sartre, jean paul, san genet comediante y martir - las sirvientas.pdf

12
Jean-Paul SAR Biblioteca de Obras Maestras del Pensamiento San Genet, comediante y mártir Traducción: LUIS EcHÁVARRI Prólogo: EDUARDO GRÜNER LOSADA -l BUENOS AIRES

Upload: jessicayazminglez

Post on 13-Nov-2015

926 views

Category:

Documents


138 download

TRANSCRIPT

  • Jean-Paul

    SAR

    Biblioteca de ObrasMaestras del Pensamiento

    San Genet,comediante y mrtir

    Traduccin:LUIS EcHVARRI

    Prlogo:EDUARDO GRNER

    ~ i~~ "~EDITORIALLOSADA-l BUENOS AIRES

  • .-':..~

    Titulo del original inglis:,Saini tfenct, comedien et incil'tjr Gallimard, Pars, 1952

    1a edicin en Biblioteca de ObrasMaestras del Pensamiento: agosto 2003

    Editorial Losada, S. A.Moreno 3362,Buenos Aires, 1967

    Distribucin:CapitalFederal: Vaccaro Snchez, Moreno 794 - 9 piso(1091) Buenos Aires, Argentina.Interior: Distribuidora Beltrn, Av. Vlez Srsfield 1950(1285) Buenos Aires, Argentina.

    Composicin y armado: Trdlel' delSur

    ISBN: 950-03-7816-7Queda hecho el depsito que marca la ley 11.723Marca y caractersticas grficas registradas en laOficina de Patentes y Marcas de la NacinImpreso en ArgentinaPrintedin Argentina

  • IIILas sirvientas

    El ejemplo ms extraordinario de estos torniquetes del ser y laapariencia, de lo imaginario y la realidad, nos los proporciona unaobra teatral de Genet. Es lo falso, lo absurdo, lo artificial lo que atraea Genet en la representacin dramtica. Se hace autor dramticoporque la mentira del escenario es la ms manifiesta y fascinadora.En ninguna parte, tal vez ha mentido ms descaradamente que enLas sirvientas.'

    Dos sirvientas aman y odian al mismo tiempo a su seora. Handenunciado al amante de sta en cartas annimas. Al saber que vana ponerlo en libertad por falta de pruebas y que su traicin ser des-cubierta, tratan una vez ms de asesinar a su seora, fracasan y quie-ren matarse mutuamente. Por fin, una de ellas se suicida, y la otra,sola, ebria de gloria, trata de igualarse con la pompa de sus actitudesy sus palabras con el destino magnfico que le espera. Revelemos enseguida un primer torniquete: "Si tuviera que hacer representar unapieza teatral eh la que actuaran mujeres, exigira que ese papel estu-viera a cargo de adolescentes y se lo advertira al pblico por mediode un cartel que permanecera clavado a la derecha o a la izquierda

    I Esta obra ha sido publicada por la Editorial Losada en su coleccion "Gran Teatro delMundo" en traduccin castellana de Luce Moreau-Arrabal.

    [ 708 ]

    del escenario durante toda la representacin'l. Uno se sentira tenta-do a explicar esta exigencia por la aficin pederstica de Genet a losmuchachos, sin embargo, eso no es lo esencial. La verdad es que Ge-net quiere en seguida radicalizar la apariencia. Una actriz puede, sinduda, representar el papel de Solange, pero la irrealizacin no ser ra-dical porque no necesita representar que es mujer. La suavidad de sucarne, la gracia un poco blanda de sus movimientos, la sonoridad ar-gentina de su voz le son dadas, forman la sustancia que modelar asu voluntad para darle la apariencia de Solange. De esta pasta feme-nina que es ella misma Genet quiere hacer una apariencia y el resul-tado de una comedia. No es Solange la que debe ser una ilusinteatral, sino la mujer Solange. Para este artificialismo absoluto es ne-cesario ante todo suplantar a la naturaleza: por medio de la asperezade una voz que se muda, la seca dureza de msculos masculinos, elbrillo azulado de una barba naciente, la hembra desgrasada y espiri-tualizada aparecer como una invencin del hombre, como unasombra plida y roedora que no puede seguir existiendo por s sola,como el resultado evanescente de una atencin extrema y moment-nea, como el sueo imposible que podran tener los hombres en unmundo privado de mujeres. Lo que aparece ante las candilejas es, porconsiguiente, una mujer menos que Genet mismo viviendo la impo-sibilidad de ser mujer. Se hace ver en primer lugar el trabajo; a vecesadmirable y a veces grotesco, de un cuerpo masculino joven en luchacontra su propia naturaleza y, por temor a que el espectador no se de-je meter en su juego, se le advierte permanentemente -con despre-cio de todas las leyes de la "ptica' teatral- que los actores tratan deengaarle con respecto a su sexo. En resumen, se impide que la ilu-sin "arraigue" por medio de una contradiccin sostenida entre el es-fuerzo del actor que mide su talento y su capacidad para engaar yla advertencia del cartel. En una palabra, Genet traiciona a sus acto-res, los desenmascara, y el comediante, al ver su impostura descu-bierta, se encuentra en la situacin del malvado reducido a laimpotencia. Ilusin, traicin, fracaso: todas las categorfas cardinalesque gobiernan los sueos de Genet se hallan aqu presentes. De la

