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ungido de Yahvé. Ahora, pues, mira dónde está la lanza del rey y el jarro de agua que estaba junto a su cabecera.” Saúl se reconcilia por segunda vez con David 17 Conoció Saúl la voz de David y dijo: “¿Es ésta tu voz, hijo mío, David?” Respondió David: “Es mi voz, oh rey y señor mío.” 18 Y siguió diciendo: “¿Por que persigue mi señor a su siervo? Pues, ¿qué he hecho, o qué mal ha cometido mi mano? 19 Oiga ahora mi señor el rey las palabras de su siervo. Si es Yahvé quien te ha incitado contra mí, séale acepto el olor de (mi) sacrificio; pero si son hombres, ¡malditos sean delante de Yahvé! pues me han desterrado hoy, para que no tenga parte en la herencia de Yahvé, como si dijeran: ¡Vete y sirve a otros dioses! 20 Ahora, pues, no caiga mi sangre a tierra ante la faz de Yahvé. El rey de Israel ha salido a buscar una pulga; como quien va tras una perdiz en las montañas.” 21 Entonces dijo Saúl: “He pecado. Vuelve, hijo mío, David; que no te haré ya mal, por cuanto mi vida ha sido hoy preciosa a tus ojos. Mira, he obrado locamente y he cometido un gran error.” 22 David respondió y dijo: “Aquí está la lanza del rey; pase uno de los mozos a buscarla. 23 Yahvé recompensará a cada uno según su justicia y su fidelidad. Yahvé te ha puesto hoy en mi mano, pero yo no quise alzar mi mano contra el ungido de Yahvé; 24 y, he aquí, como ha sido hoy preciosa tu vida a mis ojos, así sea preciosa mi vida a los ojos de Yahvé; y Él me libre de toda angustia.” 25 Tras esto dijo Saúl a David: “¡Bendito seas, hijo mío, David! Sin duda ejecutarás cosas grandes y prevalecerás.” Con esto David se fue por su camino, y Saúl se volvió a su lugar. 19. “Nobilísima protesta de David, dictada por la más firme fidelidad al puro monoteísmo y la plena entrega en las manos de Dios. Si esta persecución contra mí ha sido ordenada por Dios, séale grato el sacrificio que le hago de mí mismo, y que Él lo acepte en expiación de mis culpas” (Vaccari). La herencia de Yahvé: la tierra de Israel. Desterrarlo de ella, significaba excluirlo del culto de Yahvé e insinuarle la apostasía. David ve claramente este peligro y lo teme más que la espada que le amenaza. De ahí su heroica resolución de dar su vida si fuere la voluntad de Dios. 20. “La humildad de David siempre se asoma al margen de los acontecimientos, para requerir su parte de oprobios” (Gentilini). Una pulga: Cf. 24, 15 y nota. Tras una perdiz: Es locura cazar una perdiz solitaria en los montes, cuando las hay en abundancia en el campo. 24. Aquí está la doctrina esencial del Padrenuestro y de todo el Sermón de la Montaña. Dios nos perdona según perdonamos nosotros, y entonces nos centuplica su misericordia (Mateo 6, 14; 18, 23 ss.; Lucas 6, 38). Esto explica por qué Dios llama a David un varón según su corazón (Hechos de los Apóstoles 13, 22) y no deja de colmarlo de bendiciones.

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  • ungido de Yahv. Ahora, pues, mira dnde est la lanza del rey y el jarro de agua que estaba junto a su cabecera.

    Sal se reconcilia por segunda vez con David 17Conoci Sal la voz de David y dijo: Es sta tu voz, hijo mo,

    David? Respondi David: Es mi voz, oh rey y seor mo. 18Y sigui diciendo: Por que persigue mi seor a su siervo? Pues, qu he hecho, o qu mal ha cometido mi mano? 19Oiga ahora mi seor el rey las palabras de su siervo. Si es Yahv quien te ha incitado contra m, sale acepto el olor de (mi) sacrificio; pero si son hombres, malditos sean delante de Yahv! pues me han desterrado hoy, para que no tenga parte en la herencia de Yahv, como si dijeran: Vete y sirve a otros dioses! 20Ahora, pues, no caiga mi sangre a tierra ante la faz de Yahv. El rey de Israel ha salido a buscar una pulga; como quien va tras una perdiz en las montaas.

    21Entonces dijo Sal: He pecado. Vuelve, hijo mo, David; que no te har ya mal, por cuanto mi vida ha sido hoy preciosa a tus ojos. Mira, he obrado locamente y he cometido un gran error. 22David respondi y dijo: Aqu est la lanza del rey; pase uno de los mozos a buscarla. 23Yahv recompensar a cada uno segn su justicia y su fidelidad. Yahv te ha puesto hoy en mi mano, pero yo no quise alzar mi mano contra el ungido de Yahv; 24y, he aqu, como ha sido hoy preciosa tu vida a mis ojos, as sea preciosa mi vida a los ojos de Yahv; y l me libre de toda angustia. 25Tras esto dijo Sal a David: Bendito seas, hijo mo, David! Sin duda ejecutars cosas grandes y prevalecers. Con esto David se fue por su camino, y Sal se volvi a su lugar.

    19. Nobilsima protesta de David, dictada por la ms firme fidelidad al puro monotesmo y la plena entrega en las manos de Dios. Si esta persecucin contra m ha sido ordenada por Dios, sale grato el sacrificio que le hago de m mismo, y que l lo acepte en expiacin de mis culpas (Vaccari). La herencia de Yahv: la tierra de Israel. Desterrarlo de ella, significaba excluirlo del culto de Yahv e insinuarle la apostasa. David ve claramente este peligro y lo teme ms que la espada que le amenaza. De ah su heroica resolucin de dar su vida si fuere la voluntad de Dios.

    20. La humildad de David siempre se asoma al margen de los acontecimientos, para requerir su parte de oprobios (Gentilini). Una pulga: Cf. 24, 15 y nota. Tras una perdiz: Es locura cazar una perdiz solitaria en los montes, cuando las hay en abundancia en el campo.

    24. Aqu est la doctrina esencial del Padrenuestro y de todo el Sermn de la Montaa. Dios nos perdona segn perdonamos nosotros, y entonces nos centuplica su misericordia (Mateo 6, 14; 18, 23 ss.; Lucas 6, 38). Esto explica por qu Dios llama a David un varn segn su corazn (Hechos de los Apstoles 13, 22) y no deja de colmarlo de bendiciones.

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    1 Samuel 27 David entre los filisteos 1David dijo en su corazn: Algn da voy a perecer por mano de

    Sal. Lo mejor ser salvarme huyendo al pas de los filisteos, para que Sal desista de m y no me busque ms en todo el territorio de Israel. As escapar de su mano. 2Se levant David; y con los seiscientos hombres que tena consigo pas a Aqus, hijo de Maoc, rey de Gat. 3Y habit David con Aqus en Gat, l y sus hombres, cada uno con su familia, David con sus dos mujeres, Ahinoam de Jesreel y Abigail, mujer de Nabal de Carmel. 4Y fue dicho a Sal que David se haba refugiado en Gat, con lo que dej de buscarlo.

    David en Siceleg 5Dijo David a Aqus: Si he hallado gracia a tus ojos, que se me d

    en una de las ciudades del campo un lugar para morar all. Pues para qu ha de habitar tu siervo contigo en la ciudad real? 6Y le dio Aqus en aquel da Siceleg; por lo cual Siceleg pertenece a los reyes de Jud hasta el da de hoy. 7El tiempo que habit David en el pas de los filisteos fue de un ao y cuatro meses.

    8En aquel tiempo sala David con sus hombres y haca correras contra los gesureos, contra los girsitas y contra los amalecitas; porque stos habitaban desde antiguo en aquella tierra, en la

    1. Como ltimo refugio le queda a David solamente la tierra enemiga. Aleccionado por la experiencia, ya no puede dar crdito a las promesas del que tantas veces ha quebrantado su palabra. Seguramente habr advertido que la segunda reconciliacin con Sal era tan falaz como la primera.

    4. Sal pareci haber ganado la guerra contra David, quien se haba alejado definitivamente pasndose a los filisteos. Sin embargo, quedaba la profeca de Samuel, sobre la ruina de la casa de Sal, y la posibilidad de la vuelta de David, la cual se realizara muy pronto.

    6. Siceleg, situada a 20 kilmetros al sudeste de Gaza. Cf. Josu 15, 3 7. Un ao y cuatro meses. La Vulgata dice: cuatro meses. 8 ss. Sobre la orden de Dios de extirpar a los amalecitas, vase 15, 2 s. David realiza aqu esa

    destruccin que Sal no cumpli. Los otros dos pueblos eran descendientes de los cananeos, y esto nos da un fundamento slido para justificar la guerra de David. Los cananeos estaban anatematizados y se los poda perseguir en cualquier lugar (Fillion). Cf. Josu 11, 15. Son los pasajes en que la Biblia pone a prueba nuestra fe y nuestro amor, para robustecerlos (Santiago 1, 12; I Pedro 1, 7; Salmo 16, 3), a fin de que nunca pensemos mal de l. En pensar bien de Dios est toda la sabidura (Sabidura 1, 1). En direccin de Sur y hasta Egipto. Sur es nombre de aquel desierto. Otros traducen: desde Tlam en direccin a Sur, etc.

  • direccin de Sur y hasta Egipto. 9David asolaba el pas, sin dejar con vida ni hombre ni mujer, y se llevaba ovejas, bueyes, asnos, camellos y vestidos. Cuando volva, se presentaba a Aqus, 10y cuando Aqus le preguntaba: Adonde habis hecho hoy vuestra incursin? le responda David: Hacia el Ngueb de Jud, o hacia el sur de Jerameel, o "hacia el medioda de los cineos. 11Mas ni a hombre ni a mujer los dejaba David con vida para traerlos a Gat; porque se deca: No sea que hablen contra nosotros, y digan: As ha hecho David. Esto fue su costumbre todo el tiempo que habit en el pas de los filisteos. 12Por eso Aqus puso su confianza en David, y deca: l se ha hecho del todo odioso a Israel su pueblo; y as ser para siempre mi siervo.

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    1 Samuel 28 Guerra entre Israel y los filisteos 1En aquellos das reunieron los filisteos sus fuerzas para prepararse

    a la guerra contra Israel. Entonces dijo Aqus a David. Ten entendido que has de salir conmigo a campaa, t y tu gente. 2David respondi a Aqus: Con esto sabrs lo que hace tu siervo. Y dijo Aqus a David: Pues bien, yo te confiar la guardia de mi persona para siempre.

    Sal y la pitonisa 3Samuel haba muerto ya, y todo Israel le haba llorado,

    habindole enterrado en Ram, su ciudad. Y Sal haba echado del pas a los nigromantes y adivinos. 4Se reunieron, pues, los filisteos,

    10. Ngueb, regin meridional de Jud. 12. Esta vez Aqus, no conociendo el verdadero sentido de las palabras de David, se muestra ms

    satisfecho que de la primera visita (21, 10 ss.). Vea en l un aliado contra Sal, porque crea que David hacia la guerra contra los israelitas, y por otra parte le inspiraba respeto la valenta de David; y sobre todo le estimaba porque protega las fronteras contra molestos enemigos y posibles invasores.

    1. Sobre la muerte de Samuel, vase 25, 1; sobre los adivinos, Levtico 19, 31; 20, 6; Deuteronomio 18, 11.

    4. Sunem, hoy, da Solem, situada a 14 kilmetros al sudoeste de Nazaret, clebre como patria de Abisag (III Reyes 1, 3), por el profeta Elseo (IV Reyes 4, 8 ss.) y por la Sulamita del Cantar de los Cantares (6, 12; 7, 1). En las cercanas de Sunem se hallan los montes de Gelbo, que David hizo famosos por su cntico (II Reyes 1, 21).

  • los cuales vinieron y acamparon en Sunem. Tambin Sal convoc a todo Israel, y ellos acamparon en Gelbo. 5Cuando Sal vio el campamento de los filisteos, tuvo miedo, y su corazn tembl en gran manera. 6Por lo cual consult a Yahv, pero Yahv no le dio respuesta, ni por sueos, ni por los Urim, ni por los profetas. 7Entonces dijo Sal a sus siervos: Buscadme una mujer que tenga espritu pitnico, e ir a ella a consultarla. Le dijeron sus siervos: He aqu que en Endor hay una mujer que tiene espritu pitnico. 8Sal se disfraz, ponindose otros vestidos, y fue all acompaado de dos hombres. Llegaron de noche donde estaba la mujer, y le dijo Sal: Adivname, te ruego, por medio del espritu pitnico, y evcame a aquel que yo te diga. 9La mujer le contest: Bien sabes t lo que ha hecho Sal, cmo ha extirpado del pas a los nigromantes y adivinos. Por qu pues me tiendes un lazo, para hacerme morir? 10Mas Sal le jur por Yahv, diciendo: Vive Yahv! que por esto no te suceder ningn mal. 11Pregunt entonces la mujer: A quin he de evocar? l respondi: Haz que se me aparezca Samuel.

