suplemento cultural 16-07-2011

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La violencia llega al arte Suplemento Cultural Guatemala, 16 de julio de 2011 EN MEMORIA DE ALFONSO BAUER PAIZ Pablo Milanés, el trovador cubano Facundo Cabral, una entrevista Una idea original de Rosauro Carmín Q.

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Suplemento Cultural 16-07-2011

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Page 1: Suplemento Cultural 16-07-2011

La violencia llega al arte

Suplemento Cultural

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EN MEMORIA DEALFONSO BAUER PAIZ

Pablo Milanés,

el trovador cubano

Facundo Cabral,

una entrevista

Una idea original de Rosauro Carmín Q.

Page 2: Suplemento Cultural 16-07-2011

C onocí a Don Poncho en 1988, en un momento muy significativo para él y un paso definitivo en su trayectoria, cuando se disponía a abandonar Ni-caragua para aceptar el compromiso de trabajar con la población refugia-

da en México y acompañarla en su retorno a Gua-temala. Don Pocho había llegado a Nicaragua de Cuba en 1980, donde fungió como asesor del Mi-nisterio de Trabajo del gobierno Sandinista, condu-cido por el doctor Virgilio Godoy Reyes.

Radicada yo en Managua como parte del equi-po del EGP, fui la persona designada para ayudar a Don Poncho y a su esposa, Tere, a realizar la mudanza. Los recogí con sus tres o cuatro male-tas y una guitarra que Tere se negaba a soltar, en un picopito rojo de la organización. Naturalmen-te no cabíamos en la cabina los tres, así que Don Poncho se subió a la palangana con los tapalcates y Tere se fue abrazando la guitarra.

Por razones que pasaban a menudo en aquella época, el viaje fracaso por desperfectos del avión y hubo que repetir el operativo completo un par de días después. Esa vez, desde la cabina, abrazan-do siempre la guitarra, Tere lanzó un sonoro beso cuando pasamos frente al Ministerio de Trabajo y dijo en voz alta, para que todos oyéramos: •«¡Ese Ministerio pierde hoy a un gran hombre!» No me cabe duda que su exclamación estaba cargada tan-to de amor como de verdad.

Los despedí en el aeropuerto Augusto César San-dino sin imaginar que, al cabo de unos años, nos reencontraríamos para trabajar en el proceso de Reasentamiento de la Población Desarraigada.

A la distancia supe que Don Poncho había ju-gado un papel de primer orden en el diseño y la redacción de los «Acuerdos del 8 de Octubre de 1992»(1) para el retorno voluntario, colectivo y organizado de los refugiados guatemaltecos en México.

Durante su posterior trabajo en el seno de la Comisión Técnica para el Reasentamiento de la Población Desarraigada, él sería uno de los más fieles defensores de dichos acuerdos. Don Poncho velaba por que no se perdiera ni una letra ni una coma de lo que se había negociado, dado que él consideraba que el Acuerdo de Reasentamiento, firmado posteriormente en junio de 1994, conte-nía debilidades y ausencias sensibles.

Unos cuantos meses antes de la firma de la Paz el 29 de diciembre 1996, me integré como aseso-ra a la Asamblea Consultiva de la Población Des-arraigada. Don Poncho y Marcos Ramírez Vargas, dirigente de las CPR del Ixcán, para entonces ya llevaban dos años trabajando como representantes de la población desarraigada ante la CTEAR, una comisión tripartita (integrada por representantes de la población desarraigada, el gobierno y la co-munidad internacional), encargada de crear las condiciones para el cumplimiento del Acuerdo de Reasentamiento una vez que se firmara la Paz fir-me y duradera.

¿Qué recuerdos de Don Pocho me vienen a la memoria de esa época? En primer lugar su disci-plina. La oficina de la ACPD quedaba sobre la 14 calle, entre la 1a. y 2a. avenidas, a un costado de la Casa Central. Don Poncho, todas las mañanas llegaba caminando desde la piscina municipal del Hipódromo del Norte hasta la oficina y, al llegar, lo primero que hacía era sacar de su maletín mí-nimo, toalla y calzoneta y tenderlas en el bañito de atrás. Para él la jornada había comenzado ya varias horas antes con su natación y caminata matutinas. Así como aparece en la película Testa-mento lo hemos visto siempre: caminando, con su morral cruzado sobre el pecho, su boina y tal vez un paraguas. A Don Poncho, debo decirlo, le debo nadar y cuidar de esa manera de mi columna.

Su disciplina también se reflejaba en la manera de seguir y anotar las discusiones y recoger, al fi-

nal, con la mayor precisión posible, los acuerdos alcanzados. Aunque a mí me tocaba –la mayoría de las veces— redactar las memorias “oficiales” de nuestras reuniones, Don Poncho nunca dejó de llevar las propias. Cada una de nuestras reuniones para definir la forma de tratar determinado pro-blema, las propuestas a llevar ante la CTEAR, la manera de defender los intereses de la población desarraigada frente al gobierno, quedó anota-da en las cuartillas y cuartillas que escribió Don Poncho. Invariablemente, un par de días después, Don Poncho nos entregaba copias a todos y, no pocas veces, debió acudir a esas sus memorias y apuntes de cuaderno para clarificar algún acuerdo ya adoptado que estaba siendo dejado de lado.

Junto al licenciado Urrea, discutimos la Iniciati-va de Ley Especial de Documentación Personal, que debía permitir documentarse a quienes a cau-sa del conflicto armado habían perdido sus pape-les, a quienes habían nacido en el refugio y, muy importante, a las muchísimas mujeres que jamás habían contado con documentos de identificación personal. Esta ley también debía facilitar enor-memente el tortuoso trámite de documentos a los familiares de los desaparecidos. La voz de Don Poncho para argumentar y defender dicha ley ante los diputados del Congreso fue fuerte y con-vincente, capeando los aires electorales y la opo-sición de quienes temían favorecer una avalancha de centroamericanos a nuestro país. Hoy, muchas de las personas que fueron documentadas en esa época y que con ese pequeño paso ganaron dere-chos ciudadanos, enfrentan nuevos y más largos y más caros procesos burocráticos para tramitar su DPI en el Renap.

Recuerdo de Don Poncho también su radicalidad y su firmeza al defender los intereses de la pobla-ción desarraigada, lo que –en medio de las discu-siones y los debates— siempre le valió el profundo respeto de parte de los representantes de gobierno

No pretendo hacer un recuento de sus grandes cualidades ni de sus innu-

merables méritos, porque seguramente me quedaría corta y cometería muchas

injusticias. Quiero referirme a Don Poncho de manera informal, a partir

de mis recuerdos de los años de trabajo que compartimos, del enorme privile-

gio que tuve al haber trabajado con él durante esos años en la Asamblea Con-

sultiva de la Población Desarraigada. Laura Hurtado Paz y Paz *

Desde la portada

Los días de La aCPd Con “don PonCho”

2 Suplemento Cultural Nueva Guatemala de la Asunción, 16 de julio de 2011

Page 3: Suplemento Cultural 16-07-2011

Desde la portada

Los días de La aCPd Con “don PonCho”

Suplemento Cultural 3Nueva Guatemala de la Asunción, 16 de julio de 2011

don aLfonso

Por Jorge Ovalle Menéndez

Murió don Alfonso,ha perdido el paísa un gran hombre,a un gran hombre de maíz.

