sábado, 27 de fevereiro de 2010 - los olivos a · si fuera posible cante con la congregación el...
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Sábado, 24 de Julio de 2010
Sábado - El monumento de la Creación y de la
Redención
(Éxodo 20:8-11 y Deuteronomio 5:15)
Nuestro nombre tiene la identificación de un compromiso
con esa orden divina. La observancia del sábado para nosotros
los Adventistas del Séptimo Día tiene un significado que
trasciende el descanso físico.
La observancia del sábado es la conmemoración de
nuestra liberación de la esclavitud del pecado. Cada sábado
celebramos que Jesús es nuestro Creador y digno de nuestra
adoración.
Respeta la Palabra de Dios que dice que el sábado es el
cuarto mandamiento de la ley moral.
Es el cumplimiento de la voluntad del Creador. Profé-
ticamente Dios suscitaría un pueblo en los últimos días, para
restaurar la brecha que el hombre haría en la ley moral. El
hombre de pecado cambiaría los tiempos y la ley, y los pueblos
aceptarían ese cambio como si fuera obra de Dios. Así la
Palabra profética dice:
“En el tiempo del fin, ha de ser restaurada toda institución
divina. Debe repararse la brecha, el portillo, que se hizo en la
ley cuando los hombres cambiaron el día de reposo. El pueblo
remanente de Dios, los que se destacan delante del mundo
como reformadores, deben demostrar que la ley de dios es el
fundamento de toda reforma permanente, y que el sábado del
cuarto mandamiento debe subsistir como monumento de la
creación y recuerdo constante del poder de Dios” (Profetas y
Reyes, p. 501).
Esa brecha en la ley de Dios debe ser restaurada.
Creemos que proféticamente nuestra iglesia fue designada para
cumplir esa misión. No aceptamos que las cosas y tradiciones
de hombres sustituyan la verdad de Dios.
A fin de profundizar más nuestra comprensión acerca de
ese mandamiento, vamos a analizar tres aspectos importantes
de la observancia del sábado:
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1. El sábado recuerda: perfección, caída y restauración;
2. Mantiene un vínculo estrecho entre el Creador y sus hijos;
3. Anuncia el nuevo cielo y la nueva tierra.
1. El sábado recuerda: perfección, caída y restauración.
Al final de la primera semana de la creación cuando fueron
creados los cielos y la tierra, el Creador evalúa: “y vio que era bueno
en gran manera”. En ese ambiente exento de pecado, fueron creados
el sábado y el casamiento. Esas dos instituciones Edénicas y sagradas
debían ser un testimonio de los elevados propósitos de Dios para con
el ser humano. En aquél primer sábado el propio Creador “descansó”,
o sea, manifestó su contentamiento con la excelencia del planeta
recién creado. El primer sábado fue guardado en la compañía del
amoroso Creador. Así debería ser, mientras Adán y Eva
permaneciesen fieles. Cada sábado debería ser guardado en la
compañía del Padre. Un encuentro de adoración profunda e
ininterrumpida, debería ser la culminación de la adoración de cada día
de la semana. Así debería ser guardado cada sábado.
El sábado tendría una función tan relevante para el nuevo
planeta que sobre él Dios pronunció una triple bendición: “Entonces
bendijo Dios el séptimo día y lo santificó, porque en él reposó de toda
la obra que había hecho en la creación” (Gén. 2:3).
El Creador Jesucristo, bendice, santifica y descansa (momento
cumbre de la adoración a él por Adán y Eva) en el sábado. Cada día
la santa pareja andaba con Dios, pero en el sábado, dejaba de cuidar
el jardín y de los animales y se dedicaba a la plenitud de la adoración
a Jesús como su soberano Creador.
El secuestro:
El Diablo sentía envidia, porque todo lo que quería era ser
adorado como Jesús. Lleno de envidia y codicia planeó el diabólico
ataque. Gén. 3.
Adán y Eva se convirtieron en súbditos de Satanás, el
secuestrador planeaba que el Dios Creador debería ser barrido para
siempre de la mente humana. Los secuestrados deberían ser
inmersos en otra cultura. Aquellos que fueron creados a imagen y
semejanza de Dios deberían ahora asumir otra identidad. La
estrategia de Satanás tuvo tanto éxito que la imagen de Dios casi fue
olvidada, ignorada, apagada. Fue quebrada la armonía entre Dios y
sus hijos, fueron separados por el pecado. Ya no podían andar más
físicamente juntos, no podían ver el rostro del Padre.
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Para barrer de la mente humana el recuerdo del Creador y del
Redentor él establecería otro día destinado a la adoración como si
fuese el séptimo día de Dios. Se auto tituló el dios de este siglo,
buscando ser adorado de todas las formas.
La palabra profética dice: “Por el pecado, la imagen de Dios en
el hombre ha sido estropeada y casi borrada;” (Exaltad a Jesús, MM,
1992, p. 273).
El rescate:
Aquel que creó no abandonó a sus criaturas, a pesar de la
desastrosa separación iniciada por la pareja.
“Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su
Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la Ley” (Gál. 4:4).
Nuevamente Cristo pone “la mano en la masa” y recrea a los
seres humanos. Pagó todo cuanto requería los reclamos de la justicia.
Como Salvador él ordena: “Sed santos, porque yo soy santo” (1
Ped.1:16).
Todo lo que el diablo quitó al ser humano, el Evangelio lo
restituyó nuevamente en Cristo: la pureza, santidad, esperanza,
salvación. Por la fe podemos una vez más adorar, conversar,
caminar, en ese día santo, sin preocupación con los trabajos
seculares.
2. Mantiene y estrecha el vínculo entre el Creador y sus hijos.
El sábado fue instituido para la gloria de Dios y el beneficio de
sus hijos. En ese día sus hijos congregados deben rendirle adoración
y alabanza como dádiva de gratitud y reconocimiento por todos los
beneficios dispensados por el bondadoso Padre celestial.
El ejemplo de Cristo:
“Vino a Nazaret, donde se había criado; y el sábado entró en la
sinagoga, conforme a su costumbre y se levantó a leer” (Lucas 4:16).
Ese ejemplo también fue seguido por Pablo. La Palabra dice: “Y
discutía en la sinagoga todos los sábados, y persuadía a judíos y a
griegos” (Hech. 18:4).
Ir a la iglesia a adorar al Dios Santo en el día que Él designó
para eso, contribuye significativamente para el crecimiento espiritual
y fraternal. De ahí la exhortación de Pablo: “No dejando de
congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino
exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca”
(Heb. 10:25).
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“Cuando se entonan cánticos de alabanza, cuando se elevan
fervientes oraciones al cielo, cuando se repiten las asombrosas
lecciones de las obras de Dios y cuando la gratitud del corazón se
expresa en oración y canto, los ángeles del cielo se unen a la melodía
en alabanza y agradecimiento a Dios. Estas prácticas rechazan el
poder de Satanás. Expulsan el descontento y las quejas, y Satanás
pierde terreno” (Cristo Triunfante, MM, 2002, p. 246).
Sugerencia:
En este contexto, seleccione previamente y cante con la
congregación dos o tres himnos sobre Jesús como Salvador y sobre la
nueva tierra. Sugerimos los himnos del Himnario Adventista, 4
“Alabadle”, 19 “Loámoste oh Dios”, 185 “Hay un mundo feliz más
allá”.
3. Anuncia nuevo cielo y nueva tierra
Para los Adventistas el sábado tiene una dimensión
escatológica. Además de anunciar y recordar que Jesús es el único
Creador y Salvador que debe ser adorado y glorificado, también
apunta a la restauración final de todo por medio de él.
Así como Adán y Eva pasaron aquel primer sábado en el Edén
recién creado en compañía del Creador, por la fe también creemos
que pasaremos nuestro primer sábado en el mundo restaurado al
lado de nuestro Salvador. Sólo que con una diferencia: por toda la
eternidad estaremos juntos a nuestro Salvador, nada nos separará de
él pues la iniquidad no se levantará por segunda vez, gracias al
sacrificio eterno del Hijo de Dios.
Cuando nos detenemos para observar, por la gracia mediante la
fe, el santo sábado de la ley moral de Dios, anunciamos previamente
que el enemigo ya está derrotado para siempre. Estamos declarando
que todo lo que el diablo le quitó a la raza humana, Jesús lo va a
restituir. Si fuera posible cante con la congregación el himno del
Himnario Adventista “En la mansión de mi Señor”.
La experiencia de Adán y Eva no se va a repetir. La adoración
sabática marcará fuertemente la vida de los salvos. Será parte
integrante de la vida en la eternidad. La Palabra de Dios dice: “Y de
mes en mes, y de sábado en sábado, vendrán todos a adorar delante
de mí, dice Jehová” (Isa. 66:23).
“Así que mientras duren los cielos y la tierra, el sábado
continuará siendo una señal del poder del Creador. Cuando el Edén
vuelva a florecer en la tierra, el santo día de reposo de Dios será
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honrado por todos los que moren debajo del sol” (El Deseado de
todas las Gentes, p. 250).
Podemos afirmar con seguridad que el sábado no es una
institución judaica como afirman los que quieren buscar una disculpa
para rechazar la ley de Dios. Tiene su origen en la creación antes del
pecado, cuando no había ningún judío. Fue dado como señal de que
Dios es el Creador y Señor de todas las cosas: “Yo soy Jehová,
vuestro Dios: andad en mis estatutos, guardad mis preceptos y
ponedlos por obra. Santificad mis sábados, y sean por señal entre mí
y vosotros, para que sepáis que yo soy Jehová, vuestro Dios” (Eze.
20:19-20).
Pr. Miguel Pinheiro Mayordomía Cristiana
División Sudamericana
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Domingo, 25 de Julio de 2010
La piedra de toque
“Entonces el dragón se llenó de ira contra la mujer y se fue a
hacer la guerra contra el resto de la descendencia de ella, contra los
que guardan los mandamientos de Dios y tienen el testimonio de
Jesucristo” (Apocalipsis 12:17).
Siendo el sábado el mandamiento que invita a todos a adorar al
único Creador de los cielos y de la tierra, siendo el monumento
conmemorativo semanal de la Creación; siendo el mandamiento que
muestra que Dios creó en siete días literales los cielos y la tierra;
siendo la señal entre los que sirven y los que no sirven a Dios; siendo
el mandamiento que anuncia que la naturaleza que ahora gime será
pronto restaurada; que los seres humanos volverán a reflejar
nuevamente la imagen y semejanza de Dios como era antes del
pecado; que Jesús el Cordero que fue muerto desde la fundación del
mundo será plenamente adorado por los redimidos de todos los
tiempos cada sábado; ¿qué otra cosa se podría esperar del enemigo
si no el cumplimiento de Apocalipsis 12:14?
En el mensaje de hoy vamos a esclarecer los siguientes puntos
en relación al santo sábado:
1. Un estatuto para toda la humanidad
2. Testimonio de los guardadores del sábado
3. La observancia del sábado como piedra de toque
4. La estrategia de Satanás en el Conflicto Final
1. Un estatuto para toda la humanidad.
Muchas personas rechazan el mensaje del sábado alegando que
el sábado es una institución judaica.
