schvarstein cap iv

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Leonardo SCHVARSTEIN. Psicologa social de las organizaciones. Paids: Buenos Aires - Barcelona Mxico, 1992. Captulo 4Objeto RELACIONES ENTRE LO MANIFIESTO Y LO LATENTE

El objeto de este captulo es caracterizar las relaciones que existen entre lo manifiesto y lo latente en los grupos operativos de aprendizaje, y utilizados como analizador de las relaciones que se establecen entre la organizacin y sus grupos. Para ello, en una primera parte, se comienza por el anlisis de la unidad de trabajo, definiendo cada uno de sus momentos y reconociendo las diferencias y relaciones que existen entre la tarea del grupo y la tarea de su coordinador. Se incluye al final de este captulo un anexo con una breve descripcin del encuadre de trabajo de uno de estos grupos en una Escuela de Psicologa Social, de manera de facilitar la comprensin al lector no familiarizado con esta tcnica. Dado que el pensamiento de Pichn Riviere se nutre en esta temtica del psicoanlisis, se resean brevemente las ideas de Freud acerca de lo consciente, lo preconsciente y lo inconsciente. Teniendo en cuenta que esta primera tpica fue desarrollada para el individuo (mbito psicosocial), se aborda seguidamente la significacin de estos conceptos en el mbito grupal, no como una mera traspolacin, sino teniendo en cuenta la especifidad fenomenolgica de este campo. Se abordan seguidamente las etapas del proceso de simbolizacin constituido por las interpretaciones del coordinador, y se analiza su posicin en relacin con el acontecer grupa! que constituye su objeto de conocimiento. Este ltimo punto se articula con la segunda parte de este captulo, donde se analizan los modos en que la organizacin se hace presente en la vida de los grupos. Siguiendo la tica propuesta, la organizacin se transforma de contexto en texto y se seala cmo su identidad y los valores propios que desarrolla inciden en la trama grupal. Se ejemplifican estos conceptos a travs del anlisis de una escuela dedicada a la enseanza de la Psicologa Social. Distinguiendo entre estructura y acontecimiento, se abordan las relaciones entre la regularidad que propone la organizacin y la contingencia que introducen los grupos particulares. En esta dialctica, se toma al rol coordinador como articulador y al proceso de simbolizacin como mediatizacin. Una ltima aclaracin. Dada la brevedad del anexo incluido, remitimos al lector interesado en profundizar sus conocimientos acerca de la tcnica de grupos operativos, a la bibliografa ya citada de E. Pichon Riviere. 4.1. EL PROCESO DE SIMBOLIZACIN 4.1.1. La unidad de trabajo

Para poder relacionar los conceptos de lo manifiesto y lo latente, una primera herramienta a la que se puede recurrir es el cono invertido desarrollado por Enrique Pichon Riviere (fig. 4.1) a los efectos de caracterizar el acontecer grupal que lleva de lo explcito a lo implcito en un continuo proceso en espiral, donde la labor del coordinador es precisamente contribuir, a travs de sus intervenciones, a que lo latente se haga manifiesto, permitiendo al grupo comprender y elaborar la naturaleza de los obstculos que se oponen al desarrollo de su tarea. Podramos asimismo ubicar debajo de este primer cono otro en cuya base se ubican la multiplicidad de situaciones sobredeterminantes, relacionadas con los integrantes individualmente, el grupo en s mismo y el contexto en el que ste se desarrolla, cuya presencia es activa y coorganizadora de los fenmenos grupales. Esto significa, dicho de otra manera, que el acontecer implcito de un grupo en un momento dado est sobredeterminado por una multiplicidad de factores que trascienden su propio mbito. La segunda herramienta de anlisis es la unidad de trabajo, constituida inicialmente por el existente grupa!, la interpretacin del coordinador y el nuevo emergente. Aqu es necesario introducir la nocin de tarea corno tercero estructurante en la relacin entre el grupo y el coordinador, o sea, corno el elemento que otorga sentido a la existencia de esta relacin. Sentido que se pierde absolutamente cuando la tarea deja de ser el estructurante , transformando la relacin en una mera experiencia fusiona! sustentada en la ilusin grupal. Figura 4.1 Un anlisis ms profundo permite diferenciar la tarea del grupo de la tarea del coordinador (fig. 4.2).

Se puede iniciar el recorrido de la figura 4.2 en cualquiera de sus vrtices, dado que representa precisamente el proceso continuo a que hace referencia la espiral del cono invertido. As, por ejemplo, empezando por el vrtice inferior, el coordinador hace una caracterizacin del existente del grupo, es decir, del material aportado por uno o ms miembros que hacen las veces de portavoces, a partir del cual detecta los obstculos que se oponen al logro de la tarea grupal. Dichos obstculos se originan en la intensificacin de las ansiedades Figura 4.2

bsicas y conducen a situaciones estereotipadas y dilemticas cuyo origen es necesario reconocer. La tcnica de grupo operativo transforma as el obstculo en instrumento para el logro de la tarea grupal, ya que su comprensin permite no slo el abordaje de la tarea explcita sino tambin la elaboracin de las ansiedades bsicas movilizadas en el proceso. El coordinador elabora entonces su hiptesis acerca del acontecer latente del grupo, que es explicitada en forma de interpretacin. Este proceso de deteccin de obstculos y su explicitacin constituye precisamente la tarea del coordinador. Aqu cabe ampliar el concepto de interpretacin al de intervencin, entendiendo por tal toda accin del coordinador que tienda a hacer explcito lo implcito, y cuya eficacia debe medirse no por un criterio de' verdad sino por el de operatividad, que otorga a dicha intervencin un carcter reestructurante con vistas al objetivo del grupo. En tanto esta reestructuracin opera, el grupo hace a su vez una elaboracin cuyo resultado permite caracterizar emergentes que se constituyen en nuevos existentes a partir de los cuales se da una nueva vuelta de espiral. Se distingue un emergente en relacin con la novedad que aporta, siendo "la emergencia una novedad de conducta nacida de la especfica organizacin de numerosos elementos; un acontecimiento sinttico, creador de novedad real de una actualidad o propiedad nueva, de un tipo que no exista antes de la emergencia. Esa cualidad nueva tiene eficacia causal y modifica el curso ulterior de los acontecimientos" (1). Finalmente, cabe aclarar que la explicitacin no est constituida por una nica intervencin, sino que es un proceso de aproximaciones sucesivas a lo largo de las cuales se llega a identificar el punto de urgencia, definido por Pichon Riviere como aquel de mxima vecindad entre lo manifiesto y lo latente, y que caracteriza el momento oportuno, tanto desde la comprensin del coordinador como de la posibilidad de elaboracin del grupo, para hacer explcito lo implcito. A los efectos de asignar a los conceptos hasta aqu descritos un carcter eminentemente prctico, se puede considerar la siguiente lista de preguntas, cuyo objetivo es la descripcin de las distintas fases que componen la unidad de trabajo. A) Caracterizacin del existente . Cul es la ltima intervencin antes de la del coordinador? . Cul es el estilo de comunicacin en el grupo? . Hay algn observable particular (distribucin fsica de los integrantes, movimientos, clima, etc.)? . Cul fue el emergente de apertura y cmo se relaciona con este momento del grupo? . Cul es la ansiedad predominante? . Qu intervenciones significativas se pueden destacar? . Cul es la situacin del grupo en relacin con los elementos del encuadre (horario, clase, contexto, etc.)? . Si es un grupo de aprendizaje, qu temas se han abordado y cules se han omitido? B) Caracterizacin de la intervencin . Qu clase de intervencin es (sealamiento, interpretacin, construccin)? . Cul es el modo de la intervencin (interrogativo, irnico, risueo, etc.)? . . Qu tipo de intervencin es (corta, larga, clara, confusa, etc.)? . Qu relacin hay entre lo verbal y lo gestual, la actividad corporal? Cules son los contenidos esenciales de la intervencin? Hay algunos ms relevantes que otros? C. Caracterizacin del emergente

. Cul es la respuesta? Quin es el primero que habla? Quines siguen? . Hay silencios que siguen a la intervencin? . El grupo pregunta, pide aclaraciones, retorna lo del coordinador, lo ignora, lo rechaza (cmo hace el grupo suya la intervencin del coordinador)? . Qu pasa con el estilo de comunicacin despus de la intervencin? Cambia el clima? Qu pasa con la ansiedad: se intensifica, decrece, sigue igual? . Hay desacuerdos entre los integrantes en cuanto a la intervencin? La enumeracin de estas preguntas no es taxativa, y existirn tantas otras como pueda formularse el operador en funcin de la situacin particular. Una aclaracin obvia pero necesaria: stas son preguntas a ser-planteadas a posteriori en un trabajo sobre la crnica del acontecer grupal, y su anlisis ser til a los efectos de trazar estrategias y lneas de trabajo para futuras reuniones. Esto sin perjuicio de que las mismas preguntas sean las que implcitamente el coordinador se hace en su condicin de observador, mientras no interviene en el grupo, a los efectos de caracterizar la situacin existente y detectar los obstculos que se presenten.

