suplemento cultural contenido 16-02-13

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Maracay, Sábado 16 de febrero de 2013 Crónicas del Olvido Wilfredo Carrizales: Poesía e imagen visual ALBERTO HERNÁNDEZ 1.- U n poema de Wilfredo Carrizales germina en el muro que una foto- grafía funda en una antigua pared china. Podría ser tam- bién el rostro de un anciano, la mano de una estatua, un paisaje cuyo fondo contiene la más dura de las heladas de ese lejano país asiático. O de otro de los tantos que el poeta y fotógrafo nacido en Cagua, Venezuela, ha visitado en pa- labras y en imágenes, más allá de haber tocado la gracia, los sonidos o el silencio de calles, callejones, ventanas, esqui- nas, perfiles de rostros anó- nimos, los ojos cerrados de Buda y su redondo abdomen, pieles tostadas por el frío o el calor, calzados y vestidos de distintos matices. El mismo Carrizales, tomado por la cá- mara que sostiene con la mano derecha. En fin, este artista reúne su condición de sinólo- go, de estudioso de la lengua de Li Po, Tu Mu, Siu Yin y de las voces recónditas de esa larga travesía por la historia de la cultura, con la de artista visual. Y así la poesía y la na- rrativa corta, donde deja caer el peso de sus recuerdos, ol- vidos y relámpagos, fantas- mas y personajes vivos o muertos que lo cautivan. Carrizales es fotógrafo y creador de hermosos colla- ges que le permiten ampliar su visión del mundo. Es de- cir, estamos frente a un crea- dor que no tiene límites, que entra y sale de los mundos que lo asaltan, lo ocupan y lo preocupan. 2.- Un retorno a las páginas de Textos de las estaciones y a las de Merced de umbral, me permiten destacar la mirada que el poeta usó para el poe- ma, pero también la que más tarde colocó en la cámara para atrapar las imágenes cargadas de significados. Me sumerjo en el fluido de verano de las hojas de bambú y siento en el paladar la textura de los tallos al doblarse. Quien ha escrito esta expe- riencia ha tocado el calor de una estación, ha rozado el cuerpo vibrante y ascendente del bambú, sus hojas lisas o ásperas y ha trasladado la sen- sación del movimiento a su lengua, con el viento como transporte. El poeta articula las imágenes desde su propio cuerpo, desde su afán vital, desde el sitio donde usa la li- bertad para fijarla. En el otro libro mencionado dice: Ya casi no duermen las noches y sus hijos remedan lo que pudieran ser los imposibles sueños. Este es un poema menos fo- tográfico. Es un poema inte- rior. Humanizado el tiempo de la tierra, Wilfredo Carriza- les intenta alcanzar lo inal- canzable. No obstante, nom- bra los sueños, ese lugar don- de todo es posible, donde poe- ma e imagen se mueven palpi- tan, respiran, son libres. En ambos textos, pese a es- tar ubicados en distintos es- tadios, la voz es la misma: el tono delicado, sonoro como el mismo viento que en los sue- ños mueven las hojas de bam- bú y permiten advertir los pa- sos de quien se acomoda para fijar la imagen desde la cáma- ra fotográfica. Un poema tam- bién es una fotografía. Una fo- tografía se hace poema y has- ta lo provee de los matices que el ojo muchas veces no ve des- de la irrealidad. Poema y aventura visual se unieron para recrear lo que más tarde se convirtió en otra obsesión. Probable- mente, como han dicho mu- chos, el collage tenga que ver con la infancia más pe- queña, con la preescolar, con aquella de cortar y pe- gar, con aquella de imaginar desde las destrezas que el ojo se apresta a avisar al es- píritu. Con aquella donde las palabras llegan como en el abecedario, una a una, letra a letra, hasta conformar la imagen, el poema, el signifi- cado, su belleza. 3.- He visto los collages de Wil- fredo Carrizales. Siempre he creído que este tipo de traba- jo visualiza la personalidad, la verdadera o la falsa, de quien los elabora. En los de Carrizales veo la paz que mu- chas veces no podía entender en el trópico. Siento la madu- rez infantil de un artista que ha alcanzado el nivel de otro espacio. Esos pedazos de pa- pel de colores, esas palabras, esos dibujos libres de razona- miento: todo me hace ver a otro Wilfredo. A un hombre que forma parte del mismo muro donde germina su poe- ma. Siento que su crecimien- to espiritual lo ha liberado del ego que la poesía ayuda a ser más evidente. Ahora es vi- dente desde las imágenes que en soledad elabora con sus manos, con la computadora, con los sonidos de la noche y los del día, con los recuerdos de su tierra y con los nombres que diario pronuncia para vivir. Tres son los espacios de este hombre cercano a noso- tros: la escritura que para él es dibujo por su proximidad a los ideogramas chinos. Para aprender a escribir en ese idioma es necesario tener buen trazo. De allí que este creador insista tanto: poesía, narrativa, fotografía y ahora los collages. Desde nuestra ventana ve- remos a Wilfredo Carrizales montado en un dragón. Y des- de su altura, la mirada miope de siempre pero viva, retado- ra, silenciosa, creativa, aloca- da, racional y soñadora. Vuela en un poema fotogra- fiado por un rostro que emer- ge de un collage.

