tácticas revolucionarias [bakunin]

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    MIGUEL BAKUNIN

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    Miguel Bakunin

    Miguel Alejandrovich Bakunin naci en mayo de 1814 enla aldea de Priamjino, distrito do Toryok, provincia de Tver.Su padre, que haba seguido la carrera diplomtica, vivi ensu juventud en Florencia y en Npoles, pues era agregadode embajada; despus volvi a establecerse en su dominio

    patrimonial, donde se cas a la edad de cuarenta aos con unamuchacha de dieciocho, perteneciente a la familia Muravief.De ideas liberales, se haba aliado a una de las asociacio -nes de los decabristas, pero despus del advenimiento de

    Nicols I, desanimado, un tanto escptico, no pens sino encultivar, su tierra y en educar a sus hijos. Miguel era el mayorde ellos y tena cinco hermanos y cinco hermanas. Hacia losquince aos, el joven Miguel entr en la Escuela de Artillerade Petersburgo y paso all tres aos; despus fue enviado comoalfrez a un regimiento de guarnicin en la provincia de Minsk.

    Esto ocurra poco despus de ser sofocada la insurreccin pola-ca; el espectculo de la Polonia aterrorizada obr poderosamenteen el corazn del joven ocial y contribuy a inspirarle horror aldespotismo. Al cabo de dos aos renunci a la carrera militar y,

    luego de presentar su dimisin (1834), se march a Mosc. Enesta ciudad vivi los seis aos siguientes, a excepcin de algunastemporadas durante el verano que pas en la morada paterna.En Mosc se dedic al estudio de la losofa. Despus de losenciclopedistas franceses, se entusiasm lo mismo que susamigos Nicols Stankevitch y Belinsky con Fichte, de quientradujo (1836) las Vorlesungen caber die-Bestimmung desGelehrten. Lleg enseguida a Hegel, que por entonces dominabael pensamiento alemn. El joven Bakunin se hizo un convencidodel sistema hegeliano y se dej deslumbrar momentneamente

    por la idea de que Todo lo que es real es racional, por la

    que se justica la existencia de todos los gobiernos. En 1839,

    Miguel, BakuninTcticas revolucionariasTitulo de la obra en ingls:The Political Philosophy of Bakunin

    Editada por The Free Press of Glenco,Macmillan Company

    12,5 x 20 cm - 120 p (Utopa libertaria)1 ed. - Buenos AiresISBN 987-987-617-171-7

    Agradecemos aEditorial Proyeccinpor la posibilidad

    Edicin:Teodoro Boot

    Terramar EdicionesAv. Mayo 11101085, Buenos AiresTel: (54-11) 4382-3592 / www.terramarediciones.com.ar

    Traduccin: Mario Ral Dos Santos

    Armado y diseo de tapa:Julieta Leo

    Revisin y correccin: Ral Blanco

    ISBN 978-987-617-171-7

    Queda hecho el depsito que marca la ley 11.723

    Impreso en Argentina/ Printed in Argentina

    de editar este libro.

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    Alejandro Herzen y Nicols Ogarev desterrados desde hacaalgunos aos volvieron a Mosc y se encontraron con Bakunin,

    pero en ese momento sus ideas eran demasiado diferentes paraque pudiesen entenderse.

    En 1840, a los veintisis aos, se traslad a Petersburgo y deall a Berln, con la intencin de estudiar el movimiento los-co alemn, pues pensaba consagrarse a la enseanza y tal vez

    ocupar un da una ctedra de historia o de losofa en Mosc.Cuando Nicols Stankevitch muri ese mismo ao en Italia,Bakunin admita an la creencia en la inmortalidad del almacomo una doctrina necesaria (carta a Herzen del 23 de octubrede 1840). Pero haba llegado el momento de su evolucinintelectual y de que la losofa de Hegel se transformara para len una teora revolucionaria. Ya Ludwig Feuerbach haba saca-do del hegelianismo, en el dominio religioso, sus consecuenciaslgicas; Bakunin hara otro tanto en el dominio poltico y social.En 1842, dej Berln y se radic en Dresde, donde se uni conArnold Ruge, que publicaba all losDeutsche Jahrbcher; fue enesa revista donde Bakunin public, bajo el seudnimo de JulioElysard, un trabajo de conclusiones revolucionarias.

    El artculo fue titulado La reaccin en Alemania fragmento,por un francs, y terminaba con estos prrafos, el ltimo delos cuales se hizo clebre: Conemos, pues, en el espritueterno, que no destruye y no aniquila ms que porque es lafuente insondable y eternamente creadora de toda la vida. Eldeseo de la destruccin es al mismo tiempo un deseo creador.Herzen, creyendo en un primer momento que el artculo erarealmente obra de un francs, escribi en su diario despus

    de haberlo ledo: Es un llamado poderoso, rme, triunfante delpartido democrtico... El artculo es, desde el principio al n, deun gran alcance. Si los franceses comienzan a popularizar laciencia alemana los que la comprenden, se entiende, la granfase de la accin va a iniciarse. El poeta Jorge Herwehg autorya ilustre de las Gedichteeines Leben, estando en Dresde, sealoj en casa de Bakunin, con el cual trab ntima amistad. Fuetambin en Dresde donde Miguel Alejandrovich conoci al m-sico Adolf Reichel, que se convirti en uno de sus ms elesamigos. Una carta escrita a Ruge desde la isla de San Pedro (lago

    de Vienne), en mayo de 1843 (publicada en Pars en 1844 en losDeutschfranzsische Jahrbcher, termina con este vehemente

    apstrofe: Es aqu donde comienza el combate y tan fuerte esnuestra causa que nosotros slo algunos hombres dispersos ycon las manos atadas con nuestro grito de guerra inspiraremosespanto a sus miradas! Adelante, bravamente! Quiero rompervuestras; ligaduras ah germanos que deseis haceros griegos!yo, el escita. Enviadme vuestras obras; las har imprimir en laisla de Rousseau, y con letras de fuego escribir una vez ms

    en la historia: Muerte a los persas!En Suiza, Bakunin conoci a los comunistas alemanes,agrupados alrededor de Weitling; pas el invierno de 1843-44 enBerna, donde se relacion con la familia Vogt. Uno de los cuatrohermanos Vogt, Adolfo (ms tarde profesor en la facultad deMedicina de la Universidad de Berna), se hizo su amigo ntimo.Pero, inquietado por la polica suiza y requerido por la embajadarusa, Bakunin dej Berna en febrero de 1844, se dirigi a Bruselasy de all a Pars, donde permanecera hasta diciembre de 1847.

    En Pars, adonde lleg con su el amigo Reichel, encontra Herwregh y a su mujer (Emma Siegmund). Conoci aCarlos Marx, quien, llegado a Pars en 1843, fue en principiocolaborador de Arnold Ruge, pero pronto lo abandon paracomenzar con Engels la elaboracin de una doctrina especial.Bakunin se relacion con Proudhon, a quien vea frecuente-mente; coincidentes en ciertos puntos esenciales y distanciadosen otros, se trababan en discusiones que se prolongaban nochesenteras. Conoci tambin a George Sand, de quien admiraba eltalento y que por entonces tena inuencias de Pierre Leroux.Los aos de Pars fueron los ms fecundos para el desarrollo

    espiritual de Miguel Bakunin; fue entonces cuando esboz lasideas que haban de constituir luego su programa revolucionario.Pero estaban todava mal desbrozadas sobre ms de un punto ymezcladas con un recto de idealismo metafsico del que no sedesembarazara por completo sino ms tarde.

    Ha sido l mismo quien caracteriz sus relaciones con Marx ycon Proudhon en esa poca:

    Marx ha escrito en 1871 (manuscrito francs) estabamucho ms adelantado que yo, como lo est an hoy; noms adelantado, sino que era incomparablemente ms sabio.

    Yo no saba entonces nada de la economa poltica, no mehaba deshecho todava de las abstracciones metafsicas, y mi

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    socialismo no era ms que de instinto. l, aunque ms jovenque yo, era ya un ateo, un sabio materialista y un socialistaconsciente. Fue precisamente en esa poca cuando elabor los

    primeros fundamentos de su sistema actual. Nos vimos bastantea menudo, pues yo lo respetaba mucho por su ciencia y porsu abnegacin apasionada y seria aunque siempre mezcladacon la vanidad personal hacia la causa del proletariado, y

    yo buscaba con avidez su conversacin siempre instructiva yespiritual cuando no se inspiraba en mezquinos odios, lo quesuceda demasiado a menudo. Nunca, por consiguiente, hubointimidad franca entre nosotros. Nuestros temperamentos no lo

    permitan. l me llamaba idealista y sentimental y tena razn.En cuanto a Engels, Bakunin lo ha caracterizado as en un

    pasaje en que habla de la sociedad secreta fundada por Marx(Gosudarstvennost i Anarkhia 1874, pg.224): Hacia 1845,Marx se ha puesto a la cabeza de los comunistas alemanesy poco despus con M. Engels, su amigo constante, taninteligente como l, aunque menos erudito, pero en cambio

    ms prctico y no menos dotado para la calumnia poltica,la mentira y la intriga ha fundado una sociedad secreta decomunistas alemanes o de socialistas autoritarios.

    He aqu lo que dice de Proudhon en un manuscrito francs de1870: Proudhon, a pesar de todos los esfuerzos que ha hecho porsacudir las tradiciones del idealismo clsico, no por eso ha dejadode ser, toda su vida, un idealista incorregible inspirndose, comolo dijo dos meses antes de su muerte, ya en la Biblia, ya en elderecho romano y metafsico hasta el extremo. Su gran desgra-cia es no haber estudiado nunca las ciencias naturales y no haber,

    por lo tanto, adoptado su mtodo. Tuvo instintos de genio que lepermitieron entrever el camino justo, pero, arrastrado por sus maloshbitos idealistas, volvi a caer siempre en los viejos errores, losque han hecho de l una contradiccin perpetua: un genio vigoroso,un pensador revolucionario, pero enfrentado siempre con losfantasmas del idealismo, a los que no lleg jams a vencer.

    Marx, como pensador, est en el buen camino. Ha establecidocomo principio que todas las soluciones jurdicas en la historiason no las causas sino los efectos de las evoluciones econmicas.Es ste un grande y fecundo pensamiento que no ha inventadoabsolutamente nada: ha ido entrevisto, expresado en parte pormuchos otros antes que l; pero, en n, a l le pertenece el honor

    de haberlo establecido slidamente y de haberlo planteado comobase de todo su sistema econmico. Por otra parte, Proudhonhaba comprendido y sentido la libertad mucho ms quel. Proudhon, cuando no haca doctrina metafsica, tena elinstinto del revolucionario: adoraba a Satans y proclamabala anarqua. Es muy posible que Marx pueda elevarse teri-camente a un sistema todava ms racional de la libertad que

    Proudhon, pero carece del instinto de la libertad. Es, de piesa cabeza, un autoritario...En 1847, Bakunin recibi en Pars a Herzen y a Ogarev,

    que haban dejado Rusia para vivir en Occidente; tambin aBelinsky entonces en toda la madurez de su talento, quienmorira al ao siguiente.