    12Cuando la mujer vio a Samuel, lanz un tremendo grit y dijo a Sal: Por qu me has engaado? T eres Sal. 13El rey le respondi: No temas. Qu has visto? Y la mujer dijo a Sal: Veo un dios que sube de la tierra. 14Cul es su figura?, pregunt l; y la mujer dijo: Es un anciano que sube envuelto en un manto. Conoci, pues, Sal que era Samuel, e hizo reverencia, inclinando el

    7. Endor, hoy da Endur, se halla ms al Norte. El que haba perseguido la magia (versculo 3) es el primero en recurrir a ella. Pitnico, de Apolo Pitio, dios pagano, que daba orculos en Delfos. Ricciotti (Historia de Israel, nmero 364) pinta la situacin psicolgica de Sal con estas palabras: En la fiebre mental que le posea, habiendo intentado intilmente obtener un orculo de Yahv, pens en su gran enemigo, ahora ya muerto, cuyas palabras se le haban adentrado en el alma, y hubiera querido, por una atraccin morbosa, volver a or de l aquellas mismas palabras.

    9. La pitonisa dice con razn que su vida est en peligro, por lo que se ha visto en versculo 3. Se trata aqu de la nigromanca, supersticin frecuente en oriente. La pitonisa pretende llamar a las almas de los muertos para saber de ellos cosas ocultas y venideras.

    14. Sal no ve a Samuel. Son muy distintas entre s las explicaciones de los expositores, opinando unos que la mujer, mediante embustes espiritistas, enga al rey; otros, que Samuel se apareci en forma humana, como p. e. Elas y Moiss en la transfiguracin de Jesucristo, pero no por obra de la pitonisa sino por orden de Dios. Los versculos 12 y 15 ss. no parecen dejar lugar a duda sobre la verdad de la aparicin. Samuel revela cosas realmente profticas, que la mujer no poda saber, y pronuncia siete veces el santo Nombre de Yahv (Dios), cosa que no es propia de los demonios. Por eso hay que descartar la opinin de que fuese el diablo, que hablaba en nombre de Samuel.

  • rostro hasta la tierra. 15Y dijo Samuel a Sal: Por qu has turbado mi reposo, hacindome subir? Sal respondi: Me encuentro en gran aprieto. Los filisteos me han movido guerra, y Dios se ha apartado de m; ya no me contesta, ni por medio de los profetas, ni por sueos. Te he llamado para que me indiques lo que tengo que hacer. 16Replic Samuel: Por qu me preguntas a m, cuando Yahv se ha apartado de ti, y se ha hecho enemigo tuyo? 17Yahv ha hecho, conforme predijo por mi boca. Ha arrancado Yahv de tus manos el reino, y lo ha dado a tu compaero, a David. 18Por cuanto no obedeciste a la voz de Yahv, y no trataste a Amalec segn el furor de su ira, por eso Yahv obra hoy as contigo. 19Adems, Yahv entregar a Israel, juntamente contigo, en manos de los filisteos, y maana t y tus hijos estaris conmigo; tambin entregar Yahv en manos de los filisteos el ejrcito de Israel. 20Al instante Sal cay a tierra cuan largo era, pues estaba lleno de espanto por las palabras de Samuel, sin que le quedase fuerza alguna; porque no haba comido nada durante todo el da y durante toda la noche.

    21La mujer se acerc a Sal, y viendo que estaba sumamente turbado, le dijo: Mira, cmo tu sierva ha escuchado tu voz; he expuesto mi vida obedeciendo las palabras que me dijiste. 22Ahora pues, escucha tambin t la voz de tu sierva, y permite que te ponga delante un bocado de pan. Come para que tengas fuerzas cuando sigas tu camino. 23Pero el lo rehus, diciendo: No comer. Mas sus servidores, juntamente con la mujer, le instaron de manera que escuch su voz. Se levant de la tierra y se sent sobre el divn. 24Tena la mujer en casa un ternero cebado, al cual mat inmediatamente; tom tambin harina, la amas y coci de ella panes cimos. 25Luego lo present todo a Sal y a sus siervos, y ellos comieron. Despus se levantaron, y partieron aquella noche.

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    19. Estaris conmigo: moriris.

  • 1 Samuel 29 David es excluido del combate 1Los filisteos concentraron todo su ejrcito en Afee, mientras Israel

    estaba acampado junto a la fuente de Jesreel. 2Los prncipes de los filisteos avanzaban a la cabeza de sus centenas y miles, mas David y sus hombres marchaban a retaguardia con Aqus. 3Los prncipes de los filisteos preguntaron: Quines son estos hebreos? Respondi Aqus a los prncipes de los filisteos: No conocis a David, siervo de Sal rey de Israel? Est conmigo, das hace, o ya aos, y no he tenido queja contra l desde el da en que se pas (a nosotros), hasta el presente. 4Mas los prncipes de los filisteos se irritaron contra l y le dijeron: Haz volver a ese hombre, para que regrese al lugar que le has sealado, y no venga con nosotros a la guerra; no sea que durante el combate se convierta en enemigo nuestro. Pues, de qu otro modo podr congraciarse con su seor sino ofrecindole las cabezas de estos hombres? 5No es ste aquel David, de quien cantaban en coro entre danzas:

    Mat Sal sus mil, y David, sus diez mil?

    6Llam Aqus a David, y le dijo: Te aseguro por la vida de Yahv que t eres recto, y que veo con buenos ojos tu conducta conmigo en el ejrcito; pues no he hallado en ti nada malo desde el da que llegaste a m hasta el presente; pero no agradas a los ojos de los prncipes. 7Vulvete, pues, y vete en paz, para que no desagrades a los ojos de los prncipes de los filisteos. 8David respondi a Aqus: Pues, qu he hecho, y qu has hallado en tu siervo desde el da que estoy junto a ti hasta hoy, para que no vaya yo a pelear contra los enemigos .de mi seor, el rey? 9Replic Aqus y dijo a David: Bien s que t eres para conmigo tan bueno como un ngel de Dios; pero los prncipes de los filisteos han dicho: No ha de ir con

    1. Afee: en la llanura de Esdreln (Jesreel) que se extiende entre Samara y Galilea. 2. David estaba encargado de la guardia personal de Aqus (28, 2), lo cual es un elocuente

    testimonio de la confianza que el rey pona en l. Sin embargo, David nunca se comprometi a luchar contra Israel.

    5. Cf. 18, 7; 21, 11. 6. El prncipe filisteo jur por Yahv, no porque hubiese dejado de ser pagano, sino para estar

    seguro de la confianza de David.

  • nosotros a la batalla. 10Por lo cual, levntate maana temprano, t y los siervos de tu seor que vinieron contigo; y despus de haberos levantado muy temprano, marchaos al romper el alba. 11Se levant David muy temprano, l con su gente, para marchar a la maana y volver al pas de los filisteos. Entretanto los filisteos subieron a Jesreel.

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    1 Samuel 30 Invasin de los amalecitas 1Cuando al tercer da David y su gente llegaron a Siceleg, los

    amalecitas haban irrumpido en el Ngueb y en Siceleg, y haban tomado a Siceleg y le pegaron fuego, llevndose cautivas a las mujeres que haba en ella, y a chicos y grandes, pero sin matar a nadie. Llevndoselos (a todos) haban retomado el camino. 3Llegados David y sus hombres a la ciudad, la vieron quemada; y sus mujeres, sus hijos y sus hijas haban sido llevados cautivos. 4Entonces David la gente que estaba con l alzaron la voz, y lloraron hasta que se les acabaron las fuerzas para llorar. 5Tambin las dos mujeres de David haban sido hechas cautivas: Ahinoam la jesreelita, y Abigail de Carmel, mujer de Nabal.

    5David se hall en grandes angustias, porque el pueblo hablaba de apedrearle; pues el espritu de toda la gente estaba amargado, cada cual a causa de sus hijos y de sus hijas. Pero David se confort en Yahv, su Dios. 7Y dijo David al sacerdote Abiatar, hijo de Aquimelec: Treme el efod. Trajo Abiatar el efod a David, 8y David consult a Yahv, diciendo: Perseguir a estos salteadores?

    10. La desconfianza de los prncipes filisteos libra a David de la alternativa de luchar contra Sal y Jonatn, o ser fiel a su bienhechor. Es otro favor que Dios le hace, como el que notamos en 25, 22.

    1. Los amalecitas haban aprovechado la ausencia de David para invadir su pequeo reino, pero tambin en este difcil trance su ilimitada confianza en el Dios de su auxilio fue recompensada.

    7. Cf. 22, 15. David busca su consuelo nicamente en el Seor, quien le haba libertado de todas las angustias. Esto comprueban los salmos que compuso en las situaciones ms peligrosas de su vida. El efod contena los Urim y Tummim, que servan al Sumo Sacerdote para consultar al Seor. Cf. 14, 19 s. y nota; 20, 6; xodo 28, 27 ss.

  • Les dar alcance? Y le respondi: Persigue, porque de cierto los alcanzars y recobraras (lo robado).

    Derrota de los amalecitas 9Entonces David se puso en marcha, l y los seiscientos hombres

    que estaban con l, y llegaron al torrente Besor, donde se quedaron los rezagados. 10David continu la persecucin con cuatrocientos hombres, quedndose los doscientos hombres que estaban demasiado cansados para pasar el torrente Besor. 11Hallaron en el campo un egipcio, al cual llevaron a David. Le dieron pan y comi, y le dieron de beber agua. 12Le dieron tambin un trozo de torta de higos secos, y dos atados de pasas. Y cuando hubo comido, se recobr; pues no haba comido pan, ni bebido agua, en tres das y tres noches. 13Preguntle David: De quin eres y de dnde vienes? Contest: Soy un esclavo egipcio que sirvo a un amalecita; hace tres das me abandon mi amo, porque ca enfermo. 14Hicimos una incursin en la parte meridional de los cereteos y de Jud, y por el medioda de Caleb; y hemos quemado a Siceleg.

    15Dijole David: Podrs conducirme a donde estn los salteadores? l respondi: Jrame por Dios que no me matars ni me entregars en mano de mi amo, y yo te llevar hasta esa gente. 16Los condujo all, y he aqu que (los amalecitas) se haban extendido sobre toda aquella regin y estaban comiendo, bebiendo y haciendo fiesta, a causa de todo el gran botn que haban tomado de la tierra de los filisteos y de la tierra de Jud. 17Y los derrot David desde el crepsculo hasta la tarde del da siguiente; y no escap nadie de ellos, salvo cuatrocientos mozos que montados en camellos lograron huir. 18David recobr todo cuanto los amalecitas haban robado, y rescat tambin a sus dos mujeres. 19No les falt cosa alguna, ni chica ni grande, ni hijos ni hijas, ni nada del botn ni de cuanto les haban quitado. David lo recuper todo. 20Adems tom David todo el ganado menor y mayor; y llevaron delante de l ese ganado, diciendo: ste es el botn de David.

    14. Cereteos: nombre de los filisteos por ser oriundos de Creta. Vase Ams 9, 7; Jeremas 47, 4; Deuteronomio 2, 23.

    16. David recoge aqu el premio por la misericordia que tuvo con aquel infeliz (versculo 11).

  • Reparto del botn 21Cuando David lleg a los doscientos hombres que haban estado

    demasiado cansados para seguir a David, y a quienes l haba dejado junto al torrente Besor, salieron stos al encuentro de David y del pueblo que le acompaaba, y David se acerc a la gente y los salud. 22Entonces todos los malos y perversos de entre los hombres que haban seguido a David, comenzaron a decir: Por cuanto no salieron con nosotros, no les daremos nada del botn que hemos rescatado, sino tan slo a cada hombre su mujer y sus hijos. Que se los lleven y se vayan! 23Pero David dijo: No hagis as, hermanos mos, con lo que Yahv nos ha dado, ya que l nos ha guardado y ha entregado en nuestras manos a los salteadores que se haban arrojado sobre nosotros. 24Quin podr aprobar lo que proponis?, porque la parte debe ser la misma para el que baj al combate y para el que se qued con el bagaje. Ambos participen por igual. 25Y fue as desde aquel da en adelante, y David lo puso por ley y estatuto en Israel, que subsiste hasta el da de hoy.

