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1 Primeros Auxilios Introducción Primeros Auxilios Introducción Para poder comprender la naturaleza de los primeros auxilios, deben tenerse en cuenta ciertas características propias de los seres humanos, entendiéndose que la vida de cada individuo es un bien único e irrepetible, y que su mantenimiento depende del funcionamiento de su organismo para realizar todas las acciones vitales, como la alimentación y la respiración, entre otras si las cuales sería imposible la subsistencia humana. Todas las actividades que realizan los seres humanos poseen incidencia en su estado de salud, por lo que en los diversos espacios de circulación, como la casa, el lugar de trabajo o de recreación se debe poseer una actitud preventiva, con la cual se pueden llegar a evitar accidentes que puedan dañar a uno mismo o a terceros. A pesar de ello, existen situaciones o actividades en las cuales los riesgos son difíciles de prevenirse, por lo cual el individuo se encuentra más expuesto a sufrir algún tipo de accidente. Ante este tipo de situaciones, las respuestas y acciones para proveer al accidentado de contención y ayuda deben darse en forma rápida y efectiva, siendo fundamental que la persona que brinde su apoyo posea ciertos conocimientos sobre las técnicas idóneas para contrarrestar los daños inmediatos o futuros ocasionados por un hecho desafortunado. Por ello, es necesario que los individuos cuenten con una capacitación en la cual puedan aprender el tratamiento, cuidado y atención temprana que deba ser brindada a un accidentado, como así también tener conocimiento sobre medidas de prevención de males mayores y técnicas de traslado en caso de que no se cuenten con otros medios que el propio para facilitar la asistencia en un establecimiento médico profesional. todas las acciones vitales las cuales sería imposible T odas las ac en su e circulac pos e A los se en Ante prov form brind i dóne ocasio Por capa y ate como as de mal es cuenten co un establecim Debe aclararse que los primeros auxilios constituyen simplemente un modo de tratamiento y contención primario que puede ser realizado por cualquier individuo con conocimientos de los mismos, pero que de ninguna manera conforman un sustituto de la atención profesional. www.elbibliote.com

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Primeros Auxilios Introducción

Primeros AuxiliosIntroducciónPara poder comprender la naturaleza de los primeros auxilios, deben tenerse en cuenta ciertas características propias de los seres humanos, entendiéndose que la vida de cada individuo es un bien único e irrepetible, y que su mantenimiento depende del funcionamiento de su organismo para realizar todas las acciones vitales, como la alimentación y la respiración, entre otras si las cuales sería imposible la subsistencia humana.

Todas las actividades que realizan los seres humanos poseen incidencia en su estado de salud, por lo que en los diversos espacios de circulación, como la casa, el lugar de trabajo o de recreación se debe

poseer una actitud preventiva, con la cual se pueden llegar a evitar accidentes que puedan dañar a uno mismo o a terceros.

A pesar de ello, existen situaciones o actividades en las cuales los riesgos son difíciles de prevenirse, por lo cual el individuo

se encuentra más expuesto a sufrir algún tipo de accidente. Ante este tipo de situaciones, las respuestas y acciones para proveer al accidentado de contención y ayuda deben darse en forma rápida y efectiva, siendo fundamental que la persona que brinde su apoyo posea ciertos conocimientos sobre las técnicas idóneas para contrarrestar los daños inmediatos o futuros ocasionados por un hecho desafortunado.

Por ello, es necesario que los individuos cuenten con una capacitación en la cual puedan aprender el tratamiento, cuidado

y atención temprana que deba ser brindada a un accidentado, como así también tener conocimiento sobre medidas de prevención

de males mayores y técnicas de traslado en caso de que no se cuenten con otros medios que el propio para facilitar la asistencia en

un establecimiento médico profesional.

todas las acciones vitaleslas cuales sería imposible

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Debe aclararse que los primeros auxilios constituyen simplemente un modo de tratamiento y contención primario que puede ser realizado por cualquier individuo con conocimientos de los mismos, pero que de ninguna manera conforman un sustituto de la atención profesional.

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Primeros Auxilios Introducción

La aplicación de técnicas de primeros auxilios puede llevar a evitar lesiones mayores provocadas o incluso la muerte, aunque podrían empeorar el cuadro si el individuo que intenta brindar su ayuda no posee los conocimientos sufi cientes.

Por lo tanto, el fi n de los primeros auxilios es el de mantener la vida del accidentado a través de diversas técnicas que aumenten las posibilidades de supervivencia del mismo, hasta la llegada de un equipo médico, quien se hará cargo de la atención del herido.

Además de realizar prácticas sobre el aspecto físico del accidentado, la presencia de un individuo con conocimientos de primeros auxilios puede llegar a evitar un estado de shock o cualquier desequilibrio emocional de la persona que ha sufrido una situación traumática, por lo que la actitud del socorrista debe ser calma, prudente y confi ada. En este sentido, es importante el mantenimiento del diálogo con el accidentado si se encuentra consciente, intentando conocer los motivos del desafortunado hecho para que, en el caso de ingresar en un estado de inconsciencia, la información pueda ser trasladada al personal profesional de asistencia médica.

Asistencia médica en vía pública.

HISTORIA DE LOS PRIMEROS AUXILIOS

La ayuda sistemática a personas accidentadas o heridas se remonta siglos atrás, cuando aún no se habían establecido técnicas o protocolos para tratar diversos traumatismos en los individuos. Un gran avance en este tipo de tratamientos se han producido durante los confl ictos armados, donde la escasez de recursos, sumado a los largas distancias y la gran cantidad de tiempo que transcurre entre la realización de una herida y su posterior atención, obligaron al estudio sobre las mejores técnicas y materiales para tratar distintos tipos de cuadros.

Estos conocimientos fueron traspasados al ámbito civil, donde se adecuaron los procedimientos para ser adaptados al ámbito urbano y peri urbano, donde la asistencia médica suele presentarse en un escaso margen de tiempo.

El fi n de los primeros auxilios es mantener la vida del accidentado

a través de diferentes técnicas que aumenten sus posibilidades

de supervivencia, hasta la llegada de un equipo médico.

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Primeros Auxilios Introducción

Los primeros auxilios como necesidad en la guerra

Algunos de los indicios más fi rmes sobre el inicio del socorrismo como una práctica más de la actividad bélica se remonta a principios del siglo XIX, cuando la expansión napoleónica, el emperador le encomendó al médico Dominique Larrea el desarrollo de un plan coordinado para evacuar a los heridos caídos en el campo de batalla, disponiéndose de personal encargado exclusivamente en esta tarea. Para ello se fabricaron carretas especiales consideradas como las primeras ambulancias, cuya función era la de trasladar a los heridos hacia el hospital de campaña ubicado en la retaguardia. A pesar de que las carretas de traslado no eran algo totalmente novedoso, dicha práctica se destacaba por otorgarle un tratamiento previo y rápido a los heridos sobre los mismos vehículos, lo cual aumentaba las posibilidades de supervivencia del herido y facilitaba las tareas de los especialistas apostados en el hospital de campaña.

Algunos años más tarde, un activista suizo llamado Henri Dunant se vio sorprendido por la rústica asistencia que se les otorgaba a los soldados que combatían en el frente y la mala calidad de la atención, por lo que se decidió a formar un grupo especial de voluntarios que a mediados de la década de 1860 recibiría el nombre de Cruz Roja.

La penicilina es un an bió co cuya función es eliminar bacterias.

Hacia fines de la década de 1930, una gran cantidad de países reconocieron a la Cruz Roja como un órgano neutral, dejando de convertirse en blanco a aniquilar durante los combates.

A partir de entonces, esta organización internacional comenzó a desempeñarse en distintos escenarios del planeta otorgando asistencia médica a los necesitados. El desarrollo de armas cada vez más sofi sticadas y el consecuente aumento en la cantidad de heridos en combate plantearon la necesidad de desarrollar nuevos componentes y técnicas para atender las consecuencias de la guerra. Con el estallido de la Primera Guerra Mundial en 1914, comenzó a aplicarse un componente que revolucionaría la atención de los heridos: la penicilina. Además, se desarrollarían diversos métodos para priorizar los cuadros a atender, clasifi cando la gravedad de las heridas y las posibilidades de supervivencia del individuo afectado. Una vez fi nalizado el confl icto, miles de personas habían logrado salvar su vida gracias a la atención primaria de los médicos de campaña, por lo que una gran cantidad de ejércitos de todo el mundo comenzaron a incorporar entre sus fi las a equipos médicos.

Nuevamente la experiencia de una Guerra Mundial requirió de un avance en las herramientas y técnicas para hacer frente a miles de heridos con lesiones graves en pleno frente de combate. A su vez, aumentó en la mayoría de los países la cantidad de fondos destinados al tratamiento de los soldados, debido a la evidencia de que aquellos recursos no constituían un gasto, sino una inversión que provocaba una disminución en la cantidad de muertos al fi nal de cada enfrentamiento.

Voluntarios y enfermeras de la Cruz roja otorgando asistencia médica durante las diferentes crisis vividas.

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Primeros Auxilios Introducción

En la actualidad, todas las fuerzas armadas del mundo poseen equipos de asistencia móvil, siendo éstos tanto terrestres como marítimos y aéreos. Además, las nuevas tecnologías han permitido el desarrollo de materiales ligeros y resistentes para el emplazamiento de hospitales de campaña, así como también la aparición de nuevos elementos para tratar distintos tipos de heridas, existiendo incluso en algunos países la posibilidad de realizar intervenciones quirúrgicas a través de robots desplegados en plena batalla y controlados a distancia.

La capacitación para actuar socorriendo a personas que requieren de ayuda médica a contribuido a disminuir en forma notable la cantidad de muertos por causas evitables, contribuyendo a su vez a generar lazos humanitarios entre los miembros de la sociedad.

El socorrismo en el ambiente civil

La efi cacia de los primeros auxilios aplicados en los campos de batalla produjo que estos fueran volcados rápidamente al ámbito civil. Se estimaba que si un combatiente podía asistir a un herido en medio del fragor del enfrentamiento, cualquier ciudadano con conocimientos básicos podría socorrer a otro ante algún accidente hasta que un especialista pudiera acudir al lugar para hacerse cargo del afectado. En tanto, las transformaciones en los hábitos de la población, principalmente en los Estados Unidos y luego en la mayor parte de occidente, produjeron un mayor nivel de tabaquismo, estrés, sedentarismo, alcoholismo, drogodependencia y obesidad, dando lugar a un aumento considerable de los casos de infartos y afecciones cardíacas varias.

A mediados de la década de 1960, el doctor estadounidense Robert Cowley se dedicó a analizar los datos de mortalidad en su país, concluyendo que las

posibilidades de que un herido pueda llegar a sobrevivir se encuentran estrechamente vinculadas con la rapidez con la cual se lo asiste. Por aquel entonces, la mayoría de las ambulancias consistían simplemente en vehículos que trasladaban al accidentado hacia el hospital más cercano, por lo que la atención no era inmediata. Ante esta situación, se puso énfasis en la formación de ciudadanos no médicos para la asistencia

inmediata de personas accidentadas.

Diferentes equipos de asistencia móvil para el traslado y atención médica de personas en casos urgentes.

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Primeros Auxilios Introducción

El socorrismo mul nacional

En la actualidad existen ciertas regiones del planeta en los cuales la violencia entre grupos por diferencias políticas, étnicas, económicas, etc., es constante, y los gobiernos o bien forman parte de ese escenario violento o ven superadas sus capacidades para atender las numerosas víctimas que producen los enfrentamientos, generando altos índices de mortalidad. Este tipo de situaciones se dan principalmente en algunas regiones del continente africano y el asiático, siendo en éste último más común en la región de oriente medio. Ante estos escenarios, distintas organizaciones de ayuda humanitaria conformados por miembros de diversas nacionalidades se desempeñan en distintos países para asistir a la población frente a hechos trágicos y de gran envergadura.

Entre estas organizaciones se encuentra Médicos Sin Fronteras, la cual fue creada a fi nes de 1971 por un grupo de médicos y periodistas que se desempeñaron durante la Guerra Civil nigeriana, donde los enfrentamientos iniciados por el pueblo Igbo para proclamar la República de Biafra y la falta de asistencia dieron lugar a uno de los mayores genocidios perpetrados en el continente africano.

Desde aquel entonces, Médicos Sin Fronteras se ha conformado como una organización multinacional que ha logrado un aumento considerable en su número de miembros, además de su zona de operaciones y sus capacidades de asistencia. En la actualidad, sus adherentes se encuentran en más de 70 países, otorgando ayuda tanto a víctimas de enfrentamientos armados como de catástrofes de diversa naturaleza.

CONSEJOS E INDICACIONES GENERALES

Cualquier persona que desee contar con los conocimientos básicos debe tener en cuenta que existe la posibilidad de que ante un procedimiento mal realizado, la víctima puede empeorar su cuadro por la acción de quien en verdad, pretende ayudarlo. Por ello, es importante que el socorrista posea tanto los conocimientos como la actitud serena y la confi anza sufi ciente para poder actuar inmediatamente en el caso de una caída, colisión, corte, quemadura, pinchazo, mordedura, envenenamiento o cualquier otra situación traumática que pueda afectar a un individuo o grupo.

El socorrista debe poseer la ac tud y los conocimientos necesarios para actuar frente a la víc ma.

Debido a la violencia que se vive actualmente en diferentes países, el índice de mortalidad

se eleva constantemente; es por ello que disti ntas organizaciones

desempeñan asistencia médica frente a cualquier hecho trágico.