4.1.2. Ubicacin de los conceptos en trminos de categoras lgicas de pensamiento Introducimos los conceptos de lo manifiesto y lo latente, la unidad de trabajo, las nociones de obstculo y tarea. Interesa ahora ubicados epistemolgicamente, es decir, establecer a qu categoras lgicas de pensamiento corresponden y cul es la relacin entre ellos desde esta perspectiva. Para ello se recurre a una clasificacin de tres niveles: A) Metanivel o nivel epistemolgico propiamente dicho Es el nivel de definicin de objeto. "Meta" proviene del griego y significa "despus", aunque desde esta perspectiva su significado puede extenderse a "por arriba y por debajo". Un metasistema es entonces, desde un punto de vista lgico, jerrquicamente superior a los sistemas que contiene. As, la definicin de objeto de una ciencia, sus alcances y restricciones precede lgicamente y encuadra el desarrollo de sus modelos y sus tcnicas. Los aspectos epistemolgicos consideran la naturaleza de los observadores y su relacin con el objeto de conocimiento. Estn relacionados con nuestros valores y creencias, por lo que resultan inexcusable s en este nivel de anlisis las consideraciones ticas e ideolgicas. B) Nivel ontolgico Hace a la naturaleza del fenmeno observado y nos permite describir y explicar lo que vemos en el contexto de lo que sabemos. Se relaciona entonces con conceptos y teoras (ECRO). Aqu se modeliza la realidad, se la representa funcionalmente. As, por ejemplo, el modelo de grupo operativo, a travs de los mecanismos de asuncin y adjudicacin de roles, o de los principios que rigen la configuracin de una estructura (policausalidad, pluralidad fenomnica, continuidad gentica y funcional, movilidad de las estructuras) intenta explicar las relaciones que se establecen entre los integrantes de un grupo. C) Nivel metodolgico

Es el nivel donde se desarrollan las tcnicas para intervenir sobre la realidad que se ha presentado a travs de los modelos, en el marco de la definicin de objeto realizada en el metanivel. As, por ejemplo, las tcnicas de intervencin de un coordinador (sealamiento, interpretacin, construccin) son desarrolladas congruentemente con el modelo de grupo descrito en el nivel anterior. Interesa ubicar los conceptos desarrollados en el punto anterior en esta clasificacin a los efectos de comprender la subordinacin lgica de unos respecto a otros. Yendo de lo particular a lo general, la tcnica de grupos operativos se ubica en el nivel metodolgico, quedando incluidos aqu los elementos de unidad de trabajo (existenteintervencin-emergente) as corno otros que no han sido desarrollados por no ser objeto especfico de este trabajo (por ejemplo, la instrumentacin tcnica de los procesos transferenciales, o la nocin de encuadre). En el nivel ontolgico se incluyen, entre otros elementos, la nocin de tarea, el grupo constituido corno estructura dramtica a travs de los mecanismos de asuncin y adjudicacin de roles, la nocin de obstculo y la existencia de los niveles manifiesto y latente. Qu queda entonces para el metanivel? Precisamente la definicin de objeto que hace Pichon Riviere, cuando dice que "la psicologa social tiene por objeto de estudio el desarrollo y transformacin de una relacin dialctica, la que se da entre estructura social y fantasa inconsciente del sujeto, asentada sobre sus relaciones de necesidad, o sea, la relacin entre estructura social y configuracin del mundo interno del sujeto. relacin que es abordada a travs de la nocin de vnculo"(2). El cuadro siguiente resume la ubicacin de los conceptos abordados en el presente trabajo en los tres niveles lgicos de pensamiento descritos. NIVEL CONCEPTOS * Etica/Ideologa- Concepcin de aprendizaje l.EPISTEMOLOGICO (O metanivel) * Elucidacin de la contratransferencia * Sujeto productor y producido * Relacin dialctica mundo interno-mundo externo * Adaptacin activa a la realidad * Crtica vida cotidiana * Vnculo * Tarea * Obstculo * Rol * Manifiesto-LatentelExplcitohnplcito/ConscienteInconsciente * Unidad de trabajo * Sealamiento, interpretacin, construccin * Punto de urgencia - Timing

2.0NTOLOGICO

3.METODOLOGICO (TECNICAS)

* Encuadre 4.13.EI psicoanlisis y la primera tpica inconsciente, preconsciente y consciente Hasta aqu han sido utilizados algunos trminos como sinnimos sin entrar en mayores consideraciones: lo manifiesto se ha relacionado con lo explcito, mientras que lo latente se asimila a lo implcito. El siguiente prrafo, extrado del artculo "Historia de los grupos operativos"(3), de Pichon Riviere, expresa claramente esta sinonimia: "Nuestra tcnica consiste en dos aspectos fundamentales: el aspecto manifiesto, explcito y el aspecto implcito o latente. En ese sentido nos acercamos a la tcnica analtica, que es en realidad hacer consciente lo inconsciente, o sea, hacer explcito lo implcito". Vale decir que a lo largo de la obra de Pichon Rivjere se pueden encontrar las siguientes correspondencias: MANIFIESTO LATENTE EXPLICITO IMPLICITO CONSCIENTE INCONSCIENTE

Es necesario destacar que en algunos lugares aparece la palabra inconsciente solamente, mientras que en otros se habla de inconsciente en sentido general. Esta distincin impone entrar en la consideracin de la primera tpica tal como fue planteada por Freud y de donde se nutre el pensamiento de Pichon Riviere. En la "Introduccin al psicoanlisis" (4), Freud hace una caracterizacin de lo manifiesto, refirindose al sueo como "aquello, que el mismo desarrolla ante nosotros", mientras que lo latente es lo que permanece oculto e intentamos descubrir. Agrega Freud que "lo manifiesto (en el sueo) tiene una apariencia totalmente incomprensible si queda aislado de su sustrato latente". Vale decir que, primero, lo latente "no se ve" y segundo, hay una relacin entre dos sistemas, tal que uno no puede comprenderse sin recurrir al otro. Desde otra perspectiva, en "La metapsicologa" (5), Freud aborda los sistemas consciente e inconsciente. Define al consciente (Cs) como una representacin que se halla presente en nuestra conciencia y es objeto de nuestra percepcin, mientras que lo inconsciente (Ics) aparece como una representacin que no percibimos, pero cuya presencia estamos prontos a afirmar basados en pruebas e indicios de otro orden. Nuevamente, como en lo manifiesto, lo Cs est presente y se percibe, mientras que lo Ics, como lo latente, no slo "no se ve" sino que adems requiere recurrir a otro nivel lgico para su comprensin. Esto marca la presencia de dos sistemas de naturaleza distinta en cuanto a las relaciones entre sus elementos: las relaciones entre los elementos del sistema Cs se rigen por principios distintos de aquellos que determinan las relaciones entre los elementos del Ics. En cuanto a la relacin de los sistemas entre s, se trata de relaciones de conjunto, sin que se imponga una correspondencia biunvoca entre sus elementos; vale decir que a un elemento del sistema Cs pueden corresponder varios del sistema Ics, mientras que muchos eventos que se desarrollan en lo consciente pueden estar sobredeterminados por una misma estructura inconsciente. Se tiene entonces una organizacin constituida por dos sistemas en interaccin, regidos cada uno de ellos por principios que le son propios y los distinguen del otro.

As, por ejemplo, el Ics se define como atemporal y ahistrico, su origen est en las experiencias de satisfaccin constitutivas del deseo y el principio que lo rige es el principio del placer. Todo esto es lo que Freud quiere significar cuando dice que los contenidos del les estn regidos por el proceso primario. En cambio, la lgica que caracteriza al sistema Cs es la del proceso secundario, donde predomina el principio de realidad y se impone muchas veces un aplazamiento en la satisfaccin del deseo, as como la bsqueda de alternativas para su realizacin. Cabe aqu hacerse la siguiente pregunta: es lo inconsciente exactamente igual a lo latente? Para responder esta pregunta se debe recurrir a otro sistema introducido por Freud: lo preconsciente (Pcs), constituido por contenidos que sin estar presentes en el campo actual de la conciencia, son sin embargo susceptibles de conciencia. El conjunto constituido por los sistemas Pcs-lcs se denomina les en sentido descriptivo, o en sentido amplio, mientras que cuando se hace referencia al Ics en sentido estricto, vale decir a aquel sistema regido por el proceso primario, se denomina Ics tpico. Freud sostiene que todo acto psquico es en principio inconsciente, pudiendo establecerse una secuencia, entre cuyas instancias se establecen censuras de acuerdo con el esquema de la figura 4.3. Dada la naturaleza diferente 'que rige las lgicas de cada uno de los tres subsistemas, las censuras que se establecen para el pasaje de representaciones de un sistema a otro tambin difieren. CS Censura (2) Pcs Censura (1) Ics Figura 4.3 La censura (1) deforma, reprime, desplaza, condensa, estando bsicamente determinada por la repulsa que tienen los contenidos inconscientes para acceder a la conciencia. En cambio debe adscribirse a la censura (2) un doble carcter: es en principio instrumental, ya que no pueden estar permanentemente todas las representaciones a nivel de la conciencia; sin ella no habra selectividad, todo estara presente. Pero es tambin defensiva ya que podemos reconocer en las operaciones del sistema Pcs aspectos del dominio del principio del placer y la consecuente influencia del proceso primario. La explicitacin de contenidos Pcs puede provocar reticencias, que pueden eliminarse con la tcnica de la libre asociacin, porque en los sistemas Pcs y Cs predomina la representacin de palabra, es decir que una imagen mnmica adquiere el ndice de cualidad especfico de la conciencia, asocindose por tanto a una imagen verbal. En cambio el reconocimiento del inconsciente genera resistencias de naturaleza inconsciente, abordable s a travs de la tcnica de la interpretacin. Los elementos inconscientes implican una representacin de cosa, en el sentido en que el objeto tiende a hacerse inseparable de la huella mnmica.

