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La lucha autonómica ¿sin ideólogo ni caudillo? Santa Cruz abanderó la demanda de auto- nomía departamental a través de un lide- razgo que arrancó en el movimiento cívico y se estancó en la Prefectura cruceña. ¿Qué sucedió? Carlos Dabdoub abre el debate pa- ra encontrar respuestas, con una reflexión que habla de ideología y política cruceñas. Pags. 13-19 Semanario Nacional Viernes 26 de marzo al jueves 1 de abril de 2010 Santa Cruz de la Sierra, Bolivia Año 8 Número 350 Bs 5 Juan Carlos Urenda salta a la otra orilla del río que lo unía a Rubén Costas y explica por qué. Habla de logias, grupos de poder y autonomía. Págs. 5-7 Urenda, en la otra orilla Susana Seleme, Andrés Gómez y Fernando Mayorga dibujan los escenarios que marcarán a Bolivia después de las eleccio- nes del 4 de abril . Pág. 18 Más allá de los votos Andrés Solíz Rada devela los manejos e intereses secretos de una mina de oro. El nombre de Soros aparece de nuevo, vincu- lado al Gobierno. Pág. 12 San Cristóbal, un escándalo

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Más allá de los votos Andrés Solíz Rada devela los manejos e intereses secretos de una mina de oro. El nombre de Soros aparece de nuevo, vincu- lado al Gobierno. Pág. 12 Urenda, en la otra orilla Susana Seleme, Andrés Gómez y Fernando Mayorga dibujan los escenarios que marcarán a Bolivia después de las eleccio- nes del 4 de abril . Pág. 18 San Cristóbal, un escándalo

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La lucha autonómica

¿sin ideólogo ni caudillo?

Santa Cruz abanderó la demanda de auto-nomía departamental a través de un lide-

razgo que arrancó en el movimiento cívico y se estancó en la Prefectura cruceña. ¿Qué

sucedió? Carlos Dabdoub abre el debate pa-ra encontrar respuestas, con una reflexión que habla de ideología y política cruceñas.

Pags. 13-19

Semanario Nacional • Viernes 26 de marzo al jueves 1 de abril de 2010 • Santa Cruz de la Sierra, Bolivia • Año 8 • Número 350 • Bs 5

Juan Carlos Urenda salta a la otra orilla del río que lo unía a Rubén Costas y explica por qué. Habla de logias, grupos de poder y autonomía. Págs. 5-7

Urenda, en la otra orilla

Susana Seleme, Andrés Gómez y Fernando Mayorga dibujan los escenarios que marcarán a Bolivia después de las eleccio-nes del 4 de abril . Pág. 18

Más allá de los votos

Andrés Solíz Rada devela los manejos e intereses secretos de una mina de oro. El nombre de Soros aparece de nuevo, vincu-lado al Gobierno. Pág. 12

San Cristóbal, un escándalo

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www.semanariouno.orgViernes 26 de marzo de 2010Santa Cruz de la Sierra • Bolivia

EDITORIAL

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Santa Cruz es el departamento de Bolivia que ha experimentado la mayor cantidad de cambios en los últimos cincuenta años. Es necesario ir comprendiendo cómo es-tos cambios han afectado y afectan a lo que se entiende hoy por Santa Cruz, por lo cruceño, por su identidad y por su ima-ginario. Es necesario, además, actualizar los conceptos y las formas de pensamien-to que hacen a la comprensión de Santa Cruz y de ese Ser Cruceño.

Con el propósito de ir desentrañan-do juntos esta realidad y el porvenir de Santa Cruz es que el SemanarioUno y la revista AlmaZen convocan, en el marco del Bicentenario de Santa Cruz, al Pri-mer Concurso sobre la Identidad Cruce-ña, según las siguientes clausulas:

Bases

1. Podrán participar todos los intere-sados en el tema, sin distinción de edad, sexo, raza, credo, condición social, políti-ca, nacionalidad o ubicación geográfica.

2. Se establecen dos categorías para los participantes:

a) Colegiales. Hasta 18 años de edad.

b) Adultos. Desde los 19 años de edad en adelante.

3. Se aceptará un solo ensayo por participante.

4. El ensayo debe significar un apor-te al pensamiento de Santa Cruz acerca de cómo entender hoy en día la realidad del departamento y de su gente. Se sugieren como temas centrales los siguientes:

a) La identidad actual del Ser Cruceño;

b) El porvenir del Ser Cruceño y de Santa Cruz;

c) El Ser Cruceño más allá de Santa Cruz.

5. El ensayo deberá ser presentado en hojas tamaño carta, usando la fuente Arial tamaño 11 con interlineado sencillo, en formato PDF.

6. La extensión mínima del ensayo será de 5 páginas y la máxi-ma de 50 páginas.

7. Los participantes deberán enviar su ensayo a [email protected] de la siguiente manera: un archivo PDF con el ensayo firmado según seudónimo con el nombre ensayo-(tuseudonimo).pdf y un archivo PDF separado con todos los datos personales del participante que incluyan di-rección y teléfono con el nombre datospersonales-(tuseudonimo).pdf

De los plazos

8. El límite para la recepción de los tra-bajos es el día 31 de julio de 2010 hasta las 18:00.

9. Los ensayos serán valorados por un ju-rado integrado por tres personas. Este jurado valorará los mismos, hará una pre-selección y finalmente definirá cuáles serán los tra-bajos premiados y a cuáles se les otorgarán Menciones de Honor. Los nombres de los jurados se harán públicos una vez se anuncie del resultado final del Concurso.

10. El resultado final será dado a conocer el 1 de septiembre de 2010 a través de Se-manarioUno, AlmaZen, sus redes en Inter-net y por todos los medios de comunicación que estén al alcance de los organizadores.

De los premios

11. Se otorgarán dos premios y habrá hasta tres Menciones de Honor en cada una de las dos categorías. Los premios son:

a) Colegiales. 1º Premio, una netbook 2º Premio, un I-pod.

b) Adultos. 1º Premio Bs 7.000; 2º Premio Bs 3.000.

12. El jurado podrá declarar desierta una categoría o ambas o uno o más pre-mios si considera que los ensayos presen-tados no logran satisfacer los objetivos planteados en el Concurso.

De los Derechos

13. Los cuatro ensayos ganadores y los seis ensayos con Mención de Honor serán publicados primicialmente en forma de libro por el SemanarioUno y AlmaZen, en alianza con Editorial La Hoguera.

14. Después del lanzamiento del libro, todos los ensayos gana-dores y los que reciban Mención de Honor serán publicados por SemanarioUno y AlmaZen en sus ediciones impresas y digitales, mientras que la totalidad de los otros ensayos estarán disponibles en las ediciones digitales para su difusión libre e irresctricta

A partir de ésa difusión, y al ser este un Concurso que busca fo-mentar el entendimiento de la realidad cruceña y generar un aporte al pensamiento cruceño y boliviano, los participantes aceptan la li-bre difusión de sus ensayos por cualquier medio con la única condi-ción de respetar la firma del autor y la referencia a su participación en el presente Concurso.

15. La participación en este Concurso significa la aceptación de cada una y todas las clausulas de la presente Convocatoria.

Santa Cruz de la Sierra, 26 de febrero de 2010

El SemanarioUno y AlmaZen convocan al

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www.semanariouno.orgViernes 26 de marzo de 2010

Santa Cruz de la Sierra • Bolivia

Voz compartida

Número 1 es elaborado por un grupo de periodistas independientes que han formado una sociedad editorial

para publicar este semanario de circulación nacional.

Maggy Talavera (directora)Ignacio Talavera Alpire (gerente)

Jorge Caero (columnista)

Asesor legalDr. Jerjes Justiniano Atalá

ColumnistasWinston Estremadoiro (antropólogo)Alcides Parejas Moreno (historiador)

Susana Seleme (periodista, cientista política)Patricia Mara (Plataforma de la Mujer)

Desde Buenos Aires: Emilio García (abogado y profesor)

Modelo gráfico: Fernando Pérez ChristensenDiagramación: SemanarioUno

Colaboran en esta edición Carlos Dabdoub (médico / escritor) Andrés Gómez (periodista)Gonzalo Valenzuela (periodista)Puka Reyesvilla (Agua de Mote)Edson Hurtado (periodista multimedia)Fernando Mayorga (sociólogo / CESU-UMSS)Alberto Bonadona (economista)Gary A. Rodríguez (economista / gerente del IBCE))Iván Arias Durán (ciudadano)

Fotografías: Elvio Montero, Carlos Hugo Vaca, ABI

Correo electrónico:[email protected] [email protected]ón: Calle San Germán No. 15 Urb. La MadreRecepción/telefax: 350-3585

FOTO DE PORTADA: Internet / Montaje

Sin vueltas

Más alla de las elecciones

Una vez más queda comprobado: no bastan leyes ni decretos pa-ra asegurar el trato igualitario de hombres y mujeres. El comentario viena ahora a colación por el dato contuntende que nos ofrece la co-yuntura electoral en Bolivia. Pese a existir normas que obligan a los políticos a incorporar a mujeres en sus listas de candidatos, en al me-nos 50 por ciento, ¡no pasa nada, pero nada en absoluto!

Bueno, habrá que aclarar que no es que no haya ni una sola mujer en las candidaturas anunciadas para las elecciones departamen-tales y municipales del 4 de abril. Hay, algunitas... destacan siete que pugnan por ser gobernadoras de sus departamentos y algunas más, a alcaldesas. Pero ese dato se dilu-ye entre los 2.502 cargos electivos que estarán en disputa en ambos comicios.

Un estudio basado en las listas de candidatos presentadas hasta el 18 de marzo, revela que las muje-res representan apenas el 20 por ciento en las listas de candidatos a

asambleístas departamentales te-rritoriales; es decir, de las 415 can-didaturas titulares, apenas 85 son mujeres. Y otro dato contundente: las mujeres representan sólo 7 por ciento de las candidaturas a gober-nadores.Nada es eso, las mujeres fueron escogidas por los partidos políticos como suplentes, con tal de cumplir la obligación de igualdad.

La falta de paridad, según el análisis, es patente en cuanto a los espacios que serán ocupados por los representantes de cada provin-cia. Sólo el 5 por ciento (dos de 39) de las candidaturas titulares en Oruro es ocupado por mujeres, 6 por ciento en Cochabamba (dos de 35), 7 por ciento en La Paz (cuatro de 61), 13 por ciento en Santa Cruz (nueve de 71), 14 por ciento en Po-tosí (cinco de 37), 18 por ciento en Chuquisaca (seis de 34) y 26 por ciento en Pando (ocho de 31).

Beni y Tarija son la excepción, pero no basta para contentar a las mujeres, ni a una demanda ciuda-dana por igualdad y justicia. ¡Qué pena, país! ¡Qué injusto, país!

Después del maratón de elecciones en el que los bolivianos han sido obligados a participar, ¿qué ha cambiado en Bolivia? La respuesta inmediata apunta muchas cosas: han cambiado los actores políticos,

han cambiado decenas de normas y leyes, hasta el nombre y los símbolos patrios que identifican al país y a su gente ya no son los mismos. Es decir, se ha trastocado todo el escenario nacional, con impactos y efectos que no ter-minan de ser cuantificados. Sí, es cierto. ¿O alguien se atreve a negar aún que la Bolivia de 2010 ya no es, ni remotamente, la misma de hace sólo diez años? Algunos argumentarán que es lógico que sea así, porque nada es inmutable ante el paso del tiempo, soslayando las verdaderas razones que han forzado cambios radicales en el Estado y en sus relaciones de poder con la sociedad.

Una de esas razones verdaderas para el cambio radical constatado en Boli-via es la emergencia de actores políticos nuevos. Una emergencia provocada por la presión social de sectores de la población que ya no estaban más dis-puestos a soportar la prepotencia, indiferencia y abuso de una clase dominante, incapaz de atender las demandas más elementales de las mayorías nacionales para vivir bien y mejor. Hasta aquí los cambios profundos, favorecidos sin lugar a dudas por los procesos electorales que permitieron, en el marco de-mocrático consolidado a duras penas en los últimos veinticinco años, renovar liderazgos fortalecidos sobre la base de un discurso contestatario, crítico a la llamada “política tradicional”, como es el caso de Evo Morales.

Pero, ¿ese cambio de actores políticos, de normas, leyes, vestuarios, símbolos patrios y otros más ha llegado a lo más profundo del sistema? ¿Garantiza, acaso, una mejor calidad de vida, entendida esta no ape-nas desde la posesión de más bienes materiales y acceso a servicios, sino también desde el disfrute de una mejor convivencia, en libertad y justicia, a la que se accede a través de los instrumentos que hacen a la democracia? Y hay que aclarar qué se entiende por democracia al afirmar lo dicho: se la entiende como una doctrina política favorable a la intervención y al predominio del pueblo en el gobierno. Intervención y predominio que no se limita apenas a ejercer el derecho al voto para elegir a los gobernantes, sino también a la participación activa y efectiva de la gente en la definición de políticas que hacen a su bienestar y en la toma de decisiones que impactan en sus derechos ciudadanos.

Algo que, al parecer, no termina de ser entendido y aceptado por los que se alternan en el gobierno, como también se comprueba hoy en Bo-livia con unos líderes políticos reacios a abrir los espacios de participa-ción a todos los bolivianos por igual, sin condicionamientos ni discrimi-nación de ningún tipo. Un extremo más visible en tiempos de campaña electoral, como la que se vive en Bolivia ahora, donde la disputa del voto excede, y en demasía, los límites establecidos por una democracia que parece nomás estar más circunscrita al papel que a la realidad y que amenaza, como puede ser comprobado con facilidad, la transparencia de un nuevo proceso electoral cuyos resultados prometen sorprender a muchos de los actores políticos que se dicen nuevos, pero que no dejan de actuar como los tradicionales que critican y condenan.

Por eso otra constatación: Bolivia ha cambiado, pero no tanto como debiera. Lo veremos después del 4 de abril, cuando los que disputan los comicios demuestren si aceptan o no el veredicto del pueblo.

EDITORIAL

“...la disputa del voto excede, y en demasía, los lí-mites establecidos por una democracia que parece nomás más circunscrita al papel que a la realidad y que amenaza la transparencia de un nuevo proceso electoral, cuyos resultados prometen sorprender.”

...en la práctica

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ESTADO DE DERECHO

MaggyTalavera

Periodista

Elecciones de PandoraEl 4 de abril de 2010 pasará a la historia de la democracia en Bolivia como la fecha en la que

se celebraron los dos procesos electorales más complejos del país. No sólo por la cantidad y diversidad de boletas de sufragio, sino por su impacto en el mapa político del país.

“Por eso muchos califican las elecciones del 4 de abril como una verdadera caja de Pando-ra. Su realización y los resultados que de ellas emanen prometen traer al escenario político más de una sorpresa por las decisiones de un electorado diverso y no menos confundido”.

Si la calidad de la democracia fuera apenas elecciones, Bo-livia figuraría entre las cam-

peonas del sistema. Basta revisar los últimos diez años para constatar la capacidad electoral de los boli-vianos que, pese al sello electorero que el sistema político pone en estos procesos, no escatima esfuerzos pa-ra acudir una y otra vez a las urnas a depositar su voto. Y su fe, habrá que añadir ahora, cuando otra vez -y a menos de cuatro meses de haber acu-dido a las urnas para elegir a las auto-ridades del Ejecutivo y Legislativo- más de cinco millones de bolivianos volverán a los recintos electorales a depositar sus votos.

Estas elecciones, sin embargo, son especiales por la complejidad de los dos procesos que se celebrarán de manera simultánea. Por primera vez, los bolivianos elegirán a las au-toridades de sus gobiernos departa-

mentales, lo que quiere decir nueve gobernadores, un vicegobernador, 314 asambleístas y decenas de corre-gidores. Además, elegirán de manera directa al alcalde (337 en total) y, por separado, a los concejales municipa-

les (1,851 en total) de 337 gobiernos locales.Y cada uno de esos procesos, tanto en lo departamental como en lo municipal, a través de 478 boletas di-ferenciadas que, en suma, permitirán elegir a 2.502 nuevos representantes departamentales y municipales. Para alimentar la borrachera de números, habrá que decir que circularán 11,3 millones de papeletas de sufragio en todo el país, con una complejidad sintetiza, en parte, en lo dicho por el presidente de la Corte Nacional Electoral (CNE), Antonio Costas.