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Maracay, Sábado 16de febrero de 2013

Crónicas del OlvidoWilfredo Carrizales: Poesía e imagen visual

ALBERTO HERNÁNDEZ

1.-

Un poema de WilfredoCarrizales germina enel muro que una foto-

grafía funda en una antiguapared china. Podría ser tam-bién el rostro de un anciano,la mano de una estatua, unpaisaje cuyo fondo contiene lamás dura de las heladas de eselejano país asiático. O de otrode los tantos que el poeta yfotógrafo nacido en Cagua,Venezuela, ha visitado en pa-labras y en imágenes, más alláde haber tocado la gracia, lossonidos o el silencio de calles,callejones, ventanas, esqui-nas, perfiles de rostros anó-nimos, los ojos cerrados deBuda y su redondo abdomen,pieles tostadas por el frío o elcalor, calzados y vestidos dedistintos matices. El mismoCarrizales, tomado por la cá-mara que sostiene con la manoderecha. En fin, este artistareúne su condición de sinólo-go, de estudioso de la lenguade Li Po, Tu Mu, Siu Yin y delas voces recónditas de esalarga travesía por la historiade la cultura, con la de artistavisual. Y así la poesía y la na-rrativa corta, donde deja caerel peso de sus recuerdos, ol-vidos y relámpagos, fantas-mas y personajes vivos omuertos que lo cautivan.

Carrizales es fotógrafo ycreador de hermosos colla-ges que le permiten ampliarsu visión del mundo. Es de-cir, estamos frente a un crea-dor que no tiene límites, queentra y sale de los mundosque lo asaltan, lo ocupan ylo preocupan.

2.-Un retorno a las páginas de

Textos de las estaciones y alas de Merced de umbral, mepermiten destacar la miradaque el poeta usó para el poe-ma, pero también la que mástarde colocó en la cámarapara atrapar las imágenes

cargadas de significados.Me sumerjo en el fluido de veranode las hojas de bambú y siento enel paladar la textura delos tallos al doblarse.

Quien ha escrito esta expe-riencia ha tocado el calor deuna estación, ha rozado elcuerpo vibrante y ascendentedel bambú, sus hojas lisas oásperas y ha trasladado la sen-sación del movimiento a sulengua, con el viento comotransporte. El poeta articulalas imágenes desde su propiocuerpo, desde su afán vital,desde el sitio donde usa la li-bertad para fijarla.

En el otro libro mencionado dice:

Ya casi no duermen las noches ysus hijos remedan lo quepudieran ser losimposibles sueños.

Este es un poema menos fo-tográfico. Es un poema inte-rior. Humanizado el tiempode la tierra, Wilfredo Carriza-les intenta alcanzar lo inal-canzable. No obstante, nom-bra los sueños, ese lugar don-de todo es posible, donde poe-ma e imagen se mueven palpi-tan, respiran, son libres.