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Primeros Auxilios Introducción

Lo que no debe hacer un socorrista

Antes de comenzar a desarrollar las técnicas y procedimientos, es conveniente tener en claro qué acciones pueden resultar en un perjuicio para el herido. Por ende, para evitar generar un mal mayor, debe tenerse en cuenta que un socorrista NUNCA debe:

Lavar heridas profundas o fracturas expuestas. En estos casos, el

socorrista debe simplemente colocar apósitos esterilizados sobre la zona

en cuestión.

Soplar sobre las heridas para retirar restos de suciedad o intentar generar

un alivio en el afectado.

Tomar contacto directo con heridas abiertas con sus manos o cualquier otro

elemento que no se encuentre debidamente esterilizado.

Mover o tocar coágulos de sangre.

Aplicar algodón en forma directa sobre quemaduras o heridas. Aplicar

vendajes muy ajustados o muy sueltos.

Intentar coser heridas abiertas.

Al momento de tener que limpiar una herida, no se debe

limpiar con movimientos hacia adentro.

Suministrarle líquidos, alimentos o fármacos al herido.

Humedecer los vendajes antes de colocarlos.

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en cuestión.

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Principios básicos de la atención

El procedimiento de atención a un herido debe hacerse en forma rápida, sin que la velocidad perjudique en lo más mínimo la calidad de la asistencia. Se debe tener en cuenta que el tiempo de arribo de una ambulancia puede ser de unos pocos minutos hasta varias horas, dependiendo de la región, la realidad del sistema sanitario y la naturaleza del incidente. Por ello, es fundamental realizar una serie de procedimientos ante el individuo traumatizado.

En primer lugar, si la persona se encuentra en aparente estado de inconciencia, debe ubicarse la presencia de pulso cardíaco. Si el afectado se encuentra conciente, se deben buscar indicios en el cortes o lesiones que puedan llegar a difi cultar la respiración, realizando esto sin cambiar de posición el cuerpo ni las extremidades.

Si se presenta una hemorragia, es fundamental detener el sangrado para evitar una mayor pérdida de sangre. Si un individuo se encuentra con diversos traumas, se debe dar prioridad de atención a aquellos que puedan poner en riesgo su vida en forma más inmediata.

En caso que el socorrista no cuente con los conocimientos básicos para

auxiliar a la vícti ma, ante un mal procedimiento puede lograr que el

afectado empeore.

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Primeros Auxilios Introducción

Es decir, ante el caso de una obstrucción en la respiración y una fractura, debe trabajarse para resolver la primera, inclusive cuando en las maniobras de desobstrucción pueda llegar a complicar la fractura.

Algunas de las principales cuestiones a tenerse en cuenta al momento de tener que asistir a un herido son las siguientes:

Mantenerse en calma: Los nervios pueden llegar a facilitar los errores de parte del socorrista, y una actitud inestable de su parte puede generar mayor desesperación en el traumatizado, difi cultando aún más las acciones de atención.

Asegurar el entorno: Un herido puede encontrarse en un escenario en el cual diversos factores pueden llegar a afectarlo tanto a él como al socorrista. En caso de un derrumbe, un incendio, una colisión en medio de una autopista, un tiroteo u otras situaciones posibles constituyen casos en los cuales la seguridad de los individuos no se encuentra asegurada, por lo cual debe intentar obtenerse el mayor grado de resguardo posible ante este tipo de situaciones.

Evitar el amontonamiento de gente: Suele suceder que ante un accidente en la vía pública se produzca un amontonamiento de curiosos que deseen observar la situación. Disipar el amontonamiento o al menos, aumentar el espacio existente entre la gente y el traumatizado es de gran importancia, ya que aumenta el nivel de nerviosismo del accidentado y difi culta el diálogo con el mismo. Además, los amontonamientos obstruyen la circulación de aire, difi cultando la respiración del herido.

Tomar una actitud de liderazgo: Durante los tumultos, las personas suelen intentar ofrecer ayuda inclusive sin saber técnicas adecuadas. Así, pueden intentar mover al herido, ofrecerle agua, levantarle los brazos, entre otras acciones que según creencias populares pueden llegar a aplacar los traumas del afectado. Sin embargo, estas acciones pueden ser contraproducentes, por lo que el socorrista debe tomar el liderazgo de la situación, ordenando la dispersión y designando a una persona en particular para que solicite una ambulancia, además de involucrar a otras personas para asegurar la no injerencia de terceros o para conseguir elementos como gasas, férulas, etc. El socorrista puede solicitar la asistencia de algún curioso para trabajar sobre el herido bajo su supervisión, y sólo deberá delegar el cuidado a los ambulancieros.

Indagar al traumatizado: Además de realizar una indagación corporal para determinar la gravedad de las lesiones, cuando el accidentado se encuentra consciente se debe realizar una indagación verbal, contribuyendo a mantener la calma del traumatizado y lograr obtener la mayor cantidad de información útil posible.

Se debe evitar el amontonamiento de personas alrededor de la víc ma.

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Primeros Auxilios Introducción

BOTIQUÍN BÁSICO

La asistencia a personas accidentadas requiere de una cierta cantidad de elementos indispensables para poder realizar el auxilio en forma efi caz. Sin embargo, algunos

de los elementos pueden llegar a ser reemplazados por otros ante la carencia de los mismos en un determinado contexto.

Todos los elementos del botiquín deben encontrarse dentro de un contenedor fácilmente reconocible y cuya apertura sea sencilla, presentando los diversos componentes para una fácil diferenciación entre los mismos. Éstos deben encontrarse protegidos de la humedad y la luz, por lo que se recomienda emplear una caja o un diminuto bolso, donde se cuente con la capacidad para incluir elementos para atender a unas cuatro personas.

Por otra parte, el contenido del botiquín debe ser revisado con periodicidad, para asegurar que ninguno de los elementos

haya sobrepasado su plazo de vida útil.

Todo botiquín de primeros auxilios debe contener al menos los siguientes elementos:

Bo quín de primeros auxilios con elementos básicos.

Es importante contar siempre que sea posible con un botiquín a mano, tanto en el vehículo como en el hogar o el lugar de trabajo. Lo idóneo es poseer distintos botiquines adecuados a los posibles accidentes que puedan ocurrir en cada escenario, por lo que en un vehículo, por ejemplo, debería contarse con un número extra de aquellos elementos que puedan llegar a emplearse en el caso

de una colisión o del contacto con un herido en una ruta o camino de difícil acceso, donde la ambulancia tardará más en llegar.

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Gasas esterilizadas de distintas medidas, los cuales serán necesarios tanto para heridas abiertas como para quemaduras.

Vendas de distintas medidas, que puedan ser empleadas desde pequeñas superfi cies como los dedos hasta para extremidades de mayor tamaño como piernas o brazos. Son necesarias para mantener los apósitos en el lugar indicado o para inmovilizar algún miembro.

Tela adherente, muy útil para sujetar las vendas u otros elementos durante la asistencia.

Sobre de sal, ya que disuelto en agua, se emplea para tratar los estados de shock.

Tijera de puntas redondeadas, para cortar las prendas de vestir y dejar al descubierto las lesiones, dejando la zona libre para poder trabajar efi cazmente sobre ellas.

Pinzas, para retirar espinas, aguijones, etc.

Guantes de látex, para tomar contacto con las heridas sangrantes sin el riesgo de exponer la herida a la suciedad, protegiendo además al socorrista de posibles infecciones.

Desinfectante.

El contenedor de primeros auxilios ti ene que diferenciarse de otros y poseer una fácil apertura, sus

elementos deben encontrarse protegidos de la luz y la humedad.

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Primeros Auxilios Introducción

Tablas rígidas, de diversas dimensiones, desde unos 10 centímetros hasta unos 40, para poder entablillar tanto dedos como piernas y brazos.

Trazo ancho de tela, aunque los torniquetes deben emplearse únicamente en casos extremos –ya que derivan en la pérdida de la extremidad-, debe poseerse este elemento para ser aplicado en casos en los cuales el sangrado es abundante y los tiempos de espera antes de la llegada de una ambulancia son extremadamente largos. Se debe tener en cuenta que para el torniquete es necesario un palo, pudiendo emplearse tanto elementos del entorno como herramientas del vehículo, un palo de escoba, etc.

Bicarbonato de sodio.

Pomada antihistamínica.

Analgésicos.

Antiespasmódicos.

Alcohol yodado.

Algodón.

Agua oxigenada.

Cloruro de sodio.

Apósitos.

Silbato.

Termómetro.

Linterna.

Socorrista con su bo quín y las herramientas necesarias para auxiliar posibles víc mas.

tee a.

Mujer ejerciendo presión en el tórax para impedir una posible asfi xia.

Cuando un socorrista se encuentra frente a la vícti ma,

debe evaluar las condiciones de su entorno para poder actuar

sobre el accidentado tomando las precauciones necesarias.

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Primeros Auxilios Introducción

EvaluaciónCuando un socorrista toma contacto con la persona traumatizada, debe evaluar las condiciones del entorno para asegurarse de que su integridad física se encuentra asegurada para actuar sobre el accidentado. Cuando puede acceder al mismo, debe iniciar la evaluación sobre el cuerpo del mismo, para lo cual existe un procedimiento determinado a través del cual se busca otorgarle un orden y establecer prioridades para otorgar mayores probabilidades de supervivencia al individuo.

Antes de tomar contacto con el traumatizado, el socorrista debe saber observar la situación de éste, para detectar en primer lugar si existen hemorragias o lesiones visibles. Durante toda la evaluación y asistencia, no debe desatenderse a la víctima ni proceden en forma apurada.

Es necesario un patrón de evaluación objetivo que pueda disminuir el nivel de subjetividad aplicado por el socorrista al momento de dar su asistencia al herido.

La evaluación se realiza en dos etapas, luego de las cuales el socorrista deberá poseer una noción generalizada de la situación en la cual se encuentra el afectado.

EVALUACIÓN PRIMARIA

Uno de los principales recursos del socorrista en esta primera etapa es el de la observación. Tanto durante el acercamiento hacia la víctima como durante toda la asistencia, se deben observar los signos vitales y las reacciones del individuo traumatizado.

Este proceso de observación se encuentra estrechamente ligado a las características subjetivas del socorrista, que reconocerá las diversas lesiones, predisponiendo al individuo a actuar en una forma determinada ante el traumatizado. Por ello, la observación es un proceso que debe realizarse en forma prudente, sin permitir que las valoraciones propias puedan llegar a olvidar alguna zona que se encuentre posiblemente afectada. Una vez protegido el entorno en el cual se encuentra el individuo y avisado al sistema de ambulancias para que arribe cuanto antes, se procede a interrogar al traumatizado, buscando con la vista las posibles lesiones que pueda poseer en su cuerpo.

Luego de una observación preliminar, se debe determinar el estado de conciencia, verifi car la respiración, controlar el pulso y luego, la existencia de hemorragias.

Conciencia

Es fundamental conocer la capacidad del individuo para responder a los estímulos externos que se le presenten. Durante un accidente, por ejemplo, la conciencia puede verse perjudicada por golpes o incluso por la situación emocional de la persona.

Además, las personas epilépticas pueden manifestar su enfermedad en la vía pública, y requieren de una atención inmediata para evitar golpes y mayores complicaciones. En estos casos, el cerebro se ve sometido a corrientes eléctricas que generan movimientos involuntarios, los cuales se manifi estan en estado inconsciente. Tal como se ha mencionado anteriormente, los golpes en la cabeza pueden alterar el nivel de conciencia de la persona, generando importantes complicaciones e inclusive existiendo el riesgo de muerte. Por ello, la asistencia debe iniciarse con un control del estado de conciencia del individuo. Los pasos para determinarlo son los siguientes:

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Primeros Auxilios Introducción

La respiración es fundamental para la conservación de la vida, se debe asegurar la respiración para el traumatizado. En el caso de que la respira-ción se encuentre interrumpida, se deben abrir las vías aéreas, liberando a éstas de la interferencia de la lengua y de algún otro elemento extraño que pueda encontrarse en el interior.

Si el individuo responde al estímulo auditivo, se encuentra en estado conciente, y si únicamente lo hace a través de refl ejos involuntarios luego de haber sido pellizcado, su estado es semiconsciente. En este caso, debe prestarse especial atención a la respiración, ya que si bien puede inhalar y exhalar aire con normalidad, también existe la posibilidad de que el individuo se encuentre sin respirar.

En el caso de que se encuentren elementos como caramelos, dientes, vómito o cualquier otro objeto en el interior de la boca del traumatizado, éstos deben retirarse con los dedos. Para poder tener una mejor observación y garantizar la apertura de las vías respiratorias, es importante colocar la cabeza del individuo hacia atrás, sosteniendo la frente y empujando la mandíbula.

Además, aquí también se debe emplear la observación, el oído y el tacto para evaluar la respiración. Viendo si el pecho se contrae y se expande, se puede saber si la persona se encuentra respirando. Además, colocando el oído en la boca del traumatizado puede ayudar en el mismo sentido. En cuanto al tacto, se puede palpar la boca y la garganta, intentando ubicar obstrucciones. Además, debe colocarse una mano en el pecho, para sentir la correcta respiración del individuo. Si transcurren varios segundos sin que el traumatizado muestre signos de respiración, el mismo se encuentra en estado vegetativo, por lo que el cuadro es muy grave y los primeros auxilios pueden realizarse para mantener durante algunos minutos los signos vitales, aunque sólo los profesionales médicos pueden llegar a mejorar la situación del damnifi cado.

Respiración

Luego de realizar un rápido análisis del estado de conciencia del individuo traumatizado, el socorrista debe realizar en forma rápida una evaluación sobre la respiración del mismo, ya que en el caso de que el oxígeno no se encuentre llegando a los pulmones, se producirá el fallecimiento en un breve lapso de tiempo.