    Como consecuencia de un discurso pronunciado el 29 denoviembre de 1847, en conmemoracin de la insurreccin

    polaca de 1830, Bakunin fue expulsado de Francia a pedidode la embajada rusa. Para tratar de restarle las simpatas que sehaban manifestado tan pronto a su alrededor, el representante

    de Rusia en Pars, Kisselev, hizo correr el rumor de que Bakuninhaba estado al servicio de la embajada, que lo haba empleado,

    pero que se vea obligada a desembarazarse de l por haber idodemasiado lejos (carta de Bakunin a Fanelli, 29 de mayo de1867). El conde Duchatel, ministro del Interior, interpelado en laCmara de los Pares, se atrincher tras calculadas reticencias paradar aliento a la calumnia imaginada por Kisselev y que tendra

    pronto gran repercusin. Bakunin march a Bruselas, donde vivaMarx, expulsado tambin de Francia desde 1845, y desde allescribi a su amigo Herwehg: Los alemanes Bornstedt, Marx y

    Engels Marx sobre todo hacen aqu su mal habitual: vanidad,malevolencia, chismes, fanfarronera en teora y pusilanimidad enla prctica disertaciones sobre la vida, la accin y la sencillez,y ausencia completa de vida, de accin y de sencillez, coquete-ras repugnantes con los obreros ms instruidos y locuaces. Segnellos, Feuerbach es un burgus, y el epteto de burgus es repetidohasta la saciedad por gentes que no son de pies a cabeza ms que

    burgueses de ciudad provinciana; en una palabra, tontera y menti-ra, mentira y tontera. En una sociedad semejante no hay medio derespirar libremente. Me mantengo alejado de ellos y he declaradoclaramente que no ir a suKommunistischer Handwerkerverein,y que no quisiera tener nada que ver con esa sociedad.

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    La revolucin del 24 de febrero reabri a Bakunin laspuertas de Francia. Se apresur a volver a Pars, pero pron-to los acontecimientos de Viena y de Berln lo decidierona partir para Alemania (abril), desde donde esperaba podertomar parte en los movimientos insurreccionales de Polonia.Pas por Colonia, donde Marx y Engels iban a comenzar la

    publicacin de laNeue Rheinische Zeitung; era el momento en

    que la legin democrtica alemana de Pars, que acompaabaa Herwegh, acababa de hacer en el gran ducado de Bade unatentativa insurreccional que concluy en un lamentable fracaso.Marx atac violentamente a Herwegh por este motivo; Bakunintom la defensa de su amigo, lo que lo llev a una ruptura conMarx. Escribi ms tarde (manuscrito francs de 1871): Enesta cuestin, pienso hoy y lo digo francamente, eran Marx yEngels los que tenan razn: juzgaban mejor la situacin gene-ral. Atacaron a Herwegh con el descaro que caracterizaba susataques y yo lo defend con calor, personalmente, contra ellos,en Colonia. De ah procede nuestra discordia.

    Se dirigi luego a Berln y a Breslau y de all a Praga,donde trat intilmente de hacer propaganda democrtica yrevolucionaria en el congreso eslavo (junio), y donde tom

    parte en el movimiento insurreccional duramente reprimido porWindischgratz; despus volvi a Breslau. Durante su perma-nencia en esta ciudad, laNeue Rheinische Zeitungpublic (6 de

    julio) una carta fechada en Pars cuyo autor deca: A propsitode la propaganda eslava, se nos ha armado ayer que GeorgeSand posee documentos que comprometen profundamente alruso expulsado de aqu, Miguel Bakunin, y lo presentan como

    instrumento o agente de Rusia, nuevamente enrolado, al cual seatribuye la parte principal del reciente arresto de los desgracia-dos polacos. George Sand ha mostrado esos papeles a algunosde sus amigos. Bakunin protest inmediatamente contra esainfame calumnia con una carta que pblico elAllgemeine Oder

    Zeitung de Breslau (carta que la Neue Rheinische Zeitungrereprodujo el 16 de julio), y escribi a Mme. George Sand

    pidindole que se explicara sobre el uso que haba hecho desu nombre. George Sand respondi con una carta al redactorde laNeue Rheinische Zeitung, fechada en la Chatre (Indre) el20 de julio de 1848, en la que deca: Los hechos comunicados

    por su corresponsal son completamente falsos. Yo no he posedo

    nunca la menor prueba de las insinuaciones que usted trata deacreditar contra M. Bakunin. No estuve, pues, nunca autorizadaa expresar la menor duda sobre la lealtad de su carcter y lasinceridad de sus opiniones. Apelo a su honor y a su conciencia

    para la insercin de esta carta en su peridico. Marx insert lacarta y dio al mismo tiempo la siguiente explicacin sobre la

    publicidad que haba acordado a la calumnia de su corresponsal

    en Pars: Hemos cumplido el deber de la prensa de ejercer so-bre los hombres pblicos una estricta vigilancia y hemos dadoal mismo tiempo, por eso, a M. Bakunin la ocasin de disiparuna sospecha que haba sido verdaderamente emitida en ciertoscrculos de Pars. Es intil insistir sobre esta singular teora,segn la cual la prensa tendra el deber de acoger la calumnia y de

    publicarla, sin tomarse el trabajo de corroborarla con los hechos.Al mes siguiente, Bakunin encontr a Marx en Berln y tuvo lugar

    una reconciliacin aparente. Bakunin escribi con este motivo en1871 (manuscrito francs): Los amigos comunes nos obligaron aabrazarnos. Y entonces, en medio de una conversacin medio en se-

    rio, medio en broma, Marx me dijo: Sabes t que estoy a la cabezade una sociedad comunista secreta tan bien disciplinada que si dije-ra a uno solo de sus miembros: Vete a matar a Bakunin, te matara?Despus de esta conversacin no nos volvimos a ver hasta 1864.

    La amenaza que Marx haba hecho risueamente a Bakuninen 1848 intentara concretarla seriamente 24 aos ms tarde:cuando la oposicin del anarquista revolucionario en laInternacional se hizo molesta para el dominio personal queMarx pretenda ejercer, ste intent desembarazarse de l pormedio de un verdadero asesinato moral.

    Expulsado de Prusia y de Sajonia, Bakunin pas el resto delao 1848 en el principado de Anhalt. All public en alemnsu folletoAufrufan die Slaven, von sinemrussischen Patrioten,

    Michael Bakunin. Mitgles des Slavencongresses.En l desarrolla este programa: unin de los revolucionarios

    eslavos con los revolucionarios de las otras naciones hngaros,alemanes, italianos para la destruccin de las tres monarquasopresoras: Imperio de Rusia, Imperio de Hungra, Reino dePrusia; luego, libre federacin de los pueblos eslavos emanci-

    pados. Marx crey su deber combatir estas ideas; escribi en laNeue Rheinische Zeitung(14 de febrero de 1849): Bakunin esnuestro amigo; esto no nos impedir criticar su folleto.

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    Y formulaba as su punto de vista: Aparte de los polacos, losrusos y quiz tambin los eslavos de Turqua, ningn puebloeslavo tiene un porvenir, por la sencilla razn de que faltan atodos los otros eslavos las condiciones histricas, geogrcas,

    polticas e industriales de independencia y de vitalidad. Res-pecto de esta diferencia entre las ideas de Marx y las suyas en lacuestin eslava, Bakunin escribi (1871, manuscrito francs):

    En 1848 nos encontramos enfrentados por nuestras opiniones,y debo decir que la razn estaba ms de su parte que de la maArrastrado por la embriaguez del movimiento revolucionario, yoestaba ms interesado en el aspecto negativo que en el aspecto

    positivo de la revolucin. Sin embargo, hubo un punto en quetuve razn. Como eslavo, yo quera la emancipacin de la razaeslava del yugo de los alemanes y, como patriota alemn, Marx noadmita entonces, como no lo admite todava hoy, el derecho delos eslavos a emanciparse del yugo de los alemanes, pensando hoycomo entonces que los alemanes estn llamados a civilizarlos, esdecir, a germanizarlos por las buenas o por las malas.

    En enero de 1849, Bakunin lleg secretamente a Leipzig. All,con un grupo de jvenes checos de Praga, se dedic a prepararuna sublevacin en Bohemia. A pesar de los avances de la reac-cin en Alemania y en Francia, todava poda esperarse mucho,

    pues en ms de un punto de Europa la revolucin no haba sidoan aplastada. Po IX, expulsado de Roma, haba dejado el puestoa la repblica romana, dirigida por el triunvirato Mazzini, Saf yArmeilini, con Garibaldi como general. Venecia nuevamente li-

    bre sostena contra los austriacos un sitio heroico; los hngaros,rebelados contra Austria y dirigidos por Kossuth, proclamaban la

    decadencia de la casa de los Habsburgo. Por esa poca estall enDresde (3 de mayo de 1849) una sublevacin popular provocadapor la negativa del rey de Sajonia a aceptar la constitucin delimperio alemn, votada por el Parlamento de Frankfurt. El reyhuy el da 4; fue instalado un gobierno provisorio (Heubner,Tzschirner y Todt) y los insurrectos permanecieron dueos de laciudad durante cinco das. Bakunin, que haba cambiado Leipzig

    por Dresde a mediados de abril, se convirti en uno de los jefesrebeldes y contribuy a tomar las ms enrgicas medidas para ladefensa de las barricadas contra las tropas prusianas. (El coman-dante militar fue primeramente el lugarteniente coronel Heinze;despus, a partir del 8 de mayo, el joven tipgrafo Stephan Born,

    que haba organizado el ao precedente la primera asociacingeneral de los obreros alemanes, laArbeiter-Verbriiderung.) Laestatura gigantesca de Bakunin y su condicin de revoluciona-rio ruso atrajeron particularmente la atencin sobre l; se form

    pronto una leyenda en torno de su persona; se atribuan a l sololos incendios provocados por la defensa. Fue se escribi elalma verdadera de toda la revolucin; ejerci un terrorismo

    que difundi el espanto; actu siempre ingeniosamente: aconse-j, para impedir a los prusianos tirar sobre las barricadas, colocaren ellas las obras maestras de la galera de arte.

    El da 9 los insurrectos, retrocediendo ante la superioridad delas fuerzas enemigas, efectuaron su retirada sobre el Freiberg.All Bakunin intent vanamente convencer a Born para que

    pasase, con los combatientes que le quedaban, al territorio deBohemia para provocar en esa zona una nueva sublevacin. Bornrehus y licenci a sus tropas. Entonces, viendo que ya no habanada que hacer, Heubner, Bakunin y el msico Ricardo Wagnerse dirigieron a Chemnitz. Durante la noche del 9 al 10 de mayo,

    los burgueses armados arrestaron a Heubner y a Bakunin y losentregaron a los prusianos; Wagner, que se haba refugiado enla casa de su hermana, logr escapar.