“Los modelos de las papeletas -di-ce Costas- van desde el diseño que tiene una franja y cuatro organiza-ciones políticas, hasta el diseño que tiene dos franjas y nueve posiciones para organizaciones políticas. Ésta última, nuestra papeleta más grande que estará en el municipio de Pailón, en Santa Cruz, paradójicamente un municipio que sólo tiene 8.000 vo-

tantes”. Como el ejemplo que ofre-ce Pailón, hay decenas de otros que marcan la peculiar complejidad que caracterizan a las elecciones del 4 de abril. Y no sólo por la diversidad de boletas, de candidaturas, de cargos a

ser electos, sino también por el im-pacto que tendrán en la definición de gobiernos departamentales y muncipales autónomos, sometidos a nuevas reglas del juego establecidas en la también nueva Constitución Política del Estado.

Acá, una observación importan-te. Pese a la complejidad de ambos procesos y a su realización simul-tánea, la CNE no extremó ningún esfuerzo por informar de manera oportuna y adecuada a los electores convocados a las urnas. La campaña informativa de la CNE no fue ape-nas austera, sino también insuficien-te y mezquina, como bien puede ser corroborado revisando los espacios requeridos en los medios de comu-nicación para difundir material de formación ciudadana. ¿Carencias presupuestarias o, simplemente, mala fe?, es la duda planteada en más de un foro de debate público hecho sobre las elecciones.

Esta carencia informativa notoria en la CNE y en las Cortes Departa-mentales Electorales no sólo afecta a la calidad de la votación que se registre finalmente en las urnas el 4 de abril (al final de cuentas, la ma-yoría de los electores acudirá a las urnas ignorando cuáles son los car-gos a ser electos, las nuevas moda-lidades que rigen los comicios y las opciones de elección que tienen los votantes, es decir, voto en línea, cru-zado, blancos o nulos). Esa falta de información también está presente incluso entre muchos de los can-didatos que se postulan a los 2.502 cargos electivos y que ignoran cuál es, en realidad, el peso específico que tendrán sus cargos.

El desconocimiento de los al-cances que tendrán en sus atribu-ciones las nuevas autoridades no es, sin embargo, únicamente res-ponsabilidad de la CNE y de otros organismos públicos responsables de informar mejor a la ciudadanía, sino también -y en esta caso, fun-damentalmente- de los actores po-líticos que no terminan de aprobar hasta hoy las normas que reglamen-tarán las atribuiciones concedidas por la Constitución a los gobiernos departamentales y municipales au-tónomos.

Es este punto, precisamente, el que mayor preocupación está ge-nerando entre quienes aspiran a ser elegidos representantes de sus de-partamentos o municipios. Una vez elegidos, ¿cómo asumirán sus man-datos? ¿Qué definiciones podrán to-mar y en qué medida responderán a las demandas ciudadanas, si hasta la fecha no hay definiciones claras en relación a las autonomías que les son reconocidas constitucionalmen-te? A estas interrogantes se suma la incertidumbre sobre la gobernabili-dad o no que tendrán los gobiernos departamentales y municipales, considerando la complejidad de los mandatos definidos por los elec-tores en el ya comentado proceso electoral, también complejo.

Por eso muchos califican a las elecciones del 4 de abril como una verdadera caja de Pandora. Su reali-zación, y los resultados que de ellas emanen, prometen traer al escenario político más de una sorpresa por las decisiones de un electorado diverso y no menos confundido, que dará veredictos disímiles sobre un nue-vo sistema de administración de los poderes públicos autónomos, aún desconocida para las mayorías.

La campaña electoral no ha servi-do, en absoluto, para ayudar a acla-rar ese panorama futuro, inmediato. Por el contrario, los candidatos se han preocupado más en atacar a sus contrincantes y en reunir los fondos necesarios para solventar sus cos-tosas campañas electorales, que en prever los problemas y dificultades que enfrentarán una vez asuman sus mandatos. A la confusión se suman también los medios de comunica-ción que, pese a excepcionales ini-ciativas para informar más y mejor al electorado, han persistido en es-trategias de confrontación.

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Santa Cruz de la Sierra • Bolivia

ESTADO DE DERECHO

A Juan Carlos Urenda Díaz le llovieron las críticas y hasta insultos cuando

decidió lanzarse como candidato a la gobernación de Santa Cruz, liderando un frente, Todos, con-trapuesto a Verdes que postula a Rubén Costas a la reelección. ¿Hay razones para ellos? Urenda asegura que no y defiende su pos-tura, aunque sus críticos insisten en censurarlo por considerar que “divide el voto autonomista”, “fa-vorece al MAS”, “es un capricho” y, por último, porque “ignora cuál es el enemigo principal” de la cau-sa autonomista.

En efecto, Urenda sabe que dis-putará el mismo electorado que bus-ca Costas para asegurar su reelec-ción. Admite también que podría estar más tranquilo si estuviera en la lista de candidatos asambleístas que presenta Verdes, invitación que rechazó. Pero insiste: “No podía estar en un frente apoyando a uno de los principales responsables del abandono de la causa autonómica”. Crítico hoy del liderazgo de Costas, Urenda reconoce que su imagen está asociado a la del ex prefecto cruceño por una razón simple: fue su asesor (sin sueldo, aclara) duran-te los primeros años de su gestión prefectural y portavoz en el tema autonómico.

¿Cómo enfrentará el reto de ser ya no aliado, sino contrincante de Costas? ¿Podrá disputar de verdad la adhesión mayoritaria que, se-gún las encuestas de opinión, tiene Costas? ¿Acaso hay algo que los diferencia? ¿O hay otras razones que lo impulsan a persistir en una competencia prácticamente entre iguales, en un escenario dominado por el miedo al avance del MAS en la toma del poder regional cru-ceño? Estas y otras interrogantes fueron respondidas, sin problemas, por Urenda, tal como lo hizo antes Jerjes Justiniano, el candidato del MAS a la gobernación cruceña. De los tres candidatos que figuran con más o menos posibilidades en esta carrera, sólo Rubén Costas Aguile-ra, de Verdes, se recusó a conceder-nos una entrevista.

Mucho se habló de unidad en torno a la lucha autonómica y de la necesidad de una sola candida-tura, ¿por qué usted no está con Rubén Costas?

Es cierto. Hubo un reunión aus-piciada por El Deber, en la que se nos instó a estar juntos. Yo hice un intento de atender el pedido e inclu-so llegué a llamar a Rubén, pero no tuve respuesta. Sin embargo, creo que la invocación partió de un pre-supuesto equivocado que era creer que Rubén y yo éramos lo mismo. Para comenzar, no somos lo mismo, aunque en la percepción incluso de algunos analistas se creía así, en una simplificación excesiva de las can-didaturas. Por eso criticaron nuestra posición de hacer otro frente, di-ciendo que era un capricho, cuando entre lo que representa Rubén y lo que represento yo hay diferencias de formas y de fondo. De forma, porque en nuestras decisiones hay una pluralidad de voces. Y de fon-do, porque vamos con la verdad por delante y no con mentiras que solo congelan el espíritu combativo de ese 86 por ciento de cruceños que votó por una autonomía que no se cumple. De verdad, me parece pre-ocupante que algunos periodistas y analistas de mucha capacidad no quieran verlo así.

No es solo la percepción de al-gunos analistas y periodistas. Pa-ra mucha otra gente, usted forma

parte del mismo grupo de Costas, de la misma clase…

Yo insisto, ese es un craso error. Por el contrario, somos blanco y ne-gro. No es lo mismo una candida-tura que representa la continuidad del abandono del proceso autonó-mico, que otra candidatura que más bien plantea la recuperación de ese proceso, que es la que yo represen-to: un liderazgo político renovado, joven, con capacidad, con energía, con convicciones, dispuesto a cual-quier sacrificio; lo que marca una diferencia sustancial con Costas. Lo que muchos no saben es que yo, al defender este nuevo liderazgo, me enfrento a una posición de pensa-miento único que nos quiere hacer creer que hay que ir en torno a la continuidad. Me enfrento al poder establecido, a viejos aliados. Hu-biera sido más cómodo aceptar la propuesta que me hicieron de ir de candidato a primer asambleísta en el frente de Costas, y sólo esperar los

Urenda: “El viejo modelo de hacer política está agotado”Juan Carlos Urenda es uno de los principales ideólogos de la demanda autonómica cru-

ceña y asesor de Rubén Costas. Ahora, se le pone al frente y quiere darle batalla. Habla de un ciclo agotado, de la pérdida de liderazgos y de los retos que tiene Santa Cruz.

“Hubo una reunión auspiciada por El Deber en la que se nos instó a ir juntos. Yo hice un intento de atender el pedido y llamé a Rubén, pero no tuve respuesta. Sin embargo, creo que la invoca-ción partió de un presupuesto equivocado, que era creer que Rubén y yo éramos lo mismo.”

resultados en casa… Pero yo opté luchar por la causa que creo justa, aún arriesgando mi libertad, mi fa-milia y mi trabajo por esta causa.

Pero, ¿se da cuenta que peleará el mismo electorado que persigue Costas?

Si, es posible. Pero la gente ve en mi alguien que no ha claudicado en la causa. Nunca estuve en cargos en ninguna institución. Tengo un tes-timonio de lucha contra los grupos de poder. Me ha costado el rechazo de algunos círculos, pero siempre he luchado por mis principios. Nuestra propuesta es a favor del proceso au-tonómico y de la democracia. Porque a diferencia de la gestión de Costas, vamos a hacer una lucha decidida a favor de la democracia, la indepen-dencia de poderes, el respeto a los derechos humanos…

¿Usted cree que Costas no lo hace?

Absolutamente, no. Acá el go-bierno mete los goles que le da la

Continúa en la siguiente página

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ESTADO DE DERECHO

gana, se violan los derechos huma-nos todos los días, se hacen recor-tes presupuestarios, se centralizan los juicios…

¿Y por qué cree que está suce-diendo esto?

Por qué, no lo sé, aunque creo que puede ser por temor, descono-cimiento del proceso o intereses de pequeñísimos grupos económicos que parecen haber influido en la des-aceleración del proceso económico. En conclusión, hemos perdido poder y un síntoma de que no hemos en-tendido qué es lo que ha pasado es el hecho de que el ex prefecto sea candidato, pese a haber sido uno de los principales responsables de la derrota de la lucha por la autonomía. Hubo inacción, ausencia de iniciati-vas políticas y vacío de poder. Y por último, intereses. Por eso perdimos el equilibrio de poder para Bolivia, con eso disolvimos una organización –el Conalde- que daba equilibrio po-lítico y democrático al país.

O sea, usted cree que Costas debió ser castigado y no ir a la re-elección.

Creo que se debió entender que se cumplió un ciclo que tuvo as-

pectos muy positivos. Y cuando hablo de ciclo, no me refiero apenas a Rubén Costas, sino a un modelo institucional, organizacional, que fue montado ante la ausencia de partidos políticos y que fue exitoso en su momento. Sin embargo, ese modelo y forma de hacer política en Santa Cruz se ha agotado, y cree-

mos también que Costas como go-bernador, como prefecto, se ha ago-tado. Y no solo por el abandono a la causa autonómica. Pero no fue así, prevaleció un análisis superficial de la coyuntura, un análisis ligero y en cierta medida hasta sentimental, más emocional que racional, provo-cado por la creencia de que un voto

a otro candidato que no sea Rubén beneficiaría finalmente al MAS.

Lo mismo decía Germán Ante-lo hasta enero, pero hoy también apoya a Costas y, claramente, no está con usted…

No encuentro ninguna explica-ción para que sea así. Con Germán fuimos aliados durante los dos años que lo asesoré en materia de auto-nomía durante su presidencia en el Comité pro Santa Cruz. Luego, él manifestó su desacuerdo con el li-derazgo de Rubén Costas, hablaba de recambio de liderazgo. Lo con-firmó en charlas conmigo… por eso me causó sorpresa su respaldo a Costas, inexplicable en términos de principios.

Pero, ¿usted no conversó con Antelo?

Posteriormente, no. Creo que esa decisión tendrá para él un alto costo político, porque ha fraccionado su bancada de Convergencia Nacio-nal, que daba equilibrio. Es penoso y es una decisión que no se puede entender desde el punto de vista ló-gico y de principios. Yo no apoyaría ninguna candidatura que hubiera abandonado el proceso autonómico, como lo abandonó Costas. Por eso insisto: creo en la necesidad de con-solidar un liderazgo renovado, con capacidad propositiva, que conozca a fondo temas que están en boga co-mo el de autonomía, independencia de poderes, defensa de los derechos humanos, de la propiedad privada, de los derechos colectivos.

Su posición es vista por los se-guidores de Costas como favora-bles al MAS, y hasta su discurso ¿no parece más bien uno a ser dicho por el candidato del MAS, Jerjes Justiniano?

No, no lo creo. Todos estos va-lores, más bien, son contrarios a los que el MAS está adhiriendo ahora, con una evidente tendencia totali-taria. Son aspectos que me llevan a afirmar que yo nunca podría haber sido candidato del MAS… A dife-rencia de Jerjes, nunca podría apo-

yar una fórmula que vaya contra mis principios y convicciones democráti-cas. Precisamente por eso es que nos animamos a hacer otro frente, animar otro liderazgo que no esté casado con pequeñísimos grupos de poder eco-nómico que puedan influenciar en él; un liderazgo basado en capacidad y méritos, que no esté involucrado en procesos judiciales que pudieran dañar la representatividad departa-mental, un liderazgo abierto a todos, no reducidos a pequeños círculos de poder, sino abierto a todas las capas de la sociedad.

¿Está refiriéndose a las logias?No necesariamente. En las logias

hay gente muy buena que ni siquiera es consultada para nada. Creo más bien que son pequeñísimos grupos de poder que están defendiendo sus intereses…

¿Lo dice con conocimiento de causa? Digo, ¿usted forma parte de una de ellas?

No, a usted le consta que no. Ya se lo dije en una entrevista que me hizo cuando estaba en El Nuevo Día, hace ya más de diez años. Estuve en una de ellas, pero no me sentí cómodo y me salí, de manera definitiva.

Usted habla de inclusión. ¿Dón-de está la inclusión en su fórmula? Su lista de candidatos no parece tan “inclusiva”.

Algunos han cometido la ligere-za de analizar nuestra candidatura a la gobernación viendo estrictamen-te Andrés Ibáñez. Obviamente, son candidatos que representan sobre todo a la ciudad… Sin embargo, te-nemos una lista de casi trescientos candidatos postulándose a la asam-blea departamental y a los gobier-nos municipales, en la que hay la inclusión de varios actores, de todos los sectores.

Pero aún pensando sólo en la provincia Andrés Ibáñez, ¿cuál es la inclusión de los nuevos actores cruceños? ¿No cree que muchos no se reconocen en su discurso?

La verdad es que aún falta mu-cho por lograr una inclusión plena. No podemos ignorar que Santa cruz es un departamento muy grande, más grande que Inglaterra, Bélgi-ca y Luxemburgo juntos… y nadie puede decir que lo conoce entero. Mi obligación y compromiso es conocerlo mejor para saber cuáles son esos nuevos actores. Sé que no podemos pretender seguir con una lógica del pasado. Ya estoy en ello, tenemos operadores políticos en to-das las capas de la sociedad. Nues-tro reto es llegar a todos…

A usted lo achacan de haber for-zado un estatuto radical, de difícil aplicación…

Eso es cierto, pero hay que to-mar en perspectiva que el estatuto se hizo como emergencia ante el desconocimiento de la Asamblea Constituyente del mandato popu-

“Cuando hablo de que se cumplió un ciclo, no me refiero apenas a Rubén Costas, sino a un modelo institucional, organizacional, que fue montado ante la ausencia de partidos políticos y que fue exitoso en su momento. Sin embargo, ese modelo y forma de hacer política en Santa Cruz está agotado...”

Viene de la página anterior

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ESTADO DE DERECHO

lar dado en el referendo de julio de 2006. En realidad, el estatuto no pretendió nunca tener vigencia por sí mismo. Se sabía que tenía que ser compatibilizado con la Consti-tución. El proceso fue inverso, es cierto, pero fue así porque la Cons-tituyente ignoró esta demanda. Lo que no hay que negar es que nuestro estatuto plantea una autonomía ple-na, total, lo que no quiere decir, de antemano, que no haya necesidad de compatibilizar parte de su conte-nido con lo que manda la Constitu-ción. Y evidentemente hay normas que requieren de una conciliación con la Constitución. Esta fue una de las diferencias que tuve con Cos-tas sobre la Constitución. Yo había mencionado en primera instancia que habíamos perdido como en la guerra con la nueva Constitución, que era perniciosa para la demo-cracia porque posee un alto grado de racismo que vulnera el principio universal de igualdad, los derechos humanos... No obstante esas evi-dencias, Costas dijo que habíamos ganado cuando antes yo había dicho que habíamos perdido. Esta fue una de las diferencias que pesó mucho

en mi alejamiento de la asesoría…Eso ya pasó. El hecho es que

ahora no hay otro camino que el de la conciliación del estatuto con la nueva Constitución. En este ca-so, si estuviera al mando de esta tarea, ¿qué aspectos cedería del estatuto para ajustarla a la Cons-titución?