Las interrupciones de las vías respiratorias deben re rarse con los dedos.

La cabeza hacia atrás para abrir la vía respiratoria y al mismo tiempo puede observase el pecho para detectar signos de respiración.

Estimulación auditiva: Cerca del oído del traumatizado, preguntarle con voz

fi rme y fuerte si éste se lo escucha y si se encuentra bien.

Evaluación táctil: En el caso de que el herido no responda a la estimulación

auditiva, se debe pellizcar diversas partes del cuerpo, prestando atención a las

reacciones del mismo y a posibles movimientos involuntarios, especialmente

en la cara. La evaluación táctil no debe realizarse sobre las zonas del cuerpo

que se encuentren visiblemente heridas o lesionadas.

Buscar testigos del accidente: Interrogar a los curiosos y personas de

comercios o viviendas cercanas si han visto el hecho que produjo las heridas

en el individuo, guardando esa información para transmitírsela al personal

médico de asistencia.

CÓMO CONTROLAR EL ESTADO DE CONCIENCIA

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Primeros Auxilios Introducción

Además de verifi car la respiración, se debe tomar el pulso, y si éste puede ser encontrado, debe continuarse la asistencia con las técnicas de ventilación, otorgando al menos doce bocanadas de aire por minuto.

Ante algún tipo de situación traumática, el sistema circulatorio puede verse afectado en forma severa, por lo que se debe tomar el pulso del traumatizado para comprobar la normalidad del mismo.

Circulación

La circulación de sangre a través del cuerpo es una acción fundamental para la continuidad de la vida del organismo, por lo que es otro de los puntos que debe tenerse en cuenta durante la evaluación primaria.

Recuerde que el pulso caro deo y el radial son los más fáciles de hallar.

Arteria. Para buscar el pulso se debe ejercer una leve presión sobre ellas.

Que la presión ejercida sobre el cuerpo para evaluar la respiración no sea

excesiva, para no afectar órganos vitales que puedan estar dañados.

Si se deben retirar con el dedo elementos que obstruyan la respiración, se

debe poner la cabeza de costado o hacia abajo, intentando que en la acción,

los elementos en cuestión no se introduzcan aun más en las vías respiratorias.

Cuando se buscan indicios de respiración, no debe moverse bruscamente

el cuerpo del afectado, debido a que estas maniobras podrían empeorar la

situación del mismo (esta aclaración también vale para la “evaluación táctil”

explicada anteriormente en la evaluación de conciencia).

AL EVALUAR LA RESPIRACIÓN DEBE TENERSE EN CUENTA

Ante la ausencia de pulso por parte del accidentado, se debe comenzar a administrar aire acompañado con masajes cardíacos, presionando levemente el corazón para intentar reanimar al individuo, siendo éstas técnicas explicadas más adelante.

El corazón bombea sangre, que circula por vasos llamados arterias.

Éstas ti enen paredes gruesas, robustas y elásti cas, resistentes a la

presión propulsada por el corazón.

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Primeros Auxilios Introducción

Utilizar el tacto en todo el cuerpo del traumatizado, prestando especial

atención a las zonas con las cuales no se tiene contacto visual, como la sección

apoyada contra el suelo o las que se encuentran recubiertas con mucha ropa.

Se debe evitar mover demasiado a la persona.

Buscar indicios de sangrados internos en los oídos y la nariz.

Tener en cuenta la gravedad de cada uno de los sangrados, defi niendo si el

mismo corresponde a una vena o una arteria.

AL BUSCAR HEMORRAGIAS DEBE TENERSE EN CUENTA

Lo más recomendable es no movilizar al herido, dejándolo en el lugar y en la posición encontrada. En el caso de que no sea posible y debido a las características del entorno o la posición forzada del traumatizado, se debe mantener al mismo en una posición recta, es decir, donde la cabeza, el cuello y el cuerpo se encuentren alineados, tomando así una posición que facilitará la asistencia y le otorgará comodidad al individuo asistido.

Para analizar el pulso, se utiliza el tacto, pudiendo encontrarlo en distintas partes del cuerpo. Si bien las más recomendadas por ser más fáciles de hallar son el pulso radial, ubicado en la muñeca, y el pulso carotídeo, ubicado en el cuello, también puede encontrarse el pulso en la ingle (pulso femoral), en la zona interna del codo (cubital), en el dorso del pie (pedio) y en la sien (temporal).

Para tomar el pulso, se debe buscar la arteria y ejercer una leve presión con los dedos índice, anular o medio, no debiéndose tomar con el pulgar debido a que éste posee un pulso propio y podría dar lugar a confusiones.

Hemorragias

La evaluación primaria fi naliza con la búsqueda de hemorragias en el cuerpo de la víctima, lo cual debe realizarse en forma insistente y con minuciosidad, debido a que un sangrado puede ocasionar graves problemas para la vida de una persona en cuestión de minutos.

Por lo tanto, al momento de evaluar el cuerpo para buscar hemorragias, deben tenerse en cuenta las siguientes indicaciones:

EVALUACIÓN SECUNDARIA

Luego de haber observado y detectado las lesiones o problemas mayores del traumatizado, se procede a la evaluación secundaria, en la cual se toman en cuenta otras lesiones que puedan llegar a presentarse. Para esta etapa se debe recurrir nuevamente a la observación para lograr obtener un panorama más preciso acerca de la situación del afectado, empleando además el tacto y el oído para recabar mayor información.

Frente a una hemorragia debe defi nirse si el sangrado proviene de una vena o arteria.

Recuerde que no se deben mover o tocar los coágulos de sangre.

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Primeros Auxilios Introducción

La evaluación secundaria supone un análisis más profundo que el realizado en la primaria, realizándose un procedimiento de detección táctil desde la cabeza hasta los pies del afectado. Al mismo tiempo que las manos del socorrista recorren el cuerpo en busca de lesiones, no debe dejarse de lado la observación de cada una de las zonas palpadas y el diálogo con el traumatizado.

No apresurarse por comenzar a aplicar las técnicas de socorrismo

inmediatamente. Se debe poseer en primer lugar un conocimiento general

de la situación del accidentado antes de comenzar a trabajar sobre él.

No dejar de revisar ninguna zona. A pesar de que ciertas partes del cuerpo

pueden parecer sanas, es necesario revisarlas para detectar hematomas,

dolores o lesiones varias que requieran ser tratadas.

No dudar. Una actitud dubitativa disminuirá la confi anza de parte del herido

hacia el socorrista. Además, la inseguridad en el socorrista puede impulsar a

algún curioso a querer intervenir al herido sin contar con los conocimientos

necesarios, con la posibilidad de generar mayores complicaciones para el

asistido.

REGLAS BÁSICAS PARA EVALUAR A LA VÍCTIMA

Evitar los consejos de terceros. El auxiliador debe saber qué hacer ante cada

traumatismo, y no debe dejarse infl uenciar por las opiniones de la multitud,

cuyas indicaciones pueden provenir de un “saber popular” no necesariamente

benévolo para el accidentado.

Para la evaluación, deben tenerse en cuenta ciertas reglas básicas: Sólo se debe movilizar a la víc ma cuando no se puedan aplicar las técnicas de otra manera posible.

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Primeros Auxilios Introducción

Cabeza

La cabeza es una zona vital del cuerpo humano, donde se ubica el cerebro, que constituye el órgano que administra todas las funciones del organismo. Por lo tanto, la cabeza debe ser revisada en forma exhaustiva y con un extremo cuidado, debido a que una lesión en esta parte del cuerpo puede representar un grave riesgo para el afectado.

Cuando se procede a la evaluación secundaria, comenzando por la cabeza, deben tomarse como fundamentales los siguientes puntos:

Intentar localizar cualquier lesión, ya sean cortes o contusiones, en toda la

superfi cie de la cabeza. La zona capilar es la más difi cultosa para detectar

este tipo de heridas, por lo que el socorrista debe emplear las dos manos para

correr el cabello y realizar una observación intensiva en el cuero cabelludo.

Detectar si en alguno de los orifi cios de la cabeza, tales como la nariz, los

oídos o la boca se produce o se ha producido sangrado.

Prestar especial atención a la coloración que presente el rostro, ya que puede

dar cuenta de una anormal circulación de sangre o algún otro traumatismo

que no puede ser detectado a simple vista.

CÓMO SE DEBE REVISAR LA CABEZA DE LA VÍCTIMA

Indagar en el interior de la boca del traumatizado, asegurándose de que la

lengua no represente un obstáculo para la circulación de aire.

En la evaluación secundaria, se realiza un procedimiento más

profundo buscando lesiones desde la cabeza hasta los pies.

Al individuo se le puede provocar una grave lesión si su cabeza no es revisada con precauciones.

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Primeros Auxilios Introducción

Cuello

En esta parte del cuerpo se encuentran las arterias carótidas bien expuestas, por lo cual se facilita tomar el pulso para verifi car el fl ujo sanguíneo. La importancia de las mismas es que se encargan de hacer circular la sangre entre el cerebro y el corazón, posibilitando un suministro equilibrado, por lo que la revisión del cuello es de suma importancia.

El cuello debe ser revisado sin mover la cabeza hacia los lados, y al momento de pro-ceder, se deben tener en cuenta los siguientes puntos:

De ser posible, deben afl ojarse las prendas que impidan revisar el cuello, y

en caso de que esto no sea posible, deben emplearse las tijeras con punta

redondeada para abrir la prenda desde el cuello hasta el tórax, dejando un

espacio libre por el cual se pueda realizar la evaluación.

Al tomar contacto con el cuello, se debe controlar el pulso sanguíneo, con-

tando la cantidad de pulsaciones en un tiempo determinado, y volviéndola

a controla periódicamente mientras el socorrista se encuentre a cargo de la

víctima.

En caso de que el traumatizado haya sufrido una caída, se deben poner los

dedos índice, medio y anular en la nuca, palpando los huesos para verifi car

que se encuentren alineados con la cabeza y el tórax.

CÓMO DEBE SER REVISADO EL CUELLO DE LA VÍCTIMA

Tórax

El tórax es otra de las secciones del cuerpo humano en donde se resguardan órganos que son vitales para el sostenimiento de la vida, como lo son el corazón y los pulmones.

La evaluación del tórax debe realizarse teniendo en cuenta las siguientes cuestiones:

Se debe utilizar tanto la vista como el tacto y el oído para intentar detectar

lesiones en el traumatizado, o cualquier síntoma que indique que el mismo

posee difi cultades para respirar con normalidad.

Si se encuentra alguna región en particular en la cual el afectado sienta algún

tipo de dolor, debe presionarse levemente sobre el punto para detectar el

origen exacto del mismo.

CÓMO EVALUAR EL TÓRAX DE LA VÍCTIMA

Dentro del tórax se encuentran el corazón y los pulmones.

Abdomen

El abdomen constituye una zona frágil del cuerpo humano, cuya afectación por golpes puede tener diversas consecuencias, como una rotura de costillas o de algún órgano, tales como el hígado o el estómago, entre otras lesiones internas.

El cuello es la parte donde se facilita tomar el pulso sanguíneo.

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Primeros Auxilios Introducción

Para evaluar el abdomen, se deben tener en cuenta los siguientes puntos:

Buscar con la vista posibles lesiones, heridas o hemorragias en la zona

abdominal, para lo cual puede llegar a ser necesario la utilización de una tijera

de punta redondeada, abriendo la prenda de vestir desde la zona abdominal

y en dirección al tórax, hasta que quede liberada una buena porción de esta

región, permitiendo su evaluación intensiva.

Utilizar el tacto para detectar las zonas que puedan llegar a producir dolor

en el cuerpo del traumatizado, presionando levemente en la zona para

determinar el punto exacto de la dolencia.

CÓMO REVISAR EL ABDOMEN DE LA VÍCTIMA

Extremidades

Las extremidades del cuerpo humano son secciones anatómicas complejas que se encuentran constituidas tanto por venas y arterias como por nervios, articulaciones y

huesos. Cuando una de las extremidades resulta severamente afectada por un golpe o un corte y se produce una hemorragia, el sangrado puede ser abundante y pro-vocar la muerte en forma rápida.

Por lo tanto, si bien las extremidades no comprometen órganos vitales, deben ser revisadas con atención respetando estas indicaciones:

Utilizar la vista para detectar sangrados o lesiones varias,

pudiendo ser necesaria la utilización de una tijera de punta

redondeada para abrir la prenda de vestir desde su sección

distal y en dirección a la cintura, hasta el punto en el que se

considere necesario.

Emplear el tacto para puntualizar las zonas que producen más

dolor en el individuo. Debe tenerse en cuenta que si el individuo

posee sensibilidad en sus extremidades, su médula no se ha

visto afectada.

CÓMO EVALUAR EXTREMIDADES DE LA VÍCTIMA

Extremidades

Las extremidades del cuerpo huencuentran constituidas tanto po

huesos. Cuando una de las extreo un corte y se produce una hvocar la muerte en forma ráp

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CÓMO EVA

Una de las zonas más frágiles del cuerpo humano es el abdomen,

cualquier golpe puede tener diversas consecuencias en sus órganos.

Las extremidades del cuerpo estan cons -tuidas por arterias, venas y nervios, además de ar culaciones y huesos.

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Primeros Auxilios Técnicas y procedimientos

Técnicas y ProcedimientosLa aplicación de primeros auxilios requiere de conocimientos específi cos por parte del socorrista a través de los cuales puede llegar a mejorar el cuadro general del individuo traumatizado. Para esto, existen diversas técnicas y procedimientos que deben llevarse a cabo ante determinadas circunstancias, y que han sido establecidos en base a las prioridades de atención que deben tenerse en cuenta para reducir riesgos mayores y aumentar las posibilidades de supervivencia del afectado.