    La conducta de Bakunin en Dresde fue la de un combatientedecidido y la de un jefe previsor. En una de sus cartas al NewYork Daily Tribune (nmero del 2 de octubre de 1852) On

    Revolution and Contrerevolution in Germany, Marx, a pesarde su hostilidad, reconoci el servicio prestado por Bakunina la causa revolucionaria. As escribi: En Dresde la lucha secontinu durante cuatro das en las calles de la ciudad. Los tende-

    ros de Dresde, la guardia comunal, no slo no combatieron, sinoque en varios casos favorecieron la accin de las tropas contra losinsurrectos. Estos se componan casi exclusivamente de obrerosde los distritos manufactureros circundantes. Encontraron un jefecapaz y de sangre fra en el refugiado ruso Miguel Bakunin.

    Conducido a la fortaleza de Knigstein (Sajonia), Bakunin,despus de largos meses de prisin, fue condenado a muerteel 14 de enero de 1850; en junio se le conmut la pena porla de detencin perpetua y, simultneamente, fue entregadoal gobierno de Austria, que lo reclamaba. All estuvo primerodetenido en Praga y luego (marzo de 1851), en la ciudadela de

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    Olmtz, donde el 15 de mayo de ese mismo ao fue condenadoa la horca; pero nuevamente se le conmut la pena por la dedetencin perpetua. En las prisiones austracas, Bakunin fuetratado duramente: tena hierros en los pies y en las manos, y enOlmtz, estuvo incluso encadenado por la cintura.

    Austria lo entreg al gobierno ruso poco despus de sucondena. En Rusia fue encerrado en la fortaleza de Pedro y

    Pablo, en el revellin de Alejo. Al principio de su cautiverio,por intermedio del conde Orlov, el zar le pidi una confesinescrita. Bakunin, pensando que se encontraba en poder de unoso y que, por los dems, siendo todos sus actos conocidos,no tena ningn secreto que revelar (carta a Herzen, 8 dediciembre de 1860, Irkustk), se decidi a escribir. En su cartadeca al zar: Deseis mi confesin, pero no debis ignorar queel penitente no est obligado a confesar los pecados ajenos.Yo no tengo ms que el honor y la conciencia de no habertraicionado a nadie que haya querido conarse a m, y es poresto que no os dar nombres. Cuando Nicols tuvo la carta de

    Bakunin cuenta Herzen, (Obras pstumas), dijo: Es un buenmuchacho, lleno de espritu, pero es un hombre peligroso; es

    preciso guardarlo bien bajo cerrojos.Al comenzar la guerra de Crimea, temiendo que la fortaleza

    de Pedro y Pablo pudiese ser bombardeada o tomada por losingleses, se transri al prisionero a Schlsselburg (1854). Allenferm de escorbuto y, como consecuencia, perdi todos susdientes. He aqu lo que el autor de la presente nota escribi alda siguiente de la muerte de Bakunin y de acuerdo con losrelatos recogidos de labios de ste sobre el ltimo perodo de

    su cautiverio: El atroz rgimen de la prisin haba destrozadocompletamente su estmago; al nal, nos cont l mismo, habatomado asco a todos los alimentos, y se nutra exclusivamentede coles agrias picadas (chitchi). Pero si el cuerpo se debilita-

    ba, el espritu permaneca inexible. Tema sobre todo una solacosa: el encontrarse un da, por la accin debilitante de la prisin,en el estado de postracin espiritual del que Silvio Pellico ofreceun ejemplo tan conocido; tema cesar de odiar, de sentir en sucorazn el sentimiento de rebelda que lo sostena y de llegar a

    perdonar a sus verdugos y resignarse a su suerte. Pero este te-mor era superuo; su energa no lo abandon un solo da y salide la prisin tal como haba entrado. Nos ha contado tambin

    que para distraerse en los largos hastos de su soledad se com-placa en repasar mentalmente la leyenda de Prometeo, el titnbienhechor de los hombres, encadenado por orden del zar delOlimpo a una roca del Cucaso; pensaba dramatizarla y nosotroshemos retenido la meloda suave y quejumbrosa, compuesta porl, de memoria, de las ninfas del ocano que iban a llevar susconsuelos a la vctima de las venganzas de Jpiter. (Bulletin

    de la Federation Jurassienne de lInternational, suplemento alnmero del 9 de julio de 1870.)A la muerte de Nicols se esperaba que el cambio de gobierno

    aportara algn alivio a la situacin del indomable revolucionario,pero fue el mismo Alejandro II quien borr con su propia manoel nombre de Bakunin de la lista de amnistiados. La madredel prisionero se present un mes ms tarde al nuevo zar parasuplicarle concediese gracia a su hijo, pero el autcrata respon-di: Sepa usted, seora, que mientras su hijo viva no podr serliberado. El cautiverio de Bakunin se prolong an dos aosdespus de la muerte de Nicols, pues Alejandro permaneca

    sordo a todos los ruegos que se le dirigan. Un da, el zar, teniendoen la mano la carta que Miguel Bakunin haba escrito en 1851 a

    Nicols, se dirigi al prncipe Gontcharov dicindole. Pero yono veo el menor arrepentimiento en esta carta!. Finalmente, en1857, Alejandro se dej ablandar y consinti en trocar la condena

    perpetua por el destierro en Siberia.Bakunin fue internado en Tomsk. Se cas hacia nes de 1858

    con una joven polaca, Antonia Kwiatkowska, y poco despus,por intervencin de un pariente por la lnea materna, MuravievAmursky, gobernador de la Siberia oriental, pudo ir a residir a

    Irkutsk (marzo de 1859), donde empez a trabajar en la compaadel Amour y ms tarde en una empresa minera. Esperaba obtenerpronto su libertad y volver a Rusia, pero Muraviev se haba vistoobligado a abandonar su puesto en vista de la oposicin que le hacala burocracia y Bakunin comprendi entonces que no le quedabams que un medio: la evasin. Saliendo de Irkutsk (5/17 de julio de1861) con el pretexto de un viaje de negocios y estudios autorizado

    por el gobierno como representante de un comerciante llamadoSabachniokov, lleg a Nicolaievsk (julio) y all se embarc en unaunidad del Estado, el Strelok, yendo a De-Kastri, puerto situadoms al sur. Despus logr pasar sin despertar sospechas a un navomercante, el Vikera, que lo condujo al Japn, a Hakodadi; de all

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    pas a Yokohama, luego a San Francisco (octubre) y a New York(noviembre) y el 27 de diciembre de 1861 lleg a Londres, dondefue recibido por Herzen y Ogarev.

    Se pueden resumir rpidamente los seis primeros aos delsegundo refugio de Bakunin en Occidente.

    Pronto comprendi que, a pesar de la amistad personal quelo una a Herzen y a Ogarev, no poda asociarse a la accin

    poltica de la queKolokolera el rgano. Expuso sus ideas en elcurso del ao 1861 en dos folletos rusos: A los amigos rusos,polacos y a todos los amigos eslavos y La causa del pueblo,Romanov, Pugatchev o Pestel? Cuando estall en 1863 lainsurreccin polaca trat de unirse a ella, pero la organizacinde una legin rusa fracas; la expedicin de Lapinski no pudollegar a un resultado y Bakunin, que haba ido a Estocolmo

    donde se le reuni su mujer con la esperanza de obteneruna intervencin sueca, debi regresar a Londres (octubre) sinhaber conseguido su propsito. Se march entonces a Italia,desde donde hizo, a mediados de 1864, otro viaje a Suecia;

    regres por Londres, donde volvi a ver a Marx, y por Pars,donde volvi a ver a Proudhon. Como consecuencia de la gue-rra de 1859 y de la heroica expedicin de Garibaldi en 1860,Italia acababa de nacer a una vida nueva; Bakunin permanecien ese pas hasta el otoo de 1867, establecindose primeroen Florencia y luego en Npoles y sus alrededores. Habaconcebido el plan de una organizacin revolucionaria secretacon miras a la propaganda y, llegado el momento, decididaa la accin. Desde 1864 consigui agrupar cierto nmero deitalianos, franceses, escandinavos y eslavos en esa sociedad

    secreta, que se llamFraternidad Internacionalo Alianza delos revolucionarios socialistas. En Italia, Bakunin y sus ami-gos se aplicaron sobre todo a luchar contra los mazzinianos,republicanos autoritarios y religiosos, que tenan por divisa

    Dios y pueblo; en Npoles se fund un peridico, Libert eGiustizia, en el que Bakunin desarrollo su programa. En juliode 1866 participaba a Herzen y a Ogarev de la existencia dela sociedad secreta, a la que consagraba desde haca dos aostoda su actividad, y les comunicaba el programa, del que susantiguos amigos, segn l mismo, se escandalizaron mucho. Enese momento, la organizacin segn testimonio de Bakunintena adherentes en Suecia, Noruega, Dinamarca, Inglaterra,

    Blgica, Francia, Espaa e Italia, y comprenda tambinpolacos y rusos entre sus miembros.

    En 1867, los demcratas burgueses de diversas naciones,principalmente los franceses y los alemanes, fundaron la Liga dela paz y de la libertad y convocaron a un congreso, en Ginebra,que tuvo mucha repercusin. Bakunin tena an algunas ilusionesrespecto de los demcratas; fue a este congreso, donde pronunci un

    discurso, se hizo miembro del comit central de la Liga, establecisu residencia en Suiza, cerca de Vevey, y, durante el ao que sigui,se esforz por inclinar a sus colegas del comit en favor del socia-lismo revolucionario. En el segundo congreso de la Liga en Berna(setiembre de 1868) hizo, con algunos de sus amigos, miembrosde la organizacin secreta en 1864 (Eliseo Reclus, Arstides Rey,Charles Keller, Victor Jaclard, Giuseppe Fanelli, Saverio Friscia,

    Nicols Jukovsky, Valeriano Mroczkowsky y otros), una tentativapara que la Liga votara resoluciones francamente revolucionarias.Despus de varios das de debate, los socialistas revolucionarios,encontrndose en minora, declararon que se separaban de la

    Liga (25 de setiembre de 1868) y fundaron el mismo da, bajo elnombre de Alianza internacional de la democracia socialista,una asociacin nueva, de la que Bakunin redact el programa.Este programa, que resuma las concepciones a que su autor ha-

    ba llegado en el transcurso de una larga evolucin comenzada enAlemania en 1842, deca entre otras cosas:

    La Alianza se declara atea; quiere la abolicin denitivay completa de las clases y la igualacin poltica, econmica ysocial de los individuos de ambos sexos; quiere que la tierra, losinstrumentos de trabajo, como todo otro capital, convirtindose

    en propiedad colectiva de la sociedad entera, no puedan ser utili-zados ms que por los trabajadores, es decir, por las asociacionesagrcolas e industriales. Reconoce que todos los Estados polticosy autoritarios actualmente existentes, reducindose ms y msa simples funciones administrativas de los servicios pblicos ensus pases respectivos, debern desaparecer en la unin universalde las libres asociaciones, tanto agrcolas coma industriales.

    Al constituirse, laAlianza internacional de la democracia socialistadeclar que deseaba ingresar en la Asociacin Internacional de losTrabajadores, de la que aceptaba los estatutos generales.