No se trata de negociar ni tran-sar, sino de hacer uso de la única arma que le queda a Santa Cruz que son sus razones y capacidad de liderazgo. El gobierno tiene los tres poderes del Estado, además del electoral y de la fuerza pública. Solo nos queda la fuerza de la razón, de la capacidad de generar un acuerdo nacional en base a razones, pero de manera abierta, decirles al resto que la autonomía por la que votaron es una autonomía falsa, no existe. Retomar la unión, el liderazgo que tenía Santa Cruz y que ahora no existe, ni siquiera en la relación con sus hermanos de Beni y Tarija. Hay que recomponer una estructura con ellos. Hoy, Santa cruz no tiene nada que decirle al país sobre autonomía. Hay que reconducir este proceso.

¿Cómo lo haría usted?Haciendo hincapié en un tema

central: por qué la autonomía es un factor tan importante. En realidad los pilares fundamentales son el crecimiento y desarrollo econó-mico en base al modelo cruceño, corregido en su principal defecto que es la pobreza que ha generado. Nuestro desafío es este, precisa-mente, el de continuar generando un desarrollo económico que co-rrija los defectos del modelo cruce-ño, que se traduce sobre todo en la lucha contra la pobreza, y el mejor instrumento para ello es la autono-mía. Y no podemos luchar contra la pobreza si no dotamos a los de-partamentos de las siguientes com-petencias, hoy en manos del poder central: salud, educación, vivienda, seguridad ciudadana, agricultura y ganadería. En este plan de conci-liación entre la Constitución y el estatuto, la primera tarea es pedir al gobierno el traspaso de esas com-petencias.

Usted, por ejemplo, qué modifi-caría, qué negociaría.

Creo que deberíamos centrarnos en aquellas competencias elemen-

tales para luchar contra la pobreza, como son las de salud, educación, vivienda, seguridad y producción. Fundamentalmente éstas, pero no son todo. Lograda esas transferen-cias, habría que convencer al Go-bierno de que nosotros podemos luchar mejor, desde los departa-mentos autónomos, contra la po-breza y lograr también mejor resul-tado en otras tareas, como la de dar seguridad ciudadana. Creemos que sin tener competencia sobre educa-ción, salud, vivienda, producción y seguridad ciudadana no podremos luchar contra la pobreza. Podemos incluso esgrimir el argumento que el propio Gobierno reconoce, co-mo lo hizo en su momento el vice-presidente Álvaro García Linera, de que el centralismo constitucio-nal sólo le ha generado problemas al país. Pero mire usted, cuando el Vicepresidente vino un 24 de sep-tiembre e hizo ese reconocimien-to, lo que recibió a cambio fue un portazo.

Lo que se argumentó entonces y se sostiene hasta hoy es que esos portazos obedecen a la constata-

ción de que el Gobierno no nego-cia, sino sólo cuando va a ganar…

Pero no nos queda otra. La ex-periencia nos ha demostrado que el portazo con un gobierno tan fuerte como el que hay ahora, no nos ha dado resultado alguno.

Usted lo ha dicho, hay un go-bierno fuerte y centralista, del que será difícil arrancar competencias, ¿no lo cree?

Justamente, en este marco recobra importancia nuestra propuesta, por-que creemos que la única arma que tienen los departamentos autóno-mos para hacer prevalecer y atender sus demandas es la de un liderazgo capaz de cautivar al país y que sea capaz de generar propuestas.

¿Santa cruz ha perdido lide-razgo

Sí, y continuará perdiéndolo si no optamos por una candidatura que sea capaz de recuperar ese liderazgo y que esté exento de las ataduras del pasado. No podemos darnos el lu-jo de tener más de los mismo. Hoy, Santa Cruz se ha vaciado de poder, desde el famoso 86 por ciento con el que aprobamos nuestro estatuto autonómico… es el abandono de las causas, está clarísimo. Fíjese que desde ese 86 por ciento hasta ahora, el MAS está avanzando y el candidato de la Prefectura, no. Ésta no está entendiendo su rol y anda abocada a la reelección de su candi-dato. Carece de iniciativa política, de liderazgo. A mi me preocupa, por ejemplo, ver que sectores y lí-deres cruceños están proponiendo una alternativa al proyecto de Ley marco de Autonomía que tiene el Gobierno, cuando el camino, in-sisto, debería ser el de ir, junto a los otros departamentos que votaron primero por la autonomía, al resto del país para demostrarles que la autonomía reconocida en la Cons-titución es falsa, no es real. Y esto solo es posible con capacidad, con un perfil de liderazgo distinto, nece-sitamos salir a Bolivia. No se puede ir solo en este proceso. Y liderazgo es lo único que hay, porque poder ya no tenemos, se ha perdido. Hubo un equilibrio interesante en el mo-mento culminante de manifestación de poder expresado en la voluntad soberana, que fue echada al tacho con la aprobación del referendo re-vocatorio de mandato popular, con la participación incluso de algunos cruceños… no nos dejaron ni si-quiera disfrutar del triunfo…

Usted habla de ataduras del pa-sado, ¿acaso usted no es también parte de ese pasado?

Sí, es buena la pregunta, pero la diferencia está en que yo nunca he formado parte de las estructuras de poder, nunca he tenido cargo públi-co ni cargo en ningún directorio de las instituciones locales, ni de nin-gún órgano.

“No podemos darnos el lujo de tener más de lo mismo. Hoy, Santa Cruz se ha vaciado de poder; al menos, des-de el famoso 86 por ciento con el que aprobamos nuestro estatuto autonó-mico... es el abandono de la causa... ”

El Loro colla

Campaña gratisAl MNR parece haberle caído como

anillo al dedo la arremetida del fiscal Sosa contra su candidato al municipio cruceño, Gary Prado Araúz. Por fin, y sin que medien gastos extras, ha logrado que la imagen de Gary salga en todo cuanto es medio de comunicación. ¡Vaya ahorro, si se consideran los costos que demanda la propaganda política en diarios y televisión!

Dudas, muchas dudasHablando de costos y gastos en

propaganda política, ¿de dónde sa-carán tanta plata los candidatos para financiar sus campañas? ¿Será puro aporte "voluntario" o existe algún Maná desde donde emanan tantos milloncitos de bolivianos y dólares? Y si acaso algunos ven este derroche como "inversión", ¿cuál es el plan que tienen para recuperarlo? "Con favores, pues compadre, de qué otra manera ha de ser" (voz de la in-conciencia).

Que no me mientanMe chismearon la posibilidad de

que el programa que dirige Enrique Sa-lazar en la Red Uno cambie de nombre en breve. Dizque quieren rebautizarlo "Que no me mientan..." en solidaridad con su conductor, al que le habrían asegurado que iba a ser candidato a al-calde del Municipio crcueño. Dicen que Quiquecito se ahogó en llanto cuando supo que un Fernández le hizo gata parida. ¿Será? ...una novelita digna de salir donde no hay ángeles...

Se acabó el amor...Al menos, el que parecían tener los

opositores autonomistas por Savina Cuéllar. Y todo porque la prefecta de Chuquisaca demostró nomás tener su corazoncito más pa'llá que pa'cá, al no apoyar una candidatura única para la gobernación chuquisaqueña y para el municipio sucrense. Savina no pudo salvarse de la tentación de ayudar a los parientes y amiguitos, así como antes tampoco lo lograron sus ex alidados. Falta decir "somos MAS".

Otra historia de adiosPero no sólo en la oposición hay

llanto por desamores. En el oficialismo también lo hay, como acabamos de ver en la ruptura a lo malo del MAS con el Movimiento Sin Miedo. La razón es la misma que la de Savina: Juan Del Granado optó nomás por su propia gente para disputar otra vez la alcaldía paceña, negándole al MAS su apoyo. Y viceverse. Lo que quisiera saber es si este divorcio ha sido con separación y distribución de bienes o no...

Punto para RolyElay che, Rolicito Aguilera -como

le dicen al prefecto interino de Santa Cruz- demostró tener más agallas y huevos que su mentor Rubencito a la hora de enfrentar al temible fiscal Soza de Rózsa. No sólo admitió la existencia de La Torre -que Costas tanto niega- si-no también su participación y aporte.

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Frente a la muerte, ¡Patria libre, viviremos!

Unámonos para defender-nos, no de la muerte a la que estamos sujetos desde

el momento en que nacemos, sino para decir ¡basta! al abuso de la anti-democracia masista. Con aires cada vez más totalitarios, el MAS y sus hombre, empezando por el propio Presidente, amedrentan y levantan sospechas delictivas contra todos sus adversarios políticos, aún con-tra Su Excelencia el Cardenal Julio Terrazas, quien no es su enemigo político, pero reclama mesura en la práctica política. Lo único que hace el Cardenal Julio es cumplir con su labor de Pastor de la Iglesia Católi-ca y, ante la afrenta gubernamental, ha recibido el apoyo masivo de su enorme feligresía y de la Conferen-cia Episcopal.

Creemos que el oficialismo lanza bombitas política de ensayo con la expectativa de que alguna le surtirá, sin darse cuenta que también puede explotarle en las narices, como la del Cardenal, que hasta puede cos-tarle votos. A quienes considera un obstáculo para sus planes hegemó-nicos, el MAS les hace lo mismo: los difama, los persigue, les abre juicio, los mete presos y a algunos también mata, como a los tantos muertos en su gobierno -64- con lo cual revive los tiempos de las dicta-duras militares.

Ante los arrebatos de muerte masista, me apropio de la iniciativa ciudadana de Jorge Arturo Valver-de Bravo, empedernido militante cruceño por la vigencia y el respeto de los Derechos Humanos. Con el corazón gastado y enfermo, Jorge Arturo tiene el coraje de interpelar al

presidente Evo Morales Ayma con una “campaña ciudadana patriótica que plantea una alternativa pacifista al lema de guerra y muerte (¡patria o muerte, venceremos!) sugerido por el gobierno” que no cesa de buscar nuevos e imaginarios enemigos a vencer. La campaña de Jorge Arturo Valverde plantea un “¡Patria libre, viviremos!” desde la ciudadanía. No se trata tan sólo de oponerse al cambio de lema gubernamental, sino de modificar la concepción de Patria, de defensa de la Patria, del ser Patria. Patria es cada ciudadano, cada per-sona, y para ser Patria no se necesita

matar ni morir; para no ser esclavos no se necesita morir o matar por la Patria, o por ninguna otra razón ideo-lógica, filosófica, cultural etc. Para ser libre, para que la Patria sea libre no se necesita matar o morir, se nece-sita vivir. Que todos y todas vivamos. Ni muertos ni vencidos, Presidente: ¡Patria libre! ¡Viviremos!”.

Si, como reclama Jorge Arturo Valverde, tenemos que recurrir a exigir vida y no muerte, es que las cosas se están poniendo de castaño a oscuro en Bolivia. Sin embargo, así anda, pues el propio presidente de la República -hoy Estado Pluri-nacional- amenaza en su habitual incontinencia verbal a sus enemigos políticos, los prejuzga, les ofrece cárcel y les dicta sentencia sin res-petar la presunción de inocencia. Si es esa la realidad, algo funciona mal en esta democracia.

Si violando principios jurídicos universales de que todo delito debe ser juzgado por el juez competente, en razón a la primacía territorial de donde se sucedieron los hechos... Si violando esos principios, repito, y bajo el inventado montaje de ‘te-rrorismo-separatismo’, aparece un ‘super Fiscal’ -llámese Sosa o Perico de los Palotes, cobijados en el man-to impenetrable de protección del MAS- llega orondo, patea el tablero y establece su centro de operaciones de investigación represivas en La Paz, es que los asuntos democráticos están de mal en peor.

Si en nombre de una dudosa ley ‘plurinacional’ esos fiscales -o policías encapuchados- tocan la puerta de una casa, la patean, de-jan citaciones, persiguen, detienen a la gente y la trasladan a La Paz para juzgarla fuera de su jurisdic-ción, sin respetar ese principio, la democracia está desahuciada y la vigencia del Estado de Derecho en coma profundo. Así andamos

el mas Destruye,no construye

Los masistas se jactan de demó-cratas gracias a una mayoría elec-toral -mayorías tuvieron totalitarios dictadores- pero a costa de la con-vivencia democrática, la pluralidad política, los disensos y las diferen-cias. Como en todos los regímenes totalitarios, concentran el poder en una sola persona -el presidente- y dejan librada la democracia a la “judicialización de la política” o la “politización de la justicia”, se-gún a quien deseen aplastar. Hoy, el país ya tiene varios detenidos políticos, otros en capilla, dizque para ser llevados a La Paz, como Gary Prado Araúz. También hay en la lista militares, médicos y otras personas; algunos con poca suerte pueden quedar allí encarcelados, y hay más de unos cuántos cruceños exiliados no voluntariamente, sino para librarse de la guillotina judi-cial del oficialismo y sus leyes.

¿Alguien que no sea del MAS confía en la justicia de sus jueces, nombrados por el dedo del guía espiritual en la delicada labor de administrar justicia? Por eso, en democracia sabiamente se exige la independencia y separación de po-deres, hoy concentrados todos en la persona de Evo Morales Ayma, a quien ya se le rinde el ‘culto a la personalidad’: es el guía espiritual. Él sí está blindado contra toda sos-pecha y ejerce el poder total como en los peores totalitarismos, tipo Stalin o Mao Ze Dong.

El oficialismo ha optado por la de-

SusanaSelemeAntelo

Periodistay cientista

política

“Este tiempo político que el oficialismo llama de-mocracia de mayorías está sujeto a los vengati-vos, destructivos e impostores revolucionarios del siglo XXI. No están construyendo un país socialis-ta, están destruyendo Bolivia o construyendo un país inviable... fragmentando el tejio social.”

mocracia vertical, y con su mayoría electoral organiza desde el gobierno los mecanismos del poder para lo-grar la hegemonía de su partido en el poder, en el territorio y en todos los ámbitos de la vida en sociedad. Asume la democracia como simple método o procedimiento: depositar el voto a favor de su candidato po-lítico, y por eso, deliberadamente también, confunden la gestión de go-bierno con el partido en el gobierno y, para rematar su verticalismo anti-democrático, identifican el gobierno con el Estado.

No es gratuita la identificación que han hecho los hombres del presidente al vincular la Constitu-ción Política del Estado a la suerte política del MAS, como si el MAS fuera el Estado que tiende a ser permanente, o como si el MAS fuese un partido de aquí a la eter-nidad. Son tan soberbios que no se quieren dar cuenta que la suerte política de los partidos en el poder es siempre transitoria, mal que les pese. Es la ley de la dialéctica que los dizque izquierdistas del MAS prefieren olvidar.

Este tiempo político que el ofi-cialismo llama “democracia de ma-yorías” está sujeto a los vengativos, destructivos e impostores “revolu-cionarios del siglo XXI”. No están construyendo un país socialista, están destruyendo Bolivia, o cons-truyendo un país inviable. Desde la Asamblea Constituyente, los hom-bres de Morales y el MAS no han hecho otra cosa que fragmentar el tejido social; polarizar las opciones políticas y dispersar a la sociedad boliviana a partir del particularismo étnico aymara, con toda la conflic-tualidad social que reviste la prima-cía de una etnia sobre las demás... Y dicen que en Bolivia hay 36.

El 4 de abril no vote por los can-didatos “amiguitos” de Morales y el vice. Preserve con su voto la demo-cracia territorial que aun puede existir en gobernaciones y municipios. ¡Vote verde por una patria libre y viva!

Seleme retoma el lema de vida propuesto por Jorge Arturo Val-verde para contrarestar el impuesto por el Gobierno a las Fuer-zas Armadas. Y desde allí, refuerza sus críticas al MAS y Cia.

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“La posible derrota del triunfo acumulado por el MAS no significará el fin del proceso, sólo será la disminución de su caudal electoral que traerá consigo un gran regalo: la profundiza-ción y diversidad de la democracia”.

Este domingo el voto dará origen a una nueva forma de administración política: las

autonomías; lo que redistribuirá au-tomáticamente el poder entre fuerzas políticas que pueden marcar la derro-ta del triunfo acumulado por el MAS en los últimos cuatro años. No es una acrobacia lingüística vacua, es una paradoja con soportes reales.

