thomas pitt se enfrenta a un difícil caso que ensucia a la misma … · 2020. 8. 25. · thomas...

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  • ThomasPittseenfrentaaundifícilcasoqueensuciaalamismapolicía.Unatentado anarquista descubre, en un barrio marginal de Londres, en estesigloXIX,unsubmundodepoderyviolencia,dechantajeycorrupción.Unanueva entrega de Anne Perry, en la que aquella Inglaterra victoriana y laciudaddeLondresenparticularquedanreflejadasentodossusclaroscuros.

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  • AnnePerry

    LosanarquistasdeLongSpoonLane

    ePubr1.1Titivillus25.07.2017

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  • Títulooriginal:LongSpoonLaneAnnePerry,2005Traducción:MargaritaCavándoliMenéndez

    Editordigital:TitivillusePubbaser1.2

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  • Enrecuerdodemimadre,H.MarionPerry,congratitud.30deenerode1912-19deenerode2004

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  • 1

    El cochede puntode dos ruedas se sacudió al doblar en la esquinay arrojó aPitthaciadelante,porloquecasiapoyóelpechoenlosmuslos.Narrawaydejóescaparuna maldición, con el oscuro rostro demudado por la tensión. Pitt recuperó elequilibrioamedidaquecogieronvelocidad rumboaAldgateyWhitechapelStreet.Loscascosdelcaballogolpetearonlosadoquinesyanteelloseltráficoseapartódelmedio con toda rapidez. Afortunadamente, a esa hora temprana era escaso: unospocoscarrosdevendedoresambulantes,cargadosdefrutasyverduras; lanarriadelcervecero,carrosdemercancíasyunómnibustiradoporuncaballo.

    —¡A la derecha!—gritó Narraway al cochero—. ¡Por Commercial Road! ¡Esmásrápido!

    El cocheroobedeció sin replicar.Eran las seismenoscuartodeunamañanadeestío y los trabajadores, los buhoneros, los tenderos y los criados domésticos yaestabanenpie.¡Queelcielolosayudase,teníanquellegaraMyrdleStreetantesdelasseis!

    Pitttuvolasensacióndequeelcorazónestabaapuntodesalírseledelpecho.Lallamada sehabíaproducidohacíapocomásdemediahora, peroparecíaquehabíatranscurrido una eternidad. Los timbrazos del teléfono lo despertaron y bajócorriendo,cubiertoconlacamisadenoche.LavozdeNarrawaysonóentrecortadayjadeantealotroextremodel teléfono:«Heenviadouncabrioléabuscarlo.Reúnaseconmigo en Cornhill, del lado norte, a las puertas del Royal Exchange. Vengainmediatamente. Los anarquistas se proponen colocar una bomba en una casa deMyrdleStreet».Colgósinesperarrespuesta;PitttuvoquesubirlaescalerayavisaraCharlotteantesdevestirse.Suesposabajódeprisaylesirvióunvasodelecheyunarebanadadepan,peronotuvotiempodeprepararelté.

    Impaciente, permaneció cinco minutos en la acera, a las puertas del RoyalExchange, hasta que el coche de punto conNarraway hizo acto de presencia y sedetuvo.El látigo largodel cochero restallóyazuzóal caballo inclusoantesdequePitttuvieratiempodeinstalarseenelasiento.

    EnaquelmomentocorríanhaciaMyrdleStreetyaúnnoteníaunaideaclaradequéocurría,salvoquelainformaciónprocedíadelaspropiasfuentesdeNarrawayenlas lindes del agitado mundo del hampa del East End: ámbito de atracadores,timadores, estafadores, salteadores de camino y ladrones de toda calaña que sealimentabandelrío.

    —¿PorquéhadeserenMyrdleStreet?—inquirióagritos—.¿Quiénesson?—Podríasercualquiera—respondióNarrawaysinapartarlamiradadelacalle.En principio, la Brigada Especial se había creado para hacer frente a las

    actividadesdelosfenianosenLondres,peroporaquelentoncesseenfrentabaatodo

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  • tipodeamenazasa la seguridadnacional.Precisamenteenesa fecha,principiosdeveranode1893,elpeligroquemásinquietabaalamayoríadelaspersonaseraeldelosterroristasanarquistas.SehabíanproducidovariosincidentesenParís,yLondreshabíasufridomediadocenadeexplosionesdediversaconsideración.

    Narrawaynosabíasi laúltimaamenazaprocedíade los irlandeses,queseguíanempeñadosenalcanzar laautonomíaosimplementederevolucionariosdeseososdederrocarelgobierno,lamonarquíaolaleyyelordenengeneral.

    Enlaesquinagiraronalaizquierda,subieronporMyrdleStreet,cruzaronlacalleysedetuvieron.Pocomásadelantelospolicíasseocupabandedespertaralagenteyla hacían salir rápidamente de sus casas. No había tiempo de buscar pertenenciasparticularmente apreciadas, ni siquiera de coger algomás que un abrigo o un chalparaprotegersedelfrescoairematinal.

    Pittvioqueunagentedealrededordeveinteañosnodejabademeterprisaaunaanciana.Elpeloblancolecolgabaenmechonesralosporencimadeloshombrosyapoyaba lospies artríticos en los adoquines.Pitt estuvo apuntode atragantarsedefuriacontralosresponsablesdeaquelpeligro.

    Unchiquillocruzólacalleyparpadeódesconcertado,arrastrandouncachorrodeperrocallejerosujetoconuncordel.

    Narrawayseapeódelcabrioléyseacercóagrandeszancadashaciaelpolicíamáscercano. Pitt le pisaba los talones. Con el rostro encendido de preocupación ycontrariedad,elagentesevolvióparapedirlequeretrocediese.

    —Señor,tienequeirse.—Señalóconelbrazo—.Aléjese,señor.Hanpuestounabombaenunadelas…

    —¡Lo sé! —precisó Narraway secamente—. Soy Victor Narraway, jefe de laBrigadaEspecial.¿Yasesabedóndelahancolocado?

    Elpolicíasecuadróamedias,conladiestratodavíaenaltoparaimpedirquelagenteregresaraasushogaresenaquellamañanasilenciosaycasisinviento.

    —No,señor—respondió—.Mejordicho,nosesabeexactamente.Sospechamosqueestáenunadeesasdoscasasdeallí.

    El agente inclinó la cabeza hacia la otra acera. Las casas estrechas y de tresplantasestabanadosadas,conlaspuertasabiertasdeparenpar; losescalonesdelaentrada blanqueados por mujeres orgullosas y trabajadoras. Un gato saliótranquilamentedeunadelasviviendas,unaniñalegritóconimpacienciayelmininoechóacorrerhaciaella.

    —¿Yahansalidotodos?—quisosaberNarraway.—Sí,señor,almenosporloquesabemos…El resto de su respuesta quedó apagada por una explosión ensordecedora. Al

    principiofuecomounchasquidoseco,luegounrugidoyfinalmenteundesgarrónyundesmoronamiento.Un trozo enormedeunade las casas voló por los aires y separtió. Los restos se desplomaron sobre la calle y encima de otros tejados;destrozaron las tejas de pizarra y derribaron chimeneas. El polvo y las llamas

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  • dominabanelambiente.Lagentechillófrenéticamente.Alguiengritó.Elagentedepolicíatambiéngritó,conlabocamuyabierta,perosuspalabrasse

    perdieronenmediodelestrépito.Sacudióelcuerpodemaneraextraña,comosi laspiernas no le respondieran. Se inclinó y agitó los brazos mientras, horrorizada, lagentenosemovíadedondeestaba.

    Otraexplosiónresonóenelinteriordelasegundacasa.Lasparedestemblaronyparecierondesplomarsesobresímismas,altiempoquelosladrillosyelyesosalíandespedidoshaciaelexterior.Hubomásllamaradasyunacolumnadehumonegro.

    Depronto,lagenteechóacorrer.Lospiñossollozaron,alguienmaldijoavozencuelloyvariosperrosladraronconfrenesí.Unancianojurócontratodoloqueseleocurrióyserepitióunayotravez.

    Narrawayhabíapalidecidoysusojosnegrossemejabanorificiosenlacabeza.Nohabíantenidolaesperanzadeevitarelestallidodelasbombas,peroeraunadolorosaderrotaver semejantesdestrozos en la acerade enfrenteypersonas aterrorizadasydesconcertadasquesemovíandandotumbos.Las llamas llegarona los listonesyalasvigassecasycomenzaronapropagarse.

    Llegóuncochedebomberos, con loscaballoscubiertosde sudory losojosenblanco. Los efectivos se apearon de un salto y comenzaron a desenrollar lasvoluminosasmanguerasdelona,perolasuyaeraunatareacondenadaalfracaso.

    Pitt experimentó una pasmosa sensación de desilusión. La Brigada Especial sehabíacreado,precisamente,paraevitaresaclasedeactos,perohabíancometidounatentado y no podía hacer nada que le reconfortara o fuera útil. Tampoco sabía siestallaríanmásbombas.

    Otroagenteseacercócorriendoporlacalle,agitólosbrazosdesaforadamenteyelcascoseladeósobresucabeza.

    —¡Porelotrolado!—exclamó—.Seescapanporelotrolado.Pitttardóunossegundosenentenderloqueelpolicíadecía.Narrawaysediocuentaenelacto,girósobrelostalonesyechóaandarhaciael

    cochededosruedas.Pitt se sintió impelidoa actuary alcanzóaNarrawayenelmomentoenelque

    éstesubíaalcocheyordenabaalconductorqueregresaraaFordhamStreetygiraraaleste.

    Elhombreobedecióenelacto,agitóellargolátigoporencimadelasancasdelcaballoyloazuzó.Torcieronalaizquierda,cruzaronEssexStreetcasisinaminorarelpasoyvislumbraronotrocochededosruedas,quedesaparecióhaciaelnorteporNewRoad,endirecciónaWhitechapel.

    —¡Trasellos!—ordenóNarraway.No hizo caso del restante tráfico matinal, compuesto de carros y carretas de

    reparto,queseapartaronyseapiñaron.Nohabíahabidotiempodeplantearsequiéneshabíancolocadolasbombaspero,

    cuandotorcieronporWhitechapelRoadypasaronfrentealhospitaldeLondres,Pitt

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  • reflexionó sobre la cuestión. Hasta entonces las amenazas anarquistas habían sidodesorganizadasynohabíanplanteadoexigenciasconcretas.Londreseralacapitaldeunimperioqueabarcabaprácticamentetodosloscontinentesdelatierra,asícomolasislas que había entre ellos, y también el puerto más grande del mundo.Constantemente llegaban gentes de todas las nacionalidades; en concreto en losúltimos tiempos,habíanarribado inmigrantesdeLetonia,Lituania,PoloniayRusiadeseososdeescapardelpoderdelzar.Otros,queprocedíandeEspaña,Italiay,sobretodo,Francia,setrasladaronconintencionesmásvolcadashaciaelsocialismo.

    Pittvioque,asulado,Narrawayestirabaelcuelloymanteníarígidosudelgadocuerpo.Miróhaciaunladoyluegohaciaelotroensuintentodelocalizarelcochededos ruedas.Whitechapel se había convertido enMile EndRoad. Pasaron frente alinmensobloquedelacerveceríaCharrington,quesealzabaalaizquierda.

    —¡Notieneelmenorsentido!—declaróNarrawayapretandolosdientes.El cabriolé que iba delante giró a la izquierda por Peters Street. Apenas había

    recuperado el equilibrio cuando se esfumó hacia la derecha por Willow Place ydespuésporLongSpoonLane.ElcabriolédePittyNarrawaysepasódelargoytuvoque girar y volver atrás. Para entonces otros dos cabriolés se detuvieron y variospolicíasdescendierondeellos;elqueestabanpersiguiendodesapareció.

    Long Spoon Lane era una calle estrecha y adoquinada. Las grises casas devecindad tenían tres plantas y estaban mugrientas y manchadas por el humo y lahumedaddevariasgeneraciones.Elaireolíaapodredumbreyaaguasresiduales.

    Pittmiróaunladoyaotro,alesteyaloeste.Viovariosportalesclausuradoscontablas.Con losbrazos en jarras, unamujer corpulentabloqueaba la entradadeunacasa y observaba con cara de pocos amigos la alteración de su rutina.Al oeste secerró una puerta y cuando dos agentes la golpearon con los hombros no cedió.Volvieronaintentarlovariasveces,peronohubosuerte.

    —Debendehaberpuestounabarricada—comentóNarrawaycongranseriedad—.¡Atrás!—ordenóalospolicías.

    Pitt sintió un escalofrío. Seguramente Narraway temía que los anarquistasestuviesenarmados.Eraabsurdo.Doshorasantesestabaenlacama,mediodormido,juntoaCharlotte;sucabellera,queatravesabalaalmohada,parecíaunríooscuro.Elsoldeprimerahorahabíaformadounalíneabrillantequesecolabaentrelascortinas;fuera,en losárboles,piaban losafanososgorriones.Yenaquelmomento temblabamientrasobservabalahorriblepareddeunacasadevecindadenlaqueseocultabanlosdesesperadosjóvenesquehabíanechadoabajounahileradeviviendas.

