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EDIC. NACIONAL SEMANARIO DE INFORMACIÓN RELIGIOSA Nº 273/13-IX-2001 Terrible ofensa a la dignidad del hombre Terrible ofensa a la dignidad del hombre

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Page 1: Terrible ofensa - Alfa y Omega · J. C. Roma Debe haber sido difícil para usted comenzar su labor como representante de Estados Unidos ante el Vaticano en estas circuns-tancias?

EDIC. NACIONALSEMANARIO DE INFORMACIÓN RELIGIOSANº 273/13-IX-2001

Terrible ofensa a la dignidad del hombreTerrible ofensa a la dignidad del hombre

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Sumario

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Etapa II - Número 273Edición Madrid

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EEddiittaa::Fundación San Agustín.

Arzobispado deMadrid

3/7

¿Cómoresponder a la

violenciasalvaje del

terrorismo?Juan Pablo II

proponejusticia

(no venganza)y una nuevacooperación

mundial.

18-19

Jóvenes de toda Españaen Covadonga, en el centenario

de la consagración de la basílica:

El reto de una juventud distinta

21

22-27 deseptiembre: seis días paratocar el corazónde Asiapostsoviética:

El Papa, en Kazajistány Armenia

8 La foto

9 Criterios

10 Cartas

Aquí y ahora

11 Ver, oír y contarlo.

12 Recuerdos e impresionesdel obispo de Bilbao,tras su viaje a Angola

13 Cáritas quiere que se sigahablando de deuda externa

Iglesia en Madrid

12 Peregrinación diocesana:Covadonga 2001

13 La voz del cardenal arzobispo

14 Testimonio

15 El Día del Señor

16-17 Raíces

Ese intolerable desprecioal hombre

20 Mundo

Jornadas de Estudiossobre Las Causas de los Santos

22 La vida

Desde la fe

24-25 El pequealfa.

26 Habla Fray Carlos AzpirozCosta, nuevo Maestro Generalde los Dominicos.

27 Cine: La historiadel Ciberpinocho.

28 Teatro y televisión.

29 Libros.

30 Con ojos de mujer.

31 No es verdad

32 Contraportada

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Jesús Colina. Roma

Minuto a minuto, Juan Pablo II está si-guiendo desde su residencia pontificia deCastelgandolfo el impacto ocasionado en-

tre la población norteamericana y la respuesta de laAdministración Bush a los trágicos atentados deNueva York, Washington y Pennsylvania, acaeci-dos el martes negro del 11 de septiembre.

La Nunciatura Apostólica en Washington, la sec-ción inglesa de la Secretaría de Estado del Vaticano,y los cardenales y obispos norteamericanos le man-tienen al tanto de los planes que comienza a poner enmovimiento la Casa Blanca para responder a los ata-ques más duros de la historia del terrorismo. Du-rante toda la semana, el Pontífice ha venido repi-tiendo manifestaciones públicas de cariño, cercaníay solidaridad. Al mismo tiempo ha pedido al puebloestadounidense «no ceder a la tentación del odio y dela violencia», y «comprometerse al servicio de lajusticia y de la paz» (palabras pronunciadas el pasadodomingo en su visita pastoral a la localidad italianade Frosinone).

Aquí se resume la gran preocupación actual delPapa (y no sólo del Papa) en estos momentos: ¿quérespuesta debe ofrecer el mundo ante ataques tansalvajes? ¿Cómo es posible reaccionar a lo que pa-

rece una red terrorista con tentáculos en todos loscontinentes, con hombres kamikaze, y con el fana-tismo y el odio por ideología que además utiliza la re-ligión?

El Santo Padre ofreció pistas de respuesta im-portantes al recibir, dos días después de los atentados,al nuevo embajador de Estados Unidos ante el Vati-cano, James Nicholson. En la ceremonia de entregade las cartas credenciales, constató dos principiosfundamentales: la primera respuesta debe estar guia-da por la justicia (no por la venganza); ahora bien, alargo plazo, la solución pasará por la promoción deuna nueva era de colaboración entre las naciones.

«Rezo para que este acto inhumano despierte enlos corazones de todos los pueblos del mundo el fir-me propósito de rechazar los caminos de la violen-cia –dijo al embajador estadounidense–, de comba-tir todo lo que siembra odio y división en la familiahumana, y de trabajar por el amanecer de una nuevaera de cooperación internacional inspirada en losmás altos ideales de solidaridad, justicia y paz».

La propuesta del Papa está destinada a superarla gran tentación que se cierne en estos momentos so-bre la Humanidad, eso que Samuel Huntington, en1996, describió en su famoso libro como el choquede las civilizaciones (The clash of civilizations andthe remake of world order). El peligro de interpretar

estos dramáticos acontecimientos como el enfren-tamiento entre el Islam y el cristianismo, entre elmundo árabe y Occidente, no ha estado ajeno, estasemana, incluso en la reflexión de importantes ex-ponentes del cristianismo mundial.

Se trata de una tentación que el Pontífice ya lle-va denunciando desde hace tiempo, por considerar-la fruto de análisis simplistas. Siguiendo la iniciati-va de las Naciones Unidas de proclamar el año 2001,Año internacional del diálogo entre las civilizacio-nes, Juan Pablo II dedicó su mensaje para la Jorna-da Mundial de la Paz (1 de enero pasado) a «refle-xionar sobre el diálogo entre las diferentes culturasy tradiciones de los pueblos –son palabras del mis-mo texto–, indicando así el camino necesario para laconstrucción de un mundo reconciliado, capaz demirar con serenidad al propio futuro».

La Santa Sede, en esta semana, se ha movilizadode manera sorprendente para evitar la equiparacióndel terrorismo islámico con el Islam. Horas despuésde los atentados, representantes del Vaticano e im-portantes líderes religiosos islámicos unían su voz pa-ra elevar una dura condena del horror terrorista. Elcomunicado del Comité de Diálogo Islámico-Cató-lico, formado por el Consejo Pontificio para el Diá-logo Interreligioso y por el Comité Permanente Al-Azhar para el Diálogo con las Religiones Mono-

En portada Alfa y Omega 20-IX-2001 3

Juan Pablo II propone justicia (no venganza) y una nueva cooperación mundial

¿Cómo responder a la violenciasalvaje del terrorismo?

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teístas (Al-Azhar, de El Cairo, es posiblemente laUniversidad islámica de mayor reconocimiento en elmundo), añadía: «Estos actos de violencia no sonel camino para llevar la paz al mundo. Como líderesreligiosos deseamos subrayar que el auténtico fun-damento de la paz es la justicia y el respeto mutuo».

El cardenal Angelo Sodano, Secretario de Esta-do de Juan Pablo II, el viernes pasado, también qui-so intervenir para evitar prejuicios o interpretacionespeligrosas de los atentados. Según el más cercano co-laborador del obispo de Roma en la guía de la San-ta Sede, los atentados tienen «una valencia étnica ycultural, pero no religiosa». «Ciertamente en la lo-cura –advirtió– un hombre puede remitirse a losprincipios religiosos, pero eso es una grave defor-mación».

Juan Pablo II, dirigiéndose al embajador es-tadounidense, consideró que la revolución de lalibertad, que ha caracterizado a su país, debe iracompañada ahora por la revolución de las opor-tunidades para «todos los miembros de la fami-lia humana, de modo que puedan gozar de unaexistencia digna y compartir los beneficios deun auténtico desarrollo global». Aquí está la cla-ve para superar la marginación o humillación depaíses o culturas, terreno abonado para el fana-tismo.

«Las estructuras políticas y económicas –agre-gó– deben basarse en una visión cuyo centro es ladignidad, que procede de Dios, y los derechos ina-lienables de cada ser humano, desde el momento desu concepción hasta su muerte natural. Cuando al-

gunas vidas, incluyendo las de los todavía no naci-dos, están sujetas a las decisiones personales deotros, ningún otro valor o derecho puede garanti-zarse a largo plazo».

«Nunca antes ha sido tan urgente dar nuevo vigora la visión moral y optar por aquello que es esen-cial para conservar una sociedad libre y justa», con-cluyó el Papa.

En definitiva, Estados Unidos, Occidente, sólopodrán responder con justicia ante el terrorismo is-lámico en diálogo y cooperación con los represen-tantes autorizados del mundo islámico (tanto políti-cos, como religiosos o culturales), que por otra par-te se han precipitado en su casi totalidad a condenarlos atentados y a expresar su solidaridad con el pue-blo norteamericano.

En portadaAlfa y Omega4 20-IX-2001

Un fraile franciscano, símbolo del heroísmo de los bomberos de Nueva York

El símbolo de la inimaginable fragilidad ysolidaridad de Nueva York llevaba hábito

y sandalias franciscanas. Se trata del padreMichael Judge, sacerdote del Departamentode Bomberos de la ciudad, quien en el mo-mento del ataque kamikaze contra la primerade las Torres Gemelas acudió inmediatamen-te a ofrecer los sacramentos a los agonizantes.

Su funeral, en el que participaron las más al-tas personalidades de la ciudad, desde Ru-dolph Giuliani hasta Hillary Clinton, celebradoel 15 de septiembre pasado, se convirtió en eltributo al heroísmo de los trescientos bomberosneoyorquinos, que, junto con el fraile irlandés,acudieron al lugar de los hechos, para que-dar sepultados por la mole de cemento, alu-minio, y cristal.

El padre Judge (en la foto), de 68 años deedad, era capellán del Cuerpo de Bomberosde Nueva York, y ya en el pasado había te-nido que afrontar situaciones dramáticas. Vivía

en un monasterio cerca de la estación de Man-hattan, pero dedicaba buena parte de su laborapostólica a atender a las víctimas de incendiosy a enfermos en los hospitales de la metrópo-li estadounidense. Había vivido en primerapersona las tragedias acaecidas en la GranManzana durante las últimas décadas.

Cuando los bomberos llegaban a la líneade fuego, el padre Judge asistía a los familia-res de las víctimas, que en alguna ocasión fue-ron los mismos bomberos, y celebraba sus fu-nerales. Fue él quien, tras el trágico accidentedel vuelo TWA 800, en Long Island, al inau-gurarse los Juegos Olímpicos de Atlanta, con-soló a los desgarrados familiares de las víctimasy alentó la labor de los equipos de auxilio.

Según un comunicado de la Provincia fran-ciscana del Santo Nombre, en Nueva York, ala que pertenecía el fraile, «el padre Michaelfalleció haciendo lo que más amaba, junto ala gente a la que más amaba: los necesitados».

El Papa llega este sábado a Kazajistán, país islámico

Juan Pablo II aterrizará este sábado en Astana, la nueva capital de Kazajistán, República ex-soviética, en la que la mayoría de la población es islámica, para afirmar que a inicios de mi-

lenio el mundo sólo tiene futuro si las culturas y las religiones aprenden a colaborar juntas al ser-vicio de la persona.

Los atentados contra Estados Unidos no han detenido el proyecto del primer Papa de la His-toria que pisó una mezquita. Pocas horas después de los ataques kamikaze, pidió a sus cola-boradores que aseguraran a la Iglesia y las autoridades de Kazajistán y de Armenia (segundaetapa del viaje) que su viaje sigue en pie. Será una oportunidad única para mostrar al mundoque el diálogo entre religiones y culturas es posible, sin que esto implique la renuncia a la pro-pia identidad o la humillación del otro.

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J. C. Roma

Debe haber sido difícil para usted comenzarsu labor como representante de EstadosUnidos ante el Vaticano en estas circuns-

tancias? Es difícil para los estadounidenses, para todas

las personas con sentido común en el mundo con-templar estos terroríficos actos que fueron perpe-trados contra inocentes... Éste fue el primer argu-mento que tratamos en Castelgandolfo, cuando pre-senté mis credenciales a Su Santidad el Papa Juan Pa-blo II. Él me expresó su dolor por el pueblo deEstados Unidos, por las víctimas... Constatamos queahora necesitamos la solidaridad que está creciendoen el mundo para acabar con estos actos locos, co-bardes y bárbaros.

Al condenar estos actos, Juan Pablo II dijoque deberían «despertar en los corazones del

mundo el firme propósito de rechazar estos actosde violencia, para combatir todo aquello quesiembra odio y división en el seno de la familiahumana, y para trabajar a favor de una nuevaera de cooperación internacional». Está claroque Estados Unidos no dejará impune la atro-cidad de los ataques. Al mismo tiempo, el Papaurgió a los estadounidenses a afrontar el grandesafío, a ejercer «un liderazgo y una visión mo-ral» guiados por la justicia. ¿Es demasiado tar-de para hablar de esa paz y justicia a la que se re-firió el Papa?

No, ni mucho menos. El Papa dijo que se tratade una afrenta terrible a la dignidad humana y asíes. Y cuando algo así sucede, tenemos la responsa-bilidad de tratar de hacer que no se vuelva a repetir,tenemos que desarraigar el descaro con que se haviolado la dignidad humana, y esto requiere un sis-tema de respuesta adecuado. Tiene que hacerse se-gún la ley.

Nosotros tampoco podemos convertirnos en bár-baros. Pero tenemos que ponernos a la ofensiva pa-ra encontrar a quién hizo esto, para saber quién es-tá tan loco como para hundir en el terror a tantaspersonas, y acabar con este sistema que lo apoya...Todo ello, por supuesto, en el contexto de la justicia,en el compromiso por encontrar a los responsablesy llevarlos ante un tribunal.

El Papa parece tener la impresión de que todarepresalia militar que hiera o mate a personashumanas –civiles o no– podría llevar a una de-

generación de la violencia pordoquier, en eso que él llamaun torbellino de violencia. Us-ted, ¿qué opina?

No lo sé. No creo que el Pa-pa se oponga al propósito dellevar ante la justicia a las per-sonas que han cometido estosactos, apresarlos y separarlosdel resto de la sociedad. Y creoque éste es el camino que de-bemos seguir para acabar coneste torbellino de violencia...Nosotros tenemos que encon-trar a la gente que apoya estetipo de acciones locas y cobar-des, y detenerlos.

¿Cree usted que al definirestos ataques como guerra po-dría aumentar de nivel la re-presalia?

Pero es una guerra. En laguerra de Vietnam, los EstadosUnidos perdieron unas 52.000vidas. En unas pocas horas, Es-tados Unidos ha perdido milesde vidas..., e innumerables per-sonas quedaron heridas y muti-ladas para el resto de su vida...quemadas, ciegas... Y, como us-ted sabe, los países tienen el de-

recho y la responsabilidad de de-fenderse, y nosotros lo haremos.

Pero lo haremos como lo hace Estados Unidos, en elcontexto de nuestra Constitución, de nuestra ley, y noserá con la barbarie de quien nos ha atacado.

Juan Pablo II le reiteró también la esperanzade que Estados Unidos continúe y fortalezca susesfuerzos para promover un diálogo realista en-tre palestinos e israelíes con el objetivo de pro-mover una paz duradera en la región. ¿Que su-cederá ahora?

Es difícil saberlo. Estados Unidos ha estado tra-bajando desde hace tiempo tratando de llevar la paza Oriente Próximo y no vamos a bajar los brazos.No vamos a bajar los brazos como pueblo. No po-demos bajar los brazos –es demasiado importante–,pero quién sabe dónde está la respuesta a su pre-gunta. No conozco a nadie que sepa ofrecer una res-puesta. Lo único que sé es que tenemos que seguirtrabajando, esperando y rezando para poder llegar alfinal de ese conflicto.

En portada Alfa y Omega 20-IX-2001 5

Entrevista con el nuevo embajador de Estados Unidos ante la Santa Sede, James Nicholson

EE.UU. no se pondrá al mismonivel bárbaro de los terroristas James Nicholson nunca hubiera podido imaginar, al ser nombrado por George W. Bush nue-vo embajador de Estados Unidos ante la Santa Sede, que la entrega de sus cartas creden-ciales a Juan Pablo II tendría lugar menos de 48 horas después de los atentados más san-grientos de la historia de su país. Nicholson, de 63 años, militar de carrera, era hasta aho-ra Presidente del Comité Nacional del Partido Republicano (RNC). Católico, desde 1999 esCaballero de la Soberana Orden Militar de Malta. En estos momentos el mundo se pre-gunta: ¿cuál será la respuesta de Estados Unidos al ataque? La primera entrevista del em-bajador Nicholson, tras encontrarse con el Papa el jueves pasado, concedida a Alfa yOmega y Radio Vaticano, gira en torno a este interrogante

Juan Pablo II saluda al nuevo embajador norteamericano en la Santa Sede

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Un adjetivo recurrente en los comentarios deestos días para describir lo acaecido en Nue-va York y Washington es apocalíptico. En

efecto, contemplando las imágenes de ayer me ve-nían espontáneamente a la memoria las palabras delApocalipsis que hablan de la destrucción de Babi-lonia. El capítulo 18 describe el horror de los co-merciantes de la tierra viendo la humareda de susllamas: «En una hora ha sido arruinada tanta rique-za». El humo que salía de las Torres Gemelas delWorld Trade Center era como una especie de grabadode Doré para nuestros tiempos modernos. En estesentido, el acontecimiento de ayer no puede ser másapocalíptico.

Creo que podemos emplear el libro del Apoca-lipsis como clave de lectura, si recordamos que és-te no es ante todo ni principalmente el libro de las ca-tástrofes que amenazan a la Humanidad, sino el dela victoria del Cordero. El libro del Apocalipsis nosofrece el sentido de la Historia, a saber, que Cristo hatriunfado sobre la bestia y toda potencia del mal.No presenta un mapa detallado de los aconteci-mientos ni el orden en que se siguen. En este senti-do, me parece improcedente querer ver en la imagende las torres humeantes de ayer el cumplimiento deuna profecía, a pesar de que las semejanzas son ver-daderamente sorprendentes.

Me preocupa, y mucho, el futuro de la paz en elmundo, una paz cada vez más precaria. Sin embar-go, no creo que este episodio desencadene inme-diatamente una guerra, entre otras cosas, porque nose sabe quién es el enemigo. O acaso porque la te-mida III guerra mundial hace ya tiempo que ha co-

menzado, pues, de hecho, el mundo está permanen-temente en guerra. Esto no ha sido ni el asesinatodel Príncipe Fernando José, ni Pearl Harbor, sinoun ataque terrorista, tanto más insidioso cuanto queno se sabe a quién golpear buscando la venganza ola defensa preventiva. Es indudable, sin embargo,en términos geopolíticos, que este acontecimiento

cambiará el orden actual de las cosas. Pero muchomás que la paz, entendida como ausencia de gue-rra, me preocupa algo que se viene produciendo des-de hace tiempo: el aumento de la persecución contralos cristianos de forma lenta pero sostenida. No só-lo en zonas de frontera entre el mundo cristiano y elmusulmán –Sudán, Filipinas, Indonesia, Cheche-nia–, donde se produce lo que Huntington llama elchoque de civilizaciones, ni sólo por parte de algu-nas dictaduras –Afganistán, China–, sino en las mis-mas sociedades occidentales. Este año pasado se havisto en España y Francia el rebrote de un anticleri-calismo hostil como no se veía desde hacía muchotiempo.

Se ha pasado de la indiferencia al ataque, y lossíntomas me parecen preocupantes. El único con-suelo es que este recrudecimiento acaso se deba auna revitalización de la Iglesia y al hecho de que cier-tos sectores, tradicionalmente hostiles a la Iglesia,vean en ella un enemigo potencial mayor. En cual-quier caso, creo que nos avecinamos a un inviernoespiritual y a un tiempo de persecución que se irá in-tensificando progresivamente. Las buenas noticiasson que creo que esto va acompañado, si no es con-secuencia de ello, de una revitalización de la Iglesia.

Siguiendo con la lectura del Apocalipsis, lo queestamos viviendo es una persecución contra los san-tos, «los que guardan los mandamientos de Dios ymantienen el testimonio de Jesús» (12,17). Nadanuevo, en definitiva, pues, como decía el cardenalNewman, «la causa de Cristo agoniza siempre».

En este sentido, si bien es cierto que el ataque aNueva York, como justamente señalan los comen-taristas, constituye un ataque a la civilización occi-dental que en definitiva tiene raices en los valorescristianos, no lo es menos que Nueva York es el ico-no por excelencia de Babilonia, la gran prostituta,manchada con la sangre de los santos. Al igual quela torre de Siloé de la que hablaba Jesús, la caída deestas torres debería hacernos pensar: «Aquellos die-ciocho sobre los que se desplomó la torre de Siloé,matándolos, ¿creéis que eran más culpables que losdemás hombres que habitaban en Jerusalén? No, oslo aseguro; y si no os convertís, todos igualmentepereceréis» (Lc 13,3).

Melchor Sánchez de Toca Alameda

En portadaAlfa y Omega6 20-IX-2001

¿A dónde va el hombre?

Los motivos del lobo

Comienzo compartiendo el sentimiento dehorror, frustración, ante lo vulnerable de

nuestra civilización tan avanzada; de condenaal terrorismo, y el propósito de tomarse en se-rio la lucha ante ese monstruo oscuro, ese ene-migo que se oculta y asalta, nueva encarnaciónde las tinieblas.

Sin embargo, para un cristiano hay más,una reflexión profunda y fuerte: la injusticia nosantifica la violencia, pero la nutre. Me estoy re-firiendo a algo que ha sido mi vida diplomáti-ca: el conflicto palestino-israelí y sus secuelas enlas luchas interárabes, el doble rasero nortea-mericano en el Próximo Oriente.

En la civilización islámica, el recurso al fac-tor religioso es inevitable y convierte en intra-tables todos los choques por motivos políticos,étnicos y económicos. Osama Bin Laden esproducto de la guerra fría en Afganistán, dela segunda guerra del Golfo en torno a Irak yKuwait, de la alianza entre el fundamentalis-mo oficial de Arabia Saudí y su socio y pro-tector norteamericano; también lo es el resen-timiento árabe ante la colonización europeay de su sentimiento de superioridad ante loséxitos de nuestro mundo occidental seculari-zado, global y tecnológico.

Osama Bin Laden es la punta de un icebergque se oculta bajo los Gobiernos árabes alia-dos a Washington, que alienta gracias a lafrustración de sus pueblos, aunque lo primeroque tenemos que hacer es no confundir radi-

calismo islámico con Islam, ni terroristas conárabes; por eso el Presidente Bush ha hechomuy bien visitando la mezquita mayor de Was-hington, para parar la oleada antislámica en Es-tados Unidos.

Además de los motivos del lobo, para míel hundimiento de las Torres gemelas de Nue-va York, centro de nuestro mundo capitalista, esun signo de los tiempos que llama a la con-versión de tantas cosas: del olvido de los muer-tos del tercer mundo, de las hambres y pobre-zas de África, Centroamérica, Asia, etc. Denuestro avance tecnológico unido a la superfi-cialidad consumista y solidaria en torno delmercado global.