    Con fecha 1 de setiembre de 1868, haba aparecido en Ginebrael primer nmero de un peridico ruso,Naroanoe Dielo, redactado

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    por Miguel Bakunin y Nicols Jukovsky, Contena un editorialtitulado Programa de la democracia socialista rusa, idnticoen el fondo al programa que adopt algunos das despus la

    Alianza internacional de la democracia socialista. Pero desdesu segundo nmero el peridico cambi de redaccin y pasa manos de Nicols Utin, que le imprimi una orientacintotalmente diferente.

    La Asociacin Internacional de los Trabajadores habasido fundada en Londres el 23 de setiembre de 1864, perosu organizacin denitiva y la adopcin de sus estatutos nodataban ms que de su primer congreso, celebrado en Ginebradel 3 al 8 de setiembre de 1866.

    A su paso por Londres, en octubre de 1864, Bakunin, que nohaba vuelto a ver a Marx desde 1848, recibi la visita de ste.Marx acababa de explicarse con l sobre la calumnia acogidaen 1848 por la Neue Rheinische Zeitungy que los periodistasalemanes haban vuelto a poner en circulacin en 1853. Mazziniy Herzen haban tomado entonces la defensa del calumniado,

    encerrado en una fortaleza rusa; Marx, en esa ocasin, en elperidico ingls Morning Advertiser, haba declarado una vezms que Bakunin era su amigo y, en 1864, se lo reiter. Comoconsecuencia de esta conversacin, Marx comprometi a Bakunina unirse a la Internacional, pero ste, de regreso en Italia, prericonsagrarse a la organizacin secreta de que he hablado ya. LaInternacional en sus comienzos no estaba representada, fuera delConsejo General de Londres, ms que por un grupo de obrerosmutualistas de Pars, y nada haca prever la importancia que mstarde adquirira. Fue slo despus de su segundo congreso de

    Lausanne (setiembre de 1867), despus de los dos procesos dePars y de la gran huelga de Ginebra (1868) que la atencin se di-rigi seriamente hacia ella, convertida en una potencia de la queya no se poda ignorar su inuencia y su accin revolucionaria.En su tercer congreso en Bruselas (setiembre de 1868) se habanexpuesto las ideas colectivistas en oposicin al cooperativismo.Desde julio de 1868, Bakunin se hizo admitir como miembro dela seccin de Ginebra, y desde su salida de la Liga de la Paz enel Congreso de Berna se radic en Ginebra, para poder unirseactivamente al movimiento obrero de esta ciudad.

    Inmediatamente le dio un gran empuje a la organizacin y ala propaganda. Un viaje a Espaa del socialista italiano Fanelli

    tuvo por resultado la fundacin de las secciones internacionalesde Madrid y de Barcelona. Las secciones de la Suiza francesase unieron en una federacin que tom el nombre de FederacinRomanda y tuvo por rgano al peridico LEgalit, creado enenero de 1869. Se emprendi una lucha tenaz contra los falsossocialistas que en el Jura suizo obstaculizaban el movimiento yse consigui la adhesin de la mayora de los obreros jurasianosal socialismo revolucionario. En varias ocasiones Bakunin fueal Jura para ayudar con su palabra a destruir lo que l llamabala reaccin enmascarada en cooperacin; ste fue el origen dela amistad que contrajo con los militantes de esa regin.

    En Ginebra misma, un conicto entre los obreros de la cons-truccin socialistas revolucionarios por instinto y los obrerosrelojeros y joyeros llamados de la fbrica, que queran parti-cipar en las luchas electorales y aliarse a los polticos radicales,termin por la inuencia de Bakunin que hizo enLEgalitunacampaa enrgica y expuso en una serie de notables artculosel programa poltico de la Internacional con la victoria,

    desgraciadamente momentnea, del sector revolucionario. Lassecciones de la Internacional en Francia, Blgica y Espaa,marchaban de acuerdo con las de la Suiza francesa y se poda

    prever que en el prximo congreso general de la Asociacin elcolectivismo reunira la mayora de los votos.

    El consejo general de Londres no haba querido admitir laAlianza internacional de la democracia socialista como unarama de la Internacional porque la nueva sociedad constitua unsegundo cuerpo internacional y porque presuma que su presenciaen la Internacional sera causa de desorden. Uno de los motivos

    que movi a esta decisin fue la malevolencia de Marx contraBakunin, en quien el ilustre comunista alemn crea ver un intri-gante que quera trastornar la Internacional y transformarla ensu instrumento. Pero, independientemente de los sentimientos

    personales de Marx, era razonable pensar que la creacin de unasegunda organizacin, paralela a la Internacional, era una idea

    poco feliz, y as lo manifestaron a Bakunin sus amigos belgas yjurasianos. l se rindi a estas razones y reconoci la justicia dela decisin del consejo general. En consecuencia, el bur centralde laAlianza, despus de haber consultado a los adherentes a estaorganizacin, resolvi de acuerdo con ellos la disolucin. Elgrupo local, que se haba constituido en Ginebra, se transform

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    en una simple seccin de la Internacional y fue entonces admitidocomo tal por el consejo general (julio de 1869).

    En el cuarto congreso general, en Bale (6-12 de setiembre de1869), la casi unanimidad de los delegados de la Internacionalse pronunci por la propiedad colectiva, pero se pudo constatarentonces que haba entre ellos dos corrientes distintas: unos

    alemanes, suizos alemanes, ingleses eran comunistas deEstado; otros belgas, franceses, suizos franceses, espaoleseran comunistas antiautoritarios o federalistas o anarquistas,que tomaron el nombre de colectivistas. Bakunin perteneca,naturalmente, a esta segunda fraccin, en la que se contaban,entre otros, el belga De Paepe y el parisiense Varlin.

    La organizacin secreta fundada en 1864 se haba disuelto enenero de 1869 como consecuencia de una crisis interna, peromuchos de sus miembros seguan relacionados entre s y a ese

    pequeo grupo se haban aadido nuevos elementos suizos,espaoles, franceses y el mismo Varlin. Se supona que estelibre contacto entre quienes se unan para la accin colectiva en

    una fraternidad revolucionaria dara ms fuerza y cohesin algran movimiento del que era expresin la Internacional.

    En el verano de 1869 un amigo de Marx, Borkbein, reprodujoen el Zukunftde Berlin la vieja calumnia de que Bakunin eraun agente del gobierno ruso y Liebknecht repiti esta ar-macin en varias circunstancias. Encontrndose ste en Basileacon motivo del congreso, Bakunin lo invit a explicarse anteun jurado de honor. All, el socialista sajn arm que no habaacusado nunca a Bakunin, que slo se haba limitado a repetirversiones ledas en un diario. Por unanimidad, el jurado declar

    que Liebknecht haba obrado con ligereza culpable y remitia Bakunin una declaracin escrita y rmada por todos susmiembros. Liebknecht, reconociendo que haba cometido unerror, tendi la mano a Bakunin y ste, frente a todos, quem ladeclaracin del jurado y encendi con ella un cigarrillo.

    Despus del Congreso de Basilea, Bakunin se retir a Locarno(Tessino). Esta decisin obedeci a motivos estrictamente

    privados: la necesidad de establecerse en un lugar donde lefuese posible vivir con pocos recursos y donde adems pudieseentregarse con tranquilidad a los trabajos de traduccin encar-gados por un editor de Petersburgo (se trataba, principalmente,de una traduccin del primer volumen de El capital, de Marx,

    aparecido en 1867). Pero al marcharse Bakunin de Ginebra,dej desgraciadamente el campo libre a los intrigantes polticos,quienes asocindose a las maniobras de un emigrado ruso, NicolasUtin demasiado conocido por el triste papel que desempeen la Internacional, para que haya necesidad de caracterizarloaqu, lograron en algunos meses desorganizar la Internacionalginebrina, ocupar sus puestos directivos y apoderarse del

    peridicoLEgalit. Marx, a quien cegaban sus rencores y susmezquinas envidias contra Bakunin, no se avergonz de rebajarsea concertar una alianza con Utin y la camarilla de los polticosseudosocialistas de Ginebra, los hombres del Templo nico,al mismo tiempo que por una comunicacin condencial (28de marzo de 1870), enviada a sus amigos de Alemania, trataba dedenigrar a Bakunin ante los demcratas socialistas alemanes, re-

    presentndolo como un agente del partido paneslavista, del cualreciba armaba Marx veinticinco mil francos por ao.

    Las intrigas de Utin y de sus asociados ginebrinos lograronprovocar una escisin en la Federacin Romanda: sta se dividi

    (abril de 1870) en dos fracciones, de las cuales una de acuerdocon las Internacionales de Francia, Blgica y de Espaa se haba

    pronunciado por la poltica revolucionaria, declarando que todaparticipacin de la clase obrera en la poltica burguesa guberna-mental no poda tener otros resultados que la consolidacin delorden de cosas existente. La otra fraccin, en cambio, profesabala intervencin poltica y las candidaturas obreras. El consejogeneral de Londres, as como los alemanes y los suizos alemanes,tomaron partido por la segunda de estas fracciones (fraccin deUtin y del Templo nico), mientras que los franceses, los belgas y

    los espaoles tomaban partido por la primera (fraccin del Jura).Bakunin estaba en ese momento absorbido por los asuntos rusos.En la primavera de 1869 haba entrado ya en relaciones con Net-chaiev; crea entonces en la posibilidad de organizar en Rusia unavasta sublevacin de campesinos, como en tiempos de StenkaRatkin: pues el aniversario, luego de dos siglos, del ao de lagran revuelta (1869), pareca una coincidencia casi proftica. Esentonces cuando escribi en ruso el maniesto titulado Algunas

    palabras a los jvenes hermanos de Rusia, y el folletoLa cienciay la causa revolucionaria actual. Netchaiev haba vuelto a Rusia,pero debi huir nuevamente despus del arresto de casi todos susamigos y de la destruccin de su organizacin.

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    Regres a Suiza en enero de 1870.Exigi a Bakunin que abandonase la traduccin comenza-

    da de El capitalpara consagrarse enteramente a la propagandarevolucionaria rusa; obtuvo de Ogarev para el comit rusoque deca representar la entrega que constitua el fondoBakhmetiev. Una parte de este dinero haba sido ya conada porHerzen el ao precedente. Bakunin escribi el folleto en rusoA losofciales del ejrcito rusoy, en francs,El oso de Berna y el oso deSan Petersburgo. Hizo tambin aparecer algunos nmeros de unanueva serie deKolokoly despleg durante muchos meses una granactividad, pero acab por comprender que Netchaiev slo buscabaservirse de l como de un simple instrumento y que haba recu-rrido a procedimientos jesuticos para conseguir una verdaderadictadura personal. Despus de una explicacin decisiva que tuvolugar en Ginebra en julio de 1870, rompi completamente con el

    joven revolucionario. Haba sido vctima de su excesiva conanzay de la admiracin que le haba inspirado primeramente la energasalvaje de Netchaiev. No es preciso decir escribi Bakunin a

    Ogarev despus de esta ruptura, que nosotros hemos desempeadoun hermoso papel de idiotas. Cmo se burlara Herzen de ambos,si viviese, y con cunta razn! Y bien, no hay ya ms remedio quetragar est amarga pldora, que nos har ms circunspectos de aquen adelante. (2 de agosto de 1870.)

