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GIOVANNI SARTORI PARTIDOS Y SISTEMAS DE PARTIDOS MARCO PARA UN ANÁLISIS Segunda edición ampliada Versión de Fernando Santos Fontenla Alianza Editorial

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Sartori Giovanny_Partidos y Sistemas de Partidos_El Criterio Numerico_pp149-162

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  • GIOVANNI SARTORI

    PARTIDOS Y SISTEMAS DE PARTIDOS

    MARCO PARA UN ANLISIS Segunda edicin ampliada

    Versin de Fernando Santos Fontenla

    Alianza Editorial

  • CIENCIAS SOCIALES ENSAYO

    EL LIBRO UNIVERSITARIO

  • Ttulo original:

    Parta and Party System - A Framework forAnalysis Publicado originalmente en ingls por Cambridge University Press, 1976

    Primera edicin en Alianza Universidad: 1980

    Primera edicin en Ensayo: 1999

    Tercera reimpresin: 2003

    penas de prisin y/o multas, adems de las correspondientes indemnizaciones por daos y perjuicios, para quienes reprodujeren, plagiaren, distribuyeren o com unicaren pblicam ente, en todo o en parte, una obra literaria, artstica o cientfica, o su transform acin, interpretacin o ejecucin artstica fijada en cualquier tipo de soporte o com unicada a travs de cualquier medio, sin la pre

    ceptiva autorizacin.

    Giovanni Sarrori

    Ed. cast.: Alianza Editorial, S. A., Madrid, 1980, 1987,1992, 1994, 1997,

    1999, 2000, 2002, 2003

    Calle Juan Ignacio Luca de Tena, 15; 28027 Madrid; telf. 91 3938888

    www.alianzaeditorial.es

    ISBN: 84-206-2929-4

    Depsito legal: M. 32.273-2003

    Impreso en Closas-Orcoyen, S. L. Polgono Igarsa

    Paracuellos de Jarama (Madrid)

    Printed in Spain

  • INDICE

    Introduccin a la segunda edicin espaola ........................... 9

    Abreviaturas ...................................................................................... 13

    Parte I. E l MOTIVO: POR QU HAY PARTIDOS?

    1. El partido como parte .......................................................... 17

    2. El partido com o un todo ..................................................... 59

    3. El marco prelim inar ............................................................... 78

    4. El partido po r dentro ............................................................ 95

    Parte II. SISTEMAS DE PARTIDOS

    5. El criterio num rico ............................................................... 149

    6. Sistemas com petitivos ............................................................ 163

    7. Sistemas no com petitivos ..................................................... 257

    8. Comunidades polticas fluidas y cuasi partidos ............ 288

    9. El marco global ....................................................................... 318

    10. Competencia espacial ............................................................. 374

    Apndice.................................................................................................. 413

    7

  • Captulo 5

    EL CRITERIO NIJMERTCO

    5.1. El problema

    Existen ms de 100 Estados en los que, al menos sobre el papel,

    existe algn tipo de disposicin de partidos La variedad de esas

    disposiciones es tan impresionante como su nmero. Cmo ordenar

    el laberinto? Desde hace mucho tiempo, los sistemas de partidos se

    vienen clasificando mediante la cuenta del nmero de partidos, sean

    de uno, de dos o de ms de dos. Pero ahora ya existe acuerdo casi

    unnime de que la distincin entre sistemas unipartidistas, bipartidis

    tas y multipartidistas es muy insuficiente. E incluso se nos dice que

    un juicio acerca del nmero de partidos importantes... oscurece ms

    de lo que aclara 2.

    * Partes de los captulos 5. 6 y 7 aparecieron con el ttulo de Tvpology of Partv Systems - Proposals for Improvement (Tipologa de los sistemas de partidos - Propuestas para mejorarlas) en Stein Rokkan, Erik Allardt. comps.. Mass Politics: Si lidies in PoHlictil Sociology. Free Press. 1970. La diferencia entre la redaccin anterior, abreviada, y la actual tambin es de fondo. En los captulos 5 y 6 me ha sido de gran ayuda el asesoramiento de Hans Daalder. Aunque los posibles errores seran todos mos, a l debo muchas mejoras.

    1 El Proyecto Internacional Comparado de Partidos Polticos enumera unos 90 pases y 250 partidos polticos, cifra que comprende slo los partidos que superan el umbral del 5 por 100 de los escaos. Vase Janda, Retrieving Information for a Compara ti ve Study of Political Parties, en Crottv, comp., Approaches lo he Study o Party Organiza! ion. [>. cil.. Apndice B. Por otra parte, Blondel cuenta 107 sistemas unipartidistas y de ms de un partido 1/1 Introdnction lo Comparativa Government, op. cil., pg. 1-10).

    - Crottv, Political Parties Research, en Approaches lo ihe Study t> Polilifiil Science, cil.. pg. 2N2.

