sergio rodríguez "el chacho". por juan carlos rodríguez. fotografías de luis barta

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MAGAZINE EL MUNDO N 0 34 24 DE AGOSTO DE 2014 LA HORA DEL CHACHO RODRÍGUEZ UN BASE GENIAL EN LA COPA DEL MUNDO

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Entrevista a Sergio Rodríguez "El Chacho", jugador de baloncesto del Real Madrid y de la Selección Española.

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Page 1: Sergio Rodríguez "El Chacho". Por Juan Carlos Rodríguez. Fotografías de Luis Barta

M AG A Z I N E E L M U N D O

N0 34 24 DE AGOSTO DE 2014

LA HORA DEL CHACHO RODRÍGUEZ

UN BASE GENIAL EN LA COPA DEL MUNDO

Page 2: Sergio Rodríguez "El Chacho". Por Juan Carlos Rodríguez. Fotografías de Luis Barta

VERSACE. Rodríguez, 28 años, con el tres piezas oficial del Real Madrid realizado por la firma italiana. Se trata de un traje de lana con chaqueta de doble botón, chaleco y pantalón; camisa ajustada de popelina y zapatos derby con cordones.

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Page 3: Sergio Rodríguez "El Chacho". Por Juan Carlos Rodríguez. Fotografías de Luis Barta

Con su juego vivo y portentoso y su barba de náufrago, marca estilo dentro y fuera de la

cancha. SERGIO RODRÍGUEZ ha completado una gran temporada con el Real Madrid

y la Selección. Su próxima cita es con el Mundial, que se celebra en septiembre en nuestro

país. Quiere seguir en la estela de los grandes. Por JUAN CARLOS RODRÍGUEZ Fotografía de LUIS BARTA

LA HORA DEL

CHACHOste año te lo estás llevando todo, Chacho!”. El grito re-tumba en la cancha de entre-namiento del Real Madrid provocando la sonrisa cómpli-ce de Sergio Rodríguez El Cha-cho, el nuevo fenómeno del ba-loncesto español. A sus 28

recién cumplidos, el jugador canario (Santa Cruz de Tenerife, 12 de junio de 1986), que deslumbró con su juego en el Estudiantes y tocó el cielo en la NBA (donde jugó cuatro temporadas en tres equipos distin-tos: Portland, Sacramento y Knicks), ha alcanzado una brillante madurez vestido de blanco. Tras una déca-da como profesional, el niño que soñaba con Mi-chael Jordan es hoy un base con toda la barba. Un lí-der que encandila a la afición con un estilo de juego divertido, espectacular y eficacísimo.

Integrante del quinteto ideal de la Euroliga, esta temporada ha sido elegido MVP (jugador mejor va-lorado) de la competición europea y ha obtenido cua-tro importantes premios de la Liga ACB: jugador más espectacular, mejor pasador, mejor base y premio a los mejores valores de la Liga Endesa. Favorito al pre-mio MVP del torneo nacional, esta distinción recayó en Justin Doellman, pívot del Valencia Basket Club.

Coincidiendo con sus brillantes actuaciones, el dorsal número 13 del Real Madrid y 6 de la Selección Española se dejó crecer una espesa barba de náu-frago. “Empecé a llevarla después de la Olimpiada de Londres 2012. Antes había estado con mi novia de va-caciones en Mykonos (Grecia) y allí me llamó la aten-ción el look. Me gusta cómo me queda así que, de mo-mento, no pienso afeitármela”, afirma el campeón del mundo con la Selección en Japón 2006 y Plata en los JJOO de Londres 2012. Además de ser una de sus principales señas de identidad, este detalle remar-ca su actual etapa de madurez y parece servirle de talismán. Con sus asistencias mirando al tendido, sus malabarismos con el balón y sus triples de ocho me-tros, el portentoso base marca estilo. Hasta el pun-to de que la afición le ha convertido en el mesías de una nueva religión: el chachismo.

