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Lamberto Sanz Esteras SANTA MARÍA MAGDALENA en la Catedral Getafe

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Lamberto Sanz Esteras

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Lamberto Sanz Estyeras

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Lamberto Sanz Estyeras

SANTA MARÍA MAGDALENA en la Catedral Getafe

SANTA MARÍA MAGDALENA en la Catedral Getafe

1 Digamos que hablo de Getafe, por Lamberto Sanz Esteras.

ÍNDICE:

PRÓLOGO……………………………………………………………………. Pág. 3

INTRODUCCIÓN……………………………………………………………. Pág. 4

UN BREVE REPASO POR EL RETABLO MAYOR………………………. Pág. 5

IMAGEN DE MARÍA MAGDALENA……………………………………… Pág. 8

MAGDALENA ARREPENTIDA……………………………………………. Pág.10

UNCIÓN DE LOS PIES EN CASA DE SIMÓN EL FARISEO…………….. Pág.12

DISTRIBUCIÓN EN EL RETABLO…………………………………………. Pág.15

MARÍA MAGDALENA ANTE EL SEPULCRO DE JESÚS……………….. Pág.16

NOLI ME TANGERE…………………………………………………………. Pág.18

LA PREDICACIÓN DE LA MAGDALENA…………………………………. Pág.20

LA GLORIFICACIÓN DE MARÍA MAGDALENA…………………………. Pág.22

DOS CUADROS MÁS………………………………………………………… Pág.24

MARÍA MAGDALENA LA MUJER, O LAS MUJERES……………………. Pág.26

CURIOSIDADES………………………………………………………………. Pág.28

EPÍLOGO……………………………………………………………………….. Pág.31

SANTA MARÍA MAGDALENA en la Catedral Getafe

2 Digamos que hablo de Getafe, por Lamberto Sanz Esteras.

DEDICATORIA:

Dedicado a los cientos de mujeres de Getafe, nacidas o no en este pueblo, que

regalan con fe una parte de su tiempo y de su vida por “amor al prójimo”, desde su

dedicación, bien como catequistas, o formando parte del grupo de Cáritas parroquial o

en Manos Unidas; bien como camareras de la Virgen, o sencillamente como orantes los

primeros sábados de mes, ante el altar de la Virgen del Carmen. A todas ellas, a las

agrupadas en colectivos y a las que piadosamente se arrodillan en silencio elevando sus

plegarias al Señor, pidiendo por los demás desde el anonimato, ejerciendo su fraterna

labor de caridad; para todas ellas, vaya esta dedicatoria, con mi especial reconocimiento

como fieles seguidoras del ejemplo de María Magdalena, la discípula de Jesús.

Lamberto Sanz Esteras.

SANTA MARÍA MAGDALENA en la Catedral Getafe

3 Digamos que hablo de Getafe, por Lamberto Sanz Esteras.

PRÓLOGO.

No resulta nada fácil hablar coordinadamente de la figura de María Magdalena,

la fiel discípula de Jesús, que acompañó a María durante la pasión del Señor y que fue la

primera en ver a Jesucristo resucitado. De ella habían sido expulsados siete demonios,

según el evangelio de San Lucas, habiendo sido una pecadora a la que Jesús perdonó

sus pecados.

El autor de este minucioso artículo, desde la contemplación periódica a través de

los muchos años de su estancia en Getafe, trata de explicar principalmente los cuadros

que figuran en el retablo mayor de nuestra Santa Iglesia Catedral de Getafe, antes

Iglesia Parroquial de Santa María Magdalena y por él conocida, al igual que por la gran

mayoría de getafeñas y getafeños, como la “Iglesia Grande”. Y según me ha referido,

para ello ha contado con la valiosa colaboración de Juan Díaz Marcos, autor del

reportaje fotográfico, que ilustra con imágenes este artículo.

En íntima y reservada conversación también me manifestó que sólo trataba de

hacer llegar a unas cuantas personas una pequeña reseña de la riqueza artística de

nuestro acervo cultural en Getafe, siendo un auténtico tesoro el de su Iglesia Catedral.

Afirma (y yo creo en su total honestidad) que en ningún momento ha pretendido sentar

cátedra de nada, sino simplemente dar a conocer de manera sucinta parte del contenido

de esas joyas escultóricas y pictóricas, que se ofrecen graciosamente ante nuestros ojos.

Ya le gustaría, también me dijo, que alguna persona o, mejor aún, un grupo de personas

principalmente instruidas en la historia y en las artes, consiguiese, o consiguiesen, editar

un libro, incluyendo también un video, con el contenido artístico de todos y cada uno de

los fantásticos elementos que conforman el conjunto de este precioso templo, y que

ciertamente son muchos y variados. Pero esa decisión queda ya en manos de los doctos

historiadores y de quienes quieran financiarlos.

Confieso mi particular admiración por el gran interés y el intento de difusión del

arte sacro, por parte del autor. Y de cualquier manera, en las siguientes páginas, quedan

reflejados los resultados de sus pesquisas y observaciones a pie de campo, supongo que

para contento propio y también para satisfacer parte de la curiosidad de sus convecinos.

***

No atreviéndome a firmar este prólogo con mi nombre y apellidos, por razones

especiales de timidez, lo hago con un seudónimo. Por lo cual pido disculpas al autor,

perfecto conocedor de mi identidad.

Anónimo castellano.

SANTA MARÍA MAGDALENA en la Catedral Getafe

4 Digamos que hablo de Getafe, por Lamberto Sanz Esteras.

INTRODUCCIÓN.

Ocurre que la inesperada noticia de un acontecimiento, llega a despertar aquella

remota idea de algo que, durante algún tiempo, cual larva de mariposa, permanecía

adormecida en el interior de tus pensamientos.

En este caso me estoy refiriendo a la inauguración de la exposición de pintura,

escultura y grabado, con el tema de María Magdalena, celebrada el día 1 de octubre del

2013, en el incomparable marco de la Santa Iglesia Catedral de Santa María Magdalena,

por el Excmo. Sr. Obispo de la Diócesis de Getafe D. Joaquín María López de Andújar

y Cánovas del Castillo, con la inestimable colaboración de los artistas que forman parte

de la Asociación La Carpa (Creadores de Getafe), a iniciativa del Obispado de Getafe y

bajo el patrocinio de su Ayuntamiento. Esta magna exposición: buena, mala o regular,

ha contribuido no solamente al acercamiento de las gentes de Getafe en torno a una

actualizada expresión del arte postmodernista, sino que también ha despertado el interés

por el personaje central de la muestra: Santa María Magdalena. Este es mi caso.

Ella, Santa María Magdalena, patrona de Getafe en épocas pasadas y ya casi

olvidadas, bajo cuyo patrocinio está consagrada esta Santa Iglesia Catedral, ha sido

desde siempre un personaje controvertido para los fieles cristianos, no solamente en

España, sino en el resto de Europa, así como en buena parte de Asia y de África, o sea

tanto en Occidente como en Oriente. No obstante su veneración por parte de las gentes

más humildes ha sido, y sigue siendo, creciente en todo el mundo. Este es mi caso.