1. Evo pierde puntos. Alguien le dijo al Presidente en la oreja que el romano Tácito aconsejaba que la forma y presentación del discurso han de cambiarse de acuerdo con las circunstancias históricas, que provocan la aparición de un audito-rio diferente. Morales se lo tomó en serio y cambió no sólo de discurso sino de amigos y aliados, y desnu-dó su falta de consecuencia, lo que puede reducir su caudal de votación respecto a las elecciones pasadas. No es candidato en estas elecciones, pero es el jefe de campaña, y si to-mamos en cuenta las encuestas (en las cuales los masistas no creían y ahora sí), es un mal jefe de campaña porque está a punto de perder en lu-gares donde no debía perder y ganar en lugares donde no debía ganar.

2. Segunda fuerza nacional. Los griegos creían que los dioses del Olimpo jugaban con el destino de los hombres y Marx sostenía que las circunstancias hacen a la historia. No sé si el destino o las circunstancias ofrecieron a Juan del Granado la grandeza en bande-ja, pero decidió no tomarla o no se animó. Como la vida presenta re-vanchas, el destino o las circunstan-cias quieren darle otra oportunidad convirtiendo al MSM en la segunda fuerza nacional, ya que es el úni-co partido, después del MAS, que participará en 200 municipios. Es tan benigno el destino, que pierda o gane, tiene el chance de aumentar su caudal de votación geográfica y numéricamente. ¿Cómo adminis-trará ese caudal electoral el MSM? Dependerá mucho del proyecto de poder que tenga, hasta ahora se le ha visto como un pequeño partido con miedo y anclado en la hoyada paceña. Pero, aunque no tenga la ta-lla de rival serio, el MAS ya olfateó al nuevo adversario y ensaya juegos de lenguaje para acabarlo en el ca-mino: “nuevo peón del imperialis-mo estadounidense cooptado para destruir el proceso de cambio”.

3. Convencer a los convencidos. Morales persuade a los que ya es-taban persuadidos incluso antes de que apareciera el propio Morales. El buen político es como el buen “marketero” convence a los incré-

fe que no. Pero el mensaje que dejó la lengua picante del fiscal fue clara: sacar de la carrera por el Defensor del Pueblo a Waldo Albarracín y dejar el camino expedito a Villena; y callar justo en Semana Santa y para el resto de la vida al Cardenal Julio Terrazas. Se vio (no sé, pero a veces las apariencias se parecen mucho a la realidad) como un duelo fabricado entre el (auto) declarado líder espi-ritual de los pueblos indígenas y el líder de los católicos, quien logró lle-nar templos para orar por el perdón de los pecados de aquel, su competi-dor espiritual.

La lengua de Peralta envenenó a quien no debía hacerlo, a Jerjes, quien seguramente tronó de irá cuando se enteró del “desliz” que golpeó a Julio Terrazas, a quien lo consideran, en Santa Cruz, como un patrimonio. ¿Cuántos votos habrá perdido Jerjes por culpa de Peralta? ¿O hay alguien en el gobierno que no quiere al viejo soldado socialis-ta? Lo sabremos el domingo.

Es probable que una gran mayoría de la población boliviana tenga dudas sobre la consecuencia de la cúpula eclesial, pero su fe en Dios está intac-ta. Peralta logró lo que la aprobación de la nueva Constitución no pudo: unir a los católicos, al menos a sus instituciones y organizaciones, y ver al gobierno como un peligro.

5. Concejos y asambleas con diversidad. Gane quien gane el do-mingo, el país tendrá concejos muni-cipales y asambleas departamentales plurales, lo que supone que las ges-tiones tendrán vigilantes y espacios de deliberación; saltaremos de la de-mocracia de los levanta manos a la democracia de las buenas ideas.

6. Silbatina a Evo. Que lo silben sus adversarios, hasta es natural; pe-ro que lo hagan sus amigos, sus her-manos de sangre, debe ser doloroso. Los masistas dirán que la silbatina de los Ponchos Rojos en Achaca-chi estuvo dirigida a los candidatos del MAS, pero ¿quién eligió a esos candidatos? ¿quién dio la última pa-labra? ¿Quién sabía y no hizo nada para reparar la injusticia y estuvo más preocupado en ocasionales ad-

versarios? ¿Quién no escuchó los reclamos y sólo estuvo escuchando las alabanzas? El mensaje silbado es un reclamo de respeto a la demo-cracia comunitaria y desportilla la imagen del “líder espiritual de los pueblos indígenas”, es más, lo baja de su pedestal por culpa de la gente que cuida la imagen del Presidente, pero no su consecuencia.

La posible derrota del triunfo acumulado por el MAS no signifi-cará el fin del proceso, sólo será la disminución de su caudal electoral que traerá consigo un gran regalo: la profundización y diversidad de la democracia.

Este domingo tendrá usted otra vez entre sus manos la posibilidad de darle más al MAS o decirle hasta ahí nomás. Es una decisión suya, lo que no puede ni debe claudicar es la convicción de defender, des-de cualquier lugar, las conquistas alcanzadas por los bolivianos en la etapa revolucionaria del presente proceso.

La derrota del triunfoAndrésGómezVarelaPeriodista/Directorde Erbol

Un pronóstico electoral que vale la pena tener en cuenta. ¿Lo harán los políti-cos? A Gómez eso lo tiene sin cuidado.

dulos, penetra los nichos que estaban controlados por la competencia y la desplaza con inteligencia. A estas al-turas del proceso de cambio ya no es ningún merito ganar en La Paz (que con o sin el MAS seguirá teniendo una sociedad con alta dosis política debido a su condición de sede de go-bierno), el mérito de estas elecciones está en ganar donde no ganó hasta ahora: Santa Cruz y Beni.

Nietzsche escribió que con las imágenes y los símbolos se per-suade, pero no se demuestra. El MAS tiene imágenes y símbolos andinocentristas lo que le impide demostrar su intención de abrazar a toda Bolivia y seducir a los boli-vianos que no se identifican con el “vivir bien”. Sería un gran triunfo del MAS si ganara en las regiones donde no quieren a su líder, lugares donde puso dinero, pero poco pen-samiento, aunque se esforzó con la estrategia de las misses: Miss Uni-verso y ex Miss Bolivia.

Morales debió concentrarse más, como jefe de campaña, en los territo-rios políticos cautivos de la derecha fascista, pero fiel a su ser andino pre-firió refugiarse en la Ceja de El Alto, participar en el cierre de campaña de sus candidatos y dejar solo a Jerjes.

4. Duelo de líderes religiosos. Sospecho que la lengua del fiscal Pe-ralta no se movió sola, alguien le or-denó hablar antes de pensar ¿Habrá sido el gobierno? Digamos de buena

¿Solo misses para apoyar la candidatura de Jerjes Justiniano a la gobernación cru-ceña? Es lo que parece demostrar el MAS en Santa Cruz. ¿Tendrá buen efecto?

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Los dilemas del nuevo Estado

ESTADO DE DERECHO

Merced a la reelección de Evo Morales tendremos diez años, por lo menos,

de predominio político del MAS, algo que no puede pasar desaper-cibido si consideramos que el ciclo de la “democracia pactada” tuvo quince años de vigencia. Además, la segunda gestión gubernamental del MAS es parte del inicio de una nueva fase en la historia del Estado que, entre 2005 y 2010, adquirirá sus rasgos institucionales defini-tivos hasta prefigurar –esa es la incógnita – un nuevo modelo de acumulación y un nuevo patrón de hegemonía.

En la actualidad, el MAS es la única fuerza política con capacidad para articular las demandas presen-tes en el espacio de discursividad política, no tiene rivales de fuste al frente, ni existen propuestas alter-nativas –con capacidad de convo-catoria– a su proyecto político ni a su visión de desarrollo. Un proyecto y una visión que combinan nacio-nalismo e indigenismo, por lo tan-to, se asientan en el Estado, como actor central del “progreso” basado en industrialización y redistribución de excedentes, y en un “sujeto plu-rinacional” (las naciones y pueblos indígena originario campesinos) dotado de derechos colectivos pero sin margen de acción autónoma res-pecto al partido de gobierno.

Es decir, estamos ante la configu-ración de una matriz sociopolítica y un modelo de desarrollo de carácter “estado-céntrico”, no obstante no debe confundirse Estado con parti-do de gobierno, así como no hay que traslapar partido (de gobierno) y mo-vimientos sociales (en el gobierno) porque igual que en el caso del “su-jeto plurinacional” no son todos los que están ni están todos los que son. Y sobre el Estado no hay que con-fundir su papel de “filtro” respecto al mercado mundial globalizado y su rol integrador en una economía interna desarticulada y una sociedad que presenta una “diversidad sin lí-

mites” (como reza erróneamente la campaña gubernamental en algunos aeropuertos).

Este introito sirve para realizar una reflexión sobre los desafíos del gobierno de Evo Morales que pare-ce tener resuelto el frente interno y tiene bajo control el espacio parla-mentario. No se vislumbran riesgos de ingobernabilidad, ni amagos de conflictividad política, ni siquiera en torno al proceso electoral de abril que puede considerarse un claro síntoma de la transformación de la dinámica política y su atmósfera antaño teñida de polarización.

Basta mencionar que los líos re-

gistrados en torno a la selección de candidatos se manifestaron como conflictos entre seguidores de Evo Morales o entre aliados del oficialis-mo. Un dato nada secundario si con-sideramos que los problemas de ges-tión que enfrentará el MAS estarán referidos, precisamente, a las contra-dicciones entre intereses sectoriales y, también, entre demandas sociales y fines estatales. Esta suposición no es un ejercicio de futurología, ni ma-nifestación de deseo soterrado, me-nos cálculo de analista en búsqueda de pistas acerca de las “tendencias autoritarias” del masismo. Se basa en acontecimientos y en declaracio-nes oficiales, que proporcionan pis-tas sobre las zonas resbaladizas que transitará el gobierno.

Una primera contradicción, y no interesa el orden de los casos, se re-fiere a los intereses –ahora derechos constitucionales- de los pueblos in-dígenas de tierras bajas y las necesi-dades del Estado en la explotación de hidrocarburos. Ya aconteció un percance en el norte paceño a me-diados de 2009 cuando los pueblos leco, mosetén, chimán y tacana se negaron a aceptar el ingreso de la

empresa Petroandina (una sociedad entre YPFB y PDVSA de Venezuela) en el parque Madidi porque afectaría Tierras Comunitarias de Origen de varios pueblos indígenas.

Una contradicción entre la con-cepción desarrollista de corte ex-tractivista e industrialista, muy ajena al “vivir bien” que pregona el gobierno, y la praxis indígena, más cercana a la lógica “avatar” de convivencia armónica con la natu-raleza, reconocida por Evo Mora-les pero no compartida por varios funcionarios de su gobierno. Por lo menos no es asumida por el pre-sidente de YPFB que declaró que era imprescindible revisar el dere-cho indígena a la “consulta previa” respecto a inversiones petroleras en sus territorios, porque esa regla limita los planes de expansión de la empresa petrolera.

Es preciso recordar que esa zona estuvo sometida a conflictos debi-do a reclamos de la Federación de Campesinos de La Paz que cuestio-naba el reconocimiento de las TCO porque convertía a los indígenas en “latifundistas” y frenaban la ex-plotación de los recursos naturales. Es decir, contradicciones entre el Estado Plurinacional y el “sujeto plurinacional”, entre los intereses de la Patria (como le gusta decir al vicepresidente del Estado) y los in-tereses de los indígenas que forman parte de una entelequia que solo ad-quiere vitalidad o identidad cuando es reconocida… por el Estado. Un “sujeto plurinacional” que contie-ne una diversidad de identidades sociales y comporta contradiccio-nes entre sus componentes cuando entran en colisión actores (e intere-ses) indígenas y actores (e intereses) campesinos que, en muchos casos andan, por separado y solo pueden ser conciliados, aunque de manera desequilibrada… por el Estado.

Algo similar aconteció el año pasado en el trópico cochabam-bino, concretamente en el Parque Nacional Isiboro Sécure, cuando el cultivo de plantaciones de coca en zonas prohibidas produjo enfren-tamientos, con un saldo fatal, entre cocaleros e indígenas de esa zona. El Isiboro Sécure es un territorio

FernandoMayorga

Directordel CESU

/UMSS

Mayorga identifica cuáles serán los temas conflictivos, más allá de la retórica re-volucionaria y la parafernalia institucional, que ocuparán la atención del Go-bierno. De la forma cómo sean resueltos depende la suerte de los bolivianos.

“...los problemas de gestión que enfrentará el MAS estarán referidos a las contradicciones entre intereses sectoriales y, también, entre demandas sociales y fines estatales... Una primera contra-dicción se refiere a los intereses -ahora derechos constitucionales- de los pueblos indígenas de tie-rras bajas y las necesidad del Estado...”.

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NEGOCIOS

Amigarseque pertenece a los pueblos indíge-nas yuracarés, chimanes y mojeños y se encuentra entre Cochabamba y Beni. Su sigla TIPNIS adquirió relevancia cuando los indígenas se enfrentaron a los campesinos que ingresaron al lugar para sembrar co-ca. El gobierno declaró ilegales los asentamientos y procedió a la erra-dicación de los cocales, asimismo aclaró que los invasores no pertene-cían a ninguna de las seis Federa-ciones del Trópico cochabambino, algo difícil de suponer cierto.

Este hecho pone en evidencia la existencia de contradicciones al inte-rior de la coalición de actores socia-les que respalda al gobierno, o como dice la retórica gubernamental, de los sectores subalternos que forman parte del nuevo bloque de poder. Por un lado, los pueblos indígenas como sujetos interpelados por el Estado Plurinacional, y por otro, los cam-pesinos cocaleros que conforman la base social más ligada al gobierno (en este caso, el gobierno respaldó a los indígenas) que se disputan el manejo de un territorio que implica otro elemento problemático para la gestión gubernamental: la fabrica-ción de droga.

En los últimos años, la produc-ción de pasta base y cocaína se ha extendido a varias zonas rurales, sobre todo en Cochabamba, Oru-ro y Potosí, debido a cambios en la tecnología que reducen costos y tiempo de elaboración de droga adoptando ésta un carácter micro que involucra a familias y/o comu-nidades campesinas y provocando, en algunos casos, conflictos entre comunidades ligadas al narcotrá-fico y comunidades que rechazan este flagelo. Este hecho está ligado al incremento de la demanda de hoja de coca, algo reconocido por el propio presidente Evo Morales quien mencionó que la existencia de un mercado ilegal de coca pro-mueve mayores cultivos. Es dable suponer que el cultivo de coca y su conexión con la fabricación de droga –único destino del mercado ilegal– se convertirá en un tema de conflicto entre los intereses de gru-pos cocaleros y un gobierno que los representa de manera directa, si es que no se dan innovaciones en la lucha contra el narcotráfico, más allá de la intención de ampliar la cifra de cultivos legales.

Estos son ejemplos de temas conflictivos, más allá de la retórica revolucionaria y la parafernalia re-fundacional, que ocuparán la aten-ción del gobierno y cuya resolución definirá las pautas del modelo de acumulación y del patrón de hege-monía. Entonces sabremos cuál es la orientación del cambio y a quiénes beneficia, y cuánto del pasado está en el futuro que se pretendió inaugu-rar el 22 de enero de 2010.

Cuando Neil Armstrong pasea-ba por la luna, miró hacia la Tierra y notó un espejito que

brillaba. Era el Salar de Uyuni, rasgo de la geografía del planeta discernible a simple vista desde su satélite seleni-ta. El apunte del primer hombre que caminó en la luna desató un alud de interés por visitar el albo lago de sal, resabio de antiguo mar que la eleva-ción orogénica de los Andes dejó en las alturas altiplánicas. Es otro de los atractivos bolivianos cuyo potencial poco se aprovecha. Pero no es sobre turismo este comentario, salvo enfa-tizar que tal es un acervo más en una patria tan bendecida de recursos, que dice el cuento que provocó quejas a Dios por haberle dado tanta riqueza; la respuesta divina fue: “esperen a ver qué clase de gente les pongo”. De go-bernantes, acoto yo.

Es sobre el litio. Lo inspiró un des-pacho dando cuenta de que las organi-zaciones sociales de Potosí conmina-ban al Gobierno a derogar el “decreto maldito”. Los potosinos rechazaban la creación de la estatal Empresa Boliviana de Recursos Evaporíticos (EBRE), de la que, para añadir insul-to a la injuria, se fijaba su sede no en la meritoria Uyuni, o en la cuna de la bolivianidad que es la Villa Imperial, sino en La Paz. Días después, quizá por cálculo electoralista, el gobierno derogó el ofensivo decreto.