    Enlacallehabíadoceagentes;Narrawayhabíaasumidoelmando,hastaentoncesostentado por un sargento. Envió a algunos efectivos a otros callejones. Con fríopesar,Pittcomprobóqueéstosportabanarmas.Llegóalaconclusióndequenohabíaotra opción. La colocación de bombas era un delito de gran violencia y pococorriente.Nohabríatreguaparaquieneslohabíancometido.

    La calle se encontraba extrañamente tranquila. Con los faldones aleteantes, el

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  • rostro tenso y la boca convertida en una delgada línea, Narraway volvió tras darinstruccionesasusefectivos.

    —Pitt,nosequedequietocomounacondenadafarola.Alfinyalcabo,eshijodeunguardadecaza…¡nomediráquenosabedisparar!—Conlosnudillosblancos,levantóunfusilyseloentregó.

    Pittestabaapuntodereplicarquelosguardasdecazanodisparanalagente,perose dio cuenta de que no sólo era una impertinencia, sino una falsedad.Más de uncazadorfurtivohabíaacabadoconeltraserollenodepostaszorreras.Cogióelarmaaregañadientesy,porúltimo,lasmuniciones.

    Retrocedióhastaelladomásalejadodelacalle.Sonrióconciertaironíacuandovio que se había colocado tras la única farola que había.Narraway semantuvo alamparodelosedificiosdelaaceradeenfrente,caminórápidamentealolargodelaestrecha acera y ordenó a los policías que se pusieran a cubierto como él. Conexcepcióndesuspisadasnoseoíasonidoalguno.Habíanretiradocaballosycochesparaquenocorriesenpeligro.Todoslosquevivíanenesacallesehabíanrefugiadoenelinteriordesuscasas.

    Losminutossehicieroneternos.Nohuboelmenormovimiento.Pittsepreguntósi tenían la certeza de que los anarquistas se encontraban allí y, automáticamente,echóunvistazoa los tejados.Eranescarpados,demasiadoabruptoscomoparaquehubieraunasidero,ynoseveíanbuhardillasnitragalucesatravésdelosquesalir.

    Narrawayseacercaba.Al repararen lamiradadePitt,una llamaradadehumoriluminófugazmentesurostro.

    —Se lo agradezco, pero no lo haré—aseguró secamente—.Si decido enviar aalguienalostejadosnoseráausted.Tropezaríaconlosfaldones.Antesdequemelopregunte, le diré que sí, que he enviado efectivos a la parte de atrás y a ambosextremos.—Congran cuidado se situó entrePitt y la pared.Pitt sonrió.Narrawaydejóescaparunaespeciedegruñidoyacotóconacritud—:Nopiensoesperartodoeldía. He pedido a Stamper que vaya a buscar unos carros viejos, algo lo bastantesólido como para absorber un puñado de balas. Los volcaremos para refugiarnosdetrásyluegoentraremos.

    Pitt asintióy lamentónoconocermejor aNarraway.TodavíanoconfiabaenéltantocomolohabíahechoenMicahDrummondoenJohnCornwalliscuandoélsóloeraunsimplepolicíadeBowStreet.Los respetabaycomprendía susobligaciones.Tambiénhabíasidoprofundamenteconscientedesuhumanidadydesusdebilidades,asícomodesusaptitudes.

    Pitt jamás sehabíapropuesto formarpartede laBrigadaEspecial.Eléxitoquehabía tenidocontra lapoderosa sociedad secreta conocida comoelCírculo Interiorhabía originado su aparente desgracia, ya que le había costado el cargo en laMetropolitana.Porsupropiaseguridadyparadarlealgúntipodetrabajo, lehabíanasignadounpuestoenlaBrigadaEspecialytrabajabaparaVictorNarraway.EnBowStreet, Harold Wetron, miembro del Círculo Interior y por entonces jefe de la

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  • sociedadsecreta,habíadesbancadoaPitt.Éste se sentía inseguro y con demasiada frecuencia metía la pata. Con sus

    secretos, su tortuosidad y sus motivaciones medio políticas, la Brigada Especialexigía ciertas habilidades que apenas había empezado a asimilar; además todavíacarecíadeparámetrosparaevaluaraNarraway.

    Tambiéneraconscientedeque,dehaberseguidoascendiendoenBowStreet,nohabríatardadoenperdersuconexiónconlarealidaddelcrimen.Sucompasiónporeldolor que causaba habría disminuido. Todo se habría vuelto de segunda mano,particularmentesucapacidaddeinfluirenlasdecisiones.

    Susituaciónactualeramejor,aunquesupusierapermanecerenunacallefríajuntoaNarraway,alaesperadetomarporasaltounafortalezaanarquista.Elmomentodela detención jamás era sencillo ni agradable, ya que el delito suponía una tragediaparaotroserhumano.

    Pittnotóqueteníahambreaunque,porencimadetodo,lehabríaapetecidobeberunatazadetécaliente.Teníalabocasecayestabahartodepermanecerenelmismositio.Apesardequeeraverano,a lasombra lamañanaaúnerafría.Elempedradoseguíamojadopor el rocíode la noche.Todavía no se había acostumbrado al olorranciodelamaderahúmedaylasalcantarillas.

    Enlosadoquinesdelotroextremodelacalleseoyóunruidosordoyaparecióuncarroviejo,tiradoporuncaballodepelajegrueso.Alllegaralamitad,elcarreteroseapeó de un salto.Desaparejó al animal y dejó que semarchara al trote. Segundosdespués apareció otro carro parecido y se detuvo detrás.Ambos vehículos estabanladeados.

    —Correcto—musitóNarrawayyseirguió.Estabamuyserio.Graciasalasuaveperopenetranteluz,cadapequeñaarrugade

    su rostro era visible. Daba la sensación de que todas las pasiones que habíaexperimentadoalolargodelavidahabíandejadosuhuellaenél,sibienlaimpresióndominantequetransmitíaeradeinquebrantablefuerza.

    Alolargodelacallesehabíandesplegadoseispolicías,lamayoríadeloscualesparecíanarmados.Otrossehabíansituadoenlapartetraseradelosedificiosyenlosextremosdelacalle.

    Tres agentes avanzaron con un ariete para abrir la puerta por la fuerza.En esemomento sehizoañicos el cristaldeunaventanade lasplantas superioresy todospermanecieroninmóviles.Unsegundodespuéssonarondisparosylasbalasrebotaronenlasparedesalaalturadelhombroyporencima.Nadieresultóherido.

    Lapolicíarespondióalosdisparosyestallaronloscristalesdeotrasdosventanas.Alolejos,unperroladróconfuria;seoíaelruidosordodeltráficopesadoque

    discurríaporMileEndRoad,aunacallededistancia.Losdisparossereanudaron.Pitt era reacio a participar. Pese a todos los delitos que había investigado a lo

    largo de sus años en el cuerpo de policía, lo cierto es que jamás había tenido que

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  • dispararaunserhumanoylaidealeproducíaunfríodolor.En ese momento, Narraway corrió hasta donde se encontraban dos hombres,

    agazapadosdetrásdeloscarros;unabalaseempotróenlapared,justoporencimadelacabezadePitt.Sinpararseapensar,éstelevantóelarmaydisparóhacialaventanadelaquehabíasalidolabala.

    Loshombresqueportabanelarietehabíanllegadoalextremodelacalle,porloquequedabanfueradelalíneadefuego.Cadavezqueunasombrasemovíatraslosrestosdelcristalde lasventanas,Pittdisparabayseapresurabaarecargarsuarma.Aunquedetestabadispararapersonas,descubrióquesusmanosestabanfirmesyquelodominabaunasuertederegocijo.

    Callearribarepiquetearonmásdisparos.Narraway observó a Pitt, le lanzó una mirada de advertencia y recorrió el

    empedradohastadondeseencontrabanloshombresconelariete.Deunaventanadela planta superior salió otra lluvia de disparos que chocaron contra las paredes yrebotaronosehundieronenlamaderadeloscarros.

    Pittvolvióadispararyapuntóenotradirección.Setratabadeotraventana,desdela cual hasta entonces nadie había disparado. Vio el cristal roto, iluminado por elreflejodelaluzdelsol.

    Losdisparosprocedíandediversoslugares:lacasa,lacalleyelextremodelavía.Unpolicíasedoblóysedesplomó.

    Pittvolvióadispararhaciaarriba,primerocontraunaventanaydespuéscontraotra,dondequieraqueveíaunasombraenmovimientoounfogonazo.

    Nadie se acercó al herido. Pitt comprendió que no podían hacerlo porquequedaríanaldescubierto.

    Un disparo alcanzó elmetal de la farola que se alzaba a su lado y produjo unintenso chasquido que le aceleró el pulso y casi lo dejó sin aliento. Afirmódeliberadamente la mano para el siguiente disparo, que atravesó la ventana. Supunteríamejoraba.Abandonólaproteccióndelafarolaysedispusoacruzarlacalleparaacercarsealagentecaído.Seencontrabaaveintemetros.Unnuevodisparopasóporsuladoychocócontralapared.Pitttropezóysedejócaermuycercadelpolicía.Elempedradoestabamanchadodesangre.Reptóelúltimometroqueloseparabadelherido.

    —Quédesetranquilo—aconsejóentonoapremiante—.Lopondréasalvoyluegoleecharemosunvistazo.

    Nosabíasielagentelooía.Sucaraestabadeuncolorblancopastosoyteníalosojoscerrados.Parecíarondarlosveinteañosyteníalabocaensangrentada.

    Era imposible que Pitt lo trasladase, ya que no se atrevía a incorporarse; si lohacía, se convertiría en un blanco perfecto. Hasta era posible que, de rebote, loalcanzase una bala disparada por uno de los suyos, que volvían a abrir fuego conpresteza. Se inclinó, cogió al agente por los hombros, retrocedió torpemente y loarrastró por encima de los adoquines hasta que por fin quedaron al amparo de los

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  • carros.—Quédesetranquilo—repitió,aunqueenrealidadhablabaparasímismo.Comprobósorprendidoqueelagenteabríalosojosyesbozabaunadébilsonrisa.

    ConsobresaltadoalivioPittvioquelasangredelabocamanabadeuncortequeteníaenlamejilla.Loexaminórápidamenteparaaveriguardóndehabíasufridoheridasytaponarlas.Siguióhablandoentonosuaveytranquilizadorparaambos.

    Elagentehabíasufridounaheridaenelhombro.Perdíabastantesangre,peronoerafatal.Probablementealcaersehabíadadoconlacabezaenlosadoquines,loquelehabíadejadosinsentido.Denohaberllevadoelcascohabríapodidoserpeor.

    Pitthizoloquepudoconunamangadeluniforme,quelearrancóycolocósobreelhombrosangrante.Cuandoterminó,cuatroocincominutosdespués,yasehabíanacercadootrosagentesaayudarlo.Lespidióqueretirasenalheridoycogiósuarma.Se agachó y corrió hasta los que portaban el ariete en el precisomomento en quecedíaelmarcodelapuertaque,alabrirse,chocóestrepitosamentecontralapared.

    Nadamásentrarhabíaunaescaleraestrecha.Lospolicíassubierona lacarrera,NarrawaylespisabalostalonesyPittsepegóasuespalda.

    Más arriba resonó un disparo y se oyeron voces crispadas y ruido de pisadas;hubomásdisparosalolejos,probablementeenelfondodelacasa.

    Pittsubiólospeldañosdelaescaleradedosendos.Alllegaralasegundaplantaencontróunaampliaestanciaque,probablemente,ensuorigenerandoshabitaciones.Narrawaypermanecíadepieenmediodelaluzintensaqueentrabaporlasventanasrotas.Enelotroextremoseabríalapuertadelaescaleraquedescendíahaciaelfondodelacasa.Habíatrespolicíasconlasarmasapuntoydosjóvenesquepermanecíanabsolutamente inmóviles. Uno de ellos tenía el pelo oscuro y largo y la miradaenloquecida.Sinlasangreylahinchazónenlacarahabríasidoapuesto.Elotroeramásdelgado,algodemacrado,conelpelodecolordoradorojizo.Susojoserandeunazul verdoso casi exageradamente claro. Aunque parecían asustados, ambosintentabanmostrarsedesafiantes.Dospolicíaslosesposaronviolentamente.

    Narrawayvolviólacabezahacialapuerta,juntoalaqueseencontrabaPitt,yensilencioindicóalospolicíasquesellevasenalosdetenidos.