    2 En realidad; Las sirvientas fueron representadas por mujeres, pero fue una concesinque Genet hizo a jouvet,

  • -misma manera traicionar a sus personajes en Notre-Dame des Fleursyen Pompes fimebres, advirtiendo al lector cada vez que ste va a ce-der a la ilusin novelesca: "Cuidado, Son criaturas de mi imagina-cin. No existen." Lo que _hay que evitar ante todo es que e!espectador se deje meter en e! juego como esos nios que gritan ene! cine: "No bebas, es veneno!", o como ese pblico ingenuo que,corno dice Frdric Lernaitre, esperaba la- salida de los artistas pararomperles la cara. Eso sera hacer un buen uso de la apariencia, bus-car el ser a travs de ella. Para Genet e! ejercicio teatral es demona-co; la apariencia, sin cesar a punto de hacerse pasar por realidad,debe revelar sin cesar su irrealidad profunda. Todo debe ser falso has-ta rechinar los dientes. Pero por ~llo la mujer, por ser falsa, adquiereuna densidad potica. Exfoliada de su materia, depurada, la feminei-dad se convierte en un signo herldico, en un smbolo. Mientras eranatural, el blasn femenino quedaba enligado en la mujer. Espiritua-lizado, se convierte en una categora de la imaginacin, en un esque-ma organizador de las fantasas: todo puede ser "mujer": una flor, unanimal, un tintero. En la Enjance 'crimineLLe Genet nos ha dado lasclaves de lo que se podra llamar su lgebra de la imaginacin: un di-rector de "patronato" se jacta de que da a los nios cuchillos de ho-jalata: "Con ellos --dice- no pueden matar a nadie". Y Genetcomenta: "Ignoraba que al apartarlo ms de su destino prctico e!objeto se transforma y se convierte en un smbolo? Su forma mismacambia a veces: se dice que se ha estilizado. Es entonces cuando in-fluye secretamente en e! alma de los nios. Causa estragos ms per-ceptibles. Escondido en e! jergn durante la noche u oculto en e!forro de una chaqueta, o en un pantaln mejor -no para mayor co-modidad sino para que est cerca &1 rgano de! que es e! smboloprofundo-, es e! signo mismo de! homicidio que e! nio no come-ter efectivamente, pero que fecunddr sus fantasas y las dirigir, as10 espero, hacia las manifestaciones ms criminales. De qu sirve,pues, que se lo quiten? El nifio elegir como signo de! homicidio otroobjeto de apariencia ms benigna, y si se lo quitan tambin, guarda-r en s mismo, cuidadosamente, la imagen ms precisa de! arma'.Cuchillo ele acero, cuchillo de hojalata, vara de avellano: a medidaque la materia se empobrece, a medida que aumenta la diferencia en-rre ella y la significacin que sustenta, la naturaleza simblica del sig-

    [710 ]

    no se pone de manifiesto con ms claridad y las fantasas son dirig~das, fecundadas y organizadas. Sus sirvientas son mujeres de engafii-fa, las "ausentes de todo gineceo" que hacen sonar a los hombres, noque poseen una mujer, sino que tienen una silla-mujer, que los ilumi-na un sol-mujer, reina de un cielo femenino, y, finalmente, que ellosmismos sirven de materia al smbolo herldico de la femineidad. Lafemineidad sin mujer: eso es lo que Genet quiere presentarnos.

    Tal es la direccin inicial de la irrealizacin: una falsificacin dela femineidad. Pero, a causa de un choque de retroceso, la represen-tacin altera al actor mismo. El joven asesino Notre-Dame des Fleursse divierte un da vistindose de mujer: "Con su vestido de faya azulplido, ribeteado con encaje blanco -nos dice Genet- era ms quel mismo. Efa l mismo y su complemento." Sabemos que Genetaprecia ante todo el trabajo de irrealizacin: lo que le seduce en No-tre-Dame des Fleurs es el hombre trabajado por la femineidad: "No-tre-Dame levant el brazo desnudo y -es maravilloso- ese asesinotena exactamente el gesto apenas ms brutal que habra tenido cier-tamente para arreglarse el rodete Emilienne d'Alencon". Este ser h-brido, de la especie de los centauros y las sirenas, comienza comomacho y termina, en la nada, como fuego de artificio hembra; paraexpresar que es superior al mismo tiempo a los hombres jvenes y atodas las mujeres Genet inventa un signo admirable: "El chofer abrila portezuela... Gorgui, a causa de su siruacin en e! grupo, deba pa-sar e! primero, pero se apart dejando la entrada libre a Notre-Da-me. Si se considera que un Mac nunca se eclipsa ante una mujer, ymenos todava ante una maricona, era necesario que Gorgui 10 pu-siese muy en alto." La aparicin de 10 imaginario trastorna los con-vencionalismos sociales: e! Mac Gorgui encuentra espontneamentela cortesa burguesa: se eclipsa anre un joven macho muy prestigio-so que se irreal iza como muchacha y cuyo prestigio de asesino colo-rea la galantera. Ella es la gracia de las mujeres, ordinariamentedespreciada por los duros porque significa debilidad y sumisin. Pe-ro he aqu que refleja en la superficie la gran fuerza negra de los ase-sinos. Con ello hace que se doblen las rodillas ante ella: el crimen seconvierte en e! horror secreto de la gracia, yia gracia se convierte enla finura secreta de! crimen. Narre-Dame es la vestal de una diosasanguinaria, gran Madre feroz de un matriarcado pederstico.

