singularidad y repeticion en la historia

Upload: carlos

Post on 05-Oct-2015

14 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

  • SINGULARIDAD Y REPETICINEN LA HISTORIA

    El asuntode que voy a ocuparmeha sido motivo de constantesdiscusionesentre los hombresde todas aquellassociedadesen que se ha alcanzadoalgnpensamientosistemticoy alguna visin panormicadel universo. Nada msnatural que semejanteasuntonos resulte interesante,puesto que en realidadse trata de una investigacinen torno a los lmites de la libertad del hombre,suponiendoque el vivo sentimientoque steabriga acerca de ser,por lo me-nos,parcialmentelibre, no seauna mera ilusin. "Libertad y ley en la histo-ria" habra sido, en una alternativa,un ttulo igualmente adecuadopara miasuntoque el de "singularidady repeticin".

    Pues bien cul podr ser la va que ms prometa para el abordajedeesta investigacin? Me parece que lo ms adecuadoser iniciarla con unainspeccinde los testimoniosque existenen pro de una legalidad, de una re-gularidad, de una uniformidad, de una repeticin en los asuntoshumanos.Ahora bien, todas estasexpresionespueden reducirse a una, a saber, formao "patrn" (pattern). Empecemos,pues,por examinarqu hay de esto en lahistoriahumana. Ofrece,acaso,alguno? Y si as es hastaqu punto se tratade un patrn que domine todo? O bien no habr, quiz, algunasexperen-ociasy actividades humanasque sean autnticamentelibres y, por lo tanto,autnticamentesingulares?

    Yo tengo la certezade que en el pensamientoacerca de la historia haypatrones,porque todo pensar no es en realidad sino un encontrarciertos pa-tronesen las cosas. Es indudable que no podemosjamsverificar plenamentelas patronesque descubrimosy que nunca podemos,me parece, justificarlosdel todo. Pero no hay ms remedio: es precisoque sigamospensandoa basede patrones,ya que staes la nica manerade que nuestraspobresmentespuedan apoderarseo, digamos,puedan tratar de apoderarsede la realidad.De hecho,el pensarhistricosehalla en igualescondicionesa las de cualquierotro tipo de pensar;pero, segn creo, en aqul, tanto la necesidadcomo lainsuficiencia de tener que pensar a base de patronesse destacade un modoparticularmenteclaro. Y me parece que as acontece,porque el pensarhist-rico se ocupa en parte de las relaciones institucionalesentre la gente,y endichas relacionesresultamucho ms obvio que las cantidadescon que tene-mos que habrnoslassonenormementemayoresque las que aparecencuandose trata de relacionespersonales.En stas,creo que tambin sonmuy gran-des;pero el hechoresultamspatentecuandose consideraninstitucionesqueincluyen a millones de individuos, y me pareceque no podemosescribir una

    222

    ingridTypewritten TextDinoia, vol. 2, no. 2, 1956

  • SINGULARIDAD Y REPETICIN EN LA HISTORIA 223

    sola lnea de narracin histrica sin incurrir en una audaz e injustificablepostulacinde patrones.

    Permtasemedar unos ejemplos sencillos para ilustrar lo que estoy tra-tando de decir. Solamentetres frases:1) "En junio de 1940los francesesyano pudieron seguir peleando";2) "En junio de 1940los ingleses decidieronseguir peleando". 3) mucho ms difcil que las dos anteriores, la siguientefrase:"... fueron responsablesde lo ocurrido en Belsen", La parte en blancopuede llenarsede diversosmodos:sepuede llenar con nombresde individuos,digamosHitler, Himmler, Heydrich; se puede decir que ellos fueron los res-ponsables. Es posible afirmar que la S. S. fue la responsable;o que lo fueronlos nazis, o bien el pueblo alemn. Tambin cabe decir que la responsabili-dad recae en toda la Cultura de Occidente,y an que recae sobre la especiehumana. Ninguna de estasafirmacionesfuera contrariaa la verdad. Lo cier-to es que todos los aludidos fueron responsablesen diverso grado, y aunqueparece ms sencillo cargar la responsabilidad en ciertos individuos comoHitler, aun en tal casono resulta fcil. Pero cuando se llega a la difusa res-ponsabilidad de la especiehumana,resulta enormementedifcil. Sin embar-go, alguien fue responsable:todas esasvctimasno fueron envenenadasy ase-sinadas automticamente;alguien lo hizo; lo hicieron unos hombres. Ahorabien, ya es fcil advertir cul ha sido mi propsito:apenasserposible garan-tizar todas esasafirmacionessi no sabemosde qu modo debe distribuirse eldescrdito o la gloria y la responsabilidadentre los individuos a quienes sealude con esasetiquetas:"los ingleses","los franceses"y luego entre esaotramedia docenade etiquetasde donde es posible elegir para la descripcindelo que aconteci (mejor dicho, de lo que hicieron, no de lo que aconteci)de lo que hicieron, pues, ciertas gentesen Belsen y.en otros sitios como se.