Cientos de veces mirando y admirando el precioso retablo mayor de nuestra

“Iglesia Grande”, cualquier getafense se ha sentido cautivado por la belleza de la

imagen de la Magdalena, que lo preside, y por el significado de los cuadros que en él se

muestran, acompañando a las doce figuras de los apóstoles. Este, también es mi caso.

Y siendo así, he tomado la decisión de intentar un trabajo, que sea capaz de

desarrollar, de forma resumida y con un lenguaje sencillo, algunas explicaciones sobre

la vida y hechos de la santa, y los que se reflejan en los cuadros de nuestra Catedral.

Espero que las personas que lean este humilde trabajo, sepan perdonar mi osadía

y disculpar los posibles errores de transcripción, que haya podido cometer.

Gracias por su comprensión.

María Magdalena es, después de Jesucristo y la Virgen María,

la santa más representada en el arte sacro, durante todos los tiempos.

SANTA MARÍA MAGDALENA en la Catedral Getafe

5 Digamos que hablo de Getafe, por Lamberto Sanz Esteras.

UN BREVE REPASO POR EL RETABLO MAYOR.

SANTA MARÍA MAGDALENA en la Catedral Getafe

6 Digamos que hablo de Getafe, por Lamberto Sanz Esteras.

Gozamos en Getafe de un magnífico retablo barroco de mediados del siglo

XVII, obra del arquitecto madrileño Alonso Carbonell. En él están integradas esculturas

y pinturas, dedicadas estas últimas a la vida de María Magdalena, cuya imagen, de

tamaño mayor que las del resto del retablo, destaca en la hornacina central del mismo.

El retablo está elaborado en madera dorada y policromada, cubriendo los tres

lados centrales del ábside del edificio, con una disposición de siete calles, fraccionadas

en tres cuerpos, más el ático. Las columnas son los elementos principales, que

organizan la distribución de los espacios, en las calles del retablo, para las hornacinas

que albergan las imágenes y para las cajas portadoras de los seis grandes cuadros (estos

tienen unas medidas aproximadas de 1,30 m. x 2,15 m. los cuatro que figuran en los dos

primeros cuerpos y de 1,30 m. x 2,00 m. los otros dos que están en el tercero).

En el primer cuerpo, con columnas dóricas, que simbolizan la presencia de

Cristo en la tierra, encontramos los dos cuadros de José Leonardo “Magdalena

arrepentida” y “La unción de los pies, en casa de Simón el fariseo”, flanqueados por las

imágenes de San Juan Evangelista y San Pedro, el primero, y las de San Pablo y

Santiago el Mayor, el segundo. Por encima de las imágenes de los apóstoles, figuran

sendos cuadros que representan el martirio respectivo de cada santo.

En el segundo cuerpo, con columnas jónicas que simbolizan la Pasión de

Jesucristo, quedan localizados otros dos cuadros, a la izquierda uno de Félix Castello

titulado “María Magdalena ante el sepulcro de Jesús” y a la derecha uno de Ángelo

Nardi titulado “Noli me tangere”; en esta ocasión cercados por las imágenes de Santiago

el Menor y San Felipe, el primero, y las de San Andrés y San Judas Tadeo, el segundo.

Por encima de las imágenes de estos, los pequeños cuadros en los que se representan sus

martirios. Por debajo de los dos grandes cuadros se encuentran otros dos de bastante

menor altura del pintor Francisco Camilo, titulados “Cristo en casa de Marta y María” y

“El sueño de María Magdalena”. En la calle central destaca, presidiendo el gran retablo,

la admirable imagen de María Magdalena como “Apóstola apostolorum”, que traducido

del latín quiere decir “Apóstol de los apóstoles”.

En el tercer cuerpo con columnas de orden corintio, que se concibe como un

cuerpo de gloria, representado principalmente por una imagen de la Asunción de la

Virgen María a los cielos, sentada en un trono de gracia sobre una nube rodeada de

angelitos, en la calle central, aparecen otros dos cuadros: uno de Félix Castello titulado

“La predicación de la Magdalena” y el otro bajo el pincel de Ángelo Nardi con el título

de “La glorificación de María Magdalena”. Las imágenes, que figuran a ambos lados de

estos dos cuadros, representan a los apóstoles San Bartolomé y San Simón el Cananeo,

en el lado de la izquierda, y las de Santo Tomás y San Mateo, situadas a la derecha.

En el ático las columnas son de orden compuesto, flanqueando la representación

central de Cristo crucificado, acompañado por la Virgen María y San Juan, tema

conocido con el nombre de Calvario, cuyas imágenes son obra del artista imaginero

Antonio de Herrera Barnuevo, al igual que la de Santa María Magdalena y la del apóstol

San Juan. A ambos lados del tema central del Calvario aparecen las imágenes de San

Juan Bautista y de San Ildefonso de Toledo. Este ático está rematado por un frontón

curvo, bajo el cual asoma la imagen en busto, alegórica de Dios Padre, con la mano

derecha extendida en clara actitud de salutación amorosa, y con la mano izquierda

apoyada sobre una esfera dorada, que simboliza el universo.

SANTA MARÍA MAGDALENA en la Catedral Getafe

7 Digamos que hablo de Getafe, por Lamberto Sanz Esteras.

La lectura de los seis grandes cuadros sobre la vida de Santa María Magdalena

es lineal, de izquierda a derecha y de abajo hacia arriba, comenzando por el de

“Magdalena arrepentida” de José Leonardo y finalizando con el de “La glorificación de

María Magdalena” del pintor Ángelo Nardi.

Delante del retablo queda un hermoso tabernáculo, de Luis Navarro, dividido en

dos cuerpos con columnas de orden compuesto. En el de la parte inferior, de forma

octogonal, se alberga el Sagrario que acoge los copones con las sagradas formas, para la

comunión de los fieles y sobre el cual hay una bella pintura del Buen Pastor, que queda

recogida cuando se expone la custodia con el Santísimo, para su adoración. A derecha e

izquierda de este cuadro encontramos dos estatuillas que corresponden al Rey David y a

Moisés, del escultor Juan de Porres. En el cuerpo superior, con forma circular, queda la

linterna, de cúpula semiesférica, con otras dos estatuillas-relicario de Santiago el Mayor

y San Andrés, y coronado en lo más alto, por una imagen alegórica de la Fe, vestida con

túnica color verde y los ojos vendados por un paño blanco, sobre una base hexagonal.

Detrás del tabernáculo, el retablo queda dividido en su parte inferior por un gran

portón, con arco de medio punto y frontón curvado, cubierto siempre por una amplia

cortina. Sobre los extremos de este arco de medio punto, junto a los capiteles de las dos

columnas jónicas centrales, podemos admirar las figuras de dos serafines recostados

sobre la curvatura del arco, en actitud de gozo. Y repartidos simétricamente por todo el

retablo podemos descubrir a diez angelitos, formando parte de la decoración general.

