suzuki gomez. conceptualización de historia regional y local
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CAPITULO I MARCO TEORICO
CONCEPTUALIZACIÓN DE HISTORIA REGIONAL Y LOCAL
El proceso de investigación, su desarrollo y el impacto de los estudios de la
Historia Local y regional, según el Dr. Arístides Medina Rubio, han logrado alcanzar en
los tiempos de la contemporaneidad venezolana expresiones actualizadas y creadoras. 1
Otorgando a los historiadores una premisa efectiva para cubrir las demandas de
información que necesita la modernización y la descentralización administrativa del
país, como alternativas para salir del subdesarrollo2. Por ello la investigación debe
verse como un fenómeno cultural propio de las búsquedas estéticas profundas, que
constituyen el contexto social y en las especializaciones que logra el colectivo. 3 Esto
permitirá que la comunidad desarrolle procesos comprensivos del pasado con el objeto
de promover acciones colectivas al futuro.
Las marcadas desigualdades en la distribución de los ingresos fiscales se
evidencian en una estructura urbana caracterizada por las desigualdades sociales. La alta
densificación demográfica del espacio, región central ha causado un marcado
desequilibrio entre la demanda de empleo y la incapacidad de la economía urbana para
absorber el rápido crecimiento de la población activa. Los costos del suelo urbano y de
la construcción de viviendas, en constante incremento, segregan a un sector
considerable de la población.
Esto afecta tanto a quienes, a pesar de hallarse integrados en el sistema
productivo, reciben ingresos que no les permiten acceder a una propiedad inmobiliaria,
como aquellas mayorías que constituyen las clases urbanas menos favorecidas, los
1 Arístides Medina Rubio. Introducción a la Historia Regional, Caracas, Col. Historia para todos, Historiadores S.C., 1995. p.35 2 Gladys Páez. Historia Regional, Investigación y Enseñanza, Caracas; Fondo Editorial de la Universidad Pedagógica Experimental Libertador, 2002. p.13 3 Humberto Eco. La estructura ausente: Introducción a la Semiótica, Madrid. Editorial Lumen: Colección palabra en el tiempo, 1973.
cuales habitan en muchos casos en terrenos públicos o privados de poca rentabilidad y
económicamente frágiles por su elevado grado de pendiente o su relieve accidentado
dando lugar a “Asentamientos Urbanos No Regulados”4.
Estos espacios registran deterioro ambiental, específicamente en los indicadores
de calidad de vida como: cobertura sanitaria, nutrición, sanidad ambiental, vivienda,
subempleo, inseguridad, recreación, y limitaciones en la participación. En los
asentamientos urbanos no regulados es donde se observan las más evidentes expresiones
del colapso. Ejemplo de esto es la autoconstrucción de viviendas que están precedidas
de la deforestación natural de los terrenos, que por general tienen fallas geológicas5.
Este hecho unido a la falta de canalización de aguas, la saturación de los suelos que,
fomentan ocasionalmente los deslizamientos y derrumbes perjudicando ampliamente a
sus habitantes.
Los asentamientos urbanos no regulados son producto de un orden social, de una
estructura económica imperante y de un sistema político que deja fuera de toda
planificación a un gran sector de la población. Ciudades como Caracas, entre otras son
ejemplo de concentraciones humanas vertiginosas y ajenas a toda planificación.
En Caracas, más de la mitad de sus habitantes viven en esas condiciones
caracterizadas por estar ocupando los niveles mínimos de infraestructura. En su división
el área metropolitana ocupa aproximadamente 3.302 hectáreas que representan el 19
por ciento del área total de la ciudad; en estos territorios se agolpan el 60 por ciento de
la población urbana. El 77, 14 por ciento de esas 3.302 hectáreas se encuentran en el
Municipio Libertador. Donde se destacan tres grandes zonas que representan este tipo
de asentamientos en la ciudad de Caracas y los cuales ocupan más de 200 hectáreas
4 Alicia Nuño (Coordinadora). Enciclopedia Océano de Venezuela, (Los asentamientos no regulados), Tomo 2, España: Océano grupo editorial, s/f. p. 245 5 Cf. Alba Zambrano. Estudio Fiosigráfico de la Cuenca del Tuy. En Boletín de Geología Nº 17, Caracas: Ediciones Ministerio de Minas e Hidrocarburos 1970; pp.10-11
cada una primero destacaremos la zona de Catia, con 713, 92 hectáreas, seguida de
Petare, con 630, 19 hectáreas, y Antímano con, 241,42 hectáreas6.
Por otra parte, Marcos Negrón, en una entrevista realizada explica; Caracas
posee un tamaño relativamente grande si se le compara con el resto de las ciudades
venezolanas sin embargo, esta ha reducido su crecimiento demográfico en forma muy
violenta, específica que según los datos censales 80 – 90, indican que Caracas,
entendida como área metropolitana que comprende los “cinco municipios del valle”,
creció a una tasa muy baja. Por otra parte otras ciudades en los alrededores del área
metropolitana están creciendo tal es el caso de Guarenas – Guatire, los Valles del Tuy
así como la dinámica de Valencia que según datos de la OCEI, ya debe ser mas grande
que Maracaibo7.
Las ciudades venezolanas han creciendo en forma no controlada, Las políticas de
no invertir en las ciudades importantes, no han podido contra las tendencias profundas
del proceso de urbanización: resultando que las personas vinieron igual a las ciudades y
se ubicaron donde les fue más conveniente y esto arrojo resultado el caos en que se han
convertido las ciudades.
Aunado a lo antes expuesto se continúa expresando:
“La posición tradicional, que se concretó aproximadamente en los años 60 ó 70, sobre el sistema de ciudades venezolano, expresaba fundamentalmente dos ideas: una, que era un sistema macrocefálico, es decir que tenía una ciudad excesivamente grande con relación al resto y segundo, que era un sistema de ciudades desarticulado. Particularmente siempre me pareció que eso era muy cierto, y hoy creo que no existe ninguna base que pueda sustentar esta posición. Una cosa que era bastante evidente: en Venezuela el sistema de Ciudades sólo ha sido desarticulado en el período colonial, una serie de regiones que funcionaban más o menos independiente. Con relación al segundo aspecto, los estudios técnicos realizados no conforman la hipótesis macrocefálica o primacía excesiva.
