saint ives d´alveydre - la mision de la india en europa

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  • 8/14/2019 Saint Ives DAlveydre - La Mision de la India en Europa

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    SAINT-YVES D'ALVEYDRE

    La Misin de la India

    EN EUROPA

    LA MISIN DE EUROPA EN ASIAEDICIN COMPLETA

    PRLOGO

    Antes de escribir estas pginas, he dudado durante mucho tiempo, durante mucho tiempo he rezadoangustiado con humildad y olvido de m mismo.

    Me he levantado con una invencible resolucin, seguro del bien que hago, no slo a los nobles

    espritus que se han adherido a mis obras precedentes, sino tambin a los pueblos de las dos partes delmundo a las que me dirijo aqu.Pero antes de nada, quiero expresar mi agradecimiento a la lite de inteligencias y de almas que han

    tenido el valor de expresar pblicamente por escrito su asentimiento a esta ley orgnica de la Historia yde las Sociedades humanas: La Sinarqua, es decir, lo contrario de la Anarqua.

    En esta frmula constitucional, el Sr. Ernest Desmarest, ex-decano de la orden de abogados de Pars,y el Sr. Hippolyte Destrem, autor dePerte ou salut de la France, han visto la reorganizacin metdicade las relaciones internacionales: Comptes rendus du Congres de Bruxelles, Petit Rpublicain, laPresse.

    El Sr. conde Charles de Montblanc ha reconocido en ella la ley cientfica de la Historia y la del Self-Governmentde las Sociedades: le Figaro.

    El Sr. barn Thodore de Cambourg se ha fijado particularmente en la representacin nacional porespecialidades, tal y como yo llamo a la tercera Cmara; y se ha convertido en el apstol de la creacinde una Cmara de Economa nacional, destinada a equilibrar mediante el peso de todos los intereses lapoltica pasional de los partidos: Gazette de France.

    En la frmula sinrquica, el Sr. cannigo Roca, antiguo empleado de la escuela universitaria de losCarmes, ha constatado la posibilidad de una conciliacin orgnica entre la Fe y la Ciencia, los Cuerposde enseanza eclesisticos y las Universidades, el Culto y la Sociedad Civil:La Crise fatale et le salutde l'Europe, La fin de l'ancien monde.

    El Reverendo Padre Curci ha visto en esta frmula un gobierno intelectual y social. deseable, delque no teme preconizar hacer un ensayo:Il Socialismo cristiano.

    El Sr. Pastor de la Fresnaye ha encontrado en ella la conclusin judeocristiana de la Historia, a la

    vez que la ley positiva de la solidaridad: Courrier de la Gironde.El Sr. Isaac Lvy, gran Rabino de Vesoul, ha destacado sobre todo la reconciliacin de la razn y lafe, la preocupacin por lograr un gobierno capaz de asegurar la felicidad de la Humanidad y la pazmutua entre los cultos y las enseanzas:Famille de Jacob.

    El Sr. Louis Pauliat termina con la creencia del retorno de la Sinarqua universal: Nouvelle Revue.El Sr. Charles Limousin no ha temido reconocer la profunda impresin que la lectura de las Misioneshaba causado a su espritu:Revue du mouvement social.

    Los Sres. Ren Cam, ingeniero, y Barlet, licenciado en derecho, han destacado en estas obras todolo que tiende a hacer revivir de nuevo el espritu delos antiguos templos universitarios, donde la fe y la

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    ciencia formaban una sola unidad:Anti-materialista.El Sr. de Sant-Albano ve en la Sinarqua la realizacin de las promesas de Moiss y de Cristo, en las

    que entran las de la revolucin de 1789:Le High-Life.El Prncipe de Z. considera la Sinarqua europea como la conclusin necesaria de la constitucin

    intergubernamental inaugurada en 1648 por el Congreso de Westfalia: Revue internationale deFlorence.

    El Sr. Frabre des Essarts, colocndose en una ptica exclusivamente republicana y francesa,inaugura una serie de publicaciones populares tituladas:Bibliothque synarchique.En su primer folleto: La Fuerza, el Derecho y las tres cmaras sinrquicas, se afana en resaltar la

    necesidad de proteger el sufragio universal mediante una triple representacin por medio deespecialidades y competencias.

    Lamento profundamente no poder citar todos los testimonios pblicos de adhesin de los que hansido objeto mis Misiones.

    Pero no podra silenciar los de la Revue moderne y el Moniteur universel: este ltimo emana de unprofesor de Universidad, que no quiero nombrar por su situacin oficial.

    Finalmente, los Sres. barn Thodore de Cambourg, Destrem, Garreau, comisario general de lamarina, Marty, uno de los presidentes de las cmaras sindicales obreras, el conde Ch. de Montblanc,

    han puesto manos a la obra, para estudiar la posibilidad de crear una de las tres Cmaras sinrquicas, lade la Economa nacional:Projet d'une Union conomique francaise.Gracias a estos generosos testimonios, con ms suerte que Kpler, no morir diciendo: Un lector

    dentro de cien aos!No slo he sido ledo por una lite de espritus atentos al bien que yo quera hacer, sino que, adems,

    he gozado de la inusual felicidad de ver mi pensamiento vivir en ellos, y pasar a la accin bajo elimpulso de su ilustrado amor por nuestra patria y por la Humanidad.

    Permtaseme expresarles toda mi cariosa gratitud.Un germen de salvacin social, crecido en tan buena tierra, no podr ya perecer.Al margen de estos testimonios pblicos, quisiera tambin dar las gracias a todos aquellos que con

    sus cartas o su palabra, me han animado calurosamente, y si no nombro a los ms queridos y a los ms

    halagadores es por un sentimiento de comedimiento, que ellos sabrn apreciar.A todos, les ofrezco este libro para demostrarles la perseverancia de mis esfuerzos, que es mi mejormanera de darles las gracias por su inapreciable ayuda.

    Los nombres que acabo de citar presentan esto de notable, que pertenecen a las ms variadasconfesiones, enseanzas, clases sociales y partidos polticos.

    La sinarqua se revela, pues, un terreno de conciliacin y de salvacin social para cada una y todaslas naciones.

    sta es una razn suficiente para que haya sido objeto de ataques tan violentos.Como al grupo de Carpeaux, a mi Misin de los Judos le han tirado un tintero.

    Doy ahora el resumen de las crticas como he dado el de las adhesiones.l.El origen celta de las Aryas y el Ciclo de Ram son una novela plagiada a Fabre d'Olivet al que nisiquiera habra citado.

    2.No exista ninguna ciencia real en los templos antiguos.3. Quien dice religin y teocracia, dice ignorancia y tirana.4.El esoterismo de los textos sagrados de todos los pueblos es una invencin de los Kabalistas de la

    Edad Media y no esconde ninguna ciencia real.

    sta es la requisitoria, y sta es mi respuesta.

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    Tantas afirmaciones como errores.El ciclo de Ram y su origen occidental son una realidad histrica, de la que la India, e incluso Asia

    Central, son testigos y garantes.En cuanto a Fabre d'Olivet, al igual que yo, tampoco ha escrito una novela.He verificado sus fuentes, y lo he citado dos veces enLa Misin de los Judos, una vez a propsito,

    precisamente, del diclo cltico de Ram, que l mismo encontr en los indianistas de la escuela de

    Calcuta.Aado, para hundir de una vez por todas este torpedo poltico de plagio, que la Historia universalslo puede ser real a condicin de ser el plagio universal de las ideas y de los hechos de toda laHumanidad, de los que nadie puede reclamar el monopolio.

    En mi obra slo reivindico la paternidad absoluta, entre los modernos, de la Ley sinrquica, a la vezteocrtica y democrtica, tal y como la he definido y demostrado hasta la saciedad.

    En cuanto a la antigedad, esta ley se encontrar no slo en todos los textos sagrados dorios, sinotambin en la constitucin social y la organizacin del Gobierno general del ciclo ramdeo.

    En presencia de un descubrimiento, de una constatacin de orden tan capital, tanto para la cienciahistrica como para las nociones gubernamentales que se deben concluir de ella, he tenido que situar,dentro de mi obra, la Ley sinrquica fuera de toda secta, doctrina o sistema particular.

    De modo que slo le queda, al igual que a mi obra que la expone, su propia autoridad, los textossagrados y la Historia positiva de todos los pueblos.Hubiese mermado el valor cientfico y universal de esta ley enfeudndome con un escritor

    doctrinario moderno, Fabre d'Olivert como cualquier otro, por mucha admiracin que le profese, pormuy tiles que me hayan sido sus obras entre la multitud de sistemas que he compulsado yprofundizado.

    Si hubiera obrado de otro modo, los propios detractores de mi obra no se habran privado de tirarmea la cabeza las biografas y bibliografas con las cuales los contemporneos de Fabre d'Olivet lomataron desprecindolo y ridiculizndolo.

    Esto fue justo? Desde luego que no.Volver un da sobre este tema, pero, por el momento, estoy obligado a constatar que el sistema

    metafsico de Fabre d'Olivet es anticristiano, antidemocrtico, o sea, lo contrario de mis obras, de laSinarqua, y de mi absoluto despego de todo sistema individual.Segunda alegacin:No existe ninguna ciencia real en los templos antiguos.Espero que este libro corone las incontables pruebas que ya he dado de este error.Tercero: Quien dice religin y teocracia, dice ignorancia y tirana.Si se entiende por religin un clericalismo poltico y no una sntesis social, si se entiende por

    teocracia la intolerancia mutua de las sectas y no la Ley divina de esta sntesis, se puede tener razn.Pero es exactamente lo contrario, tanto de la Constitucin sinrquicadel ciclo de Ram, como del movimiento de los Abramidas, de Moiss y de N. S. Jesucristo.Cuarto:El esoterismo de los textos sagrados es una invencin de los Kabalistas de la Edad Media.

    He expuesto ya enLa Misin de los Judos la opinin que me merece este error que intentar disiparen la presente obra.Y si alguien se pregunta por qu habiendo citado los nombres de mis partidarios, no cito los de mis

    detractores, contestar que mis Misiones son obras de paz social, universal, y que me liganpersonalmente a esa Paz.

    Conozco a mis amigos, ignoro u olvido a mis enemigos.El libro que hoy publico, opone a mis anteriores Misiones el sello de una innegable autoridad; y por

    ello proyectar una luz deslumbrante, y momentneamente una profunda confusin en los inmensoscentros de iniciacin hermticamente cerrados, donde la Tradicin antigua ha sido conservada intacta

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    durante ciclos de siglos por millones de iniciados, que ciertamente no se esperan a las divulgacionesque vaya hacer.

    De modo que conociendo a fondo las reservas de Asia, e imaginando el alcance de mi acto, no dudoen afirmar que es en s, un golpe de Estado mucho ms importante que ninguno de los realizados porlos polticos desde que el destino de la Humanidad est en sus manos.

    Esta afirmacin, pondr en los labios de la mayora de los lectores europeos una sonrisa escptica,

    pero no ocurrir as con los millones de iniciados asiticos que leern, traducirn o comentarn estelibro.Se preguntarn con ansiedad por el efecto que la precisin de las revelaciones que en l se exponen,

    producir en las altas esferas de los Cultos, las Universidades, la Franc-masonera, y ciertas Cortes deEuropa, dos sobre todo.

