanestabaimpactado.Sindudaotramujerselehubieraarrojadoasusbrazossinpensarnidudar.

-¡Bien, bien, el viernes libre será!- terminó aceptando. -¡Comencemos!-ella asintió con la cabeza. -fácil ¿cuál es mi color favorito?- sonrióladinamente.

-¿Es enserio? ¡Cualquiera sabe algo tan básico!- se burló de él. –ElNaranja,tienesmuchascorbatasnaranjas-.

-¡Unamásdifícil!-exclamó.-¿Cuándocumploaños?-

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-¡Super fácil!- se burló de él. -¡Diez de octubre!- exclamó llena deconfianza.

-¡Bien!-felicitóél.

-¡Voyaganarte!-semofódeél.

-¡Yaloveremos!-mascullóél.-¿Comidafavorita...?-cuestionóMarcus.

-¡¿Esenserio?!-seechóareír.-¡Cualquierasabeeso!-

-Responde...tienes:tres...dos...-

-¡Lasaña!-gritóestresadayluegoseechóareír.

Marcus se puso serio -¿Cuál? Y... ¿Cuánto cómo?- la miróinquisidoramente.

-¡Cualquiera!Perotufavoritoeseldeeserestaurant"Portofino".Cuandotienes mucha hambre no te mides, comes todo cuanto puedas, peronormalmentesolounparderacionesylocomeríassiempre,siempredenohabersidoporesapromesaquelehicisteatumadredondelejurastecomermásverduras...-sonrióyélquedóimpactadoanteesarespuesta.–Porquelalasaña...terecuerdaatusúltimasvacacionesenNápolescontufamilia-añadiódejándoloenshock.

-¿Cómo sabe eso?- se cuestionó en silencio. Pero quería saber más...queríasaberquetantosabíaelladeél.-¿Cuáleselapellidodemimadre?-rió–Esanolasabrá...-pensósonriente.

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-Murray, Elizabeth Murray- respondió Catherine y él solo parpadeopetrificado.

-¿Cuántasnoviashetenido?Esanolasabrás-leaseguróconburla.

Ellasonrió.–Ninguna,nohastenidoningunaentodatuvida-asegurósinvacilar.

Eresbuenaenesto...-felicitó.–Peroestanolasabrás-aseguróMarcusconuna enorme sonrisa surcando sus labios. – ¡Esmás! si la sabes... te darétodalasemanalibre¿sí?Yconpaga-leofreciótentándola.

-Bien-sonrióellaemocionada.–Unasvacaciones-sealegró.

-Perosinolasabes...-murmurómientrasseacercabaaella.–Tequedarásesta noche, aquí... conmigo- le acarició la mejilla mientras le hacia esafuertedeclaración.Suspupilassedilataroncuandoélleclavólapupila.-¿Aceptas?-lecuestionóaloídoconlavozronca.

-Yo...-musitó.

-Losabía...nomeconocestanbiencomoasegurabas...-

-¡Acepto!- gritó alterada. –AceptoMarcus,me quedaré esta noche si nopuedocontestarte-elrubiosonrió.

Sabíaqueperdería...queesapreguntanolasabría.Yalatenía...Catherine

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Bennetestabaensupoder,laharíasuya...carraspeó-¿Cuál...-musitóyellapuso mucha atención ante su cuestionamiento -...es mi día favorito delaño?-ellaseexalto,tragóduro,muyduroysepusonerviosa.–Sabíaquenolosabría-pensóelrubio.Alfin tendría loquetantodeseaba:Tenerlaporesanoche,perorealmentesesentíadecepcionado,noestabasegurodesiqueríaqueellalecontestaracorrectamenteono.Bien...creoquepasaráslanocheaquí...-asegurósonrienteperoconundejodetristezaensusojosalpercatarsedelaincertidumbreensusojosgrisesdeCatherine.

-¡28demarzo!-gritómientrasseponíadepieylomirabafijamentealosojos.-¡28demarzo!-repitiónerviosamientrastragabasaliva.

-Bien...-sonrió.Ganaste...-bajólamirada.–Podríaapostarquenosabelarazón...-sonrióparasímismo.

-Es el cumpleaños de ella...- se acercó lo suficiente a él y le acarició lamejilla como a un niño chiquito mientras lo miraba a los ojos, susprofundosojosazules.–De...MíaLacleir-murmuróconmiedo-Tegustaesedía...porquepuedesllamarle,porquepuedesescuchareltimbredesuvoz, porque puedes felicitarla, porque puedes hablar horas con ella,inclusoinvitarlaasalir...conelpretextodequeessucumpleaños...conesepretexto...paraqueellanonoteque...-Lomirófijamente.-aúnsiguesmuyenamorado de ella...- calló un momento mientras veía la expresión deshock de él. –Por eso esperas con ansías cada 28 de marzo...- sonriómelancólica. De pronto... se sintió mareada de nuevo, Marcus de prisacorrióasurescateylasostuvoentresusbrazosmientraslarecostabaenlacama.-¿Gane?-interrogóaturdida.

Asintiócon lacabezamientrasacariciabasufrente–Ganaste- leaseguróembelesado,mientraslamirabasonreírsutilmente,unasincerasonrisa.

-Eslaprimeravezqueganoalgo...-asegurósonriente.

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-Catherine-lallamótibiamenteintentandosacarladesuensimismamiento.

-¿Mmm...?- cuestionó mientras cerraba los ojos porque de pronto... sesentíamuycansada,elalcohollehabíagolpeadomuyduro.

-¿Cuálestúcolorfavorito?-interrogómientrassuavemente.

-¿Ehhh?-balbuceósinentender.

-Contesta-pidiódulcementemientrasacariciabasucabellooscuro.

-Azul...-musitósuavemente.Marcusestabaapuntodedecirotracosa...–Nocualquierazul...el tonoazuldetusojos,esesuaveazuldetumirada,esemegustamucho...-murmurósinpensar.Marcusechóunrespingo.

-¿Cuándoestúcumpleaños?-

-Undíafríosinimportancia...-mascullódébilmente-27dediciembre,noes cálido como el de Mía, es frío y sin sabor...- aseguró ella. Él solosonrió.

-¿Cuálestúcomidafavorita?-

-Vivo sola y aunque sé cocinar mi comida favorita es cualquiera quealguien se esmere en hacer paramí, no importa si no tiene buen sabor,perosiesparamí...sindudaesmifavorita-sonriómientrasabríaunpocolosojosylesonreía.

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-¿Cómoseapellidabatumadre?-

-Nolosé...nolaconocí,muriópocodespuésdequenacíymipadrejamásmehablódeella...-susojosgrisesseempañarontantito.

-¿Cuántosnovioshastenido?-murmuróbajito.

-Ni uno solo... estoy sola en este mundo, solo me tengo a mi misma-mascullóconundejodetristeza.

Élsintióunapunzadaensupecho,sintió infinitapenaporaquella frágilcriatura-¿Cuál es túdía favoritodel año?- interrogómientras lamiraba,ella tenía sus ojos cerrados por el cansancio. De pronto los abrió y sevolteóhacíaél...leclavólaspupilasgrisessobresuspupilasañiles.

-Cualquiera...- tomó aliento - Mientras pueda verte...- susurró mientrasacariciabasumejilla.Depronto...perdiólaconciencia.Elrubiosealarmóy alterado se acercó a ella: se había quedado dormida y él también sesentía vencido por el cansancio, sin dudarlo, sin querer contenerse seacercó dulcemente y besó sus labiosmientras ella dormía plácidamenteentrelassábanasdeél.Labesótandulcementequesesintiódesfallecer.

-Ese travieso sabor tuyo...- añadió ella mientras balbuceaba cosasdormida, mientras delicadamente con sus somnolientas manos leacariciaba la mejilla que descendía por los labios de él para luegoterminarinfinitamentedormida...Semordióloslabios.Luegoseacurrucóen la cama y se durmió lomás alejada de él,Marcus sin embargo... seacercólosuficienteylaabrazómientraslacubríadelfrío.

-Buenasnoches...-lesusurróaloídotansuavementequesoloélyapenitasellaloescucharon...

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Capítulo5:Alamañanasiguiente.

Alamañanasiguiente... sintiósobresuvientre:unsingularpesodelquenoestabaacostumbrada,algo...sindudalerobabatantitoelairedelpecho.Sentíasobresumejillauntibioalientoquenorecordabaensumemoria.Aturdida... abrió tantito los párpados y lo vio:Marcus la tenía abrazadofuertementeysurostrodormidoestabamuycercadelsuyo.

-¡ahhhhh!-gritóestrepitosamentemientraspegabauntremendobrincoquelamandodirectitoalsuelo.

-¿Estásbien?-interrogóasustadoelrubiodesdelacamaquienacababadedespertardesuprofundosueño.

Lachicaselevantódeprontodeunsaltoferoz.

-¡¿Miropa?!-chillóasustadamientrassetanteabaelcuerpoporquesabíaque nada bueno podía pensar de despertar entre los brazos de MarcusHoffman.

Conocía muy bien la maravillosa forma de hipnotizar de Marcus ytambiénconocíasufamademujeriego.

-Latienespuesta-seburlódeella.

Catherinebajólamiradaanteelridículoqueacababadecometery justoen ese instante un dolor golpeó su cabeza. –Auch...- se quejó mientrasfrotabalasiendesufrente:laresacasehacíapresente.Intentórecordarloocurridounanocheantespero...nada.–Losiento-exclamóavergonzada.–

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Estoymuyapenada-exclamóbuscandoconlamirada lapuertaporqueapesar de conocer esa habitación en esosmomentos se sentía aturdida. –Lamento lo ocurrido- dijo llegando a la puerta para proceder a salir deahí.

-¿Adóndevas?-lecuestionóél.

-Este...- masculló con nerviosismo. –a casa...- contestó suavementemientrasbuscabasubolsodemano.

Por alguna extraña razón, no deseaba que se fuera. -¿No quieres que telleve?-lecuestionómientrasseponíadepieyseacercabaaella.

-¡No!-gritóalarmada.–Yalecausémuchasmolestias, tomaréuntaxi-segiró y comenzó a apretar el paso hacia la puerta después de haberencontradosubolso.

-Quédateadesayunar-lepidiómientraslasujetabadelbrazoylaobligabaamirarlo.Ellaechóunrespingocuandosetopóconsumirada,sindudaMarcus se percató de que provocaba muchas cosas en ella, y podíaconstatarlo cuando quedaba petrificada frente a él. Más sin embargo...notaba que así como le provocaba cosas también estaba completamenteaterrada. –Tranquila... no te hicenadamalo anoche- le asegurómientrasjugueteabaconsumejilla.–Estabasmuycansaday... tequedastedormidaenmicama-lecontócondulzura.

-Losient...-

-Sh...- la calló mientras apoyaba un dedo sobre sus labios. –Por cierto,perdíeljuegodeayer,teníasrazón...meconocesmuybien-lesonrió.

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Ellaabriómáslaspupilas.-¿Fuereal?-cuestionóporqueelhaberquedadoebrialehabíahechoolvidarmuchascosasdelanocheanterior.

-Lofue-afirmóconlacabeza.–Nomedistelamásmínimaoportunidaddequepierdas-lesonrió.–Mássinembargoterminastepasandolanocheconmigo...-lesusurróconuntonoroncodevozparaquesoloellapudieraescucharlo.

Marcuspusounamanoaladodeellaparaimpedirleelpasoysinavisasporqueno sentía el ánimoy lasganasde avisarle sedispusoa cortar elespacioqueseparabasuslabiosdelosdeella.

Catherine se aterró -¿Qué... hace?- cuestionó débilmente mientrasforcejeaba en no caer hipnotizada. –Yo soy... tan solo su secretaria- lerecordó mientras sutilmente ponía ambas manos sobre su pecho paraimpedirsucercanía.

-¿Y?-lecuestionóélconuntonoronco,comosiloqueacababadedecirleno fuera importante. La sujetó de ambas manos para que no pudieraobstaculizarsucometido,ellaniresistenciapudoponerantelafuerzadeél.Continúoacercándoseaella.

-Esta...mal-murmuródébilmente.

-¿Mal?Malestaríanohacerlo...-exclamótratandodeconvencerla.Quizásellaestabaapuntodecederantesusencantospero...unfuerteimpactolagolpeó,recordóencuestióndemilésimasdesegundoqueélnoeramásqueunmujeriegoquesolojugabaconmujeresporplacer.

-¡Usted es mi jefe y yo... solo soy su simple secretaria!- exclamósonrojada–Conpermiso-manifestómientrasseapresurabahacíalapuerta

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y arrancaba a correr tan rápido como pudo aprovechando elembelesamientodelrubioidiota.

Esedía...sindudasehabíalibradodelospoderesdeseduccióndeMarcusHoffman,eraunasobrevivientedesupoderysinprobarloslosconocía.Había sido enmuchas ocasiones testigo silencioso de sus coqueteos, lohabíavistoemplearlosenotrasmuchasmujeresquenoeranellaypodíaamarlo...mucho,hastadondealmaycuerpolecupieraperonoqueríaserjamás parte de sus crueles juegos donde sin duda... ella terminaríaperdiéndolotodo.

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Capítulo6:¿Enamoradoyo?¡Jamás!

-¡James!¡¿Dónderayoshasestadoestascincoúltimassemanas!?-legritóMarcusalterado.

-MefuiaEstadosUnidosacerrarunosnegocios¿Porqué?-interrogóconunamuecaconfusa.

-Dormí con Catherine- le dijo sin más haciendo que su amigo casiescupierasutrago.

-¡Bien hecho! ¡Ese es mi campeón! ¡Cuéntamelo todo, galán!- felicitóJamesconunaenormesonrisamientraspalmeabaaMarcusenlaespaldacomotodounorgullosopadre.

-No estás entendiendo...- exclamó estresado. – ¡Dormí con ella!- repitiómásfuerte.

-¡Te escuché la primera vez!- rezongó James. -¡Cuéntamelo todo!-exclamófurtivamenteinteresadoenconocerdetalleadetallecadaunadelashazañasdelcasanovaMarcusHoffman.

-¡No,noestasentendiendo,dormíconella,conropa,dormir,solodormir.Nadapasóentrenosotrossolodormimosjuntosenlamismacama!-gritóestresado.

-¡¿Qué!?- gritó impresionado mientras se ponía de pie. -¡¿Cómo rayospasóeso!?-exigiósuexplicación,después...respiróprofundotratandodecalmarsedeaquellasorpresa.

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Marcussedispusoaexplicarlelosucedido–Ellasedurmió...estabamuycansada- contó mientras recordaba con mucho detalle aquella escena,suspirómientraseserecuerdoinundabasuspensamientos.

-¡Ah! ¡Ya entiendo!- asintió con la cabeza James mientras meditaba lasituaciónconlamanoenelmentón.

-¡Yo dejé que se durmiera!- exclamó Marcus. –Y luego...- balbuceó ydespuésguardóuninstantedefríosilencio-medormíasulado...-suspirómientrasseagitabalacabelleraestresado.

-Entiendo...-afirmóelpelirrojomientrasafirmabaconlacabeza.

-¿Entiendes?-exclamóasombradoelrubiomientraslomirabaextrañadoalosojos.

-¡Porsupuesto,alfinal...lachicanotegustótanto,notepareciódeltodoatractivaydecidistemejordejarquesedurmieraahacerlatuya!-sonrió.

-¡La encuentro atractiva!- gritó levemente coloreado en carmín. -¡Muyatractiva, extremadamente atractiva!- reiterómientras bajaba el rostro yescondíasucoloreadosemblante.

-¿Yentonces?-alzólacejasinentender.

No lo sé...- suspiró el rubio. -Comenzamos a platicar, comenzó a decircosasenverdadmuyinteresantes,cosaspreciosas...ycuandomedicuentasehabía quedadodormida.-murmuró recordando la escena. –No séqué

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hacerJames-explicóconfundido.

Elpelirrojo sonrió–YaestasmadurandoMarcus-pensóen silencio conunaladinasonrisa.

-Admito queme gustó dormir a su lado,me gustómirar sus hermososojos al despertar,megustó sentir su calormientrasmedeleitaba con suternura, me gustó cubrirla del frío y sentir que podía protegerla. Megustó...besarlaantesdedormir...-bajólamiradamientrasleardíalacaraencarmín.

-¿Desdequédormisteconella...concuantaschicashasestado?-interrogóinquisidoramente.

-Con ninguna- expresó. -¡¿Pero eso qué tiene que ver!?- interrogó sinentender.

-¡Felicidadesamigo!-sepusodepiemientrassoltabaunaplauso.-¡Yahassuperado tu estúpida obsesión por Mía Leclair!- se burló de él con unmolesto tono de mofa. -¡La verdad nunca me cayó bien, es odiosa ysuperficial!-sequejódeella.

Marcuslomiroconungestodesaprobatorio-¡¿Míaquetienequeverenesto?!-exclamó.

-¿Has salido de nuevo con Catherine?- exclamó cambiándole el temacompletamente.

-No, no, eso es lo peor, hizo como si nada hubiera pasado esa noche...-suspiró.