    [71 k]

  • -Hasta ahora no hemos visto nada que no conociramos ya: setrata de la irrealizacin recproca de la materia por la forma y de laforma por la materia. Pero he aqu que se engendra el primer torni-quete. Los temas poticos de Genet son profundamente pedersti-ces, como sabemos, sabemos que ni las mujeres ni la psicologa delas mujeres le interesan. Y si se ha decidido a mostrarnos unas sir-vientas, una seora y odios femeninos es porque las necesidades deuna representacin pblica le han obligado a disfrazar su pensamien-to. La prueba es que su segunda obra teatral, Haute Surueillance, cu-yos personajes son hombres, repite muy exactamente el tema de Lassirvientas, la misma jerarqua: el varn ausente, en un caso el seor yen el otro Boule-de-Neige; la divinidad intermediaria, la seora oYeux-Verts; y los dos adolescentes que suean con el asesinato, nollegan a cometerlo, se aman y se odian y cada uno es el mal olor delotro, Solange y Claire, Maurice y Lefranc. En un caso la pieza termi-nar con un suicidio que los policas tomarn por un homicidio, yen el otro con un homicidio falso, es decir cun un asesinato real pe-ra que parece falso. Falso asesino, Lefranc es un verdadero traidor;Maurice, al contrario, demasiado joven para matar, pertenece a la ra-za de los matadores; en consecuencia, forman de nuevo "la parejaeterna del Criminal y de la Santa", como tambin Divine y No-tre-Dame; ahora bien, es justamente esta pareja eterna la que Solan-ge y Claire quieren formar. Yel sentimiento ambiguo que les inspirala seora es discretamente homosexual, como el que inspiraYeux-Verts a Lefranc y Maurice. Adems el odio de las sirvientas porla sellara lo ha sentido tambin Genet, en Notre-Dame des Fieurs nosinforma que ha sido sirviente, y de otra sirvienta, de la madre mar-tirizada de Pompes[unbres, nos dice con las palabras adecuadas queoculta bajo sus ropas "al granuja ms astuto". As se ha podido decirque "la Albertine de Proust debera llamarse Albert". Los jvenes ac-tores de Lassirvi~ntas son muchachos que hacen el papel de mujeres,pero estas mujeres, a su vez, son secretamente, muchachos. Ahorabien, estos muchachos imaginarios que se reflejan detrs de las apa-riencias femeninas de Solange y de Claire no se identifican con losadolescentes reales que encarnan los personajes: ellos tambin sonsueos, pues se llamarn en la otra pieza Maurice y Lefranc. Repre-sentan si se quiere la lnea de huida de las apariencias, su apariencia

    [712 ]

    de profundidad. Pero elpblico presiente vagamente el sentido pede-rstico de la intriga y, cuando el actor al levantar el brazo desnudo ha-ce ver demasiados msculos, cuando para arreglar su rodete hace ungesto "apenas ms brutal que el de Emilienne d'Alcncon", el especta-dor no sabe si esa musculatura un poco demasiado dura y esa brutali-dad un poco demasiado manifiesta representan una rebelin de larealidad o si simbolizan, ms all de este enredo de mujeres, un dramaimaginario de la homosexualidad. Ese gesto anguloso y seco, ese mo-do de caminar demasiado brusco, es la torpeza de un joven machoembarazado por sus vestidos o es Maurice que viene a posesionarse deSolange? Es una vuelta al Ser o la quintaesencia de lo imaginario?Aqu el ser se convierte en apariencia y la. apariencia en ser. Pero, sedir, el drama pederstico es la verdadde esta ficcin domstica. Es- .toy de acuerdo, slo que es una apariencia que se hace verdad de otraapariencia. Por otra parte, y en otro sentido, estas falsas mujeres eranla verdad de los adolescentes que las encarnaban, pues Genet, comotodos los pederastas, sabe descubrir en los ms machos una feminei-dad secreta: como en los psicodramas, sus actores representan lo queson. Se parecen rasgo por rasgo a ese verdadero granuja que represen-taba el papel de falso-prncipe-que-es-un-verdadero-granuja y que seencontr, por la mediacin de! prncipe, irrealizado en s mismo. Pe-ra si estas falsas mujeres son e! disfraz de hombres imaginarios, losjvenes comediantes son devorados por una nueva ausencia; al inter-pretar su propio drama son los peones inconscientes de una partidade ajedrez que Genet juega contra s mismo. -

    Pero no estarnos todava ms que en el primer grado de la irrea-lizacin. Estas falsas mujeres que son falsos hombres, estas muje-res-hombres que son hombres-mujeres, esta denegacin perpetua dela masculinidad por una femineidad simblica y de sta por la femi-neidad secreta que hace la verdad de toda masculinidad, todo eso noconstituye sino e! artificio bsico. En este fondo evanescente apare-cen formas particulares: Solange y Claire. Vamos a ver que ellas tam-bin estn trucadas.

    La pieza tiene cuatro personajes, uno de los cuales no aparece: esel hombre. El seor es Harcamone, Boule-de-Neige, Pilorge; es el quenunca est presente. Su ausencia simboliza la distraccin eterna de losbellos Macs, su indiferencia. En esta atmsfera burguesa es el nico