    149

  • 150 Giovanni Sartori

    Una reaccin al enfoque de la cuenta de partidos consiste simple

    mente en abandonar la base numrica, precisamente a partir del

    supuesto de que la distincin tradicional entre los modelos biparti

    dista y multipartidista no ha acarreado percepciones lo bastante signi

    ficativas. As, LaPalombara y Weiner proponen para los sistemas

    de partidos competitivos la siguiente tipologa cudruple: i) ideo

    lgicos hegemnicos; i) pragmticos hegemnicos; iii) ideolgicos

    turnantes; iv) pragmticos turnantes '. Este plan es muy sugestivo,

    pero demasiado general. Otra reaccin consiste en dejar que los datos

    - especialmente los resultados electorales determinen las clases,

    esto es, los diferentes racimos de sistemas de partidos. Eso es lo que

    sugiere, por ejemplo, Biondel \ Una tercera reaccin consiste en

    preguntarse si necesitamos en absoluto las clases, esto es, si tiene

    algn sentido clasificar los sistemas de partidos. En este caso se

    aduce que nuestro universo es continuo, y, por tanto, lo nico que

    necesitamos es un ndice de fragmentacin, o de fracciona!ilacin,

    o de dispersin lineal, etc. De estas sugerencias se tratar y se comen

    tar en su momento . De momento limitmonos a sealar que casi

    cada autor plantea su propio esquema \ Ya son pltora las clasifica

    ciones y las tipologas de los sistemas de partidos, y la norma parece

    ser la confusin y la profusin de trminos '.

    Parece, pues, que entramos en un crculo vicioso. Por una parte,

    estamos a punto de ahogarnos en un embarras ele richcssc. Por la otra, esta misma proliferacin atestigua que el universo de los parti

    dos necesita mucho, y cada vez ms, que se establezca su cartografa.

    ' Political Parties iiml Poltica! Dcveleipn/enl, op cil.. pgs. 34 y 36. ^ Vase especialmente lean Biondel, Party Systems and Pattems pf Go

    vernment in Western Demacrados, en CfPS, junio de 1968. y su I litro- liiction lo Compara!ve Government, cil., pgs. 155 a 160. Pero vase tambin Kenneth Janda. Information lie! re val. Applications lo Political Science. Bobbs- Merrill, 1968, pgs. 1 -47 y 148. t

    5 Pero en especial injra, 9.3. 9.5 y 9.6.Un ejemplo reciente es James Jupp, Political Parties. Routledge & Kcgan

    Paul, 1968. cuyas clases son: i) bipartidista indistinto (por ejemplo, los Estallos Unidos, el Brasil, Turqua, Corea del Sur, Irn); i) bipartidista distinto (por ejemplo, la Gran Bretaa, el Japn, Dinamarca, Noruega); iii) mutipar- tidista (por ejemplo, Italia, Blgica. Islandia); iv) de partido dominante (por ejemplo, la India. Mxico); v) de partido nico amplio (por ejemplo, Espaa. Polonia, Yugoslavia. Kenva); vi) de partido nico estricto (por ejemplo. Egipto. Portugal): vii) totalitarios; viii) sin partido (vase el cap. 1 y el Apndice; pgs. 111 y 112). Como indican los ejemplos, casi todas las clases contienen extraos compaeros de causa.

    ' Roy C. Macridis, Introduetion a su libro de lecturas, Political Parties- Conten/porary Trem aiitl Ideas, Harper and Row, 967, pg. 20, Pero despus Macridis propone su propia tipologa (pg. 22). Respecto de a bibliografa en general, snpra. cap. 3, nota 34,

  • Partidos y sistemas de partidos 151

    Pero parece que ello requiere ms adiciones a la profusin y la

    confusin. El mal menor quiz consista en volver atrs y revisar el

    caso desde el principio. Adoleca nuestro comienzo inicial de algn

    error fundamental, o nos hemos desviado en algn punto del camino?

    Efectivamente, no est claro dnde nos hallamos. Queremos decir

    que poco importa el nmero de partidos que hay? O queremos decir,

    por' el contrario, que nuestra clasificacin no logra ordenar esos

    nmeros?

    A la primera pregunta contestara yo que s importa cuntos son

    los partidos. Para empezar, el nmero de partidos indica inmediata

    mente, aunque slo sea de modo aproximado, una caracterstica im

    portante del sistema poltico:] la medida en que el poder poltico est

    fragmentado o no fragmentado, disperso o concentrado. Anloga

    mente, con slo saber cuntos partidos existen estamos alerta al

    nmero de posibles corrientes de interaccin que intervienen. Co

    mo seala Gunnar Sjoblom, dos partidos no permiten ms que una

    corriente de interaccin recproca; tres partidos permiten tres co

    rrientes de interaccin; cuatro partidos, seis corrientes; cinco parti

    dos, 10 corrientes; seis partidos, 15, y siete partidos, 21 \ Como

    estas posibles corrientes de interaccin ocurren a mltiples niveles:

    electoral, parlamentario y gubernamental, lo que se indica claramente

    es que cuanto mayor sea el nmero de partidos (que tienen voz),

    mayor ser la complejidad y probablemente la complicacin del sis

    tema. Por ejemplo, desde el punto de vista de los electores, una

    comparacin de los partidos por pares entre sus programas entraa,

    cuando hay ocho partidos, 28 comparaciones; cuando hay nueve par

    tidos, 36, y cuando hay 10 partidos, 45 comparaciones. Adems, y en

    particular, la tctica de competencia y oposicin de los partidos

    parece guardar relacin con el nmero de partidos, y ello a su vez

    tiene gran influencia en cmo se forman las coaliciones gubernamen

    tales y cmo pueden funcionar stas.