Como ya aprendimos en el mensaje de ayer, el sábado y el
casamiento, fueron creados en el Edén pensando en el bienestar y la
felicidad de toda la humanidad. No había judíos, griegos o romanos,
solamente nuestros primeros padres con la responsabilidad de poblar
la tierra. El sábado no fue establecido vinculado a ninguna nación, sí
a toda la humanidad.
La ley moral de Dios es una manifestación de su carácter para
toda la humanidad y no solamente para una nación específica. Es
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verdad que Dios eligió a Israel para ser su mensajero a todo el
mundo, pero infelizmente falló. Hoy, cada persona que acepta el
Evangelio asume esa función, la de ser un mensajero de las buenas
nuevas de la salvación.
Desde Génesis 2 vemos el sábado en toda la Biblia como un día
bendecido, santificado (separado para un fin santo), dedicado para el
descanso y la adoración plena al Dios Creador.
El sábado fue dado a toda la humanidad para celebrar,
conmemorar y recordar semanalmente la obra de la creación.
El día bendecido debería permanecer como memorial y estatuto
perpetuo de generación en generación hasta el fin de la humanidad.
Isaías 66:23 además relata que el sábado continuará siendo honrado
en el cielo. Así como nuestros padres guardaron el sábado en el
ambiente edénico exento de pecado, como demostración de gratitud
y lealtad, de la misma forma, la escena se repetirá.
“Así como el árbol fue puesto en medio del Jardín del Edén, el
sábado fue ubicado en el centro del decálogo. Con respecto al fruto
del verdadero conocimiento, se puso una restricción, “mas del árbol
de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él
comieres, ciertamente morirás”. Con respecto al sábado, el Señor
dijo: “Acuérdate del día sábado para santificarlo”. Así como el árbol
del conocimiento fue la prueba de la obediencia de Adán, así también
el cuarto mandamiento es la prueba que Dios ha establecido para
determinar la lealtad de su pueblo. Mientras el tiempo dure, la
experiencia de Adán ha de ser una advertencia para nosotros. Nos
indica que no debemos recibir ninguna seguridad de labios de los
mortales o de ángeles que nos aparte una jota o un tilde de lo que se
registra en la sagrada ley de Jehová” (Cristo Triunfante, MM, 2002, p.
357).
En el libro Testimonios Selectos t. 1, p. 89-91 encontramos una
significativa afirmación respecto de la importancia del sábado dentro
de la ley moral. Como la descripción es compacta y rica en detalles,
pido permiso para leerla: “Dentro del arca estaba el vaso de oro con
el maná, la vara florecida de Aarón y las tablas de piedra, que se
plegaban como las hojas de un libro. Abriólos Jesús, y vi en ellas los
diez mandamientos escritos por el dedo de Dios. En una tabla, había
cuatro, y en la otra, seis. Los cuatro de la primera brillaban más que
los otros seis. Pero el cuarto, el mandamiento del sábado, brillaba
más que todos, porque el sábado fue puesto aparte para que se lo
guardase en honor del santo nombre de Dios. El santo sábado
resplandecía, rodeado de una aureola de gloria. Vi que el
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mandamiento del sábado no estaba clavado en la cruz, pues de
haberlo estado, también lo hubieran estado los otros nueve, y así
quedaríamos con libertad de quebrantarlos todos, así como el cuarto.
Vi que Dios es inmutable; pero el papa lo había transferido del
séptimo al primer día de la semana, pues había pensado cambiar los
tiempos y la ley”.
2. Testimonio de los que guardan el sábado.
El sábado es la señal entre Dios y su pueblo. Pero cuál es la
señal entre su pueblo y el mundo? 1 corintios 13 deja claro que el
amor es el más excelente de los dones.
Jesús enseñó que el sábado debe ser observado en el contexto
del amor a Dios y al prójimo. Él dice: “…es lícito en sábado hacer el
bien…” (Luc. 6:9).
Cierta vez escuché a alguien decir que las naves de las iglesias,
los patios y los salones son los locales más beneficiados el día
sábado. Las personas que más necesitan de los guardadores del
sábado con seguridad no están en esos lugares. Están en los
hospitales, en las cárceles, en el edificio al lado de nuestra casa,
entre los familiares, amigos y colegas de trabajo. Muchos
comprenderán la verdad del sábado por la forma práctica como
guardamos ese día. Jesús dice: …es lícito en el sábado hacer el bien…
Muchos al leer en la Biblia acerca del sábado se acuerdan de
cómo fueron ayudados y socorridos por los observadores del sábado.
Algunos dirán: “Yo pasé mal y aún en el sábado él/ella pasó y me
llevó al hospital”; “necesitaba comprar un remedio y aunque era
sábado él/ella fue a la farmacia a comprar”; “mi auto se descompuso
y él/ella me socorrió sacrificando sus compromisos en la iglesia”; “ella
compartía conmigo las sabrosas y nutritivas comidas que hacían para
el sábado”; “cuántas veces recibí el pan integral que hacía cuando no
tenía nada dentro de casa y con eso pasaba el día”.
El Pr. Miguel Pinheiro cuenta que recuerda siempre a la
hermana Isabel Ribeiro, que todos los viernes golpeaba a la puerta de
su casa y decía: “Adetina le traigo el pan del sábado, el postre del
sábado, la papa del sábado…” su madre que no conocía a Isabel en
esa época, quedaba intrigada. “Pan del sábado”, “postre del
sábado”… pero el amor que aquella cristiana verdadera demostraba
en su corazón, hacía que su madre pensara “Eso no es común hoy en
día. Esa mujer tiene alguna cosa diferente”. Ellas se hicieron grandes
amigas y un día faltó luz en la hora del culto y movida por el Espíritu
Santo, la hermana Isabel fue orientada a llamar a la sra. Adetina,
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madre del Pr. Miguel para hacerle compañía a ella para ir a la iglesia.
Su madre pensó: “yo soy de otra religión, pero Isabel es tan amorosa
conmigo que yo no puedo negarle nada a ella”. Resultado: La Sra.
Adetina fue a la iglesia ese día. No perdió ningún culto más, llevó a
toda su familia y el día 29 de diciembre de 1976, ella, su esposo, el
Pr. Miguel y dos hermanas fueron bautizados. Después fue el resto
de la familia, y hoy todos están en la iglesia y la hermana Isabel
todavía continúa con salud haciendo el trabajo del Señor en la ciudad
de Capim Grosso, Bahía. Una pequeña ciudad de 30.000 habitantes,
que tiene más de diez iglesias grandes y dos distritos pastorales.
El sábado es la señal entre Dios y su pueblo, pero la señal entre
el pueblo de Dios y el mundo es el amor.
Muchos podrán alegar: ¿cuándo comienza el sábado? ¿Y el uso
horario diferente? ¿Cuándo es sábado en Japón, Europa y otras
regiones? Como adventistas con la luz de la Palabra de Dios, no
tenemos dificultad para entender eso. La Biblia enseña claramente los
límites del sábado. Nehemías 13:19 dice: “Sucedió, pues, que al caer
la tarde, antes del sábado, ordené que se cerraran las puertas de
Jerusalén y que no las abrieran hasta después del sábado; y puse a
las puertas algunos de mis criados, para que no dejaran entrar carga
alguna en sábado” ¿Por qué Nehemías dio esa orden? Porque ya eran
de dominio público las enseñanzas del Pentateuco que decía: “Sábado
de descanso os será… de una tarde a otra tarde…” (Levítico 23:32).
“El sábado, como séptimo día, no se halla en ninguna
incertidumbre. Es el monumento conmemorativo de la obra de
creación. Es un monumento conmemorativo establecido por el cielo,
que debe observarse como una señal de obediencia. Dios escribió
toda la ley con su dedo en dos tablas de piedra…” (Mensajes
Selectos, p. 364).
Donde estuvieren los guardadores del sábado, en Japón, en
China, en Europa… brillen como la luz del sol, y digan: Dios es el
Creador de los cielos y de la tierra y es el único digno de ser adorado.
Donde estamos Dios establece el correcto límite del tiempo,
mostrando claramente cuando comienza y cuando termina el sábado.
Hoy, el sábado es el muro de separación entre el verdadero
Israel de Dios y los incrédulos, y a medida que se aproxima el fin del
tiempo de gracia esa separación se intensificará de tal forma que
enfurecerá a las hijas de Babilonia y los creyentes nominales que
mantienen una relación superficial con Dios.
Ya llegó el tiempo que nuestra iglesia anuncie ampliamente el
mensaje del sábado. Se están usando varios canales: testimonio
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personal de aquellos que desarrollaron y consolidaron el hábito de
buscar a Dios en la primera hora de cada mañana, internet, radio,
televisión, pequeños grupos…
El mensaje del sábado unirá los corazones de los sinceros hijos
de Dios de la iglesia visible e invisible. Millares vendrán de las iglesias
que hoy rechazan el mensaje del sábado y millares saldrán de
nuestro medio por no soportar esa enseñanza sagrada. Seremos
perseguidos, pero eso sólo intensificará más nuestra disposición para
proclamar con más osadía ese mensaje.
La palabra profética dice: “Vi que Dios tenía hijos que no
reconocen ni guardan el sábado. No han rechazado la luz referente a
él. Y al empezar el tiempo de angustia, fuimos henchidos del Espíritu
Santo, cuando salimos a proclamar más plenamente el sábado. Esto
enfureció las otras iglesias y a los adventistas nominales, pues no
podían refutar la verdad sabática, y entonces todos los escogidos de
Dios, comprendiendo claramente que poseíamos la verdad, salieron y
sufrieron la persecución con nosotros. Vi guerra, hambre, pestilencia
y grandísima confusión en la tierra. Los impíos pensaron que nosotros
habíamos acarreado el castigo sobre ellos, y se reunieron en consejo
para raernos de la tierra, creyendo que así cesarían los males”
(Primeros Escritos, p. 33-34).
3. La observancia del sábado como piedra de toque.
El domingo será cada vez más exaltado como la piedra angular
del romanismo y de sus hijas.
Los Adventistas del Séptimo Día, usando los más diversos
frentes de proclamación, mostrarán el sábado bíblico con una
intensidad nunca vista.
Así, “El sábado será la gran piedra de toque de la lealtad; pues
es el punto especialmente controvertido. Cuando esta piedra de toque
les sea aplicada finalmente a los hombres, entonces se trazará la
línea de demarcación entre los que sirven a Dios y los que no le
sirven” (El Conflicto de los Siglos, p. 663).
Ese es un asunto que trata con nuestra identidad como iglesia y
todos deben tenerlo claro para que no haya mal entendidos o
precipitaciones. Algunos han hecho las siguientes preguntas:
- ¿Quién guarda el sábado hoy, ya recibió la señal de la bestia?
- No. “Nadie hasta ahora ha recibido la marca de la bestia” (El
Evangelismo, p. 174).
