sergio colangelio o o o o o e o o o o o d o o o figura8 s.colangeli figura9 bb figura 10 ladriljo...

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Las cisternas depuradoras romanas en Fermo (Italia) EL TERRITORIO, LA HISTORIA Y LA CIUDAD La región italiana de Las Marcas es donde se encuen- tra la ciudad de Fermo, lugar en el que está ubicado el objeto de esta investigación; desde el punto de vis- ta geográfico se caracteriza por una faja costera llana y por una zona interior, primero de colina y luego de montaña, surcada por ríos que bajan de los Montes Apeninos hacia el Mar Adriático. 1 Esta zona del centro de Italia, como recuerda la historiografía clásica, ha estado dispuesta siempre a acoger personas y culturas distintas, provenientes también de la otra costa adriática. Plinio nos brinda informaciones históricas sobre el pasado de los «picenos»,2 así se denominaba el pue- blo de estas tierras, cuyo desarrollo más elevado de civilización se señala a partir del siglo VIII a. C. En el 264 a. C., los romanos fundaron en Fermo la colonia Firmum Picenum para acoger una fortale- za estratégica con el fin de controlar las instancias autonómicas y las iniciativas militares de los pice- nos.] Comenzó así aquella política de «romanización» que verá en Fermo el punto de apoyo de Roma en esta región; en efecto, la ciudad surgida sobre una colina entre los valles del río Tenna y del río Ete, que contaba con una desembocadura al mar, se volverá una fuerte realidad institucional, sobre todo a partir del año 90 a. c., cuando sus habitantes obtuvieron la plena ciudadanía romana. Éste es el período de ma- yor gloria para Fermo, la ciudad se expande y enri- Sergio Colangeli quece con obras públicas que la preparan para el nue- vo papel que había asumido. El centro habitado fue sometido así a una reestruc- turación radical, actuada a través de ampliaciones y disposición en terrazas, contenidas en poderosas obras de construcción en ladrillo, que tenían la fun- ción de resolver el excesivo declive de la colina. Se nota la importancia fundamental del ejemplo de realizaciones monumentales semejantes realizadas por Augusto en Roma y en otras ciudades de Italia, consideradas por lo general como modelo para otros centros;4 un papel emblemático adquiere así el teatro, cuyas ruinas son visibles aún, así como el F orum y los acueductos. Una red de galerías subterráneas, en efecto, regulaba el flujo de las aguas, dirigiéndolas hacia cisternas monumentales.5 HIPÓTESIS SOBRE LA FECHA DE CONSTRUCCIÓN DE LAS CISTERNAS Ante la falta de datos de excavaciones, la cronología del edificio se puede proponer sólo sobre consideracio- nes de orden histórico y técnico-constructivas; en efec- to, no es posible saber si las fístolas plúmbeas de las Cisternas tenían inscripciones, porque se han perdido; de otro modo de dichas inscripciones se hubiera podido obtener noticias útiles sobre la fecha de construcción de la obra y probablemente también sobre su arquitecto. Se podría asegurar que la construcción de las Cis- ternas de Permo se debe al emperador Augusto, que Actas del Tercer Congreso Nacional de Historia de la Construcción, Sevilla, 26-28 octubre 2000, eds. A. Graciani, S. Huerta, E. Rabasa, M. Tabales, Madrid: I. Juan de Herrera, SEdHC, U. Sevilla, Junta Andalucía, COAAT Granada, CEHOPU, 2000.

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  • Las cisternas depuradoras romanas en Fermo (Italia)

    EL TERRITORIO, LA HISTORIA Y LA CIUDAD

    La región italiana de Las Marcas es donde se encuen-tra la ciudad de Fermo, lugar en el que está ubicadoel objeto de esta investigación; desde el punto de vis-ta geográfico se caracteriza por una faja costera llanay por una zona interior, primero de colina y luego de

    montaña, surcada por ríos que bajan de los MontesApeninos hacia el Mar Adriático. 1

    Esta zona del centro de Italia, como recuerda lahistoriografía clásica, ha estado dispuesta siempre aacoger personas y culturas distintas, provenientestambién de la otra costa adriática.

    Plinio nos brinda informaciones históricas sobre elpasado de los «picenos»,2 así se denominaba el pue-

    blo de estas tierras, cuyo desarrollo más elevado decivilización se señala a partir del siglo VIII a. C.