    Pittsehizoaunladoparadejarlospasaryrecorriólaestanciaconlamirada.Conexcepcióndeunpardesillasydeunhatodemantasapiladasenelotroextremonohabía nada más. Los cristales de todas las ventanas estaban rotos y las paredes,acribilladas abalazos.Era todo loque esperabaver, exceptuando la figura inmóviltendidaenelsuelo,conlacabezaendirecciónalaventanadelcentrodelaestancia.La tupida cabellera de color castaño oscuro del hombre caído estaba empapada ensangre.

    Pittseacercóysearrodillóasulado.Estabamuerto.Enelsuelotambiénhabíasangre.Lohabíanmatadodeunúnicodisparo.Labalahabíaentradoporlanucaysalidoporelrostro;suladoizquierdoestabadestrozado.Elderechoindicabaqueenvidahabíasidoguapo.Suexpresiónmanifestabasorpresa.

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  • Pitt había investigado muchos asesinatos, al fin y al cabo se trataba de suprofesión,peropocoshabíansidotansangrientoscomoése.Loúnicopositivodeesamuerteeraquedebióde ser instantánea.Notóun retortijónenel estómagoy tragósalivaparaque labilisno lesubiese.Rezóporqueel responsabledeesamuertenofueraunodesusdisparos.

    Narrawayhablócontonoquedoasusespaldas.Pittnohabíaoídosuspisadas.—Registresusbolsillos—propuso—.Talvez tengaalgoquenospermitasaber

    dequiénsetrata.Pittapartólamanodelhombre.Eradelgada,bienformadayenelanularllevaba

    unasortijadesello,unanillocaro,deexcelentefactura,seguramentedeoro.Pitt giró el anillo. Apenas tuvo que hacer esfuerzos para sacarlo del dedo. Lo

    estudiódecerca.El sellomostrabaunescudode familiay enel interior llevaba lafirmadeljoyero.

    Narraway extendió lamano con la palmahacia arriba.Pitt le entregó el anillo,volvióaagacharseanteelcadáveryregistrólosbolsillosdelachaqueta.Encontróunpañuelo,unpuñadodemonedasyunanotadirigidaauntalMagnus.Elrestodelahojanoestaba,comosilohubiesenutilizadoparaotromensaje.

    —«QueridoMagnus»—leyóPittenvozalta.Narraway estudiaba la sortija con los labios apretados. A la intensa luz de la

    mañana,surostroestabaalteradoyconsignosdecansancio.—Landsborough—musitócomoparasí.Pittsesobresaltó.—¿Loconoce?Narrawaynolomiró.—Lohevistounpardeveces.Se tratadelhijode lordLandsborough…de su

    únicohijo.La expresión de Narraway era indescifrable. Pitt no sabía si su intensidad

    significaba dolor, angustia ante los problemas que estaban por llegar o, lisa yllanamente,malestarportenerquedarlanoticiaalafamilia.

    —¿Esposiblequelotomarancomorehén?—inquirióPitt.—Tal vez —reconoció Narraway—. Hay algo que está claro: me parece

    imposiblequelabalallegaradelaventana,loalcanzaraenlanucaycayeseasí.—Nadie lo ha movido —afirmó Pitt con seguridad—. Si lo hubieran hecho,

    habríasangreportodaspartes.Conunaheridadeestascaracterísticas…—¡Puedoverloconmispropiosojos!—LavozdeNarrawaysealteró,dominada

    porlasemociones;quizáfueracompasiónopurorechazofísico—.Porsupuestoquenolohanmovido.¿Porquédemoniosibanacambiarlodesitio?Esevidentequeledispararon desde el interior de la estancia. Ahora se trata de averiguar por qué yquién.Tal vez está en lo cierto y lo tomaron como rehén. ¡Dios bendito, vaya lío!¡Vamos,hagaelfavordelevantarsedelsuelo!Cuandollegueelforenseveremossinos dice algo más. Debemos interrogar a los otros dos antes de que la policía la

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  • fastidie.Detestotenerqueapelaralosagentes,peronomequedaotrasolución.¡Esloquedictalaley!—Diomediavueltayfranqueólapuerta—.¡Venga,vámonos!¡Averquéhanencontradoenlapartetrasera!

    Elsargentoapostadoenlaparteposteriorsemostródesafiante,comosiNarrawaylohubieraacusadodedejarescaparalasesino.

    —Señor,nolohemosvisto.¡Suhombrehabajadolaescalerasindejardegritarquepersiguiésemosaalguien,peronohapasadonadiepornuestrolado!Porlotanto,aúndebedeseguirdentro.

    —¿Hadichomihombre?—inquirióNarrawayentonoseco—.¿Aquéhombreserefiere?

    —Señor,¿cómoquierequelosepa?—preguntóelsargento—.¡Bajócorriendolaescalera, sin dejar de gritar que detuviésemos a alguien, pero no había a quiéndetener!

    —Hemos encontrado a dos anarquistas vivos y a unomuerto—dijoNarrawaycongranseriedad—.Enlahabitaciónhabíacuatro, talvezcincoindividuos, loquesignificaquealmenosunodeelloshaescapado.

    Elsargentomantuvosuexpresiónseria,conlosojosazulescomopiedras.—Siustedlodice,señor…Peronohapasadopornuestrolado.Quizáhadadola

    vueltaenlaplantabajayhasalidoporlapartedelanteramientrasustedestabaarriba,¿no le parece, señor? —El sargento se expresó con cierto deje de insolencia. Aalgunos policías no les gustaba que los destinasen a realizar las detenciones quecorrespondían a la Brigada Especial, pero como ésta no tenía competencias parahacerlonohabíaotrasolución.

    —¿Y si ha salido y ha entrado directamente por la parte trasera de otro de losedificios? —propuso Pitt rápidamente—. Será mejor que registremos todas lasviviendas.

    —Adelante—añadióNarrawaysecamente—.Mirenentodaspartes,entodaslashabitaciones; bajo las camas, en el casode que las haya; en los armarios, bajo losmontonesdebasuraoderopaviejayenlosdesvanes,aunquehayaqueentraragatas.Ynoseolvidendelaschimeneas.

    Sevolvióycaminóalolargodelcallejón,sindejardeobservaratentamentelasdemáscasas,lostejadosylaspuertas.Pittloseguíapisándolelostalones.

    Un cuarto de hora después estaban de regreso en la entrada principal de LongSpoon Lane. La luz del día era fría y gris y el viento que soplaba por el callejóncortabaelaliento.Nohabíandadoconningúnanarquistaescondido.Ningúnpolicíadelaentradareconocióhabervistoaalguien,haberloperseguidoporel interiordeledificioohaberlovistosalir.Elsargentoquemontabaguardiaenlapartetraseranocambióunacomadesuexplicación.

    Pálidoyfurioso,NarrawaynotuvomásremedioqueaceptarquequieneshabíanestadoenlacasaenlaqueyacíamuertoMagnusLandsboroughhabíanescapado.

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  • —¡Absolutamentenada!—replicó,desdeñoso,eljovendepelooscuro.Seencontrabaenloscalabozosdelacomisaría,sentadoenunasilladerespaldo

    recto y con las manos todavía esposadas. La única luz procedía de una ventanapequeñayaltaquehabíaen laparedquedabaalexterior.SólohabíadichoqueseapellidabaWelling;niunapalabramás.TantoPittcomoNarrawayhabíanintentadoextraerle información acerca de sus compañeros, objetivos o aliados, así como dellugarenelquehabíanconseguidoladinamitaoeldineroparaadquirirla.

    El otro, un hombre de piel blanca y con el cabello de color dorado rojizo,respondió que se llamaba Carmody, pero también se negó a referirse a suscompañeros.Ocupabaotracelday,hastaesemomento,estabasolo.

    Narraway se apoyó en la pared de piedra encalada, con el rostro fruncido decansancio.

    —Seguirconelinterrogatoriocarecedesentido—declaróentonollano,comosiaceptaseladerrota—.Iránalatumbasindarnosunporqué.Noconocensuobjetivoonolotienen.Podríatratarsedeviolenciaciegaygratuita.

    —¡Claroqueloconozco!—aseguróWellingconlosdientesapretados.Narrawaylomiróyapenasmanifestóinterés.—¿Habla en serio? Usted acabará bajo tierra y yo seguiré sin enterarme —

    prosiguió—.Queustedlosepaono,tienemuypocaimportancia,yaquenoquiereonopuedecompartirloconnosotros.Laverdadesquesetratadeunaactitudbastanteinsólitaenunanarquista.—Seencogióligeramentedehombros—.Lamayoríadelosanarquistas luchan por algo y un gran gesto, como acabar en la horca, pierde susentidosinadiesabeporquévanalpatíbulocomolasvacasalmatadero.

    Wellingsequedópetrificado,abriódesmesuradamentelosojosyapenasmovióelpechoalrespirar.

    —Nopueden ahorcarme—dijo por fin y se le quebró la voz—.Nohamuertonadie.Unagenteha resultadoherido,peronopodrádemostrarque fuiyoquien ledisparóporquenolohice.

    —Ah,¿nohasidousted?—preguntóNarrawayconindiferencia,comosino losupieraolaverdadnoleinteresara.

    —¡Cabrón!—espetóWellingcondesdén.Deprontosufachadadeserenidadsederrumbóylodominólacólera.Surostrosecubriódesudoryabrióexcesivamentelosojos—.¡Esustedcomotodalapolicía…corruptohastalamédula!—Letemblólavoz—.¡Verá,leaseguroquenohesidoyo!Peroaustedledalomismo,¿noesasí?¡Lebastaconteneraalguienaquienecharlelasculpasycualquierasirve!

    Durante unos instantes, Pitt apenas fue consciente de que Narraway habíaprovocadolareaccióndeWelling,aunqueenseguidasediocuentadequéhabíadichoeldetenidoacercadelapolicía.Loqueledoliónofuelaacusación,sinolapasióndesu tono de voz. El detenido estaba convencido de lo que decía hasta el punto degritarloapesardequepodíacostarlecualquieresperanzademisericordia.

    Pittseobligóaadoptaruntonoserenoyaocultarsusemociones.

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  • —Hay una gran diferencia entre incompetencia y corrupción —puntualizó—.Desdeluegoqueexistealgúnqueotromalpolicía,delmismomodoquehaymalosmédicosomalos…—Calló.

    LaexpresióndedesdéndeWellingeratanintensaquedistorsionógrotescamentesusfaccionesylasconvirtióenunamáscarablancacoronadaporelpelooscuro.

    Narrawaynointervino.ObservóaPittyaWelling,alaesperadeverquiéneraelprimeroentomarlapalabra.

    Pittaspiróyexhalóairelentamente.Elsilenciosevolviócortante.—¡Nomediráqueleimporta!—exclamóWellingentonoacusadorysarcástico,

    como si Pitt no tuviese el honor o la inteligencia suficientes para ser capaz depreocuparse.

    —Porlovisto,austedtampoco—replicóPittyseobligóasonreír.No le resultó nada fácil.Durante toda su vida adulta había sido policía.Había

    dedicadotiempoyenergía, trabajadodías interminablesysoportadoelagotamientoparabuscar justiciao, almenos,unamínima resoluciónde la tragediayel crimen.Manchar tanto la honradez como los ideales de los hombres con los que trabajabaprivabadesentidoa losveinticincoañosdesupasadoyasu feen las fuerzasquedefendían el futuro. Si la policía carecía de integridad, en vez de justiciaproporcionabavenganzaynoexistíamaneradeprotegersedeella,salvolaviolenciade los poderosos. Ésa era la verdadera anarquía.Y el joven presuntuoso que teníadelante perdería tanto como el que más. Sobreviviría para colocar bombas sólograciasaqueelrestodelasociedadacatabalasleyes.

    Pittdejóqueeldesprecioalterasesuvozcuandorespondió:—Si la policía fuese esencialmente corrupta, usted no estaría aquí ni le

    someteríamosauninterrogatorio.Simplementelohabríamosabatido.Despuéshabríaresultado fácil inventar una excusa. ¡Habría bastado cualquier sencilla explicación!—Sepercatódel tonoásperodesuvozydequeestabaapuntodeestallar—.Estáaquí y se enfrentará a un juicio precisamente porque nos encargamos de hacercumplir las leyesqueustedviola.Esustedelhipócritayel corrupto. ¡Nosólonosmienteanosotros,sinoasímismo!

    LairadeWellingsedesmandó.—¡Seguroque serían capaces de dispararnos!—afirmó, se inclinó ligeramente,

    doblóelcuerpoycasiseatragantóconunacarcajadaperversa—.¡Yprobablementeloharán,delmismomodoqueabatieronaMagnus!

    Pittobservóaldetenidoy,azoradoyconcrecientehorror, sediocuentadequeWellingestaba realmenteasustado.Suspalabrasnoeranbravuconadas.Creíaen loquedecía.Estabaconvencidodequeencomisaríaloasesinarían.

