semana de liturgia

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DOMINGO XXVII T.O. II VSPERAS

ANTIFONERO: LUCAS

SALMO 109 (Salmista: Lara y Asamblea)

Este salmo, situado al final del domingo, nos invita a contemplar el triunfo del Resucitado y a acrecentar nuestra esperanza de que tambin la Iglesia, cuerpo de Cristo, participar un da de su misma gloria, por muchas que sean las dificultades y los enemigos presentes. Que al contemplar la promesa de Dios a su pueblo elegido, realizada en la resurreccin de Cristo, tal como nos la hace contemplar este salmo, intensifique nuestra oracin cristiana de accin de gracias en este domingo.

SALMO 110 (Unsono)

Este salmo como complemento de la celebracin dominical y meditado al final del da del Seor, nos ayuda a mirar retrospectivamente los grandes misterios del amor de Dios que hemos conmemorado y vivido en este da: Grandes son las obras del Seor, dignas de estudio para los que las aman.

Podemos decir, pues, que este salmo, que ya para Israel era un himno de renovacin de la alianza, es para nosotros como una nueva eucarista vespertina que nos recuerda cmo el Seor ha hecho maravillas memorables para con nosotros. En compaa de los rectos, pues, en la asamblea, recordando cmo la obra de Dios es esplendor y belleza, demos gracias al Seor de todo corazn.

CANTICO DEL APOCALIPSIS (Solista: Nstor, coros cantados)

El cntico con el que terminamos la salmodia dominical, es una aclamacin a Cristo, Seor victorioso, muy parecida por su estilo a las que, en la antigedad, se entonaban en honor del emperador. Hoy nosotros alabamos a Jess como el rey de nuestra existencia y de nuestra vida.

Este cntico nos hace participar tambin, ya en esta vida, de aquella adoracin en espritu y en verdad, de la que viviremos eternamente; y de la cual el do mingo es como un anuncio y pregustacin.

LECTURA BREVE: MANUEL

ORACIN EUDSTICA: 163

LUNES XIX T.O. LAUDES Y EUCARISTAFIESTA DE SAN LORENZO, DIACONO Y MRTIR

ANTIFONERO: NSTOR

SALMO 62 (Dos Coros)

Este salmo es, probablemente, la oracin de un levita, desterrado de Jerusaln y alejado del templo, que recuerda con aoranza los das felices en que contemplaba a Dios en el santuario, viendo su fuerza y su gloria. Ahora la situacin ha cambiado, pero el deseo y la esperanza de contemplar nuevamente el santuario perseveran. Alejado del templo, su alma se siente como tierra reseca, agostada, sin agua, pero el espritu no desfallece, pues Dios volver a otorgarle los antiguos favores, con mayor abundancia si cabe: Mis labios te alabarn nuevamente jubilosos, me saciar como de enjundia y de manteca.

CANTICO DE DANIEL (CANTADO)La comunidad cristiana sobre todo la que vivi las grandes persecuciones de los comienzos vea en los jvenes martirizados por el rey, que, en medio de las llamas y como si no sintieran el tormento del fuego, cantaban unnimes a Dios, una imagen evocadora de la actitud de la Iglesia. Perseguida por los poderes del mundo, sometida a los sufrimientos del martirio, la comunidad de Jess se siente como refrigerada por una suave brisa, que no es otra sino la esperanza que le infunde la contemplacin del Resucitado. La Iglesia de nuestros das necesita tambin este aliento; la fiesta de San Lorenzo que estamos celebrando quiere infundirnos esta esperanza.SALMO 149 (Unsono)Con este salmo Israel cantaba la especial proteccin de Dios para con su pueblo y las victorias de Yahv frente a los enemigos. Nosotros, nuevo Israel de Dios, al recitar (cantar) este salmo somos invitados tambin a cantar al Seor que ama a su pueblo y adorna con la victoria a los humildes. Que el jbilo y la alabanza sean, pues, el trasfondo de nuestra jornada y de la oracin de este da. PRIMERA LECTURA: LARASALMO: MANUELACLITO: NICOLSVSPERAS

ANTIFONERO: NSTOR

SALMO 114 (CONSECUTIVO)

Este salmo nos lleva a la contemplacin del misterio de Cristo, hablndonos tambin de nuestra participacin en el mismo. Tambin el cuerpo de Cristo, que somos nosotros, sufre y ser liberado. Ms no slo el cuerpo de Cristo, sino incluso la humanidad entera, participan de este sufrimiento y de esta liberacin.