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-Perosinadapasó,digo,¿unsimplebesomientrasdormía?¡Seguroqueni lorecuerda!-seburlódeél.–Asícomoloveo...-meditóunmomentomientras mantenía en suspenso a Marcus. –Esa chica sí que fue muyhábil...- se rió de su amigo. -Mi querido amigo... lamento informarte que...- sonrió mientras lo miraba. –Estás enamorado de Catherine-expresóconmuchaseguridad.

-¡¿Qué!?- gritó alarmado mientras sus pupilas de dilataban.- ¡No puedeser!- afirmó explayado. -¡Estás loco, James!- exclamó con una ilusasonrisa entre sus labios. -! ¿Enamorado, yo?! ! Eso jamás! ¡Estás loco!-afirmó.

-El loco eres tú, y así comome lo cuentas estás loco por ella- repitiómientrassecarcajeabaensucara.

-¡Noestoyenamorado!-exclamóenfatizando.-¡Ytelovoyademostrar!-añadió con una retadora mirada en sus ojos. Se sentía completamenteofendidodequeJameslemencionaraesaterribleposibilidad.

-¿Ahhhh,sí?¿Cómo?-cuestionódivertidoJames.

-¿Veslapreciosacastañaqueestáahísentada?-exclamómientrasseñalabaa una hermosa mujer de ojos verdes, pronunciadas curvas, rostrofinamente definido, sonrisa encantadora, inmenso escote y un vestido...quedejabaverlaformatorneadadesushermosasylargaspiernas.

-Unahermosamujer-afirmóJamesBomer.

-Estanoche...-sonrióconinmensapicardía-esamujerserámía-afirmó

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Marcusdecidido.

-¿Seguro?-interrogóJamesmientraselevabaunaceja.

-Absolutamente, yo no estoy enamorado James, soy libre; así que... nosentiréremordimientoalguno-asegurósonriente.

-Bien,hagamosunaapuestamiqueridoamigo...- ledevolvióladivertidasonrisa.

El rubio sealteró, tragóduroy terminópor ceder. -Bien,dime: ¿qué seantojaperder?-Jamessolosonriómientraslomirabafijamente.

Aquellahermosamujer...eraenverdadunadiosa,tantoque...endefinitivaMarcus no podía apartar la mirada hacia otra parte que no fuera suesculturalcuerpo.Seacercódecididoalabarra,lasaludóylainvitóaunacopa, la mujer accedió con facilidad porque... era difícil no quedarprendidadeaquellahermosasonrisaqueprovocabadesfallecer.

El rubio sonreía y hablaba con una absoluta seguridad, con decisión.Decíaloapropiado,coqueteabaoportunamente:enelprecisomomento,enel exactomomento. Se acercaba poco a poco... con toda la intención deseducir,contodalaintencióndequeexistieracontactofísicoconaquellabelleza.

Platicaron...unlargorato,coquetearon...todolonecesario.

Marcus Hoffman era un experto en lo que hacía sabía todas las basesacerca del arte de la seducción, las conocía y las aplicaba demaravilla,cuandosediocuenta...esabellezayahabíaaccedidoaacompañarloasu

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departamento, y... ver qué pasaba. Tomaron unas cuantas copas de vinomientrasreíandelasocurrenciasdelrubio.

Lasituación...comenzabaatensarse,comenzabaaponersetensaeintensa.Ibanrápido,quizásdemasiado...cuandosepercató...ellalohabíajaladodela corbata con furor provocando que sus labios se encontraran,procurando devorarlo con un beso lleno de pasión. Marcus sin duda...sonrió gustoso, aún no perdía el toque, aún conseguía enloquecer a lasmujeres con su gallardía, con su sensualidad. La acercó más hacía sí,procurando corresponder a la necesidad que ella le presentaba con suslabios.

Depronto...notóquealgoestabamal,quealgonoencajaba.Podíasentirlafuerza y la pasión con la que esa mujer le besaba, podía sentir sudesesperaciónrecorrerleloslabios,sudeseo,lasuavidaddesuscarnososlabiospintadosencarmín, suembriagantealiento;perosediocuentadeque...nosentíanada.

Sentíaquebesarlaeracomobesaraunapared,peronadamás.Nosentíanada, absolutamente nada; ni el más ínfimo rastro de pasión, ni lamásínfima necesidad de prolongar y profundizar aquella situación quecomenzaba a tornarse más intensa. Sintió entonces... como esa castañamujercomenzabaadesabrocharlelacamisacondesesperación.

Logró sentir como loconducíahasta sucamasin lamenor intencióndepararaquelloqueyasehabíadesbordado;noplaneabaacabarhastallegaral final.El idiota rubial le correspondía el beso haciendo todo esfuerzopor lograr sentir el inmenso deseo de poseer a esa mujer, sentía porprimeravezen todasuvidaqueseestaba forzandoahaceralgoquenoquería; y aquella mujer era en verdad una diosa pero no pudo evitarpensar en el pequeño y simple beso que le había dado a Catherine esanochecuandosedurmióensucama,¿simple?habíasidopequeñoperonosimple,habíasentidotantascosasliberarseconesenadaprolongadobesoqueledio.Yahora...nopodíaevitarpensarenellamientrasbesabaaotra

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mujerquenoeraenloabsolutoCatherineBennet.

Sus manos... no hacían nada, el escotado y ceñido vestido continuabaprendido de su dueña, no había hecho ni el menor esfuerzo porarrancárselo,nohabíahechonadapordespojarlodesucuerpo,ytampocosentíalasganasdehacerlo.

-¿Quépasa?-cuestionóconsusensualvozaquellachica.-¿Notegusto?-le interrogó mientras le besaba el cuello y le manchaba la piel con sulabial,mientras...susmanosseapurabanporsacarleporcompletolaropa.

-Claroquemegustas,erespreciosa-exclamóelrubiosintiendosugélidocontacto con la piel de su cuello, sintiendo como se apuraba endesabrocharcadabotóndesuropa.¡Maldición,nopodíadejardepensarenCatherine!Teníaenelpensamiento:sutímidasonrisa,suvoztandulce,su amabilidad, su cuerpo, el sabor de sus labios... sintió entonces comoesasféminasmanosseapurabanasacarlelospantalones.

-¡Espera!-exclamónoestandocompletamenteconsientede loquehacía,delporquédedetenerla.-¡Estamosyendomuyrápido!-exclamónervioso.Su boca, sus pensamientos, sus acciones; estaba en modo automático,como si alguien lo manejara, no sabía que estaba haciendo. -Quizás...deberíamos ir más lento- añadió alejándose de ella mientras procurabacolocarselaropadenuevo.

-¡¿Qué!?-sealterólahermosamujer.-¡Eresunidiota!-exclamómientrasleplantaba tremendacachetadaen lamejilla, tomabasusaco, subolsoysaliódeahíenojadísima.

Marcus... sonrió, jamás había rechazado a una mujer y más cuando lasituaciónyasehabíadesencadenado.

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Sesentóensusofámientrasbebíaunacopadevino,mientrasconsolabasucoloradamejillaporelestrepitosogolpequesehabíaganadocuandohabíadespreciadoasemejantediosa.Sepreocupó,sindudahaceunpardemeseshubierapasadounanocheenteraconesamujerqueacababadesalirdesudepartamento,sinduda...lahubieratomadoylahubierahechosuyaporesanoche,peroenestosmomentoselúniconombrequecruzabasucabezaeraelde:CatherineBennet.

NopodíadejardepensarenellaybesarloslabiosdelacastañaesculturaltansolohabíadespertadoenéllanecesidaddebesarlosdeCatherine.Setapó lacaracon lasmanosmientrassedespeinaba lacabellera rubia,noentendía nada, no entendía lo que estaba pasando, por lo que estabaviviendo, lo que su corazón estaba experimentando; tan solo sentía quenecesitaba verla, hablarle; no quería un encuentro carnal solo queríacontemplarla sonreír, escucharla hablar, besar su boca si ella se lopermitía,soloeso...

Se quedó sentado sobre su sofámientras asimilaba o intentaba asimilarpor lo que estaba pasando, bebía su copa de vino mientras respirabaprofundamente. Aún le era difícil admitir que estaba en... ena... enamo...enamoradodeella.Serehusabaapronunciaresaspalabrasporquesentíaquelequemaríanlagargantasonsusimplemurmurar.

Enesoestaba,estabateniendoundebateinterno,cuandoescuchóelsonidode su celular sacarlo abruptamente de sus necios pensamientos. Vio elnombre de la persona que le llamaba, parpadeó innumerables veces.Asombrado miró la hora en su costoso reloj de mano: -la una de lamañana-murmuróparasímismo.Lascosasnoestabanbien,quizásestabaalucinando, quizás la cachetada y el alcohol le estaban atrofiando lossentidos.

-¿Bueno?-contestódesconfiado.

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-¡Marcus!- exclamó la féminavozy en esemomento supodos cosas: laprimera era que efectivamente estaba llorando aquellamujer, porque suvozeraunamezcladealegríaporqueél lehabíacontestadoconuntonoquebradoporsullanto;segundo,efectivamente,eralavozdeMíaLeclair.

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Capítulo7:Sefue.

-¿Mía?-interrogóextrañado.

-¡EstoymalMarcus,muymal,necesitotuayuda!-exclamóentresollozos.

-¡¿Quéocurre?!-cuestionóextremadamentepreocupado.

-Séqueestardepero...¿Podríasveniramidepartamento?-lepidióconuntonodevoztanlastimeroqueélnopudonegarse.

-Llegoenveinteminutos-agregócondecisión.

-Gracias-murmuróellayluegocolgóelcelular.

El rubio suspiró. ¿Qué había pasado? Se cuestionabamientras conducíatan rápido comopodía para llegar al lugar de encuentro.Quizás odiabarecordar donde vivía aquella hermosamujer. Tocó la puerta del lujosodepartamento.

-¡Marcus!-saltóaabrazarlocuandoabriólapuerta.-¡Esosveinteminutossemehicieron eternos!-murmuró con lamismavoz rota con la que lehabíallamado.

-¿Qué ocurrió, Mía?- murmuró suavemente mientras la tomaba de loshombrosyveíasushinchadosojosporelllanto.

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-Dan...- sollozó mientras se tallaba sus orbes verdes. –Da... Dan...-balbuceaba sin completar la frase. -¡Dan me engañó con otra! ¡Losencontréjuntos,losencontréenlacamajuntos!-chillólamujer.-¡Marcus,élme engaño, a tres semanasde casarnos! ¡¿Nome amaba lo suficientepara serme fiel, cierto!?- agregó mientras se aferraba al rubio conextremo furor. Marcus le correspondió el abrazo. Cerró con el pie lapuerta.

Esaseríaunalarganoche.

-Tranquila...- balbuceó porque nada más podía decirle. Ella seguíallorando, seguía empapándole la camisa con sus saladas lágrimas, susamargaslágrimas.Sesintióuninútil,unincompetente;apretólospuños,sentíatantasganasderomperlelacaraaeseidiota.

-Marcus...-murmuróellamientrassetallabalosojos,suvozerasuaveyestabaquebrada, el nudode la garganta le rompía la voz. –Quédate estanoche...-lepidióconsusllorososojosverdes.

Éltragóduro,teníalosojoshinchados,elmaquillajecorridoperoaunasíseguía viéndose hermosa; tenía el cabello enredado por el estrés y ladepresiónperoésteaúnseguíadesprendiendoundeliciosoaroma;teníasuropa desencajada, estaba mal vestida pero aun así... seguía luciendo unhermoso cuerpo. Ella era perfecta como fuera que este y él no lograbacomprender por quéDanHarris buscaría estar con otramujer teniendotodo lo necesario enMía, no podía comprenderlo, y el quemataría portenerla...

-Míayo...-murmuró,sabíaquequedarseesanocheconellanoestabanadabien.

-Porfavor-murmurórogándole,murmuróconunavozllenadesúplica.–

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Noquieroestarestanochesola-argumentocabizbaja.–Quédateconmigo,Marcus-lepidió.

Élasintiócon lacabeza,ellasonriócomounaniñapequeñay loabrazófuertementeencontrandoensupechoelconsueloquerequeríaesanoche.–Ven...- le pidió mientras lo tomaba de la mano y lo llevaba hasta suinmensoycómodosofá.Bajólaluzdelasala.–Siéntate-lepidiómientrasloempujabadeloshombrosparaquesepostraraenelmueble.Elrubiohizolosolicitadoyentoncesellasesubiósobreél,loabrazófuertementeyacurrucósucabezaensupecho.

La escuchaba suspirar pausadamente, escuchaba su alterado llanto, surespiración era irregular y podía escuchar claramente sus sollozos. -¿Podríasacariciarme?-lepidiómientraslomirabafijamentealosojos.Elrubiosoloasestóaasentirconlacabeza.Dulcementeacariciabasucastañacabellera. Trataba de ser amable con ella, de darle el consuelo quenecesitaba.

Míasehabíarelajadounpoco,estabamástranquila,surespiracióneraunpocomásregularysucorazónyanoestabatanalterado,aunqueporratosdejaba derramar una lágrima amarga. Marcus la acariciaba con sumaternura,pensabaquesoloesopodíahacerparaqueellasesintieramejor.

Nuncacreyóvivirparaesto:tenerentresusbrazosaMíaLeclair,lamujerque siempre ha ocupado todo su corazón, sus pensamientos, susemociones, sus sentimientos. Tenerla ahí, acurrucada en su pecho,abrazándolofuertementeerasindudaalgomaravilloso.Sinduda...habíasoñadomuchas veces con esemomento. Sonrió ligeramente sintiéndosetantitodichoso.

-GraciasMarcus...- murmuró con una ligera sonrisa mientras alzaba sumiradaparaencontrarseconladeél.

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-No hay nada que agradecer, Mía- le sonrió tibiamente. –Ojala pudierahacermás...- exclamó. De pronto... sintió sus gélidas y delicadasmanosjuguetearconsusmejillas,entoncessintióqueellaleclavabasuesmeraldamiradasobresusorbesazules.

-Québonitosojostienes,Marcus.Azul,azulcielo-recalcósonunatímidasonrisa. Estaba vulnerable, completamente vulnerable. –Gracias porquedarte...- murmuró sin pensar las cosas. Se acercómás a él para quepudieraescucharsuvozagradeciéndolesunecesitadacompañía.

Muchas veces lo imaginó, muchas veces pensó en ese momento perojamáscreyóenserioquesucediera,jamáscreyóenserioquelograrávivirparasentirqueMíaLeclairlobesaba.Supoquelohacíacuandosintiósuslabios apretar los suyos con ligera fuerza, con cierta desesperación. -¿Siempretehegustado,ciertoMarcus?-interrogómientrasseseparabaunpoquitodeél.Élestabaembelesadoporsusaccionesysindudaestabaasucompleta merced. -¿Siempre has estado enamorado de mí, cierto?-murmuró volviéndolo a besar con tibieza, con absoluta delicadeza. Élsentíasuslabios,suscarnososycálidoslabiosrobarleelaliento.Nopodíacontestar verbalmente pero el acceder a sus besos confirmaba loscuestionamientosdeella.

Era claro... ella estaba vulnerable, con el orgullo roto, con su orgullohechopedazos.¡DanHarrislahabíaengañado!¡Conunamujerquenolellegabaalostalones!Enesemomento...sesentíalamujermenosatractivadelmundo,lamáshorribleporqueDanhabíabuscadoaotra¿Ellanoeralo suficientemente buena para él? Pero ahí estabaMarcus Hoffman... elidiotaquesiemprehabíaestadoenamoradodeella,elrubioestúpidoquese la pasaba persiguiéndola, el imbécil que estaba a su merced con elsimple charquear de sus dedos. Muy seguramente; más bien, muyabsolutamenteélnoibaanegárselecomoelidiotadeDanlohabíahecho.Marcusnoloharía,muyporelcontrario,élprovecharíaestaoportunidadporquequizásnotendríaotra.

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Lo besaba sin amor, pero con mucha pasión. Sonrió al sentir que elimbécil le correspondía sin poder decir nada, sin poder defenderse. Lobesaba porque de algún modo deseaba pagarle a Dan con la mismamoneda,lobesabaporquedeseabasentirsedeseada,sentirsemujer.

-¿Mí...Mía?-murmuróélalsentirqueellaluchabacontralosbotonesdesucamisa.Enesanoche...esacamisaseríalasegundavezqueseríaabiertaypormujerestandistintas.

-Shhhh-lepidiósilenciomientrasposabaundedosobresuslabios.–EstanocheMarcus,porfinmeentregaréati-lerecitó.

Él parpadeó innumerables veces. En ese momento supo cómo se sintióCatherineesanochequeseenteróqueMíaLeclairibaacasarse,esanochequeintentóarrancarleelvestidodelapiel.¡Catherine!Lamujerconlaqueestaba ahora no era Catherine, con la que había estado hace unas horastampocoeraCatherine.