Por último destacaremos que en la parte inferior del retablo queda situado el

banco, por debajo de las ocho columnas dóricas y por encima de la sillería de coro,

donde podemos admirar una docena de pequeños relieves con imágenes de santos. En

las seis del lado izquierdo están representados, mirando desde afuera hacia adentro: San

Francisco de Asís, Santa Catalina, San Ambrosio, Santos Cosme y Damián, San

Agustín y San Bernardo. Y en las otras seis restantes de la parte derecha, yendo también

desde afuera hacia adentro, figuran las de: Santo Domingo de Silos, Santa Bárbara, San

Jerónimo, Santos Sebastián y Fabián, San Gregorio y San Bruno.

La simple contemplación de esta valiosísima obra de arte, es para cualquier

devoto cristiano motivo de gozo, de alegría y de satisfacción. Por sí solo, este magnífico

retablo puede ser considerado como un modelo de escuela didáctica y adoctrinadora.

Tener en Getafe un retablo de la categoría e importancia artística y cultural,

como el que poseemos en nuestra Santa Iglesia Catedral, debe de ser motivo de orgullo

para cualquier getafense.

Y si además la Fe habita en nuestro fuero interno, sólo nos resta rezar ante él una

oración con devoción y santiguarnos con respeto a modo de despedida.

SANTA MARÍA MAGDALENA en la Catedral Getafe

8 Digamos que hablo de Getafe, por Lamberto Sanz Esteras.

IMAGEN DE MARIA MAGDALENA.

Autor: Antonio de Herrera Barnuevo. Nació a finales del siglo XVI, escultor y

tracista, fue el jefe de un taller dedicado a la construcción de retablos religiosos. Casado

con Sebastiana Sánchez con la que tuvo dos hijos: Antonio y Sebastián; este último

siguió la tradición del padre, descollando también como un excelente pintor (autor del

lienzo titulado Natividad, que figura en el ático del retablo Virgen de la Paz). Además

de la preciosa imagen de Santa María Magdalena, figura central del retablo, Antonio de

Herrera es también autor de la imagen del apóstol San Juan (primera por la izquierda, en

el primer cuerpo del retablo) y de las imágenes que forman el Calvario en el ático:

Cristo crucificado, la Virgen María y San Juan, el discípulo amado. Fue su concuñado

Alonso Carbonell quien le contrató para la ejecución de estas imágenes, aunque ambos

no se llevaban nada bien. Consiguió el título de escultor de Su Majestad y aparejador de

carpintería para las Obras Reales. Falleció en Madrid en el año 1646.

SANTA MARÍA MAGDALENA en la Catedral Getafe

9 Digamos que hablo de Getafe, por Lamberto Sanz Esteras.

La imagen de Santa María Magdalena es una verdadera preciosidad. Aquí la

podemos contemplar ataviada con hermosas vestiduras; con sus rubios y ensortijados

cabellos recogidos en lo alto de su cabeza; portando un grueso libro abierto con las

páginas en blanco, en su mano derecha, y con la mano izquierda abierta en clara actitud

amorosa. En esta imagen la vemos representada como “Apostola Apostolorum”, que

quiere decir: “apóstol de los apóstoles”, título honorífico que le ha sido otorgado por la

tradición, ya que sin duda alguna, elegida por el mismo Jesucristo, fue agraciada con el

privilegio de ser la primera testigo de la Resurrección del Maestro y, por indicación del

mismo Jesús, la que anunció a sus discípulos el extraordinario acontecimiento.

Caben destacar las hermosas vestiduras ornamentadas con vistosos detalles

florales, y el grandioso libro asido con su mano derecha, con las pastas y el lomo,

pintados en color azul con ornatos dorados, que sólo se pueden apreciar mirando desde

abajo. Un detalle sobresaliente es que la imagen está plantada encima de una peana,

destacando así en importancia sobre todas las demás imágenes que figuran en el retablo.

Nosotros nos quedamos simplemente con la belleza intrínseca, que nos ofrece la

mirada serena del personaje, representada en esta hermosa imagen de María Magdalena.

SANTA MARÍA MAGDALENA en la Catedral Getafe

10 Digamos que hablo de Getafe, por Lamberto Sanz Esteras.

MAGDALENA ARREPENTIDA.

Autor: José Leonardo, conocido también como Jusepe Leonardo. Nació en

Calatayud en 1601. Al quedar huérfano, con quince años, fue enviado a Madrid a vivir

en casa del pintor Pedro de las Cuevas del que aprendió el oficio. Con veintiún años

casó con María de Cuéllar, viuda del también pintor Francisco del Moral y seis años

mayor que él, en la parroquia de San Sebastián, en la calle de Atocha de Madrid.

Participó en la decoración del Palacio del Buen Retiro, bajo la dirección de Diego

Velázquez, y más tarde como pintor de Corte, coincidiendo con Félix Castello para

elaborar varios retratos de reyes.

SANTA MARÍA MAGDALENA en la Catedral Getafe

11 Digamos que hablo de Getafe, por Lamberto Sanz Esteras.

La escena representa a María Magdalena, la pecadora arrepentida, en sus

aposentos, vestida como una cortesana en el interior de un palacete, despojándose de sus

joyas y de sus ricas vestiduras.

No encontramos ningún pasaje en los evangelios, en el que se refleje el hecho

que se representa en este cuadro, como tal. Es a partir del siglo XII cuando aparece la

figura de María Magdalena como una cortesana, pecadora y arrepentida, eso sí, pero

como una mujer adinerada, perteneciente a la más alta esfera de la sociedad y muy

probablemente como modelo piadoso de esa misma clase social.

Comentarios:

Magdalena es representada como una mujer de la alta sociedad, ocupando una

lujosa estancia, en el interior de un palacete. Suntuosamente vestida y con ajustado

corpiño, aparece despojándose de todas sus joyas, algunas de ellas que aparecen ya

tiradas por el suelo.

Cabe destacar en la composición el detalle de la habitación, separada del jardín

por un balcón con balaustrada, que es iluminada por la luz procedente del exterior,

permitiendo de este modo destacar con claridad todos los elementos de la composición:

cortinas, mesa con vistoso mantel, vestidos, alhajas, collares y hasta un gatito bajo la

mesa.

Nosotros nos quedamos con el gesto de Magdalena, con la cabeza levemente

inclinada, mirando hacia arriba, el rostro angustiado y los ojos llorosos pidiendo perdón.

SANTA MARÍA MAGDALENA en la Catedral Getafe

12 Digamos que hablo de Getafe, por Lamberto Sanz Esteras.

UNCIÓN DE LOS PIES EN CASA DE SIMÓN EL FARISEO.

Autor: José Leonardo. Conocido también como Jusepe Leonardo, nació en

Calatayud en 1601. Al quedar huérfano, con quince años, fue enviado a Madrid a vivir

en casa del pintor Pedro de las Cuevas del que aprendió el oficio. Con veintiún años

casó con María de Cuéllar, viuda del también pintor Francisco del Moral y seis años

mayor que él, en la parroquia de San Sebastián, en la calle de Atocha de Madrid.

Participó en la decoración del Palacio del Buen Retiro, bajo la dirección de Diego

Velázquez, y más tarde como pintor de Corte, coincidiendo con Félix Castello para

elaborar varios retratos de reyes.