Bauer Paiz nació a la eternidad,caminando va don Alfonso,con su eterna claridad.

El pueblo le aplaude y le llora,le hace valla hacia el cielo,y aunque su palabra añora,ese es nuestro consuelo.

No sé si era religioso…pero se lo recomiendoal Inmaculado Corazón de María,que lo tome con su manoy que le sirva de guía.

¡Hasta pronto don Alfonso!¡Hasta pronto gran señor!Reciba como despedida,reciba todo nuestro amor.

Ahora está en las Alturas,con el poeta Facundo,se unieron dos almas puras,que llora y aplaude todo mundo.

Don Alfonso, ¡hasta pronto!,salúdeme a Víctor Manuel,Gutiérrez era el apellido de él,“El Verbo de la Revolución” le decían,¡Así…! ¡Así lo conocían…!

¡Hasta siempre don Alfonso!¡Hasta siempre!

y de la comunidad internacional. Por esa época el gobierno buscaba sacudirse los compromisos que tenía con la población desplazada interna. Su com-promiso, decía el gobierno, llegaba sólo hasta el reasentamiento de los refugiados-retornados y, si acaso, a las CPR, que habían alcanzado gran noto-riedad nacional e internacional por su heroica lucha por “salir al claro” y ser reconocidas como “población ci-vil no combatiente”.

En la ACPD cada acuerdo y cada programa negociado con el gobierno en beneficio de la población desarraigada costaron mucho trabajo y horas de discusión. Interna-mente, los asesores buscábamos equilibrar los múltiples intereses que se expresaban en una asamblea amplia y diversa como era la ACPD. Pero, además, todavía nos atravesaban distintas corrientes políticas, distintas proce-dencias organizativas. En eso Don Poncho fue inflexible; siempre abogó por la unidad y forzó a encontrar siempre la salida común. Nos regañaba a todos, somatando su gran anillo sobre la mesa.

Él siempre se sujetó a las decisiones colectivas; aún cuando hubiéramos discutido mucho y hubiera esgrimi-do argumentos y posiciones distintas, supo con humildad aceptar y asumir las decisiones colectivas. En ocasiones, movido por su radicalismo e impetuosidad, cometió erro-res, transgrediendo –talvez— algún acuerdo colectivo; pero nunca falló en reconocerlo: •«Laurita, ¿y por qué no me dijeron?» Su respeto a las organizaciones sociales y el reconocimiento a la investidura de quienes las repre-sentaban fue absoluto.

Otra cualidad de Don Poncho que recuerdo con nitidez es su franqueza y su manera directa para colocar sobre la mesa los puntos subyacentes en las discusiones. Nos obligaba a no dar rodeos a los problemas, “al toro por los cuernos”, de-cía, y volvía a somatar su anillo sobre la mesa.

Nos exigía precisión en el uso del lenguaje y nos veda-ba el uso de anglicismos: “Implementar viene del inglés, se dice desarrollar.” •”No es personería jurídica, es per-sonalidad jurídica.” Los compañeros se reían, pero él ex-plicaba y forzaba el aprendizaje y las razones.

En la ACPD celebramos el matrimonio de Miriam y Don Poncho, así como decenas de fincas compradas

y miles de parcelas regularizadas, miles de maestros y educadores populares reconocidos, algunas viviendas construidas y demasiado pocos proyectos productivos iniciados.

Al igual que todos en aquella época, Don Poncho nunca devengó un salario como tal. Cada mes recibía un esti-pendio, un presupuesto mensual, que no correspondía en nada a su formación, a su trayectoria, a sus capacidades y a su dedicación; pero para el no había nada más sagrado que –como lo dice en el libro de sus memorias-- “estar al servicio de los retornados y los desplazados”.

Él se despidió de la ACPD para participar en las eleccio-nes de finales de 1999, como candidato a diputado por la Alianza Nueva Nación. Y ganó. Siendo diputado al Con-greso, continuó la lucha por los desposeídos y por los in-tereses nacionales, con su morral cruzado sobre el pecho y su boina, caminando las calles del centro de la ciudad; lo que le valió que una camioneta lo atropellara. Tras el accidente él pidió que lo llevaran al Hospital San Juan de Dios. Sólo después de enterarse que los diputados tenían derecho a un seguro, aceptó ser trasladado a Novicentro. Recuerdo ahora que el fondo que les dan a los diputados para sus visitas al interior de la República lo repartió, mes a mes, entre las organizaciones miembros de la ACPD, para fortalecer su organización. Él, de hecho, con o sin viáticos como diputado, nunca perdió la comunicación y la cercanía, ni interrumpió sus visitas y sus pláticas con la población a la que se debía.

Sueño con un día en que podamos juntarnos, otra vez, todos los dirigentes y lideresas de esas valientes e insus-tituibles organizaciones de desarraigados, “los sectores surgidos”(2) --como les decían en corto—, y otros alle-gados, para rendir el merecido homenaje a Don Poncho y darle las gracias por todo su aporte al reasentamiento de las poblaciones desarraigadas por el conflicto arma-

do: las CPR del Ixcán, de la Sierra y del Petén, los refugiados de las CCPP y de la CBRR, ARDIGUA, Mamá Maquín, Madre Tierra e Ixmucané, el CONDEG y los Desplazados de Petén, CONAVIGUA, el CERJ y el GAM.

NOTAS* Discurso leído el 28 de junio 2011

en un homenaje en vida a Alfonso Bauer Paiz

(1) Acuerdo suscrito entre las Co-misiones Permanentes de Represen-tantes de los Refugiados Guatemal-tecos en México y el gobierno de Guatemala. Guatemala, 8 de octubre 1992.

(2) Se refiere a •“Sectores surgidos por la violencia y la impunidad”, an-tecedente inmediato de la ACPD.

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2 Suplemento Cultural Nueva Guatemala de la Asunción, 16 de julio de 2011 Suplemento Cultural 3Nueva Guatemala de la Asunción, 16 de julio de 2011

CABRAL: “CUANDO SE RETIRAN NO DICEN ‘VOY A DORMIR’, SINO QUE DICEN ‘VOY A ENSAYAR LA MUERTE’”

En 2007, en una entrevista con el cantante argentino Facundo Cabral sobre el signifi cado de la muerte, hizo referencia a la forma como una comunidad indígena en Guatemala interpreta la muerte. Irónicamente, fue en ese país donde su vida terminó trágicamente.

E l poeta falleció el sábado, en Ciu-dad de Guatemala, después de que el vehiculo en el que viajaba fue blanco

de varios disparos. Pese a que la in-vestigación continúa en marcha, las autoridades dudan que el cantante haya sido el objetivo del ataque.