    En ese momento acababa de estallar la guerra entre Alemaniay Francia y Bakunin segua sus peripecias con un apasionadointers, T no eres ms que ruso escriba el 11 de agosto aOgarev, mientras que yo soy internacional. A sus ojos, la

    derrota de Francia por la Alemania feudal y militar era el triunfode la contrarrevolucin y sta no poda ser evitada ms quellamando al pueblo francs a levantarse en masa, para rechazaral mismo tiempo al invasor extranjero y a los tiranos internosque lo tenan en la servidumbre econmica y poltica. Escribia sus amigos socialistas de Lyon:

    El movimiento patritico de 1792 no es nada en comparacincon el que debis hacer vosotros ahora si queris salvar a Francia.Por lo tanto, levantos, amigos, al canto de La Marsellesa, quese convierte hoy otra vez en el canto legtimo de Francia, palpi-tante de actualidad, el canto de la libertad, el canto del pueblo, elcanto de humanidad, porque la causa de Francia se ha convertido

    otra vez en la causa de la humanidad obrando coma patriotassalvaremos en libertad universal Ah, si fuese joven no escribiracartas, estara con vosotros!

    Un corresponsal del Volksstaat (el peridico de Licbknecht)haba escrito que los obreros parisienses eran indiferentes a laguerra actual. Bakunin se indign de que pudiera suponrselesuna empata casi criminal y entonces escribi para demostrarlesque no podan desinteresarse de la invasin alemana, que debandefender su libertad contra las bandas armadas del despotismo pru-siano Ah! exclama si Francia fuese invadida por un ejrcito de

    proletarios alemanes, ingleses, belgas, espaoles, italianos, llevan-do en alto la bandera del socialismo revolucionario y anunciandoal mundo la emancipacin nal de los trabajadores, hubiera sidoel primero en gritar a los obreros franceses: Abridles vuestros

    brazo, son vuestros hermanos, y unos a ellos para barrer los restospodridos del mundo burgus!. Pero la invasin que deshonrabaa Francia era una invasin aristocrtica, monrquica y militarPermaneciendo pasivos ante esa invasin, los obreros franceses

    no traicionaran slo su propia libertad, traicionaran tambin lacausa del proletariado del mundo entero, la causa sagrada delsocialismo revolucionario.

    Las ideas de Bakunin sobre la situacin y sobre los mediosnecesarios para salvar a Francia y a la causa de la libertad fueronexpuestas por l en un corto folleto, que apareci annimamente, ensetiembre, bajo el ttulo de Cartas a un francs sobre la crisis actual.

    El 9 de setiembre sali de Locarno para dirigirse a Lyon, dondelleg el da 15. Un Comit de salvacin de Francia, del queBakunin fue el miembro ms activo y ms audaz, se haba orga-

    nizado en esos das para intentar una sublevacin revolucionaria.El programa de este movimiento fue publicado el 26 de setiembreen un cartel rojo que llevaba las rmas de los delegados de Lyon,de Saint Etienne, de Tarare, de Marsella; Bakunin, aunqueextranjero, no vacil en aadir su rma a las de aquellos, a nde compartir los riesgos y la responsabilidad. El cartel, despusde haber declarado que la mquina gubernamental del Estado,reducida a la impotencia, era abolida, y que el pueblo de Franciaentraba en posesin plena de s mismo, propona la formacin,en todas las comunas federadas, de comits de salvacin deFrancia y el envo inmediato a Lyon de dos delegados de esecomit de cabecera de departamento para formar la convencin

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    revolucionaria de la salvacin de Francia. Un movimiento po-pular puso el 28 de setiembre a los revolucionarios en posesindel ayuntamiento de Lyon, pero la traicin del general Cluzerety la cobarda de algunos en quienes el pueblo haba puesto suconanza, hicieron fracasar esta tentativa. Bakunin contraquien el procurador de la Repblica, Andrieux, haba lanzadouna orden de arresto logr huir a Marsella, donde se mantuvoalgn tiempo oculto, tratando de preparar un nuevo movimiento.Durante este perodo, las autoridades francesas hicieron correrel rumor de que era un agente a sueldo de Prusia y de que elgobierno de la Defensa Nacional tena la prueba. Por su parte, elVolksstaat, de Liebknecht, imprima estas lneas a propsito delmovimiento del 28 de setiembre y del programa del cartel rojo:No se podra haber hecho mejor en la ocina berlinesa de prensa

    para servir a los designios de Bismarck.El 24 de octubre, desalentado por la actitud de Francia, Bakunin

    sali de Marsella a bordo de un navo cuyo capitn era amigo desus compaeros; pensaba volver a Locarno por Gnova y Miln.

    En la vspera escriba a un socialista espaol, Sention, quehaba ido a Francia con la esperanza de unirse al movimientorevolucionario: El pueblo de Francia no es ya revolucionario. Elmilitarismo y el burocratismo, la arrogancia nobiliaria y el jesui-tismo protestante de los prusianos, aliados tiernamente al Knutde mi querido soberano y amo, el emperador de todas las Rusias,van a triunfar en Europa. Dios sabe durante cuntas decenas deaos. Adis todos nuestros sueos de emancipacin inmediata!.El movimiento que estall en Marsella el 31 de octubre, sietedas despus de su partida, no hizo ms que conrmar su juicio

    pesimista: la comuna revolucionaria, que se haba instalado enel ayuntamiento ante la noticia de la capitulacin de Bazaine, nopudo mantenerse ms que cinco das y abdic el 4 de noviembreante el comisario Alfonso Gent, enviado por Gambetta.

    Vuelto a Locarno, donde pas el invierno en la soledad,luchando contra la penuria y la miseria, Bakunin escribi comocontinuacin a lasCartas a un francsuna exposicin de la nue-va situacin de Europa, que apareci en la primavera de 1871 conel ttulo deEl imperio Knuto-germnico y la revolucin social.La noticia de la insurreccin parisiense del 8 de marzo vino adesbaratar una parte de sus sombros pronsticos, demostrandoque el proletariado parisiense haba conservado, al menos, su

    energa y su espritu de rebelda. Pero el herosmo del pueblode Pars resultara impotente para despertar a Francia, agotaday vencida; las tentativas hechas en varias provincias parageneralizar el movimiento comunalista fracasaron; los valero-sos insurrectos parisienses fueron nalmente aplastados por lasuperioridad numrica de los enemigos, y Bakunin que habaido (27 de abril) con sus amigos del Jura para encontrarse mscerca de la frontera francesa debi volver a Locarno sin haber

    podido actuar (1 de junio). Pero esta vez no se dej ganar porel desaliento. La Comuna de Pars, objeto de los odios furiososde todas las reacciones coaligadas, haba encendido una chispade esperanza en el corazn de todos los explotados. El prole-tariado universal saludaba en el pueblo heroico, cuya sangreacababa de correr a torrentes por la emancipacin humana, alSatn moderno, al gran rebelde vencido, pero no pacicado, se-gn la expresin de Bakunin. El patriota italiano Mazzini habaunido su voz a las que maldecan a Pars y a la Internacional;Bakunin escribi la Respuesta de un internacional a Mazzini,

    que apareca a la vez en italiano y en francs (agosto de 1871).Este escrito tuvo una inmensa repercusin en Italia y produjoen la juventud y en los obreros de ese pas un movimiento deopinin que dio nacimiento, antes del n de 1871, a numerosassecciones de la Internacional. Un segundo folleto, La teologa

    poltica de Mazzini y la Internacional, acab la obra comenzada,y Bakunin, que por el envo de Fanelli a Espaa haba sido elcreador de la Internacional espaola, fue por su polmica con-tra Mazzini en 1871 el creador de esa Internacional italiana queiba a lanzarse con tanto ardor a la lucha, no solamente contra la

    dominacin de la burguesa sobre el proletariado sino tambincontra las tentativas de quienes quisieron, en ese momento,instaurar el principio de autoridad en el seno de la AsociacinInternacional de los Trabajadores.

    La escisin, en la Federacin Romanda que hubiera podidoterminarse por una reconciliacin, si el consejo generalde Londres lo hubiese querido y si su agente, Utin, hubiesesido menos prdo se haba agravado y era ya inevitable.En agosto de 1870, Bakunin y tres de sus amigos fueronexpulsados de la seccin de Ginebra por manifestar su sim-

    pata por los jurasianos. Poco despus del n de la guerra de

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    1870-71, los agentes de Marx fueron a Ginebra para reavivarlas discordias. Los miembros de la seccin de la Alianza creye-ron dar una prueba de sus intenciones paccas resolviendo ladisolucin de su seccin, pero el partido de Marx y de Utin noces. Una nueva seccin llamada de propaganda y de accinrevolucionaria socialista, constituida en Ginebra por los refu-giados de la Comuna y en la que haban ingresado los antiguosmiembros de la seccin de la Alianza, vio rechazada su admisin

    por el consejo general. En lugar de un congreso general de laInternacional, el consejo general dirigido por Marx y Engelsconvoc en Londres, en setiembre de 1871, una conferenciasecreta, compuesta casi exclusivamente por gente de conanzade Marx, y en la cual ste hizo tomar decisiones que destruanla autonoma de las federaciones y secciones de la Internacio-nal, concediendo al consejo general una autoridad contraria a laestablecida por los estatutos fundamentales de la Asociacin.La conferencia pretendi al mismo tiempo organizar, bajo ladireccin de ese consejo, lo que llamaba la accin poltica de

    la clase obrera.Haba urgencia por no dejar absorber la Internacional vasta

    federacin de agrupaciones organizadas para luchar en elterreno econmico contra la explotacin capitalista por una

    pequea camarilla de sectarios marxistas y blanquistas. Lassecciones del Jura, unidas a la seccin de propaganda deGinebra, se constituyeron el 12 de noviembre de 1871 enFederacin Jurasiana y dirigieron a todas las federaciones de laInternacional una circular invitndolas a luchar para rechazarlas usurpaciones del consejo general y para reivindicar

    enrgicamente su autonoma. La sociedad futura deca lacircular no debe ser otra cosa que la universalizacin de laorganizacin que la Internacional se haya dado. Debemos

    preocuparnos por acercar lo ms posible esta organizacin anuestro ideal. Cmo se espera que una sociedad igualitaria ylibre surja de una organizacin autoritaria? Es imposible. LaInternacional, embrin de la futura sociedad humana, debe serdesde ahora la imagen el de nuestros principios de libertad yde federacin, y debe alejar de su seno todo principio tendientea la autoridad y a la dictadura.

    Bakunin acogi con entusiasmo la circular de Sonvillier y se

    dedic activamente a propagar esos principios en las secciones

    italianas. Espaa, Blgica, la mayor parte de las seccionesreorganizadas en Francia (a pesar de la reaccin versallesa)

    bajo la forma de grupos secretos, la mayora de las seccionesde Estados Unidos, se pronunciaron en el mismo sentido que laFederacin Jurasiana y se pudo asegurar que la tentativa de Marxy de sus aliados para establecer su dominio en la Internacional

    pronto sera contrarrestada. La primera mitad del ao 1872 fuesignada por una circular condencial del consejo general, obrade Marx, impresa coma folleto y titulada Las pretendidasescisiones en la Internacional. En ella eran atacados y difa-mados los principales militantes del partido autonomista ofederalista y todas las protestas que se haban levantado contraciertos actos del consejo general aparecan como el resultadode una intriga tramada por los miembros de la antigua Alianzainternacional de la democracia socialistaque, bajo la direccindel Papa misterioso de Locarno, trabajaban en la destruccinde la Internacional. Bakunin calic esta circular como lo me-reca, escribiendo a sus amigos: La espada de Damocles con

    que se nos amenaz tanto tiempo acaba de caer por n sobrenuestras cabezas. No es propiamente una espada, sino el armahabitual del seor Marx: un montn de basura.

