satisfaction (i can't get no) - andrés garcía cerdán

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Plaquette con poemas de Andrés García Cerdán y portada de Cristina Franco. Edita Colectivo Iletrados, colección Mursiya Poética.

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I can’t get no, I can’t get noI can’t get no satisfaction

-Jagger&Richards-

LAS LUNAS

La mañana de un día que no importa encontré una brecha en el cuerpo del poema, esa boca secreta, escrita en un costado, con que soñaron Swedenborg y Borges. En mis propias brechas hurgué y excavé y traduje. Las esquirlas de sangre me abrazaron y ahora vivo, soy, existo dentro, encantado en la herida, soñando luz de huesos, nervios, venas. Cada día que pasa me muero en una fiesta. Cada día que pasa nazco en una palabra maravillosa. Bajo lunas de carne soy tejido biológico para un poema más que amanece y amanece.

VERDEpara Carmina

Las cosas van muy bien últimamente.La casa está ordenada. El corazónlate a un ritmo brutal. Tus sueños tienenel desenlace ágil que quisieras.Has encontrado algunos libros nuevosy aprendes y descubres y despiertas.Disfrutas de tu tiempo. Te dedicancanciones en los bares y te buscanpara sitios de culto. Desayunasen Londres o en Venecia. Te protegende la desdicha y de la soledadlas musas, que además pagan las copas.Tú lo agradeces todo. Las palabrasse presentan sin avisar y dicenesas cosas hermosas de la vida.Y la gente te quiere. También túte entregas a los otros como nunca.Hay una chica que te ama y vasa esa orilla del mar como una olade alegría. Te ven llegar las calles,se echan a tus pies sin ningún límite.

GIRANDO

Y siempre están ahí los girasolesgirando sobre sí mismos, buscando su luz. Es suya la miradaen la que cabe todo el mundo,la circunferencia feraz de un díay otro día que se repitey otro día distinto.

Los girasoles. Esos terribles girasolesen cuya gracia es el amor posible.

A su lenguaje en espiral acudo como una cobraque gira, bajo el sol, sobre sí mismay que busca su luz.

CÚPULAS 2003

En Puglia, madrugada del 26 de julio, “Ti dispiace questa musica?” me pregunta un imbécil, y es el mar de fondo en su infinita carrera de fondo sobre sí mismo.

Drum’n’bass en la furgoneta. Vino blanco con arena de la playa. Por el cielo vuelan estrellas.

Hace un rato que ella se ha ido por detrás de los pinos, a muchos kilómetros de aquí.

Rastas en las esbeltas cúpulas italianas, tan sólidas, tan espirituales. Quince idiomas en juego. No border. No termini. No fronteras.

Los matices del mundo y de la vida en los ojos del hombre, en sus lenguas.

Los perros huelen el sirope en mis manos. Yo lo bebí como ellos lo beben.

Me despido sin despedirme y la música vuelve y vuelve y vuelve.

CONTRA EL INVIERNO

para Olivia y Lea

No podrás resistirte —no, al menos,durante mucho tiempo más—al empuje imparable de las cosas que amas. Como una avalancha te arrastrarán al fondo del amor,tirarán de ti hasta dejarte al bordedel verano exquisito de tu vida.Entrégate al rumor que traen los díasy al rumor que en ti suena.Con la máxima fuerza salva el reinoque en tus manos acaba de caer.Vuelve tus manos a la luz que cae:recógela, es tuya.Es la imagen de lo que no se rinde.Es la imagen de aquelloa lo que no se puede renunciar.Con el hambre entera del mundoentrégate a este dony levántate y mira de frente al mar y lárgatede aquí tan pronto como puedas.Antes que la primera sombra anuncieel nuevo invierno, por la orillay por el mar de fondo márchate.No permitas que nada ensucie este momento.

LA SANGRE

¿De la espesurade qué orilla ha surgido el tigre?¿De qué sombra anterior a nuestra sombraproceden su zarpazobrutal, su exhalación sin nombre, las almendras salvajes de sus ojos? ¿O estuvo siempre aquíy no supimos darnos cuenta?

Es terrible su agilidad mientras se arquea en la amenaza.Olemos su peligro. La inminenciadel ataque nos petrificay nos embriaga. Porque hay algo más que temoren este último desasosiego: deseamos morir,oh sí, cuanto antes moriren el filo de sus colmillos agudos, en la presión de sus mandíbulas.Tal vez sea lo único digno de nuestras vidas este momento.

Antes que escape y otra vez sea fuego donde no lo alcancemos,en nuestros huesos ha de crujir el rugidoinextinguible de su fuerza. Nuestra sangre será decantaciónde una única herida decisiva,nostalgia de sus pasos fulgurantessobre la hierba de la noche.