    En resumen, la verdadera cuestin no es la de si importa el

    nmero de partidos que s importa , sino la de si un criterio

    numrico de clasificacin nos permite aprehender lo que importa.

    Hasta ahora, la respuesta es claramente que no. Y la razn prelimi

    nar es igual de clara: Ningn sistema de contar puede funcionar sin

    normas para contar. Si recurrimos a contar debemos saber cmo

    contar. Pero ni siquiera podemos decidir cundo uno es uno y cundo

    dos son dos: si un sistema es, o no es, un sistema bipartidista. Y

    entonces damos un salto al infinito, es decir, renunciamos totalmente

    s Flirt y Strategies in

  • 152Giovanni Sartori

    a contar: como no hemos logrado establecer cundo dos son dos,

    abarcamos todo el resto diciendo sencillamente ms de dos. Por

    eso, no es de extraar que el enfoque basado en el nmero de

    partidos desemboque en la frustracin. No slo no basta con tres

    clases, sino que tal como estn definidas no sirven para poner los casos en orden.

    Evidentemente, el estado actual de la cuestin es que nos hemos

    deshecho del criterio numrico de clasificacin antes de aprender a

    utilizarlo. Y creo que hay muchos motivos para dar otra oportunidad

    a este criterio. Para empezar, el nmero de partidos es un elemento

    muy visible que establece divisorias naturales v que refleja las

    condiciones del mundo real de la poltica. As cualesquiera sean

    nuestros ndices , tanto los polticos como los votantes seguirn

    combatiendo por, y discutiendo acerca de, ms o menos partidos, si

    debe aumentarse o reducirse el nmero de partidos. Por otra parte,

    no olvidemos que los partidos son el coagulante, o las unidades de

    coagulacin, de todas nuestras medidas. Despues de todo, el nmero

    de votos y de escaos que cada partido obtiene en las elecciones es nuestra base de datos mejor y ms segura.

    Habida cuenta de lo que antecede, me propongo empezar con

    las normas para contar y estudiar, con ayuda de esas normas, el

    kilometraje que nos da una clasificacin basada en el nmero de par

    tidos. Como se advertir, el criterio numrico es susceptible de buen

    uso. Por otra parte, tambin se advertir que para hacer ese buen uso

    hace falta ayuda. Al comienzo, y durante bastante rato, resulta

    correcto decir que, aunque no vaya solo, el criterio numrico sigue

    siendo la variable primaria. Pero se llega a un punto en que no basta con contar pura y simplemente.

    5.2. Normas para contar

    En resumen, el problema es: Qu partidos importan? No podemos contar todos los partidos simplemente por las apariencias. Y

    tampoco podemos resolver el problema contndolos por orden decre-

    ciente de fuerzas. Es verdad que el cuntos son tiene que ver con eli qu fuerza tienen. Pero persiste la cuestin de cunta fuerza hace que \ un partido sea importante y cunta debilidad hace que un partido no

    tenga importancia. A falta de mejor solucin, por lo general trata

    mos de establecer un umbral por debajo del cual no se hace caso

    de un partido. Pero esta no es solucion, pues no existe un rasero

    absoluto para evaluar la importancia del tamao. Si se establece

    el umbral como se hace muchas veces al nivel del 5 por 100,

  • Partidos y sistemas de partidos 153

    ello lleva a omisiones graves Por otra parte, cuanto ms se rebaja

    el umbral ms son las posibilidades de incluir partidos sin impottan

    da. La importancia de un partido no est slo en funcin de la

    distribucin relativa del poder como es evidente , sino tambin,^

    y especialmente, en funcin de la posicin que ocupa en la dimensin

    izquierda-derecha. As, un partido que se sita en torno al nivel del

    10 por 100 puede contar mucho menos que un partido que obtiene

    slo un nivel del 3 por 100. Un caso lmite, pero elocuente, es el del

    Partido Republicano de Italia, cuyos resultados medios en los ltimos

    veinticinco aos han-sido del 2 por 100 aproximadamente. Sin em

    bargo, no cabe duda de que tiene importancia, pues durante todo

    este tiempo h a sido el elemento que inclinaba el fiel de la balanza

    de un lado u otro en una serie de mayoras gubernamentales.