    [7.13 ]I

  • que ennoblece la crcel. Es cierto que se le acusa calumniosamentede un crimen que no ha cometido pero sabemos que para Genet laculpabilidad le viene al culpable del exterior: es una representacincolectiva, un tab que se posa en l. Por debajo de esta arlesiana pe-derstica, de la que todos hablan ya la que nadie ve, se halla la seo-ra, figura ambigua, mediacin, maricona con relacin al seor,maricn con relacin a las dos sirvientas. Para el seor es una perra.Genet le presta su viejo sueo de seguir a un presidiario al presidio:"Yo quera ser -nos ha dicho-la joven prostituta que acompaa aSiberia a su amante". Y, la seora: "Yo no lo creo culpable, pero si lofuera me hara su cmplice. Le acompaara hasta la Guayana hastaSiberia." Pero algo nos advierte, tal vez su volubilidad, tal vez la ale-gra furiosa de su desesperacin, que es una falsificadora. Ama al se-or? Sin duda, pero hasta qu punto? No se podra decirlo. En todocaso ha encontrado, como Ernestine en Notro-Dame des Fleurs, elmejor papel de su vida. Se observar que Yeux-Verrs, personaje sim-trico tambin intermediario y "daimon", aunque ha matado de ve-ras, representa exaltado el papel de asesino: en las obras teatrales deGenet cada actor tiene que desempear el papel de un personajeque representa un papel. Con relacin a las dos sirvientas, la seorarepresenta la indiferencia despiadada. No es que las desprecie o las

    . maltrate: es buena. Encarna el Bien social y la Buena Conciencia ylos sentimientos ambivalentes que las sirvientas experimentan porella manifiestan los que Genet experimenta con respecto al Bien.Siendo buena, la seora no puede querer ms que el Bien. Se incli-na sobre ellas, les da ropas, les ama como un amor helado "como asu bidet": as, de vez en cuando, hombres ricos, cultos y dichosos sehan "inclinado" sobre Genet, han querido comprometerle: dema-siado tarde, pues l les reprochaba que le amaban por amor delBien, a pesar de su maldad y no por ella. Slo un malvado podraamar a otro malva~o por amor del Mal: pero los malvados no aman.

    Como mujer, la seora, con relacin al seor, slo tiene un serrelativo; como ama de casa, conserva con relacin a las sirvientas unser absoluto. Pero las sirvientas son relativas para todos y todas, suser se define por su absoluta relatividad. Ellas son otras. Puras ema-naciones de sus amos, los sirvientes, como los criminales, pertenecenal orden del Otro, al orden del Mal. Aman a la seora: eso significa

    [ 714 ]

    en el lenguaje de Genet que unay otra desearan convertirse eh lase-fiera, en otras palabras, integrarse en el 'orden 'socia! del que son losdesperdicios. Odian a la seora; tradzcase:' Genet aborrece ala So-ciedad quelo rechaza ydesea aniquilarla. Estas larvas han nacido delsueo de un amo: tenebrosas para ellas mismas, sus sentimientos lesvienen de fuera, nacen en la imaginacin adormecida de la seora odel seor; viles, hipcritas, ingratas, malvadas porque sus amos lassuean as, forman parte de "la gente plida y abigarrada que vegetaen la conciencia de las personas honradas". Cuando las presenta an-te las candilejas, Genet no hace al principio ms que reflejar sus fan-tasmas a las mujeres honradas del pblico. Quinientas seoraspodrn decir cada noche: "S, as son las sirvientas", sin darse cuen-ta de que ellas las han creado como los sureos han creado a los ne-gros. La nica rebelin de estas criaturas vulgares consiste en quetambin ellas suean: suean en un sueo, estas habitantes de unsueo, puro reflejo de una conciencia adormecida, emplean la pocarealidad que esta conciencia les ha dado para imaginarse que se con-vierten en el amo que las imagina. Se agitan en la interseccin de dospesadillas y forman la "guardia crepuscular" de las familias burgue-sas, inquietantes solamente porque son sueos que suean que devo-ran a su soador Por consiguiente, las sirvientas, tales como Genetlas concibe, son J/a falsas: puros productos del artificio, tienen unaconciencia al revs y son siempre distintas de ellas mismas. El golpegenial consiste en que son dos. Dos: justamente las necesarias paraestablecer un torniquete. Por supuesto, Genet no ha inventado porcompleto a estils hermanas criminales, el lector habr reconocido yaa Claire y Solange: son las hermanas Papin. Pero ya sabemos que Ge-net destila la ancdota slo conserva de ella la quintaesencia y nospresenta sta como un "smbolo". Las siruientas son el smbolo mis-terioso de la imaginacin pura, y tambin el de Genet mismo. Sondos porque Genet es doble: l mismo yel otro. En consecuencia ca-da una de las dos sirvientas no tiene otra funcin que ser la otra, queser para la otra ella misma como otra: en vez de que la unidad de laconciencia est obsesa perpetuamente por una dualidad fantasma, es,a! contrario, el do de las sirvientas i.l qlie esta obseso por un fantas-ma de unidad; cada una no ve en la otra sino a ella misma a distan-cia-de s misma; cada una testimonia a la otra la imposibilidad de ser