    Se volvió para mirar a Narraway y durante unos segundos vio el mismodesconcierto, que no tardó en esfumarse. La expresión de Narraway recuperó sucóleraimpersonal.Enarcólascejasyprecisóconsumocuidado:

    —AMagnusLandsboroughledispararonpordetrás.Sedesplomóhaciadelante,

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  • conlacabezaendirecciónalaventana.—No le dispararon desde fuera —insistió Welling—. Fue un miembro de la

    policía,quesubiópor laparte trasera.Comoyahedicho, lapolicíaes tancorruptacomoelmismodemonio.

    —Ésa sí que es una acusación en toda regla, pero usted no nos da pruebas—tercióPitt—.Además,esamuertesucedióposteriormente,porloquenocreoqueelmóvilseaelmismoqueeldelasbombasdeMyrdleStreet.Dichoseadepaso,¿porquéeligieronMyrdleStreet?¿Quélehanhechosushabitantes?¿Oacasodaigualdequiénsetrate?

    —Claroquenotengopruebasdecorrupción—apostillóWellingconamargurayvolvió a enderezar el cuerpo—. Las taparán, como han hecho con todo lo demás.SabeperfectamenteporquéMyrdleStreet.

    —¿Quésignificatodolodemás?—inquirióNarraway.El jefede laBrigadaEspecialpermanecíadepie,apoyadoenlaparedyconsu

    delgadocuerpoentensión.Noeracorpulento.SuestaturaeramenorqueladePittyparecíamuchomásligero,aunqueerafibroso.

    Wellingreflexionóantesderesponder.Pareciósopesar losprosyloscontrasdehacerusodelapalabra.Cuandoporfinhabló,diolaimpresióndeestardominadoporlairamásqueporlarazón:

    —Dependededóndeestáydequiéneselimplicado.Merefieroalosdelitosporlosque seponea alguienentre rejasyaquellosque sepasanpor alto…siempreycuandoseentregueunpocodedinerodondecorresponde.—Paseólamiradadeunoaotro—. Si diriges un grupo de ladrones y entregas una parte de las ganancias a lacomisaríalocalnadietemolesta.Siposeesunatiendaounnegocioendeterminadoslugares,noteroban.Silostienesenotrapartetedespluman.

    La mirada de Welling era ardiente y colérica y su cuerpo estaba rígido. Laacusaciónqueacababadelanzareraterribleydesobrecogedorasrepercusiones.

    —¿Quiénselohadicho?—preguntóNarraway.Conellocortódeplano laspreguntasqueseacumulabanen lamentedePitt,y

    queleresultabandemasiadodolorosasparaexpresarlasconfacilidad.—¿Quién me lo ha dicho? —espetó Welling—. Los pobres desgraciados que

    pagan,¿quiénme lo ibaadecir?Yasabíaquenomecreería.Como tiene interesescreadosprefierenocreerme.PregunteenSmithfield,enClerkenwellRoady,haciaelsur,enNewgateoHolborn.Lascallejuelasyloscallejonesestánllenosdepersonasquelediránlomismo.Nomencionarésusnombresporqueseveránobligadasapagareldobleoderepentelapolicíaencontrarámercancíarobadaensusviviendas.

    LaexpresióndeNarrawayreflejabatotalincredulidad.PittnosuposierarealosisetratabadeunamáscaraquesehabíapuestoparaprovocaraWellingafindequesiguierahablando,revelasecuantosabíaydemostrarasusacusaciones.

    Aunque es posible que se diera cuenta, Welling estaba demasiado contrariadoparamorderselalengua:

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  • —¡Vaya y pregunte a Birdie Waters, de Mile End Road! Vaya, qué pena,precisamenteahoraestáenlacárceldeColdbath.Cumplecondenapor incautación.Laúnicapegaesquenosabíaqueteníalosobjetosrobados.EnsucasaaparecieronartículosdeplatadeunrobocometidoenBelgravia.—Suvozresultódisonantearaízdelaira—.BirdienohapisadoBelgraviaensuvida.

    —¿Estádiciendoque lapolicía lacolocóensucasa?—Pitt interrumpió loquefuesequeNarrawaypretendíadecir.

    —Sóloesuncasoentremuchos—espetóWelling—.Alagentebuenaydecentela roban, la hieren, la asustan para que renuncie a su honor y a sus negocios y lapolicíaselimitaamirarhaciadondemásleconviene.—Sesentíatanimpotentequeestaba al borde de las lágrimas—. El gobierno quiere expulsarnos, destruirnos ytergiversarlotodohastaqueyanoquedenadaporloqueluchar.Esnecesariohacertabla rasa y empezar de nuevo. —Sacudió enérgicamente la cabeza; tenía losmúsculosdelcuelloydeloshombrosagarrotados—.Hayqueacabarcontodos,conlos codiciosos, losmentirosos, los corruptos…—Depronto se detuvo y hundió elcuerpocomosielánimolohubieseabandonado.Sevolvióhaciaotro lado—.Peroustedes forman parte del gobierno… de la policía —añadió con desesperanza—.Todoloquequieren,eldineroyelpoder,sonherramientasparamantenerlascosascomoestán.Losepanono,formanpartedeello.¡Nopuedendarseellujodeescapar!—Lanzóunacarcajadaaterradora—.¿Adóndeirían?

    Wellingmantuvo el mentón en alto y la mirada llameante, aunque sin esperarrespuesta.

    LamentedePitthabíaadquiridounavelocidadvertiginosa.MuchasdelascallesqueWellinghabíamencionadocorrespondíanalazonadeBowStreet,vigiladaporpolicíasdesuantiguacomisaría,hombresconlosquehabíatrabajadoyquehabíanestado bajo su mando. Ahora estaba a cargo del superintendente Wetron, quepertenecía a laMetropolitana… y al Círculo Interior. Pitt se negó a creer que lascosashubiesencambiadotantoytannegativamenteenpocomásdeunaño.Sindudaeldetenidoseequivocaba.

    Welling lo observaba con atención; ya había percibido la derrota de Pitt en suexpresión. Dejó escapar una risilla nerviosa, como si quisiera impedir que sufragilidadquedaraalavista.

    —Lecuestacreerlo,¿verdad?—inquiriócontristeza.—¿Por qué eligieronMyrdleStreet?—repitió Pitt y retomó la pregunta que el

    detenidotodavíanohabíacontestado—.Allísólovivegentecorriente.ElescarniovolvióademudarlaexpresióndeWelling.—Policías…—pronuncióesaúnicapalabrayesbozóunamuecadecontrariedad.—¿Policías?—insistióPitt.—¡Comosinolosupiera!—¡Nolosé!PertenezcoalaBrigadaEspecial.Wellingparpadeó.

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  • —Lacasadelmedioes ladeGrover. ¡EselhombredeSimbister!MerefieroaCannonStreet.

    —¿Yesomereceunacondenaamuerte?—intervinoNarrawayentonogélido.Wellingsemostródesafiante;sumiradaestaballenadeodio.—¡Claroque sí! ¡Si hubiera visto cómo avasallabay humillaba a la gente…sí

    quelamerece!Narrawayseenderezóyseapartódelapared.—SeñorWelling,nopuedeserjuez,juradoyverdugo.Searrogaderechosqueno

    lecorresponden.—¡Pueshagaalgo!—gritóWelling—.¡Alguientienequeactuar!NarrawaynolehizocasoysedirigióaPitt:—Comunicaré a lord Landsborough la muerte de su hijo. Será necesario que

    identifique el cadáver.—Suvoz sonó firme, aunque algo tensa—.Regrese aLongSpoonLane y examínelo todo una vezmás.Quiero saber quién asesinó aMagnusLandsboroughy, si esposible,porqué.Da la sensacióndeque se tratadeunactogratuito.Aunquetambiénpiensoque,pordefinición,laanarquíaesinútil.

    —¡Ustedes lo han asesinado! —exclamó Welling. Las lágrimas caían por supálido rostro—. Era nuestro jefe. ¿Cuándo entenderán que si abaten a uno de losnuestrosotrosealzaráyocuparásulugar?Ocurriráunayotravez,tantascomoseanecesario.No puedenmatarnos a todos. Porque, en ese caso, ¿quién trabajará? ¿Aquiénesgobernarán?—Suvoztemblabaconlapasióndelaironía—.Elgobiernonoexisteamenosquehayaalguienquecortelaleñaylleveelagua,alguienquerecibalasórdenesylasacate.

    Narrawayhablósinmirarlo:—MeencantaríademostraralseñorWellingqueunodelossuyosesresponsable

    de lamuertedesucabecilla.Nodisparamosa laspersonasde lasqueesnecesariodeshacerse.Lasahorcamos.

    Sediolavueltayabandonóelcalabozo,dejandoquePittdecidiesesiloseguíaono.

    Wellinglemiróconlosojosardientesacausadelaslágrimasdeimpotencia.

    Narraway tuvo que realizar diversas averiguaciones y ya era media tarde cuandosubió los peldaños del Athenaeum, del 107 de Pall Mall, para hablar con lordLandsborough.Obviamente, era socio, yaquede lo contrario no lo habríandejadoentrar,aunqueperteneciesealaBrigadaEspecial.

    —Sí,señor—musitóserenamenteellacayo,cuyotonodevozfuepocomásqueunsusurro—.¿Quierequeinformeasuseñoríadequeestáustedaquí?

    —Quieroverloenunaestanciaprivada—precisóNarraway—.Lamentablementetraigomuymalas noticias para su señoría. Ocúpese de que en lamesa haya buencoñacycopas.

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  • —Sí,señor.Lolamento,señor.Ellacayolocondujoporelpasillohastaunaestanciacomolaquehabíasolicitado

    yseretiró.Dosminutosdespués,otrolacayosepresentóconunabandejadeplataenlaquellevabaunabotelladeNapoleónydoscopasdelicadamentetalladas.

    Narrawaypermaneciódepieenelcentrode laalfombradeAubussone intentóorganizarsuspensamientos.SeencontrabaenelcorazóndellugarmáscivilizadodeEuropa: un club para caballeros, donde en todo momento los modales eranimpecables. Nadie elevaba el tono de voz. Allí podías sentarte y hablar de arte yfilosofía,dedeportesodecualquiergobierno,delosconfinesdelImperioydeotroslugares, de la historia del mundo y siempre con un ingenio profundo y unainteligenciadisciplinada.

    Sinembargo,habíaacudidoparacomunicarleaunhombrequesuhijohabíasidoasesinadoduranteuntiroteoconlosanarquistas,apocoskilómetrosdedistancia.

    Pitt habría cumplido la misión con más eficacia. Al fin y al cabo, ya estabaacostumbrado. Tal vez incluso tendría un discurso preparado que daría, al menos,ciertotonosolemne.Erapadre.Laimaginaciónpondríaelocuenciaasucompasión.Narrawaysólopodíaesforzarseporcumplirconsucometido.Noteníaesposa,hijos,nisiquierahermanosmenores.Eltrabajolehabíaenseñadoasobrevivirensolitario,inclusomásdeloqueeldestinolehabíaexigido.Vivíaensumente,ensucerebrobrillante, sutil e instintivo… y se preocupaba, pero nunca demasiado.Deliberadamentenoteníafamiliaquepudiesechantajearlo.

    Seabriólapuerta;Narrawayseirguiórígidamenteyaspiróprofundamente.LordSheridanLandsboroughentróycerrósinhacerruido.Eraunhombrealtoyunpocoencorvado. Parecía haber superado los setenta años; la expresión de su rostro erairónica pero gentil; en su juventud debió de ser apuesto y todavía emanaba unencantoyunainteligenciaexcepcionales.

    —¿SeñorNarraway?—preguntócortésmente.Narrawayladeólacabezaehizounaligerainclinacióndereconocimiento.—Milord,¿nolegustaríatomarasiento?—¡Miestimadoamigo,nosoytanfrágil!¿Oacasolasnoticiasquelotraenpor

    aquí son tan terribles?—Una sombra oscureció su mirada. Narraway notó que lesubíanloscoloresalacara.Landsboroughsediocuenta—.Losientomuchísimo—sedisculpó—.Nopuedeserdeotramanera.Nohabríavenidoustedpersonalmentesisetrataradeunasuntosinimportancia.—Sesentó,másparacomplaceraNarrawayqueporqueloconsiderasenecesario—.¿Quéhaocurrido?

    Narrawaytambiéntomóasientoparalibrarsedemirarlo.—Esta mañana ha habido un atentado anarquista en la zona de Mile End—

    explicó quedamente—. Nos avisaron y llegamos a tiempo de localizar a losresponsables.LosseguimoshastaLongSpoonLaneyasediamoslacasaenlaqueserefugiaban.Antesde tomarlahubounbreve tiroteo.Cuandoentramosencontramosdosanarquistasconvidayelcadáverdeun tercero,quehabía recibidoundisparo.

