SARTORI, “PARTIDOS Y SISTEMAS DE PARTIDOS”

CAPÍTULO 1: EL PARTIDO COMO PARTE

El término “partido” fue sustituyendo gradualmente al de “facción” ya que este último estaba entendido como un mal que perturbaba el bien común.La transición de la facción al partido se basa en un proceso evolutivo: “la transición de la intolerancia a la tolerancia, de la tolerancia al disentimiento y, con el disentimiento a creer en la diversidad”. Los partidos llegaron a verse aceptados al aceptar que la diversidad y el disentimiento no son incompatibles con el orden político. Aparecía la idea de que no necesariamente el mundo monocromático es la única fundación posible. Los partidos y el pluralismo se originan en el mismo sistema de creencias y en el mismo acto de fé.El autor se pregunta qué queremos decir con pluralismo. El pluralismo de los partidos se vio precedido por el pluralismo constitucional (división de poderes y la doctrina de equilibrio entre los poderes) y este último no abrió camino al primero. El constitucionalismo había aspirado al gobierno mixto, no al gobierno de los partidos. Sartori conceptualiza el término en tres niveles: el cultural, el societal y el político. Este último se refiere a la existencia de una pluralidad de grupos que son tan independientes como no inclusivos concebido como la pluralidad de grupos independientes e inclusivos entre sí. Así la existencia de los partidos en plural es producto del pluralismo. Nombra ciertos aspectos importantes: el mejor término que expresa la visión pluralista es el disenso; el pluralismo es la base principal sobre la cual se puede sostener y legitimar el principio limitado de la mayoría, que quienes se hallan en la mayoría deben respetar los derechos de la minoría, la secularización fomenta el pluralismo y, por último, el pluralismo no consiste simplemente en asociaciones múltiples.Plantea una distinción entre gobierno responsable y gobierno que responde. Entre i)el partido que queda fuera de la esfera de gobierno, ii)el partido que funciona dentro del ámbito del gobierno, pero no gobierna, y iii)el partido que gobierna, que asume la función gubernamental. Existen, además, muchas fórmulas intermedias.Hasta el s. XIX no existía el gobierno por partidos sino que era el gobierno responsable. Este consiste en que los ministros sean responsables ante el Parlamento. En general, el gobierno responsable ante las cámaras se convierte a la larga en un gobierno responsable, ante el pueblo y, por lo tanto, en un gobierno que responde.Dos elementos de retroacción intervienen cuando las elecciones son verdaderamente: la solidificación del partido y aquella que lleva del gobierno responsable al gobierno que responde.El sistema de partidos es un requisito estructural del sistema político y es uno de sus subsistemas.

Sartori plantea tres razones por las que se entra en partidos, conforme a tres premisas:1. Los partidos no son facciones. 2. Un partido es parte de un todo. 3. Los partidos son conductores de expresión.

CAPITULO 5: CRITERIO NUMÉRICO

La distinción entre sistemas unipartidistas, bipartidistas y multipartidistas es insuficiente. El autor se preguntar si tiene sentido clasificar los partidos o no, a lo que dice que sí concierne ya que la cantidad de estos indica una importante característica del sistema político, es decir la

medida en que el poder político está fragmentado o no, disperso o concentrado. Y, con solo saber cuántos partidos existen, estamos alerta al número de posibles corrientes de interacción que intervienen. Sartori dice que entre mayor sea el número de partidos, mayor será la complejidad y probablemente la complicación del sistema. También mantiene el criterio numérico, pero lo considera como la variable primariaEl problema que se plantea es qué partidos importan. La importancia de un partido no está solo en función de la distribución relativa del poder, sino también, en función de la posición que ocupa en la dimensión izquierda-derecha. El autor dice que la fuerza de un partido es en primer lugar, su fuerza electoral.

CAPÍTULO 6: SISTEMAS COMPETITIVOSEn primer lugar postula que cuando no hay un partido de centro, es probable que haya una tendencia de centro. Existe un punto crítico que se encuentra entre cinco y seis partidos y estos deben de ser importantes. Así se descartan los partidos que carecen de “utilidad de coalición”, salvo que su “capacidad de intimidación” afecte a la táctica de la competencia entre partidos. Y, en segundo lugar, nombra la variable de control de la distancia ideológica.

Características del pluralismo polarizado:

- Presencia de partidos antisistemas: un partido es antisistema cuando socava la legitimidad del régimen al que se opone. El partido antisistema no cambiaría el gobierno, sino el mismo sistema de gobierno. Tienen una ideología extraña.

- Existencia de oposiciones bilaterales: dos oposiciones excluyentes que no

pueden sumar sus fuerzas.

- Ubicación central de un partido o un grupo de partidos: el sistema es multipolar en el sentido de que su mecánica competitiva depende de un centro que debe enfrentarse tanto con una izquierda como con una derecha. Este sistema es centrífugo.

- Polarización: existe cuando hay distancia ideológica.

- Prevalencia de los impulsos centrífugos sobre los centrípetos.

- Estructuración ideológica congénita: el sistema adquiere un interés creado en

fomentar un tipo ideológico de canalización, debido a dos razones: al existir tantos partidos por separado, éstos no pueden permitirse una falta pragmática de diferenciación y casi todos los partidos son grupos relativamente pequeños.

- Oposiciones irresponsables: característico de los partidos antisistemas, son una

oposición permanente, y se niega a identificarse con el sistema político, cuyas promesas no se prevé que se vallan a cumplir nunca.

- Política de superoferta: esto se refiere a promesas excesivas.

La política competitiva no está condicionada sólo por la presencia de más de un partido, sino también por un mínimo de competencia limpia.Es importante preguntar cuáles son las posibilidades de supervivencia de las comunidades políticas polarizadas. Un sistema político que se caracterice por impulsos centrífugos, una oposición irresponsable y una competencia sucia difícilmente puede ser un sistema viable. Se busca integrar a los partidos antisistemas al sistema. Existen dos formas, integración positiva (se incluye en las decisiones de gobierno, es decir se toma como una oposición constructivista) e integración negativa. Existen dos tipos de política: visible e invisible, que se mantienen en una diferencia primero y luego en una interrelación. La primera corresponde a las palabras y las promesas destinadas a los medios de comunicación social, mientras que la segunda a los tratos y las palabras para el consumo privado.Cómo se integre un partido antisistema al sistema dependerá de que si existen procesos recíprocos de relegitimación que sustituyan a los procesos anteriores de deslegitimación. La debilidad interna debe de ser superada.

En cuanto a la verificación de los casos, el autor menciona que se basa la tipología de los tipos, limitándose a la distinción que existe entre tipos polares o puros (los tipos polares representan los extremos de un continuo o de un orden serial, mientras que los puros representan las normas, los parámetros a través delos cuales se pueden comparar los términos de mayor o menor proximidad) y tipos empíricos o extractados (se adaptan a la frecuencia o la probabilidad del acontecer empírico). El hecho de que el número de partidos afecte a la mecánica del sistema presupone una partida política endógena que se refiere a un grado suficiente de autonomía internacional en los asuntos internos.