6Alicia Nuño. Op. cit. p. 246 7 Marcos Negrón. (2001, mayo 7): ¿Y qué se hizo del eje Orinoco –Apure? En: Tal Cual 7 de mayo de 2001, p. 15
Básicamente el sistema de ciudades tiene una configuración relativamente equilibrada”.8
En la actualidad existe un proceso incipiente de conformar una megaciudad
tomando en cuenta los índices demográficos ya aproximadamente son 8 millones de
habitantes y queda el eje que cubre Guarenas – Guatire hasta Puerto Cabello, y que en la
actualidad se encuentra interconectado por autopistas, con el factor común de que tienen
que atravesar por Caracas. Ese eje cuenta con una ventaja inobjetable y es que
concentra los dos puertos principales, el Aeropuerto Internacional Simón Bolívar
y los mejores centros de investigación de Venezuela.
Estos centros se han visto en la necesidad de promover líneas de investigación que
están en función del rescate y la reconstrucción de las historia de estas regiones y
localidades para que se conserve la memoria de estas áreas y a su vez las mismas sirvan
como instrumentos productivos al buscar soluciones alternativas a los conflictos que
nacen con este acelerado y no planificado crecimiento de los asentamientos urbanos no
regulados.
En tal sentido la presente investigación lleva como norte central realizar la
reconstrucción histórica de la Parroquia La Dolorita, quien en Opinión de la Lic.
Deyanira Méndez:
“…como muchas otras localidades ubicadas en la periferia de Caracas, se desarrollo gracias a una política gubernamental en principio para albergar a damnificados que provenían de sectores como Petare, San Isidro y Caracas, durante 1949”9.
Esta decisión obedeció a que entre 1949 y 1952 se da apertura a lo que compone
la fase urbana de La Dolorita convirtiéndose la antigua hacienda en barrio
8 Ibidem, pp. 15-16. 9 Deyanira Méndez. Parroquia La Dolorita, En: Serie ¿Quiénes somos?, Fundación José Ángel Lamas / Centro de Historia Regional, 2003, p.1
primeramente. Asimismo, se colocan en la entrada de la hacienda10 una máquina
recicladora, intentando solventar el inconveniente que resultaba la de basura de Caracas,
allí también se instaló una fabrica de ladrillos y bloques, esto a causa de la demanda
que requería la política de edificación implementada por Marcos Pérez Jiménez.
Como se puede presumir, nuestra área de estudio cuenta con elementos precisos
para constituir un ejercicio de investigación el cual realizaremos bajo la disciplina
historiográfica de la Historia Regional y Local, quien tiene entre sus fundadores al
Maestro Luís González y González, fundador de la escuela de historiadores
regionalistas en el Colegio de México (1968) y por Venezuela cabe destacar
nuevamente al Dr. Medina Rubio y al Dr. Germán Cardozo Galuè, quienes crearon en
el país la corriente regionalista.11
Para explicar nuestra investigación citamos a Medina Rubio desde su obra
“Teoría, fuentes y método en la Historia Regional”, cuando nos dice:
“La historia es la ciencia de los hombres, y estos concretados históricamente en las sociedades- planetaria o mundial, continental o supranacional, nacional, regional y local- establecen vínculos imperecederos con el espacio donde se desarrollan sus actividades. Son estos vínculos con expresiones coherentes y particulares en cada una de las escalas en las que quisiera observar el historiador, los que producen la identidad local, regional, nacional o más, de los hombres objeto de la historia. Es por todo lo anterior, por lo que decimos que la historia es la memoria colectiva de los hombres en el tiempo y espacio definidos. Y pretendemos comprender y explicarnos los hechos y los fenómenos del pasado, puede entonces expresarse en muchas escalas – la microhistoria o historia parroquial hasta la historia mundial o universal siendo ellas absolutamente validas”.12
10 Utilizamos la distinción de Hacienda para señalar una unidad agroproductora, respetamos otras definiciones y deferencias en cuanto a las categorías hacienda, plantación, plantación-hacienda ó haciendilla…invitamos en este caso a revizar a: Vladimir Acosta. Reformas Liberales y Acumulación Originaria en América Latina. (Colombia y Venezuela en el siglo XIX), “La Evolución de la Propiedad Agraría (II). Las Haciendas”, Caracas; Ediciones de UCV/Facultad de Ciencias Económicas y Sociales, 1989, pp. 379-405. 11 Gladys Páez. Op. Cit. p.24 12 Arístides Medina Rubio, “Teoría, fuentes y método en la historia regional”, En: Visiones del oficio, historiadores del siglo XXI, Caracas; Fondo Editorial de Humanidades y Educación de la Universidad Central de Venezuela, 2000. p. 112
A partir de este planteamiento y sin desmerecer la Historia Nacional o Mundial,
cuando nos colocamos en precisar los siguientes puntos en apoyo a la historia regional
y local. En primer lugar, aclaramos que la Historia Regional no debe confundirse con
la historia local, pero mantienen un estrecho vínculo. Esta última se agota en las
localidades ó parroquias, lo que hace que también se le denomine Historia Parroquial
como es nuestro caso de estudio, mientras que la primera aspira superar:
“Los límites y criterios de una comarca, llegando incluso a rebasar los limites de país, lo que desvaloriza a la historia local, pero si la enmarca dentro de sus propios limites, es decir, localidades y parroquias…en otro sentido, la historia local, parroquial o microhistoria, constituyen una motivación indubitable para llegar al conocimiento, al cultivo y al uso de las historias mayores”.13
En este orden de ideas se puede citar, a la Dra. Ermila
Troconis de Veracochea, con su artículo “Apuntes sobre la microhistoria”, allí se
caracteriza a la microhistoria, como un estudio holístico de un grupo o de una
colectividad, en el cual se presta mayor cuidado “a la cotidianidad y las personas
comunes y corrientes, antes que a los hechos muy importantes de determinados
personajes con marcada relevancia dentro de su entorno”.14
Reconociendo el esfuerzo y la multiplicación de profesionales de la historia al
abocarse en este minucioso trabajo, con la finalidad reconstruir el desarrollo de nuestra
sociedad a través del tiempo. Asimismo, la Dra. Ermila Troconis cita al historiador
Eduardo Arcila Farias el cual define en sentido estricto a los estudios locales desde la
siguiente perspectiva:
‘La moderna historia local, que entre especialistas llamamos microhistoria, obedece a una concepción ceñida a una metodología que tiene objetivos concretos que, colocados bajo el lente de ampliación del microanálisis, están vinculados a un diagnóstico general. Se trata por este medio de hacer
13 Ibídem. pp. 113-114 14 Ermila Troconis de Veracoechea, “Apuntes sobre la microhistoria”,Visiones del oficio, historiadores del siglo XXI, Caracas; Fondo Editorial de Humanidades y Educación de la Universidad Central de Venezuela, 2000. p. 145
estudios integrales que abarquen en profundidad una unidad geográfica o temporal. Los principales personajes del relato de esta clase de Historia, son las instituciones y los problemas que afectan a la sociedad, y su meta es alcanzar la universalidad por la vía particular’.15
De todo esto se desprende un compromiso del investigador al tomar bajo
su responsabilidad y profesionalismo, una delimitación de la localidad o región ya que
un territorio ocupado en la actualidad puede no conformar el espacio geohistórico
regional que enmarca nuestro tema – problema.