Por último, tres deseos: que lo sucedido nodificulte el diálogo entre religiones, que nadietransforme al lobo terrorista en lucha entre ci-vilizaciones, y que la fuerza empleada paracazarlo no alimente la espiral de la violencia.

Otro deseo más: que los recelosos pertina-ces de todo lo religioso, se den cuenta del ca-mino hecho por la Iglesia católica y por otrasIglesias cristianas. Que, por una vez, oigansin prejuicios las palabras de Juan Pablo II yvaloren lo que este Papa defiende y significa co-mo factor de paz, especialmente ahora quecomienza el siglo XXI con uno tan enorme y tí-pico de nuestro tiempo: la globalización delterrorismo.

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Cuando aún no se han apagado ennuestras retinas los grandiosos yconmovedores actos que marca-

ron el Jubileo del 2000; cuando aún re-suenan en nuestros oídos diversos y en-riquecedores análisis que, con ocasióndel mismo, iluminaron nuestra com-prensión del mundo en el tránsito de unmilenio a otro; cuando aún se mantienecandente en muchos corazones la emo-ción de haber descubierto que los au-ténticos vencedores de un siglo de signostrágicos como el último fueron los már-tires cristianos, y que los hubo en esacenturia como nunca antes enla Historia; cuando aún no de-jan de asombrarnos las revela-ciones dadas a conocer en Fá-tima, donde palpamos hastaqué punto se entrecruzan en latrama de la historia humana larazón y la libertad del hombrecon lo imprevisible, he aquíque, en su modalidad nunca su-puesta ni calculable, éste irrum-pe nuevamente en el escenariodel mundo y de nuestras vidasconcretas. Así, en efecto, el díamartes 11 de septiembre –conla fuerza inconmensurable quehoy imprime a cualquier fenó-meno histórico la misma glo-balización– nuestras concien-cias han sido universalmentealcanzadas por el impacto deeste factor, en una magnitud talque supera por mucho la capa-cidad de la imaginación.

La impresión, el dolor porlas víctimas inocentes, la soli-daridad y, sobre todo, la plega-ria, no anulan, ni podrían ha-cerlo, las distintas dimensionesde preguntas que se plantean aun orbe todavía, y por muchotiempo, estupefacto por los he-chos. La atmósfera mundial seencuentra ahora tocada por lainquietud de que haya sobre-venido algo más grave y peli-groso que la misma amenazaatómica. La constatación deello la encontramos en los edi-toriales del día siguiente a esemartes once en los grandes dia-rios del mundo occidental: Elmundo es un lugar diferentedespués del ataque de ayer (TheWall Street Journal); La Histo-ria registró ayer una inflexión irrever-sible y definitiva (ABC); El día que cam-bió el mundo moderno (The Times); Findramático de la post-guerra fría (LeMonde); Un golpe de Estado contranuestra civilización (El País); Golpe enpleno corazón (Frankfurter AllgemeineZeitung).

Podemos pues decir, sin temor a exa-gerar, que estamos en presencia de unmomento histórico en ningún caso demenor dimensión, y hasta por el contra-rio, que la caída del Muro de Berlín y elderrumbe de la Unión Soviética a finesde los ochenta, o la toma de la Bastillahace poco más de doscientos años. Mien-tras muchas autoridades y los ciudadanosdel mundo observan con preocupaciónlos escenarios de posibles contra ataques,el ex-Secretario de Estado, Henry Kis-

singer, en un primer análisis de los acon-tecimientos, ha señalado que la tarea másimportante frente a esta nueva forma deguerra declarada por el terrorismo, es irmás allá de la represalia. Citando al pro-pio Presidente Bush, ha puntualizadoque «la guerra hay que ganarla, no lle-varla a cabo como un ajuste de cuentas,golpe por golpe». Sería por ello impres-cindible, ha agregado, superar el patrónactual de represalias y persecución le-gal, «para llevar la lucha hasta la raíz delproblema». Si bien es la suya una refle-xión de carácter político-estratégico, suformulación conclusiva debería consti-tuirse, sin duda, en la esencia de nues-tra preocupación con respecto al instan-te actual de la Humanidad.

Tengamos presente que en la prima-vera pasada hemos podido recordar un

hecho capital en este sentido. Se hancumplido entonces, en efecto, diez añosdesde que, en un día primero de mayo–cuando los visitantes de Berlín toda-vía recogían restos del Muro y aún nose consumaba el fin de la URSS–, aquela quien grandes medios de prensa, asípor ejemplo el semanario L`Express, ca-lificaron como el gran vencedor de losepisodios iniciados en 1989 (aquel mis-mo que justo diez años antes, tambiénun día de mayo, salvó de manera im-previsible de la mano asesina que quisoquitarle la vida en la Plaza San Pedro),daba a conocer al mundo un documentotrascendental con relación al tiempo enque vivimos: Centesimus annus, cartaencíclica en el centenario de la Rerumnovarum. Haciendo un análisis de la si-tuación también conmocionante

de ese momento y otorgando un reconocimiento completamente nove-doso a los progresos reales del mundomoderno, incluido en ello, dentro de suslímites, al libre mercado, Juan Pablo IIsaludaba allí la memoria de su antecesor,León XIII, recordándonos empero quelas grandes destrucciones y desgraciasvividas por el mundo en la primera mi-tad del siglo XX, y sus ulteriores y trá-gicas consecuencias, se debieron a quese desoyó su profético anuncio acercade qué es la libertad, transformándoseésta «en amor propio, con desprecio de

Dios y del prójimo; amor queconduce al afianzamiento ili-mitado del propio interés» (n.17). Hoy, agregaba el Papa,la negativa al reconocimientoobjetivo de la verdad, conse-cuencia de las tendencias ag-nósticas y ateas inscritas enla cultura moderna, amena-zan también la integridad dela democracia (n. 46), y ofus-can la concepción del hom-bre y de su destino, base in-sustituible para la construc-ción de su propio futuro, si-tuando la grandeza de éste«en sus dotes para el conflic-to y para la guerra» (n.51).

Por una particular coinci-dencia, el jueves 13 de sep-tiembre –dos días después dela catástrofe causada por losterroristas en Nueva York yWashington–, Juan Pablo IIdebió recibir las cartas cre-denciales del nuevo embaja-dor norteamericano ante laSanta Sede. Junto a la expre-sión de su dolor paternal, lee-mos en su discurso de recep-ción una reactualización deaquellos mismo postulados.Las gracias y grandes leccio-nes todavía palpitantes del re-ciente Jubileo que celebró elsegundo milenio del naci-miento del Salvador, debie-ran ayudar al mundo a com-prender que en este caso «lle-var la lucha hasta la raíz delproblema» no es simplemen-te una operación mecánica niexterna al cuerpo de nuestracivilización, sino una que par-te por revisar la vigencia en-

tre nosotros de las preguntas esencialessobre el sentido de la existencia personal,pues «cuando esta pregunta es elimina-da, se corrompen la cultura y la vida mo-ral de las naciones» (Centesimus annus,24).

La magnitud de la avanzada terro-rista se irá constituyendo en una inter-pelación moral para nuestro mundo, ypuede por ello ser ocasión para algo másque una autorrevisión de los sistemasde seguridad y una respuesta que res-taure el honor de la soberanía violenta-da. Llevar con verdadera honestidad yvalor auténtico la lucha hasta las postri-merías, debería también obligarnos aexaminar la solidez real de nuestros ci-mientos culturales.

Jaime Antúnez

En portada Alfa y Omega 20-IX-2001 7

Frente a lo imprevisible

Escribe el Director de Humanitas, revista de la Pontificia Universidad Católica de Chile

Foto de James Nachtwey, en Time

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La fotoAlfa y Omega8 20-IX-2001

«El desarrollo auténticode un país no puede ircontra la dignidad, la vi-da o la familia de susciudadanos», ha dichoel Papa Juan Pablo II alrecibir las cartas cre-denciales del nuevo Em-bajador de Irlanda antela Santa Sede. Son pa-labras que adquierenuna fuerza y un signifi-cado muy especial cuan-do, como muestran lasfotos, esas criaturas, hi-jas de familias católicashan tenido que ir a la es-cuela como si fueran ala guerra. Triste y curio-sa, pero no sorprenden-temente, entre nosotrostan triste situación en Ir-

landa pasó en los medios de comunicación un po-co como en sordina, antes de la tragedia en Esta-dos Unidos. ¿Interesa más suscitar polémicas anti-cristianas que mostrar los perniciosos efectos deun nacionalismo agresivo que algunas lumbreras na-cionalistas de nuestro país quieren poner comoejemplo? Al concluir la conferencia de Durban, elPapa, en un mensaje meridianamente claro, ha-bló del «preocupante resurgimiento de formas agre-sivas de nacionalismo y racismo, que constituyen se-rias amenazas para la dignidad humana y minanla convivencia social y la paz»

Nacionalismo agresivo

Fundamentalismointolerable

Los fanáticos talibanes han exhibido como prueba irrefutabledel «delito» por el que tienen secuestrado a un grupo

de cooperantes haber hallado un crucifijo entre sus efectos personaleso unos libros de formación y de oración.

Es el más irracional e intolerable rostro del fundamentalismo.Los que alardean de la necesidad de ciertas tolerancias

no deberían olvidar fotos como ésta. Pero si se trata de la fe cristiana, las olvidan... Como lo de Irlanda.

Luego, pasa lo que pasa.

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La inmensa mayoría de los me-dios de comunicación, tras elterrible atentado contra los Es-

tados Unidos, han estado estos días,expectantes ante la apertura de WallStreet, ante la salud de la economía ydel dólar. Apenas alguna voz se alzapreguntándose por la salud del ser hu-mano de carne y hueso, si su corazónque desea una vida infinita tiene o nomotivos para la verdadera esperanza.

Si al Dios a quien rezaban, el pa-sado viernes, los que llenaban el tem-plo principal de Washington, con lapresencia destacada del PresidenteBush, no se le deja hablar a la hora delas decisiones a tomar, políticas o mi-litares, y en definitiva a la hora de vi-vir todos y cada uno nuestra vida co-tidiana, ¿de qué podemos quejarnossi el resultado no es otro que el de unaHumanidad cada vez más deshuma-nizada?

Pretender construir el mundo de-soyendo a Dios, es hacer un mundonecesariamente contra el hombre. Yno menos que los civilizados occi-dentales, desoyen a Dios los funda-mentalistas religiosos. Ambos sondeudores de esa ideología, que domi-na el mundo, negadora de la verdadmás elemental que constituye al serhumano: su radical dependencia deDios, a cuya imagen y semejanza hasido creado. Esta ideología, que en elsiglo XX adquirió la forma del nazis-mo y del comunismo, no ha dejado deadoptar formas nuevas, igualmentemortíferas por mucho que la ideolo-gía se disfrace de civilidad o de reli-gión. En su raíz está el macabro des-precio a la vida humana, que apareceen el ataque suicida contra los Esta-dos Unidos, y también en el no me-nos macabro de los millones de abor-tos provocados y embriones destrui-dos, precisamente en el mundo pre-tendidamente civilizado.

No es casual que Jomeini, el másemblemático personaje del funda-

mentalismo contemporáneo, que mar-có el camino a los talibanes y a BinLaden, se haya formado en Occidente.No fue en el mundo islámico, sino enParís, dentro de esa ideología en quesólo cuenta el poder del hombre, don-de se preparó para utilizarlo en favor–aparentemente– de su religión islá-mica. En la raíz del fundamentalismono está la fe en Dios, sino la rupturaentre esa fe y la vida real, producida ya

en los comienzos de la llamada EdadModerna, y que los últimos Papas hancalificado reiteradamente como «elmayor mal de nuestro tiempo». «Estaruptura –se leía en estas mismas pá-ginas hace ya casi tres años– ha traido,en el mundo occidental, la competiti-vidad inmisericorde y el consumismoobsesivo –con sus terribles secuelas:depresiones, drogas, galopante des-humanización...–, y en el mundo islá-mico los excesos que todos los díasnos cuentan los medios de comunica-ción. Son diferentes los decorados yel vestuario, pero el guión es el mismo:

un mundo en el que sólo cuentan lasfuerzas humanas, y regido por la leydel más fuerte. Ni en el mundo islá-mico, ni en ningún otro, se está de-fendiendo la religión cuando el reco-nocimiento de Dios y de su Ley se tra-ta de imponer por la fuerza. Sencilla-mente, porque está perdida laconfianza en la propia fuerza de Dios.Una verdad por la fuerza es una verdadsin confianza en sí misma. (...) La au-sencia de la fe –o, lo que es lo mismo,una fe disminuida, divorciada de la vi-da real– deja a los hombres solos con-sigo mismos, y enfrentados, vayan envaqueros o lleven turbante». Si el Pa-drenuestro se reduce a los templos,¿cómo puede pretenderse que haya unmundo de hermanos?

En la génesis del ateísmo, y podrí-amos añadir que en la génesis de aque-llo que no es genuinamente religiosoen el Islam –el fanatismo nunca es nipuede ser religioso–, y en cualquieraotra religión, «pueden tener parte nopequeña los propios creyentes –diceel Concilio Vaticano II en su Consti-tución Gaudium et spes–, en cuantoque, con el descuido de la educaciónreligiosa, o con la exposición inade-cuada de la doctrina, o incluso con losdefectos de su vida religiosa, moral ysocial, han velado más bien que reve-lado el genuino rostro de Dios y de lareligión».

Cuando la ruptura entre la fe cris-tiana y la vida no se ha dado, los bue-nos frutos no se han hecho esperar,también en la economía y la políti-ca. Ahí están De Gasperi, o Schu-mann, cuya acción política, vividadesde la fe católica, construyó lo mássano y valioso de la Europa contem-poránea. ¿Qué se ha hecho de su he-rencia? A tiempo estamos, los políti-cos y toda la sociedad, de rectificar.De lo contrario, «el mayor mal denuestro tiempo» seguirá pasando sufactura letal.

Criterios Alfa y Omega 20-IX-2001 9

Injustificable

Cuando Occidente parece in-clinarse a unas formas de ais-

lamiento creciente y egoísta, yOriente, a su vez, parece ignorarpor motivos discutibles su deberde cooperación para aliviar la mi-seria de los pueblos, uno se en-cuentra no sólo ante una traiciónde las legítimas esperanzas de laHumanidad con consecuenciasimprevisibles, sino ante una de-fección verdadera y propia res-pecto de una obligación moral.

Las consecuencias de este es-tado de cosas se manifiestan enel acentuarse de una plaga típicay reveladora de los desequilibriosy conflictos del mundo contempo-ráneo: los millones de refugiados,a quienes las guerras, calamidadesnaturales, persecuciones y discri-minaciones de todo tipo han he-cho perder casa, trabajo, familiay patria.

Tampoco se pueden cerrar losojos a otra dolorosa plaga delmundo actual: el fenómeno del te-rrorismo, entendido como propó-sito de matar y destruir indistinta-mente hombres y bienes, y crearprecisamente un clima de terror yde inseguridad. Aun cuando seaduce como motivación de estaactuación inhumana cualquier ide-ología o la creación de una so-ciedad mejor, los actos de terro-rismo nunca son justificables. Pe-ro mucho menos lo son cuando,como sucede hoy, tales decisio-nes y actos, que a veces llegan averdaderas mortandades, ciertossecuestros de personas inocentes yalejadas a los conflictos, se pro-ponen un fin propagandísticos afavor de la propia causa. Ante tan-to horror y tanto sufrimiento siguensiendo siempre válidas las pala-bras que pronuncié hace algunosaños y que quisiera repetir una vezmás: «El cristianismo prohíbe ... elrecurso a las vías del odio, al ase-sinato de personas indefensas y alos métodos del terrorismo» (Soli-citudo rei socialis).

Los grupos extremistas, quetratan de resolver las controversiaspor medio de las armas, encuen-tran fácilmente apoyos políticos ymilitares, son armados y adiestra-dos para la guerra, mientras quequienes se esfuerzan por encon-trar soluciones pacíficas y huma-nas, respetuosas para con los le-gítimos intereses de todas las par-tes, permanecen aislados y caen amenudo víctima de sus adversa-rios (Centesimus annus).

JJuuaann PPaabblloo IIII

ΑΩ

New York City (Explosión). William Congdon. 1948

«El mayor mal de nuestro tiempo»

«El mayor mal de nuestro tiempo»

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La levadura de los fariseos

Tres obispos han juzgado que no debían renovarel contrato a tres profesoras de Religión. ¡Oh,

nefando delito! Toda la prensa de derechas y deizquierdas está escandalizada. Páginas enteras,editoriales, tertulias radiofónicas, 1.200 teólogosy teólogas lo han denunciado (nunca sospeché quehubiera tantos teólogos y teólogas): se exige unarectificación inmediata. Llueve sobre mojado. Porquela Iglesia no cesa en sus graves equivocaciones.Vamos, ¡que no firmar el pacto antiterrorista! Y no di-gamos: que un obispo pusiese el dinero de su dió-cesis en Gescartera, ¿dónde vamos a parar?

¿No creéis que hay mucho fariseísmo –y algunasmanos ocultas–? Caifás rasgó su túnica de hipócritacuando oyó a Cristo afirmar que era el Mesías. Fa-riseos: ya que sois los paladines de la justicia, ¿có-mo no protestáis cuando una empresa de automó-viles, para que no disminuya el máximo beneficiode los poderosos, deja en la calle a cuatro mil obre-ros? ¿Cómo calláis cuando el Estado legaliza lapíldora RU-486, y la del día siguiente, con las quemiles de madres asesinan a sus hijos? ¡Ah, es un Es-tado de Derecho! ¡Y democrático, sacratísima pa-labra! Os lanzáis contra La Iglesia con el mínimopretexto porque os duele que siga siendo luz delas gentes. Querríais que aprobase el adulterio, lapoligamia y la píldora del día siguiente. Os in-quieta que anuncie y denuncie que eso es inmoralpor Ley natural, es decir, para toda persona quequiera vivir como persona. Os molesta que haya unPapa y unos obispos que no se doblegan ante lospoderes de este mundo. Os duele en el alma queellos y muchos católicos estemos convencidos deque la Iglesia católica conserva y transmite íntegroel mensaje de Jesucristo. ¡Con lo posmoderno quesería que, en estos tiempos, ella relativizara susverdades!

RRooddrriiggoo AAllmmeennaarrMadrid

¡Confesión!

Entre toda la información vista y oída sobre elatentado terrorista contra los Estados Unidos de

América del día 11 me impresionó el hecho de que,al ir a entrar a la torre primera, casi a punto de hun-dirse, los bomberos, sabiendo el riesgo que corrían,pidieron confesarse algunos de ellos. Cerca del sitiocitado había una residencia de sacerdotes españo-les, de San Vicente de Paúl, y puede ser que algunosde ellos intervinieran en el sacramento.

Esta noticia, que ya no volví a oír, me trae a la me-moria lo ocurrido el día 30 de septiembre de 1969,con motivo del incendio en la refinería Escombre-ras en Cartagena, donde se concentró gran núme-ro de asistencia de Murcia y provincias limítrofes. Enpleno fragor del incendio, distribuidas las ambu-lancias, material y personal en lugares designados,desalojada la población y en medio de la noche, poruna de las manzanas vacías, sin luces en las ven-tanas de las casas pequeñas de los obreros, habíaun sacerdote, con sotana, en compañía de un hom-bre con bata blanca. Éste era un ATS que había ve-nido conmigo, llamado Juan R. M. Luego me dijoque se estaba confesando.

LLuuiiss TTrriinncchhaann MMaarrttiinnAlicante

CartasAlfa y Omega10 20-IX-2001

Las cartas dirigidas a esta sección deberán ir firmadas y con DNI, y tener una extensión máxima de 20 líneas. Alfa y Omega se reserva el derecho de resumir su contenido

Profesores de Religión

La mal llamadaasignatura de

Religión deberíaservir para quelos hijos de loscatólicos hagande éstos unosbuenos católicosy no unos esqui-zofrénicos reli-giosos. Hoy, hi-pócritamente, selucha contra lasideas que no nosgustan tratandode cambiarlaspor otras, que,con el mismonombre, sean otra cosa. Es decir, destruirlas desde dentro: «No derribemos las iglesias,cambiemos su ideología y disfracémosla». Es igual que esa bomba de neutrones, o de lo quesea, que mata a los hombres pero deja las ciudades intactas.

No puede impartir una clase de Religión católica un profesor que no vive según mandala Iglesia.

SSaannttiiaaggoo GGoonnzzáálleezz MMaarrttíínnSevilla

En este sentido, hemos recibido cartas de: MMaarrttaa JJoosséé MMaarrttíínneezz BBllaannccoo.. Sevilla; CCaarrmmeennEEssppiinnoo RRiivveerroo.. Las Palmas; MMiigguueell SSoottoo PPaarrddoo.. Madrid; RRaaffaaeell CCaammppooaammoorr.. Elche; PPaabblloo GGaa--lliinnddoo SSaannzz. Madrid; JJoosséé MMaannuueell GGoorrddiilllloo. Lugo; NNuurriiaa GGaarrccííaa--CCoollaavviiddaass.. Madrid; y MMaarrííaaEEuuggeenniiaa GGóómmeezz. Madrid.

Manos Unidas

Ante las informaciones aparecidas en varios medios de comunicación sobre la intenciónde la Junta de Extremadura de retirar una subvención a Manos Unidas por invertir en Bol-

sa, queremos insistir de nuevo en que nunca hemos realizado ninguna inversión en Bolsa. Ma-nos Unidas nunca invierte en rentavariable, por lo que no son ciertaslas noticias que vinculan a ManosUnidas con las especulaciones enBolsa.

A este respecto, la presidenta,Ana Álvarez de Lara, ha remitidouna carta a todos los socios, dondeinforma de que los fondos que ob-tiene Manos Unidas en sus campa-ñas se destinan a los fines de la or-ganización en la medida en que vansiendo requeridos. Los fondos quese invierten desde que se recaudanhasta que se utilizan se invierten siem-pre en valores de renta fija.

Manos Unidas ha emprendido ac-ciones legales para la recuperaciónde su inversión desde el mismo mo-mento en que tuvo conocimiento, porla prensa, de que la agencia de va-lores Gescartera había sido interve-nida. Asimismo, la dirección de Ma-nos Unidas hace constar la posibili-dad de emprender acciones legalescontra todo aquel que ponga en du-da la transparencia en la gestión dela organización.