¿Cómo se debe tomar la muerte?La muerte trabaja para recrear la

vida. Es un reordenamiento. La que llamamos muerte es en realidad una mudanza. Uno deja el cuerpo que le fue tan útil para caminar en esta etapa terrena y vuela con su espíritu, que es lo que pasa con el sueño cada noche. Estamos para siempre, por eso tenemos que em-pezar a llevarnos bien con la vida porque la muerte es una recreadora de la vida.

Hay una comunidad indígena en Guatemala, (cuyos miembros son) descendientes directos de los Ma-yas, que cuando se retiran de una reunión en la noche no dicen “voy a dormir”, sino que dicen “voy a en-sayar la muerte”. Tal vez la vida es lo que va de la mañana a la noche. Vivimos 365 vidas por año.

¿Cómo se puede vivir el presente?Todo está aquí, ahora. Nuestro

hermano mayor, Jesús, decía el mañana no , él traerá nuevas expe-riencias, porque a cada día le basta con su propio afán. Por pensar en el mañana, que es una ilusión, me pierdo el presente. Por desear lo que no tengo, no gozo lo que tengo. Estoy aquí y ahora.

Dios nos ama. Por eso siguen na-ciendo niños. Cómo no voy a se-guir confi ando en el ser humano, si (Dios) nos sigue mandando niños, que quiere decir: “Yo sigo creyen-do en ustedes”. La vida es aquí y ahora. El ayer ya fue. El mañana nunca llega.

¿Por qué el hombre sigue corriendo?

Porque está distraído, porque le tiene miedo a la vida. Busca com-promisos, va de tarea en tarea, no porque sea un gran trabajador sino porque huye de él mismo. La his-toria ha sido una sucesión de erro-res constantes, separándonos cada

EntrevistaUNA GENTILEZA DE DIOS

É l … F a c u n -do Cabral, el que aprendió y compar t ió con el mundo la lección de

que nunca es tarde, que siem-pre se puede volver a empezar, el que en las noches vaciaba su copa para que al siguiente día, con nueva agua de vida la lle-nara Dios. Él que con soltura decía… “Se gana y se pierde, se sube y se baja, se nace y se mue-re, tal vez nunca, nunca pensó que en su libre y digno transitar por el mundo; el horror le ase-chara, la maldad le emboscara y la inclemencia de viles, sus pa-labras y su canto callarían.

Un peregrinar de llanto es-tremece el cielo de la América latina, forzados designios tiñen de gris el folklore de nuestro continente, entre la marcha de los pies cansados se dejaron escuchar horrendos disparos que enlutan nuestro presente. Triste por Guatemala que per-versos maleantes hicieron de su suelo el escenario donde la muerte violenta sorprendió al poeta libre, sensible, soñador y humilde. Sirvan estas palabras para ahuyentar de la región a los fantasmas de la xenofobia, a los macarras del señalamiento y a los demonios de la confron-tación.

Cuesta entenderlo, pero para quienes hemos vivido el gozo profundo de la sensibilidad, de

las palabras y de la sabiduría de Facundo, no nos queda más op-ción que practicar su enseñanza, y él en su canto, en su excelsa prosa, entre sus grandes pala-bras siempre… siempre predicó el perdón. Decía; Perdona a to-dos y perdónate a ti mismo, no hay liberación más grande que el perdón; no hay nada como vivir sin enemigos. Nada peor para la cabeza, y por lo tanto para el cuerpo, que el miedo, la culpa, el resentimiento y la crítica (agotadora y vana tarea), que te hace juez y cómplice de lo que te disgusta.

Pues por mucho disgusto, dolor, tristeza y malestar que nos pueda causar el abomina-ble hecho que cegó la vida de Facundo, debemos unirnos, darnos fuerzas los unos a los otros y hacer con la vida, obra y semblanza de este inolvidable poeta, las sólidas herramientas que nos permiten desdibujar la impotencia, la ira y el dolor. Sólo asi hallaremos una alec-cionadora razón para honrar su memoria, solo asi podrán; men-te, espíritu y corazón, mitigar tanta impotencia y olvidar… porque como bien lo decía el mismo cantautor “El olvido es una gentileza de Dios.” Enton-ces hagamos uso del prodigio divino de ser del Dios padre imagen y semejanza, ¡Perdone-mos y olvidemos! para legarle al mundo, libertad, amor, conci-liación y esperanza.

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POR ALLAND´ FERRER

Epitafio para la muerte de Facundo Cabral

El Trébol llora y las guitarras de la libertad llorany el mundo llora: “ justicia, justicia, justicia”

Pero aquí yace el sueño del HOMBREEl Señor de los ojos del sol

Su nombre es Facundo su apellido es Cabral. Éste hijo de Hunab Kutiene su destino en miles de gargantas iluminando

cantando los pasos de la paz.

POR CENTURIÓN WALTER JOSÉ

El lobo estepario que renunció al miedo heredado, el hombre que en lugar de preocuparse se ocupaba en

darle prosas y sonatas de simplezas a lo mas complejo de la historia, el trovador y poeta amigo que no era de

aquí, ni era de allá, el que nada tenía que perder, el fi rme ser humano atento a los mas pequeños detalles de la vida, el noble cantautor que por nacionalidad

tenía el credo justo, la belleza de lo humilde y el color de la libertad, el grande, brillante y verdaderamente facundo, desprendido, fácil y suelto en el hablar cual

defi nición de su propio nombre.

vez más, no solamente en países, hay gente que se mata hasta en un partido de fútbol en lugar de armo-nizarnos.

Yo creo que es temor a la vida porque la vida es un acto de va-lentía. Si uno escucha su corazón antes de que intervenga la cabeza, es decir, si hace las cosas funda-mentalmente por amor, después la cabeza -con la razón- lo va a acom-pañar en ese viaje, la gente viviría tan bien como ha vivido uno. Si (el hombre) hiciera una sola cosa bien e intensamente, con todo el amor, en la sociedad no habría ni siquiera problemas de pobreza.

¿Cómo hace el hombre para poder escuchar su corazón?

Si Dios me pusiera de presidente del mundo por cinco minutos, lo único que pediría es “deténganse, por favor, y piensen”. Cuando uno se detiene y piensa, los problemas

se van solucionando por sí solos. Lo que llamamos problemas son

lecciones. Si lo tomo como un pro-blema me agobia la furia o el mie-do. Si lo tomo como una lección, es una provocación a mi voluntad y voy a salir.

¿Cómo se puede parar?Es mucho más que eso. Póngase

a pensar cuántas cosas tiene en su casa que no usa. ¿Por qué tiene que correr tanto para pagar una casa que casi no ocupa porque está todo el día afuera? Tenemos autos para movernos en una sola ciudad; te-nemos televisor para no sentarnos a leer los buenos autores o a pensar. Siempre estamos dependiendo de alguien.

