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    La importancia de la identidad estratgica para la

    construccin de la paz en la regin y su relacin con

    la identidad nacional en los pases sudamericanos

    The strategic identitys importance for the peace building in the regionand its relationship with the national identity in the South American

    countries

    Luis Tibiletti*

    ResumenEste trabajo parte del supuesto de que la crisis del modelo neoliberal en la regin sudamericana

    devolvi un papel central a los estados nacionales y ello implic un renacer de los debates sobre la

    relacin identidad nacional-globalizacin. Analiza cmo ello impacta en los debates sobre identidad

    nacional en los pases. En estos debates el esencialismo se enfrenta con una visin constructivista

    extrema, por lo que propugna el paradigma histrico-estructuralista como superacin del

    contrapunto y define a una parte de esa identidad nacional a la que denomina estratgica,

    analizndola a la luz del rol que debe cumplir en el mantenimiento de la larga paz sudamericana.

    Palabras claves: seguridad nacionalestrategiaidentidad nacionalSudamricaAbstract

    The paper assumes that the crisis of the neoliberal model in the South American region returned a

    central role to national states and this meant a revival of the debate on national identity-

    globalization relationship. Analyze how this impacts the debates on national identity in countries. In

    these debates essentialism faces an extreme constructivist vision, so advocates the historical-

    structuralist paradigm as the overcoming of counterpoint and defines a part of the national identity

    which it calls strategic, analyzing it in light of the role to be fulfilled in the long peace keeping South

    America.

    Keywords: national security - Strategy - national identity - South America1. Introduccin.

    * Profesor Escuela de Relaciones Internacionales de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad del

    Salvador (USAL) (Buenos Aires Argentina). Este trabajo parte de la ponencia presentada en el X Congreso

    Nacional y III Congreso Internacional sobre Democracia, organizado por la Facultad de Ciencia Poltica yRelaciones Internacionales de la Universidad Nacional de Rosario (UNR); Rosario, el 5 de septiembre de 2012.

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    l presente trabajo es continuacin de mis reflexiones sobre la identidad estratgicapublicadas en los Cuadernos de Actualidad en Defensa y Estrategianmero 4 y de mi ponenciaen el X Congreso Nacional de Ciencia Poltica organizado por la Sociedad Argentina de

    Anlisis Poltico (SAAP) llevado a cabo en la ciudad de Crdoba durante el ao2011(Tibiletti, 2009 y 2011).

    En momentos que los presidentes de UNASUR han requerido a travs del Consejo deDefensa Sudamericano construir una identidad de defensa sudamericana y el Centro deEstudios Estratgicos de la Defensa (CEED) se encuentra trabajando en la identidadestratgica1, parecera vlido acompaar lo ms posible este camino desde la reflexin intelectualque permita entender las relaciones entre identidad nacional, identidad internacional e identidadde la defensa en el nivel regional, como es el mandato del CDS2, sin perder de vista elcontexto de crisis mundial en el que nos encontramos y que ha revalorizado el papel de losestados.

    En este trabajo entonces se pretende revisar el estado del debate sobre la construccin delas identidades nacionales, y dentro de ellas algunas subespecies como parecen ser la identidadinternacional y la identidad estratgica a nuestro entender inescindible de ella.

    Para ello procuramos llegar al concepto de identidad estratgica desde una visin queincluya una necesaria revisita del devenir epistemolgico en los estudios de las relacionesinternacionales, los ms especficos de seguridad internacional, los estudios estratgicos y lasrelaciones entre estos campos entre s y la cada vez ms necesaria vinculacin de ellos con losestudios de la paz como objetivo normativo que consideramos fue olvidado en el transcurso de lasegunda mitad del SXX.

    2. El debate sobre estrategia y seguridad en la regin: teora y prctica.

    Esta concepcin que desarrollar es tambin producto de los largos aos de reflexindesde una visin acadmica tanto en el Seminario de Seguridad Internacional y Cooperacin parala Paz dictado junto a otros colegas (Gustavo Druetta, Marcela Donado y Sebastin Muoz) enla Escuela de Relaciones Internacionales de la USAL entre 1992 y 2004 como en el que dictodesde 2008 sobre Teora y Prctica de la Construccin de la Paz con nfasis en Amrica Latina enla misma casa de estudios. Tambin desde la Ctedra de Defensa de la EDENA que integrodesde 1994 y donde me especialic inicialmente en seguridad internacional y polticas de defensacomparadas y desde 2008 en el Seminario sobre Poltica, Estrategia y Doctrinas de Defensa ydonde continuamos junto a mi colega Marcelo Marteletti con la indagacin de cmo entender las

    culturas e identidades estratgicas.