    Quiz uno de esoscerebroselctricosque ahora se estn fabricando portodo el mundo sea capaz de llevar a cabo las complicadsimasoperacionesnumricasque tendramosque realizar a fin de poder establecer la relacinentre el individuo y los acontecimientosde un carcter institucional de esaespecie. Claro est que esos cerebros elctricos tienen sus inconvenientes,porque,para poder alimentarloscon preguntases precisoms o menoshaberefectuadode antemanoel clculo, de maneraque algunas veces en nada semejora la situacin en que se estara al no contar con un cerebro elctricoque, comoesclavo,estuviesedispuestoa realizar en un instanteciertos clcu-los complicadsimos. Y me pareceque patronestales como"los ingleses","losfranceses","Hoi Lacedaimonioi" y "Hoi Athenaioi" sonunospatronesun tantofraudulentos,porque en cierto sentido son simulacionesen cuanto que supo-nen que sabemosms de lo que en realidad sabemos.Me parece que resultams honrado emplear,digamos,unos substantivosfemeninosabstractoscomoBretaa, Francia, Esparta y Atenas,ya que al usarlos confesamosms llana-mentenuestra ignorancia. Y creo que an sera mejor -porque implica ma-yor franqueza- decir la diosa Britannia o la diosa Marianne, al modo como

  • 224 ARNOLD TOYNBEE

    los griegos decan algunas veces la diosa Athene Poliouchos para aludir atenaso la diosaAthana Chalcioecus para referirsea Esparta,admitiendoasllanamenteque, al hablar de comunidadespolticas, nos expresamosen elidioma del mito, y que semejantelenguajees el que ms puede acercarnosa la realidad a eserespecto. Tenemosque hablar de estascosas;tenemosqueemplear el lenguajemejor que podamosencontrar;y el lenguajemejor con,que contamospara hablar de las relacionesinstitucionalesno esmuy adecua-do ni esmuy exacto,perono podemosdejar de hablar de estascosas.

    Ahora bien, estospatronesdel pensamientohistrico a que vengo alu-diendo estnsituadosen varias escalasdiferentes. Los que acabode empleara manerade ejemplos,es decir, patronesde comunidadpoltica, como son"Francia" y "Atenas",pertenecena lo que yo llamara el trminomedio de laescala. Pero los hay de escalamayor, por ejemplo,patronesverbales como"Europa" o "Cristiandad Occidental" o "el Cristianismo". Tambin los hayde menor escala,como son "Churchll", o "Mahoma", o "Dante" o "Stalin".Adems,hay un grupo fundamentalde patronesclave, como "guerra","ba-talla", "revolucin","gobierno","rey";y tratndosede la historia de la civili-zacin (digamos, los ltimos ocho mil aos de historia) hay dos patronesverbalesque son realmenteindispensables.Uno de ellos sera "cosecha"y elotro sera'"hombre". Sin estospatronesno sera posible siquiera discurrir unsolo pensamiento,ni escribir una sola lnea acercade la historia. Y, sin em-bargo, no son unos patrones completamentejustificables. Pese.a todo, esnecesarioque los historiadoressigan empleandopatronesde todas esas cIa-ses,y resultaaterradordarnoscuentaen qu terrenotan resbaladizoestamoscuandolos empleamos,por el solo hecho de emplearlos.Naturalmente,nadasera ms fcil que volver a tierra firme. Esto lo lograramosal instantesidejramosde escribir, dejramosde hablar, dejramosde pensar;pero, des-pusde todo,no slo no queremoshacer esto,sino que no p'odemoshacerlo:tenemosque vivir y que actuar,y por esto es necesarioecharmano de lasmejoresherramientasdel pensar que estn a nuestro alcance,por ms quereparemosen sus deficienciase inadecuacin.