Continuando en la línea establecida, recurrimos a la Dra. Gladys Páez, quien
también define la Historia Regional y Local “como la rama de la Historia que tiene
como objetivo el estudio de regiones y localidades históricamente determinadas”,
siempre y cuando se administre bajo el “método de investigación histórica a los proceso
ocurridos en los espacios intranacionales, en los cuales se encuentran variables o
indicadores comunes que permiten identificar una unidad que se define como región
histórica”.16
Pero también esta autora aclara en su discurso su posición ante el concepto de
región histórica, limitándose desde su posición pedagógica a considerarla “como
aquella cuyos objetos de estudio, se refieren a sociedades con escalas menores a la
nacional”. Dicho esto, retomamos el término historia local, definida igualmente por
Páez como aquella que estudia las localidades, siendo localidad una noción a escalas
menores a las regionales, pero dentro de ellas. Las regiones a su vez están dentro de la
escala nacional, lo que lleva a establecer el concepto de localidad en un ámbito
especifico y el de nación en el ámbito general, siendo entonces considerado el termino
región en un escala intermedia.
15 Ermila Troconis de Veracochea. cita a Eduardo Arcila Farias, Ibíd. p. 145 16 Gladys Páez, Op. Cit. p.27
Dentro de la concepción de localidades históricas se encuentran los estados,
distritos, municipios y parroquias, quienes conforman unidades político –
administrativas. También consideramos localidades, las comarcas, ciudades, pueblos,
urbanizaciones e incluso comunidades de vecinos, sectores y barrios.
Y dentro de los indicadores a estudiar en una región o una localidad
históricamente determinada destacaremos: el espacio geohistórico que ocupa,
destacando una ubicación cronológica y el espacio que da lugar a la sociedad a
historiar, las relaciones económicas de producción, las relaciones sociales que derivan
de la producción, las formas jurídico-políticas y las expresiones culturales. Bajo esta
premisa Carlos Viso nos aporta desde su obra:
“La historia de los espacios menores, de las comarcas, localidades, regiones tiene significación en el proceso geopolítico de integración, articulación y regulación de la constituyente societaria del Estado Nacional. Los espacios menores configuran un mapa social, político, cultural y económico heterogéneo y desigual de oportunidades para construir la vida social; se expresa en marcadas desigualdades de oportunidades en relación a la disponibilidad y acceso de los bienes y servicios destinados s satisfacer el sistema de necesidades humanas. Constituyen microespacios y microtiempos que requieren ser comprendidos en la dinámica macrosocial que los alberga, tomando en consideración las diferencias que los identifica y constituye”17.
Bajo estas premisas expuestas es importante acotar que existen trabajos en este
mismo método (La Historia Local, Microhistoria o Parroquial) que se vienen realizando
desde hace muchos años, y entre otros destacamos los siguientes: en primer lugar el
estudio hecho por la OCEI titulado III Inventario de barrios del área metropolitana, del
barrio Santa Ana de Antimano el cual describe una reseña histórico del barrio, analiza
17 Carlos Viso. Educación y salud en el proceso de modernización del capitalismo rentístico del Estado en Venezuela, 1936 – 1945, Caracas; Fondo Editorial Tropycos/ Secretaría de UCV, 1999. p.22
la precariedad de sus servicios, el índice delictivo y los posibles modelos de desarrollo
urbano que se planifican aplicar a la zona18.
Por otra parte, la Lic. María Luisa Herrera en su investigación sobre la Pastora19,
realiza un estudio microhistórico, el cual dividió en cuatro capítulos que recogen los
siguientes aspectos: Primeros núcleos de exploración, evaluación económica,
evaluación de la comunidad y proyección de la pastora es importante acotar que este
trabajo utilizó el método que proporciona la microhistoria, el cual se oriento al
conocimiento profundo de una realidad cotidiana del objeto de su estudio.
Y esto tiene como una de sus características principales la de proporcionar un
instrumental necesario para el estudio de un área determinada aislándola de un contexto
mayor. El objetivo central de este trabajo consistió en penetrar un sector de Caracas y a
través del estudio de la Parroquia La Pastora explicar su situación actual comparándola
con el resto de las parroquias del área metropolitana.
En las mismas circunstancias, la prof. Lila Mago de Chopite, presenta su
investigación “Expansión urbana de Caracas hacia el sector El Paraíso a fines del XIX”,
donde se realiza un estudio, acerca de la primera urbanización residencial de Caracas, a
través de la historia urbana (local) de la capital de la república, la autora consideró su
exposición:
“…por tratarse del primer emplazamiento que traspaso los limites naturales de la ciudad y ocupó las tierras al otro lado del Guaire, que venían siendo utilizadas para el cultivo de la caña de azúcar, en el sitio denominado la hacienda El Paraíso o trapiche de los Echezuría”.20
18 OCEI / FUNDACOMUN: Características socioeconómicas de las unidades de diseño asilados del área metropolitana. Parroquia Antímano. III Inventario Nacional de Barrios (unidad de planificación física Nº 17), 1993. 19 María Luisa Herrera. La parroquia La Pastora (Estudio Microhistorico), Caracas; Consejo Municipal del Distrito Federal, 1979, p.21 20 Lila Mago de Chopite. “Expansión urbana de Caracas hacia el sector El Paraíso a fines del siglo XIX”, En revista Tiempo y Espacio, Caracas; Instituto Universitario Pedagógico de Caracas, Vol. I, Enero- Julio de 1984. p.23.