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    En un plano mucho ms de operador de la realidad la preocupacin por las relaciones

    entre dos polticas pblicas tan propiamente estatales como son la poltica exterior y la poltica dedefensa, me llev a constituirme tanto desde mi trabajo de asesor en el Congreso como de actor

    1 Para la reflexin sobre cultura e identidad estratgica tengo que agradecer particularmente al AlmteFernando Garca quien me aport un primer esbozo de cmo entenderlas, as como a todos los demsdirectores de SER en el 2000 en especial a Jaime Garreta y Juan Carlos Melin. Ms tarde compart con elprimer de Secretario de Asuntos Exteriores de Defensa Jos Mara Vasquez Ocampo y con su sucesor AlfredoForti las preocupaciones por la construccin de una identidad regional de defensa.2Artculo 4(b) del Estatuto del CDS donde se especifica que uno de los objetivos es construir una identidad

    suramericana en materia de defensa.http://www.unasurcds.org

    E

    http://www.unasurcds.org/http://www.unasurcds.org/http://www.unasurcds.org/http://www.unasurcds.org/
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    de la sociedad civil a travs de una ONG (Seguridad Estratgica Regional- SER en el 200) en unpermanente analista de las lgicas de sus pertinentes burocracias. As pude comprender lasdifciles relaciones con las sucesivas conducciones polticas de ambos ministerios en la bsqueda

    de definir las lneas maestras de una nueva insercin regional de la Argentina en materia deseguridad y defensa desde la reinstalacin de la democracia. Pude percibir incluso el modo en quediferentes modos de entender la realidad de ambas burocracias terminan generando conflictosentre las conducciones polticas de las mismas.

    Es desde esta experiencia de convivir treinta aos entre diplomticos que siempreprefieren autorreferenciarse como grocianos y estrategistas que no soportan otra clasificacinque no sea la de realistas -desde Sun Tzu en adelante-, que surje el intento de encontrar nuevaspreguntas explicatorias. Preguntas que s necesariamente implican asumir una posicinepistemolgica y metodolgica tanto para su formulacin como para su indagacin.

    Cmo no preguntarse por ej. sobre el impacto de la relacin entre diplomticos ymilitares en un plano de las ciencias sociales, sin entender que ms all de las reflexionesfilosficas sobre la guerra y la paz en la historia de la humanidad, en tanto disciplinas sociales ens el estudio de las relaciones internacionales y los asuntos estratgicos y de seguridadinternacional comenzaron en momentos de diferente valoracin de la racionalidad positivista?.Pero que adems lo hicieron influidos por sus propios contextos que eran claramente diferentes alos de nuestras realidades latinoamericanas.

    Resulta as la necesidad de nuevos aportes tericos como una visin desde la sociologadel conocimiento por ej. que permita clarificar como influyeron las contextos epistemolgicos ylas cuestiones histrico estructurales en la conformacin de cada disciplina. Para poner un soloejemplo: en la base epistemolgica de las teoras explicativas clsicas de todo pensamiento

    positivista- el mundo ES uno slo y podemos entender sus reglas de funcionamiento medianteuna correcta metodologa, mientras que la concepcin constitutiva de la teora no se comprometenecesariamente con una relativizacin absoluta del mundo material, sino que cuestiona que ese mundo posea unsignificado dado por si slo y autnomo del contexto de la interpretacin(Patrone, 2012).

    As lo plantea en su ltimo libro Barry Buzan, precisamente uno de los principalestericos de la seguridad Internacional (Buzan y Hansen, 2009: 35): aunque hace bastante poco que laepistemologa entr en debate en los estudios de seguridad internacional, ha sido algo muy influyente desde susinicios3.

    El estudio cientfico de las relaciones internacionales comenz a fines del SXIX en

    Europa donde ya haba comenzado el declive del pensamiento positivista (basta recordar el efectoen la fe del progreso indefinido que tuvieron las primeras guerras con el uso de las modernastecnologas y de all surgieron las primeras Conferencias de la Paz) y tuvo luego su impulso a laluz del antirracionalismo ms duro producto del horror de la 1ra Guerra Mundial; por eso labsqueda de cmo evitar las guerras con una clara influencia del paradigma ideacional (yparticularmente grociano en la relacin entre naciones) y la fortaleza indita exhibida por losmovimientos pacifistas de la poca. 4

    3 Traduccin del autor4

    Paradiso Jos, entrevista con el autor. l tambin explica como los elementos estructurales -la 1raglobalizacin y la modificacin de los equilibrios de poder en Europa ms la aparicin de dos nuevas potencias

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    En este sentido el reciente trabajo de Lavalln sobre cmo el miedo al futuro (en especialel de los desarrollos tecnolgicos blicos) influy en toda la literatura fantstica de Julio Verne yH.G.Wells -y persiste hasta hoy en las obras de Foucault-, constituye una mirada precisamente del

    tipo histrico-sociolgica clave para entender la aparicin de ideas como las de las Conferenciade la Paz y la Sociedad de las Naciones, entendida como esfuerzo supremo y superior por unorden que evitase el colapso de la humanidad. (Lavallen, 2012).