    Es evidente que, si el problema tiene solucin, sta se halla en el

    establecimiento de las normas conforme a las cuales se ha de tenei

    o no en cuenta a un partido. Bsicamente, tenemos que establecer un

    criterio de no importancia respecto de los partidos menores. Sin i

    embargo, como la grandeza o la pequenez de un partido se miden

    por su fuerza, empecemos por apuntalar este concepto.

    La fuerza de un partido es, en primer lugar, su fuerza electoral.

    Hav otras cosas, pero mientras estemos aplicando el criteiio num

    rico, la base nos la da esta medida. Sin embargo, los votos se traducen

    en escaos, y esto nos lleva a la fuerza del partido parlamentario.

    Para evitar complicaciones innecesarias, podemos, pues, contentarnos

    As ocurre, por ejemplo, con el proyecto internacional comparado de partidos polticos de .landa (snpni, nota 1). Cuando se establece un umbral de5 por 100, resulta que Italia tiene tres partidos: el Demcrata Cristiano, el Comunista y el Socialista. Da la casualidad de que durante el perodo que abarca el estudio de .1 ancla hicieron falta otros tres partidos, que pasan inadvertidos en ese estudio, para establecer mayoras de coalicin (mientras que desde 1947 el Partido Comunista no ha tenido ninguna importancia en cuanto a formar gobiernos). Una solucin ms flexible es la adoptada por Richard Rose y Dcrek Urwin. esto es. incluir los partidos que han participado en tres elecciones por lo menos v han logrado el 5 por 100 por lo menos una vez tPS. septiembre de 1970. pg. 290). Pero incluso con esta solucin queda sin detectar el caso del Partido Republicano Italiano, que se recuerda en el texto, y muchos otros (por ejemplo, Noruega y Suecia, infru. cap. 6. nota 62). cambio. Rose formula la siguiente sugerencia: Las tcnicas de encuesta brindan un medio de establecer el nmero de partidos de un sistema (G o- verning Wilhotil Cotisenxtis, p. cit.. pg. 221). Esto resulta vlido para Irlanda del Norte, pero en las comunidades polticas ms complejas, al publico en general se le pasan por alto, entre otras cosas, las sutilezas del valor de la posicin de los partidos. Abraham de Swaan, en Coiilition Fbeores miil Cubinel Fonmi/ions, Elsevicr. 1973. reduce el umbral lmite al 2.5 por 100 (pero o eleva, en el caso de Dinamarca, al 3.5); aun as, en el caso de Italia no solo olvida a los republicanos, sino tambin a los liberales, que de hecho han

    ocupado puestos en el gabinete.

  • ton la fuerza en escaos, que a fin de cuentas es lo que importa

    cuando han pasado las elecciones. Una vez ms, en aras de la senci

    llez pero tambin de la comparabilidad muchas veces basta, en

    los sistemas bicamerales, con remitirse a los escaos en la Cmara

    Baja, siempre que en la otra Cmara las mayoras no sean diferentes.

    Entonces resulta permisible comenzar con esta medida: la fuerza del

    , partido parlamentario se indica por su porcentaje de escaos en la Cmara Baja.

    El paso siguiente consiste en cambiar el foco al partido como

    instrumento de gobierno. Este cambio tiene poco inters con respecto

    a los sistemas bipartidistas, pero cuantos ms sean los partidos, ms

    debemos preguntarnos acerca del potencial de gobierno, o las posibilidades de coalicin de cada partido. Lo que verdaderamente pesa

    en la balanza del mutipartidismo es la medida en que se pueda nece

    sitar a un partido para una o ms de las posibles mayoras guberna

    mentales. Un partido puede ser pequeo y, sin embargo, tener gran

    des posibilidades en las negociaciones para montar una coalicin.

    A la inversa, es posible que un partido sea fuerte y, sin embargo,

    carezca de capacidad para negociar su presencia en una coalicin.

    La cuestin ahora es la de si se puede realizar un clculo realista de

    las posibilidades de coalicin de cada partido a base exclusivamente de su fuerza. Evidentemente la respuesta es que no, pues este criterio

    nos llevara a estudiar todas las mayoras numricas posibles, cuando

    lo que nos interesa son las coaliciones viables, lo cual significa nicamente las que son ideolgicamente consonantes y permisibles Por

    [tanto, la norma para decidir en una situacin multipartidista

    cundo se debe o no contar a un partido es la siguiente:i

    Norma 1. Se puede no tener en cuenta por no ser impor

    tante a un partido pequeo siempre que a lo largo de un cierto perodo de tiempo siga siendo superfino en el sentido de que

    no es necesario ni se lo utiliza para ninguna mayora de coali

    cin viable. A la inversa, debe tenerse en cuenta a un partido,

    por pequeo que sea, si se halla en posicin de determinar a lo

    largo de un perodo de tiempo y en algn momento como

    mnimo una de las posibles mayoras gubernamentales.