El artículo recoge una reconstrucción histórica a partir de la trasformación de los
espacios rurales a urbanos residenciales medidos desde el crecimiento urbano y la
modernización hasta enmárcalos en los adelantos de los modelos comunicacionales del
momento representados en el tranvía, ferrocarril, teléfonos, luz eléctrica, y de la
incursión de las medidas sanitarias tales como redes de agua servida. Todos estos
progresos asociados a los cambios políticos y de la estructura social, como la
discriminación de grupos dentro de la añeja oligarquía terrateniente, manipuladora del
poder y conformadora de la burguesía comercial venezolana con enérgicas
vinculaciones con el comercio exterior y con la participación política.
En síntesis el trabajo que hemos venido comentando está, enmarcado dentro de la
Historia Local y Urbana muestra la necesidad y desarrollo de la burguesía venezolana,
el crecimiento de la primera urbanización residencial de Caracas, la cual rompe con el
esquema urbano tradicional, originando nuevas formas arquitectónicas donde lo
tradicional (esa arquitectura habitacional colonial) subyace ante la inspiración francesa
de Antonio Guzmán Blanco y luego esta alternará con las transformaciones que
proporciona el concreto armado, las estructuras de acero, pasando a ser por muchos años
el Contri Club de Caracas.
Seguidamente, tomaremos el trabajo “El Valle: de hacienda próspera a bosque de
concreto y cordón de miseria”, consideraciones formuladas por David Ortega, quien
presenta una ambiciosa investigación, referida a los cambios del uso del espacio en la
localidad de El Valle, tomando como eje temporal el agotamiento del modelo productor
precapitalista a capitalista minero exportador con su vertiente a lo urbano- industrial.
Se observa en este aporte como explicación central ¿cómo y cuándo? operan estos
cambios en el uso del espacio sobre un pueblo periférico de Caracas, como lo fue El
Valle, usando como referente los inicios del poblado, su permanencia y el siglo XIX,
luego se analiza “el uso agrícola del espacio en el siglo XX”, hasta 1926, hito que
envuelve el trabajo, cuando aún la localidad mantenía características rurales, definidas
por el número de habitantes, la estructura física del poblado, las manifestaciones
culturales, uso del espacio y las actividades productivas que se desarrollaban.
En otro interesante punto encontramos; “cambios en el uso del espacio en el siglo
XX”, aquí se observará como paulatinamente a partir de 1928 las haciendas van
perdiendo su predominancia económica sustituyéndose por la exportación de
hidrocarburos, dando paso a la trasformación espacial y con ello llegan al uso
residencial, castrense y recreativo de esta parroquia.
Muere entonces la Hacienda Santo Domingo y nace el proyecto urbanístico que
hoy conocemos como “Urbanización los Jardines del Valle” y con esta crece el parque
habitacional, que no escara según este autor a los embates, de la democracia cuando en
1958, comenzaran a creces los barrios pobres, llamados también asentamientos urbanos
no regulados, cuya característica central es la precariedad y el hacinamiento21.
En igual forma, se debe aclarar que el Centro de Regional de Petare viene
realizando un esfuerzo en reconstrucción histórica de barrios, realizando proyectos de
investigación donde el eje central es el de rescate de la historia de los barrios y
parroquias del municipio, entre ellos se encuentran la guía del municipio Antonio José
de Sucre del Estado Miranda22, cuya misión es sintetizar las memoria municipal y por
ende parroquial.
Asimismo, la politólogo Yetzy Villarroel Peña, publicó su libro sobre el barrio
José Félix Rivas obra coincidente con la conmemoración de los 190 años de la
inmolación del héroe de la gesta emancipadora de Venezuela, líneas que conllevan
21 David Ortega. “El Valle: de hacienda prospera a bosque de concreto y cordón de miseria”, En Revista Tiempo y Espacio, Caracas; Ediciones de la UPEL- IPC, Vol. VII, Julio-Diciembre, 1990. pp. 75-90 22 Guía: Municipio Antonio José de Sucre. Estado Miranda, serie: folletos educativos, Petare: Fundación Cultural “José Ángel Lamas”/ Centro de Historia Regional de Petare, 1999, año 1, Nº 1.
como fin último proporcionar a las comunidades del Municipio del Antonio José de
Sucre, del Estado Miranda:
“Sus historias, y de esa manera ayudar al proceso de adjudicación de sus propias identidades. Este proyecto surge como una respuesta a las incesantes demandas de los usuarios del centro de Historia, quienes han incentivado esta búsqueda de reconstrucción histórica de la conformación de los barrios del Municipio ante la casi inexistente información acerca de este hecho contemporáneo que nos atañe a todos”.23
Quedando establecidas las bases metodológicas para la elaboración de otras
investigaciones de este mismo tipo.
A. Antecedentes del Modelo Rural en La Dolorita y su área de influencia.
La presente investigación contempla como objetivo central realizar una
exploración teórica documental, con el fin de reconstruir la historia de una parroquia
(La Dolorita) del Municipio Antonio José de Sucre del estado Miranda. Las parroquias
(civiles) están definidas en la Ley Orgánica de Régimen Municipal (1989) como:
“Art. 32 Las parroquias son demarcaciones de carácter local, dentro del territorio de un Municipio, creadas con el objeto de descentralizar la administración municipal, promover la participación ciudadana y la mejor prestación de los servicios públicos locales”.24
En relación con este último, expone Medina Rubio:
“Las parroquias son demarcaciones territoriales, señaladas dentro de la especialidad igualmente territorial de un municipio. Hoy, se entienden que las parroquias han sido creadas con el propósito de descentralizar la administración municipal y de estimular la participación de los ciudadanos en las gestiones tendientes a mejorar los servicios públicos…”25
23 Yetzi Villarroel Peña. Barrio José Félix Ribas, Petare Centro de Historia Regional/ Alcaldía de Sucre, 2005, p. 1 24 Ley Orgánica de Régimen Municipal. (Decreto Nº 1297). (1989, Junio 15) Gaceta Oficial de la República de Venezuela, Nº 4.109, noviembre 22, 1990. p.17. 25 Arístides Medina Rubio. “Las parroquias en la historia de las ciudades”, En: Revista Tierra Firme, Nº 59, año 15, Vol. XV, p. 383
Significa entonces que las parroquias constituyen una memoria para el estudio de
la conformación de territorios populares (Barrios) en el municipio ya que por sus
condiciones poblacionales y espaciales pasan a parroquias civiles en 1993 cuando se
realiza el reordenamiento administrativo del municipio Sucre. Hechas las
consideraciones anteriores, contempla la misma Ley Orgánica de Régimen Municipal
que para considerar ese paso de territorio popular a parroquia debe poseer ciertas
características expuestas en el articulo 33 de dicha Ley:
“Art. 33 En áreas urbanas determinadas como tales en los correspondientes planos de desarrollo urbano local, con población superior a cincuenta mil ( 50.000) habitantes, las parroquias podrán coincidir con los barrios, urbanizaciones o sectores de dichas áreas, según lo determine la Asamblea Legislativa a propuesta del Concejo Municipal respectivo o de los ciudadanos interesados, vecinos de los barrios o urbanizaciones, en un número no menor del veinte por ciento (20%) de los electores debidamente identificados por la Junta Electoral con jurisdicción en el Municipio respectivo. En el resto del territorio municipal no contemplado como urbano en planos de desarrollo urbano local, las parroquias podrán, estar constituidas por poblaciones, caseríos y aldeas separadas de la capital del Municipio, según lo determine la Asamblea Legislativa a propuesta del Concejo Municipal respectivo o de los ciudadanos interesados vecinos de las comunidades, en un número no menor del diez por ciento (10%) de los electores debidamente inscritos e identificados por la junta Electoral que tenga jurisdicción en el Municipio respectivo”.26
Para el Arq. Leandro Quintana cerca del 50 % de las áreas urbanas en
Venezuela, se han desarrollado de forma no controlada no siendo este un fenómeno
exclusivo del país, todo lo contrario es una manera común de cómo se conforman las
barriadas en las diferentes ciudades de América cuyos Estados forman parte de los
llamados países en vías de desarrollo27.