    Contrariamente los estudios especficos de seguridad internacional -que englobaron a losviejos estudios estratgicos y geopolticos- nacieron en el ambiente de la 2da posguerraacompaando el renacer del positivismo con fuerte nfasis realista especialmente en elmainstream centrado en las universidades y fundaciones norteamericanas.

    As lo afirman tambin Buzan y Hansen:El impacto en los estudios de la seguridad internacionalde haber nacido en los 40 con el reflujo neo-positivista que impregna toda su produccin y siguen el conceptodominante de seguridad en los estudios de Seguridad internacional proviene de la visin realista de los Estudios

    Estratgicos (Buzan y Hansen, 2009: 21)5. Adems como dice Walt crecieron al calor de losfondos otorgados a los investigadores por los departamentos de defensa de ambas superpotencias(Walt, 1991: 236-239).

    Como sostienen Paradiso y Sebesta:alentados por razones polticas, prosperan estudiosos de matrizrealista, los cuales, segn las pertinentes palabras de Waltz, no pretenden explicar todo sino algunas de las cosasms importantes. Como lo importante para los realistas es explicar el modo en que los estados se desempean en laarena internacional, dando por descontada, como elemento exgeno, la formacin de sus intereses e identidad, setrata de una explicacin que no hace ms que justificar la realidad tal como la conocemos, legitimando la existenciade los estados y su utilizacin de la guerra como medio legtimo no slo -y no tanto- para resolver las controversias,sino para actuar tout courten el mundo.(Paraiso y Sebasta, 2006: 3).

    Devienen de este ethos realista clsico las siempre presentes invocaciones de losestrategistas por identificar los intereses del estado nacin como permanentes e inmutables?.Basta con leer Clsicos de la Estrategia Moderna -escrita en 1944- para confirmar estasafirmaciones:

    La estrategia es elarte de controlar y emplear los recursos de una nacino un conjuntode ellas- incluso sus Fuerzas Armadas con la finalidad de que sus intereses nacionales sean eficientementemejorados y ofrezcan seguridad frente a enemigos efectivos, potenciales o simplemente supuestos. En talesasuntos la nacin no puede convertirse en una sociedad contenciosa(Mead Earl, 1968).6

    Es por eso que reaccionan mal ante los planteos posracionalistas como por ej. losconstructivistas que intentan entender los intereses como discurso y relaciones de podercambiantes? . Hay una tendencia natural entre los hombres ms cercanos a si vis pacem,

    como EEUU y Japn - influyeron en los primeros anlisis de las RRII ms all de las cuestiones epistemolgicasen las que se centr el anlisis en este artculo.

    5Traduccin del autor.

    6Esta afirmacin resaltada constituye la base del pensamiento autoritario ya no slo de los estrategistas sino

    tambin de los estrategcratas que fundamentaron todas las dictaduras militares de Suramrica en los aos

    de la Guerra Fra. Implica que todo aquel que discrepa con la caracterizacin del enemigo hecha por los

    especialistas realistas, es en s un enemigo de la nacin. El libro mencionado se utilizo como base de laformacin en estrategia de los oficiales del Ejrcito Argentino en la dcada de los 60.

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    parabellum a entender la identidad nacional en clave esencialista? Cmo influye esto en ladefinicin de una identidad estratgica?. Si aceptamos sin ms esta definicin amplia y casiuniversal hoy de estrategia nacional (arte de controlar y emplear todos los recursos para alcanzar

    los intereses nacionales) que la coloca al ms alto nivel de la conduccin poltica y a la vez sulgica es que en esos asuntos no hay contencioso posible: cmo conviven en democracia las

    visiones plurales de la identidadincluyendo la estratgica-?

    Queda aqu un desafo para los politlogos de analizar la implicancia para elfuncionamiento de un sistema poltico democrtico de la sustraccin del poder decisional quecorresponde a las mayoras, en el marco del intercambio poltico y la negociacin que son propiasde los sistemas democrticos.

    Segn Martinez esto es una autntica declaracin de guerra a la democracia misma, y fundamentoviciado de la teora de la seguridad nacional. Esa definicin de estrategia realza el rol de las burocracias, olvidandoque es la poltica la que pone los valores y los cambia as como se modifican las relaciones entre las clases, o comocambia la realidad local e internacional.

    Por ello el debate recin ahora cobra una mayor dimensin acadmica porque se ha asentado el temade la paz en la regin y el rechazo las versiones realistas dogmticas que le han dado sustento a la estrategia como

    prescripcin erga omnes.7. Ms all de las discusiones epistemolgicas es interesante el impacto queestas ideas han tenido en la realidad de nuestros pases.