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  • Todavíanosabemosquién lohizo,aunqueel tirono llegódelexterior, sinoqueseprodujodentrodelaestancia.—NarrawaymiróaLandsboroughalacarayvioqueésteyasabíaloqueibaadecirle.Apostillócongranseriedad—:Losiento.Lasortijade selloque llevaba,así como lasdeclaracionesdeunode loshombresquehemosdetenido,loidentificancomoMagnusLandsborough.

    Es posible que, hasta cierto punto, Landsborough lo esperase, pero de todasmaneras su rostro adquirió un tono casi gris. Titubeó durante un largo y dolorosoinstante,luchópordominarseyrespondió:

    —Comprendo. Es muy amable por su parte haber venido personalmente.Supongoquequierequeidentifiquea…

    Lord Landsborough no pudo continuar. Se le cerró la garganta y jadeó paraintroduciraireenlospulmones.

    Narrawaysesintió impotente.Acababade infligirunespantosodoloraotroserhumano y estaba obligado a seguir allí, sin siquiera desviar la mirada, mientrasLandsboroughhacíadenodadosesfuerzospormantenerladignidad.

    —Anoserqueprefieraenviaraunparientecercano—propuso,peseaquesabíaqueellordnoaceptaría,pormuchoqueesapersonaexistiera.

    Landsboroughintentósonreír,peronoloconsiguió.—No.Nohaynadiemásqueyo.—Selequebrólavoz.Seabstuvodeañadirque

    nose lopediríaa ladyLandsborough; semejante ideani siquiera se lecruzópor lacabeza.

    A Narraway le habría gustado disculparse una vez más, pero si lo hacía,Landsboroughtendríaquerestarlenuevamenteimportancia.Aprovechóelmomentopara plantear la dolorosa pregunta que estaba obligado a hacer. Existía la remotaposibilidaddequeMagnushubiesesidounaespeciederehén,sibienNarrawayteníasusdudas.Wellinghabíaafirmadoqueerael jefey, apesarde su ingenuidady suapasionada fe en su ideología, inculta y unilateral, Narraway opinaba queWellingdecíaloqueconsiderabaqueeralaverdad.

    —Milord,¿cuáleseranlasideaspolíticasdelseñorLandsborough?—inquirió—.Leagradeceréquemerespondaenlamedidadeloquesabe.

    —¿Cómodice?Ah,sí.—Landsboroughreflexionóunosinstantes.Alrespondersutonoeramássuave,comosiseburlaradesímismoydelllanto—.Metemoquesiguió parte de mis ideales liberales, aunque los llevó demasiado lejos. Si intentapreguntarme con tacto si estoy enterado de que había abrazado medios de acciónviolentos,larespuestaesquelodesconozco.Talveztendríaquehaberlosospechado.Dehabersidomássensato,tendríaquehaberhechoalgoparaevitarlo,aunquenoséquémedidaspodríahaberadoptado.

    Narraway se sintió invadido por una compasión inesperada. Si Landsboroughhubiera despotricado contra el destino, la sociedad e incluso la Brigada Especial,probablemente habría sido más sencillo. Se habría defendido. Conocía todos losmotivosylasargumentacionesparaloquehacía,asícomolanecesidaddehacerlo.

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  • Creíarealmenteenlamayoríadeesasrazonesyjamáshabíapermitidoquelaopinióndelosdemáslepreocupara.Nopodíadarseeselujo.Lasheridasmudasyresignadasdel hombre que permanecía frente a él lo golpearon en los puntos en los que laarmaduranoloprotegía.

    —No podemos obligar a otros a adoptar nuestras convicciones —declaróserenamente—.Ynodebemoshacerlo.Losqueserebelansonsiemprelosjóvenes.Sinellosapenashabríacambios.

    —Gracias —murmuró Landsborough. Carraspeó varias veces y tardó unossegundosenrecobrareldominio—.Magnuseraunapasionadodefensordelalibertadindividual que, en su opinión, estaba mucho más amenazada de lo que yo creía.Tambiéndebo reconocer quehe vistomuchasmásveces que él cómocambian lascorrientesdeopinión.Losjóvenessonterriblementeimpacientes.

    LordLandsboroughsepusodepierígidamente,paraloquetuvoqueapoyarseenlosreposabrazosdelasilla.Parecíaunadécadamásviejoquecuandohabíatomadoasiento,menosdediezminutosantes.

    Narrawaysupoquenohabía respuestaaesaspalabras.SiguióaLandsborough,recogieron los sombreros demanos del lacayo y salieron a la escalera de entrada,dondeparecíaquesiemprehabíauncochedecaballosalaespera.Dioalcocherolasseñasdeldepósitoalquehabíantrasladadoelcadáveryviajaronensilencio.NoesqueNarrawaysehubiesequedadosinpalabrassinoqueintentabaqueLandsboroughpasaraporesetrancesintenerqueoírinútilescortesías.

    Claroque en algúnmomentoNarraway tendríaqueplantearle ciertaspreguntasacercadesuhijo:compañeros,dinero,nombres,lugaresquepudiesenllevarloaotrosanarquistas;todasellascuestionesque,pormuydolorosasquefuesen,debíaabordar.

    Eldepósitodecadáveresolíaapiedrasmojadas,fenolyesearomainefabledelamuertequeNarrawayconocía,aunquetalvezparaLandsboroughfueraextraño.Lamayoríadelaspersonasmoríanencasa,yelcuartodelenfermo,cualquieraquefuesesumal,nuncapresentabaesahumedadempalagosayfregadahastalasaciedad.Eseedificionoestabadestinadoaseresvivos.

    Elencargadolosrecibióconunamáscaraprofesionaldesolemnidad.Sabíacómocomportarseanteundolorabrumadorsinimponersupresencia.Loscondujoporunpasillo hasta una habitación en la que el cuerpo reposaba sobre unamesa. Estabacubiertohastalacabezaconunasábana.

    Narrawayrecordólosdestrozosdelacara,porloqueseadelantóaLandsboroughyseinterpusoentreésteylamesa.Levantóunladodelasábanaydejóaldescubiertolamanodeldifunto.LasortijadesellovolvíaaestarensusitioybastaríaparaquelordLandsboroughidentificaraelcuerpo.

    —¿Está realmente tan desfigurado? —preguntó Landsborough con ligeraexpresióndesorpresa.

    —Sí—repusoNarrawayyclavólamiradaenlamano.Landsboroughlaobservó.

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  • —Sí,eselanillodemihijo.Creoquesetratadesumano.Detodosmodos,megustaríaverlelacara.

    —Milord…—Narrawayestuvoapuntodeprotestar,perocambiódeidea,yaqueestaba actuando como un insensato. Si no se veía la cara, la identificación eraincompleta;sehizoaunlado.

    —Gracias.—Landsboroughagradecióaquelgesto.Levantólasábanaymirólasfacciones en silencio: un lado de la cara estaba destrozado y el otro casi en paz.Volvióacubrirloconlasábana—.Esmihijo—confirmóenunsusurro.Letemblólavoz,comosihubieraqueridodeciralgomásperosucuerponohubieserespondido—.SeñorNarraway,¿menecesitaparaalgomás?

    —Lo siento mucho, señor, pero así es. —Narraway se volvió, condujo alaristócrataporelpasillo,diorápidamentelasgraciasalencargadoysalióalairetibiode la calle. Mientras el tráfico resonaba a su lado, apostilló—: Los anarquistastuvieronquedisponerdedineroparafinanciarlasarmas.Hayquepagarladinamita.Si logramos rastrear suscomprasesposiblequeencontremosa losdemásantesdequevuelenmáshogares.—SerefiriódeliberadamentealadestrucciónynohizocasodelaligeramuecadedolorquetensóelrostrodeLandsborough—.Esimprescindibleque demos con ellos—insistió—.Necesitamos saber quiénes eran los compañerosdelseñorLandsboroughyconocercualquierdatodesusmovimientosdelosúltimostiempos.

    —Sí,desde luego—coincidióLandsborough;parpadeócomosi repentinamentela luzdel sol fueramás intensaque antes—.Lo lamento, peronopuedo ayudarlo.Magnus casi nunca estaba en casa.Yo estaba al tanto de sus convicciones, aunquedeboreconocerquenodelaintensidaddeéstas,peronoconozcoasusamigos.—Semordióellabio—.Encuantoaldinero,teníaunamodestarentavitalicia,peronoerasuficienteparacomprararmas, apenasalcanzabaparacomeryvestir.Yopagabaelalquiler de las habitaciones que ocupaba cerca de Gordon Square. Quería serindependiente.

    —Comprendo. —Narraway no supo si creer totalmente la respuesta deLandsborough, aunque tuvo la certeza de que, en ese momento, de nada serviríainsistir—. Tendremos que registrar las habitaciones de Gordon Square por si hadejadoalgoquepuedaconducirnosasuscompañeros.

    —Por descontado. Pediré amimayordomo que le dé las señas ymi juego dellaves.—Landsboroughcuadró loshombros—.SeñorNarraway,siestoes todomegustaríavolveracasa.Deboinformaramiesposadeloocurrido.

    —Por supuesto, señor. ¿Quiere que vaya hasta la esquina y llame un coche depunto?—preguntócasisinpensar;leparecíalomáslógico.

    Landsboroughleagradeciólasmolestiasquesetomabayaguardóinmóvilenlaacera.

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  • Pitt regresó a Long Spoon Lane lleno de presentimientos. Seguía vigilada por lapolicíayunagente,quetardóunossegundosenreconocerloycuadrarse,lecortóelpaso.

    Noseloreprochó.LaverdadesquePittnoparecíaunagentedepolicía,ymenosaún de alto rango. Era alto y caminaba con la gracia práctica y desgarbada delhombre de campo, acostumbrado a recorrer grandes distancias entre brezales ybosques.SupadrehabíasidoguardadecazadeunagranfincaydeniñoPitthabíarecorridoconélbosquesybrezales.Inclusoentonces,variasdécadasdespués,solíaguardar en los bolsillos objetos que en algún momento podían resultar útiles:pañuelos, trozos de cordel, monedas, lacre, una caja de cerillas, restos de lápices,papel, un par de caramelos redondos y duros, dos sujetapapeles, un limpiapipas,mediadocenadellavesybotones.

    —¿Cómoseencuentraelherido?—quisosaber.—Sepondrábien, señor—aseguróelagente—.Haperdidounpocodesangre,

    perosecurará.Hatenidosuerte.Seguramentequierehablarconelsargento.—Así es. También necesito entrar en el edificio y ver la habitación en la que

    mataronaljoven.¿Quiénfueelprimeroenllegaralaescaleratrasera?—Nolosé,señor,peroloaveriguaré.¿Quiereentrarsolooprefierequealguien

    loacompañe?—Irésolo.—Bien,señor.Pittatravesólosadoquinesdelcallejónyfranqueólapuertadestrozada.Subióla

    escalerapeldañoapeldaño.Sólounpardehorasanteshabíaentradoenesacasaconel corazón en un puño. Los disparos todavía resonaban en sus oídos. En aquellosmomentosleresultabaextrañamentedesolada,comosihiciesesemanasquealguienhubieraestadoallí.Nosedebíatantoalpolvoasentadooalaireviciadodelascasascerradas,sinoalaseguridaddequequienquieraquelahubieradejadoyanovolvería.No había pertenencias personales, nada íntimo o de valor: únicamente una botellarota,unbotedecacaosin tapayunparde traposdemasiadodesteñidoscomopararesultaridentificables.

    Enlahabitaciónprincipaldelúltimopisolaluzsecolabaporlasventanasrotas.El polvo y la suciedad de los trozos de cristal que permanecían sujetos al marcohacíanquepareciesenesmeriladosopintados.LasangredelcharcoenelqueMarcusLandsborough había yacido estaba coagulada y pegajosa, pero había perdido lahumedad. Se veíanmanchas producidas por el traslado del cadáver. Por lo demás,todoestabaexactamentecomocuandoPittlohabíavistoporprimeravez.Lapolicíayelforensehabíansidomuydiligentes.

    Pittseagachó,observóelsuelolargayatentamenteyestudióelperfildelcuerposeñalado por pisadas, la sangre seca y las huellas de los hombres que habían

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  • levantado algo pesado y difícil de manipular. Magnus había estado tendido en elsuelocuanlargoera.Apartedemuchascosasmás,Pittllevabaunacintamétricaenelbolsillode la chaqueta.Lacogióy la extendiódesdedondehabíaestado la cabezahastalamarcadelospies.Calculóqueelhombrehabíaestadoligeramenteencogidoyllegóalaconclusióndequesuperabaelmetroochentadeestatura.Noeraposiblesermáspreciso.

    De lo que se convenció absolutamente fue de que Magnus Landsborough sedesplomóhaciadelantecuandoeldisparo leentrópor lanuca.Quedabadescartadoque labalaprovinierade lacalley lehicieracaercomo lohabíahecho.Por si esofuerapoco,eltirohabíaentradoporlaparteposteriordelcráneoyhabíasalidoporelpómulo izquierdo.Lacalle era estrechay seencontrabadosplantasmásabajo.Dehaber procedido de allí, la trayectoria del proyectil habría trazado un ánguloascendentecerrado,habríaentradoporlanucaysalidoporlaceja.PornohablardequeLandsboroughtendríaquehaberestadodepiedecaraalaestanciaydeespaldasaltiroteo.