En ambos textos, pese a es-tar ubicados en distintos es-tadios, la voz es la misma: eltono delicado, sonoro como elmismo viento que en los sue-

ños mueven las hojas de bam-bú y permiten advertir los pa-sos de quien se acomoda parafijar la imagen desde la cáma-ra fotográfica. Un poema tam-bién es una fotografía. Una fo-tografía se hace poema y has-ta lo provee de los matices queel ojo muchas veces no ve des-de la irrealidad.

Poema y aventura visualse unieron para recrear loque más tarde se convirtióen otra obsesión. Probable-mente, como han dicho mu-chos, el collage tenga quever con la infancia más pe-queña, con la preescolar,con aquella de cortar y pe-gar, con aquella de imaginar

desde las destrezas que elojo se apresta a avisar al es-píritu. Con aquella donde laspalabras llegan como en elabecedario, una a una, letraa letra, hasta conformar laimagen, el poema, el signifi-cado, su belleza.

3.-He visto los collages de Wil-

fredo Carrizales. Siempre hecreído que este tipo de traba-jo visualiza la personalidad,la verdadera o la falsa, dequien los elabora. En los deCarrizales veo la paz que mu-chas veces no podía entenderen el trópico. Siento la madu-rez infantil de un artista queha alcanzado el nivel de otroespacio. Esos pedazos de pa-pel de colores, esas palabras,esos dibujos libres de razona-miento: todo me hace ver aotro Wilfredo. A un hombreque forma parte del mismomuro donde germina su poe-ma. Siento que su crecimien-to espiritual lo ha liberado delego que la poesía ayuda a sermás evidente. Ahora es vi-dente desde las imágenes queen soledad elabora con susmanos, con la computadora,con los sonidos de la noche ylos del día, con los recuerdosde su tierra y con los nombresque diario pronuncia paravivir.

Tres son los espacios deeste hombre cercano a noso-tros: la escritura que para éles dibujo por su proximidada los ideogramas chinos. Paraaprender a escribir en eseidioma es necesario tenerbuen trazo. De allí que estecreador insista tanto: poesía,narrativa, fotografía y ahoralos collages.

Desde nuestra ventana ve-remos a Wilfredo Carrizalesmontado en un dragón. Y des-de su altura, la mirada miopede siempre pero viva, retado-ra, silenciosa, creativa, aloca-da, racional y soñadora.

Vuela en un poema fotogra-fiado por un rostro que emer-ge de un collage.

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Vida y MuroContenido Maracay, Sábado 16 de febrero de 201310

MARINA SANDOVAL

"El nuevo narradorRompe la tapa del frasco.

Supera la necedad de"lamano sucia junto al

muro" y asegura que jamáshubo marineros en

La obra de Guillermo Meneses"

Luis Barrera Linares(Nomen, nominis)

En el espejo había dos go-rras y por ello, acaso, elque hablaba tantas co-

sas extraordinarias dijo "Enese espejo se podría pescar tuvida. O tu muerte" La mujerque apoyaba la mano sobre elmuro podía mirar los círculosblancos de las gorras en el es-pejo de su cuarto.

Quizás, las gorras refleja-das estuviesen colgadascomo adorno o como un re-cuerdo en otra pared de lahabitación. También es posi-ble, que fuesen producto dela imaginación de quién lascontemplaba. El hombre quedecía discursos se dirigía aella (a la mujer). Habla muchoel hombre, ante el espejo,ante la pared, ante el cielonocturno. Pero, también ha-bla de manera especial al lec-tor, conduce el relato dandogiros, marchas y retrocesos;proporcionando pistas muyambiguas y confusas. Esteenfoque de la ficción, "impli-ca una nueva concepción delacto de la lectura ya que el tex-to, sin dejar de ser referencial,no permite al lector una cons-trucción de sentido unívoco"(Zacklin, L. p.67).

