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UNIVERSIDAD DE MEXICO 27
Por Jorge IBARGÜENGOITIA
REGRESO A BABILONIA
T EAT RO
Caballero no idenúficado en el papel de NatachaToumanova
Dama no identificada en el papel de Ezequiel.
cias de cada una, pero en cambio no medijo uan palabra de la trama, cuya explicación me hubiera evitado quizá el complejo que ahora padezco. Las cancionesestaban en. francés, y como yo no entiendo nada el francés cantado (francamente, cantado no entiendo ningún idioma) ,me hice una idea errónea de lo que estaba ocurriendo, que fue la siguiente:
IBARGOENGOITIA A L'OPÉRA
Regresa a las tres de la malÍana. Encuentra a su mujer en brazos de otro. Losmata antes de que puedan quejarse siquiera. Los entierra al pie del cedrón.La gente hace conjeturas equivocadas ydeciden que los amantes huyeron. Fin dela narración del viejo. Se levanta uno delos oyentes y dice: "Hizo bien el que mató a la mujer infiel, quisiera conocerlopara besar su mano." El viejo extiendela suya: "Pues besa ésta porque fui yo.""Padre mío -dice el otro-, deme un<lbrazo, pero perdone a mi madre." (Como si eso le sirviera de algo a la pobre.)No me acuerdo si la perdona o no, el caso es que el poema termina con los doscretinos abrazados. Aplauso ensordecedory delirante para Carlos Magallón, quedespués nos contó varias anécdotas de suvida, inventadas hace mucho y por otrapersona. Luego apareció María Duval acantar españoladas para terminar la primera parte del programa.
Durante el intermedio, los jóvenes queestaban adelante de mí les ofrecieron alas jóvenes que estaban a mi lado, primero el Ovaciones, y después unas pastillas de piña. Una de ellas dijo: "Bueno,pero si me hace efecto, le doy de coscorrones." Y todas tomaron y empezaron aplaticar con los muchachos. "¿No quierepasarse para acá adelante, para que veamejor?" "No, porque su amigo tiene unacarita de ... " El aludido preguntó:"¿Qué pasa, no le gusta mi fleco?" Etc.
Palillo, que ahora es un gordinflón,hizo lo mismo de siempre; sale acompañado del Bigotón Castro, que como todosse imaginarán es candidato a diputado.Dijo lo mismo de siempre, y el horror esque sigue siendo exacto. Y terminó consu chiste clásico: "A mí, el Departamento del Distrito me ... ¡ay, caray! allí viene uno que tiene una jeta de inspectorde drenajes."
y luego, por fin, la Sonora Matancera, y las Mulatas de Fuego, que son miideal de belleza femenina, y luego CeliaCruz, que si no fuera por las Mulatas deFuego sería mi ideal de belleza femenina, y, para terminar, TolÍa la Negra, quesi no fuera por las Mulatas de Fuego ypor Celia Cruz, sería mi ideal de bellezafemenina ...
Mi experiencia operística no sólo esreducida, sino desastrosa. La primera vezque fui a la ópera fue en París, en 1947,la segunda en Guanajuato en 1959 y latercera el miércoles pasado en Bellas Artes. Como no pienso regresar en los próximos quince alÍos, voy a describir misimpresiones.
Antes de comenzar debo advertir quesuelo escuchar ópera con frecuencia, yque me gusta mucho, es el espectáculolo que me ... digamos, asombra.
En París vi Fidelio. Un vecino de lugar me hizo el favor de explicarme porqué lo que estaba yo viendo era extraordinario, me contó lo de las varias oberturas que tiene esa ópera y las excelen-
"ES BUENO", nos dice don Plácido dela Torre en su historia del inolvidable Violador de Celaya, "ir
al teatro frívolo de vez en cuando".Yo fui al Lírico el día de San Juan.