Un par de conjeturas y varias ana-logías se desprenden del tira y afloja. Esperanzador sería que los potosinos no crean en la visión gobiernista de autonomía, que no es otra cosa que aplicar un maquiavélico dividir para reinar. Prueba de secante centralismo –ahora no solo paceño, sino aimara- la central del litio iba a ser Chuquia-go, sede de gobierno y cautiva de El Alto. ¿Qué más se podía esperar de un régimen que se llena la boca con un divisionista concepto de autono-mía, además de contravenir su propia Constitución? Quizá los potosinos se han vuelto suspicaces. Cómo no, si fuera cierto que de mil millones de dólares anuales que genera San Cristóbal, otro Sumaj Orko, solo se perciben migajas por concepto de re-galías e impuestos. El rol vigilante del Estado reducido a casi nada, ¿quizá por un gobierno constreñido por cier-tos aportes a su ascenso? ¿Y qué de la claudicación del Silala?

Tranquilizador sería que los poto-sinos hayan entendido cuán iluso es buscar prosperidad equitativa con el fracasado capitalismo de Estado, hoy que en humareda de sahumerio socia-lista se conjura al país con sortilegios nacionalizadores. Tal vez recuerdan la nacionalización de minas y sus secuelas, donde incluso esquemas estatales de industrialización, como Karachipampa, resultaron elefantes blancos por la corrupción. O quizá los ciudadanos conscientes raciocinan la historia: de la explotación colonial no

quedó nada más que un Cerro Rico lleno de oquedades que se derrumban. Pero por lo menos la corona hispana fue más eficiente en cobrar su tajada de impuestos.

No creo ni en lo esperanzador ni en lo tranquilizador. Más bien, describo la política del presente gobierno con la analogía del “perro del hortelano, que no come ni deja comer”. Hasta que la comida se torna rancia, digo yo, alertando que llegará el tiempo en que el litio será innecesario en la era de alguna parte del átomo, minúscula pero musculosa en energía. Cuatro años para parir un decreto, engendro que murió a los pocos días, ¿cuánto tiempo para que Bolivia ingrese de

veras en la carrera mundial del litio? No me vengan con que seis millones de verdes en una planta piloto de car-bonato de litio, han puesto al país en la delantera de la competencia para dar al mundo opciones energéticas menos contaminantes.

La carrera por el litio evoca a los competidores de esquí a campo tra-viesa, esos que de cuando en cuando tienen que sacar el fusil y achuntar media docena de famas en el tiro al blanco. Bolivia ni siquiera ha estado en la línea de largada, inicialmente rápida, desde que fracasó el contrato con la Lithco. Tiene casi la mitad de las reservas mundiales de litio, pero su inestabilidad política, inseguridad ju-rídica y gobierno hostil a la inversión extranjera, han llevado a los inversio-nistas a Chile, Argentina, Australia y EEUU. Hace tres días, cuando se en-salzaba la refriega de Calama como si fuera la batalla de Stalingrado, los chilenos festejaban calladitos que el Salar de Atacama se está convirtiendo

en la meca del litio. Será el próximo producto estrella de su economía, junto al guano, el salitre y el cobre del Litoral usurpado en 1879.

La clave está en la proyectiva, ra-ma de la planificación que escudriña el futuro. Aunque la oferta de litio en el mercado mundial es abundante, tanto que el año pasado el precio del carbonato de litio bajó de $5.000 a $4.000 la tonelada, anuncios de pro-ducir autos eléctricos por grandes fir-mas han disparado las proyecciones de la demanda. Nissan introducirá un auto eléctrico de cinco pasajeros; Ge-neral Motors producirá un híbrido –a gasolina y electricidad. Un analista de inversiones predice 40% de aumen-

to de la demanda entre 2009 y 2014; otro calcula un incremento de 10.3% anual entre 2009 y 2020. Los vehícu-los eléctricos serán una gran industria, dice el New York Times.

Destacan las visitas periódicas de empresas extranjeras interesadas en invertir en el litio del Salar de Uyuni. Ensoberbecidos, los funcionarios del gobierno declaran que hay propuestas de Corea, Brasil y China. Los japone-ses encaminan propuestas tentadoras a través de su gobierno. Una com-pañía francesa llegará con ofertas de fabricar baterías y ensamblar autos energizados por el litio en el país.

Parece un cortejo de pretendien-tes rondando a una engreída donce-lla, que por mucho escoger quizá pierda el mejor partido. Comenta un lector, ¿qué inversionista se ani-maría a radicar su producción en un país con un régimen expropiador y anticapitalista?

[email protected]

Conjeturas y analogías sobre el litio

“No creo ni en lo esperanzador ni en lo tranquili-zador. Más bien, describo la política del presente gobierno con la analogía del perro del hortelano, que no come ni deja comer. Hasta que la comida se torna rancia, alertando que llegará el tiempo en que el litio será innecesario en la era de alguna parte del átomo, minúscula pero musculosa en energía ”.

Winston EstremadoiroAntropólogo

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NEGOCIOS

AndrésSoliz RadaPeriodista

y abogado

El actual gobierno ha logrado insertar en el imaginario na-cional la sensación de cambio

a partir del cambalache de letreros, de mudar el nombre a las cosas viejas. El fetiche del nombre (como si éste hicie-ra a las instituciones o las personas) y su rebautizo son la concreción revolu-cionaria pregonada hasta el cansancio. Han pasado cuatro años en que cen-tenas de letreros han sido cambiados y la gente de tanto cambio, cree que realmente el mismo es una realidad. Recuerdo que uno de los más sonados, ni bien comenzó el Gobierno el año 2006, fue el de la PTJ (Policía Téc-nica Judicial) por el sonoro FELCC. Ha pasado el tiempo y todo es igual o peor que antes en esta repartición po-licial. Con la aprobación de la nueva Constitución el gasto en cambios de letreros ha crecido exponencialmente: empezando por las monedas, pasando por los símbolos presidenciales y ter-minando en los gritos militares. Cam-bia, nada cambia.

¿Autonomías de pacotilla?El más poderoso partido que tie-

ne hoy Bolivia, ha demostrado una excepcional habilidad para refritar lo viejo en base a discurso y maqui-llaje que deja anonadados a propios y extraños, especialmente a los jó-venes. Maestría que ha logrado fijar la atención en el letrero y no en el contenido, en utilizar la luminaria para tapar y vaciar de contenido a las cosas o personas rebautizadas. La tan mentada nueva Asamblea Legislativa Plurinacional (ALPLU), es la mejor muestra de cómo un tí-tulo tan rimbombante no la salva de ser envilecida y sometida a otro poder: los levanta manos de ayer, de republicanos pasaron a llamarse plurinacionales. La dignidad de la ALPLU como de los otros órganos del Estado está seriamente cuestio-nada, más allá de lo discursos de cambio revolucionario.

Pues, en la misma línea, las elec-ciones de abril, la primera en la que se elegirán gobernadores y consti-

Negocios poco transparentes y medidas políticas enrevesadas marcan, cada vez con ma-yor fuerza, al gobierno del MAS. Lo demuestran Solíz Rada, revelando oscuros mane-jos en San Cristóbal, y Arias Durán, detallando acciones en Tarija y otras regiones.

tuirán departamentos autónomos, se corre el peligro que, una vez más, el letrero oculte el retroceso y centra-lismo que se está gestando. Circula un borrador de Ley Marco de Auto-nomías elaborada por el Ejecutivo, que de mantenerse como esta, ha-bremos vuelto a 30 años atrás donde el poder central manejaba y decidía todo. En la misma línea, de socavar y envilecer el poder de las autono-mías, Asambleístas Plurinacionales del oficialismo están promoviendo un proyecto de Ley de distribución directa de recursos a los municipios y comunidades, pasando por enci-ma a las futuras gobernaciones y municipios, sin respetar siquiera a las asambleas (parlamentos) depar-tamentales. Así, ¿para qué elegir gobernadores, asambleístas depar-tamentales, alcaldes y concejales si todo va estar decidido por el poder central omnímodo?

La autonomía supone que son los departamentos y municipios

El ministro de Minería, José Pimentel, reveló que la em-presa minera San Cristóbal

(MSC) genera ganancias por mil millones de dólares al año y tributa 35 millones (La Razón, 17-03-10). Utiliza 50.000 metros cúbicos de agua por día. MSC está en la casi desértica provincia Nor Lípez de Potosí. Los 35 millones no cubren el costo del agua para uso domés-tico en el cercano norte de Chile y mucho menos para uso industrial. Por tanto, la tributación de MSC se reduce a cero, ya que no paga por el agua que utiliza. MSC es uno de los yacimientos de plata, zinc y plomo más grandes del mundo. Comenzó a ser explotado en julio de 2007, en el gobierno de Evo Morales. Es una mina a tajo abierto, es decir se usaron explosivos para abrir boquetes de 1.5 a 2 kilómetros de diámetro y 300 me-tros de profundidad.

En zonas áridas y desérticas, el agua es el recurso más valioso. En 20 años de contrato, lapso en el que se

agotarán las reservas, MSC extraerá 240 millones de toneladas de mine-ral, mediante el uso de 292 millones de metros cúbicos de agua. Sólo el 18% de esa agua es reciclada. La reposición de las aguas fósiles (de-positadas hace 10.000 años) tardará seis décadas, desde que cese el bom-beo, dice Jorge Molina. La contami-nación ácida de aguas superficiales y subterráneas arrastra aluminio, arsénico, cadmio, cobalto, cobre, hierro, manganeso, níquel antimo-nio y zinc. Provoca sequía en fuen-tes y bojedales, además de la muerte de flamencos, pájaros y otras aves, advierte Robert E. Moran. MSC no quiso entregar a este experto, contra-tado por entidades campesinas de la zona, datos sobre el agua que consu-me. Recibió, en cambio, simulacio-nes computarizadas de ojos de agua que serán canalizados a futuro. MSC monitorea sus datos. La fiscalización estatal es inexistente.

Evo visitó MSC en 06-09. Indicó que se sentía feliz de lo que veía (Itu-

rralde, 2009:1). Anotó que “Bolivia respeta a las empresas extranjeras y dijo estar sorprendido por el trabajo que realiza la empresa...”. Dio todas las garantías en temas de seguridad jurídica. (EFE, 26-06-09). Dos me-ses antes, el 22-04-09, la ONU de-claró a Evo “Héroe y Defensor de la Madre Tierra” por promover el “Día Mundial de Defensa de la Tierra”. El 22-03-10, recomendó que “el agua sea parte del derecho humano de los pueblos”. Gracias a su iniciativa, ahora existe el “Día Internacional del Agua”. Ha convocado en Cocha-bamba a la “Conferencia Mundial de los Derechos de la Madre Tierra”, para abril próximo.

El contrato con MSC se firmó con Appex Silver, compañía registrada en las Islas Caimán. Su inversionista institucional fue George Soros. La “Soros Found Management” finan-cia la Red de Seguridad y Defensa de América Latina (RESDAL), para la que trabajó Juan Ramón Quintana, antes de ser el ministro más influ-

yente de Evo. Otra ONG de Soros, “Open Society”, busca despenalizar la hoja de coca. En enero de 2009, la japonesa Sumitomo compró a la Appex su paquete accionario. La representante de la ONU en La Paz, Yoriko Yasukawa (nacida en Japón), dijo que, “en varios aspectos Bolivia ya ejerce el liderazgo internacional en defensa del medio ambiente” (La Prensa, 23-04-09).

Pimentel indicó que no fue posible aprobar un impuesto a las utilidades mineras, ya que, si ello sucede, las empresas declaran pérdidas, como aconteció en gestión pasada. Expli-có que si se aumenta la tributación se perjudicará a las cooperativas, ya que los impuestos deben ser universales (La Razón, 17-03-10), como si no fuera posible incluir un artículo que separare a cooperativas de compañías que ganan mil millones de dólares al año y tributan, según el Ministro, 35 millones, además de recibir elevadas subvenciones por el agua, mientras destruyen el medio ambiente.

El escándalo de San Cristóbal

los que deben decidir cómo usar y qué hacer con sus recursos, pero pasándose por encima la misma CPE (articulo 2712), el Gobierno está intentando atomizar (dividir) los departamentos, especialmente aquellos donde sabe que va a per-der y Tarija es el experimento que ya está en marcha. Las amenazas de que solo recibirán apoyo del gobier-no central las gobernaciones en que gane el oficialismo, nos están dando la pista de por donde se quiere con-ducir el proceso después de abril: si dejas que el guía espiritual de la humanidad y la autonomía decida tu futuro te irá bien, caso contrario prepárate para tu calvario. Sin em-bargo, para evitarnos días de dolor y confrontación entre hermanos es bueno que los actuales gobernan-tes comprendan que “con el puño cerrado no se puede intercambiar un apretón de manos” (Ghandhi) y que intentar hacer autonomías de pacotilla será un craso error.

Iván AriasDurán

Ciudadano de la República

de Bolivia

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“El movimiento de los Igualitarios de Andrés Ibá-ñez en Santa Cruz ensayó atrevidas reformas so-ciales para la época, como la creación de un banco de fomento para apoyar a los artesanos pobres... Guillermo Lora lo considera como uno de los mo-vimientos más importantes de la historia social del siglo XIX y como antecedente del socialismo”.

CarlosDabdoubArrienDirector de Autonomía/Gobernaciónde Santa Cruz

siglo XiXSi bien los cruceños durante el si-

glo XIX estuvieron bastante retirados de los vaivenes de la vida política bo-liviana, no es menos cierto que Santa Cruz se mantenía interesada del los sucesos que acontecía en el centro del poder, primero Sucre y luego La Paz. (El manifiesto del partido regionalista, publicado en el periódico La Ley del 1º de diciembre de 1923 expresaba lo siguiente: “Uno de los males más gra-ves que han entrabado la marcha de Santa Cruz y de todo el Oriente, ha si-do el constante apego a las luchas po-líticas surgida de los demás centros de la República. Los pueblos orientales siempre hicieron eco y se sometieron a movimientos, revueltas de índole extraña a sus intereses; primero aca-tando los desastrosos resultados del militarismo, el que en muchos años de guerra civil destrozaron el país, después tras los pasos de los partidos personalistas; finalmente adheridos a los partidos que levantaron programas principistas como propaganda y que en el hecho no hicieron que otra cosa que entronizar caudillos.)

Durante este período de tiempo, inicialmente hubo un pensamiento político llamado ‘reformista liberal’, encabezado por el general cruceño José Miguel de Velasco, quien fuera presidente de Bolivia en cuatro opor-tunidades. En cambio, a partir de la segunda mitad de aquel siglo, surge con fuerza el federalismo, iniciado durante la gestión del entonces pre-fecto de Santa Cruz y creador de la bandera de Santa Cruz, Tristán Roca Suárez (1826-1868). Años después de la Asamblea Constituyente de 1871, que fue testigo de un ‘trascendental debate’ entre unitarios y federales, donde la votación fue favorable a los primeros por 32 votos contra 20 (Pau-la Peña Hasbún. La autonomía desde Santa Cruz. 2006), Felipe Leonor Ri-bera Leigue (1846-1938), autor de la letra del actual himno cruceño junto a otros notables ciudadanos fundó el 5 de septiembre de 1875 en Sucre la ‘Asociación Federal’ que proponía este sistema para todas las tierras del Oriente boliviano. En los puntos más sobresalientes de su declaración plan-tean el federalismo como garantía de respetabilidad y autonomía entre los departamentos. Entre sus consideran-dos establecían que “solo el sistema

Ideología cruceñaLos hechos políticos ocurridos en Bolivia en los últimos años provocan nuevas reflexiones

sobre Santa Cruz, su ideología y las corrientes políticas que han marcado su historia. Un ex líder cívico e impulsor de los procesos de descentralización toma la palabra.

federal puede realizar el mejoramien-to apetecido, especialmente en los departamentos del Oriente, apartados hasta hoy del movimiento general por su situación topográfica y por la cruel indiferencia con que los miran los Go-biernos centralizadores que hasta hoy hemos tenido”. “Que (esos pueblos) deben levantarse (...) (para) asumir la gestión de sus negocios (realizando así el derecho a gobernarse por si y trabajar en su mejoramiento local”) (Revista de la Universidad Gabriel René Moreno. Santa Cruz, Bolivia. Nº 4. 1939: 200-201). El diez de oc-tubre del mismo año (1875), en acto solemne se tomó “el juramento a los ‘hermanos’ de la logia secreta”. En octubre de 1882 se redactaron en San-ta Cruz los estatutos de la Asociación Federal, con la finalidad de implantar el sistema federal en toda la repúbli-ca” (Emilio Durán Ribera. Guillermo Pinckert Justiniano. La revolución igualitaria de Andrés Ibáñez. Editorial Universitaria. 1988: 119-120).