    Bakunin pas el verano y el otoo de 1872 en Zurich, don-de se fund (en agosto) por su iniciativa una seccin eslava

    formada casi enteramente por estudiantes serbios y rusos queadhiri a la federacin jurasiana de la Internacional. En el mesde abril, desde Locarno, se haba relacionado con algunos j-venes rusos que residan en Suiza y los haba organizado en ungrupo secreto de accin y de propaganda. Entre los miembros

    de ese grupo, el militante ms activo fue Armando Ross (MiguelSajin) quien, ntimamente ligado a Bakunin desde el verano de1870, fue hasta la primavera de 1876 el principal intermediarioentre el gran agitador revolucionario y la juventud de Rusia. Es

    posible armar que a la propaganda hecha en ese momento porBakunin se debi el impulso de los aos siguientes, pues fue lquien lanz la idea de que la juventud deba ir al pueblo. Sajincre en Zurich una imprenta rusa que public en 1873, bajo elttulo deIstoritchesko erazvitte Internatsionala, una coleccinde artculos aparecidos en los peridicos socialistas belgas y sui-zos, con algunas notas explicativas de diversos autores, entre

    ellos un captulo sobre la Alianza escrito por Bakunin y, en 1874,

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    de Bakunin solo, Gosudarstoennost I Anarkhia. Un conicto conPedro Lavrov y discusiones personales entre algunos miembros de-

    ban llevar a la disolucin de la seccin eslava de Zurich, en 1873.Por entonces, el consejo general decidi convocar un congreso

    general para el 2 de setiembre de 1872, pero como sede de esecongreso eligi La Haya, para poder llevar all ms fcilmentedesde Londres y en gran nmero, delegados provistos de man-datos complacientes o cticios, totalmente adeptos a su poltica.De este modo, el acceso al congreso se haca muy difcil alos representantes de las federaciones alejadas, e imposiblea Bakunin. La federacin italiana, nuevamente constituida,se abstuvo de enviar delegados; la federacin espaola envicuatro; la federacin jurasiana, dos; la federacin belga, siete;la federacin holandesa, cuatro; la federacin inglesa, cinco.Estos veintim delegados, nicos representantes verdaderos dela Internacional, formaron el ncleo de la minora.

    La mayora un total de cuarenta hombres no representabaen realidad ms que a sus integrantes y estaba comprometida

    por adelantado a ejecutar todo lo que le dictara la fraccin de laque Marx y Engels eran los jefes. El nico acto del congreso deLa Haya del que hablaremos aqu es la expulsin de Bakunin,determinada el ltimo da (7 de setiembre) cuando ya un ter-cio de los delegados haba partido por veintisiete votos contrasiete, y ocho abstenciones. Los motivos expuestos por Marxy sus partidarios para exigir despus de un irrisorio simula-cro de encuesta realizada en familia por una comisin decinco miembros la expulsin de Bakunin eran los siguientes:Que est demostrado por un proyecto de estatutos y cartas

    rmadas Bakunin que este ciudadano ha intentado, y quizlogrado, fundar en Europa una sociedad llamada Alianza, quetiene estatutos completamente diferentes desde el punto devista social y poltico de los de la Asociacin Internacionalde los Trabajadores; que el ciudadano Bakunin se ha servi-do de maniobras fraudulentas tendientes a apropiarse total o

    parcialmente de la fortuna de otro, lo que constituye un hechode estafa; que, adems, para no cumplir sus compromisos, lo sus agentes han recurrido a la intimidacin. Es esta segun-da parte del acta de acusacin marxista que hace alusin alos trescientos rublos recibidos como adelanto por Bakunin

    a cuenta de la traduccin de El capital, y a la carta escrita

    por Netchaiev al editor Poliakov lo que yo he calicado msarriba de tentativa de asesinato moral.

    Inmediatamente fue publicada una protesta contra esta infamiapor un grupo de emigrados rusos; he aqu los principales pasajes:

    Ginebra y Zurich, 4 de octubre do 1872 Se han atrevi-do a lanzar contra nuestro amigo Miguel Bakunin la acusacinde estafa y de chantaje... No creemos necesario ni oportunodiscutir aqu los pretendidos hechos sobre los cuales se crey

    poder apoyar la extraa acusacin dirigida contra nuestrocompatriota y amigo. Estos hechos no son bien conocidos, ensus menores detalles, y consideramos un deber restablecerloscon toda su verdad tan pronto como nos sea permitido hacer-lo. Ahora estamos impedidos por la situacin desgraciada deotro compatriota, que no es nuestro amigo, pero a quien las

    persecuciones de que es en este mismo momento vctima porparte del gobierno ruso, nos lo hacen sagrado.

    El seor Marx, del que nosotros no queremos, por lo dems,discutir la habilidad, en esta ocasin al menos, ha calculado

    muy mal. Los corazones honrados, en todos los pases, ex-perimentarn ms que indignacin y disgusto ante unaintriga tan grosera y una violacin tan agrante de los mssencillos principios de la justicia. En cuanto a Rusia, nosotros

    podemos asegurar al seor Marx que todas sus maniobrasestarn siempre condenadas al fracaso: Bakunin es demasiadoestimado y conocido all para que la calumnia pueda llegar al... (rmado): Nicols Ogarev, Bartolom Zayzev, WoldemarOzerov, Armando Ross, Woldemar Holstein, Zemphiri Rally,Alejandro Oelsnitz, Valeriano Smirnov.

    El 15 de setiembre, al da siguiente del congreso de LaHaya, se reuni en Saint-Imier (Jura suizo) otro congresointernacional, formado por los delegados de las federacionesitaliana, espaola y jurasiana, y los representantes de las sec-ciones francesas y norteamericanas. Este congreso declar porunanimidad rechazar absolutamente todas las resoluciones delcongreso de La Haya y no reconocer de ningn modo los poderesdel nuevo consejo general nombrado por l (consejo que, porotra parte, haba sido trasladado a Nueva York). La federacinitaliana haba conrmado por adelantado las resoluciones deSaint-Imier por su votacin, emitida en la Conferencia de

    Rmini el 4 de agosto; la federacin jurasiana las conrm en

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    un congreso especial celebrado el mismo da 15 de setiembre;la mayor parte las secciones francesas se apresuraron a enviarsu completa aprobacin; la federacin espaola y la federacin

    belga conrmaron a su vez estas resoluciones en sus respectivoscongresos, celebrados en Crdoba y en Bruselas durante la se-mana de navidad de 1872; la federacin norteamericana hizo lomismo en la sesin de su consejo federal (Nueva York, SpringStreet) del 19 de enero do 1873, y la federacin inglesa, donde,se encontraban dos de los antiguos amigos de Marx Eccariusy Jung, que se separaron de l a causa de sus procedimientos,en su congreso del 26 de enero de 1873. El consejo general de

    Nueva York, queriendo hacer uso de los poderes otorgados porel congreso de La Haya, pronunci el 5 de enero de 1873 lasuspensin de la federacin jurasiana, declarada rebelde. Peroeste acto tuvo solamente por resultado que la federacin holan-desa, que en principio haba tratado de conservar la neutralidad,saliera de su reserva y se uniera a las otras siete federacionesde la Internacional, declarando el 14 de febrero de 1873 que no

    reconoca la suspensin de la federacin jurasiana.La publicacin por Marx y el pequeo grupo de sus seguidores,

    en la segunda mitad de 1873, de un paneto lleno de groserasalteraciones de la verdad bajo el ttulo de La Alianza de lademocracia socialista y la Asociacin Internacional de los

    Trabajadores, no tuvo otros resultados que provocar el disgustode los que leyeron esa triste pgina, producto de un odio ciego.

    El 1 de setiembre de 1873 se abra en Ginebra el sextocongreso general de la Internacional: las federaciones belga,holandesa, italiana, espaola, francesa, inglesa y del Jura suizo

    estaban representadas; los socialistas lassallianos de Berln habanenviado un telegrama de simpata rmado por Hassenclever yHasselmann. El congreso se ocup de la revisin de los estatu-tos de la Internacional, declar la supresin del consejo generale hizo de la Internacional una federacin libre, sin ninguna au-toridad dirigente a su cabeza. Las federaciones y secciones quecomponen la Asociacin dicen los nuevos estatutos (artculo3) conservan su completa autonoma, es decir, el derechoa organizarse segn su voluntad, de administrar sus propiosasuntos sin ninguna injerencia exterior y de determinar ellasmismas la marcha que estimen ms conveniente para ligar a la

    emancipacin del trabajo.

    Bakunin estaba cansado luego de una larga vida de luchas; laprisin lo haba envejecido prematuramente, su salud se habaquebrantado y deseaba el reposo y el retiro. Cuando vio a laInternacional reorganizada bajo el principio de libre federacin,

    pens que haba llegado el momento de apelar a la toleranciade sus compaeros, y dirigi a los miembros de la federacin

    jurasiana una carta (publicada el 12 de octubre de 1873) pararogarles aceptasen su dimisin como miembro de la federacin

    jurasiana y como miembro de la Internacional, aadiendo: Nome siento ya con las fuerzas necesarias para la lucha; no podra,

    pues, ser en el campo del proletariado ms que un estorbo, nouna ayuda. Me retiro, por consiguiente, queridos compaeros,lleno de agradecimiento hacia vosotros y de simpata por vues-tra grande y santa causa, la causa de la humanidad. Continuarsiguiendo con ansiedad todos vuestros pasos y saludar con

    placer cada uno de vuestros nuevos triunfos. Ser vuestro hastala muerte. No le quedaban ms que tres aos de vida.

    Su amigo, el revolucionario italiano Carlo Caero, le dio

    hospitalidad en una casa que acababa de ocupar en Locarno.All Bakunin vivi hasta mediados de 1874, exclusivamenteabsorbido, segn parece, por ese nuevo gnero de vida, en elque encontraba por n la tranquilidad, la seguridad y un relativo

    bienestar. Pero no haba dejado de considerarse un soldado de larevolucin: sabiendo que sus amigos italianos haban prepara-do un movimiento insurreccional, parti para Bologna (julio de1874) para tomar parte en l. El movimiento, mal combinado,fracas y Bakunin debi volver a Suiza clandestinamente.