    Buscarn, por fin, cmo he podido levantar el velo que recubre sus ms secretos misterios, cuandolos esfuerzos conjuntos de los misioneros y los diplomticos nunca han podido conseguirlo.

    En efecto: este velo est formado por montaas inmensas, fortalezas, selvas vrgenes, desiertos,ciudades, templos, criptas y ciudades subterrneas de una extensin sobrecogedora.

    y el secreto que cubre est guardado por millones de hombres de ciencia y de conscienciaencadenados entre ellos en el seno de la Divinidad por medio de los mismos juramentos que en tiempos

    de Moiss, de Jethro, de Orfeo, de Zoroastro o de Fo-Hi.De modo que cualquiera que sea el escepticismo que este libro encuentre en Europa, es imposibledescribir la conmocin ideo-psquica, que provocar, visible o no, en toda Asia.

    Desde el pico de Ram hasta Pekn, desde el mar de las Indias hasta el Himalaya, de Afganistn a lasmesetas de la Alta Tartaria, de Bukharia a Tiflis, mi dbil aliento crecer con la distancia y setransformar en una tempestad espiritual, y el alboroto de las almas fluir de nuevo de Jerusalem alCairo y a la Meca, del Gaon a los Imanes, y del Jefe de los Drusos del Lbano al Rich-Ammo de losSubbas de Bagdad, antiguos discpulos esenios de San Juan Bautista.

    A este inmenso ocano de almas responder piadosamente: Dios lo quiere porque es la hora!y en cuanto a m, sera el ltimo de los infieles, si guardara para m solo, tales secretos, pensando en

    el peligro que corro, cuando est en juego la salvacin general.Qu debo temer yo de los hombres? Nada. De Dios? Slo una cosa: ser indigno de la tarea que en su misericordia se ha dignado imponerme.No temo a los hombres porque no considero la muerte objeto de temor.Cualquiera que sea la felicidad que Dios pueda concederle en esta vida, todo iniciado sabe que la

    muerte es un indecible gozo del alma, la voluptuosidad ms grande que se pueda experimentar.El valor slo es necesario para resistirse a ella. No temo nada de los hombres, porque mis Misiones tienen como principio el amor divino a la

    Humanidad y como fin la Sinarqua universal, y porqu slo ponen en peligro mi propia persona.No temo a los hombres porque no espero ni deseo nada de ellos para m mismo.Despus de lo que acabo de decir, sera pueril aadir que resignado a lo ms, soy insensible a lo

    menos, y que los medio-sabios, los ateos, los sectarios enemigos de toda Religin y de toda Fe, quepiensen poder disminuir el alcance de mis actos con silbidos burlones o injurias, slo despertarn miconmiseracin.

    He dicho que no temo nada de los hombres.Slo hay un hombre al que le temo.Ese hombre, soy yo, en el caso de que hubiese tenido que ser infiel a mi consciencia, o violar el

    juramento de una iniciacin humana, al publicar esta coronacin de mis Misiones.Pero no es as: Tan solo Dios, a travs de los Cielos y las Profundidades de la Historia de la

    Humanidad, es el Viviente del que he recibido la Ley sinrquica en mi comprehensin religiosa de la

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    Promesa social de N. S. Jesucristo, de Moiss, de los Abramidas, as como de esa Comunin anteriorde las Ramideos que San Pablo llama la Sociedad de los Primitivos, y que yo he nombrado en otrolugar con su nombre antiguo:Paradesa.

    Cuando he afirmado enLa Misin de los Soberanos y en La Misin de los Judos, que todo lo quereservaba a la reconstitucin del edificio de las Ciencias en una Cmara de la Enseanza, una vezfundada la Sinarqua, se encontraba en lugar seguro en varios pases, tena graves motivos para ser tan

    explcito.Hoy, despus de una madura deliberacin, corroboro esta promesa, aadiendo: La Paradesa ramidea,su templo universitario, sus tradiciones, la cudruple jerarqua de sus enseanzas, existen aninalteradas en la actualidad.

    Y es a su Soberano Pontfice al que me permito dedicar respetuosamente. este libro.

    AL SOBERANO PONTFICE PORTADOR DE LA TIARA DE LAS SIETE CORONAS, ALBRAHMAN ACTUAL DE LA ANTIGUA PARADESA METROPOLITANA DEL CICLO DELCORDERO Y DEL CARNERO.

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    Ah! lo s! Cuando estas pginas estn bajo sus ojos, preguntar a Dios y a sus ngeles si loimposible se ha realizado.

    Cmo ha podido, se dir, un ojo humano sorprenderme en el ms secreto de mis Sanctuarioscerrados, en la ms formidable de mis ciencias, de mis artes, y de mis Misterios pontificiales.

    No existe ya seguridad cuando bajo los ojos del Eterno Viviente, cara a cara a sus Potenciascsmicas, respiro a travs de la Muerte en el Alma llameante del Mundo, y hablo de Estrellas en

    Estrellas, con los Pontfices que me han precedido!Quiz, entonces, la palabra profanacin suba a sus piadosos labios; peroel leerme poco a poco seir tranquilizando.

    Tranquilizaos, en efecto, gran y santa alma, en la que resplandece la Sabidura y el Conocimientode las antiguas iniciaciones.

    Os miro con un respeto lleno de emocin, desde el fondo de este Occidente que fue la cuna de Ram. y os veo en este mismo momento, en vuestra delgadez asctica, como una verdadera estatua de

    bronce obscuro, con los brazos cruzados, sobre la tumba de vuestro predecesor, en la cripta sagradaimpenetrable incluso para los iniciados de grado alto.

    Tranquilizaos, Anciano de los das de aqu abajo: os visita un alma religiosa, y que venera en vos elEspritu de todos los tiempos antiguos y la formidable Sapiencia a la que, de escaln en escaln; os ha

    conducido la espantosa ascensin de las pruebas y los conocimientos humanos, cosmognicos ydivinos.Fue en efecto de vuestro Templo viviente de donde vinieron los Reyes Magos a adorar en su cuna al

    Cristo doloroso, divina encarnacin del Cristo eternamente glorioso.Y, catlico sinarquista; me pongo bajo la invocacin de estos mismos Magos, para llegar hasta vos

    a travs de la distancia, trayendo, lleno de Fe, de amor y de esperanza, la Promesa de este Cristo, conlo que yo creo firmemente ser la ley de su realizacin social para toda la Humanidad.

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    Captulo I

    La Autoridad garante de la ms antigua Tradicin, y de todo lo que he dicho anteriormente de laconstitucin intelectual y social del Ciclo del Cordero y del Carnero, reside en la ms antiguaUniversidad de la Tierra.

    En el momento de la redaccin de estas lneas, todos los cuerpos de enseanza del mundo firman su

    edad del modo siguiente:Los de Mahoma: 1264.Los de Jesucristo: 1886.Los de Moiss: 5647.Los de Mamou en fin: 55647.Acepto con respeto todas estas fechas, a las que hubiera podido aadir las eras de ackya Mouni, de

    Zoroastro, de Fo-Hi, de Cristna, y por fin la del Ciclo ramideo, si no estuvieran ya incluidas en elperodo integral de Manou.

    La inmensidad de la fecha manvica, lejos de soliviantar mi fe cristiana, la consolida, al extender tan profundamente en el pasado la grandeza del Espritu Humano, inseparable de la majestad de lastradiciones divinas.

    Aqu me detendr un instante para volver a mi libro precedente:La Misin de los Judos.Pese a los descubrimientos de los arquelogos desde finales del siglo pasado, pese a la introduccinen Europa desde entonces, de numerosos fragmentos literarios de los que los Brahamanes han credooportuno dar a la luz pblica sin traicionar su juramento, el Ciclo de Ram, que tan slo se remonta anueve mil aos, es an en Europa objeto de incredulidad.

    Sin embargo, en el mismo Pars, los catlogos de los manuscritos snscritos de la Bibliotecaoriental, sin hablar de los trabajos anteriores de d'Herbelot, indicaban, desde principios de siglo,numerosas obras sobre Ram y sobre los hroes, que despus le fueron asimilados: VeyasaRamayana,Vasista-Ramayana, Adhyatma-Ramayana, HanoumadRamayana, Sata-kanta-Ramayana, Sahasra-Kanta-Ramayana, DjimouneRamayana, Valmike-Ramayana, etc.

    Este ltimo, el ms notable de todos, fue compuesto por Valmiki hacia el final del Trata-youga, bajo

    el reinado de Rama.Este magnfico poema, no es en realidad ms que un abreviado del Veyasa-Ramaya, diario de lasacciones de Rama, en diez trillones de Versos, desde hace mucho tiempo reservado, en la India, elestudio esotrico de la Historia.

    Los autores que he citado en la Misin de los Judos, y que han tenido en cuenta las tradiciones delOriente brahmnico, como parte integrante de la Historia Universal, tenan perfecta razn, y yo conellos, al restituir al Ciclo de Ram la importancia que le concede an hoy una inmensa parte del gnerohumano.

    En mi ltimo libro, cuyo ttulo sera la Historia positiva de la Sinarqua y de la Anarqua en elGobierno General del Mundo, no me he remontado a ms de noventa siglos.

    Y ello no se debe a que falten documentos que nos permitan remontarnos ms lejos en la

    profundidad de los tiempos.Los fastos de la Humanidad, que desde hace quinientos cincuenta y seis siglos ha pasado en estatierra del Estado Natural al Estado Social, se guardan religiosamente en lugares inaccesibles de los quehablar ms adelante.

    Pero debo limitarme a hacer, a los europeos, la demostracin cientfica de la Sinarqua,recordndoles sus propios anales sinrquicos.

    Se remontan efectivamente a la poca en que su raza, empezando a dominar a las dems, se elev,en la persona del ms grande de sus hroes clticos, hasta la tiara de las siete coronas de los sanctuariosde Manou y hasta la Mano imperial de la Justicia del antiguo Reino de Dios.

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    No fueron, desde luego, los iniciados de la Paradesa los que se burlaron del Ciclo de Ram, de sufecha, de su Sinarqua que realizaba de nuevo este Reino divino durante tres mil aos, de sucivilizacin colosal, de sus cuatro jerarquas de las ciencias que van desde las profundidades secretas dela Naturaleza fsica hasta la inefable Esencia de las Potencias cosmognicas, de sus artes por fin, y detodos los misterios maravillosos, celebrados en sus metrpolis, que son a la vez centros religiosos yuniversitarios.

    Tampoco son ellos quienes han puesto en duda todo lo que he dicho sobre la revolucin del tercerOrden que, partiendo del emperador sinrquico Ougra, se produjo por obra de Irshou, ni de los asaltosconsecutivos de que fue objeto la Sinarqua ramidea del Cordero y del Carnero por parte de la crecienteanarqua de los Turanios, los Yonijas, los Hiksos, y los Fenicios, que arboraban como signo unificadorde su naturalismo, el estandarte ensangrentado del Toro (de Tauro).

    No son ellos tampoco los que han tachado de inexactitud toda la Historia del Gobierno General delMundo, a partir del momento en que se entroniz, bajo el impulso de una fuerza multitudinaria, elrgimen del arbitrario que con el nombre de Nemrod: va del Tigre, fue condenado por Moiss.

