the salvation army eastern territorial headquarters...
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THE SALVATION ARMY
EASTERN TERRITORIAL HEADQUARTERS
SPIRITUAL LIFE DEVELOPMENT DEPARTMENT
440 WEST NYACK RD
WEST NYACK, NY 10994
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EL PADRENUESTRO
LA ORACIÓN DE JESÚS
DAR COLOR A LA ORACIÓN/ORACIÓN INTERCESORA
ORE CON LAS ESCRITURAS
ORACIÓN Y AYUNO
SILENCIO Y SOLEDAD
APÉNDICE
CITAS SOBRE LA ORACIÓN
VERSÍCULOS SOBRE LA ORACIÓN
LA ORACIÓN INQUISITIVA
ORAR CON LAS ESCRITURAS
ORACIÓN INSPIRADA
ORACIÓN ENFOCADA
TONGSUNG KIDO
DESCANSO PARA LA MENTE
ORAR CON EL SHEMA
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RITMOS DE ORACIÓNRECURSOS DE ORACIÓN PARA LAS REUNIONES DE OLD ORCHARD BEACH 2018DESARROLLO DE LA VIDA ESPIRITUALTERRITORIO ESTE DE EEUUACTUALIZADO 24 DE MAYO DE 2018
ESTIMADO GUERRERO DE ORACIÓN:
Bienvenido al programa “Ritmos de oración”. Este recurso examina varias disciplinas de oración. Unas son conocidas, otras serán nuevas; pero todas tienen el potencial de enriquecer su vida de oración. Por medio de este recurso, le invitamos a unirse a nosotros y a otros en oración. Mientras usted ora nosotros también oraremos. Su voz se unirá a la de muchos otros.
Con cada experiencia hemos incluido algunos antecedentes históricos y bíblicos. En este libro encontrará la oración del Padrenuestro, la oración de Jesús, oraciones intercesoras, oraciones a color, orar con las Escrituras, ayuno y oración, y silencio y soledad.
Medite un momento, todo el día elevando nuestras oraciones a la vez, haciendo las mismas oraciones, escuchando o leyendo las mismas Escrituras. Qué hermoso coro de oración será ese.
Es nuestro más sincero deseo que durante esta semana separe algunos momentos sagrados para encontrarse con Dios de una manera profunda. Nos alegra participar de esta experiencia con usted. Desde lo más profundo del corazón, le agradecemos por pasar un tiempo con los “RITMOS DE ORACIÓN”.
DEPARTAMENTO TERRITORIAL DEL DESARROLLO DE LA VIDA ESPIRITUALTERRITORIO ESTE DE EEUU
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“Nuestras oraciones podrían ser raras. Nuestros intentos podrían ser pobres. Pero como el poder de la oración está en quien la escucha y no en quien la dice, nuestras oraciones sí logran resultados”.
– Max Lucado
“Necesitamos oración contemplativa mediante la cual soltemos nuestro ego pasajero para que algo eterno pueda echar raíz”.
– Richard Rohr
“Debemos animar el crecimiento espiritual en la devoción de nuestros soldados, el espíritu de oración, fe y amor a Dios y al hombre”.
– William Booth
“El conocimiento del amor de Dios se descubre por medio de la oración. Nos llega cuando dedicamos tiempo a una relación íntima con Dios, cuando deliberadamente escogemos buscarlo y separamos tiempo para estar a solas con él”.
– Christine Faragher, Other Voices: Exploring the
Contemplative in Salvationist Spirituality
“No debemos buscar tanto orar como convertirnos en oración”.
– Francis of Assisi
“Hay elementos de nuestro llamado, obras del Espíritu Santo y victorias sobre la oscuridad que no llegarán de ninguna otra manera más que mediante la oración constante, fuerte, fervorosa y llena de fe”.
- Beth Moore
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DIA 1EL PADRENUESTRO (Tomado del libro Living the Lord’s Prayer, por Albert Haase O.F.M.)
“Aconteció que, estando Jesús orando en cierto lugar, cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo:—Señor, enséñanos a orar, como también Juan enseñó a sus discípulos”. (Lucas 11:1)
Es interesante ver que Jesús no respondió con un método o una técnica. Al contrario, respondió con palabras que captaban la esencia de su enseñanza y su ministerio. De inmediato, esa oración se convirtió en un tesoro de la iglesia primitiva. Los judíos y los gentiles que preparaban a los cristianos para el bautismo la descubrieron tarde en su formación y, al igual que la mayoría de los cristianos, se comprometieron a repetirla tres veces por día.
Mucha gente considera este texto como una simple oración. Tertuliano, sacerdote de la comunidad cristiana de Cartago al norte de África, escribió un comentario alrededor de 198-200 de la era cristiana, en el que se refirió a la oración como brevarium totius evangelii, un resumen de todo el Evangelio”.
Considero que la oración es una guía confiable para la formación espiritual y un manual para la santidad. Vista de esta manera, la oración ofrece tanto perspectivas interesantes como puntos prácticos para que crezcamos más en nuestro compromiso como cristianos (término que significa, literalmente, pequeños cristos). Vivir más que solo repetir las palabras del Padrenuestro es andar en los pasos de los discípulos.
“Padrenuestro”Una saludable imagen divina que refleja la experiencia de Jesús y Dios como Abba. Debe trasmitir el amor incondicional de Dios e inspirar acciones desinteresadas de amor sacrificial con los demás. Abba es el apelativo que un niño judío usa
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“La forma correcta de orar es levantar las manos y pedirle al Único que sabemos que tiene un corazón de Padre”.
- Dietrich Bonhoeffer
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para llamar a su padre. Se utiliza cuando el niño desea conseguir la atención del padre. También es el nombre que se da a un adulto mayor que se ha ganado la reverencia y el respeto. En ambos ejemplos, el nombre sugiere proximidad, familiaridad, accesibilidad, confianza, respeto y amor.
Nosotros también somos llamados a comparecer ante Abba con el mundo latente en nuestro ser. Nuestra verdadera identidad siente pena y compasión por las inquietudes y preocupaciones de los demás; por eso, como “pequeños cristos”, intercedemos por el mundo. La oración intercesora es una expresión de nuestro compromiso con el mundo. La oración proclama que Abba es “nuestro” Padre; además, la formación espiritual se trata de Dios, de los demás y de mí.
“Que estás en los cielos”Buscar y encontrar al Dios del cielo aquí en la tierra requiere que estemos alertas a lo que ocurre aquí y ahora. Es trágico pero mucho de nosotros no vivimos en el presente y, por lo tanto, de acuerdo a [Thomas] Merton, sufrimos de amnesia.
Mucho de nuestro sufrimiento se origina por la falta de atención al presente. Rara vez estamos presentes en donde nos encontramos físicamente. Convencidos de que la acción real ocurre en otro lugar, muy raramente experimentamos el momento particular, lleno de anunciaciones.
“Santificado sea tu nombre”Santificar el nombre de Dios es caminar en humildad mientras adoramos Su presencia, conscientes de nuestra condición pecaminosa. Cuando oramos en el nombre de Jesús recibimos poder para experimentar la oración constante.
Cuando santificamos el nombre de Dios, vivimos la paradoja entre la imponente e inspiradora presencia de Dios y nuestra espantosa indignidad, entre la adoración a la divina presencia y lo abominable de nuestra presencia pecaminosa. En la formación espiritual, la adoración y la abominación van de la mano. Esta
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paradoja genera la virtud de la humildad. “Venga tu reino”El reino puede llegar en cualquier circunstancia. Todo lo que se necesita es que estemos conscientes del amor de Dios por nosotros, que el amor a los demás sea acorde a nuestro estilo de vida, que rindamos a su presencia y a vivir con paz y alegría.
La iglesia primitiva vivió las implicaciones prácticas de las características del reino. (Ver Hechos 2:43-47.) En consecuencia, todos prosperaban porque estaban entretejidos en el tapiz de las relaciones establecidas. La intención de Dios, a veces con esfuerzo y trabajo como leemos en otras partes del libro de Hechos, se había convertido una vez más en realidad, y todo comenzó con cada individuo que caminaba como los discípulos.
“Sea hecha tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra”Hacer la voluntad de Dios es permitir que nuestro compromiso influya en cada decisión. Estas decisiones de fe se hacen con conocimiento, evaluación y acción.
La plena realización del reino de Dios y hacer la voluntad de Abba eran prácticamente sinónimos de Jesús. En el Evangelio de Juan, Jesús afirma: “Mi comida es que yo haga la voluntad del que me envió y que acabe su obra” (Juan 4:34). Él hizo referencia a la voluntad de Dios cuando les enseñó a los discípulos a orar, cuando habló de la naturaleza del discipulado, cuando aconsejó a los discípulos a buscar a los que se habían extraviado y cuando enfrentó la inminente realidad de su muerte en el Monte de los Olivos (ver Mateo 6:10; 7:21; 18:14; Lucas 22:42). Es claro que su nutrición espiritual diaria y su ímpetu ministerial vinieron precisamente del conocimiento que tenía de que la voluntad de Dios se cumplía en su vida y su ministerio.
“El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy”
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“Saber esperar en oración es una decisión disciplinada a no obrar antes que Dios”.
– Eugene Peterson
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Orar por el pan de cada día es seguir el camino de la niñez espiritual. Además, es comprometernos a convertirnos en el pan de vida para los hambrientos del mundo.
Jesús nos recuerda que el divino Dador provee para nuestras necesidades. Abba está de nuestra parte y desea lo que es bueno, agradable y perfecto para el bienestar de todos. Aunque las preocupaciones triviales o las tragedias personales a veces prueben nuestra fe en la providencia y la bondad de Dios, de todos modos seguimos siendo los amados hijos de Dios.
“Perdónanos nuestros pecados”Orar por el perdón es un vivo recordatorio de que Dios nos libera de la culpa debilitadora y olvida nuestro pasado. Ningún pecado está escrito con tinta indeleble.