Sonrió,miróesosojosverdesy...sediocuentadetodo.¿Aquiénqueríaengañar? Si se había percatado en el momento en el queMía lo habíabesado. Había soñado tantas veces con rozar sus labios que cuando loconsiguiósediocuentadeque...ensussueñosaquelcontactoeramuchomejorquelarealidad,enesemomentosupoqueelligerobesoquehabíadepositadoenloslabiosdeCatherineBennetlehabíanprovocadomuchomássentimientoquelosqueMíaestabadejandoensuboca.ElrubiotomódelacinturaaMía,alahermosaMíaLeclair,laseparótantitodeél.

-Eres preciosa...- lemurmuró.Ella sonrió ante esa declaración e intentóromper de nuevo la distancia. –Cualquier hombre mataría por estarcontigoMía,aunqueseaunanoche...-lesonrió.

-Entonces que hoy sea esa noche- le propuso. Ahora parecía haber

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olvidadosullantoysutristezaporlamaneraenlaquelomiraba.

Elrubiosonrióconciertapicardía.–Cualquierhombre,Mía...-laalejódeél y se levantó. –El problema radica en que... yo ya no soy cualquierhombre que mataría por una noche contigo, Mía. Yo ahora soy unhombre...-tragóduroporloqueestabaapuntodedecir,porquesindudano habría marcha atrás, no habría punto de retorno. –Soy... un hombreenamoradoquedeseaestarconunaespecíficamujer-sonrió.

Sonriófeliz,unadeslumbrantesonrisabrotódesuboca,enrealidad...sesentíabiendecirlo,sesentíamaravillosoadmitirqueestabaenamoradodeella,deaquellachicaqueenunanochelehabíarobadolavidaentera.–Yaestasmuchomejor,asíquemeiré,buenasnoches,Míaydiscúlpameporrehusarme a ser tu paño de lágrimas- le dijo, tan de prisa como pudo,saliódeahídejándolaenvergüenza,matándoleporcompletoelorgullo.¡Lahabíarechazado!¡HabíarechazadoaMíaLeclair!

Esa noche había sido en efecto bochornosa. Había rechazado a dosmujeresporuna,había rechazadoaunadiosaconhermosocuerpoydesexys atributos y había rechazado a la mujer de la que había estado"enamorado",esaspruebaserandefinitiva lacontundentepruebade todolo que sentía por Catherine Bennet, porque el par de labios que habíabesadoenesamismanochenolehabíanpodidoquitardelpensamientoelsabordelosdeella.Descubrióentoncesquedespuésdehaberlabesadoyanadaeraniseríaigual.

Conducía sin saber a dónde se dirigía, supo en donde estaba hasta quellegó.Esacasaeraenverdadpequeña,pequeñaysencilla.Sonrió,nopudoevitarsonreír.Laslucesestabanapagadas.–Seguroduerme...-esbozóunasonrisa imaginándosela dormir tanplácidamente.Se apoyóunmomentoenlaguíadelautomientrasobservabalacasaazuldelucesapagadas,depronto...algollamósuatención,lallegadadeuncoche.Conocíaaldueñodeeseautodeportivo,eraelmalditodeRobertAnderson.

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-Gracias- sonrió dulcemente la hermosa Catherine. El rubio echó unrespingoalverla:consuhermosasonrisa,consupreciosovestido,supoentoncesqueeraunidiota...unidiotaporenamorarsedeella.

-Nohaydeque,Catherine-exclamóelguapohombremientraslaayudabaabajardelcocheyesperabaaqueellaentraráalacasa.Lachicaabriólaverja.

-Buenas noches- sonrió tiernamente mientras se despedía de suacompañante.Elrubioobservabatododesdeenfrente,estabaestacionadoen frente de la casa de ella.Y claramente pudo ver como elmaldito deRobertAnderson seacercóaellaconuna tremendaastucia.Laacorralóconlasclarasintencionesdeseratrevidoconella,derobarleunbeso.Elrubioestababoquiabierta,nadapodíahaceralrespecto,estabaanonadado.–Buenas noches...-murmuróCatherine nerviosamientras se apartaba deaquelapuestohombre.

-Buenas noches, Catherine- exclamó, depositó un beso en su mejilla ysaliódeahí.Despuésdetodo...erauncaballero,uncaballerosinprisas.

Elrubiosuspirómientrasescondíaelrostroenlaguíadesuauto,estabareventando de los celos, jamás había sentido tantos celos como en esemomentonisiquieraporMía.Perosonrió,sesintióalegredesaberqueellahabíarechazadoaRobert.–Esaesmichica...-murmurósonriente.Laluzdel segundopiso de lamodesta casa se encendió. –Buenas noches...-balbuceóél,despuésdeeso...sefue.

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Enunbaraaltashorasdelanoche.

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Frenteaélunacopaqueaúnnohabíatocado,unacopadelicor.Juntoaélunpelirrojoenlasmismascondiciones.

-¿Me citaste para que te vea beber?- le preguntó ansioso, el rubio nohablaba, tan solo observaba detenidamente hacía la barra sin conferirnada. –Marcus- le llamó, comenzaba a impacientarle sus actitudes, suirritante silencio. Se hartó y se levantó de la barra para irse, ya que suestúpidoacompañantenoseindignabaaconferirruidoalguno.

-¡Estoyenamoradodeella!-exclamósinrodeos.Jamesgirólamirada,ensu rostro teníauna ladinasonrisa.El rubiosolobajó lacabeza, tomósucopaylabebiódegolpe.

-Me alegra que lo admitas- sonrió el pelirrojo. -¡Pero no tenía queenterarsetodoelbar!-gritóestresado.Eserubio...lesacabadequicio,lesacaba de quicio que su alma fuera tan frenética que era demasiadodeliberadaeinconsciente.

-¡Nomeimportaqueseenteretodoelpaís!-gritócolorado.

-¡Calma,notetomestupapelde"Romeo"tanenserio!-seburlódeél.

-yahora...-suspiró-¿Quéhago?-exclamóestresado.Jamesseechóareír.-¡Dejadeburlarte,habloenserio!-blasfemó.

-Merióporqueséquehablasenserio-secarcajeó.Marcussolohizoungestode insatisfacción ante su comentario. –Tienesque...- dijoponiendoun gesto de absoluta seriedad que sin duda dejó asustado a aquel idiotarubio,quienporunmomentodecidióprestarsumaatenciónacadaunadelaspalabrasquedesubocadeJamesibanasalir.-¡Tienesqueverlacaradeidiotaenamoradoquetienes!-seburlódeélaúnconmásvehemencia.

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-¡Ahhh!-exclamósintiéndosetimadoporculpadesuamigo.

-Tienes que... conquistarla- exclamó al fin después de tanto drama. –Conquistarla de verdad, sin juegos, sin bromas, sin tus pervertidasintenciones-seburlódeél.

-¿Ycómohagoeso?-cuestionósinsaber.

-Eso...-lomiróseriamente-escosatuyaamigo,escosatuya-tomódesubebidamientrasveíaal confundido rubioconcarade idiotaenamorado.Marcussolobajólamirada:eseconsejonoayudabamucho.

Se había ido hace varias semanas atrás. Se había ido porque a RobertAndersonlehabíagustadoenexcesoesanovelaqueellahabíaescrito.Sehabía idoporquepor fin laspuertasse leabríanparapodercumplir sussueños,sustananheladossueñosyesahistoria,noseríaleídaniunanidosveces si no... miles y hasta quizás millones de veces. Estaba muyemocionada,estabaextasiada,sentíaqueporfinalgobuenopasabaensuvida,sentíaqueporfinunpequeñorayodeluztocabasucabezayqueporfinpodíaveralosnubarronesalejarsetantitodeella,aquellasnubesquehabíanesclavizadosualmaportantosaños.

Se había ido hace cinco semanas para ser exactos. Sutilmente le habíacomunicado ella aMarcus que semarchaba. Se lo había dicho con unainmensa sonrisa, conunaenteraalegría, élnopudomásque...dejarla irsindecirlenada¿porqué?Porqueélpudohabertenidoamuchaschicas,muchaspudieronhaber caído en sus redes,muchos corazonesquizásharoto,peroelenelamor...eraunidiota,unnovato,unestúpido;nosabíaquéhacernimuchomenosquedecir.

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Ella se fue aquella tarde de noviembre, se fue y lo dejó a él con lospensamientosconfundidos,conelalmaconfundida.

-Odio esto de estar enamorado y no saber qué hacer...- murmurabamientrasprobabasucopaquehacíapocoelbarmanhabíallenado.

–SabesMarcus...- le llamó. Ese rubio no sabe cómo había pasado peroahora se encontraba en la barra de un bar bebiendo con James. -¡Asímismoteencontré,hombre!-exclamósonriente.

-Sí, aún lo recuerdo, aquella tarde de septiembre, llovíaestrepitosamente...-murmurómientrasbebíaybebía.

-Sí,parecíasuncachorropequeño:mojadopor la lluvia,murmurandoamediaselnombredeMíaLeclairmientrasbebíasinconscientemente.Supedesdeesemomento...queerasunnovato.Noteníasconfianzaentusojos,peroteníasfuerza,solotefaltabaunempujoncito,quealguienademásdeti creyera en ti y esa no era Mía Leclair, por eso llorabas a cántaros.Necesitabasconfianzaentufuerza,creerentimismo–.

-Por eso hiciste demí lo que soy...- se lamentómientras lomiraba conciertorecelo.

-Escierto, tengoenparteculpaporello, jamásdebívolverteunmalditocasanova, solo quería que tuvieras confianza en ti, que creyeras en ti,porque Mía... te pateaba la dignidad a su antojo. Solo quería queentendierasqueellanoestufuerza,queellanotemerecía-losujetódelhombro.

-¡Medijistequejamásmeenamorada,quedesertaradelamorporquenoexistía!-legritóunpocoyapasadodecopas.

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-Marcus-murmuró él tratando de tranquilizarlo con su voz, lomiró defrente:elrubioestabaconfundido,estabaagitado.–Nopuedespedirleaunniñoquenojuegueoalosárbolesquenocrezcan.-leafirmómientraslomiraba fijamente. –Nopuedes pedirle a un corazón que no se enamore-exclamómientrasnegabacon la cabeza.–Existencosas, quenoestán ennuestras manos, que no podemos huir de ellas, a veces ni porque lointentemoscontantofervor,simplementenosepuede-le informó.–Unono puede huir de la muerte, uno no puede detener el tiempo, uno nopuede...evitarquereraalguienporqueesascosasnosemandan.Marcus,elcorazónnoesuninterruptorquepuedeapagarseoprendersecuandoteplazca.Esascosasnosetomantanalaligera-

-¿Por quéme dices esto ahora?- rezongó. – ¡Cuando fuiste tú quienmedijoquemeolvidaradelamorporqueesonoexistía!-tragóduromientrasquedabaabsortounmomento,estabauntantopasadodecopas,eracierto,peroaúnlequedabalasuficientelucidezparapoderdiscerniraquello...–Tú solo... querías que dejara mi estúpida obsesión por Mía, ¿cierto?-mascullómientraslomirabaconlosorbesazulesbienabiertos.

James sonrió –Tuviste que enamorarte de verdad para entenderlo...-palmeóunpardevecessuhombro.–HasmaduradoMarcus,yanoereselniño tonto que balbucea el nombre de una mujer que jamás te valoró.-sonriócómplice.

Marcus solo soltóunpequeñogestobastante similar a una sutil sonrisa.Tragóduroparaluegobebernuevamentedesucopa.Ningúnartículo,niunverbo,niunafrasemásbrotódesuboca.

Esa mañana llegó a la oficina con una terrible resaca, nadie lo habíallevadoacasacomoentodassusanterioresnochesdeborrachera,nadielohabíaarropadonimuchomenosquitadoloszapatosaldormir.Entróalvestíbulo y se encontró con su nueva y muy atractiva secretaria. Tragó

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duro... supo que estaba en aprietos cuando vio a esa nueva chica quereemplazabaaCatherineBennet.

Supoque las cosas no estabanbienyque era débil,muydébil.Lo supocuandoesamuchachanoprovocónadaenél.LosupocuandoimaginóaCatherine ahí sentada: sorprendida por la llegada de él, con su habitualtorpeza matutina, con su sutil sonrisa nerviosa mientras le daba los"Buenos días" y le comentaba que su café estaba listo. No pudo evitarimaginarlaconla inocenciadesusprecisosojosgrises,consunerviosasonrisa. Bufó molesto mientras se incursionaba en su oficina. De unmomentoaotro...susmañanashabíanperdidototalsentido.

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Capítulo8:Aldescubierto.

YahíestabaCatherine...sentadaensuenormeescritorioconelperiódicoen la mano. –Mía Leclair rompe su compromiso con Dan Harris poradulterio- leyó en un fino murmullo para sí misma. Suspiró, erainevitable...nopodíadejardepensarenMarcusnipormuchoquetratara.No podía quitárselo de la cabeza ni un momento. Volvió a leer elencabezado del periódico. –Es tu oportunidad Marcus...- pensó conmelancolía.

Todos losdíasdedicabaunapequeñagranpartedesu tiempoaperderseensurecuerdo.Alcerrarlosojoslaimagendesusemblantevislumbrabaensucabeza.Nohabíacomohacerle,noimportabaqueyanolemiraraadiario porque él aún predominaba con inmensa fuerza en suspensamientosymuchomásensucorazón.

Por eso mismo... la noticia de Mía Leclair le producía ligeros celos,porque sabía la carade idiotaqueponíaMarcusalverlayporque sabíaque la únicamujer en elmundo que tenía la oportunidad de ganarse elcorazóndeMarcusera lahermosaMía.Despuésde todo... innumerablesvecesleobservómirándola:susojosdestellabanmilcosasinimaginablesyotroscientosdemilesdecentenaresdevecesleescuchóbalbuceandosunombremientrasloayudabaaacomodarseensucamacuandolollevababorrachoacasaytantasytantasrazonesnoleservíanasucorazónparasacarlodesucauce.

Dejóelperiódicoaunlado.–Esperoqueestésbien...-suspirósintiendosucorazónpalpitarmásfuerte.

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-¡Felicidades Catherine, lo lograste!- exclamó efusiva Jade mientras laabrazabadespuésdeterminardeayudarlaconelarreglodesucabello.-¡Unbestseller,amiga,entanpocotiempo!-exclamómientrasleenseñabaellibro.-¡Eresdeverdadfantástica!¡Inclusoyoyaloleíyesgrandioso!-exclamóagitandoelejemplar.

-¡Gracias! ¡Jade, tengo tanto que agradecerte!- exclamó mientrascorrespondíaasugestodecariño.Lacastañasoloasintióconlacabeza.

-¡BienCatherine!-murmuróRobert.–Llególahora...-lesonrióintentandodisipar con ello sus nervios. -¿Lista?- le sujetó de la mano, su gélidamano.

-Lista-sonrióellallenadesentimientosencontrados.

Suprimerconferenciadeprensa,suprimerafirmadelibros.Habíatantagenteque...perdióelhabla.Sintióquesuvozselehabíaperdidoyquesualmasehabíacaídoalsueloenunmínimoparpadear.

Quedópetrificadafrentealmicrófono.Perolasmiradas...erandiferentes.Todos lesonreían, todos laadmiraban, todosesperabanquealgosalieradesuslabios.Subocaenesemomentotitubeó.Noencontrabalaspalabrasapropiadas para ese momento y aunque había soñado con aquello portanto tiempo, simplemente... aquella realidad no tenía ni la menorcomparaciónconlossueñosquehabíadejadoensualmohada.

-Graciasporatodosdeestaraquí-murmuróalfindespuésdequeJadeleseñalólahojadepapeldondehabíaescritosudiplomáticodiscursoparaesemomento.Catherinesonrióyloignoróporcompleto.–Jamáscreíqueestemomentollegaría...-murmurósonrientemientrasirradiabafelicidad.

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Sabíamanejarloapesardeestartemblando.Laspalabrascorrectasestabanensuslabios,lasfrasescorrectas.

Enefecto...eraunaconferenciadeprensadondeellahablaríadesulibro,desuinspiraciónydesutrayectoriaentreotrascosas.Leagradecióatodoquienlehabíaayudadoallegardondeestaba,atodoelmundoquienhabíaprestado su fe en creer en ella; incluso... le había agradecido aMarcusquienevidentementenoestabapresenteentreelbarullodegente.

Despuéscomenzólasesióndepreguntas,preguntastrivialesysencillas...

-SeñoritaCatherine,soyreporterodel"NewYorkTimes"esperoquenolemolestecontestar algunaspreguntas...- sonrióel joven.–...Personales,nodudoqueenesteauditoriose tengandudasdesuvidapersonal, sinoesmucha indiscreción- solicitó aquel audaz reportero,un ligerobarullo sedesplomó en el lugar, ¡Habían demasiadas dudas de su vida personal!Tragódurointentandocontenerelvalor.

-Claro-sonriótratandodenodesmayarse.

-¿Cuál es su color favorito?- cuestionó aquel joven reportero. Ellaparpadeó millares de veces ante ese cuestionamiento ¿había escuchadobien?¿Noeraunapreguntadifícil,osi?