El cuadro siguiente resume los conceptos desarrollados. SISTEMA PROCESO REPRESE VERBALIZACIO NT ACION N GENERA Palabra -

Cs Consciente Secundario Secundario + Pcs ramificaciones Preconsciente del inconsciente Ics Inconsciente Primario

Palabra Reticencia

Cosa

Resistencias

Freud sostiene que no hay separacin esquemticamente precisa entre los distintos sistemas, y que la relacin entre ellos es de interaccin y mutua cooperacin. Cabe preguntarse, llegado a este punto del desarrollo, acerca de la naturaleza de la relacin entre los sistemas descritos, esencialmente entre el Ics en sentido tpico y el sistema Pcs-Cs. Una posibilidad es que se trate de una relacin metasistmica, concepcin segn la cual el Ics tendra una categora lgica superior (por arriba y por abajo segn lo definido anteriormente), imponiendo entonces un orden jerrquico y normativo absolutamente sobredeterminante en relacin con las representaciones del sistema Pcs-Cs. No es sta la posicin adoptada en este trabajo; se entiende aqu la relacin entre Ics y Pcs-Cs corno una relacin dialgica (6), definida por la unin simbitica de dos lgicas que se nutren entre s, entran en concurrencia, se parasitan mutuamente, se complementan a la vez que se oponen y se combaten a muerte. Es una relacin simbitica en el sentido en que no pueden analizarse los procesos psquicos primarios sin recurrir a signos cuya ocurrencia se da en el nivel Cs. No puede por otra parte admitirse una prevalencia definitiva del principio de realidad sobre el principio del placer, o viceversa. Aceptar esta relacin corno dialgica implica poner en suspenso el paradigma lgico donde uno excluye al otro: ambos sistemas son necesarios a los efectos de la comprensin del aparato psquico. Para cerrar el anlisis de este punto, se puede retomar a la terminologa utilizada por Pichon Riviere, constatando ahora que cuando en alguno de sus escritos se refiere a que lo latente es igual a lo inconsciente en sentido general, debe entenderse que se refiere a lo que Freud denomin les en sentido descriptivo. Las correspondencias de trminos antes sealadas quedan entonces planteadas de la siguiente manera: MANIFIESTO LATENTE EXPLICITO IMPLICITO CONSCIENTE INCONSCIENTE en sentido descriptivo

4.1.4. De lo individual a lo grupal El referente de Freud para el desarrollo de su primera tpica ha sido el mbito psicosocial. Cabe ahora aplicar las ideas desarrolladas al campo grupal. Para ello, se recurre en primera instancia, a los conceptos de emergente y portavoz. Retornando la definicin de emergente analizada en el punto 1, esto es, un acontecimiento sinttico creador de novedad; debe destacarse su eficacia causal y la modificacin de orden cualitativo que su reconocimiento implica, modificacin que se define en relacin con el existente anterior, en trminos de unidad de trabajo. Y quin transporta el emergente? El portavoz. El portavoz es quien, en un momento dado de la situacin grupal, merced a una particular sensibilidad que adquiere por el cruce entre la horizontalidad del acontecer grupal y su propia verticalidad, se constituye en vehculo del emergente. El portavoz puede ser uno o ms, y en este ltimo caso pueden darse tres posibilidades: a) que existan portavoces por redundancia, o sea que lo que expresan unos es anlogo en su calidad a lo que expresan otros. Estas analogas pueden ser de forma o de significado; b) la existencia de portavoces por acumulacin, los que, a travs de sus intervenciones, enuncian aspectos complementarios, estando entonces el emergente constituido por la sumatoria de sus aportes; c) portavoces por oposicin situacin en la que, a travs del mecanismo de disociacin, dos bandos "contrarios" enuncian aspectos contradictorios del acontecer grupal. Esto sucede, en general, frente a un aumento de la ansiedad persecutoria en el grupo, de la cual ste se defiende recurriendo a la mencionada disociacin. La tarea del coordinador consiste aqu en restituir al grupo la unicidad de los aspectos fragmentados a travs de los distintos portavoces. O sea que, en realidad, esta tercera instancia, si bien se manifiesta como oposicin, constituye un caso panicular de acumulacin. El portavoz no es en general consciente de su calidad de tal, como tampoco lo es el grupo; dado que lo que enuncia, si bien le pertenece, es significado por el coordinador en trminos del acontecer latente del grupo. Ampliaremos este concepto en el punto siguiente, cuando se aborde la interpretacin como proceso de simbolizacin. Todos los integrantes del grupo, en cada momento, estn desenvolvindose en lo manifiesto y relacionados a la vez con sus representaciones en el plano de lo latente; estas representaciones estn en contacto, constituyendo una trama vincular determinante del acontecer latente grupal. Para que se constituya una trama vincular debe haber algo que la articule; ese algo est constituido, en, primer lugar, por la mutua representacin interna, que se construye a travs del proceso grupa!, y en segundo lugar por el factor actual, o sea, el contexto y su incidencia en el grupo en ese instante, la posicin respecto del encuadre, el momento del proceso grupa!, la clase, si es un grupo operativo de aprendizaje, yen general todo elemento cuya ocurrencia sea significativa en trminos del acontecer presente del grupo.

Cmo define Pichon Riviere la aniculacin de esta trama vincular? Dice: "La estructura interaccional del grupo no slo permite sino que estimula la emergencia de fantasas inconscientes. La fantasa inconsciente, crnica del acontecer intrasubjetivo del grupo interno del sujeto, intersecta con el grupo externo segn el modelo dramtico (determinando los mecanismos de asuncin y adjudicacin de roles)" (7).

Las representaciones hasta aqu aludidas son entonces representaciones de fantasas inconscientes de sus integrantes. Cabe hacer aqu una reflexin: cuando Pichon Riviere dice que el acontecer latente del grupo est determinado por la trama vincular de fantasas inconscientes de sus integrantes, est implcitamente definiendo el dominio de existencia del grupo como el de los vnculos entre sus integrantes. Es decir que no son las propiedades de los individuos que pertenecen a un grupo las que lo caracterizan como tal, sino las relaciones que se establecen entre ellos, aun cuando toda interaccin con un grupo es siempre una interaccin con sus integrantes, y el hecho de no encontrar en el pensamiento de Pichon Riviere ninguna alusin a algn "ente grupal" ms all de la trama vincular aludida, descartara desde este punto de vista las interpretaciones dirigidas "al grupo" (por ejemplo: el grupo est negando tal situacin). Una posicin similar sostiene Anzieu, al aseverar que "en un grupo no hay fantasma comn, salvo en el momento de la ilusin grupa!. Tal o cual participante, segn las fases del grupo, trata de imponer inconscientemente su fantasma individual inconsciente al resto del grupo, y el desarrollo de un episodio corresponde a la resonancia ejercida por este fantasma sobre el inconsciente de algunos participantes, nunca sobre todos" (8). La caracterizacin del campo grupal como un campo de transferencias mltiples entre los integrantes, con la tarea y con el contexto en el que se desarrolla la operacin grupal es otro ejemplo de este enfoque. No existe aqu mencin alguna a la transferencia sobre el propio grupo, tal como la describen otros autores, por ejemplo, Pontalis, cuando es tomado inconscientemente como objeto de catexis pulsional y fantasmtica. Para terminar este punto puede plantearse la siguiente pregunta: si es en el plano de lo manifiesto donde emergen indicios que permiten establecer hiptesis acerca del acontecer latente del grupo, cules son los elementos que nos permiten establecer tales significaciones? Se distinguen estos elementos por alguna de las siguientes causas: 1) por omisin, es decir que se significa aquello que falta, lo que se evita o se rechaza; 2) por redundancia, lo cual resalta que algunos elementos no slo estn presentes sino que se reiteran ms all de lo normal; 3) por contradiccin, o sea, cuando el juego de oposiciones se hace protagonista de lo manifiesto, en cuyo caso se analizan los trminos de la disociacin y la relacin entre ellos; 4) por lo inslito como ruptura de 10 cotidiano, es decir, la presencia de hechos o intervenciones cuya aparicin sorprende al observador. Los estereotipos, todo aquello que aparece corno descolgado, corno risueo, corno siniestro, las expresiones intensas de afecto y muchos otros sucesos son ejemplos de estos indicios que permiten al operador caracterizar el existente y establecer sus hiptesis acerca de la estructura latente que subyace. 4.1.5. La interpretacin como proceso de simbolizacin En el punto anterior se han utilizado reiteradamente palabras tales corno significacin, indicios, caracterizacin, lectura de 10 manifiesto o de 10 latente. Se ha hecho referencia adems a una cantidad de indicios (omisiones, redundancias, contradicciones, 10 inslito) cuya presencia permite al operador develar la estructura de 10 latente. Todo alude al proceso de simbolizacin, que es el que se aborda seguidamente. Recurdese la definicin de signo: SIGNO= SIGNIFICANTE