MMaannooss UUnniiddaassDepartamento de Comunicación

Madrid

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Aquí y ahora Alfa y Omega 20-IX-2001 11

J. F. Serrano [email protected]

El terrorismo no nace por generación espontá-nea. El terrorismo es consecuencia de la pre-sencia del mal en el hombre y en la Historia,

en la decisión del hombre que quiere actuar al mo-do de la justicia de Dios. El riesgo, la miopía escle-riotizante de algunos analistas, ha sido el haber sus-tituido el nombre del terror por el nombre de Dios.Los demonios, los terroristas diríamos hoy, de Dos-toyevski son, no los que quieren el mal, sino aque-llos que primero deciden qué es el bien y qué es elmal y, después, persiguen la consecución inexorablede ese predeterminado bien. «El revolucionario ha ro-to, en las más remotas profundidades de su ser, todovínculo con el orden civil, con el mundo entero de losvalores, de las convenciones, de las reglas morales.Es un enemigo implacable de este mundo en el quesigue viviendo sólo para poder destruir mejor. El re-volucionario desprecia todo optimismo. Desprecia yse mofa de la moral social. Para él es moral todo loque asegura el triunfo de la revolución. Criminal e in-moral, todo lo que retrasa su advenimiento. Es des-piadado para con el Estado y la sociedad (...) Entreellos y él existirá guerra incesante e irreductible, a vi-da o muerte», leemos en Los Demonios. Y, paracompletar el círculo de esta amartía, esfera de pe-cado, sigue la cita: «Escuchad –dice Kirillov–, yo lohe contado siempre a todos: el maestro que con susescolares se ríe de su Dios y de su origen, es ya de losnuestros. El abogado que defiende al asesino ins-truido diciendo que está más evolucionado que susvíctimas, ya es de los nuestros. Los jurados que ab-suelven a los delincuentes uno tras otro, son ya de losnuestros. Los escolares que matan al campesino porel gusto de probar sensaciones, son ya de los nues-tros. El ministerio público que en los tribunales temeno ser demasiado liberal, es de los nuestros. Entre losartistas y los literatos hay muchos de éstos, y no lo sa-ben ellos mismos».

Nuestra vida ha cambiado desde el pasado día 11de septiembre de 2001. Claudio Magris, en un ex-tenso artículo publicado en el diario El Mundo, elpasado viernes, titulado Nuestras vidas cambia-das, señalaba: «Asistir en directo a un evento tras-cendental de la Historia mundial no es algo exul-tante, como creen los cabezas calientes amantesde cualquier tipo de excitación. Se trata sólo de al-go deprimente y angustioso. Hace muchos años,algunos estudiantes de la Facultad de Magisteriode Trieste redactaron un manifiesto en el que echa-ban de menos que no sucediese nunca nada, quela vida discurriese siempre igual, sin sacudidas ynovedades extraordinarias. Ojalá nunca sucediesenada extraordinario. Ojalá los periódicos no tuvie-sen nunca acontecimientos que plasmar en gran-des titulares. Ojalá que sólo pudiésemos ver en la te-levisión películas de terror u horrores. Ojalá la His-toria universal y sus maniobras sanguinarias nonos impidiesen vivir normalmente, trabajar, ir depaseo o charlar con los amigos, sin tener que sen-tir pena por ellos si se encuentran en cualquier par-te en la que de repente se desencadena el fin delmundo».

Noah Gordon escribió un amplio texto en el su-plemento Crónica, del periódico anteriormente ci-tado, el pasado domingo, en el que leemos: «Ahorasoy un hombre viejo, he disfrutado de una vida ple-na y maravillosa y mi cercana muerte no alberganingún temor para mí, pero me asusta el tener queabandonar a mis seres queridos y hacerlo antes deque sea absolutamente necesario. El pensar que el da-ño pueda alcanzarle a la gente que más quiero meatemoriza y me enfurece a la vez. Si existe algúnvasto y eterno plan para el mundo, me gustaría se-ñalarle a Dios, de la manera más respetuosa posi-ble, que los planos nos han llegado terriblementeconfusos».

Siempre me ha parecido que el recurso más fáciles el usar el nombre de Dios en vano. Me refiero a

aquello de Calderón de la Barca cuando hacía de-cir al coro, en su Gran teatro del mundo: «¡Dejad aDios ser Dios!» Josep Ramoneda escribía una co-lumna el pasado día 16, en el diario El País, con el tí-tulo: En nombre de Dios, en la que afirmaba que,«puesto que Dios existe, todo está permitido. Es laforma religiosa del nihilismo, probablemente la másradical porque trasfiere la omnipotencia de Dios alterrorista, que actúa en su nombre y coloca al final dela barbarie la recompensa de la salvación. No es na-da nuevo. El río de la historia lleva mucha sangreacumulada por la acción de los asesinos que actúanpor delegación divina».

Pues no, el río de la Historia lleva sangre acu-mulada de los hombres que se han creído dioses, y nohan dejado a Dios, ser Dios.

y contarlooír...Ver

A Dios, lo que es de Dios

Dobritz, en Le Figaro

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Iglesia en MadridAlfa y Omega12 20-IX-2001

Rosa Puga Davila

La Eucaristía del lunes 10 en la pa-rroquia de San Juan de la Cruz yanos invitaba a orar, compartir y ca-

minar juntos…, palabras que tomaron vi-da en cada paso que dimos a lo largo de

esta semana. Los momentos de oración ycatequesis fueron muchos, al igual que lasvisitas a diferentes lugares, como la ermi-ta de la Virgen de Corona, La Ruta del Ca-res, Santillana del Mar, Comillas, Cóbre-ces, Liébana, Potes, Santa María de Lebe-ña… Fueron sitios de los que disfrutamosy que fueron testigos de nuestra fe. Hansido muchas las paredes de los templos ylos paisajes que escucharon nuestras ora-ciones y nuestras preocupaciones ante unmundo desgarrado por el odio que nos ha-blaba, en la lejanía y el recogimiento delas montañas, de miles de muertos.

Esta periodista se perdió entre los sueños,las canciones y la compañía de muchos ami-gos, que a menudo cuestionaban mi profe-sionalidad entre risas. Lo que no sabían eraque ellos, jóvenes como yo, los sacerdotesy los organizadores eran el mejor testimoniode la presencia de Jesús y de María en esteencuentro, mi mejor fuente.

Me quedo con el optimismo de Iván, elchico ciego que veía desde su fe y opti-

mismo, mucho más allá que cualquiera denosotros; con la alegría de Olga y Bea; conla amistad de María Antonia; con la fe dePilar; la guitarra de Richichichi e Ignacio;con el testimonio de Dani; con Stanley,que hizo la ruta del Cares con un vértigo deimpresión; con los bailes y la alegría deAntonio; con la bondad de Juan Canlo…;con todo lo que ha nacido de esta expe-riencia que partió de un objetivo general:compartir, celebrando a María como Ma-dre de la Iglesia, la identidad eclesial y elcompromiso en la construcción del Reinode los jóvenes de nuestras diócesis.

Bea, una de mis compañeras de cabaña,me lo decía así: «Nos hemos conocido enun encuentro cristiano, y eso es importan-te; implica que miramos hacia una mismadirección en nuestras vidas cuyo objetivocompartimos. Sólo deseo que esa amistadque aquí ha nacido dé sus frutos en Ma-drid y nos guiemos por Dios en cada cir-cunstancia de nuestras vidas».

Amén.

Peregrinación Diocesana de Jóvenes de Madrid: Covadonga 2001

La alegría de ser cristiano

El encuentro de jóvenes de diferentes puntos de España enCovadonga se celebró del 14 al 16 de este mes, perodesde el lunes 10 jóvenes de distintos grupos y parroquiasde Madrid compartimos cinco días que, junto al fin desemana, se convertirían en algo inolvidable. Cuando unavive una experiencia tan intensa como ésta, y tiene quecomunicarla, siente que son demasiados los rostros y lasvivencias para ser esbozadas en una página... Éstaexperiencia, como se suele decir, es el comienzo de unaprofunda amistad entre muchos de los que nos hemosunido, en algo que significa mucho para nosotros

A la izquierda: celebración en la ermita de la Virgen de la Corona, Patrona del Valle del Valdeón.Sobre estas líneas: un momento de la peregrinación, camino de Covadonga

Inauguración de tmt

Ya se acerca la inauguración del canal de te-levisión TMT, de la que informábamos en

nuestra anterior edición. El día 24 por la tarde elcardenal arzobispo de Madrid bendecirá lasnuevas instalaciones, y ese mismo día dará co-mienzo la programación. Han confirmado suasistencia al acto los tres obispos auxiliares deMadrid, el Alcalde de Madrid, el Presidente dela Asamblea de Madrid, el Presidente del Con-sejo Pontificio para las Comunicaciones Socia-les, monseñor Foley, y otras personalidades,además de los empresarios vinculados al pro-yecto, y la plantilla de TMT.

TMT emite a través del Canal 56 para todala Comunidad de Madrid, y también por el Ca-nal 36 para el área noroeste de Madrid, siem-pre desde la banda UHF.

El día 24 se podrá conocer al equipo de pre-sentadores que pilotarán los programas funda-mentales: un magazine, un concurso y la tertuliadiaria. Según fuentes del equipo de producción,las primeras semanas se centrarán en dar a co-nocer los programas básicos del Canal. Duran-te el mes de octubre se irán incorporando el res-to. Igualmente, a partir del 24 de este mes co-menzarán a emitirse los informativos del Canal.

¿Cómo puede ver TMT?. Sintonizando el Ca-nal 56 de la Banda UHF. Si no recibe la señalcon claridad, tendrá que llamar a su antenista ha-bitual, o a su servicio de mantenimiento paraque le instalen un sencillo amplificador de se-ñal.

PPaarraa mmááss iinnffoorrmmaacciióónn::

SSoonnssoolleess ddee llaa VVeeggaa.. TTeellééffoonnoo:: 9911--336644--4400--5566..CCaallllee ddee llaa PPaassaa nnºº 33,, bbaajjoo ddeerreecchhaa.. 2288000055 MMaaddrriidd.. CCoorrrreeoo EElleeccttrróónniiccoo:: aarrcchhiittvv@@ppllaannaallffaa..eess

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Con nuestra alma aún conmovida y anonadadapor las imágenes dantescas de la inmensamasacre humana, producto de las fuerzas de-

satadas del mal y del pecado, que ayer sufrió el pue-blo americano y la Humanidad entera, nos reuni-mos hoy la comunidad cristiana de Madrid, ampa-rados en el poder de Jesucristo, el único capaz dedestruir el pecado y la muerte. Desde la comuniónque Cristo ha creado, con su entrega a la muerte portodos los hombres, hacemos nuestro todo el sufri-miento de la nación de los Estados Unidos, y lo pre-sentamos a Cristo como quien deja en sus manos lanecesidad más radical del corazón humano –ser li-berado de la muerte– para que sea transformadapor Él en esperanza contra toda desesperanza, enfortaleza ante la extrema debilidad, y en vida ante laabsurda aniquilación y la muerte.

La Palabra de Dios, proclamada en esta liturgia,no escamotea la trágica experiencia de la muerteque, en la tragedia de ayer, alcanza cotas inexpre-sables e inconcebibles. Como ha dicho el Santo Pa-dre en su condolencia al Presidente Bush, nos ha-llamos ante un indecible horror. Las lamentacionesdel profeta son hoy las nuestras, las de todo hom-bre de bien que siente agotadas sus fuerzas e inclu-so la esperanza en el Señor. Sí, hermanos, la muer-te, cuando viene revestida del odio asesino y de la lo-cura, amenaza con quitarnos la esperanza en el Señor.

La página del evangelio tampoco escamotea elimpacto de la muerte de Cristo en su propio ánimo,y revela hasta qué punto el Hijo de Dios ha queridohacerse hombre y participar de nuestra más radicalpobreza, que es el hecho de morir. En el grito deCristo en la cruz, «Dios mío, Dios mío, ¿por quéme has abandonado?» queda recogida hoy toda laimpotencia y soledad de quienes han sido arrancadosde este mundo y de quienes los lloran con la espe-ranza puesta solamente en Dios. Muriendo así en lacruz, Cristo asume todas las muertes, sufrimientos ydolores de la Humanidad; los hace suyos y los in-corpora a su propia Pasión. Es el máximo grado dela compasión divina que se acerca al hombre por elcamino que ningún hombre quiere transitar. Diossí: transita el camino de la muerte, se introduce enella con nuestra propia carne, bebe el cáliz de la Pa-sión con la profunda y consoladora convicción deque lo hace por todos los hombres. En ese instante lamuerte ha sido ya herida de muerte.

Por muy grande que sea el dolor, la tragedia y elsinsentido de la muerte, aunque nos deje enmude-cidos y sin palabras, esperamos en silencio la sal-vación del Señor. Hoy el silencio es nuestro aliado ycompañero de la esperanza que se basa en el hechocierto de la resurrección de Cristo. Cuando el profetaconfiesa que cada mañana se renueva la fidelidadde Dios para con el hombre, no podía imaginar quehabría una mañana única, indescriptible, radiantede esperanza, la del primer día de la semana, cuan-do muy temprano, en el sepulcro vacío de Cristo re-sonó la única palabra que nos saca del silencio es-tremecedor de la muerte: ¡Ha resucitado! En CristoJesús, la resurrección de los muertos ya ha comen-

zado, porque Dios no es autor de la muerte, sino Se-ñor y restaurador de la vida.

Todo atentado contra la vida humana es un ata-que directo al señorío de Dios sobre la Humani-dad, Padre de todos los hombres, y es, por ello, uncrimen fratricida. La sangre inocente derramadapor los caínes de hoy grita justicia ante Dios y de-ja a quienes la derraman marcados con el signo dela ignominia, de la culpa y de la gravísima ame-naza de condenación eterna. ¿Cómo no invocaraquí también la conversión de los terroristas, desus inductores, de quienes los amparan y legiti-man, y de quienes, con la razón enloquecida, jus-tifican las trampas de la muerte? Y, ¿cómo no pedirpara toda la sociedad, que ve con estupor que bas-tan unos momentos para ser reducida a escombros,la fuerza necesaria para combatir todo germen deviolencia y de terror y trabajar infatigablementepor la paz?

El valor sagrado de la vida

Es preciso, para ello, volver a Dios. Es urgenteconvertirse a Dios. La paz es fruto de la justicia, esdecir, fruto de la verdad sobre Dios y sobre el hom-bre, estrechamente unidas. Es preciso reconocer loque en tantas ocasiones ha dicho el Santo Padre: queuna sociedad que se construye sin Dios, se constru-ye contra el hombre; que Dios y la paz van juntos. Esurgente cambiar nuestra mentalidad orgullosa y pre-potente, babélica, que confía en el hombre como side él pudiera venir la plenitud de la salvación, poraquella que nace de la verdad de Dios y de nuestracondición humana referida a Él.

Una visión profética de la Historia, ante losactuales acontecimientos, debe llevarnos no sólo a to-

mar medidas y decisiones de orden económico, so-cial y político para evitar tragedias de esta índole yasegurar, en los límites de nuestra contingencia, el or-den internacional, que son imprescindibles y ur-gentes, sino también a escuchar la voz de Dios. Diosnos habla en la Historia; nos interpela en los acon-tecimientos; nos llama a la conversión radical denuestro ser. El hombre no puede escamotear las pre-guntas últimas y definitivas de su condición de cria-tura llamada a ser responsable de su propia vida y dela de sus hermanos como de un don recibido delCreador, un don sagrado, que exige no sólo ser res-petado con el más exquisito de los derechos, sinotambién ser cultivado con la ayuda de la ley divinaque Dios ha escrito en lo más íntimo del corazón.Sólo así, en el día del juicio, evitará la sentencia de-finitiva.

Hermanos, os ofrezco estas palabras de espe-ranza, fortaleza y consuelo. Os invito a convertirlasen oración que, unida al sacrificio fecundo de Cris-to, llegue ante Dios como la ofrenda fraterna de es-ta Iglesia de Madrid al pueblo norteamericano. QueDios acoja en su paz a quienes han muerto, acre-ciente las fuerzas de los que sufren esta terrible prue-ba, alivie su aflicción y transforme su amargura enesperanza. Que nuestra oración encuentre la aplica-ción inmediata de ofrecer toda nuestra disponibilidadpara el socorro y ayuda de todo orden que necesita-sen. Pidamos que el hombre descubra, aun en lasnoches oscuras de la vida, que Dios renueva cadamañana su compasión y su fidelidad. Una fidelidady compasión que tienen en la presencia de María alpie de la cruz el rostro siempre reconfortante de lamadre que permanece también hoy al pie de la cruzde cuantos sufren la muerte de sus seres queridos.Amén.

Iglesia en Madrid Alfa y Omega 20-IX-2001 13

La voz del cardenal arzobispo

Sociedad sin Dios, sociedadcontra el hombre

Ofrecemos lo esencial de la homilía que nuestro arzobispo, el cardenal Rouco Varela, pronunció en la misa-funeral que presidióen la catedral de la Almudena, el pasado día 12, por las víctimas del atentado terrorista en los Estados Unidos

El cardenal Rouco, durante su homilía en la catedral de la Almudena

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Durante la segunda mitad delmes de julio hemos visitado,el director de misiones y pro-

curero de misiones diocesanas, ÍñigoIriarte, el ex-Vicario territorial Ro-berto Unzueta y un servidor, a los mi-sioneros de las diócesis de Vitoria, SanSebastián y Bilbao que colaboran pas-toralmente en Angola, en concreto lasdos parroquias confiadas a los misio-neros de nuestras diócesis, además dela diócesis de Malanje, donde actual-mente es obispo monseñor Luis MaríaPérez de Onraíta, originario de la dió-cesis de Vitoria y anteriormente miem-bro del grupo misionero vasco. El mo-tivo de nuestro viaje era también ex-presarles la proximidad de nuestrasIglesias en sus dificultades y esperan-zas, saludar a los obispos del lugar, yde esta manera estrechar las relacio-nes humanas y eclesiales para cola-borar pastoralmente con las diócesisde Angola.

Angola es un país de enormes con-trastes. Es muy rico, tanto por las po-sibilidades del cultivo de la tierra, co-mo por los yacimientos de diamantesy metales preciosos, como por las gi-gantescas bolsas de petróleo; y, a pe-sar de todo y también por la avariciaque suscitan estas inmensas riquezas,es un pueblo terriblemente empobre-cido. Mientras los recursos disponi-bles se malgastan en la guerra, tantopor el Gobierno como por UNITA, lagente pasa literalmente hambre y ca-rece de lo más elemental. Sorprendeque puedan sobrevivir las incontablespersonas que no dejan de venir, bus-cando seguridad, a los suburbios deLuanda, la capital. Las necesidadesde alimentos, agua, vivienda, vesti-dos, higiene, salud, educación... sonun clamor que sube hasta el cielo. Yen medio de esta situación caótica,¡cuánta grandeza de alma, cuántaspersonas entregando generosamentesu vida por los hermanos, cuántos en-comiables esfuerzos! Pero como enel evangelio, si el Señor no multiplicalos cinco panes, podemos preguntartambién: ¿Qué es esto para tantos?

Otro contraste salta constantemen-te a la vista; éste: entre nuestra socie-dad y aquélla. Allí la vida humana bro-ta a borbotones y se desborda comoun río; entre nosotros la vitalidad estácomo encogida por la bajísima natali-dad, por la edad tan alta de los hom-bres y mujeres, por el afán de seguri-dades de cara al futuro. Son un alda-bonazo a nuestros esquemas de vidalas pandas de niños y adolescentes, aveces descalzos, jugando en las calles.¿Su alegría es por inconsciencia y eva-sión, o es que la vida mana tambiénde otras fuentes? Ciertamente a ellosles faltan tantas cosas, ¿qué nos falta anosotros?

Celebramos la Eucaristía en la pa-

rroquia de Maxinde. Me impresionóespecialmente la solemne introduc-ción del libro de la Palabra de Dios.¡Qué elocuente y bella procesión parapresentar a la asamblea el libro sagra-do antes de la proclamación de las lec-turas! A medida que iba entrando ellibro, portado en alto por una perso-na, en medio de la comunidad, un gru-po danzando y cantando, con ritmopausado y armonioso, con gestos y pa-labras sencillas y expresivas, iban ma-nifestando la disponibilidad de los par-ticipantes a escuchar la Palabra deDios y a recibirla íntimamente. Esterito, que pudimos contemplar en otrascelebraciones, aúna espléndidamenteexpresión de la fe y sensibilidad cul-tural. ¡Preciosa lección de liturgia en-carnada y vivida!

Los campos de deslocados, es de-

cir, de los que se han visto forzados adesplazarse huyendo de la guerra, sonrealidades indescriptibles. Una reli-giosa ha montado un pequeño dis-pensario, ha acotado un recinto paracelebrar la Eucaristía, para escuela delos niños y para otras actividades. Lasautoridades le han facilitado una am-bulancia que ella conduce para auxiliara cuantos pueda. ¡Qué generosidad enun piélago de miseria! De nuevo sur-ge la pregunta: ¿Qué es esto para tan-tos? Es un milagro que en aquella si-tuación no se amargue el alma ni sehunda la persona. Es un espectáculoinolvidable contemplar cientos de ni-ños con sus catequistas, sentados a lasombra de los árboles. No se oye a na-die durante la catequesis, y, al termi-nar, ¡qué hervidero!

Visitamos, acompañados por el se-

ñor obispo, el hospital de Malanje. Senecesita buen estómago para contem-plar aquello. Los médicos son los pri-meros pacientes, ya que apenas dis-ponen de medios para curar. Los en-fermos no reciben sábanas, ni toallas,ni comida del hospital. Sobre colcho-nes mugrientos había algunos enfer-mos de cólera, meningitis, gravemen-te desnutridos, niños recién nacidosde madres con paludismo; en una ca-ma había un enfermo a quien habíancortado una pierna por gangrena, lle-vado hasta el hospital con una bici-cleta desde una distancia considera-ble. Es difícil recorrer el hospital sinque se den cita en el visitante un hazde sentimientos: tristeza, repugnan-cia, compasión, culpabilidad compar-tida, rebeldía interior, prisa por salirde allí... Y para colmo, alguien habíadesviado a su bolsillo el dinero desti-nado a medicinas y comida de los en-fermos. ¿Incomprensible? Pero real.

Pero también hay muchas personasgastando su vida con una entrega admi-rable, hombres y mujeres que iluminanaquellos suburbios y campos de despla-zados con el amor cordial y efectivo, cris-tianos nacidos y crecidos allí y misione-ros llegados de otras Iglesias que com-parten el mismo empeño. Si el egoísmosin entrañas termina suscitando lástima,la generosidad que pone en juego la vidaes envidiable. Hay muchos fermentos debondad y de esperanza. No es extrañoque digan los misioneros que una vezque África ha entrado en la persona, yanunca sale, no se puede olvidar, nada se-rá igual en el futuro.