SANTA MARÍA MAGDALENA en la Catedral Getafe

13 Digamos que hablo de Getafe, por Lamberto Sanz Esteras.

La escena representa a María Magdalena que acaba de irrumpir en la casa de

Simón el fariseo, donde se está preparando una cena, a la que Jesús ha sido invitado.

Ella está arrodillada a los pies de Jesús, para enjugárselos con sus lágrimas, secarlos con

sus cabellos y ungirlos con perfume.

El evangelista San Lucas hace referencia a esta escena en el capítulo 7, 36-50.

Un fariseo invitó a Jesús a comer con él. Jesús entró en la casa y se sentó a la mesa.

Entonces una mujer pecadora que vivía en la ciudad, al enterarse de que Jesús estaba

comiendo en casa del fariseo, se presentó con un frasco de perfume.

Y colocándose detrás de él, se puso a llorar a sus pies y comenzó a bañarlos con sus

lágrimas; los secaba con sus cabellos, los cubría de besos y los ungía con perfume.

Al ver esto, el fariseo que lo había invitado pensó: "Si este hombre fuera profeta,

sabría quién es la mujer que lo toca y lo que ella es: ¡una pecadora!"

Pero Jesús le dijo: "Simón, tengo algo que decirte".

"Di, Maestro", respondió él.

"Un prestamista tenía dos deudores: uno le debía quinientos denarios, el otro

cincuenta.

Como no tenían con qué pagar, perdonó a ambos la deuda.

¿Cuál de los dos lo amará más?"

Simón contestó: "Pienso que aquel a quien perdonó más".

Jesús le dijo: "Has juzgado bien".

Y volviéndose hacia la mujer, dijo a Simón:

"¿Ves a esta mujer? Entré en tu casa y tú no derramaste agua sobre mis pies;

en cambio, ella los bañó con sus lágrimas y los secó con sus cabellos.

Tú no me besaste; ella, en cambio, desde que entré, no cesó de besar mis pies.

Tú no ungiste mi cabeza; ella derramó perfume sobre mis pies.

Por eso te digo que sus pecados, sus numerosos pecados, le han sido perdonados

porque ha demostrado mucho amor.

Pero aquel a quien se le perdona poco, demuestra poco amor".

Después dijo a la mujer:

"Tus pecados te son perdonados".

Los invitados pensaron:

"¿Quién es este hombre, que llega hasta perdonar los pecados?"

Pero Jesús dijo a la mujer:

"Tu fe te ha salvado, vete en paz".

SANTA MARÍA MAGDALENA en la Catedral Getafe

14 Digamos que hablo de Getafe, por Lamberto Sanz Esteras.

Comentarios:

En primer lugar decir que unos autores titulan la escena ocurriendo “en casa de

Leví” y otros en cambio “en casa de Simón el fariseo”. El personaje en cuestión es el

mismo, solamente con el cambio de nombre. Jesús, en el pasaje escrito por San Lucas,

le llama Simón y el evangelista en otras dos ocasiones así lo nombra.

La escena transcurre alrededor de una mesa en un aposento cerrado, en el que el

pintor coloca los personajes en tres planos consecutivos: en primer plano la Magdalena

y Jesús; en segundo plano el anfitrión Simón con un invitado y el mayordomo; y en

tercer plano los sirvientes que atienden la mesa; situando al fondo de la sala un tragaluz

en lo alto, que proporciona luz a la estancia, quedando iluminados de manera especial

los dos que están en primer término, o sea Jesús nimbado y Magdalena con el tarro de

perfume, dando de este modo una excelente sensación de perspectiva en profundidad.

Cabe destacar en la composición la manera en que el pintor detalla con

minuciosidad los pliegues en la caída frontal del blanco mantel, el esclarecedor lenguaje

de las manos, y la disposición de los alimentos sobre la mesa, formando un precioso

bodegón, en el que aparece una bandeja con un ave asada, tres pedazos de pan, un limón

partido al medio, unas copas y unos cubiertos.

Nosotros nos quedamos con la dulce expresión de Jesús, dirigiéndose al fariseo,

y con el detalle de Magdalena postrada, que no está en ese preciso momento ungiendo

los pies con el perfume, ni secándolos con sus cabellos, sino humildemente besando el

pie de Jesús en señal de arrepentimiento.

SANTA MARÍA MAGDALENA en la Catedral Getafe

15 Digamos que hablo de Getafe, por Lamberto Sanz Esteras.

DISTRIBUCIÓN EN EL RETABLO

SANTA MARÍA MAGDALENA en la Catedral Getafe

16 Digamos que hablo de Getafe, por Lamberto Sanz Esteras.

MARÍA MAGDALENA ANTE EL SEPULCRO DE JESÚS.

Autor: Félix Castello. Nacido en Madrid en 1595, fue bautizado en la parroquia

de San Sebastián, en la calle de Atocha, y de casado vivió en la plaza de Antón Martín.

Descendiente de una prestigiosa familia de pintores italianos, los Castello, que a las

órdenes de Felipe II, participaron en la decoración de la Basílica de El Escorial.

Discípulo aventajado de Vicente Carducho con el cual trabajó como oficial durante

varios años, adquiriendo un estilo tan semejante, que algunas de las obras del alumno

llegan a confundirse con las del maestro. Los personajes de sus obras pictóricas suelen

mostrar una representación gigantesca, muy dentro del estilo de Carducho.

SANTA MARÍA MAGDALENA en la Catedral Getafe

17 Digamos que hablo de Getafe, por Lamberto Sanz Esteras.

La escena representa a María Magdalena ante el sepulcro vacío del Señor,

ligeramente inclinada hacia los dos ángeles que se le acaban de aparecer, explicándoles

el motivo de su llanto.

El evangelista San Juan hace referencia a esta escena en el capítulo 20, 1-13.

El primer día de la semana, de madrugada, cuando todavía estaba oscuro,

María Magdalena fue al sepulcro y vio que la piedra había sido sacada.

Corrió al encuentro de Simón Pedro y del otro discípulo al que Jesús amaba,

y les dijo:

"Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto".

Pedro y el otro discípulo salieron y fueron al sepulcro.

Corrían los dos juntos, pero el otro discípulo corrió más rápidamente que Pedro

y llegó antes. Asomándose al sepulcro, vio las vendas en el suelo, aunque no entró.

Después llegó Simón Pedro, que lo seguía, y entró en el sepulcro:

Vio las vendas en el suelo y también el sudario que había cubierto su cabeza;

éste no estaba con las vendas, sino enrollado en un lugar aparte.

Luego entró el otro discípulo, que había llegado antes al sepulcro: él vio y creyó.

Todavía no habían comprendido que, según la Escritura, él debía resucitar de entre

los muertos.

Los discípulos regresaron entonces a su casa.

María Magdalena se había quedado afuera, llorando junto al sepulcro.

Mientras lloraba, se asomó al sepulcro y vio a dos ángeles vestidos de blanco,

sentados uno a la cabecera y otro a los pies del lugar

donde había sido puesto el cuerpo de Jesús.

Ellos le dijeron:

"Mujer, ¿por qué lloras?"