Posteriormente aparece un nuevo líder político. Se trata del abogado Andrés Ibáñez (1844-1877). Pare este caudillo cruceño, mientras el ‘federalismo’ era un mecanismo para oponerse al centralismo autoritario, el ‘igualitarismo’ buscaba lograr una sociedad de carácter socialista, parti-cipativo y libre. Así como la Comuna de París de 1871, recoge en toda su extensión el pensamiento del fran-cés Pierre-Joseph Proudhon (1809 – 1865), hay indicios para pensar que la línea ideológica que siguió Ibáñez concatena con las ideas de este filóso-

fo político y revolucionario francés, que, junto con Bakunin y Kropotkin fue uno de los padres del pensamiento anarquista y de su primera tendencia económica, el mutualismo. (En 1863, Proudhon publica otra de sus obras fundamentales: ‘El Principio federati-vo’. En ella desarrolla ampliamente su concepción del federalismo integral, que pretende no sólo descentralizar el poder político y hacer que el Estado central se disgregue en las comunas o municipios, sino también, y ante todo, descentralizar el poder económico y poner la tierra y los instrumentos de producción en manos de la comu-nidad local de los trabajadores. Este concepto del federalismo es quizá el que mejor resume esa totalidad móvil que es el pensamiento de Proudhon.) Siguiendo el planteamiento de Proud-hon, resulta lógico entender los pasos dados por Ibáñez. Su objetivo era una sociedad con igualdad de posibilida-des y oportunidades para todos. En la práctica, era luchar ideológicamente

contra un liberalismo en cierne que se expresaba con toda su fuerza des-pués de la Guerra del Pacífico (Car-los Hugo Molina. En ‘La revolución igualitaria de Andrés Ibáez. Emilio Durán Ribera. Guillermo Pinckert Justiniano. Editorial Universitaria. 1988: 20-21.)

En este movimiento se destaca su ideología federal y, con menor segu-ridad, sus referencias populistas o so-cialistas. “Ese contenido ideológico explícito, sin negar sus aspectos cau-dillescos distingue, a la Revolución Federal de la mayor parte de golpes de estado y cuartelazos... Pero ella tam-bién puede ilustrar la reacción de una comunidad periférica cuando las po-líticas de los centros hegemónicos de

poder o la ausencia de ellas, unidas a un aumento en el intercambio de bie-nes, personas, e ideas, debilitan los la-zos de sangre y costumbres sobre los cuales reposa su organización social” (Salvador Romero Pittari. Copetudos y sin chaqueta: La revolución federal de Andrés Ibáñez. Historia y cultura Nº 5. UMSA. La Paz, 1984:164).

Guillermo Lora considera a los Igualitarios de Ibáñez como uno de los movimientos más importantes de la historia social del siglo XIX y como el antecedente directo del socialismo boliviano, mientras que Carlos Mon-tenegro considera al líder federalista “un auténtico precursor de la revolu-ción social en América del Sur”. En verdad, este movimiento ensayó atre-vidas reformas sociales para la épo-ca, como la creación de un banco de fomento para apoyar a los artesanos pobres, debiendo la Comuna asignar la suma de cinco mil bolivianos. “Pa-ra la clase dominante cruceña, fueron los objetivos de cambios sociales los

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“Varias tendencias políticas marcaron la historia de Santa Cruz, entre ellas la llamada integracio-nista, con algunas ideas de tinte nacionalista; la integracionista y asimilacionista, identificada con el nacionalismo andino-estatal; y la llamada so-cialismo militar, liderada por Germán Busch...”.

que se concibieron como una amena-za, y no así las ideas federales” (An-drés Ibáñez. Semanario 1. Viernes 22 al 28 de septiembre de 2006. Año 4. Nº 183:14), con lo que no coincide la historiadora Paula Peña. Para otros, el sueño de Andrés Ibáñez fue “una so-ciedad con igualdad de posibilidades y oportunidades para todos; y su ins-trumento, un sistema que respetando la libertad de las personas estableciera una organización del Estado con par-ticipación y justicia. En la práctica, era luchar ideológicamente contra un

liberalismo en ciernes…” (Carlos Hu-go Molina. En Emilio Durán Ribera. Guillermo Pinckert Justiniano. La re-volución igualitaria de Andrés Ibáñez. Editorial Universitaria. 1988: 21). La propuesta era acabar con el avasa-llamiento del hombre por el Estado, cuya unidad gubernamental sería la comuna o municipio, donde debería haber una amplia participación de la población, organizada alrededor del mutualismo (Según parece, hay indi-cios de penetración ideológica del so-cialismo europeo entre los artesanos. El ideal igualitario y federal de esta revolución se aproximaría más al pen-samiento de los socialistas franceses que al de Carlos Marx, para quienes la igualdad conducía al federalismo, co-mo un medio para realizarla en grupos e individuos). En resumen, se puede afirmar que el ‘igualitarismo’ de Ibá-ñez interpela a las llamadas élites cru-ceñas, dominantes por apellido o por fortunas, que impiden el surgimiento de lideratos basados en la formación humanista de las personas.

Después del fusilamiento de An-

drés Ibáñez (1° de mayo de 1877) hay un silencio en las actividades po-líticas de Santa Cruz, hasta que surge un nuevo movimiento político fede-ralista, que culmina con la llamada revolución de ‘los Domingos’, por haberse producido el domingo 2 de enero de 1891, bajo la conducción de los coroneles Domingo Ardaya y José Domingo Ávila y el doctor Augusto Toledo. La consigna era ‘Federación o muerte’, que para Valverde Barbery y Ruber Carvalho tuvo el carácter de independista (Carlos Valverde Bar-

bery. La Nación de la llanura. Santa Cruz, Bolivia. 1996; Ruber Carvalho. Manual de Historia de Bolivia. Una visión desde la llanura. Ediciones Ma-vurú. Santa Cruz de la Sierra, Bolivia. 2005: 134.). En esta oportunidad, una vez más el ejército boliviano aplacó a los revoltosos cruceños federalistas. Un año después estas fuerzas arma-das serían los causantes de la masacre de Curuyuqui, donde miles de ‘cam-bas chiriguanos’ fueron asesinados. “Santa Cruz condenó la forma brutal y sanguinaria con que fuera aplastado el gran alzamiento chiriguano. Se ha-bía hecho un derroche de furor y sal-vajismo, muy propio de los hombres de caverna…” La prensa cruceña la-pidó al general Gonzáles con el título de ‘Mata cambas de Curuyuqui’. “La nación chiriguana no fue entonces vencida ni humillada. Simplemente se la castigó de un modo asaz bárbaro y torpe. Ella continua segura de su in-nata altivez, fuerte el músculo y la mi-rada en alto. Nadie puede quitarle el honor de un pasado glorioso, de más de tres siglos, en que jamás fue arriada

la bandera de la libertad…”. (Mario R. Gutiérrez G. Sangre y Luz de dos Razas. Empresa Industrial Gráfica E. Murillo. La Paz, Bolivia. 1961: 118.) “Así terminó este episodio de la vida chiriguana, y las ansias de libertad del valeroso pueblo camba” (Saúl Suárez Medina. Almanaque Oriental. Santa Cruz de la Sierra, 1990:73) o ‘nación indomable’ como los llamara el his-toriador y militar Enrique Vidaurre Retamozos.

siglo XXAlgunos analistas como Pinto

Mosqueira consideran en este siglo varias corrientes políticas. (Guiller-mo Pinto Mosqueira. Evolución del pensamiento político cruceño, 2009) La primera la denomina ‘integracio-nista’, con algunas ideas de tinte na-cionalista. Esta línea se refleja en el contenido del Memorándum de 1904, presentada por la Sociedad de Estu-dios Geográficos e Históricos de San-ta Cruz al Congreso de Bolivia, que en una de sus partes decía: “Pedimos ferrocarril, porque tenemos derecho a pedirlo, no para beneficio del Orien-te, sino para el bienestar general de la República; porque nuestra conciencia y buena fe nos obliga a demostrar la verdad, descorriendo el velo provin-cialista que cubre los ojos de nuestros compatriotas del Occidente”. En resu-men, el Memorándum de 1904 debe entenderse como un ‘proyecto geopo-lítico de desarrollo nacional’, quizás el primero desde el nacimiento de la República, que busca integrar el terri-torio nacional desde el río Paraguay o el Pilcomayo hasta las cuencas del Amazonas y el Ande, con el propósito de salvar a Bolivia de su enclaustra-miento (Memorándum 2003. Boletín de la Sociedad de Estudios Geográfi-cos e Históricos de Santa Cruz. Nº 55. 2003: 58).

En esta línea, un hecho muy sin-gular a destacar fue la creación de los partidos regionalista y orientalista. Como antecedente, recordemos que los Tratados de paz con Brasil en 1903 y con Chile en 1904, otorgaban parte del dinero que los liberales usa-ron para construir ferrocarriles que vinculen al mundo andino con sí mis-mo y modernicen las ciudades. Estas líneas férreas no llegaron al Oriente. Los cruceños veían en la construcción del ferrocarril que los vincule con el Occidente la salida de la pobreza y de la continua crisis económica. Como cada vez se posponía la construcción del ramal Cochabamba - Santa Cruz, en 1920 el nuevo presidente Bautista Saavedra propone la construcción de un camino carretero en vez de ferro-carriles. Esto fue determinante para que se formaran estos dos partidos políticos cruceños, el ‘Orientalista’ y el ‘Regionalista’, facciones locales del liberal y del republicano. En sus propuestas, que eran nacionales e integracionistas, exigían la construc-

ción de una vía férreal y la inclusión del Oriente en las políticas nacionales (Paula Peña Hasbún. La construcción de la identidad cruceña. Le Monde diplomatique. Número 13. Octubre 2003). La consigna era ‘ferrocarril o nada’.

Otra corriente Gustavo Pinto la de-nomina ‘integracionista y asimilacio-nista’, por identificarse plenamente con el nacionalismo andino-estatal boliviano. Se expresa según este au-tor, en libros de algunos autores cruce-ños como Molina Mostajo, Vázquez-Machicado, Enrique Finot, y otros.

Aquí se podría agregar una tercera tendencia durante este siglo. Se tra-ta del llamado ‘socialismo militar’, dirigida por el ‘camba’ presidente Teniente General Germán Busch Becerra (1903-1939). Para este héroe de la Guerra del Chaco y firmante de la ley del 11%, “el Estado debe ser el regulador justiciero de las relaciones económicas con el fin humano y pro-fundamente nacional de instaurar un régimen de justicia social…Ni con la Rosca ni con Rusia: con Bolivia”. La Constitución de 1938 que promulgó fue eminentemente de corte socia-lista y protector de las mayorías na-cionales. También dictó el Código de Trabajo y aprobó leyes sociales justas como la Caja de Ahorro Obrero. Esta-tizó el Banco Central y creó el Banco Minero. Basado en su nacionalismo económico, rompió el pongueaje al súper estado minero con el decreto del 7 de junio de 1939 que obligaba la entrega total de las divisas, que hasta entonces los mineros exportadores manejaban a su arbitrio, lo que no sig-nificó “ni la abolición ni la confisca-ción de la propiedad privada”. Trece años después, madura ya la nación en lo político y social para aplicarlo, determinará la nacionalización de las grandes empresas mineras. Fue pues un precursor el que dio el ímpetu inicial para la liberación económica. (Fernando Díaz de Medina. Retrato de un héroe. El Diario, domingo 28 de agosto de 1966.)

En cuarto lugar se presenta el pen-samiento político cruceño ‘integra-cionista y desarrollista’, que sigue los lineamientos del Plan Bohan, (Carlos Dabdoub Arrien. La Revolución del patujú. 2ª. Edición. Imprenta Sirena. Santa Cruz de la Sierra. 2008: 22.) implementado por el Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR) (En 1942, una misión del gobierno norteamericano dirigida por Merwin Bohan, trazó algunas líneas de ac-ción, convencido que “Bolivia tenía la capacidad de autoabastecerse, por lo menos en cuanto a producción alimenticia se refería”. Planteaba: 1) La diversificación económica; 2) La construcción de la carretera Cocha-bamba-Santa Cruz-Montero; Santa Cruz-Camiri; Sucre-Camiri; La Paz-Caranavi-Apolo-Rurrenabaque y Tarija-Villamontes; 3) Inversiones en

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la industria del petróleo; 4) El apoyo a la producción agropecuaria y la ins-talación de estaciones experimentales de agricultura y ganadería para garan-tizar la auto-suficiencia alimentaria, a través de créditos, sustituyendo la im-portación de productos como el gana-do, arroz, azúcar y de materias primas (algodón), que a pesar del potencial que ofrecía Santa Cruz, éste no pros-peraba debido a las trabas impuestas por las seculares políticas económi-cas liberales y su precario servicio de transporte. De cierta manera, este planteamiento retoma las propuestas del Memorándum de 1904, sobre la integración oriente-occidente.) y posteriormente en la demanda del 11% de regalías petroleras, encabe-zada por el Comité pro Santa Cruz, creado en 1950 y vanguardizada por Falange Socialista Boliviana (FSB), uno de cuyos máximos líderes fue el abogado cruceño Mario Gutiérrez Gutiérrez. .

Ya a fines de los años 70, surgiría una quinta vertiente: el ‘nacionalismo democrático liberal’ dirigida por polí-ticos que conforma Acción Democrá-tica Nacional (ADN), fundada por el coronel cruceño Hugo Banzer Suárez (1926 - 2002) y presidente de la Re-pública en 2 períodos: 1971-1978 (de facto) y 1997-2001 (constitucional).

Finalmente aparece la sexta co-rriente política cruceña denominada ‘democrática y descentralizadora’ del estado boliviano, que lidera el movi-miento cívico cruceño entre 1982 y 2000 y que se expresa en la lucha por el retorno de la democracia en Bolivia, el establecimiento de un ré-gimen de descentralización política-administrativa, cumpliendo con la Constitución de 1964, la elección por voto popular de los Municipios y la promulgación de las leyes de Partici-pación Popular y la llamada Descen-tralización Administrativa, ideadas por profesionales cruceños.

siglo XXiEl proceso evolutivo de una orga-

nización social pasa de lo que bien se llama tribu, a pueblo y finalmente se forma la nación. El cambio a este últi-mo estadio se da cuando la categoría pueblo alcanza una conciencia étnica-cultural viva y desarrollada, es decir, el mayor grado de conciencia de su individualidad es lo que distingue al concepto de nación de pueblo. La identificación como ‘camba-cruceño’ es sentida vivamente, no ya por una minoría entusiasta, como ocurre con frecuencia en el pueblo, sino por una parte mayoritaria de la población, que en consecuencia, aspira a conservar su individualidad y a asegurar su permanencia y desarrollo, utilizan-do todos sus medios a su alcance, sin excluir aun la obtención del poder político si para ello fuera necesario. Si bien se puede reconocer diferencia de matices entre pueblo y nación, se

suele decir que un pueblo es una na-ción en potencia y que una nación es un pueblo mayormente consciente. “Tanto pueblo como nación corres-ponden exactamente al concepto de comunidad de cultura, que era lo que significó históricamente durante tantos siglos la palabra “nación” y lo que la moderna sociología ha vuelto a descubrir y a adoptar” (José A. de Obieta Chalbaud. El derecho humano de la autodeterminación de los pue-blos. Editorial Tecnos S.A. Madrid, España. 1985:48)

La ‘cruceñidad’ desarrollada a lo largo de cuatro siglos y medio ha lan-zado el reto de hallar respuestas para cada momento histórico que hacen al sujeto, el marco de la autonomía y el proyecto de autodeterminación de y en Santa Cruz. (Daniel Dory (2008) Veámoslo de manera sucinta:

a) El sujeto de la autodetermina-ción. Desde 1826 Santa Cruz es uno de los departamentos de Bolivia, que cuando fue creado contenía al con-junto del espacio cruceño así como a la población que por sus rasgos etno-culturales y su específico mestizaje puede ser definida como ‘cruceña’ y/o ‘camba’. Luego ese territorio de-partamental fue fragmentado particu-larmente con la creación de los depar-tamentos de Beni (1842) y de Pando (1938), sin que por ello la afinidad cultural básica haya disminuido, y de-je de manifestarse también en el espa-cio chaqueño, ahora compartido con Chuquisaca y Tarija. Esta fragmen-tación de lo que inicialmente era un solo espacio dio lugar a la emergencia del referente ‘Oriente Boliviano’, que evoca una realidad indiscutible tanto

en el ámbito de la geografía física como en el de la geografía humana. En tal sentido, el sujeto de la autode-terminación ya no es exclusivamente una población departamental, sino un ‘pueblo’ con características históricas y culturales compartidas y además portador de una voluntad política de preservar y desarrollar su identidad y sus modos de vida en el marco de una forma estatal propia. En consecuen-cia, se estaría frente a un proceso que se califica como ‘nacionalitario’.