En las Escrituras hebreas, el verbo principal salah, “perdonar”, solamente se usa en referencia a Dios; por tanto, perdonar es una prerrogativa exclusivamente reservada para Dios. Un sinónimo de ese verbo es nasa, que significa “soportar, quitar o llevarse”. Por eso, cuando Dios perdona, “se lleva” el pecado. Y no solo eso: la divina misericordia también “quita la carga de culpabilidad debilitadora que el ego nos obliga a cargar”.
“Porque también nosotros perdonamos a todos los que nos deben” Recordamos que Jesús dice que la justicia no se alcanza buscando venganza ni cobrando cuentas pendientes, sino compartiendo generosamente con los demás lo que Dios nos ha dado. Es más, perdonar a nuestro hermano y hacer sacrificios desinteresados es la manera de responder al perdón de Dios (ver Lucas 7:47).
“Y no nos dejes caer en tentación”Al orar con la frase “no nos dejes caer en tentación” enfrentamos
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“La oración hace al hombre piadoso y coloca en él la mente de Cristo, una mente de humildad, autorendición, servicio, misericordia y oración. Si realmente oramos, nos volvemos más como Dios; si no, dejaríamos de orar”.
- E.M. Bounds
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el poder del enemigo, el cual se opone directamente a Dios. Es comprometernos a estar al tanto de los pensamientos tentadores que tenemos para resistirlos. Además, implica una dedicación a llevar una vida virtuosa que nos transforme en las personas que Dios ideó que fuéramos.
“Mas líbranos del mal”La oscuridad espiritual nos purifica el ego y puede ayudarnos a convertirnos en pequeños cristos. Como la cruz, que nos desafía a someternos a Dios con confianza.
El Padrenuestro resume las actitudes y enseñanzas más importantes que Jesús vivió y predicó a sus seguidores. Nos recuerda que Dios es un Abba que nos provee todo lo que tenemos. Dios nos prodiga su amor divino en su creación, lo encarna en nuestros prójimos y sueña con hacer realidad su plenitud en el reino de paz, amor y justicia de Jesús. Dios perdona todos nuestros pecados con misericordia y compasión. Este Dios amoroso no nos abandona en momentos de tentación, prueba y tribulación. No importa en la situación o la circunstancia en que nos encontremos, Dios está tan cerca de nosotros como lo está el padre de sus amados hijos.
La abundancia divina y la generosidad marcan el punto de referencia para el comportamiento del discípulo. Vivimos mostrando un amor desinteresado y sacrificial cuando llamamos a todo el mundo familia; vivimos con humildad porque sabemos que todo lo que tenemos viene del Dador de todo bien. Nos dedicamos a traer la plenitud del Reino trabajando por la paz, el amor y la justicia. Permitimos que nuestro compromiso bautismal influencie todas nuestras decisiones y perdonamos a los que nos ofenden. Resistimos la tentación y vivimos de modo virtuoso. Al tanto de la presencia perdurable y continua de Dios, nos sometemos con confianza y esperanza para cargar cada cruz que se nos atraviese en el camino.
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Vivir el Padrenuestro es recorrer el camino del discípulo. Permita que al orar con las palabras del Padrenuestro hoy, y en adelante, ellas sean de bendición y reto para usted.
Padre nuestro,que estás en los cielos:Santificado sea tu nombre;venga tu reino;sea hecha tu voluntad como en el cielo, así también en la tierra.El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy;y perdónanos nuestros pecados porque también nosotros perdonamos a todos los que nos deben;no nos dejes caer en la tentación. Mas líbranos del mal.Porque tuyo es el Reino, el poder y la Gloria, por todos los Siglos, Amén.
En la noche, reflexione en cómo le fue en el día y dedique unos momentos a practicar la oración inquisitiva. (pagina 35).
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DIA 2LA ORACIÓN DE JESÚS - tomada de los recursos del Departamento de Desarrollo de la Vida Espiritual y orthodoxprayer.org
“Señor Jesucristo, hijo de Dios, ten misericordia de mí pecador”.
La “oración de Jesús” ha formado parte de varias denominaciones de la cristiandad ortodoxa por mucho tiempo. Se arraiga en las tradiciones ortodoxas del oriente, pero tanto la iglesia latina ortodoxa como la anglicana la han incorporado de diversas maneras con autoridad en cada una de las ramas que la celebra. Con frecuencia se enseña como una “oración de principiantes” por su sencillez.
“La oración de Jesús”, afirma el metropolitano Anthony Bloom, “más que ninguna otra” ayuda a llegar “ante la presencia de Dios”. Esto significa que la oración de Jesús contribuye a que enfoquemos nuestra mente de manera exclusiva en Dios, no en “ningún otro pensamiento”, ocupando nuestro pensamiento únicamente en Dios. En ese momento en que nuestras mentes están totalmente enfocadas en Dios, descubrimos una relación muy personal y directa con Él”.1
La costumbre de hacer esa oración es probable que tenga sus raíces en las madres y los padres del desierto del siglo quinto. Estos eran monjes y monjas que se desilusionaron con la influencia que el gobierno ejercía en la iglesia: por lo que
decidieron llevar una vida solitaria de pureza y simpleza profunda. La práctica llevó a esos creyentes a un peregrinaje por el desierto de Egipto, eliminando los atavíos exteriores para poder lograr una comunión más íntima con Dios.
Su base bíblica probablemente proviene de la combinación de oraciones similares en Lucas 18 y Marcos 10. Hay cuatro partes simples y cada una constituye una profunda realidad teológica. Algunos Padres de la Iglesia llamaron a “la oración de Jesús” la
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“La oración no es nada más que formar una amistad con Dios”.
– Teresa of Avila
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más poderosa del cristianismo. Aun cuando consideremos estas palabras también veremos lo perfecto que expresan nuestra relación con Jesús y Sus misericordias diarias para nosotros.
“La oración comienza en el nombre de nuestro Dios y Señor, Jesucristo. En el libro de Hechos dice: “porque no se ha dado a la humanidad ningún otro nombre bajo el cielo mediante el cual podamos alcanzar la salvación” (Hechos 4:12). El poder de la oración proviene de la proclamación del nombre de Jesús. Confesamos con simpleza nuestra fe en Jesucristo como nuestro Dios y Señor”.2
La oración de Jesús, tradicionalmente incluye tres movimientos: la oración de los labios, la oración de la mente y la oración del corazón. Por más que deseemos proclamar que hacemos las tres cosas a una vez, lo cierto es que casi nunca permitimos que nuestras mentes accionen de manera que nuestros labios se muevan a la par; de modo que nuestros corazones se encuentran en muchos otros lugares a la vez sin enfocarse en la oración.
Oración de labios:Comenzamos repitiendo las palabras varias veces. Empiezan como un recital en nuestros labios. No hablamos muy rápido, como en carrera, para intentar llegar al final de la oración. Tampoco muy lento que nos aburramos. Sentimos las palabras mientras las decimos.
Oración de la mente:Hacemos que la mente no vaya muy rápido y nos enfocamos en las palabras, escuchamos mientras las repetimos a la vez que meditamos en ellas. Comenzamos a comprender las palabras como si nos las estuvieran diciendo. “Procesamos” las palabras mientras las escuchamos, acogiéndolas. Oración del corazón:
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“Jesús no intentará hablar más fuerte que el ruido en nuestras vidas. Mientras más gritamos, Él más susurra”.
– Bob Goff
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La meta es repetir las palabras como si fueran propias. Si nuestra mente se enfoca en ellas, pronto nuestras mentes harán lo mismo. La oración pasa de algo que hacemos a lo que somos.
Escogemos hacer las mismas oraciones que hicieron otros de igual fe miles de años antes y conectarnos con una comunidad que sobrepasa los límites geográficos y generacionales. Mientras hacemos las oraciones nos llenamos de la Palabra de Dios puesto que estas oraciones provienen de las Escrituras mismas. De acuerdo a la teología, la oración de Jesús es una recapitulación completa de la narrativa del Evangelio.
Hacer la “oración de Jesús” nos recuerda que no estamos solos en los momentos de angustia. Nos recuerda que Jesús responde a nuestro lamento con compasión y sanidad, lo cual me da valentía. Esta es una manera distintas de usar las palabras (o de permitirle a Dios que use las palabras) no como solemos usarlas, para conectar a Dios con las partes más íntimas de nuestras vidas y nos alivia la necesidad de entender cómo debemos orar.3
Siéntese en una posición cómoda. Enfóquese en la presencia de Dios. Deshágase de las distracciones del día. Siéntese simplemente como si estuviera escuchando a un amigo íntimo. Si tiene dificultad para enfocar su atención, cierre los ojos.
“Señor Jesucristo, Hijo de Dios, ten piedad de mí, que soy un pecador.”
Practique:La oración de Jesús es una oración simple, completa, que pone la atención adecuada en la obra redentora de Jesús y en nuestra relación con Él. A su vez, también destaca la necesidad continua de aplicar esa obra a la vida del santo y del pecado por igual.
“Señor Jesucristo…” Es fundamental señalar que esta oración comienza dándole su posición legítima a Cristo como Señor.
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“La oración sin pasión es como un pájaro sin alas; y no puede elevarse”.
– Bramwell Booth
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Cuando lo llamamos “Señor”, damos reverencia a su supremacía en un acto de sumisión. Esto lo hacemos dispuestos y sin reservas.
“…Hijo de Dios…” Cuando reconocemos la posición de Cristo en la Trinidad, indicamos que tenemos un entendimiento creciente de su obra en la cruz, de una necesidad constante de esa obra y del hecho de que nos libera del pecado y nos da la libertad.
“…ten piedad de mí…” Esto es un pedido de la purificación compasiva de Dios. Esta plegaria es por la continua misericordia de Dios. Al reverenciar la supremacía de Jesús y reconocer su obra purificadora en la cruz, nos percatamos de la necesidad constante de su piedad con nuestras vidas. Esta petición no se puede hacer una sola vez. Esta frase también reconoce que la provisión de misericordia es ilimitada y se otorga libremente al que la pide.