    En el 264 a. C., los romanos fundaron en Fermola colonia Firmum Picenum para acoger una fortale-za estratégica con el fin de controlar las instanciasautonómicas y las iniciativas militares de los pice-nos.]

    Comenzó así aquella política de «romanización»que verá en Fermo el punto de apoyo de Roma en

    esta región; en efecto, la ciudad surgida sobre unacolina entre los valles del río Tenna y del río Ete, quecontaba con una desembocadura al mar, se volveráuna fuerte realidad institucional, sobre todo a partirdel año 90 a. c., cuando sus habitantes obtuvieron laplena ciudadanía romana. Éste es el período de ma-

    yor gloria para Fermo, la ciudad se expande y enri-

    Sergio Colangeli

    quece con obras públicas que la preparan para el nue-

    vo papel que había asumido.El centro habitado fue sometido así a una reestruc-

    turación radical, actuada a través de ampliaciones ydisposición en terrazas, contenidas en poderosasobras de construcción en ladrillo, que tenían la fun-ción de resolver el excesivo declive de la colina.

    Se nota la importancia fundamental del ejemplo derealizaciones monumentales semejantes realizadaspor Augusto en Roma y en otras ciudades de Italia,

    consideradas por lo general como modelo para otroscentros;4 un papel emblemático adquiere así el teatro,

    cuyas ruinas son visibles aún, así como el F orum ylos acueductos. Una red de galerías subterráneas, enefecto, regulaba el flujo de las aguas, dirigiéndolashacia cisternas monumentales.5

    HIPÓTESIS SOBRE LA FECHA DE CONSTRUCCIÓN DE

    LAS CISTERNAS

    Ante la falta de datos de excavaciones, la cronologíadel edificio se puede proponer sólo sobre consideracio-nes de orden histórico y técnico-constructivas; en efec-to, no es posible saber si las fístolas plúmbeas de las

    Cisternas tenían inscripciones, porque se han perdido;de otro modo de dichas inscripciones se hubiera podidoobtener noticias útiles sobre la fecha de construcción dela obra y probablemente también sobre su arquitecto.

    Se podría asegurar que la construcción de las Cis-

    ternas de Permo se debe al emperador Augusto, que

    Actas del Tercer Congreso Nacional de Historia de la Construcción, Sevilla, 26-28 octubre 2000, eds. A. Graciani, S. Huerta, E. Rabasa, M. Tabales, Madrid: I. Juan de Herrera, SEdHC, U. Sevilla, Junta Andalucía, COAAT Granada, CEHOPU, 2000.

  • 232

    logró su realización en los últimos decenios de suvida, entre el 40 y 60 d. C.; en efecto las notables di-

    mensiones de los ladrillos usados, 45x30x7 cm, sucolor, rojo cinabrio, su óptima calidad, el pequeñoespesor de las mezclas en los empalmes de los ladri-llos, 10-15 mm, y la técnica avanzada de la bóvedasdejan suponer como casi cierta esta datación.6

    Ulteriores indicios sobre la datación derivan del

    método para el abastecimiento de las aguas manan-tiales, en conformidad con las prescripciones de Vi-truvio, el cual era precisamente el arquitecto del em-perador Augusto/ y se ha formulado la hipótesis deque había sido el mismo Vitruvio el autor de las Cis-

    ternas de Fermo. K

    LAS CISTERNAS DEPURADORAS

    La documentación presentada indica que, en ciuda-des del centro de Italia, en la época romana se ha-bía programado una imponente actividad ediliciafinalizada a la realización de estructuras destinadasal abastecimiento hídrico, proyectos puestos enobra en edad augustea para adecuar los centros ha-bitados a las mayores exigencias enlazadas con losfenómenos de urbanización y, como en el caso dela ciudad de Fermo, también para abastecer la flotanaval, anclada en el puerto vecino, y a las legiones

    militares.En Italia surgieron sólo otras dos obras de dimen-

    siones semejantes: la Piscina Mirabile en Baia, y elTanque de Chieti; las Cisternas de Fermo se colocanpor capacidad de cuenca sólo después de las de Baia,pero también por importancia, considerando el exce-

    lente estado de conservación que ha consentido unaparcial utilización como depósito de agua, hasta hacealgunos años.