+ Ricardo BlázquezObispo de Bilbao

Aquí y ahoraAlfa y Omega12 20-IX-2001

Recuerdos e impresiones del obispo de Bilbao, tras su viaje a Angola

Miseria... y esperanza

El obispo de Bilbao, con la comunidad católica angoleña

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Aquí y ahora Alfa y Omega 20-IX-2001 13

Primero hizo falta indagar sobre el estado de lacuestión. La falta de transparencia era casi to-tal, pese a que algunos politólogos, como Car-

los Gómez Gil, habían denunciado intolerables abu-sos, como que buena parte de las ayudas a paísesen desarrollo se hubieran dedicado a financiar ex-portaciones de armamento español. La estrategiaconsistió en concienciar no sólo a la opinión públi-ca acerca de la problemática de la deuda externa.«En esta primera parte –dice el comunicado de Cá-ritas que pone fin a la Campaña– fue necesaria tam-bién una labor puramente educativa con los grupospolíticos, a la vista de su escaso conocimiento delproblema y del incipiente interés que por entoncessuscitaba dicha cuestión». En 1998, comenta el co-ordinador de la campaña, don Jaime Atienza, «segestionaba la deuda desde una pequeña subdirec-ción en el Ministerio de Economía, que funciona-ba prácticamente como un banco que negociaba conlos clientes». Grave error: «La deuda no es sólo unproblema financiero, es un problema humano». Ladeuda externa hipoteca el crecimiento de muchasnaciones e impone pesados fardos a las nuevas ge-neraciones, que nacen debiendo ya cantidades mi-llonarias. Para un país con bajos presupuestos, esosignifica, entre otras cosas, la paralización de in-versiones productivas y la congelación de progra-

mas sociales, además de mermar su capacidad deacción en el comercio mundial.

Que los grupos políticos hayan incluyido el asun-to de la deuda en sus agendas y que algunos –PSOE,CiU, IU– hayan incluso recogido algunas de las pro-puestas de la Campaña en sus programas electoraleses motivo de estímulo para Cáritas. Entre las de-cepciones, destaca el bloqueo por parte del GrupoPopular a las inciciativas del resto de las formacio-nes, y la no respuesta a la petición ciudadana, avaladapor las más de un millón de firmas recogidas por laCampaña, sobre tratamiento y condonación de ladeuda externa. De ahí que, para Cáritas, «a la vistade la experiencia y dado el presente mapa parla-mentario, las posibilidades de obtener respuesta po-sitiva a las propuestas de la Campaña siguen siendobastante inciertas».

Un nuevo foro

Éste será uno de los temas en los que más hin-capié hará Cáritas: la tramitación de una nueva leypara la deuda, que, de entrada, modifique el plan-teamiento de la ayuda exterior española: «Se in-vierte la lógica de la ayuda», dice Atienza. «Se par-te de los excedentes españoles, de los intereses de laeconomía española, y no de las necesidades del

país receptor». Y, aunque reconozca que se ha avan-zado en la transparencia de la ayuda, «sigue sin ha-cerse un esfuerzo para evaluar la eficacia y el im-pacto social de los proyectos realizados», lo que nopocas veces ha permitido que el destino de los fon-dos no sea precisamente el más adecuado. Junto aello, Cáritas propone que se recurra con mayor fre-cuencia a la conversión de la deuda a inversiones enla promoción del desarrollo social básico, y que seabra un diálogo continuado entre los partidos polí-ticos y la sociedad civil en el diseño de una políticaespañola de ayuda al desarrollo. No dejará tampocoCáritas de vigilar el cumplimiento asumido por elGobierno español en distintos foros internaciona-les, en especial el relativo a la condonación de ladeuda a los Países Altamente Endeudados.

Pero, del mismo modo que la Campaña jubilarse insertaba en el marco de acciones desarrolladas anivel mundial, también ahora se coordinarán distin-tas acciones con organizaciones de otros países. Lapropuesta más atrevida es la creación de un nuevo fo-ro en el que países deudores y acreedores se some-tan a procedimientos de arbitraje para la renegocia-ción de la deuda. El Club de París, donde se reúnenlos Estados acreedores, entre ellos España, no sirve:«Les une el interés de maximizar sus cobros y nopermiten que se escuche la voz de los deudores, queno pueden recurrir las decisiones ante ninguna ins-tancia. Sólo los acreedores, juez y parte, pueden de-cidir».

Hay, además, iniciativas interesantes en el dis-perso movimiento que persigue un modelo distintode globalización, a menudo caracterizado en la pren-sa sin más como antiglobalización. Muy interesan-te para Atienza es la tasa Tobin, que propone gravarlos movimientos de capital a corto plazo con unapequeña tasa, por ejemplo del 0,1%, y con ello de-sincentivar movimientos especulativos como el quese ha cebado en los últimos meses con Argentina, ocomo el que –los países ricos tampoco se libran–consiguió expulsar a la libra esterlina del SistemaMonetario Europeo. «No tratar siquiera de ponerlaen marcha, pese a que presente dificultades técni-cas, significa que los operadores que buscan bene-ficios a corto plazo y sin importar sus repercusio-nes sociales no necesitan rendir cuentas ante nadie».Ahora bien, «junto a las presiones a los países ri-cos, instrumentos como la condonación de la deudadeben utilizarse para conseguir avances en la de-mocratización en los países receptores».

Lo que en ningún caso hay en las relaciones Nor-te-Sur es igualdad entre los actores: los países ricoscrean las normas. Por eso es de vital importanciapara Cáritas la concienciación de la opinión públicaen los países ricos, como España: «Crear una masacrítica de ciudadanía activa y comprometida, quedemande realmente una mayor relevancia para cues-tiones como la deuda externa o la lucha contra lapobreza, y cuya presión y participación sea soste-nida en el tiempo. Situar estas cuestiones en la agen-da política y en la preocupación social, más allá dela tendencia estrictamente donacionista de la socie-dad española», de las movilizaciones ciudadanasque nacen al calor de las imágenes de terremotos yde catástrofes similares, «constituye un reto de pri-mer nivel para las ONG y movimientos sociales».

Ricardo Benjumea

Cáritas quiere que se sigahablando de deuda externa

Ha concluido la campaña Deuda externa, ¿deuda eterna?, promovida por Manos Unidas,Cáritas, Confer y Justicia y Paz, al hilo de la petición del Santo Padre en la convocatoria delgran Jubileo del año 2000. En España, nuevo rico en la comunidad internacional, se han re-cogido más de un millón de firmas en apoyo de la condonación de la deuda y se han ce-lebrado diversas movilizaciones ciudadanas. Pero el trabajo sigue. Cáritas será la encargadade hacer el seguimiento de las cuestiones pendientes: en primer lugar, la tramitación par-lamentaria de una ley para un tratamiento diferente de la deuda externa, el cumplimiento porparte del Gobierno de los compromisos internacionales asumidos, y el apoyo a un foroque reúna a países acreedores y deudores en condiciones de cierta ecuanimidad

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Con los criminales atentadoscontra las Torres Gemelas denuestra Ciudad de Nueva York

y con la destrucción de parte del edi-ficio del Pentágono, no sólo han su-frido los directamente afectados porla tragedia y sus familiares y amigos,sino que sufrimos todos los que habi-tamos esta ciudad, los que habitamosesta nación y todos los hombres y mu-jeres de buena voluntad que detesta-mos toda clase de violencia, de odios,de divisiones entre los seres humanos,aquí o en cualquier rincón del planeta.Estos atentados han herido a la Hu-manidad entera, porque tocan y afec-tan a los más profundos valores cul-tivados y logrados por la Humanidaden tantos siglos de tarea por la civili-zación de los hombres. Porque no só-lo se atentó contra la vida de muchosseres humanos ni contra símbolos delpoderío militar o la grandeza econó-mica de nuestra nación, sino que –ysobre todo– se atentó contra valoresuniversales tales como el respeto a lavida, a la libertad y a los más elemen-tales derechos de todo hombre.

Me correspondió ser testigo de es-ta inconmensurable tragedia, estar cer-ca y presente en el momento justo dela hecatombe, del caos, de ese Apo-calipsis imborrable. Y quiero dejaraquí mi testimonio: la certeza de que,si bien fue enorme el horror y la muer-te causados por la violencia, más gran-de y más imponente que aquellas To-rres Gemelas fue la cadena de solida-ridad humana que inmediatamente seregistró en el lugar dantesco de los fa-tídicos acontecimientos; si bien unospocos causaron tanto daño, más gran-

de y más elocuente fue el bien que mi-llones empezaron a hacer y hacerselos unos a los otros en medio del cla-mor, del llanto, de la humareda, de lasexplosiones, del derrumbe, del polvo,de la huida, de la desesperanza, de ladesolación, de tantas pérdidas, de lanada.

No olvidaremos los aviones, el fue-go, las columnas de humo, los gritosde terror, el pánico, el ruido de las si-renas, las carreras, el desastre... Im-posible olvidar tanto horror, tanto mie-do... Pero será más provechoso y másaleccionador para la memoria de estanación y para la posteridad y genera-ciones venideras que no olvidemos elbien causado por tantos y tantas quearriesgaron u ofrendaron efectiva-mente sus vidas por salvar vidas dehermanos desconocidos, pero al fin yal cabo ciudadanos de la misma pa-tria y de un mundo en el que todos te-nemos un destino común. Mundo en elque todos nos afanamos y peregrina-mos queriendo ser felices sin lograrlodel todo todavía. Mundo en el que va-mos caminando transidos por los mis-mos sueños y con los mismos anhe-los. Mundo en el que todavía somoscapaces de ilusionarnos con la mismaespera que es la espera de todos: unapaz que brote del reconocimiento deque somos todos hermanos hijos delmismo Padre sin distingos de ideolo-gía política, raza, credo o nación.

Y entonces..., ¿cómo olvidar a loscientos de bomberos, policías, para-médicos, enfermeros y enfermeras, ta-xistas de todas las razas y naciones,representantes de comunidades civi-les, políticas o religiosas corriendo en

ayuda de otros hombres y mujeres su-frientes? ¿Cómo olvidar la bondad y lasolidaridad, manifestadas en entregainmediata y gratuita de agua y ali-mentos para sobrevivientes y transe-úntes afectados todos por igual? ¿Có-mo olvidar la bondad humana y todolo mejor que hay de Dios en cada serhumano puesto en escena en mediodel infierno, tanto en New York comoen Washington?

Lo que ocurrió no es de Dios ni tie-ne nada de divino. Porque no es deDios la maldad querida y ejercida porlos hombres, que tuercen en su vidael deber de hacerse a imagen y seme-janza de su Creador. Lo ocurrido esfruto de la intencionalidad y la manohumana puestas a funcionar con pre-

meditación y alevosía. Lo divino es lacordillera de bondad humana puestade manifiesto sin limites ni condicio-nes por parte de todos los que nos vi-mos implicados en medio de la trage-dia.

Y si lo ocurrido es obra de los hom-bres, entonces hay que buscar y casti-gar a los culpables de este magnici-dio, pero sobre todo hay que aprenderlas lecciones que esta catástrofe nosdeja: que la violencia y la muerte noson y nunca podrán ser el camino pa-ra la solución de los conflictos nacio-nales o internacionales; que frente alo vulnerable que resultó ser nuestranación hemos de aprender que la gran-deza americana no reside en el pode-río de las armas que engendran máshorror, más odio, más destrucción ymuerte, sino que la grandeza de ésta yde todas las naciones de la tierra hade consolidarse en el crecimiento delos valores espirituales de toda perso-na, en el respeto a la dignidad de losseres humanos y en la construccióndecidida de la civilización del amor yde la cultura de la vida.

Grandes fueron las Torres Geme-las, pero más grande el amor de losque dieron y continúan dando su vi-da por los hermanos en el Distrito fi-nanciero neoyorkino y en tantos luga-res del planeta. Que sean estas líneastambién un homenaje a los hombresy mujeres que perdieron u ofrendaronsus vidas en esta tragedia y que, porsu amor, resultaron ser más grandesque las Torres!

Mario J. Paredes

Mónica: Muchas gracias por tu bondad al pensar ennosotros. Estamos bien. Todavía no sabemos na-

da de todas las personas en los edificios de la ciudad yen los aviones. Es como un sueño horrible, nadie sabelo que se debe hacer. La única cosa que se puede hacerahora es donar sangre para toda la gente en los hospi-tales. Es muy posible que haya gente que aún no se sa-bía que trabajaba allí, pero pronto vamos a descubrirque están muertos. La ciudad es como una zona de gue-rra, y todavía nadie sabe, oficialmente, quién es el res-ponsable.

Mira, la única cosa que aporta sentido ahora es rezar.Estuve en la iglesia antes y mucha gente –no necesaria-

mente los habituales– han ido viniendo para rezar, llo-rar, tal vez solamente para sentarse en algún sitio dondepensar sobre todo esto.

Estoy pensando que la Cruz es la única respuesta a to-da esta locura; ella muestra la solidaridad y la unión deDios con todos los inocentes, matados por temor y po-der. Ella soporta el sufrimiento de las familias que no sa-ben qué hacer; es la única Misericordia que, todavía, se ex-tiende a quienes han cometido este crimen de horror.

Gracias por todas vuestras oraciones. Estáis en mi co-razón y en mis oraciones, en el corazón de Cristo,

Annie

TestimonioAlfa y Omega14 20-IX-2001

Seguimos asombrados, estupefactos, atónitos, aterrados..., con un asombro que no pasará en muchísimos años, por la tragedia

que nos ha tocado a todos y que nos ha herido tanto

«La Cruz es la única respuesta a toda esta locura»Una lectora, Mónica Martinho, nos ha hecho llegar la correspondencia electrónica que mantuvocon una amiga neoyorquina el mismo día de los atentados

Testimonios desde Nueva York

«Más grandes que las Torres»

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El Día del Señor Alfa y Omega 20-IX-2001 15

Sabemos que los tres primeros mandatos delDecálogo tienen que ver con nuestra rela-ción con Dios. Son la concreción del «Ama-

rás al Señor tu Dios», de Dt 6,5. Dios es uno, yno ha de verse reemplazado por falsas divinidades.«Hoy se da una acusada tendencia –decía el Papaa los jóvenes ucranianos– a sustituir al Dios ver-dadero con falsos dioses e ideales falaces. Ídolosson los bienes materia-les».

Jesús cono-ce el corazónhumano. Sa-be que losbienes ma-teriales, sise procu-ran y uti-lizan co-mo me-dios einstru-mentospara elbien, nossirven deayuda. Perojamás debenocupar el pri-mer lugar en elcorazón del hom-bre, y menos del jo-ven, llamado a volaralto, hacia ideales másnobles. Lc 16 tiene, enconsecuencia, como finalidad decirnos que es ma-lo reemplazar en el corazón a Dios por otras cosas.

Quiero entender así esta parábola del adminis-trador infiel; de lo contrario, ¿cómo pensar queJesús alabara a un hombre que obra a su antojocon los bienes de su amo y que, al ser despedido,hace trampas en los documentos para ganarse el fa-vor de los acreedores a costa, una vez más, de suamo? ¿Por qué habría de ser loable su astucia?

Parece claro que, en el sistema social judío delsiglo I, esta conducta del administrador puede en-

tenderse a la luz de la prohibición de la usura en lasleyes hebreas y que los acreedores no recibieron enrealidad ni cien barriles de aceite, sino cincuenta,ni cien fanegas de trigo, sino ochenta. Ése es elfavor que hace el que va a ser despedido. Pero denuevo hemos de centrarnos en Jesús y recordarcómo una buena parte de sus parábolas están alservicio del tema central de su predicación: el Rei-

no de Dios, que hay que aco-ger.

El lenguaje dramáti-co de algunas pa-

rábolas –y unejemplo es lanuestra–está di-ciendo,por esto,que conella no sequiereiluminarla inteli-gencia, si-no mover

el corazón;y para mover

el corazón elque habla o es-

cribe tiene que re-currir a medios del

lenguaje muy concretos.Jesús quiere decir a susoyentes que la hora queestán viviendo es deci-

siva e inesperada, y hay que actuar rápidamente. Eladministrador es alabado no por infiel, sino porinteligente. Está en momento crítico y debe pre-sentar las cuentas rápidamente. Lo que alaba Jesúses esto: la prontitud a reaccionar, que contrastacon la atonía que encuentra su predicación en par-te de sus oyentes. ¿No es una buena parábola paracristianos parados y sin vigor en su fe?

+ Braulio Rodríguez Plaza Obispo de Salamanca

XXV Domingo del tiempo ordinario

Una parábola para hoyEvangelio

En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípu-los: «Un hombre rico tenía un adminis-trador y le llegó la denuncia de que de-

rrochaba sus bienes. Entonces lo llamó y le di-jo: ¿Qué es eso que me cuentan de ti? Entré-game el balance de tu gestión, porque quedasdespedido.

El administrador se puso a echar sus cálculos:¿Qué voy a hacer ahora que mi amo me quita elempleo? Para cavar no tengo fuerzas; mendigarme da vergüenza. Ya sé lo que voy a hacer paraque, cuando me echen de la administración, en-cuentre quien me reciba en su casa.

Fue llamando uno por uno a los deudoresde su amo, y dijo al primero: ¿Cuánto debes ami amo? Éste respondió: Cien barriles de acei-te. Él le dijo: Aquí está tu recibo; aprisa, sién-tate y escribe “cincuenta”. Luego dijo a otro: Ytú, ¿cuánto debes? Él le contestó: Cien fanegasde trigo. Le dijo: Aquí está tu recibo; escribe“ochenta”.

Y el amo felicitó al administrador injustopor la astucia con que había procedido.

Ciertamente, los hijos de este mundo sonmás astutos con su gente que los hijos de la luz.Y yo os digo: ganaos amigos con el dinero in-justo, para que, cuando os falte, os reciban en lasmoradas eternas. El que es de fiar en lo menu-do, también en lo importante es de fiar; el queno es honrado en lo menudo, tampoco en loimportante es honrado. Si no fuisteis de fiar enel vil dinero, ¿quién os confiará lo que vale deveras? Si no fuisteis de fiar en lo ajeno, lo vues-tro, ¿quién os lo dará? Ningún siervo puedeservir a dos amos: porque, o bien aborrecerá auno y amará al otro, o bien se dedicará al pri-mero y no hará caso al segundo. No podéis ser-vir a Dios y al dinero».

Lucas 16, 1-13

Para edificar la paz se requiere ante todo que se desarraiguen las causas de la discordia entre los hom-bres, que son las que alimentan las guerras. Entre esas causas deben desaparecer principalmente las in-

justicias. No pocas de éstas proceden de las excesivas desigualdades económicas y de la lentitud en la apli-cación de las soluciones necesarias. Otras nacen del deseo de dominio y del desprecio por las personas,y, si ahondamos en los motivos más profundos, brotan de la envidia, de la desconfianza, de la soberbia ydemás pasiones egoístas. Como el hombre no puede soportar tantas deficiencias en el orden, éstas hacenque, aun sin haber guerras, el mundo esté plagado sin cesar de luchas y violencias entre los hombres. Co-mo, además, existen los mismos males en las relaciones internacionales, es totalmente necesario que, paravencer y prevenir semejantes males y para reprimir las violencias desenfrenadas, las instituciones internacionalescooperen y se coordinen mejor y más firmemente y se estimule sin descanso la creación de organismos quepromuevan la paz.

Dados los lazos tan estrechos y crecientes de mutura dependencia que hoy se dan entre todos los ciudadanosy entre todos los pueblos de la tierra, la búsqueda certera y la realización eficaz del bien común universalexigen que la comunidad de las naciones se dé a sí misma un ordenamiento que responda a sus obligacionesactuales, teniendo particularmente en cuenta las numerosas regiones que se encuentran aún hoy en estadode miseria intolerable.

CCoonnssttiittuucciióónn GGaauuddiiuumm eett ssppeess ,, 8833--8844

Esto ha dicho el ConcilioEsto ha dicho el Concilio

Ilustración de Le nouvel observateur

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J. F. Serrano Oceja

No hay más contradicción en el corazón delhombre que la negación de su propio desti-no. El símbolo del ataque terrorista a las To-

rres Gemelas de Nueva York nos recuerda que elcorazón de Prometeo, el corazón de cristal sobre elque se blinda la seguridad de los hombres y de las so-ciedades contemporáneas, no ha erradicado la vio-lencia y el terror, el amargo resabio de la incohe-rencia. Juan Pablo II, en el discurso durante la visi-ta al Mausoleo de Yad Vasehd, de Jerusalén, el jue-ves 23 de marzo de 2000, se preguntó, y nospreguntó, ante la memoria de las millones de vícti-mas inocentes del nazismo: «¿Cómo pudo sentir elhombre un desprecio tan hondo por el hombre?»

El pasado verano, el premio Nobel de la Paz, ElieWiesel, escribía un extenso artículo en la prensa eu-ropea, con el título: Terrorismo: mal absoluto. Des-pués de recordar los recientes azotes de la hidra ve-nenosa de la violencia sin rostro, Elie Wiesel se pre-guntaba: «¿Qué es el terror? La pirámide invertida,

¿es el reino exclusivo de la fuerza? Es el reino sin lí-mites del miedo (…) Bajo un régimen terrorista, elhombre deja de ser una creación única con infini-tas posibilidades y, por tanto, con una capacidad dedecisión ilimitada, para convertirse en un número oun monigote, con la única diferencia de que los nú-meros y los monigotes son impermeables al miedo.Pero, ¿cómo explicar entonces el atractivo del te-rror en algunas mentes? ¿Es por ansia de poder? ¿Otal vez por deseo de venganza?»

El terrorismo es capaz, y ésta es la experienciade estos días, de generar preguntas que aparente-mente no tienen respuesta. Sólo si se trasciende la ló-gica de la puesta en escena del odio y la venganza se-remos capaces de superar los iniciales momentosde estupor que este tipo de acciones, nada huma-

nas, producen en nuestras conciencias. Podemos ydebemos –nada de lo humano nos es ajeno– buscaralgunas respuestas en las palabras de Juan Pablo IIel 29 de septiembre de 1979, en la localidad irlandesade Drogheda, muy cerca de la frontera con el Ulster:«El cristianismo no nos impide ver las injustas si-tuaciones sociales o internacionales. Lo que el cris-tianismo nos prohibe es buscar soluciones a estassituaciones por los caminos del odio, del asesinato depersonas indefensas, con métodos terroristas. Laviolencia es una mentira, porque va contra la ver-dad de nuestra fe, la verdad de nuestra humanidad.La violencia destruye lo que pretende defender: ladignidad, la vida, la libertad del ser humano. Nocreáis en ella. Reconciliación es una palabra que nopuede estar ausente del vocabulario de la conciencia

RaícesAlfa y Omega16 20-IX-2001

Ese intolerable desprecio al hombre

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Raíces Alfa y Omega 13-IX-2001 17

cristiana». Del abundante magisterio de Juan Pablo II sobre

el fenómeno de la violencia y del terrorismo, recobraespecial interés el discurso que envió al CongresoInternacional de la Unión Mundial de la DemocraciaCristiana, con fecha de 18 de febrero de 1982. «To-do el mundo constata –señala el Santo Padre–, enprimer lugar, que los terroristas pueden disponer hoydía de armas terribles, las cuales se procuran con ex-cesiva facilidad. Esto favorece su obra destructora, pe-ro no basta para explicar las raíces del fenómeno nisu gravedad. Está, sobre todo, el hecho de que el te-rrorismo se ha podido convertir en una arma psico-lógica eficaz, gracias a la repercusión inmediata yuniversal difundida por los medios de comunicaciónsocial, los cuales consideran como un deber señalarla noticia.