“…soy un pecador.” Nunca olvidemos nuestra tendencia a pecar. Esto no es una etiqueta autodestructiva al final de la oración, sino un recordatorio de que esta es la vida de la fuimos salvados. Nos recuerda nuestra necesidad constante del Salvador; sin este recordatorio perdurable, podemos caer otra vez en una vida contraria a Dios.
En la noche, reflexione en cómo le fue en el día y dedique unos momentos a practicar la oración inquisitiva. (pagina 35).
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DIA 3DAR COLOR A LA ORACIÓN/ORACIÓN INTERCESORA
“4 Por esta razón me arrodillo delante del Padre, 15 de quien recibe nombre toda familia[b] en el cielo y en la tierra. 16 Le pido que, por medio del Espíritu y con el poder que procede de sus gloriosas riquezas, los fortalezca a ustedes en lo íntimo de su ser, 17 para que por fe Cristo habite en sus corazones. Y pido que, arraigados y cimentados en amor, 18 puedan comprender, junto con todos los santos, cuán ancho y largo, alto y profundo es el amor de Cristo; 19 en fin, que conozcan ese amor que sobrepasa nuestro conocimiento, para que sean llenos de la plenitud de Dios” (Efesios 3:14-19, NVI).
La intercesión es un patrón de oración constante en los escritos de Pablo. A la misma vez que anima y amonesta a la iglesia en ciernes, también oraba por ellos. Son más que compañeros de la obra. Son amigos, compañeros creyentes y gente que viven y enfrentan problemas igual que nosotros. La intercesión es un modelo de oración mencionado a lo largo de las Escrituras. Hechos, Colosenses, Daniel, Efesios, Filipenses, Salmos, Job,
Romanos, Santiago, Jeremías, Mateo y 1 de Samuel, las dos cartas de Timoteo y Romanos mencionan en alguna forma la oración intercesora. Jesús modeló esa oración con Su propia vida y, en especial, en el jardín de Getsemaní. Lea acerca de las maneras que oró por los demás en Juan 17.
Este es el tipo de oración a la que suele acudir nuestra mente cuando nos detenemos a orar. Oramos por una larga lista de necesidades de los que nos rodean. La oración intercesora es la que se hace por otros; intercesor es aquel que toma el lugar de alguien o defiende el caso de otro. Si no tenemos cuidado, este tipo de oración se puede convertir en algo rutinario hasta para el intercesor más sincero; si no estamos constantemente al tanto del
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sacrificada adoración e intercesión son potenciadas por el ¡poder que obra dentro de nosotros”!
– El Ejército de Rodillas, Janet Munn and Stephen
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nivel de atención y del motivo de la oración. Para convertirnos en intercesores consagrados no debemos recurrir a frases generales o sin sentido como: “Señor bendice a fulano y fulana… bla, bla, bla…”; debemos involucrar nuestro ser, espíritu, alma y cuerpo en este valioso tipo de oración.
En los últimos tiempos las librerías están llenas de libros de colorear para adultos. Esta novedad ha servido para ayudar a la gente, por medio de la simple destreza de colorear, a relajarse y despertar su creatividad. Esto no ha sido ignorado por la comunidad de oración. Sybil MacBeth en su libro, Rezando en colores, Dibujando un camino nuevo hacia Dios, nos ofrece una manera novedosa de hacer oraciones intercesoras. Este tipo de oración ayuda al intercesor que no tiene certeza en cuanto al objetivo de su oración, que tiene dificultad para sentarse quieto y concentrarse, para aquel que titubea buscando las palabras “correctas” para orar, o que necesita ayuda con la concentración. En el libro Praying in Color, tenemos un diseño colorido o un dibujo que nos recuerda el tiempo que pasamos en oración… un diario de oración con imágenes.
Es importante mencionar que usted no necesita ser un artista. Al contrario, permítale al Espíritu Santo que tome control de su mente y de su mano cuando esté garabateando; esto puede llevar a otros al trono de Dios.
Si usted aprende de forma visual o cenestésica, si es una persona que se distrae fácilmente o es impaciente; si es un intercesor de pocas palabras o simplemente una personas que busca una nueva manera de orar, esta práctica puede serle provechosa.
Prepárese:• Lea algunos versículos que se apliquen a esta práctica, por
ejemplo: Romanos 8:26: “...en nuestra debilidad el Espíritu acude a ayudarnos. No sabemos qué pedir, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos que no pueden expresarse con palabras”.
• Considere unos momentos el hecho de que su cuerpo, su alma y su espíritu serán parte de este tiempo de oración.
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• Reconozca que esto puede que no sea lo que usted acostumbra, pero que hacer algo diferente tal vez le ayude a enfocarse como nunca antes lo había hecho.
• No se apresure a completar estos pasos, más bien descanse en cada punto hasta que crea que el Espíritu Santo le está guiando a dibujar y colorear como una expresión de adoración.
• Recuerde que esto es un evento de oración para todo el día. Dibujar es solo la mitad de la oración. La otra mitad es imprimir las memorias visuales —ya sea en su mente o en el papel— para que pueda orar el resto del día. Las imágenes son como la alarma de un despertador que le recuerdan que ore.
Cómo “Orar a color”:• Dibuje cualquier figura en la página: un triángulo, un
trapezoide, un garabato o un círculo imperfecto.• En ese objeto, escriba uno de los nombres de Dios (Jesús,
Jehová, Padre, etc.) Esto le servirá como recordatorio de que Dios siempre está presente en sus oraciones y en su trabajo.
• Escriba el nombre de alguna persona por la que se sienta obligado a orar (para esta semana, este ejercicio en particular debe ser de intercesión, pero también puede orar por usted mismo).
• Agréguele algunos detalles al dibujo. Pueden ser puntos, líneas, círculos, zigzags o cualquier cosa que quiera hacer. No analice lo que está creando.
• Continúe mejorando el dibujo. Piense en cada pincelada y en cada momento como un tiempo que está pasando con la persona por la cual está orando.
• Continúe dibujando hasta que sienta que la imagen está completa.
• Coloree la imagen. Escoja
“En vez de apartar un momento para orar, yo oro constante y espontáneamente sobre todo lo que veo a diario. Cuando alguien comparte algo conmigo, mucha veces solo digo: ‘Oremos por eso ahora mismo’”.
– Thomas Kinkade
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colores que permanezcan en su memoria, que le gusten o que le recuerden a la persona por la cual está orando. Cuando completes el dibujo y la oración para la primera persona (y se quede sin motivos de oración por esa persona), comience otra vez con una nueva figura parecida a la primera que hizo y repita el proceso de dibujo hasta que sienta que ha completado su lista de oración visual del día.
• Dibuje con bolígrafos y colores hasta que haya creado una imagen para todas las personas por las que está orando.
• Permanezca con la página frente a usted. Permita que los nombres, las imágenes y los colores se impriman en su cerebro. Pase otro tiempo con cada persona en silencio, diga una corta oración o “Amén”, si le parece apropiado. Si puede, lleve el diario o la página con usted. Coloque la imagen en su escritorio, refrigerador o en algún lugar donde pueda verla durante el día.
En la noche, reflexione en cómo le fue en el día y dedique unos momentos a practicar la oración inquisitiva. (pagina 35)
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DIA 4ORE CON LAS ESCRITURAS
¿Alguna vez ha deseado poder orar como uno de los salmistas o repetir las palabras como uno de los grandes de la Biblia? ¡Usted puede hacerlo! Cuando una porción bíblica llame su atención puede tomar los versículos y personificarlos para hacer una oración que honre a Dios y edifique su alma.
Orar con las Escrituras no es un concepto nuevo, San Agustín de Hipona (354-430) fue un teólogo y filósofo cristiano del norte de África que influenció con sus escritos el desarrollo de la cristiandad y la filosofía occidental. Muchos de sus escritos son oraciones que desarrolló basadas en las Escrituras. De hecho, Agustín meditaba y oraba con las Escrituras, al punto que sus escritos tenían un estilo bíblico.
A continuación, encontrará algunos pasos simples que le ayudarán a orar con las Escrituras:
• Léale el versículo a Dios. Él no necesita que le recordemos lo que dice su Palabra, pero le encanta el hecho de que la leamos, la repitamos y la aprendamos.
• Formule el versículo en sus propias palabras, a veces cambiar una que otra palabra nos ayuda a comprender o recordarlo mejor. A su vez, esto le da un sentido personal a sus oraciones.
• Mientras medita y ora, defina un término amplio. • Sustituya con sinónimos una palabra del versículo mientras
ora: “…lo que vale es la fe que actúa mediante el amor” (Gálatas 5:6). Puede usar cualquier palabra para sustituir con otras similares y meditar en el significado. ¿Con qué sustituiría la palabra “vale”? Este es un ejemplo: “lo que importa es la fe que actúa mediante el amor”.
Ore con las Escrituras (tomado de Experiencing the Depths of Jesus Christ, Madame Guyon)
“Orar con las Escrituras” es una manera particular de tratar con ellas; implica tanto la lectura como la oración. Tome la Biblia y
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escoja algunos pasajes simples y prácticos. Luego entre en la presencia del Señor. Manténgase en silencio y sometimiento. Delante del Señor, lea una pequeña porción del pasaje bíblico que buscó.
Lea con cuidado. Considere completa, delicada y cuidadosamente lo que leyó. Medite y asimile lo que está leyendo. Es posible que en el pasado, soliera leer de un versículo a otro rápidamente hasta terminar el pasaje. Quizás estaba intentando buscar el punto principal del pasaje. Sin embargo, al acudir a la presencia del Señor mientras “lee las Escrituras”, no debe leer rápido; tiene que hacerlo muy lentamente. No pase de un pasaje a otro sino hasta que sienta lo que leyó. Es posible que entonces desee tomar esa porción bíblica y convertirla en una oración.