SIGNIFICADO Por ejemplo, una seal de trnsito se constituye en signo cuando se asocia 10 que se ve, por ejemplo ( con lo que significa, es decir que no se puede estacionar. En ingls estacionar se dice to park y, por lo tanto, el significante anterior no se asocia con significado alguno por lo que no hay en este caso signo. El significante correcto debera ser en este caso una P tachada) . El emergente tal corno ha sido definido es un signo, 10 cual implica varias cosas: a) Un determinado hecho producido en un grupo puede ser tornado corno significante, pero no se, constituye en signo hasta que no se le asocia un significado. b) Un mismo significante puede tener, y de hecho tiene, varios significados posibles. c) Varios significantes pueden aludir a un mismo significado, esto es, para una cantidad de hechos diversos la explicacin acerca de su significado puede ser la misma. d) En tanto el emergente relaciona en su carcter de signo a ambos elementos, lo manifiesto adquiere el carcter de sentido seal (seala la presencia de algo), mientras que lo latente se distingue por su sentido significado (significa, aclara aspectos de lo manifiesto). Pichon Riviere sostiene que cualquier cosa que acontezca en un grupo est manifestando por medio del emergente el contenido implcito de la situacin de grupo. Pero debe agregarse que ninguna de estas cosas (significantes) puede ser tomada como indicio de dicho contenido implcito (esto es, ser tomada como signo) hasta que no se le d una explicacin (significado). O sea que dentro de la estructura de lo manifiesto, todo es significativo en tanto el operador pueda asignarle un significado. Cuando alguien pregunta "qu significa que Fulanita se haya cado de la silla justo en ese momento?", la respuesta tendr sentido slo en trminos de significado. o sea, si puede asociarse el hecho y el momento en que ocurre a algn otro suceso que lo determine (por ejemplo, que en ese momento se estaba hablando de algo que la molestaba y pretendi de esa manera desviar la atencin). Ms an, corresponde al operador tambin develar la naturaleza del signo en trminos del acontecer grupal (por ejemplo, establecer si Fulanita, a travs de su cada, fue portavoz de un malestar de todo el grupo, o bien su sensibilidad respondi ms bien a cosas muy personales). Vale decir que, puestos frente al acontecer grupal, encontramos que lo significativo no es el acontecer mismo, sino la mirada que el observador le dirige. En un grupo se producen muchos ms acontecimientos que los que el operador puede dar cuenta y por lo tanto es importante resaltar el proceso de seleccin. Nada tiene sentido fuera de la mirada del observador, que es la que selecciona de la multiplicidad de eventos que el grupo despliega, aquellos que sern tiles en funcin de su tarea. Y es precisamente esta comprensin acerca de la naturaleza de su tarea (trabajar sobre los obstculos del grupo) la que dirige su mirada y su intervencin. Se ampliar esto en el punto siguiente (la posicin del operador), pero vale la pena aclarar aqu que frente a la constitucin de un signo, o sea cuando algn aspecto de lo manifiesto adquiere significado y echa luz sobre la estructura de lo latente, sealarlo o no depender del carcter de obstculo que dicho hecho presente. En todo grupo hay una estructura imaginaria que subyace, cuyo carcter en un determinado momento y en funcin de una situacin dada puede facilitar la tarea del grupo o constituirse en un obstculo. Cuando el coordinador comprende algo acerca de lo implcito, pero esto sin obstaculizar la tarea, no corresponde manifestarlo; simplemente puede quedar registrado para ser introducido en el momento en que sea oportuno. Lo contrario sera distraer la

atencin del grupo y responder ms a una necesidad del propio coordinador, tal vez frustrado por la prescindencia del grupo en ese momento en relacin con su rol. Se tienen entonces dos planos, el de lo manifiesto, explcito o consciente y el de lo latente, implcito o inconsciente en sentido descriptivo. Existe una distancia y una correspondencia entre ambos planos (fig. 4.4). En un determinado momento el conjunto de elementos de lo manifiesto es enfocado por la mirada del observador, que trata de trascender dicho plano para iluminar algunos aspectos de lo latente. As, por ejemplo, un suceso (A), tomado como significante, se constituye en signo cuando desde una posicin (1) se le asigna un significado (A ') que corresponde al plano de lo

latente. Es ste un proceso de

Figura 4.4. aproximaciones sucesivas. y en un segundo momento un suceso (B) iluminar un sector (B') de lo implcito, que se sumar a (A') a los efectos de la construccin de la estructura latente. Pero en el primer momento, el mismo suceso (A) puede ser mirado desde (2), "iluminndose" entonces los elementos (A") de lo inconsciente. Qu es lo que determina la posicin desde la que se mira, es decir, (1) o (2)? Es lo mismo "mirar" desde cualquiera de ellas? Los factores que determinan dicha posicin son tres: a) el ECRO del operador, lo que equivale a decir que, por ejemplo, no es lo mismo una mirada desde un marco psicoanaltico que otra con un marco conductista; b) lo sincrnico, o sea, la comprensin situacional que el operador tiene en funcin de lo que aqu y ahora est pasando; c) lo diacrnico, es decir, los datos que agrega el conocimiento de las circunstancias del proceso grupal hasta ese momento. La figura 4.4 en trminos de proceso alude a la simbolizacin, que puede describirse a travs de los siguientes pasos (9): 1. Aprehensin de lo manifiesto, o sea, la caracterizacin del existente y la deteccin de los obstculos. Lo explcito debe entenderse en su carcter bidireccional, ya que es a la vez expresin y disfraz de la estructura implcita que subyace y que, tambin ella, pugna por emerger (si no fuera as, no tendra sentido la censura). Vale decir que en este paso hay un encuentro de intencionalidades, la del operador que pretende extraer significados de aquello que ve, y la del inconsciente que busca vas de expresin. 2. Simbolizacin, que consiste en asignar un significado al significante. Esto implica, en general, que de la variedad de significados posibles se debe elegir uno. O sea que a travs de este paso, lo manifiesto como sentido seal, dotado de multiplicidad de significaciones

posibles, permite el pasaje al sentido significado de lo latente, como unidad significativa que expresa conflictos y deseos. Es la interpretacin. 3. Significacin, que implica totalizar en una unidad de sentido todos los significados obtenidos a lo largo del proceso de simbolizacin. Esto significa poner el nfasis en el carcter acumulativo del proceso, que a travs de sus sucesivas vueltas de espiral va estableciendo una relacin dialctica entre la comprensin del operador y la elaboracin del grupo. En realidad no se trata de una significacin, sino de una superposicin de estratos de significaciones que dependern de los distintos puntos de vista que adopte el operador, as como de los diferentes niveles de profundidad que su mirada enfoque. Lo cual significa que la estructura latente que emerge no es sino una entre muchas posibles; y ms an, tal estructura slo adquiere existencia a partir de la mirada del observador. Se ampliar esta nocin en el punto que sigue. 4.1.6. La posicin del operador Se ha aseverado a lo largo del presente trabajo que, desde un punto de vista explicativo, los sucesos del acontecer grupal son significativos en la medida en que el operador les asigna significado. Ms an, en el ltimo prrafo del punto anterior se ha hecho una aseveracin an ms fuerte al sostener que la estructura latente slo adquiere existencia a partir de la mirada del observador. Para explicado se recurre a las siguientes proposiciones. 6.1. Una operacin de distincin consiste en especificar una figura y el fondo, del cual queda distinguida (10). Referirse, por ejemplo, al grupo N 7 de cuarto ao es una operacin de distincin, ya que quedan especificados en la referencia ciertos alumnos, un coordinador y un observador, emergiendo del fondo que constituye entonces, por ejemplo, el conjunto de alumnos, coordinadores y observadores de cuarto ao. Pues bien, la simbolizacin es una operacin de distincin, ya que en ella se distinguen ciertos elementos de lo explcito (significantes), que pasan a ser figura por el hecho de asignrseles un significado implcito relacionado con la estructura latente del grupo. 6.2. La existencia de una unidad queda especificada por la operacin de distincin. Esto significa que un diamante puede ser descrito como un objeto esttico, como una inversin econmica o como una particular estructura cristalina. El diamante es todas esas cosas simultneamente pero su existencia adquiere sentido en el discurso de un operador en funcin del punto de vista que lo lleva a definido de esa manera y no de otra. Trasladar este concepto al plano de lo grupal significa, por ejemplo, que frente a un grupo de aprendizaje que est trabajando la temtica y se enfrenta con un obstculo en un momento dado (enunciado como emergente por uno o varios portavoces), el coordinador puede: a) entender este obstculo como epistemolgico y analizar las dificultades de orden conceptual que lo motivan; b) pensar que la dificultad es de orden epistemoflico y que hay ciertos elementos implcitos en la trama vincular del grupo que impiden la elaboracin conceptual. Lo ms probable adems es que tanto (a) como (b) sean ciertas, pero una u otra explicacin otorga existencia ("ilumina") a distintos aspectos de lo latente en el grupo. 6.3. El postulado cientfico de Objetividad significa, implcitamente, la existencia de un objeto, existencia sta que es independiente de la posicin del operador. Sin embargo, cuando -sobre todo en ciencias sociales- se habla de la subjetividad del observador, a lo que se alude precisamente es a que la existencia del objeto como tal est ntimamente relacionada con la operacin de distincin que lo distingue como figura de un fondo.

Si se habla de Objetividad, prima el objeto, y cualquier discusin versar sobre el objeto; si se pone la objetividad entre parntesis, o sea, si se reconoce la influencia de la posicin del operador, lo que prima es la operacin de distincin. Cualquier diferencia de opiniones llevar a discernir entre los criterios de distincin antes que sobre las propiedades del objeto mismo. Una "familia" pueden ser "pap, mam y los dos hijos" o incluir tambin a "la empleada y a la vecina viuda que vive ms con ellos que en su casa". Lo que cambia es el criterio de distincin: las relaciones de parentesco en el primer caso, las relaciones de convivencia en el segundo. Siguiendo el ejemplo del punto 6.2., caracterizar el obstculo como epistemolgico o epistemoflico depender, no del obstculo en s mismo, sino de lo que se propone priorizar el coordinador al sealarlo. Se sabe adems que la distincin de un obstculo como epistemolgico o epistemoflico no es sino un instrumento de anlisis, ya que ningn obstculo es solamente epistemolgico o epistemoflico. 6.4. La estructura de lo latente es un acto de imaginacin del operador. Imaginacin, etimolgicamente, alude a mirada interior, y es lo que hace el coordinador cuando establece nuevas conexiones o reordena las que estn presentes en un grupo en un determinado momento. Es esa mirada interior la que lo lleva a establecer una explicacin, ya que toda explicacin es una conexin parcial de sucesos o ideas y su riqueza se deduce de la riqueza de las conexiones que el observador est ("internamente") en condiciones de hacer. Puestos frente a un coordinador que se estereotipa, que "ve" siempre lo mismo, debe pensarse, primero, que es l quien ha perdido riqueza, posibilidad de descubrir nuevas explicaciones, y no el acontecer del grupo que se ha empobrecido. 6.5. La riqueza de las explicaciones que el operador pueda realizar depende de su capacidad. Tal capacidad est constituida por: a) la variedad de sus experiencias anteriores que, internalizadas y conceptualizadas, le permiten reconocer analogas y diferencias frente a la situacin presente. El observador es siempre un testigo desde su experiencia, que es de donde surge la proposicin explicativa; b) la concordancia operacional que establece con el grupo, o sea, la relacin que tienen las experiencias que ha vivido con la realidad del grupo sobre el que est operando. Un coordinador puede haber coordinado muchos grupos de adultos, pero esa experiencia ser relativa puesto frente a uno de adolescentes; c) la posibilidad de instrumentar la transferencia recproca (contratransferencia), es decir, de recurrir a la naturaleza afectiva de su vnculo con el grupo para alimentar su capacidad fantstica de establecer hiptesis acerca de la estructura; d) finalmente, su ECRO que de algn modo resume todo lo anterior al constituirse en el conjunto de conceptos y experiencias a los que se hace referencia para operar. 6.6. Si la estructura de lo latente es un acto de imaginacin del operador, por qu habran dos operadores de hacer la misma caracterizacin en un determinado momento? Si todo es tan subjetivo (o ms bien, se pone la objetividad entre parntesis), por qu habra consenso en lo que se prioriza corno obstculo frente a una situacin dada? He aqu, precisamente, la importancia del ECRO. Toda mirada es una mirada desde un marco conceptual y todo lo que se dice es dicho por un observador a otro observador (que puede ser l mismo) desde dicho marco conceptual. La nocin de tarea, por ejemplo, es uno de los elementos basales del ECRO, y dos operadores podrn acordar en la lectura del material que produce un grupo y la estrategia necesaria para permitirle enfrentar sus