La parroquia en estudio representa la consecuencia a una problemática que se
inicia en la década del 40 cuando se da un nuevo boom migratorio de la población
movilizándose hacia Caracas y el estado Miranda, un conjunto de personas en busca
26 Ley Organica de Regimen Municipal. Op.Cit p. 18. 27 Leandro Quintana Uranga. La Autogestión en el Mejoramiento de los Barrios Populares en Venezuela. Caso La Dolorita: Caracas, 1984. p.10-11..
de mejoras en su calidad de vida que traen consigo sus costumbres, sus ideas, sus
tradiciones y su propia historia de vida que intentan implantar o adaptar a la localidad
que ocupan el Prof. José Manuel Guevara Díaz expresa a continuación:
“El Distrito Sucre [En la actualidad municipio Sucre, nueva división político administrativa] del Estado Miranda, con 22,2 % en su espacio de urbanización en 1941, experimento en el período 1941 – 1950 el más alto cambio del nivel de urbanización de la región capital y de todo el conjunto regional, con 55,9 %. Las cifras de 1950 revelan que el Distrito Sucre, bajo la influencia de la capital de la república, incremento su nivel de urbanización hasta un valor sólo superado por el Distrito Federal [se presenta a continuación cartograma del extinto Distrito Federal]”.28
Cartograma Nº 1
Mapa del Distrito Federal
Fuente: Instituto Geográfico de Venezuela Simón Bolívar Adaptación propia
Dada las condiciones que anteceden, cabe decir que es partir de 1940, cuando
la expansión de la capital del país promovió un crecimiento descontrolado de la
población, se comenzaron a residenciar empresas e industrias de la zonas de Petare,
Mariches, y como ya se ha mencionado en La Dolorita, las haciendas de caña en las
zonas bajas se transformaron en urbanizaciones y las de café en las zonas altas (caso de
La Dolorita) en barriadas, en la actualidad sobrepasan 1500, cuya carencia de servicios
28José Manuel Guevara Díaz. La urbanización y el crecimiento de los centros urbanos. En: Geografía de las regiones central y capital, p. 131.
y agrupación demográfica han producido graves complicaciones sociales de ardua y
costosa solución.29
Es importante acotar que existe en este momento una preocupación por
establecer un reordenamiento del área metropolitana de Caracas con el fin de sincerar
las condiciones socioeconómicas de la población que forma los cinturones o
conurbaciones de la ciudad así como también de crear y fomentar que el ciudadano que
ocupa estos espacios desarrolle una identidad local, un sentido de pertenencia para logre
integrarse con éxito a los proyectos nacionales de mejoramiento de las zonas populares.
La Dolorita sin duda alguna es la muestra de esta preocupación ya a pesar de
pertenecer geográfica y administrativamente al Municipio Sucre no escapa a la
relación económica y social que sé a mantenido entre el Estado Miranda y lo que es
hoy el Municipio Libertador.
Lo antes expuesto, expresa la necesidad de crear un instrumento que
permita recolectar e interpretar por parte de los profesionales de la historia, los
conocimientos sobre la región, la localidad, las Parroquias o los territorios populares
debido a la escasa memoria escrita y la dispersión de las fuentes documentales que
soportan este tipo de estudio. Todo ello le da sentido y validez, así se plantea que el
mismo se tome como un recurso científico de valor local y regional y nacional.
La historia parroquial o microhistoria constituye un instrumento que permite
llegar al estudio, a la investigación y al uso de las historias mayores, sin embargo no se
debe obviar que la microhistoria suele interpretarse por lo general como un tesoro
personal ya el proceso de identificación del hombre con sus raíces se convierte en
proceso bidireccional de entendimiento y aceptación30.
29 Fundación Polar. “Petare”, En: Diccionario de Historia de Venezuela, Caracas; Editorial Exlibris, Tomo III, 1997. pp.611-612 30 Arístides Medina Rubio. Introducción a la Historia. Op. Cit. p.6
B. Hitos de la Investigación
Venezuela no escapa al intenso proceso de urbanización de sus territorios. La
inmigración del campo a la ciudad es el fenómeno demográfico de mayor relieve en la
historia contemporánea del país.
Para el año de 1950, el 47,4 por ciento de la población venezolana era
considerada como población urbana; once años después, en 1961, este peso de la
población urbana aumentó hasta ubicarse en un 62,1 por ciento; es decir el que va hasta
1971, esta corriente migratoria hacia las ciudades siguió en ascenso, alcanzando la
población urbana una importancia relativa del 72,8 por ciento. En los Censos de la
OCEI se logra analizar que para 1961 el ritmo de migración anual disminuye, en
términos relativos a la población urbana para 1981 representaba el 80,3 por ciento de la
población del total; el fenómeno alcanzaba una proporción estimada en un 84,1 por
ciento para el censo de 1990 y se proyecta que para el año 2001 es de 90 por ciento de la
población venezolana vive en núcleos urbanos.
En términos generales, se puede expresar que, en el transcurso de los últimos
veinte años, la población venezolana pasó de ser preponderantemente rural a urbana.
