sur capitalino - en busca de la playa perdida
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7/25/2019 Sur Capitalino - En busca de la playa perdida
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ABRIL DE 2015 SUR CAPITALINO | 9
NUESTRO RO
El Riachuelo sali de
su cauce, cruz la
avenida Pedro de
Mendoza, trep dos
pisos y se meti por la ventana
de la Fundacin Proa. Literal:
envuelto en una larga caera
transparente, el agua del ro
recorre la contera y circula
entre las mesas, impulsado por
una bomba instalada en la ri-
vera. La propuesta forma parte
de la muestra Expedicionesa Puerto Piojo, ideada por el
colectivo de artistas Ocina
Proyectista.
A principios del ao pasado,
Proa abri una convocatoria
y concurso para presentar
propuestas de intervencin en
el espacio del bar del segundo
piso. Empezamos a pen-
sar qu hacer ah y dijimos
que estara bueno desviar el
Riachuelo hacia dentro, que
no slo se vea desde afuera. El
cao es esa metfora. Porque
el Riachuelo no es slo borde:
nos atraviesa a todos. Tra-
tamos de replicar esa idea,
explica Pablo Caracuel, uno de
los cinco artistas e investiga-
dores, con Carolina Andreetti,
Juliana Ceci, Carlos Gradin y
Sonia Neuburguer.
La instalacin que traza un
puente entre el ro y el afuera
llev dos semanas de trabajo.
Pero la exploracin en torno
a la muestra tom un ao. La
meta era hallar el camino ha-
cia un sitio que hasta entonces
pareca mtico: Puerto Piojo.
Pensbamos que no exista
ms. Mucha gente de La Boca
y Avellaneda, los ms grandes,
nos tiraban algunas pistas.
Hasta que un viejo remero nos
llev, relata Pablo. En auto,
siguiendo los rastros del veci-
no, los exploradores llegaron a
esa playa con pasado de para-
so, detrs del polo petroqumi-
co de Dock Sud.
No tens idea lo que era
Piojo. Una playa parejita, lim-
pita, sin una gota de petrleo.
Hacamos picnic; haba un
omb y ah prendamos el
fuego del asado, bamos entre
seis o siete botes, hace me-
moria Tato Prez, de 76 aos,
con una foto en la mano. Es de
los aos sesenta, en blanco y
negro, y muestra a uno de sus
amigos tirndose en clavado
desde un barco ballenero.
Tato es uno de los remeros
que se acerc a la inaugura-
cin de la muestra, vestido
para la ocasin: con la remera
del Club de Regatas Almirante
Brown, que aport algunos de
los objetos que se exhiben en
Proa. Entre restos de un bote,
remos, una bocina y un timn,
hay una pintura de Alfredo
Bertani inspirada en Puerto
Piojo en los aos cincuenta,
hallazgo en las arcas de Mer-
cado Libre.
En 1976, con la dictadura,
el acceso al lugar se cierra. Es
una zona de Prefectura y esta-
ba toda militarizada, cuenta
Sonia, una de las integrantes
de Ocina Proyectista. Para
acceder al sitio hay que pedir
autorizacin y ya no se puede
llegar por agua, como en tiem-
pos de Tato. Le decan Puerto
Piojo porque era un cemen-
terio de barcos y los linyeras
iban a dormir ah, aporta el
remero.Adems de rescatar el
recuerdo de este lugar casi ol-
vidado, los proyectistas invitan
a tres actividades en el marco
de la muestra: la presentacin
del archivo flmico de Alfredo
Rodrguez, remero y aciona-
do cineasta, con horas y horas
de lmaciones del Riachuelo
en los sesenta; una remada de
exhibicin y una visita desde
Vuelta de Rocha hasta Puer-
to Piojo (inscripcin y cupos
limitados: ocinaproyectista@
gmail.com). La muestra podr
visitarse hasta principios dejunio, de martes a domingos
en el bar de Proa, Vuelta de
Rocha.