- ¿Entonces, cuándo será la observancia del domingo la señal de
la bestia? “La observancia del domingo no es aún la marca de la
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bestia, y no lo será sino hasta que se promulgue el decreto que
obligue a los hombres a santificar este falso día de reposo. Llegará el
tiempo cuando este día será la prueba; pero aún no ha venido”
(Eventos de los últimos días, p. 228).
Cuando eso ocurra, los Estados Unidos renunciarán a sus
principios democráticos y votará una ley dominical, apoyado por el
protestantismo apóstata unido al papado. A partir de ahí la
observancia del sábado bíblico será “ilegal”, pasará a ser crimen y la
observancia del falso sábado (domingo), un acto de honra a Dios y a
la nación.
“El sábado será la gran piedra de toque de la lealtad; pues es el
punto especialmente controvertido. Cuando esta piedra de toque les
sea aplicada finalmente a los hombres, entonces se trazará la línea
de demarcación entre los que sirven a Dios y los que no le sirven.
Mientras la observancia del falso día de reposo (domingo), en
obedecimiento a la ley del estado y en oposición al cuarto
mandamiento, será una declaración de obediencia a un poder que
está en oposición a Dios, la observancia del verdadero día de reposo
(sábado), en obediencia a la ley de Dios, será señal evidente de la
lealtad al Creador. Mientras que una clase de personas, al aceptar el
signo de la sumisión a los poderes del mundo, recibe la marca de la
bestia, la otra, por haber escogido el signo de obediencia a la
autoridad divina, recibirá el sello de Dios” (El Conflicto de los Siglos,
p. 663).
4. La estrategia de Satanás en el Conflicto Final.
Somos una iglesia profética. Por medio de sus profetas, Dios
orienta y guía a la iglesia. Revela también los ardides de Satanás
para que la iglesia no caiga en sus armadillas. En una de esas
visiones, Dios mostró proféticamente como Satanás actuará para
destruir esa iglesia. Poco le resta, por eso buscará de todas las
formas destruir y trastornar la fe en Dios, Creador de los cielos y de
la tierra. Usará todos los medios posibles para engañar hasta los
escogidos de Dios. Pero nuestro Dios conoce el fin desde el principio y
revela para su iglesia los planes del enemigo para que nadie sea
tomado de sorpresa. Acompañen esta revelación profética:
(Observación: elija una de estas sugerencias para presentar los
cuatro párrafos: cuatro personas, cada una lee un párrafo, puede ser
discutido en parejas, grupos pequeños o panel…)
“Dice el gran engañador: …“El día de reposo es el gran asunto
que ha de decidir el destino de las almas. Debemos exaltar el día de
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descanso que nosotros hemos creado. Hemos logrado que lo acepten
tanto los mundanos como los miembros de la iglesia. Ahora hay que
inducir a la iglesia a universo al mundo para apoyarlo. Debemos
trabajar por medio de señales y maravillas para cegar sus ojos a la
verdad e inducirlos a dejar a un lado la razón y el temor de Dios y a
seguir la costumbre y tradición…”
“Pero nuestra principal preocupación consiste en silenciar a esa
secta guardadora del sábado. Debemos suscitar la indignación
popular contra ella. Llamaremos a nuestro lado a hombres grandes y
sabios, según el mundo, e induciremos a las autoridades a cumplir
nuestros propósitos. Entonces el día de descanso que yo he creado
será puesto en vigor mediante las leyes más severas y exigentes. Los
que no hagan caso de ellas serán expulsados de las ciudades y aldeas
y se les hará pasar hambre y privaciones. Cuando dispongamos del
poder, mostraremos lo que podemos hacer con los que no quieran
abandonar su lealtad a Dios”.
“…y ahora que estamos poniendo a las iglesias protestantes y al
mundo en armonía con este brazo derecho de nuestro poder,
dispondremos finalmente de una ley para exterminar a todos los que
no se sujeten a su autoridad. Cuando la pena de muerte sea el
castigo que se aplique por la violación de nuestro día de reposo, se
pasarán a nuestro lado muchos de los que ahora se encuentran en las
filas de los observadores de los mandamientos”.
“Pero antes de recurrir a esas medidas extremas, debemos
ejercer toda nuestra sabiduría y sutileza para engañar y entrampar a
los que honran el verdadero día de reposo. Podemos separar a
muchos de Cristo por medio de la mundanalidad, la concupiscencia y
el orgullo. Se considerarán seguros porque creen la verdad, pero la
complacencia del apetito o de las bajas pasiones, que confunde el
juicio y anula la capacidad de discernir, los hará caer”. (Testimonios
para los Ministros, p. 472-473).
Apelación final y llamado para el día siguiente:
Ayer y hoy vimos algunos aspectos teológicos sobre la
observancia del sábado y en los próximos dos días vamos a abordar
los temas prácticos de la observancia del sábado. Me gustaría hacer
un llamado en nombre de Jesús para que nadie lo pierda. En especial
a los padres que gustarían ver a sus hijos en el cielo. Mostraremos
mensajes proféticos del Espíritu de Profecía para todos los hijos de
Dios que quieren profundizar su celo en la observancia del sábado.
Las palabras proféticas que describen lo que vamos a mostrar en los
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próximos días son: “Os aconsejo, hermanos y hermanas: “Acordarte
has del día de reposo, para santificarlo” (Éx. 20:8). Si queréis que
vuestros hijos observen el sábado según el mandamiento, debéis
enseñarles tanto por los preceptos como por el ejemplo. Nunca se
borra completamente la verdad grabada profundamente en el
corazón. Puede obscurecerse, pero nunca obliterarse. Las
impresiones hechas en la primera parte de la vida se verán en los
años ulteriores. Pueden ocurrir circunstancias que separen a los hijos
de los padres y de su hogar, pero mientras vivan, la instrucción dada
en la infancia y la juventud será una bendición” (Joyas de los
Testimonios, t. 3, p. 25).
Por tanto, mañana tiene un compromiso con Dios. Aquí en este
lugar, el Señor le enseñará cómo observar mejor el santo sábado
conforme al mandamiento del Creador.
Pr. Miguel Pinheiro Mayordomía Cristiana
División Sudamericana
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Lunes - 26 de Julio de 2010
PRINCIPIOS SAGRADOS PARA LA OBSERVANCIA DEL SÁBADO - I
(Éxodo 20:8-11)
La debida observancia del sábado conforme a los preceptos de
la Biblia se ha tornado cada vez más difícil. Entendemos que no es
suficiente hablar de la teología del sábado. Es necesario enseñar y
recordar los principios prácticos de la observancia del sábado. Hoy y
mañana vamos a trabajar varios de esos principios bíblicos en la
Biblia y en el Espíritu de Profecía.
I. La preparación semanal:
La palabra profética dice: “Durante toda la semana, debemos
recordar el sábado y hacer preparativos para guardarlo según el
mandamiento. No sólo debemos observar el sábado en forma legal.
Debemos comprender su importancia espiritual sobre todas las
acciones de nuestra vida. Todos los que consideren el sábado como
una señal entre ellos y Dios… Pondrán diariamente en práctica las
leyes de su reino. Diariamente rogarán que la santificación del sábado
descanse sobre ellos…”
“…las primeras victorias se han de ganar en el hogar. Allí debe
empezar la preparación para el sábado…” (JT, t.3, p.20).
Factores determinantes en la preparación semanal:
1. Mantener el espíritu de adoración sabática: El espíritu de
reverencia y compañerismo que mantuvimos con Él durante las horas
del sábado, deben acompañarnos durante la semana. El mismo se
debe manifestar en todos los aspectos de la vida: en las relaciones
comerciales, en el empleo, en la familia, en la escuela… Donde
estuviere un observador del sábado, allí debe estar un adorador del
Creador, una persona amorosa, honesta, respetuosa y pacificadora.
2. Conservar la misma comunión: No observamos el sábado
como un feriado, hay un sentido que trasciende el descanso físico.
Guardar el sábado es un símbolo del tipo de comunión que debemos
tener con Dios durante la semana. La forma como veo a Dios, a la
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iglesia y al prójimo durante el sábado, se debe extender durante la
semana.
3. Recargar las baterías para vivir en santidad: Durante el
encuentro ininterrumpido con Dios de 24 horas recibimos la fuerza y
el poder para vivir como santos durante la semana. Tanto en el
sentido físico como también espiritual. Así, en la debida observancia
del sábado recibimos la gracia para una vida en santidad. Viviendo
cada día con Dios, cada sábado tendremos un encuentro cada vez
más íntimo con el Padre. Cuando nos encontramos con Él diariamente
durante una o dos horas, estamos preparándonos para el encuentro
de 24 horas del próximo sábado.
4. Recarga diaria – el secreto para la preparación adecuada:
Retro alimentada diariamente. Como ya aprendimos en el Seminario
de Enriquecimiento Espiritual, recibimos gracia y misericordia
solamente para atender las necesidades diarias. Así la vida espiritual
debe ser retro alimentada diariamente en la primera hora de cada
mañana. De esa forma vamos a mantener el espíritu de adoración
que tuvimos en el sábado.
II. Viernes – el día de preparación:
(S. Marcos 15:42; Lucas 23:50-56).
El viernes es el día en el cual se concluye la preparación final
para el sábado. Como ya vimos, los preparativos mayores deben
comenzar desde el primer día de la semana.
Orientaciones proféticas para el viernes de preparación:
1. Preparación de los deberes domésticos: “Termínense el
viernes los preparativos para el sábado. Cuidad de que toda la ropa
esté lista y que se haya cocinado todo lo que debe cocinarse, que se
hayan lustrado los zapatos y tomado los baños… El sábado no debe
destinarse a reparar ropas, a cocinar alimentos, a los placeres, o a
otra ocupación mundanal. Antes de que se ponga el sol, debe ponerse
a un lado todo trabajo secular, y guardarse fuera de la vista todos los
periódicos de ese carácter” (Joyas de los Testimonios, t. 3, p. 22).
2. Preparación en las relaciones y negocios: “Hay otra obra que
debe recibir atención en el día de preparación. En ese día deben
ponerse a un lado todas las divergencias entre hermanos, ora sea en
la familia o en la iglesia. Expúlsese del alma toda amargura, ira y
malicia… Antes que empiece el sábado, tanto la mente como el
cuerpo deben retraerse de los negocios mundanales” (JT, t.3, p. 22).
3
3. Preparación para una recepción en adoración y alabanza:
“Antes de la puesta del sol, congréguense los miembros de la familia
para leer la Palabra de Dios y para cantar y orar… Debemos empezar
de nuevo a hacer arreglos especiales para que cada miembro de la
familia sea preparado para honrar el día que Dios ha bendecido y
santificado” (JT, t.3, p. 23).
La forma como recibimos el sábado va a determinar en gran
parte la calidad de su observancia.