VENDAJES

Existen diversos tipos de vendajes, dependiendo del tipo de lesión a tratar, de la zona del cuerpo que se encuentre afectada y del tipo y tamaño de venda que se posea.

Entre los tipos de vendajes que pueden realizarse, se encuentran los siguientes:

Blando

Son aquellos que son utilizados para sostener los apósitos puestos sobre heridas o quemaduras, debiendo emplazarse con una presión uniforme en toda la extensión de cobertura y una almohadilla directamente dispuestas sobre la región afectada.

Rígido

Son aquellos vendajes a través de los cuales se pretende inmovilizar por completo una parte del cuerpo, cuando la movilidad de ésta puede ocasionar mayores dolores o perjuicios al afectado.

Compresivo

Se realiza con el fi n de incentivar el retorno venoso, por lo que se emplea una venda dispuesta con mayor presión en las cercanías de las extremidades.

Funcional

Es un tipo de vendaje que permite movimien-tos en la zona afectada, aunque éstos sean limitados para evitar mayores perjuicios al

traumatizado.

Diferentes tamaños de vendas, gasas y cinta de tela son necesarias para conformar el bo quín de primeros auxilios.

El socorrista debe llegar a mejorar el cuadro del individuo

afectado, para ello es importante la aplicación adecuada de

primeros auxilios sobre la víctima mediante diversas técnicas.

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Primeros Auxilios Técnicas y procedimientos

Para realizar vendajes con estas funcionalidades, pueden emplearse distintos tipos de técnicas, cuya utilización depende de la zona afectada:

Circular

En este vendaje, cada una de las vueltas dadas en torno a una determinada extremidad pasa exactamente por el mismo lugar que la vuelta anterior, disponiéndose encima de sí misma. Es el tipo de vendaje que suele emplearse para sujetar apósitos o frenar hemo-rragias, debido a que puede realizarse en forma rápida y ejerciendo una gran presión.

En espiral

Se emplea iniciando el vendaje desde la zona más alejada del corazón hacia el centro, asegurándose que en cada vuelta la venda cubra una porción más del cuerpo por sobre la anterior, superponiéndose en parte a ésta.

La técnica aplicada es vendaje en espiral.

En ocho

Es el tipo de vendaje que debe emplearse en las articulaciones, dejando que éstas man-tengan cierta movilidad. Para ello, se debe realizar una venda circular sobre la articu-lación, disponiendo luego de vueltas hacia arriba y hacia abajo hasta asegurar bien la zona que se debe inmovilizar.

Espiga

Se realiza comenzando desde el sector más alejado del corazón y hacia el centro, rea-

lizando la primera vuelta como si fuera un vendaje circular. Luego se dispone de la venda con una inclinación hacia el centro, dando la vuelta y disponiendo de la venda en sentido inverso, cruzando a la anterior. En la vuelta siguiente se avanza como en un vendaje en espiral, es decir, situando a la venda inclinada cubriendo una porción más del cuerpo por sobre la anterior. La última vuelta se realiza en forma circular.

De guante

Empleando formas de vendaje circulares, en espiral y espiga, puede realizarse el ven-daje de la mano y de los dedos por separado.

Vuelta recurrente

Es el que se emplea en los dedos o la cabeza, realizando en primer lugar un vendaje circular y luego doblando la venda para dirigirla a la zona opuesta, asegurándola y

En esta imagen se u liza vuelta recurrente como técnica de vendaje.

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Primeros Auxilios Técnicas y procedimientos

Se debe además inmovilizar la zona con la aplicación del vendaje funcional adecuado, logrando también de esta manera controlar el edema. Luego de fi nalizado el vendaje, se recomienda colocar la extremidad en una posición de 45º, intentando que la zona afectada se encuentre suspendida en el aire.

Luego se debe derivar a un centro médico, donde se podrá determinar la gravedad del esguince y el tratamiento adecuado, además de aprobar el suministro de anti infl amatorios para disminuir la hinchazón y el dolor.

Dependiendo de la gravedad del esguince, éste podrá ser tratado con ejercicios, masajes, ultrasonido o hasta puede llegar a ser necesaria una intervención quirúrgica.

ESGUINCES

Un esguince es una rasgadura o un estiramiento en forma excesiva de algún ligamento, generado por un movimiento violento o una torción exagerada. Las consecuencias de este tipo de lesiones son el dolor, la infl amación y las difi cultades para hacer uso de la zona corporal donde se ha producido el esguince.

Cuando éste se genera, se debe aplicar frío en la región afectada, buscando de esta forma evitar la infl amación. Cuando se utiliza hielo, éste no debe tomar un contacto directo con la piel, por lo cual debe estar cubierto con un trapo o bolsa.

FRACTURAS

Una fractura es básicamente, una rotura de algún hueso producido por algún golpe o un debilitamiento mismo. Dicha fractura puede ser cerrada o abierta, y su asistencia debe realizarse con un gran cuidado, debido a que el mínimo movimiento de la zona afectada le produce un gran dolor al individuo.

Cuando se produce un esguince se debe inmovilizar la zona afectada para controlar el edema con un vendaje adecuado.

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Primeros Auxilios Técnicas y procedimientos

Por lo general, una fractura genera un chasquido al producirse la rotura del hueso, dando lugar a un inmenso dolor. Entre los síntomas se encuentra además una disfuncionalidad de la zona afectada, acompañada por una hinchazón que puede presentarse como una esquimosis, es decir, un derrame de sangre por debajo de la piel provocada por la rotura de vasos.

En las fracturas cerradas, en cambio, el hueso roto se mantiene en el interior del cuerpo, por lo que existen menores riesgos de desarrollar una infección.

,Se denomina como fractura abierta a aquella en la cual la rotura del hueso puede

percibirse a simple vista, debido a que un segmento de esta sobresale por debajo

de la piel o incluso, puede perforar a ésta dejando el hueso expuesto. Por lo tanto,

una fractura abierta suele estar acompañada de una hemorragia y por su con-

tacto con el medio ambiente, es más fácil que aparezca infección.

El tratamiento de una fractura puede organizarse en tres pasos fundamentales: detec-tar, inmovilizar y trasladar, siendo éste último punto tratado al fi nal de la enciclopedia, en la sección “traslados”.

Detectar

Detectar la zona en la cual se ha producido una fractura requiere de la observación, el tacto y la entrevista con el traumatizado. Una fractura abierta se detecta con facilidad debido a que en esta o bien el hueso traspasa la piel o al menos, sobresale sin llegar a producir la fuerza necesaria para salir al exterior.

En cambio, una fractura cerrada requiere de una observación más atenta, debido a que los indicios externos de la lesión pueden identifi carse a través de hinchazones que comienzan a desarrollarse a los pocos minutos de haberse producido el golpe o situación que ha provocado la fractura. Puede ayudar en este sentido la comparación entre uno de los lados de la persona con la región que se presume que se encuentra lesionada, buscando deformaciones que puedan corroborar la misma.

Además, si bien las zonas fracturadas suelen deformarse o hincharse, cuando ocurren en alguna extremidad éstas pueden disminuir o aumentar levemente su extensión.

La entrevista con el traumatizado también facilita la detección de la fractura, por lo que se debe tener muy en cuenta si éste manifi esta tener algún dolor en alguna zona

específi ca o si ha sentido algún chasquido que pueda llegar a interpretarse como le ruptura de una sección ósea.

Para detectar el punto exacto del quiebre, se deben utilizar los dedos con extrema suavidad, donde por lo general, se sentirá una irregularidad

que podría ser un indicio de la existencia de una fractura.

Cabe aclarar que durante todo el proceso de detección no debe mover a la persona de lugar, ni intentar acomodar el cuerpo del accidentado.

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Al detectarse una posible fractura, se debe observar si hay irregularidades en la zona, ya sea hinchazón o deformación, para luego detectar el punto exacto del quiebre.

Las fracturas se producen por la rotura de un hueso o debilita-

miento del mismo.

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Primeros Auxilios Técnicas y procedimientos

Inmovilización

Luego de haberse detectado la zona de fractura, se debe proceder a la inmovilización, es decir, a limitar cualquier movilidad de la zona afectada, ya que aparte de ocasionar un gran dolor, el hueso quebrado puede llegar a cortar la piel o lesionar músculos, ner-vios o vasos sanguíneos, generando una complicación mayor al traumatismo existente.

En el caso de que la herida sangre, se debe emplear una tijera de punta redondeada para poder abrir la vestimenta y poseer una mejor perspectiva de la situación de la fractura.

A pesar de que el traumatizado manifi esta un gran dolor, nunca debe suministrársele medicamentos, como tampoco café, alcohol o algún tipo de estimulante.

Si bien lo recomendable es que la inmovilización se realice de parte de profesiona-les médicos y con elementos especialmente diseñados para este tipo de lesiones, en determinadas circunstancias en las cuales no puede efectuarse una comunicación con el servicio médico o el traumatizado se ubique fuera del radio de acción del sistema de ambulancias y deba ser trasladado, pueden improvisarse tablillas y férulas con dis-tintos elementos de uso habitual, como tablas de madera o de otros materiales rígidos.

En el caso de una fractura abierta, nunca se debe intentar regresar el hueso al

interior del cuerpo, por lo que la inmovilización deberá realizarse con mayores

cuidados y con el elemento óseo expuesto. En estos casos, se debe realizar la

inmovilización disponiendo de numerosos apósitos alrededor de la herida abierta,

hasta llegar a una altura en la cual sea posible realizar un vendaje sin llegar a

ejercer presión sobre el hueso.

Si bien lo recomendable es que la inmovilización se realice de parte de profesiona-les médicos y con elementos especialmente diseñados para este tipo de lesiones, en determinadas circunstancias en las cuales no puede efectuarse una comunicación con el servicio médico o el traumatizado se ubique fuera del radio de acción del sistema de ambulancias y deba ser trasladado, pueden improvisarse tablillas y férulas con dis-tintos elementos de uso habitual, como tablas de madera o de otros materiales rígidos.

La inmovilización fi nal realizada por médicos profesionales concluyen con la u lización de elementos especiales diseñados para este po de lesiones.

La técnica de inmovilización varía según la zona del cuerpo que haya sufrido una que-bradura, aunque en todas ellas hay que tener en cuenta las siguientes indicaciones:

Nunca debe trasladarse al traumatizado sin haber realizado la inmovilización,

excepto cuando el no traslado represente una amenaza inminente a la vida,

como en el caso de incendios, derrumbes, etc.

Los nudos realizados con los pañuelos o telas implicados en la inmovilización

deben realizarse en el sector contrario a la fractura, y nunca encima de ésta.

Las fracturas deben ser inmovilizadas tal como se encuentran al momento

de que el socorrista toma contacto con ellas, por lo que puede ocurrir el caso

de tener que improvisar una inmovilización con una extremidad fl exionada.

TÉCNICAS DE INMOVILIZACIÓN A TENER EN CUENTA

Radiogra a que presenta la quebradura del-hueso fémur.

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Primeros Auxilios Técnicas y procedimientos

Los tipos de fracturas y el modo de inmovilizarlas son las siguientes:

Inmovilización de brazo y antebrazo

Se debe realizar un cabestrillo con un trozo de tela que sostenga toda la extensión del antebrazo. Para este tipo de inmovilizaciones lo ideal es una tela en forma triangular, ya que será más cómoda para el traumatizado y más fácil de trabajar para el socorrista. Antes de realizar el cabestrillo, se debe rellenar con algodones o trozos de lana la parte interna del codo, evitando un contacto directo de éste con el cuerpo. Para evitar que el brazo lesionado pueda desplazarse hacia los costados, se debe ajustar el brazo al cuerpo, lo cual se logra a través de la utilización de trozos de tela que envuelvan el tórax en forma horizontal.

Inmovilización de clavícula

Cuando se fractura la clavícula, se debe proceder a inmovilizar el brazo para evitar que la articulación realice algún tipo de movimiento que pueda ocasionar dolor o mayores complicaciones. Para este caso es requiere simplemente de un cabestrillo, realizán-dolo del mismo modo que cuando debe inmovilizarse el brazo y antebrazo, aunque sin requerir de la sujeción lateral.

Inmovilización de tobillo

Este caso posee una difi cultad extra de asistencia debido a que la zona afectada suele encontrarse cubierta por el calzado, siendo ideal que el pie se encuentre libre para poder efectuar correctamente la inmovilización. Por ello, ante una fractura de tobi-llo deben cortarse los cordones desde arriba hacia abajo, abriendo además al calzado con extremo cuidado, debido a que los materiales que los componen suelen ser muy duros y la apertura de uno de sus lados con una tijera no consiste en una tarea sencilla.

Una vez liberado el pie, se puede trabajar con un elemento rígido en forma de “L” en el cual se apoye el pie y la pantorrilla, generando un ángulo de 90 grados. Luego se debe recubrir el pie con una manta gruesa, envolviéndola con sumo cuidado y sujetándola fi rmemente con tiras de tela, recordando que los nudos no deben quedar muy apre-tados ni muy fl ojos.

Se debe limitar cualquier movilidad de la zona afectada, ya que aparte

de ocasionar un gran dolor, el hueso quebrado puede llegar a cortar la piel o lesionar músculos, nervios o vasos sanguíneos, generando una

complicación mayor al traumati smo.

En este caso el brazo es inmovilizado con yeso y sostenido, man éndolo en contacto al cuerpo de forma horizontal.

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Primeros Auxilios Técnicas y procedimientos

En el caso de que no se posea de un elemento rígido en “L”, éste puede pres-cindirse y utilizar solo las telas gruesas ajustadas en forma adecuada.