NO EL ARQUEROSiempre fui un guerrero.

¡Una lucha más, la mejor y la última!

—Robert Browning—

No el arquero tranquilo, que traza la parábola perfecta sobre las murallas y busca, más allá de lo visible, el daño en el cuerpo mortal del enemigo. No el carnicero, que destripa el vientre del Minotauro y luego afila el hacha mientras fuma un cigarrillo sobre el cadáver. No el ciclista, que devora el camino sin piedad. Ni siquiera el boxeador, amante de la sangre fresca y de los golpes, rendido al sacrificio del toro y el león. No el barquero, que sabe cruzar de un lado al otro de los ríos. No el arúspice, altivo en sus visiones. No el actor porno, que se corre impasible en tu boca, oh lector.

Es el escalador el único que entiende la verdad de su fuerza. Se mueve con la yema de los dedospor las místicas grietas de la roca. Se suspende en el aire como quien flota por encima de todo. En éxtasis se balancea en el alto cielo y asume como propios el peligro y el vértigo, la ascensión sin final y la caída.

DINAMITA

Nietzsche y Bon Scott lo proclaman: Soy dinamita. No solo lo dicen: son sus cuerpos la violencia que viene del principio de los tiempos arrasándolo todo. También yo he sentido en esta carne el ímpetu narcótico de las palabras que revientan y te convierten en fragmentos de una inmensa explosión a la que sucede una inmensa calma. Si alguna vez las ondas expansivas del amor me abrazaron, antes me hirieron los relámpagos que hacen crujir la noche. Sobre mis labios, una y otra vez, se precipitan las montañas: no hay forma de parar este derrumbe. Si digo fuego, todo el mundo es fuego y arde mi paz y mi ruptura arde. Un río de demolición hierve por donde paso: esa es la estela que dejo a mis espaldas. Me siguen los cielos con la rabia y con la fe de un perro escuálido: lo hacen para excederse, hasta romper los límites, en mí.A veces, cuando ya no queda nada, si pronuncio tu nombre, en esta boca hambrienta estalla el universo.

RAYMOND CARVER

Al otro lado del teléfono, alguienestá gritando con un ímpetuque no se esperaría de un cuerpo tan delgado.Como si estuviera apurando todas las fuerzas que le quedan, grita.Desde la cocina. No grita por nada especial. Es solo un dolor oscuro,algo que necesita contarle a alguien.Se oye de fondo el baile de los platos, el trasiego de las cucharas, el choque de los refrescos en el frigorífico.Suenan como si ya no fueran para nadie.También un gato, cuyo agrio maullidose pierde en las terrazas. Y se oyentambién las lágrimas y la tristeza.Aunque sea largo este hilo telefónico, aunque haga milagros la fibra óptica, nada puede decir lo que sucedeen ese rincón de la casa. Y sigue gritando y ahora llora o se lamentade la letra pequeña de un anuncioy de las ediciones baratas de poemas y de algunos amigos muertos. Saltan en las tiendas del barrio todas las alarmas.

ELOY

Unos días después, me llamó. Dijo que ya había leído el libro,que lo había leído con toda su atención.Que mis poemas seguían siendo radicalespero que ahora había serenidad en ellos.Al maestro le parecía oír cómo se había idola juventud.Y que había apreciado alguna músicacuando hablaba del árbol de las afueras.Y que algo también le había emocionadoen aquel otro poemaque parecía escrito al borde de una piscina,con unas niñas en los brazos,cómo se llamaba, era en verano, era hermoso. Contra el invierno, Eloy. Y preguntó por los amigos,por cómo iban las cosas.Afortunadamentetodo iba bien, era feliz, le dije. Y volvió entonces a otros versos,unos que hablaban de caídas y pérdidas. También habló de aquello que los pedantesllamaban metapoesía. Al fin, la inspiración no es más que ese deseo vehemente -aclaró- de escribir el poema.

En mitad de la tarde, el aire se detuvo y esa palabra, con su pesorotundo, cayó allí,entre nosotros,recién nacida. No un poema:el poema.