    Esta norma tiene una limitacin, pues slo es aplicable a los par-

    111 El abismo que separa a las coaliciones matemticamente posibles de las ideolgicamente viables se basa en el principio de que las coaliciones gubernamentales deben estar conectadas. Vase Robcrt Axclrod. Confite! oj Interes!, Markham, 1970, cap. K. De Swaan. en Conlitinii Tbeores iiiitl Ctihinel For/milinns. op. ti/., califica de cerradas a las coaliciones conectadas o adyacentes.

    154 Giovanni Sartori

  • tidos orientados hacia el gobierno y que, ademas, son ideolgicamente

    aceptables para los dems miembros de la coalicin. Ello puede

    excluir a algunos partidos relativamente grandes de la oposicin

    permanente, como los partidos antisistema. Por tanto, nuestro crite

    rio de no importancia necesita un complemento residual, o, en cir

    cunstancias especiales, un criterio de importancia. Cabe volver a

    formular la pregunta como sigue: Qu tamao, o qu dimensin,

    hace que un partido tenga importancia, independientemente de sus

    posibilidades de coalicin? Por ejemplo, en Italia y en Francia hay

    partidos comunistas que reciben una cuarta parte e incluso un tercio

    del voto total, pero cuyas posibilidades de coalicin gubernamental

    vienen siendo, desde hace veinticinco aos, prcticamente nulas. Sin

    embargo, sera absurdo no tenerlos en cuenta. Esto nos lleva a formu

    lar una segunda, norma auxiliar para contar basada en la capacidad

    de intimidacin, o, dicho, en trminos ms exactos, las posibilidades de chantaje " de los partidos orientados hacia la oposicin.

    Norma 2. Un partido cuenta como importante siempre,

    que su existencia, o su aparicin, afecta a la tctica de la com

    petencia entre los partidos y en especial cuando altera la direccin de la competencia al determinar un peso de la competencia centrpeta a la centrfuga, sea hacia la izquierda, hacia

    la derecha o en ambas direcciones do los partidos orientados

    hacia el gobierno.

    En resumen, podemos dejar de contar a los partidos que no tie

    nen: i) posibilidades de coalicin ni ii) posibilidades de chantaje. A la inversa, debemos contar a todos los partidos que tienen importancia

    gubernamental en la liza en que se deciden las coaliciones o una

    importancia competitiva en la liza de la oposicin.Es posible que estas normas parezcan excesivamente complicadas

    y en todo caso difciles de transformar en operacionales. Ms adelante;

    se tratar de su apuntalamiento operacional i:. Por ahora, sealemos

    que, para empezar, ambos criterios son postdictivos, pues no tiene

    sentido utilizarlos con carcter predictivo. En cuanto a la norma I,

    esto significa que las coaliciones viables, y por ende los partidos

    que tienen posibilidades de coalicin, coinciden, en la prctica, con

    los partidos que de hecho han participado, en algn momento, en

    gobiernos de coalicin y/o han dado a los gobiernos el apoyo que

    necesitaban para llegar al poder o para permanecer en l. Por tanto,

    11 La etiqueta no slo procede de. sino que guarda relacin con, el partido .le chantaje de Anthony Downs. Ai/ liconoi/iic Tbcon o./ Dciuticnuy. Harper& Row. 957. pfjs. 151 v 152. Vase //////. cap. 111.

    Inlni. >).-(.'

    Partidos y sistemas de partidos *55

  • en la mayor parte de los casos la norma es fcil de aplicar, siempre,

    naturalmente, que dispongamos de la informacin sencilla que requiere la misma.

    Si pasamos a la norma 2, la objecin podra ser que la direccin

    de la competencia no es cosa fcil de evaluar. Es posible que as sea

    en teora, como se ver al final. Pero en la prctica la idea del partido

    del chantaje guarda relacin sobre todo con la idea del partido anti-

    : sis tema, y tanto la importancia como el carcter antisistema de un

    partido se pueden establecer, por turno, mediante una batera de indi

    cadores ulteriores. Si mi norma trae a primer plano el partido del

    chantaje de Anthony Downs, ello se debe a que la competencia

    entre partidos es una parte central de mi argumento general. Sin

    embargo, como el partido del chantaje suele coincidir con un partido

    antisistema (pues, en caso contrario, lo ms probable es que estu

    viera comprendido en la norma 1), es perfectamente posible continuar

    con la evaluacin en el terreno parlamentario. Esto es, las posibili

    dades de chantaje del partido electoral hallan su equivalente en las

    posibilidades de veto o, de hecho, en la capacidad de veto del partido parlamentario con respecto a la promulgacin de leyes. Si queda

    alguna duda acerca de si se debe tener en cuenta o no a un partido

    del chantaje, cabe continuar con el argumento v verificarlo conforme a ese criterio.