Después que haya sentido algo del pasaje, que haya captado la esencia de la porción bíblica y que haya comprendido su profundidad, pase en forma lenta y calmada al próximo pasaje. Le puede sorprender que cuando concluya su tiempo con el Señor solo haya leído una pequeña porción bíblica, quizás no más que media página.
“Orar con las Escrituras” no se califica por cuánto lee, sino por la forma en que las lee. No tendrá ningún beneficio leer rápido. Será como la abeja que solo toca la superficie de la flor. En cambio, si lee de esta nueva manera con oración, será como la abeja que penetra profundo en la flor. Entre de lleno en la experiencia para sacar el néctar más profundo.
Sumérjase en la profundidad de las palabras que lee hasta que reciba revelación; se derramará sobre usted como un aroma dulce. Estoy seguro que si sigue este curso, poco a poco va a experimentar una gran oración que saldrá de su interior.
“¿Alguna vez ha intentado pasar una hora completa sin hacer nada más que escuchar la voz que vive en lo profundo de su corazón?”
– Henri Nouwen
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(Para mayor información acerca de Madame Jeanne Guyon, favor ver el apéndice.)
Madame Guyon indicó cuatro pasos a seguir para orar con las Escrituras:
• Escoja un pasaje simple.• Lea poco a poco.• Intente buscar el sentido de cada
versículo o frase antes de proseguir.• Cuando algo le parezca significativo conviértalo en una
oración y escríbala en su diario de oración.
En la noche, reflexione en cómo le fue en el día y dedique unos momentos a practicar la oración inquisitiva. (pagina 35).
“Lo que las alas son para el ave y las velas para el barco, lo es la oración para el alma”.
– Corrie ten Boom
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DIA 5ORACIÓN Y AYUNODe los recursos del Departamento de Desarrollo de la Vida Espiritual: Ayuno y Oración para tener discernimiento
“Pon tu esperanza en el Señor; ten valor, cobra ánimo; ¡pon tu esperanza en el Señor!” Salmos 27:14
¿Por qué ayunar?Ayunar consiste en permanecer, de manera voluntaria, sin comer (o sin hacer otras cosas como por ejemplo, abstenerse de usar tecnología, televisión, etc.) para enfocarse en la oración y en la fraternidad con Dios. Cuando la oración y la fraternidad se unen y se dedican a la gloria de Dios, eso nos ayuda a enfocarnos y a depender de Dios en cuanto a Su fortaleza, provisión y sabiduría. Un beneficio adicional es que el que ora se percata de aquellas cosas que pueden controlarlo.
Cuando la gente medita en el ayuno, a menudo piensa en la manera más severa de ayunar. Cuando pensamos en ayunar con los alimentos, nos referimos a abstenernos de cualquier comida por un periodo de tiempo enorme. Este razonamiento inmediatamente da un enfoque negativo a esta disciplina maravillosa y beneficiosa; por lo que no aprovechamos sus valores personales y colectivos.
• Considere abstenerse de algo de lo que consume por un
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“Hoy en día muchas de las sociedades del occidente están inclinadas a la indulgencia. Hasta se puede decir de nosotros lo que Pablo dijo de los “enemigos de la cruz de Cristo. Su Dios está en el vientre” (Filipenses 3:18-19). En tal contexto, el ayuno es una práctica radical. A través del ayuno ponemos a la carne en su lugar y al Espíritu Santo en el primer lugar. Enseñamos paciencia a nuestros cuerpos y a nuestros apetitos. Afirmamos que no sólo vivimos del pan, sino de cada palabra que sale de la boca de Dios. Al ayunar declaramos que nuestra hambre por Dios es mayor que nuestra hambre por nuestra próxima cena”.
– El Ejército de Rodillas, Janet Munn and Stephen Court
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periodo de tiempo: chocolate, cafeína o azúcar. • Piense en un lapso de tiempo factible, por ejemplo: ayunar
hasta el almuerzo por varios días, ayunar desde la cena de un día hasta la del próximo día. Estos son los mejores “primeros pasos” para esta disciplina.
• Ore y lea la Biblia durante el periodo en que ayuna. • Cada vez que su estómago gruña úselo como recordatorio de
que “No solo de pan vivirá el hombre (Mateo 4:4) y ore por los dos tercios del mundo que viven a diario con un estómagos gruñón.
• Asegúrese de hidratarse. Es mejor tomar agua. Los jugos le ayudarán. Controle la cafeína que consume.
• El ayuno es un momento para humillarnos y ser pacientes mientras escuchamos a Dios. David dijo: “Lloré afligiendo con ayuno mi alma” (Salmos 69:10, RVR60).
• En Mateo 6:16-18, Jesús habló sobre el propósito del ayuno. No es para que Dios haga lo que nosotros queremos. El ayuno se enfoca en Dios y es Él quien lo inicia.
o Richard Foster nos recuerda que “el ayuno, más que cualquier otra disciplina, devela las cosas que nos controlan” (Celebración de la disciplina).
o Marjorie Thompson comenta que el ayuno devela nuestros excesivos apegos y las suposiciones que estos traen consigo. El ayuno nos hace enfrentar nuestra tendencia a poner las cosas materiales antes que a nuestro Creador (Soul Feast).
• En Hechos 13:1-3 y 14:23, Pablo y Bernabé enseñaron a orar y ayunar a las comunidades cristianas para discernir la voluntad de Dios y así nombrar a los líderes laicos para el liderazgo de la iglesia. El ayuno es una práctica individual o colectiva de arrepentimiento, luto e introspección. Una conciencia más clara de la presencia de Dios conduce a la humildad, la reconciliación, la justicia y el perdón, y puede lograr que las personas escuchen a Dios y se oigan entre sí a medida que disciernen la voluntad divina en cuanto a una decisión difícil; a las preocupaciones sobre la guerra, la enfermedad, el hambre, la pérdida de trabajo, etc.
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“Encamíname en tu verdad y enséñame porque tú eres el Dios de mi salvación. En ti he esperado todo el día” (Salmos 25:5).
*Precaución: Las personas diabéticas, las mujeres embarazadas, los individuos con problemas cardiovasculares no deben abstenerse de sus alimentos por todo un día. Si tiene alguna duda en cuanto a su capacidad para ayunar, por favor, consulte a su médico. Para aquellos que no pueden ayunar de alimentos, pueden abstenerse de otras cosas como alguna comida que no sea esencial, el uso de la computadora o la televisión.
Mientras ayuna:• Incluya en su tiempo de ayuno maneras de adorar para
mantenerse enfocado en Dios, por ejemplo: entone canciones de alabanza, escuche música suave, encienda una vela, siéntese en un santuario, busque un lugar tranquilo…
• Medite en un versículo bíblico que le hable durante su ayuno.• Considere escribir sus pensamientos y sus oraciones.• Cuando sienta hambre, recuerde que el ayuno es una práctica
espiritual que afecta todo su ser. Es el momento para tener una relación más profunda con Dios. Le ayudará a profundizar en Dios, a abandonar el control, a estar en silencio con Dios y a escucharlo.
• Recuerde que Dios le ama y desea pasar tiempo con usted (Juan 3:16).
Cuando termine de ayunar:• Para celebrar lo que acaba de experimentar, coma con su
familia, amigos o familia de la iglesia. • Tome un momento para agradecerle a Dios por sus
bendiciones y por el hecho de que puede comer. Alguna gente sufren dolores por el hambre que les da en su tiempo de ayuno.
• Si escribió acerca de su experiencia, revise lo que anotó. Si su percepción implica cambios concretos en su estilo de vida o acciones importantes, continúe esperando y confiando en el Señor. Dios dirigirá sus pasos junto con los otros miembros del
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cuerpo que están orando y discerniendo con usted. “Los que esperan en el SEÑOR renovarán sus fuerzas; levantarán las alas como águilas. Correrán y no se cansarán; caminarán y no se fatigarán” (Isaías 40:31).
Recursos: Lord Teach Us to Pray, producido por la Oficina de Formación Espiritual de la Iglesia Presbiteriana de EEUU. Marjorie Thompson. Soul Feast: An Invitation to the Christian Spiritual Life. Louisville: Westminster/John Knox Press, 1995. Richard Foster. Celebración de la disciplina: El camino al crecimiento espiritual. San Francisco: Harper & Row, 1988.Sharon Stewart, directora del programa para hacer discípulos y crecimiento espiritual, Pittsburgh Presbytery, 2007.
Escrituras que promueven la meditación y la oración• Crecimiento espiritual personal: Colosenses 1:1-23; 2:1-10;
3:1-23; 4:1-17 • Discernimiento: Filipenses 1:1-11 • Batalla espiritual
• paz: Romanos 5:1; 8:6; 12:18; 16:20• fe: 1 Pedro 1:5; Efesios 6:16; Lucas 17:2; 2 Tesalonicenses 3:3• verdad: Efesios 6:14; Juan 8:44; 2 Tesalonicenses 2:10; Juan
16:13; Salmos 51:6• Sanidad para las relaciones: Romanos 12:14-21; 1 Pedro 2:23;
Juan 10:10; 2 Corintios 2:11, Efesios 6:12; Salmos 105:17-19• Avivamiento: 2 Crónicas 7:14; Santiago 4:6-10; Filipenses 4:6-
7; Lucas 18:1, Mateo 21:13; Salmos 119:9-11; 1 Pedro 1:13-2:3• Bendición espiritual para nuestros hijos• la garantía de la salvación: Juan 3:16; 10:28-29; 1 Juan 5:13• intimidad con Dios: Éxodo 33:11; Salmos 27:8, 42:1-2• dirección: Proverbios 3:5-6; Juan 16:13• protección: Santiago 5:14-16; Juan 17:15; 2 Tesalonicenses 3:3;
1 Corintios 10:13• provisión: Mateo 6:11, 25-33; Filipenses 4:19• Oración por el pródigo: Job 1:10; Oseas 2:6-7, Jeremías 31:16-
17; 1 Pedro 5:8-9; Génesis 3:12-13; Santiago 4:10; Romanos
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6:13; Juan 15:5;2 Corintios 5:7; Hebreos 11:1; 2 Corintios 10:5;• Por personas en posiciones de autoridad: Proverbios 9:10;
Romanos 10:14; 1 Timoteo 2:4; Efesios 1:17-23; Salmos 51:17; Juan 8:9; Salmos 119:11; Colosenses 3:2; Salmos 19:7-11; Juan 8:31-32; Proverbios 24:6; 1 Corintios 6:9-20; Tito 2:12; Romanos 1:21; Proverbios 29:25; 2 Timoteo 1:7
En la noche, reflexione en cómo le fue en el día y dedique unos momentos a practicar la oración inquisitiva. (pagina 35).