    Ellos tampoco han negado el papel constantemente luminoso, infatigablemente liberador de losSanctuarios, que han intentado remediar en cualquier lugar la apoteosis de esta Fuerza triunfante, ypreparar en todas partes el retorno de las condiciones de la antigua Alianza universal.

    y por fin, no son desde luego ellos quienes han podido negar lo que he dicho del Hermetismocientfico de las lenguas dorias, espejo exacto del Verbo eterno, ni del Esoterismo esplndido queencierran los autnticos textos sagrados, no slo los Vedas, no slo los libros del primer Zoroastro y deHermes, sino tambin el hebreo hiertico de los cincuenta Captulos de Moiss y del divino testamentode N. S, Jesucristo.

    Y en efecto, todas estas cosas y muchas ms se ensean an en la absoluta pureza de una tradicinininterrumpida, en lo ms profundo de los Sanctuarios del Cordero; y de estos ltimos no son otra cosaque la cripta cerrada hasta que llegu yo, de los Misterios del movimiento giratorio de los Abramidasde Moiss y, finalmente, de la Promesa universal hecha a la Humanidad por el divino Maestro (Seor)de todos los Cristianos.

    y si se me pregunta por qu, los Pontfices de la Paradesa, sin piedad, por los esfuerzos de una gran

    parte de nuestra Raza, han ocultado a las miradas de la Humanidad su Universidad religiosa,responder:Tenan sus motivos para ello, porque sus formidables ciencias, hubieran podido al igual que las

    nuestras, armar contra la Humanidad al Mal, al Anti-Dios, al Anti-Cristo, y el Gobierno general de laAnarqua.

    S, han tenido razn, mientras las condiciones de la Sinarqua no estaban an lo suficientementerenovadas en toda la faz de la Tierra, merced a la iniciativ de los Abramidas, de Moiss y de Jess.

    Estos nombres sagrados, que repito y repetir a menudo, no implican para m, como para losmiembros de la Paradesa, ninguna de las ideas polticas o sectarias que la ignorancia les presta.

    Por el contrario, significan el retorno universal de la Humanidad a la Ley divina de su organizacin.Lejos de acusar de anatema a ninguno de los cultos religiosos, la Paradesa los bendice a todos, y

    reserva a cada cual la justificacin de todos sus textos sagrados, de todos sus Sacramentos, y de todossus Misterios.Slo tomar como ejemplo, ms adelante, nuestro santo Evangelio, que en su texto hebreo, relata el

    nombre mstico del templo de la Paradesa, y, las palabras tan significativas de N. S. Jesucristo: Pedid yse os dar, llamad y se os abrir, buscad y encontraris.

    Nuestro Salvador, y antes que l, los colegios de enseanza esotrica conocidos como los Profetas,Moiss, Jthro y los distintos patriarcas, no han hablado en vano. Todos saban tan bien como yo, enqu Tabernculo viviente, la Providencia protega las antiguas simientes de las civilizaciones futuras.

    La Paradesa deba no imponer, sino padecer hasta nuestros das, la ley de los Misterios dictada por

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    Dios mismo a esta antigua Metrpolis que las Universidades religiosas, a partir del momento en que laAnarqua gubernamental de los Nemrod aplast la vida de relacin de las Sociedades humanas.

    Y esta misma ley de los misterios slo ser derogada a medida que los Judeo-Cristianos vayancumpliendo las Promesas de Moiss y de Jesucristo, a medida que la anarqua del Gobierno general dela Humanidad ceda

    el puesto a la Sinarqua, y el yugo mortal del anti-Cristo y del anti-Dios lo ceda a la Libertad, a la

    Igualdad y a la Fraternidad de las naciones en el Reino de Dios, mediante la accin de Cristo.En cuanto a m, despus de haber armado a los Judeo-Cristianos con todo el significado social desus tradiciones, tomo a la propia Paradesa como garante de la verdad de mis anteriores testimonio y deste.

    Y si, viendo que estoy demasiado informado de sus ms secretas artes, de sus ciencias y de susMisterios, estos sabios iniciados buscan mi nombre en sus registros y mi estatua en sus ciudadessubterrneas, slo encontrarn mi espritu que apareci all hace casi diez aos, con la suficienteclaridad para que mi retrato haya podido ser dibujado.

    Sin embargo, siendo un iniciado espontneo, no he hecho a ningn cuerpo enseante, a ningnindividuo, y en ninguna poca de mi vida, el ms mnimo juramento que me impida revelar, en bien demis semejantes, lo que pueda aprender o penetrar.

    y esto es, por lo dems, un motivo para callar aquello que pudiese significar un perjuicio real para eltemplo metropolitano de la Paradesa, en el cero cerrado de los veintids Arcanos.Si los rajahs independientes que, en Asia forman an parte del Consejo de los Dioses, si los Pundits

    y los Gurs, los Bagwandas y los Archis que, con el Bnihatmah y sus dos asesores, constituyen elConsejo manvico de Dios, encuentran en lo que precede y en lo que sigue alguna precisin que losofusque en un principio, yo asumo solo toda la responsabilidad.

    Todo lo que voy a decir es el desarrollo de mi obra anterior, y slo yo, entre los vivos, debo seracusado de indiscrecin.

    No debo mi iluminacin sinrquica sobre el pasado y sobre el presente a la voluntad de ningniniciado asitico actualmente vivo, sino a unas cuantas indicaciones de un augusto fallecido, del que hehablado enLa Misin de los Judos.

    Que nadie sea pues sospechoso de una revelacin voluntaria, pequea o grande.En cuanto a los que he podido conocer de los que viven an en la actualidad, tan slo han abierto laboca porque yo les adelantaba lo que ellos teman proferir.

    He visto a algunos, caer en xtasis, y arrodillarse ante Dios, ponindolo por testigo entre llantos, deque era l mismo quien los obligaba a hablar.

    Me apresuro en aadir para mayor gloria de la Paradesa, que estos encuentros han sido siempre param, fuente de una austera y santa alegra, una inapreciable confirmacin, y que aquellos de los suyosque me ha sido dado conocer han aumentado siempre con su sabidura y su conocimiento, con susantidad y sus virtudes, el respeto que profeso al Ancestro de todos los Templos, de todas lasUniversidades y de todas las Civilizaciones.

    Afirmo y juro por la salvacin de mi alma que nadie en el mundo ha sabido de mi intencin de

    escribir este libro y que slo he pedido consejo a Dios.Y los que me conocen saben bien lo que semejante juramente significa para m.Finalmente, sin querer explicarme con mayor claridad, advierto desde aqu a los habitantes de la

    Paradesa, que mi religiosa audacia, que ellos considerarn quiz una loca temeridad, no es, sinembargo, en lo que a ellos se refiere, ms que un acto de conservacin, de prudencia y de salvacin,que algn da sabrn apreciar.

    Dicho esto, el lector puede seguirme en el Sanctuario metropolitano del Ciclo de Ram.El nombre mstico actual de este templo le fue otorgado a partir del cisma de Irshou, hace casi

    cincuenta y un siglos.

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    Este nombre, el Agarttha, significa inalcanzable a la violencia, inaccesible a la Anarqua.Este hierograma solo, podra dar la clave de la respuesta de la Sinarqua trinitaria del Cordero y del

    Carnero, al triunfo del Gobierno general de la fuerza bruta, ya se llame conquista militar, tiranapoltica, intolerancia sectaria o rapacidad colonial.

    Dnde est el Agarttha? En qu lugar preciso se encuentra? Por qu caminos hay que andar, yqu pueblos hay que atravesar para llegar hasta all?

    A esta pregunta, que se harn con toda seguridad los diplomticos y las gentes de armas, noconviene contestar ms de lo que yo lo har, en tanto no se realice o por lo menos se firme elentendimiento sinrquico.

    Pero como s que en sus mutuas competencias en todo el Asia, algunas potencias rozan sin darsecuenta, este territorio sagrado, como s, que en caso de un posible conflicto, sus ejrcitos pasarn porl, junto a l, por humanidad para con estos pueblos y el propio Agarttha, no dudo en proseguir ladivulgacin que he comenzado.

    En la superficie y en las entraas de la tierra la extensin real del Agarttha desafa la opresin y lacoaccin de la profanacin y de la violencia.

    Si hablar de Amrica, cuyo subsuelo ignorado le ha pertenecido desde la ms alta antigedad, tanslo en Asia, cerca de quinientos millones de hombres conocen ms o menos su existencia y su

    extensin.Pero no se encontrar ni un solo traidor entre ellos, para indicar la situacin precisa en que seencuentran su' Consejo de Dios y su Consejo de los Dioses, su cabeza pontificial y su corazn jurdico.

    Si pese a todo esto ocurriera, si pese a sus numerosos y terribles defensores fuese invadida,cualquier ejrcito invasor, aunque estuviese compuesto por un milln de hombres, vera renovarse laatronadora respuesta del templo de Delfos a las incontables hordas de los strapa s persas.

    Pidiendo ayuda a las Potencias csmicas de la Tierra y del Cielo, incluso vencidos, los Templarios ylos confederados del Agarttha, podran, si fuese necesario, hacer estallar parte del Planeta, y tritura conun cataclismo y los profanadores, y su patria de origen.

    Por estas causas cientficas la parte central de esta tierra santa nunca ha sido profanada pese al flujoy reflujo, a los choques y engullimientos mutuos de los imperios militares, desde Babilonia hasta el

    reino turanio de la Alta Tartaria, desde Susa hasta Pella, desde Alejandra hasta Roma.Antes de la expedicin de Ram y el dominio de la Raza blanca en Asia, la Metrpolis manvicatena por centro Ayodhya, la Ciudad solar.

    Decidiendo con buena vista el verdadero lmite de Europa con Asia, nuestro Gran Antepasadocltico, situ, en los lugares ms esplndidos de la Tierra, el Sagrado Colegio a cuya cabeza lo haballevado su iniciacin.

    Las bibliotecas anteriores permanecieron intactas, gracias a su propia ciencia, pese a todas lasreformas intelectuales y sociales que su luminosa iniciativa llev a cabo.

    Ms de tres mil aos despus de Ram, y a partir del cisma de Irshou, el centro universitario de laSinarqua del Cordero y del Camero sufri un primer traslado, que no me conviene aclarar ms.

    Finalmente, casi catorce siglos despus de Irshou, poco tiempo despus de akya Mouni, se decidi

    otro cambio de lugar.Baste saber a mis lectores que, en algunas regiones del Himalaya, entre veintids templos querepresentan los veintids Arcanos de Hermes y las veintids letras de ciertos alfabetos sagrados, elAgarttha forma el Zero mstico, el que no puede ser encontrado.

    El Zero, es decir Todo o Nada, todo mediante la Unidad armnica, nada sin ella, todo mediante laSinarqua, nada mediante la Anarqua.

    El territorio sagrado del Agarttha es independiente, organizado sinrquicamente y compuesto poruna poblacin que se eleva a una cifra de casi veinte millones de almas.

    La constitucin de la Familia, con la igualdad de sexos en el hogar, la organizacin de la Comuna,

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    del Cantn y de las circunscripciones que van desde la Provincia al Gobierno central, conservan an entoda su pureza la huella del genio celta de Ram injertado en la divina sabidura de las instituciones deManou.