b) El marco de la autodetermina-ción. Bolivia nació y se desarrolló como un Estado centralista, arbitrario e ineficiente que gobernó un país tan heterogéneo. Como resultado, des-de el principio surgieron exigencias regionales a favor de una mejor dis-tribución del poder en los diferentes niveles del estado. En el caso de San-ta Cruz, por su desvinculación física del resto del país, permaneció aislada hasta la segunda mitad del siglo XX, situación que la llevó a plantear rei-teradamente la necesidad de redefinir el marco de su relación/inclusión en el orden político institucional de Boli-via. Con el fin de integrar óptimamen-te el espacio cruceño en el conjunto boliviano, sin perder su identidad ni ser víctima de un colonialismo tan-to interno como externo, esta forma de reivindicación a veces tomó la forma de descentralización, autono-mía, federalismo o la creación de un estado confederado binacional, con la presencia de de la ‘Nación camba’ o ‘nación de los pueblos orientales’, conformando una de las partes de di-cho estado.

c) El proyecto de la autodetermi-

nación. Cada ciclo histórico de Santa Cruz imaginó sus acciones y reac-ciones según sus potencialidades y limitaciones. Muchas de sus luchas, más que al proceso mismo de autode-terminación en sí, apuntaban a crear las condiciones materiales para que emerja la nacionalidad ‘cruceña’, ‘camba’ u ‘oriental’. Sería imposible concebir un desarrollo ‘nacionalitario’ sin basarse en un territorio articulado internamente y vinculado al exterior mediante caminos, puertos fluviales y ferrocarriles, articulado con un centro capaz de asumir la capitalidad regio-nal en su real dimensión. Conseguir dichos propósitos ha sido la fuente de reivindicaciones como el 11% de las regalías, la defensa del impuesto directo de hidrocarburos (IDH) y la lucha por la autonomía. Además la disputa por estos recursos causó ma-yor acumulación histórico-política, pero a su vez reforzó el sentimiento de autodeterminación y la edificación permanente de una identidad propia. Claro está que el emprendimiento de estructurar una nacionalidad histórica o identitaria emergente, democrática, solidaria e integracionista, supone vencer muchos obstáculos, sobre todo el conservadorismo o mentalidades retrógradas de propios y extraños.

Si bien el movimiento autonomis-ta tiene sobre sus espaldas décadas en su haber, algunos antecedentes de este nuevo movimiento político e ideológico del siglo XXI nos retro-traen a mediados de los años 80 del pasado siglo. Por este tiempo, aparece en Santa Cruz el Movimiento 26 de febrero (M-26), integrado por desta-cados profesionales del medio que censuran al estado central y plantean otorgar mayores decisiones para los departamentos de Bolivia. En enero de 1985 publican un folleto bajo el título de “Documentos M-26”, que reedita cuatro artículos de prensa emitidos entre el 30 de octubre y el 13 de diciembre de 1984. Ellos son: La Masacre de San Julián: un producto del colonialismo interno – La Miseria andina boliviana y el progreso cru-ceño; Crisis del Estado y el modelo regional autogestionario. El proyecto siderúrgico regional; La cogestión re-gional mayoritaria en el área energé-tica – YPFB. El gas y el petróleo son cruceños; Democracia y poder local. Aquí definen a “las regiones bolivia-nas como segmentos indivisibles del Estado pero como “unidades nacio-nales” que participan igualitariamente en el marco de un Estado que es mul-tinacional, pluricultural y multiregio-nal, poseen identidad e historia propia y constituyen espacios económicos y geográficos concretos”. Por estas condicionantes plantean “un nuevo proyecto nacional que tenga por base sustantiva estos espacios regionales-nacionales desde donde se establez-can modelos regionales autogestiona-rios con participación popular y social

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El explosivo crecimiento de Santa Cruz no ha estado acompaña-do de una necesaria y permanente reflexión sobre su rol político en el departamen-to y el país.

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organizada". Esta nueva propuesta se basa “en el regionalismo popular y autogestionario, entendiendo por re-gionalismo (una palabra que asusta inclusive a los más recalcitrantes re-gionalistas en todos los escenarios del país), como la esencia y sustancia del Estado, como una fuerza y un poder que ya no es posible disimularlo ba-jo supuestas adhesiones a un marco nacional unitario, a un bolivianismo declaratorio o simplemente, a un pa-triotismo que esconde la carencia de respuestas a los agudos problemas del país en su conjunto”. Diferencian del viejo regionalismo de corte mercantil (defensa de intereses económicos par-ticulares) o el regionalismo político (oposición al gobierno), apoyando un “regionalismo transformador y per-manente que se sustenta en la realidad histórica de estas regiones […].

Antes de las elecciones naciona-les de 1985, el manifiesto del 13 de diciembre de 1984 del M-26 plantea dos tareas básicas: 1) “Aprobación de las leyes complementarias para reali-zar las elecciones municipales en todo el país y así dar cumplimiento al Art. 200 de la C.P.E. (Constitución Política del Estado) donde indica claramente que los Consejos Municipales serán

elegidos mediante “sufragio popular” y 2) consolidar los gobiernos depar-tamentales mediante el voto directo, aprobando una ley que interprete el Art. 109 de la C.P.E. […]. Sobre este asunto sostenían que “muy al margen de las estériles discusiones que pue-dan girar en torno al sistema de elegi-bilidad de los prefectos, la aplicación del voto popular y directo significa aplicar un sistema de gobierno, que impone la realidad política del país ya que nos conduce inevitablemente a democratizar la democracia para que los pueblos puedan elegir a sus pro-pios conductores en su propio marco geográfico regional o departamental […] acto que significa, en última ins-tancia, recuperar la soberanía popular

y rescatar los poderes locales de las garras del colonialismo interno y del caudillismo obsoleto”.

En este sentido, el M-26 proponía que la lucha regional y nacional debía orientarse hacia la consolidación de dos puntos básicamente. “1) Consti-tución democrática de los gobiernos departamentales y nacionales, cuyos representantes deben ser elegidos me-diante el sufragio popular y directo. 2) Ampliar las facultades legales de las cortes electorales departamentales pa-ra que puedan recibir inscripciones de las candidaturas locales o se deberán imprimir dos papeletas multicolor y multisigno, una para la elección na-cional y otra para la elección munici-pal”.

Por esta misma época, Sergio An-telo publica su libro “Centralismo y Estructuras de Poder. Radiografía del centralismo boliviano” (Sergio Antelo Gutiérrez. Centralismo y Es-tructuras de Poder. Radiografía del centralismo boliviano. Santa Cruz de la Sierra, Bolivia. s/f). Entre sus con-clusiones, hace conocer cuatro ins-tancias descentralizadoras del Estado “que podrán sostener las Autonomías Regionales relativas, única salida po-sible para superar en el marco demo-

crático, la crisis estructural del Estado nacional boliviano”.

De igual modo, entre 1986 y 1988 la presidencia del Comité pro Santa Cruz hace suya su preocupación so-bre el modelo de Estado vigente en la época, pronunciándose a favor de las autonomías departamental (llamada entonces regional) y municipal en numerosas ocasiones y varios ma-nifiestos. (Carlos Dabdoub Arrien. Autonomía Regional. Un mensaje al Congreso Nacional y al pueblo de Bolivia. Discurso pronunciado en ocasión de celebrarse el 176° aniver-sario de la gesta emancipadora del 24 de septiembre de 1810. Santa Cruz de la Sierra, 24 de septiembre de 1986.)

Ese mismo año, destacamos que

el mandato recibido era “para afirmar la autonomía histórica de nuestros pueblos, porque no se puede conse-guir armonía en las diferentes partes de un todo, sino se funda el orden y el derecho en cada una de ellas...”. “No bastará un decreto o la sanción de una ley, para crear la libertad au-tonomista de un día para otro porque toda libertad es obra del tiempo, el resto es concientización” (Carlos Dabdoub Arrien. Santa Cruz Espe-ranza. Discurso pronunciado en el acto de posesión como presidente del Comité pro Santa Cruz. 26 de febrero de 1986). En 1988, “… coincidimos que la descentralización territorial es un instrumento legal que debemos exigir con acciones nacionales y que sirva además para defender la libertad del individuo, garantizar el derecho a las nacionalidades y el respeto a la identificación de las regiones” (Car-los Dabdoub Arrien. La Refundación de Bolivia. Seminario ‘Integración y Democracia. Descentralización y Re-forma Constitucional. Santa Cruz de la Sierra. 27 de enero de 1988.)

Durante las Jornadas Santa Cruz 2000 convocadas para elaborar el llamado ‘proyecto cruceño’ (sep-tiembre de 1986) y organizadas por el Comité pro Santa Cruz y Cordecruz, en la Mesa sobre ‘Descentralización y Autonomía’ se decidió conformar una comisión para “buscar soluciones a cuestiones centrales, como ser: a) El proyecto de ley que declare la nece-sidad de reformar la Constitución Política del Estado para instaurar au-tonomías regionales...” (El proyecto cruceño. Septiembre de 1986. En Santa Cruz 2000. El Proyecto Cru-ceño. Gestiones 1986 a 1988. Santa Cruz, Bolivia, 1988). Por otro lado, en ocasión de celebrarse el 176° ani-versario de la gesta emancipadora del 24 de septiembre de 1810. Santa Cruz de la Sierra, 24 de septiembre de 1986, hicimos público un manifiesto bajo el título de Autonomía Regional. Un mensaje al congreso nacional y al pueblo de Bolivia, planteando “ins-titucionalizar la Asamblea Depar-tamental que ejercerá sus funciones de control y consulta de un Gobierno Departamental Autónomo, fortificado y elegido directamente por el pueblo cruceño”. “La Autonomía Regional que hoy demandamos no sólo favore-cerá nuestro futuro como bolivianos, sino que también movilizará todas las fuerzas productivas olvidadas en los rincones del país. Por eso tam-bién asumimos el compromiso de

impulsar la plena participación de nuestras provincias en las principales instancias de decisión departamental. Participación que no debe ser sólo garantía de salvaguarda de los intere-ses de nuestro pueblo, sino también instrumento de aporte creativo para un nuevo Proyecto Nacional. Qui-siéramos descentralizar el poder, pa-ra entregárselo a su legítimo dueño: nuestro pueblo. Porque queremos que los cruceños piensen y obren por sí. Que se acostumbren a vivir poco a poco colectivamente, a tomar parte en los intereses regionales, comunes a todos. A palpar las ventajas de sus propias decisiones, del orden y la paz común. La Autonomía Regional es-tá en el interés de toda la República, porque no se puede conseguir armo-nía en las diferentes partes de un todo, sino se funda el orden en cada una de ellas. La patria local, la patria del de-partamento, la patria con autonomía de gestión, será el punto de arranque y de apoyo de la gran patria boliviana”. En la época, se entendía a la región como sinónimo de departamento.

En otra ocasión, para vencer el colonialismo interno ejercido por el Gobierno central, el movimiento cívico cruceño de la época expresó que era necesario “de la fuerza y el sentimiento de todos los que viven en esta región, con el fin de alcanzar la autonomía regional que preserve sus derechos fundamentales y canalice la capacidad creativa de sus gentes” (‘El colonialismo interno: producto perfeccionado del sistema centralis-ta. Comité pro Santa Cruz. 28 de no-viembre de 1987)

Casi de manera simultánea, otros intelectuales promueven también la corriente autonomista. Bajo el nom-bre del ‘Movimiento de Resistencia Cívica’, publican un documento bajo el título de ‘Objetivo fundamental: Autonomías regionales’. Lo sus-criben, los ciudadanos, Hernando García Vespa y Carlos Valverde Bar-bery. Acusan al régimen presiden-cialista por haber “… ha hecho del centralismo político, administrativo, económico y financiero, un instru-mento de opresión, de injusticia y de desprecio que lacera y compromete la unidad nacional…”. Por ello, plantean como una reivindicación prioritaria, las autonomías regionales. Agregan que ellas juegan “un rol trascendental en los estados que se componen de diversas nacionalidades, con pecu-liaridades, idiosincrasias y caracte-rísticas diferentes. Y Bolivia es eso”.

“Antes de las elecciones nacionales de 1985, el Movimiento 26 de Febrero plantea la aprobación de leyes complementarias para realizar elecciones municipales... y consolidar los gobiernos depar-tamentales mediante el voto directo. Esta y otras acciones regionales, ¿acaso no eran políticas?”.

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Concluye el manifiesto postulando la creación inmediata de los gobier-nos departamentales con autonomía de gestión, para que éstos respondan auténticamente a los intereses de sus pueblos…”. “No es la Patria la que se nos muere. La Patria es eterna. Es el Estado centralista el que ha muerto, pero que todavía permanece putrefac-to e insepulto y sin partida de óbito” (El Deber 16 de junio de 1986).

El 26 de febrero de 1987, a los pies del monumento al Cristo Redentor de la ciudad de Santa Cruz, por primera vez una multitudinaria concentración participó de un acto solemnes, el lla-mado “Juramento a Santa Cruz y a la autonomía”, acto que como presiden-te reelecto del Comité Cívico cruceño del departamento me correspondió honrosamente administrar. Con el tiempo, este lugar serviría más tarde para otros acontecimientos que hi-cieron historia. Esta vez fue algo así como un cabildo, donde el pueblo cruceño allí reunido asumió un com-promiso de honor. Este fue el texto de los tres juramentos:

¿Juras por Dios, por Santa Cruz, por el honor de tu familia, por tu mis-ma dignidad de hombre y ciudadano, por tus profundas convicciones y los

símbolos de tu propia fe?

¿Juras luchar por conservar nuestros valores morales, contra la

delincuencia y el narcotráfico,buscando por todos los medios la

justicia, la libertad y la consolidación de nuestra identidad regional?

¿Juras por Dios y por Santa Cruz:Luchar por conseguir nuestra au-

tonomía, que por justicia y voluntad histórica nos corresponde?

Casi un año después, el 27 de ene-ro de 1988 organizamos el Seminario “Integración y Democracia. Descen-tralización y Reforma Constitucio-nal”. Propuestas de incorporación de las etnias bolivianas a la Constitución o la incorporación de lo multiétnico en la Carta Magna, el nuevo rol de las organizaciones intermedias en la de-mocracia, el debate sobre autonomía y otros más, llevaron a la conclusión de plantear una reforma constitu-cional total, que siendo “producto y resultado del acuerdo político de consenso, tendría que expresarse con la convocatoria de una Convención-Congreso Ordinario-Constituyente, que inicie sus labores a partir del 6 de agosto de 1989” (Santa Cruz 2000. El proyecto cruceño. Gestiones 1986-1988. Editorial Casa de la Cultura Raúl Otero Reiche. 1988:313).

Siguiendo esta corriente autono-mista liderada por muchos valerosos cruceños, en 1987 aparece el libro de Juan Carlos Urenda Díaz “Autono-mías departamentales. La alternati-va al centralismo boliviano”. (Juan

Carlos Urenda Díaz “Autonomías departamentales. La alternativa al centralismo boliviano”. Editorial Los Amigos del Libro. 1987.) En 2007, aparecería una tercera edición actuali-zada (Juan Carlos Urenda Díaz. Auto-nomías departamentales. Editorial La Hoguera. Santa Cruz, Bolivia. 2007). En 1989, Nino Gandarilla al referirse a las autonomías departamentales ex-presaba que el Oriente como nación, tiene su propia historia. “Nación con origen español e indígena, con alguna que otra influencia de otras culturas; nación nueva que dio su propia res-puesta al medio ambiente en que se desarrolló, Nación Camba, cultural o biológicamente hablando” (Nino Gandarilla Guardia. Observaciones y rectificaciones al Capítulo Primero de “Autonomías Departamentales”. Contribución Joven. Editorial Enfo-ques Juveniles. Santa Cruz, Bolivia. 1992: 46).