    ¿Cabía laposibilidaddequeWellingdijera laverdadydequeelprimeragentequesubióporlaescaleratraseraledisparase?Enesecaso,¿porqué?¿Porira?¿PormiedoaqueLandsboroughsacaraunarmaypudieseponerloenpeligro?Nohabíanencontradoningunaarmajuntoalcadáver.

    Pittoyópisadasenlaescalerayalcabodeunosinstantesunsargentodeuniformesedetuvoenelumbral.Parecíaespabilado,probablementeseacercabaalatreintenaysucomportamientoeramuydiscreto.

    —MellamoLinwood,señor—sepresentórígidamente—.¿Queríaverme?Pittseincorporó.—Asíes, sargento.¿Fueelprimeroen llegaraestaestanciacuandose tomó la

    casaporasalto?—Sí,señor.—Descríbameexactamentequévio.Linwoodseconcentróyclavólamiradaenelsuelo.—Señor,aquíhabíatreshombres.Unoestabadepieenlaesquinamásalejaday

    llevabaunarmaenlosbrazos,unfusil.Supeloerarojizo.Memiróalacara,peronomeapuntó.Supongoqueparaentonceselcargadoryaestabavacío.Hicieronmuchosdisparosporlaventana.

    AjuzgarporladescripciónsereferíaaCarmody.—Continúe—solicitóPitt.—Había un hombre moreno, con la cabellera muy tupida—acotó Linwood y

    frunció las cejas en señal de concentración—. Parecía bastante conmocionado. Seencontrabadepiejustoallí.—SeñalóunpuntosituadoamenosdeunmetrodellugardondeestabaPitt.

    —¿Juntoalcuerpotendidoenelsuelo?—inquirióPitt,sorprendido.Linwoodabriódesmesuradamentelosojos.

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  • —Sí,señor.Llevabaunarma,peroesimposiblequeéldispararaalavíctima.Lasbalastuvieronquesalirdesdeallí.—Señalólapuertadelotroextremodelasala,laque daba a la escalera trasera, a través de la cual la policía había perseguido alhombrequedisparóaLandsboroughyquesupuestamentehabíaescapado.

    —¿Habíaalguienmás?—insistióPitt.—Elcadáverenelsuelo—replicóLinwood.—¿Estáseguro?¿Puededescribircuáleraexactamentesuposición?—Estabatalcomoustedloencontró,señor.Eldisparolomatóenelacto,volólos

    sesosdeesepobrehombre.Pittenarcólascejasypreguntó:—¿Hadichopobrehombre?Linwoodentreabrióloslabios.—Señor,compadezcoatodoaquélalquelossuyoslepeganuntiro,seancuales

    seansusideales.Latraiciónmerevuelveelestómago.—Amítambién—coincidióPitt—.¿Estásegurodequefueasí?—Señor, me parece que no pudo ser de otra forma. —Linwood lo miró

    directamentealosojos—.Oíundisparocuandomeencontrabaalpiedelaescalera.PregunteaPatterson,queibadetrásdemí,yaGibbons,queibadetrásdeél.

    —¿WellingyCarmodyseencontrabandondehadicho?—Sí.Porlotanto,unodelosdosledisparóyelotromienteparaprotegerlo,olo

    abatióunodelosqueescaparon—repusoLinwood—.Lomirecomolomire,fueunodelossuyos.

    —Eso parece —reconoció Pitt a regañadientes—. Welling afirma que fuimosnosotros.

    —Estámintiendo.—Noserefirióaalguiendeuniforme.—Señor,todosíbamosdeuniforme—acotóLinwoodconrigidez—.Losúnicos

    depaisanoeranustedyeljefedelaBrigadaEspecial.—NocreoqueWellinghayamentido—comentóPitt,reflexivo—.Diríaquefue

    alguienaquiennoconocíaoaquiennoreconoció.—Peronodejadeserunodelossuyos.—Lacaradelsargentoestabarígidayla

    cóleraleafilabalalengua—.Ledispararonporlaespalda.—Yalosé.Da la impresióndeque laanarquíaesunproblemamásseriode lo

    quesuponíamos.Gracias,sargento.—Nosemerecen,señor.¿Estodo?Linwood se cuadró…más omenos, pues consideraba que losmiembros de la

    BrigadaEspecialnoeranauténticospolicías.—Demomento,sí—contestóPitt.LinwoodseretiróyPittpermanecióenlaestanciaimaginandoeldesarrollodelos

    acontecimientos. Él subió la escalera detrás deNarraway y de tres agentes. Habíaascendidounpisocuandooyóeldisparoenlaplantasuperiory,acontinuación,los

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  • gritos.Alllegaralahabitación,segundosdespuésquelosagentes,éstosseencontraban

    a un lado de los pistoleros. La puerta situada al otro extremo aún batía. Alguienacababadeatravesarla.Nadieafirmóhabervistoaquienhuía,por loque sindudahabíasalidocuandoelprimeragenteentróenlapartedelanteradelaestancia.

    Welling yCarmody se negaban a dar nombres, pero insistían en que la policíahabía disparado a Magnus Landsborough. Dadas la trayectoria de la bala y laposicióndeLandsborough,eldisparoteníaqueprocederde lapuertaquedabaa laescalera trasera. Aparentemente, el hombre había escapado por allí; Welling yCarmody supusieron que era policía y los agentes apostados en la parte trasera loconfundieronconunodelosefectivosdelaBrigadaEspecialqueseencontrabaenlapartedelanteraypisabalostalonesalanarquista.¡Sindudahabíapasadoporsuladoylohabíandejadoescapar!

    Lamecánicadeloocurridocomenzabaacobrarsentido.¿Los policías apostados en la parte trasera habían sido descuidados y habían

    dejado pasar a un hombre almenos o tal vez amás, o eran corruptos y lo habíandejadoescaparadrede?

    ¿Quién había disparado a Landsborough desde detrás de la puerta y corridoescalerasabajofingiendoqueerapolicía?¿HabíaaprovechadolaoportunidadqueleofreciórepentinamenteeldestinooaguardóeneledificiodeLongSpoonLanepuessabíaque,despuésdelaexplosión,losquehabíancolocadolabombaregresarían?

    ¿Porqué?¿Setratabaderivalidadesinternas,deunacélulaqueseoponíaaotra?¿Eraunconflictode ideales,unaguerra territorialo la luchapor ladirecciónenelsenodelgrupo?

    ¿Osetratabadealgototalmentedistinto?Pittcruzólentamentelaestanciayfranqueólapuertaqueconducíaalaescalera

    trasera,por laqueelasesinotuvoqueabandonareledificio.Unavezenlacallesetopóconotroagentequetampocoledioinformaciónnueva.

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  • 2

    Pittcerrólapuertasinhacerruido,sequitólasbotasycaminóporelpasillohacialasluces,lossonidosylasrisasdelacocina.Erancasilasochoy,peseaquelatardeeraagradabletiritabadeagotamiento,notantofísicocomomental.

    Abriólapuertaysedejórodearporelaromacálidoapastelitosyverdurasyporelolorsecoydelicadodelaropalimpiacolocadaeneltendederoparaqueseoreara.Laluzdegasiluminabalavajillaconrebordeazuldelaparadorylasuperficieclarayfregadadelamesademadera.

    Charlotte se volvió y sonrió. Aún llevaba el pelo recogido, pero algunosmechonessehabíansoltado;seprotegíalaampliafaldaconundelantal.

    —¡Thomas! —Se acercó rápidamente a su marido, pero al verle la expresiónfruncióelceño—.¿Teencuentrasbien?¡Hanpuestounabomba!¿Quéhapasado?

    —Sí,estoybien,perocansado—respondió—.Laexplosiónnohaheridoanadie.Duranteelasediounpolicíaharecibidoundisparo,perosólosetratadeunaheridasuperficial.

    Charlottelediounrápidobesoenlamejilla,seapartóypreguntópreocupada:—¿Hascomidoalgo?—No—reconoció;apartódelamesaunadelassillasderespaldorígidoytomó

    asiento—. Alrededor de las tres he comido un bocadillo de jamón de York. Enrealidad,notengohambre.

    —¡Bombas!—exclamóGracie y dejó escapar unbufidode disgusto—. ¡No séadónde iremos a parar! ¡Deberíamos meterlos a todos en las norias de castigo deColdbath Fields! —Se puso de espaldas al fogón y observó a Pitt con posesivadesaprobación. Era muchomás que una criada y manifestaba apasionadamente sulealtad—.Vamos,untrozodepasteldemanzananolevendránadamal.Ytambiénhaynata…espesacomolamantequilla.Puedemeterlacuchara,semantienedepie.

    Sin esperar respuesta,Gracie se dirigió a la despensay abrió de par enpar laspuertasdebatiente.

    Charlottesonrióasumaridoysacódelcajónunacucharayuntenedorlimpios.Enesemomento,Jemima,deonceaños,bajócorriendolaescalerayavanzóporelpasillo.

    —¡Papá!—Searrojóa losbrazosdePitty loabrazó,entusiasmada—.¿QuéhapasadoenelEastEnd?Graciedicequehabríaquemataratodoslosanarquistas.¿Escierto?

    Pitt la estrechó con fuerza y la soltó cuando Jemima recobró la dignidad y seapartó.

    —¿Nodijoquehabíaqueenviarlosalasnoriasdecastigo?—¿Quéesunanoriadecastigo?—preguntóJemima.

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  • —Un mecanismo que da vueltas continuamente, pero tienes que seguircaminandoporque,delocontrario,pierdeselequilibrioytehacesdaño.

    —¿Yparaquésirve?—Paranada,esunaformadecastigo.—¿Paralosanarquistas?Gracieregresóconunagenerosaracióndepasteldemanzanayunajarritadenata

    ylasdepositósobrelamesa.—Gracias —dijo Pitt, y se sirvió. Es posible que, después de todo, estuviera

    hambriento.Además,sicomíaellassealegrarían.RespondióalapreguntadeJemima—:Paratodoslosqueestánenlacárcel.

    —¿Losanarquistassonmalos?—quisosaberlaniñaysesentóalotroladodelamesa.

    —Sí—respondió Gracie, ya que Pitt tenía la boca llena—. Claro que lo son.Vuelancasasydestrozanobjetos.Odianalagentequesehaesforzadoyconseguidocosas.Quierenecharaperdertodoloquenolespertenece.—Llenóelhervidorylopusoacalentar.

    —¿Porqué?—insistióJemima—.¡Vayatontería!—Generalmenteporquesihicieranotrascosasnadie lesharíacaso—respondió

    Charlotteasuhija—.¿DóndeestáDaniel?—Haciendo los deberes —contestó Jemima—. Yo ya he terminado. ¿Romper

    cosashacequelagentetepresteatención?Amímemandaríanalacamasincenar.—Miróesperanzadaelpasteldemanzana.

    Charlottetuvoquehacerunesfuerzoparadisimularunasonrisa.Pittlavioensumiradaygirólacara.Elcalordelacocinaempezóacalmareldolordesuinterior;laviolenciaseretiródesuspensamientosypasóaocuparunlugarumbríomásalládelasparedes.Lamasadelpasteleracrujienteyaúnconservabapartedelcalorde lacocción;lanataeraespesaysuave.

    —En tu caso sería así —confirmó Charlotte a Jemima—. Pero si estuvierasconvencidadeque algo es injusto te enfadaríasmuchísimoy tal veznoguardaríassilencioniharíascasodeloquetedicen.

    JemimamiróaPittsintenerlastodasconsigo.—Papá,¿poresohancausadodestrozos?¿Hayalgoinjusto?—Nolosé—respondióPitt—.Detodosmodos,ponerbombasenlascasasnoes

    lasolución.—¡Claroqueno!—exclamóGracieconenergíaysepusodepuntillasparacoger

    lacajadetédelestante—.Sialgoestámal,contamosconlapolicíayconleyesparaenderezarlo…ylamayoríadelasvecesseresuelve.Sumarotroagravionosirvedenadayesmalo.

    Graciemantuvosuespaldapequeñaydehombroscuadradosdecaraalosdemás.Quitó la tapa de la caja del té con unmovimiento brusco. Se había criado en losbarriosbajos;mendigabayrobabaparasobrevivir.Noobstante,enaquellostiempos

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  • yaerarespetableynoestabadispuestaacederanadieelimperiodelaley.Charlotte, que eradebuena cunayhabía sido educadapara convertirse enuna

    dama,antesde ser lobastantedecididacomoparaenamorarsedeunpolicía,podíadarseellujodetenerunaperspectivamásliberal.