    En general, sostengo que la dificultad de mis normas reside en el

    hecho de que, o bien a los estudiosos les resulta ms fcil ocuparse

    , 'a poltica comparada sin ningn conocimiento a fondo de los

    pases de los que se ocupan, o mis normas exigen datos que raras

    veces se renen sistemticamente. Me temo que no tengo ningn

    remedio para la primera dificultad. En cuanto a la segunda, s f es

    ms fcil exponer mis normas que aplicarlas, ello ocurre porque

    nunca disponemos de la informacin que necesitamos hasta que la

    pedimos. Adase que la informacin que requieren mis normas no

    es en nada menos objetiva que muchos de los datos a los que el

    especialista en ciencias sociales atribuye hoy da la ms absoluta con

    fianza. En cambio, sencillamente, no es cierto como veremos ms

    adelante que dispongamos de mejores medidas para lo mismo:

    contar el nmero de partidos importantes con respecto a su valor

    de posicin. S que disponemos de mejores medidas, pero para otras cosas.

    Hasta ahora sabemos cundo tres son tres, cuatro son cuatro, etc.

    Es decir, podemos ordenar los casos. La pregunta siguiente es: f Permite el criterio numrico ordenar tambin clases nuevas} Hasta ahora

    iJiovanm Sartori

    |! li/jni. 9.5 v 9.6.

  • Punidos y sistemas de partidos157

    nos hemos ocupado de contar (conforme a normas). La nueva pre-

    gilntil plantea, por as decirlo, el problema de contar de forma inteli

    gente. Como norma general, la existencia de pocos partidos indica

    poca fragmentacin, mientras que muchos partidos indican una gran

    fragmentacin. Sin embargo, al contar los partidos tambin podemos

    hallar su fuerza. Y existe una distribucin que se destaca ostensible

    mente como caso nico: aquella en que un partido cuenta l **

    y durante mucho tiempo con la mayora absoluta (de escaos). Esto

    es, una forma inteligente de contar es lo nico que necesitamos para

    ordenar con nada ms que mirar la distribucin en que un

    partido cuenta ms que todos los dems partidos juntos: la clase

    de los sistemas tle partido predominante. La ventaja de ordenar este

    sistema es que no slo cuatro clases son mejor que tres (unipartidis-

    mo, bipartidismo v multipartidismo), sino tambin que ahora tene

    mos una idea bien clara de la fragmentacin. Es evidente que un ^

    sistema de partido predominante puede ser resultado de un exceso

    de fragmentacin de todos los dems partidos, como ocurte en la

    India. Sin embargo, si decidimos que la propiedad ms destacada

    del sistema indio de partidos es que el Partido del Congreso gobierna

    solo, entonces la fragmentacin obtiene una definicin clara: no

    se declara que un sistema de partidos est fragmentado ms que

    cuando tiene muchos partidos, ninguno de los cuales se aceica a

    punto de la mayora absoluta.Existe todava una clase ms que se puede ordenar mediante una

    forma inteligente de contar. Si nos salimos del terreno de los siste

    mas de partidos competitivos y pasamos al de los no competitivos,

    es posible todava que nos encontremos con comunidades^ polticas

    (por ejemplo, Polonia, y mejor todava Mxico) con ms de un

    partido en las cuales los partidos secundarios no se pueden dejar

    meramente de lado como fachadas puras y simples. Por otra parte, s

    es cierto que estos partidos secundarios y perifricos cuentan menos.

    Por as decirlo, tienen permiso y nicamente se les permite existir

    como partidos subordinados. Esos son los sistemas que yo califico de

    hegemnicos. Y se los puede detectar mediante una forma inteligente

    de contar, lo cual significa, en este caso, contar primero al partido

    hegemnico y a los partidos subordinados por scpaiado.

    "'Al llegar a este punto parece que se han agotado las posibilidades

    del criterio numrico. Dentro de poco entrar en la distincin entic

    pluralismo limitado (moderado) y pluralismo extremo (polarizado).

    Pero no es posible identificar y mantener estas clases nicamente so

    bre bases numricas. Es el punto en el que la variable del nmero

    de partidos pasa a ser secundaria y toma precedencia la variable de

    la ideologa.

  • 158 Giovanni Sartori

    5.3. Una cartografa en dos dimensiones

    Una clasificacin es una ordenacin basada en clases mutuamente

    excluyentes que se establecen conforme al principio o al criterio

    elegido para esa clasificacin. Una tipologa es algo ms complejo:

    es una ordenacin de atributos compuestos, esto es, una ordena

    cin resultado de ms de un criterio l4. Conforme a esta distincin,

    hasta ahora hemos venido hablando de una clasificacin y no de una

    tipologa, esto es, hemos identificado clases y no tipos de sistemas de partidos. Y lo que sugiero es que el criterio numrico puede ren

    dir siete clases, indicadas como sigue:

    1. De partido nico.

    2. De partido hegemnico.

    3. De partido predominante.

    4. Bipartidista.

    5. De pluralismo limitado.

    6. De pluralismo extremo.

    7. De atomizacin.

    Con respecto a la clasificacin triple tradicional, hay dos innova

    ciones que son evidentes. En primer lugar, desgloso en tres categoras

    el tradicional bloque unipartidista que rene la variedad ms incon

    gruente de fenmenos heterogneos, lo que permite reclasificar una

    serie de comunidades polticas errneamente calificadas de uniparti-

    distas en la clase de partido hegemnico o en la de partido predo

    minante. En segundo lugar, desgloso el tradicional bloque multipar-

    lidis'ta conforme la hiptesis de que el tratamiento monoltico de los

    sistemas de ms de dos partidos atestigua nicamente la pobreza de nuestras normas para contar.