Otro punto a considerar es el impacto que el culto de puesta de
sol va a causar en la mente de los niños y de los adultos. Los himnos,
los versículos ilustrados, las historias, los agradecimientos…
Cuando se recibe el sábado con reverencia y respeto, con
seguridad será observado con ese mismo espíritu.
Consideremos esa exhortación profética para los padres: “Os
aconsejo, hermanos y hermanas: “Acordarte has del día del reposo,
para santificarlo.” Si queréis que vuestros hijos observen el sábado
según el mandamiento, debéis enseñarles tanto por los preceptos
como por el ejemplo. Nunca se borra completamente la verdad
grabada profundamente en el corazón. Puede obscurecerse, pero
nunca obliterarse. Las impresiones hechas en la primera parte de la
vida se verán en los años ulteriores. Pueden ocurrir circunstancias
que separen a los hijos de los padres y de su hogar, pero mientras
vivan, la instrucción dada en la infancia y la juventud será una
bendición” (JT, t.3, p. 25).
III. Sábado por la mañana:
Muchas cosas que ocurren el viernes acaban influenciando en la
calidad de la observancia del sábado. Cuando recibimos el día santo
con el debido espíritu de adoración y reverencia esto se reflejará
durante las horas sagradas.
1. No se malgasten en cama las preciosas horas del sábado. El
sábado de mañana, la familia debe levantarse temprano. Si se
levantan tarde, hay confusión y apresuramiento en los preparativos
para el desayuno y la escuela sabática. Hay apresuramiento, roces e
impaciencia. Así entran en el hogar sentimientos profanos. El sábado,
así profanado, produce cansancio, y en vez de amarse su venida se la
teme” (JT, t.3, p. 23).
2. S. Lucas 4:16-19: Jesús visitaba las sinagogas todos los
sábados. “La escuela sabática y la reunión del culto ocupan sólo una
parte del sábado. La parte que queda para la familia puede abarcar
4
las más sagradas y preciosas horas del sábado. Mucho de ese tiempo
deben pasarlo los padres con sus hijos…” (JT, t.3, p. 24).
IV. Sábado de tarde – actividades: “A fin de santificar el sábado, no es necesario que nos
encerremos entre paredes, y que nos privemos de las hermosas
escenas de la naturaleza…” (JT, t.1, p. 276).
1. “Durante una porción del día, todos debieran tener
oportunidad de salir al aire libre… los niños… Asóciense sus mentes
juveniles con Dios en los hermosos panoramas de la
naturaleza…manifestaciones de su amor,…no correrán el peligro de
asociar el carácter de Dios con todo lo severo y adusto… (JT, t.1, p.
277).
“Todos los que aman a Dios deben hacer lo que puedan para
que el sábado sea una delicia, santo y honorable…pueden hacer
mucho para exaltar el sábado en sus familias y hacer de él el día más
interesante de la semana. Debemos dedicar tiempo a interesar a
nuestros hijos… Podemos andar con ellos al aire libre, podemos
sentarnos con ellos en los huertos y bajo la alegre luz del sol, y dar a
sus mentes inquietas algo en que ocuparse, conversando con ellos de
las obras de Dios” (JT, t.1, p. 278).
“Cuando el tiempo es agradable, pasen los padres con sus hijos
por los campos y huertos. En medio de las cosas hermosas de la
naturaleza, explíquenles por qué fue instituido el sábado…” (JT, t.3,
p. 24)
“Mostradles que fue el pecado lo que mancilló la obra perfecta
de Dios; que las espinas y los cardos, el pesar y la muerte, son todos
resultados de la desobediencia a Dios. Invitadlos a ver cómo la tierra,
aunque mancillada por la maldición del pecado, sigue revelando la
bondad de Dios…” (JT, t.3, p. 24).
2. Estudiad la Biblia con sus hijos: “Habladles del camino de la
salvación… Repítase la dulce historia de Belén. Preséntese a Jesús a
los niños, como niño obediente a sus padres, como joven fiel y
laborioso, que ayudaba a sostener la familia… Interrogadlos acerca de
lo que han aprendido en la escuela sabática y estudiad con ellos la
lección del próximo sábado” (JT, t. 3, p. 25).
3. Hacer buenas obras así como hizo Cristo en el sábado:
Cristo curó un ciego en sábado (S. Juan 9:13-34).
Cristo curó un paralítico (S. Juan 5:1-9).
Cristo curó a una mujer enferma (S. Lucas 13:10-17).
Cristo liberó a los endemoniados (S. Marcos 1:21-28).
5
“La misericordia divina ha indicado que se debe cuidar a los
enfermos y dolientes; el trabajo requerido para que estén cómodos
es una obra necesaria, y no una violación del sábado…” (JT, t.2,
p.184).
V – Despedida del Santo Sábado:
“Al bajar el sol, señalen la voz de la oración y el himno de
alabanza el fin de las horas sagradas, e invitad a Dios a acompañaros
con su presencia en los cuidados de la semana de trabajos” (JT, t.3,
p. 25).
APELACIÓN: Invitar a los padres presentes a venir al frente. Ellos son
los sacerdotes y deben ser los primeros en asumir el compromiso.
Enseguida después invite a las madres, los hijos y los demás a firmar
un compromiso acerca de la observancia del sábado.
Pr. Miguel Pinheiro Mayordomía Cristiana
División Sudamericana (Material adaptado del Espíritu de Profecía)
1
Martes 27 de Julio de 2010
Principios sagrados para la observancia del sábado II
La forma como guardamos el sábado refleja nuestro grado de
intimidad con Dios y el respeto que tenemos con las enseñanzas de
su Palabra.
Nuestra preocupación en el ministerio de la Mayordomía
Cristiana, ha sido que la iglesia sea más espiritual. Entendemos que
eso es esencial para obedecer. Entendemos que debemos ser celosos
en la observancia del sábado, porque ya disfrutamos de la bendición
de la salvación. A pesar de nuestra espiritualidad debemos buscar
formas de hacer lo mejor para él, y esa es la intención del mensaje
de hoy. Algunos pueden no apreciar las indicaciones de haga esto o
aquello, pero lo que buscamos es recordar y profundizar lo que ya
conocemos, a fin de que guardemos el sábado según el mandamiento
en el contexto de la gracia y de la comunión.
Vamos a analizar 15 asuntos que no agradan a Dios acerca del
sábado en la Biblia y en el Espíritu de Profecía. Esperamos que cada
uno hagamos un profundo análisis de nuestra realidad individual y en
familia, en cuanto a la calidad de nuestra observancia del sábado.
1. Trabajar el sábado (Éxodo 20:8-11).
“Cada vez que Ud. dedica sus manos a trabajar en sábado,
niega virtualmente su fe” (JT, t. 1, p. 500).
“Muchos, al excusarse por violar el sábado, se refieren a su
ejemplo…empleos mundanales… muchas almas se enfrentarán con
usted en el día del juicio” (JT, t. 1, p. 500).
“Las circunstancias no justificarán a nadie que trabaje el sábado
por amor a la ganancia mundanal” (JT, t.1, p. 501).
2. No es aceptable la observancia parcial
“El Señor no acepta una observancia parcial de la ley del
sábado, y ella ejerce peor efecto sobre la mente de los pecadores que
si usted no profesara observar el sábado. Ellos perciben que su vida
contradice su creencia y pierden la fe en el cristianismo. El Señor
quiere decir precisamente lo que expresa, y el hombre no puede
poner impunemente a un lado sus mandamientos.” (JT, t.1, p. 497).
2
3. Cómo ve Dios el trabajo en sábado
“La maldición de Dios recae sobre ellos y perderán diez o veinte
veces más de lo que ganan… Y sin embargo el hombre roba a Dios
apropiándose de un poco del tiempo que el Creador reservó para sí”
“…trabajar en el séptimo día es, a la vista del cielo, un crimen…
Dios no llevará al cielo a un transgresor de su ley” (JT, t.1, p. 175).
4. No permitir que los hijos transgredan el sábado
“Por encima de todo, cuidad a vuestros niños durante el
sábado. No permitáis que lo violen, porque el permitir que ellos lo
violen, es como violarlo vosotros mismos” (Mensajes Selectos, t.3, p.
293-294).
5. No asistir al culto de sábado con la ropa común de trabajo
“Muchos necesitan instrucción en cuanto a cómo deben
presentarse en la asamblea para adorar en sábado. No han de entrar
en la presencia de Dios con las ropas que llevan comúnmente durante
la semana. Todos deben tener un traje especial para el sábado, para
llevarlo cuando asistan al culto en la casa de Dios” (JT, t.3, p. 21).
6. Llevar a los hijos a la escuela el sábado
“Algunos de nuestros hermanos han enviado a sus hijos a la escuela en sábado… los niños de los que profesan guardar los
mandamientos de Dios han sido enviados en sábado… (JT, t.2, p. 181-182).
“…Dios no consulta nuestra conveniencia en cuanto a sus mandamientos…” (JT, t.2 p. 182).
“Nuestros hermanos no pueden esperar la aprobación de Dios mientras colocan a sus hijos donde les es imposible obedecer el
cuarto mandamiento…” (JT, t.2, p. 182).
7. Todo servicio innecesario debe evitarse en el día de sábado
“...Debe evitarse todo trabajo innecesario. Muchos postergan
negligentemente hasta el comienzo del sábado cosas pequeñas que
debieran hacerse en el día de preparación… Cualquier trabajo que sea
descuidado hasta el comienzo del tiempo sagrado debe permanecer
sin hacerse hasta que haya pasado el sábado” (JT, t. 2, p. 184-185).
“…El sábado no debe destinarse a reparar ropas, a cocinar
alimentos, a los placeres, o a otra ocupación mundanal” (JT, t.III, p.
22).
8. Comer demasiado en el sábado
3
“No debemos proveer para el sábado una cantidad o variedad
mayor de alimentos que para los otros días. En vez de esto, los
alimentos deben ser más sencillos, y debe comerse menos, a fin de
que la mente esté clara y vigorosa para comprender las cosas
espirituales… Comiendo demasiado el sábado, muchos han
deshonrado a Dios más de lo que piensan… Aunque debe evitarse el
cocinar en sábado, no es necesario comer alimentos fríos… Sean las
comidas, aunque sencillas, atrayentes y sabrosas…” (JT, t.3, p. 23).
9. Evitar viajes en ese día
“Si deseamos la bendición prometida a los obedientes, debemos
observar el sábado más estrictamente. Temo que con frecuencia
hagamos en ese día viajes que podrían evitarse… Debemos ser más
cuidadosos en cuanto a viajar en los barcos o coches en ese día” (JT,
t.3, p. 26
10. No hablar, ni hacer negocios o contratos comerciales en sábado “...No debemos hablar de negocios ni dedicarnos a
conversaciones comunes y mundanas...” (JT, t.3, p. 26).
“En ningún caso debemos permitir que las cargas y las
transacciones comerciales distraigan nuestra mente en el sábado del
Señor que él ha santificado. No debemos permitir que nuestra mente
se espacie siquiera en cosas de carácter mundanal” (JT, t.1, p. 276).