    As lo sostiene tambin Tapia Valds quien basndose en Castoriadis desarrollar larelacin entre Estrategocracia y seguridad nacional cuando dice el concepto de seguridad nacional creuna visin nueva de la estrategia, tradicionalmente centrada en el estudio de la guerra con sentido histrico ydescriptiva, transformndola en prescriptiva y centrada en la produccin de alternativas polticas; as la estrategia se

    ha convertido cada vez en una actividad de tipo poltico y con el concepto de gran estrategia pretende combinar lashabilidades del soldado y el poltico..de all que Kissinger diga que la estrategia es el modo de sobrevivir de lasociedad(Tapia Valdes, 1986).

    Lo que el autor citado no llega a descubrir es que la definicin de seguridad nacionalque el toma como promedio de todos los documentos analizados en los dictaduras militares delCono Sur es exactamente la misma nocin que -como vimos-Edward Mearle haba atribuido yaen 1944 a la estrategia:la integracin de la poltica exterior, interior y militar de un pas con el propsito decoordinar el uso de sus potenciales poltico, econmico, psicosocial y militar para garantizar el logro y subsistencia delos objetivos esenciales de la nacin contra adversarios reales o potenciales, externos e internos. Probablementeexija nuevas investigaciones profundizar sobre el significado esta sinonimia entre los

    conceptos de seguridad nacional y estrategia.3. Las relaciones internacionales y la identidad.

    El devenir de las teoras de relaciones internacionales y poltica exterior ha ido colocandoen un lugar cada vez ms relevante el tema de la identidad. Muy poco considerado inicialmente enlas visiones del realismo clsico y el liberalismo basadas en consideraciones materiales oideacionales y epistemologas positivistas, la aparicin de los neo (realismo y liberalismo) donde loque se discute es la estructura del sistema internacional y de su posterior sntesis neo-neopermitieron que aparecieran las primeras preocupaciones sobre el tema identitario.

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    Dr Pablo Martnez Director Comisin de Defensa Senado de la Nacin, y profesor de la Escuela de DefensaNacional ,Argentina, entrevista con el autor, 22/6/2012.

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    Al menos as ser mientras no se produzca la aparicin de una corriente de estrategistascrticos que pueda incluir otras miradas epistemolgicas tal como sucedi por ej en los asuntosde geopoltica, seguridad internacional y estudios de la paz.

    c) Cultura e identidad, cambio y continuidad.

    Cul es la relacin entre cultura e identidad en un plano conceptual? Cul de ellas es mspermeable en el tiempo?

    Hay muchsimas posiciones en la literatura al respecto tanto en el plano individual comocuando transferimos estos conceptos a lo colectivo, como en el caso de las comunidadesnacionales.

    As por ejemplo dos autoras cubanas sostendrn que la identidad es producto de los avataresde la cultura a lo largo del proceso histrico. (Baeza y Garca, 1996).

    Wallerstein va a sostener que: En primer lugar, las mltiples comunidades a las que todospertenecemos, cuyos "valores" adoptamos, hacia las cuales expresamos "lealtades", que definen nuestra "identidadsocial" son todas, todas y cada una de ellasconstrucciones histricas. E incluso, ms importante an, estnsometidos a permanentereconstruccin(Wallestein, 1991).

    Larran seala que la cultura es ms permeable que la identidad que es ms resiliente y por eso nodebemos tenerle miedo a las influencias culturales en pocas de globalizacin y gran influencia externa porque notodos esos cambiosfinalmente modificaran la identidad(Larrain, 2005)9.

    Parece tambin til recordar tal como lo hace Busso en un reciente trabajo- a Castellscuando seala que la construccin social de la identidad se desarrolla en uncontexto de relaciones de

    podery por lo tanto en el caso de la identidad nacional habr una influencia del lugar queocupe ese colectivo en el entramado internacional del poder (Busso 2012). Por ello sern tambinlos vaivenes en ese entramado los que jueguen en el proceso de construccin/reconstruccin de laidentidad.

    5. Las distintas visiones de la identidad latinoamericana.

    Son muchos los autores que han tratado el tema de la identidad latinoamericana a lo largode los dos siglos desde la independencia. As lo seala uno de los mayores analistas argentinos deltema: la idea latente de unagran nacin americana exhibe una tradicin terica y activa desde los tiempos de laindependencia, ha sido sostenida por diversos expositores y corrientes cuya divulgacin ha dado lugar a un vastsimocorpus literario y poltico junto a una exgesis no menos frondosa y a largos desvelos generacionales (Biagini,2009: 28).