    Permtaseme considerarun poco ms de cerca los ejemplosde que meval antes. El patrn "hombre"es, evidentemente,uno de los patronesfun-damentalesen todo pensarhistrico,y en verdad, en todo pensaracerca delos asuntoshumanos.Ahora bien, es evidenteque nuestrasuposicinde queJuan,Pedro y Josson tres ejemplaresde una especiecuya etiquetaes "hom-bre" no resistir un examencuidadoso,porque cada uno de los individuosque se halla en este cuarto es tremendamenteindividual, y resulta absurdoesode ponernosa todosunamismaetiquetay, con ello, nivelar aparentemen-te todas nuestrasseparadasy singularesindividualidades. Pero lo cierto esque ni siquierapodramosiniciar una investigacinacercade Juan, de Pedroy de Jos,si no empleamosel esquema"hombre"que permita equipararlosyconsiderarlos.Supongamosque, desechandoel esquema"hombre",tratemos

  • SINGULARIDAD Y REPETICIN EN LA HISTORIA 225:

    a cada individuo como algo singular. Tomemosa Juan como el patrn. SU"pongamosque logremosreducirnos al patrn de un solo individuo, conside-rado como nico, y que hagamoscaso omiso de si Juan es un miembro, unejemplar,de una clasellamada "hombre". Los patronesempleadosen el pen-sar histrico sonprincipalmentede dos tipos,a saber: institucionesy personas.Es muy obvio que una institucin es un patrn;pero los patronespersonalesson, creo yo, tan vulnerablesa la crtica como son los patrones instituciona-les. Es manifiestamenteinjustificado encontrar el patrn "hombre" en losejemplaresJuan, Pedro y Jos; pero tampocoes justificado encontrarun pa-trn "Juan" en la serie de pensamientos,de sentimientosy de actos que enlenguaje comn pasa bajo el nombre de Juan. De hecho, varios psiclogosmodernosnos aseguranque las personalidadeso almas son meras ilusiones.Lo mismo que los patrones"Europa" y "Asia", nos diran no hay nada en larealidad que correspondaa 10s patrones "personalidad"o "alma". Y, claroest, el modernopsiclogo de Occidente fue anticipado en esta opinin porBuda, quien mantuvo que aquello que sus contemporneosindostnicos to-mabanpor personalidadno era en verdad sino una ilusin; no era realmentesino un haz de estadospsicolgicosen procesde constantecambio, de diso-lucin y combinacin. Buda neg la realidad de la personalidadhumana; lacontroversiade donde surgi su filosofa consistien que atacabala opinincontemporneavigente en la India. Tal. opinin,me parece,era la de que lapersonalidades real y es idntica a la realidad ltima; esto fue lo que Budaneg. sta no es una simple cuestinacadmica,porque, segn creo, la mi-tad del mundo eshoy, en una ti otra forma,indostnicao budista;y para estamitad del mundo,una de las cuestionescapitalesde las filosofas y religionesque profesa consisteen ese problema planteado por Buda acerca de 'si unapersonalidadtiene o no tiene realidad. .

    Ahora bien, si tomamosen serio, como debemostomarlo,me parece, loque Buda afirm acerca de la personalidady lo que tantos psiclogosdicenhoy en da acercade ella, cuando afirman lo mismo que Buda, es decir, quela personalidad no es nada real, esto resultamuy grave para, digamos,Mr.Freeman, el bigrafo del General Robert E. Lee. Todos conocen las obrasde Freemanacercade Lee, y lo detalladasque son. No he hechoel cmputo,pero me atrevo a pensar que Freeman, en su extensabiografa del GeneralLee, nos ha dado noticia de los actos de Robert E. Lee con intervalos decuatrominutosy medio, comopromedio,en la vida activa de Lee. Realmentees una biografa muy larga. Pero qu inadecuadoresulta esto, cuando pen-samosen el Ulises de James Joyce, que ocupa un grueso volumen slo pararelatar muy sumariamentelos estadospsquicos de muy pocas personasdu-rante veinticuatro horas. Nuestros psiclogos,por otra parte, nos informanque el mundo enterono' sera bastantepara contener.los libros que podraescribir un psiclogo competente, si intentara resear los: acontecimientospsquicos de 'una sola llamada personalidaddurantemedio segundo. Aqu se