    El conjunto arquitectónico, denominado común-mente Piscinas, pero que en realidad es un depósitode agua potable, es una verdadera obra de arte de téc-nica constructiva; se encuentra debajo de la actualVía Paccarone (figura 1) y su área es de 69x32,20 mequivalentes a 2.222 m2, con una cubicación bruta de

    15.000 mJ aproximadamente (figura 2).Los muros externos o perimétricos tienen un espe-

    sor de 1,65 m y son de calcina, el denominado opuscaementicium;9 su interior está subdividido por mu-

    ros ortogonales construidos empleando la técnica deopus testaceum,10 denominada también en saco, con

    S. Colangeli

    Figura 1

    Figura 2

    espesor de 0,75 m, estos muros subdividen el espacio

    interno en 30 tanques comunicantes, de planta rec-tangular, dispuestos en tres hileras, cada una de

  • Las cisternas depuradoras romanas en Fcrmo 233

    9,20 m de largo, 5,90 de ancho y de 6,00 m de altura

    en su cumbre.Los tanques comunicaban entre sí a través de aber-

    turas de tres tipos: el primer tipo, está constituido poraberturas de 2,40 m de ancho, 2,50 m de alto, que tie-nen encima arcos de medio punto, realizados emple-ando piezas de ladrillo de 43 cm de largo y con espe-sor variable entre el intradós y el extradós del arco; elsegundo tipo, está constituido por aberturas de l,OO

    de ancho, 2,50 m de alto, con encima arcos rebajadosen ladrillos parecidos a los precedentes; por último eltercer tipo, está constituido por pequeñas aberturas de35 cm de ancho, 45 de alto, con aberturas a dos aguas(figura 3). La dislocación de las aberturas consentía elflujo de las aguas contenidas en la cisterna en el senti-

    do de los ejes mayores o menores, con una inclina-ción del 1% en dirección noreste, hacia los tubos dedistribuciónll (figuras 4-5).

    Las bóvedas de cañón, de cobertura de los tan-ques, son de calcina 'puzolana' ,12echada en estratosencima de la estructura de tablas, de las que perma-nece aún la huella; en ellas se dejaron aberturas, o

    Figura 4

    Figura 3

    claraboyas, cuya forma se alternaba entre la cuadraday la circular; las primeras con un lado de 60 cm, y las

    segundas con 30 cm de radio. Casi todas las abertu-

    ras o claraboyas están en el centro de las bóvedas, ytenían función de inspección, naturalmente en el ex-terior estas estaban protegidas por pequeñas protec-

    Figura 5

  • 234

    ciones o rejillas espesas de metal cerradas con escoti-

    llones (figura 6).

    Figura 6

    Los ladrillos de los paramentos son rojos, porqueestán hechos de arcilla rica en óxido de hierro, biencocidos y de gran dureza; por lo general tienen di-mensiones de 45x30x7 cm. La opus signinuml] seempleó abundantemente para enlucir todos los murosperimétricos, para impermeabilizar los cantones for-

    mados por los muros divisorios con las paredes peri-métricas, para hacer zócalos que alcanzaban una al-tura de 75 cm, y finalmente pard nivelar y acabar lapavimentación realizada en calcina; en efecto la Cis-terna se apoya en un robusto plano de opus caementi-cium en obra de cemento con espesor no mensurabley el pavimento es en conglomerado de mezcla de ce-

    mento con superficie bastante levigada, en algunosespacios en el pavimento hay una canaleta para lalimpieza del mismo del limo que se depositaba.

    Encima de los muros perimétricos y correspon-diendo con los ejes de los tanques hay pequeños ca-nales en mampostería con sección rectangular de22x25 cm (figura 7) estos servían para la entrada de

    las aguas en los tanques puestos debajo, los cuales asu vez recibían el agua de un conducto en mamposte-ría de sección cuadrangular sobre el vértice de la pa-

    red externa en los muros perimétricos.14

    S. Colangeli

    Figura 7

    En la mitad del lado meridional, exactamente en elmedio del tanque mediano, se construyó una escalerapara el acceso a las Cisternas; es evidente, por la

    quiebra que se nota en el muro meridional, que la es-calera se realizó en un segundo momento, casi cierta-mente en la época del emperador Antonino Pío, enépoca posterior a la mitad del siglo 1 d. c., comohace pensar un sello de un ladrillo encontrado en lostrabajos de reestructuración y la calidad de los ladri-

    Hos de color gris claro y de espesor inferior al de losparamentos de los tanques;15 en los años precedentes,

    se podía acceder a la construcción a través de unaapertura equipada con grapas de hierro horizontales

    como una escalera, situada cerca de la esquina nores-te del último tanque de la nave oriental.