    Sin embargo los principales cuestionamientos acerca del qu somos? , aparecen siempreligados a contextos de crisis, en particular las crisis de la modernidad a caballo de los cambios desiglo; pero adems como bien seala Casullo en una modernidad descentrada que agolp en un mismoespacio y tiempo irrupciones industrialistas y testimonios de mundos indgenas, seduccin y saqueo de los poderesextranjeros, desacoples profundos entresus culturas populares y las racionalizaciones dominantes(Casullo,1993:62). Aqu se advierte con claridad lo que decamos antes de cmo la construccin de la identidadse lleva a cabo en relaciones de poder estructurales.

    9Reportaje de Peralta Gainza Patricia , CLAES-D3E , 7/9/2005, Montevideo

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    Es por eso que Larran va a decir que hay dos grandes posiciones frente al tema de larelacin entre identidad y modernizacin: quienes siempre han propuesto una identidad deraigambre europea que acompae el proceso de modernizacin y quienes procuran rescatar y

    poner en valor una identidad propia an a costa de la modernidad. (Larrain, 1996)

    Seguimos nuevamente a Larran cuando expresa que en Amrica Latina ha existido siempreuna conciencia de identidad latinoamericana, articulada con las identidades nacionales (Larrain, 2001). Luegodescribe las cinco tendencias interpretativas de la identidad latinoamericana que se han verificadoen la literatura y las clasifica en:

    a) Corrientes hispanistasb) Corrientes indigenistasc) Mestizaje culturald) Mestizaje religiosoe) Corriente de desintegracin y bsqueda de identidad

    Tambin sostiene que todas ellas tienden a una visin esencialista ya sea en clavepositivista o incluso posmodernas por lo que va a proponer su alternativa histrico-estructural que luego desarrollaremos.

    Si es importante sealar ahora a los fines de nuestro trabajo que en ese proceso deconstruccin de la identidad latinoamericana ha jugado siempre un papel muy fuerte la relacinde la identidad nacional con la latinoamericanidad. Es decir que cada identidad nacional en ALtiene as un componente comn latinoamericano y otro componente especfico y que aqu hay claramentediferencias en cmo se proces esta relacin en los casos de los pueblos testimonios, nuevoso trasplantados para seguir a Darcy Ribeiro citado por Larran (2001).

    a) La larga paz sudamericana: una seal de identidad?. Ahora bien yendo a un temms prximo a nuestro objetivo del trabajo resulta necesario mencionar las caractersticasde la latinoamericaneidad vinculadas a la poltica exterior, que van a proponer Paradiso yLuna Pont (2003).

    En breve sntesis ellos sealan los siguientes elementos de la condicin americana denuestra regin:

    - Idea de unidad expresada desde el proceso libertario con presencia permanente depulsiones por la integracin que se expresan en las reas culturales y tambin polticas.

    - El status perifricoal orden internacional tambin definido como la periferidad.- La cohabitacin con un claro poder hegemnico que llevar a tensiones

    permanentes entre mantenerlo cerca pero limitar su intervencionismo desorbitado.

    - Una cultura poltica compartida.- Un sustrato de nacionalismo integrador (la permanente mencin a la Patria

    grande).

    - Fuerte preeminencia del dilema del desarrollo antes que del de la seguridad.

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    Todo esto es lo que permite luego verificar la clara preeminencia de la cooperacinantes de que el conflicto en la regin y es lo que expresaran de diferentes maneras autorescomo Kacowitz o Holsti10

    En cuanto a lo suramericano el concepto de la larga paz sudamericana aparece en lostrabajos de Kacowitz en los `90 y luego va a ser retomado por otros autores. Siendo ahoraclaramente normativos consideramos que esta es una de las claves de nuestra identidad atrabajar muy fuertemente desde los organismos de integracin como UNASUR, el Consejo deCancilleres y el de Defensa.

    b. Las distintas visiones de la identidad nacional. La opcin histrica-estructural, susimplicancias: la pluralidad de visiones y la identidad como proyecto.

    Como decamos Larrain va a sealar que haytanto de la identidad latinoamericana comode las nacionales tres visiones diferenciadas: las visiones esencialistas acentan la importancia de

    lo tnico-cultural, ya sea lo espaol, lo indgena o lo racional y rechazan las mezclas y la evolucinhistrica fijan la identidad cultural en el perodo histrico fundacional o en categoras trascendentales y se niegana aceptar contribuciones de otras pocas o categoras. Al considerar la identidad como una esencia inmutable, elesencialismo descuida lahistoria y el hecho comprobable de que la identidad va cambiando(Larrain, 2001).

    Por otra parte va criticar tambin las visiones constructivistas extremas que pretendennegar que existan esencias y racionalidad y limitan todo al discurso construido desde arriba en laesfera pblica descuidando el anlisis de las formas discursivas y de las prcticas populares y privadas.