Para afinar con la definición de este “movimiento artístico” ligado a su estilo de juego, acudimos a la voz experta de Arsenio Cañada, comentarista de balonces-to de TVE: “El chachismo es diversión, magia, impro-visación, sorpresa… Y desde hace un tiempo también es táctica y efectividad en el tiro. Sergio ha consegui-do el sueño de muchos: poder jugar al más alto nivel, tanto en el Real Madrid como en la Selección Espa-ñola, como lo haría en un entrenamiento o en el pa-tio de su casa. Sin complejos, sin miedo al error, arries-gando, inventando y divirtiendo al espectador”.

EN LA CAPITAL. El Chacho Rodríguez nos recibe en el pabellón de baloncesto del Valle de las Cañas, si-tuado en Pozuelo de Alarcón (Madrid), cerca de su casa de Majadahonda. En este moderno edificio, él y sus compañeros entrenan cada día tras el rutinario ven-daje de tobillos y el posterior calentamiento. “Sergio consigue sorprender en cosas que ni siquiera uno pue-de enseñar”, reconoce su entrenador, Pablo Laso. El ju-gador quiere prolongar su estado de gracia con Espa-ña en la inminente Copa del Mundo, cuyo balón se pondrá en juego a partir del 30 de agosto. Pero fue el 4 de julio cuando celebró el partido de su vida: su boda con la alicantina Ana Bernal, a la que conoció en 2007. A diferencia de las torres del equipo, la presencia de El Chacho no impone. Más bien espigado (1,91 m de es-tatura y 84 kg de peso), de tez pálida y suave acento canario, desde el primer apretón de manos transmite cercanía, tranquilidad y buenas vibraciones. “Siento que la pelota es una extremidad más de mi cuerpo”, dice mientras hace girar el balón con la punta del dedo. Si llevara gafas de pasta y paseara en una bicicleta vinta-ge podría pasar por hipster . Tras conocerle dan ganas de dejarse barba. Y de convertirse en su apóstol.

–¿Qué es el chachismo? ¿Cómo lleva ser el mesías de este nuevo culto?

–[Risas] Bien, me tengo que concentrar en lo que tengo que hacer y ya está… Es una forma de jugar alegre, dinámica y muy competitiva. Intento hacer las cosas fáciles. Me gusta que todo fluya, aunque para lograr esos minutos de comodidad en la can-cha antes hay que preparar bien el partido.

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–Explíqueme en qué consiste su trabajo. –Como director del equipo en la pista, un base

tiene que conocer las fortalezas y las debilidades de cada jugador. Debe aportar tranquilidad y transmitir confian-za, buscando las mejores opciones para todos.

–Perdone la pregunta trampa… ¿Cree que el nue-vo rey Felipe VI tiene madera para ser un buen base de este equipo en crisis llamado España?

–[Serio]. Seguro que sí, porque ha estado toda su vida preparándose para este momento. Felipe ins-pira confianza, y me gusta también la figura de Don Juan Carlos, lo que ha representado para la estabi-lidad de España durante todos estos años.

–¿Su estilo es monárquico o republicano? –Es complicado responder a eso… Yo solo inten-

to estar a gusto en el campo. –Esta temporada está arrasando. ¿Cuál es su balan-

ce personal? –Muy positivo. A principio de temporada nos

marcamos el objetivo de ganar todos los títulos. Hemos ganado dos (Copa y Supercopa) y perdido otros dos (Euroliga y Liga). En lo personal estoy muy contento con mi regularidad, una consecuencia de haber mejorado tanto mi físico como mi tiro. Para cualquier jugador, tener tiro es una amenaza muy im-portante; no solo implica meter la canasta, sino te-ner a la defensa más pendiente y a tus compañeros más liberados.

–El Real Madrid ha perdido por segundo año con-secutivo la Final de la Euroliga, en esta ocasión con-tra el Macabbi. ¿Qué lectura hace de esta derrota?

–En el momento que pierdes, todo es una mier-da. Pero hay que verlo con perspectiva, de forma po-sitiva. Hemos hecho una gran Euroliga, y si segui-mos haciendo un buen trabajo, podremos ganarla.

–El Premio a los Mejores Valores se le otorga por “combinar liderazgo, eficacia, actitud, generosidad y entrega”. ¿Aprecia alguno de forma especial?

–Los bases destacamos en generosidad, por dar asis-tencias. Ser generoso con tus compañeros me pare-ce un valor muy bonito. Pero en mi caso la generosi-dad tiene una parte de egoísmo: me gusta más dar una asistencia que meter una canasta.

–Pepe Luque, quien fuera su entrenador en el colegio La Salle (Tenerife) desde los 10 a los 14 años, dice que tras unos años en los que parecía haber per-dido su magia, “Sergio ha vuelto a jugar como cuando era un niño”. ¿A qué se refiere?

–A la sensación de disfrutar. Me guío mucho por sensaciones y si estoy bien lo transmito en la cancha. De pequeño jugaba con mucha libertad, tenía mu-cha confianza. Luego, como profesional, vas pasan-do por etapas, viendo lo que te viene bien o mal, cómo tienes que responder a cada entrenador… Por suerte, ahora estoy en un entorno que me favorece.

–¿Cuál es su primer recuerdo de infancia aso-ciado al baloncesto?

–Mis padres tirando a la canasta en el patio de casa. Sergio Rodríguez se crió en El Ortigal, un pueblo

de Tenerife. La canasta que veía desde su habitación era un imán irresistible. “Intentaba imitar las jugadas de bases como Djordjevic o Raúl López, y en general a ídolos que disfrutaban con el balón, como Jason Williams, Shaquille O’Neal o Michael Jordan. Tenía sus pósters pegados en las paredes de mi cuarto, e inclu-

so soñaba con ellos. Para mí las estrellas de la NBA eran inalcanzables. Leía revistas, porque Internet no funcio-naba. Al menos tuve la suerte de ver los partidos por Ca-nal +”, recuerda.

Sus padres, Sergio y Puchi, maestros de Primaria y aficionados a este deporte, se conocieron en un par-tido. Así que el niño llevaba el baloncesto en la sangre. “Era tremendo, muy movido, un bichejo”, recuerda su madre. ¿Hiperactivo? “No llegaba a eso, era más bien inquieto y competitivo. Necesitaba juegos de actividad y nosotros le ayudábamos a canalizar esa energía de forma positiva”, precisa su padre. Espe-cialistas en pedagogía terapéutica, ambos trabajan como profesores en un colegio de Arganda del Rey (Madrid). “Ellos son mis psicólogos particulares. Tengo la suerte de tener dos padres maravillosos que me han ayudado siem-pre”, reconoce el jugador, que compagina su carre-ra deportiva con estudios de Publicidad en la Univer-sidad Carlos III de Madrid.

Siguiendo los pasos de su padre, Sergio empezó a jugar en el Colegio La Salle de Tenerife. A Pepe Luque, su antiguo entrenador, no le pasó desapercibido su ta-lento innato: “Era habilido-so, alegre, muy líder. Se di-vertía encestando y dando asistencias. No era nada aca-parador, sino más bien ge-neroso, algo raro en un niño. Le gustaba jugar para el equipo”. Luque procu-ró afinar su técnica indivi-dual, intentando que su ta-lento fluyera. “No le coartaba, le dejaba que se equivocara para luego co-rregirle, y sobre todo inten-taba que se divirtiera. Pero claro, nunca imaginas que un alumno tuyo llegue a ser el mejor de Europa o a jugar en la NBA. Hay muchos críos que parece que van a llegar lejos y luego se pier-den por el camino. Eso sí, Sergio destacaba por su obsesión, empeño y constancia. Fue una lotería ha-ber entrenado a este crack”.

A los 14 años, Sergio emigró a la Península recla-mado por el Centro de Formación Siglo XXI, en Al-gorta (Bilbao), donde perfeccionó su habilidad con el balón. Su familia sufrió su ausencia, pero el sa-crificio merecería la pena. En 2003, Pepu Hernán-dez, por entonces entrenador del Estudiantes, le convocó para disputar la final de la liga ACB. “Fue un shock en mi carrera. Estaba de vacaciones y me llamaron para sustituir a un jugador lesionado. El ambiente que viví en Vistalegre fue brutal, aun-que solo jugué el último minuto de la final”. Tiem-po suficiente para recorrerse la cancha de punta a punta y meter un canastón. El Estudiantes perdió, pero ese día comenzó su leyenda.

“El Chachismo es una forma de jugar alegre [...] Me gusta que todo fluya, aunque para lograr esos minutos de como-didad en la cancha antes hay que preparar bien el partido”

E l C h a c h oP E R S O N A J E

El verano siguiente disputó el Campeonato Euro-peo Junior, donde fue nombrado MVP. Y en su pri-mera temporada completa en la ACB obtuvo el pre-mio al jugador revelación. Internacional con la Selección Española desde los 19 años, se proclamó campeón del mundo en Japón 2006. Tras tres tem-poradas en el Estudiantes (2003-2006), la NBA llamó a su puerta. A sus 20 años, era uno de los jugadores más jóvenes de la liga de las estrellas. Ni en los mejores sue-ños. Pero el suyo no ha sido un camino de rosas. Du-rante su periplo americano (pasó tres temporadas en Portland y el último año repartido entre Sacramen-to Kings y los Knicks de Nueva York) su talento no acabó de explotar. Le faltó confianza, chupó banqui-

llo, sufrió traspasos... –¿Qué análisis hace de

su etapa en la NBA? –Jugué casi 300 parti-

dos (67 en el primer año). Valoro mucho lo que hice: llegué con 20 años a Esta-dos Unidos, solo, sin ape-nas saber inglés... Crecí como persona y como pro-fesional. Por el camino hay piedras, pero no lo sentí como algo que me hiciera daño.

–Tras dejar los New York Knicks, en 2010 llegó al Real Madrid de Ettore Messina. Dejó una familia desestructurada para en-trar en un frenopático. ¿Cómo le afectó el ambien-te desquiciado de su nuevo equipo?

–El primer año se me hizo larguísimo. Me costó adaptarme, porque la pre-sión era aún mayor que en la NBA: perdimos la Super-copa, pasamos de Vistale-gre a la Caja Mágica con la afición en contra, Messina

dimitió antes de acabar la temporada… –He leído que su gran cambio ha sido la rutina. Y

que la combinación de genialidad y rutina le han convertido en el actual mejor jugador de Europa…

–Sí, antes iba un poco por arreones. Me extramoti-vaba en algunos partidos y no estaba centrado en otros. Ahora intento que cada partido sea el mismo: hago un buen entrenamiento, ayudo al equipo desde el ban-quillo… Así las cosas van saliendo rodadas.

–¿Para rendir al máximo hay que ser un poco oficinista?

–Hay que echar horas, pero además de cantidad tiene que haber calidad. A mí me viene bien trabajar para tener confianza al día siguiente. La suerte hay que buscarla. Si un día meto cinco triples,… ¿es suerte? Sí, pero también he tirado 5.000 antes.

Llegados a este punto, le pido que resuma los hi-tos de su carrera profesional: ¿La Salle? “Diversión”. ¿Si-glo XXI? “Pasión”. ¿Estudiantes? “Intensidad”. ¿NBA? “Sueño realizado” ¿Real Madrid? “Lo máximo”.

“A mí me viene bien trabajar para tener confianza al día siguiente. La suerte hay que buscarla. Si un día meto cinco triples… ¿es suerte? Sí, pero también he tirado 5.000 antes”

BASE. El deportista del Real Madrid durante un partido de la selección española de baloncesto.

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“En el momento que pierdes, todo es una mierda. Pero hay que verlo con perspectiva, de forma positiva. Hemos hecho una gran Euroliga y, si seguimos así, podremos ganarla”

“Empecé a llevar la barba después de la Olimpiada de Londres 2012 [...] Me gusta cómo me queda así que, de momento, no pienso afeitármela”

El éxito y los patrones de juego de Sergio Rodríguez y Xabi Alonso (25 de noviem-bre de 1981, Tolosa, Guipúz-coa) sigue caminos paralelos. Responsables del cuadro de mandos del Real Madrid y de la Selección Española, comparten más que una corporativa visión del juego. LIDERAZGO Canalizan el juego del resto del plantel, una responsabilidad que aceptan como parte de su “día en la oficina”. Y por el área que abarcan en el orginagrama del juego, tiran del carro cuando pintan bastos. Cohesionan, hacen grupo, integran, motivan... y hasta infunden calma. “Destacaría un liderazgo dentro de la discreción, porque no le gusta llamar la atención ni significar. Nunca aparece en primera línea en las celebraciones. Esa jerarquía se la ha ido otorgando la vetera-nía. Gracias a las circunstancias y al puesto que ocupa ha llegado a ello. Es un futbolista con muy buena cabeza que se ha transforma-do como un entrenador dentro del campo”, razona Enrique Marín, autor de Xabi Alonso, un modelo de futbolista, (Ed. Al Poste). VISIÓN DE CONJUNTO Solidarios y estrategas, ceden protagonismo a otras estrellas (si bien El Chacho ha subido un escalón este año en cuanto a showtime). Les motiva aparecer arriba en las estadísticas de balones robados y asistencias

repartidas. “Ha habido una evolución brutal, sobre todo en técnica, en uno contra uno y en conocimiento del tempo del partido”, opina Pepu Hernández que tuvo a El Chacho en el Estudiantes y en la Selección Española. TEMPLE No huyen de la responsabili-dad en los momentos complicados. Alonso, desde la tortura del punto de

penalti cuando agoniza el partido; El Chacho desde la entrada a canasta, el triple o el tiro libre cuando faltan décimas. Jamás transmiten ansiedad. Pepu cree que Sergio “va a ser determinan-te en situaciones límite”. MADUREZ Para alcanzar la cima, ambos han tenido que emigrar. Xabi Alonso salió con 16 años a aprender inglés rumbo a Irlanda; luego, con 22, recaló en el Liverpool de Rafa Benítez y, en 2009, en el Real Madrid, donde agarró el cetro de la medular. Sergio se marchó al País Vasco antes

de recalar en Madrid para jugar con Estudiantes en 2002. De ahí saltó a una NBA que no supo exprimir su potencial. “Cuando fue a EEUU afrontó un reto ilusionante pero muy duro, porque hasta desconocía el idioma. Esa etapa le ha fortalecido y ahora el jugador se siente importante y querido”, refuerza Pepu. Con Pablo Laso como entrenador, ha eclosionado

la versión más esplendorosa de El Chacho. ELEGANCIA Cuerpo erguido, barbilla alta y ojos que escrutan todos los pasillos para filtrar balón al compañero mejor posicionado. Xabi juega con frac; El Chacho sale al recreo. En sus tareas, los dos ejecutan los movi-mientos como si los copiaran de un manual. “Xabi es un gentleman del fútbol. Es camaleónico, académico en su formación y juega para el equipo. Es el mejor mediocentro del mundo, el más perfecto y despliega sentido de la proporción. Es difícil de sustituir, intimida, roba y además, sabe

de sus limitaciones “, refrenda Enrique Marín. IMAGEN Ambos proyectan una poderosa personal brand. La barba ya es marca de la casa, recortada y rojiza en Alonso; robinsona y sabia en Rodrí-guez. El futbolista ha sido reclamado por Hugo Boss y La Gula del Norte, entre otros. A Sergio le han confiado campañas dentro de los patrocinios de la ACB como Plátano de Canarias, Bifrutas de Pascual o Endesa. Si se afeitaran, descendería su impacto marketiniano. Por JAVIER CABALLERO

CENTROCAMPISTA. Alonso, jugador del Real Madrid y de la Selección, se dispone a hacer un pase.

XABI ALONSO Y

SERGIO RODRÍGUEZ, DOS

CARRERAS PARALELAS

En el Real Madrid, entrenador y compañeros con-fían ciegamente en El Chacho, y eso le ha permitido ex-plotar sus cualidades. “De la mano de Pablo Laso, que fue uno de los mejores bases de España, ha conse-guido el equilibrio entre la disciplina de equipo y la sin-gularidad de su juego”, explica Arsenio Cañada, para quien el tinerfeño ha mejorado en el tiro después del bote y en el control del juego. ¿Cuál es la conse-cuencia de estas mejoras? “Las defensas rivales tie-nen que estar muy pendientes de él, porque ahora, cuando le dejan un milímetro, tira y anota. No falla. Esa amenaza, unida a su velocidad, hacen de él un jugador muy complicado de defender. La madurez en su juego también le ha beneficiado a la hora de con-trolar el ritmo de partido. Ya no juega siempre a tum-ba abierta; en los dos últimos años ha sabido equi-librar el juego del equipo y eso en parte se debe a la confianza que le ha mostrado Laso”, añade Cañada.

FRESCO Y ATREVIDO. Su diagnóstico coincide con el del veterano periodista deportivo Ramón Tre-cet, pionero en retransmitir los partidos de la NBA en España, además de varios Juegos Olímpicos: “A diferencia de Messina, Laso le ha otorgado la liber-tad suficiente para ejercitar sus cualidades”. Según Trecet, el crack tinerfeño “tiene la frescura y el atre-vimiento de Carmelo Cabrera, otro base canario que destacó en el Real Madrid de los 70, aunque Ser-gio es técnicamente superior”. Como Cabrera, El Chacho es fantasía pura y es capaz de levantar con un pase a todo un pabellón. ¿Está marcando época? “Si sigue así, sí. Solo le falta continuidad, más años de excelencia. Sabe leer el juego, tiene visión pe-riférica, ese segundo y medio de ‘tiro o penetro’, de adelantarse a la defensa”.

–El Real Madrid le ha ampliado contrato hasta 2018 (superando el 1,1 millón de euros que ganaba hasta ahora), pero su representante, José Ortiz, no des-carta que pueda jugar más en la NBA. ¿Lo contempla?

–Antes miraba más a medio plazo, pero ahora estoy contento donde estoy, me encuentro muy có-modo y no quiero mirar más allá de mañana. Cuan-do me tenga que retirar, no quiero arrepentirme de no haber disfrutado de cada momento.

Terminado su viaje de novios, Sergio Rodríguez ha empezado a preparar el Mundial de Baloncesto, que se disputará entre el 30 de agosto y el 14 deseptiembre. “Que se celebre en casa es un premio para todos”, con-fía. ¿Resucitará el chachismo la afición por el balon-cesto español? “¡Es a lo que nos tenemos que agarrar para impulsar nuestro deporte!” concluye Arsenio Ca-ñada. “Con nuestros mejores jugadores en la NBA, que además juegan de madrugada, y con la mejor gene-ración de baloncestistas, la del 80, en sus últimos años de carrera deportiva, El Chacho encarna todas las cualidades para que este deporte enganche. Y además de su juego, su look es un reclamo entre los jóvenes. Hay que aprovecharlo”. De momento, el niño que soñaba con baloncesto se lo está llevando todo. Ojalá que tarde en usar la cuchilla de afeitar. �

El Mundial se disputará entre el 30 de agosto y el 14 de septiembre. Más información: www.realmadrid.com y www.feb.es El vídeo en Orbyt y en www.fueradeserie.com

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