Más profundamente sería necesario explicar lacausa por la que seres humanos como nosotros re-curren a este medio lamentable. Impulsos de vio-

lencia duermen desde siempre en el corazón de loshombres, al mismo tiempo que impulsos de paz, deamor; sin duda, los primeros se encuentran más ex-citados en la actualidad. ¿Será el recrudecimientode las injusticias o su toma de conciencia lo que sus-cita estas reacciones violentas? Pero ¿cómo puedela causa invocada justificar el método? Existe, so-bre todo, la difusión cada vez más frecuente deideologías de violencia, de lucha odiosa, que defor-ma la conciencia hasta el punto de eliminar todo es-crúpulo en quienes ordenan o realizan estos actosbárbaros; más aún, que los conducen a justificarse, agloriarse de ellos como de un deber o de una buenaacción. El mal es profundo en el pensamiento y en elcorazón del hombre. Está, por último, la complicidadde toda una red internacional de terrorismo, que en-cuentra apoyo o incitaciones secretas en tal o cualpotencia».

En otro momento del certero discurso de Juan Pa-blo II, se lee como grito explosivo de una tragedia clá-sica y moderna: «Cualesquiera que puedan ser lasraíces de la acción terrorista, las tentativas de justi-

ficación, nosotros no podemos sino repetir una vezmás y siempre: el terrorismo jamás está justificado enuna sociedad civilizada. Es un un retorno sofístico ala barbarie, al anarquismo. Es siempre una mani-festación de odio, de confusión ideológica, con laintención de sembrar la incertidumbre, el miedo en lavida nacional e internacional. El terrorismo quierejustificar su fin –y, a veces, un fin miserable– pormedios indignos del hombre. Se apodera de bienes yde un patrimonio precioso, sin consideración algunarespecto a los derechos que tienen legítimamente so-bre ellos las personas o la sociedad. Sobre todo –y es-to no puede ser admitido bajo pretexto alguno–, seapodera cruelmente, en forma de rapto, de tortura ode asesinato, de la libertad y de la vida humana deinocentes indefensos, que nada tienen que ver conla causa invocada o que son sencillamente el sím-bolo de una responsabilidad o de un poder al queellos atacan».

erable desprecio al hombre

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Desde la feAlfa y Omega18 20-IX-2001

A. Llamas Palacios

Desde que mi Santina viniese a ofrecerme suconstante protección y apoyo hace cientosde años, una parte de mi alma y mi espíritu

reposan mansamente en estas montañas. Por las no-ches, lejos del bullicio de los turistas y visitantes,el santuario de Covadonga reza su particular ora-ción de descanso y silencio,y las montañas que lo rodeanse sonríen plácidamente. To-dos, montañas, santuario yyo, Don Pelayo, hemos vivi-do mucho ya. Mi estatua sealza con orgullo a la izquier-da de la basílica de Covadon-ga. Desde mi emplazamien-to observo constantementecómo pasa la vida, inaltera-ble para estas montañas, ver-tiginosamente para los mor-tales. Pero, estos últimos días,una gran sorpresa vino a des-pertar a Covadonga del letar-go de la monotonía.

Era una mañana soleadade sábado. El santuario repo-saba tranquilo y pequeñosgrupos de peregrinos llegaban, como es costumbre,a visitar estos lugares. El silencio que imponen lasmontañas desde hace siglos seguía inalterable, perosúbitamente pude divisar, en la subida al santuario,una pequeña fila de jóvenes que se extendía a lo le-jos en el camino. Llegaban tranquilos, con paso se-guro y sonrisa transparente en los labios. A medidaque avanzaban pude oír sus palabras. Un murmulloconocido me confirmó que rezaban el Rosario. Eratoda una provocación para algunos visitantes aje-nos a aquella peregrinación, que no podían evitarquedarse inmóviles observando el extraño suceso:gente joven, mostrando orgullosos esa juventud, re-taban al mundo con sus cánticos a María y su oraciónapasionada. Pude ver cómo los miraban entre sor-prendidos y burlones. No me extrañó. Tanta unión ytanto amor sólo puede causar desconcierto para el ob-servador no participante.

Finalmente, llegaron hasta mí. Allí, examinán-doles de cerca, comprobé que no había nada que lesdiferenciara de los demás: piercings, tatuajes, fres-cura y alegría, nada desentonaba. Eran jóvenes de es-te siglo, pero verdaderamente alternativos. Parecíaque habían optado gustosos por la minoría del amora Dios. Parecían valientes, decididos, deseosos deconocer a la Santina, saber lo que Ella les pedía.

Pronto, el santuario se llenó de música. No eramúsica cualquiera. Sus letras hablaban de entrega, decompromiso, de verdad: Migueli, Olga Poza, Ter-cera República, Maranatha…; los peregrinos sal-taban al ritmo de las guitarras y, a la vez, pronun-ciaban aquellas palabras que les hacían vibrar. Entrela música, testimonios de jóvenes y no tan jóvenescompartiendo su experiencia de Dios. Un joven se-minarista relató cómo Dios entró en su vida, y cómosentía la ternura de la Virgen Madre de Dios. Im-pactante para los jóvenes fueron las palabras cerca-

nas y sencillas del obispo auxiliar de Madrid mon-señor César Franco, que abrió su corazón hablandode su madre, y cómo ésta le acercó más al sufri-miento de la Virgen a los pies de la Cruz.

La noche de aquel viernes se celebró una Vigilia.Un hombre vestido de negro y rojo hablaba a los jó-venes. Oí cómo le llamaban cardenal. También su-pe que se encontraban muchos obispos. «Hay queiluminar y ser del mundo la luz», decían, y la músi-ca se golpeaba contra las montañas que nos rode-an, y rompía de nuevo el silencio con fuerza, al igualque hacía con los corazones de algunos que, senta-dos en el suelo, en medio de la oscuridad, rezabanpensando que aquel encuentro era otro regalo deDios.

La siguiente mañana, domingo, el santuario vol-vió a llenarse de música. Nunca había vivido unaEucaristía igual. Guitarras eléctricas, flautas trave-seras, violines, batería… interpretaban cancionesque muchos escucharon con gusto, a pesar de que losobispos y los sacerdotes concelebrantes se miraban,entre extrañados y divertidos, ante una misa tan po-co común. Aquel hombre vestido de negro y rojo,que todos llamaban cardenal Antonio María Rou-co, volvió a hablar. Esta vez pronunció frases diri-gidas a los atentos peregrinos sentados en el suelo:«Somos jóvenes no sólo en edad y en vigor físicoy psicológico, sino también en el alma y en el cora-zón. Jóvenes que quieren y se proponen en estosmomentos de su Patria, de la sociedad y del mundo,ser protagonistas a un renacimiento espiritual de lasnuevas generaciones de España. (…) Es hora de des-cubrir con María, en Covadonga, queridos jóvenesvenidos de toda España, esa personalísima vocaciónrecibida del Señor para vencer definitivamente ennuestras vidas la tentación de las tinieblas y del odio,las del rencor y de la muerte, diciendo con María a

Jesucristo: cúmplase en mí tu llamada, tu palabra, tuinvitación a vivir la apasionante aventura del Evan-gelio en el sagrario más íntimo de mi vida perso-nal; y clara y limpiamente, entre mis amigos y com-pañeros, en cualquier ámbito donde yo me mueva: enla familia, en el estudio y en el trabajo, cuando me di-vierto, sueño, me desilusiono… ¡Cueste lo que cues-te! Sin tener miedo a decir Sí a la vida consagrada,al sacerdocio, a la vocación del seglar apóstol (…)Porque, efectivamente, Jesús nos busca personal-mente, a cada uno, como si no hubiese nadie másen el mundo que nosotros».

Después, aquel cardenal de rostro sereno anuncióalgo que la muchedumbre acogió con aplausos: elPapa Juan Pablo II había enviado un telegrama; en él,invitaba a los jóvenes a prepararse para el próximoencuentro mundial de la Juventud, en Toronto, man-teniendo vivo el eco de Roma. También quiso im-pulsarles a conocer, en el santuario de Covadonga, lasraíces de la fe cristiana. En este paraje santo, las pa-labras del Papa imploraban a la Virgen que la ju-ventud venidera fuera realmente la luz del mundo.

Todo acabó después de aquella Eucaristía. Losjóvenes se dispersaban e iban desapareciendo lade-ra abajo, hacia sus destinos. Pero algunos se acer-caron a mí. Con el pensamiento, me miraban y supeque Sandra, de 20 años, me decía que «lo que másme ha impactado de todo esto ha sido poder ver a tan-tos jóvenes juntos, en un momento en que hay tan po-cos en las parroquias. El obispo de Teruel hizo unareflexión preciosa sobre la Virgen María, y la Eu-caristía de hoy domingo, con su música, me ha ayu-dado mucho a orar». Luego se acercó a mí otra chi-ca, paseando sola, me contó que se llamaba Palo-ma, que tenía 18 años y que había querido venir aCovadonga para tener un encuentro con la Virgen:«Me ha ayudado muchísimo, porque he aprendido unmontón de cosas sobre la Virgen. Yo veo muy biena los cristianos jóvenes y cada vez noto más fe enellos. Estoy muy a gusto en estos encuentros por-que puedes hablar con cualquiera de Dios, y mesiento comprendida y nunca sola. No olvidaré cuan-do nos pusimos a rezar en la cueva frente a la Vir-gen».

Ahora que todos se han ido, el santuario ha vuel-to a su silencio y recogimiento habitual. Las mon-tañas han suspirado, por fin, tranquilas; yo sigo vi-gilando estos parajes, y la Virgen continúa en sucueva, acogiendo a todos los peregrinos, sean jóve-nes o no, desde su presencia sencilla de Madre. Só-lo yo sé que la Santina ha sonreído estos días.

Concierto de Migueli, ante el santuario de Covadonga.A la izquierda, un momento de la Eucaristía del domingo

Jóvenes de toda España en Covadonga

El reto de una juventud distinta

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La semana ha estado repleta de cele-braciones en torno a la Cueva de laSantina. El primero de los actos

acontecidos en Covadonga fue la celebra-ción del centenario de la basílica. El vier-nes 7 de septiembre se cumplían los cienaños de la dedicación de la basílica de Co-vadonga a la Virgen. En la celebración dela Eucaristía, presidida por el cardenalFrancisco Álvarez Martínez, arzobispo deToledo y Primado de España, y en la que

concelebraron el Nuncio de Su Santidad,monseñor Manuel Monteiro de Castro, ylos arzobispos de Burgos, Santiago deCompostela, Valladolid y Zaragoza, losobispos de Astorga, León, Santander y Si-güenza-Guadalajara, se unieron al arzo-bispo de Oviedo, monseñor Gabino DíazMerchán y a su obispo auxiliar. Estuvopresente el Príncipe de Asturias, Don Fe-lipe de Borbón. En su homilía, el carde-nal Primado recordó cómo presenta la tra-dición de la Iglesia diocesana la dedica-ción de la basílica y cuál es la actitud quedebía tener el peregrino ante el este templo:

«Las oraciones nos hacen revivir –di-jo–, el día de la consagración, para ofre-cer un servicio digno al Señor y obtenerlos frutos de una plena redención, implícitaen las enseñanzas de la Palabra de Diosque se proclama». El significado de estadedicación arraiga en la enseñanza de losSantos Padres de que la casa de Dios so-mos nosotros mismos. El cardenal de To-ledo invitó a vivir bajo tres dimensiones:«La primera, conectar con su pasado, conlos que han sido los constructores de es-tos muros, hoy centenarios; con los queaquí rezaron, pero que reviven en nosotroscon el ejemplo que nos legaron. La se-gunda, conversar con los vivos, con losque nos proyectamos hacia el futuro desde

el pasado, que quien no vive el presentecon lo heredado es que está muerto. Y latercera, en contemplación silenciosa, ca-minar hacia el mañana, con aquel amor a laSantina de los que aquí abrieron sus labiosy su alma en oración al Señor en los brazosde su Madre de Covadonga, que perma-necen en lo que nos legaron, herencia quehemos de transmitir a quienes nos suce-dan».

Después de la celebración eucarísticael Príncipe de Asturias, durante un al-muerzo con el Patronato Real de la Grutay Sitio de Covadonga, recordó «aquel inol-vidable primero de noviembre de 1977 enel que mi padre, Su Majestad el Rey, mepedía que no olvidase que la Cruz de laVictoria simboliza el triunfo que todos losespañoles tenemos que conquistar: unavictoria sobre el egoísmo y la ambición;sobre la incultura y la ignorancia; sobre lapereza y la disgregación; sobre la incom-prensión y las diferencias negativas; unavictoria que es preciso conseguir y conso-lidar cada día». Durante el brindis donFelipe destacó: «Covadonga es segura-mente un proyecto vivo de fe y cultura enel que no cabe la exclusión, y se siente poresta razón orgullosa de acoger gozosa-mente a tantos miles de peregrinos y visi-tantes que en ella encuentran hogar parasus emociones, sueños e ilusiones».

El Santo Padre Juan Pablo II, que nun-ca olvida a la Santina de Covadonga desdesu grata visita a este santuario mariano enagosto de 1989, hizo llegar unas paternalespalabras de comunión y de aliento, de lasque se hizo portador el Nuncio monseñorMonteiro de Castro: «Juan Pablo II ex-horta a colaborar en la tarea de hacer deltemplo de Covadonga, la Santa Cueva ydemás lugares significativos de ese histó-rico lugar, un centro de espiritualidad yevangelización cada vez más dinámico yatractivo para tantos peregrinos que de to-dos los rincones del mundo acuden paraorar y renovar su fe. Mientras pide al Señorque la Santina, en su visita a los diversosarciprestazgos de la archidiócesis, hagacomprender a las familias y comunidadessu maternal premura por cada uno de sushijos predilectos, así como la necesidadde vivir coherentemente la fe en el propioambiente familiar, eclesial, laboral o so-cial, encarnando en la práctica los valoresdel Evangelio».

El santuario de Covadonga se componede la gruta donde está la imagen de la Vir-gen y donde se apareció al héroe astur, lastres cruces al pie de la gruta y la gran ba-sílica neorrománica que se empezó a cons-truir en 1868 en lo que se conocía comoel Cerro del Cueto. Junto a ella, en la Ca-sa Capitular, se conservan los tesoros dela Virgen: pinturas, grabados, fotografías,esculturas y manuscritos inéditos que sepueden visitar en la exposición: Cova-donga: iconografía de una devoción.

Carmen María Imbert

España Alfa y Omega 20-IX-2001 19

7 de septiembre de 2001: Centenario de la consagración de la basílica de Covadonga

Covadonga, herencia viva

Un momento de la celebración eucarística el pasado 7 de septiembre en la basílica de Covadonga

En el centenario de su dedicación como Basílica el san-tuario de Covadonga sigue siendo símbolo y realidad de

una devoción mariana arraigada en nuestro país. La historia sobre la imagen y la gruta de la Santina datadel 722, cuando Don Pelayo invocó su protección paraconseguir el triunfo de las tropas cristianas frente a los

musulmanes. Así reza el escrito sobre piedra que se en-cuentra frente a la basílica: «Aquí en el monte Auseva,morada inmemorial de la Virgen, renació la España de

Cristo con la gran victoria de Pelayo y de sus fieles sobrelos enemigos de la Cruz»

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MundoAlfa y Omega20 20-IX-2001

A. Llamas Palacios

Si se mira unos años atrás, la trami-tación de los procesos de beatifica-ción y canonización tenía lugar en

la entonces Sagrada Congregación de Ri-tos de la Santa Sede. En el año 1969, Pa-blo VI creó la Sagrada Congregación pa-ra las Causas de los Santos. La realidadde nuestros días es que el número de cau-sas y procesos de santidad aumenta de ma-nera importante en las diócesis, hasta elpunto que, por citar ejemplos españoles, enMadrid y Valencia los arzobispos estima-ron necesario crear una Delegación epis-copal para las Causas de los Santos, in-dependientes del Tribunal Eclesiástico,antiguo responsable de estos casos. Noson las únicas. Las causas de tramitaciónse acumulan en otras diócesis como lasde Oviedo, Barcelona, Sevilla, Ávila, Jaén o Toledo, lo que hace que muchosobispos, en la medida de sus posibilida-des, planeen crear una Delegación epis-copal similar.

La creación de estos órganos implicaríacontar con personal preparado debida-mente, ya que los procesos en las causas decanonización se rigen por las normas delCódigo de Derecho Canónico, y ademáspor una normativa propia que afecta a lavalidez del proceso.

Con motivo de estos cambios que es-tán teniendo lugar, la Delegación para lasCausas de los Santos de la archidiócesisde Madrid, con el auspicio de la Facultadde Teología San Dámaso, ha organizadoun Congreso Internacional que se cele-brará del 25 al 28 de septiembre, en el Eu-roforum de San Lorenzo de El Escorial(Madrid), con el objetivo de analizar elsentido de las causas de los santos en lasIglesias diocesanas, y la tramitación de lasmismas.

El martes, 25 de septiembre, el Con-greso comenzará con unas palabras debienvenida de don Ricardo Quintana Bes-cós, Delegado episcopal para las Causasde los Santos, de Madrid, y contará tam-bién con una intervención del cardenal Jo-sé Saraiva Martins, Prefecto de la Con-

gregación para las Causas de los Santos.El miércoles 26 los asistentes al Congresopodrán escuchar las reflexiones de exper-tos ilustres, como monseñor José Luis Gu-tiérrez, profesor de Derecho, de la Uni-versidad Pontificia de la Santa Cruz de Ro-ma, o monseñor Sandro Corradini, Pro-motor de la Fe, de la Congregación paralas Causas de los Santos. El jueves 27 elpadre Ambrosio Eszer, Relator General dela Congregación para las Causas de losSantos, el padre Fidel González, consul-tor de esta Congregación vaticana, don

Gonzalo Anes, director de la Real Acade-mia española de la Historia, y EduardoNowak, Secretario de la Congregación pa-ra las Causas de los Santos, serán los en-cargados de presentar sus ponencias antelos asistentes al Congreso. Finalmente, elviernes 28 de septiembre se clausuraránlas Jornadas con la celebración de la Eu-caristía presidida por el cardenal AntonioMaría Rouco Varela, arzobispo de Madridy Presidente de la Conferencia EpiscopalEspañola, en la catedral de La Almudenade Madrid.

Jornadas de Estudios sobre Las Causas de los Santos

Aumenta el número de Causasde canonización

Los procesos de beatificación y canonización serán el temaa estudiar en las Jornadas sobre Las Causas de los Santos,

que tendrán lugar del 25 al 28 de septiembre en SanLorenzo de El Escorial (Madrid). A este Congreso asistirán

los máximos responsables del Dicasterio Romano, así comolas personas más autorizadas en este momento dentro deeste campo, que expondrán durante estos días la teoría y

la práctica de los procesos de beatificacióny canonización, que cada vez son más frecuentes

en las diócesis

Portada delprograma

de las Jornadas

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Jesús Colina. Roma

Así se podría resumir el viajeque Juan Pablo II realizará en-tre el 22 y el 27 de septiembre

próximos, con el objetivo claro de lan-zar nuevos puentes entre el cristianis-mo de Oriente y de Occidente, entre laIglesia católica y la ortodoxa. Es elviaje internacional número 95 de supontificado y el tercero de este año,tras las visitas que le llevaron tras lashuellas de san Pablo, en mayo, a Gre-cia, Siria y Malta, y a Ucrania en junio.

En Kazajistán, el Santo Padre ate-rrizará en Astana, capital recién es-trenada del país, una especie de Bra-silia en el centro de Asia. La comuni-dad católica local no llega a los200.000 fieles, en un país de 15 mi-llones de habitantes y de dimensionesque se asemejan a las de los países queconforman la Unión Europea.

A partir del 4 de septiembre pasa-do se han empezado a distribuir lospases para la misa que celebrará elPontífice en la plaza de la Madre Patriade aquella ciudad. Los organizadoresse han llevado la sorpresa de su vida,al constatar que el 90% de las personasque han recogido las invitaciones sonmusulmanes. En 1998, se hizo un con-curso nacional para escoger al perso-naje del siglo XX: el elegido fue KarolWojtyla.

El Gran Mufti de este país, en elque el 47% de la población es musul-mana, ha pedido a los fieles islámicosque se preparen para recibir al granhuésped. Varios líderes religiosos is-lámicos han invitado a los musulma-nes a participar en los actos: «La misaes un gesto sagrado y nos hará bientambién a nosotros». No hay que ol-vidar que este Papa ha sido el primeroen visitar un mezquita, precisamenteeste mismo año en Damasco.

El 44% de la población es ortodo-xa, pero aquí, a pesar de que el arzo-bispo gravita en torno a Moscú, las re-laciones entre católicos y ortodoxosson bastante buenas: de hecho, com-parten algunas iglesias, y muchos or-todoxos también asistirán a la misadel Pontífice.

El viaje suscitará gran interés enlos medios de comunicación rusos,pues Juan Pablo II hablará en ruso,único idioma común entre todos loshabitantes de este país, que se convir-

tió en tierra de deportación en tiem-pos soviéticos.

Armenia: unidad posible

El viaje concluirá en Armenia, res-pirando un fuerte sabor ecuménico. ElPapa va para visitar a la hija primo-génita de Roma, el primer país de laHistoria que abrazó la fe cristiana ha-ce exactamente diecisiete siglos, in-cluso antes que Francia, a pesar de quelos galos se hayan atribuido esta pri-mogenitura. Pero va sobre todo parademostrar que las diferencias entre loscristianos pueden ser superadas.

En efecto, la división de la Iglesiaapostólica armena, mayoritaria en elpaís (cuenta hoy con unos 7 millonesde fieles, de los cuales tan sólo 2 mi-llones viven en el país), precede enmedio milenio al cisma ortodoxo deOriente. Y, sin embargo, divididos des-de hace más de 1500 años, el mismoPapa Juan Pablo II y el Catholicós detodos los Armenios, Karekin I, líderde la Iglesia, pusieron fin, en Roma, en1996, a sus diferencias sobre la natu-raleza de Cristo, cuestión teológicaque había sido la causa de la separa-ción original. Tras el Concilio de Cal-cedonia, la Iglesia armena fue consi-derada erróneamente monofisita y, por

ello, fue declarada herética. Ahora,con este viaje, eliminado el malen-tendido teológico, el Papa pretendedar un fuerte impulso a la unidad.