obstculos y elaborar sus ansiedades, slo en la medida en que compartan sus ideas acerca de cul es la tarea de ese grupo. Ms an, el ECRO no es slo importante en trminos de consenso, sino que adems es lo que permite al operador tomar distancia del grupo, reconocer su implicacin en tanto est incluido en el fenmeno que observa, y desde esa distancia (ptima) operar. La posicin del operador no slo se prescribe en el encuadre; el operador no puede construir su lugar sino ejerciendo su ECRO. 6.7. Lo dicho hasta aqu implcitamente sugiere que ninguna descripcin de una realidad absoluta es posible. "La realidad cognitiva que se genera es inevitablemente relativa al observador" (11). Cabe agregar que esa realidad est constituida por un sistema (grupo) en continuo cambio estructural; y que dicha operacin consta de tres momentos: a) el momento de la mirada, exterior en primera instancia, puesta en lo manifiesto del acontecer grupal. Saber operar es, ante todo, saber mirar; b) la construccin de un modelo (interior) de lo que se mira, o sea una representacin funcional. en este caso, de la estructura latente del grupo; c) la operacin propiamente dicha, es decir, el momento de la intervencin. ' A dicha intervencin sobrevendr un emergente que caracterizado como nuevo existente nos lleva nuevamente a la unidad de trabajo, punto inicial y final de este itinerario. Una sola acotacin a modo de cierre: la construccin de un modelo, el proceso de simbolizacin, suele ser algo sumamente costoso y adems, apreciado, tanto por el grupo como por el coordinador mismo, cuando emerge en toda su plenitud y ayuda a la productividad grupal. Pero su poder explicativo se pierde cuando se estereotipa, por lo que el operador debe tener una disposicin permanente a negar aquello que acaba de construir; debe conservar la posibilidad de desestructurar sistemticamente lo que tanto le ha costado estructurar, para poder as posar una mirada fresca sobre el grupo. Decir esto no es ms que reconocer para el operador la necesidad de descentramiento, la posibilidad de desprenderse de las propias criaturas y aceptar, no importa el encanto que produzcan, la fugacidad de su existencia. 4.2. LA PRESENCIA DE LA ORGANIZACION EN EL GRUPO En el comienzo de esta seccin he dicho que el contexto tiene, para el grupo, una presencia activa y coorganizadora. Desarrollar en este punto la manera como la organizacin atraviesa y determina el acontecer grupal, tomando como ejemplo una Escuela de Psicologa Social que trabaja con grupos operativos de aprendizaje. Para ello, planteo primero las relaciones entre institucin, organizacin, grupo, sujeto y situacin, situando el rol de coordinador en el centro del conocido esquema:

Se reconoce en primera instancia la presencia de la Institucin Educacin y los atravesamientos que determina, entre los cuales cito la existencia de una dada institucional (docente-alumno) y las

relaciones entre poder y saber que ella establece, las evaluaciones, la nocin de aprendizaje y su utilidad social, adems de los aspectos econmicos por los que se rige esta particular organizacin (matrculas; aranceles, honorarios). Figura 4.5 El rol coordinador en la Escuela 4.2 .1. La organizacin y su identidad-construccin En el vrtice de la organizacin se encuentran los conceptos de identidad y valores propios. La identidad es el conjunto de rasgos invariantes que constituyen la organizacin, transformndola en singular y nica a los ojos de los sujetos. En particular, la identidadconstruccin est constituida por aquellos rasgos que la organizacin construye para s, los que elige como su estrategia fundamental y preserva a travs del tiempo. Todas las perturbaciones de origen interno o externo son de all en ms procesadas de modo de mantener inalterables estos rasgos que la organizacin construye para s. En el ejemplo que cito, son rasgos de identidad-construccin los siguientes: . La educacin como formacin. Favorecimiento de la adaptacin activa a la realidad de los sujetos, protagonistas de su propio proceso de aprendizaje. . Ejercicio de una crtica de la vida cotidiana. Resignificacin de la experiencia del alumno. . Heterogeneidad de los alumnos. Escuela abierta, sin requerimientos de formacin previa. . Lo grupal como forma de abordaje. Estos rasgos son "diferentes" y se constituyen "por aadidura" a todos aquellos otros que comparten todas las instituciones educativas y que constituyen la identidad-esquema. (En este sentido, bien se puede decir que esta ltima est determinada por los atravesamientos de las diferentes instituciones sobre las organizaciones.) La identidad-construccin articula lo que ya no es obvio, expone el derecho de una fuerza que, por vas de su afirmacin, constituye un cuestionamiento implcito y la exclusin de lo que no considera vlido. Construye una cultura especfica, que interrumpe las influencias externas del contexto y erige barreras, lmites, discontinuidades en el espacio, y lo hace para afirmar que "Aqu es diferente de all". Al definir su comienzo y su final exhibe los trminos de su clausura y los instituye como su ethos. En el seno de la organizacin, la identidad-construccin se constituye en discurso. "Discurrire" significa "ir y venir corriendo", por lo que, en sentido metafrico, la existencia de un discurso identificatorio hace circular la identidad por la organizacin y la constituye para sus miembros. Se propone establecer reglas de juego ciertas e indiscutibles, con tendencia a sacralizarse o naturalizarse. De esta manera instituye, para aquellos a quienes involucra, factores de identidad y de pertenencia que los aglutinan alrededor de un quehacer comn. 4.2.2. Valores propios de la organizacin La estructura de toda organizacin se nutre de repeticiones y recurrencias. Los mismos "Buenos das" y "Buenas noches", los mismos pasillos transitados cotidianamente, las mismas puertas abiertas y cerradas, las mismas rutinas de trabajo, los mismos roles, las mismas sanciones para su incumplimiento, los mismos sistemas de informacin y por lo tanto de significacin, van generando en los integrantes un cmulo de conductas que exhiben un alto grado de estabilidad.

Heinz Von Foerster ha definido como valores propios a aquellos valores estables emergentes de infinitas computaciones recursivas (12). Dice de ellos que se produce a s mismos recursivamente, aludiendo con el concepto de recursividad a aquellos procesos donde el final es indistinguible del comienzo, donde la salida se convierte en entrada, el producto en insumo. Es la figura de la serpiente que se come su propia cola. Hacemos extensivo aqu este concepto a la organizacin, lo que nos permite reconocer en su estructura la presencia de elementos que se repiten incesantemente, constituyendo una trama argumental bsica, dentro de la cual los acontecimientos que se suceden son "variaciones sobre un mismo tema". Son ejemplos de estos valores propios el lenguaje, las normas y los sistemas de informacin. Un ejemplo particular lo constituye la jurisprudencia en el Poder Judicial. La adquisicin y utilizacin de los valores propios de la organizacin proporcionan a los miembros aquello que hemos llamado anteriormente competencia social organizacional, una verdadera estructura cognitiva especfica, relativa a la organizacin, que tiende a asignar un sentido unvoco a los distintos acontecimientos de la cotidianidad. Recurdese tambin que tal valor referido a la organizacin particular y concreta se construye sobre la competencia social en sentido amplio que todos en mayor o menor medida desarrollamos en el transcurso de nuestros procesos de socializacin primarios. Un alumno de una universidad sabe qu debe hacer y qu no, ya que aprendi el rol alumno desde la escuela primaria. La competencia social en sentido amplio es la matriz sobre la que se construye la competencia social organizacional. Las nociones de tarea y de obstculo son valores propios de la escuela en el ejemplo que nos ocupa. Ms all de las definiciones formales, tantas veces reiterada la relacin grupocoordinador, tantas interpretaciones acerca de los obstculos para la tarea, tantas supervisiones brindadas por la escuela al coordinador, tantas iteraciones alrededor del mismo tema van constituyendo una representacin bsica que se instala en la organizacin y determina los modos de "ver" de sus integrantes. La nocin de tarea toma inteligible el acontecer grupal y pertenece, como ya lo he sealado, aJ nivel ontolgico. El concepto de obstculo, a travs de su utilizacin instrumental al servicio del aprendizaje (o sea su sealamiento e interpretacin), se ubica en el nivel metodolgico de nuestro esquema conceptual. No queremos decir con esto que tarea u obstculo se constituyan con sentido unvoco en la escuela. En efecto, adems de las representaciones propuestas por la organizacin, existirn las "particularidades" que introduzca el coordinador y la relacin singular que establece con su grupo. Pero el carcter situacional que esto ltimo adquiere no niega la tendencia de los valores propios a constituirse en "el color del cristal con que se mira". Lo cual nos permite intuir el modo como estos valores se reproducen a s mismos, al incluirse en el acontecer grupal y al instituirse como explicacin de aquello que a su vez confirman. En un mundo donde todo es azul, la nocin de color no tiene sentido. Tal sera en un extremo, el destino implacable de estos valores propios si pudiesen instalarse con sentido unvoco en la organizacin. (Ntese que "unvoco" proviene de una sola voz.) Pero el carcter situacional que hemos asignado a la materializacin de estos conceptos, tarea y obstculo, en el ejemplo, la ambigedad de sentido que otorgan el grupo concreto