  • 226 ARNOLD TOYNBEE

    abre el infinito. As cama hay la infinidad de relaciones entre los millonesde hombresque guardanentre s conexionesinstitucionalesen cualquier so-ciedad o comunidad,as tambin,por el otro lado, existe la infinidad de losestadospsquicos en el interior de cada llamada personalidadnica.

    He aludido al Evangelio segnSan Juan,y no se olvidar que, despusde haber afirmado que el mundo no bastara para contener los libros que.podran escribirse,el evangelistadice "amn"y pone punto final. Pero nos-otrosno podemosponerpunto final, porque la vida no se detieney por estotenemosque seguir formulandopatrones. Ahora bien, he insistido en esospatronesdel pensamientoporque nos persigueny obsesionancontinuamente,y me parece que debemostener siemprepresenteque estamospensandoabasede patronescuandonosplanteamosla preguntade si hayo no patronesen la realidad externa(si es que existe) a la cual tratamosde asir con nues-tros pensamientos.Cuando reparamosen la naturaleza del pensamientoyconsideramosque, si hemosde seguir pensandoy viviendo, es necesariosu-ponerque el pensamientocorrespondeen efectoa algo en la realidad,enton-ces,me parece,la responsabilidadde la pruebacorre a cargode la gentequeniega la existenciade patronesen la realidad;porque el pensamientoes evi-dentementealgo que tieneun patrn,y si no hay patrn algunoenla realidadsera cosamuy extraaque el pensamiento,esta cosa que tiene un patrn,fuese capaz de captar la realidad, siquieraparcialmente. Por mi parte yo screo,comocuestinde hecho,que los patronesno incluyen la totalidadde lavida humana;pero si un determinista,convencidode que toda la vida huma-na se gobiernapor patronesautomticos,me pidiera que hiciese la defensade esa creenciama, estoyseguroque me encontraraen gravesapurosparadefenderracionalmentemi tesis. Creera decididamenteque yo estoy en locierto y que l estequivocado;pero me vera en aprietossi tuviera que de-mostrar,digamos,que estabaen lo cierto al pensar que los patronesno in-cluyen la totalidad de la vida.

    Pero ahora dejemosla cuestinde los patronesde pensamientoy vamosa suponerlo que hasta los filsofos suponenen la vida diaria, o sea que elpensamientonos pone en contactocon la realidad;y consideremoslos patro-nes del mundo real, sin preocupamosacercade las relacionesentrela mentepensantey la realidad pensadapor ella. Empezar por los patronesde lanaturaleza fsica que se reflejan en patronesde la historia humana. Quizlhayaalgunoshistoriadoresque nieguenla existenciade patronesen-Ia natu-raleza fsica; y probablemente,si no quieren admitir que algunospatronesi.invadanla historia,haran bien en atrincherarseen la primera lnea y soste-ner que no hay patronesde ninguna clase, en ninguna parte del universo,porque,una,vez que se admita la existenciade patronesen algunaparte deluniverso,el patrn tiene la tendenciaa extendersepor todas las demspar-tes. Sin embargo,no creoquehoy seanmuchoslos historiadoresquenieguenla existenciade patrones,por lo menoshasta cierto punto, en la naturaleza

  • SINGULARIDAD Y REPETICIN EN LA HISTORIA 2!1.7

    fsica. Pienso en cosascomo el ciclo del da y de la noche,una recurren-cia fsica, unformdad,regularidad,un patrn en efecto,que se refleja en lavida humana,porque el ciclo del da y de la nocheproduceturnosen las f-bricas,cambiosde guardiaen los navos,horasde agolpamientoen el trnsitoy ciudades-dormitoriosen los alrededoresde las urbes donde la gente tra-baja. Y luego hay el ciclo anual de las estaciones,otro patrn fsico que serefleja en la vida humana. El ciclo anual produce cosechas,temporadasdecampaaspolticasy, en el campode lo religioso,produceaoslitrgicos.

    y luegohay el ciclo de la generacin.Me pareceque steconstituyeunpatrn enormementeimportantepara la vida humanay del ms subido inte-rs, porque el patrn mismo, en este caso tambin,es fsico: no resulta deuna eleccin nuestra;preferiramosno tenerlo; preferiramosser inmortalessi no hubisemossido hechosmortales. El ciclo de la generacines una granafliccin de la humanidad,y no tenemosopcin ningunaa esterespecto;sinembargo,la humanidadha sabido aprovecharesta circunstanciatan desagra-dable (la muertey la sucesinde las generaciones)y ha convertidoel ciclode la generacin,que es obviamenteun ciclo natural, en algo humano. Lohemosconvertido,dira yo, en el motor y a la vez en el reguladordel cam-bio social. De no haber la muertey una sucesinde generaciones,y si todosfuramoscomo los mticos Struldbrugs de que habla Swift, quienes vivaneternamente,no slo se vera impedida la naturalezade hacernuevosexperi-mentosde ordenfsico y psquico,sino que el sistemasocialde la humanidad,una vez establecido,se inmovilizara, pues el sistemasocial cambia en gninparte graciasa su transmisinde una generacina otra. Ninguna generacinlogra transmitir a la prxima su propia tradicin social en la misma formaexactamenteen que ella la ha sostenido,y ella misma no la hered de susantepasadosen forma exactamenteigual a como ellos la poseyerondespusde-haberlaheredadoen una formamodificadade sus padres,y as sucesiva-mente. De maneraque,siendoel ciclo de las generacionesun ciclo fsico, sinembargo,constituyeun patrn de gran importanciaen la vida humana,ascomo en la vida fsica.

    Luego hay los patronesen el funcionamientode la psique humana. Aeste respectohara muchohincapi en esosciclos de las actividadesmercan-tiles de que tanto se han ocupadoen nuestrosdas los economistasy los his-toriadoresde la economa. Al parecerexistencuatro o cinco periodicidadesdiferentesde esosciclos,y hay bastantesdiferenciasen el gradode consensoacercade su realidad, segnde culesse trate. Creo que respectoa uno deellos existeun acuerdocasi general,y es el ciclo de actividadesmercantilesque tiene un ritmo aproximadode nueve o diez aos. En estas cuestionessoy un aficionado;probablementemuchos lectorespodrn corregirme;peroestoy en la creenciade que la mayora de los economistasaceptanesteciclocomouna realidad,una realidad por lo menospara el mundomodernoindus-trializado desdelos ltimos ciento cincuentaaos. Y estosciclos de las acti-

  • 228 ARNOLD TOYNBEE,

    vidadesmercantilesme pareceque son de un gran interspara el estudiodelos patronesen la historia. Revisten"inters, primero, porque, por lo visto;"existeeseacuerdomuy generalentre los historiadoresde la economaacercade la realidad de dichos ciclos, y particularmenteacercade"esaperiodicidadaproximadaentre los nuevey los diez aos;pero, segundo,porqueparecequeestnacordesen que estosciclos de actividadesmercantilesno son el reflejode ningn patrn de la naturalezafsica, y por ello son distintosde esospa-tronesque se ofrecenen los asuntoshumanosy que derivan del ciclo del day de la nochedel ciclo anual de las estaciones.