Queramos recuperar rela-
tos y vivencias del ro ms all
del imaginario de los noventa,
como ro podrido. Antes haba
mucha vida y ahora poco a
poco vuelve a haber. Quera-
mos recuperar esos otros ima-
ginarios, no quedarnos slo
con el de Mara Julia, dicen
los integrantes de Ocina Pro-
yectista, que por primera vez
desembarcaron en La Boca.
Mi abuela vasca, Mari-chu, rehua de ciertasveredas. De nio yo no
terminaba de comprender
esa aversin a calles como
Iriarte, Patricios, Ro cuarto,
Olavarra, o tantas otras.
Recuerdo que elega itinera-
rios alternativos, aunque el
periplo signicara agregar
ms cuadras al recorrido,
para ir a comprar su billete
de lotera, o para ir en busca
de gallinas vivas a la feria.
Con el tiempo comprend
que lo que haca abuela era
esquivar los escalones de
las veredas altas.
Barracas y La Boca fue-
ron hasta no hace mucho
tiempo barrios inundables.
Por lo tanto, antiguamen-
te el recurso utilizado por
los vecinos al construir sus
casas era hacerlas ms altas
para no llenarse de agua.
Levantaban el nivel del te-
rreno, rellenaban y conse-
cuentemente haba escali-
natas en todas las veredas,
las suban. Esos relieves
urbanos, esa orografa
ciudadana, complic desde
siempre el trnsito a pie de
los ancianos o de gente con
movilidad reducida. Aunque
superadas las inundaciones
(el gobierno construy una
rambla de contencin en la
ribera del Riachuelo) ambos
barrios conservarn esa
sonoma desnivelada de
por vida, y mantendrn el
estigma que obliga a escalar
a cada rato.
De all esa costumbre
tpicamente boquense de
caminar por donde transi-
tan los autos, en lugar de
hacerlo por las aceras, como
en cualquier otro barrio. A
propsito, pasan los aos y
todava no logr compren-
der de qu modo lograron
nivelar las veredas de la
avenida Patricios. Luego
de nalizada la obra toda
la traza qued a la misma
altura, y que yo sepa no su-
bieron el nivel de las casas,
ni las hundieron. Si antes
estaban montadas sobre los
escalones cmo puede ser
que ahora todas mantengan
el mismo nivel? A mi gusto,
se trata de un verdadero
prodigio de arquitectura
urbana.
Volviendo a las desven-
turas de mi abuela vasca
para caminar por las calles
con veredas altas, recuerdo
que la poeta y arquitecta
Federica Rosenfeld tambin
padeci semejante pesadi-
lla. Se trata de una ilustre
vecina de La Boca (fallecida
en 1998) que soport esta
condena hasta sus 84 aos.
Finalmente, harta de lidiar
con las subidas y bajadas
decidi mudarse a otro ba-
rrio. Ya radicada en Paler-
mo, no extraaba las calles
con altibajos, claro est,
pero echaba de menos esa
magnca vista que ofreca
su piso 14 de la calle Patri-
cios. Desde all reluca con
todo su esplendor el paisaje
de la boca del Riachuelo.
El sur tiene su encanto,
deca, a pesar de andar por
la vida a los trompicones.
Fue la ltima metfora de
una poeta inolvidable.
En busca de la playa perdidaEl colectivo de artistas Oficina Proyectista instal una muestra que lleva el agua del Riachuelo hasta la FundacinProa, rescatando pasado y presente de Puerto Piojo, una playa casi olvidada detrs del polo de Dock Sud.
POR LUCIANA ROSENDE
Le decan Puerto Piojo porque era uncementerio de barcos y los linyeras iban a
dormir ah. En 1976, con la dictadura, elacceso se cierra. Es una zona de Prefectura yestaba toda militarizada.
POR JAVIER CFRECESPOR LAS CALLES DEL SUR
Las veredas altas del barrio