SALMO 115 (Salmista: Lucas)

Este salmo es continuacin del anterior, siendo la oracin del enfermo que, envuelto en redes de muerte y cado en tristeza y angustia, invoc el nombre del Seor y pudo ver cmo el Seor arranc su alma de la muerte. Oremos, pues, con este salmo de accin de gracias, y que este texto nos prepare ya para la gran eucarista que, con todos los cristianos, celebraremos unidos al Seor en la pascua eterna. Porque Dios nos arranc de la muerte, rompiendo sus cadenas, ofreceremos un sacrificio de alabanza, en presencia de todo el pueblo.CNTICO DEL APOCALIPSIS (Unsono)

Entonemos nuestro himno a Cristo, el Cordero inmolado, asocimonos, pues, al canto de los ancianos figura de los santos del antiguo Testamento, que ven realizadas en Cristo sus esperanzas y a los himnos de los ngeles, que contemplan cmo la Iglesia, por la sangre de Cristo, ha sido hecha pueblo real y sacerdotal. Que este himno sea el modelo de nuestro homenaje a Dios Padre, creador del mundo, y a Cristo, que con su sangre nos ha comprado.LECTURA BREVE: LARALECTURA PATRSTICA: MANUEL

MARTES XIX T.O. LAUDES Y EUCARISTASANTA CLARA DE ASS M.O.

ANTIFONERO: LARASALMO 84 (Salmista: Vctor)El salmo 84 es la oracin de los repatriados de Babilonia, que durante los largos aos del destierro haban suspirado por el retorno que ahora Dios les ha concedido. Su plegaria es, ante todo, un canto de accin de gracias al Dios que los ha salvado: Seor, has sido bueno con tu tierra, has restaurado la suerte de Jacob. Pero el retomo no ha sido tan glorioso como se haban imaginado durante los das del destierro: la ciudad est en ruinas, la sequa malogra los campos, los pueblos vecinos hostiles dificultan la reedificacin del templo y de las murallas. Por ello a la accin de gracias por la libertad obtenida hay que aadir una splica pidiendo una restauracin ms plenaCNTICO DE ISAAS (Unsono) Nuestro poema es un cntico de victoria y un himno de esperanza. Los habitantes de Jerusaln se sienten orgullosos de su ciudad, protegida por Dios y, por eso, victoriosa e inconmovible: hacia ella confluyen los justos que confan en el Seor. La ciudad enemiga, en cambio, la Babilonia orgullosa y dominante, ha sido derrotada. Esta accin de Dios es el fundamento de la confianza que siente el pueblo de Dios: El Seor es la Roca perpetua; todas nuestras empresas nos las realizas t.SALMO 66 (Salmista: William y asamblea)El salmo 66 es literalmente un canto de accin de gracias por la nueva cosecha: La tierra ha dado su fruto, nos bendice el Seor nuestro Dios. Esta nueva cosecha invitaba a Israel a elevarse de los bienes naturales a cantar las bendiciones divinas del llamamiento de todos los pueblos al conocimiento y alabanza de Dios: Oh Dios, que te alaben los pueblos, que canten de alegra las naciones.PRIMERA LECTURA: WILLIAMSALMO: MAURICIOACLITO: LUCAS

MIRCOLES XIX T.O. LAUDES Y EUCARISTA

ANTIFONERO: VCTOR

SALMO 85 (Presidente y asamblea)

Los acentos de splica y confianza de este salmo pueden fcilmente ser el arranque de la oracin de nuestro nuevo da. Como el salmista, llamemos todo el da y, si en algn momento de la jornada nos creemos sumergidos en el mal o descorazonados por las dificultades, recordemos las antiguas maravillas de Dios para con su pueblo grande eres t, y haces maravillas y esperemos que el Seor nuevamente nos ayudar y nos consolar.

CANTICO DE ISAAS (Unsono)

Como oracin de la maana, este cntico nos invita a la contemplacin del triunfo pascual inaugurado por Jess. El asedio de Jerusaln levantado es como un signo de que la muerte y el pecado han sido ya derrotados: Escuchad lo que he hecho, reconoced mi fuerza. Pero las palabras de este himno de victoria son tambin exhortacin a la penitencia. Hemos sido llamados al reino de Dios, a formar parte de la Iglesia santa; si nuestro comportamiento nos hace temer que sucumbiremos, juntamente con los enemigos de Dios, que el mensaje de este cntico nos devuelva la paz: Si procedemos con justicia, habitaremos en lo alto de la Jerusaln definitiva, y, en el banquete eterno, gozaremos, con abasto de pan, de la mesa de Dios.