    Por ello desde su opcin por la reflexividad racional como superadora del debatemodernidad-posmodernidad va a plantear una tercera opcin alejada de esos extremos que llama

    histrico-estructural.En ella la identidad es algo que est en permanente construccin y reconstruccin dentro de nuevos

    contextos y situaciones histricas, algo de lo que nunca puede afirmarse que est finalmente resuelto o constituidocomo un conjunto fijo de cualidades, valores y experiencias comunes. Por otra parte no concibe esa construccin slocomo un proceso discursivo pblico sino que considera las prcticas y significados sedimentados en la vida diaria delas personas.

    Afirma tambin que siempre hay varias versiones pblicas de la identidad en competenciay las personas no se entregan pasivamente a ellas sino que mantienen su capacidad crtica paradiscriminar, aceptar esas ofertas de identidad que finalmente no existe en una versin determinada, por s misma,

    por comprensiva y atrayente que sea sino que existe, ms bien, en la relacin dinmica entre los diversos discursos

    identitarios con el auto-reconocimiento efectivo de la gente en sus prcticas.

    Podemos agregar a Alexander Wendt cuando dijo que cambiando las prcticas cambiar elconocimiento intersubjetivo que constituye las identidades. (Wendt,1994).

    Aqu es donde tendra sentido que se investigue hasta qu punto los cambios en lasprcticas de interrelacin de los estados por ej del Cono Sur en trminos de cooperacin yconflicto desde la recuperacin de los regmenes democrticos ha decantado entransformaciones de sus identidades estratgicas. Por lo que se lee en los libros blancos y lasdiscusiones estratgicas parecera que se mantiene una dualidad en trminos de mantener la

    10Ver los captulos 2 y 7 de (Holsti, 1996) y (Kacowicz, 2006).

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    disuasin entre estados que buscan integrarse cada da ms. Algunos incluso han llamado a esto ladisuasin cooperativa.

    Si nos planteamos frente a un objetivo como es el de la integracin proclamada porUNASUR resulta clave recuperar la visin de la identidad como tambin un proyecto de futuro talcomo lo hace Habermas la identidad no es algo ya dado, sino tambin y simultneamente nuestro propio

    proyecto(Habermas,1992: 243). En este proyecto de futuro, puede la estrategia hacer un lugara la paz?

    6. El concepto de cultura estratgica en los estudios de seguridad internacional y laopcin por identidad estratgica como categora de anlisis.

    De acuerdo con Sondahus (2006) el concepto de cultura estratgica aparece por primeravez en la literatura en un informe de Jack Snider para la Rand Corporation en 1977; as lo recogeMenezes Teixeira Jr. (2011) y agrega la definicin del concepto como la suma total de ideas,

    respuestas mentales condicionadas y patrones de comportamiento habituales que los miembros de una comunidadestratgica nacional adquieren a travs de la educacin o la imitacin.

    Podemos ver aqu la idea de que la cultura estratgica no es algo de la sociedad o delestado sino una propiedad asignada a los miembros de la comunidad estratgica nacional Qusentido tendr esta afirmacin cuando hablemos de cambios en la cultura estratgica?

    Alistair Jhonston va a utilizar la definicin de cultura del antroplogo Geertz para definir ala cultura estratgica como unsistema de smbolos que acta para establecer las preferencias estratgicas

    generalizadas y de larga duracin mediante la formulacin de conceptos de la funcin y eficacia de la fuerza militaren relacin de un estado a otro en los asuntos polticos y que as reviste a estas concepciones con un aura de

    objetividad que hacen que esas preferencias estratgicas parezcan singularmente REALISTAS YEFICACES. (Jhonston, 1995: 46).

    Continuando con Teixeira Jr., este autor brasilero va a sostener que la necesidad de uncambio en la cultura estratgica de la regin enmarcada en la creacin de una identidadsuramericana en materia de defensaencuentra eco en los aspectos institucionales y objetivos del Consejo deDefensa Suramericano. Luego de analizarlos en detalle va a concluir coincidiendo con nuestrasconsideraciones al respecto- en que el CDS se deber consolidar como una institucin de gerenciamiento dela defensa pero tambin incluyendo lapromocin de la paz y la solucin pacficade controversias.

    Tomando como base lo que sealramos sobre la relacin entre cultura e identidad parecems adecuado para nuestro anlisis considerar la categora identidad estratgica pues est es la

    que es posible ayudar a construir en el nivel regional tal como lo ha pedido la conduccin deUNASUR.

    De esta manera la identidad estratgica vendra a ser la foto de lo que hoy ha decantado anivel nacional de cada cultura estratgica y en el dilogo entre ellas los esbozos posibles de dibujarde la foto actual suramericana.

    a) Elementos a considerar en la identificacin de una identidad estratgica nacional.