Inmovilización de piernas

La inmovilización de las piernas requiere de la preparación de la extremidad inferior teniendo en cuenta que luego de fi nalizada ésta deberá llevarse a cabo el traslado

del individuo. Para proceder a la inmovilización se debe emplear al menos una férula de algún material rígido, aunque de ser posible, debe emplearse una a cada lado o

de ser posible, tres para “encajonar” la extremidad lesionada, disponiendo de férulas a los lados y de una como base.

Entre ambas piernas se deben rellenar los huecos anatómicos con trapos, para dejar sin efecto cualquier posibilidad de movilización del miembro que pueda generar dolor o mayores complicaciones.

Las férulas junto con el relleno deben ser sujetados con tiras de tela que rodeen la superfi cie afectada, teniendo en cuenta que los nudos nunca deben quedar sobre la zona fracturada.

ROTURA DE LIGAMENTOS

Las lesiones en los ligamentos pueden presentarse como desgarros parciales o rotura completa de estos, los cuales funcionan como elementos de unión entre las dos seccio-nes que se encuentran vinculados por la articulación. Los desgarros suelen generarse por golpes, torsiones o cualquier movimiento violento que produzca que la articula-ción se mueva más allá de los límites anatómicos normales.

Existen diversos tipos de gravedad de las roturas de ligamentos, pudiendo presentarse la lesión como una simple distensión parcial, una rotura total o una rotura total conjuntamente con una lesión ósea.

Fémur

Cartílago articular

Ligamiento lateral

Tibia

Ligamentos y elementos anatómicos de la rodilla.

MeñiscosLigamiento posterior cruzado

Peroné

En el caso de que nocindirse y utilizar solo

Inmovilización de pierna

La inmovilización de las piteniendo en cuenta que lu

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ROTURA DE LIGAMEN

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EExisten diversos tipos de gpresentarse la lesión como una rotura total conjun

Cualquiera sea la gravedad, genera un dolor intenso y una impotencia funcional de la región afectada. Ante una rotura de ligamentos, se debe aplicar frío en forma inmediata, procediendo además a la inmovilización de la zona afectada para su posterior traslado.

Las lesiones en los ligamentos suelen presentarse como roturas o desgarros de los mismos, en la

unión entre los dos cartí lagos que vinculan la arti culación.

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Primeros Auxilios Técnicas y procedimientos

LUXACIÓN

Consiste en la separación de las dos secciones anatómicas que se encuentran unidas por una articulación, a causa de un fuerte golpe o una gran fuerza ejercida en direccio-nes contrarias, provocando la ruptura de las uniones y generando una lesión en la cual la zona no vuelve a retomar su posición normal.

De todas las articulaciones del cuerpo humano, la del hombro es la zona que puede sufrir luxaciones con mayor facilidad. Este tipo de lesiones generan un gran dolor, infl a-mación, impotencia funcional y una visible deformidad en la zona afectada.

Ante una luxación, se debe inmovilizar la zona con un vendaje, sin intentar bajo ningún concepto volver a colocar la articulación en su lugar. Además se debe aplicar frío y proceder al traslado de la persona.

TRAUMATISMO DE CRÁNEO

Un fuerte golpe en la cabeza puede dar lugar a un traumatismo de cráneo, siendo ésta una lesión de importancia debido a la gran cantidad de funciones vitales que se desa-rrollan gracias al correcto accionar del cerebro y el sistema nervioso central.

Puede reconocerse un traumatismo de cráneo cuando una persona, luego de un golpe en la cabeza, se siente desorientada y mareada, además de no encontrarse completa-mente conciente. También es señal de este traumatismo el sangrado por la nariz o por los oídos, la presencia de hematomas, los fuertes dolores de cabeza manifestados por el afectado, los desmayos y la modifi cación del tamaño de las pupilas.

Ante una lesión de esta naturaleza, se debe acostar a la persona, para evitar posibles caídas y nuevos golpes que puedan ocasionar mayores complicaciones y para inten-tar disminuir la actividad cerebral. Hasta no ser visto por un profesional médico, no se debe suministrar al individuo ningún tipo de alimento, aunque puede ingerir líquidos sin ningún tipo de complicación.

El individuo que ha sufrido puede mostrarse con ganas de dormir, lo cual no debe ser impedido, aunque se debe controlar su estado en forma periódica para certifi car que conserva sus funciones vitales y su capacidad de reacción, realizando estos chequeos hasta el arribo de los profesionales médicos.

El trauma smo de cráneo se genera por un fuerte golpe en la cabeza.

La zona del hombro es la arti culación que más fácil puede sufrir luxuacio-nes, debido a que la separación de

sus dos secciones anatómicas pueden provocar la ruptura de las uniones

generando la lesión en la zona.

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Primeros Auxilios Técnicas y procedimientos

ASFIXIA

Se denomina asfi xia a la falta de ingreso de oxígeno a los pulmones, ya se a través de la presencia de algún elemento extraño que se encuentre tapando las vías respirato-rias, la abundancia de algún agente tóxico en un espacio cerrado o un paro cardíaco sufrido por un individuo.

Por lo tanto, cuando el socorrista toma contacto con alguna persona que se encuen-tra con signos de sufrir asfi xia debe movilizarlo hacia un espacio abierto y eliminar el elemento que obstruya las vías respiratorias, asegurando la circulación de aire hacia los pulmones.

Si la persona se encuentra conciente y el motivo de la asfi xia es la presencia de obje-tos extraños en su garganta, se debe proceder a la expulsión del mismo a través de la maniobra de Heimlich, cuyo objetivo es la expulsión del elemento hacia la tráquea. Esta maniobra se lleva a cabo de la siguiente manera:

El socorrista debe colocarse por detrás del individuo que se encuentra

sufriendo una obstrucción. Se debe tener cuidado al acercarse, ya que el

individuo puede en su desesperación, negarse a ser inmovilizado por el

socorrista.

Se debe colocar el puño cerrado por encima del ombligo, localizando el punto

de presión abdominal.

La otra mano debe ser colocada sobre la primera para ayudar a realizar la

maniobra.

PASOS PARA EXPULSAR ELEMENTOS HACIA LA TRÁQUEA

Se debe empujar el torso del afectado para reclinar su cuerpo hacia delante,

y luego realizar presión con los puños hacia atrás y hacia arriba, presionando

el diafragma y ocasionando tos.

Las presiones deben realizarse siempre en el centro, nunca a los costados, y

deben realizarse hasta lograr la expulsión del objeto extraño o hasta que la

falta de oxígeno genere la inconciencia en el individuo.

Si no se han podido liberar las vías respiratorias y el individuo obstruido cae

inconsciente, se lo debe acostar boca arriba y con la cabeza de costado, por

si se libera el objeto o se producen vómitos o sangrados.

Una vez recostado, se debe continuar con la maniobra de Heimlich, ejerciendo

la presión hacia abajo y hacia delante. En estos casos, puede que el individuo

haya sufrido un paro respiratorio, por lo que es necesario suministrarle aire

artifi cialmente.

En el caso de que la asfi xia se produzca como consecuencia de la inhalación de algún gas tóxico, el socorrista debe evaluar en forma rápida si se encuentran aseguradas las condiciones para ingresar en el escenario afectado.

Se debe colocar una mano en la frente y otra empujando la mandíbula hacia arriba para abrir la vía aérea.

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Primeros Auxilios Técnicas y procedimientos

El socorrista no debe arriesgar su propia vida y debe tener en cuenta que la presen-cia de dos individuos intoxicados en vez de uno complicará el cuadro de situación de otros posibles socorristas.

En el caso de que se decida afrontar el riesgo, se debe contener el aire y proteger

las vías respiratorias hasta tomar contacto con el accidentado, el cual debe ser

evacuado en forma inmediata. Ante la posibilidad de que el gas sea infl amable,

nunca deben apagarse ni encenderse luces.

Una vez en que el individuo afectado haya sido trasladado a una zona segura, se debe revisar su respiración y, en el caso de que no se encuentre inhalando aire, es necesaria la respiración artifi cial.

Sobre el tórax se debe presionar hacia arriba y adelante, hasta lograr la liberación de las vías respiratorias.

RESPIRACIÓN ARTIFICIAL

La respiración artifi cial dentro de las técnicas de primeros auxilios consiste en el envío de aire a una persona que no puede realizarlo por medios propios, a través del boca a boca, es decir, insufl ando sobre las vías respiratorias para evitar la muerte del afectado.

En estos casos, debido a la extrema gravedad del caso, es necesaria la acción del soco-rrista en forma rápida y efi caz, ya que se presume que el organismo humano no puede subsistir luego de 4 minutos sin oxígeno.

La técnica de insufl ación boca a boca es la siguiente:

Para que la respiración artifi cial pueda realizarse en forma efectiva, se

deben abrir las vías respiratorias, empujando la cabeza hacia atrás. Ello

puede lograrse colocando una mano en la nuca, utilizando la otra mano

sobre la frente y tirando el cuello hacia atrás. A continuación, la mano que se

encontraba en la nuca debe pasar a empujar la mandíbula, para mantenerla

abierta durante todo el proceso y evitar que la mandíbula se convierta en

un obstáculo.

Una vez lograda la apertura de la vía respiratoria, se debe proceder a inhalar

aire y contenerlo, para luego ubicar la boca sobre la boca de la persona

inconciente, o bien cubriendo su boca y nariz. En el caso de que la nariz quede

libre, esta debe ser tapada utilizando dos dedos en forma de pinza.

TÉCNICA DE RESPIRACIÓN BOCA A BOCA

La boca del socorrista debe quedar bien sellada sobre la boca o la boca y

nariz del afectado, evitando que se escape aire hacia el exterior. El soplo

sobre las vías respiratorias debe realizarse hasta que el pecho del individuo

inconsciente se infl e, lo cual dará la seguridad de que no hay elementos

obstruyendo y de que el aire llega a los pulmones.

Luego de exhalar aire dentro de las vías respiratorias, se debe despegar la

boca para permitir que el mismo escape y se prepare para recibir una nueva

bocanada. El procedimiento debe ser repetido unas 15 veces por minuto, y

se debe controlar el pulso, para verifi car que el individuo no haya sufrido un

paro cardiorrespiratorio.

Los dedos empleados como pinzas evitarán el escape del aire insufl ado.

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Primeros Auxilios Técnicas y procedimientos

La respiración artifi cial debe mantenerse siempre que el individuo se mantenga con pulso, y sólo debe interrumpirse cuando éste comience a toser o vomitar, tomándose estas acciones como signos de recuperación. Por lo tanto, ésta técnica puede llegar a requerirse durante largos minutos o incluso horas, hasta que acuda el personal médico, que debe hacerse cargo del paciente.

Si la persona inconciente posee restos de sangre o vómito en los alrede-dores de su boca, puede emplearse una superfi cie de polietileno (como por ejemplo, una bolsa de compras), a la cual se le realiza un hueco y se la dispone de tal modo que éste coincida con la boca del individuo.

En el caso de que la persona pierda su pulso, se deberán iniciar las técnicas de reani-mación cardio-pulmonar

REANIMACIÓN CARDIO-PULMONAR

Cuando un individuo se encuentra inconciente y no respira, se deben iniciar de inme-diato las maniobras para proveerlo de aire a través de la anteriormente explicada respiración artifi cial boca a boca. A pesar de que dicha técnica sea aplicada con total efi cacia, puede darse el caso de que el individuo afectado comience a sufrir un debili-tamiento del pulso, una dilatación de pupilas y un cese de la actividad cardiaca. Ante esta situación, el socorrista deberá suministrar respiración artifi cial y, además, masa-

jes cardíacos.

La técnica de reanimación cardio-pulmonar (RCP) se efectúa de la siguiente manera:

El socorrista debe colocarse al costado de la víctima, extendiendo uno

de los brazos de ésta para poder ubicar sus rodillas lo más próximas al

torso del individuo inconsciente.

Una mano debe colocarse sobre el esternón, por encima de la boca del estómago

de la víctima. La otra mano se ubica por encima de la anterior. Se debe tener

en cuenta que para ejercer presión se debe utilizar la zona posterior de la

palma de la mano (el talón de la misma). Los dedos de ambas manos deben

ir intercalados entre sí.

TÉCNICAS DE REANIMACIÓN CARDIO - PULMONAR

Ambos brazos deben colocarse en posición vertical, ubicándose

perpendicularmente con el cuerpo de la víctima para centralizar la

presión sobre el corazón y sin provocar fuerzas de desplazamiento

lateral que puedan afectar a otros órganos.

tamiento del pulso, una dilatación de pupilas y un cesesta situación, el socorrista deberá suministrar respira

jes cardíacos.

La técnica de reanimación cardio-pulmonar (Rmanera:

El socorrista debe colocarse al costado de la

de los brazos de ésta para poder ubicar sus r

torso del individuo inconsciente.

Una mano debe colocarse sobre el esternón, por enc

de la víctima. La otra mano se ubica por encima d

en cuenta que para ejercer presión se debe utili

palma de la mano (el talón de la misma). Los ded

ir intercalados entre sí.

TÉCNICAS DE REANIMACIÓN CA

Ambos brazos deben colocarse en posició

perpendicularmente con el cuerpo de la víc

presión sobre el corazón y sin provocar fue

lateral que puedan afectar a otros órganos

La posición de las manos para RCP, con los dedos de ambas manos intercalados.

Recuerde que al realizar una reanimación cardio - pulmonar, los

brazos del socorrista van rectos para no ejercer presión sobre los laterales y los brazos de la vícti ma van rectos

perpendiculares a su cuerpo.