“Los que no son plenamente convertidos a la verdad permiten
con frecuencia que sus mentes se espacien libremente en negocios
mundanales, y aunque descansan del trabajo físico en sábado, su
lengua expresa lo que tienen en la mente; de ahí sus palabras acerca
de sus ganados, las cosechas y las pérdidas y ganancias. Todo esto
es violar el sábado…” (JT, t.1, p. 288).
11. Procurar placeres, diversiones, juegos, etc.
“La búsqueda del placer, jugar a la pelota, nadar, no eran una
necesidad, sino que constituía un descuido pecaminoso del día
sagrado santificado por Jehová…” (Mensajes Selectos, t. 3, p. 295).
12. Dormir en la iglesia o en casa desagrada a Dios
“Nadie venga al lugar de culto para dormir. Esto no debiera
verse en la casa de Dios… El sábado no ha de ser un día de ociosidad
inútil. Tanto en el hogar como en la iglesia, debe manifestarse un
espíritu de servicio…” (JT, t. 3, p. 27).
4
“...Desagrada a Dios que los observadores del sábado duerman
durante gran parte del sábado. Deshonran a Dios al hacerlo…” (JT,
t.1, p. 288).
Es una afrenta robar el único día santificado de Jehová y
dedicarlo a los propios fines egoístas.
13. Que la casa de Dios no sea profanada por los hijos
“La casa de Dios es profanada y el sábado es violado por los
niños de los creyentes. Corren por el edificio, juegan, hablan y
manifiestan su mal temperamento en las propias reuniones…” (MS,
t.3, p. 293).
14. Conversaciones mundanas en sábado
“Los ministros de Jesús deben reprender a los que no se
acuerdan del sábado para santificarlo. Deben reprender bondadosa y
solemnemente a los que participan en conversación mundanal en
sábado, y al mismo tiempo aseveran ser observadores del sábado.
Deben estimular la devoción a Dios en su santo día” (JT, t.1, p. 288).
“Nada de lo que a los ojos del cielo será considerado como
violación del santo sábado debe dejarse para ser dicho o hecho en
sábado, sino que disciplinemos nuestra mente para que se espacie en
temas sagrados. Se infringe virtualmente el cuarto mandamiento al
conversar de cosas mundanales, o al dedicarse a una conversación
liviana y trivial” (JT, t.1, p. 287).
15. Al que desprecia el día de sábado:
“Nadie que desprecie el cuarto mandamiento después de haber
recibido luz acerca de las exigencias del sábado, puede ser tenido por
inocente a la vista de Dios” (JT, t.1, p. 496-497).
“…Ha seguido durante tanto tiempo su propia conveniencia
respecto de la observancia del sábado, que su mente, encallecida, ya
no es susceptible de ser impresionada respecto de su conducta
desobediente, sin embargo por haberse puesto usted mismo en esa
condición, no es por eso menos responsable” (JT, t. 1, p. 504).
APELACIÓN:
Hoy presentamos un mensaje profético de exhortación. Sólo
hará diferencia en nuestra vida si lo aceptamos y creemos. Si lo que
fue presentado no se sigue por fe, será de poco provecho para
nuestra vida.
Si queremos prosperidad y seguridad, necesitamos
comprometernos con la palabra profética.
5
II Crónicas 20:20 dice: “Creed al Señor vuestro Dios, y estaréis
seguros; creed a sus profetas, y seréis prosperados”.
Apelación final: Compromiso total.
Pr. Miguel Pinheiro
Mayordomía Cristiana División Sudamericana (Material adaptado del Espíritu de Profecía)
1
Miércoles 28 de Julio de 2010
Dependencia Diaria de Dios
En los últimos cuatro días hablamos del sábado y en los
próximos tres vamos a hablar acerca de dependencia y poder.
La dependencia habitual diaria de Dios es el fundamento de la
fidelidad y del éxito en la vida.
Ese sentimiento estimula el deseo de orar y leer la Biblia. El
esfuerzo por la guía divina resulta en un conocimiento creciente del
poder de Dios y esto afecta la vida en todos los aspectos.
Nuestro desafío en los próximos tres días es llevarlos a
establecer y profundizar una relación de entera y completa
dependencia de Dios.
Estamos preocupados con eso porque, quien no aprende a
depender de Dios, pronto se va a encontrar con la realidad ilusoria de
aquello que parecía ser camino de vida.
“Si queremos vivir la vida cristiana, debemos colaborar
constantemente con Dios, de manera que el yo desaparezca al
depender de Jesucristo. Cada día debiéramos trabajar como si fuera
para la eternidad” (Cada día con Dios, MM, 1980, p. 253).
Vamos a considerar cuatro asuntos:
1. Aprendiendo en la intimidad con el Padre
2. Como guía de su pueblo
3. Un ejemplo profético para nuestros días
4. Somos frutos de los hábitos.
1. Aprendiendo en la intimidad con el Padre
Solamente Dios conoce el fin desde el principio, por eso él
puede guiar con seguridad nuestra vida. La gran pregunta es ¿cómo
la dirige? Para responder a esa pregunta vamos a leer cuatro textos
de la Biblia.
Proverbios 20:24 “De Jehová son los pasos del hombre,
¿cómo, pues, entenderá el hombre su camino?”
El problema aquí es: ¿cómo puedo entender la voluntad de
Dios para mi vida hoy? Antes de proseguir pregunte: ¿en qué
contexto mis padres me enseñaron las buenas costumbres? ¿En qué
ambiente abrí mi corazón para mi enamorada, novia y esposa?
Ciertamente dos palabras participaron de ese proceso: respeto e
intimidad. Con ellas en mente, vamos a los próximos textos.
2
Salmos 25:12 “¿Quién es el hombre que teme a Jehová?
Él le enseñará el camino que ha de escoger”.
Las palabras claves son: respeto, reverencia, seguridad. Él es
de entera confianza y eso me lleva a confiar sin ninguna restricción.
Salmo 25:14 “La comunión íntima de Jehová es con los que lo
temen, y a ellos hará conocer su pacto”.
La palabra clase para el crecimiento aquí es intimidad. Así como
nuestros padres nos enseñaban nuevas cosas de acuerdo con nuestro
progreso físico y emocional, así hace Dios con nosotros cada día. Así
es como crecemos como niños a los pies de nuestros padres, en un
ambiente de respeto e intimidad, de esa forma debemos crecer en la
primera hora de cada mañana. Es en ese momento de intimidad que
el cielo y la tierra se unen, el infinito y lo finito se encuentran. Padres
e hijos se unen e intercambian los más íntimos secretos de familia.
Fue de esa manera que Jesús fue educado por Dios para
cumplir la misión. A pesar de que a los trece años ya tenía tanto
conocimiento como los doctores de su época, aún así Jesús se
aproximaba al Padre como un niño. La palabra profética dice:
“Habló de su intimidad y unidad con el Padre como un niño
hablaría de su relación con sus padres.” (Recibiréis poder, MM 1999,
p. 276).
“Necesitamos educar y preparar la mente para que tengamos
una fe inteligente y una amistad comprensiva con Jesús. A menos
que continuamente mantengamos amistad entre Dios y nuestra alma,
nos separaremos de él y marcharemos aparte de él… Debiéramos
hablar de sus encantos inmaculados y cultivar constantemente el
deseo de tener un conocimiento mayor en Jesucristo. Entonces su
Espíritu ejercerá un poder que controlará la vida y el carácter…”
(Hijos e Hijas de Dios, MM, 1956, p. 29).
Como aprendimos en el Seminario de Enriquecimiento Espiritual
I, escuchemos al Padre y sus Palabras en la Biblia y hablemos con él
en oración. Lo mejor de nuestro tiempo debe ser dedicado para esa
tarea sagrada. En la intimidad con el Padre aprenderemos cosas
grandes y ocultas que todavía no sabemos, conforme nos enseña el
profeta Isaías (48:6). En integridad él guía a su pueblo en todo.
2. Como guía de su pueblo.
Solamente Dios conoce el fin desde el principio, así él puede
guiar con seguridad nuestra vida. La gran pregunta es: ¿Cómo la
dirige? ¿Cuál es la “GPS” de Dios para sus hijos hoy?
Como humanos, a veces tenemos algunas preocupaciones,
como por ejemplo: ¿Y si yo pierdo mi empleo por causa del sábado?
3
O ¿Qué va a ocurrir cuando no podamos comprar o vender? ¿Cómo
voy a saber cuál es la voluntad clara de Dios? Y otras.
¿Cómo guió Dios a su pueblo en el desierto? Vamos a abrir la
Palabra en Éxodo 13:21-22 “Jehová iba delante de ellos, de día en
una columna de nube para guiarlos por el camino, y de noche en una
columna de fuego para alumbrarlos, a fin de que anduvieran de día y
de noche. Nunca se apartó del pueblo la columna de nube durante el
día, ni la columna de fuego durante la noche”.
Nunca se apartó del pueblo la columna de nube durante el día
ni la columna de fuego durante la noche. Esa columna era Cristo, el
guía de su pueblo. Él estuvo, está y siempre estará con su pueblo.
Vamos a pensar en este texto:
“Al recapacitar en nuestra historia pasada, habiendo recorrido
cada paso de su progreso hasta nuestra situación actual, puedo decir:
¡Alabemos a Dios! Mientras contemplo lo que Dios ha hecho, me
siento llena de asombro y confianza en Cristo como nuestro líder. No
tenemos nada que temer por el futuro, excepto que olvidemos la
manera en que el Señor nos ha conducido” (Mensajes Selectos, t.3,
p. 183).
Así como Él guió a su pueblo diariamente en el desierto, ¿Cuál
es el “GPS” de Dios para su pueblo hoy?
La Biblia es guía infalible… La Palabra de Dios, estudiada y
obedecida, guiaría a los hijos de los hombres, como los israelitas
fueron guiados por una columna de fuego durante la noche y una
columna de nube de día. La Biblia es la voluntad de Dios expresada al
hombre. Así como los hijos de Israel dependían cada día de la
dirección de la columna de nube o de fuego de la misma manera, hoy
nosotros dependemos de la orientación de la Palabra. Ese es el
compromiso más importante del día. Está en juego nuestro destino
eterno. Jesús dice: “Escudriñad las Escrituras, porque a vosotros os
parece que en ellas tenéis la vida eterna, y ellas son las que dan
testimonio de mí” (Juan 5:39).
“La Palabra del Dios viviente debe ser nuestra guía. Cada uno
debe comprender que depende de aquél a quien pertenece por
creación y por redención” (Alza tus ojos, MM, 179).
“Cada capítulo y cada versículo de la Biblia es una comunicación
directa de Dios a los hombres” (Patriarcas y Profetas, p. 538).
Nuestro desafío es llevar a cada persona a desarrollar y
consolidar el hábito de buscar a Dios en la primera hora de cada
mañana. Creemos que de esa manera andaremos cada día con Dios.
4
Esa fue la manera como Enoc anduvo con Dios y su ejemplo se cita
como prototipo para los últimos días.