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DIA 6SILENCIO Y SOLEDAD
“El alma es como un animal salvaje: fuerte, ingeniosa, con capacidad para recuperarse, astuta y autosuficiente. Sabe cómo sobrevivir en la dificultad; pero también es tímida. Igual a un animal salvaje busca seguridad en la densa maleza. Si deseamos ver a un animal salvaje sabemos que lo menos que debemos hacer es entrar gritando al bosque para que salga. Pero si entramos al bosque calladamente y nos sentamos pacientes al pie de un árbol y nos confundimos con nuestro entorno, el animal salvaje puede que se aparezca”. Parker Palmer
Estamos viviendo en una era y una sociedad motivada. Somos valorados por lo que logramos y producimos. Esta manera de pensar se ha incorporado a la iglesia y es un distintivo en el Ejército de Salvación. Es una posición honrosa ser conocidos como “el brazo activo de la iglesia” y es un papel importante al que Dios nos ha llamado. Pero siempre debemos consultar cuán saludable es el recurso que nos impulsa en este ministerio.
Una de las maneras de asegurarnos de que estamos viviendo y ministrando a partir de un punto saludable es por medio de la disciplina espiritual del silencio y la soledad. En una simple explicación, el silencio y la soledad constituyen un momento deliberado para estar a solas con Dios. En la época moderna, este es el primer paso para una vida bien vivida.
Su alma, definitivamente, sentirá el beneficio de esa práctica porque fuimos hechos para tener una relación íntima con Cristo, pero es posible que sintamos resistencia con la lista de los obstáculos que imposibilitan llevar acabo esta práctica. Esta ha sido la batalla de toda persona a través de los siglos y hay muchas figuras espirituales importantes, Jesús el mejor ejemplo, que han llevado vidas profundamente espirituales incorporando esta disciplina exitosamente a pesar de las dificultades del mundo a nuestro alrededor.
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Así que, ¿en qué posición se encuentra usted cuando se trata de este ritmo sagrado? ¿Dónde le gustaría estar? Quizás la pregunta sería: ¿A qué le llama Dios en esta área de su vida?
“Entramos en silencio y soledad basados en nuestro deseo de Dios y se convierte esto en un lugar donde estamos en su presencia. Aunque sintamos cierta resistencia (lo cual es bastante normal, sobre todo en el principio), cuando el deseo es lo suficientemente profundo como para vencer esa resistencia, estamos progresando. La pregunta más importante cuando estamos en los momentos de soledad es: ¿En qué maneras he buscado pasar tiempo con Dios y en qué forma Dios ha deseado pasar tiempo conmigo?” Ruth Haley Barton
Cómo empezar:• En la medida que le sea posible, busque un tiempo y un lugar
con poco ruido y mínima distracción. • Siéntese cómodamente. Con frecuencia es mejor sentarse
recto con los pies en el piso, los brazos a los lados y las palmas hacia arriba, en su regazo. Esta posición obliga a nuestros cuerpos a mantenerse alerta y a nuestras mentes a permanecer en una actitud expectante.
• Comience con una simple frase relacionada con sus deseos cuando se reúna con Dios en el tiempo de silencio y soledad (“Señor, habla que tu siervo escucha”, “Reconozcan que yo soy Dios”, “Estoy presente”).
• Manténgase alerta a las distracciones internas. No se enoje consigo mismo por los pensamientos que surjan ni intente con su sola fuerza de voluntad deshacerse de ellos. Cuando esos pensamientos surjan, entrégueselos al Señor para que se encargue de ellos durante el tiempo del ejercicio. No se desanime si tiene que repetir esto varias veces. El Señor es paciente y recibirá su petición; y esperará a que su mente se aclare y se centre para escucharlo.
• Preste atención a lo que tiene en su alma. Manténgase en la presencia de Dios y espere que le revele por qué le está presentando alguna imagen, versículo, sentimiento o
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situación. Sature su mente en la presencia de Él con lo que le ha puesto en su mente.
• ¿Qué quiere Dios que deduzca del pensamiento que ha tenido? ¿Qué invitación le está haciendo con este pensamiento?
• Descanse en lo que le ha revelado. Debe saber que Él es fiel y que estará con usted mientras considera lo que le ha pedido.
Lleve presente que no tiene que completar todos los pasos mencionados anteriormente. Es posible que Dios le llame a “esperar” en la misma posición por largo tiempo, mientras practica el silencio y la soledad. No se apresure.
La práctica del silencio y la soledad es una jornada y no se aprende de la noche a la mañana. Un buen consejo para la práctica de esta disciplina es que, aun cuando esté listo para rendirse y abandonar, no lo haga. La mayoría de las veces este es el momento cuando las cosas avanzan.
Ejercicios sugeridos (tomado del libro Unveiled Faces, por Keith Drury)Escoja uno o más de los siguientes ejercicios.1. Separe quince minutos al día para dedicarse al silencio y la
soledad. Calme su estrés y simplemente repose en la presencia de Dios.
2. Es importante que desarrollemos una “actitud” ante Dios. A continuación enumeramos ocho actitudes que nos unen más a Dios: la fe, la franqueza, la atención, la reverencia, la expectativa, la súplica, la confianza y la alegría. Durante sus momentos de reflexión, escoja una de esas actitudes y enriquézcala concentrándose en oraciones breves y sencillas. Por ejemplo, en cuanto a la fe, simplemente diga: “Señor, creo en ti. Sé que puedes hacer todas las cosas…”
3. Haga un inventario de los “trucos espirituales que usa” como el ingenio, la confianza en usted mismo, la autocomplacencia. ¿De qué método mágico ha dependido en el pasado o ha usado para manipular a Dios? Rehúse llegar ante Dios con
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un falso sentido de control, o confesarle el pecado de haber reducido su relación con Él a un simple formalismo.
4. El salmista prometió: “Atenderé a mis caminos, para no pecar con mi lengua; guardaré mi boca con freno, en tanto que el impío esté delante de mí”. Haga un compromiso: pase una parte del día en silencio. Este le librará de la compulsión a controlar a los demás.
En la noche, reflexione en cómo le fue en el día y dedique unos momentos a practicar la oración inquisitiva. (pagina 35).
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CITAS SOBRE LA ORACIÓN
“En realidad, mis oraciones no cambian a Dios. Pero estoy convencida de que la oración me cambia a mí. Orar con valentía me saca del arcaico escenario del hábito religioso y me conduce a tener una conexión auténtica con Dios mismo”. Lysa TerKeurst
“¿Es la oración su timón o su llanta de repuesto? Corrie ten Boom
“Ser un cristiano que no ora es igual de imposible que vivir sin respirar”. Martin Lutero
“La vida cristiana no es una felicidad constante. Tengo mis momentos de profunda desilusión. Tengo que clamar a Dios con lágrimas en mis ojos y decirle: ‘Oh, Dios, perdóname’ o ‘Ayúdame’”. Billy Graham
“La oración verdadera no es ni un simple ejercicio mental ni una interpretación vocal. Es mucho más profunda que eso… es una transacción espiritual con el Creador de los cielos y la tierra”. Charles Spurgeon
“Si cree en la oración, espere que Dios lo escuche. Si no lo espera, no lo hará. Dios no lo escuchará a menos que usted crea que Él le escucha; pero si usted cree que lo hará, Dios será tan bueno como su fe”. Charles Spurgeon
“Que nadie profese confiar en Dios y siga guardando cosas para el futuro; de lo contrario, el Señor le enviará a las reservas que ha acumulado antes de que le conteste sus oraciones por más”. George Muller
“La oración no cambia a Dios pero cambia al que ora”. Soren Kierkegaard
“Dios está buscando personas que pueda usar; si usted puede ser usado, le agotará. La oración más peligrosa que puede decir es esta: ‘Úsame’”. Rick Warren“Cualquier preocupación que sea demasiado pequeña para volverse oración, es demasiado pequeña para volverse carga”. Corrie ten Boom
“Orar no es pedir. Orar es ponerse en las manos de Dios, a su disposición, y escuchar su voz en la profundidad de nuestros corazones”. Madre Teresa
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“La oración que se le ofrece a Dios por la mañana durante los momentos de tranquilidad es la llave que abre la puerta de ese día. Cualquier deportista sabe que un buen comienzo es el que asegura un buen final”. Adrian Rogers
“Para que las naciones vuelvan a ponerse de pie, antes debemos arrodillarnos”. Billy Graham
“No debemos considerar la oración un deber que tenemos que cumplir, sino un privilegio que podemos disfrutar, una delicia rara que siempre nos revela alguna nueva hermosura”. E.M. Bounds
“Si la única oración que dice en toda su vida es ‘gracias’, será suficiente”. Meister Eckhart
“Espero que crezca lo suficiente como para oír el revuelo de un copo de nieve, así su silencio interno se vuelve una expectativa silente”. David Steindl-Rast
“El silencio es el primer lenguaje de Dios; todo lo demás es mala traducción”. Thomas Keating
“El problema con casi todos los que oran es que dicen ‘Amén’ y luego salen corriendo antes de que Dios tenga la oportunidad de responder. Escuchar a Dios es más importante que darle nuestras ideas”. Frank Laubach
“Una vida agradable a Dios no es la que cumple una serie de deberes religiosos. Solo tenemos que hacer una cosa y es vivir una relación íntima con Dios”. Richard Foster
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VERSÍCULOS SOBRE LA ORACIÓN
1 Crónicas 16:11 ¡Refúgiense en el Señor y en su fuerza, busquen siempre su presencia!
2 Crónicas 6:19-21 19 Sin embargo, Señor mi Dios, atiende a la oración y a la súplica de este siervo tuyo. Oye el clamor y la oración que elevo en tu presencia. 20 ¡Que tus ojos estén abiertos día y noche sobre este templo, el lugar donde decidiste habitar, para que oigas la oración que tu siervo te eleva aquí! 21 Oye las súplicas de tu siervo y de tu pueblo Israel cuando oren en este lugar. Oye desde el cielo, donde habitas; ¡escucha y perdona!