  • Las c;s(emas depuradoras romanas en FerIno 235

    A mediados del siglo XIX De Minicis16 piensa quesobre los tanques habían otros de las mismas formasy dimensiones; sin embargo está seguro de que enci-

    ma de las bóvedas de las Cisternas, una vez reforza-dos en el costado, se había construido una terraza osolado de cobertura, cuya existencia está probada poralgunas lastras rectangulares o cuadradas, de piedra

    calcárea y sobre todo por algunos escotillones condoble batiente para sujetar las trampas, que se encon-traron durante el vaciado de los tanques.17

    La terraza en su origen estaba en el mismo planodel terreno de alrededor o lo superaba muy poco,mientras que ahora sus restos están a 1,20 m debajodel plano medio del terreno, debido a la acumula-ción, durante los siglos, de escombros y al desliza-

    miento de la tierra de la colina que está arriba. Conmucha probabilidad dicha terraza estaba aislada y re-cintada con un murito bajo o con una cerca de verjapara impedir el libre acceso, dadas las severas dispo-

    siciones de ley en tutela de los acueductos y en parti-cular de los tanques y cisternas. 1R

    Es seguro que los treinta tanques servían para alma-cenar, en especial en los períodos de sequía o de sitiobélico, las aguas potables que corren abundantementeen los estratos arenosos de la colina de la ciudad Fer-mo; en efecto, durante la campaña de excavaciones ar-

    queológicas de 1934 emergieron diversos pOZOS19deépoca romana, conectados entre ellos a través de gale-

    rías que abastecían el agua a la cisterna.2oSe supone lógicamente, en conformidad con las

    prescripciones de Vitruvio,21 que entre los pozos decaptación de aguas y las Cisternas había algún tan-que de estanque, que servía no sólo para mejorar la

    calidad de las aguas depurándolas de eventuales im-purezas, sobre todo en los períodos de lluvias prolon-gadas y del derretimiento de la nieve, sino tambiénpara interrumpir la violencia del t1ujo, que desde lacolina bajaba hacia las mismas Cisternas.

    Las aguas entraban en los tanques con un salto de

    6 m, o resbalaban por las paredes, sobre las que seven numerosas concreciones calcáreas, sucesivamen-te a través de las grandes aberturas en arco de losmuros divisorios, y se distribuían entre los variostanques. La masa de agua generalmente no alcanzaba

    el metro de altura, correspondiendo con los zócalos,pero podía subir hasta la imposta de las bóvedas de

    cobertura a 3 m.

    La aireación de las aguas se garantizaba por medio

    de numerosas aberturas o trampas en las bóvedas,

    mientras que las aguas caían desde lo alto de los ori-ficios las agitaban y facilitaban, junto con las presasde distribución, su renovación continua.

    ESTADO DE CONSERVACIÓN

    Las Cisternas representaron para Fermo, en el cursode los siglos, una gran reserva hídrica pública, priva-da y militar, hasta cuando se afirmó el cristianismo.Con el emperador Constantino, en el 313 d. C., co-menzó la fase de parcial abandono de las Cisternas;pero sobre todo después de los decretos de los empe-

    radores Graciano, en el 382, y Teodosio, en el 391,contra los cultos paganos y sus bienes, que causaronla destrucción de obras aunque fueran de valor artís-tico; por lo tanto diversas esculturas presentes en la

    ciudad fueron saqueadas, quitadas de su sede arroja-das con desprecio al fondo de los tanques; hasta estaépoca se considera regular e higiénico sólo el uso de

    la parte exterior de las Cisternas.En el período de las incursiones de los bárbaros,

    como todas las obras monumentales, también lasCisternas cayeron en un abandono desolador.

    A partir de los comienzos del medievo, sin embar-go, fueron usadas y maltratadas por los propietarios

    de las casas, palacios y conventos de alrededor, ade-más según la tradición, durante la Inquisición algúnespacio sirvió como cárcel.