3. Un ejemplo profético para nuestros días
Génesis 5:22 “Caminó, pues, Enoc con Dios, y desapareció, porque lo
llevó Dios”.
En el Libro Historia de la Redención pág. 63 leemos: “Enoc, que
se apartó del mundo y dedicó mucho tiempo a la oración y la
comunión con Dios, representa a los fieles de los último días, que se
apartarán del mundo. La injusticia prevalecerá en proporción terrible
sobre la tierra”
“Su asociación diaria con Cristo lo transformó en la imagen de
aquel con quien estuvo tan íntimamente ligado” (Review and Herald,
5 de diciembre de 1912).
4. Nuestro desafío diario
Sin duda es incorporar el estilo de vida de Enoc. La palabra
profética ordena: “Conságrate a Dios cada mañana, haz de esto tu
primer trabajo” (Camino a Cristo, p. 69)
Reiteramos una vez más que buscamos una iglesia que forme el
hábito y no que actúe esporádicamente. Así como es natural y
habitual buscar el alimento material cada día, lo mismo debe ocurrir
con el alimento espiritual. Nadie se engañe: la salud del alma será
proporcional al alimento recibido.
No es suficiente venir a la iglesia y oír los sermones, se
necesita algo más. La adoración colectiva sólo alcanza su objetivo
cuando es precedida de la devoción personal habitual.
La Palabra profética dice: “El oír sermones sábado tras sábado,
el leer la Biblia de tapa a tapa, o el explicarla versículo por versículo,
no nos beneficiará a nosotros ni a los que nos oigan, a no ser que
llevemos las verdades de la Biblia al terreno de nuestra experiencia
personal” (Ministerio de Curación, p. 411).
¿Qué ocurre cuando nos habituamos a colocar a Dios
constantemente en nuestra mente? “Andad siempre en la luz de
Dios. Meditad día y noche en su carácter. Entonces veréis su belleza y
os alegraréis en su bondad. Vuestro corazón brillará con un destello
de su amor. Seréis levantados como si os llevaran brazos eternos.
Con el poder y la luz que Dios os comunica, podéis comprender,
abarcar y realizar más que lo que jamás os pareció posible” (MC, p.
412).
5
Apelación final: Pasar a depender diariamente de Dios como un
hábito. En la primera hora de cada mañana, antes de cualquier
actividad, primero Dios.
Mañana hablaremos del poder de Dios como un arma de
defensa contra las huestes del mal; además de mantenernos salvos,
qué otros beneficios podemos obtener; cómo podemos vivir por
encima del término medio con el poder que viene de lo alto.
Mañana el Señor tendrá una bendición especial para su vida, es
esencial para vivir victoriosos y proyectarnos hacia el mundo.
Pr. Miguel Pinheiro
Mayordomía Cristiana
División Sudamericana
1
Jueves, 29 de Julio de 2010
El poder de la comunión - I
Ayer vimos que no es suficiente ir a la iglesia y escuchar
sermones, es necesario algo más. La devoción personal da significado
a la adoración colectiva. Escuchar un sermón, oír o participar de una
alabanza teniendo a Dios en la vida desde la primera hora de la
mañana es diferente. El mensaje llega con poder a nuestra vida y la
de aquellos que nos escuchan.
Por lo tanto, una experiencia habitual con Dios y su Palabra es
indispensable para que haya crecimiento. Como ya vimos:
“El oír sermones sábado tras sábado, el leer la Biblia de tapa a
tapa, o el explicarla versículo por versículo, no nos beneficiará a
nosotros ni a los que nos oigan, a no ser que llevemos las verdades
de la Biblia al terreno de nuestra experiencia personal” (Ministerio de
Curación, p. 411).
¿Cuál será la consecuencia de esa vida de dependencia y
comunión? ¿Cuáles son las características de una persona que busca
ese poder? Podemos afirmar con seguridad que lo que vamos a
mostrar hoy y mañana va a producir un gran impacto en su vida
espiritual. El poder que viene de lo alto llenará su vida y usted tendrá
una linda experiencia con Dios.
1. Un Mayordomo santo de Dios
2 Reyes 4:9-10 Por el contexto entendemos que esa mujer ya
conocía a Eliseo hace mucho tiempo. Ella quería permanecer más
tiempo cerca de Eliseo; sentía que salía virtud de él. También
reconoció las necesidades de Eliseo y se esforzó por suplirlas sin que
él lo pidiese. Ella tenía un concepto claro acerca de él: “Es un santo
varón de Dios”.
Cuando las personas te miran, ¿que ven? Algunos se incomodan
al ser llamados santos, tal vez por el concepto de santo de otras
religiones. Pero no tienes que huir, eres un santo. Hablando de
nuestra iglesia la Biblia dice: “Aquí está la paciencia de los santos, los
que guardan los mandamientos de Dios y tienen la fe de Jesús”
(Apocalipsis 14:12).
La gran pregunta es: ¿Qué debo hacer para que las personas
me vean como un santo mayordomo del Señor? ¿Cómo debe vivir un
santo de Dios? Ese es el asunto que vamos a tratar hoy y mañana.
2
De entre las varias características de vida de un santo vamos a
destacar y analizar algunas de ellas.
2. Características esenciales de un santo/a:
Ahora vamos a considerar dos de esas características:
Prioriza valores eternos: “Buscad primeramente el reino de Dios
y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas” (Mateo 6:33).
Para ser santos, Jesús necesita dar la primera orden en nuestra
mente cada mañana. Sin ese toque va a prevalecer lo carnal, lo
humano, enfocando solamente las cosas de aquí. Su toque cambia
nuestra ruta. Continuamos aquí, pero no somos de aquí, el “GPS” o
guía divino apunta para el destino que finalmente importa. Por eso
ordena: “Escudriñad las Escrituras, porque a vosotros os parece que
en ellas tenéis la vida eterna, y ellas son las que dan testimonio de
mí” (Juan 5:39).
Sin esa guía nadie acierta el camino, el error será inevitable,
Jesús dice categóricamente: “Erráis, ignorando las Escrituras y el
poder de Dios” (Mateo 22:29).
Cuando priorizamos buscar el reino de Dios, vivimos en el
contexto de la abundancia del reino. Está profetizado: “Es imposible
calcular los buenos resultados de una hora, o aun media hora, cada
día, dedicadas de una manera gozosa y sociable a la Palabra de Dios”
(Consejos sobre la Escuela Sabática, p.46).
“El tiempo dedicado al estudio de la Palabra de Dios y a la
oración retornará centuplicado” (Review and Herald, 11 de junio de
1908).
¿Usted ya pensó en el significado práctico de eso que acabamos
de leer? Vamos a leer nuevamente los textos en sentido opuesto:
Es imposible evaluar los daños, los problemas, los perjuicios de
no dedicar una hora o media hora diaria al estudio de la Palabra de
Dios… ¿Es o no es una excelente receta para el fracaso? ¿No será que
detrás de muchas vidas atribuladas y atormentadas está esta triste
realidad?
Vayamos al otro texto: El tiempo que no se dedica al estudio de
la Biblia y la oración traerá perjuicios centuplicados (no es 100x100,
sino 100 elevado a la potencia 100).
Vean, no estoy hablando de auto ayuda. Estoy hablando de
bendiciones proféticas de Dios para aquel que lo busca. Él es la
fuente de bendiciones ilimitadas, es el que hace al flaco fuerte, que
da vigor al abatido, que hace realidad las oportunidades de los
limitados. No estoy hablando solamente de bienes y de dinero, estoy
3
hablando de la bendición divina general, completa, global, ilimitada.
Estoy amparado en la palabra profética que dice: “No tiene límite la
utilidad de quien, poniendo el yo a un lado, da lugar a la obra del
Espíritu Santo en su corazón y lleva una vida dedicada por completo a
Dios” (Ministerio de Curación, p. 116).
El profeta Jeremías completa diciendo: “Clama a mí y yo te
responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no
conoces” (Jeremías 33:3).
Vive en la presencia de Jesús en adoración: “Permaneced en mí, y
yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí
mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no
permanecéis en mí. Si permanecéis en mí y mis palabras
permanecen en vosotros, pedid todo lo que queráis y os será
hecho” (Juan 15:4,7).
Mi vida en la presencia de Cristo. Ese será el tema del IV
Seminario de Enriquecimiento Espiritual. En ese material vamos a
ampliar ese asunto, es una chequera con cheques firmados en blanco
que Jesús da a cada seguidor.
El objetivo del SEE IV será: Desarrollar y consolidar el hábito de
permanecer en la presencia de Cristo desde la primera hasta la última
hora de cada día. Ese material será presentado para aquellos que ya
hicieron el SEE I, II y III, que son pre requisitos.
¿Por qué necesita el creyente vivir en la presencia de Jesús
todo el tiempo? Todos somos llamados para vivir cada día “…en
comunión consciente y frecuente con Dios por medio de la oración y
el estudio de su Palabra, porque en esto reside la fuente de la
fortaleza” (Hechos de los Apóstoles, p. 299).
Cuando confesamos el nombre de Cristo y él pasa a vivir
intrínsecamente (inseparablemente unido) en nosotros, el Diablo
declara la guerra abierta contra nosotros. La Palabra dice:
“Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra
principados, contra potestades, contra los gobernadores de las
tinieblas de este mundo, contra huestes espirituales de maldad en las
regiones celestes” (Efesios 6:12).
¿Qué podrá hacer un santo de Dios sin las debidas armaduras
en una guerra tan desigual?
Cuando no buscamos refugio contra el mal en la Palabra,
nuestro fracaso será seguro. Está profetizado: “Al permitir que
nuestra comunión con Dios se interrumpa, perdemos nuestra
defensa” (MC, p. 408).
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Muchos aquí no tienen idea de lo que es estar involucrado en la
guerra trabada diariamente entre las fuerzas del bien y las del mal.
Sólo el poder que viene de nuestra comunión con Dios nos hará
vencedores en los momentos más difíciles e inesperados.
El Pr. Miguel Pinheiro cuenta que cuando asumió como pastor
en su segundo distrito en la Calle 25 de Agosto, en Duque de Caxias,
en Río de Janeiro, fue a visitar por primera vez la Iglesia Dr.
Laureano, que en la época formaba parte de aquel distrito. Cuando
llegó para la clase de maestros, él se encontró con la siguiente
situación: Una persona había llegado antes de comenzar la clase y
quedó poseída por el enemigo. Los hermanos comenzaron a luchar
para expulsar al enemigo y él (el demonio) se puso furioso y
comenzó a arrojar sillas a las personas. Con mucha dificultad
consiguieron prender al poseso en la sala. Pocos minutos después, el
Pr. Miguel estaba llegando por primera vez a aquella iglesia. ¿Saben
lo que lo esperaba? La llave de esa sala. Con una sensación de alivio
los hermanos le dijeron: pastor, ahora le toca a usted. Imaginen
enfrentar una situación de esas sin el poder de Dios, sin defensa.