Juan Pablo II será recibido con to-dos los honores por el Catholicós, Ka-rekin II, participará en una celebra-ción ecuménica, y celebrará la misaen rito latino en Etchmiadzin, la ciu-dad símbolo del cristianismo allí, lla-mada el Vaticano de Asia. Rendirátambién homenaje a los dos millonesde víctimas del genocidio cometidopor los Jóvenes turcos en 1915.

La visita constituye un extraordi-nario apoyo para los católicos de Ar-menia. A causa de las persecucionesseculares, la sede del Patriarcado ca-tólico se encuentra en el Líbano. ElPatriarca todavía no sabe cuándo podráregresar a su país de origen, pues enArmenia existe el Patriarcado de losarmenios apostólicos.

«Históricamente la sede de nues-tro Patriarcado ha estado en Cilicia,lo que hoy es el Líbano, a causa de laspersecuciones –aclara Su BeatitudNarses Bedros XIX–. Esperamos re-gresar a Armenia, a no ser que, mien-tras tanto, se dé un milagro y tenga lu-gar la unión entre católicos y ortodo-xos. Entonces sólo habrá un Patriar-ca: es lo que deseamos».

22-27 de septiembre: seis días para tocar el corazón de Asia postsoviética

El Papa en Kazajistány Armenia

6 días en el corazón de Asia. Primero en Kazajistán, ex-República soviética de mayoría musulmana,donde 102 etnias conviven pacíficamente tratando de dejar a sus espaldas la pesada herenciadel totalitarismo comunista. Después, para festejar sus 1.700 años de cristianismo, en Armenia,cruce de caminos en una región que trata de encontrar nuevos equilibrios tras el derrumbe soviético

Mundo Alfa y Omega 20-IX-2001 21

HA

BLA

EL

PA

PA

El malno tiene

la últimapalabra

Ante acontecimientos deun horror tan incalifica-

ble no podemos menos dequedar profundamente tur-bados. Me uno a cuantos enestas horas han expresadosu indignada condena, rea-firmando con vigor que loscaminos de la violencia nun-ca llevan a verdaderas so-luciones de los problemasde la Humanidad.

Fue un día tenebrosoen la historia de la Hu-manidad, una terribleafrenta contra la dignidaddel hombre. Desde que re-cibí la noticia, seguí con in-tensa participación el desa-rrollo de la situación, ele-vando al Señor mi apre-miante oración. ¿Cómopueden verificarse episodiosde una crueldad tan salva-je? El corazón del hombrees un abismo del que brotana veces planes de inauditaatrocidad, capaces de des-truir en unos instantes la vidaserena y laboriosa de unpueblo. Pero la fe sale anuestro encuentro en estosmomentos en los que todocomentario parece inade-cuado. La palabra de Cristoes la única que puede daruna respuesta a los interro-gantes que se agitan ennuestro espíritu. Aun cuan-do parecen dominar las ti-nieblas, el creyente sabeque el mal y la muerte notienen la última palabra.Aquí se funda la esperanzacristiana; aquí se alimenta,en este momento, nuestraconfianza apoyada en laoración.

Pidamos al Señor que noprevalezca la espiral delodio y de la violencia.

(12 -IX-2001)

Santa Misa en la casa de una familia católica en Kazajstan.

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Número 2 de Nuntiumen español

El Hijo del Hombre y los hombresdel dos mil es el tema principal al

que está dedicado el número 2,que acaba de aparecer, de la re-vista Nuntium, que la Pontificia Uni-versidad Lateranense edita, en co-laboración (para la edición espa-ñola) con la Fundación UniversitariaSan Pablo-CEU, sobre el tema es-criben firmas tan acreditadas co-mo Messori, Andreotti, Zeffirelli, Pe-trosillo... etc. Asimismo la revistapublica un interesantísimo trabajode monseñor Henry Teissier, arzo-bispo de Argel, sobre Cristianos ymusulmanes en una Argelia ensan-grentada.

Las Edades del Hombre,en Ars Sacra

El número 19 de la revista del Patri-monio Cultural de la Iglesia Ars Sa-

cra, que acaba de aparecer, está de-dicado esencialmente a Las Edadesdel Hombre, a la impresionante ex-posición que está registrando un éxi-to sin precedentes en Zamora, bajoel título RemembranZa. Escriben so-bre el tema el obispo de Zamora, mon-señor Casimiro López Llorente, y eldirector de la revista, don Ángel Sán-chez Campo, así como otros exper-tos y críticos de arte. También ofrecela revista un interesante dossier dedi-cado a los Campaneros.

La vidaAlfa y Omega22 20-IX-2001

La dirección de la semanaLa páginas web de esta semana, canalsolidario.com, es un portal

especializado en contenidos de cooperación, voluntariado y so-lidaridad. En su sección Donagratis todos los meses aparece unproyecto que recibe financiación de las empresas en la medida queel internauta se conecta. Se donan 4 pesetas por cada click. El pro-yecto de este mes está gestionado por la ONG española CESAL, ysu objetivo es que 85 familias indígenas mexicanas, en situación depobreza, puedan poner en marcha granjas avícolas y, con ello, lo-gren la autosuficiencia alimentaria y una dieta equilibrada.

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INTERNET

http://www.canalsolidario.com

Nombres propios

El pasado 3 de septiembre se celebró, presidida por el obispo deJerez, monseñor JJuuaann ddeell RRííoo MMaarrttíínn, la apertura del proceso de

beatificación del padre jesuita PPeeddrroo GGuueerrrreerroo GGoonnzzáálleezz, falleci-do en accidente en 1973, a cuya ordenación sacerdotal dedicópreciosos versos JJoosséé MMaarrííaa PPeemmáánn.

El cardenal DDaarrííoo CCaassttrriillllóónn, Prefecto de la Congregación para elClero, ha firmado una declaración pública ante la llamada Confe-rencia por la paz en el mundo, que NNiicchhoollaass GGrruunneerr, de Canadá,ha organizado en Roma del 7 al 13 de octubre, en la que recuerdaque sobre Gruner pesa una suspensión a divinis confirmada porsentencia definitiva del Tribunal Supremo de la Signatura Apostóli-ca. Por tanto, las actividades de Gruner, entre otras esa conferencia,no gozan de la aprobación de las autoridades eclesiásticas legítimas.

La editorial Edibesa acaba de publicar la 54 edición del libroPara salvarte. Enciclopedia católica del siglo XXI, cuyo autor es el pa-dre jesuita JJoorrggee LLoorriinngg, y que es un compendio, en lenguaje sencillo,de lo que todo cristiano debe saber para esta vida y la eterna. La obraha superado el millón de ejemplares sólo en España.

Hoy concluye en Alba de Tormes la 21 Marcha Teresiana, or-ganizada por la Hermandad de Santa Teresa, de Alba de Tormes.A pie, a ritmo de carreta, y por la misma calzada y los mismos pue-blos que la santa de Ávila recorrió hasta llegar a la villa ducal, la vís-pera de San Mateo, esta edición de la Marcha ha tenido como le-ma la frase de la santa Amigos fuertes de Dios.

El Coordinador General de Educación, de la Consejería de Edu-cación y Cultura de la Junta de Castilla y León, don FFrraanncciissccoo JJaavviieerrÁÁllvvaarreezz GGuuiissaassoollaa, y el Director General de Universidades, donJJuuaann JJoosséé MMaatteeooss OOtteerroo, han valorado muy positivamente la tra-yectoria de la Universidad Católica de Ávila.

Monseñor RRoosseennddoo ÁÁllvvaarreezz GGaassttóónn, obispo de Almería, ha pre-sentado al Santo Padre su renuncia, al cumplir los 75 años, edad queprescribe el Código de Derecho Canónico, para que los obispospongan sus cargos a disposición de la Santa Sede.

Don EEsstteevvee VViiddaall, Consejero Delegado para las Relaciones Insti-tucionales de Andorra, ha presentado un informe al comité de laONU que despliega todo su poder de presión contra Andorra, elpaís católico más pequeño del mundo, para que legalice el aborto,en el que indica que su país «reconoce el derecho a la vida de losno nacidos», y que «por eso el aborto es un crimen».

La MMaaddrree TTeerreessaa ddee CCaallccuuttaa no fue sometida a un rito de exor-cismo, como se ha publicado, sino que, sencillamente, un sacerdo-te rezó sobre ella las oraciones que la Iglesia tiene establecidas pa-ra los moribundos, y que tradicionalmente son conocidas por elpueblo fiel como la Recomendación del alma: así lo ha precisado yasegurado el arzobispo de Calculta, monseñor DD’’SSoouuzzaa.

El club Zayas de Madrid ha presentado su programa de activi-dades del nuevo curso, con las más diversas iniciativas: arte, cine,exposiciones, historia, humanidades, idiomas, literatura, museos,música, psicología, viajes... etc. Destaca el acto solemne de inau-guración de curso; este año corre a cargo de la Presidenta del Con-greso de los Diputados, doña LLuuiissaa FFeerrnnaannddaa RRuuddii, que hablará so-bre El papel de la mujer en la política y en la cultura del siglo XXI.

Una visita muy esperadaEscribe Edo Canetta, desde Astana, Kazajistán

El próximo viaje del Santo Padre a Kazajistán es esperado no sólo porparte de la pequeña comunidad católica (cerca de un 3% de la po-

blación), sino también por gran parte de los demás que, en su mayoría,son de tradición musulmana o cristiano-ortodoxa. Los recientes y trági-cos hechos americanos, si por una parte, obviamente, hacen aumentar lapreocupación por la seguridad (que aquí está ampliamente garantiza-da), por otra parte hacen aún más significativa la visita del Santo Padrea un país que –a pesar de los miles de problemas surgidos, sobre todo enla época soviética, cuando se convirtió en un lugar privilegiado para lasdeportaciones en masa y en polígono nuclear soviético– hoy aparece co-mo un ejemplo singular de pacífica convivencia entre personas de diver-sas etnias y religiones. Aquí la relación con los ortodoxos siempre ha si-do tradicionalmente pacífica. La mayor parte de los católicos llegaronaquí deportados por Stalin, y en aquel período no era raro el caso en elque sacerdotes católicos y ortodoxos se preocupasen, además de la pro-pia, también de la otra comunidad. Incluso, en algún caso, el sacerdotecatólico se confesaba con el ortodoxo, y al revés; porque no había otraalternativa.

Los mismos kazajos son musulmanes un poco particulares, en el senti-do de que en la tradición kazaja prevalece no sólo la tolerancia, sinotambién la acogida a los otros. Puede parecer paradójico, pero en ladistribución de las entradas para participar en la Santa Misa, que el San-to Padre celebrará en la plaza de la Madre-Patria, estarán presentes másmusulmanes que cristianos, también porque el clero musulmán local ha re-comendado la participación en el encuentro con el Santo Padre comoun gesto santo y, por lo tanto, idóneo también para las familias musulmanes.

Puede ser útil subrayar que el Papa celebrará la liturgia y se dirigirá ala gente en lengua rusa, que aquí es la lengua más hablada, aunquetampoco faltarán las menciones en lengua kazaka (turco-mongola), que aquíes la lengua oficial.

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La vida Alfa y Omega 20-IX-2001 23

Miguel de Santiago, autor de la ampliaintroducción y responsable de esta

edición del Cantar de los Cantares, deFray Luis deLeón, afirmaque «una delas fuentes deinspiración denuestra mejorpoesía líricaha sido el li-bro bíblicodel Cantar delos Cantares.Dedica signi-ficativamenteesta edición,distribuidapor la Edito-

rial San Pablo, «a todos los que –comoFray Luis de León– han (hemos) sufrido, enalgún momento de nuestras vidas, una es-pecie de ronquera...»

Tras un análisis minucioso y exhaustivodel contexto histórico y del estilo literario deFray Luis de León, recuerda que los exegetasde todos los tiempos se han esforzado porabrir la cerradura de este magnífico poemabíblico, que consigue adentrarnos en el mis-terio. Esta edición ofrece, en primer lugar,el texto bíblico del Cantar, y luego los dos tex-tos de Fray Luis de León: Exposición del Can-tar de los Cantares y El Cantar de los Can-tares en octava rima.

Un estudio teológico sobre las fuentes de laRevelación que busca profundizar en el

papel de la mujer en la obra de la salvacióny en la sociedad»: así define la teología dela mujer, el pro-fesor José Igna-cio Saranyana,de la Universi-dad de Nava-rra y miembrodel Comité Pon-tificio de Cien-cias Históricas,en el libro queacaba de publi-car, editado porEdiciones Pro-mesa, Teologíade la mujer, te-ología feminis-ta, teología mujerista y ecofeminismo en Amé-rica Latina (1975-2000). El autor estudia,contrasta y replica la teología feminista, se-gún la cual la mujer es marginada y oprimi-da, y confluye en la teología de la libera-ción; la teología mujerista, que aboga porun espacio religioso de fondo más o menoscristiano, donde lo masculino y lo femeninoserían producto del contexto cultural; el eco-feminismo, que trabaja por un nuevo espacioreligioso construido fuera de lo cristiano.

Frente a estas tres corrientes el profesorSaranyana aboga por la teología de la mu-jer dentro de la gran tradición de la Iglesia ca-tólica, y muestra su preferencia por los ar-gumentos bíblicos y patrísticos.

MM..AA..VV..

El chiste de la semana

Libros de interés

Máximo, en El País

Crónica de una canonización

Los grandes acontecimientosson cuidadosamente prepara-

dos y deben ser fielmente man-tenidos en la memoria»: así es-cribe monseñor Ricardo Bláz-quez, obispo de Bilbao, en elprólogo al libro El coraje de lacaridad, sugestiva y completacrónica de la canonización desanta María Josefa del Corazónde Jesús Sancho de Guerra, fun-dadora de las Siervas de Jesúsde la Caridad, que acaba de serprimorosamente editada por laeditorial Monte Carmelo de Bur-gos. Con profusión de fotogra-fías a todo color, recoge los ecosde aquel jubiloso acontecimien-to de la canonización de la pri-mera santa vasca, y una puntualcrónica escrita por Miguel Án-gel Velasco.

El libro aparece cuando secumple el primer aniversario dela canonización, y con esta oca-sión Correos y Telégrafos hapuesto en circulación un sello de75 pesetas de valor facial, de-dicado a santa María Josefa.

Euros con la imagen del Papa, en el Vaticano

La Santa Sede ha anunciado que acuñará monedas del euro con el Papa Juan Pablo II, para la cir-culación interna en el Estado Vaticano. La versión del euro, que será de colección, tendrá valor

en toda Europa, como la de Mónaco y San Marino.

Mañana, Día Mundial del Alzheimer

Es una enfermedad neurológica cuyos costos sociosanitarios son escandalosamente elevados.Las familias con seres queridos afectados por esta terrible enfermedad han creado AFAL (Asociación

de familiares de enfermos de alzheimer) en la que bajo el lema Tu enfermo cuenta contigo, tú cuen-tas con nosotros, encuentran apoyo, asesoramiento, formación e información a través de múltiplesprogramas, servicios y actividades. Sólo en Madrid hay unos 50.000 casos diagnosticados. En lacapital de España y en otros municipios de la Comunidad de Madrid serán instaladas mañana me-sas informativas y petitorias. Más información: Tel. 91 594 14 12.

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Desde la feAlfa y Omega24 20-IX-2001

Textos: A. Llamas Palacios. Ilustraciones: Elena de laCueva

EEEEllll ppppeeeeqqqquuuueeeeaaaa llllffffaaaa

s acor-dáis del ca-pítulo de Caín yAbel,que publicamosen Pequealfa dentro de las Historias de

la Biblia? A veces, los hermanos se hacen daño en-tre sí. El ejemplo de la Biblia intentaba hacernos verun suceso que, desgraciadamente, ocurre con fre-cuencia. No sabemos bien por qué actuamos co-mo actuamos a veces, quizá movidos por malos sen-timientos como la envidia, el egoísmo o la soberbia¿O sí lo sabemos? El relato de Caín y Abel nos en-seña que cuando el hombre da la espalda a nues-tro Padre Dios, deja de amar a sus hermanos, lle-gando incluso a matarlos. Las injusticias tan gran-des que hay en el mundo, al pecar los hombrescontra Dios, hacen que la gente se vuelva violenta,desconfiada, muy triste. Y los hombres seguimoshaciéndonos daño, sin poner remedio a las injus-tas desigualdades.

Seguro que habéis visto por televisión, escu-chado por la radio o leído en los periódicos la tra-gedia que ocurrió en la isla de Manhattan de Nue-va York el 11 de septiembre. Aquellas llamadas To-rres gemelas, que tanto hemos visto en las pelis, yque simbolizan la fuerza y la riqueza de un país tanpoderoso como Estados Unidos, fueron derriba-das y, finalmente, desaparecieron, junto con otrosedificios.

Si os fijásteis bien, las reacciones de los mayo-res eran de mucha preocupación. Medio mundo es-taba pendiente de la televisión o de la radio, es-

cuchando y viendoen directo escenas te-

rribles de gente que noquería morir. Lo que había ocu-

rrido era que algunas personas,movidas por un odio terrible, se hi-

cieron con el mando de aviones que vo-laban tranquilamente cruzando el país. Sin pen-sar en las vidas de la tripulación del avión, los se-cuestradores cogieron los mandos y se fueron di-rectamente a estrellarse contra edificiosimportantes de la ciudad de Was-hington y Nueva York, en los quetrabajaban muchísimas perso-nas. En aquel dramático díamurieron miles de personasinocentes. A los secuestrado-res no les importaban sus pro-pias vidas, que con tanto cariñoDios les había dado; renegaron deÉl y por eso tampoco pensaron entodos los inocentes que mataroncon ellos.

Ahora, muchos países inten-tan unirse para luchar contra to-do este terrorismo que actúasin ningún respeto a la vida.Sin embargo, la violencia nopuede solucionarse con másviolencia. Eso sólo prolongaríalos problemas hasta quetodos nos hubiéramoshecho tanto daño queya no pudiéramos más.

Seguramente os pre-guntaréis qué podéis hacer vo-sotros en un conflicto tan grande e impor-

tan-te.

Pueshay al-

go funda-mental

que ningunodebemos olvi-

dar: hay querezar por la paz,

y rezar es volvernuestra mirada y

nuestro corazón a Dios,el Único que puede dar-

nos la paz verdadera. De-bemos poner nuestra esperanza

en la fuerza de la oración, que Jesúsescuchará lleno de amor.

Señor, hazme un instrumento de tu paz;donde haya odio ponga amor;

donde haya ofensa, ponga yo perdón;donde haya discordia, ponga yo armonía;donde haya error, ponga yo verdad;donde haya duda, ponga yo fe;donde haya desesperación,

ponga yo esperanza;donde haya tinieblas ponga yo luz;donde haya tristeza, ponga yo ale-gría.

Que no me empeñe tanto en ser consolado, como en consolar;en ser comprendido, como en com-prender;en ser amado, como en amar;porque dando, se recibe;olvidando, se encuentra;

perdonando, se es perdo-nado;

muriendo, se resucitaa la vida.

San Francisco deAsís

JJuunnttooss,, rreezzaannddoo ppoorr llaa ppaazz

O

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Desde la fe Alfa y Omega 20-IX-2001 25

Pequealfa os propone participar en un concurso.Se trata de que escribáis y nos mandéis una re-

dacción sobre algo especialmente bonito, sorpren-dente o curioso que os haya pasado este verano convuestros amigos, vuestra familia, en Misa, con Dios…

El mejor relato del verano recibirá como premio unlote de libros cedido por la eeddiittoorriiaall SS..MM. El 18 de oc-

tubre se publicará el nombre del ganador del con-curso, así como su relato en el Pequealfa.

Podéis enviar vuestras redacciones a:

PPeeqquueeaallffaa.. CCoonnccuurrssooAAllffaa yy OOmmeeggaaPPllaazzaa CCoonnddee ddee BBaarraajjaass,, 11-- 2288000055 MMaaddrriidd C

ON

CU

RSOEl mejor relato del verano

GGeemmaa MMaarrttíínn,, 33 aaññooss

HHola amigos! El otro día escuché en las noticias el derrumbamiento de las To-rres Gemelas y lo del Pentágono: ¡qué horror! Me impresionó mucho, la ver-

dad es que me parece que los que lo hicieron no se dan cuenta del daño y lasmuertes que están provocando. No sé si se puede llegar a un acuerdo, perodesde luego pienso que hacer una tercera guerra mundial no remedia nada, alrevés, creo que sería rematarlo. ¡Pueden morir muchas más personas que en losatentados!

Por las noches pienso y sueño con los terroristas y en lo bueno y maravillosoque sería un mundo donde no existiera la violencia ni las luchas, las peleas,etc...

VVee rróónniiccaa ddee VViicceennttee,, 99 aaññooss

YYo creo que el terrorismo es muy malo porque ningún hombre tiene derecho aquitarle la vida a alguien, sólo Dios. Pero a la violencia no hay que respon-

derle con más violencia. Además, en este ataque han muerto miles de perso-nas inocentes que iban al trabajo al igual que todos los días y eso me impresionó mucho. También me impresionó mucho ver cómo la gen-te se tiraba por las ventanas, pero también me alució cómo la gente, aunque sa-bían que podían morir, ayudaban a las personas que se habían caídopor algún tropezón o por alguna cosa de ese tipo.

ÁÁllvvaarroo ddee VViicceennttee,, 1111 aaññooss

LLa televisión, acostumbrada a asomarnos a situaciones lí-mites a través de los efectos especiales, se detiene en una

noticia que parece irreal: el ataque suicida de cuatro avionescontra varios símbolos del poder de Estados Unidos.

Pero no se trata solamente de un ataque para destruir pordestruir tres famosos edificios, sino un despliegue de odio,violencia y degradación humana por parte de gente que utili-za el término guerra santa musulmana como excusa para jus-tificar y esconder su desprecio por la vida humana (lo han de-mostrado los miles de asesinatos de gente inocente que vive enla otra punta del mundo) tras una cortina inatacable de reli-gión que les eleva como héroes entre su pueblo.

Pero, además, es temible la respuesta que Estados Unidos qui-zá del «el ojo por ojo» que conseguiría únicamente más muertesinocentes y destrucción.

Entonces surge la pregunta: ¿qué debería hacerse? Vengar losmuertos no hará que vuelvan a vivir y, además, se entraría en uncírculo de odio; seguramente hablar de perdón y misericordia sue-ne ridículo, pero si Cristo no la hubiera puesto en práctica todosestaríamos perdidos.

TTeerreessaa RReessttáánn,, 1155 aaññooss

HHola, me llamo Jorge Marcos, vivo en Madrid y tengo 12 años. Ésta es mi opi-nión sobre la catástrofe de aquel día: fue un acto inhumano y me dio mucha

pena. Lo que más atención me llamó, fue que el Presidente de Estados Unidos pi-dió que rezásemos con él por los heridos y vidas perdidas

JJoorrggee MMaarrccooss,, 1122 aaññooss

DDaanniieell MMaarrttíínn,, 1133 aaññooss

IIssaabbeell BBeerrzzaall,, 77 aaññooss

Nosotros opinamos:

«No se puede responder a laviolencia con más violencia»

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Desde la feAlfa y Omega26 20-IX-2001

Puede contarnos algo de sus primeros años enArgentina, y de lo que le llevó a la Ordende Predicadores?