Esa ambigüedad e impreci-sión del mundo creado con ydentro de la palabra, lleva allector a buscar la armonía en-tre lo oculto y lo expresado,originando sus propias re-flexiones e interpretaciones,participando del juego de laimaginación y completando eltexto ofrecido por el autor,hecho fundamental de todacreación literaria. La realidadpuede devenir en hecho fan-tástico convirtiéndola en suantítesis por un proceso dedeformación. El personaje ola situación inventada se nu-tre de los fantasmas, imágenes

y sensibilidad del escritor quelos inventa. Así mismo, cadalector reinventa de nuevo loshechos y el personaje que losprotagoniza, haciéndolo másfeliz o más sufrido después deese nuevo nacimiento.

Javier Lasarte, sostiene queel mayor valor que tiene "Lamano junto al Muro" se centraen "ese complejo entramadonarrativo que hace que las his-torias que lo integran surjande un discurso que muestraoblicua o abiertamente su ín-dole ficticia, que declara noser otra cosa que puro discur-so en construcción, pura es-critura" (p.150)

A través del espejo se pue-de hacer camino hasta el en-cuentro con los dos marine-ros, igual que en la piedradonde se apoya el tambori-leo de los dedos de la mujer

puede leerse la historia quecambió su destino de casti-llo por empresa de comercioy de lupanar.

"La mano de la mujer seapoyaba sobre el muro". Ha-blaba con las manos, con susdedos, decía: "aquí, aquí". O talvez "adiós, adiós" y, aunque,"una mano, es apenas más fir-me que una flor", es tambiénfortaleza, una mano es capazde sostener el mundo, de de-rribarlo, de elevarlo a límitessublimes o empujarlo a la pro-fundidad del abismo. ¿ Qué esel mundo?

El mundo es el muro querodea la vida y esconde lamuerte. También es el espejoque nos recuerda la tempora-lidad de la existencia y lo efí-mero de los hechos y objetos.Es el cristal donde se reflejanlas virtudes y que se empaña

con todos los sucios de la viday la muerte…

"La cosa comenzó en el ca-baret. Ella, la mujer de la manosobre el muro vivía en el pisoalto"… y ella nada sabía de lapiedra ni de las historias, ni delas luces que rompían la som-bra del túnel" Su cárcel, era eltúnel del tiempo que la man-tenía cautiva en las celdas de-trás del muro… el túnel de lavida, el de concreto, el de losprejuicios, el de las injusti-cias… el del "amor". O, el tú-nel parte de su cuerpo por elcual los hombres penetran enbusca del placer, olvidandoque ese túnel es la vía queconduce a la vida. Ese túnelvital, es parte de la estructu-ra sagrada de un castillo lla-mado Mujer, por cuyas puer-tas, ventanas y escaleras cir-culan pensamientos, senti-

mientos, recuerdos, ilusio-nes… Fue allí, donde la mujerde "la mano en el muro", mo-viéndose entre las sombrasde la existencia, fabricó lapantomima sin palabras de lamoza que invita al marinero…

Bibliografía

-Lasarte U, Javier (1992). So-bre Literatura Venezolana. Cara-cas. Colección Zona Tórrida. Edi-ciones de la casa Bello.

-Meneses, Guillermo. (2004).La mano junto al muro. Caracas.Monte Ávila Editores Latinoame-ricana, c.a.

-Zacklin, Lida. (1985). La Na-rrativa de Guillermo Meneses .Caracas. Universidad Central deVenezuela.

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Maracay, Sábado 16 de febrero de 2013 Contenido 31

Réquiem para una librería

CARLOS ANTONIO SILVA

Cada vez el mundo cultu-ral urbano que hereda- mos se nos parece me-

nos, se nos pierde a pasosapresurados y convulsos.Para quienes nos formamos enesa ciudad de la modernidad,las librerías representan nosólo lugares o establecimien-tos dónde comprar artículosnecesarios para alimentar elespíritu, sino espacios parael encuentro entre amigos ypersonas afines, lugares don-de estar y pasarla bien, y so-bre todo un rincón para com-partir, aprender y agarrarlecomo quien dice el pulso alacontecer cultural. Dicho deotro modo, un lugar dondeuno podía tomarle el pulso ala vida y tutearse con ella. Poreso el cierre de cada libreríanos duele en lo más profundodel alma. Al amigo Walter Ro-dríguez lo conocimos en la Li-brería Lectura del Centro Co-mercial Chacaíto, espaciodonde nos acostumbramos a