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Primeros Auxilios Técnicas y procedimientos

Se debe ejercer una presión fi rme sobre el corazón, a un ritmo de unas 60

repeticiones por minuto, dejando expandirse el tórax luego de cada una de

ellas. La presión debe ser igual en todas las repeticiones, y se debe realizar

con la sufi ciente fuerza como para comprimir el tórax pero sin que la misma

sea excesiva. La técnica deben continuarse incluso si durante la presión se

ha roto alguna costilla o se ha producido algún tipo de lesión.

Si bien es preferible que ante estas situaciones intervengan dos socorristas,

encargándose una de las presiones y otra de otorgarle aire al afectado, en el caso

de tener que realizar la asistencia en soledad se deben realizar 5 insufl aciones

iniciales, siendo continuadas por 15 compresiones sobre el tórax. A partir de allí,

la secuencia continúa con dos insufl aciones y 15 compresiones, cesando por unos

segundos en forma periódica para chequear el pulso del afectado

La maniobra de RCP debe continuar en forma indefinida hasta el

arribo de médicos profesionales o el deceso del individuo. No se

debe esperar a que el individuo vuelva a encontrarse en un estado

conciente, ya que esto sólo puede lograrse con elementos técnicos

propios de los centros de asistencia y las ambulancias, por lo que

el RCP sólo constituye un método para frenar el proceso de muerte

del individuo.

LIPOTIMIA

Se denomina lipotimia a la pérdida del conocimiento sufrida por un breve instante, como consecuencia de una falta de oxigenación del cerebro debido a una reducción en el suministro de sangre hacia esa región.

Lo que comúnmente se conoce como desmayo puede poseer varios factores desencadenantes, pudiendo encontrarse como causantes al calor, el miedo, el dolor, el estrés, problemas cardíacos, entre otros. La lipotimia suele darse cuando el individuo se encuentra de pie o sentado, nunca cuando éste se encuentra recostado. Por lo tanto, el desmayo puede ocasionar algún golpe generado por la caída del cuerpo hacia el suelo, aunque el individuo suele tener algunas señales anteriores a la pérdida del conocimiento, como por ejemplo una piel pálida, mareos, visión borrosa, sudoración, etc.

Las lipotimias suelen ocurrir con mayor frecuencia en las mujeres, además de las per-sonas delgadas, con presión arterial baja y aquellas que se encuentran en espacios con temperaturas ambientales elevadas.

Ante una lipotimia, se debe recostar a la persona y mantener sus pier-nas por encima del nivel del corazón. Además, es conveniente ventilar el lugar si éste es cerrado, y retirar a la persona a la sombra si se encuentra en un lugar abierto.

.

Si la falta de espacio u otros factores impiden que la persona afectada sea tendida en el suelo, se debe sentar al individuo e inclinarlo hacia delante, colocando su cabeza entre sus piernas

La lipo mia es la pérdida de conocimiento sufrida por un breve instante.

Cuando un individuo se encuentra inconciente y no respira, se deben

iniciar de inmediato las maniobras para proveerlo de aire a través de la anteriormente explicada

respiración artifi cial boca a boca.

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Primeros Auxilios Técnicas y procedimientos

Además, es preferible que mientras la persona se mantenga con pérdida de conoci-miento su cabeza sea girada hacia un costado, para evitar complicaciones en el caso de vómito y para impedir que la lengua pueda convertirse en un obstáculo de las vías respiratorias. Una vez mejorada la situación de la persona, se debe levantar lentamente, ya que una reincorporación apresurada puede devenir en un nuevo desmayo.

Las causas del coma son variadas, pudiendo ser el exceso de alcohol, la falta de azúcar en un diabético, etc. Ante esta situación se debe comprobar que el individuo se encuen-tra respirando y que no posea elementos que interfi eran en las vías respiratorias. Una vez comprobado que no existen impedimentos para una oxigenación normal, se debe proceder de la siguiente manera:

Colocar al individuo en posición lateral de seguridad. Ésta se logra ubicando

al afectado acostado boca arriba, extendiendo uno de sus brazos y

fl exionándolo hasta tomar formar un ángulo recto. Luego, se fl exiona la

pierna del lado opuesto, y el otro brazo sobre el pecho. Por último, se gira

el cuerpo sobre el brazo en ángulo recto, acomodando las manos para que

sirvan de base de la cabeza. La posición lateral de seguridad evita que la

respiración del individuo afectado se vea obstaculizada por la lengua, y

previene la aspiración de vómito por parte del mismo.

Se debe afl ojar la ropa del individuo afectado a fi n de no interferir en la

respiración. También se recomienda tapar al mismo para evitar la pérdida de

calor. En ningún caso se le debe intentar suministrar líquidos o alimentos.

TÉCNICAS PARA OXIGENAR A LA VÍCTIMA

COMA

Se entiende como coma a la pérdida de conocimiento de parte de un individuo, mante-niéndose en ese estado por un tiempo extenso. Cuando alguien se encuentra en coma, pierde totalmente sus capacidades motrices y la sensibilidad de su cuerpo, aunque el organismo mantiene activada la respiración y el trabajo cardíaco en una intensidad menor que la normal.

Controlar periódicamente el pulso y la respiración, ya que no se descarta

que en un caso de coma, cese la actividad respiratoria, cardiaca o ambas,

y se deban emplear técnicas de respiración artifi cial o reanimación cardio-

pulmonar. previene la aspiración de vómito por parte del mismo.

En caso de encontrar a la persona inconciente, se recomienda colocar

a la vícti ma en posición lateral (acostada hacia arriba) para luego extender sus brazos y fl exionar sus

piernas, de este modo evitarmos que la respiración del individuo se vea

obstaculizada por la lengua.

En este caso observamos el desvaneci-miento de una persona en la vía pública.

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Primeros Auxilios Técnicas y procedimientos

EPILEPSIA

La epilepsia se manifi esta a través de convulsiones breves y súbitas en los cuales se reduce en forma considerable el nivel de conciencia del individuo. Un ataque de epi-lepsia es fácilmente reconocible por estos elementos, además de que el afectado puede liberar orina, expulsar espuma por la boca y sufrir una coloración violácea en su piel.

Ante un ataque epiléptico, se debe proceder de la siguiente manera:

Si es posible, evitar el golpe del afectado cuando este comience a caer,

depositándolo rápidamente en el suelo.

Una vez en el suelo, colocar algún elemento blando debajo de la cabeza,

para que ésta no se golpee reiteradas veces contra el suelo.

TÉCNICAS FRENTE A UN ATAQUE DE EPILEPSIA

Intentar ingresar algún elemento sólido en el interior de la boca, para evitar

que la lengua sea mordida. Se debe tener en cuenta que el elemento no

pueda ingresar en la garganta, para evitar una obstrucción de la respiración.

Afl ojar las prendas que pudieran presionar alguna de las zonas de su cuerpo,

para evitar lesiones por los movimientos bruscos.

De ser posible, se debe tener en cuenta la duración del ataque, ya que esto

puede ser de gran importancia para el personal médico que debe atenderlo

posteriormente.

Ante un episodio de epilepsia, nunca se debe intentar impedir las convulsiones, ya que no pueden detenerse e intentarlo puede acarrear consecuencias para el afectado. Tampoco se le deben suministrar bebidas hasta que sea revisado por personal médico especializado.

Luego de haber fi nalizado la etapa convulsiva, el individuo volverá a retomar la con-ciencia en forma lenta. Si se mantiene en estado inconciente por un tiempo extenso, es recomendable ponerlo en posición lateral de seguridad (explicado en la sección

“Coma”) y chequear periódicamente su pulso y respiración.

INSOLACIÓN

Las insolaciones se producen por la exposición al sol durante un tiempo prolongado, siendo el individuo sometido a las altas temperaturas y la deshidratación. Cuando una persona se encuentra insolada, sufre dolores de cabeza, posee el pulso débil, suda en forma abundante, su respiración se acelera y su cara se presenta congestionada. Además, puede llegar a sufrir convulsiones, delirios y fi ebre luego de algunos minutos.

Ante un episodio de insolación, se debe acostar a la persona en un lugar fresco y a la sombra, y de ser posible, someterlo a algún tipo de ventilación mecánica (ventilador, aire acondicionado, etc).

Frente a un ataque de epilepsia se reco-mienda acostar a la víc ma y colocarle algún elemento sólido en la boca para impedir que se las me la lengua.

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Primeros Auxilios Técnicas y procedimientos

Se debe aplicar frío en la frente y en el cuello, y las piernas se deben mantener elevadas. Es importante suministrarle bebidas frescas, aunque éstas no deben encontrarse extremadamente frías ni poseer alcohol.

Afl ojar la ropa del afectado también sirve para contribuir a la ventilación general del organismo. En el caso de que el individuo se encuentre inconsciente, es ne-

cesario controlar su pulso y respiración y ubicarlo en posición lateral de seguridad (explicado en la sección “Coma”) para esperar el arribo del personal médico.

Seelen

Afl del

cesa(exp

Ante una insolación la víc ma debe estar recostada boca arriba.

QUEMADURAS

Las quemaduras pueden producirse por diversos elementos, ya sea el contacto de la piel con el fuego, vapor, agua o metales calientes, electricidad, ácidos, radiación, etc. La clasifi cación de las quemaduras suele realizarse según su intensidad y grado de afec-ción sobre la piel humana, por lo que pueden ser:

De primer grado: Cuando la piel se enrojece.

De segundo grado: Cuando la dermis, es decir, la parte interna de la piel resulta lesio-nada, dando lugar a ampollas llenas de líquido.

De tercer grado: La piel se encuentra totalmente incinerada y los músculos son seve-ramente afectados, al igual que los huesos y vasos.

Para poder determinar la superfi cie del cuerpo que ha sufrido quemaduras, se utilizan valores predeterminados que le asignan a cada porción del cuerpo un porcentaje que representa su extensión total con respecto al total del cuerpo. Por lo general, un por-centaje afectado que supere el %20 deja importantes secuelas en el sistema nervioso, y una implicancia superior al %50 puede llevar a la muerte. Estos porcentajes son los siguientes:

Cabeza y cuello: %9

Brazos: %9 (cada uno)

PORCENTAJES DE QUEMADURAS EN LA PIEL

Tórax y abdomen: %18

Espalda y nalgas: %18

Piernas: %18 (cada una)

Ingle: %1

El tratamiento varía según la gravedad de la quemadura. Debe tenerse en cuenta que, además del nivel de penetración que haya tenido la quemadura, la importancia de la misma puede variar según la zona afectada, la extensión y la presencia de suciedad u otros elementos que hayan quedado pegados a la piel.

En esta imagen el individuo presenta una quemadura en el brazo izquierdo de segundo grado.

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Primeros Auxilios Técnicas y procedimientos

Ante una quemadura de primer grado, basta con la colocación de cremas para aliviar el dolor y evitar la posible aparición de ampollas. Luego se debe derivar al individuo a un centro médico para ser revisado por profesionales.

Las quemaduras de segundo o tercer grado requieren de mayor cuidado y dedicación.

Se debe liberar la zona de la quemadura de la vestimenta, aunque no debe

intentar desprenderse los restos de ropa que se hayan adherido a la piel,

ya que podría causar dolor y lesiones más graves.

La zona quemada debe ser recubierta por apósitos secos, siendo importante

que las manos del socorrista no tomen contacto con los mismos, debido

a que al momento de depositarse sobre la herida, los apósitos deben

encontrarse esterilizados. Tampoco se debe respirar cerca de la herida, ya

que los elementos exhalados pueden llegar a contaminarla.

CÓMO ACTUAR FRENTE A UNA QUEMADURA GRAVE

Cuando una quemadura se ha producido por electricidad, antes de tomar contacto con el individuo se debe aislar al mismo de la fuente energética, empleando para ello algún elemento no conductor, como una madera o algún elemento de goma.

Cuando las quemaduras son graves y el afectado posee zonas vitales de su cuerpo com-prometidas, se deben tomar sus signos vitales en forma periódica, y en caso de que su respiración o pulso cesen, deben iniciarse los procedimientos para esta situación.

Cuando las ampollas de la piel comienzan a desprenderse es recomendable la ul li-zación de cremas regeneradoras.

HEMORRAGIA

Las hemorragias son sangrados producidos tanto hacia fuera del organismo como en el interior del mismo, debido a la rotura de vasos sanguíneos.

Debe tenerse en cuenta que para la protección del propio socorrista y para evitar afec-ciones de parte del individuo, es recomendable tomar contacto con las hemorragias utilizando guantes de látex, descartando éstos una vez que han sido empleados.

Para tratar las hemorragias, se debe acostar al afectado, buscando san-grados que no hayan sido detectados a simple vista. Se debe evitar los movimientos del individuo, para facilitar el trabajo y evitar lesiones.

.

Sangrado externo con herida leve.

Hemorragia Externa

Ante una hemorragia externa, se debe:

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Primeros Auxilios Técnicas y procedimientos

Ejercer presión con las manos y un apósito, intentando frenar el sangrado.

Si el apósito se llena de sangre, éste no debe ser retirado, y se debe colocar

otro nuevo por encima de éste, ejerciendo presión nuevamente.

Una vez controlado el sangrado, se puede sustituir la presión manual por un

vendaje ajustado que sostenga fi rmemente a los apósitos colocados sobre

la hemorragia. Es importante sostener la zona afectada elevada por encima

del nivel del corazón, para disminuir la presión sanguínea y asegurar que el

individuo pierda la menor cantidad posible de sangre.

CÓMO ACTUAR FRENTE A UNA HEMORRAGIA EXTERNA

En el caso de que el fl ujo de sangre no cese, se debe ejercer presión con los dedos en la arteria o vena que se encuentre entre la herida y el corazón, para disminuir la circu-lación y evitar una pérdida de sangre mayor. Los puntos de presión son:

Carótida: Ubicada en el cuello.