-¿Mi color favorito?- murmuró impresionada. El silencio se hizosepulcral en ese lugar y por un momento sintió un intenso bochornoatosigarla.

-SiseñoritaBennetsoloquierosaber...¿cuálessucolorfavorito?-sonrióintentandodarleconfianza.

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-Es...es-balbuceó.–Elazul-insistióalfin.

-¿Quétonodeazul?Digo,sinoesmuchamolestiasaber-rióeljoven.–Nodudoseñorita,contodorespetoquepuedaparecerleunapreguntamuyestúpiday sin sentidoperocréamecuando ledigoquehaymuchagenteque le admira y que le gustaría conocer hasta el más ínfimo detalle deusted- ledeclarópara lograrhacerentenderaesa jovenelporquédesucuestionamientountantoabsurdo.

-Entiendo,graciasporaclarármelo-esbozóunasonrisa.–Mitonofavoritodeazul...-balbuceócuandosintió la inmensidaddesusojosazulessobresusrecuerdos.–Nosabríadecirteconexactitud-suspiró.–Niyomismaséquéclasedeazules...nicómollamarleaesetono,soloséquesolohayundeterminadoazulquemegusta,unoirremplazable-sonrióconternura.

-Gracias,señorita-murmuróaqueljovenmientrastomabaasientodespuésdetomarnotadelarespuesta.

-¿Cuál es su pregunta?- inquirióCatherine cuando le cedió la palabra aunajovenreporteradealgúnimportanteperiódico.

-Esunapreguntaquehastaahoranadielehahecho.Esunapreguntamuypersonal.¿Seencuentraustedenamorada?-lareporteralesonriócontantacomplicidad que Catherine se sintió obligada a contestarle. Esosreporteroseranbuenosparainmiscuirenelalmadeunoporqueaquelloquesehabíaprometidojamásrevelarestabaapuntodeserpublicadoenlaprimeraplanadeespectáculos.

Abrió los labios conteniendo el aliento -Supongo que él no está aquí...-sonrióhablandoparasí-ysiempreestatanocupado.Ysololeelaseccióndefinanzas,lodemássiemprelodejaenlabasura,asíquenoseenterará¿cierto?-argumentóenvozaltaperohablandoparasímisma.–Ysupongo

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quenoestaríamalsilodigoaquíporquenadieselovaadecir¿verdad?-sonrióconciertoairedecomplicidad.–Sí,muyenamorada.Peroesunodeesosamores...-bajólamirada.–Quéendefinitivanopodríaserjamás,nienmissueños-manifestómientraslesonreíaaaquellajovenreporteradeojosverdes.

-Graciasseñorita-sesentólaperiodista.

-Si no hay otra pregunta yo creo que daríamos por concluida estaconferencia-hablóRobertAnderson.–Graciasporven...-

-¡Yotengounapregunta!-seescuchóunareciavozalfondodelinmensolugar.Todaslasmiradassedirigieronaaquellafigura,todaslascámarasse enfocaron a aquella figura. – ¿De casualidad señorita CatherineBennet... ese tono azul que tanto le gusta es el mismo tono de ojos deljoven del que usted está enamorada?- sonrió. –Ah perdone, no mepresenté.Soy...MarcusHoffman,elhombredelqueustedestáenamorada-Tenía una sonrisa de victoria en sus labios mientras la miraba a ella apunto de caer desmayada por la inmensa impresión que su presencia lecausabaahí.

Los murmullos se hicieron presentes. Pero si ahí estaba... MarcusHoffman, el exitoso empresario en la industria de tecnología encomunicaciones. Sonriendo... tan coquetamente. Siempre tan guapo, tangallardo,consutrajeimpecable,conelcabellohechoundesastre–quizássumejoratributo-.Variassinduda lo reconocieron...eraguapo,exitoso.Unmujeriegototalelcualnopodíapasardesapercibido.

Catherine suspiró cuando lo observó ahí. ¡Maldición! Pensó a punto dedesmayarse.–Quizás...-murmuróella amedias.–Él tieneexactamente elmismotonodeojosqueusted,SeñorHoffman.Graciasybuenasnoches-exclamó.Sediolavueltatanrápidocomocreyópoder,saliódeahítandeprisa como los medios se lo permitieron. -¿Qué hace él aquí?- pensó

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mientras caminabamás a prisa o almenos eso creía ella. Entró a aquelcamerinoquelehabíanprestado.Tomósuscosaseintentósalirdeahí.

Necesitabahuir.Tiródelapuertay...nada.

-Creo que está cerrada- no pudo evitar estremecerse y dar un respingocuandoescuchóesavoz.

-SeñorHoff...-murmuróamediasdespuésdevoltearyquedarfrenteaél.Hacíamuchotiempoquenomirabasusojosyelqueseleaparecierantanrepentinamentesindudo ladejósinaliento.Habíaolvidado lohermososqueeran,no,noescierto,nopodíaolvidarloporquetodaslasnochesselorecordabaélensussueños,perotenerlosahí...entodosuesplendorymagnificencia...sindudaladejósinhabla.

-Teprohíboquemedigasasí,dime:Marcus-lepidióacercándosemásaella.

-¿Quéhacesaquí?-cuestionóasustada.

-Vinepormi autógrafo- le señaló el libroque tenía enmano. -¿Podríasfirmarlo?Porfavor.Soloesoquiero-seacercóaellaconunamiradaquedecía:Nomeirédeaquísinquelofirmes.

-Si...-murmuró débilmentemientras tomaba una pluma y se acercaba allibro que el rubio sostenía con la mano derecha y con una misteriosasonrisaenloslabios.

-¿Por qué tiemblas Catherine? Es una simple firma- señaló mientras laveíasonrojarseconsucercanía.Tandeprisacomosumalditahabilidadse

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lopermitiólasujetódelamuñecaconunamanoyconlaotradelmentón.-¿Esporel tonodemisojos?¿Esetonoazuldemimirada?-sololaviosuspirarpausadamente.

Tragóduro–Ya lo sabe...- se riónerviosamenteavergonzada.–Supongoqueaccidentalmentehablédemásesanoche-murmuródespacio–Jamásdebíaceptarsucopadevino...-musitóangustiada.

-Soloquédatequieta...-lepidiómientraslasujetabaconambasmanos.–Yyoharéelresto...-susurróconesemagníficotonoroncoytanvaronilquetenía, no pudo evitar pensar y darse cuenta de porque era un malditomujeriego,eratan...difícilnocaerensusencantosquenopodíaculparatodas lasmujeres que habían cedido ante él porque ella quizás tambiénestabaapuntodeceder.Superfumevaronil,suvoz,eltonodesuspupilas,todoconfabulabaparahacerlacaerasuspiessinlamenoroportunidaddedefendersedeél.

¡Maldito depredador! Sentía los labios palpitarle y el corazónestremecersemientrasrecorríacadacentímetro,deseababesarlacontodassus fuerzas, no importaba si el mundo estaba a punto de acabarse poralgúnmotivonodejaríapasarlaoportunidaddecompartirelalientoconella.

-No quiero...- murmuró mientras daba un par de pasos hacia atrás yalejaba su rostrodel suyo.–Estar en tu lista.Lo siento- exclamóy saliócorriendo de ahí. El rubio miró el picaporte pensando que había sidocuidadosocerrándolopero sediocuentadequeno lo fue.Solohizoungestodeinconformidad.

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Su cabeza le daba vueltas, su vida ahora era todo un escándalo, suconferenciadeprensasehabíaconvertidoenunasaladedeclaracionesde

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amor.Estampósucabezasobrelamesamientrasensumentegolpeabaelsiguiente encabezado del periódico que transitaba por todo el país: ¡Laexitosa escritora Catherine Bennet, enamorada del mujeriego y guapomagnatedetecnologíaencomunicacionesMarcusHoffman!–Estúpida...-murmuró cuando acabó de leer la noticia donde solamente hablaban deella.

LeretumbabaenlacabezaymáscuandoleyóquehabíanvistoaMarcusHoffmansalirdeldepartamentode lahermosaactriz:MíaLeclair,actrizqueacababaderomperconsuguapoprometidoporhaberloencontradoenlacamaconotramujer.

Lopeoresquealfinaldecía:"PobreCatherineBennet,enamoradadeunamornocorrespondido".

-¡Puf!- suspiró al releer esamaldita frase. -¡Gracias por recordármelo!-exclamócon ironía: estaba frustrada.Ahora todoelpaís sentíapenaporella,estarenamoradadeeserubio...¿quéclasedeidiotaera?Seconvirtióen la comidilla, en la botana de los chismes y en la risa de muchaspersonas.–Justocuandopenséque todomesalíabien...-mascullócon lacabezaapoyadaenaquellamesa.

Si,endefinitivaesosreporteroseranunosverdaderosdetectives,ahora...no solo sabían que estaba enamorada de Marcus Hoffman (playboy ymujeriego por excelencia) sino que además...sabían que había sido susecretaria por dos largos años y todos sabían cómo terminaban lassecretariasdeMarcusHoffman:ensucamayrecientemente...enamoradasdeél.

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Capítulo9:Chicafácil.

-Pobremujer-argumentóJamesenlaoficinadeMarcusquientomabaunatrasotracopadewhisky.Levantólamiradadespuésdeterminardeleerelartículo.-VayaMarcusladejasteentotalvergüenza-añadióconmofa.

-¡Cállate James!- replicó tomando más whisky. -¡Soy un imbécil!- sereprochó cubriéndose el rostro con las manos: señal de su recientepreocupación.

-¡Es la verdad! ¡Todo el país se está mofando de ella! ¡Enamorada deMarcusHoffman: un expertomujeriego seductor de cualquier cosa confaldaqueselepongaenfrente!¡Lopeoresquetuintentode"declaración"fueunaburla total! ¡¿Cómose teocurrehaberledicho:"Ahperdone,nome presenté. Soy... Marcus Hoffman, el hombre del que usted estáenamorada"?!-cuestionóacarcajadas.

-¡¿Cómo sabesque así lo dije!?- gritó completamente sorprendidode lamaravillosaformaenquerepitiósuspalabras:contremendaexactitud.

-¡LosdeesteperiódicosonprofesionalesMarcus,nadaselesescapa!-leguiño el ojo mientras le remarcaba la línea donde habían citado laspalabrasdelrubio.

-¡Malditos sean todos esos idiotas!- gritó mientras le arrebataba elejemplar y lo lanzaba al suelo para quitarlo de su vista: estaba furioso,hechounafierecillarabiosa.

-Ahora todoelmundopiensaque teacostasteconella.Sudignidaddebeestarenelsuelo-comentómientrasprendíauncigarrillo.

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-¡Cállate,yaentendí,soyunestúpido!¡Perodejaderecordármelo!-sejalóloscabellosrubios.

-Telosigorecordandomiqueridoamigoparaquehagasalgo.¡Esamujerloúnicoquehahechomalesdartesucorazón!-leregañó.-¡EstaríamejorconeltalRobertAnderson!¡Sevequelotraeloco!-lerestregóenlacara.

-¡Cállate James, ya te dije que la quiero,maldición estoy enamorado deella!¡Loquemenosdeseabaerahacerledaño!-estampóunaymilvecessucabezacontraelpupitre.

-Siyofueraella teevitaríaporel restodemisdías- inhalósucigarroyluegodejó salir una cortinadehumomientrasmiraba concinismoa surubioamigo.

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-¿Cómo te sientes?- cuestionóRobertmientrasentrabaa laoficinade lachicaylamirabaapoyadasobreesemontóndepapelesamontonados.

-Avergonzada-comentósinlevantarlacabeza.

-Marcus Hoffman es un idiota- masculló entre dientes como si desearamatarloconsusblasfemias.

-Bueno, no importa, lo olvidarán ¿cierto, en un mes o dos, cierto?- lecuestionóconsusojosapuntodellorar.

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-¡Claro que sí, Catherine!- le susurró mientras la jalaba hacía sí y laabrazaba sutilmente intentando calmarla. -Todo estará bien...- susurródespaciomientras sentía el olor de su cabello embargarle. Ella solo seacurrucóensupechobuscandoconsuelo.

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Ahora...salirdecasa,irporlovíveres;todoellorepresentabaunaodiseadesdeelrecienteescándalodeCatherineconrespectoasudeclaraciónenuna conferencia de prensa, hasta Mía Leclair se había burlado de ella:"Pobreniñanovata,soloquiere llamar laatención".EsohabíadeclaradoMíaenunaentrevista.

Muy profundamente le agradeció Mía a Catherine porque su escándalohabíadesviadolaatencióndesurecienterompimientoconelempresario:DanHarris,ahoratodosparecíanenfocadosenCatherineyMarcus.

Los paparazzis la perseguían a todas partes, era difícil escapar,esconderse.Soloensucasaestabasegura,ensupequeñaynadaespecialcasadondenadiepensaríaqueahívivíaunaexitosaescritora.Yaunasí...seguíapensandoenél.

Ahora además de que todos la veían como una chica fácil por haber"estado"conelrubiomujeriegopensabaenqueseguramenteélleodiabapor estar perdidamente enamorada de él. Suspiraba cansada, deseabaperderse,queríasertragadaporlatierra,huiralespaciosideral,hundirseen lo más profundo del océano. Su corazón era idiota porque... seguíalatiendoconmuchafuerzaporélaunsabiendoquelehabíanvistosalirdeldepartamento de Mía Leclair mientras se arreglaba la camisa con unainmensayradiantesonrisaenloslabios.

-¿Meacompañaríasaunafiesta?-susurróRobertalentrarsutilmenteala

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oficinadeella.

-¿Habrágenteenella?-lecuestionólevantandosudeprimidorostro.

-¿En el evento de caridad organizado pormuchas celebridades? ¡No locreo!-manifestóconmofa,ellasonrió.

-Yo y mis preguntas estúpidas- manifestó sonriente. -Sé lo que intentashacer,quieresanimarme,peroestoybien,soloquieroestarsola...¡Elrestode mi vida!- exclamó y se echó a reír. -Soy tan idiota...- una lágrimadescendiódesumejilla.

-NomerecessufrirasíCatherine-manifestóelRobert.-Noporél-clamóintentandoanimarla.

-Yasé,gracias-sonriófingidamente.

-Vamosaesafiesta,demuéstralealmundoquenotehasderrumbado.Quea diferencia de otras celebridades tú no necesitas chismes idiotas pararesaltar.HaygentequeteamaCatherine,tulibrohacambiadolavidademuchas personas, no te desamines porque gente idiota piensa cosasequivocadasdeti-leconsolómientraslelimpiabalaslágrimas.

Sonrió conteniéndose el llanto. -Está bien, iré-manifestó intentando serfuerte.Élledevolviólasonrisa.

-Tu presencia es importante, tienes muchos admiradores, sin dudaayudaría a recaudar más fondos para la causa- le comentó intentandoentusiasmarla.

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-Tienesuninmensopoderdepersuasión-serió.

-Esomehandicho-leguiñoél.

____________________________________________________________

Sentada en la sala de su solitaria casa, apretaba con fuerza el bonitovestidoqueteníaenfundadoalcuerpo.SaliódelacasacuandoescuchóelcochedeRobertllegar.Lemanifestólohermosaqueseveía,ellasonrióysubieronalauto.

Barullo,derrochededineroy lujosenelhotelmásgrandeycostosodetodoInglaterra,eseenormehotelconinmensojardíncubiertodeexóticasflores, llenodecelebridades anivelmundialydedeliciososmanjaresydecoraciónfascinante.

Suvidahabíacambiadotantoentanpocotiempo:deunasimplesecretariaahoraeraunacelebridadquevendíaejemplaresde librosporsegundoyfomentabachismespormontones.Ydeeseúltimonosesentíaparanadaorgullosa.

Se dio la vuelta e intentó correr cuando vio aMarcusHoffman entre lagente. ¿Qué le hizo pensar que no lo encontraría ahí? ¡Qué idiota, si éldespuésde todo teníauncorazónbenévolocon lasmuestrasdecaridad!¡¿Cómoolvidarlosiporesoymilesdecosasmásloamaba!?Ahora...loquemenosdeseabaera encontrárseloporqueesoshermososojos azulespodíanvolversefríosycruelesconellaysussentimientosdespuésdesurecienteyabsurdadeclaracióndeamor.

Caminabasiendocuidadosadeconquienpudieraencontrarse,mirabamuybienalfrente,a loscostadose inclusoalcieloparaestarcompletamente

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segura de que no se toparía con ese par de zafiros, era fatal estar así:cuidadosa,temerosa,despavoridaporloquepudieraocurrir.

Sinembargo,RobertAndersonerasindudauncaballero...tratabadehacerde esa noche una agradable, quizás era muy evidente que estabacompletamente interesadoenella.Legustaba, legustabasuprofundidad,susencillez,suamabilidad,todoenellaleparecíafascinante.Tansoloerauncaballero,perocuandoselepresentaralaoportunidadharíatodoparamantenerlaasulado.