Nací en Buenos Aires, Argentina, el 30 de oc-tubre de 1956. Cumpliré 45 y años el próximo oc-tubre. Soy el octavo de una familia de catorce. Mipadre era ingeniero agrónomo y mis abuelos pa-ternos eran de Navarra, en España. Por eso mi ape-llido es vasco, Azpiroz. Mi madre también ha de-sempeñado un papel importante en mi vida: ellame transmitió los primeros valores de la fe. Velabapor las necesidades de la gran familia que formá-bamos con mucha delicadeza y una dulce sabiduría.Ella fue un modelo de vida cristiana, con una no-table discreción y una gran finura. Tengo recuerdosmaravillosos de la vida de familia. Estudié en elColegio Champagnat, dirigido por los HermanosMaristas.

¿Cómo fue su educación?Fui estudiante de abogacía en la Pontificia Uni-

versidad Católica de Buenos Aires, Santa María deBuenos Aires, y algunos de mis profesores de Teo-logía eran dominicos. Esto era en 1978, un año muyapasionante pero también un tiempo doloroso, por-que Argentina vivía una situación política y social in-cierta. Yo no era muy consciente de la situación po-lítica. Tenía veintidos años, pero estaba bastante se-guro de que sería sacerdote.

Cuando acabé la educación secundaria, estabaseguro de que quería ser sacerdote, pero empecé a es-tudiar Derecho civil porque el estudio, y en ciertamedida la práctica del Derecho, era una parte muyimportante de mi vida cotidiana, y también me gus-taba. Disfruté muchísimo de la carrera.

Tuve dos profesores dominicos que me enseñaronTeología Moral, y yo estaba muy interesado en lamateria. Todos los días en clase yo era el que hacíalas preguntas. Me gustaba mucho hablar del tema. Enuna ocasión uno de ellos, asistente de la Cátedra,

me invitó al convento. ¡Fue un honor para mí! Asíque en 1979 fui a pasar unos días al noviciado, sólopara tener una experiencia de la vida dominica. Notenía mucho tiempo, pues estaba en mi último año deestudios. Después fui al convento del noviciado y,cuando terminé mi breve experiencia de cuatro díasde retiro, me sentí seguro de que ése era el lugar pa-ra mí. Tenía entonces 23 años.

¿Entre los diversos ministerios que ha ejerci-do, cuáles son los que le parece que afectan mása la misión, y por qué?

Enseñar para mí ha sido una de mis ocupacionesfavoritas. Yo enseñé muchos años en la Universi-dad Católica: enseñaba Teología a muchos estu-diantes diferentes, los que estudiaban Derecho ci-vil, Economía, Ingeniería y muchas otras carreras. Elreto de enseñar Teología a personas que quizá nosaben nada de Jesucristo es muy importante. Perotambién he disfrutado mucho compartiendo la mi-sión, junto con laicos y religiosas dominicas, en me-dios o sitios donde la gente pocas veces ha oído pre-dicar la Buena Noticia.

En Argentina existen muchos lugares donde haymucho sufrimiento. Trabajar en estos sitios abriómi espíritu, mente y corazón, pues no conocía deverdad la realidad de mi país y de la Iglesia hastaque me hice dominico.

Es extraño: a veces la gente dice que no conoce-mos nada del mundo porque somos religiosos, vi-vimos en conventos, enclaustrados, y otras cosaspor el estilo. Pero fue precisamente el hecho de serdominico lo que me ha abierto lo ojos, me ha abier-to los oídos, me ha abierto la boca, para entender larealidad –la auténtica realidad– del mundo. Es ex-traño, ¿no? Algunos dicen: «Ustedes viven en con-ventos, están fuera del mundo, ni siquiera son miem-bros de un instituto secular: ¿cómo pueden conocerla realidad?» Pues yo he conocido, y entendido unpoco más, los verdaderos problemas del mundo sien-

do dominico, y esto es lo que aprendemos y predi-camos a la gente, sea en una facultad universitaria oen una misión entre los pobres.

Si tuviera que dirigirse a chicos o chicas jóve-nes que buscan un sentido a sus vidas, o que pien-san en la vida consagrada, ¿qué les diría?

Para mí, la vida consagrada significa algo así co-mo tener los dos pies en la tierra, pero sin techo porencima de nuestras cabezas.

Algunos piensan que la vida consagrada nos en-cierra. ¡Nada de eso! Sin techo significa que no exis-ten límites por arriba, pero debemos estar bien en-raizados en la realidad. Y yo creo que recibir esto esun don de Dios. La tentación hoy es la alienacióndel mundo –pues ciertas personas no aman el mun-do tal y como se les presenta– e intentan huir delmundo. Tenemos los pies en el mundo, pero con ho-rizontes amplios, sin techo alguno por encima denuestras cabezas, sin muros que aprisionen, sinomarchando hacia delante, con Domingo. Pienso quemuchos jóvenes deberían conocer el gran reto depredicar como dominicos.

¿Desea compartir con la familia dominicanauna palabra de esperanza?

La familia dominicana es como una orquesta sin-fónica. En una orquesta sinfónica, sin duda, hay to-da clase de instrumentos. Tienes de todo, desde losinstrumentos de percusión hasta los flautistas. Pue-de que a alguno no le guste la flauta o el tambor,pero cuando suenan juntos, la orquesta sinfónicasuena bien. Cada una de sus partes se necesita mu-tuamente. La verdad es sinfónica, la verdad es nues-tra música. Y si pudiera imprimir en el espíritu de to-dos los capitulares un recuerdo de Timothy, mi pre-decesor, diría que él nos invita una y otra vez a can-tar una nueva canción. Interpretando esa música, lamúsica de la verdad, llegamos a ser una bella or-questa sinfónica.

Fray Carlos Azpiroz Costa, nuevo Maestro General de los Dominicos:

«Ser dominico me ha abierto losojos a la realidad del mundo»

Fray Carlos Azpiroz Costa se ha convertido

en el nuevo Maestro General de los seis mil

frailes dominicos esparcidos por todo el

mundo, tras el Capítulo General de la Or-

den de Predicadores, que se celebró en Pro-

vidence (Estados Unidos), del 10 de julio al

8 de agosto. El religioso argentino, de 44

años de edad, es el Superior número 86 de

esta familia religiosa, fundada hace 787

años. Ofrecemos la primera entrevista con-

cedida por fray Carlos, al Servicio de Infor-

mación del Capítulo General, tras haberse

hecho público su nombramiento

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Desde la fe Alfa y Omega 20-IX-2001 27

Inspirado en un cuento de Brian Al-diss (Los superjuguetes duran todoel verano), se compara A. I. con el

Pinocho de Collodi, y sin duda tienenmucho en común, en el sentido de queambos tratan de un niño artificial (eneste caso un robot androide) que de-sea ser de carne y hueso para que sumadre adoptiva (Geppeto en el cuento)le ame como a un hijo de verdad. Paraello recurre a un hada que posibilite elmilagro. En esto Spielberg opta seguirpor otro camino, ya que el cineasta pre-tende mucho más, quizá demasiado.Es de agradecer que, por fin, este añohaya una película que combine el puroentretenimiento –es Spielberg– concuestiones no sólo importantes, sinometafísicas y trascendentes –tambiénes Kubrick–.

La historia está ambientada en elsiglo XXII. Un matrimonio entristeci-do por la crionización de su hijo Mar-tin, aparentemente muerto, adopta aDavid, un niño-robot de última gene-ración (un meca), programado paraamar. Todo va bien hasta que Martinrecupera la salud y comienza a tratar asu hermanastro David como si fueraun simple muñeco. La convivencia sevuelve infernal, y David es abandona-do por su madre adoptiva en un bos-que, con la única compañía de Teddy,un delicioso osito de peluche capaz depensar y actuar. A partir de ese mo-mento comienza un periplo en buscadel hada, del amor..., y del espíritu hu-mano.

La mano de Kubrick está presenteen la complejidad y abierta ambigüe-dad de ciertos momentos, que Spiel-berg trata siempre de inclinar hacia eseterreno humanístico judeocristiano quele es tan familiar. Concretamente va-mos a detenernos en un par de elemen-tos que parecen quedar claros en el film.

En primer lugar, el film abunda enque el progreso inventivo y cibernéticodel hombre nunca conseguirá crear unespíritu, un alma humana. La inteli-gencia artificial, por muy avanzada quellegue a estar, sólo podrá añorar con

deseo ese plus cualitativo del hombreque le hace ser radicalmente diferente.Y ese plus es inalcanzable. El cine yanos habló de ello en Blade Runner, deRidley Scott, y mucho antes en el mitoliterario-cinematográfico del modernoPrometeo, Frankenstein, por poner só-lo dos ejemplos. Por ello al robot David(el genial Haley Joel Osment) sólo lequeda rogar al hada azul ese milagro, enuna de las secuencias más impresio-nantes del film, en el fondo del océano,

junto a un Manhattan sumergido de porvida en el mar (desgraciada e impre-vista ironía). Es difícil no ver en la fi-gura de ese Hada, dibujada con rasgosicónicos marianos, una directa media-ción de la trascendencia, o mejor, delÚnico capaz de crear aquello que másanhela David.

El niño robot David es una gran me-táfora del hombre y de nuestra depen-dencia original del misterio de Dios.David está programado para amar y

depender de su madre, y nosotros, sinestar programados, llevamos inscritaen nuestra naturaleza la íntima depen-dencia de criaturas. Y también, comoDavid, somos incapaces de alcanzar laplenitud de nuestro ser y nos vemosurgidos a pedir.

La película está llena de elementosricos que fugazmente apuntan críticaso reflexiones éticas sobre el mundomoderno: el hedonismo de las relacio-nes sexuales –que en el film ha llevadoa los hombres a crear robots cuyo úni-co fin es mantener con ellos relacio-nes sexuales satisfactorias sin respon-sabilidades ni compromisos–; la crisisde horizonte de los nuevos matrimo-nios, que precisan comprar un androi-de para consolarse de la ausencia dehijos, prohibidos por el Gobierno; lanueva cultura masiva circense alimen-tada de morbo cruel –que en la pelícu-la se materializa en las ferias de la car-ne–; y un largo etcétera que obliga aver el film más de una vez.

No tan convincente es la estructuranarrativa, con una segunda parte de de-sarrollo algo forzado, de ritmo ren-queante y con demasiados finales quedan la sensación de que Spielberg nosabía cómo acabar el film. El resultadoparece un tanto artificioso y poco na-tural. Estos presuntos errores de guióntienden a compensarse con una ima-ginería prodigiosa, envolvente, rica ysugerente, fruto de esa portentosa ima-ginación de la que Spielberg ha dadotantas pruebas fehacientes.

Juan Orellana

Cine: A.I., de Spielberg

La historia del CiberpinochoCon críticas diversas y enfrentadas nos llega, tras su paso por Venecia, A. I. (Inteligencia artificial), laúltima película del rey midas de Hollywood, Steven Spielberg. Se trata de una idea nada más y nadamenos que de Stanley Kubrick, y llevaba años en las despensas del cine sin llegar a cocinarse nunca.Ahora se estrena con una falta total de acuerdo entre los críticos. Lo que parece claro es que se tratade una parábola llena de enjundia a la que merece la pena hincar el diente

AAvvvveenniirree::Spielberg, creador de títeres tecno-lógicos: así titula el diario católico ita-liano Avvenire su crítica de lo que«iba a ser el acontecimiento del año,más que de esta edición del Festi-val de Venecia».

«Sea por la fría acogida por par-te de la crítica y el público en losEstados Unidos, sea por la falta deSteven Spielberg que envió sólo undoble suyo electrónico por video pa-ra excusar su ausencia, Inteligenciaartificial, ha sido acogida por una llu-via de silbidos por parte de la platea

de críticos y periodistas. Esta relec-tura tecnológica y futurible de Pino-cho, que inicia como un film de Ku-brick, prosigue como una películade Spielberg y acaba con una mez-cla entre ambos directores, ha gus-tado a pocos».

AAlleessssaannddrraa ddee LLuuccaa

TTeemmppii :«¿Qué es lo humano, aunque artifi-cial, sin el amor? Inteligencia artifi-cial, el último film de Spielberg (pen-sado y proyectado con Kubrick), re-nueva las preguntas de 2001 Odi-sea en el espacio, Blade Runner,etc...: ¿qué es lo humano? ¿Puede lono humano llegar a ser humano?¿Sabría amar? ¿Merecería el amor?En Odisea en el espacio, a Kubrickle atormentaba esta pregunta: ¿es-ta evolución hacia la pura inteligen-cia coincide con la destrucción delamor humano como entrega exclu-siva a otra persona? El film de 1968

concluye que es así; el film de Spiel-berg espera que no sea así. En elfilm, David representa a la última ge-neración de ordenadores progra-mados para amar. Recordando a Pi-nocho, va en busca del hada quepodría convertirlo en humano, conel fin de que su madre le ame denuevo. El ordenador tiene un pro-grama que le permite amar a un serhumano, pero los seres humanos ¿se-rán capaces de corresponder suamor?; ¿qué significa ser madre opadre?; ¿es David verdaderamentemás humano que los humanos bio-lógicos representados en el film porsu mismo deseo de ser humano queanima toda su vida y sostiene su bús-queda, similar a la oración? Inteli-gencia artificial se desarrolla a mi-llares de años de distancia de noso-tros, pero la dificultad de reconocerqué es y qué no es un ser humanoes un problema ya ahora».

LLoorreennzzoo AAllbbaacceettee

Esto ha dicho la prensa internacional

Steven Spielberg conversa durante el rodaje con el protagonista Haley Joel

Ser humano y robot, ambos cara a cara

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Desde la feAlfa y Omega28 20-IX-2001

Esa mirada..., la mirada taladro, sin palabraalguna, de Julia Gutiérrez Caba, en su in-terpretación antológica de Teresa Raquin

–uno de los personajes que hicieron a Emilio Zo-la (1840-1902) un clásico en vida–, convierte ala gran actriz, verdadero lujo de la escena espa-ñola, en Madame Raquin para siempre. Ningúnapasionado del teatro podrá olvidar la recreaciónprodigiosa que doña Julia hace del personaje másrepresentativo del naturalismo francés, a pesar deque el realismo descarnado y la audacia descrip-tiva de Zola en su novela han sido atemperados,sobre todo en el final de la, por otra parte, notableadaptación que Michael Voysey ha hecho de lanovela al teatro, y de la no menos estupenda ver-sión libre que Manuel Collado presenta en el ma-drileño Teatro Muñoz Seca. Se mantiene, en todocaso, el odio refinado de la venganza suprema«hasta que vosotros mismos os destruyáis el unoal otro», tan típica de una creación literaria conplena, triste y grave ausencia de Dios, aunque nodel corrosivo e insoslayable poder de la mala con-ciencia, que, como ha declarado doña Julia, «no atodos les gusta verse como son...»

Las pasiones humanas (el amor, el odio, lavenganza), que no son de hoy precisamente, sinoeternas, como el hombre mismo, siempre han si-do extremadas, desde Caín y Abel hasta nuestrosdías; y tampoco es nuevo en la literatura, en el

cine (ahí está El cartero siempre llama dos veces,o la Madame Raquin que filmó Marcel Carné,con Simone Signoret como protagonista), el dra-ma de los amantes que asesinan al marido trai-cionado; pero no a humo de pajas Oscar Wilde,nada menos, calificó la novela Teresa Raquin,de Zola, como «la obra maestra de lo horren-do»; y Goncourt como «admirable autopsia delremordimiento».

Al servicio de la ardua puesta en escena deun atroz drama interior, de un psicológico me-lodrama, pero de altura, como afirma ManuelCollado, cuatro magníficos actores, dos de au-téntica excepción: Julia Gutiérrez Caba y JuanAntonio Quintana, que borda el papel de mon-sieur Michaud; y dos, Manuel Tejada y PaulaSebastián, que bastante hacen con mantener ex-celentemente el tipo y no desmerecer en el re-parto. Irreprochables la dirección matizada ymeticulosa de Gerardo Malla, la cuidada esce-nografía de Joaquín Roy y el vestuario de JavierArtiñano.

Si vivir la acción en silencio y sin moversees la prueba del nueve para un actor o una ac-triz, doña Julia la pasa con matrícula de honor so-bre las tablas del Muñoz Seca. ¡Chapeau!

Miguel Ángel Velasco

Teatro

Autopsia del remordimiento

Siempre que las cadenas de televi-sión ofrecen al gran público sus

nuevas parrillas de programación, segenera una gran expectativa. A me-dida que pasan los años, el públicode lo que denominamos televisiónconvencional tiene una mayor nece-sidad de novedad, novedad en elsentido de descubrimiento de un pro-ducto inédito y de calidad que apa-rezca como punta de lanza de una te-levisión que no sea sota, caballo yrey. Las audiencias empiezan a abrirbrecha hacia otras ofertas; lentamentese están desmarcando las opcionesde televisión no convencional (las pla-taformas digitales por satélite, las te-rrestres, las locales y el cable). Pruebade ello es que, en enero de 1998, elpaquete denominado no convencio-nal se situaba en torno al 2,6% dela audiencia y TVE era líder de au-diencia con un 26,5% de share. Aho-ra, las cosas han variado sensible-mente. En enero de 2001 TVE siguesiendo líder pero su podio se en-cuentra 3 puntos por debajo de la ci-fra del 98 y la televisión no conven-cional se ha colocado en un 7,5%. Es-tos datos están provocando, entreotras cosas, que la inversión publici-taria ya no se concentre de forma ab-soluta en las grandes cadenas. Cor-

poración Multimedia, empresa dedi-cada al análisis de los repartos delas audiencias en nuestro país, co-menta que las grandes cadenas de te-levisión seguirán bajando, las plata-formas de pago continuarán incre-mentando su número de abonados ylas televisiones locales de calidadirán también creciendo.

Con estos datos en la mano, lastelevisiones privadas han organiza-do sus gabinetes de crisis y han sa-cado sus conclusiones: el públicoya no es tan torpe como para tra-garse lo que le echen y es críticocon relación a la telebasura, hacefalta más información, más televisiónen directo y se ve necesaria la in-clusión de programas culturales decalidad. Con relación a lo primero,Antena 3 ha afilado este año el slo-gan de su campaña para el nuevocurso, y se ha decidido por Bienve-nidos a casa, y su director ha ma-nifestado que se propiciarán «espa-cios con buen gusto y se huirá dela competencia por las audiencias».La gran sorpresa de Antena 3 paraesta temporada será la emisión entres episodios de Padre Coraje, elnuevo trabajo de Benito Zambrano,director de la aclamadísima pelícu-la Solas.

Telemadrid ha decidido abrillan-tar el charol de su logo y viene conmás noticias y más directos; esta tem-porada apuesta por 12 horas de co-nexiones en la calle, de lunes a vier-nes, y su director de Informativos, Die-go de la Serna, ha dicho que habráun espacio cultural, con agenda del finde semana y temas en profundidad.

Pero llega la hora de la verdad ylas novedades se estrenan. El pro-grama de Máximo Pradera, en An-tena 3, que por fin parece que lleva-rá el título de Maldita hora, inició suandadura el pasado lunes. La cosa esun calco milimétrico del programaque el periodista y showman Jay Lenotiene en la cadena norteamericanaNBC, con el empleo de tarjetonesque se lanzan al vuelo, mesa y buta-cones, una big band y una pantallagrande de televisión para el uso de laimagen. A pesar de su objetivo sub-terráneo de hacerle la réplica al Sar-dá de Crónicas Marcianas, con un to-no menos procaz y con mejor gustoen el tratamiento de los temas, da lasensación de que Máximo Praderaviene con un programa muy abiertodel que irá puliendo su perfil a medi-da que canten las audiencias. En supuesta de largo hubo un poco de to-do: un poco de bulla en el público, rá-

fagas de palabras soeces, una pizcade sexo, ausencia de temas del co-razón... Lo malo de estos programasde bien entrada la noche es que hayun pretendido jugueteo con el límite:ya lo dijo el presentador en un mo-mento de la noche: «O te queda unacosa muy reprimida, o te pasas del to-do», y siempre se flirtea lo suficientecon la procacidad como para quela gente se sorprenda pero se que-de y se asuste lo suficiente, sin quese escape. Pradera debería dar máschance a los invitados, su presenciaes omnímoda. Víctor Manuel y AnaBelén no despegaron prácticamentelos labios en el tiempo que estuvie-ron en el plató; el protagonista no fueotro que el entrevistador; así, uno delos componentes del grupo Dover learrojó en un momento: «¡Pero, déjamehablar!»

Habrá que estar atentos a la rutaque toma la nueva apuesta para lanoche de Antena 3 y si de verdad sedecanta por abandonar la guerra delas audiencias. Habrá que ver si elprograma se decide por proponerentrevistas de calidad con invitados ysi el humor irónico vence al esper-pento.

JJaavviieerr AAlloonnssoo SSaannddooiiccaa

Televisión: Inicio de la nueva temporada

¿Se dejará de luchar por las audiencias?

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Desde la fe Alfa y Omega 20-IX-2001 29

L I B R O SPocas lecturas de contenido teológico pueden ser más per-

tinentes, en las semanas que corren, que las referidas a ladenominada teología de la creación, que nos habla de

Dios como creador, del hombre y del mundo como creaturas. Elantropocentrismo moderno suplantó la preocupación de sus-tancia, como categoría clave del pensamiento, por la de sujeto.La contribución del lenguaje, en cpategorías personalistas, de-jó a la intemperie los fundamentales conceptos de la autonomíateológica de la naturaleza. El predominio de las concepcionescientificistas hizo que muchas de las reflexiones teológicas so-bre la creación se refugiaran en el hombre, olvidando el hori-zonte de comprensión de la realidad completa. Estos hechos, yotros, han originado lo que el autor de este texto denomina la es-trechez antropocéntrica de los tratados sobre teología de la cre-ación. Además, debemos tener en cuenta, y aquí recurrimos a lacita textual de la introducción de este libro, dos aspectos de lasituación actual de la Iglesia, en su relación con el mundo y lacultura contemporánea: «Es necesario, por otra parte, que lateología de la creación contenga uan pretensión de verdad y va-lidez universales. De lo contrario, no pasará de ser un ejerciciode lógica doméstica sólo útil a creyentes y en cuanto tales. Entiempos en los que extra muros del cristianismo la seculariza-ción convive con los fundamentalismos y con el rebrote de re-ligiosidad, y en los que en el ámbito eclesial seducen el pasto-ralismo inmediato y el pentecostalismo entusiasta, resulta es-pecialmente urgente una teología de la creación que aborde lasbases de la realidad, es decir, de todo aquello que el creyentecomparte con otros, y no rehúya el logos, la apuesta por la ver-dad. De lo contrario la fe verá reducida su contribución al diá-logo tanto con la cultura como con las religiones. Éste queda-ría muy mermado si la teología cediese a los extendidos pre-juicios de que, en el fondo, todas las religiones son iguales y deque la religión es un asunto privado que no tiene por qué entraren el debate sobre la estructura y metas de lo real».