    Con el uso de los tanques de parte de privados,muchas bóvedas de cobertura fueron despedazadas yparcialmente demolidas para bajar desde lo alto con

    escaleras de madera.En el siglo XIX, la cisterna fue vaciada en parte de

    los detritos, restaurada y reutilizada a partir de la se-gunda mitad del siglo, como tanque de I'acueducto

    de Fermo.22Las Cisternas de Fermo han sido objeto de 1964 a

    1969 de diversas campañas de restauración, que lashan llevado al estado actual, devolviendo a la ciudadun patrimonio arquitectónico inestimable.

    Un daño mayor a la monumental construcción ro-mana ha sido causado, en el cantón noreste, por lasinfiltraciones de agua, que durante siglos han corroí-do y rebajado el estrato arenoso sobre el que se apo-ya el edificio, causando un aflojamiento del plano de

    pavimentación, con consiguiente inclinación hacia elexterior de los muros maestros y una rasgadura en las

    bóvedas de los últimos dos tanques. Estas graves le-

  • 236

    siones no han podido ser reparadas, sólo se ha logra-do impedir la ulterior infiltración del agua pluvial.2J

    Si por un lado las distintas grietas, visibles en losmuros perimétricos y en las bóvedas, testimonian lasdolorosas vicisitudes que han sufrido las Cisternas, y

    si por otro, éstas soportan bien desde hace muchossiglos la gravísima carga de todo un barrio que se le

    ha construido encima, se debe concluir con seguridadque la técnica constructiva, la calidad del material

    edilicio y el cálculo de las resistencias son superiores

    a cualquier elogio y hacen de las Cisternas de Fermouna grandiosa reaJización arquitectónica, la cual une

    a una gran solidez una austera belleza y una incom-parable utilidad pública.

    LAS CISTERNAS «PEQUEÑAS»

    De época contemporanea a la Cisternas examinadasen el párrafo precedente, las denominadas Cisternaspequeñas, fueron construidas en la vertiente sur de la

    colina de la ciudad (figural),en el interior de un ban-queo sobre el cual en el siglo XVI se construyó el ac-

    tual Palacio Apostólico.El interior es de planta rectangular y mide 28x

    12,60 m (figura 8), los muros perimetricos construi-

    dos con la técnica de opus caementicium, tienen unespesor variable entre 1,20 Y 1,50 m, y se pueden ob-

    servar en la seccion de la pared Este, en la cual sehan abierto una puerta y una ventana. El mismo sesubdivide en seis sectores rectangulares cubiertoscon bóvedas de cañón de altura de 4,75 m, con cincoparedes, ortogonales en los lados largos, en opus tes-

    taceum, en cada una de las cuales se abren cuatro ar-cos de medio punto, de 3 m de altura (figuras 9 y10). Los muros perimétricos tienen el paramento en

    o

    O

    O

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    o oD o

    Figura8

    S. Colangeli

    Figura 9

    BB

    Figura 10

    ladrilJo hasta la cumbre de las bóvedas. Éstas hansido realizadas en obra de cemento a vista, colocadasobre cimbras de madera cuyas huellas son visiblesaún; además en ella se abren, sobre todo en la zona

    central, pozuelos de inspección en sección cuadran-gular revestidos en ladriJIo. En el interior no se notan

    huellas de opus signinum, que verosimilmente sequito en el curso de los trabajos de restauración delconjunto, que en curso de la década de 1950 habían

    alterado los espacios originales, levantando nuevosmuros divisorios y cerrando algunos arcos.

    La Cisterna se apoya sobre una platea en obra decemento; el pavimento, en conglomerado de mezclay piedras de pequeñas dimensiones, con superficie

    poco levigada, ha sufrido numerosas encentaduras y

  • Las cistcrnas depuradoras romanas en Fermo 237

    obras de restauración, todavía se ven las huellas delos canaletes para la limpieza, alterados por los men-cionados trabajos. El agua se hada entrar en las cá-maras a través de orificios abiertos en varios puntos

    de las paredes longitudinales, en proximidad de losdinteles de las bóvedas; pero faltan las huellas de uno

    o más conductos, que podrían haber sido quitados enla realización del acceso en la pared perimétrica Este,en todo caso el agua podla ser recogida a través depozuelas de cobertura.

    De todo modos, las características estructurales ylas técnicas edilicias adoptadas en este conjunto, sonsemejantes a las que hemos visto en la cisterna pre-

    cedente. Es por tal motivo que inducen a establecersu datación en la primera edad imperial, si no entre laedad republicana tardía y el período de Augusto.