Yo tuve la suerte de contar con un gran maestro. Krishnamurti jamás me permitía que yo hiciera una cita. En esa época, hacía una cosa que es muy típica entre los argentinos -no-

sotros somos extremadamente ana-listas, a veces exagerada y confu-samente analistas- cuando le decía “Pascal decía tal cosa” o “Schopen-hauer dice tal otra”, me decía: “No, no, no, por favor, tómate un tiempo

para decirme qué piensas vos por-que yo quiero conocerte más para quererte más. ¿Qué piensas vos?” Y a la media hora me decía: “Siem-pre me preguntas lo que ya sabías”. El hombre nace sabiendo todo, lo

que pasa es que después lo olvida con la mala información. Dios no deja a nadie cuando nace, le da to-dos los elementos que son necesa-rios para vivir. Después nos distrae-mos con superfi cialidades, desde el boxeo, el fútbol, la guerra, la patria, los nacionalismos que han sido tan malsanos para el mundo.

Si uno ha podido cambiar una vida que empezó siendo desastrosa para llegar a ser libre y feliz, due-ño de uno mismo, todo el mundo puede hacer eso, porque el que está hablando no es un virtuoso ni un ser excepcional, es un hombre más que se animó a (perseguir) su sueño y que trabajó para ser dueño de su vida, que es la única propiedad sa-ludable, lo demás está de paso.

¿Cómo fue su infancia?Mi padre se fue un día antes de

que yo naciera. En la noche en la que mi padre se fue, echaron a mi

madre de la casa de mi abuelo pa-terno. Mi padre le dijo: “Sara ya no es mi mujer” y la echaron de la casa cruelmente. Mi madre salió a la ca-lle con seis hijos. Yo nací a media cuadra de donde vivía mi madre, en la banqueta, en la vereda. Mi madre caminó nueve años buscando un lugar dónde pudiera estar tranqui-la. Estaba bastante enojada con la sociedad humana. Cruzamos todo el desierto de la Patagonia, que son poco más de 3.000 kilómetros. En esos nueve años, vi morir a cuatro hermanos de hambre y de frío.

Fue un viaje rarísimo. Sólo había una persona que nos podía ayudar. En esa época nadie le daba trabajo a una mujer sola y menos con hijos. Había pueblos en los que cuando nos veían venir, cruzaban de vere-da. Escuché sobre la posibilidad de que alguien nos consiguiera traba-jo. Cuando tenía nueve años, llegué hasta Buenos Aires, tras tres, cuatro

meses de viaje. Me le acerqué a la señora Eva Perón y le pedí un tra-bajo. Espero que, por favor, esto no suene de ninguna manera a un anuncio político, simplemente es-toy contando la realidad y hablan-do de una señora a la que le debo muchísimo, cuando le pedí trabajo, ella me dijo: “Por fi n alguien que pide trabajo y no limosna. Siempre hay trabajo, mi amor”.

Desde ahí fui responsable de mi mismo. Volví a buscar a mi madre y a los dos hermanos que me que-daban. Nos vinimos más al norte, donde en una escuela nos daban un salario a cambio de limpiarla, cuidarla y vivir en ella. Eran 160 pesos que en esos momentos nos salvaban la vida.

Me fui a trabajar solo hasta los catorce años. Me metí en pleito tras pleito. De pronto me encie-rran porque andaba haciendo lío por todos lados y en el lugar don-de me encerraron había un jesuita que me enseñó a leer y a escribir. Me enamora de los libros que me enamoraron del mundo. A los 17 años, un vagabundo me dice que soy príncipe, cosa que yo no sabía. Señalando el cielo me dijo “¿Cómo llamas al hijo del rey del Universo? Príncipe”, Como esa señora que es-taba cruzando la vereda, me dice, “es una princesa”. De la alegría de la gran noticia, sentí que estaba na-ciendo por fi n.

Ya que estaba naciendo y que tenía 17 años, escribí mi primera canción, que fue una canción de cuna que me escribí a mi mismo. Es una canción que se canta en 17, 18 idiomas.

Cuando descubrí el don que Dios me había dado, cuando des-cubrimos la tarea para la que nos trajo, ¡mi Dios!, es una inmensa felicidad porque estamos ejecu-tando nada más ni nada menos que una tarea que va en formación de nuestras vida y que está defi nida por el rey del Universo. ¿Cómo no voy a ser alguien que está en paz? La felicidad no es un dere-cho, es un deber. Si no eres feliz, estás amargando a todo el mundo. Un solo hombre desdichado, que no tuvo ni talento ni valor para vi-vir, mandó matar seis millones de hermanos judíos. Un desdichado es muy peligroso.

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CABRAL: “CUANDO SE RETIRAN NO DICEN ‘VOY A DORMIR’, SINO QUE DICEN ‘VOY A ENSAYAR LA MUERTE’”

En 2007, en una entrevista con el cantante argentino Facundo Cabral sobre el signifi cado de la muerte, hizo referencia a la forma como una comunidad indígena en Guatemala interpreta la muerte. Irónicamente, fue en ese país donde su vida terminó trágicamente.

E l poeta falleció el sábado, en Ciu-dad de Guatemala, después de que el vehiculo en el que viajaba fue blanco

de varios disparos. Pese a que la in-vestigación continúa en marcha, las autoridades dudan que el cantante haya sido el objetivo del ataque.

¿Cómo se debe tomar la muerte?La muerte trabaja para recrear la

vida. Es un reordenamiento. La que llamamos muerte es en realidad una mudanza. Uno deja el cuerpo que le fue tan útil para caminar en esta etapa terrena y vuela con su espíritu, que es lo que pasa con el sueño cada noche. Estamos para siempre, por eso tenemos que em-pezar a llevarnos bien con la vida porque la muerte es una recreadora de la vida.

Hay una comunidad indígena en Guatemala, (cuyos miembros son) descendientes directos de los Ma-yas, que cuando se retiran de una reunión en la noche no dicen “voy a dormir”, sino que dicen “voy a en-sayar la muerte”. Tal vez la vida es lo que va de la mañana a la noche. Vivimos 365 vidas por año.

¿Cómo se puede vivir el presente?Todo está aquí, ahora. Nuestro

hermano mayor, Jesús, decía el mañana no , él traerá nuevas expe-riencias, porque a cada día le basta con su propio afán. Por pensar en el mañana, que es una ilusión, me pierdo el presente. Por desear lo que no tengo, no gozo lo que tengo. Estoy aquí y ahora.

Dios nos ama. Por eso siguen na-ciendo niños. Cómo no voy a se-guir confi ando en el ser humano, si (Dios) nos sigue mandando niños, que quiere decir: “Yo sigo creyen-do en ustedes”. La vida es aquí y ahora. El ayer ya fue. El mañana nunca llega.

¿Por qué el hombre sigue corriendo?