    David y los ancianos de Jud 26Llegado que hubo David a Siceleg, envi del botn a los

    ancianos de Jud, amigos suyos, diciendo: Aqu tenis un regalo del despojo de los enemigos de Yahv. 27(Mand tambin regalos) a los de Betul, a los de Ramot-Ngueb, a los de Jatir, 28a los de Arara, a los de Sefomot, a los de Estemoa, 29a los de Racal, a los de las ciudades de Jerameel, a los de las ciudades de los cineos, 30a los de Horma, a los de Cor-Asn, a los de Atac, 31los de Hebrn, y a todos los lugares que David y sus hombres haban frecuentado.

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    21. Cf. versculo 10. Les haba mandado descansar y l no descansa. As hizo Jess en Marcos 6, 31-34; Juan 4. 6.

    25. La costumbre de repartir el botn entre los combatientes y los que guardaban el bagaje, se encuentra ya en Nmeros 31, 27. David la inculca de nuevo.

    26 ss. As el generoso hroe retribuy con creces a cuantos le haban socorrido. Las ciudades mencionadas estaban todas en la parte sur de Judea, o sea, en el Ngueb. Betul (versculo 27): leccin preferible a Betel. Arara (versculo 28): as ha de leerse en vez de Aroer.

  • 1 Samuel 31 Derrota y muerte de Sal 1Entonces los filisteos libraron batalla contra Israel, y los hombres

    de Israel volvieron las espaldas a los filisteos, y cayeron muertos en la montaa de Gelbo. 2Los filisteos persiguieron con todo empeo a Sal y a sus hijos y mataron a Jonatn, a Abinadab y a Melquisa, hijos de Sal, 3de modo que el peso del combate vino a descargar sobre Sal, el cual concibi gran temor cuando le descubrieron los flecheros. 4Por lo cual dijo Sal a su escudero: Saca tu espada, y traspsame con ella, no sea que vengan estos incircuncisos y me maten, mofndose de m. Ms no quiso su escudero porque tuvo gran miedo. Entonces tom Sal la espada y se arroj sobre ella. 5El escudero al ver que Sal era muerto, se ech l tambin sobre su espada y muri con l. 6As murieron en aquel da Sal, juntamente con sus tres hijos, su escudero y toda su gente. 7Cuando los israelitas que vivan en la otra parte del valle, y los de la otra parte del Jordn, vieron que haban huido los hombres de Israel y que haban muerto Sal y sus hijos, dejaron las ciudades y se pusieron en fuga. Y vinieron los filisteos y habitaron en ellas.

    Sepultura de Sal 8Al da siguiente vinieron los filisteos para despojar a los muertos,

    y hallaron a Sal y a sus tres hijos tendidos en la montaa de Gelbo. 9Le cortaron la cabeza y le despojaron de sus armas y enviaron a publicar esta buena nueva por todo el pas de los filisteos en los templos de sus dolos y entre su pueblo. 10Las armas (de Sal) las depositaron en el templo de Astart, y colgaron su cadver en el muro de Betsn.

    11Cuando los habitantes de Jabs-Galaad oyeron lo que los filisteos haban hecho con Sal, 12todos los hombres valientes se

    4. El suicidio de Sal no carece de motivos religiosos, relacionados con el carcter sagrado de su persona. Vindose el rey ante la perspectiva de ser capturado y escarnecido por los incircuncisos, se dirige a su escudero pidindole que le matara; y tan slo despus de fracasar este intento se arroja sobre su espada. Los acontecimientos que siguieron demuestran lo acertada que fue la previsin del rey (versculo 8-10). Cf. un caso semejante en II Macabeos 14, 41 ss.

    11. La ciudad de Jabs fue la primera que Sal haba librado de los enemigos (captulo 11). Por lo tanto era un acto de gratitud el que los hombres de Jabs quitaran los cadveres del muro para darles

  • levantaron y despus de marchar durante toda la noche quitaron el cadver de Sal y los cadveres de sus hijos, del muro de Betsn, y se volvieron a Jabs, donde los quemaron. 13Despus tomaron sus huesos y los sepultaron bajo el tamarisco de Jabs y ayunaron siete das.

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    sepultura. La cremacin se explica por el miedo de que los filisteos viniesen de nuevo para deshonrar al rey y a sus hijos.

    13. La muerte de Sal es el lgico final de una vida desenfrenada. Moderado y noble en un principio, mientras fue pequeo a sus propios ojos, se convierte pronto en un soberbio tirano que se aleja cada vez ms de Dios, de tal manera que el Espritu del Seor se retira de l. dando libre paso al espritu maligno que le arruina (cf. II Reyes 7, 15). Su vida, y ms an su muerte, son una terrible leccin para quienes confan solamente en su propia fuerza: Qu contraste tan fundamental entre Sal y David! Aqul se deja arrastrar por su orgullo y sus pasiones; ste exclama humildemente En Ti, Seor, confa mi alma (Salmo 56, 2)

  • II Reyes (2 Samuel)

    I. David reina sobre Jud

    2 Samuel 1 La noticia de la muerte de Sal 1Despus de la muerte de Sal, estando David de vuelta de la

    derrota de los amalecitas, y hallndose ya dos das en Siceleg, 2sucedi que al tercer da lleg un hombre del campamento de Sal, rasgados sus vestidos y cubierta su cabeza de polvo; el cual llegado a David se postr en tierra e hizo reverencia. 3David le pregunt: De dnde vienes? He podido escapar del campamento de Israel, contest l. 4David le dijo: Qu ha sucedido? Cuntamelo. A lo que respondi: Huy el pueblo de la batalla, y muchos del pueblo han cado y perecieron; tambin Sal y su hijo Jonatn han sido muertos. 5Pregunt entonces David al mozo que le daba la noticia: Cmo sabes que han muerto Sal y su hijo Jonatn? 6Respondi el mozo que le traa la noticia: Yo me hallaba por casualidad en el monte Gelbo, y vi a Sal arrojado sobre su lanza, cuando los carros y la gente de a caballo le daban ya alcance. 7Volvindose l entonces hacia atrs, me vio y me llam. Yo respond: Heme aqu. 8Y me pregunt: Quin eres t? Le dije: Soy un amalecita. 9Tras lo cual l me dijo: Ponte sobre m y mtame; porque se ha apoderado de m angustia mortal, y mi vida est an toda en m. 10Me puse entonces sobre l y lo mat; porque saba que no poda vivir despus de su cada. Y tom la diadema que haba sobre su cabeza, y el brazalete que tena en su brazo, y los he trado aqu a mi seor.

    11Entonces asi David sus vestidos y los rasg, haciendo lo mismo todos cuantos estaban con l. 12E hicieron duelo y lloraron, ayunando hasta la tarde, por Sal y por Jonatn, su hijo, y por el

    1. Sobre las cuestiones introductorias vase la introduccin al libro de los Reyes. 6 ss. Este relato del amalecita es contrario al de I Rey. 31, 4 ss. El amalecita fingi su participacin

    en la muerte de Sal, esperando ganarse as la benevolencia de David.

  • pueblo de Yahv y por la casa de Israel; pues haban cado al filo de la espada.

    Castigo del amalecita 13Despus dijo David al mozo que le haba trado la noticia: De

    dnde eres? Respondi: Soy hijo de un extranjero, amalecita. 14David le dijo: Cmo no tuviste temor de extender tu mano para dar muerte al ungido de Yahv?

    15Y llam David a uno de los jvenes, al cual dijo: Acrcate y mtalo! Y l lo hiri, y muri (el amalecita), 16mientra David le deca: Tu sangre caiga sobre tu cabeza; pues tu misma boca ha dado testimonio contra ti, al decir: Yo he dado muerte al ungido de Yahv.

    Elega sobre Sal y Jonatn 17David enton la siguiente elega por Sal y Jonatn, su hijo; 18y

    mand ensearla a los hijos de Jud. Es el (canto del) arco, que est escrito en el Libro del Justo:

    19 La flor de Israel, traspasada, yace sobre tus alturas! Cmo cayeron los hroes! 20No lo digis en Gat; no publiquis la nueva en las calles de Ascaln, que no se alegren las hijas de los filisteos

    15. La sentencia de muerte se ejecuta al instante, porque el amalecita haba matado, segn su propia narracin, al ungido del Seor. Vase Salmo 104, 15; Hechos 23, 2-5. Las personas consagradas han de ser respetadas, a causa de su uncin, aunque personalmente sean indignas.

    18. Esta elega, que es uno de los monumentos ms esplndidos de la literatura hebrea, se llama el Arco o cntico del arco, quizs por el versculo 22. David lo compuso en recuerdo perpetuo, disponiendo a la vez que se ensease a los hijos de Israel. Es en realidad sumamente conmovedor el amor que el nuevo rey profeta a Jonatn, el amigo de su alma (I Reyes 18, 1); ms admirable an la magnanimidad con que ensalza la valenta de Sal, su perseguidor, sin faltar a la caridad y sin ningn resentimiento de venganza. En esto nos da David, como observa San Juan Crisstomo, un ejemplo de lo que es esencial en el espritu cristiano; el amor a los enemigos (Mateo 5, 43 ss.; Lucas 6, 27 ss.). Sobre el libro del Justo no tenemos noticia. Era probablemente una coleccin de canciones patriticas. Cf. Josu 10, 13 y nota.

    19. Texto estropeado. De ah las mltiples traducciones. Kittel propone: Ay de la gloria de Israel, por causa de tus muertos! Cmo cayeron los fuertes!

  • ni salten de gozo las hijas de los incircuncisos. 21 Montes de Gelbo, ni roco ni lluvia vuelvan a caer sobre vosotros! ni seis campos de primicias. Pues all fue arrojado el escudo de los hroes, el escudo de Sal, cual si no fuera ungido con leo. 22El arco de Jonatn no dispar flecha sin sangre de traspasados, sin grasa de valientes; ni torn vaca la espada de Sal. 23Sal y Jonatn, amables y hermosos, inseparables en la vida y en la muerte! Ms ligeros que las guilas, ms fuertes que los leones! 24Hijas de Israel, llorad a Sal, quien os vesta de rica escarlata, y colocaba adornos de oro sobre vuestro ropaje. 25Cmo cayeron los hroes en el campo de batalla! Cmo fue traspasado Jonatn sobre tus alturas! 26La angustia me oprime por ti, oh hermano mo, Jonatn!

    21. La Iglesia usa este pasaje como texto en Semana Santa. En Palestina se dice que jams ha vuelto a llover sobre esos montes. Ni seis campos de primicias: Bover-Cantera propone: No vuelvan los campos frutos a traer; Kittel: Oh campos de sombras de muerte!

    22. Este versculo destaca la valenta de Jonatn y Sal. Dice en la versin de Ncar-Colunga: De la sangre de los muertos, de la grasa de los valientes, el arco de Jonatn no se hartaba nunca; la espada de Sal no se blanda en vano.

  • T eras toda mi delicia; tu amor era para m ms precioso que el amor de las mujeres. 27Cmo han cado los hroes! Cmo han perecido las armas del combate!

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    2 Samuel 2 David rey de Jud 1Despus de esto consult David a Yahv, diciendo: Subir a

    alguna de las ciudades de Jud? Yahv le respondi: Sube. Y pregunt David: A dnde subir? Respondi Yahv: A Hebrn. 2Subi, pues, all David con sus dos mujeres, Ahinoam la jesreelita, y Abigail de Carmel, mujer de Nabal. 3David mand que subiesen tambin los hombres que tena consigo cada uno con su familia; y habitaron en las ciudades de Hebrn. 4Vinieron entonces los hombres de Jud y ungieron all a David por rey sobre la casa de Jud.

    Mensaje a Jabs Fue dicho a David: Los hombres de Jabs-Galaad han dado

    sepultura a Sal. 5Por eso David envi mensajeros a los hombres de Jabs-Galaad, para decirles: Benditos seis de Yahv! por cuanto habis hecho esta obra para con Sal, vuestro seor, dndole sepultura. 6Ahora pues, que use Yahv con vosotros de misericordia y de fidelidad! y yo tambin os recompensar esta buena accin que habis hecho. 7Y ahora cobren fuerza vuestras manos, y sed

    27. Las armas del combate: los guerreros. 1 s. El tono de santa amistad con que David dialoga con Dios, muestra de nuevo que el Seor no

    le reprochaba esa poligamia. Cf. I Reyes 25, 43; II Reyes 3, 2-5; III Reyes 11, 34. 4. David haba sido ungido ya por Samuel (I Reyes 16, 13), pero no pblicamente. En todo el libro

    anterior (I Reyes) lo hemos contemplado como figura de Cristo, llevando una vida errante, y perseguido no obstante ser el rey ungido de Dios.

    7. David les da a entender que es sucesor de Sal y los invita a plegarse a su bandera. David por todos los medios lcitos trat de conseguir que la totalidad de los israelitas le reconocieran por rey, ms a pesar de sus esfuerzos solamente le sigui la tribu de Jud (versculo 10).