Retroclavicular: Ubicada cerca del hombro.

Humeral: Ubicada en la cara interna del brazo.

Femoral: En la cara interna del muslo, cerca de la ingle.

Poplítea: Ubicada en la pierna.

En la imagen se observa la presión ejercida con la mano y un apósito para intentar fre-nar el sangrado.

Las hemorragias son sangrados producidos tanto hacia fuera del

organismo como en el interior del mismo, debido a la rotura de vasos sanguíneos. Ante un caso

es necesario Ejercer presión con las manos y un apósito,

intentando frenar el sangrado.

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Primeros Auxilios Técnicas y procedimientos

Torniquete

En casos extremos, el socorrista tiene la posibilidad de realizar un torniquete, aunque éste debe emplearse únicamente ante una amputación, hemorragia o aplastamiento de un miembro que, debido a su sangrado excesivo, ponga en riesgo la vida del individuo. Se debe tener en cuenta que con la aplicación de un torniquete sobre una extremidad, ésta dejará de recibir sangre, por lo que el individuo afectado perderá dicho miembro.

El torniquete consiste en una faja especialmente diseñada para ejercer una gran presión sobre las extremidades, aunque también pueden impro-visarse con el empleo de pañuelos, ropa o vendajes y un palo, a través del cual se ejercerá la presión.

.

El torniquete siempre debe ubicarse por encima de la rodilla o del codo, ya que por debajo de éstas existen fl ujos de sangre que son imposibles de frenar a través de la aplicación del torniquete. Por lo tanto, a pesar de que se haya perdido una mano o un pie, la circulación debe cortarse desde bien arriba de las extremidades.

Se debe rodear con el torniquete la extremidad, utilizando un elemento rígido como palanca. Es recomendable colocar algún elemento de contención entre el torniquete y el miembro, para evitar el inicio de un nuevo sangrado como consecuencia de la pre-sión. El elemento rígido debe girarse, presionando hasta que la extremidad del miembro haya perdido completamente el pulso.

Cuando la presión del torniquete es la adecuada, el fl ujo de sangre cesa.

Una vez ajustado el torniquete, el elemento rígido empleado debe ser asegurado con vendas para evitar que se pierda presión sobre el miembro. Nunca debe afl ojarse el torniquete, y debe ser revisado en forma periódica, para comprobar que no exista fl ujo sanguíneo.

El torniquete siempre debe ubicarse por encima de la rodilla o del codo, ya que por debajo de éstas existen fl ujos de sangre que son imposibles

de frenar a través de esta aplicación.

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Primeros Auxilios Técnicas y procedimientos

Hemorragia Interna

Las hemorragias internas son las complejas, ya que revisten un gran peligro para el individuo y es más difícil detectarlas, ya que se producen en el interior del organismo. Cuando una persona se encuentra sufriendo este tipo de sangrado, su piel se torna más blanca de lo habitual, se siente mareada y su pulso disminuye en forma considerable. Además, puede llegar a sangrar a través del recto o la vagina, como así también pueden aparecer difi cultades para respirar y un abdomen rígido o sensible.

Ante un caso de hemorragia interna, debe acostarse al individuo afectado boca arriba, colocando su cabeza hacia un costado ante la posibilidad de que éste vomite. Nunca se le debe suministrar ningún tipo de alimento o bebida.

.

También se debe abrigar al individuo para evitar la excesiva pérdida de calor, y se lo debe trasladar en forma urgente para ser asistido por personal médico profesional. Durante el traslado, se deben controlar periódicamente los signos vitales del afectado.

Hemorragia interna debajo de la uña.

LESIONES POR FRÍO

Este tipo de lesiones son aquellas que se producen en el individuo como consecuencia del sometimiento a temperaturas extremadamente bajas. Las lesiones por frío pueden presentarse como hipotermia, gangrena o congelamiento.

Hipotermia

En situaciones normales, los seres humanos conservan su temperatura corporal dentro de valores constantes, por lo que la exposición prolongada a temperaturas frías puede llegar a producir un importante descenso de la temperatura, superando los mecanis-mos de producción y conservación de calor.

Existen tres estadios que pueden ser reconocidos en una hipotermia:

Inicial: Cuando la temperatura medida a través del recto se ubica entre los 32 y los 35º.

Moderada: cuando la temperatura rectal se sitúa entre los 32 y los 28º.

Severa: cuando la temperatura se mantiene por debajo de los 28º.

Cuando un individuo comienza a sufrir un cuadro de hipotermia, se producen fuertes escalofríos y una disminución en la temperatura de la piel, acompañado de un aumento del ritmo cardíaco y respiratorio.

La hipotermia se produce cuando el indi-viduo se expone a temperaturas bajas y el mismo descenso puede provocarle un paro cardíaco.

Ante un caso de hipotermia, se debe:

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Primeros Auxilios Técnicas y procedimientos

De ser posible, movilizar al individuo hacia un espacio con una temperatura

ambiente más elevada.

En el caso de que el descenso de la temperatura se haya producido por

inmersión en aguas frías, se le deben retirar las ropas mojadas y ser

cambiadas por prendas secas y abrigadas.

CÓMO ACTUAR FRENTE A UN CASO DE HIPOTERMIA

Es importante que al proveer de abrigo al individuo, no se dejen sin abrigar

las manos, pies y cabeza. De ser necesario, el socorrista deberá proveer su

propio calor corporal, ubicándose al lado del afectado y proporcionándole

masajes en distintas zonas del cuerpo.

Tomar el pulso del individuo, y en caso de que éste se duerma, chequear

sus signos vitales en forma periódica.

También puede suministrársele bebidas calientes y alimentos con altos

contenidos calóricos.

Gangrena

La gangrena es otra de las lesiones posibles como producto de la exposición de la piel al frío. Ante estos casos, es importante no permitir que el individuo afectado se man-tenga estático. Ante una gangrena por congelamiento, se debe:

Instar al individuo afectado a caminar y moverse en forma constante.

Suministrarle bebidas calientes y azúcar.

Abrigar el cuerpo del individuo y afl ojar su calzado.

Es sumamente importante abrigar al indi-viduo, debe quedar totalmente cubierto incluyendo, cabeza y extremidades.

Cuando un individuo comienza a sufrir un cuadro de hipotermia, se producen fuertes escalofríos y una

disminución en la temperatura, acompañado de un aumento del

ritmo cardíaco y respiratorio..

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Primeros Auxilios Técnicas y procedimientos

Se debe tener en cuenta que, a cambio de lo que sucede con las hipotermias, en la gangrena no es recomendable que el socorrista realice fricciones sobre el cuerpo del afectado.

Congelamiento

Las zonas del cuerpo que se encuentran más proclives a sufrir congelamiento son las dístales, es decir, que en temperaturas extremadamente frías sufren mayor riesgo las manos, los pies, las orejas y la nariz.

El frío da lugar al cierre de los vasos sanguíneos para intentar conservar el calor, lo cual genera una disminución del nivel de oxígeno transpor-tado. Esto produce un enrojecimiento de la zona, y aparece la hinchazón y las ampollas.

.

Según la intensidad y gravedad de la congelación, ésta puede clasifi carse en tres grupos:

De primer grado: La piel se torna pálida, pudiendo aparecer dolores más tarde y sen-saciones de pinchazos.

De segundo grado: Aparecen las primeras ampollas llenas de líquido. Se genera un gran dolor en la zona congelada, y aumenta la sensibilidad ante el calor.

De tercer grado: este tipo de congelaciones son las más graves, e implica la muerte de los tejidos, los cuales se tornan negros e inertes.

Ante un caso de congelamiento, se debe:

Retirar al individuo afectado del lugar en el cual se encuentre tomando

contacto con las bajas temperaturas.

Instar al individuo a que camine para intentar recuperar el calor corporal.

CÓMO ACTUAR FRENTE A UN CASO DE CONGELAMIENTO

La zona congelada puede frotarse, aunque se debe realizar en forma muy

suave.

Mantener la sección anatómica afectada por encima de la altura del corazón.

Colocar apósitos en la zona congelada.

Durante el traslado a un centro médico, se deben chequear periódicamente

los signos vitales. No se debe dejar de chequear los signos vitales de forma constante.

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Primeros Auxilios Técnicas y procedimientos

INTOXICACIONES

Existen al menos tres tipos distintos de intoxicaciones, cada una de las cuales debe ser atendida de una forma particular: intoxicación por vía oral, por inhalación o por inoculación.

Vía Oral

A través de la boca pueden ingerirse una gran cantidad de sustancias tóxicas capa-ces de generar consecuencias graves para el organismo, e incluso la muerte misma del individuo.

Por ello, antes de intentar cualquier tipo de asistencia es fundamental conocer el tipo de sustancia ingerida.

Siempre que el individuo vomite, es conveniente conservar una muestra del mismo para que sea analizada posteriormente en el centro médico. Se deben controlar cons-tantemente los signos vitales, y en el caso de que la persona ingrese en un estado de inconsciencia, de ser necesario se iniciarán las maniobras de reanimación cardio-pul-monar (RCP).

La forma adecuada para actuar ante la ingesta de algún elemento es la siguiente.:

Alcalinos: Ante la ingestión de este tipo de elementos nunca debe intentar que el individuo vomite, sino que se le debe suministrar agua para disminuir la concentración del elemento tóxico. También es recomendable mezclar agua con vinagre o jugo de limón para atenuar el efecto de la sustancia ingerida, y después suministrar clara de huevo o leche. Trasladar al individuo en forma rápida para ser

tratada por un médico profesional.

Ácidos: Si la sustancia que produce una intoxicación es un ácido, nunca se debe inten-tar provocar el vómito, y se le debe suministrar agua al individuo. Luego es conveniente que éste consuma leche o bicarbonato. Trasladar al afectado en forma rápida para ser tratada por un médico profesional.

Sustancias desconocidas: cuando los elementos ingeridos no hayan sido elementos alcalinos o ácidos, puede producirse el vómito del individuo y luego suministrarle leche. También es una buena opción beber un té fuerte, consumir leche de magnesia y comer pan tostado. Tener en cuenta que siempre debe ser trasladado a un centro médico, y los signos vitales deben ser revisados en forma periódica.

Inhalación

Ante una intoxicación por inhalación, se debe conducir al individuo afectado hacia una zona abierta y liberada de la emanación tóxica. Si la fuente del gas es una instalación domiciliaria, se debe cortar el suministro y bajo ningún concepto tocar los interrup-tores eléctricos.

inconsciencia, demonar (RCP).

La forma adecua

Alcalinoque el indivconcentracivinagre o jusuministrar c

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Ácidos: Si la sustar provocar el vóque éste consumtratada por un m

Sustancias descalcalinos o ácidosTambién es una bpan tostado. Tenlos signos vitales

Inhalación

Ante una intoxicazona abierta y libdomiciliaria, se dtores eléctricos.

En el caso de que la persona afectada comience a perder el conocimiento, debe recostársela en una zona abierta, chequeando sus signos vitales, ya que puede ser necesaria la realización de las técnicas de reanimación cardio-pulmonar (RCP).

Dentro de los tres ti pos disti ntos de intoxicaciones, recuerde que cada

uno debe ser atendido de una forma parti cular y es conveniente conservar

una muestra del mismo en caso que el individuo lo haya despedido.

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Primeros Auxilios Técnicas y procedimientos

Se debe asistir al individuo controlando su pulso y respiración hasta el arribo de perso-nal médico, o durante su traslado hacia un centro de asistencia cercano.

Inoculación

Este tipo de intoxicación suele producirse por el accionar de un animal, especial-mente las serpientes y los insectos.

Serpientes y arácnidos: Las picaduras de este tipo de animales pueden llegar a ser muy graves e incluso ocasionar la muerte en cuestión de minutos, o bien necesitar rápida-mente de sueros para poder recuperarse en forma satisfactoria. Sin embargo, entre la gran variedad de especies existentes se encuentran especies cuya picadura no es dema-siado grave o incluso otras que pueden ser totalmente inofensivas.

Si no pueden reconocerse las diversas especies y su grado de peligrosidad para el ser humano, se deben tomar las siguientes medidas:

La picadura de una serpiente puede llegar a ser muy grave, hasta incluso ocasionar la muerte de la víc ma.

Presionar las venas y arterias cercanas a la zona de la picadura para retardar

la difusión de la sustancia por el torrente sanguíneo. Por lo general, estos

animales atacan cuando se sienten amenazados, y las manos y pies suelen

ser las zonas más proclives a recibir una picadura, por lo que se debe

realizar la presión por encima de la rodilla o del codo.

La zona de la picadura debe ser sometida al frío, ya sea con la aplicación

de hielo o el sumergimiento en algún líquido helado.

CÓMO ACTUAR FRENTE A UNA PICADURA GRAVE

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Primeros Auxilios Técnicas y procedimientos

En las marcas dejadas por el animal, realizar una incisión y succionar

fuertemente, escupiendo la sangre extraída.

Durante el traslado al centro médico más cercano, es conveniente mantener

la herida sometida al frío.

En el caso de que sea posible, se debe capturar al animal que ha provocado

la picadura, para que sea revisada por especialistas y pueda determinarse

el grado de peligrosidad de la especie.

Insectos: Ante la picadura de este tipo de animales, se debe actuar de la siguiente manera:

Buscar posibles aguijones que puedan haber quedado como consecuencia

de la picadura y extraerlos de la piel.

Aplicar frío sobre la zona, pudiendo servir también un trozo de tela con

amoníaco.