    En cuanto a mi ltima categora, la pauta atomizada requiere

    pocas explicaciones: entra en la clasificacin como clase residual para

    indicar un punto en el que ya no necesitamos una cuenta precisa,

    esto es, un umbral pasado el cual poco importa el nmero de parti

    dos, sean 10, 20 o ms. Los sistemas atomizados de partidos se

    pueden definir del mismo modo que la competencia atomstica en la

    H Esta es la definicin de P. A. Lazarsfcld y Alien H. Barton: ... al hablar tic tipo, se refiere uno a un compuesto especfico de atributos ( Qualitative Measurement in thc Social Sciences, en D. Lerncr, H. D. Lasswell, comps.. The PoUcy Sciences, Stanford University Press, 1951, pg. 169). Siempre que sea innecesario distinguir la clasificacin de la tipologa, utilizar el trmino de taxonoma. En trminos estrictos, una taxonoma es una ordenacin intermedia entre la clasificatoria y la tipolgica (de tipo matriz). Pero tanto detalle es innecesario para mis objetivos.

  • Partidos y sistemas de partidos 159

    economa; o sea, como la situacin en que ninguna empresa [tiene]

    un efecto apreciable en ninguna otra empresa b . Esto seala adems

    que el criterio numrico es aplicable nicamente a los sistemas de

    partidos que han entrado en la fase de consolidacin estructural 6,

    Pese al mejoramiento analtico global, la primera categora resul

    ta, de forma muy visible, insuficiente. Uno no es ms que uno,

    v conforme al criterio numrico las variedades y las diferencias entre

    las comunidades polticas unipartidistas escapan totalmente al recono

    cimiento. En el otro extremo, y es todava peor, no est claro cmo

    deben dividirse las clases de pluralismo extremo y limitado. El su

    puesto de sentido comn en que se basa esta distincin es que de tres

    a cinco partidos, o sea, el pluralismo limitado, tienen interacciones

    muv diferentes a las que existen entre seis y ocho partidos, o sea, el

    pluralismo extremo. Pero ni nuestras normas para contar ni la forma

    inteligente de contar pueden ordenar de verdad estas dos pautas. El

    motivo es que cuando entramos en el terreno de la fragmentacin

    digamos a partir de cinco partidos esta fragmentacin puede ser

    resultado de una multiplicidad de factores causales, y slo se puede

    apuntalar habida cuenta de esos factores. Dicho brevemente, la frag

    mentacin del sistema de partidos puede reflejar una situacin de

    segmentacin o una situacin de polarizacin, esto es, de distancia ideolgica. Es evidente, pues, que existe algo que no se puede detec

    tar nada ms que contando, y que, sin embargo, es fundamental.

    Esto equivale a decir que estamos perentoriamente obligados a pasar

    de la clasificacin a la tipologa y, con ello, a aplicar el criterio num

    rico utilizando la ideologa como criterio.

    Se recordar que ya he hablado de un continuo ideologa a prag

    matismo l7. En esta referencia el significado de la palabra ideologa

    queda especificado por su contrario, esto es, la de pragmatismo. Pero

    la connotacin que se pretende en el presente contexto es ms anal

    tica. Aqu se utiliza el trmino para denotar en primer lugar una

    distancia ideolgica, esto es, el mbito general del espectro ideolgico de cualquier comunidad poltica dada, y en segundo lugar para

    denotar la intensidad ideolgica, esto es, la temperatura o el afecto de un contexto ideolgico ciado. En trminos ms exactos, el con

    cepto de distancia ideolgica interviene en la aprehensin de los sistemas de ms de un partido, mientras que la idea de la intensidad ideolgica es indispensable para la aprehensin de las comunidades

    unipartidistas.En espera de la taxonoma completa que surgir al final del estu-

    15 M. Olson. The Logic of Collective Action, />. ti/., pg. 49.Respecto del concepto de la consolidacin estructural, infro. S.l.

    17 Snprn, 4.2 y cap. 4. nota 13.

  • 160 Giovanni Sartori

    dio, las consideraciones que anteceden llevan a una cartografa preli

    minar en dos dimensiones que cabra calificar de clasificacin modi

    ficada. El objeto de la clasificacin modificada es resolver el problema

    que deja intacto la clasificacin numrica: el de cmo acabar con la

    segmentacin IR. La solucin se halla en verificar las comunidades

    polticas segmentadas en contraste con la variable ideologa. Si estn

    fra gmentadas, pero no polarizadas, se atribuirn al tipo de pluralismo

    (ideolgicamente) moderado. Si estn fragmentadas y polarizadas, es evidente que pertenecen al tipo de pluralismo (ideolgicamente) polarizado. La clasificacin modificada difiere, pues, de la numrica nicamente con respecto a las clases del pluralismo limitado y extremo,

    a las que sustituyen los tipos que califico de pluralismo moderado

    y polarizado. Las correspondencias previstas se ilustran en el esque

    ma de conversin del cuadro 3.