  • valientes; pues muerto ya Sal, vuestro seor, la casa de Jud me ha ungido a m por rey suyo.

    Oposicin de la casa de Sal 8Abner, hijo de Ner, jefe del ejrcito de Sal, tom a Isbset, hijo

    de Sal y lo llev a Mahanaim, 9donde lo hizo rey sobre Galaad, sobre los asureos, sobre Jesreel, sobre Efram, sobre Benjamn y sobre todo Israel. 10Isbset, hijo de Sal, tena cuarenta aos cuando comenz a reinar sobre Israel, y rein dos aos. Slo la casa de Jud segua a David. 11El tiempo que rein David en Hebrn sobre la casa de Jud, fue de siete aos y seis meses.

    La batalla de Gaban 12Abner, hijo de Ner, y los siervos de Isbset, hijo de Sal,

    salieron de Mahanaim para Gaban. 13Tambin Joab, hijo de Sarvia, y los soldados de David, se pusieron en marcha, y los encontraron junto al estanque de Gaban, donde acamparon, los unos de un lado del estanque, y los otros del otro lado. 14Dijo entonces Abner a Joab: Levntense los jvenes para escaramuzar delante de nosotros. Joab respondi: Que se levanten. 15Se levantaron y avanzaron en igual nmero: doce de Benjamn, por parte de Isbset, hijo de Sal, y doce del ejrcito de David. 16Y asiendo cada uno a su adversario por la cabeza, le atraves con la espada el costado, de manera que cayeron todos juntos; y fue llamado aquel sitio Helcat-Hasurim; est vecino a Gaban. 17Y hubo aquel da una batalla muy reida, en la cual Abner y los hombres de Israel fueron vencidos por el ejrcito de David.

    8. Lo llev a Mahanaim, es decir, traslad la residencia a la ciudad de Mahanaim. situada en Transjordania, donde haba ms seguridad para la vida del hijo de Sal. En vez de Mahanaim dice la Vulgata Campamento. Isbset se llamaba en realidad Isbaal, como se deduce de I Paralipmenos 8, 33; 9, 39. Bset (ignominia) es una denominacin despectiva que los escribas daban a Baal. Lo mismo cabe decir del nombre del hijo de Jonatn, que era Meribal, pero en los textos solamente aparece como Mefibset (cf. 4, 4 y nota).

    12 ss. Gaban, a 9 kilmetros al noroeste de Jerusaln, hoy da Ed-Dschib. La batalla empieza por un duelo de doce jvenes de cada bando (versculo 14), los cuales murieron todos, de modo que qued indecisa la victoria. Sin embargo entienden algunos que slo murieron los de la parte de Abner. El nombre del lugar (versculo 16) significa Campo de los Costados, segn la Vulgata Campo de los valientes.

  • Abner mata a Asael 18Estaban all los tres hijos de Sarvia: Joab, Abisai y Asael. Asael era

    ligero de pies como una gacela del campo. 19Y persigui Asael a Abner, sin desviarse ni a la derecha, ni a la izquierda en la persecucin de Abner. 20Abner volvi la cara hacia atrs, y dijo: Eres t Asael? El respondi: Yo soy. 21Y le dijo Abner: Tuerce o a la derecha o a la izquierda, y acomete a uno de los muchachos y toma sus despojos. Pero Asael no quiso apartarse de en pos de l. 22Segunda vez dijo Abner a Asael: Aprtate de en pos de m. Por qu he de derribarte por tierra? Cmo podra yo despus alzar mi rostro delante de Joab, tu hermano? 23Ms l rehus apartarse. Entonces Abner le hiri con la extremidad de la lanza, en el abdomen; y le sali la lanza por detrs, de manera que all cay, y all mismo muri. Y todos los que llegaban al sitio donde Asael haba cado muerto, se detenan. 24Mas Joab y Abisai persiguieron a Abner, y al ponerse el sol llegaron al collado de Ama, que est frente a Gah, en el camino del desierto de Gaban.

    Armisticio entre Abner y Joab 25Entonces se reunieron los hijos de Benjamn en pos de Abner, y

    formando un solo tropel se apostaron en la cima de un collado. 26Y llamando Abner a Joab, dijo: Ha de devorar la espada para siempre? No sabes que al fin vendr amargura? Hasta cundo, pues, tardars en decir al pueblo que deje de perseguir a sus hermanos? 27Respondi Joab: Vive Dios! que si t no hubieras hablado, el pueblo no habra cesado de perseguir a sus hermanos hasta maana. 28Entonces Joab toc la trompeta, y se detuvo todo el pueblo, y no persiguieron ms a Israel, sino que desistieron de guerra.

    22. Abner avisa a Asael que se retire, porque tema la venganza de Joab, hermano de Asael, en caso de que se viese obligado a matarlo. Efectivamente tom Joab venganza por su hermano Asael (3, 24-30).

    24. En vez de Gah traducen algunos: valle. 27. San Jernimo vierte: Vive el Seor, que si lo hubieses dicho, desde la maana habra cesado el

    pueblo de perseguir a sus hermanos. Son bravatas de Joab, quien no ignoraba que la desesperacin poda dar nuevas fuerzas al enemigo.

  • 29Abner y sus gentes marcharon toda aquella noche por el Araba y despus de pasar el Jordn, atravesaron todo el Bitrn, y llegaron a Mahanaim. 30Cuando Joab dej de perseguir a Abner y reuni toda su gente, faltaron de las tropas de David diez y nueve hombres, adems de Asael. 31Por su parte, las tropas de David haban herido de muerte a trescientos sesenta nombres de los benjaminitas y de los hombres de Abner. 32Llevaron a Asael y lo sepultaron en el sepulcro de su padre en Betlehem. Joab y sus hombres marcharon toda la noche y al rayar el da llegaron a Hebrn.

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    2 Samuel 3 La familia de David 1Dur largo tiempo la guerra entre la casa de Sal y la casa de

    David; pero David se haca cada vez ms fuerte y la casa de Sal iba decayendo de da en da. 2Le nacieron a David hijos en Hebrn. Su primognito fue Ammn, hijo de Ahinoam de Jesreel; 3su segundo, Quileab, de Abigail de Carmel, mujer de Nabal; el tercero, Absaln, hijo de Maac, hija de Talmai, rey de Gesur; 4el cuarto, Adonas, hijo de Hagit; el quinto, Sefatas, hijo de Abital; 5el sexto, Itream, de Egl, mujer de David. Estos le nacieron a David en Hebrn.

    Abner se pasa a David 6Mientras duraba la guerra entre la casa de Sal y la casa de David,

    Abner se hizo poderoso en la casa de Sal. 7Sal haba tenido una concubina que se llamaba Resf, hija de Ay; y dijo (Isbset) a Abner: Por qu te has llegado a la concubina de mi padre? 8Abner se irrit mucho por las palabras de Isbset, y le dijo: Soy yo acaso una cabeza de perro de Jud? Hoy todava sigo haciendo

    29. Mahanaim. Vulgata: Campamento. Es lo que significa el nombre de Mahanaim. Cf. versculo 8.

    1 ss. Cf. 1 Paralipmenos 3, 1-9. Quileab (versculo 3) se llama Daniel en I Paralipmenos 3, I. 8. Lo que Abner alega es ms bien pretexto, pues bien saba que la causa de Isbset estaba

    perdida. Este, el nico hijo sobreviviente de Sal, era tan dbil, que prcticamente el ambicioso general tena en sus manos las riendas del gobierno.

  • favores a la casa de Sal tu padre, a sus hermanos y a sus amigos, y no te he entregado en manos de David; y t me haces hoy reproches por causa de esa mujer? 9Esto haga Dios a Abner, y aun esotro si yo no hago para con David, segn lo que le ha jurado Yahv (prometindole) 10que quitara el reino a la casa de Sal, para establecer el trono de David sobre Israel y sobre Jud, desde Dan hasta Bersabee. 11Y el no pudo responder a Abner, porque le tema.

    12Luego envi Abner mensajeros que de su parte dijesen a David: De quin es el pas? Haz, pues, t alianza conmigo, y he aqu que mi mano te ayudar para hacer que se vuelva a ti todo Israel. 13Respondi: Bueno, yo har alianza contigo; pero una cosa te exijo, y es, que no vers mi rostro sin traer a Micol, hija de Sal, cuando vengas a ver mi rostro. 14Y envi David mensajeros a Isbset, hijo de Sal, diciendo: Restityeme mi mujer Micol, la que despos conmigo por cien prepucios de filisteos. 15Envi, pues, Isbset a quitrsela a su marido Faltiel, hijo de Las. 16Y la acompa su marido, andando y llorando en pos de ella, hasta Bahurim, donde Abner le dijo: Anda, vulvete! Y se volvi. 17Entretanto habl Abner con los ancianos de Israel; diciendo: Hace ya mucho tiempo que deseis tener a David por rey sobre vosotros. 18Hacedlo, pues, ahora, porque as ha dicho Yahv a David: Por mano de mi siervo David salvar a Israel mi pueblo, de las manos de los filisteos y de todos sus enemigos." 19Abner habl tambin a los de Benjamn. Y luego fue Abner a Hebrn a comunicar a David todo lo que pareca bien a Israel y a toda la casa de Benjamn.

    Abner asesinado por Joab 20Vino Abner a David, a Hebrn, y con l veinte hombres. Y

    David dio un banquete a Abner y a los hombres que le acompaaban. 21Despues dijo Abner a David: Me levantar y partir, para reunir a todo Israel con mi seor el rey; ellos harn alianza contigo y t podrs reinar sobre cuanto desee tu alma. Luego David despidi a Abner, el cual se march en paz.

    13. Micol: hija de Sal, la primera esposa de, David. El regreso de Micol a David le dara a ste ms influencia sobre las tribus que todava estaban de parte del hijo de Sal; porque con ello poda presentarse como yerno de Sal y continuador de su casa. Cf. I Reyes 18, 28; II Reyes 6, 16.

  • 22En esto vinieron los siervos de David y Joab, de vuelta de una correra, trayendo consigo grandes despojos. Abner no se hallaba ms en Hebrn con David, porque ste le haba despedido ya y l se haba ido en paz. 23Cuando Joab y toda la tropa que con l estaba entraron, le dieron a Joab esta noticia: Vino Abner, hijo de Ner, al rey, y ste le ha despedido, y l se ha ido en paz. 24Entonces Joab llegado al rey le dijo: Qu has hecho? He aqu que Abner vino a ti. Por qu le despediste de modo que ha podido irse en paz? 25T conoces a Abner, hijo de Ner, el cual ha venido a engaarte y a espiar tus actividades y averiguar cunto haces?

    26Sali Joab de la presencia de David, y sin que ste lo supiera, envi mensajeros tras Abner, los cuales le hicieron volver desde el pozo de Sir. 27Vuelto Abner a Hebrn, le llam Joab aparte al interior de la puerta como para hablar con l en secreto; y all le hiri en el vientre, para vengar la sangre de su hermano Asael. Y Abner muri. 28Cuando despus lo supo David, dijo: Yo y mi reino somos eternamente inocentes, delante de Yahv, de la sangre de Abner, hijo de Ner. 29Caiga (su sangre) sobre la cabeza de Joab y sobre toda la casa de su padre! No falte jams en la casa de Joab quien padezca de flujo, ni leproso, ni quien se sostenga sobre muleta, ni quien caiga a cuchillo, ni quien carezca de pan! 30As Joab y Abisai, su hermano, mataron a Abner, porque ste haba muerto a Asael, hermano de ellos, en la batalla de Gaban.

    Duelo de David por Abner 31David dijo a Joab y a todo el pueblo que haba con l: Rasgaos

    los vestidos, ceos de saco, y haced duelo por Abner! Y el rey David iba detrs del fretro. 32Sepultaron a Abner en Hebrn, y el rey, levantando la voz, llor junto al sepulcro de Abner, y llor

    24. Cf. 2, 17-30. Joab guardaba rencor a Abner, el cual haba quitado la vida a su hermano Asael; sin embargo no tena derecho a vengarse, pues Asael muri en el campo de batalla.

    27. El asesinato se hizo en la puerta de la ciudad y alevosamente, por lo cual David estaba obligado a castigar al asesino. Si no lo hizo inmediatamente, fue por temor a Joab, pero lo maldijo, postergando el castigo. Vase III Reyes 2, 5.

    29. Ni quien se sostenga sobre muleta: Vulgata: ni quien maneje el huso; trabajo propio de las mujeres. Es decir que la descendencia de Joab ser dbil y sin visor, todo lo contrario de lo que Joab deseaba. Cf. Hummelauer, Comentario a los Libros de Samuel.