Lo imaginé en la playa,caminando a su encuentro él también, en su búsqueda acostumbrada, a la escucha de eso milagrosoque ocurre a veces.A salvo, en su retiro, de las aulas, pensaba aparecersolo cuando no hubiese más remedio.Reconocí un afecto muy antiguo en su vozy toda la noblezadel que es generoso de verdad.Y me acordé de algunas mañanas en Expo-Libro,de un paseo a solas por Traperíay de aquella edición barata de Planeta con los Cantos de Leopardique me regaló porque sí,porque una tarde mágica le había echado una mano.Y él seguía hablando de ese poema que dibuja las formas que flotan en el fuego,del que cuenta cómo murió mi padrey nos quedamos solos en abril,

y de ese otro poema, que yo adoro, que le escribí a Carminapara decirle que la echaba de menos.Y que se alegraba de que siguiera en la brecha.Desde luego, la poesía necesitaba entrega y disciplinay soledad. Era preciso propiciar la ocasión y luego dejarse llevar.Porque estando por ahíalgo llegaba, pero no, no era eso. Antes bien, poner el atento oídoal rumor y al latido de las cosaspara celebrarlas despuéscon todo su esplendor, con toda su increíble intensidad, en el poema.

FRESAS

Amargan estas fresas. Las compramos ayer en el mercado, en el local de un mercader armenio. Deslizándonos entre la gente, heridos por el bullicio hermoso de la plaza, llegamos a la tienda: el mundo ardía en sus colores y en su encanto. La dulzura del sol y de la frutabañaba la mañana. Mandarinas, peras, melocotones, kiwis,manzanas. La metáfora de la fiesta del mundo: la explosión, el júbilo, el trabajo de un hombre. Las monedas pasaron de una mano a otra. Se despidió en su lengua antigua,bendiciéndonos, el tendero. Ahora, ante la tele, mientras tomo la cuchara y mezclo las fresas con el yogur, ya antes de probarlas, lo sé: amargas. Yacen boca abajo, como lirios tronchados, cientos de personas. Su sangre deja charcos oscuros, regueros podridos, secos en las aulas. En Kenya, 2015. El hombre ha muerto y Dios también.

No están los organismos oficialespara certificar tanta vergüenza. Disfrutan de su cóctel en terrazascon vistas a otro océano. No valen nada estas vidas. Valen nada los cuerpos. Vale nada este licorsagrado que hoy escancian brutalmente, desde el mayor odio posible, los hijos de la nada y la barbarie.

EL BUEN SALVAJE

Je ne laisserai pas des Mémoires— Conde de Lautréamont —

Aprendo a escribir como quien aprendea revolverse en su lenguaje.

RAMONESpara Álvaro

Lo único que queda de aquella edad de oro,de los años sin borde, cuandovivir no era una preguntasino una respuesta dada en la plenitud de la inconsciencia, el deseo de ir más lejos, más rápido a todo,sin pensar demasiado, lo único que quedaes esta camiseta negra de Ramones,desgastada hasta el fondo,de letras cuarteadascomo piel de unas manosque hubieranenterrado y vuelto a desenterrarentre las piedrasla juventud,con el cuello raído,muy rota,mi camiseta favorita, destruida hasta caerse a trozoscomo aquella canción que sonó en el vinilomil y una noches, mily una mañanas de septiembre, hasta romper los surcos,hasta saltar ardiendo por los aires.

Ahí está, latiendo callada en el armario, su noticia del tiempo. Apenas se intuyen las letras -ya lo he dicho-, pero aún se puede leer,si pones toda tu atención, su magia: Hey Ho Let’s Go!.

Esta plaquette con poemas de Andrés García Cerdán

se reparte de forma gratuita en el ciclo de recitales

poéticos y musicales “Mursiya Poética”

durante los meses de mayo y junio de 2016

en la ciudad de Murcia.

Andrés García Cerdán (Fuenteálamo –Albacete-, 1972) es doctor en Literatura por la Universidad de Murcia. Ha publicado los poemarios Los nombres del enemigo (Universidad de Murcia, 1997), Los buenos tiempos (Ayto. Ciudad Real, 1999), La cuarta persona del singular (ERM, 2002), Curvas (Celya, 2009), Carmina (Nausícäa, 2012), La sangre (Valparaíso, 2015) y Barbarie (Adonáis, 2015). Es responsable de la antología de poesía joven y contemporánea El llano en llamas (Fractal, 2013) y autor del ensayo La poesía de Julio Cortázar. Discurso del no método, método del no discurso (Editum, 2010). Ha sido codirector de Fractal Poesía y fundador de revistas como Thader o Los deseos. Con Leñadores grabó el disco Grizzly! (Parrix-Perdido, 2013). Entre otros ha recibido los premios internacionales Alegría, Barcarola, Ciudad de Almuñécar, Antonio Oliver Belmás o Ciudad de Pamplona. Como crítico colabora en publicaciones como Quimera, ABC Artes y Letras, La Tribuna, La Galla Ciencia, El coloquio de los perros, Barcarola y Dáctilo. Gestiona el blog Un cántico cuántico (dylanismo.blogspot.com).