Porque está distraído, porque le tiene miedo a la vida. Busca com-promisos, va de tarea en tarea, no porque sea un gran trabajador sino porque huye de él mismo. La his-toria ha sido una sucesión de erro-res constantes, separándonos cada

EntrevistaUNA GENTILEZA DE DIOS

É l … F a c u n -do Cabral, el que aprendió y compar t ió con el mundo la lección de

que nunca es tarde, que siem-pre se puede volver a empezar, el que en las noches vaciaba su copa para que al siguiente día, con nueva agua de vida la lle-nara Dios. Él que con soltura decía… “Se gana y se pierde, se sube y se baja, se nace y se mue-re, tal vez nunca, nunca pensó que en su libre y digno transitar por el mundo; el horror le ase-chara, la maldad le emboscara y la inclemencia de viles, sus pa-labras y su canto callarían.

Un peregrinar de llanto es-tremece el cielo de la América latina, forzados designios tiñen de gris el folklore de nuestro continente, entre la marcha de los pies cansados se dejaron escuchar horrendos disparos que enlutan nuestro presente. Triste por Guatemala que per-versos maleantes hicieron de su suelo el escenario donde la muerte violenta sorprendió al poeta libre, sensible, soñador y humilde. Sirvan estas palabras para ahuyentar de la región a los fantasmas de la xenofobia, a los macarras del señalamiento y a los demonios de la confron-tación.

Cuesta entenderlo, pero para quienes hemos vivido el gozo profundo de la sensibilidad, de

las palabras y de la sabiduría de Facundo, no nos queda más op-ción que practicar su enseñanza, y él en su canto, en su excelsa prosa, entre sus grandes pala-bras siempre… siempre predicó el perdón. Decía; Perdona a to-dos y perdónate a ti mismo, no hay liberación más grande que el perdón; no hay nada como vivir sin enemigos. Nada peor para la cabeza, y por lo tanto para el cuerpo, que el miedo, la culpa, el resentimiento y la crítica (agotadora y vana tarea), que te hace juez y cómplice de lo que te disgusta.

Pues por mucho disgusto, dolor, tristeza y malestar que nos pueda causar el abomina-ble hecho que cegó la vida de Facundo, debemos unirnos, darnos fuerzas los unos a los otros y hacer con la vida, obra y semblanza de este inolvidable poeta, las sólidas herramientas que nos permiten desdibujar la impotencia, la ira y el dolor. Sólo asi hallaremos una alec-cionadora razón para honrar su memoria, solo asi podrán; men-te, espíritu y corazón, mitigar tanta impotencia y olvidar… porque como bien lo decía el mismo cantautor “El olvido es una gentileza de Dios.” Enton-ces hagamos uso del prodigio divino de ser del Dios padre imagen y semejanza, ¡Perdone-mos y olvidemos! para legarle al mundo, libertad, amor, conci-liación y esperanza.

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POR ALLAND´ FERRER

Epitafio para la muerte de Facundo Cabral

El Trébol llora y las guitarras de la libertad llorany el mundo llora: “ justicia, justicia, justicia”

Pero aquí yace el sueño del HOMBREEl Señor de los ojos del sol

Su nombre es Facundo su apellido es Cabral. Éste hijo de Hunab Kutiene su destino en miles de gargantas iluminando

cantando los pasos de la paz.

POR CENTURIÓN WALTER JOSÉ

El lobo estepario que renunció al miedo heredado, el hombre que en lugar de preocuparse se ocupaba en

darle prosas y sonatas de simplezas a lo mas complejo de la historia, el trovador y poeta amigo que no era de

aquí, ni era de allá, el que nada tenía que perder, el fi rme ser humano atento a los mas pequeños detalles de la vida, el noble cantautor que por nacionalidad

tenía el credo justo, la belleza de lo humilde y el color de la libertad, el grande, brillante y verdaderamente facundo, desprendido, fácil y suelto en el hablar cual

defi nición de su propio nombre.

vez más, no solamente en países, hay gente que se mata hasta en un partido de fútbol en lugar de armo-nizarnos.

Yo creo que es temor a la vida porque la vida es un acto de va-lentía. Si uno escucha su corazón antes de que intervenga la cabeza, es decir, si hace las cosas funda-mentalmente por amor, después la cabeza -con la razón- lo va a acom-pañar en ese viaje, la gente viviría tan bien como ha vivido uno. Si (el hombre) hiciera una sola cosa bien e intensamente, con todo el amor, en la sociedad no habría ni siquiera problemas de pobreza.

¿Cómo hace el hombre para poder escuchar su corazón?

Si Dios me pusiera de presidente del mundo por cinco minutos, lo único que pediría es “deténganse, por favor, y piensen”. Cuando uno se detiene y piensa, los problemas

se van solucionando por sí solos. Lo que llamamos problemas son

lecciones. Si lo tomo como un pro-blema me agobia la furia o el mie-do. Si lo tomo como una lección, es una provocación a mi voluntad y voy a salir.

¿Cómo se puede parar?Es mucho más que eso. Póngase

a pensar cuántas cosas tiene en su casa que no usa. ¿Por qué tiene que correr tanto para pagar una casa que casi no ocupa porque está todo el día afuera? Tenemos autos para movernos en una sola ciudad; te-nemos televisor para no sentarnos a leer los buenos autores o a pensar. Siempre estamos dependiendo de alguien.

Yo tuve la suerte de contar con un gran maestro. Krishnamurti jamás me permitía que yo hiciera una cita. En esa época, hacía una cosa que es muy típica entre los argentinos -no-

sotros somos extremadamente ana-listas, a veces exagerada y confu-samente analistas- cuando le decía “Pascal decía tal cosa” o “Schopen-hauer dice tal otra”, me decía: “No, no, no, por favor, tómate un tiempo

para decirme qué piensas vos por-que yo quiero conocerte más para quererte más. ¿Qué piensas vos?” Y a la media hora me decía: “Siem-pre me preguntas lo que ya sabías”. El hombre nace sabiendo todo, lo

que pasa es que después lo olvida con la mala información. Dios no deja a nadie cuando nace, le da to-dos los elementos que son necesa-rios para vivir. Después nos distrae-mos con superfi cialidades, desde el boxeo, el fútbol, la guerra, la patria, los nacionalismos que han sido tan malsanos para el mundo.

Si uno ha podido cambiar una vida que empezó siendo desastrosa para llegar a ser libre y feliz, due-ño de uno mismo, todo el mundo puede hacer eso, porque el que está hablando no es un virtuoso ni un ser excepcional, es un hombre más que se animó a (perseguir) su sueño y que trabajó para ser dueño de su vida, que es la única propiedad sa-ludable, lo demás está de paso.

¿Cómo fue su infancia?Mi padre se fue un día antes de

que yo naciera. En la noche en la que mi padre se fue, echaron a mi

madre de la casa de mi abuelo pa-terno. Mi padre le dijo: “Sara ya no es mi mujer” y la echaron de la casa cruelmente. Mi madre salió a la ca-lle con seis hijos. Yo nací a media cuadra de donde vivía mi madre, en la banqueta, en la vereda. Mi madre caminó nueve años buscando un lugar dónde pudiera estar tranqui-la. Estaba bastante enojada con la sociedad humana. Cruzamos todo el desierto de la Patagonia, que son poco más de 3.000 kilómetros. En esos nueve años, vi morir a cuatro hermanos de hambre y de frío.