    En ese momento se produjo un malentendido en la amistad que

    una a Bakunin y a Caero. ste, que haba sacricado su fortunadesinteresadamente por la causa de la revolucin, se encontrde pronto arruinado y se vio obligado a poner en venta su casa.Bakunin debi salir de Locarno y fue a establecerse en Luganodonde, gracias a la remesa que le enviaron sus hermanos de una

    parte de la herencia paterna, pudo continuar subviniendo a susnecesidades y a las de su familia. Por lo dems, el enfriamientode la amistad entre Bakunin y Caero no dur mucho y las rela -ciones se restablecieron pronto. Pero la enfermedad progresaba,sus estragos llegaban al cuerpo y al espritu y Bakunin no era,en 1875, ms que la sombra de s mismo. En junio de 1876,

    con la esperanza de hallar algn alivio a sus males, sali de

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    Lugano para dirigirse a Berna; al llegar all dijo a su amigo,el doctor Adolfo Vogt: Vengo para que me devuelvas la saludo para morir. Se lo instal en una clnica (J. L. Hug Brain 15Krankenpension, Mattenhof, 317), donde recibi durante quincedas las atenciones afectuosas de sus viejos amigos Vogt y Reichel.En una de sus ltimas conversaciones, que han sido anotadas porReichel, hablando de Schopenhauer (el da 15) hizo esta obser-vacin Toda nuestra losofa parte de una base falsa; es decir,comienza siempre considerando al individuo como individuo yno, como debera hacerlo, como un ser perteneciente a una co-lectividad. De ah la mayor parte de los errores loscos, queconcluyen sea en la concepcin de la felicidad en las nubes,sea en un pesimismo como el de Schopenhauer y Hartmann.El da 21 dijo a su amigo, que se lamentaba de que Bakunin ja-ms hubiese tenido tiempo de escribir memorias: Y para ququieres que las hubiese escrito? No vale la pena abrir la boca.Hoy los pueblos de todos los pases han perdido el instinto dela revolucin. No, si yo encontrarse todava un poco de salud,

    quisiera ms bien escribir una tica basada en los principios delcolectivismo, sin frases loscas ni religiosas. Muri el 1 de

    julio a medioda.El 3 de julio, socialistas procedentes de todas partes de

    Suiza llegaron a Berna para rendir los ltimos honores aMiguel Bakunin.Sobre su tumba pronunciaron discursosalgunos de sus amigos de la federacin jurasiana: Adhemary Schwitzguebel, James Guillaume, Elisco Reclus; NicolsJukovsky, en nombre de los rusos; Paul Brousse, en nombre dela juventud revolucionaria francesa; Carlo Salvioni, en nombre

    de la juventud revolucionaria italiana; Betsien, en nombre delproletariado alemn. En una reunin que tuvo lugar despusde la ceremonia, un mismo deseo sali de todos los corazones:olvidar los rencores personales y la unin, sobre el terreno dela libertad, de todas las fracciones del socialismo de ambosmundos. Y se aprob por unanimidad la resolucin siguiente:Los trabajadores reunidos en Berna con motivo de la muertede Miguel Bakunin, pertenecientes a cinco naciones diferentes,unos partidarios del Estado obrero, los otros partidarios de lalibre federacin de los grupos de productores, piensan que unareconciliacin es no slo til, deseable, sino que es fcil, sobre

    el terreno de los principios de la Internacional, tales como se

    han formulado en el artculo 3 de los estatutos revisados en elCongreso de Ginebra de 1873.

    En consecuencia, la asamblea reunida en Berna propone a todoslos trabajadores olvidar las intiles y enfadosas disensiones pasadas,y unirse ms estrechamente sobre el reconocimiento do los princi-

    pios enunciados en el artculo 3 de los mencionados estatutos.Qu respuesta se dio a esta proposicin de unin en la libertad

    y de olvido de los odios pasados? La Taguachtde Zurich (redactorHermann Greulich), public el 8 de julio las lneas siguientes:Bakunin era mirado por muchos buenos socialistas, hombres im-

    parciales, como un agente ruso; esta sospecha, errnea, sin duda,est fundada en el hecho de que la accin destructiva de Bakuninhizo mucho dao al movimiento revolucionario y beneci ala reaccin. Esta injuria de la Taguacht, as como los juiciosmalevolentes emitidos por el Volksstatde Leipzig y el VpereddeLondres, hicieron reconocer a los amigos de Bakunin que quieneslo haban perseguido con su odio no estaban dispuestos a cesar,y elBulletin de la Federation Jurassienne, en presencia de estas

    manifestaciones hostiles, debi hacer esta declaracin (setiem-bre de 1876): Deseamos nuestra conducta lo ha demostradosiempre el acercamiento, en la medida de lo posible, de todoslos grupos socialistas; estamos dispuestos a tender la mano de lareconciliacin a todos los que quieran luchar sinceramente porla emancipacin del trabajo; pero estamos bien decididos a nodejar insultar a nuestros muertos.

    Ha llegado por n el momento de que la posteridad juzguela persona y los actos de Miguel Bakunin con la imparcialidadque hay derecho a esperar de ella? Se podr esperar que el

    voto emitido por sus amigos sobre su tumba recin cubierta serealice algn da?

    James Guillaume

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    Captulo IRacionalidad de las tcticas revolucionarias

    Admito que el orden actual, tanto el poltico como el civil y elsocial existentes en cada pas, es el resumen nal o el resultadodel choque, de la lucha, del triunfo y de la aniquilacin mutua,como as tambin de la combinacin e interaccin de todas lasfuerzas heterogneas, tanto internas como externas, que operanen un pas y actan sobre l. Qu se deduce de esto? En primerlugar, que es posible un cambio del orden dominante y que talcambio slo puede darse como resultado de la modicacin delequilibrio de fuerzas que actan en una sociedad.

    A n de resolver cmo el desequilibrio existente de las fuerzas

    sociales fue modicado en el pasado y cmo puede ser modicadoen el presente lo que constituye un importante problema debemosexaminar ms de cerca la naturaleza esencial de esas fuerzas.

    Tal como ocurre en el mundo orgnico e inorgnico, dondetodo lo que vive o simplemente existe en sentido mecnico,fsico o qumico inuye su entorno en alguna medida, en lasociedad humana hasta el ser ms humilde encarna una pequea

    parte de la fuerza social.Por cierto que esta fuerza, tomada aisladamente o en compa-

    racin con la inmensa totalidad de las fuerzas sociales, resulta

    insignicante y su efecto es casi nulo. Es decir, si yo solo, sinayuda, tratase de cambiar el orden existente, nicamente porqueno me satisface y slo a m no satisface, demostrara ser untonto detestable y nada ms que eso.

    Sin embargo, si tuviramos diez, veinte o treinta personasque persiguen la misma meta, eso sera algo ms serio, aunquetodava tristemente inadecuado, a menos que la meta nal fuesetrivial e insignicante. Los esfuerzos combinados de unas pocasdecenas de personas deben ser tomados mucho ms seriamenteque los de una sola persona, no solamente porque su nmerosea mayor en una sociedad de muchos millones la suma de

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    unas pocas decenas de unidades es casi nula comparada con latotalidad de las fuerzas sociales sino porque all donde unas

    pocas decenas de individuos unen sus esfuerzos para lograr unobjetivo comn, nace una nueva fuerza que excede mucho lasimple suma de sus esfuerzos individuales aislados.

    En el campo de la economa poltica, este hecho fue observa-do por Adam Smith y adscripto a la consecuencia natural de ladivisin del trabajo. Pero en el caso particular que analizamos,

    no es slo la divisin del trabajo la que crea la nueva fuerza,sino y en una medida an mayor es el acuerdo y luego eldesenvolvimiento de un plan de accin, seguido invariablemente

    por la mejor distribucin y la combinacin calculada o mecnicade las escasas fuerzas disponibles, que el plan antedicho elabora.

    Lo cierto es que desde el comienzo de la historia, en todos lospases aun en los ms cultos e inteligentes la suma total de lasfuerzas sociales est dividida en dos categoras principales, quedieren esencialmente entre s y casi siempre se oponen. Una ca-tegora abarca las fuerzas inconscientes, instintivas, tradicionales y,

    por as decirlo, elementales, las que estn escasamente organizadasaunque vivas y en movimiento, mientras que la otra representa unasuma incomparablemente menor de fuerzas conscientes, organi-zadas, unidas con vistas a un n y que actan y se estructuranmecnicamente segn un plan dado. La primera categora abarcavarios millones de personas y, en muchos sentidos, una considerablemayora de las clases instruidas y privilegiadas e inclusive las capasinferiores de la burocracia y del ejrcito; la clase gobernante, military burocrtica, por su naturaleza esencial, las ventajas de su posiciny su expeditiva organizacin, ms o menos mecnica, pertenece a la

    segunda categora, con el gobierno como centro. En una palabra, lasociedad se halla dividida en una minora compuesta de explo-tadores y una mayora que comprende la inmensa masa popular,explotada con mayor o menor conciencia por los otros.

    Por cierto, resulta prcticamente imposible dibujar una lnearme e inexible que separe un mundo de otro. En la sociedad,como en la naturaleza, las fuerzas ms contrarias se tocan en losextremos. Pero podemos decir que entre nosotros, por ejemplo,son los campesinos, la pequea burguesa y los obreros quienesrepresentan a los explotados. Sobre ellos se levantan en orden

    jerrquico todos los estratos que a medida que se acercan a la

    gente comn ms pertenecen a la categora de los explotados

    y menos explotan a los dems e, inversamente, cuanto msse alejan del pueblo, ms forman parte de la categora de losexplotadores y menos sufren ellos mismos la explotacin.

    Las capas sociales que se elevan un escaln por encima delcampesinado, del obrero, la clase media y de las corporacionesde comerciantes, que sin duda explotan al pueblo, pero que a suvez son explotadas por las que estn sobre ellos: las corporacio-nes nancieras, y, sobre todo, la burocracia estatal.

    La burocracia y el ejrcito constituyen una extraa mezcla deelementos activos y pasivos en lo que se reere a la explotacin

    por parte del Estado, existiendo mayor pasividad en las lasinferiores y mayor actividad consciente en las superiores.

    En la cima de esta escala se ubica un pequeo grupo que repre-senta a la categora de los explotadores en su sentido ms puro yactivo: los altos funcionarios militares, civiles y eclesisticos y, conellos, los que ocupan la cpula del mundo nanciero, industrial ycomercial, que devoran con el consentimiento y bajo la protec-cin del Estado la riqueza, o mejor dicho, la pobreza del pueblo.

    El interrogante es ahora ste: Cmo pudo llegar a darseesta monstruosa desproporcin? Cmo es posible que de losmillones que forman la sociedad el 60 o el 80% pertenezcan al

    pueblo llano y el 20 o 30% sean los intermedios, y un 10% parala categora del gran capital? Cmo es posible que el 20% seacapaz de explotar impunemente al 80%? Acaso tiene ese 20%ms fuerza fsica o inteligencia natural que el otro 80%? Bastahaber planteado la pregunta para contestarla negativamente. Lafuerza fsica est por supuesto fuera de cuestin, y en cuantoa inteligencia innata, si tomamos al azar 200.000 personas del

    estrato inferior y las comparamos con 200.000 explotadoresen lo referido a capacidad mental, nos convenceremos de quelos primeros poseen mayor inteligencia innata que los ltimos,

    pero estos tienen una enorme ventaja sobre la masa de pueblo,la ventaja de la educacin.