y su coordinador, permite entender la dinmica de transformaciones. Sin dejar de reconocer la estabilidad de los valores propios, stos se modifican dialcticamente. Es por ello que los he adscrito a la estructura y no a la identidad. En la constitucin de los rasgos de identidad-construccin hay intencin de invariancia, cosa que no sucede con los valores propios, ms sujetos a los avatares del devenir. La identidad es sincrnica. Los valores propios son diacrnicos. Un valor propio que se intenta preservar se constituye en rasgo de identidad. Una consideracin particular merece en este sentido el concepto de ECRO, esquema conceptual, referencial y operativo repetidamente citado a lo largo de este texto. La existencia de un ECRO es un rasgo de identidad. Su evolucin a lo largo de procesos dialctico s pertenece a la estructura, en tanto materializa, actualiza la identidad, que de otro modo no tiene sino existencia virtual. Los conceptos articulados que componen el ECRO tienden a erigirse en valores propios. Es por ello que, siguiendo con la metfora citada anteriormente, si el ECRO como concepto constituye "el cristal con que se mira", su actualizacin como valor propio est relacionada con el "color" del cristal. 4.2.3. Presencia de la identidad y los valores propios de la organizacin en los grupos que la constituyen Cuando me refiero a la interpretacin como proceso de simbolizacin, he destacado la posibilidad de asignar distintos significados a un mismo significante, de construir diferentes interpretaciones para un mismo existente. Las distinciones hechas respecto de la identidad y los valores propios, me obligan aqu a considerar el carcter restrictivo que estos conceptos adquieren respecto del mencionado proceso de simbolizacin. Formular estas consideraciones en forma de proposiciones acumulativas. 4.2.3.1. Identidad, estructura y acontecimiento He dicho que la identidad tiene existencia virtual y que se actualiza en una estructura. Ambos conceptos son de naturaleza sincrnica, la identidad por su carcter de invariante y la estructura por su materializacin en un aqu y ahora. Pero para entender la dinmica de las estructuras es necesario recurrir a un nuevo concepto, el acontecimiento, la singularidad que introduce el evento particular, que es potencialmente portador de novedad para la estructura en la que se inserta. La temporalidad del acontecimiento, su cronologa, la sucesin de acontecimientos en la flecha del tiempo, transforma a stos en el hecho diacrnico del sistema que constituyen identidad y estructura. Es posible identificar el acontecimiento en diversos niveles sucesivamente inclusivos. Un individuo determinado es un acontecimiento para una estructura llamada grupo operativo de aprendizaje. Un grupo concreto, el grupo N 3 de primer ao en 1991, es un acontecimiento para la estructura llamada escuela. As como la estructura actualiza la identidad, as el acontecimiento actualiza la estructura. E inversamente, todo acontecimiento adquiere sentido dentro de una estructura, es aprehendido cuando se realiza dentro de ella y recibe de ella un aspecto de regularidad. Recurriendo a la nocin de pares dialgicos, la estructura est vinculada al acontecimiento como la regularidad a la novedad, como lo conocido a lo desconocido, como lo cierto a lo incierto.

La estructura provoca, mediante la interpretacin, el encaje del acontecimiento en s misma. Al constituirse en contexto donde toda conducta adquiere significado, la estructura virtualiza el acontecimiento, lo asimila a su matriz, lo transforma en hecho que le pertenece. Desde ya que la afirmacin anterior reconoce lmites, motivados bsicamente por la ambigedad del lenguaje y por la complejidad que introduce el concepto de organizacin. Lo primero significa que, salvo en los lenguajes formales, como el de la matemtica, la multiplicidad de sentidos de las palabras, su relatividad a las connotaciones que introduce quien las enuncia ya las "sorderas" de quien las escucha, es inevitable. Lo segundo implica que no alcanza con la rigidez de las adjudicaciones prescriptivas e inductivas ni con el refuerzo de recompensas y sanciones. La separacin de los ambientes en los que transcurren los acontecimientos, la heterogeneidad de los integrantes, la confrontacin de subculturas, todos stos son factores de desorden respecto de las regularidades que se pretenden instituir. No existe orden simblico omnipresente ni omnipotente. Identidad, estructura y acontecimiento se determinan de manera recproca y son complementariamente descriptivas. No se puede entender la una sin las otras. Se pueden esquematizar sus relaciones en dos formas, una inc1usiva y la otra analtica, tal como ya 10 he hecho con los conceptos de institucin, organizacin y grupo. 4.2.3.2. Polisemia reglamentada He puntualizado que un existente, un acontecimiento en un momento dado, tiene ms de una significacin. Dije tambin que esta Figura 4.6 La relacin Identidad-Estructura-Acontecimiento significacin no es cualquiera y que la interpretacin es relativa a la estructura del marco conceptual con que se opera. La reduccin de la multiplicidad de sentidos se transforma entonces en polisemia reglamentada: los existentes tienen ms de una interpretacin, pero no tienen interpretaciones infinitas (13). Este mismo concepto puede utilizarse para explicar la eficacia causal de la identidad y de los valores propios que circulan por la organizacin. Las significaciones mltiples de los acontecimientos se sitan dentro del "espacio" instituido. Cualquier novedad trata de asimilarse a la estructura existente, y slo cuando ello no es posible, cuando est desbordada, casi a regaadientes se considera la necesidad de cambio. Es por ello que se dice que las organizaciones son un conjunto de soluciones en busca de problemas. El "exceso" del acontecimiento se relaciona con lo real. Respecto de l, la estructura es la realidad. Pero los acontecimientos despliegan continuamente su complejidad y riqueza, ms all de la censura que la estructura instala en funcin de su significacin. Hay, pues, un conflicto entre la potencial expansin semntica de los acontecimientos y la accin limitativa de la estructura. Como siempre, la organizacin aparece en posicin de restriccin. La polisemia reglamentada es un efecto de sentido que se produce en el discurso identificatorio de una organizacin.

Ubiquemos estos conceptos en el ejemplo de la escuela. La resistencia al cambio se concibe como la resultante del interjuego de dos ansiedades bsicas, el temor a la prdida y el temor al ataque. Cuando una de estas ansiedades aparece como figura, la otra se hace fondo; cuando una es manifiesta, la otra est latente. Tales las consideraciones de Pichon Riviere que, formando parte del ECRO, se instalan como valores propios. A partir de ellas, se construyen las interpretaciones del obstculo, adscribindolo preponderantemente a una de estas ansiedades. Desde este punto de vista, y slo desde este punto de vista, podemos decir que existen en la escuela interpretaciones antes del acontecimiento. Este ltimo est all para actualizarlas. Otra vez, la organizacin es un conjunto de soluciones en busca de problemas. Lo mismo podemos sealar respecto de otros conceptos, como el pasaje de la afiliacin a la pertenencia y los indicadores que permiten reconocer tal instancia, o la implicitacin que hace el grupo del observador no-participante, rol que como ya explicamos, se incluye en el encuadre de trabajo con el grupo. Son todos stos ejemplos de valores propios de la escuela. Presentan alta estabilidad y se reproducen a s mismos, ya que al ser enunciados como explicacin, funcionan como una especificacin incorregible. Por lo menos, hasta que el "exceso" sealado para los acontecimientos demuestre que son falsificables. Slo cuando un grupo no implicita a su observador, cuando lo constituye, por la razn que sea, en objeto permanente de su mirada, el concepto de implicitacin entra en cuestin. Pero all llega tambin el coordinador a sealar este hecho como una manifestacin de la resistencia al cambio y a interpretado prestamente, por ejemplo, en funcin del predominio de una ansiedad persecutoria en el grupo depositada en el mencionado observador. Y si aun esto no funcionase, si aun as el (concepto pudiera falsificarse y su perenne validez ser cuestionada, queda an el recurso extremo de acudir a "la excepcin que continua la regla". Entindase bien. No estoy cuestionando las interpretaciones ex-ante. Lo dicho hasta aqu no pretende tener un carcter valorativo. Slo quiero sealar, por va del nfasis que introduce mi estilo un tanto dramtico, la vigencia de los conceptos de identidad y valores propios en la vida de los grupos, y si se trata de introducir una mirada valorativa, ni por un instante dudamos en sealar su aspecto positivo. Es tarea del contexto, de la identidad y de la estructura, de la vigencia y estabilidad de los valores propios, ocultar la riqueza semntica de los acontecimientos, de comprimida para reducir as la variedad de conductas posibles de los integrantes. La organizacin propone la instalacin de un orden simblico que asume de esta forma un valor de cohesin, en contra de su par dialgico de dispersin. Sin l, ya lo dijimos, ninguna accin coordinada es concebible. Es la enseanza que transmite la metfora de la Torre de Babel. La organizacin es la puesta en escena de este orden simblico. Ya nos encontramos con los lmites de esta afirmacin cuando tratamos los modos de asuncin de roles por parte de los individuos. Profundizar dichos lmites cuando aborde la dialctica entre la estructura y el acontecimiento. 4.2.3.3 Isotopas