Efesios 6:18 Oren en el Espíritu en todo momento, con peticiones y ruegos. Manténganse alerta y perseveren en oración por todos los santos.
Jeremías 29:12-13 12 Entonces ustedes me invocarán, y vendrán a suplicarme, y yo los escucharé. 13 Me buscarán y me encontrarán cuando me busquen de todo corazón.
Salmos 17:6 A ti clamo, oh Dios, porque tú me respondes; inclina a mí tu oído, y escucha mi oración.
Salmos 102:17 Atenderá a la oración de los desamparados, y no desdeñará sus ruegos.
Salmos 141:2 Que suba a tu presencia mi plegaria como una ofrenda de incienso; que hacia ti se eleven mis manos como un sacrificio vespertino.
Proverbios 15:29 El Señor se mantiene lejos de los impíos, pero escucha las oraciones de los justos.
Filipenses 4:6 No se inquieten por nada; más bien, en toda ocasión, con oración y ruego, presenten sus peticiones a Dios y denle gracias.
Santiago 5:16 Por eso, confiésense unos a otros sus pecados, y oren unos por otros, para que sean sanados. La oración del justo es poderosa y eficaz.
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LA ORACIÓN INQUISITIVA
San Ignacio animó a la gente a hablar con Jesús como se habla con un amigo. Termine la oración inquisitiva diaria con una conversación con Jesús. Pídale perdón por sus pecados. Pida su protección y su ayuda. Pídale sabiduría en cuanto a las preguntas que tiene y los problemas que enfrenta. Haga todo esto con un espíritu de gratitud. Su vida es un regalo y está adornada con los dones de Dios. Termine la oración inquisitiva con el Padrenuestro.
Para esta práctica• Un lugar más o menos callado y cómodo es más apropiado
para la reflexión.• La experiencia no requiere un tiempo determinado, un breve
término de diez minutos puede ser suficiente, también puede dedicarle más tiempo a un área en particular que a otra.
• Anotar sus pensamientos o recuerdos en un diario o simplemente escribir acerca de lo que observa, durante su tiempo de oración, puede resultar valioso.
• Cuente sus experiencias, permita que las observaciones y el apoyo de los demás le animen e influencien y, cuando sea apropiado, brinde el mismo apoyo; luchando juntos por ser una “comunidad de individuos” siempre fieles.
PresenciaComience el ejercicio reconociendo la presencia de Dios. Recuerde que la presencia de Él está con usted y que Él desea estar con usted. Considere orar para que el Espíritu Santo le ayude a estar más atento a la presencia de Dios.
1. Esté consciente de la presencia de Dios. Recuerde los acontecimientos del día en la compañía del Espíritu Santo. Puede que usted lo vea confuso, borroso, enredado o desordenado. Pídale a Dios que le dé claridad y comprensión.
“Cultive el espíritu de la oración. Tenga cuidado de no sofocarlo. Cuando sienta que Dios lo está llamando a su presencia, a la oración secreta, ¿vaya! Él tiene una bendición para usted”.
– Samuel Logan Brengle, The Officer, 1916
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2. Analice el día con gratitud. La gratitud es el cimiento de nuestra relación con Dios. Transcurra su día en presencia de Dios y observe las alegrías y los deleites. Concéntrese en los regalos del día. Mire el trabajo que hizo, la gente con la que interactuó. ¿Qué recibió de la gente? ¿Qué les dio? Preste atención a las cosas pequeñas como la comida que ingirió, los lugares que vio y otros placeres aparentemente pequeños. Dios está en los detalles.
3. Preste atención a sus emociones. Una de las grandes perspectivas de San Ignacio era que detectamos la presencia del Espíritu de Dios en los movimientos de nuestras emociones. Reflexione sobre los sentimientos que experimentó durante el día. ¿Sintió aburrimiento? ¿Euforia? ¿Resentimiento? ¿Compasión? ¿Ira? ¿Confianza? ¿Qué está diciendo Dios a través de estos sentimientos?Lo más probable es que Dios le muestre algunas maneras en las que quedó corto. Tenga en cuenta estos pecados y fallas, pero busque interiormente otras implicaciones. ¿Acaso un sentimiento de frustración significa que Dios quiere que considere una nueva dirección en alguna área de su trabajo? ¿Le preocupa un amigo? Tal vez debería acercarse a esa persona de alguna manera.
4. Escoja una característica del día y ore a partir en base a ella. Pídale al Espíritu Santo que le dirija a algo durante el día que Dios piense que es especialmente importante. Puede implicar un sentimiento positivo o negativo. Puede ser un encuentro significativo con otra persona o un momento de placer o de paz. O puede ser algo que parezca bastante insignificante. Mírelo. Ore por eso. Permita que la oración surja espontáneamente de su corazón; ya sea de intercesión, de alabanza, de arrepentimiento o de gratitud.
5. Imagínese el mañana. Pídale a Dios que le guíe en cuanto a los desafíos del mañana. Preste atención a los sentimientos que surgen a medida que examina lo que se avecina. ¿Siente dudas? ¿Alegría? ¿Preocupación? ¿Está encantado por lo que viene? Permita que estos sentimientos se conviertan en oración. Busque la guía de Dios. Pídale ayuda y comprensión. Ore por la esperanza.
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ORAR CON LAS ESCRITURAS - Madame Jeanne Guyon
Madame Jeanne, otra promotora de orar con las Escrituras, vivió desde 1648 hasta 1717 en el norte de Francia. Los padres de Jeanne Bouvier (su nombre de nacimiento) eran ricos y profundamente religiosos. Como resultado de las convicciones de sus padres, ella pasó gran parte de su niñez siendo entrenada en un convento. Su entrenamiento se interrumpía con frecuencia porque Jeanne se enfermaba mucho. Se dice que se mudó del convento a la casa de sus padres al menos nueve veces en diez años.
A la edad de 15 años, la forzaron a un matrimonio concertado con un inválido de 38 años, Jacques Guyon. Estuvieron casados durante doce años, hasta la muerte de él, en 1676. Durante todo el matrimonio ella fue maltratada por la familia, sobre todo por su suegra. El dolor y el sufrimiento siguieron a Jeanne toda su vida. Tuvo cinco hijos de Jacques en ese tiempo, tres de los cuales sobrevivieron. También durante su matrimonio perdió a su hermanastra, su madre y su padre. Padre e hija murieron en julio de 1672 con unos días de diferencia. A los 28 años ya era una viuda que había enterrado a dos hijos y a la mayoría de su familia.
Después de unos años tranquilos, tuvo su tercera “experiencia mística” y sus propias convicciones y su vida devocional piadosa la llevaron de un convento a otro mientras desarrollaba y enseñaba una teología de vida interior, centrándose en la oración constante y conversacional. Su público siempre fue una mezcla de monjas, monjes, frailes y especialmente feligreses locales. Ella amaba a aquellos a todo el que Dios llevaba a su ministerio y sintió un llamado especial para enseñar oración.
Con la bendición de Dios y el respaldo de François Fénelon sus seguidores aumentaron pero un obispo tras otro empezaron a recelar de su influencia y del atractivo de sus enseñanzas. Así que se le pidió repetidamente que se fuera. Durante varios años, la iglesia debatió sus ideas e incluso condenó su escritura y su enseñanza. Sin embargo, sus ideas se extendieron en y a través
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de los conventos que había visitado conduciendo al crecimiento numérico y a la profundidad espiritual que no se había visto en algún tiempo. Al final, Guyon fue arrestada y encarcelada en la Bastilla desde 1695 a 1703, donde continuó escribiendo y sus obras siguieron siendo buscadas por editores y lectores por igual.
Madame Jeanne Guyon mostró una profunda vida interior mientras ministraba consistentemente y con fidelidad a los demás. Apreciaba las Escrituras y la oración, especialmente juntas. Nuestro ejercicio de oración hoy es un regalo del Espíritu que nos ha sido dado a través de su convicción y su dedicación.
“Creemos que la oración duradera, íntima y extraordinaria genera poder espiritual, avance y victoria”.
– El Ejército de Rodillas, Janet Munn and Stephen Court
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ORACIÓN INSPIRADA
No hace falta decir que la vida es complicada. Tratamos de completar una tarea simple y descubrimos que hay que dar muchos pasos para hacerla bien. Puede que sea un proyecto de mejora para la casa, organizar una fiesta familiar o reorganizar nuestro itinerario para aceptar una responsabilidad más. Es posible que estos ejemplos le hagan preguntarse: ¿Por qué la vida es tan complicada? A veces esos obstáculos adicionales, sean planificados o repentinos, le quitan el encanto al proyecto.
Si se le hace difícil concentrarse en el Señor durante el tiempo de oración o cualquier otro momento del día, una oración alentadora puede ser la solución para sus numerosos pensamientos o sus volubles emociones. La oración alentadora es una invocación directa que Dios le guía a hacer para ayudarle a centrar su corazón, su mente y su alma en Él.