María respondió:

"Porque se han llevado a mi Señor y no sé dónde lo han puesto".

Comentarios:

El pintor sitúa la escena al aire libre, con una tumba de Jesús que para nada se

ajusta a la descrita en los evangelios, con María Magdalena a un lado de la misma, en

pie, frente a dos ángeles sentados en el otro extremo de la tumba, con los que dialoga.

Hacemos notar que el sepulcro de Jesús era una tumba sin estrenar, propiedad de

José de Arimatea, cavada en la roca, en un jardín próximo al monte Calvario (Gólgota).

Y es probable que el jardín y el monte Calvario sean los representados en el paisaje, que

figura al fondo del cuadro.

Cabe destacar una cierta desproporción en las dimensiones del cuerpo de la

Magdalena, así como en la ampulosidad de sus vestiduras, particularmente en la túnica

color marrón rojizo, posiblemente debidas a la normal costumbre del pintor, de plasmar

en sus lienzos unos personajes con un cierto aire de gigantismo, quizás para intentar

lograr una mayor emoción.

Nosotros nos quedamos con el gesto compungido de María Magdalena, al no

encontrar el cuerpo de Jesús, y con la naturalidad que expresa dirigiéndose a uno de los

ángeles, pues ella, con el tarro de mirra en su mano izquierda, no se sorprende al verlos.

SANTA MARÍA MAGDALENA en la Catedral Getafe

18 Digamos que hablo de Getafe, por Lamberto Sanz Esteras.

NOLI ME TANGERE.

Autor: Ángelo Nardi. Nació en 1584 en Florencia, de donde su familia fue

desterrada por los Médicis. Se trasladó a Venecia a principios del siglo XVII, donde

conoció la admirable obra de Caravaggio y ya en 1607 estaba en Madrid, instalándose

como pintor. Obtuvo el puesto de Pintor del Rey y pocos años más tarde el de Pintor de

Cámara, coincidiendo con Diego Velázquez, con quien entabló una buena amistad.

SANTA MARÍA MAGDALENA en la Catedral Getafe

19 Digamos que hablo de Getafe, por Lamberto Sanz Esteras.

La escena representa a María Magdalena arrodillada ante Jesús, ya resucitado,

que se le acaba de aparecer y, tras reconocerle, pretende tocarle para comprobar que el

Maestro está vivo.

El evangelista San Juan hace referencia a esta escena en el capítulo 20, 14-17.

Dicho esto, da media vuelta y ve a Jesús, de pie, pero no sabía que era Jesús.

Jesús le dice:

“Mujer, ¿por qué lloras?, ¿a quién buscas?”

Ella, tomándolo por el hortelano, le contesta:

“Señor, si tú te lo has llevado, dime dónde lo has puesto y yo lo recogeré”.

Jesús le dice:

“¡María!”.

Ella se vuelve y le dice:

“¡Rabboni!”, que significa: “¡Maestro!”.

Jesús le dice:

“Suéltame, que todavía no he subido al Padre”.

“Anda, ve a mis hermanos y diles”:

“Subo al Padre mío y Padre vuestro, al Dios mío y Dios vuestro”

Comentarios:

La escena se sitúa en un huerto, o jardín al aire libre, de ahí la presencia del

árbol dentro de un paisaje con cielo azul grisáceo, en un horizonte montañoso, en la que

vemos a Jesús semidesnudo, vestido únicamente con una túnica roja, tocado con un

amplio sombrero y portando una azada en su mano derecha. María Magdalena lo ha

confundido con el hortelano y así, de esa manera, lo refleja el pintor en el cuadro.

Cabe destacar, como puede apreciarse en el lienzo, que Magdalena no llega a

tocar a Jesús, mientras el Maestro muestra a la discípula la herida en su mano izquierda,

traspasada por uno de los clavos con que fue clavado en la cruz; también aparece otra

herida en su pie derecho y la llaga en el costado.

Nosotros nos quedamos con el admirable encuentro de miradas, entre ambos

personajes, que sin duda intenta reflejar el asombro y la devoción, por parte de la mujer,

y la humanidad amorosa y misericordia divina, por parte de Jesús resucitado.

SANTA MARÍA MAGDALENA en la Catedral Getafe

20 Digamos que hablo de Getafe, por Lamberto Sanz Esteras.

LA PREDICACIÓN DE LA MAGDALENA.

Autor: Félix Castello. Nacido en Madrid en 1595, fue bautizado en la parroquia

de San Sebastián, en la calle de Atocha, y de casado vivió en la plaza de Antón Martín.

Descendiente de una prestigiosa familia de pintores italianos, los Castello, que a las

órdenes de Felipe II, participaron en la decoración de la Basílica de El Escorial.

Discípulo aventajado de Vicente Carducho con el cual trabajó como oficial durante

varios años, adquiriendo un estilo tan semejante, que algunas de las obras del alumno

llegan a confundirse con las del maestro. Los personajes de sus obras pictóricas suelen

mostrar una representación gigantesca, muy dentro del estilo de Carducho.

SANTA MARÍA MAGDALENA en la Catedral Getafe

21 Digamos que hablo de Getafe, por Lamberto Sanz Esteras.

La escena, que no aparece citada en ninguno de los cuatro Evangelios

Canónicos, está situada cercana al puerto de Marsella, en Francia.

Muchos fueron los pintores que, en cualquier época pasada y especialmente

durante los siglos XVI y XVII, emplearon como guía para sus cuadros, sobre temas de

carácter religioso destinados a los retablos, los Evangelios Apócrifos y la Leyenda

Dorada del arzobispo de Génova Jacobo de la Vorágine (siglo XIII), gustando de

instruirse con los relatos de sus atractivas leyendas.

En este caso Félix Castello, habiendo tomando los datos que hablan de la

expulsión por los judíos y de una agitada travesía por el mar mediterráneo en una

barcaza sin velas, de María de Betania con sus hermanos Marta y Lázaro, acompañados

por Sara la sirvienta, María la de Cleofás, María Salomé, un ciego curado por Jesús,

Cedonio y Maximino, con desembarco en las costas francesas, sitúa la escena de la

predicación de Magdalena en las cercanías del puerto de Marsella, ante una multitud

expectante que atiende a sus palabras.

El pintor nos presenta una agigantada figura de María Magdalena, vestida con

una especie de hábito franciscano, ceñido a la cintura, en serena actitud de predicadora.

Es notable la presencia de un barco, en el horizonte marítimo, anclado en la

ensenada, para acreditar que el hecho de la predicación sucede en el entorno del puerto

marsellés.

Nosotros nos quedamos con la actitud de la santa, de gesto fraternal y amoroso,

con los brazos extendidos al frente, las manos abiertas y la cabeza nimbada, ligeramente

inclinada hacia adelante mirando a los allí asistentes, que siguen atentos su predicación.

Al menos esto es lo que percibimos, tras la atenta observación del cuadro.

SANTA MARÍA MAGDALENA en la Catedral Getafe

22 Digamos que hablo de Getafe, por Lamberto Sanz Esteras.

LA GLORIFICACIÓN DE MARÍA MAGDALENA.