El 15 de agosto de 1990, casi dos años después, indígenas del oriente boliviano iniciarían la marcha “Por el territorio y la dignidad” integrada por más de 800 indígenas, reivindi-cado una Asamblea Constituyente y el reconocimiento de los derechos indígenas (autodeterminación) en las leyes bolivianas. La travesía duró 34 días, y fue determinante para que el gobierno diera alcance a la mar-cha en Yolosa, negociando todos los puntos “bajo la sombra de los naran-jos”, reconociendo cuatro territorios indígenas (Isiboro Sécure, Chimán, Multiétnico y Sirionó). El total de la extensión de estos espacios sumaba cerca de un millón cuatrocientas mil hectáreas, ubicada en el departamen-to de Beni. Después, a sugerencia del gobierno de Paz Zamora se crearía en 1992 el ‘Fondo para el desarrollo de los pueblos indígenas de América Latina’, que firmaron 33 países.

Sobre la convocatoria a una Asam-blea Constituyente, otras acciones cívicas incluyen la “Declaración del Pacto de la sociedad civil boliviana,

firmada en el encuentro de institucio-nes realizado en el Comité pro Santa Cruz del 29 al 30 de abril de 1993. En su parte pertinente dice: “Para no rele-gar la reforma de la Constitución has-ta el año 1997, se consulte al pueblo mediante referéndum, en ocasión de las elecciones municipales de diciem-bre de 1993, sobre la necesidad de convocar a una Asamblea Nacional Constituyente en 1994, conformada por genuinos e idóneos delegados del pueblo y de sus instituciones repre-sentantes”. También en el Diálogo Nacional de Concertación, realiza-do en La Paz del 6 al 18 de octubre de 1997, la ponencia cívica cruceña propugnó nuevamente una Constitu-yente, al amparo del artículo 35 de la misma Constitución. Posteriormente, el 27 de mayo de 2002, este mismo Comité emitió otro pronunciamiento, exigiendo “convocar a una Asamblea Constituyente con la participación de la sociedad civil, como único proce-dimiento legítimo para aprobar una Constitución que sea la fiel expresión del sentir del país” (Pronunciamien-tos Cívicos. Comité pro Santa Cruz. 27 de octubre de 2003).

El jurisconsulto Serrate Paz rei-vindica en 1993 el concepto real de la autonomía municipal, sosteniendo que “el Municipio es una institución con poder originario. Que sus compe-tencias nacen del propio Municipio”, y en consecuencia “tanto las (compe-tencias) legislativas, ejecutivas y ju-risdiccionales en su esfera, son facul-tades per se del Municipio. Al nacer Bolivia a la vida independiente, estos viejos Municipios no negociaron con la flamante República la transferen-cia de sus competencias”. Considera “que el centralismo político no es obra del azar, sino un mal endémico enquistado profundamente en el ce-rebro del hombre político boliviano”; “...sólo respetando las identidades de los pueblos cuando no hieren la moral y las buenas costumbres, se generan sociedades sanas”. “La Autonomía

Municipal que nosotros concebimos – dice este autor –, es, otorgarle a ca-da Municipio la facultad de darse su propia organización y fijar su propia competencia. También entendemos como Autonomía Municipal, el de-recho ineludible de dictar su propia Constitución Política Municipal, es decir, su Carta Magna, promul-gada por sus propios habitantes, sin ingerencia de ningún otro poder del Estado” (José Mario Serrate Paz. Lo que nunca se dijo... sobre autonomía municipal. Imprenta Landívar. Santa Cruz de la Sierra. Bolivia. 1993).

En 1996 aparece el libro “La Na-ción de la llanura” cuyo autor es el doctor Carlos Valverde Barbery, ico-no de las luchas cívicas de los años 50 que conquistaron el derecho a que los departamentos productores de hi-drocarburos perciban las regalías del 11%. Luego de un prolijo estudio e in-vestigación histórica de los llamados pueblos orientales, propone autono-mía o en su defecto la independencia de Santa Cruz, Beni, Pando y Tarija. Como bien se dice al comienzo de la obra, esta es el “summun de un proce-so de análisis e inquietudes, pero por sobre todo, es el grito rebelde de quien se resiste a mirar las cosas y aceptar lo que, en su concepto, y bajo el nombre que sea, no son otra cosa que poster-gaciones del derecho de la región a tener un futuro mejor”. En una de sus partes, el doctor Valverde nos recuer-da que del total de 1.274.095 kilóme-tros cuadrados (km².) perdido por los diferentes gobiernos de Bolivia, “más de 850.000 km² pertenecían a la Na-ción de la Llanura (Beni, Santa Cruz, Pando y Tarija), los otros 400.0000 km² eran patrimonio de las provin-cias del Alto Perú. ¿Cuál era la reac-ción de los patriotas bolivianos antes estas pérdidas territoriales? “Nada se ha perdido porque no se ha tocado el macizo andino” (Carlos Valverde Barbery. La Nación de la llanura. 1996). Aquí es bueno subrayar que al fundarse Bolivia, Santa Cruz entró a formar parte de la naciente república con una extensión territorial superior a 1.600.000 km². (Carlos Cirbián Ba-rros. Vistas de Nuestro Pasado. Hitos fundamentales de la historia cruceña en imágenes. 2006:26).

Desde mediados del año 2000 un grupo de ciudadanos, mujeres y hombres, profesionales e intelec-tuales cruceños y personas de otros departamentos del país radicados en esta comarca (cruceños ‘por convic-ción’), se reunieron para analizar la crisis política, económica y social de Santa Cruz y de Bolivia, pero tam-bién los valores cívicos y morales de la región y del país, como también revisar la historia de los pueblos de estas llanura desde una visión dife-rente y ver la forma de difundirla en la sociedad, así como lanzar algunas propuestas. El 21 de noviembre del año 2000 nace el MANC (Movi-

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Rubén Cos-tas y Germán Antelo construyeron sus lideraz-gos políticos desde la ac-ción cívica. Pero, ¿logran trascender lo local?

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Para leer...miento Autonomista Nación Cam-ba) como expresión democrática de nuestra sociedad, haciendo público su primer documento llamado ‘Me-morándum 2001’ en fecha 14 de febrero del año siguiente. (‘Memo-rándum’. El Deber. Santa Cruz de la Sierra. 14 de febrero de 2001) Reme-mora el Memorándum de 1904, pero ahora desde la afirmación de la iden-tidad cruceña como pueblo-nación. (Daniel Dory, 2008) Posteriormente, el 24 de julio aparecería un segundo pronunciamiento intitulado ‘El Nue-vo Pacto con el Estado Boliviano’, que contiene doce propuestas. Su pronunciamiento conlleva el debate de algo que estaba escondido en el sentimiento de mucha gente: la au-tonomía plena del territorio cruceño. Dicha demanda lleva a muchos a releer y reinterpretar de una manera distinta la identidad y la historia de Santa Cruz y de las tierras bajas, don-de se reconocen los fuertes vínculos históricos y socio-culturales con Be-ni y Pando, principalmente, además de reflexionar sobre un nuevo pacto con el estado boliviano. A partir de este momento, se genera un debate departamental y nacional y como nunca empieza a crecer y desarro-llarse el concepto del ‘nacionalismo histórico-identitario’.

La aspiración regional autonomis-ta de Santa Cruz no sólo proviene del aislamiento o el sometimiento de su territorio, primero por los españoles y luego, durante la época de la repú-blica, por el poder central de Bolivia. En todo caso, al generarse un fenó-meno de cascada, concurrieron una serie de movimientos sociales a tra-vés del tiempo, que en vez de ser me-ramente coyunturales, han creado es-te proceso de acumulación histórica

que en la actualidad se expresa como un movimiento popular democráti-co, humanista, inclusivo y solidario, que lleva adelante la denominada “Revolución del patujú”. Las raíces de esta revolución por el ‘cambio’ tienen varios siglos de construcción. Se inicia con las culturas nativas de estas vastas llanuras que caminaron siempre en busca de territorios libres, donde no existiera ‘el mal’, creándo-se un espíritu indómito dispuesto a enfrentar las adversidades y a apro-vechar las pocas oportunidades en tiempo de paz. Los españoles que llegaron a estas tierras venían de una larga guerra de siete siglos; también soñaban con una tierra generosa para reproducir su cultura y modo de vi-da, generar riquezas y administrarse por un gobierno autónomo propio. Ambas visiones de mundo, a lo largo del tiempo se fundieron en una sola, emergiendo una mentalidad de muje-res y hombres que luchan por la paz, la fraternidad y la libertad. (Carlos

Dabdoub Arrien. La Revolución del patujú. 2ª. Edición. Imprenta Sirena. Santa Cruz de la Sierra. 2008: 7).

Hasta aquí hemos contado parte de esa larga historia, evidenciando cómo se fue forjando el espíritu autonomis-ta cruceño. Lo que ha sucedido en los últimos cinco años es conocido por casi todos. En todo caso, este movi-miento popular y democrático y que tuvo como líder principal a Rubén Costas Aguilera, siempre mantuvo en alto la unidad del país, aunque el centralismo andino intentó mostrar insistentemente a este proceso eman-cipador como secesionista. Pero, para responder a esta ignominia de manera clara y directa, nada mejor, que usar las palabras de Rafael Chávez Ortiz (1939): “confundir esta necesidad de autonomía con el separatismo o el anexionismo, es a su vez revelar un profundo desconocimiento del pro-blema del Oriente…”.

Sobre este nuevo ideario “camba-cruceño” y el planteamiento auto-nomista, han aparecido importantes ensayos y libros de connotados in-telectuales, críticos y analistas. Son los casos de Ángel Sandoval Ribera (La Nación Camba. Imprenta Sirena. Santa Cruz, 2001); Sergio Antelo Gu-tiérrez (Los cruceños y su derecho de libre determinación. Imprenta Lan-dívar. Santa Cruz. 2003); Gustavo

Pinto Mosqueira (La nación camba. Fundamentos y desafíos. Editorial Oriente. Santa Cruz. 2003 y Pue-blo, Nación y Nacionalismo camba. Fundación NOVA. Santa Cruz de la Sierra, 2008); Nino Gandarilla Guardia (Eslabones Encontrados de la Historia Cruceña. Imprenta Pu-blimaster. Santa Cruz, 2004); Jorge Hurtado Hervas (Autonomías Ya! Imprenta Nuevo Mundo. Santa Cruz de la Sierra. 2004); Ismael Muñoz García (¿Independencia o Autono-mía? La disyuntiva de Santa Cruz. Editorial El País. Santa Cruz, 2005); Álvaro Jordán (Kandire (origen y evolución del llano boliviano). Edito-rial Universitaria. Santa Cruz, 2005); Paula Peña Hasbún (La Autonomía desde Santa.Cruz. 2006); Bismarck Kreidler Flores (El Primer Prefecto elegido democráticamente. Imprenta Sirena. Santa Cruz, 2006); Juan Car-los Urenda Díaz (Separando la paja del trigo. Bases para constituir las au-tonomías departamentales. Imprenta

Landívar. Santa Cruz de la Sierra, 2006; Autonomías Departamentales, 2006); Hugo Camacho Añez (Santa Cruz Una Nación Subyugada. s/f); Paz Padilla Osinaga (Desarrollo con identidad: Propuestas para un mode-lo de gestión. Imprenta Sirena. Santa Cruz, 2007; H.C.F. Mansilla. (Pro-blemas de la Autonomía en el Oriente Boliviano. La ideología de la Nación Camba en el espejo de las fuentes do-cumentales. Editorial El País. 2007); Carlos Dabdoub Arrien (Descentrali-zación ya. Imprenta Landívar. Santa Cruz, 1994; La autonomía y la auto-determinación de la “nación camba”. Opinión y Análisis. La Paz. Nº 64. 2003; La Revolución del patujú. Un proyecto cruceño. Segundo Centena-rio (1810-2010). Industrias Gráficas Unión. Santa Cruz. 2006; Iyambae (sin dueño). Fundación NOVA. Santa Cruz de la Sierra, 2008); Gustavo Pin-to Mosqueira, Oscar Terceros Suárez y Jorge Landívar Roca (La Nación de los Pueblos Orientales. Editorial El País. Santa Cruz de la Sierra. 2010), entre otras importantes obras.

Recientemente, H.C.F. Mansilla “realiza un repaso del discurso de lo que llama ‘nación camba’ (no la agru-pación ciudadana) y refiriéndose a las propuestas de autonomía, surgidas en Santa Cruz, propone verlas como un impulso modernizador para Bolivia

y de salida a la crisis de gobernabili-dad en que vivimos desde hace varios años”. Admite este autor que “el pen-samiento asociado a la especificidad de la nación camba y los designios de alcanzar una amplia autonomía regio-nal en Santa Cruz han aumentado en complejidad, han crecido en popula-ridad y se han consolidado en el ima-ginario colectivo de la población boli-viana”, anotando que “la ideología de la nación camba puede ser calificada de progresista y hasta de izquierdis-ta”, que sumada a los anhelos autono-mistas de Santa Cruz “representarían la variante boliviana de un desarrollo universal de carácter progresista, avalada por el despliegue técnico-científico del modelo civilizatorio actual, y oponerse a ello constituiría claramente un designio retrógrado, provinciano, tradicionalista y supe-rado por la historia”. En otro orden, afirma que “un rasgo que resalta en el discurso autonomista – y que fue muy bien apropiado por la nación camba – es la aparición de una iniciativa de descentralización de abajo hacia arri-ba... un fenómeno diferente al trayecto recorrido por la Ley de Participación Popular (1994) que, en alguna medi-da, fue diseñada por líderes políticos y asesores municipalistas desde una posición que empujaron las reformas de arriba hacia abajo; es decir, cierta-mente se las llevó a la práctica como acciones de un gobierno centralista en el periodo 1993-1997” (H.C.F. Man-silla. Problemas de la Autonomía en el Oriente Boliviano. La ideología de la Nación Camba en el espejo de las fuentes documentales. Editorial El País. 2007:60, 69 y 73).

En palabras de Pinto Mosqueira, “el derecho de un pueblo o nación, como la Nación Camba a tener li-bertad, autonomía, frente a cualquier estado, es un derecho natural, positi-vo, racional y humano. Nadie puede negarnos el derecho a vernos, sentir-nos y entendernos diferentes en un mundo diverso y heterogéneo como el contemporáneo. De parte nuestra, tenemos el sentimiento y la voluntad de querer seguir siendo cambas. Ni mejores ni peores que otras naciones. Ya no somos un pueblo emergente. Somos una nacionalidad histórica camba” (Gustavo Pinto Mosqueira. El Nacionalismo camba en el Estado Plurinacional boliviano. Santa Cruz, 2007:3 s/e).

A diferencia del nacionalismo estatal desarrollado el siglo pasado, hoy se profundiza y se ejercita el con-cepto del “nacionalismo histórico-identitario”, que sostiene el derecho de las personas y de su comunidad a sentirse dueño de una identidad socio-cultural e histórico y que los estados plurinacionales pueden o deben alber-gar naciones abiertas al cambio, reco-nocidas en el marco de la igualdad jurídica, como lo establece la Organi-zación de las Naciones Unidas.

“La aspiración autonomista de Santa Cruz no solo proviene del aislamien-to o el sometimiento de su territorio, primero por los españoles y luego por el poder central boliviano. Es también una acumulación de movimientos...”.

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a moDo De conclusión

Como los hechos históricos así lo demuestran, la lucha autonómica de Santa Cruz no tiene dueño, ideólogo o caudillo en particular. Su único pro-pietario fue, es y será el pueblo cruce-ño. No entenderlo así es sólo negar la memoria de la gente y menospreciar a todos aquellos que se brindaron al combate por esta noble causa.

Por otro lado, el mayor aporte al país de este movimiento democrá-tico social, humanista, integrador y solidario tras doblegar al centralismo autoritario, ha sido conseguir la cons-trucción de una Bolivia autonómica, cuyo nuevo ciclo empieza este 4 de abril con la elección de gobernadores y asambleístas departamentales.

Pero no nos confundamos, el éxito de este proceso social autonomista no simplemente será legislar y aprobar normas o administrar competencias. Hoy emerge un nuevo desafío: que cada uno de las mujeres y hombres de este departamento asuman la res-ponsabilidad que les corresponde en este largo proceso. En consecuencia, para ejercer un autogobierno en San-ta Cruz se precisa gente con actitud autonomista en el plebiscito diario de nuestras vidas. Asumamos el reto sin poses o actitudes demagógicas, ego-centrismo, mezquindades, ni críticas banales y fútiles o deslealtades, nada propios del ‘ser cruceño’, ni el de an-tes y menos aún el de ahora.

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