  • todo el pueblo. 33El rey enton tambin una elega por Abner y dijo:

    Cual muere un insensato as haba de morir Abner! 34Tus manos nunca estaban atadas, ni encadenados con grillos tus pies: Caste como quien cae por manos de malvados. Y todo el pueblo continu llorando por l. 35Acercse todo el

    pueblo para invitar a David a que comiese pan, siendo an de da; mas jur David, diciendo: Esto haga Dios conmigo, y otras cosas ms, si antes de la puesta del sol probare yo pan u otra cosa alguna! 36Todo el pueblo observaba esto, y le agrad, como todo cuanto haca el rey pareca bien a todo el pueblo. 37En aquel da conoci todo el pueblo y todo Israel que el asesinato de Abner, hijo de Ner, no fue por obra del rey. 38Dijo tambin el rey a sus siervos: No sabis que un prncipe, uno de los grandes ha cado hoy en Israel? 39Yo soy hoy todava dbil, aunque ungido rey; y estos hombres, los hijos de Sarvia, son ms fuertes que yo. Que Yahv pague al que hace mal, conforme a su maldad!

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    2 Samuel 4 Muerte de Isbset 1Cuando el hijo de Sal supo que Abner haba sido muerto en

    Hebrn, se le cayeron las manos y todo Israel qued consternado. 2Tena el hijo de Sal dos hombres, capitanes de tropas guerrilleras, de los cuales uno se llamaba Baan, y el otro Recab, hijos de Rimn beerotita, de los hijos de Benjamn pues Beerot se cuenta tambin entre (las ciudades) de Benjamn, 3aunque los beerotitas haban huido a Gitaim, quedndose all como forasteros hasta el da de

    33 s. Esta elega vibrante sobre la muerte de Abner abri a muchos los ojos y le gan a David nuevos partidarios. Todo el pueblo pudo convencerse de que el rey no se dejaba guiar por el rencor contra sus enemigos de ayer.

    39. Este versculo contiene una tremenda imprecacin contra los hijos de Sarvia (Joab y su hermano Abisai).

  • hoy. 4Jonatn, hijo de Sal, tena un hijo tullido de los pies. Tena ste cinco aos cuando vino de Jesreel la noticia (de la muerte) de Sal y de Jonatn. Lo tom su nodriza y ech a huir, pero en la precipitacin de la fuga cay l y qued cojo. Se llamaba Mefibset.

    5Fueron, pues, los hijos de Rimn beerotita, Recab y Baan, y a la hora del calor del da entraron en casa de Isbset, el cual estaba durmiendo la siesta del medioda. Penetraron en el interior de la casa como para buscar trigo, y le hirieron en la ingle. Despus huyeron Recab y su hermano Baan. 7Haban entrado en la casa, donde le encontraron tendido sobre su cama, en su cmara de dormir. All lo hirieron de muerte, y despus de cortarle la cabeza marcharon toda la noche por el camino del Arab.

    CASTIGO DE LOS ASESINOS 8Trajeron la cabeza de Isbset a David, a Hebrn, y dijeron al rey:

    Aqu tienes la cabeza de Isbset, hijo de Sal, tu enemigo, que atentaba contra tu vida. Yahv ha vengado hoy a mi seor, el rey, de Sal y de su linaje. 9Respondi David a Recab y a Baan su hermano, hijos de Rimn beerotita, y les dijo: Vive Yahv, que ha librado mi vida de todo peligro! 10Al que me avis, diciendo: He aqu, ha muerto Sal, creyndose portador de una buena nueva, le hice prender y matar en Siceleg, en vez de darle albricias por la noticia. 11Cunto ms ahora, que unos hombres malvados han muerto a un hombre justo en su casa, sobre su cama!, no he de demandar su sangre de vuestras manos y borraros de la tierra? 12Mand, pues, David a sus criados, los cuales los mataron; y cortndoles las manos y los pies, los colgaron junto al estanque de Hebrn. Despus tomaron la cabeza de Isbset y la sepultaron en el sepulcro de Abner en Hebrn.

    4. Quiere decir que como pretendiente al trono de Sal solamente quedaba un nio tullido y que, por consiguiente, el asesinato que se narra en los siguientes versculos tiende al exterminio total de la casa de Sal. Mefibset se llamaba Meribal (I Paralipmenos g, 34; 9, 40). Ms tarde la palabra aborrecible Baal que formaba parte de su nombre fue reemplazada por Bset, que significa ignominia. Cf. 2, 8 y nota; 9, 1 ss.

    7. Por el camino del Arab: por el valle del Jordn. 10 ss. Nuevamente se revela el generoso corazn de David como con motivo de la muerte de Sal

    (cf. 1, 11 ss.) y de Abner (3, 28 ss.). Hizo colgar a los asesinos junto al estanque de Hebrn para que todos los que iban a sacar agua, vieran a los colgados y reconocieran el noble sentimiento del rey.

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    II. David, rey de todo Israel

    2 Samuel 5 David aclamado rey por todo Israel 1Entonces llegaron todas las tribus de Israel a David, a Hebrn, y

    le hablaron, diciendo: He aqu que hueso tuyo y carne tuya somos. 2Ya anteriormente, cuando Sal era rey sobre nosotros, capitaneabas t a Israel en sus salidas y en sus entradas. Adems te ha dicho Yahv: T apacentars a Israel mi puedo, y t sers el prncipe sobre Israel. 'Llegaron, pues, todos los ancianos de Israel al rey, a Hebrn, y el rey David hizo alianza con ellos delante de Yahv en Hebrn; y ellos ungieron a David por rey sobre Israel. 4Treinta aos tena David cuando comenz a reinar, y rein cuarenta aos. 5En Hebrn rein sobre Jud siete aos y seis meses; y en Jerusaln rein treinta y tres aos sobre todo Israel y Jud.

    Conquista de Jerusaln 6Y march el rey con su gente a Jerusaln, contra los jebuseos,

    que habitaban todava en el pas. Estos decan a David: Aqu no entrars; los ciegos y los cojos bastarn para rechazarte con slo decir: David no entrar aqu! 7Sin embargo David se apoder de la fortaleza de Sin, que es la ciudad de David, 8En aquel da dijo

    1 ss. Cf. I Paralipmenos 11, 1-9. Es la tercera uncin (versculo 3). La primera tuvo lugar en Beln, en la casa de Isa, su padre (I Reyes 16, 13); la segunda en Hebrn cuando le eligieron rey los ancianos de la tribu de Jud. Con esta tercera uncin David es reconocido rey de todo Israel. La guerra civil ha llegado a su fin, y el rey puede dedicarse a la organizacin del pas y a las guerras contra los enemigos exteriores. Cuarenta aos (versculo 4): es decir, desde el ao 1010 hasta el 970. Es superfluo recordar que todas estas cifras deben entenderse con arreglo a la ley de una prudente aproximacin (Ricciotti), tomando en cuenta la tpica cifra 40, que en el Antiguo Testamento (y tambin en el Nuevo) se usa preferentemente para indicar un espacio de tiempo bastante largo. Cf. Gnesis 7, 4; 25, 20; 26, 34; 50, 3; xodo 16, 35; 24, 18; 34, 28; Nm. 13, 26; 14, 33 s.; 32, 10; Deuteronomio 1, 3; 9, 9; Josu 5, 6; 14, 7; Jueces 3,11; 5,32; 8,28; 13,1; I Reyes 4,18; 17,16; II Reyes 2, 10; 4, 4; 15, 7; III Reyes 11, 42; 19, 8; IV Reyes 12, 1; I Paralipmenos 26, 31; II Paralipmenos 9, 30; 24, 1; Ezequiel 4, 6; Jons 3, 4; II Macabeos 10, 33, etc.

    6. Los ciegos y los cojos bastarn para rechazarte, etc.: Texto oscuro. Vulgata: no entrars ac, si no echares a los ciegos y a los cojos que dicen: no entrar David ac. Quiere decir: La fortaleza es inexpugnable.

    8. Vulgata: Porque David haba prometido aquel da premio al que hiriese a los jebuseos y ganase lo alto de sus techos y echase a los ciegos y a los cojos, enemigos del alma de David, etc. El P. Fernndez (Topografa Palestinense, p. 190) califica el texto de los versculos 6-8 oscuro y erizado de

  • David: Quin bate a los jebuseos, acercndose por el canal y (saca) a esos cojos y ciegos, aborrecidos del alma de David? Por eso se dice: Ni ciego ni cojo entrar en la casa. 9David se estableci en la fortaleza, y la llam ciudad de David. David hizo construcciones al contorno, desde el Millo para adentro. 10As se hizo David cada vez ms grande, y Yahv, el Dios de los Ejrcitos, estaba con l.

    Embajada del rey de Tiro 11Hiram, rey de Tiro, envi mensajeros a David, con madera de

    cedro, y carpinteros y canteros, los cuales edificaron una casa para David. 12Y conoci David que Yahv le haba confirmado como rey sobre Israel, y que haba ensalzado su reino, por amor de Israel, su pueblo.

    Hijos de David 13Tom David ms concubinas y mujeres de Jerusaln, despus

    que vino de Hebrn; y le nacieron a David ms hijos e hijas. 14Estos son los nombres de los que le nacieron en Jerusaln: Sama, Sobab, Natn, Salomn, 15Ibhar, Elisa, Nfeg, Jafa, 16Elisam, Eliad y Eliflet.

    dificultades y prefiere el de I Paralipmenos 11, 5-6, que es claro y fcil, mas agrega que el texto de II Reyes no se ha de modificar conforme al de Paralipmenos, ni se han de introducir en ste elementos propios de aqul. Segn I Paralipmenos 11, 6, el primero que matase al jebuseo sera prncipe y capitn. Las investigaciones de los PP. Vincent y Abel han descubierto un tnel que va de la fuente de Silo (hoy da Fuente de Mara) a lo alto de la colina sudoriental de Jerusaln, que es el Sin. Este tnel es evidentemente el canal del cual se habla aqu. Fundndose en este descubrimiento, los expositores modernos no dudan de que el nombre de Sin corresponde a la parte meridional de la colina donde ms tarde se levantara el Templo. En tiempos cristianos el nombre se traslad a la colina que se yergue al sudoeste de la ciudad, donde hoy se encuentra el convento de los Benedictinos y la Iglesia de la Dormicin y donde tambin ha sido localizado el Cenculo. Entrar en la casa; segn San Jernimo, en el Templo.

    9. Millo: El arquelogo Schick sostiene que Millo es el terrapln que aun hoy existe junto al ngulo sudoeste de la explanada del templo, donde est la Puerta de los Mogrebinos. Se construy, segn l, para interceptar el valle del Tyropoeon, y cerrar de esta manera el paso que por este lado quedaba abierto hacia la ciudad, que se hallaba en el Ofel. Como ya en tiempo de David se habla del Millo, piensa Schick que ste exista ya en la fortaleza de los jebuseos; que David emprendi en l varios trabajos, pero que slo Salomn llev a trmino la grande obra. El P. Vincent ha aceptado la identificacin de Schick, slo que rechaza la mencin del Millo al tiempo de David, eliminndola, quiz sin bastante fundamento crtico, como glosa posterior (Fernndez. Flor. Bibl. IX, 9).

    13 ss. Vase 3, 2-5; I Reyes 25, 43; I Paralipmenos 3, 5 ss. y notas.

  • Victoria sobre los filisteos 17Luego que los filisteos oyeron que David haba sido ungido rey

    sobre Israel, subieron todos ellos en busca de David. Tan pronto como lo supo David baj a la fortaleza. 18Entretanto vinieron los filisteos y se extendieron por el valle de Refam. 19Entonces consult David a Yahv preguntando: Subir contra los filisteos? Los entregars en mis manos? Y Yahv respondi a David: Sube, que sin falta entregar a los filisteos en tus manos. 20Vino, pues, David a Baal-Ferasim y all los derrot y dijo: Yahv ha roto a mis enemigos, delante de m, como rompen las agitas. Por lo cual fue llamado aquel lugar Baal-Ferasim. 21(Los filisteos) dejaron all sus dolos, donde David y su gente los recogieron.

    22Volvieron los filisteos a subir y se desparramaron por el valle de Refam. 23Y consult David a Yahv; el cual respondi: No subas; da la vuelta por detrs de ellos, y atcalos desde el lado de los rboles de blsamo. 24Y cuando oyeres el ruido de pasos por las copas de los rboles de blsamo, te dars prisa, porque entonces sale Yahv delante de ti para derrotar al ejrcito de los filisteos. 25David, lo hizo as, segn se lo haba mandado Yahv; y derrot a los filisteos desde Gueba hasta la entrada de Guzer.