J. F. S.

De nuevo la llamada Escuela de Madrid, que trabaja alservicio de una más plena comprensión de los escritos

del Nuevo Testamento, cuyo texto griego está lleno de ex-trañezas que se aclaran buscando luz en su más que pro-bable lengua semítica original, pone a disposición de loslectores este nuevo libro, el octavo de su colección Studia Se-mitica Novi Testamenti, que se acerca a pasajes evangélicostan decisivos, que si los hechos en ellos narrados no fueranmás que doctrinas, «vana sería nuestra fe», como afirmasan Pablo, precisamente al tratar en su primera Carta a losCorintios del hecho de la resurrección de Cristo, garantía dela nuestra. Los autores de esta nueva publicación recuer-dan que son famosos los relatos de milagros y la historia delhallazgo del sepulcro vacío en el evangelio de San Mar-cos, precisamente, por las numerosas cosas extrañas quedice el texto griego. «En algunas ocasiones –escriben–, lostraductores modernos han hecho lo que podían para sua-vizar lo anómalo y estridente del griego; pero evidente-mente –añaden– sin resultado». Bien merece la pena acer-carse a estas páginas, que ciertamente requieren alguna pa-ciencia y atención, pero su interés y atractivo están fuera deduda. La comprobación de la dependencia del texto griegode estos relatos de San Marcos de un texto semítico anterior,que ha servido para entenderlos adecuadamente, sin estri-dencias, pone en evidencia algo más importante aún: cons-tituyen un testimonio de primer orden a favor de la anti-güedad y, por ello, del valor histórico de los evangelios, yjustamente en el hecho más decisivo de la fe católica: laresurrección de Cristo, garantía máxima de la verdad de supretensión divina.

A. S.

La creación, a examen

Título: Hombre y mundo a la luz del CreadorAutor: L. Mª ArmendárizEditorial: Cristiandad

La resurrecciónno es doctrina,es un hechoTítulo: Milagros y resurrección deJesús según San MarcosAutores: Mariano Herranz Marcoy José Miguel García PérezEditorial: Ediciones Encuentro-Fundación San Justino

La única esperanza

En los más diversos ámbitos del mundo civili-zado, desde los Parlamentos a los estadios

de fútbol, desde las fábricas hasta los parqués bur-sátiles, horas después del feroz ataque a los sig-nos del poderío económico y militar de los Esta-dos Unidos, se guardaban emotivos y significa-tivos minutos de silencio en recuerdo de los muer-tos. Quizás alguno, o muchos, de estossilenciosos ciudadanos musitara en su interior unPadrenuestro..., en ese ámbito recitarlo en altavoz habría estado mal visto –más en nuestro pa-ís, donde más que de rezar se habla de honrara los muertos–. Es más, el terrible ataque suicida,causante de miles de muertos, ¿no se debía al fun-damentalismo religioso? ¡Si la religión la sacamosde los templos, corremos el riesgo de peligrososextremismos! Sin embargo, ¿no ha llegado lahora –así le dice Cristo a la Samaritana, que lepregunta si es en el monte Garizín o en Jerusaléndonde hay que adorar a Dios– en que los ver-daderos adoradores adorarán al Padre en es-píritu y en verdad? Reduciendo la Verdad, que seha hecho carne y habita entre nosotros, a mo-mentos esporádicos, y recluyendo a Quien esel centro del cosmos y de la Historia a recintos es-trictamente privados, ¿qué clase de vida podemosvivir si no es la que se manifiesta en ese fuego in-fernal que ha llenado de indecible horror, en pa-labras de Juan Pablo II, el centro mismo del pa-ís más poderoso de la tierra? Expulsado Diosde la vida pública, no puede esperarse sino des-trucción y muerte, por mucho que no quiera pen-sarse en ello. Acertadamente dice en su último edi-torial la revista italiana Tracce: «Los occidentales,distraidos y olvidados de su fragilidad, del mal ydel pecado que llevan dentro, se han quedadoatónitos. Todo lo humano corre un riesgo graví-simo que ninguna clase de escudo antimisilespuede eliminar; no tanto por razones técnicas, si-no por el veneno –los cristianos lo llamamos pe-cado original–, por la envidia que el hombre lle-va dentro de sí contra el bien y contra sí mismo».

Si en la vida pública el Padrenuestro es sus-tituido por silencios de hombres huérfanos, nopuede pretenderse un mundo fraterno. En losaños 60 lo pretendieron algunos, en los diálogoscristiano-marxistas de París, protagonizados porel marxista Garaudy y en los que participó elpadre Romano Scalfi, que posteriormente fun-daría Russia Cristiana, el movimiento que ayudódecisivamente a mantener la fe y a generar la cul-tura genuinamente humana que de ella brota.Scalfi resume así esos diálogos: «Los marxistasse hicieron menos marxistas y más burgueses; loscristianos, menos cristianos y más burgueses; alfinal, todos burgueses». Esta burguesía sigue lle-vando consigo esa radical debilidad que su-pone la ruptura entre la fe y la vida, calificadapor los últimos Papas como «la más grave en-fermedad de nuestro tiempo». Una debilidadque se manifiesta precisamente en el espejismodel poderío simbolizado en las Torres gemelasy el Pentágono, como del fundamentalismo pseu-dorreligioso que representa Bin Laden. Hay quedecir bien claro que ni en el mundo islámico, nien ningún otro, se está defendiendo la religióncuando el reconocimiento de Dios y de su Ley setrata de imponer por la fuerza. Sólo la debili-dad del Crucificado encierra el único poder ver-dadero, la única esperanza para toda la Hu-manidad. Hace veinte siglos, ahora y siempre.

AAllffoonnssoo SSiimmóónn

PUNTO DE VISTA

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Desde la feAlfa y Omega30 20-IX-2001

GENTES

Matías Prats, periodista radiofónico

«Doy gracias a la Providencia porque soy creyente y porque me ha facilitadoel camino del entendimiento en un nivel moderado de conocimientos y aptitudes;porque soy una persona sosegada, que se da cuenta de que es tranquila y so-segada porque alguna vez he perdido los nervios; porque la vida me ha idobien y porque la gente que me rodea es buenísima.Todo lo que tengo es da-do por la ruleta impalpable de quien otorga todas las aptitudes, la manera deser y los genes. Pienso que es un ejercicio de humildad recordarlo siempre».

Teresa Pou, periodista y presentadora de TV3

«Estoy convencida de que la Iglesia no aprovecha suficientemente el potencial delos medios de comunicación para transmitir el mensaje evangélico y no inviertemuchos esfuerzos para garantizar unos buenos canales de comunicación con lasociedad. La experiencia cristiana, vivida de un modo auténtico, es una gran no-ticia que atrapa al espectador. Es necesario normalizar el hecho de hablar de re-ligión y hacerlo desde sus diferentes expresiones, que son muchas. Desde TV3tengo la oportunidad de hablar de religión de un modo serio pero ameno, inte-resante para un público amplio. Conocer a tantas personas y tantas experienciasde compromiso cristiano me ha influido como periodista y como persona».

Antonio Montero, arzobispo de Mérida-Badajoz

«Me abruma recibir la Medalla de Oro de Extremadura. Esto le cae por las bue-nas a un hombre de Iglesia, cuyo talante ha de ser, por profesión y testimonio, eldel recato y la humildad. ¿De dónde sacar la esperanza? De un visión trascendentede la vida y la muerte, que me asegura que el crimen y la injusticia no tienen la úl-tima palabra; que no habrá ningún crimen sin sanción, ni ninguna víctima sin re-habilitación definitiva y gloriosa. Los creyentes en Dios creemos también en elhombre y en su capacidad para el bien y para implantar la justicia, la libertad yla paz. Y somos nosotros, los beneficiados por las libertades democráticas, por eldesarrollo y por la conciencia solidaria, los llamados a desfacer estos entuertos».

Martes negro en todo el mundo

¿Enseñar o educar?

Podrán sustituir los ordenadores a la escue-la?», preguntaba a mis alumnos de bachi-

llerato. «No», contestaron. «La escuela es muchomás que transmitir conocimientos. Los valoresson muy importantes, y necesitamos, para ello,convivir». La LOGSE considera objetivo priori-tario la educación integral y, por ello, ha mi-nusvalorado los conceptos en pro de las acti-tudes y los valores, considerados tan funda-mentales que deben figurar en la programa-ción y evaluación de todas las disciplinas, enel Proyecto Centro, en las Transversales... Losprofesores debemos educar sobre todo connuestra actitud. Con razón se queja el alumnode que no le dejen fumar, llegar tarde, decir pa-labrotas... si ve que el profesor lo hace, o suspadres. Coherencia, requisito para educar.Educar no es lo mismo que enseñar, esto pue-de hacerlo un ordenador o una enciclopedia.Educar es sacar a la luz potencialidades, des-pertar el genio dormido, hacer personas libres,responsables. Educar es enseñar a vivir. Lasideas solas no educan, se aprenden para elexamen, y se olvidan. Sólo se recuerda lo quese ama, y se ama a personas.

Yo soy profesora de Filosofía, doy clase deSociedad, Cultura... Les enseño distintas cultu-ras y religiones, como el que enseña Historia,Arte o Mitología clásica. No necesito creer ypracticar lo que digo, aunque sí intentar serobjetiva y respetuosa. Pero reconozco que noles enseño religión hindú, ni islámica, sencilla-mente porque no la vivo, y si la religión no sevive, no se entiende nada de nada. Pero misalumnos no son hindúes, ni musulmanes..., ni mehan sido encomendados por sus padres conel encargo de que les enseñe esa religión. Lospadres y alumnos de Religión la han escogi-do expresamente. No quieren sólo recibir co-nocimientos sino educación integral, la que pi-de la LOGSE y –¡qué cosas...!– el Área de Re-ligión (BOE, 10-III-92). No hay que hacer ca-tequesis, pero sí vivir lo que se dice. Si hecometido un robo, o un acto racista haríanbien en retirarme la credibilidad...

¿Qué diría en clase nuestra famosa maestrade Almería acerca del sacramento del Matri-monio, tal y como lo entiende la Religión ca-tólica? Quizá pensara enseñar otra cosa, ono decir nada... Pero entonces, ¿es maestrade Religión católica?, ¿o de su propia reli-gión? Si en una empresa no cumplo, no merenuevan el contrato. El obispo es el que pro-pone a los profesores de Religión (Tratado In-ternacional entre el Estado Español y la SantaSede, 3/1/79), cuyo nombramiento es anual,renovado salvo propuesta en contra del obispoo de la Administración, por razones académi-cas o de disciplina (O.M. 11/10/82). Todoestá conforme a ley y derecho. El obispo noha atentado contra la dignidad de nadie, niha levantado un escándalo. Ha sido esta maestra quien lo ha levantado en contra de laIglesia, que le ha dado crédito durante años. Di-ce ahora que su fe sigue firme, pero que hadejado de creer en la Iglesia. ¿Es católica y nocree en la Iglesia católica?

A nadie se le obliga a ser católico, ni a serprofesor de Religión. Pero si lo soy, lo soy. Sinel principio de identidad, la locura.

MMªª LLoouurrddeess RReeddoonnddoo RReeddoonnddoo

PUNTO DE VISTA

Los terribles atentados sufridos el pasado martes 11 de septiembre en Estados Unidos han conmocio-nado a todo el mundo. Durante días, los ojos han estado puestos en la nación norteamericana y en su

Presidente, cuya respuesta a la tragedia todavía esperamos. No debemos dejarnos llevar por el odio yla violencia. Ése es, en resumen, el mensaje que el Santo Padre ha hecho llegar al pueblo norteameri-cano y, en especial, a su Presidente. Y es que, en estos momentos de confusión, de ira, de deseos devenganza, lo más fácil es dejarse llevar por los instintos primitivos, hacer justicia. Sin tener en cuenta queen los trágicos atentados ocurridos en Washington y Nueva York las víctimas han sido seres inocentes.Y los más inocentes en toda esta historia han sido los niños, que son quienes más han perdido: parte desu futuro. Y en muchos y terribles casos, a sus padres, hermanos, familiares… Una imagen se me ha que-dado grabada en la mente: la de los niños que, ajenos a la tragedia que se estaba viviendo a su alrededor,esperaban en el colegio o en la guardería la llegada de sus padres para recogerlos; en medio del ca-os, esa desolación de un niño que, sin entender lo que ocurre, ve que el tiempo pasa y nadie aparecea recogerlo, porque sus padres o familiares directos ya no pueden ni podrán nunca jamás. La vida deestos niños, a partir de ahora, estará marcada por esta infame tragedia del martes negro norteamericano.

Pensemos en lo mucho que todos tenemos que perder usando la violencia. Y unamos nuestra oracióna la del Santo Padre, para que la justicia se imponga y no tengamos que lamentar nuevas víctimas, so-bre todo de niños, los seres más indefensos y los más inocentes en todas las guerras. La muerte violen-ta de un niño es el mayor síntoma de un mundo ciego.

MMaarrííaa DDoolloorreess GGaammaazzoo

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Desde la fe Alfa y Omega 20-IX-2001 31

Escalofriante estallido de bestiali-dad»: así califica Stefan Zweig en Elmundo de ayer la irracional brutali-dad del nazismo. Estos días se ha es-crito, y con razón, que lo ocurrido el11 de septiembre en Estados Unidosha sido «el ataque más grave a la li-bertad desde el nazismo»; de modoque lo primero que exige la justicia esafirmar tajantemente que esa barba-rie es una ignominia y una vergüen-za para la Humanidad, y otro esca-lofriante estallido de bestialidad y,por encima y antes que un deleznableataque a la libertad, es, como ha di-cho Juan Pablo II, una humillanteafrenta a la dignidad del ser huma-no, que nada ni nadie puede justificarpor razón alguna.

Dicho esto con toda claridad, no esde menos justicia recordar –Maríasacaba de hacerlo en una Tercera deABC– los ochocientos mil muertos delgenocidio en Ruanda; fueron unaafrenta mayor a la dignidad del hom-bre, y ni se habló de tercera guerramundial ni la Historia dio un vuelcocon un antes y un después de. Y tam-bién hay que decir, por políticamenteincorrecto que sea, que el genocidiodiario del aborto y su aceptación so-cial como algo normal es, desde lue-go, una intolerable y constante herida yhumillación de la dignidad del ser hu-mano; y también las hambrunas y lasinjusticias y esclavitudes cotidianas alas que está sometida media Humani-dad, suicida e increíblemente aceptadascomo normales y que hacen que losniños hagan preguntas como la de laviñeta que ilustra este comentario.

A ver si nos entendemos: si al-

guien cree que lamenta más que yola barbarie de lo ocurrido en Esta-dos Unidos, se equivoca. Creo sin-ceramente que el mejor modo dehonrar a las víctimas, además de loprimero de todo, que es rezar porellas, es afirmar que nada tiene quever con la verdad ni es de recibo, unacierta ideología dominante que ha-ce posible tanta incoherencia e hi-pocresía: los queridos seres huma-nos, americanos o no, cuya vida ha

sido absurda e intolerablemente ma-sacrada estos días, no eran más sereshumanos que los hutus y los tutsisni que los concebidos a los que nose les deja nacer, y ya está bien debailarle el agua al alucinado fanáticoterrorista –que eso es lo que él bus-ca–. Frente a la barbarie que todoshemos vivido con angustia en direc-to estos días –y en la que, por cierto,se ha demostrado que el ser huma-no es capaz de la mayor abyección

y del mayor heroísmo–, no cabe laimpunidad; debe hacerse justicia, pe-ro no venganza ni guerra mundialcomo dice medio mundo; los niñosafganos, por ejemplo, no tienen laculpa de nada.

Gonzalo de Berceo

NO ES VERDADNO ES VERDAD

TELEVISIÓNTELEVISIÓN

Todavía no se ha acallado el eco de los acon-tecimientos del martes 11. Muchos esperan

encontrar supervivientes debajo de los escom-bros. Los posibles derrumbes de los edificios pró-ximos, la cantidad de metal retorcido de las Torresgemelas, dificultan las operaciones de rescate.Desesperación, angustia y temor a lo que ven-drá. Y mientras en los informativos sufrimos con unarealidad que nos sobrecoge, algún programapretende que suframos gratuitamente con situa-ciones creadas. Los supervivientes del archipié-lago de Seychelles, perseguidos por las cáma-ras de Telecinco y servido por Globomedia, en susegunda edición después de la emitida en TVE-1el año pasado, se someterán a unas pruebas cal-culadas por sus productores. Su presentador, Pa-

co Lobatón, quien sabe dónde está, y no quierecaer en el error del periodismo de investigaciónde Mercedes Milá y su Gran Hermano, se ade-lanta a las posibles críticas sobre las bases éti-cas de su programa, alegando que «se trata deun proyecto lúdico». ¡Estupendo!, cuando quierausted descansar la mente de tanta tragedia real,sufra un poco con las angustias de los héroes dela pantalla chica.

Después del naufragio al que sometieron a losconcursantes para llegar a las islas, y de no tenerhabitáculo dónde reclinar la cabeza, estas 16personas deberán buscarse el agua, comeránmosquitos y, por supuesto, se pelearán entre ellos,para que no sea demasiado aburrido. A lo mejorlos productores de tan magnífico trabajo han ob-

servado el duro vivir de los misioneros de Áfricapara conocer hasta dónde resiste un ser huma-no sin más recursos que los de la naturaleza sal-vaje. Pero usted no se preocupe, porque los per-sonajes de Telecinco no mueren, ni le dejan esesinsabor de conciencia intranquila que da la re-alidad. Recuerde que es un proyecto lúdico, don-de las personas que actúan cobran diez millo-nes de pesetas y los que no, un poquito más. Unproyecto donde los verdaderos supervivientes se-rán los espectadores que se sometan a su au-diencia y que sólo perderán su tiempo, algo de ca-bellera y lo que les quedara dentro antes de la emi-sión.

Carmen María Imbert

Supervivientes

Kap, en La Vanguardia

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Se cuenta que una miste-riosa señora visitó unatarde a los hermanos en

el lugar austerísimo en quemoraban. Éstos, atendiendo aldeber santo de acogida, laapremiaron a compartir conellos su cena y su descanso.Mas ella replicó:

«Mostradme primero eloratorio, la sala capitular, elclaustro, el refectorio, la co-cina, los dormitorio y el esta-blo, los pulcros asientos, lasmesas bien pulidas y las casasinmensas. Veo que todo estobrilla por su ausencia, pero avosotros os encuentro alegresy contentos como si todo aquíestuviera dispuesto conformea vuestro talante».

«Señora, debe comprender–replicaron los hermanos–que, tras la dura jornada, nosencontramos rendidos y ham-brientos. Vayamos antes a co-mer y, una vez reconfortados,todo se cumplirá de acuerdocon sus deseos».

La señora aceptó con gustoy pidió agua con que lavarselas manos y una toalla para se-carse. Al momento le presen-taron un cuenco de arcilla me-dio roto –no había allí uno en-tero– y, después de ofrecerleel agua, todos andaban miran-do de acá para allá en buscade una toalla. En vista de que

no la encontraban, uno le alar-gó el borde de su túnica paraque, con ella, se enjugara lasmanos; la señora, divertida,discretamente accedió.

Al anunciarse la cena, ob-servó la visitante que, sobreuna piedra, se hallaban dis-puestos tres o cuatro mendru-gos de pan de cebada, y quelos hermanos se preparabanpara el banquete dando gra-cias a Dios por la abundanciade sus dones. Demandó en-tonces la señora algunas vian-das cocidas con las que rega-larse, y los hermanos, con jo-vial sencillez, le alargaron unpoco de agua fría para que, siasí le placía, pudiera mojar enella el mendrugo que le co-rrespondía. Pidió entonces ellaun cuchillo con que intentarpartir el pan durísimo, y unhermano le explicó que allí nohabían visto un cuchillo desdeel día en que llegaron, peroque él mismo podía, si la con-vidada lo precisara, utilizar susdientes del modo y maneraconveniente. Preguntó enton-ces la señora si podían, al me-nos, ofrecerle algunas espe-cias con que sazonar refrigeriotan elemental, y otro herma-no, diligente, se levantó alpunto con la intención de bajara la ciudad para encontrar aquien por el amor de Dios le

proveyera en limosna de unpuñadito de sal. La señora lehizo desistir con toda cortesía,y ya se contentó, durante elresto de la cena, con observaren silencio la alegría y devo-ción de los hermanos en tanrudo acomodamiento.

Apurada la colación, loshermanos tomaron a la visi-tante y, conforme a lo prome-tido, mostráronle los establos(la intemperie de un pinar cer-cano), las mesas pulidas (pie-dras y troncos del bosque), losdormitorios (una colección degrutas y ranuras abiertas en laroca de la ladera) y, finalmen-te, llevándola hasta la cimamisma de la montaña, al lugarsobre el acantilado desde el

que se divisaba la inmensidaddel cielo y la llanura que elocaso aquietaba, los hermanosle indicaron complacidos: «Yéste, señora, es nuestro claus-tro».

«Los cielos son mi trono yla tierra la alfombra de mispies. Entonces, ¿qué casa mevais a edificar, o qué lugar dereposo, si el universo enterolo hizo mi mano y todo vinoa ser?» (Is 66, 1-2).

Los hermanos han llegadoa ser los verdaderos moradoresdel universo en tanto que par-tícipes de la verdadera cere-monia –el amor fraterno y elcanto de alabanza– en el ver-

dadero templo –la creación en-tera–, medida del corazón delhombre tocado de eternidad.

Cada momento vivido res-plandece de sacramentalidad;los detalles más insignificantesde lo cotidiano quedan incor-porados a una liturgia ininte-rrumpida, variopinta, exube-rante, prodigio sobre todos losprodigios. La santidad inundala tierra por la presencia delSeñor y cada acto humano co-bra valor en cuanto rechazo oincorporación al festejo in-conmesurable de un banque-te de bodas: el desposorio enCristo de hombre y Dios, cie-lo y tierra, espíritu y carne, na-turaleza y eternidad.

Alfa y Omega

Alfa y Omega agradece la especial colaboración de:

«Éste es nuestro claustro»

S. Francisco de Cimabue (detalle)

Ofrecemos el capítulo Éste es nuestro claustro, del libro de Octavio J. CortésOliveras El Juglar de Dios. Sabiduría franciscana,por cortesía, que agradecemos, de Ediciones San Pablo: