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Trayectorias ISSN: 2007-1205 [email protected] Universidad Autónoma de Nuevo León México LARA SALAZAR, ERIC F. Sonaron siete balazos. Narcocorrido: objetivación y anclaje Trayectorias, vol. VII, núm. 17, enero-abril, 2005, pp. 82-95 Universidad Autónoma de Nuevo León Monterrey, Nuevo León, México Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=60722197009 Cómo citar el artículo Número completo Más información del artículo Página de la revista en redalyc.org Sistema de Información Científica Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto

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Trayectorias

ISSN: 2007-1205

[email protected]

Universidad Autónoma de Nuevo León

México

LARA SALAZAR, ERIC F.

Sonaron siete balazos. Narcocorrido: objetivación y anclaje

Trayectorias, vol. VII, núm. 17, enero-abril, 2005, pp. 82-95

Universidad Autónoma de Nuevo León

Monterrey, Nuevo León, México

Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=60722197009

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E R I C F. L A R A S A L A Z A R

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los narcocorridos se les puede definir comouna derivación del corrido tradicionalmexicano, que incluye en sus temáticas ele-mentos líricos que tienen que ver directa-

mente con el consumo, el tráfico y la producción deestupefacientes en México y todo lo que ello impli-ca: violencia, corrupción, soborno, muerte, tráfico dearmas, fabricación de drogas y demás.

Esta manifestación musical tiene sus orígenesen México durante la segunda mitad de la década delos setenta. Uno de los grupos de música regionalmexicana, que hasta la fecha cuenta con un alto gra-do de popularidad entre quienes gustan de este tipode música a nivel mundial, son Los Tigres del Norte.Ellos fueron los intérpretes de uno de los narcoco-rridos que obtuvo carta de identidad como canciónfundacional del género: “Contrabando y traición”.1

En el presente trabajo se llevará a cabo un aná-lisis psicosocial en virtud de las objetivaciones yanclajes que se producen en la lírica de dicho narco-corrido, para dimensionar de qué manera, con quéconcepciones y sobre qué imaginario colectivo seinician las temáticas de aquellos, a propósito de locual se tomarán en cuenta las representaciones so-

Para Silvia, mi hija

ciales del grupo endógeno, es decir el sector que con-sume, compone, produce y difunde esta manifesta-ción musical.

EL NARCOCORRIDOEL NARCOCORRIDOEL NARCOCORRIDOEL NARCOCORRIDOEL NARCOCORRIDO

Los narcocorridos han pasado a ser tema de debateen el poder legislativo mexicano, que dispuso prohi-bir su transmisión en las estaciones de radio de aque-llos estados en los cuales los índices de violencia pro-ducida por cuestiones que tienen que ver con elnarcotráfico, son el tema diario en los medios de co-municación.

Una de las conceptualizaciones con las que setrata de definir al narcocorrido, sostiene que es unacategoría especial dentro de los diversos temasabarcados por el género corridístico mexicano (Ol-mos, 2002). Sin embargo, entendemos que la inclu-sión de los temas que tienen que ver con el narcotrá-fico, contrabando de estupefacientes y demás, haocasionado un trastorno a los contenidos y la lógicade composición y difusión con la que el corrido tra-dicional circulaba y circula en la actualidad (Olmos,2002). De este modo encontramos que con los nar-cocorridos, concebidos como un subgénero del co-rrido tradicional mexicano, se han integrado dos ele-1 La letra del corrido aparece al final del artículo.

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mentos a la cosmovisión de la tradición corridísticade México, a saber: la inclusión del tema de la ilega-lidad relacionada al narcotráfico y el trastoque delas formas tradicionales de composición y difusiónde los mismos.

El problema de la ilegalidad como tema delcorrido tradicional no es nada nuevo. Existen datosque revelan que el contrabando ha sido utilizadocomo tema para la realización de corridos, desdeprincipios de siglo. Encontramos un ejemplo en elcorrido de Mariano Reséndez, cuya letra dice:

Es bonito el contrabandose gana mucho dineropero amigos nunca olvidenlas penas de un prisioneroeste es Mariano Reséndezel hombre contrabandistasesenta empleados matóy allí los traiba en su lista (Valenzuela, 2002)

Con relación a este primer aspecto se puedehablar por lo tanto de una reintegración y re-popu-larización del tema del contrabando mediante losnarcocorridos. Respecto al segundo de los puntos encuestión –según el cual se han trastocado las formasde composición y difusión de los mismos–, adverti-mos que es cierto al encontrar que en la actualidadmuchos de los narcocorridos han sido compuestos asolicitud especial de quienes quieren reconocimien-to en los ámbitos donde tal género musical viene a sercarta de identidad. Se ha sabido que se pagaron hastatrece mil pesos (alrededor de mil trescientos dólares)por una de estas composiciones (Riveroll, 2002).

En lo que se refiere a la forma de difusión delos narcocorridos, ésta ha variado respecto al génerotradicional, ya que existen dos subtipos de difusión:el narcocorrido comercial, que tiene como base detransmisión los medios de comunicación masiva ytoda la maquinaria empresarial de las compañías dediscos, lo que hace por lo tanto que su difusión tras-

pase países y continentes, como el caso de las inter-pretaciones de Los Tigres del Norte. El otro subtipode difusión de los narcocorridos es aquel que no essusceptible de llegar a las grandes masas de audien-cias, ya que sólo se puede escuchar en centros noc-turnos frecuentados por traficantes de drogas(Simonett, 2001).

El origen del narcocorrido, entendiendo portal a todos aquellos corridos en los que intervienentemas de narcotráfico y/o en los que la temática cen-tral de sus canciones tiene que ver con cuestiones deilegalidad, se sitúa a mediados de la década de lossetenta, cuando se comienzan a registrar de maneraoficial canciones con estas letras en la Sociedad deAutores y Compositores de México y a grabar demanera formal con compañías disqueras y por lo tan-to, a difundir a través de los medios de comunica-ción masiva (Astorga, 1997).

Reconocidos por ser los primeros exponentesdel narcocorrido en México, Los Tigres del Norteeditan un disco en el que se incluyen canciones como“Contrabando y traición”, “La banda del carro rojo”y “Ya encontraron a Camelia”, entre otras que hanpasado a formar parte del repertorio de culto en la

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En la actualidad muchos delos narcocorridos han sidocompuestos a solicitudespecial de quienes quierenreconocimiento en los ámbitosdonde tal género musicalviene a ser carta deidentidad.

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música regional del norte de México (Cabrera, 2001;Olmos, 2002). Esto aporta un dato de relación y aná-lisis bastante interesante, ya que los integrantes delgrupo arriba mencionado son oriundos de RosaMorada, Mocorito, Sinaloa, región mexicana carac-terizada por una histórica incidencia en problemáti-cas vinculadas con el tráfico de drogas. De ahí quedifícilmente se podría pensar en que su contexto so-cial no estuviera impregnado de situaciones del nar-cotráfico hacia los Estados Unidos, cuestión de im-portancia para llevar al imaginario colectivo de sucomunidad y de la que les rodea una situación que alos ojos de todos está pasando y que para muchosllega a ser sustento de la vida diaria. Por eso es que elnúcleo central de dichas canciones alcanza el con-senso y la homogeneidad dentro del grupo social enel que surge el fenómeno y así comenzar a dar fuerza

a las representaciones sociales que se difunden conlos narcocorridos; “Contrabando y traición” es unbuen ejemplo de esto.

Otras formas también utilizadas, consecuen-cia de la difusión de los primeros narcocorridos y dela aceptación que estos tuvieron en el público delnorte de México y sur de los Estados Unidos, son laspelículas que abordan las temáticas de los propioscorridos (Valenzuela, 2002); así las canciones queduran tres minutos en promedio se extienden a his-torias con duración de hora y media con el añadidode todo lo que implica lo audiovisual. En una épocacomo la de los ochenta, en la que el cine mexicanoprácticamente se encuentra muerto, la produccióndel denominado cabrito western, quien tiene como susprincipales protagonistas a los hermanos Mario yFernando Almada y cuyas temáticas salen de los co-

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rridos del contrabando y el narcotráfico, son un sig-no indiscutible de cómo y cuánto éxito tuvo la formaen que se representa socialmente el tema del narco-tráfico en ambos lados de la frontera.

No podemos omitir que los narcocorridos son,entre otras muchas cosas, un referente contraculturalque pone en tela de juicio a las instituciones públicasy su estatus en la sociedad mexicana, ya que estostambién pasan a ser una forma efectiva de denunciade todos aquellos sectores olvidados de la institucio-nalidad y su discurso oficial (Astorga, 1997). Con elpresente texto se intentará apoyar de alguna maneraesta afirmación.

Para la gente que escribe la letra de los narco-corrido, actores principales en el sector endógeno alos narcocorridos, la función principal es la de refle-jar una realidad que se está viviendo en el México denuestros días, ya que diariamente se puede ver en losmedios masivos de comunicación la muerte de poli-cías y narcotraficantes, así como la corrupción quepermea a la sociedad y al gobierno debido a la proble-mática del narcotráfico (Riveroll, 2002; Cruz, 2000).

Los consumidores, parte del sector endógenofundamental para la difusión de los narcocorridos,tienen una visión muy distinta de quienes los com-ponen. Para aquellos el hecho de escuchar este tipode música tiene que ver con dos aspectos fundamen-tales: uno de ellos involucra el mejor entendimientode una realidad que es bastante cercana al contextoen el que se desenvuelven diariamente, por lo quetratan de encontrar –a partir de escuchar este tipo demúsica– las claves que de alguna u otra forma loslleven a crear una realidad tangible. Así, descubrenen los narcocorridos el contexto de sus vidas, identi-fican los valores que de alguna u otra forma pasan aser directrices de su actuar en la sociedad.

El segundo de los aspectos tiene que ver conque en la mayoría de los casos, en la lírica de los nar-cocorridos, los receptores encuentran representadassus aspiraciones de vida: riqueza, mujeres, hombría,poder y demás (Astorga, 1997). Los intérpretes en-

tre otras cosas funcionan como el vínculo entre loscompositores y los escuchas para que el círculo decomunicación sea completado y las representacio-nes sociales comiencen a ser utilizadas.

Quienes están en contra de la difusión abiertade los narcocorridos sostienen un discurso morali-zante (Robles, 2003) e incluso redentor, en el senti-do de ver a los receptores como sujetos persuasiblesal grado que pierden la capacidad de discernir res-pecto a los mensajes inmanentes en lo que escuchano ven. Así, la principal función que aquellos encuen-tran en los narcocorridos es la de difusores de vio-lencia, criminalidad y corrupción que en nada sirvepara el desarrollo armónico de nuestro país (Lomas,2002), ya que los mensajes que los narcocorridosprodigan pueden convertirse en base ideológica y deacción social para muchos mexicanos. Sin embargo,con tales acciones de censura se desprenden ciertasprevisiones que más tienen que ver con una defensadel propio gobierno, sus instituciones y de ellos mis-mos como representantes gubernamentales, ya queen la lírica de los narcocorridos la forma en la que se

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No podemos omitir que losnarcocorridos son, entreotras muchas cosas, unreferente contraculturalque pone en tela de juicio alas instituciones públicasy su estatus en lasociedad mexicana.

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objetiva al gobierno mexicano en nada ayuda a in-crementar sus bonos de credibilidad frente a la po-blación en general, además de que una intención parala censura pudiera ser la de querer esconder la reali-dad creada, producida, representada y objetivada porel sector endógeno a los narcocorridos en relación alsector en el poder.

LA TEORÍA DE LASLA TEORÍA DE LASLA TEORÍA DE LASLA TEORÍA DE LASLA TEORÍA DE LASREPRESENTREPRESENTREPRESENTREPRESENTREPRESENTAAAAACIONES SOCIALESCIONES SOCIALESCIONES SOCIALESCIONES SOCIALESCIONES SOCIALES

A partir de la publicación de La división social deltrabajo de Emile Durkheim en 1898, se comienza ahablar de representaciones colectivas. Sobre éstas,Durkheim señala que el mundo social puede ser en-tendido y explicado “como una estructura moralconformada por una convención de costumbres, idea-les y normas, cuya organización podía ser objeto dela comprensión racional” (Álvarez, 2002:83).

Durante la década de los sesenta del siglo pa-sado surge la teoría de las representaciones socialesen la figura de Serge Moscovici (Álvarez; 2002) comoalternativa a los estudios en psicología social, los cua-les se encontraban bastante alejados de lo social alaparecer dotados de una fuerte carga de cientificidadlaboratorista, haciendo creer que a partir del análisisdel comportamiento de ratones se podría conocer,interpretar e intervenir en el devenir del pensamientode la sociedad. Con esta teoría se inicia la búsqueda porubicar a la investigación en psicología social dentro desu justa dimensión: la sociedad a partir de la sociedad.

Moscovici, intentando hacer una definición glo-bal de la teoría de las representaciones sociales, diceque “desde su propio nivel modesto, abarca… una vi-sión de la comunicación y el pensamiento cotidianosdel mundo actual y un análisis de hechos anónimosque son su contraparte” (Moscovici, 2003:69). Lo queimplica que los narcocorridos sean motivo de análisisde esta teoría al ser aquellos parte del pensamientocotidiano en un sector importante de la poblaciónen México.

De esta manera, las representaciones socialespueden entenderse también como una forma paraconocer la psicología de los grupos, partiendo desdeel estudio del sentido común hasta la forma en quelos individuos de una sociedad se apropian de la rea-lidad que les rodea sin la aplicación de métodos ytécnicas científicos.

Las representaciones sociales tienen tres carac-terísticas principales, como lo hacen ver Wagner yElejabarrieta (1999). De la primera se puede decirque las representaciones sociales, por ser un conoci-miento que se desarrolla en el propio grupo socialque las pone en práctica, tienen su origen en la acti-vidad de estos grupos y en los miembros que la com-

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ponen. La segunda de las características tiene quever con la homogeneidad en la comunicación y dis-tribución de las representaciones, la cual antes quetodo debe ser tan vasta que llegue a conformarse enun conocimiento consensuado en su funcionalidadpara que dicha representación logre obtener un pesosocial durante un espacio y tiempo determinado, quecoadyuve en tal período al mejor entendimiento dela realidad del grupo en el que se produjo dicha re-presentación. Por último las representaciones socia-les, por ser producto de un pensamiento social es-tandarizado, no pueden desligarse de los procesos ycontenidos de pensamiento que se utilizaron para suconformación y puesta en marcha con todo y suscaracterísticas específicas en su estructura y procesode transformación (Wagner y Elejabarrieta, 1999).

Una de las funciones que se le ha dado a lateoría de las representaciones sociales desde la pers-pectiva de Moscovici es la de un “conocimiento cuyoobjetivo es crear una realidad” (Moscovici, 2003:91)por lo que es interesante analizar la forma en la quese crea la realidad en torno al tráfico de drogas enuno de los primeros narcocorridos. Para esto nosbasaremos en la manera en que se objetiva y se anclaesta actividad en la lírica de “Contrabando y trai-ción” y de esta forma tratar de entender la realidadque produce el sector endógeno a este tipo de músi-ca: quienes componen, producen, escuchan e inter-pretan este tipo de música y desde la perspectiva deque “nuestra vida diaria está entretejida con aquelloque otras personas actúan sobre nosotros. La razónpor la que conocemos nuestra vida es porque la crea-mos día a día” (Moscovici, 2003:91) y los narcoco-rridos son elementos esenciales para el conocimientode la vida de dicho sector, que cotidianamente vive losestragos del narcotráfico y todo lo que envuelve a éste.

LA OBJETIVLA OBJETIVLA OBJETIVLA OBJETIVLA OBJETIVAAAAACIÓN Y EL ANCLAJECIÓN Y EL ANCLAJECIÓN Y EL ANCLAJECIÓN Y EL ANCLAJECIÓN Y EL ANCLAJE

La teoría de las representaciones sociales se confor-ma de diversos procesos, entre estos el anclaje y la

objetivación. Ésta, desde una perspectiva amplia,describe el funcionamiento y la generación de repre-sentaciones sociales (Wagner y Elejabarrieta, 1999).Mientras que el anclaje es quien dota de significadoa las representaciones sociales.

A la objetivación, dentro de la teoría de las re-presentaciones sociales, se le ha asignado el papel deuna operación formadora de imagen y estructurante(Jodelet, 1986). Con esto se empieza a configurar laprincipal función que juega dentro del proceso deconformación de representaciones sociales y que esla de la captación de un abundante número de signi-ficados que transitan en el desarrollo del pensamien-to social para concretizarlos en el entendimiento delos grupos sociales (Jodelet, 1986).

Cabe mencionar que uno de los elementos deimportancia para que se puedan producir lasobjetivaciones en las representaciones sociales, es laexperiencia que se tenga con el objeto a representar(Álvarez, 2002). Esto no implica que en el caso deltema que nos interesa, el narcotráfico y los narcoco-rridos, la objetivación solamente pueda darse a par-tir de que los miembros del grupo que objetivan, seencuentren inmersos en el tráfico de drogas, ya quelos medios de comunicación de masas son base sufi-ciente para la producción y difusión de informacio-nes, opiniones e ideas (Farr, 1986) respecto al obje-to que después se representará socialmente.

Es importante recalcar que las personas que sededican a la composición de los narcocorridos fre-cuentemente hacen alusión a que la forma en la queellos se inspiran para componer las letras de sus obrases a través de los noticiarios televisivos, los radiofó-nicos y los medios de comunicación impresos comoperiódicos y revistas (Dávalos, 2003).

La objetivación en las representaciones socia-les, trae como consecuencia la producción del nú-cleo figurativo (Álvarez, 2002). Dicho elemento tam-bién conocido como central o principio generador(Wagner y Elejabarrieta, 1999) tiene dos finalidadesfundamentales para las representaciones sociales: la

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primera implica una tarea productora de significa-do a través de la cual los demás componentes de unarepresentación social adquieren o transforman a lamisma; la segunda es la de organizar a todas las rela-ciones que traen como consecuencia la asociaciónde los elementos que componen la representaciónsocial (Wagner y Elejabarrieta, 1999).

Este núcleo o principio generador es de unaimportancia vital para el desarrollo de las represen-taciones sociales dentro de un grupo determinado,ya que se encuentra enraizado en los anales del sec-tor que lo produce en base a las condiciones históri-cas y sociales que les ha tocado experimentar a lolargo de su devenir social (Wagner y Elejabarrieta,1999). Además, el principio generador define la ca-racterística consensual y homogénea del significadocompartido por todos los miembros del grupo(Wagner y Elejabarrieta, 1999), sin el cual una re-presentación social tendría fuerza de acción.

Por lo tanto se puede hablar de que laobjetivación dentro de una representación social sepuede entender como lo implícito del significadoexplícito, en este caso, de la letra de “Contrabando ytraición”. Es decir una imagen ya más estandarizadade lo que se dice de forma intertextual, el núcleo cen-tral de una idea que se da por concebida dentro delsector endógeno a la producción de la representa-ción social.

El anclaje, por otro lado, es el elemento de lasrepresentaciones sociales que tiene como finalidadintegrar los elementos informativos que se producenen una sociedad dentro del sistema de pensamientoya constituido, el cual es utilizado por los miembrosdel grupo para darle sentido a los objetos recién cono-cidos, desconocidos o inusitados que aparecen dentrodel espectro social del grupo en cuestión. De esta for-ma se le asigna un significado y/o se le da una utilidad ala representación y su objeto (Álvarez, 2002). En otraspalabras, el proceso de anclaje en las representacio-nes sociales tiene la finalidad de hacer comprensiblelo extraño para el grupo en el que se generen las re-

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presentaciones sociales (Wagner y Elejabarrieta,1999). Así, las formas que se utilizan en la lírica delos narcocorridos son de importancia para que loinasible por parte del grupo, es decir el narcotráficoy todo lo que este involucra, se vuelva accesible a suentendimiento.

El hecho de que dentro de un grupo en especí-fico se desarrollen las representaciones sociales, per-sigue la finalidad y tiene como base de acción el quea partir de dichas representaciones el grupo se orientaen su contexto, tanto social como material, para deesa forma entenderlo y por consiguiente dominarlo(Farr, 1986). Por esto es que tiene relevancia el aná-lisis de las representaciones sociales, son éstas laspautas de entendimiento del contexto social de losgrupos.

El anclaje debe de conceptualizarse como laforma en que las representaciones sociales se adhie-ren al sistema de pensamiento de un grupo específi-co (Jodelet, 1986). Es importante señalar que las re-presentaciones sociales no surgen de la nada, ni seinscriben sobre una hoja en blanco al momento en elque surgen, sino que cada vez que esto sucede en-cuentran un referente de pensamiento ya sea latenteo muy manifiesto (Jodelet, 1986) en el grupo endó-geno a la representación social de donde se ancla lanueva representación.

Esta forma de adhesión a la representación yaformulada, es el elemento esencial en el proceso cons-titutivo de las representaciones, ya que de esta ma-nera se observan y a la vez se entienden los lazos conuna forma cultural o social determinada del grupo(Jodelet, 1986). Diferente a la objetivación, la cualconstruye un conocimiento, el anclaje sólo suminis-tra de conocimiento al pensamiento social ya previa-mente constituido (Álvarez, 2002).

En el anclaje se observan las tres funciones ele-mentales de las representaciones sociales: la funciónde la integración cognoscitiva de lo novedoso al sis-tema de pensamiento ya constituido; la función de lainterpretación de la realidad, y la función de la orien-

tación del comportamiento y las relaciones sociales(Álvarez, 2002). De tal suerte es mediante el anclajecómo los grupos endógenos asimilan, entienden, danforma y uso al conocimiento recién adquirido, el cualles ayudará por lo tanto a entender y controlar sudevenir dentro de la sociedad y el contexto que lesrodea. Al anclaje en una representación social, se leentenderá como una moraleja que produce un co-nocimiento que permitirá caminar sobre bases com-prendidas, dejando entrever que una vez que se da elanclamiento, la decisión corre a cargo de los miem-bros del grupo en relación a la forma en la que seutilizará dicho conocimiento.

OBJETIVOBJETIVOBJETIVOBJETIVOBJETIVAAAAACIÓN Y ANCLAJE ENCIÓN Y ANCLAJE ENCIÓN Y ANCLAJE ENCIÓN Y ANCLAJE ENCIÓN Y ANCLAJE EN“CONTRABANDO Y TRAICIÓN”“CONTRABANDO Y TRAICIÓN”“CONTRABANDO Y TRAICIÓN”“CONTRABANDO Y TRAICIÓN”“CONTRABANDO Y TRAICIÓN”

Una vez que se han dimensionado tanto la objetivacióncomo al anclaje dentro del proceso de conformaciónde las representaciones sociales y entendiendo que losteóricos de estas afirman que las representaciones so-ciales son el resultado de la conformación de una rea-lidad determinada para el grupo endógeno a las mis-mas, nos enfocaremos en el análisis de la lírica deuno de los corridos fundacionales del género musi-cal denominado en nuestros días como narcocorri-do: “Contrabando y traición”. Esta canción se hacepopular en la segunda mitad de la década de los se-tenta y surge a través de la interpretación de uno delos grupos más populares que interpretan este géne-ro musical, Los Tigres del Norte.

Teniendo en cuenta que el anclaje se puededimensionar como la integración de los elementosinformativos que se producen en un grupo determi-nado, con la característica de que dicha integraciónse hace en virtud de un sistema de pensamiento yaconstituido dentro del sector en el que se produce,en el narcocorrido que nos interesa analizar tenemossólo una forma de anclaje. Esta tiene que ver con lamanera en que se ancla la representación respecto ala marihuana, droga bastante popularizada en la re-

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gión desde donde se populariza el narcocorrido enla década de los setenta (Astorga, 1995). Esta se re-presenta desde un punto de vista ético-moral, dondese percibe una diferencia que tiene que ver con unatradición milenaria muy arraigada respecto al uso dela herbolaria para la cura de males corporales. Así, lamarihuana desde este contexto se ancla como hierbamala diferenciándola de las hierbas buenas, aquellasque tienen una finalidad de proporcionar el bienes-tar a los individuos además de ser portadoras de unatradición y cultura autóctona de conocimiento pro-fundo respecto a la naturaleza.

traían las llantas del carrorepletas de hierba mala…

Se sabe que existen regiones en México dondela marihuana fue objeto, antes de tener la carga deprohibición con la que se conoce en la actualidad, deun uso medicinal hogareño, ya que dicha hierba seponía dentro de pomos con alcohol y esta mezcla fun-cionaba como un eficiente ungüento para los doloresreumáticos; además de que era común la venta decigarrillos compuestos de esta hierba (Astorga, 1995).La diferenciación entre hierba buena y mala, tiene

que ver ya con el hecho de la comercialización ilegal.El anclaje también tiene que ver con que la re-

presentación que se produce, además de tener un sig-nificado, tiene una utilidad para los miembros delgrupo endógeno a tal imagen. Así, la utilización quese le otorga funciona para poner sobre aviso a todasaquellas personas que vayan a consumir dicha hier-ba, fundamentalmente en relación con los perjuiciosque puede traer su consumo, y no sólo eso, sino todolo que implica el comercio, el tráfico y la producciónde la misma. Mediante dicho anclaje se deja entreverque la recomendación que circula dentro del grupoendógeno respecto a la “hierba mala” tiene tambiénrelación con consideraciones éticas respecto a llevarla vida dentro de la legalidad, haciendo caso a lasleyes y no sólo eso, sino también respetando la histo-ria y el conocimiento de sus ancestros en relación aluso de la herbolaria.

Por lo tanto, en este caso el anclaje cumple conla función antes dicha de una moraleja, la cual cum-ple con una de las características de las representa-ciones sociales y que nos dice que éstas son homogé-neas y con un consenso generalizado, en este caso enrelación a la carga axiológica que el grupo endógenoaplica a la representación de la marihuana en el nar-cocorrido.

En lo que se refiere a la objetivación, enten-diendo a esta como el elemento creador de conoci-miento dentro de las representaciones sociales, ya quese encarga de captar la totalidad de significados quecirculan dentro de un grupo específico, para concre-tizarlos y hacerlos accesibles al sector donde se pro-ducen y así coadyuve al mejor entendimiento de larealidad en la que se desenvuelve el grupo endóge-no, se tiene lo siguiente. Una de las objetivacionestiene que ver con la relación entre lo que es el con-trabando y la traición, temáticas que ponen título alobjeto analizado:

la traición y el contrabandoson cosas incompartidas…

Sonaron siete balazos

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Al anclaje en unarepresentación social, se le

entenderá como unamoraleja que produce un

conocimiento que permitirácaminar sobre bases

comprendidas

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Así se puede interpretar la forma en que se daa entender una incompatibilidad de la traición con lavida del contrabando, la cual puede ocasionar hastala pérdida de la vida (Lara, 2003). Por lo que de al-guna u otra forma, en el grupo endógeno se lanza laadvertencia para todos aquellos que tengan en men-te la incorporación al tráfico de drogas y así, desdeantes, se responsabilicen de sus actos y de las causasque les ocasionaría una mala jugada ya inmersos enel negocio del tráfico de drogas. De esta forma seobserva la misma línea del anclaje que se le da a larepresentación de la “hierba mala” y que implicaproporcionar un conocimiento al grupo endógenoque implica una invitación a llevar la vida dentro dela legalidad.

Otro de los elementos objetivados, tiene quever con una caracterización de género en virtud deuno de los dos personajes que protagonizan la letradel narcocorrido en cuestión: Camelia la Tejana:

ella era de San Antoniouna hembra de corazón…

Con la forma como se representa a esta “unahembra de corazón” se dimensiona un conocimien-to poco aplicado en la época en que se populariza lacanción analizada, la década de los setenta, y que tie-ne que ver con un rompimiento del estereotipo de lamujer abnegada, sumisa, ama de casa, que no recla-ma los engaños del marido. La mujer de este corridoya no se encuentra en la casa, por el contrario, serepresenta como una mujer en peligro, a la par queel hombre dentro de las lides del tráfico de drogas.Esta mujer ya no es sumisa, ya no perdona los enga-ños que la mujer mexicana estaba acostumbrada apasar por alto. Ahora se los cobra con la vida de quienla engaña o la traiciona:

Emilio dice a Cameliahoy te das por despedidacon la parte que te toca

tú puedes rehacer tu vidayo me voy pa’ San Franciscocon la reina de mi vida

Sonaron siete balazosCamelia a Emilio mataba…

Así, la mujer del narcocorrido no sólo es capazde matar, sino que tiene la capacidad de burlar tantoa los traficantes como a la propia policía:

la policía sólo hallóuna pistola tiradadel dinero de Camelianunca más se supo nada

Sonaron siete balazos

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De esta forma, el objeto analizado nos deja comoconocimiento que en lo que respecta al tráfico de drogas,este no tiene una composición de género exclusivo de lamasculinidad, sino que así como las mujeres van ganandoespacios dentro de la vida social y laboral de nuestro país,así también van encontrando un lugar en el terreno delcontrabando y el tráfico de drogas, y del corrido mexicanoen general como tan acertadamente lo aborda en su libroMaría Herrera Sobek (1990).

Otro de los conocimientos aportado mediantela objetivación del grupo endógeno a los narcocorri-dos, tiene que ver con el hecho de que las relacionesde pareja dentro del contrabando no deben ni pue-den pasar a ser más que relaciones de “trabajo”:

Emilio dice a Cameliahoy te das por despedida…

Ya que si entraran el amor y la pasión en lasmismas, estas relaciones laborales no podrían fructi-ficar más allá y llegarían a truncar asociaciones detrabajo tan exitosas como la de Emilio Varela y Ca-melia la Tejana.

Otra de las objetivaciones que se representa ennuestro objeto de estudio, implica la regionalización

del tráfico de drogas y ubica a este como una situa-ción transfronteriza, en donde van a ser los mexica-nos los productores y traficantes, mientras que los nor-teamericanos se representarán como los consumidoresde la “hierba mala”. La ruta geográfica que se presentaen este narcocorrido implica que parten de Tijuana haciaSan Isidro, cruzan San Clemente para después dirigir-se a Los Ángeles, California. Una vez ahí, se dirigenhacia Hollywood, destino del cargamento que habíande cruzar por la frontera norte de México:

Salieron de San Isidroprocedentes de Tijuana…

A Los Ángeles llegarona “Jaligud” se pasaron…

El hecho de que el destino de la carga fueraHollywood, deja entrever que el consumo de drogasen la época en que se populariza nuestro objeto deestudio se encontraba dimensionado de forma muygeneral a personas con un alto nivel adquisitivo, comolo sería la gente que se encuentra involucrada en laindustria cinematográfica norteamericana, cuya mecase encuentra precisamente en el lugar donde les pa-garon el precio por el cargamento y es de todos muyconocida la solvencia económica que produce dichaindustria.

La imaginación en el contrabando de estupe-facientes es de gran importancia para poder burlarel cerco de las autoridades encargadas de combatiresta actividad. Así, quienes son los encargados deltraslado de la carga de marihuana en nuestro objetode estudio, no adolecen de la imaginación necesariaya que de forma muy hábil trasladan el contrabandodentro de las llantas del vehículo que los transporta:

traían las llantas del carrorepletas de hierba malaeran Emilio Varelay Camelia la tejana…

Sonaron siete balazos

ÁMBITOÁMBITOÁMBITOÁMBITOÁMBITO

La mujer de este corrido yano se encuentra en la casa,

por el contrario, se representacomo una mujer en peligro ,

a la par que el hombredentro de las lides del tráfico

de drogas.

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De esta manera se da a conocer que se requie-re de mucha inventiva por parte de quienes se dedi-can a esta actividad, además de contar con la valen-tía suficiente y los nervios de acero:

Pasaron por San Clementelos paró la migraciónles pidió sus documentosles dijo: de dónde son…

En relación con las habilidades dentro del con-trabando de drogas, se presenta una denuncia hacialas autoridades en el sentido de que estas se presen-tan como las que llegan siempre al último de que seda la transacción o después de cometido un crimen(Lara, 2003), aún cuando los procesos para llevar abuen término el contrabando impliquen una canti-dad de tiempo bastante considerable como lo queimplicaría cambiar cuatro llantas de un carro en con-diciones adversas:

en un callejón oscurolas cuatro llantas cambiaronahí entregaron la hierbay ahí también se las pagaron…

Sonaron siete balazosCamelia a Emilio matabala policía sólo hallóuna pistola tirada…

Así, se tiene que la objetivación de la batallaentre buenos y malos que se da en este narcocorrido,por representarlo de alguna forma, la llevan ganadaestos últimos.

CONCLUSIÓNCONCLUSIÓNCONCLUSIÓNCONCLUSIÓNCONCLUSIÓN

El origen de las temáticas que se incorporan en latradición corridística mexicana y que a la fecha hanobtenido carta de identidad como los narcocorridos,

tiene una importancia singular en el sentido de loque la teoría de las representaciones sociales dice res-pecto a éstas como creación de una realidad confor-mada, aceptada y de carácter homogéneo por un gru-po que sufre día a día los embates del narcotráfico ysus secuelas de violencia, criminalidad, corrupción ymuerte.

El origen de este tipo de canciones con la te-mática de la ilegalidad, el consumo, la producción yel tráfico de drogas, sigue el camino para alcanzar unentendimiento de lo que al grupo endógeno le pare-ce incomprensible. Por lo tanto es de importanciaque trabajos de este tipo se sigan realizando desdecualquiera de las corrientes teórico-metodológicas delas ciencias sociales, ya que los narcocorridos, porbaladíes que parezcan, representan la forma de pen-sar, sentir, percibir y entender la realidad de un gru-po de mexicanos que día a día aumenta aún bajo laprohibición de la transmisión de este género musicalen las estaciones de radio legalmente establecidasdentro de nuestro país.

La censura en su transmisión difícilmentetransformará la manera en que el sector endógenopiensa y representa la problemática que existe en tor-no al narcotráfico, problemática –valga la pena elénfasis– bastante cotidiana cada vez en más rinconesde México.

Contr Contr Contr Contr Contrabando y trabando y trabando y trabando y trabando y traiciónaiciónaiciónaiciónaición

Salieron de San Isidroprocedentes de Tijuanatraían las llantas del carrorepletas de hierba malaeran Emilio Varelay Camelia la Texana

Pasaron por San Clementelos paró la emigraciónles pidió sus documentosles dijo: de dónde son

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ella era de San Antoniouna hembra de corazón

Una hembra si quiere a un hombrepor él puede dar la vidapero hay que tener cuidadosi esa hembra se siente heridala traición y el contrabandoson cosas incompartidas

A Los Ángeles llegarona “Jaligud” se pasaronen un callejón oscurolas cuatro llantas cambiaronahí entregaron la hierbay ahí también se las pagaron

Emilio dice a Cameliahoy te das por despedidacon la parte que te tocatú puedes rehacer tu vida

yo me voy pa’ San Franciscocon la reina de mi vida

Sonaron siete balazosCamelia a Emilio matabala policía sólo hallóuna pistola tiradadel dinero de Camelianunca más se supo nada

Autor:

Ángel González

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Recibido: diciembre de 2003Aceptado: enero de 2004

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