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    2 Samuel 6 Traslado del arca a la casa de Obededom 1David congreg de nuevo a todos los escogidos de Israel: treinta

    mil hombres. 2Y levantndose David, con todo el pueblo que lo

    17. La expansin del reino de David despert a los filisteos que se crean dueos de todo el pas. El rpido engrandecimiento del pequeo rey, vasallo de los filisteos, les disgust sobremanera, tanto ms cuanto que aquel rey demostr bien pronto que, como haba dejado de ser pequeo, entenda tambin que dejaba de ser vasallo (Ricciotti, Historia de Israel, nm. 369).

    18 ss. El valle de Refam se extiende al sudoeste de Jerusaln. Los filisteos fueron derrotados bajo los muros de Jerusaln, en el lugar que de este feliz acontecimiento recibi el nombre de Baal-Ferasim o sea Seor de la dispersin o de la rotura, porque all fueron dispersados los filisteos y qued roto su poder. El profeta Isaas recuerda esta victoria en 28, 21.

    23. Arboles de blsamo. La Vulgata dice perales. Es de notar que no hay perales en esta regin de Palestina; de ah la traduccin blsamos. Cf. Vigouroux, Polyglotte II, p. 477.

    1 ss. Cf. I Paralipmenos 13, 6-14. El Arca de Dios se hallaba todava en Gaba (cf. I Reyes 7, 1 y nota), a pocos kilmetros de Jerusaln, cerca de Kiryatyearim, cuyo nombre cananeo era, segn Josu

  • acompaaba, se puso en marcha desde Baal-Jud, para traerse de all el Arca de Dios, sobre la cual es invocado el Nombre de Yahv de los Ejrcitos, sentado sobre los querubines. 3CoIocaron el Arca de Dios sobre un carro nuevo, y la llevaron de la casa de Abinadab, situada en el collado; Oz y Aho, hijos de Abinadab, conducan el carro nuevo. 4Lo sacaron de la casa de Abinadab, que est en el collado, junto con el Arca de Dios; y Aho iba delante del Arca. 5David y toda la casa de Israel hacan danzas delante de Yahv, con toda suerte de instrumentos de madera de ciprs; con ctaras, salterios, tamboriles, sistros y cmbalos.

    6Cuando llegaron a la era de Nacn, extendi Oz la mano hacia el Arca de Dios y la agarr, porque los bueyes resbalaban. 7Entonces se encendi la ira de Yahv contra Oz, y le hiri all Dios por su temeridad, y muri en ese mismo lugar, junto al Arca de Dios. 8David se constern por cuanto haba estallado la ira de Yahv contra Oz, y se llam aquel sito Prez-Oz hasta el da de hoy. 9Y David tuvo temor de Yahv en aquel da, y dijo: Cmo he de traer a m el Arca de Dios? 10Y no quiso David que se llevase el Arca de Yahv hacia l, a la ciudad de David, por lo cual la traslad a la casa de Obededom geteo. 11Permaneci, pues, el Arca de Yahv tres meses en la casa de Obededom geteo, y Yahv bendijo a Obededom y a toda su casa.

    Traslado del arca a Jerusaln 12Dijeron al rey David: Ha bendecido Yahv a la casa de

    Obededom y a todo cuanto tiene, por causa del Arca de Dios. Entonces fue David, y con gran jbilo traslad el Arca de Dios desde la casa de Obededom a la ciudad de David. 13Apenas los portadores del Arca de Yahv haban andado seis pasos, fue inmolado un toro y un novillo cebado. 14David danzaba con toda su fuerza delante

    15, 9, Baal, o Baal-Jud (la Vulgata traduce: tribu de Jud). Yahv de los ejrcitos (versculo 2). Expresin propia del autor de los primeros dos libros de los Reyes; mas aparece tambin en los libros profticos (Vigouroux, Polyglotte).

    7. Estaba prohibido tocar el Arca (Nm. 4, 15 y 19). En la traslacin no aparecen sacerdotes y se us, contra la Ley, un carro (vase xodo 25, 10 ss.; Nm. 4. 18 ss.).

    10. Obededom era levita, segn I Paralipmenos 16, 3. 14. Vanse ms detalles en I Paralipmenos 15. As como otros movimientos rtmicos, tambin la

    danza formaba antiguamente parte de los ritos religiosos. Este detalle del culto de Yahv no tiene nada de extrao para nosotros, que vemos esto mismo en el culto cristiano en ciudades y pueblos de

  • de Yahv e iba ceido de un efod de lino fino. 15As David y toda la casa de Israel subieron el Arca de Yahv con gran jbilo y al son de trompetas. 16Al entrar el Arca de Dios en la ciudad de David, Micol, hija de Sal, mir por la ventana, y viendo al rey David cmo saltaba y danzaba delante de Yahv, le despreci en su corazn. 17Introdujeron, pues, el Arca de Yahv y la colocaron en su lugar, en medio del Tabernculo que David haba levantado para ella. Luego ofreci David ante Yahv holocaustos y sacrificios pacficos.

    18Habiendo terminado de ofrecer los holocaustos y los sacrificios pacficos David bendijo al pueblo en nombre de Yahv de los Ejrcitos. 19Despus reparti a todo el pueblo, a toda la muchedumbre de Israel, hombres y mujeres, a cada cual una torta de pan, una porcin de carne y un pastel de pasas. Con esto se retir todo el pueblo, cada cual a su casa.

    Castigo de Micol 20Cuando David se retir para bendecir a su casa, le sali al

    encuentro Micol, hija de Sal, y le dijo: Qu bella figura ha hecho hoy el rey de Israel, descubrindose a la vista de las siervas de sus servidores, al modo que se desnuda un bufn! 21Pero David respondi a Micol: Delante de Yahv, que con preferencia a tu padre y a toda su casa me eligi para constituirme prncipe del pueblo de Yahv, de Israel, delante de Yahv he danzado. 22Y me humillar todava ms y me har despreciable a mis propios ojos, y ser tenido en honor por las siervas de que has hablado. 23Y Micol, hija de Sal, no tuvo hijo hasta el da de su muerte.

    Espaa. En los Salmos 149, 3 y 150, 4, el salmista invita a alabar a Yahv con danzas (Ncar-Columba). Santa Teresa, que era muy devota del santo Rey David lo dice dos veces, defiende la conducta del rey con estas palabras: No me espanto de lo que haca el rey David cuando iba delante del Arca del Seor (Libro de las Fundaciones, 27. 20). Sobre el efod vase xodo 28, 6 y nota. San Ambrosio ve en David vestido del efod una figura de Cristo, el Eterno Sacerdote.

    17. Ofreci David holocaustos, a pesar de no pertenecer a la clase sacerdotal. Vase sobre este privilegio Salmo 98, 6 y nota.

    20. Micol pertenece a aquellas personas mundanas que no pueden comprender que delante de 'Dios todos somos nios. La respuesta de David es simplemente sublime y muestra en l ese espritu que le hizo predilecto de Dios. De ah que, no obstante las profundas cadas de este santo, Dios declara por boca de San Pablo, que fue un varn segn Su corazn y que hizo Su voluntad (Hechos 13, 22). Cf. Eclesistico 47, 9.

    23. No tuvo hijo hasta el da de su muerte: Tenemos aqu una caracterstica de la gramtica hebrea que usa la partcula hasta en otro sentido que las lenguas modernas. Cf. Gnesis 8, 7 (Vulgata); Mateo 1, 25 y notas. Vase 21, 8 y nota.

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    2 Samuel 7 Proyecto de levantar un templo 1Cuando el rey se haba establecido en su casa, y Yahv le haba

    dado descanso de todos sus enemigos en derredor, 2dijo al profeta Natn: No ves que yo habito en casa de cedro, mientras el Arca de Dios est en medio de una tienda? 3Natn contest al rey: Anda, haz todo cuanto tienes en tu corazn; porque Yahv es contigo.

    4Mas aquella noche recibi Natn una palabra de Yahv, que deca: 5Anda, y di a mi siervo David: As dice Yahv: T quieres edificarme una Casa para que habite en ella? 6Yo nunca he habitado en Casa alguna desde el da en que saqu a los hijos de Israel de Egipto hasta el da de hoy, sino que he andado de ac para all en una tienda y en un tabernculo. 7Durante todo el tiempo en que he andado en medio de todos los hijos de Israel, he hablado Yo jams a alguna de las tribus de Israel, a las que he encargado el gobierno de Israel mi pueblo, diciendo: Por qu no me habis edificado una Casa de cedro?

    Promesa mesinica 8Habla, pues, ahora de esta manera a mi siervo David: As dice

    Yahv de los Ejrcitos: Yo te saqu de las dehesas, de detrs de las ovejas, para que seas prncipe de Israel, mi pueblo. 9He estado contigo dondequiera que andabas, he exterminado a todos tus enemigos de delante de ti, y he hecho grande tu nombre como el

    1. Notemos una vez ms el celo de David por la Casa de Dios. El Seor le muestra que el Templo no le interesa por entonces, sino que l tiene otros designios. Procuremos consultar con todo empeo la voluntad de Dios antes de emprender nuestras obras, no sea que obremos por puro impulso nuestro. No anticiparse a la Providencia era el lema de San Vicente de Pal. De lo contrario nuestras obras de pretendida virtud pueden ser odiosas para Dios como las de Sal (I Reyes 14, 34; 15, 22, etc.), o al menos intiles como las que seala San Pablo en I Corintios 3, 15, cuyos autores, segn San Gregorio, no podrn del fuego del que all haba el apstol.

    2. Natn: Encontramos aqu por primera vez a este profeta que desempear un papel importante en el transcurso del reinado de David. Cf. 12, 1 ss.; III Reyes 1, 10, 22, etc.; I Paralipmenos 29, 29. etc. Se le da, en general, el ttulo de nab (profeta), en tanto que Gad es llamado el vidente. Cf. I Reyes 9, 9 (Fillion).

    8. Te saqu de las dehesas. Cf. I Reyes 16, 11 y nota.

  • nombre de los ms grandes de la tierra. 10He sealado un lugar para Israel, mi pueblo, y lo he plantado, de modo que puede habitar en su propio lugar, sin ser inquietado, pues los hijos de iniquidad ya no lo oprimirn como antes. 11desde el da en que constitu jueces sobre Israel mi pueblo. Te he dado descanso de todos tus enemigos, y Yahv te hace saber que l te edificar una casa. 12Cuando se cumplieren tus das y t descansares con tus padres. Yo suscitar despus de ti, un descendiente tuyo que ha de salir de tus entraas, y har estable su reino. 13l edificar una casa para mi nombre: y Yo afirmar el trono de su reino para siempre, 14Yo ser su Padre y el ser mi hijo. Cuando obrare mal, le reprender con vara de hombres y con azotes de hombres. 15Con todo no se apartar de l mi misericordia como la apart de Sal, al cual he quitado de delante de ti. 16Tu casa y tu reino sern estables ante M eternamente, y tu trono ser firme para siempre. 17Conforme a todas estas palabras, y a toda esta visin, as habl Natn a David.

    David da gracias al Seor 18Entr entonces el rey David y permaneciendo en la presencia de

    Yahv, dijo: Quin soy yo, oh Seor, Yahv, y cul es mi casa, 11. Te edificar una casa, esto es, un reino duradero y una posteridad de la cual saldr el Mesas,

    que habr de sentarse en ese trono como lo anunci el ngel a Mara (vase versculo 13 y Lucas 1, 32).

    13 s. Para siempre: La profeca se refiere, segn San Pedro, a Cristo (Hechos 2, 30), aunque tena relacin con Salomn, del cual dice: ser su padre (cf. Salmo 88, 27); es aplicado a Cristo en Hebreos 1, 5, y a los cristianos en II Corintios 6, 18. Prenuncio y reflejo de esta promesa pudo el rey David, tras perodos aciagos, lanzar al viento su repetido grito de consigna: Dichoso el hombre que al Seor se recoge (Salmo 2, 13; 33, 9), que, de espalda a soberbios y mentirosos, en el nombre de Dios pone su confianza (Salmo 39, 5) (Asensio).

    16. La promesa de dar a David un reino eterno, se cumplir en su descendiente Cristo (I Paralipmenos 17, 12; Salmo 44, 7; Hebreos 1, 8 s.). Admiremos los inescrutables designios de Dios, que sabe aprovechar todos los acontecimientos de la historia para realizar sus planes. As, la organizacin de la realeza en Israel, contraria en un principio a la voluntad de Dios (I Reyes captulo 8), lleg a ser la figura de aqulla de Cristo, hijo de David para siempre.