Este acelerado proceso ha determinado graves desequilibrios, un nivel de vida por
debajo de las necesidades básicas; situación que afecta en especial a la regresión del
sistema económico agrario, debido a los amplios sectores de población campesina que
vienen a las ciudades en busca de mejores condiciones de vida, pero que al final resulta
un falso espejismo.
La explotación petrolera y la industrialización acentuaron la tendencia a ocupar
la Región centro- Norte-Costera de Venezuela, se originaron procesos de urbanización
crecientes, que invirtió las proporciones de la población rural y urbana en el término de
cuatro décadas, esto es de forma explosiva.
Todo lo anteriormente expresado se evidencia en las marcadas desigualdades
distributivas de los ingresos fiscales, un marcado desequilibrio entre la demanda de
empleo estable, incapacidad de la economía urbana para absorber el rápido crecimiento
de la población activa.
Los costos del suelo urbano y de la construcción de viviendas, en constante
incremento, segregan a un sector considerable de la población. Esta situación afecta
tanto a quienes, a pesar de hallarse integrados en el sistema productivo, perciben
ingresos que no les permiten acceder a una propiedad inmobiliaria produciéndose la
ocupación de territorios o asentamientos urbanos no regulados consecuencia de un
orden social y de una estructura económica imperante.
El Municipio Autónomo Sucre, es una de las 21 entidades político
administrativas que conforman el Estado Miranda, en la actualidad forma parte de la
llamada subregión mirandina de la zona metropolitana, como podemos observar en la
siguiente figura.
Cartograma Nº2
Mapa del Estado Miranda
Fuente: Instituto Geográfico de Venezuela Simón Bolívar
Adaptación propia.
Así el municipio funciona como una entidad política administrativa de carácter
autónomo que le debe su actual configuración a la reforma jurídica del territorio
venezolano realizada por el poder ejecutivo en 1993, fecha desde la cual queda
conformado por cinco parroquias, estas son: Petare como Parroquia capital, Filas de
Mariche, Caucaguita, Leoncio Martínez y la Parroquia escogida para el estudio La
Dolorita (ver cartograma Nº 3).
Cartograma Nº 3 Croquis del Municipio Sucre
54 km2, 890 a 940 msnm,
36 km2, 940 a 990 msnm
11 km2, 840 a 990 msnm
40 km2 790 a 840 msnm
Fuente: Guía: Municipio Antonio José de Sucre. Estado Miranda, serie: folletos educativos, Petare: Fundación Cultural “José Ángel Lamas”/ Centro de Historia Regional de Petare, 1999, año 1, Nº 131.
Adaptado por: Suzuky Gomez
C. El Espacio Geohistórico Regional y Local.
Cuando nos comprometemos en el ejercicio de reconstruir y abordar una
realidad, nos embarcamos en una aventura nada fácil. Sin embargo, debemos considerar
el proceso de investigación: una primera fase esta dedicada a estudiar lo estructural
sincrónico, en la cual se intenta separar cada uno de los niveles estructurales, con la
finalidad de analizarlos en su especificidad teórica y metodológica. Y como segunda
fase, estudiaremos las relaciones, que integra la dinámica global de las estructuras en
proceso histórico concreto, destacando articulaciones funcionales32.
Con relación al tratamiento metodológico este se va ha diferir según cada nivel
estructural. Para nuestra investigación, hemos asumido el objetivo de avanzar en la
reconstrucción del hecho histórico local mirandino, a partir de un espacio geohistórico
local. Esta aproximación nos ha permitido en primer lugar, plantearnos la posibilidad
de realizar un acercamiento, al proceso histórico social contemporáneo venezolano, a
partir de una realidad concreta y especifica que se desarrolla en una localidad mirandina
durante la segunda mitad del siglo XX.
En segundo lugar, nos permite realizar una labor adaptada al trabajo artesanal
del historiador, etapa en la que aun nos encontramos, en el manejo de fuentes y archivos
con información de carácter local y regional.33
Finalmente, nos abocarnos a un estudio del tiempo medio, en el cual
combinaremos los enfoques de la historia coyuntural y el análisis de los
31 Nota: acotamos que en el croquis no aparece, el territorio correspondiente a la parroquia Leoncio Martínez, ubicado al noreste del municipio no obstante, esta pertenece al municipio Sucre y cuenta con 23 km2 y esta a una altura de 890 a 940 msnm. 32 Reinaldo Rojas. Historia Social de la Región Barquisimeto en el Tiempo Histórico Colonial 1530 -1810, Caracas: Biblioteca de la Academia Nacional de la Historia, 1995. p.31 33 Cardoso, C.F.S. y Pérez Brignoli, Héctor. Los Métodos de la Historia. México: Editorial Grijalbo, 1977. p. 227
acontecimientos con la misión comprender la dinámica global y diferenciada de aquella
sociedad.
a.- El Espacio Geohistórico Regional y Local. (El Enfoque).
El tiempo y el espacio constantes fundamentales de todo progreso histórico.
Estas categorías corresponden a dos perspectivas básicas del análisis científico: lo
sincrónico, que descansa en el análisis estructural de los fenómenos, y lo diacrónico,
relativo a la sucesión de procesos en el tiempo. La referencia expuesta conlleva al
enfoque geohistórico, el cual, según Ramón Tovar, citado por Reinaldo Rojas ‘[…]
respondería por una parte a la calidad estadial [diacrónico] y por la otra, a la espacial
[sincrónico] del ente geográfico plenamente localizado e identificado’.34
Desde esta perspectiva o enfoque, tanto la investigación histórica como la
geográfica se integran y acrecientan, afrontando el objeto de estudio integrando tiempo
y espacio. Tomando en cuenta la historiografía, los orígenes de estos estudios los
encontramos en la obra de Herodoto en el siglo V antes de nuestra era (a.n.e) el cual
escribió “Los nueve libros de la historia”, obra citada por Henry Suárez y da respuesta a
su propia interrogante ¿Cuándo comenzó la labor Geohistórica? en la cual se expone lo
siguiente:
“Sin atrevernos a firmar que la interpretación geográfica histórica de los hechos humanos se remonta a la antigüedad griega, es digno recordar la labor realizada por Hecateo de Mileto en el siglo VI antes de nuestra era (a.n.e) y por Herodoto en el siglo V a.n.e Aquel, escribió Viajes por el mundo, mientras que éste Los nueve libros de la historia. El primero sistematizó sus observaciones pero sin la profundidad de su sucesor, lo que le valió al último el reconocimiento como padre de la historia, y ¿por qué no?, “maestro” de la geografía histórica. Claro está, hay que
34 Cf. Reinaldo Rojas. Op. cit.1995. p.35. También ver a Omar Hurtado Rayugsen. Geohistoria de Villa de Cura y su área de influencia, Caracas; Ediciones Los Heraldos Negros/ Editorial Miros, 1994, pp. 37-40.