    S, la educacin es una fuerza, y por muy distorsionada,supercial y deciente que sea la de las clases superiores, nohay duda que, unida a otras causas, contribuye poderosamente aconservar el poder en manos de una minora privilegiada. Peroaqu surge este interrogante: Por qu es educada la minora entanto que la inmensa mayora permanece sin educacin? Acaso

    la minora tiene ms capacidad en ese sentido? De nuevo basta

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    plantearse esta pregunta para contestarla negativamente. Existems capacidad en la masa del pueblo que en la minora, lo quesignica que esta ltima goza del privilegio de la educacin porrazones completamente diferentes.

    Cul pudo haber sido la base de su poder antes de esemomento? Pudo haber sido solamente el poder del acuerdo.

    Todos los Estados, pasados y presentes, tienen como puntode partida constante y principal el acuerdo. En vano se busca

    esa base principal para la formacin de los Estados en lareligin. Indudablemente, la religin es decir, la ignoranciadel pueblo, el fanatismo salvaje y la estupidez condicionada

    por estos factores contribuy mucho a formar esa organiza-cin sistematizada para la explotacin de las masas que es elEstado. Pero a n de que esa estupidez pudiera ser explotada,fue necesaria la existencia de explotadores que llegasen a unentendimiento mutuo y formaran un Estado.

    Tomen cien campesinos e invariablemente encontrarn entreellos unos pocos que sean algo ms astutos que el resto, aun-

    que continen siendo campesinos. Por consiguiente, es naturalque se conviertan en jefes y que, como tales, probablementeluchen entre s hasta que lleguen a comprender que de esa ma-nera se destruiran mutuamente sin ninguna ventaja o provecho.Habiendo comprendido esto, comienzan a esforzarse por lograrla unidad. Quiz no se unan completamente, pero se agruparnen dos o tres facciones, mediante otros tantos acuerdos. Luegosobrevendr una lucha entre estas facciones; cada una usartodos los medios disponibles para poner al pueblo de su lado:demagogia, soborno, engaos y, por supuesto, religin. Alltenemos el comienzo de la explotacin por parte del Estado.

    Por ltimo, un partido, basado en el pacto ms amplio einteligente, habiendo vencido a todos los dems, logra el poderexclusivo y crea la ley del Estado. Esa victoria naturalmenteatrae hacia el vencedor a varios integrantes del campo de losvencidos, y si el partido victorioso es lo bastante lcido losacepta de buen grado, demostrando respeto por los miembrosms inuyentes y fuertes, otorgndoles todo tipo de privilegiossegn sus cualidades especiales; es decir, los mtodos y losmedios, adquiridos por hbito o herencia, mediante los cualesexplotan ms o menos conscientemente a todos los otros;

    algunos provienen del clero, otros de la nobleza y otros del

    campo comercial. As, una vez creados los poderes, surge abier-tamente el Estado. Posteriormente, una u otra religin lo explica,sacraliza el hecho de violencia consumado y con ello fundamentala pretendida razn de Estado.

    Una vez lograda la consolidacin, los estratos privilegiadoscontinan desarrollando y fortaleciendo su dominio sobre lasmasas por medio del crecimiento natural y de la herencia. Loshijos y los nietos de los fundadores de las clases gobernantes se

    convierten en explotadores cada vez ms poderosos, en virtudprincipalmente de su posicin social y no de la existencia de unplan consciente o elaborado. Como resultado de un complot, elpoder se concentra ms y ms en manos de un Estado soberanoy la minora que se ubica junto a l hace de la explotacin delas masas en la medida en que lo hace la gran mayora dela clase explotadora su funcin habitual, tradicional, ritual yaceptada con mayor o menor grado de ingenuidad.

    Poco a poco, en medida siempre creciente, la mayora de losexplotadores, por su nacimiento y posicin social heredada,

    comienzan a creer seriamente en sus derechos innatos e histricos.Y no solamente ellos, sino tambin las masas explotadas, so-metidas a la inuencia de los mismos hbitos tradicionales yal perjudicial efecto de malintencionadas doctrinas religiosas,comienzan a creer en los derechos de sus explotadores y verdugos,y continan creyendo hasta que su capacidad de sufrimiento llegaal borde, despertando en ellos una conciencia diferente.

    Esta nueva conciencia surge y se desarrolla muy lentamenteen las masas. Pueden pasar siglos antes de que comience aagitarse, pero una vez que comienza a hacerlo no existe fuerzacapaz de detener su curso. La gran tarea en el arte de gobernares evitar, o al menos retardar en lo posible, el despertar de laconciencia del pueblo.

    La lentitud del desarrollo de la conciencia racional del pueblotiene dos causas: primero, el pueblo abrumado por el duro trabajoy ms por las angustiantes preocupaciones de la vida cotidiana, ysegundo, su posicin poltica y econmica, lo condena a la igno-rancia. La pobreza, el hambre, el trabajo agotador y la opresincontinua bastan para quebrar al hombre ms fuerte e inteligente.

    El conocimiento es poder, la ignorancia es la causa de laimpotencia social. La situacin no sera tan mala si todos se

    hundieran en el mismo nivel de ignorancia. Si as fuera, los

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    dotados de mayor inteligencia seran los ms fuertes. Peroconsiderando la mayor educacin de las clases dominantes, elvigor natural de la mente del pueblo pierde signicacin. Qu esla educacin sino el capital mental, la suma del trabajo mental detodas las generaciones del pasado? Cmo puede una mente igno-rante, por vigorosa que sea su naturaleza, sostener una lucha contrael poder mental producido durante siglos de desarrollo? Por esovemos a menudo a hombres inteligentes del pueblo reverenciando

    sumisamente a tontos educados. Esos tontos los abruman no consu inteligencia sino con el conocimiento adquirido.

    Esto, no obstante, sucede nicamente cuando un campesinosagaz enfrenta a un tonto educado con respecto a asuntos queestn ms all del alcance de la comprensin del campesino. Ensu propio dominio, con respecto a temas que le son familiares, elcampesino puede ser ms que un competidor para una personacomn educada. El problema es que debido a la ignoranciade las personas sencillas el alcance de su pensamiento es muylimitado. Son escasos los campesinos cuya visin vaya ms all

    de su poblado, mientras que el hombre educado ms mediocreaprende a abarcar con su mente supercial los intereses y la vidade pases enteros. Es la ignorancia principalmente la que impideal pueblo adquirir conciencia de sus intereses comunes y de suinmenso poder numrico. Es la ignorancia la que le impide ela-

    borar una comprensin compartida y formar una organizacinsubversiva contra el robo y la opresin organizada por el Estado.Por consiguiente, todo Estado precavido emplear cualquiermedio para conservar la ignorancia del pueblo, condicin sobrela cual descansan el poder y la existencia misma del Estado.

    As como en el Estado el pueblo est condenado a la igno-rancia, las clases gobernantes estn destinadas, por su posicinen l, a llevar adelante la causa de la civilizacin del Estado.Hasta ahora no ha habido otra civilizacin en la historia quela civilizacin de la clase gobernante. El verdadero pueblo, el

    pueblo laborioso, fue slo la herramienta y la vctima de esacivilizacin. Su pesado y brutal trabajo cre las condicionesmateriales para la cultura social, que a su vez increment el

    poder de dominacin de las clases gobernantes, en tanto stasrecompensaban al pueblo con pobreza y esclavitud.

    Si la educacin clasista contina progresando mientras las

    mentes del pueblo permanecen en el mismo estado, la esclavitud

    se intensicar ms con cada nueva generacin. Pero afortunada-mente no se da ni un avance ininterrumpido por parte de las clasesgobernantes ni una inercia absoluta por parte del pueblo. Adems,la educacin tradicional de la clase gobernante contiene en sumdula un gusano, difcilmente advertible al comienzo pero quecrece en la medida en que contina avanzando la civilizacin, ungusano que carcome sus partes vitales y que, por ltimo, la destru-ye completamente. Ese gusano no es otra cosa que el privilegio, la

    falsedad, la explotacin y la opresin del pueblo, que constituyenla esencia de la clase gobernante y, por consiguiente, su conciencia.

    En el primer perodo heroico de gobierno llevado a cabo porlas clases gobernantes todo esto era escasamente sentido ocomprendido. El egosmo de stas aparece velado al comienzode la historia por el herosmo de individuos que se sacrican,

    pero no con vista al benecio del pueblo sino al benecio yla gloria de la clase que para ellos constituye todo el pueblo yfuera de la cual slo son enemigos o esclavos. Tales fueron losfamosos republicanos de Grecia y de Roma. Pero este perodo

    heroico pas fugazmente; fue seguido por un perodo en el que elprivilegio, al aparecer bajo su verdadera forma, origin egosmo,cobarda, ruindad y estupidez. Y paulatinamente la tenacidad delEstado se convirti en corrupcin e impotencia.

    Durante el perodo de decadencia de las clases gobernantes surgeen su seno una minora menos corrupta: individuos inteligentes,magnnimos y animosos que preeren la verdad a sus propiosintereses y que han llegado a la idea de que los derechos del puebloson pisoteados por los privilegios clasistas. Esos individuos gene-ralmente comienzan por hacer intentos de despertar la concienciade la clase a la cual pertenecen por nacimiento. Luego, convencidosde la inutilidad de esos esfuerzos, le dan la espalda, reniegan de ellay se convierten en apstoles de la emancipacin y de la rebelin del

    pueblo. Tales fueron nuestros decembristas1.Si los decembristas fracasaron, ello se debi a dos causas prin-

    cipales. En primer lugar, eran nobles, lo cual signicaba que no

    1Revolucionarios rusos, surgidos de la nobleza, organizadores de la suble-vacin que estall en diciembre de 1825 contra la autocracia y el rgimen deservidumbre. El movimientodecembristaera un reejo del descontento de las

    masas populares que luchaban contra el rgimen feudal.

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    tenan mucha interaccin con el pueblo y que poco saban loque haba que hacer. En segundo lugar, y por la misma razn,no pudieron aproximarse al pueblo ni despertar en l la fe y elfervor necesario, pues les hablaban a las masas en el lenguajede su clase y no expresaban los pensamientos del pueblo. Slohombres del pueblo pueden ser verdaderos dirigentes de la lu-cha por la emancipacin. Pero, pueden surgir esos libertadoresdel pueblo de las profundidades de la ignorancia?

    En la medida en que la inteligencia y el vigor de las clasesdominantes se deteriora, continan aumentando la inteligencia y

    por lo tanto el poder del pueblo. En el pueblo, por lento que hayasido su movimiento hacia la liberacin, y por ms que muchostextos puedan estar fuera de su alcance.

    El pueblo tiene dos libros de los cuales aprender: uno es laamarga experiencia de privaciones, opresin, despojo y tormen-tos infringidos por el gobierno y las clases dominantes; otroes la viviente tradicin oral, que se transmite de generacin engeneracin, amplindose siempre su alcance y volvindose ms

    racional su contenido. Con la excepcin de momentos muy es-casos en que el pueblo intervino en una etapa de la historia comoactor principal, su papel se ha limitado al de espectador del dramade la historia, y si tom parte en l, fue en la