(En busca del rincón gótico extraviado)

verlo impartiendo sapiencia,brindando amistad incondi-cional y mostrando esa otradimensión más allá de los ana-queles y libros a la espera denuestra curiosidad y fe inque-brantables en estos objetosinfinitos . Y es que con Walterno sólo compartíamos impre-siones sobre libros y autoressino sobre música en su másextensa gama que iba desde elbarroco hasta el rock sinfóni-co. A él nada le resulta indife-rente porque es un hombreverdaderamente culto. Wal-ter junto a la librería era unemblema, una referencia obli-gatoria para lectores, diletan-tes, curiosos y escritores queen muchas oportunidadesacudieron para la presenta-ción de sus obras y prestos aestampar sus f irmas paracomplacencia nuestra. Nohabía un título o un autorque Walter no conociera.Por eso nos apenan esas li-brerías actuales donde susempleados provistos de unaignorancia supina no tienenni la menor idea de lo que

significa este noble oficio.La cordialidad de Walter es

proverbial. No se ahorra endetalles. Siempre que uno pa-saba por la Lectura a compraro simplemente a saludarlo, éldevolvía el apretón de manoscon una pregunta y saludospara los amigos de Maracay.¿Cuántas veces no acudí en suauxilio preguntando por títu-los difíciles? Para Walter siem-pre había una respuesta opor-tuna y convincente, comoaquella vez que le preguntépor un título de Octavio Paz. yterminó hablando sobre laensayística del poeta mexica-no. Para rematar nos dio suopinión sobre el último discode Pink Floyd para aquel en-tonces. ¿Qué más puede pediruno de un librero amigo?

El poeta amigo Manuel Ca-besa nos refiere dos episodioscon sus respectivas anécdo-tas que ilustran la pasión deWalter por los libros. En el año2004 aparece en Europa el li-bro de Tomás Eloy MartínezEl cantor de Tangos. Aproxi-madamente en octubre, Ma-

nuel cae por la Lectura y lepregunta a Walter por el libro.El caso es que este libro (edi-tado por Planeta) por dificul-tades en la obtención de divi-sas o por problemas de distri-bución no estaba circulandoen América Latina. Sin embar-go, Walter le promete que lova a encargar por cuenta pro-pia. Dos meses después Manuelpasa nuevamente por la libre-ría, donde había un ejemplaresperando por él. Sólo habíacinco en toda Venezuela. Unopara Ibsen Martínez, otropara Simón Alberto Consalvi,otro para el aquel entoncesVicepresidente de Venezuela,José Vicente Rangel, un cuar-to para el propio Walter, y unquinto para Manuel Cabesa.

En 1992 había sucedidoalgo similar con el libro La nie-ve del Almirante, de ÁlvaroMutis, publicado por Edito-rial Alianza. Todo emociona-do, Manuel acudió a Chacaí-to con su ejemplar para queel escritor colombiano le es-tampara su respectiva dedi-catoria. Mutis un tanto sor-

prendido le preguntó: ¿Cómoconseguiste este libro, tengoentendido que no circula porestos lados? Con mucho or-gullo Manuel le respondióque había sido posible gra-cias al esfuerzo e iniciativade Walter, quien lo encargódesde España.

Son otras las cosas que jun-to a Lectura se nos están mar-chando. El Festival Interna-cional de Música de Cámarade la Colonia Tovar, por citarun ejemplo, la excelencia delos museos (con muy conta-das excepciones) que no hanpodido salir de su letargo einopia. La lista es larga y do-lorosa. Son pérdidas inmate-riales que duelen tanto comoesas que se contabilizan en laMorgue. ¡Réquiem por la Li-brería Lectura y ese mundoque se nos escapa! En algunaparte de nuestro convulsiona-do planeta reencontraremosese rincón gótico que se ex-travió cuando los seres huma-nos contagiados de positivis-mo decidieron mandar la fe devacaciones.