La oración inspirada es una antigua práctica cristiana que se remonta a por lo menos el sexto siglo. Históricamente, se asocia a la Iglesia oriental, particularmente a las iglesias ortodoxas griegas y rusas. Una de las primeras oraciones inspiradas conocidas es la oración de Jesús: “Señor Jesucristo, hijo de Dios, ten misericordia de mí, pecador”. Con el tiempo, se acortó. “Señor Jesucristo, ten misericordia”, “Jesús, ten misericordia” o “Cristo, ten misericordia”.
“En este momento silencioso,Quieto ante tu trono,Consciente de tu presencia,Con la certeza de que soy tuyo.En este momento silencioso,Libera mi espíritu,En este momento silencioso,En este momento silencioso,Hazme una mejor persona.”
– Ivor Bosanko
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MÉTODO PARA CREAR UNA ORACIÓN INSPIRADA (Tomado del libro The Breath of Life: A Simple Way To Pray, por Don DelBene)
¿Le es difícil concentrarse en el Señor durante el tiempo de oración o en cualquier momento del día? De eso se trata “la oración inspirada”. Una oración directa que Dios le ayuda a crear para enfocar su alma, su mente y su corazón en Él.
Siéntese en silencio por un momento y recuerde que Dios lo mantiene en una presencia amorosa. Quizás desee cerrar los ojos y recordar las palabras: “Estad quietos, y conoced que yo soy Dios” (Salmos 46:10) o “Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público” (Mateo 6:6).
Espere que Dios le llame por su nombre y le pregunte: “¿Qué deseas (Su nombre)?”
Responda al Señor en forma simple y directa. Escriba la respuesta. Puede escribir varias si tiene más de una.
Seleccione un nombre para el Divino. (Abba, Padre, Amado Salvador, Buen Pastor)
Combine su deseo con el nombre escogido y haga una oración de seis a ocho sílabas, como por ejemplo: “Jesús, enséñame a amar” o “Más de ti, Señor, menos de mí”.
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ORACIÓN ENFOCADA, del libro The Sacred Way, por Tony Jones.
La oración enfocada surgió de las reflexiones y escritos de los Padres del Desierto. Juan Casiano (alrededor de 360 a 430) vino del oeste e hizo una peregrinación al desierto para aprender las modalidades de la oración contemplativa. Después de casi 20 años en el desierto, Casiano fue nombrado diácono en Constantinopla y regresó en el año 415 a Francia, donde estableció dos monasterios, uno para hombres y otro para
mujeres. Casiano estaba profundamente influenciado por su tiempo en el desierto y escribió el libro The conferences sobre sus conversaciones con los Padres del Desierto para familiarizar a los cristianos occidentales con las enseñanzas de ellos.
Casiano escribe sobre una conferencia que tuvo con Abba Isaac, que le enseñó la esencia de la “verdadera oración”. “Para mantener una perpetua remembranza de Dios, debe tener esta fórmula siempre presente”, le dijo Abba Isaac a Casiano. “La fórmula es la siguiente: ‘Oh Dios mío, ven a mi auxilio; Señor, date prisa en socorrerme’”. El resultado, dijo Isaac, es que “Por la luz de Dios, la mente crece con el multifacético conocimiento de Dios y después se alimenta de misterios más nobles y más sagrados... como una chispa saltando del fuego, la mente es cautivada en ascenso y, sin la ayuda de los sentidos o de algo visible o material, derrama sus oraciones a Dios”.
El enfoque de Casiano en la oración contemplativa fue la práctica monástica principal por 10 siglos en el occidente, influenciando a Benedicto, entre otros. En el siglo XIV, justo cuando la oración de Jesús se estaba convirtiendo en una realidad en el oriente, un
“El conocimiento del amor de Dios se descubre por medio de la oración. Nos llega cuando dedicamos tiempo a una relación íntima con Dios, cuando deliberadamente escogemos buscarlo y separamos tiempo para estar a solas con él”. – Christine Faragher, Other Voices:
Exploring the Contemplative in Salvationist Spirituality
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místico anónimo en Inglaterra, escribió el primer clásico espiritual en inglés: The Cloud of Unknowing. Rebelándose contra las corrientes intelectuales de la época, el autor instaba a volver a la “oración del corazón”.
El método básico promovido en el libro era ir más allá del pensamiento, a un lugar de absoluta quietud con el Señor:
Esto es lo que debe hacer: eleve su corazón al Señor, con un sentimiento suave de amor, deseándolo por lo que es Él y no por sus dones. Centre toda su atención y deseo en Él y deje que eso sea la única preocupación de su mente y su corazón. Haga todo lo que esté en su poder para olvidar todo lo demás, manteniendo sus pensamientos y deseos libres de involucrarse con cualquiera de las criaturas de Dios o sus asuntos en general o en particular. Tal vez esto parecerá una actitud irresponsable, pero les digo, déjelos; no les preste atención.
** Una nota sobre el “quietismo”. En el siglo XVII, algunos en Francia tomaron los escritos de Santa Teresa de Ávila, y llevaron la “oración silenciosa”, a los extremos. Los quietistas enseñaban a los que oraban a volverse completamente pasivos, a tal punto que aniquilaran la voluntad. Cualquier pensamiento, incluso sobre Cristo, la cruz o la propia salvación, se rechazaba. Eso llevó a una gran debilidad moral, ya que los comportamientos externos no tenían influencia en la quietud interna de la persona. Por una buena razón, el quietismo fue condenado en 1687 y desapareció poco después.**
La oración enfocada no es pasiva. El que ora se mueve en la presencia de Dios y descansa allí. La voluntad humana no es destruida; por el contrario, encuentra la paz en su verdadero hogar. La persona que contempla primero reconoce el amor que Dios tiene por la creación y luego tranquiliza la mente para descansar, centrarse y contemplar ese amor.
Un método moderno de la oración enfocada, desarrollado por M.
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Basil Pennington y otros monjes trapenses de la Abadía de San José en Spencer, Massachusetts, se mueve a través de varios pasos descritos a continuación.
1. Siéntese cómodamente con los ojos cerrados. Póngase cómodo. Despójese de todos los pensamientos, tensiones y sensaciones que pueda sentir y comience a descansar en el amor de Dios que habita en su interior.
2. Sin esfuerzo, escoja una palabra, el símbolo de su intención de rendirse a la presencia de Dios y deje que la palabra esté presente sutilmente en usted.
3. Cuando esté consciente de esos pensamientos o cuando surjan sensaciones internas, tome eso como una señal para volver gradualmente a la palabra, el símbolo de su intención de despojarse y descansar en la presencia de Dios. (No es un mantra, elegimos la(s) palabra(s) y la(s) decimos como una guía intencional para restaurar nuestro enfoque.)
4. Si los pensamientos se detienen y usted se encuentra en un descanso consciente, naturalmente deje que hasta la palabra se vaya. Manténgase en quietud. Cuando los pensamientos empiecen a surgir, suavemente vuelva a la palabra. Use la palabra como la única respuesta a los pensamientos, las preguntas o las ansiedades que surjan en su mente.
5. Al final del tiempo de oración (10 minutos es un buen punto de partida, 20 minutos es un buen objetivo), dedique unos minutos para salir del silencio; aunque no sienta que lo necesita. Muchas personas encuentran que este es un momento perfecto para expresar internamente a Dios sus agradecimientos y orar por otros que necesitan de la gracia divina. Recitar lentamente el Padrenuestro es otra manera dócil de finalizar la oración.
“Mientras menos palabras se digan, mejor la oración”.
– Martin Luther
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TONGSUNG KIDO tomado de un artículo titulado “Tongsung Kido”, preparado por el Mayor Young Sung Kim. Embajador Territorial de Santidad. El Ejército de Salvación, Territorio Este de EE.UU.
Tongsung Kido, que literalmente significa “orar juntos en alta voz”, es una parte importante de la vida de oración que los cristianos coreanos han cultivado en su práctica de fe. Tongsung Kido es una práctica espiritual significativa y casi universal que ha sido una manera distintiva de sentir la vida de oración llena del Espíritu entre los cristianos coreanos. Como una modalidad especial de oración, se utiliza tanto en el ambiente público de la oración intencionada como en el privado. Sea que se practique en un entorno de oración personal o en la adoración pública, Tongsung Kido se hace en voz alta.
Tongsung kido tiene su valor como ejemplo de una manera ferviente, persistente y apasionada de clamar a Dios. Es una experiencia de oración que trata de entregarse completamente a Dios en una rendición total y en un anhelo inquebrantable de dar a Dios cualquier cosa y todo lo que se le pueda expresar. La persona que ora se olvida de su entorno y le entrega sus sufrimientos y sus alegrías a Dios, que escucha su voz.
El propósito de Tongsung Kido se puede definir con dos funciones: en primer lugar, aunque se define como una forma apasionada de oración de lamento individual y comunal, Tongsung Kido funciona como una práctica de la confesión de pecados de la persona y una garantía de que los pecados son perdonados. En segundo lugar, aun cuando Tongsung Kido tiene el carácter bíblico de una batalla visceral con Dios, Tongsung Kido encarna un canal radical para transformar la vida de oración de uno en la vida de una nueva criatura que requiere la disciplina del cuerpo así como la de la mente.
La referencia espiritual y cultural de Tongsung Kido está anclada a la idea de Han, la cual es única en la experiencia del pueblo
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coreano; en particular en un contexto socio-histórico, incluidas las experiencias colonizadoras japonesas (1909-1945), la guerra de Corea (1950-1953), la opresión institucionalizada causada por la dictadura militar (1961-1992) en la historia de Corea. De una manera especial, Han es significativo en relación con la experiencia sufrida por las mujeres coreanas que son oprimidas económicamente, reprimidas políticamente y victimizadas socioculturalmente bajo el “antiguo sistema de ética de Confucio, que inculca la dominación masculina”.