    Est claro que para una sociedadpuramenteagrcola,que viva exclusiva-mente de las cosechas,los ciclos de la recoleccin dependenefectivamentede los ciclos climticos;por consiguiente,en una sociedadagrcola, la huma-nidad dependeen buena parte del Ciclo fsico anual de la naturaleza. Perolos ciclos de las actividadesmercantiles,tal parece ser el consenso,no depen-den de los ciclos de las variacionesclimticas, ni de los ciclos de la recolec-cin de cosechas.Al parecer, son caractersticasde las comunidadesindus-trializadas y no dejan de presentarseuniformementeen todos los pases oregionesde un grupo de comunidadesindustriales que forman parte de unanica sociedadeconmica.Ahora bien, esta determinadasociedadeconmicaque sirve de campo para el estudio de los ciclos de actividadesmercantilesse origin,me parece,en Inglaterraa fines del siglo XVIII, y desdeentoncesseha venido extendiendopor todo el mundo. Evidentemente,todo el mundono ha sido industrializado;pero ciertas regiones de Australia, de Sud-Afrca,de Nueva Zelandia y de Argentinas lo han sido, y se trata en estoscasosdelugaresmuy alejadosde las regionesindustrializadas de Europa y de Norte-amrica. Lo que al parecerhan encontradolos expertosque investiganesosciclos de las actividadesmercantileses que, a pesar de la dispersingeogr-fica de la sociedadindustrializada,es decir, a pesarde que existeen muchaszonas climticas diferentes,que producen distintas cosechasy diversa clasede productos,sin gozar de ningunauniformidad en las variacionesdel tem-po, a pesar de esto,digo, las alzas y bajas ocurren a un mismo tiempo entodas las partes de esa sociedadmundial industrializada que sostienenrela-ciones entre s. Esto parece establecer con claridad que el medio en queacontecenesasalzasy bajasno es ningn medio fsico. Los economistasafir-man, sin embargo,segncreo, que a su juicio el medio en que se producen ~los ciclos de las actividadesmercantilesno es, de hecho,fsico, sino psquico.

    Pero an es posible ir msall; es posible, en efecto,preguntarqu clasede ambientepsquico es se. Es la zona racional conscientede la psique laque constituyeel campode la argumentacinracionaly de los actosdelibera-dos de la voluntad? O bien es el abismo de lo irracional, lo emocional,loparcialmente subconsciente,que yace en las profundidades debajo de esatenuesuperficie racional y volitiva? Resulta claro, pienso,que si se examinanlos recientestrabajossobrelos ciclos de las actividadesmercantiles,una gran

  • SINGULARIDAD Y REPETICIN EN LA HISTORIA 229

    mayora de los historiadoresque se ocupan de problemas econmicoscreeque el medio psquico de esosciclos lo constituyeprincipalmente el camposbconsciente,emocionale irracional de la psique,no el campopropiamenteracional. Existe unaminora que piensa que la bajay el alza de valoresocu-rren porque los miembrosde los consejosde los bancos centralesse renenen asambleaspara discutir hastaqu punto se puedebajar o subir el intersbancario,y que en seguidatomanuna decisinsobreel particular y la ponenen vigor, de maneraque la baja o el alza de valores,segnseael caso,ocurrecomo consecuencia.Sin embargo,aunque hay personasque as piensan,esevidente,segncreo,que constituyenunaminoramuy pronunciadaque cadada pierde terreno. Creo que la opinin ms autorizadaentre los economis-tas consisteen admitir que el medio psquico de los ciclos de las actividadesmercantileses el de la parte irracional de la psique. Tenemosaqu, pues,unasugestinque me parece bastantesignificativa, a saber: que en un aspectode los asuntoshumanos,el aspectoeconmico,pareceexistir un acuerdoen-tre los expertosacercade que hay ciertas regularidadesque acontecenen unmedio psquico y en el nivel irracional de la psique.

    He indicado ya que parece reinar un consensogeneral acerca del ciclode nueve o diez aos;pero se habla de otros ciclos que no disfrutan de unacuerdo tan general. Por ejemplo, tenemos el llamado ciclo largo (entrecuarentay sesentaaos) que la mayora de los economistas,por 10menosenestasfechas,pareceno aceptar. Pero he advertidoque entre la minora de loshistoriadoresque creen en ese ciclo largo algunoshan indicado que no seorigina en el plano econmicode la vida social; que, sin embargo,es un re-flejo, no de un ciclo fsico, sino de un ciclo de la psique humana,y que esteciclo psquico es de aquellosque se originan en el plano de los interesespol-ticos y militares. Dicen que estosaparentesciclos de larga periodicidad nose generanen el campoeconmicode la vida, por decirlo as, sino que sonreflejosde los ciclos de paz y guerra. Creo que, si examinamosesossupues-tos ciclos largos en el siglo XIX, encontraremosque las prosperidadescorres-ponden a los perodosde mayor intensidadblica (en el mundo occidentalyen ese siglo XIX), mientrasque las depresionescorrespondena perodosme-nos blicos. Y si hubiera talesciclos de paz y guerracon una periodicidaddecuarenta,de sesentao de cientoveinte aos,es decir,una y media,dos y me-dia o cinco generaciones,esto abrira una perspectivade patronesde mayoralcanceque los ciclos del da y de la noche,los de la revolucin anual de latierra o los de diez aos. Yo por mi parte creo,un pocohipotticay provisio-nalmente,que s existenesos ciclos de recurrenciams distanciada;que esposible descubrir ciclosde paz y guerra con una periodicidadde, quiz, hastaciento veinte aos;y creo tambinque, de existir estosciclos, seproducenenel mismo medio de los ciclos de las actividadesmercantiles,es decir, en elnivel subconscientee irracional de la psique humana.