Inéditos de Carolina Chópite y Alberto HernándezFRANCISCO ARÉVALO

Suelen presentar ciertosmisterios los libros cuan-do todavía pasean dubi-

tativos antes de entrar a lacomplejidad de la imprenta.Por lo general los leo de unsolo tirón y me permito licen-cias que van desde las suge-rencias sanas hasta el elogio,opera cierta voracidad lecto-ra que no experimento con lasobras cuando ya están en losanaqueles de las librerías,mañas de lector, será.

En esta ocasión llegaron ami mesa dos libros de dos au-tores que manejan criteriosestéticos para que lleguen alpunto final de lo público o im-presión. Se trata de lo subli-me como concepto estéticoen la obra de José AntonioRamos Sucre. Vale la pena se-ñalar que este sesudo trabajoes la consagración de los veri-cuetos que tuvo que transitarla autora para optar al grado

de Magíster en Filosofía queotorga la Universidad Católi-ca Andrés Bello en su núcleode Guayana.

Carolina Chópite tiene ensu haber ser médico neona-tóloga, desde recibir la vidacomo oficio hasta tratar decomprender las complejida-des sublimes que rondaron aJARS, mérito más que subli-me en un mundo confeccio-nado para gente plana o enserie que no tienen muchoque decir y que por lo gene-ral vemos transitar por lospasillos de las bisuterías y lacertidumbre fastidiosa. Optópor diseccionar en las 150páginas del tratado el mundocreativo de uno de nuestrospoetas más complejos quepor lo mismo se torna emble-mático, sinónimo de moder-nidad y calidad intelectualque se tornó molestoso paraaquella Venezuela costum-brosa a la voracidad tirana delbagre Juan Vicente Gómez.

José Antonio Ramos Sucresignificó para la escritura deprincipio de siglo XX algo asícomo un albatros en vuelo ra-zante por estas tierras, su obrafue reconocida décadas des-pués de su fatídica muerte.Todo está recogido en este tra-bajo de Carolina con el agre-gado que se adentra en el difí-cil terreno de las comparacio-nes saliendo ilesa. Someter di-cha obra a los conceptos de losublime y de la belleza comofin, que manejaron filósofos dela talla de: Joseph Addison yEdmund Burke es un logro es-timable para los futuros cono-cedores de la obra del poetacumanés.

Alberto Hernández es co-nocido en este medio por susescritos periodísticos y la lec-tura y posterior reseña de suspublicaciones. Es uno de nues-tros escritores más prolíficos,esta de más decir por los es-pacios creativos donde ha in-cursionado siempre llegando

con la marca de la calidad ysu voz particular. Albertotuvo la generosidad de man-darme una hermosa novelacorta titulada: Elena o el re-lato imposible. Valga decircon una notita: (texto de co-rrección continua), novelahomenaje.

He quedado conmovido le-yendo la novela al punto quecomo está y donde está poseeuna construcción sólida. Esun homenaje a su padre y alos escritores que nos hanservido de savia, está hechapara erizar, además que es unhomenaje a los lectores quehan hecho de dicho hábito unleiv motiv. Las referenciasson un derroche de erudi-ción, esto le da unas particu-laridades de intimidad, perono se cierra a lectores debagaje universal. Ademáslos aires incontaminados dela provincia se respiran portodas partes. Repito verda-deramente conmovedora.

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Maracay, Sábado 16 de febrero de 201332 Contenido

Valle-Inclán, 77 años sin el gran capitánlírico de la literatura española

JAVIER RODRÍGUEZ MARCOS

Setenta y siete años de lamuerte de uno de los másgrandes creadores de ha-

bla española, de rostro espa-ñol y quevedesco, de negraguedeja y luenga barba, Ra-món María del Valle-Inclán. Elcomienzo de la vida del Mar-qués de Bradomín fue pletóri-co en riesgos y azares. Valle, elgran capitán lírica de la juven-tud española, como lo tribu-taría Rafael Cansinos Assens,fue hermano converso en unmonasterio de cartujos, solda-do en tierras de la Nueva Es-paña, una vida -se autoretra-taba en su autobiografía-"como la de aquellos segundo-nes hidalgos que se engancha-ban en los tercios de Italia porbuscar lances de amor, de es-pada y fortuna".