He insistido en que un acontecimiento adquiere sentido en y por una estructura y que, de los mltiples sentidos que le pueden ser asignados, slo algunos de ellos son plausibles en virtud de las determinaciones que introducen la identidad y los valores propios. M. Greimas, en el desarrollo de la semntica estructural, ha definido la isotopa como un plano de referencia, una temtica, una tpica idntica para todas las palabras de la frase (14). En la frase "Fulano es un seor, siempre se puede contar con l", las palabras "seor" y "contar" aluden respectivamente a una condicin y una accin que tienen que ver con la calidad de Fulano. El "tema" son las relaciones humanas. En cambio, si digo "El Seor sea con vosotros", cambia el plano de referencia y seor alude ahora a Dios. Lo mismo sucede con el verbo contar, que ser tomado como sinnimo de enumerar si la tpica que se instala es la de la matemtica, o como relatar si fuera la literatura. Usamos el concepto de isotopa por extensin para la organizacin, diciendo que impone, instala, legitima planos de referencia para la interpretacin de los acontecimientos que en ella suceden. Estos planos se refieren al orden simblico que rige. En la escuela de nuestro ejemplo, el ECRO constituye isotopas. Los vectores de pertenencia, pertinencia, cooperacin, comunicacin, aprendizaje y tel sealados por Pichon Riviere para la evaluacin del proceso grupal son planos de referencia. Un mismo acontecimiento puede ser significado desde uno u otro, son complementarios y muchas veces concurrentes. En cambio, no estn permitidas interpretaciones dirigidas a un inconsciente grupal, ya que el ECRO no lo postula. Tal isotopa es heresaca, no pertenece al orden jerrquico que instala el marco conceptual vigente. Tomando otros ejemplos, en un partido poltico, la significacin del dinero tendr referencia a lo logstico, el dinero es slo un "mal necesario" para la organizacin de sus actividades. En cambio, en un banco, el mismo significante se liga a dos significados posibles de acuerdo con el contexto en que se 10 considere: es una mercanca, si consideramos por ejemplo la cantidad de dinero depositada en cuentas corrientes, o un indicador de rentabilidad, si expresa la utilidad de un balance. Lo que una organizacin no tolera son desplazamientos de sentido fuera de las isotopas que instituye. Para un banco, el dinero no ser nunca un mal necesario, ni siquiera para el Banco Ambrosiano relacionado con los intereses del Vaticano. No pretendo con este ejemplo, lo repito, introducir una connotacin de tipo valorativo. Por el contrario, si algo hay que subrayar en este sentido, nuevamente, es el valor positivo de las isotopas al servicio de la cohesin. Una estructura que permita mltiples dimensiones de sentido, destruye el orden simblico. Considerar un ejemplo ms, en el afn de aclarar conceptos que pueden resultar difciles de aprehender. Un conflicto entre psicoanlisis y psicoterapias en una organizacin de salud mental es un conflicto de isotopas y si es llevado a tal instancia es porque los planos de referencia entran en colisin. Idntico es 10 que sucede, para la misma organizacin, en la confrontacin entre un enfoque individual y un enfoque social, y sus correlatos, una orientacin abierta a la comunidad o cerrada sobre s misma. El conflicto se desarrolla en el plano de lo manifiesto y reconoce en lo latente determinantes ticas, ideolgicas y relativas al poder. En tanto no se resuelva, el orden simblico resulta perturbado. No es que ambas orientaciones no .puedan coexistir, pero no basta con la voluntad para ello. Hay que determinar cmo pueden hacerlo.

Si esto no sucede, la subsistencia est en peligro. Desaparece el discurso identificatorio hacia el afuera y en el adentro, no hay ms un nosotros, sino que son ellos que se erigen como amenaza para nuestra razn de ser. Es la lucha por la racionalidad dominante y su trama argumental bsica, la dialctica del amo y del esclavo. 4.2.4. El rol coordinador como articulador entre organizacin y grupo Hay en la escuela un discurso identificatorio que construye en el coordinador un nosotros y hay valores propios que porta como actor de las interacciones recurrentes y recursivas en las que dichos valores propios se constituyen. El coordinador articula de esta manera la concepcin de aprendizaje propia de la organizacin en el acontecer grupal y modela las expectativas de los integrantes. Instala con su discurso la tica de la escuela en el grupo. El grupo "ve" su proceso de aprendizaje con los ojos del coordinador. Aprende a reconocer sus obstculos mediante sus sealamientos y a elaborar sus ansiedades con auxilio de sus interpretaciones. La mirada del coordinador construye la realidad del grupo. Pero la relacin grupo-coordinador, desde el punto de vista del aprendizaje, no es cerrada, sino que reconoce otras instancias como ser la clase terica y la devolucin de emergentes temticos que all hace el docente recogiendo los datos que hacen llegar los coordinadores de los diferentes grupos. Tambin se abre con los contactos que tienen los alumnos de los distintos grupos entre s. Esquematizo entonces las relaciones entre organizacin, coordinador y grupo, nuevamente en las modalidades inclusiva y analtica, en la figura 4.7. En el encuadre de la escuela del ejemplo, todos los coordinadores han sido alumnos previamente, hecho que otorga una fuerte clausura a todo el proceso. El alumno mama de los modelos de identificacin que constituyen para l sus coordinadores y

reproduce en mayor Figura 4.7 La relacin organizacin-coordinador-grupo

o menor medida estos modelos cuando deviene coordinador. Este verdadero sistema de socializacin secundaria, constituido por aprendizaje y experiencia, opera durante siete aos, 10 cual da una idea de la impronta que marca en el mundo interno de los sujetos. Es uno de los ejemplos ms notorios que podemos ofrecer de un proceso de adjudicacin de roles fuertemente prescriptivo e inductivo. 4.2.4.1. La relacin grupo-coordinador como sistema cerrado El rol coordinador adquiere un lugar privilegiado frente a los ojos del grupo. La escuela legitima su poder y, con l, su saber. La interaccin entre coordinador y grupo se organiza en la Unidad de Trabajo esquematizada en la figura 4.2. Esta interaccin se repite secuencialmente una y mil veces constituyendo lo que he denominado un proceso recurrente, por lo de repeticin, y recursivo, en el sentido en que cada "salida" se transforma en una nueva "entrada". Esto, y no otra cosa, significa el hecho de que cada emergente se convierte en un nuevo existente.

Dicho sea de paso, el postulado de la existencia de 10 manifiesto y de 10 latente transforma a la unidad de trabajo en un valor propio de la organizacin. Desde esta perspectiva, el coordinador, al constituida en eje de su anlisis, construye aquello que busca. Para reforzar lo antedicho, transformo el esquema en el de la figura 4.8. El contexto econmico, social y poltico en sentido amplio, y la propia organizacin, en sentido restringido, se constituyen en el entorno de esta interaccin, y las perturbaciones que de este Figura 4.8 Clausura en la relacion coordinador-grupo contexto provienen se procesan de manera de preservar la clausura de dicha interaccin as entablada. Esta clausura se refuerza' a travs de la construccin de mutuas representaciones. A lo largo del proceso, cada integrante del grupo construye una representacin de s mismo y de su relacin con los otros, incluido el coordinador. Este, a su vez, construye una representacin del grupo. Ambas representaciones se constituyen en tomo a la nocin de tarea, tercero estructurante de la relacin coordinador-grupo, y pertenecen, como expresin fenomnica, al dominio de mundo externo. Estas representaciones se refuerzan y se estabilizan recprocamente y terminan construyendo la realidad del grupo, que en definitiva es producto del consenso que surge entre sus integrantes. Realidad tomada aqu como sistema cerrado, que no inhibe el reconocimiento de factores disruptivos endgenos o exgenos, que rompen con la armona del sistema. Podemos citar entre estos factores al contexto social en sentido amplio, a la organizacin y a la conducta de los propios integrantes, en tanto se aparte o no valide el consenso as establecido. La clausura descrita reconoce la posibilidad de tres cierres "patolgicos", disfuncionales, perturbadores de los procesos de comunicacin y aprendizaje, representados grficamente en las figuras 4.9, 4.10 Y 4.11. En la primera situacin (figura 4.9), la intervencin del coordinador refuerza el existente, lo confinna y lo sanciona. No hay novedad, no se constituye el nuevo emergente. No hay, en rigor de verdad, interpretacin, entendida sta como lectura de lo latente, 4.9 El existente transformado en la explicacin de si mismo como intento de vencer la separacin entre lo explcito y lo implcito.

Intervenciones del tipo "Hay resistencia al cambio", o "Hay demasiada ansiedad" constituyen ejemplos extremos de este caso.

Figura 4.10. Cierre del coordinador sobre s mismo. En el segundo caso (figura 4.10), el coordinador se cierra sobre s mismo y desaparece el grupo: Las intervenciones se construyen sobre el imaginario de aqul, su propio mundo interno se impone y no deja espacio para el reconocimiento del mundo externo, tal como lo sealamos en ocasin de explorar el vrtice del sujeto y sus modalidades de asuncin de rol. Parecera obvio que un cierre de esta naturaleza no pueda sostenerse por mucho tiempo, ya que el grupo no lo convalidara. Desconfiemos sin embargo de esta obviedad. En efecto, la fascinacin que el lugar del coordinador ejerza sobre los alumnos y la seduccin que aqul pueda ejercer sobre stos en trminos de su propia satisfaccin narcisista, posibilitan en casos extremos que esta situacin perdure en el tiempo. El par seduccin-fascinacin se convierte en valor propio de la relacin grupocoordinador, no siendo en ltima instancia ms que una fascinacin del coordinador con su propia imagen especular. Se deleita escuchndose a s mismo. Hay otra situacin de cierre patolgico asimilable esquemticamente a la segunda, pero que reconoce distintas causas. Es el caso en que el grupo "desaparece" porque el coordinador slo produce interpretaciones ex-ante. Posee en este caso un arsenal de interpretaciones "correctas" que imparte indiscriminadamente, sin consideracin de la situacin. Tal sera, por ejemplo, sealar siempre, al comienzo de un nuevo grupo, que los obstculos que se manifiestan en la tarea tienen su origen en el hecho de que los integrantes aoran a sus anteriores compaeros y predomina por tanto la ansiedad depresiva. Es ste un caso en que una instancia de la evolucin de los grupos, la del pasaje de la afiliacin a la pertenencia, se constituye en nico plano de referencia para el coordinador, en isotopa determinante de un discurso unvoco, entendiendo por tal a aquel que no tolera ms que una sola significacin. En el tercer caso de cierre patolgico (figura 4.11),