Autor: Ángelo Nardi. Nació en 1584 en Florencia, de donde su familia fue

desterrada por los Médicis. Se trasladó a Venecia a principios del siglo XVII, donde

conoció la admirable obra de Caravaggio y ya en 1607 estaba en Madrid, instalándose

como pintor. Obtuvo el puesto de Pintor del Rey y pocos años más tarde el de Pintor de

Cámara, coincidiendo con Diego Velázquez, con quien entabló una buena amistad.

SANTA MARÍA MAGDALENA en la Catedral Getafe

23 Digamos que hablo de Getafe, por Lamberto Sanz Esteras.

Al igual que ocurre con el primer cuadro del que hemos hablado, del pintor José

Leonardo, titulado “Magdalena arrepentida”, y del segundo cuadro de Félix Castello,

“La predicación de la Magdalena”, tampoco encontramos en ninguno de los cuatro

Evangelios Canónicos referencia alguna al glorioso acontecimiento, que en este lienzo

se representa.

La escena es una alegoría de María Magdalena, imaginada en una de sus

abstracciones, ascendiendo hacia el cielo en el interior de una nube, acompañada por

una corte angelitos.

Comentarios:

En este cuadro podemos apreciar el color blanco, tanto en el manto como en la

túnica, ceñida a la cintura, con que el pintor ha vestido el cuerpo glorioso de María

Magdalena, subiendo hacia la luz procedente del cielo, e instalada en el interior de una

nube blanca. La nube queda perfectamente perfilada en los dos ángulos inferiores del

cuadro.

Cabe destacar el hecho de que Magdalena es acompañada, en su asunción, por

un grupo de angelitos, algunos de ellos sujetando el manto y uno, en particular,

portando en su mano derecha el pomo de perfumes, uno de los símbolos iconográficos

de Magdalena. Podemos percibir la extensa melena, otro de los símbolos de la discípula,

levemente agitada por el impulso ascendente.

Nosotros nos quedamos con la bella expresión de María Magdalena, la mirada

elevada y los brazos levantados hacia el cielo, en claro gesto del sublime deseo de la

discípula, de reunirse con el Maestro, con Jesús resucitado.

(Explicaba San Francisco de Sales, que Magdalena había muerto de amor y de éxtasis).

SANTA MARÍA MAGDALENA en la Catedral Getafe

24 Digamos que hablo de Getafe, por Lamberto Sanz Esteras.

DOS CUADROS MÁS.

Situados bajo los dos grandes cuadros “María Magdalena ante el sepulcro” de

Félix Castello y “Noli me tangere” de Ángelo Nardi, se encuentran otros dos de formato

apaisado y de menor altura, del pintor Francisco Camilo, titulados por algunos como

“Cristo con María Magdalena” y “El sueño de María Magdalena” y por otros como

“Cristo en casa de Marta y María” y “María Magdalena en el desierto”.

Autor: Francisco Camilo hijo del pintor italiano Doménico Camilo, nació en

Madrid en el año 1615 y fue un pintor de la escuela madrileña. Fallecido su padre, su

madre casó en segundas nupcias con el pintor madrileño Pedro de las Cuevas, en cuyo

taller, y bajo su tutela, Francisco aprendió el oficio de pintor. Murió en Madrid en 1673.

A este pintor se le atribuyen todos los pequeños cuadros que figuran en el retablo

mayor, sobre las imágenes de los doce santos apóstoles, con motivos de sus martirios.

Un importante cuadro que sí es de su autoría es el que figura en el ático del retablo del

nombre de Jesús, con el título de “La Epifanía” cuyo tema, con los mismos personajes

centrales, con idéntica altura pero de forma apaisada, podemos contemplar en el Museo

de Bellas Artes de Bilbao, bajo el título de “Adoración de los Reyes Magos”.

SANTA MARÍA MAGDALENA en la Catedral Getafe

25 Digamos que hablo de Getafe, por Lamberto Sanz Esteras.

Es una pena que no podamos describir las escenas de estos cuadros, pues

mirados desde abajo no se logra distinguirlos bien. De cualquier manera la controversia

en sus títulos, nos da pie para plantearnos la siguiente pregunta: ¿Qué fue de María

Magdalena, después de la venida del Espíritu Santo sobre todos los discípulos, que

estaban reunidos en Pentecostés, incluida ella, junto con María la madre de Jesús? Los

evangelios ya no vuelven a citarla. A partir de ese momento histórico, aparecen dos

versiones diferentes.

La extendida por Oriente es que María Magdalena se fue a vivir a la ciudad de

Éfeso, con María y San Juan, el discípulo amado. Juan y Magdalena, predicaron el

Evangelio. Magdalena llegó hasta Egipto y Líbano. Finalmente se retiró como ermitaña

al desierto, para orar de forma contemplativa, muriendo en Éfeso en circunstancias

desconocidas. Sus reliquias fueron trasladadas a Constantinopla en el año 886, y más

tarde los soldados que venían de las cruzadas, las trasladaron a Roma, siendo el papa

Honorio II, en el siglo XIII, quien las depositó bajo la tumba de San Juan de Letrán.

La más amplificada por Francia dice que: Después de pasar catorce años en

Palestina, Lázaro con sus hermanas Marta y María, tras vender todos sus bienes y

repartirlos con la comunidad cristiana, como hacían muchos de los primeros cristianos,

según los Hechos de los Apóstoles, parten hacia Marsella, donde se establecen. María

comienza sus predicaciones con gran éxito por su selecta elocuencia y logra la

aceptación de todos al conseguir curar la esterilidad de la esposa de un príncipe de

aquellos lugares. Al poco tiempo se crea una comunidad cristiana de la que Lázaro es

nombrado como primer obispo. Por entonces María deja de predicar el evangelio,

retirándose a una cueva como ermitaña, pasando sus últimos treinta años dedicada a la

vida contemplativa en oración.

Estas dos postreras situaciones de retiro espiritual contemplativo, tras la muerte

y resurrección del Señor, en ambas versiones, van a servir de inspiración a gran número

de pintores que, a partir de las mismas, reflejarán en sus lienzos una María Magdalena

en actitud ascética, orante y solitaria.

SANTA MARÍA MAGDALENA en la Catedral Getafe

26 Digamos que hablo de Getafe, por Lamberto Sanz Esteras.

MARÍA MAGDALENA LA MUJER, O LAS MUJERES.

Es María Magdalena una de las mujeres más fascinantes que se citan en las

Sagradas Escrituras. En ella se superponen varios personajes del Nuevo Testamento,

citados por los cuatro evangelistas. Su fama de mujer pecadora y arrepentida ha

contribuido de manera sorprendente, a crear en torno a su persona innumerables

historias y algunas leyendas. Pero ante todo se trata de una mujer muy especial, que

ocupa un papel preponderante en los orígenes del cristianismo, primero como discípula

y después como evangelizadora.

Cuatro son las mujeres que con el nombre de María (Miriam), muy popular en

toda Judea, en tiempos de Jesús, aparecen citadas en los Evangelios:

1. La mujer sorprendida en adulterio presentada a Jesús por los escribas y fariseos,

con intención de apedrearla, a quienes responde diciendo: “El que esté libre de

pecado, que lance la primera piedra”. Y dirigiéndose a ella le dice: “Mujer, vete

y no peques más, en adelante”.