En la noche de Reyes, comoes tradicional, la FundaciónValle-Inclán, presidida porGerardo Fernández Albor, rin-dió su ancestral homenaje alescritor de Vilanova deArousa. Fernández Albor,acompañado por el secretarioXeral de Cultura, Anxo Loren-zo, y el vicepresidente de laFundación, José Juan Durán,realizo la tradicional ofrendafloral en el cementerio deBoisaca, ante la tumba del es-critor fallecido en la capital deGalicia en 1936. Junto a ellos,también acudieron el alcaldede Santiago, Ángel Currás, di-versos concejales, amén derepresentantes de los Ayunta-mientos de Vilanova y Cam-bados para homenajear al san-to padre del esperpento.

Esperpento, casticismo,aristrocracia

Según ha comunicado laFundación Valle-Inclán, laentidad trabaja para la prepa-ración de un gran programade actividades con horizonteen 2016, con motivo de laconmemoración del 150 ani-versario del nacimiento deValle-Inclán. En la actualidad,esta fundación cuenta con unaescuela de teatro centrada enlas obras del escritor gallegoy es responsable de la revista"Bradomín", de periodicidadsemestral. Hace una décadavieron la luz sus Obras Com-pletas tras más de tres déca-das de negociación. Espasa ylas cuatro ramas de la familia

Antonio Astorga

consiguieron reunir, al fin, endos tomos todo el "recado deescribir" del maestro de laspalabras. En el primero estála prosa y en el segundo hayteatro, poesía, artículos ycuentos.

A Valle, que era uno de lospersonajes más fascinantes del98, le persiguieron los censorespor toda la piel del ruedo ibéri-co como a Edgard Allan Poe loscuervos, delineó Francisco Um-bral, que estudió al creador en-fundado en botines blancos depiqué, y que entendía el esper-pento como "la aristocracia pa-sada por el casticismo".

Bradomín, inédito; celda, a lacarta

Hace cuatro años, su nie-to, Joaquín del Valle-InclánAlsina, rindió homenaje a supadre, Carlos del Valle-In-clán, con la edición, que Es-pasa sacó a la luz, de un epis-tolario inédito (fechado en-tre 1895 y 1935), y la publi-cación de los textos "Sevi-lla", "La muerte bailando","Bradomín expone un jui-cio", "La marquesa Carolinay Bradomín". Las cartas in-éditas desmienten la "extra-vagancia" que le impuso Pri-mo de Rivera a Valle, encuya época fue encarceladopor negarse a pagar unamulta. Cuatro días en celdaa la carta, cuyo menú desve-la en una misiva: "Tortillas yrosbif fiambre. Empareda-dos de queso, mermelada yternera. Café en termo. Fru-tas buenas. Naranjas, pláta-

nos y manzanas. Latas o bo-tes para tener repuesto deazúcar , té y café . Jerez ys i d r a . C e r i l l a s b u e n a s .Servi l letas".

"La idea -relataba Joaquíndel Valle-Inclán Alsina a ABC-era homenajear a mi padre,Carlos del Valle-Inclán, hijo dedon Ramón, que se dedicó todasu vida a coleccionar obras yobjetos de su progenitor. To-das las cartas de Valle-Inclánél las fue comprando y recu-perando desde imprenta, ami-gos, regalos... Logró hacer unaexcelente colección, y no sólode cartas, sino de libros, foto-grafías... Tras el fallecimientode don Carlos pensamos haceruna pequeña selección para unlector medio, para que se leaamablemente como literatura;no para especialistas. Para quese viese un poco la enorme ta-rea que don Carlos de Valle-Inclán realizó a lo largo de todasu vida".