Compré el último boleto que había enventa; era de la última fila del anfiteatro y me costó ocho pesos. La sala estabaatestada del público de costumbre, laconsabida "pela" con sus chamarras dedos colores preguntándoles a los vendedores: "¿A cómo son las tortas?" "A doscincuenta." "Entonces no quiero." Juntoa mí se sentaron tres jovencitas reciénbañadas, y adelante tres muchachos conlas caras llenas de barros. La función había comenzado desde hacía un rato, yencontré a medias un sketch que pasó sinpena ni gloria debido a la confusión reinante entre los espectadores, pues habíagentes que se sentaron en donde no lescorrespondía, y las acomodadoras allíson muy exigentes; otros estaban en elpasillo y estorbaban a los de atrás, queles gritaban: "La carne de burro no estransparente" y otros witticisms. Cuandoacabó el sketch, anunciaron por el magnavoz al que supongo que será RudyFrury, que apareció metido en algo querepresentaba ser un aparato de televisión, cantando con la verdadera voz delgran Elvis. La siguiente canción fue conla de Bill no sé cuántos, y tuvo tantoéxito que pasó por las voces de toda laconstelación. Entiéndase que no se tratade un imitador, sino de un señor quepone discos y hace como que canta.
Luego anunciaron a María Duval, "laestrella del cine mexicano", como si esofuera garantía. Se abrió el telón y aparecieron las tiples; las mismas de siempre, un poco más gordas y más blancas,ahora con un vestuario que parece quelo diseñó Sor Adoración del Divino Verbo. Bai~ron igual de mal que toda lavida, los ;"mismos pasos, y con la mismamala gana. María Duval, que por artificio o naturaleza es una mujer apetitosa,muy cariñosa con el público, nos cantódos o tres cancioncitas que le pidieron.Después vino un sketch de Pompín. muymalo; escrito, si es que alguien lo escribió, por un oligofrénico; pero actuadocon tanta impudicia que nos entusiasmamos y se me ocurrió entonces que esteteatro tiene esperanzas, cuando aparecióCarlos Magallón a matarlas. Dijo así:"Señoras y señores, se me ha encargadoentretenerlos un rato mientras montanel siguiente número. Voy a tener el gusto de recitar para ustedes una poesía argentina." Rechifla general. Y empieza elp.oema, narrativo: un viejo cuenta a vanos hombres de un crimen que ocurrióen la estancia del Cedrón. Flash back.Llega un joven hermoso montado en unc~ballo hermoso a trabajar en la estancia. Se enamora de la hermosa hija delcapataz. Se casa con ella. Dios bendicesu unión con un hijo tan hermoso comou~a flor. Pasa el tiempo. Las cosas cambian. Aparece el demonio de los celos.El joven dice a la joven que va a dejarun ganado lejos. Se despiden. Él parte.
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Cajila para guardar dedicatorias de óperas
L 1 B R O S
entra en escena Fidelio; es evidentemefolte una señora, sin embargo se llama FIdelio, y va vestida de hombre; entonces,yo en mi inocencia juvenil, supuse quese' trataba de un· personaje masculinoque esa noche había sido interpretadopor una señora, porque el actor del papel se había enfermado, .0 algo. Ahorabien, después de haber sIdo trat~do deFidelio por varios otros personajes, entra en una celda y se arroja en los brazos de un prisionero ... Este hecho, quepor cierto me escanda~i,zó bastante, mehizo llegar a la concIuslOn de que estabayo presenciando una obra que trataba dehomosexuales, y no fue sino hasta unahora más tarde que comprendí que el talFidelio era en realidad una señora quese había disfrazado de hombre para entrar en la cárcel y reunirse con su marido que era el prisionero de, ma-rras.
Pasaron los años, muchos, y yo no sentí nunca la necesidad de repetir la experiencia vergonzosa y molesta que habíayo tenido, hasta que hace dos años, meencuentro de manos a boca con que reestrenan el Teatro Juárez de Guanajuato y que gracias a uno de los frecuenteslapsus menta lis que padecen los encargados de dirigir esas cosas, se había escogido la compañía de Pepita Embil paradar la función inaugural. Nos dieron unaópera mexicana llamada Eréndira quetodavía recuerdo con horror.
Aquí debiera terminar la historia, pero nada, que el miércoles pasado, me encuentro, sin saber por qué causa, presenciando, por si una fuera poco, dos óperas mexicanas.