Figura 4.11. Identificacin del coordinador con el grupo. se ve en ella que el coordinador "desaparece" por exceso de identificacin con el grupo. La imposibilidad de tornar distancia en este caso obnubila su mirada. Se convierte en un integrante ms. Se han dado ejemplos de esto frente a situaciones de fuerte conmocin externa, como ser la guerra de Malvinas. Pero tambin este hecho puede suceder cuando

una problemtica difcil trada por un integrante resuena excesivamente en el mundo interno del coordinador. Las situaciones de cierre sealadas perturban seriamente los procesos de comunicacin y aprendizaje en el grupo y para ello la organizacin instituye el lugar de la supervisin. Esta ltima, mbito de elucidacin de la contratransferencia, se erige as, tal corno debe ser, en perturbadora de la relacin grupo-coordinador. 4.25. Dialctica de la estructura y el acontecimiento En suma, todo acontecimiento se inscribe y adquiere sentido en una estructura, materializacin a su vez de una identidad. Al transformar lo desconocido en conocido, lo incierto en certeza, la estructura virtualiza el acontecimiento y ahoga su valor de novedad. Pero a la vez, la estructura, de existencia virtual, slo se actualiza en el acontecimiento, slo este ltimo la refleja. El destino del acontecimiento delata el carcter de la estructura. As hay escuelas que llaman a los padres cuando faltan los alumnos ("Sabe usted qu est haciendo su hijo ahora?", o la vigilancia como razn de ser), o instituciones asistenciales privadas que prolongan la internacin de sus pacientes ms all de lo clnicamente necesario, basadas en imperativos de orden econmico. La estructura inscribe al acontecimiento en la realidad, pero no puede eliminar la referencia del mismo a lo real. Porque la vida es vida, la complejidad, la variedad y la riqueza, la polisemia y la policroma existen y sobreviven ms all de las sobredeterminaciones estructurales. El acontecimiento se resiste, aporta contingencia y desequilibrio, y si subsiste en su intento, la novedad se difunde y la complejidad se restituye, aun cuando sea slo para volver a desaparecer tras una nueva estructura emergente (15). Talla naturaleza antagnica y complementaria, dialgica, en sntesis, de esta relacin que se despliega en sucesivas espirales dialcticas y que reconoce como intermediario al proceso de simbolizacin. Nuevamente, esta vez con el nombre de acontecimiento y estructura, se confrontan apertura y cierre, diacrona y sincrona, desequilibrio y equilibrio, instituyente e instituido. y como de la psicologa social de las organizaciones trata este libro, como mi tica est comprometida con el todo, reconozco el peligro de aplastamiento del acontecimiento por la estructura, de lo instituyente por lo instituido. Es necesario evitar que el sistema ahogue al acto, que la estructura no se vea slo a s misma en el acontecimiento, que no se constituya en su propia explicacin. Una visin total trae consigo el riesgo del totalitarismo. Hemos planteado en captulos anteriores tres polticas para evitar que esto ocurra. Recordmoslas: mximo grado de autonoma de las partes compatible con la cohesin del todo, plasticidad estructural y tolerancia al "error". Sealemos desde la perspectiva que nos ocupa una cuarta poltica: preservacin de ms de una isotopa. En efecto, slo la existencia de varios planos de referencia desata la polisemia de los acontecimientos, ofrecindose as a su potencial carcter renovador. Slo de esta manera, aun relativa, se evita el peligro de la trivializacin de los comportamientos. Rindo culto as a la tica que postulo para nuestra disciplina. La eficacia del todo no inlbe la preocupacin por el sujeto. En tanto el individuo es acontecimiento para la organizacin, sta debe colocar a aqul en posicin de escuchar y elegir, no de obedecer.

4.2.6. Palabras para el operador Repito aqu lo dicho en ocasin de tratar la posicin del operador. Es necesario que se desprenda de sus propias criaturas y acepte, no importa el encanto que le produzcan, la fugacidad de su existencia. As como para la escuela del ejemplo, el desempeo del coordinador de carne y hueso es acontecimiento, as tambin debe ser cada nuevo grupo acontecimiento para el coordinador. Sus interpretaciones tomadas como discurso implican elecciones y descartes de sentido, a travs de las cuales se constituye como sujeto en relacin con un objeto. Tiene una referencia, la organizacin, y una audiencia, el grupo. Este desciframiento del campo en el que se inserta tiene sentido para los otros, pero tambin para s. "Toda interpretacin se propone vencer una separacin entre sujeto y objeto (...) Toda hermenutica es, explcita o implcitamente, comprensin de s mismo a travs de la comprensin del otro" (14). Encuentre el operador el equilibrio en esta bsqueda. Que su ser sujeto no transforme al otro en mero objeto. Que no le pase lo que a algunos, que slo buscan "tribuna"... 4.3. ANEXO. ENCUADRE DE UN GRUPO OPERATIVO DE APRENDIZAJE EN UNA ESCUELA DE PSICOLOGIA SOCIAL. Se trata de grupos cuya tarea explcita consiste en el aprendizaje de la psicologa social. Estn compuestos en promedio por 15 personas adultas, para las cuales no existen requisitos de estudios previos y que se agrupan procurando la mayor heterogeneidad posible entre ellas, de modo de enriquecer la tarea a travs de la variedad de sus experiencias. Se renen una vez por semana a lo largo de dos cuatrimestres. Escuchan primero una clase terica de una hora, que posteriormente analizan y discuten en grupo durante una hora y media, con la presencia de un coordinador cuya tarea es trabajar sobre los obstculos que enfrenta el grupo en su proceso de aprendizaje. Sus intervenciones, bsicamente sealamientos e interpretaciones, estn dirigidas a hacer explcitas las ansiedades subyacentes, movilizadas por la temtica, y contribuir a su elaboracin. Se estimula tambin a los alumnos a que recurran a sus experiencias personales y a que tengan una participacin activa, concibindose como protagonistas de su proceso de aprendizaje. Se incluyen en el encuadre uno o dos observadores no-participantes, alumnos de aos superiores que hacen su prctica, cuya tarea es registrar en una crnica cada reunin grupal. Esta crnica es posteriormente retrabajada con el coordinador a los efectos de ajustar la tctica y la tcnica de intervencin. Adems, en funcin del avance del aprendizaje de los observadores, la lectura de la crnica va cambiando de planos de referencia, va modificando sus isotopas, yendo de lo ms sencillo a lo ms complejo en relacin con el acontecer grupal. Aclaro que por no-participantes quiero significar que no hablan en el, grupo. Debiera decirse en rigor no-parlantes. Es un ejemplo ms del lenguaje como valor propio de la organizacin. El coordinador, en general, no proporciona informacin terica. Las preguntas, dudas, rectificaciones, planteos respecto de la clase se elevan como emergentes temticos, y son retornados por el docente en la clase siguiente.

El coordinador supervisa su trabajo con una persona de mayor experiencia. Tres o cuatro veces al ao, o cuando sea necesario en forma contingente, encuentra en este espacio la posibilidad de revisar su relacin con el grupo y ajustar sus estrategias. Participa adems semanalmente de un encuentro con los dems coordinadores y el responsable de ao. All se analiza la marcha de los grupos en general, se intercambian experiencias y se ratifican o rectifican los planes trazados para el ao en cuestin. Dos veces al ao los grupos tienen una reunin de reelaboracin, donde se revisan, amplan y sintetizan los temas tratados hasta ese momento, seguida de una reunin de evaluacin, cuyo eje es principalmente el anlisis del proceso grupal y de la insercin de cada integrante en l. No existen las evaluaciones escritas. Referencias bibliogrficas 1. La definicin de emergente pertenece a Nadel, y est citada en Ideologa, grupo y familia, de A. Bameo, Kargieman, Buenos Aires, 1970". 2. La definicin citada de Psicologa Social pertenece a "Aportaciones a la didctica de la Psicologa Social", de E. Pichon Riviere, en colaboracin con Ana P. de Quiroga, artculo contenido en el libro El proceso grupal. Nueva Visin, Buenos Aires, 1980. 3. E. Pichon Riviere: "Historia de la tcnica de los grupos operativos", Temas de Psicologa Social. afto 4, NQ 3, setiembre 1980. 4. Sigmund Freud: "Contenido manifiesto e ideas latentes del sueo", en Introduccin al psicoanlisis, Biblioteca Nueva, Madrid, 1968, tomo 11. 5. Sigmund Freud: "Lo inconsciente", en La metapsicologa, Biblioteca Nueva, Madrid, 1967. 6. Morin, E.: El mtodo. La naturaleza de la naturaleza (tomo 1), Editorial Ctedra, Barcelona, 1980. 7. E. Pichon Riviere: "Transferencia y Contratransferencia en la situacin grupal", en El proceso grupal, Buenos Aires, Nueva Visin, 1980. 8. D. Anzieu: El grupo y el inconsciente, Madrid, Biblioteca Nueva, 1978. 9. Conceptos extrados de clases dadas por Yaftez Cortez en la Universidad de Belgrano, 1981. 10. H. Maturana y F. Varela: "Teora de autopoiesis", GESI, Buenos Aires, Cuaderno NQ 4, 1980. 11. H. Maturana y F. Varela: ob. cit. 12. VonFoerster, Heinz: Observing systems. Calif., Intersystems Publ.. 1984. 13. Ricoeur, Paul: Hermenutica y estructuralismo, Megpolis, Buenos Aires, 1987. 14. Greimas, A. J. Y Courts, J.: Semitica, Gredos, Madrid, 1990, 2a. ed. 15. Ricreur, P.: ob. cit.