CÓMO ACTUAR FRENTE A UNA PICADURA GRAVE

Se debe trasladar al individuo hacia un centro médico, especialmente si la

persona es alérgica a este tipo de picaduras.

SHOCK

Se denomina como shock al colapso del organismo como consecuencia de la carencia de oxígeno en los órganos, debido a la notable disminución de sangre en los mismos. Los motivos que pueden derivar en un shock son variados, pudiendo presentarse como consecuencia de una hemorragia intensa, quemaduras, congelaciones u otras heridas fuertes. Además, puede aparecer un cuadro de este tipo luego de sufrir dolores inten-sos, paro cardíaco o intoxicación, por lo que al atender cada una de estos traumas, debe prevenirse también el shock.

Cuando un individuo comienza a tener este tipo de cuadro, sus manos se tornan azu-ladas y su piel se empalidece, se producen importantes alteraciones en el pulso y la respiración, se dilatan las pupilas y los ojos se tornan inexpresivos, y su respuesta al habla es tardía y somnolienta. Se debe prestar especial atención a estos síntomas, ya que los mismos pueden comenzar a aparecer inclusive horas después de haberse pro-ducido la situación traumática.

El individuo con estado de shock sufre una dilatación de los tejidos, mani-fi esta excesiva preocupación, cansancio y miedo, y puede poseer dolores intensos en distintas partes del cuerpo.

Persona entrando en estado de shock.

Frente a una picadura se debe presionar las venas y arterias

cercanas a la zona infectada para retardar la difusión de la sustancia

por el torrente sanguíneo.

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Primeros Auxilios Técnicas y procedimientos

Si el estado de shock es causado por una hemorragia, lo primero que debe hacerse es detener el sangrado, realizando todos los procedimientos adecuados para evitar una mayor pérdida de sangre.

Se debe disponer al individuo acostado y con los pies levantados por encima del nivel del corazón, contribuyendo a la circulación de la sangre desde las extremidades hacia la cabeza y el corazón. Esta posición debe evitarse cuando existan lesiones graves en el pecho o el cráneo, ya que podría complicar las lesiones existentes. Ante la posibilidad de que el afectado vomite, se debe mantener su cabeza hacia el costado. Además se le debe proporcionar abrigo siempre que sea necesario, ya que las lesiones y la quietud pueden producir un descenso de la temperatura corporal que acrecentará el grado de nerviosismo del individuo.

Es siempre importante la asistencia psicológica, ya que la misma puede reducir en forma notable la desesperación del afectado. Puede suminis-trársele bebidas siempre que éstas no posean alcohol y cuando las lesiones no se encuentren en la zona abdominal.

PRIMEROS AUXILIOS PSICOLÓGICOS

Este tipo de asistencia no posee ninguna técnica en especial, y no se requiere de herra-mientas o elementos que puedan ser portados en un botiquín. Si bien los primeros auxilios psicológicos no resuelven de por sí un traumatismo y tampoco produce la dis-minución del dolor en el afectado, puede proveer un necesario nivel de confi anza y seguridad en el individuo asistido.

El trabajo sobre el aspecto emocional del herido, entonces, es una cuestión de rele-vancia que no debe ser dejada de lado, más si se tiene en cuenta que el miedo o la preocupación del afectado, o un estado nervioso y alterado en el mismo, pueden gene-rar complicaciones tanto para evitar el desarrollo de su trauma como para la aplicación de procedimientos de auxilio.

En caso de que el individuo presente un cuadro de shock, es

conveniente acostarlo con los pies levantados por encima

del corazón, contribuyendo la circulación de la sangre hacia la

cabeza y el corazón.

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Primeros Auxilios Técnicas y procedimientos

El control de las reacciones nerviosas es importante para contribuir al desarrollo ade-cuado de la asistencia. Por lo tanto, ante la ayuda a un individuo conciente que haya vivido alguna situación traumática, es necesario:

Establecer un diálogo constante, intentando conocer los detalles de la

situación que ha producido el trauma y la mayor cantidad posible de

datos en torno al mismo. También debe hablarle al individuo sobre temas

amenos en los cuales éste pueda demostrar interés, para contribuir a su

tranquilidad y confi anza.

Hacerle saber al afectado que en ningún momento se lo dejará solo y sin

asistencia, y que el auxiliador se mantendrá junto a él hasta el traslado a

un centro médico, ya sea por medios particulares o a través de un equipo

de asistencia especializado.

CÓMO ACTUAR FRENTE A UNA SITUACIÓN TRAUMÁTICA

Informarle y demostrarle al afectado que se encuentra en manos de alguien

que sabe desempeñarse frente a las lesiones que presenta. Para ello, es

fundamental que el socorrista improvise lo menos posible y no dude al

momento de iniciar la aplicación de alguna maniobra de asistencia.

Explicarle constantemente los procedimientos empleados sobre su persona

y su justifi cación, pidiéndole en casi de ser necesario y posible, colaboración

para la superación de su propia lesión

TRASLADO DE PERSONAS

El traslado de un traumatizado debe contemplar la situación en la cual se encuentra el mismo, para evitar un aumento en la cantidad o gravedad de las lesiones debido a la realización de movimientos bruscos o innecesarios o de la utilización de un modo de transporte inadecuado.

Se debe tener en cuenta que el traslado de individuos debe realizarse únicamente cuando la salud del mismo pueda empeorar si se mantiene en el mismo sitio y no pue-dan acudir equipos profesionales en un lapso de tiempo razonable. Es decir, que sólo deben emplearse en zonas agrestes o alejadas, o en situaciones como incendios, derrum-bes, catástrofes a gran escala, etc. En el caso de que el individuo se encuentre en una ciudad con un servicio de emergencias, no se debe realizar el traslado, debiendo asis-tir al mismo durante el tiempo necesario hasta que se produzca el arribo del personal médico especializado.

Método de arrastre: Este tipo de traslado se realiza cuando la distancia a transpor-tarse es breve y se encuentra un solo socorrista en el lugar. En estos casos, los brazos del individuo afectado deben ser cruzados sobre el pecho. El socorrista debe colocarse por detrás, disponiendo sus manos por debajo de los hombros, y conteniendo entre sus brazos la cabeza y el cuello del afectado.

Otro tipo de traslado de arrastre puede realizarse colocando los brazos del socorrista por debajo de las axilas del afectado, doblando una de sus manos sobre el pecho. Con ambas manos, el auxiliador debe tomar el antebrazo y arrastrarlo caminando hacia atrás.

Es sumamente importante establecer el diálogo con la

vícti ma para recaudar información sobre lo sucedido y contribuirle absoluta confi anza. Además se

debe demostrarle al afectado que se encuentra a salvo y que se

mantendrá junto al socorrista hasta el traslado a un centro médico.

Una persona debe ser trasladada, sólo cuando la salud del mismo pueda empeo-rar si se man ene en el mismo lugar y no puede acudir a equipos profesionales.

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Primeros Auxilios Técnicas y procedimientos

Otra forma de trasladar a un afectado arrastrándolo puede realizarse cuando éste se encuentra consciente y posee fuerzas para sostener su propio cuerpo. En estos casos, se recuesta a la persona sobre el piso, y el socorrista se coloca agachado por encima de él. La víctima debe cruzar sus brazos por el cuello del socorrista, quien deberá des-plazarse utilizando sus cuatro extremidades. Este modo de traslado es adecuado para espacios contaminados con gas, donde mantenerse cerca del suelo constituye una buena medida preventiva. En el caso de que el individuo se encuentre inconsciente, se pueden atar sus muñecas y trasladar del mismo modo.

Método de arrastre con frazada: Cuando el afectado se encuentra conciente y sin mayores lesiones, o cuando se mantiene inconsciente pero puede ser girado sobre su propio cuerpo sin que ello signifi que un empeoramiento en su estado general, puede emplearse una frazada o algún elemento similar para transportarlo sobre la misma.

Silla de cuatro manos: En estos casos, dos socorristas cruzan sus manos generando una base en la cual se siente la persona afectada, la cual deberá tomar por el cuello a ambos auxiliadores para evitar caerse. Una alternativa es que uno de los socorristas sólo emplee una mano como base, disponiendo de la restante sobre el hombro del otro, formando un respaldo para el herido.

Transporte sobre silla: Es un modo de traslado que debe emplearse cuando el afec-tado se encuentra conciente y no posee lesiones graves. Este método es muy empleado para subir o bajar escaleras, y para llevarlo a cabo se debe ubicar al individuo sobre una silla, la cual debe ser levantada en forma simultánea por dos socorristas, uno de los cuales debe ubicarse por delante y otro por detrás. Es conveniente antes de iniciar el cruce de un obstáculo (como una escalera), caminar algunos metros como prueba para certifi car que los puntos de agarre de los auxiliadores son los correctos y que la silla se encuentra en buenas condiciones para ser empleada.

Silla de cuatro manos. Disposición de las manos para conformar una silla de transporte.

El traslado de un traumati zado debe contemplar la situación en la

cual se encuentra el mismo, para evitar un aumento en la canti dad o gravedad de las lesiones debido

a la realización de movimientos bruscos o innecesarios o de

la uti lización de un modo de transporte inadecuado.

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Primeros Auxilios Técnicas y procedimientos

Método de cuchara: Es un modo de subir a un herido a una camilla que se encuentre por encima del nivel del suelo. En estos casos, tres socorristas se colocan al lado del herido, levantándolo con sus manos en forma simultánea y trasladándolo hacia la cami-lla o manteniéndolo sobre las rodillas hasta que un cuarto hombre disponga de una camilla por debajo del individuo herido.

Transporte en camilla: Estos elementos son los ideales para realizar el traslado de una víctima, y pueden ser improvisadas con elementos de empleo cotidiano. Una frazada y dos varillas resistentes de cualquier material rígido pueden emplearse para fabricar una camilla improvisada, doblando el manto en tres secciones sobre los soportes.

Método del puente: El afectado debe posicionarse recostado, y tres socorristas se colo-can en fi la y con las piernas abiertas, dejando debajo al herido y la camilla. El auxiliador colocado más cerca de los pies, debe cruzar sus brazos por debajo de los muslos, mien-tras que el del medio lo debe hacer debajo de la cintura. En tanto, el socorrista ubicado adelante debe tomar la nuca del afectado. En forma simultánea, los tres socorristas deben alzar al afectado y colocarlo sobre la camilla. Una variante es que los auxiliadores sólo tengan entre sus piernas al traumatizado y, al momento de levantarlo, un cuarto hombre deslice la camilla por entre las piernas de éstos.

En el caso de no contar con elementos rígidos, puede emplearse úni-camente una manta, colocando al herido en el centro de la misma y enrollando los bordes laterales hasta formar dos cilindros de tela, inmo-vilizando a su vez al afectado. La camilla improvisada debe ser elevada en forma simultánea por al menos seis personas, aunque en el caso de urgencias, pueden emplearse cuatro recorriendo tramos cortos.

La camilla también puede ser confeccionada con dos varillas y una frazada.

En el caso de que el individuo se encuentre en una ciudad con un

servicio de emergencias, no se debe realizar el traslado, debiendo asisti r al mismo durante el ti empo

necesario hasta que se produzca el arribo del personal médico.

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Primeros Auxilios Técnicas y procedimientos

En todos los casos en los que se empleen camillas, se debe disponer de las

manos del afectado en sus propios bolsillos o dentro de sus pantalones,

para evitar que las extremidades caigan por los costados, pudiendo

lastimarse o entorpecer la marcha de los auxiliadores.

Cuando se utilizan camillas y éstas sean transportadas por dos personas

ubicadas a la cabeza y a los pies de la misma, se deben coordinar los pasos

de tal forma que cuando el camillero que se encuentra adelante avance con

el pie derecho, el de atrás lo haga con el izquierdo, disminuyendo así los

movimientos de balanceo que pueden afectar al herido.

CONSEJOS PARA EL TRANSPORTE

No es conveniente intentar movilizar en forma solitaria a una persona

demasiado grande o pesada, debiendo buscar ayuda para proceder al

traslado en forma efi ciente.

Cuando el transporte debe realizarse con más de una persona, se debe

designar a uno de los socorristas para que de órdenes claras y precisas,

coordinando el tiempo de alzamiento, inicio y dirección del traslado y

descenso del herido.

Cuando un individuo requiere traslado y se encuentra con hemorragias,

éstas deben ser atendidas en el lugar en el que se encuentre, procediendo

luego al traslado con las máximas precauciones. También deben

inmovilizarse las fracturas antes de proceder al traslado del individuo.

Los traslados sentados (tanto con una silla o a través de la “silla de cuatro

manos” nunca deben emplearse con personas con traumatismos en la

cabeza, las piernas, la espalda o la cadera.

Cuando el individuo a ser trasladado se encuentra afectado en la cabeza

o la columna, se recomienda utilizar únicamente camillas rígidas (nunca

mantas ni similares), debido a que es importante que el cuerpo del afectado

no sea doblado ni torcido.

Tanto cuando se sube como cuando se baja de una escalera con una camilla,

la cabeza del herido debe ubicarse en la parte más cercana a los escalones,

para evitar una caída mayor en caso de una falla en el traslado. Por ello, los

descensos se realizan con los pies del afectado hacia delante, y los ascensos

con la cabeza del mismo en esa dirección.

Cuando se debe transportar durante una distancia larga, es conveniente

realizar paradas cortas para otorgarle descanso a los auxiliadores y para

verifi car los signos vitales del traumatizado.

Antes de iniciar las maniobras de evacuación, se debe saber cuál

es la vía de escape del grupo de auxiliadores, evitando así buscar los pasos con el herido a cuestas,

lo que resultará en cansancio innecesario y posibles movimientos

perjudiciales para el herido.

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