    [71-5 ],

  • ella misma y, como dice Querelle: "su doble estatua se refleja en ca-da una de sus mitades". El resorte de este nuevo torniquete es lacompleta intercambiabilidad de.Solange y de Claire, la que hace queaparezca Solange siempre en otraparte, en Claire cuando se mira aSolange, en Solange cuando se mira a Claire. Es cierto que esta in-tercambiabilidad no excluye algunas diferencias: Solange parece msdura, tal vez trata "de dominar" a Claire, tal vez Genet la ha elegidopara que encarne la apariencia prestigiosa y la cobarda secreta delcriminal; tal vez ha elegido a la suave y prfida Claire para que sim-bolice el herosmo oculto de la Santa, de hecho Solange no cometesus crmenes, no consigue matar a la seora ni a su propia hermana;y Claire, sin duda, no logra cometer un homicidio, pero, llevando sucomedia hasta sus consecuencias extremas, se suicida: la maricanaposee coraje ms verdadero que el duro. Es decir que el falso corajede Solange encuentra su verdad en el coraje secreto de Claire, que lafalsa pusilanimidad de Claire encuentra su verdad en la cobardaprofunda de Solange. Pero Genet no se detiene en estos temas fami-liares que desarrolla extensamente en otras partes. Solange y Clairese diferencian mucho menos que Maurice y Lefranc, sus desemejan-zas son sueos que ocultan mal una identidad fundamental: en efec-to, una y otra se caracterizan por el esplendor imaginario de susproyectos y por el fracaso radical de sus empresas. En realidad Genetha puesto en escena un solo objeto, pero profundamente trucado, queno es uno ni dos; es uno cuando queremos verlo dos, y dos cuandoqueremos verlo uno: la pareja de sirvientas como un puro paso decontradanza de apariencias. Y el lazo que une a estos dos reflejos esl mismo una relacin trucada: las hermanas se aman, se odian? Seodian por amor, como todos los personajes de Genet. Cada una en-cuentra en la otra "su mal olor" y una de ellas declara que "a la mu-gre no le gusta la mugre". Pero al mismo tiempo, por debajo, cadauna se adhiere a la otra por medio de una especie de promiscuidadcarnal que da a sus caricias la dulzura inspida de la masturbacin.Pero dnde est la verdad de esta pareja de sirvientas? Cuando lasvemos en presencia de la seora, Solange y Claire no nos parecen au-tnticas; falsa sumisin, falsa ternura, falso respeto, falso agradeci-miento: todas sus maneras de comportarse mienten. Nos vemosobligados a creer que esta falsificacin se debe a las relaciones falsas

    [716 ]

    que mantienen con su seora; cuando recuperen su soledad de dosrecuperarn tambin sus verdaderos rostros. Pero cuando quedan so-las representan: Claire representa el papel de la seora y Solange elde Claire. y esperamos a pesar nuestro la vuelta de la seora, que ha-r que caigan las mscaras y har que vuelvan a su verdadera condi-cin de domsticas. En consecuencia, su verdad est siempre en otraparte: en presencia de los amos la verdad de un sirviente consiste enser un falso sirviente y ocultar al hombreque es bajo un disfraz de ser-vilismo; pero en su ausencia el hombre no se pone ms de manifies-to, pues la verdad del sirviente, en la soledad, es representar el papeldel amo. Yes cierto que los criados, cuando el amo est de viaje, fu-man sus cigarros, se ponen sus ropas, imitan sus modales. Cmopodra ser de otro modo puestO que el amo con.vence al sirviente deque no hay otro medio de ser hombre que hacindose patrn? Es untorniquete de apariencias: un criado es ora un hombre que finge sersirviente, ora un sirviente que finge ser un hombre, en otras palabras,un hombre que suea horrorizado que se hace sub-hombre o unsub-hombre que suea con odio que se hace hombre.

    Por consiguiente, cada una de las dos sirvientas, por turno, fin-ge que es la seora. Cuando se levanta el teln Claire est sentada an-te el tocador de su seora y trata de hacer los gestos y de hablar ellenguaje de sta. Para Genet se trata de un verdadero encantamien-to: veremos ms adelante que el inferior, imitando los gesros de susuperior, lo atrae traidoramente a s y se impregna con l. Esto nadatiene de sorprendente, pes la seora misma es una falsa seora quefinge la distincin y la pasin por el seor y que suea con atraer alla el alma 'le una puta 'que abraza a su Mac en la crcel.

    As Geriet poda sin dificultad hacerse Stilitano, porque Srilitanomismo finga 'que era Stilitano. La seora no es ms verdadera enClaire que en la seora misma: la seora es un gesto.

    Solange ayuda a su hermana a ponerse un vestido de su ama yClaire, desempeando su papel con exaltacin, tensa, crispada comoGenet mismo, insulta a Solange como todas las noches, hasta que laltima, como todas las noches, no pudiendo aguantar ms, la abofe-tea. Se trata, por supuesto, de una ceremonia, de un juego sagrado quese repite con la monotona estereotipada de los sueos de un esquizo-frnico. En resumen, Genet, cuyas fantasas son tambin con Irecuen-

    [7'17 ]

    -

  • ca resecas y ceremoniosas )' que las repite un da tras otro hasta agotarsu encanto, introduce al espectador en la intimidad de su vida interior:se hace sorprende!' en el perodo de encantamiento, se descubre, se en-tregaj no nos oculta nada de la monotona; la puerilidad de sus fiestassecretas y de las que es completamente consciente. E inclusive nos in-vita a ver lo que l no ver nunca porque no puede salir de s mismo:e! anverso y e! reverso, la realidad (si la hay) y su disfraz. En cuanto alpape! mismo, se reconocern sin dificultad los temas favoritos de Ge-neto En primer lugar, las sirvientas tienen que querer hasta la desespe-racin y e! horror la condicin servil que se les impone; as Genetquiere ser e! bastardo, e! desperdicio que la sociedad ha hecho de l. Yeste juego cruel proporciona la demostracin rigurosa de lo que diji-mos anteriormente: no se puede querer ser lo que se es sino imagina-riamente, para que vivan hasta lapasin, hasta las heces, su infortunioes necesario que las sirvientas se hagan sus autoras. Por consiguiente,Solange desempea e! pape! de sirvienta, pero permanecera demasia-do cerca de la realidad si siguiera siendo Solange: ha se podra decidirsi toma por su cuenta su domesticidad o si realiza realmente y por cos-tumbre tareas serviles. Para convertirse en sirvienta por su propia vo-luntad, Solange finge que es Claire. No puede querer ser Solange la _sirvienta porqu,e es Solange, por consiguiente, desear ser una Claireimaginaria para adquirir una de las principales caractersticas de estaClaire, que es ser sirvienta. Una Claire fantasma viste a una seoraimaginaria. Aqu se organiza un pequeo torbellino local: un actor de-sempea e! pape! de una sirvienta que desempea e! pape! de una sir-vienta. La apariencia ms falsa se une al ser ms verdadero, pues laverdad de! actor y la fantasa de Solange consiste en desempear el pa-pel de una sirvienta. De ello resucita esto -que no deja de encantar aGenet-: que para "ser verdadero" e! actor debe fingir que es filso. Enefecto, Solange, que no es una actriz profesional, desempea mal supapel de sirvientaAs el actor se aleja tanto ms de su realidad de ac-tor cuanto ms se le acerca. Joyas falsas, perlas falsificadas, amoresmentirosos de Genet: un actor finge que es actor, una sirvienta fingeque es sirvienta; su verdad es su mentira y su mentira es su verdad. Sedir lo mismo del actor que desempea e! papel de Claire haciendo deseora: Genet nos lo confirma en sus indicaciones escnicas: "Los ges-tos y e! tono sern exageradamente trgicos".