salvar la distancia del ejercicio que se realizaba hace dos mil cuatrocientos años y el contemporáneo”.35
Se observa según el autor antes citado la formación de una manera de vida, no así
una rama separada del conocimiento, se reconocen los aportes realizados cuando aún no
existía la labor histórica, ya que la función principal de la investigación histórica
descansaba en el peritaje para establecer la verdad en determinadas disputas. No como
en el presente donde la historia se considera una disciplina metódica y diferenciada
dentro de las ciencias sociales dedicada a la comprensión de las acciones humanas en
un tiempo y espacio determinado.
En el campo Historiográfico contemporáneo esta iniciativa reposa en el
historiador francés Fernánd Braudel, quien se dedicada al estudio del “Mediterráneo y
el mundo mediterráneo en la época de Felipe II” en primera edición de 1949.36 Este
libro evidencia en su primera parte la comprensión Geohistórica del mundo
mediterráneo, mostrando al final, la relevancia de “Plantear los problemas humanos tal
y como lo vemos desplegados en el espacio y a ser posible, cartografiados […] no sólo
para el presente y en el presente, sino también en el pasado y teniendo en cuenta el
tiempo…”37 Al Revisar esta postura Braudel estima hablar de Geohistória, la cual
entre las fronteras de la Historia y la Geografía. Lo cual se recoge en el siguiente
planteamiento:
“Hacer de la tradicional geografía histórica a lo Longnon, consagrada casi únicamente el estudio de las fronteras de los Estados y las circunscripciones administrativas sin la menor preocupación por la tierra misma, por el clima, el suelo, las plantas y los animales, los géneros de
35 Henry Suárez., José Ángel Rodríguez (comp.). Sobre la Violencia desde la geografía histórica. En: Visiones del oficio, historiadores del siglo XXI, Caracas; Fondo Editorial de Humanidades y Educación de la Universidad Central de Venezuela, 2000. p. 421. Nota las cursivas son originales. 36 Fernánd Braudel. El Mediterráneo y el mundo mediterráneo en la época de Felipe II (1ra. Edición en español), México: Fondo de Cultura Económico. 1953. pp. 417 37 Ibídem. p.317
vida y las actividades obreras, si se quiera, una verdadera geografía humana retrospectiva […]”38 Aquí se establece un enlace entre el trabajo del historiador y el del geógrafo,
tomando como base la unión entre las variables tiempo y espacio y sus respectivos
análisis. En la opinión de Braudel, esto conlleva a:
“[…] obligar así a los geógrafos (lo que sería relativamente fácil) a prestar mayor atención al tiempo y a los historiadores (lo que no lo sería ya tanto), a preocuparse más por el espacio y por todo lo que el espacio sustenta, engendra, facilita y entorpece; en una palabra, inducirlos a tomar suficientemente en consideración su formidable permanencia; tal sería, a nuestro modo de ver, la ambición de esta geohistoria, cuyo nombre apenas nos atrevemos a pronunciar […]”39
El Dr. Reinaldo Rojas, en “Historia Social de la Región Barquisimeto en el
Tiempo Histórico Colonial 1530 -1810” y continuando en la corriente de Braudel,
considera a la Geohistoria como una metodología de importante de análisis de la
realidad social, enfoque que une en términos de totalidad las variables del tiempo y el
espacio.
En tal sentido Rojas, esto supone:
“…lo histórico-estructural, tiempo de larga duración, se integra al análisis sincrónico-espacial, para darnos como propuesta conceptual una Formación Económico-social que organiza su espacio en un tiempo histórico determinado. Aquí entendemos al espacio no como un hecho natural, dado, que vendría a ser en todo caso el territorio como soporte físico de la vida humana, sino como producto social, como una realización del hombre y de la sociedad. Pero este no es un espacio homogéneo, sino diverso. Tampoco simple y uniforme, sino al contrario, complejo puesto que reproduce las contradicciones sociales en su organización. En tal sentido, para nosotros el enfoque geohistórico viene a ser una perspectiva metodológica que nos permite estudiar una formación social en el espacio y en un tiempo histórico determinado”.40
Para el análisis histórico, lo sincrónico se corresponde con lo estructural,
mientras lo diacrónico, responde a la perspectiva del origen y cambio de los fenómenos
38 Ibíd. pp. 417 - 418 39 Ibíd. p. 418 40 Reinaldo Rojas. Op. Cit. p.37
sociales. Mientras que en análisis geográfico, el interés se dirige a la estructura del
espacio en su noción de escala y en base a las diferencias entre sus unidades, zonas y
regiones.
Para la Dra. Beatriz Céballos, en su libro “El Diagnóstico geohistórico y la
intervención en las comunidades”, el enfoque geohistórico “es la perspectiva central del
análisis seleccionado”, se presenta como una propuesta teórico- metodológica donde el
investigador se desengancha de concepción geográfica que concibe al espacio como un
factor concreto o síntesis de la acción de los grupo humanos sobre su ambiente, para
preservarse y reproducirse sujeto situaciones determinadas.
En contraposición la autora antes mencionada, estima que la reconstrucción de la
realidad socio histórica se apoya en la noción de la articulación del espacio, esto
contribuye a definir el proceso geohistórico desde la relación entre todas las partes y
sus elementos, con la finalidad de inferir la dinámica del espacio. En este sentido
propone:
“El análisis de las modalidades de distribución de la población en niveles de agrupación o encrucijadas, el de las formas de intercambio localizadas: los mercados, y la identificación de los movimiento que animan este conjunto: Los circuitos, constituyen los instrumentos conceptuales que nos permite proponer una interpretación de la realidad…”41 En concordancia con lo antes expuesto Ceballos sostiene que la articulación de las
formas geográficas que definen la estructura y dinámica del espacio están orientadas
por el modo reproducción dominante capitalista, y en particular por las condiciones
propias de la actividad correspondiente al lugar y estas condiciones están definidas
por cada formación económica – social según el momento histórico.