2. La mujer, pecadora arrepentida, que postrada ante Jesús, en casa de Simón el

fariseo, lava sus pies, los seca con los cabellos y los unge con perfumes.

3. María de Betania, hermana de Lázaro (a quien Jesús había resucitado), la que

también ungió los pies a Jesús, con una libra de perfume de nardo puro, mientras

su hermana Marta servía la cena y Lázaro era comensal.

4. María, llamada la Magdalena, que acompañaba a Jesús junto con otras mujeres y

de la que habían salido siete demonios, según los evangelios de Marcos y Lucas.

Que estuvo al pie de la Cruz, según los evangelios de Mateo, Marcos y Juan.

Que asistió al entierro del Señor y le embalsamó, según Mateo, Marcos y Lucas.

Y que acudió en la mañana del domingo de Pascua al sepulcro, hallándolo vacío

y luego habló con dos ángeles, hasta que unos instantes después se le apareciera

Jesús resucitado, tal como citan los evangelistas Marcos, Lucas y Juan. Es justo

en estos precisos momentos históricos cuando se produce lo más trascendental

en la vida de María Magdalena; son los momentos en los cuales cobra autentico

sentido la instauración de esta mujer, como uno de los principales personajes,

protagonistas de la historia del cristianismo.

Las iglesias de Oriente y Occidente nunca estuvieron de acuerdo en cuál de estas

cuatro mujeres, citadas en los evangelios, merecía la veneración de los fieles por su

santidad. Hasta hoy día han llegado las argumentaciones de unos y de otros, con muy

diferentes fundamentos, en los intentos de aclarar la verdadera personalidad de María

Magdalena. Cada uno se ha quedado con los suyos, venerando a la Santa, como uno u

otro personaje y bajo desiguales puntos de vista.

Fuera una, o fuesen varias las mujeres que confluyen en el controvertido

personaje de María Magdalena, en la Iglesia se celebra su festividad como Santa el día

22 de julio. (En Oriente desde el siglo X y en Occidente a partir del siglo XII).

SANTA MARÍA MAGDALENA en la Catedral Getafe

27 Digamos que hablo de Getafe, por Lamberto Sanz Esteras.

En el retablo mayor de nuestra Iglesia Catedral de Getafe encontramos una

mezcla de los tres últimos personajes, citados anteriormente, de la discípula preferida de

Jesús, de la pariente y de la pecadora arrepentida; probablemente porque los cuatro

pintores que firman los ocho cuadros del retablo estuvieron influenciados por los

mensajes, un tanto fantásticos, de los Evangelios Apócrifos y de la Leyenda dorada con

autoría de Jacobo de la Vorágine.

Símbolos iconográficos de María Magdalena, la mujer:

Primero y principal, además de sus lágrimas, señalaremos como principal

atributo, su amplia melena de cabellos rubios ensortijados, con la que María Magdalena

seca lo pies de Jesús, después de haberlos enjugado con sus lágrimas, y que queda

reflejada en prácticamente todos los cuadros, en los que los diferentes pintores la han

representado. Segundo, los muchos objetos-icono, que casi siempre la acompañan en

sus artísticas representaciones, como son: el pomo, la copa, o el frasco de perfume y

ungüento; una calavera; un libro sobre los textos sagrados; el crucifijo en sus manos; un

espejo o un peine; un collar de perlas; un cilicio o un flagelo; un medallón con ángeles o

también una estera que le servía de cama.

SANTA MARÍA MAGDALENA en la Catedral Getafe

28 Digamos que hablo de Getafe, por Lamberto Sanz Esteras.

CURIOSIDADES.

María Magdalena es la santa patrona de los contemplativos, de los conversos, de

los fabricantes de guantes, de los farmacéuticos, de los peluqueros, de los penitentes, de

los perfumistas, de los que luchan contra las tentaciones sexuales, y de las mujeres.

oOo

La expresión popular: “Llorar como una Magdalena”, viene del episodio

relatado por el evangelista San Lucas en el que hace referencia a la cena en casa de

Simón el fariseo, poniendo en boca de Jesús el siguiente párrafo (capítulo 7, 44).

Y volviéndose hacia la mujer, dijo a Simón: "¿Ves a esta mujer? Entré en tu casa y tú

no derramaste agua sobre mis pies; en cambio, ella los bañó con sus lágrimas y los

secó con sus cabellos”.

oOo

En algunos escritos María Magdalena es llamada “la mirrófora”, que significa la

que lleva el tarro de mirra, refiriéndose a que Magdalena lo portaba camino del

sepulcro, en la mañana del domingo de la Pascua, para embalsamar el cuerpo de Jesús.

oOo

Una tradición ortodoxa relata que, tras la Ascensión del Señor, María Magdalena

fue a Roma para predicar el Evangelio. En presencia del emperador romano Tiberio, y

sosteniendo un huevo de gallina, exclamó: “¡Cristo ha resucitado!” El emperador se rio

y le dijo, que eso era tan probable como que el huevo que tenía en su mano, se volviera

rojo. Antes de que acabara de hablar el emperador, la blanca cáscara del huevo se había

vuelto roja.

oOo

La imagen de Santa María Magdalena, que por cierto es la única de todas las

imágenes del retablo que mira al frente, al lugar donde se sitúan los fieles, permaneció

durante bastantes años, hasta la restauración de la Catedral (entre los años 2000 y 2007),

portando en su mano izquierda un copón plateado, sujeto con alambres; queremos

suponer que emulando el pomo, o frasco de alabastro, con balsámico perfume, que

María Magdalena derramo a los pies de Jesús, en casa de Simón el fariseo.

oOo

La hornacina ocupada por la imagen de Santa María Magdalena, en el hueco

central del retablo mayor de nuestra Santa Iglesia Catedral de Getafe, es la única que

está primorosamente decorada con motivos florales policromados y pan de oro.

oOo

SANTA MARÍA MAGDALENA en la Catedral Getafe

29 Digamos que hablo de Getafe, por Lamberto Sanz Esteras.

A la entrada de la iglesia, en el frontal de la fachada del atrio, figura el escudo de

la Magdalena en piedra, con el pomo de perfumes sobre una esfera, bajo un arco de

guirnaldas y con dos cintas extendidas a ambos lados del escudo, con las siguientes

reseñas: en la de la izquierda STA. MA. MAgNA. y en la de la derecha AÑO DE 1770.

oOo

En una de las piezas metálicas que conforman la cerradura de la puerta de

entrada a la iglesia, se halla incrustada una pequeña escultura de María Magdalena.

oOo

Curioso, verdaderamente curioso, nos resulta comprobar que uno de los más

importantes atributos iconográficos de María Magdalena, no aparezca en ninguno de los

cuadros de nuestra Catedral; nos referimos a las vestiduras (mantos, trajes, túnicas, o lo

que sea) del personaje representado, que habitualmente aparecen de color rojo, símbolo

de la pasión, de la sensualidad y del pecado. Según algunos autores, que clasifican a las

mujeres por los colores, entienden que la mujer roja es la mujer de la sangre; la amante

fiel y la madre; la que se entrega por amor. Y también hay opiniones que afirman que el

color rojo es símbolo del amor profundo, del éxtasis místico y de la redención a través

del martirio. Curioso es, pues, que los tres pintores atavíen a la Magdalena con unas

vestiduras de color ¿marrón rojizo? La única explicación que encontramos es la de que

Ángelo Nardi, en su “Noli me tangere” presenta a Jesús con una túnica de color rojo,

que como se ha dicho representaría la redención a través del martirio, y por esta causa

no quisieran hacer coincidir el color de las vestimentas de María Magdalena, con el de

la túnica de Jesús.