    [718 ]

    Es que la ceremonia tiene 6tto'sentido,ms:es;uda misa 'negra,Lo que se representa cada noche es el asesinato de la seora, un ase- .,sinato siempre interrumpido, una ceremonia siempre inconclusa. Se 1trata de hacer lopeor: la seora es benvola, "la seora es buena", rna- 1tarn a-su bienhechora precisamente porque les ha hecho bien. El ac-to ser imaginario porque el Mal es la imaginacin. Pero inclusiveimaginariamellte est falsificado de antemano. Las sirvientas sabenque no tendrn tiempo para llegar al crimen,

    "'SOLANGE. -Siempre ocurre lo mismo. Y por tu culpa. Nuncaests lista a tiempo. No puedo rematarte."

    "CLAIRE. -Lo que nos quita tiempo son los preparativos."Por consiguiente, la comedia de! sacrilegio oculta un comporta-

    miento de fracaso; es imaginaria en segundo grado: Claire y Solangeni siquiera interpretan la comedia de! asesinato, fingen interpretarla.En esto no hacen ms que imitar a su creador: hemos visto que Ge-net prefiere e! asesinato imaginario al asesinato real, porque en el pri-mero la voluntad de mal, aunque sigue siendo completa, lleva e!amor a la nada hasta reducirse ella misma a la impotencia. En reali-dad, Solange y Claire se satisfacen plenamente con esta apariencia decrimen: lo que les gusta en ella ms que todo es el sabor de nada queles deja. Pero con una mentira complementaria fingirn, una y otra,la decepcin por no haber llegado hasta e! final. Y, por lo dems,qu habra "en el final"? El verdadero asesinato de la falsa seora?El falso asesinato de Claire? Tal vez no lo saben ellas mismas.

    ',Queda que en este fantasma de comedia, que ni siquiera termi-na como cornedia.i' el gran papel de esa noche le est reservado aClaire: a ella le corresponde encarnar a la seora y exasperar a Solan-ge hasta impulsarla al crimen. Pero Solange encarna a Claire, de ahuna nueva desintegracin: las relaciones de la falsa seora con la fal-sa Claire son de fondo triple, cudruple. Al principio, Claire se haceser la seora porque la ama: amar, para Genet, es querer ser. En la se-ora florece, se evade de s misma. Pero tambin se hace ser la seo-ra porque la odia: e! resentimiento irrealiza, la seora no es ya msque un fantasma pasivo que se har abofetear en las mejillas de Clai-

    3 Gen~t est acosHanbrado a estas ceremonias inc~nclusas: nos confa, en el Mimde de faRose, que acariciaba a Bulkaen con el pensamiento pero lo abandon ames de llegar a la ereccin,

    l 7,19 ]I

  • re. Adems, la interpretacin de Claire es forzada: no se proponemostrar a la seora tal como es, sino hacerla odiosa. La senara, laamable, la buena senara, insulta a sus sirvientas, las humilla, las exas-pera. Y no se sabe si esta deformacin caricaturesca tiende a mostraral ama como es en realidad, a revelar la verdad de esa bonachoneraindiferente que oculta tal vez una crueldad despiadada, o si ejerce yauna venganza imaginaria metamorfoseando a la senara, con el en-cantamiento del gesto, en una arpa. Uno de los motivos de los ac-tos auto-punitivos, segn nos revela el psicoanlisis, es obligar al jueza castigar injustamente y asignarle con eso una culpabilidad que ledesacredita y le hace indigno de juzgar. Con su interpretacin del pa-pel de la seora Claire la transforma en juez injusto y se libra de ella.Pero al mismo tiempo, en el pape! de la senara, insulta y humilla aSolange, a la que odia; a Solange, que es su mal olor: "Evite rozarme.chese hacia atrs. Huele a fiera. De qu infecta buhardilla dondepor la noche vienen a visitarla los criados, trae usted esos olores?" S-lo que Solange est a cubierto: representa e! pape! de C1aire. En pri-mer lugar, como hemos visto, porque le es ms fcil asumir comofalsa Claire su condicin de sirvienta, y luego porque Claire no pue-de ser la senara sino si se parece a la senara ante sus propios ojos. 50-lange, al hacerse Claire, simboliza el esfuerzo extraordinario de unaconciencia reflexiva que se vuelve sobre s misma y quiere ver cmoaparece a los otros. Esta empresa est condenada al fracaso: o bien laconciencia reflexiva es real pero su objeto desaparece en lo imagina-rio (Genet no puede verseladrn sino poticamente), o bien el obje-to sigue siendo real pero es la reflexin la que pasa a lo imaginario(Erik se imagina que se ve con los ojos del verdugo). La comedia deSolange pertenece a esta segunda categora: es Claire que se ve refle-xivamente en lo imaginario. El pblico de Claire es el fantasma deella misma como otra. Es, por consiguiente, a s misma a quien hu-milla, es a s mis'~la a quien dice: "Mantenga sus manos lejos de lasmas, su contacto es horrible". Solange, la seora, todas las aparien-cias intermedias, desaparecen. Claire se viste sola ante el espejo, en e!desierto. As e! amor-odio que siente por la senara oculta el que sien-te por Solange y finalmente el que siente por s misma. Y cada unode estos sentimientos es en algn aspecto imaginario. Su odio a la se-ora se desdobla; en tanto que Claire es su fuente, se irrealiza y se