Cabe agregar, brevemente las observaciones realizadas por Héctor Seijas en su
trabajo “Comprensión de nuestras ciudades” donde nos explica:
41Beatriz Ceballos. El Diagnóstico geohistórico y la intervención en las comunidades, Caracas; Universidad Pedagógica Experimental Libertador, 2003. p. 63
“…Cada ciudad posee un tiempo y un espacio, pero para que esto se haya cumplido, para llegar a la configuración actual, cada ciudad ha transitado, junto a los seres que la habitaron y la habitan, distintos tiempos que representan su historia y desarrollo”.42
Los que nos lleva aseverar, que el recorrido de esa evolución se forma desde la
precariedad del acantonamiento o localidad, como operación enfocada al resguardo,
en primera instancia, del ser humano ante las fuerzas y etapas de la naturaleza, lo cual
involucra la necesidad de la supervivencia. Hasta el embrollo de las grandes ciudades,
donde el antiguo altercado por la manutención y la salvaguardia de la vida adquiere
complicadas extensiones. A lo largo de la evolución y el progreso de las localidades se
han confirmado trances, cambios e innovaciones que encierran todos los dictamines y
aspectos de la vida, tanto particular como colectiva.
Lo que nos lleva a decir que la localidad debe ser antes de nada un espacio de
fraccionamiento sistémico, articulado, con una dinámica propia, en convenio con las
circunstancias tanto originales como sociales que establecen la conciencia de su
presencia. Alcanzar el sentido de ese progreso hasta el presente, además de la memoria
y estudio de las complejidades particularidades del desarrollo económico,
arquitectónico, social y cultural logrado, demanda de la comprensión del pasado.43
Este es el rumbo de nuestra investigación histórica sobre la Parroquia La Dolorita.
Allí combinaremos el análisis del proceso histórico con una definición y localización
del espacio mirandino en su escalas regional y local. Nuestra meta es avanzar en la
utilización consciente de una perspectiva de análisis social, enfoque o –método que nos
parece pertinente y necesario como procedimiento científico para par al estudio de los
procesos sociales concretos uniendo las variables tiempo y espacio, mientras nos
42Héctor Seijas. “Comprensión de nuestras ciudades”, En: Biblioteca Básica Temática, Caracas; Taller de diseño gráfico CONAC, 2004. p.13 43 Ibídem. pp. 14-15
aproximamos a la comprensión de esa realidad a través de un enfoque sistemático,
integrador interdisciplinario en la construcción del conocimiento.
b.- Delimitación de un Espacio Geohistórico Local.
Este aspecto sistemático lo trataremos desde la visión del Dr. Diógenes Molina
quien sostiene que la historia se ha distinguido por escaso interés en la comprensión de
los fenómenos espaciales, que se entienden según este autor como:
“…elementos consustanciados con los procesos societarios que se producen sobre el territorio. El término “sobre” induce en muchas oportunidades a ver lo geográfico como elemento no imbricado en lo histórico, pero esta tendencia deberá ser revertida ya que si no comprendemos que la relación hombre tierra es mucho mas que fuerza de trabajo e instrumento productivo, tenderemos a dejar a un lado aspectos importantes de una nueva historia”. 44
De tal forma, partimos a delimitar nuestro espacio geohistórico o “área de
estudio”, término que hemos venido apuntalando “para caracterizar el territorio y las
interacciones temporo-espaciales que sincretizan los tiempos propuestos en esta
investigación”.45
En el proceso de descentralización iniciado en el ámbito nacional para el año de
1990, el Distrito Sucre pasa a la categoría administrativa de Municipio Autónomo y sus
Parroquias a Municipios foráneos; luego en 1993 se da otra transformación en el ámbito
político administrativo de la Nación, en el marco de esa reforma el Municipio conserva
su rango como entidad autónoma y se define su configuración política administrativa.
La Parroquia la Dolorita se encuentra situada al este del municipio Sucre cuenta
con una área de 11 kilómetros, esta sobre de los 900 msnm., exhibe una temperatura
promedio de 21 º centígrados, y sus coordenadas son latitud 10º,29`,26`` y de longitud
66º, 47`,00``.
44 Diógenes Molina. El Granero de Caracas, Caracas; Fondo editorial de la Universidad Pedagógica Experimental Libertador, 2002, p.41 45 Ibídem. pp.41-42
Esta delimitada tomando la Gaceta Oficial del Estado Miranda.46,de la siguiente
manera: al Norte limita con la Parroquia Petare desde la bifurcación de la entrada de la
calle principal Julián Blanco en el Barrio del mismo nombre coordenadas (N. 1.160.
020 – E: 743. 060) de aquí el lindero sigue por una de las cabeceras la quebrada
Catarata, detrás del barrio San Isidro, aguas abajo por esta hasta el punto de
coordenadas (N: 1.160 – 055 – E: 744.600), frente a la calle principal del barrio San
Isidro de la zona Turumo.
Al Sur limita con la parroquia Caucaguita, desde el último punto descrito, se
sigue por dicha calla hasta otro punto de coordenadas (N: 1.159.280 – E: 744.765), en la
intercepción de la entrada a la zona industrial Turumo para seguir por dos líneas rectas,
la primera parte antes mencionado, hasta un punto de coordenadas (N: 1159.015 – E:
744.390) la segunda parte del punto anterior hasta la entrada de la urbanización
conjunto residencial del Este de aquí el lindero continua, por la carretera que conduce a
Santa Lucia, hasta las nacientes de la quebrada la Lira, coordenadas (N: 1.156.390 – E:
745.890), aguas abajo por dicha quebrada hasta su desembocadura en Río Guaire,
coordenadas (N 1.154.295 – E: 744.595).
Al Sur y Oeste: Limita con el Municipio el Hatillo, desde el punto antes
mencionado aguas arriba por esta desembocadura de la quebrada la Cruz de Belén,
coordenadas (N: 1.156.760 – E: 743.290), de aquí el lindero sigue una línea recta en
dirección norte al sitio denominado Poma Rosa, coordenadas (N: 1.157.415 – E:
743:330), de aquí continua el lindero por las calles principales de Poma Rosa,
Cúatricentenario y Carpintero hasta tomar la carretera vieja de Santa Lucia (N:
46 Reforma parcial de la Ley de División política territorial del Estado Miranda”. (Mayo, 1992).Gaceta Oficial del Estado Miranda, (Extraordinaria).
1.159.150 – E: 741.980) para seguir por la vía que conduce a la bifurcación de la calle
Julián Blanco, punto de partida.