Cuando aprendemos a caminar con Dios, su poder también nos
acompaña, el diablo y sus ángeles no pueden soportar a alguien que
está con Dios. Recuerden, y grábenlo en su corazón, luchen para
mantener el hábito de la comunión pues “Al permitir que nuestra
comunión con Dios se interrumpa, perdemos nuestra defensa”.
Comiencen el día con Él y realicen las tareas en su compañía.
Este mandamiento es para nosotros: “Cultivad la costumbre de
conversar con el Salvador cuando estéis solos, cuando andéis o estéis
ocupados en vuestro trabajo cotidiano. Elévese el corazón de
continuo en silenciosa petición de ayuda, de luz, de fuerza, de
conocimiento. Sea cada respiración una oración” (MC, 408).
Aprendemos a odiar el mal cuando desarrollamos el hábito de
estar todo el tiempo en la presencia de Cristo.
Vean otras dos citas inspiradas:
“Cristo en el corazón, Cristo en la vida: tal es nuestra
seguridad. La atmósfera de su presencia llenará el alma de
aborrecimiento a todo lo malo. Nuestro espíritu puede identificarse de
tal modo con el suyo, que en pensamiento y propósito seremos uno
con él” (MC, p. 409).
“Cada día que transcurre sin que Cristo sea admitido en el alma
es un día perdido” (Cada día con Dios, p. 51).
Apelación final:
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Llamado para buscar a Cristo en la primera hora de cada mañana y
permanecer en su presencia durante todo el día. Muestre que esa
decisión redundará en victoria o en fracaso para aquí y la eternidad.
Mañana continuaremos con el resto del tema de hoy. Un día
perdido aquí puede representar una eternidad perdida. Cristo nunca
desperdició ningún día cuando estuvo aquí.
¿Cómo podemos aprovechar mejor cada día en nuestra jornada
para el cielo? ¿Cómo seguir el ejemplo de Cristo en su vida de
comunión?
Mañana veremos dos características más de los santos
mayordomos del Señor.
Pr. Miguel Pinheiro Mayordomía Cristiana
División Sudamericana
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Viernes 30 de Julio de 2010
El poder de la comunión II
Ayer vimos dos de las cuatro características que nos
propusimos estudiar en estos dos días:
Un santo de Dios siempre prioriza los valores eternos en
detrimento de los temporales. No discute: primero viene el
reino de Dios.
La segunda característica fue que comienza el día en la
presencia de Jesús y continúa con él. Para él el Salvador es el
divino e inseparable compañero: en el trabajo en la casa, en la
escuela, en el viaje, dondequiera que esté un santo, allí está un
adorador del Señor Jesús. Está todo el tiempo en la presencia
de Jesús.
Hoy veremos las otras dos características de un mayordomo
santo:
1. Vive cada día a la luz de la eternidad
2. Sigue el ejemplo del supremo Pastor
1. Vive cada día a la luz de la eternidad.
¿Cuándo es el día de la salvación? 2 Cor. 6:2 dice: “Hoy, es el
día de la salvación”.
¿Para qué? El versículo 3 responde: “No damos a nadie ninguna
ocasión de tropiezo, para que nuestro ministerio no sea
desacreditado”.
Los versículos 4-10 enumeran varias otras cualidades que se
verán en nuestra vida, cuando hacemos de hoy un día de salvación.
- Paciencia en las pruebas y en la angustia.
- Amor no fingido
Naturalmente produciremos el fruto del Espíritu Santo: Amor,
gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fidelidad, mansedumbre…
La salvación es solamente por un día. Debe renovarse cada
mañana y no podemos dejar para otro momento. Nuestro destino
eterno está en juego y por ningún motivo lo que es importante y
urgente se debe dejar para después. Por esta razón Jesús dio un
mandamiento profético para esta iglesia, y todo candidato al cielo
debe obedecerlo.
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El mandamiento es: “Conságrate a Dios todas las mañanas; haz
de esto tu primer trabajo… Este es un asunto diario. Cada mañana
conságrate a Dios por ese día. Somete todos tus planes a Él, para
ponerlos en práctica o abandonarlos según te lo indicare su
providencia” (Camino a Cristo, p. 69-70).
¿Por qué debe ser diario el cumplimiento de ese mandamiento?
Veamos las razones: Repetimos, la salvación es solamente por un
día.
Los elementos básicos de la salvación: gracia, misericordia y
pan espiritual, se dan diariamente.
“La gracia se da cada día para atender las necesidades de ese
día” (Mente, Carácter y Personalidad, t. 2, p.
“Al transitar por el sendero del deber, podéis estar seguros de
que recibiréis la gracia que cada día necesitáis” (Testimonios para la
Iglesia, t. 5, p. 82).
Hijos e Hijas de Dios, “su gracia se da diariamente, así como el
maná en el desierto, para la necesidad diaria” (Hijos e hijas de Dios,
p. 121).
“Nuestro crecimiento en la gracia, nuestro gozo, nuestra
utilidad, todo depende de nuestra unión con Cristo. Solamente
estando en comunión con él diariamente, a cada hora permaneciendo
en él, es como hemos de crecer en la gracia” (Dios nos cuida, p. 79).
También las misericordias se conceden cada día. La Biblia
menciona que ellas se renuevan cada mañana. Lam.3:23.
El Padre dispone el pan espiritual para cada persona cada día.
Mañana tras mañana encontraremos el pan del cielo para la provisión
diaria.
“Necesita que la vida espiritual de la Palabra de Dios se renueve
día a día en usted” (Alza tus ojos, p.47).
Sólo de esa manera el hombre interior podrá ser renovado por
el poder del Espíritu Santo. La energía que viene de los nutrientes de
la Palabra va a fortificar el alma para una vida santa en ese día.
Otras tres preguntas no pueden quedar afuera de esa
característica:
¿Cuándo vamos a morir? No lo sabemos. Pero, ¿puede ser hoy?
Sí, entonces hoy es el día de la salvación.
¿Cuándo será analizada mi vida en el juicio de los que aman a
Dios (juicio previo al regreso o juicio investigador)? No sé,
¿puede ser hoy? Si, entonces hoy es el día de la salvación.
¿Cuándo vendrá Jesús? No lo sabemos, ni el día ni la hora.
¿Puede ser hoy? Sí, entonces hoy es día de salvación.
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“Todo lo que tenemos que hacer se refiere al día de hoy. Hoy
hemos de ser fieles a nuestro cometido. Hoy hemos de amar a Dios
con todo el corazón y a nuestro prójimo como a nosotros mismos.
Hoy hemos de resistir las tentaciones del enemigo y obtener el triunfo
mediante la gracia de Cristo. Así estaremos velando y esperando la
venida de Cristo. Debiéramos vivir cada día como si fuera el último de
nuestra existencia en esta tierra” (Dios nos cuida, MM, 29 de junio, p.
189).
2. Sigue el ejemplo del supremo pastor
Jesús es nuestro ejemplo en todo, especialmente en su vida de
comunión con el Padre. Esa era la fuente de todo su poder. Con razón
él nos dice que lo que hizo nosotros también lo podemos hacer. En
todas las fases de su vida ese rasgo era la marca principal.
En el infancia:
“Estudiaba la Palabra de Dios, y sus horas más felices eran las
que, terminando el trabajo, podía pasar en el campo, meditando en
tranquilos valles y en comunión con Dios, ora en la falda del monte,
ora entre los árboles de la selva. El alba le encontraba a menudo en
algún retiro, sumido en la meditación, escudriñando las Escrituras, o
en oración. Con su canto daba la bienvenida a la luz del día. Con
himnos de acción de gracias amenizaba las horas de labor, y llevaba
la alegría del cielo a los rendidos por el trabajo y a los
descorazonados” (El Ministerio de Curación, p. 34).
Durante su ministerio
“Sin cesar atendía a las muchedumbres que a él acudían, y por
la tarde, o muy de madrugada, se encaminaba hacia el santuario de
las montañas en busca de comunión con su Padre… Pero siempre que
volvía de las horas de oración que ponían término al día de trabajo,
notaban en su semblante la expresión de paz, la frescura, la vida y el
poder de que parecía compenetrado todo su ser. De las horas
pasadas a solas con Dios, salía cada mañana para llevar a los
hombres la luz del cielo” (El Ministerio de Curación, p. 35).
“Diariamente recibía un nuevo bautismo del Espíritu Santo. En
las primeras horas del nuevo día, Dios lo despertaba de su sueño, y
su alma y sus labios eran ungidos con gracia para que pudiese
impartir a los demás. Sus palabras le eran dadas frescas de las cortes
del cielo…” (Palabras de Vida del Gran Maestro, p. 105).
Ese era su estilo de vida. Era tan natural para Jesús colocar a
Dios en primer lugar que eso se hizo un hábito. Esa forma de vida
impresionaba a los que entraban en contacto con Jesús.
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La palabra profética dice:”Los discípulos de Cristo estaban muy
impresionados por sus oraciones y por su hábito de comunicación con
Dios” (PVGM, pág.105).
La base para un cristianismo auténtico está en una relación
habitual íntima con Dios. Lo que pasa de eso es imitación de
religiosidad, fanatismo, edificio sin fundamento. Es construcción en la
arena.
Una persona que anda cada día con Dios, ve la vida con la
visión del Espíritu Santo, en la riqueza de la gracia y la luz de la
eternidad.
Una persona convertida cada día por el poder de la Palabra,
hará todo lo que el Señor pide.
Apelación: Conversión diaria como la mayor necesidad de la iglesia.
Solamente así el Espíritu Santo podrá usarnos inteligentemente en el
avance de la causa y operar en mi salvación y la de otros.
Pr. Miguel Pinheiro
Mayordomía Cristiana
División Sudamericana
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Sábado, 31 de Julio de 2010
Adorando a Dios con los diezmos y las ofrendas
Una persona que aprende a depender de Dios, que comienza el
día con él y permanece en la presencia de él todo el día, que vive
diariamente proyectándose para la eternidad, y que sigue el ejemplo de Cristo, ¿va a tener dificultades en ser fiel en los diezmos y las
ofrendas? ¿En guardar el sábado? ¿En el estilo de vida Adventista? Cada día estoy más convencido de que la causa de la infidelidad en
los diezmos y las ofrendas no es financiera, sino espiritual. No creo en la teología de la mayordomía cristiana que no
prioriza la relación con Dios. ¿De qué vale traer los diezmos y las ofrendas, si Cristo no es el primero en todo en la vida? ¿Qué sentido
tiene esa adoración? ¿Quién es glorificado con eso? Es posible que algunos se estén preguntando ¿Por qué todavía no hablan de los
diezmos y las ofrendas? El fundamento, la base de la Mayordomía Cristiana es la
intimidad diaria con Dios. Por lo tanto, primero tenemos que trabajar la causa. Diezmos y ofrendas son efectos. Lo principal en la
Mayordomía Cristiana no es el diezmo o la ofrenda, sino la
espiritualidad personal del creyente. Una persona que desarrolló y consolidó el hábito de buscar a
Dios en la primera hora de cada mañana, no tendrá dificultades para diezmar y ofrendar.