SALMO 97 (Espontaneo)

En esta primera hora del da, hora de la resurreccin, cantemos, pues, la victoria de nuestro Dios, manifestada en la Pascua de Jesucristo. Y que, ante esta maravilla, toda nuestra vida sea un cntico nuevo, proclamado ante los confines de la tierra. Que los hombres, que con tanta frecuencia viven faltos de esperanza, comprendan que tambin a ellos el Seor les revela su justicia, para que los confines de la tierra contemplen, como nosotros, la victoria de nuestro Dios.PRIMERA LECTURA: MAURICIO MSALMO: NSTOR ACLITO: NICOLSJUEVES XIX T.O. LAUDES

ANTIFONERO: NICOLSSALMO 86 (Salmista: William y asamblea)El salmo 86 literalmente canta la gloria de Jerusaln y su maternidad universal. Dios ha colocado en la ciudad santa su morada y la ama con predileccin: El Seor prefiere las puertas de Sin a todas las moradas de Jacob. Por eso, aunque humanamente Jerusaln sea exigua e insignificante a los ojos del mundo, llegar a ser la madre de todos los pueblos; incluso los ms poderosos y terribles enemigos de Israel: Egipto y Babilonia, desearn llegar a ser sus hijos: Contar a Egipto y a Babilonia entre mis fieles.CNTICO DE ISAAS (Unsono) Literalmente este cntico se refiere al advenimiento de Ciro, el rey persa, que llega con poder, y cuyo brazo manda; en este rey es el mismo Seor Dios quien viene con su salario, para destruir Babilonia; de este modo, los hijos de Israel alcanzarn la libertad frente a sus opresores. Pero esta victoria y este advenimiento fueron, ya para Israel, algo ms que la victoria de un rey sobre otro rey; fue Dios quien se sirvi del rey persa para librar a su pueblo de la esclavitud. En la persona de Ciro es Yahv quien llega para salvar a su rebao, dispersado entre los gentiles, reunindolo con su brazo, tomando en brazos a los corderos y haciendo recostar a las madres.SALMO 98 (Dos coros)El salmo 98 es uno de los cantos del reino restaura do despus de la cautividad de Babilonia. En l se celebra, sobre todo, la entronizacin de Dios en su nuevo templo, despus de que se ha vencido el poder de los enemigos. El Seor reina, sentado sobre querubines..., y los pueblos se postran ante el estrado de sus pies. A nosotros, cristianos, este salmo debe hacernos penetrar en el cielo, donde el Seor reina para siempre. Ojal sepamos vivir, a travs de estas sucesivas preparaciones que son los triunfos parciales que Dios concedi a su antiguo pueblo, como cantamos en los salmos, la certeza de que el Seor reinar por siempre!Misa 6:30 p.m.PRIMERA LECTURA: MANUELSALMO: LARAACLITO: LUCAS

ORACIN EUDSTICA: 165VIERNES XIX T.O. LAUDES Y EUCARISTASAN MAXIMILIANO MARA KOLBE M.O.

ANTIFONERO: MANUELSALMO 50 (CANTADO)Podemos rezar hoy el salmo 50 como lo rez su autor, es decir, asumiendo, como Iglesia, los pecados de la comunidad cristiana de todos los tiempos e incluso los de la humanidad entera. Recordemos que somos en el mundo el cuerpo de Cristo y que tambin el Seor quiso hacerse l mismo pecado, para destruir en su cuerpo el pecado del hombre. En comunin con la Iglesia pecadora y Con toda la humanidad, imploremos, en este viernes de la muerte del Seor, el perdn de nuestros propios pecados y asumamos en nuestra oracin, como lo hizo el Seor en su pasin, los pecados de todo el mundo, suplicando el perdn de Dios.CNTICO DE JEREMAS (Unsono) El cntico de Jeremas es una plegaria penitencial que cuadra muy bien con la oracin del viernes, da de la muerte del Seor. Una prolongada sequa est destruyendo, ao tras ao, las cosechas de los campos y, ante tamaa desgracia, el profeta pide ayuda y misericordia a Dios. Pero Dios se muestra inexorable: los hijos de Jud van en pos de dioses extranjeros y tanto el profeta como el sacerdote vagan sin sentido por el pas. El Seor, por tanto, no solamente dejar sin re medio la sequa, sino que al castigo de los campos sin cosechas seguir el azote de la guerra. Ante tal res puesta por parte del Seor, Jeremas no desfallece; confiesa las culpas del pueblo Seor, reconocemos nuestra impiedad y espera el perdn de Dios no rompas tu alianza con nosotros, no nos rechaces.SALMO 99 (Salmista)El salmo 99 es un canto procesional de accin de gracias a Dios que ha elegido a Israel y lo gua con cuidado amoroso como a ovejas de su rebao. Pero Israel la Iglesia es un pueblo sacerdotal, es Lumen gentium, luz de los gentiles; por ello no puede contentarse con cantar ella sola a Dios. Toda la tierra, todos los hombres, deben sumarse a esta alabanza: Aclamad al Seor, tierra entera. Nosotros caminamos tambin procesionalmente siguiendo a Cristo, que ha pasado ya de este mundo al Padre, y nos dirigimos hacia el verdadero atrio de Dios, el reino donde Cristo victorioso est sentado a la derecha del Padre. Que la alegra y el canto sea pues el distintivo de los que creemos en el reinado que, ya en este mundo, es objeto de nuestra esperanza y de nuestros anhelos.PRIMERA LECTURA: LUCASSALMO: MAURICIOACLITO: NICOLS