Fue un viaje rarísimo. Sólo había una persona que nos podía ayudar. En esa época nadie le daba trabajo a una mujer sola y menos con hijos. Había pueblos en los que cuando nos veían venir, cruzaban de vere-da. Escuché sobre la posibilidad de que alguien nos consiguiera traba-jo. Cuando tenía nueve años, llegué hasta Buenos Aires, tras tres, cuatro

meses de viaje. Me le acerqué a la señora Eva Perón y le pedí un tra-bajo. Espero que, por favor, esto no suene de ninguna manera a un anuncio político, simplemente es-toy contando la realidad y hablan-do de una señora a la que le debo muchísimo, cuando le pedí trabajo, ella me dijo: “Por fi n alguien que pide trabajo y no limosna. Siempre hay trabajo, mi amor”.

Desde ahí fui responsable de mi mismo. Volví a buscar a mi madre y a los dos hermanos que me que-daban. Nos vinimos más al norte, donde en una escuela nos daban un salario a cambio de limpiarla, cuidarla y vivir en ella. Eran 160 pesos que en esos momentos nos salvaban la vida.

Me fui a trabajar solo hasta los catorce años. Me metí en pleito tras pleito. De pronto me encie-rran porque andaba haciendo lío por todos lados y en el lugar don-de me encerraron había un jesuita que me enseñó a leer y a escribir. Me enamora de los libros que me enamoraron del mundo. A los 17 años, un vagabundo me dice que soy príncipe, cosa que yo no sabía. Señalando el cielo me dijo “¿Cómo llamas al hijo del rey del Universo? Príncipe”, Como esa señora que es-taba cruzando la vereda, me dice, “es una princesa”. De la alegría de la gran noticia, sentí que estaba na-ciendo por fi n.

Ya que estaba naciendo y que tenía 17 años, escribí mi primera canción, que fue una canción de cuna que me escribí a mi mismo. Es una canción que se canta en 17, 18 idiomas.

Cuando descubrí el don que Dios me había dado, cuando des-cubrimos la tarea para la que nos trajo, ¡mi Dios!, es una inmensa felicidad porque estamos ejecu-tando nada más ni nada menos que una tarea que va en formación de nuestras vida y que está defi nida por el rey del Universo. ¿Cómo no voy a ser alguien que está en paz? La felicidad no es un dere-cho, es un deber. Si no eres feliz, estás amargando a todo el mundo. Un solo hombre desdichado, que no tuvo ni talento ni valor para vi-vir, mandó matar seis millones de hermanos judíos. Un desdichado es muy peligroso.

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6 Suplemento Cultural Nueva Guatemala de la Asunción, 16 de julio de 2011

PABLO MILANÉS PIDIÓ OFRECER CONCIERTO EN MIAMI

El concierto será el 27 de agosto en el es-tadio cubierto American Airlines Arena, como parte de una gira más extensa que lo llevará también por Puerto Rico, Was-hington y Nueva York, entre otras ciuda-des, reveló Milanés el miércoles en una

entrevista exclusiva con The Associated Press.“Es la primera vez que me invitan a ir la Florida”,

dijo a the Associated Press el cantautor de 68 años, quien llegará acompañado por una banda de 13 mú-sicos cubanos.

“Realmente me invitaron a ir a la Florida, no a Mia-mi, a cualquier lugar de la Florida. Y yo expresamente pedí que si iba a la Florida pensaba que sería más in-teresante estar en Miami, que es donde precisamente hay un núcleo mayor de cubanos y de latinoamerica-

Entrevista

Le ofrecieron realizar por primera vez un concierto en la Florida. Y Pablo Milanés, un ferviente defensor de la revolución cubana, pidió que fuera en Miami, donde vive la comunidad anticastrista más numerosa de Estados Unidos.

POR GISELA SALOMON

nos en general”, explicó Milanés, ganador de dos pre-mios Grammy y uno de los fundadores de la Nueva Trova junto con su compatriota Silvio Rodríguez.

Aunque Milanés se ha presentado varias veces des-de 1979 en este país, será su primer concierto en el sur de la Florida en su carrera de cinco décadas.

Su actuación se suma a otros numerosos conciertos que han ofrecido en los últimos dos años músicos pro-venientes de la isla, alentados en parte por la política más fl exible de intercambios culturales y académicos con Cuba impulsada por el presidente Barack Obama.

En la entrevista telefónica desde Madrid, Milanés defendió su apoyo al socialismo y también criticó a los gobernantes cubanos, a quienes les reclamó más libertades y espacio para el disenso.

A continuación, extractos de la entrevista de 20

minutos.P: ¿Cómo se siente sabiendo que muchos de los

exiliados cubanos de Miami se han opuesto a la ac-tuación de artistas que viven en Cuba?

R: “Creo que muchos han manifestado eso que usted dice, pero muchos han manifestado también que quieren escuchar a los artistas cubanos, al igual que nosotros quisiéramos que se produjera ese inter-cambio entre artistas de aquí y de allá. Entonces es-toy cumplimentando la invitación de los cubanos que quieren que yo esté allí, o de los cubanos que quieren que los cubanos en general vayan allí”.

P: ¿El concierto de Miami tendrá un repertorio de canciones diferentes, o será igual al resto de los que ofrezca en Estados Unidos?

R: “Sí, posiblemente sí. Pero todavía no sé el reper-torio que voy a escoger porque tengo un grado de im-provisación, en mi repertorio, extraordinario. Tengo 45 discos grabados, y todos los llevo en la memoria. Muchas veces llevo una carpeta con muchas cancio-nes, pero no signifi ca que sean las que voy a cantar.

P: En abril pasado se canceló un festival de mú-sicos cubanos en Miami. ¿Teme que pudiera pasar algo así con su concierto por la presión de grupos que se oponen a las presentaciones de artistas que vienen desde Cuba?

R: “No, no tengo ningún miedo. Pero además eso no depende de mí, depende de los cubanos que están allí y quieran escucharme. Si los cubanos no quieren escucharme, indudablemente que yo no estaré allí. Hay que pensar en todos los cubanos”.

P: En una entrevista escrita reciente con la AP, usted dijo que eran necesarias mayores libertades personales en Cuba. ¿A qué libertades concreta-mente se refi ere?

R: “Libertad de expresión, por ejemplo. Estamos muy limitados en la libertad de expresión, no es la pri-mera vez que hablo de eso ... En un país con un régi-men como el mío, en el que creo fervientemente, creo en el socialismo como sistema, debiera pasar todo lo contrario. Debieran haber todas las libertades para que se expresara todo el mundo, para que la crítica fungie-ra como un elemento que hiciera avanzar el proceso, en vez de retrasarlo, y en vez de reprimirla.

“La libertad de expresión puede ser una vía para tener más libertades y para tener más desarrollo en todos los sentidos. Estoy hablando del sistema donde yo vivo”.

P: Algunos artistas cubanos han expresado que existe la autocensura en Cuba. ¿Alguna vez usted se autocensuró o le han llamado la atención por haber dicho algo?