Un corazón convertido hará todo lo que el Señor pide. Bien, ahora podemos hablar sobre diezmos y ofrendas con la
finalidad de profundizar nuestro compromiso de adoración en esos temas sagrados.
Esperamos que si hay alguien en nuestro medio que está fracasando en su relación con Dios y consecuentemente en la
devolución de los diezmos y las ofrendas, que al oír este tema el poder de Dios pueda despertar a ese creyente de la pesadilla mortal.
Vamos a abrir la Palabra en Proverbios 3:9, 10: “Honra a Jehová con tus bienes y con las primicias de todos tus frutos
entonces tus graneros estarán colmados con abundancia y tus lagares
rebosarán de mosto”.
1. La prueba de lealtad: Los diezmos, las ofrendas y el sábado.
La mitad de los temas de nuestra semana fueron sobre el sábado. El sábado para nosotros es importante, somos Adventistas
del Séptimo Día, él está en nuestro “ADN”. Guardamos ese día como
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prueba de nuestro respeto y lealtad a Dios Creador. Semanalmente
vivimos en la presencia de Él en adoración, en este lugar y en nuestras casas. Ahora, ¿qué decir de un Adventista que no guarda el
sábado? Persistiendo en ese pecado, ¿puede ser un verdadero
adventista? Algunos pueden estar preguntándose ¿el asunto de hoy no es el
diezmo y la ofrenda? ¿Qué tiene que ver el sábado con esto? Mi hermano, tiene todo que ver. La deslealtad y la
deshonestidad en la devolución sistemática de los diezmos y de las ofrendas son equivalentes a transgresión del sábado. ¿Qué? Yo nunca
escuché eso. ¿Cómo es posible sustentar esa declaración? No se asuste, la revelación es progresiva. Hoy el Espíritu Santo le va a
revelar esa verdad. La palabra profética dice:
“Así como el árbol fue puesto en medio del jardín del Edén, el sábado fue ubicado en el centro del decálogo. Con respecto al fruto
del verdadero conocimiento, se puso una restricción, „mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él
comieres, ciertamente morirás‟. Con respecto al sábado, el Señor
dijo: „Acuérdate del día sábado para santificarlo‟. Así como el árbol del conocimiento fue la prueba de la obediencia de Adán, así también
el cuarto mandamiento es la prueba que Dios ha establecido para determinar la lealtad de su pueblo” (Cristo Triunfante, p. 357).
“Asimismo el diezmo de nuestras entradas es „santo a Jehová‟. El Nuevo Testamento no promulga de nuevo la ley del diezmo, como
tampoco la del sábado, porque la validez de ambas se da por establecida y su profundo significado espiritual se considera
explicado” (Consejos sobre Mayordomía, p. 70). El sábado es santo y debe ser guardado en conmemoración del
poder creador de Dios. El diezmo y la ofrenda son santos y recuerdan que Dios es el
Creador, propietario y Salvador. Nuestros primeros padres no debían tocar ni comer del árbol
del conocimiento del bien y del mal. Fue colocado en el huerto como
prueba de lealtad y respeto a Dios. ¿Qué sustituyó al árbol del conocimiento del bien y del mal en
nuestros días? El sábado, el diezmo y las ofrendas. Son cosas santas al Señor. No puedo y no debo tocar no comer de aquello que le
pertenece. Antes de proseguir quiero hacer una pequeña pausa, quiero
atenderlo a usted que está pensativo y preocupado con la siguiente cuestión: Yo no tengo ninguna entrada, ¿cómo queda mi caso? El
Manual de Iglesia dice que para aquél que no tenga entradas el diezmo no es prueba de discipulado. ¿Qué quiere decir esto? Que una
persona no puede ser desglosada, separada de la comunión porque no diezma. Infelizmente algunos han usado esa declaración como
escusa para defender su falta de reconocimiento de Dios como
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Creador y Redentor. Recuerde, eso se aplica solamente para aquellos
que no tienen ninguna entrada. Volviendo a nuestra línea de razonamiento, el diezmo y las
ofrendas deben ser vistos como elementos de adoración a Dios. No es
cuestión de traer una ayuda para la iglesia o el campo misionero cuando se tiene una buena condición financiera. Eso no se aplica al
diezmo y a la ofrenda, porque son dedicados al Señor antes de cualquier otro compromiso. No dedicamos a Dios aquello que sobra.
El está siempre primero. La devolución al Señor de los diezmos y de las ofrendas implica un compromiso con el crecimiento del reino de
Dios, a fin de que podamos apresurar la venida de Cristo. Así como el sábado, la devolución de los diezmos y de las ofrendas, tiene también
una dimensión escatológica.
2. Dimensión escatológica de los diezmos y de las ofrendas. Así como el sábado apunta para la eternidad, acerca del diezmo
y de las ofrendas el Señor de la gloria recomienda: “sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el moho destruyen, y donde
ladrones no entran ni hurtan” (Mat. 6:20).
Aquí Jesús nos lleva a la atmósfera del cielo, nos señala el camino correcto para el uso de los recursos que él coloca en las
manos de sus hijos. Parece decir: Tengan cuidado porque el diablo, vuestro adversario, va a hacer de todo para que usen
incorrectamente los recursos divinos. Va a colocar en nuestras cabezas que debemos luchar desesperadamente para conseguir
nuestra “independencia financiera”. Muchos lucharán hasta el fin buscando esa tal “independencia financiera”, aunque tengan millones
en los bancos porque querrán enriquecerse más, y psicológicamente la misma no aparecerá, porque cuanto más se enriquecen, más
desesperadamente lucharán para tener más. Tengan cuidado porque otros se convertirán en esclavos del
trabajo secular para pagar deudas. La comunión con Dios dejará de ser el primer compromiso, porque tienen que trabajar para pagar los
préstamos del auto, de la casa, de la heladera, del perro, de los
pasajes aéreos, de las vacaciones, de los video juegos, de la TV de 52 pulgadas…
No crean que los logros obtenidos aquí son más importantes que la Jerusalén Celestial. No se engañen, pensando que las cosas de
aquí les van a traer felicidad plena y eterna. Jesús parece decir: Yo conozco los dos lados de la moneda, ponga su corazón en un tesoro
eterno que valga la pena. “porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón” “¿Porque ¿de qué le aprovechará al
hombre ganar todo el mundo, si pierde su alma?” (Mat. 6:21 y Mar. 8:36). Él parece decir: Tonto, lo que adquirió, ¿para quién será?
¿Quién se va a beneficiar con sus millones? Sus casas, sus haciendas, sus empresas…
El mensaje es: use lo que le di para el crecimiento del reino de Dios. Porque cuando usted llegue al cielo, le mostraré la cantidad de
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personas que fueron alcanzadas por los diezmos y las ofrendas. Usted
va a recibir un abrazo de gratitud de esas personas y eso será infinitamente más compensador que todo lo que tenemos aquí.
Así como el sábado será recordado en el cielo, también se verán
los resultados de los diezmos y de las ofrendas. No compramos el cielo con los diezmos y ofrendas, somos salvos por la gracia mediante
la fe, esto no viene de los hombres, de donaciones o de obras, la salvación es un regalo de Dios. Aquellos que reconocen esa bendición
no solamente en palabras, sino en acciones se deleitan en adorar a Dios con una devolución fiel y sistemática de los diezmos y de las
ofrendas. Es maravilloso pensar que somos miembros de una iglesia local
parte de una iglesia mundial. Es compensador saber que los diezmos y las ofrendas que devolvemos al señor serán usados para la
salvación de personas en todo el mundo. Proyéctese a la eternidad en este instante e intente imaginar
cómo será recibir un abrazo de gratitud de un ex habitante de la ventana 10/40. Personas de Egipto, Libia, Afganistán, Irán, o Irak,
China, Corea del Norte…
Hermanos nuestros de regiones más pobres se aproximan y dicen: no podíamos tener un pastor, pero ustedes que tenían más
condiciones nos dieron ese privilegio con los recursos compartidos. Uno de esos pastores visitó a mis padres, a mi esposa, a mi hijo… y
ellos tomaron la decisión. Ellos están aquí conmigo, ¡imaginen la escena!
3. Adoración sistemática
El último punto que vamos a tratar es la adoración sistemática. Ese punto es importantísimo porque tiene que ver con nuestro
reconocimiento de que Dios nos sustenta todo el tiempo. La bendición del Padre es continua, no cesa, el corazón no para de latir, provee
oxígeno en la proporción correcta, la visión, la ropa, la comida… Adorarlo esporádicamente es una incoherencia. Los que trabajan para
el Evangelio tienen necesidades sistemáticas. Las obligaciones de los
campos y de las iglesias son permanentes. La forma que el Señor escogió para sustentar esa estructura es dar recursos a sus hijos y
solicita que ellos lo adoren en espíritu y en verdad con una devolución fiel y sistemática de los diezmos y de las ofrendas. Si los recursos
que el señor me da son diarios, cada día debo separar lo que le pertenece a él, porque la iglesia y el campo tienen también
obligaciones diarias. Si el beneficio que el Padre me concede es semanal, semanalmente debo separar los diezmos y las ofrendas
porque la iglesia y el campo misionero también tienen obligaciones semanales. Si recibo un beneficio mensual debo proceder
semanalmente. Esa responsabilidad es individual. Algunos pueden decir: yo soy
pobre y no tengo condiciones. Creo que esa expresión está fuera de lugar. Ya explicamos antes que la cuestión de diezmar y ofrendar no
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es financiera, sino espiritual. Cuando usted es una persona espiritual
lo que prevalece no es su pobreza material, sino su intención de adorar aunque sea como el diezmo y la ofrenda de la viuda pobre. La
salvación y la responsabilidad en la devolución de los diezmos y de
las ofrendas son individuales. Cuando aceptamos ser miembros de la iglesia, asumimos
públicamente ese compromiso sagrado, independientemente de ser rico o pobre.
No asumimos la responsabilidad de traer dinero para la iglesia sino la de adorar fielmente a Dios siempre que obtenemos cualquier
recurso. Dijimos que no presentaríamos más el dinero del Señor en el altar de la “diosa” fortuna. Adoraríamos solamente al Señor y
Salvador.
Conclusión “Nunca debemos olvidar que se nos ha puesto a prueba en este
mundo a fin de determinar nuestra aptitud para la vida futura. No podrá entrar en el cielo ninguna persona cuyo carácter haya sido
contaminado por la fea mancha del egoísmo. Por lo tanto, Dios nos
prueba aquí entregándonos posesiones temporales, a fin de que el uso que hagamos de ellas demuestre si se nos pueden confiar las
riquezas eternas” (Consejos sobre Mayordomía Cristiana, p. 24).
Apelación final: Renovar el propósito de buscar a Dios en la primera hora de
cada mañana. Después, guardar el sábado y ser fieles sistemáticamente en los diezmos y en las ofrendas.
Pr. Miguel Pinheiro
Mayordomía División Sudamericana