    [720 ]

    consume en la interpretacin caricaturesca que hace de ese personaje;pero por otra parte pasa a Solange, quien, falsa Claire, hace objeto ala falsa senara, por cuenta de su hermana, de un odio ficticio. En loque respecta alodio que Claire siente por Solange, est totalmentecubierto y disfrazado por la comedia: no es ficticio, ciertamente, pe-ro slo encuentra a su alcance instrumentos y modos de expresin fic-ticios; para odiar a Solange, Claire no tiene ms recurso que hacersela seora que odia a C1aire. Finalmente, el odio que C1aire siente pors misma necesita que por lo menos uno de los dos trminos de esarelacin afectiva sea imaginario: para odiar y para amar tiene que ha-ber dos personas; por consiguiente, Claire no puede odiar sino a unfantasma de s misma encarnado por Solange. Pero volvemos a darcon un torniquete, pues al mismo tiempo los sentimientos son verda-deros; es cierto que Claire odia a la senara, cierto que odia a Solangey que, por medio de Solange, trata de odiarse a s misma. De nuevolo falso es verdadero y lo verdadero no puede expresarse sino por me-dio de lo falso. Y cuando C1aire llama a Solange "arrastrada", cuan-do Solange, extasiada, exclama: "La seora se encoleriza!", quininsulta a quin? Y quin siente el insulto con esa voluptuosidad ma-soquista? A la inversa, quin tienta a quin hasta llevarla al homici-dio? Y quin abofetea a quin? Este bofetn es un rito sagrado quesimboliza la violacin de Genet por e! Macho. Pero nos aturde de talmodo este torbellino de apariencias que no sabemos si es Claire laque abofetea a la seora, C1aire la que abofetea a C1aire, Solange laque abofetea a C1aire o Solange la que abofetea a Solange.4 Queda,se dir, que la yerdadera Solange ha hecho un acto real y que la ver-dadera Claire ha sentido un verdadero dolor. As es, pero sucede coneste bofetn lo que con los robos de Genet. Se recordar que stos,aunque cometidos realmente, eran vividos imaginariamente. Esta bo-fetada es, por consiguiente, un acto potico: se evapora en gesto, e!dolor mismo que causa es vivido imaginariamente. Por otra parte, almismo tiempo est corrodo por debajo, pues esta verdadera bofeta-da sentida imaginariamente es una bofetada falsa que un actor fingeque da a otro actor.

    4 Pues Solange se odia en Claire como C1aire en Solange.

    [721 ]

  • Este artificio extraordinario, este disparatado embrollo de apa-riencias, esta superposicin de torniquetes que envan constante-mente de lo verdadero a lo falso y de 10 falso a lo verdadero, enresumen esta mquina infernal, Genet se cuida bien al principio demostrarnos su disposicin; cuando se levanta el teln vemos a unajoven seora impaciente y nerviosa que reprende a su sirvienta. Ape-nas si de vez en cuando una palabra inslita, un gesto que desento-na, iluminan con una luz inquietante esta escena familiar. Pero depronto suena un despertador: "Las dos mujeres se acercan la una a laotra, emocionadas". Claire, con la voz cambiada, murmura: "Dmo-nos prisa. La seora va a volver". Empieza a desabrocharse el vesti-do: "Hace un tiempo bochornoso" y ellas estn "cansadas y tristes";para volver a ponerse sus pequeas faldas negras necesitan un pocode esa "grandeza de alma" de que dio pruebas Divine al volver a po-nerse la dentadura postiza en la boca. Entretanto el espectador, en eldeslumbramiento de un relmpago, ve hasta en el corazn de las ti-nieblas esa pasmosa disposicin de apariencias: todo era falso; la es-cena familiar era una imitacin diablica de la vida cotidiana. Laescena entera estaba preparada para desilusionarnos. Este alto preciode la apariencia se debe, segn Genet, a que, como el Mal del que esla encarnacin pura, se roe a s misma y se destruye. Eh la vida co-rriente los casos de volatilizacin son raros: el platillo se rompe yquedan los pedazos. Pero la apariencia nos ofrece cierto ser, nos loentrega, nos lo tiende y, si adelantamos la mano, este ser se reabsor-be de pronto. En el juego de manos con tres naipes el jugador nopierde de vista el as de copas, sabeque es el primer naipe del tercerpaquete, lo seala o le da vuelta; es el as de espadas. Siente entoncesen su carne una desilusin extraa y brutal; durante un segundo creetener la intuicin de la nada; s, la nada se convierte en una apari-cin, el no-ser en una riqueza que lo colma, la ausencia del as de co-pas es ms virulenta, mucho ms inmediata que la presencia del asde espadas. Un instante despus su percepcin ha recuperado su ple-nitud, pero sigue embaucada: la nada ha desaparecido, se ha dejadoentrever y se ha desvanecido Pero Cmo el no-ser que no existepue-de no existirya? Si el as de copas ha desaparecido, por qu no desa-parece tambin el as de espadas? Yqu es el no-ser si puede llenarmede pronto con su vaco? En Las sirvientasel instante ambiguo de la