    Decamos que se considera a la Identidad Estratgica Nacional (IEN) como aquelloselementos decantados de los vaivenes de la cultura estratgica que definen el modo en queuna comunidad organizada en un determinado estado nacin se ha relacionado con el uso de la

    violencia armada para el logro de sus objetivos nacionales a lo largo de su historia.

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    7. UNASUR, CDS y el desafo de la construccin de una identidad estratgica regional.

    El problema inicial para definir una Identidad Estratgica Regional (IER) es definir el

    criterio para considerar a un grupo de estados- nacin como Regin. Hay mucha discusin sobreello, pero lo interesante para nuestro anlisis es que precisamente uno de esos criterios puede serprecisamente que compartan una IER.

    Durante los finales de los 80 y los 90 haba una discusin muy grande sobre el contenidodel concepto Cono Sur. Como incluir en el Cono Sur se deca a un Brasil que limita al oeste ynoroeste con Per, Colombia y Venezuela, tres miembros de los ms activos de la Comunidad

    Andina de Naciones? Y fue el principio de la IER lo que resolvi el asunto. Toda la construccindel MERCOSUR como Zona de Paz- incluyendo a Chile en tanto miembro no pleno del grupo-,permiti identificar a un grupo de pases que decidieron cambiar su modo de relacin estratgicohistrico. As se pas de las hiptesis de guerra cruzadas con ejes geopolticos entre Santiago yBrasilia vs. Lima-Buenos Aires y el juego de la atraccin haca cada uno de esos ejes para losotros estados de la zona (Bolivia, Paraguay y Uruguay), a la lgica de la cooperacin, las medidasde confianza y la construccin de un espacio de seguridad cooperativa.

    Finalmente se acept que la regin Conosur tuviera existencia considerando en ella ladimensin platina del Brasil y eso le permiti a este pas redisear su estrategia de defensaconsiderando cualquier hiptesis de guerra en su costado sur como una situacin de catstrofeque deba ser evitada.

    De tal modo definida una regin podemos buscar una serie de datos que nos ayuden aidentificar la IER, por ejemplo:

    -Conflictos entre los estados de la regin y su modo de resolucin en el tiempo.

    - Grado de disposicin entre los estados de la regin a alentar la participacin de suspares en la resolucin de sus conflictos bilaterales y efectividad de dicha participacincuando se haya dado.

    - Historia de las tentativas de construccin de IER y su vigencia en la percepcin -de lospueblos.

    - Relaciones con otras regiones de los principales estados o intentos de relacin desde laregin.

    - Influencia de la regin en las relaciones estratgicas regionales (en este casoobviamente las interamericanas) y las globales (peso de la regin en el sistema ONU).Los cambios que trajeron consigo los procesos de transicin a la democracia a partir de

    mediados de los 80 modificaron las culturas estratgicas y as en algunos casos como el deArgentina- (Tibiletti, 2009), podemos afirmar que tuvieron un fuerte impacto en la regin ypermitieron reflotar los elementos identitarios mencionados por Paradiso/Luna Pont y que laguerra fra haba slo disimulado.

    As por ejemplo:

    Chile y Uruguay abandonan poco tiempo despus que Argentina los elementos

    conceptuales de la DSN. Esto es ms lento en Brasil pues ellos construyeron una versin propia

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    de la DSN ligada a su modelo desarrollista y las caractersticas ms estructuralmente elitista delmodelo de articulacin que nace en el varguismo y se mantendr por 60 aos hasta la llegada deLula (me refiero al tringulo de poder FIESP, FFAA, Itamaraty que sostendr el modelo de

    desarrollo dejando un papel menor al sistema poltico representativo)

    Los Ministerios de Defensa del Cono Sur van gradualmente avanzando hacia unamayor capacidad de conduccin poltica de las FFAA no slo por menor resistencia de stas sinopor una creciente capacidad y disposicin de sectores civiles y polticos para asumir la tarea.

    Creciente articulacin entre los Ministerios de Defensa del Cono Sur para eldesarrollo de actividades de cooperacin e incluso de articulacin de posiciones frente a reunionesde carcter regional como las Conferencias de Ministros de las Amricas.

    En algunos pases varios autores sealan la existencia de una crisis de identidaden sus respectivas Fuerzas Armadas; as. por ejemplo, Lpez y San para el caso argentino y Soares

    y Rizzo de Oliveira para el brasilero.

    Cabra entonces preguntarse cuntos de estos cambios en las culturas estratgicas y lascrisis de identidades han devenido en un cambio en la identidad estratgica de esos pases?

    Por lo que sealbamos que circula en los Libros Blancos, en los Encuentros de EstudiosEstratgicos por Ej. de Brasil y Argentina o el 1er Encuentro Suramericano de Ro de Janeiro en2009 y en otros muchos otros foros de reflexin de los asuntos estratgicos, pareciera que dichamodificacin no ha alcanzado un grado significativo o por lo menos no ha sido autopercibida porlos actores dueos del pensamiento estratgico en la regin. Qu sucede entonces?