    —Gracieestáen locierto—explicóamablementeasuhija—.Nopuedeshacerdañoainocentescomoformadeexpresarte.Esmalo,pormuydesesperadaquecreasestar.Yahorasubeydejacenarenpazatupadre.

    —Peromamá…—comenzóaprotestarJemima.—En esta casa no permitimos la anarquía —la interrumpió Charlotte—. ¡He

    dichoarriba!Jemimapusomala cara, abrazó a Pitt y lo besó.Luego atravesó la puerta y se

    oyeronsusligeraspisadasporelpasillo.Graciecalentólateteraypreparólainfusión.Pitt se comió hasta la última migaja del pastel de manzana, se repantigó y

    permitióporunmomentodejarsellevarporlaluzyelcalor.

    PittsemarchóaprimerahoradelamañanayCharlottesesentóadesayunarsolayaleerlosperiódicos.EntodosellossemencionabaelatentadoconbombaenMyrdleStreet, aunque con diversos grados de dureza. Algunos mostraban una profundacompasiónpor las familiasquehabíanperdido sushogares e incluían imágenesdepersonasasustadas,desconcertadas,apiñadasycon lamiradaperdidaacausade laconmoción.

    Otrosdiariossemanifestabanconmayorcólerayreclamabanqueloscriminalescapacesdecausarsemejantedevastaciónfuerancastigados.Criticabanalapolicíaymás si cabe a la Brigada Especial. Como era previsible, hacían muchasespeculaciones acerca de los responsables y de sus fines, y se planteaban si en elfuturoseproduciríanatrocidadesdelamismaclase.

    Mencionaban el asedio a Long Spoon Lane y la detención de dos anarquistas.También se preguntaban amargamente las razones por las que sus compañerosseguíanenlibertad.

    LlorabanlamuertedeMagnusLandsboroughdediversasmaneras.TheTimessemostraba discreto, se refería sobre todo a la distinguida trayectoria de lordLandsborough comomiembro liberal de la Cámara de los Lores ymanifestaba supesar tanto a él como a su familia por la pérdida de su único hijo. Apenas seplanteabaquéhacíaenLongSpoonLane,aunquenoexcluíalaposibilidaddequelohubiesentomadocomorehén.

    Otras publicaciones eranmenos comprensivas. Partían del supuesto de que eraunodelosanarquistasydequehabíatenidolamalasuertedeconvertirseenlaúnicavíctimadeltiroteoconelqueacabóelasedio.Tambiénmencionabanalpolicíaheridoyelogiabansuvalor.

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  • ElúltimoperiódicoqueleyófueelqueperturbóaCharlotte.Estabadirigidoporelmuy respetado e influyenteEdwardDenoon, que había escrito personalmente eleditorial.Charlotteloleyóconunacrecientesensacióndeinquietud:

    Ayer por la mañana, mientras se preparaban para otra jornada laboral, la policía interrumpió elmagro desayuno de los residentes en Myrdle Street para comunicarles que los terroristasanarquistasestabanapuntodedarungolpe.Losancianossalieronalacallearrastrandolospiesylasmujeres, con niños asustados y aferrados a sus faldas, cogieron unas pocas pertenencias yhuyeron.

    Pocosminutosdespués, ladestartaladahileradecasasardió.Ladrillosy tejasdepizarravolaroncomoproyectiles,rompieronloscristalesdelasventanasyatravesaronlostejadosdelosvecinosdevariascallesalaredonda.Elhumonegrollenóelairematinalyladestrucciónyelterrorafectaronamontonesdepersonascorrientes,al tiempoqueechabanaperder loshogares, lasvidasy lapazquelosciudadanosdeInglaterratienenderechoaesperar.

    Los responsables fueronperseguidos,acosadosyarrinconadosenunacasadevecinosdeLongSpoonLane.LapolicíalosasedióyseprodujountiroteoduranteelcualelagenteField,deveintidósañosyvecinodeMileEnd,resultóherido,sibienfuerescatadodelamuertegraciasalvalordesuscompañeros.

    Magnus Landsborough, único hijo de lordSheridan Landsborough, no corrió lamisma suerte.Sucadáveraparecióenunahabitacióndelaplantasuperior.Demomentonosesabequéhacíaallí,silohabíantomadocomorehénosiestabavoluntariamenteconlosanarquistas.

    Debemos preguntarnos qué clase de bárbaros son quienes cometen semejantes atrocidades.¿Quiénes son y a qué propósitos responden? ¿Acaso tienen la intención de aterrorizarnos ysometernosaundominioespantosoalqueporotrasvíasnonosentregaríamos?¿Acasoesteactodeviolenciaprocededelextranjeroyeslaprimeraoleadaparaconquistarnuestropaís?

    Esteperiódicoconsideraquenoesasí.Estamosenpazconnuestrosvecinoscercanosylejanos.Pormuydiscretaquesea,nohayinformaciónqueimpliqueaotrasnaciones.Nostememosquesetratadeunidealpolíticodenaturalezatanretorcidaqueloshombresseríancapacesdeimponerlodestruyendo todo aquello por lo que nos hemos esforzado a lo largo de siglos de crecimiento ytrabajo,atravésdelasartesylascienciascivilizadorasydelosinventosquemejoranlacomodidady el bienestar de la humanidad. Albergan la esperanza de construir su propio orden, tal comoconsideranquedebeser,sobrelascenizasdenuestrasvidas.Llámensesocialistas,anarquistasoloque quieran, lo cierto es que son salvajes, criminales a los que es necesario perseguir, detener,juzgaryahorcar.Esloquedicelaley,queestáparaprotegernosatodos,tantoalosfuertescomoalosdébiles,alosricosyalospobres.

    Esos locosquequierendestruir nuestras vidassonpoderososyhuelgadecir queestánarmadoshasta losdientes.Tambiénes imprescindibleque loesténuestrapolicía, lossoldadosdelejércitocivilquenosdefiende.Sonelloslosquearriesgansuvidayenocasioneslapierdenparaformarelescudoqueseinterponeentrenosotrosyelcaosdelaviolenciaylaanarquía.Nopodemospermitirquesedirijanalcampodebatallasinarmas;intentarloseríamoralmenteinjustificable.

    Ahora bien, no sólo debemos proporcionarles el armamento adecuado, sino legislar para quedispongandelasherramientaslegalesquenecesitanafindebuscarennuestrosenoalosmalosyaloslocosquedeseannuestradestrucción.Laleyexigelapruebadeldelitoyasídebeser.Enesoconsiste la defensa de los inocentes. Sin embargo, el policía al que se le impide registrar a unapersonao lapropiedaddealguiendelquesospechaque tiene intencionescriminales,sólopuedeaguardarimpotentehastaqueelactosecometeyentoncesvengaralavíctima.Necesitamosalgomás. Como nos lo merecemos, debemos contar con la prevención del delito antes de que seproduzca.

    Charlottedejóelperiódicosobrelamesay,congraninquietud,miróhaciaelotroladodelacocina.

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  • Gracieregresódelapartetraseraylaobservó.—¿Quéhapasado?—preguntóangustiada—.¿Haocurridoalgomalo?—Cuando

    había empezado a trabajar paraCharlotte,Gracie no sabía leer ni escribir, pero enaquellaépoca,consuayuda,lohacíabastantebien.Habíaadquiridolacostumbredeleer almenos dos artículos del periódico cada día. Lanzó unamirada escéptica aldiariodeDenoonyaltéquesehabíaenfriadoenlatazadeCharlotteypreguntóconincredulidad—:¿Hahabidootroatentado?

    —No—se apresuró a responderCharlotte—.El director pideque se arme a lapolicíaydefiendeelderechoaregistrarlascasas.

    Graciedejólasverdurasenelescurriderodelfregadero.—Veamos, si la gente tiene bombasy armas, la policía nopuede luchar contra

    ellaconpalos—afirmósensatamente,yenseguida fruncióelceño—.ClaroquenomegustaríasaberqueelseñorPittllevaunarma.¡Nosepuedentenerencasa…noson seguras!—Su tono de voz descendente puso de manifiesto el rechazo que leproducíaesaidea—.¿Porquéhaypersonasquesiemprecreanproblemas?

    —Porlogeneralúnicamentelosproblemasnosimpulsanacambiarlascosas—respondióCharlotte.Loqueledecíaeracierto,peronocontestabaalapreguntadeGracie, así que prosiguió—: Si alguien tira basura en nuestra calle o hace ruido aaltashorasdelanocheynonosquejamos,seguiráhaciéndolo.

    Charlotte sonrió al ver que la cólera encendía la mirada de Gracie. Habíaescogidodeliberadamenteel temadelabasura.Graciesediocuentaysonrió;pocodespuéssuactitudrisueñaseesfumóysepusomuyseria.

    —Perosiyosalieraylepegarauntiroaquiendejabasuraenlacallememeteríanenlacárcelycreoqueharíanlocorrecto.Puedodecirleclaramenteloquepiensodealguien sin tocarle.—Una sonrisa triunfal volvió a cambiar su expresión—. ¡Y leaseguroquenovolveríaahacerlo!

    —Por supuesto —coincidió Charlotte—. El anarquismo está equivocado y esabsurdo,peronoestoyseguradequelasoluciónconsistaenarmaralapolicía.Deloquesíestoyconvencidaesdequelograremosquetodosseencolericenysesientanmenosdispuestosaayudarsilesdamosmáspoderparaentrarenlascasasenbuscadepruebassintenersólidosmotivosparacreerquehayalgo.

    —¿EsloqueopinaelseñorPitt?—inquirióGracieylasdudasensombrecieronsumirada.

    —Enrealidad,estabademasiadocansadoparamanifestarsuopinión—reconocióCharlotte—.Además,todavíanohaleídoesteartículo.Detodosmodos,creoqueesloquedirá.

    Lady Vespasia Cumming-Gould estaba sentada ante la mesa del desayuno con elmismoperiódico; tambiénexperimentó sentimientosde congoja, pero la suya teníaque ver con otros aspectos de la tragedia. El nombre de lord Landsborough llamó

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  • inmediatamente suatenciónyvolvierondulcese intensos recuerdosdelpasado.SeconocieronmásdecuarentaañosantesenunarecepcióncelebradaenelpalaciodeBuckingham.Ambosllevabandiezodoceañosdematrimonio,teníaninquietudesyestabanbastantehartosdelmismocírculosocial, losmismoscotilleosylasmismasopinionesdesiempre.

    Poraquelentonces,Landsborougheraunidealistaquecreíaenlahonradezinnatade los sereshumanosy estaba segurodeque se conseguiríaungranbien si en lasmanosdeellos recaíanmásdecisiones, si teníanmás libertadparaelegir supropiodestino.Eraunhombreelegante;teníaarteparavestirbienyposeíaunencantoqueocultabauna sensibilidadqueno estabadispuesto amostrar ante lamayoría de laspersonas.

    Cordelia,suesposa,eraunabellezamorena,ambiciosay,enopinióndeVespasia,fría como un témpano. No por otra cosa ambas mujeres se habían caídoinstantáneamentemal,aunquelohabíanocultadocongélidosbuenosdeseosylamásestrictacortesía.Ningunadeellashabíacometidojamásunerrorsocialnilahabíanpilladosinestarperfectamentevestida,conlasjoyasrelampagueantesylacabelleraensusitio.

    Por su parte,Vespasia no se sentía incómoda en sumatrimonio, pese a que sumaridono era el amor de su vida. Se casó enRoma conMarioCorena, patriota yhéroe italiano de la revolución de 1848. Compartir la felicidad fue imposible porrazones que ninguno de los dos llegó a saber, pero Vespasia jamás olvidó suidealismo,suvalor,susacrificioylatrepidantevidadeesperanzasquecompartieron.

    ElañoanteriorsevolvieronaverfugazmentecuandoMarioentregósuvidaparahacerfracasarlaconspiracióndeCharlesVoiseyquepretendíaderribarlamonarquíabritánica.Habíasidounadecisiónhermosa,peroterrible.VespasiapudovengarsedeVoisey,peroaunprecioquejamásolvidaría.

    Muchísimosañosatrás,cuandoloconoció,sesintióatraídaporeldelicadohumory el peculiar retorcido radicalismo de Sheridan Landsborough. Había manifestadomoderación,toleranciayunaconfianzacasiinocenteenlahonradez.ElingenioylaregiaysolitariabellezadeVespasiahabíandespertadoalgoenelpolítico.Cordelialehabía impresionado, pero Vespasia había conseguido que en todas las cortes deEuropa se volvieran para mirarla y había destrozado miles de corazones. Poseíapasión,inteligenciayarrestosparaatreverseatodo.

    Enaquelmomentodesayunabasola,iluminadaporelsoldeprimerahorayalleerque Sheridan había perdido a su único hijo sintió una profunda tristeza. Los añostranscurridosdesdeelúltimoencuentroseesfumaronyhasta laaversiónquesentíaporCordeliaperdióimportancia.Decidióescribiralaristócrataparadarleelpésame.Sinembargo, llegóa laconclusióndequeenviar lacartaporcorreonoera lomásadecuadoyoptóporllevarlaenpersona.