EraarduoparaCatherinedisimularestarbien,ylofueaúnmáscuandoseencontró con él. Parada a unos metros de aquella escena contemplóperfectamente aquello que se había rumorado últimamente por losperiódicos y revistas de espectáculos:Mía Leclair... tomada fuertementedelbrazoaMarcusHoffmancomosiloúltimoquedesearaenestemundofueraqueélseleperdieradevistaunínfimoinstante.

Aquella hermosa mujer sonreía de una forma tan... espléndida queCatherinenopudoevitarsentirunpocodecelosyMarcus...seveíabien,se le notaba feliz -lo que siempre quisiste- sonrió dulcemente ante esesusurroque emitió sugargantamientras los contemplaba juntosplaticarmuy a gusto, dio unos pasos hacia atrás y... se perdió entre la multitudprocurandoserlomásextremadamentecuidadosacomoparanoservistaporquehabervisualizadoaesamujerdeojosesmeraldabesaraMarcusfrente a las cámaras había sido en exceso demasiado para su pequeño eidiotacorazón.

MíaLeclair...eracompletamenteperversa,eratanfríamentecruelqueeradifícil creerlo si uno miraba sus hermosos ojos verdes. Marcus y DanHarris siempre habían sido rivales, había una eterna y muy evidentetensiónentreelloscuandosetopabanfrenteafrente,cuandosemirabaneincluso cuando vanamente se dirigían la palabra por mera cortesía; sesentía tanta aspereza, tanta dureza en sus tonos de voz, tanta forzadacortesíaquesevolvíaabsurdoyodioso.Erainevitablenoseradversarios,

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susmayores desacuerdos: el hecho de tener empresas similares y...MiaLeclair,mujera laqueaparentemente...MarcushabíaamadodesdehacíamuchotiempoaunquesusodichamujersiemprehabíaestadotraselrastrodeDanHarris.

Los dientes de Dan rechinaban al escuchar el nombre del rubio, dichosentimiento era necesariamente mutuo por eso mismoMarcus se sintiómorircuandoseenteródelcompromisoentreMíayDanporquenosoloestaba perdiendo a la mujer que "amaba" sino que además la estabaperdiendoyfrenteaDanHarris:surival.

Mía tenía el conocimiento exacto de todo aquello, siempre había sidoasuntodepolémica,comounahermosamanzanadeladiscordia,siemprehabíasidobellaeidolatrada,buscadayamada,peroahora...Danlehabíahechoañicoselcorazónyella...eraestúpidaporqueloseguíaamandoysolopensabaenrecuperarloyquemejormaneradehacerlosiutilizabaasu rival de toda la vida: Marcus Hoffman, el rubio idiota que la habíaperseguidoporaños.

Esa noche... lo había encontrado solo, el rubio parecía alzar la miradasobrelascabezasdetantascelebridadesahípresentes.

-¿Dónde estás?- susurraba mientras intentaba mirar más allá. Mía lomirabasonrientemientrasobservabasuarduabúsqueda.Lomiróbien...elhombrenoeraparanadafeo,enrealidad...eraextremadamenteatractivo,era guapo y rico pero... pero no era el fríoDanHarris esa era la grandiferenciaentreellos.

-¡Aquí estoy Marcus!- murmuró con su sensual voz. El rubio dio unrespingo y giró la mirada, Mía quizás perdió el aliento un momento,tenía... unos ojos azules... preciosos y por algún motivo ahora se leantojaban cautivadores, extremadamente cautivadores, tenía además unsemblante...maravilloso.

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-Mía...-susurrócomosisunombrefueracualquiercosa,cualquierpalabrainsulsa en el vocabulario, ya no la nombraba con ese tono lleno deexhortaciónyánimoconelquelehabíaescuchadopronunciarlo,ahora...erasecoysinemoción.

Ella lo notó, era difícil no notarlo.Quizás eso era lo quemás le habíaenamoradodeDan...Quenoeraunidiotamásquecorríatrasella.-¿Notedagustoverme?-cuestionóacercándosemásaMarcus.

El rubio bufó y por educación contestó: -Claro...- con una sonrisa...ligeramentefalsa.

-¿Estás con alguien?- le cuestionó con sus hermosos ojos echando a unladosuligeraindiferenciadeélhacíaella.

-No...-suspiró.

-¿Puedohacertecompañía?Igualestoysola-lesonriómientraslotomabadelbrazoconfuerza.

-Creo que está bien...- masculló dolido porque acababa de ver a lahermosaCatherineBennetdisfrutandolacompañíadeRobertAnderson.

Mía sonrió, su plan... lo acababa de poner en marcha. Su juego eraexcelente, tenía la atención de todos los camarógrafos y reporteros dellugar,todosycadaunosededicabanatomarlesfotosyellosseapartabande tanto lugar como les fuera posible intentando disuadirlos. MarcuscorríadeellosyMía...fingíacorrer.

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AcadasegundoquegirabalamiradayveíaalahermosaMíadeojosjadecolgada de su brazo se convencía de lo mucho que quería a CatherineBennet.

Bufaba frustrado, solo quería huir de Mía, pero sus manos parecíanventosas pegadas a su chaqueta, no la había dejado de lado solo por elúnicohechodequelehabíaconfesadoqueseguíamuymalporlodeDan,porelengañodeDanHarris.

Marcus la miró con cierto recelo: parecía haber olvidado que aquellanocheloquisoutilizarparaolvidaraDan,suspiró,sesentíanefastamentemal,ahoraquizás...estabapagandoportodoelmalquehabíahecho.

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¡Yaqueríairse,malditafiesta!Todomundolaobservabadetantasformasdiversas pero de alguna forma ninguna de esas miradas era del todopositivas.Algunoslamirabanconciertaadmiraciónporsurecienteobra,otrosmuchosmáslamirabanconungestodesaprobatorio;quizáseraporculpadelamalditafamitaquerecientementehabíaadquirido,y todoporculpadel idiota rubio,porculpa suyaahora todospensabanqueeraunachica fácil, una chica que se entregaba a cualquiera, así que... muchoshombres la miraban con cierta coqueta mirada como si le propusierancosasconelsemblante.

Ella bufaba frustrada, ahora era en definitiva una presa entre toda esagente que no sabía absolutamente nada de ella. -De chica fácil no mebajan-susurróinmensamentefrustradamientrasobservabaaungrupodehombresmirarladeformatan...lascivaquenopudosoportarlo.Bieneraoficial...queríasalirdeahícuantoantes,pero...prontoeleventoacabaríaeseerasuúnicoconsueloentodoello.

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-¿Estásbien?-lecuestionóRobertmientrasregresabaasuladodespuésdehaberseperdidohablandoconalgunosempresarios.

-Loestarécuandosalgadeaquí-afirmóconunalevesonrisa.

-Prontonosiremos,tranquila-lesonriócálidamenteintentandobrindarleconfianza.

-¡Damas y caballeros les pido su completa atención!- anunció elpresentadormientraslepedíaalabandaquetocabaqueparase.Elhombrebienvestidoteníaentresusmanosunsobre.-¡hallegadoelmomentoquetodosestabanesperando!-anuncióefusivamenteaquelhombredecabelloblancoyexcelentehumor,teníaunexcelentetonodevozyunaalegríaquecontagiaba al público. -¡La atracción principal de esta obra de caridad!-sonrió.

-¿Dequéhabla?- cuestionóCatherine sin entendernadade todoaquello,porque recientemente acababa de ingresar al mundo de la farándula y...todoeranuevoparaella.

-¡La subasta de citas!- gritó efusivamente. Todos parecieron aplaudir,gritaremocionadoseinclusohastachiflar.-¡Ustedessabencómofuncionaestopero...loexplicaréporsiaalgunolequedadudas!-anunció.

-¿Subastadecitas?-pensóinternamenteCatherine.

-¡Enlaentradadeestehermosohotelhabíaunaurnadondeustedespodíannominaracincohermosasmujerespresentesenesteevento,lascincoconmásnominacionesseríanlaselegidasparaesteevento!¡Unacitaconellasserá subastada y dicho dinero recaudado será para apoyar esta obra decaridad!-explicódetalladamente.-¡Asíquecaballeros...ustedestendránla

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oportunidaddesalirconalgunadeestasbellezas!-afirmóenardecidodeemoción.

Catherineporsupartepusounaexpresióndeconfusión.-Nosabíadeesteevento...-afirmódesconcertada.

-Si bueno... es una tradición- masculló Robert. -Supongo que está bien¿no?Unasimplecitaacambiodedineroparaayudaralacausa-afirmó.

-Supongoquesí.Essolounasimplecita-aseguróexpectante.

-¡Empecemosconnuestraprimerahermosadama,porfavoralpronunciarsunombrefavordepasaralescenarioparacomenzarlasubasta!-declamódejando todo en claro. -¡El nombre de nuestra primera hermosa famosaes: ¡La hermosa modelo: Hana Collins!- gritó emocionado y solo seescuchó el grito de los hombres. La hermosa rubia caminó y subió alescenario con ayuda de Phillip Stiller: el presentador. -¡Buenas nochesHana,hoylucesradiante!-afirmómientraslamirabadepiesdecabeza.

-Buenasnochesatodos,graciaspornominarmeparaestahermosacausa-afirmósonriente.

-¡La subasta comenzará con cincuenta mil dólares!- exclamó elpresentador.

Catherineestuvoapuntodetosersuestómago-¡¿Cincuentamildólares?!

¡Esdemasiadodinero!-afirmóimpactada.

-Creoqueparaalgunos lovale-exclamóRobertmirandoa loshombres

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que seguidamente comenzaron a ofrecer sumas aún mayores que la departida.

-¡Trescientos mil dólares a la una, trescientos mil dólares a las dos,trescientos mil dólares a las tres! ¡Cita vendida al pintor: BernhardLipton!- exclamó mientras lo señalaba con la muñeca. Hana Collinssonrió.

-Esoesdemasiadodinero-susurróCatherineimpresionada.

-Loes... pero ese talBernhardLiptonhaperseguidoaHanaCollinsporaños así que fue una excelente oportunidad para él- afirmóRobertmuydivertido.

-¿Ahhhsí?-cuestionó.-Québien-sonriógustosa.

-¡Nuestracuartahermosafamosaes...-susurróhaciendolaemocióndelospresentesmásgrande.-lahermosaactriz:MíaLeclair!-gritóexcitadodeemoción.

Míapalmoteóemocionada,noesquelasobrasdecaridadleapasionaran,eraelsimplehechodequedealgunaformasernominadaparalasubastade citas era un halago: solo a las cinco mujeres consideradas las máshermosasy exitosasde todo Inglaterra erannominadas, así que... era uncompleto honor vender una cita almejor postor ymás para sumalditavanidaddeMía.

-¿Marcustuintentaríasconseguirestacita?- lesusurróMíaaloídoantesdesubiralestrado,selopidióconunavoztandulcequelefueradifícilaélnegarse.¡Porsupuesto,suplandesacarlecelosaDanestabaenmarcha!¡YmásporquesabíaqueDanHarrisestabaeneseeventodeespectador!

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Marcussuspirófrustrado.-Estábien,Mía-afirmó.

-¡Gracias!-mascullómientraslebesabalamejillaysubíaallugar.

-¡HolaMía,siempretanhermosa!-exclamóPhillipStiller.

-¡Gracias!-sonriócoquetamente.

-¡Comenzaremos con cincuenta mil dólares! ¡Vamos caballeros es lahermosaactriz:MíaLeclair!-alegóintentandopersuadirlosconello.

Lasubastacomenzó:

-¡Sesentamil!-exclamóunhombredelpúblico,quizáserauncantanteoempresario.

MíamiróaMarcusdesdeahíyél solosuspiró frustrado. -¡Setentamil!-exclamó alzando la mano. Catherine sintió su corazón partirse en mispedazos.

-¡Ochentamil!-alegóotrohombre.

-¡Noventamil!-exclamóMarcus.

-¡¿Quién damás?!- cuestionó el presentador emocionado. -¡Vamos es lahermosaMíaLeclair!-

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-¡Cienmildólares!-gritóalguiendelfondo.

-¡Ciento cincuenta mil!- gritó el rubio y Catherine solo bajo la miradamientrasintentabahuirdeahí,cosaquelefueimposibleporqueRobertlasujetófuertemente.

-¡Cuatrocientosmildólares!-gritóunhombrequedeprontocomenzóacaminarparadejarsevercompletamente.¡Esaeraunainmensasuma!Míasinembargogirólamiradahacíaelrubio.

-¡Cuatrocientosmilalauna,alasdos...-exclamabaelpresentadoryMíasolomirabaaMarcustratandodehacerqueofrecieramás,sinembargo...el rubio solo se encogió de hombros conuna inmensa sonrisamientrasPhillip Stiller gritaba: -¡A las tres! ¡Cita vendida! ¡Al empresarioautomotriz:DamiánLombardo!-Mascullóseñalandoalmejorpostor.

Míabajódelescenarioymiróconciertoreprochealrubioquiensonreíacómplice.-¡Cuatrocientosmilenunainmensasuma,Mía!-alegóMarcus.

Robert se rió. -Damián Lombardo desde tiempos inmemorables haacosadoa

MíaLeclair-semofó.

Catherineparpadeó,nocomprendía,elrubiopodíaproponermás,muchomásdinero.

-¡Nuestraúltimahermosafamosaes...!-comenzóaenardecerlaemociónen el público. La última era siempre la que teníamás nominaciones detodaslascinco.

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-¿Nosvamos?-murmuróRobertalveraCatherinetancabizbaja.

-Si,porfavor-suplicóconsusbonitosojosgrises.

-Bien,vámonos-mascullómientraslesonreíaylatomabadelbrazoparacomenzarabuscarlamaneradesalirdetantobarullo.

-¡Detenganporfavoranuestraúltimahermosafamosa:CatherineBennet!-gritóalteradoPhillipStillermientras laveía intentar salirdeahí lomásrápido posible. Entonces... las cámaras y las luces la enfocaron y ellaquedóencompletoshock.

-¡¿Ella?!-exclamóhastiadaMíaLeclair.

-¡¿Yo?!-gritóCatherinemientrassusojosseabríancomoenormesplatos.

-¡Porsupuesto!-exclamóPhillip. -¡Usted: lahermosaescritorayexitosa:CatherineBennet,subaalescenario,porfavor!-gritóemocionadoyellapensóqueencualquiermomentosedesmayaría.

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Capítulo10:Elmejorpostor.

-¡Pero...- comenzó a balbucear alterada. –Yo...- Phillip Stiller al ver sudecidíasebajódelescenarioabuscarla.

La chica se escandalizó, con su reciente fama de: "chica fácil" muchosquerrían una cita con ella muy... intensa. Estaba alterada y más porqueahoralamirabancomocarnefrescaportodosesoslujuriososlobos.

Tragóduroanteesepanorama.

-TranquilaCatherine...yopagaréporesacita-leguiñoelojoRobertparaintentar hacerla recuperar la confianza y más cuando Phillip llegó y latomódelamuñecaparaencaminarsehastalatarima.

Ella no pudo articular nada por el embelesamiento al que estaba siendosujeta. Solo parpadeaba confusamientas era subida a ese escenario quemásbienparecíaunpatíbulo.

YmásnefastasesintiócuandoalpasarjuntoaMarcusHoffmanparasubiraesemalditoescenariosolosepercatódecómosusojoslamirabansinemociónalguna,ellaporsuparte...solobajólamirada.

-¡Veoqueestámuynerviosa!-exclamóelpresentadoralllegaralestrado-¡Tranquila!- intentó hacerla salir del trance. -¡Bien, comencemos con lasubasta,caballeros! ¡Se tratade lahermosayexitosaescritoraCatherineBennet!- aclamó alegre. -¡Empecemos con cincuenta mil dólares!-vociferó.

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Ellaniparpadearpodía,estabanvendiendosucarnealmejorpostor."Esuna simple cita" esa frase resonó en su cabeza. Si, era una simple cita,quizásparalasotrascuatromujeresquehabíapisadoesemismoescenarioseríaunasimplecitaperoparaellaconsureciente famaquizásseríaunmartirio,quizásintentaríanpropasarseconella.Suspiróconmiedo.

-¡Sesentamil dólares!- gritó de prisaRobertmientras le guiñaba el ojoparahacerlasentirtranquila.

UnacitaconCatherineBennet...sehabíavueltounacompletadisputa,unaenormepolémica.Muchosqueríansalirconella,porquedespuésdetodoera: famosa, exitosa, talentosa,muy, peromuy hermosa y además... unamujer fácil, al menos eso pensaban. Parpadeaba alterada, muchoshombres:actores,corredoresdeautos,empresarios,entreotrosgritabaninmensassumastrasotra.

-¡Quinientosmildólares!-gritóunoalfondo.

-¡¿Quinientos mil dólares?!- si hubiera estado tomando una bebida sinduda la hubiera escupido. –Eso es mucho dinero...- pensó estresadamientras escuchaba una tras otra inmensa cantidad. Jamás en su mentellegó a pensar que alguien pagaría tanto dinero por salir con ella,normalmenteelmundotansolosepreocupabaporignorarla.