    CUADRO 3. Punas, clases y lipas ele m ni ti partid isn/ii

    PAUTA CLASI. T IPO

    Poca fragmentacin - (hasta 5 partidos iSegmentacin ----Mucha fragmentacin (ms de 5 partidos)

    Tras haber trabajado en la cartografa, podramos preguntarnos

    si este ejercicio merece la pena. Nos brinda alguna percepcin la

    clasificacin modificada? Cabra decir, por ejemplo, que el criterio

    numrico brinda una indicacin, aunque sea muy imperfecta, de la

    distribucin del poder poltico. Pero la distribucin es algo que resulta muy difcil evaluar. Por tanto, preferira decir que lo que nos

    brinda la cartografa es una indicacin bastante buena de la dispersin sea una dispersin polarizada o segmentada del poder.

    Para empezar, en la situacin actual el caso del unipartidismo

    est claro: el poder poltico lo monopoliza un solo partido, en el

    sentido preciso de que no se permite la existencia de ningn otro

    partido. Despus tenemos el caso en que un partido cuenta ms

    que todos los dems, pero de dos formas muy diferentes. Por un lado,

    nos encontramos con un partido hegemnico que permite la existen

    cia de otros partidos nicamente como satlites, o, en todo caso,

    como partidos subordinados; esto es, no se puede desafiar la hege-

    Pluralismolimitado

    Pluralismoextremo

    Pluralismomoderado

    Pluralismopolarizado

    18 F.l concepto de segmentacin se analiza in/rn. 6.3.

  • Parridos y sistemas de partidos 161

    mona del partido en el poder. Por otra parte, nos encontramos con

    el sistema de partido predominante, es decir, una configuracin del

    poder en la que un partido gobierna solo, sin estar sujeto a la alter

    nacin, siempre que contine obteniendo, electoralmente, una mayo

    ra absoluta. Los sistemas bipartidistas no plantean ningn problema,

    dado que su configuracin del poder es transparente: dos partidos

    compiten por una mayora absoluta que est al alcance de cualquiera

    de ellos. Esto nos deja la configuracin del poder del multipartidismo

    en general, que se puede detallar como sigue: i) No es probable que

    ningn partido se acerque a, o por lo menos que mantenga, una y

    mayora absoluta, y ii) La fuerza (o la debilidad) relativa de los parti- \

    dos se puede Clasificar conforme a su relativa indispensabilidad (o \ dispensabilidad) para las coaliciones, y/o iii) su capacidad potencial '

    de intimidacin (chantaje).

    CUADRO 4.Dispersin del sistema de partidos

    Dispersin

    Polarizacin con alta fragmentacin

    Fragmentacinbaja

    Concentracinequilibrada(conalternacin)

    Concentracin unimodal (sin alternacin)

    Jerarqua(monopoliorelajado)

    Monopoliototal

    Concentracin

    Malasia

    . Chile (hasta 1973) Italia

    Finlandia

    Atomizacin

  • 162Giovanni Sartori

    Las estructuras de poder mencionadas se pueden identificar como

    sigue: i) monopolio; ii) jerarqua (o monopolio relajado); iii) concentracin unimodal (esto es, prevalencia sin alternacin); iv) concentracin equdibrada (o concentracin bipolar); v) poca fragmentacin y/o segmentacin despolarizada-, vi) fragmentacin alta con polarizacin. Si se siguen estas configuraciones de poder y sus respectivos sistemas de partidos con respecto a como se ordenan las diversas

    comunidades polticas, llegamos a la disposicin que se ilustra en el

    grfico 4.Ya he dicho que el nmero de partidos es importante. Lo que

    queda por explicar es: Respecto de que exactamente es importante?

    Cuando se clasifican los sistemas de partidos conforme al criterio

    numrico se clasifican conforme a su formato: cuntos partidos contienen. Pero el formato no interesa sino en la medida en que afecta

    a la mecnica-, cmo funciona el sistema. Dicho en otros trminos, el formato es interesante en la medida en que contiene predisposiciones mecnicas, en que contribuye a determinar un conjunto de propiedades funcionales del sistema de partidos, en primer lugar, y de

    todo el sistema poltico como consecuencia. De ah que a partir de

    ahora mi investigacin se centre en la distincin y la relacin entre

    formato y mecnica. Esto equivale a decir habida cuenta de mi

    distincin entre la clasificacin y la tipologa de los sistemas de parti

    dos__ que estudiaremos cmo se relaciona la clase, que denota el

    formato, con el tipo, que connota las propiedades.