    Sepusodepieyseacercóalachimenea,juntoalaquecolgabaeltiradordelacampana,parallamaraladoncella.Loaccionóyesperóhastaquerespondieron.

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  • —Gwyneth,tengalaamabilidaddeprepararmeropadecolornegro—pidió,perocambió rápidamente de idea—. No, es excesivo; vestiré de gris oscuro. Dígale aCharles que prepare el coche para salir a las diez. Visitaré a lord y a ladyLandsboroughparapresentarlesmiscondolencias.

    —Losiento,milady—musitóGwyneth.Noestabaal tantode lanoticia,por loquedesconocíaaquésereferíaVespasia—.¿Leparecenbieneltrajedesedagrisyelsombreroconlaplumanegradeavestruz?

    —Excelente.Gracias.Escribiréunacartayluegosubiré.—Deacuerdo,milady.Gwyneth se retiró y Vespasia cruzó el pasillo hasta la salita donde tenía su

    escritorio.Siempreresultabadifícilsaberquéhabíaquedecirenesascircunstancias.Enel

    caso de Cordelia, bastaría con una expresión simplemente formal, pero en el deSheridan, al que había conocido tanto, resultaría envarado, ridículo y hasta ciertopuntopeorquenada.

    Sesentóanteelescritorio,bajolaluzfrescayverdosa.Lashojasfiltrabanelsolque brillaba al otro lado de las cortinas. Los narcisos primaverales ya se habíansecadoyaúnerademasiadoprontoparaloscoloresintensosdelverano.

    MisqueridosSheridanyCordelia:

    Me he enterado de vuestra pérdida y estoy acongojada por el dolor que sindudasentís.Megustaríaofrecerosayuda,palabrasdeconsueloycertezas,peroséquenohaymássoluciónquesobrellevareldolor.Osruegoque,silaconfianzayla amistad pueden proporcionaros algo que merezca la pena, no dudéis enllamarmetantoahoracomoenelfuturo.Estarésiempreavuestradisposición.

    Afectuosamente,

    VespasiaCumming-Gould

    Doblólahoja,laintrodujoenelsobreylolacró.Noreleyóeltextonisepreguntósi era elegante o estaba adecuadamente escrito. Era sincero, lo único que estabadispuesta a intentar. Si pensaba cómo podría interpretarloCordelia, nunca enviaríanada.

    Subiólaescalera,sepusoeltrajedesedagrisoscuroyseobservóenelespejo.—Milady,estáguapísima—afirmóGwynethasusespaldas.Tenía razón. Vespasia era alta y aún conservaba la esbeltez. Los colores fríos

    favorecíansusfaccionesaguileñasysupielclaraydelicada.Comosiempre,llevabavariasvueltasdeperlasalrededordelcuello,quesecomplementabanconsumelenaplateada. El corte del vestido era a la última: ceñido en la cintura, con mangasampliasalaalturadeloshombros,pegadoalascaderas,peroensanchadoapartirde

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  • lasrodillasyhastaelsuelo.Lachaquetateníalassolapasmuyanchas,alamoda.Gwyneth acomodó el sombrero sobre la cabeza de su señora y le entregó los

    guantes de cabritilla gris, más suaves que el terciopelo. El pequeño retículo[*],tambiéndesedagris,conteníaunpañuelo,algunastarjetasdevisitaylacarta.

    Vespasia le dio las gracias, abandonó lentamente el vestidor, cruzó el rellano ybajólaescalera.Ellacayolaesperabaenlaentrada.AbriólapuertaylaacompañóhastadondeseencontrabaCharles,juntoalcoche.

    Fue un trayecto corto, ya que sólo quinceminutos la separaban de la casa de losLandsborough en Stenhope Street, cerca de Regent’s Park. Vespasia descendió ycaminóhastalapuerta,conlacartaenlamano.Abrieronalcabodeunossegundosyelmayordomoentradoenañoslamiróconamablecuriosidad.Reconocióelescudodearmasdelaportezueladelcocheylasaludóporsunombre.

    —Buenosdías—respondióVespasia—.Estoyseguradequelafamilianorecibevisitas, pero prefería entregar la carta en mano en lugar de enviarla por correo.¿Tendrá la amabilidad de transmitir mi más sentido pésame a lord y ladyLandsborough?

    —Porsupuesto,milady.—Elmayordomoextendiólabandejadeplata,enlaqueVespasia depositó el sobre—.Muchas gracias. Esmuy amable por su parte acudirpersonalmente.Siquierepasar,entregarésucartaaladyLandsborough.Talvezdeseeagradecérselo.

    Elmayordomoretrocedióunospasos.—Noquieromolestarla—acotóVespasiaypermanecióenelumbral.—Milady,leaseguroquenoesunamolestia,perositieneotroscompromisos…—Enabsoluto—afirmófrancamente—.Sólohevenidoconestepropósito.Vespasiasediocuentadequenegarseaentrarseríaunadescortesía,porloquelo

    siguió.Enelvestíbulotodoestabacubiertoconcresponesnegros.Habíanparadoelrelojdecajayvueltolosespejoscaraalapared.Elmayordomolaacompañóhastalasalita; la chimenea no estaba encendida. Sobre lamesa había un jarrón con floresblancas,espectralesacausadelapenumbraquesecolabaporlascortinascerradas.

    Sólo podía aguardar a que el mayordomo regresase y le transmitiera elagradecimiento de Cordelia, momento a partir del cual sería libre de irse. No leapetecíasentarse;mejordicho,leparecíaincorrecto,comosituvieselaintencióndequedarse.Enesascircunstanciasnadieseponíacómodo.

    Miróociosamenteasualrededoreintentórecordarsitodoestabaigualquetantosañosatrás,cuandoeravisitantehabitualdelacasa.Lalibreríayaestabaentoncesenesesitio;dadoelreflejodelcristal,lostítulosresultabanilegibles.Tambiénconocíael cuadro de los canales venecianos, colgado encima de la repisa de la chimenea.SiemprehabíapensadoquesetratabadeunauténticoCanaletto,peronuncatuvolafranqueza suficiente para preguntarlo. Le costaba imaginar que Sheridan

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  • Landsboroughseconformaraconunacopia.Lamansiónestabamuytranquila,comosielajetreohabitualdelalimpiezaylos

    recadossehubieseinterrumpido.Seoíaelrepiqueteodeloscascosdeloscaballosenlacalle.

    Seabrió lapuertayVespasiasevolvió,preparadaparaveralmayordomo,peroeraCordeliaaquienvio.Apenashabíacambiadodesdelaúltimavezquesevieron,un par de años antes. En su cabellera oscura había más hebras blancas, pero enmechonesanchosybonitos;noeraunamezcladecoloresdesvaídos.LosrasgosdeCordelia seguíansiendobiendefinidos,aunquesubarbillayanoera tan firmey lapieldelcuellosehabíaarrugado,loquenopodíadisimularsuvestidodecuelloalto.La conmoción había demudado su piel; como era previsible, vestía de negro de lacabezaalospies.

    —Vespasia,teagradezcoquehayasvenido—afirmóyenelactoestablecióunafamiliaridad que durante años no había existido entre ambas—. Es en momentoscomo éste cuando necesitamos a los amigos.—Paseó lamirada a su alrededor—.Aquí hace frío. ¿Por qué no pasamos al gabinete? Da al jardín y es mucho másacogedor.

    Aunque dio aVespasia la oportunidad de excusarse, irse después de semejantemuestradeamistadhabríasidoundesaireimperdonable.

    —Teloagradezco—aceptóVespasia.Cordelia la condujo por el pasillo hasta una estancia mucho más cálida y

    agradable.Teníalashuellasdelduelo,perolatemperaturaeramásplacenteraylaluzquesecolabaatravésdelascortinasamediocorrertrazabadibujosbrillantesenlaalfombraburdeosyazul.

    Vespasia se devanó los sesos cavilando por qué Cordelia la había invitado aquedarse.Nuncahabían sidoamigasni eraunamujerquemostrara sualegríao sucongojaalosdemás.

    Ocuparonsofásenormesymullidos,colocadosfrenteafrente,bañadosporlaluzparpadeantedelsol.Cordeliarompióelsilenciocuandodeclaróconsumagravedad:

    —A veces es necesaria una tragedia de estamagnitud para comprender lo quesucede.Vemosquelascosassedeterioranpocoapoco,aunquecadapasoestancortoque apenas lo registramos. —Vespasia no sabía a qué se refería. Esperópacientemente y adoptó una expresión de amable interés—. Si hace diez añosmehubierandichoquelapolicíaintercambiaríadisparosconlosanarquistasenlascallesdeLondres, habría respondido que habían perdido los cabales.Ciertamente, habríapensado que pretendían provocar alarma política y casi seguramente que teníanmotivospersonalespara tratardeasustara lagente.—Respiróhondo—.Puesbien,ahora nos vemos obligados a reconocer que es la verdad.En nuestra sociedad haylocosempeñadosendestruirlay lapolicíanecesita todonuestroapoyo, tantomoralcomomaterial.

    VespasiapensóenPitt,alqueconocíadesdequesusobrinonietosehabíacasado

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  • conEmily,lahermanadeCharlotte.AGeorgelohabíanmatadoyEmilyhabíavueltoacasarse,perolarelacióncontinuabaeinclusosehabíareforzado.

    —Sí, desde luego —comentó—. Desempeña una tarea difícil y, a menudo,desagradecida.

    —Ypeligrosa—apostillóCordelia—.Enlarefriegahirierondebalaaunagentejoven.Denoserporlavalentíaylacapacidaddereaccióndesuscompañeroshabríamuertodesangradoenmediodelacalle.

    —Asíes.—Vespasialohabíaleídoendosperiódicos—.Perotodoapuntaaqueserecuperará.

    —Esta vez —puntualizó Cordelia—. ¿Y qué ocurrirá en el futuro? —Miró aVespasia a los ojos, con expresión seria y la espalda tiesa como un palo—.Necesitamos más policía y mejor armados. No podemos fastidiarlos con leyesanticuadasqueseelaboraronparaunaépocamáspacífica.EnLondresabundatodaclasedeextranjeros,hombrescondesaforadasideassobrelarevolución,laanarquíaeinclusoelsocialismo.Contaldeponerenprácticasuslocurashandejadoclaroquedestruirán lo que tenemos y que quieren aterrorizarnos para que acatemos suvoluntad.—Teníalamiradaencendidaporeldolorylacólera—.¡Nopermitiréqueocurramientraslasangrecorrapormisvenas!Apelaréatodasmisinfluenciasparaapoyaryayudara lapolicíaa findequenosproteja tantoanosotroscomoa todoaquelloenloquecreemos.

    CordeliaobservóatentamenteaVespasia.Éstaexperimentóunaligerapunzadademalestar.Fuetantenuequenosuposise

    debíaaloscomentariosdeCordeliaoalinconvenientedenoexpresarnadasobresuverdaderodolor.Cordeliasóloteníaunhijoylavísperalohabíanasesinado.Vespasiateníavarioshijos,queestabanvivosybien.Yaestabancasadosycasinuncalosveía,perocontodosmanteníaunacariñosacorrespondencia.Eraabsurdosentirseculpableportenermuchomásqueesamujerfuriosa.Cordeliaintentabahacerfrentealdolorconvirtiéndolo en ira y en una cruzada que ocuparía su mente, consumiría susenergías y tal vez suavizaría el filo descarnado de sus emociones gracias alagotamiento.

    Siqueríaserrealmentesincera,Vespasiadebíareconocerquesusentimientodeculpa se relacionaba, sobre todo, con la ternura y la intensidad amistosa quehabíacompartidoconSheridanLandsborough.

    Cordeliaseguíaesperandounarespuesta.Vespasianoestabaconvencidadequelas fuerzas policiales debieran tener más armas, pero se percató de que no era elmomentodedecirlo.

    —Estoyseguradeque, tras la tragedia,habrámuchaspersonasdecididasaquenuestrapolicíacuentecontodalaayudaquepodamosprestarle—coincidió.

    Cordeliaseobligóasonreír.—Debemos ocuparnos de que así sea. Habrá que introducir algunos cambios.

    Apenashetenidotiempodepensarenlosdetalles,aunquedirigirétodasmisenergías

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  • aesefin.Nomecabedudadequepuedopedirtequeapelesatusinfluencias.Cordelia supuso que la visitante estaba de acuerdo y la escrutó como si aún

    esperaseunarespuesta.Vespasia respiró hondo, dudando de los motivos de su reticencia. ¿Sentía

    genuinas dudas políticas o entraba en juego su vieja aversión por Cordelia? Lasegundaopciónseríavergonzosaynotóqueleardíanlasmejillas.

    —Por supuesto