    No entrar aqu en detalles que aparecen abundantemente expuestos en otros lugares.En todas las Sociedades humanas, la estadstica de los crmenes, la miseria y la prostitucin,

    constituye la prueba de sus vicios orgnicos.

    En el Agarttha no se conoce ninguno de nuestros horribles sistemas judiciales ni penitenciarios: noexisten prisiones.La pena de muerte no se aplica.La polica est constituida por los padres de familia.Los delitos se encomiendan a los iniciados, a los pundits de servicio. Su arbitraje de paz,

    espontneamente solicitado por las mismas partes en litigio, evita en casi la totalidad de los casosrecurrir a las diferentes cortes de Justicia, pues la reparacin voluntaria sigue inmediatamente a todoperjuicio.

    Creo innecesario decir que todas las vergenza s y todas las plagas sociales de las civilizaciones nosinrquicas, miseria de las masas, prostitucin, alcoholismo, individualismo feroz en las clases altas,espritu subversivo en las bajas, e incurias de todo tipo, son desconocidas en esta antigua Sinarqua.

    Los rajahs independientes, encargados de las diferentes circunscripciones del suelo sagrado, soniniciados de alto grado.Estos reyes presiden la Corte suprema de Justicia, y su arbitraje situado por encima de las repblicas

    cantonales, conserva an el carcter magistral que tanto he analizado enLa Misin de los Judos.En torno al territorio sagrado y su poblacin ya tan considerable, se extiende una confederacin

    sinrquica de pueblos, cuyo total se eleva a ms de cuarenta millones de almas.Los conquistadores europeos que reclamaran por la fuerza lo que slo una leal alianza podra

    otorgarles, se enfrentaran en un primer lugar con este escudo.y si consiguieran romper esta muralla viva, se hallaran frente a frente, como ya he dicho, con

    trgicas sorpresas, mucho ms colosales que las del Templo de Delfos, y con soldados que reviven unay otra vez, ligados entre ellos como los de las Termpilas, seguros como ellos de volver desde el seno

    mismo de lo Invisible, despus de morir, a combatir de nuevo a los profanadores.Las castas, tal y como las critican justamente los europeos, son desconocidas en el Agarttha.El hijo del ltimo de los parias hindes puede ser admitido en la Universidad sagrada, y, segn sus

    mritos salir de ella o permanecer en cualquier grado de la jerarqua.La presentacin se hace del modo siguiente.En el momento el nacimiento, la madre promete por voto a su hijo: es el Nazareno de todos los

    templos del Ciclo del Cordero.En diferentes pocas sucesivas, se consulta directamente a la Providencia en los Templos, y cuando

    suena la edad de admisin, el chico o chica, teniendo el rajah iniciado de la providencia como padrino,entra en la Universidad sagrada, y todo ello absolutamente gratis.

    El resto depende de sus propios mritos.

    Vemos ahora la organizacin central del Agarttha, empezando por abajo y terminando por arriba, oyendo de la circunferencia al centro.Millones de Dwijas, nacidos dos veces, de Yoghis, unidos enDios, forman el gran crculo o mejor el

    hemiciclo en el que vamos a penetrar.Ocupan para vivir ciudades enteras: son los suburbios del Agarttha, divididos simtricamente y

    repartidos en construcciones casi siempre subterrneas.Encima de ellos y andando hacia el centro, tenemos a cinco mil pundts, pandavan, sabios, de stos,

    unos sirven en la enseanza propiamente dicha, los dems en la plaza como soldados de la policainterna, o de la de las cien puertas.

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    Su nmero, cinco mil, corresponde al de las races hermticas de la lengua vdica.Cada raz a su vez es el hierograma mgico, ligado a una Potencia celeste, con la sancin

    (aprobacin) de una Potencia infernal.El Agarttha entero es una imagen fiel del Verbo eterno a travs de toda la Creacin.Despus de los pundits, vienen, repartidos en hemiciclos, cada vez ms pequeos, las

    circunscripciones solares de las trescientas sesenta y cinco Bagwandas, cardinales.

    El crculo ms elevado y ms cercano al centro misterioso se compone de doce miembros.Estos ltimos representan la Iniciacin suprema, y corresponden, entre otras cosas, a la ZonaZodiacal.

    En la celebracin de sus Misterios mgicos, llevan los jeroglficos de los signos del Zodaco, al igualque ciertas letras hierticas, que aparecen en toda la ornamentacin de los templos y de los objetossagrados.

    Cada uno de estos bagwandas o gurs supremos, gura, maestro, lleva siete nombres, hierograma omentrams de los siete Poderes celestes, terrestres e infernales.

    Slo revelar aqu uno de los objetos de toda esta eficacia.Las bibliotecas que encierran el verdadero cuerpo de todas las artes y de todas las ciencias antiguas

    desde hace quinientos cincuenta y seis siglos, son inaccesibles a toda mirada profana y a todo atentado.

    Slo se encuentran en las entraas de la tierra.Las que se refieren al Ciclo de Ram, ocupan parte del subsuelo del antiguo Imperio del Carnero ysus colonias.

    Las bibliotecas de los Ciclos anteriores se encuentran incluso bajo los mares que han recubierto elantiguo Continente austral, y las construcciones subterrneas de la antigua Amrica antediluviana.

    Lo que voy a contar aqu y ms adelante parecer un cuento deLas Mil y una noche, y, sin embargo,nada hay ms real.

    Los verdaderos archivos universitarios de la Paradesa ocupan miles de kilmetros. Desde ciclos desiglos, cada ao, tan slo algunos de los iniciados de alto grado y que slo poseen el secreto de algunasde las regiones, saben el autntico objetivo de ciertos trabajos, y estn obligados a pasar tres aosgrabando en tablillas de piedra, con caracteres desconocidos, todos los hechos que interesan a las

    cuatro jerarquas de las ciencias que constituyen el cuerpo total del Conocimiento.Cada uno de estos sabios realiza su trabajo en la soledad, lejos de toda luz invisible, bajo lasciudades, bajo los desiertos, bajo las llanuras y las montaas.

    Que el lector intente imaginar un colosal tablero de ajedrez extendindose bajo tierra a casi todas lasregiones del Planeta.

    En cada una de las casillas se encuentran los acontecimientos importantes de los aos terrestres de laHumanidad, en algunas casillas las enciclopedias seculares y milenarias, en otras por fin, las de losYougs menores y mayores.

    El da en que Europa sustituya la anarqua de su Gobierno general por la Sinarqua trinitaria, todasestas maravillas y muchas ms sern accesibles de modo espontneo a los representantes de su primeraCmara anfictinica: la de la Enseanza.

    Pero hasta ese momento, pobre de los curiosos, de los imprudentes que intenten rebuscar bajotierra!Slo encontraran una decepcin segura y una muerte inevitable.Tan slo el Soberano Pontfice del Agarttha, con sus principales asesores, de los que hablar, rene

    completo en su total conocimiento, en su suprema iniciacin, el catlogo sagrado de esta bibliotecaplanetaria.

    Tan slo l, posee en su integridad la llave cclica indispensable no slo para abrir cada una de lassecciones, sino tambin para saber con exactitud lo que cada una contiene, pasar de una a otra, y sobretodo salir de ellas.

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    De qu servira al profanador haber conseguido forzar una de las casillas subterrneas de estecerebro, de esta memoria integral de la Humanidad!

    Con su espantoso peso, la puerta de piedra sin cerraduras, que cierra cada una de las casillas, caerasobre l para no abrirse nunca ms.

    En vano, antes de conocer su terrible destino, se encontrara ante las pginas minerales quecomponen el libro csmico, no podra deletrear una sola palabra, ni descifrar el ms mnimo arcano,

    antes de darse cuenta de que estaba encerrado para siempre en una tumba de la que sus gritos nopodran ser escuchados por ningn ser visible.Cada cardinal o bagwandas, posee, entre las Potencias que de las que recibe sus siete nombres

    hierticos, el secreto de siete regiones celestes, terrestres e infernales, y tiene el poder de entrar y salir atravs de las siete circunscripciones de este espantoso memorial del Espritu humano.

    Ah! Qu colosal renacimiento experimentaran nuestras Religiones y nuestras Universidades, si laAnarqua no presidiera las relaciones de los pueblos sobre la tierra!

    Con toda seguridad, nuestros sacerdotes, y nuestros admirables sabios, miembros ya de la universalAlianza de los tiempos antiguos, realizaran su peregrinacin a frica, a Asia, o a cualquier lugar delmundo donde se hallen los restos de una civilizacin desaparecida.

    Y la tierra no slo les entregara todos sus secretos, sino que adems tendran completa

    comprehensin de ellos, tendran la clave doria, y volveran a las distintas Facultades de nuestraenseanza, trayendo consigo en lugar de cenizas muertas, mares de luz viva.Y entonces, no se profanara ya el pasado, ni se arrebataran a los sepulcros restos mutilados, y por

    ello inexplicables, para llenar nuestros museos.La Antigedad se reconstruira piadosamente all donde se encuentra, en Egipto, en Etiopa, en

    Caldea, en Sira, en Armenia, en Persia, en la Tracia, en el Cucaso y hasta en las mesetas de la AltaTartaria, all precisamente, donde Swedemborg vio a travs del suelo, los libros perdidos de las guerrasde Jehovah y de las generaciones de Adam.

    Y, acompaados por himnos y precedidos por los Pontfices, llevaramos a los laureados denuestros estudios superiores, ante los hitos sagrados de la raza humana!

    Ah! Ojal, que en lugar de ser la sierva de la Anarqua gubernamental, la esclava de la Fuerza, el

    instrumento de la ignorancia, de la iniquidad y de la ruina pblicas de todas nuestras patrias europeas,la Ciencia, llevando de nuevo la tiara sobre la cabeza y el bculo en la mano, subiera de nuevo a susantiguas cimas luminosas!

    Si, presidiendo de nuevo las relaciones entre los pueblos, realizara por fin lo que los profetas detodas las Religiones le han profetizado, qu divino concierto reunira de nuevo los miembrosensangrentados de la Humanidad!

    sta no sera ya un Cristo en la Cruz cubriendo toda la Tierra, sino un Cristo Glorioso reflejandotodos los rayos sagrados de la Divinidad, todas las artes, todas las ciencias, todos los esplendores ytodos los favores de este Espritu divino que ilumin el pasado, y que a travs de dolorosas gestiones,tiende de nuevo a iluminar el futuro.

    La economa pblica, libre del peso espantoso del armamento y los impuestos, tocara con su varita

    mgica todo lo existente.Veramos entonces renacer el Egipto antiguo, con sus Misterios purificados, Grecia en el esplendortransfigurado de sus tiempos rficos, la nueva Judea, ms bella an que la de David y Salomn, laCaldea de antes de Nemrod.

    Entonces, todo, de la cumbre a la base de la organizacin humana, se renovara; todo se iluminara yse conocera, desde el fondo de los Cielos hasta el horno inmenso del centro de la Tierra.

    Y no existe mal intelectual, moral o fsico, al que la unin de las Facultades enseantes, y la uninpositiva del Hombre con la Divinidad, no pudiesen aportar remedio seguro.

    Las vas santas de la Generacin seran de nuevo descubiertas, las de la Vida santificada, las del

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    Trnsito iluminadas por inefables consuelos, adorables certezas; y la Humanidad entera realizara lapalabra del Profeta deslumbrado por los Misterios de la otra Vida: Oh muerte!, dnde est tu aguijn?