    Creo que podramos aqu retomar lo indicado en nuestra introduccin: el peso de la

    cuestin de la autonoma militar en la regin y la debilidad de las estructuras de conduccinpoltica. Afirmaba Rizzo de Oliveira (2005) refirindose al caso de las FFAA de Brasil durante latransicin: o aparelho militar aparece mais como externo ao sistema democrtico decisrio do que como parte deele () tendendo a construir una identidade por oposiao aos centros decisrios.

    Colocar esta variable claramente interviniente nos permitir entonces discurrir sobre elmentado objetivo para el CDS y el CEE de la construccin de una Identidad estratgica suramericana.

    8. Conclusiones.

    Veamos un rpido resumen de lo que hemos planteado hasta aqu para luego elaborar unaconclusin:

    Las identidades colectivas son siempre cambiantes, en permanentereconstruccin y en ello juega mucho la relacin con el otro colectivo y tiene un componente deproyecto comn.

    Para el pensamiento estratgico de los militares anclado en el realismo clsico labase es la desconfianza en el otro como sntesis de toda la historia de la humanidad .

    Toda identidad colectiva tiene en permanente disputa varias visiones sobre ellamisma y la tensin entre ellas tambin es parte de esa identidad.

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    Para los estrategistasciviles y militares- en el posicionamiento estratgicode un pas no puede haber lugar a controversias sobre quin es el enemigo y cmoenfrentarlo o sea no puede haber ms de una identidad estratgica.

    La burocracia diplomtica no suele ser fcil de orientar hacia los objetivos de losconductores polticos democrticos por varias razones pero especialmente por su supuestaposesin de conocimiento histrico y de la racionalidad diplomtica frente alvoluntarismo poltico.

    La burocracia militar por su parte tiene en la regin un alto grado de historiaautonmica y los rganos de conduccin de la poltica o sea los Ministerios de Defensa sonbastante dbiles tanto en sus atribuciones como en la capacidad de ejercicio de las mismas.

    Qu imaginamos suceder si en estas condiciones le exigimos a un rgano como el CDSconstituido por los Ministerios de Defensa que desarrollen una identidad estratgica

    suramericana?

    Podra suceder que los Ministerios de Defensa procedan a delegar la tarea en el Centro deEstudios Estratgicos de la Defensa (CEED); el mismo se completar prioritariamente porcuadros militares que repetirn sus apreciaciones estratgicas habituales y luego formularan unapropuesta de identidad basada en todos los clichs del pensamiento estratgico ya analizado. Losciviles que puedan concurrir a la tarea podrn cuando ms formular inteligentes intentos como elreciente de un brillante acadmico brasilero en la conferencia inaugural de un seminario del CDSde Ecuador (Mayo 2012) para tratar de mantener los objetivos de las conducciones polticasforzando el lxico de los estrategistas para hablar de disuasin cooperativa, lo que podra quizsser el primer intento de formulacin de una rama de la estrategia crtica.

    Fue previendo este natural desenlace que un grupo numeroso de acadmicos cuandoestaba en construccin el proceso del CDS reclambamos que el mismo estuviese integrado porpartes iguales por funcionarios de defensa y cancilleras, con la participacin de un delegadodirecto de los presidentes y con un fuerte contacto con el mundo acadmico relacionado con latemtica.11

    Slo as se podr construir como proponamos ms arriba una identidad de defensasuramericana que recoja lo ms til para nuestros pueblos que es precisamente esa larga pazsudamericana y tambin comenzar a debatir un nuevo sentido de lo estratgico y de laseguridad regional pero con la impronta de ser parte de una identidad como proyecto poltico. 12

    Creemos que slo el anlisis detallado de cmo cada pas de nuestra subregin construysu identidad estratgica en un juego permanente de percepciones, intereses de sector y realidadesconcretas de amenazas a su independencia y la lucha histrica por mayores grados de autonoma,permitir delinear los modos para una nueva construccin acorde a los intereses reales denuestra regin en el siglo XXI, que sin duda pasan por mantener nuestro espacio de paz.

    11 El documento puede consultarse enwww.unsurcds.orgentrando en opiniones y luego en Centros y ONGs,ltima visita 6/7/2012.12

    Un autor canadiense ha afirmado incluso que los estudios estratgicos deben incluir el aporte y la influenciade las instituciones internacionales y regionales de seguridad en la promocin del multilateralismo y la

    cooperacin provocando con toda probabilidad, la evolucin del sistema internacional hacia regmenes de

    seguridad basados en el derecho y no el poder y la aplicacin de la fuerza (esencialmente militar) (David,2008).

    http://www.unsurcds.org/http://www.unsurcds.org/http://www.unsurcds.org/http://www.unsurcds.org/
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