Entra Severino, que como en el casode Fidelio es una seí10ra vestida de hombre. Yo supuse, partiendo de mi conocimiento de las convenciones operísticas,primero, que una sei'iora es una sefíora,aunque se vista de hombre, y segundo,por la insistencia e inocencia conque nosdecía llamarse Severino, que ignorabasu verdadero sexo. Como a continuaciónse sucedieron varios episodios no muy inteligibles, creí que el tema de la obrasería cómo Severino descubrió que era ~e
fíora. Por supuesto que estaba yo equivocado, Nada tan dramático pudo ocurrírsele al autor de esta ópera. Despuésme enteré, gracias al programa, que: "Severino decide dejar su tierra, en el interior del país, para ir a mejorar su vidaen alguna gran ciudad del litoraL" Diceel programa, entre otras cosas, que Severino estuvo a punto de suicidaTSe'sin que
,yo me enterara, de que el sefíor gordo·aquél era un carpintero, de nombre J osé, y de que cuando el escenario se llenade gente que canta y baila es porque hanacido un hijo del carpintero, y termina
·diciendo: "Sin saber por qué (Severino)·se siente reconfortado, y. participa conellos de tal acontecimiento." ... "Salvador Moreno compuso esta obra durantesu estancia en Barcelona, y la dedicó ala señora Delmira Amorós de Mir."
Después del entreacto entraron unhombre y una mujer, con unas como togas académicas y libretos que pusieronsobre unos atriles colocados en ambos extremos del proscenio. Eran el Destino yla Patria. Empezaron una disquisiciónmetafísica de la que el pobre Maximiliano salía muy mal parado. Se abre el telón y aparece un Maximiliano pequefíi~o, ~on ~arbas a la Goitia y peluca de1I1stltutnz, cantando no sé qué cosas deque espera noticias del Coronel López.Cuando termina su parte, entra Carlo-
ta, gigantesca, pateando la cola de sutraje. Del dúo que sigue, sólo pude recoger estas palabras: "El mar, el amor~ .Miramar." O bien: "El amor, el mar, Miramón." No estoy seguro cuál. Bailan lasparejas un vals, el Destino insulta a Bazaine, entra Bazaine a despedirse, saleBazaine, el Destino lo insulta otra vez,las parejas bailan una mazurca, el Des-
Antología de la poesía italiana. Nuestros Clásicos, 21. Universidad NacionalAutónoma de México, 1961, 325 pp.
L A SELECCIÓN, la versión de los poemas y el prólo~o de esta antología(con texto bilingüe español e ita
liano) fueron encomendados a ManuelDurán.
El prologuista traza un breve panorama de la poesía italiana y analiza losmás importantes movimientos literariosque se han producido en Italia.
Durante el siglo XlII la lírica italianaapareció tardíamente en un medio enapariencia poco favorable; la cultura latina, y las poesías extranjeras que ya habían alcanzado madurez, pesaban demasiado sobre el espíritu de los poetas. Además, durante muchos años Italia carecióde unidad en el lenguaje. Aunque lospoetas procuraban el idioma toscano, seescribieron poemas famosos en provenzaly en francés italianizado. Andando eltiempo Dante, Petrarca y Boccaccio impusieron el toscano, a pesar del granprestigio del latín frente a las lenguasromances.
tino insinúa que el Coronel López tienedares y tomares con b emperatriz, entrael Coronel López a informar .que todoestá perdido, sale el Coronel López, vanse los invitados, sale Maximiliano a tomar aire fresco, y luego ... la emperatrizenloquece ...
La próxima vez, ópera en mi tocadiscos.
La poesía italiana nació en las ciudades; los poetas no se sentían atraídos porlos relatos épicos ni por las aventurasfantásticas; sus tendencias "burgues:ls"los conducían a la lírica, pero esta falt:!de acción se compensaba con la profundidad, el Imtiz de los sentimientos, ycon la perfección fOl:mal. En e~ n.ri~n:(!siglo XIII, San FranCISCo de ASIs 1111(10
un movimiento de poesía mística, el cu:Jobtuvo buenos frutos en su elevación ysencillez; sin embargo, el misticismo poético se agotó a fines de siglo.
La poesía lírica amatoria ya se habíaimpuesto en· toda Italia y en la corte deSicilia durante la segunda mitad del siglo XIII; sin embargo, el siglo XIV estáconsiderado como el de mayor esplendor: Dante y Petrarca revolucionaron lasideas estéticas, impusieron el idioma toscano, crearon escuelas con sus estilos, ledieron a la poesía precisión formal y sutileza de sentimientos.
En el siglo xv fueron descubiertos losclásicos griegos; esto contribuyó de manera definitiva al florecimiento y a laevolución de la poesía. Por su parte, laelegancia y la pulcritud formal de Petrarca habían conquistado discípulos: Ariosto, Miguel Angel, Vittoria Colonna .y