    18 ss. Cmo no iba a atraer la predileccin de Dios este ardiente corazn que ante todo piensa en humillarse en medio de la mayor gloria, como Mara en su Magnficat? David se da cuenta de la grandiosa promesa que Dios acaba de darle; de ah que se dirigiera al Templo donde permaneci largo tiempo en la presencia de Yahv para adorarle y expresarle los sentimientos que conmovan su corazn agradecido. En la historia de la Revelacin se llama esta promesa la Alianza davdica. Es semejante a la que hizo Dios con Abrahn (cf. Gnesis 12, 3), a la par que es una promesa inmutable (Salmo 88, 34), que ser confirmada por boca del ngel en Lucas 1, 32: El Seor Dios le dar el trono de su padre David (cf. Hechos 2, 29-32; 15, 14-17). La desobediencia de los reyes de la dinasta de David no ser capaz de anular la promesa, sino que solamente causar castigos temporales, como por ej. el cisma, el cautiverio y finalmente la dispersin (cf. versculo 15; Salmo 88, 31-33).

  • para que me hayas conducido hasta aqu? 19Y como si esto fuese aun poco a tus ojos, Seor, Yahv, has hablado de nuevo tambin en favor de la casa de tu siervo para los tiempos futuros. Es sta la costumbre de los hombres?, oh Seor Yahv. 20Y qu ms podr decirte David? Pues T, oh Seor Yahv, conoces a tu siervo. 21Segn tu palabra y segn tu corazn has hecho toda esta obra tan grande, y la has dado a conocer a tu siervo. 22Por eso eres grande, oh Yahv Dios; pues no hay nadie como T, ni hay Dios alguno fuera de Ti, conforme a todo lo que hemos odo con nuestros odos. 23Y hay en la tierra pueblo como tu pueblo, como Israel, al que Dios haya venido a rescatarle para hacerle el pueblo suyo y darle nombre, obrando maravillas en su favor y prodigios en favor de tu tierra, rechazando de delante de tu pueblo que redimiste de Egipto para Ti mismo, las naciones con sus dioses? 24T constituiste a tu pueblo Israel pueblo tuyo para siempre; y T, oh Yahv, te hiciste Dios suyo. 25Ahora pues, oh Yahv Dios, mantn siempre firme la promesa que has hecho respecto de tu siervo y respecto de tu casa, y haz segn tu promesa. 26Y sea ensalzado tu nombre para siempre, y se diga: Yahv de los Ejrcitos es Dios sobre Israel, y sea estable la casa de tu siervo David delante de tu rostro. 27Porque T, Yahv de los Ejrcitos, Dios de Israel, has dado a tu siervo esta revelacin, diciendo: Te edificar una casa; por eso tu siervo se ha atrevido a dirigirte esta plegaria. 28Ahora pues, oh Seor Yahv, T eres Dios y tus palabras son fieles. Ya que prometiste a tu siervo este bien, 29sea ahora de tu agrado bendecir la casa de tu siervo, para que subsista

    19. Es sta la costumbre de los hombres? La Biblia de Bover-Cantera vierte: Esta es la norma del hombre, y dice en la nota: La Vulgata traduce la ley de Adn; pero Adn es aqu sinnimo de humanidad, y quiere decir la frase que el hombre vive poco tiempo y se sobrevive en su posteridad. Tambin podra darse a la frase sentido interrogativo. Otros prefieren corregir H (texto hebreo): y t anuncias esto al hombre... (Biblia de Bonn), y me has hecho tener una visin sobre las humanas generaciones (?) (Biblia Herder).

    23. Darle nombre: Hebrasmo que quiere decir, darle existencia, crear. En todo este pasaje vemos cmo la suprema gloria de Dios consiste en la manifestacin de su amor. Ninguna frase aparece tantas veces en la Biblia como la alabanza que David tributa a Dios; porque es bueno, porque es eterna su misericordia (cf. I Paralipmenos 16, 41; II Paralipmenos 5, 13; Salmo 135, etc.).

    24. Pueblo tuyo para siempre. Cf. xodo 19, 5 s. y nota. 26. David abunda aqu en los mismos sentimientos que Cristo cuando pide ser glorificado para

    poder as glorificar al Padre (Juan 17, 1).

  • siempre delante de Ti; pues T, Seor Yahv, lo has prometido; y con tu bendicin ser por siempre bendita la casa de tu siervo.

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    2 Samuel 8 Victorias de David 1Despus de esto derrot David a los filisteos y los sojuzg; y

    David arrebat de las manos de los filisteos el mando de la capital. 2Derrot tambin a los moabitas; y tendindolos en el suelo los midi con la cuerda: midi dos cuerdas sobre los que tenan que morir, y una cuerda entera sobre quienes quedaban con vida. Con esto los moabitas vinieron a ser siervos de David y trajeron tributo. 3David derrot tambin a Hadadser, hijo de Rehob, rey de Sob, cuando ste sali a restablecer su dominio sobre el ro ufrates. 4David le tom mil setecientos soldados de a caballo y veinte mil de a pie; y desjarret David todos los caballos de los carros, sin dejar ms que cien carros. 5Acudieron los sirios de Damasco en ayuda de Hadadser, rey de Sob; pero David mat de los sirios veintids mil hombres. 6Y puso David guarniciones en la Siria de Damasco, de modo que los sirios vinieron a ser siervos de David y trajeron tributo. Yahv hizo triunfar a David dondequiera que fue. 7David se llev los escudos de oro que llevaban los siervos de Hadadser, y los trajo a Jerusaln; 8y de Beta y de Berotai, ciudades de Hadadser, tom el rey David grandes cantidades de bronce.

    9Cuando Tou, rey de Hamat, oy que David haba destrozado todo el ejrcito de Hadadser, 10envi a Joram, su hijo, al rey

    1. Texto difcil para traducir. El mando de la capital. Segn I Paralipmenos 18, 1 se refiere a Gat, capital de los filisteos. Vulgata: el freno de los tributos. Otros: la ciudad de Mteg-Amm.

    2. Quiere decir que dos terceras partes de los moabitas fueron pasados a cuchillo y un tercio fue sorteado y qued con vida. No podemos dudar que David, a quien hemos visto consultar al Seor en cada uno de sus actos (versculo 6), haya recurrido a este sorteo para conocer la divina voluntad (Josu 7, 14; I Reyes 10, 24; Hechos 1, 26). Nos es desconocido el motivo del duro castigo.

    3. Sob: ciudad de Siria, situada al N. del Lbano. 4. Desjarretar los caballos significaba inutilizar los carros de guerra, pues los caballos servan para

    tirar estos carros que eran tan peligrosos para los israelitas. El lugar paralelo (I Paralipmenos 18, 4) dice: mil carros y siete mil hombres de a caballo.

    8. En vez de Beta los crticos proponen leer Teba. 9. Hamat, hoy da Hama, situada al norte de Soba, en Celesiria.

  • David, para saludarle y bendecirle por haber atacado y vencido a Hadadser, porque Tou era enemigo de Hadadser. (Joram) trajo consigo vasos de plata, vasos de oro y vasos de bronce, 11los cuales el rey David consagr tambin a Yahv, adems de la plata y el oro que de todos los pueblos sometidos haba tomado para consagrarlo; 12a saber, de Siria, de Moab, de los hijos de Arrimn, de los filisteos, de Amalec y del botn tomado a Hadadser, hijo de Rehob, rey de Sob. 13David se hizo tambin muy clebre cuando, de vuelta de la victoria sobre los sirios, derrot a diez y ocho mil (Idumeos) en el valle de las Salinas. 14Puso tambin guarniciones en Edom; en toda la comarca de Edom puso guarniciones, y todos los idumeos vinieron a ser siervos de David. Yahv le dio la victoria a David en todas sus expediciones.

    Los ministros de David 15Rein David sobre todo Israel, juzgando y haciendo justicia a

    todo su pueblo. 16Joab, hijo de Sarvia, mandaba el ejercito; Josafat, hijo de Ahilud, era cronista; 17Sadoc, hijo de Aquitob, y Aquimelec, hijo de Abiatar, eran sacerdotes; Saraas era secretario; 18Banaas, hijo de Joiad, mandaba a los cereteos y feleteos. Y los hijos de David eran ministros.

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    2 Samuel 9 David y Mefibset 1Pregunt David: Queda todava alguno de la casa de Sal, a

    quien pueda yo hacer merced por amor a Jonatn? 2Y haba un

    13. El valle de la Sal es la continuacin meridional del mar Muerto (Mar Salado). 15. Juzgando y haciendo justicia: La administracin de la justicia fue desde el principio el atributo

    ms elevado del gobernante. En el lenguaje de la Sagrada Escritura juzgar equivale a reinar (cf. Salmo 71, 2; 95, 10 y notas). David nos da en el Salmo 100 un programa admirable de su conducta como prncipe y juez.

    18. Los cereteos y feleteos eran la guardia personal de David (15, 18; 20, 7). Su nombre recuerda su origen cretense y filisteo (vase I Reyes 30, 14 y nota). Ministros, en hebreo sacerdotes (Kohanim). Se llaman sacerdotes, por ser intermediarios entre el pueblo y el rey. Cf. IV Reyes 10, 11. Los Setenta traducen: principales de la corte, lo que cuadra con I Paralipmenos 18, 17.

    1. David cumple aqu lo que le pidi su gran amigo Jonatn en I Reyes 20, 15. Su misericordia, a cada paso demostrada, qued como proverbial, segn vemos por la invocacin que de ella hace

  • siervo de la casa de Sal que se llamaba Sib, al cual llamaron ante David, y el rey le pregunt: Eres t Sib? l respondi: Tu siervo. 3Dijo el rey: Queda an persona alguna de la casa de Sal para que pueda yo hacerle misericordia de Dios? Sib respondi al rey: Vive todava un hijo de Jonatn, lisiado de ambos pies. El rey le pregunt: Dnde est? Y dijo Sib al rey: He aqu que est en casa de Maquir, hijo de Amiel, en Lodebar. 5Entonces el rey David envi por l, y le trajeron de la casa de Maquir, hijo de Amiel, de Lodebar. 6Lleg, pues, Mefibset, hijo de Jonatn, hijo de Sal, a David, y prosternndose cay sobre su rostro. Dijo David: Mefibset? A lo cual l respondi: Aqu tienes a tu siervo. 7 No temas, le dijo David, pues pienso hacerte merced, por amor a Jonatn, tu padre; te restituir todas las heredades de tu abuelo Sal y comers siempre a mi mesa.8Entonces l le hizo profunda reverencia, y exclam: Qu soy yo, siervo tuyo, para que vuelvas tu rostro hacia un perro muerto cual soy yo?

    9Luego llam el rey a Sib, siervo de Sal, y le dijo: Todo cuanto era de Sal y de toda su casa se lo doy al hijo de tu seor. 10Labrars para l las tierras, t y tus hijos y tus siervos, y hars la cosecha para que la casa de tu seor tenga pan que comer; mas Mefibset, hijo de tu seor, comer siempre a mi mesa. Tena Sib quince hijos y veinte siervos; 11y dijo Sib al rey: Tu siervo har todo lo que mi seor, el rey, le ha mandado. Comi, pues, Mefibset a la mesa (de David), como uno de los hijos del rey. 12Tena Mefibset un hijo pequeo, que se llamaba Mic; y todos los que vivan en la casa de Sib eran siervos de Mefibset. 13Mefibset habitaba en Jerusaln, porque coma siempre a la mesa del rey; era cojo de ambos pies.

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    Salomn en II Paralipmenos 6, 42. Todas las conquistas de David no son comparables a la grandeza de su alma y a la nobleza de su corazn. Su bondad con el pobre hijo de su amigo Jonatn es tanto ms admirable cuanto mayor es el cuidado con que investiga la condicin del nico sobreviviente de la casa de Sal, para poder hacerle misericordia de Dios (versculo 3). Comer todos los das a la mesa del rey (versculo 13) era un honor que slo corresponda a los hijos del soberano.

    8. Perro muerto: expresin de humildad. Mefibset se muestra luego agradecido y generoso a causa de las mercedes de David. Vase 19, 24-30.

  • 2 Samuel 10 Victoria sobre los ammonitas 1Despus de esto aconteci que muri el rey de los hijos de

    Ammn, y le sucedi en el reino su hijo Hann. 2Dijo entonces David: Mostrar benevolencia a Hann, hijo de Nahs, como su padre us de benevolencia conmigo. Envi, pues, David a sus siervos para consolarle (de la muerte) de su padre. Pero llegados que hubieron los siervos de David al pas de los hijos de Ammn, 3dijeron los prncipes de los hijos de Ammn a Hann, su seor: Crees t que para honrar a tu padre, David te ha enviado consoladores? No te habr mandado David sus siervos para examinar y explorar la ciudad, a fin de destruirla? 4Entonces tom Hann a los siervos de David, les rap la mitad de la barba y les cort la mitad inferior de los vestidos, hasta la cintura, y los despach. 5Cuando David tuvo conocimiento de esto, envi mensajeros a su encuentro, porque esos hombres estaban sumamente avergonzados. Les mand, pues, el rey: Quedaos en Jeric hasta que os crezca la barba, y luego volveris.