    Avanzamos hacia esos tiempos sinrquicos a travs de las ltimas agonas sangrientas de laAnarqua del Gobierno general inaugurada en Babilonia.

    Por esta razn escribo este libro, y voy a introducir al lector ms lejosan en el centro de la antigua Paradesa.

    Despus de los crculos alternativamente abiertos o cerrados de los trescientos sesenta y cincoBagwandas, estn los de los veintids, o mejor veintin Archis negros y blancos.Su diferencia con los iniciados de ms alta graduacin es puramente oficial y ceremonial.Los Bagwandas pueden, a su antojo, residir o no en el Agarttha; los Archis permanecen all para

    siempre, como parte integrante de sus cimas jerrquicas.Sus funciones son muy extensas, y reciben los nombres cabalsticos de Chrinarshis, Swadharshis,

    Dwijarshi, Yogarshi, Maharshi, Rajarshi, Dhamarshi, y, por fin, Praharshi.Estos nombres indican con claridad todas sus atribuciones, ya sean administrativas o espirituales, en

    la Universidad sagrada y en cualquier lugar donde ejerzan su influencia.En lo referente a las ciencias y las artes, forman con los doce Bagwandas zodiacales el punto

    culminante de la Maestra universitaria y de la gran Alianza en Dios con todas las Potencias csmicas.

    Por encima de ellos slo encontramos el tringulo formado por el Soberano Pontfice, el Brahatmah,

    apoyo de las almas en el Espritu de Dios, y sus dos asesores, el MaQatma, representante del Almauniversal, y el Mahanga,smbolo de toda la organizacin material del Cosmos.

    En la cripta subterrnea donde se encuentra el cuerpo del ltimo Pontfice que espera durante toda lavida de su sucesor, su incineracin sagrada, se encuentra el Archis que forma el cero de los Arcanosrepresentados por los veintin colegios. Su nombre, Marshi, significa El Prncipe de la Muerte, yexpresa que no pertenece al mundo de los vivos.

    Todos estos diferentes crculos de grados corresponden a otras tantas partes circunferenciales ocentrales de la Ciudad santa, y son invisibles para los que estn en la superficie de la tierra.

    Miles y millones de estudiantes no han penetrado nunca ms all de los crculos suburbanos; pocoslogran pasar los grados de la formidable escala de Jacob, que a travs de pruebas y exmenes

    iniciticos, conducen a la cpula central.Esta obra de una magnfica arquitectura como todo el Agarttha, recibe la luz desde arriba gracias aunos registros catptricos que slo permiten el paso de la luz a travs de toda la gama enarmnica delos colores, de los que el espectro solar de nuestros tratados de fsica, constituye slo la escaladiatnica.

    Es aqu donde la jerarqua central de los Cardenales y de los Archis, colocada en hemiciclo ante elSoberano Pontfice, aparece irisada, como una imagen de otro Mundo, conjugando las formas y lasapariencias corpreas de los dos Mundos, y ahogando bajo sus rayos celestes cualquier distincinvisible de raza, en un solo cromatismo de luz ,y sonido, que se distancia singularmente de las nocionesusuales de perspectiva y acstica.

    Y en las horas solemnes de la oracin, durante la celebracin de los Misterios csmicos, pese a que

    los hierogramas sagrados son murmurados con voz tenue bajo la inmensa cpula subterrnea, aconteceen la superficie de la Tierra y en los cielos un extrao fenmeno acstico.Los viajeros y las caravanas que vagan a lo lejos, bajo la luz del solo la claridad de las estrellas, se

    detienen, y hombres y animales escuchan con ansiedad.Tienen la sensacin de que la propia Tierra abre los labios para cantar, y una inmensa armona sin

    causa visible, flota efectivamente en el Espacio.Se expande en espirales crecientes, conmueve suavemente con sus ondas la Atmsfera, y sube para

    desaparecer en los Cielos, como si fuera en pos de lo Inefable.En la noche slo se distingue, a lo lejos, el titilar de la Luna y las Estrellas que velan el sueo de

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    valles y montaas, y durante el da el resplandor del Sol sobre los ms bellos parajes de la Tierra.rabes o Parsis, Budistas o Brahmanistas, Judos Karai'tas o Subbas, Afganos, Trtaros o Chinos,

    todos los viajeros se ensimisman con respeto, escuchan en silencio, y murmuran sus oraciones unidosen el Alma universal.

    sta es, desde su base a su cima, la forma jerrquica de la Paradesa, verdadera pirmide de luz,recubierta por el lazo de un impenetrable secreto.

    En su punto culminante, el lector habr podido ya leer los smbolos de la Sinarqua en el tringulosagrado formado por el Brahatmah y sus dos asesores, el Mahatma y el Mahanga.La Autoridad reside en el Espritu divino, el Poder en la Razn jurdica del Alma universal, la

    Economa en la Organizacin fsica del Cosmos: sta es la confirmacin que la Ley trinitaria de laHistoria encuentra en la cabeza misma del organismo ramideo y manvico.

    La instruccin que recibe el adepto, en cuanto es admitido por la Voluntad divina que ilumina laSabidura humana, es an hoy, la misma que la impartida en los tiempos de Ram y de Mens.

    Pues, una vez que se conoce la Verdad sinttica, el progreso de los individuos consiste en elevarsehasta ella, para conservada y procreada incesantemente en los espritus y en las almas.

    Ya sea Moiss u Orfeo, Solon o Pitgoras, Fo-hi o Zoroastro, Chrishna o Daniel, todo impetrante,todo estudiante, ha tenido que empezar por el ltimo escaln, para elevarse finalmente hasta el primero.

    Newton o Lavoisier, Humboldt o Arago, hubieran debido, o bien alejarse, o bien empezar desde el AB C, s el A B C.Toda la Ciencia reside en efecto en el Verbo sagrado, desde la ms nfima del Orden fsico a la ms

    sublime del Orden divino.Todo habla y todo significa, todo lleva su propio nombre escrito visiblemente en su forma, smbolo

    de su naturaleza, desde un insecto hasta el Sol, desde el fuego subterrneo que sustrae la materia, hastael Fuego celeste que reabsorbe en l toda esencia.

    Lo que aqu digo, debe ser entendido en su letra como en su espritu.Existe una Lengua universal de la que el lector hallar un resumen bastante preciso enLa Misin de

    los Judos, y esta lengua no es a su vez ms que el Verbo de los ciclos primitivos de que habla SanJuan:

    En el Principio era la Palabra (La Potencia de la Manifestacin creadora); y la Palabra era en llos Dioses; y l los Dioses era la Palabra.Oh! qu lejos estamos de esta sabia lengua, tan sencilla en sus principios, tan segura en sus

    infinitas aplicaciones!Abran cualquiera de nuestros tratados de fsica o de qumica. vean los nombres horriblemente

    brbaros, los signos vacos de sentido intrnseco que componen su nomenclatura y expresan susequivalencias y sus leyes.

    En las lenguas antiguas. los mismos objetos eran descritos conforme a su naturaleza por smbolosverbales absolutos que evocaban el carcter real de los seres, de las cosas, de su formacin y de sudescomposicin.

    De modo que, devuelto a sus races en el Verbo viviente, la matesis y la morfologa de la palabra

    doria eran un acto divino que someta, como dice Moiss, toda la Naturaleza a la Inteligencia y a laCiencia Humanas.En sus clulas subterrneas, el pueblo de los Dwijas se dedica al estudio de todas las lenguas

    sagradas, y corona los trabajos de la filosofa ms sorprendente con los maravillosos descubrimientosde la Lengua universal de la que acabo de hablar.

    Esta lengua es el Vattan.Que las testas de blancos cabellos entre las frentes jvenes se inclinen sobre estos misteriosos

    caracteres!Cada uno de estos alveolos de piedra, ha sido desde la ms remota antigedad alumbrado mediante

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    gas oxdrico, que purifica el aire en lugar de viciarlo como nuestro hidrgeno de carbono.Cuntos millones de Sabios han salido radiantes de estas tumbas de granito!Desde los hijos de los Pontfices o de los reyes, hasta los hijos de los humildes parias. Qu gran

    seleccin de almas luminosas se ha elaborado en estos panteones!Todos, pese a ser estrechos, estn sabiamente ventilados.En esta soledad el a1umno se siente ya invadido por lo invisible. Poco a poco, visiones santas

    iluminan su sueo y sus ojos abiertos, recompensan sus esfuerzos en pos de la Ciencia y de la Virtud, oflagelan la indolencia de su espritu y de su corazn.Un catre parecido al de nuestros oficiales de marina sirve de lecho a los Dwija.Cada noche, l mismo, llena de aire su colchn y su almohada.Una mesa y una silla constituyen todo el mobiliario, en las paredes tan slo unas misteriosas

    sentencias: todo est calculado para que ninguna distraccin exterior venga a distraer la concentracininterior del alma.

    Cuando el estudio de las lenguas sagradas les ha revelado la Constitucin ntima del Espritu divinoen el Alma universal, empieza su verificacin a travs de las cuatro jerarquas de las ciencias que heexpuesto detalladamente enLa Misin de los Judos.

    Una vez superados con xito los exmenes, el Dwija entra paulatinamente en los crculos de! aos

    que los transformarn en un Yoghi.Primero se abren ante l todos los grados de las ciencias naturales, tal y como eran enseadas en lasciudades subterrneas de Egipto antes de la invasin de Hiksos.

    No repetir aqu lo que ya he dicho en otro lugar sobre el tema: todo lo que se ensea en nuestrosestudios secundarios y superiores, y todo lo que queda por descubrir sobre la naturaleza fsica, esimpartido aqu por maestros que como Sacerdotes de la Enseanza, no tienen rival en toda la Tierra.

    La Constitucin fisiolgica del Planeta y del cosmos se conoce hasta en sus ms mnimos detalles,ya sean materiales o esenciales, visibles o invisibles.

    Todo ha sido estudiado a fondo en las entraas gneas del Globo, los cursos subterrneos de gas y deagua dulce, las salinas, e incluso los seres que pueblan esas llamas, esos gases o esas aguas.

    Todo ha sido estudiado a fondo en la superficie y las profundidades del mar, incluso el papel de las

    corrientes magnticas que se interferencian de un polo al otro en longitud, y de un trpico al otro enlatitud.Todo ha sido estudiado a fondo en el aire, todo, las esencias invisibles que lo habitan, e incluso la

    electricidad que en l se desarrolla, en forma de eco, despus de haberse formado en las entraas de latierra para luego volver a ella.

    Flotillas areas de dirigibles han llevado las observaciones hasta un grado an inalcanzable paranuestros mtodos actuales.

    Todo ha sido revelado, las armonas universales que producen las estaciones terrestres, lasmigraciones ascendentes de las almas a travs del, Polo norte, ese oculto Monte Mrou: y eseindescifrable Alborj de los libros vdicos y pehlevis.

    Caminos elctricos, no de hierro, sino de cristal templado y maleable, han surcado el antiguo

    Imperio del Carnero, sin cometer la imprudencia de empobrecer las reservas carbonadas del Planeta,como ocurre hoy, ni sobrecargarlo con una armazn de hierro que aparte de indicar falta de previsin,resulta propicia a la propagacin de ciertas plagas csmicas.