R: “No, no me han llamado la atención nunca. Pero sí creo que sí existe la autocensura”.

P: ¿Se ha autocensurado usted?R: “No. Yo no, jamás”.P: Usted que ha viajado llevando su música a

diferentes lugares del mundo, ¿alguna vez se dijo ‘qué lindo lugar, me gustaría vivir acá’?”

R: (Se ríe por primera vez en la entrevista). “Sí, he dicho: ‘¡ay que lindo este lugar!’. Pero nunca he dicho ‘me gustaría vivir acá’’’.

P: ¿Nunca pensó en vivir en algún otro lugar que no sea Cuba?

R:(Entre risas) “No, no, nunca lo he pensado. Real-mente no”.

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Suplemento Cultural 7Nueva Guatemala de la Asunción, 16 de julio de 2011

LA VIOLENCIA SE CUELA EN EL MUNDO DE LAS ARTES

Es una obra de teatro de Las Reinas Chulas, una comparsa que hace parodia de la violencia del narcotráfi co. El espectáculo fue creado por un grupo de mujeres en el 2005 y hasta hoy sigue atrayendo público en clubs de todo México, inclu-yendo en la ciudad turística de Taxco.

Como otros aspectos de la sociedad mexicana, la violencia se ha colado en el mundo de las artes. Los asesinatos y secues-tros ya no son sólo tema de los noticieros sino también de pin-turas, películas y obras de ópera. Los artistas dicen que están tratando de procesar la crisis en su país, y algunos expresan es-peranzas de que ello creará conciencia sobre el fl agelo.

Cuadros con panoramas coloridos y bucólicos incluyen ahora cadáveres vendados y maniatados. Trozos de las venta-nas de un vehículo reventadas en un atentado se convierten en materia prima para brazaletes incluidos en una exhibición de arte. Un célebre narcocorrido sobre una mujer trafi cante que mata a su amante es adaptado a la ópera.

“El arte siempre trata de hablar de hacia dónde estamos yen-do”, dice Ana Francis Mor, integrante de Las Reinas Chulas, que han sido invitadas a presentarse en Estados Unidos y Euro-pa. “Es una especie de termómetro de la sociedad”.

La reacción del público ha sido ambivalente, refl ejo de la actitud nacional hacia la ola de violencia que según el gobierno ha matado a por lo menos 35 mil personas aunque otras cifras calculan que los muertos rondan los 40 mil.

“Todos los días oímos de la corrupción, de las muertes, de la impunidad, y se siente como si todo estuviera cada vez más y más cerca de nosotros, pero nadie hace nada, nadie dice nada”, dice Semiramis Huerta, actriz del espectáculo Narcos Unidos de México cuya escena cumbre muestra a policías y narcotra-fi cantes bailando juntos.

Desde siempre el arte mexicano ha sido refl ejo de la violen-cia que ha aquejado al país, como por ejemplo los murales de Diego Rivera y David Siqueiros, que contenían imágenes de la Revolución mexicana, o las novelas y narcocorridos que deta-llan los pormenores del comercio de drogas.

Los temas del mundo del hampa han estado en las artes visuales desde hace por lo menos una década, especialmente en estados como Sinaloa, cuna del cártel que lleva su nombre y donde la violencia reinaba mucho antes de la ofensiva anti-drogas iniciada por el presidente Felipe Calderón en el 2006. Pero en los últimos dos años, el número de ese tipo de obras ha aumentado drásticamente y ha habido más muestras que se han proyectado a nivel nacional e internacional.

La película Infi erno, sobre un poblado que cae en las garras de un narcotrafi cante como su alcalde, arrasó en los Premios

México

Una andanada de cabezas humanas llueven sobre el escenario, donde cuatro narcotrafi cantes con chaquetas de cuero y sombreros de vaquero las batean hacia el público con fusiles de mentira, al compás del estribillo: “Que nos degollen, que nos empaquen ... que no pregunten, que no investiguen”.

POR OLGA R. RODRIGUEZ

de Cine Ariel este año. Una muestra de arte en la Bienal de Venecia en el 2009 incluía a una persona limpiando el piso con agua y sangre.

El pintor Ricardo Delgado Herbert hace retratos de ham-pones con rostros grotescos y mostró algunos de ellos en una exhibición en Miami Beach en marzo.

Hoy el artista, de 36 años y oriundo de Tampico, trabaja en una serie de cuadros en que narcotrafi cantes y soldados apare-cen tanto como verdugos como salvadores en las Estaciones de la Cruz. De esa manera desea expresar cómo los mexicanos es-tán atrapados en el fuego cruzado entre dos fuerzas que no son totalmente buenas ni totalmente malas.

Delgado Herbert se crió en Tamaulipas, en el noreste del país, escuchando corridos y viendo películas simplonas sobre detectives aguerridos que cazan a los narcos.

Comenzó a pintar a sus personajes -se les ve con ojos sali-dos y dientes retorcidos- tras enterarse de un tiroteo en el 2004 entre soldados y sicarios en Matamoros. Dice que fue entonces cuando se dio cuenta de que “Esos personajes de los que escu-chaba cuando estaba chico estaban ahí, entre nosotros, confron-tándonos... Mi obra ha sido mi lamentación constante. Yo pinto lo que no me gusta”.

Ese mismo lamento nutre el espíritu artístico de Gilda Lore-na Martínez, una pintora cuya serie “Ciudad de arena y sangre” fue exhibida en el Congreso en abril.

Martínez ha vivido durante 20 años en Ciudad Juarez, la ciudad más violenta del país. Comenzó a pintar en el 2008, cuando iba en aumento la cifra de asesinatos en esa localidad.

Tuvo que clausurar su academia de arte y mudarla a su casa cuando el negocio de al lado empezó a recibir amenazas de bom-ba. Uno de sus alumnos fue asesinado frente a su casa. Todo el mundo hablaba de quién se estaba yendo o de las madres que en-viaban a sus hijos adolescentes a estudiar en otras ciudades.

En sus cuadros se ven fi guras fantasmagóricas con expre-sión angustiosa, pintadas en gris y beige, los colores del desier-to que rodea a Ciudad Juárez, acompañadas de destello de un rojo como la sangre.

“Simplemente estaba pintando lo que sentía, yo quería des-enchufarme”, dice la artista quien añade que por cinco meses estuvo gravemente afectada por el estrés de la violencia a su al-rededor. “Es mi manera de decir ‘mira qué fracturados estamos como sociedad’’’.

Aunque algunos artistas dicen que el trabajar con estos te-mas les ayuda a procesar su angustia, otros portan un mensaje más político, afi rmando que están refl ejando la complejidad de la situación del país y de cómo el fl agelo viene de la mano de la sed insaciable por narcóticos en Estados Unidos y otros países

desarrollados.Lenin Márquez Salazar, un artista que nació y se crió en

Mocorito, en Sinaloa, pinta los verdosos panoramas de su esta-do, pero con un agregado macabre: en medio del verdor intro-duce muertos vendados y maniatados, o envueltos en sábanas, como suelen aparecer las víctimas de los carteles.