Y UNA CURIOSA COINCIDENCIA.

Como se ha dicho, en capítulos anteriores, la Santa Iglesia Catedral de Santa

María Magdalena permaneció cerrada al culto, por las obras de restauración, desde el

año 2000 hasta el año 2007, en que se volvió a abrir solemnemente. ¿Y saben Vds. en

qué día ocurrió la reapertura de esta Catedral? Pues fue exactamente el día 23 de enero,

festividad de San Ildefonso, santo toledano, cuya imagen figura en lo más alto del

retablo mayor, en el ático, justo a la derecha del Calvario, según miramos. ¿Casualidad?

Posiblemente el santo, colocado en lo alto del retablo, a instancias de Alonso Carbonell,

cansado ya de soportar tanto tiempo de obras y echando de menos a los fieles, decidió

interceder para la reapertura de la Santa Iglesia Catedral de Santa María Magdalena.

Habiendo sido así, gran cantidad de getafenses le quedamos eternamente agradecidos.

¡Gracias Ildefonso!

SANTA MARÍA MAGDALENA en la Catedral Getafe

30 Digamos que hablo de Getafe, por Lamberto Sanz Esteras.

OTRAS CURIOSIDADES, TAL VEZ ARRANCADAS DE LAS LEYENDAS.

Y UNAS REALIDADES VIGENTES EN NUESTRO TIEMPO.

En el monasterio Simonos-Petras del monte Athos (Grecia), de la Iglesia

Ortodoxa, se alberga una reliquia de Santa María Magdalena. Se trata de la mano

izquierda de la Santa, que permanece incorruptible, a una temperatura de 37º, desde

hace casi 2.000 años. Cuentan los monjes del monasterio, que cada 22 de julio, en los

aniversarios de su fiesta, a los devotos que besan la mano incorrupta se les queman

(notan calor) los labios.

En la región de Borgoña (Francia) es donde surge el culto por Santa María

Magdalena. La leyenda nos cuenta que la santa, después de haber evangelizado en la

Provenza y tras haberse retirado a la cueva “La Sainte-Baume”, cerca de Marsella,

llegada su muerte, después de treinta años de penitencia, un cortejo de ángeles llevaron

su cuerpo a Aix-en-Provence, donde recibió el viático de manos de Maximino. Al morir

Magdalena su cuerpo fue depositado en un oratorio que mandó construir Maximino.

Pasado el tiempo, el oratorio tomó el nombre de Saint Maximin. (Es posible que éste

Saint Maximin, sea el mismo personaje que el Maximino, que acompañó en su viaje por

barco, a María la de Betania, Marta, y Lázaro, desde Palestina hasta Marsella).

Jacopo de la Vorágine, en su “Leyenda dorada”, refiere la versión oficial del

traslado de las reliquias de Santa María Magdalena, desde su sepulcro en el oratorio de

Saint Maximin, en Aix-en-Provence, hasta la recién fundada abadía de Vézelay, en 771.

Este templo fue durante los siglos XI (atestiguadas peregrinaciones al sepulcro en 1030)

al XIII lugar de peregrinación y al mismo tiempo punto de partida, para continuar la

peregrinación, hacia Santiago de Compostela. De esta manera entraría en España el

culto por la Santa.

El 27 de abril de 1050, una bula del papa León IX colocaba oficialmente la

abadía de Vézelay bajo el patronazgo de Santa María Magdalena.

Una versión algo distinta, pero documentada, dice que el cuerpo de Santa María

Magdalena fue “oficialmente descubierto”, en Saint-Maximin-la-Sainte-Baume, en la

Provenza, el día 9 de septiembre de 1279, donde se mandó construir un gran monasterio

dominico, de estilo gótico, por el Príncipe de Salerno (futuro Carlos II de Nápoles)

siendo desde entonces lugar de peregrinación, por albergar el sepulcro de la Santa.

En 1600, las supuestas reliquias fueron depositadas en un sarcófago, mandado

realizar por el papa Clemente VIII, pero la cabeza se depositó aparte, en un relicario.

Las reliquias fueron profanadas durante la Revolución Francesa. En 1814 se restauró el

templo y se recuperó la cabeza de la santa, que se venera actualmente en ese lugar.

La comunidad ortodoxa rusa ha construido recientemente en Madrid una

catedral bajo la advocación de Santa María Magdalena, en el número 48 de la Gran Vía

de Hortaleza, inaugurada el pasado domingo día 26 de mayo del 2013, festividad de la

Santísima Trinidad.

SANTA MARÍA MAGDALENA en la Catedral Getafe

31 Digamos que hablo de Getafe, por Lamberto Sanz Esteras.

Ya en el año1761 hubo una capilla en la embajada rusa de Madrid, dedicada

también a Santa María Magdalena, que habiendo cerrado sus puertas a finales del siglo

XIX, mandaron un icono con la imagen de la Santa a una parroquia en la ciudad

argentina de Rosario, de donde finalmente se ha rescatado para traerla a la nueva

Catedral de Madrid.

EPÍLOGO.

Finalizado este espontáneo trabajo, que no es más que una simple recopilación

de datos, sólo me resta decir que todas las reseñas y detalles en él reflejados han sido

obtenidas/os en algunos libros y en artículos de muy diferentes autores y, en gran parte

de los casos, conseguidas/os a través del buscador Google en Internet.

Que nadie piense, pues, que el autor de todas estas páginas es un erudito capaz

de retener en su memoria todos los conocimientos aquí vertidos, ni muchísimo menos.

Tampoco es poseedor de la ciencia infusa y, por supuesto, no mantiene ninguna senda

de comunicación directa, con los manantiales del saber. Dicho esto espero que os guste.

Por último agradecer a Juan Díaz Marcos por su magnífico reportaje fotográfico,

que ha contribuido de una manera tan especial, para la comprensión y el lucimiento de

las páginas precedentes.

En Getafe, marzo del 2014.

Revisado en diciembre del 2015.

Lamberto Sanz Esteras.

SANTA MARÍA MAGDALENA en la Catedral Getafe

32 Digamos que hablo de Getafe, por Lamberto Sanz Esteras.

UNA PEQUEÑA IMAGEN DE MARÍA MAGDALENA

INCRUSTADA EN LA CERRADURA DE LA PUERTA DE ENTRADA

NOS RECIBE Y NOS DESPIDE A LAS PUERTAS DE LA IGLESIA

FIN