    El edificio, utilizado en 1957 para hospedar la co-lección arqueológica del Ayuntamiento, ha sido res-taurado en la década de 1960, y entre 1971 y 1977. Apartir del 9 de agosto 1977 es sede del Museo Arque-ológico de Fermo.

    NOTAS

    1. Virgili, A., Cacciamani, R.: «Itinerari archeo1ogici

    dall 'etá del ferro alla fine dell'impero romano», Cuide

    al Pieeno La Storia. Maroni, Capodarco di Fermo,1992, p. 11.

    2. Plinio: Naturalis Historia III, 13, 110.

    3. Lollini, D.G.: «La civiltá Picena» Popoli e eiviltá del/'l-

    ralia antiea, vol. IV, Roma, 1977.

    4. Gros, P., Torelli, M.: Storia del/" urhanistica. l/ mondoromano. Roma-Bari, 1988.

    S. Quiri, P.: «Acquedotti e cisterne di etá romana nelleMarche», en AA.VV.: L' acquedollo romano di Pesaro.

    Pesaro, 1990, pp. 6-7.

    6. Lugli, G.: La leeniea edilizia romana. Roma 1957,

    VOL. 1, p. 585.

    7. Vitruvio: De Arquitectura. VIII,!.

    8. El proL Pompilio Bonvicini, arqueólogo, formula esta

    hipótesis puesto que Vitruvio, habiendo construido en

    Fano, ciudad de la costa al norte de Fermo, la Basílica

    augustea. comprobando la existencia de caracteres tipo-lógicos, técnicos y formales iguales, no excluye esta po-

    sibilidad. Bonvicini, P.: Le Cisterne Romane di Fermo.

    Ed. Gaposa. Fermo, 1989, p. 19.

    9. Este tipo de calcina estaba formado por estratos de pie-dras y losas quebradas, que llamaban caemel/ta, por dos

    partes de cal de óptima calidad, y cinco panes de arena

    vidriosa. Koening, G. K.:»La architettura romana. Tipi

    edilizi e metodi costruttivi», en Tecnologia delle costru-zioni, vol. 2 Ed. Le Monnier. Firenze, 1985, p. 7-9.

    10. Técnica edilicia usada a partir del siglo 1 a. c., que con-

    sistía en cubrir la calcina con ladrillos. Ibidem.

    11. Pasquinucci, M.: Firmum Picel/um. Pisa 1988, p. 218.

    12. Compuesto de calcina, puzolana y piedras quebradas.Koening, G.K.: «L'architettura romana...» ob. cit., p. 9.

    13. Compuesto de calcina, arena y ladrillo quebrado. Ibidem.

    14. Es mérito de la profesora M. Pasquinucci el haber seña-

    lado y descrito el complejo sistema de alimentación hí-

    drica de las Cisternas; cfr. AA. VV.: Firmum Piecnum,

    ob. cit. p. 230, figuras 77, 94 Y 95.

    15. Bonvicini, P.: Le Cisterne Romal/e di Fermo. ob. cil.,p.12.

    16. De Minicis, G.: II/torno al/a Piscina Epuratoria in Fer-

    mo. Roma, 1846, pp. 6,10 Y 21.

    17. Bonvicini, P.: Le Cisterne Romal/e di Fermo, ob. cil.,

    p.20.

    18. Frontino recuerda que toda obra se debía hacer a no me-

    nos de \,50. Frontino: De Aquaeductis urbis Romae, 12.

    19. Los mencionados pozos siguen las reglas dictadas por

    Vitruvio, para la búsqueda de la vena de agua, sobre la

    metodología para excavar el pozo y sobre cómo encami-nar las aguas a través de galerías hacia cisternas. Vitru-

    vio: De Arquitectura. VIII,!.

    20. Bonvicini, P.: Le Cisterne Rornane... ob. cit., p. 14.21. Vitruvio: De Arquitectura. VIII, 7.

    22. El proyecto de utilización fue elaborado pro G. B. Car-

    ducci: Biblioteca Comunale, Fermo, Fondo Carducci.

    De las actas resulta que la cisterna servía a la población

    de Fermo en 1884 para abastecerse dc agua.

    23. Bonvicini, P.: Le Cisteme Romane... ob. cit., p. 2.

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    mano. Roma-Bari, 1988.Koening, G. K.: «L'architettura romana. Tipi edilizi e me-

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  • 238

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