    Estas ciencias, estas artes, y muchas ms, siguen siendo enseadas, comprobadas y practicadas enlos talleres, en los laboratorios y en los observatorios del Agarttha.

    La qumica y la fsica han llegado a tal grado de desarrollo, que nadie lo admitira si yo lo expusieraaqu.

    Slo conocemos las fuerzas del Planeta, y poco!Pero adems de todo esto, las Potencias de atraccin del Cielo, han sido santamente observadas, y se

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    siguen experimentando continuamente.Qu inmensos trabajos, incluso en lo infinitamente pequeo!

    No hay un solo insecto, planta, mineral, o incluso gota de roco, cuyas propiedades dinmicas nohayan sido catalogadas, u objeto de un sinfn increble de observaciones o experimentos.

    Y cuntas obras gigantescas en el mundo de lo infinitamente grande, no slo en la fsica del Cieloque nosotros no poseemos, sino tambin en la fisiologa y la sociologa del Universo entero!

    Pero el telescopio no era suficiente: millares de almas, movidas por una Fe invencible, iluminadas por certezas absolutas, han ascendido siglo tras siglo hasta la actualidad, a los Cielos, de Astro enAstro, de Esfera en Esfera, hasta llegar ante el Velo radiante fuente de todo Espritu y de toda Vida.

    Han recorrido en todos los sentidos la Ciudad celeste de la que hablan todas las Religiones.Y mientras tanto, en las criptas sagradas, el Consejo supremo de los Magos sigue, espa los ms

    mnimos signos que salen de los labios de esos intrpidos investigadores, tiesos y fros como cadveres.S, la Naturaleza celeste ha entregado y entrega an, all, sus santos Misterios.En cuanto a las fuerzas de atraccin del Cielo, su accin sobre nuestras fuerzas puramente fsicas ha

    sido y es an constantemente experimentada.Los Magos del Agarttha no pueden abordar entre ellos ciertos temas de estudio de una parte de sus

    Misterios cientficos, sin elevarse de tierra, tal y como lo presenci Apolonio de Thyana.

    Y aquellos sobre quienes, por su Fe, la fuerza de atraccin de los Cielos actan con ms potencia, seestrellaran el crneo sobre la bveda de la Cpula, si sus colegas no los retuvieran.De modo que en el Universo, no slo entra en juego la fuerza de grave dad que encadena los

    cuerpos al centro de la Tierra.Y no slo se han hecho multitud de experimentos sobre los vivos.A los muertos se les han inyectado substancias que ejercen una accin de interferencia, de lazo de

    unin entre ellos y la Esencia csmica de su alma ascendida ya a los Cielos.La atraccin de estas almas ha hecho elevarse a los cadveres, ante los ojos de los Sabios, a alturas

    vertiginosas durante la noche, dejndolos bajar slo durante el da.Y, lo que ha sido hecho, volver a repetirse ante nuestros sabios y ante nuestros sacerdotes, cuando

    se cumpla el entendimiento sinrquico.

    Por qu no antes?Porque el Agarttha no abrir sus puertas sin garantas, y porque en Europa, en Francia incluso, para

    que una Universidad sagrada de este gnero pueda ser fundada y llevar a cabo sus experimentos sincontrol ni intromisiones, se necesita toda una legislacin.

    Todos los Yoghis y todos los Mounis saben, en efecto, que se juegan la vida, cuando abordan estasciencias y estas artes.

    Y, si aqu se proclama la imposibilidad de tales conocimientos, responder que nuestrosexperimentos occidentales llegan casi a su realidad positiva.

    Su empirismo roza ya las fronteras de la verdadera Magia; alcanza ya el punto lmite entre lafisiologa y la psicrgica; est ya casi en la interseccin de los hechos que interesan a la vez a lasciencias naturales y a las ciencias humanas, y de los que pertenecen a los conocimientos csmicos ydivinos.

    Los lectores europeos que, de cerca o de lejos, hayan seguido los trabajos de un Charcot, de unVoisin, de un Demarquay, de un Giraud-Teulon, de un Ligeois, y muchos ms investigadores actuales,se sorprendern menos de lo que he dicho y de lo que dir sobre las ciencias y las experiencias mgicasdel Agarttha, que los dems.

    Pero los sabios de esta santa Metrpolis universitaria, consideraran que los nuestros hacen magianegra, cuando actan sobre el inconsciente vivo mediante cualquier va de sugestin que no sea la de laDivinidad y sus Agentes.

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    Los medios que, entre las manos de nuestros doctores, producen la hipnosis, son efectivamenteartificiales, como esta ltima; y no son ms propicios a la salud fsica y psicolgica de los pacientes,que a su santidad.

    La disposicin ideo-psquica del agente y del paciente de estas experiencias podra ser objeto de unlargo desarrollo que nos llevara con toda seguridad a la luminosa serie de constataciones de la Magiaagartthiana.

    S que el mvil real de nuestros operadores, es una curiosidad, no menos cientfica que legtima.Pero ello no es suficiente ni para que lo divino Invisible acceda a mostrar sus Potencias, ni para queel alma pueda experimentarlas, y en Unin con Ellas, liberar el secreto de sus facultades dinmicas.

    En cuanto a los sujetos que se someten a estas experiencias, su ignorancia, su estado enfermizo, sutrastorno mental, la falta de informacin de lo que con ellos se hace o se va a hacer, su turbacin nervo- psquico, tan slo presentan condiciones patolgicas, incompatibles con las maravillosasmanifestaciones que desde la antigedad, han demostrado a los sabios de los Sanctuarios, tanto laexistencia del alma, como la existencia de la Divinidad.

    Sea como sea, las experiencias occidentales, rozan empricamente, incluso la Potencia del Verbo, ylas correlaciones de colores y de vocales madres, sensibles a los pacientes hipnotizados por el Sr.Ligeois, tocan de muy cerca los ms grandes Misterios.

    He dicho ms arriba que las entraas de la Tierra haban sido visitadas, y observados all mismo lostrabajos infernales de sus habitantes.Lo que ha sido sigue siendo, y esto es lo que cuentan los iniciados de una graduacin a los de otra:Cada ao, en una poca csmica determinada, bajo la direccin del Maharshi, del gran Prncipe del

    Sagrado Colegio Mgico, los laureados de las altas secciones, bajan an para visitar una de lasmetrpolis de Plutn.

    Primero deben introducirse a travs del suelo por una cavidad que apenas permite el paso delcuerpo.

    El Yoghi detiene su respiracin, y con las manos sobre su cabeza, se deja caer, y tiene la sensacinde que transcurre un siglo.

    Caen por fin, uno tras otro en una interminable galera cuesta abajo, en la que empieza su autntico

    viaje.A medida que se va descendiendo, el aire ,se hace ms y ms irrespirable, y bajo la tenue luz de allabajo, se ve cmo la fuerza de los iniciados se va graduando a lo largo de las inmensas bvedasinclinadas, en cuyo fondo, pronto van a observar los infiernos.

    La mayora de ellos, se ven obligados a detenerse en el camino, sofocados y agotados pese a lasprovisiones de aire respirable, alimentos y substancias calorficas que llevan consigo.

    Slo continan aquellos a quienes la prctica de las artes y de las ciencias secretas han permitidorespirar lo mnimo posible con los pulmones, y sacar del aire, en cualquier sitio, y con otros rganos,los elementos divinos y vitales que, tiene en todas partes.

    Por fin, despus de un viaje muy largo, los que han perseverado, ven arder a lo lejos algo,semejante a un inmenso incendio sub-planetario.

    El Prncipe inicitico, se vuelve hacia ellos y, levantando la mano con el ndice y el pulgar unidos,slo habla mediante signos, en la Lengua universal que he mencionado;!Qu dice? Helo aqu:Silencio!: hemos llegado! Que ninguno de vosotros hable, que ninguno de vosotros toque el agua

    o los frutos subterrneos del pueblo que vais a ver; y cuando yo cruce el Ocano de fuego, colocadvuestros pies exactamente sobre mis huellas.

    En la misma lengua, el Prncipe inicitico se dirige, hacindoles frente, a unos seres que an no sedistinguen.

    Gracias a estos hierogramas sagrados, smbolos de la Unin de los pueblos celestes con nuestra

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    terrestre Humanidad, smbolos del derecho de mando que el Espritu divino que anima a esta ltimatiene sobre todo lo que est aqu abajo en nombre de lo que est arriba, el Prncipe de los Magosordena, y los jefes del pueblo infernal obedecen.

    La Metrpolis ciclpea se abre, iluminada desde abajo por un Ocano fludico, rojo, lejano reflejodel Fuego central, retrado en s mismo, durante esta poca del ao.

    Se desarrollan hasta el infinito los ms extraos rdenes de arquitectura, donde todos los minerales

    entremezclados realizan lo que la fantasa y la quimera de los artistas gticos, corintios, jonios y dorios,nunca habran osado soar.Y por todas partes, furioso de ser penetrado por los hombres, un pueblo con forma humana, de

    cuerpo gneo, se retira ante los iniciados que se acercan, y se echa a volar en todos los sentidos, paraagarrarse por fin con sus uas en las murallas plutonianas de su ciudad.

    Con el Maharshi a la cabeza, la teora sagrada sigue un estrecho camino de basalto y de lavasolidificada.

    A lo lejos se oye un ruido sordo que parece llegar hasta el infinito, parecido al estruendo de las olasde una marea equinoccial.

    Mientras tanto, a la vez que andan, los Yoghis observan y estudian estos extraos pueblos, suscostumbres, su espantosa actividad, su utilidad para nosotros.

    Mediante los trabajos que ellos realizan, por orden de las Potencias csmicas, el subsuelo nosofrece ros subterrneos de metaloides y de metales, los volcanes protegen nuestro planeta de lasexplosiones y cataclismos, y se regula el rgimen de nuestros ros en valles y montaas.

    Son tambin ellos quienes preparan los rayos de las tormentas, encauzan y regulan bajo tierra lascorrientes cclicas de los fluidos interpolares e intertropicales, al igual que sus derivacionesinterferenciales en las diferentes zonas de latitud y longitud de la Tierra.

    Son ellos tambin quienes devoran todo germen vivo mientras se pudre para dar luegofruto.Estos pueblos son los Autctonos del Fuego central; son los mismos que visit N. S. Jesucristo

    antes de subir al Sol, para que la Redencin lo purificase todo, incluso los instintos gneos de los que seeleva aqu abajo la jerarqua visible de los seres y de las cosas.

    Pues todo es vida y todo es Armona en el Espritu de Dios, desde la cima de los Cielos hasta el

    centro mismo de la Tierra.Aqu, el lector europeo, tirando mi libro, gritar: - Usted cree todo esto?-S, Seor, he aqu por qu.Lo que se me ha permitido conocer y apreciar directamente de los Misterios celestes me impide

    dudar de la realidad de los Misterios infernales, ni de la veracidad de ningn autntico iniciado.Por lo dems, el Agarttha no es en modo alguno el nico Templo que se haya comunicado con las

    entraas de la Tierra.Los sacerdotes y sacerdotisas de toda la Cltica hacan lo mismo, lo que vali a la Europa drudica el

    nombre de imperio de Plutn, o de reino de Amenti.Segn la tradicin esotrica conservada en todos los Templos y todas las Religiones, no hay ningn

    elemento, es decir, ningn estado elemental, que no est en acto, bajo el influjo de las Esencias

    espirituales.Por ello, junto a San Atanasio, catlico sinrquico de la Iglesia Universal, digo, juntando las manos:Credo in unum Deum, Patrem omnipotentem, Creatorem Coeli et Terrae, Visibilium omnium etlnvisibilium!