-Esomuchomásde loquemerece...-susurróMíafrustradaycelosaporvercomosedebatíanporunacitaconCatherine.-¿Nocrees,Marcus?-lecuestionó sacándolo de su silencio. El rubio miraba todo sin decirabsolutamentenada,comosiaquellonoleimportaraenlomásmínimo;inclusopodíadecirseque... leaburría.MarcussolooptóporsonreírantelaafirmacióndeMíacomosienefecto,ledieralarazón.

-¡Setecientos mil dólares!- gritó alterado Robert. Eso era demasiado

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dinero,inclusomásdeloquehabíanpagadoporunacitaconMíaLeclair.

-¡Novecientos mil dólares!- gritó otro hombre. Robert solo apretó losdientes frustrado.Aesoshombresparecíagustarles la ideadepasarunanocheconCatherine.

-¡Unmillón trescientosmil dólares!- gritó elRobertAnderson a lo quetodos hicieron una exclamación de asombro al escuchar tan exorbitantecantidad de dinero. De pronto... silencio sepulcral, Catherine lo mirabaesperanzada, como si en sus ojos le agradeciera todo lo que estabahaciendoporella.

-Unmillón trescientos mil dólares es mucho- masculló Jamesmientrasaparecíarepentinamentedetrásdelrubioparasusurrarlealoído.

-Loes-asintióconlamiradaMarcussinproferirnadamás.

-¡Unmillón trescientosmil dólares a la una..., unmillón trescientosmildólaresalasdos...!-demandabaPhillipStiller.

Robertsonrió,seríaelhéroedeCatherineydepaso¿porquéno?¡Tendríaunacitaconella!Porquepormuchoque intentaradisimularloera inútil,aquellamujerqueseencontrabacompletamentenerviosaeneseescenariolehabíacautivadodesdeelprimermomentoquesehabíaacercadoaélenaquella fiesta.La había considerado hermosa, en efecto, pero pensó quetansoloeraunamásdelmontóndevanidosascelebridadesygrandefuesusorpresacuandodescubrióqueellaeratandiferentealasdemásporqueenesos treintaminutosdepláticaconella... se sintiómuybien tantoquedespertóenélunacuriosidadporvolveraverla.

Lahabíacitadoparaleersuobraymáscautivadoquedóalcomprobarque

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no solo era hermosa sino que... era una mujer excepcionalmenteinteligente y profunda. Justo ahora... le emocionaba la estúpida idea detenerunacitaconella.

-¡Unmillóntrescientosmildólaresalastr...-

-¡Ofrezco:dosmillonesymediodedólares!-gritóciertavoz.Lasmiradasgiraron hacía el dueño de dicho tono. Y lo observaron detenidamente...sonriente, con la sonrisa de victoria sobre su azul semblante. -¡Enefectivo!¡Lostengoahoramismo!-elrubiomiróaRobertconsorna,conunasonrisallenadecinismoquedecía:"¡Ja,Gané!"

-¡¿Dosmillonesymedio!?-gritóPhillipestupefacto.-¡VálgameDios,esoesdemasiado!¡¿Ydicequelostieneenefectivoyenestemomento?!- lecuestionóimpactadoPhillipalguaporubio,Marcusasintiósonrienteconlamirada.-¡¿AcasoveníapreparadoseñorHoffman?!-gritóexcitado,yelrubio...elrubiosolosonriósindecirnada.

Robertapretóellabioylomandoaldiablo:¡MalditoMarcusHoffman!

-¡¿Caballeros alguien tiene una mejor oferta que sea en efectivo?!-cuestionóelpresentadoralpúblico, lagenteestaba impresionada; lacitacon Catherine Bennet se había convertido en un auténtico escándalo, enuna auténtica competencia. -¡Eso pensé!- afirmó al ver que nadie decíanada.-¡Citavendida,almagnatedetecnologíaencomunicaciones:MarcusHoffman!- ni necesidad hubo de hacer la cuenta regresiva porque nadiepodía competir con esa descomunal cantidad de dinero ymás si era enefectivo.-¡SeñoritaBennetdeberíasentirsemuyhalagada,todoesedineroserá usado para una buena causa!- le afirmó posando la mano en suhombrodescubierto.

Catherine... enmudeció, quizás en cualquiermomento se desmayaría.No

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podíadistinguirentrequeerapeor:lainmensasumadedineroo...lacitaconMarcus.

-¿¡Noquisisteofrecermásdecuatrocientosmildólarespormíyofrecistedosmillones ymedio por ella!?- le reclamó enfurecida la fierecilla deMíaLeclairmientrasseñalabadespectivamenteaCatherine.

El rubio se encogió de hombros –Damian se veíamuy ansioso por unacitacontigo,siempre lehasgustado¿no?Igualyesacita teserviráparaintentar provocarle celos a Dan- le sonrió con sorna porque era idiotaperonotantoydesdeelprincipiosupoquesoloqueríausarloparasacarlecelosasuexahípresente.

-¡Eresunidiota!-legritóindignadamientraslecacheteabalamejillaconinmensafuerza.

-Losoy-sonrióconcinismoelrubiomientrassumejillaadquiríauntonogranate.–PeroyoMía...yanoapostaréjamásporti-leaseguróysediolavueltadejándolahablandosola.

Ahora los murmullos eran más y más frecuentes. ¡Nadie nunca habíapagadotanexageradacantidadenlasubastadecitas!¡Nadie!Ahorahabíamássusurrosymásporque¡MarcusHoffmanhabíapagadoinmensasumapor Catherine Bennet, la mujer que decía estar enamorada de él! ¡ElmujeriegoMarcusHoffman,elhombreque jamáshabíapagadoporunacitahoyhabíaderrochadounasublimecantidaddedinero!

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Capítulo11:Esaseríaunalarganoche.

Sesentóunmomentoenunhermosobanquilloqueestabaenlaentradadeese lujoso hotel, respiraba pausadamente. ¡Una cita con Marcus! Iba aperderelconocimientoencualquiermomento,esoeraseguro.

Robertestabacallado,seencontrabaaltamentefrustrado;apretólospuñosenojadopornohaberpodidoganarleal idiotadeMarcus.ErasumayoroportunidaddeserelhéroeyelestúpidodeMarcusHoffmanselahabíaarrebatadodelasmanos.

FrustradoleofreciódelicadamenteunacopaaCatherine.Ellalabebiódeprisaparaintentarrecuperarelhablaporquesentíaentumidalaboca.

-Penséqueeraagua...-tosiódejandolacopaaunlado.

-No,erachampaña-afirmóRobertconuntonofríoporsuinmensoenojo.

-GraciasRobert-levantósutiernamiradamientraslesonreíacondulzura,mientrasRobertserevolvíafuriososuscabellopelirrojos.

-¡¿Porqué!?¡Sinohicenada!-suvozseescuchabaaltamentefrustrada.

-¡Hiciste más de lo que piensas!- Exclamó ella sonriente. -¡En verdad!-aseguró. -¡Nadie jamás había hecho algo así por mí!- le sonriótiernamente y él... él no pudo evitar dejar ver un hermoso sonrojo quecombinabaconsutonopelirrojodecabello.

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-Peroélmeganó...-afirmódescontento.

Ellaseencogiódehombros.–Noimporta,perotú...estuvisteahídándometodo tu apoyo, gracias- comentó mientras lo tomaba de la mano y lomirabaalosojos.

QuizásCatherineBennet no sabía aun lo que provocaba en ese hombre,quiensindudaaprovechótenersucompletaatenciónparaintentarrobarleunbeso...porquesolodeesaformaaliviaríalafrustracióndesucorazónporhabersidoderrotadoporMarcus.

-¡¿Interrumpo algo?!- cuestionó el mencionado rubio mientras parecíagalantementeantelaescenaconesamalditaycínicasonrisaqueponía.

Robertlofulminóconlamirada,habíacreídoserastutoalhaberllevadoaCatherineaunlugarmuyapartadodetodalaodiosafiesta.

Catherinequedóconmocionadaalverlo.

-Sí, si interrumpes algo-masculló furiosomientras daba un paso haciadelante.

-¡Cómolosiento!-exclamóconsarcasmo.

-¡VamosCatherine,tellevaréacasa!-alegóelRobertmientraslaayudabaareincorporarse.

-¡Yolallevaréacasa!-gritóelrubioacercándoseaellos.

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-¡Yolallevaré!-demandóRobert.

Catherinesoloestabaconfundidamientraspensabaenquéhacer.

-¡Yoloharé,notepreocupes,recuerdaademásqueellayyotenemosunacitapendiente!¿NoesasíCatherine?-lecomentómirándoladefrente.–Ycómopartedemipremiodeseollevarlaacasayomismo-exclamóconuninmensotonodeposesión.

Ella bajó la mirada mientras suspiraba pesadamente. –Es verdad-manifestófrustrada.–NotepreocupesRobert,creoqueestarébien,mejorveacasaadescansar-susurrómientrasdabaunpasohaciaelpelirrojoyloabrazabafuertemente.

Robert sonriente le correspondió gustoso al gesto. El rubio... rabió decelosenesemomento.Catherineseapartótantitodeél.–Graciasporlodehoy- lemusitósuavementeylebesólamejillaconmuchadelicadeza,sediolavueltayellayelrubiocomenzaronacaminarhacíalaentradadellugar.

-¡No dudes en llamarme si necesitas algo!- le gritó mientras la veíaalejarseconelMarcus.Ellasoloasintióconlacabezamientraslesonreíacondulzura.

Antes de subir a su lujoso auto le dijo: -Bebe esto- le suplicó el rubioextendiéndoleunacopa.

-¿Quées?-interrogóellamientrasobservabaelcontenido.

-Esagua, teharábien:confíaenmí-Ella tragóduro...porque... sinduda

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confiabaciegamenteenél.Sindudarlouninstantebebiódelacopaquelehabíadado.Alsentirellíquidoquemarsugargantamasculló:

-Me dijiste que era agua...- su voz se escuchaba más pastosa y con unligerotonollenodereproche.

-¿Pierdeselconocimientocondoscopasnoesasí,Catherine?-sonrióconmalicia mientras veía sus párpados comenzar a cerrarse y su cuerpoperderelequilibrio.

-Mement...iste...-susurróantesdecaercompletamente.

La sujetó al ver que se desboronaría desmayada. Sonrió. –Así te queríaCatherine Bennet: entre mis brazos- aseguró mientras la cargaba y laobservaba yacer inconsciente como si plácidamente durmiera. Marcussonrió... sonriógustosoanteesaescena,anteelhechodepodersentirsucuerpo,devereltononíveodesupiel,desentirlafraganciadesucabello.

Esasería...unalarganoche.

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Capítulo12:Porqué

Ahora... la observaba recostada en su camamientras pensaba en lomuymiserablequeeraporhaberutilizadosudebilidad,embriagarlayllevarladenuevohastasussábanas.

Probósucopadevinomientraslavisualizabarespirarcontantacalma,sesintió satisfecho de saber que la tenía ahí y de que esta vez no podríaescaparporningúnmotivo.

Estabaparadoenelumbralde lapuertadesurecamara... tenía lacamisamalajustadaylacorbatadesarreglada,elcabelloalborotadoysuspiraba...mientras intentaba en vano dejar de pensar en lo espléndido que esevestidoseajustabaasucuerpo,sesonrojóalinstantemientrasserevolvíaloscabellos.Depronto...laviomoverseysusparpadostemblar.

-¿D...on de estoy?- murmuró somnolienta mientras intentaba abrir suspesados ojos. La cabeza le dolía y la habitación estaba oscura, más sinembargo en sus pensamientos se embargaba el recuerdo lejano peropalpabledellugardondesehallaba.

-Enmidepartamento-sonrióapoyadoenelumbraldelapuertamientrassujetabasucopadevinoconunadescaradasonrisaensuboca.

Ellasealteróe intentóreincorporarsealescucharesavoz.–Marcusyo...¿Cómolleguéaquí?-interrogómientrasvanamenteintentabarecordarloúltimosucedido.

-Bebistedemasiadoenlafiesta-esbozounadesvergonzadasonrisa:comosiloqueacababadedecirlefueracierto.

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¡La fiesta, cierto! ¡La maldita fiesta donde la habían mirado de la peorforma posible, la fiesta donde habían subastado una cita con ella!¡Maldición ahora lo recordaba casi todo! No pudo evitar sentir unapunzaba en la cabeza. –Quise llevarte a casapero... estabas inconsciente,penséque eso seríamalopara ti y decidí sabiamente traertemejor amidepartamento-lecontómientrasplasmabaunasonrisaensuboca.

Se sintió extrañada de lo que él le acababa de relatar, pero aun con suintenso dolor de cabeza carburó el simple hecho de que él no tendríaningunarazónporlacualdeberíamentirle,asíquecomosiemprehacía...confióenél.

-Qué amable...- comentó ella suavemente intentando ponerse de pie,creyendo absolutamente todo lo que acababa de decirle. –Creo estarmejor, me iré, disculpa las molestias y gracias- murmuró mientrasintentaba encaminarse hasta la puerta.Cuando se acercó hasta el umbralahí donde justamente yacía él parado, bajó la mirada avergonzada, elfulgor de sus ojos azules era tan fuerte que sentía que no podíacontemplarlodirectamente.

-Quizásmentíunpocoyteembriaguéalpropósitoparatraerteconmigo-sonrió con un inmenso cinismo, evidente tanto en su voz como en sumiradamientraslasujetabafuertementedelbrazo.

-¿Porquéharíasalgoasí?-interrogóconfundida.Élseacercósuavementea ella y mientras aprovechaba su descuido le susurró al oído con tantadelicadezaquesintiómuchascosasliberarse.

-Quizás porque... quería secuestrarte- le aseguró con un tono tan roncoque ella pensó que perdería el equilibrio. Mientras tanto él suavementeacariciabasumejilla,elladiounrespingoyretrocedióunpardepasos.–

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Nopuedes irteporque... tenemosunacitapendiente-añadióconinmensoorgullo mientras daba un paso hacia ella y la veía alterarse con sucercanía.

-Cierto...no teníasqueayudarmeconeso-negócon lacabeza.–Peronoimporta...tedevolveréeldinero-leaseguróconlacabeza.

-Yoquieromicita,Catherine...-demandótiernamentemientrasseacercabaaún más ella. –No tienes ni idea de todo lo que provocas en mí...- leasegurósuavementeconuntonomás íntimodevoz.Mientras intentaba...romperladistanciaquelosseparaba.

-Bebiste demasiado vino ¿cierto?- interrogó impidiendo con ello queMarcuscontinuaráacercándoseaella.

El rubio bufó frustrado, ella siempre lograba disuadirlo de manerasimpresionantes -¿Por qué piensas que estoy ebrio?- le cuestionóligeramenteenojado.

-Porque solo fuera de tus cinco sentidos intentarías seducirme...- afirmómientraslomirabaalosojostímidamente.

-No soy bueno en esto ¿cierto?- interrogó él mientras respirabaprofundamenteysepasabalamanoporsuscabellodorados.

-¡Eresbueno!¡Demasiadobuenoenesto!elproblemanoerestú...soyyoporqueteconozco,conozcotustácticasyséloquevendrádespuésy...noquieroestoporquealfinal...yoterminaréperdiendo-bajólamiradahacíael suelo. –No quiero ser parte de este juego, ni tampoco quiero ser unnombremásentuinmensalista-susurrómientrasapretabalospárpados.–¿Podrías dejarme pasar? Por favor- suplicó mientras abría los ojos y

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apretabalasmanoscontraelpechodeMarcusparaabrirsepaso.

Velozmente, sujetó las muñecas de ella con fuerza, porque se sentíaextremadamente desesperado -¡Dame una oportunidad!- le gritó con suspómulosardiendoencarmín.

Ellasealteró,quisoforcejearperoéleracínicamentemásfuertequeella.Catherine lomiró tímidamente a los ojosmientras intentaba entender loquetratabadedecirle.

-¡He cambiado Catherine, te lo juro!- exclamó sofocado tratando dehacerlaentender,entonces... lamiróalosojosparahacerlesaberquenomentía.

Ella sonrió tibiamente mientras ladeaba la mirada –Bien, me alegro-susurró.–MíaLeclairsolomerecelomejor-mascullódébilmente.

-EntreMíayyonohaynada-alegóelevandounpocosutonodevoz.

-¿Enserio?Entoncesdebesdarteprisa...haymuchosotrosinteresadosenella-aseguró.

-Catherineyo...-murmuróél.

-Sabes...notienesporquédarmeexplicaciones.Siemprehesabidoquelahas amado, siempre he tenido al tanto que ella es la únicamujer que túrealmente quieres en tu vida y por la que verdaderamente cambiarías-susurró intentado controlar el nudo en su garganta. –Yo ni siquiera sécómo es que llegué a tu departamento, no debería estar aquí- exclamóbajando lamirada. -¿Podrías dejarmepasar?- alzó lamiradadespuésde

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haber tomado un pocomás de valor. –Es bastante tarde, tengo que ir acasa-murmurósacandodelamangaunaexcelenteactuacióndetenerbuenánimo.