Duelo y quebranto

Valle -asiduo al patio de LaGranja del Henar- sufrió la pér-dida de su brazo izquierdo enuna refriega con Manuel Bue-no, en el Nuevo Café de LaMontaña, entre la calle de Al-calá y la Carrera de San Jeró-nimo. El señor Bueno le pro-pinó un bastonazo a don Ra-món con tan mala fortuna queun gemelo de su camisa se leincrustó en su extremidad, ycausó una infección. Huboque amputar, "como el punta-zo de un torero".

Las crónicas de la época

glosaban el avatar "RamónValle-Inclán, un polémico sinremedio, pidió un café con le-che y una botella de agua y sesentó a la mesa, donde se es-taba dando conversacióncompuesta por el editor RuizCastillo, Jacinto Benavente, elcronista Manuel Bueno y elpintor Paco Sancha". Se discu-tía sobre un tema de rabiosaactualidad, el duelo entre unjoven aristócrata andaluz, Ló-pez del Castillo, y el caricatu-rista portugés Leal da Cáma-ra, que noches atrás habíantenido sus diferencias en elPaseo de la Castellana sobre elvalor personal de lusos e his-panos. El tema del honor haceque Valle se excite durante laconversación, y su voz desta-que, como casi siempre, porencima de las de los demás.Pero Bueno alza la suya.

-¡Señores, todo lo que uste-des están diciendo carece devalidez! ¡Leal da Cámara es me-nor de edad y no podrá batirse!

Valle, dolido, reprende:-No zea uzted majadero, que

uzted no zabe una palabra de ezo.

Bueno se levanta, da unpaso atrás, toma su bastón conbarra de hierro, y amenazacon él a Valle-Inclán, que em-puña su botella de agua.

-¡Majadero! ¡Majadero!

Valle agarró una botella deagua por el cuello, como simanejase el as de bastos, y lle-nando de agua a todos, dio lu-gar a que Manuel Bueno des-

cargara el bastonazo; pero contal mala fortuna que le incrus-tó en la carne el gemelo delpuño. Al día siguiente se gan-grenaba la pequeña herida, yel médico dijo a Ruiz Castilloy a Benavente que había quecortar el miembro. Se consul-tó con don Ramón y éste dijoque sí, que lo amputasen, perosin cloroformizarle. Huboquien dijo que se afeitó partede la barba para ver bien laoperación, y se añadía conmayor exageración que setuvo que rectificar y cortarlepor más arriba, presenciandoValle el segundo corte opera-torio saboreando un habano.

Madrid se dividió entre va-lleinclanistas y buenistas.

-¡Uf, cómo me duele el brazo,le dijo a su amigo Benavente.

-¡Cá, Ramón! Ése ya no tedolerá nunca más.

El suceso fue primera planadurante semanas en las tertu-lias de los cafés de Madrid, quese dividieron en dos bandos, losvalleinclanistas y los buenistas.Muy poco tiempo después, Va-lle citó a Bueno en el Café de laMontaña y, tuteándolo por pri-mera vez, le espetó:

-Mire, Bueno, lo pasado, pasa-do está. Aún me queda la manoderecha para estrechar la tuya.

Todos los bohemios de laciudad se rascaron los bolsi-llos para comprarle un brazoortopédico al escritor.

Con la inteligencia no se juega

Otra delicatessen valleincla-nesca. Cuando el maestro Ju-lio Camba publicó "La casa deLúculo" (suculuento menú li-terario, imprescindible) susamigos le raptaron y el ban-quete de celebración fue unaalgarabía. Valle-Inclán, que ensu brindis fue muy duro conPrimo de Rivera, fue detenidoen el mismo Hotel Palace,mientras profería en voz alta:Don Ramón del Valle-Inclánno se rinde..." Y en ese terri-ble y divertido ten con ten, uncapitán le espeta:

-¡Don Valle, no me obligue us-ted, a quien tanto admiro, a queme lo lleve por la fuerza...!

-¡Si es por la fuerza me rindoincondicionalmente Pero ¡cuida-do! ¡Con la inteligencia no se jue-ga!, remató don Bradomín.