“Se nos olvida que somos una sociedad global y lo que pase en otro lugar nos repercute a nosotros aquí”, dice Márquez Salazar, de 42 años y quien ha mostrado su obra en Estados Unidos y Co-lombia. “Yo quiero crear conciencia sobre esto, no como denuncia, pero como una manera de expresar lo que yo estoy viendo”.

Otra artista de Sinaloa, Teresa Margolles, incluyó la escena del piso limpiándose en su muestra en el Pabellón Mexicano en la Bie-nal de Venecia en el 2009. Ella recolecta artefactos de escenas de crí-menes como trozos de vidrio o tela, empapados en sangre y barro.

Margolles, quien trabaja en Culiacán, la capital de Sinaloa, y ha refl ejado la violencia en sus obras desde hace mucho tiem-po, creó esa pieza para desempeñar “una función social de due-lo, de conmemorar la desaparición de una generación”, declara Cuauhtemoc Medina, quien fue curador de la pieza.

“Cuando hicimos ese trabajo hace dos años Teresa y yo, lo que guiaba nuestro actuar era el no poder creer que 8 mil muer-tos en el país no contaran”, añadió Medina uno de los curadores y críticos de arte más renombrados de México. “Hay una ce-guera social que necesita 35 mil muertos para darse cuenta que esto es un completo desastre”.

En algunos casos, los artistas han exhibido sus obras en ins-talaciones ofi ciales donde después son retiradas o censuradas debido a su contenido violento.

Medina dice que la obra de Margolles, “¿De qué más vamos a hablar?”, fue fi nanciada por fondos federales y privados, pero la Secretaría de Relaciones Exteriores de México se retiró del comité organizador dos semanas antes de la inauguración de la bienal. Al parecer, dice, el gobierno no quería estar vinculado con ese tema.

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Suplemento Cultural 8Nueva Guatemala de la Asunción, 16 de julio de 2011

“ … La mesa, antes que a un mueble, remite a una experien-cia existencial y a un rito. Es el lugar privilegiado de la familia, de la comunión y de la herman-dad. En ella se comparte el ali-

mento y con él se comunica la alegría de encontrarse, el bienestar sin disimulos, la comunión directa que se traduce en los comentarios sin ceremonia de los hechos cotidianos, en las opiniones sin censura de los acontecimientos de la crónica local, nacional e internacional.Los alimentos son algo más que cosas materiales. Son sacramentos de encuentro y de comunión. El alimento es apreciado y es objeto de comentarios. La mayor ale-gría de la madre o de quien cocina es notar la satisfacción de los comensales.Pero debemos reconocer que la mesa es también lugar de tensiones y de confl ic-tos familiares, donde las cosas se discuten abiertamente, se explicitan las diferencias y pueden establecerse acuerdos, donde existen también silencios perturbadores que revelan todo un malestar colectivo. La cultura contemporánea ha modifi cado de tal forma la lógica del tiempo cotidiano en función del trabajo y de la productividad que ha debilitado la referencia simbólica de la mesa. Ésta ha quedado reservada para los domingos o para los momen-tos especiales, de fi esta o de aniversario, cuando los familiares y amigos se encuen-tran. Pero, por regla general, ha dejado de ser el punto de convergencia permanente

Por José Carlos García Fajardo

Revista de libros

COMENSALIDAD: REHACER LA HUMANIDAD, DE LEONARDO BOFF

de la familia. La mesa familiar ha sido sus-tituida lamentablemente por el fast food, comida rápida que sólo hace posible la nu-trición, pero no la comensalidad.La comensalidad es tan central que está ligada a la propia esencia del ser humano en cuanto humano… supone la solidari-dad y la cooperación de unos con otros, permitió el primer salto de la animalidad

en dirección a la humanidad…le cupo inaugurar la característica básica de la es-pecie humana, diferente de otras especies complejas (entre los chimpancés y noso-tros hay solamente un 1,6% de diferencia genética): la comensalidad, la solidaridad y la cooperación en el acto de comer. Y esa pequeña diferencia marca toda la di-ferencia.

Revista de libros

LA CONQUISTA DE LA FELICIDAD, DE BERTRAND RUSSELL¿Cuál es el sentido de la fi losofía

sino ayudar a que las personas sean más felices?La conquista de la felicidad ofrece un agradable viaje por algunos de los motivos que

suelen hacernos sentir infelices y tam-bién por las causas que pueden provocar esa sensación de felicidad. Porque ésta no existe. Existen momentos felices. A pesar de que, aunque la vida no tuviera sentido, tiene que tener sentido vivir aquí y ahora, y el principal sentido de este vivir consiste en ser uno mismo, esto es, en ser felices. Querer lo que ha-cemos para poder así hacer lo que que-remos. No es un juego de palabras.Ser uno mismo, saberse y actuar en consecuencia. Aunque no siempre la acción sea imprescindible para la felici-dad. Así, al menos, se lo cuenta Krishna al Príncipe Arjuna: “Pon tu ánimo en la

acción, más nunca en su recompensa. Desempeña tu obra en la paz del yoga y, libre de apegarte a deseos egoístas, no permitas que el éxito o el fracaso te per-turben”. (Bhagavad-Gita, 2,70)Según, Russell una vida feliz tiene mu-cho que ver con una vida tranquila pues “sólo en un ambiente tranquilo puede vivir la auténtica alegría”, la armonía de que hablan los sabios. Este fenómeno no abunda en las ciudades en donde la vida está separada de la tierra, de la na-turaleza y de sus ciclos. Lo que a veces nos lleva a autoexiliarnos en frágiles narcóticos o en la enajenación en unos programas de televisión degradantes y vacíos de contenido. Lo que ofrecen es no pensar, y tirar para adelante des-de ese diván de los sueños freudianos o en percusiones sin sentido en los te-clados o en las pantallas de los nuevos juguetitos.

El libro fue escrito de forma sencilla para que pudiera ser entendido por las personas sencillas. Pero, ¿qué es lo que hace infelices a las personas? Según el autor, las conductas egocéntricas, impulsadas por el judeocristiano senti-miento de culpa, la megalomanía o el narcisismo. También menciona a las personas obsesionadas por el éxito, por el triunfo, por el dinero.La felicidad está en el entusiasmo por la vida, el cariño, la familia, los amigos, la solidaridad y el compromiso con la cau-sa de la justicia.La felicidad sólo requiere “comida y cobijo, salud, amor, una ocupación sa-tisfactoria y el respeto de los allegados”, escribe.Y una gran dosis de imaginación y de voluntad para saberse uno con todos y con todo cuanto existe. Porque, antes de la muerte, hay vida.

Por José Carlos García Fajardo

Esa comensalidad que ayer nos hizo hu-manos, continúa todavía hoy haciéndonos siempre de nuevo humanos. Por eso, im-porta reservar tiempos para la mesa en su sentido pleno de la comensalidad y de la conversación libre y desinteresada. Ella es una de las fuentes permanentes de reno-vación de la humanidad hoy globalmente anémica.