    [722 ]

    desilusin O de las' ilusiones superpuestas que se derrumban como uncastillo de naipes merece con justicia: el nombre de instante puro dela Mentira. Pues cuando el espejismo del Sahara desaparece descubreverdaderas piedras. Perolas apariencias engaosas que en la obra tea-tral se disipan dejan al descubierto en su lugar otras apariencias (lafalsa seora vuelve a convertirse en Claire, falsa sirvienta, falsa mu-jer, y la falsa Claire vuelve a convertirse en Solange, la falsa sirvien-ta). En este instante el espectador tiene al principio la intuicindemonaca de la nada. Es decir que el ser se revela como no siendonada, pero como la apariencia desaparece ordinariamente ante el ser,las ilusiones que se desvanecen le dejan la ilusin de que es el ser elque las reemplaza. De pronto esta pantomima de un joven varn queaparenta que es mujer leparece que es la verdad. Es como si compren-diera de pronto que lo nico verdadero es la comedia, qu~ las nicasmujeres reales son hombres, etc. El ser se ha revelado no-ser y conello el no-ser se convierte en ser. Este instante en que las luces vaci-lan, en que la unidad voltil del ser del no ser con el no ser de! ser serealiza en la penumbra, este instante perfecto y perverso nos hacecomprender desde dentro la actitud mental de Genet cuando suea:es el momento del Mal. Pues para estar bien seguro de que jams ha-ce un buen uso de la apariencia, Genet quiere que sus sueos, esca-lonados .en dos o tres peldaos de irrealizacin, se muestren por Mmismos en su nada. En esta pirmide de fantasmas la apariencia l-tima irreal iza todas las otras: as el muchacho que desempea el pa-pe! de Claire se irrealiza en joven sirvienta para que sta se puedairreal izar en seora. Ahora bien, como he mostrado, una aparienciatoma su ser del ser: as "Claire" toma su ser del muchacho que la in-terpreta. Ahora bien, "la falsa seora" existe por Claire, que no exis-te. Y puesto que toma su ser de un fantasma, e! ser de esta aparienciano es sino una apariencia de ser. Con ello Genet se da por satisfecho:por una parte tiene la apariencia pura, aquella de que e! ser mismoes apariencia, es decir la que parece ser apariencia de parte a parte,no tomar nada del ser y finalmente producirse ella misma, lo que,como se sabe, es una de las dos exigencias contradictorias del Mal;pero por otra parte esta pirmide de apariencias oculta e! ser que sos-tiene a todas (el movimiento verdadero, las palabras verdaderas quepronuncia e! joven actor en la pieza; el movimiento y las palabras que

    [7,23 ]

  • en la vida ayudan a Genet a soar) y como, no obstante, ellas exis-ten de alguna manera, parece que cada una toma su ser de la que laprecede inmediatamente. As, al desvanecerse el ser en apariencia entodos los escalones, parece que lo real es fusible, que se reabsorbecuando se lo toca. En estos trucos pacientes la apariencia se revela almismo tiempo como pura nada y como causa de s misma; y el ser,sin dejar de erigirse como realidad absol uta, se hace evanescente. Tra-ducido esto en el lenguaje del Mal: el Bien no es ms que ilusin; elMal es una Nada que se produce a s misma sobre las ruinas del Bien.

    ndice

    San Genet: el bien y el mal en el jardn de Sartrepor Eduardo Grner ..

    Libro 1La metamorfosis

    El nio melodioso muerto en m mucho antes que mecorte el hacha .

    Una palabra vertiginosa .

    Libro IIPrimera conversin: El mal

    7

    3148

    [724 ]

    Yo ser el ladrn 85He decidido ser lo que el delito ha hecho de mL........... 96

    1 La intencin de ser , 1002 La intencin de hacer 1033 Hacer para ser 107

    di .. I I 111La pareja eterna e crrrruna y a santa ,.Yo es otro : 182Un trabajo cotidiano, largo y engaoso 195Para llegar a ser todo desead no ser nada en nada.................... 243

    [7)5 ]

  • 1 La Santidad como hecho social.. 2452 La Santidad como determinacin subjetiva 254

    Can 3051 El clima afectivo 3052 El mundo exterior. 3123 El lenguaje 3344 La negacin de la historia 3705 Los torniquetes 392

    Libro mSegunda metamorjosis: El esteta

    Extrao infierno de la belleza 4211 La imagen 4212 El gesto 4353 La palabra oo 461

    Yo he ido hacia el robo como hacia una liberacin,hacia la luz 472

    Libro IVTercera metamorjosis: El-escritor

    Un mecanismo que tiene el rigor exacto del verso 499Y yo, ms bondadoso que un ngel malo, la llevo de

    la mano 5251 Las criaturas 5282 Las palabras 5343 Las imgenes 543

    Las bellas letras consideradas como un asesinato 565Mi victoria es verbal y la debo a la suntuosidad de los

    trminos 632Plegaria por el buen uso de Genet 676

    [ 726]

    Apndices

    1. El hombre honrado pintado por l mismo 697 L:'l.n. El test Tzedek 704IIl. Las sirvientas 708

    I

    (127 ]