    La doctrina esotrica de los Vedas afirma la existencia de ocho Elementos fsicos, csmicos ydivinos, y por consiguiente, ocho rdenes de Espritus presiden la constitucin orgnica de estoselementos: Bvoumir, Apo, Analo,Vayous, Hham, Mano, Bouddir, Ahankara.

    La misma doctrina les aade cuatro Potencias cosmognicas:Agnael, Yamael, Varael, Ouvael,

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    Enel texto de la Cosmogona egipcia y agartthiana de Moiss, se designa a las mismas Potencias,bajo otros nombres.

    Es posible la existencia de una relacin consciente entre el Hombre y estas Potencias?La Universidad agartthiana dice que s, aun en nuestros das, y lo de muestra de modo experimental.

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    Captulo II

    Hablar ms tarde de los inmensos consuelos que el Agarttha guarda en reserva, y, que despus de laAlianza sinrquica, comunicar a los sabios del Consejo supremo de la Enseanza.

    En ellos se hallarn todas las demostraciones experimentales posibles de la existencia del Alma,tanto durante la vida, como despus del cese de la vida corporal.

    Aqu, slo quiero indicar el punto alcanzado por los estudios sobre esta ltima.Entre la asombrosa acumulacin de experiencias que encierra el Agarttha, las que interesan a laSeleccin humana, han alcanzado un desarrollo increble.

    Trabajando en sus propios territorios independientes, los sabios del Ciclo del Carnero, se hanatrevido a profundizar en todos los terrenos, ya se trate del misterio de las especies, o de los lmitesinferiores o superiores de la organizacin fisiolgica de la Humanidad.

    Uno de sus antiguos seminarios de seleccin era-un grupo de siete islas hoy desaparecidas, y que seencontraban en lo que nuestros estudiosos del mar llaman la gran Corriente de Malabar.

    Los insulares, dice un antiguo viajero que vivi siete aos entre ellos, son hombres muy diferentesde todos los dems, tanto en sus costumbres como en su organizacin.

    Miden todos ms de diez pies de alto, y tienen todos la misma estatura.

    Sus huesos son elsticos, se doblan y vuelven a su forma anterior como si fueran tendones.Y aunque puedan parecer dbiles, su sistema muscular es infinitamente ms fuerte que el nuestro.Es imposible quitarles algo que tengan agarrado entre los dedos.Tienen rostros muy bellos y admirables proporciones.Ms abiertas que las nuestras, sus orejas tienen una doble cavidad separada por una lengeta

    mediana.Su lengua presenta este aspecto extrao, y en parte artificial, gracias a una operacin quirrgica, es

    bfida desde la punta de la raz.Esta conformacin les permite, no slo articular todos los sonidos de todas las lenguas del mundo,

    sino tambin imitar el canto y los gritos de todos los animales.Y lo ms maravilloso de todo: un hombre, gracias a estas dos lenguas, conversa con dos personas a

    la vez, respondindoles a cada una de ellas sobre asuntos diferentes, sin confundir las dosconversaciones.Esto, en el fondo, no es ms extrao que lo que hacen nuestros pianistas y nuestros organistas con

    sus dos manos e incluso con sus dos pies.Tienen unas maravillosas fuentes de agua caliente para los baos de placer o de higiene.No existe ciencia u arte que desconozcan; pero entre todas sienten predileccin por el estudio de la

    astronoma sagrada.En su escritura utilizan siete caracteres; pero cada uno de ellos tiene cuatro posiciones diferentes,

    lo que hace que el nmero de sus letras se eleve a veintiocho.No escriben de izquierda a derecha como nosotros, sino en sentido vertical. Viven muchos aos; y el lmite medio de sus macrobites es de un siglo y medio.

    Durante esta larga existencia, pocas veces enferman.Cuando han alcanzado este trmino de longevidad, pasan voluntariamente de la vida al trnsito,tumbndose sobre un colchn hecho de ciertas hierbas particulares, que poco a poco les provocan unsueo delicioso, del que ya nunca despiertan.

    Convendrn ustedes, en que ste es un seminario de seleccin fisiolgica que demuestra lo quetodava nos queda por descubrir, y lo que se puede hacer en este sentido.

    Los sabios del Agarttha son capaces de volver a realizar todas estas maravillas en la actualidad.Pero, en los seminarios de los que hablo, la seleccin no se limitaba slo al hombre, como lo

    demuestran las lneas que siguen.

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    Poseen una especie de animales bastante pequeos, pero con una forma y unas cualidades fsicasextraordinarias.

    Su espalda, parecida a la de las tortugas, tiene una cruz amarilla, en forma de una X, de la que cadaextremidad posee un ojo y una boca.

    El animal posee pues cuatro ojos, que terminan en un solo cerebro, y cuatro bocas que alimentan unsolo estmago.

    Las entraas y dems partes internas tambin son nicas.Estos animales son polipodios, y su aparato locomotor, dotado de piesque se articulan alrededor de su cuerpo, les permite moverse en todas las direcciones que desee suvoluntad.

    Su sangre tiene la propiedad plasmtica de juntar y cicatrizar inmediatamente las partesseccionadas de un cuerpo vivo, como la mano o el pie, cuando la herida es reciente.

    He visto tambin gran cantidad de animales, cuyas formas nos son desnacidas, y que nuestraimaginacin nunca hubiera osado soar.

    Estas islas estn repletas de serpientes gigantescas pero absolutamente inofensivas, cuya carne essuculenta.

    Aunque el rgimen alimentario de estas tribus, est sabiamente regulado, todos no comen lo

    mismo: pues segn los das que les son asignados, unos deben comer pescado, otros ave, otrosaceitunas y dems vegetales, y otros por fin, fruta cruda.He citado a propsito, en lo que procede, el resumen que Diodoro da, del periplo de lambulo.Este viajero, permaneci siete aos en el seminario, del que habla pues con perfecto conocimiento.Su relato demuestra que, incluso fuera de los templos, la antigua Ciencia de los Agartthianos no era

    desconocida.Todos los caracteres distintivos de los que habla, no ofrecen ninguna duda sobre su origen.Por lo dems, incluso hoy, se prosiguen empricamente las mismas prcticas, en ciertos desiertos de

    la India, pero ya sobre los descendientes semisalvajes de antiguos sujetos de experiencias fisiolgicas.En cuanto a la ciencia y el arte de la seleccin, se conservan admirablemente en las bibliotecas de

    piedra, y son objeto de estudio constante, a1 igual que las cuatro jerarquas del Conocimiento.

    En este recinto sagrado, ninguna tradicin, ninguna verdad, que no haya sido antes comprobada porva de experimentacin, se expone de un modo dogmtico a los Dwijas.Aparte de lo que acabamos de ver, experiencias de todo tipo ensean al alma a conocerse a s

    misma, y a fortalecerse en toda la extensin de su substancia y de su divino Reino, mediante la Cienciaque lleva a la Sabidura, mediante la Voluntad que proporciona la Virtud, y mediante la Oracin y laUnin ntima con Dios y todas sus Potencias que abren a quien les parece bien, las puertas sucesivas delos Cielos y de sus Misterios anglicos.

    El inefable Agente, el Elemento sagrado que sirve de Carro al Eterno y a sus divinas Facultades, sellama ter en todas nuestras lenguas, y Akasa en snscrito.

    Remito aqu al lector, a todo lo que he dicho sobre esto enLa Misin de los Judos.El ter es un elemento vivo, capaz de emborrachar, pero de un modo indescriptible. Provoca una

    santa y espiritual embriaguez, que la inteligencia puede controlar lo suficiente para conservar la razn yla consciencia individual, y mantener el cuerpo, esfuerzo que resulta muy difcil estandodespierto.Es entonces cuando lo Invisible se hace visible para los ojos.Aqu se me dir: Cmo conseguido? Venga, hable! Con qu me dios psquicos o fisiolgicos selogra alcanzar este estado inapreciable?

    Slveme Dios de contestar! Pues este tema slo podr ser abordado en las Iglesias y lasUniversidades, una vez que stas se hayan reconciliado.

    Mientras tanto, pregunten a los Santos de nuestras Iglesias judeo cristianas, pregunten a nuestros

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    curas, como, de un modo espontneo, imbuido s de amor divino hasta la ms total renuncia de smismos, algunos de ellos, sin arte, sin ciencia, sin gua visible, pero con Jess como Hierofante oculto,han recibido la visita del Elemento sagrado, que los ha penetrado hasta la mdula, llevndolos alxtasis.

    Pregunten tambin a nuestras Santas, desde Santa Teresa a Juana de Arco, la ms clamorosamanifestacin divina en toda la humanidad desde la venida del Salvador.

    Todos y todas les respondern: Es la Fe, es la Caridad, es la Esperanza, es la Adoracin llevadahasta la entrega total de s mismo, hasta la disolucin total del individuo en el sentimiento y en lasensacin de la Universalidad humana, celeste y divina.

    Y tendrn razn al contestar as.Slo aadir una palabra.El ascetismo puede conducir a esta Verdad, a esta Va, a esta Vida de los bienaventurados, la

    espontaneidad psquica, cumple entonces las condiciones anteriores.Sin embargo, en el Agarttha no se practica el ascetismo, que por lo dems, nunca podra constituir

    una regla social.Es algo que pertenece a la libertad individual, se reserva para cuando el Yoghi desea retirarse del

    mundo, y, en las grutas de la espesura del bosque, entregarse absolutamente a Dios convirtindose en

    un solitario o Mouni.Ah! Los Santos son Santos en todas partes, de cualquier forma y en cualquier religin, se ofrecenen holocausto al Espritu viviente y al Cristo eterno, que todos veneran aunque cada uno lo invoque porun nombre diferente!

    Ya sean nuestros piadosos ermitaos del pasado, o los de cualquier otra Confesin, los esenios o losterapeutas, los solitarios de la Thbalde o los de los desiertos del Himalaya, a todos los venero y atodos los reno en mi fe de Cristiano sinrquico, y les ruego, a todos, que se dignen bendecir y protegermis trabajos.

    Y a aquellos iniciados que no quieren seguir la va libre del monacato, en el sentido etimolgico deesta palabra (monos, solo, en snscrito mouni), el Agarttha les da, no obstante, la posibilidad y laprctica de la Unin divina, mas con un rgimen diettico apropiado.

    Por ello, desde el Dwija hasta el Bnlhtmah, desde el primero hasta el ltimo de los iniciados, los pueblos de este Ciclo y de esta Comunin en Dios, se abstienen de la carne y de cualquier licorfermentado.

    Estas condiciones, unidas a las que ordenan la Santidad y la ciencia, hacen que el cuerpo est poco apoco en condiciones de permitir al Alma alcanzar en l su libertad celeste.