Marcus... bajó la cabeza mientras escuchaba sus palabras, cada palabrahabía sido tandetonante en sus pensamientos.Decidió soltar entonces elagarredesusmuñecasyretrocedióunospasosparapermitirleelpasoaCatherinequienmirabaelsuelocomosifueralacosamásinteresantedelmundo.

Catherine suspiró al verlo alejarse de ella y en ese momento supo quedebía salir de ahí lo más rápido posible. Tragó duro y tomó valor, suobjetivo: lapuerta.Tomódeprisasuszapatosysubolsomientrasensucabeza transitaba un carrusel de pensamientos. Se sentía una completaidiota por haber tenido la más mínima esperanza de creer que ellasignificabaalgorealmenteprofundoparaél.Fijósuobjetivoensucabeza:salirdeahíycomenzóaapresurarelpasohacíalapuertasintitubear,sinmiraratrásporunínfimoinstante.

Y tan pronto como creyó llegar hasta la puerta... sintió su espaldacompletamenteacorraladacontralapared.Fuetantasufuerzaalsujetarlaque el haberla empujado contra el muro había provocado que ella selastimara un poco,más sin duda su desesperación eramás grande y sehizocolosalalverlaacercarsea lasalidadesudepartamentocuandoenrealidad dejarla ir nunca había sido una opción y verla acercarse a lapuertasoloselohabíaconfirmado.

Dulcemente, entrelazó sus dedos con los de ella y la inmovilizócompletamente contra la pared mientras hábilmente pegaba su cuerpocontraeldeellalomásposible,mientrassinpreguntarle,sinavisarle,sinadvertirle,sindecirlenada...labesó,contantanecesidad,contantoanhelo,deunamanerataninesperadaquesesintiómorir.

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Ella por su parte se sintió completamente perdida mientras vanamenteintentaba asimilar la situación en la que estabametida, parpadeaba ilusamientrassentíaelsabordeélcolarseentresubocacontremendafacilidad.Quisomoversey... nopudo, él erademasiado fuerte, nopodíaponer enmarcha¡Niunsolodesusmúsculos!igualy...noleimportabamoverseenesemomentoporquederepenteaunqueseaporunavezyconelpretextode que él la tenía petrificado por su tremenda fuerza decidió ceder,entoncescerrótibiamentesusojosydejóqueéllevacíelospulmonesconeldulcerocedesuslabios.

Sintió tremendas cosas liberarse en su cuerpo, sintió una completaavalancha de emociones embargarla en cada fibra de su ser, eran tantossentimientos que por un momento pensó que colapsaría porque ahorasentía sus piernas flaquear a merced de él, entonces... se preocupóinmensamente,supoqueestabairremediablementehipnotizada,queestabaembriagadaporlatexturadesuslabios,sepreocupóporquesupoquesiélintentabairmásalládeesesimplebeso,ella...ellanopodríaresistírsele,no podría oponerse a la astucia de sus manos. Se sintió estúpida y...perdida.

Cuandohuborobadocadapartículadeairedesuspulmones,lentamente...y con el menor desgano del mundo se separó de ella mientras la veíarespirar profundamente por el oxígeno robado. El rubio se mordió ellabio inferior mientras tragaba duro porque deseaba con todas susenergías almacenar para siempre ese delicioso sabor. Sonrió muyligeramente.Habíasidomuchomejordeloqueélesperaba,habíasentidotantascosascomonuncahabíasentidoantes,habíasidotanabsolutamentemaravilloso que como lo recordaba en sus sueños era bastante lejano acomo en realidad había sido. Sentía su corazón palpitar, su sonrisa semanteníaalmargenmientrasellarespirabainmensamenteprofundo.

-Tranquila...-lesusurróconinmensadelicadeza.–Noteharénadamalo-leasegurótiernamentemientrasleacariciabalamejillaporquehabíasentidolaentregadeellaenelmomentoenelquelabesó,sintiócomoellaquedó

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completamente a sumerced.–Te loprometoCatherine, esebeso será lomásatrevidoqueharéestanoche...-leafirmóconlavozroncamientrasselo susurraba al oído. –Solo así te demostraré lo que significas paramí-alegóconlasmejillasardiéndoleencarmín.

- ¿Aqué estás jugando conmigo?- le exigió sabermientras intentabanomorir devergüenzapor haber quedado a la disposiciónde él cuando lerobóelaliento,susojosseempañaron.

-AquererteCatherine, a esoestoy jugando...- le sonriócondulzura.–Tehicemuchodaño¿cierto?PerodebessaberCatherinequeyano tengoaMía en el pensamiento ni en el corazón. Ahora... solo tu nombre estágrabadoenmipecho,muchascosashancambiadoenmíCatherine,y túhassidolacausadecadaunadeellas-fueloúltimoquesusurróporquederepentehabíaladeadolacabezayhabíarotoladistanciaquelosseparaba,porquederepentesuslabiosleexigíansentirelcalordelosdeella.

La sintió estremecerse a su contacto, sintió como ella era tomada porsorpresa, sintió el respingo que ella echó cuando él desapareció cadaresiduo de distancia entre ellos. Sonrió internamente, nunca se habíasentido tan feliz comoenesemomento.Besarla solo le comprobaba lasmilesdecosasquesentíaporella,sololecomprobabalomuyenamoradoque ella lo tenía. –Tengamos nuestra cita ahora- le susurró al oídomientrasellatodavíaintentabamuyvanamenteintentarrecobrarelalientoperdido.

-Nodeberías jugar conestas cosasMarcusymenos conmigo-mascullómientras bajaba lamirada, se sentía avergonzada de dejar que él jugaraconsusemocionescomoquisieraynopoderhacernada.

-Nojuego,voyenserio-leasegurómirándolaconunaabsolutaseriedad.Deprontoella seenfocóen susojos, si, susojosazules siemprehabíansido irremediablemente hermosos, brillantes pero ahora... destellabanun

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brilloqueloshacíaaúnmásmagníficos,seveían...sincerosypreciosos.Tragóduro.–HecambiadoCatherine, te lojuro- leaseguródesesperadoporque el miedo a perderla le aterraba. –Ya no soy el idiota de antes.Cambiéporti,túmehicistecambiar-lereiteró.

-¿Porquéyo?-lecuestionóconfundida,comositodofueraunsueño.

-¿Por qué?Preguntas. Porque sería un idiota si nome enamoraba de ti-sonrió.–Porquelapurezadetualmasupoengancharlamía;Porquenuncahabíasidotanfelizcomolofuiesanochecuandocompartimoslamismacama;porquejamáshabíatenidotantasansíasdebesaraunamujercomolas tengo contigo; porque nunca, nunca había sufrido de tantosincontrolables celos; porque jamás había tenido tantos deseos de ver aalguiencomosimividadependieradeello;porquenuncaunamujermehabía dejado envela pensando en ella por tanto tiempo; porque...- tragóduro.–Nuncahabíaqueridoaalguientantocomotequieroati,Catherine-confesótiernamentemientraslamirabadirectamentealosojos,mientrasobservaba como su respiración se iba haciendo más irregular a cadapalabra que salía de sus labios. –Estoy enamorado de ti, Catherine.- lesonriómientras en sus ojos se reflejaba su casi palpable sinceridad quedesplegabansusojoszafiro.–Enamorado...comonuncalohabíaestadodealguien.Tú eres la primera enmi lista, la primera quemepone así:- latomódelamanoylaacercóalespaciodondeyacíasucorazón,ellaabriómás los ojos, su corazón... bombeaba con tanta fuerza que por unmomentopensóque saldríadisparadode supecho.–Entiendoque te seadifícilconfiarenmíCatherine,perodebessaberqueteestoydiciendolaverdad-ellaestabacompletamenteenmudecidaysolosentíasusmejillasarderle con fuerza. Él sujetó su rostro. –Dame una oportunidad dedemostrarte lo muy mal que me tienes- le suplicó con sus ojos azulesllenos de exhortación, ella tragó duro porque sabía hipnotizarlafácilmente.

Tan solo... asintió con la cabeza, porque quizás estaba apostándolo todopor él pero su corazón la empujó al ruedo.Él sintió algo estallar en su

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corazón,sintiólasonrisaemergersinpedirlepermiso,sintióelbombeodesupechodesencadenarsesin límites,sinreservas.Porprimeravezensuvida...sentíatantairremediablefelicidad.

-Estábien,Marcus,túganas-afirmódespuésdehaberrecobradolavoz.

-¿Tendremosnuestracitaahora?-cuestionócomoniñochiquito.

-Ehhbueno...yaesbastantetarde¿nocrees?Sonlasdosdelamañanay...necesitasdescansaryyoiracasa,ademásseharámástardeyserádifícilparamíconseguiruntaxi...-balbuceóamediasporquesusojosazulesladejabansinhabla.

-¿Taxi? ¿Ir a casa?- alzó una ceja. –En primer lugar: No dejaría que tevayas sola, ya no Catherine, yo mismo te devolvería a casa y ensegundo...- susurró. -¿Quién dijo que dejaría que te vayas? – sonriótraviesamente. –Quédate esta noche...- le pidió acercándose más a ellamientraslaveíapalidecerdelaimpresión.

-E...so... no... esta...ría bien...- masculló a duras penas con el rostroardiéndoleencarmín.

-¿Por qué no? Ya no eres mi secretaria- añadió el rubio renuente. –Quédate,porfavor...-suplicóconsushermososojosazules.

-Ayyy...- tragóduroal sentircomosusojoszafiroseclavabanen losdeella.–Nomemiresasí...sabesqueterminarécediendosiponesesacara-cerrólosojosparanoperderseenlosdeél.

El rubio echó una hermosa sonrisa. –Si cierras los ojos Catherine, te

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advierto que voy a besarte, así que... no los cierres si no quieres que tebeseintensamente-leadvirtiódivertido.

-Y si los abro terminaré cediendo a tu propuesta- añadió ella apretandomássuspárpados.

-Bien, mantenlos cerrados: te besaré mientras te convenzo de pasar lanoche conmigo...- le advirtió con dulzura. Fue demasiado tarde porquecuando intentó abrir los ojos él ya estaba besándola. -¿Pasarás la nocheconmigo?- lecuestionódulcementemientras jugueteabaconsusmejillasteñidasengranateintenso.

-Yo...-susurrómientrasrespirababuscandosualientorobado.Élalversudecidíadecidióbesarlanuevamenteparaintentarconvencerla.

-¿Tequedarásconmigoestanoche?-leinterrogó.

-Ahhh...- abrió la boca. Estaba a punto de ceder: podía verlo en sushermosos ojos grises. No podía más, su corazón embargado desentimientoscolapsaríaencualquiermomento.

-Unbesomásymedirásquesi...-susurróamenazándolaconsus tiernasacciones.Ella parpadeó irremediablemente ante esa afirmaciónmientrassentía como lentamente la devoraba, lenta y dulcemente. -¿Pasarás lanocheentremisbrazos?-leinterrogómientraslesujetabatiernamentedelamejilla.

Tragóduroporquedeunmomentoaotroterminaríadiciéndolequesí.Semordió el labio inferior completamente avergonzada. –Yo...- susurró élviendo aún el duelo interno que estaba teniendo con sus emociones ypensamientos.

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–Mañana cuando despiertes Catherine...- le sonrió. –Lo primero quesentirás...seráesetraviesosabormíorobándoteelaliento,loprimeroqueverás será... ese azul de mi mirada que tanto te gusta.- intentabaconvencerla completamente porque de unmomento a otro sentía que siveíasaliraCatherineBennetporlapuertadesuelegantedepartamento,sucorazón... se rompería a cachos, le aterraba incluso la ideadepensar enesa horrenda posibilidad y estaba comenzando a pensar en la enormealternativadeponerlellavealapuerta.–Yo...nosoybuenococinando-serascó la nuca. –Pero podría cocinarte algo para desayunar- sonrió condulzura.–Procuraréquenosequeme-esbozóuna tiernasonrisa.–YanovolverásaestarsolaCatherine,yanomás,ahora...yo tecuidaré.Nomemiresasí-lesonrió.–Tranquila...noteestoyprometiendonadadeloqueno puedo hacerme cargo. Solo quiero deleitarme en la mañana, soloquiero sonreír en la mañana cuando lo primero que mire sean tushermososojos¿Tequedarás?-leinterrogó.

Lomiródirectamentealosojosmientrassucorazónbombeabacon

fuerza-Si...-asintióconlacabezamientraslesonreíatiernamente.

-¡Bien!- exclamó él emocionado. –Porque igual y no iba a dejar que tevayas...- sonrió con malicia. Ella parpadeó ilusa. -¡Ven!- de repentemientrasellaintentabacarburarlasituaciónéllacargabaenbrazos.

-¡¿Qué...quéhaces?!-exclamóaterrada.

-Voy a llevarte a un lugar.- demandó. –Confía enmí...- le suplicó y ellaterminócediendociegamente.

Caminóconellahastalapuertacorredizadesudepartamentoyhábilmentedeslizóelcristalparapodersalir.–Marcusnotienesquecargarm...-sintió

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queéllacallabaconunbeso.Ellaquedóestupefacta.

-¡Esoharécadavezquetequejesdealgo!-laamenazó.

-Noesunabuenaidea...-añadió.

-¡¿Porquéno?!-gritóél.

-Simebesasporcadaquejasoloharásquemeconviertaenunagruñona-lesonrió.

Élenrojeció–Correréelriesgo-añadió.–Llegamos-anunciómientraslabajabasuavemente.

-¡¿Dormiremosenlaintemperie!?-gritóalterada,élbajólamirada:pensóque le gustaría a ella. -¿Bajo las estrellas y contigo a mi lado? Meencanta...-susurróyélsesintióeternamentefeliz.

-Ven...-latomódelamanoylaguíohastaelcómodosofádejardínquehabíapedidoquellevaranhastasulujosobalcón.

-¡Estoesenorme!-añadióellaobservandoelvastobalcónqueyacíaensupuerta.-¡Tienespiscina!¡Unjardín!¡Yunaexcelentevista!-gritófascinadamientrasobservabatodoasualrededor.

-¿Tegusta?-lecuestionó.

-¡Muchísimo!-dijoella.

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-¿Ytotegusto?-lecuestionóconesasonrisacoquetaqueusabaenella.

Catherinetragóduro-¿gustar?Esapalabraquedamuycortaparatodoloquesientoporti...-leasegurómirándoloalosojosmientraselcoloretesehacíaevidente.

-¿Quétancorta?-pidiósuexplicaciónmientraslaabrazabaporlacinturay apoyaba su cabeza sobre el pecho de ella. Ella se estremeció con sucercanía. -¿Podrías explicarme que tan corta es?- le suplicómientras lamirabaalosojoscomounniñopequeñoennavidad.Ellaenternecióporlaescenayasintióconlacabeza,él lesonriósatisfechoporsupoderdepersuasiónyapoyódulcementelacabezasobreellamientrasescuchabaelfuerteretumbardesuagitadocorazón.

-Es tan corta que mi vocabulario es pequeño...- le susurró mientras leacariciabasurubiacabellera.–Estancortaquelaúnicapalabraqueencajapara explicarlo es decir...- tragó duro. –Quizás no debería decirlo...- riósutilmentemientrassesentíaabochornada.

-Tienesmiedo a decirlo porque piensas quemehorrorizaré ¿cierto?- lamuchachabajólamiradayélsupoqueteníarazón.–Catherine...-lasujetódel rostro. –Nome horrorizaré, todo lo contrario- sonrió. –Esmás... tediré todo loquemehaces sentir- comentó.–Laúnica formadeexplicartodoloquesientoportiesdecir:Tequerréporsiempre,hastamiúltimosuspiro- cerró los ojos y la besó suavemente. –CréemeCatherine, no teestoy pidiendo nada de lo que no puedo hacerme cargo...- susurródébilmentemientras apoyabanuevamente la cabeza sobre su pecho. –Loquesientoesreal...-leexplicó.-¿Mecrees,cierto?-lecuestionóalteradomientraslamirabafijamente.

Ellaquedoestupefactaunosmomentosfrenteaél,alfinal...-Si... tecreo-

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susurró. Se mantuvieron callados un rato, un largo rato mientrasdisfrutaban del silencio del otro, mientras intentaban ordenar susemocionesensilencio.

-¿Notienescalor?-cuestionóélfinalmente.

-Esten...no-contestónerviosamenteella.

-Yosí...-sereincorporó.Sepudodepiemientrasseestirabaunpoco.Pocoapococomenzóaquitarseelchalecoqueaún teníapuesto, lodejóaunlado y comenzó a desabrochar los botones de su camisa, Catherine sealteró al verlo desnudarse frente a ella, ladeó la mirada sonrojadamientrasmirabahacíaotropuntoquenofueraél.Elrubioladeólamiraday la vio con el colorete entre sus pupilas. Suavemente se deshizo de laprenda. -¿Notehabíadicho?Duermodesnudo- interrogóconsusensualsonrisa.

-jeeeee...- se rió nerviosamente. –No, no sabía...- asegurómirando hacíaotraparte.Elrubiosonrió,eratancándidaquehastalecausabagracia.