    6Viendo los hijos de Ammn que se haban hecho odiosos a David, enviaron mensajeros y tomaron a sueldo veinte mil soldados de los sirios de Bet-Rehob y de los sirios de Soba, mil del rey de Maac y doce mil de los hombres de Tob. 7Cuando lo supo David, envi a Joab y todo el ejrcito, todas las tropas valientes. 8Salieron los hijos de Ammn y se formaron en orden de batalla a la entrada de la puerta, mientras los sirios de Soba y de Rehob, as como los hombres de Tob y de Maac, estaban aparte en el campo. 9Al ver Joab los (dos) frentes de batalla, uno por delante, y otro por las espaldas, escogi de entre todos los escogidos de Israel (un cuerpo)

    3. Cf. I Paralipmenos 19, 2. La ciudad: esto es la capital que se llamaba Rabbat Ammn, hoy da Aman, situada sobre el ro Yaboc. Es profundamente impresionante y muy propio de nuestro pobre corazn humano esta mezquindad con que se corresponde a un acto tan bondadoso. Jess nos lo ensea en la parbola de las Bodas del Hijo del Rey, que es l mismo (Mateo 22, 6).

    4. Quitarles a los embajadores la mitad de la barba y la parte inferior de los vestidos era un motivo suficiente para provocar la guerra.

    6. Con razn teman los ammonitas que David no dejara impune la afrenta infligida a sus embajadores. De ah que tomen a sueldo veinte mil soldados. Bet-Rehob, situada al pie meridional del monte Hermn (cf. Jueces 18, 28). Maac y Tob eran dos pequeos reinos arameos que se encontraban al norte de Galaad, o sea, al norte del reino de los ammonitas.

  • que puso en orden de batalla contra los sirios, 10entregando el resto del pueblo en manos de Abisai, su hermano, el cual los form en orden de batalla contra los hijos de Ammn. 11Y dijo (Joab): Si los sirios prevalecieren contra m, t me ayudars; y si los hijos de Ammn prevalecieren contra ti, ir yo a ayudarte. 12Ten buen nimo, y esforcmonos por nuestro pueblo y por las ciudades de nuestro Dios; y que haga Yahv lo que sea de su mayor agrado! Efectivamente, cuando Joab y la gente que con l estaba avanzaron para atacar a los sirios, stos huyeron delante de l. 14Y al ver los hijos de Ammn que huan los sirios huyeron ellos tambin delante de Abisai, retirndose a la ciudad. Entonces Joab volvi de la guerra contra los hijos de Ammn y vino a Jerusaln.

    Nuevo triunfo sobre los ammonitas 15Viendo los sirios que haban sido vencidos por los hijos de Israel,

    concentraron todas sus fuerzas, 16y Hadadser hizo venir a los sirios que habitaban al otro lado del ro, los cuales vinieron a Helam, capitaneados por Sobac, general de las tropas de Hadadser. 17De lo cual informado David, reuni a todo Israel, pas el Jordn y lleg a Helam. Los sirios se pusieron en orden de batalla contra David y trabaron con l combate. 18Pero huyeron delante de Israel; y David les mat los caballos de setecientos carros de guerra y cuarenta mil hombres de a caballo; hiri tambin a Sobac, general del ejrcito, que muri all mismo. 19Y todos los reyes vasallos de Hadadser, vindose vencidos por Israel, hicieron paces con Israel y se sometieron; y los sirios no se atrevieron ms a ayudar a los hijos de Ammn.

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    12. Frmula ejemplar para un soldado cristiano, resumida en las dos palabras: Religin y Patria. Pronto se ve el triunfo, que es el fruto de esa esperanza.

    14. Joab se volvi a casa para esperar la primavera. Reanud la guerra al ao siguiente (11, 1). 18. Sobre las cifras vase I Paralipmenos 19, 18. Las diferencias se explican por errores de copista.

  • III. David, el rey penitente

    2 Samuel 11 Adulterio de David con Betsabee 1Al ao siguiente, al tiempo que los reyes suelen salir a campaa,

    envi David a Joab y con l a sus servidores y a todo Israel, para que devastaran (el pas) de los hijos de Ammn y pusieran sitio a Rabb; David, empero, se qued en Jerusaln. 2Una tarde, cuando David se levant de su cama y se puso a pasear sobre el terrado del palacio real, vio desde el terrado a una mujer que se estaba baando. La mujer era muy hermosa. 3David hizo averiguar quin era aquella mujer. Le dijeron: Es Betsabee, hija de Eliam, mujer de Uras, el heteo. 4Entonces David envi mensajeros y la tom; y llegada que hubo a su presencia se acost con ella, apenas purificada de su inmundicia. Luego ella volvi a su casa, 5y habiendo concebido mand aviso a David, diciendo: Estoy encinta.

    David y Uras 6Luego David mand a Joab esta orden: Envame a Uras, el

    heteo. Y Joab le envi a David. 7Llegado Uras a David, ste pregunt cmo estaba Joab y la gente y cmo andaba la guerra. 8Despus dijo David a Uras: Baja a tu casa y lava tus pies. Y sali Uras de la casa del rey y le sigui la comida de la mesa del rey. 9Pero Uras durmi a la entrada de la casa del rey con los dems siervos de su seor, y no baj a su casa. 10Lo contaron a David, diciendo: Uras no ha bajado a su casa. Y dijo David a Uras: No has venido de viaje? Por qu, pues, no has bajado a tu casa? 11Uras respondi a David: El Arca e Israel y Jud viven en tiendas, y mi seor Joab, con los servidores de mi seor, estn acampados al raso; e ira yo a mi casa, para comer y beber y acostarme con mi mujer? Por tu vida, y por la vida de tu alma, que no har tal cosa! Replic David a Uras: Qudate aqu tambin hoy, y maana te

    1. Rabb, llamada tambin Rabbat Ammn (cf. 10, 3 y nota). 4. Apenas purificada: No se refiere a la impureza moral sino a la legal (Levtico 15, 18). 11. Cmo se empequeece a nuestros ojos el rey culpable, y se levanta y agiganta la figura del

    noble capitn! La verdadera nobleza no la dan ni corona ni antiguos pergaminos: la da la rectitud de conciencia, la elevacin de sentimientos, la pureza de corazn (Fernndez, Flor. Bibl. VI, p. 27).

  • despachar. Y se qued Uras en Jerusaln aquel da y el da siguiente. 13David lo convid a comer y beber con l, procurando embriagarlo, mas a la noche sali (Uras) y se acost para dormir con los siervos de su seor; y no baj a su casa.

    14Al da siguiente David escribi una carta a Joab, y se la remiti por mano de Uras. 15Deca en la carta: Poned a Uras en aquel punto del frente donde ms recio sea el combate, y retiraos de l para que sea herido y muera. 16Joab, que sitiaba la ciudad, puso entonces a Uras en el lugar donde saba que estaban los guerreros ms valientes. 17Y cuando los hombres de la ciudad hicieron una salida y atacaron a Joab, cayeron del pueblo algunos de los siervos de David, y muri tambin Uras, el heteo. 18Luego Joab mand (un mensajero) e inform a David de todos los detalles del combate, 19y dio esta orden al mensajero: Cuando acabares de contar al rey todos los detalles del combate, 20y el rey montando en clera te pregunte: Por qu os acercasteis a la ciudad para combatirla? No sabais que desde el muro haban de tirar sobre vosotros? 21Quin mat a Abimelec, hijo de Jerobaal? No fue una mujer que arroj sobre l desde la muralla la piedra superior de un molino, de modo que muri en Tebes? Cmo, pues, os acercasteis a la muralla? T entonces le dirs: Qued muerto tambin tu siervo Uras, el heteo.

    15 ss. Como un inmenso claroscuro en la vida de este amigo de Dios, el pecado de David es un verdadero abismo de iniquidad. Empieza la pasin como el incendio, por una chispa, una sola mirada (versculo 2), y va agravndose a cada instante, hasta terminar en la vileza del adulterio, osando como parapeto el homicidio. Lascivia amasada con sangre! Lo que ms sorprende es que David olvidase de pedir el auxilio del Seor en la tentacin, siendo que toda su vida era un tejido de las maravillas obradas en l por la divina gracia. Como Sansn, ms fuerte que un len, se enmolleci en los brazos de Dalila, as David, varn escogido segn el corazn del Seor, que con boca santa tantas veces haba cantado a Cristo venidero, cay cautivo de la belleza desnuda de Betsabee mientras se paseaba por el terrado de su palacio, y aadi al crimen del adulterio el otro del homicidio. Notad aqu brevemente que no hay lugar seguro ni siquiera en la propia casa, y que una sola mirada basta para arruinarnos (San Jernimo en la Carta a Eustaquia). La conducta fidelsima de Uras nos sirva de contraste, el ms elocuente para medir la insondable cada de David. Ms no nos desanimemos. Esperemos el siguiente acto de este drama, y veremos las alturas adonde Dios eleva nuevamente por medio de la contricin del corazn, a este su amigo que no supo mantenerse por la inocencia. Leccin infinitamente consoladora, que nos muestra cmo nuestro Padre posee el secreto de convertir el mal en bien para los que aceptan ser sus hijos. Todas las cosas cooperan en bien de los que aman a Dios, dice San Pablo (Romanos 8, 28), y San Agustn aade: hasta los pecados.

    21. Jerobaal: Geden, uno de los jueces. Cf. Jueces 9, 53.

  • 22Fue, pues, el mensajero, y llegado a David le cont todo lo que Joab le haba mandado. 23Dijo el mensajero a David: Esas gentes han tenido una ventaja sobre nosotros. Hicieron una salida contra nosotros al campo y las rechazamos hasta la entrada de la puerta. 24Pero los flecheros tiraron desde la muralla sobre tus siervos, y murieron algunos de los siervos del rey; y tambin tu siervo Uras, el heteo, qued muerto. 25Entonces dijo David al mensajero: As dirs a Joab: No te aflijas por este asunto, porque la espada devora una vez a ste, y otra vez a otro. Intensifica tu combate contra la ciudad y destryela. Y t mismo, alintalo.

    David se casa con Betsabee 26Cuando la mujer de Uras supo que haba muerto su marido

    Uras, hizo duelo por su seor; 27y pasado el duelo, envi David y la recogi en su casa. Ella fue su mujer, y le dio un hijo. Pero lo que David haba hecho fue malo a los ojos de Yahv.

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    2 Samuel 12 Natn anuncia a David el castigo 1Yahv envi entonces a Natn, el cual lleg a David y le dijo:

    Haba en una ciudad dos hombres, el uno rico y el otro pobre. 2El rico tena ovejas y ganado mayor en grandsimo nmero, 3el pobre, en cambio, no tena ms que una ovejita, que haba comprado y criado, y la cual haba crecido juntamente con l y con sus hijos, comiendo de su bocado y bebiendo de su copa y durmiendo en su seno; y era para l como una hija. 4Mas lleg un viajero al hombre rico, y ste, no queriendo tocar a sus ovejas ni a sus bueyes para aderezarlos al viajero que le haba llegado, tom la ovejita del

    27. David permaneci, pues, casi un ao en su pecado, hasta que Dios le anunci la pena por medio de un profeta (captulo 12). Por supuesto continu administrando justicia y cumpliendo las otras obligaciones de su ministerio, pero slo exteriormente. Ya no era el Santo de corazn limpio y ardiente, el fervoroso cantor de las divinas alabanzas, que bailaba delante del Arca y arrastraba con su arpa al pueblo; pues todo hablaban de su delito y se escandalizaban de su conducta. As habra permanecido si la misericordia del Seor no lo hubiera alcanzado (12, 1 ss.).

  • hombre pobre y la aderez para el hombre que haba venido a su casa.

    5Se irrit David fuertemente contra aquel hombre y dijo a Natn: Vive Yahv que el hombre que ha hecho esto es digno de muerte! 6Restituir la oveja cuatro veces, por haber hecho esto y no haber tenido piedad. 7Dijo entonces Natn a David: Ese hombre eres t. As dice Yahv, el Dios de Israel: Yo te ung rey sobre Israel y te libr de la mano de Sal; 8te di la casa de tu seor y he puesto en tu seno las mujeres de tu seor; te he dado tambin la casa de Israel y de Jud; y si esto te parece poco, te dar por aadidura an cosas mayores. 9Por qu, pues, has vilipendiado el mandamiento de Yahv, haciendo lo que es malo a sus ojos? Has matado a espada a Uras, el heteo, y has tomado a su mujer por mujer tuya, hirindole a l