    En fin, ahoranosvamossituandoen terrenomspolmico. Existen,aca-

  • 230 ARNOLD TOYNBEE

    so, ciclos anmayores?Yo creo que probablementes existen.Creo que haylos que podran llamarseciclos de declinaciny cada, que constituyenlapsostodava mayoresde un patrnpsquico inconscienteen la historia. Me pareceque poseemosalgunostestimoniosen favor de la existenciade lapsos de esaclase duranteun perodo de aproximadamenteochocientosaos. Mientras sehable en trminosdel elementoconscientey racional de la psique, ochocien-tos aosresultanun trmino tan largo en comparacincon la vida individualhumana que estoparecermuy poco probable; pero resultarmucho menosimprobablesi sepiensaen trminosde la subconsciencia,porqueel movimien-to de lo subconscientees, como sabemos,enormementems lento que el delelementoconsciente.Es evidenteque una de las tribulacionesdel mundo ac-tual radica en que nuestraporcin subconscientey emocionalse ve obligadaa llevar a cabo ajustesmuy repentinosrespectoal nuevomundo que ha sur-gido tan rpidamenteal conjurodel inmensoprogresode la tecnologa. Esteprogresoha sido rapidsimo,porque la tecnologaesobra del intelecto,el cuales capaz de moversecon gran velocidad;y me pareceque una de las razonespor las cualesvivimosen una edadhistricapeligrosaesquela parte subcons-ciente de la psiquerequiere tanto tiempopara alcanzarlos movimientosrpi-dos del intelecto,creadorde una situacinmaterial a la que el subconscienteno puede adaptarsede inmediato. De modo que no me parecepoco razona-ble pensara basede patroneso ciclos que se den en el mediode la subcons-ciencia, los cuales,si fuesen referidos al medio consciente,pareceran impo-sibles por su excesivalongitud.

    Pero ahora he extendido la nocin de los patroneshistricoshasta algoas comoesosciclos de ochocientosaosque he calificadode ciclos de deca-dencia y de cada, y al hacer esto se advertir que he quedadoen posicinvulnerable. Seguirexponindome,para que mis crticos puedandespedazar-me. Sin embargo,quiero terminar aadiendoque tambincreo que hay ele-mentosen los asuntoshumanosque se substraena todo patrn. Creo que eluniversono esthechotodo de una sola pieza. Creo que existeen el universoun elementode regularidad,de recurrencia,de uniformidad,en suma,un ele-mento de patrn establecido;pero creo tambin que hay algo en el universoque na puede reducirse ni a patrn ni a ley, en este sentido metafrico.Creo que la fronteraentre estasdos cosases una fronteramovediza, y creoque estamovedizafronteraesten algn sitio interior de la naturalezahuma-na. No es que el hombreseatotalmentelibre y que la naturalezano humanaest completamenteprivada de libertad. Es evidente que el hombre no estotalmentelibre; pero s es parcialmente libre, y me pareceque una de lasrazonespor las cualesresulta tan incmodoser humano,consisteen que estafrontera entrela necesidady la libertad radica dentrode nosotrosy que siem-pre estoscilandoun poco. Naturalmente,es posible creerque haya patronesen algunosasuntoshumanossin necesidadde creer que existenpara todos.Todava no hemosexploradolos patrones.Apenas estamoscomenzando;pues

  • SINGULARIDAD Y REPETICIN EN LA HISTORIA 231

    las ciencias socialesson an bastantejvenes,en comparacincon las cienciasfsicas.