Andrew S. Park define a Han como “esperanza frustrada, dolor destructor, despojo, amargura y corazón herido” (Andrew S. Park, The Wounded Heart of God, 1993, 15-30.). James H. Cone intenta comparar a Han con el concepto de los “blues”. Para él, la experiencia de Han como “la cristalización del sufrimiento y de los sentimientos no resueltos debido a la injusticia” se puede comparar con los blues en la experiencia afroamericana estadounidense. (The Commission on Theological Concerns of the Christian Conference of Asia, ed. ‘Minjung’ Theology: People as the Subjects of History , 1981, xi.)
Aunque no hay una sola manera de practicar Tongsung Kido, existen ciertos patrones que uno puede observar. El Tongsung Kido individual puede llevarse a cabo en un lugar privado o en un santuario de la iglesia cuando no haya nadie, para poder sumergirse en una oración ferviente con un fuerte clamor a Dios. Como oración colectiva y pública, Tongsung Kido se podría practicar en varios escenarios, como en la reunión de oración matutina, en el servicio regular de adoración dominical, en las reuniones de avivamiento y en las reuniones de oración en grupo. Durante la adoración, comúnmente en el momento de la petición especial de oración, el ministro o líder de alabanza pedirá a la congregación que ore al unísono. Toda la congregación se reúne para orar en voz alta de manera individual espontáneamente pero al mismo tiempo al unísono. En algún momento, al comienzo de la oración, la congregación puede gritar: “¡Señor! ¡Señor! ¡Señor!” al unísono como un signo corporativo de la participación en la guerra
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de oración. Usualmente a la congregación se le da un período de tiempo específico, con un tema común de petición o súplica. (Nota del editor: Para más información sobre la práctica de Tongsung Kido en el Territorio Coreano del Ejército de Salvación, vea el artículo “Shouting and Tongsung Kido” en www.saconnects.org.)
Algunas referencias bíblicas sobre Tongsung Kido:
* Tongsung kido como lamento:Isaías 29:13-14Jeremías 33:3Lamentaciones 2:11-12 Joel 2:12El lamento de Raquel. Jeremías 31:15; Mateo 2:18
*Tongsung como una práctica de fe apasionada:La experiencia de los israelitas en el éxodo. Éxodo 2:23b-25El ejemplo de Jesús. Lucas 22:44
*Tongsung como una forma única de oración ferviente:La lucha de Jacob con el ángel. Génesis 32:22-32Hechos 4:23-24Santiago 5:13-15, 17a, 18ª
Referencias escogidas: Su Yon Pak, Jung Ha Kim and Myung Ji Cho. Eds. Ch. 4 “Fervent Prayer: The Practice of Praying Together” in Sing the Lord’s Song in a New Land: Korean American Practices of Faith. Westminster John Knox Press, 2005, pp. 35-44.Kevin Park, “Tongsung Kido (Unison Prayer) in Hungry Hearts: Solemn Assemblies, Special Edition, Vol. 17, No. 5, 2008.Samuel Logan Brengle, Ch. 27 “Shouting” in Helps To Holiness. Salvationist Publishing and Supplies, LTD. 1896. pp. 130-135. John Wesley’s emphasis on prayer, especially in his book, A Plain Account of Christian Perfection.
“Este Ejército marcha de rodillas. Orar con fervor, orar constantemente, orar a menudo”.
– El Ejército de Rodillas, Janet Munn and Stephen
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DESCANSO PARA LA MENTE, tomado del libro Una invitación al silencio y a la quietud, por Ruth Haley Barton.
“El Salmo 46:10 nos dice que existe un tipo de conocimiento que llega en el silencio y no a través de las palabras; pero primero necesitamos quedarnos quietos. La palabra hebrea traducida como “quedarse quieto” significa literalmente: “suelta lo que tienes agarrado”. Soltemos la propia comprensión de las cosas a la que estamos aferrados. Dejemos de luchar en el nivel del esfuerzo humano, y al hacerlo, abrámonos todo un nuevo tipo de conocimiento”.
“Respira profunda y largamente tres veces para que eso te ayude a instalarte en el silencio. Nota la manera en que la respiración ayuda a liberar cualquier tensión física que pueda estar distrayéndote. Considera (si puedes hacerlo) los diferentes niveles de tu ser, en particular la diferencia entre tu mente y tu corazón. Entrégate por unos pocos momentos a observar y experimentar lo que sucede en tu mente y lo que sucede en tu corazón.
¿Qué es lo que necesitas llegar a conocer en esta quietud que no has podido entender en el bullicio y la actividad agitada de tu mente? ¿Cuál es el lugar de tu vida en el que se alojan los “no se” que ni toda sume de tus razonamientos y palabras han logrado tocar con ningún tipo de respuestas?
Siéntate con Dios y preséntale tu pregunta. Exprésala en voz alta. Dile cómo te sientes por no tener una respuesta, pero resiste el impulso de tratar de asirte a algo que te responda, de forzar una claridad que no existe o de aferrarse a algún proceso mental que te ayude a descifrar las cosas. Permite que otras cuestiones, preocupaciones o pensamientos relacionados se presenten, pero no te quedes adherido a ellos. Permíteles pasar como pasan las nubes por el cielo. En lugar de tratar de descubrir cosas o de capturar algo, descansa en la presencia de Dios junto con tu pregunta.
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Si notas que te vas poniendo impaciente, pregúntate: ¿Estoy dispuesto a ser paciente con esto que permanece sin solución dentro de mi corazón? ¿Cómo veo la posibilidad de dejar de esforzarme tanto en este sentido y confiar en que Dios obre a su manera y en su tiempo?
Siéntate en silencio durante todo el tiempo que has destinado a esto. Concluye el tiempo de silencio orando el Padrenuestro, y permitiendo que esas palabras y esas frases formen una respuesta a tu pregunta y a la próxima actividad con la que te comprometas”.
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“Dios habla en el silencio del corazón. Escuchar es el principio de la oración”.
– Mother Teresa
ORAR CON EL SHEMA
“4 Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es.5 Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas” (Deuteronomio 6:4-5).
En hebreo, la primera mitad del verso dice Sh’ma Yisrael Adonai Eloheinu Adonai Ecḥad se conoce como el Shema y es una parte importante de la vida de oración judía. Jesús lo cita como el mayor mandamiento. Esta oración se dice varias veces a lo largo del día, según lo instruido por los versículos contextuales en Deuteronomio. Es una oración para cuando uno se levanta y para cuando se acuesta a dormir. Es una oración para cuando se camina y para cuando se sienta a comer. Es una oración para cada momento de la vida. Es una oración de alerta.
Es una oración fácil de memorizar. Lea una línea a la vez y repítala hasta que se le grabe en la mente. Siga, línea por línea, hasta que todo fluya. Usted puede orar el Shema en su camino al trabajo o mientras está caminando por el pasillo.
Oye, Israel El Shema comienza muy diferente a cualquier otra oración. Se inicia con “Oye, Israel” mejor traducido para nosotros como “Escucha, Iglesia”. En vez de orar como si Dios acabara de entrar por la puerta o como si acabáramos de empezar algo, esta oración empieza recordándonos que algo está sucediendo. Hay una conexión esperándonos, mejor que cualquier otra antes vista. Hay una voz que ha estado hablando y es hora de que la escuchemos. Es una voz más grande, con planes más grandes y con promesas más grandes que cualquier cosa que podamos tener por nuestra cuenta.
Jehová nuestro Dios,¿De quién es esa voz más grande? ¿Quién está al otro lado de
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esta oración? No es un teleoperador divino. No es uno de esos portales web que aturden con sus noticias. No es un artículo sobre “qué personaje de la película ‘La guerra de las galaxias´ eres” o “qué discípulo serías”, en el que no solo debe seguir los pasos y compartir el resultado en su perfil, para continuar con su vida hasta el próximo domingo. El que ha estado hablando no es otro que el Creador del universo. Nada menos que el Autor de todo. Y en el tiempo que se tomó para crear todo, también nos ha creado a cada uno de nosotros, a su imagen y nos ha dado una posición sagrada y una tarea en la creación. Es una conexión que nos conoce mejor de lo que nos conocemos a nosotros mismos. ¿Entonces, por qué le tememos?
Jehová nuestro Dios, Jehová uno es.Dejamos que otras cosas se interpongan en el camino. No es cuestión de “quizás”, es cuestión de cuándo. Todos tenemos esos momentos como el del jardín del Edén cuando vemos algo brillante y rico frente a nosotros y pensamos: “Esto me hará como Dios”. En un momento u otro, todos ponemos cosas, personas o hasta a nosotros mismos en un pedestal y sacamos a Dios del camino. Sin embargo, solo hay espacio en el jardín para uno. Dios dedica más tiempo en el Antiguo Testamento y en el Nuevo trabajando de diferentes maneras contra nuestras tendencias a reemplazarlo que en cualquier otra cosa. Dios es uno. Recibir sus mejores bendiciones y seguirlo en obediencia es mantenerlo en el centro. Esta conexión alimentará a todas los demás en nuestras vidas, si se lo permitimos.
5 Y amarás a Jehová tú Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas.Este es un mandamiento. El amor es una acción que requiere compromiso, pero también es una respuesta natural cuando vemos todo lo que trae consigo. Es un precio que podemos pagar. Es algo que podemos elegir. Él está pidiendo algo que puede ser inmensamente difícil, pero Dios no está pidiendo algo que no podamos hacer. Nos está pidiendo que amemos con todo lo que somos. Esta es la esencia de hacer que cada conexión sea la mejor
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posible. Él nos pide que veamos que nos amó con todo lo que Él es... y podemos elegir hacer lo mismo por Él, por otros y por nosotros mismos.
Es una oración fácil de memorizar. Lea una línea a la vez y repítala hasta que se la grabe en la mente. Siga, línea por línea, hasta que todo fluya. Usted puede orar el Shema en su camino al trabajo o mientras recorre un pasillo. Si le dedica tiempo y deja que las palabras se muevan dentro de usted, tal vez se encuentre orando esta antigua oración mientras respira. Una su voz con aquellos a través de los milenios y ore este hermoso recordatorio de que Dios ha sido y sigue hablando y obrando en nuestras vidas.
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