    Tanto es as, que a modo de ejemplo dir que la alta Iniciacin abre para sus adeptos la totalidad delCielo, no slo durante la vigilia o el xtasis absoluto, sino tambin durante el sueo de cada noche.

    Pues el Epopte, no duerme ya tan slo el simple sueo animal que comparten todos los seres fsicosde la Tierra.

    En este misterio del sueo que, entre nosotros, tan slo Boerhaave ha presentido levemente, elinstinto vital llega a colmar el alma con ese ter de abajo que llamamos Magnetismo terrestre.

    Los nombres de estos fluidos, bien conocidos por las antiguas iniciaciones rficas, se citan a lo largode toda la Cosmogona egipcia de Moiss.El rgimen alimenticio basado en la carne y las bebidas espirituosas, al acercar al hombre a las

    especies inferiores, sumerge an ms el alma durante el sueo en los fluidos a los que me he referido.Si en estas condiciones, la fuerza psquica logra liberarse, es porque se alimenta de otros elementos

    menos burdos, bajo el influjo, durante la vigilia. de los diferentes tipos de sentimientos y el idealismoque corresponden a Esferas ms o menos elevadas de los Espacios celestes.

    De ah, los sueos ms o menos luminosos de los jvenes, de las mujeres, de los ancianos y de loshombres, dependiendo adems del grado de autonoma ideo-psquica y de la espiritualizacin

  • 8/14/2019 Saint Ives DAlveydre - La Mision de la India en Europa

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    alcanzada por cada cual.La inteligencia es una apertura celeste por la que el Espritu universal penetra, y es asimilado por

    nuestras almas, como la substancia terrestre lo es por nuestros cuerpos.Cuanto mayor es esta asimilacin, ms se espiritualiza el alma, eliminando el instinto gneo que ha

    recibido de la Tierra, y que la ata a la existencia fsica.Pero este Espritu universal, este Espritu Santo de nuestra Fe cristiana, no es slo una abstraccin

    mental en nosotros.Vive en l mismo y por l mismo.A travs de la apertura que nuestra inteligencia Le concede, no slo va labrando con Su llama

    celeste nuestras facultades intelectuales, sino tambin todos los registros armnicos de nuestrossentimientos, donde el Amor es el Principio central, idntico a l.

    Despus de los largos entrenamientos que ha tenido que realizar para recuperar la faz derecha de laVida humano-divina, el Epopte recibe el secreto que le permite despertar !J1ientnls que su cuerpoduerme.

    Envuelto en un sudario que le cubre la cabeza y le tapa hermticamente las orejas, los ojos y lanariz, dejando vaca slo la boca, los brazos cruzados sobre el pecho, se ofrece vivo al ngel de laMuerte, y se abandona totalmente a Dios, con toda la fuerza de abnegacin de su voluntad.

    Despus de unos rezos pronunciados en un Verbo misterioso, asida por el ngel de la Muerte, elalma es llevada ante Dios a travs la Jerarqua de los ngeles, mientras que su cuerpo descansa comoel de cualquier hombre que duerme.

    Qu ve entonces? Una luz deslumbrante, y los ngeles la llevan a cualquier lugar en el que supiedad y su deseo de saber coincidan con la Voluntad del Eterno.

    Por ello, los bardos de todos los templos han podido decir con razn: El Sol no se pone nunca paraaquel que mediante la iniciacin ha entrado en el Reino de Dios.

    Pero cada noche, al abandonarse el ngel de la Muerte, ningn iniciado est seguro de su despertarfsico y de volver por la maana a su existencia "terrestre.

    Ah! la colosal reserva cientfica que autoriza, motiva, explica y demuestra de modo experimental la

    base y la lgica de la accin divina a travs de todos estos medios de cultura social que reciben tanacertadamente el ' nombre de Cultos, no son desde luego un juego.y por Cultos, entiendo las grandes Sntesis peridicas, que bajo el impulso de un Epopte soberano

    como Moiss, o de un Iniciador divino como Jesucristo, encaminan de nuevo a los miembrosperfectibles de la Humanidad hacia la perfecta Armona de la que los han sacado los Gobiernos po-lticos.

    No, no son, desde luego, un juego las ciencias y las artes que desde la cima de los Cielos hasta lasentraas de la Tierra, dan testimonio emprico de esta Armona de las verdades y de las realidades.

    No, tampoco es un juego la antigua Sabidura, que fiel a s misma, puede an hoy ayudamos demodo experimental a verificar todo lo que realizaron un Moiss, un Orfeo, los Profetas y nuestro divinoMesas.

    Pero ay de quienes sin una pureza absoluta de inteligencia, de sentimiento, de instinto, sin elcontrol de la Ciencia sagrada, intentaran forzar las puertas de la Eternidad!Ay de quienes, al margen de la Sabidura y la Santidad, intentasen lanzarse de cabeza al otro lado

    de las cosas, al Ocano del ter resplandeciente!y finalmente, Ay de quienes imprudentemente, y fuera de los conductos creados y conservados por

    voluntad divina, como son la Religin, la Enseanza y la Iniciacin, entregaran las llaves positivas delo Oculto a naciones o individuos insuficientemente preparados!

    Aunque rozados por el ter, estos Prometeos profanadores, caeran fulminados en los abismos delAhankara, el elemento del yo individual y de la vida instintiva, quemados hasta los huesos, no por las

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    lenguas de fuego del Espritu celeste, sino por las llamas de la Concupiscencia genital.Pues el mismo Fuego celeste que aspira hacia arriba, hacia el Espritu a las almas puras, escupe

    hacia abajo, hacia las fuerzas gneas de la Tierra, a las almas impuras; y mientras las unas estn con losngeles, embelesadas por un Amor celestial, las otras, cabalgando a lomos de demonios, son tragadaspor las simas de la infernal orga.

    sta es la razn por la cual, al margen del recinto moral del JudeoCristianismo y de esta primitiva

    Iglesia llamada el Agarttha, por doquier donde ha pasado el cisma de Irshou, ya se trate de Asiria, deSiria, del Egipto de los Hyksos y de toda la Jonia europea, la idolatra de las Potencias csmicas malcomprendidas, unida al conocimiento alterado de los Misterios, ha paseado la antorcha de losAquelarres orgiticos, desde el Ganges hasta el Nilo, desde el ufrates hasta el Eurotas, desde elCitheron hasta las siete colinas de Roma.

    Y sta es tambin la razn por la cual estas tremendas profanaciones han recibido castigostremendos.

    En el momento en que escribo y hablo, todava no han cesado, y en la propia India, all donde nollega la accin directa del Agarttha, los mismos desrdenes se siguen produciendo.

    Ah! Entonemos todos el Mea Culpa, ante las llagas de la Humanidad, y, de una punta a la otra de la

    Tierra, digamos todos a la vez: Es por nuestra culpa, es por nuestra culpa, por nuestra grandsimaculpa! Ningn Templo, ninguna Iglesia, ninguna Sinagoga, ninguna Mezquita, puede eludir esta unin

    universal de los hombres, tanto en el Mal como en el Bien.Qu me importan vuestros rezos, les dice el Eterno, para qu necesito yo vuestras ofrendas! Lo

    que os pido es que trabajis por vuestra Salvacin general, unidos por una mutua Caridad en estaaccin comn de redencin.

    Ninguna confesin, ningn Cuerpo de enseanza, y el Agarttha menos que nadie, puede yaescabullirse impunemente de esta inmensa y santa labor de solidaridad.Nadie puede en verdad decir: Me lavo las manos de este Mal. Todos y todas padecen y padecern elGobierno general de la ignorancia, de la iniquidad y la ruina general de las naciones, mientras los

    miembros del Cristo social, gracias a esta abstencin, sigan sangrando y pudrindose sobre su inmensacruz ecuatorial y polar.Por desgracia, an hoy, como en los tiempos de Astart y de Afrodita, de Ceres Eleusina, de Isis y

    del falso Bacco de la decadencia, en algunas pagoda s de la India donde el sacerdocio es hereditario enlugar de conquistarse mediante un Examen como en el Agarttha, suceden cosas infames endeterminadas pocas del ao.

    Lo s, y ninguna fuerza humana me impedir gritarlo aqu para reprobario.Y, vosotros, los iniciados, que hoy como ayer, veis framente, desde detrs de los pilares,

    desarrollarse estas bacanales demonacas, os digo que no es suficiente que no participis en ellas; esnecesario que las impidis: ste es el precio de la resurreccin y de la redencin de vuestra patria.

    Pero volvamos al Agarttha.

    La absoluta pureza de su tradicin, de sus enseanzas, de su disciplina y de sus costumbres ha sidovagamente presentida desde siempre.Ya en 1784, el propio Herder, sin tan siquiera sospechar su existencia actual, afirmaba que slo la

    ms sabia y la ms santa de las Escuelas, poda haber formado en la remota antigedad, a un pueblocomo el Hind, que salvo en algunas zonas del Indostn, donde los Misterios han sufrido desviaciones,y donde la ley de Manou, ya no se entiende por falta de estudio, presenta generalmente una sumainmensa de virtudes divinas y humanas, que en ningn lugar alcanzan las mismas cuotas.

    Por ello, y para no ser injustos, hay que contabilizar con exactitud el elevado nmero de sectas quelas distintas provincias de la India ofrecen a la observacin del viajero.

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    Sin duda el tronco comn es la gran Universidad de la que hablo, pero esto en la ms remotaantigedad.

    De modo que sera inicuo reprocharle las vergenzas, las supersticiones, las atrocidadesengendradas desde hace siglos por la Anarqua general y local, por las sucesivas conquistas que tras lasrevoluciones esclavizaban al clero y ponan en connivencia los vicios del poder poltico con lacorrupcin de las costumbres y de las ideas del pueblo.

    Toda idolatra viene de ah, es decir, de la Poltica, la gran Prostituta de Babilonia, como la llamanlos Profetas judeo-cristianos.Tan slo una cosa puede resultar sorprendente, y es que despus de una existencia que se contabiliza

    en ciclos, y a pesar de todos los males desencadenados por el cisma de Irshou, la India exista an, ypueda con tener la suma inmensa de virtudes que sin cesar se cultivan all, y los conocimientos que seencuentran en el Agarttha.

    Jams, en semejantes condiciones, y sobre las bases polticas actuales, la Judeo-Cristiandad hubierapodido mantenerse y subsistir, no ya cinco mil aos, sino tan siquiera quinientos.

    y los brbaros de las canteras de Amrica de todas nuestras grandes ciudad no habran perpetradomenos atrocidades que ciertas ramas del sivasmo, que los Thugs o los adoradores de Kali.

    Podemos reprochar a las blancas y puras cumbres del Himalaya, a sus glaciares vrgenes, a sus

    nieves eternas, a sus fuentes sin contaminar, a sus torrentes orgullosos y cristalinos, el fango y loscadveres que arrastran hacia el mar las aguas turbias del Indus y del Ganges?Lo mismo sucede con el Agarttha, que siempre ha expulsado de su seno toda impureza intelectual o

    moral, toda intolerancia, toda poltica, toda arbitrariedad del pensamiento o de la voluntad, todasupersticin, toda idolatra, y toda magia negra.

    ste es el motivo de que algunas servidumbres domsticas del Agarttha sean realizadas, desde hacemuchos siglos, por brigadas semanales de alumnos, bajo el control de los Templarios que hacen elservicio milit