    Lo que yo p.reveoa esterespectoes que, cuando hayamosexploradolospatrones,en la medida en que encontremostestimoniode ellos,nos quedarnalgunoselementosde los asuntoshumanosen los cuales no se descubrirpa-trn alguno, y tambin creo que esto no ocurrir porque la mente humanatenga la inherente incapacidad de descubrir patrones que realmenteexistan;en otras palabras,no creo que la totalidad de la vida humana est realmentedeterminaday que, en ciertos casos,la mentehumanasea simplementeinca-paz de aprehenderlas leyes que determinanlas cosas. Creo que hay algunosasuntoshumanosque en realidad no tienenpatrnalguno. Pienso en aquelloselementosde la vida humana de donde surgen nuevos actos creadores.Nocabe duda de que es una opininmuy expuestaa polmica la de afirmar quehay tales cosascomo actosde creacinen los asuntoshumanos. Pero, de exis-tir en realidad esosactoscreadores,y personalmentecreo que s existen,ten-drn que ser, claro est,impredeciblesy no habrn de concordarcon ningnpatrn previamenteestablecido.

    A este respecto,pienso especialmenteen tres cosas,en tres camposdelos asuntoshumanos. En primer lugar, tenemoslos actos de voluntad cons-cientesy deliberadosque realiza una personalidad,y aqu, me parece,esdon-de tal vez la frontera se mueve. Pinseseen un psiquiatra que cura total oparcialmentea un enfermo. Qu es lo que hace? En la psique del enfermo,ha desplazado levementela frontera en beneficio de la razn y de la volun-tad,y en perjuicio de lo irracional; ayuda al enfermoa controlar los elementosirracionalese ingobernadosque laten en las profundidadesde su psique,ele-mentosque hastaesemomentose hanmatenidofuera de su dominio;en otraspalabras,el mdico ha desplazadola frontera de la voluntad conscientey delintelecto hacia abajo y ms profundamentedentro de la hondura de la sub-consciencia.

    El segundo aspecto de los asuntoshumanosen que me parece que noexistenpatroneses en el encuentrode personalidades.Pienso que de semejan-tes encuentrossalen verdaderascreacionesnuevas,y esto tiene su importan-cia, porque en definitiva sta es la visin bblica de la historia que nosotros,los occidentales,abandonamospoco ms o menoshace doscientoscincuentaaos. Desde esepunto de vista, que antaofue el occidental,el hilo conduc-tor consisteen una serie de encuentrosentre Dios y varios sucesivosindivi-duos: Dios y Abraham, Dios y Moiss, etc.

    Por ltimo, el tercer campo en'que pienso es la poesa y la visin prof-tica que brotan del interior de una personalidadnica a partir del nivel de lapsique subconsciente.Claro est,la poesa se someteella misma a un patrnexternobastantergido que consisteen la rima y el metro y otras exigenciaspor el estilo;pero me pareceque hace esto simplementeporque la inspiracinde la poesa es tan libre y tan irregular, que resultara imposible encauzarla

  • 232 ARNOLD TOYNBEE.

    si no se'impusieraartificialmenteella mismaciertastrabas. Y a esterespectocreo poder apelar, justificadamente,a la autoridad de Platn. Recurdeselasptimacartade Platn,dondeafirma que su filosofa solamentepuedeapren-dersea la maneracomo se percibe la luz de una llama que brota, y pinseseen el propio mtodo de Platn. Siempte empieza,naturalmente,empleandola razny el intelectoy los utiliza hastadondeesposible;pero,cuandollega alpunto'ms all del cual no pueden conducirlo, confiesa francamente:"hastaaqu puede llegar mi razn",y entoncespasadel lenguajeracional al lenguajede la poesay del mito. Y me pareceque podemosconformamoscon seguira Platn y creer que existenestosdos elementosen la vida humana: el ele-mentode los patronesy el elementoen que ningn patrn se hace presente.

    ARNOLD TOYNBEE

    (trad. Edmundo O'Gorman)

    The Royal Institute of International Mfairs, Londres, Gran Bretaa.