-¿Tepongonerviosa?-cuestionóacercándoseaella.

-¡Ahloestáshaciendoalpropósito!-rezongóella.

-Si... porque me gusta cuando te sonrojas- le confesó abiertamentemientras se acercaba a devorarle el aliento de su pecho, la sujetófuertementedelasmuñecasycuandovanamentesepercatódelasituaciónlosintióaélsobreellamientrashábilmentelerozabaloslabios,mientrassentía sobre su espalda el sofá donde anteriormente habían estadocompartiendosusilencio.

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Supo que ella ya no podía respirar pero... él aún guardaba bastanteoxígenoensuspulmones,hipnotizadoyconsuautocontrolperdidocedióa su deseo... ese deseo que le despertaba la piel de su hombro desnuda,posó entonces dulcemente sus labios sobre la piel de su cuello, la chicasolosintióesagélidasensaciónembargarlelossentidos,tansolopudodarunrespingoimpresionadamientraslosentíaaélsatisfacersusexigencias.

-Ma...Marcus...-susurróamedias.

Elrubioabriólosojoscomoplatos,despabilórepentinamentecayendoenla cuenta de lo que hacía sin el consentimiento de ella. -¡Lo siento!-exclamómientrasabruptamenteseapartaba.–Rayos...-susurrósonrojadomientras se mordía los labios y se revolvía el cabello. –Eso fue muyatrevidodemiparte...-serascólanucanervioso.–Novolveráapasar,teloprometo-aseguró.

Ellasoloseburlódeél-¡¿Quiéneselnerviosoahora!?-serió.

Élhizounmohín-¡Noteburlesolorepito!-legritótimado.

-Chantajista...-mascullómientraslomirabaconrecelo.

-¡Ja!¡Porsupuestoquelosoy!-añadióconorgullo.–Perosolocontigo...-

Despertóporquelapresióndesuslabiosdeélsobrelosdeellaleobligóaabrirlosojossinomoriríaahogadaporlafaltadeoxígeno.–Buenosdías-mascullósonrientemientrasveíasusojosgrisesabrirsedeparenpar.

-Entonces... ¿fue real?- ladeó la cabeza innumerables veces mientrasintentabaubicarse.

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Epílogo.

-Entonces... ¿fue real?- ladeó la cabeza innumerables veces mientrasintentabaubicarsusituación.

-Lo fue...- asintió él con la cabeza, mientras le dejaba ver su hermosasonrisa en la mañana. -¡ven!- la encaminó. -¡Te estoy preparando eldesayuno!-aseguró.

-¿Enserio?-cuestionóella.Aúnsesentíabastanteabrumada.

-¡Maldición!-gritóelrubiomientrascorríahacialaestufa.Ellaseacercódeprisaalversudesesperación

-¿Estás bien?- le cuestionó mientras lo veía a él consolar su dedoquemado,porquenegligentementehabíacometidounaestupidez.

-¡No!¡Quizásmueradeunainfección!-exclamódramatizando.-¡HasalgorápidoCatherine!-exclamóentonodechantaje.-¡Debesbesarmidedoomoriré!-gritóalebrestadocomosifueraciertasuafirmación.

-¡¿Quéclasedemalaexcusaesesa!?-semofódeél.

-Solo bésalo...- hizo un mohín mientras lo acercaba a ella. EntoncesCatherine dulcemente deposito un tibio beso sobre la herida del rubiopayaso.

-¿Mejor?- cuestionó ella mientras levantaba la mirada para observarlo

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directamente a los ojos. Él negó con la cabeza. -¿No?- interrogó ellaconfundidamientrasloveíaaélpetrificado.Marcusdiounospasoshaciaadelanteylaacorralóentrelabarraysucuerpo,posólasmanossobrealoscostadosdeella.

-Mis labios... se pusieron celosos- sonrió traviesamente para luego labesarlasindescuido.

-¡Marcus!-gritómientrasloempujabaunpoco.

-¡Rayos!- se dio prisa y apagó la estufa. –Solo se quemó un poco...- serascólanuca.

-¿Unpoco?-exclamóconironíamientrassonreíayobservabasuintentocarbonizado de hot cakes. –Los cocinaré yo...- alegó dando un paso alfrente,el rubiopusoambasmanossobre sushombros impidiéndolequeavance.

-No... ¡Yo lo haré!- exclamó con energía. -¡Me tienen que salir bien!-exclamómirandoalaestufa.

-¿Seguro?-cuestionó.

-¡Seguro!-exclamó.

Unahoradespués:seencontrabansentadosfrenteafrenteenelcomedorde Marcus mientras ambos observaban sus hot cakes casi quemados,deformes y mal hechos. El rubio observó su desayuno: no se veíaapetitoso.

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-¡Estamuybueno!-alegóellaviendosutristesemblante.

-¡NolocomasCatherine,teharádaño!-gritó.

Negóconlacabeza.–Enrealidad,estámuybueno-asintiógustosa.

-¿Enverdad?-preguntóilusionado.

-¡Si! ¡En verdad!- esbozó una inmensa sonrisa. -¡pruébalo!- le acercó eltenedoryelrubiotomólaporción.

-¡Soytodounprofesional!-añadiósonriente.

-Clarooooo...-serióella.

-¡NoteburlesCatherine!-lereclamó.-¡Deberías...deberíasdarmeunbesopormibuentrabajo!-exclamóconaltanería.Catherinesepusodepie,conunamano sujetó sumejilla y con cuidado dulcemente depositó un besosobre sus labios cubiertos de chocolate, el rubio sorprendido cedió alcontactodesuboca.

-Graciasporeldesayuno,estadelicioso-leaseguró.Marcushipnotizadosolopudoasentirlacabezaporqueestabademasiadoembelesado.

-Si vas a recompensarme así cada vez que queme algo puedo cocinarsiempre-sonriótraviesamente.

-Noabuses...-

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Tuvo que salir volando del departamento de Marcus porquerepentinamente le habían avisado sobre una inesperada conferencia deprensa. ¡Cómo odiaba esasmalditas conferencias de prensa! Pero no lequedaba remedio, corrió hasta su casa a cambiarse de ropa mientrasdejabaalrubiocabizbajoportenerqueirsetanrepentinamente,pero...nolequedabadeotra.

Mirabaestresada su reloj,mientras intentabanoestresarseporculpadelmalditotráfico.Estabaapuntodeperderlosescrúpulos,cuandosaliódelmalditoembotellamientocausadoporculpadeunadeesasmalditasobrasderemodelación.CorrióaprisaparallegaralasaladeconvencionesmásgrandedetodoLondres.Entróapurada,habíamuchagenteenlapuertayreporterosamontones.Pero...nadieparecíanotarla,esolepreocupó.

-¿SeñoritaCatherineBennet?-lecuestionóunajovenedecán.

-Ehhh...si-contestóensimismada.

-Por aquí, por favor- hizo un gesto para que la siguiera. La chicaasombradacaminódetrásdeella.Lajovendecabellocastañoleseñalóunlugar enprimera fila enel inmensoauditorioyCatherine asombrada sesentóunmomento.Nosabíaporquéperoterminósiguiendoaesajoven.

Sesentóyesperóensilencio¿Quéesperaba?noteníaidea.

-¿Quéestápasando?-cuestionósinentender.Ladeólacabezadeunlugaraotro, era evidente que la conferencia de prensa no trataba de ella, y eraobvioque todosestabancon lamisma interroganteen la frente.Decidióesperaraverquépasaba.

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-Transmitiendo la conferencia de prensa convocada por el magnate ypresidentede:Hoffmancorporation:MarcusHoffman,aúnnosabemoselmotivoexactodeestaconferenciaperoprontoloaveriguaremos,sigaconnosotros- exclamó un reportero quien era grabado por una enormecámara.

-¿Marcus?- masculló ella al escuchar esa información. No pudo evitaralterarse¿Quéhabíapasado?

Elbarulloseestremecióaúnmáscuandoelmencionadorubiosalióa laluzytomóasientoenlamesadeconferencias.Seleveíaespléndidamenteguapo, con esa sonrisa coqueta que sabía robar suspiros, con sushermosos y radiantes ojos azules. –Buenas tardes a todos, gracias porveniraestaconferencia-añadió.Catherineestabasorprendida.

-¡SeñorHoffman!¡¿Cuáleselmotivodeestaconferencia?!-cuestionóunreportero.

-¿Algún producto nuevo que quiera lanzar al mercado?- cuestionó unareporteraconmuchaintriga.

-No,elmotivodeestaconferenciadeprensaes...-tragóduro.–Parahablarde mi vida personal- apretó los ojos cuando escuchó los murmullosreventarseentodoelsalón.

Losreporterosseemocionaron.¡Unanotadeesamagnitudvalíamillonesymásconlosrecientesescándalos!Catherinesintióquesusillatembló.Elrubiolavislumbróenlaprimerafiladelauditorioysololesonrió,ellalepusoungestodeconfusión,selenotabamáspálidodelonormal.

-¡Séquetodoeltiempolesheevadidoeltemademividapersonal,pero

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solo por hoy contestaré cualquier pregunta que tengan! O... ¡Casicualquiera, tampoco sean demasiado indiscretos!- exclamó el rubiollamando la atención de todos los presentes. -¿Alguna pregunta?-cuestionóyunsegundodespués:

-¡¿SeñorNamikaze, los rumoresdeque tuvounencuentrocon laactriz:Mia Leclair en su departamento, son ciertos?!- que rápidos eran esosreporterosparaformulasinterrogantes.

El rubiosuspiró.–Sí, sonciertos-argumentóy todoelmundosealteró.Catherinesintióalgorompersequizásdeseabaescucharqueeraunsimplerumorquealguienhabíainventado.Comenzabaapensarquesaldríadeahíconelcorazónhechoañicos.

-¡¿QuérelacióntieneconMiaLeclair!¡¿Estánjuntos?!¡¿Estánsaliendo?!Porqueselesviojuntoslanochedelaobradecaridaddelascelebridades-cuestionóastutamenteunajovenreportera.

-No,noestamosjuntos.Somosbuenosamigos,yelmotivodesalirdesudepartamento hace algunas semanas fue por el rompimiento con suprometido.¡Nadamás!¡Nopasónadaentrenosotrosnivaapasar!-añadióconunavozrecia.

-¡Señor Hoffman! ¿Qué puede decirnos acerca de los rumores de ustedcon respecto a ser un mujeriego? Porque se le ha visto con muchascelebridadesymujeres-

-Malditos reporteros...- pensóen sus adentros.Enesemomentoentendiólomuyidiotaquefuealnoponerlesrestriccionesaesasinfelicespirañas.Marcus fue astuto y evadió la pregunta de manera olímpica, era muyprontoparacontestaralgotanenorme,aúnnosesentíalisto.

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-¡¿Es cierto que usted yCatherineBennet tuvieron "encuentros furtivos"cuando ella era su secretaria?!- ¡Al fin alguien había preguntado lo quetodossemoríanporsaber!Catherinesehizopequeñaensuasiento.

-EntreCatherineyyojamáspasó¡Nada!Nuncasedejóseducirpormísieso es lo querían saber. En realidad es la única mujer que me harechazado.- confirmó mientras miraba al reportero que le habíapreguntadosobresufamademujeriego.–Mimalditafamademujeriego...escierta-elescándalosehizomásinsoportable.

-¿Estás tomandonota?-uncamarógrafoa sucompañera reporteraquienescribíarápidamente.

-¡Sí!-exclamóesta.

-¡¿Entonces cuál fue la razón de ir a su conferencia de prensa cuandopresentabasulibro?!-preguntóalguienmás.

-Declararlemiamor...-contestóintentandonosonrojarse.–Peromesalióal revés- se rió. Catherine se sonrojó al máximo al escuchar esadeclaración.

-¡¿Porqué razónpagódosmillonesymedioporunacitaconCatherineBennetcuandoesamujerfuesusecretariaanteriormente?!-

-¡Porque no iba a dejar que uno de esos idiotas ricachones intentaranpropasarseconellacuandoellaloúnicoquehahechomales...quererme!-exclamó.-¡LefundaronaCatherineunafamaquenotiene!¡Quelesquedeclaro:CatherineBennetjamásseentregóamí!-gritóintentandolimpiarelnombredeCatherine.

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-¿! Qué siente exactamente por ella!?- cuestionó una familiar figura, elrubio enfocómejor lamirada y se topó con sus hermosos ojos grises.Sonrió.TodomundosealteróaúnmáscuandoCatherineBennetsaliódedondeestabaparacuestionaraquello.

-Buena pregunta señorita- carraspeó mientras se acercaba más almicrófono. –Simple: estoy perdidamente enamorado de ella- exclamómientrassudeclaracióneragrabadayapuntadaportodoslosperiódicos,revistas y programas de televisión del país. –Por eso mismo... quisieracambiar mi pasado. Desde ahora quiero ser un buen hombre para ella,porque solo de esa forma sentiré que la merezco. Porque solo de estaformasabráella loque siento, todo loque sientoporque... estoy seguroque la querré por siempre- le sonrió a Catherine quien estaba tanemocionada que quizás sonreía demás. -¿Le quedó claro señorita...?- lamirócomosinolaconociera.

Ellaentendióeljuego.–Catherine,CatherineBennet-exclamósunombre.

-¿PodríadecírseloseñoritaBennet?-leguiñoelojo.

-Me encargaré que lo sepa...- argumentó intentando no derramar unalágrima.Despuésdehaberhechoesadeclaracióndeamor,despuésdelasmiles de preguntas que le lanzaron a la Catherine después de habersecercioradodehaberlepreguntadotodocuantopudieronalrubio,despuésdetodoesoalfin...laconferenciaculminó.

Estabasentadaenlasaladeespera,mientraspensabaenlomuyidiotaqueestabaMarcusportodoloquehacía.Suspirabaacadamomento,sesentíadichosa porque si haber gritado que estaba enamoradode ella a todo elpaísyhastaelmundoenteronoeraunadeclaracióndeamorentonces....¡Nadalosería!Estabainmensamentefeliz.

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Elrubiosaliódelcamerinoydiounrespingo–SeñoritaCatherineBennet,la conferencia ya terminó ¿Tiene alguna otra pregunta?- le cuestionócontinuando con un juego en donde al parecer eran un par dedesconocidos.

-MepreguntabaseñorHoffmansi...- sonrió. -¿Medejaríapasar lanocheensudepartamentohoy?-unasonrisaasomóensusemblante.

-Porsupuesto,puedoofrecerleunpardecopasdevino-leguiñoelojoyellaseechóareír.

-GraciasporloquehicisteMarcus-exclamóconmocionada.

-Era para demostrarte lo que siento por ti.Voy enserio.Además... te lodebía, te dejé en ridículo la última vez- masculló -¿Me gané un beso?-interrogótraviesamente.Ellaafirmóconungesto.Sepusosepuntillasyrodeó su cuello son sus brazos mientras sus labios se encontrabantibiamente, mientras el sabor de uno se colaba en los labios del otro.Enroscósusdedosensuscabellosrubiosysolosintiócomoél laatrajohacía sí con más fuerza y necesidad de robarle el aliento. -¡Oh vaya!¡Tengo que hacer más conferencias de prensa de este tipo! ¡Realmentevalenlapena!-sonrióenormemente.

Ella acarició su mejilla mientras lo observaba sonreír. –Te quiero...-susurrómientrasrozabasuspómulosconsuavidad.

-NomásqueyoCatherine...nomásqueyo...-susurróparadenuevosellarsuslabiostiernamente.Ellacerrólosojosysedejóperderenlahipnosisdesusabor.

-Tequerrésiempre...-lesusurróellatibiamentealoído.

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-¿Si?Porqueyoplaneóquerertepormástiempo...-Nodijeronnadamás,no había necesidad, porque era evidente que estarían conectadoseternamente.Solodepositóuntibiobesoensuslabios.Supoquecambiarloqueerasolovalíalapenasiellaestaríasiempreasulado.

-Mañanasaldrásentodaslasportadas-comentóCatherine.

-Losé,nohablemosdeello-labesónuevamente.Ellapensóquesi...habergritado a los cuatro vientos que estaba enamorado de ella no era unadeclaracióndeamorentonces...¡Nadaenestemundoloera!sedejóllevarporlatexturadesusabor.

Elamornocorrompecorazones,loscambia.Siuncorazóncambiaparabienporamoresporquesussentimientosavanzanhacíaellugarcorrecto.Noessacrificio,esnecesidaddehacerlo,siunobuscasermejorparalapersona amada entonces el amor... hizo bien su trabajo, no es fingir esbuscarelcaminoindicado.

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TableofContentsSinopsisCapítulo1:MinadaatractivasecretariaCapítulo2:Sedúcela.Capítulo3:Orgulloroto...Capítulo4:Quédateestanoche.Capítulo5:Alamañanasiguiente.Capítulo6:¿Enamoradoyo?¡Jamás!Capítulo7:Sefue.Capítulo8:Aldescubierto.Capítulo9:Chicafácil.Capítulo10:Elmejorpostor.Capítulo11:Esaseríaunalarganoche.Capítulo12:PorquéEpílogo.